humanistas españoles en venezuela

Upload: nelson-bonilla

Post on 07-Jan-2016

92 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

EL APORTE INTELECTUAL DE LA MIGRACIÓN ESPAÑOLA DEL SIGLO XX

TRANSCRIPT

  • Humanislas espanoles

    en VenezuelaELAPORTE INTELECTUALDE LAM IGRACION

    ESPANOLA DELSIGLO XX

    Tulio Hernandez (comp.)

    Manuel Garcla-Pelayopor Ricardo Combellas

    Pedro Grasespor Francisco Javier Perez

    Manuel Pirez Vllaporlnes Quintero

    Juan David Garcia Baccapor Benjamm Sanchez

    Juan Nuho porAna Nuho

    Federico Rlupor Fernando Rodriguez

    Angel Rosenblatporlrma Chumaceiro

    Marco Aurello Vila por Antonio De Lisio

  • ; s 2 $ . ' * fcMafciAOA f etu>uw)*o ' Wjldfl.'J? o* fS**NA i 9 '*** rw s tNvanmifiA

    E M B A JA D A DE E SPAN A

    E N V E N E Z U E L A

    A n to n io Perez-HernandezTorra

    Embajadorde Espana

    Moises M orera M artin

    Consejero de Asuntos Culturales

    Patricia Ham brona Garcia

    Gestora Cultural

    O ficina C ultura l de la Embajada de Espana

    en Venezuela

    Av.M ohedano,entre 1y2 transv., Quinta

    Embajada de Espana, La Castellana, Caracas.

    www.culturaesve.org.ve

    Correo: [email protected]

    FB: Oficina Cultural Embajada de Espana

    en Venezuela

    Twitter: @CulturaES_VE

    YouTube: Oficina Cultural Embajada

    de Espana en Venezuela

    Instagram: @CulturaES_VE

    Hum anistas espanoles en Venezuela.EL A P O R T E I N T E L E C T U A L DE LA M IG R A C I6 N

    E S P A N O LA D E L S I G L O X X

    T u lio H e rn a n d e z (C o m p ilad o r),

    V arios au to res.

    P rim e ra ed ic io n : m ayo 20 1 5 .f

    L ib reria L ugar ConnVn C .A ., 2 015\

    A lta m ira , C aracas.

    T u lio H ern a n d e z : E l sabergencroso

    R ic a rd o C o m b e lla s: M anuel Garcia-Pelayo:

    Trayectoria y legado en Venezuela

    F ra n c isc o ja v ie r Perez: Elsabio Pedro Grases

    Ines Q u in te ro : M anuel Perez Vila: Pasion

    y compromise

    B en jam in S anchez:Juan D avid Garcia Bacca:

    creadorde los estudiosJilosoficos en America

    A na N u n o :Juan N uno, unjilosofo

    con los pies en la tierra

    F e rn an d o R o d r ig u e z : Federico R iu ,

    el rigor y el absurdo

    Irm a C h u m a c e iro : Angel Rosenblat:

    ini hispanista de dos mundos

    A n to n io D e Lisio: Marco Aurelio Vila:

    Lageogrqfia plantada en la memoria de las localidades

    venezolanas

    D irecc io n e d i to ria l: S andra C au la

    C a ra tu la :Je ffe rso n Q u in ta n a

    D isen o : E lena R o o sen

    C o rre c c io n : A n d res C a rd in a le

    Im preso en E d ito ria l A rte , S.A.

    R IF :J0 0 0 1 2 1 8 9 3

    Los R u ic e s Sur, C aracas, sep tiem b re 2015.

    Im preso en V e n e z u e la - P r in te d in V enezuela.

    IS B N : 9 7 8 -9 8 0 -7 7 3 1 -0 1 -0

    D ep o s ito Legal: lf2 5 2 2 0 1 58001834

    H ech o el d ep o s ito qu e ind ica la ley

  • Humanistas espanoles

    en VenezuelaELAPORTE INTELECTUAL DE LA MIGRACION

    E S P A N O L A D E L S IG L O X X

    Tulio Hernandez (comp.)

    Manuel Garda-Pelayopor Ricardo Combellas

    Pedro Grasespor Francisco Javier Perez

    Manuel P ire z Vila porlnes Quintero

    Juan David Garcia Baccapor Benjamin Sanchez

    Juan NunoporAna Nuno

    Federico Riu por Fernando Rodriguez

    Angel Rosenblat por Irma Chumaceiro

    Marco Aurelio Vila por Antonio DeLisio

  • Foto

    : Es

    tudi

    o H

    arri

    s&E

    win

    g.

    Cor

    tesi

    a Fu

    ndac

    ion

    Pedr

    o G

    rase

    s

    EL SABIO PEDRO GRASES

    F ranc isco Ja v ie r P erez

  • La historia de un pueblo, su dignidad

    y su misma libertad, parece ensenarnos

    Grases, es mas importante encontrarlas

    en una biblioteca que en una constitution

    irrealizable o en las proclamas

    de ungobierno atrasadamente conservador

    o verbosamente liberal

    A n t o n i o S c o c o z z a

    H o m b r e A t l a s

    N o s encontramos en el libro Intuition de Chile, de M ariano Pi- con-Salas, publicado en 1935, una productiva observation sobre la ges- tion ciclopea de algunos singulares trabajadores del intelecto en nuestro continente. Se vale de ella el escritor merideno, en su ensayo sobre el bi- bliografo, filologo e historiador santiaguino Jose Toribio M edina, al que signa como albacea de la historia de America, para tratar de en- tender lo que estos gigantes lograron y lo que significaron en la recons- truccion y ordenacion de nuestro pasado mental. C on dorado empeno, asienta el principio de hombres-Atlas y al hacerlo auspicia la clave para la comprension de estos titanes: M edina como Bello, como R ufi- no Jose Cuervo, como Diego Barros Arana, pertenece a ese linaje de gigantescos trabajadores que resarcen al hom bre criollo de aquel cargo de pereza e improvisacion con que muchas veces se juzgo nuestro discontinue trabajo intelectual. Los vindica y venera en la fuerza de esta poderosa y vengadora conceptualizacion: Son hombres-Atlas que se echaban sobre la espalda la labor critica y organizadora que en paises de mayor sosiego y tradicion, cum plirian academias e institutes enteros.

    47

  • C om o si hubiera estado pensando en el tam bien bibliografo, filo- logo e historiador Pedro Grases1, cada una de las lineas de este p re- cioso texto de Picon-Salas parecen cuadrarle al m aestro catalan-ve- nezolano en relacion con las tareas de investigacion cum plidas po r el sabio chileno, po r el que el propio Grases sentia adm iracion pro fun da y cuyas ensenanzas referiria en m uchos m om entos de su propia obra con reiteracion adm irativa (escribe u n bello texto , en 1952, que titu la Jose Toribio M edina y la im prenta en Venezuela, para servir de presentacion al volum en Contribution a la historia de la imprenta en Venezuela, prom ovido por el m ism o Grases, com o hom e- naje venezolano al m aestro chileno en el centenario de su nacim ien- to; m aestro que lo fue hasta po r la potencia de su capacidad para el trabajo espiritual -rep itien d o Grases, una y otra vez, el principio to - ribiano: H e trabajado m ucho y m e he cansado m uy poco, com o si pensara en su propia y sim etrica laboriosidad). La valoracion de la cuantia, entendida com o revelacion de la cuantia sobre el valor en estos hom bres, queda dicha po r Picon-Salas para M edina, y noso- tros querem os hoy dejarla dicha para Grases, en im agen cierta y cer- tera: Los estudiantes decian que si se colocaban en hilera vertical cada uno de los libros escritos o com pilados p o r don Jose Toribio, superarian mas de tres veces su estatura fisica.

    El signo del atlante gestaria desde tem prano y acom panaria hasta siempre las m uchas tareas que Grases acom ete en la im penitencia del hurgar en archivos y bibliotecas en pos de las verdades docum entales del pais y de la obra de sus hacedores espirituales, m aterias prim as para convocar la com prension critica de la gesta de pensam iento com plejo que los prim eros, segundos y terceros venezolanos repu- blicanos se im pusieron. Al descubrim iento y estudio de estas gestas espirituales estara dedicada la dem orada, disciplinada y rigurosa ac- cion de estudio que Grases desarrollaria en la soledad de su universo pletorico de libros. C om o algunas de las figuras cuyo estudio cum - ple obsesivam ente, hara calzar en su propio trabajo el rasgo ciclopeo de los autores que estudia sin desmayo, una y muchas veces. La insa- tisfaccion, aqui, senala tam bien la recurrencia de un esfuerzo que nunca se da por term inado. La inspeccion am orosa que im prim e sobre Andres Bello, el mas grande de los colosos am ericanos, le llevara a com pletar los dos prim eros volum enes de sus obras; un conjunto de mas de m il paginas de ilum inadora pasion, conducidas por la in - satisfaccion y la exigencia (su dedicacion com o secretario de la co -

    48

  • m ision editora de las Obras completas de Bello dara cuenta de estos rasgos y prom overa la erudicion buena que reposa detras de un em - peno cargado de tantos logros).

    A lim entado, com o los estudiosos mayores, con cifras y saldos, las suyas van a ofrecer altos decim ales que hablan no solo de horas, dias y anos de dedicacion y asiento ( horas cu lo, com o gustaba llam ar- las), sino que ellas estan tam bien dibujando al investigador com pro- m etido con la noble disciplina de com prender la m ateria profunda de las ilum inaciones culturales y del pensam iento. N unca los num e- ros de la obra grande fueron tan reveladores de la profundidad de los acercam ientos.

    Las inalcanzables cifras de su produccion , registradas hasta 1987 p or H oracio Jorge Becco, p rom edian estos resultados: 179 libros y folletos; 214 ediciones, com pilaciones y prologos; y 71 participa- ciones en obras colectivas. La Editorial Seix-B arral publicara bajo el cuidado del autor, entre 1981 y 2002, sus Obras completas en 21 volum enes (que alcanzan un to tal de mas de diez m il paginas). A este con junto porten toso habria que sum arle un epistolario personal y de trabajo com puesto po r 30.000 piezas, en su m ayoria ined i- tas, que dan cuenta de su vida privada, sus am istades, sus intereses intelectuales, sus empresas de estudio, sus proyectos, sus logros, sus anhelos, sus ideas, sus afectos, sus frustraciones, sus anim os en anos tem pranos y sus desanim os en los postreros (recuerdo una m anana en su casa, p rom ediando ya los 90 anos, en que m e confeso, com o buscando consuelo en m i ju ven il fortaleza, que se preguntaba m u chas veces si habia ten ido sentido todo lo que el habia hecho); en fin, su vida toda de hom bre tocado por la sabiduria. Ingente e in te - ligente, seguira practicam ente hasta el m om ento de su m uerte en - tregando a la im prenta resultados de su observacion del proceso a la cu ltu ra venezolana desde la atalaya del libro: la m ejor de sus atala- yas. Asi, apareceran dos volum enes publicados por la Fundacion Grases con el ritu lo de Andres Bello. Documentos para el estudio de sus Obras completas, 1948-1985 (2004), que recogen el con junto de cartas gestado por Grases y por sus corresponsales en to rn o a la em pre- sa de ordenar, estud iar y publicar las obras del hum anista caraque- fio, que nos ofrecen un v irtuoso m uestrario de la obra del m aestro y que son hoy com o u n m irador para reconstru ir lo que fueron las tareas y desvelos para llevar a te rm in o placentero un proyecto de tan - ta com plejidad.

    49

  • La asim ilacion filosofica del Atlas estudioso quedara tan bien asentada en la prolongada trayectoria de Grases que el m ism o, en diversas oportunidades, la va a resaltar en m uchos de los autores del tiem po viejo y en m uchos de sus colegas del tiem po nuevo. El ejem - plo rey, aqui, quedara enm arcado cuando escribe la necrologia por la m uerte de su querido am igo Joan C orom inas, el grande au tor de los diccionarios critico-etim ologicos de las lenguas castellana y ca- talana, ocurrida en 1997, a sus 91 anos de edad.

    Escribe un texto en donde es posible observar su propio retrato de estudioso: La obra que deja publicada significa una creacion de prim er orden a lo largo de una brillante carrera de hom bre de letras que le da el rango y el volum en de una academ ia unipersonal, por aportar su saber y su im presionante capacidad en sus ediciones, sobre el espanol y sobre el Catalan, principalm ente, que lo situan preem i- nente entre los sabios contem poraneos en estudios linguisticos. Hay un esfuerzo, en la intencion de Grases, por ver en el C orom inas estudioso del lenguaje a un sabio para quien la investigacion lingiiis- tica era un tram polin, el mas dorado de todos, para arribar al cono- cim iento de la historia, cu ltura y vida de los hom bres (consta esto en m uchos m om entos del epistolario que sostuvo C orom inas con M e- nendez Pidal y que se ha publicado recientem ente bajo el cuidado y anotaciones de Jose A ntonio Pascual y Jose Ignacio Perez Pascual: Epistolario Joan Coromines & Ramon Menendez Pidal; Barcelona: F undacion Pere C orom ines, 2006). C om o C orom inas, Grases es para Venezuela el m ejor ejem plo de lo que significa ser una academia unipersonal. Se ha dicho que no puede nadie aproxim arse al estudio de la cu ltura de Venezuela sin encontrarse con Grases (lo ha afirm a- do A rtu ro Uslar Pietri en form ulacion mas que perfecta: N o se podra escribir sobre las letras y el pensam iento venezolanos sin m en- cionar a Grases, sin servirse de Grases, sin seguir a Grases en toda la asombrosa variedad de sus pesquisas y hallazgos). Prodigioso, com o C orom inas, tanto en volum en y densidad, sus obras vistas en una dim ension organica representan el conjunto mas coherente del que disponem os para entender, en especial, los origenes de la cu ltu ra nacional: linguistica, literatura e historia; actividades herm anas en la vision del mas disciplinado trabajador de la espiritualidad ve- nezolana y del mas m esurado de sus sabios. U na y otra vez, se apro- xim ara Grases a los grandes de nuestra cu ltu ra para potenciar en ellos el caracter de cultivadores del espi'ritu. Asi lo hara, com o si se

    50

  • tratara de un Atlas solitario de nuestra sabiduria; y com o si el fuera el unico m iem bro de nuestra academia de la sapiencia.

    L a h i s t o r i a d e l a s id e a s y l a t r a d i c i o n h u m a n i s t i c a

    Grases confiesa que duran te sus prim eros anos en el pais: vivia encandilado con m i descubrim iento de A m erica. Y seria este en - candilam iento el que prom overia, gradual y atinadam ente, el ru m - bo rectilineo de su proyecto m edular de investigacion: com prender los origenes de la tradicion hum anistica en Iberoam erica y el im pac- to que esa tradicion aporto en la fragua del pensam iento em ancipa- dor. El reto suponia el hallazgo, reconstruccion e in terpretacion de los docum entos capitales que habian ido m ostrando la conform a- cion del pensam iento hispanoam ericano a finales del Siglo X V III e implicaba, especialm ente, la caracterizacion y analisis de las figuras protagonicas de ese tiem po de cam bio y fundacion. C om o si hubie- ra estado cum pliendo un designio, la escogencia de Venezuela com o pais de acogida en su doloroso exilio y su decision de adoptar al pais com o su residencia perm anente y com o espacio germ inal de su vo- cacion de estudioso, vendria a representar la situacion mas feliz para dar cum plim iento al m agno proyecto que desde tem prano vislum - bra. Pues, seria Caracas, y Grases ya lo sabia, el centro capitalino desde donde se irradiaria para todo el continente el ideario y el m o- delo que las nuevas naciones, novatas en la libertad, debian edificar luego de cum plida la Independencia. Seria en Venezuela donde na- ceria y se desarrollaria p rim ero el germ en de renovacion y donde el pensam iento hum anistico produciria sus frutos iniciales. Asimismo, sera en Venezuela donde naceran las m entes mas brillantes en pos de un triunfo que, mas que belico, fue prim ero ideologico, afectivo y estetico en esa busqueda del hom bre libre que es el que puede con- quistar el pensam iento libre y prom over la sociedad, la nacion y el continente libres. Para com prender la m orfologia de este proceso del pensam iento, Grases disenaria la m orfologia de su proceso de pensam iento.

    U na premisa sobre la que se afirm an las investigaciones de Grases en to rno a la pre Independencia, presente en su fundam ental libro La conspiration de Gual y Espafia y el ideario de la Independencia (1949), ac- tuara favorablem ente en relacion con la lectura an tim ilitarista del

    5i

  • proceso. Se im pone hallar explicaciones que contravengan la gesta com o topico de heroism o belicista, para biuscarle asideros en el com - plejo cuerpo de ideas que perm itieron la verdadera transform acion de las m entalidades. D e esta suerte, la em ajncipacion lo seria mas por su capacidad para hacer germ inar nuevas visiones del tiem po h isto - rico, nuevas esperanzas de libertad y nuevas expectativas de cambio. La prem isa pro in telectual del proceso se itraduce en una conclusion del proceso com o resultado de la accion dt; un corpus de pensam iento que, antes que sustituciones politicas p>or via de la guerra contra Espana, alcanzo transform ar m odos de pensam ien to , gestiones de argum entacion, alteracion de codigos es;teticos y reordenacion de las sensibilidades. Nuevas ideas para un tiem p o nuevo:

    El cambio de la vida colonial a la v-ida independiente en Hispanoamerica no radica unicam ente en los hechos politicos y belicos que determ inan el paso del poder publico de manos de la m etropoli a los nuevos gob.ernantes de las nacio- nalidades constituidas en Estado a com ienzos del Siglo X IX .M ucho mas profundo que el traspaso d>el dom inio, es la conversion de los principios actuantes en l&s antiguas sociedades coloniales. Los renovadores concepto>s filosofico-politicos del liberalismo habran de constituir

  • vital (la pre y la post independencia) para transform arse en haberes perm anentes de una revolucion en el pensam iento am ericano y sobre A m erica que nunca mas volvio a repetirse. N acidos la mayoria de estos astros en Caracas o hechos espiritualm ente en Caracas, tie- ne cada uno de ellos, desde la im pronta de sus particularidades en form acion, en personalidad, en intereses y en arraigos disciplina- rios, una necesidad por colocar a su nacion de origen y al continente todo en clave historica; quieren darle un lugar en la historia al con tinente y al pais que les perm itio nacer para la historia m isma. H az de personalidades, Grases le seguira la pista en clave hum anistica a Francisco de M iranda, Sim on Bolivar, Sim on R odriguez , Andres Bello, Jose Luis R am os, M iguel Jose Sanz, Juan G erm an R oscio, M anuel Palacio Fajardo, Jose M aria Vargas, D om ingo Navas Spino- la ,Juan M anuel Cagigal, Ferm in Toro, Juan V icente G onzalez, R a fael M aria B ara lty C ecilio Acosta, entre otros.

    De todos ellos, sera Bello el que le ocupe mayores em penos voca- cionales y el que lo cautive desde m uy tem prano y para siempre: D in a que el principal objetivo de mis pesquisas ha sido la historia de las ideas en la vida cultural am ericana, y dentro de ella, com o asunto em inente , la vida y la obra de A ndres Bello, com o prim er hum anista de la civilizacion hispanoam ericana, cuya revelacion fue para m i com o el hallazgo de un norte bastante para convertirlo en principal finalidad de una ocupacion in te lec tual (Obras, 1: In tro - duccion). Su prim era form acion espanola, tutelada po r el estudio de autores tan grandes com o M arcelino M enendez Pelayo, M anuel M ila y Fontanals y R am o n M enendez Pidal, m otivara el pun to de partida de su prim era filiacion bellista al ocuparse del aporte del hum anista venezolano a los estudios sobre la epica m edieval espanola, focalizados en la noble epopeya cidiana, con la in tencion de fijar la significacion que tuv ieron sus trabajos sobre el Cantar de Mto Cid y de divulgar, a este respeto, la jerarquia de las investigaciones que Bello realizara en Londres. C um plido el levantam iento de la biblio- grafia de Bello, 1) esclareceria el nom bre de Bello com o autor del Resumen de la Historia de Venezuela; 2) dem ostraria la autoria bellista de la traduccion del Arte de escribirde\ abate de C ondillac (que se pu- blica en 1824) y su significacion com o la prim era obra de filologia publicada en Caracas; 3) estableceria el seguim iento de la im pronta de Bello en Venezuela, traducida en la puesta estructural de la Anto- logia del bellismo en Venezuela, docum ento de docum entos en donde

    53

  • logra que el contenido sea la dem ostracion y la dem ostracion el m o- tivo; 4) entendera el papel que la gram atica de Bello tuvo en la insta- lacion de la perspectiva sincronica en los estudios sobre el lenguaje; 5) docum entara el aporte de Bello para el conocim iento m oderno de la epica espanola m edieval. La figura de Bello tutela, desde una m ultiplicidad de angulos, la gestion del Grases estudioso. Tam bien le provee de un sistema circulatorio para la com prension de la espiri- tualidad venezolana y am ericana y lo conecta con algunas cuspides m entales del pais de su tiem po, asum ido y hecho m uchas veces a es- cala bellista: Rafael Caldera, Ju lio y E nrique Planchart, Fernando Paz Castillo, M ariano Picon-Salas, Angel R osenblat, A ugusto M i- jares, Pedro Pablo Barnola, A rtu ro Uslar P ietri y O scar Sam brano U rdaneta (el mas notable de sus discipulos), fundam entalm ente.

    El legado de la tradicion hum anistica resenada prom overa en la in terpretacion de Grases la exploracion de instituciones y nom bres clave en la constitucion de la nacion despues del ano 1830 y cuyo radio de influencia supera el final del Siglo X IX . Asi lo form ula: Los aspectos concom itantes del hum anism o (educacion, figuras del X IX y m odernas) son prolongacion del proposito principal de con- tribu ir al conocim iento de los valores mas trascendentes de la civili- zacion continental. Personas, historia literaria e instituciones son peldanos en la cu ltura hispanohablante de los paises de aquende el A tlantico (Obras, 1: In troduccion). Para Grases, las cifras de Venezuela vendran a ser sus mejores nom bres.

    L a l e n g u a

    Sabiendo cuanto de determ inan te es la consideracion de la lengua para la com prension de los procesos de pensam iento, atravesara toda su obra con temas, citas, referencias, personajes y obras v incu - ladas con la lingiiistica espanola, am ericana y venezolana; quiza re- cordacion constante de una vocacion lingiiistica que el exilio tru n - co y que se m antuvo recesiva en el codigo genetico de este estudioso de raizfilo logica3.

    El conjunto de sus obras hace evidente diversos titulos que resultan exploraciones de la lengua y del trabajo lingiiistico. P rom ovien- do tanto la critica (Estudios de Castellano, 1940) com o la descrip- cion (Venezolanism os, 1964), Grases m antendra encendida la

    54

  • llam a de su prim era vocacion, no com o perpetuacion de la nostalgia, sino com o sena y llam ada que im pidan dejar de lado el analisis de la lengua, pues deviene en la via mas segura para el conocim ien to de lo que una sociedad es y porque gracias a la lengua se llega de m a- nera inequivoca a visualizar el aparato ideologico sobre el que des- cansa la vida de los hom bres.

    Sus pasiones historicas seran pasiones por la lengua y por los cu l- tores de su estudio. Asi lo recalcara en Bello, Baralt, G onzalez y Acosta, para el tiem po viejo; y en A lvarado, Sem prum , R osenblat y Barnola, para el tiem po nuevo. C om pondra, m ovido por estos in te- reses, uno de sus ensayos mas fundam entales, tex to paradigm atico para los estudiosos de la historia de las ideas lingiiisticas en V enezuela e H ispanoam erica: R ufinoJose C uervo, conjuncion de tres filo- logos venezolanos (1944). Trata de en tender en situacion mas abar- cadora la integracion de las tradiciones venezolana y colom biana en m ateria de lenguaje. El estudio trascendente potencia la obra del m aestro bogotano com o clave simbolica para com prender tres de las cuspides de la lingiiistica venezolana: Bello, Baralt y ju a n V icente Gonzalez. Respalda, com o una m odalidad de adelantado panhispa- nism o, la interconexion entre la historia lingiiistica de am bos paises. C uervo establecido com o una fuerza determ inan te de la actividad del Siglo X IX en el terreno de nuestra ciencia del lenguaje. Su apor- te es tal com o ordenacion de la m ateria decim ononica en m ateria de lenguaje que, en seiialam iento com o factor conjuntivo, se com ple- taria con las obras de otros dos autores cruciales de nuestra lingiiisti- ca en el final del Siglo X IX : Jose D om ingo M edrano yJu lio Calca- no, cuyas obras centrales, Apuntaciones para la critica sobre el lenguaje maracaibero (1883) y Elcastellano en Venezuela (1897), respectivam en- te, dejan grabada la presencia nutricia de C uervo en la ciencia venezolana del lenguaje.

    Seguidam ente, en 1954, se im pone producir uno de sus trabajos criticos mas notables: La obra lexicografica de Lisandro A lvarado, escrito com o tex to in troducto rio a los Glosarios del bajo espanol de Venezuela, volum enes II y III de la integral escrituraria del sabio laren- se. Grases ofrece en este im prescindible estudio los resultados de sus investigaciones com o historiador de la lingiiistica venezolana del Siglo X IX , m arcando un desplazam iento de sus intereses que dejan la consideracion clasica del fenom eno por el estudio del espanol ve- nezolano. Para enm arcar la contribucion de nuestro lexicografo

    55

  • mayor, recurre a reconstru ir la historia de la disciplina y a afianzar el m odo tradicionalista de entenderla: A lvarado, mas que un hecho aislado, representa la cim a de una tradicion de estudio que tiene su origen en una p rom inen te nom ina de lexicografos, desde M iguel C arm ona, a m ediados del Siglo X IX , hasta G onzalo Picon-Febres, duran te la prim era decada del X X .

    C om o historiador de la lingiiistica, el trabajo de Grases puede m edirse en el balance que proyectan, especialm ente, sus estudios sobre Bello y G onzalez com o gram aticos, sobre C uervo y sobre A lvarado. P erm iten arribar a seis m arcadores historiograficos de prim er orden y en donde su contribucion adquiere solvencia inalcan- zable: 1) la postulacion y defensa de una tradicion lingiiistica; 2) el establecim iento del origen docum entado de la lingiiistica venezolana del Siglo X IX ; 3) la prim acia del Compendio degramatica castellana (1841), d e ju a n V icente G onzalez, com o prim era gram atica sincro- nica o de uso en H ispanoam erica; 4) el nacim iento de la ciencia gra- m atical con la obra de Bello a partir de 1847; 5) la significacion de Baralt en la lexicografia historica del espanol (resolvera el enigm a sobre la inconclusion del Diccionario matriz, al escribir el capital opusculo: Delporque no se escribio el Diccionario matriz de la lengua castellana de Rafael Maria Baralt, 1943); y 6) la obra de C uervo com o sin- tesis de la lingiiistica venezolana del Siglo X IX . Todos estos logros han perm itido investigar en profundidad la historia de la lingiiistica venezolana y establecer las lineas de fuerza que generan cada uno de sus procesos. Escuetos en form ulacion, suponen, en cam bio, tras- cendente em presa4.

    A unque el m aestro senalaba una tim ida dedicacion al tem a lin - giiistico desde un am bito general de consideracion ( he dedicado tam bien algunas vigilias a temas filologicos y de lenguaje, que he ido dejando de lado al preocuparm e por otros asuntos, dira al in tro d u - cir sus estudios bellistas), en realidad tendria que entenderse que sus investigaciones bibliograficas y sus estudios sobre literatura y libros respondian m uchas veces, y m ucho, a direcciones que se em parenta- ban con una herm eneutica de naturaleza lingiiistica. El terreno dis- ciplinario de la referencia, tan to en alcance com o m etodo, tenia en Grases una relacion firm e con la descripcion y el sistema sobre los que la m oderna lingiiistica asentaba sus m ovim ientos de com prension. La form acion filologica que recibe antes de su llegada a Venezuela (sum atoria de m aterias historicas, discursivas y esteticas) se

    56

  • m antendra siempre en la base de todas sus investigaciones, sean estas historiograficas, bibliograficas o culturales y en donde el analisis de textos y la consideracion de los discursos quedaran auspiciadas po r la ciencia del lenguaje en su mas amplia dim ension. La lengua, siempre, com o el m ejor m odo de com prender la pasta plural en la hechu- ra de los hom bres.

    E l n o m b r e , l a b i b l i o t e c a y l a c a l l e

    Las palabras del profesor Scocozza, que hem os citado com o epi- grafe, tom adas de su orien tador estudio: Pedro Grases: U na vida y un m etodo para la historia de la cu ltu ra h ispanoam ericana5), p o - nen en claro la razon culturalista de la pasion de Grases por las bi- bliotecas (tanto la suya personal, en la que llego a coleccionar 66.000 volum enes, com o las tantas de sus am igos eruditos y de instituciones especializadas que conocio en su larga carrera de investi- gador del libro). M as alia del gusto noble por los libros, entendia, com o bien acierta en senalar el reconocido hispanista italiano, que es en las bibliotecas y en sus libros donde encontram os la verdadera historia, digna y libre de los pueblos, y no en los textos doctrinarios o en la dem agogia de las ideologias.

    En vida, alcanzo a ver concretada una de sus aspiraciones mas anheladas, esa que llevo a la colocacion de su nom bre al frente de una biblioteca, sueno de todo hom bre nacido para los libros. R e p e - tia una y otra vez que nada le habia dado mas goce en la plenitud de su vida y su carrera que el bautizo de la Biblioteca de la U niversidad M etropolitana con su nom bre, gracias al gesto generoso de su am igo Eugenio M endoza. Irian a reposar alii y a com enzar nueva vida los miles de libros que habia atesorado en m anos, ahora publicas, de es- tudiantes universitarios de hum anidades y de especialistas en Venezuela e Iberoam erica. H oy la Biblioteca Pedro Grases es uno de los espacios mas nobles de la ciudad dedicados a la conservacion, em - pleo y estudio de lo que fue el ingente patrim onio verbal colectado por el m aestro en su casa de la Calle M ohedano, en La Castellana.

    M uchos anos despues, en 2011, la fortuna le regala una satisfac- cion del m ism o orden. Esta vez, su nom bre en una calle; via aledana y colateral de la que fuera en vida y duran te decadas su residencia de habitacion y su gabinete de trabajo, la inolvidable quinta V illafran-

    57

  • ca (una exhibicion de am or y recordacion por su lugar de naci- m iento en el Penedes, en C ataluna), hogar de su honorable fam ilia y cen tra privado del saber com o pocos en Caracas. C onstruc to r espi- ritual, edificaria alii el mas resenable locus bellista y de reflexion sobre el pais del tiem po m oderno.

    C om o se sabe, el m aestro convirtio su casa en un cen tra de cu ltu ra y saber venezolanos. Todos los dias, desde la m adrugada, se en- cendian las luces de su despacho para com enzar la tarea sin fin de contestar a sus num erosisim os corresponsales (logra com pletar un archivo con 30.000 piezas, quiza una de las mas prolificas coleccio- nes epistolares del pais), de con tinuar sus interm inables trabajos d o - cum entales, de atender asuntos de estudio, de responder consultas de orden variado y de recibir visitantes y am igos, que, en am bos ca- sos, significaban un enorm e aliciente para las propias tareas que el m aestro se proponia. A sum iendo su papel de lider cultural, Grases creo en su casa una tertu lia sabatina por la que pasaron, ademas de sus am igos habituales (ese grem io de discretos del que tanto gus- taba), m uchos ilustres personajes de la vida publica, la politica, las letras y el pensam iento de ese pais virtuoso que el m ism o contribuye a fraguar.

    L a s i n s t i t u c i o n e s

    Asombra com prender la capacidad de trabajo desplegada por G rases, ya no solo en la compleja factura de sus escritos e investigaciones, tareas que exigian, dada la productiva dem anda de edicion de sus libros, articulos, prologos, intervenciones, presentaciones, dentro del afortunado cam po de la divulgacion, sino tam bien, al unisono, su participacion m uy activa en proyectos institucionales, comisiones, conm em oraciones, eventos cientificos, asesorias, membresias y otro diverso conjunto de actividades que dem andaban su presencia y su decidido apoyo. Se trata de una parcela tan sustantiva de su carrera que no resulta sencillo darle una entrada en su bibliografia, aunque se trate muchas veces de ocupaciones vinculadas con libros y ediciones.

    Las mas destacadas podrian ser, en el propio listado aportado por el autor, las siguientes: tareas de la Secretaria de la com ision editora de las Obras completas de A ndres Bello; las ediciones del Institu to Pe-

    5

  • dagogico N acional; las ediciones de las Exposiciones del Libro Ve- nezolano; las ediciones de la Sem ana de Bello; la coleccion del C o m ite de O rigenes de la Em ancipacion; las ediciones de la Fundacion Eugenio M endoza; las ediciones de la Biblioteca N acional; las ediciones de la Secretaria G eneral de la X C onferencia Interam ericana; las Obras completas de Rafael M aria Baralt; las Obras escogidas de A gustin C odazzi; las Obras de Juan G erm an Roscio; las Obras de M anuel Segundo Sanchez; la Biblioteca de la Academ ia N acional de la H istoria, serie del Sesquicentenario de Caracas; la coleccion del Pensam iento Politico V enezolano del Siglo X IX (en conjunto con R am on J. Velasquez); la serie N uestro Siglo X IX ; la coleccion de las Fuerzas A rm adas de Venezuela en el Siglo X IX (en conjunto con M anuel Perez Vila); las ediciones de la Sociedad Bolivariana de Venezuela (particularm ente en la serie de los Escritos del Libertador); las ediciones del C uatricen tenario de Caracas; la C oleccion h istori- co-econom ica del Banco C entral de Venezuela; las ediciones con- m em orativas del Sesquicentenario del C ongreso de A ngostura; las colecciones del Institu to N acional de H ipodrom os; la H istoria de las Finanzas Publicas de Venezuela; las ediciones de las m em orias de los C ongresos del B icentenario de Andres Bello y, quiza com o su ultim a dedicacion, la edicion de sus propias Obras, para las que escri- bio las in troducciones a cada uno de los volum enes y muchas notas inform ativas y explicativas de sus trayectos de edicion y estudio6.

    L a b o n d a d

    C o n o d m ucho al m aestro Grases. Tuve la suerte de poder ser su am igo, m uy a pesar de la diferencia en edad que habia entre los dos, pues eran los acuerdos que sosteniamos sobre Venezuela, su investi- gacion y su estudio, los que nos acercaban profundam ente. M onote- maticos, todo giraba en to rno a la pasion por Venezuela. Lo quise antes de conocerlo y lo adore despues de conocerlo. M i adm iracion nunca fue tan constante y para siempre com o cuando, gracias a su generosidad sin lim ites, m e regalo los prim eros 19 tom os de sus obras y pude recorrer su trabajo con exhaustividad, y no com o antes, si- guiendo solam ente unos cuantos de sus libros. D uran te un tiem po largo que hoy es im preciso, lo lei y estudie. N unca mas abandone sus libros y nunca mas el m e abandono en mis pesquisas sobre libros. En

    59

  • m i form a de trabajar, nada com ienza sin saber que hizo, dijo o anoto Grases. C on el tiem po, en mis visitas a su casa, m uy de m anana, to - m ando cafe negro, hablabamos e intercam biabam os libros (yo los re- cibia, mas bien), ideas (yo las anotaba al m om ento en que el m e las dictaba) y proyectos (que precioso era su arte de hacerm e sonar a partir de lo que el ya habia hecho y yo apenas empezaba a hacer). M ediando un abismo de vida, form acion, ciencia y reconocim ien- tos, tenia el herm oso don de hacerm e sentir su igual y de conversar conm igo sin jerarquias. N uestra amistad se prolongo durante sus veinte ultim os anos, mas o menos. Prologo y presento dos de mis libros. Supo de mi ingreso en la Academia Venezolana de la Lengua (una de sus dos academias) y supe que se habia alegrado. Al final, su voz, tan potente, se fue apagando y se fue enredando; y su m u ltilin - giiismo se fue haciendo bilingiiism o y luego, al final, solo hablo en Catalan (recuerdo a M aria Asuncion escuchando al oido y traducien- donos lo que decia). M e regalo algunas m enciones en el indice ono- mastico de sus Obras completas. A unque he escrito algo sobre sus tra- bajos de lenguaje, sigo debiendole un estudio en profundidad7.

    Grases, sin deponer n in g u n rasgo de su caracter fuerte, h izo de la bondad y de la am istad sus mayores logros (tam bien, claro, fue la fa- m ilia asunto prim ordial). Le daba tan to valor a la bondad, a esa ne- cesidad de ser buenas personas antes que nada, que la estim aba mas que a la ciencia. En ese pequeno gran libro que es Cuatro varones ve- nezolanos, publicado en 1953 y escrito para vind icar a Valentin Espinal, A ristides Rojas, M anuel Segundo Sanchez y V icente Lecuna, deja cincelado el principio: A ntes que la guerra de la peninsula me obligara a conocer otras tierras, estim aba en mas la exactitud cienti- fica que la bondad hum ana. Para m i m ism o buscaba el saber, sin re- parar en cualidades eticas. Despues he com prendido que la vida es mas rica y mas sabia, si la preside la bondad del trato y la generosidad del alma, puesto que sin la buena gente no habria llegado nunca a rehacerm e del estropicio de tantas calam idades.

    H e aqui el sabio bueno, hecho gracias al exilio y hecho gracias a la bondad de los hom bres. Q u iza sea este su mas cierto y mas dura- dero legado.

    60

  • N o t a s

    1 Nace en 1909 en Vilafranca del Penedes, pueblo de la Provincia de Barcelona (Espana). Estudia en la U niversidad de Barcelona, licenciandose, en 1931, en Filo- sofia y Letras y en Derecho. Al ano siguiente, la U niversidad de M adrid lo doc to - rara en ambas disciplinas. En 1936, el com ienzo de la G uerra C ivil in terrum pira sus labores com o profesor en el Institu to G iner de los R ios y en la U niversidad de Barcelona (en donde actuaba, respectivam ente, com o profesor de Lengua y Litera- tura espanola y de Lengua arabe) y m otivara su vitalicio y nutricio exilio hispanoa- m ericano en Venezuela. La ensenanza y la investigacion sobre el acervo bibliogra- fico y docum ental venezolano lo ocuparan desde el m om ento m ism o de su llegada en 1937, cuando se residencia, ya defm itivam ente, en el pais. El Liceo Ferrm n T oro, la Escuela N orm al Superior, el Institu to Pedagogico N acional, el Liceo Andres Bello, el C olegio Am erica, la U niversidad C entra l de Venezuela y la U niversidad Catolica Andres Bello lo contaran en su nom ina profesoral. H acien- dose, al poco tiem po de su llegada, u n espacio dentro de la intelectualidad estudio- sa del pais, se sum ara a las filas del G rupo Viernes, la mas im portan te reunion de la vanguardia poetica, estetica y reflexiva de la Venezuela de aquellos anos. Desa- rrollara en paralelo sus labores bibliograficas en la Biblioteca N acional, en donde funda la O ficina de Bibliografia Venezolana, y en La Casa de Bello, de la que sera, ademas de m iem bro fundador y directivo, secretario de la com ision editora de las Obras completas de Andres Bello. Fue, tam bien, m iem bro de las comisiones editoras de las Obras completas de R afael M aria Baralt y de la C oleccion Pensa- m ien to Politico Venezolano del Siglo X IX . Sus m uchas v irtudes academicas lo llevan a ser num erario de la Academ ia Venezolana de la Lengua y de la Academia N acional de la H istoria. Tam bien, en clave sim ilar, m iem bro C orrespondiente Extranjero de la R eal Academ ia Espanola y de corporacionessim ilaresen Am erica y Europa. Profesor e investigador invitado en universidades y centros de estudio norteam ericanos (H arvard, B loom ington, C am bridge y W ashington). Entre sus m uchos galardones, recibio el Prem io N acional de L iteratura en 1993. En esta li- nea, el A m herst C ollege de Massachusetts crea, en 1983, el prestigioso Prem io Pedro Grases de Excelencia en H ispanism o [sobre esta iniciativa, dira, en 1992: Vivo todavia el estrem ecim iento de sorpresa y g ratitud en el m om ento en que supe del afecto y desprendim iento que tal gesto supone. N unca n ingun m aestro ha sido tan bien tratado]. La U niversidad M etropolitana, en Caracas, acogera la do- nacion de su cuantiosa biblioteca, creando para albergarla la Biblioteca Pedro Grases y le otorgara, ademas, el D octorado H onoris Causa, en un acto en que tam bien se d istinguiera con identico honor a A rtu ro Uslar Pietri. En 2000, bajo su presencia ductora y para el estudio de su obra y la divulgacion de su pensam iento, com ienza sus labores la Fundacion Pedro Grases. Fallece, en Caracas, el ano 2004, a lo sn o v en tay c incoanos [cf. Francisco Javier Perez. Pedro Grases (1909-2004). En Diccionario general de la literatura venezolana. Caracas: M onte Avila Editores Lati- noam ericana, 2013, pp. 242-244. C oordinacion general: V ictor Bravo (3a edicion)]. Vease, tam bien, para distintos aspectos: 1) Luis Beltran G uerrero. Pedro Grases o el bellism o. En Razon y sinrazon. Temas de cultura venezolana. C ara- cas-Barcelona: Ediciones Ariel, 1954; 2) La obra de Pedro Grases. Caracas: Editorial

    6 1

  • A rte, 1976; Presentacion: Pedro Pablo Barnola; 3) H oracio Jorge Becco. Biblio- grajia de Pedro Grases. Caracas: s.p.i., 1987.; 4) El Premio Pedro Grases Excelencia en Hispanismo en el Colegio Amherst, de Estados Unidos. Caracas: s.p.i., 1992; 5) Pedro Grases en la Biblioteca Nacional: La pasion de un bibliografo. Caracas: Institu to A uto- nom o Biblioteca Nacional, 1994; 6) Pedro Grases. Premio Nacional de Literatura (1993) e lndividuo de Numero de la Academia Nacional de la Historia (1996). Caracas: s.p.i, 1998; 7) Ildefonso M endez Salcedo. Pedro Grases. Apuntespara el estudio de una trayectoria intelectual. Caracas: Fundacion Pedro Grases, 2003; 8) Ildefonso M endez Salcedo (coord.). El legado de Grases en Venezuela. Caracas: Fundacion Pedro G rases, 2006. Prologo: R am o n J. Velasquez; 9) Rafael Arraiz Lucca. Pedro Grases: el venezolano que nacio en C ataluna. En Puertas adentro. Ensayos sobre literatura venezolana. Caracas: C om ala.com , 2007; 10) W ilfredo G uerra. Premios Nacionales de Cultura/ Literatura: Pedro Grases, 1993. Caracas: Fundacion E ditorial El perro y la rana, 2008; 11) Ildefonso M endez Salcedo. Pedro Grases. Claves para el estudio de una obra de investigation historica. Caracas: Biblioteca de tem as y autores tachirenses, 2009; 12) Homenaje al maestro Pedro Grases con motivo del centenario de su nacimiento, 1909-2009. Caracas: Fundacion Pedro G rases/ O ficina C ultu ral de la Embajada de Espana en Venezuela, 2010 [incluye: Pedro grases en la m em oria h ispano-ve- nezolana, de Dam aso de Lario; Pedro Grases, el m aestro, de Carlos M aldona- do-B ourgoin] 13) H omenajes al maestro Pedro Grases en Barcelona, Espana, 2010. Caracas: Fundacion Pedro G rases/ Fundacion Bancaribe, 2014. Edicion: M aria Asuncion Grases G alofrey Carlos M aldonado Bourgoin.

    2 Obras, 3: 33. El heroe m ayor de la gesta, el L ibertador Simon Bolivar, sera evaluado com o h ito escriturario , com o nom bre en la historia literaria y com o pie- za clave en la creacion de las idea nuevas. Grases reunira, en el cuarto volum en de sus obras, una m iscelanea de sus trabajosbolivarianos que estan guiados por las in- sistencias antes formuladas: 1) Bolivar usa el idiom a escribiendo o dictando con rasgos peculiares. de tal calidad que tam bien debem os considerarlo com o autor de alto rango en la m era actividad literaria; 2) A Bolivar, sin vacilacion, ha de consid e r a b le un hum anista {Obras, 4: Prologo). Propone, ademas, el estudio de temas literarios en Bolivar y el establecim iento de un interesante panoram a de relacio- nes: M i delirio sobre el Chimborazo, de Bolivar (1949), Bolivar y G ongora (1976), El Himno a Bolivar, de P istrucci (1948), U n soneto al L ibertador (1955). Su libro El Archivo de Bolivar (1978) estara orientado por la potencia de la actividad de escritor del procer.

    3 Deseo senalar un aspecto que acredita la in tegracion de esta em igracion ha- cia Am erica de los transterrados de 1939. Es el cam bio de temas de estudio e inves- tigacion que se observa en la vida activa de los em igrados. Esto dira Grases como si se refiriera a su propio caso y al de un conjunto de renom brados intelectuales y eruditos espanoles que Venezuela tuvo la suerte de recibir, al finalizar los anos treinta: Agustin M illares C arlo (una de las figuras mas im portantes del hum anis- mo espanol contem poraneo), M anuel Perez Vila (cam bio los temas franceses para dedicarse al conocim iento de la docum entacion historica de la independencia de Venezuela, con la particularidad de que se convierte en el m ejor conocedor de los repositorios docum entales en sus folios originales m anuscritos ), Vicente de Amezaga ( los prim eros estudios y publicaciones de Amezaga se transform an en

    62

  • profundas disquisiciones historicas del pals a su llegada a Venezuela ), Jose Luis Sanchez T rincado (en pocos anos de residencia escribio sobre poetas y novelistas del pais y elaboro textos de didactica e historiografias para la educacion venezolana ), Jose M aria C ru x en t ( ha desarrollado en el pais una obra de investigacion antropologica de p rim er orden ), Juan David Garcia Bacca (prim era autoridad en la filosofia contem poranea), Jose M oradell ( fue poco despues de haber em i- grado a Caracas cuando tuvo la oportun idad de defin ir la fisonom ia de El National), A ntonio M orles C aubet ( he oido mas de una vez que en D erecho A dm inistrative venezolano hay dos etapas: la de antes y la de despues de tan notable m aestro), M arco Aurelio Vila ( hijo del gran geografo Pablo Vila, siguio las huellas de su padre y llevo a cabo en Venezuela una im portante labor de investigacion geografica ), E rnesto M aragall (su cincel logro la creacion de esculturas que adornan m uchos puntos de Venezuela, tan to en m onum entos de evocacion pa trio - tica com o en interpretaciones esteticas de su famosa inspiracion ), M anuel Garcia Pelayo ( la bibliografia de sus publicaciones en el periodo de exilio es reconocida com o obra de p rim er orden en los estudios ju rid icos de todos los tiem pos ) y Justi- no de Azcarate (abogado y pensador, ostento con gran nobleza y senorio el apelli- do de los em inentes politicos y abogados que durante mas de un siglo brillaron en la historia m oderna de Espana ), entre tantisim os mas que le sirven de m ateria de estudio en uno de sus escritos mas determ inantes sobre la conceptualizacion y evaluacion del exilio espanol en el pais: Venezolanos del exilio espanol (Caracas: Institu to de C u ltu ra Iberoam ericana de la Embajada de Espana, 1995. C uadernos Iberoam ericanos). H abria que apuntar que el m aestro Grases ha dejado d isem ina- da por su extensa obra un valioso conjunto de referencias personales y generates sobre el exilio, sobre su situacion particular de exiliado y sobre su inm enso agrade- c im ien to a Venezuela.

    4 Francisco Javier Perez: 1) Grases. Siguiendo una biografia lingiiistica. En: Ildefonso M endez Salcedo (coord.). El legado de Grases en Venezuela, ob. cit., p. 67; 2) Grases y el lenguaje. En Del lado de los cautivos. Satisfacciones iniagitiarias 3. C aracas: Bid & co. editor, 2007, p. 269.

    5 Publicado en: Pedro Grases. Premio National de Literatura (1993) e individuo de ntimero de la Academia National de la Historia (1996), ob. cit., pp. 91-111.

    6 Se ocupa durante las decadas finales de su vida en ser el m ism o su propio com piladory el ordenador de su vasta produccion, a sabiendas de que el no hacerlo seria entregarnos a sus abismos mas insondables. Penso su obra com o una travesia rectilinea trazada por su am or de estudioso, ingente en dim ension m aterial y cuantiosa en dim ension espiritual, vdlores con los que Grases queda coronado a p erp etu id ad |F.J. Perez. Pedro Grases (1909-2004). En Diccionario general de la literatura venezolana, ob. cit., p. 243].

    7 Ademas de mis trabajos antes citados, agrego la necrologica que escribi para el Boletin de la Asociation International de Hispanistas, Soria, N 11, 2004, pp. 47-48.