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SALUD MENTAL ATENCIÓN PRIMARIA Año III • Número 1 • 2003 ARTÍCULO ORIGINAL FELICIDAD Y SALUD Prof. Dr. José Antonio Flórez Lozano Catedrático de Ciencias de la Conducta. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo. AGENDA EN BREVE... Salud Global ® -Salud Mental es un producto de C. I. Venecia-2. Edificio Alfa III - Planta 5ª Oficina 160 Isabel Colbrand, 10. 28050 Madrid - Tel.: 91 358 86 57 - Fax: 91 358 90 67 www.grupoaulamedica.com Con la colaboración de S.V.P.: 269-R-CM ® ® EN BREVE… UN ESTUDIO REALIZADO RECIENTEMENTE REFLEJA ANOMALÍAS EN EL CEREBRO DE CHICAS ADOLESCENTES La investigación tuvo lugar en Nuevo México. Texas, Indiana e Illinois (EE.UU.) y ha sido publicado en la revis- ta «Alcoholism: Clinical & Ex- perimental Research». Para llegar a tales conclusio- nes se escogió un grupo de chi- cas entre 15 y 20 años con his- toriales familiares positivos y negativos de depresión o alco- holismo y sin depresión activa con diferentes resultados elec- troencefalográficos. Las jóvenes con antecedentes familiares depresivos presenta- ban un registro de actividad electroencefalográfico tendente a las ondas lentas llamadas alfa, mientras que las del historial fa- miliar de alcoholismo reflejaban mayor actividad de ondas rápidas o beta, por tanto se ha demostrado que la actividad electroencefalográfica de los citados his- toriales es diferente y ambos presentan anomalías. ¡Oh, danos la felicidad y la bondad! ROBER BROWNING INTRODUCCIÓN No es fácil tener un concep- to claro de la felicidad. Proba- blemente, sea la palabra más importante para el hombre, de tal suerte, que buscarla es, sin duda, la tarea fundamental durante nuestra existencia. Muchos filósofos y psicólogos se han preocupado de éste te- ma desde la antigüedad. Erik Erikson, relaciona la felicidad con la «intimidad», es decir, con el establecimiento de rela- ciones estrechas. Sigmund Freud (1935), lo dijo con mu- cha sencillez, la felicidad se re- laciona con poder amar y tra- bajar. ARTÍCULO ORIGINAL Felicidad y salud (Continúa pág. 2) (Más breves en pág. 8)

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SALUD MENTALA T E N C I Ó N P R I M A R I A

Año I I I • Número 1 • 2003

� ARTÍCULO ORIGINAL

FELICIDAD Y SALUDProf. Dr. José Antonio Flórez LozanoCatedrático de Ciencias de la Conducta.Departamento de Medicina.Universidad de Oviedo.

� AGENDA

� EN BREVE...

Salud Global®-Salud Mental es un producto de

C. I. Venecia-2. Edificio Alfa III - Planta 5ª Oficina 160Isabel Colbrand, 10. 28050 Madrid - Tel.: 91 358 86 57 - Fax: 91 358 90 67

www.grupoaulamedica.comCon la colaboración de

S.V.P.: 269-R-CM

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®

EN BREVE…

UN ESTUDIO REALIZADORECIENTEMENTE REFLEJAANOMALÍAS EN ELCEREBRO DE CHICASADOLESCENTES

La investigación tuvo lugar en NuevoMéxico. Texas, Indiana e Illinois (EE.UU.)

y ha sido publicado en la revis-ta «Alcoholism: Clinical & Ex-perimental Research».

Para llegar a tales conclusio-nes se escogió un grupo de chi-cas entre 15 y 20 años con his-toriales familiares positivos ynegativos de depresión o alco-holismo y sin depresión activacon diferentes resultados elec-troencefalográficos.

Las jóvenes con antecedentesfamiliares depresivos presenta-ban un registro de actividadelectroencefalográfico tendentea las ondas lentas llamadas alfa,mientras que las del historial fa-

miliar de alcoholismo reflejaban mayoractividad de ondas rápidas o beta, portanto se ha demostrado que la actividadelectroencefalográfica de los citados his-toriales es diferente y ambos presentananomalías.

¡Oh, danos la felicidad y la bondad!

ROBER BROWNING

INTRODUCCIÓN

No es fácil tener un concep-to claro de la felicidad. Proba-blemente, sea la palabra másimportante para el hombre, detal suerte, que buscarla es, sinduda, la tarea fundamentaldurante nuestra existencia.

Muchos filósofos y psicólogosse han preocupado de éste te-ma desde la antigüedad. ErikErikson, relaciona la felicidadcon la «intimidad», es decir,con el establecimiento de rela-ciones estrechas. SigmundFreud (1935), lo dijo con mu-cha sencillez, la felicidad se re-laciona con poder amar y tra-bajar.

ARTÍCULO ORIGINAL

Felicidad y salud

(Continúa pág. 2)

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(Más breves en pág. 8)

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masiado rápidamente se desvanece la euforia; ne-cesitamos un nivel aún más alto para experimentarotra oleada de placer; surge, por lo tanto, una nue-va indiferencia y un nuevo nivel de logro por al-canzar. Al encaramarse en la escalera del éxito (ri-queza, posición social, logros, etc.), la gente mirahacia arriba, nunca hacia abajo; dedican todas susactividades a sus crecientes aspiraciones y ya no lesinteresa de dónde vinieron. Además, procurar lasatisfacción y/o felicidad mediante la conquistamaterial exige una expansión continua, un esfuer-zo titánico de superación que nunca tiene fin y quetermina con la salud del individuo. La escalera deléxito no tiene fin; la gente se compara con los queestán al mismo nivel o más alto; siempre hay al-guien con el que compararse y ahí, naturalmentesurge fácilmente la frustración y otras respuestasemocionales negativas para la salud, muy especial-mente la envidia.

Como observó Bertrand Russell (1930), «Napo-león envidiaba a César, César envidiaba a Alejan-dro y, posiblemente, Alejandro envidiaba a Hércu-les que jamás existió». Y paradójicamente a medidaque la gente se va enriqueciendo más se va empo-breciendo, especialmente, desde el punto de vistaespiritual y de la riqueza del psiquismo humano.La pobreza, decía Platón, no consiste en la reduc-ción de nuestras posesiones, sino en el crecimientode nuestra codicia. También, un viejo proverbiochino advierte, «la felicidad del hombre nunca du-ra mil días». Igualmente, Séneca (Agamenón, 60d.C.), decía «ninguna felicidad dura mucho tiem-po». Un estudio realizado en ganadores de lotería,aportó que, al principio, lo típico era que los gana-dores se sintiesen jubilosos, pero la felicidad gene-ral que decían experimentar no había crecido, por-que las actividades habituales de las que antesdisfrutaban intensamente, resultaban mucho me-nos placenteras; en fin, los pequeños placeres coti-dianos empalidecían.

FELICIDAD, SALUD Y ENFERMEDAD

En efecto, algo más del 50% de los trabajadores,en términos generales, padecen estrés laboral. Dehecho, el hombre de la cultura occidental, tiene an-te sí la factura de sus propias conquistas científicas:enfermedades cardiovasculares, alergias, virusdesconocidos, estrés, depresión y ansiedad. Todoun conjunto de enfermedades propias de ésta «cul-tura de la prisa» (¿tal vez cultura de la felicidad?).Esta «fiebre de la felicidad» del ser humano con-temporáneo, que busca metas de satisfacción y au-toestima a través de un desmedido afán de poder,mercantilismo y consumismo, implica graves ries-gos para la salud, para su supervivencia. ¿Cómo sepuede ser feliz a ésta velocidad de vértigo? ¿Cómose puede ser feliz en una sociedad ausente de co-municación y sin capacidad de expresar los senti-mientos? Cómo se puede ser feliz sin capacidad deescuchar? ¿Cómo se puede ser feliz con la vida se-dentaria que llevamos? ¿Cómo se puede ser felizen una sociedad altamente competitiva? ¿Cómo se

puede ser feliz en una sociedad con altas dosis deviolencia y agresividad?

Muchos interrogantes que explican la apariciónde numerosas enfermedades (bulimia, anorexia, hi-pertensión, depresión, ansiedad, accidentes cardio-vasculares, enfermedades alérgicas, etc.) propiasde ésta sociedad de la opulencia y el consumo (¿so-ciedad feliz?). Quizá por ello, por esa búsqueda de-sesperada de la felicidad, están apareciendo en lasociedad moderna cuadros clínicos novedosos: bu-limia, anorexia, ludopatía, compra compulsiva, etc.Más recientemente, se están extendiendo con fuer-za la ortorexia y la vigorexia. Se trata de cuadrosclínicos importantes que se ceban especialmente enlas personas más infelices. En el caso de la ortore-xia, se trata de un trastorno de la conducta alimen-taria que consiste en la obsesión por la comida yobliga a quien la padece a seguir una dieta que ex-cluye la carne, las grasas, las sustancias artificiales,etc. Se sienten culpables cuando incumplen su ali-mentación a base de alimentos ecológicos y se cas-tigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Otrafórmula de conseguir la felicidad en la sociedad ac-tual es en relación al culto que se establece al cuer-po (vigorexia). Se trata de hombres jóvenes obse-sionados por tener un cuerpo perfecto, de acuerdocon los modelos sociales predominantes en el mer-cado. Ello implica someterse a ejercicios patológi-cos, a alimentaciones hiperprotéicas y con hidratosde carbono y exentas de grasas e, incluso, a tomaranabolizantes.

Por lo tanto, la felicidad en la sociedad moder-na, existe un alto riesgo de buscarla en comporta-mientos altamente patológicos que provocan de-pendencia y que suponen un riesgo grave decáncer, de disfunción eréctil y de problemas car-diovasculares. Esta huida hacia la felicidad (¿infeli-cidad?), corresponde más bien a personas obsesi-vas, insuficientes, inmaduras, inseguras, conproblemas de impulsividad, de identidad y, ade-más, con baja autoestima. Estas circunstancias psi-cosociales explican suficientemente que el hombremoderno, se aparta cada vez más de la felicidad; locual se vive como frustración, como un sentimien-to generalizado de inseguridad, de pérdida de au-toestima que, a veces, se neutraliza con una res-puesta narcisista. A pesar de que cada vezconseguimos más (más poder, más prestigio, másdinero, más objetos, más compras, etc.), se percibeuna permanente demanda de consuelo, una para-dójica necesidad de apoyarse los unos en los otros,siendo conscientes de lo poco (apoyo afectivo, so-cial y emocional) que van aportar los «otros». Así,en vez de la felicidad, aparece el desaliento, el nihi-lismo; en fin, una sociedad de ansiosos y deprimi-dos. Por eso, si el sujeto se siente vacío y disociadode la gente, lo lógico es que sus posibilidades rea-les de satisfacción se queden bastante disminuidasy, en consecuencia, no encuentre la ansiada felici-dad. En fin, en vez de la felicidad, nos encontramosen la antesala de la depresión; el sujeto se sientetriste, rechazado, sin interés en las actividades coti-dianas que ya no le procuran satisfacción. Pareceun mundo surrealista en el que nos sumergimos, a

Felicidad y saludJ. A. FLÓREZ LOZANO

Catedrático de Ciencias de la Conducta. Departamento de Medicina. Universidad de Oviedo

SALUD MENTAL

Para la mayoría de los adultos, el amor y la feli-cidad se relaciona con los compromisos de familia,con el cónyuge, con los padres y con los hijos. Sinduda, el alto índice de divorcios en la sociedad ac-tual (hasta la mitad de los matrimonios norteame-ricanos), perturba la felicidad del ser humano ysupone, en última instancia un riesgo para el equi-librio psíquico del individuo. También en Europa,el divorcio se está generalizando, después de haberaumentado aproximadamente un 400% en los diezúltimos años (Inglehart, 1990), lo que explica enbuena parte, los altos índices de depresión y ansie-dad en esta ansiedad postindustrial. Sin embargo,todos estamos de acuerdo que constituye la base dela salud.

Pero es conveniente subrayar desde el principioque salud no es equivalente a felicidad; en todo ca-so, es uno de sus componentes esenciales, pero noel único; hay gente sana que no es feliz y paradóji-camente personas que están muriendo y que sonfelices. En efecto, un paciente con VIH me decía:«soy feliz; con mis miedos pero me considero feliz,vivo lo que me está tocando, no niego mi enferme-dad, ni me imagino liberada de ella, pero ésta en-fermedad, me ha enseñado muchas cosas, entreellas que tengo dentro de mí capacidades insospe-chadas; ahora entiendo la felicidad como el disfru-te de cosas sencillas; me emociona la vida a mi al-rededor, mi familia, mis amigos y mi pareja meaceptan como soy; la felicidad para mí, dice éstapaciente de VIH, es disfrutar de mi vida; no es unameta, sino una forma de vivir.» Cómo conquistar,cómo mantener y cómo recuperar la felicidad es dehecho, para la mayoría de las personas el motivosecreto de todo lo que hacemos.

LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD

El ser humano busca la felicidad, todos la desea-mos, se vende de todo por conseguirla y se adquie-re de todo para conservarla; pero se trata de un es-curridizo anhelo que en vez de ser permanente,muchas veces, una vez que la alcanzamos (¿) se es-fuma velozmente. La felicidad o infelicidad, tiñentodos los actos humanos. Estamos en la sociedadde la felicidad (¿), al menos eso es lo que se nosofrece: playas, viajes, rebajas, coches, concursos,«glamour», fiestas, drogas, tarjetas de crédito, etc.Muchas personas consideran que una mayor canti-dad de dinero aliviaría sus dificultades financierasy le permitiría comprar más felicidad. Numerososciudadanos creen firmemente que el dinero au-menta la felicidad; si esto fuera así, en la sociedaddel bienestar, estaríamos rebosantes de felicidad y,sin embargo, nos encontramos con altas tasas dedepresión y suicidio. Cuando el estado de ánimodel individuo es sombrío, la vida en general esmuy deprimente; si el humor mejora, las relacio-nes, la autoimagen y las esperanzas en el futuroson mucho más positivas.

Un incremento en los bienes materiales, en loslauros académicos, en el prestigio social, sin duda,aporta un inicial surgimiento de placer; pero de-

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través de éste consumismo feroz, en una efímera yficticia felicidad. Fabricamos la felicidad medianteun utilitarismo sin límites, gracias al diseño de fár-macos (venlafaxina, sertralina, paroxetina, fluoxeti-na, clomipramina, alprazolam, benzodiaceoinas,imipramina, fluvoxamina, citalopram, anfetami-nas, hipnóticos, etc.) que tratan de mejorar nuestroestado de ánimo, escapando de la tensión, de la an-gustia y de la frustración... Y, especialmente de lasoledad. La escasez de relaciones sociales, de afec-tividad y de compromiso con el otro o los otros, noslleva inexorablemente a la soledad.

Un sentimiento desgarrador mediante el cual, elsujeto se ve impedido de compartir con otros susinquietudes personales, percibe (o tal vez se imagi-na) que los otros no le aman ni se preocupan por ély, en última instancia, se siente alienado o diferen-te de los miembros de su comunidad. Pero segura-mente, el gran ciclo de esta cultura economicista seha agotado tras el canto del cisne de la felicidadconsumista. Igualmente, el aumento del individua-lismo y la disminución de valores religiosos y fa-miliares, también explican la epidemia de desespe-ranza que se extiende implacablemente los fines desemana entre nuestros jóvenes, poniéndoles a mer-ced de los estratos del alcohol y de numerosas dro-gas. Y a pesar de todo, la salud se resiente y, porejemplo, los trastornos depresivos aumentan contal intensidad que amenazan en convertirse en losproblemas de salud más importantes del hombreactual. Posiblemente, sea el precio que se paga porpertenecer a una sociedad desarrollada y que la Or-ganización Mundial de la Salud (OMS) ha estable-cido recientemente en unos 500 millones de perso-nas que sufren depresión. De hecho, cada vezescuchamos con más frecuencia la frase «estoy de-primido»; es decir, personas que se han instaladoen el pesimismo, en la vida sin futuro, en la desilu-sión; en un estado anímico que puede abocar final-mente en el suicidio.

Pero buscar la felicidad en lo exterior, en las co-sas, en las personas de nuestro entorno, en las cir-cunstancias, en los objetos de consumo que nosofrecen los grandes hipermercados (templos delconsumo), etc., se aparta bastante de las auténticasnecesidades psicológicas del ser humano, cuya sa-tisfacción nos llevan a la felicidad y subsiguiente-mente a la salud. Una alimentación sana y equili-brada, así como unas experiencias satisfactorias delmundo de los sentidos, pueden implicar para el serhumano un cierto grado de felicidad que experi-menta como placer. En éstas circunstancias, no ca-be la menor duda, de que la vida se ve más opti-mista y más agradable. Además, si somos capacesde hacer un alto en el camino y recordar las priva-ciones padecidas en el pasado, si nos comparamoscon aquellos que poco o nada tienen, seremos ca-paces de disfrutar de toda nuestra realidad actual.John Stuart Mill, decía acerca de la felicidad: «La fe-licidad es el placer y la ausencia del dolor; por infelici-dad, se entiende el dolor y la ausencia de placer.»

FELICIDAD Y EDAD

Pero curiosamente, la felicidad es algo tan per-sonal y subjetivo, que difícilmente la entendemos yello nos plantea problemas desde el punto de vistamédico, psicológico y asistencial. Parece claro queun concepto fundamental para entender la «felici-dad» es el «bienestar subjetivo («subjective well-being»). Nuestro concepto de la felicidad se des-

ploma cuando contemplamos a un niño indio queno tiene nada y paradójicamente, está rebosante defelicidad. Posiblemente, la familia (la solidez de laestructura familiar), el afecto, el amor y la comuni-cación, constituyan en esos pueblos primitivos, losingredientes esenciales de la felicidad y, sin embar-go, nosotros a pesar de nuestro especial desarrollobiotecnológico no hemos sido aún capaces de in-ventar (¿fabricar?). Ciertamente el deseo humanopor excelencia para conseguir la felicidad —comodecía Lacan— es precisamente el de ser reconocidopor el otro y de ser deseado al ser reconocido. Peroen nuestro contexto sociocultural, ¿es posible estereconocimiento y esta valoración personal y since-ra?

Los jóvenes son especialmente vulnerables a és-te fracaso en la búsqueda de la felicidad; de ahí elrefugio masivo en el alcohol, las drogas y la violen-cia. Jóvenes orientados a un consumo anestesiante,irrefrenado y despilfarrador que no encuentranempleo y que prolongan su vieja adolescencia en elhotel de cinco estrellas, que no es más, que su pro-pia casa. La edad, por lo tanto, constituye una va-riable importante para conseguir la anhelada felici-dad. ¿A qué edad se es más feliz? Esta es la clave;cada edad tiene sus propias dificultades y satisfac-ciones. Los adolescentes, por ejemplo, se ven limi-tados por el poder de los padres, por la crisis de laidentidad, por el trabajo profesional en el futuro,por la estabilidad de la pareja, por la sexualidad,por la inseguridad y por la presión psicosocial desus amigos. Ello explica sobradamente que sea unaetapa especialmente crítica y altamente vulnerablepara la salud integral del adolescente. En éste sen-tido, las crisis depresivas son muy importantes; tanes así, que cerca de 3.600 jóvenes europeos se suici-dan cada año en la UE.

En los últimos años de la vida, la felicidad tam-bién se puede debilitar ostensiblemente: el cuerpose deteriora, la energía se debilita, los amigos o fa-miliares mueren o se alejan, se pierden trabajos, lacapacidad sensorial y la movilidad se ven seria-mente disminuidas, el sistema osteoarticular se veseriamente afectado en cuanto a su agilidad y ex-presión de movimientos y, finalmente los sistemascognitivo, afectivo y conductual, sufren tambiénuna significativa merma. Una persona que se vaconvirtiendo en extraña y quedándose sola, en unmundo que no entiende, se vuelve infeliz; ademásla irreversibilidad del tiempo, precipita la angustia,como consecuencia de la experiencia de la finitud

de la vida y, por lo tanto, de la experiencia inmi-nente de la muerte. La soledad, también constituyeuna seria amenaza en ésta etapa final de la vida; enese agujero de la soledad, la incomunicación sevuelve insoportable. En esas circunstancias, encon-trar la felicidad es tan necesaria como decepcio-nante. En cuanto a las ilusiones, aunque pugnanpor subsistir, no tardan mucho en apagarse. La so-ledad, entonces puede destruir totalmente la felici-dad y surge el desencanto y la desilusión.

Muchas veces, ésta soledad entre los ancianos esmás dolorosa, precisamente cuando se vive con sufamilia; es un vacío, un aislamiento, una intensatristeza vital que alimenta el deseo de «irse», demorir y desaparecer. Sin embargo, quienes rodeanal que envejece son portadores de un mundo futu-ro de proyectos cargados de experiencias placente-ras (viajes, lecturas, experiencias, nuevos amigos,fiestas, vacaciones, etc.). Pero las personas mayo-res, generalmente ya no se incluyen en esos pro-yectos vitales y, por lo tanto, es más fácil que surjala infelicidad. Resignación y rebeldía, son las acti-tudes más frecuentes que surgen ante esa cascadade pérdidas psicoafectivas en la ancianidad. Tam-bién la felicidad se instala en la imaginación o en laficción («la vida empieza a los sesenta»; «no haynada más hermoso que la vejez», etc.). Quien enve-jece se va identificando paulatinamente con sucuerpo, esa enfermedad de la que no puede curar-se. El envejecimiento se tiñe de rebeldía contra elcuerpo; tal como menciona un anciano, un despojoque nos gustaría abandonar.

Naturalmente una perspectiva personal del en-vejecimiento, se traduce en profunda infelicidad,en un sentimiento de catástrofe que domina laexistencia del anciano infeliz. Todo ello apunta auna senescencia imparable que terminará primeroen la «muerte social del individuo» y finalmenteen la muerte biológica. Naturalmente en éstas con-diciones es muy difícil continuar con un buen gra-do de felicidad y de bienestar personal (Freedman,1979). Por eso, no es ilógico suponer que la adoles-cencia y el período que sigue a los 65 años sean laspeores etapas del individuo para mantener y po-tenciar la felicidad; por ello, parece también bas-tante comprensible que, desde el punto de vistaclínico, nos hallamos en etapas de la vida altamen-te vulnerables y críticas de cara a la enfermedad(depresión, angustia, trastornos emocionales, abu-so de drogas y medicamentos, trastornos del sue-ño, trastornos del comportamiento, etc.). Sin em-

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bargo, es muy curioso comprobar que, a pesar dela edad, en todas las etapas de la vida, la gente ma-nifiesta y refiere sentimientos satisfactorios y defelicidad por la vida. Maslow (1961), acuñó el tér-mino «experiencia cumbre» para referirse a losmomentos más felices de la vida; a esas emocionestan intensas y agradables que se pueden alcanzarpor amor. Esas experiencias tan agradables, sepueden encontrar en la soledad, en la lectura, es-cuchando música, etc.

Por ejemplo, el sublime coro de El Mesías deHandel y el profundamente perturbador Réquiemde Mozart, pueden constituir experiencias tremen-damente felices para el individuo. Incluso el pen-samiento complejo, profundo y contradictorio deNietzsche, puede estar iluminado por el relámpagode la felicidad. También paradójicamente, el sufri-miento humano puede ser una fuente de felicidad:«Sólo el sufrimiento libera verdaderamente a losespíritus», decía Nietzsche. Cuando el sujeto, secompromete profundamente con su papel, se acer-ca a una experiencia mística, es capaz de crear algobello y, además, puede abordar los distintos aspec-tos de la vida con éxito o emprendiendo cualquierotra acción capaz de satisfacerle, el sujeto se en-cuentra en el ámbito de la felicidad. La experienciade plena realización (flow experience), es sinónimode felicidad. El ser humano, en éstas circunstan-cias, se siente tan intensamente consciente de sussensaciones que suele sentirse como identificadocon el mundo, formando, además, parte de él. Sen-tirse libres, con pleno control de sí mismos y libresde temores y obstáculos, implica un estado psico-lógico ideal para alcanzar la plenitud de la felici-dad. Ser espontáneo y natural y vivir plenamente«aquí y ahora», también potencia nuestra felicidad.Esas experiencias únicas, que quedan grabadas ennuestro cerebro, nos sugieren y persuaden acercade que «merece la pena vivir la vida en toda su am-plitud y profundidad» y, en última instancia, nosllevan a la experiencia de la felicidad. Frente a esailusión, interés, ganas de hacer y superarnos, la in-felicidad nos enseñaría un rostro de frustración,impotencia, culpabilidad, agresividad/hostilidad,neuroticismo y depresión.

Como vemos, la felicidad, tiene mucho que vercon la personalidad del individuo y, como tal, semantiene con un perfil de relativa estabilidad.Stock y cols. (1983), por ejemplo, de un análisis decien trabajos de investigación, han podido compro-bar que menos del 1% de la variación en torno albienestar y la felicidad, se relaciona con la edad. In-glehart (1990), también confirma la tesis anterior: lagente de más edad, refiere tanta felicidad y satis-facción por la vida como la más joven. Posiblemen-te la disminución del estrés o el aprendizaje deestrategias psicológicas operativas, junto a la dis-minución de esa lucha por superarse, competir yconseguir logros inalcanzables (poder, capacidadeconómica, prestigio, estatus), pueda explicar esacalma, esa paz y esa tranquilidad que disfrutanmuchas personas mayores. Con la edad, el nivelmedio de sentimientos suele permanecer «estable»:los cumplidos provocan menos alegría y las críticasmenos desesperación; con la edad sentimos menosorgullo y ya no creemos ser el centro del mundo.En los adolescentes, por el contrario, los cambiosafectivos y emocionales suelen ser espectaculares:del amor al odio, de la euforia a la desesperación,de la felicidad a la más profunda frustración. Losestados de ánimo en los adultos son más duraderosy menos extremos.

PERSONALIDAD Y FELICIDAD

Sin embargo, el conseguir la felicidad, suponeevitar, sortear y superar muchos escollos vitales denuestra propia existencia. Y ahí está el problema,una vez más. Los fracasos inevitables de la vida(separación, frustración laboral, pérdida de unamigo, pérdida de un ser querido, enfermedad,etc.), nos sitúan otra vez en el plano de la infelici-dad y, por lo tanto, en el umbral de la depresión. Elestilo atribucional (formas de pensamiento), esfundamental para explicarnos el declive o la pér-dida de la felicidad. Si los acontecimientos negati-vos se explican en términos estables («esto duraráeternamente») o internos («me considero absoluta-mente responsable y culpable del fracaso escolarde mi hijo»), lo más lógico, es que aparezca la de-presión. Pero de cualquier forma, inmediatamentea continuación, debemos añadir que se trata de unequilibrio inestable y que en, cualquier momento,puede surgir la desesperación, la soledad y la infe-licidad.

La persona, por lo tanto, esconde en su cerebro(o en su mente), otros aspectos que son esencialesen la felicidad y que trascienden lo meramente ma-terial (¡mucho más allá de la sociedad del bienes-tar!). Hegel, lo complicaba aún más cuando decía:«La felicidad es encontrarse a sí mismo en el SER, el ab-soluto fin del mundo.» Tal vez, sea un estado tan de-seado que realmente sea inalcanzable. Poder, ri-queza, éxito, prestigio, status, etc., son palabrasque habitualmente se relacionan con la felicidad y,sin embargo, nada más alejado de ese estado psico-lógico. Por el contrario, esos comportamientos im-plican a medio plazo una tensión psicológica quese asocia a una elevación de los niveles de cortisoly colesterol y, por lo tanto, a un mayor riesgo de co-ronariopatía. Curiosamente, la felicidad que seaasocia en nuestra cultura al éxito, al estatus y alprestigio, se relaciona con dimensiones de la perso-nalidad como competitividad, agresión, impacien-cia, sentido de responsabilidad, conformismo y ba-ja autoestima; es decir, elementos importantes delpatrón de conducta tipo A, altamente relacionadocon la coronariopatía. Estas características de lapersonalidad, no pueden conformar la felicidad, si-no más bien estados de tensión emocional determi-nados por una alta secreción de adrenalina y corti-sol (hormonas del estado de tensión) que elevan elcolesterol sérico e implican un mayor riesgo de car-diopatía.

La felicidad auténtica, como decía Aristóteles,es una actividad de acuerdo con la virtud, siemprefruto de un esfuerzo del acompañamiento, de laaceptación de la afectividad, del amor. Por eso elgran escritor José Saramago, afirmaba instantesdespués de conseguir el Premio Nobel, que: «La ale-gría sola no es nada»; es necesario compartir la ale-gría y la felicidad para que ésta sea intensa y dura-dera. Igualmente, cuando en octubre de 1957, laAcademia sueca otorgó a Albert Camus el PremioNobel, su reacción personal no fue absolutamentegozosa, pensaba que con él su obra parecía senten-ciada a un prematuro punto final. Otras caracterís-ticas personales, además del éxito, son esencialespara acariciar la felicidad; la amistad, las interac-ciones sociales, el equilibrio familiar, el humanismoy la afectividad. Rasgos de personalidad que, des-graciadamente, no tenía Albert Camus, atormenta-do por sus problemas familiares, por la soledad, elsufrimiento, la angustia y la culpabilidad. La gentefeliz es solidaria, ayuda de buen grado, tiene un

humor positivo e induce pensamientos positivosque predisponen a una conducta positiva; tienenbuen talante y poseen una especial sensibilidad pa-ra percibir a su alrededor el aura tibia de las múlti-ples cosas que le hacen feliz, especialmente, en lasolidaridad (ayudas a un compañero, haciendo do-naciones, haciendo compañía, etc.).

FAMILIA Y FELICIDAD

Aquí, me parece que tenemos que dar un papelsobresaliente a la familia, para conseguir ese nivelde felicidad compatible con la salud integral. Loque se conoce es que el aumento de los divorcios, eldeterioro de la pareja, el declive de la felicidad con-yugal, los índices cada vez más elevados de cohabi-tación, el problema de los hijos de padres solteros,la conflictividad y hostilidad en la pareja, etc. con-tribuye inexorablemente a la infelicidad, a la enfer-medad y al estado actual de malos tratos y violen-cia en el seno de la pareja (Norval Glenn, 1989;Flórez Lozano, 2002). En éste sentido, por ejemplo,Inglehart (1990) ha podido establecer que las perso-nas casadas se sienten más felices frente a las sepa-radas y/o divorciadas, frecuentemente invadidaspor un sentimiento de amargura y de tristeza quemuchas veces, resulta ser la antesala de una gravedepresión. Concretamente, según Inglehart (1990),el 40% de los adultos casados se siente muy feliz,frente a un solo 20% de los individuos solteros(Glenn y Weaver, 1988). Sin duda, ésta felicidad queemana de la propia familia como grupo, tiene mu-cho que ver con los hijos, con el nacimiento de unhijo. Tener un hijo, es un episodio considerado tre-mendamente feliz por la mayoría de las parejas con-sultadas. De ahí, el esfuerzo enorme que realizanmuchas parejas estériles para poder tener un hijo;de ahí, también el esfuerzo «in extremis» que muje-res de 50 y 60 años, en la actualidad, realizan paratener un hijo. Posiblemente, lo tienen todo, pero lesfalta lo más importante para conseguir ese grado defelicidad: la experiencia única e incomparable de te-ner un hijo, de vivir por y para él, de encontrar lacompañía, el afecto, la comunicación, el afecto. Deencontrar, en fin, el significado de la vida, a travésde la experiencia singular de cuidar a «otro». Perotambién es cierto, que a medida que los niños vancreciendo y evolucionando, éstos se pueden consti-tuir en una importante fuente de frustración e infe-licidad dentro de la pareja que amenaza, incluso,con la propia ruptura de la pareja.

Las responsabilidades inherentes a la educa-ción, a la formación de los hábitos y de la persona-lidad, el problema de los estudios, la crisis de laadolescencia, la amenaza siempre tangible del al-cohol y/o drogas (angustia del fin de semana) (Fló-rez Lozano, 2002), se constituyen en auténticas to-xinas capaces de dinamitar la estabilidad de lapareja y la felicidad de toda la familia. El sentido de«identidad», junto a una serie de valores también,nos llevan fácilmente a la felicidad. La presencia delos lazos sociales en el seno de la familia y, espe-cialmente los afectivos, refuerzan intensamente elsentido de identidad psíquico, al tiempo que po-tencian la felicidad del individuo. Esto se relacionatambién con el desarrollo de un trabajo; su desem-peño implica un refuerzo de su «identidad» y unaumento del apoyo social, lo cual implica un au-mento de la percepción de «ser feliz», de ser o con-siderarse especialmente útil en el escenario sociola-boral.

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A los ojos de muchas mujeres, no obstante, eltrabajo doméstico es tedioso y las aísla socialmen-te. También es cierto, que el desempeño de nume-rosos roles que, especialmente realizan las mujeres(trabajo fuera del hogar, ama de casa, educadora,limpiadora, cocinera, etc.), puede generar un estrésmuy elevado y, en última instancia, les hace muchomás vulnerables para la aparición de la enferme-dad. En cualquier caso, la felicidad no está en losroles o tareas que desempeña una mujer o un hom-bre, sino en la calidad que representa esa actividado responsabilidad. Por eso es necesario, evitar cual-quier tipo de generalización, que sin, duda, inducea numerosos errores de comprensión y diagnóstico.Los sujetos más felices se perciben a sí mismos co-mo mostrando un comportamiento mucho más po-sitivo que negativo; a partir de ahí su conciencia seculpabiliza, atribuyen la culpa a la propia persona,acentúa los sentimientos negativos que desencade-nan, finalmente, los sentimientos depresivos, los decarácter cognitivos y los trastornos de conducta.

Si la persona percibe las calificaciones negati-vas, el rechazo social y los problemas laborales co-mo episodios inevitables e imputables a uno mis-mo, la persona se instala en un círculo vicioso muypeligroso que termina en una depresión grave. Unaactividad penosa y altamente estresante como elcuidado de un enfermo de Alzheimer, puede tenercompensación psicológica profunda; una especiede percepción trascendental que reconforta al cui-dador. Muchas mujeres, realizan un trabajo conti-nuado, sin descanso, sin vacaciones, sin valoraciónfamiliar o social, sin compensación económica; setrata de los cuidadores principales que convivencon enfermos dementes, ancianos dependientes,enfermos mentales crónicos, esquizofrénicos, etc.El resultado es un estrés tan intenso que se acom-paña de una intensa hostilidad y/ agresividad quese relaciona con alteraciones bioquímicas y cardio-vasculares muy importantes (Flórez Lozano, 199).Pero en la familia, existen momentos especialmen-te críticos en los que se puede arrebatar la felicidada cualquiera de sus miembros y, por supuesto, lle-ga a peligrar el equilibrio funcional del núcleo fa-miliar. El síndrome de «nido vacío», es un ejemploclarísimo de lo que puede suceder y que no está enmodo alguno suficientemente diáfano. Así, mien-tras que para unos padres, el abandono de los hijosdel hogar paterno puede conllevar angustia y/odepresión, para otros conlleva alivio, paz y felici-dad; aumenta su libertad, autonomía, intimidad,autonomía e, incluso, se reactiva la sexualidad par-cialmente anestesiada o inhibida. Adelman y cols.(1989), a éste respecto, comprobó que las mujeresde mediana edad cuyo nido se había vaciado (sali-da de los hijos del hogar familiar), eran más felicesy tenían más placer en su matrimonio.

La mayoría de los padres son felices al percibirque sus hijos crecen, maduran, estudian, progre-san, se casan y se independizan. Un estado de áni-mo feliz influye mucho sobre la calificación que lagente hace de su propia conducta. Pero además, és-te estado de infelicidad y/o depresión, se puedever aumentado significativamente, porque la acti-tud desesperada, la fatiga y el letargo de una per-sona infeliz (consigo mismo y con los demás), con-lleva frecuentemente amenazas de separación,posible pérdida del trabajo (el jefe empieza a dudarde su competencia profesional) y sufrimiento emo-cional. Todo esto provoca aún un mayor grado deinfelicidad y depresión, debido frecuentemente aque las personas deprimidas o infelices provocan

en los demás rechazo, hostilidad y ansiedad (Coy-ne y cols., 1991). No obstante, ésta felicidad podríaocultarse parcialmente con la aparición de la me-nopausia y con posibles pensamientos negativosasociados a éste hecho biológico.

El matrimonio debe considerarse como uno delos lazos fundamentales e íntimos que pueden per-mitir acariciar la felicidad. De ahí que la muerte dela esposa/o, el divorcio y la separación conyugal,constituyan dos agentes potencialmente muy estre-santes capaces de mermar e imposibilitar la felici-dad del individuo. De hecho, resultados de algu-nos estudios, han podido comprobar que la muertedel cónyuge es quizá el acontecimiento aislado másestresante que un adulto puede sufrir. Sin duda, lapérdida de la felicidad, supone un aumento demorbilidad y mortalidad entre los individuos. Así,por ejemplo, las viudas mueren con frecuencia detres a trece veces mayor que las casadas, por cadacausa conocida de muerte. Igualmente, entre losviudos, el índice de mortalidad es un 40% superiora varones casados de la misma edad (Berkman,1982). Este contexto de apoyo y de interacción, serelaciona con diversos grados de bienestar físico yemocional (Norbeck, 1982).

EL APOYO SOCIAL Y LA FELICIDAD

Por el contrario, las personas que tienen lazos so-cioafectivos debilitados o inexistentes tienen el doblede probabilidades de morir que los individuos conmuchos contactos sociales. El «apoyo social», se con-vierte, por lo tanto, en un potente fármaco de la feli-cidad, ya que actúa como un amortiguador pode-roso de la tensión en momentos de crisis, especial-mente, cuando el individuo necesita ayuda y ade-más, es receptivo a ella (Caplan, 1981; Haggerty,1980; Flórez Lozano, 1998). El apoyo social y, por lotanto la felicidad, constituyen elementos fundamen-tales en la prevención de ciertas enfermedades; tam-bién se relacionan con un menor consumo de medi-camentos y una mejor salud percibida. De hecho, enalgunas culturas orientales, donde las relaciones sonestrechas y la cooperación es más frecuente, la de-presión grave es menos frecuente; el sentimiento deculpa se diluye en la inmensidad del grupo y, por lotanto, el individuo se encuentra más protegido fren-te a la aparición de los trastornos afectivos. En oca-siones, el aislamiento y la pérdida de seres queridos,implica un dolor psicológico muy intenso que se tra-duce en depresión grave; entonces, probablementeplanee en la mente del individuo la idea del suicidio(ideación suicida), la antítesis de la felicidad, comomecanismo de cesación de un estado emocional in-tolerable e insoportable (Janis, 1983; Flórez Lozano,2000).

El servicio a los demás, la responsabilidad, laconfianza, la amistad, la justicia, la capacidad dehumor, el altruismo, la madurez psicológica (acep-tar la propia crítica y la de otros; valor y realismopara evaluar los riesgos; capacidad de autoestima-ción; capacidad para superar las heridas narcisísti-cas), la honestidad, la creatividad y, especialmenteel trabajo, integran un caldo de cultivo especial-mente indicado para alcanzar la felicidad. La felici-dad supone estabilidad, tranquilidad, relajación,comprensión, adaptación; es decir, una serie de me-canismos psicológicos que nos alejan de los estadosde tensión relacionados con la ansiedad, la depre-sión, la irritabilidad y la disminución de la satisfac-ción laboral. Asimismo, tiene que ver con realizar

tareas que armonizan perfectamente con los intere-ses del individuo y, al mismo tiempo suministranun pleno sentido de competencia y de realización.Por el contrario, la insatisfacción personal y/o la-boral, tiene efectos devastadores sobre el psiquis-mo del individuo, con manifestación de diversasrespuestas conductuales tales como desempeño re-ducido, inadaptación, depresión, trastornos psico-somáticos, ausentismo laboral, lentitud y cambiosen el trabajo cada vez más frecuentes. Esta insatis-facción e infelicidad, llega a provocar cambios fi-siológicos importantes tales como: cambios en losniveles de colesterol total, lipoproteínas de altadensidad, adrenalina, noradrenalina, cortisol y tri-glicéridos. Estos cambios fisiológicos, pueden lle-gar a producir una auténtica enfermedad física(Hendrix y cols., 1986; Ivancevich, 1980). Sin, dudala tensión emocional, concomitante a la infelicidadexisten en muchos individuos y/o parejas, se rela-cionan con los niveles de colesterol y también conla depresión.

OTRAS DIMENSIONES DE LA FELICIDAD

Algunas modificaciones de la personalidad pre-sentes en la situación de infelicidad, como compe-titividad, agresión, impaciencia, sentido de respon-sabilidad, conformismo y baja autoestima, tambiénse correlacionan con los niveles de colesterol. Peroademás, es conveniente distinguir entre la alegría yla felicidad. La primera, es un estado emocionalmomentáneo; la mayoría de las veces efímero, esdecir, una felicidad temporal. Algunos autores, co-mo Enrique Rojas, consideran que la felicidad de-pende de una serie de rasgos de la personalidad ta-les como: un buen conocimiento de uno mismo,equilibrio de la personalidad, red social estable,sentido del humor, apoyo en los valores, disciplina,coherencia, constancia, estabilidad emocional, vidaactiva llena de proyectos e ilusiones, etc. Pero locierto es que en la cultura actual, se extiende comouna mancha de aceite el antídoto de la felicidad, esdecir, la tristeza, la desilusión, la desesperanza, etc.Kierkegard, hablaba de que la clave de la felicidades como una puerta que se abre hacia fuera; es de-cir, un sujeto que está pendiente de lo que necesitael otro y, posiblemente, la satisfacción del otro, ha-ce que nos acerquemos a la ansiada felicidad. Enéste sentido, Wolfgang Goethe, afirmaba que «elhombre más feliz del mundo es aquél que sabe reconocerlos méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajenocomo si fuera propio».

Por ello, es necesario superar sentimientos muyarraigados en el ser humano de la cultura occiden-tal y que son destructivos para la salud; nos referi-mos a la envidia, el resentimiento y el odio. Para es-calar en la pirámide de la felicidad, resulta por lotanto imprescindible, liberarnos de esos sentimien-tos altamente nocivos para la salud. Pero la felici-dad, además tiene una dimensión metafísica y es-piritual que es necesario reconocer y valorar; notiene que ver con el progreso material, con la utili-dad, con una meta temporal (hombre light); tienealgo más que ver con la trascendencia superando elindividualismo y el materialismo. Se trata de uncontenido más espiritual, de una sensación de ple-nitud que explica que, incluso en una situación deintenso dolor y sufrimiento (¡en el mismo umbralde la muerte!), el hombre puede ser feliz (¡puedemorir feliz!). Esta forma de estar abierto a la tras-cendencia, a un conjunto de valores espirituales,

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que tanto escasean en la actualidad, constituya labase fundamental para encontrar la felicidad, su-perando ese individualismo y ese narcisismo quenos inmoviliza de cara a proyectarnos sobre los de-más y a potenciar los valores espirituales: la amis-tad, la verdad, la paciencia, la belleza, la ética, etc.

Nada que ver, por lo tanto, con el comporta-miento hedonista dominante en la cultura materia-lista que nos atrapa (prejuicios, mitos, ídolos, mo-das, trabajo, etc.). El hombre, no obstante, deseasentirse feliz, quiere sentirse realizado, gozoso, ex-perimentando el verdadero placer, hipersensiblecon esa paz interior. Posiblemente cuanto más sepade la verdad, de la belleza, del bien, del amor, de lalibertad, de la justicia, etc., más se acerque a la feli-cidad, a ese bienestar psicológico y a ese equilibrioespiritual. Al integrar este conjunto de valores y vi-virlos en armonía, nos encontramos con esa sensa-ción de plenitud psíquica y espiritual que es la feli-cidad. Por lo tanto, la felicidad es el resultadoúltimo de todas las potencialidades humanas y es-pirituales; no es hacer lo que nos gusta, sino quenos guste lo que hacemos. Por el contrario, la prác-tica de éstos comportamientos artificiales y super-ficiales, basados en el individualismo, el egoísmo yel narcisismo, nos conduce inexorablemente a esaesterilidad psicológica que es la antesala de la de-presión. La grandeza de la felicidad, nace de su hu-milde génesis, de experimentar minutos sinagobio, reflexiones sin prisas, meditación ininte-rrumpida, introversión satisfactoria, encuentro conuno mismo. En estas situaciones, el hombre abre depar en par sus sentidos y ese mundo de sensacio-nes y emociones empapa el cerebro y la mente deun estado anímico de paz y felicidad, capaz dearrinconar la bruma de los abatimientos, de lasfrustraciones y de las depresiones. La felicidad esun proyecto personal, una asignatura harto difícilen la que somos seres analfabetos. En éste sentido,Pascal había afirmado que «el hombre sobrepasa infi-nitamente al hombre», lo cual nos ilustra la tremendacomplejidad de la felicidad, del ser feliz. Quizá poreso, podamos entender que los ganadores de mi-llones en la lotería y los parapléjicos describan ni-veles análogos de felicidad. Cada día, cada minuto,es una obra de arte (¡o al menos puede serlo!) si noslo proponemos.

La persona que acaricia la felicidad, se caracteri-za porque es consciente de sus límites, insuficien-cias e incapacidades (especialmente, conoce loslímites de la existencia). Su actitud es predominan-temente positiva, de auténtica superación en mu-chos valores esenciales para la felicidad: valor,autodisciplina, coraje, justicia, solidaridad, com-prensión, paciencia, tolerancia, relaciones sociales,familia, amor, etc. Todo ello, naturalmente muyalejado de valores que dominan en nuestra cultura(«cultura del estrés»), tales como: trabajo, éxito, po-der prestigio, viajes, triunfo, competitividad, dine-ro, etc. El dinero es importante, sin duda, para acer-carse a ese estado de «bienestar subjetivo», peroson los factores culturales los que marcan la dife-rencia. Ese «bienestar subjetivo», no se explica sólopor las condiciones objetivas y tampoco se puedereducir al hedonismo, a la alegría o a la salud. Es eljuicio que cada cual establece acerca de su propiaexistencia y que suele mantenerse a lo largo de lavida independientemente de la edad, el estado ci-vil y los ingresos económicos. Sin embargo, el as-pecto cultural es importante en la formación de esapersonalidad feliz. Por ejemplo, los hispanos sonlos más felices del mundo porque tienden a lo po-

sitivo en casi todo; sin embargo, los orientales secentran más en el pesimismo y en las frustracionesque genera nuestra propia existencia.

Trabajos de campo realizados en torno al cono-cimiento de la «felicidad», han puesto de mani-fiesto que la gente que vive en los países ricos essólo algo más feliz que la que vive en los paísespobres. Una cultura en la que abunda la movili-dad, el jolgorio, las salas de fiestas, la telebasura,las vacaciones, es simplemente consumista, locual explica en buena medida el estrés del vera-neo, hasta una sensación de hastío. Las vacacionesen las que supuestamente nos apoyamos paraconseguir la felicidad, se convierten en una armaarrojadiza que se traduce en un grado más eleva-do de estrés al que previamente ya teníamos. Lamasificación, los cambios en los alimentos, laagresión constante de la publicidad y de la so-breinformación, el miedo a los atentados, los gas-tos excesivos, el consumo exagerado de alcohol,las altas temperaturas, los ruidos insoportables alborde de la playa, los atascos, la agresión a la inti-midad, la falta de intimidad familiar, de descansoy convivencia familiar, intensifican más el gradode tensión y/o estrés. El descanso veraniego (¿),poco o nada tiene que ver con la felicidad, se tra-ta de una restricción temporal de temas relaciona-dos con el trabajo, con la familia, con los avataresde la vida cotidiana. La vuelta de las vacacionesnos enfrenta con el drama real de la vida y, porello, nos sentimos atrapados por ese síndromepostvacacional que nos lleva directamente al es-trés de la vida diaria. Uno puede evadirse o huirde la realidad (¡qué buenas vacaciones!), pero ter-mina apareciendo con toda su crudeza. Si para serfeliz, tenemos que prescindir de algún capítulo denuestra realidad (¿se puede olvidar totalmente?),en realidad no lo soy. La felicidad no es como unasinfonía permanente de Mozart, es la vida mismacon todas sus contradicciones, frustraciones e in-satisfacciones; no es, por supuesto una fuente per-manente de gozo. Esto nos puede llevar al pe-simismo cultural y a la conciencia de que nos en-contramos ante una utopía imposible de alcanzar.No obstante, los seres humanos, en su inmensamayoría son felices y hay gente feliz incluso en lascondiciones más adversas de su vida.

Además, por otra parte, la evidencia científicamuestra que las personas más felices tienen un sis-tema inmunitario más fuerte, son más creativas ymás eficaces para adaptarse, superarse y solucio-nar sus problemas; la gente feliz, se considera tam-bién más atractiva. A pesar de los potentes me-canismos de defensa de la personalidad que utili-zamos habitualmente para acercarnos al mundo dela felicidad (negación, evasión, racionalización,idealización, etc.), debemos tener en cuenta que laexperiencia es absolutamente subjetiva y que sólo através de un gradiente positivo en el amor, en la to-lerancia, en la belleza, en la sencillez, en la com-prensión, en la justicia y en la sociabilidad, nosacercamos a ella. Por si fuera poco, debemos negartal grado de insatisfacción y sufrimiento, porque¿cómo vamos a decir que lo hemos pasado fatal?¿no sería mucho mejor para nuestro espíritu que-darnos en casa y contemplar serenamente la armo-nía espectacular de un bosque? Pero la felicidad esmucho más, es ciertamente un estado psicológicomuy complejo, en el que el conocimiento de unomismo es fundamental, pero ¿cómo nos vamos aconocer a nosotros mismos? Difícilmente, porqueno disponemos de los hábitos necesarios para de-

dicar tiempo a éste conocimiento esencial de nues-tro propio ser.

Esa introspección o autorreflexión diaria es fun-damental para conocer y dominar nuestro mundointerior. William James, dijo acerca de la felicidad:«la felicidad es la prueba de la verdad.» Tal pragmatis-mo es imposible, porque el egoísta y el narcisista,tendrían la prueba inequívoca de la felicidad, pero¿realmente son felices? Todo lo contrario. En sumente domina la preocupación, el temor, la inhibi-ción, la expectación aprensiva, la ansiedad, el in-somnio, la irritabilidad, la impaciencia, la hiperac-tividad vegetativa y los síntomas obsesivos ycompulsivos, todo lo cual les aleja ciertamente dela felicidad. Si resulta casi imposible alcanzar eseproyecto de la felicidad, parece razonable que en lainsatisfacción (¡en la infelicidad!), se encuentrebuena parte de nuestros desequilibrios mentalesy/o enfermedades. Freud, hablaba en éste sentidodel sentimiento de naufragio del hombre, de suprofunda insatisfacción. Otros poetas, también serefieren a ésta frustración crónica del hombre. Así,por ejemplo, Miguel Hernández, habla de tres heri-das: vida, muerte y amor. En ese sentido, Unamu-no se refiere a la »inanidad» del ho«bre que no lepermite llegar a su propia infinitud y que es origende insatisfacción, desconcierto y angustia profun-da. Quizá por ello, sea necesario refugiarnos en elestoicismo para alcanzar cierto grado de felicidad.Un gran estoico como Marco Aurelio decía: «no dis-cutas más qué es un hombre bueno o feliz, sé tú uno.» Amedida que profundizamos en el concepto de la fe-licidad, tal parece que nos encontramos ante unailusión, tal vez una alucinación. Tal parece que lafelicidad es como un soplo de brisa que se extinguecon las horas, un espejismo, una imagen pasajera,un pensamiento difuso que se diluye con el fluir in-quietante del tiempo, de nuestra existencia. Por esoel hombre, se siente muy vulnerable psíquicamen-te y sufre mucho porque la felicidad se convierte enun vago recuerdo que nos lleva frecuentemente a lasoledad y, en ocasiones, a la enfermedad. El hom-bre trata desesperadamente de huir de una reali-dad agresiva y, por ello, se refugia en los pequeñosplaceres, en las alegrías pasajeras, en los objetos in-mediatos, es decir, en el hedonismo. Pero todo eso,que tan abunda en la cultura occidental, es una ca-ricatura de la felicidad; una simple ráfaga, un aire-cillo que sucumbe ante el ímpetu de ese tornadoque es la realidad. Nuestra existencia día a día, seencuentra con la gran paradoja de la que derivauna profunda angustia y, por supuesto, la infelici-dad; por un lado el hombre tiene una sed infinitade vivir, por otro choca con sus propios límites per-fectamente definidos por la enfermedad y la con-ciencia universal de la muerte. Nos aferramos a lavida y nos asusta el vacío de la muerte, el abismode lo desconocido, el acercamiento a la vejez, la fu-gacidad de nuestra existencia, la muerte. No obs-tante, el hombre puede mitigar esa sed de felicidad,si se resigna a ser poco feliz o si huye de la realidadagobiante y estresante traspasando la frontera de larealidad para situarse en un mundo totalmenteimaginario (de ahí, la frecuencia abusiva de consu-mo de alcohol, sexo, drogas, etc.).

EL SENTIDO DEL HUMOR Y LA FELICIDAD

En ocasiones, también adopta una actitud estoi-ca al objeto de hacerse insensible al dolor y al su-frimiento, situándose finalmente por encima de és-

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tos dramas humanos. En última instancia, reitera-mos el papel del humor como bálsamo para tratarel estrés de la vida diaria y que nos equilibra, ayu-da y genera confianza; nos permite actuar como unsuavizante en las relaciones interpersonales y, ge-neralmente, se relaciona con una personalidad sa-ludable. El sentido del humor puede ayudarnos apasar por alto lo antiestético, a tolerar lo desagra-dable, a superar lo inesperado y a sonreír en unmedio de lo insoportable. El sentido del humor, tie-ne que ver con la felicidad de la persona y, natural-mente, con la risa. Lo cual supone implicar a todoslos músculos de la cara (comisuras de los labios,músculos que circundan los párpados), también seactivan los músculos torácicos, abdominales, etc.

El sentido del humor es una perspectiva de vi-da, una manera de percibir el mundo, ciertamentemenos agresiva para la mente del individuo. Estapercepción, nos permite acercarnos paulatinamen-te a un estado de felicidad, aún cuando nos enfren-temos con una grave dificultad o contrariedad. Elhumor es un estado de la mente, del espíritu quenos permite recordar las múltiples bendiciones dela vida y hacer frente a los diversos aspectos ame-nazadores de la vida y de la enfermedad.

El sentido del humor, igualmente, nos permitetrabajar mejor frente al estrés y el horror de algunasenfermedades. Christina Maslach en su libro «Bur-nout: The cost of caring», nos habla de la importan-cia de la risa en el medio hospitalario para hacerfrente a las múltiples demandas de los enfermos yde sus familiares. Se trata de una forma de actuarabsolutamente distinta, una conducta indispensa-ble para una praxis clínica en situaciones extremas.Rosenberg (1995), en su libro «Nursing Perspecti-ves on Humor», habla de la importancia del senti-do del humor en situaciones especialmente críticas,como sucede en el servicio de urgencias de un granhospital, en el sentido de que el humor, es un po-tente antídoto contra el estrés cotidiano; se trata deun mecanismo esencial, por lo tanto para conseguirmantener una cierta estabilidad emocional, base dela felicidad. La perspectiva desvinculada que pro-porciona el humor nos ayuda a desconectarnos delsufrimiento que presenciamos y, aún así, continuarsiendo sensibles a dicho sufrimiento físico y emo-cional que contemplamos en los otros. En fin, labúsqueda del humor, de algo de lo que reírse evitaque nos centremos finalmente en elementos ago-biantes o depresivos (Wooten, 2001).

El sentido del humor, es uno de los mecanismoscompensadores más poderosos que tiene el psiquis-mo humano, ante las múltiples agresiones y/o frus-traciones que recibe, en relación al medio, a lo largode su ciclo vital y que nos podría conducir de llenoa la enfermedad. En efecto, el sentido del humor esun excelente neutralizador de las diversas modifi-caciones psicofisiológicas relacionadas con el estrés:hipertensión arterial, inmunosupresión, tensiónmuscular, etc. (Berk, 1989). Asimismo, Wooten(1996, 1997), también abunda en los efectos del«sentido del humor», como antídoto del estrés. Enefecto, Berk (1989), pudo demostrar que la risa ele-va las concentraciones plasmáticas de cortisol, in-crementa la cifra de linfocitos T activados, aumentael número y la actividad de los linfocitos citotóxicosnaturales e incrementa el número de linfocitos Tcon receptores colaboradores/supresores.

De éstos estudios de investigación, parece colegir-se finalmente, que la risa estimula el sistema inmuni-tario, superando los efectos inmunosupresores del es-trés. Las investigaciones de Berk (1989) y de otros

autores, demuestran que la risa disminuye las con-centraciones de cortisol y, por tanto, protege nuestrosistema inmunitario. De todo ésto, también resulta in-teresante la correlación existente entre la felicidad y lasalud. Un sistema inmunitario intacto y estable, vin-culado a los estados de felicidad, puede funcionaradecuadamente movilizando linfocitos citotóxicospara destruir células atípicas y anormales, especial-mente peligrosas para el cáncer (Locke, 1984). Por elcontrario, la «infelicidad» (estados de tristeza, de an-gustia, de desesperación, de anhedonia, etc.), implicauna reducción de los linfocitos citotóxicos naturales,lo cual puede poner en peligro nuestra salud. El sen-tido del humor actúa, por lo tanto, como un potenteinductor de estados de alegría, deleite y felicidad. Esdecir, un estado anímico que conlleva cambios neu-roquímicos que compensarán los efectos inmunosu-presores del estrés (Locke, 1989; Irwin, 1987).

A partir de todos éstos trabajos científicos y clí-nicos, se han desarrollado programas terapéuticosque son ajustados a las preferencias humorísticasdel individuo. Lamentablemente, no hay una claveterapéutica para conseguir la felicidad, sin embar-go, los ingredientes básicos comentados y que rei-teramos, tales como unas buenas relaciones inter-personales, unas actividades laborales y de ociosatisfactorias y un buen apoyo familiar, facilitan so-bremanera la consecución de éste estado anímicofundamental para nuestro bienestar y para nuestrasalud integral.

A MODO DE CONCLUSIÓN

La felicidad es un estado psicológico que invadeprogresivamente toda nuestra mente, el mundoemocional y todo el cuerpo. Se trata de conseguiruna armonía total entre el organismo y el medio. Laplena realización y concentración en las tareas, pordiminutas que éstas sean nos llevan por el caminode la felicidad. A menudo somos incapaces de apre-ciar o percibir lo que nos rodea y no atribuimos nin-gún significado a nuestras actividades o tareas. Siempezamos a sentir, a valorar, a disfrutar, a fijarnosen los pequeños detalles, al final de un día, podre-mos comprobar como nuestro estado anímico mejo-ra. Esa conciencia del momento (escuchar música,contemplar un pájaro o percibir un paisaje otoñal),sin importar el tipo de actividad, es esencial para ge-nerar ese estado psicológico de satisfacción y felici-dad. Sin embargo, el egocentrismo obsesivo, es unafuente típica de insatisfacción e infelicidad.

Hacer aflorar todos los sentidos, convertir la con-ciencia en un hábito para las tareas cotidianas; vivirla plenitud del momento, libre de negatividad, dejuicios de valor, de preocupación por el pasado o porel futuro, es recorrer el camino de la felicidad de,simplemente, estar bien. Por supuesto, los cambiosdel pensamiento, también contribuyen a un mejorgrado de percepción subjetiva y de autoestima. Unpensamiento inflexible, negativo e hipercrítico, pro-duce gran número de conflictos interpersonales quenos alejan de la amistad, supuesto básico de la feli-cidad. Pero la felicidad, implica asimismo romperbarreras (de arrogancia, de prepotencia, de domi-nancia, de estatus, de prestigio, de intereses egocén-tricos, de narcisismo, etc.); la superación de esas ba-rreras actitudinales, afectivas y emocionales, implicaun disfrute mayor de las cosas y de los demás; almismo tiempo, que se neutralizan sentimientos deculpabilidad, hostilidad, odio y resentimiento queson incompatibles con la felicidad.

Buscar sinergias, superar barreras, controlar el or-gullo del YO, descubrir nuevas ilusiones e inquietu-des, mejorar la tolerancia en nuestros comportamien-tos, bloquear el excesivo apego a lo material, desecharlas obsesiones neuróticas de nuestra vida cotidiana,son los ingredientes fundamentales que nos acercan ala felicidad. En fin, todo un reto personal en lo que serefiere al crecimiento personal que nos aleja de esa an-siedad tóxica que nos hunde en el túnel de la frustra-ción, de la paranoia y de la infelicidad.

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® SALUD MENTAL

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Agenda� Master y Diplomatura en Atención

Primaria de Salud de la SCMFIC(2ª edición)

SCMFIC. Barcelona. Enero/diciembre 2003.

Información e inscripciones:Secretaría de la Sociedad Catalana de MedicinaFamiliar y Comunitaria (scmfic). Portaferissa, 8.08002 Barcelona. Teléf.: 657 333 197. Fax: 933 181 001.URL: http://www.scmfic.org

� 4.º Congreso Virtual de Psiquiatría

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La gran mayoría de las víctimas delterrorismo padecen fuertes ataquespostraumáticos

El doctor Enrique Baca, jefe de Psi-quiatría Clínica del Hospital Puertade Hierro afirmó en el VI CongresoNacional de Psiquiatría que los sínto-mas comunes de los individuos quehan padecido estas situaciones sonprincipalmente la «hiperactivacióndel sistema nervioso» y la «reexperi-mentación» de la situación vivida enla que el individuo no sólo no consi-gue olvidar los hechos traumáticos si-no que los vuelve a revivir una y otravez.

Además, Enrique Baca señaló que enEspaña están aumentando las agresio-nes a nivel social aunque contamos conla ventaja de que la Psiquiatría en nues-tro país está por encima de la media eu-ropea en desarrollo y que nos encontra-mos con «el gran desarrollo de ladécada de los 90 llamada década del ce-rebro».

Uno de cada tres europeos puedesufrir fobia social. Temores, trastornospostraumáticos y depresión a lo largode su vida

Un estudio realizado en Bélgica,Francia, Holanda, Italia, España y Ale-mania con más de 14.000 habitantes ad-vierte que los europeos están expuestosa sufrir depresiones o trastornos de an-siedad, con síntomas como inquietud,aprensión y temor, especialmente enmomentos o situaciones que no se pue-den controlar o predecir.

En cuanto a las depresiones más gra-ves, los psiquiatras sospechan que enlos últimos años se ha producido un in-cremento de la afección especialmenteentre los más jóvenes, y los factores de-sencadenantes han sido la falta de apo-yo social, la quiebra de vínculos conalgunas personas, el aislamiento, la so-ledad y unas perspectivas de futuroamenazadoras, todo ello factores clavespara llegar a padecer la enfermedad,quizá una de las mayores amenazas hoydía en las sociedades desarrolladas.

En breve...

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1.NOMBRE DEL MEDICAMENTO: DOBUPAL Retard 75 mg Cápsulas - Venlafaxina (DCI) DOBUPAL Retard 150 mg Cápsulas - Venlafaxina (DCI) 2.COMPOSICIÓN CUALITATIVA Y CUANTITATIVA: Por cápsula: DOBUPAL Retard 75 mg Cápsulas:Venlafaxina(DCI) (clorhidrato), 75 mg DOBUPAL Retard 150 mg Cápsulas: Venlafaxina (DCI) (clorhidrato), 150 mg. 3. FORMA FARMACÉUTICA: Cápsulas. 4. DATOS CLÍNICOS: 4.1. Indicaciones terapéuticas: DOBUPAL Retard está indicado en el tratamientode todos los tipos de depresión. Trastorno de ansiedad generalizada. 4.2. Posología y forma de administración: Dosificación habitual: La dosis habitual recomendada, tanto para el tratamiento de la depresión como en el trastorno de ansiedadgeneralizada, es de 75 mg al día, administrados en una sola dosis. Si, tras dos semanas de tratamiento, no se obtiene la mejoría clínica esperada, la dosis puede incrementarse a 150 mg al día, administrados en una sola dosis. Si se precisara, ladosis puede aumentarse hasta un máximo de 225 mg una vez al día. Los incrementos de dosis deberán efectuarse a intervalos de aproximadamente 2 semanas o más, pero no inferiores a 4 días. Forma de administración: Se recomienda ingerirDOBUPAL Retard durante las comidas con un poco de líquido. La cápsula debe ingerirse entera. No dividir, aplastar, masticar o disolver la cápsula en agua. DOBUPAL Retard debe administrarse una vez al día, aproximadamente a la misma hora dela mañana o de la tarde. Los pacientes afectos de depresión que se encuentren actualmente en tratamiento con venlafaxina (en comprimido de liberación inmediata) a dosis terapéuticas pueden cambiarse a DOBUPAL Retard a la dosis equivalentemás próxima (mg/día). No obstante, en algunos casos puede ser necesario el ajuste de la dosis. Pacientes con insuficiencia renal y/o hepática: En los pacientes con insuficiencia renal y/o hepática debe reducirse la dosis de venlafaxina. En estospacientes puede ser necesario iniciar el tratamiento con DOBUPAL comprimidos. En los pacientes cuyo índice de filtración glomerular (IFG) sea inferior a 30 ml/min debe reducirse la dosis en un 50%. En los pacientes con insuficiencia hepáticamoderada debe reducirse la dosis un 50%. En pacientes con cuadros graves de insuficiencia hepática deben considerarse reducciones adicionales de la dosis. Pacientes de edad avanzada: No se recomienda el ajuste de la dosis únicamente porrazones de edad. Sin embargo, al igual que con otros antidepresivos, deberá administrarse con precaución, especialmente en los aumentos de dosis. Uso en pediatría: No se ha establecido la inocuidad y eficacia del fármaco en pacientes de edadesinferiores a 18 años y, por tanto, no se recomienda su empleo en este grupo de edad. Tratamiento de mantenimiento/continuación/prolongado: Se deberá reevaluar periódicamente la utilidad del tratamiento a largo plazo con DOBUPAL Retard.Se acepta de manera general que los episodios agudos de depresión grave requieren varios meses, o aún más, de tratamiento farmacológico mantenido. Los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada sufren frecuentemente la enfermedaddurante varios años y requieren tratamiento a largo plazo (durante 6 ó más meses). DOBUPAL ha mostrado ser eficaz en el tratamiento a largo plazo. Suspensión del tratamiento: En el caso de que DOBUPAL Retard, a la dosis de 150 mg/día osuperior, se haya administrado durante más de 1 semana y se vaya a suspender, se recomienda por lo general reducir la dosis gradualmente, para minimizar el riesgo de los síntomas de interrupción del tratamiento. En pacientes tratados conDOBUPAL Retard durante 6 semanas o más, la dosis debe reducirse gradualmente durante un período de una semana. 4.3. Contraindicaciones: DOBUPAL Retard (Venlafaxina) está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad conocida alfármaco. No administrar concomitantemente con inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAOs). 4.4 Advertencias y precauciones especiales de empleo: Inhibidores de la monoaminoxidasa. En casos en los que el tratamiento con venlafaxinase ha iniciado poco después de la suspensión de un IMAO o cuando se ha iniciado un IMAO poco después de la suspensión de la venlafaxina se han comunicado reacciones adversas, algunas de ellas graves. Las reacciones han comprendido: temblor,mioclonia, diaforesis, náuseas, vómitos, sofocos, mareo, hipertermia con características que semejaban un síndrome neuroléptico maligno, convulsiones y muerte. En el tratamiento concomitante con un inhibidor selectivo de la recaptación deserotonina (ISRS)/IMAO se han comunicado: hipertermia, rigidez, mioclonia, inestabilidad de sistema nervioso autónomo con posibilidad de fluctuaciones rápidas de signos vitales, alteración del estado mental, incluyendo agitación extrema queprogresa a delirio y coma, y características que semejaban un síndrome neuroléptico maligno. En el empleo concomitante con un antidepresivo tricíclico/IMAO se han comunicado hipertermia severa y convulsiones, en ocasiones de desenlace fatal.Dadas estas reacciones, así como las interacciones graves y en ocasiones de desenlace fatal, que se han comunicado en la administración concomitante o inmediatamente consecutiva de un IMAO y de otros antidepresivos con propiedadesfarmacológicas similares a las de la venlafaxina, no debe administrarse DOBUPAL Retard en combinación con un IMAO o antes de trascurridos como mínimo 14 días de la suspensión del IMAO. Se recomienda un período mínimo de 7 días entre lasuspensión del tratamiento con DOBUPAL Retard y el inicio del tratamiento con un IMAO. La recomendación anterior con relación al tiempo específico entre la discontinuación del tratamiento con un IMAO y el inicio de la terapia con DOBUPALestán basadas en consideraciones con IMAOs irreversibles. El tiempo requerido entre la discontinuación de un IMAO reversible, moclobemida, y el inicio de la terapia con DOBUPAL puede ser menos de 14 días. Sin embargo, dado el riesgo dereacciones adversas descritas antes para los IMAOs, debe asegurarse un período de descanso cuando se cambia a un paciente de moclobemida a DOBUPAL. En la consideración de un adecuado período de descanso deben tenerse en cuenta laspropiedades farmacológicas de la moclobemida y la evaluación clínica del paciente individual. Erupciones y posibles reacciones alérgicas: En todos los ensayos clínicos efectuados con venlafaxina durante la pre-comercialización, un 3% de los pacientestratados con venlafaxina sufrieron erupciones cutáneas. Debe advertirse a los pacientes que comuniquen a su médico si se les presenta una erupción, urticaria o fenómenos alérgicos relacionados. Uso en insuficiencia renal o hepática: En los pacientescon insuficiencia renal o con cirrosis hepática moderada o grave, disminuyeron el aclaramiento de venlafaxina y de su metabolito activo, prolongando en consecuencia las vidas medias de eliminación de estas sustancias. En estos casos puede sernecesaria la administración de una dosis menor. DOBUPAL Retard, al igual que todos los antidepresivos, debe utilizarse con precaución en tales pacientes. En raras ocasiones, se han comunicado casos de hiponatremia en el tratamiento conantidepresivos, incluidos los ISRS, por lo común en sujetos de edad avanzada y en pacientes en tratamiento con diuréticos o con depleción de volumen por otra causa. Con venlafaxina se han comunicado raros casos de hiponatremia, por lo comúnen pacientes de edad avanzada, que se han resuelto tras la suspensión del tratamiento. Epilepsia: En todos los ensayos con venlafaxina en la depresión llevados a cabo en la pre-comercialización, se comunicaron convulsiones en el 0,2% de todoslos pacientes tratados con este fármaco. No se produjeron convulsiones en los pacientes tratados con DOBUPAL Retard. Todos los pacientes con desarrollo de convulsiones se recuperaron posteriormente. DOBUPAL Retard, al igual que todos losantidepresivos, deberá administrarse con precaución en los pacientes con historia de crisis convulsivas. La administración de DOBUPAL Retard deberá suspenderse en todo paciente que desarrolle convulsiones. Adicción: Los estudios clínicos no hanmostrado signos de adicción al medicamento, desarrollo de tolerancia o incremento de la dosis en función del tiempo de tratamiento. Sin embargo, los médicos deben evaluar en sus pacientes los antecedentes de abuso de medicamentos y, controlarsi presentan signos de empleo erróneo o abuso de DOBUPAL Retard; por ejemplo: desarrollo de tolerancia, incremento escalonado de la dosis o comportamiento de adicción al medicamento. Suicidio: En todos los pacientes deprimidos debeconsiderarse el riesgo de suicidio. Las prescripciones de DOBUPAL Retard deben hacerse por la mínima cantidad de cápsulas compatible con el tratamiento adecuado del paciente, para reducir la posibilidad de una sobredosificación. 4.5.Interaccionescon otros medicamentos y otras formas de interacción: Inhibidores de la monoaminoxidasa: El uso concomitante con inhibidores de la MAO esta contraindicado. Ver "Advertencias y precauciones especiales de empleo". Fármacos activossobre el S.N.C. No se ha valorado sistemáticamente el riesgo del empleo de la venlafaxina en combinación con otros fármacos activos sobre el SNC, excepto en los casos de litio, imipramina y diazepam. Por consiguiente, se recomienda adoptarprecauciones en caso de administración concomitante de DOBUPAL Retard con este tipo de fármacos. Cuando venlafaxina y diazepam o venlafaxina y litio se administraron conjuntamente a voluntarios sanos, no se observaron alteraciones de losperfiles farmacocinéticos de venlafaxina y de O-desmetilvenlafaxina (ODV). La venlafaxina no modificó la farmacocinética del diazepam ni la del litio, ni alteró los efectos psicomotores y psicométricos inducidos por el diazepam. La venlafaxina nomodificó la 2-hidroxilación, mediada por el sistema CYP2D6, de la imipramina o de su metabolito activo, desimipramina, lo que indica que la venlafaxina no inhibe la isoenzima CYP2D6. Sin embargo, la coadministración de la venlafaxina redujoel aclaramiento renal de la 2-hidroxidesimipramina. La imipramina inhibió parcialmente la formación, mediada por la isoenzima CYP2D6, de la ODV. Sin embargo, la concentración total de compuestos activos (venlafaxina más ODV) no se vioafectada por la administración concomitante de imipramina, y no se precisó ajuste de dosis. HaloperidolVenlafaxina administrada en condiciones establecidas sin cambio (75 mg dos veces al día) a 24 sujetos sanos disminuyó el aclaramiento de ladosis oral total (Cl/F) de una dosis única de 2 mg de haloperidol al 42%, lo que dio como resultado un incremento del 70% en el área bajo la curva de haloperidol. Además la Cmax de haloperidol aumentó un 88% cuando se coadministró convenlafaxina, pero el tiempo de vida media de eliminación de haloperidol (t1/2) no cambió. Se desconoce el mecanismo que pueda explicar este hallazgo. Cimetidina: La cimetidina inhibió el metabolismo de primer paso de la venlafaxina, pero noejerció efectos manifiestos sobre la formación o eliminación de ODV, que se presenta en cantidades mucho mayores en la circulación sistémica. Por tanto, no parece necesario el ajuste de dosis en la co-administración de DOBUPAL Retard concimetidina. La interacción podría ser más acusada en pacientes de edad avanzada o con disfunción hepática, por lo que en estos pacientes está indicada la monitorización clínica en el caso de administración de DOBUPAL Retard con cimetidina.Etanol: En la administración conjunta de DOBUPAL y etanol (0,5 g/kg, una vez al día) a voluntarios sanos no se alteraron los perfiles farmacocinéticos de venlafaxina, ODV y etanol. La administración de DOBUPAL en régimen estable no potenciólos efectos psicomotores y psicométricos inducidos por el etanol en estos mismos sujetos cuando no recibieron venlafaxina. Fármacos que inhiben la isoenzima CYP2D6: Los estudios in vitro e in vivo indican que la venlafaxina es metabolizada a sumetabolito activo, ODV, por la CYP2D6, la isoenzima que es responsable del polimorfismo genético observado en el metabolismo de numerosos antidepresivos. Por tanto, existe la posibilidad de una interacción medicamentosa entre DOBUPALRetard y los fármacos que inhiban el metabolismo de la CYP2D6. Las interacciones medicamentosas que reduzcan el metabolismo de la venlafaxina a ODV (ver, más arriba, los comentarios sobre la imipramina ) pueden aumentar las concentracionesplasmáticas de venlafaxina y reducir las de su metabolito activo. Sin embargo, el perfil farmacocinético de la venlafaxina en los sujetos en tratamiento concomitante con un inhibidor de la isoenzima CYP2D6 no diferiría de manera sustancial delperfil farmacocinético en los sujetos que sean malos metabolizadores por la CYP2D6 (ver Metabolismo), por lo que no se precisa ajuste de dosis. Fármacos metabolizados por las isoenzimas del citocromo P450 CYP2D6: Los estudios in vitro indicanque la venlafaxina es un inhibidor relativamente débil de CYP2D6. Este hallazgo ha sido confirmado en un estudio clínico de interacción de fármacos comparando el efecto de la venlafaxina al de la fluoxetina en el metabolismo mediado por elCTP2D6 de dextrometorfano a dextrorfano, y en los estudios de interacción de fármacos en sujetos que reciben venlafaxina e imioramina y venlafaxina y risperidona. CYP1A2 La venlafaxina no inhibe CYP1A2 in vitro. Este hallazgo fue confirmadoen un estudio clínico de interacción de fármacos en el que la venlafaxina no inhibió el metabolismo de la cafeína, un sustrato CYP1A2. CYP2C19: La venlafaxina no inhibe el metabolismo de diazepam que es metabolizado parcialmente por CYP2C19.Dado que las principales vías de eliminación de la venlafaxina se encuentran mediadas por las isoenzimas CYP2D6 Y CYP3A4, no se recomienda el tratamiento concomitante con inhibidores de estas dos potentes isoenzimas. No obstante, no sehan estudiado las interacciones derivadas de la administración concomitante de inhibidores de ambas vías metabólicas (CYP2D6 y CYP3A4) y venlafaxina. Otras interacciones: La venlafaxina y la ODV se fijan a las proteínas plasmáticas en un 27% yun 30%, respectivamente. Por tanto, no se prevén interacciones medicamentosas por su fijación a las proteínas. La evaluación retrospectiva de los pacientes tratados simultáneamente con DOBUPAL y antihipertensivos o hipoglucemiantes en losensayos clínicos, no aportó pruebas indicativas de incompatibilidad entre la venlafaxina y los antihipertensivos o hipoglucemiantes. Otros antidepresivos: No se dispone de estudios clínicos en los que se evalúen las ventajas del uso combinado deDOBUPAL Retard con otro antidepresivo. Terapia electroconvulsivante (TEC): No se han evaluado los beneficios derivados de la combinación de terapia electroconvulsivante y DOBUPAL Retard. Informes post-comercialización: Se ha informado deniveles elevados de clozapina que fueron asociados temporalmente con efectos adversos que incluyen ataques epilépticos, después de la adición de venlafaxina. Se ha informado de incrementos del tiempo de protrombina, del tiempo de tromboplastinaparcial o INR cuando la venlafaxina fue administrada a pacientes que estaban recibiendo una terapia con warfarina. 4.6.Embarazo y lactancia: Uso durante el embarazo: En un estudio de teratologíaen ratas, se administró venlafaxina por vía oral a dosis de hasta 80 mg/kg/día (aproximadamente 11 veces la dosis máxima recomendada para el hombre). Con la dosis de 80 mg/kg/día se observó unafetotoxicidad caracterizada por un retraso del crecimiento, que podría deberse a la toxicidad materna causada por esta dosificación. Ninguna de las dosis administradas afectó a la supervivencia y aldesarrollo morfológico de los fetos. En otro estudio de teratología en conejos, se administraron dosis de venlafaxina de hasta 90 mg/kg/día (aproximadamente 12 veces la dosis máxima recomendadapara el hombre). Con la dosis de 90 mg/kg/día apareció una fetotoxicidad caracterizada por un ligero incremento de la resorción y de la pérdida fetal; estos efectos podrían correlacionarse con la toxicidadmaterna. En ninguna especie, sea cual fuere la dosificación, pudieron observarse efectos teratogénicos relacionados con la venlafaxina. No se ha establecido la seguridad de empleo de la venlafaxina enel embarazo humano. No se dispone de estudios en mujeres embarazadas. Uso durante la lactancia: Se desconoce si la venlafaxina o sus metabolitos son excretados por la leche humana. No obstante,en los estudios preclínicos se comprobó que la venlafaxina y la ODV pasan a la leche materna. DOBUPAL Retard no deberá administrarse durante el embarazo o durante la lactancia, a menosque el beneficio potencial supere al posible riesgo. Deberá instruirse a las pacientes para que notifiquen a su médico si se encuentran embarazadas o si tienen intención de quedarse embarazadas duranteel tratamiento. 4.7. Efectos sobre la capacidad para conducir vehículos y utilizar maquinaria: Aunque se ha comprobado en voluntarios sanos que la venlafaxina no afecta la actividad psicomotora,cognoscitiva o el comportamiento complejo, los fármacos psicoactivos pueden deteriorar la facultad de juzgar, pensar o las habilidades motoras, por lo que los pacientes deben ser advertidos acercade manejar maquinaria peligrosa, incluyendo automóviles, hasta que se encuentren razonablemente seguros de que el tratamiento no les está afectando negativamente en este sentido. 4.8. ReaccionesAdversas: En los estudios controlados con placebo, las reacciones adversas más frecuentes asociadas al empleo de DOBUPAL o de DOBUPAL Retard y no observadas con incidencia equivalente entrelos pacientes correspondientes tratados con placebo, fueron: afectación de sistema nervioso, incluyendo mareo, sequedad de boca, insomnio, nerviosismo, temblor y somnolencia; afectación gastrointestinal,incluyendo anorexia, estreñimiento, náuseas y vómitos; y eyaculación/orgasmo anormales, sudoración, visión borrosa y astenia. La presentación de muchas de las reacciones adversas comunes se encontrórelacionada con la dosis. Por lo general, las reacciones adversas disminuyeron en intensidad y frecuencia con la prosecución del tratamiento. En un total de 3.721 pacientes expuestos a la venlafaxina durantetodos los ensayos clínicos efectuados en la pre-comercialización, se comunicaron las reacciones adversas que se señalan a continuación. Se han incluido todas las reacciones comunicadas, salvo aquellas enlas que la relación con el fármaco era remota. Además, si el término COSTART de una reacción determinada era tan general que no aportaba información, se sustituyó por un término másinformativo. Aunque las reacciones comunicadas se produjeron durante el tratamiento con venlafaxina, no fueron necesariamente debidas a ella. Las reacciones se han clasificado por categorías de sistemaorgánico y se presentan: *las reacciones adversas frecuentes que se definen como las producidas en una o más ocasiones en como mínimo 1/100 pacientes.*las reacciones producidas con una tasa del3% o más se señalan con (1).Generales - dolor abdominal(1), lesión accidental(1), astenia(1), dolor lumbar(1), dolor torácico, escalofríos, fiebre, síndrome gripal(1), cefalea(1), infección(1), dolor de cuello, dolor(1). Sistema cardiovascular - hipertensión(1), migraña, palpitaciones, hipotensión postural, taquicardia, vasodilatación(1). Sistema digestivo - anorexia(1), estreñimiento(1), diarrea(1), dispepsia(1), eructación, flatulencia, aumento del apetito, náuseas(1), vómitos(1). Sangre y sistema linfático- equimosis. Metabólicos y nutricionales - aumento de peso, pérdida de peso. Sistema musculoesquelético - artralgias, mialgias. Sistema nervioso - sueños anormales(1), agitación(1), amnesia, ansiedad(1), confusión, despersonalización, depresión(1),mareo(1), sequedad de boca(1), labilidad emocional, hipertonía(1), hipoestesia, insomnio(1), disminución de la líbido, nerviosismo(1), parestesias(1), trastorno del sueño, somnolencia(1), pensamiento anormal, temblor(1), polaquiuria, retenciónurinaria, vértigo. Sistema respiratorio - bronquitis, aumento de tos, disnea, faringitis(1), rinitis(1), sinusitis(1), bostezos. Piel y anexos - prurito, erupción cutánea(1) , sudoración (1). Órganos sensoriales - visión anormal, anomalía de la acomodación(1),dolor auricular, midriasis, perversión del gusto, tinnitus. Sistema urogenital - eyaculación anormal-hombre(1), anorgasmia-hombre, anorgasmia-mujer, dismenorrea(1), impotencia(1), trastorno menstrual, metrorragia, prostatitis, infección deltracto urinario, afectación de la micción, vaginitis. Informes post-comercializaciónDesde la introducción en el mercado de DOBUPAL comprimidos orales, se han recibido informes voluntarios de otros efectos adversos asociados temporalmente aluso de los mismos y que pueden no tener relación causal con el uso de DOBUPAL comprimidos orales, incluyéndose entre ellos los siguientes: agranulocitosis, anafilaxis, anemia plástica, catatonía, anomalías congénitas, incremento de la fosfoquinasacretona, tromboflebitis de venas profundas, delirium, anomalías EKG (tales como fibrilación atrial, bigeminismo, taquicardia supraventricular, taquicardia ventricular), necrosis epidérmica / síndrome de Stevens-Johnson, síntomas extrapiramidales(incluyendo disquinesia tardía), efectos hepáticos (incluyendo elevación de la gamma glutamil transpeptidasa (CGT), necrosis o insuficiencia hepática e hígado graso), movimientos involuntarios, incremento de la deshidrogenasa láctica (LDH),efectos como los del síndrome maligno neuroléptico, pancreatitis, pánico, aumento de la prolactina, insuficiencia renal, síndrome de serotonina y sensaciones eléctricas de choque (en algunos casos, después de la discontinuación de DOBUPAL oreducción de la dosis). Durante todos los ensayos clínicos en la pre-comercialización, el tratamiento con venlafaxina se asoció en algunos pacientes a una elevación de la presión arterial: incrementos medios de la presión arterial diastólica en supinode aproximadamente 1 mm Hg, frente a unas disminuciones de aproximadamente 1 mm Hg en los pacientes tratados con placebo. De los pacientes tratados con venlafaxina en todos los estudios de pre-comercialización, se consideró que el 2,2%presentaron unos aumentos de la presión arterial clínicamente significativos, frente a un 0,4% de los pacientes tratados con placebo. En los estudios con DOBUPAL, estos incrementos de la presión arterial estuvieron relacionados con la dosis. Engeneral, los pacientes tratados con dosis 200 mg/día mostraron incrementos menores, mientras que, en un estudio de dosis seriadas a corto plazo, la dosis máxima (300-375 mg/día) produjo incrementos medios de las presiones arteriales en decúbitosupino y diastólica de aproximadamente 4 mm Hg en la semana 4, y de 7 mm Hg, en la semana 6. La presencia de hipertensión tratada o la elevación de la presión arterial en situación basal, no pareció predisponer a los pacientes a incrementosadicionales de la presión arterial durante el tratamiento con venlafaxina. En pacientes tratados con dosis superiores a 200 mg/día pueden ser recomendables controles periódicos de la presión arterial. DOBUPAL Retard no se ha evaluado ni utilizadoen una cantidad apreciable de pacientes con antecedentes de infarto de miocardio reciente o de cardiopatía inestable. Estos pacientes fueron excluidos sistemáticamente de todos los estudios clínicos durante los ensayos efectuados con el producto.En un 1% de los pacientes tratados con venlafaxina en todos los ensayos de pre-comercialización se observaron anomalías electrocardiográficas clínicamente significativas, frente a un 0,2% en los pacientes tratados con placebo. En ninguno de losgrupos se observaron anomalías clínicamente significativas de los intervalos PR, QRS o QTc. Durante el tratamiento con venlafaxina, la frecuencia cardíaca media se incrementó aproximadamente en 4 latidos/minuto. Durante todos los ensayos depre-comercialización, se observó un aumento o pérdida de peso clínicamente significativo en menos del 1% de los pacientes tratados con venlafaxina. Mientras no hayan sido evaluados sistemáticamente en ensayos clínicos controlados los efectosde la discontinuación de DOBUPAL Retard, un análisis retrospectivo de los nuevos eventos que se producen durante la reducción de la dosis o tras la suspensión de DOBUPAL Retard reveló que los eventos con una incidencia de como mínimo el 3% con DOBUPAL Retard y de como mínimo el doble de la incidencia observada con el placebo eran los siguientes: mareo, sequedad de boca, insomnio, náuseas, nerviosismo y sudoración. Además, un análisis retrospectivo de los nuevos eventosque se producen durante la reducción de la dosis o tras la suspensión de DOBUPAL Retard reveló los 6 eventos siguientes que se produjeron con una incidencia de al menos el 5 % y para los que la incidencia de DOBUPAL fue de al menos 2 vecesla incidencia del placebo: fatiga, dolor de cabeza, náuseas, mareos, perturbaciones del sueño y nerviosismo. También se registró un episodio de hipomaníaco y de diarrea. La experiencia post-comercialización, informó de los siguientes síntomastras la discontinuación, reducción de dosis o disminución de venlafaxina a diferentes niveles de dosis incluyendo también confusión, parestesias, vértigo y vómitos. Como es sabido, con la suspensión del tratamiento con antidepresivos puedenaparecer efectos debido a la privación, por lo que se recomienda reducir gradualmente la dosis de DOBUPAL Retard y controlar al paciente. El período requerido para la discontinuación puede depender de la dosis, duración de la terapia y elpaciente. (Véase Posología y método de administración) 4.9. Sobredosificación: En los estudios de toxicología animal, los valores de la Dosis Letal 50 (DL50) de la venlafaxina por vía oral fueron equivalentes a 45-90 veces la dosis máximarecomendada en el hombre. Entre los pacientes tratados con DOBUPAL Retard en los estudios de pre-comercialización, se produjeron dos comunicaciones de sobredosificación aguda del producto, solo o en combinación con otros fármacos. Unpaciente ingirió una combinación de 6 g de DOBUPAL Retard y 2,5 mg de lorazepam; el paciente fue hospitalizado, recibió tratamiento sintomático y se recuperó sin efectos indeseados. El otro paciente tomó 2,85 g de DOBUPAL Retard; estepaciente aquejó parestesias en los cuatro miembros, pero se recuperó sin secuelas. En el marco de los ensayos clínicos en la pre-comercialización, se dispuso de 14 informes de sobredosificación aguda de DOBUPAL, solo o en combinación con otrosfármacos y/o alcohol. La mayoría de los informes se referían a la ingestión de una dosis total de DOBUPAL que no era más que varias veces superior a la dosis terapéutica habitual. En los 3 pacientes que habían ingerido las dosis más altas, se estimóque habían tomado, aproximadamente, 6,75 g, 2,75 g y 2,5 g. Todos los pacientes se recuperaron sin secuelas. La mayoría de los pacientes no manifestaron síntomas. En el resto de los pacientes, el síntoma más frecuente fue la somnolencia. En elpaciente que tomó 2,75 g de DOBUPAL se observaron dos convulsiones generalizadas y una prolongación del QTc a 500 mseg, frente a 405 mseg en situación basal. El paciente entró en coma, requiriendo maniobras de resucitación. En los otros 2pacientes se observó una taquicardia sinusal de grado leve. En la experiencia post-comercialización, en caso de sobredosis de DOBUPAL, solo o en combinación con otros fármacos y/o alcohol, se han observado alteraciones electrocardiográficas(prolongación del intervalo QT, bloqueo de rama, prolongación del QRS), taquicardia sinusal y ventricular, bradicardia, hipotensión, alteración del nivel de consciencia (oscilando desde la somnolencia al coma) y convulsiones. Estos eventos fueronraros y, por lo común, se resolvieron espontáneamente. En la experiencia post-comercialización, se ha informado de la muerte de pacientes que habían tomado sobredosis de DOBUPAL, fundamentalmente cuando se tomó en combinación conalcohol y/o otros fármacos. Tratamiento de la sobredosificación: Debe asegurarse una permeabilidad suficiente de las vías respiratorias, oxigenación y ventilación. Se recomienda la monitorización del ritmo cardíaco y de los signos vitales, y eluso de medidas de soporte general y sintomáticas. Debería considerarse la conveniencia de administrar carbón activado, provocar el vómito o proceder a lavado gástrico. No se conocen antídotos específicos para venlafaxina. La venlafaxina yla ODV no se consideran dializables, puesto que el aclaramiento por hemodiálisis de ambas sustancias es bajo. 5. DATOS FARMACÉUTICOS: 5.1 Relación de excipientes: Celulosa microcristalinaEtil celulosaHidroxipropil metilcelulosa 5.2.Incompatibilidades: No aplicable. 5.3. Período de validez: Dos años. 5.4. Precauciones especiales de conservación: Almacenar a temperatura ambiente, en lugar seco. 5.5. Naturaleza y contenido del recipiente: Las cápsulas vanenvasadas en blisters. El contenido de los envases es: DOBUPAL Retard 75 mg Cápsulas: Blisters de 30 cápsulasDOBUPAL Retard 150 mg Cápsulas: Blisters de 30 cápsulas 5.6. Instrucciones de uso/manipulación: Las cápsulas de DOBUPALRetard deben ingerirse durante las comidas con un poco de líquido. 5.7. Nombre o razón social y domicilio permanente o sede social del titular de la autorización de comercialización: ALMIRALL PRODESFARMA, S.A. GeneralMitre, 151 08022 - BARCELONA. 5.8. Números de autorización de comercialización: DOBUPAL Retard 75 mg Cápsulas: 62.420. DOBUPAL Retard 150 mg Cápsulas: 62.421. 6. Presentación y PVP: DOBUPAL Retard 75 mg 30 Cápsulas: 41,37€ PVP.IVA4%. DOBUPAL Retard 150 mg 30 Cápsulas: 68,10 € PVP.IVA4%. Con receta médica. Financiado por el Sistema Nacional de Salud con aportación reducida. Fecha de elaboración: Diciembre 2002.

Bibliografia: 1.Bernardo M. Venlafaxina retard: perfil de seguridad y adherencia terapéutica en el tratamiento de la Depresión. Actas Esp Psiquiatría 2.000; 28 (supl. 1): 28-33. 2.Larry Ereshefsky, PharmD, FCCP. Drug-druginteractions involving antidepressants: Focus on Venlafaxine. Journal of Clinical Psychopharmacology. Vol 16/No3, Suppl.2, June1996. 3.Cuenca E. y cols. Venlafaxina retard: forma galénica, farmacocinética e interaccionesmedicamentosas. Actas Esp Psiquiatría 2.000; 28 (Supl. 1): 10-16. 4.Barcia D, Agüera L, Ayuso JL, Baca E, Gutiérrez Fraile M, Carrasco JL. Objetivo Remisión. El tratamiento efectivo de la depresión. Madrid: Aula Médica 2001.5.John P Feighner, MD. The role of venlafaxine in rational antidepressant therapy. J Clin Psychiatry 1994; 55:9 (suppl. A). 6.Julia Sinclair et al. The tolerability of venlafaxine. Rev. Contemp. Pharmacother. 1998; 9: 333-334.7.V. Pérez Solá, E. Álvarez Martínez, A. Corominas Díaz, D. Puigdemont Campos, A. Autet Puig. Formación Interactiva en la Revisión y Seguimiento de los Trastornos Depresivos y de Ansiedad en Atención Primaria (FIRST-DyA). Pharma Consult Services, S.A., 2.002. 8.Ian Nicol Ferrier, B. Sc (Hon), F.R.C.P, F.R.C. Psych., M.D. (Hon). Tratamiento de la Depresión: ¿es suficiente la mejoría?. J Clin Psychiatry 1999; 60 Supl. 6: 10-14. 9.Thase ME. Definingremission in patients treated with antidepressants. J Clin Psychiatry 1999; 60(22): 3-6. 10.Ballús, C. y cols. Efficacy and tolerability of venlafaxine and paroxetine in outpatients with mild to moderate depression or dysthymia.Int Clin Psychopharmacol 2000; 15 (1): 43-48. 11.Rudolph RL, Feigner AD. A double-blind, randomized, placebo-controlled trial of once-daily venlafaxine extended release (XR) and fluoxetine for the treatment of depression.J Aff Disorders 1999; 56:171-181. 12.Mehtonen OP et al. Double-blind, randomized comparison of venlafaxine and sertraline in outpatients with major depressive disorder. J Clin Psychiatry 2000; 61(2): 95-100. 13. John P.Feighner, A.Richard Entusah, M.K. Mc Pherson. Efficacy of one daily venalfex extended release (XR) for symptoms of anxiety in depressed outpatients. Journal of Affective Disorders 47 (1998) 55-62. 14. Sullivan Em, Griffiths RI, Frank RG, et al.One-year cost of sec.-line therapies for depression. J Clin Psychiatry 2000;61:290-298. 15. Lecable P et al. An open-label study of the clinical acceptability of venlafaxine. Primary Care Psychiatry 1995;116.Ficha Técnica Dobupal Retard.

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DOBUPAL RETARD, EL ANTIDEPRESIVO QUE LE DA TRANQUILIDADIDEAL EN PACIENTES

POLIMEDICADOS, DEBILITADOSY ANCIANOS 1,2

ÓPTIMA TOLERABILIDAD3

Perfil de efectos adversos similar a los ISRS.4

Dobupal Retard no tiene efectos anticolinérgicos, ni antihistamínicos,ni bloquea los receptores α-adrenérgicos.5

Mejor tolerabilidad gástrica que la Paroxetinay similar a la Fluoxetina.4,1

Mínimo riesgo de interacción farmacológicapor desplazamiento proteico.3,5

Los fármacos con una alta fijación a las proteínas plasmáticas desplazan a losfármacos unidos a ellas, pudiendo incrementar sus efectos farmacológicos.3,7

MENOR RIESGO DE INTERACCIONESMEDICAMENTOSAS QUE LOS ISRS2

Mínima inhibición del Citocromo P-450.3,5,6

El Citocromo P-450 está implicado en el metabolismo de la gran mayoría de fármacos.3Al inhibirlo, puede incrementarse la actividad farmacológica de los medicamentos.7

DOBUPALR E TA R D

V E N L A F A X I N A

LA REMISIÓN ES LA SALIDA

Inferior a Fluoxetinay Paroxetina3

71%

FIJACIÓN PROTEICA

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DOBUPAL RETARD, EL ANTIDEPRESIVO PARA VOLVERA VIVIR PLENAMENTE

EN DEPRESIÓN, LA RESPUESTA TERAPÉUTICANO BASTA, EL OBJETIVO ES LA REMISIÓN4,8,9

Respuesta Terapéutica: disminución ≥ 50%en la puntuación de la HAM-D.

Síntomas residuales8

Mayor probabilidad de recaídas / cronificación8,9

Remisión: HAM-D ≤ 7.

El paciente está libre de síntomas8

Recupera su calidad de vida4

Menor probabilidad de recaídas / cronificación8,9

PORCENTAJE DE REMISIÓN DE LA DEPRESIÓNSIGNIFICATIVAMENTE MAYOR QUE LOS ISRS4,10,11,12

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Mehtonen et al, 2000. Estudiodoble ciego, en pacientesambulatorios con depresión(puntuación mínimaHAM-D21= 18) en el que se valoróla tasa de pacientes en remisióncompleta de la depresión conVenlafaxina (75 mg- 150 mg;n=75) y Sertralina (50 mg – 100mg; n= 72). Remisión total: HAM-D<10, p<0,05.12Datos a la semana 8 de tratamiento

Rudolph et al, 1999.Estudio doble ciego, placebocontrolado, en pacientesambulatorios con depresión(puntuación mínima HAM-D= 20) en el que se valoró la tasade pacientes en remisióncompleta de la depresión conVenlafaxina retard (75 mg–225mg; n=95) y Fluoxetina (20 mg -60 mg; n= 103). Remisión:HAM-D<7, p<0,05.11Datos a la semana 8 de tratamiento

Ballús et al, 2000. Estudio dobleciego randomizado en pacientesambulatorios con depresión leve-moderada (puntuación mínimaHAM-D21=17) en el que se valoróla tasa de pacientes en remisióncompleta (HAM-D21≤8) de ladepresión con Venlafaxina (75-150 mg; N=41) y Paroxetina (20-40 mg; N=43), p<0,01.10Datos a la semana 12 de tratamiento

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INDICADO EN ANSIEDADGENERALIZADA16

DO

BU 2

038

DOBUPAL RETARD, EL TRATAMIENTO DE PRIMERALÍNEA DE LA DEPRESIÓN

1 toma

al

día

COMODIDADPOSOLÓGICA

Ideal en pacientes polimedicados, debilitados y ancianos.1,2

Menor riesgo de interacciones medicamentosas que los ISRS.2,3,5,6,7

Óptima tolerabilidad.1,3,4,5,

Más pacientes vuelven a estar bien (Remisión) que con los ISRS.4,10,11,12

Eficaz en depresión con ansiedad.13,14

Doble mecanismo de acción: inhibición de la recaptación de Serotonina y Noradrenalina (IRSN).8,15