historia cuadernillo de prácticos 2012

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HISTORIA Cuarto Año CUADERNILLO DE TRABAJOS PRÁCTICOS Escuela Secundaria Latinoamérica Año 2012 Prof. Claudio Alvarez Terán

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  • HISTORIA Cuarto Ao

    CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    Escuela Secundaria Latinoamrica Ao 2012 Prof. Claudio Alvarez Tern

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    Pautas para Trabajos Prcticos Para la realizacin de los Trabajos Prcticos del presente curso debern respetarse las siguientes pautas, salvo que se indique oportunamente alguna norma particular para un trabajo determinado.

    Respeto por la fecha de entrega indicada. Solamente se aceptar un retraso de una semana en la entrega, sufriendo en este caso un descuento automtico de un (1) punto en la evaluacin. Superado ese margen el Trabajo ser considerado no presentado y ya no ser recibido por la ctedra.

    No se justificar por ninguna razn la no presentacin del Trabajo una vez informada la fecha de entrega por la ctedra.

    El Trabajo no presentado se considerar desaprobado a los efectos evaluatorios.

    Respeto estricto de las pautas de trabajo (esquemas, pasos, ordenamientos, etc.) en aquellos prcticos que as lo indiquen expresamente.

    La presentacin de los trabajos debe ser hecha en PC e impreso.

    Los Trabajos Prcticos son individuales salvo que la ctedra informe lo contrario.

    Cuando el trabajo incluya transcripcin textual de los textos puestos en anlisis esta deber ser escrita entre comillas. El no cumplimiento de este punto generar la anulacin de la respuesta.

    Se considerar incorrecta la respuesta que sea en su totalidad una transcripcin literal del texto puesto en anlisis, as como la toma de datos de internet sin citar la fuente.

    La presentacin de trabajos mellizos (es decir que trabajos presentados por dos alumnos resulten claramente similares) obligar a la ctedra a la anulacin de ambos trabajos, sin apelacin, considerndose ambos trabajos como desaprobados.

    Los Trabajos Prcticos forman parte de la evaluacin trimestral tras la cual la ctedra emite la calificacin final numrica del Trimestre. Los trabajos prcticos del trimestre el profesor los considerar como un bloque cuyo concepto se aplicar para mejorar o disminuir la calificacin general del Trimestre.

    Los Trabajos Prcticos que forman parte del presente Cuadernillo estn numerados a efectos puramente indicativos. El orden de realizacin ser determinado por la ctedra oportunamente, pudiendo incluso uno o ms de los trabajos aqu contenidos no formar parte del presente curso.

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    Trabajo Prctico N 1

    IMPERIALISMO NORTEAMERICANO A COMIENZOS DEL SIGLO XX

    A partir de la lectura del captulo El Tercer Expoliador: El To Sam, del libro Historia de Amrica Latina del historiador francs Pierre Chaunu, responder a la siguiente grilla de

    preguntas.

    1) Explique usted quines son los dos anteriores expoliadores de Amrica Latina teniendo en cuenta que segn Chaunu El To Sam, es decir Estados Unidos, es el tercero de los expoliadores del continente.

    2) Cul era la relacin entre Amrica Latina y Estados Unidos cuando comienza el siglo XIX y el continente se asoma a la vida independiente.

    3) Investigue y explique de qu se trata la Doctrina Monroe que menciona Chaunu como un factor de solidaridad interamericana,

    4) Explique qu sucede con el comercio latinoamericano respecto a Estados Unidos y Gran Bretaa a partir de 1820. Y qu tecnologa fue la que defini la ventaja de uno

    sobre el otro.

    5) Qu pas entre Mxico y Estados Unidos que Chaunu lo considera como el mayor retroceso de Amrica Latina.

    6) Cul es la actitud de Estados Unidos frente a Cuba y cul es la razn que fundamenta esa actitud.

    7) En qu consiste la Poltica del Garrote utilizada por Estados Unidos para expresar su imperialismo en Latinoamrica.

    8) Qu trato diferente observa Chaunu de Estados Unidos para con los pases latinoamericanos ms lejanos de su influencia geogrfica, como es el caso de

    Sudamrica.

    9) Mencione en qu dos pases americanos tena gran influencia Estados Unidos, y a partir de qu circunstancia comienza a crecer la influencia econmica y comercial

    sobre el resto del continente.

    10) Cul es la relacin econmica-comercial que mantenan a comienzos del siglo XIX Estados Unidos y Argentina, y qu circunstancia va a modificar esa relacin.

    NOTA: Se recuerda el uso del diccionario para resolver palabras de las que se desconozca su

    significado y que no se acepta como respuesta la copia textual de fragmentos del texto sino su

    reelaboracin con propias palabras.

    EL TERCER EXPOLIADOR: EL TO SAM

    Pierre Chaunu

    LAS CONDICIONES INICIALES

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    Los Estados Unidos, vecinos de Amrica latina, pueden parecer situados, por la naturaleza, en posicin geogrfica predestinada para ejercer su influencia sobre las republicas latinoamericanas. Libres ambas Amricas, en el mismo momento, del yugo colonial y habiendo sufrido los mismos horrores en la lucha por la independencia, pareca que se aproximaban en las primeras dcadas del siglo XIX.

    Profundamente diferentes por su cultura (ibrica, catlica de un lado, anglosajona, protestante, del otro) infinitamente ms alejadas que lo que parece, las dos fracciones del continente vivieron durante los siglos de su historia colonial amuralladas dentro de los tabes del pacto colonial, en la ms absoluta ignorancia una de otra. Al comenzar el siglo XIX, la ignorancia de Estados Unidos para con sus vecinos del Sur era total; toda una leyenda negra congela anticipadamente cualquier simpata, verdadero complejo de superioridad, de ignorancia, de desprecio.

    Pero pudo creerse, por un momento, que la barrera artificial levantada por el pasado colonial entre ambas Amricas la haba derribado la Independencia gracias al entusiasmo de la elite criolla por los ideales proclamados por las trece colonias; a la ayuda no despreciable dada a los insurrectos por sus vecinos del Norte; a los ecos despertados en algunos ambientes sudamericanos por la declaracion de Monroe, ampliada incesantemente a partir de 1823, que afirmaba en trminos inequvocos la solidaridad interamericana.

    Cuando, de 1797 a 1808, el monopolio ibrico se destrozo, los Estados Unidos, situados en primer plano por su condicin de neutrales y por su marina (la segunda del mundo en la poca de los clipers1), obtuvieron el primer llugar. En 1808, el volumen comercial de Estados Unidos con Amrica espaola (30 millones de dlares) exceda netamente el volumen del comercio ingles anlogo (25 millones de dlares), pese a que Inglaterra, desde 1808, haba sabido conseguir en Brasil un lugar que durante ms de un siglo no pudieron arrebatar los Estados Unidos.

    Pero a partir de 1822, las circunstancias se haban tornado favorables a Gran Bretaa. El volumen del comercio de los Estados Unidos con los Estados surgidos del Imperio espaol haba descendido a 14 millones de dlares, pero el de Inglaterra haba ascendido a 30. En 1825, las cifras eran, respectivamente, de 24 y 60 millones; en 1830, de 20 y 32. Con Brasil, la relacin era, desde 1820, del orden de cuatro a uno en favor de Gran Bretaa (20 millones contra 4,2); en 1830, de 6 a 1. Los Estados Unidos solo conservaban su ventaja en Cuba, dada su proximidad. Esta influencia comercial de Gran Bretaa, a la vanguardia de la revolucin industrial, se acompaaba con una considerable exportacin de capitales (40 millones de libras hasta 1830); el capital de Estados Unidos permaneca ausente en absoluto: la conquista del Oeste absorba todas las fuerzas de la joven republica. Su economa exportadora de productos agrcolas era una economa concurrente; la economa industrial inglesa, una economa complementaria de la de Amrica latina.

    La primera partida la haba ganado Inglaterra. Cuando apareci el buque de vapor con combustin de carbn mineral y desplaz a los estadounidenses de los mares, hasta la segunda mitad del siglo XIX el pabelln y el comercio norteamericanos quedaron relegados a la retaguardia en los puertos de Amrica latina.

    LAS INTERVENCIONES ARMADAS

    Sin embargo, la conquista del Oeste de parte de Estados Unidos se cumpli en parte en detrimento de Amrica latina.

    1803: compra de Luisiana a Napolen I que acababa de hacrsela ceder por Espaa; tal fue el primer retroceso de Amrica Latina en provecho de Estados Unidos.

    1 Cliper es un barco a vela.

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    1819: compra de la Florida a Espaa que se hallaba en difcil situacin econmica.

    A pesar de toda una legislacin prohibitiva, el gobierno mexicano se mostro impotente para impedir la penetracin de los colonos llegados de los Estados Unidos al territorio de Texas, separado de la antigua Luisiana por una frontera puramente convencional; colonos arrastrados por la gran marcha hacia el Oeste. En 1836, incitada por Estados Unidos, Texas proclam su independencia. El dictador mexicano Santa Ana fue derrotado y hecho prisionero. El 1 de marzo de 1847, Texas quedo incluida en la Republica Federal y Taylor ocupo la zona del Rio Grande. Estallo la guerra. Mxico fue vencido, y el 2 de febrero de 1848, el tratado de Guadalupe Hidalgo consagro el mayor retroceso de Amrica Latina. La mitad del territorio mexicano, 2 millones de km. cuadrados, pas a manos de los Estados Unidos. La frontera Norte de Amrica latina se estableci en el rio Grande y alii continua hasta hoy. Pero la guerra de Mxico no es, en el fondo, sino un episodio de la conquista del Far West.

    Mientras su "frontera" avanza a un ritmo cada da ms apresurado hasta absorber todo el Oeste, los Estados Unidos, luego de la gran crisis de la guerra de secesin (1861-1865), se convierten a su vez en una gran potencia industrial y se lanzan a paso de gigante sobre las huellas de Europa. El mercado interior no basta para absorber la produccin nacional, Estados Unidos, el mayor importador de capitales europeos durante mucho tiempo, se torn exportador de capitales, a su vez. Ante el riesgo de un exceso de produccin y de capital, natural era que la gran republica tratase de invadir a sus vecinos del Sur.

    Las formas del imperialismo estadounidense son diversas, brutales a veces, Cuba y Puerto Rico, ltimos restos del imperio espaol, se haban beneficiado con grandes inversiones estadounidenses en sus plantaciones de carta de azcar, hacia fines del siglo XIX. Los intereses norteamericanos se vean amenazados por la endmica inseguridad de la isla, sacudida peridicamente por levantamientos antiespaoles; desde 1895, el general Weyier, que intentaba aplastar una nueva revuelta en Cuba, era objeto de interesados ataques de la prensa norteamericana, pues desde 1894 la nueva poltica aduanera de Espaa hera los intereses norteamericanos en la isla. Un desdichado accidente (el acorazado norteamericano Maine vol en la rada de La Habana el 15 de febrero de 1898), fue tornado por Estados Unidos como pretexto para declarar la guerra a Espaa, que, vencida, debi reconocer en el tratado de Paris (8 de diciembre de 1898) la independencia de Cuba, y ceder Puerto Rico, las Filipinas y Guam (en las Islas Marianas).

    LAS MODALIDADES DE LA EXPANSIN ESTADOUNIDENSE

    Con el apetito estimulado por este primer xito, Estados Unidos se esforz en establecer su dominacin en el conjunto del Mediterrneo americano. Es la poltica del big stick (Poltica del Garrote). La suerte de Cuba solo fue el pretexto. El 21 de junio de 1901, la "Enmienda Platt", votada por el Senado, transformo a Cuba, de hecho, en protectorado de los Estados Unidos. Hait y Santo Domingo corrieron igual suerte (1916 y 1924).

    2 Estados Unidos, que

    haba reanudado en 1903 los trabajos comenzados en el istmo de Panam por la compaa

    2 Hait, el 28 de julio de 1915, inmediatamente despus del asesinato del dictador Vilbrum Guillaume Sam, los Estados

    Unidos la ocuparon militarmente, en donde el desorden financiero y administrativo y el incumplimiento de la deuda externa

    haban hecho crisis. Se intervinieron las aduanas y se reorganizo la administracin, confirmndose en setiembre de 1915 el

    reconocimiento de la independencia.

    En 1934, bajo las presidencias de Vincent y Roosevelt, se conmino la devoIucin de las aduanas y el retiro de los extranjeros

    (21 de agosto). Republica Dominicana: desde 1869, las autoridades intentaron conseguir el protectorado de los Estados Unidos y an la

    administracin de la renta aduanera. El desorden administrativo y econmico y los sucesivos levantamientos militares dieron

    lugar a un reclamo primero de parte de los Estados Unidos y luego, en abril de 1916, a.la ocupacin y la imposicin de un

    rgimen militar (noviembre). La dominacin se mantuvo hasta f924, cuando se llamo a eleccione5 presidenciales, pero el

    control aduanero continuo hasta 1941.

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    francesa de Lesseps, lograron, tras gran esfuerzo, perforar el istmo y abrieron, a travs de Amrica latina una gran va de comunicacin mundial. La proteccin del canal sirvi como pretexto de intervencin. La pequea republica panamea fue creada en 1903 por las necesidades de tal causa, luego de una revuelta contra Colombia, hbilmente maquinada. Panam debi pagar el tributo de su nacimiento cediendo a los Estados Unidos sus derechos de soberana sobre una franja de territorio de 10 millas de ancho (8 km) a uno y otro lado del canal. Intervenciones reiteradas en la poltica interior de las pequeas republicas de Amrica central, intervencin armada en 1914 en el propio Mxico; tales fueron algunos de los aspectos de la poltica de intervencin brutal del joven imperialismo del Norte en los pases ribereos del Mediterrneo americano en donde, desde antes de 1914, el comercio y los capitales norteamericanos desempeaban papel principalsimo.

    Las formas del imperialismo estadounidense son mucho ms sutiles cuando se trata de pases ms evolucionados y alejados de su influencia directa. Los Estados Unidos fueron los primeros en proclamar, en la famosa Doctrina Monroe (1823), el concepto de solidaridad interamericana; Bolvar y sus mulos hispanoamericanos fueron siempre incapaces de llevarlo a la prctica, pero los Estados Unidos hicieron de ello el fundamento de su accin diplomtica y tuvieron el honor de realizar la poltica de las conferencias panamericanas que renen ya en una capital, ya en otra, a los jefes de Estado del hemisferio occidental para arreglar amistosamente las dificultades pendientes y afirmar ante el mundo, en caso necesario, la unidad continental. La primera conferencia panamericana fue convocada en 1889 por iniciativa del gobierno de Washington, en donde deba reunirse; otras la sucedieron: 1901, 1902, 1906, 1910, 1923, 1928...; bajo la administracin de Hoover (1929-1933), y sobre todo bajo la de F. D. Roosevelt, las relaciones entre los Estados Unidos y Amrica Latina estn impregnadas de una cordialidad nueva. El engrandecimiento de las potencias del Eje en la segunda guerra mundial, hizo comprender a los Estados Unidos la necesidad de un acercamiento con los pases de Amrica latina para la defensa comn del hemisferio occidental.

    Pero la Poltica de Buena Vecindad del presidente Roosevelt, no debe hacer olvidar una gran realidad poltica, la colonizacin de Amrica latina por el comercio y los capitales norteamericanos. Hasta 1914, la participacin de los Estados Unidos en el comercio de Amrica del Sur era relativamente pequea, 1/5 del volumen total. En 1913, solo 100 millones de pesos de capital norteamericano estaban invertidos en Amrica del Sur: 100 millones en Cuba, 1.050.000.000 en Mxico, nico pas en el que los intereses de los Estados Unidos eran preponderantes (se comprende, pues, la intervencin de 1914); en total, 1.250.000.000 millones de pesos, un poco mas de 6.500.000.000 de francos oro, capital del orden de las inversiones francesas en Amrica latina y casi exclusivamente concentrado en Mxico; comparado con los 20.000.000.000 de francos oro de la cartera britnica, los Estados Unidos ocupaban, a lo sumo, un brillante segundo lugar.

    Con el serio golpe que la primera guerra mundial asest a la economa europea, aumento la participacin de los Estados Unidos en Amrica latina. En el volumen total de negocios con los diferentes Estados latinoamericanos, los Estados Unidos dejan desde entonces muy atrs a Inglaterra y ocupan el primer lugar (38,7% de las ventas en Amrica Latina en 1929 contra 14.9% de Gran Bretaa; 36,1% contra 12.2% en 1938); y en cuanto a las compras en los mismos aos, las cifras respectivas de ambos pases, tomando a Inglaterra como termmetro de Europa, favorecen a Estados Unidos (34% contra 18% en 1929; 31,7% contra 16,3% en 1938). En vsperas de la depresin, el monto total de capitales estadounidenses invertidos en Amrica latina se elevaba a $ 4.050.000.000, o sea el 37% del total de las inversiones de los Estados Unidos en el extranjero, tanto como la propia Gran Bretaa, o poco menos.

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    La tendencia que se haba ido manifestando durante la primera guerra mundial, se vio confirmada en la segunda. Dramtica fue desde todo punto de vista, la situacin de Amrica Latina, de la Argentina sobre todo, que antes de 1939 viva aun en gran parte, de las importaciones de Europa. El bloqueo ingles primero y el anglonorteamericano despus paralizaron totalmente las relaciones entre Amrica Latina y Alemania que, en los ltimos aos, entre las dos guerras, desempeaba un papel comparable al de Inglaterra. Las necesidades de la guerra total y los terribles estragos infligidos a la flota comercial britnica por la guerra submarina paralizaron poco a poco y por completo, las exportaciones inglesas a la Argentina: "el trafico de Buenos se redujo en 2/3 entre 1839 y 1942". La Argentina, privada del carbn ingls, utilizaba maz y trigo como combustibles. En todas partes se careca, en ese tiempo, de tejidos y de maquinas y herramientas. Los Estados Unidos ocuparon, en la medida posible, el lugar de Europa desfalleciente. Adquirieron posiciones definitivas. Las necesidades de la economa de guerra engrosaron considerablemente su cartera en Amrica latina. Para procurarse las materias primas necesarias para su economa de guerra, realizaron un gran esfuerzo financiero en las rninas sudafricanas. La produccin de estao de Bolivia fue duplicada para suplir la de la Malasia britnica, ocupada por los japoneses. La produccin de tungsteno tambin aumento. Se invirtieron capitales en las plantaciones de caucho en el Brasil...

    As como los Estados Unidos son siempre, sin duda, los mejores clientes y los ms grandes vendedores, tambin se han convertido en los banqueros de Amrica Latina. Situacin peligrosa, a la larga.

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    Trabajo Prctico N 2

    BURGUESAS y OLIGARQUAS EN AMRICA LATINA

    A partir de la lectura del captulo Burguesas y Oligarquas, del libro Amrica Latina. Introduccin a Occidente del historiador francs Alain Rouquieu, relacionado con las elites

    latinoamericanas, responder a la siguiente grilla de preguntas.

    1) Cundo se habla de Oligarqua en qu momento puede identificarse el origen de este tipo de grupos en el continente?

    2) Exponga las diferentes perspectivas con que se define el concepto oligarqua y la definicin conclusiva que formula Rouquieu

    3) Las Oligarquas dice Chaunu no son formaciones arcaicas, es decir no hay que buscar su origen en el pasado remoto, sino que nacen a partir de una determinada estructura

    econmica. A qu formato econmico se refiere como escenario para la gestacin de

    las oligarquas latinoamericanas?

    4) A partir de la descripcin que hace Rouquieu de las oligarquas cul es para usted la dimensin o volumen social de estos grupos dominantes.

    5) Investigue qu quiere decir el concepto euptrida, y relacione su significado con las oligarquas latinoamericanas.

    6) Con qu cultura se identifican las oligarquas y qu actitud toman para difundir esta cultura.

    7) Explique qu significa la frase La diversificacin de los intereses de la oligarqua no significa una mayor heterogeneidad social de sus miembros.

    8) Cul es la relacin que tienen las oligarquas con la propiedad de la tierra, y cmo se expresa esta relacin en la Argentina.

    9) La Oligarqua necesita de un sistema social inclusivo en el que todos los sectores estn polticamente representados?

    10) Despus de leer este texto interprete usted si es posible la convivencia de la elite oligrquica y el sistema democrtico. Por qu?

    NOTA: Se recuerda el uso del diccionario para resolver palabras de las que se desconozca su

    significado y que no se acepta como respuesta la copia textual de fragmentos del texto sino su

    reelaboracin con propias palabras.

    Burguesas y Oligarquas

    Alain Rouqui

    Desde luego el termino oligarqua es polmico. Su contenido crtico es superior a su valor descriptivo. Sin embargo numerosos socilogos le han dado sus cartas de nobleza y corresponde adems a una innegable y singular realidad. Pern en la Argentina de la posguerra denunciaba a los "oligarcas" como "el antipueblo", los adversarios de la mayora "sufriente y sudante" que lo haba llevado al poder. En su opinin se trataba de denunciar a

  • CUADERNILLO DE TRABAJOS PRCTICOS

    una minora social egosta y arrogante vinculada, para colmo, con el extranjero. Sin embargo, ese trmino no solo designa a un grupo dominante o una asimetra social que existen en todas las sociedades del mundo gran burguesa o nomenklatura; seala, tambin, un fenmeno social que circunscribe un espacio socioeconmico y define una forma de dominacin de clase. Dejemos de lado las referencias clsicas a Cartago, Venecia o la Grecia antigua, o las teoras de Hilferding sobre las "oligarquas financieras" expresin del capitalismo monopolista, y tratemos de superar la percepcin histrica inmediata que hace que en Colombia. El Salvador, Per o Argentina, el termino la oligarqua tenga un sentido.

    Ese concepto es polmico pero tambin est situado en el tiempo: el grupo designado siempre est ligado en su constitucin al momento de la integracin de las economas al mercado mundial como proveedoras de bienes primarios. Antes que nada, la oligarqua es un estrecho grupo social de burguesa agroexportadora. Definicin insuficiente? No obstante estas abundan y su misma multiplicacin nos permitir precisar los contornos de ese sujeto social de existencia tan evidente como inasequible. Un historiador argentino al analizar el orden conservador y el sistema poltico nacional a fines del siglo pasado menciona ese problema y da por lo menos cinco interpretaciones de la oligarqua en su versin argentina. Para unos, es "una clase de grandes propietarios que ha sacado conscientemente partido de la expansin debida al aumento de las exportaciones"; algunos subrayan su dimensin patricia. Para otros se trata de una "clase de gobierno consciente y unida en torno a un proyecto nacional", y hasta de un simple "grupo de notables" en el sentido ms tradicional del trmino. De esas apreciaciones convergentes podemos retener que la dimensin poltica del fenmeno oligrquico es indispensable para su comprensin. Como Francois Bourricaud lo sealo a propsito de Per, "la existencia de una asimetra social" o de un "efecto de do-minacin en favor de una minora" no basta para definir una oligarqua. Son las "desigualdades acumulativas", para hablar corno Robert Dahl, es decir la identificacin entre notables sociales y notables econmicos, la confusin de poderes, las que producen la oligarqua. A ello se aade un factor temporal, sealado a propsito de Argentina: la duracin del fenmeno, su carcter hereditario, "patricio", extendido a varias generaciones.

    Partiendo de esas observaciones, podramos proponer una definicin provisional y aproximativa del fenmeno oligrquico en Amrica Latina. Generalmente se entiende por oligarqua un grupo de familias identificables que concentran en sus manos los motores decisivos del poder econmico, controlan directa o indirectamente el poder poltico y se sitan en la cima de la jerarqua del poder social en materia de autoridad y prestigio. No obstante esta tentativa de definicin difcilmente nos hara avanzar si no pudiramos delimitar las fuentes del poder "oligrquico" y explorar las formas de su dominacin.

    Aristocracia agraria o burguesa internacional?

    Cuando se menciona la "oligarqua" en pases como El Salvador, Argentina, Uruguay o Per, siempre se hace referencia a un poder econmico de base agraria: las "catorce familias" de los cafetaleros de El Salvador, los barones de la carne argentinos, los "cuarenta" magnates del azcar y del algodn peruanos de antes de 1968 o los "grandes laneros" uruguayos. Los "dueos del pas" tienen a primera vista una base agrcola. Esta primera impresin tiene sin embargo un alcance limitado y haramos mal en sacar conclusiones demasiado apresuradas. En efecto, no se trata de grupos arcaicos, representativos de sectores precapitalistas rurales. Por el contrario, en todos los casos, es una elite modernizadora la que logra erigirse en oligarqua, a reserva de aliarse con sectores arcaicos que reconozcan su preeminencia a cambio de la preservacin de su arcasmo. Esos comportamientos modernizados no excluyen la instauracin de relaciones de produccin coercitivas o patrimoniales, como hemos visto.

    No obstante, la legitimidad histrica de esta elite reside en haber presidido la integracin de la economa nacional al mercado mundial. La formacin de esos grupos sociales es

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    inseparable de la prosperidad econmica del desarrollo extravertido. En El Salvador, esa oligarqua tan restringida que se habla de "catorce familias", pero que cuenta con una treintena de grupos familiares, "hizo el caf" as como el caf la creo. En Argentina, los "eupatridas" de la carne son vistos como una elite nica y natural que revelo al mundo "la patria de los rebaos y las cosechas". Esas oligarquas no estn constituidas por familias tradicionales propietarias de latifundios improductivos, sino por dinmicos agentes econmicos dispuestos a aprovechar la innovacin y poner el poder pblico a su disposicin para vencer todos los obstculos sociales a su expansin. Si bien esos grupos actan conforme a la ms estricta racionalidad mercantil en el terreno productivo generalmente se entregan al "consumo ostentoso", seal de posicin social, imitando el supuesto estilo de vida de las clases altas europeas en sus manifestaciones ms escandalosas. La vida cultural participa igualmente en ese esfuerzo mimtico de una clase dominante en busca de un modelo legitimador. As, la gran burguesa liberal y cosmopolita que saco adelante el proyecto de transformacin nacional de la Argentina moderna a partir de 1880 reservaba un lugar privilegiado a la cultura: en efecto, para esos "patricios" que sonaban con introducir la "civilizacin" europea en la Pampa "brbara", el acceso privilegiado al conocimiento y la actividad intelectual fundaban en la razn su detentacin del poder. Las "clases cultivadas" se dotan as de una legitimidad reconocida y marcada con el signo universal del "progreso". El consumo cultural es para las viejas familias consulares la marca de los elegidos.

    No obstante, la continuidad histrica, rasgo distintivo del orden oligrquico, no carece de una relacin privilegiada, permanente, a veces monopolista, con el principal producto de exportacin. El poder oligrquico, en su concepcin conspiradora y vulgar, as como en una ptica sociolgica ms exigente, caracteriza a un grupo social nacional que ocupa una posicin econmica estratgica. Por ello no se forman oligarquas en las economas de enclave; las burguesas locales estn subordinadas a los intereses exportadores extranjeros y los gerentes de sociedades extranjeras no tienen ni la legitimidad ni por supuesto la antigedad familiar indispensable para el poder acumulativo y reconocido. Como acertadamente se ha sealado, la oligarqua no es una simple elite econmica.

    ()

    Las distinciones que hemos trazado jams se presentan de manera tan clara ni tan fcilmente legibles. El caso de la Bolivia de antes de la revolucin del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de 1952, que nacionalizo las minas de estao, es instructivo al respecto. El estao, que hoy ya no representa sino el 35% de las exportaciones (50% en 1971) frente a ms de 60-70% en aquella poca, estaba esencialmente concentrado en manos de un estrechsimo grupo de intereses mineros dominado por los tres grandes: Patio, Hoschild y Aramayo. Esos "barones del estao" forman la rosca, una banda por as decirlo o, segn Augusto Cspedes, uno de sus ms violentos adversarios, una "cleptocracia minera", que impone al pas onerosos sacrificios. Su situacin es singular: son bolivianos, de extraccin popular en el caso de Patio, reciente en lo que concierne a Hoschild (contra quien se desencaden el antisemitismo de los nacionalistas bolivianos), pero constituyen los pivotes de una economa de enclave. Asociados al capital extranjero, a la cabeza de sociedades considerablemente transnacionalizadas cuyas sedes sociales se hallan en Europa y que incluso se harn cargo, tras la nacionalizacin, de la refinacin del mineral boliviano, aparecen como "nuevos ricos", "plutcratas" en el vocabulario que data del MNR, pero no como oligarcas de races nacionales profundas.

    Aprovechando su antigedad y su papel clave en la estructura econmica, la oligarqua es asimismo una clase de "negocios" caracterizada por sus capacidades financieras y su eclecticismo. La diversificacin de los intereses de la oligarqua no significa una mayor heterogeneidad social de sus miembros. Como sealaba ese penetrante observador de las realidades argentinas que fue el periodista francs Jules Huret en 1911: "Nada importante se

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    hace en este pas sin ellas [esas viejas familias] ni fuera de ellas [...] esta elite, Argos de cien ojos, Briareo de cien brazos, tiene ojos de lince para los buenos negocios, oportunidades de compra y venta de tierras, los informes confidenciales de la Bolsa y las carreras le llegan, sabe que grandes empresas van a crearse, las concesiones forestales que falta otorgar, los proyectos de construccin de fabricas, frigorficos, molinos, azucareras, puertos, los contratos proyectados de suministro de equipamiento, las grandes obras por realizar [.. J."

    Los miembros de esos grupos, enriquecidos por la valorizacin agraria y la especulacin comercial, consideran la propiedad de la tierra como un refugio y un smbolo de posicin social. La continuidad de la propiedad territorial no implica para ellos el inmovilismo productivo. Por el contrario, la flexibilidad en el manejo de las inversiones, la capacidad para movilizar rpidamente sus medios financieros para salir al encuentro de una ganancia rpida son caractersticas permanentes de ese grupo. En Argentina, los ganaderos supieron fomentar la agricultura en el momento oportuno. Ligados a las industrias exportadoras de productos agrcolas, supieron estimular el proceso de sustitucin de importaciones mientras segua siendo funcional para sus intereses globales. La capacidad para "pivotar", segn la coyuntura, de la ganadera a la agricultura o a la industria y de la produccin industrial a la importacin, y por consiguiente la total ausencia de especializacin, es una de las caractersticas permanentes de esta burguesa "multisectorial". Por lo dems, uno de sus rasgos de comportamiento ms arraigados consiste en prevenirse contra las formulas rgidas de inversin a fin de estar siempre en condiciones de aprovechar las ocasiones favorables reduciendo los riesgos.

    La oligarqua, vuelta hacia el exterior por formacin histrica, legitimada por su papel decisivo para la insercin de la economa nacional en la divisin internacional del trabajo, desde luego no es una simple burguesa interior pero menos aun corresponde a una "burguesa compradora" de simples intermediarios. En cuanto a calificarla de "clase superior internacional" como se ha hecho en el caso de Per o de "clase superior cosmopolita" como se ha dicho en El Salvador, a causa de cierta propensin de sus miembros a contraer nupcias con extranjeros, o a ocupar la crnica social, ayer por fastuosos viajes a Europa, hoy por prolongadas estadas en Miami, es tomar el efecto por la causa, un comportamiento por la funcin. Se trata por el contrario de un grupo nacional pero que ocupa un lugar particular y, podra decirse, plurifuncional en las relaciones con el mundo exterior. Ni su cosmopolitismo ni los vnculos con intereses internacionales y su asociacin con ellos permiten tratarla como un simple representante de esos intereses. Pues su dependencia es consentida; mejor aun, es buscada. Es desempeando conscientemente el papel de mediacin obligada como la oligarqua maximiza su fuerza y consolida su dominacin.

    Estilo de dominacin y legitimidad social

    Por ltimo, la oligarqua puede ser menos una clase que una forma de dominacin de clase basada en la exclusin. En efecto, a una estructuracin social en embudo o en pirmide corresponde un rgimen poltico "exclusionario" pero que no utiliza ni medios autoritarios ni vas burocratacorporativas. En las sociedades oligrquicas, sistemas polticos formalmente representativos funcionan sobre la base de una participacin limitada solo a los miembros de la elite establecida y a quienes les estn obligados. Una clase poltica restringida y homognea se esfuerza por administrar el pas como una gran empresa que debe producir al menor costo y para provecho nico de los accionistas. Es evidente que, por un plebiscito tcito, la sociedad reconoce a las familias "experimentadas" en los asuntos pblicos y solo a ellas la aptitud necesaria y la capacidad suficiente para conducir la nacin. Esas familias consulares generalmente manifiestan un escepticismo condescendiente con respecto a la capacidad del pueblo de ejercer sus derechos polticos, que puede ir hasta el desprecio del sufragio universal, "triunfo de la ignorancia universal" que debe corregir el "fraude" a fin de no poner "las conquistas anteriores de civilizacin a merced de la parte ms inculta e

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    indigente de la sociedad". La Argentina anterior a 1916, el Per criollo de los "civilistas". El Salvador del periodo de hegemona familiar Melndez Quionez, la Colombia del periodo entre las dos guerras son, entre otros, ejemplos de ese estilo de gobierno en su estado puro.

    Las ms de las veces, el establishment oligrquico, al entregarse a los ritos democrticos y a las exigencias de la sociedad de masas, no ocupa directamente el poder. Delega su mando a una "clase reinante" que no pone en peligro el pacto de dominacin, y se conforma con "controlar de lejos" el buen funcionamiento de los asuntos pblicos. Lo cual es posible dado que la elite establecida generalmente ha propagado a todo el cuerpo social sus valores e imagen. La prensa y la escuela son los dos canales institucionales de una inculcacin ideolgica que contribuye a moldear las mentalidades. "El secreto de su poder, escribe un ensayista argentino a propsito de la oligarqua argentina, es un poder secreto que impregna a todo el pas." En todo caso, criticar a la oligarqua es un crimen de lesa patria. Sin embargo la produccin de la ideologa dominante no siempre basta para asegurar la armona preestablecida entre la oligarqua y el poder poltico formal debido justamente a la aparicin de nuevas fuerzas sociales.

    Cierto, la interiorizacin de la dominacin oligrquica desemboca sobre todo en la neutralizacin de las clases medias y de los nuevos estratos burgueses que se revelan incapaces de elaborar su propio sistema de valores y de asumir una funcin social autnoma. Sin embargo igualmente se instauran mecanismos de cooptacin de los elementos ms audaces de la clase de nuevos empresarios. Esta permeabilidad selectiva fortalece evidentemente la dependencia de los sectores intermedios sin por ello lograr privilegiar en todos los casos los intereses oligrquicos. Cuando estos son amenazados por reformas o nuevas reglas del juego que limitan peligrosamente su manera de operar, disponen de una temible capacidad de veto a causa precisamente de su lugar central en el dispositivo de la economa nacional y de su legitimidad social. La fronda mundana o el sabotaje econmico (desinversin, fuga de capitales, presiones contra el pas en las plazas financieras internacionales, etc.) generalmente no son sino preludios a la ruptura del sistema representativo que les permite nuevamente un acceso sin obstculos al Estado.

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    Trabajo Prctico N 3

    TERRATENIENTES EN EL CAMBIO DE SIGLO

    A partir de la lectura del captulo Dos Dcadas de Cambio, del libro Los Terratenientes de la Pampa Argentina del historiador argentino Roy Hora, responder a la siguiente grilla de

    preguntas.

    1) Cul era la importancia de los terratenientes argentinos a comienzos del siglo XX?

    2) Cul era la situacin tecnolgica de las estancias argentinas en 1910 y cmo evolucion en las dcadas siguientes?

    3) Cmo cambi en la relacin entre los propietarios rurales y el resto de los productores agrarios a partir de 1910?

    4) Por qu 1912 es para el autor un ao que cambia la visin de la sociedad argentina respecto a los terratenientes?

    5) A partir de los apellidos de los grandes productores agrarios y terratenientes argentinos que menciona el texto, analice esos apellidos y relacinelo con topnimos de nuestro

    pas.

    6) Cul es la razn por la cual a partir de 1880 ya no se incrementar el nmero de familias terratenientes en la gran produccin agrcola argentina.

    7) A qu se llama estancia mixta.

    8) Al aumentar el precio de la tierra se hizo imposible acceder a la propiedad, cul fue la forma de acceso a la tierra por parte de los agricultores que comenz a multiplicarse.

    9) A qu se llama cierre de la frontera agrcola a finales del siglo XIX.

    10) Qu efecto tuvo sobre el trabajo agrcola la ola de inmigrantes europeos a partir de 1910

    NOTA: Se recuerda el uso del diccionario para resolver palabras de las que se desconozca su

    significado y que no se acepta como respuesta la copia textual de fragmentos del texto sino su

    reelaboracin con propias palabras.

    DOS DECADAS DE CAMBIO

    Roy Hora

    A comienzos de la segunda dcada del siglo XX, los magnates territoriales de la pampa conformaban el grupo social ms influyente y prestigioso de la Argentina. Visible y cohesionado, su distancia respecto de muchas de las vicisitudes del mundo industrial, y ms en general del trabajo urbano, as como tambin de los avatares cotidianos de la agricultura cerealera, haca de ellos figuras remotas antes que antagonistas directos o blancos de la crtica de los segmentos preponderantes de las clases subalternas. El lugar central que la clase terrateniente posea en la cima de la exitosa economa de exportacin de la republica, as como sus lazos con los intereses econmicos extranjeros, autorizaba a los miembros de este grupo a imponer lmites a la accin de la elite poltica, y a la vez le permita hacer sentir su influencia ms all del crculo de los grandes beneficiarios de la Argentina del cambio de

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    siglo. En aquellos aos, los cronistas de la vida del pas rara vez dejaron de referirse a la importancia de los grandes estancieros, a su enorme riqueza, a su lugar privilegiado en la cspide de la sociedad nacional, a su profunda identificacin con la tierra y la produccin rural. "El orgullo que provoca el ganado de raza de estas estancias es inmenso, y en caso de que uno sea invitado a alguno de estos lugares sin que se lo invite a recorrer las lujosas dependencias de los toros, los potros y los carneras de raza, bien puede afirmarse que el dueo o el administrador se encuentran en un estado de total distraccin", reza una tpica observacin de esos aos, en este caso formulada por un visitante britnico. La exposicin anual de la Sociedad Rural, esa gran celebracin que ofrece testimonio de la importancia de los grandes propietarios rurales y de la economa agraria pampeana, era entonces ampliamente considerada como "un suceso de relevancia nacional".

    A lo largo de ms de un cuarto de siglo, la veloz transformacin de las rsticas razas nativas en animales de gran calidad, as como tambin los profundos cambios que afectaron a las empresas agrarias, prestigiaron a los terratenientes progresistas, y les dieron una imagen pblica positiva. El clima celebratorio de los aos del Centenario le permita a Godofredo Daireaux afirmar que "la estancia argentina puede, en 1908, campear victoriosamente con los establecimientos similares de cualquier parte del mundo". Mientras que en 1895 la mitad del ganado vacuno en la provincia de Buenos Aires todava era criollo, trece aos ms tarde el ganado sin refinar representaba menos del diez por ciento del rodeo. Como observaba el director del censo ganadero de 1908, se trataba de un cambio extraordinario.

    Es comprensible que los estancieros juzgasen logros como este con inocultable satisfaccin. Pero en esos aos comenzaron a hacerse visibles otros aspectos, sin duda menos agradables para los propietarios del suelo, que ponan de manifiesto que el fin de un ciclo histrico se acercaba. Para la dcada de 1910, las magnficas estancias y la ganadera refinada de la pampa ya no resultaban una novedad que reflejaba la modernidad de los terratenientes. Hasta cierto punto, para entonces ya conformaban parte del paisaje de la Argentina. Como los testimonios contemporneos lo sugieren, haba entonces mucho que celebrar a la hora de evaluar todo lo que la ganadera significaba. Pero como consecuencia de los propios logros de la cultura ganadera argentina, era dudoso que esta diera lugar, en el futuro cercano, a nuevos y ms poderosos procesos de desarrollo.

    En la dcada de 1910, la ganadera estaba cerca de haber alcanzado una meseta tecnolgica, que no superara hasta bien pasada la Segunda Guerra Mundial. Y otro tanto puede decirse respecto de la agricultura cerealera, cuyos rasgos tecnolgicos bsicos no se modificaran hasta la dcada de 1950. Es por ello que, a partir de los aos del Centenario, la admiracin por los cambios impulsados por la empresa rural moderna, en particular por la actividad ganadera, que haba sido tan tpica de dcadas previas, disminuy de forma acusada. La gradual desaparicin del aura modernizante que la estancia reformada confera a los grandes propietarios progresistas debe ser entendida como parte de un proceso mayor: la lenta pero irreversible erosin del poder y la influencia de los magnates territoriales de la Argentina.

    Como no poda ser de otra manera, el prestigio y el poder de los estancieros de la pampa se fundaban, en primer lugar, en la riqueza territorial acumulada a lo largo de una o dos generaciones. Pero tambin se basaba en un conjunto de circunstancias histricas que, hacia la dcada de 1910, se vieron crecientemente afectadas por diversos procesos polticos, econmicos y sociales. La augusta posicin de los terratenientes dependa del dinamismo de la sociedad rural, y en particular de su capacidad para generar amplias oportunidades para el ascenso econmico y social. Su ascendiente se fundaba, tambin, en el carcter no conflictivo de la relacin entre la elite propietaria y el resto de la sociedad argentina, tanto urbana como rural.

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    En las dos dcadas que sucedieron al Centenario de la Revolucin de Mayo, el contexto que haca posible la preeminencia de los grandes terratenientes comenz a modificarse, y en consecuencia, las relaciones entre los estancieros y la sociedad argentina se tornaron ms tensas. En esos aos, llego a su fin la larga paz social que haba caracterizado a las pampas desde los albores de la expansin agraria. En 1912 se produjo el primer gran conflicto entre terratenientes y agricultores, y desde entonces, si bien no faltaron momentos de calma, la relacin entre estos dos grupos se torno conflictiva. El nuevo escenario poltico que tom forma luego de 1912 potencio ese conflicto. Inicialmente, la aprobacin de una nueva ley electoral (la Ley Saenz Pea) que volvi al sufragio obligatorio para todos los hombres adultos no fue resistida por los grandes propietarios. A poco andar, sin embargo, se hizo claro que la cultura poltica argentina se volva ms plebeya en tono y estilo. En un clima marcado por un aumento de la politizacin y la participacin, la movilizacin de las masas contribuyo a debilitar la posicin poltica de los terratenientes.

    Usualmente, con la gran crisis ganadera de comienzos de la dcada de 1920, la ascendencia de los grandes estancieros sobre el resto de los productores ganaderos sufri severas impugnaciones. Todos estos factores hicieron que, desde la dcada de 1910, el ascendiente de los terratenientes se disipara gradualmente, pues ya no les resultaba sencillo presentar sus intereses como coincidentes con los del resto de la sociedad rural. Los grandes estancieros se volvieron objeto de la animosidad de las mayoras, a punto tal que, para fines de la dcada de 1920, prcticamente todos los grupos de la sociedad vean en ellos un ejemplo acabado de una clase parasita y retardataria.

    La aparicin del conflicto social en la pampa

    Uno de los procesos de mayor relevancia de los aos del Centenario fue el cierre de la frontera agrcola. Desde los albores de la expansin agraria en las primeras dcadas del siglo XIX, la pampa haba sido considerada una tierra nueva, que demandaba trabajo y esfuerzo de quien la poblase, pero que ofreca, a cambio, amplias posibilidades de progreso econmico y social. Desde el comienzo, esta imagen exageraba las oportunidades que la regin ofreca a aquellos inmigrantes que se disponan a probar suerte en las actividades rurales, y prestaba escasa atencin a algunos de los obstculos que se interponan en el camino del xito. Las praderas argentinas estaban lejos de ser la tierra de ilimitada oportunidad con que a veces se ha asociado a la frontera, por ejemplo en la obra celebratoria de Frederick Turner.

    En las etapas iniciales de la expansin agraria, sin embargo, el bajo precio del suelo contribuyo a limitar las barreras de entrada a la actividad rural, e hizo posible el xito de muchos recin llegados. En las dcadas centrales del siglo, inmigrantes emprendedores y exitosos como Luro, Santamarina, Pradere o Duggan adquirieron grandes extensiones de tierra, y en el lapso de pocas dcadas se hicieron de verdaderas fortunas. En apenas una generacin, estas familias de nuevos ricos forzaron sin mayor esfuerzo su ingreso en una clase alta, que estaba lejos de ser especialmente rica o exclusiva.

    Los Santamarina ofrecen un ejemplo particularmente ilustrativo de la porosidad de la elite de las dcadas centrales del siglo. Ramn Santamarina, afirmaba uno de sus nietos, "vino a este pas en tercera clase, sin ms fortuna que su cerebro ni ms ayuda que la energa de su musculo". Un origen tan humilde no fue obstculo para que los descendientes de este hombre que comenz su trayectoria como pen se unieran en matrimonio con familias de la mejor sociedad argentina. En apenas una generacin, los Santamarina se emparentaron con las familias Gandara, Terrero, Pacheco, Avellaneda, Acosta, Saguier, Lezica Alvear, Quintana Unzu y Alvear. Algunos de los hijos de Ramn Santamarina, como Jos, no mostraron mayor inters en la vida pblica, y pasaron sus das como empresarios rurales o como rentistas en Paris. Otros, adems de ocuparse de la administracin de sus fortunas,

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    alcanzaron posiciones expectables en el mundo social y poltico: Ramn fue presidente de la Sociedad Rural y del Banco de la Nacin, Enrique alcanzo la vicepresidencia del pas a comienzos de la dcada de 1930, durante el gobierno de Uriburu, y Jorge presidio el Banco de la Nacin en esa misma dcada. El xito de esta familia se fundaba en la formidable fortuna que alcanzo su fundador, que compr tierra en grandes cantidades desde la dcada de 1860, alcanzando para el fin de sus das un patrimonio territorial de ms de 300.000 hectareas.

    Despus de la dcada de 1880, trayectorias como las de Ramn Santamarina se volvieron excepcionales, y la incorporacin en los estratos superiores de la elite argentina, poco menos que imposible. Para el cambio de siglo, ya no se registran historias de ascenso tan espectaculares, en gran medida porque la clase propietaria, enriquecida y consolidada, comenzaba a diferenciarse y a aislarse del resto de la sociedad ms claramente que en cualquier momento del pasado. Gracias a la enorme riqueza territorial que haban acumulado, los grandes estancieros se volvieron el segmento ms conspicuo y visible de la clase propietaria. Sus hbitos de consumo suntuario llamaron la atencin de muchos observadores. Los terratenientes se convirtieron en el corazn de una elite exclusiva, muchas veces describa como "consciente de su rango", mas de una vez como "altiva". El dinero, afirmaba Gordon Ross en la dcada de 1910, tiene mayor eficacia como llave para ingresar a la sociedad en muchas capitales europeas que en Buenos Aires". Que ello sea cierto depende mucho de que elites europeas uno tenga en mente. De todas maneras, comentarios como este indican bien que para ese momento ya no resultaba sencillo ingresar en la clase alta. Como Julio Monzo percibi con claridad, el alza del precio de la tierra, esto es, del principal activo de la elite propietaria argentina, estaba en la base de este cambio."

    La rpida valorizacin de la tierra no solo contribuyo a delinear mejor los rasgos de los grupos que estaban en el centro de la elite propietaria. Tambin contribuyo a dotar de un perfil de clases ms preciso a toda la sociedad rural. El aumento del precio del suelo sign la expansin de la agricultura granfera, que creci con fuerza desde la dcada de 1890. Entre 1894 y 1903, el precio de la tierra en la provincia de Buenos Aires se multiplic por tres. En diversas areas, el cultivo granfero se integr plenamente como parte de las actividades que tenan su sede en la estancia ganadera, que se convirti as en una explotacin en la que el cultivo del suelo adquiri un lugar ms preponderante que el que hasta entonces haba sido tradicional.

    En estas estancias mixtas, la agricultura se expandi gracias a la conversin de praderas que ya estaban generando altos rendimientos gracias a la cra de ganado lanar en areas destinadas a la produccin de granos, forrajes y vacunos refinados. En consecuencia, pese al aumento de la superficie bajo cultivo, el acceso a tierra agrcola barata se hizo dificultoso para los agricultores. En las nuevas areas de frontera, en particular en el sur y el oeste, los grandes dueos del suelo tambin se resistieron a fraccionar y vender, y en su mayora prefirieron arrendar sus tierras. Para comienzos de la dcada de 1900, cuando este sistema ya haba madurado sus rasgos esenciales, Francisco Latzina poda ofrecer una "explicacin convincente sobre los motivos que explicaban esta conducta. "El dueo de tierra buena y bien situada, afirmaba, "preferir siempre el arrendatario al comprador a plazos al contado de pequeos lotes. Con el arrendamiento se constituye una renta, sin perder nada de su capital [...] mientras que, en la colonizacin, enajena parte de su capital en pagos a plazos, morosos y a veces inseguros, y pierde la renta". Motivos como este explican por qu, para la primera dcada de siglo, dos tercios de los agricultores en los distritos cerealeros trabajaban tierra que no era suya.

    Es claro que los agricultores arrendatarios tambin contribuyeron a definir los rasgos de este sistema. El arrendamiento, en sus diversas modalidades, formaba parte central de la historia de la produccin agraria en la pampa ya desde el periodo colonial. En una economa

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    crnicamente falta de brazos, el arriendo venca a ofrecer una opcin atractiva para las clases trabajadoras, pues les permita participar en la apropiacin de los beneficios de la produccin agrcola. Cuando la agricultura cerealera se expandi a fines del siglo XIX, y al igual que haba sucedido en otros ciclos productivos (en especial en las etapas iniciales, cuando la escasez de fuerza de trabajo se haca sentir con ms fuerza), el sistema de arrendamientos ofreci a los agricultores condiciones muy favorables. Para los inmigrantes que llegaron al pas en las ltimas dcadas del siglo XIX, as como tambin para los migrantes del interior o de los centres urbanos, arrendar importantes extensiones de tierra, sobre la base de contratos que les permitan participar en los beneficios, constitua una opcin tentadora y a veces muy lucrativa, seguramente ms atractiva que inmovilizar su escaso capital en la adquisicin de una pequea parcela.

    Con el paso del tiempo, primero en las tierras de ms antiguo poblamiento, pero a poco andar tambin en las de frontera, el creciente flujo de inmigrantes modific sustancialmente el mercado de trabajo y debilit la posicin de los agricultores. El cambio fundamental se dio en la dcada que precedi a la Primera Guerra Mundial, cuando tres millones de inmigrantes europeos arribaron al pas. La fuerza de trabajo, que siempre haba sido relativamente escasa, se volvi ms abundante, y ello erosion la posicin de los trabajadores en el mercado. Para comienzos de la dcada de 1910, el ferrocarril alcanz definitivamente los lmites de la tierra apta para el cultivo granfero y para la cra de animales de calidad. As, llego a su fin la permanente incorporacin de nueva tierra frtil, que haba signado toda la historia de esta sociedad de frontera. Al congelarse la oferta de tierra, el precio del suelo tenda a elevarse, y lo mismo sucedi con la renta. La combinacin de un alza de la renta de la tierra y de un aumento de la oferta de fuerza de trabajo tuvo un efecto devastador sobre la capacidad de negociacin de las clases subalternas.

    Con el cierre de la frontera agrcola, la pampa comenz a perder muchas de las caractersticas que la haban hecho una sociedad nueva. Este proceso, que ya se haba manifestado parcialmente en tierras de ms antiguo poblamiento, hacia el Centenario limitaba las oportunidades de acceso a la tierra en condiciones muy favorables en las ltimas fronteras al sur y al oeste. En la dcada de 1910, ya no resultaba sencillo ascender en la escala social. Aludiendo a este problema, en 1912 el diario La Vanguardia afirmaba que "si Santamarina compraba hace 40 o 50 anos una legua por una petaca, ni un solo palmo de tierra es accesible hoy a la multitud laboriosa".

    En esos aos, el cambio agrcola, y ms en general el rural, que el agrnomo estadounidense Carl Taylor consideraba tan intenso en la pampa como en las praderas americanas durante todo el siglo XIX, perdi dinamismo. Desde la dcada de 1910, la frontera solo se expandi en reas marginales fuera de la pampa: en las tierras subtropicales del Chaco y en la desrtica regin patagnica. En los distritos cerealeros el alza de los precios de la tierra as como el incremento de la renta y la abundancia de trabajo, limitaron las oportunidades de ascenso econmico, afectando en particular a los chacareros arrendatarios que constituan el eslabn ms dbil del mundo agrcola. En el sur de Santa Fe, por ejemplo, la renta se elevo de alrededor de un quinto a un tercio de la cosecha entre 1904 y 1912. A comienzos de la dcada de 1910, dos aos agrcolas particularmente malos, uno en el que fracaso la cosecha, y otro de precios muy bajos, colocaron a los chacareros del maz en una posicin por dems incmoda. Los arrendatarios se vieron atenazados por un alza de los costos de produccin y una baja del ingreso. En 1912, una huelga de arrendatarios estallo en Alcorta, en Santa Fe, y se extendi por los distritos cerealeros del norte de Buenos Aires y el sudeste de Crdoba. Poco antes del momento indicado para el inicio de las labores, los chacareros se negaron a sembrar y reclamaron una baja de los cnones de arrendamiento. Al ao siguiente, en 1913, los cultivadores otra vez fueron a la huelga.

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    Trabajo Prctico N 4

    EL FASCISMO

    A partir de la lectura del captulo La Solucin Fascista, escrito por el historiador suizo Philippe Burrin, del libro Nueva Historia de las Ideas Polticas, responder a la siguiente grilla

    de preguntas.

    1) En qu consisti la crisis cultural que se desat en occidente a comienzos del siglo XX y cmo afect al sistema democrtico?

    2) En qu deriv esa crisis de confianza y el aumento de la insatisfaccin con el sistema poltico imperante en Europa?

    3) El autor manifiesta que Nazismo y Fascismo no son lo mismo pero que tienen claros puntos de encuentro. Qu diferencias observa y en qu cosas apunta acercamientos?

    4) El autor menciona que el Fascismo tiene como origen tres corrientes ideolgicas. Mencione esas tres corrientes.

    5) Construya un cuadro de dos columnas. En la primera con los nombres de la corriente contrarrevolucionaria, del irracionalismo y del nacionalismo de extrema derecha, en la

    siguiente columna describa brevemente las caractersticas de cada una de estas

    corrientes ideolgicas.

    6) Qu elementos ideolgicos de las tres corrientes recoge el fascismo?

    7) Qu hecho histrico menciona el autor como factor que cre las condiciones y dio espacio al crecimiento del movimiento fascista

    8) El autor menciona la relacin que existe entre Fascismo y las polticas de Unin Nacional. Son lo mismo?

    9) Describa elementos que componen la poltica fascista.

    10) Describa los factores definitorios que se esperan del llamado hombre fascista.

    NOTA: Se recuerda el uso del diccionario para resolver palabras de las que se desconozca su

    significado y que no se acepta como respuesta la copia textual de fragmentos del texto sino su

    reelaboracin con propias palabras.

    LA SOLUCIN FASCISTA

    Philippe Burrin

    Mucho se hubiera extraado Tocqueville si le hubieran dicho que el pleamar democrtico que le pareca irresistible, iba a tropezar muy pronto con obstculos tan poderosos que poco le faltara para romperse. La extensin, despus de la Primera Guerra Mundial, de la oscura mancha de las dictaduras sobre el mapa de Europa, demostr con toda claridad que el progreso de la modernidad no era incompatible con algunos temibles reflujos. Europa pas durante el perodo entre ambas guerras mundiales por una crisis profunda, una crisis cultural en el sentido ms amplio del trmino, que era la de la herencia de la llustracin, con sus

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    representaciones optimistas de la historia y del hombre. En la segunda parte del siglo XIX, en realidad, la confianza en la razn y en el progreso haba empezado ya a resquebrajarse, al tiempo que se formaba un clima intelectual que iba a estimular, en algunos sectores de la opinin, la revocacin radical de una civilizacin tanto en sus estructuras como en sus proyectos identificada por entero con la democracia.

    Esta crisis se tradujo en un poderoso retorno en favor de los valores autoritarios, por la afirmacin sonora de los principios de orden y de autoridad, Los pases de la Europa occidental inclusive, donde la democracia tena ya la fuerza de la tradicin, conocieron tentaciones y conmociones, El parlamentarismo atrajo en contra suya las protestas ms variadas y ms emotivas, la lentitud de las deliberaciones, la fragilidad de las mayoras, en resumen, el debate y la divisin, se haban hecho insoportables a una parte de la opinin a la que la confusin de la crisis econmica y un clima moral marcado por la Gran Guerra haca sonar con unas soluciones simples y fuertes, en direcciones seguras, en consensos fciles de conseguir.

    El desarrollo y, en algunos pases, la aplastante victoria de los partidos fascistas, mostraron la extensin y gravedad de la crisis. Expresin poltica extrema del movimiento de reaccin contra los ideales democrticos, aquellos partidos basaron su triunfo en la explotacin de todas las insatisfacciones, de los descontentos, de las rebeliones engendradas por una modernidad a la que sus amargos frutos valieron una condena global, conjugando los llamamientos ms diversos, en primer lugar a la reaccin y a la conservacin del orden, pero tambin a la revolucin, los partidos fascistas introdujeron en la variedad de las derechas una nueva rama, dando a la autoridad un giro especfico y asocindola, sobre todo, a un culto de la fuerza sin precedente en la historia poltica de la Europa moderna.

    Un tipo ideal

    Para explicar la originalidad de la solucin fascista, hay que salvar una dificultad previa. El fascismo es en efecto un trmino desgastado por dcadas de utilizacin polmica. Entre una extensin abusiva y un encogimiento limitativo poco justificado, hay sin embargo un lugar para un concepto pertinente, a condicin de definirlo con precisin y de ser consciente de los lmites de esta definicin.

    Mantenindose en el estricto terreno de las ideas polticas, se puede sostener que entre el fascismo italiano y el nazismo alemn, para no citar ms que a los dos casos de mayor envergadura histrica, media una distancia e incluso una cierta oposicin, que dificulta el empleo de un concepto genrico de fascismo. Es patente que carecen de una matriz doctrinal contenida en un texto fundamental, a ejemplo de lo que fue El Capital para la familia socialista o la Declaracin de Derechos del Hombre para la familia liberal. En realidad, hubo entre ambos una disparidad indiscutible desde el punto de vista doctrinario, pues mientras el fascismo italiano pona en el centro de su discurso al Estado totalitario realizador de Imperio, el nazismo colocaba a la raza como fundamento del pueblo elegido. A diferencia del primero, el segundo dispona de un verdadero cuerpo de doctrina, coherente en sus principios, articulado en su exposicin y eficaz como gua para la accin; la Solucin Final3 fue la culminacin de este e introdujo entre los dos fenmenos una diferencia que puede parecer insuperable.

    Sin embargo, su parentesco es evidente, y tanto ms si, por encima de las ideas polticas stricto sensu, apuntamos al plano global de la ideologa, concebida como conjunto de principios y valores que definen una visin del mundo y de la sociedad y desembocan en un proyecto poltico de accin y cambio. Por fascismo en sentido genrico, entenderemos aqu un tipo ideal en la acepcin definida por Max Weber.

    3 Solucin Final es el nombre que el nazismo le dio al exterminio de la poblacin juda europea.

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    El tipo ideal del fascismo no pretende definir la esencia del fenmeno fascista ni agotar la realidad histrica. Su objeto es el de ordenar, en un conjunto coherente, las lneas de fuga que componen, segn la opinin del investigador, el horizonte ideal del fascismo, considerado como un proyecto poltico, y que lo distinguen de otros tipos como la democracia liberal, el comunismo sovitico y las dictaduras autoritarias tradicionales. Este cuadro ideal sirve as como modelo de anlisis con el que abordar la realidad histrica y precisar la singularidad de los casos individuales. En esta perspectiva, se puede sostener que el antisemitismo nazi, e incluso la misma Solucin Final, que es indisociable de una situacin de guerra y de fracaso creciente, hacen del nazismo una modalidad extrema del fascismo, pero no lo diferencian radicalmente del caso Italiano.

    Fuentes

    La ideologa fascista se inscribe en la prolongacin de las corrientes ideolgicas anteriores a la Primera Guerra Mundial, y ofrece de estas corrientes una sntesis nueva y original, cuyo equivalente no encontramos antes de 1914 aunque s sean perceptibles sus elementos bsicos. Se encuentra en el punto de confluencia de tres corrientes de pensamiento que, por otra parte, se hallan mezcladas en proporciones diversas segn los pases, pero que merece la pena diferenciar el pensamiento contrarrevolucionario, el irracionalismo poltico y el nacionalismo de extrema derecha.

    Desarrollado como reaccin contra la Revolucin Francesa, el pensamiento contrarrevolucionario tiene por principios esenciales la autoridad y la jerarqua. En esta concepcin, que ve en el orden social un producto de la voluntad divina, la sociedad es fundamentalmente no igualitaria y el individuo no tiene sino deberes hacia ella. Este es un punto de vista vinculado con una visin pesimista del mundo, segn la cual el hombre, atontado por el pecado original, se encuentra invenciblemente inclinado al mal y debe ser preservado de s mismo por las cadenas de un orden tutelar. Esta lnea de pensamiento se halla dentro de la tradicin metafsica y religiosa de Occidente, y est inspirada en la imagen de una sociedad fundada sobre la monarqua y la divisin en rdenes y corporaciones, una sociedad ordenada por la superioridad natural de las autoridades y la sumisin respetuosa de un pueblo cristiano.

    En el fondo del irracionalismo poltico se halla la idea de que la sociedad esta cohesionada por fuerzas elementales que la razn no logra captar y que proporcionan su identidad a los miembros de la comunidad. Al igual que la contrarrevolucin, rechaza el modelo del contrato social de Rousseau y la concepcin de una sociedad fundada en el acuerdo de voluntades individuales iluminadas por la razn. Pero a diferencia de la contrarrevolucin, el irracionalismo rechaza de un modo absoluto la razn y, adems, tiende a sustituir la religin revelada por un neopaganismo, Para sus partidarios, la accin de fuerzas oscuras el destino, la raza, la vida, la tierra determina al hombre y lo hace pertenecer de modo exclusivo e irreversible a una comunidad a la que se halla unido por un vnculo instintivo. El vitalismo y el racismo son las dos variantes doctrinales ms extendidas del irracionalismo: el primero inspir al fascismo italiano y el segundo al racismo.

    La ltima de las corrientes mencionadas es la del nacionalismo de extrema derecha, que adquiri su mayor auge poltico en la ltima parte del siglo XIX. Sucede al nacionalismo democrtico que haba unido de modo indisoluble la independencia nacional a la soberana popular, alinendose con los principios antidemocrticos de la contrarrevolucin, pero encerrndolos dentro de los lmites de la nacin, convertida ya en el marco insuperable de la vida social y en el foco de una adhesin cvica que compite con la fe religiosa y su universalismo. A diferencia tambin de la reaccin, este nacionalismo est dispuesto a recurrir a las masas populares y a movilizarlas para llevar a cabo su obra de renovacin, crispado en la voluntad de dar a la nacin, cohesin y unidad, se caracteriza por un

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    repliegue desconfiado hacia concepciones particularistas, por la exclusin del extranjero, por la afirmacin de valores de fuerza y podero hacia el exterior.

    El fascismo realiza una sntesis original de estas tres corrientes, no dejndose reducir a ninguna de ellas, incluso si se acerca ms al irracionalismo poltico y al nacionalismo de extrema derecha, pues la contrarrevolucin consiste en cierto modo en el tronco inicial. El recurso a las masas, su encuadramiento en el seno de un partido nico, su participacin regulada en la accin del poder, lo distinguen con claridad de esta ltima, y ms generalmente del autoritarismo tradicional, a pesar de comulgar con los principios de orden, autoridad y jerarqua. Por otra parte, su fundamento irracionalista lo separa de un nacionalismo de extrema derecha de inspiracin positivista como el de la Accin Francaise4. Adems, la pretensin de llevar a cabo un cambio completo en el orden poltico en beneficio de una nueva elite, impide que se lo pueda confundir con la derecha nacionalista de fines del siglo XIX, que conservaba su reverencia por las viejas clases dirigentes.

    En realidad, solo la experiencia de la Primera Guerra Mundial, al dar forma a ciertas actitudes mentales y al abrir camino a una visin indita de la sociedad, hizo emerger una nueva derecha que ni estaba vinculada a la defensa del orden existente ni al restablecimiento de un orden antiguo, sino que pretenda fundar una nueva polis a partir de la experiencia de las trincheras. Esta novedad se nota en la recuperacin, casi inexistente antes de 1914, de buena parte de los mtodos, retrica y simbolismos de los partidos revolucionarios, muestra evidente de desapego hacia la sociedad existente y sus elites. Pero sobre todo se traduce en la concepcin de un orden social imitado del orden militar, en la conversin del ideal guerrero en ideal cvico, y en la pretensin de encerrar a toda la sociedad en la red de un poder ilimitado.

    La reunin totalitaria de la nacin

    Al tener por objetivo la unidad de la nacin, el fascismo debe inscribirse en la familia de las ideologas de unin nacional. Estas tienen por comn caracterstica la intolerancia hacia las divisiones polticas e ideolgicas que acarrean a la vez al liberalismo y el marxismo; su ambicin consiste en superar lo que entienden como una crisis de civilizacin, reuniendo a todos los grupos y sectores nacionales. Pero si pensamos en el gaullismo (movimiento creado en Francia en torno a De Gaulle, despus de la Segunda Guerra Mundial), con sus intenciones de unin nacional y su lucha contra el liberalismo y el marxismo, que son sus corolarios, su pretensin de superar las divisiones ideolgicas y en primer lugar la barrera entre derecha e izquierda, as como la de reunir al pueblo en un gran movimiento guiado por un hombre que encarnara las esperanzas de la nacin grande y fuerte, vemos que todos estos rasgos no bastan para calificar de fascista a dicho movimiento. Es importante, por lo tanto, especificar las particularidades de la unin o reunin nacional que el fascismo persigue.

    Quiz lo mejor sera caracterizar al fascismo como la variante totalitaria de las ideologas de unin nacional. A diferencia del comunismo sovitico, totalitarismo de izquierda, el fascismo, totalitarismo de derecha, afirma con toda claridad su voluntad totalizadora. Su valoracin de la coaccin y de la fuerza se expresa de manera muy tpica en esa exhibicin de voluntad de formar una nacin que se adhiera con plenitud entusiasta al nuevo orden.

    La comunidad fascista, que tiene por fundamento la desigualdad entre sus miembros, est encuadrada por un partido nico jerarquizado que tiene por misin alinear a la nacin entera con su modelo; en la cumbre de la pirmide hay un jefe absoluto, encarnacin providencial de las fuerzas oscuras de la nacin y de la raza, que mantiene con su pueblo una relacin de

    4 Movimiento nacionalista de origen francs.

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    mando absoluto y de confianza plebiscitaria Las reuniones fascistas, los desfiles y escenografas del nazismo, sobre todo, Ofrecen una imagen expresiva de la comunidad que se prepara, con su pueblo jerarquizado segn los servicios rendidos al partido, militarmente uniformado y ordenado, comulgando con el jefe en el entusiasmo y la disciplina,

    La construccin social y la reforma econmica tienen un lugar muy secundario en el ideal fascista. Lo que se pone en primer piano es la primaca de lo poltico, de un ideal cuya ambicin es volver a cerrar las divisiones de la sociedad capitalista liberal, moldeando una conciencia colectiva homognea con la marca del fanatismo.

    El hombre fascista debe ser un individuo movilizado permanentemente al servicio de la comunidad y del jefe absoluto que la personifica y la gua, Sus cualidades son la disciplina y la obediencia, pero tambin el impulse el entusiasmo y la fe ciega. Combate, fe, trabajo, sacrificio, era la divisa asignada por Goebbels a los militantes nazis, y la de Mussolini: Creer, obedecer, combatir. Estos valores de la fe y el sacrificio traducen fielmente el fundamento irracionalista del fascismo y dibujan con claridad el objetivo de una adhesin ciega, espontanea y exclusiva del individuo a su comunidad. A este fin colaboran una movilizacin emocional permanente, la designacin de los enemigos jurados de la comunidad, la exaltacin incesante de la gloria y la grandeza futuras y, por ltimo, la inculcacin obsesiva, por encima de todo, de las virtudes guerreras.

    Los valores de fuerza y combate son efectivamente indisociables del ideal comunitario del fascismo y acaparan incluso su horizonte. Su ambicin fundamental es, en definitiva, formar un pueblo de guerreros alegres destinado a proyectarse en las conquistas, que son el derecho natural de los pueblos jefes. Que el punto de apoyo doctrinal sea el vital ismo, como en el fascismo italiano, o el racismo, como en el nazismo, una misma filosofa del derecho del ms fuerte y una misma idea de misin exterior de dominio y expansin, pone en el centro del proyecto fascista una dimensin imperialista que es la salida natural de la nueva comunidad nacional. Una visin neodarwinista de las relaciones internacionales, una voluntad de fuerza y de potencia disociada de cualquier objetivo definido y limitado: la guerra representa para el fascismo a la vez el medio de realizacin de su voluntad ilimitada de dominacin y la prueba natural de verificacin de la vitalidad de un pueblo regenerado por l.

    En definitiva, cabe proponer la siguiente definicin, en tres partes solidarias, del tipo fascista. El fascismo tiene la ambicin de formar una comunidad nacional unificada y movilizada permanentemente en funcin de valores de fe, de fuerza y de combate; una comunidad basada en la desigualdad, comprimida en una unidad totalitaria que excluye cualquier otra fidelidad que la que se rinde de modo exclusivo a un jefe que personifica el destino colectivo y decide sin contar con nadie; una comunidad militarizada, fundida con vistas a realizar una empresa de dominio que es su principio y su fin.

    Los regmenes italiano y alemn avanzaron de modo desigual en el camino de la realizacin de este proyecto, pero no puede negarse su presencia fundamental, como lo demuestra sobre todo la poltica realizada en los campos cultural y educativo. En ambos pases, los fascistas consecuentes fueron siempre minoritarios, pero sin embargo consiguieron un amplio apoyo popular sacando partido de esperanzas y valores que, aunque no se identifican con los suyos, tenan bastantes puntos de contacto con ellos, aspiracin a un Estado fuerte, dimisin del individuo que busca refugio en el seno de un orden dinmico personificado por un gran hombre, rechazo del trabajo de la razn y del esfuerzo de la conciencia en favor del calor de las emociones y de las pasiones, sobre todo por la identificacin con la fuerza y la grandeza del Estado y de la nacin; corriente difusa de autoritarismo que los fascistas supieron captar y del que hicieron la base de su insaciable proyecto de fuerza y de poder. Las matanzas de la Segunda Guerra Mundial demostraron con sus ruinas que el fascismo

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    haba sido en definitiva el sntoma mas virulento de la crisis general a la .que haba pretendido poner remedio, De la situacin que sali de aquella con tienda, cabe sacar la conclusin de que la poca histrica del fascismo ha pasado sin posibilidades de retorno, lo que desde luego no significa que la autoridad y sus vrtigos hayan desaparecido de nuestras sociedades.

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    Trabajo Prctico N 5

    GOBIERNOS RADICALES Y OPOSICIN PARLAMENTARIA

    A partir de la lectura del captulo Los Gobiernos Radicales, escrito por la historiadora argentina Ana Persello, de la coleccin Nueva Historia Argentina, responder a la siguiente

    grilla de preguntas.

    1) Cundo Yrigoyen fue elegido Presidente, en qu condiciones quedaron los radicales en las cmaras legislativas?

    2) Por qu el Congreso era el lugar donde se desarrollaban los enfrentamientos internos de cada sector.

    3) En qu consistan las diferencias dentro del Partido Radical

    4) Qu problema observa la autora en el hecho de que no existan partidos orgnicos e institucionalizados, es decir, partidos polticos slidos ideolgicamente y unificados en

    la accin.

    5) En tiempos de la presidencia de Yrigoyen se hablaba de una ineficacia parlamentaria, explique cules eran las dos perspectivas con las que se vea la causa de esta inaccin.

    6) Cmo era la relacin entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo en tiempos de Yrigoyen?

    7) Cmo utilizaba el Poder Ejecutivo la facultad de intervenir las provincias y de qu modo interpretaba la oposicin esas decisiones?

    8) En qu se diferenciaba el accionar poltico de Yrigoyen y de Alvear como presidentes en su relacin con el Parlamento.

    NOTA: Se recuerda el uso del diccionario para resolver palabras de las que se desconozca su

    significado y que no se acepta como respuesta la copia textual de fragmentos del texto sino su

    reelaboracin con propias palabras.

    LOS GOBIERNOS RADICALES

    Ana Persello

    EL PARLAMENTO

    Cuando Yrigoyen asumi la presidencia, la Cmara Baja se compona de 120 diputados y la Alta de 30 senadores. El radicalismo obtuvo 43 bancas en Diputados y solo 4 en Senadores. Una primera mirada a los cambios en la composicin por sector a lo largo del periodo muestra el crecimiento de los radicales en detrimento de los conservadores. En cuanto a los partidos menores, como el socialismo y la democracia progresista, mantuvieron un nmero de bancas ms o menos constante hasta 1928. En ese periodo legislativo los demcratas perdieron su representacin y los socialistas, divididos, se las repartieron con ventaja para los independientes. Por otro lado, las bancas radicales no constituan un bloque. Ya antes de la escisin formal del partido la bancada estaba dividida, aunque fue recin en las elecciones

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    legislativas de 1926 cuando presentaron listas separadas, obteniendo 38 bancas el personalismo y 20 el antipersonalismo. Hacia el final del periodo, coincidiendo con el segundo gobierno de Yrigoyen, los personalistas tenan amplia mayora y qurum propio.

    El recinto parlamentario se constituyo en un lugar privilegiado para los pleitos entre partidos y en el interior de ellos. A comienzos del perodo se desarroll un fuerte enfrentamiento verbal entre radicales y conservadores ambos se acusaban mutuamente de no constituir partidos que, aunque se mantuvo, se desplazo visiblemente al interior del partido gobernante. El antipersonalismo se transformo en blanco de los ataques del yrigoyenismo y a la inversa. Todos los partidos, sin excepcin, desplegaban sus propias rencillas internas y, adems, se posicionaban frente a las divisiones y alianzas de los otros partidos. Esto se tradujo en una dinmica pautada por el conflicto y las denuncias de la minora de arbitrariedad, abuso y aplicacin tendenciosa del reglamento, despachos que no se suscriban en el seno de las comisiones y abundancia de mocionas de cierre del debate.

    Pero lo que en ltima instancia estaba en discusin en el interior mismo del Parlamento era la definicin del gobierno representativo. Este debate pona en cuestin el lugar de los partidos como canales de mediacin en el sistema politico e implicaba una pregunta por la representacin. Frente al argumento de que la democracia no es posible si el pueblo no se organiza en partidos y en tanto esto es as, los legisladores representan en el recinto parlamentario a su agrupacin poltica, aparca el planteo de que el representante lo es del pueblo de la Nacin. Una y otra posicin determinaban planteos diferentes en tomo al voto disciplinado y a la formacin de bloques. El bloque puede constituirse y la disciplina operar en funcin de una definicin programtica, afirma la oposicin, y el radicalismo no la tiene. Esto funcionaba solamente para el Partido Socialista. Las cuestiones provinciales y la poltica internacional para mencionar solo algn ejemplo dividan internamente tanto a conservadores como a radicales. Las diferencias no se resolvan en el interior del partido tal como lo propona la nocin de disciplina sino que se trasladaban al Congreso.

    En el caso del Partido Radical la cuestin se complica. Un sector de los legisladores exiga la separacin entre partido y gobierno. Se poda ser radical y opositor. El gobierno era personal y, por ende, ajeno a la tradicin del partido que se basaba precisamente en el repudio del personalismo. Los extravos o desviaciones de los derechos consagrados por la Constitucin en que incurra el presidente de la Republica no comprometan la accin parlamentaria del partido. Otro grupo, el ms numeroso, se senta solidario con el mandato por el cual Yrigoyen fue ungido. La misma lgica se desplegaba durante los aos del gobierno de Alvear. Para los yrigoyenistas, el presidente se apartaba de la tradicin partidaria y esto justificaba las obstrucciones y las ausencias al recinto parlamentario.

    La ausencia de partidos orgnicos y disciplinados, que marcaba la tensin entre la nueva ingeniera institucional propuesta por la ampliacin del sufragio y las practicas, fundamentaba dos tipos de planteos: modificar el accionar de los partidos a travs de reformas legislativas en el marco de la representacin territorial o promover cambios que los reemplacen por otras formas de mediacin, funcionales, sectoriales y de intereses. Detrs de ambos argumentos estaba en cuestin la ley Saenz Pena. Para los primeros, haba que modificarla; para los segundos, derogarla. Era mayoritaria la afirmacin de que la ley implic un jaln en el camino del progreso poltico. La ampliacin de la participacin era irreversible o, en todo caso, inevitable, aunque sus resultados no fueran los deseados. Legisladores de distintas tendencias proponan su modificacin introduciendo la representacin proporcional para ampliar las posibilidades de los partidos menores, o volviendo al sistema de la circunscripcin uninominal establecido en 1902 para que fuera el mbito local y no el comit el que seleccionara a los representantes.

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    La ley electoral de 1902, creacin de Joaqun V. Gonzalez solo aplicada en 1904, estableca el rgimen uninominal por circunscripciones combinado con el sufragio voluntario. En 1921, el legislador Julio Costa volvi a reproducir el proyecto sin modificaciones. Los argumentos giraban en tomo a que el escrutinio de lista era la negacin del gobierno representativo; la interposicin del comit entre el electorado y el pueblo. Por el contrario, el representante surgido del distrito rena la representacin de intereses de los votantes y de calidades, en tanto era el personaje destacado. Costa volva a reivindicar por sobre los partidos el peso del notable local.

    Cuando en 1912 se sanciono la ley 8.871, se estableci la lista completa combinada con el secreto y la obligatoriedad del sufragio y el mecanismo plurinominal. El sistema de lista fijaba la representacin de la minora en un tercio. En la perspectiva de los legisladores la pluralidad y la proporcionalidad fija posibilitaran el ingreso al Parlamento de los partidos nuevos, como el social ismo y el radicalismo. No estaba dentro del horizonte de lo posible la prdida del gobierno por los grupos tradicionales. El triunfo radical para los propiciadores de la reforma era un resultado no previsto y no deseado. El tercio funcionaba como elemento atemperador de la ampliacin poltica.

    Una vez instalado el radicalismo en el gobierno y a medida que la ocupacin de espacios gobernaciones y bancas aumentaba, la oposicin busco en la reforma de la ley electoral el modo de morigerar el avance. El rgimen proporcional apareca como una solucin posible. El argumento era que volva mas representativo al Parlamento en tanto reflejaba con mayor fidelidad las diferencias en el electorado. La opcin por la lista incompleta favoreca el gobierno eficiente y el bipartidismo, aunque sacrificara la representatividad. Entre los regmenes proporcionales posibles ensayados en otros pases las iniciativas legislativas presentadas al Congreso optaban por el sistema D'Hont, que segn planteaban evitaba la fragmentacin excesiva de los partidos, a diferencia del mtodo de mayor residuo que favoreca a los partidos mas pequeos. De hecho, algunas provincias lo adoptaron: Buenos Aires. Corrientes, la Capital Federal, para elecciones comunales, y Santiago del Estero hasta 1921, en que fue derogado y reemplazado por el sistema de lista incompleta.

    EL PRINCIPIO REPUBLICANO: LA RELACION EJECUTIVO/LEGISLATIVO

    Es frecuente encontrarse en los textos de la poca con evaluaciones de la labor parlamentaria y una de las cuestiones sobre las que se hace mayor hincapi es el desequilibrio entre la labor legislativa y el debate poltico. Los legisladores de todos los sectores coincidan en que esto ltimo insuma la mayor parte del tiempo de las Cmaras. En lneas generales, denominaban debate poltico al que enfrentaba a miembros del partido gobernante en cuanto a la evaluacin de las situaciones provinciales; al que se produca cuando se presentaban pedidos de interpelacin al Ejecutivo; a las largas sesiones dedicadas a discutir la situacin de las provincias intervenidas motivadas por la ausencia del ministro interpelado, que implicaba necesariamente interpretaciones constitucionales en cuanto a fueros y prerrogativas de los poderes.

    Para los radicales, la ineficacia parlamentaria era producto del obstruccionismo de la oposicin que enjuiciaba permanentemente al gobierno y al partido para provocar dilaciones. Para la oposicin, la explicacin estaba, por un lado, en la divisin del Partido Radical, que obviamente se trasladaba al Congreso y provocaba un enfrentamiento enconado y posiciones irreductibles; por olio, en la sujecin del partido al gobierno y, fundamentalmente, al Ejecutivo.

    Segn la oposicin, era Yrigoyen quien proporcionaba los motivos para que la Cmara se viera obligada permanentemente a defender sus fueros frente al avasallamiento del que era objeto, y esto era previo a la tarea de legislar. La enumeracin de motivos es conocida: el presidente no asista a las sesiones de apertura del Parlamento. En los seis aos de su

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    primer gobierno Yrigoyen no lo hizo nunca y solo en 1918 presento excusas a la Cmara por encontrarse fuera de Buenos Aires. Tampoco concurri durante su segundo gobierno. Esta es una de las diferencias con Alvear que estuvo presente en todos los periodos legislativos de su mandato. Si bien la ausencia del presidente no impeda el funcionamiento parlamentario, su presencia era una prescripcin constitucional y la no concurrencia adquiri un fuerte valor simblico. Conservadores, socialismos y demcrata progresistas coincidan en afirmar que implicaba falta de respeto, arrogancia y soberbia.

    El segundo motivo era el desconocimiento de las facultades de la Cmara para llamar a su seno a los ministros. El artculo 63 de la Constitucin estableca que cada una de las Cmaras poda hacer concurrir a su sala a los ministros para recibir las explicaciones con informes que considerara convenientes. Se trataba del derecho de interpelacin. En los dos periodos presidenciales de Yrigoyen aumento considerablemente el nmero de interpelaciones fracasadas en relacin con periodos anteriores. Entre 1916 y 1922 en Diputados se presentaron 35 pedidos de concurrencia de los ministros al recinto parlamentario, se votaron afirmativamente 29 y solo se realizaron 13. Entre 1928 y 1930 recibieron sancin negativa los 19 pedidos presentados.

    En este ltimo perodo, el radicalismo personalista tena mayora absoluta en la Cmara de Diputados, es decir, es la misma Cmara la que renunciaba a la facultad de interpelar en una actitud de proteccin al Poder Ejecutivo, a diferencia de los anos del primer gobierno en que la mayora de los diputados radical es votaba afirmativamente los pedidos de interpelacin. Y esto, nuevamente, lo separa tambin del perodo alvearista, en el cual se votan afirmativamente las 37 interpelaciones pedidas y se realizan 34.

    El tercer motivo esgrimido es el abuso de la facultad ejecutiva de intervenir a las provincias en el receso parlamentario. Yrigoyen envi 15 intervenciones por decreto en su primer gobierno y 2 en el segundo sobre un total de 20 y 4, respectivamente. La conflictiva relacin entre el Ejecutivo y el Legislativo dio lugar a un debate sobre el lugar de la soberana que no lleg a poner en cuestin la forma que adoptaba el rgimen poltico. Es decir, la oposicin colocaba el lugar de la soberana en el Parlamento, representante directo de la voluntad popular, lo cual no implicaba necesariamente una opcin por el parlamentarismo frente al presidencialismo. Estados Unidos segua siendo el modelo, aunque se argumentara que el sistema ingles era ms perfecto. Optar por el rgimen parlamentario en el planteo conservador exiga partidos orgnicos y un nivel de educacin poltica que la Argentina no haba alcanzado. Para el Partido Socialista era un hor