afroamérica - crisol centenario
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Afroamérica - crisol centenario Afroamérica - crisol centenarioTRANSCRIPT
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Revista del CESLAISSN: [email protected] WarszawskiPolonia
Martnez Montiel, Luz MaraAfroamrica - crisol centenario
Revista del CESLA, nm. 7, 2005, pp. 9-44Uniwersytet Warszawski
Varsovia, Polonia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=243320976002
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Luz Mara Martnez Montiel
Afroamrica - crisol centenario
Con la llegada de Cristbal Coln al Nuevo Continente se inici una etapa en la
historia de la humanidad. Un nuevo orden econmico mundial impuls la era de los
imperios transcontinentales. En este contexto, es imprescindible subrayar que por lo
menos hasta la primera mitad del siglo XIX, una de las consecuencias fundamentales
de la conquista y colonizacin del Nuevo Mundo por los europeos, fue la relacin
econmica, social y cultural permanente entre Europa y el frica Negra en los
escenarios de Amrica; aunque los viajes de Coln y el dominio de la isla de La
Espaola sellan el violento y fatal para unos, feliz para otros, encuentro de los cuatro
mundos, el hecho relevante es que a partir del siglo XVI el traslado forzado de ms de
40 millones de africanos, transform las relaciones econmicas, sociales y culturales
de los tres continentes: Europa, Amrica y frica.
Los planteamientos en las lneas del Proyecto editorial Afroamrica, La Tercera
Raz1, retoman algunos aspectos relevantes del proceso esclavista que se procuraron
mantener en la serie monogrfica editada en CD-rom por el Instituto Histrico Tavera
y la Fundacin Larramendi de Madrid. La Serie estuvo dirigida por al Dr. Jos
Andrs-Gallego y coordinada en Hispanoamrica por la autora de estas lneas.
Estos planteamientos se consideraron pertinentes para cimentar las propuestas a
las universidades iberoamericanas respecto a la investigacin y enseanza de nuestra
historia cultural, ante el ocultamiento de la presencia africana en general, en la Historia
Oficial.
Las investigaciones histricas han confirmado la presencia de negros africanos
en el sur de Espaa desde tiempos anteriores a Coln. Entre otros documentos, se han
trascrito libros parroquiales de iglesias andaluzas que a finales del siglo XV y
comienzos del XVI confirman la existencia de una poblacin numerosa de negros;
igualmente se afirma que en los viajes de Cristbal Coln venan en las naves
tripulantes negros, lo que prueba que desde esa poca estaban integrados a la vida de la
pennsula. Esto nos permite dar por cierto algo que era dudoso: tambin Corts y
Pizarro trajeron negros para emprender la Conquista de Amrica.
El primer momento del acarreo masivo de esclavos es el ao de 1501 cuando se
transporta un numeroso grupo de negros africanos a La Espaola trados directamente
desde frica, el final del inicuo trfico es cuando el ltimo cargamento de la
"mercanca de bano", del cual hay documentos probatorios, fue desembarcado segn
los historiadores cubanos, en abril de 1873, y trasladado al ingenio de Azcar de
Juragu en el sur de Cuba. Es decir, que sin contar el arribo individual de negros
africanos, antes y despus de estas fechas, el comercio de esclavos dur
aproximadamente 400 aos, el nmero de los que llegaron a Amrica se calcula entre
30 y 40.000.000. Ningn otro proceso migratorio en el mundo ha tenido una dimensin igual. A
esta cifra hay que agregar un alto nmero de muertos en la travesa, en el proceso de
captura y en la dispersin de las sociedades africanas a las que pertenecieron los
1 Gallego Jos Andrs: Claves para la comprensin de Amrica, Colecciones MAPFRE, Ma-
drid, 1991.
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africanos destinados a ser vendidos y esclavizados. An ms, a esta demografa de la
trata atlntica "legal", hay que aadir el comercio clandestino y la piratera que
introdujeron un nmero an no calculado de esclavos.
Concentrados principalmente en la amplia zona del sistema americano de
plantaciones en el Caribe, Brasil y Estados Unidos, los africanos tambin fueron mano
de obra en todo el territorio americano, por eso no hay regin ni cultura del continente,
ni sector social, ni actividad econmica alguna que no est marcada por su presencia.
En la actualidad el estudio y la comprensin de nuestra realidad sin el anlisis de los
aportes africanos en la construccin de Amrica es, a todas luces incompleto. En el
terreno cultural, las contribuciones de los africanos son relevantes desde el proceso
mismo de formacin continental y desde cualquier perspectiva: antropolgica,
histrica, demogrfica, econmica y social. Lo que marca de manera ms profunda la
conformacin americana es que nuestro continente fue el crisol en el que la aportacin
negroafricana se revela como una de las tres ms importantes, tanto o ms que la
indgena (segn el pas de que se trate) y demogrficamente, ms que la europea.
Los mestizajes entre negros e indios o entre negros y europeos llamados
afromestizajes, no han tenido la misma atencin por parte de los estudiosos que la que
ha tenido la dicotoma europeo - indgena. La mayora de los especialistas de la
historia de Amrica no desconocen la presencia de los africanos, pero han reducido su
inters a ciertos aspectos de la esclavitud como el de las diversas formas de
explotacin y la demografa de la poblacin esclava o el problema de los derechos
humanos.
Por otro lado, mientras a la poblacin indgena se la considera como el sector
propietario desposedo y vencido en sus territorios naturales, al africano se le analiza
como un intruso forzado a serlo, a causa de la esclavitud. Despersonalizado y
cosificado, en la mayora de los textos de historia para la educacin escolar y en los
museos, se le designa como "negro" o "esclavo" De ah, que se ignoren por
desconocimiento, sus aportes a la cultura americana ya acumulados durante cinco
siglos. Desde esta perspectiva se puede afirmar que la configuracin de lo que es hoy
Amrica, no se debe slo a la transformacin de sus races indias por la accin europea
colonizadora, sino que tambin deben incluirse los injertos de africana que se
arraigaron en la poblacin desde los primeros aos de su mestizaje. ste es uno de los
aspectos que desde AFROAMRICA MXICO se ha venido impulsando con el
estudio de nuestra tercera raz africana.
Las aportaciones negroafricanas en general, se integraron en un primer
momento bajo el rgimen de la esclavitud, las condiciones de trabajo limitaban la
posibilidad de los negros de participar en la vida social y cultural.
Desde tiempos coloniales muchos cronistas los misioneros sobre todo - se vieron obligados a enfrentar el tema de la esclavitud africana y la presencia del negro,
libre o esclavo en la nueva sociedad en formacin. Hoy en da, los estudiosos de todas
las ramas del conocimiento, incluyendo poetas, novelistas, pintores y msicos, se
interesan por el tema.
En los Estados Unidos el estudio del negro ha sido reiteradamente tratado por
la historiografa y la sociologa con un enfoque racista y con una marcada tendencia a
la cuantificacin de las formaciones sociales en los que los negros tienen alguna
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participacin que se reducen a una: el de la familia negra, un problema permanente de
integracin conflictiva. En ese pas el negro sigue siendo objeto de discriminacin y
marginacin, mantiene el estigma de la criminalidad y la sociedad mayoritaria que
conserva el modelo anglosajn, le concede muy pocas veces la igualdad. La paradoja
es mayor cuando constatamos que en el nivel internacional de las artes del espectculo
y las figuras famosas en los deportes los exponentes de los EE.UU. son hasta hace
muy poco precisamente y en su mayora negros.
En Latinoamrica durante los ltimos cincuenta aos ha tenido lugar una
intensa poca de investigaciones en torno a nuestra identidad como pueblos
multiculturales. Una nueva visin se desprende de las reflexiones surgidas a partir de
la conmemoracin del Quinto Centenario: parece que lleg la hora de analizar ms
profundamente la conformacin de la sociedad americana en su triple dimensin india,
europea y africana.
A la luz de estas nuevas investigaciones, surge la primera afirmacin: en su
implantacin en las sociedades americanas, el negro fue siempre un componente no
slo biolgico, sino tambin cultural. Entre 1492 y 1890, la presencia africana en
Amrica fue mucho mayor que la europea y en ciertas regiones como el Caribe, ma-
yor que la poblacin aborigen a la cual sustituy. En gran parte de las colonias don-
de los indgenas americanos fueron ms numerosos, est claro que el mestizaje se
consum fundamentalmente entre indios y negros. Ante esta evidencia no podemos
emprender una tarea infructuosa de cuantificar los aportes culturales de unos y otros.
Ante un proceso de interculturacin que reuni en el mismo escenario a la humani-
dad existente en varios mundos, debemos partir del hecho inobjetable que de este
encuentro multicultural se derivaron todas las sociedades americanas. Desde el prin-
cipio se debe entender que la construccin de Amrica, al exigir la cacera de escla-
vos negros para la explotacin econmica del Continente, determin, a su vez, la
desestructuracin de las sociedades africanas y por supuesto la transformacin de la
cultura europea dominante y la cultura y sociedades indgenas receptoras.
No se trata slo de ampliar los estudios latinoamericanos con la temtica del
negro, sino de incluir en la historia oficial una visin coherente de la interrelacin de
Amrica y frica va Europa que, necesariamente, signific cambios profundos para
los tres continentes. El que esta interrelacin estuviese motivada fundamentalmente
por los intereses econmicos del expansionismo europeo, por lo tanto impuesta y no
libremente originada, orienta el enfoque de la inclusin del negro en nuestra Historia.
Su presencia forzada en Amrica implic su desarraigo del hogar ancestral para servir
a otros como esclavo en un espacio cultural y geogrfico totalmente extrao a l. Su
condicin de cautivo condicion a su vez la restriccin de sus tradiciones y la
anulacin de su identidad. Pero siendo su presencia tan temprana, pues llega al mismo
tiempo que sus captores y puesto que contribuye a la construccin de Amrica es justo
reconocerla como una de sus races.
La historia y la interpretacin cultural de Amrica han estado dominadas por la
visin euro cntrica -cuya secuela todava padecemos- en la que el africano siguiendo
la posicin de los esclavistas slo representa un nmero en la demografa, una cifra en
la fuerza de trabajo y otra ms en la cuenta de la plusvala; as la presencia africana ha
sido reducida a un dato demogrfico o econmico, derivado de la ptica que dejaron
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los mismos negreros, que slo vean en el africano la mano de obra til que aseguraba
la explotacin colonial y la plusvala en la compraventa de esclavos. Aunque parezca
mentira hay docentes en las universidades de toda Amrica que consideran que "los
negros no tienen Historia".
Por otra parte, todava en algunos pases de nuestro continente el negro es "un
problema de integracin", lo mismo que la poblacin india. En los libros de historia las
sociedades aborgenes pierden su historicidad y son tratadas en la sociedad criolla
como "el problema indio". Hasta la fecha la integracin nacional en la diversidad
tnica sigue siendo una deuda pendiente en Mxico, Guatemala, Bolivia y otros pases
de poblacin mayoritariamente india.
La divisin tnica que impusieron los conquistadores para justificar la
colonizacin, fue adoptada por los criollos de la clase dominante para a su vez,
justificar la separacin de Espaa y legitimar su poder en los pases independientes. La
cultura dominante por tanto, sigui siendo la de los hijos de europeos. La misma que
imper y se difundi desde los nuevos centros de dominacin neocolonial despus de
haber obtenido la separacin de las metrpolis y que continu predominando. Ni los
indios ni los negros han alcanzado los niveles de igualdad consagrados en el Derecho,
pero no en el hecho.
La conmemoracin del V Centenario puso el acento en las sociedades
autctonas americanas; por ello, se hace imprescindible entre nosotros, el anlisis de
las sociedades negras y toda la rica interaccin entre ambos pueblos y los europeos,
pues slo as se completa la reflexin sobre la cultura americana. No se trata de una
tarea nueva, sino de vigorizar los programas que estn en marcha e insistir ante las
organizaciones internacionales para multiplicar los esfuerzos en la creacin de centros
de investigacin y museos regionales e interregionales de las culturas afroamericanas.
Los logros que culminen con estas instituciones permitiran, al mismo tiempo, la
creacin de los productos culturales de sntesis y resumen: los libros, discos, cine y
otros medios para que se reconozca uno de los componentes fundamentales de la
poblacin americana, ms all del prejuicio y del olvido.
En el Coloquio Internacional sobre La Tercera Raz (Mxico 1992) se
examinaron los acontecimientos de fin de siglo, revelndose como ms notables los
conflictos tnicos en el mundo entero. El culto a la tecnologa creando la desigualdad
social, la pobreza, el subdesarrollo, la explotacin de las masas campesinas y obreras,
ha originado tambin los conflictos nacionales internos y generado violentos
antagonismos. Las diferencias tnicas, manipuladas por los grupos en pugna por el
poder, han desembocado en algunos pases en guerras civiles con su secuela de
drsticos cambios en las sociedades y miles de muertes ante la indiferencia o la
impotencia internacionales.
Actualmente, como en el siglo XVI, hay etnias que mueren violentamente,
poblaciones enteras en vas de extincin; los actos de genocidio se multiplican en un
mundo altamente tecnificado. Con frecuencia, el shock biolgico - bacilar y viral -
entre poblaciones que entran en contacto repentino, causa un descenso considerable en
la demografa. A causa del ecocidio generalizado en el planeta numerosos grupos
tnicos se extinguirn antes de alcanzar su florecimiento y expansin cultural; otros
ms, privados de sus derechos durante siglos, estn en pie de lucha impugnando las
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estructuras polticas y mentales que pretenden mantenerlos en la marginacin, la
opresin y la negacin de sus valores, stas son las condiciones en las cuales la
mayora de los pueblos afroamericanos e indoamericanos mantienen su resistencia
cultural aferrados ante todo, a su herencia ancestral.
Roger Bastide llam Las Amricas negras a las culturas creadas por los
africanos y conservadas por sus descendientes. Otros empleamos el trmino
Afroamrica en el mismo sentido, abarcando desde el nivel de la estructura econmica
hasta el de las representaciones colectivas, es decir, todo aquello creado por el hombre
negro americano; tcnicas de produccin y formas de trabajo, sistemas de
conocimiento y de pensamiento, artes y lenguas que, en su conjunto, constituyeron el
universo cultural de los pueblos afroamericanos y que le da sustento a nuestra Tercera
Raz.
Los movimientos culturales en Amrica nos conducen hacia el reconocimiento
de nuestros orgenes; a medida que asumimos nuestra identidad, somos, al mismo
tiempo, ms especficos y ms universales. Desde los movimientos de la Negritud y el
Panafricanismo surgidos en Amrica, los pueblos afroamericanos convocan a sus
raices y proyectan en frica su ideologa y su cultura, las religiones afroamericanas se
identifican en una nueva fusin con su ancestralidad. Esto es reflejo del anhelo que
inspira el mundo moderno de los pueblos pacficos, aquello que fue creado por la
fuerza puede ahora, pacficamente, ir al encuentro de su raz.
Pero no se puede pretender la autonoma de las culturas afroamericanas, pues
por muy distintas que parezcan, son inseparables del campo cultural global, en el cual
y en relacin al cual, se configuran y se desarrollan de manera particular, Afroamrica
designa algunas formas especficas que integran la cultura global americana. De ah
que se insista en que toda cultura o subcultura , se inscribe en un sistema de
intercambio en el que se efectan los procesos de asimilacin, influencias y oposicin.
La singularidad e importancia de las culturas afroamericanas, se debe tratar con
un enfoque interdisciplinario, en el cual, la Historia, la Antropologa y otras disciplinas
como la Sociologa, analicen los modelos culturales implcitos y explcitos que
reglamentan la conducta y los valores de esos grupos. Estos sistemas, considerados
microculturales en relacin a la cultura mayoritaria, han desarrollado mecanismos de
retencin de lo africano, con una dinmica propia en cada regin. (L.M. M. Montiel,
La Tercera Raz, 1992)
Desde las primeras dcadas del siglo XVI en que se comprueba la presencia
histrica del africano en Amrica; la demografa del comercio de seres humanos que
fueron arrancados al continente africano ha sido como ya se dijo, mltiples veces
discutida: segn Du Bois el nmero de esclavos deportados es de 15.000,000; De la
Roncire seala 20.000,000. Un clculo que incluye a los que moran en los barcos
negreros, durante la travesa (35%), en los depsitos de esclavos en las costas africanas
(25%), o bien, en el trayecto del interior del continente a los puertos de embarque
(50%) e, incluso, en las caceras de los traficantes (50%), eleva la cifra de los
sacrificados. Segn se ha confirmado, llegan a Amrica 40.000,000, lo que significa
para algunos demgrafos, que fueron capturados, esclavizados o asesinados, 385.142
africanos todos los meses, es decir 1.056 diariamente durante los casi cuatro siglos que
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dur la esclavitud. Habiendo recibido esa enorme fuerza de trabajo y esa presencia
cultural tan importantes nuestra deuda con frica es infinita.
Remitindonos entonces a la demografa, tomemos el caso de Mxico. Los
esclavos introducidos por la costa atlntica principalmente, al ser factor de mezcla
racial adems de mano de obra, llegaron a constituir en su descendencia amplios
sectores que conformaron la base del mestizaje mexicano. As ha quedado plenamente
demostrado en las recientes investigaciones sobre la poblacin colonial de diversos
estados de nuestra repblica, en los que se confirma la presencia africana y sus
aportaciones en la economa, en la estructura social y la cultura. El hecho de haber
conservado en mayora a la poblacin indgena, el rea mesoamericana en su conjunto
representa un mestizaje en el que el negro fue ms numeroso que el espaol
En cuanto a los niveles de africana en las culturas latinoamericanas debe
considerarse el desarrollo de una red de relaciones entre Amrica y frica a lo largo de
los siglos de esclavitud, y en los subsecuentes despus de las independencias de los
pases americanos en el siglo XIX que se reforz en el XX con la influencia ideolgica
de los afroamericanos en los movimientos de independencia africanos, todo lo cual
deriv en un complejo sistema de sobrevivencias, nuevas influencias e intercambios en
todos los niveles de la cultura. La presencia africana como factor histrico, de hacerse
consciente, podra constituir una fuerza integradora entre los pases de Amrica Latina
y el Caribe. Tambin en los Estados Unidos, slo para hacer una breve referencia a
este caso, ha sido ampliamente reconocida la contribucin africana como elemento
formativo y punto de partida en la tradicin cultural. Los afroamericanos recrean lo
que se ha llamado, en un lenguaje especializado, el folk-life, es decir, la sntesis de
rasgos africanos y europeos legitimados en Amrica y, por lo tanto original, con una
forma de lenguaje que al paso de los aos, alberga formas, estilos y estructuras
propias.
La msica y el ritmo siguen siendo un componente esencialmente integrador en
frica y por herencia, en Amrica; en todas las culturas de los dos continentes son dos
elementos indispensables de las actividades comunitarias, sociales y religiosas. En
Estados Unidos, tienen esa funcin, acompaar los actos de la poblacin afro y por
extensin o adopcin la de los anglos tambin.
Esta tradicin forma parte de las relaciones culturales, siempre vigentes entre
frica y Amrica. Es un hecho muy reconocido que en el proceso de la creacin
cultural en Amrica Latina y el Caribe, se han producido formas y tcnicas musicales
de origen africano adaptadas e incorporadas a las sociedades locales, que patentizan el
mestizaje en el desarrollo cultural entre pueblos y pases de origen comn. ste, es
tema de una nueva historia cultural.
En la tradicin oral y el valor de la palabra, residen otros rasgos que revelan
afinidad entre los descendientes de africanos; se manifiesta en lo que se llama en
nuestro continente la "cultura criolla", que permea todas las clases sociales. A dicha
tradicin debe drsele preferencia en la nueva historia cultural. El estudio de la
literatura popular y la tradicin oral es fundamental para reescribir la historia de las
sociedades afroamericanas. Hasta ahora, esta fuente de valor inapreciable ha sido
explorada bajo ngulos diferentes, segn las disciplinas de los estudiosos que se han
interesado en ella. Los folcloristas han visto en estas formas de expresin colectiva
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sobrevivencias de otras ya desaparecidas; los etnlogos las interpretan como un reflejo
de la sociedad contempornea y un modo de enseanza o de transmisin de los valores
de grupo; los psiclogos, en fin, las explican como medio para expresar aspectos del
inconsciente colectivo.
Reescribir la historia cultural de nuestra Amrica es un imperativo que se hace
ms urgente en este momento de revaloracin de ms de 500 aos de intercambios
interocenicos desde la llegada de los europeos a nuestro continente. La proyeccin de
Amrica en el Viejo Mundo y en frica misma, se realiza ya, en un flujo de retorno,
no slo ideolgico y cultural. Entre los factores que deben integrarse a esa nueva
historia, dos son prioritarios: los lazos genticos y culturales que unen a los pueblos de
frica y Amrica y el incontestable pluralismo cultural de nuestras sociedades
actuales, que tuvo su origen en el mestizaje.
La idea del pluralismo implica, en relacin a la cultura, el rechazo a toda
definicin elitista; la afirmacin del patrimonio colectivo da reconocimiento a otras
nociones que se derivan de ella, como la de "culturas populares", que sin establecer
jerarquas, definen los componentes especficos que dentro del conjunto total son del
dominio de amplios sectores sociales. La cultura, al ser enseada y aprendida como un
sistema de obras, modelos de referencia y normas, obliga a que en la poltica
educacional y de difusin cultural, se tomen en cuenta las particularidades de los
diferentes medios sociales que producen sus formas especficas de cultura.
La historia, al incorporar la raz africana, har ms comprensible el mestizaje
como proceso global que produjo, adems del crecimiento de las fuerzas productivas,
una pluralidad de bienes culturales: lenguas criollas, tradiciones orales, religiones
sincrticas, entre otros aportes no menos importantes que ya se han sealado. En la
crisis actual que abarca la economa y los valores de la cultura, se nos ofrece un
momento propicio para reajustar los lazos de identidad que pueden auxiliar en el
planteamiento de nuevos proyectos, actuando igualmente, como refuerzo en los
acuerdos econmicos y las alianzas polticas.
Amrica es, en su conjunto una, y diversa en su pluralidad. No hay futuro
posible sin la participacin plena, a la cual tienen derecho todas las etnias que la
conforman. Cualquier rechazo a nuestras races indias, europeas o africanas, impide
erradicar los conceptos racistas que, de una u otra forma, cuestionan nuestra identidad,
pues como se ha afirmado, "todo pueblo que se niega a s mismo est en trance de
suicidio".
La esclavitud africana en Amrica, a partir de la trata negrera atlntica y el
sistema esclavista, nos plantea numerosas particularidades dentro de la complejidad
general. En esta vasta problemtica encontramos un denominador comn que tiene su
origen en Amrica: el negro, es decir el africano convertido en mercanca y en esclavo.
Para estudiarlo como agente cultural, es preciso ubicarlo en los dos contextos que le
dan origen. Por una parte, el de la trata negrera que lo capturaba en su hogar nativo y
lo venda en Amrica; y, por la otra, en el sistema esclavista que le impuso el trabajo
forzado en el rgimen colonial americano. Debemos partir estudindolas sus culturas
de origen y devolverle su dimensin cultural e histrica.
Con frecuencia se han empleado frmulas matemticas fras y rigurosas en la
historia econmica del negro. Pero, para la historia integral de la trata atlntica, se
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imponen otros procedimientos si lo que se busca es obtener una visin completa del
papel sociohistrico y cultural del africano.
En una perspectiva terica ms actual, despus de inventariar las fuentes
documentales de que se dispone en pases europeos y americanos, stas deben
utilizarse de diversas maneras y con distintos enfoques.
En reuniones internacionales, los expertos han examinado las repercusiones de
la trata en frica y en los pases receptores, as como en los pases europeos que la
originaron. Se ha buscado obtener una evaluacin no solamente de la importancia
numrica de la poblacin deportada de frica sino tambin, de las consecuencias sobre
la evolucin y el crecimiento de las fuerzas productivas en Amrica y del
financiamiento de la revolucin industrial en Europa.
En efecto, diversos especialistas han examinado el enriquecimiento de las
economas y el desarrollo industrial de los pases europeos procurado por el comercio
de esclavos, en particular durante la fase de acumulacin primitiva del capital, as
como el enriquecimiento de las tierras receptoras de la mano de obra africana. Los
estudios se han multiplicado particularmente durante los ltimos treinta aos,
intentando hacer una evaluacin de los mismos y por otra parte, examinando las
consecuencias de la mezcla cultural en las mentalidades y en las estructuras sociales y
econmicas de los pases americanos.
Dentro de estos trabajos, es importante el examen de las posiciones y la
evolucin de la doctrina de las Iglesias cristianas, que intervinieron e incluso
respaldaron y tuvieron intereses en el comercio de esclavos africanos, sobre todo en
los siglos XVII y XVIII.
Sin embargo ahora, se hace necesario ya un estudio de conjunto sobre el papel
de los africanos y los afroamericanos en el desarrollo econmico, social y cultural de
Amrica; esto requiere la organizacin de redes de investigacin interdisciplinaria
integradas por especialistas, sobre todo de los pases con poblacin de ascendencia
africana; de este trabajo de conjunto se derivarn nuevos conocimientos aprovechando
el avance y desarrollo de las ciencias sociales. Es importante tambin, crear directorios
e inventarios de las fuentes de documentacin disponibles en toda Amrica para el
estudio integral, tanto de la trata como de la esclavitud y de sus consecuencias
econmicas y culturales en todo el mundo.
En los coloquios y reuniones auspiciados en las dos ltimas dcadas por la
UNESCO, se ha favorecido la realizacin de los objetivos cientficos apuntados y se
ha establecido, como necesaria, la vinculacin de lo afroamericano con su tronco
africano; para avanzar en esta tarea compleja todava se requieren recursos que rebasan
las posibilidades y presupuestos nacionales que se conceden a este campo de
investigacin. Los materiales impresos y la bibliografa existente, en muchos casos, no
han transpuesto las fronteras del pas en que se producen. No obstante puede afirmarse
que actualmente existe un creciente inters por difundir los valores de Afroamrica; as
lo indican las innumerables expresiones culturales que incluyen al negro como tema y
como protagonista en la literatura, poesa, msica, danza, escultura y pintura. Pero el
negro est presente no slo en las Bellas Artes, su mbito ancestral y natural lo ubica
en la cultura popular, es ah donde habremos de buscarlo porque es donde siempre ha
hecho sus mayores aportaciones.
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Estas investigaciones, de tomarse en cuenta, podran orientar los programas de
desarrollo asociados a los problemas caractersticos de los pases de Amrica Latina: el
cambio social y cultural, la problemtica de la reforma agraria, la educacin y el
mejoramiento de las condiciones de vida de la familia rural y la de los barrios urbanos.
Son problemas de inters mundial que tienen una gran importancia sociolgica y
poltica. En los ltimos aos numerosos especialistas desde diversas posiciones
polticas, han estudiado las relaciones econmicas entre negros y otras minoras
marginadas en Estados Unidos, el Caribe y Sudamrica. Los negros siguen siendo
tema en revistas y peridicos y continan estando relacionados con lo que se ha
llamado las "subculturas". Las migraciones a los centros industriales de los pases del
norte ocasionan la desintegracin familiar, los choques intertnicos y la formacin de
ghettos en zonas pobres. El tpico de las minoras y su asimilacin a las culturas
mayoritarias son, hoy en da, materia de discusin en libros, ensayos, revistas,
peridicos, coloquios y reuniones internacionales,
Con las independencias de los pases americanos, el negro pas de esclavo a
ciudadano; se cuestion entonces, como en el caso de los E.U. ya mencionado, su
capacidad de asimilar los modelos de cultura anglosajona o latina, considerndose que
su cultura, costumbres diferentes, formas de pensar y de sentir impedan o, por lo
menos, ofrecan serios obstculos para su incorporacin a las sociedades americanas y
a la cultura occidental. Resulta muy relevante, que hayan sido justamente las religiones
afroamericanas las que inicialmente llamaran la atencin de los primeros
investigadores como Nina Rodrguez en Brasil y Fernando Ortiz en Cuba; en Hait se
pens tambin al principio que el vud, como religin de la masa rural compuesta de
negros era el mayor obstculo para el desarrollo econmico y social de la isla. Sin
embargo fue en ese pas precisamente, donde se dieron los primeros pasos del
movimiento de la Negritud, reclamando el reconocimiento del vud como fuente
cultural y no como un conjunto de "supersticiones", ya que su desprestigio se debi
mayormente, al desconocimiento de esta religin. La ocupacin norteamericana en
Hait fue lo que despert el nacionalismo de la lite que llev a la toma de conciencia
y a la unidad cultural. Todos los haitianos reivindican su herencia africana.
Lo anterior nos lleva a constatar que el estudio de la cultura de los negros en
Amrica se ha abordado desde una perspectiva ms poltica que cientfica; desde el
principio, el tema est bajo la influencia de una ideologa, bien sea sta una ideologa
racista, de rechazo a los valores de la cultura afroamericana o una ideologa de
reivindicacin de esos mismos valores, como la del movimiento de la Negritud.
En las ltimas dcadas, la ciencia ha ido rompiendo sus nexos con la ideologa;
esta ruptura ha tenido el mrito de aplicar sistemticamente los anlisis y las teoras
cientficas al estudio de las supervivencias africanas, en lo que Roger Bastide llam,
como ya se ha citado, Las Amricas negras. No obstante, no puede afirmarse que los
lazos entre la ciencia y la ideologa estn totalmente rotos, parecera que no es posible
una neutralidad y una objetividad absolutas en una poca como la presente, en la que
el problema de integracin racial y tnica se plantea en todo el mundo, especialmente
en pases en donde dicha integracin ha tenido facetas violentas. En el Caribe, se da
actualmente un gran movimiento religioso que recrea las antiguas formas de los cultos
de Santera de origen nigeriano; es como un segundo retorno a la africana radicada en
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estas religiones llamadas sincrticas; se trata de una prctica de los grupos tnicos que
hoy estn en plena actividad y que realizan una reinterpretacin de sus propias
tradiciones. Con estas manifestaciones de identificacin hacia lo africano se
comprueba que la esclavitud, contrariamente a lo que se haba pensado, no destruy
totalmente la cultura negra. Cuando se habla de la asimilacin del negro americano, no
debe pensarse sino en el paso de la desorganizacin impuesta por el blanco a una
reorganizacin de los ncleos negros, segn las posibilidades y modelos que le permite
la sociedad mayoritaria. Ms an, la prctica cotidiana de algunas religiones como la
Santera, que comnmente se tena como "cosa de negros", incorpora cada vez ms a
sectores no negros de los pases en donde se practica. Estos rituales colectivos de
convivencia religiosa dan como resultado la africanizacin del blanco; lo que
demuestra que fue en el largo proceso de mestizaje, cmo negros, blancos e indios
introdujeron nuevas formas de vivir, de bailar, nuevas creencias y hasta recetas
culinarias originales.
Es oportuno recordar en este punto, lo que Bastide propona en su obra:
La ideologa de la negritud nacida en las Antillas, pretende enraizar de nuevo al negro
americano en sus culturas ancestrales; el sabio que se inclina sobre los problemas
afroamericanos se encuentra implicado, quiralo o no, en un angustioso debate, pues de la
solucin que se le d, saldr la Amrica del maana.
En la actualidad, es ya una efemride en la historia de Amrica la participacin
que tuvieron los afrodescendientes en las luchas de independencia. En las filas de los
ejrcitos insurgentes hubo negros y castas que haban adquirido la conciencia libertaria
a fuerza de resistir durante siglos a la dominacin colonial luchando contra las fuerzas
coloniales. De hecho, se les reconoce un papel importante en la liberacin de nuestro
continente, pudiendo afirmar que fueron los cimarrones, quienes, al minar el poder
colonial desde sus cimientos, marcaron la ruta de la libertad americana; el caso de
Hait primer territorio libre de Amrica, confirma que la idea de la libertad en Amrica
fue herencia de los esclavos africanos.
La oposicin entre el negro y el indio se procur, incluso por la va legal, con
prohibiciones, por ejemplo el matrimonio entre negros e indias; evitando as que los
descendientes, que adquiran por ley el estatuto de la madre, fuesen libres;
innumerables procesos atestiguan la rivalidad racial entre indio y negro. Al decir que
fue un invento del blanco, no se niega que haya existido, sino que esta oposicin
estuvo alimentada, mediante las mismas leyes, por el poder europeo.
A pesar de todo, el negro y el indio se mezclaron, la fusin comenz tan pronto
como se establecieron los primeros contactos; pueden haber sido espontneos o
forzados por las leyes o por los propios amos, pero de esta unin mltiple y
permanente se fue conformando la poblacin de mestizos que, actualmente, son la
mayora de nuestras poblaciones, especialmente en Iberoamrica. El mestizaje, por
consecuencia, signific la interrelacin cultural y el surgimiento de civilizaciones que
ms propiamente debieran llamarse, como ya se ha propuesto: culturas indoafroeuro-
americanas.
Las consecuencias de la crisis de crecimiento por la que el mundo atraviesa
actualmente, deben combatirse en el terreno de la educacin con la afirmacin de la
identidad, basada sta en el reconocimiento y la difusin de todas nuestras races.
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 19
Dentro del marco de los acuerdos econmicos entre pases pobres y ricos, la cultura de
los primeros parece estar en peligro por su desventaja material. Si por cultura
entendemos la totalidad de las realizaciones de una nacin, sean stas de orden
material o espiritual, una de las primeras conquistas de la ciencia antropolgica en el
siglo pasado, fue la de hacer reconocer que no hay sociedad sin cultura y que todos los
grupos humanos son detentores de una herencia cultural que no puede ser disuelta ni
cancelada por un cambio en la estructura econmica. El patrimonio cultural estar a
salvo siempre y cuando se mantenga tanto en el discurso oficial, como en las
instituciones educativas de carcter pblico o privado. Los acontecimientos en el
mundo de hoy son elocuentes a ese respecto: los valores tnicos constituyen el reclamo
general de la humanidad.
En Amrica, los factores que caracterizan su evolucin cultural residen por
igual, en el vigor de las culturas precoloniales, en las creaciones del mestizaje durante
los siglos de dominio colonial y en las transformaciones producidas durante las etapas
posteriores a la formacin de las nuevas naciones independientes. A este respecto,
Vasconcelos escribi:
En la Amrica espaola ya no repetir la Naturaleza uno de sus ensayos parciales, ya
no ser la raza de un solo color, de rasgos particulares, la que salga de la olvidada Atlntida;
no ser la futura ni una quinta ni una sexta raza, destinada a prevalecer sobre sus antecesoras;
lo que de all va a salir es la raza definitiva, la raza sntesis o raza integral, hecha del genio y
con la sangre de todos los pueblos y, por lo mismo, ms capaz de verdadera fraternidad y de
visin realmente universal
y Leopoldo Zea, aade:
Todos iguales entre s por ser distintos, pero no tan distintos que unos pueden ser ms o
menos hombres que otros.
Desde la conquista, los pases americanos han estado orientados hacia la
asimilacin de los valores de Occidente pero, por otra parte, la bsqueda de la
identidad de las poblaciones producto del mestizaje es an hoy da, un propsito vital.
Nuestra historia, en los dos ltimos siglos es, en parte, la suma de las dificultades o
logros por consolidar un proyecto de cultura nacional. En la nueva historia se deben
incluir todos los procesos y movimientos culturales -como el de la negritud- que han
contribuido a la formacin de esa identidad como pueblos multitnicos y plurales.
Hace falta, pues, para activar los factores de la identidad, escribir una nueva
historia que incluya la de nuestros indios y nuestros negros, adems de los europeos.
En consecuencia, en varios pases de Amrica tendramos que crear en los museos los
espacios que difundan la existencia de nuestra tercera raz africana y sus actuales
expresiones.
Para realizar todas estas acciones, debemos contar, ante todo, con los
organismos internacionales y los que cada nacin tiene a su cargo la tarea educativa;
debe insistirse en estos foros en el trabajo conjunto de los especialistas que son el
producto de aos de preparacin y de reflexin acerca de los problemas que plantea la
educacin de las poblaciones en los pases americanos. "La historia -dice el pensador
veracruzano Arreola Molina-, no se derrumba, la historia sigue ah, los pueblos que no
valoran su pasado no son capaces de imaginar un porvenir acorde con su trnsito por la
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REVISTA DEL CESLA No. 7 20
historia". Por lo dems, son precisamente los pueblos de Amrica quienes reclaman su
identidad y la conservacin de sus tradiciones.
Para proponer un debate en torno a la enseanza de la historia multicultural de
Amrica, se han propuesto en varios foros internacionales algunas recomendaciones
con un enfoque adaptado a sus variantes geogrficas, teniendo como directrices:
El mtodo interdisciplinario: Historia, Sociologa, Antropologa, Economa.
La crtica, por igual, del paternalismo folclorista y las visiones etnocentristas, para ir hacia la visin americana de un fenmeno continental en un proceso
esencial de autorreconocimiento.
Trabajar contra la erosin de la cultura de las poblaciones afroamericanas por una poltica dominante de desarraigo donde su idioma, religin, vestido, vivien-
da, comida y modelos de comportamiento, junto con sus valores ticos y estti-
cos, tratan de ser borrados en funcin de objetivos productivos, so pretexto de
modernidad y desarrollo.
Combatir el racismo disfrazado con las caractersticas de la sociedad bipolar donde las diferencias clasistas se unen con las diferencias fenotpicas.
Apoyar el doble movimiento defensivo del hombre negro americano que ejerce o renunciando a sus valores de origen que la cultura dominante le ha enseado a
despreciar, o refugindose en ellos como recurso de identidad y sobrevivencia
cultural amparado en su cultura y su color.
Revisar el pasado y el presente de las culturas portadas por los esclavos negros, la revitalizacin y readaptacin de esas culturas en el mundo moderno, con el
surgimiento de las nacionalidades africanas y los movimientos sociales que se
expresan en las teoras de Marcus Garvey, la negritud de Aime Cesaire, el black
to frica de Jamaica o el black is beatiful de los aos 60.
El anlisis de la negrofilia y la negrofobia como respuesta a los reclamos de los afroamericanos.
Intentar el avance hacia una visin de autntico autorreconocimiento: lo que signific y significa la presencia africana en Amrica.
Todo lo anterior se puede renovar peridicamente en los dilogos
interculturales entre Africanos y afroamericanos fundamentados en los lazos culturales
que existen y unen a los pueblos de las dos orillas atlnticas.
La expresin de las retenciones africanas en realizaciones culturales y
contenidos ideolgicos en varios pases de Amrica Latina y el Caribe, constituyen la
red de lazos culturales que han unido y siguen comunicando al continente africano con
esta parte de Amrica que hemos venido llamando Afroamrica aplicado a los
contenidos de africana de todas las culturas americanas.
El trfico de esclavos traslad a representantes de los ms diversos grupos
bantes y sudaneses. Esta diversidad tnica signific una pluralidad de costumbres y
concepciones del universo que aunada a la diversidad de vas y pautas de integracin
en la estructura econmica de la Colonia, crearon diferentes zonas de influencia
africana con sus consecuentes manifestaciones culturales regionales.
En Brasil, los negros de origen bant del Congo y Angola fueron repartidos en
pequeos grupos en las plantaciones, principalmente en el centro del litoral brasileo:
Ro de Janeiro, Guanabara, Sao Paulo, Minas Gerais y Espritu Santo. Los de origen
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 21
sudans fueron concentrados en las zonas urbanas y suburbanas de los estados del
norte y del noreste del litoral: Baha y Pernambuco, particularmente en sus capitales:
Recife y San Salvador. En esta ltima se reconocen an barrios y calles que estuvieron
ocupados por los diversos grupos tnicos de origen sudans, verdaderos ghettos en los
que continu viva la cultura y la tradicin de cada nacionalidad.
Los nag -grupo sudans- fueron trados en siglo XIX y concentrados en una
zona rica y desarrollada, en el marco de una economa floreciente y centros urbanos en
apogeo; procedan de una de las civilizaciones del mundo africano ms urbanizadas.
Estos grupos de cultura Yoruba preservaron con eficacia sus creencias y costumbres.
Los estrechos lazos que los unieron hicieron posible la implantacin de su religin y la
prctica de sus cultos.. El vehculo fundamental de cohesin cultural fue la poderosa
tradicin oral, segn la cual la identidad de origen los agrupaba como descendientes de
un mismo ancestro mtico: Oduwa; su lugar de procedencia era tambin mtico: la
ciudad santa de Ile-Ife, cuna de la cultura yoruba desde donde se propag su influencia
a todo el oeste africano (siglos XII y XIII); en Amrica la expansin de sta cultura se
realiza por su dinmica incluyente, que le permiti absorber a los esclavos que estaban
fuera de las organizaciones comunitarias. En Cuba ocurre lo mismo con la cultura
Yoruba, los esclavos de esta etnia provenientes de una civilizacin urbana impusieron
el culto a los orishas africanos. En Brasil los nag logran constituir una organizacin
tnica que les permite establecer casas de culto para venerar a las deidades africanas y
el culto a los ancestros ilustres o Egungun, manteniendo con ello los lazos de unin
con la tierra de sus antepasados.
De esta manera se implanta pblicamente la tradicin africana. Las casas de
culto y la religin sincrtica afro-cristiana han sido hasta hoy un complejo cultural en
el que la liturgia incluye la danza y el canto ancestrales. La tradicin religiosa es la
institucin guardiana de la africanidad latinoamericana.
En otros pases: Colombia, Venezuela y Per, la dispora africana tambin deja
su huella profunda en los sistemas religiosos, la mitologa y las prcticas mgico-
curativas. Muchas de las formas de ritualizacin del ciclo vital rebasan el plan litrgico
para convertirse en un cdigo de normas y formas de vida. Es de notar que las
poblaciones caribeas reconocen en el pasado colonial su origen comn por la
presencia africana, e incluso mantienen una tradicin que se considera ms
conservadora que la que se encuentra en frica.
El Caribe ha incorporado la influencia africana en diversos momentos que van
desde el periodo colonial hasta los procesos recientes, ha intensificado los lazos de
africana en el contacto con los movimientos de liberacin de las nuevas naciones
africanas (principalmente Cuba y Jamaica) reanudando los intercambios y
reconocindose como miembros de una comunidad cultural unida por los lazos
ancestrales. As lo han declarado los lderes de los movimientos de liberacin
africanos. La concientizacin entre los afrodescendientes se alimenta en el sentimiento
de pertenencia comn a una cultura con tres races fundamentales: la autctona, la
europea y la africana cuyos valores fueron legados por los antepasados esclavos. Las
nuevas generaciones pasan actualmente por un despertar que les impulsa a
identificarse en ellos y a transmitirlos, es muy probable que en los tiempos que vienen,
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REVISTA DEL CESLA No. 7 22
con la emigracin incesante de sudaneses, magrebinos y bantus a la Unin Europea,
esa africana forme parte de la identidad de sus descendientes.
El trmino "Afroamrica" en principio no debe hacernos pensar en un sistema
cultural autnomo como tampoco el de "Indoamrica". Al usarlos no se est sealando
una divisin en la que quedan por un lado lo indio y por otro lo africano. En realidad
lo "americano" es una fusin de lo europeo, lo indio y lo africano; lo "americano" y
ms precisamente lo Iberoamericano incluye todas esas herencias.
En cuanto a los bienes culturales, los organismos internacionales con
frecuencia convocan a los productores y promotores de cultura, para discutir la
problemtica de su comercializacin que afecta a quienes los producen. El mercado al
mismo tiempo que los transforma como patrimonio, los hace perder su valor original
cuando se convierten en un producto de consumo masivo.
Los expertos piensan que esta comercializacin es inevitable puesto que
obedece a la dinmica de la internacionalizacin y la globalizacin que llevan a su
inevitable mercadizacin. El conflicto surge con los propios productores de cultura que
reclaman la difusin de sus obras aunque ellos no la determinan en los organismos
internacionales. Es el caso de las religiones afroamericanas, las mas explotadas (a
veces por los practicantes mismos) que venden su universo simblico al mercado que
opera en el marco de las fiestas populares y las celebraciones religiosas.
Cabe decir que en los espacios donde conviven tradiciones de diferente origen,
como son los espacios religiosos sincrticos, no se puede establecer una frontera
rigurosa de los bienes culturales porque stos son propiedad colectiva y su reclamo
procede de los diferentes grupos que los reconocen como propios. Estas situaciones a
veces se complican cuando se argumentan las diferencias que dividen a los mismos
grupos, lo hbrido como paradigma viable sera la armonizacin de la diferencia, que
depende de las polticas culturales. No necesariamente las empresas comerciales son
las nicas demoledoras de las obras culturales, tambin el Estado lo puede ser.
Las instituciones contra la iniciativa privada pretenden una nueva relacin entre
el estado, la Academia y la sociedad civil organizada. En sta circunstancia los bienes
culturales estn an desatendidos. Se recomend en una de las conferencias mundiales
el derecho a la territorialidad, pero no los derechos de autora de los que producen la
cultura y menos cuando son comunitarios.
Algunos de los bienes culturales afroamericanos relevantes y de gran impacto:
la danza, la msica y los rituales sagrados, que expresan la manera de sentir y de
pensar el tiempo, se han convertido en las formas alternativas de salvar la crisis y al
mismo tiempo la incorporacin de elementos que llevan los afrolatinos a los Estados
Unidos y a Europa. Ah la globalizacin empobrece la msica y se pierde las
caractersticas originales de estas creaciones culturales. El valor musical y rtmico es
diferente en el circuito comercial y en el original. Hay que conciliar con la poltica
cultural las finalidades de comercializacin que debe ser controlada por los
productores mismos. Es posible tambin que los compradores de "lo extico" puedan
tambin destruir la originalidad del bien cultural.
En los mercados de "falluca" se puede encontrar la msica que no se encuentra
en el mercado convencional, es decir que la piratera cultural beneficia a los
compradores que no tienen recursos para comprar en el mercado el producto
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 23
lcitamente comercializado o que no encuentran ciertos gneros que han sido excluidos
por el mercado formal.
En este contexto hay poblaciones de afrodescendientes que estn excluidos de
lo afroamericano porque no han entrado siquiera a lo extico. Aparecen fuera de la
visibilidad. Es el caso de los afrocolombianos, afrobolivianos y afromexicanos. Por
otra parte, las industrias globales del entretenimiento estuvieron precedidas por una
academia noratlntica que excluy al eje Per-Venezuela del mbito afroamericano.
En la visin oficial, Afroamrica son Brasil y Cuba. Indoamrica corresponde a
Mxico-Per. Bajo sta estrechsima y excluyente definicin, muchos
afrodescendientes y sus creaciones son invisibles. En Colombia la invisibilidad del
negro se mantiene en el esquema de la cultura nacional, no obstante que las religiones
de transe se interpretan como supervivencias de la exgesis Bant. Los especialistas
sostienen que el consumo de las guerras est alimentado por el narcotrfico. En ellas
est involucrada la poblacin de afrodescendientes y por la precariedad causada por
ellas, en su conexin tnica, los sectores que participan se ven sometidas a guerras
territoriales de largo alcance. Sabemos bien que en estos conflictos el remitente es el
imperio que est dotando de armas a las partes en conflicto. Lo que preocupa en fin, es
el aniquilamiento tanto fsico como cultural. El consumismo de todas las mercancas
abarca las guerras tambin. En todos los casos, las etnias involucradas no son "los
majors" en la resolucin de los conflictos.
Al tratar los temas de la cultura popular, se dice que el carnaval es un
instrumento de captacin y de preservacin porque cuando sale a la calle se convierte
en disfraz y en la antitesis de lo propuesto originalmente, actualmente es una forma de
captacin conciente que lleva el afn de coincidir con la comercializacin. Se
abandonan los componentes de rebelin y se adoptan los de consumismo. La
globalizacin cosmopolita lleva a la fragmentacin local.
Pero se dice tambin que de la circulacin de los bienes culturales surgen
tambin nuevos elementos. No se puede negar que las artes plticas son producciones
nicas y elitistas, el control del mercado en Nueva York internacionaliz e hizo elitista
la produccin. Sin embargo en la actualidad se ven en mayor rango de circuitos
internacionales los artistas que en sistemas anteriores no tenan espacio. Con esto se
desplaza la cultura etnocntrica y va tomando espacio en el mbito internacional en el
que hay diferencias y diversidades culturales dentro de la perspectiva de un lenguaje
internacional. Lo nacional, finalmente, sale a la superficie como bien cultural por el
contexto y la manera de abordar los temas en las creaciones culturales. Siendo crticos
y autocrticos debemos activar, en una situacin de globalizacin, la accin defensora
de los bienes culturales en las estructuras que nos lo permiten.
La resistencia de los sujetos que se ven involucrados en la globalizacin, se
manifiesta en la activacin de las diferencias culturales en conflicto. En esto vale la
pena observar los planteamientos de las doctrinas pluralistas: "somos vecinos y
tenemos que arreglrnoslas para vivir juntos".
A propsito de la invisibilidad del negro se seala a Argentina como caso
paradigmtico de transformacin en los aos 80. en que comienzan a existir los
negros. En este pas tanto el negro fenotpico como el negro simblico se contemplan
como una construccin. En 1976 Adrews hace su estudio del negro invisible. El negro
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REVISTA DEL CESLA No. 7 24
como representacin y construccin es un producto europeo. Tambin hay formas para
definirse en lo cultural y lo poltico, por ejemplo las asociaciones caboverdianas que
captan a los no negros. El negro simblico o tnico llega con la africana filosfica y se
refugia en las religiones afrobrasileas que captan tambin gente de diversa
procedencia. En este punto se seala el renacimiento del Candombe argentino que
existi siempre y late an en el ritmo del tango y de otras msicas. El ocultamiento o
la argentinizacin del negro se puede observar an en la grfica; el negro cultural se
silenci en los textos y el negro racial se mantuvo oculto. Iberoamrica es el espacio
donde la raza y la etnicidad van separadas, al contrario de lo que ocurre en
Norteamrica.
En este punto se ve la importancia que tiene el papel del investigador en el
estudio de la realidad y que debe ser redefinido, porque el financiamiento muchas
veces define la metodologa y las lneas de enfoque, que imponen los modelos de los
Estados Unidos.
Volviendo al aspecto que preocupa a los investigadores en relacin a la prctica
cultural cuando se le pone en un nivel protagnico, podemos tomar como ejemplo la
celebracin pblica de las representaciones simblicas y colectivas. En estas
celebraciones subyace la negociacin de los smbolos sagrados de una cultura. Es el
caso de algunos festivales que insertan ceremonias religiosas llamadas sincrticas en
los programas de festejos populares.
A este respecto, las sociedades caribeas en donde la inclusin incorpora a
otros sectores de origen distinto, donde hubo negros y mulatos libres, estos activaban
los elementos coloniales europeos y actuaban en ellos para crear nuevos sistemas, a los
cuales sin embargo no se les puede llamar sincretismos. El factor incluyente en Brasil,
fue la base africana que incorpora lo indio y lo portugus. En Colombia y Mxico las
relaciones intertnicas entre afrodescendientes e indios tienen ese carcter incluyente.
Queda pendiente como resolver el impacto de los productos culturales en el
mercado que implica un empobrecimiento del producto cultural y la labor de su
defensa desde las ONGs. Habremos de insistir en diferenciar al negro fenotpico del negro cultural. El primero puede identificarse con una nacin independientemente de
su color. El segundo puede participar de la tradicin afro sin tener la piel oscura.
Respecto a los modelos de interpretacin en Amrica Latina lo afro es cuestin de
Cultura y de Educacin. Se debe estar alerta si se insiste en lo sensible y la intensidad
de lo simblico, que se est viviendo y que toca a todo lo relacionado con lo
contemporneo. Cuando se comercializa el hecho cultural se le desnaturaliza.
La continuidad del "negro" y del "indio" como rezago colonial en la mentalidad
iberoamericana.
Los afrodescendientes ("negros") y las etnias nacionales ("indios") como
problema econmico y de integracin, que reclaman igualdad, justicia, salud y
educacin, son parte del campesinado en Iberoamrica y de la clase obrera en
Norteamrica.
Se anuncia para los prximos 25 aos la reafricanizacin del mundo.
Solamente en Europa se necesitarn 25 millones de inmigrantes para mantener los
estndares de vida en la Unin Europea. Estos migrantes saldrn en su mayora de las
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 25
antiguas colonias en frica. Tambin amplios ncleos de afrodescendientes de
Iberoamrica estn emigrando al Canad y los Estados Unidos. Los mexicanos,
haitianos, dominicanos, cubanos etctera, son ya parte del mosaico tnico de los pases
del norte
Las polticas migratorias y los acuerdos bilaterales en relacin a los
intercambios deben ser observadas y sancionadas por quienes estn a cargo de los
derechos humanos. Los medios dan cuenta de todo tipo de explotacin y formas de
esclavitud moderna a que son sometidos los emigrantes. Repensar el futuro dentro de
la integracin global nos obliga a tomar en cuenta las condiciones en las que se ven
oprimidas en los procesos migratorios las culturas indgenas y afroamericanas.
El siguiente documento expresa el contenido de los debates acerca de los temas
tratados en lneas anteriores.
I Declaracion de Santo Domingo
V Centenario de la Africana (marzo 1501 marzo 2001) Plenamente conscientes de que los pueblos de frica, conjuntamente can los
indgenas y europeos, han contribuido a configurar el destino comn de Amrica y a
crear los cimientos de nuevas formas de solidaridad portadoras de esperanza y de
libertad, los organizadores de la Conmemoracin del V Centenario de la Africana
representando los tres continentes involucrados, frica, Amrica y Europa,
declaran:
l . La necesidad imperiosa - tanto por razones ticas como cientficas - de conme-
morar la llegada de los africanos a Amrica, precisamente en territorio dominicano
(marzo de 1501)
2. Que a pesar del carcter involuntario y forzado que tuvo su desplazamiento, los
africanos y ms tarde sus descendientes, han participado activamente en la construc-
cin de la sociedad y de la cultura iberoamericanas a travs de cinco siglos, consti-
tuyendo as la africana uno de los tres pilares fundamentales de "nuestra Amrica"
condenan:
3. Toda forma de esclavitud por atentar a los derechos fundamentales del hombre
afirman:
4. La necesidad de erradicar los estereotipos, prejuicios y toda forma de discrimi-
nacin raciales mediante acciones culturales y sociales
instan:
5. A los gobiernos e instituciones culturales del mundo y muy especialmente de
Europa, Amrica y frica as como a los organismos internacionales a promover y/o
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REVISTA DEL CESLA No. 7 26
acometer la necesaria revisin de los textos de enseanza sobre todo en historia y
ciencias sociales para reflejar la verdadera realidad sociocultural con todo el rigor
cientfico que se requiere para el reconocimiento de la africana y se logre un mejor
conocimiento de la sociedad y de las culturas iberoamericanas que redunde en una
mejor convivencia para unir y no para separar a las comunidades nacionales.
La siguiente propuesta corresponde al imperativo educacional de reescribir y
ensear la historia de Iberoamrica comprendiendo las tres races fundamentales.
Programa de Educacin y Enseanza El primer acto de justicia hacia las comunidades de afrodescendientes es
incorporarlos a la historia y a la enseanza conjuntamente con la de las etnias
nacionales (indgenas).
El silencio sobre la trata de esclavos fue primero relativo a la historia y a la en-
seanza.
Este programa, estructurado en tomo a una "Task Force" internacional se nutre
con el resultado de la investigacin cientfica para la elaboracin de programas
nacionales.
El sector de la Educacin de la UNESCO, a travs de la Unidad de
Coordinacin de la Red del Sistema de Escuelas Asociadas, es responsable de este
programa, en colaboracin estrecha con el Departamento del Dilogo Intercultural y
del Pluralismo para una Cultura de Paz.
Este programa est relacionado con el programa cientfico ya que las
investigaciones realizadas en el marco de la "Ruta del Esclavo" nutren la elaboracin
de materiales pedaggicos.
Debido a su carcter "triangular" el proyecto de Educacin intercultural
transatlntica de la "Ruta del Esclavo" ha realizado tres talleres subrregionales. El
primero en St-Croix (Islas Vrgenes Americanas) del 2 al 5 de diciembre de 1998. El
segundo en Nantes (Francia) del 28 al 30 de enero de 1999 y el tercero en Acera
(Ghana) del 15 al 19 de febrero de 1999.
En esta propuesta se debe incluir no solamente la educacin formal
escolarizada sino tambin la educacin extraescolar que se ofrece en los museos, casas
de cultura, y en general en los espacios accesibles a todo pblico.
En el empeo por unir esfuerzos para alcanzar algunas metas en la difusin de
las culturas entre poblaciones afines la UNESCO ha propuesto un
Programa sobre la Promocin de las Culturas Vivas
y las Expresiones Artsticas y Espirituales
La trata de esclavos, que dur ms de cuatro siglos (del XVI al siglo XIX) fue
el movimiento de deportacin ms grande de la historia.
Engendr, entre Africanos, Amerindios y Europeas, interacciones de una amplitud tal
que puede constituir hoy da, en el hervor americano y antillano, una apuesta vital del tercer
milenario: el pluralismo cultural, es decir la capacidad y el potencial de cohabitacin de
pueblos, religiones y culturas de orgenes distintos, el reconocimiento de la riqueza de las
especificidades y de la dinmica de sus interacciones" (Doudou Dine).
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 27
Se trata de promover actividades culturales, artsticas y expresiones espirituales
resultantes de las interacciones de la trata en las Amricas y el Caribe relacionadas con
las tradiciones africanas, es decir, el patrimonio comn, material e intangible de los
pueblos africanos, amerindios y europeos que la trata forz a vivir juntos en
sociedades plurales.
En ste programa se deben incluir los dilogos interculturales que permitan la
identificacin, el reconocimiento y la unin en la diversidad de todos los componentes
nacionales. En ese proceso se abrirn las posibilidades de las transformaciones
democrtica y la integracin nacional.
Otro programa promovido por UNESCO es el
Programa sobre la Memoria de la Esclavitud y la Dispora:
Turismo de Memoria y Museos
La trata de esclavos constituye, por la ignorancia de que ha sido objeto, una de
las formas ms radicales de negacionismo histrico. "La Ruta del Esclavo" lanza, con
el propsito de mantener viva la memoria de la trata, dos proyectos: el Programa de
turismo cultural sobre "la Ruta del Esclavo" y la creacin de museos sobre la
esclavitud.
La UNESCO y la Organizacin Mundial del Turismo (OMT), conforme a la
Declaracin de Acera del 4 de abril de 1995, trabajan conjuntamente en el lanzamiento
del Programa de turismo cultural en frica y en el Caribe.
Este programa tiene por objetivo principal la identificacin, la restauracin y la
promocin de monumentos, conjuntos y lugares de memoria relacionados con la trata
y la esclavitud, con objeto de favorecer un turismo de memoria y de promover el
desarrollo econmico y social a travs del turismo.
El Programa de creacin de museos sobre la esclavitud en pases que lo deseen
concierne el patrimonio fsico e intangible de los pueblos de frica y de la dispora
constituyendo el otro aspecto del deber de memoria.
Planteamientos Inmediatos
La Ruta del Esclavo, UNESCO,
El primer objetivo es, por tanto, un retomo legtimo sobre una tragedia ocul-
ta, de suerte que sus causas profundas, sus modalidades y consecuencias sean estu-
diadas con el mayor rigor histrico y sean presentadas en los libros de historia de to-
dos los pases del mundo como una cuestin universal. Pero, por otro lado y a pesar
de la violencia inicial, la trata de esclavos fue un encuentro forzado entre millones
de africanos, indgenas y europeos en la inmensa rea geocultural de Amrica y el
Caribe. Un encuentro que dio vida y floreci en nuevas y pujantes culturas.
El segundo pilar del proyecto, tiende aqu y ahora a que la memoria sea asu-
mida en todas sus dimensiones y por todos aquellos que, de una u otra forma, estu-
vieron asociados o implicados por la historia, la geografa y la cultura en la trata ne-
grera, aunque sea cierto que, por su extrema sensibilidad humana, esta cuestin afec-
ta tanto la conciencia moral como las capas profundas del inconsciente colectivo e
individual de todos los pueblos y todos los seres humanos.
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REVISTA DEL CESLA No. 7 28
La cultura como fuente de vida, constituye el motor invisible y la fuerza
dinmica de las interacciones que se produjeron desde el primer momento del trasla-
do forzado y hasta nuestros das. La cultura ha sido ms fuerte que la violencia. Fue
ella la que permiti al esclavo africano sobrevivir, resistir, regenerarse y, en fin,
marcar de forma indeleble su medio. El esclavo desembarc en una tierra hostil y
extranjera, slo trajo sus mitos, sus dioses, sus ritmos, de sus valores que progresi-
vamente contribuyeron a estructurar su entorno y a fecundar nuevas identidades.
El reconocimiento y el encuentro individual y colectivo del presente con el
legado africano son un imperativo y una urgencia, para que el "alma africana "deje
de ser, en palabras del poeta Luis Pals Matos, algo entrevisto o presentido poco re-
almente vivido y mucho de embuste y de cuento.
La especificidad del continente americano y del Caribe es el resultado de la
mezcla creadora de pueblos y razas, de estirpes y culturas. Su identidad es fruto de
relaciones interculturales atravesadas por procesos de resistencia y de cimarronaje;
de asimilaciones, aprendizajes y apropiaciones.
Esa transculturizacin es la "sntesis humana" que el intelectual mexicano
Alfonso Reyes soaba "coherente, armoniosa, donde cada uno de los segmentos,
tringulos y trapecios, encaje sin frotamiento ni violencia, en el hueco de los dems."
Este futuro de convivencia entre seres humanos venidos de diferentes horizontes
culturales indgenas, africanos, europeos -, en el que se entremezclan y entrecruzan
razas, colores y acentos, es el crisol y la amalgama que anuncia el nico futuro posible
para el resto de la humanidad, Humanidad mltiple, comunidad indoafroeuroame-
ricana de abigarrada historia que se forj en una parbola continua, en una bsqueda
sin tregua, en un incorporar constante, en un intercambio infinito.
La contribucin del proyecto al establecimiento de una cultura de paz, deriva
del hecho de que se trata de estudiar y al mismo tiempo de dar a conocer la tragedia de
la trata de negros, pero tambin las interacciones que gener en las Amricas y en las a
Antillas.
Por esta razn uno de los aspectos fundamentales del proyecto es develar el
extraordinario proceso de "multiculturalizacin" que ha provocado la trata en Amrica
y las Antillas.
Al procurar la dinamizacin de los estudios africanos en las universidades
iberoamericanas, "se est descubriendo que esos sistemas mestizos fueron y son im-
portantes, a medida que se rehabilita las culturas africanas. Hoy en el Caribe se ex-
presa un mayor pluralismo cultural. En Amrica Latina, las iglesias catlica y pro-
testante, menos hegemnicas, aceptan movimientos religiosos de tipo "afroamerica-
no". Y sobre todo, se empieza a reconocer que esas culturas fueron la matriz de nu-
merosas creaciones artsticas, alimentadas por sus ritos, ritmos y mitos. En un re-
ciente articulo del sumario francs Le Nouvel Observateur, el novelista de Martinica
Patrick Chamoiseau los resume as. "Msicas. Artes culinarias. Bailes. Literaturas.
Artes plsticas. Pensamientos archiplicos situados fuera de los sistemas. Lengua
criolla como nave de todas las lenguas del mundo.
Durante dcadas, se lamenta Laenec Hurbon, slo se ha querido ver en eso un primi-
tivismo incompatible con la modernidad. Pero cuanto mas se practiquen esos sistemas de
manera libre y tolerada, mas posibilidades habr de que evolucionen y se racionalicen. El
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 29
individuo puede adquirir la visin critica que requiere la modernidad mediante la educacin,
el trabajo poltico, la democratizacin progresiva de las sociedades. Pero en ningn caso es
necesaria la adopcin de un modelo, cultural nico. La posibilidad de que 100 flores se
abran es, al contrario, la riqueza de la humanidad.
Finalmente ofrecemos a los interesados en iniciarse en los estudios
afroamericanos esta gua de
Fuentes de Documentacin de la Trata y la Esclavitud Africanas
Las numerosas obras que se han escrito sobre la trata esclavista y el estudio de
las comunidades afroamericanas, tienen dos fuentes documentales de apoyo. Una son
los repositorios documentales que se encuentran en los archivos coloniales europeos y
americanos que son la base sobre la cual se edifican los trabajos pioneros en el siglo
XX de los estudios y la literatura del tema. Estas obras tienen en general un carcter
etnohistrico. Al tiempo que se comprueba en ellas la importancia de la presencia
africana en Amrica, se accede al universo esclavo. La otra, es el caudal de
publicaciones de historiadores, antroplogos, socilogos y de otras disciplinas escritas
a partir de las fuentes documentales y la consulta hemerobibliogrfica. Las primeras
obras que tratan del negro en Amrica tienen, en general, un carcter etnogrfico, se
basan en la observacin cercana de la vida, costumbres, rituales y creencias de los
descendientes de esclavos africanos, y aunque muchas de estas obras pioneras reflejan
la tendencia de interpretar estas manifestaciones con las categoras de la cultura
occidental o de las corrientes cientficas de su poca, en general del Positivismo del
siglo XIX, son testimonio inapreciable para la reconstruccin de la historia social y
cultural de Amrica.
En las fuentes documentales, bsicas para conseguir una visin completa sobre
la trata, no slo deben investigarse las causas y las consecuencias del movimiento
esclavista, sino buscar tambin, el anlisis del sistema colonial, ya que es importante
conocer el volumen del trfico por pocas, periodos y siglos, as como la forma en que
ste se realiz, y sus consecuencias en Amrica, Europa y frica. Algunos autores,
incluso, se han basado en la documentacin existente para estudiar otros aspectos de la
trata esclavista, tales como la personalidad de los asentistas, sus relaciones comerciales
y status social, adems de todo lo que directamente se refiera a los encargados del
transporte de los esclavos, es decir, los negreros en todas sus facetas: factores,
maestres de navos, encomenderos de negros, cargadores, etctera2.
Para Hispanoamrica, los archivos espaoles son la fuente principal que
documenta las etapas iniciales de la trata, a pesar de que los asentistas del primer
periodo fueron portugueses. Los historiadores confirman que, en Espaa, la direccin
y el control del negocio esclavista se divida entre el Consejo de Indias, la Casa de
Contratacin y el Consejo de Hacienda. Los navos se registraban en Sevilla y las
cuentas se efectuaban en la Contadura Mayor de Hacienda. El Archivo General de
Indias es, por lo tanto, el primero en importancia para la documentacin del trfico. Le
siguen el Archivo General de Simancas, el Archivo Histrico Provenzal de Valladolid
2 E. Vila Vilar, Hispanoamrica y el comercio de esclavos, Sevilla, 1977, p. 9.
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REVISTA DEL CESLA No. 7 30
y el Archivo Histrico Nacional de Madrid, as como el Museo Naval y la Biblioteca
de la Real Academia de la Historia3.
Aunque los repositorios documentales de los pases europeos que intervinieron
en la trata esclavista son abundantes, no han sido ampliamente estudiados, a pesar de
su evidente y manifiesta importancia. Tanto Portugal como Inglaterra y Francia y, por
otra parte, Holanda, tienen acervos documentales riqusimos, ya sistematizados que
pueden aprovecharse. Por el contrario, se desconocen los ndices de los archivos, pero
se explora, en cambio, la tradicin oral que de diversas maneras alude a la mengua
demogrfica sufrida en el continente negro. La esclavitud debe formar parte, con toda
seguridad, del cuerpo de mitos y leyendas que alimentan la tradicin hablada de los
pueblos africanos. sta es una veta de investigacin inapreciable e insuficientemente
explorada.
La informacin sobre fuentes documentales de los africanos y sus
descendientes en Amrica debe sistematizarse, como es lgico, en los mismos pases
americanos. La que poseemos actualmente se debe a los esfuerzos de las
organizaciones internacionales como la UNESCO, en el seno de las cuales se ha
insistido en su rescate. Varias reuniones de expertos han tenido como punto central
inters, de las relaciones culturales entre frica y Amrica Latina. Se han establecido
una serie de recomendaciones para acciones a corto y a largo plazo. As, se plante la
necesidad de un Centro de Documentacin e Informacin especializado en el estudio
de las culturas africanas en Amrica Latina. En el documento final de la reunin de
1964, se aconsej, asimismo, el intercambio de facsmiles, documentos, bibliografas y
ficheros de documentacin entre frica y Amrica Latina, as como la necesidad de
realizar un inventario de los institutos culturales especializados en los problemas afro-
latino-americanos y de la documentacin disponible en frica, en Amrica Latina y en
todos los pases tradicionalmente interesados en su estudio.
De la informacin recabada podemos enumerar una serie de documentos y de
obras sobre el tema que suman cientos de volmenes pero que, por la brevedad de este
espacio, tan slo se mencionarn las fundamentales y, sobre todo, las ms difundidas.
Esto es solamente el inicio de una primera exploracin que ha presentado a los
expertos numerosas dificultades, tomando en cuenta que para realizar un catlogo de
los documentos relativos al tema de los negros en Amrica, sera preciso que todos los
archivos estuvieran ordenados de acuerdo con sistemas internacionales. Las
bibliotecas y ms tardamente, los archivos, han sido clasificados de manera irregular
en los distintos pases de Amrica con diferentes criterios relacionados, directamente,
con las necesidades de las investigaciones emprendidas. En Amrica Latina, las
clasificaciones de los documentos por asuntos coloniales son las mayormente
utilizadas, pero slo en los ltimos 25 aos aparece como tema de investigacin el
negro, al comenzar, apenas, diversas instituciones la inclusin en los rubros de
clasificacin, los temas de esclavitud, la trata, las rebeliones de esclavos y asuntos de
especial inters como las formas de manumisin y libertad.
Una vez aceptados como objeto de estudio, los negros se convierten en ttulos
de libros de autores altamente especializados y reconocidos dentro del medio de las
3 Idem.
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 31
investigaciones en humanidades y ciencias sociales. Por lo general, podemos afirmar
que los principales centros de documentacin se encuentran en las capitales de los
pases latinoamericanos, al igual que la mayora de los especialistas e instituciones que
los patrocinan. Sin embargo, en un mismo pas, existen, a veces, varias ciudades con
archivos importantes, lo cual hace necesario establecer una jerarqua de estos centros
de documentacin; tal sera el caso de Sevilla, Simancas y Valladolid en Espaa, y de
Crdoba, Xalapa y ciudad de Mxico en la Repblica Mexicana.
Entre las causas que no han propiciado la clasificacin adecuada en la mayor
parte de los archivos de Amrica Latina (acerca del tema de los negros) est la
reticencia al tema como objeto de investigacin; todava en muchos pases no se
ensea una historia en la que estn incluidos los aportes y la presencia de los africanos
en cada regin de Amrica; ni siquiera en las universidades existen cursos sistemticos
sobre culturas negras. Los prejuicios generados por la esclavitud contribuyeron a negar
su valor y a marginar frica de los sistemas de enseanza en todos los niveles, desde
la escuela elemental hasta la universidad. Es apenas en las recientes dcadas cuando se
incorporan a los estudios de historia la enseanza de frica y de su cultura, arte y
folclor; tambin la antropologa y la sociologa, as como la literatura, han sido, las
ciencias difusoras de las culturas africanas. Pero queda mucho por hacer, actualmente
son excepcionales las ctedras de cultura afroamericana. Inclusive en los programas de
enseanza, especializados en Latinoamrica, slo en ciertas instituciones de estudios e
investigaciones superiores se han incorporado los anlisis del pasado y el presente de
Asia y frica. Esto comprueba que los prejuicios no han desaparecido totalmente, que
alcanzan a los propios historiadores, ya que muy pocos han visto con objetividad el
desarrollo tnico y social del continente americano aunque, recientemente han surgido
especialistas sobre culturas negras que destacan la participacin de los africanos en las
luchas sociales de la colonia, as como en las guerras de independencia.
La marcha de los procesos histricos ha obligado a historiadores y cientficos a
ampliar sus campos de estudio; aparecen, trabajos que plantean cuestiones tericas
como la significacin del rgimen esclavista en Amrica, la correlacin de la
economa entre los pases americanos a nivel mundial en los siglos de la esclavitud, y
el proceso de auge y decadencia del rgimen esclavista en Amrica, entre otros temas
de gran inters.
Aunque ya suman cientos las obras dedicadas a la vida de los negros en
Amrica, la produccin es muy desigual: muy escasas en algunos pases y muy
numerosas en otros. En toda Amrica Latina existen pocas revistas dedicadas al tema o
temas afroamericanos, de algunas aparecieron slo unos nmeros (tal es el caso de
Afroamrica en Mxico, que public tres nmeros solamente).
En pases de numerosa poblacin india como Per, Mxico, Ecuador y Bolivia
la presencia del negro no tiene la magnitud que muestran Brasil, Venezuela y
Colombia, en los que predomin extensamente y en donde todava es abundante la
poblacin descendiente de africanos; por ello, la documentacin que hay sobre negros
en esos pases es tan importante como el estudio directo de las comunidades
afroamericanas.
De Ecuador se conocen solamente algunas monografas dispersas, basadas en
documentos de archivos. En Bolivia y Chile es escasa la bibliografa sobre negros y,
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REVISTA DEL CESLA No. 7 32
de hecho, hay pocos especialistas; son pocas las especializadas como la afroparaguaya
de Paulo de Carvalho Neto o la de Alfonso Pereda Valdez, en Uruguay.
Cuba y Brasil son, definitivamente, los dos pases en donde mayores estudios
se han hecho sobre bases documentales y poblaciones actuales de ascendencia africana
que conservan y mantienen vivas sus tradiciones y su folclor, y donde la influencia
africana ha sido ms permanente. En ambos pases los estudios de las culturas negras
se ofrecen en las universidades y aprenden las diversas lenguas que todava utilizan en
los rituales religiosos. De especial importancia es el estudio de las migraciones
recientes de Brasil hacia frica.
Para dar una idea de los repositorios documentales resumimos los que figuran
en los catlogos de la UNESCO.
Argentina. Archivo General de la Nacin: la fuente de informacin ms impor-tante sobre negros. Archivo de la Biblioteca Nacional; contiene obras referentes a
negros, esclavos y a esclavitud en el pas. Archivo de la Biblioteca del Congresos:
documentos referentes a negros. Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto: documentos sobre asientos de esclavos y trfico negrero. Archivo del Institu-
to Nacional de Antropologa: datos sobre el folclor de las poblaciones negras. Ar-
chivo de Aduana de Buenos Aires: noticias sobre el trfico negrero y la trata de ne-
gros. En algunas bibliotecas privadas y archivos pueden encontrarse igualmente, ma-
teriales antiguos y recientes sobre negros.
Bolivia. Archivo Histrico de Potos: el material sobre negros se encuentra in-serto en el total de la documentacin; documentos relacionados a negros esclavos
que se dedicaron a las labores de fundicin de metales. Archivo Eclesistico: parti-
das de bautismos de esclavos negros. Archivo Nacional de Bolivia: se encuentran
los documentos que corresponden a los periodos colonial y nacional. Biblioteca Na-
cional de Bolivia: impresos coloniales sobre el negro en la historia de Bolivia.
Brasil. Este pas, paradjicamente, no es rico en documentos relativos a los ne-gros; a pesar de que existen todava cartas reales, decretos, reglamentos y una do-
cumentacin ms reducida que abundante, se sabe que los documentos oficiales so-
bre esclavos fue destruida en su mayor parte, en 1890, en el momento de la libera-
cin de los esclavos y de la abolicin. Se parti de la idea de que la esclavitud era
una mancha que haba que borrar para siempre: dando cuerpo a esa opinin general,
la confederacin abolicionista, que congregaba a los ms ardientes defensores de la
libertad del negro, pidi y obtuvo del ministro de Hacienda del Gobierno Provisional
de la Repblica, que era el abolicionista Ruy Barbosa, la quema de todos los pape-
les, libros y documentos (...) relativos a elementos servil, matrculas de esclavos, de
los ingenuos (hijos de esclavos nacidos despus de la emancipacin), hijos libres de
mujer esclava, y libertos sexagenarios, pues como deca la orden del ministro, la Re-
pblica est obligada a destruir esos vestigios de la esclavitud por el honor de la pa-
tria.4
4 Varios autores, "Introduccin al estudio de los repositorios documentales sobre los africanos
y sus descendientes en Amrica", en Introduccin a la cultura africana en Amrica Latina,
pp. 47-122.
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Luz Mara Martnez Montiel Afroamrica crisol centenario 33
A pesar de esa enorme prdida para la historia del negro, en Brasil todava
pueden encontrarse documentos en el Archivo Nacional, en el Instituto Histrico y
Geogrfico Brasileo, en el Archivo del Estado de Baha y en varias bibliotecas, entre
ellas, la Nacional; en cambio, la bibliografa brasilea sobre este tema es muy extensa
y de gran profundidad, cubre los aspectos ms significativos de la vida del negro en
Brasil; entre los autores brasileos destacan Raymundo Nina Rodrguez, Arthur
Ramos ya mencionado, Manuel Querino, Ren Ribeiro, Octavio Iani, Henrique
Cardoso, L. A. Costa Pinto y Tales de Acevedo, entre muchos otros que sera largo
enumerar.
Colombia. Archivo Histrico Nacional de Colombia: fondos sobre minas, tie-rras, poblaciones, capellanas, censos y un fondo para asuntos de poblacin negra y
esclavos que se denomina "Negros y Esclavos". Archivo Histrico de Antioquia:
documentacin correspondiente a colonia e independencia; un apartado ms espec-
fico es lo que contiene una seccin sobre esclavos, adems de documentos dispersos
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