anecdotas de la politica sanjuanina

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anecdotas de la politica sanjuanina

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  • Juan Carlos Bataller

    anecdotasde la politicasanjuanina

    el lado humano del poder

    COLECCION

  • I.S.B.N. 10 N 987-95663-6-XI.S.B.N. 13 N 978-987-95663-6-7

    Los derechos de este libro pertenecen a Juan Carlos Bataller.Editores del Oeste S.A. cuenta con autorizacin para presentarlo en su coleccin

    El Nuevo Diario. Impreso en San Juan en el mes de marzo de 2006.Domicilio del editor: Santa Fe 236 Oeste -

    Telfax (0264) 4213658 - 4212441 - 4215056. Hecho el depsito Ley 11.723.

    prologoLas ancdotas que se reproducen en estas pgi-nas han sido recopiladas por el autor gracias alaporte de muchos sanjuaninos. No se ha segui-do un orden cronolgico ni temtico por lo quelo invitamos a una catica recorrida por lahistoria menuda de nuestra vida provinciana,cuyo quizs nico mrito sea pintar humana-mente a hombres y pocas.

    J.C.B.

    Agradecimientos:A todos los que colaboraron contando ancdotas.

    En especial a descendientes directos de quienes fueron protagonistas de la historia sanjuanina.

    A Miguel Camporro, Nelio Espnola y Silvia Plana por aportar profesionalismo en la tarea de armado de

    originales, ilustraciones y correcciones.

  • Ancdotas de la poltica sanjuanina 7

    el primer diputado nacional

    E l 9 de julio de 1.810 San Juan eligi su primer diputadonacional.El Cabildo y el vecindario se reunieron en asamblea para eseefecto. Lo hicieron a las 8 de la maana, al primer toque decampana. Los mandatarios reales y capitulares ocuparondesde temprano los altos del Cabildo pero el resto de la gentecomenz a entrar un poco ms tarde.No era fcil la eleccin deban responder a la Junta deGobierno que necesitaba la incorporacin del interior a lacausa de la emancipacin. Y ms de uno, en esta aldea alejada del mundo habr pensado:Y quin nos asegura que la causa revolucionaria triun-far?El caso es que lleg el momento de votar, lo que se hizo a tra-

  • Juan Carlos Bataller8 Ancdotas de la poltica sanjuanina 9

    vs de unas papeletas en las que se coloc el voto del elegido.La mayora la obtuvo Jos Ignacio Fernndez de Maradona,con 33 votos, seguido por Jos Ignacio de la Roza, con 24,Juan Manuel de Castro y Carreo, con 17 y de Pedro delCarril, Jos Godoy y el fraile Manuel Flores con un votocada uno.

    Conocido el resultado de la votacin, don Fernndez deMaradona solicit su relevo por la escasez de sus talentos ysu debilidad pero los asamblestas insistieron en su postura,le otorgaron los poderes y convocaron a una nueva sesin parafijarle una dieta.El da 10 se fij la dieta en 3 mil pesos anuales, a lo que seagreg el gasto de traslado (sera el vitico actual).

    la revolucin de los muchachos

    E n San Juan la destitucin de gobernadores fue un hechorepetido a lo largo de la historia. Algunos fueron depues-tos por revoluciones, otros destituidos por juicios polticos yhasta varios fueron asesinados.Pero un caso curioso fue el de don Filomeno Valenzuela,quien jur como gobernador interino de la provincia el 20 defebrero de 1.861.Valenzuela era un buen vecino, un hombre comn, un persona-je del montn sin condiciones para el mando.Su nico mrito era pertenecer en un oscuro segundo plano alPartido Federal. El comisionado federal, coronel Juan Saa quera dar una solu-

  • Juan Carlos Bataller10 Ancdotas de la poltica sanjuanina 11

    cin poltica rpida a su permanencia en la ciudad, luego delasesinato de Aberastain y vio en este buen hombre, tenientecoronel de guardias nacionales, que haba acompaado aVirasoro como jefe de polica, una salida.As fue como Valenzuela de pronto se encontr con el cargo degobernador interino.Y pas lo que tena que pasar. Slo pudo sostenerse ocho dasen el cargo.Pero la historia merece ser contada pues demuestra que lagobernacin de la provincia no es un cargo fcil.Ya el coronel Saa se haba ido de San Juan y un da donValenzuela llega a las dependencias del viejo cabildo, ubicadosobre lo que hoy es calle General Acha, frente a la Plaza 25 deMayo, montado en su caballo.En el momento que iba a descender de su caballo, apareci ungrupo de unos 40 muchachos que lo hizo objeto de unarechifla ensordecedora, acompaada por ruidos de latas,mientras varias piedras lanzadas con hondas daban contrala humanidad de don Filomeno.

    Los chicos, todos menores, estaban volviendo loco a hondazosa Valenzuela cuando aparecieron los coroneles Melchor de losRos y Francisco Domingo Daz, los verdaderos promotores dela singular revolucin y tomando del brazo al atribuladogobernador lo ayudaron a entrar al Cabildo donde ste, tem-blando an, present la renuncia y se fue a su casa, abando-nando definitivamente la poltica.As pas sin pena ni gloria la gobernacin de don FilomenoValenzuela, el gobernador que fue derrocado por unosmuchachos provistos de hondas.

    juez, gobernador y obispo

    P rimero haba sido juez de alzada.Luego, lleg a estar ocho veces al frente de la provincia;un caso nico.Timoteo Maradona era hijo de Jos Ignacio FernndezMaradona, patricio sanjuanino al cual la asamblea de la ciudadconfi en 1.810 la representacin en la Junta Patria y en 1.811,como diputado por San Juan, se integr en la Junta Grande.Federal, muy catlico y simpatizante de la causa nacional,estaba casado con Antonia Videla, con quin tuvo varios hijos.Durante los veinte aos que Benavides gobern San Juan, envarias oportunidades fue su gobernador subrogante cuando elcaudillo manso debi ausentarse de la provincia.

    TimoteoMaradona

  • Juan Carlos Bataller12 Ancdotas de la poltica sanjuanina 13

    Ya haba sido gobernador propietario, en 1.828 y dos vecesgobernador accidental, en 1.829 y 1.836.

    Durante su larga actuacin pblica, don Timoteo tuvo nopocos enfrentamientos. Uno de ellos fue con Sarmiento, en1.839 cuando, siendo ministro de Benavides critic los gastosque representaba para el erario la impresin de El Zonda. Sarmiento, siempre fogoso, lo destroz en un artculo, sindi-cndolo de corrompido y malvado.

    Aunque siempre fue un hombre ligado al poder, Maradona noquiso asumir responsabilidades permanentes pues su esposa,Antonia Videla, pas muchos aos muy enferma.En 1.844 fallece doa Antonia y un ao ms tarde donTimoteo abandona la vida poltica para incorporarse a la igle-sia.Fue as como se desempe como provisor primero y goberna-dor eclesistico del Obispado de Cuyo luego.En su papel de sacerdote no dud en enfrentarse con el gober-nador Francisco Diaz quien en 1.858 lo puso en prisin parafinalmente deportarlo a Paran de donde regres repuesto ensus cargos y dignidades por un decreto del 5 de febrero de1.857 firmado por el vicepresidente de la ConfederacinArgentina, en ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional, SalvadorMara del Carril.

    Maradona, el hombre que ocup los mximos cargos civiles yeclesisticos, muri el 24 de agosto de 1.863, a los 70 aos,durante la gobernacin de Sarmiento.

    30 aos de silencio

    S i alguien recorre el cementerio de la Recoleta, en BuenosAires, descubrir un mausoleo que llama la atencin.Pertenece a la familia de un gobernador sanjuanino, SalvadorMara del Carril quien a los 24 aos ocupara el mximocargo provincial.Ese mausoleo es la representacin final de una situacin quese prolong durante dcadas en vida de sus moradores.La historia merece ser contada y comienza cuando el autor dela Carta de Mayo se cas con Tiburcia Domnguez, una damade carcter. Pronto comenzaron las desavenencias que se pro-fundizaron a un extremo tal que durante 30 aos no se diri-gieron la palabra.El primero en morir fue Del Carril y el odio de doa Tiburciapor su marido se prolong an ms all de la muerte, comoque dej precisas instrucciones testamentarias para que seconstruyeran dos esculturas que los recordaran pero... questas se dieran la espalda.Es as como puede apreciarse a Del Carril cmodamente senta-do en un silln mientras su esposa, inmortalizada en un busto,le da la espalda con gesto adusto.

    Monumentode SalvadorMara delCarril yTiburciaDomnguez,en el cemente-rio de laRecoleta

  • Juan Carlos Bataller14 Ancdotas de la poltica sanjuanina 15

    toque, padre, toque...

    D icen que durante la gobernacin de Sarmiento, un sacer-dote lo critic duramente desde el plpito.Fue tan duro el religioso que hasta lleg a decir:Sarmiento es el demonio en persona. Estoy seguro que nisiquiera le falta la cola.Naturalmente, el gobernador Sarmiento se enter de los con-ceptos del cura.A los pocos das se encontraron en una calle. El gran maestro se le acerc al religioso quien intent evitarlo.Pero Sarmiento, decidido, lo salud con deferencia y le tomlas manos. Luego, acerc las manos del sacerdote a su trastemientras, con una sonrisa le deca:Toque, padre, toque. Compruebe usted mismo si elgobernador tiene cola.

    DomingoFaustinoSarmiento

    empachados de progreso

    A lo largo de la historia los sanjuaninos siempre han habla-do de la necesidad de impulsar un cambio como basepara el crecimiento.Hay que cambiar el modelo productivo.Hay que diversificar la economa.Hay que...Pero en realidad... queremos ese cambio?Durante el corto lapso que Sarmiento gobern San Juan (9 deenero de 1.862 al 5 de abril de 1.864), su gestin se caracterizpor una marcada impronta renovadora y progresista.

    Destruida Mendoza por el terremoto del ao anterior,San Juan puede ser la Capital de Cuyo antiguo. Es precisodar un centro de civilizacin en la falda de los Andes,

  • Juan Carlos Bataller16 Ancdotas de la poltica sanjuanina 17

    escriba Sarmiento a Mitre, poco antes de asumir.

    He hecho treinta aos un papel contra natura, escribien-do, hablando, sin poder obrar, en medio de las resistencias.Tengo por fin la accin, en pequeo es verdad, pero laaccin y en tres aos de gobierno les mostrar los puosque Dios me ha dado, escriba a su amigo Jos Posse.

    Y optimista sobre el futuro minero de la provincia afirmabaque las minas de plata de San Juan eran capaces de transfor-mar la economa de la repblica.Presidir a esta revolucin industrial, dirigirla en sus pri-meros pasos, sanar las heridas de San Juan, es gloria mssabrosa que ir de vicepresidente o ministro a disputar ypronunciar discursos.

    En el corto lapso que gobern, cre escuelas, fund villas,ensanch e ilumin calles, alent la minera...Lgicamente, para alentar el cambio haca falta dinero. Y para que el Estado tuviera dinero era necesario cobrar los impuestos.Esto bast para que Sarmiento se fuera quedando solo.Ya estamos empachados de progreso, sostena la oposi-cin en sus discursos.Hubo tumultos, manifestaciones y hasta renuncias de emplea-dos de la administracin pblica. Los mismos sanjuaninos que lo recibieron como el hombreque los sacara del atraso, ahora lo tildaban de loco. Extraamente o no los cabecillas eran los que siemprevivieron del presupuesto estatal.Hoy me encuentro sin un centavo en las cajas provincia-les, con urgencias que me he creado deseando hacer delgobierno un elemento de progreso, contaba el gobernadorSarmiento al presidente Mitre.Usted debi contentarse con hacer un gobierno

    modesto, le contest Mitre.Esta provincia, seor, est quebrada y no tiene ms por-venir que las minas que a Dios gracias son buenas. Tengomucho temor que el seor Sarmiento no concluya su pero-do. Este hombre est triste. Quiso realizar un pequeogobierno de Buenos Aires en una provincia y, naturalmen-te, esto no se puede conseguir. De manera que los sufri-mientos domsticos lo han agobiado y refluyen en las cosasdel gobierno. O ms bien, hablando en plata, Sarmiento esun magnfico tribuno, un publicista de primera clase...pero inconveniente para gobernar. Creo que usted le haraun inmenso servicio envindolo en alguna misin al extran-jero...La carta con estos conceptos fue enviada por el observadorpresidencial Rgulo Martnez el 9 de octubre.

    Recibida por el presidente Mitre, ste busc una salida airosapara el sanjuanino y lo design ministro plenipotenciario enlos Estados Unidos.Pocos das despus, sin que el pueblo lo saludara como ocurria su llegada dos aos antes, Sarmiento emprenda a lomo demula un nuevo viaje a Chile, en el mayor de los silencios ylas soledades.

  • Juan Carlos Bataller18 Ancdotas de la poltica sanjuanina 19

    la derrota de sarmiento

    E n febrero de 1886 se produjo un hecho que pinta el modode ser de los sanjuaninos.Domingo Faustino Sarmiento era ya una leyenda viviente.A los 75 aos y tras haber sido presidente de la Nacin, minis-tro, legislador y gobernador de San Juan, acepta ser candidatoa diputado nacional.Ya la obra que asombrara a generaciones, estaba hecha. Yasus libros estaban escrito, sus batallas estaban dadas, los mxi-mos honores los haba recibido.No obstante, Sarmiento acepta ser el candidato de todos,como un sacrificio dados mis aos y un deber a la horadel peligro de las instituciones.Y atrs de su candidatura se unen ex federales benavidistasreconciliados, liberales de distinta extraccin y hasta los gru-pos mitristas.

    Era imposible que Sarmiento perdiera. Quin tena enfrente?Un oscuro ex jefe de polica, Agustn Cabeza.Sin embargo, Cabeza derrot ampliamente a Sarmiento.Mientras el Gran Viejo mascullaba su bronca atacando a todoslos que le jugaron sucio para que no fuera electo, el ignotoCabeza, que nunca habl en el parlamento nacional, ingres enla Cmara con el nombre de Agustn Bravo Cabeza, nombrepor el que nunca fue conocido

    santos guayama

    Y a montonero ya vulgar malhechor, Santos Guayama sig-nific para San Juan durante dos dcadas un inquietanteproblema policial y poltico. Haba nacido en la regin lagunera de Guanacache y fue autorde correras sin cuento en los llanos de La Rioja y las travesasde San Luis y norte de Mendoza.Fue elemento de la montonera del general Pealoza y una vezdeshecha esta formacin se transform en vulgar asaltante decaminos. Tuvo en jaque a varios gobiernos.

    Hijo de madre de pura sangre huarpe, algunos dicen que erahijo no reconocido de Carlos King de Rivarola, edecn delgeneral Benavides. Otros, en cambio, creen que era hijo deGregorio Guayama, blanco mestizo o de un criollo Diaz quems tarde se cas con su madre.

  • Juan Carlos Bataller20 Ancdotas de la poltica sanjuanina 21

    Robusto, de ojos y barba negra, penetrante mirar y dotado deextraordinario magnetismo sobre hombres y mujeres,Guayama era jefe de una banda de bandidos que tan pronto sepresentaba en una ciudad y despus de escarmentar a la policacon algunos degellos, pasaba a saco las casas de comercio. Oapareca de pronto en las travesas y asaltaba una caravana,pasaba a cuchillo a los hombres y se apoderaba del botn.

    Cuentan que se hizo amigo del cura Brochero. Ah habra cam-biado y comenz a dar a los pobres, hacindose una aureolaEl 26 de julio de 1878 se advirti al entonces gobernadorAgustn Gmez que Guayama estaba en San Juan y hacia pro-selitismo por el doctor Carlos Tejedor para la presidencia de laNacin. Esto ya comprometa a las autoridades locales. En el mes de diciembre, cuando doblaba la esquina deTucumn y Laprida, en pleno centro de la ciudad, fue recono-cido a la distancia por el jefe de Polica Pedro Cortnez. Rodeada en el acto la manzana, fue capturado por un piquetede quince soldados al mando del capitn Mateo cuando seencontraba en la casa de don Lisandro Lloveras. No voy a permitir sto, dijo el gobernador Gmez al serinformado.Inmediatamente se lo intent detener mientras Lloveras exiga:No pueden entrar a mi casa sin una orden de allanamiento...Se lo llevaron lo mismo a Guayama pese a las protestas y lo aloja-ron en el cuartel de San Clemente, donde fue sometido a proceso.Antes de dos meses, Guayama promovi una sublevacin depresos. Hubo tiros, alboroto y muertos. Sofocado el motn, vino una orden de arriba:Lo fusilan de inmediato.As, sin formalidad alguna, fue ultimado el bandolero.

    Cuando se le pregunt a Gmez en base a qu ley haba orde-nado la ejecucin, fue muy directo:Hay leyes que hay que escribirlas con la punta de laespada.

    el salto de lagobernacion al senado

    L as cosas haban pasado de castao oscuro y losConstituyentes de 1.878 decidieron ponerle coto.Ocurre que los gobernadores inmediatamente cumplan sumandato, y algunos an antes, se hacan elegir senadoresnacionales.Aquella Constitucin, que entre otras cosas cre el cargo devicegobernador, estableci en su artculo 72 que es absoluta-mente prohibido elegir para senador del Congreso Nacional algobernador o a sus ministros hasta los dos aos siguientes alda en que dejaron de desempear dichos puestos. El senadoro diputado que contraviniese a esta disposicin, quedar ipsofacto exonerado de su cargo y adems inhabilitado por el tr-

    AgustnGmez

  • Juan Carlos Bataller22 Ancdotas de la poltica sanjuanina 23

    mino de cinco aos para ejercer cualquier empleo pblico decarcter provincial.El elegido senador, en cambio, quedaba inhabilitado paraejercer puestos pblicos hasta diez aos despus de cesar desu cargo de senador.Slo un ao ms tarde, el gobernador Agustn Gmez propusoreformar la Constitucin, especialmente lo referido al artculo 72.Y como no poda ser de otra manera, poco despus AgustnGmez renunci al cargo de gobernador y se hizo elegirsenador de la Nacin el 12 de marzo de 1880, cargo quedesempe hasta su muerte (fue asesinado en San Juan en1.884).

    el subsidio que no fue

    B artolom Mitre integr en su gabinete nacional a figurasde slido prestigio.Entre los designados hubo un sanjuanino que ocup la carterade Interior.Para que el lector advierta la importancia de los hombres quecompartieron ese reducido gabinete de cinco ministros bastasealar que a cargo de las relaciones exteriores estuvo Rufinode Elizalde y en Hacienda se desempe Dalmacio VelezSarsfield, considerado el padre del Cdigo Civil. Juan AndrsGelly y Obes estuvo en el ministerio de Guerra y EduardoCosta en Justicia, Instruccin Pblica y Culto.Pero volvamos al sanjuanino. Ese hombre fue el doctorGuillermo Rawson, prestigioso mdico y afamado parlamenta-rio. Digamos que ese cargo se le ofreci ms tarde a Sarmiento

    GuillermoRawson

  • Juan Carlos Bataller24 Ancdotas de la poltica sanjuanina 25

    una suegra dificil

    D oa Telsfora Borrego perteneca a una antiguafamilia sanjuanina. Hija del difunto PascasioBorrego Jofr, y de la acaudalada Mara de los AngelesCano, era 13 aos menor que Nazario Benavides, cuandoconoci a quien fuera el hombre que durante ms aosgobernara San Juan.Horacio Videla cuenta que la boda de Telsfora y Nazariotuvo un singular encanto.Al regresar Facundo Quiroga a San Juan de una de lascampaas por el norte y despus de pasar revista a latropa en el cuartel de San Clemente, el general le comen-t al comandante de la guarnicin.Quin es ese oficial?

    TelsforaBorrego

    pero no lo acept pues prefiri continuar como embajador enWashington, donde se desempeaba. Esta ancdota figura en los libros de historia.Guillermo Rawson se enter que a su hermano, el afamadopintor Franklin Rawson, le haba sido acordado un subsidio dela presidencia de la Nacin para perfeccionarse en sus aptitu-des artsticas.El 4 de febrero de 1.863 Rawson envi una carta al presidenteen la que, en su parte saliente le expresaba: Le ruego deje sin efecto el subsidio. Esa generosa protec-cin vendra a recaer en el hermano de un ministro. Lesuplico, no me confunda con sus bondades.

    Sin duda, eran otros tiempos y otros hombres.

  • Nazario Benavides. Por qu lo pregunta, general?A ese hombre le perturba la traicin o algo grave lesucede.Convocado Benavides al despacho del Tigre de losLlanos, ste lo interroga y pronto descubre la verdad desu tristeza: Nazario estaba enamorado.Y cul es el problema? Acaso la prenda no tecorresponde?No es eso, mi general. Ella tambin me quiere. Pero yosoy pobre.

    Al medioda, Facundo cit al cuartel a la altiva doaAngeles Cano. No se sabe qu hablaron pero cuando ladistinguida dama se retir, ya estaba acordado el casa-miento de Benavides y su amada Telsfora.Es ms, Facundo Quiroga, vistiendo su uniforme de gala,fue el padrino de la ceremonia, junto con doa FelipaCano, ta de la contrayente.Nazario y Telsfora tuvieron doce hijos y constituyeronun matrimonio ejemplar. Ella fue no slo la gran esposasino el pao de lgrimas de cuantos se acercaron a sucasa ubicada sobre calle Santa Fe en las inmediacionesde lo que hoy es la galera Estornell en busca de ayudao consuelo.

    Juan Carlos Bataller26 Ancdotas de la poltica sanjuanina 27

    el cadaver vejado

    N azario Benavides fue asesinado, estando preso y engrilla-do en el cabildo de San Juan, el 23 de octubre de 1.858.Reconocido como el caudillo manso, siempre indulgente,magnnimo y generoso, fue increble la forma como actuaronsus asesinos.Tras ser muerto, el cuerpo del general fue arrojado a un patiocontnuo desde la habitacin donde fue ultimado.Pero eso no fue todo. Un caballero de la sociedad sanjuanina segn Horacio Videla se trat de Juan CrisstomoQuiroga lleg acompaado por su hermana, Isidora

    NazarioBenvides

  • Quiroga Garramuo, luego seora de Salas.Al parecer, segn una versin, Benavides haba hecho azotaruna vez a la dama por murmuradora.El caso es que los Quiroga vejaron el cadver.El gobierno de turno, por su parte, no slo permiti la vejacinsino que nada hizo al respecto, entregando recin el cuerpo delcaudillo manso a su esposa al da siguiente.

    el cadaver intacto

    C orra el ao 1.910 y hacan ms de cincuenta aos que elgeneral Nazario Benavides haba muerto, asesinado enlos altos del Cabildo.Cuenta el doctor Rogelio Driollet que siendo nio -tendraunos 12 aos- pas en ese tiempo por el cementerio de laCapital en el mismo momento en que se haba abierto el ataudde Benavides para trasladarlo del mausoleo de la familiaZavalla a la bveda de don Domingo Gervasio.Benavides, a ms de medio siglo de su muerte, estabacasi intacto. De pie en el ataud, imponente en su figura decasi un metro noventa, la visera de la gorra militar a ras delos ojos, la casaca azul, la bombacha roja, el sable al cinto ylas botas a la usanza federal. Una sombra de bigote sobreel labio y un esbozo de sonrisa en el rostro-, dice el relatodel doctor Driollet.

    NazarioBenavides

    Juan Carlos Bataller28 Ancdotas de la poltica sanjuanina 29

  • Juan Carlos Bataller30 Ancdotas de la poltica sanjuanina 31

    una noche de amor

    N adie poda negar que era muy apuesto el general Roca.Quizs sus rasgos no eran bellos. Pero tena la aposturade un noble y estaba rodeado de la aureola de los hombres queemanan poder.Cuando lleg a San Juan en 1875 tena 32 aos, revistaba conel grado de coronel del Ejrcito y, tras su triunfo en SantaRosa, era el hombre del momento.

    Todo el mundo hablaba de Roca. La Voz de Cuyo, el peridicolugareo, lo recibi con una oda potica. Los polticos se peleaban por estar cerca de l y las recatadas chicas de aquelSan Juan de casas chatas, calles polvorientas y vida aburrida,movan cielo y tierra para ser invitadas al gran baile con quesera agasajado el ilustre visitante.

    Roca estaba casado con Clara Funes, hija de una rica familiacordobesa y hermana de Elisa Funes, casada con quien tam-bin sera presidente de los argentinos, Jurez Celman.Clara era la sombra de Roca. Viva para l. Pero, como buenaesposa de militar estaba acostumbrada a estar meses sin ver asu marido, empeado en librar batallas al frente de su ejrcito.

    S, San Juan reciba al joven y apuesto coronel victorioso, unade las mentes ms lcidas que dio la repblica.

    JulioArgentinoRoca

    Y lo reciba como se recibe a los triunfadores, con fiestaspopulares y agasajos sociales. La primera noche que estuvo el coronel en San Juan hubo ungran baile en su honor. Y all estaban las chicas sanjuaninas.Algunas con sus vestidos con miriaque que estrangulabansus cuerpos a la altura de la cintura. Otras usaban el tontuelo opolizn, un armazn que levantaba el vestido a la altura de lacola.

    Todas soaban con bailar con Roca. Y varias lo hicieron.Hasta que apareci una joven de la que ya no se despegara entoda la noche.Para el joven militar en ese momento terminaron las conversa-ciones sobre estrategias guerreras o los comentarios sobre lapoltica nacional. El presidente Sarmiento dej de ser tema quemereciera una charla y menos aun la situacin inestable de laprovincia de San Juan.

  • Juan Carlos Bataller32 Ancdotas de la poltica sanjuanina 33

    Esa noche Roca descubri el dulzor de las mieles sanjuaninas,advirti lo lmpido de su cielo, olvid sus ambiciones, sepultel horror de las batallas y se entreg al amor.Entonces las manos demostraron que podan hacer algo msque empuar un arma y los labios se olvidaron de discursosmientras una joven sanjuanina viva su noche inolvidable.

    Slo un da ms permaneci el coronel en la provincia. Al ter-cer da subi a su caballo y se alej rumbo al sur. Otras bata-llas lo esperaban. Algunas con las armas en la mano. Otras, enla trastienda del poder, en una carrera que lo llevara a la cima.Y aqu qued la joven sanjuanina. Y all se fue su joven coro-nel, a encontrarse con Clara Funes, su amante esposa.

    Diez aos despus, volvi Roca. Era el 12 de abril de 1885.Haban pasado diez aos.Vena otra vez como triunfador.Era el presidente de los argentinos. El presidente de un pasque creca a ritmo vertiginoso, que se transformaba en la mecade miles de europeos que soaban con emigrar a la amricapara olvidar el hambre. Un pas que deba construir un hotel de4 mil plazas, el Hotel de los inmigrantes, para brindar cobijohasta que se instalaran definitivamente a quienes descendande los barcos con sus baules de ilusiones.

    Roca estaba de nuevo en San Juan y traa el ms fenomenalfactor de progreso de los pueblos: el ferrocarril.Otra vez las campanas al vuelo. Otra vez los agasajos. El presidente, ya general, se hosped en la casa de donArnobio Snchez y su esposa Dalinda Balaguer.Con un gran lunch se lo agasaj en el hermoso edificio de laescuela Sarmiento, ubicado donde hoy est la escuela AntonioTorres.Por la noche hubo un suntuoso baile, con la asistencia del granmundo lugareo.

    Al da siguiente el presidente devolvi atenciones con unalmuerzo que ofreci en la residencia de don VenturaLarrnaga y su esposa Clotilde Balaguer.Y al tercer da, como la vez anterior, volvi a partir. Pero estavez en un cmodo vagn preparado especialmente para l porel Ferrocarril Andino.

    Lo que pocos supieron es que durante su estada, Roca volvi aver a aquella joven sanjuanina que conociera diez aos atrs.Esta vez no hubo pasin.Pero las manos del presidente de 42 aos volvieron a transfor-marse. Y se vistieron de ternura.Ella traa de la mano a un chico de nueve aos, que era el vivoretrato del general.Roca lo tom de la mano y lo bes.

    Ese chico sanjuanino pudo completar sus estudios con el apor-te que alguien siempre hizo llegar a su madre en nombre delZorro del desierto, por dos veces presidente de los argentinos.

  • Juan Carlos Bataller34 Ancdotas de la poltica sanjuanina 35

    guardame la constitucin

    D omingo Morn asumi la gobernacin de San Juan el 12de mayo de 1893.Tena 50 aos y hasta ser electo, nunca haba salido de la pro-vincia. Muy bien casado su esposa era Teresa Yanzi, dama de lams alta sociedad de la poca vivi en una casa que estabaen el terreno que hoy ocupa la Biblioteca Franklin.Precisamente en su casa se aloj el general Mitre, cuando visi-t la provincia cargado de fama. Y desde ese da Morn fue elrepresentante del partido de Mitre en San Juan.

    Dicen que Morn, hombre dedicado a las transacciones comer-ciales con Chile, era enrgico y con gran sentido de la autori-dad. Pero tambin se asegura que fue uno de los gobernadoresms pcaros que haya tenido San Juan, sumamente hbil en latarea de volcar padrones, celebrar acuerdos no muy princi-pistas para conservar el poder y poseedor de un fino olfatopoltico.

    Cierta vez que se diriga al campo, para aliviarse de carga, sedetuvo en lo de Abraham Vidart padre y sacando un estuchebajo el saco una descomunal pistola, la puso en manos deldueo de casa para que se la guardase hasta su regreso, dicin-dole:Abraham, guardame la Constitucin.

    no venir a la ciudad con alpargatas

    D urante la gobernacin de Domingo Morn dict un edictopolicial que fue muy comentado en su momento.Eran tiempos en que se esperaba una pueblada de los sectoresobreros, asfixiados por la situacin econmica imperante.Ante ello, Morn dict un edicto prohibiendo el acceso a laciudad a los grupos de ms de tres personas que calzaranalpargatas.Tambin prohibi el uso del poncho.No era la vestimenta precisamente lo que tema Morn sinoque le organizaran una revolucin. Y que trajeran las armasbajo el poncho.Pero cuando se le pregunt cules eran los argumentos paradictar el edicto, respondi con total conviccin:Porque las alpargatas y el poncho son ofensivos para lacultura de la Capital.

    DomingoMorn

  • Juan Carlos Bataller36 Ancdotas de la poltica sanjuanina 37

    el cura juan videla cuello

    E l cura Juan Videla Cuello fue un granpersonaje de los aos 20 y 30. Haba sido un destacadoalumno en el Colegio Po Latinoamericano y en la UniversidadGregoriana de Roma, adonde fue enviado por el obispo, mon-seor Benavente.

    De regreso al pas con el ttulo de doctor en derecho actu enSan Juan y Mendoza. Tena una gran vocacin obrerista y poreso su apoyo al cantonismo. Adems de las actividades ecle-sisticas, era profesor en el Colegio Nacional y destacadoescritor que publicaba sus notas en el diario catlico ElPorvenir, al que dirigi durante varios aos.Este cura era uno de los personajes ms famosos de San Juanen aquellas dcadas. Pasaba del sermn al discurso en la tribu-na poltica o en el comit.

    A propsito, fue protagonista de un hecho que seguramente notiene parangn en la historia provinciana. Videla Cuello fue el encargado de predicar la oracin patriti-ca en el solemne Tedeum del 25 de Mayo de 1910, da delcentenario de la patria.Lleg el momento y el presbtero doctor Videla Cuello comen-z a hablar. Se entusiasm y le puso tanta fuerza a sus pala-bras que aquello se transform en un discurso de barrica-da, que termin con el pblico de pie aplaudiendo larga-mente al sacerdote.

    VictorinoOrtega

    para que sufran los ricos

    G obernaba Victorino Ortega y San Juan aspiraba conver-tirse en una ciudad importante. En 1.811, Ortega plane el reemplazo del empedrado con pie-dra bola de las calles cntricas, obra de Nazario Benavides quecontinu Virasoro ambos gobernadores asesinados poradoquines de madera.El gasto fue afrontado por los vecinos, como mejora de losinmuebles por lo que se autoriz a la municipalidad a emitir800 mil pesos en ttulos denominados bonos de pavimenta-cin, al 7 por ciento de inters y 10 por ciento de amortiza-cin anual.El trabajo fue efectuado, tanto en lo que haca a la nivelacinde calles como el contrapiso de cemento y los cordones de lasveredas.

  • Juan Carlos Bataller38 Ancdotas de la poltica sanjuanina 39

    Pronto, las calles quedaron hermosas, con su adoquinado demadera.

    Pero hubo un detalle que los tcnicos no tuvieron en cuenta: elfactor climtico.Y la madera -siempre ha sido as- se hinchaba con la humedad.A la primera lluvia de verano, el pavimento revent.Y pronto el agua comenz a arrastrar los adoquines calleabajo.

    El caso es que debieron pasar veinte aos antes que las callesdel centro de San Juan volvieran a tener pavimento.Correspondi al gobernador Juan Maurn y el intendente SilvioBaistrocchi la tarea de pavimentar 500 cuadras con hormignarmado.Pero en ese lapso, las calles fueron un desastre.Y mientras ms de un horno era alimentado con los trozos demadera, las gestiones se sucedan sin xito ante los gobiernosnacionales en busca de financiamiento.

    En 1913 vino a la provincia el ministro de Obras Pblicas dela Nacin, Carlos Meyer Pellegrini, para inaugurar la recons-truccin del dique Nivelador. Lgicamente, las autoridades dela poca aprovecharon la oportunidad para reiterar el pechazo.Y el ministro lanz una frase que ofendi mucho a los sanjua-ninos:Ponerle adoquines a estas calles es como calzar a paisa-nos con zapatos de charol,Tanta fue la ofensa que el ministro tuvo que aclarar que nohaba querido decir paisano sino criollo y agreg dema-ggicamente una frase para el paisanajeDejen las calles as, para que se rompan los autos de losricos.Con lo que no qued bien ni con unos ni con los otros.

    el escondite de don justo

    L a ancdota que vamos a contar ocurri en los aos 20.Los Videla Balaguer eran una familia muy catlica queviva donde hoy est el Colegio San Francisco, en la calleSarmiento.Precisamente los terrenos donde hoy se levantan el colegio yla iglesia fueron donados por esta familia.Justo Pastor Zavalla, que fuera diputado nacional, era casadocon una seora Videla Balaguer.Dicen que a Pastor Zavalla lo andaba buscando la polica deCantoni y que el objetivo era matarlo.El caso es que una noche cay la polica por la casa de la calleSarmiento.

  • Juan Carlos Bataller40 Ancdotas de la poltica sanjuanina 41

    Dnde est Justo Pastor Zavalla?, fue la preguntaamenazadora.No est, fue la respuesta contundente.Inmediatamente los policas comenzaron a revolver todo.Abrieron roperos, tiraron libros, buscaron debajo de las camas.La esposa de Pastor Zavalla, a todo esto, estaba en cama.Por favor, revisen todo lo que quieran pero no molestena la seora porque tiene un embarazo muy complicado conamagos de prdida. No puede moverse de la cama.Los policas entraron a la habitacin y vieron a la seora,inmvil sobre la cama, con el enorme bulto de su embarazobajo las colchas.Varias horas estuvieron los policas en la casa de los VidelaBalaguer, esperando que llegara el hombre que buscaban.A la madrugada decidieron retirarse.Dganle a Pastor Zavalla que volveremos, aseguraronantes de salir.Cuando la puerta se cerr, don Justo sali de la cama. Todo eltiempo haba estado en la casa, escondido entre las piernas desu esposa embarazada.

    (Contado por Raquel Maurn de M)

    Raquel Maurnen una foto desu niez juntoa su abuelaVictorinaLenoirSarmiento deNavarro.

    la nena enferma

    Y hablando de escondites, una ancdota similar vivi lafamilia Maurn Navarro en los aos 20.Pero lo que en esa oportunidad buscaban los policas eranarmas que, segn se afirmaba, tenan guardadas los Maurn enla casa de la finca de Caucete.Como era verano, la familia del entonces futuro gobernadorpasaba las vacaciones en la finca. Y el sobresalto fue generalcuando cay la polica.Para colmo, aquella noche don Juan no estaba en casa por loque doa Victorina Navarro fue la encargada de atenderlos.Durante horas revisaron la casa de punta a punta. Mientrastanto, doa Victorina iba y vena llevando paos con agua fraque colocaba en la frente de su hija menor, Raquel (que luegocasara con el doctor Fernando M).La nena tiene mucha fiebre porque tiene sarampin, quees muy contagioso-, deca la mujer.La bsqueda policial fue infructuosa y los efectivos se fueroncomo haban llegado.Fue entonces cuando doa Victorina dej de llevar paos frosa su hijita y sac las armas escondidas entre las sbanas

    (Contado por Raquel Maurn de M)

  • Juan Carlos Bataller42 Ancdotas de la poltica sanjuanina 43

    una canita al aire

    E ran tiempos bravos en la poltica sanjuanina. En cadaeleccin todos los protagonistas de la vida provincianasaban que no slo estaban en juego las ambiciones y los idea-les de cada uno. Hasta el pellejo estaba en juego.Y en esto no haba distingo de colores. Lo mismo ocurra conlos conservadores que con los bloquistas o los radicales.Esta historia tuvo lugar a mediado de los aos 20. Gobernabanlos bloquistas y a los conservadores les tocaba sufrir.Don Juan Maurn, que luego sera gobernador en 1934, vivaentonces en la calle Mendoza, casi llegando a 9 de Julio.Era verano y Maurn con su familia como lo hacan siemprepara la poca estival estaban instalado en la finca de Caucete.Pero aquel da don Juan tena un compromiso poltico en laciudad. Tena que ayudar a salvar la vida de un correligionario.

    El caso es que desde haca algn tiempo Maurn tena escondi-do en una finca de su propiedad en Pocito a un hombre al quebuscaba el oficialismo por problemas polticos.

    JuanMaurn

    El caso es que urga sacarlo de aquella finca. El operativo se puso en marcha.Al hombre lo traeran disfrazado de mujer. Y lo esconderan enla casa de Maurn hasta que pudieran sacarlo de San Juan.Maurn envi a hombres de su confianza a buscarlo en sucoche tirado por dos caballos. Cuando comience a atardecer ustedes lo traen. Si esttodo tranquilo yo los estar esperando en la puerta de micasa. Si no estoy en la puerta o alguien me acompaa, uste-des sigan de largo porque significa que hay problemas.

    Lleg el atardecer y don Juan se instal en la puerta de sudomicilio. De pronto vio aparecer por la calle Mendoza sucoche. Y en ese mismo momento se le acerc don Salmuni,colchonero vecino. Y comenz a darle conversacin.El caso es que los hombres que iban en el coche tirado porcaballos vieron a Maurn acompaado y siguieron de largo,con aquella extraa mujer a bordo.Y Maurn que no saba cmo hacer para que terminara aquellatarde con Salmuni. Pero entre que la tarde est calurosa, quecomo est la familia, que si en Caucete hace ms o menoscalor, los minutos pasaban.Maurn vio que su breack volva a aparecer a lo lejos. Y l nopoda meterse en su casa porque su ausencia significaba que habaproblemas. Y no poda estar acompaado por la misma causa.Eran las instrucciones que l mismo haba dado. La nica posibili-dad era que Salmuni volviera a su negocio y lo dejara solo.Para colmo de males, Salmuni era simpatizante bloquista.

    Maurn era un hombre muy formal. Y cuando el coche pas por se-gunda vez no tuvo ms remedio que intentar un recurso desesperado.Don Salmuni, tengo que hacerle una confidencia.Lo escucho, don Juan.Se trata de algo reservado...Por favor, don Juan, si usted no lo desea nadie sabr lo que

  • Juan Carlos Bataller44 Ancdotas de la poltica sanjuanina 45

    usted me diga...Usted sabe que mi familia est en Caucete...As es...Bueno, yo haba decidido aprovechar la ocasin para...no s cmo decirle... bueno, recibir a una seorita.Pero don Juan... contest Salmuni con una sonrisa cmplice.El caso es que para que esta seorita venga... yo no ten-dra que estar acompaado. Me entiende no? Ella prefieremantener su anonimato. Por supuesto que lo entiendo.Por lo que si usted no tiene inconvenientes ni se opone a loque... bueno... a lo que yo voy a hacer, le pedira que me deja-ra un momento slo ac hasta que la seorita venga y entre.Faltaba ms, don Juan y pierda cuidado que sto nadie lo sabr.

    En la tercera pasada el breack se detuvo y la extraa mujerdescendi, entrando rpidamente en la casa. Aquel hombre que lleg disfrazado permaneci varios dasescondido en la casa de Maurn que continu con sus vacacio-nes en Caucete. Doa Josefa Gonzlez, que viva por la calle General Paz entreMendoza y Entre Ros, al lado de la casa de su primo segundoe importante dirigente cantonista, Rodrguez Pinto, fue laencargada de traerle todos los das comida y lavarle la ropa.Josefa no se visitaba con su pariente y gozaba de la confianzade Maurn en cuya casa trabajaba cada tanto. Tiempo despus el hombre fue sacado de San Juan y enviado aLa Rioja.Don Salmuni nunca coment el episodio. Pero contaba Maurnque nunca quiso revelar el nombre del perseguido a su fami-lia, que ms de una vez lo miraba como diciendo:Quin iba a decir que don Juan Maurn tambin eracapaz de tirarse una canita al aire...!

    (Contado por Raquel Maurn de M)

    AmableJones

    premonicin

    A quel lunes 7 de noviembre de 1921 haba sido agotadorpara el gobernador Jones.Sentado en un silln de su domicilio particular, el gobernador

    dialogaba con algunos de sus hombres ms cercanos. Estaba eljefe de Polica, Honorio Guiaz, el ministro Justo Zavalla yuno de sus colaboradores, Jos Palermo Riviello.Doctor, yo creo que debemos tomar recaudos porque lasamenazas continan...Le parece, doctor Zavalla?Hoy mismo lleg al ministerio un annimo que indicabaque usted debe dejar inmediatamente San Juan o ser ase-sinado por traidor a la patria chica.Nunca falta un loco... , dijo el gobernador.

  • Juan Carlos Bataller46 Ancdotas de la poltica sanjuanina 47

    Duerma tranquilo viejito, que nada ha de pasarle mien-tras haya al frente de la polica un guila como yo. , fue elcomentario de Guiaz.En ese momento se oy un fuerte ruido y vidrios que saltaroncerca de donde conversaban los hombres.Se cay un cuadro , dijo Zavalla.Era un cuadro con una caricatura del gobernador. Todos lospresentes advirtieron como se ensombreca el rostro de Jonesque permaneci un rato sumido en profundas reflexiones.Luego, muy bajo, se lo escuch decir:No soy supersticioso pero este es un mal presagio...Al salir de la reunin Zavalla coment a los otros participan-tes:Es raro que un cientfico como el doctor Jones seasupersticioso pero vieron como se puso?Cinco semanas ms tarde mora el gobernador. la autopsia de jones

    C untos disparos se efectuaron durante el asesinato deJones?Una idea aproximadamente puede obtenerse de los informesmdicos que primero por motivos polticos y luego porquedesaparecieron los expedientes de Tribunales, no tuvieronmayor difusin.Por razones que no viene al caso relatar el autor de estas notasse encontr muchos aos ms tarde con los informes mdicosque hoy se publican por primera vez:

    El 20 de noviembre de 1921, a las 23, comenz en la Casa deGobierno la autopsia al cuerpo del gobernador Amable Jones,asesinado ese medioda, en Pocito.Tres horas antes, el juez Varela Daz haba ordenado que sepracticara la autopsia de los cadveres de Jones y del bodegue-

    Jones haba recibido muchos balazos eincluso una gran herida en su costadoderecho producto de una bomba.

  • Juan Carlos Bataller48 Ancdotas de la poltica sanjuanina 49

    ro Juan Meglioli, que tambin muriera en el atentado.Pocas personas estuvieron presentes en el acto:El doctor Eugenio R. Doncel, un mdico de cuarenta aos,casado, domiciliado en calle Rawson 832.El doctor Carlos Albarracn Godoy, de veintisiete aos, sol-tero, domiciliado en calle Mitre 645. Tambin se encontrabanlos doctores Amrico Devoto y Alejandro QuirogaGarramuo, este ltimo mdico de la Polica.Un quinto mdico presenciaba la autopsia, el doctor JorgeAubone.

    las heridas

    L as heridas encontradas por los mdicos en el cuerpo deJones fueron las siguientes: En el cuello, una herida penetrante de bala de Winchester. Por encima de la anterior, otra herida de bala que sala porla nuca, la cual al parecer se produjo despus de muerto. En la nuca, otra herida de Winchester que se encuentra en laparte media del hombro a ras del pelo. En la raz del cuello, del lado derecho, otra herida de bala. En la espalda, sobre el lado derecho, una herida deWinchester. En el omplato derecho herida de Winchester. Del lado izquierdo, sobre el omplato, tambin otra heridade bala. A igual altura, otra herida de bala que atraviesa de adelantehacia atrs. En el brazo izquierdo, una herida de bala recibida desde atrs. Ambos brazos estaban quebrados a consecuencias de las heridas. El hombro derecho presentaba una herida producida por unfragmento de proyectil. En el pecho, del lado derecho, tena otra herida de bala. La regin del hgado por delante de la piel se notaba machucada.

    La regin de los riones del lado izquierdo presentaba dosagujeros de bala. En la parte alta de la cabeza haba otra herida. En el costado derecho una enorme herida desgarrada, dems o menos 15 centmetros de dimetro. Se encontraban rotas las costillas, dejando al descubierto elhgado, los msculos estaban quemados, dejando al descubier-to las vsceras internas. El pabelln de la oreja derecha estaba cortado con instru-mento cortante.

    las heridas mortales

    El informe seal tambin que salvo la seccin del pabellnde la oreja y el proyectil de cuello que produjo una heridaexange, todas las dems heridas fueron producidas durante lavida del gobernador y le ocasionaron la muerte.La herida causante de la muerte fue la de la nuca, que fracturla columna cervical vertebral.Tambin habran causado la muerte las heridas producidas porla bomba explosiva y el tiro de Winchester que bande elhemitorax derecho de atrs hacia adelante, como asimismo losde revolver del hemitorax izquierdo, regin dorsal y de laregin lumbar del mismo lado.Aparentemente el gobernador recibi dos heridas inicialmente: lade Winchester, que fue mortal y la de Mauser de extrema grave-dad pues hubiera trado serios trastornos de funcionamiento delbrazo izquierdo en caso de no complicarse y por la infeccinlgica, osteomtitis muy grave que, como fenmenos de infec-cin pudieran tambin haber producido una muerte mediata.

    La autopsia de Meglioli se realiz el lunes 21, a las 10, en el

  • Juan Carlos Bataller50 Ancdotas de la poltica sanjuanina 51

    Hospital San Roque. Fue muy rpida. Una sola bala deRemington le haba atravesado el corazn matndolo en formainstantnea.

    Durante el atentado, resultaron heridas dos personas que viaja-ban junto al gobernador: el presidente de la Corte de Justicia,doctor Luis J. Colombo, que recibi varias heridas en los bra-zos y una en un muslo y uno de los funcionarios de Jones,Humberto Bianchi, que tambin recibi un tiro. Ambos, juntoal chofer del automvil, Leonardo Hearth, lograron huir y sal-varon la vida.

    se utiliz una bomba

    E l informe seal que se habra utilizado una bomba, ade-ms de las armasEl informe de balstica, en el que intervino especialmenteQuiroga Garramuo, indicaba que:

    La muerte haba sido producida por heridas de armas defuego, por proyectiles de revolver o revlveres de calibre 38, depistola automtica cargada con balas blindadas con camisa decobre o de bronce cobre unas y de nquel o algo parecido otras.

    Haba tambin disparos de Winchester con balas blindadas amedia camisa de nquel, dejando el plomo de la mitad anteriorsin blindamiento.

    Se utiliz tambin una bomba explosiva de mano, de granpoder destructor con envoltura de papel cartn.

    Todos los disparos de Winchester y Mauser fueron hechos auna distancia mxima de diez metros y los de revolver y pisto-la automtica a quemarropa.

    el retratosin terminar

    E ra Jueves el 17 de noviembrede 1921. Y el gobernadorAmable Jones posaba una vez ms en su domicilio particular.

    -E basta per oggi, dottore...El pintor italiano Faustino Brughetti dej los lpices sobre elescritorio y acerc el retrato al gobernador Amable Jones. Erael boceto del rostro del mandatario.-Perfecto, maestro, ha logrado plenamente el gesto de nobleza,firmeza de carcter y sabidura que transmite nuestro goberna-dor.Quien haba opinado era Honorio Guiaz, el jefe de policaque Jones haba trado de Buenos Aires, siempre listo para ala-bar a su jefe. Pero realmente el boceto era bueno.El pintor italiano haba sido contratado dos semanas atrs porla suma de cuatro mil pesos que pagara el gobierno provincialpara realizar un retrato al leo del gobernador. Jones mir el boceto e hizo un gesto de aprobacin.-Possiamo continuare domani, dottore?-No mi amigo. Maana tengo mucho trabajo. Si usted est deacuerdo seguimos el lunes a las 3 de la tarde.El domingo al medioda, Jones muri asesinado en LaRinconada, Pocito.

    Este era el retrato deAmable Jones que estaba

    pintando el artista italianoFaustino Brughetti

  • Juan Carlos Bataller52 Ancdotas de la poltica sanjuanina 53

    el famoso honorio

    S e llamaba Honorio R. Guiaz y lo trajo Amable Jonescuando fue gobernador de San Juan.Se haca pasar por poseedor de ttulos y honores pero la histo-ria lo recuerda como un vivillo.Tena una virtud: conoca perfectamente la personalidad deJones. Y saba que al gobernador le gustaba ser adulado. Quhizo Guiaz? Fue adulador hasta lo infinito. Hasta escribi unlibro hablando maravillas del gobernador.

    En esta provincia, doctor Jones, los mediocres tienenenvidia de su capacidad. Con usted estn haciendo lomismo que hacen con cualquier persona que llega a SanJuan que no sea de la estrechez del crculo provincial.. locombaten!. Miento. No lo combaten. Lo difaman. Le hacenel proceso de su moralidad, sea o no conocida. La inventan.Son tan estrechos que no quieren que los argentinos educa-dos en una cultura superior, contribuyan con su capacidadal ennoblecimiento de los intereses morales de la inteligen-cia. Prefieren extranjeros alquilados. Con razn Sarmientodivida en dos zonas la escuela poltica civilizacin obarbarie! Claro est, deca el inefable Honorio.

    Y as fue trepando. Y de una especie de secretario privado,pas a ser jefe de Polica. Y su primera medida como jefe dePolica fue formular un gran anuncio:Seores, el juego se termin en San Juan. No es posibleque frente a la plaza 25 de Mayo haya casas de juego,donde gente de trabajo pierde grandes fortunas.Los diarios celebraron el anuncio.Y Honorio hizo una demostracin de que los hechos acompa-aran sus palabras.

    Se puso al frente de un escuadrn de caballera y entr con losanimales a un par de garitos, provocando el lgico estuporentre apostadores y mirones.Estn todos detenidos.Nuevos aplausos de los diarios.Pasaron algunas semanas y las cosas cambiaron.Ya no hubo ms procedimientos con caballera.Ni siquiera hubo procedimientos.Los garitos volvieron a desarrollar sus actividades. Es ms, sedice que nunca hubo tanto juego clandestino como aquellosdas en San Juan.Qu hizo cambiar a don Honorio?En aquellos aos, el juego como la prostitucin, era unade las formas de financiamiento de los polticos y de enrique-cimiento de los jefes de polica.Los capitalistas se preocuparon mucho cuando apareci aqueljefe de Polica incorruptible.Hasta que pasados algunos das, les lleg una insinuacin. Yfueron a verlo a don Honorio. Dice la versin, que tal vez hayaperdido su fidelidad con el transcurso de los aos, que el dilo-go no demor ms de quince minutos.Finalmente, hubo acuerdo respecto al monto que los capitalis-tas deban acercar al jefe. Se dieron la mano y cuando la gentese retiraba, se escuch la voz de Guiaz:Seores, antes que se retiren, ustedes me deben 3 milpesos.Porqu, don Honorio?Porque llevo tres semanas en el cargoS pero nosotros no hemos podido actuar debido al accionarde la policaY qu culpa tengo yo? Hubieran venido antes

  • Juan Carlos Bataller54 Ancdotas de la poltica sanjuanina 55

    el boxeador

    N o haca mucho que Cantoni habavuelto a San Juan y pronto su consultorio fue uno de losms visitados de la ciudad. Sus pacientes eran principalmentegente pobre o inmigrantes recientes.Un da entr un matrimonio. El se llamaba Giuseppe y suesposa, Rosa..... Ella traa un beb en brazos. Vivan sobrecalle Catamarca, pasando Santa F, a pocos metros del consul-torio.Come vano le cose, Giuseppe...?Bene, bene...Il bambino sta bensimo...Federico tom en sus manos al beb que tena su brazo enta-blillado por una quebradura.A ver Roque como est el bracito... dijo Cantoni como sihablara con el beb.Cmo lo ve, doctor? Mir, Rosa, te voy a decir algo y acordate siempre: estechico tuyo va a ser campen de boxeo. El beb era Roque Gallerano, quin luego sera dirigente blo-quista para encolumnarse finalmente con el peronismo, partidoa travs del cual fue ministro. Don Roque, en su juventud, fuecampen de boxeo.

    (Contado por Roque Gallerano)

    aceite de croto

    L os bloquistas jachalleros estaban muy contentos aquelsbado en la noche del 13 de enero de 1923. Al dasiguiente haba elecciones. Y las elecciones siempre son bue-nas para el pobre porque todos se acuerdan de l.Ya lo deca don Fico Cantoni en boletines que su partido repar-ta a los trabajadores:Los concentrados (Concentracin Cvica), que son maososviejos en poltica, dicen que ofrecern 40$ por cada voto, apagarlos despus de la eleccin, si es que ganan.Trabajadores, no sean zonzos, a pillo, pillo y medio. Loscomerciantes vivos venden mitad al contado y mitad a plazo.Pdanle 20$ al hacer el trato y otros 20$ en un vale que lleveel sello de la Concentracin Cvica, para hacerlos poner enevidencia... Que est firmado por personas con garantas por-

  • Juan Carlos Bataller56 Ancdotas de la poltica sanjuanina 57

    que como perdern no les van a querer pagar.Ya saben: a comer, chupar, sacarle el dinero a los millonariosde la Concentracin pero en el cuarto oscuro a votar porCantoni Estrella.

    Y aquel sbado en Jchal ya haban comenzado los regalos. Elgrupo, grande, reunido en el comit estaba dispuesto a comerun buen asado. Y como no poda ser de otra manera, el asadoestara bien regado por un vinito que alguna piadosa manobodeguera haba acercado en diez damajuanas.Esa noche no se habr comido mucho. Pero se chup muybien.Los problemas comenzaron en la madrugada.Dicen fuentes conservadoras que varios pozos negros se col-maron en Jchal.El vino tena un extrao agregado: aceite de croto, que losviejos memoriosos no saben explicar de qu estaba hecho perocuyos efectos, aseguran, eran muy superiores al aceite de rici-no.

    Varios votos les restamos al cantonismo jachallero graciasal aceite de croto, se regodeaba un antiguo conservador. Dehecho, el bloquismo obtuvo casi el 60 por ciento de los votosen la provincia, perdiendo slo en Valle Frtil... y en Jchal.

    (Contado por Ricardo Basualdo)

    maestras desnudas

    G obernaba Federico Cantoni en los aos 30 y la situacineconmica era muy mala. A los enfrentamientos polti-cos se sumaba la gran depresin mundial, los altos impuestos yla crisis vitivincola que incluso oblig a derramar vinos queno tenan mercado.Uno de los sectores ms afectados por la situacin era el de losdocentes, que llevaban varios meses sin cobrar.Para colmo de males, se acercaba el 11 de setiembre, da delmaestro y la efervescencia aumentaba.Fue en aquellos das que el ministro de Gobierno entr al des-pacho de Cantoni con un telegrama en la mano.-Qu pasa? pregunt don Fico.-Este telegrama lo acaba de mandar Pealoza desdeJchal. Escuche el texto: Maestras desnudas, Sarmientoencima.A pesar de lo crtico del momento, nadie pudo contener la risa.

    (Contado por el ingeniero Ricardo Basualdo)

  • Juan Carlos Bataller58 Ancdotas de la poltica sanjuanina 59

    la langosta federal

    P residente del Senado (Elpidio Gonzlez)A raz del despacho de la comisin de NegociosConstitucionales, al tratar la intervencin de la provincia deSan Juan, en la 28 reunin, continuacin de la sesin ordinariadel 23 de julio de 1925, habla el senador Aldo Cantoni.

    Senador Cantoni:Das pasados, seor presidente, fui invitado por un empleadode la Cmara, en nombre de la Comisin de NegociosConstitucionales a que expresara mis ideas con respecto a lapublicacin de antecedentes que obraban en la carpeta quetena dicha comisin, carpeta que guardaba todos los concretosy los valiosos documentos que, autorizaban a sostener porparte de esa comisin, la necesidad de allanar la autonoma dela provincia de San Juan.Yo le expres a ese empleado que me pareca interesante quese publicasen todos los antecedentes que haba en esa carpetaen un pequeo volumen que hubiera servido como el ms per-fecto manual para trabajar artificialmente intervenciones a losEstados Autnomos de nuestra Repblica.Hubiera sido el ms perfecto manual para que los holgazanes,para que todos los desocupados que hay en el pas y los queaspiran a situaciones pblicas sin contar con el concurso de lamasa popular, pudieran emplearse en una de esas intervencio-nes que en el lenguaje picaresco de nuestras provincias, sellama y se las clasifica con el nombre de langosta federal.Algunos de esos quizs hayan concurrido a esta sesin y estnen la barra para aplaudir la sancin del proyecto de interven-

    cin, en la esperanza de que ser enviada.Ya vamos a entrar en la primavera, luego viene el verano. SanJuan tiene un clima esplndido, unas montaas preciosas, unosbaos de aguas clarsimas, madura la fruta, la uva, etc.Se hace muy cmodo pasar un veranito en San Juan. Ello esti-mula a todos esos postulantes a trabajar para ir con la interven-cin nacional. Consiguen el puestito, se dirigen a la provinciaestos empresarios de intervenciones federales y una vez quese instalan se presentan los intereses creados: un verano espoco para pasarlo con la familia a costa del erario nacional odel presupuesto de la provincia. Hay que pasar otros dos vera-nos. Y as, las intervenciones se eternizan.Por eso, con la publicacin de este manual, quera brindarle laoportunidad a este gremio de empleados aptos para interven-ciones nacionales que constituya en Buenos Aires una agenciapara tramitar profesionalmente intervenciones a las provinciasargentinas.

  • Juan Carlos Bataller60 Ancdotas de la poltica sanjuanina 61

    la langosta mendocina

    A las intervenciones que fueron muchas que soportSan Juan a lo largo de su historia, se las llam langostasfederales pues arrasaban con todo.Pero no slo hubo langostas federales, tambin hubo unamendocina.Lleg el 22 de septiembre de 1941 y, afortunadamente, durpoco; 44 das ms tarde el 6 de noviembre ya se volvipara sus pagos mendocinos.Raffo de la Reta, se llamaba el hombre y era conservador.Vena enviado por el presidente del Castillo, sucediendo a otrointerventor, Prez Virasoro que estuvo dos aos en San Juan yque fue un hombre ordenado, apoltico y buen administrador.Como que dej las arcas provinciales con dinero.Pero lleg Raffo de la Reta y todo cambi.Para empezar, se trajo de Mendoza a dos ministros: GuillermoJ. Cano y Alberto A. Day. A partir de ah comenz a designarmendocinos en el resto de su equipo. Dicen que hasta obrerosde Vialidad se trajo de Mendoza.En pocas semanas agot las reservas del presupuesto, renunciy muy orondo volvi a su Mendoza natal, donde asumi supapel de restaurador de la pureza del sufragio en Cuyo.La voraz langosta una ms haba pasado.

    cuando san juan se qued sin mdicos

    E n 1927 se desencaden en San Juan una verdadera gue-rra entre el gobierno, ejercido por Aldo Cantoni y losmdicos.Los mdicos nunca se haban llevado muy bien con los herma-nos Cantoni que, decan, utilizaban su profesin para hacerpoltica y por eso atendan gratis y regalaban los medicamen-tos. Y stos los tres eran mdicos- tampoco perdan oportunidadde despotricar contra sus colegas, a los que considerabancomerciantes de la salud.

    AldoCantoni

  • Juan Carlos Bataller62 Ancdotas de la poltica sanjuanina 63

    La sancin del presupuesto provincial trajo aquel ao unanovedad: a los mdicos se les fijaba una patente de 5 mil pesosanuales. Para tener un punto de comparacin digamos que eseao se pag por la uva 15 centavos por kilo y la consultamdica se pagaba alrededor de 5 pesos.

    La ley prevea una excepcin: los mdicos que aceptaran tra-bajar dos horas diarias en forma gratuita en la AdministracinSanitaria, no pagaran la patente. No obstante, en la prctica,esas dos horas significaba atender 25 pacientes en el consulto-rio y 5 en el domicilio por lo que quienes se acogan a la clu-sula de excepcin, no tenan tiempo de atender pacientes parti-culares.Los mdicos que no pagaban la patente no podan ejercer. Y silo hacan eran detenidos y deban pagar una multa que podaser de varias veces el valor de la patente.

    La ley que estableca la patente tuvo un efecto similar al deuna declaracin de guerra.En ese momento estaban matriculados 56 mdicos en SanJuan, entre ellos Federico, Aldo y Elio Cantoni.Es lcito preguntarse qu poda significar para el presupuestoprovincial el aporte de estos pocos profesionales.En realidad, el caso no tena un basamento econmico.Responda ms al duro enfrentamiento que los profesionales dela salud y los Cantoni sostenan desde tiempo atrs.

    En 1923 los mdicos haban formado un sindicato cuyas finali-dades eran fomentar la solidaridad entre los socios, velar porla tica profesional, ofrecer una institucin tcnica a la provin-cia y ayudar a las sociedades de socorros mutuos con una deci-dida cooperacin.

    Federico no dud en calificar al sindicato como una sociedadcomandita para explotar a sus clientes pues estableca que lassociedades de socorros mutuos deban considerar como nicosmdicos a los del sindicato y pagarles $1,20 por mes por cadasocio. Adems, fij en 200 pesos el sueldo mnimo de los pro-fesionales de la salud pblica y dispona que los profesionalesdeban tener participacin en las ganancias en farmacias ylaboratorios.

    El caso es que en 1927 el sindicato ya haba desaparecido nosin antes tener fuertes encontronazos con los hermanosCantoni a los que descalific. Son muchos los que piensan queel episodio no fue olvidado por estos y de ah la fuerte patenteque les impuso al volver al gobierno.El caso lleg hasta la Suprema Corte y fue motivo de debateen el Senado de la Nacin.-En San Juan no se puede ejercer la ms filantrpica de lasprofesiones, la medicina, por que una patente monstruosalo impide argument el senador Mora y Araujo.-El mdico no es un mercachifle, es una persona algosuperior a los dems, una persona que hace un sacerdociode la medicina. El mdico no debe saber a quin cura, assea su amigo o su enemigo poltico, as tenga o no tengadinero. Tiene la obligacin de curarlo, porque para esohizo un juramento-, responda Cantoni.

    Cantoni consideraba que en San Juan los mdicos eran antipa-triotas e inhumanos y que slo buscaban ganar dinero con laprofesin. -Son enemigos de los pobres. Son capaces de romper lareceta despus de hecha si el enfermo no tiene plata parapagarle. Son capaces de dejar morir a un enfermo sin aten-derlos si no le pueden sacar dinero. Y son los que hacen

  • Juan Carlos Bataller64 Ancdotas de la poltica sanjuanina 65

    negocios con los boticarios compartiendo las ganancias delos remedios-, tronaba Cantoni.

    El caso, como dijimos, lleg a la Suprema Corte de Justiciade la Nacin, llevado por la Asociacin Mdica. Y la Cortefall en contra del impuesto, al considerarlo inconstitucional.No obstante, mucho tiempo pas entre la sancin de la paten-te y la anulacin. Mientras tanto, de los 56 mdicos quehaba en San Juan, 19 cerraron sus consultorios y se fueronde la provincia, 16 los cerraron pero se quedaron, trespagaron la patente y 12 todos bloquistas- se acogieron ala clusula que les obligaba a trabajar gratis en elHospital Rawson.

    los mtodos de modestino

    A Cantoni lo acusaban de ser brbaro pero lo cierto es queen aquellos aos nadie se andaba con chiquitas: todossomos angelitos en este pas, deca don Fico, dando a enten-der que no haba nios de pecho en la poltica.El colmo de la manipulacin poltica fue la intervencin deModestino Pizarro, un interventor radical que HiplitoYrigoyen envi en 1928.El 2 de marzo de 1930 hubo comicios para elegir tres diputa-dos nacionales. La cantidad de votos fraudulenta fue tanta que

    el hasta ese momento el minsculo Partidoradical obtuvo 22.670 votos contra 2.885 de

    la fuerte Unin Cvica Radical Bloquistaque sali segunda. El sbado en la noche la polica de Pizarro

    sali a recorrer las calles. Cuandovean venir a un hombre caminandoslo, desde el camin se escuchaba elgrito:Viva Cantoni, carajo!Y el pobre caminante no poda dejarde compartir la expresin de adhe-sin:

    Viva! responda.Inmediatamente paraban el camin y

    detenan al cantonista, al que le sacabanel documento. Resultado, en lugar de un

    voto para el cantonismo era uno para losradicales.

    (Esta ancdota ha sido referida por varias personas)

  • Juan Carlos Bataller66 Ancdotas de la poltica sanjuanina 67

    el voto es secreto

    P izarro fue el inventor de la cadena de votantes.En qu consista?Muy sencillo: Se obtena un sobre ya firmado por los fiscales.En ese sobre se colocaba el voto de los candidatos radicales,que eran Zavalla y Guerrero y se lo cerraba. Cuando el votanteestaba en la cola se le haca la propuesta:Este es tu voto. Echalo en la urna y despus me traes elsobre que te den firmado por los fiscales.Y por quin voy a votar?Ah... eso a vos no te importa. El voto es secreto...Hacan tan poco que se votaba obligatoriamente en el pas...Pero si el ciudadano se resista a votar con el sobre, apareca lapropuesta:Vos ech este sobre y traeme el otro y te doy 50 pesos...Centenares de denuncias hubo ese da de ciudadanos a los quele haban retenido el documento. Pero el presidente de laCorte, Alfredo Collado, hombre que vino con Modestino, lasrechaz absolutamente a todas sealando en el acta que estajunta no puede hacer mrito para fundar slo en el secuestrode libretas un juicio adverso a la validez del acto electoral enrazn de tratarse de simples denuncias, las que ni siquiera hansido ratificadas por sus autores...

    regenerar a las mujeres

    P ero lo mximo llegara pocos meses despus. Alentadospor el triunfo obtenido en las elecciones legislativas,Pizarro convoc a elecciones para gobernador. Deban realizar-se el domingo 7 de septiembre de 1930. Las elecciones lasganaremos con votos o sin votos, deca.La Constitucin del 27 posibilit que las mujeres sanjuaninasvotaran mucho aos antes que lo hicieran en el resto del pas.Como el voto femenino era una de las banderas del cantonis-mo, Pizarro no las dej votar.Cmo justific tal actitud?Directamente las suprimi del padrn.Y al no figurar, no podan votar.Algunos aos ms tarde, Modestino Pizarro public un libro

  • Juan Carlos Bataller68 Ancdotas de la poltica sanjuanina 69

    en el que intent explicar lo inexplicable de su paso por SanJuan. Explic que haba suprimido a las mujeres del padrn por-que las fiestas en los comits femeninos degeneraban enverdaderas orgas para regalo de los secuaces del goberna-dor Cantoni. Precisamente, para regenerarlas aisl amuchas mujeres bloquistas en El Buen Pastor y conculc losderechos constitucionales eliminando a la mitad de la ciudada-na del padrn.Esas elecciones no pudieron realizarse pues el da 6 cay elpresidente Yrigoyen con lo que comenz en el pas lo que sellam la dcada infame y Pizarro huy de San Juan. Milesde documentos fueron echados en buzones y aparecieron en elcorreo, dando a entender que el fraude ya estaba organizado.Las elecciones recin se realizaran el 8 de noviembre de 1931y en esa oportunidad la frmula bloquista Federico Cantoni Vicente Cattani obtuvo el 70,1 por ciento del total de votos.

    el auto

    D urante el movimiento que derroc a Federico Cantoni enfebrero de 1934, cuentan que en algn momento se ter-minaron las bombas que llevaban los revolucionarios. Un far-macutico con local en La Bebida fue el encargado de ir a bus-car ms artefactos al Chalet Graffigna.Consganme un auto pues no tengo en qu ir.Un minuto despus alguien dijo:Andate en aquel coche.El auto estaba estacionado sobre calle Mitre, casi esquinaMendoza, frente al kiosco. El farmacutico subi al auto ysali a toda velocidad, regresando con el cargamento mediahora ms tarde. Recin al da siguiente el hombre se enterque el auto perteneca a Aldo Cantoni.

  • Juan Carlos Bataller70 Ancdotas de la poltica sanjuanina 71

    la revolucin

    O rganizar una revolucin no era tarea fcil a principiosdel siglo XX en San Juan.Una prueba de ello fue la que organiz el coronel CarlosSarmiento para derrocar al gobernador Manuel Jos Godoy.Las revoluciones como la de Sarmiento o el asesinato deJones o el derrocamiento de Cantoni en 1.934- estaban a cargode algunos polticos, comerciantes, profesionales u obrerosque decidan usar las armas para cambiar las condiciones devida. No olvidemos que recin en la segunda dcada se llega-ra al voto universal y secreto y que las mujeres podran votara partir de 1.927 en San Juan y de 1.952 en el resto del pas

    El coronel Carlos Sarmiento conduca el Partido Popular. Ygente de este partido como de otras tendencias entre las queestaban el Partido Independiente, el Club de la Juventud y elClub de la Libertad se haban reunido para derrocar al gobier-no.

    Haba profesionales como Ventura Lloveras, DomingoCortinez, Carlos Conforti, Victorino Ortega, AugustoEchegaray, Javier Garramuo

    Un amigo de Sarmiento envi desde Uruguay a un grupo demilicianos. En realidad se trataba de jvenes romnticos dis-puestos a luchar donde se los convocara. Algunos de ellos sequedaron en San Juan donde constituyeron familias, comoEloy Pinazo. Los milicianos llegaron varias semanas antes delhecho y transmitieron sus experiencias.

    Las armas fueron tradas desde Buenos Aires y Chile.Contaban con 180 fusiles Winchester o Mauser y 30 mil tiros,trados en paquetes dentro de los camarotes del tren por laesposa de don Nilamn Balaguer. Los rifles se fueron bajando

    Los revolucionarios de 1907. (Foto del libro El San Juan que Ud. no conoci)

    en estaciones intermedias para luego ser llevados a la ciudaden carros cubiertos con verdura. Desde ah se repartan a losrevolucionarios por los medios ms inverosmiles, como porejemplo, un ramo de flores.

    Se haban preparado tambin rudimentarias bombas con fras-cos a los que se colocaba un poco de nitroglicerina, un fulmi-nante y una mecha. Se encenda la mecha y se tiraba el frasco.Como no tena proyectiles, poco dao hacan pero metanun ruido brbaro!

    El distintivo era una boina vasca, de color rojo y el santo ysea, la palabra Libertad.En fin, todo estaba listo, los cantones formados, los revolucio-narios prestos para actuar, algunos acompaados por sus hijosy de pronto a las 3 de la maana se desat una fenomenaltormenta.

  • Juan Carlos Bataller72 Ancdotas de la poltica sanjuanina 73

    Llova a cntaros y todos estaban con las ropas empapadas,con dificultades para encender las mechas de las bombas puesla lluvia las haba mojado, con santos y seas que no habanpodido pasarseDe cualquier forma se dispararon miles de tiros por ambas par-tes, se combati durante horas, se incendi un edificio smbo-lo, la escuela normal de varones y slo hubo 16 muertos yunos pocos heridos gracias a la mala puntera de revoluciona-rios y milicias.Al final el gobernador fue derrocado pero los mismos revolu-cionarios lo acompaaron hasta su casa y lo trataron conmucho respeto.

    el caballo de pern

    U no de los retratos ms famosos del general JuanDomingo Pern es el que aparece en un caballo tordillocon pintas blancas y negras.Lo que pocos saben es que ese caballo era sanjuanino.Se llamaba Cruz de Plata y siempre era acompaado porun enorme perro dans, apodado Arlequn al que se lo pin-taba de igual color.Los animales pertenecan a don Eduardo Maurn Navarro,El Gringo, famoso adiestrador, hijo del ex gobernador con-servador Juan Maurn y de Victorina Navarro.Maurn era famoso en todo el pas por las habilidades quedesarrollaba especialmente en los caballos. Caso nico, losanimales de Maurn, realizaban pasos de zambas, cuecas y

  • Juan Carlos Bataller74 Ancdotas de la poltica sanjuanina 75

    a ponerse en linea!

    E n general, los interventores militares no dejaron buenosrecuerdos en su paso por San Juan.Sin embargo hubo una excepcin: el general MarinoBartolom Carreras.A Carreras no se lo recuerda por su generosidad para repartircolchones o por grandes obras: se gan el aprecio de la gentepor imponer la ley pareja para todos. Algo que no ha sidomoneda corriente en esta provincia.

    Durante la gestin de Carreras se fij la lnea de construccin.Esto signific un gran cambio. Hasta ese momento haba edifi-caciones que sobresalan de otras, transformando las veredasen algo catico. Cuando en 1957 se dispuso la lnea, comenzaron las presiones.

    hasta el pericn nacional.. Los festivales que se realizaban enSan Juan y en otros puntos del pas con la presencia de loscaballos de Maurn, convocaban multitudes.En uno de esos festivales realizado en Buenos Aires, ademsde los caballos de don Eduardo, participaron los equinos delEjrcito Argentino. Y el presidente de la Nacin, general JuanDomingo Pern estuvo presente, sentado al lado de Maurn,que le daba explicaciones.Alguien le dijo a Maurn:Porqu no le regala el caballo (Cruz de Plata) y el perroal general? Seguramente l no lo aceptar o intentarpagrselo. De cualquier forma, usted quedar como un rey.Y Maurn, haciendo de tripas corazn y viendo la admiracinque el caballo haba despertado en Pern con sus proezas, ledijo:General, sera para m un honor que usted aceptara estecaballo como un recuerdo de este da. Y deseara queentregara en mi nombre al perro Arlequm a su seoraesposa.Y contra todo lo vaticinado, Pern dijo:Muchas gracias! Qu gesto tan maravilloso!.

    El caso es que Maurn volvi a San Juan sin su caballo preferi-do y su perro.Cruz de Plata termin siendo el caballo preferido de Pern y elperro fue destinado al Cuerpo de Bomberos de la Capital,desde donde un da desapareci.Pero la ancdota no termina ah.Maurn regres sin caballo, sin perro y sin dinero. Pero con ungran retrato autografiado del general Pern.Y lo peor que poda ocurrirle a una familia conservadora: sehizo peronista y tena el retrato del general en su casa.

  • Juan Carlos Bataller76 Ancdotas de la poltica sanjuanina 77

    A algunas viviendas haba que derrumbarles el comedor. Habacomercios que quedaban sin vidrieras o iglesias sin frentes.Difcilmente un poltico habra dejado de sucumbir ante laspresiones, amenazas e intereses en juego.Carreras fue drstico. Dio un plazo para que los propietarios sepusieran en lnea. Vencido el trmino, enviaba la topadora yderrumbaba. Y no haba hijos y entenados. Por ms quejas queelevaran sus crticas los empresarios ms poderosos, el obispoo los diarios, la topadora arrasaba.

    Un ejemplo de su firmeza qued expuesto cuando le lleg elturno a la calle Mendoza. Para abrir la avenida Central hacia el oeste haba que derrum-bar nada menos que el Palacio Episcopal, la suntuosa CasaEspaa y el Cine Cervantes. Y tres de los mejores edificiossupervivientes del gran terremoto, fueron arrasados.En la esquina de Mitre y Mendoza estaba la Ferretera Zunino.Y don Marcelo Zunino haba jurado que a l no le destruiranel local. Voy a estar armado esperndolos.Lleg el da y la topadora se detuvo frente al edificio. Fiel a supalabra, don Marcelo se encerr armado en su local.Los obreros avisaron a la gobernacin y diez minutos mstarde estaba el general Carreras en el lugar.Sin decir palabra, se subi a la topadora y le dijo al operario:Avance, vamos a ver si se anima a tirar.Don Marcelo guard su rabia y la mquina derrumb el frentedel local.Carreras no hizo comentarios, descendi de la topadora, subia su auto y volvi a la Casa de Gobierno.

    (Contado por Emilio Ventura Donper)

    el embajador yaez

    D urante no menos de 40 aos, todos los gobernadores san-juaninos tuvieron un embajador en Buenos Aires:Alfredo Yaez Recalde.Hombre de grandes vinculaciones sociales y polticas tanto enSan Juan como en la Capital, Yaez era muy eficiente en susfunciones.Don Ruperto Godoy lo design en la Casa de San Juan. Y aun-que ms de un gobernador quiso dejarlo de lado por su origenperonista, pronto descubrieron que necesitaban a Yaez puesera quin abra todas las puertas en la gran metrpoli. Capazde comprar una corbata para el gobernador con excelentegusto, apurar una transferencia en Hacienda o conseguir en unpar de horas una entrevista con el presidente de la Nacin.

  • Juan Carlos Bataller78 Ancdotas de la poltica sanjuanina 79

    Quienes queran desprestigiarlo le decan el alfombra,dando a entender que se mantena en su puesto por su obse-cuencia. Pero no era as: se mantena por su eficiencia.Alfredo deca: -El mundo se divide en dos clases de hombres. Los quenacieron para mandar y los que nacieron para ser manda-dos. Yo soy el mejor entre los que nacieron para ser man-dados.Yaez debe ser el nico argentino que hizo un curso de cali-grafa en La Sorbona.Y a pesar de ser un simple empleado del gobierno provincial,era socio del exclusivo Jockey Club de Buenos Aires.

    Precisamente en el Jockey tuvo lugar esta ancdota que cuentauno de los funcionarios que trat a Yaez durante su paso porel gobierno.Despus de la cada de Pern no era bien visto tener un pasadoperonista en el selecto Jockey Club. Y uno de los socios, deapellido Ramos Oromi, se dedicaba a mortificar a Yaez porsu peronismo.El caso es que un da Alfredo reaccion.-Oiga... usted se refiere a m?, le pregunt a Ramos.-S a usted, fue la respuesta.Una pia bien puesta recibi el insolente antiperonista. Quecuando pudo reponerse no tuvo otra salida que retar a duelo aYaez.Y en aquellos aos, un duelo aunque estuvieran prohibidos-era una cuestin de caballeros.Yaez no tuvo ms remedio que aceptar el reto.

    Pero haba un detalle.Ramos Oromi era campen argentino de esgrima.Y como l se senta ofendido tena derecho a elegir armas.Y, lgicamente, eligi el florete.Yaez design padrino al doctor Emilio Coco Hardoy, con-

    servador de rancia estirpe.El paso siguiente era averiguar cmo salir del enredo.Los duelos, como se sabe, eran a primera sangre. Es decir,quin resultara herido era el perdedor y el honor del triunfador,estaba salvado.Los amigos de Yaez lo aconsejaron:-Lo importante es que no dobles el brazo que sostiene laespada. Mantenelo siempre derecho y lo ms extendidoposible. Es la nica forma de evitar que te mate.Yaez escuch el consejo.Pero saba que no haba forma de evitar que el campen lohiriera o incluso lo matara.Estaba tan preocupado que hasta hizo su testamento.

    Lleg el da del duelo.Y all estaban los contrincantes cuando amaneca en los bos-ques de Palermo.Ramos tom el arma con estilo e hizo unos movimientos quedemostraron su habilidad.Yaez con los ojos semi cerrados tena el brazo bien estirado,siguiendo el consejo de los amigos.De pronto Ramos intenta una estocada y se lleva por delante laespada de Yaez, hirndose en el hombro.Intervienen los padrinos, Ramos est herido. Hay sangre.Termin el duelo.Segn cuentan, Ramos Oromi no volvi a pisar nunca elJockey Club, ante tan grande vergenza que haba pasado.

    (Contado por Ricardo Basualdo)

  • sin perdn

    U na de las salas de la Casa de Gobierno lleva el nombrede Amrico Garca. Este nombre fue impuesto a la sala por el doctor AlfredoAveln durante su gobernacin.Sin embargo este hecho, que normalmente es motivo de agra-decimiento por parte de amigos y familiares del homenajeado,en esta oportunidad dividi las opiniones entre quienes quisie-ron a Amrico.Ocurre que muchos recordaban que el doctor Aveln bas suprimera campaa como candidato a gobernador con laCruzada Renovadora, en 1.962, atacando duramente a Garca,que entonces ejerca la gobernacin.La gente no cambia y si Aveln se cans de atacarlo encada discurso por cuestiones familiares y muy personales

    Juan Carlos Bataller80 Ancdotas de la poltica sanjuanina 81

    zamba de usted

    A mrico Garca fue un gobernador con caractersticas par-ticulares. Capaz de discutir de igual a igual temas legalescon un abogado o de construcciones con un ingeniero parecasaber todo de todo- estaba al mismo tiempo dotado de unabonhoma muy especial que le haca detenerse a escuchar auna viejita que lo esperaba para saludarlo a las 3 de la tardecuando se retiraba de la gobernacin y permanecer charlandocon ella una hora en la puerta de la residencia.Amrico siempre trat de usted a su esposa, Perla Moncunill.Esto llam la atencin a un gran msico, ntimo amigo delgobernador de los tiempos en que ambos estudiaban: ArielRamrez.Ariel viaj muchas veces a San Juan durante la gobernacin deGarca y en uno de esos viajes le hizo escuchar una zamba quecompuso en honor de la pareja: la Zamba de usted.

    (Contado por el doctor Jorge Faustino Moncunill)

    AmricoGarca juntoa su esposa,Perla LilaMoncunill enel da de laboda

    Una de las salas de la casa de gobierno llevael nombre del ex gobernador Amrico Garca.

  • Juan Carlos Bataller82 Ancdotas de la poltica sanjuanina 83

    el camarada isidro

    I sidro Lpez fue un poltico simptico y apreciado por ladirigencia sanjuanina.Mdico de profesin, buen orador, burgus en sus costumbresy sabedor que nunca tendra ocasin de llegar al poder con susideas socializantes, tomaba la poltica como una actividad msideolgica que realista.Pero no perda oportunidad de expresar sus ideas en cuantoacto, asamblea o reunin le permitieran tener acceso.

    Uno de los que tuvo que soportar su verba fue el ingenieroAlvaro Alsogaray, durante una conferencia que ofreci en uncine cntrico.Comenz su exposicin Alsogaray y a los pocos minutos lointerrumpi Lpez.El orador, creyendo que le iba a hacer una pregunta, se prestgustoso a ceder la palabra.

    es grotezco que ahora quiera borrar todo con este recono-cimiento, dijo a quien esto escribe quien fuera un estrechocolaborador del mandatario jachallero.Muchos amigos no quisieron asistir al acto por el cual se colo-c la placa en la sala Amrico Garca. Pero otros si lo hicierony argumentaban que si bien eran cierto los agravios de Avelnen los aos 60, aos ms tarde Amrico volvi a hablar conAveln por temas polticos. Esto no impeda que cada vez quealguien le recordaba los agravios Amrico sentenciara: cuan-do un poltico ataca en lo personal en lugar de referirse apropuestas es l quien se degrada.

  • Juan Carlos Bataller84 Ancdotas de la poltica sanjuanina 85

    un paseo en el subterrneo de mosc

    E n julio de 1976, Leopoldo fue nuevamente nombradoembajador en la Unin Sovitica y viajamos all juntos,con nuestros tres hijos menores. Yo no saba una palabra deruso y Leopoldo otra vez hizo una de las suyas. Visitamos jun-tos el subterrneo de Mosc, que yo quera conocer: unaextensa red interconectada que transportaba diariamente multi-tudes de moscovitas, con el agregado de los impresionantesmurales del realismo socialista que embellecan las distintasestaciones. Yo quera aprender a manejarme con ese medio detransporte y mi marido estuvo de acuerdo. Estbamos en elandn, lleg una formacin, yo me abr paso entre la multitud,entr en uno de los vagones, gir la cabeza para ubicar aLeopoldo que imagin en todo momento detrs de m por-

    Ivelise y Leopoldo Bravo, quien fueraembajador en la Unin Sovitica

    Y empez Lpez con su discurso contra el imperialismo, el FondoMonetario Internacional, la explotacin de los trabajadores...

    A los diez minutos consiguieron hacerlo callar, ante un audito-rio liberal que por momentos sonrea ante la situacin y pormomentos se indignaba.Sigui exponiendo Alsogaray y minutos despus, otra vez seescucha la voz de Isidro Lpez:Me permite, ingeniero...?Y sin esperar respuesta, inmediatamente se produce una pausaen las palabras de Alsogaray, arranc de nuevo el mdico san-juanino con su discurso.Otros diez minutos de criticas al liberalismo, a los empresa-rios, al mercado, al imperialismo...Logran de nuevo hacerlo callar y Alsogaray ya molesto, conti-na con su exposicin.

    Pero a los pocos minutos, otra vez la voz de Lpez:Me permite, ingeniero?Esta vez Alsogaray no le permiti:Mire seor, voy a decirle algo: Sabe quien ha organiza-do este acto? Yo. Sabe quin ha hecho las invitaciones?Yo. Sabe quien ha pagado los gastos? Yo. Sabe quiendebe exponer hoy? Yo. Entonces le voy a pedir una cosa.Organice usted un acto, invite gente, corra con los gastos y yocon mucho gusto voy a ir a interrumpirlo a cada rato y ex-presarle mis ideas. Pero ac no lo dejo que siga intervinien-do.El pblico, por supuesto adepto a Alsogaray, aplaudi a rabiary con grandes risas a su lder.Y Lpez, sin hacerse mala sangre y tambin sonriendo, se reti-r del cine.

    (Contado por Graciela Lpez de Basualdo, hija de Isidro Lpez)

  • Juan Carlos Bataller86 Ancdotas de la poltica sanjuanina 87

    Me permite que la acompae?, pregunt la cubana,solcita y cuando escuch que alguien hablaba mi lenguamaterna, casi suelto el llanto ah mismo. Seora, se anima a que yo la acompae, me tiene con-fianza?, pregunt la cubana. Y yo:Pero claro que s, se lo pido por favor, llvenme aunquesea a Siberia, pero squenme de este laberinto!Quin sabe a qu sector del subsuelo de la ciudad haba ido aparar, la cuestin es que viaj acompaada por la gentil cubanams de una hora hasta llegar a la estacin Smolenskaia. Lacubana me deposit en la puerta de la Embajada y con unguio me recomend que tuviera cuidado, no fuera a perdermenuevamente, que la ciudad era muy grande.Pero lo peor estaba por llegar, en la figura del seor embaja-dor, mi esposo, quien me recibi sonriente, leyendo el diario ydicindome: Ah...! Con que ya volvi la paseandera.... Nunca supe si l se qued atrs porque la gente le impidisubir al coche conmigo, o si lo hizo a propsito para que yoaprendiera de la manera ms difcil. Hasta el da de hoy no slo que pas.

    (Contado por Ivelise Falcioni de Bravo)

    que l me haba dado un suave empujoncito para ayudar-me a subir al coche y mientras las puertas se cerraban amis espaldas o que mi esposo me deca, agitando la manocomo despedida y sonrindome tan tranquilo desde el andn: Acordate de la estacin Smolenskaia!. Y nos fuimos cada uno por su lado. El de vuelta a la embajaday yo slo dios saba, apretujada en un vagn de subterrneo,entre extranjeros, sin hablar el idioma, sin conocer la ciudad,completamente perdida. No saba qu hacer...!

    Hice montones de recorridos, me bajaba en terminales, cruza-ba por arriba o por debajo de algn puente, entraba en otralnea, otro vagn, entretanto iba diciendo en voz alta: -iaargentina, ja argentina (soy argentina).Y por supuesto nadie me prestaba atencin. En realidad qupodan contestarme...: mucho gusto, ja ruso...No tena la menor idea de dnde me encontraba, supona quesi se haca muy tarde alguien saldra a buscarme, que de algu-na manera me rescataran, o que me arrestaran por sospechosade algo, que seguramente a la corta o a la larga a algn ladoiba a ir a parar.

    Me vino a la cabeza que alguien me haba enseado a decir jasupruga pasl Argentina (soy la esposa del embajador argen-tino), y repitiendo esas palabras como en letana me acerqu auna sovitica de gorrito azul, una boletera del subte, que sedebe haber apiadado de esa seora de aspecto cansado, unpoco despeinada, que pareca completamente perdida: yo,Ivelise de Bravo, que ya estaba al borde del agotamiento fsicoy mental.Por ese andn precisamente pasaba una cubana, quele pareci cara conocida a la boletera rusa, tal vez una usuariafrecuente del servicio. La detuvo, le pidi que tradujera lo que la seora intentabacomunicar.

  • Juan Carlos Bataller88 Ancdotas de la poltica sanjuanina 89

    un arma en el avin

    D on Leopoldo Bravo viajaba a Buenos Aires con su espo-sa. Suben al avin y una vez sentados el caudillo le dicea Ivelise:Ivelise, abr el diario y escond disimuladamente miarma en tu cinturaLa doctora Falcioni de Bravo atin a preguntar mientras mira-ba una descomunal pistola 45:Est descargada, verdad Leopoldo?Bravo simplemente mir a su esposa y esta coloc el arma ensu cintura.Fue un viaje horrible recordaba Ivelise- con la enormepistola contra mi cuerpo.Cuando iban a aterrizar, Bravo dice:Sacate el arma de la cintura y dmela para que la paseyo por el control.Ivelise intent sacar el arma pero un poco por la posicin en elasiento y otro poco por los nervios, no pudo.Leopoldo, est atascada en la cintura. No la puedo sacarTen cuidado que est cargada-, contest el entoncessenador nacional mientras su esposa comenzaba a temblar.El arma no quera salir y yo pensaba: ahora se escapaun tiro. Opt por levantarme despacito e ir al bao, cami-nando con las piernas separadas. En el bao recuper elarma, la envolv en un diario y volv al asiento mientras unsudor fro me recorra el cuerpo. Leopolo, inmutable,segua en su asiento leyendo el diario-, cont Ivelise.

    (Contado por Ivelise Falcioni de Bravo)

    LeopoldoBravo y su

    esposaIvelise

    Falcioni

    tirateal piso!

    E l senador Leopoldo Bravo llegaba al Aeropuerto deBuenos Aires, acompaado por su esposa y el chofer delauto que lo llevaba hasta el departamento de la calleRodrguez Pea le comenta:-Hay un clima raro en el ambiente, doctor. He visto autoscon gente armadaDe pronto el coche para en un semforo y a la izquierda sedetiene un auto sospechoso.Bravo advierte la maniobra y dice:-Ivelise, tirate al piso!Ivelise, que estaba muy nerviosa por el clima que se viva enesos das en el pas, obedece a su esposo sin pensarlo dosveces y en un acto reflejo, abre la puerta y se lanza a la calle. Leopoldo aparece por la ventanilla y le grita:-Pero no, no qu hacs? Te dije al piso del autoIvelise explicaba:-Mientras Leopoldo me tironeaba para subirme de nuevoal auto all estaba yo, medio golpeada, medio atontada,mareada, con el corazn latindome fuera de control y sinentender nada

    (Contado por Ivelise Falcioni de Bravo)

  • Juan Carlos Bataller90 Ancdotas de la poltica sanjuanina 91

    para quesepa quinmanda

    E l presidente Ral Alfonsnhaba anunciado su visita aSan Juan y la gente de Prensa,Ceremonial y Seguridad, estabaya en la provincia para organizartodo.Gobernaba Leopoldo Bravo, quinera muy personal en estas cosas.Estaba reunido con algunos de suscolaboradores y la gente de BuenosAires. Ya se haban acordado variasinauguraciones y un acto. Al medioda vamos a hacer un granalmuerzo con el presidente, dijo donLeopoldo.Ustedes lo quieren matar al presidente, se escuch deciral Jefe de PrensaCmo dice...?, salt el gobernador.Que estn locos organizando tantas cosas. El presidentenecesita descansar.

    Mire jovencito . contest Bravo, visiblemente molestoac en San Juan gobierno yo. Pero yo soy el Jefe de Prensa de la Presidencia y no estoyde acuerdo con este programa...A ver , dijo el gobernador, ya irritado comunquenmeurgente con el presidente.Un minuto despus estaba Alfonsn al telfono.Hola, Ral, cmo ests?Tras las palabras de saludo, don Leopoldo fue al grano.Mir Ral, estamos preparando la agenda de tu visita.Pero ac hay un funcionario tuyo que dice que vos tensque descansar y no pods participar de un almuerzo...Desde el otro lado de la lnea, lgicamente, el presidente dijoque l no haba pedido descansar y que el programa lo hicierael gobernador.Cuelga Bravo el telfono y mirando fjamente al funcionarioporteo expres:Se ha dado cuenta quin gob