papá goriot por honoré de balzac · 2020. 5. 20. · de papá goriot comeréis con buen apetito,...

201
Papá Goriot Por Honoré de Balzac

Upload: others

Post on 18-Mar-2021

11 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

PapáGoriot

Por

HonorédeBalzac

Page 2: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

I

UNAPENSIÓNBURGUESA

LaseñoraVauquer,desolteraDeConflans,esunaancianaquedesdehacecuarentaañosregentaunapensiónenlacalleNeuve-Sainte-Geneviève,entreelbarriolatinoyeldeSaint-Marcel.Estapensión,conocidabajoelnombredeCasaVauquer,admitetantoahombrescomomujeres,jóvenesyancianos,sinque lasmalas lenguashayanatacadonunca lascostumbresde tan respetableestablecimiento.Perotambiénesciertoquedesdehacíatreintaañosnuncasehabía visto en ella a ninguna persona joven, y para que un hombre jovenviviese allí era preciso que su familia le pasara mensualmente muy pocodinero.Noobstante,enelaño1819,épocaenlaquedacomienzoestedrama,hallábase enCasaVauquer una joven pobre.Aunque la palabra drama hayacaídoendescréditoporelmodoabusivoconquehasidoprodigadaenestostiemposdedolorosaliteratura,esprecisoemplearlaaquí:noqueestahistoriaseadramáticaenlaverdaderaacepcióndelapalabra;pero,unavezterminadalaobra,quizásellectorhabráderramadoalgunaslágrimasintramurosyextra.¿SerácomprendidamásalládeParís?Nospermitimosponerloenduda.Lasparticularidadesdeestahistoriallenadeobservacionesydecoloreslocalesnopueden apreciarse más que entre el pie de Montmartre y las alturas deMontrouge,eneseilustrevalledecascotecontinuamenteapuntodecaerydearroyos negros de barro; valle repleto de sufrimientos reales, de alegrías amenudo ficticias,y tan terriblementeagitadoque seprecisaalgoexorbitanteparaproducirunasensacióndeciertaduración.

Sin embargo, encuéntranse en él de vez en cuando dolores que laacumulación de los vicios y de las virtudes hace grandes y solemnes: a suvista,losegoísmosylosinteresessedetienen;perolaimpresiónquerecibenescomouna fruta sabrosaprestamentedevorada.Elcarrode lacivilización,semejantealdel ídolodeJaggernat, apenas retardadoporuncorazónmenosfácildetriturarquelosotrosyquefijalosrayosdesurueda,prontoloharotoycontinúa sugloriosamarcha.Asímismoharéisvosotros, losque sostenéisestelibroconunamanoblanca,queoshundísenunmullidosofá,diciéndoos:«Quizásestovaadivertirme».Despuésdehaberleídolossecretosinfortuniosde papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad acuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole de poesía. ¡Ah!,sabedlo:estedramanoes,unaficciónniunanovela.All is true, todoes tanverdadero,quecadacualpuedereconocerloselementosdelmismoensucasa,quizásensupropiocorazón.

LacasaenlaqueseexplotalapensiónpertenecealaseñoraVauquer.Está

Page 3: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

situadaenlapartebajadelacalleNeuve-Sainte-Geneviève,enellugardondeelterrenodesciendehacialacalledelaArbalète,conunapendientetanbruscaque raras veces suben o bajan por ella los caballos. Esta circunstancia esfavorablealsilencioquereinaenesascallesapretadas,entrelacúpuladelVal-de-Grâce y la cúpula del Panteón, dos monumentos que cambian lascondiciones de la atmósfera, proyectando en ella tonos amarillos yvolviéndolo todo sombrío con sus tonos severos.Allí el suelo está seco, losarroyos no tienen agua ni barro, la hierba crece a lo largo de losmuros. Elhombre más despreocupado se entristece allí lo mismo que todos lostranseúntes, el ruido de un carruaje se convierte en un acontecimiento, lascasassontétricas,lasmurallashuelenaprisión.Unparisienseextraviadosóloveríaallípensioneso instituciones,miseriay tedio,vejezquemuere, fogosajuventud obligada a trabajar. Ningún barrio de París es más horrible, ydigámoslotambién,másdesconocido.

La calle Neuve-Sainte-Geneviève, sobre todo, es como un marco debronce,elúnicoqueconvieneaeste relato,parael cualhayquepreparar lamentemediantecolorespardos,pormediode ideasgraves;demodoquedepeldañoenpeldañovadisminuyendolaluz,yelcantodelguíavaexpirandocuandoelviajerodesciendealasCatacumbas.¡Comparaciónexacta!¿Quiéndecidiráloqueesmáshorrible:corazonesresecosocráneosvacíos?

La fachadade lapensióndaaun jardincillo,de suerteque lacasadaenángulo rectoa lacalleNeuve-Sainte-Geneviève,donde laveiscortadaensuprofundidad.Alolargodeestafachada,entrelacasayeljardincillo,hayunfirmeenformadecanalón,deunatoesadeanchura,delantedelcualseveunaavenidaenarenada,bordeadadegeranios,deadelfasygranadosplantadosengrandes jarrones de mayólica azul y blanca. En la puerta de acceso a estaavenidahayunrótulo,enelqueselee:CASAVAUQUER,ydebajo:Pensiónparaambossexosydemás.Duranteeldía,unapuertacalada,armadadeunavocingleracampanilla,permiteadvertiralextremodelpavimento,enelmuroopuesto de la calle, una arcada pintada en mármol verde por un artista debarrio.Bajoel refuerzosimuladoporestapinturase levantaunaestatuaquerepresentaalAmor.Bajoelzócalo,estainscripción,medioborrada,recuerdaeltiempoalqueseremontatalobraartísticaporelentusiasmoqueatestiguahaciaVoltaire,queregresóaParísen1777:

Seasquienfueres,heaquítudueño:

Loes,lofueodebeserlo.

Al caer la noche, la puerta calada es sustituida por una puerta llena. Eljardincillo,tananchocomolargaeslafachada,seencuentraencajonadoporelmurode lacalleyporelmuromedianerode lacasavecina,a lo largode lacualpendeunmantodeyedraquelaocultacompletamenteyatraelasmiradas

Page 4: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

delostranseúntesporunefectoqueresultapintorescoenParís.

Cada uno de estosmuros se halla tapizado por espaldares y vides cuyasmenguadasypolvorientas fructificaciones sonobjetode los temoresanualesdelaseñoraVauquerydesusconversacionesconloshuéspedes.Alolargodecadamurallahayunaestrechaavenidaquellevaaungrupodetilos.Entrelasdos avenidas laterales hay un parterre de alcachofas flanqueado por árbolesfrutalesybordeadodeacedera,lechugaoperejil.Bajolostiloshayunamesaredonda pintada de verde y rodeada de asientos. Allí, durante los díascaniculares, loshuéspedes losuficientementericosparapermitirseel lujodetomar café vienen a saborearlo bajo un calor capaz de empollar huevos. Lafachada,detrespisosybuhardillas,estáconstruidaconmorrillosypintadadeese color amarillo que presta un carácter innoble a casi todas las casas deParís.Lascincoventanaspracticadasacadapiso tienenpequeñoscristalesyestánprovistasdecelosías,ningunadelascualesestálevantadadelamismamanera,desuerteque todassus líneasconspiranentresí.Laprofundidaddeesta casa comporta dos ventanas que en la planta baja tienen como adornounosbarrotesdehierro.Detrásdeledificiohayunpatiodeunosveintepiesdeancho, en el que viven en perfecta armonía cerdos, gallinas, conejos, y alfondo del cual se levanta un cobertizo para guardar la leña. Entre estecobertizoy laventanade la cocina se cuelga la fresquera,debajode la cualcaenlasaguasgrasientasdelfregaderodelacocina.EstepatiotieneenlacalleNeuve-Sainte-Genevièveunapuertaestrechapor lacual lacocineraecha lasbasurasdelacasa,limpiandoestasentinacongranacompañamientodeagua,sopenadepestilencia.

Naturalmente destinada a la explotación de la pensión, la planta baja secomponedeunaprimerapiezailuminadaporlasdosventanasdelacalleyenlaquesepenetraporunapuerta-ventana.

Este salón comunica conun comedorque sehalla separadode la cocinapor la caja de una escalera cuyos peldaños son de madera y ladrillosdescoloridos y gastados.Nada haymás triste que ver este salón amuebladoconsillonesysillasconunatelaarayas,alternativamentematesyrelucientes.Parte de las paredes está tapizada con papel barnizado, que representa lasprincipales escenas deTelémaco, y cuyos clásicos personajes están pintadosen colores. El panel, situado entre las ventanas enrejadas, ofrece a lospensionistaselcuadrodelbanquetedadoalhijodeUlisesporCalipso.Desdehacecuarentaaños,estapinturasuscitalasbromasdeloshuéspedesjóvenes,que se creen superiores a su posición al burlarse de la comida a la que lamiseria les condena. La chimenea de piedra, cuyo hogar siempre limpioatestiguaquesóloseenciendefuegoenlasgrandesocasiones,estáadornadapor dos jarrones llenos de flores artificiales que acompañan a un reloj demármolazuladodelpeorgusto.Estaprimerapiezaexhalaunolorquecarece

Page 5: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

de nombre en el idioma y que habría que llamar olor de pensión. Huele aencerrado, amoho, a rancio; produce frío, es húmeda, penetra los vestidos;poseeelsabordeunahabitaciónenlaquesehacomido;apestaaservicio,ahospicio. Quizá podría describirse si se inventara un procedimiento paraevaluar las cantidades elementales y nauseabundas que en ella arrojan lasatmósferascatarralesysuigenerisdecadahuésped,jovenoanciano.Bien,apesardeestoshorrores,silocomparaseisconelcomedor,queleescontiguo,hallaríais que este salón resulta elegante y perfumado. Esta sala,completamente recubierta de madera, estuvo en otro tiempo pintada de uncolor que hoy no puede identificarse, que forma un fondo sobre el cual lagrasahaimpresosuscapasdemodoquedibujeenélextrañasfiguras.Enellahay bufetes pegajosos sobre los cuales se ven botellas, pilas de platos deporcelanagruesa,debordesazules,fabricadosenTournay.Enunángulohayuna caja con compartimientos numerados que sirve para guardar lasservilletas,manchadasovinosas,decadahuésped.

Se encuentran allí algunos de esosmuebles indestructibles, proscritos entodaspartes,perocolocadosallí como losdesechosde lacivilizaciónen losIncurables. Veréis allí un barómetro de capuchino que sale cuando llueve,grabadosexecrablesquequitanelapetito, todosellosenmarcadosenmaderanegrabarnizadaconbordesdorados;unaestufaverde,quinquésdeArgand,enlos que el polvo se combina con el aceite, una largamesa cubierta de telaenceradalosuficientementegrasientaparaqueunbromistaescribasunombresirviéndose de su dedo como de un estilo, sillas desvencijadas, pequeñasesteras de esparto, calientapiésmedio roto, cuyamadera se carboniza. Paraexplicar hasta qué punto este mobiliario es viejo, podrido, trémulo, roído,manco, tuerto, inválido, expirante, haría falta efectuar una descripción queretardaríaconexcesoelinterésdeestahistoria,ylaspersonasquetienenprisanoperdonarían.Elladrillorojoestállenodevallesproducidosporeldesgastecausadoporlospiesoporlosfondosdecolor.Enfin,allíreinalamiseriasinpoesía; una miseria económica, concentrada. Si aún no tiene fango, tienemanchas;sinopresentaandrajosniagujeros,vaadescomponerseporefectodelaputrefacción.

Estapiezasehallaentodosulustreenelmomentoenque,hacialassietedelamañana,elgatodelaseñoraVauquerprecedeasudueña,saltasobrelosbufetes, husmea en ellos la leche contenida en varios potes, y deja oír suronroneomatutino.Prontoaparecelaviuda,consugorro,bajoelquependeunmechón de pelo postizo, y camina arrastrando sus viejas zapatillas. Su caraavejentada,grasienta,deenmediodelacualbrotaunanarizcomoelpicodeunloro;susmanosagrietadas,sucuerpoparecidoaldeunaratadeiglesia,subusto demasiado cargado y flotante, se hallan en armonía con esta sala querezuma desgracia, en la que se ha refugiado la especulación, y cuyo airecálidamente fétido es respirado por la señora Vauquer sin que le produzca

Page 6: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

desmayo.

Surostrofrescocomounaprimeraheladadeotoño,susojoscircundadosde arrugas, cuya expresión pasa de la sonrisa prescrita a las bailarinas, a laamargamuecadelosusureros,enfin,todasupersonaimplicalapensión,asícomo la pensión implica toda su persona. El presidio no se imagina sin elcapataz,nopuedeconcebirseelunosinelotro.Lafofagorduradeestamujeres el producto de esta vida, como el tifus es la consecuencia de lasexhalacionesdeunhospital.Suvestido,hechoconropavieja,resumeelsalón,el comedor, el jardincillo, anuncia la cocina y hace presentir los huéspedes.Cuando ella está allí, el espectáculo es completo. De una edad de unoscincuentaaños,laseñoraVauquersepareceatodaslasmujeresquehantenidodesgracias.Tiene los ojos vidriosos, el aire inocente deuna callejera que sehace acompañar para hacerse pagarmejor, pero, por otra parte, dispuesta atodocontaldehacermásagradablesusuerte.Sinembargo,esbuenamujerenel fondo,dicen loshuéspedes,que lacreensinfortunaaloírlagemiry tosercomo ellos. ¿Quién había sido el señor Vauquer? Ella nunca hablaba deldifunto. ¿Cómo había perdido su fortuna? En las desgracias, respondía laseñoraVauquer.Sehabíaportadomalconella,sólo lehabíadejado losojospara llorar, aquella casa para vivir y el derecho de no compadecer ningúninfortunio,porque,decía,habíasufridotodoloqueesposiblesufrir.Aloírlospasos de la señora, la gorda Silvia, la cocinera, se apresuraba a servir eldesayunodeloshuéspedesinternos.

Generalmente los huéspedes externos sólo se abonaban a la comida delmediodía,quecostabatreintafrancosmensuales.Enlaépocaenquecomienzaestahistoria,losinternoseranennúmerodesiete.Elprimerpisoconteníalosdosmejores apartamentos de la casa. La señoraVauquer habitaba elmenosconsiderable,yelotropertenecíaalaseñoraCouture,viudadeuncomisario-ordenador de laRepública francesa.Tenía consigo a unamuchacha llamadaVictorinaTaillefer,alaquehacíademadre.

Lapensióndeestasdos señoras ascendía amilochocientos francos.Losdosapartamentosdel segundopisoestabanocupados,elunoporunancianollamado Poiret; el otro por un hombre de unos cuarenta años de edad quellevabaunapelucanegra,seteñíalaspatillas,decíaseantiguonegocianteysellamabaseñorVautrin.Eltercerpisosecomponíadecuatrohabitaciones,dosde las cuales estaban alquiladas, una a una solterona llamada señoritaMichonneau; la otra a un antiguo fabricante de fideos, pastas de Italia y dealmidón, el cual dejaba que le llamaran papá Goriot. Las otras doshabitaciones estaban destinadas a los pájaros de paso, a esos desdichadosestudiantes que, como papá Goriot y la señorita Michonneau, no podíandestinar más que cuarenta y cinco francos mensuales a su sustento y a sualojamiento; pero la señora Vauquer deseaba poco su presencia y sólo les

Page 7: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

tomaba cuando no hallaba algo mejor: comían demasiado pan. En estemomento, una de las dos habitaciones pertenecía a un joven venido de losalrededoresdeAngulemaaParísparaestudiarleyes,ycuyanumerosafamiliase sometía a las más duras privaciones con objeto de poder enviarle mildoscientosfrancosanuales.EugeniodeRastignac,quetalerasunombre,eraunodeesosjóvenesquehansidoforjadosporladesgracia,quecomprendendesde su infancia las esperanzasque suspadresdepositanenellos,yque sepreparan un hermoso porvenir calculando ya el alcance de sus estudios yadaptándolos de antemano al movimiento futuro de la sociedad. Sin susobservaciones curiosas y la habilidad con la cual supo presentarse en lossalonesdeParís,esterelatonoposeeríalosmaticesdeveracidadquesindudadeberá a su inteligencia sagazy a sudeseodepenetrar losmisteriosdeunasituaciónespantosatancuidadosamenteocultadaporlosquelahabíancreadocomoporelquepadecíalosefectosdelamisma.

Encima de este tercer piso había un desván para tender la ropa y dosbuhardillas en las que dormían un jornalero llamado Cristóbal y la gordaSilvia,lacocinera.

Ademásdelossieteinternos,laseñoraVauquertenía,algunoqueotroaño,ochoestudiantesdederechoodemedicina,ydosotreshombresquevivíanenel barrio y que sólo estaban abonados para la comida. La sala podía tenerdieciochopersonasacomerypodíaadmitirunaveintena;peroporlamañanasóloseencontrabansietehuéspedescuyareuniónofrecíaduranteeldesayunoelaspectodeunacomidaenfamilia.Cadacualbajabaenzapatillas,permitíaseobservaciones confidenciales sobre elmodo de vestir o sobre el aire de losexternosysobrelosacontecimientosdelanocheanterior,expresándoseconlaconfianzadelaintimidad.EstossietehuéspedeseranlosniñosmimadosdelaseñoraVauquer,lacuallesmedíaconprecisióndeastrónomoloscuidadosylas atenciones, conforme al importe de sus pensiones. Una mismaconsideraciónafectabaaesosseresreunidosporelazar.Losdosinquilinosdelsegundosólopagabanmildoscientosfrancosanuales.Estapensióntanbarata,que sólo se encuentra en el barrio de Saint-Marcel, entre la Bourbe y laSalpêtrière, y de la que constituía excepción la señora Couture, revela queestos huéspedes debían hallarse bajo el peso de desgracias más o menosmanifiestas. Así, el espectáculo desolador que ofrecía el interior de aquellacasa repetíase en el vestido de sus habituales, igualmente míseros. Loshombres llevaban levitas cuyo color habíase hecho problemático, zapatoscomo los que se arrojan en el rincón de los guardacantones de los barrioselegantes, vestiduras raídas. Las mujeres llevaban ropa gastada, reteñida,desteñida, viejos encajes zurcidos, guantes lustrosospor el uso.Si tal era laindumentaria, casi todas esas personasmostraban unos cuerpos sólidamenteconstruidos,constitucionesquehabíanresistidolastormentasdelavida,carasfrías, duras, borradas como las de los escudos desmonetizados. Las bocas

Page 8: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

marchitasestabanarmadasdedientesávidos.Estoshuéspedeshacíanpresentirdramasconsumadosoenacción;noesosdramasrepresentadosalaluzdelascandilejas, entre telas pintadas, sino dramas vivientes y mudos, dramasheladosqueremovíancálidamenteelcorazón,dramascontinuos.

LaviejaseñoritaMichonneau llevabasobresusojos fatigadosunaviseragrasienta de tafetán verde, con un borde de alambre de latón que habríaasustadoalángeldelaPiedad.Suchaldefranjasdelgadasylloronasparecíacubrir un esqueleto, tan angulosas eran las formas que cubría. ¿Qué ácidohabíadespojadoaaquellacriaturadesusgraciasfemeninas?Debíadehabersido linda y bien proporcionada. ¿Había sido el vicio, la pena, la codicia?¿Habíaamadodemasiado,habíasidounacortesana?¿Expiabalostriunfosdeuna juventud insolente que había sido sustituida por una vejez ante la cualhuían los transeúntes?Sumiradadabaescalofríos,surostroeraamenazador.Tenía la voz estridente de una cigarra que grita en su mata al acercarse elinvierno.Decíahabercuidadoaunseñorancianoaquejadodeuncatarroenlavejigayabandonadaporsushijos,quelacreyeronsinrecursos.Aquelviejolehabíalegadomilfrancosderentavitalicia,periódicamentedisputadosporlosherederos, de cuyas calumnias era objeto. Aunque el juego de las pasioneshubieracausadoestragosen su rostro, sehallaban todavíaenélvestigiosdeuna blancura y de una delicadeza que permitían suponer que el cuerpoconservabaalgunosrestosdebelleza.

ElseñorPoireteraunaespeciedemecánico.AlverleextendersecomounasombragrisalolargodeunaavenidadelJardínBotánico,lacabezacubiertacon una vieja gorra, sosteniendo apenas en la mano su bastón de puño demarfilamarillento,dejandoflotarsulevitaqueocultabamalunpantalóncasivacío,yunaspiernascubiertasconmediasazules,mostrandosusuciochalecoblanco y su corbata mal anudada alrededor de su cuello de pavo, muchaspersonassepreguntabansiaquellasombrachinescapertenecíaalarazaaudazdeloshijosdeJafetquemariposeanporelbulevaritaliano.¿Quétrabajohabíapodidoreducirlea talestado?¿Quépasiónhabíaconsumidosurostro?¿Quéhabíasido?

QuizáshabíasidoempleadoenelMinisteriodeJusticia,enlaoficinaalaque los ejecutoresdeobras envían susmemoriasdegastos, la cuentade lossuministrosdevelosnegrospara losparricidas, bramantepara los cuchillos.Quizás había sido cobrador a la puerta de un matadero, o subinspector dehigiene. En fin, aquel hombre parecía haber sido uno de aquellos asnos denuestra gran noria social, un pivote alrededor del cual habían girado losinfortuniosolassuciedadespúblicas,enfin,unodeesoshombresdelosquealverles decimos: «Es preciso, sin embargo, que haya también tipos así». ElbelloParísignoraesosrostroslívidosdesufrimientosmoralesofísicos.PeroParís es un verdadero océano. Echad la sonda en él, y nunca llegaréis a

Page 9: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

conocer su profundidad. Recorredlo, describidlo; por mucho cuidado quepongáisenrecorrerlo,endescribirlo;pormuynumerososqueseanypormuygrandequeseaelinterésquetenganlosexploradoresdeesemar,siempreseencontrará en él un lugar virgen, un antro desconocido, unas flores, unasperlas, monstruos, algo inaudito, olvidado por los buceadores literarios. LaCasaVauqueresunadeesasmonstruosidadescuriosas.

Dos figuras formaban allí un sorprendente contraste con la masa de loshuéspedesyde loshabituales.Aunque la señoritaVictorinaTaillefer tuvieraunablancura enfermizaparecida a la de las jóvenes afectadasde clorosis, yaunqueseunieraalsufrimientogeneralqueconstituíaelfondodeestecuadro,porunatristezahabitual,porunaire taciturno,sinembargo,surostronoeraviejo,susmovimientosysuvozeranágiles.Aquellajovencalamidadparecíaunarbustodehojasamarillentas, reciénplantadoenun terrenoadverso.Suscabellosdeunrubiooscuroysucinturaenexcesodelgadaexpresabanaquellagracia que los poetas modernos encontraban en las estatuillas de la EdadMedia.Susojosgrisesexpresabanunadulzura,unaresignacióncristianas.Susvestidos sencillos, poco caros, revelaban formas juveniles. Era linda poryuxtaposición.

Dehabersidofeliz,habríasidoencantadora:lafelicidadeslapoesíadelasmujeres, tal como la «toilette» es el afeite.Si la alegría deunbaile hubierareflejadosusrosadosmaticessobreaquellacarapálida;silasdulzurasdeunavidaelegantehubieranllenado,hubieranteñidodecarmínaquellasmejillasyaligeramente sumidas; si el amor hubiera reanimado aquellos ojos tristes,Victorinahabríapodidocompetirconlasmáshermosasjóvenes.Lefaltabaloque crea por segunda vez a lamujer, los trapos y los billetes amorosos. Suhistoriahabríasuministrado temaparaun libro.Supadrecreía tener razonespara no reconocerla, negábase a tenerla a su lado, no le concedía más queseiscientosfrancosalaño,yhabíaalteradosufortunaparapoderlatransmitiríntegramenteasuhijo.Parienta lejanade lamadredeVictorina,queenotrotiempo había ido a morir de desesperación a su casa, la señora Couturecuidabadelahuérfanacomosifuerahijasuya.Desgraciadamentelaviudadelcomisario-ordenadorde los ejércitosde laRepúblicanoposeía enelmundomásquesuviudedadysupensión;podíaundíadejaraaquellapobrecriatura,sinexperienciaysinrecursos,amerceddelmundo.LabuenamujerllevabaaVictorinaamisatodoslosdomingos,aconfesarcadaquincedías,conobjetodehacerdeellauna jovenpiadosa.Tenía razón.Los sentimientos religiososofrecíanunporveniraaquellapobreniña,queamabaasupadre,quecadaañosedirigíaasucasaparallevarelperdóndesumadre,peroquetodoslosañosencontrabalapuertadelacasapaternainexorablementecerrada.Suhermano,únicomediador,nohabía idoniunasolavezaverlaencuatroaños,ynoleenviabaningúnrecurso.RogabaaDiosqueabrieralosojosdesupadre,queablandase el corazón de su hermano, y rezaba por ellos sin acusarlos. La

Page 10: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

señoraCoutureylaseñoraVauquernoencontrabaneneldiccionariobastantesinjuriasparacalificar estebárbaroproceder.Cuandoellasmaldecíanaaquelmillonarioinfame,Victorinadejabaoírpalabrasdulces,parecidasalcantodelapalomatorcazherida,cuyogritodedolorexpresaaúneltemor.

Eugenio de Rastignac poseía un rostro muy meridional, la tez blanca,cabellosnegros,ojosazules.Susmaneras,suactitudhabitualdenotabanalhijodeuna familianoble,en laque laeducaciónprimerasólohabíacomportadotradicionesdebuengusto.Aunquetratabamuybiensustrajes,aunquedurantelosdíaslaborablesacababadegastarlasprendasdevestirdelañoanterior,sinembargo, algunas veces podía salir vestido como un joven elegante.Generalmentellevabaunalevitavieja,unmalchaleco,lacorbatanegra,raída,malanudada,delestudiante,unpantalónquehacíajuegocontodoloanterior,yunasbotasremendadas.

Entreestosdospersonajesylosotros,Vautrin,elhombredecuarentaaños,eldelaspatillasteñidas,servíadetransición.Eraunodeesoshombresdelosque dice la gente: «¡He ahí un buenmozo!». Tenía anchas las espaldas, elpecho bien desarrollado, los músculos bien marcados, manos compactas,cuadradasybienmarcadasenlasfalangesdelosdedosporramilletesdepelosdeuncolorrubioardiente.Surostro,surcadoporarrugasprematuras,ofrecíaseñalesdedurezaqueestabandesmentidasporsusmaneraságiles.Suvoz,debajo, en armonía con su carácter alegre, no resultaba en modo algunodesagradable.Eraamableyrisueño.Siunacerradurafuncionabamal,prontola había desmontado, arreglado y vuelto a montar, diciendo: «Esto es cosamía».Porotraparte,todoloconocía:losbarcos,elmar,Francia,elextranjero,los negocios, los hombres, los acontecimientos, las leyes, los hoteles y lasprisiones.Eramuy servicial.Había prestado varias veces dinero a la señoraVauquer y a algunos huéspedes; pero las personas a quienes favorecía antesmoriríanquedejardedevolverle loque leshabíaprestado, tangrandeeraeltemorquesumiradaprofundayresueltainspirabaapesardesuairebenévolo.Porelmododeescupirdenotabaunasangrefría imperturbablequenohabíadehacerleretrocederanteuncrimencontaldesalirdeunasituaciónequívoca.Cualjuezsevero,susojosparecíaniralfondodetodaslascuestiones,detodaslasconciencias,detodoslossentimientos.Suscostumbresconsistíanensalirdespuésdedesayunar, regresarparacomer,ausentarse toda la tardeyvolverhaciamedianoche,conayudadeunaganzúaque lehabíaconfiado laseñoraVauquer.Sóloélgozabadeestefavor.Perotambiénéleraquiensehallabaenmejores relaciones con la viuda, a la que llamabamamá, cogiéndola por eltalle,halagoquelagentecomprendíamuypoco.Labuenamujercreíaqueeracosa fácil, mientras que sólo Vautrin tenía en realidad los brazos losuficientementelargosparaapretaraquellapesadacircunferencia.Unrasgodesu carácter era el de pagar generosamente quince francos al mes por unsuplemento en el postre. Gente menos superficial que aquellos jóvenes

Page 11: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

arrastrados por los torbellinos de la vida parisiense, o aquellos viejosindiferentes a quienes no les afectaba Vautrin. Este sabía o adivinaba losasuntosdeaquellosquelerodeaban,mientrasquenadiepodíapenetrarnisuspensamientos ni sus ocupaciones. Aunque hubiera arrojado su aparentebenevolencia,suconstantecomplacenciaysualegríacomounabarreraentrelos demás y él, a menudo dejaba traslucir la espantosa profundidad de sucarácter. A menudo una salida digna de Juvenal, con la que parecíacomplacerseenburlarsedelasleyes,fustigaralaaltasociedadyconvencerladeinconsecuenciaconsigomisma,debíahacersuponerqueguardabarencoralestado social y que había en el fondo de su vida algún misteriocuidadosamenteoculto.

Atraídaquizá,sinsaberlo,porlafuerzadelunooporlabellezadelotro,laseñorita Taillefer repartía sus miradas furtivas y sus pensamientos secretosentre aquel cuarentón y el joven estudiante; pero ninguno de ellos parecíapensar en ella, por más que de un día a otro el azar pudiera cambiar susituaciónyhacerdeellaunbuenpartido.Porotraparte,ningunadeaquellaspersonassemolestabaencomprobarsilasdesgraciasalegadasporunadeellaseranfalsasoverdaderas.

Todasteníanlasunasparaconlasotrasunaindiferenciamezcladaconunadesconfianza que resultaba de sus situaciones respectivas. Se sabíanimpotentes para aliviar sus penas, y todas, al contárselas, habían agotado lacopadelascondolencias.Parecidasaviejoscónyuges,yanoteníannadaquedecirse.Nolesquedaba,pues,másquelasrelacionesdeunavidamecánica,eljuego de unos engranajes sin aceite. Todas debían pasar sin detenerse pordelantedeunciego,escucharsinemociónelrelatodeunadesgracia,yverenunamuertelasolucióndeunproblemademiseriaquelesdejabaindiferentesantelamásterribleagonía.LamásfelizdeestasalmasdesoladaseralaseñoraVauquer, que se hallaba en la presidencia de aquel hospicio libre.Sóloparaellaaqueljardincillo,queelsilencioyelfrío,lasequíaylahumedadhacíanvasto comouna estepa, era un risueñovergel. Sólo para ella poseía deliciasaquella casa amarilla y sombría.Alimentaba a sus penados ejerciendo sobreellos una autoridad respetada. ¿Dónde habrían podido aquellos pobres seresencontrar enParís, por el precioque ella se losdaba,unos alimentos sanos,suficientes, y un apartamento que ellos eran libres de convertir, si no en unapartamentoeleganteycómodo,porlomenoslimpioysalubre?Aunqueellasehubierapermitidouna injusticiamanifiesta, lavíctimalahabríasoportadosinquejarse.

Unareuniónparecidadebíaofreceryofrecíaenminiaturaloselementosdeunasociedadcompleta.Entre losdieciochocomensalesseencontraba,comoenloscolegios,comoenelmundo,unapobrecriaturarechazada,sobrelaquellovíanlasbromas.Alcomenzarelsegundoaño,estafiguraconvirtiósepara

Page 12: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

EugeniodeRastignacenlamásdestacadaentretodasaquellasenmediodelascuales estaba condenado a vivir aún dos años. Esta figura era el antiguofabricante de fideos, papá Goriot, sobre cuya cabeza un pintor, como elhistoriador, proyecta toda la luz del cuadro. ¿Por qué azar ese despreciomezcladoconodio,esapersecuciónmezcladaconpiedad,esafaltaderespetohabíanafectadoalmásantiguodeloshuéspedes?

¿Había dado él lugar para algunos de aquellos ridículos que la genteperdonamenos que los vicios? Estas preguntas afectan muy de cerca a lasinjusticiassociales.Quizásespropiodelanaturalezahumanahacersoportarlotodo a aquel que todo lo sufre por humildad verdadera, por debilidad o porindiferencia. ¿No nos gusta acaso demostrar nuestra fuerza a expensas dealguienodealgo?

PapáGoriot,ancianodesesentaynueveaños,habíaseretiradoalacasadela señora Vauquer en 1813, después de haber abandonado los negocios.Primero había tomado el apartamento ocupado por la señora Couture, ypagabaentoncesmildoscientosfrancosdepensión,comohombreparaquiencinco luises más o menos eran una bagatela. La señora Vauquer habíaarreglado las tres habitaciones de aquel apartamentomediante una cantidadprevia que pagó, según dicen, el valor de un mal mobiliario compuesto decortinas de algodón amarillo, sillones de madera barnizada tapizados deterciopelo de Utrecht, algunas pinturas a la cola y unos papeles que lastabernas de los suburbios rechazaban. Quizá la despreocupada generosidadquepusoendejarseatraparpapáGoriot,queporaquelentonceserallamadorespetuosamente señor Goriot, le hizo considerar como un imbécil que noentendíadenegocios.Goriotllegóprovistodeunguardarropabienabastecido,elmagníficoajuardelnegociantequenoquiereprivarsedenadaal retirarsedel comercio. La señora Vauquer había admirado dieciocho camisas muyfinas, cuya calidad resaltaba aúnmásporque el antiguo fabricante de fideosllevabaen lapecheradosagujasunidasporunacadenilla,ycadaunade lascuales llevabaundiamantedegran tamaño.Ordinariamente llevabaun trajeazul,ytodoslosdíasseponíachalecodepiquéblanco,bajoelcualfluctuabasuvientrepiriformeyprominente,quehacíarebotarunapesadacadenadeoroprovista de dijes. Su petaca, también de oro, contenía unmedallón lleno decabellosqueenapariencialehacíanculpabledealgunasaventuras.Cuandosuesposa le acusó de ser un tenorio, él dejó vagar sobre sus labios la alegresonrisadelburguésquesesientehalagado.

Sus armarios fueron llenados por las numerosas piezas de plata de suhogar. Los ojos de la viuda se iluminaron cuando le ayudó complaciente adesembalarycolocarenordenloscucharones,lascucharas,lasvinagreras,lassalseras, varias fuentes, en fin, piezasmásomenosbellas, quevalían ciertonúmero demarcos, y de las que él no quería desprenderse.Estos regalos le

Page 13: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

recordaban las solemnidadesde suvidadoméstica. «Esto—dijo a la señoraVauquerguardandounafuenteyunapequeñaescudillacuyataparepresentabadostortolillasquesedabanelpico—eselprimerregaloquemehizomimujerel día de nuestro aniversario. ¡Pobrecilla!, consagró a este regalo suseconomías de soltera.Veis, señora, preferiría cavar la tierra conmis uñas adesprendermedeesto.Gracias aDiospodré tomarenesta escudillami cafétodaslasmañanasduranteelrestodemivida.Nopuedoquejarme».Enfin,laseñora Vauquer había visto muy bien, con sus ojos de urraca, ciertasinscripcionesenel libromayorque,vagamente sumadas,podían representarparaelexcelenteGoriotunarentadeunosochoadiezmilfrancos.Apartirdeaquel día, la señora Vauquer, de soltera De Conflans, que entonces teníacuarentaynueveañosefectivosysóloaceptabatreintaynueve,tuvoalgunasideas.AunqueellagrimaldelosojosdeGoriotestuvierahinchado,colgante,lo cual le obligaba a secárselos con bastante frecuencia, ella le encontróaspecto agradable y como es debido. Por otra parte, sus mejillas carnosas,salientes, pronosticaban, lo mismo que su larga nariz cuadrada, cualidadesmorales a las que parecía dar gran importancia la viuda, y que veníanconfirmadasporlacaralunareingenuamentetontadelbuenhombre.Debíadetratarse de un animal sólidamente estructurado, capaz de gastar toda suinteligencia en sentimiento.Sus cabellos en formade alasdepichón,que elpeluquero de la Escuela Politécnica iba a empolvarle todas las mañanas,dibujabancincopuntassobresubajafrenteyadornabanbiensucara.

Aunque un poco palurdo, sabía tomar de un modo elegante su rapé, loaspirabacomohombrequeestuvierasegurodetenersupetacasiemprellenademacuba,yeldíaenqueelseñorGoriotseinstalóencasadeella,laseñoraVauquerseacostóporlanocheardiendoenelfuegodeldeseodeabandonarelsudariodeVauquerpararenacerconvertidaenunaGoriot.Casarse,vendersupensión,darelbrazoaaquellafinaflordeburguesía,convertirseenunadamanotableenelbarrio,pedirlimosnaparalosindigentes,hacerpequeñaspartidasel domingo con Choisy, Soissy y Gentilly; asistir a los espectáculos quequisiera,enbutacadepalco,sintenerqueaguardarlasentradasdeautorqueledabanalgunosdesushuéspedes,enelmesdeJulio;soñótodoelEldoradodelos pequeños hogares parisienses. No había confesado a nadie que teníacuarentamilfrancos,acumuladoscéntimosobrecéntimo.Ciertamente,desdeel punto de vista financiero, considerábase un buen partido. «Por lo demás,bien valgo ese buenhombre», díjose, volviéndose del otro lado en la cama,como para asegurarse de los encantos que la gorda Silvia encontraba cadamañana moldeados en hueco. Desde aquel día, durante unos tres meses, laviuda Vauquer aprovechóse del peluquero del señor Goriot e hizo algunosgastosde«toilette»,justificadosporlanecesidaddedarasucasaciertodecoroen armonía con las personas honorables que la frecuentaban. Puso un granempeñoencambiarelpersonaldesupensión,conlapretensióndenoaceptar

Page 14: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

enadelantemásquealaspersonasmásdistinguidasentodosconceptos.Sisepresentabaunextraño,ellalealababalapreferenciaquelehabíadispensadoelseñorGoriot,unodelosnegociantesmásnotablesymásrespetablesdeParís.Distribuyó unos prospectos en los que se leía: «Casa Vauquer, una de laspensionesmásantiguasymásapreciadasdelbarriolatino.TieneunavistadelasmásagradablesdelvalledelosGobelinos(seledivisadesdeeltercerpiso)yunlindojardín,enelextremodelcualseextiendeunaavenidadetilos».

Hablabaenelprospectodelosbuenosairesydelasoledad.Esteprospectole trajo a la señora condesadeAmbermesnil,mujerde treintay cincoaños,que aguardaba la liquidación de tina pensión que se le debía en calidad deviudadeungeneralmuertoenloscamposdebatalla.LaseñoraVauquercuidóde lamesa,encendió lumbreen lossalonesporespaciodecasiseismesesycumplió lo prometido en su prospecto. Así, la condesa decía a la señoraVauquer, llamándola querida amiga, que le procuraría la baronesa deVaumerlandylaviudadelcoronelcondePicquoiseau,dosdesusamigas,quevivían en elMarais en una pensiónmás cara que laCasaVauquer. Por otraparte,estasdamasviviríanconmuchomayordesahogocuandolasOficinasdela Guerra hubieran terminado su trabajo. «Pero —decía— las Oficinas noterminannada».

Las dos viudas subían juntas, después de comer, a la habitación de laseñoraVauquer y charlaban allí un ratomientras bebían licor de grosella ycomíanalgunasgolosinasreservadasparaelpaladardeladueña.LaseñoradeAmbermesnil aprobó los proyectos de su patrona con respecto a Goriot,proyectosexcelentes,que,porotraparte,ellahabíaadivinadodesdeelprimerdía;parecíaleunhombreperfecto.

—¡Ah!,queridaamiga,unhombresanocomomisojos—decíalelaviuda—, un hombre perfectamente conservado y que aún puede dar gransatisfacciónaunamujer.

LacondesahizogenerosamentealgunasobservacionesalaseñoraVauquerconrespectoasumododearreglarse,quenoestabaenconsonanciaconsuspretensiones.

—Debéisponerosenpiedeguerra—ledijo.

Despuésdemuchoscálculos,lasdosviudasfueronjuntasalPalacioReal,dondecompraron,enlasGaleriesdeBois,unsombrerodeplumayungorro.La condesa llevó a su amiga al almacén de La Petite Jeannette, dondeescogieron un vestido y una echarpe. Cuando estas municiones fueronempleadasylaviudaestuvobajolasarmas,parecíacompletamentelamuestradelBoeufàlamode.

Sin embargo, encontróse cambiada tan en favor suyo, que, aunque poco

Page 15: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

inclinadaahacerregalos,creyendoestarendeudaconlacondesa,lerogóqueaceptaseunsombrerodeveintefrancos.Contaba,adecirverdad,conutilizarlapara sondear a Goriot y hacer que la alabara delante de éste. La señora deAmbermesnil prestóse muy amistosamente a esta maniobra y sonsacó alantiguofabricantedefideos,conquienlogróteneruncoloquio.Perodespuésdehaberloencontradopúdico,pornodecir refractarioa las tentativasque lesugiriósudeseoparticularporseducirleporsupropiacuenta,saliósublevadadesugrosería.

—Ángelmío—ledijo a suquerida amiga—, ¡nopodríais sacarnadadeesehombre!Esridículamenteterco;esunavaro,unanimal,untonto,quenoosdaríamásquedisgustos.

HuboentreelseñorGoriotylaseñoracondesadeAmbermesniltalescosasque la condesa no quiso siquiera encontrarse con él.Al día siguiente partióolvidándosedepagarseismesesdepensiónydejandounosobjetosdeescasovalor.Pormuchoahíncoque laseñoraVauquerpusieraensuspesquisas,nopudo obtener en París ningún informe sobre la condesa de Ambermesnil.Hablabaamenudodeestedeplorableasunto, lamentándosede suexcesodeconfianza, aunque fuese más desconfiada que una gata; pero parecíase amuchaspersonasquedesconfíandesuprójimoyseentreganalprimeroquellega.Hechomoralextraño,peroverdadero,cuyaraízesfácildeencontrarenelcorazónhumano.Quizáciertaspersonasyanotienennadaqueganarjuntoaaquellas con las cuales viven; después de haberlesmostrado el vacío de sualmasesientensecretamente juzgadasporellasconunaseveridadmerecida;peroexperimentandounainvenciblenecesidaddehalagos,odevoradasporelafándeparecerqueposeenlascualidadesdequecarecen,esperansorprenderlaestimaciónoelcorazóndeaquellosquelessonextraños,conelpeligrodeverseundíadesengañadas.

En fin, hay individuos nacidosmercenarios, que nohacenningúnbien asusamigosoasusdeudosporquelesdeben;mientrasquealhacerfavoresadesconocidos, cosechan una ganancia de amor propio: cuantomás cerca deellos se encuentra el círculo de sus afectos, menos aman; cuanto más seextiende,másservicialesson.LaseñoraVauquerparticipabasindudadeestasdosnaturalezas,esencialmentemezquinas,falsas,execrables.

—Siyohubieraestadoaquí—ledecíaentoncesVautrin—,estadesgracianooshabríasobrevenido.Habríadesenmascaradoaesafarsanta.Conozcosusartimañas.

Comotodoslosespíritusmezquinos,laseñoraVauquerteníalacostumbrede no salir del círculo de los acontecimientos y no juzgar las causas de losmismos.Legustaba achacar las culpas a los demás.Cuando tuvo lugar estapérdida, consideró al honrado fabricante de fideos como el principio de su

Page 16: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

infortunio, y comenzó desde entonces, como ella decía, a desenamorarse.Cuando hubo reconocido la inutilidad de sus mimos y de sus gastos derepresentación,notardóenadivinarlarazóndeello.Advirtióentoncesquesuhuésped tenía su modo propio de vivir. En fin, quedó demostrado que suesperanza tan lindamenteacariciada seapoyaba sobreunabasequimérica,yque nunca sacaría nada de aquel hombre, según la expresión de la condesa,queparecíamuyexperta.Llevónecesariamentesuaversiónmáslejosquesuamistad. Su odio no estuvo en proporción con su amor, sino con susesperanzasfrustradas.Sielcorazónhumanohallareposoalsubir lascuestasdelafecto,rarasvecessedetieneenlarápidapendientedelossentimientosdeodio. Pero el señor Goriot era su huésped; la viuda viose, pues, obligada areprimirlasexplosionesdesuamorpropioherido,aenterrarlossuspirosquele ocasionó esta decepción y a devorar sus deseos de venganza, como unmonje humillado por su prior. Los espíritus mezquinos satisfacen sussentimientos,buenosomalos,conincesantespequeñeces.Laviudaempleósumaliciademujereninventarsordaspersecucionescontrasuvíctima.

Empezóporsuprimirlassuperfluidadesintroducidasensupensión.«Bastadepepinillosyboquerones;todoestonosonmásqueengañabobos»,ledijoaSilvialamañanaenquevolvióasuantiguoprograma.ElseñorGorioteraunhombrefrugal,enquienlaparsimonianecesariaalaspersonasquehanhechoellasmismassu fortunahabíadegeneradoenhábito.Lasopa,elhervido,unplatodelegumbres,habíansido,habíandesersiempresucomidapredilecta.Resultó, pues, difícil a la señora Vauquer atormentar a su huésped, cuyosgustos en modo alguno podía contrariar. Desesperada de encontrar a unhombreinatacable,comenzóadisminuirsusconsideracionesparaconél,ydeestemodo hizo que sus huéspedes compartieran su aversión porGoriot, loscuales,porafándedivertirse,coadyuvarona lasvenganzasdeella.Haciaelfindelprimeraño,laviudahabíallegadoatalgradodedesconfianza,quesepreguntabaporquéaquelnegociante,queposeíadesieteaochomillibrasderenta, una soberbia platería y joyas tan valiosas como las de una querida,permanecíaencasadeella,pagándoleunapensióntanmódicaenproporciónasufortuna.Durantelamayorpartedeesteprimeraño,Goriothabíacomidoamenudo fuera de casa una o dos veces por semana; luego, insensiblemente,llegóalpuntodequeyanocomiófueradecasamásquedosvecesalmes.LaseñoraVauquersintiósecontrariadaalverlaexactitudprogresivaconlaquesuhuéspedcomíaensucasa.Estoscambiosfueronatribuidostantoaunalentadisminucióndefortunacomoaldeseodecontrariarasupatrona.Unadelascostumbresmásdetestablesdeestosespíritusliliputiensesesladesuponersusmezquindades en los demás. Desgraciadamente, al fin del segundo año, elseñorGoriot justificó las habladurías de que era objeto al pedir a la señoraVauquerqueledejarapasaralsegundopisoyreducirsupensiónanovecientosfrancos.Tuvonecesidaddeunaeconomíatanestricta,quenoencendiólumbre

Page 17: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

enlachimeneadelaposentodeéldurantetodoelinvierno.LaviudaVauquerquisocobrarpor adelantado, a loqueconsintióel señorGoriot, aquienelladesdeentoncesllamópapáGoriot.

Resultabadifíciladivinarlascausasdeestadecadencia.Comohabíadicholafalsacondesa,papáGorioteraunsocarrón,untaciturno.Segúnlalógicadelas personas de cabeza vacía, todas indiscretas porque no tienen nada quedecirse,aquellosquenohablandesusaccionesesporquedebenrealizarmalasacciones. Aquel negociante tan distinguido convirtióse, pues, en un bribón.SegúnVautrin,quehaciaesaépocafueaviviralaCasaVauquer,papáGorioteraunhombrequeibaalaBolsayque,despuésdehabersearruinadoenella,cometíaestafas.Otalvezeraunodeesosjugadoresquetodaslasnochesvanaprobarsuerteyganandiezfrancoseneljuego.Tambiénhacíandeélunespíaagregadoa laaltapolítica;peroVautrinpretendíaquenoerabastanteastutoparaello.PapáGorioteraasimismounavaroqueprestabadinero,unhombreque jugaba a la lotería. Se hacía de él todo cuanto de más misteriosoengendran el vicio, la vergüenza y la impotencia. Únicamente que, porinnobles que fuesen su conducta o sus vicios, la aversión que inspiraba nollegabaal extremodeque leexpulsaran:pagaba supensión.Además, servíapara que cada cual desahogara en él su buen o mal humor por medio debromas o de broncas. La opinión que parecía más aceptable y que fuegeneralmente adoptada era la de la señora Vauquer. De oírla a ella, aquelhombre tan bien conservado, sano, y con el cual aún era posible encontrarplacer, era un libertino de aficiones extrañas.He aquí sobre qué apoyaba laviudaVauquer sus calumnias. Unosmeses después de la partida de aquelladesastrosacondesaquehabíasabidovivirduranteseismesesasusexpensas,unamañana,antesdelevantarse,oyóensuescaleraelfru-frúdeunvestidodeseday el pasograciosode unamujer joveny ligera que se introducía en lahabitación de Goriot, cuya puerta había sido abierta inteligentemente. Enseguida vino la gorda Silvia a decirle a su dueña que una joven demasiadolinda para ser honrada, vestida como una diosa, calzada con borceguíeshermososynuevos,habíasedeslizadocomounaanguiladesde lacallehastasucocinaylehabíapreguntadoporelapartamentodelseñorGoriot.

La señora Vauquer y su cocinera pusiéronse a escuchar y sorprendieronvarias palabras tiernamente pronunciadas durante la visita, que duró algúnrato.Cuando el señorGoriot acompañó a su dama, la gordaSilvia tomó enseguidasucestayfingióiralmercadoparapoderseguiralaparejaamorosa.

—Señora —díjole a su ama al regresar—, el señor Goriot debe serendiabladamente rico. Figuraos que en la esquina de la Estrapade había unsoberbiocarruajeenelqueellamontó.

Durantelacomida,laseñoraVauquercorrióunacortinaparaimpedirqueGoriotfueraincomodadoporelsol,unodecuyosrayoscaíasobresusojos.

Page 18: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Sois amado por las hermosas, señor Goriot; el sol os busca —dijoaludiendoalavisitaquehabíarecibido—.¡Demonio!,tenéisbuengusto;eramuylinda.

—Eramihija—dijoconunaespeciedeorgulloenelque loshuéspedesquisieronverlafatuidaddeunviejoquepretendeguardarlasapariencias.

Unmesdespuésdeestavisita,elseñorGoriotrecibióotra.Suhija,quelaprimera vez había llegado en vestido demañana, vino después de comer yvestida muy elegantemente. Los huéspedes, ocupados en conversar en elsalón,pudieronverunalindarubia,esbelta,graciosaydemasiadodistinguidaparaserlahijadepapáGoriot.

—¡Yavandos!—dijolagruesaSilvia,quenolareconoció.

Unos días más tarde, otra joven, alta y bien proporcionada, morena, decabellosnegrosyojosvivos,preguntóporelseñorGoriot.

—¡Yavantres!—dijoSilvia.

Esta segunda hija, que la primera vez había ido a ver a su padre por lamañana,vinounosdíasmástarde,despuésdecomer,convestidodebaileyencoche.

—¡Yavancuatro!—dijeronlaseñoraVauquerylagruesaSilvia,quenoreconocieron en esta gran dama ningún vestigio de la joven vestidasencillamenteporlamañana,cuandoefectuósuprimeravisita.

Goriotpagabaaúnmildoscientos francosdepensión.LaseñoraVauquerencontrómuynatural que un hombre rico tuviera cuatro o cinco amantes, einclusolepareciómuyinteligentequelashicierapasarporhijassuyas.NoleimportabaquelasenviasealaCasaVauquer.Únicamente,comoestasvisitasleexplicabanlaindiferenciadesuhuéspedconrespectoaella,permitióse,alcomenzarelsegundoaño,llamarlegatoviejo.Finalmente,cuandosuhuéspedcayóenlosnovecientosfrancos,lepreguntóquépensabahacerconsucasa,alver descender a una de aquellas damas. Papá Goriot le respondió que estadamaerasuhijamayor.

—Entonces, ¿tenéis treinta y seis hijas? —dijo con acritud la señoraVauquer.

—Notengomásquedos—repusoelhuéspedconladulzuradeunhombrearruinadoquellegaatodaslasdocilidadesdelamiseria.

Haciaelfinaldelterceraño,papáGoriotredujoaúnsusgastos,subiendoaltercer piso y poniéndose a cuarenta y cinco francos de pensión al mes.Prescindiódeltabaco,despidióasupeluqueroydejódeponersepolvosenelpelo.CuandopapáGoriotaparecióporprimeravezsinempolvar,supatronadejóescaparunaexclamacióndesorpresaaladvertirelcolordesuscabellos,

Page 19: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

queerandeungris sucioyverdusco.Su fisonomía, a laque secretaspenashabíanvueltoinsensiblementemástristededíaendía,parecíalamásdesoladade los comensales. Ya no hubo entonces ninguna duda. PapáGoriot era unviejolibertinocuyosojosnohabíansidopreservadosdelamalignainfluenciadelosremediosrequeridosporsusenfermedadesmásqueporlahabilidaddealgúnmédico.Elcolordesagradabledesuscabellosproveníadesusexcesosyde las drogas que había tomado para poder continuarlos. El estado físico ymoral del buen hombre daba pie para todos estos cuentos. Cuando su ropaestuvogastada,compróteladealgodónacatorcesueldoslavaraparasustituirsu fino lino. Sus diamantes, su petaca de oro, su cadena, sus joyas,desaparecieron pieza tras pieza.Había abandonado el traje azul, para llevar,tantoenveranocomoeninvierno,unalevitadepañobastomarrón,unchalecodepelodecabrayunpantalóngrisdecuero.Fueenflaqueciendopocoapoco;susmejillasdecayeron;sucara,antesconexpresióndefelicidadburguesa,seavejentó desmesuradamente; su frente se arrugó, sumandíbula se hizomásdestacada.Duranteelcuartoañovividoen lacalleNeuve-Sainte-Geneviève,yanoparecíaelmismo.Elantiguofabricantedefideos,desesentaydosañosdeedad,quenoaparentabamásdecuarenta;elburguésgordoy fresco,queteníaalgojuvenilenlasonrisa,parecíaunseptuagenarioidiotizado,vacilante.Susojosazulestanvivacesasumieronuntonoturbio,habíanpalidecido,yanolagrimeaban,ysuborderojoparecíallorarsangre.Aunosinspirabahorror,aotroscompasión.Unosjóvenesestudiantesdemedicina,habiendoobservadoel descenso de su labio inferior y medido su ángulo facial, le declararonafectado de cretinismo. Una tarde, después de comer, habiéndole dicho laseñora Vauquer en son de burla: «Y bien, ¿ya no vienen a veros vuestrashijas?»,poniendoendudasupaternidad,papáGoriotseestremeciócomosisupatronalehubierapinchadoconunhierro.

—Vienenalgunasveces—respondióconvozemocionada.

— ¡Ah, ah! ¡Las veis aún alguna vez!—exclamaron los estudiantes—.¡Bravo,papáGoriot!

Peroelancianonooyólasbromasquesurespuestaatraía;habíacaídoenunestadomeditabundoque losque le observaban superficialmente tomabanpor un abotagamiento senil debido a su falta de inteligencia. Si le hubiesenconocido bien, quizás habríanse sentido vivamente interesados por elproblema que presentaba su situación física y moral; pero nada había másdifícil.

Aunque hubiera resultado fácil saber si Goriot había sido realmentefabricante de fideos, y cuál era su fortuna, los viejos cuya curiosidad sedespertóacercadeélnosalíandesubarrioyvivíanenlapensióncomoostrasenunaroca.Encuantoalasotraspersonas,eltorbellinoparticulardelavidaparisienseleshacíaolvidar,alsalirdelacalleNeuve-Sainte-Geneviève,como

Page 20: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

aaquellos jóvenesdespreocupados,que laáridamiseriadepapáGoriotysuestúpida actitud eran incompatibles con una fortuna y una capacidadcualesquiera. En cuanto a las mujeres que él llamaba sus hijas, todoscompartíanlaopinióndelaseñoraVauquer,lacualdecía,conlalógicaseveraque la costumbre de suponerlo todo confiere a las viejas ocupadas enchismorrear:«SipapáGoriot tuviesehijas tan ricascomoparecían ser todaslasdamasquehanvenidoaverle,noestaríaenmicasa,enel tercerpiso,acuarentaycincofrancosalmes,ynoiríavestidocomounpobre».Nadapodíadesmentir estas deducciones. Así, hacia el final del mes de noviembre de1819,épocaenqueocurrióestedrama,todosenlapensiónteníanideasmuydefinidassobreelpobreanciano.Nuncahabíatenidohijanimujer;elabusodelosplacereshacíadeéluncaracol,unmoluscoantropomórficoparaclasificarentreloscasquetíferos,decíaunempleadodelMuseo.Poireteraunáguila,ungentleman al lado de Goriot. Poiret hablaba, razonaba, respondía; no decíanada, en realidad, razonando o respondiendo, porque tenía la costumbre derepetir en otros términos lo que los otros decían; pero contribuía a laconversación, parecía sensible; mientras que papá Goriot, decía aún elempleadodelMuseo,estabaconstantementeacerogradosRéaumur.

EugeniodeRastignachabíaregresadoconunadisposicióndeespírituquedebenhaberconocidolosjóvenessuperiores,oaquellosalosqueunaposicióndifícil comunica momentáneamente las cualidades de los hombres selectos.DurantesuprimerañodeestanciaenParís,elescasotrabajoquerequierenlosprimeros cursos de la Facultad le había dejado la libertad de saborear lasdeliciasvisiblesdelParísmaterial.

Unestudiantenotienedemasiadotiemposiquiereconocerelrepertoriodecada teatro, estudiar las salidas del laberinto parisiense, conocer lascostumbresparticularesde lacapital, escudriñar los lugaresbuenosymalos,seguir los cursos que divierten, hacer el inventario de los tesoros de losmuseos. Un estudiante se apasiona entonces por tonterías que le parecengrandiosas. Tiene su grande hombre, un profesor del colegio de Francia,pagado para mantenerse a la altura de su auditorio. En estas iniciativassucesivas, ensancha el horizonte de su vida, y acaba concibiendo lasuperposición de las capas humanas que componen la sociedad. Si haempezadoadmirandoloscochesenlosCamposElíseosunhermosodíadesol,llega pronto a envidiarlos. Eugenio había sufrido este aprendizaje, sin darsecuenta, cuando partió en vacaciones, después de haber obtenido el título debachillerenletrasydebachillerenderecho.Susilusionesdelainfancia,susideas de provincia habían desaparecido. Su inteligencia modificada, suambición exaltada le hicieron ver con precisión en medio de la mansiónpaterna,enelsenodelafamilia.Supadre,sumadre,susdoshermanasyunatía cuya fortuna consistía en pensiones, vivían en la pequeña finca deRastignac. Estas tierras, que rentaban unos tres mil francos, se hallaban

Page 21: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

sometidasa la incertidumbrequerigeelproductoindustrialde laviña,ysinembargo,habíaqueextraercadaañomildoscientosfrancosparaél.Lavistadeestaconstanteindigenciaqueleocultabangenerosamente,lacomparaciónque se vio obligado a realizar entre sus hermanas, que le parecían tanhermosasensuinfancia,ylasmujeresdeParís,quehabíanrealizadoparaéleltipodeunabellezasoñado;elporvenirinciertodeestanumerosafamiliaquese apoyaba en él, la parsimoniosa atención con que vio que se recogían lasmásescasasproducciones,labebidahechaparasufamiliaconlashecesdelaprensa, en fin, un gran número de circunstancias inútiles de consignar aquí,aumentaronsudeseodeprosperaryledieronseddedistinciones.

Como les ocurre a las almas grandes, quiso deberlo todo a su propiomérito. Pero su alma era eminentemente meridional; en el momento de laejecución, sus determinaciones debían, pues, verse afectadas por aquellasvacilacionesqueseadueñandelosjóvenescuandoseencuentranenaltamar,sinsaberaquéladodirigirsusfuerzas,nihaciaquéángulohincharsusvelas.Sidemomentoquisolanzarseenteramenteal trabajo,seducidoprontopor lanecesidaddecrearserelaciones,observóhastaquépuntotieneninfluencialasmujeresenlavidasocialypensóenseguidaenobtenerprotectoras:¿debíanfaltaréstasaunjovenfogosoeinteligente,cuyainteligenciayardorestabanrealzados por unasmaneras elegantes y por una especie de belleza nerviosaquetantocautivaalasmujeres?Estasideasleasaltaronhallándoseenmediodeloscampos,durantelospaseosqueantañohacíaconsushermanas,queleencontraronmuycambiado.Sutía,laseñoradeMarcillac,presentadaenotrotiempo en la Corte, había conocido en ella a las máximas figuras de laaristocracia.Depronto,el jovenambiciosoreconoció,en losrecuerdos tanamenudoacariciadosporsutía,loselementosdevariasconquistassociales,porlomenostanimportantescomolasqueemprendíaenlaEscueladeDerecho;la interrogó acerca de los lazos de parentesco que podían aún renovarse.Despuésdehabersacudidolasramasdelárbolgenealógico,laancianaseñoraconsideróquetodaslaspersonasquepodíanservirasusobrinoentrelagenteegoístadelosparientesricos,lamenosrecalcitranteseríalaseñoravizcondesadeBeauséant.Escribióaestajovenunacartaenelantiguoestilo,ylaentregóaEugenio,diciéndoleque,si teníaéxitocercadelavizcondesa,ella leharíaencontrar a sus otros parientes. Unos días después de la llegada, RastignacenviólacartadesutíaalaseñoradeBeauséant.Lavizcondesarespondióconunainvitaciónalbailedeldíasiguiente.

TaleralasituacióngeneraldelapensióndelaseñoraVauquerafinesdelmesdeNoviembrede1819.Unosdíasmástarde,despuésdehaberidoalbailedelaseñoradeBeauséant,regresóhacialasdosdelamadrugada.Conobjetode recuperar el tiempo perdido, el animoso estudiante habíase prometido,mientras bailaba, trabajar hasta que amaneciera. Iba a pasar la noche porprimeravezenmediodeaquelsilenciosobarrio,porquesehabíapuestobajo

Page 22: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

lafascinacióndeunafalsaenergíaalverlosesplendoresdelmundo.NohabíacomidoencasadelaseñoraVauquer.Loshuéspedespudieron,pues,creerquenoregresaríadelbailehastaeldíasiguientepor lamañana,alclarear,comohacíaavecescuandovolvíadelasfiestasdelPradoodelosbailesdelOdeón.Antesdeecharelcerrojoalapuerta,Cristóballaabrióparamiraralacalle.Rastignac se presentó en aquel momento, y pudo subir a su habitación sinhacer ruido, seguidodeCristóbal,quehacíamucho.Eugenio sedesnudó, sepuso las zapatillas, tomó una mala levita, encendió su lumbre deconglomerados de turba y preparóse diligente a trabajar, de suerte queCristóbalcubrióaúnconelruidodesusgrandeszapatoslospreparativospocoruidososdeljovenestudiante.Eugeniopermaneciópensativodurantealgunosmomentosantesdesumergirseensuslibrosdederecho.AcababadereconocerenlaseñoravizcondesadeBeauséantaunadelasreinasdelamodaenParís,ycuyacasapasabapor ser lamásagradabledelbarriodeSanGermán.Porotra parte, tanto por su apellido como por su fortuna, esta mujer eraconsideradacomounadelasfigurasmásconspicuasdelmundoaristocrático.GraciasasutíaDeMarcillac,elpobreestudiantehabíasidobienacogidoenesta casa, sin conocer la extensión de tal favor. Ser admitido en aquellosdorados salones equivalía a un título de alta nobleza.Al parecer en aquellasociedad,lamásexclusivadetodas,habíaconquistadoelderechodeiratodaspartes.

Deslumbrado por aquella brillante concurrencia, habiendo cambiadoapenas unas palabras con la vizcondesa, Eugenio habíase contentado condistinguir,entrelamultituddelasdeidadesparisiensesqueseapretujabanenaquellacasa,aunadeaquellasmujeresalasqueenseguidadebeadorartodojoven. La condesa Anastasia de Restaud, alta y bien proporcionada, eraconsideradacomounadelasmujeresmáselegantesdeParís.Imaginadunosgrandes ojos negros, una mano magnífica, un pie torneado, fuego en losmovimientos, una mujer a la que el marqués de Ronquerolles llamaba uncaballodepurasangre.Estafogosidadnolearrebatabaningunaventaja;teníallenas y redondeadas las formas, sin que pudiera ser acusada de gordura.Caballodepurasangre,mujerderaza,estaslocucionescomenzabanasustituira los ángeles del cielo, a las figuras osiánicas, a toda la antigua mitologíaamorosarechazadaporeldandismo.PeroparaRastignac,laseñoraAnastasiadeRestaudfuelamujercodiciable.Habíaseprocuradodosturnosenlalistadelos galanes escrita en el abanico, había podido hablarle durante la primeracontradanza.

—¿Dónde podré encontraros de ahora en adelante?—le había dicho depronto,conesafuerzadepasiónquetantoagradaalasmujeres.

—Pues—dijo ella— en el Bosque de Bolonia, en los Bouffons, en micasa,entodaspartes.

Page 23: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Y el aventurero meridional habíase apresurado a trabar relaciones conaquella deliciosa condesa, tanto como le es dado hacer a un joven con unamujer durante una contradanzayunvals.Diciéndoseprimode la señoradeBeauséant, fue invitadoporestamujer, a laque tomóporunagrandama,ytuvoentradaensucasa.Alaúltimasonrisaqueellaledirigió,Rastignaccreyónecesariasuvisita.

Habíatenidolasuertedeencontraraunhombrequenosehabíaburladodesu ignorancia, defecto mortal en medio de los ilustres impertinentes de laépoca,talescomoMolincourt,Ronquerolles,MáximosdeTrailles,DeMarsay,Ajuda-Pinto y Vandenesse, que estaban allí en la gloria de su fatuidad ymezcladosconlasmujeresmáselegantes,ladyBrandon,duquesadeLangeais,condesa de Kergarouët, señora de Sérizy, duquesa de Cariliano, condesaFerraud,señoradeLanty,marquesadeAiglemont,señoraFirmiani,marquesadeListomèreymarquesad'Espard,duquesadeMaufrigneuseylasGrandlieu.Afortunadamente, pues, el ingenuo estudiante fue a dar con el marqués deMontriveau,amantedeladuquesadeLangeais,ungeneralinocentecomounniño,elcualledijoquelacondesadeRestaudvivíaenlacalledeHelder.Serjoven,tenerseddemundo,hambredeunamujeryverqueseleabríanaunodoscasas;ponerelpieenelbarriodeSanGermán,encasadelavizcondesadeBeauséant, y la rodilla en laChaussée d'Antin, en casa de la condesa deRestaud;penetrarconunamiradaenlossalonesdeParísycreerseunjovenlobastante apuesto como para encontrar en ellos ayuda y protección en uncorazónfemenino;sentirselosuficientementeambiciosoparadarunsoberbiopuntapié a la cuerda sobre la cual es preciso caminar con la seguridad delsaltadorquenocaerá,yhaberencontradoenunamujerencantadoraelmejorde los balancines. Con tales pensamientos y delante de esta mujer que seerguíasublimejuntoaunalumbredeconglomeradosdeturba,entreelCódigoylamiseria,¿quién,comoEugenio,nohabríasondeadoelporvenirpormediodeunameditación,quiénnolohabríaadornadoconeléxito?Supensamientovagabundomeditabaensus futurosgoces,y secreíaal ladode la señoradeRestaud, cuando un suspiro turbó el silencio de la noche y resonó en elcorazóndel joven,desuertequeéstecreyóquese tratabadelestertordeunmoribundo.Abriósuavementelapuerta,ycuandoestuvoenelpasilloviounalíneadeluzdebajodelapuertadepapáGoriot.

Eugeniotemióquesuvecinosehallara indispuesto,acercósealojodelacerradura, miró al interior de la habitación y vio al anciano ocupado entrabajos,queleparecieroncriminalesparaquenocreyeraprestarunservicioala sociedad examinando bien lo que por la noche maquinaba el supuestofabricantedefideos.PapáGoriot,quesindudahabíaatadoalabarradeunamesapuestaal revésunplatoyunaespeciede soperadeplata sobredorada,hacía girar una especie de alfiler alrededor de estos objetos ricamenteesculpidos,apretándoloscontantafuerzaquelosretorcíaprobablementepara

Page 24: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

convertirlosenlingotes.«¡Demonio,quéhombre!»,sedijoRastignacviendoelnervudobrazodelancianoque,conayudadeaquellacuerda,amasabasinhacerruidolaplatadorada,comounapasta.¿Perosetrataríadeunladrónodeun encubridor que, para entregarse con mayor seguridad a su comercio, sehacía pasar por tonto y vivía como un mendigo?, díjose Eugenio,incorporándoseuninstante.Elestudianteaplicódenuevoelojoalacerradura.PapáGoriot,quehabíadesenrolladosucable,tomólamasadeplata,lapusoencimadelamesadespuésdehaberextendidosobreellasucolchaylahizorodarparaconvertirlaenbarra,operaciónquerealizóconfacilidadasombrosa.PapáGoriotmirócontristezasuobra,susojossellenarondelágrimas,apagóelestadalacuyaluzhabíaretorcidolaplatasobredorada,yEugeniooyócómoseacostabadandounsuspiro.«Estáloco»,pensóelestudiante.

—¡Pobrecriatura!—dijoenvozaltapapáGoriot.

Aloírestaspalabras,Rastignacjuzgóprudenteguardarsilenciosobreesteacontecimientoynocondenar inconsideradamenteasuvecino.Disponíaseavolverasuhabitación,cuandoadvirtiódeprontounruidobastantedifícildeexpresaryquedebíaserproducidoporunoshombrescalzadosconescarpinesquesubíanlaescalera.Eugenioprestóoídoyreconoció,enefecto,elsonidoalternativodelarespiracióndedoshombres.

Sinhaberoídoelchirridodelapuertanilospasosdeloshombres,viodeprontounadébilclaridadenelsegundopiso,encasadelseñorVautrin.«¡Heahímuchosmisteriosenunapensión!»,sedijo.Bajóunospeldaños,sepusoaescuchar y el sonidodel orohirió suoído.Pronto se apagó la luzy las dosrespiraciones se dejaron oír sin que la puerta hubiese chirriado. Luego, amedidaquelosdoshombresdescendieron,elruidofuedebilitándose.

— ¿Quién va? —gritó la señora Vauquer abriendo la ventana de suhabitación.

—Soyyo,quevuelvo,mamáVauquer—dijoVautrinconsuvozgruesa.

«Es curioso —pensó Eugenio al entrar de nuevo en su aposento—:Cristóbalhabíaechadoloscerrojos».Hayqueestardespiertoparaobservarloque sucede alrededor de uno en París. Desviado por estos pequeñosacontecimientosdesumeditaciónambiciosamenteamorosa,púsoseatrabajar.DistraídoporlassospechasquecruzabanporsumenteacercadepapáGoriot,másdistraído aúnpor la figurade la señoraRestaud, quedevez en cuandoaparecíaanteélcomolamensajeradeunbrillantedestino,acabóacostándoseydurmiendoapiernasuelta.Decadadieznochesprometidasaltrabajoporlosjóvenes, dan siete de ellas al sueño.Hayque tenermásdeveinte añosparavelar.

EldíasiguienteporlamañanareinabaenParísunadeesasnieblasespesas

Page 25: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

queenvuelven laciudaddeunmodoqueaún laspersonasmáspuntuales seequivocanconrelaciónalahora.Lagentefaltaasuscitasdenegocios.Todoelmundocreequeson lasochocuandodan lasdocedelmediodía.Eran lasnueve ymedia y la señora Vauquer no se había levantado aún de la cama.Cristóbal y la gruesa Silvia, que también se habían atrasado, tomabantranquilamente su café, preparado con las capas superiores de la lechedestinadaaloshuéspedes,yqueSilviahacíahervirmuchorato,conobjetodequelaseñoraVauquernosedieracuentadeestediezmoilegalmentecobrado.

—Silvia—dijoCristóbalmojandosuprimeratostada—,elseñorVautrin,queesunbuenhombre,tambiénhavistodospersonasestanoche.Silaseñoraseinquietaraporello,nohabríaquedecirlenada.

—¿OshadadoalgoVautrin?

—Mehadadociensueldos,comodiciéndome:«Calla».

—SalvoélylaseñoraCouture,losotrosquisieranquitarnosconlamanoizquierdaloquenosdanconladerecha—dijoSilvia.

— ¡Y lo que dan!—dijoCristóbal—.He aquí que desde hace dos añospapáGoriotselimpiaélmismoloszapatos.Poiretprescindedellustre,yanteslobeberíaqueponerloensuszapatos.Encuantoalestudiante,medacuarentasueldos.Cuarentasueldosnopaganmiscepillos.

— ¡Bah!—dijo Silvia, bebiendo a pequeños sorbos su café—.Nuestrospuestossontodavíalosmejoresdelbarrio.Vivimosbien.Pero,apropósitodeVautrin,Cristóbal,¿oshadichoalguienalgodeél?

—Sí,encontréhaceunosdíasaunseñorenlacalleymepreguntó:«¿Novive en vuestra casa un señor grueso que lleva las patillas teñidas?».Yo lecontesté:«No,señor,noselastiñe.Unhombrecomoélnotienetiempoparaeso».Lehedicho,pues,estoalseñorVautrin,elcualmehacontestado:«Hashecho muy bien, muchacho. Responde siempre así. Nada hay másdesagradable que dejar que conozcan nuestros defectos. Esto puede hacerleperderaunolaoportunidaddeunabuenaboda».

—Puesamí,enelmercado,hanqueridoengatusarmeparahacermedecirsileveíaponerselacamisa.Bueno—dijointerrumpiéndose—,heaquíqueenVal-de-Grâcedanlasdiezmenoscuartoynadiesemueve.

—¡Bah!, todoshansalido.LaseñoraCoutureysujovencompañerahanidoacomulgaraSanEsteban,desdelasocho.PapáGoriothasalidoconunpaquete.Elestudiantenovolveráhastadespuésdelasclases,alasdiez.Leshevistosalirmientrasestabahaciendomisescaleras;porciertoquepapáGoriotme ha dado un golpe con lo que llevaba, y era duro como el hierro. ¿Quéestaráhaciendoesebuenhombre?Losotroslehacengirarcomounapeonza,

Page 26: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

peroesunabuenapersonaquevalemásquetodosellos.Noesmucholoqueme da; pero las damas a las que élmemanda, a vecesme danmagníficaspropinas.

—Lasdamasalasqueélllamasushijas,¿no?Hayunadocenadeellas.

—Yosóloheidoalacasadedosdeellas,lasmismasquevinieronaquí.

—Heaquíquelaseñorasemueveyvaahacersuacostumbradoescándalo;tengoqueir.Vigiladlaleche,Cristóbal;cuidadoconelgato.

Silviasubióalapartamentodesudueña.

— ¡Cómo, Silvia! He aquí que son las diezmenos cuarto, yme habéisdejadodormircomounamarmota.Nuncamehabíasucedidonadaparecido.

—Eslaniebla,quepuedecortarseconcuchillo.

—Pero¿yeldesayuno?

—Vuestroshuéspedesyahandesayunado.LaMichonneauyelPoiretnosehanmovido.Nohaymásqueellosenlacasa,yduermencomoleños,queesloqueson.

—Pero,Silvia,túlosponesalosdosjuntoscomosi…

— ¿Cómo si qué? —repuso Silvia con una risotada—. Los dos hacenbuenapareja.

—Es curioso, Silvia, que haya podido entrar el señorVautrin esta nochedespuésdequeCristóbalhubieraechadoloscerrojos.

—EsquehaoídoalseñorVautrinyhabajadoaabrirlelapuerta.Yheaquíloquevoshabéiscreído…

—Damemicamisolayveenseguidaavereldesayuno.Arreglaelrestodelcordero con patatas y dales peras cocidas, de las que cuestan dos centavoscadauna.

Unosinstantesmástarde,laseñoraVauquerdescendióenelmomentoenquesugatoacababadederribarconlapataunplatoquetapabaunboldelecheylaestabalamiendoatodaprisa.

—¡Mistigris!—exclamó.Elgatohuyó;luegofueafrotarsucuerpocontralaspiernasdeladueña—.¡Sí,sí,cobarde!¡Silvia,Silvia!

—Bien,¿quéocurre,señora?

—Miradloquehabebidoelgato.

—La culpa es de ese animal de Cristóbal, al que le dije que lo tapara.¿Dónde ha ocurrido? No os preocupéis, señora; será el desayuno de papá

Page 27: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Goriot.Añadiréagua,ynosedarácuenta.Nosefijaennada,nisiquieraenloquecome.

— ¿Dónde ha ido ese imbécil? —dijo la señora Vauquer poniendo losplatosenlamesa.

—¿Quiénlosabe?Hacenegociosdemildemonios.

—Hedormidodemasiado—dijolaseñoraVauquer.

—Perotambiénlaseñoraestáfrescacomounarosa…

En aquel momento se oyó la campanilla y entró Vautrin en el salóncantando.

—¡Oh,oh!Buenosdías, señoraVauquer—dijoalver a lapatrona, a laquetomógalantementeensusbrazos.

—Vamos,acabad.

—Voy a ayudaros a servir lamesa. Soy amable, ¿verdad?Acabo de veralgocuriosoporcasualidad.

—¿Quées?—dijolaviuda.

—PapáGoriotseencontrabaalasochoymediaenlacalleDauphine,encasa del orfebre que compra viejos cubiertos.Le ha vendido por una buenasumaunutensiliorielhogarenplatasobredorada,bastantebienretorcidoparanoserdeloficio.

—¿Deveras?

—Sí. Yo volvía para acá después de haber acompañado a uno de misamigosqueseexpatriaa lasMensajeríasreales;heaguardadoapapáGoriotparaverquésucedía:unahistoriaderisa.Havueltoasubiraestebarrio,alacalle de Grès, donde entró en la casa de un usurero conocido, llamadoGobseck, un sujeto capaz de hacer piezas de dominó con los huesos de supadre; un judío, un árabe, un griego, un bohemio, un hombre al que seríadifícildesvalijarporqueponesusescudosenelBanco.

—¿Quées,pues,loquehacepapáGoriot?

—No hace nada—dijo Vautrin—; deshace. Es lo bastante imbécil paraarruinarseconsushijas,que…

—¡Ahíestá!—dijoSilvia.

—Cristóbal—gritópapáGoriot—,subeconmigo.

CristóbalsiguióapapáGoriotyvolvióabajarenseguida.

—¿Adóndevas?—dijolaseñoraVauquerasucriado.

Page 28: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—AhacerunrecadoparaelseñorGoriot.

—¿Quéeseso?—dijoVautrinarrancandodelasmanosdeCristóbalunacartaenlaqueleyó:AlaseñoracondesaAnastasiadeRestaud—.¿Ycuálessonlasseñas?—añadiódevolviendolacartaaCristóbal.

—CalledeHelder.Tengoórdenesdenoentregarestomásquealaseñoracondesaenpersona.

—¿Quéhayahídentro?—dijoVautrinponiendolacartaaltrasluz—.¿Unbilletedebanco?No.—Entreabrióelsobre.—Unaletrapagada—exclamó—.¡Caramba, qué galante es el hombre! Vamos, bribón —dijo poniendo sumanazasobrelacabezadeCristóbal,alquehizogirarsobresímismocomoundado—,quetendrásunabuenapropina.

La mesa estaba puesta. Silvia hacía hervir la leche. La señora Vauquerencendíalaestufa,ayudadaporVautrin,queseguíacanturreando.

Cuando todo estuvo a punto, entraron la señora Couture y la señoritaTaillefer.

— ¿De dónde venís tan temprano, mi hermosa dama?—dijo la señoraVauqueralaseñoraCouture.

—VenimosdehacernuestrasdevocionesaSanEstebandelMonte,porquehoyhemosdeiralacasadelseñorTaillefer.Pobrecilla,tiemblacomohojaenelárbol—repusolaseñoraCouture,sentándoseantelaestufa,alabocadelacualpresentósuszapatos,queecharonhumo.

—Calentaos,pues,Victorina—dijolaseñoraVauquer.

—Estábien,señorita,esoderezaraDiosparaqueablandeelcorazóndevuestropadre—dijoVautrinacercandounasillaalahuérfana—.Peroesonoessuficiente.Osharíafaltaunamigoqueseencargasedecantarlelascuarentaaesebárbaroque,segúndicen,tienetresmillonesynoosdadote.Unajovenbellatienenecesidaddedoteenestostiempos.

—Pobreniña—dijolaseñoraVauquer—;vamos,guapa,queelmonstruodevuestropadreseráalgúndíacastigadoporloqueestáhaciendoconvos.

Al oír estas palabras, los ojos deVictorina se llenaron de lágrimas, y laviudasedetuvoanteunaseñaquelehizolaseñoraCouture.

—Sipudiera tansóloverle,sipudierahablarle,entregarle laúltimacartadesumujer—repusolaviudadelcomisario-ordenador—.Nomeheatrevidoaenviárselaporcorreo;conocemiletra…

—¡Ohmujeres inocentes,desgraciadasyperseguidas—exclamóVautrininterrumpiendoalaseñoraCouture—,yaveiscómoosencontráis!Dentrodeunosdías,yomeocuparédevuestrosasuntos,ytodoirábien.

Page 29: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¡Oh!, señor—dijoVictorina lanzandounamirada a la vez húmedayardienteaVautrin,elcualnoseemocionó—,sisupieseis,dealgúnmedioparallegaramipadre,decidlequesuafectoyelhonordemimadresonparamímás preciosos que todas las riquezas del mundo. Si obtuvieseis algunamitigación a su rigor, rezaría a Dios por vos. Estad seguro de miagradecimiento…

—Mucho tiempo he recorrido el mundo —cantó Vautrin con acentoirónico.

En aquel momento, Goriot, la señorita Michonneau y Poiret bajaron,atraídosquizáporelolordesalsaconmantecaqueestabahaciendoSilviaparaarreglar los restos del cordero. En el momento en que los huéspedes sesentaronalamesadiciendobuenosdías,dieronlasdiez,yoyéronseenlacallelospasosdelestudiante.

—Bien,señorEugenio—dijoSilvia—,hoyvaisadesayunarencompañíadetodoelmundo.

El estudiante saludó a los huéspedes y fue a sentarse al lado de papáGoriot.

—Acabadeocurrirmeunasingularaventura—dijo,sirviéndosecorderoenabundanciaycortandountrozodepanquelaseñoraVauquermedíasiempreconlosojos.

—¡Unaaventura!—dijoPoiret.

—Bien,¿porquéhabríaisdeasombrarosporello?—dijoVautrinaPoiret—.Elseñoresmuyguapoyesnaturalquetengaaventuras.

La señorita Taillefer deslizó tímidamente una mirada hacia el jovenestudiante.

—Contadnosvuestraaventura—dijolaseñoraVauquer.

—Ayer me encontraba yo en el baile en casa de la vizcondesa deBeauséant,unaprimamía,queposeeunacasamagnífica,apartamentosmuybellos,enfin,quenosdiounafiestasoberbia,enlaquemedivertícomounrey…

—Ezuelo—dijoVautrininterrumpiendo.

—Caballero—repusovivamenteEugenio—,¿quéqueréisdecir?

—Digoezuelo,porquelosreyezuelossedivertíanmásquelosreyes.

—Es verdad; yo preferiría ser ese pajarillo sin preocupaciones a ser rey,porque…—dijoPoiret.

—Enfin—dijoelestudiantecortándolelapalabra—,quehebailadocon

Page 30: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

unadelasmujeresmásbellasquehabíaenelbaile,unacondesaencantadora,la criaturamás deliciosa quehe visto jamás.Llevaba en la cabeza flores demelocotonero, en el costado el más hermoso ramillete de flores, de floresnaturales,queembalsamabanelaire;pero¡bah!,seríaprecisoquelahubieraisvisto;resultaimposibledescribiraunamujeranimadaporladanza.Puesbien,estamañanaheencontradoaesadivinacondesa,sobrelasnueve,apie,porlacalle de Grès. ¡Oh!, el corazón me ha palpitado aceleradamente, meimaginaba…

—Que venía hacia acá—dijo Vautrin lanzando una profunda mirada alestudiante—.SindudaibaacasadepapáGobseck,unusurero.Sialgunavezhurgáis en los corazones de las mujeres de París, encontraréis en ellos alusureroantesquealamante.VuestracondesasellamaAnastasiadeRestaudyviveenlacalledeHelder.

Al oír este nombre, el estudiante miró fijamente a Vautrin. Papá Goriotlevantórápidamentelacabezayresplandecióensusojosunamiradaluminosayllenadeinquietudquesorprendióaloshuéspedes.

—Cristóballlegarádemasiadotarde,yaque,porlovisto,habráidoallá—exclamóconacentodoloridoGoriot.

—He adivinado —dijo Vautrin inclinándose hacia el oído de la señoraVauquer.

Goriot comíamaquinalmentey sin saber loqueestabacomiendo.Nuncahabíaparecidomásestúpidoydistraídoqueenaquelmomento.

—¿Quédemoniohapodidodecirossunombre,señorVautrin?—preguntóEugenio.

— ¡Ah, ah! —respondió Vautrin—. Papá Goriot lo sabía. ¿Por qué nohabríadesaberloyo?

—SeñorGoriot—dijoelestudiante.

—¡Qué!—dijoelpobreanciano—.¿Estabaayermuyhermosa?

—¿Quién?

—LaseñoradeRestaud.

—Mirad al gato viejo—dijo la señoraVauquer aVautrin—, cómo se leencandilanlosojos.

—¿Acaso él lamantiene?—dijo envozbaja la señoritaMichonneaualestudiante.

— ¡Ah, sí! estaba formidablemente hermosa—repuso Eugenio, a quienpapá Goriot miraba con avidez—. De no haber estado allí la señora de

Page 31: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Beauséant,midivinacondesahabríasido la reinadelbaile; los jóvenessóloteníanojosparaella;yoeraeldoceavoinscritoenlalista;ellabailabatodaslascontradanzas.Todaslasotrasmujeressemoríanderabia.Sihuboayerunacriaturafeliz, fueella.Tienenrazónendecirquenohaynadamásbelloquefragatadevela,caballoagalopeymujerquebaila.

—Ayer arriba, en casa de una duquesa —dijo Vautrin—; esta mañanaabajo, en casa de un prestamista: he aquí las parisienses. Si susmaridos nopueden mantener su lujo desenfrenado, se venden. Si no saben venderse,seríancapacesdeabrirlasentrañasasumadreparabuscarallídentroalgoquebrillase.Enfin,quehacenlasmilyuna.

El rostro de papá Goriot, que se había iluminado como el sol de unhermosodíaaloíralestudiante,púsosesombríoanteestacruelobservacióndeVautrin.

—Bien—dijo la señoraVauquer—,¿dóndeestá,pues,vuestra aventura?¿Lehabéishablado?¿Lehabéispreguntadosiveníaaestudiarderecho?

—No me ha visto —dijo Eugenio—. Pero encontrar a una de las másbellasmujeresdeParísenlacalledeGrès,alasnueve,unamujerquedebióregresar del baile a las dos de la madrugada, ¿no es curioso? Sólo puedenencontrarseenParístalesaventuras.

—¡Bah!,lashaymuchomásdivertidas—exclamóVautrin.

LaseñoritaTailleferapenashabíaescuchado,tanpreocupadaestabaporlatentativaquesedisponíaarealizar.LaseñoraCouturelehizoseñadequeselevantaraparavestirse.Cuandosalieronlasdosmujeres,papáGoriotlesimitó.

— ¡Bien!, ¿le habéis visto?—dijo la señora Vauquer a Vautrin y a susotroshuéspedes—.Esevidentequesehaarruinadoconesasmujeres.

—Nuncahabránadiequemehagacreerque labellacondesadeRestaudpertenezcaapapáGoriot—exclamóelestudiante.

—Pero—interrumpióleVautrin—nosotrosno tenemos interésalgunoenhacerque locreáis.Soisaúndemasiado jovenparaconocerParís;más tardesabréis que en esta ciudad se encuentran lo que llamamos hombres deuniones…—Aloírestaspalabras,laseñoritaMichonneaumiróaVautrinconaireinteligente.Habríaisdichopieerauncaballoderegimientoaloírelsondela trompeta.— ¡Ah, ah! —dijo Vautrin interrumpiéndose para dirigirle unaprofunda mirada—, también hemos tenido vuestras pasiones, ¿eh? —Lasolterona bajó los ojos cono una religiosa que ve unas estatuas.—Bien—prosiguió—, esas personas sólo tienen sed de cierta agua tonada dedeterminada fuente, y a menudo corrompida; para poder beber de ellavenderían a susmujeres, a sus hijos; venderían su alma al diablo. Para los

Page 32: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

unos,estafuenteeseljuego,laBolsa,unacoleccióndecuadrosodeinsectos,la música; para otros es unamujer que sabe cocinarles platos delicados. Aaquélloslesofreceríaistodaslasmujeresdelatierrayseburlaríandeello;noquierenmásqueaaquellaquesatisfacesupasión.Amenudoestamujernolesama en absoluto, les vende bien caras sus caricias; pero ellos no cejan, yllevaríanelúltimodesuscubiertosalMontedePiedadparapoderofrecerlessuúltimoescudo.PapáGoriotesunadeesaspersonas.Lacondesaleexplotaporqueesdiscreto,esoes todo.Elpobrehombrenopiensamásqueenella.Fueradesupasión,yaloveis,esunabestiabruta.Habladledeestetema,ysurostrobrillarácomoundiamante.Noresultadifíciladivinaresesecreto.EstamañanahallevadoplatasobrecortadaafundirylehevistoentrarencasadepapáGobseck,enlacalleGrès.¡Seguidle!AlregresarhaenviadoalacasadelacondesadeRestaudaesetontodeCristóbal,élnoshaenseñadoladireccióndelacarta,enlaquehabíaunaletrapagada.Esevidentequesilacondesaibatambién a la casa del viejo prestamista, la cosa era urgente. PapáGoriot hafinanciadogalantementeporella.Lacosaestábienclara.Estoosdemuestra,mi joven estudiante, que mientras vuestra condesa reía, bailaba, hacía milmonadas,hacíabalancearsusfloresdemelocotonero,estabapensandoensusletrasdecambioprotestadasoenlasdesuamante.

—Medaisunasganaslocasdesaberlaverdad.MañanairéalacasadelaseñoradeRestaud—exclamóEugenio.

—Sí—dijoPoiret—,mañanahayqueiralacasadelaseñoradeRestaud.

—QuizásencontraréisallíapapáGoriot,quevendráacobrarseelimportedesusgalanterías.

—Pero—dijoEugenioconairededisgusto—,vuestroParís,es,pues,uncenagal.

—Esverdad—repusoVautrin—.Losqueseensucianenélyvanencochesongentehonrada;losquevanapiesonunosbribones.Sitenéisladesgraciade sacar a alguien de él, se os exhibe en el Palacio de Justicia como unacuriosidad.Sirobáisunmillón,seosseñalaenlossalonescomounavirtud.Pagáis treinta millones a la Gendarmería y a la Justicia para mantener esamoral.¡Muybonito!

— ¡Cómo!—exclamó la señoraVauquer—. ¿Demodo que papáGoriothabríafundidosuserviciodedesayunoenplatasobredorada?

—¿Nohabíadostortolillosenlatapa?—dijoEugenio.

—Exacto.

—Apreciabamuchoeseservicio,yllorócuandohuboamasadolatazayelplato.Lohevistoporcasualidad.

Page 33: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Loapreciabacomoasupropiavida—respondiólaviuda.

—Yaveiscuánapasionadoeselhombre—exclamóVautrin—.Esamujersabemuybienhacercosquillasalalma.

El estudiante volvió a subir a su casa.Vautrin salió.Unos instantesmástarde,laseñoraCoutureyVictorinasubieronauncochedealquilerqueSilviafue a buscarles. Poiret ofreció el brazo a la señorita Michonneau y ambosfueronapasearaljardínBotánicodurantedoshermosashorasdeldía.

¡Bien!Helosahícomounmatrimonio—dijolaobesaSilvia—.Hoysalenjuntosporprimeravez.Estántandelgados,quesifrotanunocontraotroharánsaltarchispas.

—CuidadoconelchaldelaseñoritaMichonneau—dijoriendolaseñoraVauquer—,porqueprenderácomolayesca.

A las cuatro de la tarde, cuando regresó Goriot, vio, a la luz de doslámparashumeantes,aVictorina,cuyosojosestabanrojos.LaseñoraVauquerescuchabaelrelatodelavisitainfructuosahechaalseñorTailleferdurantelamañana.Fastidiadoaltenerquerecibirasuhijayaaquellavieja,Tailleferlashabíadejadollegarhastaélparacaerunaexplicaciónconellas.

—Querida señoramía—decía la señoraCouture a la señoraVauquer—,figuraos que ni siquiera ha hecho sentarse aVictorina, que ha permanecidoconstantementedepie.Amímehadicho,sinencolerizarse,fríamente,quenosahorrásemoseltrabajodeirasucasa;quelaseñorita,sindecirsuhija,perdíaeltiempoalmolestarle(unavezalaño,¡elmonstruo!);quehabiéndosecasadoconéllamadredeVictorinasinfortuna,noteníaderechoareclamarnada;enfin, las cosasmás duras, que han hecho derramar unmar de lágrimas a esapobrepequeña.Lapequeñasearrojóentoncesalospiesdesupadreyledijoconvalentíaquesóloinsistíaacausadesumadre,queobedeceríasuvoluntadsin murmurar; pero que le suplicaba que leyese el testamento de la pobredifunta;entonceshatomadolacartayselahapresentado,diciendolascosasmásbellasdelmundoylasmejorsentidas;nosédedondelashatomado;Diosse lasdictaba,porqueyo,deescucharla, llorabacomounabestia.¿Sabéis loqueestabahaciendoesemonstruodehombre?Puessecortabalasuñas,cogiólacartaquelapobreseñoraTailleferhabíamojadoconsuslágrimasylaarrojóalachimenea,diciendo:«¡Estábien!».Quisolevantarasuhija,quelecogíalasmanosparabesárselas,peroéllasretiró.¿Noesestouncrimen?Elimbécildesuhijoentrósinsaludarasuhermana.

—Entonces,¡sonunosmonstruos!—dijopapáGoriot.

—Yademás—dijolaseñoraCouturesinhacercasodelaexclamacióndelbuen hombre—, el padre y el hijo se fueron saludándome y rogándome lesdisculpara,porqueteníanasuntosurgentes.Heahínuestravisita.Porlomenos

Page 34: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

havistoasuhija.Nosécómopuederenegardeella,porqueseparecencomodosgotasdeagua.

Loshuéspedes, internosyexternos, llegaron losunosdetrásde losotros,deseándose mutuamente buenos días, y diciéndose esas naderías queconstituyen, enciertas clasesparisienses,unespíritupicaresco, enel cual latonteríaentracomoelementoprincipal,ycuyoméritoconsisteparticularmenteenelgestooenlapronunciación.Estaespeciedeargotvaríacontinuamente.Labromaqueconstituyesuprincipionotienenuncaunmesdeexistencia.Unacontecimientopolítico,unprocesoenlaaudiencia,unacancióndelascalles,las farsas de un actor, todo sirve para mantener ese juego del ingenio queconsiste sobre todo en tomar las ideas y las palabras como pelotas yenviárselas unos a otros. El reciente invento del Diorama, que llevaba lailusión de la óptica a un gradomuchomás elevado que en los Panoramas,habíaintroducidoenalgunosestudiosdepinturalamaníadehablarenrama.

—Bien, señor Poiret —dijo el empleado del Museo—, ¿cómo va esasaludrama?—Yluego,sinesperarlarespuesta:—Señoras,estáismuytristes—dijoalaseñoraCoutureyaVictorina.

— ¿Vamos a comer? —exclamó Horacio Bianchon, estudiante demedicina, amigo de Rastignac—. Mi pequeño estómago se me ha bajadousqueadtalones.

— ¡Hace hoy un gran friorama!—dijo Vautrin—.Haceos un pocomásallá,papáGoriot.¡Quédemonio!Oslleváistodoelcalordelaestufa.

—He aquí su excelencia el marqués de Rastignac, doctor en derechotorcido—exclamóBianchoncogiendoaEugenioporelcuelloyestrechándoledemaneraqueleahogaba.

LaseñoritaMichonneauentrósuavemente,saludóalosinvitadossindecirnadayfueacolocarsejuntoalastresmujeres.

—Eseviejomurciélagomehaceestremecersiempredefrío—dijoenvozbajaBianchonaVautrin,señalandoalaseñoritaMichonneau.

—¿Elseñorlahaconocido?—preguntóVautrin.

— ¿Quién no la ha encontrado? —respondió Bianchon—. Palabra dehonor, esa solterona pálida me hace el efecto de esos largos gusanos queacabanroyendounaviga.

—Esloquees,joven—dijoelcuarentónpeinandosuspatillas,ycanturreó—:Yrosa,havividoloquevivenlasrosas.Elespaciodeunamañana.

— ¡Ah, ah! He aquí una magnífica soparama —dijo Poiret viendo aCristóbalqueentrabateniendoenlamanorespetuosamentelasopa.

Page 35: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Perdonadme,señor—dijolaseñoraVauquer—,esunasopadecoles.

Todoslosjóvenesseecharonareír.

—¿Alguienhavistolaniebladeestamañana?—preguntóelempleado.

—Era—dijoBianchon— una niebla frenética y sin ejemplo, una nieblalúgubre,melancólica,verde,unanieblaGoriot.

—Goriorama—dijoelpintor—,porquenoseveíanada.

Sentadoenelextremodelamesa,cercadelapuertaporlacualseservíalacomida,papáGoriotlevantólacabezaoliendountrozodepanqueteníabajosuservilleta,porunaviejacostumbrecomercialquereaparecíaalgunasveces.

—Bueno—ledijoentonoagriolaseñoraVauquerconvozquedominóelruidode lascucharas,de losplatosyde lasvoces—.¿Esquenoencontráisbuenoelpan?

—Alcontrario,señora—respondió—,estáhechoconharinadeÉtampes,deprimeracalidad.

—¿Cómoloconocéis?—interrogóEugenio.

—Porlablancura,porelsabor.

—Por el sabor de la nariz, puesto que lo estáis oliendo—dijo la señoraVauquer—.Osvolvéistanahorrativo,queacabaréisencontrandoelmediodealimentarosoliendoelairedelacocina.

—Tomad entonces una patente de invención—exclamó el empleado delMuseo—;haréisunabuenafortuna.

—Dejadle,pues;haceestoparapersuadirnosdequehasidofabricantedefideos—dijoelpintor.

El pobre papá Goriot, al ver que todos se reían de él, miraba a loshuéspedes con aire estúpido. Cristóbal llevóse el plato del buen hombre,creyendoquehabía terminadolasopa;desuertequecuandoGoriot,despuésdehaberlevantadosusombrero,cogiólacucharaydioungolpeencimadelamesa,todosloscomensalesseecharonareír.

—Bien,señorita—dijoVautrinaVictorina—,vosnocoméisnada.

—La señorita—dijo Rastignac, que se encontraba cerca de Bianchon—podría intentarunproceso sobre lacuestiónde losalimentos,puestoquenocome.¡Eh,eh!,miradcómoexaminapapáGoriotalaseñoritaVictorina.

Elancianoolvidábasedecomerparacontemplara lapobre joven,en losrasgos de la cual veíase un dolor verdadero, el dolor de la hija que ama alpadrequenoquierereconocerla.

Page 36: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Querido—dijoEugenioenvozbaja—,noshemosequivocadoacercadepapáGoriot.Noesniunimbécilniunhombresinnervios.Estanochelehevisto retorcer un plato de plata sobredorada, como si fuera cera, y en estemomentoelaspectodesurostrorevelasentimientosextraordinarios.Suvidame parece demasiadomisteriosa para no valer la pena de ser estudiada. Sí,Bianchon,noestoybromeando.

—Esehombreesuncasoclínico—dijoBianchon—,deacuerdo;siquiere,lodiseco.

Aldíasiguiente,Rastignacsevistiómuyelegantemente,yhacialastresdelatardefuealacasadelaseñoraRestaud,entregándoseduranteelcaminoaesasesperanzasaturdidamentelocasquehacenquelavidadelosjóvenesestétan repleta de emociones; no calculan entonces ni los obstáculos ni lospeligros,venentodoeléxito,poetizansuexistenciaporelúnicojuegodesuimaginación,ysehacendesgraciadosotristesporlafrustracióndeproyectosque no vivían aún más que en sus deseos desenfrenados; si no fueranignorantesytímidos,elmundosocialseríaimposible.Eugeniocaminabaconmilprecaucionesparanoensuciarsedebarro,perocaminabapensandoenloque diría a la señora de Restaud, hacía acopio de ingenio, inventaba lasrespuestasdeunaconversaciónimaginaria,preparabasuspalabras,susfrasesa lo Talleyrand, suponiendo pequeñas circunstancias favorables a ladeclaración sobre la cual fundaba su porvenir. El estudiante se manchó debarroyvioseobligadoahacerselimpiarlasbotasycepillarelpantalónenelPalacio Real. «Si yo fuera rico —díjose cambiando una pieza de treintasueldosquehabía tomadoparauncasodedesgracia—,habría idoencoche,habría podido pensar cómodamente». En fin, llegó a la calle de Helder ypreguntópor lacondesadeRestaud.Con la sangre fríadelhombrequeestásegurodetriunfarundía,recibiólamiradadespectivadelaspersonasquelehabíanvistocruzarelpatioapie,sinhaberoídoelruidodeuncarruajejuntoalapuerta.

Estamiradafueparaéltantomássensiblecuantoquehabíacomprendidoyasuinferioridadalentrarenaquelpatio,dondepiafabaunhermosocaballoricamenteenganchadoaunodeaquelloscabriolésquedanfedellujodeunaexistenciadisipadorayrevelanladetodoslosplaceresparisienses.Sepusodemal humor. Los cajones abiertos de su cerebro, que contaba con encontrarllenos de inteligencia, se cerraron y volvióse estúpido. Aguardando larespuestadelacondesa,alacualunayudadecámaraibaadarelnombredelvisitante,Eugeniodirigiósehaciaunaventanadelaantecámara,apoyóelcodoen una españoleta y miró maquinalmente hacia el patio. Hacíase larga laesperaysehabríamarchadosinohubieraestadodotadodeaquellatenacidadmeridionalqueengendraprodigioscuandoprocedeenlínearecta.

—Señor —dijo el ayuda de cámara—, la señora se encuentra en su

Page 37: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

gabinete y estámuy ocupada; nome ha contestado; pero si el señor quierepasaralsalón,yahayalguien.

Mientras admiraba el terrible poder de esos criados que, con una solapalabra, acusan o juzgan a sus dueños, Rastignac abrió deliberadamente lapuertaporlacualhabíasalidoelayudadecámara,conlaintención,sinduda,dehacercreeraaquellosinsolentescriadosqueconocíaalosseresdelacasa;pero luego desembocó en una pieza en la que se encontraban lámparas,bufetes,unaparatoparacalentartoallasparaelbaño,yquealavezconducíaaunpasillooscuroyaunaescaleradisimulada.Lasrisasahogadasqueoyóenlaantecámarapusieroncalmaasuconfusión.

—Señor,elsalónesporaquí—ledijoelayudadecámaraconaquelfalsorespetoquepareceunaburlamás.

Eugeniovolviósobresuspasoscontalprecipitaciónquetropezóconunabañera,perotuvolasuertederetenersusombrero,evitandoqueselecayeraenelbaño.Enaquelmomentoabrióseunapuertaalfondodellargocorredoriluminadoporunapequeñalámpara.RastignacoyóalmismotiempolavozdelaseñoraRestaud,ladepapáGoriotyelrumordeunbeso.Volvióaentrarenelcomedor,locruzó,siguióalayudadecámarayvolvióaentrarenunprimersalón,dondepermaneciódepieante laventana,y sediocuentadequeéstadabaalpatio.QueríaversiaquelpapáGorioterarealmenteelpadredeella.Elcorazón le latía aceleradamente y acordóse de las reflexiones deVautrin.Elayudade cámara aguardaba aEugenio a la puerta del salón, perode prontosalió un joven elegante, que dijo con impaciencia: «Me voy, Mauricio. Lediréis a la señora condesa que la he estado esperando media hora». Esteimpertinente,quesinduda teníaderechoaserlo, tarareóuna tonada italiana,mientrassedirigíahacia laventana juntoa lacualsehallabaEugenio, tantoparaverlacaradelestudiantecomoparamirarhaciaelpatio.

—Será mejor que el señor conde aguarde aún un instante; la señora haterminado—dijoMauriciovolviendoalaantesala.

Enaquelmomento,papáGoriotaparecía juntoa lapuertacocherapor lasalida de la escalera pequeña. El buen hombre sacaba su paraguas y sedisponíaaabrirlo,sinfijarseenqueelportalestabaabiertoparadarpasoaunjovenqueconducíauntílburi.PapáGoriotsólotuvoeltiemposuficienteparaecharse hacia atrás y evitar ser aplastado. El tafetán del paraguas habíaasustadoalcaballo,queseapartóunpoco,precipitándosehacialaescalinata.El jovenvolvió lacabezaconairedecólera,miróapapáGoriot,yantesdesalirledirigióunsaludoquereflejabalaconsideraciónforzadaqueunotributaa losusurerosde los cuales tienenecesidad,o ese respetonecesario exigidoporunhombrecorrompido,perodelqueunomás tardeseavergüenza.PapáGoriotrespondióconunsaludoamistoso,llenodebondad.Todoellosucedió

Page 38: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

conlarapidezdelrelámpago.Demasiadoabstraídoparadarsecuentadequenoestabasolo,Eugeniooyódeprontolavozdelacondesa.

—¡Ah,Máximo,yaosmarchabais!—dijoconacentodereproche,enelquesemezclabaunpocodedespecho.

Lacondesanohabíaprestadoatencióna laentradadel tílburi.Rastignacvolviósedeprontoyvioa lacondesacoquetamentevestidaconunpeinadordecachemirablanco,peinadanegligentemente,comolasmujeresdeParísporlamañana;embalsamabaelaire,sindudahabíatomadounbaño,ysubelleza,másflexible,porasídecir,parecíamásvoluptuosa;susojosestabanhúmedos.Losojosdelosjóvenesloventodo:susmentesseunenalasirradiacionesdelamujer tal comounaplantaaspiraenel aire sustanciasque le sonpropias.Eugenio sintió, pues, el frescor de las manos de aquella mujer sin tenernecesidaddetocarlas.Veía,atravésdelacachemira,losmaticesrosadosdelbustoqueelpeinador, ligeramenteentreabierto,dejabaavecesaldesnudo,ysobre el cual se paseaba su mirada. Los recursos del corsé resultabaninnecesarios para la condesa; sólo el cinturón marcaba su flexible talle, sucuello invitaba al amor, sus pies aparecían lindos en sus zapatillas. CuandoMáximotomóaquellamanoparabesarla,EugeniovioentoncesaMáximo,ylacondesavioaEugenio.

—¡Ah!, soisvos, señordeRastignac;mealegromuchodeveros—dijoconunairealcualsabenobedecerlaspersonasinteligentes.

Máximomiraba alternativamente a Eugenio y a la condesa de unmodohartosignificativoparaahuyentaralintruso.

—¡Ah!,querida,esperoquepongasaesetipodepatitasenlacalle.

Esta fraseerauna traducciónclarae inteligentede lasmiradasdel jovenimpertinentemente orgulloso al que la condesa había dado el nombre deMáximo,yalqueconsultabaelrostroconaquellaintenciónsumisaquerevelatodoslossecretosdeunamujersinqueellasedécuenta.Rastignacsintióunodioviolentohaciaaqueljoven.

Ante todo, el hermoso pelo rubio y bien rizado deMáximo le hicierondarsecuentadecuánhorribleeraelsuyo.Además,Máximollevabaunasbotasfinasylimpias,entantoquelassuyas,apesardelcuidadoquehabíapuestoalirpor lacalle,estabanunpocosuciasdebarro.Enfin,Máximollevabaunalevita que le ceñía elegantemente el talle y le daba el aspecto de unamujerlinda, mientras que Eugenio llevaba un corriente traje negro. El inteligentehijodelaCharenteadvirtiólasuperioridadqueelvestirdabaaaqueldandy,alto y esbelto, de ojos claros, tez pálida, uno de esos hombres capaces dearruinar a los huérfanos. Sin aguardar la respuesta deEugenio, la señora deRestauddirigióserápidamentehaciaelsalón,haciendoflotar losplieguesde

Page 39: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

supeinador,queseenrollabanydesenrollabandemodoqueledabaelaspectodeunamariposa;yMáximolasiguió.Eugenio,furioso,siguióaMáximoyala condesa.Estos trespersonajes se encontraron,pues, enpresenciaunosdeotros, en el centro del gran salón. El estudiante sabía que iba amolestar aaquelodiosoMáximo;peroaunconriesgodedisgustaralaseñoradeRestaud,quisomolestaraldandy.Depronto,recordandohabervistoaaqueljovenenelbailedelaseñoradeBeauséant,adivinóloqueeraMáximoparalaseñoradeRestaud;yconaquellaaudacia juvenilquehacecometergrandes tonteríasuobtenergrandes éxitos, díjose a símismo:«He aquími rival; voy a triunfarsobreél.»¡Imprudente!IgnorabaqueelcondeMáximodeTraillessedejabainsultar,disparabaprimeroymatabaasucontrincante.Eljovencondesedejócaerenunapoltrona,al ladode lachimenea,cogió las tenazasy removióelhogarconunmovimientotanviolento,queelbellorostrodeAnastasiareflejóun súbito enojo. La joven volvióse hacia Eugenio y le dirigió una de esasmiradasfríamenteinterrogativasquedicen:¿Porquénoosvais?,deunmodotan perfecto, que las personas bien educadas saben hacer en seguida esasfrasesquehabríaquellamarfrasesdesalida.

Eugenioasumióunaireagradableydijo:

—Señora,teníaprisaporverospara…

Se interrumpió. Una puerta se abrió. El señor que conducía el tílburiapareciódepronto,sinsombrero,nosaludóalacondesa,ytendiólamanoaMáximo, diciéndole: «Buenos días», con una expresión fraternal quesorprendiósingularmenteaEugenio.

—El señor de Restaud—dijo la condesa al estudiante, indicándole a sumarido.

Eugenioseinclinóprofundamente.

—Elcaballero—prosiguió,presentandoaEugenioalcondedeRestaud—eselseñordeRastignac,parientedelaseñoravizcondesadeBeauséantporlosMarcillac,yaquientuveelplacerdeencontrarensuúltimobaile.

¡Pariente de la señora vizcondesa de Beauséant por losMarcillac! Estaspalabras, que la condesa pronunció casi enfáticamente, por la especie deorgulloqueunamadecasaexperimentaalquererdemostrarqueen sucasasólorecibeagentedistinguida,tuvieronunefectomágico.Elcondeabandonósuairefríamenteceremoniosoysaludóalestudiante.

—Encantado,caballero—dijo—,deconocerle.

ElpropiocondeMáximodeTrailleslanzóaEugeniounamiradainquietayde pronto abandonó su aire impertinente. Este golpe de varita, debido a lapoderosa intervenciónde un apellido, abrió treinta casillas en el cerebro del

Page 40: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

meridional,yunasúbitaluzlehizoverclaroenelambientedelaaltasociedadparisiense, aún tenebroso para él. La Casa Vauquer y papá Goriot estabanentoncesmuylejosdesupensamiento.

—Yo creía que los Marcillac estaban extinguidos —dijo el conde deRestaudaEugenio.

—Sí, señor —respondió—. El hermano de mi abuelo, el caballero deRastignac,casóconlaherederadelafamiliadeMarcillac.Sólotuvounahija,lacualsecasóconelmariscaldeClarimbault,abuelomaternodelaseñoradeBeauséant.Nosotrossomoslaramamenor,tantomáspobrecuantoquemitío-abuelo, vicealmirante, lo perdió todo al servicio del rey. El gobiernorevolucionarionohaquerido admitir nuestros créditos en la liquidaciónquehizodelacompañíadelasIndias.

—¿Acasovuestrotío-abuelonomandabaelVengadorantesdelaño1789?

—Exacto.

—Entoncesconocióamitío-abuelo,quemandabaelWarwick.

MáximolevantóligeramenteloshombrosmirandoalaseñoradeRestaudy pareció querer decirle: «Si empieza a hablar de marina, estamos listos».AnastasiacomprendiólamiradadelseñordeTrailles.Coneladmirablepoderqueposeenlasmujeres,sonrióydijo:

—Venid,Máximo;tengoquepreguntarosunacosa.Caballeros,osdejamosquenaveguéisabordodelWarwickydelVengador.

SelevantóehizounaseñaaMáximo,elcuallasiguióasugabinete.Nobien aquella pareja morganática, linda expresión alemana que carece deequivalente en francés, había llegado hasta la puerta, cuando el condeinterrumpiólaconversaciónquesosteníaconEugenio.

—Anastasia, quedaos, cariño —exclamó con buen humor—; ya sabéisque…

—Yavuelvo,yavuelvo—leinterrumpió—;sólounmomentoparahacerleaMáximounencargo.

Regresóenseguida.Como todas lasmujeresque,obligadasaestudiarelcarácter de susmaridos para poder conducirse a su antojo, saben reconocerhasta dónde pueden llegar para no perder una preciosa confianza, y queentoncesnolescontradicennuncaenlaspequeñascosasdelavida,lacondesahabía comprendido por las inflexiones de la voz del conde que no habríaninguna seguridad en permanecer en el gabinete. Estos contratiempos erandebidosaEugenio.

Así,lacondesaseñalóalestudianteconunamiradayungestodedespecho

Page 41: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

aMáximo,quiendijoconsornaalconde,asumujeryaEugenio:

—Oíd,veoqueestáismuyocupadosynoquieromolestaros;adiós.

Ysemarchó.

—Quedaos,Máximo—legritóelconde.

—Venidacomer—dijolacondesa,que,dejandootravezaEugenioyalconde,siguióaMáximoalprimersalón,dondeestuvieronbastanteratojuntos,creyendoqueelseñordeRestauddespediríaaEugenio.

Rastignac les oía reír, hablar y hacer pausas de vez en cuando; pero elmalicioso estudiante conversaba con el señor de Restaud, le halagaba o leembarcaba en discusiones, con objeto de volver a ver a la condesa y sabercuáles eran sus relaciones con papá Goriot. Esta mujer, evidentementeenamorada de Máximo; esta mujer, dueña de su marido, relacionadamisteriosamenteconelviejofabricantedefideos,leparecíatodounmisterio.Queríapenetrarestemisterio,esperandodeestemodoreinarcomosoberanoenaquellamujertaneminentementeparisiense.

—Anastasia—dijoelconde,llamandodenuevoasumujer.

—Vamos,mipobreMáximo—ledijoellaaljoven—,hayqueresignarse.Hastaestanoche…

—Espero,Nasia—ledijoaloído—,queosencargaréisdeestejovenzuelocuyosojosbrillabancomoascuas cuandovuestropeinador se entreabría.Osharíadeclaraciones,oscomprometeríayvosmeobligaríaisadarlemuerte.

— ¿Estáis loco, Máximo?—dijo—. ¿Esos estudiantillos no son, por elcontrario,unosexcelentespararrayos?PorsupuestoqueharéquesepeleeconRestaud.

Máximoseechóareírysalióseguidodelacondesa,lacualsepusoalaventanaparaverle subir al coche.Máximohizopiafar a su caballo, agitó ellátigoysealejó.Anastasianoregresóhastaqueelportalestuvocerrado.

—Cariño—le dijo el conde al verla entrar—, las tierras en que vive lafamiliadelseñornoestánlejosdeVerteuil,enlaCharente.El tío-abuelodelseñorymiabueloseconocían.

—Encantadadepisartierraconocida—dijolacondesa.

—Másdeloquecreéis—dijoenvozbajaEugenio.

—¿Cómo?—inquirióellavivamente.

—Pues—repuso el estudiante—acabo de ver salir de vuestra casa a unseñorconelcualvivo,mipuerta frentea ladeél,en lamismapensión;merefieroalseñorGoriot.

Page 42: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Al oír este nombre, el conde, que estaba atizando el fuego, arrojó lastenazasalalumbre,comosilehubieranquemadolasmanos,ysepusoenpie.

La condesa palideció al ver la impaciencia de que daba muestras sumarido; luego se sonrojó y pareció desconcertada; respondió con voz quequeríasernatural:

—Esimposibleconocer…

Seinterrumpió,miróelpiano,comosidespertaseenellaalgúncapricho,ydijo:

—¿Osgustalamúsica,caballero?

—Mucho —respondió Eugenio, que se sonrojó y tuvo la vaga idea dehabercometidounatorpeza.

— ¿Cantáis? —exclamó, yendo hacia su piano, cuyas teclas atacóvivamente,desdeeldodeabajohastaelfadearriba.¡Rrrra!

—No,señora.

ElcondedeRestaudsepaseabadeunladoparaotro.

—Esunalástima,yaqueconelloestáisdesprovistodeungranmediodeéxito.Ca-a-ro,ca-a-ro,ca-a-ro,nondubitare—cantólacondesa.

AlpronunciarelnombredepapáGoriot,Eugeniohabíadadoungolpedevaritamágica,perocuyoefectoerainversoalquehabíandadoestaspalabras:pariente de la señora de Beauséant. Se encontraba en la situación de unhombre introducido por condescendencia en casa de un aficionado a lascuriosidades y que, tocando por descuido un armario lleno de figurasesculpidas,hacecaertresocuatrocabezasmalpegadas.

Habríaqueridoarrojarseaunprecipicio.ElrostrodelaseñoradeRestaudestabaserio,frío,ysusojos,indiferentes,rehuíanlosdeltorpeestudiante.

—Señora—dijo—,tenéisquehablarconelseñordeRestaud;aceptadmisrespetosypermitidme…

—Cada vez que vengáis a vernos —apresuróse a decir la condesa,interrumpiendoaEugenioconungesto—,estadsegurodequenoscausaréis,tantoalseñordeRestaudcomoamí,elmásvivoplacer.

EugeniohizounprofundosaludoalaparejaysalióseguidodelseñordeRestaud,quien,apesardesusinstancias,leacompañóhastalaantecámara.

—Cadavezqueeseseñorsepresente—dijoelcondeaMauricio—,nilaseñoraniyoestaremosencasa.

CuandoEugeniopusoelpieen laescalinata sediocuentadequeestaba

Page 43: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

lloviendo. «Vamos —se dijo—, he venido para cometer una torpeza cuyacausayalcanceignoro,yademásvoyaecharaperdermitrajeymisombrero.DeberíaquedarmeenunrincónestudiandomislibrosdeDerechoynopensarmás que en convertirme en unmagistrado. ¿Puedo ir por elmundo, cuandoparamaniobrarenélconvenientementehacefaltaunmontóndecabriolés,debotas lustradas, arreos indispensables, cadenas de oro, desde la mañanaguantesdeanteblancosquecuestanseisfrancos,ysiempreguantesamarillosporlanoche?».

Cuando se encontró a la puerta de la calle, el conductor de un coche dealquiler,quesindudaacababadellevaraunosreciéncasadosyqueríarobarasudueñoefectuandounascarrerasdecontrabando,hizounaseñaaEugenioalverlesinparaguas,contrajenegro,chalecoblanco,guantesamarillosybotaslustradas.Eugeniosehallababajoelimperiodeunadeesasrabiassordasqueimpelenaunjovenahundirsemásymásenelabismoenelquehaentrado,como si esperase encontrar en él una feliz salida. Con un movimiento decabezaasintióa lapeticióndelcochero.Sintenermásqueveintidóssueldosenelbolsillo,montóenelcoche,enqueunosgranosdefloresdevallardabanfedelpasodelosreciéncasados.

— ¿Adónde va el señor?—preguntó el cochero, que ya no llevaba susguantesblancos.

«Demonios—sedijoEugenio—,puestoquemearruino,queestomesirvadealgo».

—LlevadmealhoteldeBeauséant—añadióenvozalta.

—¿Cuál?—dijoelcochero.

Palabra sublime, que dejó perplejo a Eugenio. Aquel elegante inéditoignoraba que había dos hoteles de Beauséant, no sabía cuán rico era enparientesquenosepreocupabandeél.

—ElvizcondedeBeauséant,calle…

—De Grenelle —dijo el cochero interrumpiéndole—. Ya veis, existetambién el hotel del conde y del marqués le Beauséant, calle de Saint-Dominique.

—Yalosé—repusoEugeniocontonodesabrido.

«Todo el mundo, pues, se burla demí—se dijo, arrojando el sombrerosobreloscojinesdedelante—.Heaquíunaescapadaquevaacostarmecara.Pero por lomenos voy a hacermi visita ami supuesta prima de unmodoaristocrático. PapáGoriotme cuesta ya por lomenos diez francos, el viejomalvado.Afemía,voyacontarmíaventuraalaseñoradeBeauséant;quizálaharéreír.Sindudaellasabráelmisteriodelasrelacionescriminalesentreese

Page 44: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

viejo ratónsin raboyesabellamujer.Esmejorparamíagradaramiprimaquetropezarmeconesamujerinmoralquemedalaimpresiónderesultarmuycara.Sielnombredelahermosavizcondesaestanpoderoso,¿dequépesonohabrádesersupersona?Vayamosderechosaloalto.Cuandounobuscaalgoenelcielo,debeapuntarhaciaDios».

Estaspalabrassonlafórmulabrevedelosmilyunpensamientosentreloscualesflotaba.Recobróalgodeseguridadalvercaerlalluvia.Sedijoquesiibaagastardosdelaspreciosaspiezasdeciensueldosquelequedaban,seríanfelizmente empleadas en la conservación de su traje, de sus botas y de susombrero.

No oyó sin un movimiento de hilaridad al cochero que gritaba: «¡Lapuerta,porfavor!».Unporterorojoydoradohizochirriarsobresusgozneslapuertadelhotel,yRastignacviocondulcesatisfaccióncómosucochepasababajoelporche,dandolavueltaalpatioydeteniéndosebajolamarquesinadela escalinata. El cochero, de gran hopalanda verde con borde azul, fue adesplegar el estribo.Al apearse del cocheEugenio oyó unas risas ahogadasqueproveníandelperistilo.Tresocuatrocriadoshabíanbromeadoyaacercadeaquelcarruajedenoviavulgar.Surisailuminóalestudianteenelmomentoen que comparó este coche con uno de los coupés más elegantes de París,tirado por dos briosos caballos que mordían el freno y que un cocheroelegantementevestidoreteníapor labridacomosihubieranqueridoescapar.EnelbarriodeSanGermán,aguardabaellujodeungranseñor,uncarruajedemásdetreintamilfrancos.

«¿Quién hay, entonces ahí? —díjose Eugenio, comprendiendo algotardíamentedequeenParísdebíadehaberpocasmujeresquenoestuviesenocupadas, y que la conquista de una de esas reinas resultaba costosísima—.¡Diantre!,miprimatendrásindudatambiénsuMáximo».

Subiólaescalinataconlamuerteenelalma.Hallójuntoalapuertaaunoscriados muy serios. La fiesta a la cual había asistido habíase dado en losgrandes apartamentos de recepción, situados en la planta baja del hotel deBeauséant.Nohabiendotenidotiempo,entrelainvitaciónyelbaile,dehacerunavisitaasuprima,nohabíapenetradoaúnenlosapartamentosdelaseñorade Beauséant; iba, pues, a ver por vez primera las maravillas de aquellaelegancia personal que revela el alma y las costumbres de una mujerdistinguida.EstudiotantomásimportantecuantoqueelsalóndelaseñoradeRestaudleproporcionabauntérminodecomparación.

Alascuatroymedia,lavizcondesaestabavisible.Cincominutosantesnohabría recibido a su primo. Eugenio, que nada sabía de las etiquetasparisienses,fueconducidoporunagranescalerallenadeflores,debarandilladorada, alfombra roja, al interior de lamansión de la señora de Beauséant,

Page 45: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

cuya biografía verbal él ignoraba, una de esas cambiantes historias que secuentantodaslasnochesdeoídoaoídoenlossalonesdeParís.

La vizcondesamantenía desde hacía tres años relaciones con uno de losmásfamososyricosseñoresportugueses,elmarquésdeAjuda-Pinto.Eraunadeesasrelacionesinocentesquetantoatractivotienenparalaspersonasdetalmodo relacionadas, que no pueden soportar un tercero. Así, el vizconde deBeauséanthabíadadoélmismoelejemploalpúblicorespetando,quierasono,aquella unión morganática. Las personas que, en los primeros días de estaamistad, fueron a ver a la vizcondesa a las dos, encontraron en su casa almarquésdeAjuda-Pinto.LaseñoradeBeauséant,incapazdecerrarsupuerta,lo cual habría resultadomuy inconveniente, recibía con tanta frialdad a laspersonasymirabatanfijamentelacornisa,quecadacualcomprendíacuántola molestaba. Cuando se supo en París que se molestaba a la señora deBeauséant yendo a verla entre las dos y las cuatro, ella se encontró en lasoledadmáscompleta.IbaalosBouffonsoalaÓperaencompañíadelseñordeBeauséantydelseñordeAjuda-Pinto;perocomohombrequesabíavivir,el señor deBeauséant dejaba siempre a sumujer y al portugués después dehaberlos instalado. El señor de Ajuda debía casarse. Se casaba con unaseñoritaDeRochefide.Entodalaaltasociedad,sólounapersonaignorabaaúnesaboda,yestapersonaeralaseñoradeBeauséant.Algunasdesusamigaslehabíanhabladovagamentede ello; la señoradeBeauséanthabíase echadoareír, creyendoque sus amigasquerían turbar una felicidadde la que sentíancelos.Sinembargo,ibanapublicarselasamonestaciones.

Aunquehubieravenidoparanotificaresabodaalavizcondesa,elapuestoportuguésnosehabíaatrevidoaúnadecirunapalabra.¿Porqué?Nadahaysindudamásdifícilquenotificarleaunamujersemejanteultimátum.Ciertoshombresseencuentranmása susanchas, sobreel terreno,anteotrohombreque les amenazaconunaespada,queanteunamujerque,despuésdehaberespetadosuselegíasdurantedoshoras,sehacelamuertaypideelfrascodesales. En aquel momento, pues, el señor de Ajuda-Pinto se hallaba sobreascuasyqueríasalir,diciéndosequelaseñoradeBeauséantseenteraríadelanoticia, leescribiríayseríamáscómodoefectuaraquelgalanteasesinatoporcorrespondenciaquedevivavoz.CuandoelayudadecámaradelavizcondesaanuncióalseñorEugeniodeRastignac,hizoestremecerdealegríaalmarquésde Ajuda-Pinto. Sabedlo bien, una mujer amante posee aún mayor ingeniopara crearse dudas que para variar el placer. Cuando está a punto de serabandonada,adivinarápidamenteelsentidodelmenorgesto.Así,consideradque la señora de Beauséant sorprendió aquel estremecimiento involuntario,ligero, pero ingenuamente espantoso. Eugenio ignoraba que uno no debepresentarsenuncaenlacasadenadie,enParís,sinhabersehechocontarporlosamigosdelacasalahistoriadelmarido,ladelamujerodeloshijos,conobjeto de no cometer ninguna de aquellas torpezas de las que se dice

Page 46: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

pintorescamenteenPolonia:Uncidcincobueyesavuestrocarro,sindudaparasacaros delmal paso en el que os habéis atascado. Si estas desdichas de laconservación carecen aún de nombre en Francia, se les supone sin dudaimposibles, debido a la enorme publicidad que obtienen las maledicencias.DespuésdehaberseenfangadoencasadelaseñoraRestaud,quenisiquieralehabíadejadotiempodevolveracomenzarsuoficiodeboyero,presentóseencasa de Beauséant. Pero si había molestado horriblemente a la señora deRestaudyalseñordeTrailles,ahorasacódeapurosalseñordeAjuda.

—Adiós —dijo el portugués, apresurándose a llegar hasta la puerta,cuandoEugenioentróenunsaloncitodecolorgrisy rosa,enelcualel lujoparecíaserúnicamenteelegancia.

—¿Peroestanoche—dijolaseñoradeBeauséant,volviendolacabezaylanzandounamiradaalmarqués—,novamosalosBouffons?

—Nomeesposible—dijocogiendoelpomodelapuerta.

La señora deBeauséant se puso en pie, le llamó junto a sí, sin hacer elmenor caso de Eugenio, el cual, de pie, aturdido por la refulgencia de unariqueza maravillosa, creía en la realidad de los cuentos árabes y no sabíadóndeesconderse,hallándoseenpresenciadeaquellamujerysinseradvertidoporella.Lavizcondesahabíalevantadoelíndicedelamanoderecha,yconunlindomovimientoseñalabaalmarquésunlugardelantedeella.Huboenaquelgesto tanviolentodespotismodepasión,queelmarquésdejóelpomode lapuerta y acudió al lado de lamujer. Eugeniomiraba la escena con ojos noexentosdeenvidia.

«Heahí—sedijo—elhombredelcupé.Pero¿esqueparaobtenerenParíslamiradadeunamujerhayquetenercaballosbriososyabundanciadelibreasdoradas?».Eldemoniodellujolemordióenelcorazón,lafiebredellucroseadueñódeél, laseddelorolesecólagarganta.Poseíacientotreintafrancosparasutrimestre.Supadre,sumadre,sushermanas,sutía,nogastabantodosellos juntos doscientos francos al mes. Esta rápida comparación entre susituación presente y el fin al cual era preciso llegar contribuyeron a dejarleestupefacto.

— ¿Por qué —le dijo riendo la vizcondesa— no podéis venir a losItalianos?

—¡Negocios!HedecomerencasadelembajadordeInglaterra.

—Dejaréisesosnegocios.

Cuando un hombre engaña, se ve obligado invenciblemente a acumularmentirassobrementiras.ElseñordeAjudadijoentoncesriendo:

—¿Loexigís?

Page 47: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Sí,porsupuesto.

—Heaquíloquequeríaoír—respondiólanzandounadeaquellasmiradasque habría tranquilizado a cualquier otra mujer. Tomó la mano de lavizcondesa,labesóypartió.

Eugeniosepasólamanoporloscabellosysedispusoasaludar,creyendoquelaseñoradeBeauséantibaapensarenél;depronto,seprecipitóhacialagalería,corrióhacialaventanaymiróalseñordeAjudamientrasélsubíaalcoche;ellaprestóoídoatentoalaorden,yoyódecir:«AlacasadelseñordeRochefide». Estas palabras y lamanera en queDeAjuda entró en el cochefueronel relámpagoyel rayoparaaquellamujer,que regresóal interiordelaposentopresademortalesangustias.Lasmáshorriblescatástrofesenelgranmundonosonmásqueeso.Lavizcondesavolvióaldormitorio,sentóseanteunamesaytomóunahojadepapel.

Desdeelmomento—escribía—enquecoméisenlacasadelosRochefideynoenlaEmbajadainglesa,medebéisunaexplicación;osespero.

Después de haber corregido algunas letras desfiguradas por un temblorconvulsivodesumano,pusounaC,quequeríadecirClaradeBorgoña,ytiródelcordóndelacampanilla.

—Jaime—dijoasuayudadecámara,queacudióenseguida—,iréisalassiete y media a la casa del señor de Rochefide, y preguntaréis allí por elmarquésdeAjuda.Sielmarquésestáallí,leharéisentregarestanotasinpedirrespuesta;sinoestá,regresaréisymetraeréislacarta.

—Laseñoravizcondesatieneaalguienenelsalón.

—¡Esverdad!—exclamóabriendolapuerta.

Eugenio empezaba a encontrarsemuy violento, actitud que advirtió a lavizcondesa,lacualledijoenuntonocuyaemociónleremoviólasfibrasdelcorazón:

—Perdón, caballero, tenía que escribir cuatro palabras, y ahora soy todaparavos.

Nosabíaniloquesedecía,porqueheaquíloqueestabapensando:«¡Ah!,quierecasarseconlaseñoritadeRochefide.Pero¿acasoeslibre?Estanocheelnoviazgoseromperá,oyo…Peromañanayanosehablarádeesteasunto».

—Queridaprima…—dijoEugenio.

— ¿Cómo? —dijo la vizcondesa, lanzándole una mirada cuyaimpertinenciadejóheladoalestudiante.

Eugenio comprendió aquella exclamación. Desde hacía tres horas habíaaprendidotantascosas,quesehallabaenactituddealerta.

Page 48: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Señora —repuso sonrojándose. Vaciló y luego prosiguió—:perdonadme;tengonecesidaddetantaprotección,queunapizcadeparentesconohabríahechomalanadie.

LaseñoradeBeauséantsonrió,perocontristeza;sentíayaenelambienteladesgraciaquelaamenazaba.

—Si conocierais la situación en que se encuentra mi familia —dijoEugenio—,osagradaríadesempeñarelpapeldeunadeesashadasfabulosasquesecomplacenendisiparlosobstáculosquerodeanasusahijados.

—Bien,primomío—dijoellariendo—,¿enquépuedoserosútil?

—¿Acasoloséyo?Perteneceravosporunvínculodeparentescoquesepierdeenlasombraconstituyeyatodaunafortuna.Vosmehabéisturbado;yani sé lo que había venido a deciros. Sois la única persona que conozco enParís.¡Ah!,queríaconsultarospidiéndoosquemeaceptaseiscomoaunpobreniñoquedeseasercosidoavuestrasfaldasyquesabríamorirporvos.

—¿Mataríaisaalguienpormí?

—Mataríaados—dijoEugenio.

—¡Niño!Soisunniño, sí—dijo lavizcondesa reprimiendo las lágrimas—.¿Vosseríaiscapazdeamarsinceramente?

—¡Oh!—exclamóeljovenmoviendolacabeza.

La vizcondesa se interesó vivamente por el estudiante a causa de larespuestadeambiciosoquehabíadado.Elmeridionalsehallabaensuprimercálculo.EntreelgabineteazuldelaseñoraRestaudyelsalónrosadelaseñoradeBeauséant,élhabíahechotresañosdeaquelDerechoparisiensedelquenose habla nunca, aunque constituye una alta jurisprudencia social que, bienaprendidaybienpracticada,conduceatodo.

—Vi a la señora de Restaud en vuestro baile—dijo Eugenio—, y estamañanaestuveensucasa.

—Debéis haberla molestado mucho —dijo sonriendo la señora deBeauséant.

—Sí,soyunignorantequellegaráatenerencontrasuyaatodoelmundosivosmenegáisvuestraayuda.CreoqueesmuydifícilencontrarenParísaunamujerjoven,bella,rica,elegante,queestédesocupada,ynecesitounaqueme enseñe lo que vosotras, las mujeres, sabéis tan bien explicar: la vida.Encontraré en todas partes a un señor de Trailles.Venía, pues, a pediros lasolución de un enigma y rogaros que me dijerais de qué naturaleza es latorpezaquehehecho.Hehabladodeunseñor…

—La señora duquesa de Langeais —dijo Jaime cortando la palabra al

Page 49: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

estudiante,quehizoelgestodeunhombrefuertementecontrariado.

—Siqueréis triunfar—dijo lacondesaenvozbaja—,ante todonoseáistandemostrativo.

—Buenosdías,querida—dijolevantándoseysaliendoalencuentrodeladuquesa, a la que estrechó las manos con la efusión que habría podidodemostraraunahermanayalaqueladuquesarespondióconlosmásdulcesmimos.

«Heaquíadosbuenasamigas—pensóRastignac—.Desdeahora tendrédos protectoras. Las dosmujeres deben tener losmismos afectos, y ésta seinteresarásindudapormí.».

—¿Aquéfelizpensamientodeboelhonordeverte,queridaAntonia?—dijolaseñoradeBeauséant.

—HevistoalseñordeAjuda-PintoentrarencasadelseñordeRochefideyentonceshepensadoqueestabaissola.

LaseñoradeBeauséantnosemordióloslabios,nosesonrojó;sumiradasiguió siendo la misma y su frente pareció iluminarse mientras la duquesapronunciabaaquellasfatalespalabras.

—Si yo hubiera sabido que estabais ocupada… —añadió la duquesavolviéndosehaciaEugenio.

—ElseñoreselseñorEugeniodeRastignac,unodemisprimos—dijolavizcondesa—. ¿Habéis tenido noticias del general Montriveau? —dijo—.Sérizymedijoayerqueyanoseleveía.¿Letenéisenvuestracasahoy?

La duquesa, que pasaba por haber sido abandonada por el señor deMontriveau,dequienestabaperdidamenteenamorada,sintióenelcorazónloaceradodeestapregunta,ysesonrojóalcontestar:

—AyerestabaenelElíseo.

—Deservicio—dijolaseñoradeBeauséant.

—Clara, vos sabéis sin duda—repuso la duquesa arrojando oleadas demalignidadpor susmiradas—quemañanaseproclaman lasamonestacionesdelseñordeAjudaPintoydelaseñoritadeRochefide.

El golpe era demasiado violento, la vizcondesa palideció y respondióriendo:

—Uno de esos rumores que divierten a los tontos. ¿Por qué el señor deAjuda habría de llevar a la casa de losRochefide uno de los apellidosmásilustresdePortugal?LosRochefidesongenteennoblecidaayer.

—PeroBerta,segúndicen,reunirádoscientasmillibrasderenta.

Page 50: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—ElseñordeAjudaesdemasiadoricoparaefectuarestoscálculos.

—Pero,querida,laseñoritadeRochefideesencantadora.

—¡Ah!

—En fin, él come hoy en su casa; las condiciones han sido fijadas.Meextrañamuchoqueestéistanpocoenterada.

—¿Quétonteríahabéishechoentonces?—dijolaseñoradeBeauséant—.Esepobreniñohacetanpocotiempoquehasidoarrojadoalmundo,quenocomprendenada,queridaAntonia,deloqueestamosdiciendo.Sedbuenaparaconél,ydejemosesteasuntoparamañana.Mañana,comopodéiscomprender,todoserásindudaoficial,yvospodréisserseguramenteoficiosa.

La duquesa lanzó a Eugenio una de esas miradas impertinentes queenvuelven a un hombre de los pies a la cabeza, lo aplanan y le reducen alestadodecero.

—Señora,sinsaberlo,hehundidounpuñalenelcorazóndelaseñoradeRestaud. Sin saberlo, he ahí mí falta —dijo el estudiante, a quien suinteligenciahabíaservidodealgoyhabíadescubiertolaspunzantessátirasqueencerraban las frases afectuosas de aquellas dos mujeres—. Vos continuáisviendo,yquizá teméisa laspersonasqueestánenelsecretodelmalqueoshacen, mientras que el que hiere ignorando la profundidad de su herida esconsiderado como un tonto que no sabe aprovecharse de nada y todos ledesprecian.

La señora de Beauséant dirigió al estudiante una de esas miradaspenetrantes, en las que las grandes almas saben poner a la vez gratitud ydignidad.Estamiradafuecomounbálsamoquecalmólallagaqueacababadeproducir en el corazón del estudiante la mirada inquisidora con la cual laduquesalehabíatasado.

—FiguraosqueacababadeganarmelabenevolenciadelcondedeRestaud—dijoEugenio—porque—añadióvolviéndosehacialaduquesaconairealavez humilde y malicioso—, debo deciros, señora, que no soy más que unpobrediablodeestudiante,muysolo,muypobre…

—Nodigáiseso,señordeRastignac.

— ¡Bah! —dijo Eugenio—, sólo tengo veintidós años; hay que sabersoportar las desgracias de la edad. Por otra parte, me estoy confesando; esimposible ponerse de rodillas en un confesionario más hermoso: en él secometenlospecadosdequeunoseacusaenelotro.

Laduquesaasumióunairedefrialdadaloírestediscursoantirreligioso.

LaseñoradeBeauséantseriodesusobrinoydeladuquesa.

Page 51: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Elseñorllega…

—Llega,querida,ybuscaunainstitutrizqueleenseñeelbuengusto.

—Señoraduquesa—dijoEugenio—,¿noesnaturalquereriniciarseenlossecretosdeaquelloquenosencanta?

«Vamos—se dijo a símismo—, estoy seguro de que le estoy haciendofrasesdepeluquero».

—Pero—dijo laduquesa—,segúncreo, la señoradeRestaudesalumnadelseñordeTrailles.

—No sabía nada de ello, señora —dijo el estudiante—. Así, me lancéatolondradamenteentrelosdos.Enfin,melashabíaentendidobastantebienconelmarido,meveíatoleradoporalgúntiempoporlamujer,cuandosemeocurrió decirles que conocía a un hombre al que veía salir por una escalerasecreta,yqueenelfondodeunpasillohabíabesadoalacondesa.

—¿Quiénera?—dijeronlasdosmujeres.

—UnviejoquevivearazóndedosluisesmensualesenelbarriodeSaint-Marceau, como yo, pobre estudiante que soy; un verdadero desgraciado dequientodosseburlanyalquellamamospapáGoriot.

—Pobrecriatura—exclamólavizcondesa—.EsquelaseñoradeRestaudesunaseñoritaGoriot.

—Lahijadeunfabricantedefideos—repusoladuquesa—,unamujerquese hizo presentar el mismo día que una hija de pastelero. ¿No os acordáis,Clara?Elreyseechóareírydijoenlatínunafrasegraciosasobrelaharina.Unagente,¿cómodiremos?,unagente…

—Ejusdemfarinae—dijoEugenio.

—Esoes—dijoladuquesa.

—¡Ah!,essupadre—repusoelestudianteconungestodehorror.

—Puessí;esebuenhombre teníadoshijas,por lascualesestácasi loco,aunquetantolaunacomolaotracasihayanrenegadodeél.

—Lasegunda—dijolavizcondesamirandoalaseñoradeLangeais—¿noestá casada con un banquero cuyo apellido es alemán, cierto barón deNucingen?¿NosellamaDelfina?¿NoesunarubiaquetieneunpalcolateralenlaÓpera,quetambiénvaalosBouffonsyríemuyaltoparahacersenotar?

Laduquesasonrió,diciendo:

—Pero,querida,os admiro. ¿Porquéosocupáis tanto, entonces,de esasgentes?Hayquehaberestadolocamenteenamorado,comoloestabaRestaud,

Page 52: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

para haberse enharinado con la señoritaAnastasia. ¡Oh, no ha hecho buenaganga!EllaseencuentraenmanosdelseñordeTrailles,quelaperderá.

—Ellashanrenegadodesupadre—repetíaEugenio.

—¡Ah!,sí,supadre—repusolavizcondesa—,unbuenpadrequelesdio,según dicen, a cada una quinientos o seiscientosmil francos para labrar sufelicidadcasándolasbien,yquenosereservómásqueochoodiezmillibrasderentaparasí,creyendoquesushijasseguiríansiendosushijas,quesehabíacreadoconellasdosexistencias,doscasas,enlasqueseríaadorado,mimado.Endosaños, susyernos leexpulsarondesusociedadcomoalúltimode losmiserables.

LaslágrimasrodaronporlasmejillasdeEugenio,recientementerefrescadopor las puras y santas emociones de la familia, aún bajo el encanto de suscreenciasjuvenilesyquesóloseencontrabaenlaprimerajornadaenelcampodebatalladelacivilizaciónparisiense.

Lasemocionesverdaderassontancomunicativas,queduranteuninstanteestastrespersonassemiraronensilencio.

—¡Oh!,Diosmío—dijolaseñoradeLangeais—,sí,estoparecehorrible,ysinembargo,lovemostodoslosdías.¿Nohayunacausaenello?Decidme,querida,¿habéispensadoalgunavezen loqueesunyerno?Unyernoesunhombre para quien criaremos una amada criatura, a la cual retendremos pormediodemil lazos,quedurantediecisieteañosserá laalegríade la familia,queesdeellaelalmablanca,comodiríaLamartine,yqueseconvertiráenlapeste.Cuandoestehombrenoslahayaarrebatadoempezaráacogersuamorcomounhacha, conobjetodecortar enel corazónya lovivodeeseángeltodoslossentimientosporloscualesestabaunidaasufamilia.Ayer,nuestrahija lo era todo para nosotros, y nosotros lo éramos todo para ella; al díasiguientesehaconvertidoennuestraenemiga.¿Novemosconsumarsetodoslosdíasesta tragedia?Aquí, lanuerasemuestra impertinenteconel suegro,quetodolohasacrificadoporsuhijo.Másallá,unyernoponeasusuegradepatitas en la calle. Hay quien pregunta qué hay de dramático hoy en lasociedad; pero el drama del yerno es espantoso, sin contar nuestroscasamientos,quesehanconvertidoencosasmuyestúpidas.Yomedoycuentamuy bien de lo que le ha ocurrido a ese viejo fabricante de fideos. CreorecordarqueeseForiot…

—Goriot,señora.

—Sí,eseMoriotfuepresidentedesuseccióndurantelarevolución;estuvoen el secreto de la famosa escasez de alimentos, y comenzó su fortunavendiendo en aquella época harinas diez veces más caras de lo que lecostaban.Hatenidotantaharinacomohaquerido.Elintendentedemiabuela

Page 53: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

le vendió sumas inmensas.Goriot estaba relacionado, como toda esa gente,con el Comité de Salud Pública. Recuerdo que el intendente le decía a miabuelaquepodíapermanecercontodaseguridadenGrandvilliers,porquesustrigoseranunaexcelentecartacívica.Bien,eseLoriot,quevendíatrigoaloscortadoresdecabezas,sólotuvounapasión.Adora,segúndicen,asushijas.Endosó lamayor a la casa deRestaud e injertó a la otra sobre el barón deNucingen, un rico banquero que se hacía pasar por monárquico.Comprenderéisque,bajo el Imperio, losdosyernosno se escandalizarandetener en su casa a ese viejo Noventa y Tres; ello era aún compatible conBonaparte. Pero cuando volvieron los Borbones, el buen hombre estorbó alseñordeRestaud,ymásaúnalbanquero.Lashijas,quequizáseguíanamandoasupadre,quisieronquedarbienconlacabrayconlacol,osea,conelpadrey con el marido; recibieron a Goriot cuando no tenían a nadie en casa;imaginaron pretextos de cariño: «Venid, papá; estaremos mejor, porqueestaremos solos», etc…Pero, querida, creo que los sentimientos verdaderostienenojoseinteligencia:elcorazóndeesepobreNoventayTreshasangrado.Ha visto que sus hijas se avergonzaban de él; que si ellas amaban a susmaridos, él molestaba a sus yernos. Era preciso, pues, sacrificarse. Él sesacrificó, porque era padre: se desterró de sí mismo. Al ver a sus hijascontentas, comprendió que había hecho bien. El padre y las hijas fueroncómplices de este pequeño crimen. Vemos esto por todas partes. Ese papáDoriot,¿nohabríasidounamanchadeseboenelsalóndesushijas?Habríasesentidoviolento,sehabríaaburrido.Loqueleocurreaesepobrepadrepuedeocurrirlealamujermásbellaconelhombrealquemásame:siellaloaburrecon su amor, él se irá; cometerá cobardías para huir de ella. Todos lossentimientos están allí. Nuestro corazón es un tesoro; vaciadlo de golpe, yquedaréis arruinados. No perdonamos más a un sentimiento el habersemostradoporenteroqueaunhombreelnoposeeruncéntimo.Esepadre lohabíadadotodo.Habíadadoduranteveinteañossusentrañas,suamor;habíadado su fortunaenundía.Unavezexprimidoel limón, sushijasdejaron lapielenunaesquina.

—Elmundoesinfame—dijolavizcondesa,sinlevantarlosojos,porquesesentíavivamenteafectadaporlaspalabrasquelaseñoradeLangeaishabíadicho,paraella,alcontarestahistoria.

—Infame, no—repuso la duquesa—; sigue su curso, he ahí todo. Si oshablodeesemodoesparademostrarosquenomedejoengañarporelmundo.Yo pienso como vos—añadió estrechando la mano de la vizcondesa—. Elmundo es un cenagal; procuremos permanecer en las alturas.—Se levantó,besóalaseñoradeBeauséantenlafrente,diciéndole:—Estáismuyhermosaenestemomento,querida.Tenéislosmásbelloscoloresquehayavistojamás.

Dicho esto, salió, después de inclinar ligeramente la cabeza al mirar al

Page 54: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

primo.

—PapáGoriotesunpapásublime—exclamóEugenio,recordandohaberlevistorompersusobjetosdeplatasobrecortadaaquellanoche.

La señora de Beauséant no oía; estaba pensativa. Transcurrieron unosinstantes de silencio, y el pobre estudiante, con una especie de estuporvergonzoso,noseatrevíaamarcharse,niaquedarse,niahablar.

—Elmundo es infame y ruin—dijo al fin la vizcondesa—. Tan prontocomonossobrevieneunadesgracia,siempreseencuentraunamigodispuestoaveniracontárnoslayahurgarennuestrocorazónconunpuñal,haciéndonosadmirarelmango.Empiezanlossarcasmosylasburlas.¡Ah!,medefenderé.—Levantó la cabeza como una gran dama que era, y sus ojos despidierondestellosdeorgullo.—¡Ah!—dijoalveraEugenio—,estáisahí.

—Sí,todavía—dijoeljoven.

— ¡Bien!, señor deRastignac, tratad a esemundo como semerece.Vosqueréis llegar; yo os ayudaré.Comprobaréis cuán profunda es la corrupciónfemenina, mediréis la amplitud de la miserable vanidad de los hombres.Aunqueyoheleídoenellibrodeestemundo,había,sinembargo,páginasquemeerandesconocidas.Ahoraya losé todo.Cuantomás fríamentecalculéis,tantomáslejosllegaréis.Pegadsinpiedad,yseréistemido.Noaceptéisaloshombresyalasmujeresmásquecomocaballosdepostaquedejaréisreventaracadaparada,ydeestemodollegaréisalcolmodevuestrosdeseos.Yaveis,aquínoseréisnadasinotenéisaunamujerqueseintereseporvos.Oshacefaltaunamujerjoven,rica,elegante.Perositenéisunsentimientoverdadero,escondido,nolodejéisvislumbrarjamás;delocontrarioestaríaisperdido.Yanoseríaiselverdugo,sinolavíctima.Sialgunavezamaseis,guardadvuestrosecreto;noloreveléisantesdehabersabidobienaquiénabríselcorazón.Parapreservardeantemanoesteamorqueaúnnoexiste,aprendedadesconfiardeestemundo. Escuchadme bien,Miguel… (Ella se equivocaba ingenuamentedenombresindarsecuentadeello).Hayalgomásespantosoqueelabandonodelpadreporsusdoshijas,quequisieranqueestuviesemuerto.Eslarivalidaddelasdoshermanasentresí.Restaudperteneceaunafamilianoble;sumujerha sido adoptada, ha sido presentada a la Corte; pero su hermana, su ricahermana, la hermosa señora Delfina de Nucingen, mujer de un hombre dedinero,semueredepena;loscelosladevoran,seencuentraacienleguasdesuhermana;suhermanayanoessuhermana;estasdosmujeres reniegan launa de la otra tal como reniegan de su padre. Así, la señora de NucingenrecogeríaalengüetadastodoelbarroquehayentrelacalledeSaint-LazareylacalledeGrenelleparaentrarenmisalón.EllahacreídoqueDeMarsaylaharíallegaradondeellaquería,ysehizoesclavadeDeMarsay.DeMarsaysepreocupa poco de ella. Sime la presentáis, seréis su Benjamín, os adorará.

Page 55: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Amadla, sipodéis; luego, sino, servíosdeella.Yo laveréunaodosveces,duranteunagranvelada,cuandohayamuchagente;perojamáslarecibiréporlamañana.Lasaludaré,estobastará.VososhabéiscerradolapuertadelacasadelacondesaporhaberpronunciadoelnombredeGoriot.Sí,querido,veintevecesiríaisacasadelaseñoradeRestaud,yveintevecesosdiríanqueestáausente. Bien, que papáGoriot os presente en casa de la señoraDelfina deNucingen.LahermosaseñoradeNucingenseráparavosunabandera.Sedelhombrealqueelladistinga;lasmujeressevolveránlocasporvos.Susrivales,sus amigas, sus mejores amigas, vendrán a raptaros de sus brazos. Haymujeresqueamanalhombreyaescogidoporotra,comohaypobresburguesasque,altomarnuestrossombreros,esperantenernuestrasmaneras.Vostendréiséxitos.EnParís,eléxitoloestodo,eslallavedelpoder.Silasmujereshallanen vos ingenio y talento, los hombres lo creerán si vos no les desengañáis.Entonces podréis quererlo todo, tendréis el pie en todas partes. Sabréisentonces lo que es elmundo, una reunión de burlados y de burladores. Noestéisentrelosunosnientrelosotros.YoosdoyminombrecomounhilodeAriadnaparaentrareneselaberinto.Nolocomprometáis—dijoinclinandoelcuelloylanzandounamiradadereinaalestudiante—,devolvédmeloblanco.Idos,dejadme.Tambiénnosotras, lasmujeres, tenemosnuestrasbatallasquelibrar.

—¿Nonecesitaríaisunhombredebuenavoluntadparairaponerelfuegoenunamina?—leinterrumpióEugenio.

—¿Ybien?—dijolavizcondesa.

El joven se golpeó el corazón, correspondió a la sonrisa de su prima ysalió.Eran las cinco.Eugenio tenía hambre, temíanopoder llegar a tiempopara la hora de la comida. Este temor le hizo sentir la felicidad de serarrastradorápidamenteporlascallesdeParís.Esteplacerpuramentemaquinalledejóporenteroentregadoalasideasqueleasaltaban.Cuandounhombredesuedadesalcanzadoporeldesprecio,seindigna,seencoleriza,amenazaconelpuñoalasociedadentera,quierevengarseydudatambiéndesímismo.

Rastignac sehallabaenaquelmomentoabrumadoporestaspalabras:Oshabéiscerrado lapuertade lacasade lacondesa.«¡Iré!—decíase—,ysi laseñoradeBeauséanttienerazón,siyo…LaseñoradeRestaudmeencontraráentodoslossalonesadondevaya.Aprenderéamanejarlasarmas,adispararlapistola, lemataré a suMáximo.» ¡Yeldinero!—legritaba la conciencia—.¿De dónde tomarás el dinero?De pronto, la riqueza exhibida en casa de lacondesadeRestaudbrillóantesusojos.HabíavistoalláellujoquedebíaseramadoporunaseñoritaGoriot:dorados,objetosdegranvalor,ellujofaltodeinteligencia de los nuevos ricos, el derroche de la mujer entretenida. Estafascinante imagen quedó de súbito eclipsada por el grandioso hotel deBeauséant. Su imaginación, transportada a las altas regiones de la sociedad

Page 56: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

parisiense, le inspiró mil malos pensamientos al corazón, la cabeza y laconciencia.Vioelmundotalcomoes:lasleyesylamoralimpotentesentrelosricos,yvioenlafortunalaúltimaratiomundi.«Vautrintienerazón;lafortunaeslavirtud»,sedijo.

Una vez hubo llegado a la calle Neuve-Sainte-Geneviève, subiórápidamentea sucasa,bajóparadardiez francosal cochero, entróenaquelcomedor nauseabundo, donde vio, como animales en un establo, a losdieciochohuéspedescebándose.Elespectáculodeestasmiseriasyelaspectode esta sala leparecieronhorribles.La transición erademasiadobruscay elcontrastedemasiadocompletoparanodesarrollarconexcesoensuánimoelsentimientodelaambición.Porunlado,lasfrescasyencantadorasimágenesde la naturaleza socialmás elegante, rostros jóvenes, vivos, enmarcadosporlas maravillas del arte y del lujo, aquellas cabezas apasionadas, llenas depoesía;porelotro,siniestroscuadrosrodeadosdefango,yrostrosenlosquelas pasiones no habían dejado más que sus cuerdas y su mecanismo. Lasenseñanzasquelacóleradeunamujerabandonadahabíaarrancadoalaseñorade Beauséant, sus capciosos ofrecimientos volvieron a su memoria, y lamiseriahizosuspropioscomentarios.

Rastignac decidió abrir dos zanjas paralelas para llegar a la fortuna,apoyarseenlacienciayelamor,llegaraserunsabiodoctoryunhombredemoda.Eratodavíamuyniño.Lasdoslíneaseranasíntotasquejamáspuedenencontrarseunaconotra.

—Estáismuyserio,señormarqués—ledijoVautrin,elcual le lanzóunadeesasmiradasporlascualesaquelhombreparecíainiciarseenlossecretosmásrecónditosdelcorazón.

—Ya no estoymás dispuesto a aguantar las bromas de aquellos quemellamanseñormarqués—respondió—.Aquí,paraserrealmentemarqués,hayquetenercienmillibrasderenta,ycuandounoviveenCasaVauquer,noesprecisamenteelfavoritodelafortuna.

VautrinmiróaRastignacconairepaternalydespectivo;luegodijo:

—Estáis demal humor porque quizá no habréis tenido éxito cerca de labellacondesadeRestaud.

—Mehacerradolapuertaporhaberledichoquesupadrecomíaennuestramesa—exclamóRastignac.

Todosloscomensalessemiraronunosaotros.PapáGoriotbajólosojosysevolvióparasecárselos.

—Mehabéisechadotabacoenelojo—dijoasuvecino.

—ElqueenlosucesivohumilleapapáGoriottendráquevérselasconmigo

Page 57: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—dijoEugeniomirandoalvecinodelantiguofabricantedefideos—;valemásque todos nosotros. No hablo de las damas —dijo volviéndose hacia laseñoritaTaillefer.

Estafrasefueundesenlace.Eugeniolahabíapronunciadoconunairequeimpusosilencioaloshuéspedes.Vautrindijocontonoinsolente:

—Para tomar a papá Goriot bajo vuestra protección es preciso sabermanejarunaespadaydispararunapistola.

—Asíloharé—dijoEugenio.

—¿Demodoquehoyhabéisentradoencampaña?

—Quizá—respondióRastignac—.Peronodebodarcuentaanadiedemisactos,dadoqueyonotratodeadivinarloqueotraspersonashacendurantelanoche.

VautrinlanzóaRastignacunamiradadereojo.

—Muchacho,cuandonosequiereservíctimadelasmarionetas,hayqueentrar en la barraca y no contentarse con mirar por los agujeros de loscortinajes. Basta de hablar —añadió al ver que Eugenio se estabaencolerizando—.Hablaremosenotromomento,cuandoqueráis.

Entonces reinó en la comida un ambiente triste y sombrío. PapáGoriot,absortoporelprofundodolorquelehabíacausadolafrasedelestudiante,nocomprendióquelasdisposicionesdelosánimoshabíancambiadoconrespectoaélyqueunjovenencondicionesdeimponersilencioalapersecuciónhabíaasumidosudefensa.

—Entonces—dijolaseñoraVauquerenvozbaja—,¿elseñorGoriotseríaelpadredeunacondesa?

—Ydeunabaronesa—respondióleRastignac.

—Yoleheobservadolacabeza—dijoBianchonaRastignac—yhevistoquesólotieneunbulto:eldelapaternidad;seráunPadreEterno.

Eugenioestabademasiadopreocupadoparaque labromadeBianchonlehiciera reír. Quería aprovechar los consejos de la señora de Beauséant y sepreguntabacómoydóndeseprocuraríaeldinero.Quedósepensativo,viendolas estepas del mundo que se desplegaban ante sus ojos a la vez vacías yllenas; todos le dejaron solo en el comedor cuando la comida estuvoterminada.

—¿Habéisvisto,pues,amihija?—ledijoGoriotconvozemocionada.

Habiendo salido de su meditación, por las palabras que le dijo el buenhombre,Eugenio lecogió lamano,ymirándoleconciertoairede ternura le

Page 58: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

respondió:

—Soisunhombrebuenoydigno.Hablaremosdevuestrashijasmástarde.

Se levantó sin querer escuchar a papáGoriot y retiróse a su habitación,dondeescribióasumadrelacartasiguiente:

«Queridamadre,mirasinotienesacasounaterceratetaqueabrirparamí.Tengoquehacerprontofortuna.Tengonecesidaddemildoscientosfrancos,ylosnecesitoa todacosta.Nodigasnadademipeticiónamipadre;quizáseopondría a ella, y si yo no tuviese ese dinero, me hallaría presa de unadesesperaciónquemeobligaríaalevantarmelatapadelossesos.Tanprontocomotevea, teexplicarémismotivos,porqueharíafaltaescribirvolúmenesenteros para hacerte comprender la situación en que me encuentro. No hejugado,madre,nodebonada;perositúquieresconservarlavidaquemehasdado,tengoqueencontrarestasuma.Enfin,frecuentolacasadelavizcondesadeBeauséant,lacualmehatomadobajosuprotección.Deboiralmundoynotengouncéntimoparacomprarmeunosguantes.Sabrécomersólopan,bebersóloagua,ayunaré,siespreciso;peronopuedoprescindirdeunosutensiliosconloscualesselabraaquílaviña.Setrataparamídeseguirmicaminoodequedarmeatascadoenelbarro.Sétodaslasesperanzasquehabéispuestoenmí,yquierorealizarlaspronto.Mibuenamadre,vendealgunasdetusantiguasjoyas,prontote lassustituiréporotras.Conozcolosuficiente lasituacióndenuestra familia para saber apreciar tales sacrificios, y debes creer que no tepidoqueloshagasenvano;delocontrario,yoseríaunmonstruo.Noveasenmi ruegomás que el grito de una imperiosa necesidad.Nuestro porvenir sehallapor enteroeneste subsidio, conel cualdeboabrir la campaña;porqueestavidadeParísesunperpetuocombate.Si,paracompletarlasuma,nohayotra soluciónmás que vender los encajes demi tía, dile que ya lemandaréotrosmásbellos.Etcétera».

Escribió a cada una de sus hermanas pidiéndoles sus economías, y paraarrancárselassinqueellashablasenenfamiliadelsacrificioquenodejaríandehacerleconsatisfacción,hizovibrarlascuerdasdelhonorquetantensasestány tan fuertemente resuenan en los corazones jóvenes. Sin embargo, cuandohuboescritoestascartas,experimentóunatrepidacióninvoluntaria:palpitaba,seestremecía.Elambiciosojovenconocíalanoblezainmaculadadeaquellasalmas sepultadas en la soledad, sabía qué penas causaría a sus hermanas, ytambién cuál sería su gozo; con qué placer hablarían en secreto de aquelhermano querido cuando estuvieran las dos solas. Su conciencia se irguióluminosay lemostró a sus hermanasdesplegando el geniomaliciosode lasjóvenes para enviarle a escondidas aquel dinero, ideandoun primer engaño.«Elcorazóndeunahermanaesundiamantedepureza,unabismodecariño»,sedijo.Sentíavergüenzaporhaberescrito.¡Cuánpoderososseríansusdeseos,cuán puro sería el impulso de sus almas hacia el cielo! ¡Con qué placer se

Page 59: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

sacrificarían! ¡Cuánto sufriría su madre si no pudiese enviar toda la suma!Aquelloshermosos sentimientos, aquellos terribles sacrificios ibana servirlede peldaño para llegar hasta Delfina de Nucingen. Unas lágrimas, últimosgranos de incienso arrojados en el altar sagrado de la familia, llenaron susojos.Sepaseóconunaagitaciónllenadedesesperación.PapáGoriot,viéndoleasíatravésdesupuerta,quehabíapermanecidoentreabierta,entróyledijo:

—¿Quéosocurre,señor?

— ¡Ah!, vecino, yo soy todavía hijo y hermano como vos sois padre.TenéisrazónentemerporlacondesaAnastasia,queseencuentraenmanosdeuntalseñorMáximodeTrailles,elcuallaperderá.

Papá Goriot se retiró balbuciendo unas palabras cuyo sentido nocomprendió Eugenio. Al día siguiente, Rastignac fue a echar sus cartas alcorreo. Vaciló hasta el último instante, pero las echó dentro del buzón,diciendo: «Lo conseguiré». Las palabras del jugador, del gran capitán,palabras fatalistasquepierdenaunnúmeromayordehombresqueelde losquesalvan.Unosdíasmástarde,EugeniofuealacasadelaseñoradeRestaudy no fue recibido por ella. Tres veces volvió y otras tres veces encontró lapuertacerrada,aunquesepresentaraenhorasenlasqueelcondeMáximodeTraillesnoseencontrabaallí.Lavizcondesahabíatenidorazón.Elestudianteya no estudiaba. Iba a las clases para hacer acto de presencia y luego semarchaba.Habíasehechoel razonamientoquesehace lamayorpartede losestudiantes.Reservabasusestudiosparaelmomentode losexámenes;habíadecididoacumularsusmatrículasdesegundoyterceraño,luegoelderechoenserioydegolpeenelúltimomomento.DeestenodoteníaquincemeseslibresparanavegarporelocéanodeParís.,paraentregarsea la tratademujeresopescarfortuna.DuranteestasemanaviodosvecesalaseñoradeBeauséant,acuyacasasóloibacuandosalíaelcochedelmarquésdeAjuda.Porunosdías,aquella ilustre mujer, la figura más poética del barrio de San Germán,permanecióaúnvictoriosa,hizoquesesuspendiera labodadelaseñoritadeRochefideconelmarquésdeAjuda-Pinto.Peroaquellosúltimosdías,queeltemor de perder su felicidad hacía que fueran los más ardientes de todos,habíandeprecipitar la catástrofe.ElmarquésdeAjuda, de consuno con losRochefide,habíaconsideradoaquellacircunstanciacomounacoyunturafeliz:esperaban que la señora deBeauséant se acostumbraría a la idea de aquellaboda y acabaría resignándose. A pesar de las santas promesas renovadas adiario,elseñordeAjudarepresentaba,pues,sucomedia,yalavizcondesalegustabaserengañada.

«Enlugardesaltarnoblementeporlaventana,dejabaquelahicieranrodarporlaescalera»,decíaladuquesadeLangeais,sumejoramiga.Sinembargo,aquellas últimas luces brillaron un tiempo suficiente para que la vizcondesapermanecieraenParísyallíayudaraasujovenpariente,aquienprofesabauna

Page 60: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

especiedeafectosupersticioso.Eugeniosehabíamostradoparaconellallenode interés y sensibilidad en una circunstancia en que las mujeres no vencompasión ni consuelo en ninguna de lasmiradas que se les dirigen. Si unhombrelesdiceentoncespalabrasamables,lohaceporespeculación.

En su deseo de conocer perfectamente su tablero de ajedrez antes deintentar el abordaje de la casa de Nucingen, Rastignac quiso ponerse alcorrientede lavida anteriordepapáGoriot, y recogió informes ciertos, quepuedenreducirsealossiguientes:

JuanJoaquínGoriotera,antesde la revolución,unsimpleobrerodeunafábrica de fideos, hábil, ahorrador y lo suficientemente emprendedor comoparahaberadquiridolosbienesdesudueño,aquienelazarhizovíctimadelprimerlevantamientode1789.HabíaseestablecidoenlacalledelaJussienne,cerca del Mercado del Trigo, y había tenido el buen sentido de aceptar lapresidencia de su sección, con objeto de lograr que su comercio fueraprotegido por los personajes más influyentes de aquella época peligrosa.Aquellasabiduríahabíasidoelorigendesufortuna,quecomenzóenlosdíasdelaescasezdealimentos,escasezfalsaoverdadera,comoconsecuenciadelacual loscerealesalcanzaronenParísunprecioenorme.Elpueblosematabadelante de las panaderías, mientras ciertas personas iban tranquilamente abuscarpastapara sopa.Duranteaquel año, el ciudadanoGoriot acumuló loscapitales que más tarde le sirvieron para efectuar su comercio con toda lasuperioridadqueconfiereunagrancantidaddedineroaaquelquelaposee.Lesucedió lo que les sucede a todos los hombres que no poseenmás que unacapacidadrelativa.Sumediocridadlesalvó.Porotraparte,nosiendoconocidasufortunahastaelmomentoenqueyanohabíapeligroenserrico,noexcitóla envidia de nadie. El comercio de trigo parecía haber absorbido toda suinteligencia. Cuando se trataba de trigos, harinas, de grano, de saber suprocedencia,develarporsuconservación,depreverelcurso,deprofetizarlaabundancia o la escasez de las cosechas, de procurarse los cereales a bajoprecio, demandarlos traer deSicilia o deUcrania,Goriot no tenía rival.Alverlellevarsusnegocios,explicarlasleyessobrelaexportacióneimportaciónde los granos, observar su inteligencia y advertir mis defectos, alguien lehabríaconsideradocapazdeserministrodeEstado.Paciente,activo,enérgico,constante, rápido en sus expediciones, poseía una mirada de águila, seadelantabaatodo,todolopreveía,todolosabía,todoloocultaba;diplomáticoparaconcebir,soldadoparaarmar.Unavezsehallabafueradesuespecialidad,de su sencilla y oscura tienda, volvía a ser el obrero estúpido y grosero, elhombre incapaz de comprender un razonamiento, insensible a todos losplaceresdelainteligencia,elhombrequesedormíaenlosespectáculos,unode aquellos Dolibanes parisienses, que sólo conocían la estupidez. Estoscaracteres se parecen casi todos. En casi todos ellos encontraríais unsentimiento sublime en el corazón. Dos sentimientos exclusivos habían

Page 61: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

llenadoelcorazóndelfabricantedefideos,habíanabsorbidosuhumor,delamismamaneraqueelcomerciodegranosutilizabatodala inteligenciadesucerebro.Sumujer,hijaúnicadeunricogranjerodelaBrie,fueparaélobjetodeunaadmiraciónreligiosa,deunamorsinlímites.Goriothabíaadmiradoenella unanaturaleza a la vez frágil y fuerte, sensible y bella, que contrastabavigorosamente con la suya. Si hay un sentimiento innato en el corazón delhombre,¿noesacasoelorgullodelaprotecciónejercidaentodomomentoenfavordeunserdébil?Añadidaelloelamor,esereconocimientovivodetodaslasalmasfrancasparaelprincipiodesusplaceres,ycomprenderéisunsinfíndeabsurdosmorales.Alcabodesieteañosdeunafelicidadsinnubes,Goriot,desgraciadamente para él, perdió a su mujer: ésta comenzaba a asumir elmandosobreél,fueradelaesferadelossentimientos.Quizáhubieracultivadoellaaquellanaturaleza inerte,quizáhubieraechadoenella la inteligenciadelas cosas del mundo y de la vida. En esta su nación, el sentimiento de lapaternidad desarrollóse en Goriot hasta la sinrazón. Trasladó sus afectos,frustradosporlamuerte,asusdoshijas,lascuales,alprincipio,satisficieronplenamentetodossussentimientos.

Por brillantes que fuesen las proposiciones que le hicieron algunosnegociantesogranjeroscelososquequeríanofrecerlesushijasenmatrimonio,prefiriópermanecerviudo.Susuegro,elúnicohombreporelcualsentíaciertasimpatía,pretendíasaberconseguridadqueGoriothabíajuradonoserinfielasu mujer, aunque estuviera muerta. La gente del mercado, incapaz decomprenderestasublimelocura,bromeóacercadeella,ydioaGoriotciertogrotescoremoquete.Unodeloshombres,quemientrasestabanbebiendovinoenelmercadolopronunció,recibiódelfabricantedefideosunpuñetazoenelhombroqueloenviódecabezacontraelguardacantóndelacalledeOblin.Elamor irreflexivo, el amor delicado que profesabaGoriot a sus hijas, era tannotorio,queundíaunodesuscompetidores,queriendoquesemarchasedelmercadoparaquedardueñounos instantesde lasventas, ledijoqueDelfinaacababa de ser atropellada por un cabriolé. El fabricante de fideos, lívido ydesencajado,abandonóenseguidaelmercadocubierto.Estuvoenfermounosdíascomoconsecuenciadelareaccióndelossentimientoscontrariosalosquele entregó aquella falsa alarma. Si nomató a aquel hombre, le expulsó delmercado obligándole, en circunstancias críticas, a quebrar. La educación desusdoshijasfuenaturalmenteirracional.Ricodemásdesesentamillibrasderenta,ynogastandonimildoscientosfrancosparaél,elseñorGoriotcifrabasudichaensatisfacerloscaprichosdesushijas:losmásexcelentesmaestrosrecibieron el encargo de instruirlas cabalmente; tuvieron una señorita decompañía; afortunadamente para ellas, fue una mujer inteligente y de buengusto; montaban a caballo, iban en coche, vivían como habrían vivido lasamantes de un rico señor anciano; les bastaba con expresar los más carosdeseosparaverasupadredesvivirseporrealizárselos;nopedíamásqueuna

Page 62: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

cariciaenpagodesusofrecimientos.Goriotponíaasushijasenlacategoríade losángeles,ynecesariamenteporencimadeélmismo,¡elpobre!Amabainclusoelmalqueellashacían.

Cuandosushijasestuvieronenlaedaddecasarse,pudieronescogerasusmaridossegúnsugusto:cadaunadeellashabíadetenercomodotelamitadde la fortunadesupadre.CortejadaporsubellezaporelcondedeRestaud,Anastasiateníatendenciasaristocráticasquelaindujeronaabandonarlacasapaterna para lanzarse a las altas esferas sociales. A Delfina le gustaba eldinero:casóconNucingen,banquerodeorigenalemán,quellegóaserbaróndelSantoImperio.Goriotnopasódefabricantedefideos.Asushijasyasusyernospronto lesescandalizóverlecontinuar sucomercio,pormásqueéstehubiera constituido suvida entera.Despuésdehaber resistidodurante cincoañosasusinstancias,consintióenretirarseconelproductodesucapitalylosbeneficios de aquellos últimos años; capital que la señoraVauquer, en cuyacasa fue a establecerse, había calculadoque le reportabadeochoadiezmillibrasderenta.Fueaencerrarseenaquellapensióncomoconsecuenciadeladesesperaciónquesehabíaadueñadodeélalverquesusdoshijashabíansidoobligadas por sus maridos a negarle no sólo el acogerle en su casa, sinoinclusoelrecibirleenelladeunmodoostensible.

EstosinformeserancuantosabíaciertoseñorMuretacercadepapáGoriot,cuyos bienes él había adquirido.Las suposiciones queRastignac había oídohacera laduquesadeLangeaissehallabandeestemodoconfirmadas.Aquíterminalaexposicióndeestaoscura,peroespantosatragediaparisiense.

II

LAENTRADAENELMUNDO

Hacia el fin de esta primera semana del mes de diciembre, Rastignacrecibió dos cartas, una de su madre y otra de su hermana mayor. Estasescrituras tanconocidas lehicieronpalpitara lavezdefelicidadyde temor.Aquellos frágiles papeles contenían una sentencia de vida o de muerte conrespectoasusesperanzas.Siconcebíaciertoterroralacordarsedelosapurosque pasaban sus padres, era porque sabía cuán grande era el cariño que leteníanparanotemerhabersorbidohastasusúltimasgotasdesangre.Lacartadesumadreestabaconcebidaenlossiguientestérminos:

«Queridohijo, temando loquemehaspedido.Empleabienestedinero,que yo no podría encontrar por segunda vez, aunque se tratara de salvar tuvida, sin que tu padre fuera advertido acerca de ello, lo cual perturbaría la

Page 63: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

armonía de nuestro hogar. Para procurárnosla nos veríamos obligados a dargarantías sobre nuestras tierras. Me es imposible juzgar el mérito de unosproyectosquedesconozco;pero¿dequénaturalezasonellosparaquetútemasconfiármelos?Estaexplicaciónnorequeríavolúmenes;a lasmadresconunapalabra nos basta, y esta palabra me habría evitado las angustias de laincertidumbre.Nopodríaocultarte ladolorosa impresiónque tucartamehacausado. Querido hijo, ¿cuál es, pues, el sentimiento que te ha obligado aasustar de tal modo mi corazón? Has debido sufrir mucho al escribirme,porqueyohesufridomuchoal leerte.¿Enquécarrera tehas lanzado,pues?¿Acaso tuvida, tu felicidaddependeríandequerer aparentar loqueno eres,verunmundoenelquetúnopodríasentrarsinhacerunosgastosdedineroquetúnopuedessostener,sinperderuntiempopreciosoparatusestudios?MibuenEugenio,creeelcorazóndetumadre;loscaminostortuososnoconducenanadagrande.Lapacienciay la resignacióndebenconstituir lasvirtudesdelos jóvenes que se encuentran en tu situación. No te censuro; no querríacomunicarningúnacentodeamarguraanuestraofrenda.Mispalabrassonlasde una madre tan confiada como previsora. Si tú sabes cuáles son tusobligaciones,yotambiénsécuánpuroestucorazón,cuánexcelentessontusintenciones.Así,puedodecirtesintemor:¡Vamos,hijoamado,adelante!

»Tengo miedo porque soy madre; pero cada uno de tus pasos serátiernamenteacompañadopornuestrosvotosybendiciones.Séprudente,hijo.Debes ser prudente comounhombre; el destinode cincopersonasdescansasobretucabeza.Sí,todanuestrafortunasehallaenti,comotufelicidadeslanuestra.RogamosaDiosquetesecundeentusempresas.TutíaMarcillachasido,enestascircunstancias,deunabondad inaudita.Tienedebilidadpor ti,medecíaconalegría.Eugenio,amamuchoatutía;notediréloquehahechopor timás que cuando hayas logrado lo que te propones; de otromodo, sudinerotequemaríalosdedos.Vosotros,loshijos,nosabéisloquesignificaelsacrificar unos recuerdos. Pero ¿qué es lo que no os sacrificaríamos? Meencargaquetedigaquetebesalafrente,yquerríacomunicarteconestebesola fuerza para ser a menudo feliz. Esta buena y excelente mujer te habríaescritosinotuvieragotaenlosdedos.Tupadreestábien.Lacosechade1819sobrepasanuestrasesperanzas.Adiós,hijomío.Nodirénadadetushermanas:Laurateescribe.Ledejoaellaelplacerdecharlaracercadelafamilia.Hagael cielo que logres tu propósito. Sí, sí, es preciso, Eugenio; me has hechoconocerundolordemasiadovivoparaquepuedasoportarloporsegundavez.He sabido lo que era ser pobre, al desear la fortuna para dársela ami hijo.Vamos,adiós.Nonosdejessinnoticiastuyasyrecibeelbesoquetemandatumadre».

Cuando Eugenio hubo acabado de leer esta carta estaba deshecho enlágrimas; pensaba en papá Goriot rompiendo su plata sobredorada yvendiéndolaparapagar la letradecambiodesuhija.«Tumadreharotosus

Page 64: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

joyas»,sedecía.«Tutíahalloradosindudaalvenderalgunasdesusreliquias.¿ConquéderechohabríasdemaldecirtúaAnastasia?Túacabasdeimitarconelegoísmodetuporvenirloquehahechoellaporsuamante.¿Quiénesmejor,túoella?».

Elestudiantesintióensusentrañasundolorintolerable.Queríarenunciarala alta sociedad,quería rehusar aqueldinero.Experimentóaquellosnoblesyhermososremordimientossecretoscuyoméritoesraramenteapreciadoporloshombresaljuzgarasussemejantesyqueamenudohacenquelosángelesdelcieloabsuelvanalcriminalcondenadopor los juristasde la tierra.Rastignacabrió la carta de su hermana, cuyas expresiones inocentemente graciosas lerefrescaronelcorazón.

«Tucartanoshallegadoenunmomentomuyoportuno,queridohermano.Águedayyoqueríamosemplearnuestrodineroencosastandiversas,quenosabíamosquéhacer con él.Túhas hecho comoel criadodel reydeEspañacuando puso al revés los relojes de su señor; tú nos has puesto de acuerdo.Realmente,siempreestábamosdiscutiendoacercadeaqueldenuestrosdeseosal que habríamos de dar la preferencia, y no habíamos adivinado, queridoEugenio,elempleoqueabarcabatodosnuestrosdeseos.Águedahasaltadodealegría. En fin, hemos estado locas de contentas todo el día, de suerte quenuestramadrenosdecíaconsuairesevero:Pero¿quéosocurre,niñas?Creoque si nos hubiera regañado un poco, aún habríamos estadomás contentas.Unamujerdebehallarplacer en sufrirpor aquel aquienama.Yoestabaunpocotristeenmediodemialegría.Sindudaseréunamalaesposa,porquesoymuygastadora.Yomehabíacompradodoscinturones,unlindopunzónparalosojetesdemiscorsés,desuertequeteníamenosdineroqueÁgueda,queesahorradora y acumula sus escudos como una urraca. Ella tenía doscientosfrancos.Yo, en cambio, no tengomás que cincuenta escudos.He sido biencastigada; quisiera echar mi corazón en el pozo, ya que siempre tendréremordimientos de llevarlo. Te he robado, hermanomío. Águeda ha estadoencantadora.Mehadicho:Enviemoslostrescientoscincuentafrancoslasdosjuntas. Pero no te he contado las cosas como sucedieron. ¿Sabes lo quehicimosparaobedecertusmandatos?Cogimosnuestrodinero,fuimosapasearlasdosy cuandoestuvimosen la carreteraprincipal, corrimoshaciaRuffec,donde entregamos la suma al señor Grimbert, que regenta la oficina de lasMensajerías reales.Al regresar, íbamos ligeras comogolondrinas.Es que lafelicidad nos daba alas,me decíaÁgueda.Dijimosmil cosas que no voy arepetiros, señor parisiense, pues hablamos mucho de vos. ¡Oh!, queridohermano, tequeremosmucho,dichoestá todoendospalabras.Encuantoalsecreto, segúnmi tía, unas criaturas como nosotras somos capaces de todo,inclusodecallar.MimadrehaidomisteriosamenteaAngulemaconmitía,ylas dos han guardado silencio sobre la alta política de su viaje, que no hatenido lugar sin largas conferencias de las cuales hemos sido alejadas, así

Page 65: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

comoel señor barón.Grandes conjeturas ocupan lasmentes en el estadodeRastignac.Elvestidodemuselinasembradadefloresquebordanlasinfantaspara SuMajestad la reina prosigue con el mayor secreto. Sólo quedan porhacerdosanchosdelatela.HandecididoquenoseconstruiráunaparedporlapartedeVerteuil,sinoqueseharáunseto.Lagenteperderáfrutos,espaldares,peroseganaráunahermosavistaparalosforasteros.Sielpresuntoherederotenía necesidad de pañuelos, se le previene que la señora de Marcillac, alrebuscar en sus tesoros y sus maletas, designadas con los nombres dePompeyayHerculano,hadescubiertounabella teladeHolanda,queellanoconocía;lasprincesasÁguedayLauraponenasusórdenessuhiloysuagujayunasmanosquecadavezestánmásrojas.

»LosdosjóvenespríncipesdonEnriqueydonGabrielhanconservadolafunesta costumbre de darse un atracón de arrope, de hacer rabiar a sushermanas,denoquererestudiar,dedivertirsesacandopájarosdesusnidos,dearmarruido.Adiós,queridohermano;nuncahubounacartaquellevaratantosvotos por tu felicidad. Tendrásmuchas cosas que contarnos cuando vengas.Melocontarástodoamí,quesoylamayor.Mitíanoshapermitidosospecharque tienes éxito en la sociedad. Se habla de una dama y se guarda silenciosobre lodemás.Eugenio,siquisieras,podríamosprescindirdepañuelosy teharíamos camisas. Contéstame pronto sobre este punto. Si te hicieran faltahermosas camisas bien hechas, nos veríamos obligadas a comenzar enseguida; y si hubiera en París una moda que no conociésemos, podríasmandarnosunmodelo,sobretodoparalospuños.Tedoyunbesoenlafrente,sobreelladoizquierdo,cuyasienmepertenecedeunmodoexclusivo.DejoelotropliegoparaÁgueda,quehaprometidonodecirtenadadeloquetedigoyo. Pero, para estar segura, permaneceré cerca de ella mientras escriba. Tuhermanaquetequiere,LauradeRastignac».

—¡Oh,sí—sedijoEugenio—,lafortunaatodacosta!Nadapodríapagartanto amor. Yo querría darles toda la felicidad del mundo. ¡Mil quinientoscincuenta francos!—se dijo después de una pausa—. Es preciso que cadapiezaseabienutilizada.Lauratienerazón.Notengomásquecamisasdetelaburda.Paralafelicidaddeotrapersona,unajovensevuelvetanastutacomounladrón.Inocenteparaellayprevisoraparamí,escomounángeldelcieloqueperdonalasfaltasdelatierrasincomprenderlas.

El mundo le pertenecía. Ya su sastre había sido convocado, sondeado,conquistado. Al ver al señor de Trailles, Rastignac había comprendido lainfluencia que ejercen los sastres en la vida de los jóvenes. ¡Ay!, no existetérminomedio:unsastreesunenemigomortalounamigodadoporlafactura.Eugenio encontró en el suyo a un hombre que había comprendido lapaternidaddesucomercio,yqueseconsiderabacomountrazodeuniónentreel presente y el futuro de los jóvenes. Así, Rastignac, agradecido, labró la

Page 66: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

fortuna de aquel hombre por una de aquellas frases en las que más tardedestacaría:«Séquehahecho—decía—dospantalonesquehansidocausadequesehicierandosbodasdeveintemillibrasderenta.».

¡Milquinientosfrancosytrajesadiscreción!Enaquelmomentoelpobremeridionalyanodudódenadaybajóadesayunarconaquelairevagoquedaaunjovenlaposesióndeunasumacualquiera.Enelinstanteenqueeldinerosedeslizaenelbolsillodeunestudiante,selevantadentrodesíunacolumnafantásticaenlacualélseapoya.Sesienteseguro,conlosmovimientoságiles;eldíaantes,humildeytímido,habríarecibidogolpes;aldíasiguientelosdaríaaunprimerministro.Ocurrenenélfenómenosinauditos:todoloquiereytodolopuede,deseaadiestroysiniestro;esalegre,generoso,expansivo.Enfin,elpájaroquepocoantescarecíadealaspuedeahoravolaralto.Elestudiantesindineroatrapaunabriznadeplacercomoperroquerobaunhuesoatravésdemilpeligros, lorompe,chupa lamédulaycorreaún;peroel jovenquehacesaltar en su bolsillo algunas fugitivas piezas de oro saborea sus goces, losenumera,secomplaceenellos,yanosabeloqueeslapalabramiseria.Paríslepertenece por entero. ¡Edad en la que todo es reluciente, todo centellea yllamea!¡Edaddefuerzagozosadelaquenadieseaprovecha,nielhombrenilamujer!¡Edaddelasdeudasydelosvivostemoresquemultiplicantodoslosplaceres! El que no ha vivido en la orilla izquierda del Sena, entre la calleSaint-Jacques y la calle de los Saints-Pères, no conoce nada de la vidahumana.

«¡Ah,si lasmujeresdeParís losupieran!—decíaseRastignacdevorandolasperascocidasservidaspor laseñoraVauquer—.Vendríanahacerseamaraquí». En aquel momento presentóse en el comedor un cartero de lasMensajerías reales. Preguntó por el señor Eugenio de Rastignac, al queentregó dos bolsas y le dio a firmar un recibo. Rastignac recibió entoncescomounlatigazounaprofundamiradaqueledirigióVautrin.

—Tendréisconquépagarleccionesdearmasysesionesdetiro—ledijo.

—Ya han llegado los galeones —dijo la señora Vauquer mirando lasbolsas.

La señorita Michonneau tenía miedo de mirar las bolsas para no dejartraslucirsucodicia.

—Tenéisunabuenamadre—ledijolaseñoraCouture.

—Elseñortieneunabuenamadre—repitióPoiret.

—Sí,mamá se ha hecho una sangría—dijoVautrin—.Ahora ya podéisentrar en sociedad, pescar dotes y bailar con condesas que llevan flores demelocotoneroenlacabeza.

Page 67: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Vautrinhizoelgestodelhombrequeapuntahaciaeladversario.Rastignacquisodarunapropinaalcartero,peronoencontrónadaenelbolsillo.Vautrinbuscóenelsuyoydioveintesueldosalhombre.

—Tenéisbuencrédito—repusoéstemirandoalestudiante.

Rastignac viose obligado a darle las gracias, aunque después de laspalabrasásperamentecambiadaseldíaenquehabía regresadodecasade laseñoradeBeauséant,aquelhombreleresultaseinsoportable.Duranteaquellosochodías,EugenioyVautrinhabíanpermanecidosilenciososunodelantedelotro, observándose recíprocamente.El estudiante se preguntaba en vano porqué.Sindudalasideasseproyectanenrazóndirectadelafuerzaconqueseconciben,yvanadarallíadondeelcerebrolasenvíaporunaleymatemáticacomparable a la que dirige las bombas al salir delmortero.Los efectos sondiversos.Silasnaturalezastiernasenlasquesealojanlasideas,porlascualessonasoladas,haytambiénnaturalezasvigorosamentefortificadas,cráneosconmurallasdebroncesobrelascualeslasvoluntadesdelosdemássequiebranycaen lasbalas anteuna fortaleza; además,hay tambiénunas ralezas flojasyalgodonosas en las que las ideas ajenas vienen a perderse como en tierrablanda.Rastignacposeíaunadeesascabezas llenasdepólvoraquesaltanalmenor choque.Era demasiadovivazmente jovenpara no ser accesible a esaproyeccióndelasideas,aesecontagiodelossentimientosdeloscualestantosextraños fenómenos nos hieren sin que nos demos cuenta. Su vista moralposeíaelalcancelúcidodelosojosdellince.Cadaunodesusdoblessentidosposeía este alcance misterioso, esta flexibilidad de ir y volver que nosmaravilla en las personas superiores. Por otra parte, desde hacía un mes,habíanse desarrollado en Eugenio tantas cualidades como defectos. Susdefectosse loshabíanexigidoelmundoyelcumplimientodesuscrecientesdeseos.Entre suscualidades seencontrabaaquellavivacidadmeridionalqueimpulsaairderechohacialadificultadpararesolverla,yquenopermiteatenhombre demás allá del Loira permanecer en una incertidumbre cualquiera;cualidad que las gentes del Norte llaman defecto: para ellos, si esto fue elorigendelafortunadeMurat,fuetambiénlacausadesumuerte.Habríaquellegar a la conclusión de que cuando unmeridional sabe unir la astucia delNorte y la audacia demás allá del Loira, es completo, y es rey de Suecia.Rastignac no podía, pues, permanecer mucho tiempo bajo el fuego de lasbateríasdeVautrinsinsaber siaquelhombreerasuamigoosuenemigo.Avecesleparecíacomosiaquelhombresingularpenetrarasuspasionesyleyeraensucorazón,mientrasqueenéltodoestabatanherméticamentecerradoqueparecíaposeerlainmovilidaddeunaesfingequetodolosabe,todoloveynodicenada.Sintiendollenalabolsa,Eugenioseirritó.

—Hacedmeel favorde aguardar—dijo aVautrin, que se levantabaparasalirdespuésdehabersaboreadolosúltimossorbosdecafé.

Page 68: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Porqué?—respondióelcuarentón,poniéndosesusombrerodeanchasalas y cogiendo un bastón de hierro con el que a menudo hacía molinetescomounhombrequenohubieratemidoverseasaltadoporcuatroladrones.

—Voyadevolveroseldinero—dijoRastignac,quedeshizoenseguidaunade las bolsas y entregó ciento cuarenta francos a la señora Vauquer—. Lasbuenascuentashacenlosbuenosamigos—dijoalaviuda—.EstamosenpazhastaeldíadeSanSilvestre.Cambiadmeestoscienescudos.

—Losbuenosamigoshacenlasbuenascuentas—repitióPoiretmirandoaVautrin.

—Aquítenéisveintesueldos—dijoRastignacentregandounamonedaalaesfingeconpeluca.

—Diríasequetenéismiedodedebermealgo—exclamóVautrinlanzandouna mirada adivinadora al alma del joven, a quien dirigió una de aquellassonrisas filosóficas con las que Eugenio estuvo cien veces a punto deenfadarse.

—Pues…, sí —respondió el estudiante, que tenía sus dos bolsas en lamanoysehabíalevantadoparasubirasuhabitación.

Vautrinsalíaporlapuertaquedabaalsalónyelestudiantesedisponíaamarcharseporlaquedabaaccesoalaescalera.

—Sabéis, señormarqués deRastignacorama, que lo queme decís no esprecisamente cortés—dijo entoncesVautrin cerrandode golpe la puerta delsalónyavanzandohaciaelestudiante,elcuallemirófríamente.

Rastignaccerrólapuertadelcomedor,llevandoconélaVautrinalapartebajadelaescalera,juntoaunapuertaquedabaaljardín.AllíelestudiantedijodelantedeSilvia,quesalíadelacocina:

—SeñorVautrin,yonosoymarquésynomellamoRastignacorama.

—Vanabatirse—dijolaseñoritaMichonneauconaireindiferente.

—¡Abatirse!—repitióPoiret.

—No—dijolaseñoraVauqueracariciandosumontóndeescudos.

—Pues ya se dirigen hacia los tilos —gritó la señorita Victorinalevantándoseparamiraraljardín—.Sinembargo,esejoventienerazón.

—Subamos,pequeñamía—dijolaseñoraCouture—;esosasuntosnonosincumben.

CuandolaseñoraCoutureyVictorinaselevantaron,encontraronjuntoalapuertaalagruesaSilviaquelescerrabaelpaso.

Page 69: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Quéhay,pues?—dijo—.ElseñorVautrinhadichoalseñorEugenio:«¡Expliquémonos!».Luegolehacogidodelbrazoyhelosahíquesedirigenhacianuestrasalcachofas.

EnaquelmomentoaparecióVautrin.

—Señora Vauquer —dijo sonriendo—, no os asustéis de nada. Voy aprobarmispistolasbajolostilos.

— ¡Oh!, señor—dijoVictorina juntando lasmanos—. ¿Por qué queréismataralseñorEugenio?

VautrindiodospasosatrásycontemplóaVictorina.

—Es una historia larga de contar—exclamó con voz burlona que hizoruborizarse a la pobre muchacha—. Es muy guapo ese mozo, ¿verdad?—añadió—.Medaisunaidea.

LaseñoraCouturehabíacogidoporelbrazoasupupilayselallevódeallídiciéndolealoído:

—PeroVictorina,estáisinconcebibleestamañana.

—Noquieroque sedisparen tirosdepistola enmicasa—dijo la señoraVauquer—. ¡No vayáis a asustar a todo el vecindario y hacer que venga lapolicía!

—Vamos,calma,señoraVauquer—respondióVautrin.

FueareunirseconRastignac,alquecogiófamiliarmentedelbrazo.

—Auncuandoosdemostrasequeatreintaycincopasosmetocincovecesseguidas mi bala en un naipe—le dijo—, no perderíais vuestro valor. Meparecéisuntestarudo,yosharíaismatarcomounimbécil.

—Retrocedéis—dijoEugenio.

—Nomecalentéislabilis—repusoVautrin—.Estamañananohacefrío;venid a sentaros conmigo allá abajo—dijo señalando las sillas pintadas deverde—.Allínadienosoirá.Tengoquehablarconvos.Soisun jovencitoalquenoquieromal. ¡Osaprecio,afedeVautrin!¿Porquéosaprecio?Voyadecíroslo. Entretanto, os conozco como si os hubiera hecho, y voy ademostrároslo.Ponedvuestrasbolsas ahí—dijoa continuación señalando lamesaredonda.

Rastignac dejó su dinero encima de la mesa y se sentó, presa de unacuriosidadquefuedesarrolladaenélenelmásaltogradoporelcambiosúbitooperado en lasmaneras de aquel hombre que, después de haber hablado dematarle,selasdabadeprotector.

—Querríais saber quién soy, lo que he hecho o lo que hago —repuso

Page 70: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Vautrin—.Soisdemasiadocurioso,pequeño.Vamos,calma.Hetenidomuchasdesgracias. Primero escuchadme, luego me contestaréis. He aquí mi vidaanteriorenpocaspalabras.¿Quiénsoy?Vautrin.¿Quéhago?Loquemedalagana.Adelante.¿Queréisconocermicarácter?Soybuenoconaquellosquemehacenbieno cuyo corazón le habla almío.A éstos todo les está permitido;puedendarmepuntapiés en la espinilla, sinqueyo lesdiga: ¡Cuidado!Perosoymalocomoeldiabloconaquellosquemefastidianoquenomeagradan.Ybuenoesquesepáisquenomecuestaesfuerzoliquidaraunsujetoasí—dijo escupiendo—. Sólo que procuro matarlo limpiamente cuando hay quematarlo. Soy lo que vos llamáis un artista. Tal comome veis, he leído lasMemoriasdeBenvenutoCellini,yenitaliano.Aprendídeesehombreaimitara la Providencia, que nos mata a diestro y siniestro, y a amar lo bellodondequieraqueseencuentre.

Por otra parte, ¿no es estupendo luchar uno solo contra todos? Hereflexionadomuchosobrelaconstitucióndevuestrodesordensocial.Pequeño,eldueloesunjuegodeniños,unatontería.Cuandodedoshombresvivosdebedesaparecer unode ellos, hay que ser imbécil para confiar en la casualidad.¿El duelo? Cara o cruz. Meto cinco balas seguidas dentro de un naipereforzandocadabalasobrelaotra,yestoatreintaycincopasos.Cuandounoestá dotado de este pequeño talento, puede estar seguro de acabar con suhombre.Bien,hedisparado sobreunhombre aveintepasos, yhe fallado lapuntería.Elimbécilnohabíamanejadounapistolaentodasuvida.¡Mirad!—dijoaquelhombreextraordinariodesabrochándoseelchalecoymostrandosupechovelludocomolaespaldadeunoso,peroprovistodeunacrinrubiaqueproducía una especie de asco mezclado con espanto—, aquel imbécil meenrubió el vello—añadiómetiendo el dedodeRastignac enun agujeroqueteníaenelpecho—.Peroenaquelentoncesyoeraunchiquillo;teníavuestraedad, veintiún años. Todavía creía en algo, en el amor de una mujer, unmontóndetonteríasenlasquevosvaisaembrollaros.Noshabríamosbatido,¿verdad? Habríais podido matarme. Suponed que yo estuviera en tierra.¿Dóndeestaríaisvos?Seríaprecisohuir,iraSuiza,comereldinerodepapá,quenotienemucho.Voyaexplicaroslasituaciónenqueosencontráis;perovoy a hacerlo con la superioridad de un hombre que, después de haberexaminado las cosas de aquí abajo, ha visto que sólo había dos partidos atomar:ounaestúpidaobedienciaolarevuelta.Yonoobedezcoanada,¿estáclaro?¿Sabéis loqueoshace faltaen la situaciónenqueosencontráis?Unmillón,ypronto;sinello,connuestracabecitapodríamosirapasearaSaint-CloudparaversihayunSerSupremo.Estemillónyovoyadároslo.

VautrinhizounapausaparamiraraEugenio.

—¡Ja, ja!YaleponéismejorcaraavuestropapaítoVautrin.Aloírestaspalabrassoiscomounajovencitaalaqueseledice:Hastalanoche,yquese

Page 71: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

arregla relamiéndose como un gatito que bebe leche en un plato. ¡Vamos,pues!Voyahablarosdevos,jovencito.Alláabajotenemosapapá,amamá,alatía,adoshermanas(dieciochoydiecisieteaños)ydoshermanitos(quinceydiezaños);heaquíelcontroldelatripulación.Latíaeducaalashermanas.Elcuravieneaenseñarlatínalosdoshermanos.Lafamiliacomemáscastañashervidas que pan blanco; papá procura no gastar demasiado los pantalones;mamá posee apenas un vestido de invierno y uno de verano; nuestrashermanasselasarreglancomopueden.Yolosétodo;heestadoenelSur.Lascosasocurrenasíenvuestracasa.Tenemosunacocinerayuncriado;hayqueguardar las apariencias; papá es barón. En cuanto a nosotros, somosambiciosos, tenemosa losBeauséantcomoaliadosyvamosapie;queremosfortunayno tenemosuncéntimo; comemos labazofiaquenosda la señoraVauquerynosgustanlascomidasdelbarriodeSanGermán;nosacostamosenun catre y queremos un hotel. No os censuro por ello. El tener ambición,amiguito,noesalgoqueleseaconcedidoatodoelmundo.Preguntadlesalasmujeres qué hombres les gustan: los ambiciosos. Los ambiciosos tienen losriñonesmásfuertes,lasangremásricaenhierro,elcorazónmáscalientequelosotroshombres.Ylamujerseencuentratandichosaytanbellaenlashorasenqueesfuerte,queprefiereentretodosloshombresaaquelcuyafuerzaesenorme, aunque corriera el peligro de ser destrozada por él. Yo hago elinventariodevuestrosdeseosconelfindeplantearoslacuestión.Heaquícuáles ella. Tenemos un hambre canina. ¿Qué haríamos para satisfacerla? Antetodo,hemosdecomernoselCódigo;noesdivertido,porquenoenseñanada,pero hay que hacerlo. Sea. Nos hacemos abogados para convertirnos enpresidentesdeunaaudiencia,enviara lospobresdiablosquevalenmásquenosotrosconunaT.F.sobrelaespalda,conelfindedemostraralosricosquepueden dormir tranquilos.No es divertido, y ademásmuy largo.Ante todo,dos años en París, mirando sin poder tocar todas aquellas cosas que nosengolosinan. Es fatigoso estar siempre deseando algo sin poder satisfacernuncanuestrosdeseos.Sifueseispálidoydelanaturalezadelosmoluscos,notendríais nada que temer; pero tenemos la sangre de los leones y un apetitocomoparacometerveintetonteríasaldía.Sucumbiréis,pues,aestesuplicio,el más horrible que hayamos encontrado en el infierno del buen Dios.Supongamosqueseáisprudente,quebebáislecheycompongáiselegías;serápreciso, generoso como sois, empezar, después de molestias y privacionescomo para volver rabioso a un perro, convirtiéndoos en el sustituto decualquierimbécilenunrincóndeciudadenlaqueelGobiernoosarrojarámilfrancosdesueldocomoseledaaunperrounplatodesopa.Ladracontralosladrones,defiendealosricos,hazguillotinaralaspersonasdecorazón.¡Muybien! Si no tenéis protectores os pudriréis en vuestro tribunal de provincia.Hacia los treinta años seréis juez conel sueldodemildoscientos francos alaño.Cuandolleguéisalacuarentenaoscasaréisconalgunahijademolinero,

Page 72: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

ricadeunasseismillibrasderenta.Sitenéisprotecciones,seréisprocuradordelreyalostreintaaños,conmilescudosdesueldo,yoscasaréisconlahijadelalcalde.Sicometéisalgunasdeesasbajezaspolíticas,comoladeleerenunboletínVillèleenvezdeManuel(estorima,estotranquilizalaconciencia),aloscuarentaañosseréisprocuradorgeneralypodréisllegaraserdiputado.Observad, querido hijo, que habremos hecho traiciones a nuestra pequeñaconciencia,habremostenidoveinteañosdeaburrimiento,demiseriassecretas,y,nuestrashermanassehabránquedadoparavestirsantos.Tengoelhonordehaceros observar que no hay más que veinte procuradores generales enFrancia, y que sois veinte mil aspirantes al cargo, entre los cuales seencuentranmuchosfarsantesquevenderíanasufamiliaparapoderalcanzarlo.Sieloficioosdesagrada,veamosotracosa.

¿El barón de Rastignac quiere ser abogado? ¡Oh!, magnífico. Hay quepasarlomaldurantediezaños,gastarmilfrancosalmes,tenerunabiblioteca,undespacho,frecuentarlasociedad,besareltrajedeunprocuradorparapodertenerpleitos,barrerelpalaciodejusticiaconlalengua.Siesteoficioosdierabuenresultado,yonodiríaqueno;¿peropodréisencontrarmeenParíscincoabogados que, a los cincuenta años de edad, ganen más de cincuenta milfrancos al año? ¡Bah!, antes que cercenarme de talmodo el alma preferiríahacermecorsario.Porotraparte,¿dóndeencontrarescudos?Todoestonoesnada alegre.Tenemos el recurso en la dote deunamujer. ¿Queréis casaros?Seráatarosunapiedraalcuello;además,sioscasaseisporeldinero,¡quéseríadenuestrossentimientosdehonor,denuestranobleza!Seríamejorcomenzarhoy vuestra revuelta contra los convencionalismos humanos. Nadarepresentaríaelacostaroscomounaserpientedelantedeunamujer,lamerlospiesdelamadre,cometerbajezascomoparadarleascoaunatrucha,¡uf!¡Sicon todoellohubieseisdedarcon la felicidad!Peroseríaisdesgraciadoconunamujer con la que os hubieseis casado en tales circunstancias. Esmejorguerrear contra los hombres que luchar con la propia mujer. Ahí tenéis laencrucijadadelavida, jovencito;elegid.Yahabéiselegido:habéisestadoencasadenuestroprimodeBeauséant,yhabéisolidoallíellujo.Habéisestadoencasade laseñoradeRestaud,hijadepapáGoriot,yallíhabéisolidoa laparisiense. Ese día habéis regresado con una palabra escrita sobre vuestrafrente,yyohepodidoleer:¡Llegar!Llegaratodacosta.¡Bravo!,hedicho;heahí un buen mozo que me va. Os ha hecho falta dinero. ¿Dónde tomarlo?Habéis sangrado a vuestras hermanas. Todos los hermanos sangran más omenosasushermanas.Vuestrosmilquinientosfrancosarrancados,Diossabecómo,enunpaísenelquehaymáscastañasquemonedasdeciensueldos,vana desfilar como soldados. Después, ¿qué vais a hacer? ¿Trabajaréis? Eltrabajo,entendidocomovosloentendéisenestemomento,da,enlavejez,unapartamentoencasademamáVauqueryunoshombresdeltipodePoiret.Unarápida fortuna es el problema que en este momento tratan de resolver

Page 73: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

cincuenta mil jóvenes que se hallan en vuestra situación. Vos formáis unaunidaddeesenúmero. Juzgadde losesfuerzosque tenéisquehaceryde loencarnizadodelcombate.Esprecisoqueosdevoréislosunosalosotroscomoarañasenunaolla,dadoquenoexistencincuentamilbuenospuestos.¿Sabéiscómo sigue aquí cada uno su camino? Por el brillo del talento o por lahabilidadde lacorrupción.Hayquepenetrarenesamasadehombrescomounabaladecañónodeslizarseenellacomolapeste.Lahonradeznosirvedenada. La gente admira el poder del talento, le odia, trata de calumniarlo,porquetomasincompartir;peroseleadmirasipersiste;enunapalabra,seleadora de rodillas cuando no se le ha podido enterrar bajo el barro. Lacorrupción es fuerte, el talento es raro. Así, la corrupción es el arma de lamediocridad,queabunda,ypor todaspartes sentiréis su influencia.Veréis amujerescuyosmaridostienenseismilfrancosdesueldoyquegastanmásdediezmilfrancosenarreglarse.Veréisaempleadosconmildoscientosfrancoscomprar tierras.Podréisveramujeresqueseprostituyenpara irenelcochedelhijodeunpardeFrancia,quepuedecorrerenLongchampporlacalzadadeenmedio.HabéisvistoalpobreanimaldeGoriotobligadoapagarlaletrade cambio endosada por su hija, cuyomarido tiene cincuentamil libras derenta.OsdesafíoadardospasosenParíssinencontrarembrollosinfernales.Apostaríalacabezaaquetoparéisconunavisperoenlaprimeramujerqueosagrade,aunquesearica,bellayjoven.Todasestánenguerraconsusmaridosporcualquierasunto.Noacabaríadecontaros losenredosquesearmanconrespectoasusamantes,trapos,hijos,oporlavanidad,raramenteporlavirtud;podéisestarsegurodeello.Así,elhombrehonradoeselenemigocomún.

Pero¿quécreéisqueeselhombrehonrado?EnParís,elhombrehonradoeselquesecallayseniegaatomarparte.Nooshablodeesospobresilotasqueentodaspartescumplenconsucometidosinversejamásrecompensadosporsutrabajo,yalosqueyollamolahermandaddelaschancletasdeDios.Ciertoqueallíseencuentralavirtudentodalaflordesuestupidez,peroallítambiénestálamiseria.DesdeaquíestoyviendolamuecadeesabuenagentesiDios nos hiciese lamala pasada de ausentarse durante el juicio final. Si,pues, queréis hacer pronto fortuna, hace falta ser ya rico o parecerlo. Paraenriquecerse hay que ser muy audaz. Si en el centenar de profesiones quepodréis abrazar se encuentran diez hombres que triunfan rápidamente, elpúblico les llama ladrones. Sacad vuestras conclusiones. He ahí la vida talcomoes.Estonoesmáshermosoquelacocina;hueleigualqueella;hayqueensuciarselasmanossiunoquierecocinar;sabedsolamentelavarosbien:enestoestribatodalamoraldenuestraépoca.Sioshabloasídelmundo,tengoderecho ahacerlo, porque lo conozco. ¿Creéis que lo censuro?En absoluto.Siempre ha sido así. Los moralistas no lo cambiarán nunca. El hombre esimperfecto.Avecesesmásomenoshipócrita,ylosneciosdicenentoncesquecarecedecostumbres.Noacusoalosricosenfavordelpueblo:elhombrees

Page 74: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

el mismo arriba, abajo y en medio. Por cada millón de ese rebaño seencuentrandiezdespreocupadosquesecolocanporencimadetodo,inclusodelas leyes.Yo soy uno de ellos.Vos, si sois un hombre superior, id en línearectayconlacabezaalta.Perohabráquelucharcontralaenvidia,lacalumnia,lamediocridad, contra todo elmundo.Napoleón encontró unministro de laguerraquesellamabaAubryyalquefueprecisomandaralascolonias.Vedsivospodéis levantaroscadamañanaconmásvoluntadqueeldíaanterior.Enestas circunstancias, voy a haceros una proposición que nadie rechazaría.Escuchadme bien. Tengo una idea. Mi idea consiste en ir a vivir una vidapatriarcalenmediodeunagranfinca,enlosEstadosUnidos,enelSur.

Quiero hacerme allí plantador, tener esclavos, ganar algunosmilloncitosvendiendomisbueyes,mi tabaco,misbosques,viviendocomounsoberano,haciendoloquemedélarealgana,llevandounavidaqueaquínoseconcibe,aquídonde lagenteseacurrucaenunamadrigueradeyeso.Yosoyungranpoeta.Mispoesíasnolasescribo:consistenenaccionesysentimientos.Poseoen estemomento cincuentamil francos que apenasmeprocurarían cuarentanegros.Tengonecesidaddedoscientosmilfrancos,porquequierodoscientosnegros,conobjetodesatisfacermisdeseosdevidapatriarcal.Negros,¿sabéis?Setratadecriaturasconlasqueunohaceloquequiere,sinqueunprocuradordel rey os pida cuentas de ello.Con este capital negro, dentro de diez añostendrétresocuatromillones.Sitriunfo,nadiemepreguntará:¿quiéneres?Yoseré el señor Cuatro Millones, ciudadano de los Estados Unidos. Tendrécincuentaañosynoestaréaúnpodrido,porlocualmedivertiréamimanera.Dichoenpocaspalabras,siyoosprocurounadotedeunmillón,¿medaréisdoscientosmilfrancos?¿Esdemasiado?Osharéisamardevuestramujercita.Unavezcasado,manifestaréisinquietudes,remordimientos,osharéiseltristedurante quince días. Una noche, después de algunas monadas, declararéis,entre beso y beso, doscientos mil francos de deudas a vuestra mujer,diciéndole:«Amormío».Estevodevilesrepresentadoadiarioporlosjóvenesmásdistinguidos.Unajovennorehúsalabolsaaaquelquelerobaelcorazón.¿Creéisqueperderéisconello?No.Hallaréiselmedioderecuperarvuestrosdoscientosmil francos en un negocio. Con vuestro dinero y vuestro talentoamasaréis una fortuna tan considerable como podáis desear. Ergo, habréishecho,enelespaciodeseismeses,vuestrafelicidad,ladeunamujeramableyladevuestropapaítoVautrin,sincontarladevuestrafamilia,quesesoplalosdedoseninviernoporfaltadeleña.Noosasombréisporloqueospropongonipor lo que os pido. De sesenta bellas bodas que se celebran en París, haycuarenta y siete que dan lugar a semejantes tráficos. La Cámara de losNotarioshaobligadoalseñor…

— ¿Qué es preciso que haga yo? —dijo ávidamente RastignacinterrumpiendoaVautrin.

Page 75: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Casinada—respondióaquelhombredejandoescaparunmovimientodealegríaparecidoa lasordaexpresióndelpescadorquesientepicarunpezalextremo del sedal—. Escuchadme bien. El corazón de una pobremuchachadesgraciada ymiserable es la esponjamás ávida para llenarse de amor, unaesponjasecaquesedilatatanprontocomocaeenellaunagotadesentimiento.¡Hacer la corte a una joven que se encuentra en condiciones de soledad, dedesesperación y de pobreza sin que sospeche la fortuna que va a caerleencima!¡Diantre!,estoes jugarsobreseguro.Estáisechandocimientosaunmatrimonio indestructible. Si a esa joven le sobrevienen millones, os losarrojaráalospiescomosisetrataradeguijarros.¡Toma,amadomío!¡Toma,Alfredo! ¡Adolfo! ¡Toma, Eugenio!, dirá, siAlfredo,Adolfo o Eugenio hantenidolabuenaideadesacrificarseporella.LoqueyoentiendoporsacrificiosesvenderuntrajeviejoparairacomerunassetasalCadran-Bleu;deahí,porlanoche,alAmbigu-Comique;esempeñarelrelojparacomprarleunchal.Nooshablodelastonteríasdelamoraquetaninclinadassonlasmujeres,como,porejemplo,esparcirunasgotasdeaguasobreelpapeldeunacartaamododelágrimascuandounoestálejosdeellas:meparecequeconocéisbienelargotdelcorazón.París,comoveis,escomounaselvadelNuevoMundo,enlaqueseagitanveinteespeciesdetribussalvajes,losIllinois,losHurones,quevivendelproductoquelesdanlasdiferentescazassociales;voissoisuncazadordemillones.Paracobrarlosusáis toda suertede trampas.Haydiversasmanerasde cazar. Unos cazan la dote, otros cazan el capital; aquéllos pescanconciencias; éstos venden a sus víctimas atadas de pies y manos. El queregresa con el morral lleno es saludado, festejado, recibido en la buenasociedad.

Hagamos justicia a este suelo hospitalario; tenéis que véroslas con laciudadmáscomplacientedelmundo.Si lasorgullosasaristocraciasde todaslascapitalesdeEuropasenieganaadmitirensusfilasaunmillonarioinfame,Parísleabrelosbrazos,correasusfiestas,comesusbanquetesybrindaconsuinfamia.

—Pero¿dóndeencontraraunamuchacha?—dijoEugenio.

—Latenéisdelantedevos.

—¿LaseñoritaVictorina?

—¡Exactamente!

—¿Ycómo?

—¡YaosamavuestrapequeñabaronesadeRastignac!

—¡Perosinotieneuncéntimo!—repusoEugenio,atónito.

—Ahíestáeldetalle.Dospalabrasmás—dijoVautrin—,ytodoquedará

Page 76: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

aclarado.EltíoTailleferesunviejobribónquepasaporhaberasesinadoaunode sus amigos durante la revolución. Es uno de esos sujetos, como yo, quetienenindependenciaensusopiniones.Esbanquero,principalsociodelacasaFederico Taillefer y compañía. Tiene un hijo único, al que quiere legar susbienesendetrimentodeVictorina.Amínomegustanestasinjusticias.YosoycomoDonQuijote,megustadefenderaldébilcontraelfuerte.SilavoluntaddeDiosfueraarrebatarleasuhijo,Tailleferseharíacargoentoncesdesuhija;querríaunherederocualquiera,unatonteríaqueseencuentraenlanaturaleza,yélnopuede tenermáshijos,yo losé.Victorinaesdulceyamable,prontohabráengatusadoasupadreyleharágirarcomotinapeonzaconelbramantedelsentimiento.Serádemasiadosensibleavuestroamorparaolvidaros,ysecasará con vos. Yo me encargaré del papel de la Providencia, yo haré lavoluntaddeDios.Tengounamigoporelquemehesacrificado,uncoroneldelejércitodelLoiraqueacabadeincorporarsealaguardiareal.Elescuchamisconsejos,sehahechoultrarrealista:noesunodeesosimbécilesqueseaferranasusopiniones.

Si tengoaúnunconsejoquedaros, ángelmío, es eldenoaferrarosni avuestra opinión ni a vuestra palabra. Cuando os pidan la una o la otra,vendedla. Un hombre que se jacta de no cambiar nunca de opinión es unhombre que quiere ir siempre en línea recta, un necio que cree en lainfalibilidad.Nohayprincipios,sóloacontecimientos:nohayleyes,sólohaycircunstancias: el hombre superior adopta los acontecimientos y lascircunstancias para podermanejarlos.Si hubiera principios y leyes fijas, lospueblos no los cambiarían como cambian de camisa. El hombre no tiene laobligacióndesermás juiciosoqueunanaciónentera.Elhombrequemenosservicios ha prestado a Francia es un fetiche venerado por haber vestidosiempre de color rojo; a lo sumo vale para que se le coloque en elConservatorio, entre las máquinas, poniéndole la etiqueta de La Fayette;mientras que el príncipe contra el cual cada uno lanza su piedra, y quedesprecia lo suficiente a la humanidad para esculpirle al rostro tantosjuramentos como ella le exija, ha impedido el reparto de Francia en elcongresodeViena:seledebencoronas,ylearrojanfango.¡Oh,yoconozcolosnegocios!Poseoelsecretodelbiendemuchoshombres.Yaessuficiente.Tendráunaopinióninquebrantableeldíaenquehayaencontradotrescabezasdeacuerdosobrelaaplicacióndeunprincipio,yaguardarémuchotiempo.Enlostribunalesnoseencuentrantresjuecesquetenganlamismaopiniónsobreunartículodelaley.Vuelvoamihombre.VolveríaacrucificaraCristosiyose lodijera.AunasolapalabradesupapáVautrin,buscaráquerellaaaquelimbécilquenoenvíaciensueldosasupobrehermanay…—enestoVautrinselevantó,sepusoenguardiaehizoelmovimientodeunmaestrodearmasquesetiraafondo—¡alasombra!—añadió.

—¡Quéhorror!—dijoEugenio—.¿Queréisbromear,señorVautrin?

Page 77: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Calma,calma—repusoelhombre—.Nooshagáiselniño;sinembargo,si ello ha de divertiros, enojaos, indignaos. Decid que soy un infame, unbandido,peronomellaméisestafadorniespía.Vamos,hablad,soltadvuestraandanada.Osperdono.¡Estanpropiodevuestraedad!Yotambiénhesidoasí.Peroreflexionad.Algúndíaobraréispeor. Iréisacoquetearconalguna lindamujer y os dará dinero. ¿Habéis pensado en ello?—dijoVautrin—. ¿Cómotriunfaréis si no sois calculador en vuestro amor? La virtud, queridoestudiante,nosedivide:existeonoexiste.Senoshabladehacerpenitenciapornuestras faltas.Todavíaotro lindo sistemacomoéste, envirtuddel cualpagaunouncrimenmedianteunactodecontrición.Seduciraunamujerparasituarosentalocualpeldañodelaescalasocial,sembrarcizañaentreloshijosdeunafamilia,enfin,todaslasinfamiasquesepracticanhoydía,¿creéisquese trata de actos de fe, de esperanza y de caridad? ¿Por qué dosmeses decárcel al dandy que en una noche arrebata a una criatura la mitad de sufortuna,yporquéelpresidioalpobrediabloquerobaunbilletedemilfrancoscon las circunstancias agravantes? He ahí vuestras leyes. No hay un soloartículoquenolleguealabsurdo.Elhombredeguanteydepalabrasmelifluashacometidoasesinatosenlosquenosederramasangre,peroenlosquesedasangre; el asesino ha abierto una puerta con la ganzúa: he ahí dos cosasnocturnas. Entre lo que yo os propongo y lo que haréis un día sólo hay ladiferenciadelasangre.¿Creéisenalgofijoenestemundo?Despreciad,pues,aloshombresyconsideradlasmallasporlasqueunopuedepasaratravésdelareddelCódigo.Elsecretodelasgrandesfortunassincausaaparenteesuncrimenolvidado,porquesehacometidodeunamaneralimpia.

—Silencio,señor;noquierovolveraoírmásdeello;meharíaisdudardemímismo.Enestemomentoelsentimientoestodamiciencia.

—Comoqueráis,hermosoniño.Oscreíamásfuerte—dijoVautrin—;yano os diré nadamás. Una última palabra, sin embargo—miró fijamente alestudiante—vostenéismísecreto—ledijo.

—Unjovenqueosrechazasabráolvidarprontotalsecreto.

—Muybien,estomegusta.Otroserámenosescrupuloso.Acordaosdeloquequierohacerporvos.Osdoyquincedías.Esasuntodetomarloodejarlo.

— ¡Qué cabezade hierro tiene, pues, ese hombre!—díjoseRastignac alveraVautrinquesealejabatranquilamenteconelbastónbajoelbrazo—.Élme ha dicho crudamente lo que la señora de Beauséantme decía en buenaforma.Élmedestrozabaelcorazóncongarrasdeacero.¿Porquéhede iracasadelaseñoradeNucingen?Haadivinadomismotivostanprontocomoyolosheconcebido.Enpocaspalabras,esebandidomehadichomáscosassobrelavirtudque loque sobre ellamehandicho loshombresy los libros.Si lavirtud no tolera capitulación, ¿entonces he robado a mis hermanas?—dijo

Page 78: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

arrojando labolsaencimade lamesa.Sesentóypermanecióallí sumidoenunaprofundameditación—.Serfielalavirtud,¡martiriosublime!¡Bah!,todoelmundocreeen lavirtud;pero¿quiénesvirtuoso?Lospueblos tienena lalibertadcomoídolo;pero¿dóndeseencuentraenlatierraunpueblolibre?Mijuventudestodavíaazulcomouncielosinnubes:querersergrandeorico¿noes acaso resolverse a mentir, a arrastrarse, a volver a erguirse, a adular, adisimular?¿Noesconsentir enconvertirseenel lacayodeaquellosquehanmentido, se han arrastrado, han adulado?Antes de ser su cómplice hay queservirles.Puesno.Yoquierotrabajarnoblemente,santamente;quierotrabajardedíaydenoche,nodebermifortunamásqueamipropio trabajo.Será lamás lenta de las fortunas, pero cada día mi cabeza descansa sobre mialmohadasinunmalpensamiento.¿Quéhaydemáshermosoquecontemplarlapropiavidayencontrarlapuracomounlirio?Yoylavidasomoscomounjovenysuprometida.Vautrinmehahechoverloquesucededespuésdediezaños de matrimonio. ¡Demonio!, mi cabeza se pierde. No puedo pensar ennada;elcorazónesunbuenguía.

EugeniofuesacadodesumeditaciónporlavozdelagruesaSilvia,queleanunció la llegadadesusastre,anteelcualsepresentó llevandoen lamanosusdosbolsasdedinero.Cuandohuboprobadosustrajesdenoche,volvióaponersesunuevotrajedemañana,conelqueestabacompletamentedistinto.

—BienvalgoloqueelseñordeTrailles—sedijo—.¡Enfin,quetengoelairedeungentilhombre!

—Señor—dijopapáGoriot entrandoen lahabitacióndeEugenio—,mehabéispreguntadosiconocía lascasasque frecuenta la señoradeNucingen,¿verdad?

—Sí.

—Pues bien, el próximo lunes va al baile del mariscal Carigliano. Sipodéisir,yamediréissimisdoshijassehandivertido,cómoibanvestidas,enfin,todo.

— ¿Cómo habéis sabido esto, mi buen papá Goriot? —dijo Eugenio,haciéndolesentarjuntoasuchimenea.

—Sudoncellamelohadicho.SétodoloqueellashacenatravésdeTeresayConstanza—repuso en tono alegre.El anciano se parecía a un amante lobastante joven aún para sentirse dichoso de una estratagemaque le pone encomunicaciónconsuqueridasinqueellasedécuenta—.¡Voslasveréis!—añadióexpresandoconingenuidadunadolorosaenvidia.

—Nolosé—respondióEugenio—.IréacasadelaseñoradeBeauséantapreguntarlesipuedepresentarmealamariscala.

Page 79: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Eugeniopensabaconciertaalegríainteriormostrarseencasadelacondesavestidotalcomoiríavestidoenlosucesivo.Loquelosmoralistasllamanlosabismos del corazón humano son únicamente los decepcionantespensamientos, los involuntarios movimientos del interés personal. Estasperipecias, tema de tantas declamaciones, estos retornos súbitos constituyencálculos hechos en provecho de nuestros goces.Al verse bien vestido, bienenguantado,biencalzado,Rastignacolvidósuvirtuosaresolución.

La juventudno se atreve amirarse en el espejode la conciencia cuandoésta se inclinahaciael ladode la injusticia,mientrasquesí semiraenél laedadmadura:enelloestribatodaladiferenciaentreestasdosfasesdelavida.Desdehacía algunosdías, losdosvecinos,EugenioypapáGoriot, habíanseconvertido en buenos amigos. Su amistad secreta se basaba en razonespsicológicasquehabíanengendradosentimientoscontrariosentreVautrinyelestudiante. El audaz filósofo que quiera comprobar los efectos de nuestrossentimientos en el mundo físico hallará sin duda más de una prueba de suefectivamaterialidadenlasrelacionesquecreanentrenosotrosylosanimales.¿Quéfisonomistaesmásduchoenadivinaruncarácterdeloqueesunperroensabersiundesconocidoamaonoama?Losátomosganchudos,expresiónproverbialde laque todoelmundosesirve,constituyenunodeesoshechosque quedan en las lenguas para desmentir las necesidades filosóficas de lasque se ocupan aquellos que gustan de aventar las peladuras de las palabrasprimitivas.Unosesienteamado.Elsentimientoseimprimeentodaslascosasyatraviesalosespacios.Unacartaesunalma,esunecotanfieldelavozquehabla, que los espíritus delicados la cuentan entre losmás ricos tesoros delamor. PapáGoriot, al que su sentimiento irreflexivo elevaba hasta el gradosublime de la naturaleza canina, había olido la compasión, la bondadadmirativa, las simpatías juveniles que se habían suscitado para él en elcorazóndelestudiante.Sinembargo,estauniónnacientenohabíaprovocadoaúnningunaconfidencia.SiEugeniohabíamanifestadoeldeseodever a laseñora de Nucingen, no era que contase con el anciano para que él lepresentase;peroesperabaqueuna indiscreciónpudiera servirle.PapáGoriotno le había hablado de sus hijas más que a propósito de lo que se habíapermitidodecirdeellaspúblicamenteeldíadesusdosvisitas.

«Señormío—ledijoeldíasiguiente—,¿cómohabéispodidocreerquelaseñoradeRestaudseenfadaraconvosporhaberpronunciadominombre?Misdos hijasmequierenmucho.Solamentemis dos yernos se han portadomalconmigo. No he querido hacer sufrir a esas pobres criaturas con misdisensionesconsusmaridos,yhepreferidoverlasensecreto.Estemisteriomeprocuramilgocesquenocomprendenlosotrospadresquepuedenverasushijascuandoquieren.Yonopuedohacerlo,¿comprendéis?Entonces,cuandohacebuendía,voya losCamposElíseosdespuésdehaberpreguntadoa lasdoncellassimishijassalendecasa.Lasaguardoaquepasen,elcorazónme

Page 80: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

lateapresuradamentecuandolleganloscoches,lasadmiro,ellasmededicanalpasarunasonrisaquemedoralanaturalezacomosicayeraenellaunhermosorayodesol.Yyomequedo,yellashanderegresar.¡Todavíalasveo!Elaireleshasentadobien,tienensonrosadaslasmejillas.Oigodeciramialrededor:heahíunamujerhermosa.Estomealegraelcorazón.¿Acasonosetratademipropia sangre?Amo los caballosque las conducen,yquisiera ser elperrilloque ellas llevan en sus rodillas.Yovivode susplaceres.Cada cual tiene sumododeamar;elmío,sinembargo,nohacemalanadie;¿porqué,entonces,lagentehabrádeocuparsedemí?Yosoy felizamimanera. ¿Vacontra lasleyeselqueyovayaaver amishijas,por lanoche, enelmomentoenqueellassalendesucasaparadirigirsealbaile?¡Quépenaparamísillegotardeymedicen:laseñorahasalido!UnanocheestuveesperandohastalastresparaveraNasia,a laquenohabíavistodesdehacíadosdías.Estuveapuntodereventar de alegría. Os lo ruego, no habléis demí si no es para decir cuánbuenassonmishijas.Ellasquierencolmarmedetodasuertederegalos;yoseloimpidodiciéndoles:Guardaosvuestrodinero.¿Quéqueréisquehagayodeeso?Nonecesitonada.Enefecto,señor,¿quésoyyo?Uncadávercuyaalmaseencuentradondequieraqueestánmishijas.CuandohayáisvistoalaseñoradeNucingenmediréisacuáldelasdospreferís»,dijoelbuenhombre,trasunmomentodesilencio,alverqueEugeniosedisponíaapartirparairapasearalas Tullerías aguardando la hora de presentarse en casa de la señora deBeauséant.

Este paseo fue fatal para el estudiante.Algunasmujeres se fijaron en él.¡Eratanguapo,tanjovenytanelegante!

Alverseconvertidoenobjetodeunaatencióncasiadmirativa,yanopensóensushermanasniensutía,todasellasporéldespojadas,niensusvirtuososescrúpulos.Habíavistopasarporencimadesucabezaaesedemonioqueestanfácildetomarporunángel,aeseSatanásdebrillantesalas,quesiembrarubíes,quearrojasusflechasdeorodelantedelospalacios,cubredepúrpuralasmujeres,revistedeunvanoesplendorlostronos,tansencillosensuorigen;había escuchado al dios de esavanidad crepitante cuyo ruidonospareceunsímbolodepoder.LaspalabrasdeVautrin, por cínicasque fuesen, habíansealojadoensucorazóncomoenlamemoriadeunavirgensegrabaelinnobleperfil de una vieja alcahueta que le ha dicho: «Oro y amor a raudales».Despuésdehaberpaseadoindolentemente,hacialascincodelatardeEugeniosepresentóencasade laseñoradeBeauséant,yenella recibióunodeesosgolpes terribles contra los cuales los corazones jóvenes se hallan inermes.Hasta entonces había encontrado a la vizcondesa llena de esa cortésamabilidad, de aquella graciameliflua dada por la educación aristocrática yquenoescompletamásquecuandoprocededelcorazón.

Cuandoentró,laseñoradeBeauséanthizoungestoseco,yledijoconvoz

Page 81: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

breve:

—SeñordeRastignac,meesimposiblerecibiros,enestemomentoporlomenos.Estoymuyocupada…

Para un observador, y Rastignac habíase convertido pronto en unobservador, esta frase, el gesto, la mirada y la inflexión de la voz eran lahistoriadelcarácterydelascostumbresdelacasta.

Vio la mano de hierro bajo el guante de terciopelo; la personalidad, elegoísmo,bajolasmaneras;lamadera,bajoelbarniz.Oyó,enfin,el:«Yo,elRey»,queempiezabajo lospenachosdel tronoy terminabajo lacimeradelúltimo gentilhombre. Eugenio se había entregado con excesiva facilidad acreerenlanoblezadelamujer.Comotodoslosdesgraciados,habíafirmadodebuenafeelpactodeliciosoquedebeataralbienhechorconelfavorecido,ycuyo primer artículo consagra entre los corazones grandes una perfectaigualdad. El hacer bien, que reúne a dos seres en uno solo, es una pasióncelestial tan incomprendida, tan rara corno pueda serlo el amor verdadero.Tantoelunocomoelotroeslaprodigalidaddelasalmashermosas.RastignacqueríallegaralbailedeladuquesadeCarigliano,ydevoróaquellaborrasca.

—Señora —dijo con voz emocionada—, si no se tratase de una cosaimportante, no habría venido a importunaros; os ruego, por lo tanto, quetengáislabondadderecibirmemástarde,yaguardaré.

—Bien, venid a comer conmigo—dijo algo confusa por la dureza quehabía puesto en sus palabras; porque aquella mujer era tan buena comogrande.

Aunque se sintió afectado por aquel cambio repentino, Eugenio se dijomientrasseiba:«Arrástrate,sopórtalotodo.¿Quédebenserlosotrosseressi,enuninstante,lamejordelasmujeresborralaspromesasdesuamistadytedeja ahí como un zapato viejo?Entonces, ¿cada cual debemirar por sí?Esverdadquesucasanoesningunatiendayquehagomalentenernecesidaddeella. Es preciso, como dice Vautrin, convertirse en bala de cañón.». Lasamargasreflexionesdelestudiantefueronprontodisipadasporelplacerqueseprometíaaliracomerconlavizcondesa.Así,porunaespeciedefatalidad,losmás mínimos acontecimientos de su vida conspiraban para empujarle a lacarrera en la que, según las observaciones de la terrible esfinge de CasaVauquer,debía,comoenuncampodebatalla,matarparaquenolematasen,engañar para no ser engañado, en la que había de dejar a un lado suconciencia,sucorazón,cubrirseelrostroconunamáscara,burlarsesinpiedaddeloshombresy,comoenLacedemonia,cogersufortunasinservisto,paramerecerlacorona.

Cuando volvió a la casa de la vizcondesa, la encontró llena de aquella

Page 82: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

bondadquesiemprelehabíatestimoniado.Ambossedirigieronauncomedorenelqueelvizcondeaguardabaa suesposa,yenelque resplandecíaaquellujodemesaquebajolaRestauración,comotodoelmundosabe,fueelevadoalmásaltogrado.ElseñordeBeauséant,semejanteamuchasotraspersonasinfatuadas,apenasteníaotrosplaceresquelosdelabuenamesa;porloquealagulaserefiere,pertenecíaalaescueladeLuisXVIIIydelduquedeEscars.Su mesa, pues, ofrecía un doble lujo, el del continente y el del contenido.Jamás semejante espectáculo había sido presenciado por Eugenio, el cualcomía por primera vez en una de aquellas casas en las que las grandezassocialessonhereditarias.Lamodaacababadesuprimir lascenasconqueenotrotiempoterminabanlosbailesdelImperio,enlasquelosmilitaresteníannecesidaddeadquirirfuerzasparaprepararseparatodosloscombatesquelesaguardabantantodentrocomofuera.Eugenionohabíaasistidoaúnmásqueabailes.Elaplomoquemástardeledistinguiódeunmodotaneminenteyqueempezabaaadquirirleimpidiómanifestarunabobaliconaadmiración.Peroalver aquella platería esculpida y los mil rebuscados detalles de una mesasuntuosa, al admirar por primeravezun servicioque sehacía sin ruido, eradifícil para un hombre de ardiente imaginación no preferir aquella vidaconstantemente elegante a la vida de privaciones que quería abrazar aquellamañana.Supensamiento ledevolvióporun instante a supensión,y fue tanprofundo el horror que experimentó, que se juró abandonarla en el mes deenero, tantopara entrar enunacasa limpia comoparahuirdeVautrin, cuyamanazasentíasobresuhombro.

SipensamosenlasmilformasqueenParísasumelacorrupción,parlanteomuda, unhombredebuen sentido se pregunta por qué aberración elEstadoestablece escuelas, reúne jóvenes en ellas, cómo son respetadas lasmujeres,cómoelorodeloscambistasnoseesfumamágicamente.Perosipensamosenelescasonúmerodecrímenes,inclusodedelitosengeneral,cometidosporlosjóvenes, ¡qué respeto no debemos sentir por esos pacientes Tántalos que secombatena símismosycasi siempresalenvictoriosos!Si se lesdescribierabien en su lucha contra París, el pobre estudiante suministraría uno de lostemas más dramáticos de nuestra civilización moderna. La señora deBeauséantmirabaenvanoaEugenioparainvitarleahablar,peroeljovennoqueríadecirnadaenpresenciadelvizconde.

—¿MellevaréisestanochealosItalianos?—preguntólavizcondesaasumarido.

—Nopodéisdudardelplacerquetendríaenobedeceros—respondióconuna burlona galantería que engañó al estudiante—, pero debo ir a reunirmeconalguienenlasVariedades.

«Suamante»,pensólavizcondesa.

Page 83: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Notenéis,pues,aAjudaestanoche?—inquirióelvizconde.

—No—respondióellaconbuenhumor.

—Bien, si os hace falta indispensablemente un brazo, tomad el deRastignac.

LavizcondesamiróaEugeniosonriendo.

—Estoserámuycomprometedorparavos—dijo.

—«Elfrancésamaelpeligroporqueenélencuentralagloria»,hadichoelseñordeChateaubriand–respondióRastignac,inclinándose.

Unosmomentosmástardefuellevado,alladodelaseñoradeBeauséant,enunrápidocupé,alteatrodemoda,ycreyóestarviendouncuentodehadascuandoentróenunpalcodelanteroyvioseconvertidoenblancodetodaslasmiradasatravésdelosbinóculos,encompañíadelavizcondesa,cuyatoiletteeradeliciosa.Ibadesorpresaensorpresa.

—Tenéisalgodequehablarme—ledijolaseñoradeBeauséant—.¡Ah!,ahítenéisalaseñoradeNucingen,atrespalcosdelnuestro.SuhermanayelseñordeTraillesseencuentranalotrolado.

Aldecirestaspalabras,lavizcondesamirabahaciaelpalcoenelquedebíaencontrarse laseñoritadeRochefide,yalnoverenélalseñordeAjuda,surostroadquirióunfulgorextraordinario.

—Esencantadora—dijoEugenio,despuésdehabermiradoalaseñoradeNucingen.

—Tienelascejasblancas.

—Sí,pero¡quétalletanesbelto!

—Tienegrandeslasmanos.

—¡Quéojostanhermosos!

—Tienelacaraalargada.

—Perollenadedistinción.

—Es una gran suerte para ella tener distinción por lomenos en la cara.¡Fijaosdequémodotomaydejasubinóculo!ElGoriotsetrasluceentodossusmovimientos—dijolavizcondesacongranasombroporpartedeEugenio.

Enefecto,laseñoradeBeauséantmirabalasalaconsubinóculoyparecíanofijarseenlaseñoradeNucingen,delacual,sinembargo,noperdíaunsologesto.Laconcurrenciaeraexquisitamentebella.DelfinadeNucingensesentíamuy halagada de ocupar la atención exclusiva del joven, guapo y eleganteprimodelaseñoradeBeauséant,elcualnomirabamásqueaella.

Page 84: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Si continuáis cubriéndola con vuestras miradas vais a provocar unescándalo, señor de Rastignac. No conseguiréis nada si os arrojáis de estemodoalospiesdelaspersonas.

—Querida prima —dijo Eugenio—, ya me habéis protegido mucho; siqueréis completarvuestraobra, sóloospidoquemehagáisun favorqueoscostarápocotrabajoymeharámuchobien.Yaestoypreso.

—¿Ya?

—Sí.

—¿Ydeesamujer?

— ¿Es que mis pretensiones serían bien acogidas en otra parte?—dijolanzando una penetrante mirada a su prima—. La señora duquesa deCariglianoesamigadelaseñoraduquesadeBerry—añadiódespuésdeunapausa—;tenéisqueverla;tenedlabondaddepresentarmeaellaydellevarmealbailequedaráellunes.AllíencontraréalaseñoradeNucingenylibrarémiprimeraescaramuza.

—Conmuchogusto—dijo lavizcondesa—.Siyasentísaficiónporella,vuestrosasuntosdelcorazónmarchanbien.HeahíaDeMarsayenelpalcodela princesa Galathionne. La señora de Nucingen sufre un suplicio, estádespechada.Nohaymomentomejorparaabordaraunamujer, sobre todoaunaesposadebanquero.EstasdamasdelaChaussée-d'Antinamantodaslasvenganzas.

—¿Quéharíais,pues,vosentalcaso?

—Yosufriríaensilencio.

EnaquelinstanteelmarquésdeAjudaaparecióenelpalcodelaseñoradeBeauséant.

—He hecho mal mis negocios para poder venir a veros —dijo— y osinformodeelloparaquenoseaconsideradocomounsacrificio.

El radiante rostro de la vizcondesa enseñó a Eugenio a reconocer laexpresióndeunverdaderoamoryanoconfundirloconlosfingimientosdelacoqueteríaparisiense.Admiróasuprima,enmudecióycedió,suspirando,susitioal señordeAjuda.«¡Quénoble,quésublimecriaturaesunamujerqueamaasí!—sedijo—.¡Yesehombrehabríade traicionarlaporunamuñeca!¿Cómoesposibletraicionarasí?».Sintióensucorazónunarabiainfantil.

Habría querido echarse a los pies de la señora deBeauséant, deseaba elpoderdelosdemoniosconobjetodeacogerlaensucorazón,comounáguilaarrebata en la llanuray la lleva a sunidoauna jovencabrablancaqueaúnmama.

Page 85: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Sentíasehumilladodeencontrarseenaquelgranmuseodelabellezasinsucuadro,sinunaamante:«Tenerunaamanteesunaposicióncasireal—decíase—;¡eselsignodelpoder!».YmiróalaseñoradeNucingencomounhombreinsultadomiraasuadversario.Lavizcondesavolviósehaciaélparadirigirlepor su discreción mil gracias en un guiño de ojos. El primer acto habíaterminado.

— ¿Conocéis lo suficiente a la señora de Nucingen para presentarle alseñordeRastignac?—dijoalmarquésdeAjuda.

—Estaráencantadadeveralcaballero—dijoelmarqués.

Elapuestoportugués se levantó, tomódelbrazoal estudiante,queenunabrirycerrardeojosseencontróalladodelaseñoradeNucingen.

—Señorabaronesa—dijoelmarqués—,tengoelhonordepresentarosalcaballero Eugenio de Rastignac, primo de la vizcondesa de Beauséant. Lecausáis tan buena impresión, que he querido completar su felicidadacercándoleasuídolo.

Estaspalabrasfuerondichasconciertoacentodeburla,quedabanunairealgo brutal al pensamiento, pero de un modo que nunca desagrada a lasmujeres. La señora de Nucingen sonrió y ofreció a Eugenio el sitio de sumarido,queacababadesalir.

—Nomeatrevoaproponerosqueosquedéisamilado,caballero—ledijo—.CuandosetieneladichadeestarjuntoalaseñoradeBeauséant,unonosemuevedeallí.

—Pero—ledijoenvozbajaEugenio—creoque,siquierocomplaceramiprima,mequedaréal ladodevos.Antesdeque llegaraelseñormarqués—añadió en voz alta— estábamos hablando de la distinción de toda vuestrapersona.

ElseñordeAjudaseretiró.

— ¿Verdaderamente, caballero —dijo la baronesa—, vais a quedarosconmigo?Asínosconoceremos,pueslaseñoradeRestaudmehabíainspiradoyaelmásvivodeseodeconoceros.

—Entoncesesmuyfalsa,porquehadadoordendequecuandovayaasucasadiganquenoestá.

—¿Cómo?

—Señora,nomeatrevoadeciroslarazóndeello,yreclamotodavuestraindulgencia si he de revelaros tal secreto. Yo soy vecino de vuestro señorpadre.IgnorabaquelaseñoradeRestaudfuerasuhija.Cometílaimprudenciade hablar de ello muy inocentemente, y he molestado a vuestra señora

Page 86: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

hermanayasumarido.NopodríaiscreerhastaquégradohanencontradodemalgustoestaapostasíafiliallaseñoraduquesadeLangeaisymiprima.Lesconté la escena y se rieron como locas. Fue entonces cuando, al trazar unparaleloentrevosyvuestrahermana,laseñoradeBeauséantmehablódevosen términos muy elogiosos y me dijo hasta qué punto vos erais una hijaexcelenteparaelseñorGoriot.¿Cómo,enefecto,nohabríaisdeamarle?Osadoratanto,queyaempiezoasentircelos.Estamañanahemoshabladodevosdurantedoshoras.Luego,conlamentehenchidadetodoloquevuestropadreme había contado, esta tarde, comiendo con mi prima, yo le decía que nopodíaissertanhermosacomoamante.Queriendosindudafavorecertancálidaadmiración, la señora de Beauséant me ha traído aquí, diciéndome con sugraciahabitualqueosvería.

— ¡Cómo, caballero! —dijo la mujer del banquero—, ¿ya os debogratitud?Unpocomás,yquedaremosconvertidosenviejosamigos.

—Aunque la amistaddebe ser envosun sentimientopocovulgar—dijoRastignac—,yonoquieronuncaservuestroamigo.

Estas tonterías estereotipadas para uso de principiantes parecen siempreencantadoras a lasmujeres, y no resultan pobresmás que leídas en frío. Elgesto,elacento,lamiradadeunjoven,lesconfierenincalculablesvalores.LaseñoradeNucingenencontróaRastignacmuysimpático.

Luego, como todas lasmujeres, al nopoderdecirnada aunas frases tandrásticamenteexpresadasporelestudiante,respondiórefiriéndoseaotracosa:

—Sí, mi hermana se hace daño a sí misma con la forma en que secomporta para con ese pobre padre, que realmente ha sido un dios paranosotras.HasidoprecisoqueelseñordeNucingenmeordenaraquenovieraami padre más que por la mañana, para que yo cediese en este punto. Peromucho tiempomehe sentidodesdichadapor ello.Lloraba.Estas violencias,venidasdespuésdelasbrutalidadesdelmatrimonio,fueronunadelasrazonesquemásperturbaronmihogar.Ciertamentesoylamujermásfelizalosojosdel mundo, pero en realidad la más desventurada. Vais a creerme loca alhablaros así. Pero conocéis a mi padre, y a este título, no podéis sermeindiferente.

—Nohabréisencontradoanadie—ledijoEugenio—quesehalleanimadodelmásvivodeseodeperteneceros.¿Quéesloquebuscáistodasvosotras?Lafelicidad—añadió con una voz que le llegaba al alma—.Bien, si para unamujer ladichaconsisteen seramada,adorada, tenerunamigoalquepuedaconfiar sus deseos, sus caprichos, sus penas, sus alegrías; mostrarse en ladesnudezdesualma,consuslindosdefectosysusbellascualidades,sintemora verse traicionada; creedme, ese corazón abnegado, siempre ardiente, nopuedehallarsemásqueenunhombrejoven,llenodeilusiones,quenadasabe

Page 87: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

aúndelmundo,ynadaquieresaberdeél,porquevososconvertísenelmundoparaél.Yo,vaisa reírosdemi ingenuidad, llegodeun rincóndeprovincia,enteramente nuevo, no habiendo conocido más que hermosas almas, y yapensabaquedarmesinamor.Hellegadoaveramiprima,lacualmehahechointuirlosmiltesorosdelapasión;soy,comoQuerubín,elamantedetodaslasmujeres, en espera de que pueda consagrarme a una de ellas. Al veros, alentrar,mehesentidoatraídohaciavoscomoporunimán.¡Habíapensadoyatanto en vos! Pero no os había soñado tan bella como sois en realidad. LaseñoradeBeauséantmehaordenadoquenoosmirase tanto.Ella ignora loque hay de atrayente al contemplar vuestros lindos labios rojos, vuestra tezblanca, vuestros ojos tan dulces.Yo también os digo locuras, pero dejadmequeoslasdiga.

Nadahayque tantoagradea lasmujerescomoeloírque lesdiganestasdulcespalabras.Lamás austeradevota las escucha, incluso cuandonodebaresponder a ellas. Después de haber comenzado de este modo, Rastignacdesgranó su rosario con voz coquetamente sorda; y la señora de NucingenalentabaaEugenioconsonrisasmirandodevezencuandoaDeMarsay,quenoabandonabaelpalcode laprincesaGalathionne.Rastignacpermanecióallado de la señora de Nucingen hasta el momento en que su marido vino abuscarla.

—Señora—ledijoEugenio—,tendréelplacerdeiraverosantesdelbailedeladuquesadeCarigliano.

—Puesto que la señora os invita—dijo el barón, alsaciano, cuyo rostrorubicundo anunciaba unapeligrosa amabilidad—,podéis estar seguro de serbienrecibido.

«Misasuntosvanporbuencaminoporquenosehaasustadoaloírqueledecía: ¿Meamaréis?El caballo llevayaelbocado; saltemosencimadeélygobernémoslo»,díjoseEugenioyendoasaludara laseñoradeBeauséant, lacual se levantaba y se retiraba acompañada de Ajuda. El pobre estudianteignorabaque labaronesaestabaesperandodeDeMarsayunadeesascartasdecisivas que desgarran el alma. Contento de su falso éxito, Eugenioacompañóalavizcondesahastaelperistilo,dondecadacualesperasucoche.

—Vuestroprimoyanosepareceasímismo—dijoelportugués,riendo,alavizcondesacuandoEugenioleshubodejado—.Vaahacersaltar labanca.Es flexible corno una anguila, y creo que llegará lejos. Sólo vos podíaispresentarleunamujerenelmomentoenqueesprecisoconsolarla.

—Pero—dijolaseñoradeBeauséant—hayquesabersiaúnamaaaquelquelaabandona.

El estudiante regresó apiedesde elTeatro Italianohasta la calleNeuve-

Page 88: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Sainte-Geneviève, acariciando los más dulces proyectos. Había observadomuybienlaatenciónconquelaseñoradeRestaudlehabíaexaminado,tantoenelpalcodelavizcondesacomoeneldelaseñoradeNucingen,ysupusoque la puerta de la condesa ya no le sería cerrada en adelante. Así, cuatrorelaciones importantes, porque contaba agradar a la mariscala, iban a serleconquistadas en el corazón de la alta sociedad parisiense. Sin explicarsedemasiadolosmedios,adivinabadeantemanoque,eneljuegocomplicadodelos intereses de este mundo, había de agarrarse a un engranaje para poderencontrarseenloaltodelamáquina.«SilaseñoradeNucingenseinteresapormí,yoleenseñaréagobernarasumarido.Esemaridonegociaconoro,yélpodrá ayudarme a recoger de golpe una fortuna». No se decía todo estocrudamente, ya que no era aún lo suficientemente político para cifrar unasituación,apreciarlaycalcularla;estas ideas flotabanenelhorizontebajo laformadeligerasnubes,yaunquenotuviesenlaasperezadelasdeVautrin,sihubieransidosometidasalcrisoldelaconciencia,nohabríandadonadaquefuese completamente puro. Los hombres llegan, por una sucesión detransaccionesdeestegénero,aestamoralrelajadaqueprofesalaépocaactual,en la que se encuentran más raramente que en ningún otro tiempo esoshombres rectangulares, esas hermosas voluntades que jamás se doblegan almal,para las cuales lamenordesviaciónde la línea rectapareceuncrimen:magníficasimágenesdelaprobidadquenoshanvalidodosobrasmaestras,elAlcestedeMolière,ymásrecientementeJennyDeansysupadre,enlaobradeWalterScott.Talvezlaobraopuesta,lapinturadelassinuosidadesenlasqueunhombredelmundo,unambicioso,hacerodarsuconciencia, tratandodeeludirelmal,conobjetodellegarasufinsalvandolasapariencias,noseríanimenosbellanimenosdramática.

Al llegara supensión,Rastignacyasehabíaenamoradode la señoradeNucingen,quelehabíaparecidoesbeltayelegantecomounagolondrina.Laembriagantedulzuradesusojos,latersurayblancuradelapiel,bajolacualhabíacreídovercircular lasangre,elsonidofascinantedelavoz,susrubioscabellos, todo lo recordaba; y quizá la marcha, al poner la sangre enmovimiento,contribuíaaestafascinación.ElestudiantellamóbruscamentealapuertadepapáGoriot.

—Vecino—ledijo—,hevistoalaseñoraDelfina.

—¿Dónde?

—EnlosItalianos.

—¿Sehadivertido?Entrad—yelbuenhombre,quesehabíalevantadodela cama en camisa, abrió la puerta y volvió a acostarse inmediatamente—.Habladme,pues,deella—lepidió.

Eugenio, que era la primera vez que se hallaba en la habitacióndepapá

Page 89: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Goriot,nopudodominarunmovimientodeestupefacciónalver lasencillezenquevivíaelpadre,despuésdehaberadmiradoellujodelahija.Laventanaestabasinvisillos;elpapelpintado,pegadoen lasparedes, sedesprendíaenvariossitiosporefectodelahumedadydejabaverelyesoamarilloacausadelhumo.Elpobrehombreestabaacostadoenunamalacama,noteníamásqueunadelgadamantayuncubrepiéshechocon trozosdevestidosviejosde laseñoraVauquer.Elsueloestabahúmedoyllenodepolvo.Frentealaventanaveíase una de aquellas viejas cómodas de madera de rosal con el vientreabultado; un viejomueble de tablero demadera sobre el cual se hallaba unpoteconaguaytodoslosutensiliosnecesariosparaafeitarse.Enunrincón,loszapatos;alacabeceradelacama,unamesilladenochesinpuertanimármol;en el ángulo de la chimenea, en la que no había vestigios de lumbre, seencontrabalamesacuadrada,demaderadenogal,cuyabarrahabíaservidoapapáGoriotparadeformarsutazadeplatasobredorada.

Un mal escritorio sobre el cual se hallaba el sombrero del hombre, unsillón de paja y dos sillas completaban aquel mobiliario miserable. El máspobremozode cuerda en subuhardilla estaba ciertamentemejor amuebladoquepapáGoriotencasadelaseñoraVauquer.Elaspectodeaquellahabitacióndabafríoyoprimíaelcorazón;parecíasealaceldamáslóbregadeunacárcel.Afortunadamente, Goriot no vio la expresión que se pintó en la cara deEugeniocuandoéstedejósubujíasobrelamesilladenoche.Elbuenhombresevolviódelotrolado,quedandotapadohastalabarbilla.

—Bien, ¿a quién preferís, a la señora de Restaud o a la señora deNucingen?

—PrefieroalaseñoraDelfina—respondióelestudiante—porqueellaosquieremás.

Aloírestaspalabras,pronunciadasconcálidoacento,elbuenhombresacóelbrazodeentrelaropadesucamayestrechólamanodeEugenio.

—Gracias, gracias —dijo emocionado el anciano—. ¿Qué os ha dicho,entonces,demí?

El estudiante repitió las palabras de la baronesa embelleciéndolas, y elancianoleescuchócomosihubieraoídolapalabradeDios.

—¡Pobreniña!Sí,sí,mequieremucho.PeronocreáisloquehadichodeAnastasia.Lasdoshermanastienencelosunadeotra,¿sabéis?,locualesotrapruebadesucariño.LaseñoradeRestaudmequieretambién.Losé.UnpadreesparaconsushijoscomoDiosparaconnosotros;llegahastaelfondodeloscorazonesyjuzgalasintenciones.Lasdossonigualmenteamorosas.¡Oh!,siyohubiesetenidobuenosyernos,habríasidodemasiadofeliz.Sindudanohayfelicidadcompletaaquíabajo.Siyohubieravividoensucasa,sóloconoírsus

Page 90: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

voces,saberqueestabanallí,verlasir,salir,comocuandoyolasteníaenmicasa,estomehabríahechobrincardealegríaelcorazón.¿Ibanbienvestidas?

—Pero—dijo Eugenio—, señorGoriot, ¿cómo es posible que, viviendovuestrashijascontantolujo,permanezcáisvosensemejantecuchitril?

—Afemía—dijo con aire al parecer indiferente—, ¿dequéme serviríaestar mejor alojado? Apenas puedo explicaros estas cosas; soy incapaz dedecir dos palabras seguidas como es debido. Todo está aquí dentro—dijogolpeándoseelcorazón—.Mividaestáenmisdoshijas.Siellassedivierten,si ellas son felices, si van bien vestidas, si caminan sobre alfombras, ¿quéimportalatelaconqueyovayavestidoycómopuedaserellugarenquemeacueste?Notengofríosiellastienencalor,nomeaburronuncasiellasríen.No tengo más penas que las suyas. Cuando seáis padre; cuando, al oírparlotearavuestroshijos,osdigáis:¡Esohasalidodemí!;cuandosintáisqueesascriaturitastienenvuestramismasangre,delacualsonlafinaflor,creeréisestaradheridoasumismapiel,ossentiréisagitadocuandoelloscaminen.Suvozmerespondepordoquier.Unamiradadeellas,cuandoestriste,mehielalasangre.Undíasabréisqueunosesientemásfelizconlafelicidaddeellosqueconlapropia.Yonopuedoexplicarosesto:setratadeunosmovimientosinteriores que esparcen por todas partes la felicidad. En fin, que vivo tresveces.¿Queréisqueosdigaunacosamuycuriosa?Puesbien,cuandohesidopadre,hecomprendidoaDios.Élsehallaenteroentodaspartes,puestoquelacreaciónhasalidodeél.Señor,yosoyasíconmishijas.SóloqueyoamomásamishijasqueDiosamaelmundoporqueelmundonoestanhermosocomoDios,ymishijassonmáshermosasqueyo.Piensotantoenellas,quemehagustadoquelasvieseisestanoche.¡Diosmío!,unhombrequehicierafelizamipequeñaDelfina,tanfelizcomopuedaserlounamujercuandoesamada,aese tal yo le limpiaría las botas, haría recados para él. He sabido por sudoncellaqueeseDeMarsayesunmalvado.Mehandadoganasderetorcerleel pescuezo. ¡No amar a una alhaja de mujer, una voz de ruiseñor, yproporcionada comounmodelo! ¿Cómo se le ocurrió casarse con ese brutoalsaciano?Lasdossemerecíanunosjóvenesamables.Enfin,obraronsegúnsupropioantojo.

PapáGoriotestabasublime.NuncalehabíapodidoverEugenioiluminadoporlosfuegosdesupasiónpaternal.Algodignodeobservarseeselpoderdeinfusión que poseen los sentimientos. Por grosera que sea una criatura, tanprontocomoexpresaunafectofuerteyverdadero,exhalaunfluidoparticularquemodifica lafisonomía,animaelgesto,colorea lavoz.Amenudoelmásestúpidoser,bajoelesfuerzodelapasión,llegaalamásaltaelocuenciaenlaidea,sinoesenellenguaje,yparecemoverseenunaesferaluminosa.Habíaen aquel momento en la voz, en el gesto de aquel hombre, el podercomunicativo que distingue al gran actor. ¿Pero acaso nuestros hermosos

Page 91: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

sentimientosnosonlaspoesíasdelavoluntad?

—Bien,sindudanoosmolestarásaber—dijoEugenio—quequizávaaromperconDeMarsay.Eseyernolahaabandonadoparatrabaramistadconlaprincesa Galathionne. En cuanto a mí, esta noche me he enamorado de laseñoraDelfina.

—¡Bah!—dijopapáGoriot.

—Sí, yo tampoco le he desagradado a ella.Hemos habladode amor porespaciodeunahorayhedeiraverlapasadomañana,sábado.

—¡Oh!, cuántoosamaríayo, señor, sivos leagradaseisaella.Vos soisbueno,vosnolaatormentaríais.Silatraicionaseis,oscortaríaelcuello.Unamujernotienedosamores,¿sabéis?¡Diosmío!,peroestoydiciendotonterías,señorEugenio.Aquíhacefríoparavos.¡Diosmío!,¿lahabéisoído?¿Quéoshadichoparamí?

—Nada—dijoEugenioparasusadentros—.Mehadicho—respondióenvozalta—queosmandabaunbesofilial.

—Adiós,vecino,quedescanséis,que tengáishermosossueños.QueDiosos proteja en todos vuestros deseos.Habéis sido esta noche como un ángelbueno;metraéiselairedemihija.

—Perohombre—pensóEugeniomientrasseacostaba—;resultarealmenteconmovedor.SuhijanohapensadoenélmásqueenelGranTurco.

Despuésdeestaconversación,papáGoriotvioensuvecinounconfidenteinesperado, un amigo.Habíanse establecido entre ellos las únicas relacionesporlascualesaquelancianopodíaunirseaotrohombre.Laspasionesnosonnunca falsos cálculos. Papá Goriot veíase un poco más cerca de su hijaDelfina, veíase mejor recibido por ella si Eugenio llegaba a gozar de laestimación de la baronesa. Por otra parte, él le había confiado uno de susdolores.LaseñoradeNucingen,alacualmilvecesaldíadeseabalafelicidad,no había conocido las dulzuras del amor. Ciertamente, Eugenio era, paraservirsedesuexpresión,unodelosjóvenesmásamablesqueélhabíavistoensuvida,yparecíapresentirqueledaríatodoslosplaceresdelosqueellahabíaestado privada. El buen hombre tuvo por su amigo una amistad que fue enaumentoysinlacualhabríasidosindudaimposibleconocereldesenlacedeestahistoria.

Alamañanasiguiente,alahoradeldesayuno,laafectaciónconquepapáGoriotmirabaaEugenio,cercadelcualfueasentarse,laspalabrasqueledijo,y el cambio de fisonomía, de ordinario parecida a una máscara de yeso,sorprendieron a los huéspedes de la pensión. Vautrin, que volvía a ver alestudiante por primera vez desde la conversación que habían sostenido,

Page 92: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

parecía querer leer en su alma.Al acordarse del proyecto de aquel hombre,Eugenio, que antes de dormirse había medido, durante la noche, el vastocampoque seabría ante susmiradas,pensónecesariamenteen ladotede laseñoritaTailleferynopudopormenosdemiraraVictorinaconlosojosqueeljoven más virtuoso mira a una rica heredera. Por casualidad sus ojos seencontraron.LapobremuchachanodejódeencontraraEugenioencantadorconsunuevotraje.

La mirada que cambiaron fue lo suficientemente significativa para queRastignac no dudara ser para ella el objeto de aquellos vagos deseos quesiententodaslasjóvenesyqueellasrelacionanconelprimerserseductor.Unavoz le gritaba: ¡Ochocientos mil francos! Pero de pronto volvió a susrecuerdos de la víspera, y pensó que su pasión de encargo por la señora deNucingeneraelantídotocontrasusmalospensamientosinvoluntarios.

—Ayer, en los Italianos, dabanEl barbero deSevilla, deRossini.Nuncahabía oído esa música tan deliciosa—dijo—. ¡Dios mío!, qué hermoso estenerunpalcoenlosItalianos.

Papá Goriot cogió esta palabra al vuelo como un perro capta unmovimientodesudueño.

—Vosotros, los hombres—dijo la señora Vauquer—, podéis hacer todocuantoosdélagana.

—¿Cómohabéisregresado?—preguntóVautrin.

—Apie—respondióEugenio.

—Amí—repuso el tentador— nome gustan los placeres amedias; yoquisierairalláenmicoche,disponerdemipropiopalcoyregresarcontodacomodidad.¡Todoonada!Heahímidivisa.

—Buenadivisa—dijolaseñoraVauquer.

—TalveziréisaveralaseñoradeNucingen—dijoEugenioenvozbajaaGoriot—.Osrecibirá,ciertamente,conlosbrazosabiertos;querrásaberdevosmilpormenoresrespectoamí.Meheenteradoqueharía todoloposibleporser recibida en casa de mi prima, la señora vizcondesa de Beauséant. Noolvidéis decirle que la quiero demasiado para no pensar en procurarle estasatisfacción.

RastignacsefueenseguidaalaEscueladeDerecho;queríaestarelmenortiempoposibleenaquellaodiosacasa.Estuvopaseandocasitodoeldía,presade esa fiebremental que han conocido los jóvenes afectados de esperanzasdemasiadovivas.LosrazonamientosdeVautrinlehacíanreflexionarsobrelavidasocialenelmomentoenqueencontróasuamigoBianchoneneljardíndeLuxemburgo.

Page 93: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Dedóndehassacadoeseaspectotanserio?—ledijoelestudiantedemedicinacogiéndoledelbrazoparapasearsedelantedelpalacio.

—Estoyatormentadopormalasideas.

—¿Dequéclase?Lasideascuran,¿sabes?

—¿Dequémodo?

—Sucumbiendoaellas.

—Túteríessinsaberdeloquesetrata.¿HasleídoaRousseau?

—Sí.

—¿RecuerdaselpasajeenquepreguntaallectorquéharíaenelcasodequepudieraenriquecersematandoenlaChina,porsusolavoluntad,aunviejomandarín,sinmoversedeParís?

—Sí.

—¿Ybien?

—¡Bah!Yavoypormimandarínnúmerotreintaytres.

—Nobromees.Vamos,sisetedemostraraquelacosaesposibleyquetebastaconungesto,¿quéharías?

—¿Esviejoelmandarín?Pero¡bah!,jovenoviejo,paralíticoogozandodebuenasalud,afemíaque…¡Diantre!Pues…no.

—Eres un buenmuchacho,Bianchon. Pero ¿y si tú amases a unamujerhasta el punto de volverte por ella el alma del revés, y necesitases dinero,muchodineroparasu«toilette»,parasucoche,paratodossuscaprichos?

—Perotúmeestásrobandolarazónyaúnquieresquerazone.

—Bien, Bianchon, yo estoy loco; cúrame. Tengo dos hermanas que sonángeles de belleza, de candor, y quiero que sean felices. ¿Dónde encontrardoscientosmilfrancosparasudotedeaquíacincoaños?Hay,¿sabes?,enlavida circunstancias en las que es preciso jugar fuerte y no malgastar sufelicidadganandocéntimotrascéntimo.

—Pero tú planteas la cuestión que se encuentra en la entrada de la vidaparatodoelmundoyquierescortarelnudogordianoconlaespada.ParaobrarasíesprecisoserAlejandro;delocontrario,vaunoapresidio.Encuantoamí,mecontentocon lapequeñaexistenciaquemecrearéen laprovincia,dondesucederé buenamente a mi padre. Los afectos del hombre se satisfacen tancabalmente en el círculomáspequeñocomoenuna inmensa circunferencia.Napoleónnocenabadosvecesynopodíatenermásamantesquelasquetomaun estudiante de medicina cuando es interno en los Capuchinos. Nuestra

Page 94: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

felicidad,amigomío,tendrásiemprecabidaentrelaplantadenuestrospiesynuestro occipucio; y tanto si cuesta un millón al año como cien luises, lapercepciónintrínsecaeslamismaenelinteriordenosotros.

—Gracias; acabas de hacerme un bien, Bianchon. Seremos siempreamigos.

—Oye—repusoelestudiantedemedicina—,alsalirdelaclasedeCuviereneljardínBotánicoacabodeveralaMichonneauyaPoiret,sentadosenunbanco,charlandoconunseñoralque,durantelosdisturbiosdelañopasado,vienlosalrededoresdelaCámaradelosDiputados,yquemehizoelefectodeserunagentedepolicíadisfrazadodehonradoburguésquevivedesusrentas.Estudiemosesapareja:yatediréelporqué.Adiós,tengoqueirme.

Cuando Eugenio volvió a la pensión halló a papá Goriot que le estabaesperando.

—Mirad—dijoelbuenhombre—,ahítenéisunacartadeella.

Eugenioabrióelsobreyleyólacarta.

«Caballero,mipadremehadichoqueosgustaba lamúsica italiana.Mesentiría muy halagada si aceptaseis un asiento en mi palco. El sábadotendremosa laFodoryaPellegrini,yestoyseguradequeno rehusaréis.ElseñordeNucingenseuneamípararogarosquevengáisacomerconnosotros,sinceremonia.Siaceptáis,osagradeceráelnotenerquecumplirconsudeberdeacompañarme.Nomecontestéis;venid,osespero.Ossaluda,D.deN.».

—Enseñádmela—dijo papáGoriot aEugenio cuando éste hubo leído lamisiva—.Veis, ¿no es cierto?—añadió después de haber olido el papel—.Huelemuybien.Esporquesusdedoshantocadoelpapel.

—Unamujer—pensaba el estudiante—no se entrega de talmodo a unhombre. Quiere servirse de mí para atraer de nuevo a DeMarsay. Sólo eldespechoimpulsaahacerestascosas.

—Bueno—dijopapáGoriot—,¿enquéestáispensando?

Eugenionoconocíaeldeliriodevanidaddequeciertasmujereseranpresaenaquelmomento,eignorabaqueparaabrirseunapuertaenelbarriodeSanGermán lamujer de un banquero era capaz de todos los sacrificios. En esaépoca,lamodaempezabaaponerporencimadetodaslasmujeresaaquellasque eran admitidas en la sociedad del barrio de San Germán, llamadas lasdamasdelPetit-Château,entrelascualeslaseñoradeBeauséant,suamigaladuquesaleLangeaisyladuquesadeMaufrigneuseocuparanelprimerrango.SóloRastignacignorabaelfurorquesehabíaapoderadodelasmujeresdelaChaussée-d'Antin por entrar en el círculo superior en el que brillaban lasconstelaciones de su sexo. Pero la desconfianza le fue de utilidad, le dio

Page 95: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

frialdad e indiferencia y el triste poder de poner condiciones en lugar derecibirlas.

—Sí,iré—respondió.

Así, la curiosidad le llevaba hacia la casa de la señora de Nucingen,mientrasquesiaquellamujerlehubieradesdeñado,quizálehabríaconducidoaellalapasión.Sinembargo,aguardóaquellegaraeldíasiguienteylahorade partir con cierta impaciencia. Para un joven, en su primera intriga existequizá tanto encanto como en un primer amor. La seguridad de salir airosoengendra mil placeres que los hombres no confiesan y que constituyen elencantodealgunasmujeres.

El deseo no nacemenos de la dificultad que de la facilidad del triunfo.Todas las pasiones de los hombres se hallan ciertamente excitadas omantenidas por una u otra de estas dos causas, que dividen el imperioamoroso.Quizásestadivisiónesunaconsecuenciadelagrancuestióndelostemperamentos, que domina, por más que se diga, la sociedad. Si losmelancólicos tienen necesidad del tónico de las coqueterías, quizá losnerviosos o sanguíneos se alejan si la resistencia dura demasiado. En otrostérminos,laelegíaestanesencialmentelinfáticacomobiliosoeselditirambo.MientrasEugenio se estabavistiendo saboreó todos estospequeñosplaceresde los que no se atreven a hablar los jóvenes por temor a que se burlen deellos,peroquehalaganelamorpropio.Sepeinabapensandoquelamiradadeuna hermosamujer se deslizaría bajo sus negros rizos. Permitiósemonadasinfantilescomolasquehabríahechounajovenmientrassearreglabaparairalbaile.Contemplóalespejoconagradosuesbeltacintura.Porsupuesto,sedijo,quehayotrosmuchomenoselegantesqueyo.Luegobajóenelmomentoquetodosloshuéspedesdelapensiónsehallabanalamesa,yrecibióalegrementelaovacióndetonteríasquesuaspectoelegantesuscitó.Unrasgopropiodelascostumbresdelaspensioneseselasombroqueexcitaunapersonacuandovabienarreglada.Nadieseponeuntrajenuevosinquecadacualdigalasuya.

—Kt,kt,kt,kt—hizoBianchon,haciendochasquear la lenguacontrasupaladar,comoparaexcitaruncaballo.

—Estáiselegantecomounduqueounpar—exclamólaseñoraVauquer.

—¿Elseñorsaledeconquista?—preguntólaseñoritaMichonneau.

—¡Kikirikí!—gritóelpintor.

—Saludosavuestraseñoraesposa—dijoelempleadodelMuseo.

—¿Elseñortieneesposa?—preguntóPoiret.

—Unaesposadecompartimientos,quevaporencimadelagua,decolorgarantizado,deprecioscomprendidosentreveinticincoycuarenta,dibujosa

Page 96: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

cuadrosdeúltimamoda,susceptibledeserlavada,mitadhilo,mitadalgodón,mitadlana,quecuraeldolordemuelasyotrasenfermedadesaprobadasporlaAcademiaRealdeMedicina;excelente,porotraparte,para losniños;mejoraúncontralosdoloresdecabeza,enfermedadesdelesófago,delosojosydeloído—exclamóVautrin convolubilidad cómicay el aire deunoperador—.Pero ¿cuánto vale esamaravilla?,mediréis, caballos. ¡Dos sueldos!No.Enabsoluto.SetratadeunrestodeseriehechoenelGranMogolyquetodoslossoberanosdeEuropa,incluyendoalduquedeBade,hanqueridover.Entradypasad a la tienda. ¡Música! ¡Bum, la, la, trin! ¡La, la, bum, bum!Señor delclarinete,desafinas—añadióconvozronca—;voyadarteenlosdedos.

—¡Diosmío!,quésimpáticoesesehombre—dijolaseñoraVauqueralaseñoraCouture—;nuncamecansaríadeoírle.

Enmediodelasrisasydelasbromasdelasqueestecómicodiscursofueel comienzo, Eugenio pudo captar lamirada furtiva de la señorita Taillefer,queseinclinósobrelaseñoraCouture,aloídodelacualdijoalgunaspalabras.

—Ahíestáelcabriolé—dijoSilvia.

—¿Adóndeva,pues,acomer?—preguntóBianchon.

—AcasadelabaronesadeNucingen.

—LahijadelseñorGoriot—respondióelestudiante.

Al oír este nombre, las miradas se posaron en el antiguo fabricante defideos,quecontemplabaaEugenioconunaespeciedeenvidia.

RastignacllegóalacalleSaint-Lazare,aunadeaquellascasasligeras,decolumnas delgadas y pórticosmezquinos que constituyen lo lindo en París,una verdadera casa de banquero, llena de rebuscados detalles costosos.EncontróalaseñoradeNucingenenunsaloncitoconpinturasitalianas,cuyadecoraciónparecíaladeloscafés.

La baronesa estaba triste. Los esfuerzos que hizo por disimular su penainteresaronaEugeniotantomásvivamentecuantoquenohabíaenellosnadadefingido.Queríaalegraraunamujerconsupresencia,ylaencontrabapresadeladesesperación.Estacontrariedadhiriósuamorpropio.

—Tengo pocos derechos a vuestra confianza, señora—dijo después dehaberla atormentado queriendo averiguar el motivo de su preocupación—;peroencasodequevinieraamolestaros,cuentoconvuestrabuenafeparaquemelodijeraiscontodafranqueza.

—Quedaos —dijo la joven—; estaría sola si os marchaseis. Nucingencomefueradecasaynoquisieraquedarmesola.Necesitodistraerme.

—Pero¿quéosocurre?

Page 97: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Vosseríaislaúltimapersonaaquienselodiría—exclamólaseñoradeNucingen.

—Quierosaberlo,yaquedebodetenerpartedealgúnmodoenesesecreto.

—¡Esposible!Perono—repuso—;setratadequerellasdelhogarquehandesersepultadasenelcorazón.¿Noos lodecíaanteayer?Nosoyfeliz.Lascadenasdeorosonlasmáspesadas.

Cuandounamujer lediceaun jovenqueesdesgraciada, siese jovenesinteligente,elegante,sitieneenelbolsillomilquinientosfrancosdeociosidad,debepensarloquesedecíaasímismoEugenio,ysevuelvefatuo.

—¿Quépodéisdesear?—respondió—.Soishermosa,joven,amada,rica.

—Nohablemosdemí—dijo la jovenconun tristegesto—.Comeremosjuntos e iremos a oír la músicamás deliciosa. ¿Soy de vuestro agrado?—añadió levantándose y mostrándole su vestido de cachemira blanco condibujospersas,muyelegante.

—Quisieraquefueseistodaparamí—dijoEugenio—.Soisencantadora.

—Tendríais una triste propiedad—dijo la señoradeNucingen sonriendoconamargura—.Nadaaquíosanuncialadesgracia,ysinembargo,apesardelasapariencias,estoydesesperada.Mispenasmequitanelsueño,mepondréfea.

—¡Oh!,esoesimposible—dijoelestudiante—.Peroestoyintrigadoporconoceresaspenasque,alparecer,unamorabnegadoseríaincapazdeborrar.

—¡Oh!,sioslasconfesasehuiríaisdemí.Vosnomeamáistodavíamásque por una galantería que es corriente en los hombres; pero sime amaseismucho caeríais en una terrible desesperación. Ya veis que debo callar. Porfavor,hablemosdeotracosa.Venidavermisapartamentos.

—No, quedémonos aquí —respondió Eugenio sentándose en un diván,delantedelachimenea, juntoa laseñoradeNucingen,cuyamanotomóconconfianza.

Ella se ladejó tomare incluso la apoyóen ladel jovenporunodeesosmovimientosdefuerzaconcentradaquerevelanintensasemociones.

—Escuchad—le dijo Rastignac—; si tenéis penas, debéis confiármelas.Quierodemostrarosqueosquieroporvosmisma.Omehabláisymecontáisvuestrascuitasparaquepuedadisiparlas,aunqueparaellotuvieraquemataraseishombres,osaldrédeaquíparanovolver.

— ¡Bien!—exclamó, con un pensamiento de desesperación que le hizodarse un golpe con la mano en la frente—, ahora mismo voy a poneros aprueba.

Page 98: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Dichoesto,tiródelcordóndelacampanilla.

—¿Estádispuestoelcochedelseñor?—preguntóasuayudadecámara.

—Sí,señora.

—Voyautilizarlo.Alseñorledaréiselmíoymiscaballos.Noserviréislacomidahasta lassiete.Vamos—dijoaEugenio,elcualcreyóestar soñandocuandoseencontróenelcupédelseñordeNucingenalladodeaquellamujer.

—AlPalacioReal—dijoalcochero—,cercadelTeatroFrancés.

Duranteelcaminoparecióagitada,ynegóseacontestaralasmilpreguntasque lehizoEugenio,quiennosabíaquépensardeaquella resistenciamuda,compacta,obtusa.

—Enunmomentosemeescapa—decíaseeljoven.

Cuando el coche paró, la baronesa miró al estudiante con un aire queimpusosilencioasuslocaspalabras.

—¿Deverasmeamáis?—preguntólelaseñoradeNucingen.

—Sí—respondióEugeniodisimulandolainquietudqueleembargaba.

—¿Nopensaréisnadamalodemí,fueraloquefueseloqueospidiera?

—No.

—¿Estáisdispuestoaobedecerme?

—Ciegamente.

— ¿Habéis ido alguna vez a una casa de juego?—preguntóle con voztrémula.

—Jamás.

—¡Ah!,entonces respiro.Seréis feliz.Tomad,aquí tenéismibolsa.Haycienfrancos;estodoloqueposeeestamujertandichosa.Subidaunasaladejuego;nosédóndeestán,peroséquelashayenelPalacioReal.Arriesgadloscienfrancosenunjuegoquellamanlaruletayperdedlotodootraedmeseismilfrancos.Alregresooscontarémispenas.

—Queeldiablomellevesientiendoalgodeloquedebohacer,perovoyaobedeceros —dijo con una gran alegría producida por el siguientepensamiento:«Secomprometeconmigo;nopodránegarmenada».

Eugeniocogelahermosabolsaycorrealnúmeronuevedespuésdehaberhechoqueuncomerciante le indicase lacasade juegomáspróxima.Subeaella, deja que le cojan el sombrero y pregunta dónde está la ruleta.Ante elasombrodeloscontertulios,elencargadodelasalalellevajuntoaunalarga

Page 99: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

mesa.Eugenio,seguidodetodoslosespectadores,preguntasinrebozodóndehayquehacerlaapuesta.

—Sicolocáisun luisenunosolodeestos treintayseisnúmeros,y sale,tendréis treinta y seis luises —le dijo un anciano respetable de cabellosblancos.

Eugenioechaloscienfrancosenlacifradesuedad,veintiuno.Ungritodesorpresa resuenasinqueél sedécuentade loqueocurre.Habíaganadosinsaberlo.

—Retiradvuestrodinero—lediceelanciano—;noseganadosvecesconesesistema.

Eugenioretiralostresmilseiscientosfrancos,ysinsabertodavíanadadeaquel juego, los coloca sobre el rojo.Los contertulios lemiran con envidia,viendoquesiguejugando.Giralarueda,vuelveaganar,yelbanqueroleechaotrostresmilseiscientosfrancos.

—Tenéisyasietemildoscientosfrancos—ledicealoídoelseñoranciano—.Siqueréishacermecaso,osmarcharéis;elrojohapasadoochoveces.Sisoiscaritativo,reconoceréisestebuenavisoaliviandolamiseriadeunantiguoprefectodeNapoleónqueseencuentraenlaúltimanecesidad.

Rastignac, perplejo, se deja coger diez luises por el hombre de cabelloblanco,ysalealacalleconlossietemilfrancos,sincomprendertodavíanadadeaqueljuego,peroasombradodesubuenasuerte.

—¡Bien!,¿adóndevaisallevarmeahora?—dijomostrandolossietemilfrancos a la señora de Nucingen cuando la portezuela del coche estuvocerrada.

Delfina le estrechó entre sus brazos con un abrazo loco y le besóvivamente,perosinpasión.

—¡Mehabéissalvado!

Porsusmejillascorríanlágrimasdealegría.

—Voyacontároslotodo,amigomío.Seréismiamigo,¿noescierto?Meveis rica,opulenta,nadame faltaoparecequenome faltanada.Puesbien,sabedqueel señordeNucingennomedejadisponerdeunsolocéntimo:élpaga toda la casa,mis coches,mispalcos;measignaparami«toilette»unasuma insuficiente; me reduce, por cálculo, a una secreta miseria. Soydemasiadoorgullosaparaimplorarle.¿Noseríaacasolaúltimadelascriaturassiyotomasesudineroalprecioqueélquierevendérmelo?

¿Cómo, yo, rica de setecientosmil francos,me he dejado despojar? Pororgullo,porindignación.Somostanjóvenes,taningenuascuandoiniciamosla

Page 100: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

vidaconyugal.Lapalabraconlacualeraprecisoqueyopidiesedineroamimaridomedesgarraba la boca; nuncame atreví a hacerlo, y fui gastando eldinerodemiseconomíasyelquemedabamipobrepadre;luegoquedéllenadedeudas.Elmatrimonioesparamí lamáshorriblede lasdecepciones;nopuedo hablaros de ello: básteos saber que me arrojaría por la ventana sihubiera de vivir conNucingen de otromodo que no fuese con habitacionesseparadas.Cuandohasidoprecisodeclararlemisdeudas,deudasdejoyas,decaprichos (mi pobre padre nos había acostumbrado a no negarnos nada), hepasado un verdadero calvario; pero al fin encontré el valor para decírselo.¿Acasonoteníaunafortunaqueeramía?Nucingensehaencolerizado,mehadichoque yo le arruinaría, ha dichobarbaridades.Yohabría querido estar acien pies bajo tierra. Como él había tomado mi dote, ha pagado; peroestipulandoparalosucesivo,paramisgastospersonales,unapensiónalaquemeheresignado,conobjetodetenerpaz.Después,yoquiseresponderalamorpropiodeunoquevosconocéis—dijolaseñoradeNucingen—.Aunquehayasidoengañadaporél,deboreconocerlanoblezadesucarácter.Peroalfinmehaabandonadodeunmodoindigno.Unonodeberíaabandonarnuncaaunamujeralaque,enunmomentodeapuro,selehadadounmontóndeoro.Unodebeamarlasiempre.Vos,hermosaalmadeveintiúnaños;vos,jovenypuro,mepreguntaréiscómopuedeunamujeraceptarorodeunhombre.¡Diosmío!,¿noesnaturalcompartirlotodoconelseralquedebemoslafelicidad?Cuandolos amantes se lo han dado todo, ¿quién podría preocuparse por una partepequeñadeese todo?Eldinerosólosignificaalgoenelmomentoenqueelsentimientoyanoexiste.¿Noseencuentraunoatadoportodalavida?¿Quiéndenosotrosprevéunaseparaciónalcreerseamado?

Vosotrosnosjuráisamoreterno;¿cómo,entonces,tenerinteresesdistintos?Vos no sabéis lo que he sufrido hoy cuando Nucingen se ha negadorotundamenteadarmeseismilfrancos,élqueselosdatodoslosmesesasuamante, una corista de la Opera. Yo quería matarme. Las ideas más locascruzabanpormiimaginación.Hubomomentosenqueenvidiabalasuertedeuna criada, de mi doncella. Ir a encontrar a nuestro padre, ¡qué locura!Anastasia y yo le hemos arruinado: mi pobre padre se habría vendido sipudieravalerseismilfrancos.Yohabría idoadesesperarleenvano.Vosmehabéis salvado de la vergüenza y de lamuerte; estaba ebria de dolor. ¡Ah!,caballero, yo os debía esta explicación: he sido una insensata para con vos.Cuandome habéis dejado, y os he perdido de vista, yo quería huir a pie…¿Adónde?Nolosé.HeaquílavidadelamitaddelasmujeresdeParís:lujoexterior, cueles preocupaciones en el alma. Conozco a pobres criaturas aúnmás desdichadas que yo. Hay mujeres que se ven obligadas a decir a susproveedoresqueleshaganfacturasfalsas.Otrastienenquerobarasuscriados:los unos roen que unas cachemiras de cien luises se dan por quinientosfrancos, los otros que una cachemira de quinientos francos vale cien luises.

Page 101: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Hayalgunaspobresmujeresquehacenayunarasushijosysisanparapodercomprarseunvestido.Yoestoy limpiade talesodiososengaños.Heaquímiúltima angustia. Si algunas mujeres se venden a sus maridos para podergobernarles, yo, por lo menos, soy libre. Podría hacerme cubrir de oro porNucingenyprefierollorarconlacabezaapoyadaenelcorazóndeunhombreal que pueda apreciar. ¡Ah!, esta noche el señor De Marsay no tendrá elderechodemirarmecomoaunamujeralacualhapagado.

Diciendo esto, la señora deNucingen se cubrió el rostro con lasmanosparanomostrarsuslágrimasaEugenio,quienleapartólasmanosparapodercontemplarsucara.Estabasublime.

—Mezclareldineroconlossentimientos,¿noesalgohorrible?—añadiólajoven—.Vosnopodréisamarme.

Estamezcladebuenossentimientos,quehacentangrandesalasmujeres,y de faltas que la actual constitución de la sociedad les hace cometer,conmovióaEugenio,quedecíapalabrasdulcesyconsoladoras,admirandoaaquellabellamujer,taningenuamenteimprudenteensugritodedolor.

— ¿No usaréis esto como un arma contra mí? —dijo la señora deNucingen—.Prometédmelo.

—¡Ah,señora!Soyincapazdeello—respondióEugenio.

Ellalecogiólamanoylapusosobresucorazónconunmovimientollenodegratitudyafecto.

—Graciasavosvuelvoaserlibreyfeliz.Vivíaoprimidaporunamanodehierro.Ahoraquierovivirsencillamente,singastarnada.Osagradarétalcomovoy a ser de ahora en adelante, ¿verdad, amigo? Quedaos con esto—dijo,tomando solamente seis billetes de banco—. En conciencia os debo milescudos,porquemeconsiderocomosifueraamediasconvos.

Eugenio se defendió como una virgen. Pero tomó el dinero al decirle labaronesa:

—Osconsiderarécomomienemigosinosoismicómplice.

—Lopondremoscomodepósitoparacasodedesgracia—dijo.

—Heaquílapalabraquetantotemía—exclamólajovenpalideciendo—.Siqueréisqueseaalgoparavos,juradme—ledijo—quenovolveréisnuncamásaljuego.¡Diosmío!¡Corromperosyo!Memoriríadepena.

Habíanllegado.Elcontrastedeestamiseriaydeestaopulenciaaturdíaalestudiante,encuyosoídosresonabanlassiniestraspalabrasdeVautrin.

—Venid—dijolabaronesaentrandoensuhabitaciónyseñalandoundivánjuntoalachimenea—,voyaescribirunacartamuydifícil.Aconsejadme.

Page 102: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Noescribáis—ledijoEugenio—;ponedlosbilletesdentrodeunsobre,ponedlasseñasyenviadlospormanolevuestradoncella.

—¡Perosisoisunsol!—exclamólabaronesa—.¡Ved,señor,loquevaleel haber recibido una buena educación! Eso es Beauséant puro —añadiósonriendo.

—Esencantadora—pensóEugenio,másenamoradocadavez.Miróhaciaaquella estancia, en la que se respiraba la voluptuosa elegancia de una ricacortesana.

—¿Osgusta?—dijollamandoconlacampanillaasudoncella—.Teresa,llevad esto al señor De Marsay y entregádselo personalmente. Si no leencontráis,metraeréisdenuevolacarta.

Teresapartió,nosinanteshaberlanzadounamaliciosamiradaaEugenio.Lacomidaestabaservida.RastignacdioelbrazoalaseñoradeNucingen,lacuallecondujoauncomedordelicioso,dondevolvióaencontrarellujoquehabíaadmiradoencasadesuprima.

—Los días en que haya función en los Italianos —dijo la baronesa—vendréisacomeramicasaynosacompañareis.

—Meacostumbraríaaestadulcevidasihabíadedurar;perosoyunpobreestudiantequehadehaceraúnsufortuna.

—Yasehará—ledijoriendolabaronesa—;yaveiscomotodosearregla:noesperabasertanfeliz.

Espropiode lanaturalezafemeninaeldemostrar lo imposiblepormediodeloposibleydestruirloshechospormediodelospresentimientos.CuandolaseñoradeNucingenyRastignacentraronensupalcodelosBouffons,ellaaparecía con aire de satisfacción que la hacía tan hermosa, que todos sepermitieronaquellaspequeñascalumniascontralascualeslasmujerescarecendedefensayqueamenudohacencreerendesórdenesinventados.CuandoseconoceParís,nosecreenadadeloquesediceynosedicenadadeloquesehace.

Eugeniocogiólamanodelabaronesa,yambossehablaronpormediodepresiones más o menos intensas, comunicándose las sensaciones que lesproducía la música. Para ellos, aquella velada fue embriagadora. Salieronjuntos,y la señoradeNucingenquisoacompañar aEugeniohasta elPuenteNuevo, disputándole, durante todo el camino, uno de los besos que ella lehabía prodigado tan calurosamente en el Palacio Real. Eugenio le reprochóestainconsecuencia.

—Antes —respondió la joven— era gratitud por una abnegacióninesperada;ahoraseríaunapromesa.

Page 103: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Ynoqueréishacermeninguna,ingrata.

Eugenio se enfadó. Con uno de aquellos gestos de impaciencia queencantanaunamante,labaronesalediolamanoparaqueselabesara.

—Hastaellunes,enelbaile—ledijo.

Mientras regresaba a pie, con una noche de luna, Eugenio se hallabasumidoengravesreflexiones.Estabaalavezcontentoydescontento:contentodeunaaventuracuyoprobabledesenlacelebrindabaunadelasmásbellasyelegantesmujeresdeParís,objetodesusdeseos;descontentodeverfrustradossus proyectos de fortuna, y fue entonces cuando sintió la realidad de lospensamientosindecisosalosquesehabíaentregadodosdíasantes.Lafaltadeéxitonosrevelasiempreelpoderdenuestraspretensiones.CuantomásgozabaEugeniodelavidaparisiense,tantomenosqueríapermaneceroscuroypobre.Manoseaba su billete de mil francos en el bolsillo, haciéndose milrazonamientoscapciososparaapropiárselo.FinalmentellegóalacalleNeuve-Sainte-Geneviève, y cuando estuvo en lo alto de la escalera, vio una luzencendida. PapáGoriot había dejado la puerta abierta y encendida su bujíaparaqueelestudiantenoseolvidasedecontarlesuhija,segúnsuexpresión.Eugenionoleocultónada.

—Pero—exclamó papá Goriot en un violento y desesperado acceso decelos—ellasmecreenarruinado:todavíatengomiltrescientaslibrasderenta.¡Diosmío! ¡Pobrepequeña!,¿porquénoveníaaverme?Yohabríavendidomisrentas,habríamostomadodelcapitalycondrestoyomehabríahechounvitalicio.¿Porquénovinisteisacomunicarmeelapuroenqueseencontraba,mi buen vecino? ¿Cómo habéis tenido valor para arriesgar en el juego susúnicoscienfrancos?Estomeparteelalma.Vedloquesonlosyernos.¡Oh!,sipudiera, lesestrangularíaconmispropiasmanos.¡Diosmío!¿Halloradomihija?

—Conlacabezaapoyadaenmichaleco—dijoEugenio.

—¡Oh!,dádmelo—dijopapáGoriot—.Habráquedadoenéllahuelladesuslágrimas, lágrimasdemiqueridaDelfina,quenuncallorabasiendoniña.¡Oh!,yaoscompraréotro;nolollevéis,dejádmelo.Mihija,segúnsucontrato,debedisfrutardesusbienes.¡Ah!,iréaveraDerville,unprocurador,apartirdemañana.Voyaexigir la imposicióndesufortuna.Conozcolasleyes;soyunviejolobo,yvoyarecobrarmisdientes.

—Tomad —dijo el estudiante—; aquí tenéis mil francos que ella haqueridodarmeporloquehemosganado.Guardádselosenelchaleco.

GoriotmiróaEugenio,letendiólamanoparacogerlasuya,sobrelacualdejócaerunalágrima.

Page 104: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Vostriunfaréisenlavida—ledijoelanciano—.Diosesjusto,¿sabéis?Yoséloqueeslahonradez,ypuedoasegurarosquehaypocoshombresqueseparezcan a vos. ¿Queréis, pues, ser mi hijo querido? Id a dormir. Podéisdormirporquetodavíanosoispadre.Ellahallorado,ymeenterodeestoyo,queestabatranquilamentecomiendocomounimbécilmientrasellasufría;yo,¡quevenderíaalPadre,alHijoyalEspírituSantoparaevitarunalágrimaalasdos!

—A femía—decíase Eugenio al acostarse—, creo que seré un hombrehonrado toda mi vida. Se encuentra un gran placer en obedecer lasinspiracionesdelaconciencia.

QuizásóloaquellosquecreenenDioshacenelbienensecreto,yEugeniocreíaenDios.

Aldíasiguiente,a lahoradelbaile,Rastignacfueacasade laseñoradeBeauséant,quienselollevóparapresentárseloaladuquesadeCarigliano.Fueacogido delmodomás cordial por lamariscala, en cuya casa encontró a laseñoradeNucingen.DelfinasehabíaarregladoconlaintencióndeagradaratodosparamejoragradaraEugenio,dequienesperabaimpacienteunamirada,creyendodisimularsuimpaciencia.Paraquiensabeadivinarlasemocionesdeunamujer,estemomentoestállenodedelicias.¿Quiénnosehacomplacidoamenudoenhaceresperarsuopinión,endisimularcoquetamentesuplacer,enbuscarconfesionesenlainquietudqueunoocasiona,engozardetemoresqueunodisiparáconunasonrisa?Duranteaquellafiesta,elestudiantemidiódeunsologolpeelalcancedesuposiciónycomprendióqueocupabaenelmundounaposiciónimportantealserprimodelaseñoradeBeauséant.Laconquistade la señora baronesa de Nucingen, que la gente ya le atribuía, le hacíadestacardetalmodo,quetodoslosjóveneslelanzabanmiradasdeenvidia;alsorprenderunadeestasmiradas,saboreólosprimerosplaceresdelafatuidad.Alpasardeunsalónaotro,alatravesarlosgrupos,oyóalabarsusuerte.Lasmujeres le predecían éxitos todas ellas. Delfina, temiendo perderle, leprometióquenolenegaríaporlanocheelbesoquetantoempeñohabíapuestoen no darle dos días antes. En aquel baile, Rastignac recibió variasinvitaciones.Fuepresentadoporsuprimaaalgunasmujeres,todaslascualesteníanpretensionesdeelegancia,ycuyascasaspasabanporagradables;viose,arrojadoalmundomásgrandeyhermosodeParís.Aquellavelada,pues,tuvoparaéllosencantosdeunbrillantedebut,yhabíadeacordarsedeellahastaenlosdíasdelaancianidad,comounamuchachaseacuerdadelbaileenelqueobtuvo triunfos. Al día siguiente, cuando, durante el desayuno, contó suséxitosapapáGoriotdelantede loshuéspedes,Vautrincomenzóasonreírdeunmododiabólico.

—¿Ycreéis—exclamóaquellógicoferoz—queunjovendemodapuedevivir en la calle Neuve-Sainte-Geneviève, en Casa Vauquer, pensión

Page 105: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

infinitamente respetablepor todosconceptos,ciertamente,peroquenoesenmodo alguno una pensión elegante? Es hermosa en su abundancia, estáorgullosa de ser la mansión provisional de un Rastignac; pero, después detodo, está en la calle Neuve-Sainte-Geneviève, y no sabe lo que es el lujo,porque es puramente patriarcalorama. Mi joven amigo—prosiguió Vautrincon aire paternalmente burlón—, si queréis triunfar en París necesitáis trescaballosyuntílburiporlamañanayuncupéporlatarde,entotalmilfrancosporelvehículo.Seríaisindignodevuestrodestinosinogastaseismásquetresmilfrancosencasadevuestrosastre,seiscientosfrancosenelperfumista,cienescudosenelzapateroycienescudosenelsombrerero.Encuantoavuestralavandera,oscostarámilfrancos.Losjóvenesdemodanopuedenprescindirdel asunto de la ropa blanca: ¿no es acaso lo que conmayor frecuencia seexamina en ellos? El amor y la iglesia quieren bellos manteles sobre susaltares.Estamosacatorcemil.Nooshablodequeperderéisenel juego,enapuestas, en regalos; yo he llevado esa clase de vida, y la conozco bien.Añadidaesasnecesidadesprimerastrescientosluisesparaelpiensoymilparael alojamiento. Vamos, hijo mío, o contamos con veinticinco mil al año ohacemosel ridículoyperderemosnuestroporvenir, nuestros éxitos,nuestrasamantes.Meolvidabadelayudadecámarayellacayo.¿SeráCristóbalelquellevará vuestras tiernas misivas? ¿Las escribiréis en el papel que usáis?Equivaldría a suicidaros. Creed a un viejo lleno de experiencia —agregóhaciendo un rinforzando en su voz de bajo—. O vais a desterraros a unahumildebuhardillayoscasáisconeltrabajo,otomáisotrocamino.

YVautringuiñóelojomirandohacialaseñoritaTailleferdeunaformaquerecordó y resumió con esta mirada los razonamientos seductores que habíasembrado en el corazón del estudiante para corromperlo. Varios díastranscurrieronduranteloscualesllevóRastignaclavidamásdisipada.Comíacasi todos los días con la señora de Nucingen, a la que acompañaba ensociedad.

Regresabaalastresolascuatrodelamadrugada,selevantabaamediodíaparaasearse,ibaapasearalBosquedeBoloniaconDelfinacuandohacíabuentiempo,prodigandoasísu tiemposinsaberelpreciodelmismo,yaspirandotodas las enseñanzas, todas las seducciones del lujo con el ardor que seapodera del impaciente cáliz de una palmera datilera hembra para el polvofecundante de su himeneo. Jugaba fuerte, perdía o ganaba mucho y acabóhabituándose a la vida exorbitante de los jóvenes de París. Al obtener susprimerasganancias,habíaenviadomilquinientosfrancosasumadreyasushermanas, acompañando su restitución de ricos presentes. Aunque habíamanifestadosuintencióndeabandonarlaCasaVauquer,seencontrabatodavíaenelladurantelosúltimosdíasdelmesdeenero,ynosabíacómosalirdeella.Los jóvenes se hallan sometidos casi todos a una ley en aparienciainexplicable,perocuyarazónprovienedesumismajuventudydelaespecie

Page 106: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

defurorconlaqueseentreganalplacer.Ricosopobres,nuncatienendineropara lasnecesidadesde lavida,en tantoque loencuentransiempreparasuscaprichos.Pródigosdetodoloqueseobtieneacrédito,sonavarosdetodoloque se paga en el instantemismo, y parecen vengarse de lo que no tienen,disipandotodoloquepuedentener.Así,paraexponerlacuestióndeunmodoclaro,unestudiantesepreocupamuchomásporsusombreroqueporsutraje.Laenormidaddelagananciahacealsastreesencialmentefiador,mientrasquelomódico de la suma hace del sombrerero uno de los seresmás intratablesentreloscualesseveobligadoamantenerrelaciones.Sieljovenofreceenunteatromagníficoschalecosalosbinóculosdelasmujeres,esdudosoquellevecalcetines.Rastignacera tambiénasí.Siemprevacíapara la señoraVauquer,siempre llena para las exigencias de la vanidad, su bolsa poseía reveses yéxitoslunáticosendesacuerdoconlospagosmásnaturales.

Con objeto de abandonar su pensión maloliente, innoble, en la que sehumillabanperiódicamentesuspretensiones,¿nohacíafaltapagarunmesasupatronaycomprarmueblesparasuapartamentodedandy?Erasiemprealgoimposible.Si, a findeprocurareldineronecesariopara su juego,Rastignacsabíacomprarencasadesujoyerorelojesycadenasdeoroqueluegollevabaal Monte de Piedad, ese sombrío y discreto amigo de la juventud, seencontrabasininventivaysinaudaciacuandosetratabadepagarlacomida,elalojamientoodecomprarlosaccesoriosindispensablesparalaexplotacióndela vida elegante. Una necesidad vulgar, deudas contraídas para necesidadessatisfechas, ya no le inquietaban.Como lamayor parte de aquellos que hanconocido esta vida de azar, aguardaba hasta el último instante para saldarcréditos sagrados a losojosde losburgueses, comohacíaMirabeau,quenopagaba el pan hasta que se le presentaban bajo la forma apremiante de unaletradecambio.Haciaesaépoca,Rastignachabíaperdidoeldineroysehabíacubierto de deudas. El estudiante empezaba a comprender que le seríaimposiblecontinuarestaexistenciasintenerrecursosfijos.Pero,aungimiendobajo los punzantes efectos de su precaria situación, sentíase incapaz derenunciaralosgocesexcesivosdeestavidayqueríacontinuarlaatodacosta.Losazaresconlosquehabíacontadoparasufortunahacíansequiméricos,ylosobstáculosrealesibanenaumento.Aliniciarseenlossecretosdomésticosdel señor y de la señora de Nucingen habíase dado cuenta de que, paraconvertirelamoreninstrumentodefortuna,eraprecisohaberperdidotodalavergüenzayrenunciaralasnoblesideasqueconstituyenlaabsolucióndelasfaltasdelajuventud.Estavidaexteriormenteespléndida,peroroídaportodoslos gusanos del remordimiento y cuyos fugaces placeres eran expiados porpersistentes angustias, la había abrazado resueltamente Eugenio, y serevolcabaenella,haciendo,comoelDistraídodeLaBruyère,unlechoenelfango;pero,comoelDistraído,todavíanomanchabamásquesuvestido.

— ¿De modo que hemos dado muerte al mandarín? —le dijo un día

Page 107: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Bianchonallevantarsedelamesa.

—Todavíano,peroseencuentraensusestertores.

El estudiantedemedicina tomóestaspalabras comounabroma,peronoeratal.Eugenio,quedesdehacíatiempocomíaporprimeravezenlapensión,habíasemostradopensativodurantelacomida.Envezdemarcharse,despuésdelospostres,quedóseenelcomedor,sentadoalladodelaseñoritaTaillefer,a la cual lanzó de vez en cuando miradas expresivas. Algunos huéspedesestaban aún sentados a la mesa comiendo nueces, otros se paseabancontinuandodiscusionesempezadas.Comocasitodaslastardes,cadacualsemarchaba cuando le parecía, según el grado de interés que tomaba en laconversaciónosegúnlamayoromenorpesadezquelecausabasudigestión.Eninviernoerararoqueelcomedorfueracompletamenteevacuadoantesdelas ocho, momento en el que las cuatro mujeres permanecían solas y sevengabandel silencio que su sexo les imponía enmedio de aquella reuniónmasculina. Intrigado por la preocupación de que Eugenio daba muestras,Vautrinpermanecióenelcomedor,aunquealprincipiohubieraparecidoqueteníaprisaensalirysemantuvoconstantementedeunmodoqueEugenionole viera y creyera que se habíamarchado.Después, en vez de acompañar aaquelloshuéspedesquefueronlosúltimosenmarcharse,sequedóenelsalón.Había leído en el alma del estudiante y presentía un síntoma decisivo.Rastignac se encontraba en efecto en una situación perpleja que muchosjóveneshandebidoconocer.Amanteocoqueta,laseñoradeNucingenhabíahecho pasar a Rastignac por todas las angustias de una pasión verdadera,desplegandoparaconél los recursosde ladiplomacia femeninademodaenParís.DespuésdehabersecomprometidoalosojosdelagenteparaestablecercercadeellaalprimodelaseñoradeBeauséant,vacilabaendarlerealmentelosderechosdelosqueélyaparecíadisfrutar.

Desde hacía un mes excitaba tanto los sentidos de Eugenio, que habíaacabadoya atacándole también el corazón.Si en losprimerosmomentosdesusrelacioneselestudiantehabíacreídosereldueño,laseñoradeNucingenhabíase convertido en la más fuerte, con ayuda de aquellas maniobras queponíanenmovimientoenEugeniotodoslossentimientos,buenosomalos,delosdosotreshombresquecoexistenenunjovendeParís.¿Eraestouncálculoporpartedeella?No;lasmujeressonsiempresinceras, inclusoenmediodesus mayores falsedades, porque ceden a algún sentimiento natural. QuizáDelfina, después de haber dejado que sobre ella tomara tanto imperio aqueljovenyhaberledemostradounafectoexcesivo,obedecíaaunsentimientodedignidadquehacíaque retrocediese en sus concesioneso se complaciera ensuspenderlas. ¡Es tan propio de una parisiense, en el momento en que unapasiónlaarrastra,elvacilarensucaída,elquererprobarelcorazóndeaquélaquien va a entregar su porvenir! Todas las esperanzas de la señora de

Page 108: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Nucingen habían sido traicionadas una sola vez y su fidelidad por un jovenegoísta acababa de ser pagada con ingratitud. Tenía todo el derecho de serdesconfiada. Quizás había advertido en las maneras de Eugenio, al que surápido éxito había engreído, una especie de falsa estima ocasionada por loextrañode la situaciónde ambos.Sindudadeseabaparecer imponente aunhombredeesaedadyencontrarsegrandedelantedeéldespuésdehabersidodurantemuchotiempopequeñadelantedeaquelquelahabíaabandonado.NoqueríaqueEugeniolacreyeraunaconquistafácil,precisamenteporquesabíaque había pertenecido a De Marsay. En fin, después de haber sufrido eldegradanteplacerdeunverdaderomonstruo,deunjovenlibertino,eratantoelgoce que experimentaba al pasearse por las floridas regiones del amor, queconstituía sin duda un encanto para ella el admirar todos sus aspectos,escuchar durante mucho tiempo sus estremecimientos y dejarse acariciarmuchotiempoporcastasbrisas.Elverdaderoamorexpiabalasfaltasdelmalamor.

Este contrasentido será desgraciadamente frecuente en tanto los hombresnosepancuántasfloresdestrozanenelalmadeunajovenlosprimerosgolpesdel engaño. Fueran cuales fueran sus razones, el caso es que Delfina seburlaba de Rastignac y se complacía en burlarse de él, sin duda porque sesabíaamadayestabaseguradepoderhacercesarlasangustiasdesuamanteconforme a su real capricho demujer. Por respeto a símismo, Eugenio noquería que su primer combate terminara en una derrota, y persistía en suconducta,comouncazadorquequiereabsolutamentematarunaperdizensuprimera salida. Sus ansiedades, su amor propio herido, sus desesperaciones,falsasoverdaderas,leatabancadavezmásaaquellamujer.TodoParíscreíaqueteníarelacionesíntimasconlaseñoradeNucingen,cercadelacualnosehallaba en situaciónmás avanzada que el primer día en que la había visto.Ignorandoaúnquelacoqueteríadeunamujerofreceavecesmásbeneficiosqueplacerconcedesuamor,entregábasea insensatosaccesosderabia.Sielperíodo durante el cual unamujer se resiste al amor ofrecía a Rastignac elbotíndesusprimicias,éstasleresultabantancostosascomoverdes,agridulcesy deliciosas al paladar. A veces, viéndose sin un céntimo, sin porvenir,pensaba,apesarde lavozdesuconciencia,en lasoportunidadesdefortunacuya posibilidad le había mostrado Vautrin en una boda con la señoritaTaillefer. Ahora bien, se encontraba entonces en un momento en el que lamiseria le hablaba con voz tan alta, que cedió casi involuntariamente a lossacrificiosdelaterribleesfingeporlasmiradasdelacualsesentíaamenudofascinado.EnelmomentoenquePoiretylaseñoritaMichonneauvolvieronasubirasusrespectivosaposentos,creyendoRastignacqueseencontrabasoloentre la señora Vauquer y la señora Couture, que estaba haciéndose unasmangas de lana, cabeceando el sueño junto a la estufa, miró a la señoritaTaillefer de un modo lo suficientemente tierno como para hacer que ésta

Page 109: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

bajaselosojos.

—¿Acasotenéisalgunapena,señorEugenio?—ledijoVictorinatrasunmomentodesilencio.

— ¡Qué hombre no las tiene!—respondióRastignac—.Si estuviésemosseguros, nosotros, los jóvenes, de ser amados, con una abnegación que nosrecompensase de los sacrificios que en todomomento estamos dispuestos ahacer,quizánotendríamosnuncapenas.

LaseñoritaTailleferledirigió,portodarespuesta,unamiradaquenoeraequívoca.

—Vos, señorita, vos os creéis hoy segura de vuestro corazón; ¿peroresponderíaisdequeéstenohabríadecambiarnunca?

Unasonrisavagóporloslabiosdelapobremuchacha,romounrayodesolquebrotasedesualma,ehizobrillardetalmodosusemblante,queEugeniotuvomiedodehaberprovocadounatanvivaexplosióndesentimiento.

—Simañanafueseisricaydichosa,siunainmensafortunaoscayeradelasnubes,¿seguiríaisamandoal jovenpobrequeoshabíaagradadoenvuestrosmomentosdeapuro?

Lamuchachahizoconlacabezaungraciosomovimientodeafirmación.

—¿Unjovenquefuesemuydesgraciado?

Nuevomovimiento.

—¿Quétonteríasestáisdiciendoahí?—exclamólaseñoraVauquer.

—Dejadnos—respondióEugenio—;nosotrosnosentendemos.

— ¿Habrá entonces promesa de matrimonio entre el señor Eugenio deRastignacylaseñoritaVictorinaTaillefer?—dijoVautrinconsuvozdebajoapareciendodeprontoalapuertadelcomedor.

—¡Ah!,mehabéisasustado—dijeronaunalaseñoraCoutureylaseñoraVauquer.

—Podría escoger peor —respondió riendo Eugenio, a quien la voz deVautrincausólamáscruelemociónquejamáshabíaexperimentado.

— ¡Nada de bromas pesadas, caballeros! —dijo la señora Couture—.Vamos,hijita,subamosanuestrahabitación.

LaseñoraVauquersiguióasusdoshuéspedesconobjetodeahorrarluzylumbrepasandolaveladaenlahabitacióndeellas.Eugenioseencontrósolo,frenteafrente,conVautrin.

—Yasabíayoquellegaríaisaesto—ledijoaquelhombremirándolecon

Page 110: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

imperturbablesangrefría—.Perohabéisdesaberque tengotantadelicadezacomo cualquier otra cosa. No os decidáis en este momento, porque no osencontráis en vuestra situación normal. Tenéis dudas. No quiero que sea lapasión, la desesperación, sino la razón la que os determine a venir a mí.Quizásoshaganfaltamilescudos.Tomad.¿Losqueréis?

Aquel demonio sacó de su bolsillo una cartera, de la cual extrajo tresbilletesqueagitódelantedelosojosdelestudiante.Eugenioseencontrabaenla más cruel de las situaciones. Debía al marqués de Ajuda y al conde deTraillescienluisesperdidosbajosupalabra.Nolostenía,ynoseatrevíaairapasarlaveladaencasadelaseñoradeRestaud,dondeseleestabaesperando.Eraunadeesasveladassinceremonia,enlasquesecomenpastelitos,sebebeté,peropuedenperderseseismilfrancosaljuegodelwhist.

—Caballero —le dijo Eugenio disimulando a duras penas un temblorconvulsivo—,despuésde loquemehabéis contado,debéis comprenderquemeesimposibleestarosobligadoenalgo.

—Bien, me habríais dado un disgusto si me hubieseis hablado de otromodo—repusoeltentador—.Soisjoven,guapo,delicado,orgullosocomounleónydulcecomounamuchacha.Seríaisunabuenapresaparaeldiablo.Megustaestacualidaddelosjóvenes.Todavíaotrasdosotresreflexionesdealtapolítica y veréis el mundo tal como es. Al representar algunas escenas devirtud,elhombresuperiorsatisface todassus fantasíascongrandesaplausosdepartedelostontosdelagalería.Dentrodeunosdíasestaréisconnosotros.¡Ah!, si quisierais ser mi alumno, os haría llegar a todas partes. Noformularíais un deseo que no fuera satisfecho al instante, fuese cual fuese:honor, fortuna, mujeres. Toda la civilización se os convertiría en ambrosía.Seríais nuestro niño mimado, nuestro Benjamín, nos mataríamos por darosgusto. Todo lo que fuera para vos un obstáculo quedaría allanado. Siconserváisescrúpulos,¿metomáis,entonces,porunmalvado?Pues,bien,unhombrequeteníatantahonradezcomovosqueréistener,elseñordeTurenne,efectuaba,sincreerseporellocomprendido,pequeñosnegociosconbandidos.Noqueréisestarobligadoamíennada,¿verdad?Tomadestedinero—añadióVautrin sonriendo— y escribid ahí: «Aceptado por la suma de tres milquinientosfrancosapagarenunaño».Yañadidlafecha.Elinterésesbastantesubido para quitaros todo escrúpulo; podéis llamarme judío, y podéisconsiderarme como un ingrato. Permito queme despreciéis aún hoy, con laseguridaddequemástardevaisaquererme.Encontraréisenmíesosinmensosabismos,esosvastossentimientosconcentradosquelostontosllamanvicios;peronuncameencontraréiscobardeniingrato.Enfin,noestoyniborrachoniloco,pequeño.

— ¿Qué clase de hombre sois, entonces?—exclamóEugenio—.Habéissidocreadoparaatormentarme.

Page 111: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Soyunbuenhombrequequiereensuciarseparaquevosestéisalabrigodel barro por el resto de vuestros días. ¿Me preguntáis por qué tengo tantointerés? Bien, algún día os lo diré suavemente al oído. Ante todo os hesorprendido mostrándoos el carillón del orden social y el juego de lamaquinaria;perovuestroprimersustoseospasarácomoeldelsoldadoenelcampodebatalla,yosacostumbraréisa la ideadeconsiderara loshombrescomo soldados decididos a morir al servicio de aquellos que se consagranreyes a símismos.Los tiempos han cambiadomucho.En otro tiempo se ledecíaaunvaliente:«Ahí tienescienescudosymematasafulanode tal»,yuno cenaba tranquilamente después de haber liquidado a un hombre por unquítamealláesaspajas.Hoyospropongodatosunahermosafortunaacambiodeungestoqueennadaoscomprometeyaúndudáis.Estesigloesunsigloblando.

EugeniofirmóelpapelquelepresentóVautrinyrecibiódeéstelosbilletesdebanco.

—Veamos —dijo Vautrin—. Voy a partir dentro de unos meses haciaAméricaparairaplantarmitabaco.Osenviaréloscigarrosdelaamistad.Sillegoaserricoosayudaré.Sinotengohijos(queeslomásprobable,porqueno tengo intencióndereproducirme),os legarémi fortuna…¿Noesestoseramigo de un hombre? Pero es que yo os quiero. Siento la pasión desacrificarme por otro.Ya lo he hecho. ¿Sabéis?, yo vivo en una esferamáselevadaqueladelosotroshombres.Considerolasaccionescomomedíos,ynoveomásque el fin. ¿Qué esunhombreparamí? ¡Esto!—dijohaciendochasquearlauñadesupulgarbajounodesusdientes—.Unhombreestodoonada.Esmenosquenadacuandose llamaPoiret: se lepuedeaplastarcomounachincheyapesta.Perounhombreesundioscuandoseosparece:yanoesunamáquinacubiertaporlapiel,sinounteatroenelquesesuscitanlosmásbellos sentimientos, y yo no vivo más que por los sentimientos ¿Unsentimientonoesacasoelmundoenunpensamiento?VedapapáGoriot:susdoshijassonparaéltodoeluniverso,sonelhilomedianteelcualélseguíaatravés del laberinto de la creación. Bien; para mí, que conozco la vida, noexistemásqueunsentimientoreal,unaamistaddehombreahombre.PierreyJaffier,heahímipasión.MesédememorialaVeneciasalvada.¿Habéisvistoamuchaspersonasconarrestossuficientescomopara,cuandouncompañerodice:«¡Vamosaenterraruncadáver!»,iraenterrarloenseguida,sinpensarlomás?Yo he hecho esto.No hablaría así a todo elmundo. Pero vos sois unhombresuperior,seospuededecirtodo,todolocomprendéis.Vososcasaréis.Saquemosnuestraspuntas.Lamíaesdehierroynuncaseablanda.¡Je,je!

Vautrinsaliósinquereroírlarespuestanegativadelestudianteconobjetode que tuviera ocasión de reflexionar tranquilamente. Parecía conocer elsecreto de aquellas pequeñas resistencias, de aquellos combates que a los

Page 112: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

hombreslessirvenparajustificarseasímismossusaccionescensurables.

—Quehagaloquequiera—sedijoEugenio—,peroyonomecasaréconlaseñoritaTaillefer.

Después de haber sufrido las molestias de una fiebre interior que leocasionólaideadeunpactoconaquelhombredelquesentíahorror,peroquecrecíaantesusojosporelcinismomismodesus ideasypor laaudaciaconquejuzgabaalasociedad,Rastignacsevistió,pidióuncocheyfueacasadelaseñoradeRestaud.Desdehacíaunosdías,aquellamujerhabíaredobladosusolicitudporeljoven,cadapasodelcualconstituíaunprogresoenelcorazóndelgranmundo,ycuyainfluenciaparecíahaberdesertemiblealgúndía.Pagóa los señores deTrailles y deAjuda, jugó alwhist una parte de la noche yrecuperó lo que había perdido. Supersticioso como la mayor parte de loshombrescuyocaminoaúnestáporrecorreryquesonmásomenosfatalistas,quiso ver en su felicidad una recompensa del cielo por su perseverancia enpermanecer enelbuencamino.Aldía siguientepor lamañanaapresuróseapreguntar a Vautrin si tenía aún su letra de cambio. Ante su respuestaafirmativa, le devolvió los tres mil francos manifestando un placer hartonatural.

—Todovabien—ledijoVautrin.

—Peroyonosoyvuestrocómplice—dijoEugenio.

—Lo sé, lo sé —interrumpióle Vautrin—. Todavía hacéis niñerías y osdetenéisporcualquierbagatela.

III

BURLA-LA-MUERTE

Dosdíasmástarde,PoiretylaseñoritaMichonneausehallabansentadosenunbanco, tomandoel sol, enunaavenida solitariadel jardínBotánico,ycharlabanconelseñorqueparecíasospechosoalestudiantedemedicina.

—Señorita —decía el señor Gondureau—, no veo de dónde procedenvuestrosescrúpulos.SuExcelencia,elseñorministrodelapolicíageneraldelreino…

—¡Ah!SuExcelenciaelseñorministrodelapolicíadelreino…—repitióPoiret.

—Sí,SuExcelenciaseocupadeesteasunto—dijoGondureau.

¿Aquiénnoparecerá inverosímilquePoiret, antiguoempleado, sinduda

Page 113: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

hombre de virtudes burguesas, aunque desprovisto de ideas, continuaraescuchandoalpretendidorentistadelacalledeBuffon,enelmomentoenqueélpronunciabalapalabra«policía»,dejandoverlafisonomíadeunagentedelacalledeJerusalénatravésdesumáscaradehombrehonrado?Sinembargo,nadahabíamásnatural.TodoscomprenderánmejorlaclaseparticularalaquepertenecíaPoiretenlagranfamiliadelosnecios,despuésdeunaobservaciónhechayaporalgunaspersonas,peroquenohasidopublicadahastaahora.Setrata de una nación plumígera, encerrada en el presupuesto entre el primergrado de latitud que comporta los honorarios de mil doscientos francos,especiedeGroenlandiaadministrativa,yel tercergrado,enelqueempiezanloshonorariosalgomáscálidosdetresaseismilfrancos,regióntemplada,enlaqueseaclimatalagratificación,dondeellafloreceapesardelasdificultadesdel cultivo.Una de las características que revelamejor la estrechez de esaspersonas subalternas es una especie de respeto involuntario, maquinal,instintivo, por esegran lamade todoministerio, conocidodel empleadoporunafirmeilegibleybajoelnombredeSuExcelenciaelseñorMinistro,cincopalabrasqueequivalenaIlBondoCanidelCalifadeBagdad,yque,alosojosdeesagente,representanunpodersagrado,sinapelación.ComoelPapaparalos cristianos, el ministro es administrativamente infalible a los ojos delempleado;elbrilloqueemitesecomunicaasusactos,asuspalabras,alasquesedicenensunombre;todolocubreconsuesplendorylegalizalasaccionesque ordena; su nombre de Excelencia, que da fe de la pureza de susintenciones y de la santidad de su voluntad, sirve de pasaporte a las ideasmenos admisibles. Lo que esas personas no harían en su propio interés, seapresuran a realizarlo tan pronto como oyen pronunciar la palabra de «SuExcelencia».Losdepartamentostienensuobedienciapasiva,comoelejércitotienelasuya:sistemaqueahogalaconciencia,aniquilaaunhombreyacaba,coneltiempo,poradaptarlocomountorbellinoalamáquinagubernamental.Así,elseñorGondureau,queparecíaentenderenhombres,distinguióprontoenPoiretaunodeesosneciosburocráticos,ehizosalirelDeusexmachina,lapalabra mágica de Su Excelencia, en el momento en que era precisodeslumbraraPoiret,que leparecíaelmachode laMichonneau, tal como laMichonneauleparecíalahembradelPoiret.

—Desde el momento en que Su Excelencia mismo, Su Excelencia elseñor…¡Ah!,lacosavaría—dijoPoiret.

—Bien—dijoelfalsorentista—,SuExcelenciatieneahoralacertezamáscompletadequeelpretendidoVautrin,quesealojaenlaCasaVauquer,esunpenadoevadidodelpresidiodeToulon,dondeseleconocebajoelnombredeBurla-la-Muerte.

—¡Ah,Burla-la-Muerte!—dijoPoiret—.Puedeconsiderarsemuydichososihamerecidoesenombre.

Page 114: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Pues sí—repuso el agente—. Ese mote es debido a la suerte que hatenido de no perder la vida en las acciones sumamente audaces que harealizado. Ese hombre es peligroso, ¿sabéis? Posee cualidades que le hacenextraordinario. Su condena es incluso una cosa que en su actividad le hareportadounhonorinmenso…

—Entonceseshombredehonor—dijoPoiret.

—Asumodo,sí.Consintióenhacerseresponsabledeldelitodeotro,unaestafa cometida por un joven muy guapo al que quería mucho, un jovenitalianobastantejugador,queentródespuésenelserviciomilitar,donde,porotraparte,seportóperfectamente.

—Pero si Su Excelencia el ministro de la policía está seguro de que elseñor Vautrin es Burla-la-Muerte, ¿por qué, entonces, habría de tenernecesidaddemí?—preguntólaseñoritaMichonneau.

—¡Ah,sí!—dijoPoiret—;sienefectoelministro,comovosnoshabéishechoelhonordedecirnos,tienelaseguridaddeque…

—Seguridadnoeslapalabra;sólolosospecha.Vaisaentenderlacuestión.JaimeCollin,apodadoBurla-la-Muerte,gozadetodalaconfianzadelostrespresidiosquelohanescogidoparasersuagenteysubanquero.Ganamuchoocupándose en esta clase de negocios, que necesariamente requieren unhombredemarca.

—¡Ah,ah!¿Comprendéiseljuegodepalabras,señorita?—dijoPoiret—.Elcaballerolollamahombredemarcaporquehasidomarcado.

—El falsoVautrin—prosiguiódiciendoelagentedepolicía—recibe loscapitalesdelosseñorespresidiarios,losinvierte,selosconservaylostieneadisposicióndelosqueseevaden,odesusfamilias,cuandodisponendeellosportestamento,odesusqueridas.

— ¡De sus queridas! Sin duda queréis decir de sus mujeres —repusoPoiret.

—No, señor. El presidiario sólo tiene generalmente esposas ilegítimas, alasquellamamosconcubinas.

—¿Viventodos,pues,enestadodeconcubinato?

—Desdeluego.

—Bien —dijo Poiret—, he ahí unos horrores que el señor ministro nodeberíatolerar.PuestoquevostenéiselhonordeveraSuExcelencia,avos,que me parece tenéis ideas filantrópicas, corresponde informarle de laconductainmoraldeesaspersonas,quedanunejemplomuymaloalrestodelasociedad.

Page 115: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Pero,señor,elGobiernonolosponeallíparaofrecerelmodelodetodaslasvirtudes.

—Exacto.Sinembargo,caballero,permitid…

—Perodejadalseñorquehable,querido—ledijolaseñoritaMichonneau.

—Vos comprendéis, señorita—repusoGondureau—.ElGobierno puedetenerungraninterésenintervenirenunacajailícita,quedicenasciendeauntotal considerable. Burla-la-Muerte ingresa en caja valores considerables,ocultandonosólolassumasqueposeenalgunosdesuscompañeros,sinoaunlasqueprocedendelaSociedaddelosDiezMil…

—¡Diezmilladrones!—exclamóPoiretasustado.

—No, la Sociedad de los DiezMil es una asociación de altos ladrones,gentequetrabajaengrandeynotomaparteenunnegocioenelquenohayaaganardiezmilfrancos.Estasociedadsecomponedelomásdistinguidoentrenuestroshombresquepasanporlostribunales.ConocenelCódigo,ynuncasearriesganahacerseaplicarlapenademuertecuandosonatrapados.Collinessuhombredeconfianza, suconsejero.Conayudadesus inmensos recursos,esehombrehasabidocrearseunapolicíapropia,relacionesmuyextensasqueél envuelve en un misterio impenetrable. Aunque desde hace un año estárodeadodeespías,todavíanohemospodidoversujuego.Sucajaysutalentosirven,pues,constantementeparaapoyarelvicio,parafomentarelcrimen,ymantienen un ejército de malos sujetos que se encuentran en un perpetuoestadodeguerracon lasociedad.AtraparaBurla-la-Muerteyapoderarsedesubancaserácortarelmalderaíz.Así,estaexpediciónsehaconvertidoenunasunto de Estado y de alta política, susceptible de honrar a aquellos quecooperaranensuéxito.Vosmismo,señor,podríaisemplearosdenuevoenlaAdministración, llegar a ser secretariodeuncomisariodepolicía, funcionesquenoosimpediríancobrarvuestroretiro.

—¿Peroporqué—dijolaseñoritaMichonneau—Burla-la-Muertenosevaconsucaja?

— ¡Oh!—dijo el policía—, dondequiera que fuese sería seguido de unhombreencargadodematarlesirobaseelpresidio.Además,unacajanoestanfácil de robar como lo es de raptar una señorita de buena familia. Por otraparte, Collin es un mozo incapaz de hacer semejante trastada, pues seconsideraríadeshonradoporello.

—Señor —dijo Poiret—, tenéis razón; quedaría completamentedeshonrado.

—Todoellononosexplicaporquénoveníssencillamenteaapoderarosdeél—dijolaseñoritaMichonneau.

Page 116: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Bien,señorita,voyadecíroslo…Pero—ledijoaloído—impedidquevuestro compañerome interrumpa; de lo contrario, será el cuento de nuncaacabar.Burla-la-Muerte,alveniraquí,seharevestidodelapieldeunhombrehonrado,sehaconvertidoenunbuenburguésdeParís,sehaalojadoenunapensión modesta. El señor Vautrin es un hombre considerado, que hacenegociosconsiderables.

—Naturalmente—díjosePoiretasímismo.

—Elministro,siunoseequivocasedeteniendoaunverdaderoVautrin,noquiereenemistarseconelcomerciodeParísniconlaopiniónpública.Elseñorprefecto de policía tiene enemigos. Si hubiera un error, los que quieren supuesto se aprovecharían del barullo armado por los liberales para hacerlesaltar.SetrataaquídeprocedercomoenelasuntodeCogniard,elfalsocondedeSantaElena.

—Sí, pero tenéis necesidad de una linda mujer —dijo vivamente laseñoritaMichonneau.

—Burla-la-Muertenosedejaríaabordarporunamujer—dijoelagente—.¿Queréisqueosconfíeunsecreto?Nolegustanlasmujeres.

—Entonces no veo cómo podría servir yo para semejante verificación,suponiendoqueyoconsintieraenrealizarlapordosmilfrancos.

—Nada más fácil —dijo el desconocido—. Os entregaré un frasco quecontieneunadosisdelicorpreparadoparadarungolpedesangre,quecarecede peligro y simula un ataque de apoplejía. Esta droga puede mezclarseigualmentealvinoyalcafé.Enseguidatransportaréisavuestrohombreaunacama y lo desnudaréis con objeto de saber si es que no se muere. En elmomento en que os quedéis sola, le daréis un golpe en la espalda, ¡paf!, yveréisreaparecerlasletras.

—¡Perotodoesonoesnada!—dijoPoiret.

—Bien,¿consentís?—dijoGondureaualasolterona.

—Pero,señormío—dijolaseñoritaMichonneau—,enelcasodequenohubieraletras,¿tendréyolosdosmilfrancos?

—No.

—¿Quées,pues,loquemedarán?

—Quinientosfrancos.

—Hacerunacosaasíportanpocodinero…Elmalenlaconcienciaeselmismo,yyohabrédetranquilizarmiconciencia.

—Os aseguro —dijo Poiret— que la señorita tiene mucha conciencia,

Page 117: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

ademásdeserunapersonamuyamableyentendida.

—Bien —dijo la señorita Michonneau—, dadme tres mil francos si esBurla-la-Muerteynadasiesunburgués.

—Estábien—dijoGondureau—,peroconlacondicióndequeelasuntoseharámañana.

—Todavíano,señor;tengoqueconsultarantesamiconfesor.

—¡Diantre,quémelindrosasois!—dijoelagente levantándose—.Hastamañana, entonces.Y si tuvierais prisa en hablarme, venid a la callejuela deSantaAna,alfinaldelpatiodelaSantaCapilla.Nohaymásqueunapuertabajolabóveda.PreguntadporelseñorGondureau.

Bianchon,quevolvíapor elpaseodeCuvier, quedóse sorprendidoaloírpronunciareloriginalnombredeBurla-la-Muerte.

—¿Porquénoosdecidís?Seríantrescientosfrancosderentavitalicia—dijoPoiretalaseñoritaMichonneau.

— ¿Por qué? —dijo la mujer—. Hay que meditarlo bien. Si el señorVautrin fuese Burla-la-Muerte, quizá resultaría más provechoso llegar a unarreglo con él. Sin embargo, pedirle dinero equivaldría a prevenirle, yescurriríaelbultogratis.Seríaterrible.

—Aunqueestuvieseprevenido—dijoPoiret—,¿nonoshadichoeseseñorqueseleestávigilando?Perovosloperderíaistodo.

—Por otra parte—pensó la señoritaMichonneau—, ese hombre no megusta.Sólosabedecirmecosasdesagradables.

—Pero —repuso Poiret— obraríais mejor. Tal como ha dicho esecaballero, se tratadeun actodeobediencia a las leyes al desembarazar a lasociedaddeuncriminal,pormuyvirtuosoquepueda ser.Elquehabebido,beberá.¿Ysiseleocurrieseasesinarnosatodos?Pero¡quédiablo!Nosotrosseríamos culpables de esos asesinatos, sin contar con que seríamos lasprimerasvíctimas.

La preocupación de la señoritaMichonneau no le permitía escuchar laspalabrasqueunatrasotraibanbrotandodelabiosdePoiret,comolasgotasdeagua que destila el grifo de una fuentemal cerrada. Una vez que ese viejohabía iniciado la seriede sus frases,y la señoritaMichonneauno leparaba,seguíahablandocontinuamente,semejanteaunamáquina.Despuésdehabercomenzadoconuntema,eraarrastrado,porsusparéntesis,atratarotrostemascompletamente opuestos, sin haber concluido ninguno. Al llegar a la CasaVauquer,habíaseembarcadoenunaseriedepasajesycitastransitoriasquelellevaron a contar su deposición en el asunto del señor Ragoulleau y de laseñoraMorin, enelquecompareciócomo testigodedescargo.Al entrar, su

Page 118: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

compañera no dejó de advertir a Eugenio deRastignac, que con la señoritaTaillefer estaba sosteniendo una conversación íntima, cuyo interés era tanpalpitante que la pareja no hizo elmenor caso de los dos viejos huéspedescuandopasaronporelcomedor.

—Esodebíaterminarasí—dijolaseñoritaMichonneauaPoiret—.Desdehaceochodíasnohanhechomásquelanzarsetiernasmiradas.

—Sí—respondióPoiret—.Entoncesfuecondenada.

—¿Quién?

—LaseñoraMorin.

—Os estoy hablando de la señorita Victorina —dijo la Michonneau alentrar, sin darse cuenta, en la habitación de Poiret—, y vosme salís con laseñoraMorin.¿Quiénesesamujer?

— ¿De qué sería, entonces, culpable la señorita Victorina? —preguntóPoiret.

—SeríaculpabledeamaralseñorEugeniodeRastignac.Nosabeadóndepuedellevarlaeseamor,¡pobrecilla!

Por la mañana, Eugenio había sido reducido a la desesperación por laseñoradeNucingen.Ensufuero internohabíaseentregadocompletamenteaVautrin,sinquererprofundizarenlosmotivosdelaamistadqueleprofesabaaquel hombre extraño ni el porvenir de semejante unión. Hacía falta unmilagroparasacarledelabismoenelqueyahabíametidoelpiedesdehacíauna hora, cambiando con la señorita Taillefer las más dulces promesas.Victorinacreíaoír lavozdeunángel, loscielos seabríanparaella, laCasaVauquerseengalanabaconlosfantásticoscoloresque losdecoradoresdanalospalaciosdeteatro:amabayeraamada;porlomenos,asílocreía.¿Yquémujernolohabríacreídocomoella,alveraRastignac,escuchándoleduranteaquella hora robada a todos los Argos de la casa? Debatiéndose contra suconciencia, sabiendo que hacía mal y queriendo hacer mal, diciéndose querescataríaaquelpecadovenialpormediodelafelicidaddeunamujer,habíaseembellecido en su desesperación y resplandecía con todos los fuegos delinfierno que tenía en su corazón. Felizmente para él, se produjo elmilagro.Vautrinentróalegrementeyleyóenelalmadelosdosjóvenes,alosquehabíacasado mediante las combinaciones de su genio infernal, pero cuya alegríaturbódeprontoalcantarconsugruesavozburlona:

MiencantadoraFanchetteensuingenuidad…

Victorinasealejó, llevándosetantafelicidadcomodesgraciahabíatenidohastaentoncesensuvida.¡Pobremuchacha!Unapretóndemanos,sumejillarozadaporloscabellosdeRastignac,unaspalabraspronunciadastancercade

Page 119: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

suoídoquehabíasentidoelcalordeloslabiosdelestudiante,lapresióndesutalleporunbrazotrémulo,unbesodadosobresucuello,fueronlasprendasdesupasión,quelaproximidaddelagruesaSilvia,queamenazabaconentrarenaquel radiantecomedor,hizomásardientes,másvivas,más intensasque losmás bellos testimonios de afecto contados en las más famosas historias deamor. Aquellos pequeños sufragios, según una linda expresión de nuestrosantepasados, parecían crímenes a una piadosa joven que se confesaba cadaquincedías.Enaquellahorahabíaprodigadomástesorosespiritualesquelosquemástarde,ricayfeliz,habríapodidodaralentregarseporentero.

—Elasuntoestáconcluido—dijoVautrinaEugenio—.Todohaidobien.Nuestro pichón ha insultado a mi halcón. Mañana, en la muralla deClignancourt.Alasochoymedia, laseñoritaTailleferheredaráelamory lafortunadesupadre,mientrasestéahí,mojandosustostadasconmantequillaen su café con leche. Ese pequeño Taillefer es muy diestro manejando laespada, pero será sangrado por un golpe que yo he inventado y que osrevelaré,porqueessumamenteútil.

Rastignacescuchabaconaireestúpidoynopodíacontestarnada.EnaquelmomentollegaronpapáGoriot,Bianchonyotroshuéspedes.

—He ahí como yo os quería—le dijo Vautrin—. Sabéis lo que hacéis.¡Bien, mi pequeño aguilucho! Vos gobernaréis a los hombres; sois fuerte yvaleroso;tenéismiestima.

Quisocogerlelamano.Rastignacretirólasuyaydejósecaerenunasilla,palideciendo;creíaverantesíuncharcodesangre.

— ¡Ah, todavía nos quedan algunos traposmanchados de virtud!—dijoVautrinenvozbaja—.EltíodeOlibantienetresmillones;conozcosufortuna.Ladoteosvolveráblancocomounvestidodenovia,yavuestrospropiosojos.

Rastignac no dudó un momento más. Decidió ir a prevenir durante lanochealosseñoresTaillefer,padreehijo.HabiéndoledejadoVautrinenaquelmomento,papáGoriotledijoaloído:

—¡Estáistriste,hijomío!Yovoyaalegraros.Venid.

Elviejofabricantedefideosencendióunabujía.

Eugeniolesiguiócongrancuriosidad.

—Vamosa entrar envuestrahabitación—ledijopapáGoriot, quehabíapedidoaSilvia la llavedelestudiante.—Estamañanahabéiscreídoqueellano os amaba, ¿verdad? Se ha visto obligada a despediros, y vos os habéismarchado enojado, desesperado. ¡Qué tonto! Es que ella me esperaba.¿Comprendéis?Teníamosque acabarde arreglar unprecioso apartamento alque iréisavivirdentrode tresdías.Nomecomprometáis.Ellaquieredatos

Page 120: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

unasorpresa;peroyonopuedoguardarpormástiempoelsecreto.ViviréisenlacalledeArtois,adospasosdelacalledeSanLázaro.Estaréisallícomounpríncipe.Oshemoscompradomueblescomoparaunanovia.Sindecirosnada,hemos estadohaciendomuchas cosasdesdehaceunmes.Miprocuradorhapuestomanosalaobra;mihijatendrásustreintayseismilfrancosanuales,elinterés de su dote, y yo voy a exigir la inversión de sus ochocientos milfrancosensolares.

Eugenioestabacomomudo,ysepaseabaporsuhabitaciónendesorden,con los brazos cruzados. Papá Goriot aprovechó un momento en que elestudiante levolvía laespaldaparadejarencimade lachimeneaunacajadetafileterojo,enlaqueestabangrabadasenorolasarmasdeRastignac.

—Hijomío—decíaelpobrehombre—,mehemetidoentodoestohastaelcuello.Pero¿sabéis?,hubo tambiénmuchoegoísmopormiparte;he tenidomuchointerésenquecambiaseisdebarrio.Nomediréisqueno,¿verdad?,siospidoalgunacosa.

—¿Quéqueréis?

—Encima de vuestro apartamento, en el quinto piso, hay una habitaciónqueformapartedelmismo;podrévivirenella,¿no?Mehagoviejo,yestoymuylejosdemishijas.Yonooscausaréningunamolestia.Solamenteestaréallí. Me hablaréis de ella todas las tardes. No os molestará esto, ¿verdad?Cuandovolváis,yoestaréenmicama,osdiréymediré:VienedeveramipequeñaDelfina.Lahallevadoalbaile;esfelizgraciasaél.Siyoestuvieseenfermo,seríaunconsueloparamíeloírqueregresabais.¡Habrátantodemihija en vos! Sólo tendré que dar un paso para estar en losCamposElíseos,adondeellasvantodoslosdías; lasverésiempre,mientrasqueavecesllegoahorademasiadotarde.Yademás,quizásellavayaavuestracasa.Yolaoiré,laverépor lamañana, caminandodeprisa, comounagatita.Desdehaceunmes ha vuelto a ser lo que era antes, unamuchacha alegre y vivaracha. Sualmasehallaenconvalecencia;osdebelafelicidad.¡Oh!,yoharíaporvosloimposible.Cuandoyoregresaba,ellamedecíahaceunrato:«Papá,¡soytandichosa!». Cuando me dicen ceremoniosamente «padre», me dejan helado;perocuandome llamanpapá,meparecequeaún lasestoyviendopequeñas,medevuelventodoslosrecuerdos.Creoquetodavíanopertenecenanadie—dijoelbuenhombre,llorando—.Hacetiempoquenohabíaoídoesapalabra,hacíatiempoquenomehabíadadoelbrazo.¡Oh!,sí,hacediezañosquenoheidoalladodeunademishijas.¡Esalgotanbuenoelrozarsuvestido,andara su mismo paso, participar de su calor! En fin, esta mañana he llevado aDelfina a todaspartes.Entraba con ella en las tiendas.Y la he acompañadoluego hasta su casa. ¡Oh!, haced que pueda estar con vos.A veces tendréisnecesidaddequealguienosprestealgúnservicio,yyoestaréallí.

Page 121: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

¡Oh!,siesebrutodealsacianomuriese,silagotatuvieralabuenaideadesubírselealestómago,mipobrehijaseríadichosa.Vosseríaismiyerno,vosseríaispúblicamentesumarido.¡Bah!,ellaestandesgraciadapornoconocernadadelosplaceresdeestemundo,queyolaabsuelvodetodo.Diosdebedeestar del lado de los padres que aman. Ella os ama demasiado —dijomoviendolacabeza,despuésdeunapausa—.Mientrascaminábamos,ellamehablabadevosymedecía:«¡Tienetanbuencorazón!¿Hablademí?»¡Bah!,desde la calle de Artois hasta el pasaje de los Panoramas me ha habladovolúmenesenterosdevos.Haderramadosucorazónenelmío.Durantetodaestamañana,yoyanoeraviejo,nopesabasiquieraunaonza.Lehedichoqueme habíais entregado el billete demil francos. ¡Pobrecilla! Se ha echado allorar,tanemocionadaestaba.¿Quétenéisahíencimadelachimenea?—dijoalfinpapáGoriot,quesemoríadeimpacienciaalverinmóvilaRastignac.

Eugeniomirabaasuvecinoconaireestúpido.Aquelduelo,anunciadoporVautrinparaeldíasiguiente,contrastabatanviolentamenteconlarealizaciónde susmás caras esperanzas, que experimentaba todas las sensaciones de lapesadilla. Volvióse hacia la chimenea, advirtió en ella la cajita cuadrada, laabrió y encontró en su interior un papel que cubría un reloj deBréguet.Enaquelpapelseencontrabanescritasestaspalabras:

«Quieroquepenséisenmíatodashoras,porque…Delfina».

Estasúltimaspalabrashacíanalusiónsindudaaalgunaescenaquehabíatenido lugar entre ellos, y Eugenio sintióse emocionado. Sus armas estabaninteriormente esmaltadas en el oro de la caja. Aquella joya durante tantotiempoanhelada,lacadena,lallave,laforma,losdibujos,respondíanatodossusdeseos.PapáGoriotestabaradiante.Sindudalehabíaprometidoasuhijareferirle losmenores efectos de la sorpresa que aquel regalo causaría en elánimodeEugenio,porqueparticipabadeaquellasemocionesynoparecíaserelmenosfeliz.YaamabaaRastignac,tantoparasuhijacomoparaélmismo.

—Iréisaverlaesta tarde;ellaosaguarda.Elbrutodelalsacianocenaencasa de su bailarina. ¡Ah, ah!, se ha quedado como un tonto cuando miprocuradorlehadicholoquehacealcaso.¿Nopretendeamaramihijahastalaadoración?Quelatoqueylemato.LaideadesaberquemiDelfinaestá…(dio un suspiro) me haría cometer un crimen; pero no se trataría de unhomicidio;esunacabezadebueysobreuncuerpodecerdo.Vosmeadmitiréisenvuestracasa,¿verdad?

—Sí,papáGoriot,biensabéisqueyoosquiero…

—Yaloveo;vosnoosavergonzáisdemí.Dejadmequeosabrace.

Diciendoesto,estrechóalestudianteentresusbrazos.

—Voslaharéismuyfeliz;prometédmelo.Iréisestatarde,¿verdad?

Page 122: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Sí,sí.Hedesalirparahacerunascosasquenopuedoaplazar.

—¿Puedoserosútilenalgo?

—Porsupuestoquesí.MientrasyovoyacasadelaseñoradeNucingen,idvosaveralseñorTailleferpadre,adecirlequemeconcedaunahoradurantelanocheparahablarledeunasuntodelamáximaimportancia.

— ¿Será verdad, entonces—dijo papáGoriotmudando el semblante—,quelehacéislacorteasuhija,comodicenesosimbécilesdeahíabajo?¡Santocielo!Nosabéis loqueesunavenganzadeGoriot.Sinosengañaseis,deunpuñetazoosharíasaltarlosdientes.¡Oh!,noesposible.

—Os juro que no amo más que a una mujer en el mundo —dijo elestudiante—;losédesdehaceunmomento.

—¡Oh,quéfelizmehacéis!—dijopapáGoriot.

—Pero—repusoelestudiante—elhijodeTaillefersebatemañana,yheoídodecirquemoriría.

—¿Yavosquéosimporta?—dijoGoriot.

—Hayquedecirlequeimpidaasuhijodirigirsea…—exclamóEugenio.

EnaquelmomentofueinterrumpidoporlavozdeVautrin,quecantaba:

¡OhRicardo,ohmiRey!Eluniversoteabandona…

Brum,brum,brum,brum!

Muchotiempoherecorridoelmundo,Ymehanvisto…

Trala,la,la,la…

—Señores—gritóCristóbal—,lasopaosespera,ytodoelmundoestáalamesa.

—VenatomarunabotellademíbuenvinodeBurdeos.

—¿Osparecebonitoelreloj?—dijopapáGoriot—.Tienebuengustomihija,¿no?

Vautrin,papáGoriotyRastignacbajaronjuntosyseencontraron,debidoasuretraso,sentadosalamesa,unoalladodeotro.EugeniomanifestólamayorindiferenciaaVautrindurantelacomida,aunqueestehombre,tanamablealosojos de la señora Vauquer, nunca como entonces hubiera desplegado tantoingenio.Estuvomuyocurrenteysupointeresara todos loscomensales.Estaseguridad,estasangrefríadejaronconsternadoaEugenio.

— ¿Sobre qué hierba habéis caminado hoy? —preguntóle la señoraVauquer—.Estáisalegrecomounpinzón.

Page 123: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Siempreestoycontentocuandohehechobuenosnegocios.

—¿Negocios?—dijoEugenio.

—Sí. He entregado una partida de mercancía que me valdrá buenosderechosdecomisión.SeñoritaMichonneau—dijo,dándosecuentadequelasolteronaleexaminaba—,¿tengoenlacaraalgúnrasgoqueosdesagrade,queme hacéis el ojo americano? Si es preciso, lo cambiaré para resultarosagradable.

—Poiret,nonosenfadaremosporeso,¿verdad?—dijoguiñandoelojoalviejoempleado.

—Vamos —dijo la señora Vauquer—, mejor sería que nos dieseis devuestrovinodeBurdeos,delqueyaveounabotellaqueasomalanariz.Esonosdaráalegría,ademásdequeesbuenoparaelestómago.

—Señores—dijoVautrin—, la señora presidenta nos llama al orden. Laseñora Couture y la señorita Victorina no se escandalizarán con nuestrosdiscursos frívolos; pero respetad la inocencia de papá Goriot. Propongo unpequeñobotelloramadevinodeBurdeos, al que el nombredeLaffitte hacedoblemente ilustre, dicho sea sin alusión política. ¡Vamos, chino! —dijomirandoaCristóbal,quenosemovió—.¡Aquí,Cristóbal!¡Cómo!,¿nooyestunombre?¡Chino,traeloslíquidos!

—Aquíestán,señor—dijoCristóbalpresentándolelabotella.

DespuésdehaberllenadoelvasodeEugenioyeldepapáGoriot,saboreóélunasgotas,mientrassusdosvecinosbebían,ydeprontohizounamueca.

—¡Diablo,diablo!,tieneelsabordeltapón.Tomaestoparati,Cristóbal,yveabuscarmás;aladerecha,¿sabes?Somosdieciséis;bajaochobotellas.

—Puesto que sois tan espléndido —dijo el pintor—, yo pago unascastañas.

—¡Oh,oh!

—¡Ah!

—¡Prrr!

Cadaunoprofirióexclamacionesquepartieroncomocohetes.

—Vamos,mamáVauquer,dosdechampaña—legritóVautrin.

—¡Cómo!¿Porquénopedísqueosdélacasaentera?¡Dosdechampaña!¡Perosiestocuestadocefrancos!¡Yono losgano!PerosielseñorEugenioquierepagarlas,yoofrezcolicordegrosella.

—Su licor de grosella purga como si fuera maná—dijo en voz baja el

Page 124: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

estudiantedemedicina.

— ¿Quieres callar, Bianchon? —exclamó Rastignac—. No puedo oírhablardemanásinqueelcorazón…Sí,veabuscarelvinodeChampaña;yolopago—añadióelestudiante.

—Silvia—dijolaseñoraVauquer—,traedlasgalletaslospastelillos.

EnunmomentocirculóelvinodeBurdeos,loscomensalesseanimaron,laalegríafueenaumento.Huborisasferoces,enmediodelascualesestallaronalgunas imitaciones de diversas voces de animales.A los pocos instantes sehabíaarmadounbarullodemildemonios,unaóperaqueVautrindirigíacomoundirectordeorquesta,vigilandoaEugenioyapapáGoriot,queyaparecíanestar borrachos. Con la espalda apoyada en la silla, los dos contemplabanaquel desorden insólito con aire grave, bebiendo poco; los dos estabanpreocupadosporloquehabíandehacerporlanoche,ysinembargosentíanseincapaces de levantarse. Vautrin, que seguía los cambios de su fisonomíalanzándoles miradas de soslayo, aprovechó el momento en que sus ojosvacilaronyparecieronquerercerrarse,parainclinarsealoídodeRastignacydecirle:

—Jovencito, no somos bastante astutos para luchar contra nuestro papáVautrin,yésteosamademasiadoparadejarquehagáistonterías.Cuandohedecididohaceralto,sóloDioseslobastantefuerteparacerrarmeelpaso.¡Ah!,¿queríamos ir a prevenir al padre Taillefer, a cometer faltas de colegial? Elhornoestácaliente,laharinaestáamasada,elpanencimadelapala;mañanaharemos saltar las migas por encima de nuestra cabeza; ¿y habríamos deimpedir que se cociera el pan? No, no, todo cocerá. Si tenemos algunospequeños remordimientos, la digestión se los llevará. Mientras nosotrosestemos durmiendo, el coronel conde Franchessini os abrirá la sucesión deMiguel Taillefer con la punta de su espada. Al heredar de su hermano,Victorinatendráquincemilfrancosderenta.Yameheinformado,yséquelaherenciadelamadreasciendeamásdetrescientosmil…

Eugenio oía estas palabras sin poder contestar a ellas: sentía su lenguapegadaalpaladaryseencontrabapresadeunainvenciblesomnolencia;yanoveía la mesa y las caras de los huéspedes más que a través de una nieblaluminosa.Prontosedesvanecióelruidoyloshuéspedesfueronsaliendounotras otro. Luego cuando no quedaronmás que la señoraVauquer, la señoraCouture,laseñoritaVictorina,VautrinypapáGoriot,Rastignacvio,comoenmediodeunsueño,quelaseñoraVauquercogíalasbotellasparavaciarloquequedabadeellas,demaneraqueseconvirtieronenbotellasllenas.

—¡Ah,sonunoslocosesosjóvenes!—decíalaviuda.

FuelaúltimafrasequeEugeniopudocomprender.

Page 125: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—NadiemásqueelseñorVautrinpuedehaceresascosas—dijoSilvia—.Fijaos,Cristóbalyaestároncando.

—Adiós,mamá—dijoVautrin—.VoyalbulevaraadmiraralseñorMartyen Elmonte salvaje, una gran pieza sacada del Solitario. Si queréis, puedollevarosallá,lomismoqueaestasdamas.

—Muchísimasgracias—dijolaseñoraCouture.

—¡Cómo!—exclamólaseñoraVauquer—.¿Rehusáis iraverunapiezaqueestá sacadadelSolitario, obrahechaporAtaladeChateaubriand, yquetanto nos gustaba leer, tan bella, que llorábamos comoMagdalenas bajo lostilos el verano pasado, en fin, una obra moral que puede instruir a vuestraseñorita?

—Nosestáprohibidoiralacomedia—respondióVictorina.

—Vamos,éstosyasehanido—dijoVautrinmoviendodeunmodocómicolacabezadepapáGoriotyladeEugenio.

Colocandolacabezadelestudianteencimadeunasilla,paraquepudieradormircómodamente,lebesócalurosamenteenlafrente,cantando:

¡Dormid,miscarosamores!

Porvosotrosyosiemprevelaré.

—Temoqueestéenfermo—dijoVictorina.

—Quedaos a cuidarle, entonces —repuso Vautrin—. Es —añadióhablándolealoído—vuestrodeberdeesposasumisa.Este jovenosadora,yvos seréis sumujercita, os lopronostico.En fin—dijo luegoenvoz alta—,fueronbienconsideradosen todoelpaís,vivieronfelicesy tuvieronmuchoshijos.Heahícómoterminantodaslasnovelasdeamor.Vamos,mamá—dijovolviéndosehacialaseñoraVauquer,alaqueabrazó—,poneoselsombrero,elvestidodefloresyelecharpedelacondesa.Voyabuscarosuncoche.

Ysealejócantando:

¡Ohsol,divinosol!

Túquehacesmadurarlascalabazas…

—¡Diosmío!Esehombreno tiene igual, señoraCouture.Vamos—dijovolviéndose hacia el fabricante de fideos—, papáGoriot ya se ha ido. Esteviejocarcamalnuncahatenidolaideadellevarmeaningunaparte.Perovaacaersealsuelo,¡santocielo!¡Esalgotanvergonzosoqueunhombredeedadpierda la razón!Me diréis que es imposible perder lo que no tiene. Silvia,subidleasuhabitación.

Silviacogióalbuenhombrepordebajode losbrazos, lehizoandary lo

Page 126: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

arrojóvestidocomoestaba,comounpaquete,alacama.

—Pobre joven —decía la señora Couture separando los cabellos deEugenio,quelecaíanenlosojos—,escomounamuchacha;nosabeloqueesunexceso.

—¡Ah!,bienpuedodecirquedesdehace treintayunañosque tengo lapensiónhanpasadomuchosjóvenespormismanos,comosueledecirse;perojamáshabíavistouno tansimpático, tandistinguidocomoelseñorEugenio.¡Qué guapo está cuando duerme! Apoyad su cabeza sobre vuestro hombro,señoraCouture. ¡Bah!, se lecaeencimadelde la señoritaVictorina:hayundiosparalosniños.Sinosdescuidamosserompelacabezacontralasilla.Losdosharíanunabuenapareja.

—Vamos, vecina, callaos ya —exclamó la señora Couture—; estáisdiciendounascosas…

— ¡Bah!—dijo la señoraVauquer—, no nos oye. Vamos, Silvia; ven avestirme.Voyaponermemigrancorsé.

—¡Ah,ya!,vuestrograncorsé, señora,despuésdehabercomido—dijoSilvia—.No, buscad a alguienmás para que os apriete; no seré yo vuestroasesino.Cometeríaisunaimprudenciaqueoscostaríalavida.

—Medaigual;hayquehacerhonoralseñorVautrin.

—¿Esquenoamáisavuestrosherederos?

—Vamos,Silvia,nodiscutamos—dijolaviudaalmarcharse.

—Asuedad—dijolacocineraaVictorina,señalandoasudueña.

La señora Couture y su pupila, sobre cuyo hombro dormía Eugenio,permanecieronenelcomedor.LosronquidosdeCristóbalresonabanenlacasasilenciosa y contrastaban con el apacible sueño de Eugenio, que dormíadulcemente como un niño. Feliz de poder permitirse uno de esos actos decaridadporloscualesseexpansionantodoslossentimientosdelamujer,yquele hacía sentir sin escrúpulos de conciencia el corazón del joven latiendoencimadelsuyo,Victorinateníaenelrostroalgodematernalmenteprotectorquelahacíasentirseorgullosa.Atravésdelosmilpensamientosqueseelevanensucorazónsurgíauntumultuosomovimientodeplacerpuroycálidoauntiempo.

—¡Pobrehijamía!—dijolaseñoraCoutureapretandosumano.

Laancianaseñoraadmirabaaaquelrostrocándidoysufrido,sobreelcualhabíadescendidolaaureoladelafelicidad.VictorinaparecíaunadeaquellasingenuaspinturasdelaEdadMediaenlascualestodoslosaccesorioshansidonegligidos por el artista, que ha reservado la magia de un pincel sereno y

Page 127: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

orgulloso para el rostro de tono amarillo, pero en la que el cielo parecereflejarseconsusmaticesdeoro.

—Sin embargo, no ha bebidomás de dos vasos,mamá—dijoVictorinapasandosusdedosporentreloscabellosdeEugenio.

—Es que si fuera un libertino, hijamía, habría soportado el vino comotodosesosotros.Suembriaguezconstituyesuelogio.

Enlacalleresonóelruidodeuncoche.

—Mamá—dijolajoven—,ahíestáelseñorVautrin.Coged,pues,alseñorEugenio.Noquisieraquemevieraasíesehombre;tieneunasexpresionesqueensucian el alma y unas miradas que molestan a una mujer como si ladesnudaran.

—No—dijolaseñoraCouture—teequivocas.ElseñorVautrinesunbuenhombre,unpocoalestilodelseñorCouture,queenpazdescanse;brusco,perobueno.

EnaquelmomentoentróVautrinsuavementeymiróelcuadroformadoporaquellasdoscriaturasalasquelaluzdelalámparaparecíaacariciar.

—Bien—dijo cruzándose de brazos—, he ahí unas escenas que habríaninspiradohermosaspáginasalbuenoesedeBernardinodeSaint-Pierre,autordePabloyVirginia.La juventudesmuyhermosa, señoraCouture.Duerme,pobre niño —dijo contemplando a Eugenio—; el bien viene a vecesdurmiendo.Señora—añadiódirigiéndosealaviuda—,loquemegustadeesejoven,loquemeemociona,essaberquelabellezadesualmaestáenarmoníacon ladesu rostro.Mirad,¿noesunquerubínapoyadoenelhombrodeunángel?¡Esdignodeseramado!Siyofueramujer,quisieramorir,mejordicho,vivir para él.Al admirarles así, señora—dijo en voz baja e inclinándose aloídodelaviuda—,nopuedopormenosdepensarqueDiosloshacreadoelunoparaelotro.LaProvidenciatieneunoscaminosmuyescondidos.

—Ella sondea los riñones y los corazones—exclamó en voz alta—. Alveros unidos, hijos míos, unidos por una misma pureza, por todos lossentimientoshumanos,medigoquees imposiblequeenel futuro lleguéisasepararosjamás.Diosesjusto.Pero—dijoalajoven—mehaparecidoverenvuestramanolaslíneasdelaprosperidad.Dadmelamano,señoritaVictorina.Entiendo de quiromancia; a menudo he dicho la buenaventura. Vamos, notengáismiedo.¡Oh!,¿quéesloqueveo?Afedehombrehonrado,vosseréisdentrodepocounadelasmásricasherederasdeParís.Colmaréisdefelicidadalhombrequeosama.Vuestropadreosllamaasulado.Oscasaréisconunjovenqueposeetítulo,joven,guapo,queosadora.

En aquelmomento, los pesados pasos de la coqueta viuda que bajaba la

Page 128: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

escalerainterrumpieronlasprofecíasdeVautrin.

—Heahía la señoraVauquer,bellacomounaestrella,esbeltacomounazanahoria.¿Novamosunpoquitínapretados?—dijotocándoleelbusto—.Losantecorazonesestánbienapretados,mamá.Silloramos,habráexplosión;peroyorecogerélosfragmentosconuncuidadopropiodeanticuario.

—¡Conoceellenguajedelagalanteríafrancesa,elmuypícaro!—dijolaviudainclinándosealoídodelaseñoraCouture.

—Adiós,hijosmíos—dijoVautrinvolviéndosehaciaEugenioyVictorina—. Yo os bendigo—les dijo imponiéndoles las manos por encima de suscabezas—. Creedme, señorita, los votos de un hombre honrado son muyimportantes;handetraersuerte,porqueDioshacecasodeellos.

—Adiós,queridaamiga—dijolaseñoraVauquerasuhuésped—.¿Creéis—añadióenvozbaja—queelseñorVautrintengaintencionesrelativasamipersona?

—¡Oh,queridamadre—dijoVictorinasuspirandoymirandosusmanoscuandolasdosmujeresestuvieronsolas—,siesebuenseñorVautrindijeralaverdad!

—Peroparaesosólohacefaltaunacosa—respondiólaancianaseñora—:queesemonstruodetuhermanosecaigadelcaballo.

—¡Ah,mamá!

—¡Diosmío!,quizáseapecadoeldesearmalasuenemigo—repuso laviuda—.Bien,harépenitenciaporello.Enrealidad,lellevarédebuencorazónflores a la tumba. ¡Qué mal corazón! No tiene el valor para hablar por sumadre,delacualconservalaherenciaendetrimentotuyo.Miprimateníaunabuenafortuna.Paradesgraciatuya,nuncasehahabladodesuaportaciónenelcontrato.

—Mi felicidadmeseríaamenudodifícilde soportar si costase lavidaaalguien—dijoVictorina—.Ysifuesepreciso,paraserfeliz,quemihermanodesapareciese,preferiríasiempreestaraquí.

—Diosmío,comodiceesebuenseñorVautrin,elcual,comoves,esmuyreligioso—repusolaseñoraCouture—,hetenidolasatisfaccióndesaberquenoesincrédulocomolosdemás,quehablandeDiosconmenosrespetoqueeldiablo.Bien,¿quiénpuedesaberporquécaminossecomplacelaProvidenciaenconducirnos?

AyudadasporSilvia, lasdosmujeresacabarontransportandoaEugenioasuhabitación,leacostaronensucamaylacocineraleaflojólaropaparaqueestuviera cómodo.Antes demarcharse, cuando su protectora hubovuelto laespalda,VictorinadiounbesoaEugenioenlafrente,contodalafelicidadque

Page 129: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

habíadeprocurarleaquelcriminallatrocinio.Miróhaciasuhabitación,reunió,porasídecirlo,enunsolopensamientolasmilfelicidadesdelajornada,trazóun cuadro que contempló durante un buen rato y se durmió la criaturamásdichosa de París. El festejo a favor del cual Vautrin había hecho beber aEugenio y a papá Goriot el vino narcotizado decidió la pérdida de aquelhombre.

Bianchon, medio embriagado, olvidóse de interrogar a la señoritaMichonneau sobre Burla-la-Muerte. Si hubiera pronunciado aquel nombre,habríadespertadociertamentelaprudenciadeVautrino,parallamarleporsuverdadero nombre, de Jacques Collin, una de las celebridades del presidio.Además, las bromas de que la hacía objeto decidieron a la señoritaMichonneauaentregaralpresidiarioenelmomentoenque,confiandoenlagenerosidaddeCollin,calculabaquenoeramejorprevenirleyhacerqueseevadieradurantelanoche.Acababadesalir,acompañadadePoiret,parairalencuentrodelfamosojefedelapolicíadeseguridad,enlacallejueladeSantaAna, creyendo que tenía que vérselas con un empleado superior llamadoGondureau. El jefe de la policía judicial le recibió con amabilidad. Luego,después de una conversación en la que todo quedó precisado, la señoritaMichonneau pidió la poción con ayuda de la cual había de efectuar laverificacióndelamarca.AnteelgestodesatisfacciónquehizoelhombredelacallejueladeSantaAna,buscandounfrascoenelcajóndesuescritorio,laseñoritaMichonneauadivinóquehabíadehaberenaquellacapturaalgomásimportantequeladetencióndeunsimplepresidiario.Despuésdedevanarseunbuen rato los sesos sospechó que la policía esperaba, según algunasrevelacioneshechasporlostraidoresdelpresidio,llegaratiempopara,echarel guante a unos ladrones considerables. Cuando ella hubomanifestado susconjeturasaaquelzorro,élsepusoareír,yquisoapartarlassospechasdelamentedelasolterona.

—Os engañáis —respondió—. Collin es la sorbona más peligrosa quejamássehayaencontradoal ladode los ladrones.Esoes todo.Lospillos losaben; es subandera, su sostén, suBonaparte; todos le aman.Ese sujetononosdejaránuncasutroncho.

La señoritaMichonneau no comprendía nada, por lo cual Gondureau leexplicólasdospalabrasdeargotdequesehabíaservido.

Sorbona y troncho son dos expresiones enérgicas del lenguaje de losladrones,quefueronlosprimerosquesintieronlanecesidaddeconsiderar lacabeza humana bajo sus dos aspectos. La sorbona es la cabeza del hombrevivo,surazón,supensamiento.Eltronchoesunapalabradespectivadestinadaa expresar hasta qué punto la cabeza se convierte en poca cosa cuando escortada.

Page 130: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Collin seburladenosotros—repuso—.Cuandoencontramoshombrescomo esos en forma de barras de acero templadas a la inglesa, tenemos elrecurso de matarlos si, durante su detención, tratan de ofrecer la menorresistencia.NosotroscontamosconalgunasvíasdehechoparamataraCollinmañana por la mañana. Se evitan de este modo el proceso, los gastos deguardia, el alimento, y estodesembaraza a la sociedad.Losprocedimientos,las asignaciones a los testigos, sus indemnidades, la ejecución, todo lo quedebedeshacernos legalmentede ellonos cuestamásde losmil escudosquevos tendréis. Hay ahorro de tiempo. Al dar un bayonetazo a la barriga deBurla-la-Muerte, impediremos un centenar de crímenes, y evitaremos lacorrupcióndecincuentamalossujetos,quesemantendránprudentementealosalrededoresdelcorreccional.Segúnlosverdaderosfilántropos,conducirseasíesprevenirloscrímenes.

—Estoesservirasupaís—dijoPoiret.

—Bien—replicóeljefe—,estanochedecíscosassensatas.Sí,ciertamenteservimos al país. Así, el mundo es muy injusto con nosotros. Nosotrosprestamosalasociedadserviciosmuygrandesquepermanecenignorados.Enfin,espropiodeunhombresuperiorelcolocarseporencimadelosprejuicios,ydeun cristiano el adoptar lasdesgraciasque el bien acarrea cuandono serealizasegúnlasideasrecibidas.ParísesParís,¿sabéis?Estapalabraexplicamivida.Tengoelhonordesaludaros,señorita.MañanaestaréconmigenteenelJardíndelRey.EnviadaCristóbalalacalledeBuffon,alacasadelseñorGondureau,dondeyoestaba.Señor,yosoyvuestroservidor.Sialgunavezoshubiesenrobadoalgo,usaddemíparahacerquevuelvaaencontrarlo;estoyavuestradisposición.

—Bien—dijoPoiretalaseñoritaMichonneau—,hayimbécilesaquienesesta palabradepolicía trastorna engranmodo.Loque ese señor os pide essencillísimo.

Eldíasiguientehabíadeserunodelosmásextraordinariosdelahistoriade laCasaVauquer.Hasta entonces, el acontecimientomás sobresaliente deaquellavidaapaciblehabíasidolaapariciónmeteóricadelapseudo-condesade Ambermesnil. Pero todo había de palidecer ante las peripecias de aquelgrandía,quehabríadeconstituirperpetuamenteeltemadelasconversacionesde la señoraVauquer.Ante todo,Goriot y Eugenio deRastignac durmieronhasta las once. La señoraVauquer, que había regresado amedianoche de laGaîté,permanecióenlacamahastalasdiezymedia.ElprolongadosueñodeCristóbal, que se había terminado de beber el vino ofrecido por Vautrin,ocasionóretrasosenelserviciodelacasa.PoiretylaseñoritaMichonneaunose quejaron de que el desayuno se retrasara. En cuanto a Victorina y a laseñoraCouture,durmieronhastamuytarde.Vautrinsalióantesdelasochoyvolvió en el momento en que el desayuno estuvo servido. Nadie reclamó,

Page 131: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

pues,enelmomentoenque,hacialasonceycuarto,SilviayCristóbalfuerona llamara todas laspuertasdiciendoqueeldesayuno lesesperaba.MientrasSilvia y el criado se ausentaron, la señorita Michonneau, descendiendo laprimera,vertióellíquidoenelvasodeplataquepertenecíaaVautrinyenelcual se calentaba al bañomaría la leche para su café. La solterona habíacontadoconestaparticularidaddelapensiónparadarsugolpe.Aunqueconalgunas dificultades, los siete huéspedes se encontraron reunidos. En elmomento en que Eugenio, desperezándose, bajaba el último de todos, unrecaderoleentregóunacartadelaseñoradeNucingen.Estacartasehallabaredactadaenlossiguientestérminos:

«No tengo ni falsa vanidad ni cólera contra vos, amigo mío. Os heesperadohasta lasdosde lamadrugada. ¡Esperaraunseralqueseama!Elquehaconocidoestesuplicionoloimponeanadie.Yaveoqueamáisporvezprimera.¿Quéhasucedido,pues?Sehaapoderadodemílainquietud.Siyonohubiesetemidorevelarlossecretosdemicorazón,habríaidoaenterarmedeloqueosocurría,tantobuenocomomalo.Perosaliraestahora,seaapie,seaencoche,¿noequivaleaperderse?Hesentido ladesgraciadesermujer.Tranquilizadme,explicadmeporquénohabéisvenido,despuésde loqueoshadichomipadre.Meenfadaré,peroosperdonaré.¿Estáisenfermo?¿Porquéos alojáis tan lejos? Contestadme. Hasta pronto, ¿verdad?Una palabra serásuficiente si estáis ocupado. Decid: ya voy, o estoy sufriendo. Pero siestuvieseisenfermo,mipadrehabríavenidoadecírmelo.¿Quéha sucedido,pues?…».

—Sí, ¿qué ha sucedido? —exclamó Eugenio, que se precipitó en elcomedorestrujandolacartasinacabardeleerla—.¿Quéhoraes?

—Lasonceymedia—dijoVautrinponiendoazúcarasucafé.

ElpresidiarioevadidolanzóaEugeniolamiradafríamentefascinadoraqueciertos hombres eminentemente magnéticos tienen el don de lanzar, y que,segúndicen,calmaaloslocosfuriososenlascasasdedementes.Eugenioseestremeció.Oyóse el ruidodeun coche, y un criado con la libreadel señorTaillefer,alqueinmediatamentereconociólaseñoraCouture,entródeprontoconaireasustado.

—Señorita—exclamó—,vuestroseñorpadrepreguntaporvos.Unagrandesgraciaacabadeproducirse.El señorFederico sehabatidoendueloyharecibidoungolpedeespadaenlafrente;losmédicosdesesperandesalvarle;apenastendréistiempodedecirleadiós;yahaperdidoelconocimiento.

— ¡Pobre joven! —exclamó Vautrin—. ¿Cómo se querella uno cuandotiene sus buenas mil libras de renta? Decididamente, la juventud no sabecomportarse.

Page 132: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¡Señor!—legritóEugenio.

— ¿Qué ocurre? —dijo Vautrin acabando de beber su taza de cafétranquilamente,operaciónque la señoritaMichonneauseguíacondemasiadaatenciónparapodersorprendersedelacontecimientoextraordinarioquedejabaatónitosatodos—.¿EsquenohayduelostodoslosdíasenParís?

—Voyconvos,Victorina—decíalaseñoraCouture.

Y aquellas dos mujeres se fueron sin chal ni sombrero. Antes demarcharse, Victorina, con los ojos llenos de lágrimas, lanzó a Eugenio unamiradaqueledecía:«Yonocreíaquenuestrafelicidadhubieradeproducirmelágrimas».

—¡Bah!¿Esquesoisprofeta,señorVautrin?—dijolaseñoraVauquer.

—Yolosoytodo—dijoJacquesCollin.

—Es singular —dijo la señora Vauquer diciendo una serie de frasesinsulsassobreaquelacontecimiento—.Lamuerteseapoderadenosotrossinconsultarnos.Losjóvenessevanamenudoantesquelosviejos.Nosotras,lasmujeres, podemos considerarnos dichosas de no estar sujetas al duelo; perotenemosotrosachaquesqueloshombresnotienen.Hacemosniñosyelmaldemadre dura mucho tiempo. ¡Qué suerte para Victorina! ¡Su padre se veobligadoaadoptarla!

—Fijaos —dijo Vautrin mirando a Eugenio—, ayer ella estaba sin uncéntimo;estamañanaposeevariosmillones.

—SeñorEugenio—exclamólaseñoraVauquer—,habéispuesto lamanoenbuensitio.

Aestainterpelación,papáGoriotmiróalestudianteylevioenlamanolacarta.

— ¡No la habéis terminado! ¿Qué quiere decir esto? ¿Seréis como losdemás?—lepreguntó.

—Señora, nunca me casaré con la señorita Victorina —dijo Eugeniodirigiéndosea laseñoraVauquerconunsentimientodehorrorydedisgustoquesorprendióalospresentes.

PapáGoriotcogiólamanodelestudianteyselaestrechó.Habríaqueridobesársela.

—¡Oh,oh!—dijoVautrin—.Lositalianostienenunafraseapropiada:Coltempo!

—Espero la respuesta —dijo a Rastignac el enviado de la señora deNucingen.

Page 133: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Decidqueiré.

Elhombre se fue.Eugenio sehallaba enunviolento estadode irritaciónquenolepermitíaserprudente.

—¿Quéhacer?—decíaenvozalta,hablandoconsigomismo—.¡Nadadepruebas!

Vautrinsesonrió.Enaquelmomento,lapociónabsorbidaporelestómagoempezabaaproducirsuefecto.Sinembargo,elpresidiarioeratanrobustoqueselevantó,miróaRastignacyledijoconvozcavernosa:

—Muchacho,elbiennosllegadurmiendo.

Ydichoesto,cayórígidocomounmuerto.

—Hay,pues,unajusticiadivina—dijoEugenio.

—¿QuéesloquelehasucedidoaesepobreseñorVautrin?

—Unataquedeapoplejía—gritólaseñoritaMichonneau.

—Silvia,vamos,hijamía,veabuscaralmédico—dijolaviuda—.¡Ah!,señorRastignac,corredenseguidaabuscaralseñorBianchon;quizáSilvianoencuentreanuestromédico,alseñorGrimprel.

Rastignac, feliz de tener un pretexto para abandonar aquella espantosacaverna,huyócorriendo.

—Vamos, Cristóbal, ve en seguida a la farmacia a pedir algo contra laapoplejía.

Cristóbalsalió.

—PapáGoriot,ayudadnosasubirloasuhabitación.CogieronaVautrin,losubieronporlaescaleraylollevaronasucama.

—Yonolessirvodenada,yporlotanto,mevoyaveramihija.

— ¡Viejo egoísta! —exclamó la señora Vauquer—. Deseo que muerascomounperro.

—Idaversitenéiséter—dijoalaseñoraVauquerlaseñoritaMichonneau,lacual,ayudadaporPoiret,habíadesabrochadoeltrajedeVautrin.

LaseñoraVauquerbajóasushabitacionesydejóalaseñoritaMichonneaudueñadelcampodebatalla.

— ¡Vamos, quitadle la camisa! Servid para algo, evitando que yo veadesnudeces—ledijoaPoiret—.Estáisahícomopasmado.

LaseñoritaMichonneaudiounafuertepalmadaalaespaldadelenfermoylasdosletrasfatalesreaparecieronenblancoenmediodellugarrojo.

Page 134: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Habéisganadomuyhábilmentevuestragratificacióndetresmilfrancos—exclamó Poiret, sosteniendo a Vautrin de pie, mientras la señoritaMichonneau volvía a ponerle la camisa—. ¡Uh, cuánto pesa! —añadióacostándole.

— ¡Callaos! ¡Si hubiera aquí una caja! —dijo vivamente la solterona,cuyosojosparecían taladrar losmuros, con tanta avidez examinaba losmásinsignificantes muebles del aposento—. ¡Si pudiésemos abrir ese escritorioconunpretextocualquiera!—añadió.

—Quizásestaríamal—respondióPoiret.

—No. El dinero robado, habiendo sido el de todo el mundo, ya noperteneceanadie.Peronotenemostiempo.EstoyoyendoalaVauquer.

—Aquítenéiseléter—dijolaseñoraVauquer—.¡Caramba!,hoyeseldíadelasaventuras.¡Diosmío!,esehombrenopuedeestarenfermo.Estáblancocomolacera.

—Comolacera—repitióPoiret.

—Su corazón palpita acompasadamente —dijo la viuda poniéndole lamanosobreelcorazón.

—Acompasadamente—dijoPoiretasombrado.

—Estámuybien.

—¿Locreéisasí?—preguntóPoiret.

—¡Caramba!,parececomosidurmiera.Silviahaidoabuscarunmédico.Mirad,señoritaMichonneau,estáreaccionandoaléter.¡Bah!,esunespasmo.Supulsoesnormal.Esfuertecomounturco.Esehombrevivirácienaños.Supeluca aguanta bien. Está pegada. Ese hombre es pelirrojo, y dicen que lospelirrojossonmuybuenosomuymalos.¿Serábuenoestehombre?

—Buenoparaquelocuelguen—dijoPoiret.

—Queréisdecirquelocuelguendelcuellodeunamujerguapa—exclamóvivamente la señoritaMichonneau—.Marchaos, pues, señor Poiret. Es cosaquenosincumbeanosotraselcuidaroscuandoestáisenfermos.Además,paralo que servís, bien podéis ir a pasear—añadió—. La señora Vauquer y yocuidaremosbienaeseseñorVautrin.

Poiretsemarchósinrechistar,comounperroalquesudueñoacabadedarunpuntapié.Rastignachabíasalidoapasear,paraqueledieraelaire,porquesentía que se asfixiaba. Aquel crimen cometido a hora fija había queridoevitarloeldíaantes.¿Quéhabíasucedido?¿Quédebíahacer?Teníamiedodesercómplice.LasangrefríadeVautrinaúnleasustaba.

Page 135: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Sinembargo,siVautrinmuriesesinhablar…—decíaseRastignac.

Iba por las avenidas delLuxemburgo comoperseguido por una jauría, yparecíaleoírlosladridosdelosperros.

—¡Hola!—legritóBianchon—.¿HasleídoElPiloto?

ElPilotoeraunperiódicoradicaldirigidoporelseñorTissot,yquedabapara la provincia, unas horas después de los periódicos de la mañana, unaedición en la que se encontraban las noticias del día, que entonces, en losdepartamentos,llevabanveinticuatrohorasdeventajasobrelasotrashojas.

—Hayunaextraordinariahistoria—dijoelinternodelhospitalCochin—.ElhijodeTaillefersehabatidoendueloconelcondedeFranchessini,delaviejaguardia,quelehametidodospulgadasdehierroenlafrente.Heaquílapequeña Victorina, uno de los partidos más ricos de París. ¿Es verdad queVictorinatemirabaconbuenosojos?

—Cállate,Bianchon; nome casaré nunca con ella.Yo amo a unamujerdeliciosa,soyamadoporella,yo…

—Muéstrame una mujer que valga el sacrificio de la fortuna del señorTaillefer.

—¿Esquetodoslosdemoniosandandetrásdemí?—exclamóRastignac.

—¿Estásloco?Damelamanoparaquetetomeelpulso.Tienesfiebre.

—Ve a casa de la señora Vauquer—le dijo Eugenio— ese malvado deVautrinacabadecaercomomuerto.

«¡Ah!—dijoBianchon,quedejóaRastignacsolo—,túmeconfirmasunassospechasqueyoquieroiracomprobar».

EllargopaseodelestudiantedeDerechofuesolemne.Hizoenciertomodounexamendeconciencia.Delaterriblediscusiónquesostuvoconsigomismo,su honradez salió probada como una barra de hierro que resiste todas laspruebas.RecordótodaslasconfidenciasquepapáGoriotlehabíahechoeldíaantes,acordósedelapartamentoescogidoparaélcercadeDelfina,enlacalledeArtois;volvióaleerlacarta,labesó.«Talamoresmiáncoradesalvación—sedijo—.Ese pobre viejo ha sufridomucho.Nodice nada de sus penas,pero¿quiénnolasadivinaría?Bien,cuidarédeélcomodeunpadre; ledarémilsatisfacciones.Siellamequiere,vendráamenudoamicasaapasareldíacercadesuhija.EsagrancondesadeRestaudsecomportadeunmodoinfameconsupadre.¡QueridaDelfina!Ellaesmejorparaelpobrehombre;esdignade ser amada. ¡Ah, esta noche yo seré feliz!—Sacó el reloj y lo admiró.—Todomehasalidobien.

»Cuandoseamaparasiempre,unopuedeayudaralotro,ypuedoaceptar

Page 136: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

este regalo. Por otra parte, llegaré adonde me he propuesto llegar, porsupuesto, y podré devolverlo todo centuplicado. No hay en esta relacióncrimen que pueda hacer fruncir el ceño a la virtud más severa. ¡Cuántaspersonashonradascontraenrelacionesparecidas!Noengañamosanadie,yloque nos envilece es la mentira. Mentir, ¿no es acaso abdicar? Desde hacetiemposehaseparadodesumarido.Porotraparte,yolediréaesealsacianoquemecedaunamujeralaqueélleesimposiblehacerdichosa».

LaluchadeRastignacduróunbuenrato.Aunquelavictoriahubieradeserpara lasvirtudesde la juventud,sinembargo,poruna invenciblecuriosidad,hacia las cuatro y media, al caer la tarde, fue a Casa Vauquer, que él seproponía abandonar para siempre. Quería saber si Vautrin estaba muerto.Despuésdehabertenidolaideadeadministrarleunvomitivo,Bianchonhabíahechollevarasuhospital lassustanciasdevueltasporVautrin,conobjetodeanalizarlasquímicamente.AlverlainsistenciadelaseñoritaMichonneauporconseguirquetalessustanciasdesaparecieran,susdudasseaclararon.Porotraparte,VautrinserestableciódemasiadoprontoparaqueBianchonnosupusieraalgúncomplottramadocontraelalegretipodelapensión.EnelmomentoenqueRastignacregresó,Vautrinsehallaba,pues,depiejuntoalaestufa,enelcomedor.Atraídosmásprontoquede costumbrepor la noticia del duelodeTailleferhijo,loshuéspedes,ansiososporconocerlosdetallesdelasuntoylainfluencia que éste había tenido en el destino de Victorina, hallábansereunidos,menos papáGoriot, y comentaban aquella aventura.Cuando entróEugenio, sus ojos se encontraron con los del imperturbable Vautrin, cuyamirada penetró tan adentro en su corazón y agitó en él tan intensamentealgunascuerdasmalas,queseestremeció.

—Bien,hijomío—ledijoelpresidiarioevadido—.Segúnestasdamas,hesostenidovictoriosamenteunataquecapazdemataraunbuey.

—¡Ah!,bienpodéisdeciruntoro—exclamólaviudaVauquer.

—¿Acasooshabríademolestarelvermeconvida?—dijoVautrinaloídodeRastignac,cuyospensamientoscreyóadivinar.

—Afemía—dijoBianchon—, laseñoritaMichonneauhablabaanteayerdeunseñorapodadoBurla-la-Muerte;esemoteoscuadraríamuybien.

Estas palabras produjeron en Vautrin el efecto del rayo: palideció y setambaleó; sumiradamagnética cayó como un rayo de sol sobre la señoritaMichonneau,lacualsesintióanonadadaporaquelfuertechorrodevoluntad.Lasolteronasedejócaersobreunasilla.PoiretavanzóvivamenteentreellayVautrin, comprendiendo que la mujer estaba en peligro, hasta tal punto sevolvió ferozmente significativa la cara del presidiario al deponer lamáscarabenignabajo la cual ocultaba suverdaderanaturaleza.Sin comprender nadaaún de aquel drama, todos los huéspedes quedaron estupefactos. En aquel

Page 137: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

momentooyéronselospasosdevarioshombresyelruidodeunosfusilesqueunossoldadoshicieronresonarporelpavimentodelacalle.Enelmomentoenque Collin buscaba maquinalmente una salida, mirando las ventanas y lasparedes, cuatrohombres aparecieron a lapuertadel salón.Elprimero era eljefedelapolicíadeseguridad;losotrostreseranoficialesdepaz.

—Ennombredelaleyydelrey—dijounodelosoficiales,cuyaspalabrasfueroncubiertasporunmurmullodeasombro.

Prontoreinóelsilencioenelcomedor;loshuéspedessesepararonparadarpaso a tres de aquellos hombres, todos los cuales apoyaban la mano en elbolsillo lateral, donde llevaban una pistola cargada. Dos gendarmes queseguíanalosagentesocuparonlapuertadelsalónyotrosdosaparecieronenladelaescalera.

Los pasos y los fusiles de varios soldados resonaron en el pavimentoguijarroso que bordeaba la fachada. Toda esperanza de huida duele, pues,impedida aBurla-la-Muerte, sobre el cual seposaron irresistiblemente todaslas miradas. El jefe fue directamente hacia él; le dio en la cabeza unamanotadatanviolentamenteaplicadaquelehizosaltarlapelucaydevolvióalacabezadeCollintodosuhorror.Acompañadasdeunoscabellosrojoladrilloycortos,quelesdabanunespantosocarácterdefuerzamezcladaconastucia,aquella cabeza y aquella cara, en armonía con el busto, fueroninteligentemente iluminados como si los fuegos del infierno los hubieranencendido.TodoscomprendieronporenteroaVautrin,supasado,supresente,sufuturo,susdoctrinasimplacables,lareligióndelplacer,lamajestadqueledaban el cinismo de sus pensamientos, de sus actos, y la fuerza de suorganismoadaptadoatodo.Lasangreselesubióalrostroysusojosbrillaroncomolosdeungatomontés.Diounbrincoconunmovimientotanenérgico,dio tales rugidos, que arrancó gritos de terror a todos los huéspedes de lapensión. Ante este gesto de león, y apoyándose en el clamor general, losagentessacaronlaspistolas.Collincomprendióelpeligroquecorríaydiodepronto la prueba del más alto poder humano. ¡Horrible y majestuosoespectáculo!Sufisonomíaofrecióunfenómenoquenopuedecompararsemásqueconeldelacalderallenadelvaporquelevantaríamontañasyquedisuelveenunabrirycerrardeojosunagotadeaguafría.Lagotadeaguaqueenfriósu cólera fue una reflexión rápida como el relámpago. Sonrió y miró supeluca.

—Noteencuentrasentusdíasdecortesía—díjolealjefedelapolicíadeseguridad.Ytendiósusmanosalosgendarmes,llamándolesconungesto—.Señores gendarmes, ponedme las esposas. Tomo por testigo a las personaspresentesdequenoofrezcoresistencia.

Unmurmullodeadmiración,arrancadoporlaprestezaconquelalavayel

Page 138: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

fuegosalieronyvolvieronaentrarenaquelvolcánhumano,resonóenlasala.

—Vamos,desnúdate—ledijoelhombredelacallejueladeSantaAna,conairededesprecio.

—¿Porqué?—dijoCollin—.Aquíhaydamas.Yononiegonada,ymeentrego.

Hizounapausaymiróalaconcurrenciacomounoradorquesedisponeadecircosassorprendentes.

—Escribid, papá Lachapelle —dijo dirigiéndose a un vejete de cabelloblanco que se hallaba sentado en el extremo de la mesa, después de habersacado una cartera— el proceso verbal del arresto. Reconozco ser JacquesCollin,llamadoBurla-la-Muerte,condenadoaveinteañosdepresidio;yacabodedemostrarquenoherobadomisobrenombre.Sihubieralevantadolamano—dijoaloshuéspedes—esostresmatoneshabríanderramadotodamisangresobre el suelo de la señora Vauquer. Esos tipos saben preparar bien lasemboscadas.

LaseñoraVauquerexperimentóungranmalestaraloírestaspalabras.

—¡Diosmío!,escomoparaponerseenferma.¡PensarqueayerestabayoconélenlaGaîté!—dijoaSilvia.

—Vamos, mamá—repuso Collin—. ¿Acaso es una desgracia haber idoayerconmigoalteatro?—exclamó—.¿Soisvosmejorquenosotros?Nosotrostenemosmenos infamiaen la espaldaquevosotrosenel corazón,miembrospodridos de una sociedad gangrenada: el mejor de entre vosotros no seríacapazderesistirme.—SusojosseposaronenRastignac,aquiendirigióunaamable sonrisa que contrastaba singularmente con la ruda expresión de surostro.— Nuestro pequeño contrato sigue en vigor, ángel mío, en caso deaceptación,porsupuesto.¿Sabéis?

Ycantó:

MiFanchetteesencantadoraensuingenuidad.

Elpresidio,consuscostumbresysulenguaje,consusbruscastransicionesdeloagradablealohorrible,suespantosagrandeza,sufamiliaridad,suvileza,quedó de pronto representado en aquella interpelación y por aquel hombre,queyanoeraunhombre,sinoel tipode todaunanacióndegenerada,deunpueblosalvajeylógico,brutalyflexible.EnuninstanteconvirtióseCollinenun poema infernal en el que se pintaron todos los sentimientos humanos,menosuno solo, el del arrepentimiento.Sumirada era la del arcángel caídoque siempre quiere la guerra. Rastignac bajó los ojos, aceptando aquelparentescocriminalcomounaexpiacióndesusmalospensamientos.

—¿Quiénme ha traicionado?—dijoCollin paseando su terriblemirada

Page 139: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

sobre la concurrencia. Y al posarla en la señorita Michonneau—: ¡Eres tú,vieja bruja!—ledijo—. ¡Túmehas originadoun falso ataquede apoplejía,curiosa! Sólo con decir dos palabras podría hacer que te cortaran el cuellodentrodeochodías.Peroteperdono,soycristiano.Porotraparte,noerestúquienmehavendido.Pero¿quién?¡Ah,ah!Andáisrebuscandoahíarriba—exclamóaloírquelosagentesdelapolicíajudicialabríansusarmariosyseapoderabandesusefectos—.Nopodréissabernada.Mislibrosdecomercioestánaquí—añadiódándoseungolpeenlafrente.—Ahorayaséquiénmehavendido. No puede ser otromás que ese despreciable Hilo-de-Seda, ¿no esverdad? —dijo al jefe de policía—. Dentro de quince días habrás caído,aunque tehicieras custodiarpor toda lagendarmería, ¿Qué lehabéisdadoaesaMichonnette?—dijoalosagentes—.¿Algunosmilesdeescudos?Yovalíamásque todoeso,Ninonaveriada,Pompadourde segundamano,VenusdelPadreLachaise.Simehubierasprevenido,yotehabríadadoseismilfrancos.¡Ah!, tú no lo sabías, vieja vendedora de carne, y yo habría tenido lapreferencia. Sí, te habría dado ese dinero para evitarme un viaje que mecontraríayquemehaceperderdinero—decíamientrasleestabanesposando—.Estostiposvanapasearmemuchotiempoparafastidiarme.Simeenviasenenseguidaapresidio,prontomeencontraríadenuevoenmisocupaciones,apesardenuestrosbobaliconesdelmuelledelosOrfebres.

»Allátodosvanaponerseelalmaalrevésparahacerquepuedaevadirsesugeneral,estebuenodeBurla-la-Muerte.¿Hayalgunodevosotrosque,comoyo, poseamás de diezmil hermanos dispuestos a hacer cualquier cosa porvosotros?—preguntóconorgullo—.Hayaquíalgobueno—dijogolpeándoseelcorazón—;yonuncahetraicionadoanadie.¡Fíjate,bruja,míralos!—dijodirigiéndose a la solterona—. Ellosmemiran con terror, pero tú les causasnáuseas.Recogetuporción.

Hizounapausaparacontemplaraloshuéspedes.

—¿Esqueseréistanestúpidos?¿Nuncahabíaisvistoaunpresidiario?UnpresidiariodeltempledeCollin,aquípresente,esunhombremenoscobardeque losdemás,yqueprotesta contra lasprofundasdecepcionesdel contratosocial, comodice Juan Jacobo,dequienmevanagloriode serdiscípulo.Enfin, yo lucho solo contra el Gobierno, con su montón de tribunales, degendarmes,depresupuestos,ylosarrolloatodos.

—¡Diantre!—dijoelpintor—,ofreceunhermosocuadroquepintar.

—Dime,meninodelseñorverdugo,gobernadordelaViuda(nombrellenode terrible poesía que los presidiarios dan a la guillotina) —añadióvolviéndose hacia el jefe de la policía de seguridad—, sé buenmuchachoydime si esHilo-de-Seda el queme ha vendido.No quisiera que pagase porotro;esonoseríajusto.

Page 140: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Enaquelmomentolosagentes,quetodolohabíanabiertoyhabíanhechoinventariodetodoensuhabitación,volvieronaentraryhablaronenvozbajaaljefedelaexpedición.Elprocesoverbalhabíaconcluido.

—Señores—dijoCollindirigiéndosea loshuéspedes—,mevana llevardeaquí.Todosvosotroshabéissidomuyamablesconmigodurantemiestanciaen esta casa y os quedaré reconocido por ello. Me despido de vosotros.PermitiréisqueosmandehigosdeProvenza.

DioalgunospasosyvolvióseparamiraraRastignac.

—Adiós, Eugenio —dijo con voz dulce y triste que contrastabasingularmenteconel tonobruscodesusdiscursos.Sialgunavezestuvieseisenunapuro,puedescontarconunbuenamigo.Encasodedesgracia,acudeallá.Hombreydinero,puedesdisponerdetodo.

Aquel singular personaje puso bastante dosis de burla en estas últimaspalabrasparaquesólopudieranserentendidasporRastignacyporélmismo.Cuando la casa fue evacuada por los gendarmes, por los soldados y por losagentesdepolicía,Silvia,quefrotabaconvinagrelassienesdesuseñora,miróaloshuéspedesconairedeasombro.

—Despuésdetodo,esunbuenhombre—dijo.

Estafraserompióelencantoqueproducíanencadaunodelospresenteslaafluencia y la diversidad de los sentimientos suscitados por esta escena. Enaquelmomento, los huéspedes, despuésdehaberse examinadounos a otros,vieron de pronto a la señorita Michonneau, lívida, seca y fría como unamomia,acurrucadajuntoalaestufa,comosiquisieraocultarlaexpresióndesus miradas. La antipatía que desde hacía tiempo les producía aquel rostroquedósúbitamenteexplicada.

Unmurmullo,queporsuperfectaunidaddesonidorevelabaunaaversiónunánime, resonó de un modo sordo. La señorita Michonneau lo oyó ypermanecióenelmismositio.Bianchonfueelprimeroeninclinarsehaciasuvecino.

—Yomemarchosiesamujerdebeseguircomiendoconnosotros—dijoamediavoz.

En un abrir y cerrar de ojos, todos ellos, menos Poiret. Aprobaron laproposicióndelestudiantedemedicina,elcual,conelapoyode laadhesióngeneral,diounospasoshaciaelviejohuésped.

—VosqueestáisespecialmenterelacionadoconlaseñoraMichonneau—ledijo—,habladle,hacedlecomprenderquedebemarcharseinmediatamente.

—¿Inmediatamente?—repitióPoiret,sorprendido.

Page 141: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Luegoseacercóalaviejayledijounaspalabrasaloído.

—Pero es que he pagadomi estancia, y estoy aquí gracias ami dinero,comotodoelmundo—dijolanzandounamiradadevíboraaloshuéspedes.

—Poreso,quenoquede—dijoRastignac—;entretodososdevolveremoseldinero.

—ElcaballeroapoyaaCollin—respondiólamujerlanzandoalestudianteunamiradaponzoñosaeinquisitiva—,ynoesdifícilsaberporqué.

Aloírestaspalabras,Eugeniodiounbrincocomoparaprecipitarsesobrela solterona y estrangularla. La mirada de la mujer, cuya perfidia élcomprendió,acababadeproyectarunahorribleluzensualma.

—¡Dejadla,pues!—exclamaronloshuéspedes.

Rastignacsecruzódebrazosypermaneciósilencioso.

—AcabemosconlaseñoritaJudas—dijoelpintordirigiéndosealaseñoraVauquer—.Señora,sinoponéisenlacallealaMichonneau,abandonaremosvuestra barraca y diremos por todas partes que en ella sólo se encuentranespías y presidiarios. En caso contrario, guardaremos silencio sobre estehecho,que,afindecuentas,podríaocurrirenlasmejoressociedades.

Aloírestaspalabras, laseñoraVauquerrecobrómilagrosamentelasalud,se irguió, cruzóse de brazos, abrió sus ojos claros y sin aspecto de haberllorado.

—Pero, señormío, ¿es que queréis la ruina demi casa?He ahí al señorVautrin… ¡Oh!,Diosmío—dijo, interrumpiéndose a símisma—,no puedoevitarel llamarleporsunombrehonrado.Heahí—añadió—unahabitaciónvacía,¿yqueréisquetengadosmásparaalquilarenunosmesesenquetodoelmundoestáyaalojado?

—Señores,cojamoselsombreroyvayamosacomeralaplazaSorbonne,encasadeFlicoteaux—dijoBianchon.

LaseñoraVauquercalculódeunasolaojeadaelpartidomásventajosoyseacercóalaseñoritaMichonneau.

—Vamos, preciosa, ¿verdad que no queréis la muerte de miestablecimiento?Yaveisaquéextremomereducenestoscaballeros;volvedasubiravuestrahabitaciónporestanoche.

— ¡No, no!—gritaron los huéspedes—.Queremos que semarche ahoramismo.

—Pero esque la pobre señorita aúnnoha comido—dijoPoiret en tonoquejumbroso.

Page 142: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Quesevayaacomeradondeledélagana—gritaronvariasvoces.

—¡Quésevaya!

—¡Quéselarguenlosespías!

—Señores—exclamóPoiret,quedeprontoseelevóa laalturadelvalorqueelamorconfierealoscarneros—,respetadaunapersonadesusexo.

—Losespíasnotienensexo—dijoelpintor.

—¡Vayaunbuensexorama!

—¡Alacallerama!

—Señores, esto es indecente.Cuando sedespidea laspersonas,hayquehacerlo con consideración. Hemos pagado, y por ello nos quedamos—dijoPoiretcubriéndoseconlagorraysentándoseenunasillaalladodelaseñoritaMichonneau,aquienlaseñoraVauquerestabapredicandounsermón.

—Vamos,pequeño,noseasmalo—ledijoelpintorconairecómico.

—Bien, si no os marcháis vosotros, nos marchamos nosotros —dijoBianchon.

Yloshuéspedesdieronunospasoshaciaelsalón.

—Señorita,¿quéesloquequeréis?—exclamólaseñoraVauquer—.Estoyarruinada.Nopodéisquedarosaquíporqueellosvanarecurriralaviolencia.

LaseñoritaMichonneausepusoenpie.

Semarchará,nosemarchará,semarchará,nosemarchará.Estaspalabras,dichasalternativamente, juntocon lahostilidadde loque seestabadiciendocontra ella, obligaron a la señorita Michonneau a marcharse, después dealgunasestipulacioneshechasenvozbajaconlapatrona.

—MevoyalacasadelaseñoraBuneaud—dijoconaireamenazador.

—Idadondequeráis,señorita—dijolaseñoraVauquer,queviounacruelinjuriaenlaelecciónquehacíadeunacasaconlacualrivalizabayque,porconsiguiente,leresultabaodiosa—.IdacasadelaBuneaudyosdaránunvinocomo para hacer bailar a las cabras y unos platos comprados a losrevendedores.

Los huéspedes se colocaron formando dos filas, con el más profundosilencio.Poiretmiró tan tiernamentea la señoritaMichonneau,mostróse taningenuamente indeciso, sin saber si debía seguirla o quedarse, que loshuéspedes,contentosdequelaseñoritaMichonneausemarchara,echáronseareírmirándoseunosaotros.

—¡Ji,ji!¡Poiret!—rioelpintor.

Page 143: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Habiendo hecho la señorita Michonneau el gesto de tomar el brazo dePoiret,mirándole,éstenopudoresistiralainvitaciónyfueaprestarsuapoyoalavieja.Estallaronaplausosyhubounaexplosiónderisas.

—¡Bravo,Poiret!

—¡EseviejoPoiret!

—¡ApoloPoiret!

—¡MartePoiret!

—¡ValerosoPoiret!

En aquel momento entró un hombre que entregó una carta la señoraVauquer,lacual,despuésdehaberlaleído,desplomóseensuasiento.

—Sólo falta pegar fuego ami casa—exclamó—.El hijo deTaillefer hamuerto a las tres. He sido bien castigada por haber deseado el bien a esasdamas,endetrimentodelpobrejoven.LaseñoraCoutureyVictorinamepidensus efectos y dicen que se quedan a vivir en la casa del padre. El señorTailleferpermiteasuhijaqueconservealaviudaCouturecomoseñoritadecompañía.¡Cuatrohabitacionesvacantes,cincohuéspedesmenos!—Sentóseyparecióestarapuntodellorar.—Ladesgraciahaentradoenmicasa.

Deprontoresonóenlacalleelruidodeuncarruajequeseparaba.

—¡Otradesgracia!—dijoSilvia.

Goriotmostródeprontounacarabrillanteycolorada, llenade felicidad,quepodíahacercreerensuregeneración.

—Goriotencoche—dijeronloshuéspedes—;llegaelfindelmundo.

ElbuenhombrefuedirectamentehaciaEugenio,quepermanecíapensativoenunrincón,ylecogiódelbrazo:

—Venid—ledijoconsemblantealegre.

—¿Esquenosabéis loqueocurre?—ledijoEugenio—.Vautrineraunpresidiarioevadido,alqueacabandedetener,yelhijodeTailleferhamuerto.

—Bien,¿yesoquénosimporta?—respondiópapáGoriot—.Yocomoconmihijaenvuestracasa,¿comprendéis?Ellaosespera.¡Venid!

ArrastrócontantafuerzaaRastignacporelbrazo,quepareciócomosiloraptase.

—¡Vamosacomer!—gritóelpintor.

Entoncestodossesentaronalamesa.

—¡Mecachis!—dijo lagruesaSilvia—, todas lasdesgraciasvienenhoy

Page 144: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

juntas; se me ha quemado el guiso de judías con cordero. Tanto peor; locomeréiscomoesté.

LaseñoraVauquernotuvovalorparadecirunasolapalabraalversóloadiezpersonasenlugardedieciochoalrededordesumesa;perotodostratarondeconsolarlayalegrarla.SialprincipiolosexternoshablarondeVautrinydelos sucesos del día, pronto se dejaron llevar por la marcha sinuosa de laconversaciónycomenzaronacharlarsobrelosduelos,elpresidio,lajusticia,lasleyesquehabíandeserreformadas,lasprisiones.ProntoseencontraronamilleguasdeJacquesCollin,deVictorinaydesuhermano.Aunquenofuesenmás que diez, gritaban como veinte, y parecían más numerosos que decostumbre.Estafuetodaladiferenciaquehuboentreaquellacomidayladeldía antes. La despreocupación habitual de este mundo egoísta, que al díasiguiente había de tener otra presa que devorar en los acontecimientoscotidianosdeParís,fueloqueprevaleció,ylapropiaseñoraVauquersedejócalmarporlaesperanza,quehablóporbocadelagruesaSilvia.

AqueldíahabíadeserunaespeciedefantasmagoríaparaEugenio,elcual,apesardelafuerzadesucarácterydesubondad,nosabíacómoponerordenen sus ideas.Encontróse en el cocheal ladodepapáGoriot, cuyaspalabrasrevelabanunaalegría insólitay resonabanensuoídocomo laspalabrasqueoímosensueños.

—Vamos a comer los tres juntos, ¡juntos!, ¿comprendéis? He aquí quehacecuatroañosquenohecomidoconmiDelfina,conmipequeñaDelfina.Latendréconmigotodaunatarde.Estamosenvuestracasadesdeestamañana.He trabajado como un negro. Ayudaba a transportar los muebles. ¡Ah!, nosabéiscuánamableesalamesa;veréiscómoseocupademí:«Tomad,papá;comeddeesto,estámuyrico».Yentoncessoyincapazdecomer.¡Oh!,hacemuchotiempoquenohepodidoestarconellaconlatranquilidadnecesaria.

—Pero—dijoEugenio—,¿esqueelmundoestáhoyalrevés?

— ¿Al revés? —dijo papá Goriot—. Pero si en ninguna época fue elmundo tan bien como ahora. No veo más que caras alegres por las calles,personas que se estrechan la mano y se abrazan; personas felices, como sitodasellasfuesenacomerconsushijas.

—Meparececomosiestuvieravolviendoalavida—dijoEugenio.

—Deprisa,cochero—gritópapáGoriotabriendoelcristaldedelante—.Másdeprisa;osdaréciensueldosdepropinasiendiezminutosmelleváisallídondesabéis.

Al oír esta promesa, el cochero atravesó París con la rapidez delrelámpago.

Page 145: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Estecocheronosirveparanada—decíapapáGoriot.

—Pero¿adóndemelleváis?—preguntóleRastignac.

—Avuestracasa—dijopapáGoriot.

ElcochesedetuvoenlacalledeArtois.Elbuenhombrefueelprimeroenapearse y echó diez francos al cochero, con la prodigalidad de un hombreviudoque,enelparoxismodesuplacer,noreparaennada.

—Vamos, subamos —dijo a Rastignac, haciéndole atravesar un patio yconduciéndole a lapuertadeunapartamento situadoenel tercerpiso, en laparte trasera de una casa nueva y de bella apariencia. Papá Goriot no tuvonecesidaddellamaralapuerta.Teresa,ladoncelladelaseñoradeNucingen,fue a abrirles. Eugenio se vio en un delicioso apartamento de soltero,compuesto de una antesala, un saloncito, un dormitorio y un gabinete convistas a un jardín. En el saloncito, cuyos muebles y decoración podíancompetir con todo lomás lindo,más elegante, vio, a la luz de las bujías, aDelfina, que se levantó de un diván, junto a la chimenea, y le dijo con vozllenadeternura:

—Veoquehasidoprecisoirabuscaros,amigomío,quenocomprendéisnada.

Teresa salió. El estudiante estrechó a Delfina en sus brazos y lloró dealegría.Esteúltimocontrasteentreloqueveíayloqueacababadever,enundía en el que tantas emociones habían fatigado su corazón y su cabeza,determinóenRastignacunaccesodesensibilidadnerviosa.

—Yo sabía que él te amaba —dijo papá Goriot en voz baja a su hijamientrasEugenio,abatido,yacíaeneldiván,sinpoderpronunciarunapalabrani darse cuenta de la forma en que este último golpe de varita se habíaproducido.

—Venid a ver—le dijo la señora deNucingen tomándole de lamano yllevándoleaunahabitacióncuyasalambras,mueblesylosmenoresdetalleslerecordaron,enproporcionesmásreducidas,lahabitacióndeDelfina.

—Faltaunacama—dijoRastignac.

—Sí,señor—dijoellaruborizándoseyapretándolelamano.

Eugeniolamiróycomprendió,aunquejoven,todoloquehabíadepudorverdaderoenelcorazóndeunamujerqueama.

—Soisunadeesascriaturasalasqueesprecisoadorarsiempre—ledijoDelfina al oído—.Sí,me atrevo adecíroslo, puestoquenos comprendemostan bien: cuanto más vivo y sincero es el amor, más debe ser velado,misterioso.Nodigamosanadienuestrosecreto.

Page 146: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¡Oh!,yonoserénadie—dijopapáGoriotentredientes.

—Biensabéisquevossoistambiénnosotros…

—¡Ah!,heaquíloqueyoquería.Noharéiscasodemí,¿verdad?Yoiréyvendrécomounespíritubuenoqueestáentodaspartesyquesabeestarahísinque nadie le vea. Bien, Delfina, ¿no tenía razón al decirte: «Hay un lindoapartamento en la calle de Artois; amueblémoslo para él»? Tú no querías.¡Ah!,soyyoelautordetualegría,comosoyelautordetusdías.Lospadresdebensiempredarparaser felices.Darsiempre,estoes loquehacepadreauno.

—¿Cómo?—dijoEugenio.

—Sí, ella no quería; ella tenía miedo de que la gente dijera tonterías,¡cómo si el mundo valiera la felicidad! Pero todas las mujeres sueñan conhacerloqueellahace…

PapáGoriothablabasolo;laseñoradeNucingenhabíallevadoaRastignacalgabinete,donderesonóunbeso,aunquedadosuavemente.Estapiezaestabaenarmoníacon laeleganciadelapartamento,enelque,porotraparte,nadafaltaba.

— ¿Han adivinado vuestros deseos? —dijo volviendo al salón parasentarsealamesa.

—Sí—dijoEugenio—,demasiadobien.¡Ay!,estelujotancompleto,estosbellossueñosconvertidosenrealidad,todalapoesíadeunavidaelegante,lasiento demasiadopara nomerecerla; pero no puedo aceptarlo de vos, y aúnsoydemasiadopobrepara…

—¡Ah!,yaempezáisaofrecerresistencia—dijolajovenconunleveairedeautoridadburlona,haciendounodeaquellosmohinesquehacenlasmujerescuandoquierenburlarsedealgúnescrúpuloparamejordisiparlo.

Eugeniosehabíainterrogadoasímismocondemasiadagravedadduranteaqueldía,yladetencióndeVautrin,almostrarlelaprofundidaddelabismoenquehabíaestadoapuntodecaer,acababadecorroborardemasiadobiensussentimientos nobles y su delicadeza para que cediera a aquella acariciadorarefutacióndesusideasgenerosas.Unaprofundatristezaseadueñódeél.

— ¡Cómo!—dijo la señora de Nucingen—, ¿seríais capaz de rehusar?¿Sabéis lo que significa semejante negativa? Dudáis del porvenir, no osatrevéis a trabar relaciones conmigo. ¿Acaso tenéis miedo de traicionar miafecto?Simeamáis…,siyoosamo,¿porquéretrocedéisanteobligacionestan insignificantes?Si supieraiselplacerqueheexperimentadoalocuparmede todo este piso de soltero, no vacilaríais, yme pediríais perdón.Yo teníadinerovuestro,loheempleadobien,yestoestodo.Creéissergrande,ysois

Page 147: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

pequeño. Pedís mucho más…—dijo recibiendo de Eugenio una mirada depasión— y hacéis cumplidos por tonterías. Si no me amáis, entonces noaceptéis.Mi suerte está en una palabra. ¿Habláis? Pero, padremío, decidle,pues,algunasbuenasrazones—añadióvolviéndosehaciasupadredespuésdeunapausa—.¿Creéisquenosoytanpundonorosacomoél?

Papá Goriot les miraba con una sonrisa, escuchando aquella graciosaquerella.

—Hijo mío, os encontráis a la entrada de la vida —repuso la jovencogiendo la mano de Eugenio—; halláis una barrera infranqueable paramuchas personas; una mano de mujer os aparta de esa barrera, y vosretrocedéis.Perovostriunfaréis,haréisunabrillantefortuna,eléxitosehallaescritoenvuestrahermosafrente.¿Nopodréisdevolvermeentoncesloqueyoos presto hoy? Antaño, ¿no daban las damas a sus caballeros armaduras,espadas,cascos,cotasdemalla,caballos,paraqueellospudierancombatirensu nombre en los torneos? Bien, Eugenio, las cosas que os ofrezco son lasarmasdelaépoca,instrumentosdelosquehadeservirsequienquierallegaraalgunaparte.

»¡Hermosahabitación laqueocupáis!Separecea lahabitacióndepapá.Veamos,¿esquenovamosacomer?¿Queréisentristecerme?Responded—dijolajovencogiéndolelamano—.¡Diosmío!Papá,hacedquesedecida,osalgoynovuelvoaverlemás.

—Voyahacerqueosdecidáis—dijopapáGoriot, saliendodesuéxtasis—.MiqueridoseñorEugenio,vaisairapedirdineroprestadoaunosjudíos,¿verdad?

—Espreciso—dijo.

—Bien—repusoelbuenhombresacandounamalacarteradecuero,muygastada—;mehehechojudío,hepagadotodaslasfacturas,aquílastenéis.Nodebéis ni un solo céntimo por todo lo que hay aquí.No esmucho a lo queasciende;alosumo,cincomilfrancos.Yooslopresto.Nomediréisqueno;yonosoyningunamujer.Mefirmaréisunreciboenuntrozodepapelymelosdevolveréismástarde.

Tanto los ojos de Eugenio como los de Delfina, que se miraron consorpresa,sellenarondelágrimas.Rastignactendiólamanoalbuenhombre,elcualselaestrechó.

—¡Cómo!,¿esquenosoismishijos?—dijoGoriot.

—Peropapá—dijolaseñoradeNucingen—,¿quéhabéishechoentonces?

—Pues verás —respondió—. Cuando te hube convencido para que élestuvieracercadeti,ytevicomprandocosascomoparaunanovia,medije:

Page 148: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

«Ella va a encontrarse enun apuro».El procurador pretendeque el procesocontra tumarido, para hacer que te devuelva tu fortuna, durarámás de seismeses.Hevendidomismil trescientascincuenta librasderentavitalicia;meheformado,conquincemilfrancos,mildoscientosfrancosderentasvitaliciasbienhipotecadas,yhepagadoavuestroscomerciantesconelrestodelcapital,hijosmíos.Yo tengoalláarribaunahabitacióndecincuentaescudosal año;puedo vivir como un príncipe con cuarenta sueldos diarios, y todavía mequedaráalgo.Yonogastonada,casinonecesitoropa.Hacequincedíasquemeríodiciendo:«Vanaserfelices».Pues,bien,¿nosoisfelices?

—¡Oh,papá,papá!—dijolaseñoradeNucingenarrojándosealcuellodesupadre,elcuallarecibióensusrodillas.Lecubriódebesos,leacariciólasmejillasconsusrubioscabellosyderramólágrimassobreaquelviejorostro—.Padre querido, sois un verdadero padre. No, no hay bajo el cielo un padrecomovos.Eugenioosamabayaantes.¿Cuántonovaaamarosahora?

—Perohijosmíos—dijopapáGoriot,quedesdehacíadiezañosnohabíasentidoel corazónde suhija latirbajoel suyo—,peroDelfinita, ¡túquiereshacermemorir de alegría!Mi pobre corazón se va a romper. Vamos, señorEugenio,ahorayaestamosenpaz.

Yelancianoestrechabaasuhijaconunabrazotansalvaje,tandelirante,quelajovenledijo:

—¡Ah,mehacesdaño!

—¡Quétehehechodaño!—exclamóelpadre,palideciendo.

Lamiróconunairesobrehumanodedolor.ParapintarbienlafisonomíadeaquelCristodelaPaternidadseríaprecisoirabuscarcomparacionesenlasimágenes que los príncipes de la paleta han inventado para plasmar en ellienzo la pasión sufrida en beneficio de losmundos por el Salvador de loshombres. Papá Goriot besó dulcemente la cintura que sus dedos habíanapretadoendemasía.

—No,no,yonotehehechodaño—repusointerrogándolaconunasonrisa—;erestúquienmehahechodañocontugrito.Estocuestamáscaro—dijoal oído a su hija, besándoselo con precaución—, pero hay que atraparlo sinqueélseenoje.

Eugenio estaba atónito ante el inagotable cariño de aquel hombre, y locontemplaba expresando aquella ingenua admiración que en la edad juvenilequivaleaunafe.

—Yoserédignodetodoeso—exclamó.

—¡Oh,Eugenioquerido!,esmaravillosoquehayáisdichoeso!

YlaseñoradeNucingenbesóalestudianteenlafrente.

Page 149: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Élharehusadopor tia laseñoritaTailleferysusmillones—dijopapáGoriot—.Sí, lapequeñaosamaba,yunavezmuertosuhermano,vedlaahíricacomoCreso.

—¡Oh!,¿porquéhabéisdedecireso?—exclamóRastignac.

—Eugenio—le dijoDelfina al oído—, ahora hay algo que lamento estatarde.¡Oh,yotambiénosamarémuchosiempre!

—Este es el día más hermoso que he vivido desde que os casasteis—exclamópapáGoriot—.Diospodráhacermesufrirtantocomoquiera,contalque no sea a través de vos, y yome diré: «En febrero de este año he sidoduranteunmomentomásfelizdeloqueloshombrespuedenserdurantetodala vida». ¡Mírame, Fifina! —le dijo a su hija—. Es muy hermosa, ¿no escierto? Decidme, pues, ¿habéis encontrado muchas mujeres que tengan tanbellos colores yundeliciosohoyuelo en la barbilla comoella?No, ¿verdadqueno?Puesbien,soyyoquienhahechoesteamordemujer.Enadelante,alsentirse feliz gracias a vos, llegará a ser mil veces mejor. Yo puedo ir alinfierno, amigomío—dijo—; si os hace faltami parte de paraíso, yo os ladoy.Comamos, comamos—añadió, sin saber ya lo que se decía—, todo esnuestro.

—¡Pobrepadre!

— ¡Si supieras, hijamía—dijo papáGoriot levantándose y dirigiéndosehacia ella, tomándole la cabeza y besándosela enmedio de sus cabellos—,cuánfelizpuedeshacermesingranesfuerzo!Venavermealgunasveces;yoestaréalláarribaynotendrásmásquedarunpaso.Prométemelo,anda,di.

—Sí,queridopadre.

—Dilootravez.

—Sí,mibuenpadre.

—Gracias,vamosahoraacomer.

Latardesepasóenniñerías,ypapáGoriotnoserevelóelmenoslocodelostres.Serecostóalospiesdesuhijaparabesárselos;lamirabalargoratoalos ojos; frotaba su cabeza contra el vestido de ella; en fin, hacía locuraspropiasdelamantemásjovenytierno.

— ¿Lo veis? —dijo Delfina a Eugenio—. Cuando mi padre está connosotros, es preciso pertenecerle a él por completo. Esto resultará molestoalgunasveces.

Eugenio,queyahabíasentidovariasvecesalgunosmovimientosdecelos,no podía censurar estas palabras, que encerraban el principio de todas lasingratitudes.

Page 150: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Ycuándo estará listo el apartamento?—dijoEugenio,mirando a sualrededor—.¿Será,pues,precisosepararnosestatarde?

—Sí,peromañanavendréisacomerconmigo—dijoella—.MañanaesundíadeItalianos.

—Yoiréalaplatea—dijopapáGoriot.

Era medianoche. El coche de la señora de Nucingen aguardaba. PapáGoriotyelestudianteregresaronaCasaVauquerconversandoconDelfinaconuncrecienteentusiasmoqueprodujouncuriosocombatedeexpresionesentreaquellasdosviolentaspasiones.Eugenionopodíapormenosdereconocerqueelamordelpadre,nomanchadoporningúninteréspersonal,eclipsabaelsuyoporsupersistenciayextensión.Elídoloseguíasiendopuroyhermosoparaelpadreysuadoraciónveníaaumentadaportodoelpasadoyelfuturo.HallaronalaseñoraVauquersolaenelrincóndesuestufa,entreSilviayCristóbal.LaviejapatronaestabaallícomoMariosobrelasruinasdeCartago.Aguardabaalos dos únicos huéspedes fijos que le quedaban, desolándose hablando conSilvia.AunquelordByronhayaprestadomuybellas lamentacionesalTasso,éstasdistanmuchodelaprofundaverdaddelasqueseescapabandeloslabiosdelaseñoraVauquer.

—Mañanapor lamañana sólohabráquehacer tres tazasdecafé,Silvia.¡Ah!,micasaestádesierta.¿Noesestoalgoquedestrozaelcorazón?¿Quéesla vida sin mis huéspedes? Nada en absoluto. He ahí mi casa desierta,abandonadaporsushombres.Lavidaestáenlosmuebles.¿Quélehehechoalcieloparamerecertalesdesastres?Nuestrasprovisionesdejudíasydepatatasestánhechasparaveintepersonas.¡Lapolicíaenmicasa!¿Esquesólovamosacomerpatatas?TendréquedespediraCristóbal.

Elsaboyano,quedormía,sedespertódeprontoydijo:

—Señora…

—¡Pobremuchacho!Escomoundogo—dijoSilvia.

—¿Dedóndevanallovernoshuéspedes?Creoquevoyaperderlacabeza.¡YesasibiladeMichonneau,quesehallevadoaPoiret!¿Quéledaba,pues,aesehombreparatenerlopegadoasusfaldas?

—¡Ah,señora!—dijoSilviameneandolacabeza—,esassolteronassabenmuchagramáticaparda.

—EsepobreseñorVautrin,delquehanhechounpresidiario…—repusolaviuda—.Bien,Silvia,todavíanopuedocreerlo;estoessuperioramisfuerzas.Unhombrealegrecomoése,ytangeneroso.

—¡Muygeneroso!—dijoCristóbal.

Page 151: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Debehaberunaequivocación—dijoSilvia.

—No, porque él mismo ha confesado —dijo la señora Vauquer—. ¡Ypensarquetodasestascosashansucedidoenmicasa,enunbarrioenelquenopasaniungato!Afedemujerhonrada,estoysoñando.Porque,yasabes,hemos visto a Luis XVI en la desgracia que tuvo, hemos visto caer alemperador,lehemosvistoregresaryvolveracaer;todoelloestabadentrodelordende las cosasposibles; en tantoquenohayanadaprevisible contra laspensiones: se puede prescindir de rey, pero no se puede pasar sin comer; ycuandounamujerhonrada,llamadadesolteraDeConflans,dadecomertodaclasedecosasbuenas,entonces,amenosquellegueelfindelmundo…Perosí,estoes,eselfindelmundo.

— ¡Y pensar que la señorita Michonneau, que os ha hecho esta malapasada,vaacobrar,segúndicen,milescudosderenta!—exclamóSilvia.

—¡Nomehablesmásdeella!¡Esunamalvada!—dijolaseñoraVauquer—.¡YsevaacasadelaBuneaud,pagandomásqueenmicasa!Peroescapazdetodo;debiódecometerbarbaridades,debióderobarensuépoca.Ella,ellaesquiendeberíairapresidio,enlugardeesepobrehombretansimpático…

Enaquelmomento,EugenioypapáGoriotllamaronalapuerta.

—¡Ah!,heaquímisdosfieles—dijolaviudasuspirando.

Losdosfieles,quesóloguardabanunligerorecuerdodelosdesastresdelapensiónburguesa,anunciaronsinambagesasupatronaque ibanavivira laChausséed'Antin.

— ¡Ah, Silvia!—dijo la viuda—. Este es mi último revés. Acabáis dedarmeelgolpedegracia,caballeros.Hasidoungolpeenelestómago.Heaquíundíaquemehaenvejecidodiezaños.Voyavolvermeloca,palabradehonor.¿Quéhacerconlasjudías?Bien,simequedosolaaquí,mañanatemarcharás,Cristóbal.Adiós,señores,buenasnoches.

—¿Quéesloqueleocurre?—preguntóEugenioaSilvia.

— ¡Santo cielo!, he aquí que todo elmundo sehamarchado.Esto la hatrastornado.Vamos,oigoqueestállorando.Esoleharábien.Heahílaprimeravezquesevacíalosojosdesdequeestoyasuservicio.

Al día siguiente, la señora Vauquer estaba, según su propia expresión,razonada. Si parecía afligida como una mujer que ha perdido a todos sushuéspedes, y cuya vida ha sido trastornada, conservaba toda su cabeza, ydemostró loqueeraelverdaderodolor,undolorprofundo,eldolorcausadopor el interés frustrado, por las costumbres violadas.Ciertamente, lamiradaqueunamantedirigealoslugareshabitadosporsuquerida,alabandonarlos,noesmástristequelamiradaquelaseñoraVauquerdirigióasumesavacía.

Page 152: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

EugeniolaconsolódiciéndolequeBianchon,cuyointernadoterminaríadentrodealgunosdías, iríasindudaasustituirle;queelempleadodelMuseohabíamanifestado a menudo el deseo de ocupar el apartamento de la señoraCouture,yque,dentrodeunosdías,volveríaatenerllenalapensión.

—¡QuéDiososescuche,señor!Peroladesgraciaestáyaaquí.Antesdediezdíasllegarálamuerte,yaloveréis—ledijolanzandounamiradalúgubrealcomedor—.¿Sobrequiénecharáladescarnadamano?

—Es estupendopodermarcharnos de aquí—dijo en vozbajaEugenio apapáGoriot.

—Señora—dijoSilviasobresaltada—,yahacetresdíasquenohevistoa«Mistigris».

—Bien,simigatohamuerto,sinoshaabandonado,yo…

Lapobreviudanopudoterminarlafrase;juntólasmanosysedejócaerensusofá,abrumadaporaquelterriblepronóstico.

Hacia el mediodía, hora en la que los carteros llegaban al barrio delPanteón,Eugeniorecibióunacartaenunelegantesobre,enelquefigurabaelescudo de los Beauséant. Contenía una invitación dirigida al señor y a laseñoradeNucingenparaelgranbaileanunciadodesdehacíaunmes,yquehabía de tener efecto en casa de la vizcondesa. A esta invitación se habíanañadidounaspalabrasparaEugenio:

«Hepensado,caballero,queosencargaríaisconplacerdeserelintérpretedemissentimientoscercadelaseñoradeNucingen;osenvíolainvitaciónquemehabéispedido,yestaréencantadadeconoceralahermanadelaseñoradeRestaud.Traedme,pues,aesa lindapersona,yprocuradqueellanoos robetodo vuestro afecto, porqueme debéismucho amí, en pago del que yo osprofeso.

VizcondesaDeBeauséant».

—Pero—sedijopensativoEugenioalvolveraleerlamisiva—laseñoradeBeauséantmedaaentenderclaramentequenoquieresabernadadelbaróndeNucingen.

FueenseguidaacasadeDelfina,contentodeprocurarleunaalegríadelacual sin duda él habría de recibir el premio. La señora de Nucingen seencontrabaenelbaño.Rastignacaguardóenelgabinete,presade lanaturalimpacienciadeunjovenardienteyansiosodetomarposesióndeunaamante,objetodedosañosdedeseos.Hayemocionesquenoseencuentrandosvecesenlavidadelosjóvenes.Laprimeramujerrealmentemujeralaquesedirigeun hombre, es decir, aquella que se presenta a él en el esplendor de losacompañamientosquequierelasociedadparisiense,ésanuncatienerival.El

Page 153: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

amorenParísnosepareceennadaalosotrosamores.Niloshombresnilasmujeressedejanengañarporloslugarescomunesquecadacualextiendepordecencia sobre sus afectos supuestamente desinteresados. En este país, unamujer no debe satisfacer solamente el corazón y los sentidos; sabeperfectamente que tienemayores obligaciones que cumplir para con lasmilvanidadesdequesecomponelavida.Ahísobretodoelamoresesencialmentejactancioso,osado,derrochador,charlatányfastuoso.Sitodaslasmujeresdela corte de LuisXIV envidiaron a la señorita de LaVallière el arranque depasión que hizo olvidar a aquel gran príncipe que los puños de su vestidocostaban cada uno mil escudos cuando los rasgó para facilitar al duque deVermandoissuentradaenlaescenadelmundo,¿quéselepuedeexigiralrestode la humanidad? Sed jóvenes, ricos y con título; sed aún algo mejor, sipodéis; cuanto mayor sea el número de granos de incienso que llevéis aquemaranteelídolo,tantomásosserápropicioéste,siesquetenéisunídolo.Elamoresunareligión,ysucultohadecostarmáscaroqueeldetodaslasotrasreligiones;pasarápidamente,ypasacomounpícaroquesecomplaceenmarcarsupasoporlasdevastacionesqueocasiona.Ellujodelsentimientoesla poesía de las buhardillas; sin esta riqueza, ¿qué sería del amor? Si hayexcepciones a estas leyes draconianas del código parisiense, ellas seencuentranenlasoledad,enlasalmasquenosehandejadoarrastrarporlasdoctrinas sociales, que viven cerca de una fuente de aguas claras, fugitivaspero incesantes; que, fieles a sus verdes umbrías, contentas de escuchar ellenguajedelinfinito,escritoparaellasentodaslascosasyqueseencuentranenellasmismas,aguardanpacientementequesusalasremontenlatierra.PeroRastignac, parecido a la mayor parte de los jóvenes que de antemano hansaboreadolasgrandezas,queríapresentarsearmadoalaliddelmundo;habíacontraído la fiebre de éste, sentía quizá la fuerza de dominarlo, pero sinconocer los medios ni el fin de esta ambición. A falta de un amor puro ysagrado, que llene la vida, esta sed de poder puede convertirse en algohermoso; basta con despojarse de todo interés personal y proponerse lagrandezadeunpaíscomoobjeto.Peroelestudiantenohabía llegadoaúnalpuntodesdeelcualelhombrepuedecontemplarelcursodelavidayjuzgarla.Hastaentoncesnohabíasiquieraalejadocompletamentedesíelencantodelaslozanasydulcesideasqueenvuelvencomounfollajelajuventuddelosquesehancriadoenlaprovincia.ContinuamentehabíavaciladoencruzarelRubicónparisiense.A pesar de sus ardientes curiosidades, siempre había conservadociertas reservas mentales sobre la vida feliz que lleva el verdaderogentilhombre en su castillo. Sin embargo, sus últimos escrúpulos sedesvanecieron el día anterior, cuando se vio a símismo en su apartamento.Gozando de las ventajasmateriales de la fortuna, como gozaba desde hacíatiempodelasventajasmoralesqueconfiereelnacimiento,sehabíadespojadode supiel dehombredeprovinciayhabíase establecido suavemente enuna

Page 154: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

posicióndesdelacualdivisabaunrisueñoporvenir.Así,mientrasesperabaaDelfina, muellemente sentado en aquel lindo gabinete que poco a poco ibaconvirtiéndoseunpoco en el suyo, veíase tan lejos delRastignac llegado elañoantesaParís,quealmirarloporunefectodeópticamoral,preguntábasesiseparecíaenaquelmomentoasímismo.

—La señora está en su habitación —vino a decirle Teresa, haciéndoleestremecer.

Encontró a Delfina recostada en el diván, junto a la chimenea, fresca,descansada. Al verla de tal modo exhibida sobre raudales de muselina, nopodía uno pormenos de compararla con aquellas bellas plantas de la Indiacuyofrutovieneenlaflor.

—Bien,yaestamosaquí—dijolajovenconemoción.

—Adivinad lo que os traigo —dijo Eugenio sentándose junto a ella ycogiéndoleelbrazoparabesarlelamano.

LaseñoradeNucingenhizounmovimientodealegríaalleerlainvitación.Volvió hacia Eugenio los ojos humedecidos por las lágrimas y le echó losbrazosalcuelloparaatraerlehaciaella,enundeliriodevanidosasatisfacción.

— ¿Y es a vos (tú—le dijo al oído—, pero seamos prudentes, porqueTeresasehallaenmigabinetede«toilette»,¡seamosprudentes!)aquiendeboestadicha?Sí,meatrevoallamarunadichaaesto.Obtenidoporvos,¿noesesto más que un triunfo de amor propio? Nadie ha querido hacer mipresentaciónenesemundo.Vosmeencontraréisquizápequeña,frívola,ligeracomo una parisiense; pero pensad, amigo mío, que estoy dispuesta asacrificároslotodo,yquesideseoconmásardorquenuncairalbarriodeSanGermán,esporquevosestáisallí.

— ¿No creéis —dijo Eugenio— que la señora de Beauséant parecedecirnosquenocuentaconveralbaróndeNucingenenelbaile?

—Pues sí —dijo la baronesa devolviendo la carta a Eugenio—. Esasmujeres poseen el talento de la impertinencia. Pero no importa, iré. Mihermana deberá ir también; sé que está preparándose un vestido precioso.Eugenio—añadió envozbaja—,ellava a esebaileparadisimular terriblessospechas. ¿No sabéis los rumores que circulan sobre ella? Nucingen havenidoestamañanaadecirmequeayer enelCírculo sehablabade ello sinrebozo.¡Dequémodosetrataelhonordelasmujeresydelasfamilias!Mehesentidoatacada,herida,enlapersonademipobrehermana.

»Segúnciertaspersonas,elseñordeTrailleshabíafirmadounasletrasdecambioporvalordecienmilfrancos,casitodasvencidasyporlascualesibaaser perseguido judicialmente.Viéndose en este extremo,mi hermana habría

Page 155: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

vendido sus diamantes a un judío, aquellos hermosos diamantes que vos lehabéis podido ver y que proceden de la señoraRestaudmadre. En fin, quedesde hace dos días no se habla de otra cosa: Comprendo entonces queAnastasia haya encargado que le hagan un vestido de lentejuelas y quieraatraer hacia ella todas las miradas en casa de la señora de Beauséant,apareciendoentodosuesplendoryconsusdiamantes.Peroyonoquierosermenosqueella.Ellahaprocurado siempreeclipsarme;nuncaha sidobuenaparamí,quetantosfavoreslehehecho,yquesiempreteníadineroparaellacuando ella no lo tenía. Pero dejemos a la gente; hoy quiero sercompletamentefeliz.

RastignacseencontrabaaúnalaunadelamadrugadaencasadelaseñoradeNucingen,lacual,prodigándoleladespedidadelosamantes,esadespedidahenchidadelosfuturosplaceres,ledijoconexpresióndemelancolía:

— ¡Soy tan miedosa, tan supersticiosa! Dad a mis presentimientos elnombrequequeráisdarles,perotengomiedodepagarmifelicidadconalgunahorriblecatástrofe.

—Noseáisniña—dijoEugenio.

—¡Ah!soyyolaqueestanocheesunacriatura—dijoriendo.

EugenioregresóaCasaVauquerconlacertidumbredeabandonarlaaldíasiguiente,yentróse,pues,duranteelcaminoalosbellossueñosqueconcibentodoslosjóvenesaúnenloslabioselsabordelafelicidad.

—¿Ybien?—ledijopapáGoriotcuandoRastignacpasópordelantedesupuerta.

—Bien—respondióEugenio—,mañanaoslocontarétodo.

—Todo, ¿verdad?—exclamó el buen hombre—. Id a acostaros.Mañanavamosadarcomienzoanuestravidafeliz.

IV

LAMUERTEDELPADRE

Al día siguiente, Goriot y Rastignac no aguardaban más que la buenavoluntaddeunmozodecuerdaparamarcharsedelapensión,cuando,haciaelmediodía, el ruidodeuncarruajeque sedetuvoprecisamentea lapuertadeCasa Vauquer resonó en la calle Neuve-Sainte-Geneviève. La señora deNucingen se apeó de su coche y preguntó si su padre se hallaba aún en lapensión.AntelarespuestaafirmativadeSilvia,subiórápidamentelaescalera.

Page 156: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Eugenio se encontraba en su apartamento sin que su vecino lo supiese.Durante el desayuno había rogado a papáGoriot que se llevara sus efectos,diciéndolequeseencontraríanalascuatroenlacalledeArtois.Peromientraselbuenhombrehabíaidoenbuscadeunosmozosdecuerda,Eugeniohabíaregresado,sinquenadielohubieraadvertido,paraarreglarsuscuentasconlaseñora Vauquer, no queriendo dejar este encargo a Goriot, el cual, en sufanatismo, habría pagado sin duda por él. La patrona había salido. Eugeniosubió a su aposento para ver si acaso olvidaba algo, y felicitóse por habertenidotalideaalverenelcajóndesumesalaaceptaciónenblancoquehabíafirmado a Vautrin, y que había tirado negligentemente allí el día en que lahabíapagado.Noteniendofuego,ibaaromperlaapequeñostrozoscuando,alreconocer la voz deDelfina, no quiso hacer ningún ruido y se detuvo paraoírla,pensandoqueellanohabíadetenerningúnsecretoparaél.Luego,desdelasprimeraspalabras,encontró laconversaciónentrepadreehijademasiadointeresanteparanoescucharla.

—¡Ah!,padremío—dijo—,quieraelcieloquehayáis tenidola ideadepedir cuentas de mi fortuna con tiempo suficiente para que no quedearruinada.¿Puedohablar?

—Sí,nohaynadieenlacasa—dijopapáGoriotconvozalterada.

—¿Quéosocurre,padre?—repusolaseñoradeNucingen.

—Acabas de darme un hachazo en la cabeza—respondió el anciano—.¡Qué Dios te perdone, hija mía! No sabes cuánto te quiero; si lo hubierassabido,nomehabíasdichobruscamentetalescosas,sobretodosinosetratarade nada que sea desesperado. ¿Qué ha sucedido, pues, que sea tan urgentecomoparaquehayasvenidoabuscarmeaquí,cuandodentrodeunosinstanteshabíamosdeiralacalledeArtois?

— ¡Oh!, padre, ¿acaso uno es dueño de su primer impulso cuando seencuentra enmedio de un desastre? ¡Estoy loca!Vuestro procurador nos hahecho descubrir un poco temprano la desgracia que sin duda estallará mástarde.Vuestraviejaexperienciacomercialvaasernosnecesaria,yhecorridohaciavosconlamismarapidezconqueunoseaferraaunaramacuandoseestáahogando.CuandoelseñorDervillehavistoqueNucingenleoponíamilembrollos,lehaamenazadoconunprocesodiciéndolequeprontoseobtendríalaautorizacióndelpresidentedeltribunal.Nucingenhavenidoestamañanaapreguntarmesiyoqueríasuruinaylamía.Lehecontestadoqueyonosabíanadadetodoesto,queyoposeíaunafortuna,queyodeberíaestarenposesiónde ella, que todo lo que se relacionaba con este enredo incumbía a miprocurador,yqueyonadasabíaenabsolutonipodíaentendernadade todoesteasunto.¿Noesloquemehabíaisrecomendadoquedijera?

—Sí—respondiópapáGoriot.

Page 157: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Entonces —prosiguió Delfina— me ha puesto al corriente de susasuntos. Ha invertido todos sus capitales y los míos en empresas apenascomenzadas,yparalascualeshasidonecesarioecharmanodegrandessumas.Si yo le obligase a devolverme la dote, él se vería obligado a declararse enquiebra;mientrasquesiyoquieroesperarunaño,élsecompromete,bajosupalabradehonor,aentregarmeunafortunadobleotripledelamía,invirtiendomis capitales en operaciones territoriales, al término de las cuales yo serédueñadetodoslosbienes.Queridopadre,élerasinceroymehaasustado.

»Mehapedidoperdónporsuconducta,mehadevueltomilibertad,mehapermitido comportarme según mi antojo, con la condición de que le dejecompletamente libre para llevar los negocios bajo mi nombre. Me haprometido,parademostrarme subuena fe, llamar al señorDerville todas lasveces que yo quisiera para juzgar si las actas en virtud de las cuales élmeinstituiríapropietariaestabanconvenientementeredactadas.Enfin,quesemehaentregadoatadodepiesymanos.Pidetodavíadurantedosañoselgobiernodelacasa,ymeharogadoquenogasteparamínadamásqueloqueélmeconceda. Me ha demostrado que todo lo que podía hacer era salvar lasapariencias,quehabíadespedidoa subailarina,yqueseveríaobligadoa lamás estricta y sorda economía, con objeto de llegar al término de susespeculacionessinalterarsucrédito.Lohepuestotodoendudaconobjetodehacerle hablar y sabermás cosas:me ha enseñado sus libros, y ha acabadollorando.Nuncahabíavistoyo aunhombre en tal estado.Habíaperdido lacabeza,hablabadematarse,deliraba.Mehadadolástima.

— ¿Y tú le crees? —exclamó papá Goriot—. ¡Es un comediante! Heconocidoaalemanesencuestióndenegocios.Setratacasisiempredegentede buena fe, llena de candor; pero, cuando bajo su aire de franqueza y debondadcomienzanasercharlatanesyegoístas,losonentoncesmásquenadie.Tumarido te engaña. Se siente acosado, se hace el muerto, quiere sermásdueño bajo tu nombre que bajo el suyo. Va a aprovecharse de estacircunstancia para ponerse al abrigo de los altibajos de su comercio. Es tanastutocomopérfido;esunmalsujeto.No,no,yonomeiréalpadreLachaisedejandoamishijasdespojadasdetodo.Todavíaentiendoalgodenegocios.Hadichoquehabíainvertidosusfondosenlasempresas,¡bien!Susinteresessehallanrepresentadosporvalores,porobligaciones,portratados;quelosexhibay que liquide contigo. Escogeremos lasmejores especulaciones, correremoslos riesgos, y tendremos los títulos en vuestro nombre de Delfina Goriot,esposaseparadaencuantoalosbienesdelbaróndeNucingen.

»¿Peroesqueésenos tomapor imbéciles?¿Creequeyopuedosoportarsiquierapordosdíaslaideadedejartesinfortuna,sinpan?¡Nolasoportaríaun día, una noche, ni dos horas! Si esta idea fuera verdadera, yo no podríasobrevivir a ella. ¡Cómo! ¿Habría trabajado yo durante cuarenta años demi

Page 158: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

vida,habríallevadosacossobremiespalda,habríasudadoamares,mehabríaprivadodurantemi vidade todopor vosotras, ángelesmíos, quemehacíaisligerotodotrabajo,todacarga,paraquehoytodamifortunasemeconvirtieseenhumo?Estomeharíamorirderabia.¡Portodocuantohaydemássagradoenlatierrayenelcielo,vamosaponerestoenclaro,vamosacomprobarloslibros,lacaja,lasempresas!Yonoduermo,nomeacuesto,nocomohastaquemeseademostradoquetufortunaestáahítodaentera.GraciasaDios,túestásseparadaencuantoalosbienes;tendrásporprocuradoralseñorDerville,unhombre honrado, afortunadamente. ¡Santo Dios!, tú conservarás tu buenmilloncito,tuscincuentamillibrasderenta,hastaelfindetusdías,oarmoenParís un escándalo de mil demonios. Me dirigiría a las Cámaras si lostribunalesnoshicieranperder.Elsabertetranquilayfelizenloqueconciernealdinero,esta ideaaliviaríamismalesycalmaríamispenas.Eldineroes lavida.Eldinero lo consigue todo. ¿Quéviene, pues, a contarnos el alsacianoese?Delfina,nolehagaslamásmínimaconcesiónaesebruto,quetecondenóy te hizo desgraciada. Si tiene necesidad de ti, haremos que haga lo quequeramos nosotros. ¡Dios mío, siento que mi cabeza está ardiendo! ¡MiDelfina en tales apuros! ¡Oh, mi Fifina! ¡Qué diablo! ¿Dónde están misguantes? ¡Vamos!Quiero ir averlo todo, los libros, losnegocios, la caja, lacorrespondencia, inmediatamente.No estaré tranquilo hasta que seme hayademostradoquetufortunayanocorreningúnpeligroypuedaverlaconmispropiosojos.

—Padremío,obradconprudencia.Sipusieraislamáspequeñaveleidaddevenganza en este asunto, y simostraseis intenciones demasiado hostiles, yoestaría perdida. Él os conoce, ha encontradomuy natural que, bajo vuestrainspiración,yomeinquietasepormifortuna;pero,oslojuro,latieneensusmanos,yhaqueridoretenerlaenellas.Esunhombrecapazdehuircontodoslos capitales y dejarnos sin un céntimo, elmalvado. Sabemuy bien que nodeshonraréelapellidoquellevapersiguiéndole.Esalavezfuerteydébil.Yoloheexaminadotodomuybien.Sileapuramos,estoyarruinada.

—Entonces,¿esunbribón?

—Pues sí, padre—dijo la jovendejándose caer enuna silla, llorando—.Yonoqueríaconfesárosloparaahorraros lapenadehabermecasadoconunhombredeesacalaña.Costumbressecretasyconciencia,elalmayelcuerpo,todo en él guarda relación. Es espantoso: le odio y le desprecio. Sí, ya nopuedo seguir apreciando a ese vil Nucingen después de todo lo queme hadicho.Unhombrecapazdelanzarsealascombinacionescomercialesdequemehahablado,carecedetodadelicadeza,ymistemoresprovienendequeheleídoperfectamenteensualma.Mehapropuestoclaramente,él,mimarido,lalibertad.¿Sabéisloqueestosignifica?Siqueríaser,encasodedesgracia,uninstrumentoensusmanos,enfin,siqueríaprestarlemiapellido.

Page 159: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¡Peroahíestánlasleyes!HayunaplazadeGrèveparalosyernosdeesaclase—exclamópapáGoriot—;yomismosería capazdeguillotinarle si nohubieraverdugo.

—No, padre mío, no hay leyes contra él. Escuchad en dos palabras sulenguaje,despojadodeloscircunloquiosconlosqueélloadornaba:«Otodoestá perdido, no tenéis un céntimo, estáis arruinada, porque yo no podríaescogercomocómpliceaotrapersonamásquevos,ovosmedejáisgobernarmisempresas.»¿Estáclaro?Todavíaseaferraamí.Miprobidaddemujerletranquiliza;sabequeyoledejaríasufortunaymecontentaríaconlamía.

»Se tratadeunaasociación ímprobay ladrona, lacualdeboconsentir sopenadeserarruinada.Mecompralaconcienciaylapagadejándomequeseatranquilamente la mujer de Eugenio. «Yo te permito que cometas faltas,déjame a mí cometer crímenes arruinando a la pobre gente.» ¿Essuficientementeclaroeste lenguaje?¿Sabéis aqué llamahaceroperaciones?Compraterrenosdesnudosasunombre;luegohacequeunoshombresdepajaconstruyan allí edificios. Esos hombres efectúan contratos para lasconstruccionescon todos loscontratistas, a losquepaganenefectosa largoplazo,yconsienten,medianteunaligerasuma,endarunacartadepagoamimarido,elcualquedaentoncesdueñodelascasas,mientrasqueesoshombresliquidansusasuntosconloscontratistasengañados,declarándoseenquiebra.El nombre de la casa deNucingen ha servido para deslumbrar a los pobresconstructores. Yo he comprendido esto. He comprendido también que paraprobar, en caso necesario, el pago de sumas enormes,Nucingen ha enviadovalores considerables a Ámsterdam, Londres, Nápoles y Viena. ¿Cómopodríamoscogerle?

EugeniooyóelsonidopesadodelasrodillasdepapáGoriot,quesindudacayósobreelsuelodesuhabitación.

—¡Diosmío!,¿quéhehecho?Mihijaentregadaaesemiserable,que leexigirátodoaellasiquiere.¡Perdón,hijamía!—exclamóelanciano.

—Sí,siyomeencuentroenunabismo,quizátengáisvospartedeculpaenello—dijoDelfina—.¡Tenemostanpocarazóncuandonoscasamos!¿Acasoconocemoselmundo,losnegocios,loshombres,lascostumbres?Lospadresdeberíanpensarpornosotras.Padremío,nadaosreprocho;perdonadmeestaspalabras. En esto la culpa es enteramente mía. No, no lloréis, papá—dijobesandolafrentedesupadre.

—No llores tú tampoco, mi pequeña Delfina. Dame tus ojos para quepuedasecarlosalbesártelos.Vamos,yovoyadesenredarloquetumaridohaembrollado.

—No,dejadmeobraramí;yosabrémanejarme.Elmeama;puesbien,yo

Page 160: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

me serviré del imperio que ejerzo sobre él para obligarle a que inviertacapitalesenpropiedades.QuizásnombrelapropiedaddeNucingenenAlsaciaque tiene en gran estima. Venid para examinar sus libros, sus negocios; elseñorDervillenoentiendenadadeloqueseacomercial.Perovenidmañana.No quiero envenenarme. Pasado mañana es cuando el baile en casa de laseñoradeBeauséanttienelugarydebocuidarmeparaaparecerallíhermosaenhonoramiqueridoEugenio.Vamosasuhabitación.

En aquelmomento un coche se detenía en laNeuve-Sainte-Geneviève yoyóselaseñoradeRestaud,queledecíaaSilvia:

—¿Estámipadre?

Esta circunstancia salvó afortunadamente a Eugenio el cual pensaba yaecharseenlacamayfingirqueestabadurmiendo.

— ¡Ah!, padre mío ¿le han hablado últimamente de Anastasia? —dijoDelfinareconociendolavozdesuhermana—.Parecequeensuhogarocurrencosasextraordinarias.

— ¿De veras? —dijo—. Eso significaría mi fin. Mi pobre cabeza nosoportaríaestadobledesgracia.

—Buenos días, padre —dijo la condesa entrando.— ¡Ah!, ¿estáis ahí,Delfina?

LaseñoradeRestaudparecíadesconcertadaalencontrarasuhermana.

—Buenosdías,Nasia—dijo labaronesa—.¿Tepareceextraordinariamipresencia?Veotodoslosdíasamipadretodoslosdías.

—¿Desdecuándo?

—Sitúvinieraslosabrías.

—No me excites, Delfina —dijo con voz quejumbrosa—. Soy muydesgraciada,estoyperdida,papá.¡Oh,estavezsíqueestoyperdida!

— ¿Qué te ocurre, Nasia? —exclamó papá Goriot—. Dínoslo todo,criatura.

Lajovenpalideció.

—Vamos,Delfina, socórrela, sébuenaconella; todavía te amarémás, sipuedo.

—¡PobreNasia!—dijo laseñoradeNucingenhaciendoquesuhermanasesentara—.¡Habla!Túvesennosotrosalasdosúnicaspersonasquesiempreteamaránlosuficienteparaperdonártelotodo.Yaves, losafectosdefamiliasonlosmásseguros.

Page 161: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Ledioarespirarsales,ylacondesavolvióensí.

—Voyamorirdeestosdisgustos—dijopapáGoriot—.Veamos—añadióremoviendolalumbre—,acercaoslasdos.Tengofrío.¿Quétesucede,Nasia?Dímeloenseguida;meestásmatando…

—Bien—dijo lapobremujer—,mimarido losabe todo.Figuraos,papá,hacealgúntiempo,¿osacordáisdeaquellaletradecambiodeMáximo?Puesbien, no era la primera.Yo había pagado yamuchas otras.A principios delmesdeenero,elseñordeTraillesmeparecíamuytriste.Nomedecíanada;peroes tanfácil leeren loscorazonesde laspersonasqueseaman,queunainsignificancia es suficiente: luego hay los presentimientos. En fin, eramásamable,máscariñosoquenunca;yomesentíacadavezmásdichosa.¡PobreMáximo!En su pensamiento se estaba despidiendo demí,me decía; queríalevantarse la tapa de los sesos. En fin, ¡le he atormentado tanto, le hesuplicadotanto!Hepermanecidodoshorasasuspies.Mehadichoquedebíacienmilfrancos.¡Oh,papá,cienmilfrancos!Yoheenloquecido.Vosnolosteníais,yolohabíadevoradotodo…

—No—dijopapáGoriot—,yonohabríapodidodároslosamenosdeirarobarlos.Perolohabríahecho,Nasia.Iréarobarlos.

Al oír estas palabras lúgubremente proferidas, como el estertor de unmoribundo,yque revelaban laagoníadel sentimientopaternal reducidoa laimpotencia, las dos hermanas hicieron una pausa. ¿Qué egoísmo habríapermanecido frío ante aquel grito de desesperación que, semejante a unapiedralanzadaaunabismo,revelalaprofundidaddeéste?

—Losheencontradodisponiendode loquenomepertenecía,padremío—dijolacondesasollozando.

Delfinasintióseconmovidaylloróapoyandosucabezaenelcuellodesuhermana.

—Entonces,todoescierto—ledijo.

Anastasiabajólacabeza;laseñoradeNucingenlaestrechóensusbrazos,labesóconternurayapoyándolaensucorazónledijo:

—Aquíserássiempreamadasinserjuzgada.

—Ángelesmíos—dijoGoriotconvozdébil—,¿porquévuestrauniónesdebidaaladesgracia?

—ParasalvarlavidadeMáximo,enfin,parasalvartodamifelicidad—dijo la condesa, animada por aquellos testimonios de ternura cálida ypalpitante—, llevé a la casa de aquel usurero que conocéis, un hombrefabricadoporel infierno,alquenadapuedeconmover,aeseseñorGobseck,losdiamantesdefamiliaquetantoapreciaelseñordeRestaud,lossuyos,los

Page 162: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

míos, todo; los he vendido. ¡Vendido!, ¿comprendéis? ¡Él ha sido salvado!Peroyo,yoestoymuerta.Restaudlohasabidotodo.

—¿Porquién?¡Dímeloylomato!—exclamópapáGoriot.

—Ayermellamóasuhabitación.Acudíaella…«Anastasia—medijoconunavoz…(¡Oh!,suvozhasidosuficiente; todo loheadivinado)—,¿dóndeestán tus diamantes?» «En mi habitación.» «No —me ha contestadomirándome—,estánallí,encimademicómoda».Ymemostróelestuche,queélhabíacubiertoconsupañuelo.«¿Sabéisdedóndeproceden?»,mepreguntó.Yocaíasuspies…,lloré,lepreguntédequémuertequeríavermemorir.

—¡Túdijisteeso!—exclamópapáGoriot—.PorelsantonombredeDios,queelqueoshagadañoalaunaoalaotra,mientrasyoviva,habrédehacerlemorirlentamente.Sí,ledespedazarécomo…

PapáGoriotguardósilencio;suspalabrasexpirabanensugarganta.

—Enfin,querida,mepidióalgomásdifícilquehacermemorir.¡Guardeelcieloatodamujerdeoírloqueyoheoído!

—Yoasesinaréaesehombre—dijopapáGoriotconcalma—.Peronohaymás que una vida y él me debe dos. En fin, ¿qué? —repuso mirando aAnastasia.

—Bien—prosiguiódiciendolacondesa—,despuésdeunapausamemiróymedijo:«Anastasia,voyasepultarlo todoenel silencio;permaneceremosjuntos,tenemoshijos.NomataréalseñordeTrailles;podríafallarlapuntería,y para deshacerme de él de otromodo que no sea con un duelo podría yotropezarconlajusticiahumana.Matarleenvuestrosbrazosseríadeshonraraloshijos.Peroparanoverpereceravuestroshijos,niasupadre,niamí,osimpongo dos condiciones.Respondedme: ¿tengo un hijo que seamío?». Ledijequesí.«¿Cuál?»,mepreguntó.«Ernesto,nuestrohijomayor.»«Bien—mehadicho—.Ahorajuradmequeenlosucesivomeobedeceréisenunsolopunto».Selojuré.«Firmaréislaventadevuestrosbienescuandooslopida».

—Nofirmes—exclamópapáGoriot—.Nofirmesnuncaeso.¡Ah!,señordeRestaud,¿nosabéis loqueeshacer felizaunamujer,ellavaabuscar lafelicidad donde ésta se encuentra, y vos la castigáis por vuestra neciaimpotencia?… ¡Pero, alto, que yo estoy aquí!Me encontrará en su camino.Nasia, tranquilízate. ¡Ah, de modo que ama a su heredero! Bien, bien. Learrebatarésuhijo,que,¡rayosycentellas!,esminieto.Lollevaréamialdea,cuidarédeél,puedesestartranquila.Harécapitularaesemonstruodiciéndole:Si quieres tener a tu hijo, devuélvele a mi hija su bien y déjala que secomportecomoquiera.

—¡Padre!

Page 163: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¡Sí,padre!¡Ah!,soyunverdaderopadre.Queeseestúpidoseñorónnomaltrate a mis hijas. ¡Diantre!, no sé lo que tengo en las venas. Tengo lasangre de un tigre y quisiera devorar a esos dos hombres. ¡Oh, hijasmías!¿Cuáles,pues,vuestravida?Vuestravidaesmimuerte.¿Quéserádevosotrascuandoyo no exista?Los padres debieran vivir tanto como sus hijos. ¡Diosmío, quémal organizado está tumundo!Y sin embargo, Tú tienes un hijo,según nos dicen. Tú deberías evitar que sufriésemos en nuestros hijos.Misángeles queridos, sólo a vuestros dolores debo vuestra presencia. No mehacéisconocermásquevuestraslágrimas.Bien,sí,meamáis,loveo.Venid,venidalloraraquí.Micorazónesgrande,todocabeenél.Sí,pormásquelotraspaséis, los pedazos harán aún nuevos corazones de padre. Yo quisieraasumirvuestraspenas,sufrirporvosotras.¡Ah!,cuandoeraispequeñas,eraistandichosas…

—Sólofuimosfelicesenaquellostiempos—dijoDelfina—.¿Quésehizodeaquellosmomentosenquenosdejábamoscaer,dandotumbos,deloaltodelossacosenelgranero?

—¡Padremío!,noesestotodo—dijoAnastasiaaloídodeGoriot,elcualse sobresaltó—. Los diamantes no han sido vendidos por cien mil francos.Máximo está siendo procesado. Me ha prometido portarse bien, y que novolveríaajugar.Nomequedaenelmundomásquesuamorylohepagadodemasiadocaroparanomorirmesiélsemeescapa.Lehesacrificadofortuna,honra, tranquilidad, hijos. ¡Oh!, hacedquepor lomenosMáximoesté libre,sea respetado, pueda permanecer en el mundo, donde sabrá crearse unasituación.Ahoramedebealgomásque la felicidad; tenemosunoshijosquequedaríansinfortuna.TodoestaráperdidosilellevanaSantaPelagia.

—Nolostengo,Nasia.¡Yanotengonada!¡Eselfindelmundo!¡Oh!,elmundo va a derrumbarse, es seguro. ¡Marchaos, procurad salvaros! ¡Ah!,todavía tengo mis pendientes de plata, seis cubiertos, los primeros que hetenidoenlavida.Enfin,yanotengonadamásquemildoscientosfrancosderentavitalicia…

—¿Quéhabéishechodevuestrasrentasperpetuas?

—Las he vendido reservándome este pequeño resto de renta para misnecesidades. Necesitaba doce mil francos para arreglarle un apartamento aFifina.

—¿Entucasa,Delfina?—dijolaseñoraRestaudasuhermana.

—¡Oh,quéimportaeso!—dijopapáGoriot—.Losdocemilfrancosestánempleados.

—Yaloadivino—dijolacondesa—.ParaelseñordeRastignac.¡Ah!,mipobreDelfina,detente.Yavesadóndehellegadoyo.

Page 164: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Querida, el señor de Rastignac es un joven incapaz de arruinar a suamante.

—Gracias, Delfina. En la crisis en que me encuentro, yo esperaba algomejordeti;perotúnuncameamaste.

—Sí teama,Nasia—exclamópapáGoriot—;ahoramismome loestabadiciendo.Hablábamosdeti;afirmabaquetúerashermosayqueellasóloerabonita.

—¡Ella!—repitiólacondesa—.Ellaesdeunabellezafría.

—Aunqueasí fuera—dijoDelfinaenrojeciendo—,¿cómotehasportadotúconmigo?Túhasrenegadodemí,túhashechoquemecerraranlaspuertasde todas las casas adonde quería ir; en fin, tú nunca has desperdiciado lamenor oportunidad de ocasionarme un disgusto. ¿Y acaso yo, como tú, hevenido a sacarle a ese pobre padre su fortuna, de mil en mil francos, yreducirlealestadoenqueseencuentra?Heahí tuobra,hermanamía.Yohevistoamipadre tantocomohepodido,no lehepuestoen la calle,ynohevenido a lamerle las manos cuando, tenía necesidad de él. No sabía quehubieraempleadoparamíesosdocemilfrancos.Yosoymuyordenada,yalosabes.Porotraparte,cuandopapámehahechoregalos,noesporqueyoloshayamendigadojamás.

—Tú eres más feliz que yo: el señor De Marsay era rico. Tú has sidosiempremezquinacomoeloro.Adiós,notengohermanani…

—¡Cállate,Nasia!—gritópapáGoriot.

—No hay más que una hermana como tú que pueda repetir lo que elmundoyanocree;eresunmonstruo—ledijoDelfina.

—Hijas,hijasmías,callaos,omematodelatedevosotras.

—Vamos, Nasia, yo te perdono —dijo la señora de Nucingen—; eresdesgraciada.Peroesqueyosoymejorquetú.Decirmeesoenelmomentoenqueyomesentíacapazde todoparapoderayudarte, inclusodeentraren lahabitacióndemimarido,cosaquenoharíaniparamínipara…Esoesdignodetodoelmalquehascometidocontramídesdehacenueveaños.

— ¡Hijas mías, hijas mías, besaos! —dijo el padre—. Sois un par deángeles.

—No, soltadme—gritó la condesa, desprendiéndose de los brazos de supadre, que había querido estrecharla contra su pecho—; ella tiene para mímenos piedad de la que podría tener mi marido. ¡No se diría que esprecisamenteelespejodetodaslasvirtudes!

—Prefieropasar ante la gente por deber dinero al señorDeMarsay, que

Page 165: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

confesarqueelseñordeTraillesmecuestamásdedoscientosmilfrancos—respondiólaseñoradeNucingen.

—¡Delfina!—gritólacondesadandounpasohaciaella.

—Yo te digo la verdad,mientras que túme estás calumniando—repusofríamentelabaronesa.

—¡Delfina!,eresuna…

Papá Goriot se abalanzó hacia la condesa y le impidió que hablaratapándolelabocaconsumano.

— ¡Dios mío!, padre, ¿qué habéis tocado esta mañana? —le dijoAnastasia.

—Es verdad, perdón —dijo el pobre padre secándose las manos en elpantalón—.Peroesquenosabíaqueibaisavenir.Meestabamudando.

Sentíase feliz por haberse atraído un reproche que desviaba hacia él lacóleradesuhija.

— ¡Ah! —repuso sentándose—, me habéis partido el corazón. ¡Yo memuero,hijasmías!Elcráneomequemapordentrocomosiestuviesellenodefuego.Sedamablesunaconotrayamaosmucho.Delocontrario,meharíaismorir. Delfina, Nasia, vamos, teníais razón, estabais equivocadas las dos.Vamos,Delfinita—añadió dirigiendo hacia la baronesa unos ojos llenos delágrimas—,lehacenfalta;vamosabuscárselos.Noosmiréisdeesamanera.

Diciendoesto,searrodillóanteDelfina.

—Pídele perdón para complacerme —le dijo al oído—; ella es la másdesgraciada,¿sabes?

—Pobre Nasia—dijo Delfina, asustada ante la salvaje y loca expresiónqueeldolorimprimíaenelrostrodesupadre—,estabaequivocada;dameunbeso…

—¡Ah!,meestáisderramandobálsamoenelcorazón—gritópapáGoriot—. Pero ¿dónde encontrar los doce mil francos? ¿Y si me ofreciera comosustitutoenlamilicia?

—¡Ah,padre!—dijeronlasdoshijasrodeándole—.No,no.

—Dios os recompensará por esa idea, ¿no es verdad, Nasia? —dijoDelfina.

—Yademás,pobrepapá,esoseríacomounagotadeagua—comentó lacondesa.

—Entonces,¿esqueunonopuedehacerloquequiereconsusangre?—

Page 166: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

gritóelanciano,desesperado—.Meentregoalquetesalvará,Nasia.Mataréaunhombreparaél.HarécomoVautrin,iréapresidio.Yo…—sedetuvocomofulminado por un rayo—. ¡Nada! —dijo arrancándose los cabellos—. Sisupiera adónde ir para robar… Pero es difícil incluso hallar la ocasión derobar. Y además, haría falta gente y tiempo para apoderarse de la Banca.Vamos,hedemorir,notengomásremedioquemorir.

»¡Sí,yanosirvoparanada,yanosoypadre!No.¡Ellatienenecesidaddemí,ellamepide!Yyo,miserable,notengonada.¡Ah!,tútehasconstituidorentasvitalicias,viejomalvado,yteníasdoshijas.¿Peroesquenolasamas?¡Revienta, revienta como un perro! Sí, yo estoy por debajo de un perro; unperronoseportaríaasí.¡Oh,micabeza!¡Estáhirviendo!

—Pero,papá—gritaronlasdosjóvenes,quelerodeabanparaimpedirquegolpearaconsucabezalasparedes—,¡sedrazonable!

PapáGoriot sollozaba.Eugenio, espantado, cogió la letrade cambioquehabía firmado paraVautrin, y cuyo timbre llevaba una sumamuchomayor;corrigiólacifra,hizodeellaunaletradecambioregulardedocemilfrancosanombredeGoriotyentró.

—Aquí tenéis todovuestrodinero, señora—dijopresentandoelpapel—.Yoestabadurmiendo,vuestraconversaciónmehadespertado,ydeestemodohepodidosaberqueyodebíaalseñorGoriot.Aquítenéiseltítuloquepodréisnegociar,ylopagaréfielmente.

Lacondesaquedóseinmóvilconelpapelenlamano.

—Delfina—dijopálidaytrémuladecólera,defuror,derabia—,yoteloperdonaba todo, ¡pero esto! ¡El caballero estaba ahí y tú lo sabías! ¡Hascometidolavilezadevengartedemíhaciendoquelerevelaramissecretos,mivida, la demis hijos,mi vergüenza,mi honor!Vamos, ahora te odio, ya noeresmihermana,teharétodoeldañoposible…

Lacóleralecortólapalabraylagargantaselesecó.

— ¡Pero si es mi hijo, nuestro hijo, tu hermano, tu salvador!—gritabapapá Goriot—. ¡Bésale, pues, Nasia! ¡Mira cómo le beso yo! —repusobesandoaEugenioconunaespeciedefrenesí—.¡Oh!,hijomío,yoserémásqueunpadrepara ti;quieroserunafamilia.QuisieraserDios,yarrojaríaeluniverso a tus pies. Pero dale un beso, ¿verdad que sí, Nasia? No es unhombre,sinounángel,unverdaderoángel.

—Dejadla,papá;estálocaenestosmomentos—dijoDelfina.

—¡Loca,loca!Ytú,¿quéesloqueeres?—preguntólaseñoradeRestaud.

—Hijasmías,memuerosicontinuáis—gritóelancianocayendosobresucamacomoheridoporunabala—.¡Estashijasmeestánmatando!—sedijo.

Page 167: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

La condesa miró a Eugenio, que permanecía inmóvil, absorto por laviolenciadeestaescena.

—Caballero—ledijo interrogándoleconelgesto, lavozylamirada,sinrepararensupadre,cuyochalecoestabadesabrochandorápidamenteDelfina.

—Señora,yopagaréymecallaré—respondiósinaguardarlapregunta.

— ¡Has matado a papá, Nasia! —dijo Delfina mostrando el ancianodesvanecidoasuhermana,lacualhuyó.

—Yolaperdono—dijoelbuenhombreabriendolosojos—;susituaciónesespantosayseríacapazdetrastornarlacabezamásfirme.ConsuelaaNasia,sé amable con ella; promételo a tu pobre padre, que se muere—pidióle aDelfina,estrechándolelamano.

—Pero¿quéesloqueosocurre?—preguntólahija,asustada.

—Nada,noesnada—respondióelpadre—;yapasará.Sientoalgoquemepesaenlafrente,unajaqueca.¡PobreNasia,quéporvenir!

Enaquelmomento, lacondesavolvióaentraryarrojósea lospiesdesupadre:

—¡Perdón!—exclamó.

—Vamos—dijopapáGoriot—,ahoratodavíamehacesmásdaño.

—Señor—dijolacondesaaRastignac,conlosojosllenosdelágrimas—,el dolor me ha hecho ser injusta. Seréis un hermano para mí, ¿verdad?—añadiótendiéndolelamano.

—Nasia—ledijoDelfinaabrazándola—,mipequeñaNasia,olvidémoslotodo.

—No—dijo—,¡yomeacordarédetodo!

—Ángelesmíos—exclamó papáGoriot—,me quitáis el velo que teníasobrelosojos,vuestravozmereanima.Vamos,volvedabesaros.Bien,Nasia,¿estaletradecambiopodrásalvarte?

—Asíloespero.Decid,pues,papá,¿queréisponerenellavuestrafirma?

—¡Vaya,quétontosoy!¡Olvidarmedeeso!Peroesquemeheencontradomuymal,Nasia;nomeguardes rencor.Mandadecirmequehassalidode tuapuro.No,esmejorquevaya.Perono,noiré;nopuedoyavera tumarido,pueslomataría.Encuantoaenajenartusbienes,loevitaré.Vamos,deprisa,hijamía,yhazqueMáximosientelacabeza.

Eugenioestabaestupefacto.

—Esta pobre Anastasia ha sido siempre de carácter violento —dijo la

Page 168: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

señoradeNucingen—,perotienebuencorazón.

—Havueltoaentrarparaelendoso—dijoEugenioaloídodeDelfina.

—¿Creéis?

—Quisieranocreerlo.Desconfiaddeella—respondióEugeniolevantandolos ojos como para confiar a Dios unos pensamientos que no se atrevía aexpresar.

—Sí,siemprehasidounpococomedianta,ymipadresedejaengañarporella.

—¿Cómoestáis,papáGoriot?—preguntóleRastignacalanciano.

—Tengoganasdedormir—respondió.

Eugenio ayudó a Goriot a acostarse. Luego, cuando el buen hombre sequedódormido,teniendoensumanoladeDelfina,suhijaseretiró.

—Esta noche en los Italianos —dijo a Eugenio— me dirás cómo va.Mañanaosmudaréisdepiso,caballero.Veamosvuestrahabitación.¡Oh,quéhorror!—dijoentrandoenella—.¡Perosivosestabaisaúnpeorquemipadre!Eugenio, te has portadomuy bien. Yo os amaría más si ello fuera posible;pero,hijomío,siqueréishacerfortuna,nohayquearrojardeesemododocemil francos por la ventana.El conde deTrailles es jugador.Mi hermana noquierereconoceresto.

UngemidoleshizoreparardenuevoenGoriot,alquehallarondormidoenapariencia; pero cuando los dos amantes se acercaron a él, oyeron estaspalabras:

—¡Nosondichosas!

Tantosidormíacomosiestabadespierto,elacentodeestafrasehiriótanvivamenteelcorazóndesuhija,queéstaseacercóalcatreenelqueyacíasupadreylediounbesoenlafrente.Abriólosojosdiciendo:

—¡EsDelfina!

—Bien,¿cómoteencuentras?—lepreguntólajoven.

—Bien—respondió el anciano—, no te preocupes; voy a salir. Id, hijosmíos;queseáisdichosos.

EugenioacompañóaDelfinahastasucasa;pero,inquietoporelestadoenque había dejado a Goriot, rehusó comer con ella, y volvió Casa Vauquer.Encontró a papá Goriot de pie y a punto de sentarse a la mesa. Bianchonhabíase colocado de forma que pudiese examinar bien el semblante delfabricantedefideos.Cuandoleviocogerelpanyolerloparajuzgaracercadelaharinadequeestabahecho,elestudiante,alobservarenestemovimiento

Page 169: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

unaausencia totalde loquepudiera llamarse laconcienciadelacto,hizoungestosiniestro.

—Venamilado,señorinterno—ledijoEugenio.

Así lo hizo Bianchon de buena gana, porque de este modo estaría máscercadelviejohuésped.

—¿Quéesloquetiene?—preguntóRastignac.

—Omuchome equivoco, o su estado es grave. Ha debido ocurrir algoextraordinario en él, y me parece que se encuentra bajo el peso de unainminente apoplejía serosa. Aunque la parte baja del rostro está bastanteserena, los rasgossuperioresde lacara tiendenhacia la frente,apesarsuyo,¿sabes? Además, los ojos se hallan en el estado particular que denota lainvasión del suero en el cerebro. ¿No podría decirse que están llenos de unfinopolvo?Mañanaporlamañanasabréalgomás.

—¿Habráalgúnremedio?

—Ninguno.Quizásepodráretrasarsumuertesiseencuentranlosmediosdedeterminarunareacciónhacia lasextremidades,hacia laspiernas;perosimañanapor lanochenocesan lossíntomas,elpobrehombreestaráperdido.¿Sabesporquéacontecimientohasidoprovocadalaenfermedad?Hadebidoderecibirungolpeviolentobajoelcualsumoralhabrásucumbido.

—Sí—dijoRastignac, recordandoque las doshijas habíangolpeado sincesarelcorazóndesupadre.

«Porlomenos—decíaseEugenio—,Delfinaamaasupadre».

Porlanoche,enlosItalianos,RastignacadoptóciertasprecaucionesparanoalarmarenexcesoalaseñoradeNucingen.

—No os preocupéis—respondió la joven a las primeras palabras que ledijo Eugenio—, mi padre es fuerte. Sólo que esta mañana lo hemoszarandeadounpoco.Nuestrasfortunasestánenpeligro.¿Osdaiscuentadelaimportancia de esta desgracia? Yo no podría vivir si vuestro afecto no mevolvierainsensiblealoquepocotiempoatrásconstituiríanparamíangustiasmortales.Hoynotengomásqueuntemor,másqueunadesgracia,yesladeperder el amor que me ha hecho sentir el placer de vivir. Aparte de estesentimiento, todome es indiferente; ya no amonada en estemundo.Vos losois todoparamí.Sisiento ladichadeser rica,esparaagradarosmás.Soy,paravergüenzamía,másamantequehija.¿Porqué?Loignoro.Todamividase halla en vos. Mi padre me dio un corazón, pero vos habéis hecho quepalpitara.Elmundoenteropodrácensurarme,pero¿quémeimporta?,sivos,quenotenéisderechoaguardarmerencor,medisculpáisdeloscrímenesalosque me condena un sentimiento irresistible. ¿Creéis que soy una hija

Page 170: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

desnaturalizada?¡Oh!,no,esimposiblenoamaraunpadretanbuenocomoeselnuestro.

»¿Podía yo impedir que él viera al fin las consecuencias naturales denuestros deplorables matrimonios? ¿Por qué no los impidió? ¿No lecorrespondíaaélreflexionarparabiendenosotras?Hoy,yalosé,sufretantocomonosotras;pero¿quépodemoshacer?¡Consolarle!No leconsolaríamosdenada.Nuestra resignación lecausaríamásdolorquenuestros reprochesynuestrasquejasnolecausaríanmalalguno.Haysituacionesenlavidaenlasquetodoesamargura.

Eugeniopermaneciósilencioso,llenodeternuraantelaexpresióningenuadeunsentimientoverdadero.Silasparisiensessonamenudofalsas,ebriasdevanidad, individualistas, coquetas, frías, es evidente que cuando amanrealmentesacrificanmayornúmerodesentimientosasuspasiones;seelevanpor encima de sus pequeñeces y llegan a ser sublimes. Además, Eugenioestaba sorprendido por la inteligencia profunda y juiciosa que la mujerdespliega para juzgar los sentimientos más naturales, cuando un afectoprivilegiadolaseparadeellosylacolocaadistancia.LaseñoradeNucingenextrañósedelsilencioqueguardabaEugenio.

—¿Enquépensáis?—lepreguntó.

—Estoyaúnoyendoloquemehabéisdicho.Hastaahorahabíacreídoqueosamabamásdeloquevosmeamáisamí.

Lajovensonrióyseprevinocontraelplacerqueexperimentaba,paradejarlaconversacióndentrodeloslímitesimpuestosporlasconveniencias.Jamáshabía oído las expresiones vibrantes de un amor joven y sincero. Unaspalabrasmás,ynohabríapodidocontenerse.

—Eugenio—dijocambiandodeconversación—,¿esquenosabéisloqueocurre?TodoParísseencontrarámañanaencasade laseñoradeBeauséant.LosRochefideyelmarquésdeAjudasehanpuestodeacuerdoparaquenadiese entere de nada; pero lo cierto es quemañana el rey firma el contrato dematrimonioyvuestraprimaaúnnosabenada.Nopodrádispensarsederecibirensucasa,yelmarquésnoestarápresenteen subaile.Todoelmundoestácomentandoestaaventura.

—¡Yelmundoseríedeunainfamiayserecreaenella!¿Nosabéis,pues,quelaseñoradeBeauséantmorirádeestedisgusto?

—No—dijosonriendoDelfina—,noconocéisaesaclasedemujeres.PerotodoParísiráasucasayyotambiénestaréallí.Sinembargo,estafelicidadosladeboavos.

—Pero—dijoRastignac—¿nosetratarádeunodeesosrumoresabsurdos

Page 171: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

comolosqueentantaabundanciacirculanporParís?

—Mañanasabremoslaverdad.

EugenionovolvióaCasaVauquer.Nopudorenunciaragozardesunuevoapartamento.Si,eldíaantes,habíasevistoobligadoaabandonaraDelfina,alaunade lanoche, fueDelfina laque ledejóhacia lasdosparavolverasucasa.Aldíasiguientedurmióhastabastantetarde,yhaciaelmediodíaaguardóalaseñoradeNucingen,lacualfueadesayunarconél.Losjóvenessontanávidosdeestas cosas tanagradables,queEugeniocasi sehabíaolvidadodepapáGoriot.Fueunalargafiestaparaélelhabituarseacadaunodeaquelloselegantes objetos que le pertenecían. La señora de Nucingen estaba allí,confiriendounnuevovalora todas lascosas.Sinembargo,hacia lascuatro,los dos amantes pensaron en papáGoriot, recordando la felicidad que él seprometíaaliravivirenaquellacasa.Eugenioobservóqueeranecesariollevarallí cuantoantesalbuenhombre, si esquehabíadeestar enfermo,ydejóaDelfinaparacorreraCasaVauquer.NipapáGoriotniBianchonsehallabanalamesa.

—Bien—ledijoelpintor—,papáGoriotseencuentramal.Bianchonestáarriba con él. El buen hombre ha visto a una de sus hijas, la condesa deRestaurama. Luego ha querido salir y su enfermedad ha empeorado. Lasociedadvaaverseprivadadeunodesusbellosornatos.

Rastignacseprecipitóhacialaescalera.

—¡Eh,señorEugenio!

—¡SeñorEugenio!,laseñoraosllama—legritóSilvia.

—Señor—díjolelaviuda—,elseñorGoriotyvoshabíaisdemarcharoselquince de febrero. Hace tres días que ha pasado el quince y estamos ya adieciocho; tenéisquepagarmeunmesporvosyporél;perosiqueréis salirfiadorporpapáGoriot,vuestrapalabraserásuficiente.

—¿Porqué?¿Esquenotenéisconfianza?

— ¡Confianza! Si el buen hombre perdiera la cabeza y se muriese, sushijasnomedaríanuncéntimo,ytodossusbártulosnovalennidiezfrancos.Esta mañana se ha llevado sus últimos cubiertos, no sé por qué. Habíasevestidocomounjoven.QueDiosmeperdone,perocreoquellevabacolorete;mehaparecidorejuvenecido.

—Yo respondo de todo —dijo Eugenio estremeciéndose de horror ytemiendoundesastre.

Subió a la habitación de papá Goriot. El anciano yacía en su lecho yBianchonestabacercadeél.

Page 172: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Buenosdías,padre—ledijoEugenio.

Elbuenhombrelesonriódulcementeyrespondióvolviendohaciaélunosojosvidriosos:

—¿Cómoseencuentramihija?

—Bien,¿yvos?

—También.

—Nolefatigues—dijoBianchonllevándoseaEugenioaunrincóndelahabitación.

—¿Ybien?—ledijoRastignac.

—Sólo unmilagro puede salvarle.Ha tenido lugar la congestión serosa;tienesinapismos;afortunadamentelossiente,estánproduciendosuefecto.

—¿Selepuedetrasladar?

—Imposible. Hay que dejarle ahí, evitar todo movimiento físico y todaemoción…

—MibuenBianchon—dijoEugenio—,losdoscuidaremosdeél.

—Yahehechoveniralmédicodirectordenuestrohospital.

—¿Yqué?

—Mañanadirádequése trata.Mehaprometidoquevendríadespuésdeterminadasujornada.Desgraciadamenteesehombrehacometidoestamañanauna imprudencia sobre la cual no quiere dar explicación alguna. Es tozudocomounamula.Cuandolehablo,hacecomosinomeoyese,yduermeparano tener que contestar a mis preguntas; o bien, si tiene los ojos abiertos,comienza a gimotear. Ha salido al amanecer, ha ido a pie por las calles deParís,nosabemosadónde.Sehallevadotodoloqueposeíadevalor,haidoahacer Dios sabe qué tráfico, que le ha costado un esfuerzo superior a susfuerzas.Havenidounadesushijas.

— ¿La condesa?—dijo Eugenio—. ¿Una morena alta, de ojos vivos yhermosos,lindopie,cinturaesbelta?

—Sí.

—Déjameunmomentoasolasconél.Voyaconfesarle;amíme lodirátodo.

—Entretanto, voy a comer. Solamente procura no agitarle demasiado;todavíanosquedaalgunaesperanza.

—Descuida.

Page 173: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Mañana se divertirán mucho —dijo papá Goriot a Eugenio cuandoestuvieronsolos—.Vanaungranbaile.

— ¿Qué habéis hecho, pues, esta mañana, papá, para que esta tarde osencontréistanmalqueestéisobligadoaguardarcama?

—Nada.

—¿HavenidoAnastasia?—preguntóRastignac.

—Sí—respondiópapáGoriot.

—Bien,nomeocultéisnada.¿Quémásoshapedido?

— ¡Ah—repuso el anciano reuniendo sus energías para poder hablar—,eramuydesdichada,pobrehijamía!Nasianotieneuncéntimodesdeelasuntodelosdiamantes.Habíaencargadoparaesebaileunvestidodelentejuelasquedebesentarlecomounajoya.Sumodista,lainfame,nohaqueridofiarle,ysudoncellahaentregadomilfrancosacuenta.¡PobreNasia!¡Haberllegadoatalextremo!Estomehadesgarradoelcorazón.

»Peroladoncella,alverqueRestaudretiratodasuconfianzaaNasia,hatenidomiedodeperdersudinero,yseentiendeconlamodistaparaqueéstanoentregueelvestidoamenosqueleseandevueltoslosmilfrancos.Elbaileesmañana,elvestidoestáacabadoyNasiaestádesesperada.Haqueridoqueleprestasemiscubiertosparaempeñarlos.SumaridoquierequeellavayaaesebaileparamostraratodoParíslosdiamantesquelagentepretendequeellaha vendido. ¿Puede decirle a esemonstruo: «Debomil francos, pagadlos»?No.Yome he hecho cargo de esto. Su hermanaDelfina irá al baile con unvestido precioso. Anastasia no debe ser menos que su hermana menor. Yademás,mipobrehijanohacesinollorar.Mesentítanhumilladoalnotenerdocemilfrancosayer,quehabríadadoelrestodemimiserableexistenciaporpoder arreglar este asunto. ¿Sabéis?, yohabía tenido fuerzaspara soportarlotodo, peromi última falta de dinerome ha partido el corazón. Sin pensarlomás,hevendidocubiertosy joyasporvalordeseiscientos francos: luegoheempeñado,porunaño,mitítuloderentavitaliciacontracuatrocientosfrancosuna vez pagados, a papá Gobseck. ¡Bah, comeré sólo pan! Esto resultabasuficienteparamícuandoerajoven,ytodavíapuedopasarasí.PorlomenosmibuenaNasiapasaráunabuenanoche.Estarámuyhermosa.Tengodebajodemi almohada el billete demil francos.Me reconforta tener debajo de lacabezaalgoquevaahacerfelizalapobreNasia.Podrádespediralaingratadoncella.¡Sehabrávistoqueloscriadosnotenganconfianzaensusdueños!Mañanaestarébien.Nasiavienealasdiez.Noquieroquemecreanenfermo,porque no irían al baile, para poder cuidarme.Después de todo, ¿no habríagastadomil francos en la farmacia? Prefiero dárselos ami curalotodo, amiNasia. Yo la consolaré en su miseria, por lo menos. Esto hace que pueda

Page 174: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

perdonárseme mi error por haberme hecho una renta vitalicia. Ella seencuentraenelfondodelabismoyyonosoylobastantefuerteparasacarladeél.¡Oh!,hedevolveralcomercio.

»IréaOdesaparacomprarcereales.El trigocuestaallí tresvecesmenosqueelnuestro.Síbienestáprohibidalaimportacióndecerealesenespecie,losque hacen las leyes no han tenido la idea de prohibir la fabricación de losproductos cuya materia es el trigo. Yo he descubierto esto esta mañana.Puedenhacersegrandescosasconlosalmidones.

—Estáloco—díjoseEugeniomirandoalanciano—.Vamos,descansad,nohabléis…

EugeniobajóparacomercuandoBianchonvolvióasubir.Luego losdospasaron lanochevelandoalenfermo, turnándose,ocupándoseelunoen leersuslibrosdemedicinayelotroenescribirasumadreyasushermanas.Aldíasiguiente, los síntomas que se declararon en el enfermo fueron, segúnBianchon, de augurio favorable; pero exigieronunos continuos cuidados, delosquesólolosdosestudianteserancapacesdeprodigaryenladescripcióndeloscualesesimposiblecomprometerlapudibundafraseologíadelaépoca.Las sanguijuelas aplicadas al cuerpo depauperado del buen hombre fueronacompañadas de cataplasmas, de baños de pies, demanipulacionesmédicasparalascuales,porotrolado,precisábaselafuerzaylabuenavoluntaddelosdosjóvenes.LaseñoradeRestaudnofueaverasupadreymandóunpropioabuscarlasuma.

—Yo creía que vendría ellamisma. Pero quizás esmejor así, porque sehabríaalarmado—dijoelpadre,pareciendofelizporestacircunstancia.

Alassietedelatarde,TeresavinoaentregarunacartadeDelfina.

«¿Quéhacéis,amigomío?Apenasamada,¿habríayadevermenegligida?Me habéismostrado, en esas confidencias hechas de corazón a corazón, unalma demasiado hermosa para no ser de aquellos que permanecen siemprefielesalverhastaquépuntotienenmaticeslossentimientos.TalcomodijisteisvosmismoalescucharlaplegariacantadaporMosé:

“Para los unos es una misma nota; para los otros es lo infinito de lamúsica”. Pensar que esta tarde os espero para ir al baile de la señora deBeauséant.DecididamenteelcontratodelseñordeAjudahasidofirmadoestamañanaenlacorte,ylapobrevizcondesanolohasabidohastalasdos.TodoParísacudiráasucasa,comoelpuebloabarrotalaplazadelaGrèvecuandohadeasistiraunaejecución.¿Noeshorribleiraversiesamujerocultarásudolor, si sabrámorir dignamente? Por supuesto, que yo no iría a ese baile,amigomío,siyahubieraestadoencasadeesaseñoraenotraocasión;perosindudayanovolverá a recibir, y todos los esfuerzosquehehecho resultarían

Page 175: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

superfluos. Mi situación es muy distinta de la de las otras. Por otra parte,tambiénvoyalbaileporvos.Osespero.Sinoestuvieseisamiladodentrodedoshoras,nosésiosperdonaríaesafelonía».

Rastignaccogióunaplumayrespondióasí:

«Estoyesperandoaunmédicoparasabersivuestropadredebeviviraún.Está muriéndose. Iré a comunicaros la noticia, y temo que se trate de unasentenciademuerte.Yaveréisentoncessipodéisonoiralbaile.Missaludoscariñosos».

Elmédico llegó a lasochoymedia, y sindarunaopinión favorable, nopensó que lamuerte hubiera de ser inminente. Anunciómejoras y recaídasalternativas,delasquedependeríalavidaylarazóndelbuenhombre.

—Máslevaldríamorirenseguida—fueronlasúltimaspalabrasdeldoctor.

EugenioconfióapapáGoriotaloscuidadosdeBianchon,ypartióparairallevara laseñoradeNucingenla tristenuevaqueensuánimo,aúnimbuidoporlosdeberesdefamilia,habíadesuspendertodaalegría.

—Decidle que se divierta a pesar de todo —le gritó papá Goriot, queparecíaamodorrado,peroqueseincorporóenelmomentoenqueRastignacsedisponíaasalir.

El joven presentóse a Delfina transido de dolor y la encontró peinada,vestida,calzada.Sólolefaltabaponerseelvestidodebaile.Pero,semejantesalaspinceladasconquelospintoresdancimaasuscuadros,elúltimoarreglorequeríamástiempoqueelfondomismodellienzo.

—¡Cómo!¿Novaisvestidoparaelbaile?—ledijoDelfina.

—Peroseñora,vuestropadre…

—¡Siempremipadre!—interrumpió la joven—.Supongoqueno iréisadecirmeloqueledeboamipadre.Hacetiempoqueconozcoamipadre.Niunapalabra,Eugenio.Noosescucharéhastaqueosveaarreglado.Teresa lohapreparado todo envuestra casa;mi coche está a punto, tomadlo; y luegovolved.Yahablaremosdemipadremientrasvayamosalbaile.Debemossalirtemprano, porque si quedamos presos en la fila de los coches, podremosconsiderarnosafortunadossihacemosnuestraentradaalasonce.

—¡Señora!

—¡Id!Niunapalabra—dijolajovencorriendohaciasugabineteparairabuscaruncollar.

—Marchaos,pues,señorEugenio,sinoqueréisquelaseñoraseenfade—dijoTeresaempujandoaljoven,horrorizadodeaqueleleganteparricidio.

Page 176: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Fue a vestirse, haciéndose las más tristes, las más descorazonadorasreflexiones.Veíaelmundocomounocéanodebarro,enelqueunhombresesumergíahastaelcuellosiporazarsemojabaenélelpie.«Sólosecometenen este mundo crímenes mezquinos —se dijo—. Vautrin es más grande».Había visto las tres grandes expresiones de la sociedad: la Obediencia, laLuchaylaRebelión;laFamilia,elMundoyVautrin.Ynoseatrevíaatomarunpartidodeterminado.LaObedienciaeraaburrida,laRebeliónimposibleylaLuchaincierta.

Su pensamiento le trasladó al seno de la familia. Acordóse de las purasemocionesdeaquellavidatranquila,recordólosdíaspasadosenmediodelosseres que tanto le amaban. Conformándose a las leyes naturales del hogardoméstico, aquellas amadas criaturas encontraban en él una felicidad plena,continua,sinangustias.Apesardesusbuenas intenciones,nosintióelvalorsuficiente para confesar a Delfina la fe de las almas puras, ordenándole laVirtudennombredelAmor.Sueducación,apenas iniciada,habíaempezadoya a dar sus frutos. Ya amaba egoístamente. Su tacto le había permitidoreconocer la naturaleza del corazón de Delfina. Presentía que era capaz depasar por encimadel cuerpo de su padre para ir al baile, y no tenía fuerzaspara desempeñar el papel de un razonador, ni el valor de contrariarla, ni lavirtuddeabandonarla.«Nuncameperdonaríahaber tenido razóncontraellaen estas circunstancias», se dijo. Además, comentó las palabras de losmédicos, se complació enpensarquepapáGoriot no estaba tangravementeenfermocomoélcreía;enfin,acumulórazonamientosasesinosparajustificara Delfina. Ella ignoraba el estado en que se encontraba su padre. El buenhombre la mandaría al baile si ella fuera a verle. A menudo la ley social,implacableensufórmula,condenaallídondeelcrimenaparenteesejecutadoporlasinnumerablesmodificacionesqueintroducenenelsenodelasfamiliasla diferencia de los caracteres, la diversidad de los intereses y de lassituaciones.Eugenioqueríaengañarseasímismo,estabadispuestoahacerleasu amante el sacrificio de su conciencia. Desde hacía dos días todo habíacambiado en suvida.Lamujer había arrojado en ella sus desórdenes, habíaeclipsadoalafamilia,todolohabíaconfiscadoenprovechopropio.RastignacyDelfinahabíanseencontradoenlascondicionesdeseadasparaexperimentarel uno hacia el otro los goces más vivos. Su pasión, bien preparada, habíacrecidopormediodeaquelloquematalaspasiones,porelgoce.

Alposeeraaquellamujer,Eugeniodiosecuentadequehastaentoncessólolahabíadeseado,ysólolaamóaldíasiguientedesufelicidad:elamornoesquizámásque el reconocimientodel placer. Infameo sublime, él adoraba aaquellamujerporlosplaceresqueéllehabíaaportadoendote,yporaquellosquedeellahabíarecibido;asimismoDelfinaamabaaRastignaccomoTántalohabríaamadoalángelquehubieraidoasatisfacersuhambreoacalmarlaseddesugargantareseca.

Page 177: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Bien,¿cómoestámipadre?—lepreguntólaseñoradeNucingencuandoEugeniovolvióalacasadeellavestidoparaelbaile.

—Muymal—le respondióel joven—,ysiqueréisdarmeunapruebadevuestroafecto,correremosaverle.

—Sí,estábien—dijoDelfina—,perodespuésdelbaile.MibuenEugenio,séamableconmigo,nomehagassermones.Ven.

Partieron.Eugeniopermaneciósilenciosoduranteunapartedelcamino.

—¿Quétenéis?—lepreguntólajoven.

—Estoyoyendoelestertordevuestropadre—respondióEugenio.

Ycomenzóacontarle,conlaelocuenciadelaedadjuvenil,laferozacciónalaquelaseñoradeRestaudhabíasevistoimpulsadaporlavanidad,lacrisismortalqueelúltimosacrificiodelpadrehabíadeterminadoyloquecostaríaelvestidodelentejuelasdeAnastasia.Delfinalloraba.

—Voyaponermefea—pensó.Suslágrimassesecaron—.Iréavelaramipadre—dijoenvozalta—.Nomesepararédesucabecera.

—¡Ah!—exclamóRastignac—.Asíescomoqueríaverte.

Las linternas de quinientos carruajes iluminaron las inmediaciones delhotel de Beauséant. A cada lado de la iluminada puerta se hallaba ungendarme.El granmundoafluía con tanta abundancia, y todosponían tantoafánenveraaquellamujerenelmomentodesucaída,quelosapartamentos,situados en la planta baja del hotel, estaban ya llenos cuando la señora deNucingenyRastignacllegaron.

Desde el día en que toda la corte se precipitó hacia la casa de la GranSeñoritaalaqueLuisXIVarrebatabasuamante,ningúndesastredelcorazónfuemásextraordinarioqueeldelaseñoradeBeauséant.Enestacircunstancia,la última hija de la casa casi real deBorgoñamostróse superior a sumal ydominó hasta el último instante al mundo del cual no había aceptado lasvanidadesmásqueparahacerlas servir al triunfode supasión.LasmujeresmáshermosasdeParísanimabanlossalonesconsusvestidosysussonrisas.Loshombresmásdistinguidosde lacorte, losembajadores, losministros, lagenteilustreentodoslosaspectos,cargadosdecruces,deplacas,decordonesmulticolores, apretujábanse alrededor de la vizcondesa. La orquesta hacíaresonarlosmotivosdesumúsicabajolosdoradosartesonesdeaquelpalacio,desiertoparasureina.LaseñoradeBeauséantsehallabadepiedelantedesuprimer salón para recibir a sus pretendidos amigos. Vestida de blanco, sinningún adorno en sus cabellos sencillamente trenzados, parecía serena, y noafectaba dolor, ni orgullo, ni falsa alegría. Nadie podía leer en su alma.HabríasdichoquesetratabadeunaNiobedemármol.Lasonrisaquededicaba

Page 178: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

a sus amigos íntimos fue a veces burlona; pero a todo el mundo pareciósemejante a sí misma, y de tal modo apareció igual a los días en que lafelicidad la engalanaba con sus dorados rayos, que los más insensibles laadmiraron,comolasjóvenesromanasaplaudíanalgladiadorquesabíasonreírmientrasexpiraba.Elmundoparecíahabervestidosusgalasparadespediraunadesussoberanas.

—Temíaquenovinieseis—dijolavizcondesaaRastignac.

—Señora—respondióconvozemocionada,tomandoestaspalabrascomounreproche—hevenidoparaquedarmeelúltimo.

—Bien —dijo la joven cogiéndole la mano—. Vos sois quizás aquí elúnicoenquienpuedaconfiar.Amigo,amadaunamujeralaquepodáisamarsiempre.Noabandonéisaninguna.

Cogió del brazo a Rastignac y lo condujo hacia un canapé, en el salóndondetocabalaorquesta.

—Id a ver al marqués —le dijo—. Jaime, mi ayuda de cámara, osacompañaráyosdaráunacartaparaél.Lepidomicorrespondencia.Creoqueos la entregará completa.Cuando tengáismis cartas, subid ami habitación.Meavisarándevuestrallegada.

LevantóseparairalencuentrodeladuquesadeLangeais,sumejoramiga,queenaquelmomentoacababade llegar.RastignacpartióypreguntóporelmarquésdeAjudaenelhoteldeRochefide,dondehabíadepasarlavelada,ydondeleencontró.Elmarquéslellevóasucasa,entregóunacajaalestudianteyledijo:

—Estántodas.

Pareció querer hablar a Eugenio, sea para interrogarle sobre losacontecimientos del baile y sobre la vizcondesa, sea para confesarle que yacomenzabaaestardesesperadodesuboda,comoloestuvomástarde;peroundestellodeorgullobrillóensusojosytuvoeldeplorablevalordeguardarelsecretosobresusmásnoblessentimientos.

—Noledigáisnadademí,queridoEugenio.

EstrechólamanodeRastignacconunmovimientoafectuosamentetriste,yle hizo seña de que partiese. Eugenio volvió al hotel de Beauséant y fueintroducidoen lahabitaciónde lavizcondesa,dondevio lospreparativosdeunapartida.Sentósejuntoalachimeneaycayóenunaprofundamelancolía.Para él, la señora de Beauséant tenía las proporciones de las diosas de laIlíada.

—¡Ah!,amigomío—dijolavizcondesaentrandoyapoyandosumanoenelhombrodeRastignac.

Page 179: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Vioquesuprimaestababañadaenllanto,conunamanotrémulaylaotralevantada. La joven cogió de pronto la caja, la puso encima del fuego ycontemplócómoardía.

— ¡Están bailando! Han venido todos muy puntuales, mientras que lamuertetardaráenllegar.¡Chitón!,amigomío—dijoapoyandoundedoenloslabiosdeRastignac,alverqueéstesedisponíaahablar—.YanovolveréaverParísnielmundo.AlascincodelamañanapartiréparairasepultarmeenunrincóndeNormandía.Desdelastresdelatardemehevistoobligadaahacermispreparativos,afirmardocumentos;nopodíaenviaranadiealacasade…—Se detuvo, abrumada aún por el dolor.— En tales momentos, todo essufrimiento, y ciertas palabras son imposibles de pronunciar. En fin —prosiguió—, yo contaba con vos esta tarde para este último servicio. Yoquisieradarosunaprendademiamistad.Meacordarémuchasvecesdevos,quemehabéisparecidotanbuenoytannoble, jovenycándidoenmediodeeste mundo en que tales cualidades son tan raras. Desearía que a vecespensaraisenmí.Tomad—dijomirandoenderredor—,aquítenéiselcofrecilloenelqueguardabamisguantes.Cadavezquecogíaalgunodeellosantesdeiralbaileoaunespectáculo,mesentíahermosa,porqueerafeliz,ysólotocabaestecofrecilloparadejarenélalgúnpensamientoagradable:haymuchodemímisma ahí dentro; hay toda una señora de Beauséant que ya no existe.Aceptadlo.Procuraréqueoslollevenavuestracasa,enlacalledeArtois.LaseñoradeNucingenestámuybellaestanoche;amadlamucho.Sinovolvemosavernos,amigomío,estadsegurodequeharévotosporvos,que tanbuenohabéis sido conmigo. Bajemos; no puedo permitir que crean que estoyllorando.Tengolaeternidaddelantedemí;allíestarésola,ynadiemepedirácuentasdemislágrimas.Voyadarunaúltimamiradaaesteaposento.

Sedetuvo.Luego,despuésdehaberocultadoun instante susojos con lamano,selossecó,loslavóconaguafrescaycogióalestudianteporelbrazo.

—¡Vamos!—ledijo.

Rastignacnohabía sentidoaúnunaemoción tanviolentacomo laque leprodujoelcontactodeaqueldolortannoblementereprimido.

Alvolveraentrarenelsalóndelbaile,Eugeniodiolavueltaalrededordelmismo con la señora de Beauséant, última y delicada atención de aquellamujertanelegante.

ProntovioEugenioalasdoshermanas,laseñoradeRestaudylaseñoradeNucingen. La condesa estabamagnífica con todos sus diamantes, que, paraellaeran,sinduda,ardientes.Losllevabaporúltimavez.Pormuyfuertesquefueransuorgulloysuamor,nososteníamuybienlasmiradasdesumarido.Este espectáculo no era como para hacermenos tristes los pensamientos deRastignac.Entonces,bajolosdiamantesdelasdoshermanas,vioelcatreenel

Page 180: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

que yacía papá Goriot. Habiendo interpretado mal la vizcondesa su actitudmelancólica,leretirósubrazo.

—¡Id!Noquierocostarosunplacer—ledijo.

Eugenio fue pronto reclamado por Delfina, satisfecha del efecto queproducía y ansiosa de depositar a los pies del estudiante los homenajes quecosechabaenestemundo,enelqueesperabaseradoptada.

—¿CómoencontráisaNasia?—ledijo.

—Haespeculado—dijoRastignac—hastaconlamuertedesupadre.

Hacia las cuatro de la mañana, la multitud de los salones empezaba aaclararse.Prontodejódeoírselamúsica.LaduquesadeLangeaisyRastignacse encontraban solos en el gran salón. La vizcondesa, creyendo que sóloencontraríaallí alestudiante,acudióaéldespuésdedespedirsedel señordeBeauséant,elcualfueaacostarse,repitiéndole:

—Hacéis mal, querida, en ir a recluiros a vuestra edad. Quedaos connosotros.

Al ver a la duquesa, la señora de Beauséant no pudo contener unaexclamación.

—Osheadivinado,Clara—ledijolaseñoradeLangeais—.Partísparanovolver;peronoosiréissinhabermeoídoysinquenoshayamosentendido.

Cogió a su amigadel brazo, la llevó al salón contiguo, y allí,mirándolaconlágrimasenlosojos,laestrechóensusbrazosylabesóenlasmejillas.

—No quiero separarme de vos fríamente, querida; sería para mí unremordimiento demasiado pesado. Podéis contar conmigo como con vosmisma.Habéissidograndeestanoche,mehesentidodignadevos,yquierodemostrároslo.Me he portadomal con vos, no siempre he estado correcta;perdonadme, querida: desapruebo todo cuanto haya podido mortificaros,quisieravolver a recogermispalabras.Unmismodolorha reunidonuestrasalmas, y no sé cuál de nosotras será la más desventurada. El señor deMontriveau no estaba aquí esta noche, ¿comprendéis? Quien os haya vistodurante este baile, Clara, no os olvidará jamás. Yo estoy intentando unsupremoesfuerzo.Sifracaso,ingresaréenunconvento.Yvos,¿adóndevais?

—ANormandía,aCourcelles,paraamaryrezarhastaeldíaenqueDiosse digne retirarme de este mundo. Venid, señor de Rastignac —dijo lavizcondesa con voz emocionada, pensando que aquel joven esperaba. Elestudiantedoblólarodilla,cogiólamanodesuprimayselabesó.

—¡Adiós,Antonia!—dijo la señoradeBeauséant—,queseáis feliz.Encuanto a vos, vos lo sois, vois sois joven, podéis tener fe en todo—añadió

Page 181: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

dirigiéndose al estudiante—. Al partir de este mundo habré tenido, comociertos moribundos privilegiados, emociones religiosas y sinceras a mialrededor.

Rastignacsemarchóhacialascinco,despuésdehabervistoalaseñoradeBeauséant en su berlina de viaje, recibiendo su último adiós empapado enlágrimas,quedemostrabanque laspersonasmáselevadasnosehallan fuerade la ley del corazón y no viven sin pesares, como ciertos cortesanos delpuebloquisieranhacercreeraéste.EugeniovolvióapieaCasaVauquer.Eltiempoestabahúmedoyfrío.Sueducaciónestabacompletándose.

—No podremos salvar al pobre papá Goriot—le dijo Bianchon cuandoRastignacentróenlahabitacióndesuvecino.

—Amigo mío —le dijo Eugenio después de haber mirado al ancianodormido—,vamos,prosigueelmodestodestinoalcualtúlimitastusdeseos.Yoestoyenelinfiernoyesprecisoqueenélpermanezca.¡Todolomaloquete digan del mundo, créelo! No hay Juvenal que pueda pintar su horrorcubiertodeoroypedrería.

Al día siguiente, Rastignac fue despertado hacia las dos de la tarde porBianchon, quien, obligado a salir, le rogó que vigilara a papá Goriot, cuyoestadohabíaempeoradomuchoaquellamañana.

—Elbuenhombrenotienesiquieradosdíasdevida,quizániseishoras—dijoelestudiantedemedicina—,ysinembargonopodemosdejardecombatirelmal.Seránecesarioprodigarlecuidadoscostosos.Seremossusenfermeros,peroyono tengodinero.Hevueltodel revéssusbolsillos, rebuscadoensusarmarios:ceroenel cociente.Lehe interrogadoenunmomentoenqueaúnteníalucidezymehadichoquenoteníauncéntimo.¿Quéesloquetienestú?

—Mequedanveintefrancos—respondióRastignac—;peroiréajugarlos;ganaré.

—¿Ysipierdes?

—Pediréeldineroasusyernosyasushijas.

— ¿Y si no te lo dan? —repuso Bianchon—. Lo más urgente en estemomentonoesencontrardinero,sinoqueesprecisoenvolveralhombreenunsinapismohirvientedesdelospieshastalamitaddelosmuslos.Sigrita,habrárecurso.Yasabescómosearreglaesto.Porotraparte,Cristóbalteayudará.Yopasaré por la farmacia a responder de todos los medicamentos que allítomemos.Esunalástimaqueelhombrenohayaestadoencondicionesdesertransportadoanuestrohospital, dondehabría estadomejor atendido.Vamos,venparaquetedejeaquíinstalado,ynoledejeshastaqueyovuelva.

Losdosjóvenesentraronenlahabitacióndondeyacíaelanciano.Eugenio

Page 182: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

asustósealverelcambiodeaquelrostroconvulso,blancoymuydemacrado.

—¿Ybien,papá?—ledijoinclinándosesobreelcatre.

Goriot levantó hacia Eugenio unos ojos vidriosos y le miró con muchaatención sin reconocerle.El estudiantenopudo resistir aquella escenay susojossellenarondelágrimas.

—Bianchon,¿nohabríaqueponerunascortinasenlasventanas?

—No, las circunstancias atmosféricas ya no le afectan. Sería demasiadofelizsituvieracalorofrío.Sinembargo,necesitamosfuegoparaprepararlastisanas y otras cosas. Haré que te traigan leña. Esta noche he quemado laúltimaquequedaba.Hacíahumedad,elaguagoteabaporlasparedes.Apenashepodidosecarlahabitación.Cristóballahabarrido.Esrealmenteunestablo.Hequemadoenebro,porqueestoolíamuymal.

—¡Diosmío!—dijoRastignac—.Pero¿ysushijas?

—Mira,sitepidedebeber,ledarásdeesto—dijoelinternomostrandoaRastignac un gran jarro grande—. Si oyes que se queja y su vientre estácalienteyduro,teharásayudarporCristóbalparaadministrarle…yasabes.Situviera, por casualidad, una gran exaltación, si hablase mucho; si, en fin,tuviese una pizca de demencia, no hagas caso.No será ningunamala señal.PeromandaaCristóbalalhospicioCochin.Nuestromédico,micompañerooyo,vendríamosaaplicarlemoxas.Estamañana,mientras túdormías,hemostenidounagranconsultaconunalumnodeldoctorGall,conunmédicojefedel Hospital y el nuestro. Esos señores han creído reconocer curiosossíntomas, y vamos a seguir los progresos de la enfermedad, con objeto detenerunaideaclaradevariospuntoscientíficosbastanteimportantes.Unodeesos señorespretendeque lapresióndel suero, si fueramayorenunórganoqueenotro,podríadesarrollarhechosespeciales.Escúchale,pues,bien,enelcasodequehablase,conobjetodecomprobaraquégénerodeideaspudieranpertenecer sus frases: si se trata de efectos dememoria, de penetración, dejuicio;sitratadematerialidadesodesentimientos;sicalcula,sivuelvesobreelpasado;enfin,procuraestarencondicionesdedarnosuninformeexacto.

»Es posible que la invasión se efectúe en bloque, y entonces moriríaimbécil como en este momento. Todo es muy extraño en esta clase deenfermedades. Si la bomba estallase por aquí—dijoBianchon señalando eloccipucio del enfermo—, hay ejemplos de fenómenos singulares: el cerebrorecobra algunas de sus facultades y lamuerte tardamás en declararse. Lasserosidadespuedendesviarsedelcerebro, tomarcaminoscuyocursosólo seconocepormediodelaautopsia.HayenlosIncurablesunviejoidiotizadoenquienel derrameha seguido la columnavertebral; sufrehorriblemente, perovive.

Page 183: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

— ¿Se han divertido mucho mis hijas? —dijo papá Goriot, el cualreconocióaEugenio.

—¡Oh!,nopiensamásqueensushijas—dijoBianchon—.Estanochemehadichomásdecienveces:«Ellasbailan.Ellatienesuvestido».Lasllamabapor sus nombres. Me hacía llorar, ¡qué el diablo me lleve!, con susentonaciones:«¡Delfina! ¡MiDelfinita! ¡Nasia!».Palabradehonor—dijoelestudiantedemedicina—,eraparadeshacerseenlágrimas.

—Delfina—dijoelanciano—.Estáahí,¿noesverdad?Yalosabía.

Y sus ojos recobraron una actitud loca paramirar hacía las paredes y lapuerta.

—BajoadecirleaSilviaquepreparelossinapismos—gritóBianchon—;elmomentoespropicioparaello.

Rastignacquedóseasolasconelanciano,sentadoalpiede lacama,conlosojosfijosenaquellacabezaespantosaylamentable.

—La señora de Beauséant huye y éste se muere —dijo—. Las almashermosas no pueden permanecer mucho tiempo en este mundo. ¿Cómopodrían los grandes sentimientos aliarse, en efecto, con una sociedadmezquina,pequeña,superficial?

Lasimágenesdelafiestaalaquehabíaasistidoaparecieronensurecuerdoyformaroncontrasteconelespectáculodeaquel lechodemuerte.Bianchonvolvióapresentarsedesúbito.

—Dime, pues, Eugenio, lo que ha sucedido. Acabo de ver a nuestromédicoenjefe,yheregresadosinparardecorrer.Sisemanifiestansíntomasde razón, si habla, acuéstale sobre una larga cataplasma, de modo que leenvuelvasdemostazadesdelanucahastalosriñones,ymandallamarnos.

—QueridoBianchon…—dijoEugenio.

—¡Oh!, se tratadeunhechocientífico—repusoel alumnodemedicinacontodoelardordeunneófito.

—Vamos—dijoEugenio—,yosería,entonces,elúnicoquecuidadeestepobreviejoporafecto.

—Si túmehubiesesvistoestamañana,nodirías eso—repusoBianchonsinofenderseporestaspalabras…Losmédicosquehanejercidosuprofesiónnovenmásquelaenfermedad;peroyotodavíaveoalenfermo,amigomío.

Y semarchó, dejando a Eugenio con el anciano y con el temor de unacrisisquenotardóendeclararse.

—¡Ah!,soisvos,hijomío—dijopapáGoriotreconociendoaEugenio.

Page 184: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—¿Estáismejor?—preguntóelestudiantecogiéndolelamano.

—Sí,teníalacabezacomoaplastada,peroyaestoymejor.¿Habéisvistoamis hijas? Pronto van a venir; acudirán tan pronto como sepan que estoyenfermo.¡MecuidarontantoenlacalledelaJussienne!¡Diosmío!,quisieraquemihabitaciónestuvieralimpiapararecibirlas.Huboaquíunhombrequequemótodosmisconglomeradosdecarbón.

—Oigo aCristóbal—ledijoEugenio—;os sube leñaqueosmanda esehombre.

—Sí,pero¿cómopagarlaleña?Notengouncéntimo,hijomío.Todolohedado, todo.Estoyenlapuramiseria.¿Elvestidodelentejuelaserahermoso,por lomenos?(¡Ah,cuántopadezco!).Gracias,Cristóbal,Diososlopagará,muchacho;yoyanopuedohacernada.

—YotepagarébienatiyaSilvia—dijoEugenioaloídodelcriado.

—Mishijasoshandichoqueibanavenir,¿verdad,Cristóbal?Veaverlasotra vez; te daré cien sueldos. Diles que no me siento bien, que quisierabesarlas, verlas otra vez antes de morir. Diles esto, pero sin asustarlasdemasiado.

CristóbalpartióaunaseñaquelehizoRastignac.

—Vanavenir—repusoelanciano—.Lasconozco.AestabuenaDelfina,si me muero, ¡qué pena le voy a ocasionar! También a Nasia. No quisieramorirparanohacerlas llorar.Morir,mibuenEugenio,esnovolveraverlasjamás.Alláadondevoymeaburrirémucho.Paraunpadre,elinfiernoesestarsinhijos,yyahehechomiaprendizajedesdequesecasaron.MiparaísoeralacalledelaJussienne.Decidme,pues,¿sivoyalparaísopodrévolveralatierraen espíritu para flotar alrededor de ellas? He oído decir estas cosas. ¿Esverdad?CreoverlasenestemomentotalcomoeranenlacalledelaJussienne.Bajabanporlamañana.«Buenosdías,papá»,decían.Yolassentabasobremisrodillas y les prodigaba mil caricias. Ellas también me acariciabancariñosamente.Desayunábamos juntos todas lasmañanas, comíamos juntos;enfin,yoerapadre,gozabademishijas.CuandoellasestabanenlacalledelaJussiennenorazonaban,nosabíannadadelmundo,mequeríanmucho.¡Diosmío!,¿porquénosiguensiendopequeñas?(¡Oh!,sufromucho;parececomosi la cabeza fuera a estallarme). ¡Ah, ah, perdón, hijas mías! Sufrohorriblemente, y es preciso que esto sea verdadero dolor, porqueme habéisendurecidomuchocontraelmal.¡Diosmío!,situviesesusmanosenlasmías,ya no sentiría mal alguno. ¿Creéis que vendrán? ¡Cristóbal es tan tonto!Deberíahaber idoyomismo.Perovosestuvisteisayerenelbaile.Decidme,pues,¿cómoestaban?Nosabíannadademienfermedad,¿noescierto?

¡No habrían bailado, pobres pequeñas mías! ¡Oh!, ya no quiero estar

Page 185: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

enfermo.Todavíamenecesitan.Susfortunasestáncomprometidas. ¡Yaquémaridos han sido entregadas! ¡Curadme, curadme! (¡Oh, cuánto sufro! ¡Ah,ah,ah!).Debocurarme,¿sabéis?,porquenecesitandinero,yyoséadóndehedeiraganarlo.IréaOdesaahaceralmidónenagujas.Soymuylistoyganarémillones.(¡Oh,estoysufriendodemasiado!).

Goriotguardósilencioduranteun instante,pareciendohacer losmayoresesfuerzosparareunirsusenergíasconobjetodesoportareldolor.

—Siellasestuviesenaquí,nomequejaría—dijo—.¿Porqué,entonces,hedequejarme?

Le sobrevino un ligero sopor, que duró largo rato. Cristóbal regresó.Rastignac,quecreíaapapáGoriotdormido,dejóqueelcriadoleinformaraenvozaltadesumisión.

—Señor—ledijo—,primeroheidoacasadelaseñoracondesa,alaqueno me ha sido posible hablar, porque se hallaba discutiendo de asuntosimportantes con su marido. Como yo insistiese, el señor de Restaud se hapresentadopersonalmente,ymehadichoasí:«¿QuéelseñorGoriotsemuere?¡Bien!,eslomejorquepodríahacer.TengonecesidaddelaseñoradeRestaudpara terminar unos asuntos importantes; ya irá cuando todo esté acabado».Aquel señor parecíamuy enojado.Yomedisponía a salir, cuando la señoraentróenlaantesalaporunapuertaqueyonoveíaymedijo:«Cristóbal,dileamipadrequeestoydiscutiendoconmimaridoynopuedodejarle;setratadelavidaodelamuertedemishijos;perotanprontocomotodohayaterminadoiré».Encuantoalaseñorabaronesa,esotrahistoria.Nolahevisto,ynohepodido hablarle. «¡Ah!—me dijo la doncella—, la señora ha regresado delbailealascincoycuartoyestádurmiendo;siladespiertoantesdelmediodía,me regañará. Tratándose de una mala noticia, siempre hay tiempo paradársela».Pormuchoquehe rogado,denadamehaservido.Dijequequeríahablarconelseñorbarón.Habíasalido.

—Ningunadesushijasvaavenir—exclamóRastignac—.Voyaescribiralasdos.

—Ninguna—respondióelancianoincorporándose—.Tienenasuntosqueresolver,duermen,novendrán.Yalosabía.Hayquemorirparasaberloquesonloshijos.¡Ah,hijomío,nooscaséis,notengáishijos!Lesdaislavidayellososdanlamuerte.Leshacéisentrarenelmundoyellososhacensalirdeél. ¡No, no vendrán!Ya sabía esto desde hace diez años.Me lo decía amímismoalgunasveces,peronomeatrevíaacreerlo.

Unalágrimaasomóacadaunodesusojos,sincaer.

— ¡Ah, si yo fuese rico, si hubiese conservado mi fortuna y no se lahubiesedado,estaríanahí,lamiéndomelasmejillasconsusbesos!Yoviviría

Page 186: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

en un hotel, tendría hermosas habitaciones, criados, lumbre; y ellas estaríanllorando,consusmaridos,consushijos.Yotendría todoesto.Peronada.Eldinero lo da todo, incluso hijas. ¡Oh!, mi dinero, ¿dónde estás? Si tuviesetesorosquelegarles,ellasmecuidarían;yolasoiría,lasvería.¡Ah,hijomío,mi únicohijo, prefieromi abandonoymimiseria!Por lomenos cuandoundesgraciadoesamado,estásegurodequeleaman.No,yoquisieraserrico;asílasvería.Afemía,¿quiénsabe?Lasdostienenelcorazóndepiedra.Yolasamabademasiadoparaqueellasmeamasenamí.Unpadredebesersiemprerico,debetenerasushijoscogidosporlarienda,comocaballosastutos.Yyoestaba de rodillas ante ellas. ¡Las miserables! Coronan dignamente suconductaparaconmigodesdehacediezaños.¡Sisupieseiscómomecuidabanen los primeros tiempos de su matrimonio! (¡Oh, estoy sufriendo un cruelmartirio!).Acababadedarlesacadaunacercadeochocientosmilfrancos;nopodían, ni tampoco susmaridos, tratarme bruscamente.Me recibían: «Papá,poraquí;papáporallá».Micubiertoestabasiempreen lamesadeellas.Enfin,comíaconsusmaridos,loscualesmetratabanconconsideración.Yoteníael aire de poseer todavía algo. ¿Por qué? Yo no había dicho nada de misasuntos.

»Unhombrequedaochocientosmilfrancosasushijosesunhombrequepuedetratarseconconsideración.Ymemimaban,peroerapormidinero.Elmundo no es hermoso. ¡Yo he visto todo esto!Me llevaban en coche a losespectáculos, y en lasveladasmequedabahastaquequería.En fin, ellas sedecían hijas mías y me reconocían como padre suyo. Todavía conservo miperspicacia,ynadasemeescapa.Yoveíaquetodoeraunafarsa;peroelmalnoteníaremedio.Ensucasanomeencontrabamáscómodoquealamesadeabajo.Yo no sabía decir nada.Así, cuando algunas de aquellas personas demundopreguntabanamisyernos,aloído:¿Quiéneseseseñor?Eselpadredelosescudos,esrico.¡Ah,diablo!,decían,ymemirabanconelrespetodebidoa losescudos.Perosiaveces lesmolestabaunpoco,pagababiencarosmisdefectos. Por otra parte, ¿quién es perfecto? (¡Mi cabeza es una llaga!). Enestosmomentos sufro lo que hace falta sufrir paramorir, mi querido señorEugenio. Bien, no es esto nada en comparación con el dolor que me haocasionadolaprimeramiradaporlacualAnastasiamehahechocomprenderque yo acababa de decir una tontería que la humillaba; sumiradame abríatodas las venas.Yohabría querido saberlo todo, pero lo quehe sabidomuybienesqueaquíenlatierrayoestabademás.AldíasiguientefuiacasadeDelfina para consolarme, pero he aquí que hago allí una tontería que la hahechomontarencólera.Mevolvícomoloco.Estuveochodíassinsaberquéhacer.Nomeatrevíaairaverlasportemorasusreproches.Yhemeaquíalapuerta de mis hijas. ¡Oh, Dios mío!, ya que conoces las miserias, lospadecimientos que he soportado; ya que has contado las puñaladas que herecibidoenestetiempoquemehaenvejecido,cambiado,matado,blanqueado,

Page 187: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

¿porquémehaces, pues, sufrir hoy?Bienhe expiado el pecadode amarlasdemasiado. Bien se han vengado de mi afecto, me han atenazado comoverdugos.¡Sontantontoslospadres!

»Yo lasquería tanto, quevolví a ellas comoun jugadorvuelve al juego.Mis hijas eran un vicio paramí; eranmis amantes, lo eran todo. Ellas dosteníannecesidaddealgo,dealhajas, lasdoncellasme lodecían,yyo se lasdabaparaserbienrecibido.Peroellasmehandadotambiénalgunaspequeñasleccionessobremimododeserenelmundo.¡Oh!,nohanesperadoeldíademañana.Empezabanaavergonzarsedemí.Ved loqueesel criarbiena loshijos. Sin embargo, a mi edad yo no podía ir a la escuela. (¡Sufrohorriblemente,Diosmío!¡Losmédicos,losmédicos!Simeabriesenlacabezanosufriríatanto.)¡Hijasmías,hijasmías!¡Anastasia,Delfina!Quieroverlas.¡Mandad a buscarlas por la gendarmería, a la fuerza!La justicia está demíparte,todoestádemiparte:lanaturalezayelcódigocivil.Protesto.Lapatriaperecerásilospadressonpisoteados.Estábienclaro.Lasociedad,elmundoseapoyanenlapaternidad;todosederrumbasíloshijosnoamanalospadres.¡Oh!,que lasvea,que lasoiga;no importa loquemedigan;con taldequeoigasuvoz,estocalmarámisdolores.Delfina,sobretodo.Pero,cuandoesténaquí, decidles que nomemiren con la frialdad con que lo hacen. ¡Ah!,mibuenamigo,señorEugenio,nosabéisloqueesencontrarelorodelamiradaconvertido de pronto en plomo gris. Desde el día en que sus ojos no hanirradiadosobremí,siemprehasidoparamí inviernoaquí;nohe tenidomásquedevorarpenas,ylashedevorado.Hevividoparaserhumillado,insultado.Las amo tanto, que tragaba todas las afrentas con las que me vendían unpequeñogozovergonzoso.¡Tenerqueocultarseunpadreparaverasushijas!Les he dado mi vida. ¡Ellas no me darán hoy una hora! Tengo sed, tengohambre, el corazón me arde; no vendrán a refrescar mi agonía, porque memuero,medoycuentadeello.¡Peroellasnosabenloqueespisarelcadáverdesupadre!HayunDiosenelcielo,elcualnosvengaapesardenosotros,lospadres. ¡Oh, ellas vendrán! ¡Venid, queridas hijas mías; venid otra vez abesarme, a darme un postrer beso, el viático de vuestro padre que rezará aDios por vosotras, que le dirá que fuisteis buenas hijas, que abogará porvosotras!

»Despuésdetodo,sois inocentes.Soninocentes,amigomío.Decídseloatodoelmundo,quenolasinquietenrespectoamí.Todoesculpamía;fuiyoquienlasacostumbréapisotearme.Megustaba.Estonoincumbeanadie,nialajusticiahumana,nialajusticiadivina.Diosseríainjustosilascondenaseacausademí.Nohesabidocomportarme;hecometidoelerrordeabdicardemisderechos.¡Meheenvilecidoporellas!¡Quéqueréis!Elmejorcarácter,lasmejores almashabrían sucumbido a la corrupciónde esta facilidadpaternal.Soy un miserable; he sido castigado justamente. Yo solo he causado losdesórdenes de mis hijas, las he mimado con exceso. Ellas quieren hoy los

Page 188: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

placeres como antes querían caramelos. Siempre les permití satisfacer suscaprichos de muchachas. ¡A los quince años ya tenían coche! Nada les hafaltado.Sóloyosoyelculpable,peroculpableporamor.Suvozmeabríaelcorazón. Las oigo, vienen. ¡Oh!, sí, vendrán. La ley quiere que los hijosvenganavermoriralpadre,laleyestádemiparte.Además,estonocostarámás que un viaje en un coche de alquiler. Ya lo pagaré yo. Escribidlesdiciéndolesquetengomillonesparadejarlesenherencia.Palabradehonor.Iréa fabricar pastas para sopa en Odesa. Conozco el modo de hacerlo. En miproyectopuedenganarsemillones.Nadielohapensado.Estonoseestropearáduranteeltransportecomoeltrigoocomolaharina.¡Eh,eh,elalmidón!¡Estoproducirámillones!Nomentiréis;decidlesquesetratademillones,yaunqueviniesenporavaricia,prefieroserengañado;asílasveré.¡Quieroamishijas!¡Yolashehecho!¡Sonmías!—dijoincorporándose,mostrandoaEugeniounacabezacuyoscabellosblancoseranescasosyqueamenazabacontodoloquepuedeexpresaramenaza.

—Vamos—ledijoEugenio—,volveda acostaros,mibuenpapáGoriot;voyaescribirles.TanprontocomohayaregresadoBianchon,irésinovienenellas.

—¿Sinovienen?—repitióelancianosollozando—.Yoyaestarémuerto,muertoenunaccesoderabia,¡derabia!¡Larabiaseapoderademí!Enestemomentoveomividaentera. ¡Hesidoengañado! ¡Ellasnomeaman,nuncame han amado!, es evidente. Si no han venido, ya no vendrán.Cuantomástarden,menos sedecidiránadarmeesta alegría.Ya las conozco.Nuncahansabido adivinar nada de mis penas, de mis dolores, de mis necesidades;tampocoadivinaránmimuerte;ni siquieraestánenel secretodemi ternura.Sí,loveo;paraellas,lacostumbredeabrirmelasentrañashaquitadoméritoatodocuantoyohacía.Simehubieranpedidoquemearrancaralosojos,yoleshabría dicho: «¡Arrancádmelos!». Soy demasiado estúpido. Ellas creen quetodoslospadressoncomoelsuyo.Siemprehayquehacersevaler.Sushijosme vengarán. Pero les interesa venir. Prevenidles, pues, que estáncomprometiendo su agonía. Cometen todos los crímenes en uno solo. ¡Id adecirlesqueelnovenirequivaleaunparricidio!Yahancometidobastantessinéste.Gritad,pues,comoyo:«¡Eh,Nasia!¡Eh,Delfina!,¡venidalladodevuestro padre, que ha sido tan bueno para vosotras y que está sufriendo!».Nada, nadie. Entonces, ¿habré de morir como un perro? He ahí mirecompensa,elabandono.Sonunasinfames,unasmalvadas;abominodeellas,lasmaldigo;porlanochemelevantarédemiataúdparavolveramaldecirlas,porque,despuésde todo,amigosmíos,¿acasono tengo razón?Seconducenmuymal,¿noesverdad?¿Quéestoydiciendo?NomehabéisadvertidodequeDelfina está ahí. Es la mejor de las dos. ¡Vos sois mi hijo, Eugenio, vos!Amadla,sedunpadreparaella.Laotraesmuydesgraciada.¡Ysusfortunas!¡Ah,Diosmío!¡Yoexpiro!Cortadmelacabeza,dejadmetansóloelcorazón.

Page 189: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Cristóbal, id abuscar aBianchon—exclamóEugenio, asustadopor elcarizquetomabanlasquejasylosgritosdelanciano—,ytraedmeuncabriolé.Voyabuscaravuestrashijas,mibuenpadreGoriot,voyatraéroslas.

—¡Alafuerza,alafuerza!¡Pedidlaguardia,todo,todo!—dijolanzandoaEugeniounaúltimamiradaenlaquebrillólarazón—.DecidlealGobierno,alprocuradordelrey,quemelastraigan,¡loquiero!

—Perolashabéismaldecido.

—¿Quiénhadichoeso?—repusoelanciano,estupefacto—.¡Biensabéisqueyolasamo,quelasadoro!Estoycuradosilasveo…Id,mibuenvecino,hijomíoquerido;id,vossoisbueno;yoquisieracorresponderosconalgo,peronopuedodatosmásquelasbendicionesdeunmoribundo.¡Ah!,porlomenosquisiera ver a Delfina para decirle que os pague ella por mí. Si la otra nopuede,traedmeaquélla.Decidlequenolaamaréissinoquierevenir.Osamatanto, que vendrá. Dadme de beber, ¡las entrañas me arden! Ponedme algosobrelacabeza.Lamanodemishijasmesalvaría,estoyseguro…¡Diosmío!,¿quiénvaarehacersusfortunassiyomevoy?QuieroiraOdesaparaellas;aOdesa,ahacerpastaparasopa.

—Bebedesto—dijoEugenioincorporandoalmoribundoycogiéndoleconsu brazo izquierdo,mientras que con el otro sostenía una taza llena de unatisana.

—¡Vosdebéisamaravuestropadreyavuestramadre!—dijoelancianoestrechando con sus desfallecientes manos la mano de Eugenio—.¿Comprendéisquevoyamorirsinverlas,amishijas?Tenersiempresed,ynobebernunca;heahícómohevividodesdehacediezaños…Misdosyernoshan matado a mis hijas. Sí, ya no he tenido hijas desde que se casaron.¡Padres, decidles a lasCámaras quehaganuna ley sobre elmatrimonio!Enfin,nocaséisavuestrashijassilasamáis.Elyernoesunmalvadoquetodolocorrompeenunahija,quetodolomancilla.¡Bastadecasamientos!Estoesloquenosarrebatanuestrashijas,yyanolastenemoscuandomorimos.Hacedunaleysobrelamuertedelospadres.¡Esespantosoesto!¡Venganza!Sonmisyernos quienes les impiden venir. ¡Matadlos! ¡Muera el Restaud, muera elalsaciano,ellossonmisasesinos!¡Lamuerteomishijas!¡Ah,estoseacaba,muero sin ellas! ¡Ellas! ¡Nasia, Fifina, vamos, venid, pues!Vuestro papá seva…

—MibuenpadreGoriot,calmaos,tranquilizaos,noosagitéis,nopenséis.

—Nopoderverlas,¡estoesmiagonía!

—Lasveréis.

—¿Deveras?—exclamóelanciano,fueradesí—.¡Oh,poderverlas!Voy

Page 190: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

averlas,voyaoírsuvoz.Moriréfeliz.¡Bien!Sí,yanopidoseguirviviendo,porquemispenasibanenaumento.Peroverlas,tocarsusvestidos,¡ah!,nadamás que sus vestidos, es bien poca cosa; ¡pero que sienta yo algo de ellas!Hacedquepuedatocarsuscabellos,quiero…

Dejócaerlacabezasobrelaalmohadacualsihubierarecibidounmazazo.Susmanos se agitaron sobre la colcha, comopara coger los cabellosde sushijas.

—Yolasbendigo—dijohaciendounesfuerzo—,bendigo.

Deprontoquedósinfuerzas.EnaquelmomentoentróBianchon.

—He encontrado a Cristóbal —dijo—; va a traerte un coche. —Luegomiróalenfermo,lelevantólospárpados,ylosdosestudiantesvieronqueteníalosojossinbrilloysincalor.—Yanoserecobrarámeparece—dijoBianchontomando el pulso de papá Goriot, palpándole, poniéndole la mano sobre elpecho.

—La máquina sigue funcionando; pero en su situación, esto es unadesgracia;¡máslevaldríamorir!

—Afemía,sí—dijoRastignac.

—¿Quétienes,pues?Estáspálidocomolamuerte.

—Amigomío,acabodeoírgritosygemidos.¡HayunDios!¡Oh,sí!,hayunDios,ynoshahechounmundomejor,onuestratierraesunabsurdo.Sinohubierasidotantrágico,romperíaallorar,perotengoelcorazónyelestómagohorriblementeoprimidos.

—Dime,pues,haránfaltamuchascosas;¿dóndeirabuscardinero?

Rastignacsacósureloj.

—Toma, ve a empeñarlo en seguida. No quiero pararme por el camino,porque tengomiedodeperderunminuto,yestoyesperandoaCristóbal.Notengouncéntimoyhabráquepagaralcocheroamiregreso.

RastignacseprecipitóhacialaescaleraypartióparairalacalledeHelder,a casa de la señora de Restaud. Durante el camino, su imaginación,impresionadaporelhorribleespectáculodequehabíasido testigo,excitósuindignación. Cuando llegó a la antecámara y preguntó por la señora deRestaud,lerespondieronquenoestabavisible.

—Pero—ledijoalayudadecámara—vengodepartedesupadre,queseestámuriendo.

—Caballero,tenemosórdenesmuyseverasdepartedelconde…

—Si el señor de Restaud está en casa, decidle en qué circunstancias se

Page 191: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

encuentra su suegro y prevenidle de que es necesario que yo hable con élinmediatamente.

Eugenioestuvoesperandomuchorato.

—Quizásenestemomentoseestémuriendo—pensaba.

El ayuda de cámara le introdujo en el primer salón, donde el señor deRestaud recibió al estudiante de pie, sin invitarle a que se sentara, ante unachimeneaenlaquenohabíalumbre.

—Señor conde—le dijo Rastignac—, vuestro señor padre político estáexpirando en estos momentos en un cuchitril infame, sin un céntimo paracomprarleña;estáagonizandoypideverasuhija…

—Caballero —respondióle con frialdad el conde de Restaud—, ya oshabréis dado cuenta de que le tengo poco cariño al señor Goriot. HacomprometidosucarácterconlaseñoradeRestaud,hahecholadesgraciademivida,veoenélalenemigodemitranquilidad.Quemueraoqueviva,meescompletamenteindiferente.Vedcuálessonmissentimientosconrespectoaél.

»Elmundopodrácensurarme,peroyodespreciosuopinión.Ahoratengocosasmásimportantesquehacerqueocuparmedeloquevayanapensarunosnecios o unos indiferentes. En cuanto a la señora de Restaud, ahora le esimposible salir.Decidle a su padre que tan pronto comohaya cumplido susobligacionesconmigoyconsushijosiráaverle.Siellaamaasupadre,puedequedarlibredentrodeunosinstantes…

—Señor conde, no me incumbe juzgar vuestra conducta; sois dueño devuestramujer;pero¿puedocontarconvuestralealtad?Puesbien,prometedmetansólodecirlequesupadrenotienesiquieraundíadevidayqueya lahamaldecidoalnoverlajuntoasucabecera.

—Decídselo vos mismo—respondió el señor de Restaud, impresionadoporlossentimientosdeindignaciónquetraicionabanelacentodeEugenio.

Rastignacentró,conducidoporelconde,enelsalónenquehabitualmentese hallaba la condesa: la encontró deshecha en lágrimas, sentada en unapoltrona. Parecía desesperada. Antes de mirar a Rastignac lanzó hacía sumarido medrosas miradas, que revelaban una postración completa de susfuerzasdestruidasporunatiraníamoralyfísica.Elcondeinclinólacabeza,ylamujercreyóseanimadaahablar.

—Caballero, lo he oído todo. Decidle a mi padre que si conociese lasituaciónenquemeencuentro,meperdonaría.Nocontabaconestesuplicio,queessuperioramisfuerzas,caballero,peroresistiréhastaelfin—dijoasumarido—.Soymadre.Decidleamipadrequesoyirreprochableencuantoaél, a pesar de las apariencias—exclamó con desesperación, dirigiéndose al

Page 192: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

estudiante.

Eugeniosaludóa losdosesposos,adivinando lahorriblecrisisenqueseencontraba lamujer, y retiróse estupefacto. El tono del señor deRestaud lehabíademostrado la inutilidaddesugestiónycomprendióqueAnastasiayanoeralibre.CorrióacasadelaseñoradeNucingenylaencontróencama.

—Estoy enferma, pobre amigo mío—le dijo—. Me resfrié al salir delbaile;tengomiedodehaberpilladounafluxióndepecho;estoyesperandoalmédico…

—Aunquetuvieseislamuerteenloslabios—lainterrumpióEugenio—esprecisoquevayáisarrastrándooshastavuestropadre.¡Osllama!Sipudieseisoírelmáslevedesusgritos,yanoossentiríaisenferma.

—Eugenio, quizá mi padre no esté tan enfermo como decís; pero medesesperaráelaparecerculpableavuestrosojos,yharéloquevosqueráis.Él,losé,semoriríadepenasimienfermedadllegaraasermortalaconsecuenciadeestasalida.Bien, iré tanprontocomohayavenidomimédico. ¡Ah!,¿porqué ya no lleváis vuestro reloj?—dijo al no ver ya la cadena. Eugenio sesonrojó—.¡Eugenio!Eugenio,siya lohabéisvendidooperdido…¡oh!,esoseríamuymalaseñal.

ElestudianteseinclinósobrelacamadeDelfinayledijoaloído:

—¿Queréis saberlo? ¡Puesbien, sabedlo!Vuestropadreyano tiene conquécomprarselamortajaenquehabrándeenvolverleestatarde.Vuestrorelojestáempeñado;yanoteníanada.

Delfinasaltódeprontodesucama,corrióasuescritorio,cogióelbolsoylotendióaRastignac.Tiródelcordóndelacampanillayexclamó:

—¡Voyallá,Eugenio!¡Id,yollegaréantesquevos!Teresa—gritóleasudoncella—, decidle al señor de Nucingen que suba a hablar conmigo enseguida.

Eugenio,contentodepoderanunciaralmoribundolapresenciadeunadesus hijas, llegó casi alegre a la calle Neuve-Sainte-Geneviève. Buscó en elbolsoparapoderpagarinmediatamentealcochero.Elbolsodeaquellajoven,tanrica,tanelegante,conteníasetentafrancos.Unavezestuvoenloaltodelaescalera, encontró a papá Goriot sostenido por Bianchon y operado por elcirujanodelhospital,bajo losojosdelmédico.Lequemaban laespaldaconmoxas,últimoremediodelaciencia,remedioinútil.

—¿Lassentís?—lepreguntabaelmédico.

PapáGoriot,habiendovistoalestudiante,respondió:

—Vienen,¿verdad?

Page 193: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Estomarchamejor—dijoelcirujano—;habla.

—Sí—respondióEugenio—,Delfinavienedetrásdemí.

— ¡Vamos!—dijo Bianchon—, estaba hablando de sus hijas, a las quellamasincesar,comounsedientoquepideagua.

—Basta—dijoelmédicoalcirujano—,yanosepuedehacernada,noselepuedesalvar.

Bianchon y el cirujano volvieron a colocar al moribundo en su infectocamastro.

—Sinembargo,seríaprecisomudarle la ropablanca—dijoelmédico—.Aunque no exista ninguna esperanza, hay que respetar en él la naturalezahumana.Volveré,Bianchon—ledijoalestudiante—.Sivolvieraaquejarse,ponedleopioencimadeldiafragma.

Elcirujanoyelmédicosalieron.

—¡Vamos,Eugenio,valor,hijomío!—dijoBianchonaRastignaccuandoestuvieronsolos—.Setratadeponerleunacamisablancaycambiarlaropadesucama.VeadecirleaSilviaquesubaunassábanasyvengaaayudarnos.

EugeniobajóyencontróalaseñoraVauquerocupadaconSilviaenponerloscubiertosencimadelamesa.AlasprimeraspalabrasqueledijoRastignac,laviudafuehaciaél,conaireagridulcedeunacomerciantedesconfiadaquenoquerríaperdereldineronimolestaralcliente.

—SeñorEugenio—respondió—,yasabéiscomoyoquepapáGoriotyanotieneuncéntimo.Darsábanasparaunhombreapuntodemoriresperderlas,ytambiénhabráquesacrificarunadeellasparalamortaja.Yamedebéiscientocuarentaycuatrofrancos;añadidcuarentafrancosdesábanasyotraspequeñascosascomolavelaqueSilviaosdará;todoellosumaporlomenosdoscientosfrancos,queunapobreviudacomoyonoestáencondicionesdeperder.

»¡Caramba!, sed justo, señor Eugenio; bastante he perdido desde que lamalasuertehaentradoenmicasahacecincodías.Habríadadodiezescudospara que el buen hombre ese se hubiera marchado estos días, como vosdecíais.Estomolestaamishuéspedes.Pornadaleharíayollevaralhospital.Enfin,poneosenmilugar.Miestablecimientoantetodo;esmipropiavida.

EugeniovolvióasubirrápidamentealahabitacióndepapáGoriot.

—Bianchon,¿yeldinerodelreloj?

—Está allí, encima de lamesa.Quedan trescientos sesenta francos y unpocomás.Hepagadotodoloquedebíamos.

—Tomad,señora—dijoRastignacdespuésdebajarlaescalerahorrorizado

Page 194: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—,saldadnuestras cuentas.El señorGoriot nova a estarmucho tiempoenvuestracasa,yyo…

—Sí,saldráconlospiespordelante,elpobrecillo—dijolaseñoraVauquercontandodoscientosfrancos,conairemitadalegre,mitadmelancólico.

—Acabemos—dijoRastignac.

—Silvia,dadmelassábanaseidaayudaraesosseñoresalláarriba.

—NoosolvidéisdeSilvia—dijolaseñoraVauqueraloídodeEugenio—.Yahacedosnochesqueestávelando.

Cuando Eugenio hubo vuelto la espalda, la vieja fue apresuradamentehacialacocinera:

—Cogelassábanasviejas.Yaestábienparaunmuerto—ledijoaloído.

Eugenio,quehabíasubidoyaalgunospeldañosdelaescalera,nooyólaspalabrasdelaviejapatrona.

—Vamos—ledijoBianchon—,pongámoslelacamisa.Aguántaleerguido.

Eugeniosecolocóalacabeceradelacamaysostuvoalmoribundo,alqueBianchon le quitó la camisa, y el buen hombre hizo un gesto como paraguardaralgoenelpechoyprofiriógritosquejumbrososeinarticulados,comolosanimalesquehandeexpresarungrandolor.

— ¡Oh, oh! —dijo Bianchon—, quiere una cadenilla de cabellos y unmedallónque lehemosquitadohaceun ratoparaponerle lasmoxas. ¡Pobrehombre!,hemosdevolvérselaaponer.Estáencimadelachimenea.

Eugenio fue a buscar una cadena trenzada con unos cabellos rubioscenicientos, sin duda de la señora Goriot. Leyó en un lado del medallón:Anastasia;yenelotro:Delfina.Imagendesucorazónquedescansabasiempreencimadesucorazón.Losrizoscontenidosenelmedallónerantanfinos,quedebían haber sido cortados durante la primera infancia de sus dos hijas.Cuandoelmedallón tocósupecho,elancianoprofirióunaexclamaciónquerevelabaunasatisfacciónquedabaescalofríos.Eraunodelosúltimosecosdelasensibilidad,queparecíaretirarsealcentrodesconocidodelcualpartenyalcualsedirigennuestrassimpatías.Surostroconvulsoasumióunaexpresióndealegría morbosa. Los dos estudiantes, sobrecogidos ante aquel terribleestallidodeunafuerzadesentimientoquesobrevivíaalpensamiento,dejaroncaercálidaslágrimassobreelmoribundo,quediounagudogritodeplacer.

—¡Nasia!¡Fifina!—dijo.

—Todavíavive—dijoBianchon.

—¿Paraquélesirveeso?—dijoSilvia.

Page 195: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Parasufrir—respondióRastignac.

Después de hacer a su compañero una seña indicándole que le imitase,Bianchon se arrodilló para pasar sus brazos bajo las piernas del enfermo,mientrasRastignachacíaotro tantoenelotro ladodelacamaconobjetodepasarlelasmanosdebajodelaespalda.Silviaestabaallí,dispuestaaretirarlassábanascuandoelmoribundohubierasidolevantado,parasustituirlasporlasque había traído. Engañado sin duda por las lágrimas, Goriot empleó susúltimas fuerzas para tender lasmanos; encontró a cada lado de su cama lascabezasdelosestudiantes,lasagarróviolentamenteporloscabellosyoyóseledecirdébilmente.

—¡Ah,ángelesmíos!

Trespalabras,tresmurmullosacentuadosporelalma,queseexaltó.

— ¡Pobre hombre!—dijo Silvia, conmovida por esta exclamación en laque se reflejaba un sentimiento supremo que la más horrible, la másinvoluntariadelasmentirasexaltadasporúltimavez.

El último suspiro de aquel padre debía ser un suspiro de alegría. Aquelsuspiro fue la expresiónde toda suvida.Aún se engañaba.PapáGoriot fuecolocadodenuevopiadosamenteensucamastro.Apartirdeaquelmomento,sufisonomíaconservóladolorosahuelladelcombatequese librabaentre lamuerteylavidaenunamáquinaqueyanoteníaaquellaespeciedeconcienciacerebral de la que resulta el sentimiento del placer y del dolor para el serhumano.Noerasinocuestióndetiempoparaladestrucción.

—Vaapermanecerasíunashorasymorirásinquenadiesedécuentadeello,nisiquieraseproduciráestertor.Elcerebrodebehallarsecompletamenteinvadido.

Enaquelmomentooyóseenlaescaleralospasosdeunajovenquesubíajadeando.

—Llegademasiadotarde—dijoRastignac.

NoeraDelfina,sinoTeresa,sudoncella.

—SeñorEugenio—dijo—, se ha producido una violenta escena entre elseñorylaseñora,apropósitodeldineroqueestapobreseñorapedíaparasupadre. Se ha desmayado, ha venido el médico, han tenido que hacerle unasangría,yellagritaba:«¡Mipadreseestámuriendo,quieroverapapá!».Enfin,dabaunosgritosquepartíanelalma.

—Basta,Teresa.Aunquevinieseahora,sería inútil;elseñorGoriotsehaquedadoyasinconocimiento.

—¡Pobreseñor,quégrandesgracia!—dijoTeresa.

Page 196: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—Ya no me necesitáis, y debo ir a la cocina, pues ya son las cuatro ymedia—dijoSilvia,queestuvoapuntodetropezarseconlaseñoradeRestaudenloaltodelaescalera.

Graveyterriblefuelaaparicióndelacondesa.Mirólacamadelamuerte,maliluminadaporunasolavela,ylloróalverlamáscaradesupadreenlaquepalpitabanaúnlosúltimosestremecimientosdelavida.Bianchonseretirópordiscreción.

—Nomehepodidoescaparantes—dijolacondesaaRastignac.

Elestudiantehizoungestoafirmativocon lacabeza llenode tristeza.LaseñoradeRestaudcogiólamanodesupadreyselabesó.

— ¡Perdonadme, padre! Decíais que mi voz os haría salir de la tumba;pues, bien, volved un momento a la vida para bendecir a vuestra hijaarrepentida. Oídme. ¡Es horrible!, vuestra bendición es la única que enadelantepuedorecibiraquíabajo.Todoelmundomeodia,solamentevosmeamáis.Mispropioshijosmeodiarán.Llevadmeconvos;osamaré,oscuidaré.Yanooyenada,estoyloca.

Cayóderodillasycontemplóaquellosrestoshumanosconunaexpresióndedelirio.

—Nada falta a mi desgracia —dijo mirando a Eugenio—. El señor deTrailleshapartido,dejandodeudasenormes,yhesabidoquemeengañaba.Mimarido no me perdonará jamás, y lo he dejado dueño de mi fortuna. Heperdidotodasmisilusiones.¡Ay!,¿porquiénhetraicionadoelúnicocorazón(enestoseñalóasupadre)enelquesemeadoraba?Reneguédeél,lorechacé,lehecausadomilmales.¡Quéinfamesoy!

—Éllosabía—dijoRastignac.

En aquel momento papá Goriot abrió los ojos, pero por efecto de unaconvulsión. El gesto que revelaba la esperanza de la condesa no fuemenoshorriblequelosojosdelmoribundo.

—¿Meoirá?—gritólacondesa—.No—sedijosentándosejuntoallecho.

Habiendo manifestado la señora de Restaud la intención de hacercompañíaasupadre,Eugeniobajóacomeralgo.Loshuéspedessehallabanyareunidos.

—Bien —le dijo el pintor—, parece que allá arriba vamos a tener unpequeñomortorama,¿no?

—Carlos—ledijoEugenio—,creoquedeberíaisbromearconuntemaquefueramenoslúgubre.

—Entonces,¿esquenovamosapoderdecirnadaaquí?—repusoelpintor

Page 197: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

—.¿Quéimportaeso,puestoqueelbuenhombre,segúnhadichoBianchon,yanotieneconocimiento?

—Bueno—dijo el empleadodelMuseo—,habrámuerto tal comohabíavivido.

—¡Mipadrehamuerto!—gritólacondesa.

Al oír este terrible grito, Silvia, Rastignac y Bianchon subieron, yencontraron a la señora de Restaud desvanecida. Después de hacer quevolviera en sí, la trasladaron al coche que la estaba esperando. Eugenio laconfióaloscuidadosdeTeresa,mandándolequelallevaseacasadelaseñoradeNucingen.

—¡Oh!,estábienmuerto—dijoBianchonbajandolaescalera.

—Vamos,señores,alamesa—dijolaseñoraVauquer—,quelasopavaaenfriarse.

Losdosestudiantessesentaronunoalladodelotro.

—¿Quéhemosdehacerahora?—dijoEugenioaBianchon.

—Yo le he cerrado los ojos y le he dejado arreglado de un modoconveniente.Cuandoelmédicodelaalcaldíahayacomprobadoladefunciónque nosotros iremos a declarar, se le coserá dentro de una mortaja y se leenterrará.¿Quéquieresquesehagaconél?

—Yanovolveráaolerelpanasí—dijounhuéspedimitandolamuecadelbuenhombre.

—¡Caramba,señores!—dijoelprofesorparticular—,dejadapapáGoriot,ynonos lohagáis comermás, porque lohanpuesto a toda salsadesdeunahora.UnodelosprivilegiosdelabuenavilladeParíseseldequeunopuedenacer,vivirymoriraquísinquenadiesefijeenél.Aprovechemos,pues,lasventajasdelacivilización.Hoyhaysesentamuertos.¿Queréiscompadecerosdelashecatombesparisienses?QuepapáGoriothayareventado,¡mejorparaél! Si tanto le adoráis, id a hacerle compañía, y dejadnos a nosotros comertranquilamente.

—¡Oh,sí—dijo laviuda—,mejorparaél siestámuerto!Parecequeelpobrehombretuvomuchascontrariedadesensuvida.

Fue laúnicaoración fúnebredeun serqueparaEugenio representaba lapaternidad.Losquincehuéspedescomenzaronacharlarcomodecostumbre.CuandoEugenioyBianchonhubieroncomido,elruidodelostenedoresydelascucharas,lasrisasdelaconversación,lasdiversasexpresionesdeaquellascaras glotonas e indiferentes, su despreocupación, todo les heló de horror.Salieronparairabuscaraunsacerdotequevelaseyrezasedurantelanoche

Page 198: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

juntoalmuerto.Les fueprecisomedir losúltimosdeberesparaconelbuenhombreconformealpocodinerodequepodíandisponer.Hacialasnuevedelanoche,elcadáverfuecolocadoentredosvelas,enaquellahabitacióndesnuda,yunsacerdotefueasentarsejuntoaél.Antesdeacostarse,habiendopedidoRastignacinformesalclérigosobreelpreciodelservicioquehabíadehacerseysobreeldelosconvoyes,escribióunaspalabrasalbaróndeNucingenyalconde de Restaud rogándoles que enviasen a sus hombres de negocios conobjeto de subvenir a todos los gastos del entierro. Les mandó a Cristóbal,luego fue a acostarse y se durmió, abrumado por la fatiga. A la mañanasiguiente, Bianchon yRastignac viéronse obligados a ir ellosmismos a darparte de la defunción, la cual fue comprobadahacia elmediodía.Doshorasmás tarde, ningunode los dosyernoshabíamandadodinero, nadie se habíapresentado en su nombre, y Rastignac habíase visto ya obligado a pagar alsacerdote.

Habiendo pedido Silvia diez francos para amortajar al buen hombre,calcularon Eugenio y Bianchon que si los parientes del muerto no queríansaber nada, apenas tendrían ellos con qué pagar los gastos.El estudiante demedicina se encargó, pues, de colocar él mismo el cadáver en un ataúd depobrequemandótraerdesuhospital,dondeloadquiriómásbarato.

—Hazlesunajugarretaaesostruhanes—díjoleaEugenio—.Veacomprarunterreno,porcincoaños,enelPadreLachaise,ypideunserviciodeterceraclase en la iglesia y en las Pompas Fúnebres. Si los yernos y sus hijas senieganadarteeldinero,mandarásgrabarsobrelatumba:«AquíyaceelseñorGoriot, padre de la condesa de Restaud y de la baronesa de Nucingen,enterradoaexpensasdedosestudiantes».

Eugeniono siguióel consejode suamigohastadespuésdehaberestadoinfructuosamente en casa del señor y la señora de Nucingen y en casa delseñorydelaseñoradeRestaud.Nopasómásalládelapuerta.Cadaunodelosconserjesteníaórdenesseveras.

—Elseñorylaseñora—dijeron—norecibenanadie;supadrehamuerto,ysehallansumidosenelmásprofundodolor.

Eugenioteníayabastanteexperienciadelmundoparisienseparasaberquenodebíainsistir.SucorazónoprimiósedeunmodoextrañocuandosevioenlaimposibilidaddellegarhastaDelfina.

Vended una alhaja—escribióle en la portería—y que vuestro padre seaconducidodecentementeasuúltimamorada.

SellóestaspalabrasyrogóalporterodelbarónquelasentregaseaTeresa,paraqueéstalasentregaseasuvezasuseñora;peroelporteroentrególanotaal barón deNucingen, el cual la arrojó al fuego.Después de efectuar todas

Page 199: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

estas diligencias, Eugenio regresó hacia las tres a la pensión, y no pudocontenerunalágrimacuandovioelataúdapenascubiertoconunpañonegroycolocadosobredossillas,enaquellacalledesierta.

Un mal hisopo, que nadie había tocado aún, se hallaba dentro de unabandejadecobreplateadollenadeaguabendita.Lapuertanoestabatampococubiertaconningúnpañonegro.Eralamuertedelospobres,quenotienelujo,ni acompañantes, ni amigos, ni parientes. Bianchon, que se vio obligado aquedarse en el hospital, había escrito unas palabras a Rastignac parainformarledeloquehabíahechoconrespectoalaiglesia.Elinternoledecíaque una misa resultaba demasiado cara, que había que contentarse con elserviciodevísperas,menoscostoso,yquehabíaenviadoaCristóbalconunaspalabrasdesupartea lasPompasFúnebres.EnelmomentoenqueEugenioacababadeleerlaspalabrasescritasapresuradamenteporBianchon,vioenlasmanosdelaseñoraVauquerelmedallóndeoroenelqueseencontrabanloscabellosdelasdoshijas.

—¿Cómooshabéisatrevidoacogereso?—ledijo.

—¡Pardiez!¿Esquehabíadeenterrarseconelmuerto?—respondióSilvia—.Esdeoro.

—¡Ya lo sé!—repusoEugeniocon indignación—.Por lomenosque selleveconélloúnicoquepuedarepresentarasusdoshijas.

Cuandollególacarrozafúnebre,Eugeniohizodestaparelataúdycolocóreligiosamente sobre el pechodel buenhombreuna imagenque se refería aunaépocaenlaqueDelfinayAnastasiaeranjóvenes,vírgenesypuras,ynorazonaban, segúnhabía dichopapáGoriot en sus gritos de agonizante.SóloRastignac y Cristóbal, con dos empleados de la funeraria, acompañaron alcarruaje que llevaba al buen hombre a Saint-Etienne-du-Mont, iglesia pocodistante de la calle Neuve-Sainte-Geneviève. Una vez estuvieron allí, elcadáverfuecolocadoanteunacapillitabajayoscura,alrededordelacualelestudiante buscó en vano a las dos hijas de papá Goriot o a sus maridos.Estuvo solo con Cristóbal, el cual se creía obligado a prestar los últimosserviciosaunhombrequelehabíahechoganaralgunasbuenaspropinas.

Mientrasestabanesperandoa losdoscuras,almonaguilloyalcapillero,RastignacestrechólamanodeCristóbalsinpoderpronunciarunapalabra.

—Sí,señorEugenio—dijoCristóbal—;eraunhombrebuenoyhonrado,que nunca dijo una palabramás alta que otra, que no perjudicaba a nadie ynuncahizomalalguno.

Losdoscuras,elmonaguilloyelcapillerollegaronydierontodoloquesepuede dar por setenta francos en una época en la que la iglesia no es losuficientemente rica para rezar gratis. Los clérigos cantaron un salmo, el

Page 200: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

Libera,elDeprofundis.Elservicioduróveinteminutos.Nohabíamásqueunsolococheparaunsacerdoteyunmonaguillo,queconsintieronenrecibirconellosaEugenioyaCristóbal.

—Nohay comitiva—dijo el cura—; podemos ir de prisa para no llegartarde;sonlascincoymedia.

Sinembargo,enelmomentoenqueelcadáver fuecolocadoenelcochefúnebre, dos carruajes con escudo de armas, pero vacíos, el del conde deRestaud y el del barón de Nucingen, se presentaron y siguieron el convoyhastaelPadreLachaise.Alasseis,elcadáverdepapáGoriotfuebajadoalafosa, alrededor de la cual se hallaban los criados de sus hijas, quedesaparecieronconelclerotanprontocomofuedichalabreveoraciónpagadaal buen hombre con el dinero del estudiante. Cuando los dos enterradoreshubieronlanzadounaspaletadasdetierraencimadelataúdparaocultarlo,seincorporaron y uno de ellos, dirigiéndose a Rastignac, le pidió la propina.Eugeniobuscóensubolsilloynoencontrónada,yvioseobligadoapedirleprestadosveintesueldosaCristóbal.Estehecho,pocoimportanteensímismo,provocóenRastignacunaccesodehorribletristeza.Caíaeldíayunhúmedocrepúsculo irritaba los nervios. Eugeniomiró la tumba y sepultó en ella suúltima lágrimade joven,aquella lágrimaarrancadapor lassantasemocionesdeuncorazónpuro,unadeaquellaslágrimasque,desdelatierraenquecaen,vuelvena saltarhaciaelcielo.Cruzósedebrazos,contempló lasnubesy,alverleasí,Cristóballedejó.

Rastignac, habiendoquedado solo, dio unos pasos hacia la parte alta delcementerioyvioParístortuosamenterecostadoalolargodelasdosriberasdelSena, donde empezaban a brillar las luces. Sus ojos se clavaron casi conavidezentrelacolumnadelaplazadeVendômeylacúpuladelosInválidos,allídondevivíaaquelmundoenelquehabíaqueridopenetrar.Lanzóaaquellugarunamiradaqueparecíaquererlibarlamielporanticipado,ydijoestaspalabras:

—Ahoranostocaanosotrosdos.

Y como primer acto de desafío a la sociedad,Rastignac fue a comer encasadelaseñoradeNucingen.

Saché,septiembrede1834.

Page 201: Papá Goriot Por Honoré de Balzac · 2020. 5. 20. · de papá Goriot comeréis con buen apetito, poniendo vuestra sensibilidad a cuenta del autor, tachándole de exagerado, acusándole

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es