revista agrentinos.es #49

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ARGENTINOS EN ESPAÑA Año 8 · Nº 49 · julio / agosto 2012 HORACIO COPPOLA EL RETRATO DE BUENOS AIRES EDUARDO SGUIGLIA SU NOVELA AFRICANA

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Julio-Agosto 12

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ARGENTINOS EN ESPAÑA Año 8 · Nº 49 · julio / agosto 2012

HORACIO COPPOLA EL RETRATODE BUENOSAIRESEDUARDOSGUIGLIASU NOVELAAFRICANA

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// 3EDITORIAL

Se habla de cifras que no caben en la cabeza y mucho menos en las escuálidas cuentasde la mayoría de ciudadanos de a pie, que peleamos entre el desempleo, el trabajo pre-cario, el mileurismo o, con suerte, un sueldo más digno que, por serlo, está siemprependiente de un hilo, más allá del esfuerzo y del talento con el que nos lo ganemos.Millones y millones de euros para salvar a unos bancos que de talento y esfuerzo sabenpoco, pero tampoco lo necesitan porque, hagan como lo hagan, estarán siempre cubier-tos. Lo mismo vale para los políticos ineptos, sean del partido que sean. Leer las noti-cias cada mañana es un ejercicio similar a flagelarse. El resto de los terrestres hacemosmalabares para sobrevivir mientras presenciamos cada mes cómo sube la luz, el IBI, laguardería, la matrícula de la universidad, el IVA, los medicamentos y un largo etcétera deítems que los responsables de aumentarlos prometieron sobre la tumba de sus muertosque nunca subirían. Si hay vida en otro planeta, por favor que venga alguien y nos res-cate. Eso sí, con Argentinos.es en la maleta, que siempre trae noticias amables. n

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Calle Oña, 151, 2º 3 28050 MadridDDiirreecccccciióónn yy pprroodduucccciióónn::NORBERTO [email protected] jjeeffaa::BETIANA [email protected] ppeerrmmaanneenntteess::ALEJANDRA TALLARICOCARLOS OCHOA BLANCOCINTIA MORROWLYLIANA COLOTTOMIGUEL PEDANOSERGIO GONZÁLEZ BUENOPPuubblliicciiddaadd::NORBERTO NAVARRO630 95 46 65DDiisseeññoo GGrraaffiiccoo::APBIImmpprreessiióónnC. G. A.Depósito Legal: M-25327-2004

Portada: basílica Nues-tra Señora de Luján.

ARGENTINOS EN ESPAÑA

QUE ALGUIEN NOS RESCATE

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Desnudos como llegamos al mundo se dejó ver Gusta-vo Cordera en un recital que dio en el Festival de Lolla-palooza, en Chile, el pasado mes de marzo. Tal vezuna metáfora de cómo se siente en su vuelta a losescenarios, con 50 años y después de haber sido ellíder de una de las bandas de rock más exitosas ypopulares de Argentina durante más de 20 años. Hoy, mientras la Bersuit Vergarabat también ha vueltoa girar ya sin su ex cantante con su trabajo ‘La revuel-ta’, Gustavo Cordera se presenta con La CaravanaMágica, un grupo con el que ya ha editado dos discoshomónimos (volumen I –más ‘cumbiero’- y II –más roc-kero-), y que lo ha traído de gira por España y Europa.Con La Caravana, el músico asegura estar viviendouna refundación, un nuevo nacimiento artístico que lohace sentirse pletórico. “Estamos felices de hacer estedisco que también va a ser una novedad para la genteque lo escuche, que esperaba una vez más cancionesde amor o cumbias y nació esto que tiene una impron-ta visceral, que no fue pensando, sino que nació así.Para mí es un segundo nacimiento y estoy muy feliz”,aseguró en la rueda de prensa de presentación del últi-mo CD en Buenos Aires. Aunque al definir al nuevo Cordera que nace con LaCaravana no fue muy condescendiente consigomismo: “Un verdadero pelotudo, asumido. Reconozcoque no es necesario ser ni un genio, ni perfecto, niexcelente, ni un grande, ni nada de eso para sentir,para reconocer. Reconozco mi estupidez, mis pasio-nes. Soy un poco más consciente de mis pasiones y

estoy tratando de perdonarme por eso: por mis mie-dos, por mi ira, por mis envidias, por mis mentiras”.Para volver a nacer, primero hay que morirse, por esoel artista que empezó con la Bersuit en 1997 en laCasa de la Cultura de Avellaneda, admite que haberdejado su primera formación ha sido una especie desuicidio social: “Aunque entiendas la palabra suicidiocon la muerte, en mi caso suena a transformación.Cuando inicias una transformación, lo primero que sesiente en esa crisis es que hay cosas que estánmuriendo. Antes de nacer tienes que abrir las puertasde la muerte. Imagínate estar tocando en estadios y almes estar haciendo una gira por Uruguay en sitiospara cincuenta personas que ni nos conocían”. LaPaloma, Uruguay, es el sitio que eligió Gustavo paravivir este doble exilio, de país y de banda. “La vida es un gran ciclo y en él, hay otros intrinca-dos, internos. Y eso responde a cierta concienciaque permitió la muerte de un ciclo y el nacimiento deotro. Es como pasa a veces en las relaciones depareja, entre padres e hijos o en relaciones laborales,donde sentís que tenés que cerrar, cambiar o moveralgo. Hoy más que nunca soy conciente de eso,independientemente de los resultados y de lo quepase afuera. Porque si nos guiamos por los concep-tos de éxito y fracaso, nos perdemos de ver lo que,en realidad, pasa. A veces en el fracaso se gesta lasemilla del éxito. Y como en mi caso, el éxito puedeesconder un enorme fracaso personal donde el artis-ta se siente como muerto”, confiesa en una entrevis-

4 // MÚSICA

CORDERAresucitadoEl ex líder de la BersuitVergarabat hace su prime-ra gira europea con sunueva banda, La CaravanaMágica con la que, dice,ha vuelto a nacer

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ta con Clarín antes de emprender viaje hacia Europa. “Se me plantearon muchos desafíos y me hice muchaspreguntas. Desde hace tiempo estoy internamente derri-bando un mito que dice que la creatividad es el reino delos jóvenes, que la musa sólo llama a los adolescentesen primavera y que el rock se muere después de los 30años. Esas mitologías sociales me invitan a despertar mirebeldía. En estos últimos tres años siento que la ener-gía creativa va en ascenso y se va profundizando. Ytambién me pasa con la energía vital”, detalló el autorde temas como ‘La Caravana se siente’ o ‘Canción parami cabeza, incluidas en su último trabajo’.Tanta es la producción de esta nueva etapa y tan firmees el borrón y cuenta nueva, que en los conciertos deCordera y La Caravana Mágica no se escucha ni unsolo tema del ciclo anterior. “Una de las cosas horri-

bles que tiene el rock es que la gente, por la calle, tedice que no cambies nunca. Se vanaglorian señalandoa esa persona que desde hace veinte años siguen enla misma esquina. ¿Qué tiene eso de bueno? La genteaplaude eso porque el rock pide que seas así, por loque las bandas terminan siendo complacientes tocan-do cincuenta mil veces las mismas canciones”, senten-cia y continúa con su argumento: “Lo que hacen lamayoría de los solistas cuando se separan de unabanda es tocar la misma música de antes pero conotra gente. Entonces, ¿utilizan esta oportunidad sola-mente para mendigarle a su pasado lo que fue y usarloen su propio beneficio? No me parece ético. En micaso, hacer eso, sería una falta de respeto a nuestrahistoria y a los seguidores”. Otro Gustavo Corderoanda suelto. n

// 5MÚSICA

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6 // LAS CRÓNICAS DE CINTIA

Para una entusiasta del Imperio Romano como yo, queme pasé años de la facultad estudiando cónsules,emperadores, y tantas cosas más; llegar a Roma esmaravilloso. Se me apareció por la ventanilla del avión,tan nítida como una foto, y con un marido diciéndome“Mirá el Coliseo! Lo ves?”. Obviamente que no lo vi, nosabía ni dónde buscarlo. En un gran valle adornado por siete colinas, yacíaimperturbable, como desde hace 2765 años, la ciudadde Roma. Una postal.Llegamos al hostel. Bravo por mí, una vez más micomodidad de princesa latinoamericana cedió ante miespíritu ahorrativo. Mientras subía las escaleras deledificio paleolítico, no pude evitar arrojarle una miradade pánico a mi querido Alejo. “Mi madre te mata”- dijepor quincuagésima vez en la vida. Pero era divertido,un edificio añejo y destartalado en la añeja y destarta-lada ciudad. Las iglesias son todas parecidas pero, en la capital delcatolicismo, poco tenía para objetar cuando aparecie-ron en nuestro itinerario unas cuantas. Negocié sacarlas extra muros y me quedaron todas las demás. SanGiovanni in Laterano fue la primera. Majestuosa,inmensa, con techo dorado. Curiosamente, el patio deesta iglesia y muchas plazas más de Roma estándecorados con hermosos obeliscos egipcios. Caminando por las callecitas romanas, se apareció elColiseo detrás de un árbol. Me impresionó el tamaño,gigante. Nos sentamos en las escalinatas a mirar lainmensidad de esa construcción que parece habersido bombardeada. No sabía que el Coliseo estaba tanagujereado. Resulta ser que todo el edificio estabacubierto de mármol, que se incrustaba a la estructura(que es lo que se ve ahora) mediante algo así comoengarces. De ahí los agujeros.Esta edificación tan grande y tan famosa fue una espe-cie de sala de usos múltiples. Hubo gladiadores, carre-ras de caballos, lo inundaban para hacerlo una granpileta, las fieras se comían a los cristianos…en fin,usos múltiples. La joya de la ciudad sigue en pie gra-cias a sus medidas desproporcionadas. Sus paredes,sus arcos, aguantan todo. No en vano es el ícono pre-ferido de Italia, el Coliseo es impresionante, tanto porfuera como por dentro. Alrededor del Coliseo, además de parques, están losForos Romanos y el Arco de Trajano. El Arco es pre-cioso, como de color rosado, conserva los mármolesque el Coliseo perdió con el paso del tiempo. Y losForos son una gran extensión de parques donde hayruinas y algunos edificios mejor conservados de lo que

Érase una vez RomaCINTIA MORROW

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Depósito y sede central en FranciaS.A. LA FRANCO-ARGENTINE4, Place des Prélêts02120 Sains RichaumontTel: +33 323 673 446Direct: +33 364 178 001Fax: +33 323 041 829Cell: +34 610 274 083mail: [email protected]ón al público en ParísCafé “El Sur”35, Blvd. Saint Germaine

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8 // LAS CRÓNICAS DE CINTIA

fuera el área administrativa y política de la Roma anti-gua. Roma, como tantas otras capitales, y sobre todo enverano, tiene un atractivo especial: sentarse a verpasar el mundo. En estos lugares tan turísticos uno sedivierte de solo mirar a su alrededor. ¿Lo más gracio-so? Los gladiadores (bueno, hombres vestidos de gla-diadores) frente al Coliseo, intentando convencer muje-res para que se saquen la foto con ellos….Tan gracio-sos, pegando gritos en italiano y vestidos con esospetos que deberían ser de metal pero son plásticos.

Luego de las setecientas fotos de rigor (y faltarían qui-nientas más antes de irnos) pudimos abandonar lazona del Coliseo. Seguimos por la calle principal hastaencontrarnos de costado con el aparatoso monumentoa Vittorio Emanuele II (el unificador de Italia). El paseo nocturno a mirar la Fontana di Trevi era lomejor del día. ¡Que cosa más espectacular! Una obrade arte de proporciones excepcionales en medio de laciudad, tan grande y tan llena de detalles. ¡Y la canti-dad de gente! Cientos, miles. Todos en su mundo par-ticular, tratando de sacar la foto perfecta, de pensar

los deseos. Resultará increíble que lo digapero alguna gente no le embocaba a la fuen-te cuando tiraba la moneda. Eso, teniendoen cuenta las dimensiones de la fuente, es iren contra de la física directamente.La Plaza de España no es una plaza tradicio-nal, tiene unas anchas escalinatas que subenhasta lo alto de la ciudad, donde hay unaiglesia. Así que la gente se sienta en losescalones, desde donde se ve una hermosavista de las calles que salen de la plaza, lle-nas de restaurantes y de turismo. Cuando yase empezaba a ir la gente, nosotros tambiénemprendíamos el regreso, helado en mano.

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Cuando fuimos al Panteón, no fue lo que me esperaba,me impresionó. Una gigantesca estructura romana depiedra, perfectamente conservada, con su nombreescrito en grandes letras de hierro en el dintel. Y unacúpula altísima con un agujero en el centro, por dondepasa la luz solar, recorriendo todo el suelo del Panteóna través del día. Una vez refugio de los dioses roma-nos, hoy es una iglesia. Y si de elegancia hablamos, nada como la Plaza Navo-na. Como un gran óvalo, siguiendo el antiguo trazadode un circo romano; se abre lugar esta plaza, decora-da con una fuente en cada esquina y en el centro otraaún más grande hecha por el famoso escultor Bernini,y que representa 4 de los ríos más importantes delmundo: el Nilo, el Ganges, el Danubio y, el viejo y pelu-do, Río de la Plata. El arte fluye por este lugar como elagua de las fuentes. Decenas de pintores y músicos sereúnen en torno a Plaza Navona para exponer suslogros. El río Tíber o “Tévere”, en italiano, cruza la ciudadcomo una cinta verduzca. Más allá del río, el CastelSant Ángelo, la ciudad del Vaticano y el tras-tévere, unbarrio bohemio conocido. Sentados al margen delTíber, miramos el agua, la silueta de la ciudad y la calleque lleva hasta la mismísima Plaza San Pedro, en elcorazón del Vaticano.Otra verdadera sorpresa fueron las Termas de Caraca-lla. Un imponente conjunto de edificios muy bien con-

servados que fueron lugar de esparcimiento y recrea-ción de las clases altas romanas. Estaban cubiertas demármol por completo y decoradas con las más exqui-sitas esculturas de dioses y mujeres. El suelo, depequeños cerámicos blancos y negros, dibujaba for-mas geométricas diferentes en cada pileta. Las pare-des, de unos 7 metros de altura y las depresiones delsuelo que formaban las piletas, están intactas. Es unamaravilla ver e imaginar lo que sería eso en sus tiem-pos de esplendor.Último quedó el señor Moisés, una escultura de miradairacunda y con unos curiosos cuernitos, resultado deuna mala traducción de las escrituras; se alza temible ymusculoso. Poco tiene que ver con la imagen que mequedó de catequesis, de un anciano de cabellos blan-cos y con una rama por bastón. Éste Moisés, tieneonda.La maravilla de Roma es que vive de día y de noche, almenos en primavera y verano. Desde las mesas en lacalle, con su eterno mantel a cuadros blanco y rojo ysu pizarra con el menú escrito en tiza; pasando por lasincreíbles ruinas romanas e iglesias iluminadas; hastalos músicos y artistas callejeros y los desfiles intermi-nables de pinturas coloridas, mostrando, invariable-mente, paisajes idílicos de la ciudad o alguna bella ita-liana semi desnuda. Las fuentes sonoras y coloridas,las colas para comprar “gelato” (helado); todo enRoma invita a la foto y a la sonrisa. A querer volver.n

10 // LAS CRÓNICAS DE CINTIA

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EL CONSULTORIO12 //

Emigrar es difícil, es un complicado proceso de adap-tación, de acomodación y asimilación. Durante elmismo nos vemos abocados a renuncias múltiples(también a nuevas adquisiciones): nuestra antigua cul-tura, nuestras familias, amigos, objetos, etc.Pero si esto ya implica un reto para nuestra mentemucho más lo es el afrontamiento de la pérdida deseres queridos que quedaron en nuestros países deorigen.En general, si no surge ningún imprevisto, las noticiasdel paso del tiempo, con sus nuevas adquisiciones yenfermedades, llega en torno a nuestros padres. Unaintervención quirúrgica, una enfermedad agravada,

suelen ser las primeras noticiasde que el tiempo, allá, tampo-co se ha detenido.El duelo es otro de los grandesretos que tenemos que afrontarlos humanos. Constantes due-los. El emigrar, como señalába-mos, implica pérdidas, implicaun trabajo de duelo.La muerte de los seres queri-dos. Dentro del proceso deemigración, es un proceso deduelo dentro de otro procesode duelo. Y no es fácil.La situación variará mucho, sinduda, si hemos dejado a nues-tros hermanos o familiares cui-dando de ellos, o si, por elcontrario, están solos; si lasrelaciones fraternas son bue-nas o se han enfriado con eltiempo; si la relación con nues-tros mismos padres era buenao no.Dependerá de cómo sea nues-tra manera particular de abor-dar estas pérdidas, si hemospodido ir a verlos o hemos pre-ferido quedarnos.Un persona me decía, tras per-der hace años a su padre, quela manera que había encontra-do para despedirse era escri-biéndole una carta a su difuntopadre; cómo se sentía, lascosas que extrañaba de él y lasque no le gustaba, lo que lehubiera gustado hacer si estu-

viera vivo era lo que la carta contenía.Como dice Robert Neimeyer en estas “cartas sinenviar”, como les llama, no tiene por fin “cerrar lasheridas” sino, por el contrario, abrir un diálogo entorno a la pérdida y su elaboración.Otra persona, en cambio, me contaba (con algo detristeza) que prefería ignorar las llamadas de sus her-manos ante la convalecencia de su madre. Pelear lasupervivencia en el exilio ya era mucha carga comopara elaborar, por el momento, una pérdida difícil. n

Robert Neimeyer, Aprender de la pérdida. Editorial Paidós.Psicología y Mediación, consulta de psicólogos en Madrid. 912 569 869www.psicologiaymediacion.com

Duelos en la distanciaMIGUEL M. PEDANO

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14 // HOMENAJE

El pasado 20 de junio murió en su departamento de lacalle Esmeralda, a los 105 años, el fotógrafo argentinoy cosmopolita, Horacio Coppola, y los diarios de aquí yallá lo despidieron así: “el fotógrafo que captó ese quésé yo de Buenos Aires” (El País), “el guardián del tiem-po” (Página 12), “mítico y símbolo de la Bauhaus”(ABC), “el hombre que fotografió casi todo el siglo XX”(La Nación).Descendiente de una familia de inmigrantes genove-ses, Horacio Coppola nació en Buenos Aires en 1906y, desde su temprana iniciación a la fotografía de lamano de su admirado hermano mayor y de su insepa-rable Leica, trató de reflejar esa ciudad y el proceso detransformación urbana que la estaba modernizando.“Fue el gran retratista del Buenos Aires de los añostreinta, cuando era impensable concebir aquellas

calles como objeto de arte”, destaca Francisco Peregilen El País. “Coppola, espía de calles, gente, zaguanes y sombrasde Buenos Aires –ese flâneur metropolitano (como a élle gustaba llamarse)–, construyó en sus largos años devida una obra que, curiosamente, es capaz de rejuve-necer constantemente”, lo describe su colega MarcosZimmermann en Página 12. A pesar de su pasión por la capital porteña, dondefundó el primer cine club, o quizás por eso mismo,Coppola dejó en 1929 su casa natal de Corrientes3060 para estudiar fotografía con Walter Peterhansnada menos que en la Bauhaus, en Berlín, y cine en elTempelhof con el director ruso Dudov y Karl Frölich. Enla capital alemana, filmó sus primeras películas en 16mm. con Walter Auerbach y se asoció a Grete Stern,

quien luego sería su primera esposa y madre de susdos hijos, y Ellen Auerbach en el estudio Ringl und Pit.En 1934, se trasladó a Londres. De esa época son susfotografías de la sección de Mesopotamia del BritishMuseum y del Louvre que publicó en Cahiers d'Art,que entonces dirigía Christian Zervos, y sus retratos deartistas como Joan Miró y Marc Chagall.También realizó en París y en Londres los films en 16

mm. ‘Les Quais de la Seine’ y ‘A Sunday in Hampste-ad Heath’. En 1935, regresó a Buenos Aires con GreteStern, y abrieron un estudio en el que aplicaron suinvestigación fotográfica a la publicidad y arquitectura.“Modernizó el diseño y la publicidad en la Argentina delos años cuarenta”, recuerda el fotógrafo argentinoRicardo Sanguinetti.Desde los años cuarenta, la obra de Coppola se cen-tró en los reportajes etnográficos sobre culturas indí-genas y la arquitectura y el estudio del paisaje aunquesiguió explorando su faceta vanguardista y experimen-tal en sus Divertissements.Fue amigo de muchos de los artistas destacados de sutiempo, como Macedonio Fernández, Leopoldo Mare-chal, Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges, para quienilustró con sus fotografías el ‘Evaristo Carriego’. Tam-bién trabajó para la mítica revista Sur. Un año despuésde regresara a su ciudad natal, publicó su primer librosobre Buenos Aires y filmó otra película sobre la cons-trucción del Obelisco, aunque una de sus obras másrecordadas, ‘Viejo Buenos Aires, adiós’, llegó en 1980,época en la que ya estaba casado en segundas nup-cias con Raquel Palomeque. Recibió numerosos reco-nocimientos en Argentina, como el Konex de platino, elGran Premio del Fondo Nacional de las Artes o el deCiudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, y enEspaña, donde el Instituto Valenciano de Arte Modernorealizó en 1997 una gran muestra con sus imágenes ypublicó ‘El Buenos Aires de Horacio Coppola’."He vivido en un estado de permanente contempla-ción; esa es una de las razones de mi existencia ysobre todo, de mi felicidad", confesó el fotógrafo alcumplir 100 años, festejo para el que se organizó unagran muestra en el Malba porteño. Su mayor felicidadera “ver” y tal vez por eso no se guardó este consejopara quienes persiguen su misma dicha: “A veces, lascosas están ahí, otras hay que esperarlas. Solo hayque saber mirar. n

Adiós a los ojos de Buenos Aires En la ciudad que lo vio nacer y que retrató como pocos, murió a los105 años, el fotógrafo Horacio Coppola

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// 15HOMENAJE

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16 // LITERATURA

¿Viste alguna vez uno?” pregunta Eduardo Sguiglia asu entrevistadora, intrigada por el atractivo de un dia-mante. Quizás haya que acercarse a la vidriera dealguna lujosa joyería para entenderlo, o leerse de prin-cipio a fin ‘Ojos negros’ (Editorial Siruela), la últimanovela del escritor rosarino de 60 años, que se meteen ese mundo tan desconocido, complejo y paramuchos fascinante, del tráfico de piedras preciosas enel continente africano. Lo hace, además, de la mano de un inmigrante argen-tino, una víctima más del corralito de 2001, que con-vierte al continente del que muchos de sus ciudadanosse quieren ir, en su única opción de salvarse, no soloen lo económico, sino también en lo personal. Y lohace también, desde el conocimiento de primera manoque le ha dado el vivir tres años en Angola, comoembajador de la República Argentina. Me impactó sobremanera la experiencia de vivir allí,cosas que presencié, escuché, leí”, cuenta Eduardodesde Granada, una de las ciudades andaluzas -tam-bién se ha dejado caer por Cádiz- que ha elegido reco-rrer durante su última visita a su hijo mayor, que resideen Málaga. “Eran sitios que no pisaba hace muchos

años y fue como volver a descubrir”, desliza en el iniciode la charla sobre su libro publicado en mayo en Espa-ña, cuando todavía colean los ecos de la expropiacióndel gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de lapetrolera YPF a la española Repsol, un tema que elescritor no pasa por alto. “No va a alterar las relacio-nes entre Argentina y España, los lazos culturales, his-tóricos, artísticos son tan profundos, que por más queel gobierno argentino tenga razón, que la tiene, enexpropiar YPF, eso puede afectar al sector financiero ode las inversiones, pero el afecto y el cariño entreambos pueblos no se puede dañar”, opina. Enseguida vuelve al motivo de la conversación telefóni-ca, esa obra de 160 páginas que se lee de un tirón,con voracidad, impulsados por la intriga de una histo-ria que tiene drama, aventura, corrupción, contraban-do y amor, siempre con la lucha por el control del mer-cado negro de diamantes como hilo conductor. A comienzos de 2002, un argentino desempleado y alborde de la ruina económica, acepta viajar a Áfricapara cumplir una misión peligrosa y casi imposible.Una apuesta a ciegas, a todo o nada, donde el todo esla riqueza y el final de las privaciones y la nada, la

Aventuraen África‘Ojos negros’ es la últimanovela de Eduardo Sgui-glia, escritor rosarino quese ha valido de su residen-cia en Angola para crearuna historia llena de emo-ción, suspenso y peligroBETIANA BAGLIETTO

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// 17LITERATURA

muerte. El Congo y Angola son los espacios dondeesa apuesta habrá de dirimirse y los diamantes, larecompensa. Miguel ingresa sin querer en una red detraficantes de piedras preciosas, y tras ese mundo deriquezas desmesuradas y traiciones que se pagan consangre, están los epígonos de una guerra civil, la vio-lencia, los mineros explotados. Y también, como unfrágil sueño que se niega a ser parte de la pesadillaque lo envuelve, está el amor de una mujer inesperadaque lo incita a olvidar su apuesta y que le promete unafelicidad que jamás imaginó.Desgraciadamente, el de Miguel, el protagonista de lanovela, es un mundo que transitan miles de personas.La desesperanza te lleva a cualquier parte para saliradelante. La decisión que toma el personaje es la demuchos que intentan que un golpe de suertete cambie la vida”, reflexiona Sguiglia, quiendurante su estancia en Angola se cruzó conmuchos compatriotas y quien además vivióen carne propia la experiencia de un exilioforzado a México en 1977. “Para mi sorpre-sa y la de todos, la crisis depositó argenti-nos también en África. Me he encontrado detodo, por ejemplo, uno que fue con la ideade ponerse una agencia de modelos y termi-nó de director técnico de un equipo de fút-bol”, cuenta.El autor de ‘Forlandia’ (2002), su primera ypremiada “novelita”, tiró de esa sorpresa para convertira uno de esos argentinos trotamundos y buscavidasen el personaje central de su aventura imaginada alre-dedor de los diamantes. “La producción de diamanteses tremendamente importante en Botswana, SierraLeona, Costa de Marfil, Rusia incluso”, enumeraEduardo. “En algunas partes de África, es más visible,algo tan fascinante, con esa luz tan singular, tan rela-cionado con el poder y la riqueza y, a su vez, la contra-cara de las personas que intentan salvarse gracias aellos, ganarse la vida o que se las cambie. Esa es lagran paradoja”, dice, y ese inexplicable atractivo vuel-ve a escena. “Tienen un magnetismo que arrastrandesde el fondo de la historia, ya desde los romanos y

la época medieval. Son de una belleza conmovedora,reflejan la luz de una manera especial”, intenta desci-frar. No corre la misma fortuna el continente negro, olvida-do, marginado y fuera del foco de las potencias mun-diales, incluso de sus tutoras imperialistas de antaño.“Tras la expoliación de los imperios, pienso en Inglate-rra, Francia, Alemania, Portugal, una vez se produjeronlos procesos independentistas, se las dejó a su suerte.Cuando se habla de África hoy, solo se hace paraabordar el problema de la inmigración. Salvo China,que ahora le está prestando atención pero con losmismos fines de vaciamiento que las anteriores poten-cias”, analiza el también profesor universitario, articu-lista y ensayista argentino. “Qué tristeza, que paradoja

de la historia. Justo pensaba el otro día eso,cuando leí en algún lado que los portugue-ses, siempre tan altivos y renuentes con sustierras colonizadas ahora emigran hacia allí.Hoy en África hay entre 40 y 50 mil portu-gueses que escaparon de la crisis”, suelta.Lo mismo ocurre en el arte que, salvo conta-das excepciones, poco se ocupa de situarsus historias en ese punto del mapa. Sgui-glia coincide con el pronóstico: “En la litera-tura también es un mundo desatendido,salvo algunos clásicos, no es muy abordadopor la literatura conocida”.

Pero aquí está ‘Ojos Negros’, escrita por este autorque se considera “azaroso y afortunado” y que creeque con la literatura “no hay que ser impaciente y dejarmacerar las historias” para saldar algo esa cuenta pen-diente con un continente que en el artista de Rosarioha dejado huella. “Vivir en África ha sido muy intere-sante. Siempre había querido conocer. Y gracias a mistres años allí pude descubrir culturas, meterme en laimaginación de cómo es ese mundo tan poco atendidopor todos nosotros pero con muchísimas cosas queaportar a la humanidad”, destaca. Y para muestra,pone un ejemplo: “Todas las comunidades, por máspobres que sean, se organizan para cuidar de los vie-jos y de los niños. n

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Observa tus pensamientos porque se convertirán en tus palabras

Observa tus palabras porque se convertirán en tus acciones

Observa tus acciones porque se convertirán en tus hábitos

Observa tus hábitos porque se convertirán en tu carácter

Observa tu carácter porque se convertirá en tu destino.

MAHATMA GHANDI

El protagonista J.Pierre Darroussin es uno de los gran-des del cine francés, y la actriz que lo acompaña no sequeda atrás; ambos dan fuerza y credibilidad a estapelícula social cargada de naturalidad y sensibilidad deprincipio a fin. A pesar de tocar un tema tan tristemen-te actual, como el de encontrarse en paro luego detoda una vida de trabajo, la historia rezuma luz y espe-

ranza, pero sobre todocoherencia entre el decir yel hacer, entre el pensar yel actuar. Ambientada enMarsella, el mar es elconstante telón de fondoque se abre a los prota-gonistas como promesade vida y de ese trabajoque en esos momentostanto escasea.Las ideas de justicia ysolidaridad que hanacompañado a la pareja,siguen fuertes a pesar deeste revés que les hadeparado la vida, perotodo parece romperse degolpe cuando un hechoinesperado y violentoirrumpe en sus vidas. Lospersonajes se ven enfren-tados a sus propias idease ideales.¿Qué hacercuando todo lo que ha

defendido y pregonado como sindicalista, la defensadel más débil, se le vuelve como bumerán? ¿Cómo noser infiel a su ética, a sus valores? Y es aquí cuandoaparece la otra lectura de esta historia, la de la capaci-dad del ser humano para ir más allá de su propio des-tino, para burlarse de él y tomar las riendas de la pro-pia vida; no a la fatalidad y sí a la voluntad para cam-biar las cosas.Por momentos creí que el protagonista, cuyo mundointerior es un volcán debatiéndose entre el bien y eldolor, daría el paso equivocado, pero la ley le facilitalas cosas, y le ayuda a apaciguar su conciencia, perono a acallarla. El final es inesperado, pero de una coherencia inusita-da. La pareja sale airosa y feliz; ambos sienten que nohan traicionado sus valores más profundos. No así sushijos, pero es evidente que para la pareja sus valoresvitales están por encima del acuerdo familiar y de lasnieves del Kilimanjaro. n

18 // CRÍTICA: CINE

Valores por encima de “Las nieves del Kilimanjaro” La película de Robert Guédiguian es un filme social cargado denaturalidad y sensibilidadLYLIANA COLOTTO

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El fútbol argentino sigue con respirador artificial. Y nadieasume la enfermedad. Al “millonario” paciente River,internado en la sala de terapia intensiva de la B Nacio-nal, le dieron el alta… ¡a Primera! Aunque Passarella ysus cómplices adláteres sean de Segunda. Aguilar sim-bolizó el personalismo y la corrupción; Pasarella, el des-potismo y la incomunicación. ¿Cuentas claras? Utopía ala enésima potencia. Los números reales, celosamenteguardados en escribanías amigas, ocultan dudososbalances y oscuros negociados. La dirigencia se ríe delsocio. Al tiempo que Gonzalo Saucedo es asesinado enla platea Sívori del Monumental. Y la apañada barrabrava (¡delincuentes!) mancha con sangre de indómitacodicia la gloriosa historia de River. El desgobiernoenluta a un club otrora modelo, arrasado por canallascon pretensiones de honestidad. Ni la renovación deMatías Almeyda trajo paz; el DT se cargó a Cavenaghi yel “Chori” Domínguez, altruistas “salvadores” por amora la camiseta. Agraviado, el hincha organizó un bande-razo en repudio. River es una bomba de tiempo. ¿Elascenso bastará para desactivarla?En el último suspiro, San Lorenzo mantuvo la categoría.

Las imágenes del sufrimiento cuervo emocionaron. Einvitaron a reflexiones varias. ¿Cuáles fueron las causasde tanta angustia? La indecorosa gestión de Savino,cuyo escandaloso pasivo sumió al club en convocatoriade acreedores. Acto seguido, la pésima administracióndel sucesor Abdo, ávido por abandonar la “nave” santaa horas de asumir la presidencia. Huérfano de políticadeportiva, sin proyecto a mediano plazo y endeudadocon el mundo… San Lorenzo penó en Primera. Paramás inri, los incidentes con barras en la sede social, laspeleas entre los futbolistas y el despido de Madelónenrarecieron -¡aún más!- el irrespirable aire del NuevoGasómetro. ¡Y llegó Caruso Lombardi! El excéntrico DTcumplió el “caro” objetivo encomendado en su desproli-ja contratación. ¡San Lorenzo sigue en la A! Escépticos,los hinchas se preguntan… ¿por cuánto tiempo? Eldueño de la respuesta tiene nombre y apellido: MarceloTinelli.Boca y Riquelme sueñan con la Libertadores. Un torneoa la medida de la entidad de la Ribera. Sellado el Clau-sura con el bautismo de ¡Arsenal campeón! (Grondonalagrimeó al aire por el logro…), el once de Falcioni tiene

20 // DEPORTES

River, San Lorenzo, Boca…¡España!SERGIO A. GONZÁLEZ BUENO / www.laculturadelapelota.com

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// 21DEPORTES

el reto mayúsculo de doblegar al duro Corinthians en elmítico Pacaembú. Para ello, Boca deberá encomendar-se a “su” mística copera. Y buscar en la memoria emoti-va xeneize el gen ganador “made in” Brasil. Ese quetantas veces lo acompañó en tiempos de Bianchi.¿Misión imposible? De ninguna manera. La serie estáabierta (1-1 en la Bombonera) y Boca es un contrastadoespecialista en seducir a la dama Libertadores. Tiemposde cambio se avecinan en el club. Muchos sostienenque el ciclo Falcioni está cumplido. El divorcio conRiquelme es un secreto a voces. O no tanto. Aunque losresultados disimulen separaciones y oculten discordias.¿Cómo será el futuro de Boca? ¿Falcioni o Riquelme?¡Angelici tiene la última palabra!La Euro 2012 tuvo un final de cine. El “festival” del fútbolse trasladó a Kiev. Y los hinchas no se sintieron defrau-

dados. Por unanimidad, la película ganadora fue ¡Espa-ña campeón! Ucrania agasajó a La Roja, fiel custodia dela cultura del toque y el poético trato a la pelota. Apaga-da la llama de La Furia, el aristocrático seleccionado deDel Bosque no deja de asombrar. Casillas garantiza elcero; Piqué y Ramos son dos murallas; Alba, grata reve-lación; Xavi, eximio director de orquesta; Iniesta, magode indescifrables trucos. ¡Ver jugar a España gratifica!Tanto como ser testigo de la “roja” supremacía en el pla-neta fútbol. ¿Qué dirán los apologistas del resultado?Esos que justifican groserías y mezquindades si el triunfoacompaña. Agazapados, esperarán un traspié españolpara reivindicar su ruin discurso. De repente, la voz deCharly García me atrapa. ¿Recuerdan la canción El tuer-to y los ciegos? ¿Entonamos juntos? “La mediocridadpara algunos es normal”… ¡Viva el fútbol de España! n

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22 // CINE

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Jorge Drexler, el músico uruguayo afincado en Madrid, da elsalto a la gran pantalla por primera vez en el nuevo filme delargentino Daniel Burman, ‘La suerte en tus manos’, unaproducción argentino-española que se ha estrenado en laspantallas españolas el 22 de junio. Valeria Bertuccelli yNorma Aleandro completan el reparto de esta película.Se trata de una comedia romántica en la que el músicointerpreta a Uriel, un padre de dos hijos divorciado queposee una fantasía en su mente: la de no volver a sufrir. Sinembargo, justo después de tomar la decisión de sometersea una vasectomía, se reencuentra con una antigua novia,Gloria (Bertuccelli), quien se recupera de una reciente rup-tura sentimental.El dinero, el juego, el amor y la música conviven en una his-

toria en la que todos sus protagonistas buscan un lugar enla vida para ser felices. En su vida real, Drexler, cantautorreconocido y ganador de un Oscar por la canción ‘Al otrolado del río” de la película ‘Diarios de motocicleta’ tiene unlugar ganado en el mundo de la música, tanto en Latinoa-mérica como en España, por eso la primera pregunta quesurge al verlo como cabeza de cartel de una película es el¿por qué? “Un guion muy bueno” y, sobre todo, la “épocade curiosidad y de búsqueda de nuevos proyectos” en laque vive el último año son las respuestas.Drexler debuta delante de la cámara con una obra en la queno ha participado más allá de su condición de actor, apesar de la importancia que la música tiene en su vida y ensu carrera. “El trabajo de músico es narcisista, así que dejar

BURMANhace actuara DREXLEREl cantautor uruguayo hace tera-pia en la gran pantalla con ‘Lasuerte en tus manos’CINTIA MORROW

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// 23CINE

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de ser uno mismo durante dos o tres meses es muy agra-decido”, ha explicado el artista. “Esta es una experienciamuy terapéutica, te enriquece mucho”, asegura.Una de las curiosidades que ha confesado el cantante es elhecho de que haya tenido que cortarse las uñas de la manoderecha, algo que, como guitarrista, es algo que no hacíadesde que era un adolescente. “Parece una tontería, peropara mí significaba renunciar a estar cómodo durante untiempo”, ha señalado.

EL DIRECTORUno de los temas más importantes que Burman (BuenosAires, 1973) ha recreado en el papel que interpreta Drexleres el deseo que tienen “muchos hombres adultos” de “cir-cuncidar su corazón”. “Construimos escenarios y luego nos

rajamos, algo que no hacen las mujeres y que tiene que vercon el temor al fracaso, a que el narcisismo sea herido”, haseñalado el director de ‘La suerte en tus manos’.El póker simboliza en este filme un “simulacro de la vidaque está acotado”, explica el creador de películas como ‘Elabrazo partido’ y ‘Derecho de familia’. “Hay un ámbito delazar que uno quiere dominar, pero no sabes qué cartas tetocarán, porque hay muy poco que podamos manejar en lavida”, señala.Respecto a la decisión de Uriel de someterse a una vasec-tomía, Burman ha explicado que está relacionado con la“fantasía” que tiene el protagonista de no volver a sufrir.“Esta película habla de la interpretación de roles. Uno nosabe lo que hace, pero socialmente ocupa una buena posi-ción”, señala. n

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24 // DE CUENTO

¡Dotora no hable connadie, tenga cuidado por-que acá están todos locos!– me dice Símori en vozbaja.Acabo de empezar mi resi-dencia, estoy un poco per-dida, no se parece en nadaa las prácticas de estudian-te. Siento que esta genteestá en mis manos y noestoy segura de poder ayu-darla. Es mi primer pacien-te, me avisa que estántodos locos y hace bien enalertarme; muchos medicen que me los tomo muyen serio.Yo no hablo casi con ningu-no dotora.¿Y con quién habla?Con el dotor Fieier y ahoracon usté.El lugar es deprimente.Argentina es así. Los haypeores. Hubo uno llamadoOpen Door ¿o era Montesde Oca? Creo que eraCabred. ¿Seguirá funcio-nando? Ahí desaparecióuna doctora que se llamabaGiubileo. Tenía mi edad. Este hospital es un depósi-to de locos. Son escasoslos internos que recibenvisitas, y los que están encondiciones de salir no tie-nen dónde ir.Las autoridades del deOpen Door denunciaban unpromedio de tres huidospor día que no volvían aaparecer; algunos inclusoeran parapléjicos. Yo siem-pre fui mala en lógica, peroeso no me cerraba por nin-gún lado. Después se supoque traficaban con órga-nos.¿Le gustaría irse del hospi-tal Símori?Silencio.Mirada perdida.¿Me puedo ir ya dotora?¿A dónde?Al baño.En su historia clínica constaque ingresó hace diez añoscon un brote psicótico.Diagnóstico: esquizofrenia.Lo trajo un familiar que ya

murió y no encuentro porningún lado el nombre dealguien de su familia quepueda ser contactado.Desde hace al menos cincoaños que está estable y lotrasladaron a este pabellónde crónicos hace sólo uno.Él no se queja. Se siguequedando donde lo pon-gan.Le pregunté si quería irse yahora tengo miedo de quese vuelva a brotar.Dotora, ayer soñé que teníanovia.Ajá.Era alta como usté, tenía elpelo negro, así, como ustéy usaba un pullover azulcomo usté. Primer problema. La ropaajustada o las faldas no for-

man parte de mi vestuariode trabajo, pero a partir deahora, como norma, mepondré un guardapolvo.Símori está enfermo; novendrá a consulta – meavisa el jefe de servicio.¿Puedo verlo en su cama,Doctor Fieier?Mejor no. Tiene una gripeferoz y altísima fiebre. Tepodrías contagiar.Hace un frío que pela loshuesos, los vidrios estánrotos, las puertas no cie-rran, los pabellones concamas en hileras son altos,largos y sin calefacción yaun así, ellos no se enfer-man a menudo.A la hora de la comida sale

de la cocina un fuerte olor aausencia de proteínas, ypor la única escasez que sepreocupa el médico jefe deservicio es por la de halo-peridol.¡Tenga cuidado dotora!, nose junte con nadie porquetodos tienen piojos – seintranquiliza por mí Símori.Es cierto.Y no sólo.¿El doctor Fieier tambiéntiene piojos?No. Él no se junta conestos y yo tampoco. Yo notengo piojos. Si le salta unodotora, se le queda en elpelo y después se le meteen la oreja.Ajá.Si le entra un piojo en laoreja, uno se vuelve loco.

¡Qué fácil sería que la locu-ra fuese un bicho que saltade una cabeza a la otra! Aveces pienso que lo es,pero que no se lo puedematar. No hay más que vera algunas familias, parejaso dueños con sus perros.Se contagian unos a otros.Lo que hacemos por elloses prácticamente nada;pastillas y escuchar susdelirios una vez a la sema-na. No prospera ningúnproyecto de implementartalleres o nuevas técnicasde tratamiento. A todo loque proponemos los psicó-logos, el jefe y/o el hospitalnos pone un pero. Lamayoría de mis colegas

bajó los brazos. Estoy contenta con haberrecomendado que Símoritrabaje. No debería estarcontenta, ni triste, pero nopuedo evitar mezclar misemociones en la terapia.Me pregunto si sirvo paraesto.La dueña del quiosco metrata bien y a veces medeja comer algún chocolate– sonrió con real satisfac-ción Símori.En las pocas horas que tra-baja se lo ve muy integra-do, entiende el orden y losrangos. Me escondo paraverlo actuar.Le pedí a un muchacho quefuera a comprar cigarrillos;le di el dinero; lo paré mien-tras pasaba por la veredade enfrente del quiosco.Habrá pensado que estoymás loca que mi paciente,pero accedió y me dijo quelo atendió bien, que contóel dinero y le dio el cambioexacto.Fieier ni se molesta en con-trolar la hora de entrada ode salida, ni en saber sirealmente va al quiosco.Son doscientos metros,pero igual puede pasarlecualquier cosa en la calle.Cuando después de un parde días se dan cuenta deque falta alguno, hacen ladenuncia y sanseacabó.Hoy tengo un poco de fríoporque no me queda yerbani para un mate cocido.Tampoco me queda azúcar,pero amargo igual lo toma-ría. Yo no soy pedigüeñocomo todos los locos queviven acá.Si sucumbo a la tentaciónde comprarles yerba, azú-car, galletitas, camisetas defrisa o calzoncillos, Fieierme dice que no es aconse-jable mezclar las cosas. Dejo el coche en la entraday a medida que voy atrave-sando el gran patio los veodeambular como zombis,casi en cueros, en plenoinvierno, pidiendo cigarrillosa los visitantes, que si noestán acostumbrados seasustan de morirse. Losinternos lo saben y se apro-vechan. Es la única formaque tienen de fumar.

Tierra de nadieALEJANDRA TALLARICO [email protected]

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// 25DE CUENTO

¿Tiene familia Símori?Tenía.Al menos es un depósitogratuito y estatal, así quenadie lo va a echar a lacalle. No viajo mucho, perosé que en los países desa-rrollados de Europa loshospitales estatales sonademás de gratuitos, lim-pios, controlados y bienequipados.Ayer no fui al quiosco.Hacía mucho frío – se quejóen serio por primera vez.Ellos raramente se quejandel cuerpo a pesar del des-cuido de su persona. Estánexpuestos a los cambiosclimáticos sin control denadie. Viéndolos, piensoque es una suerte que lostrastornos químicos lesafecten el sistema regula-dor del sueño, la vigilia, delfrío, el calor, el hambre o lased.¡No me importa! ¡Mañana levoy a traer un abrigo forra-do de piel de cordero quemi hermano ya no usa!¿Les parece que hagamosalgo para reunir fondos? Notienen sábanas, ni mantas,ni medias – me animé en lareunión de equipo.

¿Le preguntaste a Fieier? No, pero podría hablar conunos amigos actores, orga-nizar una obra de teatro abeneficio del pabellón – dijepara entusiasmar a miscolegas.A nadie le importa estagente. A lo mejor me pasa-rá a mí también con losaños. Lo mío no es profe-sional. Tengo que replante-arme si soy apta para serpsicóloga.¡No puede ser que no mecobren! Ustedes son acto-res y viven de lo que recau-da la boletería.Como directora de la com-pañía te digo que hablé conel elenco y con la dueña dela sala, y todos están deacuerdo ¡quisieran colabo-rar aún más!El jefe no se opuso. Al finalparece que lo juzgué mal.Hasta él se está ocupandode vender entradas para lafunción; dice que llevamosvendidas ciento veinte yque varios de mis colegaslo han llamado para pedirlemás. Hasta doscientaspodemos. Quizá agregue-mos veinte banquetas enfila india al costado.

Me da risa ver a Símori cor-tando las entradas en lapuerta. Yo hago de acomo-dadora.No debería estar trabajandoen equipo con un paciente.¡Me estaré equivocando!Dotora, ya no entra másnadie.Sí Símori, todavía hay comotreinta asientos.Está mi novio, parte de mifamilia y de la de mis cole-gas del equipo. La de losinternos, en cambio, no.Fieier no quería que venganlos pacientes pero lo con-vencimos. A los más esta-bilizados los trajimos lospsicólogos repartidos ennuestros coches. Yo trajecuatro. El asiento de atráses bastante grande.¡Gracias, gracias a todos!Hemos recaudado bastan-te, ¡no sé cómo agradecer-les!Con terapia de grupo¡acaso no dicen que losactores estamos todoslocos!¡Locos lindos!Hace casi diez días que novenía al hospital. Tantopensar en el frío y me atacóuna peste tal, que el médi-

co me conminó a reposo einyecciones.¡Bienvenida!, ¿ya estásbien? – me recibió Fieiercontento.Doctor, si todavía no com-pró las cosas para los inter-nos, yo puedo encargarme.Voy a comprar al por mayory nos costará la mitad. Sime da el dinero, puedo iresta misma tarde.Ya está hecho ¿no te con-taron tus colegas?No. Hace diez días queapenas cruzo palabra conellos ¿Qué cosas les com-pró?Compré una computadoraMac de última generación yun plotter.¡Para qué! – casi grité.Para tener una herramientamoderna y almacenar lainformación de la articula-ción de nuestros talleresde experimentación, y delfuncionamiento general delservicio. Sólo que nopodemos dejar ese equipoacá, es peligroso. Yomismo lo conservo en casaporque, ya se sabe – negóvarias veces con la cabeza- este hospital es tierra denadie. n

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26 // COMUNICACIÓN

Betty Elizalde es sin dudasuna de las voces femeni-nas más reconocidas de laradio argentina, con 52años de trayectoria, conlabores distinguidas encasi todas las emisoras yconsagrada como unagran entrevistadora.-A estas alturas se puedehablar de balance. -Sé que trabajé durantecincuenta años de maneraconsecutiva. Y ahora hacíacuatro años que conducíaSiempre Betty en Radio dela Ciudad (AM 1110). Lagente me dice que loextraña. Y puede ser por-que lo hice con el fervor yel amor con que encarécada espacio en el micró-fono y en cada entrevista.-Tu último ciclo era comotu sello, un magazine decultura...-Que me dio muchas satis-facciones porque vinogente muy relevante. Quevengan a sentarse a char-lar y a tomar mate, y nohacer la entrevista porteléfono es algo muy emo-cionante. Desfilaron desdeBruno Gelber, Rodrigo dela Serna y toda la coloniaartística; Martirio y toda laonda española; Aníbal Iba-rra y hasta jugadores defútbol, como Ayala, Marzo-lini. Y les estoy tan agrade-cida. Ellos sabían que laradio no tenía llegada, quela audiencia era mínima.Era un lindo galardón paramí. Yo lo pasé muy bien.Pero, bueno, el proyectode esta radio cambió radi-calmente.-Ahora sos la voz institu-cional de La 2x4, la FM deesa emisora. -Hace décadas que nohago el trabajo esencial delocutora. Hago entreteni-miento, soy una comunica-dora, una "paraperiodista",como dicen algunos.Cuando me hicieron la pro-puesta, les dije que si me

acercaban buenos textos,los grababa con mi fervor.Reemplazo en esta labor aEduardo Aliverti, que fuesu voz durante años. La2x4 es una radio con muybuena programación y unaaudiencia cautiva. Escurioso que hayan elegidoa una mujer, porque en loshorarios centrales no hayninguna mujer al frente delos ciclos de tango. Losque leo son textos queescribió gente de la radio yestaban muy contentosporque les habían permiti-do volar un poco con laredacción.-¿Cómo fue tu desvincu-lación de esa AM? -Cuando se produce elgran cambio en Radio dela Ciudad, tuve una charlacon Baltazar Jaramillo, yme dijo que quería que yosiguiera. En abril, me elo-

gian mucho y me proponenel horario de las seis de lamañana. Me dicen quequerían basar la programa-ción en un nombre fuerte.Pero no. Yo no tengo enti-dad ni capacidad paraestar en ese horario tanfuerte en lo periodístico.No soy Magdalena ni Nel-son Castro, no era lo queyo pensaba. Lo lamentablees el tiempo que me hicie-ron esperar. Yo tenía otrasofertas que dejé pasar poresto. Cada persona tieneuna característica que ladefine al aire. No podespasar de ser una personaque hace un programa deentretenimiento diario ahacer un programa políti-co.-Pero surgieron otrasofertas. -Lo de la televisión ya está.Firmé el contrato y empie-

zo a grabar en julio en laTelevisión Digital Abierta,con un programa culturalpara adultos mayores,hecho con gran seriedad ytrabajo. Los textos losescribe Diego Sasturain, elhijo de Juan, que es bri-llante. Son trece capítulos.Además, apenas se publi-có que no estaba en laradio, me llamaron de DelPlata y quedamos en vol-ver a hablar en agosto, ytambién de Radio Cultura,que cambió el directorio yme ofrecieron hacer el pro-grama que yo quiera.-De tu larga trayectoria,¿cuáles ciclos llevas en elcorazón? -Me cuesta mucho. Cuan-do sentía que había unalucecita que se apagaba,los dejaba. Hoy, hasta Gar-del tiene que ir a golpearpuertas y a pedir trabajo. Ymirá que trabajé en casitodas las emisoras. Siem-pre hice ciclos que mehacían muy feliz: Las ssiete lunas fue uno deesos, también La gallinaverde. Mucha gente mecruza por la calle, meabraza, llora porque lesrecuerdo su juventud. Unode los que tengo en elcorazón, no sólo por loque significó, sino por loque me dio, es El buendía. Tenía una gran calidadprofesional, estaban TomásEloy Martínez, CarlosBurone, César Bruto. Éra-mos personas que pensá-bamos completamentediferente. Hoy no podríahacerse algo así. Tomásera de izquierda, estabacon los Montos, Buroneera de la extrema derecha;se mataban. En ese pro-grama, Burone le dijo undía a Tomás que lo queestaba diciendo le sonabaa "ideología marxista". Erala época de López Rega.Tomás, imperturbable, lecontesta que decirle eso a

Betty Elizalde, una voz con historiasLa conductora repasa sus años en la radio

ALICIA PETTI

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// 27COMUNICACIÓN

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alguien era hacer que leapunten los cañones.Nosotros salíamos de ahí ynos íbamos a comer. Nosmoríamos de risa, inclusodespués de fuertes discu-siones. Hoy no se puede.A la semana siguiente deese episodio con Tomás,llega una carta a la radioescrita con rouge quedecía: «Tenés 48 horaspara rajar». Sería el año73. Cuando empezó elprograma, Burone, que erauna persona dura, se sien-ta a la mesa y se pone allorar: «Hace una semana -dijo-, Tomás me reprochólo que yo le decía, y ahoraesos cañones lo estánapuntando». Era un grupomuy fuerte y valiente. Perohoy un espacio de esascaracterísticas no podríadarse por los enfrenta-mientos personales.-¿Creés que el fervor porla radio se mantiene? -No, no. Yo soy una con-vencida de que hay quetener un buen equipo deproducción y un operador.Si no, no hay producto.Solo no hacés nada. Esefervor se ha perdido bas-tante, en las nuevas gene-raciones. La gente muyjoven no lo tiene, porque lavida pasa por la pantalla.En un tiempo, resolví queno íbamos a hacer másreuniones en la oficina, yque las íbamos a hacer enpasillos para que la gentedel equipo no se distraigacon la pantalla. Hablaba yosola. Lo único que propo-nían era lo que estaba enla pantalla... n

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28 // OPINIÓN

Los que dirigen el planeta,por lo general, son perso-nas que por distintosmétodos, algunos inconfe-sables, han logrado llegara la selecta cúspide delpoder mundial. Ellos sonlos que manejan el mundode las finanzas y la políticainternacional. Son seresque forman un ente, quees opaco para nosotros yque los aleja del resto delos mortales. Es un enteparasitario, que se alimen-ta de lo que produce laclase trabajadora. Estospersonajes son los impul-sores de una globalización,que les facilitó la manipula-

ción y dirección de lamayoría de los gobiernosdel planeta. Esos gobier-nos, algunas veces sonpuestos por la fuerza, esdecir las dictaduras y otrasveces dejan que los elija-mos nosotros. El problemaes que esa elección solo lapodemos hacer entre unaoferta de partidos políti-cos, con distinto envolto-rio, pero con el mismocontenido y finalidad. Poreso, aunque en esos gru-pos políticos haya gentecon buenas intenciones, larealidad es que las oscurasmanos de los que muevenlos hilos, se encargan de

apartar de la política atodo el que pueda estrope-arles el negocio. En defini-tiva, los culpables deldesastre que estamossufriendo en la economíamundial, son los dueñosde esas manos que mue-ven los hilos y su aisla-miento en las nubes delpoder. Los manejadores de“títeres” están en un niveltan alto, que han perdidola noción de la realidadque vive el pueblo. Hoy,los personajes que formanel reducido ente del poder,están en las nubes de unparaíso ficticio, que puedeterminar convirtiéndose en

un infierno, si no easpabi-lan pronto. Antiguamente,los jerarcas de poder solopodían vivir separados delresto de los mortales, porlos muros de sus castillos.Eso les permitía que alasomarse a los muros,pudiesen ver la realidadque les rodeaba. Pero hoy,el aislamiento del “Ente” escasi total. Viven en unaburbuja paradisíaca, comosi fuese un planeta dentrode otro. Están tan lejos delresto de la humanidad y dela realidad, que ya no soncapaces de valorar unasmedidas, acordes con lasnecesidades que tienen

Vivir en las nubesCARLOS OCHOA BLANCO

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aquellos que viven fuera dela burbuja. Estos gruposde poder, están separadosdel pueblo por la tecnolo-gía, las secretarias, secre-tarios, asesores, aboga-dos, guardaespaldas, etc.Todos ellos son un filtroentre la realidad del puebloy el limbo del poderoso.Por eso una queja del pue-blo, cuando termina depasar ese filtro, llega alpoderoso transformada enun piropo. A principios delsiglo pasado, todo elmundo sabía quién era eldueño de una empresa.Ese dueño, podía conocerdirectamente de los consu-midores, si el producto erael adecuado o debía sermodificado. Pero hoy,intente usted comentarle aldueño de una multinacio-nal, algún detalle sobre losproductos que fabrica. Loprimero es que ya no sesabe quién es el dueño.Así que el comentario ten-

drá que hacerse en la ofici-na de atención al cliente.Luego, ese comentario,pasará por distintas manosque irán valorando si mere-ce la pena seguir el curso.Si tiene suerte y pasatodos los filtros, resultaque cuando llegue esecomentario al que másmanda en la empresa, pro-bablemente el producto yano se fabrique. Algo similarpasa en el mundo de lapolítica y en el limbo de losricos que gobiernan lahumanidad. Los que tienenque tomar decisiones,están demasiado alejadosde la realidad. El “Ente”piensa que lo está hacien-do bien, pero lo cierto esque la lejanía de la realidady la borrachera de ambi-ción que padecen, mezcla-da con el filtro de chupo-nes que los rodean, nosllevan al caos en que vivi-mos.Hoy leía que los del G8

quieren solucionar la crisismundial. ¡¡¡ALELUYA!!!Parece que ya se hanenterado de que hay crisis.Desde 1990, los del pue-blo sabíamos que lascosas iban mal. El almace-nero, el carnicero o la tien-da de la esquina, sabíanque se vendía menos, por-que la gente se iba que-dando sin trabajo. Perorecién ahora, el “Ente” delpoder, se ha enterado quela economía va mal. Posi-blemente lo que pretendíaese “Ente”, era la “chinali-zación” de Europa y Améri-ca. Es decir, llevarnos a lapobreza extrema y pérdidatotal de derechos sociales,que obliguen al pueblo atrabajar por sueldos mise-rables. El problema es queEuropa no es China y lossuicidios de ciudadanos,que lo han perdido todo,es el primer indicador deque la paciencia se acaba.El hambre, la injusticia y la

falta de un futuro esperan-zador, están creando unambiente de desespera-ción, donde cualquier chis-pa, terminará transforman-do al pueblo en hordas. Ylas hordas llevan a lo quele sucedió a Gadafi. Seríabueno que los que integranel “Ente” del poder, apar-ten el filtro de vividoresque los rodea, se asomenal muro de sus “castillos” ycomprueben la miseria cre-ciente que sufre el pueblo.Cuando un pueblo espobre, lo único que tieneque perder es la vida y laverdad es que tener vida,para sufrir miseria, no esun buen incentivo paraconservarla. Trabajo y con-sumo, consumo y trabajo,es lo que hace falta paraque los del “Ente” puedanseguir retozando tranquila-mente y sin problemas, ensu burbuja paradisíaca, enese mundo de hadas en elque viven. Un saludo. n

// 29OPINIÓN

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Ocurre pocas veces, perocuando ocurre uno nopuede evitar volver aasombrarse de los vericue-tos insondables de lamente humana. ¿¿Hastaquéé punto puede avanzarla negacióón de lo inevita-ble, de algo tan aterradorcomo natural, o sea, lamuerte?La admiracióón incondicio-nal por personajes púúbli-cos, artistas sobre todo,pero tambiéén figuras de lapolíítica, lleva a muchagente a la idolatríía, peli-grosa deformacióón delrespeto y el cariñño. A talpunto llega la enajenacióónque miles de personas lle-gan a negar la muerte deesos adorados ííconos.Carlos Gardel, el inmortal,no lo es sóólo por sutalento, simpatíía y caris-ma, sino tambiéén por elhecho de que durantemuchíísimos añños des-puéés de su prematuramuerte en un accidenteaééreo en Medellíín, setejióó la leyenda de unasupuesta existencia clan-destina con el rostro desfi-gurado y se llegóó a decirque habíía sobrevivido alsiniestro pero que habííaperdido la voz, y por esovivíía oculto y apartado delmundo. Elvis Presley tam-biéén fue visto vivito ycoleando en varios esta-

dos de la Unióón yen otras latitudes.Los millones deadmiradores delrebelde sin causapor excelencia,James Dean, quetuvo una muertetráágica a los 23añños, alláá por1955, en unaccidenteautomovilíís-tico, monta-do en uncoche decarrera que leservíía comodesahogo desus múúltiples crisis, novacilaron en negar sumuerte y afirmar queseguíía vivo.Estos casos son unaexpresióón admirativa deartistas que representabancosas entraññables para lageneracióón de sus con-temporááneos y que logra-ron calar muy hondo en lasensibilidad del pueblo.Una de las cosas máásinexplicables, pero almismo tiempo mááscorrientes que la psiquisdesarrolla, es la negacióónde lo doloroso y de lo quenos lastima el alma.Nos pasa con la desapari-cióón de nuestros seresmáás queridos, con esosirreemplazables que sonun pedazo de nuestras

vidas y que nunca desapa-recen del todo porque losevocamos en cada alegrííay en cada pena; ellossiguen existiendo en nues-tro corazóón, pero no lle-gamos, si conservamos unmíínimo equilibrio, a creerque estáán fíísicamentevivos. A veces el dolor estan insoportable que acu-dimos a méédiums y espi-ritistas para comunicarnoscon ellos, y la mesa de trespatas en un salóón oscurojunto con la copita máági-ca que escribe mensajesdel otro mundo nos hacenestremecer. Si eso nosconsuela, no estáá mal,pero en algúún momento lareflexióón y el sentidocomúún nos haráán enten-der que debemos aceptarque todo lo que nace

muere y que la mejormanera de homenajear alos que parten es no olvi-darlos jamáás y hablar deellos cada vez que la oca-sióón sea propicia, paravolver a reíír con losmomentos felices y a emo-cionarnos con los otrosrecuerdos.Lo que resulta máás tre-mendo es la negacióón dela muerte de personas quehan hecho dañño a millo-nes, como Adolf Hitler,cuya muerte fue negada nosóólo por sus fanááticossino por algunas de susvííctimas sobrevivientes. Elterror ha sido tan grandeque la sensacióón de queel mal sobrevive cuantomayor haya sido domina lamente perturbada de algu-nos de los que han sidoarrastrados por la locura yla crueldad tiráánica de losabusadores del poder.Y es asíí como por amor,por miedo, por fanatismo,por admiracióón, por idola-tríía y por estupidez nosabemos aceptar quesóólo la razóón equilibraday la sensata evaluacióónde todo lo que nos toquevivir nos puede llevar albuen puerto del aprendiza-je de vida. Decíía el poeta:“Los muertos que vosmatááis gozan de buenasalud.” Yo agrego modes-tamente que la buenasalud es la que ordenanuestra mente para recor-dar lo bueno y lo malo, loconstructivo y lo destructi-vo, lo aberrante y lo mara-villoso; recordar para siem-pre todo eso sin adulterarnuestra memoria. n

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Peligrosas negacionesENRIQUE PINTI

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