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26 Dialéctica y totalidad: el pensamiento historicista,por José Sazbón

30 Libros distribuidos en Buenos Aires

l-blOSIros

Comité de dirección:Carlos AltamiranoBeatriz Sarlo

LOS LIBROS. Redacción y pu-blicidad: Tucumán 1427, 20

Registro de la propiedad intelec-tual NO 1JJ24.846. Hecho eldepósito que marca la leyIMPRESO EN LA ARGEN·TINA

.

Composición tipográfica en fríoy armado original TYCOMMontevideo 581, 10 B, Bue-nos Aires

Impreso en INTEGRAF S.R.L.Ponsonby 966 - Buenos Aires

T..... de..ripción

Argenti..12 números $ 180,00

AtMrM:.12 números U$S 13Vía aérea U$S 18

Eul'CllNl12 números U$S 15Vía Aérea U$S 21

Cheques V giros a la orden de lOSLIBROS. Tucumán 1427, 20 piso.of. 207, Buenos Aires.

Distribuidor kioscos, Buenos Aires:E. GentileLarrea 5043Villa Insuperable

Distribuidor en C6rdoba:E.J. GrecoVélez Sarsfield 169Córdoba

librerías: Tres Américas S.R.l.

o~ Tarifa raducldaW..: Cond. NO 9002a: a:a:'"OZ Franqueo pagadou~ Conc. NO 3530

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Para unacrítica políticade la cultura

Sulftario

Información de Los Libros

Manicomios: ¿puertas abiertas o cerradas? ,por María Elena Petrill i y Mauro Rossetti

Un caso: Regina

Fichas: La industrialización dependiente

Los recursos energéticos en el mundo

Sobre Nazareno Cruz y el lobo,por Beatriz Sarlo

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Ejército disponible Pacto de URSS, den-OTAN tro del P.en tiempo de paz Varsovia

de Varsovia

Divisiones blindadas 10 33 21Divisiones de infanteríamotorizada 14 35 20Efectivos sobre línea 600.000 900.000 600.000de frontera hombres hombres hombresTanques 6500 17.000 10.000AviaciónBombarderos livianos 140 250 200Caza-bombarderos 350 1400 1100Aviones dereconocimiento 300 550 400

Medio Oriente: petróleo ysuperpotencias

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estratégico, esencial desde elpunto de vista logístico para unaprovisionamiento bélico. Entercer lugar, el control sobreel petróleo es una de las con·diciones encesarias para el man­tenimiento de' la superioridadnorteamericana sobre sus com­petidores europeos, japoneses ysoviéticos.

Las compañías petrolerasnorteamericanas aprDvecharonla crisis energética para debilitarel poderío económico de Euro­pa y Japón. Europa Occidentalcompra el 65'l1l del petróleoque necesita en Medio Orientey el Norte de Africa; Japónel 81 '!II, Y en ambos casos lasadquisiciones se producen através de monopolios norteame­ricanos. Al elevar los preciosmás allá de toda relación conlos costos de extracción enMedio Oriente, los monopoliosyankis arrojaron los efectos dela inflación petrolera sobre

raleza de clase del régimen so­viétivo que lo hegemoniza, seha convertido en un poderosobloque militar agresivo. A finde contrarrestar cualquier ten­dencia centrífuga de los paísesde Europa Oriental que lo in­tegran, la URSS mantiene tro­pas propias en esas naciones,junto con jefes militares encalidad de "representantes delcomando unido".

Una idea aproximada de larelación de fuerza militar enEuropa puede extraerse de lasiguiente evaluación, referidaal centro y norte de la región:

490.000 hombres

460.000 hombres

420.000 hombres

360.000 hombres

220.000 hombres

115.000 hombres

90.000 hombres

37.000 hombres

35.000 hombres

Turquía

Italia

Reino Unido

Portugal

Par.. Bajos

Bélgica

Dinamarca

Noruega

Los grandes monopolios nor­teamericanos del patróleo estánperdiendo el control que algunavez poseyeron sobre las reser­vas mundiales de crudo, espe­cialmente las de Medio Oriente.

El petróleo de Medio Orien­te constituye un eje importantede la política norteamericanadesde varios. puntos de vista.En primer lugar, la industriayanki depende cada vez másdel petróleo importado. Para1980, las grandes compañíaspetroleras calculan que impor­tarán más del 5O'lIl del petróleoque Estado. Unidos necesita;casi dos tercios de estas impor.taciones procederán de MedioOriente, en especial del GolfoPérsico. En segundo lugar, elejército norteamericano consi­dera al petróleo árabe comomateria prima y combustible

Por su parte, el Pacto deVarsovia fue concebido, en suorigen, como respuesta a laamenaza de la OTAN; hoy,a partir del cambio en la natu-

El resto de los participantesde la OTAN, según las cifrassiguientes:

R.f.A.

La paz armada

El Tratado del AtlánticoNorte (OTAN) Y el de Varso­via son los poderosos instru·mentas militares con los quelos Estados Unidos y la URSSaseguran sus posiciones en ladisputa política y económicasobre Europa Occidental y O,rienta!.

El Tratado del AtlánticoNorte, firmado en 1949 enplena guerra fría, comprende15 estados: Bélgica, Canadá,Dinamarca, República FederalAlemana, Grecia, Islandia, Ita·Iia, Luxemburgo, Países Bajos,Noruega, Portugal, Turquía,Reino Unido, Estados Unidosy Francia. Esta última nación,desde 1966, y Grecia, desde1974, han retirado sus fuerzasde la organización militar in­tegrada, aunque conservan la­zos que las relacionan con suspolíticas (bases en Grecia, par­ticipación de Francia en manio­bras militares, etc.).

La situación actual en Eu·ropa recuerda la de la famosa"paz armada" que precedió ala primera guerra mundial: lospueblos de Europa viven ro­deados de arsenales nuclearesy de armas convencionales, susmares están surcados por navesde guerra de la OTAN y elPacto de Varsovia, el espacioaéreo sobrevolado por avionesespías y bombarderos atómi­cos. Algunas cifras reflejan ade­cuadamente esta situación dedisputa interimperialista por lahegemonía económica y polí­

. tica sobre las naciones del vie­jo mundo, naciones sobre lasque se aplic.... las tesis expan­sionistas sobre la "soberaníalimitada".

Estados Unidos dispone enEuropa de una fuerza de315.000 hombres (sobre unefectivo militar total de2.200.000 hombres). Francia,que está fuera de la fuerza mi­litar integrada del Tratado, tie­ne efectivos bélicos que alcan­zan a los 500.000 hombres.

~Os lI8ROS, Meyo-Junio 1975

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Europa y Japon: de un sologolpe los precios de los pro­ductos mal"ufaeturados euro­peos y japoneses se tornaronmenos competitivos, retrocedie­ron en el mercado mundial yello arrojó consecuencias gravessobre economías que descansanen buena parte sobre la ex­portación.

Frente a esta situación lasnaciones de Europa Occidentaly Japón se han propuesto rom­per el monopolio norteamerica­no a través de contratos di­rectos de país a país. A lospaíses productores de petróleoles ofrecen a cambio de unaventa directa de combustible,mejore~ condiciones, armas, ra­dicaciones industriales, etc. Es­tados Unidos ha tratado infruc­tuosamente de montar unescenario político sobre el cuallas naciones industrializadas seenfrenten en bloque con lospaíses del Tercer Mundo pro­ductores de petróleo. En vano:los tratados bilaterales fueronfirmados en muchos casos. Lacreciente hostilidad y compe­tencia entre Estados Unidos ylas naciones europeas y Jápónreforzó la posici6n de los paísesproductores de crudo; les per­mitió utilizar el petróleo comoarma pol(tica encaminada aneutralizar la influencia impe­rialista en los conflictos del

. 'rea.Mientras tanto la URSS no

parece dispuesta a permaneceren el segundo plano de esteconflicto. Por el contrario, pe­rece dispuesta a luchar, en elplano econ6mico y político,por el control del petróleoárabe, a los efectos de acrecen­tar su influencia sobre lasnaciones europeas y, al mismotiempo, realizar excelentesnegocios.

Después de la guerra 'rabe­israell de 1967, la URSS firmóuna serie de acuerdos con losestados 'rabes: en lo esencialestos acuerdos consistían enproporcionar armas y maquin.ria soviéticas a alto precio acambio de petr61eo m6s o me­nos barato, que l. URSS noutiliza para cubrir sus propiasnecesid8des -punto que se8utoebasteee- sino para nelJO"

ciar con las naciones de EuropaOriental y Occidental, conso­lidando en el caso de las pri­meras los firmes lazos de de­pendencia que las vincula conel socialimperialismo y, en elcaso de las segundas, vendién­doles a precios más elevadosel gas natural que adquiere enIrán y Afganistán.

El caso de las relaciones dela URSS con Irak merece men­ci6n aparte: Rusia influye di­recta o indirectamente sobre

. esta nación, una de las máspoderosas productoras de pe­tr6leo. Irak vende buena partedel crudo que extrae a la URSSa cambio de maquinarias, asis­tencia técnica y militar, armas,adquiridas con elevados inter.ses. La URSS, por su -partehace buenos negocios con elpetróleo iraquí, vendiéndolo-durante los meses de crisis­a Alemania Occidental por unasuma tres veces superior a suprecio; esta operaci6n arroj6ganancias por 28.000.000 dedólares.

Esta política soviética mar­cha junto con la penetraciónmilitar rusa en Medio Oriente:una estratégica base naval enIrsk, sobre el extremo nortedel Golfo, una estación navalen la isla de Bahreim, tambiénen el Golfo. El tratado reciente­mente firmado con Libia re­fuerza la dirección de estapolítica expansionista.

Para el Colegio, para laLiteratura

El de los textos es uno delos tantos problemas sobre con­tenidos y métodos de la en­seftanza que aquejan a nuestraescuela mediL En los últimosaftas se produjo en ese imbitoun proceso de modernizacibn(v'_ sobre el tema Los LibrosNO 38) que reflejaba tenden­cias rea'es dentro del cuerpode profesores; al respecto, porlo menos en los sectores mésjóvenes ingresados hace relati­vamente poco tiempo a la en­seftanza, la tendencia a la mo­dernización fue recogida e im­pulsada por algunas de las pro­puestas editoriales para el ..cundario: pensamos en los rna-

nuales para la enseñanza degramática y comentario de tex·tos de Lacau- Rosetti y Bra­tossevich, por ejemplo.

Las aspiraciones a una en­señanza modernizada en susmétodos hicieron practicableel camino para la difusión deuna versión'· argentina del es­trueturalismo lingüístico queaspiraba convertirse -y efec­tivamente lo 109'6- en alter·nativa de las viejas gramáticasno demasiado cuidadosas delos criterios empleados, o delaún hoy buen manual de gra-mática castellana de HenríquezUreña y Amado Alonso. Jun­to con una propuesta prácticade incorporacibn de algunoscriterios formales al análisisgramatical -criterios que noalcanzan a constituir un sis­tema mínimamente coheren­te-, la tendencia inauguradapor Lacau- Rosetti prel8nmbaun cuerpo de recetas para elan'lisis de textos, conformadopor residuos del an'lisis esti­lístico -cacer(a de metáfora.,comparaciones y otras figura.de la retórica en prosas y po&­

mas-, aspiraciones a vincularla literatura con el resto de la'artes (por ej. en las carpetaSde ejercicios de estas autoras)mediante un sistema de para­lelismos, tímidas incursionesen la situaci6n hist6rico-socillde las obras literarias a leer porlos alumnos, etc.

Al margen de las crfticasque la heterogeniedad de crite­rios en uso, la vertiente indivi­dualista y psicologista mani­fiesta en la 'concepción de l.literatura y las dificultades pr6C­ticas implicadas en muchas delas sugerencias (pensada pi"una escuela secundaria mono­polizada por sectores mediOSfluidamente relacionado. cOI'101 bienes de la cu Itura), 10118xtos de la modernizlCibnpermitieron a los profesoresreflejar en su prActica docentt

algunas puntas de dilCUsíbl'con la vieja enseRanza eseo'.tica de la literatura y la ......m6tice; abrieron debates en "cuerpo docente y en las di.....ciane. oficial.s de la en.ftIItza, inauguraron una tendlncll'• in.grar la literatura --.

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otras disciplinas, por lo menoscon la historia. Difícilmentepodía pedirse más en el marcode una enseñanza media carac­terizada por el enciclopedis­mo de los Rrogramas y losrasgos abstractos y altamenteconvencionales de sus desarro­llos específicos.

Recientemente, la Libreríadel Colegio ha presentado sucolección Narradores de Nues­tro Mun~o, cuyo objetivo esofrecer lino solo las obras delos mejores autores contempo­ráneos en lengua española, sinotambién una gran riqueza de'informaci6n y métodos de aná­lisis donde el rigor se une a laposibilidad de un trabajo con­junto entre profesores y alum­nos". Si bien el texto quetranscribimos no lo aclara ex­plícitamente, la publicidad querode6 el lanzamiento de lacolección I estaba encabezadapor la consigna "La imagina­ci6n al colegio". Hablamos,entonces, del colegio secund.rio al cual la editorial ha des­tinado esta serie que incluye,en sus tres primeros títulosuPar. una tumba sin nombre"de Juan Carlos Onetti, conpr610go de Josefina Ludmer,"EI coronel no tiene quien leescriba" y "La increíble y tris­te historia de la cándida Erén­dira" de Gabriel García Már­quez, con prólogo de Noé Ji-tri k, y una selecci6n de cuen­tos de Cortázar, realizada yprologada por Nieol" Srato­ssevich.

Al revisar las introduccionesde los tres volúmenes saltl a lavista un rasgo común, especial­mente presente en los trabajosde Ludmer Y Jitrik: la difi·cultad de que tales textos cri­ticos puedan ser manejados conalguna y relativa facilidad en elmedio concreto de la enseñan­za secundaria. El estructu ralis­ma francés, en su última ver­sión (revista Tel Quel, ensayosde Julia Kristeva) es la sombratutelar de las introduccionesa Onetti y Gare;a Márquez, quese explayan sobre los ejes ge­neradores del texto, dando casipor supuesto que nuestros pro-fesores y alumnos de la escue­la media conocen Y manejan

lQllla,ROS, Mayo-junio 1975

las mis recientes (idealistas yformalistas) teorías de la es­critura. El sentido común po­dría interrogarse sobre la opor­tunidad de tales propuestasteóricas para un ámbito do-cente donde es preciso afir­mar con claridad los centrosfundamentales de una lecturay, en lo posible, una ubieaciónsociopol ítica 'e histórico-cultu­ral del texto. Frente al acade­micismo rígido y muchas ve­ces arcaico y reaccionario deotras colecciones similares (eo­mo las Grandes Obras de la Li­teratura Universal de K.pelusz)la serie de Librerla del Colegiopropone a nuestra escuela, porlo menos en estos primeros to­mos, la espuma de la vanguar­dia francesa que ha teorizadolobre la escritura. La preguntaque queda sin responder es lagenerada por la necesidad deuna enseñanza que se haga car­go de una escuela concreta, enla Argentina, que rompa conlas concepciones mú retr6gra­das de la literatura y el arte yque proponga 8 docentes yalumnos la situación de losmensajes culturales en el con­texto americano y argentino,en el marco de la dependencia,y a través de umodernizacio­MS" que no pierdan de vista larealidad de la escuela.

Programa de Salud Mentalen la Provincia de Buenos Aires

La Legislatura de la Provin­cia de Buenos Aires aprobó el20 de Marzo de 1975 la LeyNO 8.388, llamada ProgramaProvincial de Salud Mental,promulgada con el Decreto3.617 el 10 de Abril de 1975.Algunos aspectos importantesde la Ley son los sigu ientes:

se proponen tres tipos deprograma: bésico, intermedio ycompleto, a aplicarse en cadauna de las Regiones de SaludMental, correspondientes a laszonas· sa~itarias de la provin­cia. En los tres, hay dos ele­mentoi constantes: un hospi­tal psiqui6trico o pabell6n psi­quiátrico regional y un ser­vicio de psiquiatría o psicolo-

lía ""dic. en hospital general.En el programa básico • agr.91 un equipo de prevencibnprimaria; en el intermedio, unCentro de Salud Mental, conpuestos de Salud Mental de­pendientes de él; Y en el pro­grama completo un Centro deSalud Mental o más en cadapartido, del cual dependerénpuestos de Salud """tal, ennúmero no inferior a tres.También el programa compl.to se propone uno o más Cen­tros de S.M. destinados al en­trenamiento de profesionales.

La orientación de la Leypuede visualizarse en lo queestablece el arte 20: ..La asis­tencia en los centros de saludmental se dirigir' a grande.masas de paciente., procuran­do realizar un diagnóstico pre­=y un tratamiento eficaz yrápido, prefiriendo por lo tan­to técnicas directivas, de tiem­po limitadas y grupales". Se or­dena el escalonamiento de la.prestaciones, proponiendo que101 hospitales psiqui'triCOl re­llionales internen pacientespor períodos de hasta 8 ...ses, para lo que cont8r6n conun máximo de Msta 25 camal,mientras que los servicios enhospitales generales intemarinpor un período no m.yor de1 mes y con una dotaci6n decamas que oscila entre 3 y 5.Por otra ..rte 18 plantea quepasarán I integrar el ProgramaProvincial de Salud Mental loshospitales de capacidad ma­yor de 30 camas, como cen­tros para cr6nicos, con inter­naciones mayores de 6 meses.

Otro aspecto importan-te es el referente a los profe­sionales. En todos los nivelesse encuentran incluidos psi-oquiatr.s, psic6l0g0s y asisten­tes sociales como personal efec­tivo. Se agregan enfermerospsiquiátricos, psicopedagogos.terapistas ocupacionales y otrostipos de terapeutas especializa­dos según los casos, niveles ynecesidades. En cuanto a lasresponsabilidades, por ejemplolos psicólogos pueden ser eJe.signados como Jefes del depar­tamento de relaciones con l.comunidad, o como jefes deldepartamento de docencia e

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investigación de los Centros deSalud Mental. A su vez psi­quiatras, psicólogos o asisten­tes sociales pueden ser jefesde los Puestos de Salud Men­tal.

En cuanto a los Puestos es­tarán integrados por los tresprofesionales nombrados; su fi­nalidad es "desarrollar la pre­vención primaria y secundariaen el área del partido" (art.26), tareas que se definen enel mismo artículo y cuyo cenotro es disminuir el porcentajede casos nuevos y reducción decasos probados por medio deldiagnóstico precoz y tratamiAn·to efectivo. Los Puestos /10

tendrán local propio, sino quedeberán aprovechar los de lasdiversas entidades de bien púoblico (escuelas, salas de prime·ros auxilios, etc.). Su actividadtambién se dirigirá a formarcomo líderes de salud mental acuadros de las institucionesnombradas. También se esta·blece que los psiquiatras y psi·cólogos de los Puestos rotaráncada 6 meses, alternando contareas en el Centro de SaludMental del cual dependen.· Elarto 28 establece que los pro­fesionales de los Puestos seránsiempre rentados, aunque en elCentro de S.M. hayan revista­do como personal "ad-hono­rem".

El arto 41 establece: "Entodos los Centros Asistencia­les del Programa Provincial deSalud Mental, cualquiera seasu nivel y área, se autorizarála concurrencia de profesiona·les "ad-honorem", en un nú­mero no ..periar al del perosonal efectivo en cada profe.

o sión, sin contar los becarios dela Dirección de Salud Men­tal".

Sa establece cierta partici~

ción de las organizaciones delos profesionales en la direc­ción del Programa. Por ejem­plo, el arto 20 establece lacreación del Consejo Provin­cial de Salud Mental, con fun­ciones de asesoramiento y con­sulta; propone la integración almismo de 6 representantes delas asociaciones científicas ylogremiales de los profesionalesde la Provincia, nombrados por

la Subsecretaría de Salud PÚ­blica, a propuesta de la Direc­ción de S.M.

Por último se establece queel Poder Ejecutivo Provincialincluira en su proyecto de leyde Presupuesto para el próxi­mo ejercicio, las partidas nece­sarias para la ejecución parciale inicial del Programa.

La Ley 8.388 fue publi­cada en el Boletín Oficial dela Provincia de Buenos AiresNO 18024, con fecha 24 d~Abril de 1975.

Revoluci6n en los barrios

La separación entre vidaprofesional y vida familiar tien­de a fracturarse en China. Lafábrica es a la vez el lugardonde se produce, se estudia,se imparte formación políticay profesional; el barrio es unespacio donde se vive, perotambién se produce, se estudiay se practica una transforma·ción profunda de la vida co­tidiana. La extensión de lastransformaciones que hoy pu.den observarse en un barriode cualquier ciudad china esconsecuencia directa de la luchacontra el revision ismo y lacampaña de crítica a Lin Piaoy Confucio.

Desde comienzos de la R.volución Cultural se incorpora­ron nuevos contenidos a la vidabarrial. Las formas organizativaspropias de este proceso son losComités Revolucionarios debarrio y los Comités de Vecinos,cuyo criterio de base es "serviral pueblo y ayudar en la con..trucción del socialismo". Lastareas del Comité Revolucio­nario cubren un espectro amplioque va desde la organizaciónde los grupos de estudio po­lítico, el impulso ala edificacióneconómica del barrio dentrodel marco del Plan de Estado, yel desarrollo de obras para el

bienestar de las masas, hastainiciativas culturales, de educa­ción y salud pública. EstosComités Revolucionarios diri­gen algunas fábricas de propie­dad colectiva, unidades produc­tivas que no estaban previstasni en el plan de urbanizaciónde la ciudad, ni en el Plan deEstado; fueron, en cambio, fru­to de la iniciativa de las masas,en especial de las amas de casa.Hoy algunas de ellas se hanconvertido en fábricas de ciertaimportancia, cuyo crecimientose basó fundamentalmente enla utilización de recursos yfuerza propia. Estas fábricasy talleres emplean muchas ve­ces los desechos de plantas másgrandes; sus obreras recibenayuda y cooperación tecnoló­gica de los trabajadores queconocen procedimientos másmodernos o complejos. Comoestos talleres barriales se cons·tituyeron en un momento degran auge revolucionario, laparticipación directa de lasobreras en su gestión se produjodesde sus inicios. Fueron atra­vesadas por una aguda luchade líneas a propósito de losreglamentos, los salarios, la ges­tión, etc....as mujeres del barrioencabezaron y participaron ac­tivamente en estas luchas; ellocontribuye a señalar la funci6flfundamental, no sólo desde elpunto de vista ~conómico sinOideológico-político, de estOStalleres.

Los Comités de VecinOStrabajan junto con los Comit"Revolucionarios; son organiza­ciones de masas autónomas qll8establecen el vínculo indispelt'sable entre el Partido y l••masas del barrio. Los CornitHde Vecinos cooperan en la or­ganización del estudio; tiende"a reforzar los principios deayuda mutua y unidad barri.l;organizan las medidas práctiCl'de higiene y protección del m-­dio ambiente; apoyan a la e"cuela y coordinan los contaCtosde padres y maestros. Un' delas funciones primordiales ·dIlos Comités de Vecinos es or­ganizar el estudio polítiCO,teórico e ideológico en el be"rrio: por esta vía la poblaci6ll

se apropia de la teoría marxistl'

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leninista y la incorpora a supráctica cotidiana. De este mo­do, los barrios de las ciudadeschinas ya no son un mero lugarde reproducción de la fuerzade trabajo sino un espacio decreación de nuevas relacionessociales.(Información extraída de "Viedans les quartiers en Chine"por René Pierre y Ana-MariaCastillo, Communisme, NO 15).

Documentos para la historiaargentina

Desde el año pasado, laEditorial Biblioteca -depen­diente del departamento depublicaciones de la BibliotecaPopular C.C. Vigíl, de Rosario­comenzó la publicación de unanueva colección: "Conocimien­to de la Argentina". La co­lección está dividida en dosseries y es a una de ellas -LaArgentina Histórica- que per­tenecen los primeros volúmenesAparecidos. Se trata de unavaliosa iniciativa de la editorialsantafecina que ha puesto bajola responsabilidad de AdolfoPrieto la dirección de la seriehistórica, cuyos títu los se hallana su vez agrupados en dossecciones, " Análisis e interpre­taciones" y "Escritos testimo­niales". A la primera pertenecenProsa y oratoria parlamentaria,una selección de escritos deJosé Hernández, y Las multi­tudes argentinas, de José MaríaRamOl Mejia, un clásico de laideolo,ía positivista en nuestropaís. Los otros volúmenes reu·nen textos autobiográficos ymemorias de protagonistas ytestigos de algunos períodosclaves del pasado nacional: elperíodo de la independencia,las guerras civiles, el rosismoy la organización nacional. ·Es·tos textos están escogidos desdela perspectiva con que PrietoelaOOr6 hace algunos aftos unaimportante contribuci6n al co­nocimiento de la literaturaautobiográfica argentina, con·cebida antl todo como un ea­pítulo de historia de la cultura.En síntesis, la iniciativa deEditorial Biblioteca pone al al·cance de un público amplioun conjunto de textos impor·tantes para el conocimiento Y

lOS l.aROS, Mayo-Junio 1915

la reflexión sobre la formaciónde nuestra sociedad nacional.

En defensa de la carrera dePsícologla

La misión destructiva en re­lación a la carrera de Psicolo­gía y conspirativa en el marcopolítico, de la Intervención deOttalagano, se articuló con losataques sistemáticos a los psi­cólogos y los obstáculos pues­tos al ejercicio autónomo de suprofesión, y pretendi6 justifi­carse en el estado de desorgani­zaci6n y bajo nivel de la carre­ra luego de la Intervención an­terior.

La Comisión de Defensa dela Carrera de Psicologáa, en laUniversidad de Buenos Aires,sostiene la necesidad del desa­rtollo de la Psicología como ca­rrera mayor, con un adecuadonivel científico y una orienta­ción que apunte a satisfacer lascuantiosas necesidades de S.lud Mental y orientación psico­lógica de la población, en espe·cial de los sectores populares.En función de ello, la Comi·sión que integra estudiantes,padres y docentes, ha desar.o­liado una acción sobre la basede la unidad y organizaciónde los sectores interesados y haestablecido contactos con fun­cionarios de la carrera. Se tratade ir resolviendo los puntosreivindicativos más importan­tes de cada momento, dernar­candO el camino para seguiravanzando, en el marco de unaorientaci6n que apunta a estre·char vínculos con los sectorespopulares.

En ese camino se ha logra­do: 1) inscripción' de todos losalumnos de~,la carrera; 2) r.conocimiento como alumnosregulares a los ingresantls de1974 Y que les sea reconocidolo cunado como equivalenteal Tríptico Nacional; 3) con­creción de tumos de examenpara todas las materias; 4) do­centes para cubrir las mesasexaminadoras y el dietado delas materias en el 20 cuatri­mestre 1975.

La Comisi6n propone cornoobjetivos para seguir avanzan­do: 1) normal funcionamiento

de la facultad, 2) prácticas hos­pitalaria" 3) ámbito y condi­ciones adecuadas para lo quese entiende debe ser una ca­rrera mayor, a los fines deenfrentar y derrotar los nuevosintentos destructivos de la ca·rrera y profesión, nuevamenteamenazados por recientes de­elaraciones de funcionarios delMinisterio de Educación.

Para un movimientocultural revolucionario enItalia

El grupo editorial italianoLavoro Liberato de Milán, queedita la revista Che fare, hacomenzado la publicación dehojas peri6dicas para tomar po­sición en el debate sobre políti.ca cultural de masas y luchaideológica. En la primera deestas hojas, aparecida en fe­brero de 1975, se exponen lospuntos de partida para unaintervención marxista leninistaen la cultura italiana: "Nues­tra posición es el desarrolloconsecuente de la crítica r.dical de la cultura como auto­

nomía y de toda pretensión deconsiderarla neutral, propo-niendo como alternativa la ta·rea de 'trastrocar' la culturaexistente. Nuestros escritoresretoman y desarrollan la críti·ca de la ideología de Marx­Engels y de Lenin. La aten­ción al mundo de las ideasno tiene como objeto referirsea la cultura como tal, sinomás bien determinar los h.chos o los momentos que sonsintomáticos, en tanto refle­jo significativo, de la direc-ción capitalista de la cultura(y que influyen como tale.también en el movimientoobrero)" .

Se plantean siete puntos pa­ra el debate y una interven­ción org6nica en el campo cul­tural, además de sucesivas edi­ciones de estas hojas, sobre lapráctica antagonista en la es·

euela burguesa y contra e'"marxismo de cátedra".

Lavara Liberato tiene susede en Via Garofalo 19, MiI'n.

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MANICOMIOS:¿puertas abiertas o

M. E.. Petrilli

cerradas?

M. Rossetti5

El psiquiatra italiano Franco Basaglia, al frente de su equipo de colaboradore" dirigió durante once aftos la transfor­macibn del Hospital Psiquiátrico de Gorizia, experiencia que esté en la base de las reflexiones actuales en torno al abar·daje de las instituciones manicomiales. Basaglia y su equipo renuncian al Hospital de Gorizia ante la pretensión del'administración provincial de que los trabajadores de salud mental siguieran haciéndose cargo del control social de unepoblacibn de marginados, ya recuperados desde el punto de vista psiquiátrico. Desde hace tres afias Basaglia dirige .1Hospital Regional de Trieste. Los artlculos que presentamos son producto del trabajo de sistematización conceptual queen torno a las experiencias de Gorizia y Trieste se está realizando en el Centro Internacional de Estudio "Critica de litInstituciones", en el que participa Basagtia y su equipo.

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Existe en la actualidad una preo­cupación seria por entender los cam­bios técnicos que implican los dife­rentes di scursos psiquiátricos. Mu­chas veces el motivo que nos acercaa nosotros, psicoterapeutas, a un nue­vo planteo es precisamente este in­terés en modificar nuestra prácticapr~fesional a través de recursos téc­nicos; muchas veces cuando creemosabordar un problema desde lo teó­rico, terminamos por responder anUestra exigencia de aprender unatécnica distinta, la última, aquellaque nos permita superar la frustra­ci6n de la tarea cl ínica dificultosa­mente articulada con las otras prác­ticas sociales.

Esta curiosidad también se des­pierta frente al trabajo del equipoCoordinado, por Franco Basaglia enItalia; y probablemente con mayorintensidad, porque en todos los tra­bajos publicados sobre el tema noaParece nunca un desarrollo expl íci­to de las técnicas usadas. Ni siquierase habla de "comunidad terapéutica"en la acepción clásica, o de "antí­Psiquiatría". Se dice "hospital abier­to" o "práctica de transformación".EVidentemente ello no obedece a unacasualidad o a un descuido; respondea la intención conciente de no pro­Poner un "modelo técnico" que co­rno tal se convierta rápidamente enuna fórmula mágica de resoluci6nde los problemas psiquiátricos, clau­surando todas las contradicciones,y reduciendo de esta manera la pro­blemática de la gestión de la saludmental al campo de los especialistas.~ voluntad que impulsa toda esta(oea es precisamente romper el en­

foque tecnicista de los problemas dela asistencia sanitaria, situándolos en: cOYuntura ~ocioecon6mica: ~n-

los del ámbito del poder nlédlco, o~ralTlédiCo (su prolongaci6n), queradicionalmente se ha ocupado de

.manejarlos.Ahora bien intentaremos aquíres '

r Ponder a la pregunta ¿cuáles fue-.: las técnicas en Gorizia? ¿Cuáles-.. las que se usan en Trieste?,-- OV8ehando en el caso de la pri-ts los materiales escritos (publi·00e . o no) y la discusi6n con los.~ .ra~ores que participaron en estar..'::,encia. En. cuanto a Trieste la~ta es más directa porque co­Na·· os el hospital desde adentro.et~OPondremos una lista de "me-

"rapéuticas", porque no es po-

LoaLI'ROS, Meyo-Junio 1975

sible. Debemos pensarnos ante unproceso, ante un movimiento, queensaya y se equivoca, que prueba yse detiene, que cambia y crece. Tra­bajando en el hospital aprendimos arespetar la aversión por los tecni­cismos que tiene el equipo terapéu­tico. Creemos s.in embargo que valela pena intentar la sistematizaciónde la tarea realizada, la reflexión orgá­nica sobre los instrumentos de traba­jo: empresa gigantesca que puedeproducir conclusiones teóricas, peroque claramente no tienen nada quever con la respuesta a las dos pregun­tas que nos hemos formulado.

Ocuparse de la dirección del ma­nicomio, entendiendo a éste comouna instituci6n cerrada, total, conuna organización autónoma, caracte­rística de la vida de segregación, pa­recida a la cárcel en cuando socie­dad marginal con pautas propias, sig­nific6 desde el comienzo el enfrenta­miento con la institución como es­tructura y con la problemática de losagudos o de los cr6nicos, de los psi­cóticos, o de los neuróticos graves.A fin de no parcializar, de no usarlas nosografías, de rechazar la pri me­ra división, la de pabellones de cró­nicos y agudos, el único recurso po­sible fue movilizar a todos los pa-

cientes. Por ello las asambleas, en­tendidas como reuniones grupales depersonal y pacientes que discutenproblemas concretos, de urgencia co­mún: ¿desde dónde se comienza aabrir? ¿qué pabellones serán losprimeros? ¿cuáles son las dificulta­des que provocará la apertura? Deestas discusiones surgió la progresivaresponsabilización de los pacientes,que no es ficticia cuando se está.,jugando los propios destinos indivi­duales. Para el personal técnico elproceso sigue vías parecidas, porquetambién se cuestionan las funcionessus significados, la institucionaliza:ción técnica, y a través de estemovimiento se redefinen permanen­temente los roles de acuerdo con lasexigencias de cada situaci6n. Por esola asamblea, tal como se da ahorano es una técnica, en el sentido e~que no tiene una hora ni un d'.fijo. Se hace cuando hay problemasque aclarar, cosas que resolver, y sitodos están implicados, comprometi­dos, cualquiera puede proponerla o '­exigirla. No es una técnica precisa­mente porque se trata de un grupode personas que se reúnen para en­contrar soluciones prácticas comu­nes. "Si se crea un mundo consignificados desaparecen los s(nta-

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mas", comenta Basaglia. O no impor­tan, porque se construye un espaciode significados comunes que obligaa interpretar el síntoma en funciónde ese espacio. Para el paciente queafuera no tiene una vida posible, porsu propia locura, porque fue margi­nado, porque su familia lo depositóen el hospital, la primera alternativaes crearle un lugar -el mismo pa­bell6n- el manicomio, donde puedaconstruirse un nuevo proyecto, unfuturo. Desde ese nuevo espacio vi­tal que es la comunidad psiquiátri­ca, puede empezar a entender lascontradicciones inherentes a su en­fermedad, puede verse a sí mismofuera de ta norma, puede paeguntar­se cuál es esa norma, puede enfren­tar el rechazo familiar y social, sa­liendo y entrando del hospital enun IT'Ovimiento donde es posible dia­lectizar la contradicci6n de la pro­pia enfermedad como momento desu vida. Este proceso tortuoso, difí­cil, tiene un período de euforia quecorresponde a un momento paranoi­de donde todos los enemigos se per­ciben afuera, se llamen familia osociedad, y la cohesión del grupocorresponde al clásico mecanismo delghetto, unidos frente al peligro ex­terior, frente a la amenaza que estádel otro lado de la puerta. Despuésestán los momentos de las visitasdomiciliarias, el enfrentamiento conlos parientes, las charlas en las mis­mas casas de los enfermos, la para­lización frente al rechazo confirma­do; la visión temporaria del hospitalcomo único refugio; luego otra vez,ta movilización conciente de queel hospital es una falsa protección,incluso entendido en su nueva caratransformada. La vieja discusión so­bre si se adapta o se integra activa­mente el paciente al "darlo de alta",cae frente a este tipo de gestión,porque salir del hospital· no significanecesariamente volver a la casa, y so­br. todo porque reubicarse en la fa­milia no es nunca integrarse en lamisma familia.

Se hace un trabajo de discusióndel destino del paciente en distintosniveles: con su ambiente de trabajo,con sus relaciones más próximas, conla gente del barrio, con su grupo f.­miliar. Todos los componentes de­terminantes del tejido social dondeel paciente se mueve deben pasarpor el momento de reconocimientode II propia acci6n marginante, has­ti verse I s( mismos como engrana­jes que tienen pocas alternativas;

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también ellos tienen que medir entérminos de productividad la salud,porque de eso depende la superviven­cia de cada uno de los miembros deesta red. Así en el caso de unapaciente, empleada en una fábricade productos químicos, que en losmomentos de crisis desarrollaba unasintomatología caracterizada por ri­tuales obsesivos, que durante añoshabían sido el detonante de interna­ciones, según el clásico mecanismode llamar a la policía para que seocupara de trasladarla al hospital.Se intentó comprometer a las com­pañeras de trabajo en el significadode sus síntomas, a no tenerles miedoy poder convivir con esas manifesta­ciones, a requerir la intervención delhospital (sin .pasar por la policía) só­lo cuando estos síntomas se volvíanincontenibles para el grupo. Es bas­tante dif(cil explicar la complejidadde este ejemplo, aparentemente sim­ple; juegan aquí un gran númerode variables, desde el problema máscomún de presentar a los profanosla locura como un lenguaje con sig­nificado, hasta conseguir que se en-

tienda que llamar al personal técnicoante cualquier dificultad es usar elcamino más fácil, socialmente deter­minado; pero que éste a su vez re­presenta la estigmatización del pa­ciente sin recuperabilidad posible, yaque éste si es internado en el mani­comio lo único que gana es la eti­queta de loco y no se le ofrece nin­guna terapia, aparte de la represiva.Como el lugar social de esta pacientees su condición de obrera, al dismi­nuir o anular su productividad, pier­de sus múltiples lugares sociales:dentro de la familia porque no puedehacerse cargo no sólo de ella comopersona perturbada, sino de ella co­mo persona que debe ser mantenida;dentro de la sección en la fábrica por­que no puede ser compensada en suproductividad por las compañeras,que además comprometen su propiaproductividad. Este mecanismo que.responde a la lógica de nuestra or­ganización social está encubierto porla ideolog(a dominante, que estable­ce que la única alternativa para lospacientes de una determinada clasesea el manicomio. como lugar de des-

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earte social.¿Quiénes hacen esta tarea cl íni·

ea? Médicos, psicólogos, asistentesSOciales, enfermeros, estudiantes vo­luntarios. Siempre un grupo de porlo menos dos personas se ocupan delPaciente durante la internaéi6n yl~e90 en el seguimiento ambulato­rio.

Con excepción del médico quePuede prescribir fármacos, o del en·fermero que aplica las inyecciones, ode la asistente social que se ocupa delos trámites de la mutual, nadie tienefunciones asignadas previamente, ene~ sentido de hacer de terapeuta, diri­gir las asambleas ocuparse de los fa­~i1iares, etc. I~Iuso las tareas con·s~eradas como fijas de un rol, sediSCuten y cuestionan grupalmente.

Cuando se entra a participar en laCOmunidad, el rol se gana en funci6nde las propias capacidades y de las/lecesidades de la instltuci6n. EstoCrea Una confusi6n inicial en el ope­tlldor, que se encuentra si n ni ngún~.er y sin ningún instrumento que

Identifique en su actividad. No:- tampoco cuáles son los rolesti los otros. Solamente viviendo un",''''Po prolongado en una sala em­.:-~ • entender y paralelamente a

Proceso de comprensi6n va tra-

~ liaROS, Meyo-Juni~1975

bajando en lo que puede, va cons-­truyéndose una función que no tie­ne porqué ser fija. Evidentemente laregulación de estas funciones es gru·pal, y no puede ser de otro modo. Ellugar donde se verifica el rol de ca·da uno, su significado, su utilidadpráctica, etc. son las reuniones gru·pales, llámense asambleas o no.

En el pabellón donde trabajába·mos las asambleas se habían estereo­tipado; una paciente monopolizabaal resto, y el personal se sentía im·potente. Surgi6 la propuesta de hacerreuniones de equipo después de lasasambleas para tratar de entenderel significado de la paralizaci6n. Enel momento mismo en que empeza­mos a hacerlas nos di mas cuen·ta de que éramos nosotros quienesobstaculizábamos el funcionamiento,creando la divisi6n en la sala entreasamblea con todos y reunión pos.terior entre los que saben. Si nosquedábamos todos media hora más,hablando claramente, el obstáculopodría superarse, sin necp~ldad decaer en las clásir4: divisiones.

Hubo un mol~dnto en Gorizia enel cual se intent6 hacer psicoterapiade grupo con alcoholistas. La conclu­si6n a la cual ellos llegaron fue quela psicoterapia servía sólo para crear

una diferencia entre los que se tre­taban dentro del subgrupo y los quepermanecían afuera; producía el efec­to de marginalizar a un sector delhospital. Los alcoholistas, tanto co­mo los otros pacientes, tenían elproblema de una vida imposible, confracasos permanentes e internacio­nes sucesivas. Alcohol o delirio, uns(ntoma u otro, favorecían los me­canismos de exclusión, produciendoel individuo marginal, a quien, ade­más, por su pertenencia de clase anadie le interesa recuperar.

Otra de las características del hos­pital es que cada pabellón funcionade acuerdo con sus propias reglas.Tiene su organización particular; haysectores donde la asamblea no seusa, y ni siquiera se intenta hacerlo.Otros donde la vida de la sala, para­dojalmente, se desarrolla más afueraque adentro. Son los pacientes losque dan vueltas siempre por los dis­tintos lugares del hospital, que pasanmucho tiempo en alguno de los dosbares. A su vez el equipo terapéuticoque corresponde a ese pabellón esel que organiza continuamente acti.vidades de conjunto, como teatropara todos, festivales de música, etc.Ese movimiento explica cómo cadasala lleva de alguna manera el selto

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característico del grupo que la moti­va y maneja, ya que siempre la ges­tión, por distribuida que esté en elmayor número de personas posibles,toma el rumbo que el equipo de di­rección le imprima.

Hay entonces un momento de ca­da sector, pabellón o sala, y un mo­mento de todo el hospital expresadoen reuniones entre los distintos equi­pos donde se discuten problemas co­munes a todos, y donde tambiénse comparan y analizan y criticanlas disti ntas actitudes. No son en­cuentros fijos; se determinan con losmismos criterios que las asambleasparticulares, pero habitualmente con­servan una frecuencia semanal.

Raramente en cambio se hacenasambleas gen~rales, con la presen­cia de todos los miembros del hos­pital. Es decisivo en este sentido elnúmero de pacientes, alrededor de800, lo que, incluyendo el personal,significa reunir no menos de 1.200personas. En Gorizia el número n-,e­nor de personas, e incluso la estruc­tura geográfica (vecindad de los pa­bellones) permitía que las asambleasgenerales fueran más habi tuales. EnTrieste hay un kil6metro de distan·

cia entre portón y portó n del hospi­tal. Los desplazamientos se hacen enauto y es muy frecuente encontrarsecon los pacientes que hacen señas pa­ra ser llevados de un lugar a otro.Las dos asambleas generales que sehicieron en un año fueron una por elproblema de organización de la coo­perativa de trabajo del hospital, en­te que se creó allí mismo, comointento de resolución del problemaocupacional de algunos pacientes quenecesitan trabajar. Esta cooperati­va está reconocida juríd icamente yse basa en las leyes laborales vigen­tes; se ri.ge por el salario mínimoestipulado en nivel estatal, tiene asis­tencia médica, vacaciones, derechode huelga (una de las cuales tuvolugar el año pasado al no cumplirJa Provincia con las condiciones delcontrato). La asamblea se había he­cho para presionar sobre las autori­dades provinciales a fin de que reco­nocieran la cooperativa como tal yrespondieran a sus exigencias. Lostrabajos se realizan dentro del hos­pital y van desde actividades de co­cina hasta limpieza, jardinería, trans­porte de ropas, etc.

No existe .rgot.r.pia, ya que se

considera que es un modo de explo­tación del ·paciente como fuerza-tra­bajo y una anulación de sus capaci­dades creativas, dado que en generalse reduce a una .actividad más o me­nos estereoti pada con el carácter deun juego, que a nadie sirve. El pa­ciente no· es remunerado y por lotanto su trabajo no tiene el sentidoque realmente adquiere dentro delcontexto de las relaciones de produc­ción: explotación, pero también po­sibilidad de conciencia de clase yrespuesta de exigencia y apropia­ción.

La otra asamblea que se hizo es­taba relacionada con el mismo pro­blema de la Cooperativa de Traba­jo, y la pensión para los internadosque no podían trabajar. Allí se pudover cómo cada pabellón tomaba po­siciones diferentes e incluso antagó­nicas con el riesgo de que muchasveces los pacientes se enfrentaran en­tre sí, como eco de tensiones entrelos diversos equipos terapéuticos. Es­ta situación fue ampliamente discu­tida en un momento posterior, dadoque puso en evidencia la cuestión delpoder del técnico y la colonizaciónque éste hace de los pacientes a trI-

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vés de diversos canales. Como sepuede comprender en la parcialidadde este comentario, permanentemen­te está presente en el análisis de lassituaciones el problema del poder yde la manipulación. Así como setiende siempre en cada intervenciónterapéutica a historificar al paciente,para no encerrarlo en una categoríadiagnóstica, en un rolo en un gestoestereotipado, para dejarlo vivir suenfermedad como contradicciónabierta y no como pauta fija, de­tenida, institucional; así tambiénsiempre está presente en la discusiónsobre las relaciones interpersonales,el componente de manipulación que~stas contienen, los usos y abusos dePOder que las etiquetas cient íficasautorizan y promueven.

Por eso no nos atrevemos a de­cir que existe un modelo de com­prensión psicoanal ítica en marchadentro del hospital, aún cuando al­gunos pocos miembros tengan unaformación en este sentido. La ac­titud anal ítica, o psicoterapéutica,dada su mínima ortodoxia, está enescuchar lo que el paciente, deliranteo no, dice, en confiar en el valor dela palabra como posibilidad de en­tendimiento y modificación, en re­COnocer el peso determinante de lahistoria del sujeto en la realidad desu situación y en la comprensión dels(ntoma como signo que alude a loque el paciente desea y a lo que noPUede al mismo tiempo. Pero elmodelo total de comprensión es mu­cho más complejo; primero está lainstitución con su peso tremendo,a la cual hay que estar atento porquetiende a muti lar, a estereotipar, afijar roles a coartar la creatividad, a

. imPedir I~ imaginación, a eliminar laesPOntaneidad de las situaciones, po­niendo ritmo y frecuencia a cadagesto, empaquetando y archivandoC8da intento de expresión autónoma.

La institución manicomio es en-otendida además como la exasperaciónde cada uno de los elementos insti­tUcionales en los cuales nos constitui­rnos: escuela, religión, familia, con~ Correspondientes significadosIdeOlógicos, en el sentido de repro--,due "

Clon de la ideología de la clase"o ..rn.nante y por lo tanto oculta-~lento de las contradicciones reales.~ Un setJundo momento se trata

Ver Cómo cada individuo juegacon SUs cosas, actitudes, tendencias,~rtamientos, subjetividad, y aro

a SUs propias propuestas dentro

lOSL. 'aROS, Mayo-Junio 1975

de este contexto. La concepción delhospital como lugar de reclusión delos marginales es lo que permite elpunto de pasaje constante entre loindividual y lo social. La sociedadcrea un espacio que es el hospitalpsiquiátrico donde se encierra a losque perturban; la familia depositaen este lugar, constituido socialmente,lo que no tolera en su seno. El pa­ciente, persona individual, soportaesta segregación institucionalizándose,aceptando en mayor o menor gradola restricción de su vida al destinoque el hospital le determina. El pa­ciente descubre esta dinámica en ladiscusión cotidiana, y por eso auncuando el hospital "en cambio" pue­de ser momentáneamente el recintodeseado, en tanto único lugar en elhorizonte de sus posibilidades, enel movimientode transformación serárechazado, si no se quiere correr elriesgo de convertirse, frente a lasestructuras que se modifican, en elpunto inerte que se opone a latransformación.

Intentaremos precisar algunas ideasfundamentales que sostienen este tipode gestión. La fuerza del todo grupales determinante. En vez de institu­cional izar la propia segregación,. lapeJeamos exigiendo ser aceptados.Ese todo funcionante Y movilizadoen torno a un objeto común deter­mina la terapeuticidad de la situación.La inercia como momento de mayorparálisis e institucionalización es elenemigo contra el cual defendersedentro del hospital; aparecerá siemprerecurrentemente Y sólo puede sercombatido si s~ determina~ en cadasituación particular motivos y razones

y se establece inmediatamente unnuevo paso a segu ir.

Como hemos tratado de mante­nernos dentro de los límites de unapregunta inicial, intentamos reprodu­cir el movimiento dentro del mani·comio; sin embargo, no pueden dejard~ tenerse en cuenta las relacionescon el afuera, que son momentos delucha frente a la inercia o contra­movimientos que la institución pro­duce continuamente.

Claro que no son una técnica; noson instrumentos experimentales quese usan siempre de un modo deter­minado; pero se sabe que el contactocon el mundo exterior es la únicagarantl'a contra la marginalidad, noporque la institución no esté tambiénafuera, sino porque si se rompen loslímites del hospital, si se abandonaese recinto predeterminado, si no seconvierte a ese espacio en el lugarde observación y conservación de laenfermedad, si se la manda afuera,si se la hace estallar sobre los queestán encargados de poner la enfer­medad mental adentro, se logra poruna parte aniquilar el rasgo de aisla­miento, de feudo, y se propone laincorporación del individuo distintodentro de la sociedad, comprome­tiendo en la gestjón de este ud;stinta"a todos los que nunca soñaron contener elementos como para manejarla locura. Diríamos entonces que unode los principios subterráneos queoperan en esta gestión es la idea deque toda situación humana puedecontener cualquier tipo de locuracuando la redistribución de ésta e~asumida por todos.

Los modos concretos de este con-

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Publicación del Comité Central delPartido Comunista Revolucionario de

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teoría y política

Editorial: Junto al pueblo peronista.Golpeando en el corazón de la oligarquía. El

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Tercer Mundo: una gran fuerza motriz que impulsael avance de la historia mundial.

Ascenso del Tercer Mundo y declinación delhegemonismo

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Abril-Junio de 1975Año VI - No 14

Sumario

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r '..• Cerlos EchagLie, El otro imperialismo

La Uni6n Soviética después del XX Congresodel PCUS, la Uni6n Soviética, el otroimperialismo: este ensayo da cuentaminuciosamente de la restauraci6n del capitalismoen la URSS, de su actual ca,",cter de superpotenciaimperiaIiS1a.

• Polémica China - URSSCar1aS enviadas por el Partido Comunista de Chinaal PCUS

tacto con el exterior son múltiples,casi innumerables. Pasan por la tra·dicional visita periódica a los fami­liares; por la organización de espec­táculos públicos dentro del hospital(conciertos, ciclos de cine, teatro,cantantes de moda, etc.) donde parti·cipa en forma masiva la población;reuniones con los sindicatos en lasque se discute la línea de trabajo; conlos partidos poi íticos, con los artistasplásticos a los cuales se los llamaa trabajar dentro de los pabellones,con los maestros, profesores, estu·diantes de distintas orientaciones, etc.

Según lo dicho hasta ahora pareceobvio agregar que el momento de lacura es el momento donde se creaun espacio de relaciones distintas. Yesto es válido para toda persona queparticipa de la vida hospitalaria, deéste o del otro lado de la enfermedad.Si es un técnico el que lee segura·mente se sentirá desilusionado, lMtn­sará que faltan parámetros para mediresta experiencia, ·que no es posiblehacer psiquiatría de esta manera coor·dinando un e.norme número de va­riables, sin poder controlarlas a todas.O dirá que es irrepetible como po­sibilidad de trabajo clínico, de acciónconcreta en un manicomio tradicio­nal. Los límites son poi íticos; semiden en posibilidades de maniobra

poi ítica. CI ínicamente es posiblecuando la decisión de hacer saltarlas barreras opresivas tiene fuerzacomo para hacerse oir, y espaciopoi ítico en el cual concretarse.

Nos gustaría que ante el pensa·miento de que "esto no es psiquia·tría", que surge siempre frente a estetipo de trabajo, se haga el esfuerzode pensar más allá del lugar que ledieron a la psiquiatría; lugar quedurante más de un siglo se llamóhospital psiquiátrico, que ahora co­mienza a denominarse "ambulatorio"o "centro de higiene mental", dondela estructura es siempre idéntica: unpunto físico de encuentro, rotuladoen su función y objetivo (consultorio,gabinete de diagnóstico, sala de te·rapia, etc.), sanos con poder técnicoen sus manos y enfermos sin ningúnpoder en el otro.

Si conseguimos por un momentoinvertir el problema, y no decir queesta gestión no es psiquiátrica, sinoque la psiquiatría es aquí entendidacomo un desplazamiento del espaciomismo que ésta ocupa, hemos dejadohablar a este discurso.

Hay otro salto que fue condici6ndel desplazamiento físico de la psi­quiatría: pensar las enfermedadesmentales sin divisiones nosográficas.En un mundo de etiquetas, en ur.

centro de asistencia que nos obligaa elegir, a seleccionar para curar(como máximo puede resolverse elproblema de los pacientes con pen­samiento simbólico desarrollado),proponemos un proyecto que movi'liza a todos. Tomamos el denomina­dor común de la marginalidad (eoeste caso en su condición de clase) Ydamos un salto todos juntos, desdelos psicópatas a los psicóticos.

Por eso la técnica sola no sirve,porque cuando se hacen tests paradiagnosticar, dentro de la lógica tra­dicional, se crean diferencias. Cues'tionamos en el ámbito hospitalariola división primera de crónicos Yagudos.Nos oponemos a hacer lo que nOSmandaron a hacer, a distinguir el bieOdel mal, a poner los descartes de UOlado y los aprovechables del otro. Sisaltamos esta etapa usando solo 1.5técnicas terapéuticas, una vez misparcializamos el proyecto común, eOsubgrupos que defiendan situacionesparticulares.

Por último intentamos poner enpalabras una breve explicación de loque es el proyecto común; es "construcción de un espacio que c()l"l­tenga la diversidad (síntomas, dis­minuciones, incapacidades) dá~~la posibilidad de un lugar soc;-;.

distinto del que actualmente tiene.

LOS Ll8ROS, Meyo-Junio 1975

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Un caso:Regina

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1Qa LI8ROS, Mayo-Junio 1975

El Objetivo común, escribimos, esuno de los aspectos centrales de lagestión en el hospital de Trieste.Este concepto está detrás de la acti­tud de los miembros de la comuni­dad, y lo ejemplificaremos a travésde un episodio con una paciente,Regina, que representa un "casoproblema" dentro del hospital.

Regina tiene 12 años de interna­ción, 32 de edad, es casada, con unahija de 13 años, y a pesar del carác­ter crónico de su enfermedad es muylúcida y vive su relación con su fa­milia todavía como contradictoria.Podría decirse que participa activa­mente en la transformación del hos­pital, pero al mismo tiempo demues­tra en cada uno de sus gestos el líomite de su participación. Cuando ungrupo de estudiantes viene a visitarel pabellón es Regina la que plantea,en asamblea, con terrible claridad/losefectos del manicomio: "Me costóaños entender que habla entrado enuna trampa sin solución; si hablabay exigía respuestas al médico-jefese me decía 'agitada'; si en cambioestaba muda todo el día era la'apartada':' ASI Regina (reina pordenominación familiar) es palabrareveladora del mecanismo institucio­nal anterior, pero es también la queinutiliza cualquier planteo optimistasobre la nueva manera de conducirel trabajo, mostrando cómo en su ca­so particular se le dieron posibilida­des de repensar su vida, de tener mo­mentos de contacto con cosas nue·vas, distintas del destino institucio­nal, pero cómo todo esto fue almismo tiempo falso en la medida enque volver a un grupo familiar des­pués de 12 años es imposible, y cons·truirse otro significa perder la únicahistoria que se tiene, aparte padeceruna desventaja que lo convierte entarea de gigantes.

Pero las complicaciones no se dansolo en el nivel de este juego verbal,en la contraposición de análisis, odiscusión de perspectivas. Mientras lavida del pabellón sigue su curso se

hace un trabajo de acercamiento en·tre Regina, su marido y su hija. Elmarido había sido durante todos losaños transcurridos la persona que lavisitaba cuando los médicos lo es·tablecían, y la que no se hací~ vercuando aSI se determinaba; esta dis­ponibilidad tenía como condición lapermanencia definitiva de ella en elmanicomio. Cuando el hospital seabre y las visitas no están más re·guiadas por un reglamento, el maridoles impone un ritmo fijo, estereoti·pado, casi idéntico en frecuencia alanterior (una vez cada 15 días) enel cual raramente incluye a la hija.

Cada vez que venía se quejaba decambios producidos en el hospital:puertas abiertas, gente desconocidaque caminaba por los pasillos, amis·tades de su mujer, etc. Se hacen reu·niones con Regina, su marido y suhija, para discutir el futuro de Re­gina que no presenta ya ninguno delos síntomas que habían determina·do la internación. Marido e hija re­chazan violentamente la posibilidadde la vuelta a la casa; se intenta me·diar la angustia de ellos que evi·dentemente habían encontrado unequilibrio entre sí que no incluía ala esposa o la madre, pero que pro.bablemente necesitaban de ella parasu supervivencia ya que nunca seplanteó la necesidad de separarse, ynunca se produjo una ruptura mí.nima de los niveles formales de en.cuentro entre ellos. Las charlas conel grupo familiar son difíciles; Reginaquiere volver a su casa y otupar ellugar que para su esposo tuvo antes,pero que para su hija no tuvo nunca(o solo en visitas esporádicas). Lafamilia rechaza esto en bloque, endefensa de la propia organizaciónlograda sobre la base de una relaciónbinaria padre-hija, con madre ausenteen el fondo del escenario, a causa desu·enfermedad". Así y todo se con.siguen cambiar ciertas actitudes, va.riar el nivel formal de acercamientoal problema en una situación másflexible. La evolución de este proce-

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Pedidos de colección a

NUMEROS 1 ·40AÑOS 1969nS

físicamente a una enfermera (quehabía conocido en el pabellón apuertas cerradas donde pasara años)hiriéndola en la cara. Fue una ac­ción desesperada que recibió la crí­tica de sus propias compañeras deinternación, pero ya el mecanismose había desatado y Regina repro·ponía el manicomio con gestos co­herentes con su propia historia ma·nicomial: agresión violenta de tipofísico, que requería intervencionesmédicas de urgencia, con la conse·cuencia en cadena del rechazo ato·do tipo de asistencia, ya sea diálogoo sedante, a través de gri tos e inten·tos áe fuga en una espiral crecienteque trajo el miedo en toda la sala:en los "viejos internados" porqueveían reproducirse en este episodiola manicomialidad del pasado; en lospacientes más nuevos por el terrorante un hecho brutal, desbordante,que repetía cada uno de los estereo·tipos de la "locura violenta".

En la tarde de ese día Regina 110'ró sin lágrimas, monótona y espas·módicamente en una cama, con lacara contra la almohada, negándosea cualquier tipo de acercamiento;cuando se hizo la asamblea el temagiró alrededor de los pasos a seguirfrente a lo sucedido. Hubo tres he·chos de interés en esa reunión: losenfermeros, incluso los más jóvenese identificados con el trabajo detransformación, pidieron seguridadpara sí mismos porque decían ha·ber comprendido la "peligrosidadreal" en la cual vivían de la mañanaa la noche (propusieron cursos deadiestramiento para defensa propiay aumento del número del personal).El equipo terapéutico, en posiciónexactamente antagónica, hablaba ennombre de lo que podía ser la vi'vencia de la paciente, su frustración,su necesidad compulsiva de repetirsea sí misma que el único camino erala internación definitiva, porque toodos los hechos la llevaban a encon°trarse con esta propuesta, impl ícit8o explícitamente. Los pacientes os­cilaban: los que tenían más largoSperíodos de institucionalización pe­dían medidas represivas extremas:los más "nuevos" aseguraban queéste era un momento especial queiba a pasar y no había por qué s8­ear conclusiones generales sobre lasmedidas a tomar como si se tratas'de un episodio cotidiano. .

Esa noche Regina no durmió ni

so lento y lleno de crisis era absorbi·do por la vida del pabellón, ya seaa través de las asambleas, o en las dis·cusiones en pequeños grupos. Pode­mos decir que nadie ignoraba en lasala quién era Regina, cuál su pa·sado, su problemática actual, y susposibles alternativas.

Habíamos acordado que ella fueraa su casa algunos días a la semana,en horas y días muy precisos, cuan­do su presencia podía tener clara·mente un Significado; momentos enlos cuales pod ía recuperar o asumirpor primera vez algun os roles (or­ganizar los armarios en el cambio deestación, hacer las compras, salir consu hija). Soportaba los fracasos bas­tante bien, y los éxitos flexibiliza­ron enormemente la situación, abrien­do la posibilidad d~ nuevos puntosde contacto. Después de meses detrabajo continuo en esta línea de"visitas a la casa" y "charlas en elhospital" Regina hace una gran cri­sis; había pasado la tarde en su ca­sa y querido hablar con las maes­tras de su hija, actitud que fue cenosurada de manera muy dura por ésta,quien le dijo que no debía meterseen asuntos suyos. La discusión cre­ció entre ellas hasta que Reginacomprendió que su hija no teníanada que ocultarle sobre la escuela,sino que el problema era que se aver­gonzaba de ella. Dolorida y rabiosavolvió al pabellón por sí misma y em­pezó a provocar a todos con el rela­to del rechazo padecido; retomó lascríticas a un hospital que la inducíaa pensar que la vida afuera era po·sible, para someterla luego a unafrustración seguramente definitiva. Elpersonal y el resto de los pacientesintentamos moderar esta actitud, re·presentando lo que pod ía ser la vi·vencia de su hija invadida en un te·rreno que había sido sólo suyo hastaese momento. Regina como respuestapreparó un paquetito de objetospropios e insistió en irse, en volvera su casa para imponerse como pre·sente y determinante en cada una delas actividades familiares. La asam·blea le impidió salir y se propusoestar con ella para impedirle un ges·to destructivo, que podía anular unpaciente trabajo de reconexión quese estaba produciendo. Temíamosque volviera a su easa por su cuentay provocara una ruptura.

Esa noche permaneció en el has·pital, pero al día siguiente atacó

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permitió que nadie se le acercara;comió solo naranjas y siguió durantehoras con la cara escondida y en lacama. Solo se movía para ir al bañoo comer naranjas. No respondía aninguna pregunta o comentario ysólo aceptó que una de sus personasde "confianza" -que la acompañabaen los encuentros familiares- peromaneciera en la puerta de su habi­tación.

El equipo había tomado la de­cisión técnica de que uno de susmiembros debía estar siempre pre­sente (día y noche) junto a la pa­ciente, y fundamentalmente junto alos enfermeros.

Este estado se prolongó duranteuna semana; mientras tanto los pa·cientes iban y venían: miraban des­de el umbral y se alejaban sin hacerruido. Todos habfamos tomado conansiedad el hecho; hasta los másperturbados hacfan silencio frentea la habitación de Regina. Una solaPaciente, que estaba pasando un pe.rfodo delirante agudo se paraba enla puerta y le hacía grandes discur­sos, cuyo contenido aproximado eraeste: "No se puede jugar sin límites,Porque después uno se queda afueradel juego".

Mientras tanto en las asambleaslos pacientes crónicos discutían elproblema en términos de si ReginaSe volvería o no a su casa, si se que·dan'a definitivamente adentro; tamobién el equipo terapéutico colo­taba el caso en ese nivel, el adentro­afuera absolutamente estático y con­trapuesto como vacío-lleno, nada·todo. Esta es la única opción den­tro del mundo manicomial, que noe~ nUnca alternativa porque el "va­c.IO-adentro" no crea nunca la po­sibilidad del pasaje al "lleno-afue­ra".

Cada uno de nosotros había lle­gado a sentir que sólo era posibleun diálogo con ella cuando tuviéra·Il'los algo para ofrecerle y en realidad~entl'amos no tener nada, ni siquieraOs elementos mfnimos para abrirulla charla. Con este reconocimiento~aba i~.plícito "ella tiene razón",Ua crOniCidad es insuperable", "cuan­~ el manicomio ha sido incorpora·tri. no se puede vencer". Razona·q~ento impotente e inmovilizadorlar~ desconocía el trabajo hospita­trale, la vida misma del hospital enltlenSformaci6n como verdadero mo·

nto entre el "exterior" y el "in·

lOSLIIlROS, Mayo-Junio 1976

terior". Reconociendo el manicomiocomo indestructible y absolutamen­te opuesto al mundo externo acepotábamos la lógica manicomial y neogábamos nuestra propia acción es·pec{fica. Cuando pudimos hacer toodos esos pasajes, empezamos a en·tender con mucha dificultad que elúnico modo posible de salir de laparálisis era recup~rar a la pacientecomo miembro activo del pabellón,sin considerar que el acercamientosólo era posible si podíamos daruna respuesta absoluta a su crisis.Volvimos a repensar los hechos; vi­mos que en los últimos tiempos prác­ticamente la función de Regina den­tro de la vida comunitaria se habíaesfumado; todo su afán estaba con·centrado en la vuelta a la casa; ha­bía perdido así su función dentrode la sala. ASI un fracaso afuera sig­nificaba forzosamente la destruccióntotal, el retorno a los slntomas insti­tucionales de "la vida al lado" perono en conjunto, en grupo. El co­mentario de la paciente que se acer­caba a Regina para decirle que habfadesbordado un juego indicaba, poroposición, nuestro propio juego tamobién desbordado, porque por huestrofuror de recuperar repetíamos lalógica contra la cual luchábamos, omejor dicho, a pesar de la intenciónpermanecfamos presos de un modoindividual de comprender las situa·ciones.

Esa misma paciente obtuvo laprimera respuesta de Regina. En unmomento en que esta enferma se ne­gaba a vestirse, Regina intervino pa­ra ayudarle, recuperando de estamanera las funciones perdidas y elsignificado que tienen dentro de lacompleja interacción diaria.

Repensando notamos también quesu agresión a la enfermera no fueinterpretada dentro del marco dereferencia habitual en nuestro tra·bajo, esto es la responsabilización.No le habíamos mostrado que suataque había sido posible. porqueestábamos en un terreno "a puertasabiertas" donde todos tratábamosde tenernos confianza y no funcio­nábamos como carceleros dispuestosa defenderse Y por lo tanto a atacar:que esto no se hacía por bondad sinoporque estábamos comprometidosen una tarea común, convertir al ma·nicomio Y su estructura en un espa·cio distinto con alternativas diversas;por lo tanto su gesto iba contra todo

DESPUES NO DIGANQUE NO LESAVISAMOS

EL CAPITALISMO SALVAJE ENEE.UU. - Marianne Debouzy. Cómoempezó todo? En la investigaciónsobre cómo se formaron las grandesfortunas en los Estados Unidos, unahistoria de gangsterismo semi legal ypiratas de frac. la autora encuentralas ratces de mucho de lo que pasaen la socieda~ norteamericana dehoy.

SOBRE EL TROTSKISMO - KostasMavrakís. Nuevos elementos para lapolémica: superando mitos erigidospor trotskistas y antitrotskistas, unainterpretación marxiita no dogmáticade la doctri na y sus impl icancias.

TEATRO DEL OPRIMIDO y otraspoéticas poi íticas - Augusto 80al.Uno de los renovadores más fecundosdel teatro en Latinoamérica abre laperspectiva para un arte dramáticoacorde con las urgencias de nuestrotiempo y nuestro continente y con­vertido en arma al servicio de la li­beración.

LA MALCASTRADA - Emma San­tos. Presentación de Roger Gentis_Hasta ahora la psiquiatría "expro­pió" la voz de la locura. En este li­bro, escrito por una mujer que "en­loqueció" luego de trabajar comocuidadora de los niños de un co­ttolengo. la locura habla por sí mis­ma.

PAUL NIZAN; INTELECTUAL RE·VOLUCIONARIO - Toda la dolo­rosa aventura humana del autor deAdén-Arabia y La Conspiraci6n a tra·vés de su correspondencia de Adén,sus cartas desde el frente y sus mili·tantes notas periodísticas.

NELSON FERNANDEZ, HISTORIADE UN NIlQO SORDOMUDO - Ali­cia Penino. La lucha por quebrar las"murallas del silencio" librada porun niño a quien su familia habíacondenado al aislamiento. descriptacon calidez testimonial por quienpromovió ese combate.

BREVE HISTORIA DE TODAS LASCOSAS - Marco Tulio Aguíl,ra Ga­rramuRo. Un nuevo novelista colom.biano para tener en cuenta.

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DOCUMENTOS CONTEMPO·.RANEOS

Problemu de la JibeJaelón de lamujer - Eve1yn ReedSamizdat (Voces de la oJlOsi.ción soviética) - Seleccion yprólogo de George Saunders

El golpe gorila de 1955 ­Nahuel Moreno

Qué fue y qué es el peroniano- Ernesto González

La lucba contJa el fascismo enAlemania - León Trotsky

SELECCION TEMATICA ­León Tron/cy

ContJa el terrorismo

Sobre 101 sindicatos

Sobre Europa y EE.UU.

TEORIA y CRITICA

G<o<.. N....k PéICI~lderlal1is'tciI-ia ', ..'11101 ;¡'.Ilif• ~oI' '~'11U1 ".~. ",,,,,,,1;1 ;11 ....1IN'>....."'"111 ' ... ~'" 1..-.HI1Il.h 1lI.h

U.,I"•.• Io: kl,..'.·, ..... I"..... ".,·" ••• 111 N8huri rt1oftono.

Pala comprender la IUatoria ­Georgt Novack

DI próJcÚ1Ul aparición

LoI orísenes del materialiamo- GeolJe Novack

Obra. ..co.ida. ele Ilo..Luxembur¡o

~. ediciones..,. pluma

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este proyeCto, rompía una línea decomportamiento en la cual nos ha­bíamos puesto de acuerdo. Esteplanteo que apela a la culpa va másallá de ésta porque permite la per­tenencia a un grupo y el compromi­so con una meta a una persona quepadece precisamente la carencia depuntos de referencia, la ausencia deun continente del cual sentirse par­te.

Desde esta perspectiva partimosde nuevo en el intento de recuperar­la primero para el pabellón, despuéspara sí misma. Sin este pasaje es ine­vitable volver al manicomio, al es·tado en el cual la recuperación de­pende del azar, de la casualidad, dela preocupación que ·Ios otros porsu cuenta y cargo puedan tener. Lainstitucionalización se fractura cuan­do se rompe la 16gica de estar al la­do desde hace años sin ninguna in­teracci6n práctica, real, modificado­ra. Intentando una tarea en común(que no puede ser nunca la resolu­ción de los problemas personales)se puede salir a recuperar cada cri-'sis particular y volver al punto departida en otro movimiento.

Entonces otra vez ahí. al lado dela cama, para mediar las relacionesentre Regina y cada una de las per­sonas que por sí mismas se acerca·ban a ver qué' pasaba o a preguntar.Una de las funciones que Reginahabía desempeñado mejor era acom·pañar y ubicar a las pacientes nuevasdentro del pabellón, advirtiéndolessobre las manipulaciones posibles,desde su posición de desconfiada"que se las sabe'todas". Con la ayu­da que le ofreci6 la paciente quemencionábamos y con nuestra pro­pia intervención regulada desde elnuevo criterio, Regina fue reapren­diendo su papel y al mismo tiempose tornó posible su participaci6n enotros niveles de la vida comunitariay, por este camino, la recuperaci6ndel trabajo hecho en el ámbito fa­miliar.

El relato de este episodio puederesultar ingenuo en la medida en quese dice. que al paciente se lo recu­pera siempre a partir del momentogrupal; mecanismo clásico de tantosgrupos que sobreviven precisamentesobre la base de su reforzamientoconstante como endogrupo. Se lopuede interpretar también como eluso de la interacción entre los mis­mos pacientes como elemento tera-

péutico, base de la técnica de lacomunidad terapeutica. Seguramen­te todos estos elementos tienen supeso, pero la lucha, el motor eje dela situaci6n es transformar el hos­pital, acción que depende de todos,porque si queda en manos del equi­po médico-psicológico dejamos abier­ta la posibilidad de manipulación yla reproposición constante del nivelde institucionalización asegurado porlas estructuras de poder. No pode­mos tampoco permitir que un miem­bro se paralice, porque el contra­movimiento que su parálisis represen­ta detiene el desarrollo del grupo, in­troduce de nuevo la diferencia entrelos recuperables y los irrecuperables,repropone la segregación, trae al senode la sala la locura como gesto in­comprensible. Por eso el objetivocomún pasa por una práctica distin­ta: sin esta práctica no hay trans­formación posible.

Hay un elemento en el episodioque analizamos que puede dar lapauta de c6mo el compromiso en latransformación del hospital es reto­mado permanentemente por los dis­tintos personajes de la vida del pa­bellón, ya que la gestión diferenteasí lo exige y lo requiere cada día.La enfermera herida falt6 dos díasal trabajo por decisión del médicoresponsable. Esto implicó la nece­sidad de encubrir el motivo de sUausencia, porque hubiera bastado queel certificado médico dijese que ha­bía sido atacada por una pacientepara que inmediatamente la policíaviniera a hacer el interrQ9atorio YRegina entrara en la calidad de "in'ternada por la fuerza" sin posibili­dades de moverse del lugar y bajoentera responsabilidad del equipo te­rapéutico. Que la enfermera no lo de­nuncie, que el médico cl ínieo "io­vente" un motivo de ausencia, sonpequeños detalles solo posibles enla medida que la discusión sobre elpasaje del manicomio al hospitalabierto se mantenga continuamentey sea asumida en sus consecuenciasreales. los pacientes no están eXen"tos de esta responsabilidad; por eSORegina debía asumir su gesto agre­sivo, reconociendo que con ese ges'to se arriesgaba a sí misma y poníaen riesgo una línea de trabajo.

Mar(a EI.na Petrilli~Mauro RosNtti .:..A

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-FICHAS-la dependencia y el latifundioseñalan los dos rasgos fundamenta­les que determinan el carácter de laestructura económica argentina. LosLibros intentará a través de una se­rie de trabajos que se publicarán aPartir de este número y en los suce­sivos, brindar" sus lectores a travésde informes concisos los elementosfundamentales de an'lisis requeridosPIra la comprensión de estos fenó­!nenos. Comenzamos por un breveIIlInorama del desarrollo industrial.rlllntino en las condicione. de la-pendencia.

La industrializacióndependiente

Eugenio Gastiazoro

'''Da ....,-.0., Mlyo-Junlo 1976 1.

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El desarrollo de una industria en nues­tro país atravesó dificultades graves, vin­culadas con los efectos de un agro do­minado por el latifundio y, por tanto,al servicio de los intereses terratenientes,y con la creciente penetración, a partirdel último tercio del siglo XIX, decapitales británicos.

La industria carecía entonces de unmercado estable ya que el desarrollo agro­pecuario impulsado por la clase latifun­dista imped ía el asentamiento permanentede amplias poblaciones rurales. Por suparte el capital extranjero invirtió, en unprincipio, sólo en la infraestructura nece­saria para el esquema de pa ís "agro-im­portador". Sin embargo, dentro de loslímites y con las deformaciones propiasde este marco, tiene lugar, desde finesdel siglo pasado, cierto desarrollo indus­trial, referido especialmente al indispensa­ble procesamiento de algunos productosprimarios, como el azúcar o la uva, y ac­tividades vinculadas con la construccióno reparaciones, etc. La expansión de laproducción agropecuaria y de las activi­dades de exportación, y las inversiones ex­tranjeras ligadas a ellas (ferrocarriles, fri­goríficos, etc.) abtieron la vía de un im­portante desarrollo urbano, particularmen­te en la ciudad-puerto, que requirió unaserie de actividades productivas y de ser­vicio que, a su vez, tuvieron como efecto

la expansión relativa del mercado inter­no. No obstante, hasta 1930, la mayoríade los productos manufacturados -inclui­dos los alimenticios- era importada.

Los capitales extranjeros que hasta esafecha se radicaron en el país monopoliza­ron sectores claves del transporte, elec­tricidad y acondicionamiento de alimentospara la exportación. La tónica de unaalta concentración bajo el control directodel capital extranjero es un rasgo funda­mental del desarrollo dependiente argen­tino y trabó al mismo tiempo las posi­bilidades de expansión del capital nacio­nal que se invirtió en actividades subsidia­rias o dependientes de las grandes empre­sas extranjeras. Son excepció n algunas pe­queñas industrias vinculadas directamentecon el consumo - panaderías, herrerías,etc.

Los inmigrantes que llegaban confia­dos en obtener tierras, se enco ntraron an­te una situación que los obligaba a so­meterse a relaciones semifeudales respectode los terratenientes; por lo demás, elsistema de propiedad de la tierra consti­tu ía una traba para que se asentaran enforma permanente en el campo. Por im­perio de estas condiciones, muchos deellos se veían obligados a recalar en· loscentros urbanos. AII í debiera n unos tra­bajar como asalariados, otros en laboresartesanales; _ fUI conformando di este

modo un fuerte sector urban o de pequeñaburguesía, propietaria de empresas redu­cidas, donde el inmigrante que no pudollegar a ser campesino propietario consoli"dó con mucho esfuerzo su situación enactividades industriales o comerciales. Laslimitaciones eran muchas: el mercado in­terno segu ía siendo muy restringido y nO

existía un desarrollo de la producción dematerias primas fundamentales y en es..pecial de maquinarias y equipos.

En este marco, la población del paíscreció, aunque escasamente si se lo como"para con lo que ocurría simultáneamenteen Estados Unidos: cuando allá llegabanun millón de inmigrantes, .Ia Argentina-en cifras netas- apenas superaba loscien mil. Las condiciones de ambos países,en lo que se refiere al a~cceso a la tierraf

eran radicalmente diferentes. El predomi"nio del latifundio se refleja, en el caso d'Argentina, aún hoy en la densidad de lapoblación: 8 habitantes por km2 par'todo el país, cifra que ocu Ita el otropolo de la distribución, 16.000 personaspor km2 en Buenos Aires.

'Durante las crisis de los años treinta,cuando ya hab ía tenido lugar un relativOdesarrollo del mercado interno que co"yunturalmente no podía ser abastecidOdesde el exterior, algunas empresas eX"

tranjeras comenzaron arad icarse en elpaís, con el objetivo de abastecer et

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te mercado en expansión. Firmas queanteriormente eran sólo sucursales de im­portación comenzarán a producir indus­trialmente y conformarse en grandes em­presas de carácter monopólico. Serán a­Péndices de la industria de los paísesimperialistas, no se desarrollarán de ma­nera integrada sino más bien como pro­ductoras de bienes finales, cuyo pro­cesamiento anterior se lleva a cabo en el8Ktranjero. Con este carácter se instalanGeneral Electric, Ducilo, Duperial, Phi­lips, etc.

Este tipo de industrialización depen­diente se expresa también en las inverrsiones extranjeras en ferrocarriles, cuyodesarrollo no implicó la afirmación deuna industria de transporte, siderurgia oacero. Los ferrocarriles s610 crearon a sumargen una industria de reparaciones ytalleres.

En lo que respecta 8 las ramas textil,de aparatos eléctricos, etc. se continuódependiendo del exterior para la adqui­sición de las máquinas y herramientas~ecesarias. En estas condickJnes las po­labilidades de un desarrollo autónomo fue­rOn limitadas, ya que el capital extranjerodominaba lo fundamental de la industriay determinaba el .tipo de desarrollo in­~Ultrial argentino. Así se constituyó unaIndUstria de bienes finales, que dependióde la producción externa de materias pri­:as e intermedias y fundamentalmente.....A~aquinarias y medios de trabajo. A"''''1 de los años, a partir de la décadadel treinta con un ritmo más acelerado,crecen las ramas de alimentos, textilesy COnfecciones y, posteriormente, la me­ta'urgia liviana, sobre todo en lo relativo:: producción de bienes de consumorr abl.; en años més recientes se desa­~I~ la producción de bienes industria­DItr,nt..mediOs, como los de la industria

Oqu¡mica y siderúrgica.no El capital extranjero controla puntos":ales ~e la producción industriel,. alde "Opalizar por ejemplo la producciónda una materia prima o intermedia fun­~~ntll. Si consideramos la industria... lca -.V éste es sólo uno de los ~asoste efectivamente se registran- es eVlden-

que las empresas medianas y pequeñas::lIttoras de articulas terminados, se"'o entr~n subordinadas a la empresa~OPOhsta que fija a su arbitrio los" os, condiciones de entrega y pago,.. Como en esta rama existen cientostM.-..Pequeftos productores que compiten"·1 '_ treSI , los mayores costos no pUflden"" "adados a los precios; así, parte deIIollCl,:","Cies son absorbidas por el mo­tie Ilti10 a través del manejo de la mate-

Enlile fundamental.Otrol casos, como el de la indus-

·'-L.aA...08, M8yo-Junio 1976

tria automotriz, se monopoliza la pro­ducción final, pero se abre cauce al de­sarrollo de industr¡as elaboradoras de par­tes. Mientras la industria terminal ocupa50.000 personas, la de partes o subsi­diaria ocupa 250.000. En esta situaci6n,que señala la importancia cuantitativa dela mano de obra ocupada por las subsi­diarias, los monopolios del automotor im­ponen precios y condiciones ya que lassubsidiarias producen elementos o partespara un modelo determinado y necesa­riamente deben venderlo a la empresaque lo fabrica.

Uno y otro caso indican que la peque­ña y mediana empresa crecen de acuerdocon la política y los intereses de losgrupos monop6licos. Es oprimida perm.nentemente por el monopolio que recortasus ganancias y del cual depende su pro­pia existencia. Esta situación se agravapor el control del crédito en funci6n delos intereses monopolistas.

Todo eUo denuncia el proceso de con­centraci6n y centralizaci6n del capital enla industria argentina en los últimos años,cuando los monopolios extranjeros fueronconquistando posiciones dom inantes. Es­tranguladas por este proceso, en los últi­mos diez años q'uebraron 50.000 pequeñasy medianas empresas. El avance de laconcentración surge claramente del análi­sis de la evolución de las 100 principalesempresas de nuestro país. Hace veinte

""'Años, las 100 principales empresas (17de ellas extranjeras) cubrían un 20% deltotal de ventas realizadas por unas 250.000empresas. Este índice supone ya una con­centración muy elevada. Actualmente, las100 principales empresas (65 de ellasextranjeras) cubren aproximadamente el35% de las ventas totales.

Los capitales extranjeros, una vez quedominan determinado Sector, se expan­den en lo fundamental sobre la base derecursos internos; con ellos incrementansu patrimonio V acentúan la tendenciaa la monopolizaci6n de sectores claves.Para dar un ejemplo: la Ford trajo a laArgentina sólo cinco millones de dólares,capital con el que inició sus actividades;hoy cuenta con un capital superior a loscincuenta millones.

Estas ,grandes empresas también subuti-

lizan recursos, trabajando por debajo desu capacidad instalada; sus ganancias seoriginan más en las condiciones de mo­nopolio que imponen al mercado que enla expansión de la producción: una vezinstaladas no reinvierten sino un mínimonecesario para su negocio en el país; susutilidades son remitidas al exterior oinvertidas en otras ramas cuando las con­diciones económicas que se presehtanson extremadamente favorables. Las em­presas automotrices son también en estecaso un buen ejemplo: una vez controla­do el rubro, como la posibilidad de ex­pansión de las ventas está directamenterelacionada con la reducción de los pre­cios, las empresas prefieren remitir todassus ganancias al exterior, en lugar de am­pliar sus plantas. Sólo cuando se atravi.sa una situación excepcional, como lacreada por el ministro Krieger Vasse08con la devaluación de marzo de 1961,estas empresas reinvirtieron en el país,pero no en el rubro automotriz sino enotros donde abundaban las pequeñas ymedianas empresas en crisis. Ford com­pró entonces Acinfer (hoy Metcon) yTransax; también pasó a su dominio Phil-,co, de la rama electrónica y eléctrica.

La remesa de divisas al exterior porparte de las empresas extranjeras es de im­portancia: el Banco Central registra anual­mente de 100 a 150 millones de d61aresde remesas en concepto de ganancias; otrotanto es lo que • remesa por regalíasy pago de patentes, que en muchos ca­so son en realidad utilidades encubi.-­tase

Oesde otro punto de vista, las condi­ciones de dependencia en las que se d.sarrolla la industria en la Argentina, inci­den en la carencia de industrias de mediosde producción y en la necesidad d. ad­quirirlos en el exterior. Este rasgo esté enla base de la gran rigidez de las impor­taciones de insumos industriales V mediosde producción sin los cut.s las industriasno podrían funcionar. la otra cara d.este proceso es que la industria depen­diente no está en buenas condicionespara exportar produetos industriales; 8

causa de lo elevado de los costos de laproducci6n nacional y del precio de losinsumas importados, los precios no r.suttan competitivos en el mercado inter·nacional. Los sectores más dinámicos yque trabajan con estándares internaciona­les están, por otra parte, en manos delcapital extranjero, que no parece intere­sarse en exportar excepto con la seguridadde enormes beneficios, muchas vICes lo­grados a costa del Estado a través delsistema de reintegros y reembolsos ver­daderos subsidios 8 las empresas .~tr8n­jeras.

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" 'Recursos energeticosmundiales

Juan Carlos Ferré

El capitalismo nace bajo el signo delcarb6n; las fábricas que surgieron con laRevolución Industrial se instalaron en lavecindad de las minas de carb6n: esta­blecimientos siderúrgicos, industrias me­cánicas, talleres de transformaci6n cuyamano de obra provenía de los conglomera­dos urbanos radicados alrededor de lasminas. Se conforman así esas concentra·ciones industriales y urbanas tan estrecha·mente ligadas a los albores del capitalismo,con todos sus rasgos de grandeza y miseria.

Ya en el siglo XX, a lo largo de casitoda su primera .mitad, el carb6n siguedesempeñando un papel preponderante:los grandes productores de carb6n domi­nan la eseana mundial, y la evoluci6nde su consumo puede observarse en elsiguiente cuadro:

Evolución d.1 consumo d. _bón, para varios países o grupos de paí_(en millones de toneladas)

Evolución d.1 consumo da camón ••China

(en millones de toneladas)

Distribución porcentual dI! consumo d. r.cursos en....éticos .n la URSS yR.pública Popular China

Alo _lIón petról.o gas natural hidroelectricidad

URSS1950 75,6 19,1 2,5 1,11970 40,4 33,3 22,5 3,8

1950 92,8 0,9 6,3R.P. Ch. 1970 89,4 8,2 2,4

Comun.Alos TotII Europ.

Rtino EstIdosURSS Europa

Unido Unidos Drientll AsiI

1913 1220 200 292 516 30 79 561929 1325 237 262 549 36 96 921938 1209 242 230 355 113 90 1221954 1480 241 227 380 259 118 1631958 1802 246 219 380 353 125 383

Merece señalarse el incremento sub~

tanciel de la producción de carb6n en laURSS, durante el período de la construc·ci6n d.1 socialismo; ello tiene que vercon la importancia técnica y econ6micad.1 papel desempeñado por el carb6n enla URSS y sus grandes reservas carbonífe­ras. Lenin solía llamar al carbón "el pande la industria". Así es que en 1950, elcarbón suministraba el 16" del consumoenergjtico' de la URSS según lossiguientesusos: ferrocarriles 23Cl\ siderurgia 21,5Cl\centrales elktricas 18,5'%1y construccionesmecánicas 6~

Má recientemente. Repú blica Popular

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China bas6 prácticamente en el carb6ntodo su consumo de energía. La evoluci6ndel consumo puede apreciarse en toda sudimensi6n en las siguientes cifras:

Alos 1920 1949 1957 1951 1971193&

25· 31 130 270 40030

Antes de la segunda guerra mund~,las minas de hulla de China estaban ubI'cadas en el décimoetavo lugar, respectOdel mundo entero. En 1958, sus reserve'se ubican en el tercer lugar, después dilos Estados Unidos y la URSS.

En lo que se refiere a la composici6t'del consumo en la URSS y Chine, en /OSaños 1950 y 1970, la distribuci6n pttrecursos energ4ticos era la siguiente:

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Como puede observarse ambos paíseshan hecho del carbón un recurso energéticofundamental para avanzar en su deserrolloeconómico.

Estados Unidos, por su parte, siguesiendo un gran consumidor de carbónaUn cuando su producción está sujeta afluctuaciones (1930,355 millones de Tn;1945, 685 millones de Tn y 1954, 380l1Iillones de Tn) determinadas por la situa­ción del mercado mundial de petróleo ylos intereses monopólicos que lo controlan.

El Petróleo como gran competidor

El petróleo comenzó a competir abiar-

tamente con el carbón cuando la creacióndel quemador de fuel-oil posibilitó lautilización directa de los aceites pesadoscomo combustibles. Hacia principios desiglo, el petróleo encuentra sus primerasaplicaciones en las calderas de los barcos,con resultados óptimos: el fuel-oil alivianotablemente el trabajo de los fogonerosde los barcos, economiza así mano de obray también espacio, brindando al mismotiempo una mayor facilidad de operación.La utilización de petróleo se extiende lue­go a la calefacción de inmuebles industria­les y privados; finalmente su uso seincorpora, alrededor de 1910,. a los moto­res Diesel que reemplazan la máquina de

vapor en talleras y fábricas.Los resultados de la competencia entre

el carbón y el petróleo pueden observarseen la tabla que reproducimos enseguida;sin émbargo, en ella se notará también queel consumo dista de ser homogéneo desdeel punto de vista geográfico: así, parafines de la década del 60, la URSS estodavía un gran consumidor de carbón,como también lo es la República PopularChina; en América Latina, en cambio, elcarbón es escasemente utilizado. El cuadrosiguiente denuncia también las tremendasdisparidades existentes en el consumo deenergía, entre los países industrializados ylos países dependientes.

Distribución porcentual del consumo de recursos energéticos y totales absolutos, ..ra diversos ..íses y regiones del mundo11950-1970)

1950 1970

carbón petróleogas

hidroelectr. total· carbón petróleogas

hidroelectr. total·netural netural

Estados Unidos 37,8 39,5 18,0 4,7 34,15 19,1 43,9 32,7 4,3 67,44Europa Occidental 77,4 14,3 0,3 8,0 17,48 27J 55,6 6,1 10,8 47,87América Latina 9,8 72,9 8,3 9,0 2,40 4,9 67,8 18,4 8,8 9,13Japón 61,9 5,0 0,2 32,9 1,74 22,4 68,8 1,3 7,5 11,26Países socialistas deAsia 92,8 0,9 6,3 1,25' 89,4 8,2 2,4 11,30Resto de Asia 46,0 48,3 2,4 3,3 2,06 24,3 58,7 11,8 5,2 9,56Africa 61,4 36,9 1,7 1,30 43,5 48,7 1,5 6,2 3,68URSS 75,6 19,7 2,5 2,3 8,43 40,4 33,3 22,5 3,8 31,99Europa Oriental 92,5 4,8 2,0 0,7 4,41 72,7 17,4 8,4 1,5 12,76Mundo 55,7 28,9 8,9 6,5 76,82 31,2 44,5 17,8 6,5 214,50

• los totales están expresados en millones de Btu, esto es la cantidad de calor necesaria para elavar la temperatura de aproximade-mente 250 cin3 de egua en un grado centígrado; pirmite por lo tanto medir el contenido energético de los combustibles utilizados.

l«,.En Cuanto a la situación de AméricaIna, la composición del consumo de

'Rergía es altamente desfavorable ya que,Ilrfcticemente, sus bases son el petr61eoy " 11'. Debe señalarse que la actual~cia an los P*líses industrializados~Ia utilización de estos recursos en la pe-

.qUímica, en un marco de aproveche­:nto intensivo de los miamos. Tanto elta/óleo como el liS son considerados me­

las primes demasiado nobles pira serqll1lllldes como combustibles.

,~.. ....RoS, Mayo-Junio 1876

Como puede observarse an el cuedroanterior, América LatiOl es le única regi6ndel mundo donde se da un desequilibrioten marcadamente acentuado de la compo­sición del consumo energ6tico. Ello· haresultado, sin duda, del proceso d. de­pendencia de los países latinoamericanosy mereca _ anelizado en particular. LaArgentine es un buen ejemplo. En ., al'lo1973 la distribución porcantual de consu­mo es la que sigue:

carbón petr6leo Ges2,3 68,4 21,3

Estas cifras edquieren real signifialdocuando se las compara con los recursosconocidos de cada uno de esos combusti­bles.

Un an"isis exhaustivo de esta situacióndemostrará que en nuestro país se pISÓsin solución de continuidad del I*íodode compra de carbón a I",laterra al dela .xplot.ci6n e importación de petróleoy que el pasaje de la Argentina del .._del imperialismo británico a la del yanki

tiene mucho que ver con el cambio sefi.­lado en la utilización de combustibles.Por otra parte, la defensa def petr61eoargentino cubre un importante periodode la lucha por nuestra independenciaenergética y la defense de nuestra sobera­nía; al mismo tiempo, la persistencia delas relaciones de dependencia está en labase de la situación distorsionada e niD­nal del consumo 111 la ArgentiOl. Pr6xi­moS análisis se harán cargo detalladamentede esta proceso.

REFERENCIAS

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NAZARENOY el·lobo

Beatriz Sarlo

CRUZ

s

La última película de LeonardoFavio ha despertado las reaccionesmás diversas, uf) espectro que va des­de el entusiasmo lindante con eldelirio, que señala la 'magnificencia'y el 'alto valor estético y formal' desus imágenes, hasta las objecionesprevisibles de una cr ítica 'progresista'(véase la de Enrique Raab en LaOpinión); este espectro tiene tambiénuna zona media en la cual NazarenoCruz es vista ya como una realizacióningenua y concesiva, ya como for­malista.

La pregunta que no aparece res­pondida en los análisis a que aludi­mos tiene que ver con el marco realdentro del que se inscribe fa películade Favio, marco construido con losrasgos propios de un proyecto decine comercial, de difusión masiva yde contenidos populares. No es unacuestión de detalle que Favio hayaelegido filmar un radioteatro famoso,utilizando todos los recursos de esegénero y potenciándolos en la direc­ción espectacular por momentos,siempre audaz, que con seguridadChiappe -más allá de los límitesmateriales del radioteatro que cul­tivó- hubiera deseado para su historiadel lobizón.

La obra anterior de LeonardoFavio (Crónica de un niño solo, Losamores del Aniceto y la Francisca,El dependiente y Juan Moreira) yahabían probado su capacidad para larepresentación de medios rural-urba­nos, desde el punto de vista del

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costumbrismo o del realismo crítico.En este sentido, Favio es el directorargentino que se hace cargo de temas,situaciones, mitos que, en nuestropaís, están relacionados en profundi­dad con las experiencias actuales ola historia de amplios sectores popu­lares. En su obra se reconocen sindificultad núcleos centrales de loque, desde mediados del siglo pasado,constituyó un repertorio contradic­torio y heterogéneo de temas quetenían que ver de manera directacon la vida y cultura del pueblo. Noparece aventurado afirmar que el deFavio no es sólo un caso de despiertasensibilidad y concreta percepción,sino que pienso debe vincularse conel fenómeno del populismo peronista,fenómeno complejo -e históricamen­te limitado-, cuya expresión informael Nazareno Cruz.

y' este es un centro: la cuestiónde una cultura nacional, en un paísdependiente, está vinculada con elproblema de las formas, temas ycontenidos presentes en las creacionesfol klóricas espontáneas de las masaso de los creadores que transitaronun proceso de identidad con Jossectores populares rurales o urbanos.

El Martín Fierro es un eje principalde esta tradición; el folletín -mani­fiestamente híbrido- y el circo, otro.Así las cosas, durante décadas elpueblo fue creando o identificándosecon mensajes ideológico culturalesque expresan -de manera imperfecta

y con las limitaciones de las clasesque los generan- un conjunto devalores, creencias, sentimientos y aC­titudes que globalmente se presentancomo una alternativa. a menudo CO"

mo una impugnación, limitada a (ID

dudarlo, frente al proyecto culturalde las clases dominantes, especial­mente el de los terraten ientes, pos­teriores a 1880, y los centros impe­rialistas a los cuales éstos se ligarol1en fl,.,ción de sus intereses e imPO-­niéndolos al conjunto de la nación.

Antonio Gramsci señalaba la he"terogeneidad del saber y la conceP­ción del mundo populares, subraya""do los dos aspectos contradictorio~que los recorren: por un lado ecarácter impugnador y diferenciadOrespecto de los productos culturalespromovidos por las clases dominantesfrente a los cuales las obras popularesconstituyen un sistema alternativO-débil e insuficiente- donde siexpresan algunas de sus re¡vindicaC~~nes y, sobre todo, las tenden~l"que se encaminan a la afirmaC1Ó,,,

de un espíritu de autonomía Y,~s;ón respecto de las clases domina"..tes; este carácter impugnador, esPO ~

táneo de las concepciones~,

creaciones populares, es impote~c1para llevar a ,cabo ~a tarea hist~ldfde su separación e 'ndepende~,a ,*.clase; pero -afirma GramsCI- oJU'puede ser desechado por los (etl -41cionarios sino analizado en el se:;,de descubrir sus núcleos de verdt

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luego -en un largo camino dondeel proletariado desempeñará su papelfundamental- establecer los momen­tos de ruptura y los momentos deConservación y superación.

Por otro lado, la sensibilidad, losgustos y las concepciones de lasmasas populares, que se expresan ensus materiales artísticos (cantos, le­Yendas, mitos, relatos, representacio­nes, rituales, etc.) están penetradosPor elementos ideológicos, religiosos,Culturales propios de las clases do­minantes. Este segundo aspecto es elque instala la contradicción en el senode los mensajes culturales de matrizPopular y no puede ser ignorado. ElPopulismo, desde un punto de vistaPolítico e ideológico de clase, no estáen cond iciones de quebrar estos I í­mites: es otra clase, el proletariado, elcaudillo y organizador de esta tarea.

Así planteada la cuestión nacionaly Popular en el campo de la cultura,cuando nos enfrentamos en concretofrente a una obra, se hace precisodeterminar cuál de los dos aspectosenunciados más arriba es el principal,y, por tanto, el que articula y jerar­quiza el resto de los elementos pre­sentes, sin anularlos. En mi opinión-habida cuenta de los límites históri­COs que tanto el nacionalismo burguésCOmo el populismo tienen en laArgentina- los elementos popularesde Nazareno Cruz y el lobo estánorganizados a partir del primer eje,esto es del espíritu de independencia~esPecto, en el caso que nos ocupa,e la religión oficial e institucionali­

lada en el culto de las clases domi­nantes. Ello quiere decir: el mitor~ral del lobizón, de difusión amplí­:Irna en la Argentina, reemplaza a;s historias morales o hagiográficasdel culto oficial; el sacerdote se veesPlazado por la bruja buena, la~ra~er~, personaje integrado a la~a diana del pueblito; las ceremo­

~!as de imprecación o exorcismo re-

f'sten el carácter de las expresiones81ll

10 1'. I lares y menos esotéricas o mís-ticas (una fórmula: liDios salve a sualIll',t .. .a guena"); el diablo es un palsa-~ en día de fiesta, jefe de unac'óarnanca salida de una representa­.t" ~e teatro ambulante; la madrina~ diablo, una vieja borracha, mal"blada y simpática, preocupada por­sere su ahijado ya se ha cansado dena el Malo; los habitantes del infier­t~as COmadres del pueblo, acos­"'al .r~das- 8 la rueda de I mate y la

'dlcencia. Nada de ·todo esto

l . 'Os lteROS. Mayo-Junio 1976

recuerda a las formas oficiales conque el culto reviste la posesión porel mal (basta compararlas con esaobra maestra de la ideología reaccio­naria que fue El exorcista). Son,como el gal)cho matón y perseguido "lo es respecto de la imagen oficialdel gaucho peón de estancia trabaja­dor o bravo soldado de fronteranecesaria para terratenientes estancie­ros, el fruto de una tradición yasecular, de' raíz popular folklóricarelativamente autónoma respecto delas formas imp,'estas y difundidaspor las clases dominantes.

Por todo ello, y situado dentrode los I f""ites de clase de populismo,Leonardo Favio es un di rector pro­fundamente argentino, nacional.Abordar su obra desde el ángulo deun 'progresismo' abstracto, significasustraer la cuestión de una culturapopular de los marcos de su realiza­ción histórica. Dejar de señalar suslímites implicaría, eso sí, ignorar quesólo pueden real izarse enteramentelos intereses y contenidos culturalesde las clases populares en el marcode un proceso donde la tradición yla hegemonía obreras señalen el cami­no efectivo de la liquidación' de ladependencia y de la defensa real deuna cultura populár y nacional, queincorpore contenidos definidamenteantimperialistas, democráticos y cien­tíficos.

La pelr'cula de Favio también pro­pone otro eje de reflexión. Temas ycontenidos provenientes del juegode la imaginación Y las tradicionespopulares fueron históricamente ex­presados por medio de un repertorioformal que, en el siglo XIX, seconcretó en la pavada, el canto, elfolleta'n y el circo, y ya avanzadonuestro siglo, tuvo una de sus formasde realización en el radioteatro.

Para que nadie se confunda.., Faviodeclara expl ícitamente su inspiracióny emplea a fondo y con gran audaciatodos los recursos de este género.Desde este punto de vista, NazarenoCruz es una pel r'cula donde aparecenal descubierto, intencionadamente,todos los códigos formales del, radio­teatro (con los agregados de la mo­derna publicidad). Tal procedimientono es ingenuo, como creyeron al­gunos de los críticos que hablaronsobre la pel ícula (el de La Nación,por ejemplo). Todas las exageraciones,las sobreactuaciones, los esquematis­mos y el antipsicologismo en eltrazado de los personajes, el carácter

atemporal del pueblo y sus habitan­tes, la escenografía que delata elyeso, las puertas y ventanas imprac­ticables, las fachadas de casas queno tienen fondo, la tensión perma­nente (personajes que corren más o

menos sin sentido durante toda lapel ícula) que debe mantener al és­pectador en vilo, los diálogos pocosignificativos y recitados, la inclusiónde personajes 'caraeter íst icos', emi­sarios, protectores, las oposicionessimples (amor o riqueza, la chica másrubia o un cargamento de joyas depacotilla), todas estas situaciones yprocedimientos tienen su clave en lamención de un nombre: el de JuanCarlos Chiappe.

La elección es significativa: lahistoria desdichada de Nazareno Cruz,el lobizón, hizo época en el radio·teatro, tuvo difusión nacional, fuerepresentada en los más pobres tea­tros de barrio y de provincia por lascompañ {as que la hacían por radioo la tomaban de ella. La eleccióndel género radioteatral que hace Favioes la otra cara, cohere ntol, de supropuesta. Reconocerlo así implica,por un lado, señalar su insistencia enconcretar en sus obras las formasmediante las cuales el pueblo cons­truyó ciertos elementos de su identi­dad cultur'-JI: el folletín en Moreif71,el radioteatro en Nazareno Cruz. Porel otro, practicar una lectura deNazareno Cruz que se detenga en lasexageraciones, las simplificaciones ylos elementos directamente populares,campesinos, folklóricos que trabaja,para reconocer en ellos los rasgosde una especie eminentemente popu·lar en la Argentina, especie que sinduda está signada también como elpopulismo por límites históricos eideológicos. ,

Una última palabra sobre el temade las influenCias: el público de cinemás culto se ha entretenido en detec­tar la presencia de Fellini sobre el'estilo' y los métodos de filmaciónde Favio. Seria conveniente situarseal costado de esta polémica, sof~stica·

da por lo demás. El tema de 'asinfluencias no es sino secundariocuando pensamos en Sarmiento oRoberto Arlt, pero propuesto comocentral cuando es Favio el caso. Allípareciera radicar un recha zo a lasdecisivas influencias que operan sobreeste director: 'as de la tradiciónpopulista y popular del circo, lanovela de folletín y las formas ma­sivas como el radioteatro de Chiappe.

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minaciones fundamentales de la me­diación y la totalidad y sumerge laintuición en un insondable irraciona­lismo. La historiografía dialéctica quedefiende Kofler se propone como unmétodo que aspira a descubrir laesencia histórica teniendo en cuentala "mediación" de los momentoSdentro de la totalidad concreta. Todala polémica "Introducción" de laobra insiste en este pri ncipio que,como se recordará, estaba tambiénen el centro de la perspectiva lukac­siana de 1919-1923. Y mientras Lu­kacs opon ía la dialéctica revolucio­naria de la totalidad a las tendenciasmecanicistas y revisionistas de laSegunda Internacional, Kofler com­bate el mecanicismo, el dogmatismoy "toda la habilidad para trivializarque se ha adueñado del materialis"mo histórico", herencia de la Ter­cera.

EI contexto propio de la obra deKofler, con todo, es el problema dela metodologfa historiográfica. De­nunciando los vicios del empirismo,de la sociología comprensiva, de 105

filósofos de la vida y de la dialécticaidealista, Kofler muestra que los pO"cos eruditos burgueses que contribU­yeron en algo al esclarecimiento delos problemas de la disciplina (aludea Troeltsch y Max Weber, aunqUeéstos "también se quedaron a mitadde camino y no extrajeron las últi­mas consecuencias"), lo hicieron ef1

virtud de su receptividad al aportedel materialismo histórico. Este úl·timo, reivindicado por Kofler, re­nueva el concepto de "hecho" Y le­jos de ver en éí lo simplemente dadol

subordina su significación al marCOdiferencial de las' relaciones sOCi'"les.

De esta manera, el método di'"léctico no se atiene a Ia cone)(i~causal unilateral entre los acontet';mientos, que falsea la dinámica re!y destruye la multiplicidad compleJ'de los enlaces; por el contrar.io, 8lCJplica la historia como totalidad., terpone continuamente en relaclon efI.dos los momentos históricos c~n ."totalidad. Del mismo modo, mlentr,la historiografía no dialéctiCéfela~y desenvuelve su discurso "en tJesfera de la apariencia cosificad~la ~ociedad mercantil" cuyas cat

miento positivista, tanto en su vertien­te empirista (que aún se pregunta porlos supuestos de una "lógica de la ex­plicación" histórica) como en suvariante " teor icista", para la cualtemas como los citados no son dig­nos de figurar en una "Ciencia dela historia". Ahora bien, ni Popperni Hempel vieron nunca en la his­toria la escena o el desa rrollo de lalucha de clases. Althusser, en cam­bio, es marxista y aunque su Teo­ría lo excluya -o por eso mismo-,el historicismo lukacsiano ha estadopresente en su reflexión, como la re­ferencia negati va que se trata dedesterrar, como el fantasma hege­liano que merece repetidamente elexorcismo. La lectura del libro deKofler, en efecto, evoca esta últimaconfrontación, que en rigor no figu­ra en él (publicado originalmente en1947 y revisado veinte años des­pués, el texto no polemiza con lascorrientes marxistas antihegelianas).

Situada en el medio académicoalemán, su "problemática" (que esa grandes rasgos, la del Lukacs deHistoria y conciencia de clase) se de­fi ne por oposición a la tradiciónhistoriográfica positivista y al ad-

versario ideológico de ésta, el enfo­que "comprensivo" de la historia.Es decir, contra la concepción po­sitivista del "hecho", que fragmentael desenvolvimiento histórico unita­rioen series independientes que norestituyen la dinámica interna de lahistoria, y contra la concepción"comprensiva", que ignora las deter-

Dialéctica y Totalidad:el pensamientobistoricista

Leo Kofler, Contribución a lahistoria de la sociedad burguesa,Buenos Aires, Amorrortu editores,1974, 485 páginas.

José Sazbón

Leemos: "La conciencia de Lute­ro no fue formada por la Biblia si­no por el ser histórico mismo, en elcual el individuo, activo y pensante,está fatalmente inserto. También losindividuos destacados extraen susproblemas de este ser histórico, yno los resuelven arbitrar iamente si­no de acuerdo con este ser". Leemos:liCuando repara lo suficiente en latotalidad en cuyo espacio se mueve,el pensamiento se concibe como mo­vimiento de la actividad o autorreali­zación del sujeto histórico (sociedad,nación, clase, etc.), a despecho detoda la multiplicidad y contingenciaque le son necesariamente inheren­tes". Leemos, en fin: "en cuanto secumple, en forma vívida y recha­zando la abstracción vacía, la exi­gencia de mediar cada uno de Josmomentos en el proceso total -exi­gencia que Hegel y todos los dialéc­ticos formulan reiteradamente-, nun­ca puede caerse en una 'generaliza­ción', en el sentido de ciertas socio­logías, generalización en que lo in­dividual, lo único e irrepetible de lahistoria de algún modo experimentauna reducción de su significado oes negado simplemente como tal".

Ninguna duda. Estamos frente auna típica muestra de ese histori­cismo tan aborrecido por el pensa-

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rías reproduce, el materialismo his­tórico, además de disolver la apa­riencia y permitir el conocimientode la esencia, la explica, como apa­riencia, en su funcionalidad históri­Ca y en su necesidad.

Un intento útil de confrontaciónde este buen ejemplo de historicis­mo marxista con la principal tenden­cia filosófica antihistoricista actual(en el campo del marxismo), el althu­sserismo, no puede dejar de consig­nar similitudes y diferencias a pro­pósito de algunos puntos:

1) La cuestión de la ideología.Kofler, que consagra toda su obraa mostrar la conexión entre ideolo­gía y clase, afirma que la concienciahistórica existe en el dominio de laapariencia (Althusser asentiría, agre­gando que es conveniente despren­derse cuanto antes de la concienciaa secas). Tal concienci a se manifiesta-según Kofler- en forma de ideolo­gías sistematizadas (sistema de repre­sentaciones -dirá Althusser, pero co­rregirá: éstas se imponen a los hom­bres como estructuras, si n pasar porsu "conciencia") o bien de conceptosdirectos de las realidades (lo que setraduciría en el fenómeno althusse­riano del "reconocimiento"). DichaConciencia, finalmente, "se muestracomo un elemento existencial incan­celable de lo histórico" (en efecto,dirá Althusser, "los hombres 'viven'su ideología" y esta "relación 'vivida'de los hombres con el mundo, com­Prendida en ella la historia es laideología misma") "0, lo qu~ es lomismo -sigue Kofler- de la relación~~al. s~jeto.objeto propia del proceso. Istonco" (no -dirá Althusser-, es laIdeología la que interpela a los in­diViduos como sujetos; por lo demásesa vinculación de la pareja sujeto~jeto Con la historia es puro hege-lanismo, no-ciencia, General idad 1).

11) La totalidad concreta. Estacategon'a es, para el h istoricismo;como se ve en los análisis de Ko­er-, por un lado el elemento inte­

g~ador de los diferentes hechos de la~Ida social y del devenir histórico,

Por otro, punto de llegada del pro-:So Cognoscitivo. Tanto Althusser

Illo Lukacs desenvuelven una parte:~Stancial y estratégica de sus respec­~va\~, argumentaciones a partir de lat~lon marxiana de "totalidad con­to~a como totalidad de pensamien­" (Introducci6n de 1857), Pero en~. Perspectiva lukacsiana (Historia, cOn ·ton ~/e,!cia de clase) el proceso de

Otlllllento que privilegia el punto

"OS LIBROS, M1yo-Junio 1975

de vista metodológico de la totalidades inescindible del proceso social deautoafirmación del proletariado, cu­yo "conocimiento de sí significa elconocimiento correcto de toda lasociedad", lo que lo conv ierte en unaclase que "es a la vez sujeto y objetodel conocimiento". Althusser escin­dirá doblemente esta unidad. En pri­mer lugar, distanciando al proleta­riado de la teoría y confinándolo a lapráctica ideológica de clase; en se­gundo lugar, negando la identifica­ción de sujeto y objeto en el cono­cimiento· y desvirtuando asimismotoda incidencia subjetiva. De estamanera, la totalidad concreta queda­rá reducida a una fase de elaboraciónen el proceso de producción de cono­cimientos, actividad propia de unapráctica teórica autónoma respecto ala acción poi ítica.

111) La cuestión de las "instan­cias". Contra la difundida identifi­cación de la religiosidad calvinistacon el pujante racionalismo de laburgues ía en ascenso, Kofler sitúaesa vigencia ideológica en un perío­do previo a la expansión de lasgrandes manufacturas de los siglosXVII y siguientes, época ésta orien­tada de manera racionalista. La "do­minación calvinista de la sociedad"-en su opinión- caracteriza un pe.:r{odo que no podría ser comprendi­do "como un flujo de racionalidadburguesa, y parece recaer en el máscompleto irracionalismo". Dogmascomo la impenetrabilidad de lo divi­no o la predestinación son, en elmundo de las ideas religiosas, un re­troceso oscurantista respecto de lasecularización deísta del Renacimien­to. Pero Kofler juzga que el irracio­nalismo calvinista sólo es en realidaduna apariencia, una forma que asumela racionalidad capitalista "por ra­zones que responden a las leyes de la·sociedad". Ahora bien, esta últimaformulación textual puede ser leídatambién desde la tópica althusserianade las instancias. En efecto, las leyesde estructura de una formación socialhacen que la determinación en últimainstancia de la economía se ejerzadesviando, "desplazando" el predo­minio (la dominante) en la forma~ión

hacia una u otra instancia: sólo en elcapitalismo desarrollado lo económi­co, además de ser determinante, tie­ne un papel dominante. En Kofler,pues, la "dominación calvinista de lasociedad" constituirá el índice estruc­tural de la determinación en úl\imainstancia ejercida por la organización

incipientemente capitalista de la pro­ducción. Pero más allá de esta tra­ducción recíproca, la oposición cen­tral entre historicistas y antihisto­ricistas se juega en el concepto mis­mo de historia, pues los primerosven en ésta el despl ¡egue de un ser("el ser histórico") y los segundosun objeto cient ífico con struido na"ciencia de la historia").

IV) Apariencia y conocimiento.Kofler concibe la apariencia de losfenómenos históricos, no como una"ilusión" subjetiva, sino como unelemento necesario del proceso ge­neral; la explicación de la aparienciadebe tener en cuenta su funcionali­dad histórica y, por ello, su necesi­dad. De manera similar, Althusserdistingue a la ideología de la ciencia-entre otras cosas- por el hechode que en la primera lila funciónpráctico-social es más importante quela función teórica (o de conoci­miento)". Pero mientras el primeroadmite un ·'autoconocimiento histó­rico" que expresa la tendencia "alconocimiento objetivo del propio ser,tendencia que es inherente a la vidasocial" y lleva a "una progresiónde las verdades y de los conocimien­tos parciales objetivamente verdade­ros", en Althusser el destino delavida social está condenado a una per­manente ideologización, independien­temente del progreso científico y delcarácter de clase de la sociedad.

Este cotejo, evidentemente, po­dría continuar. Lo cierto es quecarecemos de un verdadero términode comparación que abarque el con­junto de la obra de Kofler y no sólouno u otro as~cto metodológico oteórico. La escuela althusseriana noha producido casi trabajos historio­gráficos (el libro de Poulantzas Fas­cismo y dictadura no se sitúa en eseplano, pues es una obra teórica).Ahora bien, independientemente delencuadre historicista impreso a sutrabajo, Kofler sabe restituir, en mu­chos pasajes de su investigación, uncomplejo cuadro clasista de la socie.­dad europea en momentos clavesdel ascenso social y político de laburguesía, correlacionando las vicisi­tudes de este proceso con la diversi­ficada incidencia de las superestruc­turas. Entre otros efectos de estelibro, verdaderamente útil para elconocimiento de la(s) ideolog(a(s)burguesa(s) in statu nascendi, no ese~ ~en~r el recordarnos que la tra­diCión filosófica lukacsiana sigue vi­va y productiva.

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--RESENAS

"LA ACUMULACION EN ESCALA MUNDIAL"por Samir Amin.

Traducción de Rosalía Cortés.Buenos Aires, Siglo XXI, 600 pág.

Con evidente atraso respecto de su edición originalde 1971, Siglo XXI Argentina ha editado .Ia presenteobra del economista africano Samir Amin. Ensayo vo­luminoso, donde su autor intenta démostrar que "elfenómeno del subdesarrollo no es. .. otra cosa que elresultado de la persistencia de fenómenos que surgende la acumulación primitiva, en beneficio del centro,fenómenos cuya problemática es el estudio de las for..mas sucesivas a medida que se dan las transformacionesdel centro. La acumulación primitiva no se sitúa sola­mente en la prehistoria del capital: es permanentementecontemporánea. Diciéndolo al pasar, ello significa quelos falsos conceptos de 'subdesarrollo', 'Tercer Mundo',etc. deberán ser desterrados en beneficio del conceptode formaciones del capitalismo periférico" (p. 34).

Samir Amin considera muy importantes las trans­ferencias de valor que se producen en las relaciones en­tre el centro y la periferia y constituyen la esencia delproblema; afirma también que el capitalismo es un siste­ma mundial que "no puede ser reducido, ni siquiera enabstracto al mOdo de producci6n capitalista y aún me­nos puede ser analizado como una yuxtaposición depalses o sectores regidos por el modo de produccióncapitalista y otros donde rigen modos de producción pre­capitalistas (tesis del dualismo)".

La obra se esfuerza, a lo largo de sus cinco capí­tulos, en dar un marco te6rico (cap/tulos 1 y 2, casilos dos tercios del texto total) al "sistema" de la eco­nomla mundial capitalista desde el ángulo de la acu­mulación de capital en el centro y en la periferia. Lasegunda parte (capltulos 3, 4 Y 5) se propone describirlas formas que revisten esos mecanismos de acumula­ción.

En nuestra opinión, Samir Amin, al identificar eco­nomla mundial capitalista y acumulación mundial delcapital, olvida por completo una cuestión clave: situarsu reflexión en el terreno de las relaciones de produc­cion y del desarrollo de las fuerzas productivas.. Vale la

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e

rpena recordaren este sentido que el centro del análisisde Marx es justamente la acción de las relaciones deproducción capitalistas sobre el desarrollo de las fuer­zas productivas, a través de los mecanismos de acu­mulación del capital -ya pertenezcan al tipo de los dela reproducci6n ampliada del capital social, ya al de laacumulación primitiva- para reproducir dichas rela­ciones.

La acumulación de capital sólo tiene sentido ligadaa la reproducción de las relaciones de producción ca­pitalistas. Desde este punto de vista precisamente seña­lamos nuestro desacuerdo con la utilizaci6n que práC­tica Samir Amin del concepto de acumulación primiti­va; este concepto adquiere sentido en el proceso detransición del modo de producción feudal al modo deproducción capitalista, esto es, la acumulación primi­tiva entendida como el mecanismo esencial de reproduC­ción de las relaciones de producción capitalistas for­males, en tanto no eran aún reales; relaciones formalesque iban dominando el desarrollo de las fuerzas pro­ductivas a fin de transformarse en relaciones reales. (Alrespecto puede consultarse sobre este tema: Ch. Be­ttelheim, Cálculo económico y formas de propiedad,Siglo XXI, cap. 1).

La confusión sobre el carácter de la acumulaci6nprimitiva conduce a Samir Amin a afirmar: "Cuan­do se trata del intercambio desigual es un mecanismo node reproducción ampliada normal, sino de acumulaci6nprimitiva. La acumulación primitiva no sólo fue anteriorhistóricamente a la producción ampliada sino que siguesiendo contemporánea y caracteriza todas las relaciontJSentre el centro y la periferia normal" (p. 392).

El razonamiento que transcribimos niega en los he­chos que el intercambio desigual es especlfico a cad'estadio de evolución del modo de producción capitalis­ta y por sobre todo niega el carácter dominante de 'aexportación de capital, elemento central de la expan·sión imperialista, que amplía aun más la desigualdad delos intercambios.

Señalar esto en el trabajo de 5smir Amin, {mplicaseñalar al mismo tiempo que tal utilización del conceptOde acumulación primitiva está en contradicci6n con 8/énfasis que él mismo pone en mostrar c6mo la inversiónexterna ha sido un factor determinante en la deforma·ción de las economías periféricas.

Amín se concentra, a partir de los análisis de Ba~ny Sweezy, en la elaboración de un modelo de funcIO­namiento de dichas economlas, modelo "abierto" so­bre la periferia. Queda claro, en su ensayo, el carácterde las economlas periféricas como formaciones s~ia/~capitalistas dominadas y explotadas por el imperial!'­mOa Sin embargo, a causa de que Sam;r Amin no 1(1­

cluye en su campo de análisis crlt;co la especificidad,11*t/l-

de las relaciones de producción capitalistas de la ",..riferia" en relación con el desarrollo de las fuerzas pro­ductivas, su teoría sobre el "desarrollo del caPitalís;,periférico o el desarrollo del subdesarrollo" aparece ieIcomo una muy ajustada cr~tica a la ideología po/~~burguesa -en lo que concierne al desarrollo po,,.t ... s

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de la periferia- que como un análisis crItico de esarealidad.

Este último rasgo tiñe gran parte de la obra: se ad-, vierte la ausencia de una caracterización correcta de las

Contradicciones específicas de las formaciones socialesllperiféricas':· y, en especial, la determinación de laContradicción principal cuya resolución significará la su­peración del actual estado de dependencia y explo­tación.

En última" instancia, las carencias del análisis y laConcepci6n errada sobre el socialismo (centrada en laproblemática de la ruptura del mercado, nacional o in­ternacional) ponen en cuestión. buena parte de los plan­teos desarrollados en esta obra que, debido a la espe­cialización de su temática interesará principalmente 8

,los economistas estudiosos de los problemas del "sub­desarrollo" o, como define Samir Amin, de las "eco­nomías capitalistas periféricas".

JOSE PAZOS

"TEORIA DEL VALOR Y DE LA DISTRIBUCIONDeSDe ADAM SMITH"

por Maurice Dobb.

Traducción de Rosa Cusminsky de Cendraro.Buenos Aires, Siglo X>tl, 329 pág.

Maurice Dobb presenta una visión global del desa­rrollo de la ciencia económica tomando como eje de~'. exposici6n la problemática del "valor" y de la'd18tn"buei6n" y tratando, simultáneamente, de esta­

blecer una distinci6n en las diversas respuestas quediChos temas han generado entre la Teoría Econ6micay la mera "Ideología". Dos aspectos del tratamientoqUe hace del tems constituyen el motivo de mayor in­te,.. de la obra.

En primer lugar, la polémica en torno sI sentido delfI"!»tno u/deo/ogls". A los economistas burgueses quec:':'I~/c.n como uideol6,ic8" toda intrusión de temas~tICOS" o políticos" en el ámbito de la ''pura cien-

c"" ~ .Dobb replica con justeza que si se reduce el~"'''Sl8 económico 11 conceptualizaciones mersmente

rmal. y abstnlCtB, (a través de instrumento, mate­tnáticos altamente especializados) el resultado de esta:-reci6n no será nuncII una Teoría Económica, yae't: Istll implica necesariamente una estrecha adhere".­ter. a l. realidad en la cusl surge y que intenta exp/I-.,; Unll f'fHIlidad qw Sil hBCtJ plflSllnte en !,os i~tt:"?:.

,., que d.n IUglIr y orientlln l. IlIbor analltlca.

todo campo de investigación es "recortado" por el in­vestigador mismo de una totalidad más compleja, enfunción de su visión personal del problema. Esta res­puesta de Dobb no deja de ser, en cierto modo, obviay como tal insuficiente: no llega a manifestar con el.ridad el carácter profundo de la crltica de Marx a lauldeología", en este caso, a la Economla Política bur­guesa. No se trata simplemente de admitir el peso delos #lfactores institucionales''', como una estructura dis­tinta pero igualmente presente junto a la estructuraformal o matemática; menos aún de selfalar una rela­ción unilateral entre la situación histórico-social y elpensador individual. Marx ha puesto en evidencia elnecesario carácter político de toda afirmación teóricaen el sentido en que se trata siempre de una respu_objetivamente determinada por una óptica de e/sse. Sila ciencia es tal en cuanto logra aferrar y demostrarla especificidad de sus objetos, p~ el contrario, uideol6­gica" será toda formulaci6n económica que, frente IJ uncontenido determinado, como el moderno trabajadorasalariado (la moderna relación capital-trabajo), ",.tenda borrar la especificidad de tal fen6meno y mime­tizarlo con rasgos genéricos a fin de presentarlo comoun hecho "natural", como si hubiera existido siemprey como si, por consiguiente, debiera siempre existir.Esta falsa #luniversalidad" es la nota distintiva -l.especificidad- del criterio burgués para entender la IYNI-­

lidad: la índole lIideol6gica" de una formulaci6n te6­rica 8$ encuadrada por Marx en el marco general de ,.lucha de clases que ,. dfJtermifllJ.

Más importante aún es la muy discutible identifiCII­'ci6n que Dobb opera entre la noción dé IItrabsjo" co­mo medida del valor en Ricardo y la teoría marxistadel uvalor trabajo incorporado'~ Discutible porque

's6l0 tiene sentido hablar de IIsxplotaci6n capitlllist/l"si se considera a la' fuerza de trabajo (el trabajo vivoque se Uobjetiva" o ucrismliza" en la mercancla, osea en un producto destinado al mercado y no al in­tercambio en general) como generlldora de pluwalla.Si, en cambio, se hace uso del "Trtlbajo" como de unnumerario ideal para establece, las razones del inter­cambio (los precios relativos) --como ·es el ClISO del"grano" en Ricardo o de la '~mercancía patrón" enSraffa- el excedente producido deberá ser considera­do en términos exclusivamente físicos o material.,como l1J6I7I "riqueza", pero ha como "plusvalía" (.deeir, como simple 'plusproducto" y no como valorexcedente o neo-valor). Nada autoriza, en este caso, 11

no atribuir a las máquinas o a cualquier innovacióntécnica la causa originaria de tal excedente -mientrasque solamente como 'plusvalía" 'puede ser atribuido ala fuerza de trabajo. (Relésse en tal sentido, IlI'apidariacrlt;ca de Marx al Programa de Gotha y a su ftaSe

lasal/eana -revisionista avant la lettre- que "el tr.bBjo • la flUHJte de toda riqueza"). Más aún, la mi.".relación "capital-salario" pierde toda especificidad ypasa a .r una caracterización externa al sistema, irrf­puesta "desde Bfuera'~

Dobb se reconoce deudor de la interpretllCión deSraffa, /0 cusl es justo. Problemático,. por el contrario,es su intento (común al de muchos srafflBnos) de con­ciliar tal interpretación con el pensamiento de Marx.

FULVIO CARPANO

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REVISTADE CIENCIASDE LAEDUCACIONNO 57

Director:Torcuato S. Di Tella

Revista de Ciencias SocialesPublicación trimestral delINSTITUTO DE DESARROllOECONOMICO y SOCIAL (lOES)

Volumen 15 Abril·Junio de 1975

DESARROLLO ECONOMICO

número 12 - setiembre de 1974Artíeuloa

PABLO GEROHUNOFF y JUAN J. LLACH: Capitalismoindustrial. desarrollo asociado y distribución del in­greso entre los dos gobiernos peronistas: 1950-1972.

JUAN CARLOS DE PABLO: Precios relativos. distribu­ción del ingreso y planes de estabilización: la expe­riencia argentina durante 1967-70.

CR ISTOBAL KA Y: Chile: Evaluación del programa dereforma agraria de la Unidad Popular.

JORGE PI LONE: Los condicionantes ideológicos delconcepto y de la evaluación de los recursos humanos.

HERACLlO BONILLA: La expansión comercial britá­nica en el Perú.

Comunicaciones

LOUISE DOYON: El crecimiento sindical bajo el pero­nismo.

H. Lagrange: A PROPOSITO DE LA ESCUELA.Críticas a un enfoque de Althusser

G. Edelstein y A. Rodríguez: EL METODO:FACTOR DEFINITORIO Y UNIFICADOR DE

'LA INSTRUMENTACION DIDACTICA.

l. Hernández: DISCRIMINACION ETNICA ENLA ESCUELA.

INFORMES DE MESAS DE TRABAJO DE LASUNIVERSIDADES DE LA PLATA Y DE CUYOY DEL INSTITUTO SUPERIOR DELPROFESORADO.

Critica de Libros· Informeciones . Reseft.. Blbliogrific.. COMENTARIOS DE LIBROS. INFORMACIONBIBLlOGRAFICA.

Llhr.. dl.trlhuld.. ea Bae••• Al•••

ABRIL - MAYO 1975

ANTROPOLOGIA

Edward B. TylorAntropologíeTraducción de AntonioMachado y AlvarezMadrid. Ayuso. 529 pág.

CRITICA LITERARIA

Alegria. Jitrik. Gutiérrez.Traba. RamaLitereture y prexll enAm6rlce Ledne

Caracas. Monte Avila Editores.128 pág.Fruto de un coloquior.lizedo en le Univerridlld deBonn en 1973, el volumenreúne ponencias heterogénN':desde la homolog(e de laproducci6n material y laproducci6n de la escriturepropue,te por Jitrik h.ste unenlllYo de Rame sobre lasrelacionn entre sisteme socialy si,teme de la literetur.,PBlllndo por consideracionesen torno al problema de ,.cr(tíce y le hístoria litereríasen Amlrica Latina.

Perle S. Epstein

El leberinto privedo deM11lcolm LowryCaracas. Monte Avila. 247 páll.

Feliciano HuergaAm6rlce ne"eBuenos Aires. Rodolfo AlonSOEditor. 81 pág.

Hugo MontesPere I"r e NerudeEditorial Francisco de Aguirre.Buenos Aires. Santiago deChile. 166 pág.

César Vallejo.El elerltor y le crítlceMadrid. Taurus. 501 pág./mportllnte se/flCci6n de~

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~

textos críticos sobre Vallejo.Incluye ensayos de Merton,Covntl, Salazar Bondy,Enzensberger, Alegrla, Ghiano,Lerrea, Orrego, Bergamln,Abril, Escobar, Yurkievich,Salomón, Vitier, Oviedo.El volumen incluye unabibliograf/a sobre el poetaperuano.

,

ECONOMIA•

CIENCIASSOCIALES

Eauardo P. Archetti yI(risti Anne St61enexPlotación famil iar yltutnulación de capitale.~ el campo argentino')~enos Aires, Siglo XX 1,~9 pág.

~'~rgent, Cambre Mariño,Eel~ner, García Diez,~~Idazu,Stobaugh, Briones,

POUtica económica de 1_:'Poracion• multinacional.") uenos Aires Periferia<.46 ' ,Pág.

~aurice Dobb..~rf. del valor y de la~ribuci6n desde AdamVQ\ith

~dealogra V teorla económica

Craduc.ción de RosalJSIl)'B Insky de Cendrero~nos Aires, Siglo XXI,

Pág.

~lJstavo Fabal

",':;-niento social d8lde ell. 'oevo h.ta el ligio XIX''liad'

rtd, Ayuso, 291 pág.

~osa LQu' . Uxemburg y N icolai~ lartn-:11",'tu Perillilmo y lató "'''IlCi6n de cepital,,:Oba, Cuadernos de~.Y Presente, 251 pág.Itttil '~~ de un ensayo

)t;tt~n,,",tll de Peter J.

.. q , el volumen incluye

,:"tnUlaci6n del capital_,':11I ~uxemburgo y"" Perialismo y la~Jc::~lCi6n del capital de~! 8UjlJrin. En un

'J~~'ti reproducen106....~deSw..Zy y Tarbuclc

·'quema marxi,tII

de la reproducción ampliada,la polémica sobre elderrumbe del capitalismo yel problema del imperialismoen Luxemburg.

J-M Pours;n y G. DupuyMalthusTraducción de CésarGuiñazúBuenos Aires, Siglo XXI,188 pág.Malthus a /a luz de laideologla ecológica delcapitalismo tardlo. Estalectura del autor del Ensayosobre el principio de lapoblacibn no hace sinoreconocer el con tenidoburgués de esa ideolog/aque repite sus temas paraeternizar las relacionescapitalistas. De nuevo son lanaturaleza y la explosióndemográfica y no lasrelaciones capitalistas eimperialistas, las"responsables" del hambre yla miseria.

HISTORIA

Luis C. Alen LascanoDependencia y liberación enlos orfgenes argentinosBuenos Aires, El Coloquio,189 pág.

Andrés M. CarreteroLa propiedad de la tierra en laépoca de RosasBuenos Aires, El Coloquio,160 pág.

Benito OrazMariano Fragueiro y laConstituci6n de 1853Buenos Aires, El Coloquio,170 pág.DocumentBdo estudio sobrelos problemas económico­financieros que acosaron a /aConfedtN8ción Argentina en ladécada de 1850, junto conun análisis del pensamientoeconómico del ministro deUrquiz8.

Benjam rn García HolgadoDe Mitre a Roca. Poi rtica,sociedad y economía.1860-1904Buenos Aires, El Coloquio,348 pág.

Maurice HerveyDías oscuros en ChileTraducción y prólogo deSergio Agu irre Mc KayBuenos Aires, EditorialFrancisco de Agu irre. 268 pág.

Félix LunaYrigoyenBuenos Aires, El Coloquio,443 pág.

Denis RousselLos historiadores griegosTraducción de NéstorMíguezBuenos Aires, Siglo XXI,208 pág.Ensayo donde se plantean losprincipales temas de la cr(ticahistoriográfica en relacióna los historiadores griegos,desde Heródoto a Dionisiode Halicarnaso.

José ZapiolaRecuerdos de trei nta añosBuenos Aires-Santiago deChi le, Editorial Francisco deAguirre, 334 pág.

Vivian TríasJuan Manuel de RosasBuenos Aires, Siglo XXI,289 pág.El ensayo de Trlas intentauna situación de Juan Manuelde Rosas en el marco másamplio de la pol/ticarioplatense; analiza de estemodo el acceso al poder de losestancieros saladeristas, lacampalfa al desierto, laintervención anglo-francesa,cO'loeando estos hechos enrelación con las pol{riess deArtigas, sus propuestas deresolución de la cuestiónagraria, y sus ideas económicas.Según Trlas la derrota deRosas significó la instauraciónde un "nuevo capitalismocolonial" y las ferocidadespoI¡ticas del vencedor deCaseros empalidecieron lasde los rosistas. Si bien pormomentos es diflcilcoincidir con los análisissocioecónicos de Trlas, elensayo exhibe unadocumentación estimable,aunque en términos generales,no desconocida.

LITERATURAEUROPEA Y

NORTEAMERICANA

Anthony BurgessEl doctor está enfermoTraducción de FJorealMazíaBuenos Aires, EditorialSudamericana, 283 pág.

Natalia GinzburgQuerido MiguelTraducción de MarcelaMilanoBuenos Aires", EdicionesLibrerías Fausto, 214 pág.

Poesía alemana del siglo XXSelección, traducción, prólogoy notas de Rodolfo E.ModernEdición bilingüeBuenos Aires, EdicionesLibrerías Fausto, 387 pág.Antologla importante queincluye textos de George,Rilke, van Hofmannsthal,Hesse, SchrOder, Carossa,Stadler, Trakl, Wergel, Benn,Brecht, Sachs, Piontek, Celan,Enzensberger, entre otros.

LITERATURALATINOAMERICANA

Fray Cesáreo de Armelladay Carmela Bentivenga deNapolitanoLiteraturas indígena.venezolanaCaracas, Monte Avda,358 pág.Recopilación de leyendas,ean tos, mitos y relatos,precedida por un extensoprólogo en el que se analizanlos problemas de género,retórica, y expresión de lasliteraturas indl'genasvenezolanas.

Jorge BregaNo ha lugarBuenos Aires, Ediciones delhormigón

Brega, Canevaro, Manolo,PolanuerBuenos AiresPoemas y dibujosBuenos Aires, Ediciones delhormigón

Celedonio FloresAntologr. po6ticaBuenos Aires, Ediciones delSol, 94 pág.Edición de Celedonio Flores 11

cargo de Osvaldo Pellettieriquien escribió introduCCió';y notas. Incluye unabibliografllJ sobre el autor

'~9.". .. OS. Mavo-Junin 1Q7" 31

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y un trabajoso intento derecuperaci6n de Flores,innt1Ct1S8rio si se releen lasletras de algunos de susmejores rangos que alcanzanpara situarlo como buenpoeta popular a quien nofueron ajenos ni elmodernismo ni las tendenciasde la poesía "culta"argentina, tendencias pormomento, mucho meno,felices que su propiaproducci6n de letrista.

Gabriel García MárquezEl coronel no tiene quienle 8ICri~ Y otro' relatoSelección y estudio preliminarde Noé Jitril<.Buenos Aires. Librería delColegio. 175 pág.Otro de lo, texto, de lacolecci6n inaugurada porLibrerla del Colegio para eltrabajo "conjunto entreproffllor y IIlumno". En estecaso, la neCfllidlld deexplicaciones por parte delproffllor ,e hace prácticamenteimprescindible, ya que eldfllprevenido lectorencontrará que ,obre 45,.g.'de prologo, 30 estándedicada, 11111 novelaCIen allOl de lOIeded,7 a "El coronel no tienequien le escriba", 8 a ju,tificarmedÍllnte la afirmaci6n de launidad de la obrll de Garc/a!rUrquez tal procedimiento, yninguna 11 "La increíbley triste hi,torill de 111 cándidaErtJndira", tambitJnincluida en el volumen.

Maximiliano MariottiPequello molino del ocaIO

Buenos Aires. Emecé. 206 pág.

Juan Carlos MartelliGentedll SurBueno~Aires. Sudamericana.126 pág.

Juan Carlos OnettiPara una tum~ sin nombreSelección y estudio preliminarpor Josefina LudmerBuenos Aires. Librería delColegio. 125 pág.

Carlos Ripoll y AndrésValdespinoT..tro hilpenoamericano,AntolOlla crIticaEpoca colonialNueva Yorl<.. Anaya Bool<..484 pág.

Carlos Ripoll y AndrésValdespinoT..tro hilpenoam.,lcano.AntolOlla crítica"'0 XIXNueva York. Anaya Book.603 pág.

Sergio SinayNi un dólar partido por lamitadBuenos Aires. Ediciones deLa Flor. 125 pág.

Néstor Taboada TeránEl signo 8ICaI0nadoBuenos Aires. Ediciones delSol. 230 pág.Lo, proleg6menos de la guerradel Chaco, en una buenanovela ,obre Bolivia donde ,ereflejan la, lucha, ,indicalesy populare, y la, maniobra,de la, cla,e, dominanta,.

POLlTICA

Hugo'LustembergUruguay: imperialismo yIItrategia de Iiberacibn.l.aI ensefIanzas de la huelgagen.....Buenos Aires. Achával solo.222 pág.

Paul Nizan: intelectualrevolucionarioPresentación de J.J. BrochierTraducción de CristinaMeneghettiBuenos Aires. Ediciones deLa Flor. 277 pág.Incluye la correspondenciadfllde AdtJn (1926·27),IIrt/culo, ,obre la guerra deE,palfll y dfllde el frente deguerra en 1939·1940 y otro,artlculo, y nota, periodl,ticas.

Por la Iiberaci6n indígenaDocumentOl y teltimonÍOlCompilación del ProyectoMarandúPrólogo y notas de AdolfoColombresBuenos Aires. Ediciones delSol. 259 pág.

SemlzclatVoces de la opcllicl6n_lMicaSelección de George SaundersTraducción de DanielZadunaiskyBuenos Aires, Pluma, 286 pág.

Vivian TríasLa ..err. del petróleo y lecrItiIecon6m1ca internacionalBuenos Aires. Crisis. 251 pág.

León TrostskyContra 11 terrorismoTraducción de Daniel

Zadunaisl<.yBuenos Aires. Pluma. 94 pág.

PSICOLOGIA

Willem Van Der Eyl<.enLOI afI01 p_olar.Traducción de Eusegio GuastaCaracas. Monte AvilaEditores, 198 pág.

Octavio Fernández MoujánAbordaje te6rico y cllnlcodel adolescenteBuenos Aires. Nueva Visión,375 pág.

Walter G. KloferEl Informe ..icol60lco. Uso ycomunlcacl6n de 101d81Cubrlmi.,tOlpslc:oI6gicOlTraducción de Irene CusienBuenos Aires, EditorialTiempo Contemporáneo.219 pág.

Nehem iah JordanT"". de psIcolOlla~latiYa

Traducción de Jorge L.García VenturiniBuenos Aires, EditorialTroquel. 330 pág.

Rafael Ernesto L6pezEl nlllo y su Inteligencia.Introducci6n ala ..lcologíade Jeen PI....Caracas. Monte AvilaEditores. 116 pág.

Juan D. Nasio (comp.)Acto pslco.,aUtlco.Teoría V cUnlcaBuenos Aires. Nueva Visión,220 pág.

PauI RicoeurHenn....tioa y plicc.MIililTraducción de Hiber ConterisBuenos Aires. EdicionesMegápolis. AsociaciónEditorial Aurora.Maria L. Siquier de Ocampo.María E. García Arzeno ycolaboradoresl.aI '*:nIc. proyectlval y elprocIIO psIcodiagn6ltlcoBuenos Aires, Nueva Visión,dos tomos. 530 pág.

REVISTAS

La bufanda del solNúmero 9-10QuitoIncluye un enseyo deinterpretaci6n sociol6gica deCI.n .1101 de soledad,otro ,obre CtJser Vallejo, unaeDtrevi,ta al poeta JorgeEnrique Adourr y rellltos deJo,tJ Blaza, Jorge Dávila,CtJser Ffi/7tánde~Moreno,Nelso1 Mar,.." RiuTPtJr8Z.._...,jTorr8f' entr~,otroí. '

o.Wro~ ,EconómicoRevista de CI.nclas Socl'"NÚl(l1ero 57. abril-junio de1975

NUev' Dlm8NI6n ExtraH.P. Lovecraft

El abismo en el tiempo YotrOl cuentOlRevista de Ciencia Ficci6n YFantasía, nO 6. Buenos Aires:

Pullo y letraRevilta de creacl6n y .nMIIiSNúmero 2. Guayaquil.Ecuador.

VARIOS

Néstor Edgardo MardonesLa I.....rldad como negocIO., la industria .,..,tin.del ..tom6vi1Buenos Aires, Achával sola.92 pág.Manwl ".ra la defensa dMconsumidor frente 11 la .irresponsabilidad ab,o/U" ':los granda monopoliOl~industrÍIIllutomotriz yl.lenided de .s ley..argentines: lo, .ccidentn.choques y otrOl ptlrcaflCl1lca/lejerOl son analizsdos

en funci6n de ,.. crim/~''''~deficiencias de fabriUCi6ftautom6vil.

Evelyn Reed ,.Problemas de la libar-16ft .'amujer ~Buenos Aires, Pluma, 67 ..