durkheim - curso de ciencia social - clase inaugural

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1 Emile Durkheim CURSO DE CIENCIA SOCIAL Clase Inaugural (1888) “Cours de Science Sociale. Leçon d’ouverture”, Revue international de l'enseignement XV, 1888, pp. 23-48. Tomado de Emile Durkheim (Jean Claude Filloux comp.): La science sociale et l’action, Presses Universitaires de France, 1970, pp. 77-110. Clase inicial del Curso de Ciencia Social dictado por Durkheim en 1887-88 en la Universidad de Burdeos. Traducción: Daniel Sazbón Señores, Habiendo sido puesto a cargo de enseñar una ciencia nacida recién ayer, y que aún no cuenta más que con una pequeña cantidad de principios definitivamente establecidos, sería arriesgado de mi parte no sentirme ate- morizado frente a las dificultades de mi tarea. Por lo demás, las admito sin ningún esfuerzo. En efecto, creo que en nuestras universidades, al lado de esas cátedras desde las cuales se enseña la ciencia ya establecida y las verdades ya adquiridas, existe lugar para otros cursos, donde el profesor construye en parte la ciencia a medida que la enseña, donde encuentra en sus oyentes colaboradores casi tanto como alumnos, donde busca con ellos, tantea con ellos, a veces también se extravía con ellos. No vengo por lo tanto a revelarles una doctrina de la que una pequeña secta de sociólogos tendría el secreto y el privilegio, ni sobre todo a proponerles remedios ya hechos para curar a nuestras sociedades modernas de los males que pue- dan sufrir. La ciencia no va tan rápido, le hace falta tiempo, mucho tiempo, sobre todo para volverse utilizable en forma práctica. El inventario de lo que les aporto es además mucho más modesto y simple de realizar. Creo poder postular con cierta precisión una cierta cantidad de temas especiales que, vinculados unos con otros, forman una ciencia en el seno de las otras ciencias positivas. Para resolver esos problemas, propondré un método que pondremos a prueba entre todos. Finalmente, de mis estudios sobre estos temas he extraído ciertas ideas directrices, ciertos puntos de vista genera- les, cierta experiencia, si lo prefieren, que espero servirá para guiarnos en nuestras futuras investigaciones. Espero que estas reservas no tengan el efecto de despertar entre algunos de Uds. el escepticismo del que los estudios de sociología a veces han sido objeto. Una ciencia joven no debe ser muy ambiciosa, y tiene tanto más crédito entre los espíritus científicos cuánto más modestamente se pre- senta. No obstante, no puedo ignorar que existen todavía ciertos pensado- res, poco numerosos en verdad, que dudan de nuestra ciencia y de su futu- ro. Evidentemente, no podemos ignorarlos. Pero para convencerlos el mejor método, según creo, no es el exponer en forma abstracta la cuestión de si la sociología es o no viable. Una exposición, por excelente que sea, jamás ha convertido a ningún incrédulo. La única forma de demostrar el movimiento, es marchando. La única forma de demostrar que la sociología es posible, es haciendo ver que existe y que está viva. Es por esto que consagraré esta primer clase a exponerles la sucesión de transformaciones por las que ha pasado la ciencia social desde comienzos de siglo; les mostraré los progre- sos que ha hecho y los que quedan por hacer, en qué se ha convertido y en qué se está convirtiendo. De esta exposición concluirán Uds. mismos los ser- vicios que pueden prestar estas enseñanzas, y el público al que se deben dirigir. I Desde Platón y su República, no han faltado pensadores que hayan filosofado sobre la naturaleza de las sociedades. Pero hasta comienzos de este siglo la mayor parte de estos trabajos estaban dominados por una idea que constituía un impedimento radical para la constitución de la ciencia social. En efecto, casi todos estos teóricos de la política veían en la sociedad una obra humana, un fruto del arte y de la reflexión. Según ellos, los hom- bres se dispusieron a vivir juntos porque encontraron que era útil y bueno; se trataría de un artificio que han imaginado para mejorar un poco su con- dición. Una nación no sería entonces un producto natural, como un organismo o como una planta que nace, crece y se desarrolla en virtud de una necesi- dad interna, sino que se asemejaría más bien a esas máquinas que hacen los hombres, en las que todas sus partes están ensambladas de acuerdo a un plan preconcebido. Si las células de las que está hecho el cuerpo de un animal adulto se han convertido en lo que son, es porque estaba en su natu- raleza hacerlo. Si se han agregado de tal modo es porque, dado el medio ambiente, les era imposible hacerlo de otro modo. Por el contrario, los 1/12

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1

Emile

Dur

khe

im

CURSO DE CIENCIA SOCIAL

Clase Inaugural

(18

88

) “C

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nive

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os.

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e n

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mo

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a.

Po

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ras

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ya

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leci

da

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as

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es

ya

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as,

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ar

pa

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tro

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ncul

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seno

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vas.

Pa

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os.

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iert

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se

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be

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sent

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No

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nte

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pue

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nora

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el

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orm

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ost

rar

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s se

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ncia

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cto

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llos,

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bre

s se

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l y

bue

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un

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na n

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ral,

com

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n o

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o

o c

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o u

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ece

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e d

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de

una

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ad

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a,

sino

que

se

ase

me

jarí

a m

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bie

n a

esa

s m

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s q

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res,

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s p

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es

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bla

da

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rdo

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un p

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pre

conc

eb

ido

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s d

e l

as

que

est

á h

ech

o e

l cu

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o d

e u

n a

nim

al

ad

ulto

se

ha

n co

nve

rtid

o e

n lo

que

so

n, e

s p

orq

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sta

ba

en

su n

atu

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leza

ha

cerl

o.

Si

se h

an

ag

reg

ad

o d

e t

al

mo

do

es

po

rque

, d

ad

o e

l m

ed

io

am

bie

nte

, le

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ra

imp

osi

ble

ha

cerl

o

de

o

tro

m

od

o.

Po

r e

l co

ntra

rio

, lo

s

1/12

usuario3
Cuadro de texto
04-075-007 - Sociología p/ Historiadores - 12 copias

2

frag

me

ntos d

e m

eta

l de

los q

ue e

stá he

cho un re

loj no

tiene

n ninguna

afini-

da

d e

spe

cial ni p

or ta

l form

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or ta

l com

bina

ción. S

i se ha

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uesto

de

ta

l mo

do

ante

s que

de

otro

, es p

orq

ue e

l artista

así lo

ha q

uerid

o. N

o e

s su na

turale

za, sino

la vo

luntad

de

aq

uél la

que

ex

plica

los ca

mb

ios q

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sufrid

o; e

s él q

uien la

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ispue

sto d

e la

ma

nera

s confo

rme

a sus d

e-

signio

s. Bie

n, con la

socie

da

d o

curriría co

mo

con e

ste re

loj. N

o ha

bría

nad

a

en la

natura

leza

de

l hom

bre

que

lo p

red

estina

se ne

cesa

riam

ente

a la

vida

co

lectiva

, sino q

ue é

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o la

hab

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ntad

o e

instituido

po

r com

ple

to.

Ya

sea

la o

bra

de

tod

os, co

mo

lo q

uiere

Ro

ussea

u, o d

e uno

sólo

, com

o lo

p

iensa

Ho

bb

es, e

lla ha

bría

salid

o p

or e

ntero

de

nuestro

cere

bro

y d

e nue

s-tra

ima

gina

ción. N

o se

ría e

n nuestra

s ma

nos m

ás q

ue un instrum

ento

cóm

o-

do

, pe

ro d

el cua

l en rig

or p

od

ríam

os p

rescind

ir, y a

l que

siem

pre

sería

p

osib

le m

od

ificar a

volunta

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a q

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em

os lib

rem

ente

de

shace

r lo q

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libre

me

nte he

mo

s hecho

. Si so

mo

s los a

utore

s de

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cied

ad

, po

de

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s de

s-truirla

o tra

nsform

arla

. Pa

ra e

llo b

asta

con q

uere

rlo.

Ta

l es, se

ñore

s, la co

ncep

ción q

ue ha

imp

era

do

hasta

los últim

os

tiem

po

s. Sin d

uda

que

, muy

de

vez e

n cuand

o, p

od

em

os ve

r surgir la

ide

a

contra

ria, p

ero

sólo

po

r cierto

s instante

s y sin d

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r huella

s dura

ble

s de

trás

de

sí. El eje

mp

lo ilustre

de

Aristó

tele

s, el p

rime

ro e

n ver e

n la so

cied

ad

un he

cho na

tural, p

erm

ane

ció p

ráctica

me

nte sin im

itad

ore

s. En el sig

lo X

VIII se

ve

rena

cer la

mism

a id

ea

con M

onte

squie

u y C

ond

orce

t. Pe

ro incluso

Mo

n-te

squie

u, q

uien

sin e

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arg

o

de

clara

ra

tan

firme

me

nte

que

la

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cied

ad

, co

mo

el re

sto d

el m

undo

, está

som

etid

a a

ley

es ne

cesa

rias, d

eriva

da

s de

la

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leza

d

e

las

cosa

s, d

ejó

e

scap

ar

las

conse

cuencia

s d

e

su p

rincipio

a

pe

nas fue

ra p

ostula

do

. En esta

s cond

icione

s, ento

nces, no

hay

luga

r pa

ra

una cie

ncia p

ositiva

de

las so

cied

ad

es, sino

únicam

ente

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ra un a

rte d

e la

p

olítica

. En efe

cto, la

ciencia

estud

ia lo

que

es; e

l arte

com

bina

los m

ed

ios

en vista

de

lo q

ue d

eb

e se

r. Si la

s socie

da

de

s son lo

que

noso

tros ha

cem

os

de

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s, ento

nces no

hay

que

pre

gunta

rse lo

que

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lo q

ue d

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em

os

hace

r con e

llas. D

ad

o q

ue no

de

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mo

s tom

ar e

n cuenta

su natura

leza

, no e

s ne

cesa

rio co

noce

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asta

con fija

r el fin q

ue d

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en cum

plir, y

enco

ntrar la

m

ejo

r ma

nera

de

aco

mo

da

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sas p

ara

que

este

fin sea

cump

lido

. Se

p

ostula

, po

r eje

mp

lo, q

ue la

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ta d

e to

da

socie

da

d e

s ase

gura

r a ca

da

ind

ividuo

el lib

re e

jercicio

de

sus de

recho

s, y se

de

duce

de

ello

tod

a la

so-

ciolo

gía

.

Los e

cono

mista

s han sid

o lo

s prim

ero

s en p

rocla

ma

r que

las le

ye

s so

ciale

s son ta

n nece

saria

s com

o la

s ley

es física

s, y e

n hace

r de

este

ax

iom

a

la b

ase

de

una cie

ncia. D

e a

cuerd

o a

ello

s, es ta

n imp

osib

le q

ue la

com

pe

-te

ncia no

nivele

po

co a

po

co lo

s pre

cios, o

que

el va

lor d

e la

s me

rcad

ería

s no

aum

ente

cuand

o la

po

bla

ción se

acre

cienta

, com

o q

ue lo

s cuerp

os no

caig

an sig

uiend

o la

vertica

l, o q

ue lo

s ray

os lum

inoso

s no se

refra

cten cua

n-d

o a

travie

san m

ed

ios d

e d

istinta d

ensid

ad

. En cuanto

a la

s ley

es civile

s que

d

ictan lo

s príncip

es o

vota

n las a

sam

ble

as, só

lo d

eb

en e

xp

resa

r esta

s ley

es

natura

les e

n form

a cla

ra y

pe

rcep

tible

, pe

ro no

pue

de

n ni crea

rlas ni ca

m-

bia

rlas. N

o se

pue

de

da

r po

r de

creto

un valo

r a un p

rod

ucto q

ue no

lo tie

-ne

, es d

ecir, d

el q

ue na

die

tiene

nece

sida

d, y

tod

os lo

s esfue

rzos d

e lo

s g

ob

ierno

s po

r mo

difica

r a la

s socie

da

de

s a su vo

luntad

son inútile

s, cuand

o

no p

erjud

iciale

s; es p

or e

llo q

ue lo

me

jor e

s que

se a

bste

nga

n de

ello

. Su

interve

nción só

lo p

ued

e se

r da

ñina, la

natura

leza

no lo

s nece

sita. S

igue

su curso

po

r sí sola

, sin que

sea

nece

sario

ay

uda

rla ni co

ntrad

ecirla

, supo

nien-

do

po

r otra

pa

rte q

ue e

llo se

a p

osib

le.

Ex

tiénd

ase

este

princip

io a

tod

os lo

s hecho

s socia

les, y

la so

ciolo

gía

ha

brá

sido

funda

da

. En efe

cto, to

do

ord

en e

spe

cial d

e fe

nóm

eno

s natura

les

som

etid

os a

ley

es re

gula

res p

ued

e se

r ob

jeto

de

un estud

io m

etó

dico

, es

de

cir, de

una cie

ncia p

ositiva

. Tod

os lo

s arg

ume

ntos d

e d

uda

choca

n contra

e

sta ve

rda

d ta

n simp

le. “P

ero

”, dice

n los histo

riad

ore

s, “hem

os e

studia

do

a

las so

cied

ad

es, y

no he

mo

s de

scubie

rto la

me

nor le

y. La

historia

no e

s má

s q

ue una

serie

de

accid

ente

s que

, sin dud

a, se

rela

ciona

n unos co

n otro

s, sig

uiend

o la

s ley

es d

e la

causa

lida

d, p

ero

sin rep

etirse

jam

ás. Ese

ncialm

ente

lo

cale

s e ind

ividua

les, p

asa

n pa

ra no

volve

r, y e

n conse

cuencia

son re

frac-

tario

s a to

da

ge

nera

lizació

n, es d

ecir, a

tod

o e

studio

científico

, pue

sto q

ue no

hay

ciencia

de

lo p

articula

r. Las institucio

nes e

conó

mica

s, po

líticas y

jurí-d

icas d

ep

end

en d

e la

raza

, de

l clima

y d

e to

da

s las circunsta

ncias d

el m

e-

dio

en e

l cual se

de

sarro

llan; co

nstituye

n cantid

ad

es he

tero

nea

s que

no

se p

resta

n a la

com

pa

ració

n. Tiene

n en ca

da

pue

blo

su fisono

mía

pro

pia

, a

la q

ue se

pue

de

estud

iar y

de

scribir co

n esm

ero

, pe

ro una

vez q

ue se

ha

ob

tenid

o una

mo

nog

rafía

bie

n hecha

, ya

tod

o e

stá d

icho”.

S

eg

uram

ente

, la m

ejo

r form

a d

e re

spo

nde

r a e

sta o

bje

ción y

pro

-b

ar q

ue la

s socie

da

de

s está

n som

etid

as a

ley

es co

mo

tod

as la

s cosa

s, sería

e

ncontra

r tale

s ley

es. P

ero

sin esp

era

r hasta

que

ello

ocurra

, una ind

ucción

muy

leg

ítima

nos p

erm

ite a

firma

r que

ex

isten. S

i hay

un punto

fuera

de

to

da

dud

a ho

y e

n día

, es q

ue to

do

s los se

res d

e la

natura

leza

, de

sde

el

mine

ral ha

sta e

l hom

bre

, de

pe

nde

n de

la cie

ncia p

ositiva

, es d

ecir q

ue to

do

suce

de

siguie

ndo

ley

es ne

cesa

rias. Esta

pro

po

sición y

a no

tiene

nad

a d

e

conje

tural, e

s una ve

rda

d q

ue la

ex

pe

riencia

ha d

em

ostra

do

, ya

que

las

ley

es ha

n sido

de

scubie

rtas o

al m

eno

s las va

mo

s de

scubrie

ndo

po

co a

po

-co

. Suce

sivam

ente

se ha

n constituid

o la

física y

la q

uímica

, lueg

o la

bio

log

ía

y fina

lme

nte la

psico

log

ía. P

ued

e d

ecirse

incluso q

ue d

e to

da

s la le

ye

s, la

me

jor e

stab

lecid

a e

xp

erim

enta

lme

nte —

pue

sto q

ue no

se le

cono

ce ning

una

ex

cep

ción, y

ha sid

o ve

rificad

a una

infinida

d d

e ve

ces—

es la

que

pro

cla-

2/12

3

ma

que

to

do

s lo

s fe

nóm

eno

s na

tura

les

se d

esa

rro

llan

sig

uie

ndo

le

ye

s. P

or

lo

tant

o,

si l

as

soci

ed

ad

es

est

án

en

la naturaleza

, d

eb

en

ob

ed

ece

r ta

mb

ién

a

est

a l

ey

ge

nera

l q

ue r

esu

lta

de

la

cie

ncia

y q

ue a

la

ve

z la

do

min

a.

Sin

d

uda

, lo

s he

cho

s so

cia

les

son

s co

mp

lejo

s q

ue l

os

hech

os

psí

qui

cos,

pe

ro

ést

os

a s

u ve

z so

n in

fini

tam

ent

e m

ás

com

ple

jos

que

lo

s he

cho

s b

ioló

gic

os

y

físi

co-q

uím

ico

s, y

sin

em

ba

rgo

ho

y e

n d

ía n

o e

s p

osi

ble

po

ner

a l

a v

ida

co

nsci

ent

e f

uera

de

l m

und

o d

e l

a c

ienc

ia.

Cua

ndo

lo

s fe

nóm

eno

s so

n m

eno

s si

mp

les,

su

est

udio

es

me

nos

senc

illo

, p

ero

se

tra

ta d

e u

na c

uest

ión

de

vía

s y

d

e m

ed

ios,

no

de

pri

ncip

ios.

Po

r o

tro

la

do

, p

orq

ue s

on

com

ple

jos,

tie

nen

alg

o d

e m

ás

fle

xib

le,

y t

om

an

s fá

cilm

ent

e l

a i

mp

ront

a d

e l

as

me

nore

s ci

rcun

sta

ncia

s q

ue l

os

rod

ea

n. E

s p

or

eso

que

tie

nen

una

ap

ari

enc

ia m

ás

pa

rtic

ula

r y

se

dis

ting

uen

s un

os

de

otr

os.

Pe

ro l

as

dif

ere

ncia

s no

de

be

n o

cult

arn

os

las

ana

log

ías.

S

in

dud

a,

ex

iste

un

a

eno

rme

d

ista

ncia

ent

re l

a

conc

ienc

ia d

el

salv

aje

y l

a d

el

hom

bre

cul

tiva

do

, y

sin

em

ba

rgo

una

y o

tra

so

n co

ncie

ncia

s hu

ma

nas,

ent

re l

as

que

ex

iste

n se

me

janz

as,

y q

ue p

ued

en

com

pa

rars

e;

bie

n lo

sa

be

el

psi

cólo

go

, q

ue s

aca

de

est

a p

rox

imid

ad

ta

nta

in

form

aci

ón

valio

sa.

Lo m

ism

o o

curr

e c

on

la f

aun

a y

la

flo

ra,

en

cuy

o m

ed

io

se d

esa

rro

lla e

l ho

mb

re.

Po

r d

ife

rent

es

que

pue

da

n se

r lo

s un

os

de

lo

s o

tro

s,

los

fenó

me

nos

pro

duc

ido

s p

or

las

acc

ione

s y

re

acc

ione

s q

ue s

e e

sta

ble

cen

ent

re i

ndiv

iduo

s se

me

jant

es,

ub

ica

do

s e

n m

ed

ios

aná

log

os,

de

be

n ne

cesa

-ri

am

ent

e a

sem

eja

rse

en

alg

ún s

ent

ido

y p

rest

ars

e a

co

mp

ara

cio

nes

útile

s.

¿Se

ale

ga

rá,

pa

ra e

sca

pa

r a

est

a c

ons

ecu

enc

ia,

que

la

lib

ert

ad

hum

ana

e

xcl

uye

to

da

id

ea

de

le

y y

vue

lve

im

po

sib

le t

od

a p

revi

sió

n ci

ent

ífic

a?

Esta

o

bje

ció

n, s

eño

res,

de

be

de

jarn

os

ind

ife

rent

es,

y p

od

em

os

de

jarl

a d

e l

ad

o,

no p

or

de

sde

ñarl

a s

ino

po

r m

éto

do

. La

cue

stió

n d

e s

ab

er

si e

l ho

mb

re e

s lib

re o

no

tie

ne s

in d

uda

s su

int

eré

s, p

ero

su

lug

ar

est

á e

n la

me

tafí

sica

, y

la

s ci

enc

ias

po

siti

vas

pue

de

n y

de

be

n d

esi

nte

resa

rse

. Ex

iste

n fi

lóso

fos

que

ha

n e

nco

ntra

do

una

sue

rte

de

lib

re a

rbit

rio

y d

e c

ont

ing

enc

ia e

n o

rga

nis-

mo

s, y

ha

sta

en

las

cosa

s in

ani

ma

da

s. P

ero

ni

el

físi

co n

i e

l b

iólo

go

ha

n ca

mb

iad

o

po

r e

llo

su

tod

o;

cont

inua

ron

su

cam

ino

tr

anq

uila

me

nte

, si

n p

reo

cup

ars

e p

or

est

as

suti

les

dis

cusi

one

s. E

n e

l m

ism

o s

ent

ido

, la

psi

colo

gía

y

la s

oci

olo

gía

no

de

be

n e

spe

rar

pa

ra c

ons

titu

irse

a q

ue e

ste

te

ma

de

l lib

re

arb

itri

o d

el

hom

bre

, p

end

ient

e d

esd

e h

ace

sig

los,

enc

uent

re f

ina

lme

nte

una

so

luci

ón

—la

que

, p

or

otr

a p

art

e,

no p

are

ce e

n a

bso

luto

pró

xim

a,

com

o l

o

reco

noce

n to

do

s. L

a m

eta

físi

ca y

la

cie

ncia

tie

nen

am

ba

s in

teré

s e

n p

erm

a-

nece

r in

de

pe

ndie

nte

s un

a d

e o

tra

. P

od

em

os

po

r ta

nto

co

nclu

ir d

icie

ndo

: se

d

eb

e e

leg

ir e

ntre

est

as

do

s o

pci

one

s: o

re

cono

cer

que

lo

s fe

nóm

eno

s so

cia

-le

s so

n a

cce

sib

les

a l

a i

nve

stig

aci

ón

cie

ntíf

ica

, o

bie

n a

dm

itir

, si

n ra

zón

y

cont

rari

am

ent

e a

to

da

s la

s in

duc

cio

nes

de

la

cie

ncia

, q

ue e

xis

ten

do

s m

un-

do

s e

n e

l m

und

o:

uno

en

el

que

re

ina

la

le

y d

e l

a c

aus

alid

ad

, o

tro

en

el

que

re

ina

la

arb

itra

rie

da

d y

la

co

ntin

ge

ncia

.

Tal

es,

se

ñore

s, e

l g

ran

serv

icio

que

ha

n p

rest

ad

o l

os

eco

nom

ista

s a

lo

s e

stud

ios

soci

ale

s. H

an

pe

rcib

ido

ant

es

que

na

die

lo

que

ha

y d

e v

ivo

y

esp

ont

áne

o e

n la

s so

cie

da

de

s. H

an

com

pre

ndid

o q

ue l

a v

ida

co

lect

iva

no

p

od

ía s

er

inst

itui

da

bru

sca

me

nte

po

r un

bil

art

ific

io,

que

no

era

el

resu

l-ta

do

de

un

imp

ulso

ex

teri

or

y m

ecá

nico

, si

no q

ue e

s e

n e

l se

no m

ism

o d

e l

a

soci

ed

ad

do

nde

se

ela

bo

ra l

ent

am

ent

e.

Es a

sí q

ue h

an

po

did

o a

sent

ar

una

te

orí

a d

e l

a l

ibe

rta

d s

ob

re u

na b

ase

s só

lida

que

una

hip

óte

sis

me

tafí

si-

ca.

Es e

vid

ent

e,

en

efe

cto

, q

ue s

i la

vid

a c

ole

ctiv

a e

s e

spo

ntá

nea

, se

de

be

p

rese

rva

r su

esp

ont

ane

ida

d.

Tod

a i

nte

rfe

renc

ia s

erí

a a

bsu

rda

.

Sin

em

ba

rgo

, no

de

be

ex

ag

era

rse

el

rito

de

lo

s e

cono

mis

tas.

Si

bie

n a

firm

ab

an

que

la

s le

ye

s e

conó

mic

as

son

natu

rale

s, t

om

ab

an

el

térm

ino

e

n un

se

ntid

o q

ue d

ism

inuí

a s

u a

lca

nce

. En

efe

cto

, d

e a

cue

rdo

a e

llos

no

ex

iste

na

da

re

al

en

la s

oci

ed

ad

s q

ue e

l in

div

iduo

; e

s d

e é

l q

ue t

od

o

em

ana

, y

es

haci

a é

l q

ue t

od

o r

eto

rna

. U

na n

aci

ón

no e

s m

ás

que

un

ser

nom

ina

l, un

rmin

o q

ue s

irve

pa

ra d

esi

gna

r un

ag

reg

ad

o m

ecá

nico

de

ind

i-vi

duo

s y

uxta

pue

sto

s. P

ero

no

tie

ne n

ad

a d

e e

spe

cífi

co q

ue l

a d

isti

nga

de

l re

sto

de

la

s co

sas,

sus

pro

pie

da

de

s so

n la

s d

e l

os

ele

me

nto

s q

ue l

a c

om

po

-ne

n, a

ume

nta

da

s y

am

plia

da

s. E

l in

div

iduo

es,

po

r lo

ta

nto

, la

úni

ca r

ea

li-d

ad

ta

ngib

le a

la

que

pue

de

acc

ed

er

el

ob

serv

ad

or,

y e

l ún

ico

pro

ble

ma

q

ue s

e p

ued

e p

lant

ea

r la

cie

ncia

es

el

de

bus

car

cóm

o d

eb

e c

ond

ucir

se e

l in

div

iduo

en

las

pri

ncip

ale

s ci

rcun

sta

ncia

s d

e l

a v

ida

eco

nóm

ica

, d

ad

a s

u na

tura

leza

. La

s le

ye

s e

conó

mic

as,

y m

ás

ge

nera

lme

nte

la

s le

ye

s so

cia

les,

no

se

ría

n e

nto

nce

s he

cho

s m

uy g

ene

rale

s q

ue e

l e

stud

ioso

ind

uce

de

la

ob

ser-

vaci

ón

de

la

s so

cie

da

de

s, s

ino

co

nse

cue

ncia

s ló

gic

as

que

de

duc

e d

e l

a d

efi

-ni

ció

n d

e i

ndiv

iduo

. El

eco

nom

ista

no

dic

e:

“la

s co

sas

de

be

n su

ced

er

de

ta

l m

od

o,

po

rque

la

ex

pe

rie

ncia

lo

ha

de

mo

stra

do

”, s

ino

“d

eb

en

suce

de

r d

e t

al

mo

do

, y

a q

ue s

erí

a a

bsu

rdo

que

fue

ra d

e o

tra

fo

rma

”. E

l té

rmin

o natural

de

be

ría

ent

onc

es

ser

ree

mp

laza

do

po

r e

l té

rmin

o raciona

l, q

ue n

o e

s lo

m

ism

o.

¡Si

po

r lo

me

nos

est

e c

onc

ep

to d

e “

ind

ivid

uo”,

en

el

que

se

qui

ere

co

nte

nid

a t

od

a l

a c

ienc

ia,

fue

ra a

de

cua

do

a l

a r

ea

lida

d!

Pe

ro p

ara

sim

pli-

fica

r la

s co

sas,

lo

s e

cono

mis

tas

lo h

an

em

po

bre

cid

o a

rtif

icia

lme

nte

. N

o s

ólo

ha

n he

cho

ab

stra

cció

n d

e t

od

as

las

circ

unst

anc

ias

de

tie

mp

o,

lug

ar

o p

aís

, p

ara

im

ag

ina

r e

l ti

po

ab

stra

cto

de

l ho

mb

re e

n g

ene

ral,

sino

que

en

ese

m

ism

o t

ipo

id

ea

l ha

n d

eja

do

de

la

do

to

do

lo

que

no

se

re

laci

ona

ba

co

n la

vi

da

est

rict

am

ent

e i

ndiv

idua

l, d

e m

od

o q

ue d

e a

bst

racc

ión

en

ab

stra

cció

n no

se

ha

n q

ued

ad

o m

ás

que

co

n e

l tr

iste

re

tra

to d

el

eg

oís

ta e

n sí

.

La e

cono

mía

po

lític

a p

erd

ió a

sí t

od

os

los

be

nefi

cio

s d

e s

u p

rinc

ipio

. P

erm

ane

ció

co

mo

una

cie

ncia

ab

stra

cta

y d

ed

ucti

va,

ocu

pa

da

no

en

ob

ser-

var

la r

ea

lida

d s

ino

en

cons

trui

r un

id

ea

l m

ás

o m

eno

s d

ese

ab

le;

ya

que

e

ste

ho

mb

re e

n g

ene

ral,

est

e e

go

ísta

sis

tem

áti

co d

el

que

no

s ha

bla

, no

es

3/12

4

s que

un ente

de

razó

n. El hom

bre

rea

l, el q

ue co

noce

mo

s y e

l que

som

os,

es m

ucho m

ás co

mp

lejo

: pe

rtene

ce a

un tiem

po

y a

un pa

ís, tiene

una fa

mi-

lia, una

ciuda

d, una

pa

tria, una

fe re

ligio

sa y

po

lítica, y

tod

os e

sos d

om

inios

y a

ún mucho

s má

s se m

ezcla

n, se co

mb

inan d

e m

il ma

nera

s, cruzan y

entre

-cruza

n sus influencia

s, sin que

sea

po

sible

de

cir a p

rime

ra vista

do

nde

co-

mie

nza uno

y d

ónd

e te

rmina

el o

tro. S

ólo

lueg

o d

e la

rgo

s y la

bo

rioso

s aná

-lisis, ho

y e

n día

ap

ena

s com

enza

do

s, será

po

sible

alg

una ve

z de

term

inar la

p

arte

ap

rox

ima

da

de

cad

a cua

l. Po

r lo ta

nto, lo

s eco

nom

istas no

tenía

n aún

una

ide

a

lo

suficiente

me

nte

pre

cisa

de

las

socie

da

de

s co

mo

pa

ra

servir

verd

ad

era

me

nte d

e b

ase

a la

ciencia

socia

l. Ya

que

ésta

, al to

ma

r su punto

d

e p

artid

a e

n una co

nstrucción a

bstra

cta d

el e

spíritu, p

od

ía lle

ga

r a d

em

os-

trar ló

gica

me

nte p

osib

ilida

de

s me

tafísica

s, no a

esta

ble

cer le

ye

s. Le se

guía

fa

ltand

o una

natura

leza

pa

ra o

bse

rvar.

II

S

i los e

cono

mista

s se ha

n de

tenid

o a

mita

d d

el ca

mino

, es p

orq

ue

esta

ba

n ma

l pre

pa

rad

os p

ara

este

tipo

de

estud

ios. S

iend

o e

n su ma

yo

r p

arte

juristas, ho

mb

res d

e ne

go

cios o

esta

dista

s, era

n ba

stante

aje

nos a

la

bio

log

ía y

a la

psico

log

ía. P

ero

pa

ra p

od

er inte

gra

r a la

ciencia

socia

l en

el siste

ma

ge

nera

l de

las cie

ncias na

turale

s, es ne

cesa

rio ha

be

r pra

cticad

o

al m

eno

s una d

e e

llas, y

no b

asta

con p

ose

er inte

lige

ncia g

ene

ral y

ex

pe

-rie

ncia. P

ara

de

scubrir la

s le

ye

s de

la

concie

ncia co

lectiva

, es

nece

sario

co

noce

r las d

e la

concie

ncia ind

ividua

l. Es gra

cias a

que

esta

ba

al ta

nto d

e

tod

as la

s ciencia

s po

sitivas, d

e su m

éto

do

y d

e sus re

sultad

os, q

ue A

ugusto

C

om

te se

enco

ntrab

a e

n esta

do

de

funda

r la so

ciolo

gía

, esta

vez so

bre

b

ase

s de

finitivas.

A

ugusto

C

om

te

reto

ma

la

p

rop

osició

n d

e

los

eco

nom

istas;

com

o

ello

s, de

clara

que

las le

ye

s socia

les so

n natura

les, p

ero

da

al té

rmino

su p

lena

ace

pció

n científica

. Asig

na a

la cie

ncia so

cial una

rea

lida

d co

ncreta

p

ara

cono

cer, la

s socie

da

de

s. Pa

ra é

l, la so

cied

ad

es ta

n rea

l com

o un o

r-g

anism

o vivo

. Sin d

uda

, no p

ued

e e

xistir fue

ra d

e lo

s individ

uos q

ue le

sir-ve

n de

substra

to; e

s, sin em

ba

rgo

, otra

cosa

. El tod

o no

es id

éntico

a la

sum

a d

e sus p

arte

s, po

r má

s que

sin ella

s no se

a na

da

. De

la m

isma

form

a,

reunié

ndo

se b

ajo

una fo

rma

de

finida

y m

ed

iante

lazo

s dura

de

ros, lo

s hom

-b

res fo

rma

n un ser nue

vo, q

ue tie

ne su na

turale

za y

sus ley

es p

rop

ias. Es e

l se

r socia

l. Los fe

nóm

eno

s que

en é

l ocurre

n, de

sde

lueg

o, tie

nen sus ra

íces

última

s en la

concie

ncia d

el ind

ividuo

. Sin e

mb

arg

o, la

vida

cole

ctiva no

es

una sim

ple

ima

ge

n aum

enta

da

de

la vid

a ind

ividua

l. Pre

senta

cara

ctere

s sui generis q

ue la

s induccio

nes d

e la

psico

log

ía no

po

dría

n pre

ver p

or sí so

las.

Así, la

s costum

bre

s y la

s pre

scripcio

nes d

el d

ere

cho y

de

la m

ora

l sería

n im

po

sible

s si el ho

mb

re no

fuera

cap

az d

e co

ntrae

r háb

itos; so

n sin em

ba

r-g

o a

lgo

distinto

que

los há

bito

s individ

uale

s. Es po

r esto

que

Co

mte

oto

rga

a

l ser so

cial un lug

ar d

ete

rmina

do

en la

serie

de

sere

s. Lo ub

ica e

n el to

pe

d

e la

jera

rquía

, de

bid

o a

su ma

yo

r com

ple

jida

d y

a q

ue e

l ord

en so

cial

supo

ne y

com

pre

nde

en sí a

los o

tros re

inos d

e la

natura

leza

. Da

do

que

e

ste se

r no e

s red

ucible

a ning

ún otro

, no p

ued

e se

r de

ducid

o, y

pa

ra co

no-

cerlo

de

be

ser o

bse

rvad

o. La

socio

log

ía se

encue

ntra e

sta ve

z en p

ose

sión

de

un ob

jeto

que

sólo

le p

erte

nece

a e

lla, y

de

un mé

tod

o p

ositivo

pa

ra

estud

iarlo

.

Al m

ismo

tiem

po

, Aug

usto C

om

te se

ñala

ba

en la

s socie

da

de

s una

cara

cterística

que

es su m

arca

distintiva

, y q

ue no

ob

stante

los e

cono

mista

s ha

bía

n de

scono

cido

. Me

refie

ro a

ese

“conse

nso unive

rsal q

ue ca

racte

riza a

to

do

s los fe

nóm

eno

s de

los cue

rpo

s viviente

s, y q

ue la

vida

socia

l ma

nifiesta

ne

cesa

riam

ente

en e

l má

s alto

gra

do

” (Curso

de filo

sofía

positiva

, IV, 2

34

). P

ara

los e

cono

mista

s, los fe

nóm

eno

s mo

rale

s, jurídico

s, eco

nóm

icos y

po

líti-co

s discurre

n pa

rale

lam

ente

unos co

n otro

s, sin toca

rse, p

or a

sí de

cirlo. D

e

ahí q

ue la

s ciencia

s corre

spo

ndie

ntes p

ued

an d

esa

rrolla

rse sin co

noce

rse. S

e

sab

e e

n efe

cto e

l celo

so e

sme

ro q

ue ha

pue

sto sie

mp

re la

eco

nom

ía p

olítica

e

n de

fend

er su ind

ep

end

encia

. Po

r el co

ntrario

, pa

ra C

om

te lo

s hecho

s so-

ciale

s son d

em

asia

do

estre

cham

ente

solid

ario

s pa

ra p

od

er se

r estud

iad

os

sep

ara

da

me

nte. D

eb

ido

a e

sta ve

cinda

d, ca

da

una d

e la

s ciencia

s socia

les

pie

rde

en su a

utono

mía

, pe

ro g

ana

en sa

via y

en vig

or. Lo

s hecho

s que

ca

da

una e

studia

ba

, po

r hab

er sid

o co

rtad

os d

el m

ed

io na

tural p

or e

l aná

-lisis, p

are

cían no

ap

oy

arse

en na

da

y flo

tar e

n el va

cío. U

na ve

z que

se la

s ha

ap

rox

ima

do

siguie

ndo

sus afinid

ad

es na

turale

s, ap

are

cen co

mo

lo q

ue

son, ro

stros d

ifere

ntes d

e una

mism

a re

alid

ad

viviente

, la so

cied

ad

. En luga

r d

e re

ferirse

a fe

nóm

eno

s disp

uesto

s, po

r así d

ecir, e

n serie

s linea

les, e

xte

-rio

res la

s unas d

e la

s otra

s y sin e

ncontra

rse m

ás q

ue p

or a

zar, e

stam

os e

n p

rese

ncia d

e un e

norm

e siste

ma

de

accio

nes y

rea

ccione

s, en e

se sie

mp

re

vil eq

uilibrio

que

cara

cteriza

a la

vida

. Al m

ismo

tiem

po

, gra

cias a

que

p

ercib

ía b

ien la

com

ple

jida

d d

e la

s cosa

s socia

les, A

ugusto

Co

mte

esta

ba

a

cubie

rto d

e e

sas so

lucione

s ab

soluta

s que

, po

r el co

ntrario

, ad

ora

n los e

co-

nom

istas, y

con e

llos lo

s po

líticos id

log

os d

el X

VIII. C

uand

o no

se p

ercib

e

en la

socie

da

d m

ás q

ue a

l individ

uo, re

ducie

ndo

esta

noció

n a no

ser m

ás

que

una id

ea

, clara

, es cie

rto, p

ero

seca

y va

cía, d

e la

que

se ha

retira

do

to

do

lo q

ue e

s viviente

y co

mp

lejo

, es na

tural q

ue d

e e

lla no

pue

da

de

du-

cirse na

da

que

sea

com

ple

jo, y

que

se d

ese

mb

oq

ue e

n teo

rías sim

plista

s y

rad

icale

s. Po

r el co

ntrario

, si cad

a fe

nóm

eno

estud

iad

o e

s rela

tivo a

una

infinida

d d

e o

tros, si ca

da

punto

de

vista e

s solid

ario

de

mucho

s otro

s pun-

tos d

e vista

, ento

nces y

a no

es p

osib

le za

njar e

stos te

ma

s de

un mo

do

cate

-

4/12

5

rico

. R

esu

lta

ind

isp

ens

ab

le u

n e

cle

ctic

ism

o d

e c

iert

a í

ndo

le,

cuy

o m

éto

do

no

ne

cesi

to e

sbo

zar

aq

uí.

¡Ex

iste

n ta

nta

s co

sas

dif

ere

nte

s e

n la

vid

a!

Se

d

eb

e p

od

er

da

r a

ca

da

una

el

lug

ar

que

le

co

nvie

ne.

Es a

sí c

om

o A

ugus

to

Co

mte

, a

l ti

em

po

que

ad

mit

e

con

los

eco

nom

ista

s q

ue

el

ind

ivid

uo

tie

ne

de

rech

o a

una

gra

n cu

ota

de

lib

ert

ad

, no

que

ría

sin

em

ba

rgo

que

ést

a

care

zca

de

lím

ite

s, y

de

cla

rab

a n

ece

sari

a u

na d

isci

plin

a c

ole

ctiv

a.

De

l m

is-

mo

mo

do

, a

l ti

em

po

que

re

cono

cía

que

lo

s he

cho

s so

cia

les

no p

od

ían

ser

cre

ad

os

ni a

lte

rad

os

arb

itra

ria

me

nte

, e

stim

ab

a q

ue,

po

r su

ma

yo

r co

mp

leji-

da

d,

era

n m

ás

fáci

lme

nte

mo

dif

ica

ble

s y

po

r co

nsig

uie

nte

, e

n ci

ert

a m

ed

ida

p

od

ían

ser

dir

igid

os

útilm

ent

e p

or

la i

nte

lige

ncia

hum

ana

.

So

n e

sta

s, s

eño

res,

gra

nde

s y

se

ria

s co

nqui

sta

s, y

no

es

sin

razó

n q

ue l

a t

rad

ició

n d

ata

a l

a s

oci

olo

gía

a p

art

ir d

e A

ugus

to C

om

te.

No

de

be

cr

ee

rse

, si

n e

mb

arg

o,

que

de

aq

uí e

n m

ás

los

tra

ba

jos

pre

limin

are

s e

sté

n te

rmin

ad

os,

y q

ue l

a s

oci

olo

gía

no

tie

ne m

ás

que

se

gui

r a

pa

cib

lem

ent

e s

u ca

rre

ra.

Tie

ne

aho

ra

su

ob

jeto

, p

ero

¡c

uán

ind

ete

rmin

ad

a

se

enc

uent

ra!

De

be

est

udia

r a

la

Socied

ad

, se

no

s d

ice

; p

ero

la

Socied

ad

no

ex

iste

. Ex

iste

n las

soci

ed

ad

es,

que

se

cla

sifi

can

en

nero

s y

esp

eci

es

com

o l

os

veg

eta

les

y

los

ani

ma

les.

¿D

e q

ué s

oci

ed

ad

se

tra

ta,

ent

onc

es?

¿D

e t

od

as

a l

a v

ez,

o d

e

una

so

la

en

pa

rtic

ula

r?

Pa

ra

Co

mte

, se

ñore

s,

la

pre

gun

ta

ni

siq

uie

ra

se

pla

nte

a,

pue

sto

que

est

ima

que

no

ha

y m

ás

que

una

esp

eci

e s

oci

al.

Co

mo

a

dve

rsa

rio

de

La

ma

rck,

no

ad

mit

e q

ue e

l so

lo h

ech

o d

e l

a e

volu

ció

n p

ued

e

dif

ere

ncia

r a

lo

s se

res

al

pun

to d

e d

ar

ori

ge

n a

esp

eci

es

nue

vas.

En

su o

pi-

nió

n, l

os

hech

os

soci

ale

s so

n lo

s m

ism

os

sie

mp

re y

en

tod

os

lad

os,

co

n d

ife

-re

ncia

s d

e i

nte

nsid

ad

; e

l d

esa

rro

llo s

oci

al,

el

mis

mo

sie

mp

re y

en

tod

os

la-

do

s, c

on

dif

ere

ncia

s d

e v

elo

cid

ad

. La

s na

cio

nes

s sa

lva

jes

y l

os

pue

blo

s m

ás

cult

iva

do

s no

so

n m

ás

que

est

ad

ios

dis

tint

os

de

una

mis

ma

evo

luci

ón,

y

es

de

est

a e

volu

ció

n ún

ica

que

Co

mte

inv

est

iga

la

s le

ye

s. L

a h

uma

nid

ad

e

nte

ra s

e d

esa

rro

lla e

n lín

ea

re

cta

, y

la

s d

isti

nta

s so

cie

da

de

s no

so

n m

ás

que

la

s su

cesi

vas

eta

pa

s d

e e

sa m

arc

ha r

ect

ilíne

a.

De

aq

uí q

ue l

os

térm

ino

s so

cie

da

d y

hum

ani

da

d s

ea

n e

mp

lea

do

s in

dis

tint

am

ent

e p

or

Co

mte

, un

o p

or

el

otr

o.

Es q

ue d

e h

ech

o s

u so

cio

log

ía e

s m

ucho

me

nos

un e

stud

io e

spe

cia

l d

e

los

sere

s so

cia

les

que

una

me

dit

aci

ón

filo

sófi

ca s

ob

re l

a s

oci

ab

ilid

ad

hum

a-

na e

n g

ene

ral.

Esta

mis

ma

ra

zón

nos

ex

plic

a o

tra

pa

rtic

ula

rid

ad

de

su

-to

do

. S

i e

l p

rog

reso

hum

ano

sig

ue e

n to

do

s la

do

s la

mis

ma

le

y,

el

me

jor

mo

do

de

re

cono

cerl

a e

s, n

atu

ralm

ent

e,

ob

serv

arl

a a

hí d

ond

e s

e p

rese

nta

b

ajo

su

form

a m

ás

neta

y a

cab

ad

a,

es

de

cir,

en

las

soci

ed

ad

es

civi

liza

da

s.

Es p

or

est

o q

ue p

ara

ve

rifi

car

est

a c

éle

bre

le

y d

e l

os

tre

s e

sta

dio

s, q

ue s

e

sup

one

re

sum

e t

od

a l

a v

ida

de

la

hum

ani

da

d,

Aug

usto

Co

mte

se

ha

co

nte

n-ta

do

co

n p

asa

r re

vist

a s

uma

ria

me

nte

a l

os

pri

ncip

ale

s a

cont

eci

mie

nto

s d

e l

a

hist

ori

a d

e l

os

pue

blo

s g

reco

lati

nos,

sin

ve

r lo

ex

tra

ño q

ue r

esu

lta

ase

nta

r so

bre

una

ba

se t

an

est

rech

a u

na l

ey

de

ta

l a

mp

litud

.

C

om

te s

e v

io l

leva

do

a a

do

pta

r e

ste

pun

to d

e v

ista

en

virt

ud d

e l

a

imp

erf

ecc

ión

en

el

que

se

ha

llab

an

las

cie

ncia

s e

tno

lóg

ica

s e

n su

ép

oca

, y

tam

bié

n p

or

el

esc

aso

int

eré

s q

ue l

e i

nsp

ira

ba

n e

ste

tip

o d

e e

stud

ios.

Pe

ro

hoy

en

día

es

evi

de

nte

me

nte

im

po

sib

le s

ost

ene

r q

ue e

xis

ta u

na e

volu

ció

n hu

ma

na s

iem

pre

id

ént

ica

a s

í m

ism

a,

y q

ue l

as

soci

ed

ad

es

no s

ea

n m

ás

que

d

ive

rsa

s va

rie

da

de

s d

e u

n m

ism

o y

úni

co t

ipo

. En

zo

olo

gía

ya

se

ha

re

nun-

cia

do

a l

a c

lasi

fica

ció

n se

ria

l q

ue a

nta

ño s

ed

uje

ra a

lo

s e

stud

ioso

s, g

raci

as

a s

u e

xtr

em

a s

imp

licid

ad

. C

ad

a v

ez

s se

ad

mit

e q

ue e

l á

rbo

l g

ene

aló

gi-

co d

e l

os

sere

s o

rga

niza

do

s, a

nte

s q

ue t

ene

r la

fo

rma

de

una

lín

ea

ge

om

é-

tric

a,

se a

sem

eja

s b

ien

a u

n á

rbo

l m

uy f

rond

oso

de

l q

ue l

as

ram

as

sali-

da

s p

or

aza

r d

esd

e t

od

os

los

pun

tos

de

l tr

onc

o s

e e

nla

zan

cap

rich

osa

me

nte

e

n to

da

s la

s d

ire

ccio

nes.

De

l m

ism

o m

od

o o

curr

e c

on

las

soci

ed

ad

es.

s a

llá

de

lo

que

so

stuv

iera

Pa

sca

l, cu

ya

leb

re f

órm

ula

re

cup

era

C

om

te,

eq

uivo

cad

am

ent

e,

la h

uma

nid

ad

no

pue

de

se

r co

mp

ara

da

a u

n ún

ico

ho

m-

bre

que

so

bre

vive

, lu

eg

o d

e h

ab

er

vivi

do

to

do

s lo

s si

glo

s p

asa

do

s. S

e a

se-

me

ja m

ás

bie

n a

una

inm

ens

a f

am

ilia

de

la

que

la

s d

isti

nta

s ra

ma

s, c

ad

a

vez

s d

ive

rge

nte

s un

as

de

otr

as,

se

ha

brí

an

de

spre

ndid

o p

oco

a p

oco

d

el

tro

nco

co

mún

pa

ra v

ivir

una

vid

a p

rop

ia.

¿Qui

én

pue

de

ase

gur

arn

os

incl

uso

que

alg

una

ve

z e

ste

tro

nco

co

mún

ha

ya

ex

isti

do

? D

e h

ech

o,

¿no

ex

is-

te e

ntre

un

cla

n o

una

tri

bu

y n

uest

ras

gra

nde

s na

cio

nes

eur

op

ea

s p

or

lo

me

nos

tant

a d

ista

ncia

co

mo

ent

re l

a e

spe

cie

hum

ana

y l

as

esp

eci

es

ani

ma

les

inm

ed

iata

me

nte

inf

eri

ore

s? P

ara

no

ha

bla

r m

ás

que

de

una

so

la f

unci

ón

soci

al,

¿qué

re

laci

ón

ex

iste

ent

re l

as

cost

umb

res

rba

ras

de

una

mis

era

ble

a

lde

a d

e f

ueg

uino

s y

la

éti

ca r

efi

nad

a d

e l

as

soci

ed

ad

es

mo

de

rna

s? S

in

dud

a q

ue e

s p

osi

ble

que

po

r la

co

mp

ara

ció

n d

e t

od

os

eso

s ti

po

s so

cia

les

se

ob

teng

an

ley

es

muy

ge

nera

les

que

lo

s a

ba

rque

n a

to

do

s, p

ero

no

es

la

ob

serv

aci

ón

de

uno

lo d

e e

llos,

aún

la

s a

tent

a,

la q

ue i

rá a

re

vela

rlo

s.

Es

te m

ism

o e

rro

r ha

pro

duc

ido

otr

a c

ons

ecu

enc

ia.

Ya

he

mo

s d

icho

q

ue p

ara

Co

mte

la

so

cie

da

d e

ra u

n se

r sui generis

; p

ero

al

rech

aza

r a

la

fi

loso

fía

de

la

de

sce

nde

ncia

, su

po

nía

una

so

luci

ón

de

co

ntin

uid

ad

ent

re c

a-

da

esp

eci

e d

e s

ere

s co

mo

ent

re c

ad

a e

spe

cie

de

cie

ncia

s. N

o s

e e

nco

ntra

ba

e

nto

nce

s e

n b

uena

s co

ndic

ione

s p

ara

de

fini

r y

pa

ra c

onc

eb

ir a

ese

nue

vo

ser,

al

que

so

bre

aña

día

al

rest

o d

e l

a n

atu

rale

za.

¿De

nde

ve

nía

, y

a

qué

se

ase

me

jab

a?

A m

enu

do

lo

de

nom

ina

un

org

ani

smo

, p

ero

en

est

a e

x-

pre

sió

n no

ve

na

da

s q

ue u

na m

etá

fora

de

dud

oso

va

lor.

Co

mo

su

filo

so-

fía

le

im

pe

día

ve

r e

n la

so

cie

da

d l

a c

ont

inua

ció

n y

la

pro

long

aci

ón

de

lo

s se

res

infe

rio

res,

no

po

día

de

fini

rla

en

func

ión

de

est

os

últi

mo

s. P

or

lo t

ant

o,

¿dó

nde

se

po

drí

an

enc

ont

rar

los

ele

me

nto

s d

e u

na d

efi

nici

ón?

Pa

ra s

er

con-

secu

ent

e c

on

sus

pri

ncip

ios,

Co

mte

est

ab

a o

blig

ad

o a

ad

mit

ir q

ue e

ste

nue

-vo

re

ino

no

se

ase

me

ja a

lo

s p

rece

de

nte

s; y

de

he

cho

, si

bie

n a

cerc

a c

ienc

ia

5/12

6

socia

l a la

bio

log

ía, re

clam

ab

a p

ara

la p

rime

ra un m

éto

do

esp

ecia

l, dife

-re

nte d

e a

que

llos q

ue se

sigue

n en la

s otra

s ciencia

s po

sitivas. D

e a

hí que

la

socio

log

ía se

halla

ra a

nex

ad

a a

l resto

de

las cie

ncias, e

n vez d

e inte

gra

rse

a e

llas.

III

Es só

lo co

n Sp

ence

r que

esta

integ

ració

n se ha

rea

lizad

o d

efinitiva

-m

ente

. Sp

ence

r no se

conte

nta co

n seña

lar cie

rtas a

nalo

gía

s pre

ciosa

s entre

la

s socie

da

de

s y lo

s sere

s vivos: d

ecla

ra a

bie

rtam

ente

que

la so

cied

ad

es

un tipo

de

org

anism

o. C

om

o to

do

org

anism

o, na

ce d

e un g

erm

en, e

volucio

na

dura

nte cie

rto tie

mp

o, p

ara

lueg

o culm

inar e

n la d

isolució

n final. C

om

o to

do

o

rga

nismo

, resulta

de

l concurso

de

ele

me

ntos d

ifere

nciad

os, ca

da

uno d

e lo

s cua

les tie

ne su funció

n esp

ecia

l y q

ue, co

mp

letá

ndo

se uno

s a o

tros, co

nspi-

ran to

do

s hacia

un mism

o fin. A

ún má

s: en virtud

de

los p

rincipio

s ge

nera

les

de

su filoso

fía, e

sas se

me

janza

s ese

nciale

s de

bía

n ser p

ara

Sp

ence

r el índ

i-ce

de

una ve

rda

de

ra re

lació

n de

filiació

n. Si la

vida

socia

l recue

rda

los

rasg

os g

ene

rale

s de

la vid

a ind

ividua

l, es p

orq

ue p

rovie

ne d

e e

lla; si la

so

cied

ad

tiene

rasg

os co

mune

s con lo

s org

anism

os, e

s po

rque

ella

mism

a e

s un o

rga

nismo

transfo

rma

do

y p

erfe

cciona

do

. Al a

gre

ga

rse, la

s célula

s for-

ma

n a lo

s vivos, co

mo

al a

gre

ga

rse lo

s vivos fo

rma

n a la

s socie

da

de

s. Pe

ro

la se

gund

a e

volució

n es una

continua

ción d

e la

prim

era

, y la

única d

ifere

n-cia

es q

ue, a

finand

o ca

da

vez m

ás sus p

roce

dim

iento

s, log

ra p

oco

a p

oco

vo

lver m

ás fle

xib

le y

s libre

al a

gre

ga

do

org

ánico

, sin com

pro

me

ter su

unida

d.

Esta

verd

ad

tan sim

ple

ha p

rovo

cad

o sin e

mb

arg

o una

fuerte

po

lé-

mica

. Es cierto

que

pie

rde

su valo

r si se la

tom

a m

uy a

l pie

de

la le

tra, y

si se

ex

ag

era

su imp

orta

ncia. N

os e

staría

mo

s eng

aña

ndo

si, com

o lo

ha he

cho

Lilienfe

ld e

n sus Pensées sur la

science socia

le de l’a

venir [Ged

anken üb

er die

Socia

lwissencha

ft der Z

ukunft], nos im

ag

inam

os q

ue co

n esta

sola

ap

rox

ima

-ció

n se d

isipa

rán a

l instante

tod

os lo

s miste

rios d

e lo

s que

aún e

stán ro

de

a-

do

s los o

ríge

nes y

la na

turale

za d

e la

s socie

da

de

s, y q

ue b

asta

rá p

ara

ello

co

n trasla

da

r a la

socio

log

ía, d

elim

itánd

ola

s, las le

ye

s me

jor co

nocid

as d

e

la b

iolo

gía

. Si la

socio

log

ía e

xiste

, tiene

su mé

tod

o y

sus pro

pia

s ley

es. Lo

s he

chos so

ciale

s no p

ued

en e

xp

licarse

verd

ad

era

me

nte si no

es p

or o

tros

hecho

s socia

les, y

no se

da

rá cue

nta d

e e

llos co

n sólo

seña

lar su se

me

janza

co

n los he

chos b

ioló

gico

s, cuya

ciencia

ya

está

hecha

. La e

xp

licació

n que

co

rresp

ond

e a

ésto

s no p

ued

e a

da

pta

rse e

xa

ctam

ente

a a

qué

llos. La

evo

lu-ció

n no e

s una re

pe

tición m

onó

tona

. Ca

da

reino

de

la na

turale

za p

rese

nta

cierta

nove

da

d q

ue la

ciencia

de

be

cap

tar y

rep

rod

ucir, en lug

ar d

e b

o-

rrarla

. Pa

ra q

ue la

socio

log

ía te

nga

de

recho

a e

xistir, ha

ce fa

lta q

ue ha

ya

e

n el re

ino so

cial a

lgo

que

esca

pe

a la

investig

ació

n bio

lóg

ica.

P

ero

po

r otra

pa

rte, no

pue

de

olvid

arse

que

la a

nalo

gía

es un ins-

trume

nto p

recio

so p

ara

el co

nocim

iento

, e incluso

pa

ra la

investig

ació

n cien-

tífica. El e

spíritu no

pue

de

crea

r una id

ea

de

la na

da

. Sup

ong

am

os q

ue se

de

scubre

un ser co

mp

leta

me

nte nue

vo, sin a

nálo

go

en e

l resto

de

l mund

o;

sería

imp

osib

le p

ara

el e

spíritu p

ensa

rlo, no

se lo

po

dría

rep

rese

ntar m

ás

que

en funció

n de

alg

ún otro

que

ya

cono

ciera

. Lo q

ue lla

ma

mo

s una id

ea

nue

va no

es e

n rea

lida

d m

ás q

ue una

antig

ua id

ea

, que

hem

os re

toca

do

p

ara

ajusta

rla ta

n ex

acta

me

nte co

mo

sea

po

sible

al o

bje

to e

spe

cial q

ue

de

be

ex

pre

sar. P

or ta

nto, no

care

cía d

e inte

rés se

ñala

r una a

nalo

gía

rea

l e

ntre e

l org

anism

o ind

ividua

l y la

socie

da

d, no

sólo

po

rque

la im

ag

inació

n a

hora

sab

ría d

ónd

e a

po

ya

rse y

tend

ría có

mo

conce

bir a

l nuevo

ser e

n cues-

tión, sino

po

rque

la b

iolo

gía

se co

nvirtió p

ara

los so

ciólo

go

s en un ve

rda

de

-ro

teso

ro d

e e

nfoq

ues y

de

hipó

tesis, so

bre

las cuá

les sin d

uda

no tie

ne

de

recho

a a

pro

pia

rse a

gre

sivam

ente

, pe

ro q

ue p

or lo

me

nos p

ued

e e

xp

lo-

tar sa

bia

me

nte. En cie

rta m

ed

ida

, la p

rop

ia co

ncep

ción d

e la

ciencia

se

encue

ntra d

ete

rmina

da

de

este

mo

do

. Efectiva

me

nte, si lo

s hecho

s socia

les y

lo

s hecho

s bio

lóg

icos no

son m

ás q

ue d

istintos m

om

ento

s de

una m

isma

evo

-lució

n, lo m

ismo

de

be

ocurrir co

n las cie

ncias q

ue lo

s ex

plica

n. En otro

s tér-

mino

s, el m

arco

y lo

s pro

ced

imie

ntos d

e la

socio

log

ía, sin e

star ca

lcad

os

sob

re lo

s de

la b

iolo

gía

, de

be

n no o

bsta

nte te

nerlo

s en cue

nta.

P

or lo

tanto

la te

oría

de

Sp

ence

r, si sab

em

os se

rvirnos d

e e

lla, e

s m

uy fé

rtil en a

plica

cione

s. Al m

ismo

tiem

po

Sp

ence

r de

term

inó e

l ob

jeto

de

la

ciencia

socia

l con m

ás p

recisió

n de

lo q

ue lo

hab

ía he

cho C

om

te. Y

a no

ha

bla

de

la so

cied

ad

de

una m

ane

ra g

ene

ral y

ab

stracta

, sino q

ue d

istin-g

ue tip

os so

ciale

s dife

rente

s, a lo

s que

clasifica

en g

rupo

s y sub

grup

os d

i-ve

rge

ntes; y

pa

ra e

ncontra

r las le

ye

s que

busca

no e

lige

uno d

e e

sos g

ru-p

os co

n pre

fere

ncia so

bre

los o

tros, sino

que

supo

ne q

ue to

do

s tiene

n igua

l inte

rés p

ara

el inve

stiga

do

r. Si se

quie

ren o

bte

ner le

ye

s ge

nera

les d

e la

e

volució

n socia

l, ninguno

de

ello

s pue

de

de

secha

rse. Ta

mb

ién se

enco

ntrará

e

n sus Princip

ios d

e socio

logía

una im

po

nente

ab

unda

ncia d

e d

ocum

ento

s to

ma

do

s de

tod

as la

s historia

s, que

evid

encia

una ra

ra e

rudició

n en un filó

-so

fo. P

or o

tro la

do

, de

ja d

e fo

rmula

r el p

rob

lem

a so

cioló

gico

con la

vag

a

ge

nera

lida

d d

e A

ugusto

Co

mte

, sino q

ue d

istingue

tem

as e

spe

ciale

s, que

e

xa

mina

unos tra

s otro

s. Es de

este

mo

do

que

estud

ia suce

sivam

ente

a la

fa

milia

, el g

ob

ierno

cere

mo

nial, e

l go

bie

rno p

olítico

y la

s funcione

s ecle

siás-

ticas, y

se p

rop

one

continua

r seg

uida

me

nte, e

n la p

arte

tod

avía

inéd

ita d

e

su ob

ra, co

n los fe

nóm

eno

s eco

nóm

icos, e

l leng

uaje

y la

mo

ral.

6/12

7

Lam

ent

ab

lem

ent

e,

la e

jecu

ció

n d

e e

ste

va

sto

pro

gra

ma

no

re

spo

nde

d

el

tod

o a

la

s p

rom

esa

s q

ue d

eja

co

nce

bir

. La

ra

zón

es

que

Sp

enc

er,

de

ig

ual

mo

do

que

Aug

usto

Co

mte

, ha

ce m

eno

s la

bo

r d

e s

oci

ólo

go

que

de

fi

lóso

fo.

No

se

int

ere

sa e

n lo

s he

cho

s so

cia

les

mis

mo

s si

no p

ara

ve

rifi

car

en

ello

s la

gra

n hi

tesi

s q

ue h

a c

onc

eb

ido

, y

que

de

be

ex

plic

arl

o t

od

o.

Tod

os

los

do

cum

ent

os

que

acu

mul

a y

to

da

s la

s ve

rda

de

s e

spe

cia

les

que

enc

uent

ra

en

su c

am

ino

est

án

de

stin

ad

as

a m

ost

rar

que

la

s so

cie

da

de

s, a

l ig

ual

que

el

rest

o d

e l

as

cosa

s, s

e d

esa

rro

llan

conf

orm

e a

la

le

y d

e l

a e

volu

ció

n un

ive

r-sa

l. En

una

pa

lab

ra,

no e

s un

a s

oci

olo

gía

lo

que

de

be

bus

cars

e e

n su

lib

ro,

sino

s b

ien

una

filo

sofí

a d

e l

as

cie

ncia

s so

cia

les.

No

no

s p

reg

unta

rem

os

si

pue

de

o n

o h

ab

er

una

filo

sofí

a d

e l

as

cie

ncia

s, y

cuá

l e

s e

l in

teré

s q

ue p

ue-

da

te

ner.

En

tod

o c

aso

, só

lo e

s p

osi

ble

pa

ra l

as

cie

ncia

s co

nsti

tuid

as;

pe

ro l

a

soci

olo

gía

ap

ena

s e

stá

na

cie

ndo

. A

nte

s d

e a

bo

rda

r e

sto

s e

leva

do

s in

terr

o-

ga

nte

s ha

ría

fa

lta

ha

be

r re

sue

lto

de

ant

em

ano

una

mul

titu

d d

e o

tro

s, e

spe

-ci

ale

s y

pa

rtic

ula

res,

ap

ena

s p

lant

ea

do

s re

cie

nte

me

nte

. ¿C

óm

o e

s p

osi

ble

e

nco

ntra

r la

rmul

a s

upre

ma

de

la

vid

a s

oci

al

cua

ndo

se

ig

nora

cua

les

son

las

dif

ere

nte

s e

spe

cie

s d

e s

oci

ed

ad

es,

la

s fu

ncio

nes

pri

ncip

ale

s d

e c

ad

a u

na

de

ella

s, y

cuá

les

son

sus

ley

es?

Sp

enc

er,

es

cie

rto

, cr

ee

po

de

r a

bo

rda

r a

la

ve

z e

sto

s d

os

órd

ene

s d

e p

rob

lem

as:

de

sarr

olla

r a

la

ve

z e

l a

nális

is y

la

nte

sis,

fun

da

r un

a c

ienc

ia y

ha

cer

al

mis

mo

tie

mp

o s

u fi

loso

fía

. P

ero

, ¿n

o e

s a

lgo

im

pru

de

nte

int

ent

ar

tal

em

pre

sa?

¿Y a

qué

lle

ga

? O

bse

rva

lo

s he

cho

s,

pe

ro d

e m

ane

ra s

uma

ria

, a

pur

ad

o c

om

o e

stá

pa

ra l

leg

ar

al

fin

que

lo

a

tra

e.

Atr

avi

esa

una

mul

titu

d d

e p

rob

lem

as,

pe

ro n

o s

e d

eti

ene

s q

ue u

n in

sta

nte

en

cad

a u

no d

e e

llos,

a p

esa

r d

e q

ue n

o h

ay

uno

que

no

est

é p

re-

ñad

o d

e d

ific

ulta

de

s. S

u Sociología

es

com

o u

na m

ira

da

a l

as

soci

ed

ad

es

a

vue

lo d

e p

ája

ro.

Los

sere

s no

pre

sent

an

ya

el

relie

ve,

el

dis

eño

ne

tam

ent

e

aca

ba

do

que

tie

nen

en

la r

ea

lida

d.

Se

co

nfun

de

n to

do

s e

n e

l se

no d

e u

n m

ism

o t

inte

uni

form

e q

ue s

ólo

de

ja t

rasp

asa

r lin

ea

mie

nto

s in

de

ciso

s.

S

e a

dvi

ert

e a

qué

co

nclu

sio

nes

pue

de

co

nduc

ir u

n e

xa

me

n ta

n p

re-

cip

ita

do

, y

en

qué

pue

de

co

nsis

tir

la f

órm

ula

úni

ca q

ue a

ba

rque

y r

esu

ma

to

da

s e

sas

solu

cio

nes

pa

rtic

ula

res.

Va

ga

y f

lota

nte

, no

ex

pre

sa d

e l

as

cosa

s m

ás

que

su

form

a e

xte

rio

r y

s g

ene

ral.

Ya

se

tra

te d

e l

a f

am

ilia

o d

e l

os

go

bie

rno

s, d

e l

a r

elig

ión

o d

el

com

erc

io,

Sp

enc

er

cre

e e

nco

ntra

r e

n to

da

s p

art

es

la m

ism

a l

ey

. En

to

da

s p

art

es

cre

e v

er

a l

as

soci

ed

ad

es

pa

sar

s o

m

eno

s le

nta

me

nte

de

l ti

po

mili

tar

al

tip

o i

ndus

tria

l, d

e u

n e

sta

do

en

el

que

la

dis

cip

lina

so

cia

l e

s m

uy f

uert

e a

otr

o e

sta

do

en

el

que

ca

da

uno

se

ha

ce

a s

í m

ism

o s

u p

rop

ia d

isci

plin

a.

¿En

verd

ad

no

ha

brí

a o

tra

co

sa e

n la

his

to-

ria

, y

to

do

el

em

pe

ño q

ue h

a p

uest

o l

a h

uma

nid

ad

de

sde

ha

ce s

iglo

s no

ha

brí

a t

eni

do

otr

o e

fect

o q

ue e

l d

e s

upri

mir

cie

rto

s d

ere

cho

s d

e a

dua

na y

p

rocl

am

ar

la l

ibe

rta

d d

e l

a e

spe

cula

ció

n? S

erí

a e

ste

un

resu

lta

do

ba

sta

nte

p

ob

re p

ara

ta

n co

losa

l e

sfue

rzo

. ¿E

s e

nto

nce

s ta

n p

esa

da

la

so

lida

rid

ad

que

no

s un

e a

lo

s o

tro

s ho

mb

res,

que

to

da

la

fin

alid

ad

de

l p

rog

reso

co

nsis

te

en

volv

erl

a u

n p

oco

s liv

iana

? En

otr

os

térm

ino

s: ¿

el

ide

al

de

la

s so

cie

da

-d

es

serí

a e

se i

ndiv

idua

lism

o f

ero

z, q

ue p

ara

Ro

usse

au

est

ab

a e

n su

s in

icio

s,

y l

a p

olít

ica

po

siti

va n

o s

erí

a m

ás

que

la

de

l Contrato social

inve

rtid

a?

Lle

-va

do

po

r su

pa

sió

n d

e g

ene

raliz

ar,

y q

uizá

s ta

mb

ién

po

r su

s p

reju

icio

s d

e

ing

lés,

Sp

enc

er

ha t

om

ad

o a

l co

ntin

ent

e p

or

el

cont

eni

do

. N

o h

ay

dud

as

de

que

el

ind

ivid

uo e

s m

ás

libre

ho

y e

n d

ía q

ue d

e l

o q

ue l

o e

ra e

n e

l p

asa

do

, y

est

á b

ien

que

así

se

a.

Pe

ro s

i la

lib

ert

ad

tie

ne t

ant

o v

alo

r no

es

po

r sí

m

ism

a,

po

r un

a s

uert

e d

e v

irtu

d i

nte

rna

que

lo

s m

eta

físi

cos

le a

trib

uye

n co

n a

gra

do

, p

ero

que

un

filó

sofo

po

siti

vo n

o p

ued

e r

eco

noce

rle

. N

o e

s un

bie

n a

bso

luto

de

l q

ue j

am

ás

se p

od

ría

te

ner

de

ma

sia

do

. S

u va

lor

le v

iene

de

lo

s fr

uto

s q

ue t

rae

, y

es

po

r e

llo q

ue s

e e

ncue

ntra

est

rech

am

ent

e l

imit

ad

a.

Ne

-ce

sari

a p

ara

pe

rmiti

r a

l in

div

iduo

aco

mo

da

r su

vid

a p

ers

ona

l d

e a

cue

rdo

a

sus

nece

sid

ad

es,

no

se

ex

tie

nde

s le

jos.

Pe

ro m

ás

allá

de

est

a p

rim

era

e

sfe

ra e

xis

te o

tra

muc

ho m

ás

vast

a,

en

la q

ue e

l in

div

iduo

se

mue

ve t

am

-b

ién

con

refe

renc

ia a

fin

es

que

lo

sup

era

n, q

ue s

e l

e e

sca

pa

n in

clus

o l

as

s d

e l

as

vece

s. A

quí

, e

vid

ent

em

ent

e,

ya

no

pue

de

te

ner

la i

nici

ati

va d

e s

us

mo

vim

ient

os,

no

ha

ce m

ás

que

re

cib

irlo

s o

suf

rirl

os.

La

lib

ert

ad

ind

ivid

ual,

po

r lo

ta

nto

, se

enc

uent

ra l

imit

ad

a s

iem

pre

y e

n to

da

s p

art

es

po

r la

co

er-

ció

n so

cia

l, y

a s

ea

que

to

me

la

fo

rma

de

co

stum

bre

s, h

áb

ito

s, l

ey

es

o r

e-

gla

me

nto

s. Y

co

mo

a m

ed

ida

que

la

so

cie

da

de

s se

vue

lve

n m

ás

volu

min

osa

s,

la e

sfe

ra d

e a

cció

n d

e l

a s

oci

ed

ad

aum

ent

a a

l m

ism

o t

iem

po

que

la

de

l in

div

iduo

, te

nem

os

de

rech

o a

re

pro

cha

rle

a S

pe

nce

r no

ha

be

r vi

sto

s q

ue

una

ca

ra d

e l

a r

ea

lida

d,

qui

zás

incl

uso

la

me

nos

rele

vant

e,

y h

ab

er

de

sco

-no

cid

o e

n la

s so

cie

da

de

s lo

pro

pia

me

nte

so

cia

l q

ue s

e e

ncue

ntra

en

ella

s.

IV

El f

raca

so d

e e

ste

ens

ay

o d

e s

ínte

sis

de

mo

stra

ba

la

ne

cesi

da

d d

e

que

lo

s so

ció

log

os

lleg

ara

n fi

nalm

ent

e a

lo

s e

stud

ios

de

pre

cisi

ón

y d

eta

lle.

Es l

o q

ue h

a c

om

pre

ndid

o A

lfre

d E

spin

as,

y e

s e

l m

éto

do

que

ha

se

gui

do

en

su l

ibro

so

bre

la

s Socied

ades a

nimales.

Es

el

pri

me

ro q

ue h

a e

stud

iad

o l

os

hech

os

soci

ale

s p

ara

ha

cer

cie

ncia

co

n e

llos,

y n

o p

ara

ase

gur

ar

la s

ime

tría

d

e u

n g

ran

sist

em

a f

ilosó

fico

. En

lug

ar

de

lim

ita

rse

a m

ira

da

s d

e c

onj

unto

so

bre

la

so

cie

da

d e

n g

ene

ral,

se i

mp

uso

el

est

udio

de

un

tip

o s

oci

al

en

pa

r-ti

cula

r, l

ueg

o h

a d

isti

ngui

do

cla

ses

y e

spe

cie

s e

n e

l se

no d

e e

se m

ism

o t

ipo

, lo

s ha

de

scri

to c

on

esm

ero

, y

es

de

est

a o

bse

rva

ció

n d

e l

os

hech

os

que

ha

in

duc

ido

cie

rta

s le

ye

s, d

e l

as

que

ha

te

nid

o e

l cu

ida

do

de

re

stri

ngir

su

ge

ne-

ralid

ad

al

ord

en

esp

eci

al

de

fe

nóm

eno

s e

stud

iad

os.

Su

libro

co

nsti

tuy

e e

l p

rim

er

cap

ítul

o d

e l

a Sociología

.

7/12

8

Lo q

ue Esp

inas hizo

po

r las so

cied

ad

es a

nima

les, un e

studio

so a

le-

n se p

rop

uso ha

cerlo

pa

ra la

s socie

da

de

s huma

nas, o

s bie

n pa

ra lo

s p

ueb

los m

ás a

vanza

do

s de

Europ

a co

ntem

po

ráne

a. A

lbe

rt Scha

effle

consa

-g

ró lo

s cuatro

gra

nde

s tom

os d

e su B

au und

Leben d

es socia

les Körpers a

un a

nálisis m

inucioso

de

nuestra

s gra

nde

s socie

da

de

s mo

de

rnas. A

quí, d

e te

o-

rías p

oco

y na

da

. Es cierto

que

Scha

effle

com

ienza

po

stuland

o e

n princip

io

que

la so

cied

ad

no e

s una sim

ple

cole

cción d

e ind

ividuo

s, sino un se

r que

tie

ne su vid

a, su co

nciencia

, sus intere

ses y

su historia

. Po

r otra

pa

rte e

sta

ide

a, sin la

cual no

ex

iste cie

ncia so

cial, ha

esta

do

siem

pre

muy

viva e

n A

lem

ania

, sólo

eclip

sad

a d

urante

el co

rto m

om

ento

en q

ue e

l individ

ualism

o

kantia

no re

inó ind

iscutido

. El ale

n tiene

de

ma

siad

o p

rofund

o e

l sentim

ien-

to d

e la

com

ple

jida

d d

e la

s cosa

s com

o p

ara

po

de

r conte

ntarse

tranq

uila-

me

nte co

n una so

lución d

em

asia

do

simp

lista. La

teo

ría q

ue a

pro

xim

a a

la

socie

da

d a

los se

res vivo

s de

bía

po

r lo ta

nto se

r bie

n recib

ida

po

r Ale

ma

-nia

, ya

que

le p

erm

itía vo

lverla

s pe

rcep

tiva a

una id

ea

que

ap

recia

ba

d

esd

e ha

cía tie

mp

o. S

chae

ffle la

ace

pta

sin dud

ar, p

ero

no ha

ce d

e e

lla e

l p

rincipio

de

su mé

tod

o. To

ma

de

la b

iolo

gía

cierta

s ex

pre

sione

s técnica

s, de

p

ertine

ncia a

vece

s discutib

le, p

ero

su pre

ocup

ació

n do

mina

nte e

s ubica

rse

lo m

ás ce

rca p

osib

le d

e lo

s hecho

s socia

les, o

bse

rvarlo

s en sí m

ismo

s, verlo

s ta

l cual so

n, y re

pro

ducirlo

s tal cua

l los ve

. De

smo

nta e

l eno

rme

me

canism

o

de

nuestra

s socie

da

de

s mo

de

rnas, p

ieza

po

r pie

za, cue

nta sus e

ngra

naje

s y

ex

plica

el funcio

nam

iento

. Allí e

s que

po

de

mo

s ver, d

ifere

nciad

os y

clasifi-

cad

os, la

multitud

de

lazo

s de

tod

o tip

o q

ue, invisib

les, no

s sujeta

n unos a

o

tros; có

mo

las unid

ad

es so

ciale

s se co

ord

inan e

ntre sí d

e m

ane

ra d

e fo

r-m

ar g

rupo

s cad

a ve

z má

s com

ple

jos; y

finalm

ente

cóm

o d

e la

s accio

nes y

re

accio

nes q

ue se

pro

duce

n en e

l seno

de

eso

s grup

os se

de

spre

nde

po

co a

p

oco

un cierto

núme

ro d

e id

ea

s com

unes, q

ue so

n com

o la

concie

ncia d

e la

so

cied

ad

. Cua

ndo

se ha

leíd

o e

ste lib

ro, ¡q

ué e

xig

ua y

ma

gra

pa

rece

la

construcció

n de

Sp

ence

r, al la

do

de

las riq

ueza

s de

la re

alid

ad

, y có

mo

la

ele

ga

nte sim

plicid

ad

de

su do

ctrina p

ierd

e e

n valo

r, com

pa

rad

a co

n este

p

acie

nte y

lab

orio

so a

nálisis! S

in dud

a, se

le p

od

ría re

pro

char a

Scha

effle

e

l ecle

cticismo

alg

o flo

tante

de

su do

ctrina. S

ob

re to

do

se le

po

dría

rep

ro-

char cre

er d

em

asia

do

en la

influencia

de

las id

ea

s clara

s sob

re la

cond

ucta

huma

na, ha

cerle

juga

r a la

intelig

encia

refle

xiva

un rol d

em

asia

do

gra

nde

e

n la e

volució

n de

la hum

anid

ad

, y p

or co

nsiguie

nte co

nced

er d

em

asia

do

lug

ar e

n su mé

tod

o a

l razo

nam

iento

y a

las e

xp

licacio

nes ló

gica

s. Po

r últi-m

o, e

s po

sible

halla

r que

el ca

mp

o d

e e

studio

s que

se ha

asig

nad

o e

s muy

va

sto, q

uizás d

em

asia

do

vasto

pa

ra q

ue la

ob

serva

ción p

ued

a a

plica

rse a

l m

ismo

con rig

or. N

o e

s me

nos cie

rto q

ue su lib

ro e

stá g

uiad

o p

or e

ntero

po

r un

tod

o p

rop

iam

ente

científico

, y

constituy

e

un ve

rda

de

ro

trata

do

de

so

ciolo

gía

po

sitiva.

Este m

ismo

tod

o ha

sido

ap

licad

o p

or o

tros e

studio

sos, ta

mb

ién

ale

ma

nes, p

ara

el e

studio

de

do

s funcione

s socia

les e

n pa

rticular, e

l de

re-

cho y

la e

cono

mía

po

lítica. En lug

ar d

e p

artir d

e la

natura

leza

de

l hom

bre

p

ara

de

ducir d

e e

lla su cie

ncia, co

mo

hace

n los e

cono

mista

s orto

do

xo

s, la

escue

la a

lem

ana

se e

sfuerza

po

r ob

serva

r los he

chos e

conó

mico

s tal y

com

o

se p

rese

ntan e

n la re

alid

ad

. Tal e

s el p

rincipio

de

esta

do

ctrina, a

la q

ue se

ha

llam

ad

o ind

istintam

ente

socia

lismo

de

cáte

dra

o so

cialism

o d

e Esta

do

. Si

se inclina

ab

ierta

me

nte ha

cia cie

rto so

cialism

o e

s po

rque

, cuand

o se

intenta

ve

r las co

sas ta

l com

o so

n, se co

nstata

que

de

hecho

en to

da

s las so

cied

a-

de

s cono

cida

s los fe

nóm

eno

s eco

nóm

icos so

bre

pa

san la

esfe

ra d

e a

cción d

el

individ

uo; q

ue no

constituy

en una

función d

om

éstica

, sino so

cial. La

socie

da

d,

rep

rese

ntad

a p

or e

l Estad

o, no

pue

de

po

r lo ta

nto d

esinte

resa

rse y

ab

an-

do

narla

po

r ente

ro a

la lib

re inicia

tiva d

e lo

s pa

rticulare

s, sin contro

l alg

u-no

. Es así q

ue e

l mé

tod

o d

e W

ag

ner y

Schm

olle

r, po

r no cita

r má

s que

a lo

s je

fes d

e la

escue

la, lo

s cond

ujo ne

cesa

riam

ente

a ha

cer d

e la

eco

nom

ía

po

lítica una

ram

a d

e la

ciencia

socia

l, y a

ad

op

tar co

mo

do

ctrina un so

cia-

lismo

mitig

ad

o.

A

l mism

o tie

mp

o, cie

rtos jurista

s de

scubrie

ron e

n el d

ere

cho la

ma

te-

ria d

e una

nueva

ciencia

. Ha

sta a

quí, e

l de

recho

no ha

bía

sido

ob

jeto

s q

ue d

e d

os tip

os d

e tra

ba

jos. P

or un la

do

, esta

ba

n los jurista

s de

pro

fesió

n, q

uiene

s sólo

se o

cupa

ba

n de

com

enta

r las fó

rmula

s jurídica

s pa

ra e

stab

le-

cer su se

ntido

y su a

lcance

. Po

r otro

lad

o, e

stab

an lo

s filóso

fos, lo

s cuale

s, sin a

tribuir m

ás q

ue una

imp

orta

ncia m

ed

iana

a e

sas le

ye

s huma

nas, m

ani-

festa

ción co

ntinge

nte d

e la

ley

mo

ral unive

rsal, se

pro

po

nían e

ncontra

r los

princip

ios e

terno

s de

l de

recho

y la

mo

ral, única

me

nte m

ed

iante

la fue

rza d

e

la intuició

n y d

el ra

zona

mie

nto. A

hora

bie

n, la inte

rpre

tació

n de

los te

xto

s co

nstituye

un arte

, no una

ciencia

, pue

sto q

ue no

ap

unta a

de

scubrir le

ye

s; y

en cua

nto a

esa

s gra

nde

s esp

ecula

cione

s, no p

ued

en te

ner m

ás q

ue un va

lor

y un inte

rés m

eta

físicos. P

or lo

tanto

, los fe

nóm

eno

s jurídico

s no e

ran e

l ob

je-

to d

e ning

una cie

ncia p

rop

iam

ente

dicha

, y e

llo sin ra

zón. Es e

sa la

guna

la

que

han inte

ntad

o co

lma

r Jhering

y P

ost. U

no y

otro

, aunq

ue p

erte

necie

ndo

a e

scuela

s filosó

ficas m

uy d

istintas, se

han p

rop

uesto

inducir la

s ley

es g

ene

-ra

les d

el d

ere

cho a

pa

rtir de

la co

mp

ara

ción d

e lo

s tex

tos d

e le

ye

s y co

s-tum

bre

s. No

pue

do

aq

uí ex

po

ner, ni so

bre

tod

o a

pre

ciar, lo

s resulta

do

s de

sus a

nálisis. C

uale

squie

ra q

ue fue

sen, sin e

mb

arg

o, lo

cierto

es q

ue e

ste

do

ble

mo

vimie

nto, e

conó

mico

y juríd

ico, sup

one

un imp

orta

nte p

rog

reso

. La

socio

log

ía y

a no

ap

are

ce co

mo

una sue

rte d

e cie

ncia d

el co

njunto g

ene

ral y

confusa

, que

com

pre

nde

casi a

la to

talid

ad

de

las co

sas, sino

que

se la

ve

escind

irse e

n un cierto

núme

ro d

e cie

ncias e

spe

ciale

s que

se re

fiere

n a p

ro-

ble

ma

s cad

a ve

z má

s de

term

inad

os. Lue

go

, com

o la

eco

nom

ía p

olítica

está

fund

ad

a d

esd

e ha

ce tie

mp

o, a

unque

tam

bié

n de

sde

hace

tiem

po

lang

uide

-

8/12

9

ce,

y c

om

o l

a c

ienc

ia d

el

de

rech

o,

a p

esa

r d

e s

er

s nu

eva

, no

es

en

de

fi-

niti

va m

ás

que

una

tra

nsfo

rma

ció

n d

e l

a a

ntig

ua f

iloso

fía

de

l d

ere

cho

, la

so

cio

log

ía,

gra

cia

s a

sus

la

zos

con

est

as

do

s ci

enc

ias,

pie

rde

ese

air

e d

e

rep

ent

ina

im

pro

visa

ció

n q

ue t

ení

a h

ast

a a

quí

, y

que

po

r m

om

ent

os

hab

ía

hech

o d

uda

r d

e s

u p

orv

eni

r. Y

a n

o p

are

ce h

ab

er

salid

o u

n d

ía d

e l

a n

ad

a,

com

o p

or

mila

gro

, si

no q

ue a

hora

po

see

sus

ant

ece

de

nte

s hi

stó

rico

s, s

e c

o-

nect

a c

on

el

pa

sad

o y

pue

de

ve

rse

de

qué

mo

do

ha

sur

gid

o p

oco

a p

oco

p

or

un d

esa

rro

llo r

eg

ula

r, a

l ig

ual

que

la

s o

tra

s ci

enc

ias.

V

H

e a

quí

, S

res.

, e

n q

ué s

e h

a c

onv

ert

ido

la

so

cio

log

ía e

n nu

est

ros

dí-

as;

ta

les

son

las

pri

ncip

ale

s e

tap

as

de

su

de

sarr

ollo

. La

ha

n vi

sto

na

cer

con

los

eco

nom

ista

s, c

ons

titu

irse

co

n C

om

te,

cons

olid

ars

e c

on

Sp

enc

er,

esp

eci

ali-

zars

e c

on

los

juri

sta

s y

eco

nom

ista

s a

lem

ane

s; d

e e

ste

co

rto

re

sum

en

de

su

hist

ori

a p

ued

en

conc

luir

Ud

s. m

ism

os

los

pro

gre

sos

que

le

re

sta

n p

or

hace

r.

Tie

ne u

n o

bje

to n

eta

me

nte

de

fini

do

y u

n m

éto

do

pa

ra e

stud

iarl

o.

El o

bje

to,

son

los

hech

os

soci

ale

s; e

l m

éto

do

, e

s la

ob

serv

aci

ón

y l

a e

xp

eri

me

nta

ció

n in

dir

ect

a,

en

otr

os

térm

ino

s, e

l m

éto

do

co

mp

ara

tivo

. Lo

que

fa

lta

aho

ra e

s tr

aza

r e

l m

arc

o g

ene

ral

de

la

cie

ncia

y m

arc

ar

sus

div

isio

nes

ese

ncia

les.

Es

ta l

ab

or

no s

ólo

es

útil

pa

ra u

na b

uena

org

ani

zaci

ón

de

lo

s e

stud

ios,

sin

o

que

tie

ne u

n p

rop

ósi

to m

ás

ele

vad

o.

Una

cie

ncia

lo e

stá

ve

rda

de

ram

ent

e

cons

titu

ida

cua

ndo

se

enc

uent

ra d

ivid

ida

y s

ubd

ivid

a,

cua

ndo

co

mp

rend

e u

n ci

ert

o n

úme

ro d

e p

rob

lem

as

dif

ere

nte

s y

so

lida

rio

s un

os

con

otr

os.

Es

nece

-sa

rio

que

pa

se d

e e

se e

sta

do

de

ho

mo

ge

neid

ad

co

nfus

a e

n e

l q

ue h

a c

o-

me

nza

do

a u

na h

ete

rog

ene

ida

d d

ife

renc

iad

a y

ord

ena

da

. En

ta

nto

se

re

-d

uzca

a u

na o

va

ria

s cu

est

ione

s g

ene

rale

s, s

ólo

atr

ae

a l

as

inte

lige

ncia

s m

uy p

rocl

ive

s a

la

sín

tesi

s: a

pe

nas

la c

ienc

ia s

e c

onv

iert

e e

n e

l o

bje

to p

ro-

pio

de

est

as

inte

lige

ncia

s y

pa

rece

co

nfun

dir

se c

on

ella

s, é

sta

s se

ap

od

era

n d

e e

lla y

la

ma

rca

n co

n su

fue

rte

im

pro

nta

. A

l se

r un

a o

bra

pe

rso

nal,

no

imp

lica

co

lab

ora

ció

n. S

e p

ued

en

ace

pta

r o

re

cha

zar

est

as

gra

nde

s te

orí

as,

m

od

ific

arl

as

en

de

talle

s, a

plic

arl

as

a c

iert

os

caso

s p

art

icul

are

s, p

ero

na

da

se

le

pue

de

ag

reg

ar,

po

rque

to

do

lo

co

mp

rend

en

y t

od

o l

o a

ba

rca

n. P

or

el

cont

rari

o,

al

volv

ers

e m

ás

esp

eci

al

la c

ienc

ia s

e a

pro

xim

a m

ucho

s a

la

s co

sas,

que

so

n, t

am

bié

n, e

spe

cia

les;

se

vue

lve

s o

bje

tiva

, m

ás

imp

ers

ona

l, y

po

r co

nsig

uie

nte

acc

esi

ble

a l

a v

ari

ed

ad

de

lo

s ta

lent

os,

a t

od

os

los

tra

-b

aja

do

res

con

bue

na v

olu

nta

d.

P

ara

est

a o

pe

raci

ón

pue

de

pa

rece

r te

nta

do

r p

roce

de

r ló

gic

am

en-

te,

de

sco

mp

oni

end

o e

sta

cie

ncia

sig

uie

ndo

sus

art

icul

aci

one

s na

tura

les,

co

mo

d

ecí

a P

lató

n. P

ero

evi

de

nte

me

nte

est

o s

erí

a f

alla

r e

n nu

est

ro p

rop

ósi

to,

ya

que

de

be

mo

s a

naliz

ar

una

co

sa,

una

re

alid

ad

, y

no

est

arí

am

os

ana

liza

ndo

m

ás

que

a u

n co

nce

pto

. U

na c

ienc

ia e

s, t

am

bié

n, u

na s

uert

e d

e o

rga

nism

o.

Po

de

mo

s o

bse

rva

r có

mo

est

á f

orm

ad

a y

pe

rfila

r su

ana

tom

ía,

pe

ro n

o i

m-

po

nerl

e t

al

o c

ual

pla

n d

e c

om

po

sici

ón

po

r e

l he

cho

de

que

sa

tisfa

ga

me

jor

a l

a l

óg

ica

. S

e d

ivid

e a

mis

ma

, a

me

did

a q

ue s

e c

ons

titu

ye

, y

no

po

de

mo

s si

no r

ep

rod

ucir

la

s d

ivis

ione

s q

ue n

atu

ralm

ent

e a

sí s

e p

rod

uce

n, v

olv

iénd

ola

s m

ás

cla

ras

al

tom

ar

conc

ienc

ia d

e e

llas.

Es

nece

sari

o p

roce

de

r co

n e

sta

p

reca

ució

n so

bre

to

do

cua

ndo

se

tra

ta d

e u

na c

ienc

ia a

pe

nas

ad

ulta

, cu

ya

s fo

rma

s ti

ene

n to

da

vía

alg

o d

e t

iern

o e

inc

ons

iste

nte

.

Po

r lo

ta

nto

, si

ap

lica

mo

s e

ste

tod

o a

la

cie

ncia

so

cia

l, o

bte

ndre

-m

os

los

sig

uie

nte

s re

sult

ad

os:

1

° Ex

iste

n e

n to

da

so

cie

da

d u

n nú

me

ro d

e i

de

as

y s

ent

imie

nto

s co

mun

es

que

la

s g

ene

raci

one

s se

tra

nsm

ite

n un

as

a o

tra

s, y

que

ase

gur

an

a l

a

vez

la u

nid

ad

y l

a c

ont

inui

da

d d

e l

a v

ida

co

lect

iva

. Ta

les

son

las

le-

ye

nda

s p

op

ula

res,

la

s tr

ad

icio

nes

relig

iosa

s, l

as

cre

enc

ias

po

lític

as,

el

leng

uaje

, e

tc.

Tod

os

est

os

fenó

me

nos

son

de

l o

rde

n p

sico

lóg

ico

, p

ero

no

co

mp

ete

n a

la

psi

colo

gía

ind

ivid

ual,

ya

que

so

bre

pa

san

infi

nita

-m

ent

e a

l in

div

iduo

. D

eb

en

po

r ta

nto

se

r e

l o

bje

to d

e u

na c

ienc

ia e

s-p

eci

al

enc

arg

ad

a d

e d

esc

rib

irlo

s y

de

bus

car

sus

cond

icio

nes:

po

drí

a

llam

árs

ela

psico

logía social.

Es l

a V

ölkerpsychologie

de

lo

s a

lem

ane

s.

Si

s a

rrib

a n

o h

em

os

me

ncio

nad

o l

os

inte

resa

nte

s tr

ab

ajo

s d

e L

a-

zaru

s y

de

Sta

ntha

l, e

s q

ue h

ast

a a

hora

no

ha

n o

fre

cid

o r

esu

lta

do

s.

La V

ölkerpsychologie

, a

sí c

om

o e

llos

la e

ntie

nde

n, n

o e

s m

ás

que

un

nue

va d

eno

min

aci

ón

pa

ra d

esi

gna

r la

lin

güí

stic

a g

ene

ral

y l

a f

iloso

fía

co

mp

ara

da

. 2

° C

iert

os

juic

ios,

que

so

n a

dm

itid

os

po

r la

uni

vers

alid

ad

de

lo

s ci

uda

-d

ano

s, p

rese

nta

n a

de

s e

l d

ob

le c

ará

cte

r d

e r

efe

rirs

e a

la

s fo

rma

s d

e a

ctua

r y

de

se

r o

blig

ato

rio

s. E

jerc

en

una

sue

rte

de

asc

end

ient

e

sob

re l

as

volu

nta

de

s, q

ue s

e s

ient

en

com

o f

orz

ad

as

a c

onf

orm

ars

e a

e

llos.

Se

re

cono

cen

ba

jo e

sto

s ra

sgo

s a

la

s p

rop

osi

cio

nes

que

en

con-

junt

o c

ons

titu

ye

n la

mo

ral.

Po

r lo

co

mún

no

se

ve

en

la m

ora

l m

ás

que

un

art

e,

cuy

o f

in s

erí

a t

raza

r un

pla

n d

e c

ond

ucta

id

ea

l p

ara

lo

s ho

mb

res.

Pe

ro l

a c

ienc

ia d

e l

a m

ora

l d

eb

e p

rece

de

r a

su

art

e.

Esta

ci

enc

ia t

iene

co

mo

ob

jeto

est

udia

r la

s m

áx

ima

s y

la

s cr

ee

ncia

s m

ora

-le

s co

mo

fe

nóm

eno

s na

tura

les,

de

lo

s q

ue b

usca

sus

ca

usa

s y

sus

le

ye

s.

Alg

una

s d

e e

sta

s m

áx

ima

s ti

ene

n un

a f

uerz

a t

an

ob

liga

tori

a q

ue l

a

soci

ed

ad

im

pid

e q

ue s

ea

n d

ero

ga

da

s m

ed

iant

e m

ed

ida

s p

reci

sas.

No

d

eja

a l

a o

pin

ión

púb

lica

el

cuid

ad

o d

e g

ara

ntiz

ar

su r

esp

eto

, si

no

9/12

10

que

se

lo

e

ncarg

a

a

rep

rese

ntante

s e

spe

cialm

ente

a

utoriza

do

s. C

uand

o to

ma

n este

cará

cter p

articula

rme

nte im

pe

rioso

, los juicio

s mo

-ra

les se

convie

rten e

n fórm

ulas juríd

icas. C

om

o he

mo

s dicho

, ex

iste

una cie

ncia d

el d

ere

cho a

sí com

o e

xiste

una cie

ncia d

e la

mo

ral, y

en-

tre e

stas d

os cie

ncias e

xiste

n continuo

s conta

ctos. S

i que

rem

os lle

var

la d

ivisión a

ún má

s lejo

s, po

dría

mo

s reco

noce

r en la

ciencia

de

l de

re-

cho d

os cie

ncias p

articula

res, a

sí com

o ha

y d

os d

ere

chos, uno

pe

nal y

o

tro q

ue no

lo e

s. Utilizo

a p

rop

ósito

ex

pre

sione

s muy

ge

nera

les, q

ue

no p

rejuzg

an la

imp

orta

nte cue

stión co

n la q

ue m

ás a

de

lante

nos re

-e

ncontra

rem

os. S

e d

istingue

n así, d

e una

pa

rte, la

ciencia

de

l de

recho

p

rop

iam

ente

dicho

, y d

e o

tra a

la crim

inolo

gía

. 4

° Fina

lme

nte, e

xiste

n lo q

ue se

ha co

me

nzad

o a

llam

ar fe

nóm

eno

s eco

-nó

mico

s. La cie

ncia q

ue lo

s estud

ia y

a no

nece

sita se

r crea

da

, pe

ro

pa

ra q

ue se

convie

rta e

n una cie

ncia p

ositiva

y co

ncreta

, de

be

renun-

ciar a

esa

auto

nom

ía d

e la

que

tan o

rgullo

sa se

siente

, pa

ra co

nver-

tirse e

n una cie

ncia so

cial. N

o se

trata

de

una sim

ple

refo

rma

de

ca-

tálo

go

, sino d

e sa

car a

la e

cono

mía

po

lítica d

e su a

islam

iento

pa

ra

hace

r de

ella

una ra

ma

de

la so

ciolo

gía

. Su m

éto

do

y su d

octrina

se

verá

n alte

rad

os a

l mism

o tie

mp

o.

Este

inventa

rio d

ista d

e se

r com

ple

to. P

ero

en e

l actua

l esta

do

de

la

socio

log

ía, una

clasifica

ción q

ue se

pre

senta

se co

mo

de

finitiva no

po

dría

ser

s que

arb

itraria

. El ma

rco g

ene

ral d

e una

ciencia

que

recié

n está

en

pro

ceso

de

conso

lida

rse no

pue

de

tene

r nad

a d

e rig

ide

z: al co

ntrario

, es

imp

orta

nte q

ue p

erm

ane

zca a

bie

rto a

las nue

vas a

dq

uisicione

s. Es así q

ue

no he

mo

s hab

lad

o ni d

el e

jército

ni de

la d

iplo

ma

cia, q

ue so

n sin em

ba

rgo

fe

nóm

eno

s socia

les, d

e lo

s que

es p

osib

le ha

cer su cie

ncia. S

ólo

que

esta

cie

ncia no

ex

iste a

ún, ni siquie

ra e

n esta

do

em

brio

nario

. Pe

ro cre

o q

ue m

ás

vale

priva

rse d

el p

lace

r siem

pre

fácil d

e e

sbo

zar a

gra

nde

s rasg

os e

l pla

n d

e una

ciencia

que

de

be

ser co

nstruida

po

r ente

ro, o

pe

ració

n esté

ril si no e

s re

aliza

da

con una

ma

estría

ge

nial. H

aría

mo

s ob

ra m

ás útil o

cupá

ndo

nos

sola

me

nte d

e lo

s fenó

me

nos q

ue ha

n servid

o d

e m

ate

rial p

ara

las cie

ncias

ya

constituid

as. A

quí a

l me

nos no

tene

mo

s má

s que

continua

r una la

bo

r ya

co

me

nzad

a e

n la q

ue, e

n cierta

me

did

a, e

l pa

sad

o g

ara

ntiza e

l po

rvenir.

Pe

ro ca

da

uno d

e lo

s grup

os d

e fe

nóm

eno

s que

aca

ba

mo

s de

dis-

tinguir p

od

ría se

r ex

am

inad

o suce

sivam

ente

ba

jo d

os p

untos d

e vista

dife

-re

ntes, d

and

o a

sí orig

en a

do

s ciencia

s. Ca

da

una d

e e

llos co

nsiste e

n un cie

rto núm

ero

de

accio

nes co

ord

inad

as co

n un ob

jetivo

en vista

, y co

mo

tale

s se

las p

od

ría e

studia

r; o b

ien se

pre

ferirá

estud

iar a

la e

ntida

d e

ncarg

ad

a

de

cump

lir esta

s accio

nes. En o

tros té

rmino

s, se inve

stiga

rá ta

nto cuá

l es su

rol y

cóm

o lo

cump

le, co

mo

cuál e

s su constitució

n. No

s ree

ncontra

rem

os d

e

este

mo

do

con lo

s do

s gra

nde

s ap

arta

do

s que

do

mina

n tod

a la

bio

log

ía, la

s funcio

nes d

e un la

do

, las e

structuras d

el o

tro; a

quí la

fisiolo

gía

, allí la

mo

r-fo

log

ía. El e

cono

mista

, po

r eje

mp

lo, ¿ha

de

ubica

rse b

ajo

el p

unto d

e vista

fisio

lóg

ico? S

e p

reg

untará

po

r cuále

s son la

s ley

es d

e la

pro

ducció

n de

va

lore

s, de

su interca

mb

io, su circula

ción y

consum

o. P

or e

l contra

rio, b

ajo

el

punto

de

vista m

orfo

lóg

ico inve

stiga

rá có

mo

se a

grup

an lo

s pro

ducto

res, lo

s tra

ba

jad

ore

s, los co

me

rciante

s y lo

s consum

ido

res; co

mp

ara

rá a

las co

rpo

-ra

cione

s de

anta

ño co

n los sind

icato

s de

hoy

, la fá

brica

con e

l talle

r, y d

e-

term

inará

las le

ye

s de

esto

s dive

rsos tip

os d

e a

grup

am

iento

s. De

l mism

o

mo

do

pa

ra e

l de

recho

: o b

ien se

estud

iará

cóm

o funcio

na, o

bie

n se d

escri-

birá

n los cue

rpo

s enca

rga

do

s de

hace

rlo funcio

nar. Esta

divisió

n es ind

uda

-b

lem

ente

muy

natura

l; sin em

ba

rgo

, en e

l curso d

e nue

stras inve

stiga

cione

s no

s ceñire

mo

s casi e

xclusiva

me

nte a

l punto

de

vista fisio

lóg

ico, y

esta

s son

las ra

zone

s de

esta

pre

fere

ncia: Entre

los se

res infe

riore

s ex

iste e

ntre e

l ó

rga

no y

la funció

n una re

lació

n estre

cha, ríg

ida

. Una

mo

difica

ción e

n la

función e

s imp

osib

le si no

se p

rod

uce una

corre

spo

ndie

nte e

n el ó

rga

no. Este

e

stá co

mo

fijad

o e

n su rol, p

orq

ue e

stá d

ete

rmina

do

en su e

structura. P

ero

no o

curre lo

mism

o p

ara

las funcio

nes sup

erio

res d

e lo

s sere

s supe

riore

s. A

quí la

estructura

es d

e ta

l mo

do

flex

ible

que

no e

s má

s un ob

stáculo

pa

ra

los ca

mb

ios: p

ued

e o

currir que

un órg

ano

o una

pa

rte d

e un ó

rga

no cum

pla

suce

sivam

ente

funcione

s distinta

s. Ya

en lo

s sere

s vivos sa

be

mo

s que

dife

ren-

tes ló

bulo

s de

l cere

bro

pue

de

n ree

mp

laza

rse uno

s a o

tros co

n una g

ran

facilid

ad

; pe

ro e

s sob

re to

do

entre

las so

cied

ad

es d

ond

e e

ste fe

nóm

eno

se

ma

nifiesta

con m

ás fue

rza. ¿N

o ve

mo

s a ca

da

instante

institucione

s socia

les

que

una ve

z crea

da

s sirven a

fines q

ue na

die

hab

ía p

revisto

, y ha

cia lo

s cua

les p

or lo

tanto

no ha

bía

n sido

org

aniza

da

s? ¿No

sab

em

os q

ue una

cons-

titución sa

bia

me

nte d

ispue

sta ha

cia e

l de

spo

tismo

pue

de

a ve

ces co

nvertirse

e

n un asilo

pa

ra la

libe

rtad

, o vice

versa

? ¿No

vem

os a

la Ig

lesia

cató

lica, e

n a

ntigua

s ép

oca

s de

su historia

, ad

ap

tarse

a la

s circunstancia

s má

s dive

rsas

de

tiem

po

y lug

ar, sin d

eja

r de

pe

rma

nece

r siem

pre

y e

n tod

as p

arte

s idé

n-tica

? ¿Cuá

ntas co

stumb

res, cuá

ntas p

ráctica

s tod

avía

son ho

y e

n día

lo q

ue

era

n anta

ño, a

pe

sar d

e q

ue su fin y

su razó

n de

ser ha

ya

n cam

bia

do

? Lo

que

mue

stran e

stos e

jem

plo

s es una

cierta

pla

sticida

d d

e e

structura e

n los

órg

ano

s de

la so

cied

ad

. Na

turalm

ente

, po

r ser m

uy fle

xib

les, la

s form

as d

e

vida

socia

l tiene

n alg

o d

e flo

tante

e ind

ete

rmina

do

; ofre

cen m

eno

s relie

ve

pa

ra la

ob

serva

ción cie

ntífica y

son m

ás d

ifícilme

nte a

ccesib

les. P

or lo

tanto

, no

es p

or e

llas p

or d

ond

e co

nviene

com

enza

r. Po

r lo d

em

ás, tie

nen m

eno

s im

po

rtancia

e inte

rés, y

a q

ue no

son sino

un fenó

me

no se

cunda

rio y

de

riva-

do

. Es sob

re to

do

resp

ecto

a la

s socie

da

de

s que

es cie

rto a

firma

r que

la

estructura

supo

ne y

pro

viene

de

la funció

n. Las institucio

nes no

se e

stab

lece

n p

or d

ecre

to, sino

que

resulta

n de

la vid

a so

cial y

no ha

cen m

ás q

ue tra

du-

10/12

11

cirl

as

ex

teri

orm

ent

e e

n sí

mb

olo

s vi

sib

les.

La

est

ruct

ura

es

la f

unci

ón

cons

oli-

da

da

, e

s la

acc

ión

conv

ert

ida

en

háb

ito

, y

cri

sta

liza

da

. P

or

lo t

ant

o,

si n

o

que

rem

os

ver

las

cosa

s b

ajo

su

asp

ect

o m

ás

sup

erf

icia

l, si

de

sea

mo

s lle

ga

r ha

sta

sus

ra

íce

s, e

s a

l e

stud

io d

e l

as

func

ione

s a

l q

ue d

eb

em

os

ab

oca

rno

s.

VI

Co

mo

pue

de

n ve

r, s

eño

res,

mi

pri

ncip

al

pre

ocu

pa

ció

n e

stá

en

limit

ar

y c

ircu

nscr

ibir

lo

s p

osi

ble

la

ex

tens

ión

de

nue

stra

s in

vest

iga

cio

nes,

ta

n co

nve

ncid

o e

sto

y d

e q

ue e

s ne

cesa

rio

pa

ra l

a s

oci

olo

gía

cla

usur

ar

po

r fi

n la

e

ra d

e l

as

ge

nera

lida

de

s. P

ero

en

mi

op

inió

n e

sto

s e

stud

ios,

aun

que

re

stri

n-g

ido

s, o

qui

zás

po

rque

sie

ndo

s re

stri

ngid

os

será

n m

ás

pre

ciso

s, p

od

rán

ser

útile

s a

dif

ere

nte

s ca

teg

orí

as

de

oy

ent

es.

P

or

em

pe

zar,

te

nem

os

a l

os

est

udia

nte

s d

e f

iloso

fía

. S

i se

re

corr

en

sus

pro

gra

ma

s, n

o s

e v

erá

me

ncio

nad

a a

la

cie

ncia

so

cia

l; p

ero

si,

en

vez

de

a

tene

rse

a l

as

rúb

rica

s tr

ad

icio

nale

s, s

e v

a a

l fo

ndo

de

la

s co

sas,

se

co

nsta

-ta

rá q

ue l

os

fenó

me

nos

que

est

udia

el

filó

sofo

so

n d

e d

os

tip

os,

uno

s re

lati

-vo

s a

la

co

ncie

ncia

de

l in

div

iduo

, o

tro

s a

la

co

ncie

ncia

de

la

so

cie

da

d:

es

de

e

sto

s úl

tim

os

que

no

s o

cup

are

mo

s a

quí

. La

filo

sofí

a e

stá

en

pro

ceso

de

dis

-o

cia

rse

en

do

s g

rup

os

de

cie

ncia

s p

osi

tiva

s: l

a p

sico

log

ía d

e u

n la

do

, la

so

cio

log

ía d

el

otr

o.

En p

art

icul

ar,

de

la

cie

ncia

so

cia

l d

ep

end

en

los

pro

ble

-m

as

que

ha

sta

aho

ra p

ert

ene

cía

n e

xcl

usiv

am

ent

e a

la

éti

ca f

ilosó

fica

. N

os

toca

rá r

eto

ma

rlo

s a

su

vez.

La

mo

ral,

de

to

da

s la

s p

art

es

de

la

so

cio

log

ía,

es

la q

ue m

ás

nos

atr

ae

, y

no

s d

ete

ndre

mo

s e

n e

lla e

n p

rim

er

lug

ar.

lo

que

in

tent

are

mo

s tr

ata

rla

ci

ent

ífic

am

ent

e.

En

lug

ar

de

co

nstr

uirl

a

seg

ún

nue

stro

id

ea

l p

ers

ona

l, la

ob

serv

are

mo

s co

mo

a u

n si

ste

ma

de

fe

nóm

eno

s na

tura

les

que

so

me

tere

mo

s a

aná

lisis

, y

de

l q

ue b

usca

rem

os

las

caus

as:

la

e

xp

eri

enc

ia n

os

de

mo

stra

rá q

ue é

sta

s so

n d

e o

rig

en

soci

al.

De

sde

lue

go

, no

no

s p

riva

rem

os

de

alg

una

esp

ecu

laci

ón

sob

re e

l p

orv

eni

r, p

ero

¿no

est

á

cla

ro q

ue a

nte

s d

e b

usca

r q

ué e

s lo

que

de

be

n se

r la

fa

mili

a,

la p

rop

ied

ad

o

la

so

cie

da

d,

se d

eb

e s

ab

er

qué

es

lo q

ue s

on,

a q

ué n

ece

sid

ad

es

corr

es-

po

nde

n,

a

qué

co

ndic

ione

s d

eb

en

am

old

ars

e

pa

ra

vivi

r?

Es

aq

do

nde

co

me

nza

rem

os,

y a

quí

se

re

solv

erá

po

r sí

mis

ma

una

ant

ino

mia

que

no

de

ja

de

pre

ocu

pa

r d

olo

rosa

me

nte

a l

as

conc

ienc

ias.

De

sde

ha

ce u

n si

glo

se

dis

cu-

te s

i la

mo

ral

de

be

pri

ma

r so

bre

la

cie

ncia

, o

la

cie

ncia

so

bre

la

mo

ral;

el

únic

o m

ed

io p

ara

po

ner

fin

a e

ste

est

ad

o d

e a

nta

go

nism

o c

ons

iste

en

hace

r d

e l

a m

ism

a m

ora

l un

a c

ienc

ia,

al

lad

o d

e o

tra

s y

en

rela

ció

n co

n e

llas.

Se

ha

dic

ho q

ue e

xis

te h

oy

en

día

una

cri

sis

en

la m

ora

l, y

en

efe

cto

ex

iste

ta

l so

luci

ón

de

co

ntin

uid

ad

ent

re e

l id

ea

l m

ora

l co

nce

bid

o p

or

cie

rto

s e

spír

itus

y

la r

ea

lida

d d

e l

os

hech

os

que

, si

gui

end

o l

as

circ

unst

anc

ias

y l

os

tem

pe

ra-

me

nto

s, l

a m

ora

l o

scila

ent

re e

sos

do

s p

olo

s si

n sa

be

r d

ónd

e p

osa

rse

de

fini

-ti

vam

ent

e.

El ú

nico

me

dio

pa

ra l

og

rar

que

ce

se e

ste

est

ad

o d

e i

nest

ab

ilid

ad

e

inq

uie

tud

es

ver

en

la m

ism

a m

ora

l un

he

cho

de

l q

ue s

e d

eb

e e

scru

tar

su

natu

rale

za a

tent

am

ent

e,

dir

ía i

nclu

so r

esp

etu

osa

me

nte

, a

nte

s d

e o

sar

mo

di-

fica

rlo

. P

ero

no

so

n lo

s fi

lóso

fos

los

únic

os

a q

uie

nes

est

á d

irig

ido

est

e e

stu-

dio

. H

e m

enc

iona

do

al

pa

sar

los

serv

icio

s q

ue e

l hi

sto

ria

do

r p

od

ría

pre

sta

r a

l so

ció

log

o;

me

es

dif

ícil

pe

nsa

r q

ue a

su

vez

los

hist

ori

ad

ore

s no

te

nga

n na

da

que

ap

rend

er

de

la

so

cio

log

ía.

En g

ene

ral,

sie

mp

re m

e p

are

ció

que

e

xis

tía

cie

rta

co

ntra

dic

ció

n e

n ha

cer

de

la

his

tori

a u

na c

ienc

ia y

sin

em

ba

rgo

no

re

que

rir

de

lo

s fu

turo

s hi

sto

ria

do

res

ning

ún

ap

rend

iza

je

cie

ntíf

ico

. La

e

duc

aci

ón

ge

nera

l q

ue s

e e

xig

e d

e e

llos

ha c

ont

inua

do

sie

ndo

lo

que

era

, fi

loló

gic

a y

lit

era

ria

. ¿B

ast

a e

nto

nce

s m

ed

ita

r so

bre

la

s o

bra

s m

ae

stra

s d

e la

lit

era

tura

pa

ra i

nici

ars

e e

n e

l e

spír

itu

y l

a p

ráct

ica

de

l m

éto

do

cie

ntíf

ico

? S

é m

uy b

ien

que

el

hist

ori

ad

or

no e

s un

ge

nera

liza

do

r; s

u la

bo

r e

spe

cia

l no

e

stá

en

enc

ont

rar

ley

es,

sin

o e

n d

evo

lve

r a

ca

da

ép

oca

y a

ca

da

pue

blo

su

ind

ivid

ualid

ad

pro

pia

y s

u fi

sio

nom

ía p

art

icul

ar.

Pe

rma

nece

, y

de

be

pe

rma

-ne

cer,

en

lo p

art

icul

ar.

Pe

ro a

l fi

n y

al

cab

o,

po

r p

art

icul

are

s q

ue s

ea

n lo

s fe

nóm

eno

s q

ue e

stud

ia n

o s

e c

ont

ent

a c

on

de

scri

bir

los,

lo

s e

nca

de

na u

nos

a

otr

os,

bus

ca l

as

caus

as

y l

as

cond

icio

nes.

Pa

ra e

llo h

ace

n fa

lta

ind

ucci

one

s e

hi

tesi

s. ¿

mo

no

ib

a a

est

ar

ex

pue

sto

a e

qui

voca

r fr

ecu

ent

em

ent

e e

l ca

min

o s

i p

roce

de

em

pír

ica

me

nte

, si

ta

nte

a a

l a

zar,

si

no e

stá

gui

ad

o p

or

ning

una

no

ció

n so

bre

la

na

tura

leza

de

la

s so

cie

da

de

s, d

e s

us f

unci

one

s y

de

las

rela

cio

nes

ent

re e

sta

s fu

ncio

nes?

En

est

a e

norm

e m

asa

de

he

cho

s cu

ya

tr

am

a

cons

titu

ye

la

vi

da

d

e

las

gra

nde

s so

cie

da

de

s,

¿có

mo

e

leg

ir?

Ha

y

alg

uno

s q

ue n

o t

iene

n m

ás

inte

rés

cie

ntíf

ico

que

lo

s m

ínim

os

inci

de

nte

s d

e

nue

stra

vid

a d

om

ést

ica

. S

i lo

s e

sco

ge

a t

od

os

ind

isti

nta

me

nte

, ca

e e

n la

va

na e

rud

ició

n. P

ued

e a

ún i

nte

resa

r a

un

pe

que

ño c

írcu

lo d

e e

rud

ito

s, p

ero

no

re

aliz

a y

a u

na o

bra

úti

l y

viv

a.

Pe

ro p

ara

re

aliz

ar

una

se

lecc

ión

nece

sita

un

a i

de

a r

ect

ora

, un

cri

teri

o,

que

lo p

ued

e e

xig

irle

a l

a s

oci

olo

gía

. Es

ést

a

qui

en

le e

nse

ñará

cuá

les

son

las

func

ione

s vi

tale

s y

lo

s ó

rga

nos

ese

ncia

les

de

la

so

cie

da

d,

y e

s a

l e

stud

io d

e e

sas

func

ione

s y

órg

ano

s q

ue s

e a

bo

cará

co

n p

refe

renc

ia.

Ella

le

pla

nte

ará

pre

gun

tas

que

lim

ita

rán

y g

uia

rán

sus

inve

stig

aci

one

s; a

su

vez,

él

le p

rove

erá

lo

s e

lem

ent

os

pa

ra l

as

resp

uest

as,

y

am

ba

s ci

enc

ias

no p

od

rán

sino

sa

car

pro

vech

o r

ecí

pro

cam

ent

e d

e e

ste

in-

terc

am

bio

. Fi

nalm

ent

e,

seño

res,

ex

iste

una

últ

ima

ca

teg

orí

a d

e e

stud

iant

es

que

m

e a

leg

rarí

a v

er

rep

rese

nta

do

s e

n e

sta

sa

la.

Se

tra

ta d

e l

os

est

udia

nte

s d

e d

ere

cho

. C

uand

o e

ste

cur

so f

ue c

rea

do

, su

rgió

la

pre

gun

ta s

ob

re s

i no

est

a-

ría

me

jor

situ

ad

o e

n la

Esc

uela

de

De

rech

o.

Esta

cue

stió

n d

e u

bic

aci

ón

tie

ne,

11/1

2

12

seg

ún creo

, po

ca im

po

rtancia

. Los lím

ites q

ue se

pa

ran a

las d

ifere

ntes p

ar-

tes d

e la

Unive

rsida

d no

son ta

n taja

ntes co

mo

pa

ra q

ue cie

rtos curso

s no

pue

da

n esta

r igua

lme

nte b

ien ub

icad

os e

n una u o

tra Fa

cultad

. Pe

ro lo

que

p

rueb

a e

se e

scrúpulo

es q

ue lo

s me

jore

s esp

íritus reco

noce

n hoy

que

es

nece

sario

pa

ra e

l estud

iante

de

de

recho

no e

ncerra

rse e

n sus estud

ios d

e

pura

ex

ég

esis. En e

fecto

, si em

ple

a to

do

su tiem

po

en co

me

ntar lo

s tex

tos y

si, e

n conse

cuencia

, su única p

reo

cupa

ción re

spe

cto d

e ca

da

ley

es la

de

tra

tar d

e a

divina

r cuál p

udo

ser la

intenció

n de

l leg

islad

or, to

ma

rá e

l háb

i-to

de

ver e

n la vo

luntad

leg

islad

ora

la única

fuente

de

l de

recho

. Pe

ro e

sto

sería

tom

ar la

letra

po

r esp

íritu, la a

pa

riencia

po

r la re

alid

ad

. Es en la

s e

ntraña

s mism

as d

e la

socie

da

d d

ond

e se

ela

bo

ra e

l de

recho

; el le

gisla

do

r no

hace

sino co

nsag

rar un tra

ba

jo q

ue se

ha he

cho sin é

l. Po

r lo ta

nto, e

s ne

cesa

rio e

nseña

rle a

l estud

iante

cóm

o se

form

a e

l de

recho

ba

jo la

pre

sión

de

las ne

cesid

ad

es so

ciale

s, cóm

o se

fija p

oco

a p

oco

, po

r qué

gra

do

s de

crista

lizació

n va p

asa

ndo

sucesiva

me

nte y

cóm

o se

transfo

rma

. Se

le d

eb

e

mo

strar có

mo

han na

cido

las g

rand

es institucio

nes juríd

icas, co

mo

la fa

milia

, la

pro

pie

da

d o

el co

ntrato

, cuále

s son la

s causa

s, cóm

o ha

n varia

do

y có

mo

e

s pla

usible

que

varíe

n en e

l futuro. Ento

nces y

a no

verá

en la

s fórm

ulas

jurídica

s una e

spe

cie d

e d

ictam

en o

de

orá

culo d

el q

ue se

de

be

ad

ivinar e

l se

ntido

, a ve

ces m

isterio

so; sa

brá

de

term

inar su a

lcance

no a

pa

rtir de

la

intenció

n oscura

y a

me

nudo

inconscie

nte d

e un ho

mb

re o

una a

sam

ble

a,

sino a

pa

rtir de

la na

turale

za m

isma

de

la re

alid

ad

. Ta

les so

n, seño

res, lo

s servicio

s teó

ricos q

ue p

ued

e b

rinda

r nuestra

cie

ncia. P

ero

ésta

pue

de

ad

em

ás te

ner una

salud

ab

le influe

ncia so

bre

la

prá

ctica. V

ivimo

s en un p

aís q

ue no

reco

noce

otro

am

o q

ue la

op

inión. P

ara

q

ue e

ste a

mo

no se

convie

rta e

n un dé

spo

ta sin inte

lige

ncia e

s nece

sario

ilum

inarlo

, ¿y có

mo

, si no a

travé

s de

la cie

ncia? B

ajo

la influe

ncia d

e ca

usas

que

sería

de

ma

siad

o la

rgo

ana

lizar a

quí, e

l esp

íritu de

cole

ctivida

d se

ha

de

bilita

do

entre

noso

tros. C

ad

a uno

de

noso

tros tie

ne d

e su y

o un se

ntimie

n-to

tan e

xo

rbita

nte q

ue y

a no

pe

rcibe

los lím

ites q

ue lo

encie

rran p

or to

da

s p

arte

s. Ilusioná

ndo

se co

n su pro

pia

po

tencia

, asp

ira a

ba

starse

a sí m

ismo

. Es p

or e

sto q

ue p

one

mo

s tod

o nue

stro e

mp

eño

en d

ifere

nciarno

s lo m

ás

po

sible

unos d

e o

tros, y

en se

guir ca

da

uno nue

stro p

rop

ia m

archa

. Ha

ce

falta

rea

cciona

r con la

ma

yo

r fuerza

contra

esta

tend

encia

disp

ersiva

. Es ne

cesa

rio q

ue nue

stra so

cied

ad

reto

me

concie

ncia d

e su unid

ad

org

ánica

; q

ue e

l individ

uo sie

nta e

sa m

asa

socia

l que

lo e

nvuelve

y lo

pe

netra

, que

la

sienta

siem

pre

pre

sente

y a

ctiva, y

que

ese

sentim

iento

reg

ule sie

mp

re su

cond

ucta, y

a q

ue no

ba

sta co

n que

lo insp

ire só

lo d

e tie

mp

o e

n tiem

po

, ba

jo

circunstancia

s pa

rticularm

ente

críticas. ¡B

ien, se

ñore

s! Cre

o q

ue la

socio

log

ía,

s que

cualq

uier o

tra cie

ncia, e

stá e

n esta

do

de

resta

urar e

stas id

ea

s. Ella

le ha

rá co

mp

rend

er a

l individ

uo lo

que

es la

socie

da

d, có

mo

lo co

mp

leta

y

cóm

o é

l es p

oca

cosa

red

ucido

a sus so

las fue

rzas. Le

ense

ñará

que

él no

es

un imp

erio

en e

l seno

de

otro

imp

erio

, sino e

l órg

ano

de

un org

anism

o, y

le

mo

strará

tod

o lo

que

tiene

de

bue

no cum

plir co

nsciente

me

nte co

n su función

de

órg

ano

. Le ha

rá se

ntir que

no ha

y ning

ún me

nosca

bo

en se

r solid

ario

con

el o

tro y

en d

ep

end

er d

e é

l, en no

pe

rtene

cerse

po

r ente

ro a

sí mism

o. D

es-

de

lueg

o, e

stas id

ea

s sólo

se vo

lverá

n verd

ad

era

me

nte e

ficace

s si se e

x-

tiend

en e

ntre la

s cap

as p

rofund

as d

e la

po

bla

ción; p

ero

pa

ra e

llo e

s nece

-sa

rio p

rime

ro q

ue la

s ela

bo

rem

os cie

ntíficam

ente

en la

universid

ad

. Co

ntri-b

uir en la

me

did

a d

e m

is fuerza

s a a

lcanza

r este

resulta

do

será

mi p

rincipa

l p

reo

cupa

ción, y

no ha

brá

ma

yo

r felicid

ad

pa

ra m

í que

si consig

o lo

gra

rlo

en cie

rta m

ed

ida

.

12/12