colombia: una democracia genocida - … · mercial y el auge de la industrialización que se dio en...

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13 La imagen de Colombia como una de las democra- cias más antiguas de América Latina tiene su origen en un estado bipartidista. El partido Liberal y el Con- servador se fundaron hace más de 150 años; justo 30 años después de que Simón Bolívar ganara la bata- lla de independencia de España. Las características del sistema político colom- biano pueden deducirse por los intereses de estos dos partidos después de la independencia que se remon- ta hacia 1819. Como parte de la Confederación de la Gran Colombia junto con Venezuela y Ecuador, Bo- lívar buscaba crear un estado fuerte que fuera capaz de forjar la unidad; pero en 1830, después de su muerte, la Confederación se disolvió. Las rivalida- des locales y regionales no se hicieron esperar e in- cluso el concepto de ejército fue puesto en duda, de- bido a que poderosos terratenientes lo asociaban con el centralismo de Bolívar. Esto dio lugar en 1.840 a la fundación de los conocidos partidos políticos tra- dicionales en Colombia. No han tenido diferencias políticas de fondo; sin embargo, el anti- clericalismo de los Liberales fue la única característica que los diferenció. De hecho, los partidos eran coaliciones muy débiles de grandes te- rratenientes y comerciantes con fuertes arraigos re- gionales. La hacienda fue la unidad de producción con el interés de fortalecer gobiernos regionales que mantuvieran las condiciones de explotación, domi- nación, y exclusión de las mayorías. Las pugnas entre Liberales y Conservadores ter- minaron en el año 1.957 con un acuerdo entre los dos partidos conocido como el Frente Nacional. Éste consistió básicamente en la alternancia en el poder desde 1958 por espacio de 16 años en períodos de cuatro años, dividiéndose todos los puestos del ga- binete, la rama judicial, las corporaciones del Esta- do, los cuerpos legislativos de la Cámara y el Sena- do y los consejos municipales. Fue a través de este acuerdo que los partidos su- peraron su conflicto para controlar el poder estatal y los recursos asegurándose de que un tercer partido no pudiera llegar al poder. Este acuerdo también le dio a Colombia una “imagen de democracia”, pues- to que se dieron elecciones periódicamente sin que las fuerzas armadas intervinieran permitiendo un marco estable para la expansión de la agricultura co- mercial y el auge de la industrialización que se dio en los años 60 y 70. COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA El origen de un Estado bipartidista En Colombia históricamente se han marcado dos épocas de violencia contra cualquier forma de ex- presión popular y social muy diferenciadas: La primera, la de comienzos del siglo XX hasta finales de los años 30, caracterizada por- que llegó con un tardío proceso de industrializa- ción y de integración del país a las dinámicas in- ternacionales del capitalismo. El desarrollo de la industria dio origen a la clase obrera. El nacien- te movimiento obrero surgió con un profundo sentimiento antiimperialista: obreros bananeros La violencia

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La imagen de Colombia como una de las democra-cias más antiguas de América Latina tiene su origenen un estado bipartidista. El partido Liberal y el Con-servador se fundaron hace más de 150 años; justo 30años después de que Simón Bolívar ganara la bata-lla de independencia de España.

Las características del sistema político colom-biano pueden deducirse por los intereses de estos dospartidos después de la independencia que se remon-ta hacia 1819. Como parte de la Confederación de laGran Colombia junto con Venezuela y Ecuador, Bo-lívar buscaba crear un estado fuerte que fuera capazde forjar la unidad; pero en 1830, después de sumuerte, la Confederación se disolvió. Las rivalida-des locales y regionales no se hicieron esperar e in-cluso el concepto de ejército fue puesto en duda, de-bido a que poderosos terratenientes lo asociaban conel centralismo de Bolívar. Esto dio lugar en 1.840 ala fundación de los conocidos partidos políticos tra-dicionales en Colombia.

No han tenido diferencias políticas de fondo; sinembargo, el anti- clericalismo de los Liberales fue laúnica característica que los diferenció. De hecho, lospartidos eran coaliciones muy débiles de grandes te-

rratenientes y comerciantes con fuertes arraigos re-gionales. La hacienda fue la unidad de produccióncon el interés de fortalecer gobiernos regionales quemantuvieran las condiciones de explotación, domi-nación, y exclusión de las mayorías.

Las pugnas entre Liberales y Conservadores ter-minaron en el año 1.957 con un acuerdo entre los dospartidos conocido como el Frente Nacional. Ésteconsistió básicamente en la alternancia en el poderdesde 1958 por espacio de 16 años en períodos decuatro años, dividiéndose todos los puestos del ga-binete, la rama judicial, las corporaciones del Esta-do, los cuerpos legislativos de la Cámara y el Sena-do y los consejos municipales.

Fue a través de este acuerdo que los partidos su-peraron su conflicto para controlar el poder estatal ylos recursos asegurándose de que un tercer partidono pudiera llegar al poder. Este acuerdo también ledio a Colombia una “imagen de democracia”, pues-to que se dieron elecciones periódicamente sin quelas fuerzas armadas intervinieran permitiendo unmarco estable para la expansión de la agricultura co-mercial y el auge de la industrialización que se dioen los años 60 y 70.

COLOMBIA:UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

El origen de un Estado bipartidista

En Colombia históricamente se han marcado dosépocas de violencia contra cualquier forma de ex-presión popular y social muy diferenciadas:

La primera, la de comienzos del siglo XXhasta finales de los años 30, caracterizada por-

que llegó con un tardío proceso de industrializa-ción y de integración del país a las dinámicas in-ternacionales del capitalismo. El desarrollo de laindustria dio origen a la clase obrera. El nacien-te movimiento obrero surgió con un profundosentimiento antiimperialista: obreros bananeros

La violencia

El origen de los movimientos insurgentes en Co-lombia ha sido la respuesta a la exclusión social,económica y política, causas estructurales que aúnpersisten. Las primeras guerrillas surgen inme-diatamente en los años de la “post-violencia”cuando empezó a consolidarse el acuerdo delFrente Nacional.

Durante la primera mitad del siglo XX la si-tuación agraria se constituye en el objeto princi-

pal de tensiones y violencias. Dentro de este or-den se insertó un modelo político clientelista y decaudillos que provocó un auge de movilizacionesagrarias que fueron reprimidas de manera cruel.Pese a ello, estos procesos van ganando fuerza eindependencia de los partidos hasta crear proyec-tos profundamente populares. Campesinos lealesal partido comunista empezaron a cuestionar el or-den establecido e iniciaron una serie de tomas detierras con un componente armado.

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de los enclaves de la United Fruit Company,obreros petroleros de la Tropical Oil Company,los braceros y marineros del río Magdalena pordonde se sacaban al exterior tanto el banano co-mo el petróleo, le impusieron el ritmo a la luchay protesta social. En 1928 la huelga de los tra-bajadores bananeros termina en una masacre:más de 3.000 obreros y familiares de éstos sonasesinados por el ejército para proteger los inte-reses de la transnacional.

Las pugnas entre Liberales y Conser-vadores para definir un modelo agrícola y de in-dustrialización acorde con el desarrollo capitalis-ta en los años 40, tuvo el mayor impacto con elasesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán el9 de abril de 1948. Este asesinato desató una se-rie de conflictos y revueltas urbanas que se le co-nocen como el Bogotazo y a esta época de barba-rie como el “período de la violencia: 1948-58”.Se caracterizó por extender los métodos de terrora todas las áreas rurales de Colombia: campesi-nos, líderes populares, mujeres y niños eran tor-turados, desaparecidos y masacrados. Es ahoracuando se produce el surgimiento de grupos deresistencia armada en medio de una situación so-cial degradante.

Esta guerra civil cobró la vida de unas300.000 personas. Así, los conflictos locales, lapobreza, la lucha por la tierra, las divisiones par-tidistas, los intereses entre las élites y los terrate-nientes fueron canalizados dentro de una con-tienda interpartidista. Los Conservadores, queobstentaban el poder de las Fuerzas Armadas, ata-caron a los Liberales. Para responder al terror, és-tos organizaron ejércitos de guerrilleros incorpo-rando a personas de extracción popular, obrera y

campesina, ligadas con luchas agrarias en la zo-na del sur de los Departamentos de Tolima, San-tander, y en los Llanos Orientales. Estos movi-mientos guerrilleros de los años cincuentas sur-gieron como una forma de organización forzadapara confrontar el terror y no como un proyectopolítico-insurreccional para la toma del poder delEstado o del gobierno.

La segunda época de violencia, se da a me-diados de los 60s. Esta fase se caracterizó por: laformación y orientación de las Fuerzas Armadasdel Estado bajo la Doctrina de Seguridad Na-cional y la aplicación de fundamentos del Con-flicto de Baja Intensidad. Dentro de este marco sedesarrollaron estrategias para aniquilar cualquierexpresión popular o social mediante la guerra su-cia y “justificada” en el conflicto social y arma-do existente. La aplicación de estas estrategias handeterminado el surgimiento de movimientos so-ciales, políticos, de resistencia y grupos insur-gentes. Este período iniciado en la década de los60s se prolonga hasta la actualidad.

Los aspectos que caracterizan este ciclo deviolencia pueden describirse así: en el aspecto po-lítico ha continuado el juego del poder mediantelos partidos, donde el botín burocrático y presu-puestario ha desembocado en la corrupción, unode los problemas estructurales de la sociedad co-lombiana. Los problemas sociales han sido demanejo y tratamiento de las fuerzas armadas, pa-ra lo cual se dotó el Estado de una gama de legis-lación represiva plasmada en los estados de sitioo de excepción que les han otorgado privilegiospara que los mismos tribunales militares los juz-gue por sus delitos, lo que hace que la impunidadesté garantizada.

Los movimientos insurgentes

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Terratenientes y dueños del poder político porsu parte, con el apoyo de las fuerzas estatales,también le dan continuidad a antiguas modalida-des de confrontación y represión como respuestaa los levantamientos campesinos en la lucha porla tierra. Las bandas de “los chulavitas” de losaños 40 y 50 van pasando de la movilidad conti-nua al asentamiento territorial en las haciendas delos terratenientes, desde donde asesinan campe-sinos que habían iniciado un proceso de recupe-ración de tierras.

En los 70s, estos grupos, bajo la deno-minación de Mano Negra, Kankil y MAS (Muer-te a Secuestradores) y con el apoyo de las fuerzasestatales, van a dar el salto hacia la conformaciónde los grupos paramilitares hoy autonombradoscomo AUC (Autodefensas Unidas de Colombia),que junto al narcotráfico, configuran el complejoconflicto colombiano generando una descompo-sición social de grandes proporciones.

La autonomía política que paulatina-mente adquieren los movimientos campesinos,dio origen a otros movimientos insurgentes conautonomía propia y orientaciones revoluciona-

rias. Entre los primeros que se formaron se en-cuentra el MOEC (Movimiento Obrero, Estu-diantil, Campesino), el FUAR (Frente Unido deAcción Revolucionaria), las guerrillas de TulioBayer en las regiones del viejo Caldas, Tolima yHuila. La influencia de los procesos de LiberaciónNacional en el contexto exterior (Cuba, China,Vietnam, Argelia y Albania), alienta, en los añossesenta, la aparición de las primeras guerrillas denaturaleza ofensiva, diferenciadas, con progra-mas con fuerte arraigo campesino y agrario (LasFuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,FARC), y otras con una política más integradoradel campo y la ciudad (El Ejército Popular de Li-beración, EPL y el Ejército de Liberación Nacio-nal, ELN). Para los 70s, la lucha guerrillera in-corporará como escenario la ciudad. Surgen nue-vas organizaciones como el Movimiento 19 deAbril, M-19, el Destacamento Pedro León Arbo-leda y el Movimiento de Autodefensa Obrera.

Otros grupos más pequeños surgieron entre los70 y 80. Los más importantes con sede en el surdel país eran: El Indigenista Quintín Lame y elPartido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

Emisora de radio del Ejércitode Liberación Nacional.

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Cronología

De manera histórica los Procesos de Paz en Co-lombia han dejado grandes frustraciones, todoscaracterizados por una ausencia del sentir y el di-sentir de la población civil, muchos de ellos trai-cionados, estigmatizados, exterminados y sinavances mínimos en las causas estructurales queoriginaron el conflicto social y armado.

1986-1990 El Movimiento 19 de abril depone lasarmas en 1990 tras un año de negociacionescon el gobierno de Virgilio Barco y forma unpartido político. Su máximo líder y candida-to a la presidencia Carlos Pizarro es asesina-do ese mismo año en plena campaña electo-ral. Además, numerosos exintegrantes del M-19 corren la misma suerte durante ese año.

1990-1994 Durante el mandato del presidenteCésar Gaviria, varias organizaciones guerri-lleras se desarman en 1991, incluidas el Ejér-cito Popular de Liberación (EPL) y el indíge-na Quintín Lame. Sin embargo, el fracaso delas conversaciones con las dos mayores fuer-zas insurgentes, las FARC y el Ejército de Li-beración Nacional (ELN), en 1991 y 1992 enVenezuela y México generan un auge de laguerra.

1994-1998 Ante los escándalos por denuncias definanciamiento de la campaña electoral de Er-nesto Samper, con fondos provenientes delnarcotráfico, la guerrilla evita el acercamien-to a las posturas presidenciales y lanza unaofensiva contra el Ejército. En febrero de 1997el ELN y representantes oficiales llegan a unpreacuerdo para iniciar gestiones de paz, quefueron congeladas ante el uso electoral que lospartidos hicieron de las gestiones.

1998-2002 Negociaciones con las Fuerzas Ar-madas Revolucionarias de Colombia(FARC).

En julio de 1998 se produjo la reunión entreel Presidente Andrés Pastrana y el máximo res-ponsable de las FARC Manuel Marulanda con elánimo de poner en marcha un proceso de nego-ciación. Se anuncia que en los primeros tres me-ses el gobierno retirará sus fuerzas de una zonadel sur del país para iniciar allí diálogos. Tras di-versos retrasos se establece una zona de despejede 42.000 km2 en torno al municipio de San Vi-cente del Caguán al sur del país. En enero de1999 delegaciones de ambas partes se reúnen enesta área desmilitarizada.

Gobierno y guerrilla dan a conocer unaagenda de negociación conjunta con 12 puntos

Procesos de Paz: “Esperanzas y sueños truncados”

Esta es su cronología:

1982-1986 El gobierno de Belisario Betancourtinicia gestiones con las Fuerzas Armadas Re-volucionarias de Colombia (FARC) que des-embocan en marzo de 1984 en la firma de unacuerdo de cese del fuego por parte de la gue-rrilla. En 1985 una parte de las FARC se des-arma y crea el partido Unión Patriótica juntoa otros sectores populares. Tras conseguir 14escaños al Congreso en 1986, el movimientofue progresivamente desarticulado debido alasesinato de más de 3000 militantes, inclu-yendo a dos candidatos presidenciales, a ma-nos de paramilitares.

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Encuentro entre la comandancia de las FARCcon la Comisión de Paz en

la zona del Caguán

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y 43 temas. Ésta es la enumeración de los 12puntos:

1- Solución política negociada. 2- Protección de los Derechos Humanos. 3- Política agraria integral.4- Explotación y conservación de los recur-

sos naturales.5- Estructura económica y social.6- Reformas a la justicia, lucha contra la co-

rrupción y el narcotráfico.7- Reforma política para la ampliación de la

democracia.8- Reformas del Estado.9- Acuerdos sobre Derecho Internacional

Humanitario.10- Fuerzas Militares.11- Relaciones internacionales. 12- Formalización de los acuerdos.

La pauta sobre el avance de las negocia-ciones la comenzó a dar el ritmo de trabajo delas comisiones temáticas tanto del gobierno co-mo de la guerrilla. Estas comisiones fueron lasencargadas de convocar a las audiencias pú-blicas para escuchar las propuestas de refor-mas políticas y sociales de los diferentes sec-tores de la sociedad. Estas recomendaciones serecopilaron y llevaron como material de tra-bajo a la mesa de negociación, que se encargóde traducir las propuestas en acuerdos. Perolas contradicciones continuaron y este proce-so se rompió en febrero de 2002.

1999 Las Negociaciones con el Ejército de Li-beración Nacional (ELN)

Afinales del año 1999 se produjeron varios en-cuentros fuera de Colombia con el objetivo de fa-cilitar la realización de la Convención Nacionalpropugnada por el ELN y que contaría con la par-ticipación de distintos sectores de la sociedad civil.

El objetivo de la Convención sería crear unespacio de debate y discusión con la sociedadcivil donde se analizaran los problemas es-tructurales de la nación y se buscaran salidaspolíticas. El objetivo final sería llevar a cabolas transformaciones necesarias que posibili-taran un gran acuerdo político y social entrela mayoría de los sectores de la sociedad conel fin de poner fin a las causas históricas de in-

justicia económica, ausencia de democracia ymarginación social.

La Convención Nacional haría posible esta-blecer un Acuerdo Nacional que permitiese bus-car los mecanismos necesarios para la transicióna un nuevo modelo de sociedad. Ese Acuerdo Na-cional se encargaría de convocar a una AsambleaNacional Constituyente donde se pondrían los ci-mientos para la construcción de las nuevas basespolíticas, económicas y sociales de la nueva Co-lombia.

Los seis grandes temas que se discutiríaneran el de la soberanía nacional, los recursos na-turales, el modelo de desarrollo económico, losderechos humanos, el narcotráfico y las mino-rías. La metodología preveía un proceso de dis-cusión de nueve meses con seis eventos, seis fo-ros temáticos y un evento de instalación y otrode clausura. El ELN planteaba más que una zo-na de despeje como las FARC, una zona de En-cuentro donde se realizaría la Convención. Supropuesta más contundente estuvo en el Sur deBolívar, donde los paramilitares no sólo pusie-ron condiciones imposibles para permitir su re-alización, sino que iniciaron una ofensiva en laregión para impedir su inicio, incrementandolos asesinatos, desapariciones, las masacres ybloqueos económicos en las poblaciones acu-sadas por ellos de ser “simpatizantes” del ELN.

2002- 2005 El Gobierno de Álvaro Uribe Vé-lez, busca una salida militar al conflicto. Nonegocia con los grupos guerrilleros, pero síinicia diálogos con los paramilitares (me-diante el acuerdo de Santafé de Ralito, fir-mado el 15 de julio del 2004). Actualmentese ha aprobado el marco jurídico de esteproceso mediante la controvertida Ley deJusticia y Paz, que otorgó estatus político aestos grupos, dejando en la impunidad losmiles de crímenes cometidos en las últimasdécadas en Colombia. Simultáneamente,este gobierno no ha aceptado un acuerdo hu-manitario propuesto por las FARC, los fa-miliares de los secuestrados y la misma igle-sia católica para que permitiera disponer deuna parte del territorio nacional para la en-trega de los secuestrados por parte de lasFARC y la devolución por parte del Estadode los prisioneros de guerra enfermos y ma-yores de edad.

18 COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

El Estado colombiano ha promovido que gruposde civiles se armaran invocando leyes que desde1965 y en la Constitución de 1991 permiten lacreación de grupos de “autodefensa”. Estos dosaspectos han tenido la intención inicial de des-arrollar una política contrainsurgente apoyadadesde sus orígenes por la Escuela de las Améri-cas. Los manuales de las Fuerzas Armadas handesarrollado paso a paso sus recomendaciones,dando origen a grupos bien fortalecidos, armadosy entrenados con mercenarios internacionales,apoyados por terratenientes, ganaderos, políticosy narcotraficantes.

vertido en ejércitos privados para los capos de ladroga, terratenientes y el propio Sistema que conapoyo de las Fuerzas Armadas y mercenarios in-ternacionales han establecido campos de entre-namiento de paramilitares.

El fenómeno paramilitar en Colombia ha to-mado distintas denominaciones de acuerdo a lascaracterísticas de sus posibles víctimas e intere-ses, tanto en lo político y económico, como en lomilitar. En la historia se conocen varios modelos:

La Triple AEn el año 1977 rondaba una sombra en el am-biente social, bombas explosivas a medios alter-nativos de comunicación, desaparición, torturasy asesinatos de estudiantes y líderes políticos deizquierda, reivindicados por LA TRIPLE A, ha-cían traer a la memoria a los temibles escuadro-nes de la muerte de las dictaduras de Chile y Ar-gentina. “El Tiempo” sacó a la luz pública la ver-dad. Agentes del Batallón de Inteligencia y Con-trainteligencia Charry Solano denunciaron que es-te Batallón dirigido por el entonces Teniente HA-ROLD BEDOYA (que años después y a pesar detodo ocuparía los mas altos cargos en las FuerzasArmadas), había creado un grupo paramilitar de-nominado Triple A.

Este modelo, en el que han sido los mismosmilitares los que se cubren bajo la sombra de de-lincuentes comunes para poder ejecutar modali-dades de represión política que no son compati-bles con un Estado de Derecho, no se diferenciaen sus parámetros esenciales de la forma que se-rá más rutinaria en los años siguientes, consisten-te en la utilización de civiles que usan ropaje mi-litar para lograr los mismos objetivos. Es así co-mo la Armada Nacional lo ha hecho, según in-vestigaciones, en numerosos Crímenes de LesaHumanidad perpetrados en el puerto fluvial deBarrancabermeja, Departamento de Santander, através de la Red de Inteligencia 07 de la Armada.

EL MAS (Muerte a Secuestradores)Este grupo hizo su aparición en público en Cali yen el Magdalena Medio en 1987, año en el cual elgobierno ya reconocía que existían 140 escua-drones de la muerte en el país.

El paramilitarismo, autodenominado actual-mente como Autodefensas Unidas de Colombia(AUC) tuvo su origen en la agrupación de sica-rios” Muerte a secuestradores”, (Mas), grupo cre-ado por ganaderos y terratenientes para defen-derse del secuestro de las guerrillas. Múltiplesnombres se han dado para llevar a cabo los innu-merables crímenes ejercidos contra la poblacióncivil, campesinos, defensores de derechos huma-nos, trabajadores de la justicia, magistrados, líde-res sociales entre otros.

Estos escuadrones de la muerte, algunos delos cuales se crearon amparados en las leyes pro-mulgadas por los poderes políticos, se han con-

Paramilitarismo y Narcotráfico:Las Tenazas del Estado colombiano

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Quena de casa por paramilitares en el sur

de Bolivar.

19COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

Hacia 1981 se anuncia la constitución delMAS (Muerte a Secuestradores) con un númerosuperior a 2000 hombres, a partir de la unión depor lo menos 200 jefes mafiosos. Su objetivo esel de ejecutar a cualquier persona vinculada consecuestros. Se evidenciaría entonces la alianza mi-litares - narcotraficantes; la sigla del MAS apare-ció en varias regiones del país: Caquetá, Arauca,Casanare, Valle, Magdalena Medio y NordesteAntioqueño, atribuyéndose un sinnúmero de Crí-menes de Lesa Humanidad. Ante la fuerte acciónde denuncia de organizaciones de derechos hu-manos nacionales e internacionales, el Presiden-te Belisario Betancourt se vio obligado a ordenaruna investigación. El informe que presentó a laProcuraduría General de la Nación reveló que de163 personas vinculadas en la comisión de varioscrímenes, 59 de ellos pertenecían a las FuerzasArmadas.

Puerto Boyacá: La experiencia pilotodel paramilitarismoDurante el período presidencial de Belisario Be-tancourt (1982- 1986) se desarrollaron negocia-ciones con las Fuerzas Armadas Revolucionariasde Colombia -FARC-, pero el Ejército tenía otraidea. Se fortaleció una alianza entre éste y gran-des terratenientes y narcotraficantes para des-arrollar una lucha contrainsurgente que encontróasiento en Puerto Boyacá ,más conocida como la“Capital antisubversiva de Colombia”. Una con-fluencia de poderes y circunstancias fortalecie-ron esta lucha con una reorganización de batallo-nes y brigadas, dirigidos por una comandanciaidentificada plenamente con los principios de Se-guridad Nacional y con apoyo de alto nivel delgobierno, el liderazgo de alcaldes civiles y mili-tares y la ayuda de ganaderos, comerciantes y po-líticos. Todo ello convirtió a esta zona en el cen-tro piloto de experimentación del paramilitaris-mo.

Pronto cambió el nombre de MAS por el deAutodefensas, creándose una Red de grupos ci-viles armados, coordinados y entrenados por elEjército Colombiano, pero también por Merce-narios israelitas e ingleses, realizando accionesconjuntas. A los bombardeos del ejército lo se-guían las acciones exterminadoras de las autode-fensas contra militantes de organizaciones socia-les y políticas de izquierda. Toda la logística pa-

ra sus acciones y su desarrollo era aportada por lasFuerzas Armadas y captaban recursos también através de organizaciones creadas por ellos comoACDEGAM (Asociación Campesina de Agricul-tores y ganaderos del Magdalena Medio) o MO-RENA (Movimiento de Renovación Nacional),con el que pretendían acceder a los espacios po-líticos del país).

“Las autodefensas campesinas son una políti-ca del gobierno para la lucha subversiva.” Decla-ración de Ariel Otero, jefe paramilitar.

Modelo chucureñoEntre los años 1986 y 1995 el proyecto paramili-tar de Puerto Boyacá se extendió a la región de

Chucurí en el departamento de Santander; SantaHelena del Opón, El Carmen y San Vicente deChucurí fueron los objetivos. El paramilitarismotomó unas características particulares involu-crando a la población civil en sus acciones sin laposibilidad de una posición “neutral”. Sólo tres al-ternativas se dejaron al campesino: colaborar conlos paramilitares y someterse a sus imposiciones,abandonar la zona ó morir”. Si se quedaban de-bían ayudar a construir las bases paramilitares, en-tregar a sus hijos, pagar impuestos, asistir obliga-toriamente a reuniones, y en muchos de los casosdelatar a sus vecinos y propios familiares.

La articulación con las Fuerzas Armadas se hi-zo aun más evidente, las bases paramilitares se

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Pintada en el municipio deTeorama en el departamento

de Norte de Santander.

20 COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

construían al lado de las bases del Ejército, loscensos eran compartidos, muchas personas cap-turadas por militares eran entregadas a los para-militares para ser asesinadas, se estableció tam-bién un manejo masivo de los medios de comu-nicación, y a través de ellos se comenzó a estig-matizar a las organizaciones de derechos huma-nos y personas que se atrevían a denunciar. Así

gal para la existencia, desarrollo y extensión delparamilitarismo. Rápidamente las Convivir su-maron 450 personas, la mayoría dotados de ar-mamento de uso privativo de las Fuerzas Arma-das como fusiles, granadas, etc. Como se incre-mentaron los crímenes de Lesa Humanidad, en1997 fueron declaradas nuevamente inconstitu-cionales por presiones de organismos internacio-nales de derechos humanos.

El Imperio de los Castaño GilEntre 1995 y comienzos de 2004 el paramilitaris-mo colombiano tuvo una figura central como co-mandante nacional de las “autodefensas”. Se tra-taba de CARLOS CASTAÑO GIL, que comen-zó a aparecer públicamente como comandante delas Autodefensas Campesinas de Córdoba y Ura-bá (ACCU) en 1995, cuando su hermano FIDELCASTAÑO GIL, según noticias de prensa, des-apareció en un viaje a Panamá. Poco antes, laCorte Suprema de Justicia había confirmado lacondena de éste último a 20 años de prisión porla masacre de 20 campesinos de las fincas “Hon-duras” y “La Negra”, en la zona de Urabá el 4 demarzo de 1988. Algunas autoridades judiciales yamplios sectores de la opinión han manifestadoque él aún vive y que su ficticia desaparición ha-bría sido facilitada por agentes del mismo Estadocolombiano.

Carlos Castaño, con todos los medios a su dis-posición, se dio el lujo de desvelar muchos de suscrímenes, reconociendo que fueron entrenadoscomo paramilitares por el Ejército a través de unMayor. Según él mismo declaró: “fue ese Mayorquien comenzó a reclutar campesinos, no para elejército -siendo activo- sino para las autodefen-sas, y a formarlas y a darles capacitación”. En susdiversos reportajes concedidos a diferentes me-dios de comunicación, Carlos Castaño reiterabaque combatía por la defensa del Estado y aludíadirecta o indirectamente a sus permanentes con-tactos con altos funcionarios del Estado, así co-mo a su coordinación con ellos.

La Legitimación Definitiva del ParamilitarismoEl Gobierno colombiano está adelantando for-malmente desde diciembre de 2002 un proceso de“conversaciones y negociaciones” con varios gru-pos paramilitares. El 80% de ellos se ha sumadoal proceso de negociación. Se instaló una mesa de

mismo se desarrollaron acciones de amedranta-miento para impedir que los organismos de justi-cia hicieran su trabajo. De manera que bajo lasombra de la impunidad se cometieron no menosde 300 asesinatos entre 1991 y 1993. Entre tanto,este modelo se extendió a otros lugares comoPuerto Wilches, Sabana de Torres y Barrancaber-meja, cada vez con más perfeccionamiento ycrueldad.

Las ConvivirEn 1989 se promulgó la ley que permitió la crea-ción de grupos de autodefensa que luego fue de-clarada inconstitucional; pero en 1994 el gobier-no autorizó la creación de “Servicios Comunita-rios de Vigilancia y Seguridad Privada (CONVI-VIR)”, con dotación de armas de las Fuerzas Ar-madas. Estas no eran otra cosa que el entorno le-

Hombre quemado con ácidopor un grupo armado en

Segovia

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21COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

negociación en Santafé de Ralito (Córdoba), quecuenta con el respaldo de la OEA, se han origi-nado múltiples desmovilizaciones en varias re-giones del país, se ha hablado en el congreso dela República... Pero para todo el mundo parecenestar claras las verdaderas intenciones de este“proceso”.

Si los paramilitares no han sido nunca, menosahora, un tercer actor, sino como ha dicho el pe-riodista Enrique Santos Calderón, el brazo arma-do del establecimiento, no se puede caer ahora enla trampa de creer que este es un escenario paranegociar la paz. Este es un escenario en el que elSistema (el establecimiento, el modelo) busca, porun lado, resolver algunas de sus contradiccionesinternas, y, por el otro, incorporar definitivamen-te el paramilitarismo a la totalidad de la institu-cionalidad colombiana, legalizando el ilegítimomonopolio del poder adquirido a través de la vio-lencia y el despojo contra los más débiles.

cos, para permitir también la negociación congrupos paramilitares, sin que el reconocimientopolítico fuese una condición para tales negocia-ciones. En ese marco, el Gobierno nacional haadoptado (decreto 128 de 2003) y promovido(proyecto de ley de alternatividad penal) instru-mentos jurídicos que con la imposición de san-ciones irrisorias, en desprecio del principio deproporcionalidad de las penas, constituyen unaforma reconocida de impunidad bajo el derechointernacional para poder amnistiar e indultar alos paramilitares desmovilizados.

Para garantizar la legalización definitiva de es-te modelo, el Gobierno nacional ha promovido laimplementación de un paquete de medidas legisla-tivas y reglamentarias orientadas a dejar en la im-punidad los crímenes cometidos por tales grupos.

Para iniciar, el Gobierno promovió y obtuvoen 2002 la modificación de la ley que permitíaadelantar negociaciones de paz con grupos gue-rrilleros reconocidos como delincuentes políti-

También expidió un decreto que incentiva lacooperación de los desmovilizados con la FuerzaPública, a cambio de una bonificación económi-ca que logra confundirse con una nueva forma devinculación a dicha institución (decreto 2767 de2004). Finalmente, el Gobierno ha insistido en im-pulsar y aplicar una ley que busca autorizar a losciviles el uso de armas de uso privativo de la Fuer-za Pública, al tiempo que pretende revivir las nor-mas que abrieron el camino para la creación de losparamilitares en 1965 (decreto 3398 de 1965, ar-tículo 33) y de las “Convivir” en 1994 (decreto356 de 1994).

Como se evidencia en todo el proceso histó-rico del paramilitarismo, las cosas sólo van acambiar de forma pero no de fondo y la utopíade los luchadores de la vida “de que por fin elEstado cumpla su deber y compromiso de des-mantelar la estrategia paramilitar, perseguir a sus

Esta preocupación la han expresado variosanalistas:

La periodista María Jimena Duzánplantea “En el país hay una lista de nuevasvíctimas que están saliendo a la palestra conun descaro inusitado, y a quienes los co-lombianos, encima de todo, terminamos de-biéndoles, pues además de víctimas son pa-triotas”. Y Maria Elvira Samper señala:“Esas nuevas víctimas son los grandes ca-pos de la droga, los jefes paramilitares y sushombres. Ellos, que han cometido los másaberrantes y oprobiosos crímenes, tratan decautivar a los incautos con sus sentidas de-claraciones y su discurso engañoso, atrac-tivo y seductor”.

(revista Semana 15/12/2004)

Gea

róid

Poniendo flores ante el monumento levantado enCaño Seco para recordar

el asesinato de dos campesinos y un sindicalista

a manos del ejército.

22 COLOMBIA: UNA DEMOCRACIA GENOCIDA

promotores, ejecutores y encubridores, depurarlas responsabilidades y promover el enjuicia-miento de los responsables”, seguirá siendo só-lo un sueño.

Los paramilitares no han cesado sus accio-nes de terror, la mayoría de los muertos ha sidopoblación civil. Al exterminio del partido deoposición Unión Patriótica (UP) se han sumadolas masacres que se repiten sin piedad: Segovia,Trujillo, Mapiripán, La Mejor Esquina. Los másde 3 millones de desplazados han sido la pruebade que el proyecto paramilitar se consolida. Tresdécadas, una infinidad de luchas internas para

tal, el auspicio de los terratenientes de cada regióny el aval del poder religioso, masacraron miles decolombianos. El desplazamiento y el cambio dela propiedad de la tierra desprendido de sus ac-ciones significaron la reconstitución de nuestrasprincipales ciudades. Sus crímenes quedaron im-punes. Bajo el pacto liberal-conservador del año57 se pasó la página del silencio.

La historia se repite. Desde los años ochentase multiplicaron los sicarios. Luego llegaron loscuerpos de ejército: mercenarios por centenares.El desplazamiento se reeditó: de trescientos milque sumaron los de mitad de siglo -aterrorizadospor el corte de franela- (despellejar a la persona,quitarle la piel) ahora vamos en tres millones qui-nientos mil, aterrorizados por los mocha cabezas(Mochar o cortar la cabeza por el cuello) y las mo-tosierras. La propiedad del suelo cambió de due-ño. Al amparo de políticos, terratenientes, em-presarios de viejo y nuevo cuño, se fortaleció ylegitimó el crimen. El terror se refleja en los mi-les de desplazados que deambulan por las gran-des avenidas del país en espera de una ayuda, oen los miles de refugiados que viven bajo la pro-tección de gobiernos extranjeros.

La ley de Justicia y Paz que se aprobó el pa-sado 21 de junio de 2005, sin el consenso desea-do por sus impulsores, pero con la mayoría re-querida del Congreso colombiano, pretende ha-cer que pase sin castigo una de las etapas más te-rroríficas de nuestra historia nacional y que los“condenados” paguen en sus fincas los crímenesreconocidos o confesados.

Así se invirtió la carga de la historia, los queeran narcotraficantes pasaron a ser alzados en ar-mas, los que han actuado como defensores del es-tablecimiento se transformaron en rebeldes y losque masacraron y cometieron innumerables crí-menes en defensa de la propiedad privada se con-virtieron en luchadores políticos. Por efecto de esaley, reconocidos sicarios y narcotraficantes se ele-varon al status de comandantes y dirigentes defuerzas políticas del país.

La impunidad y la inmoralidad se hicieronnorma. Así fue posible poner bajo un mismo man-do a Ramón Isaza, los Castaño, Arroyabe, Man-cuso, Jorge 40, Don Berna y muchos más. El te-rror, motosierra en mano, se extendió por toda la

someter a grupos armados dispersos que, en ca-beza de distintos narcotraficantes, defendían in-tereses puntuales y una inmensa operación psi-cológica de guerra para que una parte de la so-ciedad lo admitiera.

Verdad, Justicia y Reparación Integral a las víctimasColombia nunca hizo el duelo de los muertos delos años cincuenta del siglo anterior. Pájaros ycóndores bajo las órdenes de políticos de la capi-

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Niño torturado en un paro cívico.

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geografía nacional cambiando ostensiblemente elpanorama político, económico y militar del país.Actualmente se puede decir que el resultado es unEstado autoritario, militarizado y una economíacada vez más dependiente y menos soberana,construida sobre bases incluso de una economíade enclave. Ante los ojos de todo un país aterro-rizado se regresa a la Colombia de principios delsiglo XX. El señorío de la tierra se impone de nue-vo con la aprobación de la más inmoral de las le-yes, la llamada de Justicia y Paz, dentro de la cualse está legalizando el paramilitarismo.

Según Javier Giraldo Moreno S. J, se dan cin-co falacias en la negociación con los paramilita-res en Colombia:

En Colombia, ya hace tiempo que se vieneplanteando el problema de la verdad, la jus-ticia y la reparación del post-conflicto, sin en-contrar aún una salida política al mismo. Elpaís es un buen laboratorio para analizarcómo la verdad es involucrada a la fuerza enla guerra.

¿Es una negociación política? no lo es. To-da negociación política exige dos posicionesantagónicas o por lo menos diferenciables, esdecir, diferencias fundamentales sobre losprincipios o prácticas políticas, si no hay con-tradicciones un proceso de negociación no tie-ne razón de ser.

¿Es una negociación de paz? no lo es. La pazse negocia entre enemigos no entre amigos.

¿Es un proceso de desmovilización? no lo es.Quien se movilice por las zonas de conflictopuede comprobar que los retenes paramilita-res no se han desmontado y que la relacióncon la fuerza pública continúa siendo tan evi-dente como antes.

¿Es un proceso de desmonte del paramilita-rismo? no lo es. Es un proceso de legalizacióndel paramilitarismo, toda vez que se han idoabriendo más y más espacios “legales” paraque los civiles se involucren en la guerra.

¿Es un proceso de superación de la impuni-dad? no lo es. Se plantea un sacrificio de lasexigencias de justicia frente a los crímenes de

los paramilitares concretados en diversas pro-puestas de perdón y olvido. Enfrentar el pro-blema de impunidad de los crímenes de los pa-ramilitares tiene unos requisitos básicos que sino se dan, es imposible hablar de superaciónde la impunidad. Lo primero es una posiciónde principios éticos y políticos en los agentesdel gobierno y del estado que tengan credibi-lidad, en la cual se evidencie su distancia y re-pudio respecto a las prácticas criminales de losparamilitares. Segundo, un sistema judicialfiable, que demuestre independencia, impar-cialidad, acatamiento de la ley y mecanismosde control. Tercero, que se escuche la vozamordazada de las víctimas. Cuarto, unosmedios de comunicación libres y honestos yal servicio de la verdad.

El NarcotráficoEl otro aliado del paramilitarismo ha sido el nar-cotráfico, que a mediados de los años 80 surtió ala Central de Inteligencia Americana CIA de dro-ga para que financiera la guerra contra Nicaragua.Esta asociación les dio un poder impresionante pa-ra que por muchos años garantizaran el comercio,legalizaran sus inversiones tanto en Estados Uni-dos como en Europa y fueran creando las condi-ciones para encontrar salidas a las presiones de ex-tradición.

Aparecieron las contradicciones entre losCarteles, el movimiento de los Extraditables hi-zo su aparición con acciones terroristas, las bom-bas invadieron de sangre a las grandes ciudadescomo Medellín, Bogotá y Cali, a la vez que seasesinaron personas importantes en el país: mi-nistros, magistrados, procuradores, políticos,abogados que se sumaron a las listas de los otrosmuertos, los de la violencia política. Un elemen-to que merece especial interés, es que mientrasse desatan estas contradicciones entre los carte-les de la droga, entre mayo de 1989 y junio de1990, organismos de derechos humanos regis-traron 227 víctimas atribuidas al narcotráfico y2.969 asesinatos por razones políticas. Es en es-te marco que los gobiernos se han presentado anivel internacional como víctimas de violenciasque están fuera de su control.

La sociedad colombiana ha sido permeada enlo más profundo por el narcotráfico en todos losaspectos: A nivel político, gobiernos, represen-

plido su papel, ha determinado cambios en el des-arrollo económico, ha puesto a los campesinos acambiar los cultivos agrícolas por los de la mari-huana, la amapola o la coca. Este aspecto ha lle-vado consigo el desarrollo de la guerra, y a nivelmilitar, han contado con el apoyo de las FuerzasArmadas para que los grupos paramilitares llevena cabo operaciones de guerra sucia contra quie-nes han sido considerados una amenaza para elEstado y sus intereses.

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tantes de partidos políticos, congresistas, diputa-dos, alcaldes y concejales se han comprometidocon la implementación de políticas que les ha per-mitido generar las condiciones para legalizar losdineros provenientes de la droga mediante la ad-quisición de bienes raíces, empresas agroindus-triales y tierras, y a nivel económico, éste ha cum-

La supuesta “lucha contra el narcotráfico”que han justificado los gobiernos de Colombiaen las últimas tres décadas, ha hecho que se di-señen nuevas estrategias de lucha contrainsur-gente, buscando controlar territorios para el cul-tivo de la coca y su comercialización. Esta prác-tica ha desencadenado en una serie de accionescontra la población civil: se han despojado a po-blaciones enteras de sus tierras mediante el des-plazamiento forzado, las fumigaciones, los bom-bardeos, la quema de sus viviendas y los críme-nes atroces como las masacres masivas y siste-máticas; mecanismos que han servido para im-plementar el terror bajo el cual se pretende dejaren la impunidad más de 14.000 crímenes co-metidos por los grupos paramilitares.

No son pocos los interrogantes que estánpresentes en torno a las desorbitadas utilidadesque ofrece el narcotráfico y la corrupción queha engendrado en el mundo. ¿Por qué despuésde años de implacables fumigaciones en Co-lombia la oferta de cocaína se mantiene y es po-sible conseguir cada día la droga en cualquierciudad europea?, ¿Quienes se están benefician-do en realidad de un mercado de consumidoresque ha tomado muchos años construir?, ¿Dón-de esta el grueso de las utilidades que brindanlas mas de 450 toneladas de cocaína de expor-tación anual si cada kilo tiene un valor en Co-lombia de menos de 1.000 euros y en Europa sevende en más de 60.000 euros, regresando aColombia nunca más del 25% del precio final?,¿En qué partes del sistema financiero o en quéparaísos fiscales termina este dinero?,¿En quésectores se está lavando estas enormes sumas dedinero?, ¿Está focalizada la guerra contra la dro-gas en los carteles que no pertenecen a la gue-rra contrainsurgente?.

Estas y otras preguntas se encuentran enun verdadero análisis sobre el narcotráfico enColombia.

Gea

róid

Mata de coca en el sur deBolivar.