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TEMA 2 EL GIRO ANTROPOLÓGICO: LOS SOFISTAS Y SÓCRATES 1. INTRODUCC CONTEXTO HISTÓRI

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TEMA 2EL GIRO ANTROPOLÓGICO: LOSSOFISTAS Y SÓCRATES

1. INTRODUCC CONTEXTO HISTÓRI

El giro antropológico: los sofistas y Sócrates

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INDICE morales.

2.3. LOS SOFISTAS TODO DE CONOCIMIENTO SOCRÁTICO.

1. INTRODUCCIÓN: CONTEXTO HISTÓRICO- CULTURALEL INTELECTUALISMO MORAL.

2. LOS SOFISTAS: MAESTROS DE LA PALABRA.

2.1. RASGOS GENERALES DEL MOVIMIENTO SOFÍSTICO.

2.2. EL CONVENCIONALISMO DE LAS LEYES Y NORMASMORALES.

2.2.1. El convencionalismo de las normas e instituciones políticas.

2.2.2. El convencionalismo de las normas morales.

2.3. LOS SOFISTAS Y LA FILOSOFÍA ANTERIOR: RELATIVISMO Y

ESCEPTICISMO.2.3.1. El relativismo humanista de Protágoras.

2.3.2. El escepticismo lingüístico de Gorgias.

2.4. VALORACIÓN Y CONCLUSIONES.

3. SÓCRATES: MAESTRO DEL DIÁLOGO.

3.1. INTRODUCCIÓN.

3.2. SÓCRATES FRENTE A LOS SOFISTAS: ANTIRRELATIVISMO Y

CONCEPCIÓN DE LA VIRTUD.

3.3. EL MÉTODO DE CONOCIMIENTO SOCRÁTICO.

3.4. EL INTELECTUALISMO MORAL.

4. CONCLUSIONES.

5. ESQUEMAS Y MAPAS CONCEPTUALES.

6. VOCABULARIO BÁSICO DEL TEMA 2.

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6. LUSIONE1. INTRODUCCIÓN: CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL.

No puede entenderse ni la aparición ni el papel de los sofistas sin considerarlosenmarcados en los acontecimientosque sacudieron la vida griega acomienzos de la quinta centuria.Atenas fue en el siglo V la másimportante y poderosa ciudad dela Hélade acaudillando la LigaMarítima. La Liga, queoriginariamente había surgidocomo coalición entre iguales, seconvertiría pronto en un imperioadministrado y controlado conmano dura por Atenas. En unmomento dado hace la paz conPersia (449) y luego (446) conEsparta, con la que había entradoen conflicto; es el gran momento de

la Atenas de Pericles, que realiza las grandes construcciones de la Acrópolis. Luego apartir del 431 comienza la guerra del Peloponeso contra Esparta y sus aliados quetermina desastrosamente en el año 404. Pese a ella, Atenas continuó siendo en locultural la potencia central del mundo griego.

Atenas fue en el siglo V una sociedad democrática abierta al debate. Lasvictorias atenienses de Maratón (490) y Salamina (480) con que concluyeron las dosguerras médicas hicieron que se consolidara la democracia, que cada vez se va haciendomenos exclusivista y más abierta con la intervención efectiva de todos los ciudadanos,aunque no los extranjeros y los esclavos.

El poder político se ganaba interviniendo en los debates del Consejo, de laAsamblea, de los tribunales: el término “orador” (retor) viene a designar al político.Pero la educación tradicional no preparaba para esta tarea al basarse en la música,rítmica y gimnasia. Por ello se sintió la necesidad de una formación más amplia,acompañada de un dominio exacto del lenguaje y de la flexibilidad y agudeza necesariaspara derrotar al adversario. Esta tarea educadora en el arte de la Retórica es la que laasumirán los sofistas, extranjeros que llegan a Atenas a enseñar el arte de la palabra alos jóvenes atenienses con vocación política.

Por ello podemos decir que son dos las circunstancias que explican la destacadaimportancia que adquirió la Retórica en Atenas:

a) Actividad política generalizada: el apogeo de Atenas coincide con su hegemonía enel exterior pero trae consigo también profundas modificaciones en la política interior, aimpulsos sobre todo de Pericles. El sistema aristocrático cede el paso a la democracia,una forma de gobierno en la que el ciudadano se siente protagonista de la cosa pública,

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pudiendo intervenir en los debates y hacer oír su voz en las asambleas, de modo quetodo ateniense que lo desee puede actuar como un político: se alcanza el idealdemocrático no sólo de la isonomía (igualdad de todos ante la ley), sino también de laisegoría (derecho de todos a hablar).

b) Rigurosa oralidad del proceso judicial: hay que señalar también que, conforme alsistema procesal griego de la época, las intervenciones ante el tribunal eran siemprepersonales, de modo que las partes, al no existir la figura del abogado o representante,tenían que exponer por sí mismas sus razones, los hechos y los fundamentos legales. Lomismo ocurría con lo que hoy se llamaría jurisdicción penal, pues la acusación corría acargo de un particular quien tenía que formularla personalmente, y del mismo mododebía defenderse el acusado. Esta exigencia hizo aparecer una profesión nueva, la delogógrafo, que se dedicaba a escribir el discurso que el "cliente" había de pronunciarante el Tribunal; pero, como es natural, el logógrafo procuraba siempre argumentarcomo justa la posición de quien había requerido sus servicios, con lo que en ellos fue yaun hábito considerar que nada había justo o injusto por sí mismo, sino que tododependía del modo como fuera expuesto, con lo que contribuyeron a crear un ambientede relativismo del que participaron también los sofistas, alguno de los cuales ejerciócomo logógrafo.

Estas dos circunstancias explican que la retórica fuera imprescindible para quienquisiera prosperar en política o se viera complicado en un proceso: tenía que dominar elarte del bien decir, manejar con soltura el lenguaje hablado y aprender la técnica de laargumentación para hacer prosperar sus tesis y derrotar al contrario. Ello hizo que, en laeducación de los niños y adolescentes, la enseñanza de la retórica se antepusiera a la dela música y la gimnasia, que desde siempre había constituido el elemento central de laformación, y que, consecuentemente, crecieran en número y prestigio los maestros deaquel arte.

Por todo ello, la Atenas del siglo V estuvo dominada intelectualmente por elinterés hacia cuestiones políticas y morales. La democracia ateniense vive en el ágoray por tanto en el ámbito de la palabra y de discurso. Es esencialmente gobierno por lapalabra. Este supone la libertad de expresión, la libertad de proponer y contrastarlibremente opiniones contrapuestas respecto de los asuntos que afectan a la comunidad.Asuntos eminentemente prácticos, sobre la adopción de medidas concretas, que muypronto tenían que llevar a discusiones de carácter teórico: ¿qué es lo justo?, ¿qué es laley?, ¿en qué normas debe basarse la convivencia?

Atenas fue en el siglo V el centrocultural de la Hélade. Se llenó de toda clasede extranjeros, de gentes interesadas einteresantes, entre las que se contaban físicoscomo Anaxágoras, Demócrito y Diógenes deApolonia. Pero, sobre todo, los sofistas,procedentes en su mayoría de la periferia. Elcultivo y la enseñanza de la filosofía setrasladan desde las colonias a la metrópoli,que comienza a vivir su espléndido siglo de oro. Así, en el siglo V escribieron los

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trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides, junto con los historiadores Heródoto y Tucídidesy con Aristófanes, el padre de la comedia. De la misma época proceden los monumentosde la Acrópolis y las incomparables esculturas de Policleto, Fidias y Praxíteles, en lasque el genio griego llega a la perfección en la expresión del ritmo y de la proporción.

En la filosofía se produce un giro antropológico, pasando de la investigaciónnatural de la época presocrática a centrar su reflexión sobre el ser humano y su vidaen sociedad (temas éticos y políticos). Este cambio lo iniciarán los sofistas, que seconvertirán en los primeros profesionales de la enseñanza de la filosofía y de otros tiposde saberes. Poseedores de una cultura muy amplia, ofrecen aquellos conocimientos decarácter humanístico y práctico que los ciudadanos de Atenas justamente necesitabanpara poder intervenir en la asamblea con garantías de éxito.

Opuesto a su pensamiento aparece un ateniense carismático llamado Sócrates(470- 399 a. C.) que, frente a las ideas relativistas y convencionalistas que defendían lossofistas en ética y política, busca encontrar las definiciones de conceptos universalmenteválidas sobre las que fundar la moralidad y la propia vida. Su intención no es persuadiro convencer mediante discursos grandilocuentes, como hacían los sofistas, sino que, através de un diálogo personal, intenta ayudar a sus interlocutores a que descubran lasverdades por sí mismos. Esta actitud y su peculiar modo de morir dejaron honda huellaentre sus numerosos discípulos. Será precisamente uno de ellos, Platón, el que seencargará de prolongar la labor de su maestro al desarrollar a fondo algunas de las ideasde su maestro.

2. LOS SOFISTAS: MAESTROS DE LA PALABRA.

2.1. RASGOS GENERALES DEL MOVIMIENTO SOFÍSTICO.La palabra es una gran dominadora, que con un pequeñísimo y sumamente invisible cuerpo,cumple obras importantes, pues puede hacer cesar el temor y quitar los dolores, infundir la alegríae inspirar la piedad... Pues el discurso, persuadiendo al alma la conduce convencida, a tener fe enlas palabras y a consentir en los hechos... La persuasión, unida a la palabra impresiona al almacomo ella quiere. La misma relación tiene el poder del discurso con respecto a la disposición delalma que la disposición de los remedios respecto a la naturaleza del cuerpo.

Gorgias, Elogio de Elena 8, 12- 1 11

El término "sofista" designa un conjunto depensadores que asumen el protagonismointelectual de Atenas durante la segundamitad de siglo V, por tanto, a partir de lainstauración radical de la democracia. Lapalabra "sofista" está emparentada con"sophós" y "sophía", términos que setraducen comúnmente por "sabio" y"sabiduría". Fue empleada en sentidoelogioso por los escritores del siglo V hasta

que después de la guerra del Peloponeso adquiere un sentido peyorativo y desfavorable.Así, Aristófanes traza en Las Nubes la caricatura del sofista, haciendo resaltar su

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habilidad para pronunciar un discurso justo y otro injusto sobre el mismo tema.Jenofonte critica su oportunismo, definiéndolos como comerciantes de la sabiduría.Platón pone de relieve su vanidad al llamarlos "cazadores interesados de gentes ricas,vendedores caros de ciencia no real, sino aparente". Aristóteles los califica de"traficantes en sabiduría aparente, pero no real".

Últimamente han merecido una mejor consideración ya que los sofistas crearonen Grecia un amplio movimiento de difusión cultural, conocido como «Ilustracióngriega», y cuyos rasgos básicos son los siguientes:

1. Los sofistas fueron maestros en la enseñanza de la virtud (areté). La aretésignificaba para los griegos “excelencia”, “plenitud de desarrollo de las cualidades ypotencias propias de un individuo”. En líneas generales, el pensamiento de laaristocracia estaba centrado en la idea de la areté, la excelencia del hombre. Hayhombres que tienen una areté superior: valor guerrero, éxito en el deporte, aciertoinstintivo en los juicios; en general la superioridad en algo. Esta areté es cosa deherencia, se da en toda la clase aristocrática y, en mayor medida, en ciertos de susmiembros.

¿Qué areté enseñaban los sofistas? Puesto que las capacidades a desarrollar por elhombre son muchas ¿cuáles eran las que pretendían desarrollar con sus enseñanzas?Protágoras afirmaba con rotundidad que el objetivo de sus enseñanzas es convertir a loshombres en buenos ciudadanos o, lo que es lo mismo, en ciudadanos excelentes. Elproblema era entonces qué debía entenderse por "ciudadano excelente".

2.- Los sofistas fueron los primeros profesionales de la enseñanza cobrandogeneralmente importantes sumas de dinero. Este profesionalismo suscitabaanimadversión hacia ellos por muchos atenienses. De parte de los aristócratas de viejocuño, porque la areté, según éstos, no se enseñaba sino que era algo propio de lanobleza, connatural y heredado. De parte de muchos demócratas, porque considerabanque la areté se aprendía solamente dentro de la polis: la verdadera educadora es lacomunidad, sus instituciones y sus leyes.

3.- Los sofistas fueron maestros con un proyecto bien definido y sistemático deeducación. No se limitaban a dar conferencias, en las que contestaban a las preguntasque se les hacía, y a realizar debates ocasionales de exhibición, sino que impartíancursos completos en los que se incluían cuestiones correspondientes a lo que hoy sellaman “disciplinas humanísticas”.

4.- Los sofistas fueron maestros que enseñaban con el fin deproporcionar técnicas de discusión y de elocuencia a los jóvenes,es decir, técnicas encaminadas al dominio de la palabra, del logos,para ser capaz de refutar al adversario político con el poder de lapalabra.

En definitiva, no se trata de una escuela de pensamientohomogénea en sus planteamientos ni en sus soluciones. Si alguna notacomún cabe destacar, es la de constituir un movimiento intelectual,

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fruto y exponente de una crisis moral y social, de carácter crítico con la propia sociedad enla que nace y se desenvuelve. Pese a que es probable que escribieran bastantes obras, deellas no se conserva casi nada. Además, la reconstrucción e interpretación exacta de sustextos es difícil pues fueron censurados. Lo que queda lo conocemos a través de susantagonistas, fundamentalmente Platón, el cual nos ha trasmitido una imagen ciertamentenegativa y sesgada de estos autores.

2.2. EL CONVENCIONALISMO DE LAS LEYES Y NORMAS MORALES.Entre las doctrinas político-morales de los sofistas figura como la más

característica e importante su afirmación de que tanto las instituciones políticas comolas normas e ideas morales vigentes en una sociedad son convencionales.

2.2.1. El convencionalismo de normas e instituciones políticas.

El conjunto de normas políticas e instituciones establecidas por las cuales se rigeuna comunidad humana recibía entre los griegos el nombre de "nomos". Al preguntarsepor el origen de estas leyes e instituciones propias de toda comunidad humana, losgriegos anteriores a los sofistas habían dado dos respuestas. Para el pensamientomítico-religioso su fundamento y procedencia está en los dioses que las han dado a loshumanos. Para algunos presocráticos, como por ejemplo Heráclito, el origen yfundamento del orden propio del Estado se encuentra en la vinculación que mantienencon el orden del Universo.

Las diferentes experiencias político-culturales como el continuado contacto conotros pueblos, la fundación de colonias por todo el Mediterráneo y los cambiossucesivos de constituciones, condujeron a los sofistas a abandonar la idea de unavinculación del "nomos" con el Orden del universo, fomentando la convicción de queleyes e instituciones son el resultado de un acuerdo o decisión humana, por tanto, sonasí pero puede ser de otra manera, es decir, son convencionales. “Convencional”significa, pues, algo establecido por acuerdo y que, por tanto, nada impide que pueda serde otro modo, si los ciudadanos lo estiman conveniente.

Así surgió el nuevo significado del término "nomos", conjunto de leyes ynormas convencionales, por oposición del término "physis", leyes y normas ajenas atodo acuerdo o convención, originadas en la propia naturaleza humana. A partir de esta

oposición provocaron una críticageneralizada sobre la cultura, entendiendopor cultura aquello que en el hombre no esproducto de la naturaleza. De ahí que,finalmente, la idea de "nomos" y suconvencionalidad no se limitará a las leyesy costumbres, sino que llegara a abarcartodo lo que puede considerarse comocultural. Todos los sofistas afirmaron elcarácter no natural del "nomos"considerándolo como creación cultural

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humana, pero tuvieron actitudes muy diferentes respecto al mismo "nomos" y a lanaturaleza:a) Todos compartieron la idea de que el "nomos" restringe y limita a la naturaleza (lacultura reprime al instinto), pero discrepaban en que unos afirmaban que el "nomos"significa logro y progreso, mientras que otros lo consideraron como un freno y una trabaindeseables.b) Todos compartieron la doctrina de que el "nomos" se fundamenta últimamente en elinterés y la conveniencia, pero discreparon en la cuestión de quienes son los que sebenefician de él.

2.2.2. El convencionalismo de las normas morales.

El convencionalismo de las normas morales significa, según los sofistas, que loque se considera bueno y malo, justo e injusto, loable o reprensible, no es fijo, absoluto,universalmente válido, inmutable. Llegaron a esta conclusión a través de un dobleargumento.

En primer lugar, la falta de unanimidad acerca de lo que sea bueno, justo,honesto. Esta falta de consenso se manifiesta en dos hechos: al comparar unos puebloscon otros y al comparar los criterios morales de individuos y grupos distintos dentro deuna misma sociedad.

"Para los etíopes, los dioses son chatos y negros y para los tracios, rubios y de ojos azules."

Fr. 15-16; DK I, 132-3

En segundo lugar, los sofistas solían establecer una comparación entre las leyesy normas morales vigentes y la propia naturaleza humana. Esta comparación nosmuestra que lo único verdaderamente absoluto e inmutable, común a todos los hombres,es la naturaleza humana. Pero siendo ésta dinámica, es decir, principio de operaciones,sólo podremos conocer la naturaleza humana observando el modo propio decomportarse los hombres. Pero, puesto que nuestro comportamiento se debe en granparte al aprendizaje, a normas y hábitos que hemos interiorizado a lo largo de nuestravida, resulta que lo natural en el hombre solamente lo hallaremos si eliminamos todo loque hemos adquirido mediante la enseñanza. Los sofistas de la segunda generación,como Calicles y Trasímaco, tomaron como modelo de la naturaleza humana cuando seha eliminado la cultura al niño y al animal. De esos dos modelos dedujeron que sólo haydos normas naturales de comportamiento: la búsqueda del placer, propia de los niñosque lloran con el dolor y sonríen felices cuando experimentan placer, y el dominio delmás fuerte, propio de los animales entre los que el macho más fuerte domina a losdemás.

En conclusión: para todos los sofistas las normas morales vigentes sonconvencionales, pero mientras que para algunos (Protágoras) son convencionales,producto del acuerdo, pero no antinaturales, para otros (Calicles y Trasímaco), ademásde convencionales, son antinaturales.

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2.3. LOS SOFISTAS Y LA FILOSOFÍA ANTERIOR: RELATIVISMO YESCEPTICISMO.

El desarrollo de las teorías griegas acerca de la Physis hasta mediados del siglo V a.de C. nos ofrece un espectáculo fascinante, sin duda, pero también desalentador. Enrelación con lo que es la Naturaleza, el universo, los filósofos presocráticos habían idodesarrollando distintas teorías que afirmaban ideas opuestas e incompatibles entre sí:para unos, hay un único principio (milesios, Heráclito y Parménides), para otros, haymúltiples (los pluralistas); para unos, el movimiento es imposible (Parménides), para otros,la realidad está en continuo movimiento (Heráclito); para unos el universo está regido poruna inteligencia ordenadora ( el Nous de Anaxágoras), para otros, es fruto de unanecesidad ciega y azarosa (Demócrito).

Ante este panorama, no tiene nada de extraño que apareciera una actitudescéptica ante la filosofía de la naturaleza, que se había mostrado incapaz de producir unsistema aceptable para todos. Tal actitud no era solamente la postura que un espectador dela filosofía de la naturaleza podía adoptar ante ella al contemplarla desde fuera, desde laperspectiva del profano en esta materia; era también la actitud a que el desarrollo mismo dela filosofía había llegado desde dentro. Ya en el atomismo de Demócrito se afirmaba laimposibilidad efectiva del conocimiento de la naturaleza, pues, ¿cómo podemos conocer ocalcular las infinitas combinaciones y choques posibles de infinitos átomos moviéndose enel vacío? Demócrito mismo había llegado a una postura resignadamente escéptica: “laverdad está en lo profundo”. Y, puesto que la verdad no es asequible al hombre, sólo nosquedan las apariencias. Así pues, el relativismo (no hay verdad absoluta, válida paratodos) y el escepticismo (si hubiera una verdad absoluta, es imposible conocerla) seextienden y generalizan como nuevas actitudes intelectuales.

2.3.1. El relativismo humanista de Protágoras."El hombre es la medida de todas las cosas: de las que son en tanto que son y de las que no son, en tantoque no son" (Protágoras).

Esta famosa frase del sofista Protágoras, con la quecomienza solemnemente su obra más importante contiene doselementos característicos, no sólo de su propia filosofía, sino enlíneas generales de todos los sofistas. En primer lugar, unprograma de pensamiento con el que se propone sustituir laorientación especulativa de los filósofos "físicos" anteriores. Ensegundo lugar, contiene una tesis sobre las cosas y elconocimiento de las cosas.

El programa filosófico de Protágoras contenido en lafamosa frase tiene dos perspectivas. Por una parte es limitativo,es decir, expresa negativamente los límites de su pretensiónfilosófica. Por otra, proyecta una vía positiva de acción teórica.

a) Negativamente. Frente a la orientación de los filósofos del periodo físico quepretendían conocer los principios últimos de a realidad de las cosas, Protágoras indicaque él no intenta rebasar el ámbito de la experiencia humana, ni la búsqueda inútil deprincipios últimos, ni el objetivo imposible de conocer las cosas en sí mismas.

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b) Positivamente. La frase-programa conlleva la indicación de ocuparse de las cosas,no en sí mismas, sino en tanto que afectan al hombre, a los hombres, en tanto que sonbeneficiosas o perjudiciales para ellos.

La tesis de Protágoras significa, además, que la medida de todas las cosas escada individuo, o bien, cada grupo particular de individuos que comparten los mismospareceres porque las cosas les aparecen del mismo modo. Esto tiene las siguientesconsecuencias:

a) La identificación del ser con la apariencia: lo que es para mi (lo que me parece) espara mi. Protágoras borra la distinción entre ser y apariencia (Parménides), entre lo quees y lo que parece que es. Esta afirmación se ha llamado tradicionalmente“fenomenismo”.

b) El relativismo del ser: lo que las cosas son es relativo a cada individuo o grupo,puesto que son lo que a ellos les parece.

c) El relativismo de la verdad: la verdad es relativa a cada individuo o grupo, portanto, todas las opiniones son verdaderas.

En definitiva, este relativismo de Protágoras se extiende a todos los ámbitos dela experiencia humana: conocimiento sensible e intelectual, juicios de hecho ypredicados de valor (justo- injusto).

2.3.2. El escepticismo lingüístico de Gorgias.“ No hay ser; si lo hubiera, no podría ser conocido; si fuera conocido, no podría ser comunicado suconocimiento por medio del lenguaje" (Gorgias).

Gorgias se mueve en la misma atmósfera intelectual queProtágoras, si bien los supuestos y consecuencias a las que llegasu doctrina son más radicales. Su postura supone una ruptura conla filosofía griega anterior. Para ésta, y posteriormente tambiénpara Platón y Aristóteles, la realidad es racional, y, por tanto, elpensamiento y el lenguaje son capaces de expresarlaadecuadamente.

La desvinculación del lenguaje respecto de la realidad constituyeen los sofistas un pilar importante de su interpretación del hombrey de la realidad. En efecto, según Gorgias, no manifestamos larealidad por medio de las palabras. Las palabras son incapaces de

transmitir significaciones que sean las mismas para el que habla y para el que escucha,porque no hay una constelación de significados comunes. Y si esto ocurre así es porquela misma palabra responde a experiencias distintas de la realidad, es decir, no hay unarealidad que se manifieste del mismo modo a los distintos individuos: no hay unarealidad compartida y comunicable. Los argumentos utilizados por Gorgias en defensade su tesis son de dos tipos:

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1.- Las palabras responden a la experiencia que de la realidad tiene el que las pronuncia.Ahora bien, la realidad experimentada por el que habla no es la misma que la realidadexperimentada por el que escucha. Luego, el que habla no comunica la realidad al queescucha puesto que no la comparte con él.

2.- La realidad y el lenguaje son cosas distintas La realidad no puede convertirse enlenguaje, "las cosas no pueden convertirse en palabras". Y puesto que lo que proferimosal hablar son palabras, lo que comunicamos o manifestamos son palabras, nunca larealidad exterior.

En definitiva, si se renuncia al papel del lenguaje como manifestación de larealidad y, por tanto, de la verdad, el lenguaje termina por convertirse en uninstrumento de persuasión y manipulación. Así, parece que lo que a Gorgias leinteresa, descartado el valor de la palabra como instrumento de comunicación, es sucapacidad de influir en el alma provocando sentimientos y haciendo cambiar lasopiniones. De ahí la importancia de la Retórica como instrumento de dominación de lasalmas, que están desconectadas de una realidad firme que les sirva de apoyo puesto quelas apariencias, los pareceres y las opiniones son débiles.

2.4. VALORACIÓN Y CONCLUSIONES.Como acabamos de ver, el movimiento sofístico fue complejo y estuvo alentando

por un fuerte deseo de renovación social y cultural. De ahí que su talante crítico nopretendiera ser puramente destructivo (al menos en la primera época), más bien, tendió aser clarificador, suponiendo un claro intento de someter toda verdad establecida oaceptada por pura tradición a una verificación racional. Este propósito les llevó adiscutir y debatir todos los asuntos que hasta ese momento habían permanecidoinalterables, impidiendo, así, la absolutización de verdades que se pretendían tales. Alestablecer, además, que la conducta humana es variable, lograron sentar las basesracionales para que los seres humanos no permanecieran atados de por vida a probablesleyes injustas o irracionales, es decir, legitimaron la necesidad del cambio, de la evolución,pues fueron perfectamente conscientes del carácter temporal e histórico de la vida humana.

Es, además, claro mérito de los sofistas el haber realizado la primera crítica a fondode la ley natural, poniendo de relieve que la constitución, considerada hasta entonces deorigen sagrado, aparece ahora, en gran medida, como el resultado de factores históricos eintereses de grupo. Por ello, no se puede seguir aceptando acríticamente que las leyes esténbasadas en la naturaleza humana, puesto que muchas de las que se venían aceptando comonaturales tenían mucho de convencionales: por ejemplo, las llamadas “leyesconsuetudinarias” (las leyes no escritas y acatadas por costumbre) escondían, tras susupuesto fundamento natural, el peso de usos convencionales muy arraigados portradición.

En el lado negativo, y como contrapartida de lo anterior, observamos que elrelativismo defendido por ellos condujo al abuso de la práctica como legitimadora de laverdad, dificultando así el establecimiento de unas bases sólidas sobre las que construir elorden nuevo que sustituyera al por ellos criticado. No existían valores comunes en queapoyar el convencimiento del comportamiento colectivo. La verdad se había vuelto tan

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variable que lleva al individuo a actuar según las circunstancias de forma también variable.Esto explica que la retórica, arte de la exposición y comunicación entre ciudadanos, seconvirtiera en puro ejercicio dialéctico para vencer al contrario.

3. SÓCRATES: MAESTRO DEL DIÁLOGO.3.1. INTRODUCCIÓN.

Sócrates es un ciudadano ateniense nacido en el 470 a.C. y muerto en el 399 a. de C. A pesar de ser coetáneo de lossofistas -tiene unos cincuenta años en tiempos de la sofística-estuvo en contra de sus doctrinas, aunque muchos atenienses letomaran por un sofista más por dedicarse también a laenseñanza. Se nos lo ha descrito como "un hombre enamoradode su ciudad, poco escrupuloso con los deberes familiares, feoy, según dicen, de costumbres un poco dudosas, pero de unagran personalidad y originalidad; una mezcla entre pensadorpuro, político y líder carismático pero controvertido, hecho queprovoca la fascinación de una parte de Atenas pero también elodio de “otro sector".

Sócrates era un hombre con carisma, y con una excepcional capacidad defascinación, y que asume, espontáneamente, la defensa de las costumbres y lasinstituciones de Atenas, constituyéndose en una especie de conciencia pública quedenuncia la corrupción y fustiga el vicio a diestro y siniestro, lo que le hace merecer elsobrenombre del "tábano de Atenas".

La filosofía y el modo de vida de Sócrates son inseparables. Tanto la vida de Sócratescomo su pensamiento cobran su sentido pleno por la vinculación a su ciudad, Atenas, yal santuario de Delfos. Un rasgo distintivo de Sócrates frente a todos los filósofosgriegos del siglo V fue el de su profundo enraizamiento vital en Atenas. Mientras quelos sofistas más importantes fueron extranjeros, viajeros y sin patria, Sócrates nacióvivió y murió en Atenas, no salió nunca al extranjero y, excepcionalmente, se ausentóde de ésta para acudir al santuario de Delfos. En Atenas vivió reflexivamente lasexigencias de su ciudadanía. Por ella demostró su valor militar y su valor cívico. Elvalor militar en defensa de su ciudad lo demostró por tres veces en la guerra comohoplita: en la batalla de Potidea (432) con treinta y ocho años de edad, en la batalla deFelion (424) y en la de Anfípolis (422). En las tres ocasiones Sócrates mostró unanotable valentía para el cumplimiento de sus obligaciones militares y una capacidadpara el sacrificio por encima de lo común.

Aunque en su juventud Sócrates se habíadedicado a la filosofía de la naturalezasiguiendo la tradición de los jonios introducidaen Atenas por Anaxágoras, pronto sedecepcionó de las cuestiones físicas y cambióradicalmente de orientación hacia lascuestiones políticas y morales. Las razones de

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este cambio hay que buscarlas en el compromiso socrático con su polis a través de laexperiencia de tres fenómenos que determinaban la vida política ateniense: ladecadencia de la polis, el movimiento sofístico y el funcionamiento de la democracia.

1.- La decadencia de la polis. Sócrates debió sentir profundamente el comportamientode los líderes políticos y de la asamblea, capaces de dejarse llevar más por las pasionesy por los intereses del momento que por la razón y el respeto a la justicia y la ley.Observó cómo las virtudes tradicionales de moderación y de respecto a las leyes sedebilitaban a la vez que se imponían comportamientos individuales y demagógicos,propiciados por la crítica de los sofistas al nomos y el desarraigo que sus enseñanzasoriginaban.2.- El movimiento sofístico. Sócrates aceptó el terreno de juego de los sofistas,compartiendo sus temas filosóficos, pero enfrentándose a ellos, oponiendo la razón a larazón, el argumento al argumento. Su objetivo fundamental en el enfrentamiento fue elde recuperar el compromiso del ciudadano con la ciudad.3.- El funcionamiento de la democracia. La práctica política y la filosofía sofísticahabían introducido en la vida ateniense de un modo definitivo el individualismo, laseparación entre el individuo y el estado. Por ello, la recuperación de los vínculos delciudadano con la ciudad tenía que intentarse ya inevitablemente partiendo de laconciencia individual, del propio individuo, consciente ya de su individualidad frenteal estado. Esto es lo más característico del pensamiento de Sócrates: respetar la ley esrespetarse a sí mismo, la concepción de un compromiso personalizado de cadaciudadano con las leyes de la ciudad.

Por otra parte, la vinculación de Sócrates con el santuario de Apolo en Delfos semuestra en tres hechos significativos: en el viaje que con probabilidad hizo al santuario,en el común precepto de "conócete a ti mismo" y en la pregunta que Querofonte dirigióal oráculo de si existía algún hombre más sabio que Sócrates, a lo que el oráculocontestó negativamente. Este último hecho resulta especialmente importante, ya que larespuesta influyó decisivamente en Sócrates, tanto en su dedicación a la filosofía comoen su modo de practicarla. Así, respecto a su dedicación, el oráculo llevó a Sócrates ainterpretar su tarea como imposición del dios, como vocación de la cual no le estabapermitido desistir; y, respecto al modo de practicarla, investigarse a sí mismo y a losdemás, Sócrates había quedado profundamente perplejo ante la afirmación délfica deque era el más sabio de los hombres y se propuso "refutar al oráculo" tratando deencontrar hombres más sabios que él. Como al examinar a todos aquellos que estabanconvencidos de ser sabios (políticos, poetas, artesanos) encontrara que eran ignorantes yque, además, ignoraban su propia ignorancia, descubrió el auténtico sentido deloráculo: Sócrates es más sabio que todos ellos porque, cuando menos, sabe que nosabe.

"Yo tengo conciencia de que no soy sabio, ni poco ni mucho. ¿Qué es lo que realmente dice alafirmar que yo soy muy sabio? Sin duda, no miente; no le es lícito. Y durante mucho tiempoestuve yo confuso sobre lo que en verdad quería decir. Más tarde, a regañadientes me incliné auna investigación de oráculo del modo siguiente. Me dirigí a uno de los que parecían ser sabios,en la idea de que, si en alguna parte era posible, allí refutaría el vaticinio y demostraría al oráculo:"Este es más sabio que yo y tú decías que lo era yo". Ahora bien, al examinar a éste -pues nonecesito citarlo con su nombre, era un político aquél con el que estuve indagando y dialogando-

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experimenté lo siguiente, atenienses: me pareció que otras muchas personas creían que esehombre era sabio y, especialmente, lo creía él mismo, pero que no lo era. A continuaciónintentaba yo demostrarle que él creía ser sabio, pero que no lo era. A consecuencia de ello, megané la enemistad de él y de muchos de los presentes. Al retirarme de allí razonaba a solas que yoera más sabio que aquél hombre. Es probable que ni uno ni otro sepamos nada que tenga valor,pero este hombre cree saber algo y no lo sabe, en cambio yo, así como, en efecto, no sé, tampococreo saber. Parece, pues, que al menos soy más sabio que él en esta misma pequeñez, en que loque no sé tampoco creo saberlo. A continuación me encaminé hacia otro de los que parecían sermás sabios que aquél y saqué la misma impresión, y también allí me gané la enemistad de él y demuchos de los presentes…

(Platón, Apología, 21b - 24b)

Una conspiración de sus opositores le lleva a juicio bajo las acusaciones deimpiedad y de corromper a los jóvenes:

"Meleto, hijo de Meleto, del demo de Pithos contra Sócrates, hijo de Sofronisco de Alópece: Sócratescomete delito por no reconocer (o bien no creer en) los dioses que reconoce (o bien, en los cuales cree)la ciudad y por introducir nuevas divinidades (demones). También comete delito por corromper a losjóvenes. Se solicita la pena de muerte" (Jenofonte, Recuerdos de Sócrates, I, 1, 1).

Es condenado a muerte o al ostracismo, pero Sócrates eligió morir pese a haberpodido huir de la cárcel. En el 399 bebe la cicuta, un veneno mortal como cumplimientode la condena y muere. Parece ser que argumentó que no huyó de la cárcel y prefiriómorir porque no quería abandonar su ciudad (a la que, a diferencia de los sofistas, seencontraba muy vinculado) y como expresión de su obediencia y respeto a las leyes dela ciudad, aunque éstas hubieran sido aplicadas de modo injusto contra él mismo.

Sócrates no escribió ninguna obra, tal vez porque consideraba que el diálogo, lacomunicación directa e interpersonal, es el único método válido para la filosofía. Porello, la figura de Sócrates es tal vez el último exponente de la sabiduría oral en uncontexto en el que ya iba ganando terreno la expresión escrita. Tanto la imagen queposeemos de él como su pensamiento nos han llegado, principalmente, a través de losdiálogos escritos por Platón, que fue ferviente alumno suyo. Además de esta imagen,que está ciertamente idealizada, tenemos otras más críticas con su personalidad y obrapor parte de otros contemporáneos suyos. Así, Jenofonte, que es un historiador griego,en su obra "Recuerdos de Sócrates ", nos transmite más lo pintoresco del personaje quelas ideas que defendió. Finalmente, Aristófanes, comediógrafo, en su obra "Las nubes",nos ofrece una imagen satírica y mordaz de Sócrates, exponiéndolo al ridículo y a laburla.

Filosóficamente hablando, la tradición nos cuenta que Sócrates, tras un primerperiodo en el que se mostró interesado por la filosofía de la naturaleza a través de laobra de Anaxágoras (y tras sentirse decepcionado por ésta), se dedicó a la reflexiónmoral, a la ética. Así, las preocupaciones fundamentales de la filosofía de Sócrates, aligual que las de los sofistas, fueron el ser humano y los problemas éticos y políticos.También Sócrates se interesó, por tanto, en la vinculación de estos problemas con ellenguaje. Pero hasta aquí llegan las coincidencias: aunque Sócrates se desenvolviera enel mismo ámbito temático y cultural que los sofistas, los combatió enérgicamente. Deellos se distingue, fundamentalmente, en tres aspectos:

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a. El modo de enseñar. No cobra por sus enseñanzas, ni lo hace en lugarescerrados sino que aprovecha los mercados, las casas de los amigos, elgimnasio, el ágora o cualquier lugar donde haya gente que quiera escucharlo.No enseña sólo a las elites sino a todo el que lo desea, aunque su enseñanzaestuviera preferentemente dirigida a los jóvenes.

b. Adopta un método de enseñanza totalmente opuesto. Los sofistaspronunciaban largos discursos y comentaban textos de autores antiguos.Sócrates rechaza los largos discursos, porque impiden discutir paso a pasolas afirmaciones del orador, y los textos antiguos, porque no es posiblepreguntar a sus autores, éstos no pueden ofrecer aclaraciones de lo queescribieron. Sócrates emplea la palabra y el discurso, pero de ellos hace unuso diametralmente opuesto al de los sofistas. A diferencia de los sofistas, noempleará un discurso grandilocuente (la retórica), ni intentará seducir a lasmultitudes para hacerles cambiar de opinión o de intención de voto. Elúnico método válido para Sócrates es el diálogo (la dialéctica), la preguntay la respuesta, con la intención de que sea su interlocutor el que llegue a laverdad por sí mismo. Su interés no se halla en hacer carrera política sino enindagar en aquellos temas que interesan a todos los seres humanos comopor ejemplo, qué son la justicia, el bien o la virtud.

c. Su pensamiento. Aporta en los temas políticos y morales unas solucionestotalmente diferentes. Así, frente al subjetivismo y el relativismo sofísticos,Sócrates se decantó por una postura antirrelativista, es decir, defiende unaconcepción objetiva de los valores morales, y con tal fin elaboró unasugerente explicación que se denomina intelectualismo moral.

3.2. SÓCRATES FRENTE A LOS SOFISTAS: EL ANTIRRELATIVISMOSOCRÁTICO Y SU CONCEPCIÓN DE LA VIRTUD.

Sócrates, como muchos otros atenienses, no está de acuerdo con el relativismode los valores que tanto había seducido a una parte de la juventud ateniense, porque,este relativismo -todo está permitido- amenazaba de muerte su ciudad, uno de sussueños más preciados: "Estoy orgulloso de ser humano y no animal, y de ser ateniense yno ser bárbaro", confesará. La ciudad ha perdido los papeles y se hace preciso volver amirar la brújula que nos encamina hacia valores válidos para todos, universales, eincluso, eternos como los dioses.

En efecto, Sócrates pensaba que si cada uno entiende por justo y por bueno unacosa distinta ( ya sea el placer o el dominio del más fuerte o lo que está de acuerdo conla tradición, etc. ), si para cada uno las palabras “bueno” y “malo”, “justo” e “injusto”poseen significaciones distintas, la comunicación y la posibilidad de entendimiento

entre los hombres resultará imposible, pues ¿cómo decidir en una asamblea si una ley es justao no, cuando cada uno entiende algo distinto por“justo” ? Por ello, para Sócrates la tarea másurgente es la de restaurar el valor dellenguaje como vehículo de significacionesobjetivas y comunes para toda la comunidadhumana. De ahí la necesidad de tratar de

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definir con rigor y exactitud los conceptos morales (bien, justicia, etc.), tarea a la queSócrates dedicó su vida.

Así pues, la primera labor que se habrá de proponer será la búsqueda de la correctadefinición de estos conceptos, una definición que sea universal y válida para todos.Para Sócrates, los conceptos morales, aparte de ser objetivos, son unívocos, es decir,son de un modo único, al margen de lo que cada persona, cada comunidad o la especiehumana en su conjunto piensen. Así, por ejemplo, la idea de justicia se nos impone atodos por igual. Y lo mismo ocurre con los demás conceptos morales: su significado esel que es, con independencia de cualquier otra consideración de la voluntad humana.

Desde esta perspectiva, explicar el significado de un término es definirlo, ydefinirlo es expresar lo que es, desvelar su esencia. Supongamos, por ejemplo, queexplicamos, definimos lo que es la justicia. ¿Cuántos actos de justicia debe incluir esadefinición? La respuesta es todos, ya que siempre que obramos con justicia obraremosde acuerdo con lo que la justicia es, con su definición, con su esencia. La definición queincluye todos los casos es, por tanto, universal.

La obsesión de Sócrates es eliminar el relativismo de valores que invade Atenas.El relativismo es fruto de la diversidad de opiniones, que da derecho a creer a todos quesu parecer vale igual o más que el del resto. Es necesario encontrar un punto dereferencia, la piedra de toque que fundamente, no las opiniones personales, sino laverdad. Sócrates cree que esta piedra de toque es la razón humana. La claridadintelectual, aquello que la razón ve claro, ha de ser común a toda la especie humana(racionalismo).

El rechazo del relativismo por parte de Sócrates viene fundamentado, a su vez,en una forma de considerar la virtud (areté) que le es propia. Hagamos un repaso de lasdiferentes formas en cómo ésta se había concebido a lo largo de la cultura griega:

1. Para la aristocracia, la virtud o excelencia humana dependía del origen, de lasangre y, por lo tanto, la virtud se heredaba.

2. Para los sofistas, la virtud o el bien no se hereda ni existen en un sentido absoluto.Hay sólo acciones buenas o virtuosas que siempre tendrán un carácter relativo yconvencional. Entre ellos, y según los autores, la virtud se ejemplificamayoritariamente en el éxito y el reconocimiento social.

3. Para Sócrates, finalmente, la virtud ni se hereda ni es convencional (no se establecepor reconocimiento público) y tampoco es relativa. La virtud debe aparecer como elresultado de una búsqueda racional infatigable, en el curso de la cual el ser humanose va adentrando en sí mismo a medida que va desechando todas las falsasopiniones. Es la búsqueda de la definición, del concepto a través de la razón y laintrospección. Al final, la virtud consistirá en resistir los impulsos particulares, quesí son relativos y egoístas, para seguir los mandatos universales de la razón.

En definitiva, el moralismo socrático como fenómeno verdaderamente nuevoen Atenas, consistió precisamente en eso; es decir:

1.- En una nueva interpretación de la areté que deja de ser entendida como una meraexcelencia natural y social, sino que el concepto de areté se moraliza configurándosecomo virtud en el sentido de excelencia moral.

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2.- En la interiorización de la virtud que lleva a Sócrates a recurrir constantemente ala contraposición entre cuerpo y alma, entendida ésta como el interior del hombre, comosu parte racional, su conciencia, su personalidad, es decir, a aquello que se refiere elconocido lema socrático "conócete a ti mismo".

3.3. EL MÉTODO DE CONOCIMIENTO SOCRÁTICO."Dos son los descubrimientos que hay que reconocer, en justicia a Sócrates: los razonamientos

inductivos y las definiciones universales y ambos están en la base de la ciencia"Aristóteles, Metafísica 1078b, 27-30.

Una vez establecida por parte de Sócrates la necesidad de alcanzar unadefinición rigurosa y exacta de los conceptos morales por medio de la razón, se hacepreciso indicar cómo se va a realizar tal definición, es decir, qué proceso hay que seguirpara cumplir ese objetivo. Si los conceptos morales son, por tanto, objetivos, ¿cómopodemos llegar a conocerlos?

Si la definición universal de los términos morales ha de ser el resultado, lainducción es el camino, procedimiento o método para llegar a ella. La palabra"inducción" puede traducirse como "conducción", como el movimiento de conducir.Pero para clarificar este, como cualquier movimiento de conducción, podemospreguntarnos:

* Conducir ¿hasta dónde? La finalidad de la inducción es captar el concepto, sudefinición universal.* Conducir ¿a quién? El sujeto de la inducción es en el diálogo socrático la mente delinterlocutor.* Conducir ¿desde dónde? El punto de partida son los distintos casos particulares aque se aplica el concepto a definir. El método consiste en analizar estos casosparticulares para elevarse desde ellos hasta el rasgo o rasgos que definen el predicadoque les atribuimos.

¿Cómo utilizaba el propio Sócrates la inducción? Su forma era de la dialéctica oconversación Trababa Sócrates conversación con alguien y procuraba ir “sacándole” lasideas que tuviese sobre algún tema. Por ejemplo, podía declararse ignorante de qué seaen realidad la valentía y preguntar a su interlocutor si poseía alguna luz sobre ello. Obien solía orientar la conversación en aquel sentido, y cuando el otro empleaba eltérmino "valentía", le preguntaba Sócrates qué es la valentía, manifestando su propiaignorancia y su deseo de aprender.

Su interlocutor había usado el vocablo; porconsiguiente, debía saber lo que significaba. Cuando le dabanen respuesta una definición o descripción, Sócrates solíamostrarse satisfechísimo, pero, frecuentemente, reparaba enque había una o dos pequeñas dificultades que le gustaría verpuestas en claro. Consecuentemente, iba haciendo preguntas,dejando que fuese el otro quien más hablase, pero dirigiendo

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él mismo el curso de la conversación, de suerte que quedara patente, al fin, loinadecuado de la propuesta definición de la valentía. El interlocutor volvía entoncessobre sus pasos y proponía una definición nueva o modificaba la ya propuesta, y de estemodo avanzaba el proceso, hasta llegar, o no, al éxito final.

En definitiva, el método usado por Sócrates está compuesto por dos fases omomentos: la ironía y la mayéutica. "Solo sé que no sé". Este es el saber profundo deSócrates, del cual se alimenta su ironía: la sabiduría es una máscara de la ignorancia yla ignorancia es una máscara de la sabiduría. De este saber se nutre también sumayéutica: puesto que es ignorante, reconoce su incapacidad para enseñar y comparasu actividad con la de las comadronas: él no introduce conocimientos en las mentes desus interlocutores sino que se limita a ayudarlos a parir las ideas que gestan en suinterior.

Todo el método se basa, a su vez, en la convicción socrática de que en el interiorde cada uno hay unas verdades innatas (innatismo) que es necesario hacer salir a la luz.Ello se puede conseguir mediante la palabra, pero no con el estilo de los sofistas –laretórica- sino con el juego de la pregunta-respuesta, en definitiva, con el diálogo –la dialéctica -. Así, el punto de partida será la máxima délfica: “Conócete a ti mismo”.

Expliquemos en qué consiste dicho proceso mediante un ejemplo. Seguro que enalguna ocasión habrás oído decir a un niño pequeño “cabió” en vez de “cupo”. La formaverbal empleada por el niño es incorrecta porque el verbo caber es irregular, pero locierto es que, al decir “cabió”, el niño ha aplicado el modelo de conjugación propio delos verbos de la segunda conjugación; modelo que, a la vista está, ha sabido utilizar,aunque de manera inconsciente: en realidad, el niño sería incapaz de responder a lapregunta de cómo se conjugan los verbos de la segunda conjugación.

Sócrates pensaba que lo mismo ocurre con el significado de los términosmorales: los empleamos en el lenguaje – lo que se pone de manifiesto en que, cuandohablamos, nos entendemos -, pero no somos conscientes de su auténtico significado.Para llegar a ser conscientes de ello, hay que indagar en el lenguaje, en cómo usamostales términos morales.

Para ello, tal y como señalábamos antes, el método socrático se organiza en dosfases:

1. Ironía: el método establece como primerrequisito fundamental eliminar de las mentesde los seres humanos todas las opiniones nofundamentadas. Esto nos debe conducir areconocer la propia ignorancia (“Sólo séque no sé nada”) como sano punto de partidaantes de emprender cualquier investigación.Es una invitación a una cura de humildad, unreconocimiento de que no sabemos lo quecreemos saber. Es ésta la base de la búsquedade toda verdad, porque, sólo el que tieneconciencia de su ignorancia, está endisposición de llegar a la verdad. Así, por

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ejemplo, reconocemos que, aunque somos capaces de utilizar el término“justicia” con cierta propiedad, somos a la vez incapaces de definirlo con rigor.Esta confesión de la propia ignorancia fue utilizada a menudo por Sócrates antesus contertulios en los diálogos o debates como un recurso eficaz paradesenmascarar a aquellos que presumían saber. Así, Sócrates adoptaba la “pose”de ignorante, e iba acorralando y desconcertando a sus contertulios mediantepreguntas simples y aparentemente inocentes hasta que conseguía hacerles dudarde sus propias tesis.

2. Mayéutica: una vez limpia la mente de erróneos prejuicios y de falsasopiniones, ya se puede aspirar a conocer las verdades absolutas, por un caminoque, partiendo de las pequeñas cosas conocidas, concluye con la definiciónabstracta del concepto que se esté investigando. Esto significa que Sócratesrecurre a la inducción como estrategia para alcanzar la definición exacta de losconceptos morales que anda buscando.

Por ejemplo, para saber qué es la justicia, podemos comenzar dando sudefinición (método deductivo rechazado por Sócrates y utilizado por lossofistas) o bien analizar cuantos usos concretos hayamos hecho del adjetivo“justo” a la hora de calificar las acciones por tal tenidas, a fin de hallar el núcleoconceptual común a todos ellos (por ejemplo, ¿cuál sería el núcleo conceptualcomún de expresiones tales como “fue una injusta derrota” o “justicia lenta no esjusticia”?). El fin último no es otro que el de aclarar y poner de manifiesto enqué cosas coincidimos, acotando con claridad, en este caso, el concepto dejusticia que hay en nuestra mente. Este concepto será, en último extremo,universal y común a todos los seres humanos. Lo mismo podemos hacer conotros conceptos morales como el bien, la belleza, etc.

Sócrates denominó a este proceso de búsqueda de definición universal de unconcepto moral mayéutica, porque, comparando su labor pedagógica con eloficio de comadrona que ejercía su madre, decía que él no enseñaba nadaconcreto a sus alumnos, sino que les ayudaba a “sacar a la luz” lo que ellos yasabían, lo que, de algún modo ya llevaban dentro. Y en eso consisteprecisamente, en conjunto, el método socrático: en aclarar – “sacar a la luz” –aquello que inconscientemente ya sabemos – o llevamos dentro -, concretándoloen una definición.

Como se puede ver el resultado del laborioso procedimiento de inducción era elde alcanzar definiciones universales, es decir, unos conceptos precisos y fijos. Frente alrelativismo de los sofistas, que rechazaban la posibilidad de un conocimiento necesarioy universalmente válido, Sócrates llamó la atención sobre el hecho de que el conceptouniversal siga siendo siempre el mismo, es decir, los ejemplos pueden variar pero ladefinición se mantiene invariable.

Por ello, la mayoría de sus diálogos siempre comenzaban con la pregunta ¿Túqué sabes de tal o cual cosa?, o bien, cuando se decía de una persona que era buena ojusta aprovechaba para preguntar ¿Qué es la justicia?, ¿Qué es la verdad?

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La mayoría de los diálogos socráticos de Platón suelen terminar sin que se alcance unadefinición satisfactoria. El interlocutor de Sócrates ve refutadas, una tras otra, todas lasdefiniciones que propone y Sócrates tampoco ofrece definición alguna alternativa (cf.también Jenofonte, Recuerdos de Sócrates, 4,4,9-10). Este proceder de Sócrates resulta,de entrada, desconcertante: da la impresión de dedicarse exclusivamente a humillar a susinterlocutores refutando sus definiciones y poniendo al descubierto su ignorancia. Paracomprender el sentido de este proceder socrático es necesario conectarlo con ciertosaspectos de su personalidad: su confesión irónica de ignorancia a través de la cualreconoce la limitación y provisionalidad de su propio saber y está dispuesto a someterloconstantemente a revisión; su oficio mayéutico, de partera, que no pretende adoctrinardogmáticamente a los demás, sino ayudarlos a librarse de las falsas opiniones y aponerse en situación de buscar por sí mismos la verdad. En el diálogo, Sócrates pone aprueba los conocimientos de los demás y pone a prueba también su propioconocimiento. CALVO, Tomás: De los sofistas a Platón: política y pensamiento.Madrid, Ed. Pedagógicas, 1995. pág. 149

3.4. EL INTELECTUALISMO MORAL.Además de que es preciso definir con precisión los conceptos morales para

restablecer la comunicación y hacer posible el diálogo sobre los temas morales ypolíticos, es necesario definirlos por una segunda razón: según Sócrates, sólo sabiendoqué es la justicia, se puede ser justo, sólo sabiendo qué es lo bueno, se puede obrarbien. A esta concepción se la denomina intelectualismo moral, y puede ser definidacomo aquella doctrina que identifica la virtud, el actuar correctamente, con elsaber.

Este modo de concebir la moral puede resultar chocante e incluso rechazablepara muchos: estamos habituados a ver personas ignorantes que, sin embargo, sonbuenas y obran con rectitud, aun cuando no sepan definir qué es bueno y qué es rectitud;y, por el contrario, estamos igualmente habituados a ver a personas instruidascomportarse de manera indigna. Entonces, ¿qué significa exactamente esa identificaciónentre virtud y saber que establece Sócrates?

Para aclarar esta cuestión, hay que recordar que los griegos solían distinguir dosámbitos generales en el saber: el saber teórico (teoría, conocimiento meramentecontemplativo) y el saber de tipo práctico (encaminado a la acción). Dentro de esteúltimo distinguían, a su vez, los saberes destinados a la producción (poíesis) de objetos(conocimiento técnico) y el saber encaminado a regular la conducta (praxis) individualy social (conocimiento político-moral). La relación existente entre estos tipos de saberesfue concebida de modo distinto por los filósofos griegos. En el caso de Sócrates, tomóel saber productivo, técnico, como modelo para su teoría moral.

El intelectualismo moral socrático nos conduce a la siguiente paradoja: si unbuen zapatero es aquel que sabe hacer zapatos; aquel zapatero que, sabiéndolos hacerbien, los haga mal intencionadamente es mejor zapatero que el que los hace mal porqueno sabe hacerlos bien… ¿No hemos de concluir, análogamente, que el hombre que actúainjustamente sabiéndolo es más justo que el que lo hace por ignorancia? Pero, paraSócrates, nadie obra mal voluntariamente, y en el caso hipotético antes planteado,contestaría una y mil veces que tal sujeto no sabía realmente que obraba mal, por másque pensara que lo sabía: de haberlo sabido de verdad, no podría haber obrado mal.

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Esta afirmación implica que, una vez descubierta la verdad, ya no se puede dejarde desear llevarla a la práctica porque lo contrario significaría violentar nuestra propiaconciencia e ir en contra de nuestros intereses como seres racionales. La virtud, elobrar bien, no es otra cosa que saber lo que es el bien, lo que es la justicia, lalibertad, las leyes, etc. Porque, una vez que se tiene claro qué es cada una de esascosas, es tanta la fuerza que tienen estas verdades que todos las querrán alcanzar.

En definitiva, "ser bueno" equivale a "saber": "No hay seres humanos malos,sino simplemente ignorantes". Esta es la optimista tesis que defiende Sócrates en elcampo de la moral, y una de cuyas consecuencias más notables es que en ella no haylugar para las ideas de pecado y culpa. El que obra mal no es en realidad culpable,sino ignorante de lo que es el verdadero bien.

Además, este planteamientosupone que el ser humanovirtuoso deja de actuarciegamente y pasa a actuarpor sabiduría. ¿En quéconsisten estas dos formas deconducta? Según Sócrates,actúa ciegamente el que noaccede al conocimiento del bieny se conduce por instinto,deseo o técnica particular.Espontáneamente, se obedece alinstinto, se intenta satisfacer el

deseo -esa es nuestra parte de naturaleza ciega-, o, por rutina, se explota un saber. Elartesano, el médico, el político, etc. buscan lo útil; unas veces para sí mismos, a mercedde sus impulsos y sus deseos egoístas, otras, para satisfacer las exigencias de su oficio.Todos buscan lo útil pero nadie lo define en su universalidad, sino por un beneficioparticular e inmediato. No lo obtienen más que por la espontaneidad del deseo, la rutinadel oficio, la práctica de un arte, los efectos de la retórica, etc.

Por el contrario, actuar por sabiduría equivale a dominar los movimientos deuna naturaleza ciega y conducirse según la ciencia del bien, resistir los impulsosparticulares, que son egoístas, para seguir los mandatos universales de la razón.Actuar por sabiduría sólo es posible tras el recorrido de la mayéutica, el cual nos defineel deseo esencial de la razón humana. La razón tiende imperiosamente hacia el bien, loque puede ocurrir en más de una ocasión es que otros bienes particulares desvíen suatención. Cuando, a través de la inducción mayéutica, hemos definido el bien como eldeseo esencial de la razón humana, al volver a la práctica, por deducción, ese bien nopuede perder su universalidad para recaer en el particular deseo egoísta: el sabio actuarápor sabiduría.

Sócrates llega a afirmar, además, que "jamás un injusto puede dañar a unjusto", pues el injusto, al obrar mal, se infringe a sí mismo su propio castigo. Elmalvado, por su ignorancia, desconoce que las consecuencias de su acto repercutennegativamente en él mismo.

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Finalmente, Sócrates afirma la estrecha conexión existente entre virtud yfelicidad. La virtud produce la felicidad, tanto en el individuo (al darle la serenidad osensación de paz consigo mismo), como en la sociedad (proporcionándole la armoníaque evite los conflictos). Así pues, para obtener la felicidad, se ha de conocer qué es elbien (la virtud), a lo que llegamos sólo a través de la razón, es decir, indagando en elinterior de uno mismo ("Conócete a ti mismo")

Razón = Virtud = Felicidad

Ésta es la ecuación que resume la ética socrática. Pero esta forma de concebir lamoral no es exclusivamente socrática. Es, en líneas generales, la forma griega deconcebir la moral. Platón lo demuestra claramente cuando también identifica culpa conignorancia. Aristóteles suaviza ligeramente esta tendencia intelectualista, si bien sigueaceptando el papel fundamental que el saber juega en la virtud: saber qué es la justiciaes necesario, aunque no sea suficiente para ser realmente justo.

4. CONCLUSIONES.Atenas poseía una sensibilidad bien desarrollada respecto de la importancia de la

educación, pero carecía de una institución de educación superior. En esas condiciones,estando el terreno perfectamente abonado, son los sofistas quienes adelantándose a unatendencia que luego tendría distintas expresiones, introducen una forma de educación decaracterísticas inéditas. En primer lugar, se trata de una educación independiente delEstado, apoyada en una relación formalizada entre maestro y discípulo, y en el usosistemático, por primera vez, del libro. Todo esto, en el marco del recién incorporadoconcepto de honorario. En segundo lugar, Los sofistas no revestían el conocimiento deningún secreto, ni practicaban ritos de iniciación. Su enseñanza posee una gran similitudcon la que se practica en la actualidad. Gorgias, por ejemplo, ofrecía conferencias demanera regular y llegó a dictar cursos que se prolongaban por varios años. WernerJaeger es enfático al sostener que "el sistema griego de educación superior, tal como loconstituyeron los sofistas, domina actualmente en la totalidad del mundo civilizado”.

Antes de los sofistas los grandes maestros de Grecia fueron los poetas. Laconcepción del poeta como un educador, en el sentido más auténtico y profundo,formaba parte de una larga tradición. Son ellos los que aportan, a través de sus relatos ysus personajes divinos y humanos, los ejemplos señeros, las normas básicas de conductay los ideales de vida. Hasta donde se pierde la memoria, todos los criterios de formaciónfueron entregados por poetas como Homero y Hesíodo, y llevados a cada ciudad y cadapersona por rapsodas errantes. En La República de Platón se encuentra un testimonioclaro de la importancia que tuvo Homero, cuando se dice que fue el poeta que "educó ala Hélade", (606 e).

Pero los sofistas removieron toda esta respetable tradición. No sin conflicto,como suele ocurrir con las grandes innovaciones, crearon una nueva cultura en donde yano será el respeto a la autoridad consagrada, sino el pensamiento, el que oriente la vidade los hombres. Grecia adquirió este tipo de cultura gracias a los sofistas quienesenseñaron a los hombres a formarse pensamientos acerca de todo lo que estaba llamadoa tener vigencia para ellos; por eso, su cultura era tanto una cultura filosófica como unaformación en las normas de la elocuencia.

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Por primera vez en la historia de Occidente se plantea el objetivo de formarpersonas autónomas con capacidad para pensar, y para intervenir lúcidamente en losasuntos públicos mediante el discurso. Se sustituye el prestigio de poetas y adivinos, porla iniciación en la actividad del pensamiento y el conocimiento profundo delrazonamiento y su expresión. Es prudente reconocer que esta Ilustración tiene algunosantecedentes. En el siglo VI a. C. los filósofos milesios Tales, Anaximandro yAnaxímenes, buscan una explicación de los fenómenos naturales dejando de lado lasconcepciones míticas, e inaugurando una forma de interpretar justificada medianteargumentos. Más adelante pensadores como Hecateo, Jenófanes y Heráclito, y luegoAnaxágoras y Demócrito, aportan lo suyo para socavar la autoridad del mito y lareligiosidad griega. Los sofistas se insertan en este proceso y lo llevan hasta sus límites.

Por ejemplo, para Protágoras lo que separa al hombre de los animales no essolamente el lenguaje y el dominio de la técnica, sino la capacidad de convivirpolíticamente. Las interpretaciones más modernas - sobre todo atendiendo a lavaloración de las reglas relativas a la convivencia política – valoran el hecho de queProtágoras, y los sofistas en general, resaltaran que, en la dinámica de la democracia,debe cultivarse la capacidad de persuadir; a partir del concepto de que si bien no puedeafirmarse que la mayoría tenga razón meramente por serlo, de todos modos el mejorcurso de acción posible para la sociedad sea aquel que cuenta con el respaldo de lamayoría.

Sócrates y los sofistas son los primeros que se preocupan por cómo aprender yqué instrumentos utilizar para ello. En su caso, el principal instrumento, la palabra y eldiálogo, son desarrollados al servicio de la formación del ciudadano en libertad, de ahíel proceso de acompañamiento del maestro con el discípulo. Pero sobre todo lo másrelevante del planteamiento socrático es que sus esfuerzos se vuelcan en la persona, encada una de las personas que tiene delante, de forma individualizada y no repetitiva nihomogeizante, siguiendo con cada uno el ritmo necesario. Es decir, Sócrates entiende,con su método, que debe conocer y potenciar, en cada uno, sus habilidades yconocimientos. Asimismo, el maestro lleva las riendas del proceso educativo y su papeles extraordinariamente importante.

La areté de la que habla Sócrates es lo que hoy podríamos llamar la“excelencia”, pero va más allá. Frente a los sofistas de entonces y de ahora quepregonan la excelencia profesional, Sócrates mira hacia la virtud ética, el contenido dela educación con mayúsculas, que es la perfección del ser, del ser en su totalidad, nosolo del profesional o del intelectual. Es, en definitiva, una forma de acercarse a laformación completa del ser humano que, siendo griego el contexto socrático, significaque nunca se guarda para sí la virtud sino que la pone en relación con la comunidad, conla polis.

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5. ESQUEMAS Y MAPAS CONCEPTUALES.

mayéutica

mediante

SÍNTESIS: SIGLO V a.C.

SIGLO V– CORTE EPISTEMOLÓGICO

Educación en virtudes

porSÓCRATES

búsqueda de

definición de verdad / valoresno relativos

método

ironía

SOFISTAS

defienden

relativismo deverdad

valoresy

convencionalismo

de las leyes contrapuestas a naturaleza

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LOS SOFISTASObjetivo capacitar a los jóvenes atenienses para la participación en la vida política

educación sofística oratoria y erística (arte de la argumentación)amplia cultura general

Pensamiento

No se centran ya en el problema de la naturaleza, sino en el de la polisEl ser humano es la medida de todas las cosas

lo cualsupone

fenomenismo sólo podemos conocer las apariencias, no las cosas en sí mismasrelativismo todo es como a cada uno le parecerelativismo ético los valores morales no son nada en sí mismos, sino sólo opinionesrelativismo cultural cada ciudad posee leyes y normas morales distintasutilitarismo moral lo importante de las leyes es si son útiles para la ciudadconvencionalismo jurídico las leyes no tienen más fundamento que el acuerdo entre

los ciudadanosPrincipales representantes

Protágoras (481-411 a.C.)Gorgias (483-375 a.C.)Pródico de Ceos (de quien Sócrates se consideraba discípulo)

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6. VOCABULARIO BÁSICO DEL TEMA 2.

1. Areté (virtud): concepto básico de toda la cultura griega que va siendoreinterpretado a lo largo del tiempo. En general, los griegos lo asociaban con elmodo eficaz y sobresaliente de realizar cualquier actividad o trabajo. En elcontexto de la época arcaica, vino a ser identificado con la excelencia humanaque se adquiere por el linaje (moral aristocrática). En un segundo momento, ygracias a los sofistas, se lo identifica o asocia con el triunfo a través del uso ydominio de la palabra, es decir, con el éxito socialmente considerado.Finalmente, es Sócrates el que dota al concepto de un genuino sentido moral,haciéndolo coincidir con el conocimiento y la práctica del bien.

2. Convencional: término que designa a todo aquello que no es natural, sino frutodel acuerdo (o convención) entre los hombres, o de la imposición de unoshombres sobre otros.

3. Dialéctica (de diálogo): término que, en la filosofía de Sócrates, designa,genéricamente, a su método de enseñanza. Se basa en el diálogo continuo entremaestro y discípulo a través de un razonamiento compuesto de preguntas y

SÓCRATESRechazo total del relativismo y del convencionalismo.

por tanto existe una verdad única y absoluta por encima de las opiniones.

Filosofía búsqueda colectiva y en diálogo de la verdad puede ser conocida y descubiertase encuentra en el interior decada unopara ello

Métodosocrático

Ironía arte de hacer preguntas que hagan descubrir al otro supropia ignorancia.

Mayéutica arte de hacer preguntas para que el otro llegue adescubrir la verdad en sí mismo.

se encamina a laconstrucción de

definiciones determinan la esencia inmutable de la realidad investigada

a través de

la inducción examen de casos particulares y ensayo de una generalización quenos dé ya la definición buscada

Se centra en los conceptos morales

virtudSe puede saber qué es

Se puede enseñarpor tanto sólo se obra mal por ignorancia

Intelectualismomoral

y defiendeutilitarismo moral lo bueno es lo útil

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respuestas que tiene como objetivo lograr la exacta definición del tema objeto dediálogo.

4. Elocuencia: claridad y brillantez en el uso de la palabra, es un rasgo que va muyunido a la oratoria.

5. Erística: arte de la disputa, que constituía gran parte del método de enseñanza delos sofistas.

6. Escepticismo: postura ante la posibilidad del conocimiento defendida por lossofistas; según éstos, no hay ninguna verdad objetiva, estable y válida para todoslos seres humanos, de ahí que nuestro conocimiento se exprese a través deopiniones particulares, tan subjetivas y cambiantes como los mismas cosas sobrelas que emitimos tales opiniones.

7. Esencia: es el conjunto de rasgos que hace que algo sea precisamente eso, y nocualquier otra cosa. Para Sócrates, la esencia de algo residiría en su definiciónuniversal. Así, la esencia del “bien” radica en dar una definición de bien quevaliese para todas las cosas o actos llamados “buenos”. Esta definición seríauniversal (valdría para todo lo considerado bueno) y eterna (una vez encontrada,no cambiaría con el tiempo).

8. Ethos: este término significaba originariamente “morada”, y, posteriormente,“costumbres”, “modos de ser”, “carácter” (de un individuo o una colectividad).El ethos y el nomos constituyen el ámbito de reflexión de los sofistas y Sócrates,dejando de lado la physis, entendida como naturaleza en su conjunto. De estetérmino derivará más tarde el término “ética”.

9. Physis: en el planteamiento de los sofistas, sobre todo, este término abandona suanterior significado y pasa a ser asociado, casi exclusivamente, con el modo deser natural del ser humano, con la naturaleza humana. Así, se la concibe comonecesaria e inmodificable y se la contrapone al nomos, es decir, a la cultura, a loadquirido.

10. Inducción mayéutica: en la filosofía de Sócrates, supone el modo de acceder,desde los casos particulares y concretos, a la definición, abstracta y general, delos conceptos o términos morales.

11. Intelectualismo moral: doctrina moral defendida por Sócrates según la cualobrar mal es consecuencia de un cálculo erróneo. O, lo que es lo mismo, nadieobra mal a sabiendas. El conocimiento de lo que es mejor para el ser humanoconllevará un correcto comportamiento.

12. Ironía: en griego “eironeia” significa “disimulo”. La ironía constituye el primermomento del método dialéctico propuesto por Sócrates. Supone, en general,asumir la propia ignorancia para estar en mejor disposición de encontrar laverdad. En concreto, Sócrates la utilizó interpelando a sus interlocutoresfingiendo ignorancia para poner de manifiesto la insuficiencia, o incluso lafalsedad, de los supuestos conocimientos de aquéllos.

13. Isonomía: derecho que se alcanza en la democracia ateniense y que establece laigualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

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14. Isegoría: derecho que se alcanza en la democracia ateniense y que establece laigualdad en el uso de la palabra y que no haya obstáculos para expresar laspropias opiniones. En definitiva, regula la participación igualitaria de todos losciudadanos en los asuntos comunes, en la vida democrática.

15. Mayéutica: término griego que procede de “mieu”, “dar a luz”. Sócrates loemplea para designar el segundo momento de su método dialéctico. Consiste enconducir a su interlocutor para que pueda descubrir la verdad sobre algo por símismo, verdad que se encontraba de modo latente en el propio alumno y que sehalla en la definición universal del elemento en cuestión.

16. Nomos: término griego que designa las costumbres y usos que, por tradicióncultural, rigen la convivencia de una comunidad. Dado este carácter normativo oregulativo, el término acabó designando el conjunto de normas y leyes que estánvigentes en cada sociedad. En los sofistas, el término fue utilizado como elconcepto opuesto al de Physis, estableciendo así un profundo debate y reflexiónsobre la influencia que deben tener las leyes naturales o las leyes convencionales( o culturales ) en la conducta humana.

17. Oratoria: arte y dominio de la palabra que supone el conocimiento y la correctautilización de la propia lengua. Es una disciplina que se revaloriza en la Atenasdemocrática y en la que los sofistas fueron indiscutibles y expertos maestros.

18. Relativismo: en general, el relativismo es toda tesis que niega la existencia deverdades absolutas o necesarias. Puede ser epistemológico (no hay unconocimiento definitivo y necesario) o moral (no hay valores absolutos). Lossofistas fueron los primeros defensores de estos planteamientos relativistas,pues, para ellos, no hay nada objetivo y estable en los asuntos humanos, y todolo que atañe a la vida humana en la polis es convencional, fruto del acuerdo o dela imposición. Especialmente polémica resultó su defensa del relativismo moral,contra el que reaccionaron Sócrates y Platón.

19. Retórica: forma de razonar y exponer el propio pensamiento, no con el fin deconvencer racionalmente a quien lo escuche, sino con el de persuadirlo, inclusoseducirlo, con tal de que llegue a estar de acuerdo con quien expone talrazonamiento. En muchas ocasiones, puede que se utilice tal razonamiento sinreparar en si es verdadero o falso, es decir, que no se excluye la probabilidad dedefender y hacer pasar como verdaderas tesis que son falsas. Se acusó a lossofistas de abusar de este tipo de técnica y de no importarles la verdad o lafalsedad de las ideas que defendían. Evidentemente, su utilización va muy unidaal dominio de la oratoria y presupone un alto grado de elocuencia.