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PROFORDEMS Competencia gestión del tiempoTRANSCRIPT
Villa, A. y Poblete, M. (2007) Aprendizaje basado en competencias: una propuesta para la evaluación de las competencias genéricas. Bilbao: Ediciones Mensajero
COMPETENCIA GESTIÓN DEL TIEMPO
Descripción
Actualmente, en lo que solemos llamar el mundo occidental, cada vez para más personas el recurso más escaso no es el dinero como plantea el análisis económico tradicional sino el tiempo. Entre las enfermedades típicas del mundo desarrollado figuran en lugar destacado las relacionadas con el estrés. Las consecuencias emocionales, afectivas, sociales, etc. De la falta de tiempo para atender a todas las áreas de interés: familia, trabajo, amistades, uno mismo,… aparece constantemente en los medios de comunicación. La persona es requerida para realizar más y más actividades y es casi inevitable que, al no poder llevarlas todas a cabo, se agobie, viva en un estado de tensión constante y enferme.
Ser capaz de organizar y distribuir correctamente el tiempo de que disponemos se ha convertido en una exigencia no solo para la eficacia sino, y es mucho más importante para la salud física y mental. Gestionar el tiempo implica distribuirlo en función de las prioridades. Es inevitable que, si no nos implicamos personalmente en la organización e nuestro tiempo, sean los demás y las circunstancias externas en general quienes, aumentando las demandas acaben condicionando que hacemos y cuando lo hacemos con el conocido resultado de que “lo urgente acabe dominado sobre lo importante”.
Se trata, pues, de ser capaz de establecer prioridades claras tanto en el corto como en el medio y largo plazos, tanto para las actividades profesionales como para las personales y sociales; decidir qué vamos a hacer y qué no vamos a hacer, planificar cuánto tiempo vamos a dedicar a cada actividad y esforzarnos para cumplir lo planificado.
Es indudable que no somos totalmente libres para decidir a qué dedicamos nuestro tiempo. Existen condicionantes externos muy poderosos que limitan nuestras posibilidades de decisión. Pero también es cierto que, si nos detenemos a analizar a que dedicamos el tiempo disponible, nos encontramos con que “perdemos mucho tiempo”. Despilfarramos parte de nuestro recurso más escaso por falta de organización y de disciplina dedicando más tiempo del necesario a algunas áreas en detrimento de otras y, lo que es peor, influimos negativamente en la distribución del tiempo de los demás.
Implicaciones con otras competencias, actitudes, intereses, valores
Gestionar el tiempo exige la capacidad de analizar y planificar, por lo que un cierto dominio de las competencias de pensamiento analítico, pensamiento práctico y planificación es necesario como requisito previo.
En tanto en cuanto se trata de gestionar no solo el tiempo personal privado sino, sobre todo, el tiempo que dedicamos al trabajo y a la interacción con otras personas, esta competencia está relacionada con la adaptación al entorno, con el trabajo en equipo y la negociación.
Una mala gestión del tiempo, por sus consecuencias negativas, afecta a la imagen que tenemos de nosotros mismos, dándonos la sensación de que el entorno nos domina y condiciona totalmente. Podemos llegar a sentirnos incapaces de controlar nuestra propia vida. A medida que aprendemos a gestionar el tiempo, estas sensaciones negativas van desapareciendo; dedicamos más tiempo y esfuerzo a lo que consideramos importante gracias a lo cual nos sentimos mejor con nosotros mismos; descubrimos que somos más eficaces, que podemos abordar más tareas en áreas que nos interesan pero que teníamos abandonadas (la salud, las relaciones sociales, etc) todo lo cual relaciona la gestión del tiempo con la automotivación y la autoestima.
Importancia de la competencia para la vida estudiantil e importancia de la competencia para la vida profesional
En lo que a esta competencia se refiere, las diferencias entre el estudiante y el profesional son solo de edad y del tipo de trabajo que desempeñan. En ambos casos es preciso distribuir el tiempo entre el trabajo, la familia, las relaciones sociales, las aficiones, la participación en actividades comunitarias, el ocio, etc. Y en ambos casos el trabajo tiende a suponer la parte del león de nuestro tiempo.
La búsqueda del éxito y la competitividad que lleva aparejada son valores dominantes en nuestra sociedad actual y eso condiciona la distribución que hacemos realmente de nuestro tiempo. El estudiante tiene que decidir cuánto tiempo va a dedicar a asistir a clase, a estudiar, a trabajar en grupo, a preparar los ejercicios que se le asignan y cuanto a sus relaciones familiares y sociales, al deporte, a la diversión, a actividades solidarias y a ocuparse de sí mismo. Cuando la presión, tanto interna como externa, aumenta en las tareas estudiantiles (realización de trabajos complejos y largos, preparación de exámenes, etc.) se ve obligado a disminuir su dedicación en las actividades personales con el consiguiente deterioro de su desarrollo personal y social. Cuando es el área personal la que se impone (aficiones, deporte, relaciones afectivas) su rendimiento en los estudios decae.
Para el profesional sobre todo en puestos de responsabilidad, la situación es idéntica aunque con el agravante de que su nivel de vida está condicionado por el mantenimiento y la promoción en el trabajo, por lo que es más frecuente que sea su tiempo personal el que ceda frente a las exigencias profesionales. En ambos casos la capacidad de detenernos a analizar lo que hacemos con nuestro tiempo, es decir, con nuestra vida, de establecer nuestras propias prioridades y de planificar explícitamente su distribución resulta fundamental tanto para ser eficaces como para librarnos del estrés.
Indicaciones para su incorporación en el currículum académico
En primer lugar, es importante que el estudiante sea consciente de la importancia de gestionar su tiempo y debería facilitársele el aprendizaje de técnicas para analizar el uso del tiempo, para identificar los ladrones del tiempo que le afectan y para planificar el uso del tiempo a corto, medio y largo plazos. Esa planificación debería ser revisada por profesores o tutores.
En segundo lugar, la presión académica debe acomodarse a los límites establecidos socialmente, en concreto, la planificación académica en créditos europeos, que establece en
aproximadamente en 1.600 horas anuales el tiempo total que el estudiante debe dedicar al conjunto de tareas relacionadas con su proceso formativo, es referencia fundamental. La coordinación entre los profesores para asegurar que el total de las actividades programadas no supere esa cifra, así como la planificación semana a semana de esas actividades entre el conjunto de los profesores de cada recurso, resultan indispensables actualmente.
COMPETENCIA GESTIÓN DEL TIEMPO
Definición: distribuir el tiempo de manera ponderada en función de las prioridades, teniendo en cuenta los objetivos personales a corto, medio y largo plazo y las áreas personales y profesionales que interesa desarrollar.
El dominio de esta competencia está estrechamente relacionada con: autoestima, autocontrol, control, disciplina, respeto a los derechos, racionalidad, adaptabilidad, eficacia en la planificación, toma de decisiones, iniciativa, etc.
Niveles de dominio:
1. Establecer objetivos y prioridades, planificar y cumplir la planificación en el corto plazo (cada día, cada semana)
2. Definir y jerarquizar objetivos y planificar la actividad individual a medio y largo plazos (desde varias semanas hasta un semestre)
3. Establecer objetivos y prioridades, planificar y cumplir lo planificado en el tiempo compartido con otros
Indicadores:
1. Definición de objetivos
2. Establecimiento de prioridades
3. Planificación
4. Cumplimiento
5. Orden/preparación
NIVELES DE DOMINIO
INDICADORES DESCRIPTORES
Primer nivel de dominio:
Establecer objetivos y prioridades,
planificar y cumplir la planificación en el
corto plazo (cada día, cada semana)
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Define claramente las actividades cumplir en
el corto plazo
No tiene objetivos explícitos a corto plazo
Sus actividades se limitar a cumplir lo que le exigen externamente
Hace un listado semanal o diario de las actividades que va a realizar
Compagina las actividades académicas o laborales, con las de su vida personal (ocio, familia, intimidad)
Registra regularmente el grado de cumplimiento de sus actividades
Establece prioridades entre las tareas a realizar cada día
Confunde las prioridades con sus apetencias (lo fácil antes de lo importante)
Le cuesta diferencias grados de importancia o de urgencia
Diferencia claramente lo importante de lo accesorio
Jerarquiza las tareas tanto por su urgencia como por su importancia
Se centra en las tareas importantes, relegando otras en función de las prioridades establecidas
Planifica su actividad diaria asignando
tiempo a cada una
No planifica. Aborda las tareas según van apareciendo
Establece metas diarias muy por encima de la capacidad de cumplirlas. Vive estresado.
Dedica un tiempo cada día a planificar las tareas que debe realizar, asignando duraciones realistas.
Su planificación incluye tiempos de descanso, desplazamientos y espacios para imprevistos
Registra el cumplimiento diario en la planificación y las desviaciones.
Habitualmente cumple lo planificado
Con frecuencia posterga las tareas que debe realizar
Confunde actividad con resultados. Está ocupado pero no acaba las tareas
Por lo general termina las tareas programadas diaria y semanalmente
Su tiempo de trabajo no se incrementa a costa del tiempo personal
Cumple lo planificado, valorando el tiempo invertido
Mantiene sus documentos y
materiales ordenados
Es desordenado. Pierde mucho tiempo buscando materiales o documentos
Clasifica y ordena pero con criterios poco útiles
Clasifica y ordena con criterios de utilidad sus documentos y materiales
Al terminar cada tarea, recoge y guarda todos los materiales utilizados
Mantiene y actualiza un índice de localización para todos los documentos importantes
NIVELES DE DOMINIO
INDICADORES DESCRIPTORES
Segundo nivel de dominio:
Definir y jerarquizar objetivos y planificar
la actividad individual a medio y largo plazos (desde varias semanas a un
semestre)
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Define claramente sus objetivos a medio y
largo plazo
Vive en el corto plazo, no tiene objetivos explícitos a medio o largo plazos
Se limita a aceptar los objetivos establecidos por otros
Enumera y describe sus propios objetivos a medio y largo plazo
Sus objetivos incluyen, además de trabajo, su vida personal y familiar
Revisa periódicamente sus objetivos y el grado de consecución en los diversos ámbitos
Jerarquizar los objetivos según
criterios
Los objetivos más fáciles de alcanzar con los primeros para él
Confunde las prioridades o utiliza solo criterios externos para establecerlos
Establece un orden claro de prioridades en sus objetivos a medio y largo plazo
Establece criterios propios para jerarquizar objetivos
Sus objetivos importantes a largo plazo orientan las prioridades a medio y corto plazo
Planifica a largo plazo asignando periodos
de realización de cada objetivo
No planifica. Su orden de realización está marcado por la urgencia
Hace planificaciones demasiado globales. Es demasiado optimista en cuanto a los plazos
Tiene un plan escrito con fechas de inicio y final de cada bloque de actividades
Agrupa los bloques de actividades para evitar pérdidas de tiempo
Su planificación incluye alternativas y posibles reacciones ante imprevistos
Cumple la planificación
Con frecuencia se retrasa o no alcanza los objetivos
Cumple los plazos pero a costa de la calidad del trabajo o de su tiempo personal
Alcanza los objetivos fijados con calidad suficiente en los plazos previstos
Combina los tiempos de trabajo y de descanso de forma que incrementen su productividad
Es capaz de encontrar formas de organizarse que ahorran tiempo, cumpliendo siempre la calidad requerida
NIVELES DE DOMINIO INDICADORES DESCRIPTORES
Tercer nivel de dominio:
Colaborar con otros en la toma de decisiones
1 2 3 4 5
Define claramente los objetivos a alcanzar en
el tiempo colectivo
Considera que asistir a reuniones es un objetivo en sí mismo
Participa en la reuniones a las que se le convoca pero sin objetivos
Se marca objetivos claros, personales y de equipo para las
Aclara (o pide aclaración sobre) los objetivos concretos a alcanzar en las
Diferencia con claridad los objetivos que debe alcanzarse
grupales de calidad (grupos de trabajo, reuniones, entrevistas,
etc.)
personales concretos reuniones reuniones individualmente y los que requieren tiempo colectivo.
Establece prioridades en los objetivos, integrando
los colectivos y los individuales
Sus objetivos individuales siempre tienen prioridad sobre los colectivos
Los objetivos colectivos siempre tienen prioridad sobre los individuales
Integra con criterio los objetivos colectivos en individuales
Comparte los criterios para priorizar objetivos colectivos e individuales
Acuerda los criterios para priorizar los objetivos colectivos e individuales
Planifica el tiempo colectivo
Sus reuniones tienen hora de comienzo pero su duración está sin determinar
Los tiempo asignados a las tareas colectivas no son realistas
Sus reuniones cumplen las horas de comienzo y de finalización preestablecidas
Asigna y/o acuerda con los demás el tiempo a dedicar a cada asunto o tarea
Propone mejoras (otras formas de organización, cambios en el orden de tareas, etc) para ser más eficiente.
Cumple la planificación Utiliza las reuniones como descanso de sus tareas y no le importa el tiempo que ocupen
Pierde el tiempo o permite que se pierda con asuntos no previstos en las reuniones
Se asegura de que se realizan las tareas y se cumplen los objetivos de las reuniones
Impide las digresiones inútiles y se preocupa activamente por cumplir objetivos y plazos
Ahorra el tiempo facilitando los acuerdos o resolviendo dificultades
Se prepara adecuadamente para
que el tiempo colectivo se utilice correctamente
Asiste a las reuniones en blanco, sin preparación previa
Prepara poco y confía en que los demás suplan sus deficiencias
Cumple con la preparación individual previa. Aporta el resultado de su trabajo
Se asegura de que todos cuenten con antelación con la información que utilizarán en la reunión
Presenta propuestas concretas bien argumentadas y documentadas