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CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

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CUADERNOSde

ESTRATEGIA66

INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS

Estudios de investigación realizados porla Sección de: «Estrategia para la Defensa»

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN ESPAÑA

MINISTERIO DE DEFENSA

CENTRO SUPERIOR DE ESTUDIOS DE LA DEFENSA NACIONAL

CUADERNOSde 66

ESTRATEGIA

INSTITUTO ESPAÑOL DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS

Estudios de investigación realizados porla Sección de: «Estrategia para la Defensa»

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN ESPAÑA

Mayo, 1993

CATALOGACION DEL CENTRO DE DO.CUMENTACIONDEL MINISTERIO DE DEFENSA

Los ESTUDIOS estratégicos en España / InstitutoEspañol de Estudios Estratégicos, estudios de investigación realizados por la Sección de “Estrategia para laDefensa”. — [Madrid] : Ministerio de Defensa, SecretaríaGeneral Técnica, 1 993. — 158 p. ; 22 cm. — (Cuadernosde estrategia ; 66)Precede al tít.: Centro Superior de Estudios de la DefensaNacionalNIPO 076-94-093-9. — D.L. M. 25241 -1 994ISBN 84-7823-307-51. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Sección deEstrategia para la Defensa II. Centro Superior de Estudiosde la Defensa Nacional (Madrid) III. España. Ministerio deDefensa. Secretaría General Técnica, ed. IV. Serie

t. ‘ . .

“.

-

Edita: MINISTERIO DE DEFENSA

Secretaría General Técnica

NIPO: 076-94-093-9

ISBN: 84-7823-307-5

Depósito Legal: M-25241 -1 994

IMPRIME: Imprenta Ministerio de Defensa

C E S E D E N Instituto Español de EstudiosEstratégicos

SECCIÓN DE: «ESTRATEGIA PARA LA DEFENSA»Grupo de Trabajo número 9

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN ESPAÑA

ÍNDICE

Página

INTRODUCCIÓN . 9Por José Uxó Pa/así

Capítulo /

¿UNA COMUNIDAD CIVIL ESPAÑOLA DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS?: HISTORIA DE UNA DESERCIÓN INTELECTUAL19

Por Jorge Cachinero Sánchez y Fernando Rodríguez Lafuente

Capítulo ¡

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS EN EL ÁMBITO DEL EJÉRCITODE TIERRA43

Por Agustín Alcázar Segura y Jesús R. Argumosa Pila

Capítulo 1/lLOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS EN EL ÁMBITO DE LA ARMADA 79Por José L. del Hierro A/cántara y Joaquín Micha vi/a Pa/larés

Capítulo IV

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS EN EL ÁMBITO DEL EJÉRCITODELAIRE111

Por Domingo Galdón Domenech y Federico Yaniz Velasco

Capítulo V

EL ÁMBITO INTEGRADO141Por José Uxó Pa/así

Página

CONSIDERACIONES FINALES . 151Por José Uxó Palas!

COMPOSICIÓN DEL SEMINARIO157

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

Por Josa Uxó PALASi

La Estrategia

Desde un punto de vista histórico, la inicial interpretación del término«estrategia» era verdaderamente sencilla y concreta. En la Antigüedadclásica se sabía con precisión lo que significaba. En aquellos tiempos, comose dice en un acreditado texto,, dedicado a estudiarla (1), el estratega:

«Hacía de los hombres soldados y en el campo de batalla desarrollabasu saber para ofrecer luego la victoria a su pueblo».

Estrategia era as un concepto muy claro.’ el arte de los generales.

Con e! paso de los tiempos el concepto fue difuminándose en su precisocontenido. Consecuencia inmediata de tal imprecisión es el gran número dedefiniciones aparecidas con la pretensión de poner claro lo que se perdía enla niebla de las abstracciones intelectuales.

Seguir la evoluciÓn de este proceso, paso a paso, podría ser realmente curioso y aleccionador, pero no es ésta la ocasión apropiada para llevarlo a cabo.

Señalaremos, sin embargo, como una causa inmediata de tal indefinición elhecho evidente de la evolución de las formas del pensamiento debido a losfactores externos que la rodean. El almirante Eliseo Alvarez-Arenas (2)equipara la Estrategia con el ingenio aplicado a la guerra y señala,inmediatamente, que el ingenio —al modo arte guiano— es él y su circunstancia.

(1) Introducción a la Estrategia. Domingo Galdón Domenech. Madrid, 1993.(2) Haceres de ingenio. Eliseo Alvarez-Arenas. Editorial Naval. Madrid, 1992.

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Dos de los factores circunstanciales que pronto envolvieron al quehacerelemental de los «estrategos» clásicos fueron la Política y la Geografía. Y alcorrer de los tie’ros hubo que añadir a éstos, de una forma vigorosa, laDiplomacia, la Economía, la Ciencia y la Técnica, que complicaban suquehacer, pero que necesariamente debían coordinar y concordar con laestrategia primordial que practicaban quienes a ella dedicaban su actividad.

No puede habla rse pues, en la actualidad, de la Estrategia como cienciapura. Es indispensable relacionarla íntimamente con otras disciplinas que leson inseparables e incluso con otras más, periféricas a ella misma, pero deuna relación evidente. Nos referimos, entre otras que también podríancita rse, a la Sociología en general y a la Polemología en particular, con loque el ámbito propio de la Universidad se incorpora plenamente al estudiodel fenómeno bélico.

Ello obliga a aceptar que no es conveniente (ni posible, en sentido estricto)dedicarse al estudio exclusivo de la Estrategia como ciencia aislada yrestringida. Es preciso ampliar el campo de la correspondiente investigacióny abarcar todo el conjunto de ciencias que ha venido en denominarse«estudios estratégicos».

Los estudiosos del tema estratégico

Durante siglo y medio (entre finales del XV y mediados del XVII) en Europano sólo se hacía la guerra al modo clásico sino que, además, se teorizabasobre ella y se la relacionaba desde un aspecto práctico con la otraactividad fundamental de las relaciones humanas de la época: la Política.

Maquiavelo abre la marcha en esta proyección de/pensamiento renacentistasobre los campos de batalla (3). Establece una conexión interna entre eldetalle militar técnico y el propósito general de la guerra, así como unaestrecha coordinación entre las instituciones militares y la organizaciónpolítica. Y encuentra dos buenos realizadores prácticos de sus ideas, en loque a nosotros nos afecta, en Fernando el Católico y en Gonzalo Fernándezde Córdoba, el Gran Capitán. Y enseguida aparece Hernán Cortés en otroshorizontes extraeuropeos.

A pesar de ello, muy pocos estudiosos de la guerra volcaron susconocimientos en tratados o compilaciones que pudieran pasar, hoy día, por

(3) Estrategia y acción militar. Alberto O. Agozino. Ediciones Depalma. Buenos Aires, 1989.

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obras clásicas. El pensamiento estratégico de la época considerada (y aunde las inmediatamente posteriores, en general) se halla disperso enrelaciones epistolares, informes, planes y otra documentación útil tanto parapreparar campañas como para dar la debida cuenta de ellas a la autoridadreal.

En e/texto ya reseñado del almirante Álvarez-Arenas queda constancia deque Bazán, Parma y Alba —entre los españoles— pensaron estrategia y ladejaron escrita en bastantes legajos. Pero en ningún texto concreto.

Fue preciso llegar a la época napoleónica para que surgieran los grandescolosos del pensamiento estratégico cuajado decisivamente en textosfundamentales. Jornini y CIa usewitz inician una filosofía estratégica y unáenseña nza que prácticamente se ha mantenido hasta nuestros días.

Es preciso llegar a la aparición de las armas nucleares (y con ellas a laexpresión «estrategia nuclear») para ver conmoverse de nuevo el pensamientoestratégico.

Es la técnica invadiendo desconsideradamente —y también erróneamente—el campo propio, clásicamente, de la Estrategia. Es también la épáca en queel hombre en general y el universitario en particular más se ha preocupadopor los estudios estratégicos concretos y por aquellos otros que les sonconcordantes.

El principal problema que surge, con todo ello, es la evidente indeterminaciónde lo que con lenguaje militar podríamos calificar como los límites de cada«zona de acción».

Una indeterminación que ya se produce entre los mismos conceptos dePolTtica, Estrategia y Táctica.

El almirante francés Castex, comenta en sus Teorías estratégicas que estaciencia es como el espectro. Tiene un infrarrojo que es el reino de la Políticay tiene un ultravioleta que es el de la Táctica. Y, al igual que el espectro varíade forma gradual e insensible, la Estrategia pura se aproxima a la Política,por un lado, y a la Táctica, por otro, alterándose progresivamente hastafundirse con ellas. . .

De ahí surgen, seguramente, esos términos ambiguos, según la época enque se han empleado, de táctica sublime o de estrategia operacional.

(4) Las preferencias estratégicas del militar español. Miguel Alonso Baquer. EdicionesEjército. Madrid, 1985.

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El general Miguel Alonso Baquer ha dejado escrito (4) que.«Actualmente, la reflexión sobre la guerra tiende a la concreción detres niveles de contemplación —o de tres direcciones—. el político, elestratégico y e/táctico, como quieren el estratega civil Raymond Arony el tratadista militar Beaufre. Al primer nivel corresponde la reflexiónsobre los fines; al estratégico, la reflexión sobre la relación entre losfines y los medios; y al táctico, la reflexión entre los medios y suempleo».

El norteamericano Barry Buzán ha querido señalar, también (5), que losestudios estratégióos se hallan incluidos:

«Dentro del campo más amplio de las relaciones internacionales, sinque ningún límite preciso consiga separarlos con claridad, pues ambosse entremezclan en multitud de puntos».

Parece oportuno puntualizar, a nuestros efectos y para justificar másconcretamente la dependencia de los diversos aspectos que concurrenen el planteamiento bélico, la definición de estrategia que aceptaremoscomo guía de nuestro trabajo.

En su forma abstracta quedó presentada por el general francésBeaufre (6) como:«El arte de la dialéctica de las voluntades que emplean la fuerza pararesolver su conflicto». Y el mismo tratadista amplía en alguna maneratal pensamiento volviendo a señalar que es «el arte de hacer que laFuerza concurra para alcanzar las metas de la política».

En esta concurrencia de la Fuerza (y en la amplitud del propio concepto deFuerza) es donde reside toda la complejidad de la Estrategia.

Por su mayor detalle y precisión didáctica se incluye, igualmente, ladefinición dada por Domingo Galdón en el texto ya referenciado (notanúmero 1 a pie de página), dentro de la misma línea señalada por Beaufre.Es la siguiente:

«Ciencia y arte de la utilización de todos los recursos y materiales queposee un ente político para alcanzar y/o mantener los objetivosnacionales, asegurándolos contra cualquier clase de enemigo, si esposible sin guerra, pero si es necesario, por la guerra».

() Introducción a los estudios estratégicos. Barry Buzán. Ediciones Ejército. Madrid, 1991.(6) Introducción a la Estrategia. General Beaufre. Ediciones Ejército. Madrid, 1980.

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El tema estratégico en el ámbito español

Se ha dicho ya que el arran que del moderno pensamiento estratégico seencuentra en las campañas napoleónicas y en la plasmación que de aquellafilosofía de la acción hicieron Jomini y Clausewitz.

Puede ser interesante dibujar, brevemente, el panorama militar español entoda la época señalada y que se corresponde, en líneas generales, con elsiglo XIX.

En un interesante estudio sociológico redactado en 1980 por el hoy generalMiguel Alonso Baquer (7) se definen las tres generaciones básicas propiasdel período histórico señalado. Son las que habrían de protagonizar los tresconflictos internos más importante derivados de la crisis de la legitimidad delEstado: el pronunciamiento de Cabezas de San Juan (1820), el Manifiesto deManzanares (1854) y el golpe de Estado en el Congreso (1874). Las tresgeneraciones habrán de conocer, igualmente, tres etapas fundamentales enla evolución de la pro fesionalidad castrense.

Es opinión común la de dar por supuesto que la dedicación profesionalmilitar qe ¡a época estaba plenamente absorbida por el complicadoproblema de las guerras carlistas y demás circunstancias históricas queculminaron en la denominada Guerra de África y en el desastre colonial defin de siglo. Sin embargo, arañando en los índices de las bibliotecasespecializadas puede observarse la presencia de tratadistas militaresespañoles que ocupan su atención con e/tema estratégico. Y también secomprueba que esta aplicación al éstudio especializado resulta ser paralelaa las fechas señaladas como básicas de las tres etapas de la evoluciónprofesional castrense en ¡a época considerada.

A caballo de la primera época podemos encontrar los textos dedicados alestudio de la Estrategia publicados en 1810 por el coronel Gabanes, en 1817por el brigadier de Infantería Sánchez Cisneros y en 1827 por CortinesEspinosa. Y además las traducciones efectuadas en 1827 de la obra delteniente general Barón Roginat y en 1830 de Los Principios de Estrategia delArchiduque Carlos.

A la segunda época pertence el trataqo sobre Táctica y Estrategiapublicado en 1849 por el teniente general Evaristo San Miguel y latraducción en 1840 del Compendio del Arte de la Guerra del Barón de

(7) «La selección de la elite militar española en el siglo XIX>. Miguel Alonso Baquer. Revista deHistoria Militar. Madrid, 1989.

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Jomini. Como curiosidad destacamos los Apuntes sobre el Arte de la Guerraextractados en parte, y algunos recopilados, de lo que sobre esta difícilciencia escribieron Lloyd, Napoleón, Jomini y otros grandes Capitanes.Largo título cuyo estilo corresponde al desconocido autor que sólo seidentifica señalando que tales Apuntes han sido «sacados por un oficialocioso)>.

Y no es menos llamativa la aparición, en uno de los números de la RevistaMilitar de 1848, de un trabajo titulado «Debe la España ser potenciamarítima o continental?», que demuestra una preocupación que seencuadra de lleno en los más altos pensamientos estratégicos y todavía deplena actualidad. No pueden dejar de citarse, en los años finales de estasegunda época, la atención que en el Diccionario Militar, de José Almirante,se presta a la voz estrategia.

A lo largo de la tercera época encontramos los textos publicados en 1881por Ambrosio Palau; La Estrategia de Carlos Banús y Comas, en 1887; ElTratado de Estrategia y La Geografía, Estrategia y Geología del capitán deCaballería y doctor en Derecho y en Ciencias, Francisco de Francisco yDíaz, publicados respectivamente en 1897 y 1898; la traducción por MarianoRubio, en 1897, de la obra del Barón de Goltz titulada La dirección de laguerra.

Habría que reseñar, igualmente, la reedición efectuada en 1885 por laRevista Científico-Militar de las Reflexiones Militares del Marqués de SantaCruz de Marcenado como dato a tener en cuenta sobre la preocupaciónprofesional, relacionada también con los aspectos estratégicos, de losmilitares de la Restauración. -

No puede omitirse, tampoco, la labor que intentó realizar en este sentido elCuerpo de Estado Mayor.

En las denominadas sucesivamente (al compás de los grandes altibajos quesufrieron a lo largo de su agitada historia) escuelas especiales o academiasde cuerpo se incluyeron siempre, de una u otra forma, el estudio de laEstrategia. No es oportuno aquí seguir con detalle los correspondientesplanes de estudios, pero en todos ellos se encuentran, con mayor o menorextensión, las asignaturas de Estrategia, de Historia del Arte militar o deHistoria militar y crftica de campañas modernas.

Todo ello desde el plan de 1842 hasta el de 1893, pasando sucesivamentepor los de 1857, 1868, 1870, 1875 y 1886. Desde luego no pudo ser másagitado este aspecto de la enseñanza militar.

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El siglo XX se inicia con el indudable impacto psicológico, para losprofesionales de la milicia, del desastre de 1898 y la desaparición,prácticamente, de los restos del antiguo Imperio colonial. A pesar de ello, sedetectan algunas inquietudes profesionales sobre los estudios militares dealto nivel, como lo demuestra la creación en el Centro del Ejército y de laArmada, en Madrid en 1903, de una Escuela de Estudios MilitaresSuperiores, y la traducción en 1908 del libro básico de Clausewitz, De laguerra, por dos tenientes alumnos de la Escuela Superior de Guerra (nuevadenominación de la Escuela de Estado Mayor) que, por cierto, había vueltoa sufrir una modificación del plan de estudios en 1904, que incluía en primercurso la Geografía tnilítar y Estratégica, en segundo la Historia del Artemilitar, y en tercero el Estudio Crítico de Campañas y la Historia militar. Noparece que pueda pedirse más en aquellos momentos.

No se prolonga, en esta lntroducci3n, el panorama posterior que ofrece lasituación de los estudios estratégicos en España, porque tal es el objetoconcreto de su estudio detallado en los capítulos que se exponenseguidamente.

Lo que sí es cierto es que el hecho histórico de la guerra civil de 1936-1939,y la inmediatamente posterior Segunda Guerra Mundial de 1939-1945, creóen España un nuevo clima favorable al incremento de los estudios generalessobre la Defensa Nacional y los de carácter estratégico en particular.. Ello eslógico. La adopción de cualquier sistema conceptual va siempre precedidapor una acumulación de conocimientos. Se va de la experiencia hacia la teoría.

Objetivo y coordinación del trabajo

El clima que se acaba de reseñar y que muestra el especial interés por lostemas de carácter estratégico surgido como consecuencia de los largos eintensos años (entre 1936 y 1945) en que nuestra Patria se vio inmersa—primero por activa y despuéá por pasiva— en las lógicas consecuenciasde un fenómeno bélico continuado que llegó a alcanzar un nivel mundial,marcó un punto de partida en el tiempo que señala el momento que serviráde origen para iniciar la investigación propuesta.

El objetivo del grupo constituido a estos efectos deberá ser la culminaciónde un trabajo que establezca el desarrollo que, desde aquella etapa históricaseñalada hasta nuestros días, hayan podido experimentar Los estudiosestratégicos en España y la situación de los mismos en el momento actual.

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Para ello se analizarán, por diversas ponencias, los ámbitos específicos quese concretan en el marco de la vida civil (especialmente de la universitaria),en el de cada uno de los tres Ejércitos y desde un punto de vista integrado.El resultado del correspondiente debate de cada una de las ponenciasseñaladas queda reflejado en los cinco capítulos que constituyen elelemento básico de esta publicación.

Como punto final de la misma se establecerán unas Conclusionesencaminadas, fundamentalmente, a señalar el estado de la cuestión y lasopiniones que —como consecuencia del mismo— puedan plantea rse convisión de futuro.

EL COORDINADOR DEL GRUPO DE TRABAJO

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CAPÍTULO PRIMERO

¿UNA COMUNIDAD CIVIL ESPAÑOLADE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS?: HISTORIA

DE UNA DESERCIÓN INTELECTUAL

¿UNA COMUNIDAD CIVIL ESPAÑOLA DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS?:HISTORIA DE UNA DESERCIÓN INTELECTUAL

Por JORGE CACHINERO SÁNCHEZy FERNANDO RODRÍGUEZ LAFUENTE —

Introducción

Las peculiaridades del surgimiento de los estudios estratégicoscomo especialidad dentro de las Ciencias Sociales

En los años cincuenta, los primeros despliegues de armas nuclearesprodujeron la aparición de los estudios estratégicos como un campoindividualizado dentrc’ de las Ciencias Sociales. Hasta entonces, el pensamiento estratégico anterior a la era nuclear se ocupaba del modo deluchar y ganar las guérras: todos los estrategas clásicos, Sun Tzu, Tucídides,Jomini, Clausewitz, Mahan, Fuller y Liddell Hart, se ocupaban de cómocombatir.

En los últimos 40 años, la bibliografía sobre los estudios estratégicos se hamultiplicado de forma geométrica debido a la naturaleza cambiante y alrápido desarrollo de la tecnología (misiles de crucero), los conflictos (guerradel Golfo) y la política (crisis chino-soviética).

En todo este tiempo,. la disciplina de los estudios estratégicos ha estadoentremezclada con la de las relaciones internacionales. Pareciera que existeun consenso en la literatura académica sobre el hecho de que los estudiosestratégicos, específicamente, se ocupan de la administración de la Fuerzao de la amenaza de su uso para la consecución de objetivos militares. Portanto, los estudios esl:ratégicos se interesan por el estudio de la amenaza,

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utilización y control de la Fuerza militar. Así, el tema central de los estudiosestratégicos sería el de los instrumentos de fuerza y su papel en lasrelaciones entre las diversas naciones; por mucho que de la conexión conlas relaciones internacionales —es decir, la ciencia que se ocupa de laestructura política del sistema internacional y de las relaciones entre susmiembros— se derive la polémica, manifiesta en la literatura, sobre si elestudio de la organización política básica del sistema internacional y laorganización económica surgido del mismo es competencia o no de losestudios estratégicos.

En cualquier caso, aunque el centro de la atención de los estudiosestratégicos es la especulación sobre el uso de la Fuerza frente a amenazasmilitares, ni aquélla ni éstas son, exclusivamente, la única fuente de laseguridad nacional y los únicos peligros que los Estados hacen frente,respectivamente. Consecuentemente, los estudios estratégicos suelenincluir, además, dentro de su ámbito de reflexión factores que son relevantesal carácter y probabilidad del fenómeno bélico: es decir, el control dearmamentos, la diplomacia o la gestión de crisis, entre otros.

Sin embargo, hay que evitar, simultáneamente, la tentación de caer en unaconcepción demasiado globalizadora del campo de atención de los estudiosestratégicos, tal y como hacen algunos autores, ya que, al considerar, así,asuntos como la pobreza, el SIDA, el medio ambiente, la contaminación, elabuso de niños o las epidemias, se corre el riesgo de desnaturalizar laverdadera distinción del concepto de los estudios estratégicos —laadministración de la Fuerza o de la amenaza de su uso para la consecuciónde objetivos militares— en perjuicio de su conversión de un logos generalpara el estudio del conflicto social o Sociología.

Dos son los rasgos que han definido la evolución intelectual de los estudiosestratégicos en las pasadas cuatro décadas. Lo que, sin duda, han hecholos estudios estratégicos, en primer lugar, ha sido evolucionar desde elestudio de la guerra como instrumento de la política —el arte del empleo delas batallas como medio para ganar los objetivos de la guerra», como definióClausewitz— hacia los análisis de la disuasión, la gestión de crisis y lamanipulación de los riesgos.

Complementariamente, el pensamiento estratégico ha dejado de serpatrimonio exclusivo de los militares. Los grandes escritores sobre asuntosestratégicos del pasado eran militares o antiguos militares —Liddell Hart,Fuller, etc.; incluso solía ser frecuente el que se desanimara a aquellosciviles con inquietudes intelectuales por eífenómeno de la guerra— y lasáreas del conocimiento propias de la reflexión estratégica eran la Historia

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militar y la Historia diplomática. La notable incorporación de civiles en laplanificación de las campañas militares de la Segunda Guerra Mundialcolaboraron a crear el ambiente que, tras el final de la guerra en 1 945 y conla aparición del arma nuclear, estimuló el surgimiento de los estudiosestratégicos y su liderazgo por parte de especialistas civiles.

Los estudios estratégicos han tenido como pionero en Europa Occidental alprofesor británico sir Michael Howard. Él desarrolló esta disciplina hastaconvertirla en un campo extraordinariamente fértil de las Ciencias Socialesen el que, posteriormente, han brillado las obras de Robert O’Neill, LawrenceFreedman, Adam Rcberts, Barry Buzán, John Lewis Gaddis y tantos otros. Ypara ello, Howard ha puesto a su servicio el convencimiento de que elestudio empírico de los problemas concretos, enriquecido por el conocimientode la Historia y los clásicos de la doctrina estratégica, era el mejor medio deaproximación académico para el estudio de la guerra y la paz en el mundobipolar surgido del final de la Segunda Guerra Mundial.

Tras él surgió toda una pléyade de especialistas —Borden, Brodie, Kaplan,Kaufmann, Kissinger o Trachtenberg, entre otros muchos— cuyo trabajo sedesarrolló bajo la influencia directa de la tecnología nuclear y de lasimplicaciones que su existencia planteaba: sobre todas ellas, la de saber darrespuesta al dilema de cómo utilizar armas de destrucción masiva comoinstrumento de la política exterior sin llegar a provocar el nivel dedestrucción del que éstas son capaces.

En esa época de los estudios estratégicos —calificada por algunos autorescomo de «dorada»—, fueron los centros de pensamiento; fundamentalmente,estadounidenses —los llamados think tanks o, literalmente, depósitos deideas— los que tomaron el liderazgo en la producción ensayística yacadémica sobre estos asuntos. Entre todos ellos, fue pionero la RandCorporation, con base en un edificio placenteramente asomado a las bellasplayas californianas de Santa Mónica, bañadas por el océano Pacífico, quecontó desde el comienzo de su trabajo, aunque sin por ello hipotecar laindependencia de éste, con el apoyo del Departamento de Defensanorteamericano.

Hoy en día, por mucho que los militares siguen estando presentes en eldebate académico sobre el fin y funciones de la Estrategia, han sido losestudiosos civiles los que han invadido el campo del análisis estratégico.Así, los centros académicos o pseudo-académicos han ido desplazando alas academias y escuelas militares del centro del debate y la producciónintelectuales sobre la reflexión estratégica.

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Así, el pensamiento estratégico contemporáneo ha ido ganando encaracterísticas abstractas y especulativas. Por supuesto, que el pensamientoestratégico ha sido siempre, por definición, especulativo; sin embargo, eldominio de la confrontación nuclear y su resolución por vía de la disuasiónen los últimos 50 años ha añadido mayores grados de abstracción al debateestratégico de nuestros días.

Además, el campo de los estudios estratégicos ha ido ganando enespecialización tanto entre sus profesionales como en su produccióncientífica. Así, los analistas de estudios estratégicos han ido optandoprogresivamente por reducir el foco de la atención de sus preocupacionesintelectuales lo que ha supuesto una disminución del número de estudiososde la Estrategia en su sentido más amplio y verdadero.

Finalmente, la producción literaria en torno a los estudios estratégicos es,mayoritariamente, de un valor intelectual bastante efímero ya que se ha idodesarrollando por el impulso de necesidades de defensa y militares de muycorto plazo y, por lo tanto, pierde actualidad con bastante rapidez.

La deserción intelectual española sobre los asuntos relacionadoscon la política de defensa y la Defensa Nacional

La falta de tradición universitaria española para el estudio de la DefensaNacional es consecuencia del aislamiento, dudosamente espléndido, de lasociedad española respecto de la política internacional. Las relaciones entreEstados-Nación no acostumbran a establecerse únicamente mediante elintercambio de agregados de Defensa en sus embajadas; es bastantefrecuente, incluso del presente siglo, que estas relaciones se establezcanbajo la forma de conflicto bélico, ya sea potencial, ya sea real. Lassociedades que vertebran a los Estados-Nación anotan la necesidad deincorporar a civiles, junto a sus militares profesionales, en el estudio de larealidad bélica cuando perciben un determinado riesgo de verse inmersasen una guerra exterior. Se produce, entonces, la dotación de las plazas deinvestigación y enseñanza civil que, en mejor o en peor coordinación con losestudios militares, formalizan científicamente el análisis y el debate sobreesas cuestiones de tanto alcance político y social.

La inexistencia de cátedras de Historia militar, de estudios estratégicos o dePolemología se debe, fundamentalmente,a esa lógica. En España, no se havisto ni utilidad ni beneficio a algo que los diseñadores de la estructura de lapolítica educativa del Estado-Nación consideraban bien cubierto pormilitares profesionales y, a lo sumo, por algunos expertos en Diplomacia,

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Derecho y Economía Internacional. A esto, por último pero no por ello menosimportante, se han unido los efectos de la fuerte dedicación de losacadémicos españoles a los estudios «especializados» sobre ámbitosterritoriales de carácter local o regional, favorecidos por las prioridades delegitimación intelectual del Estado de las autonomías.

Ello ha hecho perder peso a una formación histórica de carácteruniversalista tendente a comparár procesos históricos sobre el sujeto deanálisis Estado-Nación. Esa pérdida impide lograr una mejora en lacomprensión de las organizaciones militares, de la realidad bélica en suconjunto y de la contribución de éstas a la consecución de los objetivospolíticos nacionales de los diversos Estados-Nación.

Sir Michael Howard, en su ensayo Uso y abuso de la Historia militar, proponetres criterios a los oficiales militares que estudien esa disciplina paraorientarse en su profesión si querían «evitar sus trampas». Esas normas,aplicables, sin duda, a los analistas de estudios estratégicos, se resumen enla necesidad de emprender dichos estudios en extensión, profundidad ycontexto. Así, faltan en España análisis in extenso consolidados sobre laevolución interna de la profesión militar, centrados en la evolución del arte ytécnicas militares, y sobre lá evolución de los rasgos fundamentales de loque podría ser considerado su trayectoria estratégica intelectual.

Asimismo, falta profundidad en el análisis de cada suceso histórico-militaren el que se ha visto envuelto nuestro país en los últimos 50 años.Finalmente, en lo que se refiere al contexto, mientras que existe unaceptable conocimiento de la realidad interna española y una razonabledefinición de nuestros objetivos estratégicos nacionales, falta la realizaciónde estudios comparativos del Ejército español con los ejércitos de nuestroentorno geoestratéçiico y de mayor número de análisis de aquellas áreasgeográficas sobre las cuales España ambiciona proyectar sus interesesnacionales.

Por último, hay que abordar los estudios que permitan poner en relación lademanda militar del Estado español contemporáneo con el desarrollo delaparato productivo de la nación española. No existiendo estudios sobre laasignación y la ejecución del gasto presupuestario militar, no se conocen losretornos que de esos presupuestos se han realizado a la sociedad española.No existe, por ejemplo, un conocimiento exhaustivo de la relación entre lassucesivas fases de adquisición de la tecnología militar y la formación deintereses militares, españoles y extranjeros, derivados del suministro a laAdministración militar española.

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El desarrollo de una comunidad civilde estudios estratégicos: un análisis comparado

Afirmar que vivimos un tiempo de cambios acelerado y, por lo tanto, inciertose ha convertido en uno de los grandes tópicos de cualquier exposición odiscusión sobre el futuro del sistema internacional después del colapso delcomunismo en la Europa Central y Oriental. Sin embargo, el hecho de queéste sea un conóepto tan usado y abusado no sólo por la comunidadcientífica, sino por la periodística e, incluso, por el vulgo no deja de invalidarla parte de la realidad actual que correctamente describe.

En el terreno puramente doctrinal, el fin de la guerra fría ha provocado el queOccidente se encueritre, en estos momentos, sin un paradigma o conceptode seguridad claro y estructurado que le asista para afrontar los problemasderivados de esa nueva situación internacional.

Por el contrario, durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundialexistió un paradigma —la bipolaridad— en la estructura de las relacionesinternacionales y un eje central a esa confrontación —la amenaza deestallido de una guerra nuclear— que permitió que la reflexión sobre el papelde Occidente en el mundo fuera sencilla y poco complicada; y que, a la vez,se especializara en torno a los temas de la disuasión nuclear y a las teoríasdel control de armamentos (contabilidad nuclear, índices de armamentoconvencional, suministro de equipos y sistemas de armas, cálculos sobreobjetivos).

También, la esencia y la prácticade la profesión de los estudios estratégicoshan estado pervertidas durante las décadas de la guerra fría. Como el factorfundamental para la estabilidad de las relaciones internacionales despuésde la Segunda Guerra Mundial era la existencia del armamento nuclear, laprincipal actividad analítica de aquellos ocupados en los estudios estratégicosera el desarrollo de las teorías sobre la disuasión nuclear y el control dearmamentos.

Asimismo, los analistas de los estudios estratégicos han sido tradicionalmentecriticados por ser incapaces de incorporar toda una serie amplia de factoresen su trabajo de tal formaque las realidades inamovibles del sistemainternacional —la confrontación Este-Oeste y la supuesta marginalizacióndel llamado Tercer Mundo— los convertía en gestores de la estabilidadestratégica nuclear.

Además, los llamados especialistas por áreas geográficas —con dominio delas variables físicas, políticas, económicas, étnicas, sociales y religiosas de

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las zonas respectivas— soííai caer en el provincialismo de no poder integrarsus análisis en una visión plenamente estratégica.

En definitiva, después del final de la guerra fría, el paradigma que regía elsistema internacional ha cambiado de naturaleza y, a partir de estemomento, parece que el poder político-militar ha dejado de ser el único pilardel poder del Estado.Como consecuencia de todo ello, la atención sobre los asuntos tradicionalesde la preocupación del ámbito de la seguridad nacional ha cambiadoradicalmente. Los asuntos meramente militares han perdido su centralidad,por mucho que sigan siendo importantes, ya que parece haber desaparecidola amenaza del holocausto nuclear universal.Por todo ello, el campo de los estudios estratégicos se ha ampliado, en vezde encogerse, con el final de la guerra fría; sin duda, parecería que lo quevuelven es a tomar sus dimensiones naturales: es decir, el análisis de lacalidad de laorganización social, del poder económico, de la cohesiónpolítica y de la preparación militar. En conclusión, algunos autores —éste esel caso de Kolodziej— sostienen que, en los momentos actuales, se estáproduciendo un verdadero «renacimiento de los estudios estratégicos>), en laacepción más auténtica de su ámbito intelectual.Así, Kolodziej llega, incluso, a enumerar el nuevo tipo de interrogantesacadémicos a los que debe intentar responder la disciplina de los estudiosestratégicos para poder recuperar su propio ser. Central a ese nuevo reto esla identificación de los determinantes del nuevo sistema internacional y laenumeración de la tipología de los nuevos enfrentamientos y de las víaspotenciales para la cooperación intraregional; todo ello, teniendo presente lacreciente relación entre los problemas de seguridad nacionales y losinternacionales —desaparición de froñteras, refugiados, gestión de recursosnaturales, tráfico de armas, drogas—, la aceleración de los problemasnacionalistas y el redibujo de las fronteras políticas internacionales.

Subsidiariamente, en esta nueva era, los estudios estratégicos han de saberdistinguir la importancia de las nuevas fuentes de conflicto para precipitarconflictos armados, señalar con claridad los nuevos intereses nacionales deOccidente, imaginar la adaptación de las instituciones actuales y la creaciónde otras nuevas para hacer frente a los nuevos retos de la situacióninternacional, saber sopesar el efecto de la proliferación nuclear y de losconflictos regionales en el equilibrio de poderes en la nueva situación o, paraterminar, avanzar iniciativas para contribuir a una nueva política de controlde armamentos encaminada a garantizar la estabilidad de la situacióninternacional en el futuro.

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Dentro de ese nuevo escenario científico, hay que comenzar a calibrar ensus justos términos la importancia estratégica de la economía. La desaparicióndel paradigma de seguridad militar y la extensión de los centros de podereconómico hacen que en el futuro vayan a cobrar importantes asuntos, quedeberán ser integrados en la reflexión general sobre estrategia, tales comoel desarrollo del comercio mundial —y, de manera especial, el proceso finalde rediseño de sus reglas de funcionamiento básico a través del GATT y dela Ronda de Uruguay—, la regionalización y globalización de la economíamundial —en ámbitos supranacionales como son el Tratado de LibreComercio en América del Norte, el MERCOSUR en la América Meridional, laCEE, o las múltiples iniciativas en marcha de integración regional económicaen Asia—, las políticas de cooperación y asistencia a las zonas másretrasadas del planeta o, por último, el papel de la economía privada en laeconomía global.

Complementariamente, el ámbito de los estudios estratégicos ha deestimular el crecimiento, en progresión geométrica, de los estudiosregionales. El final del paradigma bipolar está descubriendo los conflictosregionales en su verdadera naturaleza, ajenos a la influencia que sobre ellostenían la confrontación mundial, y en su total complejidad. Por ello, se haceimprescindible una aproximación regionalizada al estudio, desde unaperspectiva estratégica, de la evolución del sistema internacional que tomeen consideración variables como las del movimiento planetario desde elautoritarismo y el totalitarismo hacia los valores políticos y económicos de lasociedad liberal, el funcionamiento de los organismos regionales y suposible transformación para el nuevo mundo, el entendimiento de las raícesétnicas, históricas, lingüísticas, culturales y sociológicas de la formación delos intereses nacionales y sus políticas exteriores en todo el mundo, elconocimiento al detalle de los problemas que sufren todas las regiones y lospaíses —la existencia de fronteras disputadas, el papel desempeñado porlas respectivas instituciones militares o el grado de desarrollo social yeconómico— o la identificación de los principales países llamados aconvertirse en los centros de gravedad estratégica del planeta —Alemania,Japón, Rusia, China u otros—.

Finalmente, ese renacimiento de los estudios estratégicos va a exigir de unareorientación metodológica en todos los centros de estudio en los que sedesarrolle esta disciplina.

En primer lugar, se hace imprescindible el refuerzo de la tendencia hacia eltrabajo interdisciplinar ya que las líneas entre estudios de seguridad, asuntoseconómicos, temas regionales y problemas globales irán diluyéndose

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rápidamente. Es necesario, por tanto, llegar a tener una comprensión deconjunto de las interconexiones complejas entre unos y otros campos deestudio y análisis.

Especialmente, de entre todas esas otras Ciencias Sociales que se debenincorporar al acerbo metodológico de los estudios estratégicos en el futuro,destaca la utilización de la Historia. La revisión historiográfica de importanteshechos históricos de la guerra fría, es decir, de la época «dorada», también,de los estudios estratégicos ha ayudado a incrementar la importanciaconcedida a la reflexión sobre caos históricos como medio de generación yexperimentación de posibles teorías estratégicas y ha provocado, además,un creciente acercamiento y colaboración entre historiadores y politólogos;fuente de recluta natural, éstos últimos, de los principales académicosdedicados a los estudios estratégicos.

El caso pionero y paradigmático de sir Michael Howard ha dejado ya de. seruna excepción y muchos otros historiadores, como es el caso del historiadorestadounidense Gaddis, se han incorporado a la reflexión estratégica.Parafraseando al propio Howard, podría afirmarse que aquellos que sededican a los estudios estratégicos sin el suficiente conocimiento de lahistoria de las áreas y problemas de su interés son comparables a esosestudiantes de Bellas Artes que carecen del sentido de la vista y que,portanto, son ciegos.

Por otra parte, se debe abrir el debate intelectual en torno a las hipótesissurgidas en el entorno académico de los estudios estratégicos de tal maneraque las verdades establecidas sean puestas en cuestión y que nuevas ideaspasan el proceso de la discusión libre y sin prejuicios.

El futuro de los estudios estratégicos como disciplina de las CienciásSociales pasa por la aplicación de las normas y objetivos del trabajoacadémico. Es decir, han de buscar el desarrollo de proposicionesexplicativas generales sobre la utilización, en abstracto, de la fuerza en lasrelaciones internacionales yde descripciones precisas sobre la utilización,en la práctica, de la guerra al servicio de objetivos políticos en los diversosconflictos regionales y nacior)ales.

Para todo ello, la creación —es decir, la formulación de proposicionescausal y lógicamente relacionadas para explicar fenómenos de interés—-, laexperimentación -—es decir, la verificaión de varias teorías enfrentadasmediante su sometimiento a la prueba de la evidencia científicamentedemostrable— y la aplicación —es decir, la utilización del conocimientoexistente para iluminar los problemas— de teorías se convierten en. las

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categorías que deben centrar el esfuerzo intelectual de los estudiosestratégicos en el futuro.

Por último, esta renovación de los estudios estratégicos ha de realizarse sinperder de vista el compromiso social que esta disciplina académica tienecontraído con la comunidad a la que, en definitiva, está obligada a servir.Esta vocación de servicio debe empujar a la comunidad académica de losestudios estratégicos a ampliar su ámbito de actuación tradicional comocentros generadores de nuevas ideas para convertirse, también, en árbitrosconsensuadores de las diversas opciones políticas; manteniéndose, porsupuesto, por encima de la lucha política.

Además, los miembros de la comunidad científica de los estudios estratégicoshan de multiplicar su función pedagógica y educadora sobre la sociedad dela que forman parte y, para ello, han de saber explotar las vías paracomunicar y hacer públicos los resultados de sus investigaciones yconvertirse, así, en partícipes más activos en el debate público sobre losasuntos de su interés. En otras palabras, la Administración Central de Estado—especialmente, el Gobierno de la nación y el Parlamento—, el conjunto dela comunidad universitaria —no sólo los profesores, investigadores yespecialistas; si no, sobre todo, los alumnos y estudiantes— y, por último, laopinión pública en general del país han de ser los receptores naturales —losque los comunicólogos llaman «públicos objetivos»— de un trabajointelectual que está encaminado que todo un país asuma su cuota deresponsabilidad en el mantenimiento de la integridad territorial, en el respetode la soberanía nacional y en la defensa de los principios constitucionales;todo ello, en constante y estrecha sintonía con aquellos que son nuestrosaliados, es decir, con los que compartimos un mismo ethos de principiosbasados en el legado de la cultura y civilización judeo-cristianas.

Con todo, la disciplina de los estudios estratégicos ha de saber vencer lastentaciones para no caer ni en el oportunismo político, ni en la irrelevanciaacadémica. Es decir, los estudios estratégicos han de saber seguirbeneficiándose de su capacidad para estar en contacto con los problemasdel mundo real; de hecho, el gran avance de los últimos 40 años en estadisciplina se ha debido, fundamentalmente, al esfuerzo para intentar resolvereficazmente grandes problemas de la gran política práctica.

Sin embargo, todo ello ha de llevarse a cabo sin que las presiones por loinmediato y la excesiva obsesión por dar consejos para la toma dedecisiones obscurezcan la necesaria calidad académica y el profundobagaje reflexivo que toda actividad científica ha de incorporar a suproducción. Simultáneamente, los estudios estratégicos han de conseguir

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mantener la vocación por el rigor académico sin que, por ello, sucumba alnarcisismo de la autocontemplación de lo teórico, lo metodológico, endefinitiva, lo irrelevante.

El pensamiento estratégico civil español contemporáneo

Presupuestos con textuales

«De repente los cascos azules y los vehículos blindados de NacionesUnidas parecen estar en todas partes: en Somalia y Mozambique, enBosnia y en Líbano, en Camboya. Rara vez está del todo claro lo quehacen, porque parece que mantienen la paz sin luchar, casi como sifueran ángeles de algún benevolente cielo; aunque, entonces, otrafirme resolución del Consejo de Seguridad nos hace darnos cuenta deque también en nombre de Naciones Unidas pueden verse amenazadaslas vidas.

Aún así, difícilmente pasa un solo día sin que los medios decomunicación nos recuerden la realidad de esa casi olvidadaOrganización situada junto al East River. ¿Será que el nuevo papel deNaciones Unidas es el ‘dividendo de paz” que se nos paga a nosotros,kjs cudadanos del mundo, tras el final de la guerra fría?»

RALF DAHRENDORF

Sin recordar que España ha estado ausente de los grandes conflictoseuropeos y mundiales desde las guerras napoleónicas se hace difícilcomprender el grave hecho que significa la ausencia de una sociedad civilsensible a los asunl:os y aspectos de la Defensa Nacional y, por tanto, de suproyección en las esferas internacionales. Durante este largo y complejoperíodo de nuestra historia política, pareciera como si un cierto pacifismo deperfil nacionalista, basado en una supuesta decisión «libre y soberana delpueblo español», haya presidido nuestra actitud hacia los conflictossucedidos más allá de nuestras fronteras. Tan curioso, como falso,pacifismo se ha confundido en más de una ocasión con neutralidad. Así, elcírculo del secular aislacionismo español se cierra de manera determinante.

Sin embargo, los recientes acontecimientos internacionales —guerra delGolfo, Bosnia, Somalia— han pulverizado, en cierto sentido, la percepciónaislacionista de la política española. Lo cierto es que ya a partir de 1 982 conel ingreso de España en la OTAN ese aislacionismo queda reducidopaulatinamente a determinados sectores sociales que, si bien conservan

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una poderosa influencia en ámbitos universitarios, periodísticos y sociales,el ritmo de los acontecimientos fuera de nuestras fronteras les obliga amodificar no sin cierta brusquedad, sus comportamientos y manifestacionespúblicas anteriores.

Se ha escrito que el orden internacional surgido tras el derrumbe de laantigua URSS, con el final de la guerra fría se caracteriza por la aparición deamplias y nuevas oportunidades para la paz, junto a la reaparición de«fantasmas» seculares de riesgos e incertidumbres: fundamentalismoreligioso; nacionalismos emergentes; ruptura de la bipolaridad Oeste-Este;permanencia de significativos arsenales nucleares y convencionales;conflictos étnicos y religiosos: la antigua Yugoslavia, los territorios de laantigua URSS en Asia Central, el norte de África... a ello hay que sumar losriesgos periféricos —guerra del Golfo—, corrientes migratorias en constantecrecimiento, inestabilidad social, reaparición de tendencias xenófobas enlas estables sociedades europeas e incremento de las amenazas nomilitares como el terrorismo internacional y el narcotráfico...

Los hechos que suceden actualmente en Bosnia y en Somalia han sidodeterminantes en cuanto a un radical cambio de actitud de la opinión públicaespañola respecto a la participación de nuestros efectivos militares enconflictos que suceden más allá de nuestras fronteras. No obstante, seríanecesario recordar algunos ejemplos del comportamiento de la opiniónpública española y de sus intelectuales ante lo que podría denominarse lapolítica de defensa y los problemas internacionales, con dos casos en másde un sentido paradigmáticos de lo señalado anteriormente y que explicanel porqué hoy en la sociedad española los estudios estratégicos apenasocupan un lugar marginal que se mantiene gracias al esfuerzo individual deinvestigadores y estudiosos antes que al impulso —lógico en una sociedadde las características de la española de 1 993— por parte de institucionespúblicas y privadas para consolidad lo que se entiende por estrategia desdeel lado civil de la vida española.

Tomaremos estos dos casos por contener ambos la respuesta que da lasociedad civil en un tiempo de aparente normalidad (1987), una vezestabilizada la presencia española en la OTAN y otro de fuerte impactosocial (1991) como fue la llamada guerra del Golfo. En ambas situacionesqueda perfilado ese débil concepto de estrategia que percibe la sociedadcivil, receptora final, no se olvide, de cuantas políticas se hagan en sunombre.

En efecto, en abril de 1 987 el Centro de Investigaciones Sociológicas (GIS)realizó unaamplia encuesta relativa a determinar las actitudes y opiniones

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de los españoles ante las relaciones internacionales, entre las preguntasque se formulaban, claro, gran parte de ellas se referían a asuntosgeopolíticos y estratégicos. Los resultados no pudieron ser más desalentadores si de homologación a los países de la Comunidad Económica (CE) setrata. Para, el 59 por 1 00 de los encuestados no se contemplaba ningunaamenaza de paz; sin embargo, para un significativo 23 por 1 00’esa amenazade paz era más que evidente; del mismo modo que un 18 por 100 no sabíao no contestaba.Lo que resultaba más chocante en cuanto al desconcierto en el que sesumía la opinión pública de aquellos años, tan próximos por otra parte, eraa la hora de señalar los países que «eran» una amenaza para la paz deEspaña. El lector, sin duda, se sorprenderá, un 49 por 100 de los ciudadanos.que respondieron a las preguntas del GIS afirmaba que Estados Unidosrepresentaba la más seria amenaza para España; un 33 por 1 00 lo creía dela antigua URSS y un 34 por 1 00 restante colocaba el riesgo amenazante enel Reino de Marruecos.

Si esta era la percepción de amenazas a la seguridad nacional que’manifestaban los encuestados no es de extrañar el relativo abandono queeste tipo de asuntos —los estudios estratégicos— revierten en el conjuntode la sociedad y se expresan en ¡a opinión pública y en los medios decomunicación. ste será el segundo ejemplo que querría incorporar comomero aspecto referencial de lo que vendrá después, pero, sin duda,significativo del escaso aporte histórico español a los estudios estratégicosdesde el lado civil. . -

Cuando el 28 de febrero de 1 991 se dio por finalizada la guerra del Golfoquedaba detrás un más que particular cúmulo de artículos de prensadedicados a denunciar, reflexionar, describir, condenar y, casi, a filosofarsobre las características y circunstancias del conflicto bélico y surepercusión en todos los ámbitos de la vida diaria. Los artículos fueronfirmados por conocidos, e influyentes, intelectuales españoles y publicadosen el diario madrileño El País. Algunos de ellos aparecieron mucho antes deque surgiera el conflicto (agosto de 1990) y otros se prolongaron algunosmeses después de finalizado (mayo de 1 991). Las conclusiones que el autordel estudio a que hacemos alusión (Los intelectuales españoles y la guerradel Golfo» de Javier Rodríguez de Fonseca, en Claves de razón práctica,número 30, marzo, 1 993, pp. 73-80) describe son relevantes para fijarhistóricamente el estado de los asuntos de orden internacional en el pulsonacional:

«El pacifismo español, representado por los que hemos dado en llamaridealistas, carece para los realistas de entidad política, teniendo como

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único fundamento un puñado de principios éticos y como brazoarmado un antiamericaniSmo visceral, un nostálgico aislacionismo y unvoluntarismo cargado de indignación. Los idealistas, por su parte,consideran belicistas a todos los que ponen límites a los esfuerzos porla paz» (p. 80).

Si bien puede afirmarse que, en cierto sentido, algunos de los planteamientosteóricos surgidos en la encuesta de 1 987 siguen presentes en significativosprescriptores de la opinión pública española, para el autor se abre unperíodo de desorientación en el conjunto de la sociedad:

«Los primeros (idealistas) han perdido la batalla, pero los segundos(realistas) fáciles vencedores al alinearse con los hechos, no handemostrado estar suficientemente armados para los retos que evidentemente tienen que afrontar».

De esta forma, la sociedad civil continua huérfana de un aparato teórico ydocumental lb suficientemente abierto y amplio que permita encarar losdiversos retos de la situación presente con un mínimo bagaje intelectualhomologable al existente en otras sociedades de nuestro entorno político,económico y cultural.

He ahí el carácter deficitario de los estudios estratégicos españoles surgidosdesde los diversos ámbitos civiles, sean estos universitarios, diplomáticoseconómicos o sociales. Como se ha señalado en más de una ocasiónpersiste:

«Una débil percepción de• amenazas; falta de identificación depotenciales agresores; cierto descontento con el sistema nacional dedisuasión y resistencia a verse involucrada en conflictos más allá desus fronteras».

La focalización de los conflictos internacionales en áreas tradicionalmentea’enas a ellos, corno es el caso español, no permite anticipar que la solucióntenga unas perspectivas inmediatas. Ni mucho menos. A la hora de redactarestas notas, la sociedad española se enf renta, por primera vez en los 200últimos años, con la presencia activa de sus tropas en un grave conflictointernacional de consecuencias imprevisibles que ha transformado cuantosanálisis y encuestas anteriores pudieran haberse realizado.

Es, por tanto, el momento histórico para delinear esos organismos decolaboración, mediante la investigación académica y la actualizaciónperiodística, que permitan dotar a la comunidad de los instrumentos básicosde asimilación e interpretación de los conflictos en marcha y la predicciónde las futuras incertidumbres que, en cumplimiento de los compromisos

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internacionales adquiridos, puedan producirse. Ante ello, si por parte de lasinstituciones militares sí cabe hablar de los medios intelectuales y materialesbásicos creados para el análisis de dichas situaciones, desde el ámbito civilapenas es perceptible esa proyección en la sociedad.

Los estudios estratégicos en la Universidad

Como se ha señalado en la segunda parte del presente trabajo en suformulación doctrinal, no es arriesgado afirmar que los estudios estratégicos,como tales estudios, no existen en el conjunto de las Universidadesespañolas. En ninguno de los planes de estudio actualmente en vigor secontempla un ciclo de estudios dedicado a la obtención de diploma,licenciatura o doctorado de los estudios estratégicos. Ni siquiera se hanorganizado áreas de conocimiento encaminadas al análisis histórico ycontemporáneo en la actual reforma en marcha de dichos planes. Parececomo si de nuevo, la sociedad académica española diera la espalda a únámbito de conocimiento común en la mayor parte de los países que hoyintegran la CE.

Los pocos casos que pueden encontrarse dedicados a los estudiosestratégicos están formados en torno a otras áreas de conocimiento,tradicionalmente cercanas como pueden ser las relaciones internacionales,Derecho Internacional público y determinados Departamentos de HistoriaContemporánea. De nuevo, como es norma secular en la vida universitariaespañola, debemos acudir al esfuerzo individual para encontrar un espaciode estudio, análisis, interpretación y proyección social en lo que respecta ala materia de la que nos ocupamos.

Esta ausencia institucional de Departamentos específicos orientados a losestudios estratégicos es consecuencia, en primer lugar, de la negativa, porparte de las autoridades correspondientes a su cabal creación y, ensegundo lugar, a la escasez de una sociedad científica preocupada einteresada por resolver este aspecto clave de la vida contemporánea. Así,nos encontramos ante la situación de que un licenciado español que deseeampliar estudios en este área deba, irremediablemente, acudir a los centrosuniversitarios existentes en otros países para completar sus estudios.

Ante este ejemplo, nada modélico, de deserción intelectual española de losestudios estratégicos es de subrayar la labor que desarrollan determinadosDepartamentos que dentro del ámbito universitario se esfuerzan pormantener un corpus documental actualizado; organizar seminarios yencuentros internacionales específicos sobre cuestiones de estudiosestratégicos y alentar la realización de tesis doctorales sobre diversos

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asuntos relacionados con la —hasta ahora y universitariamente hablando—inexistente materia.

Son los casos del Departamento de Historia Contemporánea de laUniversidad Nacional a Distancia y de Relaciones Internacionales, tanto delas facultades de Ciencias Políticas y Sociología como de Derecho de laUniversidad Complutense, ambas Universidades de Madrid. En ellos, serealiza, mediante el impulso sectorial estudios específicos de conflictosinternacionales, referidos en la mayor parte de los casos a cuestiones dedefensa y seguridad, política armamentista, evaluación de contenidogeopolítico y fijación de la posición española respecto a los posiblesescenarios de desequilibrios inmediatos.

Todos ellos han subrayado la necesidad de incrementar la presencia deestos estudios en la Universidad, junto a los señalados cabría citar elInstituto de Europa Oriental de la Universidad Complutense y el InstitutoUniversitario de Sociología de Nuevas Tecnologías de la UniversidadAutónoma de Madrid.

Desde un punto de vista de estudios de doctorado, la creación del CentroEspañol de Relaciones Internacionales (CERI) en 1991, por parte de laFundación José Ortega y Gasset de Madrid, el Ministerio de Defensa y elMinisterio de Asuntos Exteriores, ha permitido que se impartan por primeravez en España determinadas materias relativas a los estudios estratégicosentendidas como disciplinas académicas, al formar parte de la FundaciónJosé Ortega y Gasset el Instituto Universitario de igual nombre que cuentacon los créditos académicos exigidos por la normativa legal y estar éstosavalados, en el caso del CERI, por la Universidad Complutense.

El CERI imparte, mediante una amplia nómina de investigadores yacadémicos, varios programas de relaciones internacionales entre los quese encuentran aspectos básicos de la literatura estratégica internacional.para su caso, es pertinente citar su focalización en la cooperación yseguridad en el Mediterráneo —área preferencial de la institución—, políticaexterior y seguridad en la CE; prospección de estudios relativos a lacooperación económica en el Mediterráneo y emigración magrebí en lospaíses de la CE.

Del mismo modo, el Centro ofrece dos cursos de estudios generalistas comoson el Máster en Relaciones Internacionales y el Doctorado en EstudiosContemporáneos de América Latina (sic); con un área específica dedicadaa los estudios estratégicos desde la que se coordina cuantas publicacionesperiódicas, monografías y demás documentación se recibe y se produce en

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el Centro. La biblioteca cuenta con más de 35.000 títulos. Si bien es cierto,como conclusión, su función no es sólo la disciplina que aquí nos ocupa.

Los estudios estratégicos en el Cuerpo Diplomático

Ya se apuntó que la mayor parte de la bibliografía española existente en lorelativo a los estudios estratégicos se debe al interés personal dedeterminados investigadores y analistas internacionales, por cuanto demanera institucional sólo cabe la reiteración de lo señalado en puntosanteriores de esta breve nota de introducción a los estudios estratégicósdesde el ámbito civil.

Cabría pensar que desde la carrera diplomática nos encontraríamos conuna dilatada tradición de estudio sobre los cambios estratégicos internacionales. Pero, quizá exagerando, a la hora de establecer una someraevaluación de lo realizado específicamente en el área que nos ocupa, sóloqueda la obra del dilplomático Carlos Fernández-Espeso como divulgador yanalista de asuntos varios relativos, siempre, a esta asignatura ciertamentependiente de la vida intelectual y académica española.

Parece chocante, sin embargo, basta repasar el plan de estudios que debencumplir los aspirantes a la carrera diplomática para que ese supuestoasombro quede reducido a lo que no es sino pura y dura realidad. En efecto,a lo largo de los cursos correspondientes no se imparte ninguna asignaturadedicada a establecer los condicionamientos históricos, metodológicos,prácticos y contextuales de los estudios estratégicos. Es decir, nuestrosdiplomáticos se incorporan a su vida profesional sin haber tocado,literalmente, una breve monografía relativa a discernir tan esencial capítulode las relaciones internacionales contemporáneas.

Existe, eso sí, algún Departamento que, dentro del organigrama delMinisterio de Asuntos Exteriores, se ocupa de actualizar y realizarinvestigaciones que presentan puntos de contacto con los estudiosestratégicos. Es el caso de la Dirección General de Seguridad y Desarmecuya misión específica es vigilar el cumplimiento de los acuerdos ycompromisos internacionales en materia de seguridad.

Los estudios estratégicosen otros cuerpos profesionales públicos y privados

Dentro de la dispersión habitual que venimos apuntando en una materiacomo los estudios estratégicos y en su proyección en la sociedad, es lógicopensarque será su atomización en diversos ámbitos de la vida civil dondehallemos la mayor Darte de pequeños grupos de investigación, de muy

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diferentes características, intereses y metodologías. Además de ellos, debencitarse una serie de publicaciones y personalidades que, como ya se haseñalado, eercen «por libre’> lo que institucionalmente hoy, y a pesar de lasexcepciones ya reseñadas, parece más una quimera intelectual que unarealidad tangible.

En primer lugar, cabe destacar la labor realizada, única en su excepcionalidad,del Grupo de Estudios Estratégicos (GEE) de Madrid que cuenta con unespecializado equipo de investigadores. Fue uno de los grupos pioneros enel establecimiento de los estudios estratégicos como materia de estudio yanálisis.

Desde su creación en 1986 —es significativo para subrayar la deserciónque apuntamos, lo tardío de esta fecha en comparación con otras nacionesde nuestro entorno— han realizado un trabajo equiparable al resto de losinstitutos de semejantes características en la CE: PAPERS de investigación,encuentros internacionales, presencia de sus colaboradores en revistasespecializadas y de divulgación y, sobre todo, organización de seminariosinternacionales, el último, valga como ejemplo, celebrado en Madrid elpasado mes de enero dedicado a «La reconversión a la paz: las FuerzasArmadas en la posguerra fría». No depende de ningún organismo público,aún cuando parte de sus colaboradores mantienen una estrecha vinculacióncon el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Nacionala Distancia.

El Centre d’lnformació i Documentació Internacionals a Barcelona (CIDOB)es otro de los organismos dedicados a las relaciones internacionales, y unode los más antiguos pues se creó en 1 973, que han incorporado los estudiosestratégicos a su labor habitual de trabajo. Su orientación investigadora sedirige hacia los estudios sobre el área del Mediterráneo, Centroamérica y losllamados países del bloque del Este, hoy Europa Central. Cuentan conpublicaciones propias como son los dossiers CIDOB; Sobre Pau-Paz y AfersInternacionals.

Además, es uno de los centros españoles que mayor número depublicaciones recibe en su biblioteca, más de 600, dedicadas al análisis delas cuestiones referidas. Imparte dos cursos periódicos: Relaciones Internacionales y Paz y Conflictos, dirigidos tanto a licenciados como a otrosprofesionales interesados por estos asuntos. Su orientación se dirige haciauna posición neutralista haciendo especial hincapié en los organismosinternacionales específicamente dedicados al control de la paz en las zonasen conflicto, así como otras organizaciones no gubernamentales desemejante perfil.

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El Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (INCIPE), sefundó en 1988 con la intención, ampliamente alcanzada, de reunir losesfuerzos anteric’res de dos instituciones como eran el Instituto deCuestiones Internacionales (INCI) y el Centro de Estudios de PolíticaExterior (CEPE). La labor que desarrolla se centra fundamentalmente enrealizar estudios sobre la opinión pública española y política exterior. Juntoa ello, su principal actividad es la convocatoria de conferencias relativas,siempre, a asuntos de relaciones internacionales focalizados en torno alcomercio y las finanzas con el exterior, así como a otros temas de actualidadpolítica.

De los citados cabe destacar su atención al nuevo marco de relacionesentre el Este y el Oeste; al tráfico de drogas y relaciones internacionales; elservicio exterior español; la serie de conferenóias dedicadas a evaluar lanueva situación europea bajo el título: «Europa en la encrucijada» y elseminario sobre política exterior española ante las pasadas eleccionesgenerales deI 6 de junio. También, posee un catálogo de publicacionespropias; entre otras Relaciones Este-Oeste (1989), América Latina en laencrucijada (1990) y La Unidad Europea (1 991) y una biblioteca de más de2.000 volúmenes y recibe alrededor de una docena de publicacionesperiódicas.

En este breve repaso a los organismos que sin dedicarse expresamente alos estudios estral:égicos si dedican buena parte de su actividad a tratar demanera tangencial nuestro ámbito intelectual se encuentra el Instituto deRelaciones Europeo-Latinoamericanas (IRELA). Stj creación data del año1 985, en atención preferencial a ofrecer estudios de investigación a laComisión Europea y al Parlamento Europeo, y su actividad académica estádirigida a las relaciones institucionales entre Europa y Latinoamérica;cooperación económica; cooperación científico-tecnológico; protección delmedio ambiente; cooperación interregional sobre el problema de losnarcóticos; integración regional; fortalecimiento de las instituciones públicasy desarrollo democrático y derechos humanos, generalmente todo centradoen la zona de Iberoamérica.

Entre sus• proyectos de investigación en marcha se halla el estudiocomparativo entre instituciones regionales y estatales en Europa y Latinoamérica; análisis de los efectos de la Ronda Uruguay del GATT enLatinoamérica con el objetivo de evaluar los efectos del mercado únicoeuropeo en el comercio del subcontinente americano; desarrollo de lacooperación industrial entre empresas europeas y latinoamericanas; procesode integración en el área de Centroamérica; recursos humanos e infraes

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tructuras de ciencias y tecnologías en Latinoamérica; cooperación energéticaentre Latinoamérica y Europa y Derechos Humanos en Centroamérica.

Entre sus publicaciones periódicas las dedicadas a los temas tratados en losproyectos de investigación son las más numerosas. Así, cabe destacar entreéstas: Cronología de las relaciones Europeo-Latinoamericanas, Documentobase de las relaciones entre la Comunidad Europea y América Latina y elManual IRELA de relaciones Europeo-Latinoamericanas. Su biblioteca estácompuesta por casi un millar de volúmenes y 406 títulos de publicacionesperiódicas y archivos de prensa.

La Sociedad de Estudios Internacionales (SEI) es, quizá, la más antiguainstitución dedicada a la actualización y divulgación de los asuntosexteriores a la opinión pública española. Su actividad se centra, casifundamentalmente, en la organización de un curso de asuntos internacionalesy diversos seminarios y conferencias periódicas. Cabe destacar que en susdiferentes programas anuales siempre aparece como norma inexcusableuno o varios asuntos, cuando no todo un ciclo, dedicado a los estudiosestratégicos.

Otro de los organismos mencionables, de forma muy lateral, es el Instituto deCiencia y Sociedad (INACS). Su año de creación es el de 1985. Su trabajose inscribe en la órbita del desarrollo de las Ciencias Sociales referidas alámbito internacional. Mantiene acuerdos de colaboración con la UniversidadComplutense de Madrid; Central de Barcelona y el Departamento deSociología de la Universidad italiana de Bolonia.

Entre sus programas de investigación se encuentra el desarrollo de laspolíticas de la Administración ante los Derechos Humanos; Defensa ySeguridad; Cultura, Ciencia y Tecnología todas ellas dedicadas especialmentea Latinoamérica, Europa y el área mediterránea.

Otras instituciones son: el Centro de Estudios de Países del Este; Centropara la Paz y el Desarme; Eco-Simposio; Grupo de Análisis Independiente(GAl); Seminario Permanente y Centro de Documentación Euro-Árabe deGranada; entre determinados organismos de la Administración cabesubrayar la labor del Departamento de Estudios del Gabinete de laPresidencia del Gobierno, en su área de prospección estratégica.

Capítulo bien significativo, por su trabajo riguroso que no impide una ampliadivulgación lo ocupa la revista Política Exterior, única publicación de sugénero que en los más de siete años que lleva entre el público lector se haocupado con detenimiento y amplitud en varios asuntos de defensa yestudios estratégicos.

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— Nye, Jr., Joseph and Lynn-Jones, Sean M.: «International Security Studies. AReport of a Conference on the State of the Field», International Security, vol. 1 2,número 4 (primavera 1988).

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— Smith, James Allen: The Idea Brokers. Think Tanks and the F?ise of the New PolicyElite. The Free Press. Nueva York, 1991.

— Walt, Stephen M.: «The Renaissance of Security Studies», International StudiesQuaterly 35 (junio 1991).

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CAPÍTULO SEGUNDO

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN EL ÁMIBITO DEL EJÉRCITO DE TIERRA

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN E:L ÁMBITO DEL EJÉRCITO DE TIERRA

Por AGUSTÍN ALCÁZAR SEGURAy JESÚS A. ARGUMOSA PILA

Introducción

En nuestro país no hay mucha tradición de estudios estratégicos. No ya enel campo específicc’ militar del Ejército de Tierra, sino en general en todo elescenario donde se mueve la gran estrategia en el concepto de Collins oLiddell Hart o la «esl:rategia total», si seguimos la terminología empleada porBeaufre.

En realidad, el concepto de estrategia, entendido en sus más remotosorígenes significaba el «arte de proyectar y dirigir las operaciones militares».Así se utilizó en la antigüedad clásica, aunque dicho étimo no llegara ausarse en la mayor parte de los países de Europa antes del siglo XVIII.

Actores y pensadoires que van desde Napoleón a Beaufre pasando porClausewitz, Jomini, Von Bulow, Ludendorff, Liddell Hart o Collins fueronampliando el marco de la Estrategia hasta llegar al momento actual dondese le puede definir en su más amplia acepción como el «arte de emplear elpoder nacional para alcanzar ls metas fijadas por la política». No cabeninguna duda de que dentro de dicho poder se encuentran las «FuerzasArmadas» y, dentro de ellas, las Terrestres.

La Estrategia debe contemplar su campo de forma global, no local. Nuestroalejamiento de los primeros lugares mundiales desde el comienzo del sigloXIX ha tenido una influencia decisiva a la hora de tratar la Estrategia.

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Autores tales como Juan Sánchez Cisneros, Villamartín y Carlos Barrios, enel siglo XIX, o Vicente Rojo y Carlos Martínez Campos, en este siglo, notuvieron ningún entusiasta seguidor que continuara y profundizara en suspasos por el sendero de la Estrategia.

A esto se junta la falta de una concepción estratégica a nivel nacional quepudiera servir de marco o de apoyatura básica, de arranque, paraposteriormente analizar y profundizar en el nivel del campo militar.

Las acepciones de nuestro marco legislativo referidas a los conceptos depolítica de defensa, política militar o seguridad nacional, no propician sinomás bien confunden, a la hora de encontrar exactamente el nivel o elencuadramiento, con sus relaciones y dependencias, que debe tener laEstrategia.

La nueva corriente occidental que ya está introduciéndose en nuestro país,referida a la política de seguridad entendida como «el conjunto de medidasde disuasión, defensa, desarme, y distensión que lleva a cabo un gobiernocon el fin de garantizar sus intereses y objetivos nacionales contra todopotencial riesgo, inestabilidad, amenaza o agresión», no contribuye, ciertamente, a facilitar el camino.

Tampoco hemos tenido pensadores conceptuales estratégicos de granrelevancia tipo Liddell Hart o Beaufre. Sí ha habido tratadistas militares enlos últimos 50 años, pero la estrategia la han tocado de forma marginal, noen profundidad.

En cuanto a los centros de enseñanza oficiales donde se debe impartir laEstrategia ya veremos a continuación qué trayectoria han seguido y comose encuentran actualmente. Aunque en su creación se dieron unas clarasdirectrices, el tratamiento de la Estrategia en la enseñanza no ha tenido, niaún tiene, salvo relevantes iniciativas muy recientes en la Escuela de EstadoMayor (EEM), el peso específico que le corresponde. Tanto la escasez de loscentros como su falta de orientación ha constituido también una dificultad enla línea que estamos analizando.

Por todo ello existe una escasa receptividad de los oficiales del Ejército deTierra hacia los temas de carácter estrátégico. Hay un apego a los temastácticos y logísticos de más bajo nivel, sin contemplar el marco estratégicode horizonte superior donde deben moverse. La ausencia de una adecuadaenseñanza y formación a nuestros cuadros de mando ha sido un eslabónmás de la cadena de acontecimientos que ha conducido a la alarmantesituación actual de los estudios estratégicos.

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En estos momentos no existe ninguna doctrina estratégica en el Ejército deTierra. Ni tan siquiera se considera el nivel o arte operacional tan en boga enla última década en la mayor parte de los países de nuestro entorno. Apenasse han bosquejado unos primeros pasos en la consideración del arteoperacional encuadrado dentro del nivel estratégico en los comienzos de losaños noventa en la [)ivisión de Operaciones del Estado Mayor del Ejército.La publicación oficial de mayor rango en el Ejército de Tierra lo constituíahasta hace muy poco tiempo la Doctrina para el empleo táctico y logístico delas Armas y Servicios. A comienzos de 1992 se ha difundido el folleto Elcampo de batalla futuro donde empiezan a aparecer conceptos estratégicoscon una clara aplicación a las Fuerzas Terrestres. De todos modos, estosupone sólo un pequeño grano de arena dentro del desierto de publicacionesestratégicas existente en nuestro Ejército de Tierra.

Por otra parte, la publicación por parte de Ediciones Ejército de librosparticularmente relacionados con los estudios estratégicos apenas hacomenzado hace una docena de años. En el mismo cuadro, las publicacionesde libros sobre estrategia de la EEM, aunque de uso exclusivamentedidáctico para los alumnos, podrían extenderse a otros niveles noúnicamente en el sector terrestre sino también hacia el resto de los Ejércitosy hacia el sector civil con el propósito de servir no sólo de simple difusiónsino también como intercambio de opiniones o de puntos de vista entreEjércitos, por un lado, y entre las Fuerzas Armadas, y la sociedad civil, porotro, que siempre enriquecerá el diálogo y al mismo tiempo estimulará tantoa los profesionales como a los analistas y expertos interesados en losestudios estratégicos.

Después de la Segunda Guerra Mundial las corrientes de pensamientoestratégico que han llegado a nuestro país procedían de tres escuelasdiferentes, la escuela británica encabezada por Fuller y Liddell Hart, lafrancesa protagonizada por Foch y Beaufre y la norteamericana donde hantenido un gran peso tanto MacArthur como Collins.

Si bien es verdad que nuestra Doctrina para el empleo táctico y logístico delas Armas y Servicios tiene su más directa inspiración en la escuelafrancesa de Foch, no es menos cierto que nuestra estrategia a nivel nacionalno está siguiendo claramente ninguna línea o escuela de pensamientoestratégico.

Tanto el Decálogo del presidente del Gobierno de 1984 como la Directiva deDefensa Nacional de 1986 y de 1992 constituyen un inicio de nuestroplaneamiento estratégico. Se trata de unas líneas generales o directrices(más adelante diferenciaremos los grandes cambios que incluye la Directiva

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de Defensa Nacional 1/1992) de actuación tanto a nivel nacional comointernacional, pero no se constata fehacientemente que sea una estrategianacional. -

Independientemente de que intentemos averiguar en este estudio ¿quéestrategia se enseña? ¿en qué consiste un estudio estratégico? o ¿qué sedebería hacer? nos interesa especialmente apuntar o dar algunas orientaciones o sugerencias en el sentido de cual puede o podría ser la estrategiaespañola, qué escuela de pensamiento nos ofrece más posibilidades y envirtud de ello qué directrices deberíamos dar a nuestros centros deenseñanza, una vez que hayamos analizado cuál es exactamente lasituación actual.

En la misma línea, después de estudiar cual ha sido la evolución de laenseñanza y de las iniciativas individuales en el campo de la estrategiamilitar y de conocer cuáles son las tendencias actuales no sólo en nuestroentorno regional de seguridad colectiva, sino también en el escenariointernacional, intentaremos plasmar unas reflexiones sobre cual podría serla dirección a tomar en un próximo futuro.

Una ponderada valoración de la estrategia directa de tipo continental, encontraste con la estrategia indirecta que acostumbra a emplear el podermarítimo, nos aportará unas conclusiones que pueden constituir un punto departida a la hora de establecer cual debería ser nuestra estrategia, hastaahora siempre oscilando entre su inclinación hacia el modelo continental ohacia el modelo oceánico.

Por último, ser conscientes de que los cambios ocurridos en el planeta en laúltima década llevarán a una transformación profunda de los análisisestratégicos. Sin olvidar que muchos factores, considerados claves hastaahora en la realización de dichos análisis o estudios, han fracasadoestrepitosamente, por lo que será necesario no únicamente someterlos auna profunda revisión sino que además habrá que encontrar otros másacordes con la realidad del actual panorama internacional.

Centros de enseñanza en los que tienencabida los estudios estratégicos

La vigente «Ley Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional’>dedica su título cuarto a la enseñanza militar, la cual se estructura en tresniveles: formación, perfeccionamiento y altos estudios militares.

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Este último tiene corno finalidad:«Preparar al militar para el desempeño de actividades en los escalonessuperiores de mando, dirección y gestión y en los Estados Mayores».

Para llevar a cabo estas misiones, la referida Ley, expresa de forma genéricaque se han de incluir en los planes de enseñanza:

«Estudios relacionados con la Defensa Nacional y la política militar, asícomo la investigación y desarrollo de las Doctrinas para la AcciónUnificada y para el empleo de los medios de las Fuerzas Armadas».

Si se tiene en cuenta que política de defensa, seguridad nacional y DefensaNacional, son términos íntimamente relacionados entre sí y que en suconjunto constituyen los pilares sobre los que se sustenta la Estrategia,extraemos como primera conclusión la de que el legislador indica lanecesidad de incluir los estudios de estrategia en este alto nivel, cuestiónque, como es lógico, no aparece en las enseñanzas de formación o deperfeccionamiento.

Otra segunda conclusión que se obtiene es que, entre la relación de temasa incluir, los de «Defensa Nacional» aparecen en primer lugar, pasandoposteriormente a otros campos de menor amplitud como es el «empleo delas Fuerzas Armadas:’>, lo que marca el carácter preferente que el estudio dela Estrategia ha de tener dentro del conjunto. -

La importancia de la actividad a desarrollar y el nivel de las enseñanzas adifundir se ponen de manifiesto en el centro de formación en el que debenser adquiridos, al cual se refiere la citada ley denominándole EscuelaGeneral del Ejército de Tierra, encomendándole la misión de impartir loscursos de capacitación para el desempeño de los cometidos de categoríaso empleos superiores y los de Estado Mayor.

La necesidad de un centro de estas características lógicamente no esnueva, pues ya en 1964 la Presidencia del Gobierno por Decreto 69/1964determinó que cada Ejército debería disponer de un centro de enseñanzaúnico para la formación de sus mandos y Estados Mayores. Conposterioridad, el entonces Ministro del Ejército dictó el Decreto 3542/1964de fecha 30 de octubre, por el que se organizó la enseñanza superior delEjército de Tierrá a base de reestructurar los, hasta aquel momentoindependientes, Centros de Formación de sus Mandos Superiores y deEstado Mayor, disponiendo la integración en un único Centro Superior deEnseñanza, de las enlonces existentes Escuelas Superior del Ejército (ESE)y de Estado Mayor (EEM), bajó la denominación de Escuela Superior delEjército (ESE).

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En el preámbulo del primero de los Decretos citados se justifica estacreación, entre otras razones, en base a lograr la unidad de doctrina de cadaEjército, lo que es recogido en el Reglamento de enseñanza de la EscuelaSuperior del Ejército donde, entre otras finalidades, se señala la de:

«Desarrollar los correspondientes planes de enseñanza para laformación de los mandos superiores y de los jefes y oficiales de EstadoMayor, en forma coordinada, para conseguir y mantener siempre launidad de doctrina y de criterios entre ambas funciones (mando yEstado Mayor) y dentro de cada una de ellas».

Es pues, 1964, punto de partida para el análisis contemporáneo de unproceso que, como se ha dicho anteriormente, no comienza en esa fechapuesto que, aunque por caminos paralelos, ambas Escuelas, ahoracentralizadas bajo un mismo mando, iniciaron su andadura mucho antes; laESE el 26 de abril de 1940 y la EEM en febrero de 1842. Pasemos unamirada retrospectiva sobre ambas en esta su primera etapa independiente.

Evolución de la enseñanza de la Estrategia en la ESE hasta 1964

Tal como queda dicho, la ESE fue creada mediante Decreto en el que se leasignaba la misión principal de:

«Mantener en los altos mandos y sus auxiliares la indispensable unidadde doctrina y seguir al día los progresos y ciencia del mando militarmediante el estudio y práctica, por los generales y jefes queacreditaran o acreditasen, en lo sucesivo, cualidades excepcionalesde carácter y dotes que les recomienden para dirigir las GrandesUnidades (GU,s)».

Repitiendo la calificación de principal, el Decreto concretaba posteriormente,las misiones del nuevo organismo en:a) Formar los cuadros de mandos superiores.b) Mantener en el Ejército la unidad de doctrina y fijación del criterio

estratégico, táctico y de organización.c) Organizar cursos de aplicación para complementar la enseñanza

superior.

Como consecuencia de estas misiones, se establecieron cuatro Cursos: deMando de División, para coroneles; de Mando de Cuerpo de Ejército yEjército, para generales; de jefes de Estado Mayor de Cuerpo de Ejército yde Ejército respectivamente.

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Los planes de estudio que se elaboraron, incluían para los Mandos deDivisión «el estudio profundo y amplio del empleo táctico de la misma», sinque en sus programas generales se hicieran referencias a temas estratégicos.

Por el contrario, el resto de los cursos preveían para sus programas:«Además del empleo táctico de esas GU,s, el estudio de los problemasgenerales de carácter estratégico, orgánico y político-económicorelacionados con la Defensa Nacional».

En consecuencia, tres de los cuatro cursos contemplados, incluían comomisión principal el formar a los concurrentes en temas de carácterestratégico, sin que éstos aparecieran, al menos con carácter de principal,en el de mando de División.

Esta primera conclusión que, en principio, podríamos considerar razonablemente positiva en relación con el tema que nos ocupa, queda prontoobscurecida al pasar la vista por el Reglamento provisional para el régimeninterior de la ESE aprobado por Orden de 30 de enero de 1942. En el artículo10 b) se lee:

«Debiendo ser los concurrentes hombres de acción,..>’; para seguirdiciendo en otrc’ apartado: «a los subordinados había que señalarlesmisiones concrel.as, especificando, si no procedimientos, sí exactamentelo que debían hacer».

Las ideas expuestas en el párrafo anterior implican, en la esfera práctica,que en lo que realmente debía volcarse el esfuerzo de la enseñanza de losdiversos cursos programados era en el campo de la ejecución, de loconcreto, de lo visible y palpable, en una palabra de la Táctica, en tanto queel campo de la ejecución de alto nivel, de la especulación y lo abstracto, esdecir de la Estrategia, parece relegarse a un segundo plano.

Esta situación se va a. complicar aún más debido a la escasa permanenciade los cursos programados, por cuanto, si bien el de División se mantuvoininterrumpido y con Fa misma denominación hasta el año 1 966, no ocurriólo mismo con los restantes. Del Curso de Mandos de Cuerpo de Ejército sólose desarrollan cinco, desde 1 941 a 1 946; el hecho de la finalización de laSegunda Guerra Mundial y las perspectivas de una paz previsiblementelarga imponen la necesidad de una reducción de plantillas y de GU,s.

Ante esta situación, se modifican: denominación, duración y contenido; enadelante su carácter será informativo y su nombre: Curso de Información paragenerales. Evidentemente los cursos programados para JEM,s de Cuerpo deEjército y Ejército carecen de justificación y por tanto desaparecen.

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Evolución de la enseñanza de la Estrategia en la EEM hasta 1964

Pasemos ahora esta mirada retrospectiva por el otro Centro de Enseñanza,la EEM, en su primera y larga andadura (1842-1964) como órganoindependiente.

La enseñanza de la Estrategia en la EEM, tal como la entendemos en laactualidad, es algo muy reciente en este Centro; sin embargo ya desde elestablecimiento de sus primeros planes de estudios se integran en ellosmaterias que son base de la Estrategia tales como la Geografía y la Historiamilitar.

Como es sabido, el concepto de Geografía requiere generalmente de unapellido que la complete, y así hablamos de Geografía física, económica,humana, antropológica, militar, general, particular, astronómica, etc.; y cadauna de estas «geografías» apoyándose entre sí nos hablan de un tipo dehombre, actuando en un medio característico y que, sometido a determinadascircunstancias, hacen de un país su «poder ser» entre los de su entorno, loque constituye la Geopolítica o su capacidad de «poder llegar a», lo cualsupone la Geoestrategia.

Estos conceptos, por modernos, quizás no fuesen más que intuidos por losque elaboraron aquellos primeros planes de estudios, pero lo que sícohstituía una certeza, plenamente avalada por los hechos de Napoleón ylas teorías de Clausewitz o Jomini, es la gran necesidad que para el generalen jefe y por tanto para su Estado Mayor, suponía el conocimiento delescenario de la acción, presente o futura, sus accidentes, su estructurafísica, sus posibilidades económicas o sus gentes.

A medida que el mundo se iba haciendo más pequeño, los estudios sobreGeografía se iban ampliando, y así nos encontramos en el programa deGeografía militar para el curso 1955-1956, con los temas siguientes:fundamentos de Geografía militar, en el que trataban la valoración militar delos factores físicos, humano y económico; la península Ibérica, y en ella losfactores físicos, población, economía, comercio, comunicaciones, y susregiones y posesiones (Marruecos, Sáhara y Guinea). La preocupación porel mundo allende nuestras fronteras quedaba reflejado por el estudio de:Francia, Portugal y el Mediterráneo como espacios inmediatos de influencia,así como el conocimiento del resto de Europa, Norteamérica, URSS,Hispanoamérica y el mundo islámico.

Programa amplio y a su vez apretado pues el tiempo concedido era escaso,unas 1 00 horas a lo largo de todo el curso.

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La otra rama considerada, la Historia del Arte militar, ha estado siemprepresente en los planes de estudio de la EEM. Todas las grandes figurasmilitares aprendieron del pasado las lecciones que acertadamente aplicaronen sus presentes respectivos y así lo recogieron las tratadistas y teóricos delmomento: Jomini, Clausewitz, Molke, Foch, Liddell Hart, etc. Es lógico puesque la EEM captara esta necesidad, sobre todo en una época en la que latécnica empezaba a imponer su ritmo creciente en los procedimientos,como consecuencia de la creciente motorización de los Ejércitos o de laacción de la aviación.

Progresando en esta dirección, analicemos siquiera sea someramente elreferido programa de estudios del curso 1 955-1 956 en lo que a Historia delArte militar se refiere, y así, en su exposición de motivos, se señala que hande estudiarse no sólo los aspectos históricos de las campañas, sino tambiénlos conceptos estratégicos que presidieron su planeamiento y desarrollo.

No obstante lo anterior, el análisis detallado del programa nos demuestraque es más una declaración de intenciones que un hecho consumado, todavez que la alusión a la Estrategia quedaba limitada a dos o tres referenciasgenéricas sobre: «la Estrategia», «las maniobras estratégicas» y «Escuela deGrandes Capitanes’>.

El esfuerzo de la materia estaba dirigido al estudio de la Guerra deLiberación Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial, últimaexperiencia bélica nacional la primera y, como lección más moderna de lalucha entre ejércitos clásicos, la segunda.

Se complementaba este programa, desarrollado en dos cursos académicos,con el estudio de nuestra Guerra de la Independencia (1808-1814),campañas de Cuba y Filipinas (1898) y Guerra de Marruecos (1909-1 927),completado en el plano internacional con el análisis de la Guerra Franco-Prusiana de 1 870.

Aunque en la exposición del programa se expresaba que como culminaciónse tratarán también los planes estratégicos de Occidente y las hipótesisformuladas en «las últimas maniobras generales desarrolladas por losEjércitos de la OTAN», es fácil deducir que el esfuerzo principal estabavolcado al estudio meramente «histórico», y en el mejor de los casos«táctico», de una serie de acontecimientos del pasado y no del hechoéstratégico; aún no había llegado la era del estudio exhaustivo y completo deesta rama fundamental del arte de la guerra.

Para finalizar el análisis de la enseñanza de la Estrategia en la EEM, hemosde referirnos al plan de estudios de 1 941 por el que se creaba un grupo

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nuevo de materias a impartir, el de organización militar, germen delactualmente denominado de organización y Estado Mayor.

Con la creación de éste, la enseñanza de la Estrategia, iniciada como se haexpuesto, a través de la Geografía y la Historia del Arte militar adquierecuerpo, siquiera sea de forma incompleta, al incluir en el nuevo grupomaterias como la Defensa Nacional. Dentro de este contexto genérico, en elreiterado programa del curso 1955-1 956, se incluyeron temas concretossobre: la guerra, política y guerra, doctrinas de guerra, y dirección yconducción de la guerra, aspectos todos que, junto a otras materiasreferidas al conocimiento del Estado, Órganos Superiores de la DefensaNacional así como la organización en España de este aspecto de laEstrategia, ampliaban ese horizonte estrecho que en el campo objeto denuestro trabajo habían supuesto hasta el momento los estudios geográficose históricos.

Completaba este espectro un ciclo de conferencias referidas a tratar losOrganismos lnternacionaes de Defensa que afectaban a Europa, la UniónInteramericana de Defensa, el Pacto Ibérico y las Naciones Unidas.

Este primer período analizado nos permite extraer las siguientes conclusion es:1. Siempre ha habido Centros en el Ejército de Tierra, (ESE y EEM), donde

tenían cabida este tipo de materias dirigidas a la formación de sus altosmandos y de sus principales auxiliares.

2. Los planes de formación incluyeron desde muy pronto el estudio de estamateria si bien en la práctica derivaban a conocimientos de Geografía eHistoria militar, fundamentalmente.

3. Pese a que el personal a quien estaba dirigida la enseñanza era elllamado a ocupar en el futuro los altos puestos de dirección en lasFuerzas Armadas, el esfuerzo estuvo orientado fundamentalmente a laejecución de las operaciones, es decir, a la Táctica.

4. Esta importancia, ya situada en un plano secundario, quedaba aún másreducida, al incluirse dentro de un conjunto amplio de materias de menortranscendencia.

5. Los cursos en los que la materia de estrategia tenía carácter principaldesaparecieron a partir de 1 946.

De todo lo expuesto obtenemos como conclusión general que en el Ejércitode Tierra no había, en la época considerada, un centro de enseñanza queformara a sus mandos superiores en temas estratégicos, considerándosecomo materia fundamental y principal la Táctica

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Evolución de los estudios estratégicosen la nueva Escuela Superior del Ejército

Esta andadura por caminos separados que hemos descrito en el apartadoanterior acaba en 1 964 con la integración de ambas Escuelas (ESE y EEM)en un único Centro Superior de Enseñanza bajo la denominación de EscuelaSuperior del Ejército (ESE).

El nuevo Centro, en cuanto a orgánica general se refiere, se compone de:— Dirección.— Escuela de Maridos Superiores (EMS), para la formación y actualización

de los mandos superiores.— Escuela de Estado Mayor (EEM), para la formación y actualización de los

oficiales de Estado Mayor, como componentes de los cuadros deauxiliares del mando.

En las consideraciones generales referentes a cómo deberían ser lasenseñanzas a impartir se dice en su reglamento que se procurará conseguirla unidad de acción entre los mandos y sus colaboradores (Estado Mayor),de forma que ambos apliquen igualmente la doctrina en sus concepcionesestratégicas, tácticas y orgánicas.

Aún con esta finalidad común, controladas y dirigidas por el mismo mando,ambas Escuelas, orientadas a un alumnado diferente en edad, formaciónbásica y misión futura, así como con una muy distinta duración de los cursosa impartir, han de desarrollar programas y actividades de amplitud yprofundidad diferenites. En las páginas siguientes se van a analizar éstas,obteniéndose las conclusiones pertinentes.

La ensenanza de la Estrategia en la Escuela de Mandos Superiores

La EMS impartía iniicialmente tres tipos de cursos: El básico para mandossuperiores, el de logística y el complementario para mandos superiores.Analicemos de forma pormenorizada cada uno de ellos.

La finalidad del primero es la de actualizar y completar la formaciónprofesional de los concurrentes al mismo, como posibles futuros componentesde los cuadros de mandos superiores del Ejército.

Con una duración que a lo largo de los años ha variado pero que en ningúncaso nunca fue superior a los seis meses, las materias «fundamentales» atratar en él serán las que proporcionen a lósconcurrentes los conocimientosnecesarios para mandar y emplear operativamente las GU,s tipo Brigada y

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División. Destaca el Reglamento de la ESE que el curso se basa en elestudio de la Táctica (al que se dedicará la mayor parte de tiempodisponible) y en el de la Logística, consecuentemente. Corno materias«complementarias», la enseñanza se completará con la:

«Iniciación en los estudios estratégicos y el desarrollo de otrasdiversas materias de interés militar, adecuadas a la complementariaformación del nivel de mando de que se trata».

Para impartir esta enseñanza, se constituyen los grupos siguientes: Táctica;Logística; Estrategia, Metodología y Sociología del mando; materias diversas.

Vista la importancia que dentro del conjunto de temas a tratar se con.cede ala Estrategia, demos un paso adelante con el fin de constatar lo querealmente ha supuesto la enseñanza del tema en cuestión.

El 1 Curso Básico para Mandos Superiores (1 966), incluyó dentro del temagenérico de Estrategia, cuestiones referentes a: teoría geopolítica, situacióngeopolítica general, estudio geopolítico de España y zonas de interés paranuestro país.

En el II Curso, aparecen los llamados «estudios geopolíticos y deorganización» en los que se trata, en líneas generales, de la influencia de laGeografía en los problemas militares.

En el año 1 969 se reestructura el programa apareciendo en el ciclo deGeoestrategia nuevos títulos de conferencias sobre OTAN, Estados Unidosy China, consecuencia directa de las nuevas corrientes de nuestra políticaexterior.

El curso siguiente incorpora por primera vez una conferencia sobre el Pactode Varsovia, plasmando así una progresiva evolución de nuestra preocupacióndefensiva, orientada hacia los países occidentales entre cuyas organizacionesmilitares aspiramos a integrarnos.

Estudios sobre el Reino Unido, Francia, y la República Federal de Alemaniase incorporan al programa en 1 976 y el siguiente año ve aumentar el ciclode estrategia en cuestiones como Canarias, Zona del Estrecho y ExtremoOriente, y, por primera vez, aparece un tema que empieza a serpreocupación internacional: las tensiones Norte-Sur.

Los problemas derivados de la crisis del petróleo de 1 973, que en nuestraPatria son políticamente atenuados, aparecen en nuestra sociedad en 1 978,por lo que en el curso de ese año se tratan en profundidad, poniendo derelieve sus repercusiones en todos los ámbitos.

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Hasta el año 1984 en el que se desarrolla el XXIII Curso, el programacorrespondiente a este grupo de estrategia permanece prácticamenteinalterable. Los temas citados se han incorporado a la programaciónconsolidándose a lo largo del tiempo, y el peso específico que tienen en elconjunto viene dado por el número de sesiones que se le asigna, el 15 por1 00 de las impartidas.

La programación del XXIV Curso, correspondiente al año 1 985, manteniendola anterior, introduce una sustancial novedad al incluir un ciclo de DefensaNacional que engloba temas como: política militar, plan general de defensa,objetivo de fuerza conjunto, Plan Estratégico Conjunto (PEC), etc.

A partir de este momento la enseñanza de la Estrategia da un gran saltoadelante; de ese modesto 1 5 por 1 00 anterior pasa a un 25 por 1 00, si bienno se ha constituido aún como grupo específico, puesto que estesignificativo tanto por ciento se comparte con otros temas englobados bajoel título de «materias diversas», abrazando dentro de él: Defensa Nacional,estudios estratégico:s, estudios jurídico-administrativos, sociología y economíay ciencia y tecnología. Coincidiendo con este aspecto porcentual, lasmaterias tratadas se amplían, incluyendo aspectos como: Acuerdos internacionales suscritos por España, seguridad y desarme, estrategia de ladisuasión, respuesta flexible, Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE),situaciones de crisis, etc., los cuales pasan a ser temas habituales en lasexposiciones y conferencias del curso, haciendo también su aparición unnuevo método de enseñanza, el seminario, donde por grupos reducidos sediscuten temas de actualidad.

El último paso hacia la consolidación de la materia objeto de este análisis enla EMS se ha producido en 1992 con la programación del XXXI Curso. LaEstrategia tiene ya grupo propio, no compartido con otras materias, tambiénimportantes pero q’ue le restan protagonismo, y el número de sesionesdedicadas a la misma se eleva a 62, lo que supone el 22,2 por 1 00 del total.Los temas a impartir se agrupan en cuatro ciclos: ambientación internacional(ONU, CE, CSCE, LJEO, OTAN,...); Defensa Nacional (planeamiento de laDefensa Nacional, gestión y conducción de crisis, defensa civil,...); ambientación económica general (instituciones económicas del Estado, economíamundial, política económica de España,...) y medios de comunicación social(comunicación social y Fuerzas Armadas, las Fuerzas Armadas en lasociedad,...).

El segundo de los cursos impartidos en la EMS lo constituía el de Logística.La finalidad del mismo era la de completar y actualizar los conocimientos del

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planeamiento y ejecución de la maniobra logística. Al constituir un curso deespecialización, los temas estratégicos adquirían una importancia relativa, sibien el programa contemplaba como materias complementarias un ciclo deeconomía (general y de guerra) así como otras dedicadas a iniciación enestudios de Geopolítica y Estrategia.

El año 1 988 se convocó el último curso de esta especialidad, transfiriéndosea la recién creada Escuela de Logística la responsabilidad de la formaciónde mandos dedicados a esta importante rama del arte militar.

El tercero de los cursos impartidos en la EMS lo constituía el complementariopara mandos superiores, cuya finalidad era la de actualizar y ampliar laformación de los oficiales generales concurrentes, de forma que lesfacilitara el ejercicio del mando en los puestos superiores del Ejército, cursoque en la actualidad se denomina «Informativo para generales». Dirigido agenerales de brigada, inicialmente preveía una duración máxima de tresmeses, los cuales con el correr de los años ha quedado reducidos a dossemanas. Las materias básicas a desarrollar se integraban en: mando yempleo (táctico y logístico) de las GU,s; estudios estratégicos y, Metodologíay Sociología del mando, especificando el reglamento que lo regulaba ladestacada atención que se prestaría al estudio de la Estrategia.

No obstante lo anterior, al impartirse este curso dentro de la EMS, con losprofesores y estructuras de ésta, las enseñanzas en el orden práctico nopodían diferir en mucho de lo expuesto para el curso básico.

La ensenanza de la Estrategia en la Escuela de Estado Mayor

En la nueva andadura de la EEM, inicialmente y aún durante bastante tiempocomo veremos a continuación, los estudios de Estrategia siguen sinaparecer de forma abierta, si bien al igual que en el período anterior,subsisten y progresan al amparo de otras materias, como hechos indispensables de una realidad que se hace presente cada día con mayor fuerza.

Como decimos, en esta nueva época, el Curso de Estado Mayor sedesarrolla a lo largo de dos años y sus enseñanzas se canalizan a través decuatro grupos de materias genéricas: Táctica y Logística, Organización yEstado Mayor, Geografía militar (primer año), Historia del Arte militar(segundo año) e idiomas. El peso que dentro del conjunto se les asignaviene dado por el coeficiente a aplicar a las notas obtenidas: Diez (1 0) paralas primeras, ocho (8) para los segundos, seis (6) para Geografía militar eHistoria y dos (2) para idiomas, así como el número de sesiones asignadasa la rama que nos ocupa, aproximadamente un 15 por 100 del total.

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Como se deduce fácilmente, el peso de las materias objeto de este estudioera relativamente pequeño, aunque como veremos a continuación, lentapero firmemente, se abrirán paso hasta adquirir la importancia que debentener en la formación de tan específico grupo de oficiales.

El proceso ha sido largo y aún no ha finalizado, por lo que procederemos, aligual que hemos hecho hasta ahora, a un recorrido en el tiempo destacandolos logros alcanzados. Iniciaremos la andadura por el Grupo de Organizacióny Estado Mayor, definiéndose entre los objetivos a alcanzar el de:

«Proporcionair a los alumnos los conocimientos necesarios en materiade política de defensa y política militar)).

Para ello, en el programa del curso 1978-1979 encontramos un ciclodedicado a la Defensa Nacional, donde se barajan temas como: política dedefensa y militar, pactos y alianzas, defensa militar y defensa civil. ElDerecho Político entra también en los programas como fuente de conocimientos generales de las instituciones civiles, y para ello se parte de unosfundamentos de Derecho Político para llegar al Derecho Constitucionalespañol.

Con el tiempo, estas materias se van ampliando y aparecen en losprogramas-sesiones dedicadas a la OTAN, desarme, Pacto de Varsovia,UEO, CE, Convenio sobre Cooperación para la Defensa con EstadosUnidos, Tratado de Maastrich, etc.

Naturalmente, gran parte de estos temas entran de pleno dentro del campode la Estrategia; sin embargo, en el campo práctico, sólo cubren una parcelade ella, por cuanto el esfuerzo va dirigido al análisis de las estructuras,órganos, relaciones, etc., pero no entrando en su aplicación a la resoluciónpráctica de conflictos, lo que constituye realmente la Estrategia, entendidapor Beaufre como:

«Arte de hacer que la fuerza concurra para alcanzar las metas de lapolítica».

Esto estaba aún por llegar, pero no obstante una parte sustancial del «todo»se estaba configurando y el resto, como veremos a continuación, seempezaba a edificar.

Los otros dos grupos de materias relacionadas con la Estrategia, Geografíamilitar e Historia, discurren por los caminos tradicionales hasta la década delos ochenta; a partir de aquí se produce un cambio, abriéndose el espectrode temas a tratar. Analicemos cada uno de ellos.

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En el plan de estudios para el curso 1 982-1 983 se asigna para el grupo deGeografía militar, la finalidad de proporcionar a los alumnos los conocimientosgeográficos necesarios para abordar los estudios de información estratégica.Para ello, el programa detallado de la asignatura contempla aspectos como:método para desarrollar un estudio geográfico militar y su aplicación a uncaso concreto, así como el conocimiento de España, Polemología y estudiosde conjunto.

Dos años más tarde, el programa incluye un concepto nuevo, «Geopolítica»,estudiando el eje Baleares-Estrechó-Canarias, generalizándose en el cursosiguiente y dándole un mayor criterio conceptual a la asignatura al incluirtemas como: Geografía política, factores geopolíticos, productos de lainteracción y un proyecto de estudio teórico a través de un métodogeo político.

El curso siguiente ya introduce como finalidad de la asignatura elproporcionar a los alumnos los conocimientos necesarios para abordar losestudios de Información estratégica, Geoestratégica y Geopolítica, concretándose en temas como: el pensamiento geopolítico y geoestratégico,escuelas, tendencias, zonas y áreas de tensión.

Llegamos así al año 1 990-1 991 en el que los grandes conceptos que seincluyen en el grupo están configurados por:— Polemología: en ella se efectúa un recorrido histórico, a caballo entre la

Sociología y Psicología social, entre la Antropología y la organización dela sociedad, que trata de responder a una serie de preguntas: ¿Cuándonace la guerra? ¿Por qué? ¿Para que? ¿Cómo influye en ella elliderazgo? ¿Y la sociedad? Y otras circunstancias? ¿Por qué unasociedad se vuelve crítica a sí misma? ¿Por qué contra otra? ¿A quéobedece el aumento de integración-destrucción de los Estados?, etc.

— Geopolítica: abarca desde la concepción de Estado y Nación y lasentidades supranacionales que, sobre los anteriores, se forman, a unrecorrido por el pensamiento doctrinal del poder terrestre, marítimo yaéreo y el estudio puntual de algunas zonas problemáticas, analizando yestudiando las tensiones internas y externas que sobre ellas se ejerceny mencionando frecuentemente las causas belígenas que, analizadas enPolemología, sean de aplicación en cada caso, y su posible escalada oevitación del conflicto específico.

— Geoestrategia: analiza la fenomenología de los períodos entre guerras ylos antecedentes próximos e inmediatos de los conflictos más característicos.

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Como se desprende de lo expuesto, la Geografía de los primeros tiempos haexperimentado un proceso de acercamiento para llegar a la Estrategia através de irle añadiendo apellidos que la completaban como son: militar,política y estratégica. Esta transformación es de tal naturaleza que ya noprocede la antigua denominación y junto con el proceso que como veremosa continuación, suire la Historia del Arte militar, aconseja el cambio denombre del grupo por el de Estrategia, puesto que, si bien abarca sóloalgunas facetas de ella, se verá completada en el próximo curso con nuevasaportaciones.

Por lo que respecta a la Historia del Arte militar, al igual que apuntábamospara la materia hermana, continúa las pautas señaladas hasta el momento,aunque, ya al principio de los ochenta, se constata el cambio. Elcomponente histórico de la asignatura continúa teniendo un peso fundamental,pero el programa se enriquece con conferencias sobre: Historia de las ideasestratégicas, o límites entre Logística, Política y «estrategia total». Al alumnole empiezan a resultar familiares los nombres de: Sun Tzu, Maquiavelo,Jomini, Clausewitz, Molke, Foch, Liddell Hart o Beaufre; y aspectos como:estrategia de la acción, aproximación indirecta o disuasión, se barajan conasiduidad.

Este importante avance descrito sufre un estancamiento durante casi toda ladécada, como se desprende de la finalidad propuesta en los sucesivosprogramas:

«Aportar conc’cimientos teóricos sobre la guerra en su conjunto yextraer enseñanzas prácticas de la experiencia del pasado».

El componente histórico vuelve a retomar su importancia en detrimento dela Estrategia.

La situación empieza a cambiar tras unos años de sopor y así las finalidadesasignadas para el curso 1987-1 988 ya muestran nuevas tendencias:

«La enseñanza que la experiencia bélica del pasado puede aportar afuturos conflictos», «conocimiento de la estrategia actual y de losconflictos del momento».

Como consecuencia de esta nueva orientación, aparecen en los programasciclos dedicados a:— Conceptos de estrategia su evolución.— Escuela Hispano-Italiana, Franco-Holandesa y Prusiana.— Innovaciones de la Revolución Francesa en la Estrategia, Táctica y

Organización.— Pensamiento de Clausewitz, Von Bulow y Jomini.

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— Ideas estratégicas de Grecia y Roma.— El pensamiento militar de Liddell Hart y Beaufre.— La gran estrategia, estrategia revolucionaria, estrategia nuclear, estrategia

OTAN e IDE.— Análisis estratégico de la situación mundial del momento.

Se desprende de todo lo expuesto que el componente estratégico se estáigualando con el histórico, puesto que junto a lo anterior, se sigue estudiandoel arte militar desde Roma hasta la Segunda Guerra Mundial, pero constituyeun paso espectacular que se va a completar al comenzar la década de losnoventa.

Al iniciarse esta nueva etapa se ha tomado plena conciencia de laimportancia de la Estrategia y la necesidad de que las partes no sustituyanal todo, y así los antiguos grupos de Geografía e Historia del Arte militarpasan a denominarse Estrategia 1 y II.

El nuevo giro hace que el componente histórico quede reducido alindispensable para que sirva de sustento e impulso a las teorías estratégicas.De esta manera, el contenido de la enseñanza se cifra en:— Conocimiento de teoría estratégica: para ello se estudian los tratadistas

más importantes existentes en los siglos XIX y XX para deducir una teoríaestratégica aplicable al mundo actual.

— El estudio del conflicto: analizando el componente conceptual de lassituaciones de crisis, la distensión, la disuasión y el conflicto armado.

— Las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, su planteamiento a nivelinternacional y su solución en el campo nacional.

— La estrategia OTAN y la soviética como componente aún persistente, almenos en el campo operativo, de la actual rusa.

— Estrategia española a través de la ejecución de un ejercicio sobre elPEC.

Ante la inexistencia de una escuela oficial de pensamiento estratégicoespañol, el aporte conceptual lo proporcionan tratadistas como Clausewitz,Jomini, Moltke, Foch, Ludendorff, Liddell Hart, Beaufre o Collins, que portener publicadas obras de reconocido prestigio internacional aportan elnecesario bagaje teórico para el conocimiento de la Estrategia.

Estos autores, así como las alianzas que han surgido como consecuenciade la existencia del fenómeno guerra, ampliado en el momento actual al deconflicto y entendido éste como: «todo enfrentamiento que se emprendepara el mantenimiento de la seguridad», constituyen la base del actualestudio de la Estrategia.

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En este contexto «como herramienta de la política para la resolución deconflictos» es como se estudia en la actualidad la Estrategia en la EEM,contemplando, como base teórica, la «pirámide de estrategias» de Beaufre,enriquecida por las aportaciones que cuantos elementos presentes,pasados o futuros han hecho o puedan realizar.

Todo este caudal se completa con el seguimiento y discusión, a través deseminarios de. temas de actualidad como son: Confederación de EstadosIndependientes (CEI), Yugoslavia, terrorismo, nacionalismos, Magreb, OrienteMedio, Hispanoamérica o cualquier otro que las circunstancias coyunturalespuedan aconsejar.

Tras este recorrido a lo largo del tiempo, se deduce que el camino andadopara configurar con plenitud los estudios de estrategia en la EEM ha sidoarduo y prolijo pero la actualidad contempla un razonable éxito. Dos cursosescolares dedicados al estudio de la Estrategia, donde en el primero seanaliza el espacio geopolítico y geoestratégico principalmente, con lo que seconoce el escenario y las ca.usas del hecho bélico para, en el segundo,estudiar la Estrategia propiamente dicha y entendida como «arte y cienciaque emplea la fuerza para resolver los conflictos», pone al oficial diplomadode Estado Mayor em condiciones de afrontar su actividad futura en estecampo con razonable posibilidad de éxito.

Al menos inicialmente, la fusión en un único Centro Superior de Enseñanzano trajo una mejora sustancial en lo que al estudio de los temas de estrategiase refiere; han sido precisos casi 30 años para que se tome conciencia, y serefleje plenamente en los programas de estudio, su importancia.

Aún en la actualidad, el peso que la Estrategia tiene en relación con laTáctica está en la proporción de 1 a 4 en cuanto a tiempo dedicado a cadauna de ellas respectivamente.

Esta desproporción, aunque notablemente reducida, podría admitirse en laEEM, dado el grado y función del alumno al que van dirigidas lasenseñanzas; sin embargo no parece lógica en la EMS donde, por las mismasrazones (grado y función de los concurrentes), la Estrategia debería ocuparel lugar preferente en los planes de estudio.

Liddell Han afirmaba que el objetivo de la Estrategia pura (hoy sería lamodernamente llamada operacional) era:

«Conseguir una situación estratégica lo bastante ventajosa como paraque provoque la decisión y en caso de que no sea así, su continuaciónpor la batalla la logre con seguridad».

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Es decir, la eficacia de la Estrategiá se demuestra con la consecución de lavictoria sin batalla. Esta se convierte de este modo en un medio, no en un finen sí misma; lo importante es ganar la guerra, objetivo de la estrategia militar,como medio de alcanzar el de la estrategia general que no es otro que el deganar la paz.

En consecuencia, contar con mandos superiores que posean la suficientementalidad estratégica no es sólo bueno, sino que es absolutamentenecesario; pero, aquella, no puede venir únicamente de la formaciónautodidacta o incluso práctica, sino que debe contar con el preciso bagajeteórico y académico adquirido en los centros de enseñanza dedicados a losaltos mandos del Ejército de Tierra.

Iniciativas individuales

A lo largo de nuestra dilatada historia, el tema militar ha estado siemprepresente en la pluma de insignes escritores y ésto desde época muytemprana; así, San Isidoro de Sevilla, en la época visigoda, publicó susEtimologías donde, junto a otros temas, trató ampliamente la cuestión militar.En el siglo XIII, Alfonso X el Sabio redacta las Crónicas de las siete partidasque tuvieron el carácter de ordenanzas.

En nuestro Siglo de Oro, la grandeza militar, artística y literaria tiene fielreflejo en las letras militares, destacando los nombres de: Diego Hurtado deMendoza, Carlos Coloma o Diego de Villalobos en el grupo de historiadores;Bernardino Escalante, Sancho de Londoño o Francisco de Valdés, lohicieron en el campo de los moralistas militares y Cristóbal de Lechuga consus obras Discurso de artillería y el Maestre de Campo o Cristóbal de Rojascon Teoría y práctica de la fortificación, reflejaron sus ideas en el campotécnico.

El siglo XVIII nos trae la figura de D. Álvaro de Navia-Osorio y Virgil, Marquésde Santa Cruz de Marcenado con su obra Reflexiones militares, verdaderotratado sobre el saber militar de la época, exposición de su pensamiento,moral, y conocimientos históricos. Para resaltar el genio de su obra en laEuropa de su tiempo, baste recordar la anécdota de la comisión destacadaa Prusia por el Gobierno español para conocer la táctica de Federico elGrande. Preguntado el Rey sobre la base de sus ideas, respondió:

«Señores, podrían haberse ahorrado el viaje, pues me inspiro en las deun compatriota suyo: el Marqués de Santa Cruz de Marcenado».

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Entre los intérpretes internacibnales de Napoleón, destacan los brigadieresSánchez Cisneros con su obra Principales elementos de la Estrategia,Evaristo San Miguel que escribió Elementos del arte de la guerra y Juan deBarbaza con sus Conocimientos militares del arte de la guerra.

Finalizada la Primera Guerra Carlista, surgen las figuras de D. ManuelGutiérrez de la Concha, Marqués del Duero y sobre todo FranciscoVillamartín, autor de Nociones del arte militar, definida por el propio autorcomo:

«Guía del arte militar acorde con las características propias del puebloespañol».

En ella refleja su pensamiento teniendo como base la historia y comopremisa de trabajo el llegar al conocimiento del arte militar por la unión de lateoría y la práctica.

La segunda mitad del siglo XIX nos aporta la figura de D. José Almirante yTorroella. Su prolífica obra, en la que destaca el Diccionario militar, esmezcla de pensamiento propio y ajeno, con citas abundantes en las que serecogen opiniones de otros autores.

A finales del siglo XIX y principios del XX los acontecimientos históricos y laevolución de las teorías político-estratégicas, otorgan un papel predominantea políticos y civiles en general en temas relacionados con la DefensaNacional, Estrategia de alto nivel y Geopolftica, campo éste de nuevacreación, disminuyendo a partir de estos momentos la primacía militar,cuando no el monopolio, habido en estos campos. El militar se limita alespacio histórico fundamentalmente, destacando en esta faceta los generalesD. Dámaso Berenguer y D. Manuel Goded Llopis y sobre todo, dada latrascendencia desu figura como posterior jefe del Estado y Generalísimo delos Ejércitos, la de ID. Francisco Franco, autor de Diario de una bandera.

Tras la Guerra Civil y hasta la promulgación de la Constitución de 1978, elpensamiento militar español queda influido por los valores que respaldaronal bando vencedor, si bien, paradójicamente la figura más destacada surgeen el perdedor, en la persona del general republicano D. Vicente Rojo.

Entre los principales representantes de ésta época podemos destacar a lossiguientes:— Teniente general García Valiño, último alto comisario de España en

Marruecos, autor, de Mis memorias de guerra.— Coronel Martínez Bande, fecundo escritor que ha publicado 21 Monografías

de ¡a guerra de España

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— General Díaz de Villegas, autor de Geografía militar de España, obra deobligada consulta para la resolución de temas a nivel de estrategiaoperacional y táctica de GU,s, pues como el autor nos demuestra, lasvías y ejes de penetración se repiten a lo largo de nuestra historia.

— General Vicente Rojo; uno de los intelectuales de mayor altura dentro dela milicia española del presente siglo. Prolífico autor, publicó obrashistóricas: A/erta a los pueblos y España heroica, así como multitud deartículos sobre la Segunda Guerra Mundial. Su obra más importante esen el campo estratégico, de la que destacamos: Estrategia y conducciónde la guerra, teoría pura sobre estos conceptos y sobre todo Elementosdel arte de la guerra.

— General Martínez Campos, autor de más de 20 obras sobre los másvariados temas. En su faceta militar sobresale como historiador y comotratadista, destacando en el campo que nos ocupa: Teoría de la guerra,Cuestiones de anteguerra y ¿Otra guerra? Partiendo del análisis de laactualidad del momento y apoyándose en numerosos ejemplos históricos,hace perspectiva sobre el conflicto del futuro; su obsesión es la terceraguerra mundial, dirigiendo siempre sus esfuerzos a su preparación, únicaforma de poder afrontarla con ciertas garantías de éxito.

— D. Gregorio López Muñiz, autor de un Diccionario enciclopédico de laguerra, compuesto de diez voluminosos tomos. Por su estructura ycontenido, debe considerarse una actualización del Diccionario militar deAlmirante, a quien copia en parte.

— Teniente general González de Mendoza y Dovier, polifacético autor entrecuyas obras se encuentran Empleo táctico del Cuerpo de Ejército, yGeografía militar estratégica, siendo la principal de todas La paz y laDefensa Nacional, obra en la que nos introduce en el concepto deDefensa Nacional, comenzando su tratamiento específico, analizando lasrelaciones paz-guerra y las nuevas formas de esta última.

— D. Francisco Borrero Roldán; artillero, el cual orienta sus inquietudes a lapolítica militar y a la Estrategia. Es autor de Política y guerra, Problemasde la política militar, La Estrategia ante el problema político y LaEstrategia ante el problema táctico.

— General Cano Hevia, autor con gran contenido filosófico busca constantemente el porqué y las causas de la guerra en sus obras Introducción alestudio racional de la guerra y De la guerra y la paz.

— D. José Frías O’Valle; coronel de Infantería, menos teórico que el anteriory relacionando guerra y derecho, es autor de La guerra y el derecho degentes y Nuestra guerra y nuestra paz.

— General D. Miguel Alonso Baquer, secretario permanente del InstitutoEspañol de Estudios Estratégicos, es hoy día quizás el tratadista más

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conocido y cuyas obras han alcanzado mayor difusión. Divide suactividad intelectual entre la Sociología y la Estrategia, destacando, entresus obras El militar en la sociedad democrática y El Ejército en lasociedad española en el primero de los campos y Las preferenciasestratégicas del militar español en el segundo.

— Coronel D. Felipe Quero Rodiles, autor en el campo táctico deRe flexiones sobre la moderna Infantería y en el estratégico de Introduccióna la seguridad nacional.

— General Munilla, autor de la obra Introducción a la Estrategia.

Completan a los anteriores los generales D. Luis Cano Portal, D. MiguelCuartero Larrea y D. Francisco Sintes Obrador, los cuales, deben serconsiderados eruditos en la materia, quedando a la vista sus conocimientosa través de sus conferencias y artículos como analistas y comentaristas.

Tras la guerra civil inician su publicación con carácter oficial la RevistaEjército, Revista general de Marina, ya nacida en 1877, y Revista deAeronáutica, y que hoy en día siguen siendo la principal ventana abierta deque disponemos los profesionales para la exposición de nuestro pensamiento.

El período que se abrió al final de 1 975, así como la promulgación de laConstitución de 1978, trajo consigo la aproximación a Europa puesta demanifiesto en el plano político-militar con nuestro ingreso en la OTAN en1 982, lo que ha supuesto la incorporación y la asimilación de las líneasmaestras del pensamiento militar europeo. La participación española en lavida europea, las nuevas alianzas político-militares y las doctrinas vigenteshan requerido nuevos estudios y planteamientos estratégicos.

A las publicaciones de carácter profesional citadas anteriormente, EdicionesEjército añadió dos colecciones: Ejército y Adalid, con la finalidad de recogeren la primera lo más brillante del pensamiento militar mundial, pasado ypresente, reservando la segunda para obras recientes de autores españoles.

Tras este recorrido a lo largo de la labor realizada por un númerosignificativo de personalidades, de las cuales sólo hemos destacado unamuestra, vamos a tratar de obtener algunas conclusiones en relación altema de la Estrategia.

Lo primero que podríamos destacar es que las obras, fecundas por otraparte, están dirigidas fundamentalmente a los campos histórico, moral ytécnico. El estratégico sólo ha sido tratado de forma muy minoritaria.

Excepción hecha del Marqués de Marcenado, cuyas teorías siguió Federicoel Grande, o del general Vicente Rojo por la publicación en Suramérica de

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sus escritos, los autores españoles de temas estratégicos no han tenido unaproyección exterior, ni creado un modelo propio de pensamiento al estilo deClausewitz, Foch, Liddell Hart o Beaufre, que originaron escuela.

El militar español, no totalmente formado en las escuelas en temasestratégicos no se ha sentido atraído por la lectura de autores que tocaranesta rama militar, y cuando lo ha hecho se ha dirigido fundamentalmente aextranjeros.

La conclusión general que podríamos obtener es que en el campo de lasiniciativas particulares, el pensamiento estratégico ha sido poco difundido,alentado, o conocido, quedándose generalmente en círculos de iniciados sinque el gran público militar, más predispuesto hacia aspectos técnicos,tácticos, históricos o geopolíticos, se haya interesado por ellos. De estamanera, por falta de formación, el militar profesional se ha alejado de laEstrategia, abandonándola en manos de políticos y civiles.

No obstante lo anterior, el momento actual parece insuflar nuevos aires,siquiera tímidos, que animan los temas estratégicos; nuevas publicaciones,secciones especializadas en las revistas profesionales y un mayor nivel deformación en los oficiales hacen mirar con optimismo hacia un futuroesperanzador.

Conclusiones

Como hemos visto, antes del año 1964 la enseñanza de los estudiosestratégicos estaba relegada a un papel secundario en los Centros deEnseñanza del Eército de Tierra. Se consideraba a la Táctica como materiafundamental, con independencia de que en los Decretos de creación de losmencionados Centros de Enseñanza se señalaba expresamente la misiónde impartir la enseñanza de la Estrategia.

A partir de 1964, con la unificación de ambos Centros de Enseñanza yaunque inicialmente se trataba a la Estrategia como materia complementaria,poco a poco se inició un proceso de implantación de la enseñanza de losestudios estratégicos hasta alcanzar un notable nivel al final de la década delos ochenta, tanto en la EMS como en la EEM.

Sin embargo, somos conscientes de la necesidad de incrementar laproporción de tiempo en horas de clase dedicado a esta materiaespecialmente en la EMS, debido a la categoría y al empleo de los alumnosque asisten a los cursos, cuyos futuros destinos exigirán, en muchasocasiones, un alto grado de conocimiento de temas estratégicos.

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En cuanto a las iniciativas individuales, lo más significativo a destacar sederiva del hecho de no haber asentado (adquirido) una propia estrategiaespañola como consecuencia de que nuestros principales autores nunca lahan contemplado de forma directa, habiéndola tratado la mayor parte de lasveces de manera complementaria o marginal.

Si hablamos de publicaciones militares, se debe hacer notar que tanto ladifusión de artículos o de libros sobre estrategia llevados a cabo por laRevista Ejército corno las publicaciones del CESEDEN y del Servicio dePublicaciones del Estado Mayor del Ejército, también sobre materias deestrategia, han empezado a adquirir un fuerte peso e interés a caballo entreel final de la década de los ochenta y el inicio de los noventa.

En una primera aproximación podemos afirmar que cuando realmenteadquieren los estudios estratégicos en el Ejército de Tierra su propia cartade naturaleza es a partir de la segunda parte de los años ochenta, tanto enel campo de la enseñanza en los Centros mencionados como en el de laspublicaciones militares.

Tomando como apoyatura esta atractiva situación reciente vamos a intentarplasmar cuáles son los aspectos o factores más relevantes que hoy nosincitan a dirigir nuestros esfuerzos hacia los estudios estratégicos y acontinuación averiguar los caminos o procedimientos más adecuados autilizar para que nuestro Ejército de Tierra disponga del marco estratégicoclaramente definido o al menos unas orientaciones idóneas en torno alasunto.

Es evidente que estamos asistiendo en estos momentos a una crisis delpensamiento estratégico debido fundamentalmente a las profundas transformaciones ocurridas en los últimos cinco años en el amplio espectro delpanorama político-estratégico planetario.

Un simple proceso lógico de razonamiento nos conduce a manifestar que loprimero que se debe definir en cualquier país es la estrategia nacional o«estrategia total’> en el sentido de Beaufre para posteriormente y dentro deella incardinar la parcela correspondiente a la estrategia militar, de la cualforma parte, lógicamente, la del Ejército de Tierra.

Durante la guerra fría se disponía de un sólido esquema estratégico a nivelinternacional que esl:aba caractérizado por conceptos tan importantes comola «represalia masiva», la «respuesta flexible» o la «coexistencia pacífica»,puesto que la existencia de dos bloques claramente definidos y delimitados,donde se identificaba claramente al enemigo, facilitaba notablemente elestablecimiento de una determinada estrategia.

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Sin embargo, hoy en día la situación internacional se caracteriza especialmente por la incertidumbre. En el actual contexto mundial resulta difícilidentificar nítidamente al enemigo, componente esencial a la hora devertebrar un diseño de estrategia. Tampoco aparece con claridad (nitidez) elmarco donde debe actuar la Estrategia ni el lugar o el momento de intervenir,sobre todo referido a procedimientos o formas de actuación.

También hemos observado que el tipo de estrategia que se enseña ennuestros centros de enseñanza es la de los autores clásicos y la de losrepresentantes de las actuales escuelas de pensamiento occidentalmencionadas a lo largo de este ensayo, pero sin manifestar claramente porcual o cuales de ellos nos inclinemos o tenemos preferencia. Lo cierto esque no se ha estudiado y analizado con la debida atención las obras oescritos de nuestros pensadores estratégicos. La razón de esta últimaafirmación puede ser encontrada principalmente en nuestra falta notable deformación y educación profesional en el campo estratégico.

Otro punto importante se refiere al tema de la razón de ser o la necesidad dela Estrategia. A nivel del jefe de Gobierno, de la máxima autoridad de unEstado, la necesidad de disponer de el «arte de emplear el poder nacionalpara alcanzar las metas marcadas por la política’> es evidente. En el caso deaparecer un posible riesgo, inestabilidad o tensión, que atente contranuestros intereses nacionales, no sólo debemos tener la capacidad dérespuesta adecuada, sino también, y especialmente, la forma o el procedimiento de aplicar o emplear dicha capacidad. Esta acepción constituyeuno de los pilares de la esencia de la Estrategia.

En el nivel operativo es necesario establecer cual es la estrategia militar aaplicar que se fundamenta en la que hemos denominado «estrategia total»cuya definición y elaboración corresponde al Gobierno. Este campo seenlaza actualmente con el arte operacional, cuya manifestación másrelevante será el establecimiénto de los diferentes métodos o procedimientosadecuados para que la Táctica pueda ser aplicada de forma coherente yeficaz.

La Estrategia también resulta necesaria para elaborar una doctrina rigurosae idónea capaz de dar las directrices y líneas maestras de empleo yutilización del instrumento militar, teniendo presentes las misiones y losriesgos que se hayan definido en el escenario estratégico.

En virtud de lo anterior se podrá organizar el instrumento militar, en nuestrocaso el Ejército de Tierra, de tal forma que sea capaz de cumplir lasmisiones específicas que se le señalen empleando los procedimientos

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marcados por la [)octrina. De esta forma, se llegarán a definir claramente lasplantillas de Unidades, medios y material y las necesidades de infraestructuracomo integrantes más importantes de lo que puede llegar a ser el diseño deun ejército.Si sabemos realmente qué queremos y hacia donde vamos resulta muchomás fácil definir de verdad necesidades de Unidades, medios o de plantillasen general.Queda diáfanamente determinado cual es la parcela que compete alGobierno y aquella cuya responsabilidad recae en los militares. Mientras elGobierno actúa a nivel político, el militar lo hace en el horizonte del técnico.Nuestra pertenencia a un sistema de seguridad colectivo puede beneficiar opuede entorpecer el establecimiento de una estrategia española. Elconcepto estratégico establecido por la OTAN en el otoño de 1 991, nosdebe influir poderosamente a la hora de establecer o aplicar nuestra«estrategia total». De hecho, la Directiva de Defensa Nacional 1/1992,firmada por el presidente del Gobierno el 23 de marzo de 1 992, responde deforma coherente a lo expresado en el reciente concepto estratégico de laOTAN.Pero ya nuestros intereses y nuestra proyección exterior no estánúnicamente en la Organización Atlántica. Pertenecen de pleno derecho a laUEO y a la CSCE, acabamos de dar los primeros pasos en el Cuerpo deEjército europeo y estamos actuando en misiones de Mantenimiento de Pazy ayuda humanitaria en el marco de la ONU. Aunque estos datos apuntadosprecedentemente no agotan el nivel de compromiso en nivel de políticaexterior que tiene nuestro país, las organizaciones citadas tienen un pesoespecífico propio que apuntalan decisivamente nuestro caminar por elsendero de la Estrategia.En concreto, una de las consecuencias más importantes de nuestraintegración en organizaciones internacionales de seguridad es la enormeinfluencia que va a tener el nivel de compromiso con cada uno de ellas a lahora del establecimiento de nuestra «estrategia total». Aunque constituyeuna muestra clara de nuestra proyección internacional, que siempre espositivo, no cabe duda que nos exigirá sacrificios y limitaciones de notablesproporciones.Retomando la afirmación citada más arriba de la reconocida existenciaactual de la profunda crisis eh el pensamiento estratégico intentaremosapuntar algunas sugerencias acerca de como esta situación podría influir enestos momentos en la enseñanza de los estudios estratégicos en nuestroEjército de Tierra.

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La aproximación la haremos de forma gradual y progresiva. Es decir, primeroanalizaremos cómo se encuentra el actual panorama estratégico planetarioy cual puede ser su evolución. A continuación nos detendremos en elescenario estratégico a nivel regional y colectivo, centrado especialmenteen Europa y en el Mediterráneo. Para terminar, estudiaremos cómo seproyectan los considerandos o factores derivados de los dos escenarioscitados sobre el entorno estratégico español, con el propósito de compararlosy contrastarlos con nuestra presente situación para intentar hallar lassoluciones adecuadas no sólo en el campo de los estudios estratégicos sinotambién en la posible estrategia a emplear por nuestro país. Ello supondrá laconsideración de aquellos factores o parámetros sobre las cuales deberíamosapoyarnos fundamentalmente.El hundimiento de la URSS y por tanto la desarticulación del sistemasoviético constituye un aspecto de la invalidación de la doctrina estratégicanorteamericana junto con la de las entidades estratégicas que la sustentaban.La identidad estratégica de Estados Unidos debe reconstruirse totalmenteya que así como durante la bipolaridad la actuación estratégica de EstadosUnidos dependía de la que tuviera la URSS, hoy en día, su dependencia estáligada a otros actores que tienen un importante protagonismo en el actualpanorama internacional.No debemos olvidar que los rasgos más importantQs de una superpotenciano sólo se manifiestan con sus armas y sus ejércitos, sino que ademásrequiere una notable fortaleza económica, una fuerte cohesión social, unaconsistente identidad cultural y un modelo de vida que puede ser proyectadoal mundo con garantía de éxito y de triunfo para la mayor parte de lacomunidad planetaria.Aunque Estados Unidos responden en gran manera a estos requisitos no esmenos cierto que está pasando por una grave crisis económica (de la queal parecer empieza a recuperarse) y está sufriendo una notable crisis deidentidad tanto social como cultural. Por otro lado, países como los de la CE,Japón, China y Rusia, a pesar de no reunir todos los requisitos expresadossí disponen de alguno de ellos y además en un grado muy relevante comopuede ser en el campo económico para la CE y Japón o en el sector militarpor parte de Rusia y China.Debido a esta situación la futura estrategia planetaria tenderá al mantenimientodel orden mundial, pero mediante el concurso de un estatuto de multipolaridaddonde ya no se vislumbrará un claro enemigo sino más bien el escenario dela seguridad mundial se verá amenazado por el «desorden», fruto de crisis,inestabilidades o riesgos que pueden sucederse en ciertos lugares delplaneta. -

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Dentro de este planteamiento global, la CE y Japón caminarán hacia unatoma de responsabilidad regional dirigida al relanzamiento de su expansiónmundial mediante modelos de integración no excluyendo las zonas menosdesarrolladas.

China y Rusia están andando por otros caminos. Mientras que China estáadquiriendo una fuerte hegemonía en el continente asiático debidoespecialmente al notable incremento de su economía en los últimos años ya la estabilidad de su régimen donde, a pesar del sistema comunistaestablecido, ha entrado la doctrina liberal de la economía de mercado, quese está llevando a cabo de forma paulatina, en Rusia los acontecimientosinternos están produciendo un enorme desastre político, económico y social,vislumbrándose la posibilidad de su desorganización corno Estado, lo cualocasionaría un cambio aún más profundo en el escenario político-estratégico mundial.

Así pues, la crisis del pensamiento estratégico es hoy en día múltiple, tantoen los orígenes como en sus efectos. La rotura de identidades estatalescomo Líbano, Yugoslavia, Afganistán, la URSS y Somalia obligan a definir unnuevo marco, un nuevo ambiente, en definitiva un nuevo concepto deseguridad para el actual panorama estratégico planetario. Todo ello noslleva a afirmar que una de las características más acusadas del escenarioestratégico internacional del final del siglo lo constituyen la «incertidumbre»o lo que es lo mismo, la falta de definición del orden estatal internacionaldonde los Estados eran o son los principales actores del tablero del ajedrezmundial.

En el escenario regional y con. independencia de que una de lasorganizaciones internacionales de seguridad más importantes, la OTAN, yaha elaborado un nuevo concepto estratégico adaptándose a las transformaciones ocurridas en la última década, lo que supone un punto de partidacapital, es evidente que los soportes donde se apoyó siguen cambiando yserá necesario efectuar las adaptaciones oportunas en un próximo futuro.

En los últimos 40 años, España nunca ha tenido una «estrategia total))transparente, sólida y clara. En el día de hoy disponemos de un acercamientoa ella, a través de la [)irectiva de Defensa Nacional 1/1 992, que supone unadeclaración gubernamental muçho más firme que en este campo que elDecálogo del presidente de 1 984 o la anterior Directiva de Defensa Nacionalde 1986.

Sin embargo, a pesar de estos recientes logros todavía nos hallamos en elesbozo de una estrategia nacional debido principalmente a dos razones.

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Una, que aún no usamos con propiedad el término estrategia más bien pordesconocimiento real del tema que por falta de intenciones. La segunda,nace de nuestra carencia de análisis estratégicos rigurosos al no tenerninguna escuela de pensamiento estratégico que actúe adecuadamente y ala inexistencia de células o cátedras de estudio y de reflexión en torno alasunto. En definitiva, no tenemos una idea clara no sólo a nivel del Ejércitode Tierra sino a nivel nacional, ni en el campo de la enseñanza, ni en el restode los Departamentos ministeriales de lo que debe ser y qué debe integrarun estudio estratégico.

Únicamente a modo de reflexión y con la mera intención de que pueda servirde introducción a posible trabajos que traten el problema de los estudiosestratégicos con más profundidad, vamos a apuntar algunas sugerenciassobre el contenido general que debe abarcar un estudio estratégico y comodebiera enfocarse no sólo el campo de los centros de enseñanza sinotambién en el nivel de los órganos de decisión.

El tema no es nada fácil. Todos conocemos el tremendo esfuerzo realizadopor Barry Buzán en este campo para llegar a la conclusión de definir como:

«Los conceptos fundamentales que conforman los estudios estratégicosa los siguientes: carrera de armamentos, proliferación nuclear, defensa,disuasión, control de armamentos y desarme».

Como recuerda el amable lector, al inicio de este ensayo definíamos a lapolítica de seguridad, concepto relativamente reciente pero muy entroncadoy asimilado por la sociedad occidental, en unos términos muy similares a loque entienden dicho autor por las parcelas que comprenden los estudiosestratégicos. Entonces, ¿Qué ocurre? ¿Cuál es el problema? ¿Dónde seencuentra el concepto exacto y verdadero? En realidad no se puedecontestar con certeza a ninguna de estas preguntas. Simplemente debemosreconocer que, hoy en día, resulta sumamente complejo el delimitar lascompetencias o atribuciones de la política, de la seguridad y de la Estrategia.

Mientras que Beaufre no trataba la seguridad como elemento clave arelacionar con la Estrategia, Collins la consideraba de una importanciacapital, muy ligada con la política y en estrecha relación con la Estrategia.

Intentando ser pragmáticos y rigurosos a la vez tomando como apoyaturalas obras de los autores mencionados más arriba, inmediatamente nosacude a la mente esta pregunta: ¿para qué se quiere un estudio estratégico?Seguidamente contestamos: para establecer una estrategia. Y a continuaciónterminaremos el proceso con la pregunta: ¿qué es estrategia?

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Pues bien, después de este proceso argumental, acudimos a nuestradefinición de estrategia citada anteriormente y en la que nos reafirmamos:

«El arte de emplear el poder nacional para alcanzar las metasmarcadas por la política».

El empleo del «poder nacional» lo entendemos en su más amplia acepción,es decir, la utilización de Fuerzas, amenazas, presiones directas e indirectasy subterfugios de todo tipo como puede ser militares, diplomáticos,económicos, tecnológicos, psicológicos, culturales,...

La Estrategia así definida es esencialmente responsabilidad del jefe deGobierno, asistido por sus consejeros o comités más directos en materia deseguridad. Constituye el nivel más alto de la Estrategia, el de la «estrategiatotal».

El segundo nivel es el correspondiente a los Departamentos ministeriales,como puede ser el económico, diplomático, industrial o de defensa.Constituye la «estrategia particular» o «departamental». Sería el conceptoestratégico del PEC.

El tercer nivel, en nuestro caso corresponde en el campo militar a losmandos operacionales. Constituye la «estrategia operacional» o «específica».

En el máximo nivel, para la formulación de la «estrategia total» se debenconocer los siguientes aspectos:— Intereses nacionales.— Objetivos nacionales.— Poder nacipnal.— Amenazas y riesgos posibles.— Compromisos internacionales.

Elaborado el documento de la «estrategia total», será necesario conocer asu vez los siguientes factores para la formulación de la «estrategiadepartamental».— Estimaciones políticas.— Estimaciones militares.— Estimaciones económicas.— Estimaciones de personal.

En nuestro caso, este proceso conduce al «concepto estratégico» del PEC.

Teniendo en cuenl:a lo anterior y establecida la estrategia militar es precisodeterminar la «estrategia operacional» para cuya formulación se necesitanconocer los siguientes datos:

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— Objetivo estratégico a alcanzar.— Medios disponibles.— Reglas de actuación o enfrentamiento.— Limitaciones y riesgos.— Marco de actuación.Con lo expuesto hasta ahora podemos decir que un estudio estratégicoconsiste en un proceso de análisis de los diferentes factores o aspectosantes citados que componen el nivel de la estrategia de que se trate. De estaforma, puede haber distintas clases de centros de enseñanza o reflexión enfunción del horizonte estratégico que se quiere alcanzar. No cabe ningunaduda de la necesidad de tales centros si realmente queremos ser honestosy consecuentes con nosotros mismos y, en definitiva, con nuestro país.

La doctrina estratégica a utilizar por España podría ser en el nivel de la«estrategia total» la estructura diseñada por Beaufre, sobremanera en laarticulación de la pirámide estratégica y, en cuanto al concepto, el definidopor Collins en especial los aspectos referidos a la seguridad, a los interesesnaciónales y al poder nacional. En cuanto a la estrategia militar operacionalpodríamos elaborar una propia aprovechando las experiencias y enseñanzasde diversos países de nuestro entorno occidental, teniendo siempre encuenta que nuestros parámetros de medida e idiosincrasia son completamentedistintos.

En todo caso, constituye una oportunidad histórica el hacer frente a este retode definición de nuestra estrategia. Precisamente en este momento degrandes transformaciones geopolíticas y geoestratégicas, la elaboración ydesarrollo doctrinal del nuevo concepto estratégico internacional necesitauna gran dosis de creatividad e imaginación. La colaboración y aportaciónde ideas y sugerencias a estas por parte española será un elemento decapital relevancia a la hora de establecer el adecuado escenario doctrinal yespacial de la estrategia nacional.Para ello, se deben tener en cuenta factores tan relevantes como la nuevaconcepción de empleo de la fuerza, siempre detrás de previas medidas detipo político, económico o diplomático, la aparición de un nuevo campo demisiones militares en aspectos de ayuda humanitaria, mantenimiento de lapaz e interposición, o la ampliación del espacio de nuestra seguridad nolimitado a nuestro territorio propio e inmediato.

Este contexto se tomaría como apoyatura por los diferentes centros deenseñanza o reflexión dedicados a estos efectos, para iniciar los estudiosestratégicos en las condiciones expresadas anteriormente con el propósitode intentar definir nuestra estrategia en sus diferentes niveles.

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Las conclusiones o reflexiones efectuadas por dichos Centros seríanaprovechadas por los órganos de decisión correspondientes para, en basea ellos, establecer lía estrategia que corresponda.

De esta forma, podrían existir en las Fuerzas Armadas, en íntimo enlace concentros u organismos públicos o privados, especializados en estudiosestratégicos, un conjunto de centros de enseñanza que tratarían conrigurosidad los estudios estratégicos para proporcionar al mando de cadaEjército, en la medida que se considere, los elementos de juicio necesariospara definir si propia estrategia.

En conclusión, en el Ejército de Tierra se siente la necesidad de disponer deunos estudios estratégicos elaborados por unos centros de enseñanza oestudio, donde la EMS y la EEM, podían ser los pioneros, con objeto de sercoherentes y eficaces en el planteamiento de nuestra defensa militar.Hagamos lo posible para que nuestros Centros, y en definitiva, nuestroEjército de Tierra, estén a la altura de las circunstancias y respondanóptimamente a las demandas de la seguridad nacional.

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CAPÍTULO TERCERO

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN EL ÁMBITO DE LA ARMADA

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS EN EL ÁMBITO DE LA ARMADA

Por Josa L. DEL HIERRO ALCÁNTARA

y JOAQUÍN MICHAVILA PALLARES

Preámbulo

De la guerra y/a Estrategia

Para hablar de Estrategia es imprescindible hablar de guerra. La guerra, unode los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, ha marcado, a lo largo de la Historia, laactividad de las naciones condicionando su vivir. Paradójicamente la paz,objetivo permanente de todas las naciones, es el estado más difícil deencontrar en el mundo. Nos podemos trasladar a tiempos bíblicos o repasarla Historia universal para comprender que la paz es el bien más escaso, quela guerra es algo consustancial con el hombre, y coincidir con Dilthey enque:

«Ningún impulso natural es contrario a la guerra, más bien todos le sonfavorables».

A póco que hagamos consideraciones morales, o éticas, sobre el comportamiento egoísta del ser humano, hallaremos una respuesta parecida a la deErich Fromm, que dice:

«Es üna triste realidad que en nuestra civilización la guerra y elsufrimiento y no la paz, pueden estimular la voluntad humana de hacersacrificios; la paz parece álentar principalmente al egoísmo».

No es descabellado pénsar que la consideración de la paz presupone laguerra, que son dos estados antagónicos. Asimismo no repugna aceptar que

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la paz es el fin de la guerra. Se desea la paz pero se hace la guerra, hay unapredisposición instintiva hacia ella, de aquí que Kant escribiera:

«Esta facilidad para hacer la guerra, unida a la inclinación que haciaella sienten los que tienen la fuerza, inclinación que parece ingénita ala naturaleza humana, es, pues, el más poderoso obstáculo para la pazperpetua».

Pese a lo dicho y posiblemente influido por el fin de la guerra fría, hoy día haymuchos que no creen en la guerra. Creen en ella sus víctimas, otros lanecesitan para enriquecerse, pero algunos de los que no creen estáninconscientemente escribiendo la Historia, y serán los responsables de quelos equívocos de hoy los resuelva la guerra de mañana. Es la Historia la quedespiadada y machaconamente muestra la vaciedad de la retórica pacifistaque presenta al estado de paz, como la condición última e inamovible de lahumanidad.

La Estrategia, palabra de origen griego, abarcaba los conocimientos quedebía poseer un jefe para dirigir la guerra. Hasta el siglo XVIII no fue más queun conjunto de estratagemas para engañar al contrario, se trataba de evitarla confrontación en vez de buscarla.

Fue con Federico II de Prusia, al haber evolucionado el arte de la guerraadoptando formas distintas a las anteriores, cuando nace realmente laEstrategia que tiene en cuenta la relación de fuerzas y capacidades paraelegir el tipo de’ guerra deseable, ofensiva o defensiva. Pero será conClausewitz y Jomini con los que aparece el arte de establecer condicionesadecuadas para su conducción.

Con la tecnificación de la guerra y la llegada a este campo de civilesuniversitarios a través de los Institutos de Estudios Estratégicos, laEstrategia abarca otros nuevos factores como son los políticos, económicos,culturales, ideológicos, etc. La política invade el campo de la Estrategia yviceversa, por lo que el político asume o absorbe al militar y todo lo militar setransforma en asunto político. Quizás para resumir podíamos decir que hasta1 945 las doctrinas estratégicas fueron establecidas por militares y desdeesa fecha lo han sido casi exclusivamente por civiles.

Es en la Estrategia donde se apoya el pensamiento occidental para evitar laguerra, o si llega, se prc duzca con las menores pérdidas posibles. Comodice el almirante Álvarez-Arenas:

«El pensamiento estratégico, concebido con propiedad y cuando lollega a ser en serio, resulta una sintética y sistemática ordenación dela filosofía de la guerra».

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La desintegración de la URSS y el Pacto de Varsovia ha dado un vuelcoinsospechado a la situación mundial. La ausencia de tensión equilibradoraentre los dos antiguos bloques antagonistas —y por otras causas sin duda—han favorecido el estallido de conflictos regionales, que los Estados Unidoscon la OTAN, la UEO y la ayuda de otros países bajo los mandatos de laONU tratan de sofocar.

La estrategia naval occidental de la OTAN, concebida en función de laamenaza de la poderosa Marina soviética, ahora dividida o desgüazada, haquedado parcialmente sin justificación. Sin embargo, continua plenamentevigente la necesidad de contar con una Fuerza Naval para proyectar elpoder en permanencia y distancia.

En España, los mandos responsables de la Armada se han esforzado endefender la idea de que nuestra estrategia naval necesita materializarse conla posesión de una Fuerza proporcionada, que con los medios de apoyologísticos auxiliares pueda ejercer el dominio del mar donde fuera necesario.Esta teoría —contraria a los que entienden la guerra naval como la meradefensa de costa— creemos que sigue siendo la conveniente para ladefensa de Espa.ña y para aumentar el peso político internacional dentro dela Alianza Atlántica y la Comunidad Europea (CE).

La estrategia naval en España

Los pensadores navales españoles

España no aporta nombres de relieve, pero evidentemente entre los siglosXV y XVIII hizo una estrategia naval inteligente, que le permitió ejercer suhegemonía en medio mundo cuando incluso al océano Pacífico le llamabanMar Español. La Historia naval española hasta el presente ha sido estudiadapor un nutrido planl:el de eruditos, la mayoría marinos de profesión, queinevitablemente han tratado el tema desde su faceta estratégica.Por orden cronológico y por el valor de su obra, ocupa el primer lugar delescalafón de historiadores navales españoles Fernández Duro. Su monumentalHistoria de la Armada españolé desde la unión de Castilla y Aragón ennueve tomos, publicada en 1 895, ha sido referencia obligada de todos losque posteriormente han escrito sobre algún episodio del pasado de nuestraMarina, entre ellos Navarrete, Ibáñez Ibero, Guillén, Fernández Almagro.Más recientemente, una docena de autores —lamentablemente casi todosmarinos de guerra, profesionales de gran, prestigio—, y decimos lamentablemente por si sus ideas pudieran tacharse de-interesadas se han volcado enel estudio de la Historia naval con la constante de resaltar la importancia del

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mar y sus recursos, los intereses marítimos nacionales y la necesidad d&defenderlos con un poder naval adecuado. En definitiva, fomentar unaconciencia nacional permanente que, por encima de los avatares políticosdel momento, apoye una política de Estado de proyección marítima—apropiada a nuestra situación y necesidad— y simultáneamente formularuna estrategia naval encargada de desarrollar-proyectar esa política. En lalista alfabética de estos historiadores-estrategas o estrategas-historiadorescitaremos a Albert, Bordejé, Carrero Blanco, Cervera Pery, Cerezo, GonzálezAller Hierro, Manera, O’Donnell, Obrador, Parente, Ramírez Gabarrus,Salgado y Tato, entre otros. Merece especial mención la múltiple y profundaaportación filosófico-estratégica de Álvarez-Arenas.

En su conjunto los estrategas navales españoles, muy influenciados por lasteorías de Mahan, preconizan el carácter marítimo de España y, por lo tanto,del poder naval que nos permita, al menos, el dominio relativo del mar, ennuestras áreas de interés y la cooperación proporcional, en el conciertointernacional. El ee simbólico de la estrategia naval española, conocido porBaleares-Estrecho-Canarias ha tratado de aunar la necesidad de trazar unaestrategia absoluta intemporal con los problemas inmediatos.

Los pensadores navales españoles recientes tienden a resaltar más laimportancia de nuestra participación en la estrategia general occidental,asunto al que dedican su principal atención, que en considerar lacontribución obligada de la Armada con el conjunto de las Fuerzas Armadasespañolas, en los conflictos más latentes e inmediatos.

La Historia hasta 1939

La mar, antagónica de la tierra, geográfica y estratégicamente, es suoponente y en muchos caso ambas se excluyen entre sí.

Como la Historia ha demostrado, España es una nación marítima pero deacusada mentalidad continental. Quizás en esta inconsecuencia radicanmuchos de los inexplicables acontecimientos históricos. Nuestra privilegiadaposición entre el Mediterráneo y el Atlántico nos ha hecho, a lo largo de laHistoria, por un lado objeto de invasión por parte de otros países, por otrolado nos ha colocado en una situación idónea para dominarlos o al menostener una gran influencia. España fue grande cuando salió al mar y lodominó; nuestra historia se escribió con la pluma de ese poder marítimo y eldescubrimiento del Nuevo Mundo su gesto emblemático.

En los 300 años de hegemonía española que terminan simbólicamente enTrafalgar, la estrategia española va evolucionando y perdiendo agresividad.

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En cuantó se agcta el impulso descubridor y conquistador del siglo XVI,consolida las colonias de Ultramar y regulariza la éxtracción de metalespreciosos y el comercio con la metrópoli, reduce los medios y la Marina deguerra se dedica prioritariamente a proteger la navegación adoptando unapostura permanentemente defensiva. Paul Kennedy generaliza este procesocomo:

«Una correlación muy significativa a largo plazo entre capacidadesproductivas y deaumento de ingresos, por un lado, y potencial militar,por otro».

El siglo XIX es el período más negro de la historia de España y desde luegode la Marina. Los enfrentamientos dinásticos, políticos, ideológicos e inclusoreligiosos desunen a los españoles y debilitan a la nación.

Empieza el siglo XX con la nación agotada, el pueblo desmoralizado y laMarina triturada. La no intervención en la Primera Guerra Mundial facilita larecuperación económica nacional, se reconstruye la Marina de guerrainiciando un Plan Naval ponderado que ejecutarán astilleros españoles contecnología y proyectos ingleses. Se crea la Aeronáutica Naval, se impulsa elArma Submarina, y se construyen nuevas bases y centros de formación delpersonal.

Con la Guerra Civil la Marina de guerra queda dividida en dos FuerzasNavales, la nacional con bases en el Atlántico y la republicana en elMediterráneo, a excepción de Mallorca en manos nacionales. La estrategiaseguida por el bando nacional fue dominar el mar, «la única política navalposible era interrumpir el tráfico enemigo en todos los mares», escribiría elalmirante Cervera /alderrama, jefe del Estado Mayor de la Armada nacional,que tenía clara su estrategia, o sea, la lucha contra el tráfico marítimo paraestrangularlo y asegurar el propio, así como el bloqueo de los puertosenemigos con objeto de privarle del abastecimiento necesario que lepermitiera emprender acciones bélicas. Importante y decisivo fue el paso delas tropas por el Esl:recho gracias a esa política naval de dominio del mar. Laescuadra republicana, falta de jefes y encerrada en Cartagena, se limitó arealizar acciones tácticas aisladas y no supo aprovechar la superioridadinicial.

Las operaciones marítimas que tan eficaces resultaron no tuvieron grandesecos por no ser batallas espectaculares, por otro lado contrasta la numerosay bien documentada bibliografía de las operaciones terrestres, con elreducido número de estudios y publicaciones de las operaciones navales.

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Posguerra española y Segunda Guerra Mundial

Al término de la contienda española se incorporan a la Escuadra nacionallos buques de la Escuadra republicana que se habían refugiado en el puertode Bizerta. La Marina de guerra reúne un considerable número de buques enmal estado, y con personal profesional insuficiente.

Durante el Régimen de Franco el Estado impulsó todos los sectores civilesrelacionados con el mar: Marina mercante, de pesca y deportiva, puertos,industrias navales y astilleros. Se fortalece la conciencia nacional marítima,se incentivan las inversiones en estos sectores hasta alcanzar un nivelinternacional destacado. En esta política participaron de forma muy directailustres marinos de guerra responsables de cargos políticos en el Gobiernode la nación como Carrero Blanco, Nieto y Suanzes.

En el año 1943 se inaugura la nueva Escuela Naval Militar de Marín, En esteperíodo se inicia la construcción de varios buques, de un Plan Naval muyambicioso derivado de una estrategia marítima imperial (no olvidemos queen esta misma época los ideólogos y políticos preconizaban la expansióncolonial).

En la Segunda Guerra Mundial la postura oficial y la simpatía popular seinclinaron hacia Alemania e Italia. Se mantuvo sin embargo la más estrictaneutralidad en lo fundamental. Durante la guerra, la Marina española recibelanchas torpederas y armas de Alemania; se inician imponentes instalacioneslogísticas subterráneas en varios puertos y, en general, nos preparamospara desempeñar el papel que por nuestra situación y nuestros escasosmedios navales nos correspondería en la estrategia marítima del momento.

Posguerra mundial

Terminada la Guerra Mundial las potencias aijadas nos someten a un cercodiplomático y económico que afecta a todos los sectores de la nación. Lasnumerosas Unidades en proyecto y/o construcción nacen obsoletas,superados sus proyectos por los adelantos técnicos experimentadosdurante la guerra.

El aislamiento del exterior fue total. Ningún buque de guerra español visitópuertos extranjeros y sólo algunos iberoamericanos tocaron puerto español.No se hicieron intercambios, cursos o maniobras con otras Marinas.

Al estallar la guerra fría entre la URSS y sus antiguos aliados se pone demanifiesto el valor de la situaóión de España, que tiene la llave del estrechode Gibraltar —aunque el Peñón siga en manos británicas— y es la

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plataforma indispensable para el despliegue aéreo y naval norteamericanoen la zona onental del Atlántico Norte y en el Mediterráneo. Además losoccidentales no podían arriesgarse a que España cayese dentro de la órbitacomunista a causa del cerco diplomático y económico del que eranresponsables o al menos cómplices.

Acuerdo con Estados Unidos

El valor geoestratégico de España, la política de bloques y el final de laguerra de Corea, que desplazó el pivote estratégico al Mediterráneo,hicieron cambiar la actitud de Estados Unidos hacia España.

En el año 1953 se firma el Pacto de Madrid, o primer Acuerdo de AmistadHispanoamericano y como parte de él, unos acuerdos de defensa mutua asícomo el establecimiento de bases.

Con este Acuerdo, España contribuía muy positivamente a la seguridad dela OTAN. Las Fuerzas americanas basadas en territorio nacional pro porcionaban disuasión al flanco sur-occidental de la Alianza y a la zona que seextiende en el área contemplada en el Tratado de Washington, garantizandoel acceso al Mediterráneo y la salida al Atlántico. En otras palabras, la OTANobtuvo de España todo lo que necesitaba en lo que a interés estratégicopara su seguridad se refiere. Estas razones, a la par que el escaso valor desus Fuerzas Armadas y, quizás también, porque estaban seguros de quesiempre podrían contar con su colaboración, dada su clara posiciónanticomunista, pudieran ser las que decidieron a los países de la Alianza ano invitarla a formar parte de ella.

Los acuerdos de defensa hicieron posible que las Fuerzas Armadasaccedieran a las innovaciones tácticas y logísticas, producto de laexperiencia adquirida en la Segunda Guerra Mundial, lo cual permitió a laArmada su puesta al día dejando aparcada su actualización en temasestratégicos hasta la década de los setenta con la aplicación de la LeyOrgánica de la Armada y posterior promulgación del Plan General de laArmada.

Otra consecuencia positiva del acuerdo con Estados Unidos fue la cesiónde buques americanos, el plan de modernización de viejas Unidades, y seaccedió a los últimos conocimientos técnicos y operativos. Con larealización de cursos y ejercicios con otras Marinas, se familiarizó en el usode códigos, tácticas, y procedimientos de adiestramiento actuales quefacilitarían en su momento la plena y rápida integración en la AlianzaAtlántica.

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La Marina, siguiendo el modelo occidental y debido, al tipo de Unidadescedidas, adoptó una capacidad eminentemente antisubmarina, pero tambiénfue dotada de Unidades anfibias que junto con el Tercio Armada deInfantería de Marina formaron el Grupo Anfibio, expresión de la nuevaestrategia naval cuyas primeras acciones se plasmaron en los acontecimientos ocurridos en el territorio español de Ifni. Posteriormente sería degran utilidad en las operaciones del Sáhara y la evacuación de Guinea. En1 953, reasumiendo su vocación aeronaval, se adquirieron los primeroshelicópteros y se formaron pilotos, iniciándose así la futura Arma Aérea dela Armada.

En la década de los cincuenta se produce el desmembramiento de’ losimperios coloniales y España no es una excepción, al menos en lo referentea los territorios del norte de África. Marruecos obtiene su independencia deFrancia y España, lo que obliga a orientar la estrategia marítima en estesentido y de ahí, como se ha dicho, la importancia de la creación del GrupoAnfibio. Las miras de la Armada están puestas en el norte de África dondela descolonización produce fricciones, especialmente debido a los gruposindependentistas surgidos en el Sáhara.

En 1 963, a petición española, el Acuerdo con Estados Unidos se modificó yrenovó por otro período de cinco años y bajo la forma de Pacto de defensaque garantizaba la integridad de España en caso de agresión, amén de otrascláusulas más favorables, como un aumento en la cooperación entre ambospaíses y especialmente en la modernización de las Fuerzas Armadasespañolas. Este nuevo pacto reflejó claramente las nuevas tendenciasestratégicas a nivel global tales como, la evacuación de la AviaciónEstratégica americana de las bases en España y el auge de las basesaeronavales, lo que hacía conservar a nuéstra Nación su valor estratégico,fundamentalmente por la base de Rota desde donde se apoyaba a lossubmarinos nucleares.

En 1 982 el Convenio firmado tuvo como punto destacable el de ser uncomplemento al Tratado del Atlántico Norte del que ya formaba parteEspaña, por lo tanto quedaba en segundo plano. La relación con EstadosUnidos caía dentro de la colaboración a la defensa de Occidente.

Ley Orgánica de la Armada (LOA)

La Armada que, a lo largo de la Historia y a medida que sus espaciosestratégicos han ido evolucionando o cambiando ha tenido que ir acomodandosu estructura y organización al mejor servicio de su operatividad, se regíapor una organización del año 1 939. En el año 1 963 se creó la Comisión de

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Estudios y Planes exclusivamente para analizar y dar soluciones a suproblemática orgánica.

Partiendo del principio de que la razón de ser de la Administración naval esla existencia de Fuerzas Operativas y, consciente de la necesidad de lainteracción entre ambas, así como la relación con los Ejércitos de Tierra ydel Aire, elaboró la Ley Orgánica que establece la estructura interna de laArmada, fija las misiones de los diferentes organismos que la componen yde las autoridades que los dirigen y regula la relación mutua necesaria paraun funcionamiento eficaz.

La Ley define la misión específica y las particularizadas que en la LeyOrgánica del Estado se le atribuyen a la Armada. Asimismo define las basespara el desarrollo de la organización, situando a todos los organismos de laAdministración naval y la Fuerza en los siguientes niveles orgánicos:— Nivel político.— Nivel de conducción estratégica y dirección logística.— Nivel de conducción de operaciones y preparación de la Fuerza.

Estos niveles se caracterizan por la diferente naturaleza de las decisionesque se adoptan en cada uno, lo que permite resolver las cuestiones conmayor rapidez, mejor conocimiento y suficiente autoridad. Todo ello deacuerdo con el principio de «dirección centralizada» y «ejecución descentralizada». Define expresamente la figura orgánica del almirante jefe del EstadoMayor de la Armada como vértice de la cadena de mando naval, máximaautoridad profesional militar de la Armada, subordinada a la autoridadpolítica del ministro.

Asimismo y de acuerdo con las modernas doctrinas estratégicas, establecelas Zonas Marítimas que acumulan, al concepto de Departamento Marítimo,el de control de operaciones navales.

Plan General de la Armada (PLANGENAR)

El problema de la defensa

Consolidada la implantación de la LOA la Armada, quizás por su continuocontacto con las Marinas de otros países, sintió la necesidad de abordar eldesarrollo conceptual de todo lo relacionado con la defensa general, acordecon lo establecido en los países de su entorno, de ahí que se concibiera ydesarrollara el Plan General de la Armada mediante un estudio comparadoque partiendo del análisis del problema general de la defensa, pasando porel de la estrategia y política, concretar unos objetivos para la Armada y de

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ellos deduciíuna estructura de fuerzas y cometidos. Se establecieron ciclosde planeamiento y se concretaron planes a largo plazo empezando en 1 972,así como una revisión en proceso.Todo problema de defensa se presenta con unas circunstancias que logeneran, por la realidad de unos condicionantes —geográficos, políticos,económicos, tecnológicos, históricos, etc.— y por unos responsables quelos tratan de resolver. El problema general de la defensa no es exclusivamentemilitar, es a los centros de conducción política a los que corresponde elplaneamiento de la defensa así como las acciones encaminadas a susol uc ¡ ón.Como en las naciones occidentales, en España el concepto de la defensa sehalla en la Constitución, en ella se acepta la necesidad de la defensa comoproblema nacional. La Armada contribuye a la posición de la defensa que lecorresponde, en cuanto a la apreciación del planeamiento del problema asícomo a la participación conjunta, según lo previsto en su Ley Orgánica de1 970. Todo plan estratégico es parte de la aportación de la Armada a aconsideración superior del problema general de la defensa. De aquí que elPLANGENAR se enfocara hacia la mayor eficacia de su contribución a logeneral y a la melor definición de los objetivos marítimos de la nación, asícomo a la mejor forma de conseguirlos.En frase del propio PLANGENAR se dice que:

«De pensar en la defensa se pasa a pensar en la guerra y de aplicar lamente a esta se produce la Estrategia».

Y naturalmente en relación íntima con las posibilidades de esa Estrategiaesta la política. Esta teoría se puede afrontar por dos vías totalmentediferentes como son el de «defensa-estrategia-política» y el de «política-estrategia-defensa)>. Es fácilmente adivinable que el segundo es el quepueden adoptar los países fuertes, o aplicable con países menos fuertes,también cabe aplicar a países pertenecientes a alianzas que les dan enconjunto un adecuado peso específico.

La Estrategia

Analizados los peligros, se formuló una estrategia adecuada con losrecursos disponibles para defensa en aquel momento. En España la políticaha tenido que estar, en cierto modo, supeditada a la Fuerza disponible, porello se aceptó el estudio del Problema General de la Defensa por la vía delos países débiles, o sea en el sentido Defensa-Estrategia-Política, sinexcluir la posibilidad de que en algunos casos concretos se pudieran seguirla vía de Política-Estrategia-Defensa a lo largo del Plan.

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Una de las características de la estrategia naval es la lenta evolución de losfactores de Fuerza y despliegue, lo que obliga a previsiones a largo plazo, deaquí que la Armada elaborara un Plan General, conocido como PLANGENARy que como todo plan estratégico, es parte de la contribución de la Armadaa la Defensa Nacional, conjugando la mayor eficacia de tal contribución a lamejor definición de los objetivos y a la forma de conseguirlos.

El tema fundamental del Plan General de la Armada es la estrategia navalcontemplada a la luz del Plan de Defensa Nacional y, por consiguiente, delas estrategias general y militar considerando como:

ESTRATEGIA GENERALAquélla que coordina, orienta y dispone los recursos de una nación,asignando la consecución de una parte de los objetivos políticos a cada unade las estrategias particulares.La estrategia general presenta dos rasgos característicos que son laconservación y la cc’operación.

El objeto de la conservación es el referido al territorio donde se ejerce lasoberanía, cuyo fin, en parte, se busca mediante la disuasión. Esta disuasiónse traduce finalmente en Fuerza y esta Fuerza, lógicamente, debe sersuperior a aquélla a quien se pretende disuadir.La cooperación, fruto de acuerdos o mutuos intereses políticos, almea suFuerza con la de los cooperantes.Asimismo dentro del considerando estrategia general se deben valorar dosaspectos bien difereilciados.

La estrategia absoluta, fundamentada en conceptos permanentes o intemporales cuya influencia permanece intangible en su devenir histórico.

La estrategia relativa, función o consecuencia de circunstancias mutables,cambiante con el tiempo, cuyo impacto habrá que ir actualizando.

ESTRATEGIA NAVALCorresponde a la Armada formular y desarrollar la estrategia naval derivadade la estrategia milil:ar y su misión específica consiste en «alcanzar losobjetivos marítimos de la nación en paz y en guerra» siendo estos objetivos:

«Aquéllos de la Política o de la Estrategia que exigen para su logro unaacción militar o el ejercicio de autoridad en el ámbito marítimo».

Esta estrategia naval se formula y desarrolla en el nivel de conducciónestratégica y dirección logística.

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CONSIDERACION FINAL

El tema fundamental del Plan General de la Armada fue la estrategia navala la luz del problema general de la defensa y de las estrategias general ymilitar de España, supuso un profundo estudio con procesos de revisióncon argumentaciones comparativas establecidas tanto en base a laestrategia naval sobre orientaciones de Defensa-Estrategia-Política comode Política-Estrategia-Defensa y se llegó a una serie de conclusionesrelativas a la Fuerza Navl, a la estrategia de cooperación y de conservación,a la Fuerza general, así comoa la relación Política-Estrategia y a la escasaatención de España al mar.

En la Alianza Atlántica (OTAN),

CONCEPTO ESTRATEGICO

España entró el 30 de mayo de 1 982 a formar parte de la OTAN, y fue, sinlugar a dudas, su situación geoestratégica en un extremo de Europa y enuna segunda línea, en relación al potencial teatro de operaciones, la granbaza para ser aceptada.

Pero además su situación geográfica tiene un gran valor posicional respectoa Europa, al Atlántico y al Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar que, comocentro neurálgico del eje Baleares-estrecho de Gibraltar-Canarias es unfactor permanente en toda consideración geoestratégica.

La contribución de la Armada española, consecuentemente con lasacciones previstas, se materializará principalmente en el espacio estratégicoespañol, en:— La zona del estrecho de Gibraltar.— El archipiélago Balear.— Las islas Canarias.— El territorio meridional peninsular.— El espacio aeronaval entre los anteriores.

La zona del estrecho de Gibraltar punto clave de nuestra contribución aldispositivo de defensa del mundo occidental, no se reduce al pequeño tramomarítimo entre África y Europa sino al conjunto formado por sus dosaccesos, a levante y poniente. Dicho de otro modo, al mar de Alborán y algolfo de Cádiz.

El archipiélago Balear incrementa la profundidad del mar de Alborán,constituyendo una excelente posición de flanco que protege las líneas decomunicación marítima en el Mediterráneo.

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La zona comprendida entre las Azores-Canarias-península Ibérica, es unade las de mayor tráfico mercante y de las cinco grandes arterias marítimastres de ellas pasan por la proximidad de la islas Canarias, O sea, las rutas deSuramérica hacia Europa •o las derrotas petroleras que desde el golfoPérsico rodean el continente africano. Por tanto las islas Canarias son unaavanzada en el dispositivo defensivo nacional.

El dominio deí espacio aeronaval garantiza nuestra soberanía y la defensade un importante espacio estratégico del Atlántico oriental.

LAS AMENAZAS

Considerando nuestra pertenencia a la Alianza Atlántica y nuestra situacióngeoestratégica, podemos estimar dos tipos básicos de amenazas a las quehacer frente:1. La primera es la resultante del choque de intereses propios en la zona,

manteniendo la integridad territorial y la seguridad nacional.2. La segunda es la consecuencia de nuestra adhesión y participación en

la defensa del mundo occidental, como miembro de la Alianza Atlántica,es decir la amenaza compartida.

España como miembiro de la CE y de la OTAN plantea su estrategia en basea estas estructuras que suponen una definición común de la amenaza,salvaguardando aquellos aspectos diferenciales que pueden existir y que suproximidad a otros países no miembros puede entrañar, de forma que de esapolítica común se derivará una estrategia de cooperación para hacer frentea la amenaza compartida, a la par que una estrategia específica para ladefensa de sus intereses particulares, de la que se deducirá una estrategiade disuasión.

La Unión Europea Occidental (UEO)

Europa al terminar la Segunda Guerra Mundial organiza su defensa y con elTratado de Bruselas de 1948 crea la UEO, de carácter político-militar, parael apoyo mutuo de los miembros ante ataques exteriores. En 1 949 se creala Alianza Atlántica de la que aquellos países forman parte y que asumetodas las actividades militares, con lo que la Organización siguió funcionandoen aspectos puramente rutinarios

Sería en 1 987 cuando los países miembros reconocieron la necesidad dereactivar la Organización. En la Declaración de La Haya de ese mismo año,la UEO recupera un cierto protagonismo como órgano de coordinación, enmaterias de seguridad, propiamente europeo.

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Los drásticos cambios ocurridos en 1989 hicieron saltar las estructuras deseguridad del mundo occidental, que se esperaban crear en 1 990, pero loshechos tozudameñte parecían alejar cada día más los deseos de la realidad.

PANORAMA ACTUAL.

Los fundamentos estratégicos basados en un sistema de bloques lideradospor dos superpotencias habían quedado obsoletos y se hacía necesaria unareestructuración defensiva en Europa. Asimismo la descomposición delbloque soviético, unido a otros factores de orden económico, indujeron aque Estados Unidos iniciara una política de reducción de Fuerzas y bases,de la que no se libraban las asentadas en Europa. La disminución de laamenaza soviética podía producir una desconexión entre Estados Unidos yEuropa y por tanto era imprescindible una defensa netamente europea. Estaineludible necesidad de defensa con identidad europea colaboró a revitalizarla UEO.

Con la incorporación española a la UEO en 1990 la Organización pasa atener nueve países asociados que mantienen consultas a nivel ministerial.

Dado que España no pertenece a la estructura militar de la OTAN, y que suparticipación en cuantas misiones ha emprendido la UEO ha ido incrementándose, se podría pensar que ha sido la forma de cooperar en contenciososinternacionales. Tras su actualización, la UEO se ha ido aproximando a laCE de tal forma que la Comunidad va asumiendo algunas de sus funciones,habiendo incórporado cláusulas .de asistencia mutua en caso de agresión,con lo que se enfatiza su papel como órgano de la seguridad de la CE.Realmente es la única Organización específicamente europea de defensa,que puede adoptar decisiones tanto dentro como fuera de la zona de laAlianza Atlántica.

La invasión de Kuwait el 2 de agosto de 1990 por Irak, movilizó a lacomunidad internacional, especialmente a la OTAN y la UEO que, bajomandato de la ONU y liderados en el momento del conflicto por EstadosUnidos, intervinieron para liberar al pequeño, pero inmensamente rico, paísárabe. Esta crisis del golfo Pérsico fue su prueba de fuego. España colaboróen el embargo decretado por Naciones Unidas situando tres Unidadesnavales que, bajo control de la UEO, operaron en su mantenimiento desdeel principio hasta el final del conflicto.

La guerra en Yugoslavia ha hecho necesaria la intervención de las NacionesUnidas con el envío de cascos azules y, por otro lado, el embargo, cuyacomponente naval ha sido asumida por buques de naciones pertenecientes

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a la Alianza y/o a la UEO, y ha contado, desde el primer momento, con lapresencia de Unidades de la Armada española. La destacada actuación deFuerzas Armadas españolas en este contencioso, parece consolidar lavoluntad de nuestra colaboración.

Reflexiones acerca del orden mundial

El enfrentamiento entre bloques terminó cuando en noviembre de 1 989 caíael muro de Berlín. El fin de la guerra fría impulsó el proceso de desarmenuclear y convencional y favoreció la capacidad de entendimiento entre losmiembros del Consejo de Seguridad en cuanto a los objetivos a conseguir.Esta situación tan positiva ha generado un auge de las corrientes pacifistas,en todos los ámbitos, que han contribuido a la ruptura de los mecanismosque servían para controlar aquellas zonas conflictivas o susceptibles deserlo, lo cual puede propiciar situaciones de más inestabilidad que lasanteriores y que sin duda han influido negativamente en el establecimientode un nuevo orden mundial basado en la cooperación, como se predijo.Actuaciones aquellas que han dado como resultado el efecto contrario a supretensión de mejorar el clima de paz en el mundo, favoreciendo, por contra,la agresión sin medios para su posible contención y anulación. Demostrándoseuna vez más que la paz no es fruto de la debilidad, sino de la justicia y éstaes la que se debe propiciar.Los espectaculares cambios en el panorama político y estratégico mundialhan alterado el esquema de seguridad, especialmente en Europa, donde elcolapso de la URSS ha producido un evidente desplazamiento del poderhacia el Oeste. De un solo, aunque muy intenso foco de amenaza global, losplanes de defensa occidentales han tenido que pasar a otros más complejosy variados sustentados por el análisis y preparación para crisis y guerrasregionales, lo que supone un amplio abanico de agresores potenciales.

Los términos estratégicos eran antes más sencillos, estaban más definidoscon la guerra fría, el equilibrio del terror parecía que garantizaba mejor la paz.La estructura internacional es más compleja hoy día y además, estasituación de gran inestabilidad por motivos étnicos, religiosos, demográficos,ecológicos y económicos, genera unos desafíos que no se pueden abordarde manera global por medio de un solo organismo, sino que tiene que ser enel marco de las relaciones entre las instituciones. De todas ellas,únicamente la ONU, en términos generales y la Conferencia sobreSeguridad y Cooperación Europea (CSCE) en el marco europeo, estánfacultadas para asumir esa responsabilidad y emitir un mandato que ayudea preservar la paz, e incluso implantarla. Sus posiciones se refuerzan y sonlas que otorgan legil:imidad a esas acciones.

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Como señales optimistas tras la caída del imperio comunista, debemosmencionar: el creciente peso de las organizaciones como la ONU, el cambiode acento, de la carrera de armamento, los cambios económicos y ladisminución de países con regímenes autoritarios.

Estos aspectos esperanzadores que ofrece la compleja situación internacional,no pueden minimizar la potencial amenaza que supone China, aparentementealetargada, digiriendo una evolución económica que está generandocrecimientos del PIB, del orden de dos dígitos, desconocidos por lasactuales economías occidentales, con fabulosas inversiones militares yprofundas remociones tecnológicas que le permiten desarrollar sofisticadossistemas de armas. No podemos olvidar que no se ha producido su renunciaal absolutismo comunista, por lo que siguen campando por sus respetos,como se constata con la reciente prueba nuclear en Lob Nor, cuando,debido a la apertura que iniciara en su día el presidente Nixon, ha gozado deun trato de favor especial por parte de las naciones occidentales, lo quehacia presuponer su adhesión al establecimiento de una moratoria globalnuclear, fruto de la excelente relación Clinton-Yeltsin.

Esta conducta unida a una indiscriminada política de venta de armamentos,sin ningún tipo de barreras, obligan a ser muy cautos a la hora de iniciaroptimistas reducciones de armas y presupuestos de Defensa, que dejen enuna clara inferioridad a la comunidad occidental, lo que podría inducir aChina a abrir un frente desestabilizador de consecuencias imprevisibles, conel peligro de mimetización en algún otro país del próspero sudeste asiático.

Al terminar la guerra del Golfo que puso al descubierto muchas deficienciasrelativas a las organizaciones de defensa, así como a otros organismosmundiales, hubo cierto consenso sobre un nuevo orden internacionalliderado por Estados Unidos y aunque de alguna fórma lo parezca, lasultimas elecciones americanas quitaron la razón a aquellos que así lopensaban.

La actuación de la comunidad internacional en el conflicto de la exYugoslavia confirma la dubitativa política exterior, no sólo la americana,inclinada a actuar bajo los auspicios de las Naciones Unidas, sino tambiénla occidental, a las que cabe aplicar la misma frase que Winston Churchillespetó a Chamberlain en el Parlamento por su capitulación en Munich anteHitler:

«Usted creyó que podría elegir entre el deshonor y la guerra; ha optadopor el deshonor pero cosechará la guerra».

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La ONU que acoge a la casi totalidad de los países del mundo, es la quedebe garantizar la paz mundial y de hecho está actuando en este sentidodesde la guerra del Golfo. Podíamos decir que debería convertirse en elgendarme mundial, pero realmente ha tenido poco éxito, a corto plazo, en laresolución de muchas de las enfermedades del mundo, lo que cuestiona sucredibilidad y ello es debido en parte a lo siguiente:— La Organización en sí misma —que carece de unas estructuras

adecuadas—, y a su resistencia a cualquier reforma.— La insuficiente financiación.— La forma de reacción de la Organización ante los conflictos, en algunos

casos precipitadamente, en otros con medios inadecuados o conmandatos que no la hacen efectiva.

— La carencia de una Fuerza de intervención inmediata propia o a sudirecta disposición.

Al no contar con suficientes-medios de financiación ni tampoco-de medioshumanos para resolver todos los conflictos, es necesaria una selección ensus misiones humanitarias, que cuando tienen gran envergadura ha derecurrir a otras organizaciones que sí disponen de esa Fuerza, como laOTAN, la UEO, etc. o a las grandes potencias, principalmente EstadosUnidos. -

La soberanía de los Estados se basa en dos de los más importantesprincipios del orden internacional que nació en 1 945:— La inviolabilidad e integridad del Estado.— La soberanía de los Estados para resolver sus problemas. -

No se nos escapa que se está produciendo un cambio en las estructuras yasociaciones que hicieron de las naciones el punto neurálgico de suidentidad política y económica y se observa una «resituación de laautóridad» —según Paul Kennedy— respecto de las grandes asociacionesmultinacionales así como de las regionales o étnicas, de tal forma que en losúltimos años han ocurrido algunos conflictos que, por sus especialesimplicaciones incitan a reconsiderar estos principios y reflexionar sobre unnuevo planteamiento.

Las secuelas estratégicas, morales, políticas y económicas de los conflictosnacionalistas tendentes a la autodeterminación casi siempre justifican yrequieren una intervención internacional. Pero quizás los cambios en la leyrelativa a la soberanía, deben de ser más consecuentes en lo relacionadocon la intervención humanitaria. Su Santidad el Papa defiende como underecho y un deber de la comunidad internacional hacer frente a situaciones

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de sistemática violación de tos derechos humanos, o sea la «injerenciahumanitaria» y en algunos casos extremos «límites de la soberanía». En estesentido ya se han producido actuaciones, con mandatos de la ONU, cuandoha sido imposible realizar una operación de socorro sin ningún tipo de ayudamilitar —caso de Somalia— y también cuando ha habido una gran presiónpara la intervención militar para prevenir un abuso generalizado de tasderechos humanos —caso de Bosnia—.

Sin embargo parece prematuro deducir que este uso de las Fuerzasmultinacionales bajo auspicios de las Naciones Unidas, en casos muyconcretos, entre a formar parte de la ley internacional.

No obstante hay que tener presente que los conflictos actuales no sepueden medir con los parámetros de los de antaño, ya que responden aestímulos de otro orden; fundamentaliStaS, nacionalistas, religiosos, socioecbnómicos o institucionales. El nuevo orden internacional tiene que darlesrespuesta y aportar soluciones, pues los viejos modelos no son válidos paralos nuevos contenciosos y para lo ello se necesita un gran esfuerzo deimaginación.Este nuevo orden internacional requiere:— Lograr una mayor inteligencia, comprensión y colaboración entre las

naciones del mundo desarrollado.— Promover el desarrollo económico de la regiones deprimidas y puntos

conflictivos.— Reducir las posibilidades de inestabilidad política y favorecer la estabilidad

regional.— Responder a los desafíos demográficos y medioambientaleS.— Apoyar la consolidación de regímenes democráticos.— Detener el desarrollo y expansión de las armas de destrucción masiva

tratando de eliminar su existencia.— Incrementar los niveles de conducta en el respeto a los derechos

humanos.— Establ’ecer un sistema de seguridad patrocinado por diferentes alianzas,

sinexcluir a nadie.— Fortalecer las relaciones económicas entre las alianzas.— Fomentar consensos regionales y asociaciones entre países vecinos.— Hacer una diplomacia preventiva para impedir que los riesgos desembo

quen en conflictos a gran escala y se resuelvan de forma pacífica.

Convendría resaltar que nunca, desde la Segunda Guerra Mundial, dosdemocracias se han hecho la guerra entre ellas y que la interdependenciaentre economías de libre mercado ha minimizado esta amenaza.

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La enseñanza en el ámbito de la Armada

La Escuela de Guerra Naval (EGN)

Con objeto de formar oficiales especializados en Estado Mayor y prepararjefes para los mandos superiores, se creó por Real Decreto de 25 de mayode 1 925 la EGN orientada al estudio de las materias que integran el arte dela guerra.La misión de la EscLiela era:

«Colaborar con el Estado Mayor de la Armada en la creación ymantenimiento de la Doctrina, difundir entre los oficiales de la Armadalos conocimienl:os correspondientes a la guerra naval en sus diversosaspectos y, sustancialmente, formar a los que han de integrar losórganos de maindo».

En cuanto a su dependencia y en razón de su misión:«Estará a las órdenes inmediatas y bajo la inspección directa delalmirante jefe del Estado Mayor de la Armada. Por otra parte losprofesores y alumnos, como miembros del Estado Mayor de la Armadaauxiliarán a éste en aquellos asuntos que juzgue oportunos sualmirante jefe».

La EGN desarrollará los cursos de Estado Mayor para capacitar oficiales enlas funciones de Estado Mayor y Cursos de Información de Guerra Naval(1960-1966) para almirantes y capitanes de navío y posteriormente demando superior para los capitanes de navío con vistas al ascenso alalmirantazgo.

Hasta la guerra civil

El estudio de los principios del arte de la guerra naval en general y, porsupuesto de la Estrategia, fue una labor personal, especulativa, fragmentadae incompleta a la que por vocación se habían dedicado algunos oficiales sinque nunca sus esfuerzos concluyeran en un trabajo colectivo que dieralugar a una doctrina.

La EGN organizó, desde su inicio, los cursos didácticos en tres grandesáreas: Estrategia, Táctica y Orgánica, a las que se añadirían otrasasignaturas complementarias. .

El estudio de la Estrategia comprendía los principios fundamentales del artemilitar, el análisis cirítico de las campañas navales más importantes, elconocimiento de la composición y despliegue de las Fuerzas Navalesextranjeras, la identificación con la política de Defensa Nacional, los

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objetivos estratégicos nacionales y la manera de lograrlos, considerando lasamenazas y los medios con que se cuenta.

Los primeros años de vida de la Escuela estuvieron muy marcados por lainfluencia de las dos grandes potencias europeas y, por tanto, de susactuaciones en la Primera Guerra Mundial. La estrategia alemana fuedefensiva ya que esperaba, del espíritu ofensivo inglés, ataques desde elinicio de las hostilidades, si bien debemos de hacer una salvedad en cuantoa la actuación de los submarinos cuyas acciones ofensivas abrieron unnuevo campo en la estrategia naval.

Por su parte la estrategia inglesa fue completamente ortodoxa en contra delo que esperaban los alemanes, o sea, mantenerse a la defensiva mientrassu posición dominante no se viese amenazada. La dificultad de combatir alsubmarino desde buques de superficie ante los éxitos por ellos obtenidos,hizo que se le diera prioridad al empleo de la aviación naval que en el futurotanto influiría en la Estrategia, con el llamado poder aéreo.

La aparición del poder aéreo, fruto de la creación de la Fuerza Aérea, suscitócontroversias entre sus defensores y detractores y entre los Ejércitos delAire y las Armadas, a lo que no fue ajeno nuestro país-que contaba con unarespetable fuerza y experiencia aeronaval que fue absorbida por el Ejércitodel Aire.

La posguerra

Tras la guerra civil se reanuda la actividad en la EGN ubicada provisionalmenteen un pequeño palacete de la Castellana, casi frente al edificio donde sealoja hoy este Instituto Español de Estudios Estratégicos.

En aquella Escuela, el entonces capitán de navío D. Luis Carrero-Blancoimpartía clases cuando las responsabilidades políticas en el Gobierno de lanación se lo permitían, y aún tuvo tiempo para escribir varios interesanteslibros sobre temas estratégicos navales. Su pensamiento e influencia—siempre poniendo a España por delante— favorecieron sin duda a laArmada.La Segunda Guerra Mundial puso en evidencia la importancia del «Dominiodel mar>) que permitió a los aliados disponer en todo momento, pese a laextraordinaria oposición submarina en el Atlántico, de los recursos necesariospara el combate.

También esta guerra consolidó la importancia del poder aeronaval, de talforma que ya no se puede hablar en otros términos que no sean de batallasaeronavales; la guerra en la mar evolucionó y asumió la tercera dimensión.

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Otra gran lección fue la aplicación del poder aeronaval a las acciones contrala tierra, requisito indispensable sin el que no se pueden realizar este tipo deoperaciones.

En estos años marcados por los acontecimientos de la Segunda GuerraMundial, la enseñanza estuvo claramente acaparada por las lecciones denuestra guerra civil, así como por las doctrinas estratégicas de las potenciasdel Eje que habían contribuido con personal y material, utilizando a Españacomo campo de experimentación de nuevas armas y doctrinas.

La etapa nuclear

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo del arma atómicacambió la naturaleza delaguérra y la estrategia naval pasó a formar partede la cobertura nuclear.

El oncepto estrtégico se modifica en el tiempo con los sucesivosprocesos tecnológicos tales como, el aumento incesante del radio de acciónde los aviones asignados a misiones estratégicas, la aparición de losexplosivos nucleares y termonucleares y los proyectiles balísticos.

Consecuencia de lo anterior es la adaptación de los medios navales a lasdoctrinas estratégicas a lo largo de la Historia, de ahí las fuerzas deportaaviones, de submarinos de propulsión nuclear, de fuerzas anfibias, etc.;en definitiva del ejercicio del «Dominio del mar» con todos los medios delmomento.

El «Dominio del mar», ejercido por grandes flotas de superficie, fue dejandopaso a unas flotas más capacitadas para la acción antisubmarina con apoyoaéreo y posteriormente a las Fuerzas de portaaviones. La Segunda GuerraMundial era una cátedra viviente en la que de cada operación se sacabanconclusiones y quizás la más trascendental era la evidente evolución delmundo estratégico, complicándolo y haciéndolo más selectivo. Posteriormentey debido a la evolución técnica en la propulsión, en las armas, en lasUnidades navales, así como la aparición de los ordenadores, modificaron laidea de que los combates entre flotas no eran la base de la estrategia naval.

La EGN impartía sus estudios, al estilo más clásico, con los cursos yacitados anteriormente. El con&epto de la Estrategia, fundamentado en losmás conocidos autores, se analizaba mediante una incursión a través de laHistoria, cuyas lecciones aprendidas conectaban con el presenté paraencarar adecuadamente el futuro. El «Dominio del mar», con las maniobrasofensiva y defensiva llenaban gran parte de la formación académica delalumno preparándolo para afrontar toda la problemática de la conducta de

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la guerra en la mar; las informaciones de que disponía eran las actuacionesde la Armada en la guerra civil, operaciones de bloqueo de puertos, delestrecho, despliegue de los medios navales operativos y por supuesto lasinformaciones y estudios relativos a las operaciones navales de ambosbloques contendientes en la Segunda Guerra Mundial.

Se traducen y editan por la propia Escuela libros de los más destacadosanalistas estratégicos extranjeros y es la Revista General de Marina, la quecon la publicación de artículos firmados por oficiales españoles, difunde lasnuevas teorías sobre Estrategia.

Evolución de la EGN

El Tratado Hispanoamericano supuso la ruptura del aislamiento y elreconocimiento de España en el contexto internacional. En el aspecto navalse tradujo en nuevas normas de organización, doctrina, adiestramiento depersonal, modernización y renovación del material, así como la incorporaciónde conceptos y experiencias de la guerra moderna, alcanzando un procesode desarrollo y un nivel de eficacia que de otra forma hubiera sido muy difícilde lograr.

•A los 30 años de existencia, la EGN, superado el revuelto mundo de laposguerra y aclarados los horizontes con su apertura al mundo occidental,una vez analizada la información adquirida de esos países, avalada por laexperiencia de los últimos años, se decide a dar un nuevo enfoque aldesarrollo de los cursos a impartir, con objeto de:

«Conseguir una mayor eficacia y coordinación en las materias a tratary dar entrada y cabida a nuevas ideas y conceptos de las últimasteorías».

El Curso de Guerra Naval, aun conservando las mismas disciplinastradicionales, varía radicalmente en el calendario, estableciendo su duraciónen dos años divididos en:1. Curso básico, con una duración de seis meses, que entenderá en la

parte teórica de fundamentos y principios de cada disciplina, sentandosus cimientos e ideas básicas, tratando de capacitar a los alumnos parapoder desarrollar y practicar tales enseñanzas y teorías.

2. Cursos monográficos, durante 18 meses, en los que se impartirán ciclossobre monografías concretas relativas a temas de interés actual,tratados desde el punto de vista de cada asignatura. Con ello seaplicarán los principios estudiados en el curso básico a los temasfundamentales que inspiran cada uno de los cursos monográficos.

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La Estrategia sigue siendo una de las disciplinas básicas de la enseñanza enla EGN complementada con la Historia y el Derecho Internacional. Continúala falta de nitidez en cuanto a los límites entre la Estrategia y la Táctica, quesiguen estando difusos; esta ambigüedad acentuada con el avancetecnológico de las plataformas y las armas es motivo de especial atenciónen las enseñanzas de la Escuela.

Dentro de estas enseñanzas merece un interés prioritario el concepto de laguerra, ya que no se pueden separar por su interrelación o interdependencia.Aunque la naturaleza de la guerra haya cambiado, la Historia demuestra quesus principios no lo han hecho, lo cual justifica el estudio de la Historia, yacitado anteriormente, que dará una sólida formación al alumno paraacometer, con garantías de éxito, la profundización en la Estrategia.

El Acuerdo con Estados Unidos ya hemos dicho que permitió a los oficialesde Marina acceder a las tácticas manuales de la Marina americana. En esemismo orden de cosas la EGN pudo actualizar la enseñanza de lasdisciplinas de Estado Mayor con los «Nuevos conceptos estratégicos», la«Evolución de las ideas estratégicas» hasta esos días, la «Maniobraestratégica», las «Nuevas estrategias» como la atómica o la revolucionaria,así como la revalorización de la «Situación estratégica de España», los«Teatros estratégicos» y como no, el «Estrecho de Gibraltar y su valorestratégico». Se consideraron también los primeros balbuceos en el«Desarme nuclear», la «Relación entre Política y la Estrategia» y se adoptó elestudio del «Poder marítimo» como sucesor del concepto «Dominio del mar».Otra gran innovación fueron los ejercicios de «Análisis estratégico ygeopolítico de una zona geográfica», para el Curso de Mando Superior y elde «Doble acción de conducción de operaciones a nivel estratégico ytáctico», así como el ciclo «Situación mundial», para el Curso de GuerraNaval.

La Armada se renueva

La EGN imparte sus enseñanza en el marco de un firme convencimiento dela cooperación cori los otros Ejércitos, ya que está enclavada dentro de laDefensa Nacional como uno de sus pilares, ni el único ni el más importante;genéricamente hablando todos tienen un objetivo común. Lo dicho exige,por tanto, idéntica doctrina y hacia ella encamina sus esfuerzos.

En esta década se vuelve la mirada al mar en un marco estratégico muydiferente al de otros tiempos de hegemonía naval, pues mientras que más deun centenar de Estados marítimos independientes empleen la Fuerza comoinstrumento de la política, deben continuar en la mar las actividades

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militares. Pero las armas de largo alcance, con una gran flexibilidad en suempleo, hacen que el poder jugado en la mar no tiene porque serdirectamente ejercido por Unidades navales. El tema central del que se trataen la estrategia marítima no lo constituyen las misiones de los instrumentostradicionales del poder naval, sino si estas misiones estratégicas esencialespueden ser realizadas por buques, o por las armas que ellos porten. Sinembargo el poder naval es imprescindible para mantener la influencia másallá de las propias fronteras.La evolución tecnológica no sólo influye en el aspecto militar para hacerevolucionar el concepto de poder naval, también le hace tomar un mayorprotagonismo al mar como fuente de poder y, por tanto de discordias, ya quelas nuevas técnicas le dan una mayor importancia económica, pues si hastael presente la había tenido por la pesca o por ser una vía barata detransporte, la posibilidad de utilizar los fondos marinos, tanto para usosmilitares.como civiles, la incrementan. Consecuencia inmediata de estarevalorización ha sido la extensión de las aguas jurisdiccionales, de tal formaque ahora se habla de zona económica exclusiva y de plataformacontinental para esos límites tradicionales.La aparición de nuevos factores en los 20 últimos años «han conmovido eLedificio militar hasta sus cimientos», decía el capitán de fragata Manera,

subdirector de la EGN, lo que ha obligado a estos Centros de Enseñanza auna profunda revisión de sus métodos y doctrinas. Los nuevos armamentoshan influido en el aumento de los teatros de operaciones y en la importanciade la movilidad estratégica, impulsada por los magníficos sistemas detransporte aéreo y marítimo, lo que estimula a la ya citada unificación dedoctrinas y procedimientos de comunicaciones. Por último nos conduce almando unificado.También la sociedad evoluciona y la Escuela responde acercándose a ella,a oír la voz de sus elementos más representativos y lo hace por medio decolaboradores, representantes genuinos de la vida intelectual, política,industrial, económica y universitaria. Se dieron cursos de Orientación Navalpara periodistas así como se incluyeron concurrentes civiles en los Cursosde Mando Superior.Se incrementa la coordinación de estudios con las Escuelas de EstadoMayor del Ejército y del Aire, de forma que en el año 1960 se realiza un ciclosobre transportes con la Escuela de Ejército y en 1 963 se hizo también conla del Aire que terminó con la realización de un ejercicio. El siguiente pasofue la programación de una fase conjunta para los alumnos del último añocon tres ciclos monográficos y un ejercicio final planeado y ejecutado porlos alumnos de las tres Escuelas.

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La promulgación y puesta en vigor de la Ley Orgánica de la Armada supuso,al mismo tiempo que estableció los criterios para actualizar sus estructuras,el impulso renovador que la Marina necesitaba para un mejor entendimientocon las Marinas occidentales con las que realizaba, con carácter periódico,maniobras, utilizando códigos y doctrinas de la OTAN. Analiza éste problemade la defensa bajo prismas diferentes, todos ellos interrelacinados. Estableceuna teoría sobre criterios de estrategia, así como sobre la influencia naval enla estrategia militar de España, analiza los factores e instituye ciclos deplaneamiento, el primero de 1 972 a 1 979. Se trata de un proceso en revisión.Un anticipo de algLlna forma similar o equivalente a lo que en el futuro seríael planeamiento de la defensa del Estado Mayor Conjunto.Establecida la teoría de la defensa, se contempla la misión de la Armadafijándole objetivos de Fuerza que aportar. La política naval es la que definelos medios necesarios para alcanzar los objetivos que se le han fijado,traduciendo estas necesidades en programas navales, acordes con losrecursos asignados, pero su gran dificultad, aparte de la económica, es elconsiderable período de tiempo que requiéren.Estas torías, estos conceptos estratégicos, tomaron cuerpo en la EGNsirviendo de base a sus enseñanzas. Tenían gran importancia las teorías delpoder aéreo así como del terrestre y de los ejercicios interescuelas queanualmente se organizaban. A los estudios de la Estrategia de los países delnorte de África, de capital importancia para España, se unieron los deotraszonas más alejadas, de tal forma que los alumnos podían adquirir una ideabastante completa de los conflictos o de las zonas calientes del mundo.

En el marco de la Alianza AtlánticaEl año 1983 marca una nueva etapa en la EGN. El drenaje de oficialessufrido por las Unidades operativas con motivo del número y duración de loscursos, obliga a tomar la decisión de reducir, sin menoscabo de laenseñanza, la duración del Curso de Guerra Naval de tal forma que quedaen 18 meses, lo que exige una readaptación de programas, horarios, etc.,con una nueva filosofía, de la que formaba parte un curso por correspondenciapara familiarizar al alumno en algunas materias básicas que se han tenidoque reducir en la Escuela, asimismo darle al alumno un mayor protagonismoen el sentido de aumentar los coloquios, seminarios, juntas y ejercicios.También se incrementó la presencia, como alumnos, de oficiales de otrospaíses.Con la potenciación de los Cursos del EMACON se reconsideró la -

concurrencia de jefes de otrós Ejércitos al Curso de Guerra Naval, conobjeto de no reiterar la labor docente.

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En cuanto a los Cursos de Mando Superior se extendió la asistencia, comooyentes, a todos los Cuerpos de la Armada.

El incesante avance tecnológico nos lleva a que la Estrategia se enfrentecon hechos concretos: los satélites y sensores de todo tipo que incrementanla dificultad de ocultación, la capacidad de seguir los acontecimientos entiempo real, la certeza del impacto debido a la precisión de sensores yarmas, así como su capacidad destructora. Todos estos factores obligan areforzar los medios para obtener inteligencia y proporcionar desinformaciónal enemigo, unos sistemas de mando, control y comunicaciones informatizadoscon potentes ordenadores que le proporcionen la agilidad y flexibilidad querequieren los modernos proceso.s decisorios y los actuales conceptos deconducción estratégica de la Fuerza, así como una eficaz dispersión demedios, ya que en el panorama actual, cualquier país puede disponer depequeñas Unidades capaces de crear serias amenazas, lo que nos imponela necesidad de mantener una agresividad estratégica, capaz de neutralizarlas unidades enemigas en sus propias bases. Como consecuencia esimprescindible la estrecha cooperación con países aliados.

La entrada en la OTAN si bien a efectos de utilización de códigos y doctrinano significó, para la Armada, gran novedad dadas las relaciones estrechasy continuas, tanto en programación como en realización de ejercicios,supuso el espaldarazo oficial a una situación de cooperación real y por tantouna mayor identificación, especialmente en lo concerniente a la pertenenciaa grupos de trabajo, a su estructura orgánica, etc.

En lo relativo a la EGN podemos decir lo mismo, especialmente en otrasdisciplinas como la Táctica, Orgánica, Logística, pero mucho menos en loconcerniente a la Estrategia, pues de hecho comulgábamos con los mismos.conceptos. Entre los ejercicios nuevos podemos citar, en el Curso de MandoSuperior, el de «Crisis de alto nivel’> y los seminarios sobre «La Estrategia dela seguridad de Occidente» y de «Situación mundial». Para el Curso deGuerra Naval el ciclo «Nivel político de conducción estratégica» el de«Utilización de la Fuerza», y entre las materias nuevas podemos citar«Comparación estratégica OTAN-Pacto de Varsovia», «Bases ideológicasde la estrategia soviética», «Iniciativa de defensa estratégica», «Empleo deFuerzas Navales en paz-crisis», «Acción unificada» y «Acuerdós decoordinación España-OTAN».

Los nuevos conceptos estratégicos

La desaparición de los bloques hizo a la OTAN reconsiderar su conceptoestratégico y en él actual se afirma el:

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«Mantener relaciones pacíficas y sin confrontaciones con los países enel sur del Mediterráneo y Oriente Medio» y añade que «la estabilidad yla paz de los países en la periferia sur de Europa son importantes parala seguridad de la Alianza».

Este nuevo concepto, además de coincidir con la prioridad estratégicaespañola, demanda una mayor flexibilidad y movilidad. Sin embargo lapráctica inhibición de la OTAN en relación con la inestabilidad en el Magrebpodría hacer que la UEO se ocupara de ella. Idéntica situación es la queplantea el conflicto de la ex Yugoslavia, aunque en este caso elprotagonismo es de los cascos azules bajo mandato de la ONU.

En la Alianza los nuevos cometidos y posiblemente los más importantes eneste nuevo concepto estratégico son la gestión de crisis, el mantenimientoy restauración de la paz, que como dijimos al principio es objetivopermanente para todos los países, lo cual exige unos elementos político-militares como el de la estabilidad derivada de la misma existencia de laAlianza, el cons.enso con los países de la ConfederaciÓn de EstadosIndependientes (CEI) y la interacción con la ONU, la CSCE, UEO, y CE.

A pesar del avance tecnológico actual, las guerras siguen siendo ganadaspor la conjunción de los esfuerzos de los componentes del ejército de unpaís. Si en la guerra del Golfo el mayor efecto psicológico y de destrucciónselectiva recayó en las Fuerzas Aéreas, la ocupación del territorio corrió amanos de la Fuerza Terrestre y la mayor distracción de fuerzas enemigas ymenor coste humano lo ostentó la Fuerza Naval.

Aun cuando el concepto de poder marítimo ha evolucionado y en general elmodo de hacer la guerra ha dado un gran protagonismo al espacio aéreo,todavía el 80 pcr 1 00 del comercio mundial se sigue haciendo por víamarítima. El factor movilidad permanencia-eficacia conjunta para todo tipode misiones, incluidas las de prevención de conflictos o vigilancia de losderechos humanos, están garantizadas por las Fuerzas Navales.

Todo esto exige que los oficiales estén más educados o formados paraejercer la imaginación que la acción, sin olvidar que el concepto de podernaval está definido por tres factores: la Fuerza Naval, las bases y la voluntadde vencer y, en este último es en el que interviene la actitud de todo elpersonal.

Ante esta evolución de la situabión, la EGN reajusta los planes de estudiointroduciendo en el ciclo «Situación mundial», temas tales como «Situaciónactual y posible evolución de la OTAN-CEE-UEO», «Perspectivas de futurode la CEI» «La cuéstión de los Balcanes» así como un seminario sobre esta

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situación mundial. En el ciclo «Defensa Nacional» aborda el «Marcoconceptual estratégico» y un seminario sobre «Defensa Nacional», para elCurso de Mando Superior.

En cuantoal Curso de Guerra Naval introduce el ciclo «Defensa Nacional»y el de «Operaciones navales», cuyo tema es el de «Aspectos estratégicosde las operaciones navales », en el ciclo «Situación mundial» contempla las«Estrategias de la OTAN, europea y de Estados Unidos».

Percepciones de futuro

Al hablar de los cometidos de la Alianza hemos citado el de «mantenimientode la paz», nuevo concepto a la vez complicado y difícil, tanto en lo que serefiere a la dificultad de alcanzar un consenso como al problema quepresenta para algunas naciones cuyos sistemas constitucionales contemplandos situaciones claras y bien diferenciadas, paz o guerra. La Constitución esbien precisa en el caso de declaración del estado de guerra, podríamosdecir, al estilo clásico.

Las Misiones de Paz o el papel de gendarme viene siendo aprobado yutilizado por las Naciones Unidas, que en Somalia han autorizado unaintervención de índole militar a los cascos azules, lo que nos sugiere algunasinterrogantes tales como ¿De que forma se podría afrontar constitucionalmenteuna intervención armada con mandato de la ONU en Yugoslavia? ¿A quéconsecuencias jurídicas de carácter militar podría dar lugar?

Teniendo en cuenta la marcha de los acontecimientos habrá que considerarla necesidad de admitir este hecho diferencial en la Constitución para queampare la situación de «injerencia militar» por imperativo de cualquierorganización, a la que se pertenezca, con objeto de preservar el superiormandato de defender y salvaguardar los derechos humanos.

Analizando el futuro de los enfrentamientos Samuel P. Huntington preconizaque «ya no serán ideológicos o económicos sino culturales. El choque entrecivilizaciones dominará la política mundial». En 1973 R. Palmer dijo que:

«Las guerras de los reyes habían terminado; comenzaban las guerrasde los pueblos».

A la vista de algunos acontecimientos parece trasnochada la división entrepaíses ricos y pobres, comunistas o capitalistas, ante el auge de otro tipo deenfrentamientos que parecen moverse en función de su cultura y civilización,las fronteras políticas e ideológicas de la guerra fría parecen estar siendosustituidas por líneas de separación entre civilizaciones. Irak estuvo

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apoyado por movimientos fundamentalistas islámicos de tal forma que sellegó a decir:

«No es el mundo contra Irak, es Occidente contra el islam».

Se debe fomentar la cooperación y la unidad occidental para hacer frente aestas potenciales amenazas incorporando sociedades del este de Europa,Iberoamérica y Asia, evitando la escalada de los conflictos locales,moderando las reducciones en defensa y fortaleciendo las institucionesinternacionales.

Los oficiales profesionales para afrontar estos nuevos retos tendrán que serformados en conceptos técnico-militares que den una respuesta a lasamenazas y ello mediante un análisis de las teorías, las capacidades, lastecnologías y doctrinas que sean capaces de cambiar o adaptar la forma dehacer la guerra, de tal manera que se incremente la eficacia, que secontribuya a prevenir la amenaza y reducir el coste de las operacionesmilitares.

Esta doctrina debe posibilitar que las nuevas capacidades y tecnología seanempleadas de forma que se maximizen sus ventajas. La organizacióndeberá responder a unas estructuras en la defensa que apoyen la Doctrinade Acción Unificada y la tecnología. Y deberán contar con sistemas quedominen la información en todo tipo de circunstancias climatológicas, quepermitan adquirir información y negarla al enemigo, con sistemas de mandoen tiempo real. Todo ello exige un auge de la Fuerza conjunta y combinadacon nuestros aliados, con una doctrina unificada coherente y una efectivaorganización que concentre sus esfuerzos.

En este sentido y en estos puntos concretos deberá la EGN basar susenseñanzas, sin olvidar otros grandes puntos, cuales pueden ser: losterritorios marítimc’s para el aprovechamiento de los recursos de los fondosmarinos, la diferencia Norte-Sur, la recomposición del mundo forjado enYalta, la lucha por los productos energéticos, etc.

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CAPÍTULO CUARTO

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOSEN EL ÁMBITO DEL EJÉRCITO DEL AIRE

LOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS EN EL ÁMBITODEL EJÉRCITO DEL AIRE

Por DOMINGO GALDÓN DOMENECH

y FEDERICO YANIZ VELASCO

Introducción

Para llegar a entender los fundamentos del pensamiento estratégico militaren una época determinada es necesario, entre otras cosas, conocer enprofundidad la organización adoptada puesto que, si el método deadiestramiento es fiel reflejo de las tácticas que se van a emplear en elcombate, la organización es el espejo de la concepción estratégica vigenteen una coyuntura determinada.

Las Fuerzas Armadas suelen reflejar en su organización, medios ydespliegue, los objetivos nacionales, la naturaleza de las amenazas y loscompromisos adquiridos por el Gobierno de carácter internacional. De aquíque no existan dos naciones que dispongan del mismo tipo de Fuerzas y quesé organicen para el combate de la misma manera. En consecuencia serála organización un instrumento básico de trabajo para tratar de conocer conmás detalle los estudios estratégicos en el área militar que nos ocupa.

En septiembre de 1 939 se crea el Ejército del Aire con un tipo deorganización territorial coherente con la política de Defensa Nacionalentonces diseñada y con los medios en la época disponibles. Las RegionesAéreas eran prácticamente autosuficientes en casi todas las funcionesbásicas logísticas. El Mando de la Región ejercía la autoridad plena sobreUnidades aéreas, maestranzas y servicios, además de ser autoridad judicial.Con esta estructura orgánica básica pasan casi 20 años.

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En abril de 1 956 se crea el Mando de la Defensa Aérea, primer paso de unaorganización puramente territorial a otra más ágil y de carácter mixto, con unórgano condebido y estructurado de acuerdo con la función principal nosometido a limitaciones geográficas. No obstante, subsisten las atribucionesy responsabilidades de los jefes de Región y Zona Aérea, con excepción delas de Mando Operativo e instrucción de las Fuerzas Aéreas de la Defensa.Diez años después, en 1 964 y 1 965 respectivamente, se crean la AviaciónTáctica y de Transporte y el Mando de Material, profundizando así en el tipode organización basada en la función principal. Esta situación se prolonga,con muy escasas variaciones, hasta 1 977.

La primera disposición que de forma completa establece una estructurabasada en la fUnción principal es de mayo de 1 977, en la que se abandona,en la práctica, la organización de naturaleza territorial. La Fuerza seestructura en tres: Mandos, Combate, Táctico y de Transporte; el Apoyo a laFuerza en dos: Personal y Material, y la Dirección de Infraestructura. Estaorganización vienaa confirmar la situación ya existente de hecho. Aunquese mantienen las Regiones y Zonas Aéreas, su papel queda relegado afacultades jurisdiccionales. Creado el Ministerio de Defensa en julio de 1 977,en mayo de 1 978 tiene lugar la aprobación de la nueva estructura orgánicadel Ejército del Aire que, desde el punto de vista formal, no presentamodificaciones sustantivas respecto de la anterior.

La organización del Decreto 1108/1977 significó, como sistema, un impulsoimaginativo y creativo para el Ejército del Aire, cuyas consecuencias hanpodido ser bastante más beneficiosas. Allí quedaron sentadas las basespara poder desarrollar un Ejército del Aire moderno, operativo y conproyección de futuro. Sin embargo, causas desconocidas iban apagando,lenta, pero de forma inexorable, aquel destello luminoso.

La Orden 23/1991 de 12 de marzo modifica esencialmente la estructuraorgánica vigente de base funcional, adoptando una de carácter mixto,territorial y funcional, muy similar a la existente a mediados de los añoscincuenta, pero mucho más compleja, dado que la situación y mediosdisponibles también lo son. La mencionada Orden toma como referencia elReal Decreto 1207/1989, por el que se desarrolla la estructura básica de losEjércitos, y la Orden 7/1989, de 3 de febrero, por la que se constituye laestructura de Mando Op rativo de las Fuerzas Armadas:

«Por todo ello», dice, «procede adecuar el Cuartel General, la Fuerza yel Apoyo a la Fuerza a las nuevas circunstancias, estableciendo unanueva estructura orgánico-administrativa del Ejército del Aire queposibilite un alto grado de preparación y disponibilidad de las Unidades

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que lo constituyen y, al mismo tiempo, facilite el empleo de las mismasdentro del marco de la estructura de Mando Operativo antesmencionada».

En su virtud se dispone en el punto 8, «Estructura de la Fuerza Aérea», delmencionado Decreto 23/1991, de 12 de marzo, que:

«La Fuerza Aérea se estructura en los siguientes Mandos Aéreos:Mando Aéreo del Centro, Mando Aéreo del Estrecho, Mando Aéreo deLevante y Mando Aéreo de Canarias».

El punto 9. «Organización territorial», determina que:«El territorio nacional se divide en las Regiones y Zonas Aéreassiguientes: Primera Región Aérea (Centro), Segunda Región Aérea(Levante), Tercera Región Aérea (Estrecho) y Zona Aérea de Canarias»;cada general jefe de Mando ostentará la jefatura de la región queterritorialmente le corresponde.

El punto 1 0. «Atribuciones de los generales jefe de los Mandos de la FuerzaAérea», asigna a éstos, entre otras, las funciones de:a) «Ejercer el mando orgánico de las Bases Aéreas ubicadas en su

demarcación y el de las Unidades Aéreas estacionadas permanentementeen las mismas».

b) «Ejercer el Mando Operativo sobre las Fuerzas que a estos efectos se lesasigna, en los términos y modalidades que se determine».

En coherencia y concurrencia con estos cuatro estadios orgánicos seanalizan los estudios estratégicos en el Ejército del Aire dividiendo elproceso en cuatro fases:— Fase 1: concepción estratégica aérea.— Fase 2: desarrollo de la estrategia aérea.— Fase 3: madurez de la estrategia aérea.— Fase 4: presente y futuro a modo de conclusión.

Concepción estratégiica aérea inicial

Con el Real Decreto de 28 de febrero de 1 91 3 nacía oficialmente la Aviaciónmilitar española como componente del Ejército de Tierra. En el Real Decretode 1 6 de abril del mismo año 1 91 3 se daba vida al Reglamento que había deregir el Servicio de Aeronáutica, dividiéndolo en dos ramas, Aerostación yAviación. En esta última quedaban incluidos todos los medios aéreos máspesados que el aire. Los primeros aviadores, —coronel Vives, capitanes

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Kindelán y Herrera, y los tenientes Jiménez Millas, Barrón, Ortiz de Echagüey Arrillaga—, eran veteranos aerosteros procedentes del Cuerpo deIngenieros del Ejército, y pronto se dieron cuenta de las enormes ventajasestratégicas de los aviones con respecto de los globos. En la Guerra deMarruecos intervinieron los primeros grupos y escuadrillas de aviones, suparticipación fue tan destacada que ya nadie dudaba que se estaba anteuna nueva Arma.

En 1 922 se crea la Jefatura Superior de Aeronáutica y en 1926 se perfila suestructura. Pero es en la Ley de 1 2 de septiembre de 1 932, que regulaba elreclutamiento de la oficialidad del Ejército, donde aparece por primera vez ladenominación de Arma de Aviación; en el artículo segundo de la citada Leyse decía que las Armas del Ejército de Tierra serían Infantería, Caballería,Artillería, Ingenieros y Aviación.

Llegó la guerra civil y sus acuciantes necesidades impusieron en cadabando una organización de 1osnidios que luchaban en y desde el aire. EnMadrid se creó el 4 de septiembre de 1936 el Ministerio de Marina y Aire yen mayo del año siguiente nacen el Arma de Aviación y el Arma de Defensacontra Aeronaves, dentro de una Aviación independiente. En Burgos, elgeneral Kindelán fue nombrado jefe de los Servicios del Aire en julio de1936; Poco después se crea la Sección de Aire en la Junta Técnica delEstado. Constituido, posteriormente, el Ministerio de Defensa Nacional enenero de 1 938, se estructuran en el mismo una Subsecretaría y un ConsejoSuperior del Aire.

La Primera, Guerra Mundial tuvo gran repercusión en la Doctrina de empleodel poder aéreo contribuyendo al nacimiento de una conciencia estratégicaaérea cuya filosofía, que mantiene su vigencia hasta nuestros días, tuvo unagran influencia en el empleo de la Fuerza Aérea durante nuestra guerra civil.Durante la misma se contribuyó de forma importante a su evolución, ya quepor primera vez se-hace uso del transporte aéreo masivo en el traslado defuerzas desde el norte de África hasta la Península; el apoyo a las Fuerzasde Superficie se perfecciona con las efectivas «cadenas» y se mejoran losbombardeos de carácter estratégico dirigidos principalmente contra lospuertos.

La Primera Guerra Mundial, la Guerra de Marruecos y la Guerra Civil habíanhecho reconocer dos hechos indudables: la importancia de la superioridadaérea en los campos de batalla y la mayoría de edad de la Aviación militarespañola. Las organizaciones creadas durante la contienda duraron poco,pero en el ánimo de todos estaba el reconocimiento de una nueva fuerzaque por su capacidad de sacrificio, eficacia y personalidad propia, tenía que

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ocupar su sitio al lado del Ejército de Tierra y la Armada. En consecuencia,en agosto de 1 939 se crea el Ejército del Aire y en noviembre del mismo añola Escuela Superior del Aire, órgano éste que asumió la formación de loscuadros de mando.

De los estudios estratégicos llevados a cabo durante este período inicialdestacan cuatro: Doctrina de guerra aérea (1924), del teniente coronelKindelán; Aviación mllitar(1 924), de SAR el Infante D. Alfonso de Orleans; Laguerra aérea (1942), del comandante Díaz-Llanos, y Arte militar aéreo(1 944), del también comandante Luis Bengoechea. El Estado Mayor del Airepublicó, para fines informativos, en 1 943 la Intervención del poder aéreo enla victoria, y en 1 953 El poder aéreo, ambas obras de Alejandro P. Seversky.

Desarrollo de la estrategia aérea

Esta segunda fase del proceso de los estudios aéreos de carácterestratégico abarca, aproximadamente, el período comprendido entre la firmadel Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Estados Unidos y laentrada en la OTAN (1 955-1 980). Período caracterizado por los trabajosencaminados a concebir, desarrollar y aplicar una Doctrina aeroespacial. Elnúcleo del esfuerzo intelectual se sitúa orgánicamente en la EscuelaSuperior del Aire y la base del cuerpo doctrinal tiene su origen en elequivalente americano, con el cual se entra en estrecho contacto amediados de los años cincuenta.

La Doctrina aeroespacial que durante este vital período se estudió, elaboróy enseñó, tenía una base esencialmente estratégica, quedando estructuradaen tres partes. La primera establecía el concepto y clasificación de laDoctrina y los principios de la guerra aeroespacial; la segunda parte tratabade la necesidad y naturaleza del poder y potencial aeroespacial, de susfinalidades y cometidos, así como de sus medios y elementos constitutivos;y, por último, la tercera y última analizaba la Fuerza Aérea, sus cometidos yprincipios de empleo, las acciones y operaciones aéreas, la distribución delesfuerzo aéreo y, finalmente, la estructura orgánico-operativa y logística dela Fuerza.

Una doctrina nace de una particular concepción de la realidad, que seestructura sobre la evidencia objetiva de datos obtenidos de la lógicaconceptual y de la experiencia, y está referida a la noción de la eficienciadeseáda por los responsables de la organización que la han de llevar a lapráctica. Importar teorías y doctrinas y asumirlas sin los convenientes

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procesos de análisis y valoración para permitir una adaptación a esarealidad particular, en permanente evolución, puede representar la aceptacióngratuita de un riesgo para el entendimiento entre los miembros de laorganización.

Existe otro peligro de consecuencias no menos graves. Peligro que radicaen aquellos partidarios de prescindir de los conceptos, de los principios yteorías que sustentan las doctrinas, en un pretendido intento de buscardirectamente los beneficios de un fácil pragmatismo intuitivo, con frecuenciaimposible de definir por ellos mismos, y cuyo fundamento podría encontrarseen el estado general de confusión en que se hallan, como consecuencia dela enorme cantidad de información no estructurada que se ofrece desdetodas direcciones.

La utilidad de la Doctrina es informar acerca de la naturaleza de una entidadorgánica concreta, de las características de sus elementos constitutivos ensus relaciones mutuas y con el medio en que actúan, y de los principios ycriterios que deben informar sobre los cursos de comportamiento, según lasformas de acción que convienen al fin esencial que le da razón de ser, deacuerdo con las capacidades y facultades de operación de sus propiosmedios.

En el caso del Ejército del Aire se sintió muy temprano la necesidad, a pesarde los peligros expuestos, de fijar la atención sobre la importancia deconseguir la unidad de pensamiento y expresión con una doctrinaaeroespacial que sentara, con carácter estable, tanto los principios como losfundamentos de la acción específica aérea. Pero sin olvidar que, en todocaso, antes de fijar principios se debían definir conceptos, pues en casocontrario se podía correr el peligro de convertir a la organización en unababel de confusión y desorientación tal que llegara a comprometer lasposibilidades de entendimiento mutuo y caer en la más absoluta ineficacia.

Garantizar las posibilidades efectivas de entendimiento en las que lacomunicación fuera una realidad fue el objetivo que se estableció ypersiguió. Conocer la naturaleza y capacidades, principios de empleo yformas propias de acción de las Fuerzas Aéreas que habían de contribuir, enuna acción única, a la realización de los objetivos estratégicos aeroespaciales,era un imperativo para la asignación de cometidos y la coordinación deesfuerzos, según criterios de costo-eficacia que impone el principio deeconomía de medios. En definitiva, conocer para poder entenderse,comunicarse e integrarse en un sistema militar único, respetando las notascaracterísticas determinadas por el quehacer específico, es la única manerade cumplir la misión.

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Madurez de la estrategia aérea

La tercera fase de estudios estratégicos en el Ejército del Aire secorresponde con la década de los años ochenta (1 980-1990). La implantaciónde la organización de base funcional, ORGEA, y la LO 6/1 980 de la DefensaNacional son los dos hechos más importantes de la década. Este períododestaca esencialmente por dos notas características: la lucha mantenidacon la finalidad de alcanzar y mantener una personalidad estratégica aéreaen el conjunto de las Fuerzas Armadas, y el esfuerzo llevado a cabo paraintegrar el concepto estratégico aéreo en un proceso de planeamientodefensivo nacional. Estos dos aspectos son los que vamos a tratar dedesarrollar un poco más detalladamente; son dos hitos que vienen a imponersu impronta durante este período en los estudios de carácter estratégico quese realizan.

La razón de ser del poder aéreo

Dentro del amplio espectro que ofrecen las distintas concepcionesestratégicas, existen tres escuelas del pensamiento militar que se suelenpresentar en conflicto casi permanente: la continental, la marítima y laaeroespacial. Los seguidores de cada escuela piensan el términosgeográficos, tácticos y tecnológicos distintos y, en consecuencia, tratan deresolver los problemas estratégicos por caminos diferentes.

La escuela continental está formada por los que defienden el poder terrestrecomo instrumento básico para llevar a cabo la decisión estratégica.Seguidores de la estrategia clásica directa y descendientes de Clausewitz,tienden a compartimentar el mundo en teatros de operaciones separados.Están plenamente convencidos de que la destrucción de los Ejércitosenemigos es el último objetivo de la guerra. Las Fuerzas Navales y Aéreasexisten fundamentalmente para transportar tropas a las zonas de operacionesy para apoyarlas una vez estén desplegadas en las mismas. El poderterrestre es el que, por sí mismo, forzará la decisión orientándola a un controlamplio y duradero por medio de la ocupación física del territorio deladversario, si ello fuese necesario.

La escuela marítima está integrada por los que conciben la Estrategia comoun control de los mares y océanos a través de los cuales se canaliza yorienta la expansión del poder global de las naciones. Siguen lasenseñanzas de Mahan y sostienen que el dominio de los mares determinalos resultados en tierra. La finalidad última de la Estrategia debe ser elcontrol de las vías marítimas críticas y de los puntos que influyen sobre las

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Fuerzas que se desplacen por todo ese espacio. De esta forma, las masasterrestres pueden ser manejadas por presiones de tipo indirecto, incluyendoel bloqueo, o por medio de la proyección selectiva del poder marítimo tierraadentro.

La escuela aeroespacial fue fundada por Douhet y después potenciada porSeversky. Sus convicciones básicas descansan en las premisas de que elpoder aeroespacial, con apoyo reducido de Fuerzas Terrestres y Navales,puede ser decisivo. Si no se imponen restricciones para el empleo de estepoder, las guerras serán de muy corta duración y las prolongadas seconvierten en arcaicas. El control del aire-espacio y la neutralización delpotencial de guerra enemigo son los objetivos fundamentales, siendosecundario el apoyo a las Fuerzas de Superficie. Sus argumentos se basanen que el dominio del aíre es decisivo para tener acceso a los órganosvitales de la potencialidad enemiga: centros industriales, sistema detransportes y toda fuente de energía. Es decir, que atacando la potencialidaddel enemigo con Fuerzas Aéreas de carácter estratégico en sus fuentes deorigen, nos enfrentamos con las causas, mientras que si nos limitamos adisponer de una aviación táctica nos veríamos obligados a enfrentarnos conlos efectos, sin capacidad para eliminar las causas que los originan.

Hubo un tiempo en que parecía obvia la tendencia que se observaba en lasFuerzas de Superficie por lograr la autosuficiencia, lo que las inducía aconcebir, desarrollar y desplegar sus propias «armas aéreas>), muchasveces, se pensaba, a costa y en detrimento de la capacidad operativaespecífica que define y corresponde al medio en que actúan, planeando yejecutando operaciones en franca competencia con la Fuerza Aérea. Si seacepta como principio que el instrumento militar es único, ha de admitirsetambién que la autarquía bélica debe lograrse a nivel unificado y que cadaFuerza es sólo una parte componente especializada.

Espoleados por esta situación, real o aparente, apoyados en las tesis deDohuet y Seversky y amparados en el contenido de la Doctrina aeroespacial,se desarrollaron gran número de estudios estratégicos aéreos con lafinalidad de que al Ejército del Aire se le reconociera el protagonismo que enjusticia se estimaba le correspondía en el entramado de la estrategia militar.Estos estudios quedan resumidos en el siguiente decálogo de principios:1. El dominio dól aire constituye la suprema expresión del poder militar, la

libertad de acción de las Fuerzas de Superficie depende de esedominio: no es posible ninguna operación, terrestre o naval, sin adquirirantes el dominio del aire sobre la zona de operaciones. De esto sepodría deducir que todos los países deberían procurarse los medios

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para poseer un poder aéreo que garantizase ese dominio del aire o, enterminología más precisa, la superioridad aérea adecuada en la zonade operaciones, puesto que las Fuerzas de Superficie estaránincapacitadas para realizar sus acciones si no se ha conseguido esasuperioridad.

2. E/poder aéreo es indivisible. si se dividen y aíslan las partes resultantesen compartimentos, se destruye su más fundamental característica: laflexibilidad. Hasta hace unos años, el poder aéreo estaba materializadoexclusivamente por las Fuerzas Aéreas, pero en la actualidad ya no esasí, puesto que, todos los Ejércitos poseen armas que, de una u otramanera, utilizan el aire como medio de lucha o de transporte. Enconsecuencia, los problemas de coordinación de la Defensa Aérea ylas defensas de zona y puntual, así como de las acciones en el campode batalla, pueden anular la eficacia de las Fuerzas Aéreas propias ylos primeros en sentir efectos negativos serían las Fuerzas deSuperficie. La [)octrina de Acción Unificada debe resolver de formaadecuada los problemas de dirección, coordinación y control de laDefensa Aérea.

3. Só/o un poder aéreo puede derrotar a otro poder aéreo: el objetivo delpoder aéreo, desde el punto de vista estratégico, es la conquista delespacio. Todas las guerras actuales comienzan con una lucha por lasuperioridad aérea; ahí es donde queda decidida la victoria. Sólocuando los contrincantes no poseen unas Fuerzas Aéreas adecuadas,las guerras se enquistan, transformándose en largas y penosasbatallas de superficie sin claro predominio de uno de los contrincantes.Las armas antiaéreas y los sistemas de defensa pasiva, son complementarias.

4. E/ radio de acción eficaz del poder aéreo debe ser igual a lasdimensiones máximas de los teatros de operaciones previsibles: lasFuerzas Aéreas deben ser capaces de llegar a los puntos más alejadosde la zona de operaciones donde van a desarrollar su acción. No costóa Estados Unidos cuatro años derrotar al Japón sino que costó esoscuatro años llevar el poder aéreo hasta el Japón. La falta de una visiónestratégica conjunta impidió a Estados Unidos percibir que, a principiosde 1945, ya estaban disponibles los B-29 para llevar a cabo unacampaña estratégica de bombardeo de los principales objetivosindustriales del Japón. Sin embargo, estas fortalezas aéreas tuvieronque adaptarse al desarrollo de la batalla de superficie planificada,quedando reducida toda su potencialidad estratégica, hasta casi elfinal de la guerra, a simples acciones tácticas.

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5. Por su naturaleza, las Fuerzas Aéreas deben ser empleadas esencialmente en la acción ofensiva: por sus características de gran movilidad,penetración y potencia de fuego, las Fuerzas Aéreas son las másadecuadas para este tipo de acciones, significando iniciativa paraelegir los objetivos, clase y cantidad de Fuerzas a emplear y elevadogrado de sopresa. Con poca o mucha Fuerza, ante cualquier tipo deoperación militar, la acción aérea para destruir, deberá ser siempreofensiva, y así ha de ser comprendido y aplicado, tanto por quienesordenan y controlan el empleo de las Fuerzas Aéreas, como por todoslos que recaben su ayuda o apoyo. Este principio, inmutable entre losdemás establecidos, impone ciertas condiciones al empleo de losmedios aéreos dedicados a la Defensa Aérea, puesto que debencontribuir a la misma con acciones ofensivas, es decir, buscando alenemigo donde quiera que se encuentre, pero no esperándole paradestruirlo; en definitiva, defenderse atacando.

6. La unidad de mando es imprescindible en las Fuerzas Aéreas: todaFuerza Aérea debe ser capaz de concentrarse en el lugar y momentooportuno y en la cantidad conveniente para contrarrestar la amenaza.Esta capacidad para saltar de un sitio a otro, desplegar y redesplegarsegún lo dicte la situación, la única forma de conseguirla es mediantela unidad de mando, el control centralizado y la ejecución descentralizada.La unidad de mando es el segundo principio de empleo de las FuerzasAéreas, condición básica indispensable para que su característicaesencial, la flexibilidad, se vea potenciada al máximo, al mismo tiempoque se reduce la escasez de medios al mínimo posible. Es necesarioestablecer una organización operativa para que las Fuerzas Aéreasactúen como una entidad única en cada una de sus ramas y que todasellas estén bajo un solo y específico mando, tanto en el escalón máselevado como en cada uno de los niveles operativos. Este principioimpone algunas condiciones a la estrategia operativa militar, pues laestructura operativa que se adopte para las Fuerzas Aéreas debe tenermuy en cuenta que los niveles operativos de la misma no debencoincidir necesariamente con los fijados para las Fuerzas de Superficie,puesto que su movilidad, flexibilidad y penetración son muy superioresa las de las Fuerzas Terrestres y Navales. Las Fuerzas de Superficiefijan sus zonas de acción de acuerdo con sus propias características yeste principio debe respetarse también en lo concerniente a lasFuerzas Aéreas. Queremos significar con esto que la centralización delcontrol debe mantenerse al máximo en cada uno de los niveles yúnicamente recurrir a la descentralización en los niveles operativosinferiores cuando el ejercicio de ese control pueda perder efectividad.

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7. La seguridad, como la acción ofensiva y la unidad de mando, imponecondiciones a la estrategia operativa aérea: la seguridad tiene dosvertientes; la primera determina las medidas de protección que lasFuerzas Aéreas necesitan, tanto los aviones cuando están en tierracomo la infraestructura operativa y logística que los apoya; la seguñdase refiere a un empleo seleccionado y adecuado del esfuerzo aéreo,valorando debidamente el binomio pérdidas calculadas y resultados aobtener. La primera condición que impone la seguridad de las FuerzasAéreas a la estrategia operativa militar es que requiere una DefensaAérea dotada de una Red de Alerta y Control que sea capaz de «ver»al enemigo lo más lejos posible y unos cazas interceptadores y ArtilleríaAntiaérea, desplegados en profundidad, con capacidad para neutralizarla amenaza antes de que consiga alcanzar sus objetivos. La segundacondición impuesta es la de establecer prioridades en la destrucciónde objetivos para evitar un desgaste innecesario a las Fuerzas Aéreas.El mayor enemigo de una Fuerza Aérea es otra Fuerza Aérea y, portanto, éste debe ser en principio su objetivo prioritario. Su destrucciónsignifica alcanzar un alto grado de libertad de acción y permite a lasFuerzas Aéreas llevar a cabo la batalla contra superficie como unaexplotación del éxito alcanzado en la batalla aérea.

8. Las Fuerzas Aéreas constituyen un poder disuasorio insustituible: lacapacidad ofensiva de las Fuerzas Aéreas es muy considerable entodo tipo de conflictos y sobre cualquier objetivo, por lo que constituyenun poder disuasorio de importancia capital. Pero, en el caso de que noexistan fronteras terrestres porque el mar separa a los posiblesadversarios, la disuasión del poder aéreo es insustituible. Las Fuerzasde Superficie pueden verse detenidas ante la complejidad de unaoperación de desembarco necesaria para realizar algo que las FuerzasAéreas pueden llevar a cabo en el tiempo que dura su autonomía, y lasNavales sólo podrían cubrirlos objetivos existentes dentro del alcancede sus cañones. Por tanto, la disuasión del poder aéreo es aquí, si nola única practicable, sí la más importante, ya que sus armas soncapaces de batir cualquier objetivo, en cualquier punto del territoriohostil, sin necesidad de ocuparlo. Una acción de represalia que seprolongue innecesariamente para conseguir su finalidad, tendrá escasasprobabilidades de llegar a término por la intervención de tercerospaíses. La rapidez y contundencia de las actuaciones de la FuerzaAérea son la mejor garantía de que el adversario se verá abocado adesistir antes de iniciar las hostilidades, o renunciará a coñtinuarlasdespués de recibir la acción répresiva de unas Fuerzas con laadecuada entidad y preparación.

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9. La aviación de tierra firme es siempre superior a la aviaciónembarcada: la dependencia de la aviación naval respecto a su baseflotante hace que esté en inferioridad de condiciones en relación a laaviación con base en tierra. Los motivos son muchos; unos, derivadosde los propios aviones, y otros, por las limitaciones que presenta laoperación desde portaaviones. Los aviones embarcados deben poseeruna estructura reforzada para resistir las operaciones de toma ydespegue, así como su estacionamiento en el buque, lo que penaliza supeso y, por lo tanto, su capacidad de carga, además de perjudicar suscaracterísticas. Por otra parte, la vulnerabilidad del portaaviones y lamáxima concentración de fuerza e instalaciones en un espacio mínimo,eleva los niveles de riesgo a cotas prohibitivas. No obstante, a pesar desus deficiencias, las potencias con proyección estratégica mundial seven obligadas a mantener portaaviones en su dotación, más comoelementos de presión en zonas calientes alejadas de la metrópoli quecomo verdadera Fuerza militar. En el caso de España, tenemos lainmensa suerte de que junto a los extremos de nuestra Zona de InterésEstratégico existen una serie de portaaviones naturales, los mejoresdel mundo, sin las características negativas de las débiles y carasbases flotantes: son las islas Canarias e islas Baleares. Desde laPenínsula e Islas se proyecta el podér aéreo sobre toda la Zona deInterés Estratégico, facilitando el tloqueo de una nación o de una zonadeterminada. Sólo cuando se haya alcanzado la superioridad del airenecesaria podrán navegar los buques de superficie en aguas protegidaspor el poder aéreo. Debe recordarse que así como la condiciónpreliminar para el bloqueo naval fue la eliminación de la flota enemiga,la realización del bloqueo aéreo exige la eliminación de la aviacióncontraria. El dominio del aire es, una vez más, el primer objetivo.

10. Las Fuerzas Aéreas deben tener su propio transporte: el transporteaéreo militar está dividido en fres grandes grupos: logístico, de combatey de despliegue de Fuerzas Aéreas. Sin duda alguna el más importantees este último, importancia que se deriva de su finalidad que es atenderal despliegue y abastecimiento de las Unidades de Fuerzas Aéreaspara la preparación y desarrollo de las batallas aérea y contrasuperficie.

La justificación de cada uno de estos principios teñía una base argumentalde gran peso específico, aunque aquí se hayan expresado muy resumidos.En su elaboración tuvo gran influencia, el pensamiento estratégico deDohuet y Seversky. Sin embargo, no escapó a la percepción estratégicaaérea del momento que la nación desarrolla su poder aeroespacial con el

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firme propósito de contribuir a la Defensa Nacional y proporcionarseguridad. Las características y medios que lo distinguen ocasionan unainterrelación y complementación tan grande de todas las manifestacionesaeroespaciales tanl:o militares como privadas y estatales, que imponen lanecesidad ineludible de compartir gran parte de sus respectivos sistemas deapoyo. Todo esto obliga a que los distintos componentes del poderaeroespacial deban estar funcionalmente integrados y coordinados paraalcanzar una óptima utilización y economía de medios.

Defensa Nacional, acción unificada y estrategia aérea

Analizadas las escuelas de pensamiento militar desde estas nuevascoordenadas era indudable que las tres son deficientes por incompletas. Lasteorías terrestre, marítima y aérea, resultan falsas si se aplican de formaexcluyente, desde el instante en que quede alterada la relación entre fines

y medios. Las acciones de la estrategia militar, tanto en paz como en guerra,vienen a curnplirse mediante el empleo de unas Fuerzas Armadas queconstituyen el elemento operativo del frente militar.

Estas Fuerzas Armadas, constituidas por hombres y material, terrestre, navaly aeroespacial, están encuadradas en Unidades capaces de realizar todotipo de operaciones estratégicas, tácticas y logísticas, según la finalidad a laque se destinan y el ambiente operativo en que se realizan. El análisisprofundo entre los fines y las amenazas que se oponen a su consecución; lacapacidad relativa del poder nacional propio y del enemigo; el estudio de loselementos materiales que constituyen las Fuerzas Armadas; la relacióncosto-eficacia en las operaciones encaminadas a determinar el objetivo defuerza conjunto, son indicadores todos ellos que estructuran un métodoválido para fundamentar las decisiones estratégicas.

Desde esta perspectiva, las tres escuelas de pensamiento no sólo no seexcluyen, sino que se complementan. La moderna estrategia militar hanacido por efecto de osmosis, por la integración de los vectores terrestre,naval y aéreo, para obtener una resultante de superior magnitud quecualquiera de las tres variables. Pero la mayor dificultad es conseguir quese vector resultanl:e adquiera el máximo valor absoluto. Aquí sí que puedencometerse errores de graves consecuencias; errores debidos a que unadeterminada concepción del poder aeroespacial, de su organización y formade empleo, no permitan alcanzar aquel máximo valor absoluto del vectorresultante.

Corolario de lo anterior es que el instrumento militar será tanto más aptopara el cumplimiento de su misión cuanto más capaces sean cada uno de

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sus componentes para obtener el máximo rendimiento de sus propiosmedios ejecutando acciones específicas y de integrarse con los otroscomponentes para ejecutar operaciones de carácter conjunto. Dentro deeste sistema, es responsabilidad de la Fuerza Aérea, —elemento operativodel Ejército del Aire y componente esencial del poder aeroespacial—, elcontribuir ala disuasión, intervenir el tránsito aéreo, alcanzar y mantener elcontrol del espacio aéreo y explotar dicho control contribuyendo al éxito dela batalla de superficie, mediante acciones específicas, conjuntas y/o deapoyo. Este es el cometido concreto de la Fuerza Aérea, cometido que llevaaparejada la necesidad de centralizar la coordinación de todos los mediosaeroes pacia les.

La concepción, desarrollo y despliegue de medios aéreos por las Fuerzas deSuperficie, buscando la autarquía y su independencia operativa, no sólo secontrapone al principio de la acción unificada, sino también a los deeconomía de Fuerzas y concentración de esfuerzos. Esta grave situaciónpodía presentarse si no quedaban perfectamente delimitadas las responsabilidades operativas, responsabilidades que sólo pueden determinarse conclaridad después de una integración correcta de todas las accionesestratégicas particulares propuestas por los Ejércitos y la Armada paraalcanzar objetivos comunes derivados de las hipótesis de guerra. Encualquier caso, resulta conveniente y necesario cubrir las carencias de laFuerza Aérea, pero es del todo inadecuado e inaceptable superponerse aella.

Consecuencia de los razonamientos anteriores fue la necesidad de estudiary regular el desarrollo armónico de las Fuerzas Aéreas de acuerdo con lashipótesis de guerra establecidas y la Doctrina de Acción Unificada,concibiendo su capacidad para operar en el medio que le es propio, sininvadir las áreas de responsabilidad de las otras Fuerzas. La consecución deobjetivos comunes requiere que el instrumento militar disponga de unosmedios adecuados dotándole de unos recursos, siempre limitados, que lanación destina en beneficio de su seguridad; medios que deben serconcebidos, desarrollados y asignados a cada uno de los componentes delas Fuerzas Armadas buscando la eficiencia, apoyándose en criterios decosto-eficacia.

De manera simultánea a los estudios sobre la razón de ser del poder aéreo,se elaboró en la Escuela Superior del Aire una metodología para elplaneamiento de la estrategia aérea, método que debería integrar dichaestrategia en la Defensa Nacional a trávés del proceso defensivo militar. LaLey Orgánica 6/1980 establecía que la Defensa Nacional era:

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«La disposición, integración y acción coordinada de la totalidad de lasfuerzas morales y materiales de la nación ante cualquier forma deagresión, debiendo todos los españoles participar en el logro de tal fin».

El problema que se planteaba en aquel momento era que en España, aprincipios de los ochenta, no se disponía a nivel nacional de un método deplaneamiento que relacionase, en un proceso integrado, los objetivos conlos medios. ¿Cómo «integrar» y «coordinar» la estrategia específica aérea enla estrategia particular militar y a ésta en la general de la nación? Concebiry desarrollar ese proceso fue una de las tareas prioritarias.

Si examinamos las definiciones de planeamiento que están relacionadascon los diversos campos de la actividad humana, observaremos unaconstante entre ellas: es el esquema que relaciona medios con fines, o loque es lo mismo, objetivos a ser alcanzados por la coordinación de losmedios en un plazo determinado, utilizando una estructura. Esto no podrálograrse si no disponemos de un método. El «método», entendido como «elmodo ordenado de proceder para llegar a un fin determinado», permiteafrontar un proceso de trabajo con una técnica definida.

La Defensa Nacional puede y debe concebirse como un todo ordenado, esdecir, como un sistema de objetivos. En todo sistema hay un «principio» y un«proceso» que nos relaciona los fines con los medios para alcanzarlos; laadaptación de los medios al fin, o de las partes al todo, es el orden. Haytambién en el sistema un «efecto» deseado.

El «principio, finalidad o fin», es causa y efecto al mismo tiempo. Es causa,porque inicia o provoca la acción, y es efecto, porque es el producto últimode las acciones intentadas o previstas, determinando todo el procesó, ymatizando el conjunto y todas las etapas de que consta. En el conjunto delsistema de objetivos, el fin tiene carácter permanente en contraposición conlos medios, que son coyunturales.

Los «medios», conocidos como objetivos intermedios u objetivos instrumentales, tienen relación de medio respecto al objetivo de nivel superior al queestán subordinados y de fin con referencia a los objetivos de nivel inferior;por tanto, los objetivos del nivel más bajo tienen únicamente la consideraciónde medios. Los objetivos instrumentales tienen un carácter coyuntural,puesto que deben aclaptarse de manera constante a la cambiante situaciónestratégica.

En el sistema defensivo nacional la causa, el «principio, fin último relativo»,está integrado por los Fines u Objetivos Nacionales Permanentes (ONP);son las metas que una comunidad nacional desea mantener en todo

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momento y están recogidos en la Constitución, de forma explícita o implícita.El conjunto de ONP es el fin último relativo, el «bien común», de carácterpermanente, porque es la razón de ser y existir de la comunidad nacional.Este fin esencial de la sociedad debe ser alcanzado, en materia defensiva,según lo dispuesto en el artículo segundo de la Ley Orgánica 6/1980 y enel artículo octavo de la Constitución.

El «proceso» está integrado por el conjunto de objetivos que es necesariodeterminar y establecer para neutralizar todas las presiones o amenazasque puedan presenta rse contra los fines u objetivos permanentes, así comolas relaciones que deben existir entre ellos. Dentro del sistema, estosobjetivos son instrumentales, y tienen tres niveles básicos: Objetivos de laDefensa Nacional, (ODN); Objetivos de Defensa Civil, (ODC) y Objetivos dela Defensa Militar (0DM); y, en el nivel más bajo se sitúan los objetivosestratégicos específicos político-diplomáticos, económicos y sociales dentrodel campo «civil», y terrestres, navales y aéreos en el campo militar.

El «efecto», en el sistema de Defensa Nacional, se identifica con la«seguridad». La seguridad está en relación directa con la eficacia delproceso defensivo, el cual condiciona la libertad de acción para alcanzar ymantener los fines permanentes.

El proceso del sistema defensivo se dividió en tres fases:Fase 1: concepción de la Defensa Nacional.Fase 2: desarrollo de la Defensa Nacional.Fase 3: despliegue de la Defensa Nacional.

La fase 1 tiene por finalidad definir la política de defensa y orientar sudesarrollo a través del concepto estratégico nacional. La fase 2 determina laestrategia general y orienta la elaboración de los planes estratégicos en loscuatro campos del poder nacional, —político, económico, social y militar—,a través de Directivas de Planeamiento Estratégico. Y, por último, la fase 3tiene por objeto la concepción y desarrollo de los planes estratégicosparticulares de cada campo-departamento del poder nacional.

FASE 1: CONCEPCIÓN DE LA DEFENSA NACIONAL

La base de la Defensa Nacional son los ONP contenidos en la Constitucióny la política nacional gubernamental orientada a la definición y solución delos problemas de orden interno y externo que, para el logro y conservaciónde los ONP, puedan presentarsé.

Para la concepción de la Defensa Nacional es necesario: primero,interpretar la coyuntura para definir los problemas de seguridad de la Nación

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evaluando la situación estratégica; segundo, encontrar una solución adichos problemas, fijando los ODN; tercero, establecer la política de DefensaNacional; cuarto, determinar las áreas estratégicas donde será desarrolladadicha política, y, quinto y último, establecer el concepto estratégico nacional,el cual sintetiza y concreta la formulación de la política de defensa.

Extraídos los ONP de la Constitución y definida la política nacional por elÓrgano Superior de Defensa, la primera etapa consiste en una evaluaciónestratégica de la situación por el Órgano Central de Defensa; tiene porfinalidad determinar las presiones dominantes que contra el desarrollo de lapolítica nacional puedan presentar la coyuntura nacional e internacional.Una vez determinadas dichas presiones dominantes se establecen las«hipótesis generales», de conflicto y/o de guerra. Para enunciar estashipótesis es preciso agrupar las presiones dominantes que por estardirigidas contra uno o un grupo de ONP deben ser considerados enconjunto. Cada uno de estos grupos de presiones dominantes que puedenconducir a una situación de enfrentamiento, caracterizan una hipótesisgeneral. Es el Órgano Superior dé Defensa el que da su conformidad a estaspropuestas de hipótesis generares.

Conviene destacar que presiones dominantes que configuren una mismahipótesis general rio tienen porque provenir de un solo campo, pudiendomanifestarse en uno o más de ellos; y presiones dominantes provenientesde un mismo campo, pueden integrar una o más hipótesis generales. Elenunciado de las hipótesis debe ser lo suficientemente explícito como paraseñalar todos los aspectos que configuran la situación de enfrentamiento.Debe indicarse para cada una: las presiones dominantes que le dan origen,los objetivos nacionales a los que se oponen, los campos del poder en quese sitúan, curso probable de acción y sus características más importantes.

En la segunda etapa, tomando como base los elementos aportados por láevaluación estratégica de la situación, el Órgano Central de Defensa, con lacolaboración de los órganos de planeamiento de cada campo del podernacional, trata de encontrar respuestas capaces de enfrentar las hipótesisgenerales enunciadas mediante el establecimiento de unos «objetivos de laDefensa Nacional». La seguridad nacional es plena si se anulan laspresiones dominantes que dan origen a las hipótesis generales; si esto no selogra, es preciso alcanzar un grado de seguridad relativa mediantesoluciones que neutralicen, reduzcan o difieran tales presiones dominantes.

Los objetivos que se procura determinar pertenecen únicamente al ámbitode la defensa, peró pueden afectar en ciertos casos el bienestar especificadoen algunos de los ONP que se pretende alcanzar a través de la política de

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desarrollo. En consecuencia, es necesario examinar la capacidád del podernacional para alcanzarlos y/o mantenerlos, con el fin de determinar losobjetivos que están al alcance del poder nacional y los que están fuera delalcance de esta capacidad. Estos últimos objetivos deben reexaminarse afin de reducirlos a niveles más modestos (objetivos intermedios), en funciónde la capacidad actual y futura de la nación y. fijar con ellos las etapasnecesarias para su consecución.Fijados los objetivos por el Órgano Superior de Defensa da comienzo 1atercera etapa en la cual se estudian las formas de alcanzarlos o sea la«política de Defensa Nacional». Esta política resulta del estudio de lasalternativas posibles, teniendo en cuenta las posibilidades propias y las deloponente, así como las condiciones de tiempo y espacio. La formulación dela política de defensa debe ser clara, para que pueda ser suficientementecomprendida; simple, para que sea convenientemente ejecutada; flexible,para que pueda adaptarse a la evolución real de la situación interna yexterna; adecuada a los fines propuestos; factible en su realización, y, porúltimo, aceptable en cuanto al costo en relación con el objetivo a lograr.Una vez establecida la política de Defensa Nacional, estamos en situaciónde dar comienzo a la cuarta etapa determinando unas «áreas estratégicas»,más o menos definidas, donde será aplicada la citada política de defensa;áreas que vienen determinadas por los estudios realizados para llegar aestablecer las presiones dominantes y el enunciado de las hipótesisgenerales. Un área geográfica asume el carácter de estratégica cuando sepresume que en determinada época se hará sentir en ella la actuación delas presiones dominantes y del poder nacional. Son, pues, aspectoscaracterísticos en la determinación de áreas estratégicas: presionesdominantes, aplicación del poder nacional y delimitación.El primer aspecto es el principal requisito que necesita una zona geográficapara transformarse en área estratégica. No es necesario que las presionesdominantes existan en el momento mismo del análisis, sino que basta la.posibilidad de que una o más de ellas puedan presentarse en la zona en unfuturo cercano y previsible. En la zona geográfica en discusión puedenmanifestarse unao varias presiones dominantes, bastando la actuación deuna sola para que pueda ser aceptada como área estratégica.La aplicación del poder nacional s la segunda condición para 1acaracterización de un área estratégica. La aparición de una o más presionesdominantes en una zona geográfica hace necesario que la nacióncontraponga el poder nacional como instrumento de su política de defensa.Dicha aplicación del poder está en función del valor estratégico de la zonageográfica y de sus vulnerabilidades.

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La tercera condición para establecer un área estratégica es la delimitaciónde la misma. Delimitación que a esta altura del proceso no puede serprecisa, presentando aspectos marcadamente tentativos debido a reajustescontinuos que son necesarios como consecuencia de los sucesivosestudios y de la actualización de variables. Por esta causa los límites debendelinearse con aproximaciones sucesivas; a medida que progresen losestudios tendrán una mayor precisión. Algunas áreas muy valoradasinicialmente pueden ser despreciadas y surgir otras más importantes para laDefensa Nacional.

Debe además tenerse en consideración que reconocer un área comoestratégica no implica decidir a priori las estrategias a desarrollar en dichaárea, decisión ésta que será consecuencia de estudios posteriores. A estenivel del estudio, sólo se está en condiciones de determinar las áreasestratégicas considerando que son zonas geográficas que por su valorestratégico actual-potencial y sus vulnerabilidades, es presumible, en laépoca considerada, la manifestación de presiones dominantes y laactuación del poder nacional para alcanzar y mantener los objetivos de laDefensa Nacional.

La quinta y última etapa de eta primera fase del proceso de planeamientoestratégico es la elaboración del Concepto Estratégico Nacional, documentobásico redactado por el Órgano Central de Defensa y que debe seraprobado por el Órgano Superior. Concreta y sintetiza la formulación de lapolítica de defensa y constituye el marco orientador de la fase de desarrollo.Comprende, de forma general, una primera parte que proporciona loselementos básicos de la política de defensa, y una segunda parte queproporciona unas directrices orientadores para proseguir el planeamientodefensivo.

La primera parte del Concepto Estratégico Nacional incluye los objetivosnacionales permanentes, la política nacional del Gobierno, las presionesdominantes y las hipótesis generales. La segunda parte contiene losobjetivos de la Defensa Nacional, la política de defensa y las áreasestratégicas. Este documento constituye el nexo de unión entre la..concepción y el desarrollo de la Defensa Nacional.

FASE 2: DESARROLLC) DE LA DEFENSA NACIONAL

Continuando el proceso de planeamiento, una vez establecido el conceptoestratégico nacional, existe la necesidad de formular normas que permitandeterminar y coordinar las acciones estratégicas que deben ser asignadasa cada uno de los cuatro campos del poder nacional. -

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El Órgano Central de Defensa, en estrecha coordinación con !os órganos deplaneamiento de los cuatro campos, realiza los estudios recesarios, y losintegra en una sola proposición que somete a la dciión del ÓrganoSuperior. Una vez aprobados constituyen la base para la redacción de iadirectivas de plan_eamiento, las cuales traducen la decisión superior y sdn er:lazo de unión entre el desarrollo y el despliegue de la Defensa Nacional. Estafase, como vemos, consta de dos etapas: determinación de la estrategiageneral y directivas de planeamiento estratégico particular.

Los estudios que se realizan en la primera etapa son verdaderos exámenesestratégicos de la situación en donde los diferentes elementos a considerar,—objetivos a alcanzar, acciones a desarrollar, medios y medidas necesarios,plazos de realización, prioridades, etc.—, son fijados en base al ConceptoEstratégico Nacional y a la situación particuIr existente en cada campo,teniendo presente no sólo la aplicación, sino también la preparación delpoder.

Esta primera etapa se inicia con una propuesta de acciones estratégicas porcada uno de los campos del poder nacional, acciones que deben sercoordinadas e integradas por el Órgano Central de Defensa antes deenunciar las que quedan a cargo de cada campo-departamento. Acontinuación estos mismos campos del poder nacional efectúan un examenen el que se confrontan necesidades con posibilidades, con la finalidad deconcretar los medios, medidas y plazos de consecución de cada acción.

El Órgano Central de Defensa formula con el conjunto de accionesestudiadas líneas de acción estratégica. Para cada una debe especificarseel ODN al que se dirige, las acciones estratégicas que la integran; losmedios, medidas, y plazos de consecución, la inteligencia necesaria, áreasestratégicas de aplicación, y las ventajas e inconvenientes de cada una. ElÓrgano Superior, a la vista de las líneas de actuación estratégicapropuestas, elige la que considera más adecuada, practicable y aceptable.La línea de acción estratégica elegida constituye la estrategia general de anación.

Esta decisión inicia la segunda etapa de esta fase y constituye la base paraque el Órgano Central de Defensa elabore las directivas de planeamientoestratégico particular de cada uno de los campos del poder nacional. Adiferencia del Concepto Estratégico Nacional, no se trata aquí de confeccionarun documento que deba ser expedido de una sola vez. Más bien se trata deun conjunto de documentos integrados, expedidos simultánea o sucesivamente, según convenga al desarrollo posterior del planeamiento. Así, estasdirectivas podrán ser generales o específicas, de acuerdo con la orientación

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del planeamiento en las áreas y sectores definidos. En cualquier caso lasdirectivas de planeamiento estratégico particular constituyen el trazo deunión entre el desarrollo y el despliegue de la Defensa Nacional.

FASE 3: DESPLIEGUE DE LA DEFENSA NACIONAL

Las Directivas de Planeamiento Estratégico particular traducen la decisióndel Gobierno para el desarrollo y aplicación de la estrategia general en losdistintos campos del poder nacional. En posesión de esta decisión, losórganos de planeamiento, —en el caso del campo militar, el Estado Mayorde la Defensa—, dan comienzo a la elaboración de los planes estratégicosparticulares político-diplomático, económico, psicosocial y militar.

El plan estratégico particular de las Fuerzas Armadas se conoce como PlanEstratégico Conjunto (PEC) y debe contener el plan de guerra militar, quetiene por objeto concebir y desarrollar la estrategia operativa de las FuerzasArmadas; el plan de obtención de la Fuerza, que establece y determina elobjetivo de Fuerza militar, los plazos de obtención y las medidas de todo tipopara su cumplimiento, así como el plan de inteligencia militar, que recoge laestimación conjunta de inteligencia y prioridades para el planeamientoestratégico.El proceso de planeamiento estratégico diseñado en la Escuela Superior delAire continuaba su desarrollo dentro del campo militar y específico delEjército del Aire hasta el nivel estratégico-operativo. En los últimos cincoaños esta parte del proceso fue adaptándose al método confeccionado porla Dirección General de Política de Defensa, y por esa causa no se exponeen este trabajo. No obstante, se ha creído interesante mantener la parte delproceso que afecta a los niveles superiores de planeamiento de la DefensaNacional por ser menos conocidos o estar poco desarrollados.

Presente y futuro

La evolución de los estudios estratégicos en el Ejército del Aire ha seguidoun proceso «natural» similar al de la vida humana: aparecen con la«infancia», se desarrollan en la «juventud» y alcanzan su plenitud en la«madurez». En su primera época, 1939-1955, todo se estudia, todo seanaliza, todo despierta curiosiadad: Dohuet y Seversky son los ídolos. Lasegunda época, 1955-1980, perfila la personalidad del Ejército del Aire, loindividualiza: tiene ya una Doctrina Aeroespacial que delimita sus funcionesdentro de la misión de las Fuerzas Armadas. La tercera época, 1 980-1 990,es la de expansión, de desarrollo de la estrategia aérea dentro de unaestrategia militar encardinada en la estrategia general de la nación.

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En la época actual el esfuerzo en la formación superior de los cuadros demando del Ejército del Aire, en su vertiente estratégica, continúa centralizadaen la Escuela Superior del Aire, en concreto en el grupo de estrategia,siguiendo unas pautas didácticas muy similares a la de los últimos años,pero dedicando un mayor esfuerzo al estudio de la normativa OTAN,normativa que estimamos tiene un marcado carácter logístico y táctico,quedando diluido lo puramente estratégico en el nivel político-económico.Estos estudios no sólo se estiman convenientes, sino absolutamentenecesarios, siempre que se tenga en cuenta que el esquema defensivo dela OTAN debe ser un complemento del concepto estratégico nacional, perono su sustituto.

Los estudios estratégicos de carácter aplicativo quedan centralizados en laDivisión de Planes del Estado Mayor del Aire, Órgano encargado de elaborarel Plan General del Ejército del Aire, componente del PEO de las FuerzasArmadas. Otros estudios de carácter particular aparecen de tarde en tardeen los medios de difusión defendiendo o destacando aspectos o maticesderivados de los principios en los que se asienta el poder aeroespacial;algunos de esos estudios han aparecido recientemente con motivo de laguerra del Golfo.

El futuro, creemos, se presenta algo más incierto y confuso. Los estudiosestratégicos en general y los aeroespaciales en particular van a estarinfluenciados por tres corrientes del pensamiento actual relacionadas entresí por el principio de causalidad: pacifismo, incredulidad en el hecho de laguerra y antimilitarismo. Si la sociedad está convencida de que la paz estáganada con carácter estable y permanente es indudable que la guerra es unhecho impensable; y si la guerra es imposible son innecesarios susinstrumentos esenciales de ejecución que son los Ejércitos.

Corolario de lo anterior es que esas corrientes del pensamiento van a incidirdirectamente sobre el mismo objeto de la Estrategia que, en síntesis, esreducir o eliminar las presiones que puedan presentarse en la consecuciónde objetivos vitales para la sociedad, «si es posible sin guerra, pero si esnecesario por la guerra». La Estrategia, como cualquier otra ciencia, esesclava de su objeto; si el objeto se diluye pierde profundidad; si aquél brillacon luz propia gana en fuerza y esplendor. Si partimos de la hipótesis, no yade la improbabilidad de una guerra, sino de la imposibilidad de que puedamanifestarse una situación de conflicto, es indudable que la Estrategiapierde su razón de ser. Reflexionemos sobre esas corrientes del pensamiento.

«Paz» no es sinónimo de «pacifismo». El «pacifismo» es un «conjunto dedoctrinas para mantener la paz entre las naciones», es un instrumento para

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buscar la paz, uno de los muchos disponibles, pero nó es un fin en sí mismo.La paz, junto con los bienes materiales y culturales, es un cornpsnenteesencial del bien común, un vínculo social, el principio de todas las fuerzasque intervienen en la formación y posterior sustentación de la comunidadnacional, como sociedad concreta diferenciada de otras sociedades. Pero eleje del bien común es la paz. En la paz se realiza lo más propio y específicodel bien de la sociedad en cuanto tal, o sea, como comunidad o solidariaunidad moral entre los hombres. Sin paz, todo el entramado social es másaparente que real, al quedar aquella unidad moral internamente desgarrada.

Ahora bien, entre sociedad o comunidad nacional y bien común existe unarelación transcendental y no accidental. Es decir, sin bien común no haysociedad y sin sociedad no existe bien común. Por tanto, la paz, componenteesencial del bien común, es un fin permanente nacional, un vínculo queforma parte intrínseca de los intereses nacionales.

La paz es un objetivo nacional de carácter permanente, que quedaencardinado en elcorazón de los intereses vitales en cualquier circunstancia,lugar y tiempo, con amenaza o sin amenaza. Es algo que no quedaestablecido cuando la coyuntura estratégica es desfavorable, sino uncomponente esencial del ser nacional, de las aspiraciones del pueblo. Es unobjetivo tan fundamental, permanente y no coyuntural, que su defensamerece los mayores sacrificios, hastael de empeñarse en una guerra yestar dispuestos a derramar hasta la última gota de nuestra sangre en sudefensa si estuviera amenazado o fuese atacado.

Sin embargo, lo que tiene que ser defendido no puede ser a la vezinstrumento de defensa. En este error suele incurrirse cuando el pacifismose transforma en único instrumento para alcanzar la paz. Ocurre entoncesque paz y pacifismo se identifican. Claro que, al proceder así y degradar lapaz, incluyéndola en un nivel que le está naturalmente subordinado, lo querealmente se está provocando es confusión: lo que es «principio» de unsistema se ha rebajado a la categoría de «instrumento», o a la inversa, unode los instrumentos se ha transformado en fin del sistema.

La «incredulidad en el fenómeno de la guerra» es un hecho mundial que vacalando lenta pero inexorablemente en el conjunto de la sociedaddesarrollada en general y en la española en particular. Esta circunstanciaexige una meditación sobre el fenómeno de la guerra puesto que es unhecho histórico constante en el devenir de los pueblos. Para unos ha sidoinstrumento de expansión; para otros, expediente obligado de autodefensa;para todos sin excepción, recurso indispensable de vida o muerte, deesclavitud o de libertad, de estancamiento o de progreso.

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La guerra ha sido el cedazo que, desde la noche cerrada de los tiempos, havenido cribando, con implacable rigor selectivo, a los distintos pueblos,consintiendo que pasaran el tamiz de su criba sólo aquellos que acreditabaninmensos caudales de energía, voluntad invariable de vencer, recursossuficientes y, sobre todo, «un sugestivo proyecto de vida en común». Pc3r ello,los grandes pueblos, los que han hecho girar la perezosa rueda del progresohumano, han sido pueblos victoriosos en la guerra y aplicados en la paz;pueblos movidos por superiores afanes individuales y colectivos, pueblos enlos que la guerra, si resultaba inevitable, era crisol que fundía la fe y aesperanza en un mañana mejor.El único hecho histórico constante es la guerra. En todos los tiempos, contodas las creencias, en todas las culturas y bajo todos los sistemas políticos,aparece la lucha humana, no ya como un fenómeno que se repite conindependencia de otros actos de los hombres, sino como su actuaciónfundamental de la que se derivan o a la que se subordinan todos los demáshechos históricos. El hombre ha hecho de cuantos rincones existen en laTierra y en su espacio próximo escenario de sangrientos encuentros. Todolo ha convertido el hombre en dardo para herir. Esta es la gran realidadhistórica y grande ha de ser la causa de un efecto que se produce en todoslos instantes del tiempo.Está tan dentro del hombre la idea de la lucha que ninguna agrupaciónhumana se ha revelado contra ella. Si la idea de lucha fuera resultado de unmodo de pensar específico habría aparecido en determinadas culturas; peroes común a todas ellas, y aún las más trascendentales revoluciones en elmodo de pensar han conservado en el hombre esa idea tan antigua como él.¿Ha sufrido recientemente la humanidad tal revolución en su modo depensar y de ser que se producirá el xmilagro» de la paz eterna, el «paraíso»en la Tierra?Si así fuera habría soluciones pacíficas, claras y concretas, para cada unode los siguientes interrogantes: ¿qué va a pasar en la antigua URSS?; ¿serála Centroeuropa actual más estable que la de la primera mitad del siglo?;¿cómo integrar el mundo asiático, con más de 3.000 millones de personas,con subdesarrollo endémico y cultura específica, en la sociedad delconsumo?; ¿se limitará el Japón del siglo XXI a ser sólo una potenciaeconómica?; ¿hay razones para suponer que el integrismo musulmánquedará absorbido por la civilización occidental?; ¿cómo resolver laintrínseca polemología de los nacionalismos exaltados?; ¿qué hacer ante laproliferación nuclear?La humanidad desea la paz, quiere la paz y esa finalidad es encomiable ymerece toda clase de sacrificios. Pero, ¿cómo conseguirla?; ¿negando la

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realidad o tratando de dirigirla y comprenderla? Y si en la búsqueda de esefin intrínsecamente bueno fuese necesario hacer uso de la guerra ¿nosenfrentamos con la situación o renunciamos a objetivos esenciales? Comosiempre son más de uno los entes políticos con personalidad estratégica losque discurren a través del espacio histórico, y como ese espacio es limitadoy además son comunes muchos de los objetivos a varias trayectoriashistóricas, es del todo prácticamente inevitable que haya choques entreellos, pese a las buenas intenciones.

La solución de esos posibles conflictos puede alcanzarse siguiendo caucessocio-político-económicos y militares. Los dos métodos son interdependientes;la potencialidad de tipo socio-político-económico se manifiesta a través dela sutiles reglas de la disuasión: cuanto más fuerte sea la capacidad dedisuasión se posea, mayores éxitos se obtendrán haciendo uso de la presiónsocio-político-éconómica. Y si la disuasión falla, el último recurso es laguerra.

Las instituciones militares tienen su esencial razón de ser en el hecho realde la guerra. Por ello, cualquiera que sea la perspectiva desde la que sepretenda reflexionar sobre la Fuerzas Armadas exige, imperativamente, unaméditación rigurosa sobre este fenómeno que la humanidad arrastra desdesu aurora con progresiva irracionaliad. Han sido muchos los acontecimientosque han zarandeado al mundo por este motivo; en consecuencia, larepugnancia hacia la guerra se ha centuplicado, y no sin razón. Estacircunstancia ha sido explotada sutilmente para manipular el pensamientosobre los ejércitos hacia posiciones de desaprobación o total rechazo, comosi éstos fueran los responsables únicos de la guerra, en razón de que ellosson los protagonistas en el enfrentamiento bélico. He aquí el origen del«antimilitarismo».

Una de las manifestaciones más claras de esta corriente del pensamientoactual suele ser la tendencia a sustituir la misión institucional de los Ejércitospor otra de carácter instrumental. Hoy se habla y se escribe mucho en elmundo occidental sobre la «nueva misión de los Ejércitos» para encarar elfuturo; misión que incluye, de forma explícita o implícita, actividades talescomo la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la repoblación forestalo la ayuda en caso catástrofe; la lucha contra el contrabando o la entradailegal de inmigranl:es; salvamento aéreo, transporte humanitario y laextinción de incendios; y, por supuesto, lo que se ha dado en llamar Misionesde Paz de la ONIJ. Actividades todas ellas de la más alta y dignaconsideración social y ética, pero que en absoluto pueden ni debenreemplazar la misión institucional e inalienable de los E’ércitos. Actividades

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de «apoyo» a otros organismos, sí; pero de ahí a identificar a misión de lasFuerzas Armadas con la misión de otras instituciones va un abismo.

Reflexionemos de nuevo sobre la larga evolución de la humanidad. Si notodo, gran parte del tiempo lo empleó el hombre en la lucha, hecho que seha prolongado sin solución de continuidad hasta nuestros días. Desde laprehistoria habrán evolucionado los modos de hacer la guerra; los móvilespodrán constituir un abanico de variedades: desde la guerra de supervivencia,hasta la guerra de conquista; desde la guerra como azote, hasta la guerracomo cruzada; desde la guerra limitada, hasta la guerra total; desde laguerra profesional, hasta la guerra nacional. Se habrá perseguido suhumanización y dictado sus leyes; se habrán definido su moral o justicia,pero la guerra parece contar con un inequívoco futuro. Y con la guerra, lamisión de los Ejércitos.

Misión que, con pequeñas diferencias de matiz, según el nivel de desárrollonacional alcanzado, está reconocida mundialmente para los Ejércitos comola de «garantizar la unidad, soberanía e independencia nacional y defenderla integridad territorial». Sin embargo, esta misión de carácter institucional,«de derecho», puede quedar suplantada por otra instrumental, «de hecho»:llevar a cabo actividades que hasta hoy han sido consideradas de apoyo aotras instituciones.

La pregunta concreta y escueta es, ¿es posible la total erradicación de laguerra? Si llegamos a la convicción de su permanencia en el devenir de lahumanidad, esto nos llevará a justificar y aceptar la existencia de lasFuerzas Armadas como instrumento insustituible de salvaguarda de lasociedad nacional; a conocer y calar hondo en la idiosincrasia de aquelloshombres que, en todas y cada una de las sociedades nacionales,constituyen sus cuadros permanentes y eventuales.

Los signos de los tiempos exigen, hoy más que nunca, por ser época deincertidumbres, unas Fuerzas Armadas serenamente imbuidas de su misión,porque sólo así serán el más puro y mejor catalizador de la voluntad delpueblo. La Defensa Nacional es responsabilidad de todos los campos delpoder nacional: político, económico, social y militar. Pero para los Ejércitos,la única razón de ser de su existencia es ofrecer a sus conciudadanos lasnecesarias garantías de seguridad, si están pertrechados, en lo material y enlo moral, con la dignidad suficiente.

Claro que esa «dignidad suficiente» está, subordinada a la conciencianacional de la sociedad. Decía Ortega y Gasset en su España invertebrada,que:

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«Debe un pueblo sentir su honor vinculado a su ejército, no por ser elinstrumento con que puede castigar las ofensas que otra nación leinfiera; este es un honor externo, vano, hacia afuera. Lo importante esque el pueblo advierta que el grado de perfección de su ejército midecon pasmosa exactitud los quilates de moralidad y vitalidad nacionales.Raza que no se sienta ante sí misma deshonrada por la incompetenciay desmoralización de su organismo guerrero, es que se encuentraprofundamente enferma e incapaz de agarrarse al planeta)>.

Como puede deducirse de estas reflexiones, el futuro de los estudiosestratégicos en el Ejército del Aire depende de muchas variables. Sinembargo, no debernos olvidar que en el devenir de los pueblos tiene laestrategia una influencia decisiva. Se suele definir la Historia como«estrategia retrospectiva» y la Estrategia como «historia prospectiva»: lo quemañana será historia es hoy un problema estratégico. La Estrategia nosayuda a dirigir los acontecimientos en lugar de soportarlos, a «hacer lahistoria que querernos». En ese quehacer debe seguir ocupando un lugarpreponderante, subordinada a la estrategia general y junto pon la del Ejércitode Tierra y la Armada, la estrategia aeroespacial.

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CAPÍTULO QUINTO

EL ÁMBITO INTEGRADO

EL ÁMBITO INTEGRADO

Por Jos Uxo PALASÍ

Alto Estado Mayor y CESEDEN

Ya se dijo en la lntrc’ducción que el hecho histórico de nuestra guerra civilde 1 936-1 939 seguiido casi inmediatamente por la que habría de ser laSegunda Guerra Mundial creó en España un clima especialmente propicio alos planteamientos y a los estudios que hacían referencia a los diversosaspectos de la defensa.

La paz, como fin de la guerra civil, había llegado en abril de 1 939. No máslejos que en el mes de agosto siguiente, bajo la agobiante tensión queejercía el desarrollo de los acontecimientos de carácter internacional enEuropa, se creaba en España el denominado Alto Estado Mayor comoórgano directivo de trabajo de la Defensa Nacional y coordinador de los tresEstados Mayores principales de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire.

Entre las misiones que se le asignaron a este nuevo organismo castrensequeremos destacar aquí tanto las que le encargaban estudiar y proponerdirectivas y planes para la acción conjunta de las Fuerzas Armadas, en casode guerra, como aquellas otras que le ordenaban someter a la autoridadestudios y propuestas para la ordenación de la totalidad de las energíasnacionales, también en el supuesto caso de guerra.

Si analizamos con cuidado las misiones que hemos subrayado especialmente,podemos llegar a la conclusión de que contemplan de una forma explícitaaquel concepto de la «convergencia, de los esfuerzos» que habría de servir

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al general francés Beaufre, bastantes años más tarde, para establecer suconocida definición de Estrategia como el «arte de que la fuerza concurrapara alcanzar las metas de la política». Había, pues, en el Alto Estado Mayor—y desde su fundación en 1 939— dos preocupaciones básicas: lautilización conjunta de las Fuerzas Armadas y de los recursos nacionales, encaso de guerra, y también la dedicación concreta al estudio de la Estrategia,.en su concepto más moderno.

A lo largo de los años cincuenta fue tomando cuerpo la idea fundamental deque para un mejor rendimiento práctico del Alto Estado Mayor, cuyopersonal en él destinado no recibía previamente ninguna capacitaciónespecífica, era necesario instituir un organismo que cumpliera básicamentetal necesidad didáctica de carácter profesional.

Cuando al iniciarse el año 1 964, desde la Presidencia del Gobierno, sedictaron unas directrices que aspiraban a reorganizar la totalidad de laenseñanza militar se creó el denominado Centro Superior de Estudios de laDefensa Nacional (CESEDEN) bajo la dependencia directa del general jefedel Alto Estado Mayor, a cuyo organismo habría de quedar afecto orgánica,doctrinal y administrativamente:

«Con la misión de preparar a los mandos y al personal de Estado Mayoren el estudio y planteamiento de operaciones conjuntas, realizarestudios de carácter político y económico en relación con losproblemas militares y cuantos se consideren convenientes en orden ala cooperación de los tres Ejércitos y al examen de las cuestionesreferentes a la Defensa Nacional».

Por lo que afecta al tema que se está considerando en el presente trabajo,hay que señalar dos aspectos que aparecen perfectamente claros en elpropio Decreto de organización del CESEDEN (Decreto 70/1 964, Presidencia,de 1 6 de enero de 1 964). De una parte, dar entrada en esta nueva institucióncastrense a la cólaboración del personal civil. En el artículo segundo delmencionado Decreto se incluían entre las diversas misiones principales quese asignaban al CESEDEN la de:

«Estudiar problemas generales y específicos de la Defensa Nacionalcon la colaboración de personas relevantes de la vida civil». Tambiénse ordenaba en el mismo artículo el «mantener relaciones conorganismos civiles dedicados a la investigación y especialmente conaquellos más directamente relacionados con la Defensa Nacional».

Por otra parte, el CESEDEN quedaba articulado en dos Escuelas: la de AltosEstudios Militares y la de Estados Mayores Conjuntos. A la primera de ellas

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quedaba afecta una Sección que se titulaba «de Estudios Estratégicos yOrganización de la Defensa».

Aparecen, pues, por primera vez, y en los albores del año 1 964, dos ideasabsolutamente inéditas en el campo de la enseñanza militar del más altonivel:— La primera consiste en la aceptación, como hecho absolutamente

normal, de la cooperación de los especialistas militares de los tresEjércitos con los estudiosos civiles de los temas que afectan a ladefensa. De tal forma, quedaba ampliado a toda la sociedad española elconcepto integrado de «ámbito conjunto» que ya se empleaba en unsentido exclusivamente limitado a la colaboración interna de losEjércitos. Esta participación se concretaba, en aquel entonces, señalandoque el cuadro eventual de profesores de ambas Escuelas del CESEDENestaría constituido por personalidades militares y civiles especialistas enlas disciplinas que interesaban al desarrollo de los cursos. Y, además,que se convocarían algunos cursos específicos a los que podría asistirpersonal civil en calidad de alumnos.

— La segunda idea que hay que destacar se centra en la transformación,no sólo semántica sino de contenido, de lo que había venido constituyendola asignatura de «Estrategia» en los viejos planes de enseñanza por unamplio complejo de disciplinas que se conocería a partir de ahora con ladenominación de «estudios estratégicos».

Ambas ideas habrían de encontrar su culminación en el Decreto que confecha 30 de abril de 1 970 firmó la Presidencia del Gobierno reorganizandoel CESEDEN como fruto de la experiencia adquirida en sus seis primerosaños de funcionamiento.

Por él se reafirmaba no sólo la mera colaboración con el personal civil, sinoque se la magnificaba al crear la figura del «adjunto civil» al director delCESEDEN, cargo que debería recaer —según decía el propio texto legal—en:

«Una personalidad de categoría y aptitud adecuadas que, sin perjuiciodel desempeño de sus actividades profesionales habituales ejercerá, arequerimiento del director, misiones de asesoramiento en las actividadesdel Centro relacionadas con el sector civil».

Al propio tiempo, se determinaba, con carácter general, que:«En los trabajos y ciclos de estudios sobre Defensa Nacionalparticiparán personalidades de los sectores civiles, público y privado, yde las Fuerzas Armadas».

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En cuanto a la propia articulación del CESEDEN, se incrementaba el númerode organismos que directamente le estaban subordinados (constituidoshasta entonces, como ya se ha dicho, por las Escuelas de Altos EstudiosMilitares y la de Estados Mayores Conjuntos) creando el Instituto Español deEstudios Estratégicos, que venía a dar el máximo rango funcional a ladedicación estudiosa a esta rama del arte de la guerra.

El Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE)

En su primera etapa, iniciada a mediados del año 1970, este organismorecibía, entre otras, la misión de:

«Realizar estudios de carácter estratégico, las posibles adaptaciones ala situación española y las fórmulas convenientes de aplicación».

Así como también otros de carácter sociológico de aplicación militar y dePolernolog ía.

Quedaban integrados en el IEEE dos clases de miembros:— Los denominados «de representación», designados por organismos de la

Administración civil del Estado, por centros universitarios, culturales y deinvestigación implicados en la Defensa Nacional, y por institutos militaresde alto nivel.

— Los «colaboradores», constituidos por aquellas personalidades militaresy civiles que, habiendo culminado alguno de los ciclos académicos delCESEDEN, participan en los trabajos del Instituto.

Con carácter general, el Instituto adoptó como método de trabajo laconstitución de una serie de seminarios que habrían de investigar y debatirlos aspectos concretos de la Defensa Nacional que les fueran propuestos.Para dar una idea de la amplia panorámica de estudios de carácterestratégico que se programaron parece oportuno dejar constancia aquí deque el número de tales seminarios fue creciendo con cierta rapidez, paraalcanzar muy pronto la cifra de 19. En el año 1987 tenían asignados lossiguientes temas:— Defensa militar.— Política de armamento.— Economía de la defen’3a.— Defensa civil.— Protección civil.— Presupuestos.— Telecomunicaciones.— Transportes.

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— Energía.— Recursos alimentarios.— Ordenación del territorio.— Investigación científica.— Sociología militar.— Historia social de las Fuerzas Armadas.— Polemología del área mediterránea.— Prospectiva de la defensa.— La comunidad nacional en la defensa.— La Defensa Nacional y el mundo hispánico.Sin embargo, la experiencia largamente acumulada aconsejó un cambio deestructuras en el año 1 988, en el que se articularon los seminarios en gruposde trabajo a los que se les asignaba el estudio de temas de interés puntual.El número de seminarios quedó reducido a 12, pero los grupos de trabajollegaron a 23, por lo que no se abandonó el estudio de ninguna de las áreasque habían interesado hasta aquel momento. Se incluyeron, en esta ocasión,temas muy específicos de la estrategia clásica como son —entre otros— losde «Relaciones Internacionales», «Prospectiva y Conflictividad», «ZonasEstratégicas de Interés», «Estrategia Operativa».Sólo cuatro años más tarde, en 1992, volvió a cambiarse la estructuraestablecida. Razones tanto de tipo presupuestario como de orden prácticoen cuanto a la reducción de los plazos necesarios para finalizar los trabajospropuestos e imprimir un nuevo ritmo en su ejecución para conseguir unamayor oportunidad en la explotación del resultado de los mismos, comoseñalaba el Estado Mayor de la Defensa, aconsejaron invertir el proceso deprogramación de las tareas a realizar.

En principio se señalarían por el Estado Mayor de la Defensa, en lo súcesivo,las investigaciones puntuales que en cada momehto leinteresaban a dichoAlto Organismo, y en función de las mismas se establecerían los seminarioso grupos de trabajo necesarios para desarrollarlas.

En el año indicado de 1 992, el número de grupos de trabajo quedó reducidoa nueve, agrupados en tres Secciones que se denominaron: «Fines para laDefensa», «Medios para la Defensa» y «Estrategia para la Defensa». En elaño actual de 1993 se mantiene, en líneas generales, el mismo método detrabajo del Instituto.

Con independencia del sistema de trabajo descrito y para completar lasmisiones que le corresponden en orden a los estudios estratégicos, en otrosescenarios propios también de su actividad, el IEEE apoya seminarioscívico-militares sobre temas relacionados con su actividad específica en las

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Universidades de Santiago, de Salamanca, de La Laguna en cooperacióncon Capitanía General de Canarias y en la Universidad Complutense deMadrid.

Además, su cuadro de profesores imparte conferencias sobre temasconcretos en las distintas Escuelas Superiores de los E’ércitos y la Armaday en las otras dos del CESEDEN.

También ha tomado a su cargo, el IEEE, la organización del desarrollo deunas denominadas Jornadas Fuerzas Armadas-Universidad con la Politécnicay la Complutense de Madrid y también con la Universidad de Salamanca.

Todo ello además de la frecuente y regular participación con centrosnacionales e internacionales con temática homóloga a la que es propia delInstituto.

En tal orden de ideas puede asegurarse que, desde la exclusiva perspectivaconsiderada, el desarrollo de los estudios estratégicos en España, y enconcreto en el «ámbito integrado>) que se trata en este capítulo, presenta unbalance satisfactorio en cuanto a las actividades que viene completando elInstituto. Satisfactorio no quiere decir que no pueda mejorarse sustancialmenteen algún aspecto concreto como el que se considerará seguidamente.

Consideración general

Enla Memoria redactada en 1 989 por el CESEDEN con motivo de cumplirseen tal fecha el XXV aniversario de su fundación, el general director hacíaconstar que el Centro había sido definido desde el primer momento como unÓrgano Conjunto de Enseñanza Superior de las Fuerzas Armadas y deestudio de los problemas de la Defensa Nacional.

A lo largo de este capítulo hemos subrayado especialmente el hechorealmente importante de la pronta incorporación al mismo del elemento civil,por lo que el concepto de «Órgano Conjunto de las Fuerzas Armadas» quedóampliado automáticamente a todo el ámbito nacional, respondiendo así allema de que «la defensa es cosa de todos».

Cada uno de los tres organismos directamente dependientes del CESEDEN• ha venido cumpliendo las misiones características que para cada uno de

ellos se establecieron, creemos que con los más altos niveles de eficacia.

Sin embargo, y refiriéndonos exclusivamente al tema que da origen a estainvestigación Los estudios estratégicos en España podría decirse que ellnsfltuto Español de Estudios Estratégicos ha satisfecho plenamente sólo el

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segundo de los aspectos considerados en la definición que del CESEDENrecordaba su general director en 1 989.

Para ello, ha venido contando con la dedicación de un importante número deprofesores destinados en el Instituto y de miembros colaboradores delmismo, tanto civiles como militares. En ambos casos se trata de profesionalesya suficientemente acreditados en sus respectivas áreas de conocimientoóuando llegan al lnslituto.

Pero parece necesario señalar que si bien los tres Ejércitos cuentan conórganos de Enseñanza que, en mayor o menor medida, imparten conocimientos de Estrategia y también parece haberse iniciado tal enseñanza enel área universitaria como se ha señalado en los cuatro capítulosprecedentes no existe en realidad un organismo conjunto de formaciónbásica y de coordinación de las diversas perspectivas que de los distintostemas que comprenden los estudios estratégicos hayan podido serdifundidas en cada uno de los cuatro sectores de enseñanza considerados.

El Reglamento de 14 de octubre de 1975 señalaba para el IEEE, como yapusimos de relieve en su momento oportuno, la misión de:

«Realizar estudios de carácter estratégico, las posibles adaptaciones ala situación española y las fórmulas convenientes de aplicaciónademás de mantener relaciones doctrinales con los centros yorganismos superiores que aborden aspectos de la Defensa Nacional)>.

La conjunción de ambas misiones quizás pudiera servir de norma para quedel propio Instituto Español de Estudios Estratégicos pasara a depender elórgano a todas luces necesario que permita establecer las enseñanzasintegradas de estudios estratégicos. Sería fundamental para ello determinarcon exactitud tanto el nivel de enseñanza estratégica que se imparte (o debeimpartirse) en los niveles específicos de los tres Ejércitos y de laUniversidad, como la fijación de los nuevos aspectos que deben completarlay coordinarla para dotar de una eficacia técnica real a los especialistas enmateria estratégica, tanto militares como civiles.

La puntualización de ambos extremos (establecimiento del oportuno órganodidáctico dependiente del IEEE y la determinación del temario a impartir)sobrepasan los objetivos propuestos por este capítulo. Podrían ser objeto, enun futuro inmediato, de una investigación particulares.

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CONSIDERACIONES FINALES

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CONSIDERACIONES FINALES

Por JosE Uxó PALASÍ

Al iniciar este trabao subrayábamos que no es conveniente, hoy día, (niposible, en sentido estricto) dedicarse al estudio exclusivo de la Estrategiacomo si se tratase de una ciencia aislada y restringida.

Poníamos también de relieve que el almirante Eliseo Álvarez-Arenas en sureciente libro: Haceres de ingenio equipara la Estrategia con el ingenioaplicado a la guerra, señalando inmediatamente que el ingenio —al modoorteguiano— es él y su circunstancia.

Surgen nuevamente estas reflexiones al hilo del seguimiento que venimosrealizando del desarrollo de las diversas ponencias que anteceden y quehan estructurado el tema de Los estudios estratégicos en España.

Está claro que el tema era único para todas ellas. Condicionado, como eslógico, a las diversas «circunstancias» que podían concurrir en cada uno delos ámbitos considerados. Y tales circunstancias se han hecho presentes,de forma imperativa, en los distintos enfoques con que los ponentes hanvivido su reflexión.

La Estrategia se ha hecho presente, tanto en el ámbito civil como en el decada uno de los tres Ejércitos, con una característica tan especial que haderivado en diversas improntas que, al estudiarse reunidas, enriquecen lavisión que podía darse del tema asignado. De esta forma la ponencia civil hapuesto el acento en eldesarrollo de los estudios estratégicos, mientras quela correspondiente al Ejército de Tierra lo hacía sobre la propia enseñanza

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de la Estrategia, la de la Armada basaba sus consideraciones en suespecífico Plan Estratégico (PLANGENAR), y la del Ejército del Airerazonaba sobre la evolución orgánica que la Fuerza Aérea ha idomanteniendo en paralelo con la Estrategia propia de cada momentohistórico.

En este marco de ideas, parece oportuno destacar las siguientes consideraciones como conclusión final a deducir de las ponencias establecidas.

Aparecen dos rasgos destacados en las pasadas cuatro décadas:— Los estudios estratégicos (entremezclados, ahora, con las relaciones

internacionales) han evolucionado desde el estudio de la guerra comoinstrumento de la polítióa hacia los análisis de la disuasión, la gestión decrisis y la manipulación de los riesgos.

— El pensamiento estratégico ha dejado de ser patrimonio exclusivo de losmilitares.

En España falta una tradición universitaria sobre temas de DefensaNacional. Sin embargo, frente a este aspecto negativo de la cuestión, sedetecta la aparición.y una básica actividad de algunas inquietudes decarácter universitario que obligan a pensar en la consiguiente necesidad deapoyarlas y estructurarlas.

En el ámbito militar del Ejército de Tierra han existido importantes tratadistassobre temas profesionales, pero no especialistas en estrategia. No se hacreado escuela de pensamiento.

La Escuela Superior del Ejército (a través de su Escuela de MandosSuperiores y su Escuela de Estado Mayor) no han llegado a facilitar, salvorelevantes iniciativas de localización muy reciente, una decidida continuidadni una dedicación primordial al estudio de la Estrategia. Primó casi siempre,en sus inquietudes, el marco táctico y el logístico.

Como consecuencia, se echa de menos la existencia de un Centro Superiordedicado especialmente a la enseñanza concreta de los estudios estratégicosy, con él, a la creación de una Escuela Española de PensamientoEstratégico. A pesar de ello, en la última década se observa en algunossectores profesionales del Ejército de Tierra un creciente interés en torno aestos temas, debido, seguramente, a una mayor intervención española endiversos aspectos de seguridad internacional.

En la Armada, la evolución del pensamiento estratégico se ha plsmdo entorno al PLANGENAR y a la concreta definición del espacio geoestratégicoespañol.

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La Escuela de Guerra Naval tuvo desde su creación la misión de colaborarcon el Estado Mayor de la Armada en la creación y mantenimiento de laDoctrina. A tal efecto, la Estrategia constituye una de las disciplinas básicasde la enseñanza en esta Escuela, complementada con la Historia y elDerecho Internacional.

En el Aire, las vairiaciones de la organización de este Ejército son el mejorespejo para segLlir el desarrollo de la concepción estratégica que estuvovigente en cada una de las coyunturas históricas que ha vivido.

En la última década los estudios estratégicos en este ámbito profesional hangirado en torno a dos notas características:— La necesidad de alcanzar y mantener una personalidad estratégica

aérea en el conjunto de las Fuerzas Armadas españolas.— El esfuerzo llevado a cabo para integrar el concepto estratégico aéreo en

el proceso de planeamiento nacional de defensa.

En la actualidad, el esfuerzo de formación superior de los cuadros de mandodel Ejército del Aire, en su vertiente estratégica, se orienta al estudio de lanormativa OTANI que tiene un marcado carácter logístico y táctico,quedando diluido el puramente estratégico en el nivel político-económico.

La coyuntura por la que están pasando los estudios estratégicos en elEjército del Aire (como reflejo de lo que sucede en la sociedad española engeneral, y en la concepción estratégica nacional) está influenciada por trescorrientes de pensamiento:— Pacifismo milil:ante.— Antimilitarismo.— Incredulidad en el hecho de la guerra.

En un ámbito integrado de los cuatro anteriores pueden señalarse dos notasmuy importantes:— La aceptación del componente civil (fundamentalmente universitario) en

todos los trabajos de investigación estratégica.— La ampliación del ámbito estratégico desde el puramente centrado en la

técnica militar a un mayor contenido de carácter general, propio de losvariados aspectos que comprende la Defensa Nacional.

Tampoco existe en este ámbito concreto un organismo integrado deformación básica y de coordinación de las diversas perspectivas quepueden considerarse en el tema estratégico general.

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Quizás la consideración final más importarj.te de este trabajo deba residir enla necesidad de establecer el oportuno órgano didáctico a los finesseñalados (cuya dependencia funcional debería ser, indudablemente, la quele incorporaría al Instituto Español de Estudios .Estratégicos) y la determinación,en el plazo más breve posible, del temario a impartir por este centro deenseñanza en el futuro.

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COMPOSICIÓN DEL GRUPO DE TRABAJO

Coordinador: D. JOSÉ UXÓ PALASÍGeneral de brigada de Infantería (DEM).

Secretario 1°: D. GONZALO PARENTE RODRÍGUEZCoronel de Infantería de Marina (6) y (GC).

Secretario 2°: D. ALEJANDRO CUERDA ORTEGACapitán de navío (6) y (GC).

Vocales: D. AGUSTÍN ALCÁZAR SEGURATeniente coronel de Infantería (DEM).

D. JESÚS R. ARGUMOSA PILATeniente coronel de Ingenieros (DEM).

D. JORGE CACHINERO SÁNCHEZLicenciado en Historia.

D. DOMINGO GALDÓN DOMENECHCoronel de Aviación (DEM).

D. JOSÉ LUIS DEL HIERRO ALCÁNTARACapitán de navío (6) y (GC).

D. JOAQUÍN MICHAVILA PALLARESCapitán de navío (6).

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D. FERNANDO RODRÍGUEZ LAFUENTEDoctro en Filología.

D. FEDERICO YANIZ VELASCOTeniente coronel de Aviación (DEM) y (EMA CON).

Las ideas contenidas en este trabajo son de responsabilidad de sus autores, sin querefleje, necesariamente, el pensamiento del IEEE, que patrocina su publicación.

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CUADERNOS DE ESTRATEGIA DEL CESEDEN

N.° TÍTULO

01 La industria alimentaria civil como administradora de las FAS y sucapacidad para la defensa estratégica.

02 La ingeniería militar de España ante el reto de la investigación y.eldesarrollo en la Defensa Nacional.

03 La industria española de interés para la defensa ante la entrada envigor del Acta Única.

04 Túnez: su realidad y su influencia en el entorno internacional.

05 La Unión Europea Occidental.

06 Estrategia regional en el Mediterráneo Occidental.

07 Los transportes en la raya de Portugal.

08 Estado actual y evaluación económica del triángulo España-PortugalMarruecos.

09 Perestroika y nacionalismos periféricos en la Unión Soviética.

10 La batalla del año 2000 (las operaciones en el espacio estratégico deinterés nacional).

11 La gestión de los programas de tecnologías avanzadas.

12 La batalla del año 2000 en el espacio.

13 Cobertura de la demanda tecnológica de las necesidades de laDefensa Nacional.

14 Ideas y tendencias en la economía internacional y en la española.

15 Identidad y solidaridad nacional.

16 Implicaciones económicas del Acta Única 1992.

17 Investigación de fenómenos belígenos. Método analítico factorial.

18 Las telecomunicaciones en Europa en la década de los 90.

1 9 La profesión militar desde la perspectiva social y ética.

20 El equilibrio de fuerzas en el espacio sur europeo y mediterráneo.

21 Efectos económicos de la unificación alemana y sus implicacionesestratégicas.

N.° TÍTULO

22 La política española de armamento frente a la nueva situacióninternacional.

23 Estrategia finisecular española. México y Centroamérica.

24 La Ley Reguladora del Régimen del Militar Profesional.25 Consecuencias de la reducción de los arsenales militares negociada

en Viena.

26 Estrategia en el área iberoamericana del Atlántico sur.

27 El espacio económico europeo. Fin de la guerra fría.

28 Sistemas ofensivos y defensivos del espacio (1).

29 Sugerencias a la Ley y Reglamento de Ordenación de las Telecomunicaciones (LOT).

30 La configuración de Europa en el umbral del siglo XXI.

31 Estudio de inteligencia operacional.

32 Cambios y evolución de los hábitos alimenticios de la poblaciónespañola.

33 Repercusiones en la estrategia naval española de aceptarse laspropuestas del este en la CSBM.

34 La energía y el medio ambiente.

35 Influencia de las economías de los países mediterráneos del norte deÁfrica en su política de defensa.

36 La evolución de la seguridad europea en la década de los 90.

37 Análisis crítico de una bibliografía básica de sociología militar enEspaña. 1 980-1 990.

38 Recensiones de diversos libros de autores españoles editados entre1 980-1 990 relacionados con las FAS.

39 Las fronteras del mundo hispánico.

40 Los transportes y la barrera pirenaica.41 Estructura tecnológica e industrial de Defensa ante la evolución

estratégica del fin del siglo XX.

42 Las expectativas de la l+D de Defensa en el nuevo marco estratégico.

N.° TTULO

43 Costes de un ejército profesional de reclutamiento voluntario. Estudiosobre el Ejército profesional del Reino Unido.

44 Sistemas ofensivos y defensivos del espacio (II).

45 Desequilibrios militares en el Mediterráneo Occidental.

46 Seguimiento comparativo del presupuesto de gastos en la década1982-1 991 y su relación con el de Defensa.

47 Factores de riesgo en el área mediterránea.

48 Las Fuerzas Armadas en los procesos iberoamericanos de cambiodemocrático (1 980-1 990).

49 Factores de la estructura de seguridad europea.

50 Algunos aspectos del régimen jurídico-económico de las FAS.

51 Los transportes combinados.

52 Presente y futuro de la conciencia nacional.

53 Las corrientes fundarnentalistas en el Magreb y su influencia en lapolítica de Defensa.

54 Evolución y cambio del este europeo.

55 Iberoamérica desde su propio sur.

56 La función de las Fuerzas Armadas ante el panorama internacional deconflictos.

57 Simulación en las Fuerzas Armadas españolas, presente y futuro.

58 La sociedad y la defensa civil.

59 Aportación de España en las cumbres iberoamericanas: Guadalajara1991-Madrid 1992

60 Presente y futuro de la política de armamentos y la 1 + D en España.

61 El consejo de seguridad y la crisis de los países del este.

62 La economía de la defensa ante las vicisitudes actuales de laseconomías autonómicas.

63 Los grandes maestros de la estrategia nuclear y espacial.

64 Gasto militar y crecimiento económico. Aproximación al caso español.

TÍTULO

65 El futuro de la comunidad iberoamericana después del y centenario.

Colección Cuadernos de Estrategia

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