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VI Encuentro de la Comunidad Normalista del Aprendizaje de la Historia Maestras normalistas en Guanajuato: entre el olvido y la memoria en la formación de profesores Cirila Cervera Delgado

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VI Encuentro de la Comunidad Normalista del Aprendizaje de la Historia

Maestras normalistas en Guanajuato: entre el

olvido y la memoria en la formación de profesores

Cirila Cervera Delgado

El maestro, desde el ayer

• Nuestro contexto histórico

– Educación entre los pueblos indígenas del altiplano central

• Tlamatini

• Temachtiani – Ixtlamachilia

In ixtli in yollotl

Formar un rostro y forjar un corazón

De lo espontáneo a la norma

• Cuando la sociedad reconoció la importancia de la educación como un acto escolarizado, tomó la tarea de formar a los profesores, apareciendo así las escuelas normales

• Normal viene de norma, como un signo de que educar había dejado de ser un acto fortuito

La escuela normal en Guanajuato

El sistema lancasteriano dio origen a la primera escuela normal en Guanajuato.

• El primer Gobernador , Carlos Montes de Oca, trató de dotar a la entidad de los últimos adelantos del conocimiento pedagógico, mediante el decreto no. 21, en el cual se asientan las bases de la primera institución normalista.

• Los primeros profesores eran llevados de otras entidades: no había profesores preparados en la localidad.

Ser mujer y maestra. Profesión: educadoras

• El magisterio fue una de las opciones más claras y firmes para las mujeres que estudiaban y querían trabajar.

• Pero el magisterio jamás resultó sencillo: fue su entrega y su pasión lo que les impulsaba a cumplirlo más allá de los límites oficiales.

• Las maestras cumplían con su labor de impartir clases, pero la rebasaban. Ana María Sánchez relata que enseñó a tejer suéteres a sus alumnos para que se protegieran durante el invierno.

• “A la clase de higiene invitaba a las mamás de mis alumnos. Los festivales eran una muestra artística de nuestras prácticas de coro, guitarra, flauta; en éstos y en los

festivales participaba toda la comunidad. Era una forma de llevar la escuela más allá de los salones. También hacíamos

cursos para enseñarles primeros auxilios, corte y confección, belleza… como vivía en la comunidad,

aprovechaba el tiempo enseñando a toda la gente que quería asistir”.

La primera escuela Normal Oficial de León: La Escuela Granja

• La educación normal en León inició un siglo después que en Guanajuato

• En León se estableció una normal rural tipo internado, como se establecía para las zonas rurales; desafortunadamente, los registros de ésta no permiten obtener más información.

El escenario • Los inicios de la Escuela Normal en León, se

remontan al año de 1921, cuando fue puesta la primera piedra de la Escuela Granja, en terrenos que ocupara posteriormente el Instituto Lux, cedidos años más tarde por el Gobernador Juan José Torres Landa, con la finalidad de que se siguiera ocupando con fines educativos (fue demolido para ser ahora parte del Centro Cultural Guanajuato, en el Poliforum León)

• La institución, aparte de contar con los espacios físicos escolares tenía también caballerizas, sembradíos y criaderos de ganado.

• Este internado abrió sus puertas para ayudar a jóvenes de escasos recursos, como fue el caso de la Maestra Carmen García, nacida en la década de los 20 en una comunidad de Silao, Gto.

• La Mtra. García reconoce como una gran oportunidad ingresar a la Normal para hacer una carrera.

• Silao era un municipio mucho menos urbanizado que León, y con una férrea resistencia a la educación de las mujeres, como lo señala la maestra Carmen: “…los papás no dejaban entonces que estudiaran las mujeres, ¿para qué?, ¿para que se casen?”

• Ella contó con la suerte de que su mamá convenciera a su padre para que asistiera a una primaria “producto de la Revolución”.

• Luego, en 1939, se fue a “La Escuela Granja”, en León.

• Desafortunadamente, la Escuela Granja desapareció muy pronto.

• La joven Carmen García concluyó sus estudios en 1944, en la Escuela Normal de Guanajuato (ahora Benemérita y Centenaria Escuela Normal Oficial de Guanajuato).

• Regresaría a León para fundar la primera Escuela Normal de León.

• Ya como la primera Directora de la Normal de León, la maestra García aplicaba lo que recuerda de una de sus profesoras de la Normal de Guanajuato, Carmen Ulloa: “…muchas de las cosas que nos decía ella como alumnos […] se los decía a las maestras: que no llegaran sin medias, que no llegaran sin peinar, que no se pusieran los vestidos de baile, o de playa para ir a la escuela […] criticaba yo a los maestros que se quitaban el suéter y se lo amarraban [a la cintura] y todo eso yo lo adquirí de la maestra Ulloa”.

• Lo que reproducía la maestra Carmen era lo que correspondía, como se puede ver una vez más, a la imagen de la maestra del periodo.

• En su época de directora, recuerda que el plan de estudios contenía las siguientes materias: Matemáticas, Español, Historia, Geografía, Dibujo y pintura, Puericultura, Bordado, Corte y confección, Economía doméstica y Cocina.

• Después de 54 años de servicio se jubiló la maestra García de Villegas. Recuerda con gran satisfacción lo siguiente:

• “Siempre procuré cumplir y traté de nunca tomar lo que no fuera mío; en la Normal pasé los mejores años de mi vida, es muy bonita la

profesión”.

• Asegura, tuvo el placer de encabezar la primera gran cruzada por la formación profesional de los

maestros en León, hecho trascendente por cuanto marcó al municipio y a la región.

La ENPOL, del gremio a la profesionalización del normalismo

• En León, como en Guanajuato, el gremio de profesores tomó gran fuerza, sobre todo en torno a ciertos nombres ilustres de mujeres: Hevila Ramírez vda. De Fonseca, Luz Quiroz, Ramona Orozco, María de Jesús y Josefina Juárez de la Rosa, y Carmen García de Villegas, entre otras.

• Este grupo de maestras sobresalientes eran directoras de sendas escuelas primarias: ese era su claustro de formación de las futuras profesoras, que, generalmente, detectaban entre las niñas de los últimos años de primaria: las “entrenaban” con los grupos de primero, las encauzaban a continuar estudiando… y les dictaban las normas para ser profesoras.

• Las directoras tutoras transmitían la forma se vestir, de comportarse, de ser maestras.

• La profesora ahora jubilada Tere Quiroz dice:

• Con el primer sueldo que gané me indicó la maestra Luz Quiroz que me comprara unas medias; eso significaba que ya era una señorita: la Señorita Teresa Quiroz.

El principio del fin del comienzo

• La salida de la maestra Carmen García como directora marcó la primera etapa de la institución: llegó un nuevo edificio, un nuevo proyecto y un nuevo director. Pero las lealtades a la fundadora siguieron presentes. Una de ellas está representada por la maestra Carmen Campos Guzmán.

• Para la maestra Ma. del Carmen Campos su encuentro con la Escuela Normal Primaria de León se dio al terminar la secundaria, iniciando sus estudios en la Normal “Justo Sierra” o del Padre Lira. Pero no se logró acoplar por las restricciones de la educación basada en principios religiosos; tenía que traer, recuerda:

• “…manga tres cuartos, vestido debajo de la rodilla […] calcetas largas”

• “Además había una exagerada disciplina que no pude aguantar”, admite.

• Hasta el día de hoy, la maestra Campos ha laborado en prácticamente todas las instituciones públicas que tienen algo que ver con la formación de docentes: la ENPOL, la Normal Superior de Guanajuato, el Instituto de Investigaciones en Educación de Universidad de Guanajuato, y fue también cofundadora de la Escuela Normal de Especialidades.

• Sin embargo, en la “nueva normal” nunca trabajó, ya que ese proyecto “no era de la maestra Carmen García, y no me iba a aliar con los traidores”.

Trascendiendo a la “otra” Normal

• Siendo alumna de secundaria, la maestra Aurora Becerra (Aurorita), proveniente de una tradición familiar muy arraigada en el matriarcado, decidió incorporarse a la plantilla de la Escuela Normal Primaria Oficial de León como prefecta, en el año de 1966; encontrando en ella no sólo la posibilidad de trabajar por las tardes. Tenía también su plaza por la mañana en la Primaria “Eufrasia Pantoja”

• “Sí supe cuando los alumnos se alebrestaron para sacar a la maestra Carmen García y que algunos

maestros la apoyaron… yo decidí asegurar mi trabajo para mantener a mi familia”

• Fue la idea de ayudar a su familia, la que la llevó a dejar de lado su vida personal: permaneció soltera y olvidando sus ilusiones de vida en la enseñanza. Reafirmó con esto el rescate, la integración, la conservación y la difusión de la cultura normalista; una profesión de mujeres, como ella lo dice, acordes a su ser: obedientes, débiles, dependientes, compasivas, tiernas y cariñosas; otras veces fuertes y emprendedoras, que buscaban espacios que en su mayoría estaban ocupados por hombres.

• Para la Maestra María Elena Salinas “Moru”, su encuentro con la ENPOL fue a través del estudio, al ingresar a la Secundaria en esta escuela por recomendaciones de sus padres, ambos maestros. Durante su primer año en la Secundaria (1973) se enfrentó a muchos cambios: la disciplina y el orden que tenía la escuela pública.

• “Era muy difícil, los maestros eran muy puntuales, no nos dejaban descansar, entraba uno tras otro”. Ese año se dio la mencionada ruptura de la Normal, debido a los enfrentamientos entre algunos de los estudiantes y el personal de la dirección; ese cambio en la vida institucional de la normal, no lo comprendía “Moru”; en realidad lo entendería hasta volver a encontrar, ya como maestra de la Normal, en el nuevo edificio.

• Aunque su estancia en la Normal era en el ámbito de la educación artística, después de las reformas a los planes de estudio (1984) permaneció con las materias cambiando los enfoques que establecía el currículo. La constancia en esta escuela ha logrado que aun jubilada de sus plazas de primaria y secundaria, continúe en la Normal donde prácticamente ha permanecido durante toda su vida, inspirada en la enseñanza de lo que le dejó su madre: “el amor a las artes a través de su enseñanza”.

• La maestra María Elena Solórzano, “Moru”, es así conocida por todos sus alumnos, quienes le agradecen en cada generación haberles infundido el saber y el gusto por la danza; práctica que les da frutos en su desempeño docente:

• “Si no fuera por la Moru, quién sabe qué habría hecho para montar los cuadros de cada estado en la muestra de danza”, confiesa la Mtra. Rosa María Negrete, alumna de “Moru” hace 25 años.

El normalismo a través de las profesoras

• Para estas mujeres maestras, su vida en la ENPOL ha sido fuente para realizarse como profesionistas y como mujeres que pueden aportar sus conocimientos, su trabajo; un camino consolidado para las mujeres que luchan por ganar más espacio en esta sociedad tradicionalista.

• Las profesoras normalistas se han sobrepuesto a una serie de contratiempos para dedicarse a su profesión: la condición económica, el ser madres y esposas, el esfuerzo por ocupar puestos directivos.

• En todas las entrevistadas se manifiesta la convicción de una labor fuera más allá de todo sueldo y la esperanza en un normalismo vital y rejuvenecido.

• Me permito presentar un esbozo de mi convicción como maestra normalista y comparto mi convicción: como necesidad y como imperativo pedagógico…

El futuro, de normales y normalistas

• El maestro necesita creer y creer-se lo que es: el primero que tiene que creer en la importancia de ser maestro.

• Se necesita un maestro:

– Con entusiasmo

– Con preparación

– Con actitud

– Con pasión pedagógica

El futuro, de normales y normalistas

• Educador

– En la complejidad

– En la incertidumbre

– En la esperanza de la construcción de una escuela más alegre, fraterna y democrática

– En la competencia (ser, hacer, estar, sentir, pensar)

– En la calidad (calidad es que todos –cantidad- tengan acceso al conocimiento y a las relaciones sociales y humanas renovadas)

El futuro, de normales y normalistas

• La escuela normal

Debe amar el conocimiento como espacio de realización humana, de alegría y de gozo cultural;

seleccionar y ver críticamente la información; formular hipótesis; ser creativa e inventiva

(innovar); ser emisora de mensajes y no mera receptora; producir, construir y reconstruir

conocimiento elaborado, en un ambiente de colaboración y de complementariedad de los

saberes y experiencias.

El cierre • Pero al fin y al cabo, seguimos siendo, por

amor, por convicción, por pasión, por conciencia, por vocación:

MAESTROS

Gracias

Cirila Cervera Delgado

[email protected]