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3EDICIÓN 101 | AGOSTO 20182

El profeta Jeremías escribió dos libros: Jeremías y Lamentaciones. De estos dos, uno tiene capítulo 13 y el otro no. Según el orden de como aparecen en nuestra Biblia, primero está Jeremías con 52 capítulos (13+13+13+13), luego Lamentaciones con 5 capítulos (5 = GRACIA). De acuerdo a esto, Jeremías representa a los profetas o ministros que tenían número 13 (rebelión) y que les fue extirpada por medio de la gracia.

Para extirpar la rebelión de la iglesia, es necesario extirparla primero de los ministros. Los profetas sin 13 son los que podrán, con la ayuda del Espíritu Santo quitarle a la iglesia la rebelión. Y para eso vamos a necesitar de la gracia de Dios.

Es bien interesante la asociación que el profeta Jeremías tiene con los números 13 y 5; por ejemplo: Jeremías empezó a profetizar en el año 13 del reinado de Josías (Jer 1:1,2), y profetizó durante el reinado sucesivo de 5 reyes de Judá (Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín y Sedequías).

El libro de Lamentaciones es el único libro del Antiguo Testamento conformado por 5 capítulos (Gracia), y ocupa el lugar número 25 contando a partir de Génesis (5x5 = gracia sobre gracia). Considerando el Antiguo testamento como el pacto antiguo o período de la ley, podemos ver el libro de Lamentaciones con sus cinco capítulos, como la gracia escondida dentro la ley.

El Antiguo Testamento está compuesto por 39 libros (13+13+13). Esto significa que la ley se encargó de poner en evidencia la rebelión del ser integral del hombre (espíritu, alma y cuerpo). En cambio la gracia escondida que fue profetizada por los antiguos profetas es la que quita la rebelión.

La estructura del libro de Lamentaciones tiene un patrón bastante interesante:

• Capítulo 1 = 22 versículos • Capítulo 2 = 22 versículos • Capítulo 3 = 66 versículos

(22 + 22 + 22)• Capítulo 4 = 22 versículos • Capítulo 5 = 22 versículos Cada uno de sus capítulos es un acrós-tico, ya que cada versículo empieza con una de las letras del alefato hebreo. El capítulo 3 es asombroso porque además de ser un acróstico en donde cada 3 versículos aparece una de las letras del alefato hebreo, está compuesto por 66 versículos. Esto es hermoso porque la Biblia está conformada por 66 Libros. Entonces, el capítulo 3 de Lamentaciones representa el ADN de la Biblia, siendo cada versículo la genética de cada libro de la Biblia.

En otras palabras, Lamentaciones repre-senta la esencia de la Palabra de Dios, el Rhema de Dios que extirpa la rebelión.

Cada uno de los capítulos de Lamentaciones que tiene 22 versículos es un alefato (4 alefatos), más el capítulo 3 con 66 versículos (3 alefatos), suman 7 alefatos. El número 7 significa perfec-ción, o sea, la perfección de la iglesia por medio de las 22 letras del alefato que está contenido en los 5 capítulos de Lamentaciones, es decir dentro de la gracia.

Sin lugar a dudas para quitar la rebelión se necesita la gracia de Dios.

Cuando sumamos los capítulos de los 3 libros del Antiguo Testamento que nos muestran a la iglesia que le quitaron el 13 y que por ende se casa, da como resultado 22:

• Rut 4 capítulos • Ester 10 capítulos • Cantares 8 capítulosEsto significa que la iglesia que se convierte en esposa de Cristo debe tener la señal del 22. En el alefato hebreo la letra número 22 es la letra Tau. Esta letra significa producto terminado.

¿Cómo se quita la rebelión entonces? Poniendo la letra Tau en la frente de los que gimen y se LAMENTAN por las abomi-naciones que se cometen en Jerusalén (BNC Eze 9:4).

Como su nombre lo indica, el libro de Lamentaciones es un poema espiritual en donde el profeta Jeremías se lamenta por Israel, Judá y Jerusalén. Se lamenta por la devastación del pueblo de Dios que ha venido a causa de sus iniquidades al haberse apartado del Dios vivo.

El profeta Jeremías representa a los ministros que gimen al ver la condición de la Iglesia, ministros que lloran incluso cuando ven cometerse abominaciones dentro del pueblo de Dios, son ministros que cuando alguien cae o se aparta del Señor sufren y claman al Señor por la restauración.

Jeremías, al haber escrito varios alefatos, representa a los ministros sin 13 (rebelión), que se convierten en los escribas que señalan en la frente con una Tau a la iglesia novia, iglesia que será guardada de la destrucción.

Jeremías significa: a quien Dios ha desig-nado, Jehová levanta y Jehová establece. Un ministro sin 13 es aquel que fue constituido por Dios y conoce cuál es su designación. Cuando Dios levantó a Jeremías como profeta le dijo para qué lo había levantado:

“Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.” (LBLA Jer 1:10)

En conclusión, la rebelión se extirpa con la Gracia, el Rhema, la letra Tau y la revelación de la identidad.

JeremíasHilmar Ochoa

Citas Bíblicas para estudio

Ezequiel 9:1-6 (BNC)Lamentaciones 1:18Lamentaciones 1:20Lamentaciones 3:42

Jeremías 9:10Jeremías 9:19,20

Editorial

Presidente Apóstol Dr. Sergio Enríquez

Directora

Licda. Paola Enríquez

Coordinador EditorialRafael Molina

Diagramación

David Lima

Diseño de portadaAlfredo Ríos

Corrección y EstiloHeidy de Molina

Preguntas y [email protected]

Impreso enDinámica Gráfica S.A.

[email protected]

EQUIPO DE TRABAJOTenemos entendido que la teología tradicionalmente divide los libros proféticos entre profetas menores y profetas mayores, advirtiendo que no se les llama así porque sean menos importantes los menores a los llamados mayores, sino porque la carga profética de los primeros no es tanta como la de los segundos. En nuestro caso no los veremos desde esa óptica sino que habiendo analizado los números de capítulos que tienen cada uno de los libros hemos dividido para una mejor comprensión a aquellos que tienen 13 o más capítulos recordando que

el número 13 es sinónimo espiritual de rebelión. Cuando hacemos esto nos percatamos que al igual que la teología tradicional nos aparecen 12 profetas sin 13 a los cuales no les llamamos menores, más bien les decimos “profetas sin rebelión”. La diferencia entre estas dos perspectivas sería que ellos ponen dentro de los menores a Zacarías y a Oseas y nosotros no, ya que cada uno tiene 14 capítulos y nosotros consideramos a Daniel y Lamentaciones (Jeremías) como profetas sin 13.

Nuestro listado de los doce profetas es:

Como ya hemos insistido en otras revistas el hecho que no tengan 13 es como un mensaje encriptado de un movimiento profético antes de la aparición del Mesías anhelado, ya que luego de Malaquías aparece en Mateo el deseado de las naciones ¡el Señor Jesús! Y esto nos envía al futuro de ellos que para nosotros es el presente de un movimiento profético sin precedentes lleno de profetas sin rebelión que habrá de presentarse antes de la manifestación secreta de nuestro Señor antes de segunda venida. Esto es muy importante porque en la profecía de Mateo 24, el Señor dijo que habrían muchos falsos profetas que habrían de engañar a muchos, y debemos entender que no puede haber algo falso si no hay algo verdadero qué imitar; entonces estos 12 profetas sin 13 nos habrán de trasladar un mensaje secreto para que podamos discernir a los genuinos y estos a su vez puedan pasar a formar parte del equipo que habrá de trabajar a la novia para extirparle la rebelión.

Que el Señor nos ayude para poder entender ese mensaje secreto y estar preparados para la venida secreta del Señor Jesucristo.

Bendiciones

Sergio Enriquez

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APOSTÓLICOConsejo

“Si Él lo dijo, Él lo hará!!”

• Lamentaciones (Jeremías)• Daniel• Joel• Amós• Abdías• Jonás

• Miqueas• Nahúm• Habacuc• Sofonías• Hageo• Malaquías

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5EDICIÓN 101 | AGOSTO 20184 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

En el presente artículo analizaremos al profeta Joel cuyo libro no tiene capítulo 13, para conocer el perfil del profeta de Dios y la forma de vencer la rebelión.

El nombre Joel tiene varios significados, uno de ellos “Jehová es Dios”, lo que denota una convicción; decir esto, por ejemplo en Babilonia, era motivo de muerte, quiere decir que una de sus características es la valentía y definición por Dios, también se puede traducir como “El que agrada a Dios”. Veamos cómo se puede agradar al Señor y así eliminar la rebelión.

Reconociendo paternidad

“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”. (Colosenses 3:20 RVR95)

Hay diferentes tipos de paternidad y una de ellas es la ministerial. En el pasaje anterior vemos que tener este tipo de relación agrada a Dios, es decir que el profeta debe reconocer cobertura, pater-nidad y sujetarse, así como aprender del padre de su alma, no debe ser itinerante, nómada, sin casa, sino tener una ascen-dencia espiritual.

Agradando a Dios antes que a los hombres

“Al contrario, si hablamos es porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No procuramos agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Tesalonicenses 2:4 RVR95). Uno de los peligros más fuertes que tiene un ministro de este tipo es que puede estar rodeado de muchas personas y ser tentado a querer agradarlos, sin embargo, tiene que ser definido en su ministerio y buscar agradar a Dios, debe saber que su corazón es probado constantemente y esto lo lleva a conocer sus propias intenciones; este ministro se conoce a sí mismo y sabe el incalculable valor del evangelio.

Gálatas 1:10 también habla que una de las características de un verdadero siervo de Dios es querer agradarlo, y no buscar la aprobación humana, la cual muchas veces el alma busca con ahínco, así como aquellos fariseos que buscaban ser vistos, y esa era su recompensa, su ganancia no era monetaria sino emocional.

El padre se agrada del hijo

Recordemos cuando se oyó aquella voz diciendo “este es mi hijo amado, en el cual tengo complacencia”; el Padre se agrada del hijo en el momento en el que desciende el Espíritu Santo sobre él, esto significa que a Dios le agrada que se hagan las cosas en el poder del Espíritu, no por fuerza humana ya que si un profeta dice que habla en nombre del Señor y no es así, sería prácticamente hechicería, como el ejemplo de Balaam.

Joel hijo de Petuel

Petuel significa “boca de Dios” y la Biblia dice que no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra (Rhema) que sale de la boca de Dios, o sea que este profeta fue engendrado por la palabra de Dios, su ministerio está fundamentado en ella, no en el don, esto lo hace conocer los límites para vencer la rebelión.

Recordemos también que el que sabe apartar lo santo de lo vil es como la boca de Dios; el profeta a la manera de Joel, sabe diferenciar lo espiritual (lo valioso) de lo terrenal (la escoria), no habla por hablar, entonces Dios habla por medio de él.

El mensaje de la restitución

Este tipo de profeta no quiere agradar a los hombres, está lleno del Espíritu, sabe que es como la boca de Dios, se puede parar frente a un pueblo al que Dios ha disciplinado, que ha sido acabado por plagas de langostas, que ya no tiene esperanza y alza su voz para anunciar, para proclamar un nuevo tiempo, el cual trae restitución.

“Yo os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros”. (Joel 2:25 RVR95) Este devorador ataca, por decirlo así, cuatro etapas de la vida del hombre: su niñez, adolescencia, edad adulta y vejez causando amargura que puede llevar a la rebelión. Jacob expresó: “pocos y malos

han sido los años de mi vida”, la ministra-ción profética va dirigida a restaurar los años para cambiar la forma de ver la vida para estar satisfechos y alabar el nombre de Jehová como aquella mujer que le fue restituido lo que había dejado de recibir por 7 años.

Despierta a los valientes

Hace una proclama, los hombres a los que les habla no son guerreros, no son valientes, sin embargo la voz profética los despierta, los hace volver en sí, los transforma para que se acerquen y puedan pelear, les enseña que hay un refugio llamado Jehová y que Él rugirá por ellos. Los saca de su acomodamiento, de su amargura, de sus problemas y son trasformados.

Derramamiento del Espíritu Santo

Da la profecía que se cumple en el libro de los Hechos; por este derramamiento más personas profetizarán, o sea quiere que otros también tengan su don, no quiere ser el único que lo haga, que todo gire alrededor de él, imparte su Don, sabe que no es de su propiedad sino para edificación de los demás. Sabe cuál es su función, tiene paternidad, ama la palabra y se multiplica, de esta manera vence a la rebelión y enseña a otros a cómo vencerla.

JoelWilly González

Citas Bíblicas para estudio

Joel 2:28Hechos 2:172 Reyes 8:2

Hechos 2:16-17

Joel = Jehová es Dios

El Libro de Daniel es el segundo de los libros proféticos que no tiene capítulo 13, pero es muy difícil describir en pocas palabras, tanto el carácter de Daniel como el contenido del libro. Sin embargo, lo primero que debemos considerar es el mismo nombre Daniel, cuyo significado es “Juez de Dios”, refiriéndose a una persona que juzga de parte de Dios, o bien “Mi Juez es Dios” (Diccionario Jones), siendo un término compuesto por las palabras “Dan” (H1835) que signi-fica Juez, y “El” (H410) que es el término más utilizado para referirse a Dios.

En virtud de lo anterior podemos decir que el primer paso para extirpar la rebelión de nuestro corazón es que tengamos el entendimiento de que Dios es nuestro juez y que todo lo que nosotros hacemos, decimos o pensamos, será traído a juicio algún día y tendremos que dar cuenta a Dios de cada una de nuestras acciones. Es muy fácil que una persona caiga en la hipocresía, actuando de una manera cuando se siente juzgado por determinado grupo de personas, y de otra manera cuando considera que nadie lo está viendo.

Sin embargo, al tener el entendimiento de que Dios es nuestro juez y que Él está presente en cada momento de nuestra vida, podemos ser íntegros y veraces, no pretendiendo agradar a los hombres sino buscando agradar a Dios en todo lo que hacemos, tal como dice el apóstol Pablo: “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros o por tribunal humano; y ni siquiera yo mismo me juzgo, porque aunque de nada me acusa mi conciencia, no por eso soy justificado, pues el que me juzga es El Señor.” (1 Cor. 4.3-4)

Es interesante que el rey de Babilonia haya querido cambiar el nombre de Daniel por el nombre babilónico

Beltsasar o Beltesasar cuyo significado no es completamente claro, pero una de sus acepciones es: “Bel proteja su vida” (Diccionario Nelson), haciendo referencia al dios principal de los babilo-nios, mientras que otros sugieren que el nombre es una transliteración de la expresión Belti-sar-usur cuyo significado es: “Que la señora (esposa del dios Bel) proteja al rey” (Diccionario Certeza). Sin embargo, Daniel nunca se identificó con dicho nombre, sino siempre se dio a conocer por su nombre hebreo.

El segundo aspecto que podemos consi-derar en Daniel es que propuso en su corazón no contaminarse con la comida y el vino del rey de Babilonia (Dan. 1.8). Por una parte, el término Proponer significa “Determinar un objetivo que se pretende conseguir.” (DLE) y esto nos enseña que todos debemos tener propósitos en la vida, pero no necesariamente los propósitos terrenales que se pronuncian en Año Nuevo, sino propósitos espiri-tuales conforme al corazón de Dios, tal como se dice del rey Uzías: “Se propuso buscar a Dios… y Dios le prosperó.” (2 Cr. 26.5 – RVA)

Al igual que Daniel, nuestro propósito debe ser no contaminarnos con el ambiente de Babilonia, para lo cual es indispensable saber que Dios es nuestro Juez. Ahora bien, contaminar significa “Alterar nocivamente la pureza o las condiciones normales de una cosa…” o bien “Pervertir o corromper la fe…” (DLE) y esto quiere decir que para extirpar la rebelión necesitamos conservar nuestra fe pura, tal como se dice de los 144,000 que son tomados como primicias para Dios y para el Cordero: “Son los que guardaron su fe limpia de toda prostitu-ción idolátrica…” (Ap. 14.4 – BAF)

En el caso de Daniel, la fuente de conta-minación era la comida y la bebida del rey, las cuales eran parte de un culto babilónico y supuestamente darían mayor vigor e inteligencia a los que habían sido escogidos para servir en el palacio. Esto significa que las costumbres babilónicas son una fuente de contamina-ción que debemos evitar para conservar pura nuestra fe, sobre todo aquéllas que tienen un trasfondo religioso, recordando que también hay otras fuentes de conta-minación de las que debemos limpiarnos

para perfeccionar la santidad en el temor de Dios (2 Cor. 7.1).

Otro aspecto que debemos considerar para extirpar la rebelión es la revelación que tuvo Daniel de parte de Dios, la cual le fue dada como resultado de su humildad. En primer lugar, porque Daniel reconoció que sólo Dios podía dársela a fin de que él y sus amigos no perecieran con los sabios de Babilonia. En segundo lugar porque Daniel no confió en sus propias fuerzas o en su propia devoción para pedirla, sino que buscó la ayuda de sus amigos para que juntos pidieran misericordia y que le fuera revelado aquel misterio (Dan. 2.17-19).

Sin embargo, la revelación que necesi-tamos para extirpar la rebelión no se refiere únicamente a la revelación de misterios o de eventos que están por venir, sino principalmente la revelación de nuestra condición interior, pues de lo contrario, no podríamos extirpar algo que ni siquiera sabemos que está en nuestro corazón. Por ejemplo, cuando David fue confrontado a causa del pecado que cometió con Betsabé, la unción profética que acompañaba a Natán le trajo la revelación de su condición interior, de tal manera que él pudo decir: “Porque yo reconozco mis rebeliones…” (Sal. 51.3) ¡Maranatha!

Daniel

Citas Bíblicas para estudio

Daniel 1.8Daniel 2.17-19Daniel 5.13-31Daniel 6.10-23

Daniel 9.1-19Ezequiel 14.12-23

Marco Vinicio Castillo

Daniel = “Juez de Dios” o “Dios es mi Juez”

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7EDICIÓN 101 | AGOSTO 20186 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

En la Biblia hay 17 libros del AT y 17 del NT, que tienen menos de 13 capítulos (figura de rebelión). Este dato es muy intere-sante. De ninguna manera representa una casualidad. La precisión matemática de Dios, es impresionante y a través de los números, figuras de lenguaje, signi-ficados de palabras, etc., nos revela los mensajes encriptados para su iglesia, su novia, y sus ministros.

Hablando acerca de los ministros y focalizando en los profetas, encon-tramos que de esos 17 libros del AT que mencionamos, hay 12 relacionados con los profetas. Empezando a contar desde Lamentaciones (representativo de Jeremías), Abdías corresponde al libro número 5. Recordemos que 5 es número de gracia: es decir, para erradicar la rebelión, el profeta debe vivir, ministrar y enseñar sobre la gracia de Dios. ¿Cómo se alcanza esa gracia? Convergeremos hacia ese punto, más adelante.

En otro aspecto, si contamos los libros desde Génesis, Abdías es el número 31. La suma de 3 + 1 = 4. No es coincidencia, que el número 31 aparece mencionado solamente 4 veces en la Biblia. La primera vez, lista el total de reyes de Canaán que venció Josué. La segunda, marca el ascenso al trono de Omri, rey de Israel, que hizo lo malo ante los ojos de Dios. La tercera, declara el tiempo que permaneció en el trono Josías, rey de Judá, quien hizo lo recto ante los ojos de Dios, pero que por un solo pecado regis-trado, murió. La última vez, se repite lo que declara el tercer versículo. Es como si Dios nos enviara un mensaje profético encriptado: El profeta a la manera de Abdías, debe ser esforzado y valiente, y debe guiar al pueblo en la conquista individual del alma. Debe tener un equili-brio (número 4) y no considerar que es por sus propias fuerzas (Omri) o porque no peque (como Josías), pues si confía en su propia prudencia y no en Dios, su

“reinado” (figura de su vida o su minis-terio) se puede ver acortado.

Hagamos un último análisis de los números. Si contamos en orden, el listado de libros consecutivos del AT que tienen menos de 13 capítulos, Abdías es el número 10. Diez significa totalidad, diezmo, ley. Entonces, Abdías nos habla acerca de cómo el ministro alcanza esa totalidad de Dios, a través de la obediencia, en la ley de la libertad. Por eso, su nombre, que significa “siervo de Jehová”, o “adorador de Jehová”, nos enseña cómo debemos sujetarnos por amor, y servir por amor, no por obligación. El ministro que no sirve por amor, que no adora a Dios entendiendo que esto es una forma de vida (y no un instante de emoción), va camino hacia la rebelión.

Pongamos en pausa la revelación en los números, y veamos otros aspectos del libro de Abdías, que nos dirán cómo un profeta o ministro, debe conducirse continuamente:

HUMILDAD

Abdías es el libro más pequeño del AT. Esto nos da el primer mensaje sobre la humildad. No es un libro sobre la vida del profeta. No trata sobre sus sentimientos o su forma de pensar. No compite por ser el más grande predicador. Sencillamente, expone el mensaje de Dios; sin rodeos, sin demoras. Esto no quiere decir que Abdías no tuviera un corazón que se enterneciera. Tampoco quiere decir que Abdías fuera implacable. Y eso nos da una enseñanza importante. Antes de sus necesidades y deseos, un ministro “Abdías” (siervo de Jehová) debe amar hacer la voluntad de Dios, rindiendo su propia voluntad. Por ende, nos brinda perspectiva impactante sobre qué se contrapone a la rebelión: hacer la voluntad de Dios, y no la nuestra.

Es por eso que en el primer versículo, Abdías declara que tuvo una visión, pero ya no vuelve a hablar de sí mismo. Inmediatamente empieza a dar el mensaje de Dios. Abdías muere rápida-mente a su “yo”. Y luego, empieza a hablar de la humillación: en el versículo 2 declara que El Señor humillará a Edom. Es una confirmación de Dios, hablando dos veces consecutivas: El siervo de

Dios debe ser humilde, debe ministrar humildad. No solo con su mensaje verbal o escrito, sino con todos los actos de su vida. Eso le hace alcanzar y ministrar a la Iglesia, la gracia de Dios que vence la rebelión.

AMOR POR EL HERMANO

Esaú, era el hermano de Jacob. Ambos entran en enemistad desde el vientre de Rebeca. Jacob se vuelve Israel, y Esaú, Edom, pero él involuciona a tal punto, que la profecía de Abdías, deja claro el odio de Edom contra Israel. En el versí-culo diez, Dios declara cinco palabras que impactan profundamente: “La violencia contra tu hermano”. Esa es la causa del juicio decretado. Esa es la razón para cortar a Esaú de entre los hombres.

El mensaje no puede ser más claro. Un profeta, y en general un ministro, no puede, no debe odiar a sus hermanos. No debe hacer violencia contra ellos. Larga es la lista de lo que incluye la violencia, pero mencionemos una sola: El no ayudar al hermano cuando está en angustia, y peor aún, alegrarse de su infortunio. Un siervo de Jehová, un adorador de Jehová, bendice a sus hermanos como Dios lo hace. Se entrega, perdona, ama. Por lo tanto, amemos, y busquemos ser como Abdías: Un siervo de Jehová.

AbdíasSergio Licardie

Como cristianos nacidos de nuevo, estamos viviendo el tiempo profetizado en la Biblia en donde nuestro Señor Jesucristo regresará por su amada (los llamados que pasaron a ser escogidos y que pasaron a ser fieles). Una de las cosas que puede hacer que no participemos de éste galardón, es que haya en nosotros “Rebelión”; Amós es uno de los profetas enviados por Dios en cuyo libro no tiene capítulo 13; es decir, que allí Dios nos deja un mensaje que con la ayuda del Espíritu Santo nos va a ayudar a extirpar cualquier semilla de rebelión que haya en nuestro corazón y así ser arrebatados para el Señor.

El nombre de Amós significa “uno que lleva cargas”, recordemos que una de las cosas que faraón hizo al pueblo de Israel en Egipto fue ponerle más carga para evitar que salieran de la tierra; analicemos algunas cosas encriptadas en las profecías y visiones que Dios le dio al profeta. “También romperé el cerrojo de Damasco, extirparé a los habitantes del valle de Avén (Idolatría) y al que empuña el cetro de Bet-edén, (Casa del placer)” (LBA Amós 1:5).

Debemos extirpar de nosotros toda idola-tría, es decir, todo aquello que ocupa el lugar de Dios en nuestro corazón, sojuzgar los deseos de la carne y huir de las pasiones juveniles.

En Amós 1:9 se olvidaron del pacto de hermanos. Y Dios mismo nos enseña que Él no olvida sus pactos hasta 1,000 generaciones (Deuteronomio 7:9). El olvidarnos de los mandamientos y del pacto con nuestro hermano Mayor (Cristo) nos hace caer en el plano de la rebeldía. En Amós 1:11 dice que con espada persiguió a su hermano. Si tenemos la actitud de perseguir a nuestro hermano con palabras, es decir, calumniándolo, en su lugar podamos

después bendecir a los que nos maldicen (Mateo 5:44).

En Amós 1:13 abrieron los vientres de las mujeres en cinta, les impidieron dar fruto para ensanchar sus fronteras, y ver solo su beneficio. Quiere decir que si empezamos a dar frutos de arrepenti-miento y ponemos nuestra mente en el Espíritu Santo, daremos abundante fruto. “Por cuanto vendieron al justo por dinero (H3700) y al menesteroso por sandalias. (H5274)”, (Amós 2:6). Vemos que el amor al dinero nos desvía de la Salvación. La palabra sandalias también significa símbolo de algo ocupado y rehusar casarse; debemos suplicarle al Señor que extirpe todo amor al dinero y la traición al devolver la fe; es una apostasía, que es un sinónimo de rebeldía el rehusar casarse.

En Amós 5:4,10 Le dice a Israel, es decir, a nosotros, que debemos aceptar la reprensión de Dios y amar a los íntegros. En Amós 5:21-23 se dá una palabra que confronta a Israel, en donde Jehová aborrece la religiosidad en la que convirtieron las fiestas, las ofrendas y las alabanzas. Si empezamos a extirpar lo religioso de nuestros cultos y aún la forma como ofrendamos así como el ruido de la música en las alabanzas, que se ha convertido en una rebeldía que se ha introducido en la iglesia. En el capítulo 7 vemos como el Señor va medir la justicia de su pueblo y en el verso 14 Amós hablaba de parte del Señor, no para agradar al rey como los “profetas” de la corte que se vendían por dinero; él era integro delante de Dios y delante de los hombres.

Israel otra cosa que hacía en rebeldía delante de Jehová, era amar el comercio de las cosas santas y tener balanzas injustas; el amar el comercio dentro del templo y tener un negocio en el cual sabemos que estamos robando al tener una balanza injusta, nos hace rebeldes; y el pisotear al menesteroso y querer exterminar a los pobres de la tierra, nos convierte a candidatos a no ser arreba-tados, desde el punto de vista que todo esto nos pone un receptor de rebeldía.

En Amós 8:11-12 Israel se da cuenta que por menospreciar la palabra de Dios cuando la tenían en abundancia,

les enviaría un tiempo de hambre de esa misma palabra la cual buscarán por todos lados y no la encontrarán, es decir, que el menospreciar Su palabra, impartida por cualquier medio, nos hace unos rebeldes.

Cuando llegamos al capítulo nueve leemos: “En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y la reedificaré como en tiempo pasado”. (Amós 9:11)

Cuando habla de “aquel día”, se refiere al tiempo que estamos viviendo, en donde el Tabernáculo de David está siendo levantado, está siendo reedificado, es decir, la iglesia y la alabanza son parte de ese Tabernáculo.

El Señor en su fidelidad y cumpliendo su pacto cumplirá las promesas a su pueblo que le busque y le adore; debemos examinar nuestro campamento y vernos en el espejo de la palabra expuesta en el libro del profeta Amós, y pedirle con todas las fuerzas de nuestro corazón a Dios que por medio de su Espíritu Santo seamos tomados como dignos para que se nos extirpe la rebelión y podamos alcanzar el galardón de ser parte de la esposa del Señor.

AmósRamiro Sagastume

Citas Bíblicas para estudio

Gálatas 5:162 Corintios 6:16Jeremías 1: 11-141 Corintios 1:.27Hechos 1:25

Amós = Uno que lleva cargas Citas Bíblicas para estudio

Josué 12:241 Reyes 16:232 Reyes 2

2 Crónicas 34:1Abdías 1:121 Juan 3:17

Abdías = “siervo de Jehová”, o “adorador de Jehová”

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9EDICIÓN 101 | AGOSTO 20188 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

En el relato Bíblico es evidente cómo la rebelión fue el inicio de lo que conocemos como iniquidad; tanto el acto de cometerla, como del personaje que la Biblia señala como tal; también vemos cómo el querubín que llegaría a ser el enemigo de nuestras almas se rebeló contra Dios, pero la causa de ello fue que la iniquidad se anidó en su corazón y ya caído incita a la rebelión a Eva, haciéndola caer junto con Adán. Si nos adelantamos al final de los tiempos en Mateo 24 somos advertidos por nuestro Señor, que tanto los muchos como los escogidos van a ser engañados por los falsos profetas. El engaño de estos tiene como fin que los cristianos apostaten, es decir, se rebelen y pierdan la posibilidad de llegar a ser la novia del Señor Jesucristo y participen del día grande y terrible del Señor, la tribulación; estos falsos profetas se caracterizan por ser rebeldes.

Para poder escapar de su engaño es necesario reconocerlos y para ello debemos conocer tanto las caracterís-ticas de los que son falsos como las de los que son verdaderos profetas de Dios.

Como se ha venido exponiendo en la Biblia, los libros que tienen capítulo 13 nos muestran las características de la estructura de la rebelión, mientras que los que no tienen capítulo 13 nos muestran las características de aquellos que no son rebeldes.

En el Antiguo Testamento, tres libros nos hablan de boda, una figura de la que se va a casar con El Señor Jesucristo, Ruth, Ester y Cantar de los Cantares; los tres no tienen capitulo trece, la novia del Señor no tiene rebeldía, ya que le fue extir-pada; de los libros restantes del Antiguo Testamento que no tienen número trece, doce son libros de profetas, estos doce

libros nos muestran las características de aquellos profetas que no son rebeldes y por lo tanto no son falsos, entre estos libros se encuentra el libro del profeta Miqueas del cual vamos a tratar de entender sus características.

Este libro inicia describiendo a quien le vino la Palabra del Señor, a Miqueas, cuyo nombre significa en los diferentes diccio-narios Bíblicos: ¿Quién es como Dios (YHWH)? Interesantemente en el último capítulo de este libro 7:18 Miqueas hace la siguiente pregunta: “¿Qué Dios como Tú ?” Esto nos engloba, nos encierra dentro de un concepto que define el mensaje de este profeta y por lo tanto una de sus características: la convicción de que sirve al único Dios, al Dios de dioses, Señor de señores y Rey de reyes. Deuteronomio advierte en su capítulo 13 acerca de aquellos profetas o soñadores de sueños a quienes se les cumple su profecía o hacen alguna señal o milagro y apoyados en esto llevan al pueblo a otros dioses; este profeta debía morir según la ley Mosaica ya que habló rebelión contra el Señor (Deu 13:5), si algún profeta lleva con su discurso o profecía a servir a otro dios, por ejemplo al dios Mammon, el dios de las riquezas, sembrando codicia en el corazón del pueblo de Dios, lleván-dolo a extraviarse de la fe y haciéndolo traspasarse por muchos dolores, este profeta no es a la manera de Miqueas, no le ha sido extirpada la rebelión, no debe seguírsele.

Miqueas 7:18 “¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad?” podemos ver aquí otra característica en este pasaje: su profecía, su mensaje señala al Dios que perdona, que dio a su Hijo para el perdón de los pecados, que olvida nuestras rebeliones, una profecía que conduce a la seguridad de que el corazón contrito y humillado Dios no lo rechaza, que siembra en el corazón de los cristianos que si llegáramos a pecar tenemos abogado ante el Padre, a Jesucristo nuestro Señor; la esperanza de que a pesar de nuestras imperfecciones Él nos ayudará a alcanzar la santidad por medio de Su gracia.

Salmo 113:5-9 se hace la pregunta nueva-mente “¿Quién es como El Señor nuestro Dios?” y describe que Él está sentado en las alturas, que se humilla, que levanta al pobre del polvo y al menesteroso del muladar y lo sienta con los príncipes de su pueblo. Los profetas a la manera de Miqueas, llevan un mensaje de restaura-ción, de un Dios que es humilde y sabe de lo que tenemos necesidad y que está dispuesto a levantarnos y sacarnos de la humillación para al final hacernos sentar a su mesa junto a los príncipes de su pueblo, no junto a los príncipes de este mundo, no incitando a participar en la política a fin de alcanzar un lugar entre los gobernantes de este sistema.

Miqueas, era de Moreset, que significa: posesión de Gath; y Gath significa: prensa de uva, por lo tanto posesión de la prensa de uva. El mensaje, la caracte-rística, la estructura de los verdaderos profetas es que son posesión de aquel que sufrió y dio su sangre, simbolizada en el vino del nuevo pacto y por lo tanto están dispuestos a sufrir por su Señor por aquel que les dice qué decir, qué profe-tizar; además que su mensaje señala a Cristo y a éste crucificado.

MiqueasJuan Luis Elías

Citas Bíblicas para estudio

Isaías 14:13Mateo 24:4-24Deu 13:1-5Salmos 113:5-9

1 Tim 2:142 Cor 11:3

“Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y clama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí. Pero Jonás se levantó para huir de la presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope, donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor.” (Jonás 1:1-3)

El profeta Jonás fue un siervo de Dios diferente de los demás. Fue llamado para efectuar una misión muy semejante a la de otros profetas: Llamar al arrepentimiento a un pueblo que estaba madurando en la iniquidad. A diferencia de los demás, sin embargo, Jonás respondió intentando huir de su asignación. Si se hubiera negado por cobardía, aunque ésta no es una excusa, se habría comprendido, pues la brutalidad con que los asirios trataban a sus enemigos era bien conocida. Pero el problema de Jonás no parece haber sido la cobardía, sino más bien, el resenti-miento contra El Señor por dar al odiado enemigo una oportunidad de arrepen-tirse (Jonás 4:1-2). Desde la perspectiva de su rebeldía y desobediencia a cumplir el mandato divino, Jonás puede ser comparado a otros profetas del A.T. que igualmente se resistieron a aceptar la misión que Dios les encomendaba. Moisés, Elías, Jeremías y otros, apelando a posibles razones de incompetencia, debilidad o temor, trataron, lo mismo que Jonás, de evitar la responsabilidad que Dios cargaba sobre sus hombros.

Pero probablemente fue Jonás el profeta que con mayor tenacidad mantuvo su resistencia. Y cuando se vio forzado a ir a Nínive y comunicar el mensaje encomen-dado, lo hizo con enojo, llegando al extremo de lamentar amargamente la salvación de la ciudad a la cual había él anunciado la inminencia del desastre.

Veamos el siguiente capítulo:“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, 2 y dijo: Invoqué en mi

angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. 3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. 5 Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. 6 Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío” (Jonás 2:1-6).

El problema nunca fue el gran pez, ni la tempestad, si no el problema era la rebeldía y desobediencia de Jonás al no hacer la voluntad de Dios. Muchas veces por causa de nuestra desobe-diencia y rebeldía El Señor permite tormentas sobre nuestras vidas para que despertemos y nos demos cuenta del gran propósito que Él tiene para cada uno de nosotros. Podemos ver cómo en el transcurso de la historia sobre la vida de Jonás le va siendo extirpada la rebelión que había en su corazón, de esa mala actitud que él tenía hacia los ninivitas llevándolo así hasta el Seol para que desde ahí entendiera cuál era su llamado. En el libro de Job vemos como él le pide al Señor que le haga conocer cuál es su rebelión. “¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme conocer mi rebelión y mi pecado”. (LBLA Job 13:23)

Solo Dios por medio de su Espíritu Santo conoce nuestro corazón y qué es lo que hay en él, pidámosle que Él extirpe todo aquello que no le agrada y que nos impida cumplir sus ordenanzas y deseos.

Cuando a Jonás se le comisionó por segunda vez para ir a Nínive, Jonás emprendió el largo viaje hacia esa ciudad. “Finalmente Jonás comenzó a entrar en la ciudad por distancia de un día de camino, y siguió proclamando y diciendo: Solo cuarenta días más, y Nínive será derribada.” La Biblia no dice si Jonás

conocía el idioma asirio o si se le facultó de forma milagrosa para hablarlo. Quizás habló en hebreo y alguien que conocía este idioma hizo de intérprete. En tal caso, es posible que las palabras de Jonás suscitaran gran curiosidad y mucha gente se preguntara qué decía ese extranjero. Después de haber pasado cuarenta días sin que le ocurriera nada a Nínive, Jonás estaba muy disgustado porque El Señor no había destruido la ciudad. Incluso oró a Dios para que le quitase la vida. Pero El Señor le contestó con la pregunta: “¿Es con razón que te has enardecido de cólera?. Posteriormente el profeta dejó la ciudad y más tarde se hizo una cabaña. Desde ese lugar, al oriente de Nínive, vigiló para ver lo que le ocurría a la ciudad”.

Dios hace su voluntad queramos o no, de eso no cabe duda, “Jesús dijo: -Les aseguro que, si ellos se callan, las piedras gritarán” (Lucas 19:40).

No es más importante el mensajero que el mensaje, pero Él en su gran amor nos dio propósitos en nuestras vidas, y quiere que los alcancemos, Él nos ayuda. Y nos trae de vuelta cuando nos perdemos. Fijemos nuestro foco en su amor y consideración: el mensaje de Dios tenía que llegar hasta no una, sino miles de personas en Nínive, pero, aun así, Él Señor nunca se olvidó de aquel Jonás que cometió un error al querer huir de su presencia.

La rebelióndel Profeta JónasPablo Enríquez

Citas Bíblicas para estudio

Jonás 1:1-3Jonás 4:1-2Jonás 4:9-11

Mateo 12:40Prov 16:33Lucas 9:62

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11EDICIÓN 101 | AGOSTO 201810 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

Definitivamente en la palabra del Señor no hay casualidades y es interesante notar que en la Biblia hay varios libros que no tienen capítulo 13; recordemos que ese número está asociado a la rebelión. En esta oportunidad estudiaremos el libro de Habacuc ya que es uno de esos libros que no tiene rebelión y que es figura de la iglesia que es arrebatada.

Habacuc fue el octavo de los profetas menores de Israel. En cuanto a su nombre, el diccionario Strong nos indica que viene de la raíz hebrea: KJABACCÚC (H2265) que significa: ABRAZO. Esta palabra hebrea a su vez viene de: KJABÁC (H2263) que significa: Abrigo, apresurar y cruzar. Otros diccionarios Bíblicos nos brindan otros significados como: Una hierba fragante o uno que abraza. La iglesia que quiere ser arrebatada debe dejarse abrazar primeramente por el amado, para luego como novia cuidar con su abrazo a quienes han de ser salvos, santos y fieles del Señor.

El Señor le permite a el Profeta Habacuc tener visiones, las cuales impactan su vida apreciando en ellas la iniquidad que se está manifestando en el mundo así como la opresión, la destrucción, violencia, contienda y la discordia entre otras (Hab 1: 1-4). El profeta, al igual que el justo Lot, afligido en su alma al ver tanta maldad, se queja con el Señor, quien le brinda respuesta a sus interrogantes, pero le insta a no estar afanado, “sino que sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Flp 4:6). En los 3 capítulos del libro de Habacuc podemos apreciar varios elementos importantes algunos de ellos son:

ATALAYA (Hab 2:1 RV)

Habacuc inicialmente afirma que estará en guardia y como Atalaya en la fortaleza. La palabra Atalaya viene de la raíz TSAFÁ

(H6822) que significa: Inclinarse hacia adelante, distancia, observar, aguardar, acechar, centinela, considerar, descu-bierto, esperar, extender, mirar, vigilar, vigilia. Un Atalaya debe estar lleno de sabiduría y entendimiento del Señor para poder discernir el momento preciso y justo para decir las cosas; un ejemplo de ello es Mardoqueo, que le advierte a Ester del plan de Amán para destruir a su pueblo (Ester 3:6). Nosotros como atalayas, debemos estar siempre listos, velando como lo dice en Cantares 5:2, sin perder de vista lo que acontece en los diferentes escenarios para poder irnos con nuestro amado.

FE (Hab 2:4)

Hay una exhortación que vemos clara-mente en este capítulo y es que aunque la visión tardara habrá que esperarla, ya que nuestro amado vendrá y nos encon-traremos con Él en las nubes (1 Ts 4:17). Es por ello que a los que hemos sido justificados en Cristo se nos anima a vivir por la FE. La Fe no es solo un concepto que repetimos, debemos cuidarla ya que puede extraviarse (1 Ti 6:10).

La palabra nos muestra que hubo un momento en el que la fe de los apóstoles se debilitó e involucionó y fue necesario que le pidieran al Señor que les fuera aumentada (Lc. 17:5). Nosotros constan-temente debemos pedirle al Señor que fortalezca nuestra Fe para poder resistir los dardos del enemigo (Ro. 4:20). El trabajo del enemigo es hacer que nuestra fe sea trastornada, lo que puede conducir a alguno a desviarse, ¿y por qué no decirlo?, llegar a apostatar de la fe (1 Ti 4:11), perdiendo la posibilidad de participar en las bodas del Cordero.

ALEGRÍA Y GOZO (Hab 3:17-18)

En el primer versículo del capítulo 3 de Habacuc, algunas versiones nos indican que aparte de ser una oración también hay tonos variables, esto nos habla de alabanza y si hay alabanza definitivamente hay fruto de labios que confiesan su nombre (He 13:15), es decir que la iglesia que es arrebatada tiene en su boca cánticos para el Señor. En Habacuc 3:17-19 LBLA, el Señor nos hace una tremenda a que no cesemos de ALEGRARNOS, es decir de gozarnos en el Dios de nuestra salvación, sin importar

la situación que estemos viviendo. Dios no está prometiendo que no pasaremos por pruebas (desiertos); lo que Él está jurando es que seremos felices sin importar lo que nos rodee, sin importar si tenemos bienes materiales o no los tengamos; el juramento de Dios es que seremos felices porque Él así lo ha deter-minado; no depende de los cambios que haya en el mundo, no depende de los indicadores económicos, políticos o sociales; la felicidad en Dios depende de lo que Él diga (Jer 15:11).

MANO PODEROSA (Hab 3:4):

La palabra nos indica que de la mano del Señor salen rayos brillantes y en esa mano está escondido su poder. Cuando hablamos de la mano de Dios, hablamos de los cinco ministerios que son dones en forma humana que Jesucristo ha repar-tido a su Iglesia. La misión de los cinco ministerios es arrancar, derribar, destruir y derrocar toda obra de tinieblas en nuestra vida, para luego edificar y plantar sobre el fundamento que es Cristo (Jer. 1:10). La novia del cordero que acepta y reconoce los cinco ministerios, cuando se presente ante el Señor puede estar confiada que no será avergonzada. ¡ MARANATHA !

HabacucEdwin Castañeda & Vilma Cruz

Citas Bíblicas para estudio

Habacuc 1:1-4Habacuc 2:1-4Habacuc 3:17-18

1 Ts 4:171 Ti 6:10

Nahúm es el profeta número ocho de doce que en la Biblia no tienen capítulo trece; el ocho en la Biblia es un número de reinicio, de nuevas oportunidades; Nahúm representa la oportunidad que El Señor da al rebelde, de empezar de nuevo a pesar de sus pocas o muchas rebeldías: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).

Nahúm, según el diccionario de nombres bíblicos Enlow significa: consolador y consolación; de estos significados se puede decir que el profeta sin rebelión es el que conoce al Dios de toda consola-ción y puede consolar porque él también ha sido consolado (2 Co. 1:3-4).

Consolación es el alivio de la pena o angustia de una persona; El Señor dio la orden de consolar a su pueblo, lo enfatizó dos veces, diciendo con esto que había que hacerlo con determinación y prontitud; el profeta Isaías dijo: “Dios me enseñó a consolar a los que están afligidos y cansados” (Is. 40:1-2, 50:4 TLA; Gn. 41:32). La Biblia dice que el que profetiza habla a los hombres para edifi-cación, exhortación y consolación; en este sentido es notable, desde el punto de vista del tabernáculo de Moisés, que la consolación se ubica en el lugar santí-simo de la profecía, de ahí su importancia (1 Co. 14:3).

Los profetas deben consolar al pueblo del Señor haciéndoles notar que el pecado tiene consecuencias, tales como luchas, aflicción, días tristes, humillación, entre otras, pero que las mismas tienen un tiempo de vigencia, en cuanto se alcanza entendimiento y arrepentimiento que conducen a volverse al Señor; deben consolar haciendo notar que Dios recibió del Señor Jesucristo, un pago doble por nuestros pecados e iniquidades y que también por este pago ha sido quitado el castigo, consecuencia de las iniquidades (Is. 40:2).

El libro de Nahúm contiene un mensaje profético acerca del juicio que sobre-vendría a la ciudad de Nínive, profecía dada alrededor de ciento cincuenta años después de la advertencia del profeta Jonás; ciento cincuenta en la gematría bíblica es un número que representa plenitud de gracia y misericordia, es decir que el mensaje profético de exhor-tación y consolación debe darse a pesar de que ya hayan habido advertencias u oportunidades previas de parte del Señor.

Nahúm mostró al Señor como Dios celoso, pero lento para la ira (Nah. 1:2). El Señor se presentó a sí mismo como Dios de compasión y misericordia, lento para enojarse, lleno de amor inagotable y fidelidad; también dijo acerca del pueblo de Israel que en un acceso de ira, por un breve momento escondió su rostro de ellos, pero que con compasión eterna tendría misericordia de ellos (Exo. 34:6; Is. 54:8). El profeta que no tiene rebelión consuela al pueblo de Dios que se ha rebelado en contra de él, aquel que ha perdido la presencia del Señor por sus faltas y que necesita conocer a un Dios de misericordia, de nuevas oportunidades.

Los profetas deben de recordarle al pueblo del Señor que la reprensión y disciplina son necesarias, que aunque no parece ser causa de gozo, sino de tristeza, luego producen fruto de justicia en los que en ella han sido ejercitados; el Señor no desecha para siempre, aunque contrista por la disciplina al que se ha rebelado contra Él, también tiene misericordia conforme a la multitud de sus piedades, Dios no se complace castigando ni afligiendo al hombre, no lo hace por gusto, sino con el fin de que que el que falló pruebe y examine sus caminos y se vuelva a Él (Heb. 12:11; Lam. 3:31-33,40).

Los profetas de tipo Nahúm deben guiar a los rebeldes a las ciudades de refugio, “Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en El se refugian” (Nahúm 1:7); el que ha desobedecido al Señor, debe saber que si ha pecado abogado tiene para con el Padre a Jesucristo el justo, ya que la paga del pecado es muerte y el diablo es el acusador que busca vengarse por nuestros delitos y pecados. El Señor

conoce a los que en Él se refugian, Dios dio órdenes a Moisés para establecer seis (número de hombre) ciudades de refugio para todo aquel que por accidente y sin intención había cometido un homicidio, huyera del vengador; en su sentido espiritual las ciudades de refugio, son representadas por siervos de Dios que han alcanzado madurez y tienen la capacidad de ministrar y restaurar con un espíritu de mansedumbre (1 Jn. 2:12; Ro. 6:23; Ap. 12:10; Num. 35:13-15; Gal.6:1).

Los profetas tipo Nahúm reconocen que tienen rebeliones, las cuales tienen consecuencias, pero que hubo una ofrenda, nuestro Señor Jesucristo, quien dio su vida por rescate nuestro: “Mas Él, herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5 RV1909); por ello pueden consolar a los que están sufriendo consecuencia de la rebeldía, porque ellos también en cierto momento han sido consolados y han conocido a un Dios celoso que castiga la iniquidad, pero que también es lento para la ira, compasivo y misericordioso.

NahúmOswaldo Gutiérrez & Rita de Gutiérrez

Citas Bíblicas para estudio

Nahúm, como Jonás, fue un profeta en Níni-ve, la capital del Im-perio Asirio y profetizó entre 663-654 a.C (Dic-cionario Diario Vivir)

Dios es celoso, que castiga la maldad (Exo. 20:5, 34:14, Deu. 4:24; Jos. 24:19; Nah. 1;2).

De Dios es la ven-ganza (Deu. 32:35)Dios es compasivo y misericordioso(Exo. 22:27, 34:6; Deu. 4:31; Sal. 103:8; Nah. 1:2)

Nahúm = Consolador y consolación

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13EDICIÓN 101 | AGOSTO 201812 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

Hageo es un prototipo de los profetas que les han extirpado el número 13 de la rebelión porque no temió entregar la palabra que Dios le dio, aun cuando todo su pueblo, incluyendo al gobernador y al sumo sacerdote pensaban diferente, no temió por su vida, sin importar cómo reaccionarían ante el mensaje.

El Señor le da una palabra específica para Su pueblo, que tenía 16 años de haber regresado del cautiverio de Babilonia y que había iniciado en aquel entonces la reconstrucción del Templo, pero por causa de los enemigos que se opusieron, tenían 14 años de haber parado las obras de reconstrucción, entonces llega HAGEO con el mensaje de Dios: un reproche primeramente al gobernador Zorobabel, al sumo sacerdote Josué y al pueblo porque ellos decían que no era tiempo de reedificar la casa del Señor; pero en cambio, ellos habían edificado sus propias casas artesonadas y a causa de ello, el cielo retuvo su rocío y la tierra retuvo el fruto y por consiguiente había sequía en la tierra, faltaba el trigo (palabra), el mosto (gozo), el aceite (unción y provisión), sobre los hombres y el ganado y todo fruto de las manos (Hag. 1:7-11), pues sembraban mucho pero cosechaban poco, guardaban en saco roto lo poco que tenían, y eso poco lo utilizaban para construir sus propias casas, mientras la casa del Señor estaba en ruinas. Además, el Mesías estaba a punto de venir en su primera venida y tenía que entrar al templo, por eso era apremiante reedificarle casa al Señor.

El Señor les dice que suban al monte a traer cedros para edificar Su casa; pero el monte al que el Señor se refería, era el Líbano (Esd 3:7). El Líbano era un lugar conocido por sus cedros, su nombre signi-fica blancura, que nos habla de santidad. Un ministro no puede edificar la casa de Dios sin santidad y sin santidad nadie verá al Señor, sea ministro o pueblo.

No pasaron muchos días y ellos comen-zaron a reedificar el templo, pues tanto a Zorobabel, como al sumo sacerdote y al pueblo, el Señor les despertó su espíritu. En el momento en el que estaban poniendo los cimientos de la casa, el Señor les mandó decir por medio del profeta HAGEO, que Él estaba con ellos y que no temieran, porque Su Espíritu estaría con ellos y que a partir de ese momento iban a experimentar un cambio, pues las semillas que habían sembrado, aún no habían brotado, pero el Señor ya había bendecido sus cosechas, la amada es una Iglesia que da mucho fruto.

Les promete que la gloria de esta casa postrera sería mayor que la primera, aunque no por el oro que tuvo la casa que Salomón había edificado, sino porque el Mesías entraría en ella.

Zorobabel es figura de aquellos ministros que tiemblan ante la palabra del Señor y la ponen en práctica, pero hay ministros que están entretenidos en edificar mega templos y están poniendo su énfasis, todo el dinero que han colectado en la iglesia y toda su fuerza, en edificar mega templos, pero no están edificando al Templo Místico y el pueblo está distraído con muchas cosas y no están esperando la venida secreta del Señor, pero Zorobabel es figura de aquellos ministros que sí están edificando el cuerpo místico, están preparando a la Novia que se va a casar para el encuentro con el Amado, entonces el Señor va a derramar su bendición sobre ese pueblo y sobre esos ministros, porque a Zorobabel le dice:“Yo te he elegido a ti y te he puesto anillo para sellar” y aquí nos está hablando de un ministerio apostólico que tiene anillo para sellar decretos de Dios, porque el Señor se ha complacido en él por haber escuchado la voz de Dios y haberla puesto en práctica con prontitud. Y del pueblo que tiene la bendición de estar cubierto por un ministro como Zorobabel, le dice el Señor: a partir de hoy que comenzaste a echar los cimientos de la casa, yo te voy a bendecir con paz, y ya he bendecido tus cosechas.

El ministro a quien le extirparon el número trece de su genética es un ministro que vive en santidad, que tiembla ante la palabra, que edifica el Templo Místico del Señor, Su amada iglesia.

Y el pueblo al cual le extirparon el número trece es un pueblo que reconoce autoridad, está sometido y cubierto bajo un ministerio apostólico, que recibe la palabra que viene de parte de Dios para ser preparado para la boda. Es un pueblo que aunque tenga escasez económica, como la tuvo el pueblo de Israel cuando HAGEO se levantó para hablarles de parte de Dios, ellos, de lo poco que tenían decidieron aportar para la casa de Dios y edificar Su Templo. Entonces, el pueblo también tiene participación para edificar la casa del Señor, no solamente los ministros, porque el pueblo tiene que cumplir con sus diezmos y sus ofrendas y no sólo eso, también tiene que reprodu-cirse como lo hacen las ovejas, es decir, participando en la evangelización para que muchos se salven. Su parte es poner de lo poco o mucho que tiene, para la edificación del Templo y participar junta-mente con los ministros. A esa Novia también le dan un anillo de compromiso como señal de su desposorio con el Amado. ¡Cristo viene pronto!

Louisette Moscoso / Sammy Pérez

Citas Bíblicas para estudio

HAGEO sig. Festivo, nacido en día festivo.Líbano, de la raíz Lebanon H3844 BDB = blancura.El pueblo regresó del cautiverio a Jerusa-lem en el año 538 a.C.La obra de reconstrucción cesó hasta el 520 a.C.La reconstrucción del Templo había esta-do interrumpida durante 15 años (Leer Esd 5:1-2; 6:14).El 2do. año de Darío Histaspes (Esd 4), año en que HAGEO les profetizó.Ellos comenzaron la reedificación y terminaron en el año 515 a.C, 4 años después de que la iniciaron (Esd 6:15).

HageoEl profeta Sofonías, cuyo nombre significa “Jehová ha Atesorado”, encarna en su propio nombre una de las características que definen la naturaleza de un profeta sin rebelión y que se relaciona con el cuidado que tiene Dios respecto de tan importante ministerio y función.

Principiaremos diciendo que Dios atesora profetas y ministros conforme a su palabra; esto lo podemos observar cuando dice que Él ha constituido un reino de sacerdotes en Cristo Jesús (Ap 1:5-6) y los llama “Especial Tesoro”; estos son los que escuchan su voz, guardan su pacto y son nación santa (Exo 19:5-6).

Atesorar significa: reunir y guardar lo que tiene valor, apartar lo valioso de aquello que no lo es (significado de santidad). Este tipo de ministro es aquel que escucha la voz del Señor y el Señor le conoce y como consecuencia sólo le sigue a Él (Juan 10:27); conoce tanto la voz de su Señor que es capaz de distinguirla entre otras, como la voz de los desconocidos, salteadores y ladrones a quienes jamás escucha (Juan 10:5-8).

Guardan su pacto

Esto significa que se mantienen firmes en la disposición, contrato o testamento (pacto en el original griego) mismo que vale la sangre de Cristo y por lo tanto saben que sus cuerpos son propiedad del Señor y a la vez templo del Espíritu Santo (1 Co 6:15-20); por lo tanto un profeta que es parte del tesoro especial del Señor logra mantener alejada la rebelión de su vida “obedeciendo” la palabra de Dios y siendo lleno del Espíritu Santo (Ef 5:18). Es aquel que siempre atribuye toda la honra y gloria al Señor, teniendo presente que es un vaso de barro en manos del Señor (2Co 4:7) porque su función o ministración principia solici-tando la misericordia de Dios, luego se deja usar por Él y por último reconoce

la sabiduría y el poder que hay en su misericordia, así como lo hacía Daniel, prototipo del especial tesoro del Señor (Dan 2:18-23), quien no se quedaba con la gloria de Dios.

En el evangelio de Mateo, en el capítulo trece se menciona a un escriba, mismo que se convierte en discípulo del reino de los cielos haciéndolo semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas; este pasaje, aunque no describe directamente al profeta, encierra una característica sumamente importante, la necesidad de ser discípulo.

Un discípulo es un alumno, es alguien que aprende una doctrina o disciplina bajo la dirección de un maestro, lo cual garantiza el ejercicio de la obediencia y la sujeción, por lo que está acostumbrado a entregar cuentas de su tiempo y de las tareas a un padre espiritual que le enseña, corrige e incluso disciplina (Mat 10:24), a diferencia de los que no poseen esta cobertura y terminan por convertirse en estrellas errantes (Jud 1:12-13).

Finalmente ¿Cómo y cuál es el mensaje de un profeta sin rebelión en su corazón? En el caso de Sofonías este libro cuenta con tres capítulos dirigidos a Judá, a los enemigos de Israel y a Jerusalén; en general describe el juicio de Dios sobre estos tres grupos y en medio de tales circunstancias la esperanza para un remanente del pueblo de Dios que será restaurado.

Podríamos decir entonces que el mensaje de Sofonías es un mensaje dirigido a la iglesia (en las figuras de Judá y Jerusalén), en donde el Señor utiliza al profeta para señalar desvíos y contaminaciones con un mensaje muy fuerte, lo cual nos deja ver cosas que están sucediendo incluso en iglesias cristianas, cosas tan graves como falsos profetas introduciendo herejías destructoras dentro del pueblo de Dios cuyo final conduce al cumplimiento de dicha profecía o sea el juicio de Dios (2 Ped 2:1)

Este mensaje es una voz de alerta para nosotros como cristianos, para que sea extirpada la desobediencia y la rebelión en nuestros corazones y en nuestras congregaciones, porque así como sucedió en esos tiempos, así también

surgirán en estos tiempos ministros que se entregarán a la idolatría, incluyendo a lo que sería una cabeza ministerial como lo deja ver Sofonías (Sof 1:4), los cuales estarían cediendo el honor, honra y adoración de Dios al hombre, a los ángeles o a cualquier otra cosa.

También se evidencia la irresponsabilidad de algunos profetas que restan impor-tancia a este tipo de contaminaciones cuando se trata incluso de ministros que habiéndose desviado contaminan el culto al Señor y adulteran su palabra (Sof 3:4); ¿no es acaso la introducción de costumbres y fiestas paganas dentro del culto el inicio de dicha desobediencia? ¿Y qué hay de la música, de la actitud del ministro y del mensaje?

Sin embargo también declara el Señor la actitud de su remanente, de aquel pueblo que siendo fiel sufrió los oprobios y las percusiones, dice de ellos que serán restaurados tanto el que fue dañado en su caminar (cojo) como el que ha sido marginado y perseguido (desterrado), para quienes la vergüenza será conver-tida en alabanza (Sof 3:19-20).

Santidad, obediencia, fidelidad, humildad y llenura del Espíritu Santo; definen bien al profeta sin rebelión.

SofoníasFernando Alvarez

Citas Bíblicas para estudio

Éxodo 28:36-38Efesios 2:12-13Hechos 2:42 Timoteo 2:2

Malaquías 3:171 Samuel 15:22

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EDICIÓN 101 | AGOSTO 201814 EDICIÓN 101 | AGOSTO 2018

Oráculo (Profecía) de la palabra del Señor a Israel por medio de Malaquías (Mi mensajero). (Malaquías 1:1 NBLH)

Otro de los profetas cuyo libro no tiene capítulo 13 es Malaquías; en el presente artículo trataremos de analizar a través de las Escrituras con la ayuda del Espíritu Santo el perfil de este profeta, veremos desde el significado de su nombre hasta lo que profetizó, para entenderlo y esto nos ayudará a vencer la rebelión.

Malaquías significa: “Mi mensajero” proviene del hebreo Malaki (Strong H4401 de H4397 Malák) que a su vez significa ángel, enviado, mensajero; es decir un profeta genuino tiene identidad, sabe que es un mensajero no el mensaje en sí, un portavoz de Dios, se debe considerar un siervo y que Dios mismo lo considere como “Su mensajero”, el Señor lo tuvo que haber escogido. Veamos algunas características de los mensajeros.

Enviado: el mensajero forzosamente debe ser enviado por el emisor del mensaje, vemos en Juan 17:6 cómo Jesús mismo dice que es un enviado del Padre y que está dando las palabras que de Él recibió, y este queda como un principio apostólico ya que el apóstol Pablo también envía a Epafrodito como mensa-jero (Filipenses 2:25); quiere decir que el profeta debe cumplir con este requisito, el ser enviado bajo cobertura apostólica esto implica reconocer autoridad.

Fiel: “El mal mensajero acarrea desgracia; mas el mensajero fiel acarrea salud”. (Proverbios 13:17 RVR60)

La fidelidad debe ser una característica del mensajero, debe ser confiable y genuino para entregar un mensaje que lleve sanidad; recordemos que Eliseo envió un mensajero que daría las instrucciones a Naamán para que fuera sano, llamando la atención que no lo obliga a sumergirse en el Jordán, ya que

es decisión del oyente hacer caso del mensaje. En otras versiones de la Biblia vemos que el mensajero fiel no solo trae sanidad, sino también soluciones y tranquilidad.

Con identidad: el Señor había prometido enviar un mensajero para preparar el camino para la venida de Jesús y este era Juan el Bautista quien comprendió su función ya que Dios operaba poderosa-mente en él y pudo haberse enaltecido; sin embargo sabía quién era, y que el que venía detrás de él era más grande, reconociendo que no era digno de desatar la correa de su sandalia. Este es un antídoto contra la usurpación que es una forma de rebeldía.

El mensaje de Malaquías: este profeta tiene características que lo hacen apto para enfrentarse a un pueblo infectado con el virus de la rebelión haciendo cosas que ofenden a Dios de forma terrible, su mensaje llama al arrepentimiento y va dirigido a erradicar toda rebelión. Veamos lo que hace.

Ministra como un maestro: otra forma de traducir la palabra Malák (ángel o mensajero) es “maestro” enfrentándose de esa forma al pueblo, haciéndole ver sus errores (por medio de la palabra que Dios le daba), respondiendo cuestiona-mientos como ¿En qué nos amaste? ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? ¿En qué te hemos deshonrado? ¿En qué te hemos cansado?, una ignorancia supina, la cual era corregida a través de la reprensión y la enseñanza para que volvieran sus corazones y salir de tal ignorancia. Recordemos que al instruir se está formando una estructura en contra de la rebelión.

Hace volver el corazón: los pecados del pueblo eran enormes; menospre-ciaban al Señor llevando ofrendas que no le agradaban, estaban viviendo una religión, no eran fieles, eran desleales con sus esposas, su adoración no era grata a Dios, los sacerdotes no hacían bien su función. Se anuncia su castigo y preguntan ¿Cómo hemos de volvernos? Y el buen Dios envía a este mensajero para enseñarles cómo volver; el profeta sin rebelión tiene la esperanza que el mensaje logre hacer volver el corazón, que haya arrepentimiento (un cambio

de manera de pensar), por ejemplo enseñándoles que están siendo infieles en su manera de diezmar y ofrendar y los beneficios de hacerlo adecuadamente. Diezmando y ofrendando exterminamos la rebelión porque estamos obedeciendo y honrando a Dios.

Anuncia la venida del Señor y restaura-ción familiar: en el final del capítulo 4, este libro habla del Día del Señor o sea la tribulación, pero hace énfasis que no es para los que esperan a Jehová porque saldrán y saltarán como becerros refiriéndose al arrebatamiento, a salir de esta tierra antes del día grande y terrible. Este ministro no desconocía el tiempo profético, sabía escatología y la vivía por lo que, no estaba atado a lo terrenal. También habla de volver el corazón de los padres a los hijos (Malaquías 4:6), tiene una unción especial para la restauración de las familias; si el pueblo vuelve su corazón a Dios, los hijos también lo harán hacia sus padres.

El profeta, mensajero y maestro sin rebelión velará para que “el corazón de los padres se reconcilie con los hijos, y que los rebeldes a Dios aprendan a obedecerle” (Lucas 1:17 Castellano antiguo).

¡Recibir el mensaje de Dios da una oportunidad más para sacar la rebelión del corazón!

MalaquíasPiedad de González

Citas Bíblicas para estudio

Malaquías = Mi mensajero

Malaquías 1:2,6,7Malaquías 2:17Malaquías 3:1,7,8,13

La Sujeción

Letty de Enríquez

En la biblia, tenemos el ejemplo de varias mujeres que nos deja ver lo que es la sujeción, entre ellas Ester. Este libro nos habla de cómo ella se sujetó a los consejos e instrucciones que le daba Mardoqueo su tío, de cómo agradar al rey Asuero, ganándose su corazón para hallar gracia delante de él y que la escogiera como su esposa y así llegar a ser reina, susti-tuyendo a Vasti, la rebelde, que cayó de la gracia por insujeta.

Séfora

En el libro de Éxodo a pesar de la partida de Moisés su esposo, cuando Dios lo llama a Egipto a liberar a su pueblo, ella se sujeta por completo a lo que su esposo le dice que tiene que hacer, a pesar de que existía la incertidumbre de cómo le iba a ir cuando regresara, ella con humildad acepta y lo deja ir bendiciéndolo. ¿Qué hubiera pasado si ella se opone tenazmente a la comisión que Dios le había dado a Moisés? ¿Qué haríamos nosotras como esposas? La biblia enseña a la mujer a ser sujetas a su marido (Efesios 5:22). ¡¡Claro!! Debemos saber hasta dónde llega la sujeción porque si se nos pide algo malo, definitivamente no lo hacemos. En mi se ha hecho rhema lo siguiente: “en la sujeción, hay bendición”. Esto aplica también para los hijos, aunque ya sean mayores, deben sujetarse y respetar las reglas de la casa.

Así que dejo este pensamiento en sus corazones: Recuerden que Dios puso al varón como cabeza de la mujer; ¿quieres ser bendecida? Sujétate, como ya dije en lo bueno, en lo que el Espíritu Santo te certifique que lo es.

Si no hay sujeción muy fácilmente se cae en una rebelión.

Dios te bendiga

O b r a M i s i o n e r a

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