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FOTOGRAFÍA GASTRONÓMICA Amanda Paniagua 2ºB fotografía Teoría Fotográfica 2010/2011

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FOTOGRAFÍA GASTRONÓMICA

Amanda Paniagua 2ºB fotografía

Teoría Fotográfica 2010/2011

• Elementos a tener en cuenta a la hora de fotografiar un alimento • Equipo necesario • Trucos para fotografiar alimentos • Estilismo de alimentación • Novedades de fotografía gastronómica

• Feria de fotografía gastronómica en España, Photofood festival

• Algunos fotógrafos de alimentos • Curiosidades

ELEMENTOS A TENER EN CUENTA A LA HORA

DE FOTOGRAFIAR ALIMENTOS

El plato La ambientación El entorno La iluminación Balance de blancos Profundidad de campo La posición de la cámara El lugar • El objetivo principal y más importante a la hora de fotografiar un alimento es que parezca apetitoso, que incite a comerlo. El plato:

El plato tiene que estar preparado con mucho cuidado. Los alimentos colocados con precisión y estéticamente decorados. Deberá cuidarse la limpieza de forma meticulosa. Lo apetitoso para comer no es necesariamente lo más atractivo para fotografiar, así que es bueno prepararlo pensando en la imagen. La ambientación: Podemos diferenciar dos tipos de tomas fotográficas. Una toma simple: dónde se muestra el alimento o el plato en donde plato elaborado, sobre un fondo neutro. Aquí la ambientación la lograremos según la iluminación que se elija. Una toma compuesta por distintos elementos: además de la iluminación, la ambientación estará dada por lo que rodee al plato, es decir, el lugar donde se realice la fotografía, los fondos que se elijan, los objetos que acompañen la escena, etc… En este caso debemos tener en cuenta que la composición final debe ser armoniosa y equilibrada, los objetos deben complementar al elemento principal pero sin competir con él. El entorno:

Tan importante como la comida, es aquello que la rodea. No sólo tiene que ser estético sino relacionado de alguna forma con nuestro objetivo. Manteles, cubiertos, la vajilla en general y el propio plato donde se coloca la comida tiene que estar bien pensados. Es posible jugar con las texturas de la mesa o de otro tipo de superficies, los colores que contrasten con los alimentos, o que le den un entorno familiar o elegante según el propósito.

La iluminación:

Es quizás el factor más importante de este tipo de fotografía. Muchos fotógrafos opinan que la luz natural es la mejor para este tipo de fotografía utilizando reflectores para rellenar las sombras. Otros en cambio aconsejan utilizar luces pequeñas para hacer resaltar las texturas. Cualquiera que sea la decisión, el objetivo será al mismo tiempo mostrar la comida lo más parecida a la realidad y darle importancia a las texturas y reflejos de los alimentos que normalmente no observamos. Es común el uso de fuentes de luz tienen en posiciones bajas y laterales, con reflectores para rellenar espacios oscuros.

Balance de blancos:

Ya que la luz es tan importante, el balance de blancos también lo es. Una ausencia de un buen balance puede convertir una comida apetitosa en una imagen pálida o completamente falsa. A su vez puede jugarse con él para producir dominantes cálidas o frías según interese.

Profundidad de campo:

Depende el objetivo de la imagen se realizarán fotos con gran profundidad de campo para mostrar todo el plato, o enfocándose en un elemento visual significativo.

Una técnica habitual para añadir interés visual a la Fotografía de Alimentos es utilizar un diafragma muy abierto, para conseguir poca profundidad de campo (lo que produce el efecto de desenfoque del fondo, muy atractivo visualmente en esta clase de fotografía).

La posición de la cámara:

Es un factor a tener en cuenta a la hora de elegir el encuadre: tenemos distintas opciones, entre las que destacan la posición cenital (la cámara está situada arriba), la posición perpendicular al objeto, y la cámara posicionada a 45º del mismo. La correcta elección de cualquiera de estas variantes es muy importante para lograr una excelente fotografía que cumpla con el objetivo fundamental: que sea apetitosa.

. En general se buscará mostrar la tridimensionalidad del plato, con ángulos entre los 10 y 45 grados, pero es posible realizar otro tipo de experimentos.

El lugar:

Es muy importante el ámbito de trabajo, ya sea que las fotografías se realicen en un estudio, en exteriores o incluso en un restaurante. Lo principal no es el espacio (si bien cuanto más espacioso sea el lugar, más cómodo se puede trabajar), sino el ambiente donde se hacen las fotos.

Normalmente se trabaja en equipo, con un ecónomo quien organiza y prepara la ambientación de la escena, un chef que prepara los platos y en ocasiones se encuentra el cliente. Por lo tanto debe ser un ámbito en donde todos puedan realizar su trabajo en forma cómoda y tranquila.

EQUIPO NECESARIO PARA FOTOGRAFIAR ALIMENTOS

Equipo básico

Cámara digital y objetivos:

Una cámara digital que permita guardar archivos RAW será suficiente para realizar fotografías de alimentos.

Es recomendable disponer de objetivos que nos permitan modificar la profundidad de campo, un objetivo macro y un teleobjetivo. Por ejemplo: uno de 18-55 mm y un teleobjetivo 70-300mm.

Trípode:

En el caso de la fotografía culinaria, tan necesario su uso como el de la propia cámara. Las tomas interiores, aunque cerca de la luz natural, obligan a utilizarlo para asegurarnos que no queden “movidas”. La comida o el plato preparado no se va a mover, pero si la exposición es necesariamente un poco larga, nuestro pulso seguro que falla.

Debe elegirse un buen trípode que soporte peso, y que sea muy estable.

Focos:

Como aficionado, y para comenzar, es más importante tener 3 o 4 elementos básicos y poner toda la atención en la composición y el uso de la luz. Pero nos serán de gran ayuda para trabajar distintas iluminaciones y crear diversas ambientaciones.

Luz continua:

La luz continua nos permite ver directamente el resultado que producen la situación de las luces sobre lo que queramos fotografiar. Para empezar es la mejor opción. Lo normal es que sean lámparas de bajo consumo con un casquillo universal.

Flashes:

Tiene mucha más potencia, lo que nos permitirá congelar el movimiento en las ocasiones en que así nos convenga. Ya que lo normal es que nuestros “modelos” no se muevan, su empleo no nos brinda mucha ventaja y sí una complejidad a la hora de medir la luz. Si estáis duchos en este tema, puede ser una opción a considerar.

Difusores:

Los difusores son parte esencial de la iluminación. Son fundamentales para matizar la luz y lograr unas sombras suaves. Hay muchas soluciones en el mercado, pero básicamente tendremos que optar por rodear nuestros platos con un difusor —caja de luz— o rodear las luces —ventanas—.

Ventanas:

Generalmente que tienen su base traslúcida —por la cual sale la luz— y en su cúspide consta de un aro adaptador que se acopla a cualquier foco de luz continua o flash. Al poder moverlos solidariamente con las luces son muy cómodos y versátiles, y nos permiten iluminar prácticamente cualquier cosa.

Si pensáis usar ventanas con luz continua, necesitaréis al menos lámparas de bajo consumo de 35 W. Tened cuidado con esto. Si las compráis de menos potencia, las ventanas se la comerán toda.

Reflectores:

Nos ayudan a disminuir las sombras duras y a eliminar aquellas que no lo son tanto, además de reflejar más luz. Existen reflectores de diferentes tamaños, tipos y colores.

Caja de luz:

Una caja de luz es una especie de cubo, generalmente flexible, que permite que pase la luz, consiguiendo tamizar y hacer mucho más suave la luz que entra, ya sea natural o procedente de focos. Su uso, además de práctico, es muy recomendable. Con ella podemos crear una especie de mini-estudio, que nos dará muy buenos resultados.

Empezar a realizar fotografía gastronómica con un equipo básico está al alcance de cualquiera. Con una cámara digital, un trípode, luz natural y unas cartulinas blancas pueden obtenerse resultados tan válidos cómo el que aparece en la siguiente imagen.

Comenzar a practicar con pocos elementos es aconsejable. Dominar la cámara, las posibilidades de nuestro equipo y la resolución de pequeños problemas que puedan surgir, para poco a poco ir incluyendo más material a nuestro equipo e ir obteniendo resultados cada vez más profesionales. A continuación vemos en la imagen la disposición del equipo y los elementos utilizados para crear la fotografía.

TRUCOS PARA FOTOGRAFIAR ALIMENTOS

La Fotografía de alimentos es un componente necesario en campañas de marketing para cualquier empresa que trabaja con alimentos y bebidas. De hecho, restaurantes que utilizan fotografías en sus menús se venden más alimentos que los que usan sólo los títulos de los alimentos y las descripciones escritas. Esta es la razón principal empresas de marketing y publicidad de uso alimentario en sus campañas hoy en día. Estos son algunos trucos que se utilizan para mejorar el aspecto del alimento, potenciar las cualidades que nos interesa destacar, o facilitan el manejo de productos perecederos en estudio:

Todo listo antes del disparo final:

La fotografía gastronómica no es fácil. Se dispone, muchas veces, de poco tiempo. Casos complicados hay muchos, a saber: decoraciones de chocolate que se estropean con el calor, nata que se desmonta, verduras frescas que se quedan mustias, crujientes fritos que al cabo de un rato tienen aspecto grasiento, el helado que se derrite…

La solución es tenerlo todo listo antes de colocar el alimento y realizar la toma. Tendremos preparado el escenario, el atrezzo (es decir, todas aquellas pequeñas cosas que complementan la foto: cubiertos, platos, vasos, servilletas, trapos, flores, manteles, lo que sea), la luz preparada, el trípode y cámara en su lugar, y si es posible utilizaremos un sustituto lo más parecido posible (en cuanto a color y tamaño) a lo que vamos a fotografiar. Haremos unas cuantas tomas para medir luz, corregir encuadre, y ver si todo está en su sitio. Cuando estemos satisfechos será el momento de realizar la fotografía.

Atención a los detalles:

Antes de disparar debemos comprobar que todo lo que vayamos a utilizar esté libre de manchas o huellas de cualquier tipo, los platos, vasos o cubiertos secos y limpios.

En este sentido también es bastante conveniente que sirvamos la comida que vayamos a fotografiar en el último momento, y en el plato o fuente ya colocado en su sitio final para no volver a moverlo evitando así manchas de la comida o salsa en los platos.

Simular que algo está caliente o frío:

Un truco sencillo para hacer que un plato parezca caliente y recién hecho es untarlo con un poquito de aceite. Unos tomates asados por ejemplo, que se han sacado del horno hace un rato y comienzan a secarse, quedarán perfectos con una capita de aceite de oliva, y darán la sensación de “calor”.

Por el contrario, nada mejor que pulverizar agua sobre un alimento para que parezca más frío, más fresco. Si vamos a fotografiar una ensalada, por ejemplo, podemos probar a hacer la foto sin aliñarla y pulverizando un poquito de agua sobre ella. En cambio, si queremos que en nuestra fotografía, queden bien definidos dorados “chorretones” de aceite de oliva, es mejor evitar el agua…

El helado:

Se trata de un alimento que no soporta las altas temperaturas producidas por los focos y los flashes, por ello suelen sustituirse por productos que proporcionan una apariencia similar pero soportan mejor las temperaturas de la sesión.

Los helados de hielo, más comúnmente llamados “polos” se pueden hacer de cera, y los helados cremosos suelen realizarse con puré de patata y colorantes.

Alimentos brillantes:

Con las frutas y las hortalizas también se puede realzar su belleza natural de forma artificial. Untarlas con cerveza o vinagre potencia su brillo, rociarlas con agua pulverizada proporciona pequeñas gotas que nos aportan sensación de frescura.

Las sustancias como la glicerina se puede añadir a la lechuga o el tomate para que las verduras parezcan frescas, y húmedas.

Buscar el mejor producto y trucos durante la elaboración:

Cuando se trabaja con un filete en la fotografía de alimentos, por ejemplo, el chef es instruido por el estilista de alimentos para preparar varios a la vez para que sólo los mejores se usarán en la toma. Para hacer marcas perfecta asar en la carne, un cable se utiliza con un soplete de propano. El vapor que despiden las preparaciones calientes muchas veces pertenece, en realidad, a otro plato con aceite hirviendo, y luego, con Photoshop, se montan las dos fotos. Los cereales en la leche se humedecen al segundo. Por eso se usa algo que visualmente se pareciera a la leche, pero que los cereales no lo absorbieran. Generalmente uso cola plástica, pero también otras sustancias cómo una crema para peinar que cuando se ilumina se ve como si fuera leche.

EL ESTILISMO DE ALIMENTOS ¿Que es el Estilismo de Alimentos? El estilismo culinario es una profesión bastante reciente que tiene una gran demanda a nivel mundial. Gracias al papel que ocupan los alimentos en nuestra vida cotidiana y la gran cantidad de dinero que se mueve gracias a las imágenes que motivan al público a consumirlos. El papel del estilista culinario ha crecido en importancia dentro del ambiente publicitario y editorial. No se trata de un chef que realice una atractiva presentación sino de toda una técnica y formación que en muchos casos difiere de la que se imparte en las escuelas de hostelería. El estilista de alimentos es una persona creativa, apasionado por la cocina y con una gran habilidad y conocimiento de las técnicas, comportamiento y química de los ingredientes. Un estilista culinario es también un diseñador y por lo tanto debe tener conocimientos sobre composición, teoría del color, historia del arte y dado que su actividad profesional esta íntimamente relacionada con la fotografía y la publicidad debe también tener conocimientos sobre iluminación, marketing y hasta un poco de psicología. Mientras que un chef puede captar la atención de su público a través del sentido de la vista, del olfato, del gusto y hasta del tacto, un estilista culinario solamente puede hacerlo a través de la vista. Es por ello que tiene que recurrir a distintas metodologías y estrategias que permitan atraer la atención de los espectadores de la misma manera que lo haría un plato humeante en una mesa, sin poder apelar más que a uno de los sentidos.

NOVEDADES EN LA FOTOGRAFÍA GASTRONÓMICA

La alimentación y la gastronomía siempre han ocupado un lugar destacado en el mundo artístico. Los bodegones gastronómicos eran protagonistas en los museos y casas de la aristocracia y la burguesía. Esta moda perdió fuerza en el siglo XX hasta que Ferran Adrià entró con fuerza en el mundo del arte con su participación en la feria Documenta de Kassel. A partir de aquí, parece que la cocina y el arte se han reconciliado y la fotografía ha cogido el rol que antiguamente jugaban la pintura o la escultura. Además de que los alimentos aparezcan apetitosos y su aspecto incite al espectador a consumirlos, en la actualidad el estilismo de alimentos va más allá. La cocina contemporánea se transforma en un arte, y en consecuencia, las fotografías de esos platos tienen la finalidad de inmortalizarlos mediante tratamientos artísticos que buscan el impacto visual en el espectador. Los equipos suelen estar formados por el estilista de alimentos, quien se encarga de preparar el plato de comida para la foto, lo cual requiere toda una técnica de exquisita; además un productor/a, quien provee todo lo necesario para la toma, platos, manteles, adornos extras y en algunos casos los insumos que precise el estilismo de alimentos; también está el director de arte, que da la pauta de como va a ser la foto, según lo acordado con el cliente y también es quien la aprueba. Además se trabaja con un grupo de asistentes.

FESTIVAL DE FOTOGRAFÍA GASTRONÓMICA, España En un mundo que prioriza la cultura visual, una buena fotografía puede ser una herramienta muy poderosa como carta de presentación de cualquier chef o restaurante. De hecho, la fotografía gastronómica es un sector en auge que cuenta cada día con más publicaciones, más público y más ventas que nunca. Si bien las imágenes culinarias nos rodean en los libros, la red y los materiales publicitarios de los supermercados, sus autores siguen siendo grandes desconocidos en comparación con otras disciplinas fotográficas. Para dar a conocer estos profesionales, el pasado otoño se celebró en la ciudad de Tarragona el primer congreso del mundo dedicado específicamente a la fotografía gastronómica, el Photofood Festival 2010. Una disciplina en expansión y todavía por descubrir. PHOTO FOOD FESTIVAL “Si eres capaz de fotografiar un plato, puedes fotografiarlo todo”. Bajo esta premisa se celebró, entre el 30 de septiembre y el 17 de octubre de 2010, el Photofood Festival en Tarragona. Más de 3.000 profesionales -entre fotógrafos, editores, estilistas culinarios, publicistas y aficionados a esta disciplina artística- se dieron cita en el certamen. El festival se celebró durante cuatro días de intercambio de experiencias, talleres especializados, proyecciones, más de veinte exposiciones de fotógrafos gastronómicos llegados de todo el mundo y premios para los profesionales que cultivan esta disciplina tan desconocida. En este primer certamen se dieron cita 19 fotógrafos de distintas procedencias. Algunos de los autores más destacados que mostraron sus trabajos fueron: Thomas Duval (Francia), fotógrafo de varios libros de Alain Ducase que expuso la serie “Bondage Végétale”; Neil Corder (Sudáfrica), considerado uno de los mejores fotógrafos publicitarios por Lürzer’s Archive que mostró una serie dedicada al vino. Jan-Peter Westermann (Alemania) que presentó la comida de los monasterios chinos como una experiencia sensorial. Peter Knaup (Alemania-Francia), un reconocido fotógrafo que exhibió una serie especial de naturalezas muertas. El Photofood Festival también contó con la muestra de dos de los españoles más reconocidos en esta disciplina: Francesc Guillamet, fotógrafo oficial de la historia de El Bulli y de Ferran Adrià, y Pep Escoda, uno de los fotógrafos más polivalentes y premiados por sus instantáneas de restaurantes captadas en todo el mundo. La fotógrafa parisina Amelie Lombard se llevó el premio DOQ Priorat FoodPhoto 2010 por su trabajo “Vinaigrettes Abstraites”. Esta serie cuenta la historia de un maridaje imposible pero deseable entre el aceite y el vinagre... El trabajo está inspirado en obras abstractas famosas, para captar la evolución de forma, color y movimiento.

FOTÓGRAFOS DE ALIMENTOS

Björn Lindberg

Vive y trabaja en Estocolmo (Suecia). Björn se especializó en fotografía gastronómica a finales de la década de 1960, y a lo largo de los años ha visto pasar diversas tendencias tanto en la cocina como en la fotografía gastronómica. Björn ha obtenido reconocimiento profesional principalmente por sus más de 60 libros de cocina y sus colaboraciones en revistas gastronómicas. Buena prueba de su destreza es el hecho de que el libro The Magic of Wine , con fotografías de Björn, recibió el premio libro sobre vinos del 2006, concedido por The Gourmand World Cookbook Award. Trabajo presentado en el Photofood festival: Verde, rojo, amarillo. Blanco y negro.

Jason Hindley

La exposición consta de imágenes relacionadas con la comida y que fueron captadas con la distinción y sutileza que caracteriza la obra de Hidley. Su fotografía descubre la belleza de estos temas cotidianos y un tanto banales. En la serie «Comida de plástico», que se incluye en la exposición, Hidley recrea escenarios cotidianos, sin ningún glamour, con las figuras de comida de plástico que encontró en los escaparates de diversos restaurantes japoneses donde se preparaban menús. Su objetivo era que estas figuras dieran a la imagen un toque peculiar. Tal vez a primera vista el espectador no se dé cuenta de que se trata de comida artificial, pero sí percibe que hay algo extraño en la imagen. Hindley comenzó su carrera fotográfica como integrante de la célebre pareja Giblin & James, especializada en naturalezas muertas. Hindley ha recibido numerosos galardones en todo el mundo, entre los que desatacan los de OneShow, D&AD, Cannes Lions, Campaign, CommArts, PDN, AOP y Golden Drum.

Ray Massey

El trabajo de Ray se centra principalmente en fotografiar líquidos y bebidas haciendo uso de su pasión por resolver problemas, crear ilusiones y efectos especiales. Ray utiliza técnicas de cámara para producir varios de los efectos que se ven en estas fotografías, complementándolas con composición y retoques informáticos.

Durante los últimos 18 meses, ha hecho campañas para clientes en EE. UU., Alemania, Dubái, Estambul, Lagos, Grecia, Dublín, Moscú y Suecia. Los bodegones, las imágenes de acción, líquidos y bebidas ocupan la mayor parte de su tiempo. Para despejarse, intenta sacar tiempo para trabajar en proyectos personales, tanto dentro como fuera del estudio.

Neil Corder

Nació en 1965 en Sudáfrica. Se diplomó en fotografía en el Technikon de Natal (Sudáfrica). Trabajó durante tres años y medio como fotógrafo en plantilla en Naspers, Media. En 2002 se hizo freelance y abrió su propio estudio en 2002. Cinco años después se trasladó a Dubái. Entre otros premios ha recibido los siguientes galardones: medalla de bronce por su portafolio de estudiante en 1997, finalista en los Premios Mondi Paper Magazine en 2000 y premio al mejor fotógrafo en los premio Media24 Excellence del mismo año, Premio Ivor Ginsburg a la excelencia en fotografía, Premio Gourmand al mejor libro extranjero de cocina en inglés, de Garth Stroebel, en 2005. Premio al mejor libro de entretenimiento por Posh Nosh en el certamen Gourmand de 2006.

Peter knaup

Tras completar sus estudios de administración de empresas en la Universidad de Mannheim en 1972, Peter Knaup inició su carrera como fotógrafo autodidacta. Empezó en Barcelona, donde pasó seis meses fotografiando la obra arquitectónica del catalán Antoni Gaudí. En 1982 se trasladó a París, donde pronto se convirtió en un fotógrafo de éxito, trabajando para revistas como Vogue, Marie Claire, Elle y Décoration Internationale. También lo llamaban de las principales agencias de publicidad y trabajó durante muchos años para la sección gastronómica de Marie Claire. Además de los numerosos premios que ha obtenido por su trabajo en Alemania y Francia, recibió la Medalla de Oro del Art Directors Club of New York en 1988, en la categoría de fotografía. En 2006, Peter Knaup fue invitado por el Museo de Artes Decorativas del Louvre a participar en la exposición «La Photografie Publicitaire en France».

Måns Jensen

El fotógrafo sueco Måns Jensen trabajó 16 años de chef en Suecia, Dinamarca y Mallorca. Hace tres años se pasó a la fotografía. TRAVEL & LEISURE (EE. UU.) y GOURMET (Suecia) aprecian su combinación de luz natural y conocimiento culinario. Mans Jensen expondrá fotografías de importantes restaurantes escandinavos como Noma (Copenhague), The Paul (Copenhague), Herman (Copenhague), Restaurant M.R (Copenhague), todos ellos poseedores de estrellas Michelin, así como otros restaurantes de calidad suecos y daneses, como: Vendel@alestenar (Suecia), D.B Krog (Suecia), Fiskebaren (Copenhague), Bocu Nero (Suecia).

Amélie Lombard

Fotógrafa con sede en París, especializada en fotografía gastronómica. Para Amélie, la fotografía es ante todo… una cuestión de gusto. Esta fotógrafa trabaja combinando de forma acertada inspiración y técnica, precisión e improvisación, del mismo modo que un chef prepara sus platos. ¿Su receta? Una buena dosis de elegancia, una pizca de audacia y ralladura de sensualidad. Tamizarlo todo con imaginación y curiosidad y dejarlo reposar con paciencia y avidez.

Kelly Cline se dedica profesionalmente y en exclusiva a la fotografía de comida y alimentos, además de ser estilista en este campo.

Trabaja para Getty Images e iStockphoto y también es una experta en fotografías de microstock .

Sus imágenes están destinadas a publicaciones sobre gastronomía, en su mayor parte. Se caracteriza por elaborar imágenes elegantes, llamativas y que despiertan el apetito al primer vistazo.

En sus fotografías se aprecia un exquisito gusto en los detalles: luminosidad, encuadre, naturalidad, y cómo curiosidad, ella no utiliza los habituales trucos en este tipo de fotografías, cada alimento es lo que es, está preparado adecuadamente y ello conlleva ese aspecto de naturalidad y a la vez de complejidad a la hora de tomar las imágenes.

Como nota biográfica cabe mencionar que siempre ha sido autodidacta tras tomar sus primeras clases con 13 años. Ha ido aprendiendo de la experiencia y hoy día es una de las más prestigiosas en este campo.

CURIOSIDADES

Minimian Paisajes con comidas se muestran en Minimian, un sitio que demuestra que muchas veces las texturas y apariencia de los alimentos pueden rememorar escenarios naturales. Akiko Ida, fotógrafa japonesa, y Pierre Javelle, fotógrafo francés, se conocieron cuando ambos estudiaban en la escuela de artes decorativas de París. Ambos son marido y mujer y son conocidos por construir paisajes con mini personas de juguete que hacen de un elemento cotidiano un escenario para contar diversas historias. Las imágenes quedan plasmadas en su sitio web minimiam.com. Entre las producciones, la construcción de escenas con piezas de comida e ingredientes culinarios nos llevan de paseo a un universo gracioso, con otra óptica de la gastronomía. Pequeños personajes invaden la escena de postres, platos, frutas e ingredientes de cocina para recrear paisajes ficticios. La labor de estos dos fotógrafos es remarcable, logran convertir simple comida en una obra plena de fantasía.

Food porn

La primera exposición en España relacionada con la comida pornográfica se ha inauguró en La Laguna (Tenerife), dentro del festival de cine gastronómico CineEsCena. 'Del bodegón al porn food' recoge más de 50 imágenes de 14 fotógrafos españoles, entre los que se encuentran Francesc Guillamet (habitual de El Bulli), Mikel Alonso (Arzak) o los cocineros Sacha Hormaechea y Paco Roncero. "La mayor parte de los fotógrafos gastronómicos actuales busca la sugestión y la sensualidad a través de primerísimos planos del ingrediente", explica la comisaria de la muestra, Yanet Acosta. Aparte de su contenido erótico, la muestra permite atisbar hacia dónde está evolucionando la fotografía de comida. Según la comisaria, los artistas están buscando otras líneas de expresión más allá del primerísimo plano, "aunque ninguno deja de lado la mirada cercana. "Las nuevas tendencias aún son muy personales y cada autor está en búsqueda de la suya", añade. "Sacha Hormaechea está regresando al bodegón, aunque influido por la estética pop. En el caso de artistas como Francesc Guillamet la experimentación con la abstracción sigue siendo lo más potente. Otros, sin embargo, buscan la expresividad a través de modelos que les llevan a estéticas renacentistas (Matías Pérez Llera), al juego con el grabado (Javier Peñas) o a la apuesta por el surrealismo (Álvaro Fernández Prieto)".

MODERNIST CUISINE, libro de cocina

En La cocina modernista: El arte y la ciencia de la cocina (Modernist Cuisine: The Art and Science of Cooking), Nathan Myhrvold, Chris Young, y Maxime Bilet (científicos, inventores y experimentados cocineros) han creado una obra de seis volúmenes y 2,400 páginas que muestra técnicas inspiradas en la ciencia para preparar alimentos desde otro mundo hasta lo sublime. Los autores y su equipo de 20 personas en The Cooking Lab han conseguido sabores y texturas nuevas y asombrosas utilizando herramientas como baños de agua, homogenizadores, centrifugadoras e ingredientes como hidrocoloides, emulsionantes y encimas. Son seis libros destinados a reinventar la cocina. Las fotografías han sido realizadas por el fotógrafo profesional Ryan Matthew Smith, editor de fotos responsable del libro Modernist Cuisine: The Art and Science of Cooking, de Nathan Myrhvold, es un libro de cocina que no solo es el volumen definitivo de la cocina moderna, sino también uno de los libros más elaborados sobre la comida y la cocina que se imprimió, el cual por supuesto se destaca por las brillantes técnicas fotográficas de Ryan Mathew Smith.