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Escalera a ninguna parte Publicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net) Escalera a ninguna parte Enviado por sancho el Mar, 01/06/2015 - 14:29 Antetítulo portada: TEATRO Foto portada: Antetítulo (dentro): Teatro Sección principal: Culturas Cuerpo: Rinoceronte, de Ionesco. Versión y dirección: Ernesto Caballero. Reparto: José Luis Alcobendas, Esther Bellver, Fernando Cayo, Bruno Ciordia, Paco Déniz, Chupi Llorente, Mona Martínez, Paco Ochoa, Fernanda Orazi, Juan Antonio Quintana, Juan Carlos Talavera, Janfri Topera, Pepe Viyuela y Pepa Zaragoza. Del 17 de diciembre del 2014 al 8 de Febrero del 2015. Martes a Sábado a las 20.30h y Domingo a las 19.30h en el Teatro María Guerrero. Es posible que en su fuero interno se haya preguntado a dónde demonios conducen todas las escaleras que subimos y bajamos a diario. Dicho de otra manera, si la oficina en la que usted se marchita es verdadera, si el metro le conduce a ciencia cierta a eso que llamamos casa y en lo que en la mayoría de los casos no es, sino un cobijo para repostar, para volver otra vez a las escaleras que le llevan al metro que le conducen a la oficina. Acaso lo único real sea el ejercicio de subirlas y bajarlas y todos andemos enredados en una carrera frenética, circular, infinita. En el fondo hace tiempo que lo viene notando, aún no está tan muerto, pero una fuerza irreprimible le impulsa a darse cuerda a usted mismo cada mañana. Preciso como el reloj del conejo de Alicia. Los personajes de Rinoceronte de Ionesco que hasta el ocho de febrero se puede disfrutar en el Página 1 de 4

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Escalera a ninguna partePublicado en Periódico Diagonal (https://www.diagonalperiodico.net)

Escalera a ninguna parteEnviado por sancho el Mar, 01/06/2015 - 14:29 Antetítulo portada: TEATROFoto portada:

Antetítulo (dentro): TeatroSección principal: CulturasCuerpo:

Rinoceronte, de Ionesco. Versión y dirección: Ernesto Caballero. Reparto: José Luis Alcobendas,Esther Bellver, Fernando Cayo, Bruno Ciordia, Paco Déniz, Chupi Llorente, Mona Martínez, PacoOchoa, Fernanda Orazi, Juan Antonio Quintana, Juan Carlos Talavera, Janfri Topera, Pepe Viyuela yPepa Zaragoza. Del 17 de diciembre del 2014 al 8 de Febrero del 2015. Martes a Sábado a las20.30h y Domingo a las 19.30h en el Teatro María Guerrero.

Es posible que en su fuero interno se haya preguntado a dónde demonios conducen todas lasescaleras que subimos y bajamos a diario. Dicho de otra manera, si la oficina en la que ustedse marchita es verdadera, si el metro le conduce a ciencia cierta a eso que llamamos casay en lo que en la mayoría de los casos no es, sino un cobijo para repostar, para volver otra veza las escaleras que le llevan al metro que le conducen a la oficina. Acaso lo único real sea elejercicio de subirlas y bajarlas y todos andemos enredados en una carrera frenética,circular, infinita. En el fondo hace tiempo que lo viene notando, aún no está tan muerto, pero unafuerza irreprimible le impulsa a darse cuerda a usted mismo cada mañana. Preciso como el reloj delconejo de Alicia.

Los personajes de Rinoceronte de Ionesco que hasta el ocho de febrero se puede disfrutar en el

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María Guerrero, recorren el escenario a ritmo de vida moderna. No se detienen jamás. Para poderdarse cuerda a ellos mismos o bien piensan demasiado cómo el lógico, o bien cuentan dinero comoel tendero, o bien se vuelven rígidos moralmente para no sentir ni su dolor ni el de su vecino. Elproceso de deshumanización que sufren es tal que acaban por convertirse enrinocerontes, los rinocerontes en manada, la manada en ejército y la obra en una clarametáfora sobre el clima social que sirve de comparsa a los gobiernos totalitarios.

La propuesta escénica supone un efecto de inmersión del público en este pueblo y en este día a díaque podría ser el nuestro

Su director Ernesto Caballero consigue crear un acertado clima de cotidianeidad queavanza gradualmente hacia lo siniestro. Administra adecuadamente los sobresaltos quesuponen las sucesivas conversiones de los personajes en rinocerontes, aunque quizás un tantocomedidas y desprovistas del dramatismo que requieren. La ausencia de pausas dramáticas durantecada metamorfosis da lugar a un efecto de asepsia que no crea el contraste necesario con el climacreado.

La propuesta escénica supone un efecto de inmersión del público en este pueblo y en este día a díaque podría ser el nuestro. Los personajes circulan por todo el teatro y se pasean cómodamente porel patio de butacas ensimismados, aislados en su afán de contar, pensar y calcular.

El vestuario refuerza esta idea de cotidianeidad con una paleta de colores que vira de los grises a losmarrones con apenas alguna pincelada de color que nos recuerdan que aunque lo queestamos viendo se parezca mucho nuestras vidas estamos ante una farsa. En las farsas lospersonajes se deshumanizan y dejan al descubierto una vergüenza colectiva oculta mediante unjuego de simbolización. Las farsas han servido, desde Grecia hasta el teatro del absurdo deprincipios del siglo XX, de correctivo para los hombres que se les está olvidando serhombres. El registro interpretativo es caricaturesco, formal y alejado del realismo. Suelen mover ala risa de la que se sirve una sociedad para purgar su peor parte.

Sorprende un poco que su director denomine a esta pieza fábula dramática teniendo en cuenta que no hay ningún personaje que pretenda o que realmente imparta una lección de moral aotro personaje. No hay nada de metafórico en una fábula y, exceptuando el hecho de que sonprotagonizadas por animales, suelen ser situaciones muy verosímiles. Por otra parte una fábulasuele ser narrativa y está bien que así sea.

El resultado de esta sutil confusión de fórmulas dramáticas supone, a nuestro juicio, la mezcla delenguajes estéticos manifiestos en la puesta en escena. Al principio se aboga por un registro másmínimal y envolvente propio del género realista para, poco después, recargar la escena de recursosescenográficos espectaculares que nos recuerdan que estamos en un teatro y ante una farsa. Esdecir, que nos distancian. Sin duda, esta falta de homogeneidad estética y conceptual es lanota discordante de un montaje que cuenta con muchos aciertos.

El resto de los actores hacen gala de profesionalidad y dotan a sus personajes de las dosis justas dehumor y dramatismo

Pepe Viyuela pone al servicio de la obra su formación clownesca que marida a laperfección con el género. Se echa de menos, al igual que en las metamorfosis, un monólogo finalmás enfatizado, más dramático. El resto de los actores hacen gala de profesionalidad y dotan a suspersonajes de las dosis justas de humor y dramatismo. Nos recuerdan que a fuerza de subir y bajarescaleras a uno le salen cuernos en la cabeza. El cierre oportuno para un fin de año plagado derinocerontes.

En el 2015 procure no pensar demasiado, no haga más cuentas de las conviene y acuda al teatro. Esta vieja costumbre le procurará la moral robusta y elástica que todosnecesitamos. Nunca se sabe.

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Temáticos: TeatroGeográficos: MadridEdición impresa:

Licencia: CC-by-SAPosición Media: Cuerpo del artículoCompartir:

Tipo Artículo: NormalAutoría: María MontenegroFormato imagen portada: grande

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