inteligencia emocional y social -...

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Especialista universitario Inteligencia emocional y Comunicación no verbal en el aula 1 COMPRENDER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL 1. INTRODUCCIÓN Vivimos en un mundo en el que todo sucede muy deprisa: muchos conocimientos quedan rápidamente desfasados y la comunicación humana ha encontrado nuevas vías de expresión plagadas de matices que aprendemos a golpe de error. Cada vez es más necesario que la Comunidad Educativa se implique en enfoques integrales que contemplen las competencias emocionales y sociales. 2. UN POCO DE HISTORIA En los años 20 Thorndike inició una tendencia que fue seguida y perpetuada por otros grandes psicólogos como Weschler (1940), Gardner y Sternberg (durante la década de los 80) en la que se reconocía la importancia de lo que llamaron “componentes no cognitivos” que incluía factores afectivos, emocionales, personales y sociales que se consideraban esenciales para la adaptación al mundo que nos rodea y para el éxito en la vida. En la década de los 80, “década del cerebro” se intensificaron los estudios dirigidos a investigar más profundamente el órgano que tan poco utilizamos en relación a su enorme potencial. Estas investigaciones llegaron por fin a determinar que las emociones juegan un rol muy importante y definitorio en la capacidad del ser humano para vivir mejor. Esta trascendente conclusión determinó que ya no nos íbamos a ajustar a un solo coeficiente de inteligencia, sino también, y en gran medida, a un coeficiente emocional. La expresión “Inteligencia Emocional” fue acuñada en 1990 por el psicólogo Peter Salovey y por John Mayer para describir cualidades como la comprensión de los propios sentimientos, la comprensión de los sentimientos de otras personas y “el control de la emoción de forma que intensifique la vida”.

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Especialista universitario Inteligencia emocional y Comunicación no verbal en el aula

1

COMPRENDER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL

1. INTRODUCCIÓN

Vivimos en un mundo en el que todo sucede muy deprisa: muchos

conocimientos quedan rápidamente desfasados y la comunicación humana ha

encontrado nuevas vías de expresión plagadas de matices que aprendemos a

golpe de error. Cada vez es más necesario que la Comunidad Educativa se

implique en enfoques integrales que contemplen las competencias emocionales y

sociales.

2. UN POCO DE HISTORIA

En los años 20 Thorndike inició una tendencia que fue seguida y perpetuada por

otros grandes psicólogos como Weschler (1940), Gardner y Sternberg (durante

la década de los 80) en la que se reconocía la importancia de lo que llamaron

“componentes no cognitivos” que incluía factores afectivos, emocionales,

personales y sociales que se consideraban esenciales para la adaptación al

mundo que nos rodea y para el éxito en la vida.

En la década de los 80, “década del cerebro” se intensificaron los estudios

dirigidos a investigar más profundamente el órgano que tan poco utilizamos en

relación a su enorme potencial. Estas investigaciones llegaron por fin a

determinar que las emociones juegan un rol muy importante y definitorio en la

capacidad del ser humano para vivir mejor. Esta trascendente conclusión

determinó que ya no nos íbamos a ajustar a un solo coeficiente de inteligencia,

sino también, y en gran medida, a un coeficiente emocional.

La expresión “Inteligencia Emocional” fue acuñada en 1990 por el psicólogo

Peter Salovey y por John Mayer para describir cualidades como la

comprensión de los propios sentimientos, la comprensión de los sentimientos de

otras personas y “el control de la emoción de forma que intensifique la vida”.

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Una parte de la inteligencia social que incluye la capacidad de controlar nuestras emociones y las de los demás, discriminar entre ellas y usar dicha información para guiar nuestro pensamiento y nuestros comportamientos (Salovey y Mayer, 1990)

El modelo original de Mayer y Salovey distinguía un conjunto de habilidades

emocionales adaptativas relacionadas entre sí:

- Evaluación y expresión de las emociones

- Regulación de las emociones

- Uso adaptativo de las emociones.

En 1995 Daniel Goleman publica el libro “Inteligencia emocional” en el que

logra divulgar y popularizar un concepto que hasta entonces había sido

reservado a la comunidad científica. Su trabajo consiguió que padres, científicos

y profesionales de la enseñanza tomaran conciencia de la importancia de las

habilidades emocionales para el desarrollo integral de niños y niñas.

En 1997 Salovey y Mayer redefinen su modelo en función de 4 factores, cada

uno de los cuales contiene 4 habilidades:

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Modelo de Mayer y Salovey, 1997

percepción,evaluaciónyexpresióndeemociones

• identificaremocionesennuestrosestadosfísicosypsicológicos• identificaremocionesenotraspersonas• expresaremocionesconseguridadyexpresarlasnecesidadesrelacionadasconlossentimientos.• discriminarlaexpresióndeemocinoeshonestasydeshonestas,exactasoinexactas.

facilitaciónemocionaldelpensamiento

• redirigirypriorizarnuestropensamientobasadoenlossentimientosasociadosaobjetos,eventosuotraspersonas.• generaryreviviremocionesconelfindefacilitarjuiciosorecuerdos.• capitalizaroscilacionesemocionalesparatomarmúltiplespuntosdevista.integraresasperspectivasinducidaspornuestrossentimientos• usarlosestadosemocionalesparafacilitarlasolucióndeproblemasylacreatividad.

regulacióndeemociones.

• comprenedercómoserelacionanlasdiferentesemociones.• percibircausasyconsecuenciasdelossentimientos.• interpretarsentimientoscomplejoscomoemocinoescontradictoriasycombinacionesdesentimientosmúltiples.• comprenderypredecirtransicionesyevolucionesentreemociones.

comprensiónyanálisisdelainformación

emocional.

• estarabiertoalossentimientosplacenterosydesagradables.• escucharyreflexionarsobrenuestrasemociones• captar,prolongarodistanciarsedeunestadoemocionaldeterminado,dependiendodesusignificadoesútileinformativo• manejarlasemocionespropiasylasdelosdemás

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En el año 2000 se realizaron estudios sobre plasticidad cerebral y procesos

emocionales y mentales. Desde el año 2000, avances científicos en el campo de

la Neurociencia han permitido una comprensión sin precedentes del

funcionamiento de los mecanismos emocionales y su vital importancia para el

desarrollo integral de la persona. 2007 y 2008 fueron años clave para el ámbito

del aprendizaje social y emocional porque se han realizado importantes meta-

análisis, por ejemplo el realizado sobre 200 estudios sobre aprendizaje social y

emocional de Durlak, Weissberg, Dymnicki, Taylor y Schellinger, que contó

con la participación de 270.000 alumnos de todas las etapas del sistema

educativo y demuestra que el aprendizaje social y emocional mejora los

resultados de los alumnos y alumnas en comparación con otros que no

recibieron esa formación en emociones.

Se comprobó que los niños y niñas que participaron en programas de

aprendizaje social y emocional presentan mejoras significativas en asistencia,

comportamiento en clase, vínculos con los compañeros y rendimiento

académico.

Hoy en día sabemos que la enseñanza de habilidades emocionales promueve el

desarrollo global, previene problemas sociales y psicológicos y fomenta logros

académicos. Además, fortalecer las competencias sociales y emocionales

redunda en una mejor salud general.

Sin competencia emocional difícilmente podremos crecer como adultos

maduros, responsables y felices.

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3. QUÉ SON LAS EMOCIONES

¿Qué es “emoción”? … antes de seguir leyendo intenta definirla. Tu definición

será una más de entre las más de cien definiciones que se han recopilado.

En castellano, la palabra “emoción” viene del latín “motere” que significa

“moverse”. Y es que la emoción es lo que hace que nos acerquemos o nos

alejemos de personas y situaciones. Así que la emoción es una tendencia a actuar

y puede activarse desde fuera (estímulos que recibimos) o desde dentro

(pensamientos que generamos).

Todas las emociones son, esencialmente, impulsos hacia la acción. Cada una de

ellas nos incita a inclinarnos hacia una determinada conducta. En los animales y

niños pequeños emoción-acción van de la mano. El animal que se asusta ataca o

huye; el niño que se divierte, se ríe; el perro contento mueve el rabo y el niño

enfadado tiene una rabieta. Cuando crecemos nuestro pensamiento hace a

menudo de mediador entre emoción y acción. Por eso, ser consciente de las

propias emociones (interpretar los signos físicos que sentimos) es el primer paso

para aprender a gestionarlas.

La emoción es un estado de ánimo caracterizado por una conmoción orgánica consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos. Cada emoción posee unos desencadenantes y un procesamiento característico que la diferencia de las demás.

4. COMPONENTES DE LAS EMOCIONES

En las emociones, distintos componentes se relacionan entre sí. Cuando nos

emocionamos suceden a la vez varias cosas:

- Desencadenantes

Sucede algo que valoramos como “interesante” porque satisface o amenaza

nuestros intereses. Oímos un ruido fuerte y nos sorprendemos; nos gruñe un

perro grande y nos asustamos; nos llama un viejo amigo y nos alegramos…

Pasa algo y sucede una emoción.

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- Conductas

Al sentir una emoción se produce un cambio en el comportamiento para

afrontar las nuevas demandas de la situación. Nos cuentan un chiste, nos

divertimos y en consecuencia nos reímos. Nos insultan, nos sentimos heridos

y en consecuencia contra-atacamos (o nos echamos a llorar). A veces la

conducta consecuencia de la emoción se limita a una modificación en

nuestra expresión facial: abrir la boca, levantar la boca, fruncir el ceño…

(que lo hagamos de forma automática o inconsciente no lo hace menos

conducta)

- Signos corporales o efectos fisiológicos

Cada emoción induce cambios en nuestro cuerpo como enlentecimiento de la

respiración, aceleración del pulso, sudoración, temblor, tensión muscular…

cuanto mejor interpretemos esos signos corporales antes podremos definir

una emoción y comenzar a gestionarla.

- Pensamientos

Los pensamientos que provoca una emoción son valoraciones personales.

Los pensamientos también son capaces de provocar emociones. Lo que

pensamos de cada situación que vivimos influye notablemente en cómo

decidimos resolverla. Por ejemplo, todos los educadores hemos sentido

alguna vez que un niño hace algo “para molestarnos” y en ese caso

mostramos menos comprensión y paciencia que cuando interpretamos, por

ejemplo, que tal vez el niño hace algo porque necesita atención o porque no

ha aprendido a actuar de otra manera (todavía). Podemos reconducir nuestros

pensamientos de tal modo que podamos reducir la tensión que

experimentamos. Pero esto sólo es posible antes de que se produzca un

disparo emocional. Cuanto antes re-interpretemos la realidad, más fácil va a

resultarnos controlar una emoción.

Nuestro sistema de creencias determina toda una red de pensamientos

verbales que pueden ser muy destructivos “soy un desastre” o dinamizadores

“la próxima vez lo haré mejor”.

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5. FUNCIONES Y UTILIDAD DE LAS EMOCIONES

Las emociones cumplen una función adaptativa, preparándonos para la

acción. Es decir, las emociones son necesarias porque nos preparan para ejecutar

la conducta más adecuada a la situación. Una emoción es mucho más rápida que

un pormenorizado análisis de pros-contras antes de actuar.

Imagina que cruzas la calle sin cuidado y suena un claxon. Entonces lo normal

es que te sorprendas, veas el coche que viene hacia a ti y te retires antes de ser

atropellado. Ahora imagina qué pasaría si las emociones de sorpresa y miedo no

estuvieran ahí y que sólo el pensamiento rigiera tus movimientos. Vamos a

verbalizarlo, sólo por divertirnos un poco.

“Acabo de escuchar un fuerte e insistente sonido de claxon. Es posible que ese

sonido vaya dirigido hacia mi persona o hacia cualquier otra. Por si acaso voy a

levantar las cejas y abrir mucho los ojos para evaluar la situación… ah, pues sí,

un coche viene directo hacia mí. Ahora puedo quedarme quieto o salir corriendo.

Si me quedo quieto tal vez el coche pare a tiempo. Pero creo que será mucho

mejor que me apresure a retirarme de la trayectoria del coche no vaya a ser que

me acabe golpeando y se me acabe aquí la vida”. ¿Que crees que habría pasado

en todo ese tiempo?

componentesdelas

emociones.

desencadenantes

conductas signoscorporales

pensamientos

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Las emociones cumplen una función social. Forman parte de la comunicación.

Lo queramos o no, nuestra postura, nuestro gesto, nuestra mirada, están

transmitiendo mensajes a los demás. A veces es desagradable porque no

queremos que nuestras emociones sean evidentes (no queremos que nos vean

llorar, no deseamos mostrar desagrado…). Pero la expresión social de las

emociones está ahí porque es esencial para la supervivencia y para la

convivencia. No necesitamos ceñirnos a la comunicación humana. Cuando un

perro transmite alegría no sentimos miedo. Cuando un perro transmite enfado

intentamos no acercarnos demasiado (y si puede ser, alejarnos). En este caso la

expresión de la emoción del perro puede salvarnos la vida.

Llevado al ámbito de las relaciones humanas, todos cuando éramos niños

aprendimos cuándo era oportuno pedir un capricho a nuestra madre y cuándo no.

Desde contar un chiste a un amigo hasta pedir un aumento de sueldo pasan por

un breve y rápido análisis del rostro del otro que nos permite saber si es

oportuno o no pasar de la intención a la acción.

Las emociones cumplen una función motivacional. Nuestra conducta está

motivada por nuestras emociones: nos acercamos a aquello que nos produce

placer, alegría o tranquilidad; nos alejamos de lo que nos produce tristeza,

enfado o angustia.

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El enfado, la ira o el enojo aumentan el flujo sanguíneo a las manos por si

tenemos que empuñar un arma o golpear a alguien. Aumenta nuestro ritmo

cardíaco y nuestra tasa de adrenalina por si tenemos que emprender una acción

vigorosa para sobrevivir.

El miedo retira nuestra sangre del rostro y fluye hacia las piernas por si tenemos

que salir corriendo.También nos paraliza brevemente para analizar lo antes

posible la situación y tomar la opción de huir, escondernos o atacar.

La felicidad activa los centros cerebrales que disminuyen los sentimientos

negativos y aquieta la preocupación. Aumenta nuestro caudal de energía, nos

proporciona calma y recuperación del cuerpo de emociones perturbadoras

previas. También aumenta nuestra motivación de logro.

El amor y la ternura colaboran a crear un estado de calma y satisfacción que

facilita la convivencia.

El gesto de sorpresa abre los ojos y eleva las cejas para aumentar nuestro

alcance y nuestro campo visual. Así sabremos si hay que salir corriendo o no.

El desagrado nos indica que estamos ante algo repulsivo. Fruncimos la nariz

para cerrar las fosas nasales y evitar respirar algo tóxico.

func

iónde

laemoc

ión

adaptativa

social

motivacional

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6. QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Es la forma de interactuar con el mundo, que tiene en cuenta las emociones, los

sentimientos y habilidades como la autoconciencia, la motivación, el control de

impulsos, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía…

Es una destreza que nos permite conocer y manejar nuestros propios

sentimientos, interpretar y enfrentar los sentimientos de los demás, sentirse

satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que

favorezcan nuestra productividad.

7. COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

a. Las emociones

Para un adecuado desarrollo de la Inteligencia Emocional es necesario

que sepamos identificar y etiquetar nuestras propias emociones, es decir,

desarrollar un vocabulario emocional, evaluar su intensidad y manejar

las reacciones emocionales. ¿Parece fácil?

“eso es muy fácil decirlo” (siempre hay un alumno que lo dice en clase).

Será más sencillo si conocemos alternativas para expresar las emociones.

La inteligencia emocional es una asignatura práctica en la vida que a

menudo se aprende a partir del ensayo-error.

b. Los pensamientos y conductas

Pensamientos, emociones y comportamiento están relacionados.

Haz la prueba:

- Emula una emoción, por ejemplo, pon cara triste, enfadada,

sonriente… y deja que fluyan los pensamientos ¿Cómo son? ¿Qué te

apetece hacer en este momento: reír, saltar, llorar, golpear…?

- Ahora vamos a hacerlo de otro modo. Piensa en algo que te provoque

una emoción (un recuerdo alegre, triste...; una noticia de actualidad

que te indigne, algo en tu vida por lo que sientas orgullo…) y luego

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mira tu cara en el espejo ¿Notas alguna diferencia? ¿Ha cambiado tu

postura o la expresión de tu rostro?

- Piensa en cómo te sientes y qué sueles pensar cuando realizas una

actividad enérgica, intelectual, aburrida, divertida…

Lo mejor de todo esto es que, puesto que emoción-pensamiento y

acción están tan íntimamente relacionados podemos utilizar las

emociones para cambiar los pensamientos (el simple hecho de

sonreír, aún siendo forzado, favorece las emociones positivas);

podemos realizar actividades que nos provoquen determinadas

emociones e incluso podemos cambiar el curso de nuestro

pensamiento para sentirnos mejor. Pero de esto ya iremos hablando

más adelante.

c. Autoaceptación

Aceptarse no significa decidir no cambiar. Vamos a poner un ejemplo

que podamos entender: normalmente los padres quieren a sus hijos,

incondicionalmente. Puede que se porten mal, puede que crezcan en

función de expectativas diferentes a las suyas… pero les quieren. Les

quieren, pero les corrigen. Les aceptan como son, pero tratan de

ayudarles a ser cada día mejores (mejores estudiantes, mejores

deportistas, mejores personas…).

Del mismo modo el amor hacia nosotros mismos debe ser incondicional.

Partimos de una plena auto-aceptación desde la que marcamos la famosa

“línea base” y desde ella tratamos de ser mejores cada día.

Una aceptación plena de nosotros mismos y de los demás (aceptar que

cada uno es como es y no como a mí me gustaría que fuera) podemos

aprender a conocernos mejor, reconociendo nuestros puntos fuertes y

débiles (sin reprocharnos por ellos).

Una autoaceptación plena colabora en un mejor autoconocimiento pero

también en un mejor conocimiento y aceptación de las personas que nos

rodean.

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d. Relaciones interpersonales.

Nuestras relaciones interpersonales están basadas en el autocontrol y en

la empatía. Desde niños aprendemos (bien o mal) a relacionarnos con los

demás, ponernos en su piel, iniciar y mantener amistades, comunicarnos

con iguales y adultos…

8. DIMENSIONES Y COMPETENCIAS DE LA INTELIGENCIA

EMOCIONAL

Distintos modelos de Inteligencia emocional y social aceptados por la

comunidad científica determinan que las personas competentes tienen

habilidades en cinco áreas o dimensiones fundamentales:

- Se conocen bien a sí mismas.

- Gestionan sus emociones de forma adecuada

- Son conscientes de su entorno social

- Se relacionan de forma exitosa con los demás

- Toman decisiones de forma responsable.

Daniel Goleman redefine estas dimensiones en cinco, cada una de las cuales contiene

diversas competencias, llegando a registrar 25 competencias emocionales.

emociones pensamientosyconductas

autoaceptación relacionesinterpersonales

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DIMENSIONES COMPETENCIAS

1ª.CONCIENCIA DE UNO MISMO

1 CONCIENCIA EMOCIONAL: reconocimiento de las propias emocionales y sus efectos. 2 ADECUADA VALORACIÓN DE UNO MISMO: conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades. 3 CONFIANZA EN UNO MISMO: autovaloración positiva de nuestras destrezas y facultades.

2ªAUTO-REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES

4 AUTOCONTROL: capacidad para encauzar las propias emocionales. 5 RESPONSABILIDAD: ser consecuentes con nuestros actos y actitudes. 6 INTEGRIDAD: ser coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos. 7 ADAPTABILIDAD: mostrar flexibilidad ante el cambio. 8 INNOVACIÓN : ser capaces de aceptar y generar ideas distintas y originales.

3ª. MOTIVACIÓN

9 ORIENTACIÓN AL LOGRO: mejorar día a día para la consecución de objetivos. 10 COMPROMISO: cumplir con objetivos comunes 11 INICIATIVA: aprovechar las oportunidades para emprender nuevas acciones 12 OPTIMISMO: mantenerse en la consecución de los fines a pesar de los obstáculos

4ª. EMPATÍA

13 COMPRENDER A LOS DEMÁS: mostrar interés y comprensión hacia los intereses, sentimientos y valores de otras personas 14 DESARROLLO DE LOS DEMÁS: tener la capacidad de ayudar a los demás a obtener lo mejor de sí mismos. 15 ORIENTACIÓN AL SERVICIO: capacidad para ayudar a los demás. 16 APROVECHAMIENTO DE LA DIVERSIDAD: sacar provecho de grupos heterogéneos. 17 CONCIENCIA POLÍTICA: comprender los intereses de los demás.

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5ªHABILIDADES SOCIALES

18 INFLUENCIA: mostrar capacidad para influir en la toma de decisiones de los demás 19 COMUNICACIÓN: emitir y recibir información de forma correcta y apropiada 20 GESTIÓN DE CONFLICTOS: mostrar capacidad para resolver desacuerdos y llegar a acuerdos. 21 LIDERAZGO: inspirar y orientar hacia posturas concretas a personas o grupos. 22 CATALIZADORES DE CAMBIO: capacidad para superar dificultades promoviendo alternativas con las que el grupo se comprometa 23 ESTABLECER VÍNCULOS: capacidad para crear y mantener relaciones personales o profesionales. 24 COLABORACIÓN Y COOPERACIÓN: trabajar activamente con los demás en pro de un objetivo común 25 CAPACIDADES DE EQUIPO: enfocar los esfuerzos de un grupo hacia la consecueción de objetivos comunes.

a. Conciencia de uno mismo

Profundo entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades,

necesidades e impulsos. Nos permite generar expectativas realistas sobre

lo que somos capaces de conseguir y marcarnos metas alcanzables en un

entorno seguro tanto en el plano personal como profesional. Es la base de

la Inteligencia Emocional.

b. Autorregulación

Habilidad para controlar y redirigir impulsos y estados de ánimo. El

grado de autocontrol que podemos alcanzar nos permite ajustar nuestro

comportamiento a las circunstancias de la forma más adaptativa posible.

Quien posee altas dosis de autorregulación puede soportar mejor la

presión de sus emociones y redirigir sus impulsos de forma sana y

productiva.

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c. Motivación

Es el conjunto de tendencias que guían y facilitan la consecución de

objetivos personales. Esta dimensión (sus habilidades asociadas) nos

permite persistir en el intento y no rendirnos al primer inconveniente.

d. Empatía

Capacidad para reconocer las emociones de los demás y actuar en

consecuencia. Es fundamental para establecer y mantener vínculos.

e. Habilidades sociales.

Son la base para manejar nuestras relaciones con los demás.

9. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y COCIENTE INTELECTUAL

El coeficiente intelectual (IQ) y la inteligencia emocional (IE) son conceptos

diferentes y sin embargo no son opuestas sino complementarios. Una persona

con un IQ elevado es analítica y lógica, acumula datos, sopesa la información

antes de tomar decisiones, examina, observa y utiliza en gran medida el

hemisferio izquierdo de su cerebro.

Una persona con una IE elevada se relaciona con facilidad, le gustan las ideas

nuevas, no le asustan los errores, es espontánea, cree en sus intuiciones, es cálida

y utiliza en gran medida el hemisferio derecho de nuestro cerebro.

La IE es parte de nuestra inteligencia global; una parte que ha sido durante

décadas, durante siglos y milenios, negada, desdeñada o minimizada al lado de

la inteligencia intelectual, que siempre ha sido más fácil de definir y de medir.

No hay más estudios sobre IQ porque sea más importante, sólo porque resultaba

más fácil de estudiar científicamente.

Aunque la Psicología conoce desde siempre la influencia decisiva de las

emociones en el desarrollo y eficacia del intelecto, el concepto concreto de

Inteligencia Emocional, en contraposición al de Cociente Intelectual, fue

planteado hace unos años por Peter Salovey.

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10. INTELIGENCIA EMOCIONAL Y SOCIAL EN EL AULA

Las emociones son una constante en nuestra vida. Cada experiencia objetiva

genera experiencias subjetivas o emociones. Por lo tanto, podemos aprovechar

prácticamente cualquier situación para enseñar progresivamente a los niños y

niñas a poner nombre a sus emociones y a interpretar las emociones de los

demás. Podemos enseñarles a asociar las emociones a pensamientos que les

permitan controlarlas mejor y manifestarlas de un modo cada vez más

adaptativo. Cada momento cotidiano en el aula puede aprovecharse para

aprender sobre las emociones y para desarrollar la inteligencia emocional.

Controlar las emociones resulta algo complejo ya que a menudo los educadores

confundimos “controlar” con “reprimir”. Controlar las emociones implica

reconocerlas y aceptarlas para luego expresarlas de acuerdo al momento, a la

situación y a la conveniencia de nuestras respuestas. Reprimir las emociones

supone negarlas, ignorarlas o suprimirlas; un mal paso hacia el equilibrio

emocional.

Podemos iniciar a los niños en el reconocimiento y diferenciación de las

emociones:

- Proporcionando un vocabulario relativo a las emociones. Un

vocabulario emocional que les permita llamar a las emociones por su

nombre.

- Pintar caras que expresen diversas emociones o trabajar con iconos

que puedan escoger en función de la emoción del momento (muy útil

en niños con problemas del habla)

- Plantear alternativas que les permitan definir lo que sienten “¿Estás

enfadado o estás triste?”

- Realizar juegos de imitación

- Jugar a expresar distintas situaciones frente al espejo.

- Interpretar imágenes en las que se reflejen emociones diversas. Tratar

de saber qué le pasa a la persona de la foto.

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- Aprovechar cualquier situación en el aula (relación, juego, incluso

conflicto) para analizarla, poner nombre a las emociones, buscar

soluciones…

El tiempo que compartimos con los niños es vital para

proporcionarles un marco de apoyo en el que se desarrolle de forma

adecuada a nivel emocional. La educación de las emociones tiene un

gran peso en la prevención de posibles problemas emocionales y en

el desarrollo de la personalidad del niño. Esta forma de educación

debe ser un proceso continuo y permanente. Las competencias

emocionales no se adquieren con intervenciones puntuales sino a

través de la experiencia y práctica diaria, contemplando cada

momento como una oportunidad para aprender y mejorar.

La infancia y adolescencia sientan las bases para el desarrollo emocional y social. Y a

esas edades la escuela se convierte en la plataforma que puede lanzar (o hundir) la

inclusión y formación de niños y jóvenes.

Desde un contexto preventivo la escuela adquiere un papel cada vez más relevante

como promotora de la salud mental y el bienestar social y emocional. Del mismo modo

que enseñamos a los niños a cuidar su salud física (higiene, alimentación, ejercicio y

otros hábitos saludables), es lógico que les enseñemos también a cuidar su salud mental

y social.

Todos los que formamos parte de la comunidad educativa tenemos la posibilidad de

ofrecer conductas que fomenten el desarrollo de la Inteligencia Emocional de niños y

niñas:

- Permitir que los alumnos expresen emociones.

- Facilitar a los niños modelos adecuados de expresión de emociones.

- Mostrar tolerancia y aceptación de las emociones negativas.

- Hablar de las emociones con naturalidad.

- Comprender a los niños y hacerles saber que les comprendemos.

- Mostrar a los niños y niñas aceptación incondicional.

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11. DIMENSIONES EMOCIONALES E INSTRUMENTOS DE

EVALUACIÓN

En la investigación educativa se emplean tres procedimientos de evaluación de

la Inteligencia Emocional:

- Instrumentos clásicos de medida basados en cuestionarios y

autoinformes cumplimentados por el propio alumno. A través de

ellos se obtiene el “índice de inteligencia emocional percibida o

autoinformada”.

o TMMS

o ESCALA DE IE DE Schutte

o INVENTARIO DE EQ DE BAR-ON

o CIE de Mestre

- Medidas para observadores externos basadas en cuestionarios

rellenados por el profesor o compañeros del alumno

o EQ de Bar-On

o Técnicas sociométricas.

- Medidas de habilidad o ejecución de la IE. Evalúan cómo el sujeto se

desenvuelve ante determinados problemas emocionales. Son

inventarios, test o pruebas concretas para habilidades específicas

como reconocimiento de emociones en fotografías.

o MEIS de Mayer, CAruso y SAlovey basado en el modelo de

Salovey y Mayer 1990

o MSCEIT, versión mejorada del instrumento anterior.

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12. DESARROLLO Y EVALUACIÓN DE PROGRAMAS DE

INTELIGENCIA EMOCIONAL.

Aunque la escuela es un lugar idóneo para promover la IE el aprendizaje de las

habilidades emocionales comienza en el seno familiar y cuando los niños llegan

al sistema educativo podemos encontrar en el mismo aula distintos niveles

emocionales. Por este motivo no se trata sólo de enseñar sino también de

transformar habilidades que se han adquirido erróneamente o de resolver

deficiencias.

En general, los programas de educación emocional tratan de cumplir los

siguientes objetivos:

- Desarrollar la capacidad para controlar el estrés, la ansiedad y los

estados depresivos y prevenir los efectos perjudiciales de las

emociones negativas.

- Desarrollar la habilidad de generar emociones positivas y de

controlarlas de modo que se incremente la conciencia de los factores

que inducen al bienestar subjetivo.

- Desarrollar la capacidad para demorar recompensas inmediatas a

favor de otras de mayor importancia.

- Desarrollar la tolerancia a la frustración.

- Desarrollar una actitud positiva ante la vida y potenciar la capacidad

para ser feliz.

(Vallés &Vallés, 2000)

La creciente implementación de programas de Inteligencia Emocional en la escuela

permitirá revenir problemas diversos como el inicio en el consumo de sustancias

adictivas, comportamientos agresivos u hostiles en clase y absentismo escolar.

En Estados Unidos se están desarrollando programas psicopedagógicos bajo la

denominación “Social and Emotional Learning” (SEL; Aprendizaje Emocional y

Social) que están mostrando resultados prometedores.

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Son muchos los programas de entrenamiento que se están implementando actualmente

en fase experimental. La mayoría de los programas arrojan resultados muy positivos que

prueban la eficacia de la educación emocional en la prevención de la violencia escolar y

la adaptación psicosocial de los estudiantes.

Algunos programas de alfabetización emocional publicados en España son los

siguientes:

ProgramasdeEducaciónemocional.

- ProgramaS.I.C.L.E.(Vallés,1999)

- ProgramadeEducaciónEmocional(Traveset,1999)

- ProgramaConóceteatimismo(GüellyMuñoz,2000)

- Programa para el desarrollo y Mejora de la inteligencia Emocional (Espejo,

García-SalmonesyVicente,2000)

- Programa de Educación emocional para Educación Secundaria Obligatoria

(Pascual&Cuadrado,2001).

- ProgramadeEducaciónEmocionalparaEducaciónInfantildeLópez(2003).

- ProgramaSentiryPensardeInteligenciaemocional(IbarrolayDelfo,2003ayb).

La mayoría de estos programas contienen actividades dirigidas a adquirir conciencia

sobre las emociones propias, su gestión emocional, incremento de autoestima y

desarrollo de habilidades de resolución de problemas.

Especialista universitario Inteligencia emocional y Comunicación no verbal en el aula

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BIBLIOGRAFÍA

• ACOSTA MESAS, A. (2008) Educación emocional y convivencia en el

aula. En INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN Y RECURSOS EN

RED PARA EL PROFESORADO. Educación emocional y convivencia en

el aula. Ed. Secretaría General Técnica/EGRAF, S.A.. Ministerio de

educación, política social y deporte. 2008

• CHOLIZ, M. (1995) Expresión de las emociones. En Fernández-Abascal:

Manual de Motivación y emoción. ; Madrid. Centro de estudios Ramón

Areces.

• EXTREMERA, N. & FERNÁNDEZ-BERROCAL, P. (2004). La

importancia de desarrollar la inteligencia emocional en el profesorado.

Revista Iberoamericana de Educación, 33, 1-10.

• EXTREMERA, N., FERNÁNDEZ-BERROCAL, P., MAESTRE, J. &

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