adquisición del lenguaje psicologÍa evolutiva

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Adquisición Del Lenguaje 1°a. Magisterio Rossina Silva Valeria Sum

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Adquisición Del Lenguaje

1°a. Magisterio

Rossina Silva

Valeria Sum

Introducción

El estudio de la adquisición del lenguaje ha tenido muchos cambios en los últimos 25 años.

Chomsky revolucionó el campo de la lingüística y el de numerosos ámbitos relacionados con las ciencias humanas.

APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL ESTUDIO DEL LENGUAJE INFANTIL

Para Chomsky la línea de demarcación entre la especie humana y la animal se establece mediante el lenguaje.El lenguaje es una capacidad exclusivamente humana.El trabajo del lingüista es descubrir los aspectos comunes a todas las lenguas habladas, también llamados universales lingüísticos.Chomsky señala dos aspectos que fueron cruciales para el nacimiento de la psicolingüística moderna: 1ero. afirma que la capacidad para hablar de los humanos está genéticamente determinada. 2do. Relaciona los universales lingüísticos con la sintaxis.

Las investigaciones sobre la adquisición del lenguaje comienzan cuando el niño ya es capaz de establecer combinaciones de dos palabras.En el lenguaje además de restricciones sintácticas hay restricciones semánticas. En una producción lingüística existe una relación entre su forma y aquello que significa. No es lo mismo decir Juan ve a Pedro que Pedro ve a Juan. Esto demuestra que para poder usar el lenguaje es necesario un cierto conocimiento de la realidad.

Para Piaget la posibilidad de usar y combinar las palabras responde a la aparición de una capacidad previa, la función simbólica, que el niño constituye a lo largo del estadio sensoriomotor.

Piaget no cree que sea el lenguaje lo que define a la especie humana sino su capacidad cognitiva general de la cual el lenguaje es la expresión.

Para él, el lenguaje en primer lugar es un sistema simbólico y, por lo tanto, arbitrario. Por eso para poder emplearlo el sujeto debe primero construir la capacidad para simbolizar.

Los estudios del lenguaje no podían limitarse a estudiar el sistema independientemente de los individuos concretos que lo emplean y del contexto en que lo hacen. Desde este punto de vista aprender a hablar no es solo conocer las reglas fonológicas, semánticas y sintácticas, sino también tener el conocimiento de como usarlas. De esta manera se incorporaba la pragmática a los estudios de la adquisición del lenguaje.

Cuando empleamos el lenguaje lo hacemos en forma de discurso en un contexto lingüístico y extralingüístico por lo que en su dominio comporta el conocimiento de como dialogar, de como posibilitar al interlocutor que reconozca nuestra intención con el mínimo esfuerzo posible. De ahí que aprender a hablar implica aprender a anunciar la intención y a compartir un tema con un interlocutor, además de comentar sobre él. Por eso cuando usamos el lenguaje no lo hacemos en forma de monosílabos.

Solo el uso del lenguaje permite aprender a usarlo. Cuando el bebé pronuncia sus primeras palabras ya sabe gran número de cosas sobre el lenguaje. Antes de decir agua reclamando su obtención, tiene la misma intención cuando usa gestos, balbuceos o arrastra al adulto hacia ese objeto. La producción de esa palabra ocurre porque reconoce que es más económico decirla que arrastrar al adulto hacia la canilla. Antes de regular la conducta del adulto mediante la palabra agua, lo hace mediante otros procedimientos, que al usarlos le permiten dominar las reglas de requerimiento.

LOS INICIOS DE LA COMUNICACIÓN El recién nacido no es un libro en blanco como autores planteaban en siglos pasados. Nace preparado para incorporarse desde los primeros momentos de su vida a rutinas de intercambio social, es un ser activo, que busca estímulos y organiza la información que adquiere. Muestra conductas específicas relacionadas con el lenguaje humano.

Los psicólogos evolutivos han caracterizado los intercambios adulto-niño en estos primeros meses de vida con distintos nombres, enfatizando el carácter micro momentáneo de estas interacciones y la existencia de una acomodación mutua entre el bebé y sus cuidadores. Los nombres que han dado los autores son: “menos de un segundo” e “intersubjetividad primaria” entre el niño y el adulto, gracias a ella el bebé es capaz de aprender las características de la estructura básica de comportamiento entre los seres humanos, además de posibilitarte que más o menos a los tres meses los distinga de los demás objetos.

En este período hay una asimetría entre los participantes, de hecho es el adulto el que controla y dirige los intercambios iniciales, adecuando sus conductas a las del niño, buscando que las conductas infantiles sean mas que simples respuestas biológicas y pasen a ser controladas por el propio bebé. A medida que pasa el tiempo cada uno reconoce la señal del otro y anticipa su propia respuesta.

En los primeros tramos de Nivel Inicial (0-3 años) este planteamiento es muy importante. Las interacciones adulto-niño se insertan en el deseo de ambos de mantenerlas, convirtiéndose la afectividad en uno de los motores del progreso infantil. Pero no basta solo con ofrecer cariño a los bebés por parte de sus cuidadores; además ese cariño debe ofrecerse en el ámbito de unas relaciones asimétricas y, por lo tanto, organizadas y dirigidas por el adulto.

EL DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN PRELINGÜÍSTICA

Durante los tres primeros meses de vida no hay una habilidad que pueda compararse con la comunicación.

Los inicios de la comunicación coincidan con los inicios de la vida social.

Las interacciones adulto-niño son complejas y para que se vuelvan más óptimas es necesario un progreso en el dominio de la comunicación.

Bruner (1986) estudia la relación entre los juegos y la adquisición del lenguaje. Emplea el nombre de “formato” para describir esas interacciones triangulares. Distingue entre formatos de acción conjunta (situaciones en las que el adulto y el niño actúan en conjunto sobre un objeto: jugar de dar y tomar; juego de tirar y construir; etc.), formatos de atención conjunta (situaciones en las que el adulto y el niño atienden en conjunto a un objeto: juegos de indicación, juego de lectura de libros; etc.) y formatos mixtos que tienen las características de la

atención y la acción conjunta.

Este autor considera que el interés de estos juegos radica en que las relaciones sociales que están implicadas en ellos están en consonancia con los usos del lenguaje en el discurso, por lo que su dominio significa el dominio del diálogo. Señala tres aspectos: anuncio de la intención; regulación de la deixis y control presuposiciónal.

El anuncio de la intención implica que adulto y niño negocien los procedimientos adecuados para regular sus intenciones al inicio, en el transcurso y en el final del juego.

La regulación de la deixis se refiere a que el niño debe empezar a dominar los mecanismos deícticos implicados en el discurso.

El control presuposicional los interlocutores se refieren a un tema del que dan por supuesto su contenido y sobre el que realizan comentarios. Los comentarios son las distintas variaciones que adulto y niño realizan tras compartir un tema en común.

El educador debe entender que el dominio de las habilidades comunicativas se consigue en el ámbito de las relaciones individuales en situaciones muy variadas.

Entre los seis meses y el año aparecen gestos culturalmente determinados (gesto de indicación, movimientos de la cabeza para negar o aceptar).

Se produce además una diversificación en las expresiones fáciles, permiten al niño la expresión de emociones, sentimientos, estados de ánimos e intenciones subjetivas. Aparecen vocalizaciones que se sitúan en puntos relevantes de la interacción adulto-niño.

Las vocalizaciones están presentes en el bebé prácticamente desde el primer mes de vida. A partir del mes y medio, pueden aparecer cualquier fonema de las lenguas conocidas, como pasa en la fase llamada balbuceo.

Los niños sordos balbucean igual que los oyentes, lo que señala la regulación biológica de estas vocalizaciones. A partir de los seis meses los niños empiezan a prestar atención a los sonidos que se hablan a su alrededor, sonidos que ya son imitados, aunque imperfectamente (fase a la que algunos autores denominan laleo). Los niños sordos a medida que pasa el tiempo van mostrando que las vocalizaciones dejan de ser algo biológico para cumplir un papel de regulación social.

A los 9-10 meses se accede a una fase que se ha denominado ecolalia para referirse a las emisiones verbales del niño que van dando paso a los sonidos de la lengua que pronto empezará a hablar.

Hacia los nueve meses aparecen las primeras vocales claramente pronunciadas (a/y/e). A los doce meses es normal la pronunciación correcta de las primeras consonantes (p/t/m). Durante el segundo año los niños van aprendiendo la entonación. A los dos años aproximadamente se pronuncian correctamente todas las vocales y gran número de consonantes, algunos diptongos, aunque el dominio del sistema fonológico puede demorarse hasta los cincos años de vida.

DEL GESTO A LA PALABRALos niños y las niñas acompañan sus gestos con vocalizaciones cuando interactúan con los adultos de su entorno. Desde muy temprana edad los niños marcan entonativamente sus producciones lo que permite que los adultos no tengan dificultades en aceptarlas.

Al inicio del segundo año de vida el niño empieza a emitir alguna palabra, aumentando poco a poco su número hasta aproximadamente los 20-24 meses. Luego experimenta un crecimiento rápido por lo que en no más de dos meses incorpora el mismo número de palabras que anteriormente había incorporado en 10-12 meses.

Una de las características de los formatos de acción y atención conjunta reside en su carácter repetitivo y pautado. La repetición no se refiere solo a las reglas de cada juego, sino a las conductas que el adulto realiza en ellos. Estas son en muchos casos verbalizaciones que acompañan a los segmentos de sus acciones.

Cada vez el niño comprende mejor el carácter instrumental del lenguaje.

No tarda mucho en reconocer que el lenguaje refleja la realidad y que todo aquello que se presenta diferente se puede etiquetar de forma diferente. Aparece el “insight designativo” (el niño parece descubrir de golpe que la realidad se puede designar mediante el lenguaje), se inicia así un período en que la incorporación de palabras está limitada principalmente por la memoria.

Entre el período prelingüístico y el lingüístico existe una continuidad funcional, de forma que las primeras palabras se insertan en situaciones interactivas cumpliendo las mismas funciones que los gestos a los que sustituyen.

Hacia el fin del segundo año de vida aparecen también las primeras flexiones en formas de marcas de plural (-s) y de género (-a,-o). Igualmente se inicia el uso de los artículos, demostrativos, los posesivos y pronombres personales con confusiones al principio. Las formas verbales suelen ser en infinitivo y presente, no apareciendo el pasado y el futuro hasta después de los dos años.

LAS GRAMÁTICAS INFANTILESEl “insigth designativo” se acompaña de las primeras combinaciones de palabras.

La psicolingüística afirmaba que el período anterior, en el que el niño emitía una única palabra podía calificarse como período holofrásico.

Primer gramática infantil fue conocida como gramática pivote. En dicha gramática se distingue entre palabra pivote (palabra que aparece frecuentemente en las combinaciones) y palabra abierta (palabras con muy poca frecuencia).

Las palabras pivote no pueden combinarse entre si y no puede emitirse solas, para las abiertas no existe restricción.

El conocimiento del niño es semántico; este a lo largo del estadio sensoriomotor elabora una serie de nociones sobre la realidad en forma de agente, acción, receptor, lugar, entidad, atributo, y es capaz de relacionarlas, codificarlas y expresarlas.

Slobin(1985) postula la existencia de una serie de estrategias gognitivas y lingüísticas que permiten al niño construir su lenguaje según unas relaciones de forma y significado. Este autor bautizó a estas estrategias con el nombre de principios operacionales y son innatas, es decir, existen independientemente de cualquier experiencia anterior del niño con el lenguaje.