tzvetan todorov diccionario enciclopedico de las ciencias del lenguaje

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DICCIONARIO ENCICLOPEDKX> DE LAS CIENCIAS DEL LENGUAJE Oswald Duerot Tzvetan Todomv

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Diccionario enciclopédico de las Ciencias del lenguaje

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  • 1. DICCIONARIO ENCICLOPEDKX>DE LAS CIENCIAS DEL LENGUAJEOswald Duerot TzvetanTodomv

2. Diccionario enciclopdicode las ciencias del lenguajeporOswald DucrotT zvetan Todorov)JKl stglo vezntluno argentzna edltores, sa 3. INDICEIntroduccinLAS ESCUELASGramticas generales (O. D.)Lingstica histrica en el siglo XIX (O. D.)Saussurianismo (O. D.)Gloaemtica (O. D.)"uncionalismo (O. D.)Distribucionalismo (O. D.)Lingstica generativa (O. D.)Apndice: Lingstica antigua y medieval (O. D. y T. T.)LOS DOMINIOSComponentes de la descripcin lingiistica (O. D.)Geolingstica (O. D.)Sociolingstica (T. T.)Psicolingstica (M. S. de S.)Retrica y estilstica (T. T.)Potica (T. T.)Semitica (T. T.)Filosofa del lenguaje (O. D.)LOS CONCEPTOS METODOLGICOSSigno (T. T.)Sintagma y paradigma (O. D.)Categoras lingiisticas (O. D.)Lengua y habla (O. D.)Norma (O. D.)Arbitrariedad (O. D.)Sincrona y diacrona (O. D.)Historia de la literatura (T. T.)Gneros literarios (T. T.)Adquisicin del lenguaje (M. S. de S.)Patologa del lenguaje (M. S. de S.)9172129354047546067747986929810411312112913614:~ISO157165]73]78]86191 4. LOS COi"CEPTOS DESCRl PTIVOSUnidades no significativas (O. D.)Prosodia lingstica (11.C. H.M.)Versificacin (T. T.)Escritura (T. T.)Unidades significativas (O. D.)Partes del discurso (O. D.)Funciones sintcticas (O. D.)Motivo (T. T.)Pcrsonaje (T. T.)Reglas generativas (O. D.).Estructuras superficiales y estructuras prnfundasReferencia (O. D.)Tipologa de los hechos de s"ntido (T. T.)~l discurso de la ficcin rl. T.)Comhinatoria scmntica (O. D.)Figura (T. T.)l{elaciones semnticas entre frases l. O. D.)Transformacionls discursivas (T. 1.)_Texto (T. T.)Estilo (T. T.)Tiempo y modalidad en la lengua 10. D.)Tiempo del discurso (O. D. Y T. T.)Enunciacin (T. T.)Visin en la narrata (T. T.)Situacin de discurso (O. D.)Lenguaje y accin (O. D.)APNDICEEscritura (.1-. W.)Signo (F. W.)Texto (F. W.)Semitica (F. W.)lndice de los trminos de/ilJidoslndice de uutorlS2012092202282352102462542;W26510. D.) 2742872/)4;:013(1(.31;;32;;:nl3373-113413573613(.)37r.3r.o419 5. El ttulo de esta obra implica dos particularidades relacionadas condos opciones fundamentales que debemos explicar aqu: el plural deciencias, el singular de lenguaje.Hemos resuelto dar a la palabra lenguaje el sentido preciso -ytrivial- de "lengua natural": no el de "sistema de signos", tandifundido en nuestros das. No nos ocuparemos aqu de las lenguasdocumentales, ni de las diferentes artes consideradas como lenguajes,ni de la ciencia tomada como una lengua bien o mal hecha, ni dellenguaje animal, gestual, etc. Las razones de esta restriccin sonmltiples. En primer trmino, al abandonar el mbito de lo verbalnos habramos visto obligados a encarar un objeto cuyos limites sondifciles de precisar y que por el hecho mismo de su indeterminacincorre el riesgo de coincidir con el de todas las ciencias humanasy sociales, si no de todas las ciencias en general. Si todo es signoen el comportamiento humano, la presencia de un "lenguaje", en estesentido amplio, ya no permite delimitar un objeto de conocimientoentre otros. Por lo dems, slo en poca reciente las institucionessociales, las estructuras psquicas, las formas artsticas, el fraccio-namiento de las ciencias en campos diversos han sido enfocadoscomo sistemas de signos: para hablar de ellos, con frecuencia habra-mos debido crear una ciencia, en vez de dar cuenta de ella, cosaque no corresponda a nuestros fines ni a nuestras posibilidades.Por ltimo, tal extensin de la palabra "lenguaje" habra supuestola afirmacin de una identidad de principio entre los diferentes sis-temas de signos; nos hemos negado a elevar lisa y llanamente estahiptesis al rango de postulado. El estudio de tales sistemas podrser el objeto de otras obras futuras.Si hemos tomado, pues, la palabra "lenguaje" en un sentido res-tringido, el plural de ciencias seala, al contrario, nuestro deseode apertura. En ningn momento hemos querido separar el estudio dela lengua del de sus producciones, entendiendo por ello a la vez supuesta en funcionamiento (de alli el lugar acordado a la enunciacin,a los actos lingsticos, al lenguaje en situacin) y las secuenciasdiscursiva~ resultantes, cuya organizacin ya no est directamenteregida slo por el mecanismo de la lengua (de all los muchos9 6. INTRODUCCI6Nartculos consagrados a aspectos de la literatura, dado que el dis-curso literario es, entre todos, el mejor estudiado). Todo intentode aislar el estudio de la lengua del estudio del discurso tarde otemprano se revela nefasto para ambos. Por lo dems, al relacio-narlos no hemos hecho otra cosa que reanudar vnculos con unalarga tradicin, la de la filologa, que no conceba la descripcinde una lengua sin una descripcin de las obras. Por consiguiente, seencontrarn aqu representadas, adems de la lingstica en sentido~stricto, la potica, la retrica, la estilstica, la psico-, la socio- y lageolingstica, e inclusive ciertas investigaciones sobre semitica ysobre filosofa del lenguaje. De tal modo, nos adherimos al credoque hace poco enunci uno de los maestros de la lingstica moderna:Linguista sum: linguistici nihil a me alienum puto.Aunque no intervengamos en esta obra como partcipes de ninguna~cuela, con ms frecuencia de lo que suele ocurrir en esta clalwde obras nos hemos visto forzados a tomar posiciones personaleg vhasta hemos expuesto, aqu y all, investigaciones originales, aunsabindolas incompletas y provisionales. Ms que un halance delas opiniones -cuyo ilusorio ideal sera la imparcialidad-o hemosprocurado dar una visin de conjunto coherente de los prohlema~,cosa que exige siempre la eleccin de un punto de vista. Indiqu-moslo hrevemente.Para estudiar los problemas ({pI IfnlJuaif. hprno~ rpSllPlto pno-carlos desde una nersnectiva esencial"1entp .VfT!nnti"",. T()~ ""ro"lema~de la sirmificacin. de sus niveles. el.. sus morlos dI mRnifpstarifl.constituyen el centro de toda la ohra. Tal importancia otorgadaa la significacin acarrea varia!! consecuenfiall:1. Hemos presentado en detalle la teorn generativa v transformacional de Chomsky, la cual ha contribuido ms qu! ninguna otraa disipar el recelo con que los lingista!! "cientficos" considerarondurante larro tiempo los problemas semnticos. (Por otro lado, estonos ha llevado a sealar ciertas dificultades con que tropieza esta teo-ria y que explican su evolucin actual.)2. Asimismo, hemos dado un lugar importante a la historia de lasciencias del lenguaje (cuyos comienzos hemos situado mucho antesdel siglo XIX): en efecto, las discusiones que la ocupan tambingiran, en ltima instancia, en torno de las relaciones entre la lenguay la significacin; inclusive la discusin entre Sauslure y la lings-tica histrica del siglo XIX pone en juego, en resumidas cuentas, dosconcepciones diferentes del acto de significar.3. A propsito de diversos problemas (la referencia, la modalidad,por ejemplo), exponemos el punto de vista de ciertos lgicos. Hoy10 7. INTRODUCCINes bastante frecuente declarar ese punto de vista "lingsticamenteno pertinente" (expresin que nos satisface muy poco), con el pre-texto de que los lgicos no se ocupan de describir la lengua, sinode enunciar las reglas que conciernen a su utilizacin. Sin embargo,ereemos que las investigaciones lgicas pueden ser muy reveladoraspara el lingista, porque las dificultades que el lgico encuentra paraenunciar las leyes del razonamiento destacan, por contraste, la espe-cificidad de las lenguas naturales.4. Cuestiones puramente "literarias" bordean a veces el examende las categoras lingsticas: as la discusin del "personaje" siguea la de las "partes del discurso" y las "funciones sintcticas". Deello resulta ocasionalmente cierta desigualdad en el nivel de rigoralcanzado aqu y all: desigualdad que, esperamos, ha de ser provi-sional y que refleja el ritmo irregular con que se desarrollan lasciencias. Hemos adoptado esta actitud porque creemos en la relacinautntica que une categoras lingsticas y categoras discursivas,y porque creemos en el provecho que pueden obtener ambas cienciasde su estudio conjunto.5. Ha sido inevilable que, a la inversa, asi~nramos un lup:arms restrin~ido a los problemas de la expresin fnica y del oaren-tesco histrico de las lenguas: sin embargo, hemos procurado pre-sentar las nociones relativas a esos temas que han lle{!ado a ser bil"ncomn y referencia constante de los lingistas, y que son indispen.sables para comprender los trabajos actuales sobre ellenguaje.*Se requiere cierta temeridad para presentar, en cuatrocientas pJri.nas, una visin de conjunto sobre las ciencias del lelllmaje. si seconsidera su extraordinario flcsarrollo a partir de los ltimos cin-cuenta aos V si se toma en cuenta su asoecto a la vez sistemtiro~ada noci6n debe comprenderse con relacin a una multitud deotras-- y catico -no se encuentran principios ni terminoloJ!Jasfijos. Para resolver tales dificultades hemos procedido dl" la siguien.te manera:El libro no est organizado segn una lista de palabrm,. sinomediante una divisin conceptual del campo estudiado. La solucininversa (todava posible en la poca del Lxico de la terminol.()galingstica de J. Marouzeau) habra ocasionado hoy innumerablesrepeticiones, con el consiguiente gasto de espacio, o retahlas deremisiones que habran exigido una injustificada paciencia del lec- Para un estudio profundi?.ado de estos problemas. remitimos a l Cuidealphabdque de la linguistique, compuesta bajo la direccin de A. Martinet(Paris. 1969), obra casi simtrica a la nuestra, en el sentido de que considerllcentrales los problemas que nosotro& encaramos marginalmente, y vicevena.11 8. INTRODUCCINtor. Hemos escrito, pues, alrededor de cincuenta artculos, cada unode los cuales, dedicado a un tema claramente delimitado, constituyeun todo y puede ser objeto de una lectura autnoma. En el interiorde dichos artculos se define cierto nmero de trminos (alrededor deochocientos): al final de la obra, un ndice de la lista alfabticade esos trminos, con una referencia, y slo una, al pasaje de laobra donde se encuentra la definicin. Por otro lado, el lector quebusque informacin sobre una doctrina particular encontrar unndice de autores que remite a los pasajes donde se encuentrandesarrollos que les conciernen (en esas remisiones hemos dejado delado las observaciones puramente alusivas o bibliogrficas que endiversas partes de la obra se refieren a esos mismos autores).Por ltimo, en el transcurso de los artculos, toda vez que hasido preciso emplear trminos o aludir a temas presentados en otraspartes, hemos indicado mediante nmeros entre corchetes la pginadonde se explican esos trminos o temas.Los artculos se suceden segn un orden analtico y no alfabtico,cuyo principio exponemos a continuacin.La primera seccin, Las escuelas, sigue las principales tendenciascuyo encadenamiento constituye la historia de la lingstica moderna(gramticas generales, lingstica histrica, glosemtica, etctera).La segunda, Los campos, describe el conjunto de las disciplinascuyo objeto es el lenguaje: las diferentes partes de la lingstica, lapotica, la estilstica, la psicolingstica, la filosofa del lenguaje ...Las otras dos secciones estn consagradas a la descripcin de losprincipales conceptos utilzados. En primer trmino, Los conceptosmetodolgicos, entendiendo por tales los conceptos ms generales.como los de signo, sintagma y paradigma, lengua y habla, etc.; enel interior de esta seccin el orden seguido procura ir de lo funda-mental a lo derivado, en la medida de lo posible y sin pretendererigir una jerarqua estricta. Despus, en la ltima seccin, se tratanconceptos ms particulares, llamados descriptivos: por ejemplo, losde fonema, parte del discurso, sentido y referencia, estilo; se suce-den de lo 3imple a lo complejo, partiendo del rasgo distintivo fnicopara llegar a los actos lingsticos globales.As construida, la obra nos parece susceptible de una doble lectura: puede utilizarse como diccionario o como enciclopedia. Porconsiguiente, est destinada tanto a los especialistas como a los prin.cipiantes en cada uno de esos campos que van desde la lingsticahasta los estudios literarios.Por su parte, la lengua en que estn escritos los artculos procuraser lo menos tcnca posible. No existe una terminologa unificadapara la lingstica, y menos an para las dems disciplinas aqu12 9. JN1RODUCCJNrepresentadas. De haber empleado un lenguaje tcnico, habramosdebido mezclar terminologas diversas o elegir una determinada entreellas. Yeso habra significado privilegiar a priori la doctrina quela construy. Hemos preferido emplear el lenguaje menos especiali.zado y, con ayuda de ese lenguaje comn, dar la definicin de lostrminos tcnicos. Por ejemplo, aunque proponemos definicionesprecisas y restrictivas para los trminos significacin, lengua, lenguaje, a lo largo de la obra utilizamos esos trminos en la acepcinms amplia que poseen en el lenguaje corriente. Pero cuando debemos emplear una expresin tcnica, o cuando es imprescindible utiIizar una expresin en sentido tcnico, remitimos, mediante una cifraimpresa junto a ella, a la pgina donde figura su definicin.Las bibliografas -incluidas en el interior de los artculos, alfinal de cada desarrollo-- no procuran ser exhaustivas, sino tan sloindicar algunos textos histricamente importantes o algunos trabajoscuyo inters garantizamos.*Para determinados artculos hemos acudido a la ayuda de colabo.radores tales como MariaScania de Schonen, MarieChristine HazaelMassieux y Franropone clescribir los fenmenos, procurando introducir cierto orden en su desorden aparente:la tarea esencial del investigador consistira entonces en la clasificacin. la taxinomia. ste es, en efecto. el nico ohjeto de losdistribucionalistas, para quienes una gramtica es simplemente unaclasificacin de los seg:mentos (fonemas, morfemas. palabras. J?;rupos(le palabras) que aparecen en los enunciaclos del corpus. Y en lamedida en que el principio de esta clasificacin consiste en reagruparlos elementos de distribucin [48] idntica (o vecina). puede considerrsela, segn la expresin de Harris, como una "descripcincompacta" del corpus: una vez en posesin de esta clasificacin. debe!cr fcil reconstituir todos los enunciados del corpus. Segn Choms.ky, al contrario, toda ciencia, durante su desarrollo, est llamada afijarse una meta ms ambiciosa que la descripcin y la clasificacin.Otro tanto ha de ocurrir con la lingstica, que puede aspirar apresentar hiptesis de valor explicativo relacionadas con la facultadque origina la actividad lingstica. No basta con decir, siquierade manera compacta, cules son los enunciados posibles e imposibles,cules son los enunciados ambiguos, sintcticamente emparentados,etctera; es preciso que todas esas observaciones de detalle puedanrelacionarse con una concepcin del conjunto del lenguaje. Si Chomsky se sinti obligado a proponer una nueva definicin de lo que esuna gramtica y lo que es una teora lingstica, es para reconciliarel designio de ser explcito con el de ser explicativo.55 50. LAS ESCUELASLA IDEA DE LA GRAMTICA GENERATIVAEn qu consiste, segn Chomsky, la descripcin sintctica to gra-mtica generativa) de una lengua particular? Es un conjuntode reglas, de instrucciones, cuya aplicacin mecnica produce enun-ciados admisibles (= gramaticales) de esa lengua, y slo esos enun-ciados. (Sobre la nocin de enunciado admisible, cL p. 153 Y ss ,sobre el detalle de las reglas, d. p. 265 Y ss.) El carcter mecaniza-ble, automatizable, de la gramtica asegura que ser explcita: paracomprender una gramtica, que es una especie de sistema formal(en el sentido de los lgicos), slo es preciso saber operar las mani-,pulaciones, absolutamente elementales, prescritas por las reglas (esen-cialmente: reemplazar un simbolo por otro, suprimir, agregar).Precisamente porque no presupone en su usuario ningn conoci-miento lingstico, la gramtica podr considerarse como una descripcin total de la lengua.Para que una gramtica, entendida en ese sentido, sea adecuadadeben satisfacerse dos exigencias:..a) Que la gramtica engendre efectivamente todos los enunciado~de la lengua y slo ellos, sin excepcin. Cuando esta exigencia secumple, se tiene un primer grado de adecuacin, llamada descrip1tiva. Segr, Chomsky, esta adecuacin es dbil ya que una multitudde gramticas pueden llegar hasta ella en una misma lengua. Y sertanto ms dbil cuando aparezcan muchos enunciados que no seanabsolutamente admisibles ni absolutamente inadmisibles y cuandohaya que aceptar, por consiguiente, en ese mismo nivel, tanto la~gramticas que los engendren como las que los rechacen.b) Que pueda representarse en esta gramtica el saber intuitivode los sujetos hablantes sobre los enunciados de :;u lengua. En otros,trminos, ese saber debe traducirse en trminos de mecanismos generativos. As, la ambigedad de un enunciado deber tener unamarca particular en el proceso segn el cual es engendrado (Choms-ky exige, por ejemplo, que cada enunciado ambiguo pueda serengendrado de tantas maneras diferentes cuantos sentidos diferentesposea). O bien, si dos enunciados se sienten como sintcticamenteprximos, su lectura servir simplemente para comparar la maneraen que son engendrados (Chomsky exige, por ejemplo, que los pro-cesos que los engendren sean idnticos durante cierto tiempo). Unagramtica que responda a esta exigencia se considerar observa-cionalmente adecuada (tambin se hablar de adecuacin fuerte).N. B.: a) Exigir esta adecuacin fuerte era, para Chomsky, aban-donar la ambicin distribucionalista de establecer procedimientos56 51. LlNGO/ST/CA GENERATIYAmecanizables para el descubrimiento de las gramticas [49], pro-cedimientos que fabricaran gramticas a partir de corpus. En efecto.es evidente que el tipo de datos que preside la adecuacin fuerte-y que concierne a la intuicin de los sujetos hablantes- no puedediscernirse directamente mediante una mquina: la gramtica slopuede redescubrirse mediante el trabajo efectivo del gramtico--cosa que no impide que, una vez descubierta, la gramtica con-sista en un procedimiento automtico de produccin de frases.b) Aunque una gramtica generativa sea una mquina (abstracta)productora de frases, Chomsky no supone que el sujeto hablante,al producir una frase, hie et nunc, lo haga segn el proceso queengendra la frase en la gramtica generativa: la gramtica genera-tiva no es un modelo de produccin de las frases en el discur,socotidiano que hace intervenir, sin duda, muchos otros factores~.Slo se trata -y Chomsky insiste sobre este punto- de suministrarIna caracterizacin matemtica de una competencia poseda por losusuarios de una lengua determinada (y no un modelo psieolgic.ode su actividad). Sin embargo, al exigir que las mismas reglas pro-duzcan las frases y representen fenmenos tales como la ambig~dad, y ms an, al exigir que esta representacin sea bastante "natu-ral" (como la que da a una frase ambigua tantas generaciones comosentidos posee), Chomsky invitaba a la interpretacin psicolgicaque asimila los procesos generativos definidos en la gramtica a losmecanismos cerebrales ligados a la emisin de las frases. Si, enefecto, se abandona esta interpretacin, por qu no escoger losmodos de representacin ms arbitrarios?LA IDEA DE TEORA LINGSTICALa adecuacin fuerte que acabamos de describir deja abierta parauna misma lengua la posibilidad de varias gramticas y, por consiguiente, no resuelve el problema de la eleccin. La teora lingsticadebe ayudar a resolver este problema. En efecto, las gramticaspueden clasificarse segn el tipo de mecanismos que utilizan paraengendrar las frases o, ms exactamente, segn la forma de lasreglas que comportan (acerca de esta clasificacin, vase el artculoReglas generativas, p. 265 Y ss.). Chomsky da el nombre de teoralingstica a cada uno de los principales tipos de gramticas posi.bIes. Va de suyo que, de existir motivos para elegir una teora determinada entre las dems, ya podra hacerse una seleccin severaentre las gramticas posibles para una lengua determinada, puestoque stas son con frecuencia formas muy diferentes. Por consiguien.57 52. LAS ESCUELASte, qu exigencias principales qebe satisfacer una teora adecuada?l. Para cada lengua debe ser posible construir, segn el modelode esta teora, una gramtica a la vez descriptiva y observacionalmente adecuada. La teora debe ser. pues, universal. Pero esta condicin an no es suficiente: queda la posibilidad de que una teoriauniversal pueda autorizar varias gramticas diferentes para unalentma determinada. Se aadir, por lo tanto, esta exigencia:2. Debe poderse asociar a la teora un procedimiento mecanizableque permita evaluar para cada lengua las diferentes ~ramtica;conformes a la teora y as ayudar a el~ir entre ellas. Pero espreciso que tal evaluacin no sea arbitraria. De all el criterio:3. Dadas Cl y C2, dos ~amticas de una leD!!Ua T.. conformesa la teora T y cada una con adecuacin ilp"criotiva. es prefiso quPfll procedimiento de evaluacin asociado a T privile!rie. mediante elsimole examen de C. y d" C~ v. nor lo tanto. imlenendientemente detoda consideracin de adecuacin observacional. la que resulta mc;observacionalmente adecuada. Y esto para todas las ~ramticas dptipo T v para toilas la~ lenlruas. La teora debe ser caDa?. por a~decirlo: de "adivinar" la gramtica que mejor represpnta las intuiciones del ",uieto hablante. Suoongamos oue una teora T satisfae:aeste tercer (riterio (son demasiado pocas las lenlZuas que hAsta hovhan recibido una descripcin e:enerativa para que la verificacinsea posible actualmente: el criterio sirve simolemente ile oerspecfiva a lar!!o plazo para !ruiar la elaborAdn de h teora lingstica).Se atribuira entonces a T la adecuacin llamada exnlicativa.En efecto, la teora (Tue satisficiera el criterio precedente podraaspirar a un valor explicativo en un sentido doble. Mientras queuna p:ramtica slo tiene una funcin de reorelientacin (representafll conjunto de las frases admisibles, representa la intuicin del sujetohablante), por el contrario. la teora que relaciona ese coniuntoc1p. frases con ese saber instintivo es fuente de deducciones: al pri.vilegiar, por razones independientes, la gramtica que representa(omo ambip:uas o como sintcticamente prximas las frases que,de hecho, son sentidas como tales. permite deducir esos sentimientosque el lingista encuentra al principio corno datos. Pero la teorap-s tamhin explicativa en un segundo sentido: puede aspirar a revelar la facultad humana del lenguaje. Admitamos que el nio. cuandoaprende su lengua materna, construye, a partir de los enunciadosque oye pronunciar a su alrededor. una gramtica generativa de sulengua, gramtica que tendr la doble propiedad de engendrar todaslas frases aceptables y de sUlpinistrar un saber gramatical sobre esasfrases. Puedc admitirse entonces que la teora lingstica es la imagende la facultad innata con ayuda de la cual el nio opera esa cons58 53. LINGtJJSTICA GENERATIVAlruccin (el nio debe saber a priori qu forma general debe dara la gramtica y cmo valorar las diferentes gramticas posibles).En efecto, tanto esa facultad como la teora son universales y ambasson capaces de enriquecer los enunciados con un conocimiento de suspropiedades sintcticas.N. B.: a) Algunos adversarios de Chomsky le reprochan que, paradiscernir entre las diversas gramticas posibles, acuda al viejo cri-terio de simplicidad, criterio poco satisfactorio puesto que hay mu-chos tipos diferentes de simplicidad (escaso nmero de smholosen la gramtica, escaso nmero de reglas, simplicidad interna decada regla, etc.). Este reproche est hasado en un contrasentido.El criterio de evaluacin, segn Chomsky, es un elemento de lateora lingstica y debe construirse de tal modo que la teoraresulte adecuada: por consiguente, nada tiene que ver con unaexigencia a priori de simplicidad.b) Subsiste el hecho de que la construccin de ese criterio (todava programtica en el estado actual de los estudios) es de impor.tancia vital para toda la lingstica chomskiana. Slo ese criteriopuede justificar el proyecto, muy ambicioso y sin el apoyo de nin-guna evidencia, de describir fenmenos tales corno la amhigedad,la proximidad sintctica, etc., en trminos de procesos generativos.c) El presente artculo no ha utilizado el trmino "transformacin". Pues el transformacionalismo no es sino una de las tantasteoras generativas posibles (la que Chomsky cree justa).d) Para una definicin formal de la nocin de transformacin,d. Reglas generativas, p. 269 Yss. Sobre el empleo Iin~stico de estanocin y sobre la organizacin de conjunto de una gramtica transoformacional, vase Estructura superficial y Estructura profunda,p. 281 Yss. (d. sobre todo el cuadro de las pginas 284 y 285).--+ La literatura sobre la lingstica generativa es considerable. Hay quehacer notar particularmente tres obras importantes de N. Chomsky: Estructurassintcticas, Siglo XXI, de prxima aparicin; Aspectos de la teora de la sin-taxis, Madrid, AguiJar, 1970; Problemas comunes de la teora linglstica,Siglo XXI, de prxima aparicin. Una introduccin muy elemental: J. Lyons,Chomsky, London, 1970. Para un estudio ms profundo: N. Ruwet, Introduc-tion ti la grammaire gnrative, Paris, 1967, y Langages, 14, junio de 1969,"Tendences nouvelles en syntaxe gnrative". Como ensayos de aplicacin alfrancs: J. Dubois, Grammaire structurale du /rant;ais, te. Il y IIl, Paris, 1967y 1969; M. Gross, Grammaire trans/ormationnelle du /rant;ais, syntaxe du verbe,Paris, 1968. Se encontrar un punto de vista ms crtico en: O. Ducrot, "Logi-que et langage", Langages, 2, junio de 1966, pp. 21-28; B. Brunig, "Les thoriestransformationnelles", La Linguistique, 2, 1965, Y 1, 1966; l. Pottier, "Lagrammaire gnralive el la linguislique", Travaux de linguistique et de littrature, 1968, VI, 1.59 54. ApndiceLingiHsUcu anligua y mcdicfulEn la seccin precedente slo se han descrito escuelas recien-tes. Ello no significa que, para nosotros, la ling.stica "seria"empiece con Port-Royal. Al contrario, consideramos que eltrabajo de los lingista.s cOT/siste, en cada poca, en integrardescubrimientos antiguos en un sistema conceptual nuevo.Pero nos ha parecido imposible presentar en pocas pginasuna sntesis terica de las investigaciones lingsticas }inde.~,griegas, latinas y medievales, y hemos preferido referirnos aellas a propsito de los problemas particulares expuestos enlas secciones que siguen. Por lo tanto, aqu nos limitaremo,;a sealar orientaciones generales y a dar algunas informacionesbibliogrficas.La reflexin sohre el lenguaje es contempornea de la historia de lahumanidad: sus huellas aparecen en los primeros documentos deque disponemos. No podra ser de otro modo: la escritura, que haconservado esos textos, se hasa necesariamente en un anlisis preli-minar del lenguaje. Sin emhargo, en muchos casos tal reflexinanuncia la lingstica slo indirectamente: casi siempre se mani-fiesta como una serie de divagaciones sobre el origen, la formay el poder de las palabras. Las investigaciones sohre el origen dellenguaje se afirman en el momento en que aparecen las primerasgramticas y se prolongan durante el transcurso de la historia occidental, hasta la primera mitad del siglo XIX.-40 A. Borst, Der Turmbau von Babel, Stuttgart, 19571963, 4 vols. en 6 tomos.relata toda la historia de las teoras sobre el origen y la diversidad de laslenguas. El mejor trabajo de conjunto sobre la historia de la lingstica es elde R. H. Robins, A short history 01 linguistics, London, 1969. En francs SIpuede leer a J. Joyaux, Le Langage cet inconnu, Paris, 1969.El primer texto de lingstica de que disponemos es la gramticasnscrita de Panini (cerca del siglo IV a. C.). La irona quiereque este lihro, quiz la primera ohra cientfica de nuestra historia,no haya sido igualado en su mbito hasta nuestros das. El tratado60 55. APNDICEde Panini tiene por objeto esencial los procedimientos de derivaciny de composicin morfolgica, que describe con ayuda de reglasordenadas. La brevedad de formulacin es uno de los rasgos dominantes de Panini; de all la necesidad y la abundancia de comentarios, entre los cuales el ms antiguo y el ms importante es elde Patajali.La lingstica snscrita no se limita a la morfologa. En el nivelde la teora lingstica general, retenemos sobre todo la nocin desphota, entidad lingstica abstracta, por oposicin a dhvani, larealizacin indvdual de esta entidad. El sphota puede situarseen el nivel de la frase, la palabra o el sonido. Uno de los grandes~ramticos filsofos, Bhartrhari, distingue tres y no dos niveles deabstraccin en el lenguaje. En el mbito fontico, logran una deslripcin exhaustiva de la lengua snscrita, a partir de un anlisisarticulatorio. En el mbito semntico, plantean el problema ele lasrelaciones entre varios sentielos de una palahra, el de la interaccin de las palabras individuales en la formacin del sentido de lafrase, etctera.~ L. Renou (lr.), La Grammaire de Panini, Paris, 1948, 1954: P. C. Cha-kravarli. The Linguistic Speculations 01 the Hindus. CalCUla, 1933: J. Brough."Theories of General Linguislics in lhe Sanscril Grammarians", Transactionso! the Philological Societr, 1951, pp. 27-46: D. S. Ruegg, Contrwutions tilhistoire de la philosophie linguistique indienne. Paris, 1959: W. S. Allen.Phonetics in Andent India, London, 1953: K. K. Raja, Indian Theories 01!t{eoning, Madras, 1963.En Grecia, el estudio del lenguaje es inseparable de la filosofadel lenguaje (en los presocrticos, Platn, Aristtelt"s, los estoicos)o del comentario ele los textos literarios (escuela de Alejandra).Las tres grandes direcciones en que avanzan las investigaciones son:etimologa, fontica y morfologa. En el mbito de la etimologaocurre la .~lebre controversia sobre el origen natural o convencionalde las palabras; las etimolo~as de las palabras indivduales se revelaron, como consecuencia de esos estudios, sin valor histrico. Eluso sistemtico del alfabeto fontico implica los rudimentos delanlisis fonolgico. Pero la parte ms desarrollada de los estudioslingsticos es la teora de las partes del discurso. Inaugurada porPlatn y Aristteles, continuada por los estoicos, ser sistemtica-mente presentada por el autor del primer tratado de gramticagriego, Dionisio ele Tracia. que distingue ya ocho partes del discurso.as como categoras secundarias (por ejemplo, gnero, nmero, (aso.etctera). Los problemas sintcticos se plantearn trescientos aosclt"spus. en el siglo 11. en la obra de Apolonio Dscolo.Los gramticos romanos retoman y continan los trabajos griegos.61 56. LAS ESCUELASVarrn (siglo II d.C.), autor de una voluminosa descripcin de lalengua latina, testimonia la frtil influencia de todas las escuelasgramaticales griegas. Donato y Prisciano (siglo v) codificarn lagramtica latina para la posteridad, determinando ya en gran partela forma de nuestros manuales escolares. Paralelamente se desarrolla(desde la ms alta antigedad) una teora retrica cuya influenciase perpetuar igualmente hasta el siglo XIX.~ 1.. Lersch, Die Sprachphosophie der Alten, Bonn, 1838-1841; H. Steinthal, Geschichte der Sprachwissenschaft bei den Griechen und Romem, Berln,2" ed., 1890; R. H. Robins, Ancient and Medieval Grammatical Theory in Europe, London, 1951; M. Pohlenz, "Die Begrndung der abendliindischen Sprachlehre durch die Stoa", Nachrichten von der Gesellschaft der Wissenschaftenzu Gottingen, ph.hist. Kl., Fachgr. 1: Altertumwisssenschaft, N.F. 3-6, 1939;E. Egger, Apollonius Dyscole: essai sur fhistoire des thories grammaticalesdans f Antiquit, Paris, 1854; J. Callart, Varron grammairien latin, Paris, 1954.La especificidad de la investigacin lingstica medieval est oscu-recida por el hecho de que casi siempre se presenta como un comen-tario de los gramticos latinos, sobre todo Prisciano. Pero estaconstante referencia a la autoridad (que, en la Edad Media, escasi parte integrante de la retrica cientfica) no impide que losgramticos medievales ---eomo los lgicos y los filsofos- desarro-llen una reflexin muy original.Es a partir del siglo X cuando esta originalidad empieza a manifestarse con ms nitidez. Dos temas son particularmente significa.tivos de la nueva gramtica. Ante todo, la voluntad de constituiruna teora general del lenguaje, independiente de tal o cual lenguaparticular, y sobre todo del latn -mientras que Prisciano se fijabaexplcitamente como meta una descripcin de la lengua latina. Porotro lado, se verifica en la nueva gramtica el acercamiento entrela gramtica y la lgica, disciplina redescubierta en la misma pocay que tiende cada vez ms a manifestarse como el instrumentouniversal de todo pensamiento. Entre los gramticos ms clebres,en el perodo que va del siglo X al XII, podemos citar a GerbertdAurillac, san Anselmo, Ablard, Pierre Hlie.El segundo -y el ms notable- perodo de la lingstica medieval se inicia en el siglo XIII y est dominado por laescuela llamadamodista. Los modistas tambin se proponen constituir una teorageneral del lenguaje, pero creen en la autonoma absoluta de lagramtica con relacin a la lgica (cuando los gramticos de PortRoyal, cuatro siglos despus, subordinen la gramtica a la lgica,retomarn un punto de vista que los modistas crean superado). Laindependencia del enfoque lingstico se manifiesta esencialmenteen el concepto, introducido en esa poca, de modo de significar62 57. APNDICE("modus significandi"). Un elemento gramatical (por ejemplo, unaparte del discurso [240]) no debe definirse por su significado, sinopor la manera en que es encarado ese significado, por el tipo derelacin instituido entre palabras y cosas. Una teora gramatical es,pues, ante todo, un inventario detallado, y una clasificacin de esosmodos posibles de acceso a las cosas (as la diferencia entre el adje.tivo y el sustantivo reside menos en su objeto que en el punlo devista segn el cual presentan ese objeto). Entre los principalesmodistas, deben sealarse Siger de Courtrai, lean Aurifaber, Thomas dErfurt.~ Entre los pocos textos gramaticales de la Edad Media publicados seencuentran los tratados de Siger de Courtrai (editado por Wallerand, Lovaina,1913), de Thomas dErfurt (en las obras de Duns Scoto, Paris, 1890), deJean le Dace (editado por A. Otto, Copenhague, 1955). Los estudios ms importantes sobre la gramtica dc la Edad Media son sin duda los de: Ch. Thurot,Notices et Extraits pour servir ti fhistoire des doctrines grammaticales duMoren Age, Paris, 1868; M. Heidegger, Die Kategorien und Bedeutungslehredes Duns Scotus, Tbingen, 1916, trad. franco en 1970 (se trata de hechode Thomas dErfurt) ; H. Ross, Die Modi significandi des Martinus de Dacia,MDsterCopenhague, 1952; J. Pinborg, Die Entwicklung der Sprachtheorieim Mittelalter, MDsterCopenhague, 1967. Se encuentran datos interesantesen J. C. Chevalier, Histoire de la syntaxe, Ginebra, 1968, cap. 1, primera parte.63 58. Los dominios 59. Componentesde la descripcin lingiisticaCules son las principales tareas que exige la descripcin de unalengua en un momento determinado de su historia? La tradicinoccidental divide el trabajo en tres grandes mbitos y distingue,yendo desde lo ms exterior a lo que toca ms de cerca la signi-ficacin:1. Los medios materiales de expresin (pronunciacin. escritura) .2. La gramtica, que se descompone en dos captulos:2a La morfologa trata de las palabras, tomadas independien-temente de sus relaciones en la frase. Por un lado, se las distribuyeen diferentes clases, llamadas "partes del discurso" (nombre, verbo,etc.). Por la otra, se indican todas las variaciones que puede sufriruna misma palabra, dando las reglas para la formacin de los gne-ros y los nmeros, para la declinacin,.para la conjugacin.2b La sintaxis trata de la combinacin de las palabras en lafrase. Los problemas de que se ocupa la sintaxis se refieren al ordende las palabras, a los fenmenos de reccin (concordancia o rgi.men) --es decir, la manera en que ciertas palabras imponen a otrasvariaciones de caso, nmero, gnero- y por fin, sobre todo a partirdel siglo XVIII, a las principales funciones que las palabras puedencumplir en la frase [246 y ss.].3. El diccionario, o lxico, indica el o los sentidos que poseenlas palabras. Por lo tanto, se muestra como la parte semnticapor excelencia de la descripcin (el diccionario tambin informa-pero slo por razones de comodidad- sobre las variaciones morfolgicas particulares de cada palabra).El desarrollo de la lingstica en el siglo xx ha sugerido variascrticas (a veces incompatibles entre s) contra esta reparticin:a) Se basa en la nocin de palabra. Pero la palabra ya no seconsidera la unidad significativa fundamental [235 v ss.] .. b) Sita en el mismo plano las obligaciones que la lengua imponeal hablante y las opciones que le propone. As, las reacciones ----queson puras servidumbres (en espaol es obligatoria la concordanciaentre el sujeto y el verbo)- coexisten en la sintaxis con el inventario67 60. !.OS DOMINIOSde las funciones -que representa, en cambio, un abanico de posi.bilidades. Esta coexistencia no era alarmante en pocas en que elobjeto primordial de la lengua pareca el de "representar" el pensamiento [17]. Port Royal, por ejemplo, y despus W. von Humboldt,conceden un lugar muy importante a los fenmenos de reccin, porque en la accin de una palabra sobre la otra ven la imagen sensiblede la relacin entre los pensamientos en el espritu. Pero si lafuncin primordial del lenguaje es "la comunicacin", es difcilconceder el mismo lugar a un mecanismo como la reccin (que.siendo obligatorio, no puede utilizarse para suministrar una infor-macin al oyente) y a un sistema de opciones que, por el contrario,permite al hablante dar a conocer sus intenciones.e) El confinamiento de la semntica en el diccionario permitepensar que la descripcin semntica se reduce esencialmente a carac-terizar una tras otra las unidades significativas utilizadas por lalengua. Ahora bien, una de las enseanzas de Saussure menos discutidas consiste en que el estudio ms fructfero es el de las relacionesentre elementos. Relaciones paradigmticas: la semntica actual tomapor objeto no tanto las palabras o morfemas, cuanto las categorasde palabras o de morfemas relativas a un mismo dominio (campossemnticos). Relaciones sintagmticas, tambin: un problema quehoy parece esencial es el de determinar cmo se combinan las si~ni.ficaciones de los elementos de la frase para constituir su sentidototal, cosa que no se produce, desde luego, por simple adicin.El privilegio otorgado a las palabras en el esquema tradicionales particularmente inadmisible desde el punto de vista de l~ glose.mtica [35 v ss.]. Por dos motivos. Ante todo. porque las unidadesintrnsecas de la lengua son tanto unidades de contenido (plere-mas) como unidades de expresin (cenemas); cada plerema sedefine por sus relaciones con los dems pleremas y cada cenemapor sus relaciones con los dems cenemas. Las palabras, en cambio,slo se definen por la unin de elementos que pertenecen a planosdistintos. Esta asociacin de un significante con un significado noproduce, por lo tanto, ms que unidades extrnsecas que no pro-vienen de la lengua misma, sino de sus condiciones de utilizacin.Nada asegura, por ejemplo, que los significados de las palabrasconstituyan unidades elementales del contenido o siquiera unidadescomplejas: es posible que una descripcin autntica del contenidolingstico no encontrara en ningn momento los significados lxicoso Un segundo motivo radica en el hecho de que la palabra slopuede definirse de manera "sustancial": est constituida por unconcepto y una serie fontica. Pero la descripcin lingstica esante todo "formal" y caracteriza las unidades nicamente por sus68 61. COMPONENTES DE LA DESCRIPCIN LlNGO/STICAcombinaciones posibles en la lengua. Teniendo en cuenta estos prin-cipios, la descripcin deber fraccionarse siguiendo dos lneas divisorias. Se empezar por distinguir dos componentes principales, inde-pendientes el uno del otro y consagrados respectivamente al conte-nido y a la expresin, Despus, cada uno se subdividir en dospartes: un estudio de las relaciones formales que existen entre lasunidades, y un estudio, subordinado al anterior, de las realizacionessustanciales de esas unidades. Slo como faz accesoria podr aadirse la descripcin, puramente utilitaria, de las relaciones entrelos dos planos, es decir, de lo que tradicionalmente constituye elobjeto del diccionario y de la morfologa.~ Vase especialmente L. Hjelmslev, "La estratification du langage", Word.]955, pp. 163-168.Si A, 1Ilartinet rechaza tambin la reparticin clsica, lo hace enla medida en que atribuye una importancia fundamental a la nocinde eleccin, que preside sobre todo la teoria de la doble articula-cin. Describir una lengua es describir el conjunto de las eleccionesque puede hacer quien la habla y que puede reconocer quien lacomprende. Tales elecciones son de dos tipos:a) Las de la primera articulacin tienen un valor significativo,es decir, se refieren a unidades provistas de sentido: c., en el enun-ciado "Juan ha empezado despus de ti", la eleccin de "ti" en vezde "m", "l", "la guerra", etc. Decir que estas elecciones consti-tuyen una articulacin es proponer una doble hiptesis: por unaparte, que existen elecciones mnimas (eleccin de unidades signi-ficativas elementales, los monemas [237], por ejemplo, "ti"), Y porla otra, que las elecciones ms vastas (como la de "despus de ti")se comprenden a partir de la eleccin de los monemas (por consi-guiente, se formula la hiptesis, muy fuerte, de que la diferenciaentre "ha empezado despus de ti" y "ha empezado despus de laguerra" se explica por la que existe entre "ti" y "la guerra").b) Las elecciones de la segunda articulacin son las de unidadessolamente distintivas, los fonemas [203], cuya nica funcin espermitir la distincin de los monemas: as, la eleccin de "t" en"ti" no proviene directamente de una voluntad de significacin,sino tan slo de manera indirecta, en la medida en que ese sonidose hace necesario por la eleccin del monema "ti", al cual dis-tingue, por ejemplo, de "m". Una vez ms, Martinet formula lahiptesis de que hay articulacin, es decir, de que existen eleccionesmnimas (eleccin de fonemas como "t") y de que stas constituyenla base de la eleecin de los segmentos superiores,Por consiguiente, la descripcin lingstica tendr dos compo-69 62. WS DOMINIOSnentes esenciales. La fonologa, que estudia la segunda articulacin,da la lista de los monemas, determina sus rasgos pertinentes [205],los clasifica segn esos rasgos e indica las reglas que ordenan sucombinaqin. Y por otro lado la sintaxis, consap-ada a la primeraarticulacin, que da la lista de los monemas, indica qu funcionespuede cumplir cada uno de ellos en el enunciado y los clasifica encategoras ,de monemas con funciones idnticas. Con estos dos componentes, que describen las elecciones ofrecidas por la lenma, serelacionan dos estudios prcticamente indispensables, pero tericamente marginales, que indican las condiciones impuestas por lalengua para la manifestacin de esas elecciones. Un estudio fonticodetermina los rasgos no pertinentes que acompaan a los rasgospertinfntes (le J(l~ fonemas. v un estudio morfol!!ico indica cmose realizan fonolgicamente los monemas, segn los contextos dondeaparecen. Encontrarnos aqu a la vez una parte de la morfologatradicional (dar la conjugacin del verbo dormir es decir que elmismo monema "dormir" se realiza corno duerm cuando est acompaado del monema "preJ1ente", corno dorm cuando est 8l"omnaarlodel monema "imperfecto". etc.), y tambin la parte dI" la sintaxistradicional consaq:rada a los fenmenos de reccin: luchador, andar > andador, etc. ~, serie particulari.zada por el hecho de que el verbo, en cada pareja, es un verbo deaccin. En otros trminos, lo que establece la relacin sincrnicaes su integracin en la organizacin de conjunto, en el sistema, de lalengua. Ahora bien, para un saussuriano la lengua debe necesariamente presentarse, en cada momento de su existencia, como un sisotema [31 y ss.].167 158. LOS CONCEPTOS METODOLGICOS2. Las relaciones sincrnicas no slo pueden establecerse fuerade toda consideracin diacrnica, sino que, adems, pueden entraren conflicto con llls relaciones diacrnicas. Ante todo, algunas relaciones sincrnicas son diacrnicamente injustificadas. En sincronaexiste la relacin "lguer > legs" [legar > legado] (cuya g, poreste motivo, suele pronunciar el hablante francs), relacin anlogaa "donner > don" [dar> don], "jeta > je.t" [arrojar> arrojo],etctera. Ahora bien, no hay ninguna relacin histrica entre "l.guer" y "legs" (que est unido a "laisser" [dejar]): su vinculacines una etimologa popular inventada por los sujetos hablantsporque se integraba bien en el sistema del francs. Recprocamente,muchas relaciones histricamente fundamentales no tienen ningunarealidad sincrnica -y ello porque ya no pueden integrarse en elsistema de la lengua actual (consecuencia: los sujetos hablanteslas han olvidado). As, hoy no existe relacin entre "bureau" r"bure" ["escritorio" y "pao", respectivamente] (aunque "b,reau"se construy a partir de "bure" [pao]: era una mesa cubierta debure). [La palabra latina verruculurn dio en espaol antiguo berro-jo, que hoy ha sido reemplazada por cerrojo, creada por etimologapopular mediante la asociacin con cerrar. (Ej. del Trad.)]3. Aunque es cierto que los cambios fonticos suelen modificarla expresin de las relaciones gramaticales, slo lo hacen de maneraindirecta y accidental, sin proponerse como objeto esa modificacin.En determinada poca de la evolucin de latn, "honor" se decahonos, que formaba regularmente el genitivo mediante la adicinde is: honosis. Despus, una ley fontica transform en r la s intervoclica en todas las palabras latinas, lo cual produjo honoris. Side ese modo se estableci la relacin nominativogenitivo fue poraccidente, ya que la ley se refera a cualquier s en posicin intervoclica. Y puesto que la relacin surgi accidentalmente, nadaimpidi que se restableciera; y aqu es donde interviene la analoga[28]: tomando como modelo la serie de los genitivos regulares~ labor > laboris, timor > timoris ~, los latinos crearon un nuevonominativo honor, que poco a poco reemplaz el antiguo y permitila formacin regular honorhonoris. As, el sistema tena una fuerzasuficiente para producir una palabra nueva y restablecer el esquemageneral. Por consiguiente, puede afirmarse no slo que la innovacin analgica es incapaz de modificar una organizacin preexis.tente -que, al contrario, presupone-, sino tambin que es unelemento conservador, que compensa los estragos producidos accidentalmente por las leyes fonticas.El estudio de la evolucin histrica confirma, pues, los argumentos extrados de una reflexin acerca de las relaciones sincrnicas.168 159. SINCRON/A y DIACRONfALa conclusin es que el estado de una lengua en un momento dado,y en la medida en que se considera su organizacin sistemtica, nopuede aclararse -ya se trate de describirlo o explicarlo- medianteuna referencia a su pasado, La investigacin sincrnica debe hacersefuera de toda consideracin diacrnica.Esta tesis de la independencia de la investigacin sincrnica hoyes admitida por casi todos los lingistas, tanto por los saussurianoscomo por los transformacionalistas. Pero en Saussure no siemprese distingue con claridad de la tesis recproca, es decir, de la ideade que la diacrona puede estudiarse fuera de toda consideracinsincrnica: algunos argumentos utilizados en el Curso inclusivesugieren esa reciprocidad, puesto que asimilan el cambio histricoa la accin de las leyes fonticas sobre los sonidos elementales dellenguaje y afirman que esas leyes --consideradas "ciegas" en la tradicin del siglo XIX- ignoran la organizacin sincrnica de la lengua, su "sistema". Precisamente sta es la tesis que muchos lingisla~ponen en duda (por razones que, por lo dems, no siempre son comopatibles entre s). Su conclusin comn es que la evolucin Iings.tiva puede tener como punto de partida y como punto de llegadaun sistema, y por lo tanto debe describirse como la transformacinde una estructura sincrnica en otra estructura sincrnica. Admitiendo, pues, que la organizacin sincrnica de un estado de lenguadebe establecerse independientemente de toda investigacin sincrnica, piensan que el estudio diacrnico debe apoyarse en un conocimiento previo de las organizaciones sincrnicas.Esta tendencia es muy evidente en la fonologa diacrnica, quecree necesario distinguir dos tipos de cambios para comprender laevolucin fnica de una lengua. Los cambios fonticos son los queno afectan el sistema fonolgico de la lengua -ya que slo modiofican las variantes mediante las cuales se manifiestan los fonemas[204] (ejemplo: transformacin de la pronunciacin de la r francesa a partir del siglo XVII). Los cambios fonolgicos, por el contrario, modifican el sistema fonolgico.Ejemplo 1. Supresin de una oposicin de fonemas: en el franc"contemporneo, aunque se mantenga cierta diferencia de pronunciacin entre "[Ain" y "[un", es obvio que esta diferencia se utiliza cada vez menos con fines distintivos, ya que ambas pronunciaciones ya no se oyen como diferentes.Ejemplo 2. Fonologizacin de una distincin que previamente erauna variante combinatoria [204] impuesta por el contexto. Haciafines del siglo XVI, en Francia, la diferencia entre los sonidos [1(= la pronunciacin actual de la palabra an) y [a] representabauna variante combinatoria, ya que el sonido a se pronunciaba obli169 160. ,_os CONCEPTOS METODOLGICOSgatoriamente [] frente a [m] o [n] (an y "Anne" se pronunciabanentonces [an] y [ane 1) y su distribucin estaba asep;urada por la epronunciada al final de "Anne"; despus, en la poca en que lae final dej de pronunciarse "Anne" se pronunci [an], como hoy(con desanalizacin de la [i] y cada de [e], mientras que anadquiria la pronunciacin actual [i] (con cada de la [n]), demanera que [i] se convirti en un fonema, dotado de poder distintivo (la diferencia entre las pronunciaciones [a] y [i] permitendistinguir ti y an).E;emplo 3. Desplazamiento de toda una serie de fonemas: cuandoel sonido [kw] latino (c. el relativo qui) dio el sonido italiano [k](d. el relativo italiano chi), la [k] latina (d. inicial de civitas) diod italiano [c1 (c. inicial de citt), cosa que permiti preservartodas las distinciones de las palabras.En los casos de cambio fonol!!co. no es slo 111 realidad materialde los fonemas lo que est eniuego, i;ino tambin sus relacionesmutuas. es decir, en trminos saussurianos, su valor. su carctersistemtico [3l]. Ahora bien, la evolucin lingstica sera incomprensible sin distinguir cambio fontico y cnmho fonollrico.Los nrimeros tienell causas extralingsticas, sea fisiolgicas (minimalizacin del esfuerzo) o sociales (imitacin de un ~rupo norotro). El cambio fonolco, al contrario, obedece a una causalirladintralim!stica. Lo que lo produce es o bien una especie df" desequilibrio en el sistema anterior, en el cual ciertos elementos (fone-mas o rasgos distintivos (2051), oue se han vuelto marginales. vano son sostenidos por la presin de los dems, o bien. como die"fartinet (de quien provienen los ejemplos precedentes), lIn fenmeno l!;lobal de economa (ocurre que cierta oposicin de fonemnsdeja de ser rentable en un e.~tat1o dr len{!UQ dado: la proporcine.ntre su costo de energa articulatoria v su rfndimifnto de llodfrdistintivo se hace demasiado superior a la que presentan las demsoposiciones del mismo sistema o, simplemente, a la de otra oposicin, hasta ese momento apenas posible, que la reemplazar). Detodos modos, 10 que est en juego en la transformacin es la organizacin de conjunto del estado lingstico. As, los cambios fon-ticos que, para Saussure, slo afectan los sonidos elementales y por10 tanto no pueden interesar el sistema sincrnico de la lengua,demuestran que por s solos pueden suministrar ejemplos de cambioestructural.-+ Sobre la fonologa diacrnica: R. JakobllOn, "Principios de fonologa his-trica", en Teoria de la literatura de los formalistas rusos, Buenos Aires, Sil/:-nos, 1970; A Marlinel, Economie des changements phontiques, Beme, 1955.170 161. SINCRON/A y DIACRON/APara una aplicacin al francs: G. Gougenheim, "Rflexioll sur la phollologiehistorique du frantais", Travaux du Cerele linguistique de Prague, 1939,pp. 262269; A. G. Haudricourt, A. G. luillalld, Essai por une histoire du~hontisme ram;ais, Paris, 1949.Los partidarios de la gramtica generativa tambin procuran.aunque desde un punto de vista muy diferente, reintroducir la consideracin de los sistemas sincrnicos en el estudio del cambio linogstico. Sus investigaciones, todava muy poco desarrolladas y relacionadas sobre todo con el aspecto fnico del lenguaje, llaman laatencin sobre 10B siguientes temas:l. Los cambios fonticos, lejos de ser "cie~os", suelen tomar encuenta la estructura p:ramatical de las palabras que afectan: unfonema puede ser modificado de manera diferente cuando es utilizado en funciones gramaticales diferentes. Esta tesis. ya sostenidatanto por los adversarios de los neop:ramticos como por los deSaussure, adquiere especial importancia en la teora penerativa.En efecto. el "componente fonolp:ico" [711 ne la e:ramtica -com-ponente de valor puramente sincrnico- debe tener en cuenta, paratraducir la estructura sintctica superficial ele las frases en una renre-sentacin fontica. la funcin p:ramatical de los fOnf~ma!: las leyesque lo constituven con frecuencia encuentran su aplicacin condi-cionada por la funcin sintctica de las unidades sometidas a ellas.De donde surlre un primer parecido entre las leyes que determinanla evolucin del fonetismo y las que lo constituyen como sincrona.2. Las leyes que constituyen el componente fontico se dan ordena-damente [271 y ss.]. Supngase A una estructura sintctica superfi.cial. Su conversin en representacin fontica B no se obtiene me-fliante la modificacin sucesiva de los diferentes elementos terminale!lah fl.2, a~, etc. de A, sino por el hecho de que el barrido de A poruna primera ley (aplicada a todos sus elementos) produce una representacin A, despus una segunda que aplicada a A produce unarepresentacin A" . .. hasta la obtencin final de B. De ese modo.el componente produce una serie de representaciones diferentes dela frase, cada vez ms alejadas de la estructura abstracta de A ycada vez ms cercanas a la forma concreta B. Ahora bien, segnJos tranBformacionalistas, cuando un cambio fontico sobrevieneen un estado determinado, modifica directamente no ya los elemen-tos concretos, sino las leyes mediante las cuales stos son introdu-cidos en la representacin final. El cambio se produce, por consi-guiente, en el sistema mismo de la lengua, el sistema descrito en lasleyes de la gramtica sincrnica.3. Algunos transformacionalistas elaboraron la hiptesis de que:(a) el cambio fontico se produce sobre todo por introduccin de171 162. LOS CONCEPTOS METODOLGICOSleyes nuevas en el componente fonolgico y (b) cuando una leyes introducida se sita, en el orden de aplicacin de las leyes, despu,,~de las leyes preexistentes (gracias a lo cual no se produ~e en lapronunciacin un cambio que imposibilitara la comprensin). De(a) y (b) resulta que el orden sincrnico de las leyes en el com-ponente reproduce, al menos parcialmente, la historia diacrnica delfonetismo. N. B.: Esta convergencia no se presenta como un principioterico, sino como una hiptesis que debe verificarse empricamente(la verificacin exige que se elijan criterios puramente sincrnicosque ordenen las leyes en el componente fonolgico, a fin de que laconvergencia sea significativa).~ Sobre la aplicacin de la fonologa generativa en la historia de las len-guas, vase Langages, dic. 1967, sobre todo los artculos de M. Halle ("Pla-ce de la phonologie dans la grammaire gnrative") y de P. Kiparsky ("Apropos de lhistoire de laccentuation grecque"), as como su bibliografa.Vase tambin S. Saporta, "Ordered Rules. Dialectal Differences and HistoricalProcesses", Language, 1965, y P. Kiparsky, "Linguistic Universals and Lin-guistic Change", en E. Bach y R. Harms (ed.), Universals in Linguistic lheory.New York, 1969.Por desgracia, los intentos por constituir ulla "historia de lossistemas" no han progresado tanto fuera de la fonologa, de maneraque la dicotoma absoluta establecida por Saussure entre sincronay diacrona sigue triunfante en muchos mbitos lingsticos. Sinembargo, debe advertirse que el anlisis de los campos semntico!llevado a cabo por J. Trier [162] constituye desde sus comienzosuna tentativa de historia estructural, puesto que muestra cmo seprodujo en una poca determinada una reorganizacin semnticade conjunto en todo un sector del lxico alemn.~ Las indicaciones tericas se pueden encontrar en E. Coseriu, "Pour une!lmantique structurale", Travaux de linguistique et de littrature, 1964, pll:i-nas 139-186, y ejemplos de anlisis a lo largo de . Benveniste, Vocabulaire dc.~institutions indo-europennes, Paris, 1969. Vase tambin P. Guiraud, Struc-tures tymologiques du lexique frant;ais, Paris, 1967.172 163. Historia de la literafuraDEFINICINPara disipar algunas confusiones frecuentes, definiremos ante todode manera negativa el mbito de la historia de la literatura:1. El objeto de la historia literaria no es la gnesis de las obras.Tinianov escribe en 1927: "El punto de vista adoptado determinael tipo de estudio. Se distinguen dos tipos principales: el estudiode la [!,nesis de los fenmenos literarios, y el estudio de la varia-bilUlad literaria, es decir, la evolucin de la serie." En este primerenfoque consideraremos que el objeto especfico de la historia lite-raria es esta variabilidad de la literatura, y no la gnesis de lasobras, que algunos siguen considerando el objeto de la historialiteraria y que, para nosotros, pertenece al mbito de la psicologao la sociologia de la creacin.2. Es preciso distinguir netamente la historia de la literatura dela historia social. Reemplazar la una por la otra es afirmar quepuede explicarse la variabilidad literaria por los cambios de la socie.dad: la respuesta est darla ya antes de que pueda formularse lapregunta. Lo cual no significa que ambas series sean independientes:distinguir no significa aislar; se trata ms bien de establecer unorden jerrquico en el objeto de estudio, orden que se refleja neceollariamente en la forma misma del estudio.3. La historia literaria tampoco coincide con el estudio inmanente-llmese lectura o descripcin- que procura reconstituir el sistema(Iel texto. Este ltimo tipo de estudio --que puede abarcar el sistemade todo un perodo literario- aborda su objeto "sincrnicamente",por asi decirlo. La historia debe considerar el paso de un sistemaa otro, es decir, debe emplear un enfoque diacrnico [165 y ss.].Por consiguiente, no se trata de estudiar obras particulares quesean instancias nicas. stas slo son afectadas por el tiempo enla medida en que son objeto de interpretaciones diferentes. Esteltimo problema se relaciona ms bien con la historia de las ideologas. Se dir, por el contrario, que la historia literaria debe estudiarel discurso literario y no las obras, por lo cual se define como partede la potica.173 164. LOS CONCEPTOS METODOlGICOSOBJETOEl primer interrogante que se plantea al historiador puede formu-larse, pues, en estos trminos: qu es lo que cambia en el interiordel discurso literario?En el siglo XIX (Brunetiere) la respuesta era: cambian los gneros,la novela, la poesa, la tragedia. Esta concepcin revela un imper-ceptible y peligroso deslizamiento del concepto a la palabra. Puesdeclarar que la novela cambi entre 1800 y 1900 es decir que elsentido de la palabra "novela" cambi entre las mismas fechas: elcambio en la extensin del concepto acarre un cambio en su com-prensin. Pero nada nos autoriza a postular que ciertos rasgos comunes relacionan dos libros separados por un siglo. Esta identidad espuramente nominal: reside en el discurso crtico o periodstico, yen ninguna otra parte. Por consiguiente, un estudio sobre la "vidade los gneros" no es otra cosa que un estudio sobre la vida de losnombres de los gneros, tarea quiz interesante, pero que se inscribeen el mbito de la semntica histrica. Las obras no se transforman,no son ms que los signos de las transformaciones. Tampoco losgneros se transforman: son los productos de las transformaciones,de las trans-formas. Lo que cambia tiene una naturaleza an msabstracta, y se sita de algn modo "detrs" o "ms all" de losgneros.Los formalistas rusos propusieron esta respuesta: lo que cambiason los procedimientos literarios. Tomashevski escribe: "Los procedimientos concretos y particulares, sus combinaciones, su utilizacin y, en parte, sus funciones cambian enormemente en el cursode la historia de la literatura. Cada poca literaria, cada escuelaest caracterizada por un sistema de procedimientos que le es propioy que representa el estilo (en el sentido amplio) del gnero o de lacorriente literaria." Pero tambin aqu tropezamos con la ambige-dad del trmino "procedimiento". Los ejemplos que da Tomashevskison los siguientes: la regla de las unidades, el final triste o felizde las comedias y las tragedias. Vemos que el "procedimiento" nocambia, en verdad: el final es triste o feliz, la regla de las unidadesest presente o ausente.La primera respuesta satisfactoria (aunque no perfecta) la sumi-nistra otro formalista, Tinianov. ste da el nombre de formas a los"procedimientos" de Tomashevski, y distingue estas formas de lasfunciones, entendidas como relaciones entre las formas. Las funcio-nes son de dos tipos: pueden definirse con relacin a otras funciones174 165. HISTORIA DE LA LITERATURAsemejantes, susceptibles de reemplazarlas (es una relacin de susti-tucin: el lxico de un texto, por ejemplo, con relacin al lxico deotro texto), o bien con relacin a funciones vecinas, con las cualesse combinan (es una relacin de integracin: el lxico de un textocon relacin a la composicin de ese mismo texto). Para Tinianov,la variabilidad literaria consiste en la redistribucin de las formasy las funciones. La forma cambia de funcin, la funcin cambiade forma. La tarea ms urgente de la historia literaria es estudiar"la variabilidad de la funcin de un determinado elemento formal, laaparicin de una determinada funcin en un elemento formal, suasociacin con esta funcin". Por ejemplo, un metro (forma) sirvepara introducir tanto la poesa pica "elevada" como la epopeyavulgar (funciones). Pero el esquema de Tinianov no responde alprohlema de saber si existen dos tipos diferentes de cambioslunode los cuales consistira en la introduccin de nuevos elementos yel otro en su redistrihucin.Uno de los formalistas marginales, Vinogradov, propone otra exi-gencia: "El dinamismo dehe presentarse o hien como el reemplazode un sistema por otro, o bien como una transformacin parcial deun sistema nico cuyas funciones centrales permanecen relativamenteestables." Tinianov observa, asimismo: "La nocin fundamental dela historia literaria es la del reemplazo de sistemas." Los camhiosen el discurso literario no estn aislados; cada uno de ellos afecta elsistema entero, provocando as la sustitucin de un sistema por otro.Por lo tanto podemos definir un perodo literario [181] como eltiempo durante el cual un determinado sistema se mantiene sincamhio.~ F. Brunetiere, Lvolution des gpnres dans fhistoire de la liurature,Paris, 1890; G. Lanson, Mthodes de lhistoire liuraire, Paris, 1925; A. Ve-selovski, Istoricheskaja poetika, Leningrado, 1940; Thorie de la liurature,Paris, 1965; H. Cysarz, Literaturgeschichte als Geisteswissenschaft, Halle,1926; M. Wehrli, "Zum Problem der Historie in der Literaturwissenschaft",Trivium, 1949; R. Wellek, Conceptos de critica literaria, Venezuela, U.C.V.,1968; G. Genette, "Littrature et histoire", en LEnseignement de la liura-ture, Paris, 1971, pp. 243-251.MODELOSCada uno de los diferentes tipos de leyes de transformacin quealgunos estudiosos creyeron identificar puede designarse medianteuna metfora, por razones de comodidad:El primer modelo, y el ms difundido, es el de la planta: es un175 166. LOS CONCEPTOS METODOLGICOSmodelo organicista. Las leyes de la variabilidad son las del or~anismo vivo: como l, el organismo literario nace, se desarro]]a,envejece y por fin muere. Aristteles babIa de la "madurez" de latra~edia; Friedrich Schlegel describe cmo la poesa griega creci,prolifer, floreci, madur, se sec y se convirti en polvo; Brune-riere habla de la adolescencia, de la madurez y de la vejez de latra~edia francesa. Esta versin clsica del or~anicismo fue reempla-zada recientemente por otra, que aparece en primer trmino en losformalistas. desnus en los tericos de la informacin: el procedi-miento, original al principio, se automatiza, cae en desuso y estolo hace de nuevo improbable v por consiguiente rico pn informacin.El segundo modelo. habitual en los estudios literarios del sie:lo xx,es el del caleidoscopio. Postula que los elementos constitutivos delos textos literarios estn dados de una vez por toda~ v (fue flcambio reside simplemente en una nueva combinacin de los mismo!elementos. Esta concencin se basa en la idea de que el esnritllhumano es uno y fundamentalmente invariablp. Para Shklovski. 1"1"trabajo de las escuelas literarias consilte mucho ws en la dispo-sicin de las imrrenes aue en su crearin". Se!!n T. S. Eliot. "laoriginalidad potica es en gran parte una manera orhdnal de reunirlos materiales ms dispares y desemeiantes para hacer con e]]os unatotalidad nueva". Y Northroo Frve: "Todo lo que es nuevo en lite-ratura es reelaboracin de 10 viejo."Podemo!l ~ar al tercer Tnodelo ile la hi!ltorill liternria el nombrede el a r la noche. Aqu. los camhio!l se perciben como movimi~ntos de oposicin entre la literatura rle ayer y la de hoy. F.l prototinode todas las version!!!I rI!! esta metfora se encuentm en Hee-eJ. en hfrmula te!lis-anttpsiIHlntesis. Y,a ,pntaia indi!lcutible de este mo,1n1o("on relacin al primero conliste en (Jue nermite dar rllenta no s1nde la "evolucin", sino tambin de las "revolurionps". e" ,1Irir. dIlas aceleraciones y las demoras en el ritmo de la variahilida~.Los fonnaJi!ltas SI" apoyan a mpnudo en 111 h ..la..pn bp,!flianl1.Tinianov escribe en este sentido: "Cuando se habla de la tradicino de la 81Jresin literaria. suple ima2inarse una lnea recta aue une alos autores ms jvenes de una determinada corriente literaria ronlIUS antecesores. Sin embargo, las cosas son mucho ms complejas.En vez de una lnea recta que se prolon1!a, asistimos ms bien auna separacin establecida pOr un punto de vista rechazado. Toda!lucesin literaria es ante todo un combate." Sbklovski desarrolla suteoria de la historia literaria acuando otra metfora: "La herenciano pasa del padre al hijo, sino del to al sobrino." El "to" reore-lienta una tendencia que no goza de preeminencia: es 10 que hoysuele llamarse literatura de masas. La generacin siguiente reto-176 167. HISTORIA DE LA LITERATURAmar y "canonizar" esta tendencia secundaria, emparentada yopuesta a la precedente: "Dostoievski enaltece al ranp:o de normaliteraria los procedimientos de la novela de aventuras."Hemos de ver ensep:uida que estos modelos no son muy ricosni suficientemente elaborados. Por haber confundido durante largotiempo su objeto con el de disciplinas vecinas, la historia literaria,la rama ms antigua entre las disciplinas de estudios literarios, hacehoy las veces de parienta pobre.-+ "Thorie de la littrature, Paris, 1965; T. S. Eliot, Essais choisis, Paris,1960; E. R. Curtius. Literatura europea r Edad Media latina, Mxico, F.C.E.,1955; N. Frye, The Educated lmagination, Bloomington, 1964; R. WeIlek,Conceptos de crtica literaria, U.C.V., 1968.177 168. Gneros literariosEl problema de los gneros es uno de los ms antiguos de la poticay desde la Antigedad hasta nuestros das la definicin de los gne-ros, su nmero, sus relaciones mutuas no dejaron de suscitar discu-siones. Hoy se considera que este problema debe plantearse, demanera general, en el mbito de la tipologa estructural de losqiscursos, de la cual el discurso literario no es sino un caso parti-cular. Sin embargo, como esta tipologa est relativamente pocoelaborada en su generalidad, es preferible abordar su estudio desdeel ngulo de los gneros literarios.Ante todo es preciso eliminar un falso prohlema y no insistiren la identificacin de los gneros con los nombres de los gneros.Algunos rtulos gozan hoy de gran popularidad ("tragedia", "come-dia", "soneto", "elega", etc.). Pero es evidente que si el concepto degnero debe tener un papel determinado en la teora del lenguajeliterario, no puede definrselo nicamente sobre la base de las deno-minaciones: algunos gneros nunca recibieron nombre; otros seconfundieron bajo un nombre nico, a pesar de las diferenciasentre sus propiedades. El estudio de los gneros debe/hacerse apartir de las caractersticas estructurales y no a partir de _su~nombres.Pero aunque eliminemos esta primera confusin, no habremoi!resuelto el problema de la relacin entre la entidad estructural y elfenmeno histrico. En efecto, a 10 largo de la historia se ohservandos enfoques radicalmente distintos:El primero es inductivo: comprueba la existencia de los gnerosa partir de la observacin de un perodo determinado. El segundoes deductivo: postula la existencia de los gneros a partir de unateora del discurso literario. Aun cuando algunos aspectos del primerenfoque reaparezcan en el segundo, cada uno de ellos posee suspropios mtodos, tcnicas y conceptos; a tal punto que podemospreguntarnos si el objeto mismo que estudian puede considerarsenico y si no es preferible hablar de gneros, en el primer caso,y de tipos, en el segundo.Por ejemplo: si en la poca del clasicismo en Francia se diceque la tragedia contempornea se caracteriza por "lo serio de la178 169. GNEROS LITERARIOSaccin" y por "la dignidad de los personajes", a partir de all podrnemprenderse dos tipos de estudios fundamentalmente diferentes.El primero consiste: 1) en establecer que categoras tales como"la accin" o "los personajes" se justifican en la descripcin de lostextos literarios; que estn presentes obligatoriamente o no; 2) enmostrar que cada una de esas categoras puede especificarse me-diante un nmero finito de propiedades que se organizan en estruc-tura: por ejemplo, que los personajes pueden ser "dignos" o "debaja condicin"; 3) despus, en dilucidar las categoras as establecidas y en estudiar su variedad: se examinarn todos los tiposde personajes (o de accin, etc.); la presencia de uno u otro, endeterminadas combinaciones, dar los tipos literari08. No es precisoque stos tengan realizacin histrica precisa: unas veces corres-ponden a gneros existentes; otras veces, a .modelos de escrituraque funcionaron en pocas diferentes; y tambin es posible que nocorrespondan a nada: son como una casilla vaca en el sistemade Mendeleiev que slo una literatura futura podra llenar. Pero eneste caso no se repara en el hecho de que ya no existe ningunadiferencia entre este estudio tipolgico y la potica en general ("tipo-lgico" se vuelve aqu sinnimo de "estructural"); la observacininicial sobre el gnero no es otra cosa que un punto de partida cmo-do para la exploracin del discurso literario.Sin embargo, partiendo de la misma observacin inicial acercade la tragedia clsica puede tomarse un camino muy distinto. Seempieza por reunir un determinado nmero de obras donde seencuentren las propiedades descritas: seran las obras representa-tivas de la "tragedia clsica en Francia". La nocin dominante,utilizada por los formalistas rusos encuentra aqu su aplicacin:para declarar que una obra es una tragedia.. es preciso que los ele-mentos descritos no slo estn presentes, sino que tambin seandominantes (aunque, por el momento, sea difcil medir esa predo-minancia). A partir de este punto ya no se buscan las categorasdel discurso literario, sino un determinado ideal de la poca, quepuede encontrarse tanto en el autor ~l cual siempre se refiere acierto modelo de escritura, siquiera para trasgredirla- como en ellector; para este ltimo, se trata de un "horizonte de expectativa",es decir, de un conjunto de reglas preexistentes que orienta su com-prensin y le permite una recepcin apreciativa. Los gneros for-man, en el interior de cada perodo, un sistema; no pueden definirsesino en sus relaciones mutuas. Ya no habr un gnero "tragedia"nico: la tragedia se redefinir en cada momento de la historialiteraria, en relacin con los dems gneros coexistentes. Aqu aban-179 170. LOS CONCEPTOS METODOLGICOSdonamos la potica general para entrar en la historia de la lite-ratura [173 y ss.].La diferencia entre tipo y gnero reaparece cuando observamosla relacin entre el uno y el otro ~n la obra individual. En grandeslneas, pueden distinguirse tres casos:Primer caso: la obra individual se conforma enteramente al g-nero y al tipo; entonces se habla de literatura de masas (o de"novelas populares"). El huen novelista policial, por ejemplo, noprocura ser "oridnal" (de serlo, ya no merecera su nombre) sino,precisamente, aplicar bien la receta.Segundo caso: la ohra no obedece a las reglas del gnero. Antetodo es preciso destacar que una obra no pertenece obligatoriamentea un gnero: cada poca est dominada por un sistema de gnerosque no abarca forzosamente todas las obras. Por otro lado, casi serequiere una trasgresin (parcial) del gnero: de lo contrario, laobra carecer del mnimo de originalidad necesaria (esta exi!!enciaha variado mucho segn las pocas). La infraccin a las reglas delgnero no afecta profundamente el sistema literario. Por ejemplo.si la tragedia supone que el hroe muera al final y en un casodeterminado comporta un desenlace feliz, se trata de una trasgresinal gnero. ~sta se explicar hahitualmente como una mezcla de gne-ros (por ejemplo, de la tragedia y la comedia). La idea de mezclade gneros o de gnero mixto es el resultado de una confrontacinentre dos sistemas de gneros: la mezcla slo existe cuando se tomancomo hase los trminos del ms antiguo; vista desde el pasado, todaevolucin es una degradacin. Pero cuando esta "mezcla" se imponecomo norma literaria, entramos en un nuevo sistema o fgura: porejemplo, el gnero de la tragicomedia.Aunque menos frecuente, tamhin existe la trasgresin al tipo.En la medida en que el sistema literario no es eterno, dado de unavez por todas, y el conjunto mismo de los posihles literarios se modi-fica, la trasgresin tipolgica es igualmente posihle. En el ejemploprecedente, esta clase de trasgresin consistira en la invencin deuna nueva categora, ni cmica ni trgica: "tanto X como no-X"sera una trasgresin al gnero; "ni X ni no-X", una trasgresinal tipo. En otros trminos, trasgredir una regla del gnero es seguirun camino ya virtualmente presente en el sistema literario sincrnico(pero an no realizado en l) ; a la inversa, la trasgresin tipolgicaafecta el sistem mismo. Una novela como Ulises no slo infringelas reglas de la novela preexistente, sino que tambin descubrenuevas posibilidades para la escritura novelesca.La oposicin del tipo y del gnero puede ser muy ilustradora;pero no dehe considerrsela absoluta. Entre el uno y el otro no se180 171. GNEROS LITERARIOSproduce la ruptura entre el sistema y la historia, sino ms bienuna serie de diferentes grados de inscripcin en el tiempo. Estainscripcin es ms dbil en el caso del tipo; pero como acabamosde verlo, el tipo no es atemporal. La inscripcin es ms fuerte en elcaso del gnero que, en principio, se inscribe en el interior de unapoca; sin embargo, ciertos r.asgos del gnero se conservan msall de la poca en que se fijaron: as, las reglas de la tragediaen el siglo XVIII. Por fin, en el otro extremo de ese continuum seencuentran los perodos. En efecto, cuando se habla de romanticismo o de simbolismo o de surrealismo se supone, como en el casode los gneros, el predominio de un determinado grupo de rasgos,propios del discurso literario; la diferencia consiste en que el perodopuede contener varios gneros y en que, por otro lado, no puedeen modo alguno ser extrado de la historia: el perodo, habitualmente, no es una nocin puramente literaria y se relaciona tambincon la historia de las ideas, de la cultura, de la sociedad.~ Bibliografa: l. Behrens, Die Lehre von der Einteilung der Dichtkunst(= Beihefte zur Zeitschrift fr romanische Philologie, 92), Halle, 1940: W. V.Ruttkowski, Die literarischen Gattungen, Heme, 1968. Discusiones generales:G. Mller, "Bemerkungen zur Gattungspoetik", Philosophischer Anzeiger, 1929,pp. 129-127: K. Victor, "Probleme der literarischen Gattungsgeschichte", Deuts-che Vierteljahrschrift fr hiteraturwissenschaft und Geistesgeschichte, 9,1931,pp 425447: Thorie de la littrature, Paris, 1965, pp. 126128, 302-307; J. J.Donohue; The Theory of Literary Kinds: l. Ancient Classifications 01 Litera-tUTe; l/. The Ancient Classes of Poetry, Dubuque, Iowa, 1943, 1949; P. vanTiegheim, "La question des genres littraires", Hlicon, 1, 1938, pp. 95101;J. Pommier, "Lide de genre", Publications de lcole normale suprieure,section des lettres, 2, 1945, pp. 4781; E. Liimmert, Bauformen des Erziihlens,Stuttgart, 1955, pp. 918; H. R. Jauss, "Littrature mdivale et thorie desgcnres", Potique, 1, 1970, pp. 79101; T. Todorov, Introduction ti la littraturefantastique, Paris, 1970, pp. 727. La revista polaca Zagadnenia rodzaj()W literackich (en francs, ingls y alemn) y la revista norteamericana Genre es-tn ooteramente dedicadas al estudio de los gneros literarios.TIPOLOGAsLas clasificaciones ya propuestas de los gneros son infinitas;pero rara vez se basan en una idea clara y coherente de la nocinmisma de gnero. Dos tendencias son particularmente frecuentes:1) confundir los gneros y los tipos o, ms exactamente, describirlos gneros (en el sentido definido ms arriba) como si fuerantipos; 2) reducir a oposiciones simples, entre una sola categoray su contrario, lo que en verdad es una conjuncin de varias cate-goras distintas.181 172. {.OS CONCEPTOS METODOLGICOSPor otro lado, no siempre se tiene el cuidado de definir el nivelde abstraccin con que se trabaja: es evidente que el gnero puedecaracterizarse mediante un nmero variable de propiedades y que,por 10 mismo, ciertos gneros engloban a otros.Pasaremos revista a algunas de las clasificaciones ms comunes:1. Prosa.poesa.Esta posicin, muy habitual, es poco explcita; inclusive hay ciertaambigedad en cuanto al sentido de la palabra "prosa": si?:nificatanto la prosa literaria corno todo 10 que no es literatura. Si nosatenernos al primer sentido (ya que el segundo remite a una tipo-loga funcional y no estructural, d. 82 Y ss.), advertimos que elsentido que se contempla en esta oposicin no puede reducirse auna categora nica: lose trata de la alternativa verso-prosa, es decir,de la organizacin rtmica del discurso (y la existencia del versolibre o del poema en prosa significa entonces un problema temible?),o bien de la alternativa entre poesa y ficcin, es decir. por unlado de un discurso que debe ser leido al nivel de su literalidad,como una pura configuracin fnica, grfica y semntica, y porel otro de un discurso representativo ("mimtico") que evoca ununiverso de experiencia? A todo esto se suma una serie de presocripciones sobre los estilos verbales utilizados: los estilos emotivo,figurado, personal, etc., predominan en la "poesa", mientras quela ficcin se caracteriza a menudo por el predominio del estilo referencial [345 y ss.]. Debe a~re~arse que la literatura contemporneatiende a i/!;norar esta oposicin y que la "novela" contemporneacxi?:e una lectura "potica": no como representacin de un universodistinto, sino como construccin semntica.~ K. Hamburger, Die Logik der Dichtung, Stuttgart, 1957; R. Jakobson.Essais de linguistique gnrale, Pars, 1963, pp. 6167.2. Lrica.pica.dramtica.Desde Platn, hasta Emil Staiger, pasando por Goethe V Jakobson.se ha querido ver en estas tres cateroras las formas fundamentaleso aun "naturales" de la literatura. Sin embargo, podemos preguntamos si no es ste un sistema de gneros propios de la literaturagriega antIgua, impropiamente erigido como sistema de tipos. Elesfuerzo de los tericos se ha concentrado aqu (a la inversa delcaso precedente) en el descubrimiento de categoras subyacentes alos "gneros".Diomedes, en el siglo IV, sistematizando p. Platn, propone lassiguientes definiciones: lrica = las obras donde slo habla el autor;drama =las obras donde slo hablan los personajes; pica = laspbras donde tanto el autor como los personajes tienen derecho al182 173. GNEROS LITERARIOShabla. Esta clasificacin tiene la ventaja de la claridad y el rigor,pero podemos preguntarnos si el rasgo estructural escogido es basotante importante como para servir de base para una articulacinde este alcance.Goethe distingue los "modos" poticos (que corresponden pocomMo menos a nuestros gneros: son la oda, la balada, etc.) de la.~"f parte, cap. IV, 3.Al decir que un signo es opositivo, Saussure quiere decir que loimportante, tanto en su significacin (significado) como en surealidad fnica S que hoy constituyen el objeto de los estudios lingsticos sobreprosodia.Casi todas las escuelas lingsticas, oponen elementos fonemti-("(lS (fonemas r203J y rasgos [205]) a elementos prosdicos (terminologa 4"le Martinet y de la escuela fonolgica), o bien elementossegmentales a elementos suprasegmentales (terminologa norteamericana). Con frecuencia esta oposicin se refuerza con la ideaoe que los caracteres prosdicos son no discretos, es decir, son susceptibles de variar de manera continua. (Por lo dems, la nocin de"discrecin" ha permitido el fraccionamiento segmental de la comunicacin oral: fra~mentacin en fonemas, despus en rase:os distintivos.) Negando ese carcter discreto a los ras;!:os prosdicos, seJos ha asimilado rpidamente a fenmenos marginales, sobre todoteniendo en cuenta el hecho de que si todas las len~as tienen fonemas, la utilizacin de las diferentes posibilidades prosdicas es muorho menos general y mucbo menos sistemtica. Mientras que el enIadenamiento fonemtico parece una base indispensable de la comunicacin lingstica, slo se asigna una funcin de suplencia a losfenmenos prosdicos y slo se les concede un papel pertinente [203Jcuando no hay otro medio para reducir la ambigedad de la formafontica (mensaje) emitida por un locutor hacia un interlocutor: losmisioneros o los que han descrito lenguas africanas suelen no preocuparse de las variaciones de altura, a menos que sean indispen.!abJes para no registrar homnimos demasiado abundantes. El estudio del acento parece til sobre todo en la medida en que ayuda209 198. LOS CONCEPTOS DESCRIPTIVOSa fragmentar el enunciado en signos elementales. Slo se le reco-noce carcter distintivo en casos muy raros (lenguas llamadas deacento libre). En cuanto a la entonacin, casi siempre se la consi-dera redundante: no se le atribuye un carcter "pertinente" sinocuando la "sintaxis" ha resultado impotente para explicar los valo-res gramaticales diferentes que pueden darse a dos cadenas de uni-dades significativas por lo dems idnticas.~ E. Martinet, Elementos de lingstica general, Madrid, Gredos, 1968.Sobre el carcter pertinente a los rasgos prosdicos, E. Coseriu, Teoria dellenguaje r lingstica general, Madrid, Gredos, 1967.LOS FENMENOS PROSDICOS ENFOCADOSEN SU ASPECTO FSICOPuede explicarse por sus manifestaciones fonticas que los rasgosprosdicos se consideren como marginales?El timbre, la altura, la intensidad y la duracin son los compo-nentes generalmente reconocidos en el estudio de los sonidos dellenguaje.El timbre de un sonido es lo que opone, por ejemplo, [a] a[i]. Se explica, acsticamente, por las alturas de las zonas de ar-mnicas reforzadas, o formantes, y la relacin entre esas zonas(relacin de frecuencia y de intensidad). Fisiolgicamente, dependede la resonancia de las cavidades que intervienen en la fonacin.La altura de un sonido se explica por la frecuencia de las vi-braciones del fundamental de ese sonido. Fisiolgicamente, se debe alas dimensiones y la tensin de las cuerdas vocales, cosa que expli-ca que la altura de un sonido vare con el sexo, la edad, la alturade un individuo, etc., y que vare a lo largo del discurso.La intensidad de un sonido se debe a la amplitud del movimien-to vibratorio de la fuente: una mayor amplitud generalmente obe-dece a una mayor tensin de las cuerdas, cosa que explica que,en casi todas las lenguas, intensidad y altura estn ligadas, ya que unacento de intensidad se manifiesta asimismo mediante una "eleva-cin de la voz".La duracin de un sonido es la percepcin que se tiene desu tiempo de emisin. En cuanto concierne a los sonidos del habla,es difcil obtener una tensin constante de los rganos de la fona-cin, y por lo general se asiste a una modificacin de la calidad deun sonido prolongado (modificacin del timbre, d. fenmenos dediptongacin, por ejemplo).210 199. PROSODIA LINGO/STICAAs defnidos, los caracteres prosdicos estn forzosamente relacionados con toda actividad fnica, lo cual explica que su estudiopueda considerarse como marginal o secundario desde el punto devista lingstico. As, Martinet observa (Elementos, 3.24) que loshechos prosdicos son "hechos fnicos necesariamente presentes entodo enunciado hablado: la energa con la cual se articula puedeser considerable o limitada, pero siempre est presente en un gradocualquiera; no bien se hace or la voz, es indispensable que lasvibraciones de la glotis tengan una frecuencia, cosa que da en cadainstante una altura meldica determinada mientras la voz es per-cibida. Otro rasgo susceptible de utilizacin prosdica es la duracin,que, desde luego, es un aspecto fsico ineluctable del habla, puestoque los enunciados se desarrollan en el tiempo. En tales condicio-nes, se comprender que lingsticamente esos hechos no tienencasi validez por su presencia o su ausencia en un punto, sino msbien por sus modalidades variables desde una a otra parte de unenunciado".FUNCIN DE LOS HECHOS PROSDICOSAs como un fonema se abstrae del conjunto de sus manifestacio-nes fonticas, puede concebirse la posibilidad de abstraer proso-demas, independientemente de las manifestaciones en que se en-carnan, pero analizando las diversas funciones de los rasgos pro-sdicos.Despus de Trubetzkoy es corriente distinguir tres funciones quecumplen -repartindoselas de manera distinta, segn las lenguas-los hechos prosdicos y los hechos fonemticos: la funcin distintiva,la funcin demarcativa y la funcin culminativa.Un elemento fnico tiene una funcin distintiva (funcin que losfonlogos tienden a creer principal) en la medida en que permitediferenciar entre s dos unidades significativas. As, hay lenguas enque dos palabras pueden distinguirse segn haya una jij pronunciada con tono ascendente o una jij con tono descendente.Un elemento fnico tiene una funcin demarcativa o delimi-tativa cuando permite reconocer los lmites de una palabra o, msgeneralmente, de una unidad lingstica cualquiera. Este elementopuede ser fonemtico (ejemplo: fonemas que slo aparecen en luga-res fijos del enunciado, tal como la /hj inglesa, siempre inicial demorfema) o prosdica (acento en las lenguas de acento fijo: encheco, el acento, que siempre aparece en la primera slaba de lapalabra, permite fragmentar un enunciado en palabras).211 200. LOS CONCEPTOS DESCRIPTIVOSLa funcin culminativa es la funcin cumplida por un elementofnico que permite "sealar en el enunciado la presencia de ciertonmero de articulaciones importantes; as facilita el anlisis delmensaje". (A. Martinet, Elementos, 3.33.) Ejemplo: el acento enlas lenguas "de acento libre".~ A propsito de estas funciones, consltese a Trubetzkoy, Principes dephonologie, trad. franc., Paris, 1957, pp. 3132 y 290314. Igualmente, A. Martinet, La lingstica sincrnica, Madrid, Gredos, 1968.A partir de esas funciones es posible definir tonos, entonaciny acentos. ya que su aspecto fsico slo se encara como manifestacin accidental de una funcin.Los tonos. Se da el nombre de tonos a la utilizacin hecha porciertas lenguas de las oposiciones de altura como unidades distintivas: permiten diferenciar dos fonemas, ya que todos los rasgospertinentes son idnticos de un fonema a otro, con exclusin de laaltura en que son pronunciados. As, en chino, se opondr lli!rcastao] pronunciado con un tono descendente a /IU rpera]pronunciado con un tono ascendente. La altura en que es pronunciado un elemento entonado importa poco: un hombre y una mu-jer, con voces cuyas alturas fundamentales difieren, respetan lasoposiciones tonales en una lengua dada.En las lenguas que utilizan los tonos como rasgos de diferenciacin, las posibilidades y las realizaciones son mltiples: juntoa tonos puntuales en los que slo cuenta para la articulacin unpunto de la curva meldica (punto ms alto o ms bajo, o puntomedio), hay tonos meldicos en los cuales interviene el declive dela curva tonal: tonos ascendentes, tonos descendentes, tonos ascendentes.descendentes, etc.; se distinguirn asimismo tonos ascen-dentes a partir de un nivel bajo, tonos ascendentes a partir de unnivel medio, etc. El sistema de tonos de una lengua puede ser a vecesmuy complejo: algunos dialectos vietnamitas no comportaran menos de nueve tonos.~ A propsito de los tonos, adems de los textos de Martinet ya citados,se podr encontrar un anlisis de conjunto en K. L. Pike, Tone Languages,Ann Arbor, 1948.La entonacin. Las variaciones de altura no siempre estn ligadas a unidades distintivas como los fonemas; pueden estar liga.(las a unidades que pertenecen a otro nivel (por ejemplo, a grupossintcticos, a frases). Se habla en ese caso de entonacin. Un mismofenmeno fsico, relativo a la altura, por ejemplo, puede ser lamanifestacin simultnea de un tono (nivel fonolgico) y de una212 201. PROSODIA LlNGtJiSTlCAentonacin (nivel sintctico), lo cual complica el anlisis y exigeel recurso a criterios funcionales. Kratochvil, por ejemplo, ha de-mostrado (c. The Chinese Language To-Day) que en chino se com-hinan sin excluirse acentos, tonos y entonacin, cada uno con fun-ciones diferentes.Esta entonacin, que existe en todo discurso y se debe a la ten-sin mayor o menor de los rganos articulatorios, no siempre tieneun valor lingstico pertinente: en toda frase enunciativa, el es-quema normal " ser simplemente la manifestacin del relaja-miento de los rganos al final del enunciado -lo cual permiteuna primera fragmentacin de una lengua todava no analizada. Sinembargo, la entonacin puede utilizarse como medio lingsticosignificativo: la entonacin significa a partir del momento en quehay m