cultura lij digital #17 - abril 2015

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Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura Méndez - Petit - Porcelli Piussi - Lemesoff cultura lij #17 Año 2 / Número 17 - Abril 2015. ISBN: en trámite. Edición digital

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Revista Cultura LIJ Reflexiones acerca de la literatura infantil y la cultura de la infancia.

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  • Reflexiones sobre la literatura infantil y su cultura

    Mndez - Petit - Porcelli Piussi - Lemesoff

    culturalij #17

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    Edicin digital

  • sumario / 1

    Reflexiones sobre la literatura infantil y su culturaAo 2 Nmero 17 Abril 2015Registro DNDA: 503255Cultura LIJ es una publicacin de Editorial La Bohemia.Crislogo Larralde 2320 3 11 CABA. Tel: (011) 3534-1975culturalij@editoriallabohemia.comwww.culturalij.worpress.com www.editoriallabohemia.com

    Editoras responsables: Laura Demidovich y Valeria SornEdicin: Valeria SornArte: Laura DemidovichDiseo grfico: Valeria GoldszteinCorreccin: Roxana Carbone

    Ilustracin de Tapa: Mara Elina Mndez

    Fotografa: Laura DemidovichISSN: 1852-298XDistribucin a kioscos CABA: SIN FINRincn 1407 (CABA) 4308-1813

    Agradecimientos: A Mara Elina Mndez por la gentileza de tapa.

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    EditorialEl plano de la lenguaLaura Demidovich y Valeria Sorn

    Generacion XYZGeneracin XYZJuliana Almar

    Perfil expressLiza Porcelli PiussiDiego Javier Rojas

    Biblioteca protagonistaEl Arma de Instruccin Masiva

    EscenasLectorasAbuelita, qu hora es? Daniela Azulay

    ReportajeUna petit entrevistaMichle Petit

    Agenda

    Al rescateLibros con cartas

    Mnica Rodrguez

    De fondoPpala

    Valeria Sorn

    Espacio editorial

    Novedades

    Agenda

  • 2

    Editorial

    El plano de la lenguaDecime qu te parece lo que puse en mi muro, eso dice el mensaje que se abre en el chat del Facebook. Ledo en el momento en que llega, tiene un sentido claro. Pero ledo varios das despus, cuando uno intenta ponerse al da lue-go de cierta ausencia, el mensaje es ininteligible: el muro ya no es el que fue, ni el de nuestro amigo ni el nuestro, ni es recuperable.

    El mensaje supone una instantaneidad en la res-puesta que hubiera pasado desapercibida a no ser porque se interpuso la gripe y con ella el atraso en el chequeo de mensajes. Qu oportunidad abri la enfermedad! De pronto se nos hace palpable el problema del cdigo, la circunstancia y el registro de los mensajes textuales. Por ms que nosotros somos lectores y escritores entrenados, acostum-brados a comprender las caractersticas de cada tipo de comunicacin, se hace presente el malen-tendido.

    Registro de obraNo hace tanto, manejbamos dos registros: uno familiar, otro formal. Y aunque hubiera variantes, cierto hablante (y escribiente) de la lengua que tuviera alguna pericia en ambos registros poda enviar mensajes a y desde espacios familiares y/o institucionales.

    Por otra parte sabamos que no se escribe como se habla.

    Hoy eso no alcanza. Se han creado infinidad de subniveles por el desarrollo de espacios textuales hbridos: los mensajes de texto y el chat han lleva-do al texto la marca de la oralidad; un usuario de Facebook institucional contesta a sus seguidores en franco tuteo y con trato de persona; el Twitter se ha convertido en el reino de la irona. Las defini-ciones de lo apropiado en la comunicacin textual han cambiado definitivamente.

    Cmo crear las suficientes competencias para que les sean tiles a nuestros lectores y producto-res de textos en su participacin social? Estamos hablando de puntuacin, uso o no de onomato-peyas, el grado de familiaridad demostrado en el trato, o la clara distincin del chiste o la irona.

    Toda la comunicacin puede y debe ser pen-sada desde ngulos complejos, desde una mul-tiplicidad de dimensiones y sentidos. Estas ha-bilidades y conocimientos no son hoy requisito solamente de un profesional de la comunicacin, sino que son imprescindibles para conseguir tra-bajo, novia y amigos. La lengua ha pasado a pri-mer plano.

    Tiempo de esperaHubo una poca en la que las personas comen-zamos a compararnos con las impresoras: nos habamos convertido en multifuncin. Desde el aula o desde la biblioteca, el mediador se ocu-paba una tras otra de cada vez ms funciones. Desde roles que nos incumban y otros que se fueron colando, por ser la escuela y la biblioteca mbito de cobijo social. Directoras de Cultura LIJ

  • 1 a 1 / 3

    Lleg el tiempo en que tenamos varias ventanas abiertas en paralelo, disputando nuestra capacidad de gestin: no solo hacamos varias funciones, ocu-rran al mismo tiempo. Si en la computadora tena-mos el navegador, el programa de emails, el Word, nuestra cabeza debi fracturarse para entrar y salir de lgicas diferentes de trabajo.

    Nunca cerramos esas ventanas, pero multiplica-mos las pestaas del navegador. Y en cada una de ellas aparecieron nuevos medios de comunicacin, con sus propias reglas, contactos establecidos y reg-menes especiales de lo que es pblico y privado.

    Mientras suena el telfono y vemos que a nuestro celular entran mensajes sms y de WhatsApp.

    Ya no pasa por la cantidad de tareas que somos ca-paces de realizar, sino por hacer una sola bien: entrar en contacto con los otros, de cada una de las formas posibles, a travs de cada medio de comunicacin utilizado.

    Bienvenidos a la era de la lengua escrita.

    Laura Demidovich y Valeria Sorn

  • 4

    Generacin XYZpor Juliana Almar

    Cuando alguien nace se ve marcado por varias circunstancias que lo rodean. No es solo hijo de sus padres, sino que tambin est condicionado por la sociedad y la cul-tura. Esto genera que todas las experiencias que transite durante su niez y adolescencia crearn y definirn parte de sus comporta-mientos y caractersticas.

    Como consecuencia, se dice que todas las personas que nacen en determinado perodo de tiempo prximo y transitan por ciertas ex-periencias sociales y culturales desarrollarn prioridades afines en sus valores y comporta-mientos. Quiere decir que pertenecen a una misma generacin.

    Dilogo intergeneracionalLa manera en que cada grupo establezca sus valores repercute en el presente y en su in-teraccin con los dems. Esta interaccin ha preocupado a diferentes investigadores desde comienzos del siglo XX ya que el vnculo que se establece entre las generaciones es algo in-herente a nuestra realidad.

    Como explica Fernando Brcena, en un mis-mo presente conviven diferentes tiempos: el de los jvenes, el de los hombres y mujeres maduros, y el de aquellas personas mayores. Estos tres tiempos pueden provocar conflicto

    / GENErAcIN XYZ

    Editora, especializada en marketing editorial.

  • generacin xyz / 5

    cuando las diferencias entre ellos dan distintas significaciones del presente. Para poder preve-nir, suavizar y solucionar estos conflictos es que los investigadores se han preocupado por analizar y comprender cmo son estos diferen-tes grupos etreos para poder facilitar el dilo-go y el intercambio entre ellos.

    El abc generacionalComo dije antes, el estudio sobre este tema comienza fuertemente a principios del siglo XX de la mano de la sociologa y se profundi-za tiempo despus en las reas de educacin y gestin.

    La dificultad se encuentra en que aquellos que interactan, cran, educan, ensean y, tambin, piensan, desarrollan y concretan pro-yectos para una generacin pertenecen a otras anteriores con distintas particularidades.

    Estamos hablando entonces de que los ado-lescentes hoy, todos ellos pertenecientes a la generacin Z interactan en mbitos familia-res y educativos con miembros de las gene-raciones X e Y mayormente. O bien sus abue-los pertenecen a la generacin llamada Baby Boomers, quienes estn mucho ms relaciona-dos con la estabilidad, las tradiciones y los ras-gos conservadores.

    Acerca de la X, la Y y la ZLa Generacin X son aquellos que han naci-do entre 1965 y principios de los aos 80. Su clasificacin se ha hecho popular con el au-tor Douglas Coupland, quien eligi ese trmi-no para titular uno de sus libros. Reconocidos como una camada en transicin en un mundo que pas de ser estable a estar marcado por el cambio, son flexibles y se encuentran prepara-dos para adaptarse a distintos escenarios.

    Asimismo, la Generacin Y enmarca a aque-llas personas que nacieron desde comien-zos de 1980 hasta finales de los aos 90. Su

    denominacin se utiliz por primera vez en la revista Ad Age en 1993. Ya caracterizados por ser una generacin lquida, fue la primera en marcar quiebres y choques con su llegada a las organizaciones. Fueron los primeros hijos de Internet y son hoy, por lo tanto, hbiles ha-bitantes de las redes sociales.

    El objetivo principal de esta seccin no tiene que ver solo con hablar de las diferen-tes generaciones, sino con profundizar en la Generacin Z. Esta nueva generacin, que rene a los nios y adolescentes nacidos entre finales de los aos 90 y el 2010, ha sido atra-vesada por un contexto diferente a los ante-riores.

    Estos nios y nias han sido marcados por un contexto de dispositivos electrnicos, pan-tallas, tecnologa, consumo intenso, bienes descartables, medios de comunicacin y la abundancia o sobreabundancia de informa-cin, entre otras cosas.

    El siglo XXI, con su contexto consumista en donde los bienes ya traen consigo mismos una obsolescencia rpida incorporada y la vida se vuelve ahorista, establece nuevas reglas.

    Profundizar en el conocimiento de las parti-cularidades contextuales y sus consecuencias en la cultura y el comportamiento de las gene-raciones de jvenes de hoy nos ofrece la posibi-lidad de ser mejores interlocutores. Y del buen dilogo nace todo. //

    BIBlIogrAFABauman, Zygmunt. (2011). Vida de consumo. Buenos Aires: Fondo

    de Cultura Econmica de Argentina. Brcena, Fernando. (2012). Entre generaciones. Notas sobre la

    educacin en la filiacin del tiempo. En: Entre generaciones: exploraciones sobre educacin, cultura e instituciones. Buenos Aires: Homo Sapiens Ediciones.

    Masc, Andrs. (2012). Entre generaciones. Buenos Aires: Temas Grupo Editorial.

  • 6

    Liza Porcelli Piussipor Diego Javier Rojas

    Imaginemos que nos encontramos en el sur de nuestro pas

    tomando una infusin de frutos rojos. Todo fresco y un

    marco natural para encontrarnos con Liza Porcelli Piussi.

    El pelo al viento y las palabras que vuelan de su boca ante

    cada pregunta.

    / PErfIL EXPrESS

    Cundo comienza a vincularse al mundo de los nios?Si te refers a cundo empec a vincularme con lo que yo podra escribir pensando en los chicos, sera en el 2005. Pero cuando empec a escribir no tena trato con ellos por fuera de lo que escriba. Sin embargo, presien-to que el vnculo con los chicos estaba en m aunque ellos no estuvieran del otro lado. Por qu eligi la escritura para llegar a ellos?Supongo que porque desde chica utilic la escritura como forma de expresin, es el medio de comunica-cin que siempre me result natural y completo. Amo la msica, pero no nac preparada para reconocer la di-ferencia entre un do y un re.Qu lecturas la acompaaron durante su infancia? Lea en mi cuarto. Hoy tambin, mayormente. Los li-bros me llegaron por fuera de la escuela. No recuerdo haber ledo un solo libro compartido con mis compa-eros como parte de una propuesta escolar. Pero iba

    a las bibliotecas, me gustaba ver libros todos juntos y descubrirlos sin que me recomendasen nada, sacar un simple lomo de un estante y decir: S, es esto lo que hoy me parece que quiero, y confirmarlo o no ms tar-de cuando lo lea en mi casa. De chica recuerdo haber ledo todo de M. E. Walsh, de Bornemann, algunos de Poldy Bird, Mara Gripe, toda la coleccin Tobogn, muchos ttulos de la Billiken (mi favorito fue Papato Piernas Largas).Cundo pens en ser escritora?El otro da encontr una carta emblemtica, si se me permite la palabra. Se la haba escrito a mi abuela portea (cuando yo viva en Baha Blanca por el 94), le contaba que me encantaba sumergirme en novelas (en ese momento le escrib: Preferiblemente si son de amor, originales y verdicas) y que quera poder escribir todo lo que pasaba por m. Esa frase us. Yo en ese momen-to lea mucho a Isabel Allende, entonces le mencion a mi abuela que quera hacer lo que haca la protagonista de Eva Luna: Contar cuentos y escribirlos. Yo haba ol-vidado esa carta por completo, inclusive esa decisin Escritor, maestro y bibliotecario.

  • perfil express / 7

    tan fuerte. El tema es que por ms que le contara a mi abuela el plan de empezar taller literario al ao siguien-te, no consideraba escribir como una profesin. Eso es por culpa de las categoras que uno conoce y que lo limitan en su interpretacin de la realidad. Para m una profesin u ocupacin era algo que se pudiera estudiar en la universidad y que enseguida te procurara trabajo. Y nadie se encarg de decirme lo contrario. As que es-tudi Psicologa.

    Ms adelante recuerdo otro momento, de ese s no me olvid, que fue al leer el libro El perfume, de Patrick Sskind. Con ese libro experiment lo que era ser mo-vilizada, devorada y manipulada por una historia, y me encant sentirme as, envidi el poder que tena el es-critor de brindarme esa experiencia, y me dije: Quiero poder hacer lo que hizo el autor conmigo. De eso no me olvido. Habr sido en el 98, durante la carrera. Qu otra escritora le hubiera gustado ser?Sin duda, Mara Elena Walsh y escribir Dailan Kifki. Por qu ella? Por qu querra escribir como otra ha-biendo alguien que escribi para chicos como ella?

    Y sus canciones, claro. Porque si me ofrecs el canje

    supongo que viene con las canciones, no? La hacemos completa; sino, no hay trato.Cul es su obra propia favorita?Lo que s de mis monstruos, creo yo. Supongo que por-que me permit algo distinto, porque es una voz ma diferente a la ms popu, y porque me he sorprendido varias veces al leerlo (como cuando te mirs de pronto al espejo y ves que tens un lunar en la cara que nunca habas visto y quiz haca mucho lo tenas y, encima de la sorpresa, te queda lindo).Qu rescata de dialogar con los chicos?Disfruto realmente mucho sus preguntas, su lgica, su forma de hablar. Me encanta escucharlos, imaginar las emociones que hay detrs de sus actitudes y compor-tamientos. Verlos desplegar sus artilugios para conse-guir lo que quieren. No s si rescato algo, pero te puedo decir que muchas veces termina una reunin social de adultos y me siento vaca, me aburro. No me ocurre eso para nada si en la reunin haba chicos y aprovech para irme con ellos (as no tena que levantar la mesa) y charlar.//

  • 8 / bIbLIotEcA ProtAGoNIStA

    Debemos sentirnos intimidados? El artista Ral Lemesoff nos est apuntando con su Arma de Instruccin Masiva. Todo comenz como una escultura, una escultura ambulante, que viaj por Estados Unidos intentando dar otra visin de la guerra. El primero tena todos los libros fijos. Y de a poco empec a darme cuenta del poder que poda tener si llevaba libros mviles.

    No estamos hablando de un pequeo cambio de formato en una obra, el significado del Arma

    cambi por completo. Libros mviles significa dar la posibilidad a la gente de llevarse los li-bros. La nica condicin es leerlos.

    Spanlo. El Arma ahora est cargada. Tiene poder de fuego: donde haba desinters, ahora hay pasin. Donde haba apata, hay encuentro.

    Primeros disparosRal Lemesoff es argentino, de la ciudad de Paran. Cuando tena veinte aos, algunas de

    El Arma de Instruccin Masiva

  • biblioteca protagonista / 9

    sus actitudes molestaron a ciertos remanentes de la dictadura, que aun en democracia eran capaces de violentarse. Ante la seguidilla de amenazas, parti a visitar a una hermana en Estados Unidos. Y se qued diez aos.

    Ah comenc a modificar autos. La idea era aga-rrar un producto de una multinacional que fue con-cebido para durar y romperlo. Y a partir de ah hacer otra cosa. Yo haba hecho un auto que meda seis me-tros de altura y lo manejaba de arriba. Y se llamaba Y2KK.

    Gracias a ese primer auto modificado, conoci al artista que fue su mentor: Salvatore Scapita, quien no bien se subi a dar una vuelta con el Y2KK, decidi contratar a Ral para el armado de todas sus muestras.

    Entonces le dije: Salvatore, quiero hacer un tan-que y llenarlo de libros. Y el viejo se qued callado. Era imposible callarlo! Y ah me pregunt qu nece-sitaba. Yo le dije que tres mil dlares.

    Salvatore Scarpita, quien en sus comienzos catalog el arte robado por los nazis, se con-virti en los setenta en un artista de renombre en Estados Unidos. Y fue apadrinado por Leo Castelli, el art dealer de Andy Warhol.

    La guerra lo haba dejado impactado y por eso en varias de sus obras haba trabajado con tanques fuera de uso. Pero ninguna haba ido tan lejos como el planteo que le hizo Lemesoff. Scarpita debi ver en las palabras de Lemesoff mucho ms que lo dicho: vislumbr el poder transformador del Arma de Instruccin Masiva.

    Al da siguiente le entreg un sobre con seis mil dlares, el doble de lo que le haba pedido su discpulo. Tres semanas despus haba armado el arma.Sala a la calle con el Arma en Estados Unidos?S, lo manej por varios estados. Viaj de Houston a New Orleans. En ese momento haba protestas en contra de la guerra y movilizacio-nes a favor de la guerra. Y cuando llegu a New Orleans me recibi un montn de gente que es-taba a favor de la guerra. Y as entend que era tiempo de irme.

    Segundo y tercer disparoCuando llegu ac compr el Falcon para hacer la segunda Arma de Instruccin Masiva. Eleg un Falcon por el significado que tiene en la Argentina. Cuando yo sala con el Falcon, seguro se me pincha-ban dos cubiertas, se me prenda fuego el auto. Yo, que no saba nada de mecnica, tuve que aprender. El Falcon que compr era del 79 y estaba destruido. Originalmente haba pertenecido a los militares du-rante la dictadura 76-83. Ms all de todo simbolis-mo, estaba frente a la cosa real.

    Esta nueva Arma de Instruccin Masiva ya te-na incorporados en su diseo los libros mviles, los estantes externos que le permiten a la gente acercarse y tomar un libro sin pedir permiso.

    Hay que recordar que es el nico vehculo de Lemesoff, por lo que cada vez que se mueve por la ciudad lo hace en el Arma. Ella est constan-temente en movimiento, constantemente en la

  • 10 / bIbLIotEcA ProtAGoNIStA

    calle ejerciendo su misin. Siempre sale carga-da de libros.

    As es que lo invitan a Lemesoff a participar de un Festival de Literatura en La Haya. Le pro-ponen pagarle pasajes y estada para l y su Falcon-biblioteca. Lemesoff les dice que llevar el arma y luego traerla les va a salir muy caro. Que es preferible usar ese dinero en que l arme un vehculo nuevo all, y as expandir su trabajo. Nace entonces la tercera Arma, a base de una camioneta Cherokee.Para all fue un fetiche. Dentro del Centro de Convenciones se desarrollaban presentaciones de libros y los autores daban conferencias. En la puerta estaba el arma cargada de libros. Pero na-die se llevaba los libros. Ac la gente ve el arma y se llena de alegra. Los chicos comienzan a co-rrer al lado del arma. Se sorprenden, ms all de que se lleven un libro o no. En cambio, cuando lo manej por La Haya, la gente vea que haba algo extrao y no miraba. Y no se llevaban nin-gn libro. Yo se los ofreca, pero me respondan que ellos ya tenan libros en sus casas y que no necesitaban que yo les regalara ninguno. Ac el vehculo es una accin sociocultural.

    Finalmente, la tercera Arma de Instruccin Masiva fue enviada desde Holanda a la Argentina por barco. En la Aduana, Lemesoff tuvo que dar batalla, ya que debi explicar que se trataba de una escultura, no de un auto, ni

    de libros usados simplemente. Y gracias a que consigui que un centro cultural se ofreciera a exhibirlo, pudo finalmente retirarlo.

    La batalla finalLo bueno del arma es que rompe con todas las formalidades. Si quers llevarte un libro, te lo llevs. Y si no lo quers devolver ms, no lo de-vuelvas. Lo nico que te pide el arma es que lo leas. Porque sino, el arma tiene karma. Dnde cuesta ms y dnde menos que la gente se anime a tocar los libros?El arma no tiene esa dificultad. El arma atrae a la gente. Como artista he conseguido que la gente se sienta atrada hacia los libros. Hace unos aos haba ido a visitar a un amigo en Cabello y Salguero, una zona cara de la ciudad de Buenos Aires. Y dej el arma estacionada ah. Cuando volv la gente se llevaba pilas de libros. Yo lo dejo en la villa y la gente saca un libro.

    Nos quedamos entonces pensando qu moti-va las diferentes reacciones y sabemos que no hay respuestas definitivas. La relacin con la posesin es diferente; los permisos para acer-carse al libro, tambin. No todos nos sentimos igual de invitados al festn de la literatura.

    Hace diez aos que Lemesoff viaja por la Argentina con sus Armas. En este tiempo lleva

  • repartidos ms de doscientos mil libros. En su casa se apilan miles de libros que esperan la oportunidad de vincularse con un lector.

    Y todo se ha movido sobre la base de donaciones de particulares y del apoyo que, segn nos cuenta, le ha dado la editorial Corregidor: Cada vez que voy, me lle-na de libros. Los apoyos son muy importantes porque ms all de la Patrona que me acompaa y documenta, estoy solo. Tendra que hacer merchandising. Tendra que hacerme un sello del arma. Tendra que hacer postales, pero bueno.

    Alma desarmadaQu le gusta leer?Ciencia ficcin. Me gusta mucho la ciencia ficcin que no es ficcin. Huxley con Un mundo feliz, Orwell con 1984. Estamos yendo a esa realidad. Cmo nace su relacin con la lectura?En un momento de mi vida tuve que rodearme de li-bros. Transform la necesidad que yo tena por la ca-rencia de apoyo cuando era nio. De pibe no supe lo que era un libro, ni dibujar, ni nada. Un marco familiar muy inexistente. Cundo llega a los libros?Cuando empiezo a armar el primer Arma de Instruccin Masiva. Siempre me emociono cuando digo esto, y voy a intentar no emocionarme. Pero yo siempre dije que si todo el esfuerzo que yo hice puede cambiar la vida de una persona, vale la pena.Y cam-bi mi vida se emociona hasta las lgrimas. Tengo un Arma de Instruccin Masiva que vivo ofrecindola a mis amigos de Mendoza, a toda la gente que conozco del exterior. Yo les digo que va cambiar su vida. Porque te cambia la vida. A vos te cambia.

    //

  • 12 / EScENAS LEctorAS

    Abuelita,qu hora es?por Daniela Azulay

    En la calle, en la biblioteca, en un bar, en la plaza, en el ro,

    en la vereda, en el subte... adentro y afuera suceden escenas

    lectoras. Algunas son un pasaje a la infancia.

    Especialista en Lectura. Coordinadora de la biblioteca de la Asociacin Civil La Vereda.

  • escenaslectoras / 13

    Colmillo BlancoEn el #SubteB, no bien me subo, encuentro la ms retro de las #EscenasLectoras: Colmillo Blanco dentro de una nueva/vieja bolsa de compras de colores. Aunque para un retro total hubiera necesitado que la edicin fuera la de la Coleccin Robin Hood, esa que le en el cuarto de la calle Belgrano, en la casa de mi abuela, tan distinta al subte.

    Eran los libros que haba ledo mi viejo y era su cuarto. Yo era chica, el tiempo tena otro correr y mi abuela haca orejones en almbar y baklava. Y en esa biblioteca haba un juego de madera para ensear la hora que adems era baco.Todava lo conservo, si bien las fichas para contar se fueron perdiendo. Abuelita, qu hora es?.

    Pero volviendo al Buenos Aires que nos toca, pienso que pasaron ya 35 aos de esa #EscenaLectora de la calle Belgrano. Y que hace mucho que no pensaba en Jack London, ni en el juguete de madera para aprender la hora y contar, ni en ese desierto tan crudo de Colmillo Blanco.

    Delante de los perros, calzando anchos y blandos za-patos de pelo para la nieve, avanzaba trabajosamente un hombre. Detrs del trineo iba otro. Dentro, en la caja, iba un tercero para quien todo esfuerzo haba ya terminado: una vctima de aquel salvaje desierto, un vencido que no se movera ni luchara ya ms, aplastado, aniquilado por l. Al desierto no suele gustarle el movimiento. Toma como una ofensa la vida, porque vida es movimiento, y l tiende siempre a destruirlo. Hiela el agua para no dejarla correr hacia el mar; les roba la savia a los rboles hasta helarles el potente corazn; y con mayor ferocidad, y por ms terrible modo an, anonada y obliga a someterse al hombre. Al hombre, que es lo ms inquieto que la vida ofrece, siempre en rebelin, justamente en contra de la idea de que todo movimiento acaba con la cesacin del mismo. De Colmillo Blanco, Jack London. //

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  • 14 / rEPortAJE

    Una petit entrevistaPor Michle Petit

    A punto de salir su nuevo libro, le pedimos a Michle Petit

    que hablara sobre dos aspectos que no haba explorado antes.

    En su nuevo libro, leer el mundo, Michle Petit juega con la idea de las constelaciones,

    dibujos sin fundamento cientfico que surgen de la observacin del cielo desde una

    cosmogona. Por eso le preguntamos si hay algo ms propio del ser humano que su cultura.

    Las constelaciones surgen de la necesidad que tenemos de relacionar, de dar forma a conjuntos, nombrarlos y contar historias inspiradas en ellos. De componer un cielo humano para no ser preso del pnico cuando cae la noche. De una manera ms amplia, necesitamos interponer entre la realidad material y nosotros todo un tejido de palabras, his-torias, conocimientos Sin este tejido, nos volvera-mos locos (an ms locos de lo que somos, qu no es poco!). Y segn mi opinin, para esto sirve, quiz ante todo, la transmisin cultural: para presentar-nos el mundo, el cielo, el mar, las islas, la montaa, las ciudades donde vivimos, tambin nuestros an-tepasados, los otros pueblos y habitantes de la tie-rra. Gracias a canciones, cuentos, rimas, imgenes, ancdotas o recuerdos contados, que se apropian, los nios elaboran poco a poco este tejido y lo van

    transformando. Se convierten as en los sujetos de una cultura.Ahora bien, ser eso lo ms propio del ser humano? Podemos entender la pregunta de diferentes ma-neras. Si se trata del ser humano como especie, siempre resulta ms difcil definir lo que le se-ra propio. Derrida deca que ninguno de los rasgos donde la filosofa o la cultura ms legitimadas creyeron reconocer lo propio de lo humano estn estrictamente reservados a lo que, nosotros los hombres, llamamos el hombre. Hoy en da, sabemos que algunos animales son capaces de constituir formas muy refinadas de organizacin simblica, por ejemplo en lo relativo al duelo o a las estructuras familiares. A veces se transmiten, de manera acumulativa, maneras es-pecficas de actuar, inventadas por una poblacin particular en una misma especie. Algunos tienen

    Lo propio de lo humano

  • Fotos: mural con casitas en Cartagena.

    humor. En cuanto al lenguaje, la frontera cada ao es ms incierta, gracias a los descubrimientos de los primatlogos. Incluso si no se trata de confundirlo todo, ya que existen diferencias inmensas entre las diferentes formas de organizacin de lo vivo.

    Por otra parte, si se considera la cultura como lo propio de la especie humana, muy fcilmente ser vista como un privilegio, algo que eleva, algo noble que se distinguira de lo bestial; se despreciara a aquellos que no estaran cultos En fin, todas estas representaciones aplastantes de la cultura letrada o sabia que contribuyeron tanto a su difcil apropiacin por las categoras sociales inicialmente alejadas de dicha cultura. En vez de un privilegio, algunos piensan que la inteligencia especfica desa-rrollada por el ser humano resultara ms bien de su fragilidad, su inadaptacin.

    Ms que algo propio que nos distingue, la cultura, las organizaciones simblicas son una necesidad hu-mana que quiz compartimos en parte con algunas otras especies, y no me molesta para nada. Incluso tendra mucha curiosidad por saber qu se cuentan estos otros habitantes del mundo! Si se trata de una necesidad, entonces todos tenemos derechos cultu-rales, derechos a tener acceso, no solo al saber, sino tambin a representaciones del mundo complejas,

    incluyendo conocimientos, leyendas, obras de arte de diferentes tipos, gracias a las cuales podremos fabricar el tejido al que me refera en el principio. Para eso hacen falta varios actores, la familia y los allegados, pero tambin algunos mediadores cultu-rales, profesionales.Pero se puede entender tu pregunta de otra manera: se-ra la cultura lo propio de cada ser humano, diferente de los otros seres humanos? Cada uno de nosotros tiene una manera especfica de asirse de los bienes culturales que le transmitie-ron o que descubri por s mismo, para componer algo como un estilo propio, un tesoro propio de refe-rencias, historias, canciones amadas, pelculas, per-sonajes inspiradores, fantasas, gestos, maneras de hablar En este sentido, s, esta combinacin podra ser lo ms propio de cada mujer, de cada hombre, a la vez que le permite diversas pertenencias, muchas complicidades, muchos intercambios con otros, prximos o diferentes.

    A este estilo propio a veces se le dice identidad, pero la palabra no me entusiasma porque sugiere fcilmente algo fijo, cerrado, idntico a s mismo. De nuevo aqu estaramos con un propio pen-sado en oposicin a los otros, en este caso no las otras especies, sino a las otras culturas, los otros

    reportaje / 15

  • 16 / rEPortAJE

    estilos. En vez de alegrarse del prodigio de la di-ferencia de los estilos mltiples, se hace un siste-ma de oposicin. Con el peligro de que estas iden-tidades se vuelvan asesinas, para hablar como AminMaalouf, cuando uno se imagina que solo est hecho de un rasgo su religin, su nacionali-dad, su pertenencia a un equipo o a una pandilla, olvidando que siempre somos hechos de una mul-tiplicidad.

    Bueno tambin se podra entender lo propio del ser humano como lo que no se le puede quitar a

    uno. Una vez, despus de una conferencia que di en la Argentina, una mujer cont que su abuela le haba dicho: Nunca trates de guardar cosas en tus bolsillos, porque te pueden quitar todo lo que tens en ellos. Guard cosas en tu cabeza, porque nadie podr quitarte lo que tengas ah. Y la verdad, la cultura sera eso propio que no nos pueden quitar, lo que queda cuando lo perdimos todo. Recordemos a todos los deportados, presos o rehenes que sobrevivieron pensando en poesas o recuerdos de relatos En una casa de pa-labras, como dice Martn Garzo.

    //

  • Algo que me sorprendio cuando empe-c con las investigaciones sobre la lectura fue la frecuencia con la que los lectores utilizaban me-tforas espaciales, comparando la lectura con un espacio para s mismo (y nos encontramos de nue-vo con lo propio), con una casa, an ms con una choza, una cabaa. Con los aos es algo que tom ms en cuenta hasta que lo pens como un aspecto esencial de la lectura, del cual no se habla lo sufi-ciente. Este es un hilo que corre de un captulo al otro en mi nuevo libro: la literatura, oral y escrita,

    Al abrigo de las palabras

    En diferentes pasajes del libro que

    publicar Fondo de Cultura Econmica,

    Michle Petit hace referencia a la relacin

    entre la lectura, el cuerpo y el espacio.

    Al mismo tiempo, Gastn Bachelard

    desarroll una potica del espacio para

    hablar de la escritura. Por qu ambas

    actividades estn tan relacionadas con

    los instintos de proteccin y abrigo?

  • 18 / rEPortAJE

    y las prcticas artsticas estn en estrecha relacin con la posibilidad de encontrar un lugar propio donde habitar. Habitar se refiere, por supuesto, como decs, a la guari-da, al abrigo lo que tampoco es nuestra especificidad. Pascal Quignard recuerda que todos los vivparos tienen su guarida. Todos los vivparos tienen su guarida y todos los humanos (y a lo mejor algunos animales?) necesitan tambin el albergue de una cultura. Esta necesidad funda-mental de proteccin tiene que ver con nuestra fragilidad, con el recuerdo del teroSin embargo, habitar se refiere a algo ms que la guarida. Me parece que para habitar tambin ne-cesitamos otros espacios, una cierta relacin con el afuera, con lo lejano, con lo ficticio. La choza a la que se refieren los lectores no es cualquier abrigo. En ella entran los ruidos del mundo, de otras tierras, de un ms all de lo propio o de lo cercano, y es lo que les permite construir esa casa propia que a veces, en la infancia, toma la forma material de una cabaa en un rbol o debajo de una mesa. O sea que habitar su-pone una apertura, lneas de huida, salir y regresar, idas y vueltas, a la

    manera de Wendy y sus hermanos que cada no-che salen volando detrs de Peter Pan, antes de regresar a su habitacin. La literatura, el arte, la ciencia, a veces, nos dan estas aperturas, esa respiracin, nos abren estos otros espacios.

    Con la lectura, con la transmisin cultural, estamos ms all de la cuestin de integrarse en una sociedad. Lo que sugieren a veces los lectores es la idea de sintonizar con el mundo. Es algo que se experimenta con el cuerpo.

    //

  • CURSOS-SEMINARIOS-ENCUENTROS-CONCURSOS-TALLERES-JORNADAS

    agenda / 19

    A nuestros candidatos, lo mejor!Laura Devetach y Diego Bianki han sido nominados por ALIJA, la seccin argentina de IBBY, para el Premio Andersen de escritor e ilustrador respectivamente. La enorme trayectoria de Devetach y el talento de Bianki no dejan lugar a dudas: excelente seleccin.

    libros Sobresalientes sobre Discapacidad para Nios y JvenesLa sede Argentina de IBBY, ALIJA, present las obras locales pensadas para los nios y jvenes que reflejan cuestiones relacionadas con la discapacidad. Los libros elegidos para representar al pas en la Feria de Bologna son: Rompecabezas, de Diego Bianki, publicado por Pequeo Editor. Malko y pap, de Gusti, publicado por Ocano.Felicitaciones a los autores!

    Sirven los libros para curar las enfermedades? Investigadores de varias universidades de Inglaterra y Estados Unidos han intentado cuantificar los efectos de la lectura en personas que padecen distintas enfermedades. Baja el estrs. Una investigacin de la Universidad de Sussex demostr que a escasos

    seis minutos de comenzar la lectura el nivel de estrs se reduce en un 68%. Memoria eficaz. Otros estudios tambin demostraron que leer poesa estimula

    partes del cerebro relacionadas con la memoria. Presin arterial. La ms extrema de estas corrientes (Escuela de la Vida, de Londres)

    recomienda Las olas, de Virginia Woolf, para la presin sangunea alta; y Anna Karenina, de Len Tolstoi, para aliviar el dolor de muelas.

    Y si no mejora el dolor, por lo menos se disfruta.

  • 20 / AL rEScAtE

    Libros con cartasPor Mnica Rodrguez

    Al igual que se pueden reponer biografas a travs del

    intercambio epistolar entre los protagonistas, hay libros

    que entretejen sus argumentos con cartas. Repasamos,

    en este intercambio que nos une en la revista, algunas

    obras de cartas y con cartas.

    Las novelas epistolares forman parte del amplio universo literario. La caracterstica que las identifica es la inclusin de cartas que van desarrollando la trama. Este gnero tambin est representado en la literatura infantil juvenil.

    A un desconocidoEl recorrido que les proponemos hoy se origina con una obra antigua, que forma parte de la niez de muchos que hoy contamos varias dca-das vividas: Papato Piernas Largas, de Jean Webster. (Recuerdo particu-larmente el mo, de la Biblioteca Billiken, editado en 1968). El texto relata la historia de Jerusa Abbot, una nia hurfana criada en un orfanato. Su vida tiene un giro inesperado cuando por obra de un tutor annimo puede ir a estudiar a un college. A travs de las cartas que escribe Jerusa, rebautizada Judy, se puede ir desgranado la vida escolar, la evolucin que marca su educacin y la llegada del primer e imprevisto amor.

    A una vecinaEn Momi, publicado por Editorial Sudamericana en 1997, las cartas estn escritas por el protagonista. El nio ha quedado a cargo de Lola, la perra de su vecina Aliza. En las cartas que le escribe a Aliza, va enlazando las noticias de Lola y del barrio con las vivencias de su vida familiar. La separacin de sus padres y las nuevas parejas de cada uno de ellos se mezclan y resignifi-can a medida que Momi va aprendiendo cosas de la naturaleza: el cuidado

  • al rescate / 21

    de los picaflores, el milagro de las orqudeas cuidadas en la baadera de la casa de Aliza, la preez y la llegada de los cachorros de Lola Novela fresca, con temas cerca-nos a los intereses de los lectores. Aborda tambin de forma natural y tierna temas como la vida y la muerte. Si bien todas las cartas son de Momi a Aliza, resulta intere-sante cmo pueden reponerse las cartas de la vecina a travs de las respuestas que da el nio.

    A un amor correspondidoEn Julieta y Leandro: agenda confidencial, de Cristina Colombo, la autora propone recorrer la historia de amor de los protagonistas que dan nombre al libro. Se narra la historia de un amor juvenil y el corte abrupto cuando Julieta debe mudarse a Buenos Aires. Aqu comienza el intercambio epistolar: Leandro inicia una agenda de ese amor y recopila las cartas de uno y otro para llevar el diario de la relacin. Cada uno va contando sucesos de murcilagos y casas abandonadas que se matizan con historias de ftbol y campeonatos. A diferencia de las obras citadas, en este caso pueden leerse las voces de cada uno de los protagonistas. Esta historia contina el libro anterior de la misma autora A medio metro del suelo, ambas obras editadas por Editorial Sudamericana. De amistadEn Querida Susi, querido Paul, de Christine Nstlinger, editado por SM en 1985, tambin se produce el distan-ciamiento de los protagonistas por una mudanza. Para que las vidas sigan ligadas, los chicos se van contando cmo transcurren sus das. Algunas cartas estn escritas a mquina por la mam de Susi, siguiendo el dictado de la chica. Tambin hay una carta de la mam de Susi que reprende a Paul por una pelea. La puesta en texto permite distintas lecturas: hay postales, dibujos, anota-ciones y epgrafes. En algunos de estos paratextos pare-ce dibujarse la historia de amor entre los protagonistas, algo que se calla en el texto principal. En un guio de complicidad, el libro finaliza con una postal que Susi y Paul mandan a los lectores desde Grecia, lugar en el que comparten las vacaciones familiares.

    Un desencuentro De Brevedades: antologa argentina de cuentos re-breves, compilado por Martn Gardella para Manoescrita toma-mos el cuento Drama escolar. Diego Kochmann relata una historia con cartas. Un amor que naci en la escuela, que deba sincerarse en el patio junto al rbol pero En menos de cien palabras se logra inquietar al lector que se queda pensando cmo sigue este desencuentro.

    Del autor al lector Esta vez no nos referimos al slogan de la Feria de Libro de Buenos Aires, sino a la propuesta de Elsa Bornemann en la edicin de 1976 de El libro de los chicos enamora-dos. La autora que escribi sobre los amores infantiles, que supo reconocer que tras un tirn de pelo pueden estar escondidas las ganas de dar un beso o que algunas veces se puede estar de novio o novia sin que el otro lo sepa, les abre a los chicos la posibilidad de estar en contacto con ella va carta y les deja la direccin de la editorial para hacerlo. Tambin, literalmente, les entrega el libro. Lo dice as, textual: Que el libro para ustedes sea de ustedes al usar cada poema como mensaje para anunciar el enamoramiento.

    La lista sigue, los invito a completarla con otros res-cates propios. Algunos libros ahora basan sus tramas en los textos que se escriben va correo electrnico, chat o Twitter. Actualizan y continan, de alguna ma-nera, este gnero epistolar en el que hoy nos detuvi-mos por un rato. //

    CorpuSBrevedades: antologa argentina de cuentos re-breves. Buenos Aires,

    Manoescrita, 2013. Bornemann; Elsa. El libro de los chicos enamorados. Buenos Aires, Ediciones

    Librera Fausto, 1976.Colombo, Cristina. Julieta y Leandro: agenda confidencial. Buenos Aires,

    Sudamericana, 2002. Nstlinger, Christine. Querida Susi, querido Paul. Madrid, SM, 1985.Webster, Jean. Papato Piernas Largas. Buenos Aires, Atlntida, 1968. Zarji, Nurit. Momi. Buenos Aires, Sudamericana, 1997.

  • 22 22 22

    Ppala Por Valeria Sorn

    Presentamos la coleccin para chicos de la editorial

    Adriana Hidalgo Editora. Original como su nombre.

  • de fondo / 23

    Cul es la diferencia entre una coleccin y un sello editorial?Dentro de una editorial que tiene y se proyecta con un catlogo amplio, se puede decidir encarar una aventura editorial nueva bajo una coleccin o con un sello nuevo. Una coleccin es una serie de libros con un eje muy claro en comn y decisiones pre-vias acerca de temticas, estilos, formato del libro, ilustraciones, etc. El desarrollo de un sello editorial supone una decisin ms amplia. Por lo general, tie-ne un responsable editorial diferente, y puede plan-tearse todo un equipo diferente si las dinmicas de trabajo de una y otro fuesen divergentes. Pero antes que nada es una decisin de marca.

    Ppala nace en el dcimo aniversario de Adriana Hidalgo editora, como una coleccin para chicos de una editorial conocida por al calidad de sus libros para adultos. Hay que decir que todo el amplio fon-do editorial de Adriana Hidalgo se organiza en ocho colecciones.

    Debe influir llevar de marca un nombre propio, nombre y apellido. Porque la editorial no se identifica con una persona como en el caso de De la Flor y Daniel Divinsky, se da a conocer como una persona.

    Sea como fuera, la identidad es el eje aqu.Los libros y la lenguaEn solo seis aos, Ppala lleva publicados cerca de cuarenta ttulos. Su catlogo est basado en traduc-ciones, excelentes por cierto, de autores de diversos orgenes y lenguas. Y entre ellos brillan las obras de los autores de habla castellana.

    El color de la nieve, de Matilde y Mara Elina Mndez. Belleza total. Una historia que nace cuando Kinga se cansa de vivir siempre en el mismo lugar y se lanza a cruzar el Bosque Prohibido para pedir refugio en la casa de Mirko.

    El pjaro bigote, de Nicols Schuff y Claudia Degliuomini. Gracias a su bigote volador, un escritor solitario conoce a la mujer de sus sueos.

    Julin en el espejo, de Flix Bruzzone y Pablo Derka. Lgicamente, una aventura entre mundos paralelos.

    Nias, de Jimena Nspolo y Marta Vicente. Postales un tanto gticas que cuentan pequeas y atractivas historias.

    Mondo babosa, de Mariano Daz Prieto. Nada fuera de lo ordinario parece suceder: un gato se despierta de su siesta para perseguir a una mariposa roja solo que el mundo es muy extrao, un mundo

    babosa. La noticia es que es uno de los libros selec-cionados por la Feria de Bologna.

    Y finalmente, Juan entre sombreros, que se sale del mandato de los libros lbumes. Es una novela corta de Gastn Ganza, ilustrada por Pablo Cabrera.

    Ms all de la lenguaLlegado este punto permtanme abandonar toda ob-jetividad y hablarles solo de mis tres favoritos.

    Hctor, el hombre extraordinariamente fuerte, de Magal Le Huche. Hctor es el forzudo del circo, pero tiene un secreto: adora tejer. Habr quien lo quiera mal y lo aproveche para hacerlo pasar vergenza. La verdad es transformadora, tanto que el circo ser ahora conocido como El Circo Extraordinariamente Dulce.

    Lo inesperado es la clave de este relato. Narrativamente slido, la solucin del problema se encuentra en la base del planteo.

    Rosa Luna y los lobos, tambin de Magal Le Huche. Rosa Luna adora cantar y sus vecinos no soportan que ella cante. Entonces ella se va al bosque por las noches y los lobos se enamoran de su voz. Pero cuando una noche falte, los lobos invadirn la ciu-dad. Rosa Luna y los lobos tendrn un final particu-lar, ella en el cielo, ellos en la tierra mirndola todas las noches.

    Est tan bien contada esta historia que uno desea-ra que se convirtiera en leyenda y quede as por ge-neraciones viajando entre la gente.

    Ruidos bajo la cama, de Jean-Marc Mathis. Un nio dialoga con el monstruo que vive bajo su cama. Un planteo simple y poderoso, donde la clave est en tomar el punto de vista del nio y del monstruo para hablar de las cualidades monstruosas del pap: su fuerza, el poder de su estornudo, su enorme mor-dida. Por supuesto, de semejante amenaza solo se puede huir despavorido.

    Si esta nota sirve de algo, es para convidar. Ahora es tu turno de salir al encuentro de Ppala.

    //

    La imagen pertenece a Los indomables pensamientos del Seor O, ilustrado por Vero Gatti.

  • 24 / NoVEDADES

    La ronda redondaAutoras: a. lelli, c. Vaca narvaja y a. seguIlust: jorge cuello Editorial: comunicarteISBN: 978-987-602-226-296 pgs. + cd rom

    Un libro con CD de las integrantes de Abriendo rondas de Crdoba. Propuestas educativas para generar a travs de canciones, rondas y juegos de palmas espacios de juego y arte para ser comparti-

    das y dis-frutadas en familia y en la escuela.

    Amlcar y Nora Iniesta Autoras: patricia pellegriniIlust: amlcar Coleccin Amlcar y los artistasISBN: 978-987-26746-2-5 56 pgs.

    Amlcar y su mam esta vez se adentran en la obra singular de Nora Iniesta quien aborda la iconografa ligada a un lugar de pertenencia: La patria.La escuela, los actos escolares, los prceres y los delantales blancos son motivo de su reflexin y a la vez del cotidiano de los chicos. Arte para analizar y disfrutar.

    fadette, la hechicera

    Autora: sandra cominoIlust: Virginia pin

    Editorial: salimColeccin: eplogo

    ISBN: 978-987-1998-60-9120 pgs.

    Una versin libre de La pequea Fadette de George Sand en una adaptacin que es clsica y fiel hasta que se despliega el personaje femenino.

    All aparece entonces el espritu liberal y romntico de Sandra Comino que despoja a Fadette de prejuicios recordndonos en forma circular a la mismsima George Sand.

    El libro de ZezAutora: Vernica sukaczerIlust: ricardo fernndezEditorial: atlntidaISBN: 978-950-08-4165-8112 pgs.

    Lo que ms le gusta a Zez es leer y escribir, por eso cuando su mam le regal un cuaderno comenz a escribir en El Rayado, todas sus ocurrencias, vivencias e invenciones. La intimidad del diario de un chico de 10 aos que so con escribir un libro y ayudado por Vernica Sukaczer lo consigui!

    Maana viene mi toAutor e ilust: pantana Editorial: libro lbum-del eclipseISBN: 978-987-1580-48-424 pgs.

    Un libro de los que buscan abrir debate y expresar un problema.Escrito en mayo de 2011 al otro da que Uruguay votara en contra del proyecto que dejara sin efecto la ley de impunidad contra los crmenes de la ltima dictadura de ese pas. Contundente.

  • noVedades / 25

    AbecedarioAutoras: ruth Kaufman y raquel francoIlust: diego biankiEditorial: pequeo editorISBN: 978-987-1374-59-536 pgs.

    Abecedario + verbos+ vietas+ humor: Alegra!Un libro lleno de encanto para leer y aprender la forma y el sonido de cada letra.Reciente ganador del Premio Bologna Ragazzi Award 2015 en la categora New Horizons .Felicitaciones!

    Pequeas teoras sobre el comportamiento animalAutor: andrs sobicoIlust: josefina WolfEditorial: la bohemiaISBN: 978-987-1019-61-840 pgs.

    La libreta n 2 del Naturalista fue un hallazgo extraordinario.Dedicado a observar la naturaleza del comportamiento animal brillan en sus pginas las chispas de una ciencia nueva e inspiradora. Humor sutil, reflexin y agudeza en esta parodia a los libros cientficos del S. XIX.

  • 28 / AGENDA

    CURSOS-SEMINARIOS-ENCUENTROS-CONCURSOS-TALLERES-JORNADAS

    El reino de la palabraEntre el 20 de marzo y el 5 de abril, se llevar a cabo el Encuentro Federal de la Palabra en la sede de Tecnpolis, en Buenos Aires. El evento nuevamente reunir a maestros, bibliotecarios, escritores, gestores culturales, e interesados por la literatura y las letras. En su primera edicin fue visitada por ms de 300.000 visitantes. Habr un nuevo rcord?

    un siglo de disporaEste 24 de abril se cumplen cien aos del genocidio armenio que gener la dispora de millones de armenios por todo el mundo. Nuestro pas ha recibido a muchos de ellos, quienes se han integrado en la sociedad aportando un color y un sabor especial a un pas multicultural. En ocasin de este aniversario, muchos eventos se realizarn en todo el mundo. Es una oportunidad para acercarse a un pueblo lleno de narraciones y poesa.

    Novedad de Coleccin Comunidades, edicin bilinge castellano-armenio.

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