11. pease, henry. por los caminos del poder. tres años de crisis en escena política

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1 LOS CAMINOS DEL PODER TRES AÑOS DE CRISIS EN LA ESCENA POLÍTICA HENRY PEASE GARCÍA DESCO Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo 1979

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Paro unitario contra el gobierno autoritario. Análisis de correlación de fuerzas.

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LOS CAMINOS DEL PODER

TRES AÑOS DE CRISIS EN LA ESCENA POLÍTICA

HENRY PEASE GARCÍA

DESCO Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo 1979

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INDICE

INTRODUCCIÓN

CAPITULO I: LOS LIMITES DEL PROYECTO VELASQUISTA

LA POLITICA ECONÓMICA AL APARECER LA CRISIS

LOS LIMITES DE LAS REFORMAS

LOS LIMITES DEL REGIMEN POLITICO

LA PRESENCIA DE FACTORES INTERNACIONALES

EL PUNTO LIMITE

CAPITULO 2: LA COYUNTURA DE AGOSTO DE 1975 Y EL INICIO DE LA “SEGUNDA FASE”

DECADENCIA DE UN REGIMEN… Y DE UN LIDER

LOS LIMITES DE LA LUCHA POLÍTICA EN LA CUPULA

LA CAIDA DE VELASCO

REACCIONES ANTE EL GOLPE DEL 29 DE AGOSTO

LA “SEGUNDA FASE”: CAMBIOS OPERADOS EN EL REGIMEN POLÍTICO

¿Por qué “SEGUNDA FASE”?

CAPITULO 3: EL LENTO CURSO DEL VIRAJE

LOS TERMINOS DEL VIRAJE EN EL GOBIERNO DE LA FUERZA ARMADA

EL PROCESO DE RECOMPOSICIÓN DE LA CLASE DOMINANTE Y EL ESTADO BURGUES

LA SEGUNDA FASE COMO PERIODO DE CRISIS ORGANICA EN LA RELACION ESTADO –

SOCIEDAD

SEGUNDA PARTE: DEL VIRAJE A LA CONTRARREFORMA

CAPITULO 4: PREPARANDO EL DESMONTAJE (29 AGOSTO 1975 – 16 JULIO 1976)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO

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UNO: UNA PRIMAVERA PARA LA DERECHA

DOS: EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA MIRA

TRES: EL “SOCIALISMO” VERBAL DE LA SEGUNDA FASE

CUATRO: LA POLÍTICA EN LOS HECHOS : LA CRISIS LA PAGA EL PUEBLO….EL GOBIERNO

LA ADMINISTRA

CINCO: MARZO 76: ANUNCIO OFICIAL DEL VIRAJE

SEIS: LOS EXIGENTES AMIGOS DE LA BURGUESIA

SIETE: EL CERCO SE CIERRA…PARA EL PUEBLO

OCHO: LA COYUNTURA DE JULIO 76

Fernández Maldonado expone el “paquete” Barúa”

Crisis Institucional y Depuración en el Ejercito

II. SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO

DEFINICIONES DADAS EN EL PERIODO

LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA

RESULTANTE Y PERSPCTIVAS

CAPITULO 5: UN AÑO DE EMERGENCIA Y UN PUEBLO QUE DICE ¡BASTA! (16 JULIO 1976 –

19 JULIO 1977)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO

UNO: PAGAR LA CRISIS…Y CALLAR

DOS: POLÍTICAS DE CONTRAREFORMA

TRES: BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA

Con los Empresarios

Con los Partidos de la Burguesía

Con los Partidos y Organizaciones del Campo Popular

CUATRO: LA POLITICA ECONOMICA QUE EXIGIO IMPLANTAR UN AÑO DE EMERGENCIA

Los logros del Ministro Barúa

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Sr. Piazza: el país no es una empresa

CINCO: EL MOVIMIENTO POPULAR ENFRENTA AL GOBIERNO

Tres huelgas importantes en 1976

Estabilidad Laboral en debate

El movimiento popular en la coyuntura de junio y julio de 1977

SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO

Definiciones dadas en el periodo

las Fuerzas presentes en la escena

resultante y perspectivas

Una digresión necesaria

CAPITULO 6: EL CAMINO A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE (19 Julio 1977 – 29 agosto 1978)

I. HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO

UNO: OCUPANDO EL NUEVO ESPACIO POLÍTICO

La carrera por la inscripción

Campaña Electoral accidentada y desigual

DOS: NEGOCIANDO CON EL F.M.I EN LA RUTA DE LA CONTRARREFORMA

El General de Caballococha continuando el desmontaje de las reformas cambio de rumbo

TRES: MANO DURA CON EL PUEBLO

CUATRO: LAS JORNADAS DE MAYO 78

La reacción inmediata y espontánea

El paro como reacción organizada

Estado de Emergencia: comienzan los allanamientos

Un paro unánime: el rechazo que oculta el gobierno violencia y desórdenes

Ostensible manipulación de información

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Disolución de la CNA

CINCO: COYUNTURA ELECTORAL DE JUNIO DEL 78

SEIS: ENTRE LAS ELECCIONES Y UNA NUEVA CONVIVENCIA

II. SIGNIFICACIÓN Y RESULTANTE DEL PERIODO

DEFINICIONES DADAS EN EL PERIODO

LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA

RESULTANTE Y PERSPECTIVAS

CAPITULO 7: NOTAS Y OBSERVACIONES SOBRE EL PROCESO POLÍTICO EN PERSPECTIVA

(1978 -79)

EL DERROTERO DE LA CRISIS

LAS ALTERNATIVAS DEL CAMPO BURGUES EN EL PERIODO DE LA ASAMBLEA

CONSTITUYENTE (1978 – 79)

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INTRODUCCION

En octubre de 1978 se han cumplido diez años de gobierno militar en el Perú y una simple

observación de to que ocurre podrá demostrar, más allá del deterioro del régimen político, la

presencia de una aguda polarización social y de muchas incertidumbres respecto del curso político

futuro. En la escena política se vuelve a percibir la presencia de viejos representantes políticos de

las clases dominantes, cuyo actuar pareciera afirmar que nada ha cambiado en esta década. Pero

junto a ellos es visible la presencia de otras fuerzas que hacen tambalear la concepción político

tradicional al representar directamente al pueblo, rompiendo muchos esquemas y previsiones. En

medio de una profunda crisis política y económica, el pueblos se ha hecho presente en la escena

sin inmisericorde, de aquellos que pagan con su vida diaria tos costos de una crisis económica

profunda, fruto de un sistema económico implacable con las necesidades populares.

Hemos visto la prolesta de miles de obreros y campesino, de empleados públicos y maestros, de

pobladores de barriadas, de un número de cada vez mayor de desempleados y subocupados, que

más allá de toda estadística expresa un clamor inorgánico aun, pero políticamente presente en el

momento actual. Un régimen aparentemente errático, que hizo abandono de todo intento reformista

preside la escena, tratando de imponer disciplina y amenazando directamente a este pueblo, al que

ni siquiera intenta ya ofrecer un proyecto y una ideotogía con visos de credibilidad. En su devenir,

la “Segunda Fase” ha confiado en la derecha económica para que con su inversión reactive la

economía y supere la crisis, mientras que ha confiado a la antigua derecha política el intento de

encuadre político y el dominio ideológico de la escena. Es la resultante de una opción burguésa de

este gobierno que no logra, sin embargo, el apoyo concreto y orgánico de la burguesía con sus

representantes corporativos y políticos.

Esta presentación de la crisis actual está mostrando ya interrogantes sobre este régimen, su

recomposición y su relación con las clases dominantes. Nadie tiene dudas sobre su carácter

antipopular y por si alguna las tuviera, el pueblos ha estado presente en las calles para expresarto,

con amplia dosis de expontaneismo y aún superando la capacidad de la izquierda para conducirto.

Podrán cerrar tos ojos tos macartistas de siempre, aquellos que tras cada acto popular sólo ven

“agitadores”, encubriendo con ello la presencia directa del pueblos y la magnitud de una

explotación que día a día cobra más vidas. Es una explotación que produce miles de niños

desnutridos y adultos tubercutosos, comiendo hoy sobras de alimentos e incluso buscando

proleínas en alimentos preparados para animales, dado que la crisis económica ha superado toda

previsión; así, sobre la antigua pobreza de nuestro pueblos, el gobierno ha cargado las facturas del

reformismo y la defensa de tos intereses de la burguesía, en una economía que se rige por las

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exigencias del capital y subordina a ello las necesidades populares. Todo esto es una muestra

patente de las opciones y tos intereses de clases que ordenan la sociedad Perúana actual.

Es esta dura realidad nuestro libro es un intento limitado; sin embargo, puede ser útil par amostrar

situaciones y dar elementos de análisis a tos actores de la lucha política. Entendemos que puede

aportar ala conocimiento del proceso político, y éste es sólo uno de tos niveles de análisis que

requiere la realidad para, comprendiéndola, contribuir a su transformación.

Este trabajo no aspira a ofrecer una interpretación global de este período histórico. La

conformación social del país, la recomposición del Estado t las clases dominantes, así como la

nueva y significativa presencia de las clases populares en el proceso político, demandan estudios

de otra dimensión, necesarios para perfilar el curso político y entender la dinámica concreta del

presente. Sin contar con todos tos elementos mencionados, nos aproximamos a un campo más

bien restringido y ofrecemos algunas constataciones. El estudio parre del seguimiento de la escena

política –con sus ocurrencias, sus actores y sus límitos en sucesivas coyunturas- y centra su foco

de atención en el Régimen Político, no sólo en sus características institucionales o formales sino en

el juego de las fuerzas que se enfrentan durante la llamada “Segunda Fase” del gobierno de la

Fuerza Armada.

Limitando su campo de análisis al nivel de to político y dando por supuestos algunos elementos de

la caracterización de la sociedad Perúana actual –y del régimen político de esta década1- se busca

ofrecer una visión general de la “Segunda Fase” y de su significación, explicando cómo y por qué

surge. Esto nos obliga a hacer una referencia introductoria a la “Primera Fase”, a sus límitos y

desarrollo, para ver qué es to que cambia y to que permanece a partir del 29 de Agosto. Nos

interesa mostrar cómo se reordena el régimen político en la “Segunda Fase” y cómo se

desenvuelve entre las distintas demandas sociales del período.

Empezamos preguntándonos, ¿por qué el régimen es así?, ¿por qué a pesar del viraje, no logra

representar orgánicamente a la burguesía?, ¿por qué vuelve a recurrir a elecciones y aún en medio

de ello la crisis política no se resuelve ni tiene perspectivas fáciles de estabilidad, incluso dentro del

campo burgués? Las respuestas no son simples, ni se resuelven sólo en este campo. Hay que

indagar en la propia inconsistencia de las alternativas burguésas del presente, en sus límites

internos que impiden el diseño de alianzas estables y de políticas del movimiento popular, el

avance dado en profundidad y en niveles de conciencia, la dificultad de embarcarto en cualquier

proyecto políticos de la burguesía, y la distancia que media entres y emergencia y la capacidad de

la izquierda actual para constituirse en alternativas de poder.

1 Algunos elementos pueden encontrarse en nuestro trabajo anterior sobre el régimen político presidido por el General

Velasco, con el cual este libro guarda relación de continuidad, aunque aborda la escena en términos más amplios y se centra en variables de ésta, y no básicamente de la lucha al interior del gobierno. Ver: PEASE, Henry: “El Ocaso del Poder Oligárquico. Lucha política en la escena oficial 1968 – 1975”. DESCO, Lima 1977

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El libro dejará planteadas muchas preguntas. El material trabajado conlleva a nuevas demandas de

investigación que no pueden tener respuestas sólo en el nivel de este trabajo. Las interrogantes

llevan a la necesidad de investigar la composición actual de la clase dominante, su fraccionamiento

y la concreción de proyecto políticos, hasta hoy inorgánicos, pero capaces de alargar la crisis

política y profundizar la crisis económica. Ello obliga a evaluar las políticas económicas y tos

modelos de desarrollo expuestos, en un a país poco acostumbrado al debate. Es igualmente

necesario investigar las nuevas formas de la presencia popular y sus niveles de organización, en

un momento que muestra cada día un nuevo avance y alguna sorpresa. Es un momento en que tos

instrumentos actuales de investigación social se quedan cortos y a veces parecen hasta superfluos

frente a la creatividad concreta de la praxis popular en momentos de crisis y de ascenso de masas.

Aspiramos a brindar en este estudio elementos, intuiciones e iniciativas para dinamizar nuevas

interrogantes en la investigación política y social. Partimos de tos hechos de la escena cuyo

análisis nos lleva a explicar el régimen político, para luego extraer conclusiones sobre el rumbo

político y la coyuntura actual, que en sí mismas son sólo preguntas e indicaciones para

investigadores más acuciosos.

En la primera parte del libro procuramos ubicar la “Segunda Fase” en relación con la década y el

conjunto del proyecto militar. Mostramos tos rasgos de la coyuntura en la que cae Velasco y se

inicia el nuevo régimen; señalamos algunos indicios del funciónamiento institucional de la cúpula a

partir de la “segunda Fase” y presentamos, en el capítulo 3, una visión global del curso político del

régimen que explica algunas de las preguntas aquí planteadas.

En la segunda parte del libro ofrecemos una periodización de la escena política que muestra cómo

se concreta el viraje del proyecto Velasquista, cómo se enfrenta al movimiento popular y se declara

la finitud del régimen, buscando una salida política. La escena se analiza a partir del estudio de tos

hechos registrados en la Cronología Política y otras fuentes de información abiertas al

investigador2. Tos hechos no han sido escogidos al capricho; se procura ordenar el conjunto de

ellos, seleccionados en función de tos ejes de análisis explicitados3. Durante todo el período, estos

2 Nos referimos principalmente a la Cronología Política publicada por DESCO, así como a sus informativos mensuales. La

referencia bibliográfica es: PEASE, Henry, FITOMENO Alfredo: Perú 1975-76: Cronología Política (Tomos IV y V). DESCO 1977. A to largo del libro toda referencia a esta fuente se indicará sóto mencionando Cronología Política, con el número del hecho y la página. Tos 6 Tomos de este trabajo tiene numeración correlativa, tanto para tos hechos como para las páginas. Tos dos primero tomos (1968-73) tos trabajó al autor con Olga Verme. El Tomo III (1974) con Alfredo Fitomeno y Julio Calderón; tos tomos siguientes (1975, 1976 y 1977) con Alfredo Fitomeno.

3 Nos referimos a lagunas críticas metodológicas respecto de “El Ocaso del Poder Oligárquico”, en el sentido de que se

construye el escenario con hechos que luego sirven mecánicamente de prueba. La observación debe considerar el trabajo previo de la Cronología Política y el resto de fuentes que brinda el escenario, dentro del cual se seleccionan algunos hechos que nos sirven de indicadores de las hipótesis surgidas a partir de nuestro trabajo de observación y análisis del conjunto de la escena. Esta, además, es resumida por nosotros por razones de espacio, pero el análisis del conjunto de la escena. Esta, además, es resumida por nosotros por razones de espacio, pero el análisis se hace sobre un conjunto de hechos más amplios, que puede confrontarse en estas fuentes.

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hechos giran en torno al manejo de la crisis económica –incluyendo entre las políticas asumidas, el

desmontaje de las reformas y el acercamiento a la derecha política- y al enfrentamiento del

movimiento popular que rechaza recurrentemente el desmoronamiento de su ya miserable ingreso

real y el desmontaje, no sólo de reformas sino de medidas de mínima y a veces sólo formal

prolección legal. Los capítulos 4, 5 y 6 presenten esta periodización que coincide con cada uno de

tos tres años del régimen, no por elegir la formalidad anual sino por coincidir con tos resultantes de

las coyunturas vividas.

La tercera parte con un soto capítulo final ofrece, a partir de la periodización anterior, un análisis

del curso político en perspectiva y algunas notas sobre el proceso político. Este capítulo 7

complementa tos elementos de análisis presentados en el capítulo 3 sobre el proceso que se viene

desarrollando, aunque sólo nos limitamos a presentar sus rasgos globales.

Inevitablemente, sobre todo al presentar tos hechos, el análisis incluye la crítica que expresa el

autor desde su opción. No se observa la política desde posiciones neutras, menos aún en un

tiempo de gran polarización social. Nuestro interés por estudiar la política proviene de nuestro

compromiso con estos pueblos concretos, maltratados y agredidos por las fuerzas del poder. Mal

haríamos en callar lo que pensamos. Al explicitarlo expresamos también nuestra posición

decididamente contraria a este orden de cosas, verdadero desorden establecido en tanto que

resulta funciónal a las clases dominantes y maltrata a los pueblos mayoritarios, día a día. No

vemos en este sistema capitalista, en su consustancial explotación de las mayorías, en su lógica

central –la rentabilidad del capital- y en su confianza en el mercado –como “ordenador” ajeno a las

necesidades reales del pueblos-, ninguna víabilidad de solución ni desarrollo para este pueblos.

Menos aún con tos rasgos de este sistema en su fase imperialista, succionador sistemático de las

riquezas aquí producidas.

Explicitar esto supone decir que lo que este trabajo aporte al conocimiento de este proceso político

se da en y a parir de una opción, de la misma manera que ocurre en cualquier ser humano. No

explicitarlo sería simplemente engañar, o pretender hacerlo. Esto no significa que el análisis no

intente ser riguroso o que el trabajo sea la observación de la realidad desde el cristal de nuestros

deseos y aspiraciones. Justamente, para transformar la realidad es preciso, sin dejar de optar, ver

toda la realidad y no imaginarlo como se desea. Para ello se hace este trabajo y tiene límites,

derivados no de la voluntad de no ver sino de nuestra propia formación, de la escasez de

instrumentos y fuentes, de todo lo que es parte de una ciencia social en construcción. Si

entregamos al lector este y anteriores trabajos, no es por entender que son obras concluidas, sino

porque valoramos la discusión y la crítica como única forma de avanzar en el conocimiento, y no

cabe discusión ni crítica sin algo escrito.

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Expresamos nuestro agradecimiento a Federico Velarde, Rolando Ames, Fernando Sánchez

Albavera, Marcial Rubio, Raúl Guerrero, Luis Peirano y Enrique Bernales que nos ayudaron mucho

con su crítica y discusión. A nuestros compañeros de DESCO la gratitud por el aliento que supone

trabajar con verdadera cordialidad y compromiso, en un lugar común que acepta las diferencia de

posición como una forma de contribuir a forjar alternativas unitarias para estos pueblos. A Annie

Ordóñez, pilar de todo el esfuerzo editorial de DESCO, mi gratitud por ayudarme a hacer

compresible el texto, con reiteradas correcciones de estilo. A Eva Toskechi, que con tanta voluntad

ha mecanografiado las varias versiones del manuscrito, expresamos también nuestro

reconocimiento. Y a Mary, por lo menos agradecerle su paciencia y amor infinitos, sobre todo en

tantos madrugones y fines de semana en que este libro me expropió de su lado.

CAPÍTULO I

LOS LÍMITOS DEL PROYECTO VELASQUISTA

El estudio del período conocido como “segunda Fase” en esta década de gobierno militar nos lleva

a una necesaria, aunque sólo introductoria, referencia al período inmediatamente anterior, al

gobierno que bajo responsabilidad institucional de la Fuerza Armada, presidió el general Velasco4.

Analizaremos los límites del proyecto Velasquista a partir de elementos visibles en la escena

política, principalmente entre 1974 y 1975, aunque muchos de estos límites pueden caracterizar a

toda la “Primera Fase”.

Entre 1968 y 1975 se transformó el llamado orden oligárquico y se emprendió un conjunto de

reformas y políticas gubernativas que alteraron la conformación del poder en consecuencia la

política del Estado, haciendo posible una profunda dinamización del movimiento popular y abriendo

nuevos horizontes al proceso social. Se rompió el aislamiento político y diptomático que vivía el

Estado Perúano en el orden internacional y se enfrentó como nunca antes el poder imperialista, a

partir de una sucesión de medidas nacionalistas que, sin embargo, no cancelaban en sí mismas

nuestra situación de dependencia. El gobierno de Velasco, surgido en plena crisis del Estado

Oligárquico, to cancela como forma arcaica de dominación y plantea desde la cúpula el problema

de definir una alternativa, a partir de un régimen político dirigido por la Fuerza Armada. Tos

trabajadores del campo y la ciudad lograron expresarse políticamente como en pocos momentos

de la historia de este siglo, constituyendo las más diversas organizaciones y gremios, en un

4 La personalidad y el rol conductor de Velasco sellaron este período en forma particularmente intensa; por ello apellidamos

Velasquistas al proyecto político que resultó impuesto en el período 1968-75, conocido ahora como “Primera Fase”, Velasco y su gobierno son objeto todavía de tos más fuertes improperios, que provienen particularmente de una burguesía nativa resentida que por unos pocos años se vio, en parte, lejos del gobierno, aún cuando no necesariamente del poder.

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período intenso marcado por un sostenido esclarecimiento ideológico en amplios sectores

populares impactados por el mensaje del gobierno y de tos partidos de izquierda emergentes.

La dinamización del movimiento popular vuelve a dejar planteada el problema de la democracia,

fundamentalmente irresuelto en la sociedad Perúana a pesar de las propuestas políticas presentes

en la escena desde los años 30. Pero ahora se aplican muchos de los planteamientos tantas veces

enunciados; la aplicación de las reformas hará más visible la naturaleza del Estado y su esencia

capitalista, que impide toda democratización real del poder y la economía en esta sociedad. El

carácter burgués del Estados Perúano pasó a ser directa y visiblemente la cuestión en juego,

polarizando las diversas opciones sociales y atravesando incluso parcialmente el proyecto

Velasquista.

Sin analizar en este trabajo el conjunto del proceso político 1968-755, es preciso señalar los límites

que están presentes en el proyecto Velasquista para comprender el deterioro del régimen y la

coyuntura de 1975 que de origen al gobierno de la “Segunda Fase”. A esto, aunque sólo

introductoriamente, dedicamos este capítulo.

El estudio de los límites de este proyecto político, encontrando elementos causales de su deterioro,

nos lleva a cuestionar el modelo de desarrollo implícito en las acciones del gobierno. Debemos

subrayar que entendemos este modelo en función de la resultante del proceso político, más que a

partir del diseño previo de un verdadero plan de gobierno total y coherente.

En efecto, bastante se has discutido ya el curso contradictorio del proceso político, la existencia de

distintos proyectos que pugnan en el seno del gobierno y su definición en el campo de las reformas

estructurales. El curso del proceso, sin embargo, supone la conciliación y definición de una política

de desarrollo, aún cuando no se explicite coherentemente o incluso cuando su formulación

suponga la existencia de una lucha política no resuelta en la cúpula. Es decir, existe un modelo

aunque sea contradictorio y aunque resulte turbado en su aplicación por tos términos de la lucha

política. Y si nos referimos a la estrategia de desarrollo, el curso será definido primeramente por to

términos reales en que se da la política económica.

El conjunto de reformas aplicadas desde 1968 no han alterado las características fundamentales

de la economía Perúana: su carácter capitalista, la presencia de sectores productivos retrasados y

sólo parcialmente incorporados al mercado, y la dependencia del capital extranjero. Tos cambios

introducidos en la propiedad no alteran la lógica de acumulación privada que tiene la economía, ni

replantean la estructura productiva –exportadora de materias primas y con una industria

dependiente de insumos y bienes de capital importados- establecida en función de las necesidades

de un reducido sector de la población, incapaz de proporcionar el empleo y tos bienes necesarios

5 Referimos al lector a nuestro trabajo anterior sobre la llamada “Primera Fase” particularmente en lo que se trata el

Capítulo 5 sobre tos cambios operados en la clase dominante y el Estado, que explican las referencia que aquí hacemos a la recomposición del poder en la sociedad peruana. Ver PEASE, Henry “El Ocaso……”

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para las mayorías. El gobierno desarrolla una política de industrialización bajo el esquema de

sustitución de importaciones que, para entonces, ya había demostrado su invíabilidad en varios

países de América Laúna.

Para desarrollar esta política se otorgó a los empresarios un régimen promocional sin precedentes

que les permitió obtener beneficios de corto y mediano plazo anormalmente elevados. Se

incentivaba así a la burguesía al mismo tiempo que se le enfrentaba políticamente con reformas –la

comunidad laboral, el poder empresarial y supervisor del Estado, la ley de estabilidad laboral- que

afectaban las ganancias y su concepción liberal del proyecto político. La política contradictoria

dada en este ramo brindó a los empresarios “no sólo la oportunidad de resistir a la reforma sino

que también de realizar elevadas utilidades en el corto plazo”6. Así estos mantuvieron en pie su

enfrentamiento político con el velasquismo, acumulando fuerzas hasta lograr la coyuntura precisa

para revertir este proceso. En la base de estas contradicciones estaba el objetivo del gobierno de

aumentar la inversión privada, campo en el cual no tuvo mayores logros dada la fuga de capitales

producida particularmente en este sector.

La política económica se diseña sustentada en el ahorro interno –que al comenzar el régimen es

básicamente privado- y complementariamente en el ahorro externo. Para lograr este objetivo debe

incentivar y proleger la ganancia de las empresas, además de dar confianza a tos empresarios.

Este tema se convierte en uno de tos nudos de tensión del gobierno, en tanto cada reforma y cada

estatización espantan a la burguesía nativa, y en menor medida, al capital extranjero. En este

campo el gobierno se mueve entre el desconocimiento y el chantaje, a la vez que sortea una aguda

pugna interna. No consigue grandes éxitos en lo que a la inversión privada nativa se refiere; logra

romper el bloqueo externo de créditos que lo afecta en los primeros años y termina en la práctica

haciendo descansar en el ahorro externo su política económica7, para lo cual contratará una

abultada deuda externa y deberá conceder las condiciones adecuadas a la inversión extranjera. A

pesar de no obtener resultados tos incentivos, afectando por una parte tos ingresos del fisco y por

otra parte la concreción de sus reformas. Al hacer descansar su política en el ahorro externo, creó

6 El profesor Roberto Abusada, del Departamento de Economía de la Universidad Católica, ha publicado diversos trabajos

sobre esta contradictoria política industrial, destacando el generoso carácter de tos incentivos promocionales que llevaron a realizar grandes ganancias en el corto plazo y a resistir con eficacia la reforma de la empresa. Explica cómo fue percibida la reforma por tos empresarios y señala cómo junto a las medidas reformistas se daban grandes incentivos “sin precedentes en la historia de la promoción industrial en el Perú”. La óptica de este investigador, que en nada cuestiona el capitalismo, no podrá ser calificada de comunista por ningún empresario; sin embargo sus conclusiones contrastan con el coro de

lamentaciones de éstos, que se presentan siempre como “víctimas” de tos “atropellos” de la “Primera Fase”. Puede consultarse su artículo “Políticas de industrialización en el Perú 1970-76” en la Revista Economía de la Universidad

Católica, Volumen I, Dic. 1977 y también la ponencia presentada a la IV Convención de Comercio Exterior, titulada “Antecedentes y posibilidades de Crecimiento de la Exportación no Tradicional” Lima, 1979.

7 Luego de un período inicial durante el cual el ahorro externo se resiste a venir –siendo negativas sus tasas para 1970-, a

partir de 1972 se pasa a depender cada vez más del ahorro externo. Parece ser que en el plano internacional se dan condiciones extraordinarias de crédito, que hacen bajar la relación del ahorro nacional con el ahorro bruto total de 98% en 1972 a 43% en 1975 (ver Informe Estadístico de la Economía Peruana – CIEPA 1978)

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las condiciones para que, en la crisis, la presión internacional, en función de la deuda externa,

termine confluyendo con las presiónes de la burguesía nativa, haciendo invíable la continuidad del

proyecto reformista.

Lo más novedoso de la política económica seguida durante la “Primera Fase”, fue el sustantivo

incremento de la inversión pública, hasta constituirse en factor determinante del crecimiento del

Producto Nacional. En efecto, entre 1970 y 1974 la tase de incremento de la inversión bruta fija

pública fue de 23.5%, mientras que la privada fue sólo del 5%. En 1974 la primera creció en 57%,

mientras que la segunda sólo to hizo en un 10.6%. Estas cifras muestran un cambio importante

respecto del comportamiento económico del Estado Oligárquico precedente y corresponden con la

expansión de la actividad económica del Estado al tomar en sus manos parte sustantiva de la

banca, tos recursos naturales y tos servicios públicos expropiados, así como parte significativa de

la industria básica. Aunque la mayor inversión se concentra en proyectos de larga maduración,

esta política corresponde con tos planteamientos formulados en la década del 60 y enarbolados

por distintas corrientes progresistas frente al abstencionismo literal propugnado por las fracciones

oligárquicas8.

Esta política, sin embargo, no altera lo sustantivo de la economía Perúana, es decir su racionalidad

económica en función del capital, coadyuvando a su reproducción. Ni las expropiaciones por sí

misma, ni la inversión pública en sí, cambian esta lógica de la economía. En el conjunto de la

política aplicada, terminan siendo uno de tos principales ejes de contradicción. Se muestra aquí el

carácter conciliador y contradictorio del proyecto reformista castrense, que terminará incentivando

a tos sectores de la burguesía, capaces no sólo de reinterpretar sino de cambiar el proyecto

Velasquista.

Esta realidad, limitante de toda transformación real, se produce durante un gobierno que

progresivamente anuncia la “recusación del capitalismo”. Si bien no es ésta la formulación inicial9, a

ella se llega a partir de las formulaciones sucesivas y de las contradicciones visibles al aplicar las

8 Las cifras están tomadas del ya citado informe estadístico del CIEPA, que en este capítulo será la fuente citada cada vez

que no se explicite otra fuente. Sobre el punto cabe recordar que antes de 1968 el Estado estaba marcado por las exigencias de las fracciones oligárquicas que se opusieron sistemáticamente a que el mismo tuviera peso en la economía. No hay que olvidar que hasta 1963 –en que se crea el Banco de la Nación- incluso tos impuestos se cobraban a través de un ente mayoritariamente privado y que en 1968 el Banco Central de Reserva era mayoritariamente privado en su directorio, Se había dado –en las décadas del 50 y el 60- una expansión del Estado en servicios no económicos y en obras públicas de infraestructura, sin asumir significativamente actividades productivas.

9 En su formulación inicial, el proyecto político es en esencia definido como antioligárquico y nacionalista. Lo antioligárquico

es concretado en las primeras medidas con efecto contundentes y to nacionalista se expresará desde la estatización, sin pago real, de la IPC, hasta las estatizaciones negociadas posteriormente, en variables coyunturas. La recusación del capitalismo es un enunciado posterior que sigue el curso de la definición previa, “ni capitalista, ni comunista”, planteada no sólo en discursos sino en la propia normatividad. El mismo gobierno señalará que su modelo progresivo se plasma en la Ley de Propiedad Social, que al promulgarse en 1974 recibe el calificativo de “prioritaria”.

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primeras reformas. Aunque esta recusación se expresa en tos discursos oficiales e incluso en

algunas normas y leyes, difícilmente puede entenderse como algo aceptado por el gobierno en su

conjunto10 y definitivamente no logra concretarse en la política económica aplicada, aunque haya

sido parte de tos proyectos en pugna. Así, la política económica de corto y mediano plazo es

conciliadora con tos intereses de la burguesía, no cuestiona en esencia el sistema un transforma

su estructura productiva. Al hablar de conciliación con tos intereses de la burguesía no

confundimos conciliación con concertación; es decir, nos referimos a tos intereses objetivos y no a

to que el empresariado entendía entonces como sus intereses. En este nivel hubo contradicciones

y enfrentamientos reales, así como audiencia concreta ante la gestión de tos empresarios más

flexibles. La lógica del gobierno llevaba a la imposición de su proyecto más que a la concertación

de voluntades políticas; ello correspondía también a la inflexibilidad de la mayor parte del

empresariado ante toda medida de reforma y toda acogida de las demandas populares.

El análisis de la crisis económica y política, que ya es visible en 1974 supone entonces hurgar más

allá de tos niveles declarativos y de las formulaciones legales, para llegar a la estructura

económica, su lógica de acumulación y la presencia cíclica de las crisis propias del sistema11. Pero

al hacerlo es importante situar tos hechos en relación con las características del momento histórico

en que se origina este gobierno. Es preciso recordar cuál era el horizontes ideológico de la década

del 60, en marcado en la percepción propia de tos sectores medios que enfrentaban al orden

oligárquico tradicional con distintas posiciones reformistas. Si se analiza la escena política Perúana

de entonces puede observarse la ausencia del movimiento popular; hoy esta presencia, incluso con

las limitaciones que tiene su expresión política, determina ya una sustantiva diferencia. Las

banderas políticas entonces presentes fueron las que Velasco recogió el 68 (reforma agraria,

nacionalización de la IPC y la Cerro de Pasco, relaciones con tos países socialistas, cambio del rol

económico del Estado y fortalecimiento de la inversión pública, etc.) y en la demanda expresa en la

coyuntura, tal el caso de la Comunidad Laboral dada en tiempos en que la reforma de la empresa

planteaba en términos mucho más tradicionales.

Si se analiza el espectro político de entonces, es claro que la izquierda tiene un carácter

marcadamente reformista. Puede encontrarse en sus doctrinas el planteamiento de metas

10 Tos mismo discursos de Velasco lo presentan como un conductor que concilia, a partir de su opción por una de las

tendencias, más que como expresión del conjunto. Es posible incluso la aprobación y el silencio ante formulaciones que nos e comparten, en unos casos por debilidad, en otros por ignorancia y en otros por razones tácticas. Pero las vinculaciones que en tos tres períodos estudiados se encuentran entre parte del gobierno y distintos sectores de la burguesía indican la opción real presente, aunque no exhiban lazos orgánicos.

11 No es este el campo de este trabajo, aunque no podemos dejar de recurrir a ello para centrar nuestra atención en el

proceso político. Remitimos al lector a un reciente trabajo editado por DESCO, el libro “Economía Peruana: un ensayo de interpretación” en el que Carlos Otero y Hugo Cabieses desarrollan una explicación de la crisis, contribuyendo al debate sobre sus causas y desarrollo actual. Otros dos trabajos recientes de Armando Pillado M., aportan en esta perspectiva. Me refiero a “Acumulación, Crisis, Estado y Socialismo”, DESCO, 1978 y al trabajo de divulgación “El Capital Hacia la Crisis – Perú 1965-78”, DESCO, 1978.

14

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socialistas enrumbadas siempre al largo plazo y sin fórmulas alternativas explicitas en la coyuntura.

Incluso aquellos partidos de la nueva izquierda –que insurge a mediados de esa década- carecen

de propuestas alternativas y casí podía afirmarse que no forman parte del sistema político. En

efecto, luego del fracaso del foquismo guerrillero el debate de la izquierda estaba centrado

básicamente en la estrategia para la toma del poder, más que en tos pasos concretos que supone

la transición al socialismo.

Se explica así, en este contexto, la carencia de un proyecto económico alternativo y la aceptación

mecánica de la tesis industrialista, con modificaciones que no cuestionan su esencia. Aunque es

obvio que durante la “Primer Fase” maduran nuevas posiciones políticas, es visible también que

en todo el período hay ausencia de alternativas económicas concretas, tanto en tos sectores del

gobierno que se radicalizan, como en la izquierda en su conjunto.

En 1974, es evidente la aparición de la crisis económica a partir de la cual se empezará a

cuestionar –desde diferentes perspectivas- el modelo de desarrollo, haciendo más visibles los

límites reales del proyecto militar12 y el anuncio progresivo de una inminente crisis política. El

proceso político mostrará tos límites de cada una de las reformas emprendidas, al chocar con el

encuadre que supone la política económica. Antes de la crisis, en la capacidad conflictiva de cada

reforma, se podrá apreciar la contradicción que supone su impulso dentro de tos parámetros del

orden económico existente, lo cual incentivará la acción de las fuerzas políticas que tos defienden,

junto con la menos visible influencia de tos sectores empresariales que –en continua estrategia de

rodeo y enfrentamiento- logran expresarse en el régimen y claman por nuevas limitaciones a las

reformas. Así el voluntarismo político de tos propulsores de las reformas se irá estrellando con el

propio régimen. Se mostrarán con mayor crudeza los límites propiamente políticos del proyecto –en

la composición del gobierno, en la vinculación vertical con el movimiento popular, en la unidad de la

Fuerza Armada- y de esta forma la lucha de tendencias en la cúpula expresará contenidos más

profundos que lo enunciado por los propios actores. Todo esto se expresa en 1974, mostrando un

régimen deteriorado y haciendo ver cómo declina el impulso inicial dado a las reformas. Cabe

revisar estos límites en el momento en que aparecen más visibles en la escena política económica

seguida en torno a tos primeros síntomas de la crisis, para ver luego los límites en las reformas, en

el propio régimen político –basado en la institucionalidad castrense- y en el contexto internacional.

LA POLÍTICA ECONÓMICA AL APARECER LA CRISIS

Al gobierno le cuesta reconocer la existencia de la crisis económica. Mucho tardará en reconocer

que es responsable de ella y nunca podrá aceptar que to es por la insuficiencia del reformismo, por

12 No afirmamos que sólo ante la crisis aparecen las críticas. Estas existen desde antes, aunque sea discutible su nivel de

concreción y la formulación de alternativas. Pero la aparición de la crisis económica hace evidente en el propio gobierno tos límites de las reformas y como tal influye en la acción –ofensiva y defensiva- de tos actores de la escena.

15

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su contradictoria estrategia de desarrollo y por la naturaleza estructural de ésta. El diagnóstico es

vital para afrontar el problema. Por ello, reconocimiento y diagnóstico también significan opción.

Casí todos los actores políticos identifican al Ministro Vargas Gavilano con la negativa a reconocer

la existencia de la crisis. Ello, sin embargo, más que ubicarse en una soto Ministro –bastante débil

por cierto- debe llevar a preguntarse por el comportamiento global del régimen en la coyuntura de

1974. En ella, luego de que el gobierno sortea la pugna expresada por el Almirante Vargas

Caballero y afronta tos embates generados por la expropiación de la prensa, tiene lugar una

exposición del Ministerio de Economía en la que, con el triunfalismo que ya es característico en el

régimen, sostiene - a fines de octubre- que “…un balance honesto nos permito afirmar que nuestra

economía sigue siendo sólida”. En su exposición abunda en cifras optimas, pero parece reconocer

en algo tos “efectos de la crisis económica internacional” al afirmar: “todo esto, en términos más

claros, significa que la dependencia del exterior aún tiene poderosa gravitación en la economía

interna, dependencia que solamente será disminuida en la medida en que el Perú alcance una

estructura de producción adecuada”.13

En efecto, ya entonces desde dentro y fuera del gobierno se cuestiona la estructura productiva.

Esta vaga formulación, no concretada en medidas, no indica sin embargo que el gobierno como tal

la asuma. Además, en varios informes, desde 1973 el Instituto Nacional de Planificación (INP) irá

advirtiendo la necesidad de tomar medidas para enfrentar tos efectos “de la crisis economía

internacional”, proponiendo mejorar la Programación de Inversiones, perfeccionar la regulación de

importaciones, controlar la sobrefacturación, atacar tos problemas del agro –“cuello de botella” del

crecimiento económico- y anunciando que se acentuará la inflación14. Tos planteos del INP no son

atendidos en muchas ocasíones.

La exposición del Ministerio, sin embargo, quedará encuadrada en su propio triunfalismo y

encerrada en una coyuntura represiva. El seminario Oiga planteará duras interrogantes al gobierno,

acusándoto de ocultar la crisis “coyuntural”, cuestionando las cifras del Ministerio y haciéndose eco

de la demanda de tos industriales que tienen dificultades para proveerse de insumos. Este hecho

se produce en medio de un repunte político de tos grupos tradicionales –marginados de tos diarios,

pero presentes en Semanarios como Opinión Libre- que arman una polémica en torno a tos

contratos de financiamiento del oleoducto, calificándotos de anticonstitucionales y de violar la

soberanía; por sujetarse a tribunales foráneos. En esta campaña se orquesta, a partir de Opinión

Libre y el Colegio de Abogados de Lima, la acción del APRA. Acción Popular y el Partido Popular

Cristiano. En efecto, rápidamente Armando Villanueva –que representa en el APRA la línea dura

13 Cronología Política. Hecho No. 2931, p. 1028

14 INP: Informe socio-económico Enero-Junio 1974 y proyecciones a Diciembre. 17-XII74 – No. 21-24/DI/INP. Pp.5 y 6.

En ese sentido mismo año, el INP togra la creación del Comité Intersectorial de Promoción de Inversiones, que le permito intervenir en la autorización de inversiones privadas.

16

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frente al gobierno- demanda un “Frente Civil” democrático; Belaúnde acoge la iniciativa desde

Washington, como ocasíón propia de sentirse “nacionalista” y lavarse del barro dejado por el Acta

de Talara. Bedoya se unirá a ellos de inmediato, dando así la sensación de una orquestada acción

para desestabilizar al gobierno15. Este caerá en la lógica represiva a la que es tan propicio y

terminará deportando a varios de tos actores, dejando a medias una respuesta a OIGA, revista que

a raíz de este hecho fue clausurada.

Desde entonces esta exposición y tos hechos que siguieron recuerdan las dificultades iniciales

para reconocer la existencia de la crisis, aún en su endulcorada y falsa versión de simple “efecto de

la crisis internacional”.

Poco después, sin embargo, las medidas del nuevo presupuesto expresan intentos limitados de

afrontar la crisis, en una dirección coherente con la política económica que el régimen viene

aplicando, pero contradictoria con las reformas y formulaciones políticas planteadas. La creciente

contradicción entre el curso de las reformas y la política económica, lleva a paralizar la primeras.

Las sucesivas coyunturas refuerzan el “realismo” de tos sectores más conservadores y agudizan el

“utopismo” con el que se califica a tos militares progresistas. El grito de “basta de reformas” que

recordáramos en un trabajo anterior, se concreta ahora en la prioridad de resolver la crisis para

luego continuar con las reformas. Señalamos así el sentido de la política, a partir de las tendencias,

pero es obvio que se ha de producir en un proceso gradual que supone sucesivas depuraciones.

Frente al realismo de “la Misión”16, expresado más coherentemente en la “Segunda Fase”, que

termina por apelar al pragmatismo liberal tradicional, la tendencia progresista no logra tener un

proyecto económico alternativo. En esto pude haber resultado decisivo el que esta tendencia no

controlará tos cargos económicos del aparato estatal, aunque tal facto no sea explicación única. El

hecho es que su pugna con la “la Misión” estaba centrada en torno al problema del MLR y la

vinculación con las organizaciones populares. Así to expresó la prensa de entonces donde, incluso

cuando se constataba la pérdida de impulso de toda acción de cambio, tos sectores más

progresistas del régimen solamente reclamaban reformas en tos sectores de vivienda y salud,

apoyando casí en comparsa tos términos de la política económica. Sobre esto, sin embargo, cabe

también anotar que en nuestro medio poco se ha acostumbrado a ofrecer críticas de fondo y

alternativas de política económica, dejando así una especie de “coto de caza” reservado a tos

15 Cronología Política. Hechos No. 2945, 2949, 2963, 2966, 2967 y 2976. pp. 1036 y 1057.

16 Con este nombre, tomado de la escena de entonces, se explica to que era una de las tendencias en la cúpula,

carácterizando la acción concentrada de varios Ministros que constituyen entre 1974 y 1975 la versión más conservadora y autoritaria del régimen. Aunque tiene presencia desde años antes, como tendencia alcanza rol definitorio en este período y orquesta su acción tanto en la cúpula como en las organizaciones promovidas por el gobierno e incluso en un movimiento que oficialmente no se reconocía apoyar – a pesar de las evidencias que luego saldrán a la luz-. Sobre el punto ver PEASE, H. “El Ocaso…”Capítuto 4.

17

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tecnócratas. Posteriormente la evolución de las crisis hará que incluso la izquierda lejana al poder

afronte con mayor lucidez esta temática.

Con estos límitos, junto con el presupuesto bienal de la República para 1975-77, se aprobarían

medidas dirigidas a mitigar tos efectos de la crisis, siendo ecplícitamente reconocida como efecto

de la crisis internacional. Se señalará entonces que ésta “afecta sustancialmente a nuestra

economía”. El paquete de medidas incluyó el aumento de consumo popular –aumentando sin

embargo tos precios de una buena parte de éstos- y el reajuste de remuneraciones del sector

público, por debajo de tos aumentos reales del costo de vida.

En resumen, se buscaba aumentar tos ingresos del gobierno pero no se recurría a impuestos

directos –a las personas de altos ingresos y las utilidades de las empresas. Sino a impuestos

indirectos, siempre de mayor impacto social, aunque de más rápida recaudación. Se buscaba

disminuir el déficit fiscal pero era preciso subsidiar más y más productos de impacto en una

economía popular que desde 1973 veía bajar el ingreso real debido a la fuerte inflación. Estos

subsidios, además de aumentar el egreso presupuestal no lograban frenar el alza de precios en tos

bienes esenciales de la canasta familiar.

En la exposición de estas medidas, la crisis es reconocida sólo como factor externo, sin aceptar la

responsabilidad que cabe al gobierno en ella, ni replantear la política económica seguida. Así

resulta encubriéndose las causas estructurales de la crisis y tos errores de las políticas económicas

seguida. En conjunto se procura “armonizar” el curso de las reformas y la política económica,

hecho posible en el papel pero no en la realidad. Se reitera la necesidad de profundizar y

consolidar las reformas, de “mantener un nivel de consumo que permita la satisfacción de las

necesidades básicas”. Estos no son meros enunciados, el texto se puede sustentar en tos

forcejeos internos, pero la realidad de la aplicación no profundizará las reformas y sí comprimirá tos

consumos de la población al deteriorar aún más el ingreso eral. Cabe, sin embargo, recoger tos

enunciados porque serán explícitamente rechazados por posteriores medidas de política

económica, formuladas expresamente para comprimir el consumo y sustentadas así. De la misma

forma, en este paquete no se explícita el objeto de favorecer la tasa de ganancia de las empresas

para incrementar el ahorro y la inversión privada. Esta ausencia no significa que entonces la

economía no to permitiera –to incentivó en todo la “Primera Fase”- sino probablemente que el

gobierno no requería explicitarlo para convencer al sector privado, con el cual mantenía aún

relaciones tensas.

Pero ya en 1975 el gobierno prevé la necesidad de afrontar más orgánicamente la conducción de

la política económica, para to cual el Ministerio de Economía resulta un funciónario débil en medio

de una amplia red de Ministerios de la producción cuyas funciónes se cruzan. Esta tarea es

asumida por el nuevo Premier General Morales Bermúdez, quien como Ministro de Economía

18

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había diseñado y ejecutado to nuclear de la política económica en tos primero años del régimen.

Morales Bermúdez presidirá, y hará funciónar, el Comité Interministerial de Asuntos Económicos y

Financieros; desde tos primeros meses de 1975 se lleva a cabo una revisión global de tos

problemas económicos que culminará en el mes de junio de ese año con el primer paquete de

medidas económicas, conocido así en tanto tos anteriores fueron parte del propio presupuesto

venial y el gobierno se cuidó de no mostrar un conjunto de medidas anti-crisis como tal. En junio de

1975 se daba así el reconocimiento expreso de la crisis y el inicio de sucesivos “paquetes” anti-

crisis que, uno a uno, han ido aplicándose hasta la actualidad.

El paquete Morales –de junio de 1975- tuvo como antecedentes el informe del Banco Mundial

sobre la economía Perúana, el cual luego de plantear la necesidad de reducir la demanda para

evitar el crecimiento del consumo y de las importaciones, hizo varias recomendaciones básicas,

entre ellas aumentar el precio de la gasolina, revisar la política de subsidios –es decir reducirtos al

máximo- y aumentar las tasas de interés bancario para promover el ahorro y la inversión.

Recomendaba también flexibilizar la política frente al capital extranjero, particularmente en petróleo

y minería, así como el sistema de control y fiscalización de precios existentes en ese entonces.

Todo esto, en síntesis, termina defendiendo las ganancias de las empresas en general y del capital

extranjero en particular; para ello se visualiza ya entonces la necesidad de comprimir el consumo

por la vía de un incremento de salarios inferior a la inflación existente.

La importancia de este informe –cuyos términos acogerá progresivamente el gobierno- está en que

fue usado para la reunión del Grupo Consultivo de París, que se comprometió, en abril de ese año,

a estudiar la posibilidad de otorgar préstamos para proyectos de inversión por un monto de 2,850

millones de dólares, cantidad que podía elevarse a 3,500 millones17. Esa declaración nos hace

pensar en este informe como elemento de presión para que el gobierno cambie su política

económica en términos de adaptarla aún más a tos requerimientos del capital financiero

internacional, siguiendo la pauta de sus organismos de crédito18.

17 DESCO. Informativo Político. No. 31. Lima, Abril 75. pp. 39 y 40

18 Ya en pleno desarrollo de la crisis esta danza de millones genera más de un espejismo y hace recordar la renegociación

de la deuda externa dada a principios del régimen; la forma en que se chantajeó frente al problema de la Internacional Petroleum Company (IPC), las jugadas tácticas que el gobierno realizó –desempolvando incluso antiguos proyectos para explicar una maniobra publicitaria del BID- (Cronología Política. Hecho No. 487 p. 104) y posición que el propio Morales Bermúdez esgrimió ante el Club de Paris en junio de 1971, señalando que el Perú debía elegir pagar su desuda o invertir en planes de desarrollo. La aceptación de la alternativa del Club de Paris -nuevos créditos e inversiones a la vez que se pagaba la deuda anterior sin reestructurarla- llevó entonces a la ejecución de grandes proyectos cuya prioridad cabe analizar para entender a la ejecución de grandes proyectos cuya prioridad cabe analiza para entender cómo el crédito extranjero impone sus prioridades, su tecnología y sus reglas de juego, generando además las condiciones para presionar sobre la política económica, cuando las deudas se van acumulando y llega la hora de pagar aún más. El manejo eficiente de estos instrumentos termina reorientando las economías dependientes hacia las más ortodoxas condiciones del capital financiero (Cronología Política. Hecho No. 1225 p.281)

19

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El paquete de junio, denominado “Plan Coyuntural” de reajuste de la economía”, ubica la crisis a

nivel coyuntural con to cual no cuestiona si el curso de la política seguida, ni las bases mismas de

la economía en que se aplica19. El plan consistió por un lado, en el aumento de precios de tos

productos –tanto los controlados como tos fiscalizados y tos no sujetos a control- a la vez que se

producía un importante recorte en tos subsidios a tos alimentos. Por otro lado, se daba un pequeño

reajuste de sueldos y de salarios20 que de ninguna manera compensaba el impacto de estas

medidas, sumadas al sostenido proceso inflacionario precedente. En síntesis, el gobierno buscaba

reducir el déficit fiscal reduciendo subsidios, con to cual elevaba tos precios de tos productos

esenciales, a la vez autorizaba –y/o constaba, según el caso- la elevación de tos precios. Trataba,

además, de equilibrar la balanza de pagos por la vía de la reducción del consumo. Como en la

lógica de esta política está la prolección de la ganancia y el estímuto de la inversión privada, no

podía reducirse el déficit de la balanza comercial racionalizando drásticamente las importaciones21

ni introduciendo una programación industrial que alterara la política anterior. Tampoco cabía

controlar la sobrefacturación, ni otras formas de salida de capitales. Más aún, éstos saldrán de

manera importante dado el tipo de cambio que el gobierno se negaba a alterar. El gobierno no

intentará poner cupos tributarios adicionales a una empresa privada que se buscaba incentivar, a

pesar de la imposibilidad de justificar socialmente ese esfuerzo del Estado. Sólo quedaba la

ortodoxia liberal que forma parte de tos recetarios de la banca internacional contribuyendo a la

19 En ese momento el Gral. Morales Bermúdez carácterizaba la situación y deba las siguientes razones para la aplicación de

las medidas: a) la existencia de un desajuste de precios con efectos desfavorables en el ingreso de las familias. Las finanzas públicas y la producción nacional, que se expresaba en la gran diferencia existía entre tos productos esenciales –que mantenían por algún tiempo precios fijos- y tos productos que se expedían sin mayor control, cuyos precios habían subido libremente; b) la existencia de divergencias entre tos precios internos y tos que regían el mercado exterior, lo que devino en el crecimiento del contrabando fronterizo; c) el alza del precio de tos insumos que se utilizaban para elaborar tos productos denominados básicos había incidido en la reducción de la rentabilidad y , por to tanto, en la considerable baja de su producción; d) entre Enero y Mayo de 1975 el subsidio de diversos productos afrontado por el gobierno no había logrado sus verdaderos objetivos, lo que se expresaba en ese momento por ejemplo, en el hecho de que el subsidio de la harina de trigo no hubiera a logrado el normal abastecimiento de pan francés a la población; e) el desequilibrio que afectaba a la oferta y a la demanda, así como tos altos subsidios y la reducción del ahorro público necesarios para tos programas de inversión, significaría requerir nuevos que aumentarían nuestra deuda externa; f) nuestra estructura de precios perjudicaba a la de gastos, limitando la capacidad adquisitiva de tos sectores público y privado; y, g) de no haberse adoptado la creación de nuevos cuadros de precios y remuneraciones que se aplicaban a partir de ese momento, el gobierno se habría visto en la disyuntiva de afrontar un déficit fiscal, reduciendo la disponibilidad de recursos para la inversión pública, a lo que se agregaría una mayor importación de alimentos y de petróleo, lo que se hubiera reflejado también en la disminución de la producción interna alimenticia y el aumento del desempleo.

20 Se elevaron tos sueldos y salarios mínimos vitales y se reajustaron las remuneraciones con un incremento de 1,600 soles

al trabajador público y entre 400 y 2,020 al trabajador privado, monto sujeto a negociación colectiva y elevable hasta el tope de 2,500 si la situación de la empresa lo permitía.

21 Desde un par de años antes, este problema está presente en la discusión. Esta industria no satisface necesidades

económicas de las mayorías populares: ni produce tos bienes que satisfagan las necesidades básicas, ni to que produce está al alcance de tos ingresos del pueblo. Tampoco genera un empleo significativo. Sin embargo, ninguna medida decidida a replantear esta estructura productiva se toma y pocas veces en la historia se han dado incentivos más generosos a las empresas. Por otra parte, el déficit de la balanza comercial proviene en buenas medidas del constante aumento de importaciones. Y si bien ha aumentado la importación de alimentos, es el rubro de bienes de capital y de insumos industriales el que lleva el ritmo, como puede verse en la nota siguiente.

20

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concentración monopólica del capital y utilizando cada crisis para eliminar a tos sectores menos

competitivos y recuperar la tasa de ganancia para el gran capital. En esta perspectiva había que

consumir menos, pero empezando por aquello que más afecta al consumo popular; había que

manejar el proceso inflacionario sólo dentro de las leyes del mercado libre y controlar el salario de

modo que en términos reales cada vez menor. Con ello se conseguiría –si se aíslan otras

variables- alivíar la balanza de pagos y recuperar la ganancia de las empresas. El sentido impreso

a la política económica, implícito en este paquete y explícito luego, tendrá límitos adicionales

porque se aplica sin la rigurosidad del caso, pero indicará el rumbo de la solución que se busca a la

crisis, vista entonces sólo como problema coyuntural.

Las medidas no alcanzaron tos efectos esperados. Como demostraron tos acontecimientos

económicos posteriores, no se togró ningún de tos objetivos perseguidos, salvo el de reducir el

ingreso real de tos trabajadores. El déficit fiscal se incrementó y la reducción de subsidios resultó

insuficiente. Por otro lado, el aparato productivo sintió tos efectos de estas políticas recesivas. A

pesar de éstas, el déficit de la balanza de pagos aumentó y se redujeron las reservas

internacionales en más de 500 millones de dólares debido al creciente servicio de la deuda externa

–que pasó a ser, de 1974 a 1975, del 30 al 37% del vator de las exportaciones -, al fuerte

crecimiento del volumen de importaciones y a la caída de las exportaciones.

El impresiónante crecimiento del quantum de importaciones entre 1974 y 1975, particularmente en

el rubro de bienes de capital; sólo se explica como una resultante de actividades especulativas

apoyadas en el mantenimiento de un dólar sub-valuado, to que llevó a las empresas a políticas de

sobrestockamiento22. Esto muestra –siendo sólo un ejempto- la irracionalidad de esta política

22 EVOLUCION DEL QUANTUM DE IMPORTACIONES (1970 – 1975)

AÑOINDICE DEL QUANTUM DE IMPORTACIONESBIENES DE CAPITALCOMBUSTIBLES Y CONEXOSMATERIAS PRIMAS Y PROD. INT.1970

197219731974

1975100112139157

22310091138174

276100345541522

1,025100122

21

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economía en términos del conjunto social. Pero a la vez indica su carácter de clases, sirviendo a

algunos grupos sociales capaces de lucrar incluso en la crisis y a pesar de la contradictoria política

gubernativa. Una vez más en el manejo de la economía capitalista to aparentemente irracional

resulta racional a la ganancia de la burguesía.

Es preciso resaltar algunas constantes, que a partir de Junio de 1975 se repetirán en todos los

paquetes: se asume, en primer lugar, una política de alza de precios y salarios que da la imagen de

cuidar la economía popular, haciendo exactamente to contrario. El trabajador advierte que le están

bajando el salario real, aunque tos primeros días sienta que gana más soles. Las cifras posteriores

confirmarán este hecho y harán que algunas expresiónes aparentemente jocosas pasen a formar

parte de la antotogía de la infamia23. Esto hará que la prensa oficial alabe la “justicia” del gobierno y

dé una imagen falsa de la realidad, Será parte de la armazón psicológica que encubrirá luego el

viraje gradual del gobierno. La constante invariable en todos los paquetes que le siguen y el único

objetivo que siempre se cumple, será la reducción del ingreso de tos trabajadores. En contraste.,

otra constante de tos paquetes siguen será la dificultad para reducir el déficit económico del

presupuesto nacional24.

113128

162El cuadro muestra el impacto del gran stock de capital en 1975 y el peso significativo del aumento de importaciones. Pesa también el aumento de la importación de petróleo, mantenimiento subsidiada la gasolina; otra de las contradicciones notorias de esta política, que luego se corrigió, pero dentro de un conjunto de medidas que golpeaban aún más la economía popular.

23 Nos referimos al comentario posterior del Ministerio Barúa, cuando comparando la “canasta básica” y tos aumentos, en su posterior paquete, indicó que al hombre del puebto le quedaba un saldo para “una cervecita”. Basta ver de carca las condiciones de vida de las clases populares para entender que es muy serio –y signo de insensibilidad- hacer estas bromas cuando se está jugando con el hambre de las mayorías. 24 El déficit Económico fue de 14,090 en 1974, de 30,591 en 1975, de 48,432 en 1976 y de 38,200 en 1977 (en miltones de

soles). Tos intereses de la deuda pública -dentro de tos gastos corrientes- fueron importantes.

INTERESES DE LA DEUDA PÚBLICA 1970 - 77

AÑOSINTERNAEXTERNA19701972197419751976

1977100129256368570

1,400100297495521642

965(Ver Informe Estadístico del CIEPA 1978)

22

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En el déficit presupuestal impacta el fuerte servicio de la deuda pública –cuyos intereses van en

constante aumento- así, como el mantenimiento –aunque en proporciones decrecientes- de tos

subsidios y la inversión pública. Impacta, además, la rigidez de tos gastos corrientes del Estado y

en particular tos gastos de defensa en un tiempo en que la crisis era sentida como fenómeno

coyuntural, es decir pasajero y manejable.

En la coyuntura de Julio de 1975, con la lucha política centrada en la ofensiva del MLR contra

diversas organizaciones populares y el debate centrado en éste y en tos problemas de la prensa

expropiada, no serán muchas las reacciones populares frente a este primer paquete. Ello ocurre a

pesar de que desde hace ya varios años se negocia con tope máximo tos pliegos de reclamos, to

que supone un límito en la negociación sindical y un buen servicio del gobierno a las empresas. No

obstante la CGTP, la CTP y la CTRP se pronunciarán apoyando genéricamente las medidas,

aunque cuestionando algunos de tos dispositivos referentes al salario. La CGTP resalta en su

apoyo el hecho de que nos e haya evaluado la moneda y que no se hayan congelado tos salarios,

“hecho que hubiera disminuido de capacidad adquisitiva de las masas populares”. Se puede

observar aquí el impacto del estilo de las medidas: habrá baja del salario real pero el primer

iimpacto de las medidas no es reconocido aún por la más fuerte y antigua de las centrales

sindicales. Al lado de estos apoyos habrá la crítica del partido Vanguardia Revolucionaria y del

CCUSC, denunciando la política seguida25. Sin embargo, si bien estas organizaciones expresan

una prolesta, no influyen aún en tos hechos de esa coyuntura de manera significativa, ni plantean

alternativas de política económica para entonces.

Las medidas y hechos comentados muestran cómo el gobierno de la “Primera Fase” afronta la

crisis y cómo existe una relación de continuidad entre el “paquete” de medidas del Premier

Morales Bermúdez y tos sucesivos “paquetes” del gobierno de la “Segunda Fase” que éste preside.

Obvíamente habrá diferencia de grados y progresivamente se tendrán que plantear tos cambios en

las políticas de reforma, inherentes a la racionalidad de este manejo de la economía.

Lo que queda resaltado, además, es el cordón umbilical que liga la política económica de toda la

década, diseñada por este general en tanto Ministerio de Economía (1970-73), retomada como

Premier y cabeza del Comité Interministerial de Asuntos Económicos y Financieros (1975) y

desarrollada como Presidente en la “Segunda Fase”. Se maneja la economía nacional cuidando la

rentabilidad de la inversión privada, en primer lugar, confiando tercamente en tos resultados de tos

incentivos tradicionales brindados a la empresa privada26 y si descansando al máximo en las

25 Cronología Política. Hechos Nos. 3649 p. 1498 y 3692 pp. 1524-25

26 Analícese, por ejempto, qué ha significado el sacrificio fiscal al haber mantenido la presión tributaria muy baja (13% frente

a un 18% que recomiendan tos organismos internacionales para países como el Perú). Si se acepta el 18% como norma, el sacrificio fiscal puede ser vatorado en:

SACRIFICIO FISCAL EN RELACION AL PBI (1970 – 1975)

23

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posibilidades del endeudamiento externo. Se aplica, incluso forzadamente, una política

industrialista bajo el esquema do sustituci6n de importaciones, al que luego se le acopla

una serie de incentivos para industrias de exportación. No se cuestiona en la práctica

la estructura productiva y se sacrifica la producción agropecuaria en aras de una

industrialización que ni genera el empleo necesario, ni produce bienes esenciales al

alcance de las mayorías ni tampoco ayuda a equilibrar la balanza comercial, a la que

más bien presióna con la importación de más y más insumos y bienes de capital.

Estos problemas estructurales no son afrontados en tos años de holgura y más bien

serán agudizados con la política de inversión pública en proyectos de larga

maduraci6n. Hubo, asímismo, errores en el manejo del comercio exterior y baja de las

exportaciones tradicionales.

En discursos posteriores el gobierno reconocerá algunos de estos problemas, aunque

refiriéndose a ellos soto como tema de reflexión para el largo plazo. Pero, poco se

consigue al vertos sólo como cuestiones técnicas aisladas. Son parte de un todo

coherente, que se administra articulando las demandas del empresariado nativo y del

capital internacional. Por esto, al presentarse la crisis en su versión más aguda, to

sustantivo de esta política saldrá a la luz en forma meridiana. Esta política prioriza la

atención de las demandas del capi tal imperialista mientras, en segundo término, trata

AÑOSMILTONES SOLESSACRIFICIO FISCAL % DEL P.B.I19701971197219731974

19759,86712,16414,14419,75621,480

21,1664.0%4.6%4.8%5.5%4.8%

3.2%FUENTE: Víctor Rondinel, El Proyecto de Desarrolto de 1968 y la Política de Financiamiento. Tesis de Grado, U.N.I., Programa de Economía.Si luego se compara el porcentaje de sacrificio fiscal con relación al déficit económico se observa:

AÑOSDEFICIT ECONOMICOSACRIFICIO / DEFICIT197019721974

19753,28210,83114,090

30,591300%130%152%

69%Es decir que sóto en 1975 el sacrificio fiscal fue menor que el déficit económico, to cual hace pensar que se hubiera evitado el déficit hasta ese año y reducido en forma importante en 1975. El sacrificio fiscal se debió en gran parte a las generosas exoneraciones tributarias a las empresas y a la mala recaudación. En perspectivas se ve en este caso otro de tos defectos más criticables de la política diseñada que terminaron incentivando a la burguesía nativa con grandes ganancias de corto plazo, que a la larga terminan fuera del país. Este es sóto uno de tos costos de la política industrialista seguida… habrán más y mayores.

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de contentar a tos sectores nativos de la burguesía, concediendo en parte ante sus

demandas y procurando garantizar al menos to sustancial a una parte de estos

sectores: la ocasíón de lucro para el mas adaptable o... el más vivo. En efecto,

cuando las presiónes externas para ordenar la administración de la crisis en función

del puntual pago de la deuda, han comprimido el consumo de tal manera que ni las

capas medias pueden comprar -y ello afecta a la industria nativa, pues se agudiza la

recesión- se buscarán nuevos incentivos para la industria, bajo el mito de un supuesto

modelo de exportación no tradicional con un incremento del Certex tan

impresiónantemente elevado que fácilita operaciones normal mente impensables. Tras

el mito de la exportación no tradicional –que hoy nadie puede dejar de ver y escuchar -

estos incentives son más bien subsidies a la burguesía nativa para que acepte la

prioridad imperialista, soporte la coyuntura y se reacomode a nuevos proyectos

industriales. A la vez se buscará corregir aquellos elementos de cada reforma que

afectaban en parte a tos empresarios, tos únicos capaces de reactivar -y tos únicos

que merecen incentivos- en esta forma de concebir la economía. Es hora de

flexibil izar. . . todo; pero también de ser inflexible con el campo popular.

Así, al aparecer la crisis económica, se puede observar en la escena polít ica la

necesidad de corregir el rumbo reformista. Es el límito propio de todo reformismo; y

como en la "Primera Fase" el proceso polít ico ha ido ra dicalizando las posiciones en

juego, será necesario remover tos obstácutos presentes en el propio gobierno para

que este pueda asumir un rumbo coherente con la polít ica económica dada. Hay

pugna en la cúpula y esta es una dimensión central del confl icto, aún cuando se

exprese en torno a problemas más inmediatos. Por su naturaleza estructural, to

económico será decisivo en la definición de la correlación de fuerzas, claramente

desfavorable a las opciones progresistas desde 1974. Hay, sin embargo, otras

dimensiones internas y externas que influirán notoriamente en la resultante.

LOS LÍMITES DE LAS REFORMAS

Si el deterioro del gobierno resulta evidente al examinar como comienza a

"administrarse" la crisis, esta visión podrá ampliarse a su real magnitud cuan do se

evalúe el curso de las principales reformas. La pretensión de este trabajo no es

realizar la necesaria evaluación de cada reforma, sino simplemente poner en

evidencia algunos rasgos presentes al f inalizar la l lamada "Primera Fa se". Para

entendertos no baste comprender tos límitos del modelo o las crit i cas que cada

reforma en particular original Es preciso recordar el cúmuto de expectativas

25

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generadas por este proceso, que con todas sus l imitaciones es el único intento de

cambio en la sociedad Perúana, aplicado desde el gobierno en to que va del siglo.

Por ello en cada caso la lucha de tos propulsores de las reformas por

profundizarlas, por impedir que se reinterpreten o por ir más allá de estos, adquiere

una dinámica que sobrepasa el análisis serene de tos procesos estructurales; le

impregna un voluntarismo propio de la praxis y empuja hacia acciones aún

desfasadas del curso real del régimen.

Al concluir el Gobierno de Velasco no hay ninguna decisión expresa que se aparte

del curso de las reformas. No hay viraje, a pesar de que tos "realistas" presentes en

la cúpula centren su atención en las medidas económicas y planteen el aumento de

la producción como bandera prioritaria.

Lo que puede verse es más bien el límito de las reformas mismas, centrado en la

incapacidad del régimen do replantear la estructura productiva y la racionalidad

capitalistas de esta economía. A la vez el régimen será incapaz de ver tebrar

alianzas con el movimiento popular, mostrando una actitud cada vez más autoritaria

y vertical.

Esta apreciación estará presente en pocos pero importantes sectores de la

población, ubicados en una izquierda que no logra concretar una alternativa de

poder, aunque expresa sus crít icas y trabaja al lado del movimiento popular en la

conquista competit iva de posiciones. Estará presente también en cuadros que desde

organismos del Estado o de las organizaciones por este propugnadas, se radicalizan

a partir del proceso mismo y se enfrentan en un desigual combate con "la Misión" y

el MLR. Llegará parcialmente a la cúpula, contribuyendo a la radicalización de

algunos de sus elementos, pero sin plasmarse en alternativas. Só lo son parte do

una elite, pero pesan en el cuadro polít ico. Tras ellos -de una u otra forma- amplios

sectores populares sienten la crisis, l legando a distintos grados de reflexión sobre

tos límitos estructurales del proceso y las reformas.

La formulación, sin embargo, importa poco cuando el campesino se siente exptotado

por el curso que toma la reforma agraria en las empresas aso ciativas o por no haber

l legado a ellas; cuando el comunero aprecia la burla que el empresario hace de su

Comunidad Laboral y la cómplice polít ica del Estado, que termina desconociendo

CONACI para efectos reales; o cuando amplios sectores esperan una "propiedad

social" casí mítica, que no se expresa en empresas que operen. Variarán así las

apreciaciones y ópticas, pero habrá en la mayoría un común alejamiento y apatía

respecto del gobierno, junto con la lucha concreta por defender sus organizaciones -

26

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sindicales o comuneras, campesinas o barriales- de la polít ica del gobierno que

busca controlarlas y de la penetración matonesca del MLR que pretende alcanzar

hegemonía en ese proyecto de encuadramiento.

Por ello cabe señalar -incluso antes de analizar el estado de las refor mas- que la

lucha polít ica dada por el movimiento popular en el nivel de sus organizaciones se

va tornando propiamente defensiva en materia económica 27. Hasta 1973 hubo un

incremento paulaúno del salario real promedio 28. En ese año, una fuerte presión

sindical hizo aumentar el número de huelgas en 379 respecto del año anterior,

elevándose a 15.7 (en millares) el número de horas/hombre perdidas. Pero a partir de

1974, el salario real empieza disminuir sensiblemente y en 1975 la presión sindical se

elevará notablemente29. A la baja del salario real corresponde un incremento de las

utilidades de las empresas, que aumentan en estos años su participación en el

ingreso nacional. Es la más concisa demostración de to que significa la política de

gobierno30.

27 Nos refer imos aquí a la reacción de tos t rabajadores f rente a la pol í t ica económica que hace que progresivamente, cada pl iego de reclamos se convierta en una lucha por impedir la reducción del salar io real y no en una lucha por mejorar sus condiciones de vida. To que debe tomarse en cuenta, a la vez, es la notor ia dinamiza ción del movimiento popular en este per iodo que indica el observador, ya en 1973, la emergencia de un nuevo poto en e l espectro pol í t ico. Es e l movimiento popular con capacidad de impactar en la escena, centrado aún en el f rente s indical y con dist intas organizaciones regionales. Esta presencia inf lu i rá decis ivamente en la di namización del rol de to "Misión y el MRL”.

28 Ver PEASE, Henry: El Ocaso… p. 139. El cuadro.29

Ibid. p. 137 y 1). 139.

30 Así, mientras en 1972 las Remuneraciones de obreros y empleados representaron el 51.3% del Ingreso

Nacional, en 1975 fueron el 47.5% y en 1977 fueron 46.5%. Por su lado, las Uti l idades de Empresas en 1972 eran el 17.7% del Ingreso Nacional, subiendo al 22.7% en 1975 y al 24.7% en 1977. En la medida en que el lugar de tos otros rubros componentes del Ingreso Nacional no ha variado sustancialmente, la única explicación de la reducción del rubro Remuneraciones respecto al total es que las uti l idades de Empresas se han incrementado. Ver al respecto el siguiente cuadro:

AÑOSREMUNERACIONES*UTILIDAD DE EMPRESASINDEPENDIENTESRENTA PREDIALINT. NET.TOTAL19721973197419751976

197751.349.047.047.546.9

46.517.722.223.722.723.9

24.725.623.924.125.024.9

24.64.53.93.9

27

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La acción sindical está defendiendo algo muy concreto: que el salario no siga

bajando. Pero, además, el movimiento sindical lucha en defensa de su propia

existencia ante tos intentos del MLR y el conjunto de aparatos estatales que procuran

encuadrarto en sus términos. Paros decretados por tos trabajadores mineros

(CENTROMIN), Telepostales y Maestros (SUTEP), así como por la Federación

Departamental de Trabajadores de Arequipa (FDTA), expresan esta lucha defensiva

que el gobierno verá, tanto entonces como ahora, siempre como acto subversivo y

como provocación partidaria, sin reconocer sus causes reales 31.

La contingencia sindical expresa una parte de la acción popular. En el campo, la

aplicación de la reforma agraria hará surgir viejos y nuevos problemas. Un amplio

conjunto de cooperativas y SAIS adjudicatarias será muestra del avance de esta

reforma contra el latifundista, pero en cada empresa campeará el poder concentrado

por el aparato estatal, con notoria incapacidad operativa 32 y el impacto de una política

económica que agrede al campo, al controlar tos precios de sus productos y

encarecer tos insumos, a la vez que el sistema de comercialización merma toda

ganancia posible No se trata simplemente de problemas técnicos: esto resulta de la

aplicación de una política económica que privilegia to urbano industrial y comprime

económicamente al sector rural. Es consecuencia también de la falta de crédito y de

su distribución entre las empresas modernas, del desgaste de varios años en que la

3.63.2

3.01.20.61.31.11.1

1.1100.00100.00100.00100.00100.00

100.00FUENTE: Banco Central de Reserva del Perú, Memoria 1977; Lima, 1978*Obreros y Empleados31

Cronología Polít ica. Hechos Nos. 3533, 3538, 3563, 3569, 3589, 3590, 3642, 3661 y 3757. pp. 1433-34, 1436, 1447, 1450, 1461,1495, 1503 y 1557.32

El aparato estatal, ineficaz y central ista, es capaz de interferir en las empresas campesinas pero no es capaz de conducir las ni de resolver sus problemas. Hay que observar corno se dan las relaciones con las Cooperativas y cómo quedan constantemente irresueltos to s problemas planteados por tos campesinos. También es notoria la persistencia de poderes tocales reart iculados con el aparato estatal, capaces de mermar aún más tos ingresos de estas empresas. Esto se agrega a las condiciones de descapital ización que muchas de el las tenían al momento de ser adjudicadas y en muchos casos por responsabil idad de tos Comités de administración, que formaba el gobierno y controlaba totalmente en el período de transferencia, o también por la tolerada descapital ización hecha por tos propios dueños al venir la reforma. Todo to dicho t iene obvia explicación en el carácter de ese Estado, por elto es punto de part ida, razón últ ima que incluso en perspectiva reformistas podría ofrecer resultados menos crít icos.*Confederación Nacional Agraria (CNA) y Confederación Campesina del Perú (CCP)

28

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atención se centró en la transferencia de la tierra, y resultado de las fallas una capa

burocrática bastante tradicional que ha reforzado su poder sobre el campo.

Pero esto sólo atañe a una parte del sector rural: las comunidades cam pesinas

marginadas de todo impacto real de la reforma agraria, tos minifundis tas

empobrecidos aún más y muchos campesinos que no alcanzan a ser suje tos de la

reforma, están presentes también en la demanda y en la espera. La reforma agraria

ha sido rápida pero le queda un cúmuto de problemas por resolver; y en el curso del

proceso, en 1974 no escapa al impacto de la lucha que atraviesa el gobierno y a la

política de "la Misión", que si bien no puede imponerle directamente al MLR, tiene en

el SINAMOS y en la estructura burocrática elementos que instrumentar. En este

cuadro político se instala la CNA*, en el cual se reproduce la pugna sin que tos

partidarios de "La Misión” togren controlarla. Compile en el campo con la CCP*, cuyas

movilizaciones se expresarán principalmente en la toma de tierras y en la

organización sindical del campesinado. Si bien nadie puede aspirar a cambiar el

campo en pocos años, es claro que el problema no es sólo de tiempo. En el mismo

aparato estatal se discutirán críticas a la reforma agraria que colindan pro -

gresivamente con el cuestionamiento del proyecto político en curso: tos cambios no

pueden circunscribirse al sector rural y la pauperización del campo no es simple fruto

de matos ejecutores, ni de la ausencia del "sabio patrón". La aplicación de la reforma

agraria lleva a cuestionar la política agraria como conjunto. Desaparecido el latifundista,

salen a la luz problemas estructurales irresuellos que Forman parte del conjunto de la

economía y requieren de uno política agraria esencialmente distinta en todos tos ángutos.

La reforma agraria no ha logrado incorporar al mercado a vastos sectores de economía

campesina. Tampoco ha proporcionado al régimen una base -social de sustento, capaz de

asumir su defensa, y obvíamente no ha resuello el problema agrario. Desaparecido el

terrateniente, el agro se expresa en su más profunda condición de sector subordinado de la

economía capitalista. La distancia que separa a tos campesinos del poder se expresa en

un cúmuto de mecanismos económicos que reproducen su pauperización de manera

alarmante. Así una de las reformas agrarias más avanzadas y radicales de América Laúna,

puede coexistir con una de las políticas económicas más pauperizadoras del campo. Esta

contradictoria resultante sólo se entiende analizando el juego real de fuerzas y la

capacidad de recuperación del orden burgués dada con el manejo del conjunto de la

política económica. Es probablemente uno de tos ejemptos más claros para analizar tos

límitos del reformismo; es decir, tos resultados de cambiar algo, una parte, manteniendo to

esencial del sistema.

29

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La Comunidad Industrial sigue también un derrolero crítico hasta 1975. Se ha permitido la

burla de la ley por las empresas. Se ha impedido la organización de tos comuneros,

quebrando CONACI* para reemplazarla per la organización de tos más sumisos. Todo el

año muestra la lucha entre las dos fracciones de CONACI, anulándose mutuamente en su

capacidad de ejercer presión para que la ley se aplique y las Comunidades funciónen. El

intento de conciliación que esa Ley suponía mostró su base irreal, pero en el curso polí tico

la lógica de las banderas de tos empresarios impactó sobre el gobierno que -con sus

operativos e impidiendo la organización comunera- favoreció la capacidad de maniobra de

las empresas, decididas a evadir la Comunidad. Lejos de su intención original, la

Comunidad laboral reforzó la conciencia política y sindical de tos trabajadores. Ello fue

visto como una amenaza por parte del gobierno, que por su ubicación en el poder togró

imponerse a la larga.

El curso de la reforma educativa y del proyecto de propiedad social queda, en 1975,

realmente soto en la teoría o en la Ley. La primera se in tenta aplicar a través de una de las

burocracias más tradicionales, comenzando justamente por la organización del sistema

educativo, ocasíón para formular muchas normas de escasa aplicabilidad real. Esta

reforma se aplica prescindiendo del magisterio, al que en función de su lucha sindical se

enfrenta, tratándoto como enemigo. Pesa, en 1975, un conjunto de marchas y

contramarchas de esta reforma que la hacen más que incipiente fácilmente truncada.

El proyecto de propiedad social, tan largamente debatido, queda de partida entrampado en

la lógica de una economía capitalista incuestionada en tos hechos -aunque recusada en el

discurso político- y en la fundamentación del proyecto mismo, al definirto como el modelo

alternativo que ofrecía el régimen. De entrada es evidente que parte del gobierno no está

dispuesta a dar esa prioridad y, más aún, que su togro es imposible cuando depende de la

inversión que realice el Estado, justamente ese Estado que afronta una severa crisis

económica. La lentitud en la aplicación de este proyecto no da lugar a concreciones en sus

primeros años, haciéndoto así fácilmente reinterpretable en el futuro.

La reforma de la prensa -la última en iniciarse- concitará hacia fines de la "Primera Fase"

una ardua pugna interna al régimen, en medio de una crítica generalizada dentro y fuera

del país. Se ha logrado marginar a tos antiguos dueños, pero la alternativa no deja más

posibilidades que el triste espectácuto de una prensa oficial. En el primer año de esta

experiencia (1974-75), tos diarios quedan bajo el control de directivos nombrados por el

gobierno y se ofrece una transferencia a "sectores organizados de la población". Tos

diarios expresan públicamente la pugna que dentro del gobierno no existe, entre

30

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tendencias progresistas y reaccionarias33. Se podrá ver cómo en unos casos se cultivan

algunos "sueños de opio" de quienes se sienten ya en otra sociedad y ven factible el

socialismo en este régimen. En otros, con pocas variaciones respecto al estilo de prensa

anterior, se desarrollará un macartismo a ultranza para expresar su apoyo a las tendencias

más reaccionarias del régimen, desatando una sorda pugna de recriminaciones y

amenazas. AI acercarse la coyuntura de Julio de 1975 -en la que debía hacerse efectiva la

supuesta transferencia- el gobierno no está dispuesto a hacerla y la posterga por un año

más. Pero en la cúpula el efecto de esta reforma ha agudizado la lucha interna a niveles

tales que llegará a optarse por una verdadera "cacería" de "infiltrados".

A través de esta prensa se han logrado expresar parcialmente las demandas del

movimiento popular. Quizá to único realmente nuevo sea que frente al silencio anterior hoy

tos problemas del campesino y del obrero tienen, al menos, algún lugar en la información.

Sin embargo, esta entrada es administrada con concepción burocrática y vertical,

neutralizando en parte sus efectos políticos y dificultando toda posibilidad de que el pueblo

tenga verdaderos canales de expresión.

Esta ligera enumeración podría seguir un curso más complejo, innecesario para una

apreciación de conjunto. El deterioro visible en las reformas es fruto del propio proyecto

político, de su incapacidad de dar un salto cualitativo que acerque el poder al pueblo y

altere la conducción económica general. Estos entrampamientos centrales potencian a su

vez la acción de las fuerzas conservadoras: las convierten en "realistas" y muestran

utópica la lucha sectorial y casí defensiva de tos propulsores de las reformas. Pero, en

conjunto aíslan al régimen de todo apoyo popular mínimamente orquestado. No se puede

olvidar que son siete años de ejercicio del poder, dictando desde arriba el curso del

proceso. Para contener la propia dinámica de movilización que este supone -y la más

amplia demanda popular - el régimen recurrirá al enorme poder concentrado en el Estado y

mostrará su peor faceta. Sus últimas formulaciones políticas -la OPRP, por ejempto- ponen

de manifiesto desde la partida, la más absoluta incapacidad de arrastre. Esto no es

producto de la incapacidad de tos hombres que el gobierno ponga al frente, sino fruto del

gobierno mismo; de su composición, de su concepción del encuadre político, del límito

demostrado para acercarse a las masas, manteniendo todo el poder en la Fuerza Armada

gobernante.

33 Sobre el tema referimos al lector al libro PRENSA: Apertura y Límitos de Luis Peirano, Eduardo Ballón,

Leyla Bartet y Gilberto Valdez. DESCO, Lima 1978, que presenta el primer año de esta reforma, analizando contenidos de varios temas importantes tratados por la prensa de entonces.

31

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El límite de las reformas tiene que observarse en relación con el mane jo de la economía -

que brevemente señalamos en el punto anterior- porque allí está el núcleo del reformismo,

su sustantiva incapacidad de ofrecer una alternativa real de transformación. Las reformas

propuestas -sin negar que contribuyeran a cambiar el orden oligárquico- son incapaces por

sí mismas de transformar la económica de este país, de hacerla producir en función de las

necesidades del pueblo y de impedir que las decisiónes sean orientadas por tos dueños del

capital y por tos que lucran con la intermediación. Vistas desde este ánguto las reformas,

resulta utópica e irreal la sola mención de la prioridad o hegemonía de una propiedad

social enarbolada por el régimen como el núcleo de su proyecto. Es como si hace años,

antes de expropiar a tos agroexportadores, se les hubiera mostrado primero una ley para

aplicarla gradualistamente, sin prever que al momento planearían un golpe, y aun más que

eso.

Tras los intentos de conciliación, repitiendo que el nuevo sector afectará al actual sector

privado -al que sin embargo se le imponía la Comunidad Laboral- se descubre la

invíabilidad del reformismo en su definición misma. Es el punto límito del proceso, que

tiene ya varios años en la escena. Pero volviendo al nivel propiamente político, tos límitos

son aún mayores...; ¿De quién es este proyecto político? ¿Cuáles son tos sectores

sociales que lucharán por imponerto? ¿Quiénes darán la vida incluso por impedir que se

frustre?. . . Después de siete años de gobierno la base social de éste no ha cambiado. Su

sustento es la Fuerza Armada y aunque el régimen togró aprovechar el consenso pasívo y

la expectativa generada por sus actos, no articuló lazos ni alianzas con organizaciones del

pueblos. Los intentos de crear organizaciones populares y de fomentar la directa

participación popular, no sólo no cuajaron sino que chocaban desde la partida con la

institucionalidad del régimen, con su concepción (coherente con su composición

institucional) y con su consecuente necesidad de conciliación. Es la que se ha llamado

"revolución desde arriba", que no puede ser revolución al no hacer carne con las propias

demandas de amplios grupos sociales y que encuentra su punto límito al chocar no sólo

con tos viejos poderes desgastados sino con la burguesía moderna, reforzada

transnacionalmente.

Las reformas dinamizaron el proceso social activando elementos de cambio y ruptura

presentes en varias décadas anteriores. Tenían efectos de transformación que al

desbrozar el camino forzaban al replanteo de la base social del régimen. A ello no llegaron

pues en la misma composición del gobierno estaba la raíz de su contención. Tos últimos

años de la "Primera Fase" muestran un movimiento de contención -vía el encuadre de

organizaciones populares que se produce en un régimen que si bien no está internamente

32

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de acuerdo con una política de encuadramiento represivo -y allí actúa la pugna interna de

tendencias-, no tiene la capacidad de romper su propio configuración y establecer alianzas

directas con el movimiento popular. La radicalización de algunos elementos del régimen

pudo llegar incluso a plantearse e intentar establecer víncutos con el movimiento popular,

aunque su capacidad de acción se limitaba básicamente a generar nuevas orga nizaciones

y competir. Pero ni esto siquiera era víable por los límites del régimen en su conjunto y

para muchos el refugio fue quedarse en la mera formulación ideológica. Queda por ver

también, en un análisis más amplio, el rol que cabe en esta parte a la izquierda Perúana

que optó en parte por el apoyo reverente y en otra -con creciente importancia- por el

enfrentamiento global y en bloque, calificando al régimen en su conjunto y dogmatizando

las definiciones hasta el punto de trabar toda posibilidad de entendimiento racional.

LOS LÍMITES DEL RÉGIMEN POLÍTICO

Aunque al tomar el poder en 1968 no parece laser una decisión institucional de la Fuerza

Armada, en la propia coyuntura de octubre de 1968 el nuevo régimen se define asumiendo esa

institucionalidad. Sus normas y documentos básicos – Estatuto, Manifiesto Revolucionario y Plan

Incasustentan la acción de gobierno a partir de la Fuerza Armada como institución. Es más, en

todo su mandato el Presidente Velazco se presenta como representante de la Fuerza Armada,

gobierna con ministros que en todos los casos son Oficiales Generales propuestos por sus

Comandos y define en los hechos, y en el discurso politico, que la unidad de la Fuerza Armada es

el sustento vertebral del régimen.

En la “Primera Fase” hay diversos intentos por ampliar la base social de apoyo al régimen. La

mayor parte de éstos fracasa y al analizarlo es evidente que el gobierno no acepta ni alianzas

partidarias, ni una relación horizontal y concertada con organizaciones populares. En cada ocasión

en que esta temática se aborda, queda claro que la opción definitoria – y la opción particular de

Velasco – está en términos de la institucionalidad castrense; y si bien ésta se fuerza hasta el

extremo, no se rompe – tampoco sale de sus normas y su legalismo-, ni aparece claro que en

perspectiva de mediano plazo se pudiera llegar a ello. Más aún, la ideología formulada por el

gobierno, incluyendo la tesis del no partido, aportaba a afianzar esta relación.

El régimen político se sustenta así en una base de consenso castrense – muy centrada en los

mandos – aún cuando en su desarrollo pesa el liderazgo de Velazco y del núcleo básico que con él

toma el gobierno, expresando ambos la voluntad de transformación que inaugura esta experiencia.

Una necesidad de conciliación y de establecer parámetros de distinta flexibilidad en la pugna

33

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interna condiciona el desarrollo del proceso político, dando lugar a sucesivas crisis que enfrenta el

gobierno condicionado su resultante final.

Difícilmente un proyecto político único y coherente podía tener su origen y único sustento en la

Fuerza Armada. De hecho la lucha política se dio en la cúpula del gobierno y en la fuerza Armada.

Dentro de ésta última fue procesada por los canales institucionales, lo que significó lógicamente

concentración de poder en el comando y dispersión en la base. Sin embargo, Velasco ofreció al

militar promedio un nuevo proyecto ideológico. ¿Hasta dónde prendió este proyecto? ¿qué límites

tuvo ese liderazgo?; es algo aún difícil de investigar, pero resulta evidente al concluir la “Primera

Fase” que allí también hay crisis. El enfrentamiento más conocido fue con la Marina, donde en

1975 hubo incluso un breve putch mediante el cual se derribó a su Comandante General. Pero en

los distintos Institutos se podrá apreciar – aunque latentes – una variedad de grados de adhesión al

gobierno, lindantes algunos en la oposición velada.

Impactó mucho en estos heterogéneos grupos medios la campaña anticomunista de la burguesía y

la posterior expropiación de los diarios. Ello caía sobre terreno preparado: la formación ideológica

del militar es anticomunistas y muy pocas veces el comunismo es definido como algo concreto. En

el lenguaje corriente, lo popular y lo sindical resulta “sospechoso” por naturaleza. En más de un

momento la burguesía y sus órganos de expresión utilizaron esto para poner a la defensiva al

gobierno. En varios períodos puede observarse cómo la mayor parte de los editoriales están

dirigidos básicamente a la oficialidad castrense. Los ministros se definían muchas veces pensando

en el público militar, su base real de sustento; cualquiera que haya experimentado en la

administración pública el contacto con distintos jefes militares puede dar cuenta de estos rasgos,

que si bien en verdad no cuestionan el esfuerzo y la sinceridad de muchas opciones personales,

limitan sí su resultante y su eficacia.

En medio de múltiples acusaciones, desarrollando su propia lucha contra “molinos de viento” algo

míticos, la comprensión de la realidad social se dificulta y entrampa, más aún con la actuación de

un régimen en plena pugna interna. A estos límites se agregará la propia percepción de la crisis y

el aislamiento del general Velasco en razón de su enfermedad. Mirando hacia atrás aparece muy

largo el período para haberse sostenido de un régimen sólo militar y con fuerte lucha de tendecias.

No es este un gobierno transitorio que resuelve una coyuntura y vuelve a sus cuarteles como en

1962-; tampoco es un gobierno que insurge como reacción defensiva ante una amenaza inmediata

sobre el sistema, que deba reprimer militarmente. Surge para cancelar el orden oligárquico y lo

hace, pasando luego a definir un proyecto propio que intenta imponer a las fuerzas sociales en

pugna, a partir de una posición que supone niveles de conciliación de intereses aunque en el plano

político no logre la flexibilidad necesaria para concertar alianzas y se escude en su propia

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institucionalidad – y en la endeble sociedad civil precedente – para retener en la Fuerza Armada

todo el poder de decisión gubernativa. Este proceso coadyuvará al deterioro del régimen, junto con

factores propiamente institucionales como los ascensos y retiros forzosos, la preocupación por los

problemas geopolíticos reabiertos desde 1973, la demanda de una mayor representatividad real,

etc.

La necesidad de estudiar en profundidad el rol de la Fuerza Armada en este período se hace

evidente en un país en el cual ésta ha tenido y tiene un poder significativo no sólo como aparato

ejecutor del Estado, sino como permanente alternativa de gobierno y factor definitorio en las

opciones del poder. En todas las sociedades modernas el poder de la Fuerza Armada es definitorio

más allá del campo operativo que la legislación le define; pero en América Latina es ya una

tradición inevitable – que ninguna fuerza política puede ignorar – el hecho de que la Fuerza

Armada asume el rol gobernante en forma intermitente. Estudiar la composición social, el

desarrollo ideológico y las articulaciones concretas con tos grupos de poder, es indispensable

para visualizar no sólo las opciones en la coyuntura sino la perspectiva estable de tas

instituciones miIitares. Si a este campo no se dirige también la atención política, si se

continua repitiendo dogmáticamente esquemas de análisis -válidos para interpretar pero no

para ser norma inmutable- muchos fracasos aguardarán tras tos períodos aparente

democratización y gobierno de la "civilidad". En este aspecto las fuerzas de la derecha

muestran en tos últimos años gran elasticidad y capacidad de reinterpretar situaciones,

consiguiendo la penetración política de tos aparatos de fuerza.

Durante esta década se ha expresado en el Perú tos institutos armados, aumentando su

margen de juego a partir de la crisis de la dominación oligárquica. Para sorpresa de tos

actores políticos tradicionales, es un gobierno de la Fuerza Armada el que cancela la

deteriorada vigencia de la burguesía agro-exportadora e interna imponer condiciones a tos

grupos de poder más moderno. En la base se encuentran instituciones creadas para la

defensa territorial, poco acostumbradas a ejercer directamente la represión interna –tarea

que dejan a las fuerzas policiales, pero que asumen represión interna -tarea que en última

instancia- y que en este siglo han pasado por un sostenido esfuerzo de institucionalización

y reorientación ideológica.

En América Latina, a partir de la segunda postguerra, el énfasís de la formación militar se

traslada al frente interno, preparándose para la lucha anti-subversiva propugnada desde la

época de la "guerra fría" por la administración norteAméricana. Tos problemas

geopolíticos, que en el siglo pasado tienen particular vigencia un segundo plano -que sin

embargo no desaparece y más aún se enerva en determinadas coyunturas recientes.EI

factor definitorio será, sin embargo, el hecho de entender como misión central de la Fuerza

Armada garantizar la capital transnacional y a ello responden tos regímenes militares

35

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típicos de esta década. Esta visión general no exime de contradicciones al interior de cada

una de las sociedades y ha mostrado distintas variantes de actuación militar en las últimas

décadas, dándose en el caso Perúano una experiencia peculiar sólo explicable por las

características particulares propias de la crisis oligárquica. Surgido en este contexto el

régimen de Velasco, no estarán ausentes de él las tensiones que más claramente se

desarrollaron en el continente y esto aparecerá claramente en el curso de la "Segunda

base", cuando han sido potenciados tos sectores militares más identificados con el sistema

capitalista moderno.

La definición antisubversiva es suficientemente amplia para incluir una variada gama de

matices. Quizá tos casos límito puedan apreciarse en aquellos países del Cono Sur, donde

el movimiento popular se ha expresado -al menos en parte- en la insurgencia guerrillera,

urbana o rural y/o en grandes y poderosos movimientos de masas. Sin embargo, es

evidente que la Fuerza Armada no soto se enfrenta a aquellos proyectos políticos que

intentan imponerse por acción militar, es decir, por subversión en sentido estricto. Y el

límito, difícil de trazar, tiene implicancias evidentes para toda alternativa progresista. La

ideotogía misma de la democracia resulta cuestionada, aún en sus versiones más

formales, cuando todo el campo de to popular, así conto toda presencia sindical y política

de sus organizaciones debe enfrentar no simplemente la gestión política y económica de la

burguesía sino, ante su avance orgánico, encontrarse frente a frente con aparatos militares

amplios y especializados en la represión.

La historia reciente de América Latina muestra en forma descarnada esta realidad y valida

una vez más la comprensión del carácter político de la conducción militar y de su rol

funciónal de garante del sistema. El capitalismo se impone por la fuerza, como toda forma

de explotación en la historia, y estas últimas décadas to muestran en forma recurrente. El

desarrollo ideológico de la formación militar tiene así un rol definitorio porque se trata nada

menos que de convertir a tos militares en defensores de un orden desi gual, de un poder

que exptota y exige represión; porque el destino de la acción militar deja de estar centrado

en la expansión geopolítica o en la pugna bélica con otros Estados y pasa a ser una

lucha contra su propio pueblos que supone represión y enfrentamiento con sus

organizaciones.

El amplio desarrollo de las llamadas "doctrinas de la seguridad nacional, en esta década,

surge como correlato de la presión en el centro hegemónico dada a la vez que el

movimiento popular asume roles cada vez más prolagónicos. La dimensión el "enemigo

interno” se deforma a un punto tal que to popular termina resultando necesariamente

enemigo fundamental del personal de estas instituciones, a pesar de que como tal su

composición social no sea estrictamente burguésa. La formación que se imparte en las

36

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Fuerzas Armadas de América Latina, su organización basada en el ejercicio de parce las de

poder compartido e incluso -no es nuestro caso- el desarrollo de un importante sector de

empresas militares de armamentos y anexos, hará que el víncuto de la Fuerza Armada con

las clases dominantes se tome más estrecho en el continente.

Pero en el caso Peruano existen elementos que fuerzan a profundizar el análisis. La

concepción de la defensa como misión indesligable del desarrollo estaba presente en la

configuración de esta Fuerza Armada que, por otra parte, no tenía al frente un enemigo

popular expresado en términos militares. Ello sirve de base a sucesivas formulaciones

ideológicas, que intentan redefinir el rol de la Fuerza Armada y que se encuentran en

esta década expresadas tanto por tos comandos como por personajes del gobierno

castrense. Tos l ímitos de esa definición t ienen que ver con el orden de tos

factores mencionados pero, más que eso, con la opción que se toma en la

problemática del desarrol lo. En su evolución ideológica, la Fuerza Armada

abandona su apoyo a la clase dominante tradicional y reconoce la necesidad de

reformas aún antes del 68 3 4 . Pero el mismo rol que juega al enfrentar a las clases

jerárquicas le hace dictar desde el gobierno tos l ímitos de las transformaciones

entendiéndose intérprete de las aspiraciones populares y definiéndose en la

práctica como el único intérprete vál ido.

En el curso de la década se camina así hasta asumir un rol de conten ción del

movimiento popular. Haciendo uso del prestigio adquir ido, con tos primeros pasos

de las reformas y con posición nacional ista inicial, la Fuerza Armada evoluciona

hacia la represión de toda alternativa a su proyecto po lí t ico; en la "Segunda Fase"

se darán igual tratamiento a quienes se oponen al desmantelamiento de las

reformas que esta misma emprendió. En todo el proceso se mantiene la misma

lógica, propia de quienes definen como rol de garante la función de la Fuerza

Armada y se asígnan el derecho de imponer todo el pueblo su propia visión de to

que debe ser el país.

Hasta aquí, sin embargo -en tanto sigamos su propia formulación ideológica- la

Fuerza Armada aparece al margen de las clases y conformada en términos

monolít icamente unitarios. La teoría y la historia niegan estos supuestos, ya que

pocos períodos son tan r icos en hechos indicativos de la inserción y función social

34 Debe estud iarse, por e jempto, e l gob ierno t rans i tor io de la fuerza Armada en 1962-63 durante e l cua l se crea el Ins t i tu to Nacional de Plan i f icac ión y se d ic ta la Ley de Bases de la Reforma Agrar ia . También cabe detenerse en su ro l durante e l gobierno de Belaúnde, donde e l pres idente tuvo entus iastas seguidores cast renses. En un espect ro más ampl io de la h is tor ia y de la temát ica, cabe observar la tendenc ia de tos gobiernos mi l i tares a expandi r e l aparato esta ta l y e l poder concent rado en éste , to cua l tos enf renta tanto entonces como ahora con las tendenc ias pr ivat is tas más l ibera les.

37

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de tos aparatos de Estado, como esta década. En todo el proceso, desde el mismo

3 de octubre, la unidad y coherencia de tos componentes de la Fuerza Armada es

inexistente. Hay mil i tares a favor y en contra del golpe; mil i tares que aceptan

negociar con la IPC y mil i tares que rechazan toda concesión e incluso el diatogo

con ésta; mil i tares que conci l ian con las fuerzas ol igárquicas y mil i tares decididos

a sacarlas de la escena; mil i tares que asumen la defensa de tos intereses, las

preocupaciones y tos mitos de la burguesía l iberal y mil i tares decididos a

imponerle l ímitos, en algunos casos a sacarla del poder; mil i tares que l legan a

concebir su proyecto como capital ismo de Estado y mil i tares que incluso intuyen

perspectivas de proyectos social istas aún con grandes márgenes de indefinición.

También se pudo observar la presencia de mil i tares decididos a apoyar y negociar

con organizaciones de los pueblos, así como de mil i tares que sólo entendían el

diátogo en términos de encuadramiento y siempre que tras la imagen de supuesta

horizontal idad asomara la cachiporra como alternativa. En medio de todo esto -que

se mezcla en el t iempo- parece haber una importante legión de of iciales que

centran su preocupación en el ascenso y tos logrosprofesio nales3 5 , con débil

conciencia de tos problemas sociales de los pueblos y por el lo mismo sujetos a

una mayor inf luencia de la ideotogía dominante. Ante esta real idad, observable por

el más lejano actor polí t ico hablar de la unidad de la Fuerza Armada sólo es

ut i l izar un cl isé de coyuntura que expresa necesariamente el l iderazgo de turno.

Por el lo, sólo podemos entender este rasgo inst i tucional del régimen a part ir de la

organización mil i tar y del carácter vert ical de su dirección. Inst i tucional idad quiere

decir que tos Comandos están de acuerdo y como, además, entre tos comandos

hay jerarquía, la unidad t iene un carácter coyuntural que varía según tos l ímitos no

sólo castrenses, sino conjunto del sistema polít ico 3 6. En este sentido, la década

ofrece muchos ejemptos de la existencia de una art iculación concreta con tos

grupos de poder, aún cuando este mismo período ser caracteriza por la lenta

recomposición de la burguesía a part ir del desplazamiento de las fracciones

ol igárquicas. Estamos hablando pues, de un aparato de Estado que como tal no

puede entenderse al margen del Estado mismo y de las clases que to definen en su

35 Cabe recordar, sin embargo, que en la "Pr imera Fase" Velasco no resu l ta muy conces ivo en la prebenda bás ica; es dec i r , en e l incremento de haberes. Su liderazgo permito cont ro lar e l gasto en este n ive l , aunque en ot ros aspectos ( ins ta lac iones , compra de armas, aumento de ot ros de vacantes en grades a l tos , e tc . ) no necesar ia mente se haya hecho. A pesar de la fuer te in f lac ión, notor iamente a l ta ya en 1973, a l f ina l izar 1976 –un año después de la caída de Velasco- e l tope de sueldo de un General bordeaba tos 40,000 so les por todo concepto. En poco t iempo se ha e levado a cerca de l t r ip le , jus tamente el mismo t iempo compr ime hasta e l máximo sa lar io rea l de tos t rabajadores.

36 Sobre el punto ver: PEASE, H.; El Ocaso… pp. 232-23638

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conjunto, a pesar del rol preponderante que ha tenido en el gobierno de la década.

Esta constatación tantas veces confirmada no debe, sin embargo, l levar a un

análisis en bloque ni confundir actores e intenciones con el sistema de dominación

como tal. Si se hace no podrán ser percibidos tos l ímitos mismos del sistema y las

posibi l idades, de cambio propias de la dinámica social, también vál idas para las

inst i tuciones castrenses.

En el rol de la Fuerza Armada en esta década se ha potenciado a part ir de la

concentración de poder económico en el Estado y el lo debe tenerse presente en

cualquier estudio del régimen actual y sus proyecciones. Se dan elemen tos -más

desarrollados, por ejempto, en Brasíl o Argentina- para encontrar campos de

articulación directa con tos grupos de poder a nivel empresarial, que es preciso

indagar para nuestro caso.

La comprensión del rol de la Fuerza Armada y el seguimiento de tos rasgos de este

régimen polít ico hacen aparecer más claramente tos límitos del proyecto Velasquista

que se han señalado en este capítulo, tanto en cuanto a su polít ica económica como

a las reformas concebidas. A la vez puede verse como antes de la coyuntura de

agosto de 1975 el deterioro del régimen es evidente y la crisis abarca también el

campo institucional militar. Más allá de hechos anecdóticos y apreciaciones que sólo

se sitúan en tos actores polít icos -en Velasco, su enfermedad o su carácter, por

ejempto-, y sin negar la contribución secundaria de estos factores el deterioro de

régimen radica en su misma conformación institucional. Ello se insinúa sotto vocce

en tos últ imos años, cuadro se discute sobre la utopía de las posiciones

progresistas que no dan indicios de decidirse a romper el carácter institucional del

gobierno y quedan entrampadas entre este límito y la imposibil idad de articular

alianzas con grupos sociales mayoritarios, expresables polít icamente.

LA PRESENCIA DE FACTORES INTERNACIONALES

Finalmente, tras el deterioro del régimen está la presencia de tos problemas

limítrofes, exacerbados por una coherente polít ica de tos Estados Unidos. To

primero es un hecho y to segundo una hipótesis que en el contexto laúnoAméricano

suena a realidad.

Desde la caída del Presidente Allende se agudiza la tensión polít ica con Chile. Hay

evidente y reconocido apoyo del gobierno NorteAméricano a la tiranía chilena. Este

39

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apoyo se expresa también en armas, continuando una polít ica que

ininterrumpidamente ha priorizado la ayuda militar a ese país 37. Hay, a su vez, un

conjunto de hechos a nivel continental que atizan el enfrentamiento y l levan a un

aislamiento del Perú. Desde declaraciones hasta acusaciones al Perú de ser cabeza

de playa de la Unión Soviética (URSS) en el continente. En todo ello se inscribe

además la campaña internacional de la Sociedad InterAméricana de Prensa contra

el régimen que expropió tos diarios. En la lógica de este curso polít ico se produce

una carrera armamentista que Perú, a la inversa de Chile, afronta sin padrinazgo,

misiones militares, ni "donaciones" del sistema norteamericano de ayuda mutua "en

defensa continental”. Además, el hecho de comprar armamento en la URSS abrirá

agudos enfrentamientos con tos Estados Unidos, por intentar romper uno de tos más

oscuros lazos de dependencia, la tecnológico-militar.

El cuadro de tensión generado tiene repercusiones en la Fuerza Arma da. A este

gobierno no se le desestabil iza con operativos al esti lo de tos que la CIA puso en

práctica en Chile, incluyendo el apoyo a la huelga de camioneros, por ejempto,

dirigidos principalmente a apoyar a tos partidos oposito res. Perú si la única base de

sustento del régimen es la Fuerza Armada, tos problemas de defensa eran aspectos

clave pues en ello y para ello son formados tos militares. De allí al efecto

desestabil izador de muchas versiones mi litares tradicionales hay un soto paso: “el

Perú está aislado del resto de Améri ca Laúna; “Velasco l leva al Perú a la guerra y la

derrola”; “… en el fondo es preferible el imperialismo al riesgo de una agresión y

derrola frente a Chile”. Estas concepciones dejan de lado una visión más amplia y

científ ica de la polít ica internacional y de la geopolít ica. Olvidan, además, que la

esencia de la defensa descansa en un pueblo preparado para ella, cosa que ningún

tecnocratismo militar es capaz de reemplazar.

Pero no sólo se trata de efectos desestabil izadores en el plano interno: todo el

régimen se vuelve tenso y rígido, agudizando su carácter represor, y el cúmulo de

37 El apoyo de tos EEUU. a Chi le en armas ha sido t radic ionalmente muy importante y no se interrumpe en el período de Al lende, aunque se eleva al caer éste. Entre 1950 y 1970 Chi le recibió más ayuda mi l i tar (175,8 mi l tones de dólares) que ningún país en América Lat ina, exceptuando Brasi l (NACLA´S Lat in America, Vol . I I I No. 8. Oct. 1973). Esta preferencia aparece aún más expl íc i ta al anal izar la ayuda económica y mi l i tar prestada entre 1946 y 1977 para Chi le y Perú: en ese período Chi le recibió 1065.7 mi l tones de dólares mientras que el Perú recibió 590.2 (U.S. Overseas Toans and Grants. Washington, 1977). Las compras mi l i ta res de ambos países a tos EEUU en el período 1971-74 fueron: (en mi les de dólares)

19701971197219731974CHILE7,6992,5386,18815,01268,194PERU2,1951,52690624,59043,590(NACLA'S Lat in American). Vol . IX No. 12 - Marzo 1975).

Estos y otros elementos anal í t icos sobre las relaciones en este período han sido tomados del ensayo "Carter y el Perú" de Rafael Roncagl ioto y Alberto Adr ianzén presentado al Seminar io Internacional del CIDP. sobre impactos nacionales de la pol í t ica de Carter en América Lat ina, México 1979.

40

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variables que tiene que sortear el gobierno en la coyuntura interna y externa el más

claro indicador de su deterioro.

En la fase final del Gobierno del General Velasco, la nacionalización de Marcona ha de

agitar las aguas de las relaciones con tos Estados Unidos, en un cuadro mucho más

desfavorables para el Perú que el de tos conflictos iniciales en 1968. Parece cerrar el

círcuto y simbolizar la inconsistencia, la debilidad y aislamiento de un régimen, a la par que

resalta un sabor de aventura y riesgo, de coraje y arrojo, muy valioso en la cualidad

personal pero insuficiente como fuerza acumulada para romper un sistema social.

Se expresa nuevamente uno de tos límitos centrales del régimen: el carácter coyuntural de

su enfrentamiento a la potencia imperialista, en tanto que su economía capitalista to hace

blanco fácil de la presión externa: EI corte de créditos es tan grave como la amenaza

bélica. En la crisis económica que ya está presente en 1975, un régimen como el Perúano

no puede darse el lujo de enfrentarse al Departamento de Estado. Es signo de

contradicción entre la voluntad reformista de Velasco y la vigencia real de un sistema eco-

nómico capaz de reinterpretar las reformas en todo aquello que no sea ortodoxo. Y la

ortodoxia ante la crisis se convierte en exigencia... más aún, es la crisis uno de tos

mecanismos de este sistema para encuadrar toda heterodoxia.

EL PUNTO LIMITE

La coyuntura de agosto y todos los elementos ubicados tras ella, mostraran como al

concluir la "Primera Fase" el proyecto militar que Velasco representa está en crisis. No es

simplemente la crisis económica: es que el avance de las reformas y la políticas seguida

van llegando a un punto límito `que muestra, al desnudo, la raíz estructural de tos

problemas sociales.

En la economía, la crisis hace planas las opciones: se cargo la crisis sobre el ingreso ya

mermado de las mayorías, o se rompe con el sistema y su ortodoxia; se evalúan,

cuestionan y reorientan las reformas para coadyuvar a una economía diseñada en base a

las necesidades populares, o el curso de esta política económica las reinterpretara en unos

casos y acabará con ellas e otros. En cuanto a la conducción política, el régimen se

encuentra ante la disyuntiva de quedarse apoyado sólo en el terreno de la "Fuerza

Armada" y a la larga caer, o abrirse hacia una representación popular real. To primero

corresponde con la política económica vigente, pero sólo podía lograrse desarticulando y

reprimiendo al pueblos con la brutalidad demostrada en 1976; To segundo es subversivo…

41

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porque subversión es todo aquello que cambie "el orden", y subversivo es aquel que to

intenta... y fracasa.

Los límites del proyecto Velasquista quedan así presentes en los hechos y conflictos dados

en sus últimos años. Latentes desde la base de constitución del régimen político, salieron a

la luz una vez que las reformas y políticas nacionalistas desbrozaron el camino. En la

coyuntura de agosto de 1975 se expresarán en uno faceta más concreta, con la vitalidad

de tos actores en pugna. Pero tras la coyuntura, tos límitos que hemos procurado presentar

en este capítulo introductorio explican no soto el desarrollo de tos hechos sino so

naturaleza estructural y si bien no llevan mecánicamente a la "Segunda Fase" como

resultante, fijan parámetros a las posibilidades en juego, condicionando la correlación de

fuerzas.

CAPITULO 2

LA COYUNTURA DE AGOSTO 1975 Y EL INICIO DE LA "SEGUNDA FASE"

Los límitos y el deterioro del gobierno de la "Primera Faso" se han evidenciado de

distinta manera a to largo de tos años 1974 y 1975. Entre tos hechos indicativos hay uno

–aún poco estudiado- que al comenzar 1975 supone una advertencia: nos referimos a tos

sucesos del 5 de febrero, producidos a partir de la huelga policial por aumento de

remuneraciones. En esta ocasíón se suma al saqueo de tiendas y almacenes, la acción

callejera de prolesta y el incendio de algunos edificios públicos. Unos hablaran de acción

del "lumpen", mientras que otros -incluso con fotos periodísticas- podrán mostrar la

presencia del APRA en tos disturbios. Es obvio que ambas cosas existieron y que

también hubo negligencia en el propio gobierno al tener la ciudad sin custodia policial por

más de 24 horas -desde bastante antes que comenzaran tos disturbios, sin haber tomado

medida preventiva alguna. Pero la importancia política del hecho dejó dos constataciones

que de algún modo estarán presentes desde entonces. Por un lado la evidencia del juego

aprista a dos bandas: articulando apoyos individuales en torno al Ministro Tantaleán y “la

Misión", a la vez que aprovecha el descontento popular para orquestar actos de prolesta

-como el incendio del diario Correo y el Círcuto Militar-, dando muestras de su presencia

en la escena tras varios años de aparente inactividad. Por otra parte, una contrastación

más gruesa: el pueblo tiene algo que decir y, más allá de sus demandas y movilización

sindical, su actitud es de prolesta ante el alza de precios y el deterioro de las condiciones

de vida.

42

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A pesar de que la coyuntura de agosto de 1975 presenta en la escena oficial sólo tos

elementos centrales, este hecho marcará el curso de ese período e impactará en tos

actores, particularmente en aquellos que por no estar en la cúpula del gobierno no suelen

compartir el activismo y el sobredimensionamiento de la pugna interna, que parece

marcar todos tos actos de tos primeros38

En la coyuntura de Agosto de 1975 se articulan los elementos que explican la caída

de Velasco, aunque están presentes desde tiempo atrás. Tos he chos y explicaciones

que aquí, se presenten pueden contribuir a recordar las características de ese

momento político, sirviendo a la vez para entender cómo surge el nuevo gobierno.

1. DECADENCIA DE UN RÉGIMEN. . . Y DE UN LIDER

El último mes do gobierno del General Velasco muestra la décadancia de un régimen,

que parece estar tan irremediablemente enfermo como su líder. La imagen de un

gobierno cada vez mas totalitario se deja sentir en el ambien te político; pero no con

signos de fortaleza sino de decrepitud, tales como la dificultad concreta de superar su

lucha interna y la dificultad de obtener el consenso de las mayorías ante el deterioro

de la economía popular y de las mismas reformas aplicadas.

El hecho más saltante es la deportación de 29 personas en un soto día, el 5 de

agosto39. En un sólo acto político es clausurada la revista "Marka", porque "vierte

expresiónes inaceptables en contra del gobierno chileno y de sus principales

dirigentes", y se ordena la deportación de sus directivo. Se amplía el cuadro represivo

con la deportación de políticos y dirigentes sindi cales, cubriendo casí todo el espectro

político: desde un funciónario de la Confederación Nacional Agraria (CNA) -que

apoyaba al gobierno- hasta dirigentes de sindicatos controlados por la izquierda

opositora, incluyendo asímismo dirigentes de tos partidos aprista y acción popular. Se

les acusa de haber "intensificado sus actividades subversivas", para to cual -dice el

gobierno en su comunicado- "han realizado frecuentes víajes a diversos lugares del

país, con el objeto de impartir consignas, de efectuar invasíones de tierras, paros,

huelgas y actos de violencia, destinados a subvertir el orden y crear situaciones de

zozobra entre la población trabajadora". En un estilo que tiene ya precedentes, no

38 Sobre tos sucesos mencionados y algunas interpretaciones ver: Cronología Política. Hechos Nos. 3168. 3169, 3170,

3175, 3176, 3177, 3179, 3180, 3202; pp. 1221 a 1240. Un análisis de las versiones periodísticas de tos sucesos del 5 de febrero puede verse en el ya citado libro de Peirano et. Al. PRENSA: apertura y límitos, cap. 4 pp. 143-164

39 Cronología Política. Hecho No. 3705 p. 1535

43

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sólo resulta subversiva la acción de oposición, sino aquella que se explica más en

términos de la lucha interna del gobierno. Se formula la acusación y ello basta para

justificar la medida represiva, incluyendo entre tos afectados a elementos de derecha

e izquierda, como para mostrar la neutralidad de las medidas, el equilibrio "ni

capitalista, ni comunista" del gobierno y la supuesta acción orquestada de tos

partidos de izquierda y derecha contra el régimen.

El gobierno endurece la mano a partir del 5 de agosto. Un tocutor de Televisión es

despedido y deportado por manifestar su desacuerdo con estas medidas, luego de la

lectura del comunicado oficial informando sobre las depor taciones, en el Programa

"24 horas"40. Cuando días después un buen número de empleados públicos se adhiere

a un documento público de prolesta, el gabinete emprenderá una detestable

depuración de estos elementos, destituyendo a unos, pidiendo renuncias y

propiciando penosas retractaciones en otros 41. Se vuelve a negar así el proclamado

participacionismo, recurriendo a la reaccionaria política de exigir del empleado público

una castración política.

En declaraciones posteriores a su derrocamiento, el General Velasco responsabiliza

de esta medida a tos Comandantes Generales de la Fuerza Armada incluyendo entre

ellos al General Morales Bermúdez y señala que podría haber sido uno de tos pasos

previos al golpe del 29 de agosto, dirigido a crear u n ambiente adecuado para éste 42.

Aunque esta versión es verosímil, dada la estructura de toma de decisiónes, es

preciso recordar que el ambiente de entonces se expresa en este hecho, pero no es

causado sólo por éste. En efecto el fortalecimiento de tos aparatos represivos, la

intolerancia como estilo, agudización de las acciones dirigidas a quebrar

organizaciones populares y la exigencia de una militancia "que se cuadre", es parte

del proceso político desde hace varios años 43; conforme se producen coyunturas

tensas sea en las relaciones con países limítrofes o simplemente en la pugna que

existe entre tendencias en el gobierno, las medidas represivos se hacen sentir 44. Toda

40 Cronología Política. Hecho No. 3723 pág. 1543.

41 Cronología Política. Hecho No. 3743 pág. 1551.

42Caretas No. 512. Febrero - 1977

43 Ver al respecto el último período de la Presidencia de Velasco y la forma que asume la lucha política en PEASE, Henry.

“El Ocaso…” Cap. IV Pág. 123-188.

44 En recientes declaraciones a Marka, Héctor Cornejo Chávez justifica el apoyo que dio desde El Comercio a la deportación

y cierre de Marka, explicando que estábamos entonces al borde de una guerra con Chile. Ello no queda demostrado por la

44

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acción opositora e incluso el reclamo gremial planteado por organizaciones sindicales

de un pueblo cada vez más golpeado por el alza de precios, serán vistos por el

gobierno como actos subversivos. Por esta razón la deportación masíva de 29

personas no es sin hecho aislado: en el mes anterior se denuncia ba, por ejempto, la

detención e incomunicación de Edmundo Murrugarra, sin haberto pasado a órdenes

del Juez. La detención de este dirigente tampoco es un hecho aislado: el mes

anterior, sin comunicado del Ministerio del Interior acusaba a Vanguardia

Revolucionaria del asalto a la sede de ESAL –llevado a cabo en Abril- y de promover

invasíones a través de la Confederación Campesina del Perú (CCP) en Huarabí bajo y

Querecotilto. En el comunicado se juntan acciones de dos grupos distintos pues el asalto

según se había aclarado ya anteriormente había sido realizado por un grupo escindido de

este partido. Entender, por otra parte, las acciones del movimiento campesino como

mecánicas derivaciones de este partido, resultaba iluso o premeditadamente confuso45. El

hecho es que la declaración del Ministerio del Interior -represiva y amedrentadora - va a

sumarse a la acción del MLR, del Ministerio de Industria y sus operativos contra CONACI y

del Ministerio de Trabajo que no sólo tolera sino articula la acción contra todo sindicalismo

que no "se cuadre", y no soto ante el gobierno sino ante sus más reaccionarias tendencias

expresadas en el MLR.

Hay así, en esta coyuntura, un progresivo aislamiento del gobierno; no sólo está huérfano

de apoyo popular expreso, sino carece de tos mínimos tolerables de consenso pasívo, En

ese aislamiento y deterioro impacta la enfermedad del Presidente Velasco. a pesar del

desarrollo del mito y de su imagen en la prensa, que to presenta como hombre de gran

coraje ante la adversidad. Sin la menor duda sobre esta valía personal, el impacto político

producido por la enfermedad no disminuye por ello. Ha logrado aislar progresivamente al

Presidente del contacto con el pueblo y con tos cuarteles. Ha puesto sobre el tapete el

problema de la sucesión. Se ha agudizado el mal en tos últimos meses, luego de un

derrame cerebral, y esto ha condicionado también la dinámica del gobierno, aislando al

Presidente incluso de sus ministros. "En esos días se ve autoritario al Presidente" -

comentará más de un funciónario-, mientras aparecen signos de que más de un ministro

teme enfrentar al Presidente, incluso en la simple discusión. Todo ello se produce en plena

información pública, aunque todo el período 1973-1975 estuvo marcado por sucesivas tensiones con Chile. Pero, además de la duda sobre la forma en que se usan estas situaciones para avanzar en el frente interno, es obvio que el Perú no es tan débil como para llegar al extremo de impedir que una prensa no oficial se exprese en contra de uno de tos tiranos mas desprestigiados en el mundo. En chile se han dicho peores cosas no sólo de Velasco sino del Perú como nación…; el mismo Pinochet las escribió en su libro sobre geopolítica. Resulta pues deleznable el argumento; más bien habría que explicar el silencio y apoyo del Dr. Cornejo, recordando tos estrechos límites impuestos a la prensa expropiada en esos meses y la posición del propio Cornejo en la pugna que atravesaba al gobierno.

45 Cronología Política. Hechos Nos. 3584 y 3595 pp. 1459 y 1463

45

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agudización de lucha de tendencias, en la cual tos actores intentan imponerse

aceleradamente. Ya Velasco está rodeado de un muro de contención que limita incluso el

acceso de algunos ministros, compañeros de armas o comprometidos asesores. El jefe de

su Casa Militar -General Ibañez Burga- y su amigo el Ministro Tantaleán parecen cumplir la

tarea de rodearlo, dando como resultado el crecimiento aislamiento del Presidente. Un

signo externo, pero indicativo, podrá verse el 7 de junio, luego de la ceremonia de la Jura

de la Bandera. El Presidente fue aislado después de la ceremonia y no salió al balcón

cuando el pueblo desfiló ante Palacio. Ya sea por su enfermedad o por maniobra de sus

íntimos, el hecho generó una frustración importante en gran parte de los presentes. La

explicación del hecho parece estar en la comprobación de que el MLR fue marginado por el

Comité Organizador, dando como resultado que tos organizadores del evento se cotocaran

en el centro de la pugna entre tendencias y en contra del Ministro –prolector del MLR-

General Tantaleán Vanini46.

Pero la enfermedad de Velasco, presente desde 1973, no debe verse en sí misma sino en

la medida en que afecta a la conformación de la cúpula, plantea el problema de la sucesión

y fortalece al pequeño grupo que al rodearto articula y potencia a "la Misión" como

tendencia. Este tipo de factores influyen en la coyuntura porque abren y cierran espacios a

tos actores políticos, pero no se explican por sí sotos ni pueden analizarse mecánicamente

como factores causales.

LOS LÍMITES DE LA LUCHA POLÍTICA EN LA CÚPULA

El aislamiento del Presidente se da como una variable personal, signada por su

enfermedad, pero no sólo es eso. La lucha de tendencias entre to que llamamos "la Misión”

y tos "militares progresistas" se ha agudizado entre 1974 y 1975, hasta límitos que son ya

en sí mismos desestabilizadores. Al llegar el mes de agosto, la tensión parece indicar que

o se elimina una de las dos tendencias o la crisis va a pacer estallar al régimen en su

conjunto.

La lucha contra el MLR se da, expresándose públicamente en tos diar ios y en las acciones

del movimiento sindical y comunero. Se pone claramente de manifiesto en las críticas a to

ocurrido el 7 de junio con el Presidente Velasco, llegando al extremo de que el Comité

Organizador declarará formalmente que "se trato de ocultar la figura del Presidente” 47.

46 Cronología Política. Hechos Nos. 3550, 3552, 3559, 3568. pp. 1440 a 1450.

47 Cronología Política. Hecho No. 3570 p. 1451

46

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Mientras esto ocurre, la lucha en la base avanza y la Federación de Pescadores censura a

su secretario General, Gil Peñaranda, eje articulador del MLR en este gremio –el más

importante de tos que controla-. Las denuncias contra el MLR no cesan en estos meses, a

pesar de que es consigna del gobierno no darles espacio en Ia prensa. En carta pública se

reclama al Presidente que tos ministros no intervengan apoyando al MLR en

organizaciones sindicales y se denuncia la acción del APRA penetrando junto con el MLR.

Este reclamo proviene de bases sólidas del movimiento popular: la CGTP la FEB, la

FETIMP, la Federación Gráfica, la Federación de Periodistas y la CONACI48 pero no es

escuchado.

A fines de junio se había denunciado desde varios diarios no controla dos por el

MLR, que tras este actuaba el APRA, ofreciéndose como alterna tiva de refuerzo a

las tendencias más reaccionarias del gobierno: No sólo tos diarios sino el propio

Ministro Fernández Maldonado denuncia que el APRA y las formas de fascismo

están enquistadas en el aparato estatal. Este últ imo to hace en un discurso que

incluye también un ataque a "un sector de Vanguardia Revolucionaria que ha estado

actuando a espaldas de nuestra realidad". La dureza del Ministro en el ataque al

APRA y a cualquier forma de fascismo o neo-fascismo, da cuenta que sus palabras

se dirigen a poderes que actúan dentro del gobierno 49. Se combina así en plena

pugna de tendencias el significado de la polít ica expresada en el MLR con to que el

APRA significa ideológica y polít icamente 50.

Las medidas tomadas con tos diarios a fines de junio se ubican en este cuadro de

lucha entre las tendencias en pugna. La represión l lega a tos diarios, aunque se

mantengan equil ibrios como resultado de la defensa que cada ten dencia hace de

sus voceros oficiosos51. El propio Presidente Velasco denuncia que en tos

48 Cronología Política. Hecho No. 3573 p. 1453

49 “… quienes ataquen con el rumor, la calumnia y el activismo fascista a la Fuerza Armada en nuestro país, están atacando

directa y realmente al pueblo del Perú en revolución. Todos quienes están enquistados en el aparato estatal y actúan en contra de nuestra causa tienen que tener por seguro que el ojo vigilante de la Fuerza Armada y del pueblo jamás permitirá que sus fines antiperuanos y contrarrevolucionarios tengan el éxito que ellos se imaginan”. “Cualquier forma o neoaprismo

son, por esencia también enemigos irreconciliables de la causa del Perú, de su pueblo, de su Fuerza Armada y de su

Revolución”. Cronología Política. Hecho No. 3601 p. 1466

50 Al margen del uso ideológico y político, cabe investigar la presencia del APRA en el proyecto de “la Misión”. Hay indicios,

y muy significativos, del juego aprista: crítico a un nivel y entrista a otro. Más allá de las vinculaciones apristas del Ministros Tantaleán, el comportamiento del MLR en el medio sindical recuerda métodos y estilos de ese partido. Pero además hay en este último tiempo apoyos expresos como su anuncio de participación en el mitin del 7 de junio en torno a la ceremonia de la Jura de la Bandera. El estilo, la amplia experiencia táctica de la dirigencia aprista y tos hechos de este período hacen difícil pensar que estas acusaciones carecieron de alguna base.

51 Cronología Política. Hecho No. 3580 p. 1455

47

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periódicos "Hay infi l trados, tanto Perúanos como extran jeros"; y el calif icativo

"infi l trados" comenzará a tener efectos contundentes, estrechando aún más el

espacio polít ico52. Se promulga el D.L. 21185 que dispone que soto tos Perúanos

podrán trabajar en tos órganos de prensa que dependen del Sistema Nacional de

Difusión53; poco después se reglamenta el proceso de transferencia de tos diarios

de circulación nacional y se prorroga por un año más la facultad del gobierno para

designar a tos Directores y Gerentes de cada diario, trucándose así el proceso real

de transferencia54. En el mismo dispositivo se incluye una suspensión de la

estabil idad laboral a tos trabajadores que ingresaron a tos diarios después de la

expropiación, con to cual se abre la puerta para concretar el despido de tos que

entonces se l lamó "infi l trados". Una agudización del debate en tos diarios.

Siguiendo el curso de las tendencias que pugnan en el gobierno, está en la base de

esta decisión. Vendrán entonces las prolestas y entre ellas la renuncia del Director

do expreso, Dr. Ruiz Eldredge, mostrando el descontento que estas medidas

causan, en quienes asumieron compromisos directos con el gobierno en el campo de

la prensa.

AI l legar el mes de agosto existe en la escena una cargada tensión en tos propios

cuadros del gobierno, reflejo del deterioro del curso Polít ico. En su último mensaje

al país con motivo del 28 de julio, Velasco reiterará tos l ím i tos del proceso polít ico,

introduciendo sobre la ya antigua distinción entre capitalismo y comunismo el

ambiguo terreno del rechazo a todo pro capitalismos o pro comunismo. Rechazará el

antiaprismo y el anticomunismo, acusando a quienes exageran la importancia de uno

u otro de propiciar una polít ica de “antis”. A tos que en su opinión exageran la

importancia del APRA, tos acusa de "ocultar la real y efectiva infi l tración de

elementos comunistas en importantes áreas de la vida nacional”. A tos que en su

concepto exageran la importancia del comunismo, tos acusa de encubrir "maniobras

destinadas a favorecer la caduca dirigencia aprista". Aparece así en este discurso

un matiz diferencial que no es poco importante en la coyuntura polít ica de entonces

y que lleva justif icar –como en la práctica ocurría- que el gobierno calif ique de

infi ltrados básicamente a tos l lamados comunistas.

52 “Sotto Voce” Se hablará también de infiltrados militares, para acusar de comunistas a tos militares progresistas, aunque

elto se concretará en cambios sóto en la “Segunda Fase”.

53 Diario la Crónica, diario oficial El Peruano, Revista Variedades, Telecentro, ENRAD – Perú, publi-Perú y emisoras

radiales del Estado.

54 Cronología Política. Hechos Nos. 3610 y 3619 pp. 1472 y 1483

48

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En efecto, más allá del amplísimo espectro que cubre el uti l izado calif icativo de

"Comunista" -que para entonces incluye a tos militares progresis tas, por ejempto –

el matiz del presidente puede verse al hablar en un case de infi l tración Comunista y

en al otro referirse no a infi l trados (categoría ya trabajada ya machaconamente en e

tos diarios y en el propio lenguaje presidencial) sino a caducos dirigentes que son

favorecidos. Adicionalmente, el Presidente habla de comunistas infi l trados en

importantes “áreas de la vida nacional”, no simplemente del gobierno, es decir que

con ello tos identif ica como algo ajeno –extranjero- a la vida nacional; distinto es el

trato dado a la dirigencia aprista, calif icada soto de caduca y por tanto sin

cuestionar su derecho a ser tal. Si se recuerda que el 5 de febrero es el APRA, y no

partido comunista alguno, el que tuvo un rol preponderante; si se toma en cuenta

que no hubo por parte del gobierno investigación a fondo, ni una respuesta

represiva significativa al nivel de sus otras acciones represivas y si se ve que el

General Fernández Maldonado salió al frente atacando centralmente al APRA –y

este discurso tuvo lugar soto un mes antes-; aparece claro el sentido claro la opción

del Presidente, confirmando su cercanía a “la Misión” 55.

En la tensa situación de entonces aún tos matices tienen importancia, como lo tuvo

en enero de 1975 la posición concil iadora del Presidente con el MLR 56. La polít ica

de esta organización y su vinculación con aquellos miembros del gobierno proclives

al acercamiento al APRA y rabiosos anticomunistas, indica que el Presidente está

optando por “la Misión”. Es obvio que esta percepción podrá reflejarse desde antes

en la cúpula, siguiendo la actuación de algunos ministros allegados al Presidente,

pero su concreción en polít ica de exclusión parece estar l legando. En la coyuntura

de entonces la opción de Velasco por “la Misión” no parece nítida en hechos, pero

empieza sentirse. Comienza con la tolerancia ante el MLR y la polít ica que

representa el Ministro Tantaleán. En el transcurso de tos últ imos años esta polít ica

ha ido más allá de las reglas de juego internas, como lo demuestra el nivel de

recursos estatales con que cuenta, a pesar del carácter no oficial de ese

movimiento57. El MLR mantiene la iniciativa polít ica y no se le pone freno desde el

55Cronología Política. Hecho No. 3681 p. 1513

56 Cronología Política. Hecho No. 3134 p. 1197

57 Recuérdese que el gobierno desautorizó toda forma no oficial de organización que tos apoyará; sóto admitió organismos

creados por el mismo y de ser posible a través de una norma legal. Cuando se formó el comité coordinador de organizaciones populares en respuesta a tos sucesos del 5 de febrero fue rechazado; cuando se formó el movimiento de la revolución peruana fue rechazado también, aunque que con mas elegancia, dado que tos firmantes eran importantes funcionarios. Y bastante antes tos comités de defensa de la revolución y de la reforma agraria, había sido también liquidados. Soto el MLR obtuvo, pese al rechazo activo de las organizaciones populares de diversos tipos y línea, la anuencia y el apoyo oficial sin ser una organización aprobada por el gobierno en su conjunto.

49

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gobierno, cosa si se hace con las organizaciones del gobierno que pugnan con este

movimiento.

En este caso, la concil iación funcióna a favor “la Misión”. Resulta evidente en

agosto que al agudizarse la lucha polít ica, esta concil iación seria definitoria de la

línea del gobierno; así será percibido por cualquier acto situado fuera de este,

especialmente en el campo popular, cuando cada vez que sufre una agresión del

MLR, to encuentran respaldado por el poderoso aparato estatal.

Con todo, a pesar de favorecer estas posiciones, Velasco mantendrá aún el rol

pendular y articulador del conjunto del gobierno que cumple desde 1968, y tanto en

la nominación de directores de diarios como en la constitución OPRP se procurará

incluir a ambas tendencias. En el primer caso sale Frías con lo cual se concil ia con

tos “militares progresistas”; pero tos dos grandes diarios –El Comercio y la Prensa-

estarán en manos de personajes que sin tener una pública identif icación con “la

Misión”, por razones y rasgos diferentes hacen un juego que le es favorable. El

primero, por su tradicional anticomunismo y el silenciamiento que impone a to

popular. El segundo, por su trayectoria y silenciamiento que impone a to popular. El

segundo, por su trayectoria obsecuente y que to hace desmantelar to poco que en

ese diario hubiera de progresista. Y en la Crónica, Gonzales Posada –cuñado del

Presidente- serán también una carta de apoyo a “la Misión”. Expreso y Correo, a tos

que se suma Ultima Hora, estarán en la trinchera de tos “militares progresistas”, con

diferencia entre sí pero unidos en el combate contra “la Misión” 58.

La constitución de la “Organización Polít ica de la Revolución Perúana” se l leva cabo

en el momento de máximo deterioro del régimen y, como si este procurará anular,

coincide su aparición pública con la deportación de 29 personas y la clausura de

Marka, sin que los dirigentes de este nuevo aparato polít ico fueran siquiera

informados de lo que iba a ocurrir. El gobierno, que había discutido por largo tiempo

el proyecto, terminará generando un ente prácticamente “nombrado” y casí parte del

aparato estatal. Entre las 32 personas designadas para formarlo están presentes las

dos tendencias que pugnan en el gobierno, en deseo equil ibrio que soto funcióna en

el papel. Es un verdadero “ring de box” 59.

Así, como al l legar a agosto del deterioro del gobierno es grande. La lucha entre “la

Misión” y tos “militares progresistas” atraviesa todo el gobierno e impide que este

afronte coherentemente tos requerimientos de un rumbo más neto. A nivel polít ico

58 Cronología Política. Hecho No. 3675. p.151159 Cronología Política. Hecho No. 3693. p. 1527

50

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en el transcurso del año se ha podido percibir la progresiva hegemonía de “la

Misión” en tanto l lega a tener la iniciativa, actúa dentro y fuera del gobierno, logrando

incluso contar con la amplia tolerancia presidencial. El aislamiento del Presidente parece

favorecer a "la Misión", que logra con mayor facilidad que sus calificativos hacia el grupo

contrario -"infiltrados", "comunistas"… etc.- sean asumidos por el Presidente, aún cuando

se trate de militares muy cercanos a lo largo del proceso, a tos que- con mis

"benevolencia"- se calificaría de "ingenuos" o "tontos útiles".

En agosto, el debate político y la pugna interna no se centran en tos temas esenciales

del momento: la política económica y el virtual estancamiento de las reformas. Aunque

estos problemas están supuestos y dados en tos enfrentamientos de las tendencias en

pugna, la atención se dirige a "la Misión" y al MLR come tales, a sus acciones contra

toda organización popular que no controlen y contra todo periodista que lo descubra y

denuncie La necesaria simplificación del debate y su influencia en las más diversos

campus do la administración está paralizando al régimen que, por otra parte, no se atreve

a reconocer la verdadera dimensión de la crisis económica en razón do la lucha política

que to atraviesa.

Por mucho tiempo cada tendencia luch6 en la cúpula procurando ganar la opción del

Presidente. En agosto parece claro que ha optado -aunque mantenga su rol articulador- y

esa opción se da en un cuadro de aislamiento personal que favorece el mito y dificulta la

confrontación abierta. Dada la estructura del régimen, dicha confrontación resulta

imposible: Cuando Ministro se enfrentó con el Presidente terminó saliendo del gabinete y

truncando su carrera militar. Todo ello cede el paso a la intervención en términos

militares.

3. LA CAIDA DE VELASCO

El proceso político puede explicar así tomo tos "militares progresistas", se alejan del

Presidente Velasco en el lento año 1975, durante el cual parecen actuar siempre a la

defensiva. Se han formado nuevas alianzas en función de la amenaza que tos actores

ven en el curso del proceso. El golpe del 29 de agosto fue al mismo tiempo contra

Velasco y contra "la Misión". AI justificarlo tos actores pusieron el énfasís en uno u otro

aspecto, aún cuando se arribara a esa decisión por reconocer que el Presidente estaba

cada vez más limitado.

El 29 de agosto aparecen aliados tos "militares progresistas" con lo que entonces se

conocía como, el sector institucionalista, representado por el General Morales Bermúdez.

Si durante todo el período fue difícil precisar las tendencias -por el carácter militar y 51

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formalmente unitario de tos actores-, en este caso lo es aún más porque se trata de

militares presentes "en los cuarteles", más que en cargos políticos y porque esta

tendencia parece expresar a una mayoría silenciosa, corriente de opinión formada dentro

de la Fuerza Armada, sin expresión política abierta. Lo que parece expresar esta

corriente es el desgaste que tanto la lucha interna como el ejercicio del poder directo y

excluyente, ocasíona en la Fuerza Armada. Ahora es dentro del Ejército donde se

produce una corriente que reclama banderas propias, no explicitadas en escena. Influida

por la lucha ideológica, dada casí abiertamente al interior del régimen durante los últimos

años, esta corriente está condicionada per el macartismo que la rodea. Se expresa

especialmente en preocupaciones propias de la institución militar: tos problemas

geopolíticos al Sur y lo que implica el aislamiento del Perú del resto de América Laúna,

por las profundas diferencias ideológicas que el gobierno tiene con tos tiranos del

continente; la presión armamentista y tos problemas de abastecimiento; la presencia de

un gran número de oficiales activos en cargos civiles de la Administración Pública; el

reclamo de una conducción más institucional del gobierno, que en la práctica traslade

poder a los mandos militares, tal como ocurrirá en la llamada "Segunda Fase". Esta

corriente supone, sin embargo -aunque lo esté explicito.-, elementos más profundos que

se expresaran claramente en el curso político de la "Segunda Fase": Tos temas centrales

de preocupación no son tos problemas fundamentales del país, tos de la mayoría del

pueblo. Se hará hincapié en lo institucional y en lo que supone el ejercicio del poder. La

proliferación de ambiciones y frustraciones que genera este ejercicio -puesta de

manifiestos en ascensos, cargos y prebendas- es expresión de las contradicciones de

clase más visibles en tos sectores medios; el temor a to popular junto con una variedad

de posiciones en esencia conformistas con el status que, que deforman la visión política

haciendo aparecer como técnicos, organizativos o personales tos problemas más agudos

de la economía, el gobierno y la política.

La dificultad de llegar a una apreciación más exacta proviene de la acusación de esta

corriente, básicamente dentro del Ejército. Las políticos del gobierno en la "Segunda

Fase" harán innecesario un análisis más concrete pues se verá cómo la ambigüedad

inicial sirve para desandar el camino recorrido por las reformas y repetir tos complejos,

motes y demandas de la burguesía criolla y sus aliados imperialistas. Sólo hay que

destacar la renovada vigencia del mito macartista: comunistas son todos los que se

salgan de la ortodoxia capitalista y el comunismo -así de genérico- merece todos los cali-

ficativos negativos, convirtiéndose en "el más grande peligro". Para muchos será

52

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preferible un Pinochet -asesino de masas- a cualquier posición calificable de "comunista",

aún cuando no se defina como tal60.

Pero en tal caso, quienes actúan "en nombre" de tos institucionalistas serán tos

comandos del Ejército -el General Morales Bermúdez y varios Comandantes de Región,

dando con sus cargos el aval formal de la cúpula castrense a estas posiciones. Por ello

el golpe del 29 de agosto aparece también como decisión institucional del Ejército: En

ese hecho, sin embargo, está presente la acción de tos "militares progresistas", uno de

cuyos líderes comanda la Segunda Región Militar. Especular a estas alturas sobre

donde se ubicó la "iniciativa" parece ocioso, pero es un hecho que se dio una alianza

entre militares de distintas posiciones, que tenían en común la necesidad de eliminar a

Velasco y a "la Misión"61.

En el golpe la correlación de fuerzas militares y políticas favorece a las corrientes

representadas por tos institucionalistas, con el General Morales Bermúdez a la cabeza.

Al asegurar el control del Comando del Ejército y de varios Comandos Regionales, la

hegemonía en términos militares resultaba fácil y sobre todo legitima en términos

internos ya que la iniciativa partía de la más alta jerarquía institucional. Tos militares

conocidos por su ubicación en la tendencia progresista soto tienen un mando clave, la

Segunda Región Militar, a cargo del General Leónidas Rodríguez. Las demás figuras

conocidas ocupan cargos ministeriales. En conjunto esta tendencia ha actuado casí a la

defensiva durante todo el año 1975 y aún desde antes. A pesar del ingreso al

Premierato del General Morales Bermúdez, en quien confiaban para la tarea de

contener a "la Misión", esta va aumentando su poder entre enero y agosto, y logra ser

60 En el Ocaso del Poder Oligárquico señalamos esta realidad como variable presente en cada periodo, llamando la

atención sobre muchos hechos que así to demuestran en un país que en la década del 60 vio calificar a Fernando Belaúnde – de acción popular- y a Héctor Cornejo Chávez – de la democracia cristiana- con este mismo anatema sin preocuparse de la relación entre estas posiciones y la de tos partidos comunistas, ya no puede extrañar su utilización en este periodo. Pero, además hay que ver como la ideología dominante defiende caricaturizando al contrario. Del comunismo sólo se repite en América Latina to que hay de totalitario, de violencia y de represión en las experiencias históricas que llevan ese signo. Y esto se hace a partir de experiencias históricas capitalista que tiene en su haber tanto o más totalitarismo, violencia y represión además de instalarse sin ambages, para reproducir la explosión económica de las masas, que permite la acumulación monopólica de esta época. Además toda alternativa al capitalismo que se proponga será incorporada mecánicamente a las experiencia históricas dadas en tos países llamados comunistas… mostrando de ellos obviamente sólo lo que conviene y el margen de sus particularidades históricas.

61 Con Velasco salen del Gobierno tos más importantes exponentes de “la Misión”: Tos ministros Tantaleán, Sala Orosco, Jiménez de Lucio, Zabaleta, Segura, Richter, así como el jefe de la casa militar, general Enrique Ibáñez, cuyo poder se acrecienta en el último año por su capacidad de regular el acceso al presidente aislado. De todo ellos soto el general Richter permanecerá en actividad.

53

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hegemónica en la política del régimen tiñendo con la imagen que proviene de sus actos

a todo el gobierno62.

El golpe del 29 de agosto no ubicara en la primera línea del poder a tos militares

progresistas. Apoyan con su imagen y con la unidad militar que controlan, pero

endosan un cheque en blanco a Morales Bermúdez que gana la iniciativa, el poder de

gobernar y que consolidará luego el monopolio del poder militar.

El golpe del 29 de agosto es básicamente una acción del Ejército y no de la Fuerza

Armada. Luego de producida obtiene la adhesión de la Marina y la Avíación. La primera

viene de pasar un ya largo período de crisis institucional irresuelta. Enfrentada a toda

tendencia progresista desde 1968, la Marina tiene un choque frontal con el Presidente

Velasco cuando este fuerza el retiro del Almirante Vargas Caballero, en 1974. Desde

entonces la sucesión del Comando de la Marina -Almirante Arce, Faura y Gálvez- será

una cúpula impuesta63, que no logra recomponer la legitimidad del comando. Cercanos

a las posiciones progresistas, se enfrentan a una oficialidad profundamente

reaccionaria, posición a la que ha llegado combinando sus opciones ideológicas

tradicionales, el actuar cercano e incentivador de importantes grupos de derecha y, en

los últimos tiempos con especial fuerza, la identificación mecánica de toda posición

progresista con la agresión a su "ser institucional" de la que culpan al Velasquismo en

el poder. Con este complejo proceso la Marina estuvo distanciada del resto de la

Fuerza Armada; se sintió golpeada por to que se calificó de excesos de Velasco o del

Ministro Arce, pero cuyo origen obvíamente está en las pretensiones cuasí golpistas

que albergó el Almirante Vargas Caballero al enfrentar públicamente al Presiden te y

parte del gobierno, sin medir sus propias fuerzas 64. Aunque todo to que se refiere a las

62 Escasas son las ocasiones en que tos "militares progresistas" salen directamente al ataque. Una de

ellas, el discurso del General Fernández Maldonado en Ayabaca. Denunciando al APRA y al neofacismo, va a encontrar respuesta en el mensaje del 28 de julio del propio Presidente. Este acusará a su compañero el 3 de octubre – y con él a otros- de “ocultar” la infiltración comunista. La capacidad de convencimiento e intriga de más de un habitante palaciego, llevaba al punto de quiebre tos que fue una relación básica de confianza entre Velasco y tos coroneles del 68. Ante tal situación éstos, formados y liderados por Velasco durante tantos años pasarían por un lento distanciamiento que poco a poco sale a luz en to que al Presidente se refiere. Este hecho, sumando al tipo de ministerios que ocupan más técnicos que políticos, en perspectiva interna (ministerios como tos de energía y minas, relaciones exteriores o agricultura que, sin desmerecer sus importancia en la política de conjunto no tiene mucha capacidad frente a lo que es central en ese momento: la lucha contra el MRL en el movimiento popular y en tos diarios). Explica probablemente su ubicación a la defensiva en este largo periodo.

63 Así es percibido, aunque en ambos casos se cumpla la norma de grado y antigüedad. Para lograrlo en el segundo caso se invitó al retiro a varios almirantes, pero producido el hecho resultaba legalmente indiscutible. En el tercer caso, el nuevo comandante es fruto del mini golpe que -supuso salida de la Escuadra a la Mar-, apreciación en la que coinciden todos los

observadores de entonces. Lograron la salida de Faura pero no lograron imponer el nombre del nuevo Comandante. Se les impuso el nuevo Comandante, siguiendo la norma de antigüedad.

64 Véase al respecto en PEASE, Henry. El Ocaso… Cap. 3 pp. 71 a 122

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instituciones castrenses que hayan sido de trato reservado, estos hechos muestran

públicamente la existencia de la crisis institucional.

En el golpe del 29 de agosto el General Morales Bermúdez reincorpora a la Marina

al equipo que gobierna. Presente en el anterior período sólo en términos

institucionales y formales, no había tenido la capacidad de definir quién era su

representante65. En el mismo momento del golpe, el propio Morales Bermúdez asíste

a la ceremonia de reconocimiento del nuevo Comandante, Almirante Parodi 66, en

acto que al contar con su presencia adquiere un significado mayor para la

Institución y, dada la monolít ica orientación de ésta, será significativo para la línea

polít ica del nuevo gobierno.

4. REACCIONES ANTE EL GOLPE DEL 29 DE AGOSTO

La caída del Presidente y la conclusión de la "Primera Fase" es un hecho castrense

que sorprendió a las diversas fuerzas sociales. Velasco sale de Palacio ante un

pueblo que guarda silencio. Ni un grito a favor, ni grito en contra el líder militar

vivado en muchas ocasíones y que pocos años después recibiría en su entierro la

más grande manifestación hecha por el pueblo de Lima, no tiene a su lado -al salir

de Palacio- un pueblo que diga NO.

Se expresa aquí una consecuencia del modelo mismo de participación del régimen: se exige

pasívidad al pueblo. Esta no toma parte en las decisiónes políticas. Los militares gobernantes eran

tan "dueños" del poder que las decisiónes eran tomadas, aún sin consultarlas -ni en busca de

consejo- con las propias entidades políticas que generaban. Más de las intenciones y proyectos

que pugnaron dentro del gobierno, la única participación tolerada resultaba "comparsa" en la

coyuntura. Toda iniciativa popular se sentía distante, manipulable, y como tal se rechazaba. Esta

actitud y el deterioro de Ios últimos años hace imposible, incluso inconcebible, la presencia popular

defendiendo aunque sea verbalmente a Velasco. Pero lo mismo ocurrirá con sus sucesores que

65 En realidad, dadas las normas castrenses y el estatuto del gobierno, ningún instituto tenía capacidad de elegir a su

representante: este era, en la junta, el oficial general más antiguo. A partir de ello se asumen tos cargos. Hasta la caída de Vargas Caballero, en la marina se aplicó mecánicamente sin que hayan trascendido roces o tenciones. Pero luego que este ministro es forzado a renunciar –Hecho que en su caso que to obliga a solicitar su pase al retiro- y de la junta de almirantes se pronuncia públicamente en contra, tos acontecimientos salen ya de la esfera disciplinada y castrense para devenir en sucesivas acciones de pugna en la que se mantiene formalmente la norma. Sin embargo, al forzar el retiro de tos que se ubican en orden de sucesión, se deja campo al hombre adecuado a aquella parte que gana la partida. Esta situación, indicadora de la crisis a la que llega la propia institución castrense, se dará en la aviación al principio del gobierno, siendo rápidamente resuelta. Durante la “Segunda Fase”, en el ejército se aplicará el mismo camino para consolidar la misma línea de Morales Bermúdez eliminando a los militares progresistas.

66 Cronología Política. Hecho No. 3766 p. 1562-63

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ascienden al gobierno. No generan aplauso sino expectativa, temor a la regresión o aliento hacia

ella -según las opciones- y sobre todo una sensación de lejanía del gobierno.

Las fuerzas de derecha en cambio, festejarán la caída de Velasco. Su caída les abre

las puertas, pues la intuición popular de éste y el derrolero de su gobierno hacían

muy difíci l el dialogo y la concertación de acuerdos. Sin embargo, también sujetos

pasívos en lo inmediato, pues se trata de una decisión militar. Serían pocos los que

tras el lenguaje y las afirmaciones de ortodoxa continuación, logren ver entre líneas

el regreso a posiciones observadoras. Pero aprovecharan sin descanso todo el

nuevo espacio polít ico que se les abre para defender su prensa, su empresa, su

capacidad de seguir subfacturando exportaciones y sobrefacturando importaciones,

su evasíón tributaria así como el bajo impacto de los impuestos en las uti l idades

empresariales. Obvíamente, para todo ello insistirán en su preciada libertad polít ica

siempre que ella se base y desarrolle en condiciones de desigualdad, única forma

de retener su poder dominante.

La caída de Velasco por acción militar trae consigo la caída de tos personajes

identif icados con "la Misión", uno a uno, come, para confirmar que eran el centro de

la lucha en la cúpula de ese entonces. Es, en resumen, una expresión sólo militar

de la lucha polít ica, con una resultante que cambiar: el curso del proceso. Las

fuerzas sociales y polít icas permanecen a la expectativa; unas en espera del

ansiado viraje, otras -por el momento- aspiran a eliminar la polít ica anti-sindical y

autoritaria que aparece como necesario correlato de la forma en que se afronta la

crisis económica. Pero en líneas generales campeara el escepticismo y el

movimiento popular, aún inorgánico y muy dividido, tenderá a un mayor

distanciamiento.

La coyuntura pone de relieve momentaneamente la escena oficial, particularmente la

acción de la cúpula militar. Pero no se explica sin la presencia y acción de las

fuerzas sociales que integran el poder, con base local y extran jera. En el curso

posterior habrá incluso denuncias que se referirán al juego imperialista provocando

la caída de Velasco 67. Sin ser este un factor ausente, requería de mediaciones y al

parecer las había. Pero ello, al igual que muchos acontecimientos debe ser parte de

la investigación histórica, más distante y p rofunda que este nivel de análisis. En todo

caso la coyuntura tiene ya –con los elementos del deterioro del régimen vistos en el

capítulo 1- suficientes indicios para dar cuenta del carácter del curso político. En los

propios límites del proyecto Velasquista, en el desarrollo de todo el período, está indicado

67 Ver al respecto las diversas afirmaciones del ex Secretario del Prensa del Pdt. Velasco. Augusto Zimmermann en su libro

“Los últimos días del General Velasco”. Lima, 1978.

56

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el rumbo que se plasma en esta coyuntura. Desde varios años antes existe un tendencia

global que define la correlación de fuerzas en sentido contrario las tendencias progresistas

surgidas a partir del Velasquismo. Esta tendencia global parte de tos niveles más

estructurales de esta sociedad inserta en el capitalismo imperialista y hace ver los límites

del reformismo, aun en sus más avanzadas versiones. Se nutre a su vez de una coyuntura

internacional desfavorable que estrecha su margen de juego y tiene impacto en las

instituciones castrenses.

Con esta coyuntura se plasma una nueva y más amplia ofensiva de Ias fuerzas

reaccionarias que significará, en toda la "Segunda Fase", un ciclo político que reduce el

margen de juego de la cúpula militar y la mantiene fácilmente a la defensiva. Sin embargo,

derrolero no será mecánico, ni perderá la conflictividad propia de un período en que la

burguesía carece año d una representación orgánica en el gobierno.

5. LA "SEGUNDA FASE": CAMBIOS OPERADOS EN EL RÉGIMEN POLÍTICO

La figura de Morales Bermúdez, sus antecedentes como Ministro de Economía "moderado"

y "monetarista", confortan a los sectores más lúcidos de la burguesía. Pero se ve que un

largo trecho falta por recorrer y no se endosan cheques en blanco. En los seguidores del

régimen -espectro amplio y difuso, sin expresión orgánica- e incluso en quienes, aunque

distante otorgan vigencia al consenso pasívo que estos regímenes utilizan, hay un margen

de crédito y de confianza en que se retome el curso de las reformas iniciales o se logre

cambiar el propio curso de estos. Es claro que una observación más profunda hace

presentir negras nubes en el horizonte: el curso de las reformas no se cambia por simple

decisión vertical. En cuanto al régimen, mantiene y acrecienta una institucionalidad militar

que de por sí no es dinámica ni factor de cambio, sino base de mantenimiento del poderes.

Pero, en medio de todo, la presencia de los militares progresistas que acompañaron a

Velasco desde el 68 y que mantenían vínculos y diálogos más abiertos con el movimiento

popular y parte de la izquierda, fue vista entonces como signo de confianza. El cuidado con

que en sus comienzos trató el nuevo régimen a la figura de Velasco es también otro

elemento de legitimación. Se percibirá al ex-presidente más enfermo y retirado, que

derrocado o "caído en desgracia". Buena parte del pueblo identificara más con el curso de

la enfermedad que con el curso deteriorado del régimen y el viraje que se viene. En sus

inicios, el nuevo gobierno se presenta apoyado en varias herencias de la "Primera Fase"

que procura levantar: el prestigio de Ias reformas, la propia figura de Velasco, la presencia

de los "militares progresistas". . . Desarrollará intencionalmente esa margen con actos y

57

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con palabras hasta Marzo de 1976, comenzando por el hecho que llega a justificar ante

muchos ojos el golpe: eliminar a "la Misión", al MLR y sus secuaces.

Hay al comenzar un elemento que cambia el eje de la toma de decisiónes e irá definiendo

el nuevo régimen político: la Junta, formada por los tres Comandantes Generales de la

Fuerza Armada y el Presidente, funcióna como tal regularmente. Durante la presidencia de

Velasco se conocieron pocas decisiónes de este organismo; sólo actuó en momentos

claves: ratificación de Velasco, grave enfermedad de éste o en la función propia -más de

cada Comandante que de los tres reunidos- de proponer al Presidente ternas para

Ministros. Pero en el gobierno mismo, la Junta no sesionaba aparte del gabinete y en este

sus miembros pesaban más o menos como un ministro más. En la práctica, su

funciónamiento en la "Primera Fase" era parecido al de la Junta Militar de Gobierno de

1962-63, en la que cada ministro era miembro de la Junta que tenía cuatro Co-Presidentes,

uno de los cuales ejercía la función. Esto daba al Presidente un mayor margen de juego; lo

hacia Presidente de la República y no solo Presidente de una Junta que decide todo lo que

resulte central. Pero ello permitía, sin embargo, la expresión de las distin tas tendencias

que representaban tos ministros en forma directa y no sólo tras Ios bastidores, presiónando

a los miembros de la Junta.

En la "Segunda Fase" el General Morales Bermúdez instala la Junta y define, como

bandera propia, en funciónamiento institucional en torno a ella. La reúne semanalmente

separada del gabinete y progresivamente se le asígna un espacio propio de poder político,

restado de una parte al Presidente mismo y de otra al gabinete. Ello reforzará el peso

político de cada Comandante y alterara en términos reales la correlación de fuerzas, pues

data no solo expresión sino capacidad real de imponer y/o vetar decisiónes a los sectores

más conservadores. Esto hace posible, por ejemplo, que en 1975 tos militares progresistas

no estén representados en la Junta, aunque tengan presencia en el poder. Este organismo,

por su parte, ve disminuido su poder e influencia al depender no sólo de un Presidente sino

de la decisión de tres miembros de la Junta.

En cambio operado será significativo en el manejo político de toda la "Segunda Fase". Será

una de las Fuentes de legitimación del Presidente Morales Bermúdez ante Ias instituciones

que lo nombraron, primera y lo ratificaron luego. El freno que la Junta significa en el curso

amplio de las definiciones será decisivo para iniciar el viraje que tiene más adeptos en la

cúpula ampliada -generales y almirantes ubicados en funciónes castrenses. En perspectiva

el General Morales Bermúdez tendrá capacidad de manejar un nivel de decisión

estratégica, al lograr mantenerse -su logró básico- a pesar de tantas tormentas,

presidiendo una Junta que va recomponiendo sus miembros.

58

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Este nuevo estilo no requiere de una nueva norma jurídica. El Estatuto del gobierno es

suficientemente amplio como para permitirlo. Así se expresa, en fin de cuentas, una

acentuación de la capacidad de juego de las fuerzas reaccionarias que pronto se reflejara

en el aislamiento y depuración de la tendencia progresista. A la vez, la cúpula mantiene -y

defiende en los primeros años- la capacidad de concentración de todos los poderes

estatales. Esto último no impide que conceda gradualmente mayor atención a las

demandas de las fuerzas reaccionarias en continuado ascenso.

Las banderas institucionalistas llevan a buscar niveles de mayor representatividad

castrense en las acciones de gobierno. Es evidente, sin embargo que no se trata de

democratizar la estructura militar, pues en su actual estructuración ello es inconcebible. A

la vez que se críticas a la "Primera Fase" por no haber sido representativa de la Fuerza

Armada, se trasladaran cuotas de poder a los Comandantes Regionales, incluso llamados y

reunidos en situaciones difíciles antes de decidir. El desplazamiento parcial de poderes

será más visible en la crisis de 1976, pero está presente en la orientación inicial del

régimen. Este nuevo elemento también fortalecerá las posiciones más reacciona. rias.

Servirá de canal de expresión para la "pequeña" política y su secuela clientelista; servirá

de freno para todo lo que asuste a los Comandos y sobre todo impedirá fáciles consensos

en perspectiva progresista. La institucionalidad castrense no está hecha para gobernar, ni

su composición social y desarrollo ideológico propicia el cambio, siendo además

suficientemente grande la heterogeneidad como para dificultar todo camino que suponga

emprender nuevos proyectos, incluso reformistas.

El General Velasco, manejando los límites institucionales del Estatuto del Gobierno,

mantuvo a la Fuerza Armada distante de las decisiones políticas inmediatas. Si bien toda

su estructura de Estados Mayores, Servicios de Inteligencia, Comando Conjunto, etc.,

intervenga en la formulación de leyes y estudios, todo concluía en el gabinete y sólo allí se

decidía lo esencial. Lo que Velasco no hace es transferir a otra cúpula una parte del poder

de decisión o compartirlo con ella. Esto permitió que la Fuerza Armada participara en el

gobierno y a la vez este desarrollara su propia lógica. En la "Segunda Fase" por el

contrario, la imagen de esta forma de conducción está deteriorada y el camino asumido

para superarlo lleva implícita la paralización de todo cambio importante, pues estos nuevos

mecanismos se adaptan mas para mantener el orden que para cambiarlo.

En efecto, en la estructuración institucional militar es más fácil alcanzar consenso para

mantener las cosas como están que para cambiarlas, más aún si ésta decisión política que

arrastra tras sí problemas ideológicos, de información, etc. Por ello el efecto global de la

participación de los Comandos o la cúpula ampliada en los niveles de decisión del

gobierno, resulta un impedimento a toda transformación real.

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Esta presencia de la cúpula militar ampliada se hace pública en varias ocasíones. Los

Comandos Regionales suelen reunirse y expresar adhesión pública -vieja costumbre- así

como demandas no públicas, participando en coyunturas claves. La elaboración del Plan

Túpac Amaru quizás el ejemplo más conocido. En su versión final -avanzada ya la

depuración de los militares progresistas- sur definición estuvo en manos de una Comisión

de Oficiales Generales de las instituciones castrenses. EI texto final ampliamente conocido

muestra un esqueleto de medidas que nada reforman pero reflejan bien el vi raje,

yuxtaponiendo frases para contentar a distintos actores, sin concretar mucho. Es lo

posible, dentro de lo que parece ser la mentalidad de la cúpula castrense dentro de la cual

se notan los frutos de la conciliación de posiciones evidentemente no homogéneas. En ese

nivel difícilmente podría haberse contado decisiones de transformación, aún con criterio

reformista, dada la heterogeneidad propia de estas instituciones. Pero lo que interesa

señalar es el estable aumento de un nuevo espacio para la toma de decisiones y lo que ha

cambiado respecto del régimen precedente, tomándolo a la vez más complejo y más fácil

de influir por los grupos de poder.

En este mismo asunto hay antecedentes distintos en la "Primera" y en "Segunda Fase".

Entre 1968 y 1974 no se conoció la existencia de un Plan de Gobierno. Una a una, las

reformas se planearon con reserva y solo fueron anunciadas al ejecutarse. Si bien podían

estar informados los Comandos, la decisión partía y se centraba en la cúpula militar del

gobierno: Gabinete OAP. En 1974 se anuncia la existencia de un Plan de Gobierno -Plan

Inca- aprobado por el Comando Conjunto. La posibilidad de una amplia consulta en 1968

debe ser pues descartada y parece más bien que este Plan se elabora en 1974 con el fin

de formalizar lo ya hecho y lo pendiente, en un momento en que el régimen debe conseguir

consenso incluso en las instituciones militares 68. Parece coherente pensar que una amplia

consulta entre generales y almirantes no hubiera dado como fruto el Plan Inca. Ni la

conformación, ni la estructuración de las instituciones militares está hecha para la

consulta. Estos operan con criterio jerárquico, a con los altos niveles. Esta consulta

se hizo así para el Plan "Túpac Amaru" lo no para el Plan Inca. Y la Junta parece

tener en ello algún rol. En efecto fue conocido que desde 1975 se emprende la

evaluación del Plan Inca, en pequeño equipo y con la aprobación del Presidente

68 Siempre con el margen de error propio de un observador externo, entendemos que el Plan Inca pudo obedecer en esa

coyuntura a una triple necesidad. Por un lado, obtener consenso de la Fuerza Armada, reforzando una institucionalidad quebrada en la pugna con el Comandante de la Marina (se recurría además al tecnocratismo planificador tan desarrollado en la formación castrense, para indicar que el régimen no improvisaba y dar cuenta de una exacta fidelidad –imposible en política- a un plan preestablecido tantos años antes). A la vez se notificaba a la burguesía de los límites de un proceso que había avanzado paso a paso generalizando una sensación amplia de inseguridad; y en esto la presencia de ideas puestas por elementos progresistas –tales como la preponderancia de la propiedad social- tendría efecto contrario, a pesar de su gradualismo y de su inviabilidad evidente a partir de una análisis más estructural de la economía. Finalmente, podría buscar ampliar una base de consenso, indicando un derrotero por realizar, en relación a la demanda militancia.

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Morales Bermúdez. Se llega a formular un nuevo plan. Preliminares discusiones,

aún con la presencia tos militares progresistas, dan lugar a enfrentamientos "sotto

voce" que impactan. Pero dada la estructura jerárquica, el Plan sólo podía operar

por decisión de la Junta, ese espacio nuevo de decisión, en tanto tiene distinta

función. Vetado este plan, el mismo Presidente que lo había impulsado lo rechaza

en discurso del 31 de marzo, denunciando que en su elaboración había habido

"infi l tración ideológica". Como este soto se puede dar a través de personas, en este

caso con galones y estrellas, tos infi l trados deben ser purgados.

Lo que nos interesa destacar con esta disgresión es la presencia de rasgo distinto

en la institucionalidad del régimen, que tiene relación con desplazamiento de

tendencias en el gobierno, y de fuerzas en el nivel global. De un régimen que

representa a la Fuerza Armada -con rasgos propios de la verticalidad militar- pero

que gobierna desde el gobierno, se pasa a un régimen que comparte decisiones con

una cúpula ampliada de Fuerza Armada como necesaria condición para lograr

consenso en su única base real de apoyo. Ello conllevara necesariamente un

margen año mayor concesiones a las demandas militares, tanto polít icas como de

recursos. Y eso será bien aprovechado por la derecha.

6. ¿Por qué “SEGUNDA FASE”?

Durante la "Primera Fase" Velasco impone su voluntad; conduce, señala un norte,

atrae apoyos de distinto corte y acumula consenso progresivamente a partir de la

toma de la IPC. Todo el gobierno estaba impregnado de la personalidad e incluso,

en parte, de su esti lo. Su figura se proyectó más allá del gobierno, con una imagen

definida de caudil lo. Su l iderazgo se impone durante todo su gobierno. Al presidente

se le teme y en el fondo se le admira.

Muy distinto es el rol del General Morales Bermúdez: Presidente de la junta militar

prestigiado como técnico, cabeza de un equipo que no es tat...; parece simbolizar

un vacío de l iderazgo. El aparato publicitario reiterara sus l idades, valiosas pero no

atractivas en términos de l iderazgo. No tiene en sus manos al comenzar un solo

triunfo en dirección popular y su imagen vista en el lugar de mando, a veces

dubitativo, a veces confuso... siempre “sobre la ola". El rol "conductor" es ahora

puesto de relieve por la prensa. Antes no había necesidad de hacerlo, porque el

líder era conductor y esta conducción se sentía. En contraposición, la dubitativa y

contradictoria figura de Morales Bermúdez será identif icada luego con las marchas y

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contramarchas del régimen, hasta reducir el margen de credibil idad incluso entre

sus allegados y colaboradores.

Para justif icar el golpe, el nuevo gobierno explicar la presencia de desvíasíones

personalistas, que imputará a Velasco. Acinia, a partir de ello, denoniinaci6m que lo

distingue del período anterior: "Segunda Fase", así definida para profundizar y

consolidar la primera, eliminando las desvíaciones personalistas de su conducción.

Progresivamenle . la Llamada "Segunda Fase" será un nuevo gobierno, cambiando Io

que puede del régimen anterior, en función de las demandas propias del campo

burgués, recibiendo el aplauso de los enemigos de la "Primera Fase" y

distanciándose do todos tos apoyos a medias logrados por ésta. Pero, desde el

inicio, la sola distinción establece un corte úti l el rompimiento de solidaridades -

incluso en la Fuerza Armada- con el régimen anterior. Ese corte servirá también

para facil itar la regresión: se aceptará la crít ica a la "Primera Fase" y la introducción

de cambios que desmantelen las reformas. Se culpará de la crisis y de las

dif icultades actuales al gobierno anterior -como sintiéndose parte de otro gobierno-,

a pesar de haberlo integrado.

La distinción mencionada más arriba sirve para que el nuevo gobierno fortalezca su

propia imagen y personalidad polít ica. Distinguiéndose del anterior, tendrá las

manos libres para actuar buscando nuevos rumbos y nuevos aliados dentro y fuera

del país. Aprovechará el prestigio que pueda darle el gobierno anterior en el

momento adecuado, dado que se ha establecido una distinción suficiente para

cambiar pero no por ello antagónica en sí mismo, "Segunda Fase" supone

continuidad y diferenciación a la vez. Su giro, sin embargo, apunta a lo segundo.

En esta coyuntura, así como en los años en que se desarrolla la "Segunda Fase", se

apreciarán así algunos rasgos que diferencian la institucionalidad del gobierno inlluyendo

en el juego de fuerzas. Los rasgos de la conducción, ya anotados, se expresarán en un

derrotero que gradualmente erradica del gobierno a la tendencia progresista, abriendo los

canales y espacios necesarios para que las fuerzas políticas reaccionarias aseguren el

rumbo del curso político. Ello se podrá apreciar en la segunda parte de este trabajo, al

recorre la periodización de la escena política. Los rasgos del régimen tendrán, sin

embargo, una fluidez propia de un período en el cual tanto la burguesía nativa como el

movimiento popular -ambos con poca organicidad en el espacio abierto- imponen

condiciones que Ilevan a marchas y contramarchas.

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La asímetria propia de esta sociedad capitalista se expresa en la capacidad de las

fuerzas reaccionarias para recuperar más y más posiciones, a pesar de que en el nivel

político la crisis de la burguesía -incapaz de proponer un proyecto hegemónico y en pleno

proceso de recomposición orgánica- no esté resuelta. La burguesía nativa estaba

políticamente arrinconada al concluir la "Primera Fase", aunque todas las tendencias

estructurales corrieran en su favor. No podrá enfrentar por sí misma, mediante

alternativos liderazgos civiles, a los militares gobernantes. La "Segunda Fase" con una

conducción militar claramente proburguésa -deshaciendo heterodoxias-, le abrirá Ias

coyunturas adecuadas para que renazca la civilidad... pero sin por ello excluir la

necesidad de compartir ese rol alterno con los nuevos lideres militares.

CAPITULO 3

EL LENTO CURSO DEL VIRAJE

La "Segunda Fase" del gobierno de la Fuerza Armada concreta un cambio evidente en el

curso político de esta década. Todo observador puede percibir que algo importante ha

cambiado a pesar de que el gobierno se encuentra en las mismas manos, es decir en la

cúpula de la Fuerza Armada. Lo importante es aqui precisar Ios terminos del viraje y no

sólo afirmar que éste existe. Hacerlo supone analizar los hechos, los actos de gobierno, la

actuación de las distintas fuerzas sociales y más aún, ofrecer una aproximación al con -

junto, de la década, es decir a todo el proceso político y sus condicionates es tructurales.

Por esto al empezar este trabajo presentamos introductoriamente los límites del proyecto

Velasquista en la "Primera Fase", su deterioro y la coyuntura en la que Velasco fue

derrocado para dar inicio a la "Segunda Face". El curso político presentado en los

capítulos 1 y 2 concreta la llamada “Segunda Fase". Sobre está sólo mencionamos hasta

ahora algunas definiciones iniciales en cuanto al régimen político construido a partir de la

institucionalidad de la Fuerza Armada.

Este capítuto intenta ahora ofrecer una visión de conjunto de la "Segunda Fase" (1975-78);

es tributario de las constantes observadas en el seguimiento de la escena política, que se

ofrecerá al lector en la segunda parte de este libro. Se trata de una aproximación inicial

que intenta analizar globlamente el significado del período, teniendo la "Primera Fase"

como perspectiba formulando apreciaciones que se retomarán en el capítulo final, para

examinar la salida política, sus tendencias y límites. El análisis a este nivel tiene mucho de

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provisorio -de hipótesis sugeridas por la observación de la escena-, pero lo entendemos

útil para comprender on presente político lleno de interrogames, que no espera el paciente

análisis de la historia y reclama respuestas siempre urgentes de todo actor social.

Luego de precisar los términos del viraje del gobierno, señalaremos algunas percepciones

generales sobre la recomposición de la clase dominante y el poder burgués, que se sitúan

en la base de explicación de los cambios producidos en el Estado y presentaremos

elementos que definen la crisis políticas y económica dentro de la cual actúa este

gobierno configurando una salida coherente con su carácter burgués aunque limitada

aun en sus logros definitivos.

LOS TERMINOS DEL VIRAJE EN EL GOBIERNO DE LA FUERZA ARMADA

Hablar de viraje supone partir de un supuesto de continuidad y ruptura, implícito en la

concepción de "Primera" y "Segunda" Fase que usa el régimen actual. En efecto, el

régimen parte de una definición y base de sustento común: la Fuerza Armada como

institución gobernando, monopolizando el control de los aparatos de Estado. Por esto

es importante, si se trata de ver esas relaciones de continuidad y ruptura, recorder en

perspectiva lo que significa el proyecto Velasquista y los límites introductoriamente

explicados en el Capítulo 1. Más aún, necesitamos resumir lo que era el curso político y

recordar que estaba en juego en la coyuntura de agosto de 1975, al concluir la "Primera

Fase". Puede dentro de estos límites hablarse de gobiernos distintos -identificándolos

con Ios nombres de sus presidentes- pero sólo en el enten dido de que hay una base de

institucionalidad común.

El gobierno de Velasco se identifica con la cancelación del llamado Estado Oligárquico,

con la exclusión de la burguesía agro-exportadora y los te rratenientes tradicionales y

con el inicio de un conjunto de reformas, enmarcadas primero por este carácter

nacionalista y antioligárquico, y luego, por los intentos sucesivos de construir un

proyecto alternativo, a los planteamientos liberales de la burguesía industrial. El curso

político muestra relaciones de colaboración y conflicto entre este gobierno y la

burguesía -en proceso de recomposición y con firmes tendencias monopólicas- que se

desarrollan atravesando la propia cúpula del gobierno y exhibiendo proyectos políticos

alternativos que terminan conciliados en una política resultante, definida en términos de

la institucionalidad del régimen. Resulta así una variante castrense del reformismo

presente en la sociedad Perúana tímidamente desde décades anteriores.

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Caracterizar come reformista la "Primera Fase" implica reconocer que el régimen, por

su carácter y composición, no cuestiona el sisterua capitalista con sus logros, aunque

se pueda constatar formulaciones verbales e intentos fallidos de hacerlo, con variable

dosis de realismo. Pero este reformismo produjo transformaciones concretas en el

Estado y la sociedad precedentes, y de ninguna manera puede ser confundido con los

reformismos de la década del sesenta o con lo que significa el gobierno actual 69.

El poder del Estado nunca estuvo en manos del pueblo, de las clases exptotadas, ni

sus representantes directos han tenido lugar alguno en el gobierno. Durante la década

la Fuerza Armada es la que gobierna, continuando un período que, a partir de la pugna

habida en la clase dominante -expresión de un anterior proceso de modernización-,

potenció el rol intermediario de las capas medias. Incluso las reformas más audaces

fueron presentadas como acto de autoridad y no como fruto de la acción o demanda

popular inmediata. El gobierno los militares asumen la representación de distintos y

contractorios intereses. Incluso las tendencias que en la cúpula expresan mejor las

69 Reformismo y revolución se usan en nuestro ambiente más como, calificativos que como conceptos. El primero tiene en la izquierda una connotación peyorativa que contrasta con la valoración positiva del segundo. Más aún, cada cual imagina -diseña en abstracto- su revolución y fácilmente recurre a tipificar como, reformista a quien no comparta el 100°/o de su modelo, aún cuando se trate de simples matices. Con similar lógica se califica de "ultraizquierdistas" a muchos de los que cuestionan las reformas y sus defensores. Nos parece importante plantear un nivel de análisis distinto que sirva pare explicar y distinguir, para facilitar opciones menos planas en el estudio y en la praxis.En nuestro trabajo anterior (El Ocaso. . .p.47) señalamos, al examinar el cuadro político de Ios primeros años, que se podía afirmar la existencia de una revolución política pero no - ni entonces, ni después- la realización de una revolución social. Esta supone un acceso al poder de las clases dominadas, que en una sociedad capitalista –aún con todos los rezagos tradicionales el Perú lo era el 68 - son Ios trabajadores, con todos los aliados necesarios. Ello no ha ocurrido. Más aún, todas las revoluciones de la historia -incluso las precapitalistas- muestran un papel protagónico de las masas, aún conducidas por otras clases, que en este régimen no se daba y, por definición, no debia darse.AI analizar la resultante de este proceso y caraclerizarlo de reformistas tratamos de recalcar que no se cambió lo esencial de esta sociedad - su ser capitalista- ni de este Estado –burgués- (el carácter bugués no debe entenderse mecánicamente como gobierno de burgueses ni como ausencia de contlictos agudos con sectores de la burguesia. No es mecánica la traslación de los niveles de la estructura a los aparatos políticos e ideológicos y las capas medias o aparatos como la Fuerza Armada pueden bien cumplir ese rol con márgenes de autonomía que se amplían mucho en situaciones de crisis); en ello radica la inviabilidad del proyecto y la facilidad para concretar el viraje cuando la recomposición del campo busgués lo hace posible.Esto implica desocncoer todo lo que ha cambiado en el EStaod y la Sociedad presendente, fruto de las medidas nacionalistas y antiogárquicas e incluso fruto de los intentos de conciliación como la Comunidad Laboral y el de intento de imponer a la burguesía nativa un Estado económicamente fuerte. Más aún, vemos en las reformas iniciadas una potencialidad dinamizadora de las masas que bien podía definirse como potencialidad revolucionaria. Pero de allí a una revolución hay saltos caulitativos como la concreción de alianzas con organizaciones del pueblo que iban en contra de las definiciones del régimen. Más aún, desde fines de la “Primera Fase”, lo que cada reforma tuviera de dinamizador de la participación popular fue anatematizado por parte del gobierno y progresivamente depurado. Justamente, por esas potencialidades que no eran aceptables por el régimen en su conjunto y apenas eran intuidas por muchos de sus ministros progresistas. Una digresión más… aquí el margen de la pugna entre tendencias. Y no confundamos tamoco el curso objetivo de hechos y resultados, con lo que visualizaron los actores políticos, con lo que aspiraron o buscaron hacer. El salto tampoco es mecánico y supone un análisis mayor.En comparación con el proyecto Velasquista, el reformismos del gobierno Belaundista precedente es sólo un tibio populismo que en poco concreto su vago programa.No transformó nada sustantivo del orden precedente. El gobierno en Morales Bermúdez no puede siguiera ser calificado de reformista; su ñínea es la contrareforma, el desmontaje de las reformas del período precedente, lo cual tampoco lo ubica en el estrema derecha. Es que los conceptos no deben ser usados plana y linealmente.

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demandas contra la burguesía; lo hacen sin la capacidad de articular y movilizar a las

clases populares, encuadrando su rol en un régimen institucional cas trense que no

permite concertar alianzas con el pueblo organizado. La conciliación e incluso el

enfrentamiento coyuntural con la busguesía y el imperialismo, parten de un ejercicio

institucional del poder hecho por la cúpula de la Fuerza Armada, que cumple un papel

articulador a partir del cual concilia los intereses en pugna.

Los cambios iniciales, marginando a las fracciones oligárquicas en décadancia 70,

aumentan el peso del gobierno castrense en el manejo del Etado y a partir de éste se

procura imponer un proyecto político en cuya definición hay pugna en la cúpula que no

permite a los sectores más radicalizados enfrentar de manera estable y contundente los

intereses propiamente burguéses. En la resultante, el reformismo y la conciliación de

intereses -es decir, la tendencia a no cambiar lo esencial del poder de la burguesía, aún

cuando se le afecta en sus proyectos políticos y en sus agentes mas directos por un

tiempo- era consustancial a un régimen que no tiene, ni logra obtener, una base popular

real, capaz de darle sustento por sí misma.

Todo esto ocurre en un período en el cual los cambios operados res pecto del orden

tradicional no sólo se den en la cúpula o en los aparatos de estado, sine, que impactan

en obvía interacción en el desarrollo de un movimiento popular en proceso de

constitución orgánica. La presencia de grandes masas urbanas y rurales, con mayores

niveles de organización y conciencia política, era un hecho palpable desde la década

anterior, acentuado desde 1968 y con impacto en la escena política en forma recurrente

desde mediados de la "Primera Fase". Esto impacta en el propio gobierno, potenciando

las soluciones verticales y corporativas que, sin embargo, no logran cuajar y desatan la

pugna interna al régimen, en terminos mucho más agudos que al empezar las reformas.

Como la lucha política no se suele observar en los niveles de la estruc lura, sino en los

actores y proyectos políticos que actúan a partir de ella, con distintos grados de

conciencia sobre sus límites, será importante recordar la lucha política dada en los

últimos años del régimen, a partir del desarrollo de Ias contradicciones ya mencionadas.

Sin repetir, en toda su complejidad, un análisis de Ias tendencies que pugnan en la

70 Esta decadencia es un hecho objetivo a nivel económico –por el peso que van cobrando los sectores más modernos de la

economía- y a un nivel político por la reiterada incapacidad de las fracciones oligárquicas de obtener condiciones de hegemonía en el manejo del Estado. Pero no debe confundirse decadencia con debilidad polpitica, ni con inevitabilidad de las reformas –al menos de estas reformas. La voluntad transformadora del Velasquismo dentro del horizonte ideológico del 68 y de la percepción de los ectores medios de entonces es un hecho innegable que apenas resiste comparación con las posiciones del gobierno precedente.

66

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cúpula, articuladas con Ias fuerzas sociales enfrentadas en esta sociedad 71, cabe sí

referir al lector a los límites expuestos en los capítulos 1 y 2 al analizar la coyuntura de

1975. En ésta se han podido ver cómo desde tiempo atrás las posiciones progresistas

están a la defensiva frente a tendencies que articulan mejor un proyecto burgués

construído endeblemente a partir de la experiencia militar. El análisis de la lucha

política entre 1973 y 1975 puede mostrar cómo se fortalece el campo burgués como

conjunto, a la vez que se debilitan los representantes tradicionales de la burguesía

nativa, incluyendo algunas expresiónes gremiales más tradicionales 72. Esto hace

observar a diversos analistas la factibilidad de un proyec to capitalista a partir del

Estado y su aparato militar y tecnocratico, capaz de encuadrar al movimiento popular,

recurriendo a formas corporativas de cooptación. Esta alternativa suponia, sin embargo,

resolver la pugna que en la cúpula expresan las posiciones progresistas, que

combatían resueltamente esta tendencia; al aparecer decisivos factores coyunturales -

internos y externos- en momentos en que la crisis económica reclama respuestas más

ortodoxas esta lucha interna queda sobre-dimensionada y condiciona la crisis final de

gobierno de Velasco.

En 1974 y 1975 puede apreciarse el deterioro global del régimen y la potenciación de

las soluciones autoritarias, p e r o a s í c o m o se observa arrinconadas a las posiciones

progresistas -y virtualmente trabadas las reformas- la definición del curso político no se

da por la exclusión de estos opositores de "la Misión". Velasco opta por esta tendencia

en términos sustantivos, pero no acepta la exclusión del contrario. Carece de una

alternativa económica y mantiene la vigencia de reformas que van llegando al Iímite de

su desarrollo y exigen reformulaciones claras para afrontar la crisis. M á s aún los

distintos actores de ese período, incluso en los primeros m e s e s d e l a “ Segunda

Fase", no se plantean en sí mismas las medidas de contrarreforma que luego impondrá

71 Para lo cual volvemos a referir al lector a nuestro trabajo El Ocaso…, en el cual se describen a partir de la escena oficial

gruesas tendencias en la cúpula, presentando una periodización de la “Primera Fase” en función de ls sucesivas resultantes.

72 En esos años puede verse cómo aparecen más claramente los límites del proyecto Velasquista al cambiar la coyuntura

internacional, al agudizarse los problemas económicos y manifestarse las crisis económica; al llegar las reformas a límites que ponen en envidencia los problemas de las estructura capitalista de esta sociedad. Todo ello potencia el campo burgués y en éste se da un doble proceso: aparecen en ofensiva, primero, en 1973 y 1974, sus antiguos políticos civiles, auxiliados por ministros que les son cercanos –Vargas Caballero, por ejemplo-, y gremos como la SI o los colegios profesionales. Son coyunturalmente derrotatos a la vez que –aquí la otra dimensión- dentro del Velasquismo surge una tendencia que pretende ser respuesta más orgánica a los intereses de la burguesía. Simbolizados en “la Misión”, significan la posibilidad de una alternativa coherente con los sectores más poderosos –transnacionales- dialogantes, con los empresarios más ágiles y dispuesto a subordinar a los sectores más liberales o privatistas de la burguesía, con los cuales pueden –y buscan- también dialogar, pero siempre y cuando no “saquien los pies del plato” y desestabilicen sus proyecto político.

En la coyuntura aparece debilitada la SI –que llega a perser el reconocimiento oficial- frente a otros subgrupos. Esta tendencia en la cúpula del gobierno se mantiene en ofensiva hasta el deterioro final de la “Primera Fase”, desarrollando una amplia pugna con los sectores progresistas para imponer sus términos de relación con el movimiento popular.

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el gobierno de Morales Bermtidez. Esto, siendo contradictorio, es enteramente

explicable -no solamente a nivel de la conciencia de los actores- puesto que las

reformas terminan siendo políticas aisladas, entrabadas por el manejo de la política

económica y por el impacto en el campo popular de la política represiva. Es en el

pragmatismo de la política económica que se definirán los cursos reales del proceso

global; per ello se mostrarán utópicas las posiciones de Velasco y de los reformistas de

entonces.

Por ello, antes de analizar el viraje y el gradualista proceso de contrarreforma, debe

recordarse que es en la "Primera Fase” -y no en la "Segunda" que se inicia el

progresivo arrinconamiento de las reformas y sus defesonres 73. Pero no hay que

confundir arrinconamiento y viraje. No hay en el gobierno de la “Primera Fase” -menos

aún en Velasco- indicios de disposición a concertar con la burguesía nativa cambios en

las reformas. Lo que ocurre es que con la progresiva hegemonía de "la Misión" se están

vaciando de contenido popular las reformas, se corta y limita toda iniciativa de las

organizaciones de base y se encuadra todo el proceso en un curso represivo que

corresponde con la política económica al avecinarse la crisis. Y ésta tiene su primeras

definición en el "paquete Morales" de Junio de 1975, encaminándose hacia lo que se

conoce como políticas de estabilización.

A partir de este punto puede analizarse el viraje que encarna la "Segunda Fase".

Su .gradualismo corresponde con el hecho de que es la misma Institución - l a Fuerza

Armada- la que sustenta al gobierno en ambas fases el cambio de gobierno introduce

reajustes en el régimen político, creando el espacio adecuado para que los

representantes de la burguesía nativa retomen la iniciativa 74, y junto con los militares

73 Esto puede apreciarse claramente en 1973 y 1974 cuando se analizan las trabas que el propio gobierno pone al

desarrollo de la Comunidad Industrial, la imposibilidad de profundizar la Reforma Agraria, la pugna con toda organización popular en torno a la actuación del MLR o el surgimiento encasillado del proyecto de propiedad social. No es ya sólo la pugna inicial por imponer tal o cual reforma, sino el resultante de varios años de políticas contrapuestas y conciliaciones en la cúpula la que van definiendo sucesivos empantamientos hasta eliminar aquellos contenidos que en cada reforma implicarán el fortalecimiento de las opciones populares.

74 Nos referimos aquí al conjunto de pasos dados para modificar el reducido espacio político que quedaba a la burguesía

nata durante los últimos años de la “Primera Fase”. Sin diarios, con prensa chica deficiente y fácilmente clausurable, y sin espacio de actuación para sus viejos políticos civiles, tenía restringido el campo de la gestión apropidamente política. La experiencia ganada con los aparatosos comunicados de la Sociedad de Industrias –que poco rédito le dieron- dejaba este campo limitado para la acción inmediata. Ello disficultaba la posibilidad de retornar la ofensiva política, a pesar de constatar que el régimen estaba desgastado por la pugna interna, rodeado de una difícil coyuntura internacional y enfrentando el inicio de una grave crisis económica. Estos elementos que potenciaban –desde dentro y fuera- el poder burgués, no saban sin embargo, en sí mismos, posibilidad de abrir un espacio político para sus representantes nativos. La opción de entonces estuvo al parecer en el rodeo de los militares más consevadores, atizando los enfrentamiento dados en la cúpula y entre ésta y el movimiento popular, a la vez que se reclamaban las medidas protectoras de sus inversiones mediante presiones locales y foráneas.

68

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"pragmáticos" concreten el desmantelamiento de las reformas. Corresponderá al

gobierno de Morales Bermúdez realizar gradualistamente la depuracion militar, aplicar

en su más ortodoxa versión la política económica que administra la crisis en función de

las demandas (let capital transnacional, corregir las reformas en función de las

demandas de la burguesía nativa y aplicar la dosis de represión necesaria para

contener toda protesta popular contra ese curso político. En el último año de la

"Primera Fase” podía verse que toda potencialidad de desarrollo popular que las

reformas incluyeran, resultaba reabsorbida por el sistema imperante. Su traducción

política era antipopular mas allá del reconocimiento objetivo de la endeblez del

proyecto, de la pugna interna al régimen, y de las interrogantes abiertas por el cuadro

nacional. La "Segunda Fase" iniciará la recomposición de ese cuadro político de

coyuntura y en el gradualismo do sus primeros meses resolverá principales incógnitas.

A partir de esta entrada puede verse directamente en la escena come se Ileva a cabo el

viraje hasta configurar la imagen de otro gobierno, con márgenes de conciliación aún

menores y una política expresamente ajustada a las iniciativas políticas que la

burguesía le va demandando75. Si se sigue el curso de la política económica, resulta

claro que el gobierno es incapaz de asumir una opción que replantee la base de la

política burguésa seguida. Será evidente ya que abandona progresivamente todo

esfuerzo por limitar el impacto de la crisis en la economía popular, cargando sobre el

pueblo su objetivo declarado de reducir la demanda y su meta -también explícita ahora-

de aumentar la rentabilidad de las empresas comprimiendo Ios salarios de Ios

trabajadores. En la oposición intuitiva de Velasco a Ios aumentos que más impactan en el

costo de vida popular -caso del pan y la gasolina, al margen de precisiones técnicas-

está simbolizada la diferencia de las dos fases en materia de la política económica de

corto plazo. Se trataba de una negativa sin altemativa, por tanto irreal, pero a su vez

definitoria en sí misma. En la "Segunda Fase", la crisis será administrada en una sola

dirección: cargando su costo sobre Ios hombros del pueblo.

En la apertura hacia los partidos del campo burgués está también otro indicador del

viraje. No sólo se trata de permitir su existencia -no interrumpida en el anterior período-

La “Segunda Fase”, por el sólo hech de originarse en el derrocamiento de la anterior y con el manto de una “apertura democrática” a la prensa, los partidos y los deportados, emprendió el reajuste de ese espacio, dentro del cual se dará luegos la ofensiva burguesa. Los rasgos señalados en el capítulo 2, indicando modificaciones en la Junta y en la relación entre el gobierno y mandos castrensesm sirvieron en ese entocnes para que la ofensiva burguesa hiciera carne en la base institucional del régimen y forzara, a partir de ello, la depuración de los ya arrinconados militares progresistas.

75 El gobierno, a la cabeza del Estado, pierde la iniciativa política y progresivamente ve reducidos los márgenes de

“independencia relativa” de las clases básicas de la sociedad, que obtuvo inicialmente.

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sino del esfuerzo explícito de la "Segunda Fase" por ganar su consenso. Ocurre que

desde el inicio de la "Segunda Fase", el gobierno abre gradualmente el espacio político

para que los políticos civiles de la burguesía se expresen. El acercamiento a la

civilidad76, como encarnación desigual en la vida política, se convierte en objeto del

esfuerzo de la "Segunda Fase", destinado a lograr apoyo y legitimidad. La política laboral

y la represión a las fuerzas populares será, sin embargo, el más directo indicador del

vitaje. Si en la fase anterior la represión tocaba a la vez elementos de izquierda y

derecha, en la "Segunda Fase" .sólo se reprimirár a las fuerzas populares. No se toca a la

burguesía, salvo esporádicamente a sus revistas; más aún, se le alaba y estimula,

buscando crear incentivos para obtener su concurso en la solución de la crisis.

En el transcurso de un viraje gradual, el gobierno de la "Segunda Fase" abandonaría todo

intento de buscar el respaldo popular. Con esta afirmación no hacemos referencia a la

cancelación de Ios operativos e intentos de encuadramiento, vista con alivio luego del

asfixiante período de "la Misión", sino el hecho que su política ni siquiera le deja

margenes para articular un apoyo pasívo. Toda su atención, su discurso, sus medidas

mas importantes, se han de orientar prioritariamente a recomponer su imagen dentro del

campo burgués, y en particular ante los empresarios privados. Ha de disimular incluso los

desplantes de esta clase engreída y en muchos casos -como en el desacato de la

Sociedad de Industrias al decreto presidencial de reposición de los despedidos en huelga

de hambre- ni siquiera respondera verbalmente a la solencia del "verdadero poder". Sólo

lo popular, lo sindical, lo que es hecho o expresado por Ios trabajadores y quienes lo

apoyan, sera anatematizado, caficado de subversivo y por lo tanto perseguido. Poco a

poco la consecuencia entre las palabras, la prensa y los hechos económicos y policiales

es absoluta. Los esfuerzos por corregir en nombre del "humanismo" toda deportación e

incluso toda acción judicial contra Ios representantes de la burguesía, aparecen

recurrentemente en esta etapa a la vez que se endurece la represión y el abuso hacía el

campo popular. El gobierno tiene enemigos inmediatos a la derecha; pero toda posición

progresista es vista como enemiga real, variando el grado en función de su mayor o

menor capacidad de expresar a amplios sectores populares.

En esto también hay un rasgo propio de la opción de las personas, di ferentes en la

"Primera" y "Segunda Fase", pero no sólo de ello. Tanto el apoyo -activo o pasivo- como

la oposición -en distintos grados- se definen en función del curso político del gobierno; y

76 Uso este término en la aceptación común que identifica así a políticos tradicionales representantes orgánicos o no de la

clase dominante. Al referirme a la burguesía nativa pongo énfasis en los sectores menos transnacionales de la burguesía, consciente de que hay heterogeneidad dentro de ésa y a la vez que no hay posibilidad alguna de una “burguesía nacional” y más aún en esta época del capitalimo.

70

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en la "Segunda Fase", sin matices ni confusiones, el curso político del gobierno es

decididamente antipopular. Los margenes de conciliación son muy estrechos en un

período de crisis económica y política. Este es el piso objetivo del viraje, que estrecha

los márgenes de maniobra del gobierno a partir de su propia opción burguesa.

Probablemente una evaluación de las reformas y de las medidas del gobierno en sí

mismas, podrá ofrecer una idea mas precisa del viraje. En este campo sólo recordaremos

la modificación de la Ley de Comunidad Industrial, la nueva Ley de “Inestabilidad

Laboral”, la modificación de la política de apoyo a las empresas de Propiedad Social o la

transferencia al sector privado de varias empresas. Se dan hechos importantes, además,

en la política minera petrolera, así como en todo el tratamiento global al capital

imperialista al cual ya no se intenta poner condiciones. Pero es importante hacer dos

precines: no sólo se trata de tomar en consideración Ios dispositivos legales, una reforma

se puede paralizar sin modificar la ley, al menos por un tiempo. Cualquiera que observe

el abandono y la crisis de las empresas campesinas, a la vez que comprueba el

permanente manejo estatal de las mismas, puede inferir que la Reforms Agraria ha

dejado de ser -como to fue en un inicio- el centro vital de la política del gobierno. Pero, a

la vez una segunda precisión es necesaria: cuando la "Segunda Fase" cornienza, el

impulso de las reformas ya está deteriorado, si no detenido. La pugna en la cúpula

atravesaba también las reformas y ya existía en parte del gobierno la consigna de combatir

la crisis sólo con más producción, incuándose la idea de Ilegar a un paréntesis en las

reformas. Es evidente que entonces no había una decisión tomada en la cúpula y que dista

mucho una situación de deterioro real de una decisión política de conceder. Pero es

necesario recordar la situación anterior porque ella explica mejor tos límites estructurales

de las reformas y del proceso como conjunto, dando cuenta de la verdadera correlación de

fuerzas desde antes del viraje. Por esto también, en el primer período de la "Segunda

Fase" los esfuerzos por retomar el impulso inicial resultan poco eficientes y pronto son

arrasados por el curso derechizante del proceso.

Un serio estudio de la política exterior podría agregar mayores elementos explicativos al

viraje operado. En la escena política hay, algunos indicios: se busca un acercamiento neto

a los Estados Unidos; se silencian las antiguas críticas a la realidad imperialista; se orienta

la Cancillería hacia los países limítrofes y el resto del Continente, quedando de lado y en

segundo plano la apertura tercermundista. Si bien es cierto que los cambios aquí son

diptomáticamente mesurados, los ejes son claros: el Perú no vuelve a la situación anterior

al 68 - aislado del Tercer Mundo y de los paises socialistas-, pero sus prioridados cambian.

La atención se centra en los Estados Unidos y en los gobiernos del Continente, a la par

que hay un alejamiento de toda decisión o intervención que pueda molestar al gran patrón

71

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norteAméricano. Esta política es coherente con todo el curso del viraje y en particular con

la política económica que, ante tan reducidos márgenes de juego en el ambiente financiero

internacional, busca el apoyo político de la principal potencia capitalista.

En este campo, sin embargo, el análisis muestra la necesidad de explorar algunas

hipótesis explicativas del curso político en relación a una posible intervención imperialista.

El viraje se explica por los límites del proceso político anterior, pero no se posibilita

mecánicamente. Uno de esos límites estaba en el carácter sólo coyuntural de las medidas

nacionalistas tomadas, lo que dejaba un amplio campo para el chantaje en momentos en

que la coyuntura fuera adecuada. La caída de Velasco se produce en un cuadro

internacional desfavorable a su proyecto: rodeado por gobiernos tiránicos dispuestos a

exterminar toda alternativa progresista, con un conflicto latente en el sur -de notorio

impacto en la Fuerza Armada- y con una persistente campaña internacional para aislar al

gobierno Perúano y presentarlo como agresor y satelite de Moscú.

Es indudable que todo esto impacta on la Fuerza Armada, reforzando la tesis de que el

Perú corre peligro de see arrastrado a un conflicto bélico, sin contar con el apoyo del

gigante norteAméricano y, más aún, contra un país opoyado por éste. Durante la "Segunda

Fase" se maneja con altibajos esta situación, mostrando la cara -distinta y mas real- de un

gobierno que se derechiza y busca el apoyo explícito del antiguo patrón. En el camino,

¿qué rol juga el Departamento de Estado y sus óganos de información? Mucho se especuló

sobre la visita de Kissinger en las puertas del viraje, anunciado en el discurso de marzo de

1976, pero lo tratado con éste se desconoce. Por entonces, Kissinger pudo vanagloriarse

de realizar negociaciones sin precedentes con el Perú. Se trata aún de cabos sueltos en

cuanto a la información, pero ls hipótesis hace encajar perfectamente los intereses de la

burguesía y del imperialisnto en este lento viraje de la "Segunda Fase". A partir de este

momento la misma cúpula de la Fuerza Armada crítica a sus representantes anteriore s,

que se atrevieron a enfrentar -aunque sea parcialmente- los intereses de la burguesía y el

imperio, los elimina y enrumba la conducción del gobierno en función de las necesidades

del gran capital. Cuando el viraje se observa en el nivel más simple -en la depuración, uno

a uno, de los militares pogresistas- y cuando se recorren las sucesivas coyunturas, viendo

la combinación de presiónes intemacionales y hechos internos en la lenta agonía de

régimen entrampado, se observa una racionalidad y calcuto que difícilente pudiera tener

origen sólo en el gobierno y la Fuerza Armada Perúana. Por ello este es un campo cuya

investigación histórica es necesaria, aunque en la coyuntura sepamos y soportemos la

resultante y la raíz estructural de ésta.

Si continuamos observando tos rasgos del viraje, aparecerá en la escena un

reagruparniento de las fuerzas sociales y de su expresión política. Partidos,

72

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organizaciones, personas y grupos sociales que apoyaron al gobierno -e incluso -

algunos que surgieron a partir de este- evolucionan hacia la unificación y eI acercamiento

al movimiento popular, que en unos casos expresaba distancia y en otros oposición a la

"Primera Fase". La izquierda Perúana, aun desarticulada y dividida, muestra unidad

coyuntural en algunas movilizaciones que enfrentan la dura represión y que tienen su mejor

expresión en el paro del 19 de julio de 1977. La oposición popular al gobierno tiene otras

manifestaciones, más inorgánicas pero expresivas no sólo de una mecánica reacción ante

el hambre y el abandono, sino indicadoras de que toma conciencia del significado

objetivamente contrario a sus intereses que hay en el curso del gobierno. El mismo entierro

de Velasco expresaba, a niveles aún muy expontáneos, la iden tificación con la figura del

fallecido General y el contraste con el gobierno de Morales Bermúdez. Analizar las fuerzas

reaccionarias será más complejo porque a partir de la "Segunda Fase" actuarán en

estrategía doble dirigida a fortalecer a los sectores más décadas del gobierno,

apoyándolos pero reclamando más y más contra-reformas, así como una salida política que

de más y mejor acceso al gobierno para sus representantes políticos civiles.

Aquí el lento viraje del gobierno encontrará un punto límite de su propia evolución. En

medio de un profundo deterioro económico y político, sectores "duros" de la burguesía

reclaman urgentemente el poder y buscan desplazar de este a tos militares, sin aceptar

una prevía recomposición, para resolver la crisis económica a lo Friedman -en América

Latina esto quiere decir a lo Pinochet- con una ideologización muy fuertemente macartista

de empresarios resentidos con la "Primera Fase" y decididos a disciplinar al obrero.

Antiguos y estancados representantes políticos, también desplazados por la "Primera

Fase" y deseosos de nuevas oportunidades, influyen sobre estos halcones tradicionales.

Paralelamente frente a esta demanda de ultraderecha hay sectores moderados y más

consensuales de la burguesía, que optan por apoyar al gobierno y procuran el recambio

gradual. Unos y otros tienen expresión en la cúpula del gobierno y su influencia agrega

contradicciones a la política seguida. Ante la cercanía del reparto pleno y absoluto de la

"torta" se agudizan los conflictos interburguéses. "Las aguas han vuelto a su nivel" en tanto

que este viraje hace del gobierno una barca oscilante entre las demandas de los distintos

grupos de poder, sin capacidad de enrumbar el curso político. Si en 1968 la Fuerza

Armada logró un importante margen de juego debido a la crisis de hegemonía que habia en

el bloque en el poder, ahora una clase dominante en proceso de recomposición ha

retomado la iniciativa y fuerza a que este gobierno fije un calendario de salida. No son

suficientes las concesiones. El gobierno debe deshacer las reformas pero además debe

fijar un calendario de salida. Sus vacilaciones en tan difícil camino lo Ilevarán a más de

73

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una coyuntura de aislamiento, en las cuales coincide el rechazo popular con la presión de

la burguesía nativa.

En el camino emprendido a partir de 1977, hacia la entrega del gobierno a Ios civiles, se

expresarán los límites propios de la recomposición de la clase dominante y sobre todo la

dificultad de concretar un proyecto p o l í t i co que tenga algo que ofrecer a las mayorías

populares y, a partir de ello, pueda construir una hegemonía. La crisis política posterior al

viraje enmarcará la escena con una permanente recurrencia a las medidas represivas que

se aplican a un pueblo que se resiste a ser mero observador de su violenta pauperización.

EL PROCESO DE RECOMPOSICION DE CLASE DOMINANTE Y EL ESTADO BURGUES

Más de un observador se ha preguntado en estos años ¿por qué no cae este régimen?,

¿quién lo sustenta? El notorio aislamiento del gobierno y Ia percepción de la crisis en la

propia institucionalidad castrense, obliga a Ilevar el análisis al problema del poder en el

Perú. El lento y gradualista viraje del gobierno, expresión de la invíabilidad del reformismo

enarbolado por el régimen militar, concedió ante muy importantes demandas de la

burguesía nativa, aplicó la política demandada por el capital financiero transnacional y

encausó con represivos diques la lucha política popular de modo que el sistema socio-

económico no fuera cuestionado en términos reales. Pero a pesar de sus logros favorables

al orden burgués, este mismo gobierno se vio reiteradas veces aislados del apoyo político

de la burguesía nativa y sólo consiguió su apoyo relativo a costa de fijar un calendario para

entregar el poder en 1980. Las preguntas sobre lo que es la burguesía en el Perú y sobre

los cambios dados en el Estado quedan pues abiertas, como eje explicativo de todo el

período.

En varias partes de este trabajo se ha hecho referencia al proceso de recomposición de la

clase dominante, dado a partir de la crisis oligárquica. Al incluir la "Primera Fase" puede

verse homogeneizada por la cancelación de fracciones oligárquicas, potenciándose los

sectores burguéses urbano industriales, más modernos, en una década en la cual la

asociación con los grupos de la burguesía internacional se ha dado tanto por la vía privada

como por la estatal. Esta burguesía en recomposición ha adquirido en la década mayor

experiencia en el enfrentamiento de los problemas políticos, en la necesidad -bastante

satisfecha- de convertir sus organizaciones gremiales en eficaces centros de concertación.

No es ya seguidora de otras fracciones tradicionales más poderosas, que marcaban el

ritmo de su gestión política -en la cooperaciónt y el conflicto- pero ha carecido durante el

régimen militar de canales políticos estables y eficaces.

74

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En tos sectores nativos de esta burguesía pesa la historia política reciente. Enfrentada en

Ios años 60 a los sectores oligárquicos, no tuvo la fuerza ni los elementos para derrocar en

sus términos a la burguesía agroexportadora, a los sectores financieros tradicionales y a

los gamonales. Más aún, gran parte de estos grupos burgueses nativos actúan como

herederos ideológicos de las fracciones oligárquicas, aún ahora, con un marcado enfasís

privatista; otros sectores, más recientemente constituídos, asumen posiciones burguesas

de mayor amplitud y flexibilidad frente al poder económico del Estado.

AI cancelar el orden oligárquico, el proceso Velasquista obtuvo para la Fuerza Armada y la

tecnocracia introducida en el Estado, márgenes importantes de poder que aún no ha

perdido. El poder expropiado a tos agroexportadores, a los enclaves imperialistas o a los

viejos banqueros ha pasado .a manos del aparato estatal, controlado por una Fuerza

Armada que tiene diez años de ejercicio de la función pública. EI deterioro del p r o y e c t o

m i l i t a r y la "Segunda Fase", que reorienta sus actos en mayor coherencia con las

demandas nativas y foráneas, de la burguesía, no significa que se haya desmantelado de

poder económico del Estado, ni que el manejo de éste -en manos de la Fuerza Armada, la

tecnocracia y la burocracia- se convierta de golpe en variable dependiente, sin margen de

negotiación con la burguesía.

Más aún, esa burguesía nativa, con poder acumulado -fortalecido por su ligazón con la

burguesía transnacional y por la lógica del sistema- y con valiosa, aunque reciente

experiencia en el manejo de sus canales gremiales de acceso al poder, tiene que ser

analizada en toda su complejidad. Aunque se carece de investigaciones recientes -

necesarias para afinar el análisis de sus fracciones y grupos de poder- puede apreciarse la

heterogeneidad de la economía que le da el sustento y la Iimitada integración de la

estructura productiva. Ello condiciona la presencia de heterogéneos intereses inmediatos,

lo cual dificulta el consenso en las medidas de política y media tiza su capacidad de

formular un proyecto alternativo. Puede apreciarse sectores claramente integrados al

capital transnacional junto con sectores monopólicos menos articulados y una amplia gama

de medianas y pequenas empresas, muy dependientes del mercado interno y sujetas ahora

al mayor impacto de la crisis. En su historía reciente hen experimentado el impacto del

reformismo -que mayoritariamente vieron como terrible amenaza comunista capaz de

desplazarlos- y es cierto que ese pasado les proporciona un margen de unidad ideológica

basicos en todo enfrentamiento con la izquierda y eI moviminto popular. En su percepción

del gobierno de Morales Bermúdez, Ios intereses inmediatos y las dificultades que genera

la administración de la crisis harán más dificil una reacción homogénea pues las medidas

favorecen a unos sectores -los de mayor capacidad concentradora- y dañan a otros.

75

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Es más, en el análisis de la burguesía en el Perú -de esta clase dominanes de hoy, ya

depurada en lo esencial de las fracciones oligárquicas es indispensable resaltar el

predominio de Ios representantes de la burguesía transnacional. Sus intereses y demandas

son Ios que deben ser atendidos por el Estado en primera instancia. Sus

condicionamientos potencian en la burguesía nativa a aquellos elementos que se asocian

directamente a sus empresas o bloques empresariales y de convicción en intermediarios.

Aun cuando las Ieciones de la burguesía nativa que están menos articulados, les tributan el

reconocimiento de la iniciativa y sólo ven salidas potenciando nuevas inversiones

extranjeras, existen contradicciones entre estos sectores, dificiles de zanjar en la

administración de la crisis económica. De hecho la política económico anticrisis ha

golpeado a la pequeña y mediana industria, al tiempo que ha favorecido -aunque en forma

indisciptinada- las demandas del capital transnacional. En este nivel cabe recordar que la

minería y el petroleo siguen siendo decisivos en la economía Perúana y en este campo la

inversion extranjera y la inversion estatal son las que tienen importancia. Más aún, puede

decirse que buena parte de la presión de Ios grupos transnacionales se orienta en primer

término a mejorar sus condiciones en estos sectores. En la crisis, además, ha sido

definitoria la presión de los grupos financieros transnacionales. Todo ello deja en segundo

término a Ios sectores industriales que producen para el mercado interno y, entre estos,

aún más arrinconados a los sectores nativos medianos y pequeños de la burguesía. Pero

no debe verse este panorama en forma estatica. Hay margen de concesión y reacomodo,

incluyendo reorientación de actividades y bastante especulación. Ello se va produciendo

paralelamente a la crisis.

En esta burguesía en reacomodo, pesa definitivamente el carácter intermediario que

impone la asociación con la burguesía internacional. De allí viene su mayor fortaleza Io

hace aparecer muchas veces débil e inepta a la burguesía nativa, en cuanto a su peso

político, pues la clave de su poder viene de su asociación y correspondencia con el

encuadre imperialista. Esto hace saltar a Anibal Quijano las "discontinuidades" que genera

el hecho de que sólos burgueses Peruanos puedan ocupar un lugar en el manejo del

Estado77 lo cual Ileva a hacer hincapie, una vez mas, en la incapacidad de la burguesía

para formular un proyecto político nacional capaz do resultar ractivo para amplios grupos

sociales. Esta constatación resulta muy importante para el análisis de las necesidades

políticas de la burguesía hoy, que une a su fortaleza material una notable debilidad política

y fuerza a replantear el roI tradicional del Estado, donde la nueva tecnocracia y la Fuerza

Armada pueden desempeñar un rol particularmente importante.

77 Nos referimos al artículo de Aníbal Quijano “Las nuevas condiciones de la lucha de clases en el Perú” en la Revista

Sociedad y Política No. 7, Mayo 1977, en el cual analiza la recomposición de la burguesía en el Perú y sus dificultades políticas.

76

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No es este tin fenomeno limitado al caso pertrano. Recorre toda América Latina desde

mediados de la década del 60 y se ha expresado en cada país, con diferencias que

provienen de cada formación social. La burguesía, aun aquellos países que tuvieron en el

pasado un significativo capital nacional, o puede ofrecer un proyecto nacional, capaz de

imponerse por la hegemonía, siguiendo la pauta de las democracias burguesas típicas.

Como clase es básicamente transnacional en esta etapa imperialista y ello impide la

concertación e intereses con Ios más amplios grupos sociales que dependen del mercado

interno. Requiere de una reformulación del rol del Estado, dejando de lado Ias posiciones

abstencionistas de este en el pasado y fortaleciendo el rol intermediario de Ios aparatos de

fuerza y de la tecnocracia.

Las variantes internacionales incluyen diversos régimenes en las cua Ies el grado de

cohersión ha sido mucho más definitorio que en el caso peruano. Hoy en Latinoamérica el

capitalismo se impone... ni siquiera su forma política se elige per votacion 78 y se

mantiene recurriendo a refinados métodos de represión masíva. Como siempre la

represión es función de la amenaza, y la barbarie del Cono Sur no se explicaría sin

tener en cuenta el grado de desarrollo previo del movimiento popular en esos paises.

El caso Peruano muestra otra discontinuidad en la década, al desarrollarse el

proyecto Velasquista al mismo tiempo que favorecian las sanguinarias dictaduras del

con Sur. Este régimen lograba entonces -a partir de condiciones particulares de esta

sociedad- construir un espacio que ha permitido el desarrollo de nuevas formas de

articulación con el capital transnacional, sin enfrentar al movimiento popular y aún

admitiendo su desarrollo. Los límites ya enunciados de esta experiencia y el

enfrentamiento decidido con el movimiento popular en la "Segunda Fase", indicarán

semejanzas y diferencias que permiton ubicar al Estado de hoy dentro de esta nueva

situación internacional.

El Estado burgués tiene así nuevas y decisivas funciones que cumplir; en el caso

Peruano ello potencia la importancia de la Fuerza Armada y de una amplia

tecnocracia desarrollará en toda la década; Aunque on la "Segunda Fase" el gobierno

ha actuado a la defensiva -frente a la burguesía nativa y su partidos- este rol de

78 En este trabajo no pretendemos desarrollar un análisis comparativo de la situación de América Latina. Sólo hacemos una

referencia que ubique al lector. En este sentido hay que recordar que la realidad continental no es uniforne. Las excepciones formales de Colombia y Venezuela, así como algunos casos centroamericanos, corresponden a sus propias particularidades, sin por ello dejar de ser una excepción no representativa de América Latina hoy. En Argentia, Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Bolivia y Uruguay se gobierna a partir de las Fuerzas Armadas con regímenes que no son juntas transitorias, ni dictaduras caudillistas del pasada. No son iguales pero lo común gana de lejos a los particular, sobre todo en la direccionalidad económica.

77

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intermediación resulta inevitable. Ha sido uno de los factores que ha dado estabilidad

al régimen, favoreciendo la opción por una salida gradual que haga posible la

negociación interburguesa -y entre burguesía burocracia y Fuerza Armada- para

encontrar un rediseño institucional y definir los límites de un nuevo régimen político.

No es tarea fácil, pero es irrenunciable. La Segunda Fase -y sobre todo el período de

la Asamblea Constituyente- será un tiempo político rico en ejemptos de esta

recomposición del poder burgués en el Perú.

No debe confundirse, sin embargo, lo que es una necesidad objetiva -y una tendencia

global mas allá del caso Perúano- con su concreción mecánica en la coyuntura, ni con

lo que perciben los actores y las fuerzas sociales y politicas, incluido el campo

burgués. Más aún, en este caso, por la historia reciente de la "Primera Fase", buena

parte del empresariado y de tos líderes políticos tradicionales han actuado con

esquemas políticos liberales y antiestatistas que incluso ahora dificultan la

negociación interburguesa. La radicalización de posturas antimilitaristan han sido

reflejo de este hecho en las elecciones de 1978, expresado preferentemente a los

núcleos más nativos de la burguesía. De los dintintos actores políticos, el Partido

Aprista parece haber sido el que más claramente ha visualizado esta tendencia, que

por otra parte corresponde mejor a su composición social. Pero si hay algo evidente

en tod el período, es que la burguesía transnacional favorece este curso políticos

articulando sus presiones y su apoyo al gobierno de la “Segunda Fase”, para

encamilarlo a aquella solución que la coyuntura permita –entre la “democracia

restringida” y la dictadura militar tecnocrática-, pues sus intereses se consolidad con

un Estado así definido, aunque varíen las formas de régimen.

LA SEGUNDA FASE COMO PERÍODO DE CRISIS ORGANICA EN LA RELACION

ESTADO-SOCIEDAD

En este período que estudiamos, se expresa nuevamente la incapacidad de la clase

dominante y sus aliados de concretar un proyecto hegemónico, es decir, capaz de

atraer y enrumbar a grandes grupos sociales. Esto configura a situación particular de

crisis que Ilega a ser característica central de la “Segunda Fase", aunque sus

antecedentes esten en la recomposición del bloque en el poder, dada durante el

gobierno de Velasco. Hay que indagar por propia inconsistencia de las alternativas

políticas burguesas, visible en el Perú y en tantos paises de América Latina. Las

Ilamadas "políticas de desarrollo" han fracasado en el Continente, los modelos

78

Page 79: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

industriales vía sustitución de importaciones -primero- y siguiendo el modelo

exportador de manufacturas -luego- no mostraron ser capaces de satisfacer las

necesidades de amplios sectores sociales sin empleo y sin acceso a los bienes

esenciales, que esta industria no produce. 79 La crisis de la producción agropecuaria -

desincentivada por las políticos que favorecen el polo urbano industrial de economía-

ha Ilevado a nuestro pail a importar lnas y más alinaentos. El acaso del reformismo

experimentado en la década es sentido en la "Segunda Fase", sin que surjan

alternativas al frente. La burguesía nativa no logra, en este tiempo, concretar un

mensaje capaz de enrumbar el conjunto social y muestra en forma descarnada sólo la

defensa "chata" de sus intereses ininediatos.

Volver a la historia reciente permite comprender los términos de la nueva crisis que

se presenta en la “Segunda Fase” y la caracteriza como periodo. Hay que recordar

que el gobierno de la Fuerza Armada se inicia con la quiebra definitiva del orden

oligárquico y que el proyecto Velasquista surge en esa etapa como un intento de

resolver la crisis de hegemonía dada en el bloque en el poder y extendida al Estado

oligárquico como forma de dominación. El proyecto Velasquista marcará las

características de la recomposición de las clases dominantes. Hará suyas las más

avanzadas banderas de transformación existentes en la escena política de aquel

entonces; cancelará la vigencia política y social de las fracciones oligárquicas;

concentrará el poder económico expropiado, básicamente en manos de los aparatos

de Estado; estatizará buena parte de los enclaves imperialistas ubicados en la

explotación de los recursos naturales; tratará de imponer condiciones y límites a la

burguesía, generando un largo conflicto con los sectores liberales – o privatistas más

tradicionales – y estableciendo parcial asociación con los elementos más modernos

de ésta, que no por ello hacen suyo el proyecto reformista. El régimen abre entonces

un espacio político que, aunque restringido en cuanto a la participación popular,

dinamiza con las reformas y su mensaje ideológico, el ascenso del movimiento

popular, dinamiza con las reformas y su mensaje ideológico, el ascenso del

movimiento popular en el campo y la ciudad. El movimiento popular madura al compás

79 Los incentivos otorgadas por el gobierno –el Certex por ejemplo- dan cuenta de una política destinada a satisfacer las

necesidades de lucro inmediato de parte de la burguesía nativa, procurando corregir –sólo para ella- los efectos de las crisis económica y la política recesiva. Es en buena cuenta dar de ganar a estos voraces y “necesitados” empresarios, sin que el gobierno ni ADEX hayan sido capaces de mostrar la viabilidad de este tipo de políticas para el desarrollo de la economía. Más aún, esa industria, que se protege a tal alto costo, no sólo no provee el empleo adecuado, sino que genera presiones mayores sobre la balanza comercial, sin aportar bienes esenciales que el pueblo pueda consumir para satisfacer sus necesidades básicas. Se pregona un modelo a la brasilera, ramplon, sin advertir lo que ocurre movimientos “espontáneos” de los estratos populares más vastos posibilitan la llegada al poder de la clase subalterna más adelantada por la debilitación objetiva del Estado, la toma de poder es efímera”. Gramsci señalará que el elemento espontáneo es característico de las clases subalternos y esto hará que se fonunda la lucha de clases con el bandisaje, el terrorismo y otras manifestaciones similiares (Ver Portelli; op. cit. p. 126-7)

79

Page 80: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

de las expectativas y frustraciones generadas por las reformas y, más allá de éstas,

encontrando en la “Segunda Fase” nuevas formas de generar impacto y maduración

política.

Esta presencia en la escena política de un movimiento popular más conciente de sus

reales intereses, impacta en el período conocido como “Segunda Fase” y configura

rasgos particulares de la crisis política que este régimen busca encauzar. La

presencia popular con reacciones violentas y en mucho espontáneas aún, se produce

en el marco de una profunda crisis económica administrada contra los intereses del

pueblo, mediante un amplio despliegue de los aparatos represivos, al mismo tiempo

que se produce un viraje político que arría las banderas reformistas y aísla al

gobierno de todo apoyo popular, incluso pasivo.

El fracaso del proyecto Velasquista en medio de una crisis institucional que atañe a

las propias contradicciones de ese régimen político, potencia en la escena la ofensiva

de la burguesía nativa y fuerza la lenta renegociación entre ésta y los militares, tarea

dificultada por el impacto de la crisis económica. El gobierno de Morales Bermúdez

abre un espacio a la burguesía nativa a partir del cual, sin embargo, le será difícil

retomar la iniciativa política. La dinámica propia del movimiento popular en la escena

política – enfrentado sin intermediaciones al bloque dominante – abrirá el camino a

una situación que hace visible en la escena política una crisis orgánica en la relación

Estado – Sociedad, dentro de la cual se desarrolla un gobierno que parece no

representar a nadie en lo inmediato; es atacado a la vez por la burguesía nativa y por

las fuerzas populares, hasta encontrar rumbo en concertaciones trabajosas y

endebles dentro del campo burgués. En forma aparentemente errática – pero con una

sustantiva direccionalidad burguesa – se administra una sucesión de coyunturas

tensas y conflictivas hasta configurar una salida política, aún hoy en proceso de

maduración.

Una crisis orgánica es una crisis de autoridad, o del Estado en su conjunto, que va

más allá de la pugna o el reacomodo en la clase dominante, cuestionando la

capacidad de ésta como conjunto para imponer su hegemonía a las clases

asubalternas. Supone una separación de los grupos sociales de sus representantes

esencialmente a la sociedad civil mostrando a la clase dirigente sólo como clase

80

Page 81: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

dominante. Este concepto tomado de Gramsci 80 supone – en uno de los ejemplos

usados por éste – que importantes capas sociales pasan de la pasividad política a

una acción reinvindicativa “que es revolucionaria en la medida que es inorgánica” y su

inorganicidad se refiere tanto a la ruptura del vínculo entre las masas y sus

representantes tradicionales como al acento espontáneo en el movimiento popular

expresado en la escena81. Gramsci señala la correspondencia de esta crisis con

movimientos reaccionarios en las clases dominantes y con situaciones de crisis

económica, por sí misma y al margen de la magnitud de sus efectos, genera una crisis

de este tipo. 82

En el estudio de la "Segunda Fase" la noción de crisis orgánica es útil para señalar la

magnitud de la crisis política y social, para explicarse las carac terísticas que asume

el régimen político y para comprender cómo la crisis pasa a ser una característica

permanente de la escena política. Es preciso, sin embargo, introducir un matiz sobre

las características de esta sociedad civil, que resulta importante para analizar el caso

y para incentivar la discusión teórica. ¿Hubo en el pasado algún período de

organicidad? Esta sociedad civil ha sido tradicionalmente débil. En el Perú la clase

dominante ha recurrido poco a la hegemonía y mucho a la coerción. Tanto en el

ordenamiento oligárquico como en la "Primera Fase", hay ausencia de amplios

canales de participación y articulación política. Sin embargo, el poder no se ha

ejercido sólo con recurrencia a la coerción o dictadura, habiendo períodos

significativos en los que la actuación de los partidos o la expectativa generada por las

reformas y las nuevas organizaciones han ofrecido márgenes diferenciales de

consenso. Puede decirse, entonces, que en el pasado hubo períodos en que sí hubo

organicidad, pero en la pasividad 83. Es importante la distinción para no aplicar

80 Ver sobre el punto Gramsci, Antonio: Antología “Escritos Políticos”. Ed. S. XXI, México 1970. También Sacristán, M.:

Antología Gramsci, S. XXI, Ed. México 1978.

81 Portelli, Op. Cit. P. 126.

82 “Estos accesos revolucionarios coinciden generalmente, señala Gramsci, con un movimiento reaccionario de la derecha

de la clase dominante y ambos por el mismo motivo – por ejemplo una crisis económica-. De ahí que las posibilidades de éxito de estos movimientos sean aleatorias, ya que incluso en los casos en que los movimientos “espontáneos” de los estratos populares más vastos posibilitan la llegada al poder de la clase subalterna más adelantada por la debilitación objetiva del Estado, la toma de poder es efímera”. Gramsci señalará que el elemento espontáneo es característico de las clases subalternas y esto hará que se confunda la lucha de clases con el bandidaje, el terrorismo y otras manifestaciones similares. (Ver Portelli; op. Cit. P. 126-7)

83 A pesar de las características sólo formales de la “democracia” dad en el orden oligárquico, los regímenes de Prado

(1956-62) y Belaúnde (1963-68) hacen posible el desarrollo de partidos como el APRA y Acción Popular, que arrastran

masas populares tras sus líderes y construyen consensos importantes para la estabilidad de esos gobiernos. Endeble, pero existente, hay una recurrencia a las funciones de hegemonía, aunque en una sociedad cerrada y excluyente para grandes masas, principalmente rurales. En el gobierno de Velasco el mensaje reformista impacta en el pueblo, hasta el punto de desactivar momentáneamente la capacidad de reacción de los partidos. El régimen recurre a diversos intentos de

81

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mecánicamente conceptos construidos en otras latitudes políticas y para comprender

las diferencias existentes con las formas de dictadura ejercidas, por ejemplo, en el

llamado año de Emergencia. Lo evidente es que siendo el ejerci cio del poder del

Estado una combinación de consenso y coerción, en este período el gobierno se

apoyó sustantivamente en la coerción dada la dificul tad para obtener consenso; esto

se ha dado tras un gradual viraje de sus iniciales posturas reformistas, hasta el punto

de no tener nada propio que ofrecer ante amplios grupos sociales. En su derrotero,

soportó el embate de la burguesía nativa hasta conceder ante sus demandas -que

incluían un cronograma de salida- y en medio de ello surgió, con diversos grados de

violencia, la protesta popular masiva, en gran parte espontánea pero con sucesivas

expresiones de articulación con las fuerzas políticas de izquierda, que acompañan en

la década el desarrollo del movimiento popular. Es importante, en todo caso, no

confundir crisis orgánica con crisis revolucionaria y entender que su resolución -

aunque el proceso dure años- puede favorecer inicialmente al campo burgués para el

presente, aunque sea un indicador de su debilidad estratégica para el largo plazo. Es

decir, la existencia de una crisis orgánica en la relación Estado-Sociedad, condiciona

la salida política que el gobierno y la burguesía nati va tratan de concertar. Esta salida

resulta endeble, sujeta a nuevas coyunturas de crisis y por ello mismo aparece -en

todas sus variantes alternativas- la necesidad de represión. Pero la existencia de

condiciones objetivas de crisis orgánica no supone que el movimiento popular este en

condiciones de ser la iniciativa de poder; no están dadas las condiciones subjetivas

de una crisis revolucionaria.

Estos elementos pueden contribuir a estudiar mejor el proceso político este período.

Pueden explicar mejor la necesidad de un gradual retorno a los cuarteles, generando

un tiempo político en el cual -tras la formalidad de Asamblea Constituyente- se

reconstituya las alianzas y se definan los límites del nuevo régimen político. El

seguimiento de la escena política entre 75 y 1978 permitirá, en la segunda parte de

este libro, ver la necesidad de nuevo régimen político y sus límites, apreciables tanto

en la coyuntura, en juego de alternativas no descartadas, como en el más largo plazo.

En este iodo la crisis orgánica sale a la superficie, puede ser vista en la escena. Pero

crisis orgánica no se resuelve fácilmente, incluso recurriendo a nuevos pro yectos con

mayor capacidad de articular a las capas medias y de cooptar parte de los sectores

organización y encuadre de masas, a la vez que permite –como nunca antes- el desarrollo de diferentes organizaciones fuera de su control. Los intentos de control que priman en los últimos años no son capaces de desarticular el desarrollo del movimiento popular alcanzando en el período y si bien afectan el consenso del régimen, no lo aíslan en la forma que mostrará la “Segunda Fase”.

82

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populares. Una alianza como la que hoy se visualiza entre el APRA y los dirigentes

militares, esta expresando la necesidad que tiene la clase dominante de obtener

aunque sea parciales condiciones de hegemonía. Esta alternativa lleva en sí, sin

embargo, límites importantes que radican tanto en conformación de la burguesía

como, en la presencia de un movimiento popular más consciente de sus intereses.

Por eso la conciliación sigue siendo difícil la renegociación también lo es, más aún

cuando esta economía no proporciona, para el corto y mediano plazo, los recursos

que financien un gobierno populista. Y en este plano, de las alternativas de

desarrollo, la burguesía y aliados políticos -civiles o militares- tienen muy poco que

ofrecer en una etapa de predominio de los intereses transnacionales. Por eso su

dominación es inseparable del ejercicio periódico de alternativas de fuerza.

83

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SEGUNDA PARTE

DEL VIRAJE A LA CONTRARREFORMA

La “Segunda Fase” del Gobierno de la Fuerza armada se inicia declarando enfáticamente la

continuidad y profundización de la línea política expresada en su fase anterior, por el proyecto

velasquistas. En el curso de varios meses, gradualmente podrán apreciarse los cambios

iniciales introducidos en la institucionalidad del régimen y en el juego de las fuerzas presentes

en la escena política. Rápidamente se hará evidente la ofensiva de la burguesía como conjunto

y el avance de posiciones derechistas nativas frente a un gobierno que progresivamente ha

perdido la iniciativa política y se debate en sucesivas tensiones de cúpula, explicables desde el

conjunto de la escena.

En la evolución de este periodo será vital examinar el año de vigencia del Estado de

Emergencia, que permite pasar del viraje gradualista dado el primer año a la posterior

contrarreforma o desmantelamiento real de las reformas y medidas del velasquismo que

habían afectado a los sectores de la burguesía nativa. El seguimiento de la escena tendrá

importancia adicional porque permitirá apreciar las dimensiones del desmontaje, así como la

dureza y direccionalidad de la represión. Pero en el periodo siguiente (1977 – 78) la dinámica

propia del movimiento popular, con una ofensiva de nivel cualitativamente superior al pasado,

será un factor importante para definir el curso del régimen político, será un factor importante

para definir el curso del régimen político. Durante la vigencia de la legislación de emergencia,

un paro nacional unitario significa una quiebra del espacio institucionalmente determinado, que

excluía y reprimía toda huelga. Este hecho obliga – junto con otros factores – a acelerar la

salida política y a levantar el Estado de Emergencia, ya en peligro de convertirse en norma

obsoleta que podía minar, aun más, la imagen del régimen. Junto a esto, el propio reacomodo

de fuerzas mostrará que el régimen sólo puede apelar al uso de mecanismos de coerción para

contrarrestar la crítica y la oposición, tanto de la derecha como de la izquierda. Primero se va

aislando ante la ofensiva de la derecha y luego, dada la dinamización alcanzada en 1977 y

1978, ante la ofensiva de un bloque popular en formación.

Para estudiar esta etapa conocida como la “Segunda Fase”, intentamos periodizar la escena

política; su seguimiento permite apreciar la coyuntura y las fuerzas que actúan en ella. La

visión de conjunto que ofrece, facilita el análisis de los límites del régimen y ayuda a situar las

características de la salida política que encuentra.

84

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En función de los hechos y coyunturas definitorias, se han identificado tres periodos

principales. El primero abarca desde el 29 de agosto de 1975 hasta el 16 de julio de 1976. Es

un tiempo caracterizado por el viraje gradual, dentro del cual la tendencia progresista que

subsiste en el gobierno actúa cada vez más aislada y a la defensiva. Se desarrolla en este

tiempo la fase previa al desmontaje de la reformas, incluyendo la depuración de sus

defensores. Marca el término de este periodo, la eliminación de la tendencia progresista y el

momento en que el gobierno abandona todo intento real de continuidad reformista en la línea

del proyecto velasquista, llegando al enfrentamiento abierto con el movimiento popular – y no

sólo mediante la articulación “tras bambalinas”, característica de la actuación de la burguesía

en gran parte de la “Primera Fase”

El segundo periodo cubre desde julio de 1976 hasta el 19 de julio de 1977, fecha del paro

nacional unitario. Es el tiempo de “emergencia” en el cual el gobierno aplica sistemáticamente

mecanismos represivos destinados a excluir de la escena a la izquierda, al movimiento popular

e incluso a los sectores progresistas que se van desvinculando del régimen. Tras varios meses

a la defensiva y en condiciones bastante precarias, podrá notarse que la unificación de fuerzas

de bloque popular y el enfrentamiento al gobierno en sucesivas movilizaciones, contribuirán

decisivamente al aislamiento de éste y obligarán a replantear las medidas de emergencia. En

este periodo se aprecia el desmontaje de las reformas y el esfuerzo del gobierno por obtener el

expreso respaldo de las fuerzas del campo burgués, con magros resultados en tanto éstas

demandan la finitud del régimen. Su aislamiento llevará a definir la salida política electoral y a

generar un nuevo espacio político para el juego de fuerzas, que dará cabida, a su vez, a una

mayor dinamización del movimiento popular, a pesar de mantenerse en el tercer periodo una

direccionalidad represiva principalmente antipopular. Este tercer periodo del régimen, que

comienza en agosto de 1977 y culmina tiempo después de la instalación de la Asamblea

Constituyente, será decisivo en el reagrupamiento y la polarización de fuerzas.

La periodización de la escena ha sido establecida con criterios metodológicos similares a los

de nuestro trabajo anterior, ya citado, aunque buscamos enfatizar en este caso la escena

amplia. En efecto, en “El Ocaso del Poder Oligárquico” prestábamos especial atención a la

escena oficial y a la ubicación de las tendencias existentes en la cúpula. Aunque esa

periodización estudiaba las tendencias existentes en el seno del gobierno, mostrando su

articulación con las fuerzas sociales en pugna, indicábamos el énfasis puesto en la cúpula y la

validez que tenía – especialmente en los dos primeros períodos – dado que el gobierno retenía

la iniciativa política frente al conjunto de la sociedad civil. Ya en tercero de los períodos de la

“Primera Fase” presentados, tuvimos que empezar analizando diversos elementos de la

escena amplia para explicar el deterioro de la iniciativa política del gobierno, en relación al

85

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conjunto de la sociedad civil. Sin embargo, a pesar de los límites indicados, ese trabajo fue útil

en tanto la acción del régimen se daba en una mayor desestructuración de la sociedad civil –

por las características del espacio político restringido para la acción de los partidos y la prensa

– y dado el lento ascenso del movimiento popular y los mismos mecanismos de exclusión

propios del régimen. Estos rasgos serán alterados en la “Segunda Fase” por la ofensiva que se

muestra desde la sociedad civil hacia el Estado, particularmente en el primer periodo, desde el

29 de agosto, pero con elementos ya presentes en los últimos años de Velasco. Esto nos

induce a ampliar el ámbito de atención, refiriéndonos también a las tendencias que se

expresan en la cúpula pero sin centrarnos en su pugna para el análisis. Con todo, recorrer la

escena amplia es tarea más compleja que tiene límites dadas a las dificultades de información

sistematizada, particularmente en lo referente a las fuentes periodísticas.

En cada uno de los tres capítulos que presentan la periodización de la escena política, deben

distinguirse dos partes diferentes, pero complementarias. Una primera sección presenta una

selección de hechos, coyunturas y elementos explicativos del curso político del período. Se

trata de una selección hecha en base a las fuentes mencionadas en la introducción y otras

citadas en cada capitulo. Es decir, se trata de hechos extraídos de un universo más amplio,

investigado y accesible al lector en esas fuentes. Seleccionamos los hechos en función de ejes

básicos para analizar la escena: se trata de ver cómo se relaciona el gobierno con los

empresarios, con los partidos del campo popular y con el movimiento popular en sus distintas

expresiones. Se trata de examinar cómo actúan estas fuerzas y de apreciar las principales

coyunturas. Se trata de analizar las medidas más significativas que expresan este juego de

fuerzas – es decir no tanto en sí mismas como en cuanto son expresión de su direccionalidad

política – y permiten reconocer las reacciones de instituciones significativas: la prensa, la

iglesia y otros componentes de la sociedad civil.

La primera parte de cada capítulo presenta un resumen de los hechos e incluye apreciaciones

propias del autor y de los actores citados en la escena, que explican los hechos - y en parte

lo no ocurrido – así como la forma en que fueron percibidos. Sirve para recordar lo esencial

del curso político, indicando al lector referencias a las fuentes que permiten ampliar

información particular al respecto. No se trata de construir artificialmente un escenario sino

de dar una visión representativa de esas relaciones políticas básicas, que exprese la

coyuntura y explique la direccionalidad del proceso político, a partir de los hechos

registrados en las fuentes a nuestro alcance.

En la segunda sección de cada uno de estos capítulos se analiza el significado del período

como conjunto y se examina su resultante vinculada al proceso continuado de estos tres

años. Está formulada a partir de los hechos y coyunturas señalados en la parte anterior, y

a los supuestos sobre el conjunto del periodo que están dados en la primera parte del libro.

86

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Entendemos la periodización de la escena política como un instrumento para analizar el

proceso político. No es el único, obviamente, pero aporta una comprensión del conjunto,

que se enriquecerá con investigaciones económicas y sociales que profundicen en los

niveles de la estructura, en las percepciones ideológicas de los actores, en el análisis de

los efectos de las políticas aplicadas, etc.

CAPITULO 4

PREPARANDO EL DESMONTAJE

(29 Agosto 1975 - 16 Julio 1976)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERÍODO

Este primer período de la "Segunda Fase" se inicia con el derrocamien to del Presidente

Velasco; cubre once meses durante los cuales se produce un viraje gradual que culmina

con la exclusión de los "militares progresistas" de la cúpula del gobierno. Por ello

hacemos el corte en la fecha en que pasa al retiro el General Fernández Maldonado,

dejando el comando del Ejército y el cargo de Primer Ministro.

Se trata de un período intenso que comienza con las justificaciones al derrocamiento de

Velasco, mostrando una ofensiva de la derecha política desde la prensa y los partidos,

bastante bien articulada con una ofensiva empresarial contra el movimiento popular así

como con la sólida presión imperialista expresada en la negociación respecto de la

nacionalización de Marcona y en el margen de gestión de nuevos créditos para una

economía en crisis, que se administra en un caldeado ambiente geopolítico.

Tras unos meses de contradictorios intentos de los sectores progresistas, para definir en

sus términos el rumbo de la “Segunda Fase”, se combinará la eliminación gradual de

éstos con el diseño de la política económica que administra la crisis, cargando sobre el

consumo popular sus costos fundamentales. Se prepara el desmontaje enfrentando las

demandas del movimiento popular y diseñando el andamiaje legal del "Estado de

Emergencia", usado más adelante por el gobierno para complementar la aplicación de sus

“paquetes” económicos.

87

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Presentamos en primer lugar, un conjunto de hechos y coyunturas que explican el curso

político del período y permiten apreciar las fuerzas en pugna, sus límites y niveles de

conciencia, procurando combinar un ordenamiento cronológico y el tratamiento de algunos

momentos definitorios. Luego analizaremos, en el punto II, los rasgos característicos del

período y las perspectivas de su resultante.

UNO UNA PRIMAVERA PARA LA DERECHA

Un titular del diario Correo de la época, "La primavera de Lima", nos sirve para

resumir el significado aparente de los primeros meses deI régimen. En agosto de

1975 es tal el ambiente político represivo en que cae el gobierno, que las primeras

medidas de la "Segunda Fase" se ven con un respiro de alivio. Coincide el calendario

con el inicio de la primavera, pero la referencia de Correo parece más bien referirse a

lo que fue la "primavera de Praga" durante el corto plazo liberal de Dubcek. Si este

fue el intento comparativo, hubo un algo de sentido predictivo en el titular; al igual

que en Praga, le sucederá en Lima un intenso período represivo que nos regresa al

"orden establecido", que en nuestro caso puede ser una democracia formal o una

dictadura militar, pero cuyo signo es, en esencia, ajeno a toda óptica de cambio social

real.

En la primera sesión del gabinete se dejan sin efecto las órdenes de extrañamiento y

la clausura de revistas dispuestas en agosto. Progresivamente reapareceran las

revistas clausuradas, interviniendo en el debate político de tal forma que, en

articulación con las dirigencias de los partidos, las fuerzas conservadoras llegarán

casi a adueñarse del espacio político. Tomando la iniciativa, estas revistas han de

influir decisivamente en el gobierno y los mandos de la Fuerza Armada. En el curso

posterior, el gobierno actuará en la prensa a la defensiva, a pesar de contar con los

diarios de circulación nacional. Estos, en efecto, expresarán el debate de las

corrientes alternativas que tiene el gobierno en sí; responderán a la derecha, pero sin

articularse eficazmente para dar una lucha frontal. Los límites que el propio gobierno

les había impuesto y los cambios que se producen el propia OCI dificultan esta

articulación. Aparece como una pesada maquinaria.

En setiembre y octubre aparecen dos nuevos seminarios: “Equis X” y “El Tiempo”.

Reaparecen tambien las revista Oiga y Opinión Libre, clausuradas en agosto por

Velasco. Con perfecta orquestación y diferenciándose sólo en pequeños matices,

constituirán el centro de la ofensiva reaccionaria desde el primer momento, 88

Page 89: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

reclamando un inicial apoyo al nuevo gobierno y levantando a los sectores más

conservadores de éste, así como a los partidos políticos de derecha. 84

.Estas revistas unifican su mensaje en varios ejes que impactaran en la escena y en

el gobierno. Todas concentran su ataque en la prensa de circulación nacional,

denunciando a los "infiltrados" y propiciando su cambio. El anticomunismo como

bandera central que se coloca en cabeza de todo opositor progresista al régimen y el

ataque a toda expresión y demanda del movimiento popular, caracterizan los primeros

números de estas revistas. Las huelgas serán presentadas como "maniobra

comunista" o "intento desestabilizador" y se Ilegará a culpar a los trabajadores de la

crisis económica, curiosa postura en la que Ios sectores explotados resultan

responsables de los actos del poder. Se hablará de "complot rojo" en unos casos, de

"infiltrados" a todo nivel y de la necesidad de imponer una "disciplina laboral". Sólo -

Oiga recordará, a la vez que ataca a las dirigencias sindicales, el efecto deI decreto

deI año 1913 que el Ministerio de Trabajo aplica contra los trabajadores en esta

coyuntura .85

De esta forma, con variantes poco significativas, se ha de orquestar la presión al

gobierno para que depure a los sectores progresistas, que ellos denominarán

“infiltrados” o "tontos útiles"; se defenderá a la empresa privada contra la comunidad

laboral86; se expresará el temor de los empresarios ante la existencia del proyecto de

propiedad social, reclamando límites para éste; se defenderá a los “pequeños” y

medianos agricultores ante la reducción del límite de inafectabilidad; y se atacará al

nuevo Frente de Defensa de la Revolución que propicia el gobierno. Se aplaudirá la

caída del General Leonidas Rodríguez y cada medida del gobierno que abra campo a

los sectores más conservadores, y comenzará el reclamo de elecciones bajo diversas

variantes. Se producirá así un debate político de claro sesgo conservador, en el cual

incluso actores vinculados al desarrollo de la "Primera Fase" jugarán un rol ideológico

y político que significa regresión.

84La primera es dir igida por Ismael Frías. Nombrado Director de Ult ima Hora por la "Primeras

Pase' ' , fue el eje del apoyo periodíst ico a la Misión" y el MLR, recibiendo biendo el inusual reconocimiento de este últ imo al dejar el cargo. Antiguo mil i tante trotskista, apoya al gobierno mil i tar en varios cargos. Periodista en Expreso y en La Crónica, asesor del Ministro Jiménez de Lucio y fugaz integrante del equipo del SINAMOS en su inicio, caerá en jul io de 1975 al recomponerse la dirección de los diarios. El Tiempo es dir igido por un antiguo periodista de El Comercio - AI fonso Baella- que fue jefe de la página poli t ica de ese diario en la época en que se enfrentó con la "Primera Fase", En Oiga se recompondrá el antiguo equipo sin Francisco Igartúa, que trabajaba entonces en México, y en Opinión Libre se concentra un equipo de periodistas de La Prensa de Beltran, radicalizados en su opción derechista conforme avanza el curso deI proceso de cambios. (Cronología Polít ica. Hecho No. 3682 p. 1513).85 Cronología Polít ica. Hechos Nos. 3816, 3850, 3912, 3914, pp. 1595 a 1660.

86 Opinión Libre, de entrada, planteará cambiarla por accionariado difundido.

89

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Frente a esta prensa de derecha reaparecerá la revista Marka y aparecerá un

Semanario dirigido al medio laboral: La Palabra deI Pueblo. Ambos se ubican a la

izquierda del régimen. En 1976 se les unirá la revista Momento, más cercana a una línea

del Partido Comunista, el cual mantendrá su semanario Unidad, dirigido principalmente al

medio laboral87. Esta prensa acogerá la óptica popular en la coyuntura, expresando su

crítica a la conducción económica y política, mostrando como tras el "aumento de la

producción" -bandera principal del gobierno - se esta dándo una política antilaboral

incentivada - demandando aún más radicalidad - por las revistas de derecha. En su ataque

a estas últimas señalan su capacidad de penetración en el régimen y denuncian la

existencia de una "ofensiva patronal" articulada con el Ministerio de Trabajo 88.

El ambiente político resulta así dinamizado por la presencia de esta prensa ágil y con

mayor impacto que en períodos anteriores. Sin embargo, su articulación con otros actores

políticos dará vigencia y rol preponderante a las revistas de derecha. El espacio político se

abre también para los partidos, cuyos dirigentes reactivaran declaraciones a la prensa, a

través de comunicados, entrevistas y presiones, evidenciando su retorno a la escena. Esos

partidos son obviamente los antiguos partidos del orden político anterior al 68. Defensores

de posiciones oligárquicas o reformistas de entonces, han radicalizado su opción

conservadora durante Ios últimos años y, sin nada nuevo que ofrecer, sienten que se Ies

abre espacio para convertirse en alternativa ante el desgaste del régimen. El APRA y

Acción Popular Belaundista aplauden rápidamente la primera medida política del régimen,

levantando las órdenes de deportación y aperturando las revistas. Poco después una

declaración del Partido Aprista celebrando su 45 0 Aniversario, procura retomar una

posición progresista, recurriendo para ello a sus origenes y afirmando que apoyó las

reformas, pero que sus críticas no fueron escuchadas. Califica de pronunciamiento

revolucionario al cambio del 29 de agosto y apoya la definición dada por el Presidente

Morales Bermudez a la "Segunda Fase", cuyos propósitos, sostiene " . . abren una nueva y

positiva etapa del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada". Culmina este

pronunciamiento - uno de los más cercanos al gobierno con la reivindicación de la vigencia

de los partidos. En el otro extremo del espectro de los antiguos partidos, el Partido

Comunista también apoya los cambios producidos en el gobierno89

87 El partido Comunista no enfrentará la política económica del gobierno en este período y aún tiempo después, llega a

apoyar las medidas de Barúa. Habrá otros niveles de crítica clara a las fuerzas de derecha, pero cuidando su relación con el gobierno.

88 Cronológia Política. Hechos Nos. 3830, 3936, 4113 pp. 1605, 1673 y 1831.

89 Cronologia Política. Hechos Nos. 3796, 3781, y 3820pp.1585, 1576 y 1598.

90

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Pronto desaparecerá la unanimidad en el apoyo de los partidos de derecha, para dar lugar

a la estrategia de oposición en unos casos y de entrismo en otros. Acción Popular

Belaundista expresará “su radical discrepancia y categórico rechazo” cuando en noviembre

el presidente Morales Bermúdez anuncia que la Fuerza Armada permanecerá seis años

más en el poder90. Por su lado, el ex – Alcalde Bedoya Reyes cuestionará como futuro

Premier al General Fernández Maldonado, porque “se declaró solidario con la revolución

Chilena dirigida por Salvador Allende”91. En esta misma óptica, que introduce mensajes

dirigidos a las instituciones militares para acelerar su crisis, el ex – Presidente Belaúnde

declarará al comenzar 1976 que “el futuro de la República no puede estar sujeto a los

vaivenes de un muy discutible escalafón, sino a la seriedad y presión del calendario de

consultas populares”92. Los partidos políticos comenzarán a utilizar el nuevo espacio

abierto. Este tiene una direccionalidad específica: es el campo en el que la derecha puede

desarrollarse mejor y retomar la iniciativa política. Al margen de intenciones declaradas

este es el curso del proceso político aperturado con el golpe del 29 de agosto, dado el

cuadro político en que aparece y la composición del régimen.

En efecto, las revistas y los partidos aprovecharán al máximo las nuevas condiciones

dadas en la cúpula del gobierno, presionando sobre ésta y sobre la cúpula de la Fuerza

armada. La crisis económica y la distinción entre “Primera” y “Segunda Fase” serán las

cuñas iniciales para introducir una progresiva lógica de revisión de reformas y la

consiguiente depuración de civiles y militares progresistas.

Ese espacio dejará un lugar progresivamente limitado para las organizaciones populares

surgidas "al calor del proceso". En estas habrá un inicial respaIdo al nuevo régimen por

parte de la CTRP, la CNA y organismos similares. Comenzara el movimiento de las "100

bases" sindicales de la CTRP, luchando por derribar a la antigua dirigencia que estuvo

vinculada al MLR y "la Misión". En lento proceso que culminará en el mes de abril, lograrán

la forzada renuncia del Secretariado Ejecutivo -afiliado al MLR - y se formará una directiva

provisoria que, sin embargo, en el mes de mayo no puede retener el poder gremial ante Ios

operativos armados por funcionarios del SINAMOS para apoyar a una directiva más

manejable. En CONACI continuará también la pugna sin resolverse. "La Misión" ha caido y,

si bien se desactiva el MLR, el gobierno de la "Segunda Fase" procura que las dirigencias

de reemplazo no molesten" con exceso de iniciativa93. El Frente de Defensa de la

90 Cronología Política. Hecho Nº 3967 p. 1688.

91 Cronología Política. Hecho Nº 3981 p. 1695.

92 Cronología Política. Hecho Nº 4028 p. 1774.

93 Cronología Política. Hechos Nos. 3805, 3496, 4100 y 4199 pp. 1535, 1589, 1687 y 1822-23.

91

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Revolución Peruana que el gobierno propicia en sus primeros meses, articulando estas

organizaciones y circunscrito sólo a ellas, no logrará desplegar ni asumir una defensa real

de las reformas. El curso del proceso político va más rápido que su lenta y burocrática

conformación y en el mismo gobierno los apoyos y las trabas encapsulan su acción.

Durante este período el gobierno todavía busca articular un apoyo popular “dirigido” desde

la cúpula. Este intento será abandonado en julio de 1976, quizás ante la constatación de la

impopularidad de sus políticas.

DOS EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA MIRA

Las condiciones "primaverales" que caracterizan el espacio polít ico en el que

campea la derecha, no son tales para el movimiento sindical. Este afrontará serios

retos, apenas puesto de la larga lucha contra "La Misión" y el MLR. Al alza del costo

de vida y a las dif icultades propias de la negociación sindical, se agrega la opción

abierta de un gobierno que en su polít ica laboral opta cada vez más explícitamente

por proteger los intereses de las empresas.

El Ministerio de Trabajo siempre se ha caracterizado por la venalidad de su alta

burocracia, la abierta parcialidad de sus fallos y la inconmensurable madeja

burocrática que imposibil i ta toda negociación abierta. En los últ imos años la polít ica

implementada por "la Misión" y la intervención de este Ministerio en apoyo del MLR

y de la quiebra de sindicatos que éste realizaba, lo convirtió en sede polít ica de las

corrientes más reaccionarias del gobierno. En la "Segunda Fase", si bien se

abandona al MLR y se desactivan sus dirigencias especializadas en quebrar

sindicatos opositores y formar entes paralelos, persiste en la polít ica laboral el

carácter antisindical y propatronal que estaba en la base del comportamiento

anterior. Lo sindical es visto como potencialmente subversivo. Toda huelga termina

siendo declarada "i legal", y lo que se examina en ella no son las condiciones

concretas de los trabajadores, sino la calif icación polít ica de sus dirigentes a los

que siempre se Imputara objetivos desestabil izadores. Esto no toma en cuenta u

oculta deliberadamente que el obrero -tanto entonces como ahora - lucha

defensivamente, no para aumentar su salario real y mejorar su nivel de vida, sino

para que este no descienda aún más; es decir para empobrecerse a un ritmo menos

brusco.

En este período, como para mostrar que debe ser coherente con la dureza de la

polít ica económica, este Ministerio sacará a relucir y comenzará a aplicar después

de años de desuso, un Decreto Supremo dado en 1913 para trabar – y por tanto

92

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i legalizar – toda declaratoria de huelga. Se enfrenta así a todo el movimiento

sindical 94

Clamarán contra este Decreto sindicatos, centrales, periódicos y revistas

progresistas95. Plantearan la necesidad de definir una nueva polít ica laboral, pero

este decreto seguirá vigente hasta comienzos de febrero de 1976, a pesar de la

intervención personal del Presidente un mes antes. El cuadro pro ducido tiene claras

connotaciones polít icas pues la protesta obrera no se da aisladamente. Hay signos

de una ofensiva patronal en varios frentes: despidos, arbitrariedades,

incumplimiento de pactos colectivos, negativa a negociar, influencia directa de

empresarios y recurso a sus "apoyos" castrenses en el Ministerio de Trabajo. La

ofensiva empresarial t iene su correlato polít ico en la campaña de las revistas de

derecha, que hace responsables de la crisis a las huelgas, clama por "disciplina

laboral", demanda cambiar la Ley de Estabil idad Laboral y crea el ambiente

necesario para impactar en amplios sectores, especialmente en la Fuerza Armada, y

empujar al gobierno a una represión masiva. El alto índice de huelgas registrado en

1975 tiene así su explicación, tanto en el alza del costo de vida como en esta

polít ica gubernativa y en la ofensiva patronal.

Entre las distintas acciones de esta ofensiva, la empresa "Plásticos El pacífico" se

l leva las palmas, al despedir a todos los trabajadores de la empresa que

participaban en una huelga decretada por la Federación de Trabajado res de

Calzado. Cuando esta huelga se levanta para negociar, la actitud de la empresa -

dispuesta a recibir, previa reinscripción sólo a los trabajadores que ella no tache -

I levará a mayores acciones de defensa gremial, arrastrando a la CGTP, a decretar

un paro en Lima y Callao -medida a la que hace muchos años no había recurrido -

que se realiza el 29 de diciembre. Este hecho, producido mientras que se lucha

contra la aplicación del Decreto del año 1913 y a la vez que se producen en cadena

una serie de conflictos sindicales -no concil iados por el Ministerio - ha de Ilevar a

94 Es ya casi una característica en los últimos años, que toda huelga importante sea declarada ilegal…aun cuando después

se negocie. En la mentalidad gobernante toda huelga es subversiva, aunque se diga lo contrario y esta rigidez se agudiza conforme avanza la crisis. Pero en este caso la acción enerva al más ecuánime sindicalista pues va cerrando todo espacio de legalidad para la lucha sindical: “la huelga debe aprobarse con la concurrencia de los dos tercios del total de los trabajadores, en votación secreta y debe adjuntarse la nómina de los declarados en huelga, con designación de sus domicilios”. La puesta en práctica de este decreto significa exigir “la condición imposible”, no sólo a los sindicatos de empresas con sedes muy dispersas sino a los sindicalistas que vienen de vivir una experiencia de represión en toda su historia, con sucesivas aperturas y cierres del espacio requerido para actuar. La aplicación del Decreto es amedrentadora, aun para el trabajador no politizado, que al igual que las mayorías sabe lo que pasa cuando la policía o la PIP llegan a su domicilio (Cronología Política. Hecho Nº 3858 p. 1630).

95 Cronología Política. Hechos Nos. 3858, 4057 y 4075 pp. 1630, 1793 y 1801.

93

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un fuerte clima de tensión, que la derecha aprovecha para justif icar sus acusaciones

contra tos sectores progresistas y revertir el curso polít ico en provecho propio.

Entre octubre y marzo se suceden importantes luchas sindicales, evidenciando un

cuadro polít ico social cada vez más tenso. Los trabajadores de Toquepala paran en

octubre, reclamando aumento de salarios; suspenden la huelga a los 7 días al

lograr la reposición de su dir igente - Victor Cuadros – y tras la larga negociación,

que los obl iga a un paro de 72 horas en diciembre, obtienen una resolución

favorable 9 6 . Este resultado no es obtenido por otras empresas "menos decisivas".

En octubre los trabajadores despedidos de Paramonga en 1973, real izan una

huelga de hambre para lograr su reposición. En ese mismo mes paran los

trabajadores de Nissan y Moraveco; los primeros reclaman la reposición de dos

dir igentes y protestan por la reducción de personal que dejará en la cal le a 117

trabajadores, mientras que el despido e incumplimiento de leyes es invocado por el

Sindicato de Moraveco 9 7 . En noviembre paran los obreros municipales; la huelga

también es declarada i legal y se autoriza a los Alcaldes a contratar nuevos

personal 9 8 .

Hay ejemplos más grotescos, aunque part iculares. El SIMA Callao –empresa de

construcción naval a cargo de la Marina – es declarado en reorganización, como

paso previo para despedir a 250 trabajadores por haber real izado paros laborales.

La r igidez e insensibi l idad social recurre en este caso no sólo a argumentos

económicos, sino de “seguridad nacional” - a pesar de ser obreros civiles que construyen barcos,

generalmente petroleros – para “suspender a todo personal obrero como medida

discipl inaria, sin goce de remuneración y por el término no menor de seis días” 9 9 .

Esta acción que mancha la imagen de la Marina, representa quizás el cúmulo de

prepotencia reunida a part ir del ejercicio del poder. Ninguna autoridad civi l o

96 Cronología Política. Hechos Nos. 3842 p. 1620 y 4005p. 1707.

97 Cronología Política. Hecho Nº 3844p. 1621.

98 También en noviembre paran 48 horas los trabajadores de Nacional; la empresa se niega a reponer a 9 trabajadores,

según lo ordenado por el Ministerio. Este tiene que recurrir a la intervención policial para que se cumpla la orden que los empresarios rechazan. Fundición Callao, en ese mismo mes, no paga salarios a dos trabajadores repuestos y para demorar el trámite de ejecución, enjuicia a dos funcionarios. La Fentup parará en noviembre y los empleados bancarios pararán 48 horas ese mes por “incumplimiento de pactos colectivos”. Esto no es sino una muestra de algunos casos, que investigaciones más acuciosas podrán analizar más a fondo. Pero es evidente que en la raíz de los conflictos confluyen la ofensiva empresarial, la rigidez del gobierno y la crisis económica que recae sobre los hombros del pueblo. (Cronología Política. Hechos Nos. 3923, 3924, 3934, 3939 y 3960 pp. 1666, 1672, 1675 y 1685.)

99 Cronología Política. Hecho Nº 4025 p. 1772.

94

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laboral podrá cuestionar este hecho. En la práctica, se argumentará razones

mil i tares para encubrir la intransigencia hecha polít ica.

La posterior huelga de los gráf icos impactará por dejar a la ciudad sin diarios y un

largo confl icto en “Manufacturas Nylon S.A”, que ocasiona un paro en los

sindicatos de la carretera central, servirá para indicar el amplio campo de

maniobra patronal para reducir personal de sus plantas 1 0 0 . La CTP (Central

Aprista) l lamará también a un paro ante la vigencia de los D.L: 21394 y 21396 que

ponen tope a las negociaciones sindicales, y dada la persistencia del Decreto del

año 1913 1 0 1 . A pesar de que esta Central expresa su apoyo al gobierno y de que su

trayectoria es mucho mas conci l iadora con las empresas, no vaci lará en real izar el

paro aún después de que el Presidente anuncia la modif icación de esos

disposit ivos. Esto, sin embargo, no le atraerá el ataque orquestado de la derecha.

Sus revistas saben con que t ipo de sindical ismo pueden contar y esperan que las

movil izaciones fortalezcan a la central aprista, por entonces en decadencia.

Aunque en febrero de 1976 el gobierno suspende el Decreto de 1913 y modif ica los

topes salariales, y a pesar de las declaraciones del Presidente Morales Bermúdez

reconociendo la necesidad de una nueva polít ica laboral, el efecto no se

concretará en cambios reales y la polí t ica laboral se endurecerá más aún. A las

carencias materiales se agrega la represión, el despido, el abuso ante cada

protesta. Comienza una lógica que agarrara carne meses después: se quiere un

pueblo inerte, que sufra la crisis y que encima cal le, no proteste, no use sus

organismos de defensa.

En ese cuadro, una declaración de los sacerdotes de ONIS es muestra de la

reacción que se produce ante la lógica de estos hechos; en el la se protesta contra

la i legal idad de las huelgas, los despidos de trabajadores amparados por autoridad

de trabajo y por la detención de dir igentes y asesores sindicales, manifestando

sobre el problema de fondo:

"Los problemas aquí señalados t ienen como causa desencadenante, de un lado, la

actual crisis capital ista y de otro, las orientaciones básicas de la polí t ica

económica adoptada en el país, lo que agrava las ya dete rioradas condiciones de

vida de las clases más pobres. La cuestión prin cipal no es pues solo saber si las

100 Cronología Política. Hecho Nº 4051 y 4356 pp. 1787 y 1986

101 Cronología Política. Hechos Nos. 4057 y 4092 pp. 1776 -77.

95

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futuras decisiones económicas afectarán en mayor o menor medida a las clases

populares. La cuestión es más bien como impedir que las condiciones vigentes las

sigan afectando. Por lo tanto la protesta y movil ización del pueblo en defensa de

sus legít imos intereses no pueden ser considerados frutos de manipulación. Juz -

garlas aquí equivale a menospreciar la capacidad de tos sectores popula res para

designar sus dir igentes y escoger Ios programas adecuados a la satisfacción de

sus mas urgentes demandas" 1 0 2 .

Paradójicamente, en el mismo mes en que se desarrolla esta situación y se constata

la i legalización real de las huelgas y la ofensiva antisindical, el re presentante

Peruano en la OEA reclamará incluir "los derechos de agremiación y de huelga"

dentro de la carta de esa organización 103 . A estas paradojas irá acostumbrándonos

el gobierno, mostrando siempre una doble cara que expresa su propia contradicción.

Esta postura externa no se condice con una medida que ya desde el mes de

diciembre inquieta a todo el medio laboral y sirve de advertencia: se trata de la

detención de varios abogados, asesores sindicales, entre ellos los Dres. Díaz

Chávez, Ledesma Izquieta, Oña Meoño y Salas, que están detenidos junto con

varios dirigentes mineros como Hernán Cuentas y Víctor Cuadros, serán enviados a

la selva, a la Colonia Penal de El Sepa 104 . Las detenciones se producen en medio

de conflictos sindicales en Centromin y otras minas, y conforme a la polít ica antes

descrita, durante todo diciembre el gobierno ni siquiera se preocupara de explicar el

hecho. El tratamiento dado a los abogados sindicales es indicativo de lo que ha de

ser un elemento central de polít ica del gobierno. En la práctica, el gobierno

desconoce el derecho de hue lga que p roc lama pa ra su imagen ex te r io r y es ta

cons tan te polariza el cuadro polít ico. La prisión de los abogados y dirigentes

mineros que se mantiene por largo tiempo a pesar de todo género de protestas en el

Perú y el extranjero es sólo un indicio.

TRES EL "SOCIALISMO" VERBAL DE LA SEGUNDA FASE

Es importante analizar el discurso polít ico porque es expresión de Ias tendencias

que hay en la cúpula, sirve de enlace entre las dos fases y a la vez constituye punto

102 Cronología Política. Hecho Nº 4072p 1800.

103 Cronología Política. Hecho Nº 3983 pp. 1696-97

104 Cronología Política. Hecho Nº 3675p. 1511.

96

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central de contradicción con el curso real del proceso. Se ha podido ver como el

espacio polít ico abierto a partir de agosto de 1975 fue prácticamente copado por las

fuerzas de derecha. Al mismo tiempo, la relación del gobierno con el movimiento

sindical se hizo más rígida, endureciendo el curso polít ico y derivando en clara

represión a pesar de intentos concil iatorios expresados por el propio

Presidente al comenzar 1976. En estos dos aspectos la resultante que se aprecia

puede ser fruto de tendencias contrapuestas, menos definidas que antes, pero

visiblemente contradictorias. El discurso polít ico expresa en cambio la opción que

por entonces parecía primar en el Presidente -por lo menos hasta marzo- plasmada

en algunas disposiciones valor simbólico para las posiciones progresistas. Si nos

l imitaríamos a analizar el nivel de las declaraciones, encontraríamos coherencia

entre ellas durante los primeros meses. Pero al confrontar estas con Ios hechos,

tanto en el campo laboral como en las medidas económicas y en los cambios

militares, la apreciación es otra. Es notoria en este caso la clara contradicción, que

Ileva a pensar en la posibil idad de en manejo hábil de las declarativas posiciones de

avanzada, como parte de una estrategia que "cubre la retirada" y permite el viraje

gradual del gobierno a la derecha 105 .

Desde el 29 de agosto hasta los primeros meses de 1976 el discurso polít ico

enfatiza en un nivel la continuación y profundización del proceso de cambios, y

radicaliza las precisiones referidas tanto al modelo final como al cuestionamiento de

la base económica y de la polít ica seguida hasta entonces. Si nos atenemos sólo al

discurso, podría incluso afirmarse que se está proponiendo una revisión de la

polít ica económica de la “´Primera Fase”, no exactamente en un rumbo tradicional.

En su primer discurso como Presidente, el mismo 29 de agosto, el General Morales

Bermúdez recalcará que el gobierno continúa "con Ios mismos principios" y con el

mismo modelo. Enfáticamente afirmará: "Nada de esto a cambiar un solo

105 La hipótesis anterior es posible, pero no resulta muy avaIada por el curso posterior del proceso. Difícil resulta pensar en maquiavelismo tan perfectamente calculado. De serlo, su perfección indicaría más bien la presencia de estrategias "trae del trono”, con una visión no solo localizada en el gobierno sino en un espectro más bien continental. Contrastaría esta estrategia técnicamente lúcida, con la incapacidad del gobierno de retomar la iniciativa en materia económica y polít ica, tanto entonces como en el curso posterior. Hay hechos, sin embargo, que apuntalan la hipótesis: Ios militares progresistas son encumbrados y, uno a uno eliminados. AI mismo tiempo que se Ilevan a cabo las primeras depuraciones, se formulan las declaraciones y medidas más avanzadas -siempre en términos relativos- , y de esta forma se amengua el golpe.

97

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milímetro…". El cambio en la presidencia se definirá como referido exclusivamente a

"sus procedimientos polít icos", al "manejo y la conducción polít ica". Sólo una

referencia al objetivo de buscar "la unión y la concordancia de lodos Ios peruanos"

podría interpretarse en dirección di ferente, aunque ello está presente en muchas

formulaciones habladas y escri tas en la "Primera Fase" 106 . AI I legar a Lima,

dirigiéndose a la reunión de Ministros de los Países No Alineados que tenía lugar en

esos momentos, reiterará "la militancia tercermundista y no alineada de la

Revolución Peruana" y “… el solemne compromiso de la Fuerza Armada... Con una

insoslayable polít ica contra toda forma de dependencia o sometimiento a interés

extraños”, para culminar expresando que "la Revolución que hoy los despide es

misa que hace unos días los recibió con fraterno abrazo" 107 .

En su primer mensaje al país, días más tarde, el nuevo Presidente estableció la

distinción entre "Primera" y "Segunda Fase", haciendo una cuidadosa justificación de

la primera y presentando la necesidad de una "actividad y metodología distintas", casi

como un problema técnico, sin enfatizar la crítica propiamente política. Reafirmó

entonces "la necesidad de profundizar y consolidar el proceso" y subrayo - esto si es

nuevo- la necesidad de efectuar "ya importantes transformaciones en el campo

político para completar debidamente los sistemas social, económico y político, a fin

de concretar el esquema total de la democracia social de participación plena". Nada

de esto se sale del curso definido en la "Primera Fase". Pero, por si hubiera dudas, se

precisa lo que se entiende por "profundización": "... no significa desvíos

direccionales", "significa intensificar las acciones iniciadas pare lograr el objetivo final

en memos tiempo", "significa reorientar las acciones emprendidas, si se han desviado

de su finalidad, reconocer los errores y enmendarlos, significa también comenzar las

acciones señaladas en el Plan de Gobierno (ref. Plan Inca) y aún no iniciadas".

Dentro de la generalidad de la exposición, el discurso indicaba continuidad de

dirección. Cualquier análisis que sólo se basa en el nivel de lo expuesto, tendería a

confirmarlo en ese momento, aunque es obvio que ningún análisis debe seguir sólo

las palabras y en este caso los límites reales de direccionalidad podían apreciarse

desde tiempo antes y se han presentado esquemáticamente en la primes parte de

este trabajo108.

106 Cronología Polít ica . Hecho N°. 3675 p. 1511.

107 Cronología Polít ica . Hecho N° 3767 p. 1563.

108 No solo es el Presidente el que interviene. EI Premier Vargas Prieto, en un discurso en Moquegua,

Ievantará la imagen de José Carlos Mariátegui el Amauta que constituye la f igura principal del social ismo en el Perú. Sobre él dirá: “El combativo revolucionario que hiciera de su vida y de su obra un sólido molde de conducta e ideas", "su pensamiento y su vida van i lustrado las mejore páginas e

98

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El Presidente Morales Bermúdez concreta el "cambio de estilo" invi tando a la Policía

de Investigaciones a "abandonar los métodos tradicionales que se han venido

empleando" y expresando admonitoriamente: "No son, pues, precisamente el abuso,

la prepotencia, el autoritarismo, maneras adecuadas para mantener una buena

imagen de nuestra institución"109

El anuncio hecho por el Presidente Morales Bermúdez de que "la pro piedad social

será reforzada" y de que "las cooperativas agrarias serán reestructuradas para ir

hacia su integración en el sector de propiedad social", causará expectativa en los

sectores progresistas del gobierno, que van que el im pulso de este tipo de empresas

su prioridad sobre los otros sectores de propiedad y más aun la pretendida

hegemonía no sería alcanzado sin un apoyo real y concreto del Estado 110. En el

mismo sentido, la importante respuesta aI Presidente de la SIP 111 viene a reiterar el

sentido de la reforma de la prensa y a borrar la idea de que la “Segunda Fase”

significa “otro gobierno”

Desde principios de octubre, el discurso político incluirá un conjunto de apreciaciones

que indican la presencia de algunas de las críticas hechas al sentido y direccionalidad

de la conducción económica de la "Primera Fase". Ello parece indicar la presencia de

posiciones alternativas con la discusión de política económica pero, como se podrá

ver más adelante, éstas no se expresan en medidas concretas. El 3 de octubre, en

Huancayo, el Presidente expresará: "El pluralismo que preconizamos será respetado,

pero no debe entenderse como un pluralismo neutro ni de alianzas y coaliciones, sino

como pluralismo orientado a la construcción de una sociedad humanista, socialis ta

cristiana"112 . Se acoge aquí una crítica sobre Ia imprecisión y ambigüedad que

significaba el planteo del pluralismo tal como fue utilizado desde años antes. Al

inscrito sangre de ideas nuevas y l ibertarias en el mapa ideopolít ico del Perú". El carácter simbólico de Mariátegui, primer pensador marxista coherente en el Perú, había sido poco usado antes por el gobierno, siendo más bien patrimonio de la izquierda peruana.

109 Viendo en perspectiva estas palabras y recordando la conducta polít ica desarrol la da desde

principios de 1976 por el Ministro del Interior, General Cisneros Vizquerra, uno duda si optar por elegir una interpretación dura del maquiavelismo del régimen o pensar que por entonces había una inocencia virginal en la cúpula. Porque pocas veces en la historia de la represión ha campeado con tal impunidad el abuso, la prepotencia, el autoritarismo y pocos Ministros del Interior han hecho tanto escarnio verbal a los perseguidos polít icos como este General. (Cronología Política . Hecho N° 3806 p. 1590).

110 Cronología Política . Hecho N° 3829 p. 1605.

La derecha -y el empresariado en part icular- sí tomaron en cuenta, tanto antes como ahora, el discurso polít ico. La viabil idad del sector de Propiedad Social -visto como amenaza- pensaban se lograría convirt iendo las Cooperativas Agra rias en empresas de este sector, e inyectando altos niveles de inversión en los primeros años. Al respecto, un análisis de este t ipo puede verse en el artículo de Ro -berto Abusada "Polít icas de Industrial ización en el Perú 1970-76” en la revista: Economía- Universidad Católica No. 1 p.13. 1978.

111 Cronología Política . Hecho N° 3832 p. 1607.

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precisar que se trata de un pluralismo “orientado” y calificar más específicamente la

sociedad final, el Presidente acoge una de las críticas hechas desde la tienda

progresista. Muy distinto será este pluralismo del que ofrecerá verbalmente a partir

del 31 de marzo: se vuelve a la utilización neutra del concepto, en lo económico y lo

político, lo que equivale a garantizar la hegemonía a los detentadores actuales del

poder, a los capitalistas.

Pero es el discurso pronunciado ante los empresarios en CADE 75, el 16 de octubre,

el que mostrara más apertura en cuanto al replanteo de la política económica.

Comenzará relacionando la crisis económica con el "proceso de industrialización

dependiente, poco racional y de escasa eficiencia" 113, para luego desarrollar una de

las más duras críticas hechas por el gobierno al sector industrial y al modelo que él

mismo ha contribuido a desarrollar en la "Primera Fase": "con crudeza revolucionaria

podemos afirmar que la imagen artificial de una industria pujante y vigorosa, en

ciertos sectores productivos, esconde el hecho de que lo que ha proliferado en el país

son empresas ensambladoras o transformadoras de insumos importados . . . ", "una

industria que no puede funcionar sin insumos y bienes de capital extranjeros, es una

industria que verá limitadas sus perspectivas de expansión y alterado su funciona -

miento normal, cada vez que los ingresos de divisas al país resulten insuficien tes". EI

Presidente señalará que el gobierno " . . . ha reconocido la necesidad impostergable

de construir las bases de un desarrollo industrial autónomo que, teniendo como marco

la economía en su conjunto, sea programado y estructurado según las necesidades

que imponen de un lado nuestra soberanía y del otro, la promoción social ...se trata

de construir paulatinamente una nueva economía, con un sustento auténticamente

socialista, sin dañar la exigua base económica sobre la que hasta hoy se asienta el

país, pero al mismo tiempo, despojándola de sus opresores e injustas connotaciones

inherentes a su esencia capitalista"114

En este último discurso, el Presidente va a plantear nuevos elementos para

interpretar la crisis económica, que Ilevarían un diagnóstico muy distinto del que el

112 Cronología Política . Hecho N° 3848 p. 1623.

113 Recuérdese que hasta entonces -y oportunamente- el gobierno no reconoce la crisis en su carácter

estructural y sólo la presenta como crisis coyuntural sin acep tar el hecho de que es resultado de la estructura capital ista actual, promotora del industrial ismo dependiente; y de la polít ica del gobierno que, manteniendo y produciendo esa economía, lo incorporó la presión de los grandes proyectos Públicos.

114 Cronología Política . Hecho N°. 3881 p. 1643.

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gobierno ha venido haciendo: la referencia al proceso de industriali zación

dependiente es un paso a ello. Pero, a la vez va a plantear Ia redefinición de la

política industrial que pase por programar Ia industria en función de necesidades

nacionales y sociales, señalando que el gobierno dirige paulatinamente hacia una

economía “de base socialista”. Estos aspectos indican un rumbo que no es

precisamente el que viene modelando la política económica. Pareciera referirse al

debate interno sobre la programación de importaciones y la racionalización de la

industria en función de las necesidades y no del lucro y la especulación, como

siempre ha estado. Estos y otros puntos eran parte de diversas propuestas

presentadas por el Instituto Nacional de Planificación que no se concretaron en

medidas. Es obvio que uno o dos discursos no permiten deducir toda una política

coherente y alternativa. Pero parece hacer signos de cambio que podrían concretarse

en políticas. Lo que habría, que evaluar, sin embargo, era la factibilidad de esas

políticas, teniendo en cuenta no sólo las palabras sino la concreción en medidas;

recordando los límites políticos del régimen, su composición, etc.

En la formulación política tendrán importancia las precisiones que introduce el

Presidente sobre el rumbo final del proyecto que guía al gobierno. En varios de los

discursos, comentados haya referencias a la sociedad “socialista” o a una economía

“de base auténticamente socialista” que son innovaciones respecto del discurso de la

“Primera Fase”. En ella, en efecto, el Presiden te Velasco se refirió siempre a una

"democracia social de participación plena", a una sociedad "ni capitalista, ni

comunista", pero nunca habló de una sociedad socialista. La precisión máxima fue

que el modelo del régimen se inspiraba en valores y corrientes de pensamiento

humanistas, socialistas, libertarias y cristianas115.

115 Puede consultarse al respecto en Velasco: la voz de la Revolución , varios de los discursos del ex-

Presidente. El 28 de jul io de 1971 sostendrá "…esta revolución se inscribe, con toda su probada autonomía conceptual, en la tradición más i lustre del pensamiento l ibertario, social ista y humanista" (p. 105). El 1° de diciembre ante el Presidente Allende: "…de lo anterior se desprende que nuestra revolución se sitúa en una posición en la que confluyen valores humanistas l iber tarios, social istas y crist ianos" (p. 167). El 28 do octubre de 1971 en la reunión del Grupo de los 77: "Esta posición que recoge el legado mejor de las tradiciones l ibertaria, social ista y crist iana, en lo que esta últ ima t iene de renovador pensa -miento social, representa la confluencia de las vert ientes más i lustres del pensamiento revolucionario. . ." (p. 272). Parece implícita la negativa de Velasco a I la mar "social ismo peruano" o "sociedad social ista" a su proyecto. En noviembre de 1970 había sostenido: "Sin embargo, al ver que recusamos por igual las vías capital ista y comunista, algunos definen nuestro movimiento como social ista, olvidando que, por la enorme variedad signif icativa que ha l legado a adquirir esta apelación, ha perdido capacidad de expresar por sí sola fundamentales diferencias de concepción y de práctica polít ica concreta. En efecto, bajo la denominación "social ista" se cobijan las más variadas formulaciones teóricas y las más plurales rea l idades po l í t ico-soc ia les en e l mundo contemporáneo, lo cua l toma nebuloso s ign i f icado rea l de la pa labra. Por tanto, a l no permi t i r el t razado de l íneas sustant ivas de d i ferenc iac ión, no def ine una pos ic ión concreta y determinada s ino en e l más genera l de los sent idos. Ot ros nos ad jud ican ec lect ic ismo “ tercer is ta” que muy poco agrega a la comprens ión de l proceso peruano…” (p .11) .

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Debemos precisar que sólo se trata de palabras y matices, pero al respecto cabe

recordar todo el valor simbólico del término y la vinculación que su formulación ofrece

con el cambio efectivo y real de la sociedad capitalista, que en cualquiera de sus

acepciones se da por supuesto. En efecto, puede haber múltiples precisiones al

concepto usual de socialismo, pero en cualquiera de ellas proponer el socialismo

implica rechazar el capitalismo y oponerle una economía socializada y un Estado con

dirección popular. En cualquiera de sus opciones, supone que la propiedad privada no

es hegemónica ni define la lógica de acumulación del proceso económico. Olvidar

esto es pura y simplemente ignorancia o confusionismo que ni siquiera los

socialdemócratas europeos -integrados al sistema capitalista- utilizan ahora sin hacer

antes precisiones y salvedades.

EI Presidente hablará en Puno, afirmando: "Hemos escogido la ruta del socialismo

peruano". Lo hace a los pocos días de eliminar de su equipo a los Generales José

Graham H. y Leónidas Rodríguez, que desde 1968 se identifi can con las posiciones

progresistas. Cuando, al día siguiente, durante una importante manifestación

campesina en el Cuzco se le reclama la presencia de Leónidas Rodríguez,

propondrá la organización de un Frente de Defensa de la Revolución Peruana en

base a organizaciones "del pueblos" 1 1 6 . En ambas ocasiones y a pesar del

entusiasmo de algunos diarios, quedará f lotando la duda sobre el oportunismo de

las palabras, mientras se desarma el equipo inicia. Posteriormente -ante la propia

of icial idad de la Fuerza Armada, sostendrá que "la lucha por nuestra segunda

independencia es la lucha por la construcción del social ismo peruano" 1 1 7 . En esta

misma ocasión -como corolario de Ios anteriores signos que aparentaban un

replanteo de la conducción económica af irmará que el gobierno "… adoptará

medidas de máxima austeridad para evitar que el impacto golpee la economía de

los sectores populares". Esta misma posición será reiterada en Chincha, a f ines de

febrero 1 1 8 , siguiendo toda la Iógica de los planteamientos anteriores. Un mes más

116 Cronología Pol í t ica . Hechos N°. 3291 y 3295 pp. 1665 y 1667.

117 Cronología Pol í t ica . Hecho N° 3990 p. 1699.

118 Estas modal idades son muy d i ferentes a las que se usan en las grandes corr ientes po l í t icas de l

mundo y me qu iero re fer i r fundamenta lmente a lo que ustedes conocen de l cap i ta l ismo y de comunismo, nosot ros queremos lograr en nuest ra pat r ia es democrac ia soc ia l de par t ic ipac ión p lena a base de una autént ica v ía soc ia l is ta de un soc ia l ismo peruano que se basa en lo que nosot ros sabemos y conocemos en las herenc ias esp i r i tua les que e l Perú tenía, un soc ia l ismo que se basa en verdaderos in te lectua les revo luc ionar ios que ha ten ido nuest ra Pat r ia y un soc ia l ismo que sea profundamente humanis ta ; un soc ia l ismo que tenga la gran bandera de l nac ional ismo, un soc ia l ismo que l leve s iempre la voz cr is t iana. Eso es lo queremos para el Perú" .Cronología Pol í t ica . Hecho N° 4137 pp. 1851-57.

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tarde el viraje supondrá suprimir la palabra social ismo, pero el signif icado de este

replanteo concretará mucho más al lá de las palabras.

De este modo lodo el discurso polí t ico irá expresando un desfase entre palabras y

polí t icas, una composición contradictoria pugnando en la cúpula sin mucha

claridad. Se produce en un periodo en el cual las fuerzas de derecha agreden

desde las revistas y desde los part idos, a la vez que polít icos y empresarios

desarrol lan el centr ismo tradicional. En todos estos casos se parte de una

dist inción que, enfrente la "Primera" y la "Segunda Fase", reclamando

pragmatismo para resolver la crisis…, obviamente en una dirección tal que

l iquidará gradualmente todo reformismo.

Hay en este período algunas medidas, casi simbólicas, dir igidas a hacer avanzar

las reformas. Fueron reclamadas por los sectores progresistas, aunque ninguna de

el las en part icular, ni todos en conjunto, pueden signif icar que es tos sectores

retomen la iniciat iva polí t ica. Representan el impulso inicial, con energía retomada

de la "Primera Fase", y podían indicar que las palabras antes analizadas tenían

una intención, utópica o no, que pronto va a ser co rregida para asumir el

"pragmatismo". Pero incluso hay un largo salto entre lo que signif icarían tales

medidas y lo expresado en los discursos sobre polí t ica económica, programación

industr ial, etc. Las medidas se ref ieren a la reforma agraria, reduciendo de 150 a

50 hectáreas el l ímite de inafectabi l idad 1 1 9 ; al Decreto Ley que congela el monto

de los alqui leres 1 2 0 , entendido como una medida coyuntural y aislada; al Decreto

Ley que autoriza a que las Cooperativas que lo desean mayoritariamente pueden

pasar integrar el sector de propiedad social 1 2 1 ; y la medida que dispone que el Jefe

de CONAPS tenga voz en el Consejo de Ministros, con lo cual se le da el mismo

nivel que el Inst i tuto Nacional de Planif icación SINAMOS en la estructura del

Estado. Las intervenciones del Presidente Morales Bermúdez, desde f ines de año,

sobre la necesidad de una nueva polít ica laboral -concretándose en la anulación

del Decreto Supremo de 1913 y la corrección de los Decretos sobre topes de

negociación colectiva- se interpretaron también dentro de este conjunto de

medidas de corte progresista, aunque de ninguna manera definieran el curso

global del proceso polít ico. En las medidas de polít ica económica se concreta

119 Cronología Pol í t ica . Hecho N° 3991 p. 1700.

120 Decreto Ley N° 21379 de l 9.1.76.

121 Decreto Ley N° 21317 de l 25.11.75.

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opción real de este período y en los cambios de mil i tares y civi les se expre sa el

real curso polí t ico.

CUATRO LA POLÍTICA EN LOS HECHOS: LA CRISIS LA PACA EL

PUEBLO.. . EL GOBIERNO LA ADMINISTRA

Revisando en perspectiva la polí t ica económica del gobierno, la "Segunda Fase"

muestra una relación de continuidad con el período anterior, part icularmente con

las medidas del "paquete Morales" de jul io de 1975. Lo único evidente es que al

caer Velasco se el iminó un obstáculo importante para que la polí t ica económica

administrat iva la crisis de acuerdo a las demandas del capital. Era un hecho

conocido que el Presidente se oponía sistemáticamente aunque sin plantear

alternativa coherente al aumento de precios de la gasol ina, el pan y algunos

productos básicos para el consumo popular. También se suponía que toda

devaluación porque -al igual que muchos no iniciados- part icipaba del mito

existente sobre toda medida devaluatoria, entendiéndola co mo tradicional, valorada

ideológicamente y no como instrumento. Forzaba de esta forma a una política

conciliadora, que no resultaba racional ante la crisis. La racionalidad, sin embargo, no

es algo abstracto ni neutro. Supone direccionalidad política y así como se evidenciaba

la carencia de una política popular alternativa -y eso no es tanto problema de

hombres como asunto que tiene que ver con la composición e intereses que el

gobierno asume como propios- es obvio que el cambio operado el 29 de agosto

resulta derribando ese poder de veto parcial, dando curso a una política que con

menos margen de conciliación, cargara el costo de la crisis sobre los hombros de la

mayorías empobrecidas. Esta direccionalidad es coherente con el curso global de la

economía, intricada en su lógica por las reformas. La decisión anunciada de continuar

y profundizar las reformas no confluye en medidas que supongan un replanteamiento

real en el diseño económico básico. En momentos parecen estar planteándose otras

alternativas con la cúpula y esto se expresa parcialmente en las declaraciones del

Presidente, en los planteamientos del Instituto Nacional de Planificación y en - la

información que se trasluce. Pero no se concretan medidas que redefinan la forma de

afrontar la crisis y cuestionen Ios ejes que encuadran el proceso económico en la

ortodoxia capitalista. Hay así la impresión de que hubo un "salto cualitativo que no se

quiso dar", estando sus planteamientos presentes aunque sin alcanzar el peso

necesario en la correlación de fuerzas. En perspectiva, parece, sin embargo, que un

cambio de política era demasiado pedir al régimen como tal, ya que aún contando con

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elementos progresistas y críticas desde dentro, estos carecían de una alternativa

económica.

El Ministro Barúa expone al país, en los últimos días de setiembre de 1975, la "difícil

situación por la que atraviesa la economía nacional como consecuencia de la crisis

que viene de la economía mundial" 122. Bajo este diagnóstico "tipo", que ya es parte

del lenguaje político oficial que no acepta aún mayor grado de explicación sobre la

crisis -informará el Ministro sobre el deterioro de la balanza comercial producido por

un incremento en valor de las importaciones, mientras que disminuía el valor de lo

exportado. Informa que durante el primer semestre de 1975 no crece el ingreso por

habitante porque "la actividad productiva... mostró un lento crecimiento, similar al

aumento de la población”'. Indicó que en el agro y la minería habían disminuido Ios

niveles de producción123.

En cuanto al agro -según el Ministro- el deterioro de la producción proviene de

factores climáticos, de problemas de comercialización, del alza de costos de insumos

tales como fertilizantes y pesticidas, y de Ios bajos precios que tuvieron los productos

del campo en 1974. Varios de estos problemas son consecuencia directa de la política

económica que se aplica desde la "Primera Fase", pero ni se enuncia ni se admite

como tal. Así se hace evidente que no existe la voluntad, o Ia fuerza, para un

replanteo de política que, en este aspecto, corrija de raíz la explotación del campo

por la ciudad y la prioridad dada a la política industrialista dependiente 124.

122 Este diagnóstico se repetirá muchas veces, sin proporcionar la información suficiente, ni ofrecer las

condiciones pare el debate. Las respuestas sobre las causas de la crisis se referían siempre a lo internacional, sin entrar a discutir lo que fue propio del manejo de la economía durante la "Primera Fase", tanto en lo coyuntural como en lo básico , es decir en lo que toca a la estructura productiva. Tampoco es cuestionada la polít ica de industrial ización y su correlato opresivo para el agro; y lo que se refiere, a f in de cuentas, a la lógica misma de una economía capital ista dependiente recusada en las palabras pero no en la conducción de la polít ica económica de la "Primera Fase". Ante este límite, las reformas -que con todo eran vistas como amenazas por la burguesía nativa- fueron acciones heterodoxas frente a la lógica del sistema.

123 No se reconoce aquí la responsabil idad del gobierno y del empresariado en el crecimiento

especulativo en el volumen de importaciones –al que nos referimos anteriormente- y en la caída de las exportaciones. Respecto a este últ imo aspecto todo reconocimiento del problema se l imitará, en el futuro inmediato , a culpar de esta caída a las huelgas resul tado, otra vez, los explotados como responsables de las decisiones y r igidez- del poder. Un análisis de los términos del intercambio en el período, muestra además, que fueron en general posit ivos y que Ios problemas no son entonces do valor sino do volumen. Más aún, los saldos negativos de la balanza de pagos, existentes desde 1972, debieron inducir al replanteamiento total de la polít ica de comercio exterior.

124 La polít ica agraria era ya entonces fuertemente cuestionada como parte de la polít ica económica

global. Las relaciones ciudad-campo adquieren en el período una agudizada línea desfavorable al sector rural. El problema no es la reforma agraria, en cuanto redistr ibución de t ierras, aunque así lo quiera ver la burguesía. Aunque sobre sus límites y sobre las empresas surgidas de el la haya crít icas centrales y válidas, el problema está en la polít ica agraria global. En el aspecto propiamente económico hay incapacidad en el Estado de volcar créditos, asistencia técnica y proyectos realistas que incentiven la producción al imenticia y la incorporación al mercado de vastos sectores campesinos. La estructura

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El Ministro culpará a las huelgas y a la continua reducción de Ios precios

internacionales del deterioro de la producción en el sector minero que bajó en el año

6%. Lo primero está forzando una política expresa que, alen tada por las revistas más

reaccionarias, termina culpando a los trabajadores de baja producción y mediante un

salto lógico -fácil en las simplificaciones periodísticas- también de la crisis económica.

Olvidan aquí tanto el Ministro como las revistas que los conflictos laborales están en

directa relación con las condiciones concretas -económicas, patronales y políticas-

que viven Ios trabajadores; olvidan también la incapacidad del Ministerio de Trabajo

para “conciliar” los conflictos, que desembocan en irremediables huelgas. Más aun,

ocultan que el endurecimiento de la política laboral -desde fines de la "Primera Fase"

Ileva, desde Ia partida, a que el Estado, protegiendo específicamente la uti l idad de

estas empresas, enfrente como enemigos a los trabajadores que plantean el

confl icto. No sólo se trata de un problema ideológico sino que es consecuencia

lógica de la polít ica económica que se sigue y, por tanto de los intereses que el

Estado hace suyos en cada conflicto. Al culpar a los trabajadores, el Ministro sigue

la lógica de esta polít ica y contribuye a la campaña de distorsiones múltiples que la

burguesía y sus revistas l levan a cabo contra los Sindicatos, la Comunidad Laboral

y la Estabil idad Laboral. En campo estrictamente económico, olvida el Ministro que

no hubo una polít ica de comercio exterior que alentara el crecimiento del volumen

de las exportaciones en aquellos productos con posibil idades en el mercado

mundial. Además la pequeña minería afronta serios problemas financieros y fue

prácticamente abandonada a su suerte.

El Ministro señalará también el menor ritmo de crecimiento de la industria, afectada

por la disminución de la demanda de bienes de consumo en una población de bajos

ingresos. Ello confirmará la siempre ocultada pauperización de los sectores

populares y medios en Ios últ imos anos, pero hará recordar también las crít icas a

una industria cuya producción se orienta principalmente a un consumo de sectores

altos y medios, buscando ampliar esos mercados en el Pacto Andino. Aunque ya en

el mencionado discurso del Presidente en CADE 75 se presentan elementos de esta

crít ica, ninguna reformulación de polít icas se concreta. El gobierno "administra la

crisis", pero no redefine las polít icas de mediano y largo alcance, que toquen el

fondo de los problemas que esa crisis expresa.

El Ministro terminará anunciando un reajuste de precios y salarios, y una pequeña

devaluación que pone la moneda a 45 soles por dólar americano. Sostiene que como

productiva -el qué y cómo se produce- no ha sido tocada y la polít ica de comercial ización así como los precios f i jados por el Estado, afectan decisivamente la producción y el nivel de vida de los campesinos.

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consecuencia de las medidas el Producto Interno deberá tener un crecimiento del

orden de 5.5%125 ; esta meta no será alcanzada, y ya desde entonces su optimismo

no será compartido por ninguno de los analistas del momento. Afirma, a la vez, que

la devaluación no producirá una mayor inflación -especialmente en lo que toca al

consumo popular- porque el gobierno controla Ios precios de los productos de

primera necesidad. Expresará que Ios beneficiarios de la devaluación no serán,

como antes, "pequeños grupos" y concluirá, con optimismo, reiterando una supuesta

"solidez" de nuestra economía. Por entonces, comentaristas especializados

entenderán que el déficit de la balanza de pagos ofrece perspectivas mucho más

serias; señalarán que "mucha gente del mundo de los negocios" está convencida de

la necesidad de una devaluación adicional, opinando que ésta se dará en 6 ó 9

meses (como efectivamente ocurrió, en junio de 1976); crit icarán el optimismo de

Barúa respecto a que la devaluación no incrementará la presente tasa de inflación,

calif icándola de "deseo polít ico" y expresarán que "no es visto co mo remotamente

posible" el incremento de la producción que ofreció alcanzar el Ministro126 .

Con estas medidas el gobierno continúa cargando, en progresión geométrica, la

crisis sobre los sectores populares. Cada vez que se anuncia un paquete, que

incluye un aumento de salario, se está disminuyendo el salario real porque los

precios se aumentan más. El gobierno tiene elementos sufi cientes que le señalan

que el curso económico se desenvuelve en forma dife rente a las previsiones del

Ministro Barúa. El Instituto Nacional de Planificación, por ejemplo -indicando la

presencia de posiciones minoritarias en el gobierno- sostendrá luego que los efectos

de las medidas van en la dirección an tes señalada y propondrá correctivos no

logrados e insuficientes 127 . En la resultante, la devaluación de setiembre no logró

125 Para I legar a esa tasa, el Ministro espera que el producto del agro crezca al 2.5%, el industr ia l en

7% y el de la construcción en 12%. Poco después Marka le mostrará su equivocación en Ios est imados (Cronología Polít ica. Hechos N° 3833 pp. 1608-9 y N° 4081 p. 1806).

126 Cronología Polít ica . Hecho N° 3840 p. 1616.

127 En un estudio sobre los efectos de la devaluación, sostuvo el INP, por entonces, que de el la "no se

espera un incremento signi f icat ivo en nuestras exportaciones o una reducción signi f icat iva en nuestras importaciones". Señala que "el efecto pr in cipal de la devaluación será la redistr ibución del ingreso nacional hacia t res áreas fundamentales: a) sector exportaciones, por un incremento del valor de cambio; b) transferencias de ingresos de Ios sectores de sueldos y salar ios f i jos, a sueldos y salar ios f lexibles vía inf lación; c) el Estado, a t ravés de impuestos a la renta part i c ipará con un porcentaje de la t ransferencia por la inf lación.. . y por devaluación part ic ipará por concepto de impuesto a la renta . . . "El estudio señala más adelante, la necesidad de una pol í t ica que debería tener co mo objet ivo la recaudación total de la t ransferencia (mayores impuestos a la renta) con el propósi to de que la t ransferencia de r iqueza y la inf lación const i tuya un elemento del ahorro estatal . . . Para el largo plazo se podrá in ic iar el anál is is de la estat ización del sector comercio a f in de efect iv izar los contratos concertados de producción… mayor control de sueldos y salar ios que permitan un efect ivo control del proceso inf lacionar io interno y evi tar el excesivo uso de la pol í t ica monetar ia y f iscal ( APE-INP Devaluación ; L ima, Octubre de 1975 –mimeo pp.19 y 20).

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los objetivos buscados. Por un lado, no aumentaron las exportaciones, sino que más

bien, como veremos luego, se comprimieron en forma importante. Por otro lado, las

importaciones aumentaron significativamente. En tercer lugar, el proceso

inflacionario agudizó aún más. En cuarto lugar, la recaudación de ingresos para el

Estado no sólo resultó insuficiente, sino que el déficit presupuestal aumentó. Por

últ imo, se comprimió aún más el salario real de los trabajadores con el siguiente

efecto en la disminución de la demanda y contracción de la producción y el empleo.

En enero de 1976 el Ministro Barúa vuelve a dirigirse al país. Anuncia un "Programa

de Reactivación Económica" que incluye medidas tributarias entre otras, incremento

de impuestos a la renta de personas naturales, pero no a las uti l idades de las

empresas; inclusión de empresas públicas que no tri butaban impuesto a la renta e

incremento de impuestos a las Cooperativas Agrarias de Producción y Sociedades

Agrarias de Interés Social), Medidas Fiscales (incremento del Presupuesto de

Inversión en 27.7% respecto al aprobado en 1975 -61, 254 millones de soles-,

estableciendo a la vez reducción del 5% en gastos de consumo corriente y duradero

del gobierno central); medidas referidas al campo de la balanza de pagos,

(reducción de la importación de bebidas alcohólicas -30%-, papel periódico -15%-;

medidas para fomentar exportaciones no tradicionales -incremento del Certex)

reducción de subsidios en 8,200 millones de soles, quedando s61o 9,815 millones

para tal f in; reajuste de precios en todos los productos sujetos a control y

f iscalización, salvo en algunos ya aumentados en junio de 1975. Se aumentaron las

remuneraciones en 840 soles mensuales como asignación por variación de precios y

se estableció en 55 soles diarios el límite para negociación colectiva que resultaba

menor que el anterior f i jado en 1975 en 70 soles diarios. Volvió a presentarse la ya

famosa "canasta Barúa", con cálculos que nadie creyó y que la evolución posterior

desmentiría.

El nuevo paquete del Ministro Barúa concitará la crít ica casi unánime. La revista

Equis X, expresa su disconformidad señalando que el programa “no ataca las

causas", que lo que ha fallado es la planificación del desarrollo y el manejo de la

coyuntura económica y que no solo se requieren medidas económica, sino polít icas.

Plantea como necesidad urgente, la reestructuración de la deuda externa, el

aumento de la producción, la protección al sector privado para que apoye a la

construcción del socialismo (sic) y la disciplina de las empresas 128 . La revista Marka

128 Cronología Polít ica . Hecho N°. 4053 p. 1790 y 4067 p. 1797.

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señalará cómo el curso de la crisis demuestra que ésta no es coyuntural sino

estructural y que el problema se evade -"paquete tras paquete"- es la no

modificación de la dependencia imperialista. Mostrará como todos los cálculos

optimistas de Barúa, en setiembre resultaron inexactos. Crit icará la reducción de los

subsidios a los alimentos, recordando la enorme proporción del pueblo no

asalariado- sub-empleado, obrero inestable de pequeñas y medianas empresas,

campesinado- que no recibe siquiera los aumentos decretados y, por tanto, soporta

el alza de precios en condiciones cada vez más dramáticas 129 .

Sostuvo Marka, como también otras voces de la izquierda, la necesidad de plantear

una moratoria de la deuda externa. Expresaba que esta medida podría ser el inicio

de acciones efectivas para materializar el rompimiento de los fuertes lazos que nos

unen al imperialismo y de empezar a dirigir la econo mía por el verdadero camino del

desarrollo". Señaló que esto "... significaría la reordenación de la polít ica del

comercio exterior y la reestructuración de nuestro sistema de Planificación". En

estos planteamientos está implícita una alternativa a la polít ica económica seguida,

o más bien una base para ella, porque sostener la necesidad de una moratoria de la

deuda externa, supone cuestionar entonces la base de la direccionalidad polít ica del

régimen. Plantear la moratoria suponía desenmascarar el carácter de clase de este

Estado incapaz de enfrentar Ios intereses imperialistas- y plantear el problema del

poder en su relación con la coyuntura.

Es obvio quo sólo la moratoria no es un planteo de polít ica económica, obvio

también que tal propuesta supone un enfrentamiento de tal natura leza que obliga a

replantear la polít ica seguida en todos sus términos. Es cierto también que la

izquierda no tenía una alternativa concreta, que sustentara un conjunto de polít icas

de corto plazo para afrontar la crisis. El gobierno l imitará –entonces como ahora- a

sostener que la moratoria es inviable y a calif icar esa posibil idad de disparatado

planteamiento. Pero lo que debía precisarse era, en concreto, qué significaba una

moratoria: sostener su necesidad que equivale en todos los casos a la extrema

postura de aislarse y decir "no paso”. Era también posible replantear la base de

negociación a partir de una posición nacionalista que combinara acciones polít icas y

diplomáticas en distintos frentes,, con una firme exigencia de un período

significativo de gracia o con el planteo de una moratoria selectiva. Es distinto

afirmar que se desconoce la deuda, a tomar la moratoria como punto de partida de

una negociación bajo distintas bases. Pero eso no podía discutirse si para el

gobierno el pago de la deuda, en las condiciones dadas, era una invariable, que no

129 Cronología Polít ica . Hechos N°, 4054 y 4081 pp. 1790-91 y 1806-07.

109

Page 110: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

se podía replantear ni siquiera ante el hambre popular. En esto es cierto que faltó

entonces realismo y programa en la izquierda. Pero al gobierno no le interesó

plantearse el problema, ni afrontar el debate. Caricaturizó la posición opositora de

Marka y siguió el curso que indicaban las exigencias de los prestamistas foráneos a

costa de sacrif icar al pueblo hasta extremos insospechados. No por gus to era

entonces plenamente coherente la posición adoptada ante el problema micro y la

polít ica quo desmantela todo impacto positivo de las reformas para contentar a la

burguesa nativa, a la vez que se reorienta la polít ica exterior hacia Ios países

latinoamericanos que tienen posiciones más reaccionarias.

Otros órganos de prensa como Oiga crit ican también la polít ica seguida y el

optimismo que sucede al ocultamiento de la crisis. El Tiempo reclama "polít ica

realista y pragmática, lejos del i lusionismo verbal", recordando el viejo recetario de

Beltrán y de Ulloa que ahora el régimen ha de asumir ca da vez más coherencia; y,

en esta lógica, toda alternativa a la ortodoxia l iberal, todo lo que afecte a los grupos

de poder es “i lusionismo verbal” 130

Casi solitario aparecerá entonces el apoyo dado al gobierno por el Partido Comunista

(Unidad). Apoya las medidas de Barúa como las "únicas posibles". Al expresar su apoyo,

afirma: "junto con el anuncio de que se profundizarán los cambios estructurales (por

ejemplo, señala, con la Ley General de Vivienda) el país sabe ahora que el peso de la

crisis no recaerá, en lo fundamental, sobre las espaldas del pueblo, sino sobre los

sectores que más posee131. Aparentemente pareciera que las palabras pronunciadas por

el Presidente y sus Ministros enceguecieran la capacidad de análisis sobre los decretos

que firman y las acciones que toman en la política laboral, por ejemplo. En todo caso se

trata de un acto "de fé” hecho por este partido y dramáticamente invalidado por Ios

hechos de esa misma coyuntura.

Otras organizaciones y partidos se pronunciaron sobre el tema en época, como el SUTEP

y el Partido Comunista Revolucionario132, pero sin hacer exposiciones más amplias ni

ofrecer alternativas de política. Eso resulta difícil desde la lucha popular -dura y

entorpecida por el restringido espacio político que existe para el pueblo- pero debe

hacerse para pasar de los calificativos al debate esclarecedor. En el Perú las clases

dominantes han rehuido siempre el debate político real y con base científica, mis aún

130 Cronología Política. Hecho N° 4056 p. 1792.

131 Cronología Política. Hecho N° 4052 pp. 1788-89.

132 Cronología Política. Hechos N°. 4052 y 4055 pp. 1788 y 1791.

110

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cuando en épocas como la actual sus representantes políticos más preciados parecen

necesitar altas dosis de gerovital, y no solo en razón de su edad cronológica. Es preciso

desde el campo popular, y para mejor defensa de sus intereses, forzar el debate y el

análisis; pasar de los calificativos a la confrontación de posiciones y tesis políticas, aún

cuando cada organización se vea lejos del ejercicio del poder. De otra forma se seguirán

venciendo “elefantes” al pueblo.

Dar cuenta de las alternativas políticas y de su concreción sería más fácil si en el período

se hubieran dado condiciones de debate abierto. No es así. El gobierno formula su

política anti-crisis y la impone al país; no sólo no incentiva el debate y la formulación de

alternativas, sino que cuando estas se dan -aunque sean elaboraciones incompletas- el

debate no se produce y más aún se reprime toda oposición. Esta es una constante que

se agudizará m mesa mes, y a partir de junio de 1976; significará que quien se oponga

sustantivamente a la política económica devendrá en subversivo y, por lo tanto, en sujeto

de represión. A ello se agrega el hecho de que sean pocos los actores que puedan

centrar el debate en lo fundamental, tanto por la propia opción como por grandes

limitaciones en la información que sale al público y por el espacio político que encuadra

todo debate. A la política del gobierno responden las revistas de derecha con una burda

ideologización de los intereses inmediatos de los sectores más tradicionales. Impactados

por Ios cambios de la "Primera Fase", solo ven la manera de aprovechar la crisis para

retomar las riendas directas del poder estatal. Si Ios empresarios actúan demandando la

modificación de las reformas133 y el aumento de los incentivos como única forma de

resolver la crisis, los agentes políticos de la burguesía reclamarán la vuelta a un régimen

constitucional y la depuración de todo lo que simbolice la "Primera Fase". Los primeros

mostrarán más fácilmente el doble juego que combina la gestión de "incentivos" con el

ataque a través de sus gremios. Los segundos serán más planos y frontales en su

oposición, recurriendo al estilo de prensa más tradicional. La derecha carece de

alternativas económicas claras. En el fondo sabe que en lo esencial la política del

gobierno sigue el curso de sus intereses, aunque deba reclamar más, tanto para

doblegarlo políticamente hasta reemplazarlo, como para corregir aspectos técnicos del

manejo de la crisis, donde se producen diferencias no sólo de matices sino de grados y

giros de distintos grupos de poder, unidos por el objetivo de aprovechar la crisis para

reformar todo el control del Estado.

La respuesta de los sectores de izquierda se produce en dos campos, ca da uno con sus

propias Iimitaciones. A la inversa de los empresarios, e incluso de los antiguos

133 Eliminar la estabilidad laboral, modificar la comunidad laboral, limitar la propiedad social, disminuir el

poder empresarial del Estado y privatizar las empresas rentables de este….

111

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representantes políticos de éstos, la izquierda está lejos del poder. Ni siquiera los

cuadros comprometidos con la "Primera Fase" tendrán acceso al gobierno. El diálogo que

puedan mantener con los "militares progresistas", que quedan aún en el gabinete, no

solo es limitado sino carente de resultados y más parecido a un coro de lamentaciones...

que calla recriminaciones mutuas. La izquierda se expresa más bien en algunas revistas

y fundamentalmente en la actuación del movimiento popular. Las críticas y alternativas

que plantea –desde Marka e incluso desde los comunicados de las organiza ciones

promovidas inicialmente por el gobierno- no merecen ni atención ni discusión en un

gobierno que tiene opción claramente distinta y que no está acostumbrado a discutir de

igual a igual con nadie. Las palabras escritas no generan debate y a las acciones del

movimiento popular solo se responde con represión.

Lo que en la política anticrisis se define es la direccionalidad del régimen: es el paso de

la conciliación y el proyecto propio, al enfrentamiento di recto con el movimiento popular y

con quienes opten per su defensa. Esta disyuntiva se superpone a los planteamientos

que desde la izquierda cuestionan, ya más ampliamente, el carácter conciliador del

reformismo, anal izando sus resultados e indicando con su crítica cómo la alternativa real

supone cambiar de raíz la estructura económica y la política que la administra y reprodu -

ce. El régimen no tiene ninguna posibilidad de hacerlo. Su propia conformación lo impide.

So opción se centra en "administrar la crisis" dentro de los parámetros del sistema y a lo

más, los rezagos progresistas aspirarán a que estos años sean un paréntesis, luego del

cual pueda retomarse el impulso inicial y recién entonces "profundizar" las reformas. A

estas alturas es dramáticamente visible la utopía presente en esta posición 134.

CINCO MARZO 76: ANUNCIO OFICIAL DEL VIRAJE

En este período, así coma en Ios años posteriores, habrá momentos en que el gobierno

se ve aislado de todo apoyo; arrinconado entre un mundo de palabras de su prensa, que

134 Entre Abril y Junio hay, en las revistas, diferentes críticas que no reproducimos en la medida que los

ejes son similares al período inmediato anterior y el debate no aporta nuevos elementos. Se trata de un “diálogo de sordos” en tanto, que al gobierno no le interesa debatir prefiere seguir las presiones empresariales y foráneas, a lo más con discusiones internas. Posteriormente el gobierno sostendrá que la izquierda no propone alternativas; pero ante los planteos de moratoria de Marka –que luego recoge Momento- no acepta el debate y se caricaturiza la posición. Sin negar que la izquierda recién desbroza el camino- en una materia que mucho depende de la información que el gobierno maneja como “secreto militar” -el debate no se da porque no hay interlocutor y apenas se expresa en algunos artículos de C.H. Cabrera en La Prensa, por ejemplo.La crítica de las revistas de derecha tampoco es escuchada. Estas, sin embargo, son expresión de alguna parte de la burguesía, la más radicalizada. Opinión Libre atacará las medidas fiscales y las referentes a exportación. Equis X, en cambio, señalará uno de los nudos de la política del gobierno: no logra reducir su propio gasto.

112

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no son capaces de generar consenso alguno. Es normal que en coyunturas como esta

hable el Presidente al país -buscando una fecha conmemorativa o aun sin ella, como en

este caso- y procure formular una justificación ideológica adecuada que amplíe la base

de consenso pasivo de un régimen cada vez más a la defensiva. Marzo de 1976 nos

recuerda eso. Han pasado seis meses de gobierno sin que éste ha sido capaz de asumir

liderazgo alguno dentro del conjunto social. La crítica desde la derecha y la izquierda se

profundiza, al mismo tiempo que en muy diversos sectores la política económica sigue

golpeando con fuerza, sin ofrecer alternativas de solución. Los discursos presidenciales -

pronunciados en un activista recorrido por diversos departamentos- no son capaces de

atraer ningún apoyo. La burguesía ataca en todos Ios frentes y tiene puesta la puntería

en la Fuerza Armada, donde es evidente que existe una crisis institucional que ya ha

cobrado sus facturas a las posiciones progresistas, con la caída de los Generales

Graham y Rodríguez Figueroa.

En marzo, el Presidente anuncia -con palabras y con hechos- que habrá un viraje. No

solamente se continuará con una política económica antipopular, sino que deberán

introducirse cambios en las reformas y en la ampliación de Ios márgenes de exclusión

que establece el régimen. Para entender esta coyuntura es preciso considerar el

agotamiento del impulso inicial de la “Segunda Fase"; es decir, la percepción de un

gobierno que está a la defensiva frente al avance de los sectores reaccionarios en la

prensa y Ios partidos, en las demandas del imperialismo y en su propia configuración

interna, pues es dentro y no solo fuera del gobierno donde Ios sectores más

conservadores adquieren cada vez más coherencia y definen el curso del proceso. Si al

tomar el poder derrocando al Presidente Velasco el gobierno tuvo alguna oportunidad de

iniciativa política, ahora se le ve a la defensiva, respondiendo a las críticas o callando

ante ellas, a la vez que se constata que hacen mella en su única base de sustento: la

Fuerza Armada o más bien, la cúpula ampliada de esta, que es la que cuenta.

El gobierno va a tomar gradual conciencia de su propia impopularidad y ha de asumir, en

consecuencia, una política dirigida a desincentivar sus propios proyectos destinados a

organizar y encuadrar el respaldo popular. Las huelgas y la protesta popular le van a

indicar que poco ha de lograr con más palabras y ofertas, cuando se está imponiendo al

pueblo una política que le carga Ios costos de la crisis. Este alejamiento de todo intento

de búsqueda de respaldo popular, tiene relación con la presión de elementos de la

derecha y miembros del gobierno a quienes lo popular "apesta", aun cuando esté

encuadrado. El Frente de Defensa de la Revolución inicialmente promovido, dejará de ser

promocionado por el gobierno, al mismo tiempo que, cuidadosamente, sus dirigentes

expresan una que otra crítica. Ocurre que siendo este proyecto más amplio en márgenes

113

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y estilos que el del MLR y “la Misión" -y aunque la "Segunda Fase" recusó a ésta última-

el gobierno no está dispuesto siquiera a discutir ninguna decisión y menos con dirigentes

de sectores populares, aún cuando actúen brindando su apoyo al régimen.

El gobierno llega al mes de marzo atacado por la derecha y rechazado por la izquierda.

La primera combina la adulación y el halago a Ios miembros más conservadores del

gobierno, con el ataque a toda expresión o rezago progresista. Los diarios, que en su

mayor parte son dirigidos por elementos progresistas, han de ser las "cabezas de turco" y

recibirán sin descanso el ataque de toda la derecha. El gobierno concretará en ellos el

primer hecho contundente de esta coyuntura de viraje: el 16 de marzo destituye a todos

los, directores de diarios, reemplazándolos por personas que en ningún caso se pueden

caracterizar por su lealtad a la "Primera Fase", ni por su parte del espectro

progresista de la "Segunda". M á s aun, entre los nombrados ha de incluirse a más de

un crítico de la "Primera Fase" 135. El Presidente Morales en persona remarcará el

sentido del hecho, sosteniendo que los nuevos directores deben "retomar el camino

de la prensa socializada sin manipulación…" y señalando que "no deseamos una

prensa que distorsione…"136. En su mensaje, acusará a esta prensa -es decir a los

Directores salientes- de contribuir "a este aparente debilitamiento de la autoridad".

Insinúa el Presidente la presencia de "nuevas oligarquías" en el seno de los diarios,

los ataca por mantener la línea "sensacionalista, alienante y venal" "que ha

caracterizado su información", y lo acusa de convertirse en "voceros de ideologías

ajenas al país y al proceso revolucionario, tergiversadoras de su realidad y alentadora

de la desunión y la lucha de clases entre peruanos". Es decir, otra vez como en julio

de 1975, el problema es de "infiltrados".

Resulta incomprensible esta andanada presidencial si no se ubica en el contexto; si

no se recuerda que una constante de la "Segunda Fase" será la combinación de

debilidad ante los poderosos con ensañamiento frente a los caen, de distorsión

sistemática de la realidad en cada ocasión en que se acerca una crisis. Esta política

expresa un confusionismo sistemático que solo se entiende cuando, por controlar

todos los medios masivos de comunicación, no hay peligro de réplica ni de

ridiculización a corto plazo. En este caso, no existe en el gobierno ni el más

elemental pudor. Que se recuerde, los conflictos de la OCI con los diarios no han sido

por "sensacionalismo alienante y venal" -no aparece un solo choque o crítica al

respecto-, sino por discrepar políticamente con el gobierno. Los conflictos han surgido

135 Cronología P o l í t i c a . Hecho N ° 4 1 7 2 p . 1 8 8 0 .

136 Cronología P o l í t i c a . Hechos N ° . 4 1 7 3 y 4 1 9 3 p p . 1 8 8 0 a 1 8 9 7 .

114

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por pedir explicaciones sobre el retiro del General Rodríguez -hecho político y no solo

castrense-, por informar del homenaje que le hicieran los campesinos en Caudivilla;

por impulsar el debate sobre lo que debe ser el Frente auspiciado por el gobierno -en

contra de los verticales de siempre- o por informar, admitir y publicar comunicados de

los trabajadores en conflicto. Esto último si preocupa al gobierno. Para éste, apoyar

las demandas de los trabajadores es alentar la lucha de clases. Invocarlos a que

callen y no peleen para obtener una migaja más, es fomentar la "unión nacional". Por

ello, con los nuevos y "morales" directores, los diarios fomentarán la unión nacional,

silenciando las informaciones y declaraciones de los trabajadores 137 -salvo que

apoyen ocasionalmente algo hecho por el gobierno- y acusándolos de ser "traidores a

la patria, subversivos, etc., cada vez que se enfrentan a un conflicto sindical. En

marzo de 1976 este curso era previsible. Algunos pueden haber creído en la

sinceridad de las palabras del Presidente, a pesar de todo; pero luego, con tiempo

para apreciar lo que este cambio de hombres buscaba como alternativa y con la

perspectiva del conjunto del viraje político dado, se comprenderá que el cambio de

directores era coherente con el viraje que el Presidente anuncia el 31. En el fondo, lo

que el gobierno necesitaba eran diarios con parámetros aun más estrechos, que no

dieran cabida alguna a las demandas de las organizaciones populares ni a las críticas

sustanciales que se hicieran a la política económica 138.

Por esto, "el problema de la credibilidad" que el Presidente reconoce en su Mensaje

del 31 de marzo es importante; se centra en el contradictorio discu rso político así

como en las medidas del gobierno, especialmente en materia económica, que no sólo

son insuficientes sino persistentemente ofrecen un diagnóstico de los problemas que

a los pocos meses se demuestra falso.

El mensaje del 31 de marzo 139 se produce así en plena "crisis de credibilidad", luego

de un orquestado ataque de la derecha y un cuestionamiento sólo de la izquierda

137 Al escribir esta parte -en febrero de 1978- hay alrededor de 100 trabajadores despedidos que I levan

en huelga de hambre mes y medio. Los diarios sólo informan "a cuenta gotas" y dando sólo la visión del gobierno. Gran parte de la ciudadanía desconoce el hecho o, a lo más, t iene una I imitada y distorsionada visión del mismo. EI gobierno, con insensibi l idad que la historia juzgará, no acepta negociar, a pesar de un decreto suyo ocasionó los despidos (implantando un esti lo de ven ganza polít ica a raíz del paro del 19 de jul io). En cualquier momento puede morir alguno y tampoco se sabrá, o seremos informados de el lo por un comunicado "técnico" que adjudica la causal a otro hecho. Esta es la prensa que el gobierno necesitaba desde marzo de 1976. Si la anterior era l imitada y mediatizada, ésta alcanzará aún mayores límites.

138 Obviamente no nos referimos a uno que otro artículo en la semana -como ocurre en La Prensa de

L . J . Cisneros con log artículos de Cesar H . Cabrera- sino a la l ínea del diario y a las campañas periodíst icas a la información abierta que en vez del coro de aplausos a cada paso del régimen analice, crit ique y cree opinión.

139 Cronología P o l í t i c a . Hecho N ° 4 1 9 3 p p . 1 8 9 0 a 1 8 9 7 .

115

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opositora, sino de amplios cuadros que militaron desde las filas del gobierno. Ni en

unos, ni en otros, el mensaje generó un apoyo real; a la derecha le seguirá

pareciendo insuficiente y a los sectores progresistas les indicará un cambio de rumbo,

aún cuando se mantengan -ya casi sin posibilidad de juego- "militares progresistas"

en el gobierno140.

En concreto, el mensaje expresa el viraje del gobierno. Su dirección principal es el

ataque a lo que dentro del gobierno podría calificarse de progresista tanto en

personas coma en la prensa. En lo que se refiere a medidas concretas, por primera vez

se expresa que la prioridad del sector de propiedad social es política -o sea, no

económica- y en ese contexto se afirma "debemos defender la propiedad privada

reformada", lo que resulta plenamente coherente con la política real que sigue el

gobierno y que poco después será propiedad privada a secas, al anular en lo esencial

la comunidad laboral. Sin embargo, el discurso intenta mantener los rasgos de un

proyecto propio, coma modelo que el gobierno insiste en ofrecer y que cada vez se

torna más confuso e incoherente con su praxis.

Así, el Presidente insiste en señalar que el modelo "no puede ser capi talista" porque la

sociedad capitalista, por más concesiones que haga, "no puede eliminar nunca por

completo la explotación". La veracidad de esta afirmación se puede ver empíricamente

en todo el período en que la Fuerza Armada intenta aplicar las distintas reformas, pero

aparece más crudamente cuando la crisis económica polariza las alternativas. Sin

embargo, este gobierno -diciendo que no quiere ser capitalista- aplica una política

concreta que estimula y reproduce el capitalismo en toda la década, al mismo tiempo

que sostiene verbalmente que "lo recusa" coma sistema. En este mensaje, el Pre -

sidente comprende su propia contradicción y parece intentar una formulación política

que la haga explicable: el modelo planteado será tal al final; pero en el presente ese

modelo ("democracia social de participación plena" o "socialismo humanista y

cristiano") no se ha de imponer "a sangre y fuego", en "forma total e inmediata". Por

ello "es necesario en esta revolución aceptar formas mixtas en las que se puedan

presentar ciertas estructuras de tipo capitalistas”.

Las debilidades de este planteamiento saltan a la vista pues la sociedad actual

funciona y se reproduce con un modelo, el capitalista, que exige políticos coherentes

ante la crisis, y la coherencia de su lógica no solo rechaza reformas que lo cuestionen,

140 Izquierda y derecha, así como progresistas, son términos ambiguos. Los primeros sólo nos sirven para señalar los l ímites del espectro o del gobierno, según indiquemos. Progresista lo usamos dentro de los términos en que definimos a esta tendencia en el Capítulo 4 de El Ocaso del Poder Oligárquico. No lo hacemos simplemente como cali f icativo.

116

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sino tampoco funciona cuando un Presidente anuncia que se le va a sustituir. El

gobierno tiene la experiencia de casi ocho años aplicando reformas que el sistema

reabsorbe: se entregan tierras al campesino pero el sistema "se chupa" todo excedente

y descapitaliza al campo; se propugna la cogestión pero los empresarios no la aceptan

-coma tampoco aceptaron la estabilidad laboral- e impiden su desarrollo; el gobierno

"pide" más inversión y los empresarios le exigen modificar la Comunidad, porque eso

es la lógica del sistema y no un simple capricho de éstos.

Todo lo anterior será justificado en el discurso, recurriendo al más burdo maniqueísmo:

"o bien la Revolución fracasa, se trunca, retorna al pasado y muere” -porque si no se

procede gradualmente “el sistema económico tendrá un colapso” – o “se impone un

socialismo de dictadura implacable, vía violenta, en la que el pueblo no puede tener

una verdadera participación en las decisiones colectivas". Aparecen así solo dos

alternativas extremas y un centro justo, que supuestamente Ilevará al modelo de

sociedad buscado. Es una falacia decir que "retornaremos al pasado", porque el pasado

es pasado. Las clases tradicionales que sustentaban el Estado oligárquico como forma

de dominación ya no existen coma tales y la burguesía - en recomposición y homoge-

neizada- al igual que las nuevas fuerzas sociales, suponen un Estado que tiene

diferencias con ese pasado ya lejano, aunque por mediación de los mandos de la

Fuerza Armada se haya mantenido la esencia de dominación burguesa que

corresponde a este Estado. A la vez, es otra falacia presentar la situación pre sente

coma neutra, con participación que se puede perder o simplemente co mo algo mejor,

en referencia a anteriores formas de dominación. Lo que el gobierno entiende como

revolución -o aunque solo fuera la voluntad de cambiar algo de este "orden socio-

económico"- ya no existe en términos objetivos y la referencia al "socialismo de

dictadura implacable", identificado connotativamente al decir "vía violenta", no tiene

asidero. Se trata de un simple recurso ideológico reaccionario, porque caricaturiza las

experiencias históricas ajenas, identifica socialismo con dictadura y violencia cuando ni

dictadura ni violencia son inherentes a las alternativas socialistas. El Presidente

plantea una falsa alternativa para justificar el mantenimiento de un orden injusto. Se

recurre como siempre al mito de la violencia y de la dictadura. En pocos meses el

pueblo va a sentir que la violencia y la dictadura se agudizan sobre él que se explota

aun más y se Ie obliga a callar. ¿Y eso no es lo mismo?

Cada vez que se utiliza este tipo de macartismo refinado habría que recordar que ya en

esta década la mayor violencia de América Latino no se simboliza en Cuba, sino en

Pinochet -o en los régimenes brasileño y uruguayo-; pero que además, a diferencia del

117

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caso cubano, ni squiera tras la violencia inicial el pueblo ve mejoradas sus condiciones

de vida porque estos regímenes nacen para servir al gran capital transnacional. Ya es

hora de que en política exijan pruebas de las afirmaciones a los actores; que no se deje

tergiversar la historia y que si se sostiene la validez de un proyecto político nacional se

discutan sus términos como tales comparando si se quiere historia con historia, pero

completa, no simplificando manipuladoramente lo exterior para atacar Io interno. Esto

vale decirlo, además, porque en nada se puede achacar a las posiciones progresistas

que se planteaban entonces, de calco o copia de modelos socialistas "importados" En el

gobierno se habían deslindado posiciones hasta el exceso, abusando incluso de la

pretendida "autonomía conceptual". Y en los actores fuera del gobierno -aún en el

Partido Comunista (U)- no existe planteo alguno de alternativa "violenta". La violencia

viene del injusto sistema impuesto, de la insoportable carga de la crisis sobre los

hombros del pueblo y de las demandas de la derecha más reaccionaria. Es violencia

instalada en y por el mismo sistema de dominación. Por ello es más grave la falsa

alternativa del Presidente: no solo confunde sino desvía el lente para que los

subversivos no sean Ios elementos de derecha -expresados por ejemplo, en el golpe

de Bobbio-, sino todos aquellos que luchan desde el pueblo.

Hay partes de este discurso que resultan de antología en un jefe de gobierno, por el

divorcio que suponen con la realidad de su propio gobierno. Para fundamentar la

defensa de la propiedad privada reformada, sostiene que ésta es la única manera de

"evitar la inaceptable manipulación de las mayorías, que significaría una imposición a

sangre y fuego de una fórmula política como nuestra democracia social de

participación plena…". Sostiene esto el je fe de un régimen que hace 8 años impone al

país, no solo sus esquemas sino también el resultado de su pugna interna, sus

caprichos y las rabietas de sus jefes. Se considera manipulación imponer cambios a

Ios empresarios, pero no lo es imponer su subsistencia como régimen a todo el país o

imponer al pueblo que cargue con la crisis. Resulta que el gobierno manipula si

impone su modelo definido como “no capitalista” (o como democracia social de

participación plena); pero no se considera manipulación si paraliza las reformas,

elimina todo órgano autónomo de expresión, prohíbe las huelgas, mete preso a quien

le da la gana y reduce cada vez más el salario real de las mayorías, mientras difunde

e incentiva la utilidad de las empresas, o sea el modelo que los capita listas imponen

a todo el pueblo.

En la coyuntura del 31 de marzo, el Gabinete y la Junta se identificaron con Ios

términos del mensaje del Presidente, haciendo evidente que el margen de juego de

118

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los sectores progresistas llegaba a ser nulo. Quizás la reacción más precisa que se

deseaba, pero por ello mismo aislada, fue la del empresario Octavio Mavila, de Honda

del Perú, al colocar un aviso en El Comercio el 3 de abril, en el cual expresaba:

"Respuesta al señor Presidente General de División, Francisco Morales Bermúdez:

Tenemos confianza. Ahora, sin temor, invertiremos 160 millones de soles" 141. Es obvio

que este empresario no tenía sus millones "bajo el colchón" y que la decisión de

invertir combina diversos factores; pero si era la reacción que el Presidente buscaba

entre los empresarios, éstos piden más y, además, muy pocos podrán hacerlo por

razones más complejas. Poco después, un amplio número de entidades 142 publicará

un aviso en el que sostienen que el Mensaje "es positivo". Sin embargo, tiene

"algunas discrepancias de fondo". El documento reconoce que el mensaje contiene

"voluntad de cambios", pero que no bastan las palabras: que es preciso conseguir

realidades concretas y mostrar "unidad de mando". Reclaman "una nueva política que

demuestre que hay una efectiva variación en la conducción del gobierno". Mas

explícitos no pueden ser los empresarios; han comprendido el viraje que anuncia el

Presidente pero lo quieren en concreto modificar la Comunidad Laboral, limitar la

estabilidad laboral, que el gobierno busque "modelos adecuados a la realidad

nacional" (¿nos recomendarán copiar Taiwán, como lo hace más adelante Opinión

Libre"), que el sector de Propiedad Social se constituya "en actividad complementaria

a las ya existentes", etc. La simple lectura de este comunicado puede indicar dos

elementos de la coyuntura: en primer lugar comenzó a explicitarse –ergo, alcanzó

mayores niveles de consenso en la cúpula- el viraje en lo referente a las reformas,

aunque queden "militares progresistas" en cargos claves. En segundo lugar, si en los

últimos meses el gobierno estaba a la defensiva, ahora estará progresivamente

arrinconado hasta que se entregue totalmente a ser expresión de la burguesía

nativa… y cuando ello ocurra surgirán pocas alternativas. EI gobierno dio marcha

atrás, dando como resultado que la avalanche ahora sea "pedir más" y forzar el

retroceso. Por un tiempo todo su actuar se limitará a respon der a las demandas que

estos grupos de poder formulan.

SEIS LOS EXIGENTES AMIGOS DE LA BURGUESIA

Luego del 31 de marzo acaba todo impulso progresista. Pareciera que la presencia en

el gabinete, de algunos cuadros militares identificados con esta tendencia solo

permite intentos coyunturales de postergar las decisiones que más adelante indicarán

141 Cronología Política. H echo N° 4198 P. 1899.

142 Cronología Política. Hecho N° 4219 p. 1912-13.

119

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el viraje en cada reforma. En todo caso se trata de un breve período de espera que,

como siempre, se cancela eliminando a Ios actores que en la cúpula ya no

representan poder real.

EI gobierno busca ahora el apoyo y la compresión de los empresarios; esta búsqueda

lo lleva también a continuar acercándose a la “clase política” desplazada el 68 y que

desde agosto de 1975 va regresando progresivamente a la escena. Estos "exigentes

amigos" han de demandar del gobierno más y más pruebas de ortodoxia, aunque en lo

básico este ya ha ido cediendo. Como contraparte en este período se prepara y afina

el instrumental represivo para el futuro, contra toda respuesta que venga del lado

popular. Ya no espera captar una base social de apoyo y “competir con la derecha y

con la izquierda”. Simplemente enfrenta y reprime, especialmente en el campo

sindical. En su lógica económica, el capitalista debe ser “incentivado”; el obrero,

tratado como mercancía, simplemente debe ser manejado, manipulado. Como aquí no

funciona una sociedad civil abierta y sólida, el Estado debe garanti zar, reprimir, etc.,

complementando esa acción del mercado y la empresa. Así lo hace: cada huelga es

contra él, y como tal la reprime; la renegociación colectiva es entre Estado y empresa

por un lado, y sindicato por otro. Y el amedrentamiento, junto con el aumento de la

represión selectiva, se desarrolla y perfecciona en el período.

OCHO LA COYUNTURA DEJULIO 76

En el mes de julio se van a producir, entrelazados, un conjunto de hechos que

definen la resultante de este primer período de la "Segunda Fase” confirmando el

curso político anterior y dándole expresión en la conformación del gobierno. Julio

comienza bajo el impacto del nuevo "paquete" del Ministro Barua, que el 30 de junio

fuera anunciado al pais por el Premier Fernández Maldonado. De inmediato, y casi

"en frio", se declara el Estado de Emergencia Nacional que ha de prolongarse por

mas de un año. Poco después, sin embargo, será visible que la "Emergencia" está en

el propio Ejército, que allí y no en e l pueblo hay intentos de rebelión que el régimen

sofocara sin gran esfuerzo. El período se cerrará con la caída del Premier Fernández

Maldonado y la salida de los sectores progresistas del gobierno.

En este trabajo los hechos observables en la escena se presentan en cada período

como indicativos del proceso político - sin pretender agotarlos, presentando sólo lo

más saltante - para luego analizar el período en conjunto, extrayendo sus

características de la realidad misma. Pero hay coyunturas partículares que presentan 120

Page 121: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

los hechos interrelacionados. Tal es el caso de este mes de julio en el cual la dureza

del nuevo paquete económico, Ios terminos de Ia exposición del Premier, el golpe del

Gral. Bobbio, el Estado de Emergencia y el retiro de los sectores progresistas se dan

no sólo casi al mismo tiempo sino en la misma lógica política. Veremos así el corte de

tiempo que esta coyuntura significa, aislando estos elementos, para describirlos y

señalar su significado, de modo de integrarlos más adelante en una visión de conjunto

de la resultante.

FERNANDEZ MALDONADO EXPONE EL "PAQUETE BARUA"

El 30 de junio el Premier Fernández Maldonado y el Ministro Barúa harán juntos una

exposición al país, en la cual se anuncia un nuevo “paquete” económico. Esta vez se

devalúa en 44% la moneda; se restringe Ios gastos de remuneraciones,bienes y

servicios, así como el 32% de los gastos de inversión de empresas estatales y el 68%

de Ios gastos de inversion con cargo al Tesoro Público; se dispone un impuesto del

15% a las exportaciones tradicionales y se reduce el CERTEX del 40% al 30%,

aumentándose de inmediato el impuesto a la gasolina, Ios pasajes, y casí todos Ios

precios de los bienes; se flexibiliza el sistema de control de precios y se dispone un

reajuste de sueldos y salarios que va de 750 soles a 1,500 soles mensuales, en

escala ascendente.

En su diagnóstico, el Ministro Barúa comienza afirmando que el país está consumiendo

por encima de lo que produce y tiene que cubrir esa brecha con importaciones.

Explica cómo a partir de este exceso de consumo se genera la brecha externa -

proveniente de Ios déficit de la Balanza de Pagos- que se esta cubriendo con

préstamos externos, pero ahora con limitaciones porque el país tiene un tope en su

capacidad de endeudamiento. Expone que no sólo los créditos a largo plazo sino los

créditos a corto plazo comienzan a ser negativos a partir de 1974, estos últimos por

desconfianza de los agentes que trabajan con divisas debido a la disminución de

nuestras reservas internacionales. A partir de ello justifica la devaluación del sol.

Desarrolla luego Ia explicación de la situación de la Balanza Comercial y el impacto

que en ella tiene la crisis internacional 143.

143 El Ministro, también tr iunfal ista, expone su expectativa en la próxima operación de grandes proyectos de inversión (Petróleo de la Selva - vía oleoducto que aho rrara 2 0 0 mil lones de dólares -, producción de Cerro Verde). Desarrol la luego la más amplia y fundamentada explicación de la decisión del gobierno de incentivar el ahorro nacional, que en lo fundamental es ahorro de las empresas y del Estado, aunque en la exposicón del Ministro se desarrol len como medidas para promover el ahorro do las famil ias. Tras esta edulcorada vision del "ahorro nacional” lo que se favorece es la rentabil idad de las empresas, el aumento de sus ganancias que supuestamente han de reinvert ir; salvo que especulen, sobre-facturen o fuguen capituales con otros medios, cosa que el gobierno se niega a ver y controlar. Esas ganancias y esas nuevas inversiones se dan dentro de la

121

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En la lógica de la exposición del Ministro Barúa hay dos ejes importantes para el

análisis y un componente incuestionado. Los dos ejes del diagnóstico son la

existencia de un consumo mayor de lo que se produce y la insufi ciencia del ahorro

interno. El componente invariable e incuestionado es el pago puntual de la deuda

externa y la gestión - cada vez más onerosa - de nuevo s créditos que alivien el déficit

actual.

EI diagnóstico utilizado lleva a una política que busca comprimir el consumo e

incentivar el ahorro, metas que - dejando eufemismos de lado - significarán comprimir

el consumo popular y alentar las ganancias de las empresas en espera de éstas sean

reinvertidas en el país. Lo que no se dice al sostener que hay exceso de consumo es

que éste no se reparte por igual en la población; que la presión sobre la balanza

comercial no proviene tanto de alimentos y bienes que satisfacen necesidades

básicas, como de insumos y bienes de capital adquiridos por una industria que no

produce en función de las necesidades populares – empleo incluido - y de un conjunto

de proyectos estatales de larga maduración que en mucho siguen la misma lógica. El

gasto público y el gasto de defensa impactan decisivamente en la balanza de pagos.

Pero las medidas tomadas - y la política seguida desde antes- centra su objetivo en la

compresión del ingreso real de Ios trabajadores, reclamando - al que vive ya por

debajo de los Iímites mínimos - que consuma menos y produzca más, como si de este

dependiera.

Lo que ha significado esta política - cada vez más explícita - ha sido la compresión del

salario real: un reajusto de sueldos y salarios a ritmo siempre mucho menor que la

inflación. Como se confía en las ciegas leyes del mercado, tampoco se racionalizará esa

compresión del consumo. Ni se revisa ni se restringe el consumo suntuario de una

minoria, así como tampoco se afecta en mayor proporción el consumo secundario de los

sectores medios, que aunque serán afectados progresivamente no lo son en la

proporción grotesca en que aumentan los bienes y servicios esenciales. Con varios años

de aplicación de esta política el consumo popular de bienes esenciales se ha deteriorado

a niveles dramáticos, sin que por ello se resuelva el déficit de la balanza de pagos. Más

adelante, la recesion generada por esa política producirá un reordenamiento industrial

que afecta a las empresas pequeñas y medianas porque el equilibrio se alcanzará en

función de la lógica de concentración del capital monopólico.

lógica de concentración y centra Iización del capital, que fortalece e l poder de la empresa capital ista en la economia peruana y fortalece e l sistema que lo sustenta. Y es Ia defensa de esas ganancias, que terminan fuera del pais en alta proporción, la que asume la polít ica del gobierno.

122

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Tras la meta explicita de incentivar el ahorro nacional, lo que se hace con esta política es

cuidar las ganancias del capital instalado – proteger la rentabilidad de las grandes

empresas concentradoras – y facilitar lo que para el gobierno resulta el único modo de

conseguir la recuperación económica: aumentar la inversión privada. La rentabilidad se

está aumentando al reducir el salario real y al facilitar los despidos. Hay coherencia

interna en esta política. La rentabilidad se está aumentando al reducir el salario real y al

facilitar los despidos. Hay coherencia interna en esta política y ninguna medida que

afecte las ganancias del capitalista será promovida por el gobierno. Ni siquiera se

intentará controlar la fuga de capitales o la especulación; más aún, serán tomadas más y

más medidas para favorecer una inversión que en proporción cada vez mayor

descapitaliza a la larga este país. Los incentivos demandados por la burguesía – nativa y

foránea – serán otorgados progresivamente en función de la segunda. Ha llegado el

momento de sacrificar incluso reformas identificadas con el régimen – como la

comunidad laboral, la propiedad social y la estabilidad laboral – porque esto permitirá

contentar a la burguesía nativa, a la vez que el manejo económico le concede sólo

aquello que sea compatible con las demandas del capital transnacional.

Aquí se ubica el componente incuestionado e invariable: tal como lo demandan las

grandes empresas y la banca internacional, el problema de la deuda externa es el eje del

manejo de la crisis. Hay que pagar, a la vez que se gestionan más créditos cuyas

condiciones son cada vez más duras. No se puede replantear, ni siquiera

momentáneamente, los términos de negociación. Y al pedir más crédito de coyuntura hay

que satisfacer las exigencias de los organismos de crédito de coyuntura hay que

satisfacer las exigencias de los organismos de crédito, que coherentemente demandan

medidas que favorezcan al capital transnacional y les den la oportunidad de obtener mas

jugosas ganancias. Aunque el gobierno trata de postergar la negociación directa con el

FMI, la banca privada internacional le pondrá condiciones que llevan en esa dirección,

porque tos intereses en juego son los mismos.

Tratamos de resumir el sentido de la política trazada, dejando a análisis más

especializados lo específico de las medidas económicas. En este sentido es importante

la exposición que hace el Premier Fernandez Maldonado, introduciendo al Ministro de

Economía, porque explica en términos más amplios el curso político del régimen. El

Premier era uno de los militares integrante desde la "Primera Fase", de los Ilamados

sectores progresistas. Ubicado en 1968 imo uno de los Coroneles que constituyeron el

equipo de Velasco, es percibido en todo el período como uno de los más decididos

defensores de las reformas, encabezando en 1975 la oposición a los sectores más

123

Page 124: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

conservadores y represivos. Cuando se derrocó al Presidente Velasco no estuvo en

Palacio - en la reunion de gabinete - sino en la Division Blindada, junto con los

generales Vargas Prieto y Rodríguez Figueroa, expresando así su participación en

golpe. Convertido en Comandante General del Ejército, Primer Ministro y Ministro de

Guerra desde el 1° de Febrero de 1976, era blanco principal de Ios ataques de la

derecha dentro y fuera del Ejército. En el ejercicio de ese cargo parece no tenor margen

de juego alguno por la composición de Ias dos Regionales y el desarrollo de la crisis

militar. Fernandez Maldonado simboliza entonces a los "militares progresistas"… o más

bien a lo que queda ellos. No se da en todo este período ninguna acción visible que le

permita tomar la iniciativa. Más bien aparece arrinconado, ubicado en funciones formales

-castrenses o políticas--, absolutamente leal a su compañero de promoción Morales

Bermúdez, y en espera -no conscientemente, como es obvio zarpaso final que lo saque

de la escena. El mensaje que dirige al país el 30 junio agrega a la importancia de lo que

dice el hecho de ser el último Premier, pues pocos días después de defender la política

del gobierno sera derribado por presión militar, aceptada -con complicidad o no- por el

Presiente Morales Berrmidez.

El tono del Mensaje expresa la posición do Ios "militares progresistas" la cúpula: sin

tener iniciativa política ni alternativa económica, a la defensiva y esgrinniendo como

argumento, casi a nivel psicológico, la utopia final deI modelo. Tiene este general el valor

de decirlo, el peso de la sinceridad, pero ya entonces -y objetivamente desde antes- el

rol de perdedor. Porque si bien el mensaje expresa reiteradamente la voluntad del

compromiso con la utopía -el modelo final "socialista"- ello no refleja ya la decisión de

buena fe del gobierno, ni corresponde con la realidad. En la coyuntura aparece como un

juego de palabras porque la política desde el poder se expresa en decisiones, y todas las

que toma el gobierno reflejan el viraje a la derecha y los cada vez mayores compromisos

con los grupos de poder económico. En este contexto, nadie puede creer en la

profundización y consolidación de las reformas, y menos aún en un salto cualitativo que

supone cualquier transición a una sociedad socialista, cualquiera que sea el apellido y

los matices ésta Ileve.

La exposición del Premier recurre a la labor realizada por el gobierno para explicar que

ésta -tanto en transformaciones como en proyectos de versión- supone un costo social y

económico. Obviamente se refirio a la "Primera Fase", pues la segunda poco tiene que

mostrar. En esas realizaciones -que presenta acrítica y triunfalistamente- y en la

reiteración de la decisión de Ilevar adelante "un proyecto original de socialismo",

sustenta el eje central de la justificación del esfuerzo que pide a las mayorías. Explica la

124

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crisis recurriendo principalmente al argumento de su caracter internacional en el mundo

capitalista. "El Perú no es una isla económica, ni tampoco una isle política. Nos movemos

en un contexto esencialmente capitalista...”, A Ios factores exógenos se agrega el

reconocimiento de algunos factores coyunturales, que en ningun caso asume como una

crítica a la estrategia de desarrollo seguida. No puede explicar cómo remando hacia la

derecha se termina en la izquierda. Señala que sin los cambios estructurales y sin "la

política económica nacionalista y revoluciunaria", los efectos de la crisis habrían sido

"devastadores”. Pero no logra explicar por que, entonces, no se emprenden cambios

estructurales a fondo en la base económica, ni por qué antes fueron mermados y ahora

deben esperar los debilitados planteos reformistas. Tampoco explica como se puede

afirmar que la política económica seguida es revolucionaria, si la estructura productiva

sigue siendo la tradicional y la Iógiica de la economéa sigue siendo capitalista a pesar de

las reformas que en su concepto llevan al socialismo.

Reconoce el Premier la existencia de "algunos errores conteptuales", que pone el enfasís

en las causes exteriores de la crisis y la presenta como “portada". Más aún, termina

explicitando que Ios errores no están "en la concepción del modelo de desarrollo sino en

la conducción de las políticas aplicadas".

Pero el centro de las contradicciones del mensaje está en la idea de réntesis" que otorga

a esta coyuntura, en el reconocimiento de que no existe alternativa a la política del

gobierno y que sólo ese es válida porque, en caso contrario, se aplicaría una política

estatista de un "inmenso costo social". Es decir, la misma falacia macartista expuesta por

el Presidente el 31 de marzo Dice el Premier:

"La aparente contradicción mire nuestro esquema socialista participatorio y pluralista, y

los métodos muchas veces de corte calpitalista a los que ahora aplicamos, se puede

entender por nuestro rechazo a las fórmulas estatistas totales q u e acumularían en el

aparato burocrático la resdistribución de una renta globalmente captada, con lo cual

designariamos a los productores sociales de la riqueza del fruto directo de su trabajo con

la lógica imposición de drásticas medidas económicas, contracción de la demanda y un

inmenso costo social"144.

En este caso el confusionismo mezcla planos y situaciones para llegar a justificación de

cualquier política. La contradicción no está en los métodos sino en la política económica,

en sus fines de corto y largo plazo. ¿Se pretende Ilegar al socialismo aumentando la

rentabilidad, la riqueza y el poder de las grandes empresas?, ¿se pretende llegar al

144 “Programa de Reactivación Económca”. Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) p. 7, Lima 1976

125

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socialismo pauperizando al pueblo y reprimiédolo para que no proleste?, ¿se va a llegar

al socialismo acabando con la reformas? Más aún ¿llevan las reformas al socialismo? No

... bajo ninguno de sus matices. Si se hubieran profundizado, podrían haber servido para

generar un cuadro de fuerzas que hiciera posible un salto cualitativo, hecho distinto y

basado en el pueblo. Pero ya entonces todo esto es más historia pasada que coyuntura

presente.

La utilización del "contrario", -la "posibilidad" de llegar al "estatismo”'- como la razón que

explica la aplicación de Ios "métodos" capitalistas que no son simplemente métodos, sino

objetivos ... ; s i no, habría que leer exposiciones de Barúa, es ya insostenible, en la

teoría y en la práctica. ¿Es que se tiene un modelo que no tenga métodos propios?, ¿es

que se tiene estrategia para llegar a ese modelo?, ¿es que se tiene temor a que el

aparato burocratico "acumule" la redistribución de la renta? ¿Por qué no se confía en el

pueblo y se organiza con él -desde la base- un esfuerzo, aunque defensivo, que impida

ese burocratización?. Pero, más aún: se teme cambiar los métodos porque al caer en el

supuesto estatismo "desligaríamos a productores sociales de la riqueza, del fruto directo

de su trabajo ...". Acaso hoy no están desligados de ese riqueza o es que se considera

productor social sólo a Ios 200 empresarios principales?

Este párrafo reproduce la interminable contradicción refejada en la utopía del régimen,

entrampada en "matices" ideológicos, pero que en el fondo significa no concretar

opciones claras. Se usa la ideología dominante en el sistema capitalista, que ha

anatematizado toda alternativa al capitalismo tachándolo de suversión, comunismo,

materialismo, ateismo, burocratismo, estatismo, represión, altos costos sociales; y se

aplica esta ideologización para justificar que se mantenga la vigencia del capitalismo. En

el fondo seria más coherente reconocer la matriz ideológica de este raciocinio, es decir,

que si todo lo que se sale del capitalismo es peor que éste y todo lo que permanece en

sus límites es la única alternativa posible, entonces a "batir Palmas" y a mantener el

sistema. Sostener la necesidad de cambiar este sistema es y será signo de

contradicción: porque quienes defienden el capitalismo tienen millones de razones

para no cambiar y sin embargo no pueden ganar consenso convenciendo de las

bondades del sistema, porque la mayoría lo sufre. Por ello sólo pueden actuar ahora

generando con sus palabras no enemigo mítico y envasando allí todo lo que se les

oponga. Con el enorme costo social de la crisis -ya en 1976- y con las negras

perspectivas de las medidas que se vienen, es incomprensible que el Premier hable

en esta ocasión de temor a Ios costos sociales de otra alternativa: equivale a cerrar los

ojos o a repetir formulaciones ideologizadas, sin pensar en ellas.

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De esta forma, en toda su contradicción, el mensaje expresa el intento de justificar

las medidas económicas recurriendo a una utopía que ya es percibida en toda su

debilidad. Se acusaba a la derecha de querer retornar al pasado y a la "ultra

izquierda" de que "jamas ha elaborado ni propuesto un propuesto coherente y realista

de desarrollo socialista que no sea el dogmático y totalitario … " Esta formulación del

espectro político es simplificada e incompleta, aunque pueda tener parte de razón 145.

Pero sirve al Premier para cerrar Ios ojos ante críticas que no han sido rebatidas, ni

siquiera discutidas. Pueden no constituir un proyecto, con toda la elaboración

tecnocrática del caso, pero son formulaciones concretas, que cuestionan la

direccionalidad de esta política y la recusan de partida para en el debate concretar

altelnativas. Cuando un gobierno elige este estilo conduce a "un dialogo de sordos".

Este estilo viene desde la "Primera Fase" y tiene el sello autoritario del régimen.

Cuando en vez de encausar el debate se encasilla como "ultra" y se anatematiza, sólo

queda lugar para el ronroneo de la adulación burocrática, que castra toda imaginación

y creación.

El mensaje concluye, retomando el inicial triunfalismo que ve la victoria “a la vuelta

de la esquina", reclamando al pueblo "la fé que nos ha demostrado en calles y

plazas".

"La solución pluralista sigue siendo vigente y válida. EI socialismo parti cipatorio sigue

en pie. Nuestra voluntad de Ilevar adelante un proyecto revolucionario que garantice

la justicia social, dentro de un clima de libertad responsable, sigue en plena

vigencia".

En la misma lógica de las medidas de Barúa y las palabras de Fernandez Maldonado

habrá, sin embargo, algo más: la necesidad de consolidar la represión. Es obvio que

el gobierno no obtiene consenso para aplicar sus programas, ni siquiera entre las

minorias, pues no satisface las exigencias inmediatas de la derecha política -y las

grandes empresas no movilizarán masas en su apoyo-, se puede satisfacer a tan

diversos grupos empresariales -medios y pequeños parlicularmente- que serán

afectados por la recesión. A falta de consensos mayoritarios, una política como está

145 En efecto, se puede criticar a la izquierda por la carencia de alternativas económicas de corto plazo, pero para hacerlo

hay que analizar cuál es esa izquierda y cuáles son sus límites. En su desarrollo reciente, en su lucha ubicada básicamente al nivel sindical, en su enfrentamiento global a la “Primera Fase”, pueden hacer muchas limitaciones que, sin embargo, pueden corresponder al desarrollo histórico que entonces tiene el movimiento popular. Pero después de estar ocho años en el gobierno, estos sectores progresistas no tienen laternativa que concrete en el manejo de la economía su discurso ideológico. Eso es mucho más grave, más aún si se actúa como acusador; si se es parte de un régimen que no sólo no ha incentivado el debate sino que ha anatematizado toda la crítica de izquierda a su política económica. La utopía no es capaz de recubrir toda la realidad dura de los hechos y la política de verdad se define en éstos que tiene en la resultante de la “Primera Fase” y en estos meses de la “Segunda” mucho más correspondencia con las necesidades objetivas del orden burgués que con planteo alternativo socialista alguno.

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sólo puede ser aplicada con represión. Se requiere que el trabajador no proteste ni

paralice las fábricas. Se requiere desarticular toda oposición para que no se organice

la protesta del pueblo. Por ello el Estado de Emergencia, la suspensión de garantías,

el toque de queda, el cierre de revistas, la persecusión y deportación de todo el que

cuestione la política económica, serán parte de la lógica de estas medidas.

Así, poco después de la exposición de las medidas económicas se decla r a r á

oficialmente el Estado de Emergencia. Para aplicar este paquete y su correlato

represivo, será necesaria la eliminación de los sectores progresistas de cúpula,

porque aún estando arrinconados constituyen un estorbo que afecta necesidad de que

el gobierno sea coherente y la imagen de un régimen le debe reconciliarse con la

derecha política para ser víable. No se necesitan muchos días para hacerlo porque la

crisis atraviesa el Ejército y permitirá una composición coherente.

3. CRISIS INSTITUCIONAL Y DEPURACION EN EL EJÉRCITO

Un intento de levantamiento militar encabezado por el Gral. Cartos Bobbio,

Comandante de Centro de Instrucción Militar (CIMP), expresará también en este mes

la crisis institucional exacerbada por la lucha política de los últimos años. Pocos días

después la caída, por acción de la cúpula militar, del Premier Fernandez Maldonado y

la salida de Ios ministros progresistas del gabinete, Ilevará al sentido esperado de la

resultante del período. Un intento fallido de mini golpe de algunos jóvenes oficiales

progresistas -el 20 de julio- cerrará el conjunto de hechos castrenses que resaltan en

esta coyuntura.

Poco puede analizarse de los dos intentos de levantamiento militar, dado el

formalismo de la reducida información official 146. Queda claro que todo caso que la

iniciativa de Bobbio representa a las corrientes mas reaccionarias del Ejército, que unos

observadores entendieron comparable a un pinochetazo y otros resaltaron como camino

habia la entrega del poder a los partidos tradicionales. En todo caso, no es facilmente

146 La poca información pública está resumida en el Cronología Política. Hechos Nos. 4456, 4457 y 4459 pp. 2055 a 2059.

El intento golpista del 10 de julio se presentará en los comunicados como un hecho castrense que no cuestiona el “proceso revolucionario” ni la conducción del Presidente Morales Bermúdez Maldonado el 11 parece presentarlo a él mismo como le principal cuestionado. Existe notoria diferencia entre el primer comunicado de la Junta Revolucionaria –que califica de rebeldía el acto de Bobbio- y este segundo comunicado que aparentemente anuncia el término del conflicto. El firmante, General Fernández Maldonado, caéra sólo seis días después de firmar este comunicado y en este corto lapso los diarios darán versiones contradictorias sobre los nuevos nombramientos en los altos mandos (ver Cronología Política, Hecho No. 4463 p.2061) lo que va indicando el proceso de continuo juego en la cúpula. En todo caso, Bobbio no podría cuestionar sólo al Presidente, menos aún cuando éste había dado ya sobradas muestras de que entendía su función de “conductor” al margen de cualquier línea predefinida por el gobierno, es decir, siguiendo el viento agitado en la cúpula castrense por la burguesía. Intentanto ir más rápido, o más regresivamente, Bobbio podía querer jugar el rol de cancelador de los progresistas en la cúpula, pero el Presidente tenía demasiado “nivel” para ser objetivo vialble.

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comparable la situación peruana a la que produce un Pinochet. Pero esto no significa que

el cuadro económico no demandará dura represión y exclusión política, ni que entre

actores no hubiera precipitados. Ocurre que el régimen de Morales Bermúdez Iogró ese

objetivo sin ser derrocado, con esa capacidad de viraje oportuno varias veces

demostrada, al margen de todo lo declarado sobre sus intentos reformistas. Por otra

parte, las perspectivas de una salida electoral inniediata, en jun io de 1976, resultan

muy débiles por el propio curso impreso a la "Segunda Fase" hasta entonces.

También en julio -aunque sin mayor trascendencia- parece haber un intento de rebeldía

de un grupo de oficiales jóvenes identificados como progresistas y rápidamente

depurados. No parecen concretar un golpe, aunque hay aún versiones contradictorias

sobre los hechos. Su efecto en la coyuntura de julio no fue importante, aunque sirvió

después para que el Ministro del Interior articular a un amplio y contradictorio comptot

civil-militar que usó cobertura para reprimir sistemáticamente a diferentes sectores

políticos147.

Estos hechos están expresando la magnitud alcanzada poe la crisis institucional que

afecta a la Fuerza Armada tras ocho años de ejercicio contradictorio del gobierno. Pero

no es sólo en este mes que la crisis ha aparecido presente en la escena política. En el

golpe de Morales Bermúdez y en todo ese período hay signos de su existencia y

desarrollo. S i bien los antecedentes que se produjeron en la "Primera Fase" afectaban a

la Marina principalmente, es evidente que ya esos hechos indicaban descomposición de

la única base de poyo del régimen. En la "Segunda Fase" se expresa la crisis en el

Ejército y aparece en la escena con la depuración gradual de militares progresistas que

ocupaban mandos militares y/o estaban en la línea de sucesión para comandar el

Ejército. El hecho más significativo se habia producido en octubre de 1976, al pasar al

retiro los Generales José Graham Hurtado y Leonidas Rodríguez 148. Pero hubo también

147 En la revista ABC Nos. 46 y 47 (1978) puede leerse un trabajo del Mayor (R) Fernádez Salvatecci, “Yo acuso …yo debo

causar” que es uno de los pocos testimonios del caso.

148 Ambos eran Generales de División en línea de sucesión para el Comnado del Ejército y ambos ocupaban lugar central

en el proceso político desde octubre de 1968 en que eran aún Coroneles. Graham es invitado al retiro pocos mese antes de la fecha en que sucedería al Comandante, Gral. Vargas Prieto. Se le aplica una Ley de la “Primera Fase” que permite al Comando, a su criterio, invitar al retiro a oficiales de alta graduación. Rodríguez Figueroa era entonces Comandante de la II Región Militar y Jefe de la OCI, en adición a sus funciones militares. Solicita su retiro cuando sorpresivamente y sin consulta, se cambia al Comandante de la División Blindad, unidad clave de esa Región. Graham seguía siendo Jefe del COAP desde 1969. Este acontecimiento causó fuerte impacto y obligó al gobierno a recurrir a toda su autoridad formal para impedir la protesta de us propia prensa. Desde El Comercio, Ultima Hora y Correo, funcionarios vinculados en el SINAMOS al Gral. Rodríguez expresarán su desconcierto inicialmente. En un editorial Expreso reclamará también una explicación. No pudo impedir el Presidente Morales Bermúdez que en plena manisfestación cmapesina en el Cuzco se le raclamara la presencia del Gral. Rodríguez Figueroa. Estas acciones dan cuenta del impacto que tuvo esta decisión en los propios cuadros civiles del gobierno; pero al igual que en el pasado, confirmarán una vez más que el poder político está en el gobierno de la Fuerza Armanda y que “no hay derecho al pataleo”, ni a la discusión. Cronología Política. Hechos Nos. 3910, 3916, 3825, 3929, y 3933 pp. 1658 a 1670.

129

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movimientos en los mandos de la Fuerza Aérea, que indican que la crisis toco también a

esta institución149.

La depuración de los militares progresistas fue gradual e individualizada. La exclusión de

los generales Graham y Rodríguez fue acompañada de declaraciones reafirmando la

decisión de "profundizar la revolución", al tiempo que se anunciaba que el General

Fernandez Maldonado sería Comandante General y Premier el 1° de Febrero siguiente.

Pero estos cambios permitían que en esa fecha, tal como ocurrió, los Comandos

regionales del Ejército responderán más directamente al Presidente Morales Bermúdez,

pudiendo quedar fácilmente aislado Fernández Maldonado, según el curso de la

coyuntura.

El cambio de hombres es decisivo cuando se conoce la heterogeneidad de posiciones que

hay en la cúpula. Tanto entonces como en julio se repetirá que se trata sólo de un cambio

de hombres; pero tanto entonces como en julio, al caer Fernández Maldonado, tras la

caída de los actores vienen las medidas que concretan el viraje. En todo este período la

tendencia progresista está a la defensiva, hasta el punto que antes de caer, el propio

Fernández Maldonado apareció defendiendo las medidas anticrisis. Dentro de la

ambiguedad del proceso podía haber sido una concesión más, que sin embargo no dejaba

de mostrar a este general como un obstáculo para que, una a una, se desmantelaran las

reformas.

La crisis institucional deberá ser estudiada con otros instrumentos de análisis. Los hechos

que aparecen en la escena dan cuenta de su impacto en la coyuntura y de la coherencia

que existe entre la correlación global de fuerza y la direccionalidad que se observa en el

desarrollo de la crisis institucional de la Fuerza Armada. Los márgenes de autonomía

logrados en la "Primera Fase” son cada vez más estrechos y lo que en esta década ha

alcanzado indica importancia de estudiar a la Fuerza Armada en su composición, su

ideología y su desarrollo institucional. Esto, sin dejar de entenderla como aparato ejecutivo

del Estado, subordinado al carácter de este y que en tal sentido debe ser analizado sin

traslaciones mecanicistas, pero sin aislarla del conjunto social para poder entender no sólo

lo que es aspiración de sus actores sino lo que pueden significar en la vida política.

II. SIGNIFICACION Y RESULTANTE DEL PERÍODO

149 También en la Fuerza Aérea se habían producido problemas que transcendieron, aunque no se dieron explicaciones al respecto. El 19 de octubre de 1975 asumió el Mando de la Fuerza Aérea Peruana, el General Dante Poggi, luego de que se retiraran a “su solicitud” el Comandante anterior y los dos Generales que le seguían en orden antigüedad. Se habló entonces de un “mini-golpe” realizado por Generales más jóvenes. Poco después, también sin que se dieran explicaciones al respecto, pasan al retiro tres Generales Jóvenes: los Mayores Generales Thorndike, Calle y Niezen.Cronología Política. Hechos Nos. 3890 y 3911 pp. 1640 y 1659

130

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El seguimiento de Ios hechos y coyunturas descritas en este capítulo da una idea global

del significado de este corto período de menos de once meses que se inició con el

derrocamiento del Presidente Velasco. Ofreceremos ahora una visión de conjunto que

procura explicar el significado de Ias definiciones dadas en este período, a partir de la

escena recorrida, resaltando las fuerzas presentes y las perspectivas de la resultante del

período, que enmarcarán el curso político posterior.

DEFINICIONES DADAS EN EL PERÍODO

Todo gobierno recibe al comenzar, un margen de credibilidad y expectativa que cubre sus primeros

pasos hasta la definición de sus políticos. En nuestro caso estos serán términos relativos por

tratarse de un gobierno militar que surge sorpresivamente, y sosteniendo que se trata de la

continuación sustantiva del mismo régimen anterior, en el cual -afirman- sólo ha habido un cambio

de personas y de "métodos políticos". Este período inicial de la “Segunda Fase" será suficiente,

para definir el sentido de la continuidad y la rúptura, en su evidente complejidad. Al concluir haber

desaparecido defenitivanente todo impulso reformista, lo cual no significa mecánicamente que se

identifique al gobierno con los sectores más extremos de la derecha política. Ocurre que el

gobierno tiene que responder a una base de sustento heterogénea dentro del cambo burgués,

correspondiente con la recomposición de la burguesía y el Estado en el Perú.

Sin desarrollar la discusión sobre Ios rasgos particulares del régimen, ni a relación de continuidad y

rúptura -que planteamos en la primera parte libro en relación a la "Primera Fase", podemos

constatar que en este primer período se ha concretado la preparación del desmontaje del proyecto

reformista tal y cual se daba en el gobierno de Velasco. Los últimos años este gobernante

indicaban el deterioro del proyecto y los límites de su intento de definir los alcances de la

recomposición del Estado burgués, una vez excluídos los sectores oligárquicos. En la coyuntura de

agosto de 1975 -y en los meses que le siguen- la burguesia nativa encontrará los elementos para

retomar la ofensiva contra un gobierno que no la expresa plenamente. Recurrirá tanto a antiguos

representantes políticos como a elementos de la nueva tecnocaria militares más conservadores,

para que expresen en la lucha inmediata las demandas de desmontaje del proyecto Velasquista, y

logrará excluir deI gobierno a los actores que se aferran al proyecto reformista precedente.

Debemos destacar la correspondencia entre las presiones de los elementos nativos de la

burguesía y las exigencias del capitalismo trasnacional que encuadra esta experiencia,

porque en ello se sustenta la fuerza de la burguesía nativa en la coyuntura. En este

período hay diferencias -en cuanto a demandas concretas- dentro del campo burgués, pero

la unidad fundamental contra el campo popular -que se apreciará en Ios años siguientes 131

Page 132: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

con ejemplos más nítidos- pasa en este primer período por la unidad de la burguesía

para eliminar la experiencia reformista y sus rezagos. Ello corresponde tanto con la

experiencia “sufrida” por la derecha durante la "Primera Fase", como con las exigencias de

una ortodoxia cads vez más rígida que trae la presencia y profundización de la crisis

económica.

Tras una imagen dubitativa inicial, en la que el gobierno intenta continuar planteando medidas

reformistas, la iniciativa política pasará a manos de la derecha expresada en el gobierno, en los

mandos de la Fuerza Armada, en la prensa privada y en el renaciente actuar de los dirigentes de

partidos políticos tradicionales. Pero es en la definición de la política económica ante la crisis

donde se encontrará el eje de la opción del gobierno. La política del Ministro Barúa será definida

como un intento de "ajuste" a la marcha de la economía mundial, procurando resolver tos

desequilibrios internos y externos – las famosas brechas- con un conjunto de "paquetes" que

comprimirán más y más el salario real, incentivando la ganancia de las empresas, y "flexibilizando"

las medidas que afectaran a la burguesía.

L a política económica de la "Segunda Fase" guarda relación de continuidad con la lógica de las

medidas dictadas en junio de 1975 por el equipo que encabezaba e, General Morales Bermúdez

como premier, pero esas resultaban "...siendo económicamente insignificantes"1 5 0 ,aunque

inauguraban una política de "ajuste" que se dirige progresivamente por los caminos de las

conocidas políticas de estabilización. Ya en este período, su impacto en la economía popular será

significativo y tendrá efecto en la dinamización de la protesta sindical. El gobierno desarrolla en

estos meses una política represiva en zig zag, que contrasta con la apertura del espacio político

que se ofrecerá fundamentalmente al campo burgués. Esta política será decisiva en el aislamiento

de todo apoyo popular que caracteriza en adelante al gobierno de Morales Bermúdez.

En este período la definición del curso político pasa por el desarrollo de la crisis institucional de la

Fuerza Armada, expresada particularmente en el Ejército. El gobierno se ha de conducir dentro de

ella ampliando la participación de los mandos castrenses en las decisiones políticas y procediendo

a una gradual depuración de los sectores progresistas que concluye en la coyuntura de Julio, al

conseguir su eliminación del Comando del Ejército y del Gabinete. De esta forma, eliminados los

sectores progresistas y garantizada la opción del Presidente Morales Bermúdez en el curso de la

política de estabilización, el desmantelamiento de las reformas de la "Primera Fase" está

preparado. Sin embargo, para contener la incipiente protesta popular s e r e quiere conseguir la

150 Hago referencia al anál is is de C. H. Cabrera, s iguiendo el derrotero de la pol í t ica económica y af i rmando que en Junio de 1975 se produce un corte "… una clara ruptura con el pensamiento económico anter ior. Precisamente, la idea clave en todos los procesos de desarrol lo nacional ha sido la del divorcio entre la estructura externa e interna de precios. . . " .Ver al respecto: "Perú: la cr is is y la pol í t ica de estabi l ización" en la ser ie "Materiales de Trabajo " No 17 - ILDIS- Lima, Abr i l , 1978.

132

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aplicación de una política represiva que impida toda huelga y limite incluso la protesta verbal como

correlato de la política económica. Se declara así, al concluir el período, el Estado de Emergencia

Nacional.

2 . L A S F U E R Z A S P R E S E N T E S E N L A E S C E N A

La escena política muestra en este período una ofensiva desde la sociedad civil hacia el Estado,

que contrasta con el notorio repliegue que se da en período anterior -fines de la "Primera Fase"- y

en el posterior año de emergencia. El gobierno de la "Segunda Fase" ofrece, al comenzar, la aper-

tura de un espacio político mas amplio, que es copado rápidamente por las fuerzas del campo

burgués. A partir de entonces, estas fuerzas lograrán ampliar progresivamente ese espacio político

para expresar sus demandas: después de Julio tendrán momentáneamente cortada su expresión

pública, al empezar el Estado de Emergencia, pero será sólo un breve intervalo del cual saldrán

más fortalecidas.

Desde los primeros meses el gobierno pierde la iniciativa política. Dentro de éste hay tensión y

reacomodo que va arrinconando a los sectores progresistas. Elementos "moderados" del gobierno

-junio a otros decididamente accionarios- serán "levantados" por la prensa de derecha y calificados

positivamente por los viejos líderes políticos. Las revistas de derecha, los gremios de la burguesía,

los partidos del campo burgués, movilizarán sus recursos para atacar a la "Primera Fase", y a los

militares identificados con ella, para fortalecer a los militares más conservadores y para señalar al

nuevo gobierno el curso del viraje. Toda acción del movimiento popular es anatematizada y cada

una de las reformas es presentada como medida que traba la solución de la crisis económica. El

espacio político permitido es el más adecuado para la actuación de la derecha: la prensa, con sus

altos costos; las figuras políticas, construidas durante años; la gestión pública y privada de los

diversos gremios empresariales. No es campo de mítines y amplias movilizaciones de masas,

tampoco hay a la vista inmediatas contiendas electorales.

En el espacio, reducido aún, en el que la burguesía ha tenido años de práctica. Conforme avanza

este período -particularmente después de marzo- se ampliarán las oportunidades para el campo

burgués, conforme se aíslan y retroceden las posiciones reformistas del régimen. Ya en marzo

estas fuerzas contarán con la amplia prensa del gobierno, de la cual se excluyó a los voceros de

los sectores progresistas. E l impacto de las campañas de la prensa de derecha puede bien

evaluarse observando como el régimen asume poco a poco sus banderas, sus temores y sus

mitos. El propio Presidente Morales Bermúdez reflejará en su mensaje del 31 de marzo y en

posteriores intervenciones, la acogida dada a los contenidos de ésta prensa. Las medidas

tomadas después de Julio, irán concretando luego la coherencia de las palabras con los

hechos.

133

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En el espacio abierto para la burguesía vuelven a actuar los tres principales partidos

políticos. El APRA inicia ya, su cuidadoso camino de "opositor leal", que años más tarde

mostrará en la campaña electoral y en la Constituyente. Aunque exige que los militares

vuelvan a sus cuarteles, les ofrece un lugar de poder en el llamado Congreso Económico y

recoge la rama de olivo -olvidar el pasado- que le ofrece en Trujillo el Presidente Morales

Bermúdez. Es un inicio premonitor del posterior curso político, también válido para Acción

Popular Belaundista, que radicaliza la demanda electoral a pesar de que para buena parte

de la burguesía es conveniente que los propios militares redefinan las reformas. Este

partido tendrá líderes que se muestran algo más conciliadores -como Ulloa que exalta la

figura de Morales Bermúdez en declaraciones ya citadas-, expresión de cómo hay en la

burguesía elementos lúcidos, capaces de advertir el curso político y dejarlo transcurrir en

su propia lógica, aprovechando el momento para indicar a los menos visionarios que es lo

que debe ser atacado. Bedoya Reyes aparecerá básicamente en la prensa de derecha,

levantando declaraciones audaces, sin destacar con un juego particular en este conjunto.

Frente al bloque burgués, no encontraremos en un solo bloque a la izquierda y al campo

progresista que se expresa todavía en parte del gobierno. Pesará por un buen tiempo el

espectro político de la "Primera Fase", en el cual se decantarán las posiciones progresistas

en múltiples juegos de opciones, quedando cada vez más a la vista las limitaciones del

reformismo y de esta experiencia en particular. No , aparece tampoco una articulación de

coyuntura, ni avanzados niveles de organización política. Lo más visible es un movimiento

popular que se expresa a nivel sindical más que en el plano político, respondiendo a la

crisis con una creciente sucesión de huelgas sectoriales y de fábrica. Sin embargo, la

conducción nacional, a nivel de centrales, tiene a fines de 1975 un paro decretado en todo

Lima y Callao por la CGTP. Esta central es obligada a tomar una medida de fuerza frente a

la ofensiva patronal y a la endurecida política laboral del gobierno. Es un paro de 24 horas

enmarcado en conflictos que tienen como base el caso de una empresa, cuya patronal

radicalizo posiciones al extremo. No es solo un paro por demandas salariales inmediatas,

aunque ello no puede estar ausente pues es parte de las movilizaciones, de conjunto. En

este hecho culmina la protesta masiva contra la política laboral del gobierno, expresando

además las dificultades del Partido Comunista en el movimiento sindical. En efecto, ese

partido apoya aún al gobierno y no quiere enfrentarlo en conjunto, pero cada vez encuentra

menor margen de juego y menores posibilidades de defender entre tos trabajadores a ese

gobierno.

La respuesta del movimiento sindical es más amplia que el hecho mencionado y en parte

ha sido mostrada en este capítulo. Pero conforme avanza este período se sitúa más y más

a la defensiva. Es que una de las dimensiones claves de la ofensiva burguesa se da en el

134

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campo sindical y hay que resaltarla. Las huelgas corresponden no sólo con un mayor

endurecimiento de la política laboral del gobierno -y de los márgenes de negociación

colectiva-, sino con una ofensiva dada en muchas empresas y expresada en la violación de

pactos colectivos, en la más armoniosa relación que guardan los empresarios con el

Ministerio de Trabajo, en el aumento de despidos y trámites de reducción de personal, etc.

Esta ofensiva aparece recubierta por una bien articulada campaña de la prensa

reclamando "disciplina laboral" y culpando a las huelgas del desarrollo de la crisis.

En este campo la izquierda opositora al gobierno, dividida en muchos y pequeños partidos

y grupos, casi no tiene expresión política más allá del plano sindical; adquiere presencia en

la prensa semanal con la reaparición de Marka y la aparición de dos pequeños semanarios,

de corta duración. Responde a la derecha con menos recursos y en un campo más

limitado. Al mismo tiempo que estos sectores expresan su oposición de conjunto al

régimen, los sectores progresistas del gobierno intentan una poca exitosa rearticulación.

Consiguen inicialmente que el gobierno retire su apoyo at MLR y a las dirigencias de

organizaciones como la CTRP y CR-CONACI que enfrentaron al final de la "Primera Fase",

pero no logran articularse ampliamente ni superan la capacidad de neutralización que

elementos moderados del gobierno les imponen. El Frente de Defensa de la Revolución

Peruana, que en momentos aparece apoyado por el propio Presidente Morales Bermúdez,

no logra despegar -en medio de enormes trabas burocráticas- ni menos articular a

organizaciones del campo y la ciudad. Sirve inicialmente paro entretener a aquellas fuerzas

ligadas al proyecto Velasquista y evolucionará al final del período hacia el campo opositor.

En los sectores progresistas hay signos también de enfrentamiento y descomposición,

propios de un largo y contradictorio periodo con escasas expresiones orgánicas. Aunque

pueden ser percibidos más cercanos a las posiciones del Partido Comunista y el CUOS

(Consejo Unificador de Organizaciones Sindicales) no hay una vinculación estable entre

ellos.

Las fuerzas que se oponen al campo burgués están así divididas,expresando la

desarticulación provocada en el período precedente, aunque es claro que sus demandas y

percepciones se acercan con el decantamiento del reformismo. No puede decirse que los

sectores progresistas que hay en la cúpula tengan un vínculo adecuadamente orgánico con

estas distintas fuerzas, aunque defiendan e incentiven sus demandas, en los casos más

cercanos, o exijan tolerancia frente a los opositores más radicales. Las reglas de juego del

propio régimen castrense siguen, como en el pasado, limitando esta relación,

135

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CAPITULO 5

UN AÑO DE EMERGENCIA Y UN PUEBLO QUE DICE ¡BASTA!

(16 Julio 1976 - 19 Julio 1977)

HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERIODO

La resultante del primer período que identificamos en la "Segunda Fase” encierra

gruesamente las caracteristicas de este segundo período de algo más de un año de

duración. Comienza en la coyuntura de Julio, la recomposición el gobierno luego de la

exclusión de los sectores progresistas. Se desarroIla a partir de entonces encuadrado en la

legislación de emergencia dada primeros días de Julio, bajo el impacto del nuevo paquete

de medidas no económicas del Ministro Barúa. Se estrecha el espacio político: revistas

clasuradas, prohibición de paros y huelgas, suspension de garantías, persecusión atención

de dirigentes políticos y sindicales al arbitrio de la autoridad político-militar. Se concretarán

entonces las medidas de contra-reforma. El período concluye con la coyuntura del Paro

Nacional unitario del 19 de julio de1977, que condiciona el replanteamiento de las medidas

de emergencia y fuera acelerar la salida política.

Los hechos y coyunturas que presentamos en este capítulo permiten comprender el curso

político de este período y su impacto en los años siguientes. Su magnitud apenas resulta

indicada por tos hechos principales, la intensidad de los acontecimientos. El comentario

puntual esta dirigido a expresar el significado de los hechos, su dirección, aunque no

pueda evitar en ellos la marca que ocasiona la represión y el abuso.

UNO PAGAR LA CRIS IS . . . Y CALLAR

AI anunciar las medidas económicas el 30 de junio, estaba debidamente preparada la

acción represiva. Esta no se hace esperar y 48 horas después de la exposición televisada

del Ministro Barúa, ya se ha decretado el “Estado de Emergencia", utilizando como

pretexto desórdenes menorol ocurridos en Lima y Callao en protesta por las medidas, y

respondiendo específicamente al paro decretado por los microbuseros 151. La ciudad ha

151 Cronología Política. Hechos Nos. 4420, 4421 y 4422 pp. 2036-2040

136

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visto desórdenes muchos mayores sin con ello llegar a ver aplicar un "Estada de

Emergencia Nacional". Pero esta disposición servirá al gobierno para poner en marcha

todo el andamiaje legal-represivo destinado a impedir la protesta popular y liquidar incluso

cualquier forma de crítica a la política del gobierno. Se clausuran todas las revistas,

quedando así el gobierno con el absoluto monopolio de tos medios de comunicación 152, y

comienzan las medidas represivas: se deporta a Hugo Blanco y al abogado sindical

Ricardo Díaz Chávez; se detiene al ex-Secretario General de la CGTP, Gustavo Espinoza y

al ex-Secretario de prensa de Velasco, Augusta Zimmermann, liberándolos posteriormente.

El periodista Alfonso Baella T., director del derechista seminario El Tiempo, se asila en una

Embajada hasta que se declara que no es perseguido. Comienzan otras persecusiones,

que ya serán claramente en una sola dirección: hacia el campo popular.

La legislación de emergencia pone bajo control militar todos los departamentos del país y

suspende las garantias individuales y sociales que establece la letra de la constitución. Se

impone además el toque de queda en Lima y Callao que será regulado, en lo que al horario

se refiere, pero mantendrá su vigencia hasta Abril de 1977. La suspension de garantias

signilica que por orden de la autoridad político-militar se ingresa al domicilio, se detiene y

se persigue sin vigencia de protección legal alguna, se prohiben las reuniones -salvo

aquellas que gusten a la autoridad- y los órganos policiales tienen plena capacidad para

actuar. A pesar de que siempre se ha reprimido, con o sin garantías, la suspension de

éstas traba la defensa legal y sirve para amedrentar. Pero en esta circunstancia la

legislación es más amplia: el toque de queda regula la circulación en la ciudad y pone en

mano de jóvenes soldados la capacidad de disparar a quien no obedezca su orden de

"alto". Con ello se amedrentará especialmente a la población de barrios populares, para

quienes no hay defensa posible ante cualquier abuso. Con ello se trabará la acción política

y sindical, que siempre ocupa horas de la noche. En los sectores medio y acomodados las

trabas serán menores, por el sólo hecho de vivir en mejores condiciones de habitación y

movilidad. Con cinismo -entre paternalista y machista- algunos ministros alabarán esta

medida como "protectora de la unidad familiar…", afirmando que es "aplaudida por las

señoras…". El núcleo de esta legislación estará, sin embargo, en la ilegalización de las

huelgas, marchas y mítines de protesta contra la política económica que se impone así to

establece la legislación durante el Estado de Emergencia. El sólo hecho de decretar on

porn ocasiona inmediata detención y persecusión de dirigentes, si como la suspension de

la estabilidad laboral y el despido masivo.

Apoyada en estas normas de emergencia se desarrolla una lógica represiva estrechamente

vinculada a la necesidad del régimen de imponer la reducción del consume popular y

152 Cronología Política. Hecho No. 4418 p.2035

137

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aplicar el desmomaje de las reformas sin oposición manifiesta significativa. En julio de

1976, protestar o criticar -incluso sólo con la palabra- es considerado subversive. Lo es

también la acción sindical -de dirigentes y asesores-, salvo que "cooperen" con el gobierno

y ni siquiera amenacen con la huelga. A partir de ello se sucederán detenciones,

deportaciones, allanamientos y persecusión. Es un manejo refinado, pero no por ello

menos brutal. Se detiene, desaparece gente por un tiempo, se persigue a los que se

esconden y se tenía incluso como rehenes a familiares para forzar que se presenten los

dirigentes escondidos. Se suelta a los detenidos, cuando ya ha pasado la coyuntura, pero

son notificados de que en cualquier momento y a la primera señal se repetirá la detención.

Se deporta a otros o se fuerza el asilo; algunos casos incluso serán llevados a la Justicia

Militar. Hay así una política ágil como para ser eficaz en desarticular e impedir toda

oposición política y toda defensa laboral. El número de presos oficialmente reconocido no

es elevado; pero los que sufren la figura de "depositados" (que el gobierno no reconoce

como presos) es mayor.

La represión consigue por un buen tiempo impedir toda expresión real de protesta. Ello

hará creer a algunos mienbros del gobierno que la protesta existe, que han sido

"comprendidos" por el pueblo. Así to expresa el propio Premier Arbulú153 y así se usa en la

propaganda official, que siempre presentará a un pueblo "patriota y comprensivo" ante sus

explotadores y calificará de subversión y defensa de intereses extraños a toda protesta de

opositores políticos o sindicales. El control de todo medio de comunicación de masas

permitirá adermás desinformar, presentando los acontecimientos no sólo parcialmente sino

en dosis tales que resulte difícil establecer conexión entre un hecho y otro.

Los afectados con estas medidas son ahora exclusivamente quienes se ubican al lado del

pueblo. No hay represión -y habrá anmistía- para los sectores más conservadores que en

la "Primera Fase" resultaron afectados. Ellos serán sllenciada su prensa por un tiempo,

pero podrán reabrirla luego, al establecer un "pacto de caballeros" con el gobierno. Esto,

sin embargo, no significa que no tengan "audiencia" en un gobierno que los reclama e

incentiva. Las críticas -que las hay- no son al sistema y pueden ser asimiladas, a la vez

que la apertura es útil a la imagen del gobierno. En cambio, todo lo popular se reprime

y es declarado subversivo. La dimensión del campo popular se reprime porque

muchos cuadros de la "Primera Fase" se incorporan gradualmente a Ia oposición

desde el pueblo. Serán también perseguidos, detenidos y deportados.

De este modo, la represión toca tanto a cuadros que se alejan del gobierno, como a

opositores del conjunto amplio de la izquierda. Desde julio es perseguido Rafael

Roncagliolo, sociólogo y periodista despedido de Expreso, y Presidente de una de las

153 Cronología Política. Hecho No. 4820 pp. 2312-13

138

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dos Federaciones de Periodistas del Perú. Para apresarlo actuaron -por varios

meses- la policía y Ios servicios de inteligencia, sin que medien más causa conocidas

que sus sucesivas declaraciones contra el viraje del gobierno 154. En su búsqueda la

policia detuvo a familiares de Roncagliolo y a otro periodista cercano a él, Alfredo

Fitomeno. Esta repetida muestra de abuso, junto con el acosamiento a las familias 155.

Se convirtió luego en parte del estilo policial para forzar a entregarse a dirigentes

sindicales que se escondían para evitar la prisión. Roncagliolo terminó por asilarse en

la Embajada de México en setiembre. El Ministro Cisneros había declarado el 25 de

agosto que se le perseguía por "actividades subversivas” pero luego afirmará, el 14

de setiembre, que "el Sr. Roncagliolo ha realizado actividades subversivas en el país.

Si la conciencia le acusa, es posible que haya solicitado asilo, pero lo cierto es que

no hay orden de detención contra él. Insinuará luego que se trata de una maniobra

publicitaria. En el mismo sentido declarará el Premier Arbulú: "Nadie lo ha perseguido

en ningun momento156. Este es también un estilo utilizado en adelante por estos

Ministros, califica todo de subversivo, sin explicarto. Y se desconocen públicamente

medidas persecutorias e intimidatorias que se aplican.

Algo semejante ocurre en el case de Augusto Zimmermann, ex-Secretario de Prensa

del Presidente Velasco, quien se asila en la Embajada de Panamá a principios de

agosto157. El Ministro del Interior negó tambien que hubiera orden de detención contra

él, insinuando que sería una maniobra publicitaria para difundir su reciente libro sobre

los primeros años del Gobierno de Velasco, que a su vez el gobierno confoscó. El

Ministro sostuvo que no se perseguía a nadie por razón de sus ideas..., Pero cuando

estas ideas se quieren convertir en actos, en algunos casos se convierten en

actividad subversiva, frente a las cuales no vamos a toner ningún reparo. . ." 158.

Es evidente que el Ministro no tiene ningún reparo y no sólo frente a lo que considera

subversivo; mas aún, él y todo el gobierno acomodan a su medi da "lo subversivo",

pudiendo ocurrir que la simple expresión de ideas se convierta en subversión. Así

aparece en el caso de Zimmermann, cuyo libro fue requisado 159. El Director de Marka,

Cartos Urrutia, es detenido también en agosto por protestar en una carta, publicada

154 “Lo que exise hoy en el Perú es un gobierno contrarevolucionario, que expropiando la revolución ha iniciado el camino de la restauración capitalista”, en el Excelsior de México. Cronología Política. Hecho No. 4509 p.2083155 Cronología Política. Hechos Nos. 4565 y 4581 pp. 2126 y 2137.

156 Cronología Politica. Hechos Nos. 4582 y 4625 pp. 2137 y 2170. Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105 pp.

2112-13

157 Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105 pp. 2112-13

158 Cronología Política. Hecho No. 4537 p. 2105.

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en Expreso, contra la clausura de las revistas y por incluir en ella un comentario a las

declaraciones del Ministro el Interior sobre la persecusi6n de las ideas 160.

El asilo y la deportación serán también aplicados a oficiales del Ejércit o luego de

darlos de baja, dando cuenta de la magnitud de los desplaza mientos internos que va

ocasionando el viraje. En octubre se asilaron en la embajada de Venezuela el Mayor

José Fernández Salvatecci y el Capitán Eloy Villacrez. En diciembre lo hizo el Capitan

Portella. Habían sido dados de baja recientemente y el Ministro del Interior los acusó

de estar involucrados en intento subversivo efectuado por un supuesto "Ejército

Popular Peruano". El gobierno reconoció la labor de "seguimiento" realizada y la

detención del Capítan Portella. La denuncia de este supuesto plan subversivo, muy

levantada por la prensa, contribuyó a justificar y ampliar fácilmente la represión.

Luego de ser perseguidos, se asilan en la Embajada de Panamá Antonio Ara gón y

Elio Portocarrero, vinculados por el Ministro del Interior al E.P.P. El primero era

conocido come dirigente del Pueblo Joven "Villa El Salvador", teniendo antecedentes

en el trotskismo. Portocarrero participó en la guerrilla del MIR en 1964-65. Ambos

eran considerados cuadros "militantes del proceso" hasta pocos meses atrás161. Más

adelante el Ministro trató de vincular a la CGTP con este supuesto EPP y en los

comentarios periodísticos sobre conferencia de prensa dada por el Ministro, Expreso

sindicaba a Patria Roja y Bandera Roja como las organizaciones extremistas

implicadas. En noviembre un deportado más, Diego Ruiz Eldredge Goycochea, es

también vinculado por el propio Ministro del Interior al E.P.P. La posición política de

este estudiante, ligado más bien a tendencies de la izquierda marxista opositora en

nada vinculada a la "Primera Fase", hace pensar que si fuera cierta toda la variedad

de posiciones que incluye el tal "Ejército " sólo San Martín de Porres podría

dirigirlo162.

159 El Libro de Zimmermann relata periodísticamente una versión de los primeros años del Gobierno Velasco que el Ministro

considera como “aspectos negativos y sacando a publicidad aspectos que son internos al gobierno”. Le agrega la acusación de dividir a la Fuerza Armada (Cronología Política. Hecho No. 4657 p.2188), justificando con ello el haberlo requisado. El libro relata hechos políticos de un gobierno de la Fuerza Armada y obviamente da su versión de la actuación de su cúpula gobernante. Es indefendible el supuesto derecho del gobierno a tener “asuntos internos” no divulgables y con esta lógica cualquier cosa atenta contra la unidad de la Fuerza Armada, pues gobernar supone, salvo en dictaduras –y el gobierno no se reconoce como tal- ser cuestionado y criticado..

160 “Es decir no se persiguen las ideas sino la práctica de las ideas. Miestras las ideas están en la cabeza son respetables,

pero cuando se expresan o se llevan a la acción entonces deben ser reprimidas. Claro, no todas las ideas, sino aquellas que son subersivas, es decir, opuestas al gobierno” (Cronología Política. Hecho No. 4564 p.2125).

161 Cronología Política. Hecho No. 4707 y 4821 pp.2227 y 2314Cronología Política. Hecho No. 4707 y 4821 pp.2227 y

2314.

162 Cronología Política. Hecho Nos. 4668, 4674, 4683, 4690 y 4694. Pp. 2201, 2199, 2211, 2215 y 2296.

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Por informaciones posteriores se pudo confirmar varios años después la existencia -el

20 de julio de 1976- de un intento de levantamiento que no llegó a cuajar y fue

rápidamente sofocado por Ios Comandos. Una serie de artículos publicados en la

revista ABC reprodujeron en 1978 un texto del Mayor Fernandez Salvatecci. Este

hace un confuso relato que enfatiza frustración de oficiales jóvenes ante el viraje del

gobierno y las características de su Comando Militar, sin que de esta u otras

afirmaciones pueda deducirse la posibilidad de que tras estos oficiales existiera la

amplia aglutinación de posiciones de izquierda que le adjudicó el Ministro Cisneros.

Mas aún, desea so importancia y la posibilidad de constituir amenaza a la estabilidad

del régimen -comparativamente mucho menos serio que el golpe de Bobbio-, lo que

debe destacarse es el uso que el gobierno hizo del hecho, anunciando casi tres

meses después la existencia de un "Ejército Popular" y justiftcando, en función de

este, una represión mas amplia que cubría sectores aún hoy decididamente

enfrentados dentro de la izquierda.

La deportación mas notoria se produce el 8 de Enero, afectando en este caso al

General Leonidas Rodríguez -uno de los Coroneles que inteivino con Velasco en el

golpe del 68, retirado en octubre de 1975- y a otros oficiales retirados: el ex-Ministro

de Industria, Contralmirante Jorge Dellepiane; el excretario del Consejo de Ministros,

General-Abogado, Arturo Valder y el Capítan de Navío, Manuel Benza. Todos ellos,

distanciados del Gobierno de la “Segunda Fase", pertenecian al Partido Socialista

Revolucionario, formado sea antes.

Sin poder acusarlos de subversivos por formar un Partido -dada que formalmente no

estin prohibidos de hacerlo- el gobierno los acusa do haber realizado "actividades

políticas con el propósito de presentar a la opinión pública y muy especialmente

dentro del seno de las instituciones castrenses, una situación de truncamiento del

proceso revolucionario. . . "Es decir, estos ciudadanos -con todos sus derechos, en

tanto que militares ya retirados- extrañados del país por participar en "actividades

políticos" enteramente normalmente y además hacer afirmaciones ciertas en este

caso (¿quién salvo un demente o un loco puede pensar que hay un proceso

revolucionario en 1976?), pero que incomodan al gobierno. Si el problema es interno

a la Fuerza Armada los mecanismos a aplicar deberían ser otros para el caso, aunque

es utópico pensar que la Fuerza Armada gobernante no puede ser críticada y pueda

mantener fuera de discusión y de la discusión a sus miembros. En la realidad, se les

expulsó por el sólo hecho de formar un Partido "que mantenía discrepancias muy

fuertes con el régimen", como reconocerá posteiormente el Canciller on Madrid 163. Y

163 Dijo el Canciller:

141

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lo importante para el gobierno era que ese Partido pudiera tener impacto en la

oficialidad por incluir a destacados oficiales de la "Primera Fase". Esta parece ser la

razón por la cual se desata tiempo después una fuerte persecusión al PSR.

Como para simbolizar el curso del gobierno, su cercanía a la burguesía na t i va y sus

agentes políticos a la vez que su distanciamiento y enfrentamien to a los trabajadores,

Ios últimos meses de 1976 y Enero de 1977 concentran, estas deportaciones, a la par

que se inicia el diálogo con las revistas de derecha 164 Ilamado "pacto de caballeros" y

la reapertura de estos. Al mismo tiempo se indulta a quienes favorecieron a la

Internacional Petroleum Company en 1968: el ex-Ministro Ulloa puede ya regresar con

aire de perdonavidas.

Sin embargo, la represión no esta dirigida principalmente al campo político militar. Su

objetivo principal es el medio laboral. Lo político será subversivo sólo si está

vinculado a estos intereses y Ios primeros perseguidos serán los asesores sindicales.

Se detiene y deporta al abogado Camilo Valqui por "instigar huelgas" y al abogado

Oña Meoño por el mismo motivo, en diciembre 165. También en diciembre se deporta al

dirigente metalúrgico Julian Sierra. Poco antes, en setiembre, había sido despedido

de la firma SETRO S.A., junto con otro trabajador recien repuesto por orden del

Ministerio de Trabajo. Poco después, el Ministro del Interior confirmó haber detenido a

Sierra porque el y otro dirigente "instigaron a los trabajadores para que malograrán

herramientas que iban a ser exportadas". Puede verse en este caso cóono la

represión política reemplaza a la autoridad jurisdictional de trabajo en la resolución

de conflictos. Pero hay un antecedente que hace dudar más de lo normal de las

razones esgrimidas por el Ministro: Julián Sierra fue despedido en 1974 por esta flrma

“Estos militares, en situación de retiro, habían creado un partido –el Partido Socialista Revolucionario- que mantenía discrepancias muy fuertes con el régimen, lo que está considerado una violación del Estatuto Militar” (Desco –Informativo Político No. 53- Feb.77. p.16 Amplia información sobre el hecho puede encontrarse en el No. 52 de enero pp. 9-14). Parece que no es cierto tal “violación del Estatuto Militar”; pues éste no limita la actividad política de los oficiales en retiro. En todo caso, en decalracines posteriores el Ministro del Interior .que era un General del Ejército- con referencia a la formación del PSR y la actuación en éste de los Grles. Rodíguez y Vladés, respondió: “la ley no contempla ninguna restricción a los militares en retiro. Yo creo que la ética profesional sí contempla algunas restricciones”. (Cronlogía Política. Hecho No. 4834 p. 2322-3). Como se ve, la subjetiva “ética profesional” justifica una deportación y si la opinión del Canciller vale, el elemento que encubre la palabra ética profesional es mantener “discrepancias my fuertes con el régimen”. Si ese es el trato, y el margen de juego que dan a un general sus colegas generales del régimen, es comprensible comunes… más aún de los trabajadores.

164 El diálogo incluyó al Semanario Unidad, del Partido Comunista, cuya inclusión en la reapertura en nada cambia la

direccionalidad de la medida: ni siquiera la proporición derecha-izquierda es 5 a 1 porque la significación de Unidad no equivale a uno en términos relativos a ese conjunto. En cambio, su presencia sirve al gobierno para justificar su “pluralismo”, encubridor de su direccionalidad real. A su vez, la línea de Unidad y su partido deja poca posibilidad de expresión a los demás trabajadores y a los perseguidores (Cronología Política. Hecho No. 4866 p. 2339).

165 Cronología Política. Hecho No. 4808, 4834 pp. 2304 y 2320-21. Cronología Política. Hecho No. 2875 (Tomo III)

Hechos Nos. 3061, 3213, 3217, 3375, 3418, 3428, 3435, 3470 y 3524 (tomo IV); y hechos Nos. 4618 y 4865 (Tomo VI). Cronología Política. Hecho No. 4573 p. 2131

142

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y libró una titánica lucha, apoyada por organizacones laborales, diarios y revistas,

hasta ser repuesto por la autoridad de trabajo en abril de 1975. La empresa usó

entonces todas Las argucias posibles. El caso adquirió un verdadero carácter

simbólico, para la empresa, para cada aquellos reaccionarios y timoratos que ven el

cuco en cada triunfo de los trabajadores, y también para las organizaciones

sindicales. ¿Puede entonces creerse que esta es una decisión objetiva? ¿El Estado

de Emergencia no es el manto que encubre estas pequeñas pero enormes

venganzas?166.

En el mundo de los trabajadores este período es tenso y ainedrentador sin descanso

en la "caza de brujas" y sin margen real para el trabajo sindica. La lógica es muy

simple: el gobierno legisla para la "Emergencia" y en consecuencia prohibe paros y

huelgas, todo aquel que las promueva será considerado subversivo. Pero el

pensamiento es muy difícil de controlar, e incluso sí uno habla puede expresar "ideas

subversivas", o pueden ser interpretadas por el Ministro del Interior o por aquellos

empresarios que al amparo del "orden" buscan deshacerse de todo el que moleste. De

esta forma el gobierno aplica sus propias leyes y el Ministro del Interior puede darse

el lujo de decir "Yo no tengo la espada desenvainada contra nadie". "Yo detengo a

todos aquellos que incumplen los dispositivos legales"- Le faltó decir: yo mismo hago

dar la ley, para defender la ganancia de unos pocos, para poner orden y eliminar a

todo "comunista", para poder definir yo mismo que es subversivo y qué no lo es;

establezco ademas q u é es una falta punible en las relaciones laborales, cómo

conviene penarla y ademas aplico la pena 167.

Si las deportaciones o los asilos forzados se dan en cases significativos los

llanamientos de locales, la persecusión de dirigentes, las detenciones y

amedrentamiento no tienen límite, aunque se suceden alternados con la Iiberación de

detenidos en busca de dar la apariencia de apertura. Es un zig za g interminable que

anula toda oposición o toda presión sindical por sus hechos. El Ministro Cisneros

reconoce esta política. Refiriéndose a las detenciones dira, "…tratamos de hacerlas

antes de que se produzcan los acontecimientos, a fin de hacer lo posible por evitar

todo enfrentamiento; con las Fuerzas del Orden". Esto significa que la simple

presunción puede dar lugar a la detención como en efecto ocurre y que en todos los

cambios político y sindical, por ejemplo puede especularse con posible “desorden" y

detenerse a los actores que se oponen al régimen. EI gobierno administra el país

166 Cronología Política. Hecho No. 2875 (Tomo III) Hechos Nos. 3061, 3213, 3217, 3375, 3418, 3428, 3435, 3470 y 3524

(tomo IV); y hechos Nos. 4618 y 4865 (Tomo VI).

167 Cronología Política. Hecho No. 4573 p. 2131

143

Page 144: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

como si fuera su propiedad privada: define qué se hace, qué está prohibido, qué es

bueno y malo, y cómo sancionar toda violación Ias reglas que ha establecido. El

mismo gobierno aplica luego sus normas, beneficio de unos pocos. Es brutalmente

indicativo apreciar cómo en las mismas declaraciones, el Ministro Cisneros habla de

esta política que se sique con los trabajadores y, a la vez, declara que el indulto a los

autores de 'pagina 11" y el anuncio del retorno del ex-Ministro Ulloa es "una

demostración de que el gobierno cree que este año debe ser un año de unidad

nacional"168. Ya sabemos para qué y entre quiénes es esa unidad.

Con esta lógica, es comprensible el allanamiento de locales -que afecta a maestros, a

estudiantes de la UNI, a la Universidad "La Cantuta" o a la Juventud del Partido

Comunista, por ejempto- o las detenciones a voluntad del ejecutor. De estas

arbitrariedades hay ejemplos interminables 169. Las detenciones son "pan de cada día"

sin que exista manera de establecer bien la causal, al amparo de una legislación de

emergencia que se aplica cual si fuera un estado de guerra por más de un año,

facultando a autoridades de todos los niveles a actuar.

Cada uno de los conflictos sindicales da lugar a la persecusión y detención -tanto

preventiva, como posterior- de dirigentes, asesores y todo aquel que "la autoridad"

estime vinculado al hecho. En Ios tres casos de huelga efectiva dados entre Julio y

diciembre de 1976 -pescadores, municipales y telepostales- la detention es

significativa y la persecusion recurrre a todo tipo de acciones amedrentadoras,

dirigidas en más de un caso a esposas de los dirigentes "depositados" en la

Prefectura, originando la inmediata mediación de la Iglesia. Desde fuera es

imposible medir exactamente el número de afectados por estos hechos, aunque los

efectos son evidentes. En setiembre, Ios maestros señalarán que hay "decenas" de

168 DESCO, Informativo Político No. 52, Enero 77 p. 17.

169 Veamos algunos ejemplos: 12 profesores detenidos al allnar el local de la Cooperativa Magisterial en julio (Cronología

Política. Hecho No. 4505 p. 2083); siete dirigentes de pescadores detenidos en Julio –antes de que estalle el conflicto ocasionado por la privatización de la pesca- (Ibid. Hecho no. 4511 pp. 2085-6); varios dirigentes mineros de CENTROMIN son detenidos al mismo tiempo que se negocia con el Ministerio de Trabajo el pliego de recalmos, en agosot (Ibid. Hecho No. 4563 p.2124); detención de estudiantes de la Universidad de Ingeniería –en número de 100 en un momento- (Ibid. Hecho No. 4598 p.2150) en setiembre; dos dirigentes de la Comunidad Industrial Gráfica Varesse, en el mismo mes (Ibid, Hecho No. 4646 p.2180); doce dirigentes de “Villa el Salvador” son detenidos al comenzar noviembre (Ibid. Hecho No. 4732 p.2246); la detención del Secretario General de INRESA, también en ese mes (IBid. Hecho No. 4766 p.2269); la detención de 27 trabajadores de SIDERPERU por intentar un paro de solidaridad los perscadores (DESCO, Informativo Político No. 53 p. 16); o al Secretario General de FESIDETA y SIDERPERU en Enero ( Informativo Político No. 52 p. 28) en el mismo mes; detención de 3 dirigenmtes de PPJJ en Trujillo –hecho conocido sólo en marzo, cuando sus familiares denuncian los maltratados que han sufrido- (Informativo Político No. 54 p. 11); en marzo también se detiene dos día al ee-Secretario General de la CGTP, Gustavo Espinoza, y al abogado sindical Barrantes Lingan, así como al Presidente del Instituto Criminológico Peruano, Juan G. Crisóstomo, detenido en circunstancias en que se encontraba ejerciendo su profesión de abogado y liberado 20 días después (Informativo Política No. 54 p. 11 y 12); tres Catedráticos y nueve estudiantes son detenidos también en Ayacucho (Informativo Política No. 54 p. 28). Esto no es siquiera una muestra de las detenciones habidas. Son sólo algunos casos que han logrado salir a la luz en los diarios y revistas.

144

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detenidos en el país y darán cuenta de allanamientos de locales en Cuzco,

Arequipa, Chiclayo, Iquitos y Lima 170 . En octubre de 1976, un "Comité de lucha por

Libertad y Repatriación de Luchadores Sindicales y populares" demanda la l ibertad

de 16 trabajadores mineros y de 8 dirigentes de obreros municipales. En octubre se

detiene al Secretario General de la Federación Provincial de Trabajadores del

Callao, Conrado Alvan, quien el mes anterior declare tipif icando la situación sentida

por tos trabajadores: "… no se puede hacer nada, por cuando por cualquier reclamo

que se hace, se nos acusa de agitadores" 171 . En diciembre, FESIDETA reclamará la

l ibertad de 40 detenidos en Chimbote y Truji l lo 172 . En Febrero, hay 50 detenidos en

"seguridad del Estado", según una carta pública que aparece en Correo

denunciando que están "en celdas carentes de salubridad, con mala alimentación y

deficiente o casi nula atención médica", señalando que algunos han recibido malos

tratos y que "algunos Ilevan más de tres meses de detención 173 . Por esto, cuando el

Ministro Cisneros declare en febrero que debe haber entre 118 y 120 detenidos; que

"salen 6. . . Entran 8" 174 , está describiendo la lógica real de esta "represión

selectiva". Esta forma de resión implica que los afectados directos son muchos más

que Ios reconocidos oficialmente, ya que la ciudadanía no puede tener una visión

real de magnitudes; pero todos, poco a poco, van comprendiendo que el ambiente

es irrespirable y que todos y cada uno están a merced de una larga cadena de

autoridades con poder para detener, perseguir, deportar y “manejar” al país, sin

estar obligados para brindar otra explicación que los anatemas de costumbre. Eso

ya había sido anunciado en agosto por el Ministro Cisneros, cuando declaraba "el

Ministerio del Interior viene realizando una serie de investigaciones Ios centros

laborales del Perú para establecer la infi l tración de elementos ultraizquierda en Ios

mismos"175 . Se unifica así en una todopoderosa mano, la capacidad de definir como

subversivo y ultraizquierdista a todo aquel que moleste al gobierno o al empresario

"incentivado" por esta polít ico anti laboral. Este podía deshacerse así de todo el que

molestaba, del que no era sumiso, a la par que amedrentaba al resto. En algunos

casos, incluso del Ministerio del Interior le vendrá la orden de despedir a los que ya

170 Cronología Política. Hecho No. 4043 p. 2179.

171 Cronología Política. Hecho No. 4599 y 4706 pp. 2151 y 2227.

172 Cronología Política. Hecho No. 4810 p.2306. DESCO.

173 DESCO, Informativo Político No. 53 p.16

174 DESCO, Informativo Político No. 53 p.17

175 Cronología Política. Hecho No. 4544 p. 2111

145

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están detenidos: en otros puede ser la empresa la que "pase el dato". Una práctica

reformulación de la estabil idad laboral, con la puntería puesta en los dirigentes y en

todo aquél que sea opositor polít ico.

Se combinará adecuadamente la acción de detener y l iberar, con los juicio s ante el

Tribunal Militar. Estos procesos implican que -no se sabe como- y más trabajadores

en conflicto, asesores y dirigentes polít icos, terminan “agrediendo" a los símbolos

nacionales y a tos institutos armados (¿no será dado que la Fuerza Armada

gobierna, ésta resulta incuestionable por ser tal?). En este pais, aplicando

legislación antigua, pero no menos inaceptable, el fuero Militar -con Jueces que son

oficiales de arma, nombrados por sus ministros y cuya carrera depende de éstos-

juzga a los civdes por délitos que supone atentan contra la seguridad nacional, la

integridad de los Institutos Armados o los símbolos patrios. Ello se aplica en esta

época y no sólo a los supuestos casos de guerri l leros que son tan aislados 176 .

A las detenciones y deportaciones se agregará también la persecusión sistemática.

El caso del abogado sindical Genaro Ledesma Izquieta será particularmente notorio,

consignando en su denuncia que se detuvo y chantajeó a campesinos que

supuestamente lo ocultaban 177 .

Esta situación será denunciada por diversos ciudadanos, en público y en privado,

cuando es evidente la injusticia que ampara este curso polít ico. En setiembre se

publics el "pronunciamiento" de unas doscientas personas, que lo incluyen catedráticos

universitarios, sacerdotes, profesionales, ex-altos funcionarios de la "Primera Fase",

periodistas, artistas y dirigentes sindicales. En dicho pronunciamiento se declara: ". .

Consideramos un deber expresar nuestra prolesta por la vigencia de una serie de medidas

que restringen elementales derechos democráticos, fundamentalmente de los sectores

populares. . .". El pronunciamiento reclama levantar el Estado de Emergeneia, el toque de

queda la suspensión de garantías; cesar las "persecusiones, detenciones y deportaciones

de las personas por razón de sus ideas o de sus luchas por Ia causa popular” restituir el

derecho al pleno funcionamiento de las organizaciones laborales, incluido el derecho de

huelga; reconocer el derecho al trabajo y a la estabilidad laboral, reponiendo despedidos; y

"el levantamiento de todas las trabas los óganos de prensa ligados a la defensa de los

intereses del pueblo y Ias garantías prácticas y efectivas para el debate científico,

ideológico y político la situación nacional"178. Este comunicado fue aceptado y publicado

por La Prensa, que no podía ya dejar de hacerlo pues días antes había aceptado otro que

176 Ver algunos hechos, siempre incompletos, en Cronología Política. Hechos Nos. 4642, 4847 pp. 2178 y 2329 e

Informativo Político No. 53 p.16; No. 56 p. 16.

177 Informativo Político No. 56 p.17

146

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reclamaba sólo la reapertura de todas las revistas clausuradas 179. Si se revisan los

nombres de los firmantes de la última declaración mencionada, y su vinculación con los

grupos de poder, poder emprenderse cómo estas personas son insensibles ante lo que el

pueblos y sus organizaciones lab rates viven. Ellos no sienten la represión ni se ven

afectados por casos de represión que les sean cercanos, pero si requieren expresarse para

defender mejor sus intereses. Obvíamente la falta de información hace que algunos estén

desinformados sobre la represión existente y sólo valoren la ausencia de vistas.

Varias organizaciones laborales también demandarán en setiembre la libertad y reposición

de todos los trabajadores despedidos y detenidos. En los firmantes se encuentran

organizaciones que apoyaron al gobierno en el pasado. El comunicado es firmado por la

CGTP, la CNT, la CTRP-Lima y varias Federaciones no afiliadas a estas Centrales

(Gráficos, Pescadores, Comercio Lima-Callao, etc.). Posteriormente los Obispos de la

Iglesia Católica Peruana emiten un documento titulado "Reflexiones de Fe sobre el

Momento Actual", que en un largo texto, con amplias referencias doctrinales, plantea entre

otros puntos el Deber y Derecho al trabajo (dentro del cual señala que “la iniciativa

individual y el simple juego de la competencia no serían suficiente para asegurar el éxito

del desarrollo" y que "No hay que arriesgarse a aumentar todavía más la riqueza de los

ricos y la potencia de los fuertes, confirmando así la miseria de los pobres y añadiéndola a

la servidumbre de los oprimidos”) y el derecho a una Remuneración Justa del trabajo ("si el

obrero obligapor la necesidad o acosado por el miedo de un mat mayor, acepta, aún no

queriéndola, una condición más dura, porque la impone el patrono o el empre sario, esto es

ciertamente una violencia, contra la cual reclama la justicia"). Reclaman los Obispos "que

sin una grave necesidad del bien común180 no se recorte la plena vigencia de aquellos

derechos que la Doctrina Social de la Iglesia ha proclamado desde el inicio hasta el

presente", explicitando entre estos derechos el de libre asociación sindical y el de huelga.

El documento influye reflexiones sobre las inversiones, las funciones de la propiedad, los

conflictos geopolíticos y la superación de la crisis. Sobre esta última, entendiendo “que

tiene un precio que todos debemos asumir", explicita que "los estratos medios y altos,

sobre todo tos que tenemos funciónes de responsabilidad" de i "proceder con ejemplo de

austeridad en la restricción de su consumo, ya que son los menos afectados por las

condiciones de vida"181. El gobierno difundió ampliamente en los diarios este documento.

Estos últimos editorializan sobre su sabiduria, pero ninguno destacó aquello que -como lo

178 Cronología Política. Hecho No. 4641 pp. 2176-77

179 Cronología Política. Hecho No. 4607 p. 2154

180 Pero es esta sociedad quien define esa grave necesidad del bien común es el gobierno, el mismo que cada vez más vinculado a los empresarios es parte interesada en que no haya huelgas. Por algo hace mucho que cada huelga se concreta en conflicto con el Estado.

147

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citado - contradice en esencia la política del gobierno en el manejo de la crisis económica -

dado que carga más a los más pobres-, en el campo laboral –dado que impone una

injustificada suspension de sus medios de lucha- y en el derecho al trabajo.

De este modo, la demanda entra al terreno de tos derechos humanos, el gobierno no

reconoce violar y que más aún en su propaganda exterior dice defender. Cuando en agosto

de 1977, el representante del gobierno firma declaración de la ONU sobre estos derechos,

nadie puede olvidar cómo la situación aquí descrita los ha pisoteado 182. Y esta conclusión

es válida, o en los elementales derechos materiales -alimento, comida y vestido- que la

política económica hace mas dificil aún alcanzar, como en las libertades indivitluales y

sociales. El libre transito, el no ser detenido a libre voluntad, el vivir en su propio país, el

organizarse y expresar sus ideas, el organizarse sindicalmente, el mismo derecho de

huelga, son elementales derechos humanos, tan necesarios como aquellos que violan la

tortura o la cartel. Nuevamente en este caso ninguna enumeración es suficientemente

completa. Pero, ¿quién duda que los ejemplos anteriores suponen una objetiva violación

de los Derechos Humanos?.

Por si hiciera falta más, se informa de maltratos fisicos y torturas afligidas al ex-guerrillero

Gonzato Fernandez fiasco183, quien termina hospitalizado; anteriormente se hen

mencionado malos tratos en los detenidos (en Seguridad del Estado, en Trujillo…) y hay

que recordar que la sola detención con esta legislación, en este estado actual, y más aún

dada la situación de las cárceles- es ya de por sí violatoria de los derechos humanos. Así

lo denuncian familiares de los detenidos en las carceles del Callao y Lurigancho, así lo

denuncia también el Colegio de Abogados de Loreto –por los maltratos sufridos por un

Abogado en Iquitos184-, demostrando que todo ello no es simple problema causado por

algunas "autoridades subalternas" que abusaron de la Ley. Estas autoridades actúan al

amparo de una Ley que propicia el abuso y como ejecutores de una política represiva que

se diría contra el pueblo como si fuera un enemigo, generando el espacio donde se hace

posible la violación de derechos. Nadie imagina al Ministro del Interior ordenando la

tortura. Pero el mismo desata la caza de brujas -o de subversivos, o de agitadores, o de

todo esto a la vez- contra quien se identifica con la protesta del pueblo. Se encarga

genericamente la función represiva la policía o a los servicios de inteligencia; se suspende

toda ley que garantice derechos individuales y procedimientos legales; se impide incluso

181 Cronología Política. Hehco No. 4666 pp. 2194 a 2198

182 Informativo Político. No. 59 p. 9

183 Cronología Política. Hecho no. 4733 p. 2247184 Informativo Político. No. 56 p.12

148

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que se conozcan hechos y causas reales, porque no hay prensa libre y menos si es

cercana al pueblo, ni hay tampoco acceso a la información real pare esa prensa. Así, todo

lo demás viene por añadidura.

La dramatica revelación de un ciudadano, que no parece ser ni dirigente ni político, cuya

detención se hizo buscando a un homónimo, es aleccionadora.

"Me pregunto: aunque no hubiena habido error ¿era necesario asustar e insultar a mi

esposa e hijos por teléfono? ¿era necesurio esperar a noche sin papel ni documento,

revólveres en mano, tratar de forzar puestas y proferir chantjistas gritos para que la

victirna intimidada se entregase, sin saber a quiénes ni para qué?"

La carta del Sr. Herrera Monge185 revela un caso que más bien constituye un estilo. Sin

embargo, no se detuvo a sus familiares para encontrarlo (como en la persecusión de

Rafael Roncagliolo o en la de los dirigentes telepostales, por ejemplo), ni su situación

demoró mucho en aclararse. Lamentablemente, el sistema mismo hacia necesario que

actuase así el ejecutor policial cuando se detiene al simple sospechoso -en forma

preventiva- o se detiene persigue a muchos, y ello no se quiere reconocer, la no

identificación la policia sirve para que "el depositado" no sea reconocido oficialmente como

detenido, por lo menos por un tiempo. Mientras tanto familias desesperadas deambulan de

comisaría en comisaría, temiendo encontrar en la morgue al ser querido.

Hay muertos también: el caso del estudiante Lozano, levantado con esfuerzo por la revista

Equis X, fue el más visible. Murió estando en manos de la polcia y la oscuridad de los

Comunicados emitidos al respecto fue notoria186. Un dirigente minero de Cerro de Pasco -

Lucio Baldeón- muerto de un disparo en la sien hecho desde el puesto policial de

Colquisjirca, según denuncia pública de la Federación Regional, es otro hecho oscuro 187.

La desaparicin -sin dejar rastro- del dirigente máximo del "Pueblo Joven Gambe ta" del

Callao, es otro hecho sonado y que aún ha quedado sin respuesta, los óganos de prensa

señalarán también casos extremes. Pero ello no es una muestra del "caso límite", al que

felizmente no se Ilega sino en contadas circunstancias, pero al borde del cual se pone a

amplios sectores de la acción.

La comparación con otros países -en esta dramática competencia de tiranías

latinoamericanas que violan los derechos humanos- deja aparentemente bien parado al

gobierno peruano, porque la magnitud de las violaciones es menor si el análisis se centra

sólo en los casos de muerte y tortura. Hay que recordar, sin embargo, la diferencia en

185 Informativo Político. No 551 p. 16.

186 Cronología Política. Hechos Nos. 4811, 4825, 4828, 4836 y 4838 pp. 2306 a 2325187 Informativo Política. No. 53 p.22

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cuanto a las situaciones históricas y magnitud de la oposición organizada. Perú es preciso

revisar toda la declaración de derechos del hombre, porque si sólo se habla de muertos y

torturados se estará tocando sólo lo que aparece más extremo. Todo lo demás en el ha

sido masivamente violado: libertades y necesidades materiales, garantías de organización

gremial y política; domicilio y familiares. Se ha impuesto el orden en el que la única actitud

tolerada al pueblo es el silencio y el trabajo, cuando hay trabajo. Y la aplicación de esta

política represiva, violatoria de derechos humanos, tiene una dirección clara: es el pueblo,

los trabajadores, campesinos188, Ios dirigentes sindicales y sus asesores; los dirigentes

políticos que se identifican con sus interés y por ello son la izquierda opositora al régimen.

No es igual la situación de las minorías. Ni cargan con la crisis en proporción a sus

posibilidades –más aún cuando los núcleos más poderosos ganan más, protegidos por el

Estado-, ni la represión se dirige a ellos. Pronto vuelven sus deportados, incluso los que

tiene sentencia judicial son indultados, y reaparecen sus revistas.

El gobierno comienza a ser denunciado en el exterior por violar los derechos

humanos, en un contexto en el que esta situación se focaliza en las dictaduras del

Cono Sur. Estas denuncias se son justamente en un período en que la Cancil lería

prioriza las relaciones con los países del continente, la mayor parte gobernados por

tiranos que tienen las manos manchadas de sangre. Preocupara en este campo la

hosti l ización de extranjeros acogidos en este país forzados migrantes de este

continente en manos dictatoriales. El traslado la Dirección de Migraciones al

Ministerio del Interior 189 - a integrarse más con los organismos policiales- es sólo un

indicador de la polít ica seguida, restringiendo su permanencia en el país y

acosándolos por medio de la hosti l ización burocrática. A ello se suma un nuevo

dispositivo legal que exige autorización del gobierno -a través de la Cancil lería-

para realizar cualquier reunión internacional 190 . En este mismo campo causó

sorpresa e indignación la desaparición en abril de 1977 del ciudadano argentino

Carlos Alberto Maguid , que residía en Lima y hasta la fecha no ha aparecido. Se le

188 Porque se expresan menos en la prensa y también por economía de espacio no sean dado auí mucho ejemplos de la represión en el campo. Esta existe sin duda. La intervención de 12 cooperativas en el Alto Piura (cronología política. Hecho No. 4867) o el enfrentamiento dado en Huamachuco (Cronología Política. Hechos No. 4768) son algunos de los hechos que transcienden. Tampoco se han desarrollado hechos de violencia represiva policial dado particularmente en pueblos jóvenes que lucha por un espacio para vivir en la ciudad o para impedir su reubicación, choque policial en el Pueblo Joven “10 de febrero”, con saldo de muertos, heridos y desaparecidos (ver Informativo Político No, 52 p. 19) o en “Condevilla Señor”, con similar saldo (Informativo Político No, 54 p. 15) ejemplifican esas situaciones.

189 Cronología Política. Hecho No. 4787 p. 2289

190 Cronología Política. Hecho No. 4714 p. 2232150

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supone muerto, secuestrado, posiblemente sacado del país por manos extranjeras.

Su esposa denunció por esta acción al grupo ultraderechista argentino denominado

“Triple A", aunque también se especuló sobre la acción de órganos más ligados a

los aparatos represivos de la dictadura militar argentina 191 .

En medio de obvias dudas -que en este caso no eximen totalmente a las autoridades

Peruanas surgen previsoras las palabras del citado Mensaje de los

Obispos Católicos en octubre do 1976, señalando que “es obligación grave de todos

evitar en nuestra patria la posibil idad de un espiral de violencia... ". EI l lamado final

del mencionando documento es indesligable de todo el texto y de aquella parte

anterior del mismo en la que al referirse los salarios de hambre afirma ". . . esto es

ciertamente soportar uno violencia, contra la cual reclama la justicia". La violencia

del sistema económico que explota a las mayorías, a la que se agrega la violencia

represiva para impedir que estas luchen -gremial y polít icamente- por cambiar esta

situación injusta, es una situación que engendra violencia. La espiral desatada en

América Latina no es casual ni se debe a "mentes enfermas" que se vuelven

subversivas. En este período, muchos Peruanos van adquiriendo en carne propia,

vivencias reales y dolorosas de la violencia del orden establecido. El régimen no

ataca sus causes... sólo detecta sus efectos y dentro de estos su ideología

convierte en causa lo que es epidérmico o aquello que expresa el clamor de las

mayorías.

DOS POLITICAS DE CONTRARREFORMA

Hasta julio de 1976 el curso de la “Segunda Fase” había significado un viraje gradual con respecto

al gobierno anterior. Sin embargo, hasta entonces se mantiene en el régimen el mínimo de

forcejeo, a la defensiva, que suponía la presencia de militares progresistas en la cúpula. A partir de

la caída del Premier Fernández Maldonado los hechos indicadores del viraje se sucederán uno a

otro, complementando el endurecimiento de la política económica con medidas que eran

especialmente reclamadas por las revistas de derecha. Estas, aunque clausuradas durante un

semestre, podrán ver cómo el gobierno va concretando uno a uno sus reclamos: caen los ministros

que más atacaron y cuestionaron – incluyendo el propio Premier-; renuncian o se alejan los

funcionarios más ligados a la “Primera Fase”, siguiendo el camino de los directores de diarios en

marzo; se impone disciplina laboral con la política represiva que se encumbre con el “Estado de

Emergencia”; ello mismo sirve para combatir todo lo que estos reaccionarios ven “rojo” y para

suspender – en sus efectos prácticos- la Ley de Estabilidad Laboral. El tercermundismo de la

191 Informativo Político. No. 55 p. 19151

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política exterior es reemplazado por un acercamiento a las dictaduras latinoamericanas y por una

política en la que participan más los comando militares – en visita a sus colegas- que Torre Tagle.

La sumisión a Washington vuelve a presidir el comportamiento de la política exterior, cada vez más

necesitada de su indulgente apoyo a la gestión incesante de nuevos créditos. Los “Hombres

privados”192.aumentan su presencia y peso en las decisiones del gobierno, sin asumir por supuesto

responsabilidad en éste.

En efecto, en pocos meses se concretan éstas y otras demandas de la burguesía nativa. La

desestatización de la pesca de anchoveta es una de las primeras. El gobierno se saca de encima a

más de 5,000 trabajadores y pone a la venta las bolicheras, ofreciendo a estos últimos la

“oportunidad” de adquirirlas con sus indemnizaciones de retiro y con préstamos adicionales. En

medio de un panorama de crisis en el que el propio gobierno sostenía que sobraba la mitad de

hombres y lanchas, se pretende que el riesgo económico sea asumido por los trabajadores a costa

de lo único que acumulan para la vejez y se los fuerza a competir con empresas privadas, que

rápidamente podrán desplazarlos. Las voces de protesta de los pescadores – acalladas con dura

represión – y la crítica de la Sociedad Nacional de Pesquería – que pone énfasis en la gravedad de

quebrar la unidad fábrica-flota – no merecieron del gobierno ninguna atención. La medida se

impone sin el menor “dialogo” que permita el mínimo debate político. Aprovechando la situación de

emergencia se aplica toda la dureza represiva a los trabajadores de la pesca, que luchaban por

mantener su puesto de trabajo.193

También en materia petrolera variarán las restricciones para entregar nuevas áreas de explotación

en contrato con compañías extranjeras. Formalmente se siguen las pautas del llamado “modelo

peruano” – que hace tiempo ha sido superado en el Ecuador – y las nuevas aperturas se dan en un

cuadro que disminuye la capacidad de negociación del gobierno, que adjudica áreas reservadas

para el largo plazo. Más adelante se firmarán contratos aún más favorables para la Occidental

Petroleum.194. En la cancillería se sentirán también los cambios.

El énfasis que ahora se pone en diálogos, visitas y entrevistas con los países del Cono Sur – que

comienza con la entrevista sostenida con el dictador Brasileño-, tiene su correlato en el menor peso

192 Frase introducida por el Presidente Morales Bermúdez para referirse al empresario privado. Suponemos que ha querido hacer un contraste con hombre público, pues está muy lejos de querer atacarlos o “satanizarlos”

193 Sobre este tema Carlos Malpica escribe el trabajo titulado La desnacionalización de la flota de Pesca Perú: una medida anti-histórica. Ed. Labor. Diciembre 1976. Allí se analizan el Paro y la medida del gobierno. En este documento se reproduce la crítica de la Sociedad de Pesquería.

194 Cronología Política. Hecho Nº 4493 pp. 2076-77152

Page 153: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

de las relaciones con los países del Tercer Mundo. Obviamente el viraje en estos casos es más

“diplomático”, pero se expresa en posiciones más conciliadoras con los interéses de las grandes

potencias; por ejemplo absteniéndose de votar en las resoluciones sobre Angola y Puerto Rico, en

la cita de países No Alineados realizada en Colombo 195. En cuanto al Pacto Andino, en agosto de

1976 el Perú cambiará su posición sobre el tratamiento del capital extranjero (Decisión 24)

planteando la necesidad de elevar el porcentaje máximo de remisión de utilidades y modificando

“los aspectos que no son claros o que por el momento actual del mundo no son realistas”196. Llego

la hora de “flexibilizar” la antes firme posición peruana.

El cambio de rumbo en el proyecto de propiedad social se sentirá netamente en las primeras

declaraciones del nuevo Jefe de CONAPS, quien califica de “enemigos de la revolución”

quienes”….consciente o inconscientemente han propiciado un enfrentamiento entre el sector

privado reformado y el de Propiedad Social, como si fueran antagónicos 197. Respondiendo a las

demandas de la empresa privada, se plantea arrinconar en las zonas deprimidas al sector de

empresas de propiedad social, impartiendo la directiva principal de no competir con la empresa

privada, es decir no ubicarse en los núcleos vitales del proceso de acumulación. De esta forma se

puede mantener el sistema actual y la hegemonía del capital privado198, dejando que las empresas

de propiedad social tengan el mismo o similar rol que las empresas cooperativas dentro del

capitalismo. Más adelante se criticará también los mecanismos que orientan la acumulación hacia

el sector en vez de centrarlos en cada Empresa de Propiedad Social y, con el argumento de dar el

poder real a cada empresa, se preparará el terreno para limitar aún más su impacto en el conjunto.

195 Cronología Política. Hecho Nº 4675p. 2206

196 Cronología Política. Hechos Nos. 4483p. 2072 y 4589p. 2141.

197 Cronología Política. Hecho Nº 4524p. 2097.

198 Otra vez en este caso – como ocurrió en la Comunidad Laboral- el gobierno parece desconocer la lógica del sistema

económico en el que opera. Es para éste la voluntad de los actores- que calificará rápidamente de “infiltrados”, sobre todo siendo civiles- y no lo que la ley significa en el contexto en que se da. Esta – y toda la ideología del gobierno, ahora reformulada – planteaba la necesidad de construir un sector de empresas “plenamente competitivo” con los demás y con el apoyo del Estado, que lo definía como “sector prioritario” de la economía. Y tal era la prioridad otorgada que básicamente en ella se basaba el carácter “esencialmente distinto”, no capitalista para Velasco y socialista para Morales Bermúdez, de la nueva sociedad propuesta por el régimen. Al margen de la utopía o validez de esta propuesta, la competencia está planteada desde la partida y el antagonismo es sentido por el empresario que ve en este proyecto un peligro para su empresa (que en adelante tendrá que competir con otras apoyadas por el Estado) y para el sistema que él defiende: la hegemonía de la propiedad privada. Los infiltrados son así, primero el mismo Velasco y luego Morales Bermúdez, aunque pueda especularse sobre la sinceridad con que antes la apoyaba este último. Cronología Política. Hecho Nº 4496 pp. 2077-78.

153

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En torno a este tema cabe recordar que la propiedad social fue presentada por el gobierno como la

alternativa a la propiedad privada y que a través de estímulos estatales debía convertirse en el

sector preponderante de la economía. Aún en sus contradictorias referencias al pluralismo

económico, el gobierno sostenía que a largo plazo la hegemonía corresponde al sector de

propiedad social. Sin embargo ningún elemento de su política podía garantizarlo, menos aún la ley

de empresas de propiedad social dada en 1974. los empresarios reaccionaron ante esta lógica con

un rechazo decidido a toda promoción de estas empresas, calificándolas de competencia desleal,

por gozar de incentivos particulares que el propio gobierno no aplicaba. La burguesía no puede

aceptar que se le cuestione el futuro; su vocación de poder exige ser hegemónica hoy y mañana.

Lo que se reclamaba del viraje era así una definición frente a un planteamiento que no podían

aceptar. Pero la realidad de entonces ofrecía una situación aún más precaria, presente ya en 1975,

en la dificultad de obtener los recursos de capital para crear empresas de Propiedad Social. La

situación económica general condiciona su crecimiento, en tanto que el Estado no dispone de

fondos – presupuestales o crediticios – para generar estas empresas. Si estas deficiencias ya eran

visibles anteriormente y cuestionaban la preponderancia real del sector de Propiedad Social, en la

situación posterior lo convertirán en algo insignificante. Por lo mismo, lo que se concreta en este

período no es el desmontaje de un proyecto existe, sino la variación de un objetivo declarado,

antes de haber sido aplicado en términos significativos. Es el fácil viraje ante la presión de los

empresarios, en nombre del realismo y de sus intereses predominantes.

La acogida del gobierno a las demandas de los empresarios se da también en lo relativo a la Ley

de Estabilidad Laboral, aunque la norma legal siga en pie todavía. Durante mucho tiempo, la

derogatoria de esa ley fue el reclamo central de la burguesía porque limitaba – aún con claros

escapes – la capacidad de cada empresas de deshacerse de todo trabajador que molestara.

Obviamente, la argumentación se ha de centrar en aspectos disciplinarios y laborales de rutina. Se

dirá que la empresa pierde capacidad de eliminar el ocioso y al inepto. Se presentará muchos

ejemplos de ello, a pesar de que la norma prevé el procedimiento para estos aspectos. Aún

admitiendo posibles abusos, es obvio que el problema no es el de los casos “justos” o extremos de

“criolla” inconsecuencia. Lo que el empresario ha estado acostumbrado a tener es el arma de

chantaje para que el obrero sea obediente y sumiso, incapaz de reclamar ni discutir; para que

incluso ante los abusos que lo afectan, prefiera callar para no quedarse en la calle. Esto es real y

vital en la experiencia de los trabajadores. Pero tiene además connotación política, pues se aplica

prioritariamente a los dirigentes sindicales que – salvo en contactos sindicatos, muy fuertes – no

han tenido en el pasado margen de protección para cumplir su función sin resultar, a corto o

mediano plazo, despedidos.

154

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Indudablemente en la polémica está presente otra limitación: la capacidad de despedir

masivamente ante situaciones de crisis o cuando se pretexta esta necesidad, pero lo que en

definitiva se busca es deshacerse de trabajadores caros y antiguos para contratar otros a menor

costo. Este reclamo de los empresarios asume tal tono que pareciera que, al amparo de esta Ley,

la mayor parte de los trabajadores fueran ociosos e indisciplinarías. Se ha de anunciar varias veces

la modificación de la Ley 199 y entre los términos del nuevo ante-proyecto se especuló incluso con la

posibilidad de aquel empresario tuviera “derecho” a eliminar a un pequeño número por año, sin dar

cuenta de ello a nadie. El hecho es que la nueva ley no se concreta en este período sino en el

siguiente, pero la situación política cambia de tal manera que la estabilidad laboral casi no existe ya

como tal. Porque la autoridad de trabajo, cumpliendo obviamente directivas políticas y sin descartar

la “gestión” de los empresarios, dictamina sucesivamente facilitando el despido y la reducción de

personal. Porque la Legislación de Emergencia – primero restringida a Pescadores, Mineros y

Periodista, pero luego generalizada a todos – permite el despido a voluntad cada vez que se

genera un conflicto y se plantea la posibilidad de huelga. Difícil será estimar el número de

despedidos desde entonces – incluso antes del D. S. 010-, pero es un hecho que se ha logrado

amedrentar a los trabajadores y que la presión de las empresas sobre el gobierno para cambiar

esta Ley ha decrecido momentáneamente. Asi lo admite – implícitamente – el Ministro del Interior

cuando para fundamentar la necesidad de modificar la Ley de Estabilidad Laboral sostiene que

antes del Estado de Emergencia – es decir, no durante éste – muchos dirigentes han estado

realizando actividad netamente política en los centros de trabajo, aprovechándose de la estabilidad

laboral200.

Esta Ley – a pesar de sus grandes límites – es una de las conquistas más sentidas por los

trabajadores en una sociedad acostumbrada a lograr eficiencia sólo a través de la explotación y el

abuso. En el sector estatal, sin embargo, el verticalismo y la conducción prepotente no tiene nada

que envidiar a la empresa privada tradicional y esto ha sido agudizado con la presencia de

directivos acostumbrados a la disciplina castrense. Para un régimen que se proclama humanista,

este es el campo en que muestra sus mayores contradicciones, por más que recurra a estigmatizar

como “Política” o “subversiva” la reacción de los trabajadores. Y el entrampamiento proviene de los

199 Había mucho de utopía en la formulación inicial del proyecto de Propiedad Social, a pesar de que entonces pudiera

pensarse que al aprobarse la Ley lo importante era la voluntad política que hubiera detrás. Superar el capitalismo supone alterar la lógica de funcionamiento del sistema, sus reglas de funcionamiento basadas en el lucro. La existencia de empresas estatales y de empresas de propiedad social en números significativo no altera esa lógica. Depende también de la orientación de esas empresas, de su ubicación en los sectores de punta y del reordenamiento total de la estructura productiva en función de las necesidades sociales y no del lucro, que es motor de la acumulación privada. Nada de eso quedaba garantizado en la Ley.

200 Cronología Política. Hechos Nos. 4530 y 4596 pp. 2100 y 2194.

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valores y de las estructuras propias del sistema que contribuye a reproducir. No sólo de las

personas.

La inestabilidad laboral impuesta por la política del gobierno será uno de los hechos de mayor

impacto en la población urbana. El otro es la reducción de salarios reales, como producto de la

política económica seguida. El trabajador rural será afectado también por esta política, que se

superpone a los graves efectos que desde antes la política económica causa en el agro. En cuanto

al proceso de reforma agraria, si bien no se devuelve masivamente tierras a sus antiguos

propietarios, habrá sin embargo, algunas devoluciones dispuestas por el Tribunal Agrario201. A la

par, se pauperiza la mayor parte de empresas campesinas por efecto de la situación económica y

el control ejercido por el Estado sobre ellas se torna cada vez más opresivo para los trabajadores –

socios. Un indicador de esto y del ajuste que a todos los trabajadores se impone, será la creación

de una Dirección para la regulación de salarios en las Empresas Campesinas, invalidándose

cualquier aumento salarial que no cuente con la aprobación de la respectiva Zona Agraria.202

La modificación de la Comunidad Industrial, respondiendo a las demandas de los empresarios, se

concreta en Febrero de 1977 en una Ley que desnaturaliza el modelo original y reduce

sustentantivamente la participación de los trabajadores en la propiedad y en la gestión de la

empresa203. Como siempre, el gobierno proclamará que estas modificaciones son hechas en

beneficio de los trabajadores y criticará la Ley anterior, diciendo que “…ha perjudicado al final a los

que pretenden favorecer”204. Los trabajadores no los sentirán así y más bien harán constar durante

201 “Yo soy muy respetuoso de los Sectores y en realidad ésta es una pregunta que debe ser formulada al Ministro de

Trabajo. Está todavía a nivel de funcionarios de Trabajo, el estudio de esta modificación. Lo único que puedo decirles, en términos generales, es que si es necesario modificar la Ley de Estabilidad Laboral para lograr una mayor productividad en el país y para mejorar las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, habrá que modificarla. Lamentablemente hay muchos dirigentes sindicales que aprovechándose de esta estabilidad laboral, en épocas anteriores al estado de emergencia, han estado realizando una actividad netamente política en un buen número de centros de trabajo”. Cronología Política. Hecho Nº 4596 p. 2194

202 Cronología Política. Hecho Nº 4621p. 2167

203 Cronología Política. Hecho Nº 4645 p. 2180

204 La diferencia fundamental de la nueva Ley con la anterior es que antes la comunidad laboral, como institución, obtenía

un bloque de acciones que le daban derecho a voto en la asamblea de accionistas, que podía llegar hasta el 50% del capital. En la nueva Ley los trabajadores recibirán acciones individuales preferenciales, que no le darán derecho a voto. Estas acciones no formarán parte del capital social de la empresa, sino de un nuevo rubro llamado “participación Patrimonial del Trabajo”. Este no podrá exceder del tercio del patrimonio total de la empresa. El Fondo de la Participación Patrimonial del Trabajo forma parte del patrimonio de la empresa, pero no del capital social. Este fondo de los trabajadores puede llegar como máximo a una cantidad igual al 50% del capital social. Es decir que el patrimonio de la empresa será de una vez y media el capital social, y el fondo de los trabajadores no podrá superar el tercio del patrimonio. Las deducciones que haga la empresa a favor de la Comunidad continuarán siendo el 25% de las utilidades, libres de impuestos y serán repartidad entre todos los trabajadores de la empresa, sean o no miembros de la Comunidad Industrial.

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la elaboración de esta nueva ley, “su preocupación” porque ésta se elabora sin escucharlos205.

CONACI, a nombre de los Comuneros Industriales, rechazó la nueva Ley y señaló que a pesar de

lo ofrecido no se le hizo conocer el anteproyecto206. Este trato desigual, en un terreno en el cual ya

ni siquiera se intenta conciliar, es bien representativo del curso del régimen y de su opción. Con

palabras que aparentan armonía, el gobierno no sólo encubre la desigualdad estructural que

caracteriza al sistema capitalista, sino soslaya su negativa a intentar propiciar conciliaciones e

incluso a tener presentes y escuchar las demandas de los trabajadores. Se le impone aquí una Ley

que recorta sus derechos, de la misma forma en que se le impone la disminución de su ingreso

real. La experiencia de los trabajadores en este período es así una sucesión de golpes, tanto a su

situación real como a las expectativas generadas por la “Primera Fase” de este régimen. En un

proceso gradual, los trabajadores verán que en todos los frentes el gobierno gira en su contra para

responder a las demandas de los empresarios, abandonando sus banderas de reforma o

reduciéndolas a su misma expresión. Los empresarios y sus voceros políticos podrán palpar más y

más muestras del “dialogo eficiente”, que sí existe para ellos. Sus representantes tendrán acceso

incluso a la evaluación y formulación de normas para la actividad empresarial del Estado.207

La aparición del Plan Tupac Amaru será ocasión para que el propio gobierno explicite su crítica a

los objetivos expresados en el Plan Inca, obviamente centrados en su aplicación y en sus

“desviaciones”. La fórmula genérica que adoptan los objetivos de este Plan deja amplio campo

para la reformulación de las reformas, según el curso político. La ausencia de debate, si bien está

influída por la total desconfianza que el gobierno genera tanto en la izquierda como en la derecha,

se debe también a la imprecisión y generalidad de las formulaciones que evaden lo que es central

en todo proyecto político, más aún en una coyuntura. En este campo, complejos y en apariencia

detallados documentos – como el Plan Tupac Amaru – evaden lo central, aquello que definirá el

curso de las políticas sectoriales: el plan económico, eje de una estrategia de desarrollo, que aquí

se sustituye por “paquetes” coyunturales sucesivos, básicamente centrados en aliviar la angustia

financiera.

205 Véase, por ejemplo, las afirmaciones del Presidente Morales Bermúdez en Cronología Política Hecho Nº 4778pp 2277-

80

206 Cronología Política. Hecho Nº 4800p 2298.

207

157

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En las formulaciones discursivas del gobierno y de su prensa se apreciará también la concreción

del viraje político. El término “socialismo peruano” que el mismo Presidente Morales Buermúdez

introduce en el lenguaje oficial a principios de su gobierno, y al que recurre hasta meses antes,

deja de gustarle en el mes de agosto.

“No me gusta el término libertario, ni me gusta el término socialista. Porque, en

nuestra responsabilidad política son términos que el mundo, no nosotros, los tiene

confundidos, son términos que nos sindican en el mundo en este momento, y,

nosotros, lo que queremos realmente es la grandeza de nuestra Patria, trabajar

unidos nosotros los peruanos. Aquí en el Perú ya no hay oligarquías. Eso ya se

acabo. Pero no podemos engrandecer el Perú, seguir adelante si no aceptamos la

iniciativa de los hombres peruanos. ¿Es un pecado aceptar la iniciativa de los

hombres privados del Perú? No Señores.208

Es interesante observar cómo la primera formulación que hace al respecto, desemboca en una

defensa de la iniciativa de los “hombres privados”(sic). Hay confusión, pero no sólo en el mundo

sino en las palabras del Presidente. Entender su confusión, en todo caso, es un juicio menos

severo que hablar de utilización oportunista de un concepto que tiene un valor simbólico en la

política nacional desde hace mucho tiempo. El propio gobernante reconoce ese valor simbólico,

refiriéndose a la incomprensión de la derecha, sector que evidentemente le preocupa y que quiere

atraer e incentivar. Mas adelante, el Presidente declara en una entrevista:

“Pensamos que el término Socialismo, a pesar de haberlo empleado en muchos discursos el que

habla, me he dado cuenta que no es bien interpretado en el Perú…Me he dado cuenta por ciertas

reacciones y ciertos análisis internos aquí, dentro del Perú, en diferente estamentos sociales, que

no es una palabra bien interpretada. Y muy simplemente le voy a decir: los grupos de derecha, no

hablo de ultraderecha, porque con la ultraizquierda, los grupos de derecha donde hay buenos

peruanos, que, claro, tienen su pensamiento de derecha, pero es gente muy positiva en la vida del

país y que entienden muchos de los problemas aunque no estén muy de acuerdo con todo el

proceso revolucionario, ellos pueden estar de acuerdo con determinados aspectos y en eso

apoyan; pero la mayor parte de la gente de los grupos de derecha, confunden la palabra

Socialismo con Comunismo. Eso yyo he podido detectarlo en conversaciones, en análisis de

208 Cronología Política. Hecho Nº 4790p. 2290

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informaciones, etc. Y los grupos del otro lado le dan diferentes interpretaciones que no coinciden

con los postulados de las Bases Ideológicas..”209

Lo que la derecha, ninguna derecha, aceptará jamás es que se cuestione la propiedad privada y el

sistema en el cual es hegemónica: el capitalismo. En tanto que el socialismo – en cualquiera de

sus versiones – cuestiona el sistema capitalista y pretende reemplazarlo, no hay acuerdo posible.

En ese punto la conciliación no cabe y el cambio de palabras refleja una opción. La situación

concreta en que estas afirmaciones se dan es sin embargo distinta. Una alternativa socialista no es

sólo cuestión de palabras y la política del régimen no es ni socialista, ni alternativas al capitalismo.

Es una política capitalista que se mide en sus acciones, en su conducción económica, en sus

reformas y en algo esencial: la marginación del pueblo respecto del poder. Que la palabra

socialismo es hoy insuficiente como definición, nadie lo duda. Pero lo que define en la partida es un

mínimo: no hay socialismo capitalista ni capitalismo socialista. En la “Primera Fase”, el General

Velasco no pretendió calificar de socialista el proyecto que encabezaba, aún cuando explicitaba la

recusación del capitalismo en el discurso político. Las reformas emprendidas no cancelan el

carácter capitalista de la sociedad peruana ni lo pretendían, salvo en el caso del proyecto de

propiedad social, que lo enuncia en la ideología aunque no lo materializa. La ideología formulada

por ese gobierno corresponde gruesamente con sus realizaciones; tiene grandes vacíos y aspectos

indefinidos, y las bases ideológicas así lo expresan. Hubo cuidado en no calificar de socialista al

modelo del régimen y en llamar bases – es decir no formulación definitiva – a ese documento.

Ningún analista serio podrá encontrar en las realizaciones y en las formulación ideológica de

entonces, una alternativa socialista concreta; sin negar por ello en absoluto los valores de esas

reformas, su carácter antioligárquico y nacionalista, así como el valor de las posiciones surgidas a

partir de su praxis, que llevaron a muchos actores a entender que la ruptura del sistema capitalista

era necesaria, aún cuando no llegaran a concretarla en un proyecto político alternativo y viable.

Pero el problema de fondo no es de personas ni de valores o buenas intenciones. En la base está

la capacidad de analizar con criterios científicos la realidad, de vincularse con las fuerzas sociales

capaces de cambiarla y de lograr convertir en un proyecto social válido y propio para esta realidad,

un modelo socialista alternativo. Eso no es cuestión de discursos y el gobierno, en particular, abusa

del discurso y se enreda en su propio confusionismo, porque no sólo fue incapaz de resolver las

contradicciones existentes en el gobierno anterior, sino que al afrontar la crisis económica – que

hace planas y dramáticamente visibles las opciones, dificultando la conciliación – opta por

abandonar las reformas y el nacionalismo, y además requiere justificarlo en palabras.

209 Cronología Política. Hecho Nº 4587p. 2139

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Más allá del confusionismo de las palabras, lo que expresa el Presidente es el nuevo curso político

y la búsqueda del consenso de la derecha moderna.

Estos “ buenos peruanos”210 no se enfrentan a un régimen socialista pidiéndole conciliación. Lo que

hacen es pedir coherencia ideológica a un régimen capitalista que concilia con ellos en lo

fundamental y que en el viraje de las reformas, así como en las medidas anticrisis, está eliminando

los obstáculos para la compresión política plena con esa derecha. En la realidad actual del

continente, la burguesía no tolera recetas heterodoxas. Las condiciones del capitalismo

monopólicos, de las transnacionales y de la crisis económica, no dejan amplios márgenes a las

burguesías criollas para ser concesivas con el pueblo y el proceso político de los últimos años, al

avanzar las reformas, han tornado aún más rígidos ideológica y políticamente a los empresarios.

Cuando “confunden” socialismo y comunismo con todo cambio – cuando en todo planteamiento

socialista sólo ven totalitarismo, que no ven en el capitalismo de hoy-, hay que recordar que en

este sistema esto no es casual ni accesorio. El eje ideológico es: toda alternativa al capitalismo es

la destrucción. Socialismo – comunismo-violencia-terror rojo – subversión, etc., son parte de una

misma secuencia lógica.

La concreción del viraje toca también a la posición nacionalista del régimen. No es casual pues el

enlace estructural; es propio del sistema. La negociación sobre el pago por la expropiación del

Marcota concluye en condiciones bastante onerosas, que dan cuenta del escaso margen de juego

del gobierno 211. El curso de la política anticrisis y su recurrencia al crédito internacional y al apoyo

de los Estados Unidos para obtenerlo, serán ahora el centro de las preocupaciones del gobierno.

En este campo es difícil conocer la dimensión y oportunidad de la presión imperialista, y las

concesiones hechas a puerta cerrada. Ello pertenece al campo de la práctica política que el

régimen maneja en exclusividad, en un país desinformado políticamente. Nadie puede negar, sin

embargo, dos constataciones que no aparecen en forma gratuita: la primera es que las relaciones

con los Estados Unidos son óptimas, sin roce importante, cosa que no ocurrió en la “Primera Fase”.

La segunda es expresada por el Secretario de Estado Norteamericano, Henry Kissinger, en octubre

210 Cronología Política. Hecho Nº 4620p.2161

211 La bondad y el patriotismo no se miden tan simplemente. Pueden teóricamente ser personas muy buenas, amorosas y

patriotas los “hombres privados” de las derecha. O También los de la izquierda, que no sabemos si serán para el Presidente hombres privados o sub-hombres, pues hombres públicos no son. Sin embargo, el amor a la patria es indesligable de la solidaridad con los hombres que mayoritariamente constituyen esta Patria y el sistema capitalista defendido por la derecha los oprime y explota en cualquiera de sus versiones lo reconoce el propio Presidente cuando dice el 31 de marzo, refiriéndose a la sociedad capitalista: “….por más concesiones que haga no puede eliminar nunca por completo la explotación que la ideología encubre. En el fondo es la opción por los propios intereses o por los ajenos, por el bienestar de las mayorías, recubierta con los mitos, los enemigos míticos, los tecnicismos y los valores de la ideología dominante”

160

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de 1976; ejemplificando los progresos en las relaciones entre su país y Latinoamérica, expresó que

se habían logrado “negociaciones sin precedentes con los gobiernos de Panamá y Perú”212.

TRES BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA

En la concreción del viraje el gobierno tenía la implícita necesidad de concretar con la

burguesía nativa términos de acuerdo mis estables. Esto era aún más necesario si el

rechazo popular lo había obligado a cerrar drásticamente el espacio político, con la

legislación de emergencia. El gobierno emprende el diálogo con los empresarios y con

los partidos del campo burgués. Incluye en esta línea algunas fuerzas del campo

popular pero claramente en condiciones marginales pues el diálogo obedece entonces

al rumbo del proceso político. Los hechos que se señalan al respecto, pueden expresar

los elementos que se traslucían al público.

I. CON LOS EMPRESARIOS

En busca del consenso y respaldo expreso de la burguesía, el gobierno ha hablado y

actuado gradualmente desde el período anterior. En cada mensaje se destaca ahora el

rol de la empresa privada y de la inversión extranjero no sólo para resolver la crisis

sino para generar empleo. Los empresarios son parcos en la respuesta y sus demandas

muestran la heterogeneidad de intereses de la burguesía nativa, a la vez que indican su

derrotero común respecto a lo fundamental. El mensaje presidencial del 28 de julio, al

anunciar la modificación de la Ley de Comunidad Laboral -cuya "esencia" no ha sido

comprendida, según el Presidente213 pone énfasis en una verdadera priorización de los

212 Esta Expropiación merece ser estudiada por mostrar los estrechos límites de maniobra que quedaban al Estado peruano

en esta negociación, por la imposibilidad de vender hierro fuera de los condicionamientos de Japón y Estado Unidos. Pero la simple lectura de las cifras indica un caso tal de fraude en la empresa norteamericana, que justificaba el no pago por las instalaciones expropiadas, cosa que por los rasgos dependientes de esta economía – en una coyuntura muy distinta al 68 no se hizo. En 1974 Marcona declaraba exportar aproximadamente 9 millones de toneladas largas a un precio FOB de 8 dólares/tonelada. Este precio sin embargo, en 1977, que fue el más bajo alcanzado por este mineral, - por la crisis del mercado – era de 15 dólares/toneladas, cosa que permite ahora a Hierro Perú mostrar gran rentabilidad exportando sólo 4´200,000 toneladas largas ese año.

213 Este mensaje debió titularse “El gobierno incomprendido”. Para el Presidente no sólo no fue comprendida la esencia de

la Comunidad Laboral tampoco fueron comprendidas las medidas de “la Segunda Fase”, ni sus llamados “fraternos”, combinados con una represión poco fraterna y una política económica menos fraterna aún. Tampoco son comprendidos los cambios militares hasta se insinúa la intromisión civil en ese campo reservado, reiterando la nunca probada pretensión de “…tergiversar el sentido de las situaciones y aprovecharlas políticamente”, ¿Somos tan idiotas los peruanos? ¿Tan incapaces de comprender? Este discurso pronunciado cuando el gobierno reprime toda expresión en su contra e impone al país el Estado de Emergencia, demuestra hasta qué punto este gobierno distorsiona la realidad para cubrir su propia

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intereses "privados" de la burguesía y obtiene el pronto apoyo de la CONACO, cuyo

Presidente declara estar "impresionado" por "la franqueza de sus planteamientos, con

aspectos positivos y reflexiones muy importantes. Obviamente, lo que "le impresiona"

positivamente es que Morales Bermúdez resalta la importancia de la empresa privada y

la decisión de "reajustar" la Comunidad Laboral 214.

Para el Presidente la importancia de la inversión privada se justifica ahora por la

necesidad de aumentar las fuentes de empleo. Así lo afirma en Iquitos, a la vez que

ataca a los "grupos sectarios" que, "abusando de la falta preparación política y de

cultura de nuestro pueblos -", introducen en "las gentes idea extrañas a la realidad

nacional"215. Comprendiendo bien el sentido de estas declaraciones presidenciales, la

Sociedad de Industrias las aplaudirá expresando a través de su Presidente Interino que

el anuncio "… es reconfortante, porque señala y reconoce el único camino que debe

seguir el país para salir de la crisis económica, apoyar la inversión privada, apoyar a la

empresa privada". A la vez recordarán los empresarios que han hecho "planteamientos

concretos que aún no han sido, debidamente recogidos" y que esperan” ...que antes de

fin de año este anuncio se haga realidad…" 216. Los trabajadores, especialmente los

comuneros industriales, han sido pues notificados.

En el mismo sentido se pronunciará el Gerente de la CONACO, quien pone énfasis en

la necesidad de inversiones extranjeras y expresan que "hay e reconocer que existe un

clima muy propicio para el trabajo del empresario. Se viene alentando la confianza y el

respeto que se había perdido en el Perú con relación a la sana empresa privada…". El

trabajador conoce ya ese clima impuesto con el Estado de Emergencia y la anulación

de toda capacidad gestión sindical. En la misma oportunidad el Vice-Presidente de la

Cámara Comercio de Lima considerará muy saludable el enfoque "realista" que se

formula, "…dejándose de lado análisis y planteamientos demagógicos, sin lento

reiterada.

214 Cronología Política. Hecho No. 4534 p. 2103

215 En estos casos el Presidente desconoce que no sólo en el Perú sino en toda América Latina están ampliamente

demostrado, con cifras y cuidadosas investigaciones que en esta época de transnacionales la empresa privada moderna se muestra incapaz de generar no sólo el empleo que esta población requiere sino incluso el empleo industrial que generó en los países de desarrollo originario, en la dase competitiva del capitalismo. Parece desconocer que toda la tecnología moderna –sin la cual la empresa privada deja de ser rentable en este sistema- está dirigida a ahorrar mano de obra. Parece olvidar que todo sistema económico tiene su propia coherencia y que en el capitalismo la rentabilidad del capital, y no la necesidad de dar empleo y satisfacer las necesidades sociales, se impone prioritariamente.

216 Cronología Política. Hecho No. 4749 pp. 2260-61

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sustento económico e inspirados en modelos ajenos a nuestras realidades nacionales";

pero a la vez, indicando su oposición ante los "simplificaciones y generalizaciones",

señalará: "no puede de ningún modo ignorarse nuestra si tuación de dependencia del

exterior y la profunda crisis que afecta a la economía”.

Es interesante indicador la preocupación que se evidencia en este case, la situación de

dependencia, que podría indicar la presencia de empresas nacionales que amplían su

marco de compresión de esta realidad cada vez más favorable, en todo el Continente, a

las transnacionales. Cabe preguntarse, sin embargo, sobre el carácter estructural de

esa dependencia, sobre la habilidad de una ruptura de esa situación mientras

predomina la lógica "privada" articulada mayoritariamente al capital transnacional, a su

tecnología y lógica de funcionamiento. Y estos no son "esquemas demagógicos" sino

resultados de investigaciones científicas, bastante amplías, hechas en América Latina.

La reunión de CADE 76 dará lugar a una nueva exposición de los planteamientos del

empresariado, que reclama concreciones del gobierno logrando sucesivos avances en

el terreno de la articulación de sus intereses. En la inauguración, el Vice-Presidente

de la Southern Perú Co. “.....responsabiliza a la política del gobierno de todos los

males que aquejan a la economía del país. Llama consecuentemente a reducir la

acción pública a ser mínima expresión, en el entendido de que sólo ello, y el

despliegue de la iniciativa privada, pe rm i t i rán superar la crisis e incluso el atraso del

país". Como bien anota en La Prensa César Humberto Cabrera, "olvidó decir también

que la acción gubernamental que hoy tan acremente crítica tuvo su origen inmediato

en el impase económico y político a donde condujeron al país los defensores al país

libre iniciativa, y esto, independientemente de las críticas que se puedan hacer a la

gestión gubernamental, tal como nosotros mismos lo hemos en oportunidades

anteriores"217.

Las criticas y demandas de la burguesía nativa -en el ejemplo bien articuladas con el

capital extranjero- encuentran a un gobierno “a la defensiva que progresivamente

recorta el alcance de las reformas y políticas iniciadas es la "Primera Fase". En su

discurso, el Presidente Morales Bermúdez, sin responder a las críticas, anuncia la

modificación de la Comunidad Iaboral para adecuarla a Ios empresarios empresarios

217 Cronología Política. Hecho No. 4775 p. 2276

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e informa también del rumbo el gobierno quiere dar al sector de propiedad social,

para que no sea competitivo con el sector propiedad privado. Se le orienta a "dar la

preferencia, por no decir exclusividad, a los proyectos que permitan emplear la mayor

cantidad de mano de obra". Anuncia a su vez "la individualización orgánica” de las

empresas218. ¡Que diferente óptica la de este discurso con la del pronunciado por el

mismo Presidente en CADE 75, un año antes! Para el más superficial lector,

aparecerá evidente en esos dos documentos el viraje que tanto niega el gobierno

entonces. En la óptica de hoy -es la hora del pragmatismo- lo que importa es producir

más, sin discernir cualitativamente el qué , el cómo y el para quién. Esas son

decisiones "privadas", a aunque ocasionen crisis en la balanza de pagos por su

necesidad de traer más y más insumos y bienes de capital importados, a la vez

exportan -legal e ilegalmente- más y más capitales. El imperio de estas decisiones

privadas, tomadas en función de las mayores ganancias y no de una racionalidad

productiva del conjunto económico social, es lo que reclama el empresariado.

El gobierno escuche las demandas, no contestadas a las críticas y real sus reformas

en aquello que más habían alcanzado por cambiar los empresarios modificar la

Comunidad Laboral y asegurar la no competitividad "desleal" de Ia Propiedad Social.

La reducción progresiva de controles y la decisión de no planificar realmente la

economía, ni siquiera en la crisis 219, es la respuesta inicial del gobierno a las

demandas de privatización. Luego, en una lógica gradualista, vendrán acogidas más

explicitas a las demandas de tos empresarios.

En su acercamiento a Ias industriales, el gobierno concede primero la modificación de

la Comunidad Laboral -concretada en Ley el 1° de Febre ro-, aunque es más lento en

aceptar la plena liberalización que reclaman del control estatal. La sociedad de

industrias reclamará entonces -el mismo día que se aprueba la nueva Ley de

Comunidad Laboral una nueva Ley de Industrias. Los industriales piden más, aunque

en este campo la Ley vigente y la capacidad de planificación del gobierno les dejan

amplio margen de Luego220. Sin embargo, la relación del gobierno con la Sociedad de

industrias no tiene fluida en este momento, por su cuestionamiento del poder estatal.

218 Cronología Política. Hecho No. 4778 pp. 2270-80

219 Nos referimos principalmente a la negativa a programar importaciones, a planificar una industria diferente, a aceptar las

críticas que desde el propio gobierno se le hicieron antes.

220 La Sociedad de Industrias, en su pronunciamiento, pide:

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En abril, al pronunciarse sobre el Plan Túpac Amaru, sostendrá que este "refleja

cambio sustancial de actitud…" pero no recusa la ideología de la "Prime ra Fase" ni

cambia el estatismo del gobierno, a pesar de sus "resultados contraproducentes". En

sus conclusiones propone un conjunto de requisitos PIan, que la identifica plenamente

con Ios planteamientos que entonces estaban sosteniendo Ios antiguos partidos

políticos221.

El énfasis que pone la Sociedad de Industrias en el calendario político y la

Constituyente, no será compartido por todos los empresarios, pero será indicativo

entonces del aislamiento en que se encuentra el gobierno a pesar del viraje. A

principios de junio un pronunciamiento de una "Confederación de Pequeñas y Medianas

1) La sustitución del D.L. 18350 (Ley General de Industrias) por otro instrumento legal con las siguientes característica:

a) Que tenga para la industria finalidades promocionales y no meramente punitivas.

b) Que considere el porcentaje de participación de la Comunidad Laboral en la industria en pie de igualdad con los otros sectores y no constituya, como hoy, una carga discriminatoria.

c) Que elimine los controles y trabas burocráticas, para el funcionamiento y la creación de empresas.

d) Que evite la intervención estatizante en sectores que operan con eficiencia productiva.

e) Que se dirija a una real descentralización

f) Que proteja al patrimonio industrial contra la devaluación y el obsoletismo.

g) Que coloque al país en condiciones de igualdad y aptitud para enfrentar el reto del Grupo Andino.

h) Que favorezca promocionalmente la exportación de productos peruanos.

2) La participación de la Entidades Representativas de los Sectores Privados en las discusiones de las leyes que les conciernen, como el medio más eficiente de evitar los errores que se han cometido

Informativo político No. 53 Febrero 77 p. 15

221 Finalmente, la Sociedad de Industrias señala en sus conclusiones que en un Plan de Gobierno que “sea realmente

instrumento funcional y eficiente de desarrollo para el Perú y que rectifique los errores del pasado. “ debería a) ser producto de la ciudadanía; b) considera la necesidad de provocar al poder constituyente para que elabore, sin agenda previa, la Constitución que el Perú reclama; c) recurrir al único mecanismo de consulta al pueblo que es digno de Fé, el voto secreto y universal d) garantizar en forma absoluta e irrestricta la libertad del poblador peruano es todos los campos de su actividad y de modo especial la libertad de prensa; e) hacer de conocimiento público la verdadera y exacta posición económica por la que atraviesa el país; el ocultamiento de los datos aparte de ilícito y discriminatorio genera desconfianza y temor con graves efectos incluso para la promoción económica; f) fijar un calendario a término fijo y breve para la permanencia de las Fuerzas Armadas en el Gobierno, por la responsabilidad exclusiva que les compete en el reencuentro de la estabilidad económica nacional; g) derogar la ley de industrias y sustituirla por una legislación industrial que sea promocional para la industria privada. Todo ello es necesario para convertir la empresa industrial en la base del desarrollo económico autosostenido e impedir así aquellas etapas de nuestra historia republicana que ofrecieron al país una prosperidad falaz; h) revisar con criterio funcional los resultados de la reforma agraria dando al agro peruano el impulso necesario a través del aumento de los productos del agro y satisfacer de ese modo las necesidades de nuestra población.

DESCO, Informativo Político No. 55. Abril 1977. p. 15

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Empresas" reclama un "dialogo sobre la situación económica... antes de volcarse

exclusivamente en el diálogo político". Expresa la necesidad de destinar medios para

aliviar la situación de emergencia a la que los está llevando la crisis económica,

especificando la necesidad de mejorar Ia capacidad adquisitiva de los pobladores y la

urgencia de generar liquidez222. Estos empresarios sienten en carne propia el impacto

de la crisis, aunque no parecen visualizar cómo la política económica del gobierno -

favoreciendo a las grandes empresas que concentran capital- los está arrinconando aún

más. El impacto en la disminución del consumo popular está afectando recesivamente

la demanda para estas empresas y generará no solo quiebras si no ventas forzadas a

las empresas más grandes, con capacidad concentradora menos dependientes de las

fluctuaciones del consumo popular. Son más radicales aún en la posición anti estatista

y en el reclamo de la "inviolabilidad de la propiedad privada", sin medir su escaso

margen de juego en una economía que favorece los grandes monopolios

transnacionales.

2. CON LOS PARTIDOS DE LA BURGUESÍA

El esfuerzo del gobierno por acercarse más a los empresarios es parte de un diálogo

más vasto y difícil que lleva a ampliar el espacio de actuación de los partidos políticos

del campo burgués. Es que, a estas alturas, no solo los agentes políticos tradicionales

reclaman elecciones. También lo hacen los empresarios de la Sociedad de Industrias.

Ello es parte de un panorama global en el cual el gobierno, al tratar de reacomodarse

para expresar más netamente los intereses de la burguesía, tendrá que conceder no

solo reajustes en las reformas sino su propia declaración de finitud, a fin de dar a la

burguesía nativa acceso gradual al directo ejercicio del poder político a través de sus

agentes civiles. Entre estos Acción Popular, el partido del ex presidente Belaúnde,

asumirá desde el primer momento el reclamo más beligerante, Su Secretario General

se niega a reconocer apertura alguna, aún en diciembre de 1976 223 pocos días antes

222 Informativo, Político No 57. Junio 1977 p. 17

223 El diálogo fue suprimido en el Perú por la dictadura de Velasco. Este déspota intimidó a la prensa:

persiguió a los periodistas insumisos; confisco 'Expreso'; monopolizó la radio y la televisión; parámetro los diarios de circulación nacional; clausuró revistas, deportó políticos.Su sucesor pretendió una rectificación tímida de algunos de tales actos arbitrarios y permitió la aparición de algunas revistas, para luego clausurarlas. No advirtió ninguna modificación sustancial entre una y otra etapa. Dialogar es debatir. Se dialoga en el Parlamento, en la televisión, en la radio, en las revistas y diarios. Todos estos canales de diálogo están erradicados". Cronología Política. Hecho No 4815 pp. 2309-10.

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de que el Gobierno indultara a los dos ex Ministros de Belaúnde que fueron

sentenciados por el escándalo de la “página once” del Acta de Talara.

Así, el gobierno tiene planteado el problema de su próximo término, pero tomará tiempo

en afrontarlo. Las primeras declaraciones serán ambiguas y reactivarán el reclamo de

elecciones. El Presidente afirmará, al concluir 1976, que la Fuerza Armada "no piensa

permanecer eternamente en el poder, pero tampoco piensa hacer una entrega tan a

corto plazo que podría ser perjudicial para todo el Perú . . . " 224. Esta afirmación es

hecha en diciembre, cuando ya se anuncia la reapertura de las revistas que participan

en el "Pacto de Caballeros" ofrecido por el gobierno.

Pero la publicación del proyecto de Plan Túpac Amaru desatará nuevos sucesivos

reclamos de una salida política, que se agregan a tos expresados en períodos

anteriores. La discusión será centrada por los partidos en el calendario electoral que

este Plan no incluye explícitamente. La discusión misma permitirá ir distinguiendo las

posiciones de los partidos que intervienen en el debate. Las revistas influirán en este

panorama, poniendo énfasis en la exigencia de elecciones y procurando acortar los

plazos previstos225.

3. CON LOS PARTIDOS Y ORGANIZACIONES DEL CAMPO POPULAR

Dado que el debate se centra en la salida electoral, los pronunciamien tos de las

organizaciones gremiales y políticas ligadas a los sectores populares si no se expresan

en la escena, pues su atención está puesta en los problemas que entraña para ellos la

represión y la cada vez insostenible situación sindical; frente a la verdadera ofensiva

desatada por el binomio empresa gobierno tienen además evidente desventaja en la

prensa. El Partido Socialista Revolucionario (PSR), un nuevo partido formado durante el

Estado de Emergencia, será una de las excepciones al expresar su rechazo global al Plan

Túpac Amaru. En su pronunciamiento señala que "… desemboca en una sola dirección: la

renegociación de la dependencia y la modernización capitalista a favor de un grupo de

empresas monopolísticas y en contra de los trabajadores y las familias". Analizará la

224 Cronología Política. Hecho No 4868 p. 2340.

225 Informativo Político No 53. Febrero 77 pp. 12-13.

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crisis económica señalando que se trata de una crisis estructural y no coyuntural, como la

define el gobierno. Dedica una parte del documento a denunciar "la liquidación de las

reformas", señalando que el modelo lleva a ello. Destaca, a su vez, el acento "antilaboral"

presente en el texto del plan, que "acusa sistemáticamente a los trabajadores de ser la

causa inicial de los problemas del país"226. En este caso, la discusión del Plan ocasión

para criticar la política económica y el modelo del régimen.

La comparación con otros países -en esta dramática competencia de tiranías

latinoamericanas que violan los derechos humanos- deja aparentemente bien parado al

gobierno peruano, porque la magnitud de las violaciones es menor si el análisis se centra

sólo en los casos de muerte y tortura. Hay que recordar, sin embargo, la diferencia en

cuanto a las situaciones históricas y magnitud de la oposición organizada. Perú es preciso

revisar toda la declaración de derechos del hombre, porque si sólo se habla de muertos y

torturados se estará tocando sólo lo que aparece más extremo. Todo lo demás en el ha

sido masivamente violado: libertades y necesidades materiales, garantías de organización

gremial y política; domicilio y familiares. Se ha impuesto el orden en el que la única actitud

tolerada al pueblo es el silencio y el trabajo, cuando hay trabajo. Y la aplicación de esta

política represiva, violatoria de derechos humanos, tiene una dirección clara: es el pueblo,

los trabajadores, campesinos227, Ios dirigentes sindicales y sus asesores; los dirigentes

políticos que se identifican con sus interés y por ello son la izquierda opositora al régimen.

No es igual la situación de las minorías. Ni cargan con la crisis en proporción a sus

posibilidades –más aún cuando los núcleos más poderosos ganan más, protegidos por el

Estado-, ni la represión se dirige a ellos. Pronto vuelven sus deportados, incluso los que

tiene sentencia judicial son indultados, y reaparecen sus revistas.

El gobierno comienza a ser denunciado en el exterior por violar los derechos

humanos, en un contexto en el que esta situación se focaliza en las dictaduras del

Cono Sur. Estas denuncias se son justamente en un período en que la Cancil lería

prioriza las relaciones con los países del continente, la mayor parte gobernados por

tiranos que tienen las manos manchadas de sangre. Preocupara en este campo la

226 Informativo PolíticoNo. 56 Mayo 77. Pp 10-11

227 Porque se expresan menos en la prensa y también por economía de espacio no sean dado auí mucho ejemplos de la

represión en el campo. Esta existe sin duda. La intervención de 12 cooperativas en el Alto Piura (cronología política. Hecho No. 4867) o el enfrentamiento dado en Huamachuco (Cronología Política. Hechos No. 4768) son algunos de los hechos que transcienden. Tampoco se han desarrollado hechos de violencia represiva policial dado particularmente en pueblos jóvenes que lucha por un espacio para vivir en la ciudad o para impedir su reubicación, choque policial en el Pueblo Joven “10 de febrero”, con saldo de muertos, heridos y desaparecidos (ver Informativo Político No, 52 p. 19) o en “Condevilla Señor”, con similar saldo (Informativo Político No, 54 p. 15) ejemplifican esas situaciones.

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hostil ización de extranjeros acogidos en este país forzados migrantes de este

continente en manos dictatoriales. El traslado la Dirección de Migraciones al

Ministerio del Interior 228 - a integrarse más con los organismos policiales- es sólo un

indicador de la polít ica seguida, restringiendo su permanencia en el país y

acosándolos por medio de la hosti l ización burocrática. A ello se suma un nuevo

dispositivo legal que exige autorización del gobierno -a través de la Cancil lería-

para realizar cualquier reunión internacional 229 . En este mismo campo causó

sorpresa e indignación la desaparición en abril de 1977 del ciudadano argentino

Carlos Alberto Maguid , que residía en Lima y hasta la fecha no ha aparecido. Se le

supone muerto, secuestrado, posiblemente sacado del país por manos extranjeras.

Su esposa denunció por esta acción al grupo ultraderechista argentino denominado

“Triple A", aunque también se especuló sobre la acción de órganos más ligados a

los aparatos represivos de la dictadura militar argentina 230 .

En medio de obvias dudas -que en este caso no eximen totalmente a las

autoridades Peruanas surgen previsoras las palabras del citado Mensaje de los

Obispos Católicos en octubre do 1976, señalando que “es obligación grave de

todos evitar en nuestra patria la posibil idad de un espiral de violencia... ". EI

l lamado final del mencionando documento es indesligable de todo el texto y

de aquella parte anterior del mismo en la que al referirse los salarios de

hambre afirma ". . . esto es ciertamente soportar uno violencia, contra la cual

reclama la justicia". La violencia del sistema económico que explota a las

mayorías, a la que se agrega la violencia represiva para impedir que estas

luchen -gremial y polít icamente- por cambiar esta situación injusta, es una

situación que engendra violencia. La espiral desatada en América Latina no es

casual ni se debe a "mentes enfermas" que se vuelven subversivas. En este

período, muchos Peruanos van adquiriendo en carne propia, vivencias reales y

dolorosas de la violencia del orden establecido. El régimen no ataca sus

causes... sólo detecta sus efectos y dentro de estos su ideología convierte en

causa lo que es epidérmico o aquello que expresa el clamor de las mayorías.

228 Cronología Política. Hecho No. 4787 p. 2289

229 Cronología Política. Hecho No. 4714 p. 2232

230 Informativo Político. No. 55 p. 19

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DOS POLITICAS DE CONTRARREFORMA

Hasta julio de 1976 el curso de la “Segunda Fase” había significado un viraje gradual con respecto

al gobierno anterior. Sin embargo, hasta entonces se mantiene en el régimen el mínimo de

forcejeo, a la defensiva, que suponía la presencia de militares progresistas en la cúpula. A partir de

la caída del Premier Fernández Maldonado los hechos indicadores del viraje se sucederán uno a

otro, complementando el endurecimiento de la política económica con medidas que eran

especialmente reclamadas por las revistas de derecha. Estas, aunque clausuradas durante un

semestre, podrán ver cómo el gobierno va concretando uno a uno sus reclamos: caen los ministros

que más atacaron y cuestionaron – incluyendo el propio Premier-; renuncian o se alejan los

funcionarios más ligados a la “Primera Fase”, siguiendo el camino de los directores de diarios en

marzo; se impone disciplina laboral con la política represiva que se encumbre con el “Estado de

Emergencia”; ello mismo sirve para combatir todo lo que estos reaccionarios ven “rojo” y para

suspender – en sus efectos prácticos- la Ley de Estabilidad Laboral. El tercermundismo de la

política exterior es reemplazado por un acercamiento a las dictaduras latinoamericanas y por una

política en la que participan más los comando militares – en visita a sus colegas- que Torre Tagle.

La sumisión a Washington vuelve a presidir el comportamiento de la política exterior, cada vez más

necesitada de su indulgente apoyo a la gestión incesante de nuevos créditos. Los “Hombres

privados”231.aumentan su presencia y peso en las decisiones del gobierno, sin asumir por supuesto

responsabilidad en éste.

En efecto, en pocos meses se concretan éstas y otras demandas de la burguesía nativa. La

desestatización de la pesca de anchoveta es una de las primeras. El gobierno se saca de encima a

más de 5,000 trabajadores y pone a la venta las bolicheras, ofreciendo a estos últimos la

“oportunidad” de adquirirlas con sus indemnizaciones de retiro y con préstamos adicionales. En

medio de un panorama de crisis en el que el propio gobierno sostenía que sobraba la mitad de

hombres y lanchas, se pretende que el riesgo económico sea asumido por los trabajadores a costa

de lo único que acumulan para la vejez y se los fuerza a competir con empresas privadas, que

rápidamente podrán desplazarlos. Las voces de protesta de los pescadores – acalladas con dura

represión – y la crítica de la Sociedad Nacional de Pesquería – que pone énfasis en la gravedad de

quebrar la unidad fábrica-flota – no merecieron del gobierno ninguna atención. La medida se

impone sin el menor “dialogo” que permita el mínimo debate político. Aprovechando la situación de

emergencia se aplica toda la dureza represiva a los trabajadores de la pesca, que luchaban por

mantener su puesto de trabajo.232

231 Frase introducida por el Presidente Morales Bermúdez para referirse al empresario privado. Suponemos que ha querido

hacer un contraste con hombre público, pues está muy lejos de querer atacarlos o “satanizarlos”

232 Sobre este tema Carlos Malpica escribe el trabajo titulado La desnacionalización de la flota de Pesca Perú: una medida

anti-histórica. Ed. Labor. Diciembre 1976. Allí se analizan el Paro y la medida del gobierno. En este documento se reproduce la crítica de la Sociedad de Pesquería.

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También en materia petrolera variarán las restricciones para entregar nuevas áreas de explotación

en contrato con compañías extranjeras. Formalmente se siguen las pautas del llamado “modelo

peruano” – que hace tiempo ha sido superado en el Ecuador – y las nuevas aperturas se dan en un

cuadro que disminuye la capacidad de negociación del gobierno, que adjudica áreas reservadas

para el largo plazo. Más adelante se firmarán contratos aún más favorables para la Occidental

Petroleum.233. En la cancillería se sentirán también los cambios.

El énfasis que ahora se pone en diálogos, visitas y entrevistas con los países del Cono Sur – que

comienza con la entrevista sostenida con el dictador Brasileño-, tiene su correlato en el menor peso

de las relaciones con los países del Tercer Mundo. Obviamente el viraje en estos casos es más

“diplomático”, pero se expresa en posiciones más conciliadoras con los interéses de las grandes

porencias; por ejemplo absteniéndose de votar en las resoluciones sobre Angola y Puerto Rico, en

la cita de países No Alineados realizada en Colombo 234. En cuanto al Pacto Andino, en agosto de

1976 el Perú cambiará su posición sobre el tratamiento del capital extranjero (Decisión 24)

planteando la necesidad de elevar el porcentaje máximo de remisión de utilidades y modificando

“los aspectos que no son claros o que por el momento actual del mundo no son realistas”235. Llego

la hora de “flexibilizar” la antes firme posición peruana.

El cambio de rumbo en el proyecto de propiedad social se sentirá netamente en las primeras

declaraciones del nuevo Jefe de CONAPS, quien califica de “enemigos de la revolución”

quienes”….consciente o inconscientemente han propiciado un enfrentamiento entre el sector

privado reformado y el de Propiedad Social, como si fueran antagónicos 236. Respondiendo a las

demandas de la empresa privada, se plantea arrinconar en las zonas deprimidas al sector de

empresas de propiedad social, impartiendo la directiva principal de no competir con la empresa

privada, es decir no ubicarse en los núcleos vitales del proceso de acumulación. De esta forma se

puede mantener el sistema actual y la hegemonía del capital privado237, dejando que las empresas

233 Cronología Política. Hecho Nº 4493 pp. 2076-77

234 Cronología Política. Hecho Nº 4675p. 2206

235 Cronología Política. Hechos Nos. 4483p. 2072 y 4589p. 2141.

236 Cronología Política. Hecho Nº 4524p. 2097.

237 Otra vez en este caso – como ocurrió en la Comunidad Laboral- el gobierno parece desconocer la lógica del sistema

económico en el que opera. Es para éste la voluntad de los actores- que calificará rápidamente de “infiltrados”, sobre todo siendo civiles- y no lo que la ley significa en el contexto en que se da. Esta – y toda la ideología del gobierno, ahora reformulada – planteaba la necesidad de construir un sector de empresas “plenamente competitivo” con los demás y con el apoyo del Estado, que lo definía como “sector prioritario” de la economía. Y tal era la prioridad otorgada que básicamente en ella se basaba el carácter “esencialmente distinto”, no capitalista para Velasco y socialista para Morales Bermúdez, de la nueva sociedad propuesta por el régimen. Al margen de la utopía o validez de esta propuesta, la competencia está planteada desde la partida y el antagonismo es sentido por el empresario que ve en este proyecto un peligro para su empresa (que en adelante tendrá que competir con otras apoyadas por el Estado) y para el sistema que él defiende: la hegemonía de la propiedad privada. Los infiltrados son así, primero el mismo Velasco y luego Morales Bermúdez, aunque

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de propiedad social tengan el mismo o similar rol que las empresas cooperativas dentro del

capitalismo. Más adelante se críticará también los mecanismos que orientan la acumulación hacia

el sector en vez de centrarlos en cada Empresa de Propiedad Social y, con el argumento de dar el

poder real a cada empresa, se preparará el terreno para limitar aún más su impacto en el conjunto.

En torno a este tema cabe recordar que la propiedad social fue presentada por el gobierno como la

alternativa a la propiedad privada y que a través de estímulos estatales debía convertirse en el

sector preponderante de la economía. Aún en sus contradictorias referencias al pluralismo

económico, el gobierno sostenía que a largo plazo la hegemonía corresponde al sector de

propiedad social. Sin embargo ningún elemento de su política podía garantizarlo, menos aún la ley

de empresas de propiedad social dada en 1974. los empresarios reaccionaron ante esta lógica con

un rechazo decidido a toda promoción de estas empresas, calificándolas de competencia desleal,

por gozar de incentivos particulares que el propio gobierno no aplicaba. La burguesía no puede

aceptar que se le cuestione el futuro; su vocación de poder exige ser hegemónica hoy y mañana.

Lo que se reclamaba del viraje era así una definición frente a un planteamiento que no podían

aceptar. Pero la realidad de entonces ofrecía una situación aún más precaria, presente ya en 1975,

en la dificultad de obtener los recursos de capital para crear empresas de Propiedad Social. La

situación económica general condiciona su crecimiento, en tanto que el Estado no dispone de

fondos – presupuestales o crediticios – para generar estas empresas. Si estas deficiencias ya eran

visibles anteriormente y cuestionaban la preponderancia real del sector de Propiedad Social, en la

situación posterior lo convertirán en algo insignificante. Por lo mismo, lo que se concreta en este

período no es el desmontaje de un proyecto existe, sino la variación de un objetivo declarado,

antes de haber sido aplicado en términos significativos. Es el fácil viraje ante la presión de los

empresarios, en nombre del realismo y de sus intereses predominantes.

La acogida del gobierno a las demandas de los empresarios se da también en lo relativo a la Ley

de Estabilidad Laboral, aunque la norma legal siga en pie todavía. Durante mucho tiempo, la

derogatoria de esa ley fue el reclamo central de la burguesía porque limitaba – aún con claros

escapes – la capacidad de cada empresas de deshacerse de todo trabajador que molestara.

Obviamente, la argumentación se ha de centrar en aspectos disciplinarios y laborales de rutina. Se

dirá que la empresa pierde capacidad de eliminar el ocioso y al inepto. Se presentará muchos

ejemplos de ello, a pesar de que la norma prevé el procedimiento para estos aspectos. Aún

admitiendo posibles abusos, es obvio que el problema no es el de los casos “justos” o extremos de

pueda especularse sobre la sinceridad con que antes la apoyaba este último. Cronología Política. Hecho Nº 4496 pp. 2077-78.

172

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“criolla” inconsecuencia. Lo que el empresario ha estado acostumbrado a tener es el arma de

chantaje para que el obrero sea obediente y sumiso, incapaz de reclamar ni discutir; para que

incluso ante los abusos que lo afectan, prefiera callar para no quedarse en la calle. Esto es real y

vital en la experiencia de los trabajadores. Pero tiene además connotación política, pues se aplica

prioritariamente a los dirigentes sindicales que – salvo en contactos sindicatos, muy fuertes – no

han tenido en el pasado margen de protección para cumplir su función sin resultar, a corto o

mediano plazo, despedidos.

Indudablemente en la polémica está presente otra limitación: la capacidad de despedir

masivamente ante situaciones de crisis o cuando se pretexta esta necesidad, pero lo que en

definitiva se busca es deshacerse de trabajadores caros y antiguos para contratar otros a menor

costo. Este reclamo de los empresarios asume tal tono que pareciera que, al amparo de esta Ley,

la mayor parte de los trabajadores fueran ociosos e indisciplinarías. Se ha de anunciar varias veces

la modificación de la Ley 238 y entre los términos del nuevo ante-proyecto se especuló incluso con la

posibilidad de aquel empresario tuviera “derecho” a eliminar a un pequeño número por año, sin dar

cuenta de ello a nadie. El hecho es que la nueva ley no se concreta en este período sino en el

siguiente, pero la situación política cambia de tal manera que la estabilidad laboral casi no existe ya

como tal. Porque la autoridad de trabajo, cumpliendo obviamente directivas políticas y sin descartar

la “gestión” de los empresarios, dictamina sucesivamente facilitando el despido y la reducción de

personal. Porque la Legislación de Emergencia – primero restringida a Pescadores, Mineros y

Periodista, pero luego generalizada a todos – permite el despido a voluntad cada vez que se

genera un conflicto y se plantea la posibilidad de huelga. Difícil será estimar el número de

despedidos desde entonces – incluso antes del D. S. 010-, pero es un hecho que se ha logrado

amedrentar a los trabajadores y que la presión de las empresas sobre el gobierno para cambiar

esta Ley ha decrecido momentáneamente. Asi lo admite – implícitamente – el Ministro del Interior

cuando para fundamentar la necesidad de modificar la Ley de Estabilidad Laboral sostiene que

antes del Estado de Emergencia – es decir, no durante éste – muchos dirigentes han estado

realizando actividad netamente política en los centros de trabajo, aprovechándose de la estabilidad

laboral239.

238 Había mucho de utopía en la formulación inicial del proyecto de Propiedad Social, a pesar de que entonces pudiera

pensarse que al aprobarse la Ley lo importante era la voluntad política que hubiera detrás. Superar el capitalismo supone alterar la lógica de funcionamiento del sistema, sus reglas de funcionamiento basadas en el lucro. La existencia de empresas estatales y de empresas de propiedad social en números significativo no altera esa lógica. Depende también de la orientación de esas empresas, de su ubicación en los sectores de punta y del reordenamiento total de la estructura productiva en función de las necesidades sociales y no del lucro, que es motor de la acumulación privada. Nada de eso quedaba garantizado en la Ley.

239 Cronología Política. Hechos Nos. 4530 y 4596 pp. 2100 y 2194.

173

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Esta Ley – a pesar de sus grandes límites – es una de las conquistas más sentidas por los

trabajadores en una sociedad acostumbrada a lograr eficiencia sólo a través de la explotación y el

abuso. En el sector estatal, sin embargo, el verticalismo y la conducción preporente no tiene nada

que envidiar a la empresa privada tradicional y esto ha sido agudizado con la presencia de

directivos acostumbrados a la disciplina castrense. Para un régimen que se proclama humanista,

este es el campo en que muestra sus mayores contradicciones, por más que recurra a estigmatizar

como “Política” o “subversiva” la reacción de los trabajadores. Y el entrampamiento proviene de los

valores y de las estructuras propias del sistema que contribuye a reproducir. No sólo de las

personas.

La inestabilidad laboral impuesta por la política del gobierno será uno de los hechos de mayor

impacto en la población urbana. El otro es la reducción de salarios reales, como producto de la

política económica seguida. El trabajador rural será afectado también por esta política, que se

superpone a los graves efectos que desde antes la política económica causa en el agro. En cuanto

al proceso de reforma agraria, si bien no se devuelve masivamente tierras a sus antiguos

propietarios, habrá sin embargo, algunas devoluciones dispuestas por el Tribunal Agrario240. A la

par, se pauperiza la mayor parte de empresas campesinas por efecto de la situación económica y

el control ejercido por el Estado sobre ellas se torna cada vez más opresivo para los trabajadores –

socios. Un indicador de esto y del ajuste que a todos los trabajadores se impone, será la creación

de una Dirección para la regulación de salarios en las Empresas Campesinas, invalidándose

cualquier aumento salarial que no cuente con la aprobación de la respectiva Zona Agraria.241

La modificación de la Comunidad Industrial, respondiendo a las demandas de los empresarios, se

concreta en Febrero de 1977 en una Ley que desnaturaliza el modelo original y reduce

sustentantivamente la participación de los trabajadores en la propiedad y en la gestión de la

empresa242. Como siempre, el gobierno proclamará que estas modificaciones son hechas en

beneficio de los trabajadores y críticará la Ley anterior, diciendo que “…ha perjudicado al final a los

240 “Yo soy muy respetuoso de los Sectores y en realidad ésta es una pregunta que debe ser formulada al Ministro de

Trabajo. Está todavía a nivel de funcionarios de Trabajo, el estudio de esta modificación. Lo único que puedo decirles, en términos generales, es que si es necesario modificar la Ley de Estabilidad Laboral para lograr una mayor productividad en el país y para mejorar las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, habrá que modificarla. Lamentablemente hay muchos dirigentes sindicales que aprovechándose de esta estabilidad laboral, en épocas anteriores al estado de emergencia, han estado realizando una actividad netamente política en un buen número de centros de trabajo”. Cronología Política. Hecho Nº 4596 p. 2194

241 Cronología Política. Hecho Nº 4621p. 2167

242 Cronología Política. Hecho Nº 4645 p. 2180

174

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que pretenden favorecer”243. Los trabajadores no los sentirán así y más bien harán constar durante

la elaboración de esta nueva ley, “su preocupación” porque ésta se elabora sin escucharlos244.

CONACI, a nombre de los Comuneros Industriales, rechazó la nueva Ley y señaló que a pesar de

lo ofrecido no se le hizo conocer el anteproyecto245. Este trato desigual, en un terreno en el cual ya

ni siquiera se intenta conciliar, es bien representativo del curso del régimen y de su opción. Con

palabras que aparentan armonía, el gobierno no sólo encubre la desigualdad estructural que

caracteriza al sistema capitalista, sino soslaya su negativa a intentar propiciar conciliaciones e

incluso a tener presentes y escuchar las demandas de los trabajadores. Se le impone aquí una Ley

que recorta sus derechos, de la misma forma en que se le impone la disminución de su ingreso

real. La experiencia de los trabajadores en este período es así una sucesión de golpes, tanto a su

situación real como a las expectativas generadas por la “Primera Fase” de este régimen. En un

proceso gradual, los trabajadores verán que en todos los frentes el gobierno gira en su contra para

responder a las demandas de los empresarios, abandonando sus banderas de reforma o

reduciéndolas a su misma expresión. Los empresarios y sus voceros políticos podrán palpar más y

más muestras del “dialogo eficiente”, que sí existe para ellos. Sus representantes tendrán acceso

incluso a la evaluación y formulación de normas para la actividad empresarial del Estado.246

La aparición del Plan Tupac Amaru será ocasión para que el propio gobierno explicite su crítica a

los objetivos expresados en el Plan Inca, obviamente centrados en su aplicación y en sus

“desviaciones”. La fórmula genérica que adoptan los objetivos de este Plan deja amplio campo

para la reformulación de las reformas, según el curso político. La ausencia de debate, si bien está

influída por la total desconfianza que el gobierno genera tanto en la izquierda como en la derecha,

se debe también a la imprecisión y generalidad de las formulaciones que evaden lo que es central

en todo proyecto político, más aún en una coyuntura. En este campo, complejos y en apariencia

detallados documentos – como el Plan Tupac Amaru – evaden lo central, aquello que definirá el

243 La diferencia fundamental de la nueva Ley con la anterior es que antes la comunidad laboral, como institución, obtenía

un bloque de acciones que le daban derecho a voto en la asamblea de accionistas, que podía llegar hasta el 50% del capital. En la nueva Ley los trabajadores recibirán acciones individuales preferenciales, que no le darán derecho a voto. Estas acciones no formarán parte del capital social de la empresa, sino de un nuevo rubro llamado “participación Patrimonial del Trabajo”. Este no podrá exceder del tercio del patrimonio total de la empresa. El Fondo de la Participación Patrimonial del Trabajo forma parte del patrimonio de la empresa, pero no del capital social. Este fondo de los trabajadores puede llegar como máximo a una cantidad igual al 50% del capital social. Es decir que el patrimonio de la empresa será de una vez y media el capital social, y el fondo de los trabajadores no podrá superar el tercio del patrimonio. Las deducciones que haga la empresa a favor de la Comunidad continuarán siendo el 25% de las utilidades, libres de impuestos y serán repartidad entre todos los trabajadores de la empresa, sean o no miembros de la Comunidad Industrial.

244 Véase, por ejemplo, las afirmaciones del Presidente Morales Bermúdez en Cronología Política Hecho Nº 4778pp 2277-

80

245 Cronología Política. Hecho Nº 4800p 2298.

246

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curso de las políticas sectoriales: el plan económico, eje de una estrategia de desarrollo, que aquí

se sustituye por “paquetes” coyunturales sucesivos, básicamente centrados en aliviar la angustia

financiera.

En las formulaciones discursivas del gobierno y de su prensa se apreciará también la concreción

del viraje político. El término “socialismo peruano” que el mismo Presidente Morales Buermúdez

introduce en el lenguaje oficial a principios de su gobierno, y al que recurre hasta meses antes,

deja de gustarle en el mes de agosto.

“No me gusta el término libertario, ni me gusta el término socialista. Porque, en

nuestra responsabilidad política son términos que el mundo, no nosotros, los tiene

confundidos, son términos que nos sindican en el mundo en este momento, y,

nosotros, lo que queremos realmente es la grandeza de nuestra Patria, trabajar

unidos nosotros los peruanos. Aquí en el Perú ya no hay oligarquías. Eso ya se

acabo. Pero no podemos engrandecer el Perú, seguir adelante si no aceptamos la

iniciativa de los hombres peruanos. ¿Es un pecado aceptar la iniciativa de los

hombres privados del Perú? No Señores.247

Es interesante observar cómo la primera formulación que hace al respecto, desemboca en una

defensa de la iniciativa de los “hombres privados”(sic). Hay confusión, pero no sólo en el mundo

sino en las palabras del Presidente. Entender su confusión, en todo caso, es un juicio menos

severo que hablar de utilización oportunista de un concepto que tiene un valor simbólico en la

política nacional desde hace mucho tiempo. El propio gobernante reconoce ese valor simbólico,

refiriéndose a la incomprensión de la derecha, sector que evidentemente le preocupa y que quiere

atraer e incentivar. Mas adelante, el Presidente declara en una entrevista:

“Pensamos que el término Socialismo, a pesar de haberlo empleado en muchos discursos el que

habla, me he dado cuenta que no es bien interpretado en el Perú…Me he dado cuenta por ciertas

reacciones y ciertos análisis internos aquí, dentro del Perú, en diferente estamentos sociales, que

no es una palabra bien interpretada. Y muy simplemente le voy a decir: los grupos de derecha, no

hablo de ultraderecha, porque con la ultraizquierda, los grupos de derecha donde hay buenos

247 Cronología Política. Hecho Nº 4790p. 2290

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peruanos, que, claro, tienen su pensamiento de derecha, pero es gente muy positiva en la vida del

país y que entienden muchos de los problemas aunque no estén muy de acuerdo con todo el

proceso revolucionario, ellos pueden estar de acuerdo con determinados aspectos y en eso

apoyan; pero la mayor parte de la gente de los grupos de derecha, confunden la palabra

Socialismo con Comunismo. Eso yyo he podido detectarlo en conversaciones, en análisis de

informaciones, etc. Y los grupos del otro lado le dan diferentes interpretaciones que no coinciden

con los postulados de las Bases Ideológicas..”248

Lo que la derecha, ninguna derecha, aceptará jamás es que se cuestione la propiedad privada y el

sistema en el cual es hegemónica: el capitalismo. En tanto que el socialismo – en cualquiera de

sus versiónes – cuestiona el sistema capitalista y pretende reemplazarlo, no hay acuerdo posible.

En ese punto la conciliación no cabe y el cambio de palabras refleja una opción. La situación

concreta en que estas afirmaciones se dan es sin embargo distinta. Una alternativa socialista no es

sólo cuestión de palabras y la política del régimen no es ni socialista, ni alternativas al capitalismo.

Es una política capitalista que se mide en sus acciones, en su conducción económica, en sus

reformas y en algo esencial: la marginación del pueblo respecto del poder. Que la palabra

socialismo es hoy insuficiente como definición, nadie lo duda. Pero lo que define en la partida es un

mínimo: no hay socialismo capitalista ni capitalismo socialista. En la “Primera Fase”, el General

Velasco no pretendió calificar de socialista el proyecto que encabezaba, aún cuando explicitaba la

recusación del capitalismo en el discurso político. Las reformas emprendidas no cancelan el

carácter capitalista de la sociedad peruana ni lo pretendían, salvo en el caso del proyecto de

propiedad social, que lo enuncia en la ideología aunque no lo materializa. La ideología formulada

por ese gobierno corresponde gruesamente con sus realizaciones; tiene grandes vacíos y aspectos

indefinidos, y las bases ideológicas así lo expresan. Hubo cuidado en no calificar de socialista al

modelo del régimen y en llamar bases – es decir no formulación definitiva – a ese documento.

Ningún analista serio podrá encontrar en las realizaciones y en las formulación ideológica de

entonces, una alternativa socialista concreta; sin negar por ello en absoluto los valores de esas

reformas, su carácter antioligárquico y nacionalista, así como el valor de las posiciones surgidas a

partir de su praxis, que llevaron a muchos actores a entender que la ruptura del sistema capitalista

era necesaria, aún cuando no llegaran a concretarla en un proyecto político alternativo y viable.

Pero el problema de fondo no es de personas ni de valores o buenas intenciones. En la base está

la capacidad de analizar con criterios científicos la realidad, de vincularse con las fuerzas sociales

capaces de cambiarla y de lograr convertir en un proyecto social válido y propio para esta realidad,

un modelo socialista alternativo. Eso no es cuestión de discursos y el gobierno, en particular, abusa

del discurso y se enreda en su propio confusionismo, porque no sólo fue incapaz de resolver las

248 Cronología Política. Hecho Nº 4587p. 2139

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contradicciones existentes en el gobierno anterior, sino que al afrontar la crisis económica – que

hace planas y dramáticamente visibles las opciones, dificultando la conciliación – opta por

abandonar las reformas y el nacionalismo, y además requiere justificarlo en palabras.

Más allá del confusionismo de las palabras, lo que expresa el Presidente es el nuevo curso político

y la búsqueda del consenso de la derecha moderna.

Estos “ buenos peruanos”249 no se enfrentan a un régimen socialista pidiéndole conciliación. Lo que

hacen es pedir coherencia ideológica a un régimen capitalista que concilia con ellos en lo

fundamental y que en el viraje de las reformas, así como en las medidas anticrisis, está eliminando

los obstáculos para la compresión política plena con esa derecha. En la realidad actual del

continente, la burguesía no tolera recetas heterodoxas. Las condiciones del capitalismo

monopólicos, de las transnacionales y de la crisis económica, no dejan amplios márgenes a las

burguesías criollas para ser concesivas con el pueblo y el proceso político de los últimos años, al

avanzar las reformas, han tornado aún más rígidos ideológica y políticamente a los empresarios.

Cuando “confunden” socialismo y comunismo con todo cambio – cuando en todo planteamiento

socialista sólo ven totalitarismo, que no ven en el capitalismo de hoy-, hay que recordar que en

este sistema esto no es casual ni accesorio. El eje ideológico es: toda alternativa al capitalismo es

la destrucción. Socialismo – comunismo-violencia-terror rojo – subversión, etc., son parte de una

misma secuencia lógica.

La concreción del viraje toca también a la posición nacionalista del régimen. No es casual pues el

enlace estructural; es propio del sistema. La negociación sobre el pago por la expropiación del

Marcota concluye en condiciones bastante onerosas, que dan cuenta del escaso margen de juego

del gobierno 250. El curso de la política anticrisis y su recurrencia al crédito internacional y al apoyo

de los Estados Unidos para obtenerlo, serán ahora el centro de las preocupaciones del gobierno.

En este campo es difícil conocer la dimensión y oportunidad de la presión imperialista, y las

concesiones hechas a puerta cerrada. Ello pertenece al campo de la práctica política que el

régimen maneja en exclusividad, en un país desinformado políticamente. Nadie puede negar, sin

249 Cronología Política. Hecho Nº 4620p.2161

250 La bondad y el patriotismo no se miden tan simplemente. Pueden teóricamente ser personas muy buenas, amorosas y

patriotas los “hombres privados” de las derecha. O También los de la izquierda, que no sabemos si serán para el Presidente hombres privados o sub-hombres, pues hombres públicos no son. Sin embargo, el amor a la patria es indesligable de la solidaridad con los hombres que mayoritariamente constituyen esta Patria y el sistema capitalista defendido por la derecha los oprime y explota en cualquiera de sus versiones lo reconoce el propio Presidente cuando dice el 31 de marzo, refiriéndose a la sociedad capitalista: “….por más concesiones que haga no puede eliminar nunca por completo la explotación que la ideología encubre. En el fondo es la opción por los propios intereses o por los ajenos, por el bienestar de las mayorías, recubierta con los mitos, los enemigos míticos, los tecnicismos y los valores de la ideología dominante”

178

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embargo, dos constataciones que no aparecen en forma gratuita: la primera es que las relaciones

con los Estados Unidos son óptimas, sin roce importante, cosa que no ocurrió en la “Primera Fase”.

La segunda es expresada por el Secretario de Estado Norteamericano, Henry Kissinger, en octubre

de 1976; ejemplificando los progresos en las relaciones entre su país y Latinoamérica, expresó que

se habían logrado “negociaciones sin precedentes con los gobiernos de Panamá y Perú”251.

TRES BUSCANDO UNA SALIDA POLÍTICA

En la concreción del viraje el gobierno tenía la implícita necesidad de concretar con la

burguesía nativa términos de acuerdo mis estables. Esto era aún más necesario si el

rechazo popular lo había obligado a cerrar drásticamente el espacio político, con la

legislación de emergencia. El gobierno emprende el diálogo con los empresarios y con

los partidos del campo burgués. Incluye en esta línea algunas fuerzas del campo

popular pero claramente en condiciones marginales pues el diálogo obedece entonces

al rumbo del proceso político. Los hechos que se señalan al respecto, pueden expresar

los elementos que se traslucían al público.

II. CON LOS EMPRESARIOS

En busca del consenso y respaldo expreso de la burguesía, el gobierno ha hablado y

actuado gradualmente desde el período anterior. En cada mensaje se destaca ahora el

rol de la empresa privada y de la inversión extranjero no sólo para resolver la crisis

sino para generar empleo. Los empresarios son parcos en la respuesta y sus demandas

muestran la heterogeneidad de intereses de la burguesía nativa, a la vez que indican su

derrotero común respecto a lo fundamental. El mensaje presidencial del 28 de julio, al

anunciar la modificación de la Ley de Comunidad Laboral -cuya "esencia" no ha sido

comprendida, según el Presidente252 pone énfasis en una verdadera priorización de los

251 Esta Expropiación merece ser estudiada por mostrar los estrechos límites de maniobra que quedaban al Estado peruano

en esta negociación, por la imposibilidad de vender hierro fuera de los condicionamientos de Japón y Estado Unidos. Pero la simple lectura de las cifras indica un caso tal de fraude en la empresa norteamericana, que justificaba el no pago por las instalaciones expropiadas, cosa que por los rasgos dependientes de esta economía – en una coyuntura muy distinta al 68 no se hizo. En 1974 Marcona declaraba exportar aproximadamente 9 millones de toneladas largas a un precio FOB de 8 dólares/tonelada. Este precio sin embargo, en 1977, que fue el más bajo alcanzado por este mineral, - por la crisis del mercado – era de 15 dólares/toneladas, cosa que permite ahora a Hierro Perú mostrar gran rentabilidad exportando sólo 4´200,000 toneladas largas ese año.

252 Este mensaje debió titularse “El gobierno incomprendido”. Para el Presidente no sólo no fue comprendida la esencia de

la Comunidad Laboral tampoco fueron comprendidas las medidas de “la Segunda Fase”, ni sus llamados “fraternos”,

179

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intereses "privados" de la burguesía y obtiene el pronto apoyo de la CONACO, cuyo

Presidente declara estar "impresionado" por "la franqueza de sus planteamientos, con

aspectos positivos y reflexiones muy importantes. Obviamente, lo que "le impresiona"

positivamente es que Morales Bermúdez resalta la importancia de la empresa privada y

la decisión de "reajustar" la Comunidad Laboral 253.

Para el Presidente la importancia de la inversión privada se justifica ahora por la

necesidad de aumentar las fuentes de empleo. Así lo afirma en Iquitos, a la vez que

ataca a los "grupos sectarios" que, "abusando de la falta preparación política y de

cultura de nuestro pueblos -", introducen en "las gentes idea extrañas a la realidad

nacional"254. Comprendiendo bien el sentido de estas declaraciones presidenciales, la

Sociedad de Industrias las aplaudirá expresando a través de su Presidente Interino que

el anuncio "… es reconfortante, porque señala y reconoce el único camino que debe

seguir el país para salir de la crisis económica, apoyar la inversión privada, apoyar a la

empresa privada". A la vez recordarán los empresarios que han hecho "planteamientos

concretos que aún no han sido, debidamente recogidos" y que esperan” ...que antes de

fin de año este anuncio se haga realidad…" 255. Los trabajadores, especialmente los

comuneros industriales, han sido pues notificados.

En el mismo sentido se pronunciará el Gerente de la CONACO, quien pone énfasis en

la necesidad de inversiónes extranjeras y expresan que "hay e reconocer que existe un

clima muy propicio para el trabajo del empresario. Se viene alentando la confianza y el

respeto que se había perdido en el Perú con relación a la sana empresa privada…". El

trabajador conoce ya ese clima impuesto con el Estado de Emergencia y la anulación

combinados con una represión poco fraterna y una política económica menos fraterna aún. Tampoco son comprendidos los cambios militares hasta se insinúa la intromisión civil en ese campo reservado, reiterando la nunca probada pretensión de “…tergiversar el sentido de las situaciones y aprovecharlas políticamente”, ¿Somos tan idiotas los peruanos? ¿Tan incapaces de comprender? Este discurso pronunciado cuando el gobierno reprime toda expresión en su contra e impone al país el Estado de Emergencia, demuestra hasta qué punto este gobierno distorsiona la realidad para cubrir su propia reiterada.

253 Cronología Política. Hecho No. 4534 p. 2103

254 En estos casos el Presidente desconoce que no sólo en el Perú sino en toda América Latina están ampliamente

demostrado, con cifras y cuidadosas investigaciones que en esta época de transnacionales la empresa privada moderna se muestra incapaz de generar no sólo el empleo que esta población requiere sino incluso el empleo industrial que generó en los países de desarrollo originario, en la dase competitiva del capitalismo. Parece desconocer que toda la tecnología moderna –sin la cual la empresa privada deja de ser rentable en este sistema- está dirigida a ahorrar mano de obra. Parece olvidar que todo sistema económico tiene su propia coherencia y que en el capitalismo la rentabilidad del capital, y no la necesidad de dar empleo y satisfacer las necesidades sociales, se impone prioritariamente.

255 Cronología Política. Hecho No. 4749 pp. 2260-61

180

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de toda capacidad gestión sindical. En la misma oportunidad el Vice-Presidente de la

Cámara Comercio de Lima considerará muy saludable el enfoque "realista" que se

formula, "…dejándose de lado análisis y planteamientos demagógicos, sin lento

sustento económico e inspirados en modelos ajenos a nuestras realidades nacionales";

pero a la vez, indicando su oposición ante los "simplificaciones y generalizaciones",

señalará: "no puede de ningún modo ignorarse nuestra si tuación de dependencia del

exterior y la profunda crisis que afecta a la economía”.

Es interesante indicador la preocupación que se evidencia en este case, la situación de

dependencia, que podría indicar la presencia de empresas nacionales que amplían su

marco de compresión de esta realidad cada vez más favorable, en todo el Continente, a

las transnacionales. Cabe preguntarse, sin embargo, sobre el carácter estructural de

esa dependencia, sobre la habilidad de una ruptura de esa situación mientras

predomina la lógica "privada" articulada mayoritariamente al capital transnacional, a su

tecnología y lógica de funcionamiento. Y estos no son "esquemas demagógicos" sino

resultados de investigaciones científicas, bastante amplías, hechas en América Latina.

La reunión de CADE 76 dará lugar a una nueva exposición de los planteamientos del

empresariado, que reclama concreciones del gobierno logrando sucesivos avances en

el terreno de la articulación de sus intereses. En la inauguración, el Vice-Presidente

de la Southern Perú Co. “.....responsabiliza a la política del gobierno de todos los

males que aquejan a la economía del país. Llama consecuentemente a reducir la

acción pública a ser mínima expresión, en el entendido de que sólo ello, y el

despliegue de la iniciativa privada, pe rm i t i rán superar la crisis e incluso el atraso del

país". Como bien anota en La Prensa César Humberto Cabrera, "olvidó decir también

que la acción gubernamental que hoy tan acremente crítica tuvo su origen inmediato

en el impase económico y político a donde condujeron al país los defensores al país

libre iniciativa, y esto, independientemente de las críticas que se puedan hacer a la

gestión gubernamental, tal como nosotros mismos lo hemos en oportunidades

anteriores"256.

Las críticas y demandas de la burguesía nativa -en el ejemplo bien articuladas con el

capital extranjero- encuentran a un gobierno “a la defensiva que progresivamente

256 Cronología Política. Hecho No. 4775 p. 2276181

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recorta el alcance de las reformas y políticas iniciadas es la "Primera Fase". En su

discurso, el Presidente Morales Bermúdez, sin responder a las críticas, anuncia la

modificación de la Comunidad Iaboral para adecuarla a Ios empresarios empresarios

e informa también del rumbo el gobierno quiere dar al sector de propiedad social,

para que no sea competitivo con el sector propiedad privado. Se le orienta a "dar la

preferencia, por no decir exclusividad, a los proyectos que permitan emplear la mayor

cantidad de mano de obra". Anuncia a su vez "la individualización orgánica” de las

empresas257. ¡Que diferente óptica la de este discurso con la del pronunciado por el

mismo Presidente en CADE 75, un año antes! Para el más superficial lector,

aparecerá evidente en esos dos documentos el viraje que tanto niega el gobierno

entonces. En la óptica de hoy -es la hora del pragmatismo- lo que importa es producir

más, sin discernir cualitativamente el qué , el cómo y el para quién. Esas son

decisiones "privadas", a aunque ocasionen crisis en la balanza de pagos por su

necesidad de traer más y más insumos y bienes de capital importados, a la vez

exportan -legal e ilegalmente- más y más capitales. El imperio de estas decisiones

privadas, tomadas en función de las mayores ganancias y no de una racionalidad

productiva del conjunto económico social, es lo que reclama el empresariado.

El gobierno escuche las demandas, no contestadas a las críticas y real sus reformas

en aquello que más habían alcanzado por cambiar los empresarios modificar la

Comunidad Laboral y asegurar la no competitividad "desleal" de Ia Propiedad Social.

La reducción progresiva de controles y la decisión de no planificar realmente la

economía, ni siquiera en la crisis 258, es la respuesta inicial del gobierno a las

demandas de privatización. Luego, en una lógica gradualista, vendrán acogidas más

explicitas a las demandas de tos empresarios.

En su acercamiento a Ias industriales, el gobierno concede primero la modificación de

la Comunidad Laboral -concretada en Ley el 1° de Febre ro-, aunque es más lento en

aceptar la plena liberalización que reclaman del control estatal. La sociedad de

industrias reclamará entonces -el mismo día que se aprueba la nueva Ley de

Comunidad Laboral una nueva Ley de Industrias. Los industriales piden más, aunque

en este campo la Ley vigente y la capacidad de planificación del gobierno les dejan

amplio margen de Luego259. Sin embargo, la relación del gobierno con la Sociedad de

industrias no tiene fluida en este momento, por su cuestionamiento del poder estatal.

257 Cronología Política. Hecho No. 4778 pp. 2270-80

258 Nos referimos principalmente a la negativa a programar importaciones, a planificar una industria diferente, a aceptar las

críticas que desde el propio gobierno se le hicieron antes.

259 La Sociedad de Industrias, en su pronunciamiento, pide:

182

Page 183: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

En abril, al pronunciarse sobre el Plan Túpac Amaru, sostendrá que este "refleja

cambio sustancial de actitud…" pero no recusa la ideología de la "Prime ra Fase" ni

cambia el estatismo del gobierno, a pesar de sus "resultados contraproducentes". En

sus conclusiones propone un conjunto de requisitos PIan, que la identifica plenamente

con Ios planteamientos que entonces estaban sosteniendo Ios antiguos partidos

políticos260.

CUATRO LA POLÍTICA ECONÓMICA QUE, EXIGIO IMPLATAR UN AÑO DE EMERGENCIA

1. LOS LOGROS DEL MINISTRO BARUA

3) La sustitución del D.L. 18350 (Ley General de Industrias) por otro instrumento legal con las siguientes característica:

i) Que tenga para la industria finalidades promocionales y no meramente punitivas.

j) Que considere el porcentaje de participación de la Comunidad Laboral en la industria en pie de igualdad con los otros sectores y no constituya, como hoy, una carga discriminatoria.

k) Que elimine los controles y trabas burocráticas, para el funcionamiento y la creación de empresas.

l) Que evite la intervención estatizante en sectores que operan con eficiencia productiva.

m) Que se dirija a una real descentralización

n) Que proteja al patrimonio industrial contra la devaluación y el obsoletismo.

o) Que coloque al país en condiciones de igualdad y aptitud para enfrentar el reto del Grupo Andino.

p) Que favorezca promocionalmente la exportación de productos peruanos.

4) La participación de la Entidades Representativas de los Sectores Privados en las discusiones de las leyes que les conciernen, como el medio más eficiente de evitar los errores que se han cometido

Informativo político No. 53 Febrero 77 p. 15

260 Finalmente, la Sociedad de Industrias señala en sus conclusiones que en un Plan de Gobierno que “sea realmente

instrumento funcional y eficiente de desarrollo para el Perú y que rectifique los errores del pasado. “ debería a) ser producto de la ciudadanía; b) considera la necesidad de provocar al poder constituyente para que elabore, sin agenda previa, la Constitución que el Perú reclama; c) recurrir al único mecanismo de consulta al pueblo que es digno de Fé, el voto secreto y universal d) garantizar en forma absoluta e irrestricta la libertad del poblador peruano es todos los campos de su actividad y de modo especial la libertad de prensa; e) hacer de conocimiento público la verdadera y exacta posición económica por la que atraviesa el país; el ocultamiento de los datos aparte de ilícito y discriminatorio genera desconfianza y temor con graves efectos incluso para la promoción económica; f) fijar un calendario a término fijo y breve para la permanencia de las Fuerzas Armadas en el Gobierno, por la responsabilidad exclusiva que les compete en el reencuentro de la estabilidad económica nacional; g) derogar la ley de industrias y sustituirla por una legislación industrial que sea promocional para la industria privada. Todo ello es necesario para convertir la empresa industrial en la base del desarrollo económico autosostenido e impedir así aquellas etapas de nuestra historia republicana que ofrecieron al país una prosperidad falaz; h) revisar con criterio funcional los resultados de la reforma agraria dando al agro peruano el impulso necesario a través del aumento de los productos del agro y satisfacer de ese modo las necesidades de nuestra población.

DESCO, Informativo Político No. 55. Abril 1977. p. 15

183

Page 184: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

En el curso de este año el gobierno aplica el paquete Barúa -con las medidas

tomadas el 29 de julio-, mostrando a la vez que tanto en este paquete como en Ios

anteriores la única meta que se alcanza, incluso más allá de lo previsto, es la

compresión del consumo popular. El Ministro Barúa caerá en mayo de 1977, luego de

mostrar claramente que no tiene poder para disciplinar el Gasto Público en función de

su programa. Tampoco logrará sus optimistas previsiones en cuanto al aumento de la

producción y perderá paulatinamente el apoyo de la banca privada de los Estados

Unidos, a la que recurrió en negociación directa para evitar la lenta y difícil gestión con

el Fondo Monetario Internacional. La presión imperialista para imponer medidas

dirigidas a servir a sus intereses financieros -a cualquier costo- tomará visos

dramáticos que arrinconan al gobierno y lo obligan a aceptar, cada vez más, las recetas

del Fondo Monetario Internacional. Todo el enorme esfuerzo gobierno por ganarse a los

empresarios nativos y por atraer la inversión extranjera - expresados en las medidas

políticas del viraje y en la corrección de las reformas- serán mediatizados por la

evolución de una crisis cuyo manejo la burguesía puede criticar ya técnicamente, por

la incapacidad demostrada por el gobierno para darle mejores condiciones de operación

al no resolver coherentemente la crisis. El gobierno vacila entre presiones del

capitalismo financiero internacional para cobrar su deuda y presiones del capitalismo

productor por lograr condiciones más operativas a su ganancia. Entre estas opciones

opuestas sigue presionando una amplia gama de intereses y necesidades del propio

gobierno y de su base de apoyo, la Fuerza Armada.

En efecto, la política económica trazada no soto es criticable desde una opción de

intereses alternativos, expresada en la crítica al sistema en su conjunto. Para quienes

defienden y se benefician del capitalismo dependiente, la política llevada a cabo es

también criticable. Barúa no logra cumplir con la reducción del déficit fiscal ni parar la

expansión del Presupuesto Público que al probarse para 1977, indica "una decisión del

gobierno de incrementar su programa de gastos por encima de los existentes en el año

anterior" 261. En esta expansión del gasto se muestra patentemente la tensión infra-

burocrática, quedando claramente demostrado que en el mismo gabinete "no hay homo -

neidad de opinión respecto al proyecto económico a seguir". La situación lleva también

a una pugna entre burguesía y burocracia que concluye, junto con la anterior, en la

generación de una mayor inflación 262. La eficacia lograda en comprimir el consumo,

261 Informativo Político No 52 Enero 77 pp. 31-32.184

Page 185: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

mediante la fuerza represiva del período, puede observarse al comparar la evolución

del costo de la propia canasta familiar presentada por Barúa:

"Es evidente que los aproximadamente 22,000 millones de soles de incremento neto del

presupuesto de 1977 representa un sector público que lejos de `comprimirse' se

expande.

Es importante subrayar este punto pues los voceros oficiales del gobierno no han

explicitado una determinada posición respecto a la política económica a seguir,

intentando conciliar en torno a ésta, intereses con sectores del capital nacional y con

los órganos financieros extranjeros.

Esta expansión del presupuesto refleja la falta de homogeneidad de opinión respecto al

proyecto económico a seguir. Esta falta de consenso asume, quizás

momentáneamente, la forma de un "boicot pasivo atomizado". Este podría ser el reflejo

de contradicciones intraburocráticas existentes debido a la imposibilidad del gobierno

de obtener un proyecto político consolidado. Pero, además, refleja también las

contradicciones propias de una situación de crisis, ante sectores de la burguesía y de

la burocracia. Así, por ejemplo, el sector financiero privado se siente fuertemente

agredido y colocado en situación de desventaja pues a) el proceso inflacionario ha

disminuido su capacidad do captar ahorros, b) su liquidez se ve año aun más

presionada por la política de contracción del crédito implementada por el gobierno

como parte de sui proyecto de estabilización; c) sus rangos de acción se ven

recortados por verse enfrentados con una de las organizaciones sindi cales más fuertes

del país (la FEB), lo que les impide aumentar se tasa de ganancia presionando sobre

los, salarios, d) ven en el Estado un límite permanente a sus utilidades, pues su

mecanismo de ganancias se halla directamente interferido por éste: cada vez que

consigue aumentar su capital, el Estado puede obligarlos a tomar más bonos del tesoro

para asegurar sus requerimientos de liquidez.

Todo lo anterior, impulsa al sector financiero a exigir que toda expansión del

financiamiento se produzca a través suyo y no a través del sector público. Y este es un

importante punto de coincidencia con el empresariado privado, que reclama mayor

capacidad de financiamiento Entonces, son las pugnas inter e intra burguesía y

burocracia las que, en esta situación de reflujo del movimiento popular, son fuentes

generadoras de inflación. Pero estos sectores coinciden en la necesidad de disminuir la

262 Informativo Político No 52 Enero 77 p. 32.

185

Page 186: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

tasa inflacionaria. Y coinciden también en la forma de hacerlo: dis minuyendo el

consume popular'.

EVOLUCION DEL COSTO DE LA CANASTA FAMILIAR 1973 -1977

(En Soles)

Unidad de Consumo en 1973

1973 1974 1975 1976 1977 Gasto según

e l ingreso rea l (9 )

Cant idad que se puede

consumir en Feb 1977

Enero Ju l io Enero Ju l io Enero Ju l io

Al imentos

Pan FrancésFideos ArrozPapaLeche evaporadaFr i jo l cast i l laAzúcarCarne de resCarne de pol lo Acei te de cocinaOtros a l imentos y bebidas

No a l iment ic iosIdumentar iaPasaje urbanoViv iendaKeroseneAgua Prod. Ind . D iv .

449 panes7.5 kg .

25 .2 kg .29 .3 kg .31 la tas3 .4 kg .

12 .6 kg .3 .7 kg .6 .4 kg .3 .6 kg .

-

--

103 pasajes

-11 .1

ga lones1e

c i l indros-

2 ,72615782

1641322442971

18328981

1,294

2 ,1324132582306182

1,088

3 ,2292251112141472853271

20432083

1,537

2 ,42648230927061

1121,192

3 ,6592251332321523814371

24135286

1,743

2 ,61852036129161

1281,256

4 ,4072921343352054015671

25943591

2,128

3 ,00058641232161

1601,460

4 ,98833715841626440365

10130051294

2,338

3 ,42062546435069

1921,720

6 ,02942719950429348468

158370582147

2,797

4 ,41672372138592

2402,255

6 ,37442719950429348468

158370582147

3,142

4 ,83281772144192

2402,521

6 ,98944921850446948471

158444691191

3,310

4 ,99884172144692

3202,578

5 ,06129115130424545354

133340537151

2,402

3 ,958767480427113152

2,019

291 panes5.2 kg .15 .2 kg

15.3 KG.29 la tas2 .7 kg .

29 la tas2 .7 kg .

10 .6 kg .2 .8 kg .5 .0 kg .2 .9 l t .

-

---

68 pasa jes-

13 .7 ga lones

7.6 c i l indros

-

TOTAL - 4 ,858 5 ,655 6 ,277 7 ,407 8 ,408 10,445 11,206 11,987 9 ,019 -INGRESO FAMILIAR NOMINAL MENSUAL

- 4 ,858(1)

5 ,349(2)

5 ,349(3)

6 ,199(4)

7 ,039(5)

8 ,209(6)

9 ,019(7)

9 ,019(8)

9 ,019 -

FUENTE: INEI ELABORACION: GEPE - DESCO

(1) La cifra ha sido tomada de en estudio elaborado por el Institute Nacional de

Estadíticas en el año 1974. Se trata del ingreso de una familia de seis mienbros en el

primer estrato de ingresos correspondientes a los estratos establecidos por la cuenta

186

Page 187: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

ENCA Ilevada a cabo en 1973. Al respecto ver: "Indices Precios al consumidor en

Lima Metropolitano por Estratos", ONEC, Lima 1975.

(2) A la cifra de 1973 se le ha agregado el 10.1%, que fue el incremento producido en

los salaries nominales según datos del B.C.R. AI respeeto ver: Informativo político

DESCO- Enero de 1977.

(3) Se supone que en enero de 1975 el ingreso es el mismo del año 1974.

(4) A la cifra de enero de 1975 se lo han agregado los 400 soles de reajuste de

remunciones otorgadas por el D.L. 21202 y el aumento que podrían haber obtenido los

trabajadores por convenio colectivo y que hemos considerado igual a 450 soles que es

el mínimo permitido por la mencionada Ley.

(5) A la cifra de julio de 1975 se le han agregado Ios 840 soles que se otorgaron en

enero por el D.L. 21394.

(6) A la cifra de julio de 1976 se le han agregado los 720 soles de reajusec salarial por

el D.L. 21531 y el aumento de 450 soles por convenio colectivo tal como se hace para

la cifra de julio de 1975.

(7) A la cifra de julio de 1976 se le ha incrementado Ios 810 soles de reajuste

concedido por el D. L. 21781.

(8) No se ha producido ningún aumento adicional.

(9) A la cifra de ingreso de Febrero de 1977 se le ha aplicado la ponderación del gasto

que figura en el Cuadro No. 1. Cuadro elaborado en base a la canasta familiar

presentado por el Ministro Barúa en Enero de 1976 para justifcar Ios S/. 840 de

incremento de remuneraciones entonces concedido. Fuente Informativa Político No 53

- Febrero 77

Es reconocido por diversos analistas que ya se está solicitando al Ministerio de Industrias la

reducción de la jornada de trabajo en un buen número de mepresas. A la vez que esto

ocurre, “Funcionarios del ámbito financiero sostienen…. que han sido ya incapaces de

controlar la demanda de gasto de los Ministros y los Mandos Militares, aún dentro de un

programa gradual…”263

263 Las ventas han disminuido no solamente en productos tales como cosméticos y otros bienes de consumo similares, sino aún en productos normlamente estables como jabones, muchas medicinas, llantas y lubricantes, constituyendo estos últimos un indicador tradicionalmente digno de confianza para determinar el nivel de actividad económica. Más de 50 empresas han solicitado reducir la jornada de trabajo ante el Ministerio de Industria y los basqueros predicen que en mayo y junio la proporción de dichas solicitudes va

187

Page 188: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

El plan Barúa fracasa así, no sólo en sus previsiones, sino en los mismos objetivos

propuestos. De este modo se prepara la negociación con el Fondo Monetario Internacional,

que procurará imponer al gobierno sus exigencias draconianas. En su gestión inicial. Barúa

había preferido negociar directamente con la banca privada norteamericana264, pero ya en

Marzo de 1977 los mismos bancos que antes lo apoyaron reclamarán como condición preva

el aval del Fondo Monetario Internacional. Al caer Barúa, el gobierno había desarrollado ya

tensas negociaciones con la misión del Fondo, parte de las causales trascendieron al

publicarse una carta del equipo de economistas del Banco Central de Reserva en la cual

implícitamente se reclama disciplina y constancia al propio gobierno, a al vez que se expresa

que el Fondo “…exige condiciones que creemos definitcamente inaceptables…”265. El

gobierno ha de negociar cada vez más arrinconado y dando muestras de indefinición en la

aplicación de su propia política. Su Ministro Barúa cae después e que los sucesivos

paquetes económicos “…no produjeron los resultados esperados, por no hblar de un rotundo

fracaso”266

EI enjuiciamiento de esta política anti-crisis no puede, sin embargo, hacerse sólo en

los aspectos que se refieren a su implententación. Ya a través de períodos anteriores

hicimos referencia a las distintas críticas que se centran en el propio diagnóstico de

la situación y en la opción básica que la política trazada implicaba. Entender la crisis

sólo como coyuntural y adjudicar sus causales sólo a los factores externos, era

insuficiente e incompleto. Centrar todo el problema de la economia actual en el sector

externo, en torno al pago de la deuda es, además, inhumano...y expresión de una

aumentar considerablemente. Mucas compañías pueden parar totalmente su producción. La industria de la construcción continúa recesada desde el año pasado. DESCO. Informativo Político No. 55 Abril p.41.

264 Incluso en Estados unidos se criticó la presión ejercisda por la banca privada sobre la política peruanal, a partir del crédito de US$ 397 millones otorgado para equilibrar la balanza de pagos. Se recalcó que ese rol político correspondía al FMI, organismo interncional que por su carácter de tal recubre de apariencia tecnocrática y apolítica la actuación imperialista de esta gran potencia. Ver en Cronología Política. Hechos Nos. 4472 y 4591 pp. 2065-66 y 2142 a 2145.

265 Los párrafos centrales de la carta de los funcionarios del Banco Central y las condiciones del Fondo están incluida en un artículo editorial de la “Carta Económica del Perú” reproducido en: Informativo Político No. 56 pp. 43-44. El texto completo de la carta, además del informe del FMI sobre la economía del país, aparecen también en Economía Peruana: un ensayo de interpretación de Carlos Otero y Hugo Cabieses. DESCO 1977

266 Informativo Político No. 57 p.36188

Page 189: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

opción de clase. Aunque en Julio do 1976, el propio Presidente, expresará una tímida

autocrítica de la política económica, se referiría aún entonces sólo a la políticas de

"corto plazo", sin cuestionar la propia conducción del conjunto de la economía y la

estrategia misma de desarrollo 267. Hubo entonces no sólo críticas de la izquierda

opositora -con la cual el gobierno no aceptaba dialogo alguno- sino del propio Partido

Comunista que, a pesar de todos los cambios del curso político, mantenía su respaldo

al régimen. Este partido, comentando el mensaje del 28 do Julio do 1976 y las

medidas económicas recientemente adoptadas, las que crítica con especial cuidado,

se formularó preguntas como éstas. . . si es cierto que necesitamos aumentar la

producción y es también cierto que esta necesidad es entorpecida por el boicot

consciente de los capitalistas, por su negativa a invertir, por su resistencia

sistemática a la Comunidad Laboral . . . ¿por qué se castiga los paros y las huelgas

obreras y no el lock out de los patrones? ¿Por qué ahora Ios trabajadores huelguistas

pierden su derecho a la estabilidad del trabajo y sufren la disminución de sus

derechos vacaciones mientras que Ios empresarios actúan impunemente y no son

objeto de sanción alguna?” … “Si el descenso de la producción y el uso insuficiente

de la capacidad instalada afectan en primer término a los trabajdores, ¿por qué no se

garantiza plenamente la participación obrera de los aspectos de la gestión

empresarial?” y refiriéndose al encarecimiento de las subsistencias, cuya causa el

gobierno sitúa en la obra de Ios especuladores, el Partido Comunista se preguntará

"por qué no se generaliza y legisla la participación directa y efectiva de la

población…?"268

Pero el gobierno no es sensible a la crítica, ni siquiera cuando parte de bienes lo

apoyan. Y no hacemos referencia sólo a este partido, cuyo apoyo “molesta"

267 “… si bien la crisis presente tiene como causa importante la crisis mundial, es necesario analizar la parte de nuestra crisis qus se debió al manejo interno de nuestra economía y a la trabazón burocrática, resultado de una distorsión en cuanto a la instrumentación del Proceso. No fueron las reformas estructurales en sí las causas internas. Si la instrumentación y el manejo de la política económica del corto plazo se hubiera adecuado a la realidad, gran parte de los probleas actuales se hubieran salvado.

Las normas dadas por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada en su “Primera Fase” para cambiar las estructuras económico-sociales con el fin de poder contar con un país sólido y progresista, debieron acompañarse de medidad oportunas en la política económica en el cortor plazo para salvar la coyuntura y evitar que ese ésta pudiera derivar un problema estructural y de fondo”.

Cronología Política. Hecho No. 4512 pp. 2086 a 2089

268 Cronología Política. Hecho No. 4549 pp. 2114 a 2116189

Page 190: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

ideológicamente al gobierno, sino incluso a las críticas expresadas desde dentro por

sus propios cuadros. Esto demuestra una clara limitación de gobernantes, pero no

sólo eso. Se trata de las limitaciones del régimen mismo, cuya correlación de

fuerzas no le permite desatender Ios reclamos de la burguesía en primer lugar; y las

propuestas implícitas en las preguntas del partido Comunista son inaceptables para

la burguésfa, como lo eran también la ogramación de importaciones, el control de la

sub-valuación de exportaciones y sobrefacturación de exportaciones, etc. Tomar

esas medidas Ilevaría a enfrentamiento tal que el gobierno no podría seguir

esperando que la activación" de la economía proviniese de la "volutad de la

inversión privada" que es la única capaz de lograrla en su concepto. Este y otros

aspectos centrales -que no parecen percibir los autores de ese pronunciamiento -

están en la base que impide al régimen cambiar su política económica, de corto

largo plazo, y revisar su estrategía de desarrollo para apoyarla en el trabajo creativo

de las mayorías, en la movilización real y efectiva de las porencias nacionales y no

en el capital y el lucro privado, reticentes hoy ante cuaquier intento de reforma.

Es que todo el proceso va a mostrar reiteradamente la invíabilidad del reformismo,

visible no a partir de radicales formulaciones ideológicas, sino la pragmática realidad

que enfrentan las reformas -en su momento- y las posturas que intentan atenuar el

efecto de la crisis en las mayorías, sin cambio sustantivo. Lo que la burguesía

reclama es plena libertad de operación, control alguno y con todo tipo do incentivos.

En caso contrario, no inviete aquí lo que el gobierno hace es reajustar y conciliar.

Obtiene aplausos verbales, pero pocos resultados efectivos. Sin embargo, el cuadro

se agrava cuando por su propia lógica esa inversión -nativa y extranjera - origina

ciclos de crisis al desequilibrar la balanza comercial y al succionar hacia el extranjero

recursos, mientras que no genera el empleo esperado. Cuando a esta situación se

agregan Ios efectos de la propia política de inversiónes del Estado, no apartada de

esta lógica y de las condiciones del financiamiento externo 269, y encima se afrontan

efectos del curso actual de la crisis del capitalismo inter nacional, se confluye en una

hecatombe como ésta. Sobre todo ello, pero no antes, agréganse los errores

269 Que imponen junto con su dinero no sólo altos intereses sino la tecnología (que es eficiente para sus economías, pero no para la nuestra) y sus prioridades. Al ver los costos de las inrrigaciones de la Costa cabe preguntarse si para las necesidades del país no sería más adecuado impedir la pérdida de tierras de cultivo, dad en alta proporción, e irrigar con técnica más tradicionales nuestra sierra, movilizando amplios contingentes de campesinos sin emplo real. Pero ¿las agencias internacionales financiarían estos proyecto? Allí la imposición tecnológica no funciona igual y más de un “técnico” del sistema calificaría de poco rentables estos proyectos, obviamente dentro de su criterios de rentabilidad capitalista.

190

Page 191: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

cometidos por el gobierno al manejar la política de corto plazo, su propia indisciplina

o su indecisión. Por todo esto el curso económico y político cuestiona muy a fondo las

posibilidades de esta política y de este régimen, recordando que la exptotación

económica de las mayoría se reproduce y agudiza no por consideraciones personales

de Ios actores del sistema, sino por su incapacidad de replantearto. Cuando en el

curso del proceso político la ideología capitalista defiende el mito de la inversión

privada como el dinamizador que hace salir del subdesarrollo, recurriendo no sólo a

otras realidades sino a otras fases del capitalismo y a otro siglo de la historia para

ejemplificar tal afirmación, hay que recordar que esa ideotogía nunca ha cubierto el

salto lógico que armonice el interés privado de aumentar la ganancia con el interés

general de satisfacer las necesidades sociales y progresar. De bemos recordar que

ese salto "automático" se logro en las porencias y países avanzados de hoy,

oprimiendo y descapitalizando a otros pueblos; y que en la fase actual, monopólica,

del capitalismo ningún pueblo se ha desarrolldo y liberado del imperialismo dentro de

ese sistema.

2. ¡SR. PIAZZA: EL PAIS NO ES UNA EMPRESA!

El curso del proceso político evidencia la agudización de la crisis económica y política

tras la eficacia del gobierno en reprimir y pauperizar al pueblo, pues sólo en la

reducción del consumo popular se cumplió el plan Barúa Caído este ministro, el

gobierno presentará su nueva carta, el empresario Walter Piazza, conocido como

cuestionador de la "Primera Fase" y defensor del "legítimo egoísmo” expresado en la

empresa privada270. AI incorporarle, el gobierno ofrece una carta de aliento a los

270 El Ing. Walter Piazza – Ministro de Economía y Finanzas- sustentó su posición doctrinaria y política ante el Presidente Velasco en CADE 1972. En esta ocasión afirmó que el hombre…. “Hay que definirlo tal como es: un ser por naturaleza egoísta que busca su felicidad, pero que sólo alcanza su calidad verdaderamente humana cuando su espíritu se proyecta sobre la sociedad”. De allí dibujo que “la sana ambición del hombre y su LEGITIMO EGOISMO, en la medida que no perjudiquen al conjunto social, han sido, son serán vigorosas fuerzas motoras de progreso”. A partir de esta formulación doctrinal defendióel pluralismo económico en los términos en que convenía a la empresa privada tal como ahora en que los empresarios privados podía acpetar la comunidad laboral: la participación sí, pero sin compartir la autoridad. El Presidente Velasco respondió señalando “reparos y discrepancias significativas” y sosteniendo que desde el punto de vista del gobierno “…hay un fundamental error INSUBSANABLE en sostener un enfoque de los problemas sociales, económicos y políticos basado en el individualismo o en una reducción de la compleja naturaleza de lo humano a la sola dimensión del egoísmo en el individuo o finalmente en aceptar que la ambición y el egoísmo siempre y por siempre serán vigorosas fuerzas motoras del progreso…”

Sostuvo el Presidente Velasco, al rechazar ese planteamiento capitalista liberal, que el gobierno rechazaba también el comunismo estatista y el capitalismo con planificación estatal, al que identificó con los

191

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empresarios privados a quienes sistemáticamente trata de reivindicar, presentando un

Ministro dispuesto a disciplinar la acción del gobierno. Las medidas que plantea al

gobierno se expresan en un "Programa de Emergencia" que sigue la misma Iógica de

los presentados por su antecesor. El Ministro mismo las resumirá de la siguiente

manera en su exposición al país:

“1. Procurar reducir tos gastos del Gobierno para que el déficit fiscal

disminuya, desde el rango de 55,000 a 80,000 millones de soles

antes indicados, a un nivel manejable para este año de 30,000 a

35,000 m i l l o n e s d e soles.Este recorte de gastos tendría que hacerse

en el breve lapso de 7 meses, lo que demanda un gran esfuerzo. Para

ello se ran a tener que posponer una serie de proyestos e implantar

políticas d e severa austeridad.

Como una medida conducente a lograr este objetivo, y por 12 meses, se

han congelado las plazas en el Gobierno Central y los sectores

administrativos de las Empresas Públicas y se ha prohibido la compra,

entre otras cosas, de automóviles y equipo de oficina .

2. Eliminar la pérdida de PETROPERU y procurar que esta Empresa empiece a

generar recursos propios suficientes para un crecimiento diversit icado y

sostenido. Para ello va a ser necesario elevar los precios de la gasolina y los

combustibles. El nuevo precio a partir de manana de la gasolina de 84 octavos

será de 75 soles por galón.

3. Reducir en este año, en 200 millones de dólares, las importaciones del Estado

de Bienes y Equipos, incluyéndose la Defensa Nacional.

4. No efectuar ajustes bruscos en vuestra tasa de cambio y mantener el sistema

de ajustes graduales, en función de nuestra realidad económica.

5. Compensar, en parte, la pérdida de capacidad adquisitiva de la población -

capacidad adquisitiva que se ve afectada por el incremento de los precios-,

cuidando de proteger proporcionalmente más a los que menos ganan.

tercerismos. Señaló finalmente que “la participación es participación en la toma de decisiones o no es nada” y que en síntensis, el planteo del gobierno frente a la empresa privada reformada es”…a propiedad compartida dirección o autoridad compartida”. Ver Cronología Política Hecho No. 1898 pp.449 a 452.

192

Page 193: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

6. Apoyar los recursos de caja en moneda extranjera, mediante la concertación,

en condiciones adecuadas de financiamiento, de 250 millones de dólares que se

requieren en lo que queda del año, en materia de Balanza de Pagos"271.

El Ministro Piazza expondrá este "Plan de Emergencia" a la vez que expli ca la

situación económica en términos claros, que tocan la sensibilidad de buena parte del

gobierno ya que implican una crítica que muchos no estaban dispuestos a aceptar.

Ademas de insinuar una crítica a la falta de información al público sobre la

verdadera situación económica -que El Comercio parece responder- 272, el Ministro

censura el optimismo habido en la programación de los proyectos de inversión a

largo plazo, los limítes que han hecho que la producción agrícola no aumenta, las

trabas impuestas por la burocracia a la empresa privada, el gran crecimiento del

aparato estatal y la planifitcación del desarrollo -que no ha Iogrado ni armonizar los

sectores público, privado y social lo expresarse en el desarrollo y financiación de los

proyectos273. Su exposición incluirá obvíamente la defensa de la empresa privada,

crítican que hayan sido maltratados "los promotores de empresas y profesionales"

que se haya considerado sus utilidades "como hechos vergonzosos y

antisociales"274. Senalara mas adelante, que cl estancamiento de la cconomia se d

be, on parte (pero las otras partes no las indica y por tanto esta es la cenlr al clima

de desaliento que esto ha producido y a la falta de ahorro.

El impacto de esta exposición y de estas medidas será muy grande en la coyuntura de

entonces. Pero no sólo por obra del Sr. Piazza, sino, por venir luego de tantos

"paquetes" en la misma dirección y por representar un golpe más sobre una poblacion

271 Informativo Político. No. 57 Junio 1977 p.35

272 Informativo Política. No. 58 p.14

273 Informativo Política. No. 57 p.34

274 Puede afirmarse que los empresarios ejercen actividades “vergonzosas y antisociales” tanto en su generalizado comportamiento anti laboral como en la burla de la ley, en la suvaluación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones, en mil mecanismos para evadir la presentación de utilizades que si bien pueden no has hecho por todos y cada uno, son representativas y reconocidas públicamente. Pero hay, además, la permanete recurrencia a reduciar la crítica hehca al sistema a una crítica a este nivel, como si quienes plantean un cambio real fueran algo asi como neuróticos o “gentes cegadas por el odio”. No es así; aunque pueda haber también deformaciones, fruto de la tensión social. Al menos eso no es lo central a toda sociedad alternativa requirirá de empresaris profesionales, pero “incentivados” de otra manera, y no necesariamente privados… de un compromiso tangible con las necesidades de las mayorías por la lógica de lucro del sistema, que es aquí la única medida de su éxito o fracaso como empresarios.

193

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ya enormemente pauperizada y cofinada a callar en base a los límites de la represión

instituída al amparo del Estado de Emergencia.

Un titular del Semanario Oiga, "iSr. Piazza: el país no es una empresa", ha de reflejar

claramente el ánimo general -al borde del estallido- presente al acercarse el final de

este período de un año de "Emergencia", diseñado para aplicar la política de

estabilización económica del gobierno. Más expresivo de la vision popular, el

Semanario Unidad titulará esa coyuntura diciendo: "Piazza: habló el Patrón". Incluso

en ese moniento, el Partido Aprista -que aunque se define como, izquierda

democrática no se ha opuesto a la política económica del régimen- declarará, a través

de su Secretario General Colegiado Armando Villanueva, que las medidas económicas

"… se inspiran una política más de tipo empresarial que popular. Esas medidas se

vinculan más a los intereses de las altas empresas que del pueblo productor que -re -

marcó- será el que pague el costo de la crisis" 275.

La caida de Piazza, en medio de disturbios que se generalizan en todo el país, parece

explicarse en la suma de tensiones generadas por su propia expo sición y por su

decisión de reducir el gasto público, afectando a sus colegas de gabinete. Esto se da

en un cuadro en el que los propios mandos militares regionales tiene oeasión de

comprobar la reaecion popular ante las nuevas alzas. El desenlace se produce en

plena discusión de los términos de negociación con el Fondo Monetario Internacional,

para obtener el necesario y deseado stand by.

CINCO EL MOVIMIENTO POPULAR ENFRENTA AL GOBIERNO

El Estado de EMergencia estuvo destinado a impedir toda movilización y protesta de

los trabajadores. Era el necesario complemento de la política económica del régimen

y por ello el gobierno recurrió al despliegue de todo su aparato legal y represivo para

aplicarla. Hay que calibrar on toda su dimension que significó para los trabajadores y

sus organizaciones este período. En la base se soporta un proceso creciente de

pauperización. En 1977 -segun cifras oficiales- el salario real del trabajador ha

descendido en un 23% respecto a 1973, mientras que el sueldo real ha disminuido en

un 33% para el mismo periodo. 276 Más dramática aún es la situación de los amplios

275 Informativo Político. No. 58. Julio 77 p.16

276 Sueldo, Salarios y Mínimo Nominal y Real en Lima Metropolitana 1973 – 1979194

Page 195: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

sectores sub empleados y desempleados 277 . A este estado de cosas se agregará en

Ios últ imos años la despedida ocasionada por la reducción de plantas o turnos,

como aquella que proviene de los conflictos sindicales. De este modo, el trabajador

lucha desde hace varios años por subsistir, más que por ampliar su nivel de vida a

condiciones más humanas. Cada "paquete" económico reduce salario real, a pesar

de que reciba más bil letes. Pero, añadida a esta difíci l situación, la ofensiva de los

patrones y del gobierno se desata con verdadera furia. Los primeros agregarán a las

condiciones objetivas de la crisis un resentimiento acumulado desde los primeros

(En soles mensuales)

SUELDOSSALARIOSMINIMO LEGALIndice de precios al ConsumidorNominalRealIndiceNominalRealIndiceNominalRealIndice1973197419751976197719781979Ene.Feb.Dic.*103381108813977171002045826259

2832929674

385761033894879062798668835087

51895080

46711009288776749

5049

455150195

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años del gobierno de Velasco, porque se sintieron afectados por las reformas

aunque sus margenes de ganancia fueran siempre estimulados. El gobierno, sin

imaginación y desgastado al enfretar la crisis, entiende que las huelgas son

provocaciones que atentan no sólo contra su plan económico sino contra su

estabil idad. Consciente de su impopularidad creciente, reacciona contra el pueblo

con actitud vertical y paternalista, impositiva de sus "polít icas" e incapaz de dialogar

y armnonizar incluso en los conflictos más simples.

56707468

107881185016794

1886420209

26271515048524842503839873253

34553459

31811009494987763

6767

62240030003540450054006900

69008970

1160024002540229521011816196

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Las organizaciones sindicales, sus dirigentes y asesores legales, se han convertido

en subversivos. Se legisla de tal forma que no desaparecen formalmente los

sindicatos, pero se procura atarlos de manos. El Estado de Emergencia y la

suspensión de garantías se extienden al ámbito laboral por el D.S. 011-TR que

prohibe e i legaliza toda huelga, ordenando el despido masivo en caso, de

producirse; pero como, además, están suspendidas las garantías, se detiene a

cualquiera y de hecho la detención de dirigentes se darán desde el momento en que

se preve una posible huelga, aún en plenas negociaciones. Con una represión

"selectiva" pero eficaz, dirigida principalmente contra dirigentes y organizaciones

sindicales, se buscó -y logró al principio- desarticular al movimiento popular e

impedir toda protesta. La prensa del gobierno no sólo rehusa dar acogida a sus

reclamos sino que, ante cada movil ización, desde forma, ataca e intimida. Las

revistas que circulan sólo acogen simbólicos casos, aliándose casi siempre al coro

1367

12631535

141210010696887657

5364

59100.00118.10154.24214.13297.23516.22

545.91584.12

825.15FUENTE: BCR hasta 1978. DESCO, cifras de 1979*Previsto suponiendo una tasa de inflación de 60% para todo el año y reajuste por un total de 30% adicional en las remuneraciones.

DESCO. Resumen Semanal. (24 de Febrero al 2 de marzo 1979) No. 9 p.4

277 La población subempleada en 1977 era el 48.1% de la PEA. Este porcentaje se ha incrementado significativamente desde 1973 en que era 41.3. En 1976 fue de 44.7. El desempleo abiero fue de 5.8 en 1977, habiendo sido de 4.0 en 1975 (fuente Ministerio de Tabajo, Dirección General de Empleo)

197

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antipopular. De este modo el sistema estaba armado para que el pueblo calle y

soporte los sucesivos golpes de la política impuesta por el gobierno.

Toda esta situación enmarca otro hecho real: el sindicato pierde toda capacidad de

negociación. Debe presentarse desarmado a la mesa de negociaci ones, porque no

puede ordenar un paro ni negociar fuera del tope puesto por el gobierno. Si a ello se

agrega la capacidad de la empresa para sobornar funcionarios y la recurrencia

concreta al Ministerio del Interior ante cada conflicto importante, aparecera claro

que el sindicato tiene al frente un poderoso aparato, dispuesto a impedir cualquier

avance. Durante la vigencia del Estado Enrergencia la intervención del Ministerio

del Interior es inmediata, deteniendo dirigentes, amedrentando familiares e incluso

participando en un nivel negociación cuando los sindicatos reclaman por la

detención de dirigentes 278 . Esta perdida de capacidad de negociación se

complementa con la polít ica del Ministerio de Trabajo -que favorece abiertamente a

las empresas en conflicto- y con la campaña antisindical de los empresarios,

debidamente acogida por diarios y revistas que, a su vez, silencian y distorsionan

los comunicados de los trabajadores.

I. TRES HUELGAS IMPORTANTES EN 1976

En el segundo semestre de 1976, tres grandes huelgas demostraron la capacidad de

respuesta de los trabajadores frente a la agresión específica del gobierno. En ellas

se luchó con notoria desventaja y, aunque se soportaron de rrotas en cada caso, se

fue construyendo la conciencia de que sólo un paro general podría tener efectos

reales. Las tres huelgas principales fueron la del gre mio de pescadores, la de

trabajadores municipales y la de trabajadores telepostales .

La huelga de pescadores transcurre entre octubre y diciembre de 1976, período en

el cual el gobierno apela a todos los métodos para quebrarla. Recurre la detención

de dirigentes y a su desconocimiento legal, intenta impulsar sindicatos paralelos y

obtener la censura de los dirigentes en sus bases, establece el toque de queda en

todos los puertos del l i toral y detiene a más de un centenar de dirigentes y

trabajadores. En útima instancia, apela a la ya cotidiana acusación de subversivos,

278 Informativo Político. No. 52 p. 21, Enero 1977; ver allí la intervención del Director Superior del Ministerio del Interior en el retiro de un pliego de reclamos.

198

Page 199: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

al despido general por violar la Ley de Emergencia y a brindar la “oportunidad" de

reinscripción para quebrar el gremio 279 .

A todo lo largo del conflicto, esta actitud será apoyada por una campaña orquestada de la

prensa del gobierno que, barajando contradictorias a argumentos, sostiene -en

noviembre- que un número creciente -cinco mil- de trabajadores se aprestaba a salir a la

mar, al mismo tiempo que insistía en la cuantiosa pérdida que esa huelga seguía

ocasionando, dejando de lado –de principio a fin- la necesaria veda de pesca que se

requiere año a año280.

Esta era una huelga claramente defensiva, originada en la decisión del gobierno de

vender a pequeñas empresas las embarcaciones, ofreciéndolas en venta a los

trabajadores en términos que de ninguna forma les podía parecer conveniente 281. No se

279 Sobre el particular puede consultarse el tesmonio de Carlos Malpica en su folleto La desnacionalización de la flota de Pesca-Perú: una medida anti-histórica. Ed. Labor, Lima 1976.

280 En la obra citada, dice Malpica: “En mi calidad de asesor económico recurrí a prácticamente todos los periódicos y hablé con su directores sobre el problema pesquero. Unos me dijeron francamente que la actual situación de la prensa no permitiría este tipo de libertades, menos aún tratándose de un grupo laboral tan combativo. Otro, con una franqueza asombrosa, me manifestí que ta él estaba de refreso de sus veleidades izquierdistas y que creía en las virtudes del capitalismo, lo hiciera de verdad y no recurriendo a arcaimos antieconómicos y antisociales, me replicó que él creía que todo lo que hacía este gobierno estaba bien. Y luego me preguntó sobre la vida de viejas amistades, con lo que terminó el diálogo (…)”. “En los últimos meses, ni siquiera como aviso pagado se ha permitido a la Federación publicar sus opiniones respecto a la transferencia de las bolicheras que, sin lugar a dudas, a ellos más que a nadie interesa”.

Malpica, Carlos, op.cit. p. 17

281 “Por su experiencia, los trabajadores del mar sabe que en este sector las pequeñas empresas están condenadas al fracaso. Casi tres décadas de historia le han demostrado esta verdad. Les constaba además que, en las empresas pequeñas que subsistieron, las condiciones de trabajos eran bastante más difíciles que en las grandes flotas y, además, como su situación económica siempre fue precaria, en canto se les perestara a los pescadores una oportunidad se trasladaban a una gran empresa. Esta y no otra es la verdad, de allí su desconfianza en la solución acordaba por el Decreto Ley No. 21558. Por otra parte, un grupo laboral como los pescadores que percibe un promedio de doce mil soles mensales, con una carga familiar promedio de siete personas, prácticamente no tiene capacidad de ahorro y por lo tanto no puede pagar la cuidat inicial que, en gran parte de los casos, supera los tres millones de soles. Si la experiencia les había demostrado la poca viabilidad de las pequeñas empresas y adicionalmente no tenían dinero para la cuota inicial, lógica resulta su oposición a la medida y su exigencia de encontrar alternativas más convenientes y viables. Por otra parte, el Decreto Ley No. 21558 estableció que los pescadores tenían preferencia, casi exclusivamente, en los casos de embarcaciones cuyo valor no superase los 3 millones de soles; es decir,

199

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propicia diálogo alguno, ni existe la más elementos actitud de discutir una medida tan

cuestionable; el gobierno se presenta como "dueño absoluto de la verdad" y como

"propietario privado" de este bien público. Las declaraciones y comunicados del

Ministerio de Pesquería y de la empresa Pesca Perú expresan claramente esta posición

que recurre de partida la condena del contrario282. Sin ser escuchados, los trabajadores

van a huelga para defender su trabajo y sus derechos, siendo a causa de ello

brutalmente reprimidos y desarticulados283.

La huelga de trabajadores municipales es mucho más breve y su Federa ción la suspende

para dialogar. Esta versión es desmentida por el Ministro del Interior quien, con

desparpajo que pasará a la historia, declara:

"Eso hay que acdararto. Los trabajadores Municipales no han levantado

la huelga... La huelga la ha roto el Gobierno y que ahora por estrate gia

digan que la han levantado, eso es otra cosa" 284

Para entonces había once dirigentes detenidos y 420 obreros municipales virtualmente

despedidos. El mismo curso segura la huelga de Telepostales, plantean en diciembre de

1976 un "pliego de necesidades mínimas" para un gremio pauperizado que tiene los más

bajos sueldos de la Administración Pública. La represión incluye en este caso la

detención de esposas de dirigentes escondidos (una en estado de embarazo), el

amedrentamlento de empleaads en sus propias oficinas y por supuesto el despido de sus

dirigentes285. Este útimo caso la destitución se ampara, además, en la anacrónica

legislación que impide sindicalizarse al empleado público286.

podía comprar sólo las bolicheras más chicas y en peor estado de conservación”. Malpica, Carlos…, Op cit. p. 16

282 Cronología Política. Hecho No. 4568 p. 2128, 4598 p. 2150, 4601 p. 2151 y 4701 p. 2225

283 Puede encontrarse mayor información sobre los motivos de la citada huelga en Cronología Política. Hecho No. 4710 p. 2229

284 Cronología Política. Hecho No. 4686 pp.221-12

285 Cronología Política. Hecho No. 4860 p. 2335 y 4864 p. 2338; e Informativo Político No. 57 p. 23.

286 La experiencia de estos paros ha´ra más visible que ante esa situación ni siquiera las Federeaciones pueden lanzarse solas a una huelga. Habrá, además, paros en Bancarios (Cronología Política. Hecho No.

200

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2. LA ESTABILIDAD LABORAL EN DEBATE

Sin necesidad de variar la Ley, el Estado de Emergencia ha hecho desahecer la

estabilidad laboral. Aunque hay sucesivas declaraciones anunciando cambio de esta Ley,

la política aplicada muestra como se está despidiendo arrinconando a los trabajadores,

aún antes de cambiarla. Finalmente, el gobierno no Ilega a cambiar la Ley en este

período sino el año siguiente, pues es innecesano mientras dure la vigencia de la

legislación de Emergencia.

Así lo entiende, por ejempto, la revista Andean Report en su último número del 1976,

cuando expresa:

"Se supone que cambiará la Ley de Estabilidad Laboral, pero los

cambios no necesitan ser particularmente profundos. Bastaría un

cambio en la actitud de las autorldades de Trabajo, y en muchas partes

del país esto ya ocurre. Ya no es más una convicción definitiva la de

que sus quejas acerca del comportamiento sus trabajadores son

siempre, escuchadas a través de los canales normales. Los sindicatos

más activos -los miebros, los maestros (SUTEP), los metalúrgicos

(FETIMP) y los pescadores- van a tener un año difícil, dado que son el

enemigo número uno del gobierno" 287.

Esta revista acoge así dos hechos centrales que los empresarios ven manejan,

aunque se nieguen a reconocerlo. Que el viraje de política les favorece, aún con la

Ley antigua; y que los sindicatos en la lógica actual, dado el verticalismo y la política

del gobierno, son definidos como el "enemigo número uno" de este ultimo. Muchos

empresarios aprovecharan esta situación forzando despidos y conflictos, a la vez que

levantan una importante campaña de prensa contra los trabajadores. La lucha se

4741 p. 2252), en Pucalá (Cronología Política. Hecho No. 4551 p. 2117), en Maestros (Informativo Político No. 56 p. 33 No. 58 p. 33), una huelga de las Cooperativas Azucareras en mayo de 1977 (Informativo Político No. 56 pp. 29 y 30) y una huelga en Toquepala en julio (Informativo Político No. 58 p. 22). En todos los casos, la represión estará presente en función de su significado (no se vea esto como un listado –imposible a partir de la prensa- sino como mención de ejemplos).

287 Informativo Político No. 52 Enero 77 p. 38201

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centra en el "problema de la estabilidad laboral", pero incluye la denuncia antisindical,

calificando de subversivos y agitadores a los dirigentes. Por su parte, los trabajadores

denunciando la agresión patronal, la línea del Ministerio de Trabajo, la despedida

constante de trabajadores y la disminución de su salario real.

Luego de que en Enero de 1977 el Ministro de Trabajo anuncia que está lista la nueva

Ley de Estabilidad Laboral, "para ser colocada en agenda do Consejo de Ministros", la

campaña se acrecienta, El mismo ministro señala que los despidos que vienen

denunciando los trabajadores se deben a la "baja deliberada de la producción" o

huelga blanca. El Decreto 011 -TR -de Emergencia- ha incluido entre las causales de

despido a esta nueva causal, cuya prueba controla a su arbitrio la empresa. Esta

situación será denunciada por la CTRP Lima 288 y Por la CGTP, que en su comunicado

denuncia que al amparo del D.S. 011 se ha despedido masivamente a trabajadores,

por "baja de producción" y explicita cómo a partir de ese decreto un simple "parte"

policial -que el poder Judicial nunca admitó como prueba- es considerado instrumento

legal probatorio de Ios "atentados" contra la empresa 289. Esto mismo será

denunciando por 56 federaciones sindicales y comuneras que logran expresare en un

suleto de La Prensa.

Las empresas asumen la pública defensa del D.S. 011-TR, en sucesivos comunicados

pagados y contando para ello con amplio espacio. En febrero, once empresas -entre

las que está la Philips Peruana, la Good Year del Perú y varias textiles- defienden el

Decreto acusando a los dirigentes de ser "seudo aljadores", "infiltrados en la cúpula

de los Sindicatos" que tienen como, meta "destruir la actividad productiva del país".

Defienden el Decreto 011, indicando que "en el corto tiempo transcurrido" se esta

recuperando la normalidad de la producción, habiéndose logrado su incremento y el

restablecimiento del "principio de autoridad y de la disciplina" 290. La firma Nizzola; en

288 Informativo Político No. 54, Marzo 77 p. 16

289 “La más amplia unidad sindical y popular de debe dar en el Perú en defensa de la estabilidad laboral. Resulta indispensable impedir que en la nueva ley se inserte el espíritu del Decreto 011 y se establezca como causal de despedida la “baja de la producción”, cuando la más de las veces responde ella a la maniobra de los empresarios. Nadie puede admitir que el parte Policial sea considerado instrumento legal destinado a justificar atropellos policiales por cuando ni el Poder Judicial lo admite. No puede concebirse que los empresarios dispongan de un porcentaje de plazas para despedir anualmente trabajadores sin justificación alguna”. Informativo Político No. 54. Marzo 77 p.16

290 Informativo Político No. 53 Febrero 77 pp. 19-20202

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el mismo sentido, alabará el decreto luego de expresar que lo ha aplicado; Motor Perú

y la Sociedad de Industrias harán lo mismo en sendos comunicados. Esta última

"considera que debe derogarse el régimen legal que permi te esta situación", o sea la

Ley de Estabilidad Laboral, "y que el D.S. 011-76-TR -que sanciona el sabotaje y el

daño a la actividad productiva- es un buen paso en el camino conveniente" 291. Las

empresas Volvo y Profin Perú se sumarán a la campaña, mientras la CGTP y la

Federación de Bancarios, por un lado, y la CTRP- Lima por otro asumen el

contraataque, con mucho menor apoyo de Ios medios de comunicación. La primera

denuncia la "desocupación masiva" que se está generando e informa que en 1976

hubo no menos de 12,000 despedidos, según cifras oficiales, sólo en Lima

Metropolitana292.

La segunda denuncia los términos que incluiría la nueva Ley de Estabilidad Laboral,

considerando como falta grave -causal de despido- la "falta de respeto al superior",

dejando "en manos de los empleadores la calificación de la falta grave de atentar contra

la producción" y creando una autorización para "que las empresas, sin mediar causal

alguna, puedan despedir trabajadores anualmente, de acuerdo a una determinada

proporción293".

Los diarios del gobierno se unirán a la campaña de los empresarios para atacar a los

sindicatos, justo en momentos en que el Estado de Emergencia reduce al mínimo su

margen de acción. Centran su mensaje en la necesidad de elevar la producción,

291 Informativo Político No. 54. Marzo 77 p.16-17

292 “En ese sentudo denunciamos que en 1976 se han producido más de 32 mil despedidos en Lima Metropolitana; dato que se deduce de las informaciones proporcionadas por el Ministerio de Trabajo al diario EXTRA y publicadas por éste en su edición del 16 del presente mes, en que se da cuenta de la presentación durante el año pasado de 160 mil expedientes de reclamos, el 20% de los cuales, o sea 32 mil versabn sobre reposición en el trabajo. Si se considera que cada expediente no es obligatoriamente referido a un solo trabajador sino a más, y se repara en la modalidad de despidos masivos que viene practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos masivos que vienen practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos masivos que vienen practicando las empresas, es fácil concluir que los despidos suman más de 32 mil trabajadores. La desocupación masiva no es, pues, resultado de ninguna “escala político-sindical de inspiración partidaria”; es llana y sencillamente producto de factores derivados del sistema y particularmente de la voracidad del empresariado capitalistas que lura más en épocas de crisis”. Informativo Político No. 53 Febrero 77 pp. 20-21

293 Informativo Político. No. 54 Marzo 77 p.18203

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mantener la disciplina laboral y modificar Ia actual Ley de Estabilidad Laboral. Reclaman

"disciplina laboral", acusan de la baja producción y de los conflictos a "agitadores

laborales" y presentan como un éxito del Estado de Emergencia la disminución de Ios

huelgas en un 43.5% en 1976 sobre el año anterior 294, asumiendo tanibien la defensa del

D.S. 011 76-TR.295 La campaña de prensa continuará en mayo, en los mismos términos.

Se llegará a culpar a los sindicatos del "incumplimiento de los pactos laborales" -causa

oficial del 89% de los conflictos sindicales entre 1974 1977- aunque es obvio, como

sostendrá Unidad, que ese incumplimiento es responsabilidad principal de las empresas

y materia de reclaino permanente por parte de Ios trabajadores.

En el punto máxima do la campaña, Oiga se preguntará: "¿son absurdos todos Ios

reclamos laborales?".

"De esta manera, decenas de dirigentes sindicales han sido puestos en la calle. La suspensión

de los derechos de reunión y de huelga han sido hábilmente utilizados por empresarios que

como retribctión publicaban sendos avisos en tos diarios agradeciendo al gobierno por tales

medidas que según ellos, habían permitido aumentar la producción. Más recientemente los

diarios orquestaron una campaña destinada a ridicularizar las `absurdas' reclamaciones

hechas por algunas dirigencias sindicales. Mencionaban, entre ellas, el pedido de un sindicato

para que se otorgue un sueldo de gratificación a cada trabajador que saliera de vacaciones; y

el de otro sindicato que pedía a su empresa una gratificación de cinco jornales por el “día de la

294 "Duranto 1976, y gracias a Ias medidas laborales dictadas por el gobierno revolucionario durante el Estado de Emergencia, las huelgas han disminuido en 43.5% en relación al año anterior, y las horas hombre perdidas en 66.3%. Las huelgas en 1976 Ilegaron a 440 y Ias horas hombres perdidas Ilegaron a 6 millones 822 mil 220, en tanto que en 1975 Ias cifras fueron realmente alarmantes: 779 huelgas y 20 millones 269 mil 428 horas-hombre perdidas.En el primer trimestre de este año, las huelgas Ilegaron a 35, en tanto que el pasado, y en el mismo lapso, el numero de huelgas Ilegó a 181.Las horas-hombre pérdidas en el mismo trimestre fueron 34 mil 475, miestras es el mismo lapso del año pasado, Ilegaron a 3 millones 907 mil 302". Informativo Político No 55. Abril 77 p. 22.A esta forma do argumentación, bajo la fría apariencia de Ias cifras que le convienen, nos acostumbra el gobierno, su prensa y Ios empresarios. Ni una palabra por qué de las huelgas: Ia disminución del ingreso real de los trabajadores, la violación de pactos colectivos, la incapacidad de arbitraje del Ministerio, etc., luego se multiplican cifras de horas-hombre perdidas, de millones de soles en "pérdidas", etc...Con estos argumentos se busca amedrentar a Ios trabajadores para que callen acepten . . . ¿qué pasaría sí a los gerentes, a Ios generales y a los altos burócratas les bajaran a la mitad su ingreso real?.295 Puede verse ampliamente desarrollada esta campaña en los Informativos Políticos Nos. 54 y 55 de DESCO

204

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Madre”. Tal campaña no podía haber sido sincronizada sin pedido o autorización expresa de

alguna alta autoridad del Ministerio de Trabajo"296

.

La carts de on antiguo dirigente sindical -publicada en La Prensa~fega raegara

argumentos vivos a la defensa de Ins trabajadores, senalando:L"Tos trabajadores no son titeres para it a una huelga cuando 'un dirigente politizado' las

ordena. Tos plazos de huelga se diseuten, analizan y aprueban por mayoria on Asamblea

General de afiliados. Y ese mayors da sit voto por la huelga, cuando ve que es la unica

forma de hacerse eseuehar o de enniendar tos desaguisados empresariales y burocrdticos

de funciónarios. Tos trabajadores desde la epoca de Leguia hemos cornprobado que hav

períodos, como el actual, en que tos patrónes se coluden para emprender batallas

antisindicales provoc6ndotos do diversas maneras. Perú claro, resulta mat comodo para

machos eulpar a tos trabajadoresy a sits dirigentes"(296).

Los ejemplos citados no sólo muestran el tenor reaccionario de la camapaña antisindical

sino la perfecta articulación entre las empresas, el gobierno y su prensa. Ello se da en

una situación de reflujo del movimiento sindical, amparado por la legislación de

Emergencia, para justificar no sólo el estado de excepción que esta impone sino su

concreción en una forma estable de legislación. Ello ocurre en el primer semestre de

1977, cuando muy distintas voces cuestionan y denuncian la vigencia de un Estado de

Emergencia que sólo se mantiene para reprimir más fácilmente al movimiento sindical.

Sin embargo éste, agredido par la represión "selectiva" y el cierre de todo espacio legal,

no podido ser liquidado. Si bien los duros golpes recibidos en 1976 han mermado su

capacidad de respuesta, lo han de impulsar hacia la unificación. Su actividad

practicamente ilegal lo obliga a actuar "en la clandestinidad", pero no lo hace

desaparecer.

3. EL MOVIMIENTO POPULAR EN LA COYUNTURA DE JULIO DE 1977

Toda esta experiencia, reseñada aquí a lo más como simple muestra, ha de expresar en

la coyuntura de junio y julio de 1977: La unidad, endeble aún, se va forjando en cada una

de estas luchas, al comprobar que la agresión represiva y patronal no puede contenerse

sino con una respuesta unitaria ni y masiva. Si bien se trata de una unidad coyuntural,

296 Informativo Político No. 56. Mayo 77 p. 22205

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con rasgos de inmadura política no superados297, es una unidad efectiva, lograda a pulse

y que expresó -en la unica forma posible entonces- el rechazo de los trabajadores a la

política de pauperización, represión y agresión sindical que se viene aplicando. Desde

fines de junio de 1976 existen llamados a coordinar y realizar el piloto, bajo distintas

formas298. La coyuntura en la que acaba este período, un año después, expresa la

protesta popular en el Paro del 19 de julio; pero no sólo en esta forma, pues desde

mediados de junio se extiende en todo el país la protesta contra las medidas económicas

y la represión, con mucho de espontaneismo ydesarticulación, reflejando el clima político

generado situación del pais.

En efecto, el 13 de junio paran los empleados bancarios por 90 minutos, protestando

contra las nuevas medidas económicas; ese mismo día se producen disturbios en Lima,

principalmente de universitarios, que dejan un saldo de 100 detenidos; el 16 hay

disturbios estudiantiles en Arequipa, a raíz de los cuales son suspendidas las clases, y

en el Cuzco se decreta el Toque de Queda luego de diversos disturbios. La CGTP

informará el 19 que en Cuzco se ha producido un paro de 24 horas decretado por un

"Frente Amplio” e indicará que se produjeron "cheques aislados cuya gravedad debe

confirmarse, por conocerse extraoficialmente graves y dolorosas consecuencias".

Tambien se informó el 22 de disturbios y saqueos en Sicuani, Espinar y Quillabamba, de

una manifestación disuelta por la policía en Trujillo y de disturbios en Ayacucho. Un Paro

General decretado por la FDTA en Arequipa realizó durante 48 horas los días 22 y 23 de

junio, mientras continúan incidentes en Cuzco y Puno, donde el 24 el Comandante

Militar, Gral. Matallana, "prometió a la ciudadanía que los precios de la carne, arroz,

azúcar, leche evaporada no subirán hasta nuevo aviso". En Tacna, al finalizar el mes

numerosos incidentes y protestas llevan al gobierno a imponer el Toque Queda 299.

Para el gobierno y sus diarios, se tratará de una escalada subversiva para desestabilizar

su poder; para El Tiempo, alimentador incansable del macartismo y su odio de clase

poderosa, se trarará de "desestabilizar" al gobierno e iniciar una "semana roja". Para la

Iglesia Católica, en voz del Episcopado del Sur andino, será ocasión de un enérgico

Ilamado de atención que denuncia las causas reales de tales hechos y la miseria del

297 Véase, por ejempl, la automarginación del paro por parte de los mineros, gremio conducido por el Partido Comunista del Perú – Patria Roja, para luego lanzarse solos y fracasar.

298 Cronología Político. Hecho No 4521 p. 2092 e Informativo Político No 22 y 31299 Informativo Político. No. 58 pp. 14 a 26

206

Page 207: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

pueblo. En efecto, los Obispos del Sur señalan, a partir de los sucesos ocurridos en su

región, las causas de la violencia. En dicho documento denuncian la violencia de la

represión y el sistema económico, formulan peticiones por el respeto a los derechos

humanos y reflexionan, a partir del Evangelio, sobre lo que esta ocurriendo, sobre su

significado y lo que demanda el compromiso con los pobres y la tarea evangelizadora. La

tensión que este documento causa en el gobierno es inegable pues contribuirá aún año

más a su aislamiento.

Para los obispos del Cuzco, Sicuani, Ayaviri, Puno y Juli, las causas de esta grave

situación se definen de la siguiente forma300:

"Desde hace tiempo peso sobre nosotros una situación de violencia que se

torno insoportable con las últimas medidas económicas: la continua alza del

costo de vida, la congelación de salarios, la falta de estabilidad laboral, los

bajos precios asignados a los productos de los campesinos, la escasez de

tierra para la mayoría del campesinado, las leyes contra rias a los

trabajadores, la prolongada suspensión de garantías v otras muchas

medidas que de hecho golpean al pueblo en beneficio de una minoria.

Como causas de fondo descubrimos un modelo de desarrollo económi co y

un sistema social y político que no toman en cuenta los intereses de la

mavoría y se apoyan en una doctrina de la Seguridad Nacional que somete

a las personas al poder del Estado y las pone a su servicio. La falta de

libertades que el pueblo soporta lo colocan en una situación de

desesperación que se traduce en rebeldía v estalla en violencia.

Estos hechos nos obligan a dar una respuesta de fe como cristianos y a

tomar posición con el deseo de ser fieles al Senor y a su pueblo".

A partir de ellas se denuncia:

300 Informativo Político. No. 58 pp 43-44207

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“La violencia de la represión y la voltunad de atemorizar al pueblo.

el sistema econónico, social y político que no tonta en cuenta tos intereses de la

mayoria.

el hecho de que una minoría privilegiada descargue el peso de la crisis

económica en los hombres de los sectores populares".

Y se formulan las siguientes peticiones:

"Anhelando para nuestra Patria la Paz, cuya base es la justicta y el respeto a los

Derechos Humanos, pedimos:

Cese de la represión y amedrentamiento.

Información exacta sobre los muertos y desaparecidos.

Libertad para los detenidos.

Cese al alza del costo de vida, especialmente en los productos primera

necesidad, transportes, gasolina.

Precios y salarios justos para los campesinos y trabajadores.

Asumir todos la austeridad que exige el momento actual, suprimiendo tos

privilegios económicos.

Plena información y libertad de expresión para el pueblo.

Respeto a las organizaciones indepedientes del pueblo y a su capacidad de

decisión sobre los principales problemas que los afectan

Restablecimiento de las garantías constitucionales.

Un ordenamiento social basado en los intereses de las mayorías”.

En la coyuntura de julio, los sucesos del sur se ligan estrechamente al Paro Nacional, aún

cuando por su dimensión sobrepasen la dirección de las organizaciones sindicales y

políticas de la izquierda. La coordinación de Centrales y Sindicatos de diversa línea política

se expresa en la misma convocatoria al paro -con la automarginación de la CTP, central

208

Page 209: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

controlada por el Partido Aprista- cuyo texto centra los terminos precisos de la demanda

popular:

"Las organizaciones Sindicales abajo frmantes declaraciones nuestro más

firme rechazo a las medidas económicas implementadas por el Gobierno

cuyo objetivo es descargar la crisis econónica en las espaldas de los

trabajadores y el pueblo peruano.

Constatamos que estas medidas económicas se traducen en el alza

vertiginosa del costo de vida y el congelamiento de sueldos y salarios.

Aparejada a esta situación el Gobierno viene desarrollando una violenta

ofensiva contra los derechos y conquistas de la clase trabajadora para

imponer sus medidas antilaborales v antipopulares. Es así que se continúa

restringiendo las negociaciones colectivas, se ha suspendido el derecho

de huelga al amparo de lo cual se ha desatado por parte del Gobierno de

lo patronal una ola de provocaciones y despidos que apuntan a dictar una

Ley de Inestabilidad laboral. Así mismo se interviene en las

organizaciones sindicales, se persigue y detiene a los dirigentes con el

afán de atemorizar a los trabajadores.

Manifestamos nuestro propósito de defender enérgicamente los derechos

y conquistas alcanzadas. En tal sentido levantamos la siguien plataforma

de lucha:

1. Por un aumento general de sueldos y salarios de acuerdo con el alza del costo

de vida y contra el Programa de Emergencia de Piazza.

2. Por el congelamiento de los precios de los artículos de primera necesidad.

3. Por la vigencia de los Pliegos Anuales, sin topes ni recortes.

4. Por la plena vigencia de la estabilidad laboral (Derogatoria del D.S. 011-76).

5. Por la reposición de todos los trabajadores despedidos. Libertad de los

detenidos y repatriación de los deportados por razón de sus luchas sindicales y

sociales.

209

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6. Por la vigencia irrestricta de las libertades democráticas fevanta miento de la

Lev de Emergencia. Toque de queda, libertad del derecho de huelga, de

reunión, de prensa, libertad de organización, expresión y movilización. No a la

intervención en los organismos representativos de los trabajadores.

7. Solución a la crítica situación por la que atraviesan tos trabajadores del mar.

8. Por la no intervención en las empresas campesinas y la supresión de la deuda

agraria.

9. Por la no intervención en las universidades.

Las organizaciones sindicales abajo frmantes, hacemos un llamado a todas las

organizaciones independientes y Bases de la CTP a unir fuerzas para llevar

adelante la plataforma de lucha mediante EL PARO NACIONAL de nuestras

organizaciones, el DIA 19 DE JULIO DE 1977.

Lima, Julio de 1977".

La unanimidad del Paro no será afectada ni por la campaña de prensa, por las amenazas

que en mensaje televisado formuló el Ministro del Interno. Este último expresó que su

ministerio "tomará todas las previsiones y realizará las acciones que sean necesarias para

contrarrestar la realización del paro" y anunció que el gobierno se encontraba "empeñado

en un gran esfuerzo para aprobar en breve importantes medidas económicas y

laborales"301. El paro se cumplió en todo el país. La C.T.P. mostró no contar con bases o

no poder controtarlas en su decisión de no parar, y sólo los Mineros se automarginaron.

Los diarios no pudieron ocultar entre líneas la unanimidad del Paro, a pesar de levantar

sólo los desórdenes y supuestas adhesiones al gobierno:

"Los periódicos dedican gran espacio a comentar los sucesos de la víspera.

Algunos de tos titulares son: "Paro de ayer fue parcial", "Las empresas del

Estado suspendieron sus labores", "Lima quedó semi-para lizada", "Callao:

Tensa Calma", "Ausentismo se produjo por temor. Paro fue parcial", "La CTP

no paró", "Locales sindicales custodiados por la G.C, detenidos algunos

dirigentes", "Calma y Serenidad hubo a ver en todo el país", "Carretera

301 Informativo Político. No. 58 p. 25210

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Central entre Vitarte y Chosica: Zona de Bloqueos", "Estudiantes de San

Marcos Bloquearon los accesos a la ciudad Universitaria", "Centromin y

Marcona no pararon", "Calma en el Centro de Lima", "Agitadores perturbaron

el order en poblados de la zona sur: Atocongo", "Los pocos actos de violencia

no tuvieron respaldo de mayorías", "Un grupo de huelguistas bloqueo Puente

Dueñas", "Servicio de Transportes se retiró por precaución", "Continuidad*,

Antena dio, una hermosa lección al rechazar el paro", "Exaltados causron

violentos desórdenes en Zonas periféricas de la Gran Lima, principalmente en

Avenidas Cotonial, Argentina y salidas al norte y Centro,", "Poder Judicial atendió

ayer con absoluta normalidad ", "Murieron seis personas durante disturbios ayer",

"El servicio aéreo se cumplió normalmente", "Helicópteros por Bloqueo en Vitarte

traslado a tripulantes de un Jet", "Incendiaron Concejo de San Juan de

Miraflores", "El paro fue sólo parcialmente acatado en interior del país”', "Muy

pocos micros varios sectores de Lima”, “Paro convocado por ultraizquierda,

ultraderecho comenzar el día". "Graves disturbios causan agitadores políticos en

varios sectores de Lima", "Paro convocado por ultraizquierda, ultraderecha y

CGTP se cumplió parcialmente en todo el país". En La Prensa se informa que en

Huancayo se levantó el "toque de queda". Correo dice que, al cierre de su

edición continuaba sesionando el Consejo de Ministros "abocado al estudio de los

lineamientos del plan de medidas, económicas, planteado por el Ministro de

Economia y Finanzas"302

El gobierno queda golpeado y aislado. Sin retroceder en lo inmediato no pudo eludir el

impacto nacional e internacional del "NO" expresado claramente por el pueblo 303.

Dispuso, para ejemplarizar y descabezar el movimiento sindical, el D.S. 010-77-TR que

faculta a las empresas para despedir -a su arbitrio- a los organizadores e instigadores

del paro; apresó a dirigentes en masa y por buen tiempo. Todo ello confirmará aún mis

su aislamiento, del que procura salir anunciando la convocatoria a elecciones para la

Asambles Constituyente en 1978 y la entrega del poder en 1980. En esa misma ocasión

-Fiestas Patrias-, recibirá otra sería llamada de atención, que ahonda aún más

aislamiento: el 27 de Julio, el Cardenal Primado de la Iglesia Católica a la vez que

302 Informativo Político. No. 58 p. 25

303 En el New York Times del 28.7.75 aparecerá un artículo titulado “Militares peruanos advertidos por la Iglesia”, refiriéndose a toda la coyuntura y en Le Monde del 31.7.77 aparece otro similar, aunque mpas breve, bajo el titular “El gobierno refuerza su control sobre la prensa”.

211

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invoca la "unión y solidaridad de todos" para superar la crisis "sin odios, rencores, ni

violencias", advertirá:

"La violencia ni el exceso de autoridad, en estos momentos tan difíciles, son el

camino adecuado para aliviar la seria situación del país ya que por el contrario

ello nos llevaría a agudizarla aún más"304..

En lo inmediato el gobierno -cuyo exceso de autoridad es cuestionado- no escucha

llamados y aplica los dispositivos represivos, generando enorme cantidad de despedidos.

Pero a partir de este momento, la coyuntura cambiará hacia una apertura limitada del

espacio político, que se expresa en el levantamiento del Estado de Emergencia y en el

llamado a elecciones, la primera de estas medidas concretada en agosto y la segunda

anunciada el mismo 28 de Julio.

II. SIGNIFICACION Y RESULTANTE DEL PERÍODO

Los hechos y coyunturas analizados nos permiten ahora intentar una visión de conjunto de

este período que comienza en julio de 1976 -al recomponerse el gobierno- y concluye con

el Paro Nacional Unitario del 19 de julio de 1977. Las medidas políticos que son

consecuencia de esta coyuntura recién serán tomadas en agosto, un mes después, pero se

definen en la lógica de la coyuntura del paro y sus efectos. Esta aparece claramente en los

hechos, no resultante de todo este período signado por la Emergencia impuesta al pueblo.

Veremos, en esta parte, las definiciones que enmarcan el período, las fuerzas presentes

en la escena política y las perspectivas de la resultante. Una disgresión final dedicada a

ubicar este régimen dentro del contexto latinoameano, se hace necesaria dado que

durante el Estado de Emergencia el gobierno adquirió rasgos dictatoriales que a cualquier

analista inducían a la comparación con las dictaduras del cono Sur, cuestión que merece

algunas precisiones.

I. DEFINICIONES D A D A S EN EL PERÍODO

304 Informativo Político. No. 58 p. 26212

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En la coyuntura de Julio de 1976 se dieron las definiciones que enmarcan el período que

surge a continuación. La recomposición del gobierno -excluyendo a los sectores

progresistas- y su opción decididamente antipopular encuadran el proceso político en

terminos cada vez más definidos. En efecto, entonces el gobierno ya no tiene nada que

ofrecer al pueblo, no aspira a desarrollar un proyecto propio, hace abandono de sus

posturas reformistas y de los precedentes intentos de conciliación de intereses. En forma

consecuente, tampoco espera nada del pueblo, es consciente de su impopularidad y se

encierra en la cúpula. Abandona todo esfuerzo de propiciar organizaciones o buscar

clientelas populares. Esta perspectiva política -inherente a los hechos analizados en el

Capítulo anterior- supone ahora la necesidad del gobierno de concretar el apoyo político de

la burguesía nativa para no quedar aislado. Me camino se comienza a recorrer en este

nuevo período.

En la coyuntura de Julio 76 ha quedado establecido otro rasgo que se caracterizará todo el

período: es el curso represivo, bajo el manto del "Estado de Emergencia" más largo de

nuestra historia. El gobierno ha reducido sustantivamente el espacio político y comienza

una represión sistemática contra toda expresión de la izquierda y los sectores populares.

En la lógica de política económica y del desmontaje de las reformas es preciso impedir

toda oposición sustantiva, y dadas las dificultades coyunturales, es necesario restringir el

espacio político incluso a las posiciones de derecha que no cuestionan lo esencial de estas

políticas, pero que afectan a un gobierno desgastado.

Estos rasgos marcan el proceso político. A partir de ellos podia verse prodrá de este

período. Si en el año anterior se prepare el desmontaje del proyecto Velasquista, ahora se

concretará este viraje en decisiones de contrarreforma, o en reajustes que corrijan las

reformas. Si el proyecto Velasquista tentaba ofrecerse como alternativa a los partidos

burgueses precedentes, a organizaciones gremiales y a la izquierda, el gobierno ahora

trata de concretar una salida política que supone concertar una alianza política que pasa

por Ios partidos burgueses ya existentes. Es concreción lógica de su acercamiento a la

burguesía nativa en las condiciones actuales.

De esta forma, durante el "año de Emergencia" el gobierno negociará con Ios empresarios

Ios correctivos que éstos demandan a las reformas y políticas de la "Primera Paso", y

213

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discutirá con estas y con los políticos del campor burgués los términos de una salida

política que dé estabilidad a esta forma modernizada de dominación. Es un matrimonio

difícil porque en ambos planos hay heterogeneidad de intereses y percepciones que

dificultan los acuerdos. Además, como esto se produce al mismo tiempo que se administra

una crisis económica ya grave, la negociación será contradictoria y complicada. Por otra

parte, aunque el gobierno se encierra en la cúpula y desde ella dicta el curso de la

represión, no resulta fácil la exclusión de amplios sectores populares dinamizados en la

década. Por esto el curso político se complica haste punto de mostrar al final del período a

un gobierno aislado, que recibe a vez el ataque de derechas e izquierdas.

En este período el gobierno pone en práctica las medidas que la burguesía nativa

demandaba el año anterior. Si ésta exigía "disciplina laboral", gobierno la impone

progresivamente impidiendo toda protesta de Ios trabajadores, prohibiendo en la práctica

toda huelga y aplicando una política laboral que sólo escucha las demandas patronales,

con amenazas, despidos y represión presidiendo toda negociación laboral. Si la burguesía

demandaba como el régimen de estabilidad laboral, el gobierno suspenderá de hecho la

vigencia de este derecho caro a los trabajadores y aunque la norma legal no se derogó

hasta un año después, Ios dispositivos de Emergencia suspenden su vigencia real. A la

vez se modifica la Comunidad Industrial, cancelando toda perspectiva de cogestión, toda

como lo reclamaban los empresarios. En el mismo sentido, se restringe la definición del

proyecto de propiedad social, corrigiendo el discurso político, que ahora sera coherente

con la dimensión real de este sector de empresas. Aunque la Ley no ha cambiado, lo

importante en este caso da en la definición de políticas -no competir con el sector privado-

y la asignación de recursos, que lo mantiene en un nivel menos signifcativo que Ias

actuales cooperativas.

En todos los casos, las reformas pierden prioridad y toda potencialidad que en el pasado

hubiera de contribuir al desarrollo popular. Si bien -como señalamos anteriormente- este es

un proceso que viene desde la "Primera Fase", en este año se definirá un curso político

que cierra toda posible reversión de esa situación, sea al concretarla en Ley o al encuadrar

cada reforma dentro de los límites de la política económica global. Si en la reforma agra ria

por ejemplo, no se concrete en forma signiffcativa una devolución de tierras- ello es

menos signifcativo para la burguesía actual- toda la acción del Estado se dirige a fiscalizar

y controlar las empresas campesinas, cerrando al paso a sus dirigentes y encuadrándolas

en el proceso de pauperización del campo, con situaciones cada vez mis dramáticas.

214

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Sin embargo, en el proceso de contrarreforma habra tensión entre el gobierno y la

burguesía nativa en torno a una demanda cara a ésta, aunque no decisiva para los

sectores más transnacionalizados: la desestatización, que reduzca a su mínima expresión

el poder económico del Estado. Si bien hay pasos en este sentido -particularmente en el

sector pesquero- tanto milita como tecnócratas se opondrán a perder una base sustantiva

de su negocia en el campo burgués. Otras políticas del gobierno, tales como la política

anterior, concretarán nuevos virajes que corresponden con su reducido margen de juego

actual.

Si la negociación con Ios empresarios Ilega a logros decisivos en el períod o -sin por ello

contentartos-, las conversaciones con los partidos del campo burgués serán más dificiles.

Se demanda elecciones en un contexto el cual el gobierno manifiesta todavía voluntad de

permanencia. Aunque el viraje Ileva implícita una salida política, dentro de ésta hay formas

y tiempos distintos. El gobierno se resiste hasta finales del período a concretar el cronogra -

ma que le demanda la derecha. Utiliza su propio viraje y la necesidad de resolver la crisis

económica como elementos que justifican su permanencia Ir el campo burgués. Pero sus

interlocutores no poseen -en todos los casos- la misma paciencia, ni comprenden

fácilmente la necesidad de rediseñar un régimen político antes de dejar el gobierno.

Es por ello comprensible que la negociación sea dificil dentro del campo burgués y genere

situaciones contradictorias. Lo es más al advertir significado de la crisis institucional de la

Fuerza Armada, que el gobierno define en este año, y al observar que toda esta

renegociación se produce dentro de un espacio político sumamente restringido. El gobierno

no admite que se cuestione su política, ni siquiera desde el campo burgués. Menos aun

permitire el impacto que pueden producir las críticas en su unica base propia sustento, la

Fuerza Armada. Por ello cierra incluso las revistas de derecho aunque se cuida de no

reprimir cuadros políticos de la burguesía -se acabaron las deportaciones a dos bandas-

sólo reabrirá las revistas poco a poco previo compromiso, o "pacto de caballeros". Todo el

año está marcado por esta rígida política que gradúa el espacio. Para la derecha,

excluyendo e ilegalizando la acción de la izquierda. Es tiempo de dictadura que -como

siempre- tiene direccionalidad política, pero incluso en el campo burgués actores deberán

cuidar sus pasos para no salirse de los estrechos límites que otorga el régimen.

215

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El período es así contradictorio en la política de corto plazo, aunque su derrotero sea claro

y perceptible por cualquier observación. Las dificultades para la renegociación en el campo

burgués -con este régimen en su seno- se expresarán en un progresivo aislamiento del

gobierno hacia julio de 1977. Esta conflictiva renegociación con empresarios y políticos de

la burguesía hará que en la coyunlura de Julio el gobierno no cuente con su apoyo,

evidente que en el campo popular el gobierno no goza de credibilidad ni apoyo alguno. Por

esto la coyunlura de julio lo muestra tan aislado y le exige un golpe de timón que acelera

su declaración de finitud y la suspensión de legislación de Emergencia.

Las dificultades del manejo económico influyen evidententente en esta resultante de

aislamiento y en esta falta de consenso, aún dentro del campo burgués. El Ministro Barúa

fracasa al no poder disciplinar el gasto público, tiempo que impone férrea disciplina al

pueblo con la ayuda del Ministro del Interior. Hay pugna entre los sectores del Estado y en

ésta juega rol importante el gasto de defensa, aunque no es el único gasto que no se logra

comprimir. El gobierno tiene aún afán de "hacer obra", al margen del sentido social político

que ésta tenga en la coyunlura. En el complejo manejo de este Estado, los apetitos de

poder entremezclados con rezagos de las políticas reformistas se enfrentan con una

dracroniana política de estabilización, dando como consecuencia que Ias conciliaciones

que hace la cúpula no resulta coherentes con los objetivos estabilizadores. Un tecnócrata

civil, sin base apoyo en los gremios empresariales, no logrará imponerse a Ministros que

son generales, con peso definitorio en el régimen castrense. Pero al fracasar Barúa

tampoco un empresario -que puede representar a los sectores que el gobierno trala de

alentar cada vez más. Para articular alianzas estables- puede imponer disciplina a los

generales-ministros. La fugaz gestión de Walter Piazza deja a los empresarios co n sabor

amargo de hartazgo y fracaso, viendo que el gobierno resuelve sus problemas de corto

plazo, a pesar de haberles aceptado varias de sus demandas.

En el período se agrava la crisis económica, no por hacer concesiones al campo popular

sino por la propia concertación interburguesa, intraburocrática y entre burguesía y

burocracia, todo ello en medio de consistentes presiones castrenses debido a los

problemas de defensa. AI pueblo se le carga la crisis paquete tras paquete. En la

perspectiva, ya muchos empresarios pueden ir que si se le pauperiza más -dado que se

está afectando a amplios sectores medios - la recesión industrial pasará a convertirse en

una quiebra masiva.

216

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Todo este conjunto de tensiones se proceso en una cúpula que cada vez tiene menos

margen de juego ante las presiones intemacionales. Barúa debe pararse para negociar con

el FMI y también lo hará Piazza, pero ambos en antes de concluir esta gestión. No pueden

salirse de los límites de las conocidas "políticas de estabilización" porque en su visión de

la economía, propia de lo que al régimen es prioritario, el ángulo privilegiado es la defensa

la acumulación capitalista y dentro de esta no se puede replantear entonces el pago de la

deuda. Sólo queda obtener más y más préstamos para cuadrar la caja del Banco Central. Y

en este terreno cada vez hay márgenes más derechos y condiciones más duras. El

gobierno ha afirmado que procure atenúar tos efectos de esta política para el pueblo; ha

reiterado que negocia para hacer menos duras las condiciones de la banca mundial;

incluso para ello procuró demorar la recurrencia al FMI. Ahora ya no puede hacerlo. En el

camino no ha sido capaz siquiera de contener su propio gasto. Y lo que no viene será peor

aún.

Si antes se negó a replantear la política económica, si no pretendió plantear la estructura

productiva ni atender prioritariamente las necesidades populares, reformulando incluso el

problema de la deuda, ahora esto ya es imposible dado el curso político. El hambre del

pueblo no es para este régimen -ni lo ha sido- el problema número uno. Es algo que se

toma en cuenta sólo en tanto el pueblo sea consumidor -y reactivador- de una industria

débil y dependiente. Pero ahora ni siquiera esa perspectiva puede ser prioritaria, más aún

dada la reducida población que puede tener acceso a los frutos de esa industria.

Con esta política, que muestra cada vez más estrechos márgenes, el gobierno ni siquiera

puede tolerar el endeble debate que en el período anterior comenzaba a darse en materia

económica. El gobierno sostiene al empezar y al concluir este período, que no existe

afernativa, que no que otro camino y por to tanto en la practica, durante todo el año de

Emergencia será subversivo discutir su política económica. Al recorrer la escena ya hemos

visto lo que ocurre a los "subversivos". Aun así, en distintos sectores se ha evidence que

no sólo es discutible la política seguida, sino que -aun dentro de los parámetros

burgueses- cabia un manejo económico mas eflciente. Un análisis más profundo y un

necesario debate, harán ver además que el problema de las alternativas es indesligable de

la opción que caracteriza al Estado a la dominación burguésa.

Durante este período el gobierno recurre, como solución de su plazo, al aparato represivo.

Lo único que al pueblo no se le ha prohibido pensar. . . mientras sus pensamientos no se

traduzcan en propuestas que el gobierno estime subversivas. Es obvio que la represión se

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aplica en función de peligrosidad -aunque hay casos de típica venganza personal o

política- dimensión de cada actor o grupo de actores. La represión fuerza un rol del

movimiento popular, particularmento en el campo sindical. Ahora, un asesor o un dirigente

sindical no sólo es potencialmente subversivo. Se han ilegalizado sus herramientas de

lucha -la huelga en particular - se persique detiene, maltrata y amenaza ante la simple

suposición de que se promoverá una huelga. ¿Cuáles son los Iímites de la represión?

Dependerá de cada coyuntura, según la magnitud de la amenaza y de acuerdo al lugar y

tipo de organización y/o persona a reprimir. Este país complejo tiene superpuestos muchos

mecanismos de dominación, tradicionales y modemos: a un campo -en los lugares más

retrasados- puede golpearsele y aun más, sin que nadie entere. En Lima la "civilización"

exige no reconocer que se ha detenido a dirigente o político, tenerlo "depositado" mientras

se le chantajea, amedrenta…. o simplemente olvida.

En cualquier análisis de casos resultará claro que el gobierno no vaciIa en violar todos los

derechos humanos, incluidos los referentes a la conservación de la vida y la protección de

la familia. Pero en un análisis global apreciarse que no se Ilega masivamente al use de la

tortura o a causar la muerte por acción de las fuerzas represivas. Esto muestra una

diferencia más en la situación Peruana y la del Cono Sur -que no es sólo debida a los

rasgos del gobierno- pero no puede evitarse, desde entonces, la imagen de una pendiente

que, engendrando violencia a partir de la violencia instalada en este Estado termine en

situaciones aún peores. Así lo verán diversos observadores, que no pueden desconocer

que en el propio manejo de la economía hay ya una violación sustantiva de derechos del

hombre.

Los Iimitos de la represión deben verse, sin embargo, en otro nivel. Lo que en este período

se muestra es que la represión, en la circunstancia concreta de este régimen--que no es

expresión organica de la burguesía monopólica-, lo Ilevo a una coyuntura de aislamiento en

la que el movimiento popular expresó masivamente su rechazo. Ese es el punto límite que

fuerza al gobierno a cancelar la emergencia y retomar a otro ritmo su negociación con la

derecha para encauzar en terminos más estables la lucha política. Ello es par to resultante

de este tenso período.

2. LAS FUERZAS PRESENTES EN LA ESCENA

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El notorio estrechamiento del espacio político durante el Estado de emergencia, dificulta la

identificación del conjunto de fuerzas en la escena. Pero hay elementos suficientes en los

hechos revisados y en las definiciones que caracterizan el período, para ver el desarrollo

de sus tendencias fundamentales. Salta a la vista una primera apreciación de conjunto que

marca una diferencia respecto del período anterior. Entonces afirmabamos la existencia de

una ofensiva política desde la sociedad civil hacia el Estado, a partir del espacio político,

casi copado por los sectores burgueses a comienzos del gobierno de Morales Bermúdez.

Ese período cumplió su objetivo y la escena se aprecia ahora mucho más estrecha para la

prensa, los partidos, las instituciones de diversa indole no integradas al aparato estatal.

Esto afecta fundamentalmente a la izquierda y el movimiento popular porque sus fuerzas

políticas no tienen acceso alguno al gobierno ni son beneficiadas por el curso político

global.

El Estado de Emergencia no impide que los empresarios se expresen presionen al

gobierno, sean recibidos por los ministros y altos funcionarios, reúnan en sus asociaciones

gremiales y defiendan sus intereses, Más aún si lógica misma del gobierno Ileva a

incentivarlos, a buscar una concertación decisiones políticas. Aunque no en el mismo

grado, Ios partidos de la burguesía saber que el curso político los favorece y que pronto

serán llamas a "dialogar" con los más altos niveles del gobierno. Las revistas de derecha,

aunque tambien fueron cerradas en Julio, podrán consolarse con una situación

incuestionable: han sido escuchadas sus demandas de disciplina laboraI, corrección del

conjunto de reformas, exclusión de los militares progresistas, represión de lo que ellos

Ilamaban "comunista". . . etc. Es probable que coincidieran un grado y forma con las

medidas tornadas, pero pocas veces la escena ha mostrado tanta concordancia entre lo

demandado por la prensa y lo ejecutado al poco tiempo por el gobierno. Y en pocos meses

habrá un "acuerdo de caballeros".

De este modo, en lo sustantivo el nuevo espacio político no está cerrado a los distintos

componentes del campo burgués. Ello no los Ileva, necesariamente, a la coincidencia con

el gobierno. No sólo por las obvias diferencias que existen dentro del campo burgués

sino porque para un órgano de prensa es vital existir, es el instrumento de acceso al

poder de sus dueños y para un partido es por definición inaceptable que los militares

gobiernen -salvo transitorias coyunturas-, pues objetivamente Ios desplazan de su rol

político en la escena. Estos canales de la representación política burguesía tienen que

defender sus "condiciones de existencia”, más aún cuando tantos años de gobierno

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castrense los encuentra -en ambos casos – hartos de ser actores limitados y

conscientes del peligro de resultar obsoletos -por razones cronológicas e ideológicas-

come representantes de la burguesía.

En el campo burgués se apreciará primero una diferencia entre el empresariado y los

dirigemes políticos. Para los primeros es prioritario que Ios militares corrijan ya las

reformas -incluyendo para buena parte de éstos la desestatización- mientras que para

los segundos lo esencial es un cronograma que lleve a la realización de elecciones.

Habrá confluencia -al final del período- cuando la misma Sociedad de Industrias

reclame elecciones ante el impacto- cuando la misma Sociedad de Industrias de las

dificultades que muestra el gobierno para administrar la crisis concederles más puntos

en la privatización de empresas. Pero en todo el período pueden percibirse

intensidades distintas en las demandas planteadas. Un probable punto de encuentro

sería -al inicio- la importancia de que Ia propia Fuerza Armada deshaga sus reformas y

pierda con ello posibles consensos futuros, pero incluso ante el deterioro evidente del

gobierno, los actores priorizan su particular ánguto de interes.

EI campo burgués no es homogéneo. Se pueden observar tendencias radicalizadas del

empresariado -y del ámbito castrense- para las cuales toda represión es insuficiente y

la moderación que el gobierno trata de enarbolar -en Ia implícita comparación con el

Cono Sur- resulta interpretada como debilidad. Habrá también sectores más opuestos a

la drástica compocisión de consumo popular, que corresponden con aquella industria

más afectada por la recesión, que desaparecería con un modelo a lo Fridman, con su

contraparte Pinochetista. Los sectores de mediana y pequeña empresa podrán críticar

incluso la preferencia que el gobierno da a la atención de las demanda de la burguesía

transnacional, entremezcladas en la coyuntura con las exigencias de los grupos y

organismos financieros. Se trata, sin embargo, de matices en tanto ya no caben -menos

en esta dimensión de la crisis- posturas nacionlistas en un campo burgués donde las

transnacionales son decisivas. Aún siendo matices, estos tópicos pesan en la

negociación interburguesa centrada coyunturalmente en un Estado con poder

económico efectivo, gobernado de esta burguesía heterogénea. Es el campo de las

alianzas y redefiniciones cuyo lento curso de Ilevar a concertar acuerdos más estables.

En el plano político, a esta heterogeneidad se añade la presencia de partidos de opción

burguesa, pero no orgánicos representantes de la burguesía. Ello es particularmente 220

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visible en el APRA, de un Estado económicamente fuerte, en cuyo gobierno aspiran a

reemplazar a los militares.

Todas las fuerzas del campo burgués concentran sus presiones en la cúpula, a la que

si tienen acceso. Encuentran a un intertocutor vacilante, que se resista a dejar las

riendas del poder pero que quere negociar. La negociaciónn toca el punto de la salida

política, el cronograma, pero supone definir cuál será el próximo régimen político, sus

Iímites y el rol que alli jugara esta Fuerza Armada acostumbrada al ejercicio de las

atribuciones de gobierno.

En torno al manejo de la economía -con las ya mencionadas dificultad es de Barúa y

Piazza-, en la graduación del espacio político a los partidos, en el escaso margen de

atención dado a las demandas de privatización y en el calendario electoral, se darán

durante todo el período pugnas sucesivas que terminarán mostrando aislado a gobierno

en la coyuntura de julio

En el campo popular la magnitud de la represión condiciona un período de reflujo del

movimiento popular, con serias dificultades para continuar expresando sindicalmente la

protesta del pueblo. La ausencia de organizaciones políticas populares en la escena. El

repliegue que se produce en el período no será, sin embar go, total y la propia represión

favorecerá los esfuerzos de unificación. Desde el período anterior las organizaciones

antes ligadas al proyecto Velasquista revolucionarán hacia una mayor confluencia con

el resto del movimiento popular. No hay posibilidades de mayores ilusiones basadas en

la cúpula militar y eIlo se refleja en las posiciones asumidas por el FDRP*, la CNA

CONACI que llama a un frente popular- y la CTRP - Lima.

Más aún, tiene varios años en la escena la depuración de posiciones reformistas. A

pesar de Ios dogmatismos que han caracterizado el debate entre reformismo y

revolución en la izquierda, este tiempo político crea condiciones para un acuerdo en la

base, dado que toda opción popular es perseguida y carece de juego alternativo. No se

van a superar -ni entonces ni ahora- las diferencias políticas, situadas en mucho a nivel

de calificativos. Pero la acción política tendrá puntos de encuentro que se expresarán

en julio de 1977. Los esfuerzos unitarios se sitúan en el campo sindical, limitados a la

organización de un paro nacional de protesta que, para concretarse, supuso amplitud

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en la coordinación de distintas fuerzas políticas. La izquierda del espectro político tuvo

entonces una ocasíon concreta do actuación unitaria, que enseña más que varios años de

debate intelectual. La afrontó con éxito, aunque no debe verse exageradamente su impacto

en las posibilidades de unificación de Ia izquierda.

Los fracasos sufridos por el movimiento sindical en las tres paralizaciones de 1976, unida a

la represión sistemática sufrida por muchos otros esfuerzos aislados, fue construyendo la

conciencia de la necesaria unidad en la coyuntura. La izquierda construyó así lentamente

su respuesta a este año Emergencia, dada basícamente en el campo sindical en tanto era

ese el nivel principal de su actuación en la década. Poco podre expresarse en el plan -

político, sin óganos de expresión y con partidos incipientes o muy reducidos. El espacio

político se define para este campo popular por la exclusión. Pocos ejemplos habrán que

expresen sus crítica a la política económica o al diálogo del gobierno con los partidos, en

tanto la izquierda no tiene acceso fundamental a ese espacio305.

3. RESULTANTE Y PERSPECTIVAS

El 19 do Julio do 1977 el pueblos dijo iBasta! a sus opresores, sacando fuerzas de la

propia dureza de la represión. Es un hecho limitado pero de enorme trascendencia en la

coyuntura. Es sólo un acto de protesta, pero sin precedentes en la historia. Es, en alguna

medida, la constitución del movimiento popular como fuerza social capaz de causar un

impacto político decisivo en la escena: Obviamente no invierte los términos del poder en el

Perú de entonces, pero fuerza al gobierno a replantear el curso político inmediato.

Pocas coyunturas han mostrado al pueblo así, como protagonista de historia en el Perú

republicano. Esta es una de ellas, sin duda la de más amplitud y cobertura. La coyuntura

ofrece todo un conjunto de confluencias que le hicieron posible -entre ellas la pasividad de

gran parte de la burguesía- pero sin duda en este hecho las clases populares no fueron

seguidoras do proyecto ajeno ni tampoco actores de segunda línea en la escena.

305 En forma limitada la usará el PSR, con pronunciamientos que complementan muchas “pintas” en las calles. El PDC y el PC (Unidad) serán invitados al diálogo de partidos con el gobierno.

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El éxito de este paro, realizado en plena vigencia de la opresora legalización de

Emergencia y cumplido a pesar de las amenazas del Ministerio del Interior y de la

desarticulación informativa, fuerza al gobierno a poner término al Estado de Emergencia y

a acelerar su acuerdo con las fuerzas burguesas que le reclamaban un calendario

electoral. En pocas ocasiones se vió tan aislado un gobierno: críticado por derechas e

izquierdas, con un empresariado reticente y cansado de ambiguedades y fracasos

económicos, e incluso con la visi le crítica de personajes de la intelectualidad y de la Iglesia

que reclaman respeto por los derechos del pueblo. El movimiento popular impactó en todo

esIe conjunto por su acción unitaria que, aunque coyuntural, resultaba un golpe decisivo.

El paro no fue un hecho aislado en tanto que la protesta popular -en gran medida

espontánea- se daba en todo el territorio nacional, desde las medidas de Junio, con

distintas grados de violencia. Lo espontaneo en política debe analizarse con cuidado, por

su ambivalencia y por inducir a interpreciones triunfalistas. Sin embargo, lo objetivo es que,

en este case, la izquierda supo actuar sobre lo espontáneo y también a partir de las

contradicciones el campo burgués; por ello capitalizó los resultados de este hecho. Pero de

allí a la toma del poder hay mucho camino por recorrer. Este es, en si, el he ho político

decisivo en esa coyuntura, más importante si se evalúan las condiciones represivas que lo

precedían.

A partir de julio el gobierno tiene que suprimir el Estado de Emergencia al cual se adapta

tan fácilmente la mentalidad castrense gobernante. Ya es eficaz. Se ha utilizado en un

largo período, lo que sólo suele ser herramienta extrema para manejar tiempos cortos. Ello

afecta su imagen incluso en el campo internacional, marcada por el desprestigio de las

dictaduras del Cono Sur y por la alternativa propiciada por la administración Carter, y

contribuye a su aislamiento local. También lo obliga a que rompa el aislamiento

concertando alianzas políticas con los partidos del campo burgués y para ello eI primer

paso es señalar su finitud, anunciando el cronograrna. Debe alcanzar ahora el consenso

necesario para gobernar, pero no a partir de un proyecto político propio, ni del resultado de

sus obras, sino de la oferta de elecciones, es decir del cronograma político tan demandado

por la derecha. Pero, a la vez, la salida política debe tener en cuenta a ese pueblo que

masivaniente se ha expresado y que sólo, parcialmente pueden captar los partidos del

campo burgués. Es necesario poner en práctica instrumentos ideológicos, organizativos y

políticos menos endebles que las entelequias intentadas por este gobierno hasta el período

223

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anterior. Será pues un lento pero decisivo, camino para rediseñar el sistema de

dominación.

Así, la perspectiva que se abre después del 19 de julio es un tiempo político en el cual el

gobierno castrense y los partidos del campo burgués tratan negociar los términos de un

nuevo régimen político. Podrá apreciarse en el nuevo período que subsisten las tendencias

incubadas en el anterior: por una parte sectores militares y tecnocráticos que ven en el

Partido Aprista la oportunidad de confirmar una alianza estable, eficiente, con capacidad

de oportar el apoyo de bases populares coaptadas tradicionalmente por el APRA. Por otra

parte, sectores militares y políticos que reclaman una mayor represión para lo cual estarían

dispuestos a dar un mayor tiempo a los militares o reemplazarlos Pqr un político civil que

gobierne con ellos, a partir de exclusión formal y real de la izquierda. Hay también posturas

provenientes de la desgastada democracia formal prevía al 68, que no avisoran la

necesidad de definir primero un nuevo régimen político y sólo aspiran a obtener -cuanto

antes- el retiro de los militares. El proceso político se inscribe dentro un cuadro

internacional que favorece la constitución de "tecnocracias restringidas", apoyadas por la

administración Carter ante el desprestigio las dictaduras del Cono Sur, viables si existen

condiciones para fórmulas socialdemocratas, dóciles con tos intereses imperialistas. En

este complejo cuadro has distintas fuerzas del campo burgués pugnan en la cúpula,

mostrando desconcierto ante la presencia del movimiento popular.

Y es que, en el período que se abre en perspectiva, aparecen condiciones para que el

movimiento popular deje de expresarse sólo en el plano sindical y pase -sin descuidar este

último- a tener expresiones políticas propias. En el campo burgués, esta presencia popular,

en medio de la administración de la crisis económica, lleva a afinar el aparato represivo.

El período que comienza en julio, si bien abre un nuevo espacio político en el que se

legaliza el juego de las distintas fuerzas -para la competencia electoral- muestra la

permanente recurrencia a la represión. Es una necesidad propia del sistema, que se

exacerba por las dimensiones de la crisis económica y su impacto en el pueblo. La relativa

liberalización que está implícita en proceso electoral , que sigue a un año de Estado de

Emergencia, se contribución con sucesivos momentos represivos en todo el período

siguiente.

224

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4. UNA DISGRESION NECESARIA

El andlisis de la escena política en este período de Emergencia, caracterizado por una

represión sistemática de las iniciativas del campo popular, hace necesaria una disgresión

que compare este régimen político con las dictaduras que se vienen desarrollando en el

Cono Sur del continente. Desde los primeros meses de este período, al ver en toda su

profundidad el cuadro represivo y objetiva violación de derechos humanos fundamentales,

más de uno se ha planteado la comparación de este régimen con el de Pinochet en Chile,

Videla en Argentina o con la ya antigua dictadura brasileña. Pareciera por momentos que la

diferencia fuera sólo de grados. Se trata, sin embargo, de condicional históricas diferentes.

Como en más de una ocasión connotados elementos del régimen -más en privado que en

público- se han distinguido de estas desprestigiadas dictaduras, presentándose como la

única alternativa a ellas, conviene establecer de entrada comparaciones y explicaciones

sobre las respectivas situaciones sociales y políticas.

Resulta insuficiente afirmar que entre la dictadura de Morales Bermúdez y la de Pinochet o

Videla, hay sólo diferencia de grados. Ambas descansan de procesos sociales y realidades

distintas: La Peruana se asienta en una sociedad en la que el movimiento popular es débil

y ha sido golpeado por antiguos procesos desarticuladores. Engarzado en una econornia

diversificada en distintos sectores productivos, que cuenta con un sector industrial menos

avanzado y de más reciente surgimiento que en esos paises, el movimiento obrero no tiene

una tradición de fuerza. Tampoco la tienen las instituciones de sociedad civil -a excepción

de la Iglesia- pues ni Ios partidos, ni la prensa, ni gremios de clase media, ni las

instituciones sociales y culturales son s6óidas y tienen gran peso en el sistema político.

Fáciles de desarticular, sin arraigo, anunciadas con el pasado a voluntad de los sectores

oligárquicos, las instituciones de la sociedad civil no se desarrollan en magnitud y peso

político306. La política es tarea reservada a unos pocos, ante un desarrollo escaso de las

“Instituciones Democraticas" y la permanente recurrencia a la dictadura. El Estado, por lo

general, no se ha manejado en base a "consensos activos", menos aún "participantes"; la

política se dicta desde un gobierno militar o un gobierno civil, a lo más hay debate entre

"poderes del Estado" y grupos económicos, pero la política "se impone" a las mayorias y no

se discute. La diferencias entre Ios gobiernos dictatoriales y "democráticos" (o entre

306 El APRA es excepción, pero dentro de los términos de la regla. Sólo adquiere legalidad cuando sus líderes son coptadas por las clases oligárquicas y pasas a ser aliados que concilian con sus intereses. Este partido cuante con masas, organización y tradición, pero sólo llega al poder en alianza con los intereses oligárquicos y pasan a ser aliados que concilian con sus intereses. Este partido cuenta con masas, organización y tradición, pero sólo llega al poder en alianza los términos del sistema político anterior.

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dictadura y dictablanda, canto precisará el sociólogo francés Francois Bourricaud) se

refiere al mayor o menor espacio político de la cúpula para la participación reducidos

sectores de las clases dominantes y sectores aliados o de apoyo; es más bien el

"consenso pasivo" de las mayorias o la falta de este, lo que forzara el Paso de la

dictablanda a la dictadura. Con este encuadre previo, la “Primera Fase" del gobierno de la

Fuerza Armada cambia el signo político: se frenta al orden oligárquico, dirige su acción

contra las clases que tenian el mayor poder político tradicional y reprime a sus agentes

políticos.-Paralelamente, dinamiza la organización de amplios sectores populares 307 y

realiza reformas planteadas en la escena política desde los años 30, para luego repri mir y

procurar el encuadre del propio movimiento popular, cuando la dinámica de este

muestra sus propios términos. Se apoya por largo tiempo en el "consenso pasivo' de

amplios sectores y lo pierde con su política de "contestación" y "encuadre". Pero el

movimiento popular se dinamiza más allá de previsiones. La "Segunda Pase" se

asienta sobre esta realidad política, enfrenta su propio deterioro y al optar

abiertamente por resolver la crisis económica en función de Ios intereses del gran

capital, pierde incluso todo rezago de consenso pasivo y tiene que recurrir a la

dictadura pura y simple -sin un margen mínimo de consenso, incluso pasívo- con Ios

mismos instrumentos y métodos del antiguo aparato estatal hoy modernizado. Pero

aún así estos regímenes se asientan sobre una sociedad menos articulada que las del

Cono Sur, particularmente manejada por minorías -civiles y militares- que no tienen

que construir estructuras políticas de consenso y Iegitmación de gran alcance 308. La

variante que está presente como elemento nuevo entre 1976 y 1977 es una absoluta

falta de consenso y un movimiento popular mucho más organizada que en el pasado,

pero distante de la organicidad y eficacia que confiere el tiempo y el desarrollo de los

procesos sociales309.

307 Esta dinamización se produce por influencia de las reformas, pero no sólo a partir de ella y de hecho va más allá de la

ovlunatd del gobierno en su conjunto, aunque parte de éste –luego calificada de “desviacionista”- lo impulsa también. Recuérdese, por ejemplo, que hasta este período la centralización campesina es casi inexistente (en éste se reactiva la CCP y se forma la CNA) y que recién se reconoce oficialmente a la CGTP y se negocia con ella.

308 Compárese la realidad nacional con los gremios, los partidos y la prensa de los países del Cono Sur del Continente.

Aquí, el voto –hecho aislado y que ejerce sólo una parte de la población- se manea con líderes caudillescos y con clientelismo reproduciendo y manteniendo bajísimos niveles de educación política.

309 Si se comparan las medidas anticrisis del Beltrán en 1968, con las acutales y se recuerda que entonces no fue preciso

aplicar un año de Estado de Emergencia como éste, puede verse alguna diferencia en la capacidad de respuesta popular a políticas económicas similares, diferentes sólo y parcialmente en cuanto a magnitud de la crisis, pero no es un impacto inmediato sobre la economía popular.

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En Chile o en la Argentina, por el contrario, los tiranos deben desarrollar -destrozar,

incluso- on sistema de partidos de larga tradición y poderosas organizaciones

gremiales (la CUT de Chile o la CGT do Argentina) o enfrentar, en el caso argentino,

una vasta guerrilla interna. Son sociedades en las cuales se ha gobernado en el

pasado con necesaria generación de consensos en más amplios sectores sociales.

Los niveles de educación política y expresión eran bastante más extendidos. Estas

dictaduras, por otra parte, toman el poder sin ponerse caretas ni prometer una

"profundización" de previos procesos de reforma. Se trata, por lo tanto, de situaciones

histórica diferentes que requiere, quieren de una distinta forma de represión, tanto on

grado conio on estiloy! on aparato. La represión es función do la necesidad de

imponer; no se reprime en base a condiciones psicológicas del represor -que las hay,

pero corresponden a otro nivel de análisis- sino en función de lo que se busca

destruir, de su margnitud. Por ello en el Perú la represión puede ser selectivo y

desarticulados, sin recurrir a presiones inasivas (en 1975, el 0.2% de Ia población

uruguaya estaba en prisión y el 2% de esa población había sufrido interrogatorios o

detención transitoria en los últimos 6 años, según Amnistía Internacional Informe

1970), a "desapariciones" y asesinatos en masa, etc. La represión en el Perú cumple

su objetivo reaccionario con menos desgaste pero con similar eficacia. Más aún,

aplicar aqui la política do Pinochet en cuanto a represión da ría los propios intereses

que el gobierno busca defender y el consenso que quiere en la burguesía mediana y

pequeña, así como en el conjunto internacional.

Sin embargo, la distinción anterior no lleva a variar el juicio ético sobre fines logrados

por este gobierno, ni simplemente significa que debe conspi rarse como "mejor" o tan

distante la situación. Evidentemente hay menos sectores medios afectados y a la

situación de temor y amedrentamiento vivida por las mayorías, no se agregan

matanzas en serie. Esto si es cuestion de grados, difícil además de medir cuando se

controla toda la información 310. Pero el curso real de todos estos regímenes es el

mismo: hoy se reprime y se violan los derechos humanos del individuo libertad,

tortura, muerte - para poder continuar violando sistemáticamente los derechos

sociales de las masas, decir el derecho a la alimentación, al trabajo, a la salud... etc.

En efecto este gobierno, al igual que sus similares del continente, re to pare imporner

a las mayorías el dominio y la explotación de la burguesía nativa e imperialista, para

310 ¿Cuántos murieron durante el toque de queda) ¿Cuántosen masacres o choques policiales?No se sabe, ni se sabrá por

mucho tiempo sino lo que el gobierno quiere que se sepa.

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seguir descapitalizando nuestros países en función de las transnacionales y su

Banca, para garantizar la supervivencia del capitalismo. Aplican en esta coyuntura

una política gruesamente similar, en la medida que carga sobre el pueblo Ios costos

de la crisis econoniica y de la acumulación intensiva de capital que en plena crisis

requiere la burguesía. Tienen en común también, la imposición de esa política sin

mínimo de consenso, porque perdieron los apoyos iniciales de la pequeña y mediana

burguesía, sectores medios e incluso populares, o sea porque nunca lo obtuvieron o

se expresa eficientemente. Tienen en común, ademas, la intolerancia ante a

imposición real y toda discusión a su política económica, aunque en ello también

varien las situaciones on cada coyuntura.

Pero al mismo tiempo hay otras diferencias que es importante estudiar: gobierno

Peruano actual no es una dictadura orgánica de los monopolios, en un gobierno

militar que reniega del reformismo a partir de su propia de bilidad ante el avance de la

burguesía modernizada que lo atravicsa, sin luto de este su expresión coherente. Prioriza

la atención de las demandas de la burguesía imperialista, en medio de un proceso de

recomposición que en el Perú toca a toda la clase dominante y al Estado, haciendo débiles

las expresiones políticas de la burguesía nativa. Viene de un proceso que ha concentrado

manos de la Fuerza Armada y de la tecnocracia un fuerte poder económico este período es

parte de uno más amplio en el que se negocia el rediseóo del Estado Burgués. Por otra

parte, cabe recorder que el viraje se produce en un medio de un contexto internacional que

ha asumido en parte del cuestionamiento a las dictaduras del Cono Sur, desgastadas en

tantos años de represión ante la imagen internacional, que no pueden controlar. Los

terminos de la política de Carter en América Latina exigen, en este sentido, por lo menos

cuidar Ias apariencias.

Este gobierno militar tampoco es una dictadura contrarrevolucionaria surgida en un

montento histórico de auge del movimiento popular, que para subsistir deba liquidar -

incluso fisicamente- poderosas organizaciones, incluyendo organizaciones armadas. Las

diferencias, por to tanto, no son sólo de grado; ni como algunos piensan con ingenuidad se

trata simplentente intenciones y moderación de los principales actores. Por esto mismo, el

análisis del curso político, si bien no hay "pendientes inevitables" esta presente también la

alternativa radical de nuevas formas "fascistas", dependiendo más que de uno u otro actor,

del desarrollo global de las fuerzas. La mirada la previsión debe así dirigirse a más largo

plazo y al nivel de Ia estructura para aquellos que en su opción verdaderarnente rechazan

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el "neofascismo".' al hacerlo podrán ver como Ios problemas no parten de lo político sino

se aplican en Ias necesidades actuales de la dominación capitalista.

Creemos que la comparación es necesaria y los estudios más específico también, porque

en esta recurrence realidad latinoamerica los fenómenos políticos se reproducen a tiempos

distintos y no en forma igual, y porque Ios gobernantes utilizan muy bien el "cuco" de

afuera para generar temores y distancias o para convencer a débiles y timoratos. El

reclamo de medidas represivas -que puede verse en alguna prensa de 1977 y 1978

corresponde a la enceguecida defensa de los intereses tradicionales y oculta en su

ideologizacicón macarista la más absoluta insensibilidad humana y la deformación que

generan los mitos de la burguesía. Entre esos mitos esta la caricatura de la "revolución

violenta" y de las "dictaduras sangrientas" que se identifican en su momento - y en la

propaganda del sistema capitalista - con el cotinunismo, con todo socialismo e incluso con

todo aquello que rompa la ortodoxia capitalista. Aún ante la propia realidad de estos

regímenes cercanos, sólo se mira la represión y la violación de derechos humanos en el

sistema que se tome, aunque se ubique lejos histórica, geográfica y políticamente; así se

reclama la misma represión que se proclama combatir, pero aplicada en defensa del

capitalismo imperialismo actual.

Es por ello inprescindible denunciar las simplificaciones, hacer docencía el mas puro

sentido del término, cuestionar estereotipos y discernir en experiencias históricas de

distinto signo, lo cierto y lo falso, lo que es coyuntural y lo que es inherente al sistema.

Denunciar esta propaganda que se mete a través de los más eficaces medios de

comunicación, es indispensable para no contribuir a fortalecer las más brutales dictaduras.

Todo régimen y todo promotor de estas sintplificaciones macartistas, encubre con su

discurso ideológico iguales o peores violaciones de los derechos humanos que las que

clara combatir y presenta sólo Ios errores o los fracasos del modelo contra rio, haciendo

abstracción de las situaciones históricas concretas. Búsquense cifras… ¿hubo más

muertos en la revolución Cubana que en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla?,

no son comparables Ias cifras de prisioneros de un pequeño país como Uruguay y las de la

Alemania nazi?, ¿está el chileno de hoy en condiciones de vida más humanas que el

cubano, que en esta propaganda se presenta oprimido y hambriento?, ¿es que los

derechos humanos son sólo "normas jurídicas" o tienen indispensable relación con las

condiciones de vida de las mayorías? Y conste aqui que al comparar no optamos por los

errores, excesos o límites de las experiencias históricas intencionadas; simplemente

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invitamos a desmitificar lo que es deformado, o presentado al margen de cada historía

concreta, por la propaganda del sistema que vivimos.

Esto y mucho más es parte de la realidad brutalmente manifiesta en 1976 y 1977 en el

Perú. No sólo habra que examinar algunos hechos indicativos, como hace este trabajo.

Habrá que i r al fondo y ver hasta que extremos la pauperización del pueblo para

beneficio de una minoria. Habrá que ver cómo ese deterioro del salario real, del empleo y

de la capacidad de luchar por mejores condiciones de vida, se expresa en niños enfermos

y muertos por desnutrición o por enfermedades simples, en adultos tuberculosos -cuando

la enfermedad habrá disminuido notoriamente en el país-. Habra que ver cómo la vida real

de las mayorias y la forma en que se les impone una vigencia y una clara política de

amedrentamiento para callar la protesta; habrá que ver cómo so reprime y se anatematiza

toda acción política o gremial, cuando en el fondo responde las más elemental solidaridad

humana y a la defensa de derechos mundialmente reconocidos.

CAPITULO 6

EL CAMINO A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

(19 Julio 1977 - 29 Agosto 1978)

En esta periodización de la escena política, el corte temporal se produce función de

resultantes coyunturales que, por lo general, coinciden con fechas significativas -que

usamos en el título- aunque los hechos sean más continuados y las medidas que

enmarcan la resultante aparezcan semanas después. Este período comienza con la

resultante del paro nacional del 19 de ju Iio de 1977 y termina, un mes después de

instalada la Asamblea, cuando se logran concretar acuerdos básicos entre el gobierno

y la mayoría de la constituyente. Esta situación se produce en medio de la última

ofensiva del movimiento sindical, que al no lograr sus objetivos iniciará un período de

reflujo observable en los meses siguientes. Hemos escogido el discurso del

Presidente Morales Bermúdez del 29 de agosto, como indicador, no exclusivo pero si

importante, de la coyuntura en que concluye este período.

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Levantado el Estado de Emergencia y convocadas las elecciones 311, espacio político

se amplía permitiendo el juego de las distintas fuerzas políticas. Una campaña

electoral "al trote" se desarrolla al mismo tiempo que el gobierno administra la crisis

económica en su momento más crítico, golpeando, aún más, la debilitada economía

popular. La protesta del pueblo adquiere dimensiones nunca vistas en los últimos

tiempos, condicionando la respuesta lesiva de un gobierno desgastado cuya

legitimidad pasa por el cronograma salida. Es un tiempo político intenso que tras el

andamiaje electoral -aparentemente igualitario- muestra al concluir que la asimetría

propia de la política burguesa no ha sido capaz de impedir la expresión tangible de un

movimiento popular, que ha dado el salto de lo sindical a lo político, avanzando niveles de

madurez, conciencia y organización a pesar de la recurrente política represiva.

1. HECHOS, COYUNTURAS Y ELEMENTOS EXPLICATIVOS DEL PERÍODO

UNO OCUPANDO EL NUEVO ESPACIO POLÍTICO

I. LA CARRERA POR LA INSCRIPCION

La convocatoria a elecciones significa para todas las fuerzas políticas constreñidas durante

casi una década, la apertura de un espacio concreto que las acerca al poder y les brinda la

ocasión de expresarse y medir fuerzas. En coyuntura de Agosto de 1977, es claro que este

espacio es estrecho. Se trata de una confrontación electoral que permitirá "medir fuerzas" y

posibilita una movilización parcial del pueblo, pero no por ello dichas fuerzas recibirán el

poder político que retiene la Fuerza Armada hasta 1980, según su cronograma. Sin

embargo, es obvio que ere espacio político se puede ampliar. Surgen en la coyuntura

elementos que llevan a ello, así como elementos que indican que, sin embargo, podría

cerrarse violentantente. Entre los primeros está el desgaste del gobierno, las dificultades

que encuentra incluso en su única base de apoyo -la Fuerza Armada-, el compromiso

mismo de las sucesivas promesas de apertura, la presión "democratizante" de la política de

los Estados Unidos y la dificultad del gobierno para actuar sin el respaldo firme de la

burguesía nativa, que da muestras de no quedar satisfecha con el viraje de reformas y se

une intermitentemente a las presiones dirigidas a acelerar una salida política. Entre los

311 El primer anuncio de la convocatoria a elecciones para la Asamblea Constituyente…, con la misión exclusiva de elaborar la nueva Constitución, una carta que ase gure la continuación del proceso revolucionario; la concil iación de las transforma ciones estructurales con las l ibertades y las garantías democráticas, es decir, con la instauración de una democracia social", fue hecho por el Presidente Morales Bermúdez en el mensaje de Fiestas Patrias (28 jul io de 1977). En ese mensaje sólo se señalaron los plazos del cronograma y no se trato lo referente al Estado de Emergencia. Un mes después, el 29 de agosto, el Presidente anuncia la restitución de las garantía a suspendidas y el término del Estado de Emergencia, volviendo a reiterar l a perspectiva de la “transferencia del poder”. El Decreto de convocatoria (D.L. 21949) recién se expidió el 4 de octubre, estableciendo el 4 de junio como fecha de elecciones.

231

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segundos esta la agudización de la crisis y Ias necesidades represivas de una política

económica que no puede lograr consenso alguno en las mayorías del país. El pueblo, sin

embargo, ha mostrado en junio y julio que la represión es insuficiente para contener la

protesta popular y que su aplicación a "ojos cerrados" puede llevar a extremos que la propia

burguesía vería con preocupación, tanto por su efecto desestabilizador del sistema como

por llevar a fortalecer el poder estatal en la coyuntura, justamente cuando cuestiona

incluso la eficiencia técnica del gobierno en la administración la crisis económica.

Las fuerzas políticas actuarán con amplios márgenes de duda sobre verdadero curso

político, pero aprovechando casi todas con decisión, el espacio ganado al gobierno. Los

partidos tradicionalmente vinculados a la derecha -APRA, Acción Popular Belaundista (AP),

el Partido Popular Cristiano (PPC)- lograrán una ventaja desde la partida. No salen de un

período que los reprimiera o desarticulará. A lo largo de la "Segunda Fase" han sido

Ilamados aI diálogo para definir la salida política; se han presentado como pertinaces

defensores de la salida democrática y cuentan en su favor con el apoyo de muchos

empresarios convencidos de que son adecuados representantes políticos de sus intereses,

dado el desgaste de los militares y la ambivalencia de su actuación. Resulta fácil para

estos partidos articular en torno a banderas muy genéricas el descontento de pequeños y

medianos empresarios, de amplios sectores medios y de sectores populares poco

organizados, con difusa conciencia de sus propios intereses, pero que fácilmente pueden

identificar al gobierno no causante de sus problemas económicos, agudizados al extremo

en los últimos años. El discurso político -con la simplificación intencional que le es propia-

buscará mecánicamente confundir al pueblo identificando las dos fases del gobierno

afirmando que las reformas son las causantes de la crisis, identificando toda posición

progresista con los "comunistas" de la "Primera Fase", causantes de la crisis y llegando

incluso a sostener que la izquierda actual estuvo en el poder con el gobierno de entonces.

En su ofensiva, cada fuerza del campo burgués procurará obtener el favor del

empresariado, con márgenes distintos en su concesión a las otros fuerzas sociales:

recurrirán unos a pociones reaccionarias radicalizadas, a la vez que explotan el

sentimiento popular antimilitar -como el Partido Popular Cristiano de Bedoya Reyes-; otros,

siguiendo más de cerca a las masas, procurarán convencer a la burguesía nativa la

necesidad de un pragmatismo populista conciliador, definido como "izqu ierda democrática".

Pero en conjunto, con posiciones que variarán en la coyuntura , logran un impulso decisivo

para sus aparatos partidarios, apoyándose en las condiciones que ofrece el juego político

de viejo estilo en el cual son expertos. Luego de diez años de relativo receso, sin haber

sufrido masivas percusiones, esta derecha política se presenta desgastada. No ofrece

nuevos cuadros. Reaparecen los mismos líderes, con mal disimuladas canal y con

planteamientos políticos que cada vez resultan más huecos y desvinculados de la realidad.

232

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Este será su mayor límite, a pesar de que casi no hay debate y ello pide que se haga más

palpable su decrepitud.

Pero el nuevo espacio se abre también a otros actores que en los períodos anteriores no

fueron "llamados" al diálogo, o en los casos en que estuvieron presentes -el Partido

Comunista o el Partido Demócrata Cristiano, por ejemplo- tenían poco que aprovechar del

curso político de un gobierno que alejaba más y más de sus planteos originales. Los

partidos de izquierda -y posiciones progresistas, en general- han de ocupar también parte

del espacio político creado, en condiciones adversas, pero con expectativas en su favor

por las propias contradicciones del proceso. La realidad es en este caso polarmente

distinta. La mayor parte de la izquierda viene de soportar la más sistemática represión de

los últimos tiempos; en agosto sus cuadros apenas pueden salir del actuar clandestino y

su vinculación con el movimiento popular los obliga a no descuidar la lucha sindical,

agredida ahora, además, por los despidos masivos autorizados por el gobierno. Con

dirigentes detenidos o perseguido con deportados y sin acceso significativo a los

medios de comunicación, la izquierda se ubica en una coyuntura llena de dificultades,

pero no se queda a defensiva. Durante largo tiempo su espacio político estuvo reducido

al campo sindical y al difícil espacio generado por las reformas de la "Primera Fase"

núcleo de sucesivos operativos dirigidos por el gobierno. Compuesta por su variedad de

agrupaciones y partidos, compitió en ese campo limitado, sin ampliar su proselitismo a

importantes sectores populares y medios, menos politizados que las dirigencias

sindicales, urbanas y rurales, que se expresan en organizaciones gremiales más

dinámicas. Hacen frente a la campaña del gobierno y la derecha que, englobándolos en

un sólo saco, desarrolla un activo macartismo e incluso divide a los sectores populares

menos politizados con su mensaje. Sin embargo, en el último "año de emergencia" se

dan esfuerzos d e unidad que en lo concreto superan parcialmente sus seculares

divisiones y amplían el espectro político en el que influyen. De las luchas populares de

junio y julio surgen elementos que indican que sus logros provienen de la madure que

se va adquiriendo y de la conciencia popular que cada vez más claramente va

identificando a sus enemigos reales.

El nuevo espacio político no se asume en forma triunfalista; se tiene conciencia de que

este favorece principalmente a las fuerzas de derecha pero la coyuntura ofrece

condiciones útiles para acumular fuerzas, brinda oportunidad de expresar las demandas

reales del pueblos, de contribuir a su más seria educación política, de aprovechar

233

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márgenes más amplios de legalidad y de disputar a la derecha el monopolio del

escenario político312.

Puede verse a partir de agosto de 1977 que los partidos de izquierda dialogan entre

sí313 y se hacen presentes en la escena, no sólo desde el plano gremial -donde la

unidad inicial más bien se resquebraja y se procura recomponer- sino en los distintas

espacios que la prensa y la televisión ofrecen para debatir o exponer posiciones. La

coyuntura, desde períodos anteriores, ha ido acercando posiciones antes

irreconciliables, incluso en organismos que como la Confederación Nacional Agraria

surgen del propio gobierno. En el diálogo y en la práctica política estaban presentes no

sólo distintas posiciones sino la di ficultad de dar la lucha en un terreno vedado por casi

una década, que no dejó espacio para el surgimiento de nuevos líderes que llegarán a

ser conocidos más allá del campo gremial. Pero con todos los límites y dificultades

existentes, la izquierda estará presente en el nuevo espacio, articulando y rearmando

sus fuerzas a un ritmo veloz que supera incluso las expectativas de los más asustados

derechistas, acostumbrados a inflar "su peligro". La actividad partidaria rearmada

incluye la presencia de más partidos de lo que esperaba la derecha y, a pesar de que la

dispersión es un problema crónico, aparece claro, que entre diversas organizaciones

existen márgenes de dialogo que se pueden ampliar y que variarán, tanto con la

aplicación de las normas electorales como en el curso político posterior.

En un período relativamente corto, esta izquierda del espectro político expresará en el

antiguo Partido Comunista (Unidad); en dos frentes que reúnen por primera vez a la

izquierda marxista distinta al Partido Comunista -la U D P y el FOCEP314-; en un partido

312 Pueden verse declaraciones no triunfalistas sobre este espacio que se abre, en la Informativo Político Nos. 59 y 60,

agosto y setiembre de 1977

313 Hasta Febrero de 1978 se dan conversaciones en busca de una dificil unidad de izquierda que en forma

recurrente se verá bloqueada. Más de una década de pugnas y redefiniciones hacen dificil esta necesaria unidad y los plazos de la legislación entorpecen la obtención de alianzas. En cambio, los partidos de derecha necesitan explicitar alianzas en este momento. Ya en épocas anteriores las han concretado eficientemente luego de las elecciones. Las conversaciones existen y los puntos de convergencia son mayores. Pero consideran importante medir antes su caudal electoral.

314 La UDP (Unidad Democrática Popular) surge a mediados de diciembre de 1977, constituida por 5

organizaciones políticas: Vanguardia Revolucionaria -el Propie tario: Partido Comunista Revolucionario -Clase Obrera; Movimiento do Izquierda Revolucionaria - IV Época; Movimiento de Izquierda Revolucionaria- Voz Rebelde; Movimiento de Acción Proletaria y personalidades de la izquierda. Posterior -mente su integraron el Partido Comunista Revolucionario - Trinchera Roja; Organización Proletaria Revolucionaria; Círculo Marxista de Oposición Proletaria; Mo vimiento de Izquierda Revolucionaria - El Militante; Vanguardia Revolucionaria - Reconstrucción: Vanguardia Revolucionaria Político -Militar; Frente de Izquierda Revolucionaria Marxists - Leninista.Paralelamente, se conforma la Unidad Popular de Izquierdas (UPDI), que Integra ba a Izquierda Popular, Insurgencia Socialista; Partido Vanguardia Revolucionaria – Posición Proletaria; Frente de Izquierda Revolucionaria - Partido Obrero Campesino; Frente do Izquierda Revolucionaria - IV Internacional; Federación Minera y un grupo independiente encabezado por Carlos Malpica.A mediados de enero do 1978, lo UDP y la UPDI se fusionan.

234

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de reciente formación vinculado a las posiciones de izquierda de la "Primera Fase" -el

P S R - ; en dos partidos progresistas que estaban inactivos desde 1968 y que se

vincularon a la "Prime Fase" -1a Democracia Cristiana y Acción Popular Socialista.

Anunciada la convocatoria, las distintas fuerzas polít icas discutirán públicamente los

términos y límites de ésta, aunque el debate será bastante l imitado. El apoyo más

entusiasta a la convocatoria de la Asamblea Constituyente vendrá del Partido

Aprista, que ya desde períodos anteriores venia clamándola 315 . El Partido Popular

Cristiano considerará la convocatoria como un hecho positivo, aunque señalara las

imprecisiones de su primer anuncio 316 . La Democracia Cristiana, en cambio,

considerara "precipitada convocatoria" porque la revolución esta aún a medio

hacer"317 . Así se han pronunciando los distintos partidos, centrando su atención en la

conformación de la Asamblea Constituyente. Sólo uno de ellos, Acción Popular

Belaundista, manifestara en todo momento su frontal oposición a la Constituyente la

exigencia de elecciones generales inmediatas. Esta posición de permanente rechazo

se dará en medio de contradictorias posturas internas, que concluya en su

autoexclusión del proceso electoral. En agosto, este partido considera que la

Asamblea es "requisito previo y dilatorio" 318 de las elecciones generales que reclama

para 1978; en setiembre, calif ica de "parametrada" a la Constituyente y señala que

no cuenta con respaldo de la opinión pública 319 ; en octubre, ante la convocatoria,

sostiene que "no es la solución a los problemas del país" y reitera que la única

solución a la crisis económica y polít ica es la convocatoria a elecciones

generales320 . Este planteamiento se reiterado en noviembre. En diciembre, su líder

Para las elecciones, la UDP llevo como aliado al Partido Comunista Mayoría, producto de reciente escisión del Partido Comunista (Unidad) y al Frente Unico de Trabajadores.FOCEP (Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular) se constituye en enero de 1978, e integra a un grupo independiente encabezado por Genaro Todes ma, Laura Calicr, Manuel Scorza y otros; asimismo, el Partido Corona Marxista Revolucionario (POMR); el Partido Socialista de Trabajadores de Hugo Blanca (que luego se dividiría surgiendo of Partido Revolucionario de los Trabajadores), Posteriormente se integraron al FOCEP el Partido Comunista Peruano - Bandera Roja; el Frente Democrático Popular (FEDEP), y la Confederación de Campesinos del Perú do Saturnino Paredes.

315 Informativo Público. No. 59 p. 12 y no. 61 p. 10

316 Informativo Público. No. 59 p. 12

317 Su líder, Héctor Cornejo Chávez, había señalado anteriormente que sería funesto el regreso a la democracia formal y

que “en ninguna época ni en ninguna parte se le ha ocurrido a revolución alguna someterse al veredicto de sus enemigos, de los indiferentes y adictos no muy convencidos, a medio camino…” (ver Informativo Político No. 60 p. 14 y No. 61 p.11)

318 Informativo Político No. 59 p. 12

319 Informativo Político No. 60 p. 15

320 Informativo Político No. 60 pp. 10 -11

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máximo declarará que la convocatoria "era un peso hacia la constitucionalidad",

pero que su partido ha propuesto que el 28 de julio de 1978 juro no sólo la

Constituyente sino un nuevo Presidente, enfatizando que no pueden coexistir un

gobierno de facto y uno Asamblea Constituyente y reiterando que la crisis

económica es impostergable y sólo puede ser resuelta "con la anuencia del pueblos

y sus representantes elegidos por el voto popular" 321 . Luego, este partido se inscribe

y apresta a participar en las elecciones; su Secretario General I lega a declarar que

si logra mayoría, esa mayoría saldría de los límites puestos por el gobierno,

legislaría e incluso el mismo día de su instalación elegiría un gobierno por adelante

esto ha contradicho por el ex presidente Belaúnde. En el partido parecía haber que

las diferentes sobre lo que debía hacerse con la coyuntura, planteando algunos

dirigentes la urgencia de un pacto o frente de partidos del campo burgués 322 . Luego

de inscribirse, Acción Popular BeIaundista se negará a presentar su l ista de

candidatos, al no obtener que el Comando Conjunto de la Fuerza Armada declare, a

solicitud de su líder máximo, que no intervendría contra la Asamblea Constituyente

si ésta se sale de los límites fi jados en la convocatoria, expresamente en lo relativo

a la institucionalización de las reformas. En ese momento, el aislamiento de Acción

Popular es interpretado por muchos como intento golpista, dirigido a apoyar supues -

to militares descontentos con la convocatoria a la Constituyente, prestos en abril a

derribar al gobierno y entregar el poder en plazos más cortos. Señalará también que

esta decisión, claramente tomada por Belaúnde en persona, t iene relación con las

pugnas internas existentes en ese partido y con esti lo caudil l ista del ex-Presidente,

que en reiteradas oportunidades impidió la consolidación de su estructura partidaria

en función de su propia opción polít ica, presente o futura. El hecho es que aunque

esta abstención l imita la capacidad de estas elecciones de reflejar el caudal polít ico

de cada fuerza, el proceso sigue su curso, y sin duda el vacio será fácilmente

ocupado. Con uno jugada riesgosa, el ex-Presidente se garantiza una posición

expectante en las elecciones siguientes dadas las posibil idades de desgaste de sus

competidores.

El retiro de Acción Popular será destacado por Opinión Libre y entusiastamente

asumido por El Tiempo , órganos de prensa de la extrema derecha que sin

problemas incentivaron intentos golpistas y polít icos aún más represi vas,

321 Informativo Político No. 63 p. 9

322 En enero de 1978 el dirigente populista Javier Arias Stella escribe en La Presna sobre el Frente de partidos;

posteriormente el Secretario General, Alva Orlandini, señala que esta afirmación no responde a la posición del partido sino a la opinión personal de este dirigente. Informativo Político No. 63 p. 14

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encubiertas bajo el manto de uno elección adelantada. La revista Caretas, cambio,

reprochará duramente a Belaúnde esta decisión, entendiéndola co mo resultado del

"desconcierto ideológico" por el que navega ese partido y, coincidencia con el APRA

-partido con el cual parece propiciar un pacto belaundista, inspirado por Ulloa-,

exigirá un mayor pragmatismo que ofrezca a los militares la posibil idad de uno

salida airosa y un lugar activo en el nuevo sistema polít ico 323 .

En el nuevo espectro, el debate no se centrará fácilmente en el tema de la

convocatoria, es decir en los términos de la nueva Constitución. La preocu pación de

los partidos hace referencia primero a cómo será la composición de la asamblea y a

cuál será la amplitud del electorado permitido por ley. Las condiciones y l ibertades

mínimás para el ejercicio democrático serán tema de la demanda de los partidos y

se debatirá también, aunque en forma superficial, un tema que es parte de la

convocatoria; la institucionalización de las reformas. Ocupado en armar su aparato

partidario, en recoger no menos 40,000 firmás en 3 meses, en armar su lista de 100

candidatos y en afrontar otras dimensiones de la coyuntura -como la convocatoria a

un paro nacional su revocatoria y posterior realización, así como la atención de una

huelga de hambre de cerca de 100 despedidos, en el caso de los partidos de

izquierda los partidos entrarán en febril activismo electoral durante los primeros

meses de 1978; Sin grandes mítines, inmovilizaciones de masas, los Iíderes de la

derecha comienzan a recorrer el país expresando las mismas y genéricas

formulaciones de hace diez años, a las que agregan una sistemática cadena de

ataque a todos los intentos de reforma y a la conducción actual del gobierno.

En el debate, reclamarán el voto de todo ciudadano mayor de 18 años –incluyendo

analfabetos- la Democracia Cristiana, el Partido Socialista Revolucionario, el Partido

Comunista (U), la Confederación Nacional Agraria y otros actores de la izquierda. El

Partido Aprista -que lo propuso en Constituyente de 1933- sostendrá una posición

ambivalente, recordando necesidad de que este derecho sea incorporado a la

Constitución, a la ve que algunos líderes expresan que la ley electoral del gobierno

actual no puede otorgar ese derecho. Los demás partidos de derecha evadirán el

tema, cuidándose de explicitar una oposición frontal, pero recordando trabas legales o

Movimiento Democrático Peruano, por ejemplo- o técnicas, y recurriendo a fantasma

de la manipulación de este voto, como si en estos tiempos dependiera de la lectura y

escritura324. AI comenzar 1978, una Comisión del Episcopado emitirá un documento

de reflexión sobre el tierra, reabriendo un debate que el gobierno ya había cerrado al

323 Caretas del 21.3.1978

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marginar a los analfabetos de la ley electoral, dada en octubre 325. De este modo, dos

millones de peruanos quedan marginados de esta consulta electoral, a través de la

cual se define la composición del organismo que se supone les reconocerá o negará

este derecho fundamental.

La participación directa de las organizaciones populares en la lid electoral, en

particular de aquellas surgidas en la "Primera Fase" con apoyo del gobierno, es

objeto también de debate ante la posibilidad insinuada por el gobierno de que tengan

representación en la Asamblea. Esta participación es rechazada, tanto por los

partidos de derecha como por varios partidos de izquierda. El Partido Demócrata

Cristiano y el Partido Comunista (U), así como Confederación Nacional Agraria y la

Confederación General do Trabajados del Perú, reclaman que se haga efectivo esto

acceso. El gobierno parece indeciso al principio y el propio Jefe del SINAMOS declara

que las "organizaciones de base” participarán real y efectivamente en la

Constituyente. Posteriormente, en la Ley Electoral, el gobierno sólo les reconocerá el

derecho de participar en la misma forma y con los mismos requisitos que los partidos

último, el Jurado Nacional de Elecciones, al impedir la inscripción de la

Confederación Nacional Agraria como tal, cerrara toda posibilidad de parti ción directa

de estas organizaciones326 siendo objeto entonces del reclamo sólo de esta

organización campesina, sino de otras fuerzas políticos.

El Partido Socialista Revolucionario (PSR) y la Confederación Nacional Agraria (CNA)

demandaran desde el inicio de esta etapa -en declaraciones y comunicados- la

vigencia de las garantías recortadas para los sectores populares, estableciendo de

facto el vínculo entre la escena electoral y la política real del régimen sobre los

sectores mayoritarios. Se reclama reiteradamente el retorno de los deportados, la

liberación de los detenidos políticos, la suspensión de toda persecución. La demanda

será permanente desde agosto de 1977. Entonces, el PSR y la CNA reclaman la

vigencia de estas condiciones democráticas como condición para que tengan

324 Ver Informativo Político No 59 p. 12; No 60 pp. 13-14; No 61 pp. 10-11.

325 Se trata de un documento de la Comisión Episcopal de Acción Social dir igido a los Obispos y a las

Comunidades Crist ianas, para reflexionar sobre el problema de este amplio sector de la población. Fue uti l izado por la prensa y entendido para la Confederación Nacional Agraria como pronunciamiento de la Asamblea Episcopal, cuestión i legal aclarada, indicándose que se trataba de una Comisión de Obispos encargada de las funciones de Acción Social sin haber habido en esa ocasión una reunión de la Asamblea, que lo discutiera y lo dicta carácter resolutivo y oficial del máxima organismo de la Iglesia Peruana. La aclaración hecha se refiere a la forma en que fue interpretado –y no al documento. Pues éste precisa que es sólo un documento de reflexión; el documento y las posteriores aclaraciones formales dieron lugar –y ante cada ocasión en que la Iglesia se pronuncia o actúa en materia social del lado de las mayoría oprimidas- art icula una campaña divisionista que busca relegarla a una función atemporal y desencarnada, porque ello conviene a su part iculares intereses, olvidando el largo t iempo en que por propia iniciat iva a toda perspectiva de cambio social.

326 Informativo Político No. 59 p. 12; no. 60 p. 17; No. 61 pp. 12-13

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legitimidad las elecciones para la constituyente 327. El PSR reitera este reclamo en

setiembre, denunciando que "esta voluntad represiva intenta repetir la farsa

democrática que siempre ha vivido nuestro país" 328. En octubre, tanto estas

agrupaciones como el resto de la izquierda reiteran estas demandas reclamando la

amnistía política y laboral. En este momento se suma pedido Ismael Frías, que

intentaba formar el Movimiento Socialista Democrática. “Si se acaba de amnistiar a

quienes delinquieron contra la economía nacional sacando divisas del país, no veo

que se necesiten argumentos más convincentes para exigir tal amnistía (polít icas y

laboral)" declarará el profesor de derecho, Luis Pasara 329 . La Confederación

Nacional Agraria agregará entonces una demanda que la afecta en inmediato: que

cesen los "operativos" del gobierno destinados a descabezar desde dentro a las

organizaciones populares.

A pesar de las demandas, que fuera del marco electoral incluían además el pedido

de la Iglesia de reporte a los despedidos y el rechazo legal del Colegio de Abogados

de Lima a los Decretos que ordenaron los despidos, el gobierno mantendrá firme su

polít ica anti laboral y sólo a fines de marzo luego de una huelga de hambre de más

de 40 años- ordenará la reposición de 78 de los despedidos, sin aceptar la

reincorporación de miles de los trabajadores dejados en la calle como represalia por

el paro nacional del 19 de julio. La demanda se generalizara luego -en el caso de

los deportados- a casi todos los grupos polít icos de izquierda y derecha. Los

deportados serán amnistiados a la víspera del plazo de inscripción de candidatures

ante el jurado nacional de elecciones, cuando es obvio que el hecho de que muchos

de ellos son candidatos a la Constituyente ha de crear un problema al gobierno.

Pesa sobre la imagen de éste el mantenimiento de polít icas represivas contra los

dirigentes de organizaciones populares a pesar de que permitió la actuación de los

partidos de izquierda. Es claro también que esta polít ica del gobierno l imitó las

posibil idades de hacer campaña electoral a la izquierda.

El debate supuestamente más importante de ese momento estaba centrado en la

institucionalización de las reformas, tema que la Ley Electoral incluyó en la

convocatoria330 . La pobreza del debate, el desinterés de los partidos en el mismo,

327 Informativo Político No. 59 p. 12

328 Informativo Político No.60 p. 13

329 Informativo Polít ico No 61 pp. 10-13.

330 La Asamblea Const i tuyente tenía como exclusiva f inal idad la dación de la nueva Const i tución

Pol í t ica del Estado, la que contendrá esencialmente, entre otras las disposic iones que inst i tucional icen las t ransformaciones estructurales que viene l levando a cabo el Gobierno Revolucionar io de la Fuerza Armada" ( D.L 21949)

239

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t iene relación con dos elementos: la generalidad de esta formulación y el nivel

normativo -generalmente sólo enunciativo -que tiene el debate constitucional. En

efecto, lo primero es aún más evidente cuando el propio gobierno corrige rumbos,

modifica las reformas- como la comunidad Laboral - y por tanto nos deja claramente

establecido que es lo que la nueva Constitución ha de institucionalizar. Ello significa

que tanto la derecha como la izquierda pueden aceptar o cuestionar el enunciado

definido por la ley de convocatoria, y luego normar en la Asamblea con todo el

margen de juego que deseen. Pero lo segundo es aún más claro. El desarrollo de

las reformas, y de todos los problemas concretos que suponen, depende más del

curso polít ico global que propicie esta "apertura democrática" que de la articula ción

de normas constitucionales, por más precisas que éstas resulten. El curso de la

Reforma Agraria dependerá no tanto de una utópica norma que devuel tas tierras,

sino de la polít ica agraria que aplique el gobierno, que sin norma especial en la Ley

puede llevar a la quiebra a las empresas campesinas y forzar una natural

reorientación de la propiedad o del fruto de ésta. Si esto es válido para la más

antigua y desarrollada de las reformas, lo es más aun para el resto. Y hasta aquí el

ejemplo sólo se refiere a lo avanzado por las reformas, no a su profundización ni al

enfrentamiento del resto de problemas estructurales evadidos por cada reforma. Sin

embargo, el tema tiene importancia relativa por el indicador de la voluntad polít ica

de cada grupo, aunque en términos muy generales indica el punto de partida de los

concil iaciones que harán los partidos de derecha o de la crít ica que formularan los

de izquierda. En los meses inmediatos a la convocatoria, pocos partidos tomaran

posición clara al respecto. Lo harán Acción Popular Socialista, el Partido Comunista,

la Democracia Cristiana y el APRA, para apoyar la institucionalización, reclamando

profundización. Partido Popular Cristiano y Acción Popular se opondrán este últ imo

precisar6 más bien la necesidad de revisarlas en la Constituyente. En las

motivaciones y enunciados se aprecia la presencia de diversos matices: Partido

Comunista y Acción Popular Socialista apoyaran la institucionaliza ción reclamando

profundización. El Partido Demócrata Cristiano dejará claramente establecido que

las reformas están "a medio camino y las apoyará más en actitud defensiva frente a

una coyuntura que no concuerda con sus expectativas". El APRA, en cambio, uti l iza

el tema para vender su imagen de cuida r apoyo al gobierno -crít ico en los aspectos

propiamente democráticos- seguidor de su rumbo Polít ico. Reconoce como "un

hecho histórico el pro revolucionario" y plantea la inclusión de las reformas en la

240

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Constitución, señalando que pertenecen al conjunto de banderas que este partido

levantó desde los años 30 331 .

De esta forma, incompleta y vertiginosamente rápida, el espacio polít ico acoge

nuevamente a los partidos, sin debate de fondo ni presencia de masas aún. Al cierre

de las inscripciones, se han inscrito 13 organizaciones polít icas para participar en la

contienda electoral. A las ya mencionadas hay que agre gar dos más: el Partido

Demócrata Reformista del Perú -PDRP- que encabeza hija del ex-presidente Leguía

(1919-1930) y el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos –FNTC-,

encabezado por Roger Cáceres, ex-diputado por Puno, miembro de una importante

familia de Juliaca332 . Finalmente sólo 12 competirán por l legar a la Asamblea

Constituyente, dado el rol de Acción popular, con un sistema electoral que favorece

la dispersión de votos y votantes. En el curso del proceso seguido de agosto de

1977 a marzo 1978, el nuevo espacio ha dado lugar a que las distintas fuerzas

calienten motores, preparen las estructuras partidarias y diseñen estrategias. El

poder polít ico es aún lejano, pero, el período inmediato resulta clave para definir el

rumbo polít ico futuro.

En efecto, año sin la incorporación de la población analfabeta, el electorado ha

variado en 10 años. Hoy se estima una población electoral de 4'96 6,016 incluidos los

jóvenes que cumplieron 18 años, cifra ya distante de los 2'316,196 votantes que

participaron en las elecciones municipales de 1966 333 . Las interrogantes, sin

embargo, no provienen sólo del número de votantes. El proceso polít ico de la

década ha hecho más abierta esta sociedad. El campesinado -aunque en gran

proporción marginado- ha hecho sentir su presencia en la escena polít ica durante

los últ imos años. Los niveles de conciencia en trabajadores urbanos y rurales son

más avanzados, tornando difíci l repetir con tanto éxito el clientelismo y los

populismos del pasado. Estos elementos y el desgaste natural de los líderes de la

derecha -todos por encima de los 50 años y con más de veinte en la escena-,

331 Informativo Político No. 59 p. 12 No. 60 pp. 13-14 y 16; No. 61 pp. 11 y 15

332 A muchos sorprenderá ya entonces el número de partidos que la izquierda ha logrado inscribir, más aún si se tiene en

cuenta las agudas condiciones laborales y sociales de estos meses, que incluyeron un paro frustrado y un paro unitario cumplido en Febrero. Gruesamente, dentro de este campo el PDC se inscribió con 70,000 firmas: la UDP con 53,004; el PC (U) con 50,000; el PSR con 54,479; el FOCEP con 47,194 y APS (luego llamada ARS) con 41, 130. Suman 315,807 firmas por la izquierda que, sin ver votos, sirven de tentativa muestra. En la derecha el PPC presentó 154,850 firmas; AP 137,000; el APRA 77,777; el MDP 43,000, la UNO 68,001 y PDRP 50,879 sumando 531,507. EL FNTC presentó 86,000 firmas. Varios partidos informaron luego que se inscribieron con más firmas, entre ellos AP y MDP (los datos se toman del Resumen Semanal –Febrero- 1° semana, hecho a partir de la prensa de entonces).

333 Cifras de inscritos en el Registro Electoral proporcionada por el Jurado Nacional de Elecciones, tomadas del cuadro

comparativo de participación electoral dado en el artículo de Enrique Bernales “Análisis y proyecciones Sociales” en La Prensa 3.2.79

241

Page 242: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

podían ocasionar sorpresa quizás por ello el APRA -sin presentar prueba alguna -

comienza a hablar de voluntad de fraude y Belaunde prudentemente se automargina.

Bedoya Reyes puede lanzarse sin nada que arriesgar, contando con la coyuntura

excepcional que le brinda el retiro de Belaunde. Su mensaje reaccionario, infringido

casi exclusivamente a la burguesía más resentida, puede ampliar su efecto en una

campaña al mejor esti lo norteamericano, con millonaria inversión de dinero y vacía

de contenido programático alternativo.

Sin embargo, el cuadro polít ico no está despejado para la izquierda. Más de un

estudio demuestra que sus partidos y sus líderes son desconocidos en el país. La

capacidad de l legar a grandes masas, muy dispersas, es l imitada no sólo por las

características de la coyuntura sino por el factor t iempo. No es raro que, por

ejemplo, la opinión de muchos votantes este influida por conocer sólo la imagen

gruesa de aquellos personajes que han ejercido el gobierno posiciones de figuración

polít ica una década atrás, forjando un nombre y una imagen; cuyas antiguas

claudicaciones pueden ser tamizadas después de diez años de "primera plana"

militar. En este campo, la izquierda tiene para recorre un largo camino, en el cual

deberá imponer sus términos para no jugar constantemente en el terreno del

adversario. En los meses transcurridos hay, sin embargo, importantes indicadores

de madurez. Los esfuerzos de unidad entre partidos que sólo se diferencian

ideológicamente par matices -reunidos por ejemplo en la UDP- y el diálogo que se

ha notado entre el grueso de partidos y frentes que componen la izquierda, a pesar

de tener aún grandes límites, pueden dar lugar a un resultado significativo en las

elecciones.

En conjunto, sin embargo, el panorama no se aparta mucho del tradicional en la

democracia formal, dada en varias ocasiones de la historia peruana: Se combina la

represión al pueblo y la dureza de la explotación económica con una escena

electoral en la que participan partidos con aparente igualdad de condiciones, pero

con opciones y realidades muy diferentes. El sistema mismos, su ideología

dominante, sus recursos económicos, sus medios de comunicación, favorecen a la

derecha y atacan a la izquierda aunque eventual mente deslinden posiciones

crit icando a la extrema derecha, como respuesta a los ataques que Bedoya les

hace. El sesgo del sistema de información y comunicación no se corrige con otorgar

algunos espacios gratuitos en la prensa, o la radio y la televisión, aunque ello sea

una medida importante casi sin precedentes en América Latina. La igualdad de

oportunidades supondría cambios estructurales de verdad, no dados aún, y una

opción distinta del gobierno en la coyuntura. Este, en efecto, no sólo se entrega más

242

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y más a la derecha, sino requiere establecer un sistema de "cuotas de poder" en el

que la derecha hegemónica. Puede oponerse a tos sectores polít icos más

reaccionarios de tentar alianza con supuestos centros más concil iadores como el

APRA, no puede aceptar que la izquierda triunfe porque ello cuestionaría su curso

inmediato anterior y la decisión misma, ya tomada, de orientar las reformas hacia la

mejor consolidación del sistema capitalista, quitándoles toda, potencialidad de

cambio y anatematizando -para aislar- toda alternativa real de cambio social.

No habrá que olvidar, sin embargo, que tras la competencia es pequeño el poder

inmediato a repartir; que las alianzas polít icas más duraderas se establecerán a

partir de tos resultados electorales y que incluso el margen de la apertura polít ica

dependerá de ello. Más aún cuando entre las cartas puestas sobre la mesa hay una

que pocos jugadores han recogido: el rol polít ico de la Fuerza Armada en el futuro.

2. CAMPAÑA ELECTORAL ACCIDENTADA Y DESIGUAL

Los hechos revisados desde la convocatoria a elecciones hasta la inscripción de los

partidos se refieren principalmente a la escena electoral, que obviamente no está aislada

de todo el conjunto de hechos políticos al relacionarse con el conjunto de la política del

gobierno -que incluye la administración la crisis y el sostenido viraje con las reformas- y

con la dinámica del movimiento popular. Si bien los puntos que seguidamente serán

analizados en este capítulo constituyen ejes centrales para comprender la coyuntura global

del período y su desembocatoria en la coyuntura electoral resultante, es preciso ahora

revisar someramente la campaña electoral en sí y la acción que en relación ella desarrollan

el gobierno y las distintas fuerzas sociales.

Es claro que el gobierno militar no está ausente de la escena elector pues su política global

la condiciona decisivamente. Busca dar una imagen árbitro imparcial, pero no deja de

insinuar amenazas cuidadosas que orientan la acción de parte de las cúpulas partidarias.

Su enorme aparato publicitario -prensa diaria, radio y televisión- está actuando claramente

en favor de fuerzas de derecha, pero principalmente del APRA. Esta prensa tiene roces

ocasionales con los partidos burgueses y concede alg6n lugar, pequeño y desubicado, a

los partidos de la izquierda. Sin embargo, las medidas de política global -nuevas alzas de

precios, mantenimiento de disposiciones represivas como el D.S. 010, una nueva Ley de

Estabilidad Laboral (que bajo eso nombre consagra la inestabilidad)- así como reiterados

operativos y obstáculo a las organizaciones populares, marcan un período fuerte en

tensiones. Dentro del gobierno se desarrolla una pugna clara, que trasciende desde la

llegada General Molina al Premierato, en febrero de 1978. Se ha de desarticular

gradualmente el conjunto de elementos que dieron omnímodo poder al Ministro del

243

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Interior, comenzando por la caída del Director de La Prensa, Dr. Luis Jaime Cisneros -

hermano del Ministro- y luego del Jefe de la O.C.I., General Vinatea. La tensión estaría

latente hasta la renuncia del Ministro Cisneros -muy cerca de las elecciones - luego de

haber sido uno de los más claros ejes del poder, a la vez que simbolizaba las más duras

posiciones contra los trabajadores durante el Estado de Emergencia. La siempre

amenazante posición de este Ministro, le valdrá no sólo el rechazo de la izquierda sino

incluso de órganos de derecha, que llegan a ver en sus declaraciones un "desafío a la

civilidad". La pugna no es anecdótica, pues durante el período preelectoral de gobierno

continúa golpeando sustantivamente la economía popular, a la vez no logra expresar con

coherencia las demandas del empresariado, a pesar todo el viraje operado.

Mientras los partidos de derecha compiten a la vez por los votos del pueblo y el apoyo de

la burguesía, esta última desarrolla una ofensiva sistemática contra el movimiento popular.

Crea una nueva agrupación, la Unión Nacional de Empresarios Privados, y desde allí,

como desde los antiguos gremios, enfrenta cada intento de paralización y desarrolla una

campaña macartista que sirve de manto a la defensa de sus intereses. Combinando la

negociación y el ataque frontal, apoyándose en una bien financiada prensa semanal,

reclama nuevas medidas, defiende las exoneraciones y privilegios concedidos el CERTEX,

por ejemplo- y enfrenta decididamente al gobierno cuando éste, acosado por una larga

huelga de hambre, ordena una reposición parcial de despedidos. Reclama coherencia y

rechaza las vacilaciones, agudizando el ya dramático clima de hambre y conflicto en el que

ha desembocado la política el régimen. En marzo y abril la coyuntura muestra una

profunda crisis de gobierno. Sin embargo, más que eso, se trata de una crisis de autoridad

ante el efectivo desacato que los empresarios hacen de la orden de reposición de

despedidos. Libran una fuerte campaña por la privatización del cemento, que parece

encontrar un muro de contención en la política del Premier Molina, y muestran la imagen

de un gobierno arrinconado entre las presiones del Fondo Monetario Internacional, las

demandas del capital nativo y la protesta popular.

Este cuadro, que aquí no desarrollamos, impactos en la escena electoral que día a día se

presenta más hueca y vacía de alternativas. Se trata de 12 paros o frentes opositores,

ninguno con responsabilidad de gobierno en más de la década, que se presentan

enfrentados en diverso grado al supuesto único responsable de la crisis. De estas fuerzas,

la derecha y el empresariado más radicalizado tienen en el PPC de Bedoya Reyes su

expresión más directa. En su millonario recorrido por el país ataca frontalmente la Reforma

Agraria y expresa reiteradas veces, pero particularmente en un comunicado hecho público

en febrero, las demandas de los empresarios: reducir el Estado "sobredimencionado",

reforma la ley de industrias y las leyes que estatizan el comercio interior, entre otros

puntos. Ataca sistemáticamente al gobierno militar en dos fases, defiende en todos los

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tonos de la propiedad privada y, en el mes abril, uno de sus dirigentes declara que habría

que convertir las cooperativas azucareras en sociedades anónimas, afirmando que el PPC

también luchará contra la institucionalización de las reformas. Uno de sus dirigentes pro-

clama en mayo: "Si, somos un partido de gerentes", expresando la identidad política y

social que tiene su campaña. En este período, el PPC representa la presión más orgánica

que la burguesía nativa ha logrado en un partido político; su campaña se sincroniza con las

demandas de los gremios empresariales" localizados, no sólo en cuanto su ya larga

ofensiva por el poder del gobierno sino también por Ios efectos de una administración de la

crisis económica que afecta parcialmente, al tener que acceder más y más a las presiones

del capital financiero internacional expresados en el Fondo Monetario Internacional.

La campaña electoral del APRA responde, en cambio, a ese ejercicio de la ambigüedad

que, si bien da a veces buenos resultados en el corto plazo puede dificultarle el apoyo del

empresariado más radicalizado. Su estrategia se dirige principalmente a la Fuerza Armada

y a su gobierno, reiterando Haya de la Torre la necesidad de olvidar antiguos odios.

Reafirma que respetaría las reformas y se aleja de algunos planteamientos empresariales

al sostener, por ejemplo, que tos diarios no deben pasar a sus antiguos dueños sino a sus

trabajadores. Al mismo tiempo tiene especial cuidado en mostrar, con su ya larga

experiencia al respecto, que los empresarios y sus intereses serán ampliamente

respetados. Su ataque al gobierno es necesario, sin embargo, no sólo por la impopularidad

de este sino por la necesidad de obtener un adecuado margen negociación posterior.

Reiterando la existencia de "voluntad de fraude" uniéndose a la protesta popular contra las

medidas económicas, señalara al gobierno como causante de la crisis, pero poniendo

énfasis en la "Primera Paso De esta forma se ofrece, dentro del conjunto del espectro

político, como "leal opositor" con el cual es posible asegurar una salida "con honor".

Los partidos de la izquierda combatirán frontalmente al gobierno, poniendo el énfasis en la

política hambreadora que lo caracteriza, así como en la represión sistemática y calculada

que han soportado y soportan. La variación de grados y de énfasis, pero el enfrentamiento

con el gobierno es materia central. La ausencia de alternativas programáticas es común a

todo el espectro político, aunque en contadas exposiciones de la izquierda hay excepción

que, sin embargo, caen en el vacío. Nadie tiene su preocupación puesta en carta

Constitucional y cuando el PSR, la DC o la UDP formulan: algunas ha puestas alternativas

de política económica, no hay interlocutores para el debate en el otro polo. La cada vez

mayor cantidad de despedidos, el peso dramático del alza del costo de vida, la nueva ley

de "Inestabilidad Laboral" y las tantas otras medidas antipopulares enervan los ánimos en

esta corta campaña favorecen toda forma de protesta verbal. La campaña de la izquierda

logra provechar tos espacios gratuitos de radio y televisión, aunque prácticamente se

pierdan en medio de la gran prensa y la masiva campaña televisada y radial que puede

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Page 246: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

hacer el gobierno en beneficio propio y de la ideología dominante, común a los partidos de

derecha. A pesar de ello, el gobierno deberá recurrir al corte de programas políticos y a la

represión de mayo, no sólo para mantener "su orden" sino para impactar en los sectores

menos politizados.

La referencia global a esta campana electoral dada al trole, requiere un seguimiento

detenido de los nuevos hechos dados en la política económica y en la política dirigida a

reprimir al movimiento popular, para lograr al apreciar en conjunto la resultante de este

período, expresada en la coyuntura el total de Junio y sus resultados.

DOS NEGOCIANDO CON EL F.M. I . EN LA RUTA DE LA CONTRARREFORMA

I. EL GENERAL DE CABALLOCOCHA

Para muchos observadores políticos, la selección del general Alcibiades Saenz Barsallo

como reemplazante del fugaz Ministro Piazza, en junio de 77, sólo puede explicarse en

términos castrenses. Ante la pugna dada en la cúpula, que se resiste a una necesaria

austeridad -siempre menos dramática que la que impone al pueblo- y siendo los gastos de

defensa problema fundamental del momento, el gobierno recurre otra vez a un hombre de

sus filas, que "se cuadre" ante las directivas de los comandos. Desde el primer momen to

pero más aún al analizar su gestión, la imagen de este Ministro no puede ser más

representativa de la magnitud de la crisis. Más aún, demostrará que ya es tan sólo una

crisis económica, sino mucho más que eso. Indicará que el deterioro llega al nivel de los

cuadros del régimen. Aun suponiendo en este general las mejores cualidades castrenses,

nadie podía encontrar en él antecedentes de versación alguna en materia política o

económica. Evidentemente ello, con esa criolla ironía que a veces es el único consuelo de

quienes cacen de "estrellas" para tener algo que decir al poder, varios semanarios se

refieren al Ministro, no por su nombre sino por el de su ciudad natal: Caballococha.

En lo fundamental, la política de este ministro seguirá el curso de las políticas anteriores.

El gobierno -desde la gestión del Gral. Morales Bermúdez como Premier- no ha

encontrado otra forma de afrontar la crisis que siendo los diagnósticos y recetas del capital

internacional, aunque con altibajos grados y tiempos distintos, sobre todo en lo que al

gasto público se refiere, la carga de más y más medidas contra el pueblos tuvo también

variaciones, aunque ya en 1977 su efecto acumulativo torna la situación intolerable. De dos

modos, las variaciones sólo eran cuestión de grados: actuar de golpe o actuar poco a poco.

En este nivel, sin embargo, el efecto sucesivo de esta política es una implacable

pauperización de las clases medias y populares; se está afectando la pequeña y mediana

empresa, al favorecer las tendencias a la contratación de capital. Al mismo tiempo, en el

que al gasto público se refiere si como a aquellas medidas que directamente afecten a las

grandes empresas o sus aliados- las contramarchas hacen mayores los golpes que

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demanda del Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese nivel hay poder de prensión

sobre la cúpula y hay pugna en ella misma. Justamente la entrada de este ministro se

relaciona con la pugna intraburocrática y las presiones del empresariado.

En Agosto de 1977 "ni el Gobierno ni los bancos, parecen capaces imaginar una salida a

lo que un banquero de New York finalmente llama dilema del Perú" 334. En varios

momentos -tanto en agosto como posteriormente en 1978- la impresión es que "se está

tocando fondo", describiendo tanto la falta de divisas -frente a una mortal deuda externa

cuyo servicio (amortización más intereses) sobrepasa en exigencias el 40% de las

divisas obtenidas por todas las exportaciones en 1977- como la situación económica del

pueblo, reiteradamente sacrificada por el gobierno en aras del pago la deuda y los

incentives otorgados a las ganancias empresariales.

En agosto de 1977 varios partidos se pronuncian sobre la crisis; todos señalan su

gravedad y culpan al gobierno, aunque el énfasis de los partidos de derecha quede sólo

puesto en la "Primera False". Así lo hace el Partido Popular Cristiano al sostener que la

crisis es estructural, pero curiosamente del como estructural la falta de aliento a la

iniciativa privada en la "Primera Fase", causal central que se complementa con la

excesiva generación de medios de pago y deuda externa335.

La Unión Nacional Odriísta y el Movimiento Democrático Peruano-resucitados voceros de

la vieja oligarquía- se limitaran a reclamar atención para los sectores menos favorecidos

y moderación en los gastos del gobierno. La Democracia Cristiana considera

"insatisfactorio, por general e inconcreto” el Mensaje Presidencial del 28 de julio y

reclama una político de equidad "que distribuya el peso de la crisis entre todos, civiles y

militares, en proporción a la capacidad económica de cada cual”; demanda ampliar el

esfuerzo por reducir el precio de productos de primera necesidad 336. El Partido Socialista

334 The Andean Report Vol. III – No. 8

335 “Los crecientes déficits presupuestales, acumulados y progresivamente; los igualmente crecientes déficits de las

empresas estatales o para-estatales; la disminución de la inversión de capitales nuevos y el desaliento de la iniciativa privada sembrado principalmente en la Primera Fase del Proceso Revolucionario, ha inducido al Gobierno a generar medio de pago desproporcionados a la real riqueza nacional y a contraer una millonaria deuda externa destinada en parte a solventar sus propios déficits presupuestales y a adquirir bienes no reproductivos todo lo que pasa negativamente sobre la economía del país más que por el monto de la deuda externa acumulada por su mala estructura, pues está constituida por préstamos a corto plazo cuyos servicios de intereses y amortización representan, según información del anterior Ministerio de Economía, alrededor del 40 por ciento del valor de nuestras exportaciones, cuando no debieran ser superiores al 15 por ciento o a lo más al 20 por ciento del mismo. Con estos antecedentes es totalmente explicable que nuestra Balanza Comercial y nuestra Balanza de pagos se hayan tornado peligrosamente deficitarias y que cada vez sean mayores nuestras dificultades para obtener el proceso productivo e iniciar una etapa de recuperación, frenar progresivamente el proceso inflatorio, estimular adecuadamente la producción y la productividad y defender con proyecciones de futuro el poder de compra de la población, se impone una política de austeridad y de sacrificios y esfuerzos compartidos, que sólo puede plasmarse con amplio margen de participación popular y un abandono del triunfalismo y la demagogia”. Informativo Político No.59 p. 34

336 Informativo Político No.59 p. 30

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Revolucionario propone un programa de emergencia, afirmando que ningún nativo

aislado cambiará la situación dentro del sistema capitalista y sena do que su propuesta de

coyuntura se orienta hacia el socialismo, a pesar de ser sólo un conjunto de medidas y

no su plan de gobierno337. El Partido Comunista, comentando el mensaje del 28 de julio,

criticará que no se denuncie al FMI, aunque reconocerá que se han tomado medidas de

reducción de precios de algunos bienes e incremento de remuneraciones, que aunque

insuficientes son distintas a las del Fondo Monetario Internacional y el ex-Ministro

Piazza, a quien ubica como hombre de la Sociedad de Industrias 338.

El Ministro Saenz administra la crisis sin ofrecer una idea clara del rumbo a seguir.

Corrige algunas alzas de precios y otorga un aumento de remuneraciones, medidas que

no son capaces siquiera de aliviar la situación popular. Las negociaciones con el FMI

terminan en un acuerdo que ya al firmarse parece ser imposible de cumplir. Continúa la

político económica centrándose en medidas coyunturales para pagar la deuda,

gobernándose sin un plan económico v mayor alcance. Pero ahora, además, se ha

consagrado la indisciplina en el gasto público que antes limitó las gestiones de Barúa y

Piazza. Así, el Ministro Economía convertido en simple cajero llegara a encontrarse sin

fondos para pagar.

Es fácil comprender así que el año 1978 se inicie con un empantanamiento de las

relaciones con el FMI, luego de haber firmado un acuerdo de stand by que el gobierno no

puede cumplir339. La negativa de la Banca norteaméricana a otorgar un nuevo paquete

de préstamos por 260 millones dólares sin aval del FMI y la indignación de este

organismo ante ingenuas maniobras contables del Ministro para aparentar que cumple

los términos del acuerdo340, llevan a un callejón sin salida al equipo económico que

337 El PSR propone: “I. Aumentar el poder adquisitivo de los sectores más deprimidos de la población, a fin de ir logrando

una más adecuada distribución del ingreso y, al mismo tiempo, una incentivación del mercado interno y de la producción del ingreso bienes esenciales en el campo y la ciudad…”. “2. Estructurar una política cambiara acorde con las necesidad internas del país…” (política de cambio discriminatorio). “3. Eliminar el déficit de balanza de pagos a través de programación de importaciones selectiva y mecanismos de control…” “4. Mantenimiento del nivel de gasto público especialmente la inversión pública, para dinamizar la demanda interna, incrementando para tal efecto los ingresos tributarios directos…” “5. Disminuir los niveles actuales de desempleo…”. “6. Lograr un sistema de estabilidad en el trabajo y de respeto a los derechos inalienables de los trabajadores…”. “7. Iniciar transformaciones sustanciales dirigidas a cambiar la estructura productiva y el sistema financiero, ampliar el control y captación de excedentes del comercio exterior, controlar la producción y comercialización de bienes esenciales y ampliar la cobertura de los servicios sociales….”

Informativo Político No. 59 p. 31

338 Informativo Político No. 59 p. 38

339 Este presiona en Enero para diferir el pago de la deuda de la URSS a la vez que mantiene su presión para reducir

drásticamente el déficit fiscal, aumentar los impuestos y los intereses bancarios. Estas últimas medidas, en tanto afectan a las empresas, no son puestas en práctica por el gobierno en ese momento.

340 La revista inglesa The Economic (18.3.78) divulga la situación financiera de entonces y los “métodos contables” que

ocasionaron el disgusto de la Misión del Fondo de febrero: “las reservas internacionales habían sido elevadas en año nuevo

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encabeza Sáenz Barsallo, en momentos en que los cuadros técnicos capaces de

negociar en el exterior se habían alejado del gobierno.

El gobierno ha impuesto nuevas cargos sobre la deteriorada economía popular en

enero. Como efecto de esta política continuada que reajusta los sueldos y salarios a un

ritmo mucho menor que la inflación, es notoria disminución cuantitativa y cualitativa del

consumo de alimentos. Eso significa hambre y graves problemas de salud en el pueblo,

como puede verse en cuadro que citamos 341. Luego se dirá que es político-partidaria y

subversiva la reacción popular en los paros organizados al comenzar ese año,

olvidando que el mayor "agitador" es el propio gobierno. Y el inefable Caballococha se

dará tiempo para filosofar ante las cámaras de televisión en sus intervenciones de 1977

y 1978, con frases de antología como aquella en que reclaman optimismo a un pueblo

hambriento le recuerda que "sólo se muere una vez”. A este pueblo, desde hace ya

mucho tiempo se le está matando a pocos, sobreexplotándolo más allá de los límites de

toda experiencia anterior. Ello ocurre en medio de una crisis que obviamente no afecta

a todos pero igual; la política del gobierno permite hacer grandes ganancias a unos

pocos - agudizando proceso de concentración monopólica- a la vez que pauperiza al

pueblo. Pero ahora incluso las pequeñas y medianas empresas tendrán agudos

problemas.

La política económica del gobierno -de la cual este Ministro es ineficaz ejecutor- es

calificada muy duramente desde todas las tendencias políticas. La campaña electoral

mediante un préstamo por pocos días de US$ 40 millones, obtenido de una subsidaria del DresdnerBank” (Oiga 27.3.78).

341 La siguiente información del Ministerio de Alimentación habla por sí sola; hasta el 1er. Semestre de 1978 el consumo de

calorías y proteínas per cápita en Lima Metropolitana estaba muy por debajo de los requerimientos mínimos recomendados por la FAO, siendo esto más grave en el estrato de bajos ingresos:

CONSUMO DE CALORIAS Y PROTENIAS PER-CAPITA EN LIMA METROPOLITANA POR ESTRATOS DE INGRESO

CALORIAS(*)PROTEINAS(**)Estrato MedioEstrato BajoEstrato MedioEstrato Bajo19721976 I Semestre1977 I Semestre1978 I Semestre2,7122,4962,3522,0402,2082,0402,3521,75249.545.040.035.444.441.640.534.3Requerimientos mínimos según la F.A.O.2,4002,40056.256.2(*) Número de calorías per-cápita diario(**)Granos de proteínas per-cápita diario

FUENTE: Ministerio de Alimentación

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hace que incluso las fuerzas burguesas, que no intentan variar aspectos sustantivos del

sistema, se unan al coro de la protesta popular. En momentos, una "tendencia al

colapso" parece visualizarse342 posibilitando la actuación de tendencias más

autoritarias, opuestas a la salida política diseñada.

2. CONTINUANDO EL DESMONTAJE DE LAS REFORMAS

Esta crítica situación social y económica no atenúa la voracidad de los actores

empresariales en su embestida contra todo rezago reformista. En sus demandas de

privatización y represión de la protesta popular, se junta la obje tiva necesidad de

retomar distintos resortes políticos, la natural tendencia a ampliar sus márgenes de

ganancia a toda costo343 y la oportunidad de arrinconar más y más al gobierno. Todas

las anteriores concesiones no son suficientes; las relaciones son de colaboración y

conflicto, aún cuando cualquier balance sobre la línea general del gobierno resulte a

favor del empresariado en términos globales. La embestida contra el movimiento

popular lleva toda esa agresividad de clase, propia de aquellos que niegan la existencia

de la lucha de clases como fenómeno social y sólo pueden ver "rojos" o "antipatriotas"

y “traidores a la patria” en quienes levantan las banderas populares, defienden sus

precarias condiciones de vida y protestan –con la única arma a su alcance- ante cada

nuevo paquete que condena al pueblo a la miseria.

Las presiones por la privatización de empresas públicas cobran fuerza todos los

planes de la cúpula, destacando la demanda por la devolución de las fabricas de

cemento -que en el Semanario Oiga t iene un constante defensa y los avances

logrados en el sector pesquero donde la puesta en venta de PE-PESCA da origen a

fundadas especulaciones de esta tendencia global 344 que, sin embargo, al menos

342 Ver artículo de C.H. Cabrera en La Prensa del 27.3.78

343 Natural en el sentido propio de su carácter capitalista, guiado por el lucro como motor y por ese “sano egoísmo” del que

habla más de un empresario y que para el pueblo significa hambre. En sociedades como la nuestra –distinguiendo espejismos de países que se desarrollaron en un capitalismo de abundancia, acumulando sobre la explotación de otros continentes- no es ni natural ni ético defender este sistema. Quien lo dude mire a su alrededor… si no tiene anteojeras, ello bastará para darse cuenta de los efectos de esta forma de explotación.

344 Se puso en venta PEPESCA a los inversionistas pr ivados nacionales. Se dio plazo hasta el 6 de

abr i l para postular, con un respaldo f inanciero no menor de 2000 millones de soles (EI Comercio 12.3.) . La empresa t iene una f lota de 7 atuneros, una fábr ica de conservas, una planta de congelación, cámaras fr igorí f icas, una planta productora de hielo y una planta de har ina de pescado. Según Actual idad Económica, en 1977 casi ha t r ip l icado su producción empezando a salir de la v i r tual quiebra en que se encuentra- y sus t rabajadores quieren impedir el "saneamiento previo al t raspaso" que supondría un al to número de despidos.Según Marka también Tractores Andinos, Motores Andino s, Máquinas, Herramientas Andinas y Compresoras Andinas (empresas estatal-mixtas) serían pronto puestas a la venta. Asimismo, los empresar ios del cemento –en l i t ig io con el Minister io de Industr ias- recurr ían a la Corporación Financiera Internacional (Banco Mundial) para que se presione al gobierno para lograr repr ivat izar las

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para el caso del cemento, no tendrán éxito. Esta antigua pugna entre empresariado

liberal, tecnocracia y militares gobernantes continuara durante en largo trecho como

constante de conflicto que expresa la inconclusa recomposición del poder en esta

década, a pesar de la fuerte ofensiva del empresariado privatista y sus

representantes en el gobierno.

Si bien en el campo de la privatización, en el cual el empresario pugna con

tecnócratas y militares aun poderosos, los resultados son aún muy lentos en el

campo laboral tendrá la victoria definit iva con la práctica derogatoria de la Ley de

Estabil idad Laboral dada en el gobierno de Velasco. A pesar todos los vacíos de

esta Ley, que permitieron burlarla en la "Primera Fase” misma 345 , fue para los

empresarios un obstáculo insalvable que siempre presentaron como atentado contra

la producción. Su propaganda podría hacer pensar a algún observador externo que

los peruanos somos haraganes e indisciplinados, capaces sólo de trabajar bajo la

amenaza del despido. Esta larga batalla es también expresión de esa voluntad de

clase, negada a toda concil iación, acostumbrada a enfrentar toda acción sindical

con el amparo del Ministerio de Trabajo, tratando al trabajador como mercancía,

como simple cosa que no debe rendirle un fruto al precio más bajo posible.

Obviamente, esta bandera de la burguesía responde a sus necesidades objetivas de

acumulación privada. El manto ideológico, el macartismo antisindical e incluso el

uso generalizante de ejemplos aislados como muestra de abusos posibles -

existentes en desorden- encubrirá el carácter real de esta lucha y su vinculación a

la contradicción básica del sistema; pero su análisis, el estudio de lo que se hizo y

dijo en esta lucha, podrá mostrar a cualquier ser honesto la caducidad del

capitalismo como sistema si se mide por los valores humanistas que dice enarbo lar.

Esta lucha estaba ya ganada en marzo 78, al darse la nueva Ley de "Estabil idad

Laboral". Un alto de Estado de Emergencia y una polít ica ad hoc el Ministerio de

Trabajo lo permitían, pero la nueva Ley -que extiende el período de prueba,

inestabil idad real, de tres meses a tres años, por ejemplo para un plato fuerte que

los empresarios seguían exigiendo; más aun, cuando la legislación de Emergencia

concluía su vigencia momentáneamente. La nueva ley, sin embargo, no genera los

aplausos esperados de la derecha porque su posición coincidió con la pretendida

reposición presidencial de 78 despedidos que luego de una larga huelga de hambre

fábr icas, después de 8 demandas judic iales infructuosas. Esta vez será Luis Bedoya su asesor legal (Marzo 16 de marzo). Estas previs iones no parecen haberse cumpl ido en todos casos, pero es muy posible que exist ieran entonces las presiones. Resumen Semanal, Tercera Semana de Marzo de 1978.345 Ver al respecto: Empleo y Estabilidad Laboral. José Burneo, Adolfo Ciudad, Luis Pásara, DESCO 1976.

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colocaban al gobierno en situación difíci l. Es que el empresariado no acepta

concesiones y defiende ahora el "Principio de autoridad".

En la crít ica situación de este gobierno, empantanadas las negociacio nes con el

Fondo Monetario Internacional, su prensa mostrara como "salvador" al presidente de

la Occidental, Armand Hamer, que ofrece la inversión de 500 millones de dólares y

logra un generoso contrato que además del 50% del crudo -según el l lamado modelo

Peruano- le permite obtener un "alguito más", una retribución adicional antes

impensada. Es que en esta somera revisión del viraje del gobierno -que no intenta

ser un l istado y sólo sirve para indicar el rumbo- no podía faltar la alternativa de

"poner en subasta el país"; aunque esta polít ica, como tendencia, no haya cuajado

más, por falta de interés de tos compradores foráneos que por sólida defensa de

posiciones por parte de un gobierno arrinconado y flexible ante el poder del capital.

El ambiente generado en torno a la crisis económica y a la protesta Popular encubre

sucesivos pasos que han ido vaciando de contenido las re formas. Pero el gobierno

sigue defendiendo sus instrumentos de poder y aunque las presiones en este año

fueron grandes, no se ha logrado avanzar mucho en el desmontaje económico del

Estado. Los intentos de privatización parecen encontrar su límite en aquellos

militares y tecnócratas que saben que su base de poder objetiva esta en el Estado y

que si este es débil en la economía, su acceso al poder será a la larga no sólo

l imitada sino endeble.

3. CAMBIO DE RUMBO

Conforme avanza el período la situación del equipo económico del gobierno se hace

cada vez más precaria. Estancadas las negociaciones con FMI, recibe la crítica de

todos los sectores, mezcla de criolla tomadura de pelo y justificada indignación. Es tan

evidente la incapacidad de manejar la economía que a veces la discusión de fondo, es

decir la línea central que hace que estas políticas -la de Barúa, Piazza, así como la de

Caballococha- son iguales en cuanto a su impacto sobre la economía popular y a su

intento resolver la crisis en función de los intereses del capital transnacional, pasa

desapercibida, a segundo plano como era de esperar, de las distintas das de la

burguesía surge la demanda de un gabinete técnico, con diferencia de matices en su

composición. Es una oportunidad a la vista de participar en un gobierno, sin que los

partidos asuman la responsabilidad política de sus actos y las facturas de

impopularidad sigan siendo propiedad del gobierno militar. Ante el escepticismo

general, el ex-Ministro Manuel Ulloa -uno de los pocos políticos propiamente orgánicos

y capaces de la burguesía- reacciona explicando que los problemas tienen solución...

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pero que "a este gobierno nadie le cree". Afirmación cierta y válida no sólo para un

pueblo golpeado y un empresariado desconcertado, sino particularmente para la banca

internacional que al ver las contradicciones de este gobierno y el nivel de los

negociadores actuales, la alteración de cifras oficiales y su trayectoria, poco le falla

para comparar al Perú con esas imágenes tribales que ofrece la dictadura de Idi Amin.

En este contexto, el gobierno sabe que tiene que aceptar las condiciones del FMI y a la

vez cambiar de equipo económico. Previamente se han dado varios intentos de

"puentear al Fondo", aunque sea transitoriamente, corriendo entre otras cosas a un

crédito de la AID por 20 millones de dólares para no llegar al agotamiento de

reservas346, a la vez que el Ministro Saenz declara que “El Perú cumple con sus pagos

sin la ayuda del FMI”. En búsqueda del alivio financiero se logra en abril refinanciar la

deuda con la URSS y se gestiona iguales postergaciones con los países acreedores de

las adquisiciones navales. Se busca básicamente postergar la adopción de las medidas

que exige el FMI porque serían desestabilizadoras del proceso electoral, pero sin

embargo, a fines de abril el gobierno requiere llegar a un acuerdo con el Fondo. Las

discrepancias con éste no sólo se refieren a una cuestión de grados en el manejo de

nuevas cargos sobre la economía popular -que el gobierno busca postergar para

después de las elecciones- sino atañen a la difícil relación del gobierno con los

empresarios en la medida que el FMI plantea la supresión del CERTEX, ese regalo

tributario hecho en el supuesto de que la exportación tradicional aliviará la economía.

Las presiones de ADEX han sido fuertes en abril, en esta época en que se enarbola el

modelo Taiwan como alternativo de desarrollo con tanta insistencia, en la medida que si

responde a las necesidades particulares de acumulación de parte de la industria

privada347. En este y otros puntos las contradicciones interburguésas dificultan la

346 El hecho es que enfrentar la situación de pagos internacionales, es de urgencia inmediata. Oiga (No. 15) informa que las

reservas del Banco Central de Reserva se agotarían entre el 15 y 17 de mayo. La entrada de unas cuantas decenas de dólares que den respiro a nuestra economía mientras no se adoptan las –medidas que exige el FMI –por resultar políticamente inconvenientes- es fundamental en este momento. Este respiro podría estar dado por los 20 millones de dólares otorgados por la AID, según convenio firmado el día 26 de abril en la Cancillería y refrendado por el D.S. no. 036-78-EF que no tiene fecha pero que fue publicado en El Peruano del 28.4.78. Se trata de un crédito que se sustenta en la Ley Pública 420 de los Estados Unidos y que servirá para la adquisición de 52 mil toneladas de trigo y 24 mil de aceite vegetal. El crédito se ha otorgado con condiciones por demás ventajosas: 21 cuotas anuales, 3 años de gracias, 2% de interés durante los primeros 3 años y 3% al rebatir en los siguientes. El producto de la venta se utilizará en “proyecto y obras de desarrollo de interés público”. El Canciller peruano dijo en la ceremonia de firma del convenio que el préstamo “se aproxima a lo que los países en desarrollo necesitamos en estos momentos”.

347 En debate sobre el CERTEX publicado por La Prensa (23.4.78). César Humberto Cabrera sostiene que es inconcebible

que el capital esté siendo subsidiado en tiempo de crisis. Presentando cifras que demuestran lo afirmado, -que CERTEX- es un subsidio_, sostiene que “se debe proceder a eliminar inmediatamente el subsidio incorporado al CERTEX. En contraposición, en la misma página, el Presidente de ADEX sostiene #el CERTEX no significa un gasto fiscal sino una inversión muy lucrativa y cortísimo plazo, consiste en devolver al sistema parte de la recaudación adicional generada”. Afirma también que: “la exportación no tradicional sostenida por el CERTEX genera divisas adicionales que en forma progresiva cerrarán la brecha financiera externa y eventualmente podrán volcarse a un verdadero y autosostenido desarrollo nacional”. Resumen semana 4ª semana de abril - 1978

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acción del gobierno. Una Misión de "unidad nacional", encabezada por el Canciller e

integrada por varios empresarios y el Presidente de la Sociedad e Industrias, viajara a

Washington en busca de apoyo político norteamericano para negociar con el FMI,

cuando todo hace concluir que es imprescindible llegar a un entendimiento.

Quedan atrás incluso las referencias a una moratoria que el propio Presidente

Morales Bermúdez efectuara como forma de ponerle punto final diálogo, para

empezarlo de nuevo. La Misión económica holandesa –cuyo informe no se publicó- ha

recomendado negociar ya con el FMI y consecuentemente se acelera la dación de

medidas del paquete negociado con el Fondo Monetario Internacional, partiendo de la

base de que después de las elecciones aparecerán aquellas que obviamente causarán

una amplia reacción popular348.

El nuevo paquete de medidas económicas es un hecho público la segunda da semana

de mayo. 23 Decretos Leyes, dos Decretos Supremos y otras posiciones menores

hacen públicas las medidas menos conflictivas. Pare haberse llegado a un acuerdo

con el FMI, sin que el deteriorado Ministro de Economía llegara a viajar a Washington.

Las medidas son hasta entonces de cuatro tipos: a) destinadas a aumentar los

ingresos corrientes del Estado b) destinadas a disminuir los gastos públicos; c)

destinadas a reducir el definir de la balanza de pagos y d) un conjunto de medidas

que siguen el desmontaje de anteriores reformas 349. Al finalizar esa misma semana se

348 Mientras se producía lo anterior, la Misión Holandesa presidida por el Dr. Willem Duiserberg habría entregado sus

recomendaciones al gobierno peruano el día 13 de abril. Se trataría de un documento en el que se plantea, entre otras cosas lo siguientes: es imprescindible entenderse con el FMI; es indispensable la transferencia del poder a la civilidad como medio de recuperar la confianza: debe eliminarse los subsidios y los déficits sucesivos por PETROPERU; deben eliminarse los privilegios como los que aún subsisten en el uso de la gasolina para los militares se debe cambiar el equipo económico por otro técnicamente capaz, (Equis X 14/20.4.78): debe liquidarse el Banco de la Nación, que debería limitarse a actividades a la defensa nacional; debe revisarse los contratos petroleros firmados recientemente con la Occidental; se debe volver al sistema de las minidevaluaciones (Caretas, 20.4.78) Resumen Semanal, 3ª semana de Abril-1978.

349 Resumen de los Decretos Leyes aprobados: (1) DL 22160. Se reduce de 30% a 25% la rebaja en la materia imponible

del impuesto a la renta de los empleados de la administración pública (“) DL. 22161. Se incrementa el 1% a 2% el impuesto a las remuneraciones de empleados públicos y particulares con ingresos superiores a 20 mil soles. Junto con eso se incrementa del 2% al 4% el mismo impuesto a las personas que ejercen independientemente su profesión. (3) DL 22162,. Por el que se incrementa el impuesto al rodaje de 3,200 soles a 4,385 soles para los automóviles y camionetas de hasta 800 kilogramos y los 50 kilos adicionales se abonarán a razón de 525 soles, siendo antes de 350 soles. (4) DL. 22163 Se modifica las tasas de impuesto a los bienes y servicios (5) DL 22164 Se incrementa los impuestos por viajes al exterior. )6) DL 22165 Se incrementará las tasas de impuestos de apuestas hípicas, loterías y pronósticos. (7) DL 22166 Se eleva la tasa de impuesto de venta al exterior de productos de exportación tradicional de 15% a 17.5% (8) DL 22167 Se emiten bonos reajustables de inversión pública por 1.500 millones de soles. Su valor nominal será ajustado considerando la variación del índice de precios al consumidor para Lima Metropolitana (9) DL 221568 Se autoriza la modificación periódica de las tasas que cobran las reparticiones del Gobierno Central, los Gobiernos Locales y las instituciones públicas por los servicios que prestan. Tanto este DL como el anterior deben ser ubicados en la línea de un intento de indexación de algunas variables económicas, propuesta hecha por el FMI hace varios meses. (10) DL 22169 Se suprime el pago de horas extraordinarias en la administración pública se reduce en un 50% el gasto presupuestal en las partidas de Asesoría. Consultoría y Peritaje; se reduce en un 30% el gasto presupuestal en las partidas de publicaciones e impresiones; se racionalizan los gastos en atenciones oficiales, celebraciones, comisiones de servicio y viajes al exterior; se racionalizan los gastos en servicios telefónicos, en consumo de energía eléctrica, en útiles de escritorio y se limita el uso de los vehículos de servicios oficial (11) DL 22170 Por el que las donaciones que se efectúen a los Consejo Municipales serán deducibles para

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anuncian cambio de los Ministros de Economía y de Industria, reemplazados por

Javier Silva Ruete y Eduardo Lanatta Piaggio. El primero es un economista demócrata

cristiano, ex-Ministro de Agricultura de Belaúnde, desligado de la actividad partidaria

y reciente Secretario de la Junta del Acuerdo de Cartagena. El segundo es un

empresario muy ligado a la Sociedad de Industrias.

La designación de Silva Ruete en la cartera de Economía y Finanzas -que luego

alcanzara mayor poder al presidir el Comité Interministerial de asuntos económicos-

acoge sólo parcialmente las demandas de la burguesía nativa, porque se trata de un

tecnócrata más que de un cuadro de los gremios de la burguesía o de los partidos

que como Acción Popular o el Partido Popular Cristiano la representan más

cercanamente en la coyuntura. Silva Ruete será visto con desconfianza y criticado

desde que declara asumir "en el activo y el pasivo del proceso". Ello es sólo un

adelanto del ataque reiterado que lo propiciara In Sociedad de Industrias y de su

pugna con el Ministro Lanatta, que culminara con la renuncia de éste último mes

después. Esta pugna tendrá como trasfondo el complejo campo de la negociación en

gobierno y empresariado con la intermediación tecnoburocrática, y el cuestionado

poder económico del Estado. La presencia de Silva sin embargo, ofrece garantías a la

banca internacional y su habilidad será desplegada desde antes de jurar el cargo,

recomponiendo íntegramente el equipo económico y volviendo a colocar en cargos

claves a técnicos que habían migrado durante la gestión del ministro anterior. No

obstante haberse superado con esta gestión la calamitosa ineptitud precedente,

ningún alivio es posible para las mayorías populares y -más aún- nuevos golpes le

llegarán de inmediato. Y es que el proyecto global del gobierno, y su reducido margen

de juego, siguen la direccionalidad económica de este Estado que prioriza el capital y

la determinación de la renta neta. (12) DL 22171 Por la que se reduce las exoneraciones de derechos aduaneros a la importación de bienes de capital para los diversos sectores. (13) DL 22172 Por el que se reduce las exoneraciones de derechos aduaneros a varios sectores productivos (14) DL 22173 Por el que se crea un impuesto de 10% a la importación CIF de productos en general que se aplicará hasta el 31 de diciembre de 1978, exceptuándose las importaciones de alimentos, fertilizantes, fungicidad, herbicidas, petrle crudo, medicamentos y material quirúrquico, así como un conjunto de otros productos. Junto con este DL se promulgó el DS No. 43-78-EF con la relación de 76 productos exceptuados (15 DL 22174 Por el que las empresas vitivinícolas podrás ser propietarias de hasta 150 has de tierras de cultivo de vid. Esta es una concesión al Comité Vitivinícola de la Sociedad de Industrias que emitió un comunicado la semana anterior (ver Resumen Semanal 1º semana de Mayo) (16 DL 22175 Ley de Comunidades Nativas y de Desarrollo agrario de la Selva y ceja de selva. (17) DL 22176 Por el que se declara inafectable sin que se requiera resolución expresa, los predios rústicos cuya superficie no exceda de 15 has en la costa y 5 en la sierra, siempre y cuando dichos predios no se encuentren arrendados, enfeudados o explotados bajo otras formas de conducción indirecta. (18) DL 22177 Por el que se norma la participación del sector privado y se reajustan los precios de venta de las viviendas económicas (19) DL 22178 Por el que se declara de interés nacional la minera metálica aurífera (20) DL 22179 Por el que se amplía por 12 años más los beneficios tributarios para la zona de la selva (21) DL 22189 Por el que se declaran como zona de reserva las áreas de los terrenos adyacentes a la tubería del oleoducto nor-peruano (22) DL 22181 Por el que se aumentan 1000 soles mensuales a los plebicitarios de Tacna y Arica (23) DL 22182 Por el que se fija la sede de la secretaría del convenio Hipólito Unanue en Lima (24) DL 22183 Por le que se otorga subsidio a empleadas u obreras, 42 días antes y después del parto.

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ni siquiera puede aspirar a reformar sus estructuras fundamentales. Una menor

administración podía llevar a alivios en las cifras de mediano plazo, pero de ninguna

manera mitigar los efectos del curso de la político seguida para el pueblo: éste tiene

un ingreso real menor que en 1973 -su máximo ascenso- y aún en 1968. La población

ocupada en t6rniinos reales ha disminuido a menos del 50 % do la P.E.A. y ello -que

se mide vidas, enfermedades y padecimientos del pueblo- significa para el sistema

capitalista.

Junto con este cambio de Ministros, parece haber una concesión al pueblo: la caída

del Ministro del Interior, General Cisneros; hombre que simboliza los 14 meses de

Estado de Emergencia para el pueblos y que con la política represiva impuesta -que

no es sólo su responsabilidad- y sus agresivas declaraciones, simbolizaba en la

coyuntura el verdadero carácter del régimen. Aunque varios voceros de la izquierda

pedían su renuncia, parecen haber sido otros los móviles reales de su caída. Desde el

ascenso del Premier Molina, sectores moderados de la cúpula habían ido

desmontando poco a poco el andamiaje de poder de este Ministro, temiendo fuera a la

larga una carta alternativa al propio Presidente. La caída de este ministro puedo tener

significado en la cúpula, para la seguridad y el margen de juego de sus actores por no

garantiza para el pueblos menos represión.

Esto quedara muy claro al producirse la reacción popular unánime contra el nuevo

paquete económico. Este fue adelantado en forma inesperada, un día antes de la

juramentación de los nuevos Ministros. Con acuerdos de gabinete tornados en una

inusual reunión de fin de semana, aparecieron medidas que faltaban, el domingo 14

de mayo. Se incrementa los precios de la gasolina, el kerosene, los pasajes, el pan,

los fideos, el aceite, el gas y of productos de consumo popular. Con este

cargamontón se otorgará un pequeño aumento -de billetes, que cada día valdrán

menos- a los trabajadores. Pocos días después el repudio popular será expresado en

todo el país.

Se ha especulado mucho sobre el motivo que llegó a adelantar las medidas que con

tanto cuidado el gobierno procuró aguantar hasta pasadas las importaciones de las

elecciones del 4 de junio, que justamente por esos días se postergaban para el 18 del

mismo mes a pedido del Jurado Nacional de Elecciones. Las medidas producían en un

18 %adicional Ios sueldos reales y un 14.8 % Ios salarios reales respecto a Enero de

1978. Se interpreto como una presión del Dr. Silva Ruete para que su antecesor

firmara of impopular paquete, lo que obligaba a publicarlo antes de su juramentación,

anunciada para el lunes 15; se afirmó también que el FMI, luego de aceptar la

postergación de las medidas más allá del 4 de junio, cambio de criterio. En todo caso

se hace patente en esta coyuntura el escaso margen de juego de un régimen como

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este, encerrado en los parámetros de una política económica que lo fuerza a negociar

con el capital internacional hasta las mínimas decisiones gubernamentales. La

tormenta política inmediatamente posterior, que puso en oposición al gobierno a todos

los partidos que disputaban el voto popular, y la masiva, heterogénea y en parte

espontánea reacción del pueblo en todos Ios rincones del país, ilustran el significado

real de estas decisiones. Al finalizar este período, casi en las puertas de las

elecciones para la Asamblea Constituyente, este paquete de medidas vuelve a

recordar los límites de la gestión del nuevo equipo económico. Es indudable la

diferencia con ineptitud anterior; la capacidad del Ministro Silva Ruete será

reconocida en todos los sectores, pero ello no es suficiente. La derecha clamará por

un equipo que la represente más orgánicamente y la izquierda reafirmara que no es el

problema de personas, que por este camino no se va a alterar nada sustan cial de un

rumbo político que agudiza la explotación del trabajador. Dos declaraciones hechas

en Junio expresan con lucidez estas perspectivas. La primera de un industrial Samuel

Drassinower, representante de las fracciones menos cavernarias de la burguesía, y

empresario que destacó por su lucidez política en más de una ocasión pasada,

logrando aprovechar bien su posición la dialogante y aperturista con el gobierno. Sus

declaraciones en Caretas expresan que "ha llegado el momento en que el pago de la

deuda pública ya no es prioridad principal. Debemos emplear todas las reservas para

mantener al país en situación productiva. Si no se cuida primero a la propia familia,

nada da". Con claridad, Drassinower afirmará más adelante:

“a menos que se encuentre de inmediato una vía para mantener el flujo de

Ios insumos y la producción, aún más en las condiciones absurdas de

forzarla liquidez privada que rige el país, la industria colapsara. Gran parte

de la que conocemos no podrá mantener el nivel de hibernación al que se le

ha llegado bruscamente. Ninguna empresa puede pasar en un ins tante de la

producción a la no producción como sistema. Y agregara que si nuestro

aparato producción peruano llega a de.splumar.se, la capacidad instalada r

el mercado se regirán al mejor postor, entre las inversionistas extranjeros.

A precios de quema, naturalmente. Así está ocurriendo en Chile. Hace muy

pocos días, en los diarios de Lima se ofertó una fábrica chilena -sin

trabajadores decía el aviso- en licitación internacional. Yo que la conozco le

diré que la base de este remate esta a precio de huevo para las

multinacionales. Lo que dije hace poco en CLADE y el Ministerio de Guerra:

se valora ahora al capital de trabajo por encima del propio trabajo nacional"350

350 Caretas No. 451 – p 26

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Que para los industriales que dependen del mercado interne la carga es insoportable, es

un hecho ya evidente pues sucesivas devaluaciones encarecen y lo harán más aún- sus

insumos al mismo tiempo que la pauperización amplios sectores médicos y la mínima

demanda de los sectores populares que acceden a sus productos los llevan a una recesión

mayor. Otros empresarios de los sectores exportadores, aprovecharán en cambio las

condiciones de entonces. Por ello han pugnado desde hace meses, poniendo al gobierno

entre varios fuegos. El dirigente de Moraveco debe estar expresando a aquella industria

con menor capacidad de exportación, pero no sólo ellos se quejan del trato privilegiado que

en la política de este gobierno tiene el capital internacional. En la misma perspectiva,

Manuel Ulloa ha reclamado ya correctivo, hablando incluso de Moratoria; esa palabra

anatematizada por el gobierno cuando fue planteada por la izquierda en 1975 y que luego

hasta el propio Presidente utilizó en 1978, aunque en forma más sobria. Meses después,

el Ministro Silva criticará la formula con una hábil caricaturización que la presenta como

similar al desconocimiento definitivo de la deuda externa, que llevará a la ruptura a largo

plazo de toda negociación. Obviamente, ni los planteamientos de esta burguesía, ni los

anteriores de la izquierda eran simplistas. Hay algo, sin embargo, que cabe destacar: los

empresarios anhelamos ahora esa solución y presionan sólo ahora en esta dirección

porque lo que defienden en último término son sus utilidades. En 1975, y antes aun, lo que

se hacía ver primero era la carga de todos los costos al pueblos, su pau perización; y la

izquierda, aun incipiente, débil y dividida, reclamaba alternativas que pusieran eso per

delante. Ello no es viable en ninguna alternativa burguesa; en todas estas están primero

los intereses del capital y el ingreso del trabajador sólo es considerado importante en tanto

consumidor.

En esta misma coyuntura la revista Marka sostendrá, representando gruesamente las

posiciones populares, a través de un artículo de Felipe Portocarrero: la moratoria como

posibilidad de instrumento de presión, no cabe sino inclinarse, con mayor o menor

elegancia, ante la banca imperialista v el FMI ".

Portocarrero anade:

“…aún dentro de sus propios parámetros, el Plan de Silva Ruete se reduce a

una combinación de medidas de corto plazo, destinadas a manejar más

tecnicamente la actual recesión, a un vago y heterogéneo conjunto de

orientaciones de mediano y largo plazo que no llegan a conformar sus carga y

realista estrategia. Esta falta de perspectiva se recubre con una renovada

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confianza en las virtudes del mercado y en el carácter nocivo de la

intervención estatal de carga raigambre neoliberal"351.

Nuevamente, como a lo largo de todo el trienio, el tema de la morato ria destaca en la

discusión de alternativas de política económicas, a pesar de ser sólo un elemento de ella y

de requerir no sólo de precisiones sino del diseño de políticas más amplias. Todo ello

supone opciones que el gobierno no puede tomar porque su composición, compromisos y

carácter lo impiden. Es que esta política económica no pone -no puede poner- las

necesidades básicas de la población como primera prioridad. No se acepta la urgente

necesidad de trastocar la actual estructura productiva porque hacerlo afecta las ganancias

de la burguesía, con todo el poder de presión que tienen sus sectores más

transnacionalizados. En la coyuntura final de este período se podrá apreciar, además,

como el gobierno tiene serias dificultades para satisfacer a la burguesía nativa y a la vez

atender a las presionas del capital transnacional. La burguesía nativa, marcada por la

penetración imperialista, fraccionada y sin un proyecto orgánico, muestra su debilidad y la

necesidad de continuar penosas negociaciones. Unitaria en el enfrentamiento de toda

alternativa popular, se desenvuelve en un complejo reacomodo propio del capitalismo

dependiente y de los rasgos particulares de esta sociedad y esta historia reciente.

TRES MANOS DURA CON EL PUEBLO

El recorrido global de la escena política en este período, sería ininteligible sin un análisis de la

presencia del movimiento popular y de la política con la que el gobierno le hace frente. La

dinamización del movimiento popular en la década hace que la escena oficial, ya en 1973 y 1974,

resulte ininteligible si se la isla. Aunque los mecanismos de dominación política retengan

instrumentos y herencias del pasado, se ha ampliado el espectro político y el aparatoso montaje de

un año de Emergencia no ha podido impedir la iniciativa popular en defensa de sus intereses. Este

período se inicia marcado por el Paro Nacional unitario del 19 de julio de 1977. Los márgenes de la

convocatoria y particularmente el levantamiento del Estado de Emergencia y de la suspensión de

garantías, no se explican sin la presencia masiva de un pueblo que se pone de pie frente a sus

poderosos opresores. Sin triunfalismos de ninguna especie, sin olvidar los límites de su dirección

política, las dificultades de centralización y la inorganicidad aún presente en el movimiento popular,

sólo anteojeras ideológicas pueden llevar a desconocer su impacto en la escena política.

El gobierno reconoce el golpe recibido el 19 de julio de 1977, pero reaccionan con el más puro

estilo castrense: entienden que debe castigar a los organizadores del Paro. No lo reconoce como

un derecho del pueblo –nisiquiera en estas circunstancias – y aunque siente su impacto y el

351 Marka del 22.6.78

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aislamiento en que ha quedado, diseña una política que castiga con el despido a miles de

trabajadores, a la vez que toma medidas para romper su aislamiento: el cronograma y la

convocatoria electoral demandada por la burguesía, y el levantamiento del Estado de Emergencia,

demandado por el pueblo y convertido en una de las banderas del Paro del 19 de julio.

El Decreto Supremo 010-TR autoriza durante 15 días a las empresas a despedir a todo aquél que

a su criterio haya instigado al Paro. El dispositivo parte de la legislación de Emergencia que hace

del derecho de huelga un delito y como tal le fija pena, aunque a posteriori, es decir con una norma

de efecto retroactivo. Ser dirigente y estar de acuerdo con el Paro es razón suficiente para merecer

el despido. Pero, además, el empresario ha de definir quién instigó… cosa harto ambigua. Es que

esta norma – en esencia injusta se dicta como represalia al Paro con una intencionalidad política…

el gobierno respondió también con una actitud política…”352

El Decreto no sólo concita el repudio de los trabajadores y los partidos progresistas. El Colegio de

Abogados solicita su anulación porque vulnera el principio constitucional de irretroactividad de la

ley 353. La iglesia Católica expresa su preocupación a través de su máximo prelado el Cardenal

Landázuri, y por hacerlo su voz será silenciada por los diarios en el mes de agosto, generándose

un distanciamiento que el gobierno procurará corregir luego, en torno a las celebraciones

realizadas ese mes al cumplir Monseñor Landázuri 25 años como Arzobispo354. En La Prensa se

publicará – recién el 31de agosto, pues no aceptó el aviso pagado cuando se solicitó en julio – una

declaración firmada por 21 organizaciones y más de 400 personas, entre las cuales están

presentes intelectuales, religiosos, profesionales y artistas. Se titula “Derechos Humanos:

exigencias inmediatas” y, además de reclamar la derogatoria del Decreto y la reposición de

despedidos, incluye la demanda de otras libertades básicas355

352 Marka del 22.6.78

353 Informativo Político Nº 59 p. 16

354 Informativo Político Nº 59 p. 16

355 “El día 27, en la Catedral de Lima, se celebra un acto religioso con motivo de las Bodas de Plata Episcopales del

Cardenal Juan Landázuri Ricketts, al que asisten numerosas delegaciones laborales y de pueblos jóvenes portando cartelones alusivos a la difícil situación por la atraviesan los sectores populares. Pocos días antes, la Confederación General de Trabajadores del Perú, CGTP, había manifestado que para lograr la libertad de los Secretarios Generales, de la CNT, CTRP y la propia CGTP había sido muy importante una carta y las gestiones personales del Cardenal. Posteriormente, el 29, se conoce el texto de una carta de la Confederación Nacional Agraria, en que luego de felicitarlo, dice que la CNA le expresa “…su plena solidaridad con la posición que Ud. Y la Iglesia han asumido en defensa de los derechos del pueblo, en momentos en que las libertades democráticas y los derechos humanos son pisoteados”. Además la CNA manifiesta que valora “…los pronunciamientos de la Iglesia en defensa de los intereses de los trabajadores de la ciudad frente a disposiciones recientes de despidos masivos y otras medidas represivas y antisindicales”.

Informativo Político Nº 59 – Agosto 1977 p. 17

260

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Es difícil precisar el número de personas afectadas por esta arbitraria medida de despido, que se

suma a aquellas que con menos publicidad han ido dejando sin trabajo a un creciente número de

trabajadores durante el año de Emergencia y aún antes. Cifras conservadoras, elaboradas en

función de las demandas de asistencia presentadas, llevarán a estimar en 3,500 el número de

despedidos. El gobierno sólo reconocerá una cifra menor: 1,800, dirá el Ministro del Interior356. En

este manejo de cifras será difícil contar con la información exacta. Los diarios no darán cifras

globales y sólo resaltarán el número de reposiciones. En efecto, ante las críticas, el gobierno

declara en agosto que investigará los despidos porque “ha habido abusos”, pero acto seguido –

como para cerrar la puerta a toda reposición real – ordena a las empresas, públicas y privadas,

reemplazar perentoriamente a los despedidos con nuevas contrataciones357. Podrá luego decir que

las empresas – ahora sí, con razón – se niegan a reponer incluso a los que tienen orden de

reposición. En setiembre se informará que el Ministerio de Trabajo ordenó reponer a 484

trabajadores y multó a 152 empresas 358. Cifra demasiado alta si se compara con los únicos 1,800

casos que reconoce el Ministro del Interior.

Siendo parte de un conjunto de políticas amedrentadoras, ninguna presión hará variar esta política

del gobierno. Se trata de un castigo “ejemplarizador”, destinado a infundir miedo en los

trabajadores y quitar base de apoyo a las dirigencias sindicales. Se complementará ello en julio,

agosto y setiembre con numerosas detenciones que irán disminuyendo paulatinamente, mientras

se libera lentamente a los afectados359. Se complementa también con la prisión de los Secretarios

Generales de las Centrales que pararon, posteriormente liberados “a pedido” de la CTP, la central

aprista que ordenó no parar sin que el pueblo le hiciera caso. Como máxima expresión “legal” del

andamiaje represivo, se abrirá en noviembre juicio militar a los dirigentes nacionales del Paro por

“sabotaje y ultraje a los Institutos Armados”. Esta arbitra legislación convierte los tribunales

356 “En tal sentido, exigimos públicamente:

1. El levantamiento del Estado de Emergencia y el restablecimiento de las garantías constitucionales;2. La inmediata derogatoria de los DD.SS. 011-76-TR y 010 – 77 –TR, así como la reposición de los despedidos;3. La libertad de los dirigentes sindicales y trabajadores detenidos, así como el no ocultamiento de los resultados de

la violencia represiva en diversos puntos del país y por tanto la sanción a sus responsables;4. la eliminación de toda forma de maltrato a los presos;5. el respeto de hecho a las organizaciones autónomas de los sectores populares;6. la supresión de la legislación que somete al Fuero Privativo Militar la mayor parte de los llamados delitos político-

sindicales;7. el regreso de los deportados por razones políticos-sociales;8. el cese de alza de los precios de los productos de consumo popular;9. el establecimiento de una escala de sueldos y salarios que permita mejorar efectivamente la condición de los

trabajadores de más bajos ingresos;la libertad de expresión, sin recortes ni excepciones”. Informativo Político Nº 59p 45.

357 A la vez que declara que los dirigentes sindicales son 35,000, com lo cual debe considerar como tales hasta a los que

cubren los cargos asistenciales (Ver Informativo Político Nº 59 – agosto p. 14)

358 Informativo Político Nº 59 – Agosto pp. 14 y 15

359 Informativo Político Nº 60 - Setiembre p. 25

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militares – un fuero privativo para sus Institutos – en el lugar donde concluye todo enfrentamiento

político sindical con el Estado, en abierta contradicción con todo criterio jurídico democrático.

Este proceder, que es simple continuación de la política del periodo anterior, no impide al gobierno

suscribir los pactos de Derechos Humanos de la ONU, dando ocasión para que la prensa oficial

alabe su posición de “país pionero y lider de la promoción de los Derechos Humanos”.360.

Una hábil combinación – con el nuevo espacio político que va abriendo prioritariamente hacia la

derecha – permitirá al régimen presentar al exterior una imagen de su propia conducta política, que

en comparación con la dramática situación de guerra interna – ocupados por sus propios Ejército –

que exhiben otros países del Área, le permite aún amplios márgenes de acción.

Al principio de este período, la prensa será puesta en alerta con la implantación de la censura

previa, bajo una curiosa figura llamada evaluación, que tanto el Presidente como el Ministro del

Interior se niegan a reconocer como censura. Esta medida está dirigida a impedir, según propias

declaraciones, que se haga “subversión”. Lo considerado subversivo es, obviamente, todo lo que

transmite la demanda popular ante la reiterada violación de sus derechos fundamentales.

Esta política dura con el pueblo entrará necesariamente en contradicción con la apertura electoral.

En agosto de 1977 entran en huelga los médicos y personal para – médico del Seguro Social.

También lo hacen los trabajadores de Toquepala, en huelga que genera inmediatas amenazas y

obviamente la declaración de ilegalidad. Luego se conocerán entre otras, la huelga de petroleros –

declaración de ilegalidad. Luego se conocerán, entre otras, la huelga de petroleros – declarada

ilegal, como siempre – y un Paro de 3 horas diarias decretado por la Federación de Empleados

Bancarios, reclamando, en octubre la reposición de despedidos y el corte de juicios. Un paro de

amplia base en el Cuzco, en noviembre de 1977, articulará múltiples demandas sindicales y

ciudadanas. El 6 de ese mes los trabajadores de SIDERPERU inician una prolongada huelga que

despierta la más amplia solidaridad en el pueblo de Chimbote paraliza la provincia en apoyo de

estos trabajadores, generando masivas asambleas populares, enfrentamientos en las calles y las

posibilidad de una huelga general indefinida en esta región. El gobierno negoció tarde y concedió,

a la vez que procuraba separar las demandas sindicales de las de la ciudad. La suspensión

garantías y la represión selectiva acompaño como siempre esta política. En diciembre se producirá

una huelga de los trabajadores de Salud de 25 días de duración; una huelga de los trabajadores de

la Southern en eIlo, así como huelgas de los trabajadores de cuero y calzado, y de los trabajadores

360 En setiembre se demanda la liberación de detenidos en Huancayo; en ese mismo mes un Cabildo Abierto en Cuzco

reclama amnistia total y el Ministro Cisneros declara que sólo quedan 20 detenidos de los 700 que se detuvo a raíz del Paro en Julio, Informativo Político Nº 60, setiembre p.24.

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municipales361. Un concurrid mitin obrero de la CGTP, en noviembre, demandará la reposición de

los despedidos.

La situación de pauperización de sus bases y la cada vez más crítica situación de los despedidos

llevará a muchos sindicatos a presionar a la dirigencia de la CGTP para decretar un nuevo Paro

desde fines de diciembre. Su propia dirigencia dará marcha atrás ante las presiones del gobierno,

suspendiendo al Paro el 19 de enero, luego de recibir una nota de puño y letra del Presidente

Morales Bermúdez, que no ofrecía mayor cosa. En un cuadro en el que la dirección de la CGTP es

para significativa, pero no única, de la conducción de su propia Central y con el antecedente de la

lenta concertación de la unidad con las otras centrales y Federaciones no controladas por el

Partido Comunista (Unidad), esta decisión tendrá efectote estallido. La división del mismo PC (U) –

que hace crisis generando luego el PC – Mayoría – y el abierto duelo verbal recriminatorio entre

ambas tendencia, ofrecerán en enero y febrero de 1978 una nueva imagen dividida y crítica del

movimiento popular, atravesado por distintas direcciones partidarias. En esta dinámica se

rearmará la conducción unitaria, bastante dañada, para expresarse en el Paro decretado para

finales de febrero. Sin las condiciones del Paro del 19 de julio de 1977 362 y con el precedente de

un desastroso enfrentamiento en las dirigencias nacionales, esta nueva jornada, si bien paralizará

la gran mayoría de las fábricas, no tendrá el efecto de la anterior ni su repercusión. La circulación

de buena proporción de transportes públicos, articulada por el gobierno con nuevas ofertas a los

gremios de choferes, permitirá a la propaganda oficial presentar al Paro como un rotundo fracaso -

¡cómo no, si lo mismo hizo el 19 de julio cuando Lima era ciudad desierta! – y en base a ello

actuarán enérgicamente las corporaciones empresariales. Cabe destacar por ello la información de

un semanario que poco tiempo antes levantaba la bandera de la disciplina laboral y señalaba a las

huelgas como causantes de la crisis, es decir un órgano desligado de las fuerzas políticas que

propiciaron el Paro:

“El paro fue efectivo.

Los Bancos, no abrieron sus puertas en todo el país. Las dos terceras partes de la flota

metropolitana de microbuses no circuló. Las fábricas donde existen sindicatos (medianas y

grandes) pararon en un ochenta por ciento. La mayoría de las tiendas comerciales del centro de

Lima no funcionaron. Las imprentas tampoco trabajaron.

361 Informativo Político Nº 59 pp. 19, 22 y 25; Nº 61 pp. 16, 17 y 18; Nº 62p. 12 y Nº 63 pp. 21, 22, 23, 24 y 25.

362 Em el cual hubo pasividad de los empresários enfrentados al gobierno por la caída del Ministro Piazza, además del

impacto inmediato en todos los sectores de un duro paquete económico. En el paro de febrero no cerró sus puertas el pequeño y mediano comercio, pero este sector tiene un mínimo porcentaje de sindicalización. A su vez el gobierno había negociado con los microbuseros, que paralizaron el servicio el viernes 24 – antes del paro – haciendo una concentración en la plaza Manco Capac que sirvió para negociar y dividir…pero que les dejo nuevas frustraciones ante el posterior incumplimiento de lo ofrecido por el gobierno. El paro se enfrentó, además, a una acción policial, más entrenada en remover obstáculos, a partir de la experiencia de 1977.

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En Provincias el paro fue acatado también en la mayor parte del territorio. En chimbote la

paralización fue total. La región minera del centro hizo huelga durante las 48 horas. Lo mismo

sucedió en el sur.

Sólo los sindicatos y federaciones, controlados por la CTP aprista, especialmente en el norte del

país, rompieron el paro y trabajaron normalmente. La federación Textil que los apristas dirigen

paró, sin embargo, pero fue por un conflicto propio, al margen de la huelga general decretada por

la CGTP y el CUL.

A diferencia del anterior paro del 19 de julio, el del lunes y martes último no adquirió caracteres de

violencias y de enfrentamiento físico con las fuerzas del orden. Al menos en su primer día.

Hubo algunas excepciones a esta clima de tranquilidad. Pero fueron aisladas. Una de las zonas

más agitadas de la Gran Lima fue San Juan de Miraflores. Allí hubo mítines y disturbios, a la altura

del cine “Sussy”, a las 11 a.m del lunes 27. Las manifestantes rompieron las lunas de algunos

micros e incendiaron un microbús. La policía disparó al aire para dispersarlos. Una turba saqueó el

restaurante “El Rancho”

Pero la calma prevaleció en la mayor parte de la capital, hay que reconocer que ello se debió a la

cordura demostrada, a la vez, por el Gobierno y por la dirigencia sindical. No hubo, en esta

oportunidad represión indiscriminada. Y tampoco hubo, felizmente, “guerrilla urbana” contra la

policía”363

Esta nueva movilización no tuvo su origen en la discrepancia de dirigencias, como sostuvo el

gobierno, sino en los mismos problemas que éste crea y no resuelve. Hay hambre en el pueblo,

inseguridad en los trabajadores y abusos en las empresas. Hay despedidos en masas que no

pueden esperar más tiempo para alimentar a sus familias.

La actitud del gobierno ante el Paro muestra signos que corrigen su política anterior en sus

aspectos represivos, más no en su direccionalidad. Tendrá relación con la pérdida progresiva de

posiciones del Ministro del Interior, General Cisneros, que simbolizó la línea dura y la represión de

los 14 meses de Emergencia. El gobierno, en este caso, no amenaza a los trabajadores antes del

Paro y se muestra incluso conciliador. Cuida de no forzar las detenciones ni la represión callejera.

Deja a los diarios y a la flamante “ Unión de Empresarios Privados” el ataque más certero. Este es

un hecho nuevo, esencialmente distinto a la coyuntura de julio de 1977. Entonces el gobierno y se

363 Equis X. Número 102

264

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convierten en adalides del más cavernario ataque a los trabajadores. Los segundos, ocupados de

sus inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones, ayudan a dispersar el ambiente364

La Unión de Empresarios Privados del Perú es una entidad recién formada en diciembre de 1977.

La integran la Sociedad de Industrias, la Asociación Automotriz, la Asociación de Exportadores, la

Asociación de Laboratorios Farmacéuticos, la Camara de Comercio de Lima, la Cámara de

Comercio e Industrias de Arequipa, el Comité de Defensa del Agro y la Ganadería y la Federación

de Cámaras de Comercio del Perú. Al constituirse como entidad representativa de todo este

conjunto, declara su “fe” en un sistema que se base en la libertad personal, la iniciativa particular,

la retribución del esfuerzo y la rentabilidad; componentes todos ellos de la empresa privada y

enmarcadas dentro del sistema liberal de la economía de mercado y el libre juego de la oferta y la

demanda”. Las entidades mencionadas se reúnen porque consideraran necesario promover

internamente una cabal idea de la bondad del sistema y externamente una imagen de la empresa

privada que descarte las distorsiones ideológicas políticas “que han oscurecido en estos años la

posibilidad, el vigor y el rendimiento social de que es capaz la empresa privada en el Perú”365

En esta entidad parece expresarse la unificación del empresariado privado en un ente con clara

capacidad de articulación política y gremial. Sus fines así lo expresan y su ideología recoge los

elementos característicos de la “burguesía liberal” que actuará predominantemente entre 1970 y

1974 con tan escasa visión política. Los cambios en el régimen y los reacomodos del propio lado

empresarial podrán, sin embargo, dar a esta unión un rol político decisivo; si no se dividen luego.

Su visión ideológica, estrechada a la medida del pequeño interés, se expresa en los comunicados

que emite ante el Paro, acusando a los dirigentes sindicales de ser “traidores a la patria”.”No al

paro: el Perú ante todo” dirán en su primer comunicado los mismos que no conceden ni un

milimetro a la hora de despedir trabajadores, de no aceptar conciliación ni tolerancia en un

momento de crisis que no los deja a ellos en situación de hambre ni de desempleo. “Traición

comunista a la Patria” afirmará el segundo comunicado, recordando que el Paro se realiza a pesar

de que sus dirigentes habían suspendido el paro anteriormente convocado por la aparición de

conflictos internacionales366 . Su verdadera visión de la realidad está en el texto: la reposición de

364 La acción del gobierno incluyó una coloquial aparición en TV, del Presidente Morales Bermúdez para monologar con el

país la víspera del Paro – en vez de la amenazante intervención del Ministro Cisneros anterior al paro de 1977-. Pero había ya indicios de que en el Gabinete pugnaba posiciones moderadas y duras, primando las primeras con el Presidente y el Premier Molina a la cabeza. Cuando días después el Presidente concede ante la huelga de hambre y ordena la reposición, los duros Ministros del Interior y de Trabajo, apoyados por los gremios de la burguesía sabotearán la orden presidencial y la harán inaplicable dando la imagen de un país en real desgobierno.

365 Aviso pagado, La Prensa 15.7.78

366 Tengase em cuenta que todo este período, más aún toda la “Segunda Fase” y aún los dos últimos años de la Primera,

están marcados por un alto nivel de tensión geopolítica cuya información el gobierno administra no sólo en función de los objetivos nacionales sino de sus propios objetivos políticos. Obviamente esta tensión ha influido gravemente en el manejo de la crisis económica, pues es muy difícil reclamar de un país que ha perdido territorios varias veces en su historia y más

265

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despedidos es la reposición del sabotaje, dirán refiriéndose a los trabajadores despedidos al

amparo del Decreto 010.

Los gremios empresariales – UEP, Sociedad de Industrias, Asociación de Bancos – continuarán su

campaña de comunicados, aunándose a la prensa oficial y derechista, calificando al Paro como

“Fracaso del intento rojo de chantajear al gobierno”. En marzo, toda una cadena de editoriales y

noticias pretende dar su deseada imagen de la realidad, a la vez que permite a los empresarios

presionar al gobierno para que endurezca su política laboral; apoyan a las fuerzas políticas que se

opusieron al Paro (APRA, Acción Popular, Partido Popular Cristiano) por sus posiciones realistas y

responsables, encendiendo con ello aún más el macartismo desarrollado en este período.

El gobierno quiere aparecer “arbitro”, pero su prensa hará campaña en función de la presión de los

empresarios. Pocas veces la ideologización de la lucha política ha mostrado tan palmariamente la

existencia de la lucha de clases en el Perú. Estos conspicuos empresarios son sus principales

“agitadores”, aunque ideologicen responsabilizando a los comunistas de todos los males y los

encuentren por todas partes. La intrasigente posición empresarial podrá apreciarse aún en

situaciones más dramáticas pues a la par que el gobierno enfrenta el Paro con esta nueva

estrategia, debe tomar en cuenta una huelga de hambre que casi cien despedidos realizan por más

de 40 días a partir de la primera semana de Febrero. Los diarios ocultan y luego distorsionan el

hecho, dando la impresión – para quien sepa de la existencia de la huelga – de que este es un

país de indiferentes e inhumanos habitantes. A pesar de ello, este hecho – recurso desesperado y

no muy articulado inicialmente con las dirigencias obreras – se mantienen por la voluntad de

quienes ya nada tienen que perder. Cuando el Presidente Morales Bermúdez ordena la reposición

de estos despedidos a fin de que depongan la huelga de hambre – recién en la Semana Santa, a

fin de marzo -, la Sociedad de Industrias protestará en comunicado que refleja sólo insensibilidad

sino carencia del más elemental pudor político.

La huelga de hambre, iniciada tomando varias Iglesias de la capital, cobra fuerza a pesar de que el

gobierno la silencia y a pesar de que se originan sin coordinar con las dirigencias sindicales

organizadoras del Paro. La Jerarquía Eclesiástica, por elemental solidaridad humana, procura

mediar en el conflicto ante el gobierno y ello explica la orden presidencial de reposición. La furia

empresarial se dirige entonces contra la Iglesia y el gobierno, a la vez que la policía detiene y

aún de un gobierno castrense, que no valoren esta variable. Es obvio, sin embargo, que ésta ha sido utilizada dentro del marco de la política global del régimen – en la cual parece olvidarse que un pueblo hambriento tiene pocas razones para defender su suelo y que el siglo pasado fue ejemplar en mostrar hasta dónde llegó el egoísmo de la clase dominante en la guerra del 79 y hasta donde el lucro se antepone a la idea de Patria (Véase si no, aunque noveladas, las obras recientes del escritor Guillermo Thorndike y por supuesto lo dicho por historiadores de la época). El argumento de Chantaje a la CGTP en enero fue éste y – pasado el incidente del Norte – volvió a serlo en la denuncia de los empresarios, haciendo evidente la maniobra política local.

266

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hospitaliza a los huelguistas367 . Toda clase de argumentos desde acusar al clero de ir en contra de

sus principios368. Hasta amenazar con el lock out al gobierno – y una furibunda sesión de la

Sociedad de Industrias, muestran una vez más la polarización social existente en el país. Estos

episodios debieran ser estudiados por aquellos que, encubiertos por la ideología dominante o

ignorantes de la realidad social, persisten en negar la lucha de clases como fenómeno social

objetivo y sólo entienden estos hechos como fruto de agitadores que manipulan a los trabajadores.

La terca realidad muestra aquí a los empresarios en su política de clase, exacerbada y sin tapujos,

agudizando el conflicto social a pesar de que la forma presidencial es restrictiva y vienen

acompañadas de la ansiada ley de inestabilidad laboral.

El curso político del proceso se define así a través de estos hechos de la dura lucha del

movimiento popular, que arranca a migajas la justicia que le toca demandar pero que va forjando a

golpes y aprendiendo hasta de los fracasos, una respuesta popular propia. Aunque en momentos

la escena parece dividirse en dos planos y actúa en el espacio electoral abierto, a la vez que apoya

al movimiento popular en su lucha defensiva. El gobierno, sin cambiar en lo esencial, anunciará en

esa coyuntura la ya mencionada ley que consagra la inestabilidad laboral. Pero no por ello contiene

la decisión de los empresarios de desacatar la orden de reposición y mostrar así a un gobierno

títere, que no puede obligarlos a aceptar un dispositivo presidencial. Quizá esta coyuntura pueda

mostrar uno de los momentos de mayor deterioro del gobierno de la “Segunda Fase”. La Sociedad

de Industrias acuerda iniciar acciones legales ante el poder judicial y a la vez recomienda a las

empresas no reponer, es decir desacatar la orden del gobierno. Un enérgico comunicado de los

Comandantes Generales de los Institutos Armados – de esos que sólo han aparecido en

367 La ley peruana considera la huelga de hambre como um atentado contra la vida, obligando al Juez a intervenir y ordenar

la prisión de los dirigentes. Típicos instrumento para desviar la atención y negar la oportunidad de escándalo. No se legisla como atentado contra la vida el despido y la condena al desempleo de estos peruanos que al ir a la huelga en las condiciones actuales sólo realizan un gesto público por defender a sus familias de la muerte lenta, por hambre, condenados a ella por este sistema que les impone, además, morir en silencio, anónimos, de la TBC en aumento, o ver caer primero a sus hijos sin tener alternativa. Curiosa Ley, pero funcional al sistema.

368 Sin desarrollar uma discusión en el plano de la moral cristiana, no puedo dejar de anotar el uso capitalista de “lo

cristiano” que se sirve em este caso de clérigos como el P. Griffiths en Oiga; porque no entiendo posible el cristianismo que olvida el amor como eje de su praxis y entiendo que la intervención de la jerarquía eclesiástica – que este sacerdote censura burdamente – es testimonio elemental de solidaridad. En esta época crucial para el pueblo, las opciones se miden a la luz de los actos y no de las complicadas declaraciones, que tanto han servido a los dueños del poder. Para este sacerdote y para los empresarios que han actuado en este asunto, lo cristiano era condenar la huelga de hambre como “Pecado”, olvidando sus causas, situaciones concretas y también sus verdaderos causantes: los defensores de un sistema a todas luces injusto y hambreador; olvidando, además, que los huelguistas están muriéndo de hambre lentamente, con sus familias, por obra de este sistema y que lo que hacen en sólo mostrar con un gesto la situación de fondo. Esta perspectiva, que aquí representa el P. Griffiths y Oiga, es la que fue llamada “Opio del pueblo” por Marx y sin ir tantos años atrás, ésta es la base ideológica – no teológica – por la cual para tantos cristianos, en el Perú, lo más grave en esta sociedad es el supuesto “peligro comunista” y no el pueblo explotado, no por sistema comunista alguno, que aquí no define la economía, sino por el capitalismo que defienden explícitamente o implícitamente en un masoquista eje bipolar que no deja alternativa ni distingue situaciones históricas.

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momentos límite – no impide, sin embargo, un hecho contundente: no se repuso a los trabajadores

y la batalla la ganó el más fuerte en la coyuntura: La Sociedad de Industrias y no el Presidente369 .

En todo el periodo, el movimiento popular es agredido desde todos los flancos – económico,

político y laboral – y responde a su vez en todos ellos, sumando fuerzas en coyunturas claves. Ni la

CTP, cuya dirección aprista concilia con el gobierno, puede parar una huelga a sus sindicatos

textiles en marzo, auque declare que no tiene nada que ver con el paro de la CGTP - ¿acaso el

hambre no es común?-; los trabajadores municipales, también en huelga ese mes, llegan a tomar

el local del municipio limeño; también en marzo entran en huelga los trabajadores ferroviarios y una

marcha de sacrificio de los mineros de la zona central llega a pie a Lima y es reprimida por la

policía al llegar al Ministerio de Trabajo. Se informa de un herido y 12 detenidos, pues se les ha

reprimido violentamente, hecho que en este como en casi todos los casos anteriores sucede a

pesar de la formal vigencia de garantías constitucionales. La paralización minera en Toquepala y

Centromin tiene éxito al lograr 120 soles de aumento, y se levanta la huelga. Ese mismo mes de

marzo, tan cargado de protesta popular, verá en Trujillo una huelga de hambre de 20 despedidos

llevada a cabo en la Casa Arzobispal – originando la mediación ante el presidente del Arzobispo,

Monseñor Prado-; en Cajamarca un enérgico documento del Clero, suscrito por los Agentes de

Pastoral y el Obispo Damert, reclama la libertad de los detenidos por los sucesos de Huacataz 370y

expresa su “solidaridad con todos los trabajadores del Perú que sufren en carne propia la violación

de los Derechos Humanos”. También durante este mes el Obispo de Tacna y Moquegua – en carta

Pastoral – se solidariza con los trabajadores despedidos de Toquepala, recalcando la injusticia del

Decreto que dio origen a dichos despidos.

Otra vez la iglesia es voz de los que no tienen voz, aunque ello pese a quienes siempre la

quisieron mantener en y con el poder establecido. Quizás por ello, meses después se abren las

páginas de la prensa oficial a articulistas que con inteligencia atacan a la iglesia y a su Jerarquía,

propiciando – junto con Opinión Libre y el Tiempo – la caza de brujas dentro de esta institución.

Pero aún así, siendo imposible que la Iglesia se aislé de un pueblo que vive momentos dramáticos,

también en Arequipa los trabajadores despedidos en huelga de hambre reciben la visita solidaria

del Arzobispo Rodríguez Ballón, a quien los ahora oficialistas “Defensores de la Fe” no podrían

calificar de comunista.

369 Nadie puede olvidar, sin embargo, que esta coyuntura se origina en un acto del gobierno: el despido ilegal e injusto,

seguido de una orden a las empresas para reemplazar los trabajadores despedidos. Nadie piense tampoco que los empresarios aplicaron sin gusto la medida y no presionaban desde antes por algo similar, aunque probablemente de forma aún encubierta.

370 En esa ocasión se denuncia también el maltrato recibido por los campesinos detenidos, sin defensa real alguna.

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En abril se da un paro general en Arequipa y hay graves conflictos en La Oroya, Chimbote, Cerro

de Pasco eIlo, llegando a declararse el Estado de Emergencia en este puerto. Un paro general en

Chimbote apoya a los despedidos de PICSA y un paro de la Federación de Choferes da cuenta de

que las ofertas del Presidente – que los hizo marginarse del paro nacional de Febrero – no se han

cumplido. Y es que, por momentos, parece haber varios gobiernos a la vez en este campo de

conflictos. Así, por ejemplo, la Federación de Empleados Bancarios y la CGTP reclaman en un

comunicado la libertad del Secretario General de la FEB, detenido por el Ministro Cisneros casi al

mismo tiempo que era recibido por el Presidente Morales Bermúdez. Y en este cuadro de

desconcierto, el Presidente se reunirá a principio de mayo con la dirigencia de la CGTP con el

objetivo de buscar una tregua sindical, situación imposible pues la pauperización del pueblo no

tiene tregua.

La huelga general de maestros decretada por el SUTEP alcanzará dimensión nacional, a pesar de

la campaña oficial que combina el amedrentamiento y el silenciamiento. Esta huelga es el evento

final del período que precede a las jornadas de mayo, en un cuadro global en el cual el movimiento

popular no da tregua al gobierno. Se trata de acciones sectoriales y/o locales, no sincronizables,

pero sí entrelazadas por la situación económica y social que vive el país. Marcan todo el período –

y lo aquí mencionado no es un listado, ni mucho menos con la protesta popular contra el gobierno y

su política, dada en pleno período de campaña electoral.

Cualquier análisis del período muestra mes a mes al ascenso del movimiento popular en muy

distintos niveles de organización. Ello no es expresión mecánica de la crísis económica, pero está

muy marcado por ella. Sucede así porque hay avances en los niveles de conciencia y organización

política – y ello se refleja también en la campaña y en los resultados electorales – la acción del

movimiento popular, principalmente dada en el campo sindical es lucha frente a la pauperización

creciente e inmediata que impone el gobierno. Las banderas de lucha son cada vez más amplias y

solidarias – caso de la defensa de despedidos-, pero en cada huelga se encuentra la aspiración

salarial concreta, indispensable para sobrevivir al presente. Este ascenso del movimiento popular

debe pues analizarse dentro del cuadro de la crisis, sin fáciles triunfalismos ni confusión de deseos

con realidades. Es, con todo, una experiencia nunca vista en la sociedad peruana y por ello la

huella que imprime en la política será decisiva, aunque en la coyuntura poco se haya analizado con

suficiente rigor.

CUATRO LAS JORNADAS DE MAYO 78

269

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Las consecuencias sociales y políticas del paquete de medidas económicas de mayo generan la

más activa protesta popular de los últimos tiempos. Más allá de toda prevención hay una reacción

espontánea e inmediata en toda la población, incluso en las zonas más apartadas, que tiene un

ingrediente de violencia acumulada por largo tiempo. Sólo la ceguera de un gobierno que trata de

“tapar el sol con la mano” puede interpretar los sucesos en mayo de 1978 como una conspiración

subversiva articulada a nivel nacional. Los hechos evidencian la protesta popular en casi todos los

puntos del país, a la que se suma la acción del movimiento popular organizado que decreta un

Paro nacional de 48 horas como protesta, exigiendo que por una vez los intereses del pueblo sean

tenidos en cuenta.

1. LA REACCIÓN INMEDIATA Y ESPONTANEA

El conjunto de las medidas económicas adoptadas en Mayo incide abrumadoramente sobre los

sectores populares, que expresan de inmediato su descontento. Así, el 16.5.78 se forma largas

colas en los centros de abstecimiento que en varios casos desembocan en desórdenes, aislados

brotes de violencia e intentos de pillaje. El diario La Prensa (16.5.78) da cuentas de disturbios y

brotes de violencia en Cuzco. La situación se agrava en los casos de Huanuco, donde mueren 4

personas y resultan heridas 14 (Comunicado del Ministerio del Interior 17.5.78) y Arequipa, donde

es incendiado el hipódromo de Prongoche ocasionando pérdidas por 10 millones de soles (El

Comercio, 195.78). Los diarios dan cuenta de desórdenes en Chepén, Ayacucho, La Oroya,

Cañete, Ica, Chimbote, Chiclayo y del bloqueo en distintos puntos de la Carretera Panamerica

Norte y Sur.

En otros lugares del país la protesta se generaliza también en forma violenta desde el primer

momento: en Huancavelica, Tacna, Mollendo, Casma y Huarmey se producen con reales brotes de

violencia, expresión de la cólera de un pueblo que reiteradamente ha sido golpeado en su ya

misérrima economía. Se estimaba entonces que el costo de la canasta de consumo familiar se

elevaba con estas medidas en un 41% y el salario real descendía alrededor de 18%. Con ello el

consumo de calorías y proteínas bajará aún más. Como consecuencia de ello, más adelante

Caretas podrá señalar con alarma que existe gente que come, en forma de papilla, alimentos

270

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balanceados preparados para aves. Las cifras mencionadas son siempre relativas, como todo

cálculo cuando el gobierno no quiere informar. El pueblo puede no manejar estas cifras, pero

conoce muy bien el significado de estas medidas económicas en sus vidas.

2. EL PARO COMO REACCIÓN ORGANIZADA

Las más importantes organizaciones gremiales convocan, en este contexto, aun Paro Nacional

Unitario para los días Lunes 22 y 23 de Mayo, levantando una plataforma común “La derogatoria

de las medidas económicas, aumento general de sueldos y salarios de acuerdo al alza de costos

de vida, derogatoria del D. L. 22126 de inestabilidad laboral, precios tope para alimentos, control de

precios con participación popular, anulación del CERTEX, vigencia de libertades y derechos

sindicales, seguro para choferes profesionales, precios justos para productos agrarios y

comercialización directa por las organizaciones agrarias, créditos para insumos agropecuarios,

condonación de la deuda agraria, sanción para responsables de masacres en Huanuco, Huancayo,

etc, y contra cualquier intento de golpe fascista”.

El comunicado aparece firmado por el Comité de Coordinación del Paro Nacional y las siguientes

organizaciones: CGTP, CNT, CNA, CTRP- Lima, Federación de Choferes del Perú, Federación

gráfica del Perú, Federación de Trabajadores de la Industria Cervecera del Perú y Federación de

trabajadores de luz y Fuerza. El Comité Ejecutivo del Paro está conformado por las mencionadas

organizaciones. Además han comprometido su participación las organizaciones siguientes: Comité

Textil de Lucha, Federación de Seguros, Federación de Vidrios, Federación de Aduanas,

Federación de Mineros, SUTELM, SUTEP, CEAT, Confederación de Campesinos, C.T.

Ferroviarios, Federación de Cines, CUAVES y CCLUB (El Socialista, 18.5.78)

3. ESTADO DE EMERGENCIA: COMIENZA LOS ALLANAMIENTOS

Como es ya costumbre, días antes del Paro el gobierno decretaba el Estado de Emergencia, la

suspensión de las garantías constitucionales y el cierre temporal de las revistas y espacios

políticos independientes en la radio y la televisión. Asumía, por tanto, el control total de este país

incomunicadp; más aún…procedía a allanar domicilios, a detener y perseguir a políticos y

dirigentes sindicales de la izquierda opositora y, en un caso aislado – al periodista Baella-, de la

ultraderecha. Esto le permitirá después confundir a la opinión pública mezclando a dirigentes

políticos con “agitadores callejeros” o propulsores de disturbios, a pesar de que buena parte de

éstos ya estaban detenidos o perseguidos al producirse los hechos.371

De inmediato el gobierno y la burguesía nativa despliegan toda su maquinaria propagandística para

hacer fracasar el Paro. La unión de Empresarios Privados emitió comunicados repudiando el Paro,

371

271

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pero sin atreverse esta vez a centrar su mensaje en el macartismo expresado en febrero. Tuvo la

osadía de afirmar que la “aplicación de las recientes medidas económicas habían afectado tanto a

los trabajadores como a los empresarios”, hecho negado por las cifras y por la lógica; ofreció

proponer medidas de carácter positivo “noble fin para el cual el sector empresarial privado ofrece

sacrificarse hasta el máximo de sus posibilidades”. El mensaje de cuenta esta vez del temor a la ira

popular, que ya sabe de esos sacrificios, que se llaman CERTEX, evasión de impuestos o

sobrefacturación y que nunca fueron penados.

El propio Presidente Morales Bermudez ofrecerá en un mensaje al país el 20 de mayo – aliviar el

impacto de las medidas, que al igual que la oferta empresarial no se concreta nunca, afirmando

que ningún organismo internacional ha impuesto al gobierno está política. Se hizo responsable

absoluto de la política seguida durante los cinco años en que fue Ministro de Economía,

reconociendo “una estrecha relación entra la coyuntura económica que se vive en este momento y

el ejercicio que fue responsabilidad de cinco años”. (El Comercio 21.5.78). Reafirmó su pleno

respaldo al sector privado y reconoció como “natural” la reacción popular, lamentando que

“agitadores profesionales” de la “extrema derecha y la extrema izquierda” traten de romper el orden

y la vida normal del país. Crítico a los partidos por su demagogia y por no haber aportado “ningún

planteamiento realista” e incluso señaló la presencia de “hombres uniformes” entre los agitadores,

en posible referencia al PSR que sería uno de los objetivos de su acción represiva. Concluyó

pidiendo perdón al pueblo ( aunque obviamente…sin propósito de enmienda) y señalando su dolor

por la situación en que vive hoy.

Los términos del mensaje son ya conocidos y la credibilidad del régimen es prácticamente

inexistente. El mensaje no podía impactar sino en algunos sectores ingenuos, además de los

sectores empresariales que al ver a un gobernante en esas condiciones no necesitarían ahora

intentar aislarlo…puesto que enfrentaba un peligro mayor y no estaba en condiciones aparentes de

imponerles nada nuevo. Pero la gran mayoría nada podía esperar. En las palabras mismas,

cualquier observador político podía percibir ya la necesidad de fabricar culpables de lo sucedido y

de lo que vendría… esos agitadores que antes de que hablara el Presidente ya estaban detenidos

o perseguidos (escondidos).

272

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CAPITULO 7

NOTAS Y OBSERVACIONES SOBRE EL PROCESO POLÍTICO EN PERSPECTIVA

(1978 -1979)

Este capitulo final recoge notas y observaciones sobre Ios meses posteriores a la

instalación de la Asamblea Constituyente, centrando su objetivo sólo en la apreciación de

las diversas alternativas que hoy se construyen como salida política que ponga término a la

"Segunda Fase" del gobierno de la Fuerza Armada. Las observaciones se formulan

partiendo de las constantes que aparecen en el conjunto del libro, tanto en la primera parte

como en el seguimiento periodizado de la escena, pero sin desarrollar todos los elementos

que allí se ofrecen para el estudio de las fuerzas sociales y políticas que actúan en el

presente.

Veremos básicamente como se presenta en perspectiva el desarrollo de la crisis de

hegemonía política y como se plantean las alternativas de salida en el curso político actual.

Ofrecemos estas observaciones, sin haber sistematizado los acontecimientos aun recientes

y limitando a grandes trazos la perspectiva de conjunto.

EL DERROTERO DE LA CRISIS

La "Segunda Fase" muestra a la cabeza del Estado a un gobierno que tiene un margen de

juego bastante mas limitado que el de la "Primera Fase", respecto a las fuerzas sociales

básicas. Su opción dentro del campo burgués es mucho más neta y sus márgenes de

conciliación de intereses con las demandas de contenido popular son particularmente

estrechos.

Este contexto, y su propia opción, llevan al gobierno a set metódicamente represivo, a

enfrentar Ios intereses del movimiento popular en todo el período, aunque con distintas

273

Page 274: 11. Pease, Henry. Por los caminos del poder. Tres años de crisis en escena política

armas. La escena política muestra un alto grado de polarización social que si bien está

influída por la aguda crisis económica, se define particularmente por la maduración de las

fuerzas en pugna y por Ios niveles de conciencia que sabre sus intereses alcanzaron.

En el campo burgués s se han radicalizado las posiciones. En el campo popular se ha

rolo la pasividad372.

En efecto, el gobierno de la "Segunda Fase" administra una situación de profunda

crisis en la sociedad peruana. A todos es evidente la crisis económica, a pesar de que

el limitado debate haga resaltar sólo sus elementos coyunturales. Pero hemos

observado como aflora a la escena una crisis más profunda, presentada en el

Capitulo 3 como una crisis orgánica en la relación Estado-Sociedad. Esta crisis de

autoridad se expresa en la ruptura de la pasividad de las masas, ante lo cual la única

carta empleada por el Estado es la cohersión y el uso de la fuerza, a la vez que

intenta una salida política acelerando la recomposición de las fuerzas del poder. Lo

372 Cuando señalamos que la escena polít ica muestra un alto grado do polarización social, hacemos referencia a condiciones objetivas que afloran en Ias alternativas de polít ica y en el manejo do la crisis, cuyos efectos pauperizadores son cada vez más visibles. Las opciones se hacen más planas; entre el campo popular y la defensa de los intereses burgueses; las fuerzas sociales reaccionan en función do sus intereses y el lo es claramente visible en la protesta popular que, aún en medio de su amplio espontaneísmo, t iene una marcada direccionalidad polít ica. Es la ruptura de la pasividad de las masas y el enfrentamiento al poder, en un contexto en el que, aún entre vacilaciones coyunturales, Ios detentadores del sistema unen sus fuerzas contra el pueblos en 1978.Sin embargo, hay que dist inguir esta polarización social de lo que sería una polarización política , que expresara en la constitución de dos bosques, al antagonismo d las clases básicas, en torno al cual giran otros sectores sociales. En e l plano electoral esta coyuntura con 13 part idos es dist inta, por ejemplo, de aquella que confluye en la Constituyente do 1933 con dos bloques: el antiol igárquico, encabezado por el APRA , y el ol igárquico expresado en el Sanchecerrismo. Actualmente, tras una década de escaso juego part idario y con unas elecciones que en lo inmediato no implicaban una transferencia del gobierno, no parecen haberse dado las condiciones subjetivas que I leven a una polarización del espectro polít ico en dos fuerzas, ref lejando la amplia polarización social.Sin embargo, así como en el campo burgués se observa una unidad básica -en los diálogos, en las actitudes ante la movil ización popular, en las tentativas de al ianza en construcción, en los planteamientos, etc.- también se ha avanzado en el camino de la unif icación de la izquierda. Ello se expresa en Ios dos frentes constituidos - UDP y FOCEP -, en la actuación unitaria en jul io 77 y mayo 78 y en Ios niveles de coordinación dados en la Asamblea. Más aún, si bien la respuesta del movimiento popular ha tenido alta dosis espontaneísmo, en 1977 v 1978 la izquierda ha expresado polít icamente esa protesta popular, dándole cauce. Entre la protesta popular y la izquierda hay niveles do art iculación polít ica que, aunque imperfectos, han operado en coyunturas importantes, impactando en la escena. Todo esto se, expresa en un proceso de reagrupación de fuerzas que sin embargo es embrionario en la constitución do Ios bosques.A pesar de la polarización social existente, las fuerzas del campo burgués pueden captar apoyo de importantes sectores populares, part icularmente a través del APRA. En esto inf luye Ia distancia que con los 10 años de gobierno mil i tar muestran los part idos burgueses frente al gobierno, presentándose todos como ajenos a Ias responsabil idades del poder. Sin embargo, aún manteniéndose esa capacidad de cooptación, hay amplios sectores cuya experiencia polít ica se ubica claramente frente a esos part idos, en el amplio conjunto do la izquierda. Ese puede ser el punto de part ida para el proceso de acumulación de fuerzas, desarrol lando estructuras part idarias más sólidas, no sólo a part ir del tercio del electorado obtenido en 1978, sino de amplia y compleja presencia de los Sindicatos, Cooperativas y otras organizaciones de base en el campo de la izquierda. Y de hecho esa izquierda, con todas las l imitaciones que pueda tener, introduce un cambio importante en el espectro Polít ico tradicional.

274

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propio de este periodo es que esta crisis orgánica aflora a la superficie y puede ser

observada en la escena, aunque desde mucho antes -en toda la historia republicana-

la sociedad peruana se caracteriza por la ausencia de condiciones estabilizadoras

propias de un sistema hegemónico.

La burguesía tiene estructurales dificultades para concretar un proyec to hegemónico

en el Perú de hoy. Tampoco puede imponerse haciendo uso de la pasividad y

desarticulación que existía durante el apogeo del orden oligárquico. Su ubicación en

la periferia del capitalismo, unida a una heterogénea base económica, dificultan a la

burguesía la posibilidad de ofrecer un proyecto de desarrollo nacional, viable y

atractivo para amplios sectores sociales en un largo periodo, La recomposición de la

clase dominante -a partir de la exclusión de las fracciones oligárquicas- sumada a la

heterogénea composición de la burguesía actual, dificulta notoriamente la concreción,

de un proyecto hegemónico. En este contexto, al fracasar el proyecto velasquista, el

lento curso del viraje ha deteriorado a tal extremo el gobierno de Morales Ber múdez,

que soto encontró en el llamado a elecciones la forma de romper su aislamiento pero

en esa coyuntura se expresaba ya a nivel nacional la presen cia del movimiento

popular, haciéndose un lugar en el sistema político. A partir de entonces, se aceleran

los esfuerzos de renegociación dentro del campo burgués para diseñar nuevas formas

de dominación. Continúa actualmente este proceso, reflejando los problemas

mencionados y los cambios producidos en la década, particularmente en el peso

adquirido por tos aparatos de Estado.

La verdadera magnitud de la crisis se entenderá analizando todos estos elementos.

Su expresión en la escena política ha tenido momentos "cumbre" en las amplias

movilizaciones populares de junio y julio de 1977, y de mayo de 1978; encontraron

desunido al campo burgués en la coyuntura y su impacto en el proceso político ha

sido importante a pesar de no haber invertido la correlación de fuerzas. A partir de

entonces el movimiento popular está presente e impacta en el sistema político; logra

expresiones políticas propias, incluso en la competencia electoral, alcanzando una

votación que no tiene precedentes. Tiene fracasos y períodos de reflujo, antes y

después de 1978, pero no podrá ser ignorado o subsumido fácilmente en otras fuerzas

de corte reformista como en el pasado.

275

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En este nivel de análisis, la perspectiva de la crisis pone de manifiesto el curso de

una larga y compleja maduración, con espacios abiertos para el corto plazo, cuyo

análisis debe centrarse en las fuerzas políticas en pugna. La crisis orgánica no ha

devenido en crisis revolucionaria, a pesar de la presencia de muchas condiciones

objetivas para ello. El marcado espontaneismo de Ias movilizaciones populares, la

debilidad y división de las organizaciones gremiales y políticas, la capacidad

desarticuladora del sistema represivo, el carácter embrionario de Ios intentos de

construir un bloque alternativo –hacia un nuevo sistema hegemónico- que integre

amplias y diferenciadas capas populares y medias, son elementos de base que están

presentes en la ardua tarea políticas presente y futura del campo popular. Por esto,

en el análisis, la constatación de Ios rasgos profundos de la crisis no debe Ilevar a

hacer saltos cualitativos verbales o "de papel", tan propios del triunfalismo y del

activismo.

El reconocimiento de la crisis ha generado respuestas inmediatas en el gobierno y en

todo el campo burgués; lo visible siempre en primer término es la represión

sistemática, ya analizada en varias coyunturas, que hace aparecer como "normal" la

vigencia de muchos dispositivos calificados de antidemocráticos en cualquier

definición ortodoxa373. Pero de inmediato se ha acelerado la compleja negociación de

alianzas para reemplazar al desgastado gobierno actual. Se apresura la

recomposición de las fuerzas del poder, tratando de definir los nuevos cauces

institucionales que canalicen el juego de fuerzas Este intento se desarrolla hoy en et

periodo de la Asamblea Constituyente, a la par que continúan los embates

coyunturales deI movimiento popular y la respuesta represiva ante ellos.

El problema esté en saber si de las alianzas puede surgir un proyecto concertado, al

menos con visos de ser hegemónica en un corto tiempo, no sólo con referencia al

conjunto do la sociedad ---cosa cada vez más difícil para Ia burguesía, dado el

avance producido en los niveles do conciencia y el rol desenmascarador de las

373 Me refiero a la vigencia do todo t ipo de violaciones de las garantías democráticas, que a fuerza de la costumbre va in siquiera ocasionan reacciones de protesta en los defensores de la democracia. Incluso están expresadas en normas legales, que difíci lmente subsist irían en tos países definidos como tales. El omnímodo poder de la autoridad mil i tar cuando so declara el Estado de Emergencia, puede ser un ejemplo de el lo. En la rec iente huelga minera deI sur -1979 - los campamentos que alojan a los mineros se convirt ieron en verdaderos cuarteles, l legándose a prohibir a la Cooperativa deI lugar que preste dinero a sus socios; cortándoles la luz – como en el caso de la ciudad del Pescador en 1976 – e incluso afectando la atención hospi ta lar ia local. Este es sólo un ejemplo de lo mucho que ha sucedido en estos años que pone de manif iesto un poder de chantaje en el Estado – signo efectivo de total i tarismo – que ningún part ido burgués ha denunciado, a pesar de presentarse como defensores de la democracia.

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dirigencias de izquierda - sino incluso para el complejo y heterogéneo campo

burgués. En éste, en efecto, persisten liberalismos que presentan a parte de Ios

industriales como herederos ideológicos de las fracciones oligárquicas, a la vez que

se observan posiciones de empresarios apertu ristas, más amplias, dispuestas a una

concertación con la tecnocracia y Ios aparatos de Estado. Es grande la diferencia de

oportunidades y tratamiento entre las empresas, según su dimensión, rama

productiva, posibilidad de ser exportadores y grado de asociación a la burguesía

internacional. Y más allá del con junto propiamente empresarial, la Fuerza Armada, la

tecnocracia y las altas esferas burocráticas no son, ni serán, meros convidados de

piedra en la negociación.

Los partidos del campo burgués muestran hoy pocos signos de renovación. Tienen,

una vigencia, en buena medida por hacer estado lejos del gobierno en más de una

década y porque no ha existido espacio y oportunidad para hacer surgir liderazgos

alternativos. El PPC intenta constituirse como lo más cercano a un partido orgánico

del empresariado, pero con resultados relativos, sin obtener resonancia en tos

sectores más dinámicos de las masas. Acción Popular puede por un tiempo hacer uso

del carisma popular de Belaúnde, pero tampoco es capaz de ofrecer una articulación

amplia do sectores populares. Sólo el APRA puede ofrecer una base popular propia,

mantenida con carisma y organización, que subsiste míticamente sin el desgaste

producido por el ejercicio del gobierno; ademes, tiene presencia sindical, a la vez que

amplia experiencia en aparatos represivos de nivel partidario. Pero, no obstante su

capacidad de transar y claudicar, esta misma base social le impone un comporta -

miento contradictorio para la ortodoxia que demandan muchos empresarios.

La renegociación que existe en el campo burgués es así compleja y difícil, aunque

tenga como factor aglutinante la percepción del enemigo común que ha aflorado a la

escena en la crisis. Esto no significa, sin embargo, que necesariamente sean

inviables sus alternativas en construcción. Pueden alcanzar viabilidad relativa en el

costo y aún en el mediano plazo, pues ello depende del curso del proceso político y

de las opciones desarrolladas en ambos campos. Su viabilidad puede ser mayor si

logra éxito la actual gestión económica financiera, aunque este sea un éxito relativo,

logrado a costa deI hambre del pueblo y generador de nuevas crisis, puesto que no

modifica la estructura productiva y las contradicciones inherentes al capitalismo

periférico. Esta renegociación no resuelve problemas del nivel estructural y, en

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perspectiva, la crisis puede ser recurrente -como en todas las últimas décadas -

tomando vacías de contenido las fórmulas de solución políticas en plazos más bien

cortos. Por ello, común a todas las alternativas, esta presente también la amenaza

represiva. Debemos precisar este aspecto antes de referimos brevemente a las

alternativas de salida política actualmente en construcción. Lo hacemos a partir de la

perspectiva que ofrece el periodo de la "Segunda Fase" ya analizado.

La alternativa totalitaria, civil-militar o sólo castrense, se presenta ante la posibilidad de

fracaso de las alianzas y esfuerzos por desarrollar tos partidos del campo burgués, así

como ante la posibilidad de que sus gobiernos no logren alcanzar el "orden" y la eficacia

necesaria en la captación y subordinación de las masas. Pero la dictadura no sólo es

alternativa a los proyectos de los partidos burgueses; es además indispensable

complemento de esos proyectos políticos, aunque varíe en grado según la coyuntura. En

efecto, aún cuando estos partidos logren arrastrar masas poco conscientes de sus

intereses reales, tendrán dificultades para Iograr un amplio consenso y, con seguridad, en

los partidos de la izquierda y en el movimiento popular encontrarán una oposición

sustantiva que combatir y una madurez que impedir. Las alternativas económicas tan poco

novedosas que exhibe el campo burgués y el escaso margen que deja la

transnacionalización a esta burguesía nativa, dificultan también a mediano plazo la

recurrencia a fáciles concesiones, generando en perspectiva nuevas situaciones de crisis

económica y política. Ante esta realidad, la represión -por la vía estatal y también por la vía

de partidos como el APRA- es complemento indispensable de estabilidad para toda opción

burguesa del presente. Muchos silencios de la Asamblea Constituyente --en agosto del 78

y en enero del 79- son testimonio de que los partidos del campo burgués comprenden la

necesidad de represión y la aceptan, de igual forma que en el pasado. Los márgenes de

exclusión a la izquierda están así presentes en el debate político actual, aunque no ocupen

titulares de la prensa.

La perspectiva para el campo popular se presenta, por lo tanto, como un duro y consistente

proceso de acumulación de fuerzas, en la construcción de un proyecto alternativo. Ello

implica superar tos problemas de la unidad y la organización política y gremial, Pero

supone también la concertación de estrategias viables y de amplia cobertura. Su actuación

en el presente y en el futuro inmediato, pondrá de manifiesto en qué medida es posible

concertar expresiones políticas que resulten alternativa de poder -problema no sólo

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electoral- ya que tos errores que se cometen ampliarán el espacio actual de las fuerzas

que hoy controlan el Estado.

EI derrotero de la crisis de este sistema social encuadra así tos intentos de construir una

nueva forma de dominación, expresándola en una Carta Constitucional y en un nuevo

régimen político. Habrá otras variantes para el corto plazo -como las perspectivas de

reactivación económica- que parecieran consolidar un eje entre el actual equipo

económico, una más amplia tecnocracia y parte del empresariado. Pero además del

análisis económico de corto plazo, habrá que observar las estrategias de desarrollo y sus

nudos de inviabilidad. Dejando ese nivel a tos especialistas en economía, aunque

recogimos algunos elementos desde la escena, procuraremos ofrecer una visión de las

alternativas que se negocian en el periodo de la Asamblea Constituyente, centrándonos en

las fuerzas del poder y limitando el análisis a los alcances de esta perspectiva de

aproximación.

LAS ALTERNATIVAS DEL CAMPO BURGUES EN EL PERIODO DE LA ASAMBLEA

CONSTITUYENTE (1978-791)

El nuevo periodo se inaugura enmarcado en tos límites de una nueva convivencia, definida

en términos transitorios, para hacer posible el funcionamiento, durante un año, del

gobierno castrense y la Asamblea Constituyente elegida. Concluye agosto de 1978 con la

decisión de la mayoría APRA-PPC de aceptar tos límites que el gobierno impone a la

Asamblea. Debe limitarse a elaborar una Carta Constitucional. No debe aspirar a legislar,

hecho que desafiaría al gobierno constituido de facto y que, dadas las condiciones de

tensión que provoca la movilización popular, podría poner en peligro la salida política que

interesa a todo el campo burgués.

Más aun, si se examinan tos mecanismos de funcionamiento de la Asamblea, resulta

evidente que su mayoría ha renunciado a ser siquiera el centro del debate político, caja de

resonancia de la lucha que desarrollan amplios sectores populares y de las pugnas que

existen en el propio campo burgués. Con habilidad de antiguos parlamentarios, los

representantes apristas conducen las primeras sesiones cercenando el debate y haciendo

aprobar por carpetazo, un reglamento que privilegia el trabajo de comisiones y asegura que

las demandas de los maestros, de los mineros, de los empleados públicos, de los

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despedidos por acto prepotente del gobierno y el empresariado, de todo un pueblo gol -

peado tantas veces, no lleguen sino esporádicamente a la Asamblea. La bancada de

izquierda enfrentaría la mayoría, consiguiendo algunos pocos puntos al expresar tos

términos de la demanda inmediata del pueblo. No pueden, sin embargo, cambiar el curso

de tos acontecimientos.

La opción de la mayoría constituyente convierte a la Asamblea en marginal y opaca en la

coyuntura. Ello será enrostrado a esa mayoría tanto por la izquierda como por aquella

parte de la derecha que no quiso participar en las elecciones y busca recuperar imagen y

postura a costa del desprestigio que este comportamiento pueda causar en el APRA o en

el silencioso PPC. En efecto, Acción Popular denuncia la convivencia entre la mayoría y los

militares gobernantes, centrando su ataque en su principal competidor: el partido apris ta.

La Asamblea no resulta, como al inicio de la Constituyente de 1933, el eje del debate

político. El gobierno tendrá recursos suficientes para adminis trar incluso la información

periodística que se propale sobre esta. La política dictada por la OCI* refleja claramente la

evolución de las relaciones gobierno constituyente. Sus diarios, radios y televisoras ponen

de relieve los aspectos formales; atacan duramente a los constituyentes de la izquierda,

silenciándolos -según conveniencias coyunturales- a la vez que advierten y distorsionan a

la misma mayoría cuando sus representantes dan un paso no ortodoxo con tos términos

del acuerdo. Esa misma prensa concentra todo su ataque en el movimiento popular, en

concordancia con las medidas represivas del régimen, o administra el tradicional

silenciamiento cuando las movilizaciones ganan algunos puntos, aunque sólo sea en las

calles.

Se configura así un tiempo caracterizado por el rol encubridor --e ilusionador- que ofrece la

Asamblea. Allí no radica el centro de las decisiones; ni siquiera es caja de resonancia de

tos debates de fondo --salvo ocasionales logros de la izquierda-; pero su existencia ofrece

un cronograma electoral, que incluso el gobierno ofrecerá adelantar si los representantes

aceleran su trabajo. En esta sociedad son muchos y muy distintos los sectores que están

hartos del gobierno y esperan antes que nada el recambio. La existencia de un

cronograma electoral influye decididamente en la psicología de amplios sectores sociales.

Muestra patentemente la importancia relativa de las alternativas y genera ilusiones más

que expectativas, que condicionarán el curso político. Este rol encubridor se sustenta y

desarrolla antes y después de las elecciones de 1978. Sus resultados lo expresan así. 280

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Ofrece al gobierno de Morales Bermúdez un "tiempo de descuento" a la vez que desplaza

las expectativas de cambio hacia el momento de las elecciones nacionales en 1980. La

Asamblea resulta encubridora en tanto coopera a esta situación, pero en si misma, en la

denuncia sistemática que hacen la izquierda y en otro plano la derecha belaundista,

pueden ofrecerse elementos nuevos que contribuyan a elevar el nivel de conciencia de las

masas. Sin exagerar puede afirmarse que esta perspectiva es un nuevo dato de la realidad

política, pequeña y endeble válvula de escape a la protesta popular, que influye aún en los

sectores politizados --por el doble activismo que demanda- y por tanto no puede dejar de

tomarse en cuenta aún en las decisiones políticas y sindicales.

El ambiente preelectoral dinamiza a los partidos del campo burgués. Los resultados

electorales les fijan exigentes metas en cuanto a la competencia entre sí y en la pugna con

la izquierda. El nuevo período es para éstos un tiempo de organización y de reagrupación

de cuadros, luego de la campaña electoral corta y precipitada que tos volvió a ubicar en la

escena tras una década de hibernación. La organización aprista es la que da mayores

muestras de activismo. Por algo, ni siquiera en la "Primera Fase" interrumpió su vida

partidaria. Pero también el PPC y Acción Popular activan sus Comités en provincias y

distritos. Mucho puede influir, sin embargo, el apoyo que logren en tos distintos niveles del

amplio aparato estatal y del empresariado.

Es que este tiempo político se caracteriza antes que nada por ser un período de

negociación y de alianzas. La viabilidad del cronograma depende en mucho de la

capacidad de articular militares y políticos civiles, tecnócratas y empresarios, ideólogos

burgueses y burócratas. Aunque el embate del movimiento popular ha producido unidad

coyuntural en el campo burgués, la heterogeneidad de este genera contradicciones

importantes. Los éxitos relativos del Ministro Silva Ruete, dirigidos también a acaramelar

con el Certex a parte de esta industria dañada por la crisis, facilitan la negociación, pe ro

sin ampliar mayormente sus márgenes. En el camino hay criticas de los empresarios más

privatistas, ansiosos de desestatizar todo -sigue la pugna sobre el cemento- y caerá

pronto el Ministro de Industrias que, representando mar orgánicamente a los empresarios

liberales, se enfrentó a Silva Ruete. Este tendrá que mostrar no sólo habilidad coyuntural

sino el apoyo de la tecnocracia internacional para cumplir el rol que le asigna este período

de renegociación y se ofrecerá en perspectiva como uno de los posibles articuladores de

un eje entre la tecnocracia, los militares y parte del empresariado.

281

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Si lo económico marca la negociación con los empresarios -y algo de la torta hay que

repartir a todos, aunque sea escuálida-- los partidos negocian para acceder al gobierno...

y tos militares gobernantes para no dejarlo... o para dejarlo sólo en parte. La negociación

en este nivel se dará influida directamente por los resultados electorales y por las

estrategias que los partidos siguieron en esa confrontación. Hay al respecto relación de

continuidad con el periodo anterior y de ello da cuenta la escena analizada en el capítulo 6.

El partido Aprista no soto ha obtenido la primera mayoría, sino que ha desarrollado una

estrategia tal que lo convierte en el principal y privilegiado interlocutor del gobierno militar.

Comienza así el periodo de la Constituyente con sucesivos indicadores de una alianza

entre los militares gobernantes, el APRA y la tecnocracia como la más factible forma de dar

continuidad a una experiencia de "democracia restringida" y de permitir a los militares una

salida "con honor", que para ser tal -entre otras cosas- no debe ser ni retirada ni abandono

de muchos de tos resortes del poder. Esta alianza, todavía en construcción, tiene a su

favor las demandas de la administración Carter por soluciones "democráticas y es-

tabilizadoras", dentro de las cuales el horizonte socialdemócrata venezolano parecería

inspirar a los portavoces del Departamento de Estado, aunque olvidando que aquí no

parece haber tanto petróleo ni, por tanto, petro-dólares.

Esta alianza, sin embargo, cuenta con condiciones mas estructurales en su favor: la

composición social del APRA, su base popular rearticulada en torno al carisma de Haya y

al aparato partidario, su antigua relación con parte del empresariado, su cuidadoso juego

de varios años con militares y tecnócratas... todo ello se expresa en garantías de

estabilidad. A los militares el APRA ofrece un lugar importante en la administración,

además de demagógica y conocida adulación desde el pasado periodo con Parlamento

Aprista. No les reprochara su pasado reciente ni desmontará el poder del aparato

económico del Estado -y aquí un punto de coincidencia con la tecnocracia- porque aspira a

ejercerlo, y a partir de éste tener mayor margen de negociación con los empresarios

privados y el capital transnacional. Saciará con ello las aspiraciones de sus cuadros, -

propias de las capas medias- tanto tiempo contenidas; esta ubicación social intermediadora

puede ser vital en la alianza. Su discurso político hacia Ios sectores populares ha tenido

que mostrar so antigua cara radical, aunque tamizada con ambigüedades de sus expertos

líderes, bajo el emblema de la "izquierda democrática" y la imagen -algo forzada ya- de ser

un partido al que nunca se permitió acceder al poder. Su flanco más débil, de llegar al

gobierno, estará en las presiones de sus bases, porque no sólo puedo encontrar pocos

282

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recursos para financiar concesiones desde el gobierno –y duros empresarios para

oponerse a ellas- sino que existe una izquierda real, políticamente presente en la escena y

en Ios sindicatos, que puede desenmascarar sus claudicaciones en cuanto la evidencia de

ejercicio del gobierno se generalice.

Estas perspectivas de alianza se constituyen gradualmente en el período, un partido que

cuenta con locales en la mayor parte de distritos y provincial, que ha ganado

electoralmente en 124 de éstas, tiene que preocuparse de "coordinar" con el gobierno el

favor de las autoridades locales de la administración publica y en particular de Ios

organismos que tienen que ver con el medio laboral. En no pocos lugares Alcaldes,

Concejales, Sub-Prefectos y Gobernadores serán apristas, militantes o simpatizantes. Si

no lo son, tanto en esas funciones como en distintos niveles de la burocracia central y

regional, el período indicará a estos funcionarios la necesidad de contar, para su futuro en

la carrera, con simpatías conquistadas mediante favores políticos. En Ios altos niveles de

la tecnocracia ha habido simpatizantes - e incluso antiguos cuadros- apristas, que pueden

coincidir con la línea de ese partido mucho mejor que con el privatismo del PPC que para

ellos constituye una amenaza. Los diarios informan sobre visitas de directivos de empresas

públicas al Presidente do la Asamblea; protocolares se dirá, o necesarias para la buena

información de Ios Constituyentes. El sentido de la transición parece tener pañuelo blanco

en más de una coyuntura y eso influye en el comportamiento tecnocrático. También los

dirigentes sindicales apristas son recibidos y atendidos en la cúpula y como señal de su

derrotero político aparece un sindicato de educadores "democráticos… que de inmediato

cuenta en su favor con la prensa oficial y las autoridades educativas.

La tendencia que hace viable una concertación de este tipo no está exenta de dificultades.

La primera es decisiva en la coyuntura: ancianidad de un líder venerable para apristas -y

para muchos que no lo son y votan por Haya- que en estos días, al Ilegar enfermo a tos

Estados Unidos, es saludado con palabras del Presidente Carter expresando que con el

llega a Ios Estados Unidos la historia del Perú. Haya de la Torre es en efecto mas bien

parte de la historia que del futuro político y sin embargo continúa dirigiendo, al parecer en

términos reales, su partido. La avanzada edad del Jefe del APRA afecta a la generación

fundadora de este partido: en la ultima presentación preelectoral de 1978, al cerrar la

campaña en un programa televisado, 1os cuatro lideres apristas que hablaron sumaban

más de 300 años.

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El APRA tiene cuadros mas jóvenes pero algo decisivo cambiará al partir su fundador y

líder máximo. Todo este período está marcado por la ancianidad de este hombre y por el

esfuerzo sobrehumano que su partido le exige, incluyendo en estos días más de una

morbosa actitud de sus opositores en la prensa, que aprovechan lo que parece ser una

grave enfermedad.

Otros límites afectan --además de la ancianidad del líder-- esta alianza en proceso. La

historia de enfrentamiento entre el APRA y el Ejército, aunque pareciera cerrada, tiene que

vencer amplias resistencias que otros políticos pueden atizar. Los empresarios de esta

heterogénea burguesía tienen otras alternativas de mayor confiabilidad. Al hacerse

evidentes Ios lazos entre el APRA y el gobierno, el PPC y Acción Popular activan sus

baterías para disputarle el triunfo dentro del campo burgués y lanzarse a competir por Ios

votos contra el APRA y la izquierda. Si bien dentro de la burguesía surgen reiteradamente

voces que claman por un pacto para compartir realmente el gobierno, con alternancia o

apoyo al ganador inicial, los esfuerzos sólo se han concretado hasta ahora en la

convivencia de transición que vivimos, entre el gobierno y Ios partidos de mayoría,

limitándose a regular este período en el que funcionan gobierno de facto y Asamblea

elegida. Una formula de convivencia, alternándose en el gobierno, o apoyando todos al

ganador, puede resurgir como alternativa en función de los desplazamientos de coyuntura.

Por ahora, la etapa actual está dominada por la pugna en la carrera pre-electoral, que sitúe

a cada aspirante en mejor pie do negociación.

Pero Acción Popular y el PPC no son simples complementos del APRA en el campo

burgués de la escena, ni sus aspiraciones de gobierno se limitan a esperar la fórmula de

las alianzas, de punto fijo o de tesis similares, menos aún si el APRA tiene juego

hegemonista y posibilidades de actuar con la cúpula militar actual. Belaúnde y Bedoya son

válidos representantes del campo burgués. Con acceso populista a las masas el primero,

mas orgánico representante el segundo, de un empresariado nativo que ve

intransigentemente la necesidad de desmantelar el aparato económico del Estado para

negociar directamente, con base propia, con Ios grupos de la burguesía transnacional;

ambiciona aplicar sus recetas liberales y no depender de intermediarios, nativos como

ellos, que estorban su desarrollo como fracción intermediaria. Parece evidente que tienen

menor apoyo internacional que el APRA, aunque en ningún caso hay puertas cerradas.

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Bedoya Reyes y el PPC pasan por un periodo difícil, tras tos resultados electorales. En tos

primeros meses casi no hablaban en la Asamblea, quizás porque su bancada resulta más

difícil de controlar, y apenas tenían juego. EI silencio es un arma necesaria cuando -en

tiempos de represión, como el mes de agosto de 1978- el gobierno aplica más o menos las

mismas medidas por las que optaría un Bedoya que carece de cuadros e impacto en el

medio sindical. Calla ante las movilizaciones y la represión de las masas porque en esta

coyuntura teme promover su desarrollo, y más bien apura la convivencia transitoria para

que el proceso político sea gradual y en dirección burguesa. Mas aún, a pesar de su

radicalismo antimilitar -y de haberle enrostrado al APRA su docilidad con los militares,

durante la campaña--, será en esa coyuntura dócil complemento para que el APRA

concrete con el gobierno la aceptación de los límites puestos a la Asamblea Constituyente.

Luego de hablar de "separación de cuerpos" con el APRA, cuando tiene largo tiempo sin

juego propio, se ofrecerá "patriotero" a aprovechar la tensión con Chile para insinuar una

postergación electoral que a todos convenía, salvo al APRA, en esa coyuntura.

La estrategia seguida por Bedoya en la campaña electoral de 1978 Io ha distanciado de

buena parte de la Fuerza Armada y aunque los empresarios mas privatistas puedan verlo

como su mas orgánica expresión, a la larga deberán jugar a ganador. Saben también -

como muchos han observado- que en esta ocasión ha salido a luz en Bedoya un político

punzante, con habilidad para la maniobra, pero cuyo juego queda al descubierto dejando

una imagen de oportunista y sin aureola de estadista. Ha mostrado falta de talla que un

Belaúnde sabría reemplazar, con más pose que contenido.

El juego de Acción Popular está en ofrecer un ataque paralelo al gobierno y al APRA,

aunque también en menor medida –sólo implícitamente al PPC, sin dejar de dialogar con

los tres. Aparece con el mismo mensaje gaseoso de hace 15 años pero ubicado en la

platea, sin el desgaste generado por la convivencia Constituyente en este período de

transición. Reconstruye su siempre caótica estructura partidaria, con mayor acceso a

sectores populares que Bedoya, y desarrolla dentro del campo burgués la prédica

antiaprista tradicional, que puede sacar a relucir en Oiga tos antiguos pactos del aprismo,

dado que éste es percibido en la coyuntura como d6cil aliado del gobierno. Tiene en so

contra haber sido el Presidente derrocado por esta generación militar; su elección sería

históricamente un enrostramiento del fracaso de esta Fuerza Armada en el poder durante

mas de una década. Esto permite incluso recordar la vieja tesis del veto, que tos actores

deberán sopesar, aunque formalmente sea negada tal posibilidad.

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Se observa en el periodo que Acción Popular y el PPC tienen con el gobierno una relación

más distante y tensa que el APRA. Ambos has mostrado su disposición a pactar, entre sí y

con el APRA, pero con grandes dificultades. Ofrecen más o menos lo mismo, sin

alternativas al crítico presente y recurriendo a lo que eran pace 15 años, sin mayor

creatividad.

En perspectiva, aunque se muestren más distantes de la cúpula militar, el PPC y Acción

Popular -juntos o separados- constituyen una carta alternativa cuyo desarrollo supone

concertar en el corto plazo términos de acuerdo o apoyo con algunos sectores castrenses.

De no lograrlo tendrán dificultades, aun en el caso de ser favorecidos por la votación en las

previstas elecciones. Ofrecen menores condiciones de estabilidad, tanto por sus

estructuras partidarias -sólo coyunturalmente remozadas- como por carecer de aparatos

sindicales que enfrenten a la izquierda en este terreno. En este campo su alternati va reside

en gobernar desde la cúpula, recurriendo a la represión directa más que a la competencia

sindical; en este aspecto el aprismo -reeditando su pasado sindical y una experiencia tan

cercana como la del MLR podría lograr mayor eficiencia coyuntural, combinando el

ejercicio de la represi6n desde el Estado con la acción de sus aparatos sindicales y

partidarios de larga tradici6n "bufalesca".

Una dictadura civil-militar, encabezada por alguien tipo Belaúnde o Bedoya que termine

gobernando al estilo de un Bordaberry o con una nueva figura castrense que se imponga,

constituye en la perspectiva una alternativa que no puede ser descartada, aunque su

concreción encuentre dificultades. Incluso la alternativa de golpe castrense ha estado

presente en este período como posibilidad, apareciendo más factible en momentos de

tensión política o castrense -interna y externa- o de aislamiento. En su favor se anota la

perspectiva económica -en la que algunos creen- en base a la cual piensan que luego de

"tocar fondo" en la economía, sobrevendrá una bonanza coyuntural (y hay alzas en el

precio del cobre, así como significativos avances petroleros) que haría replantear la

transferencia procurando que Ios militares dejen el gobierno con otra imagen, en la que

incluso caben supuestas posturas reformistas

Se ha l lamado a esto "la Tercera Fase", pero el gobierno ha desmentido tal

posibil idad. Esta lógica -simplista, pero no descartable- l levaría a "la historia del

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huevo y la gall ina", dentro de la cual los militares nunca dejarían de gobernar, por

propia voluntad.

Ocurre que los militares, pueden no actuar solos en esta perspectiva. A quellos que

a esta apuesten podrían contar con el apoyo de parte del empresariado, que tiene

más miedo al pueblo "suelto" y al APRA "concesiva" y populista que a una cúpula

militar que ya dejo muy atrás cualquier pretensión de cambio social. Pero en ese

caso, que implicaría menor margen de autonomía para el gobierno y la tecnocracia,

difíci lmente podrá tentarse la concreción de concesiones y reformas sin

desestabil izar su propio proyecto ale alianza. Tendría en su contra el contexto

internacional y la acción de la izquierda en la escena, además del enfrentamiento al

APRA y sus aliados castrenses y polít icos... salvo que en este ult imo caso, el

trauma actual que provoca a sus líderes la enfermedad de Haya, los induzca a ser,

otra vez aliados "de segunda", con lo cual so desprestigio seria irremediable.

Es que en este campo de los defensores del orden burgués, se expresa el reflejo de

la crisis del capitalismo periférico, subordinado a las transnaciona les, que no puede

ofrecer al pueblo algo distinto al curso polít ico actual. Todo el juego de alternativas

económicas y sociales carece de respuestas, no sólo ante la recurrencia de la crisis

económica sino ante cualquier perspectiva de desarrollo nacional. Incentivar una

industria de exportación pare ofrecer más ganancias a un puñado de empresarios

nativos de poco vuelo, aunque se haya mostrado que como modelo es inviable 374 ;

mantener una industria dependiente y que no produce lo que la mayoría necesita, ni

genera empleos en función al esfuerzo puesto en ella; aumentar incentivos para que

venga más capital transnacional -cuya reticencia no se supera sólo con mas

incentivos, pues hay ventajas comparativas de por medio en otras latitudes- es todo

lo que enuncian sus proyectos económicos pare la industrialización, enarbolada

como panacea que soluciona todos los problemas. Ninguna de estas fuerzas ofrece

siquiera reformas en lo que a los aspectos sociales sustantivos se refiere. El APRA

ofrece concil iar, negociar lo concreto; repite planteamientos de los años 30 ya

374 La viabi l idad no se mide en div isas, cosa que también nos han mostrado nuestra historia de país exportador. . . menos aún si para obtener las hay que importar más y más insumos y bienes de capi tal , a la par que so incent ive una estructura product iva desvinculada de las necesidades populares. La viabi l idad se vincula con las ne cesidades reales de la población en cuanto a empleo y al imentos, vest idos y otros bienes esenciales .Pueden mostrarse engañosas ci f ras de incremento de div isas…que luego se van en fuga - legal e i legal de capi tales s in que el lo solucione en perspect iva la tendencia cíc l ica a la cr is is económica y pol í t ica.

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superados por el proceso polít ico, aunque su pasado demuestre que nunca intento

aplicarlos. Acción popular y el PPC levantan las banderas del "reformismo

democrático" -más bien l iberal o privatista - de los años 60, cuando se oponían con

debil idad a los sectores oligárquicos. Hoy la realidad es distinta, ha cambiado

bastante de lo que enmarcaba esa década y como también el velasquismo afectó a

estos partidos, sólo pueden encuadrarse en el desmontaje de reformas previamente

agotadas. Son profundamente reaccionarios, en el sentido l iteral del término.

Estas fuerzas del campo burgués expresan una realidad presente en la mayor parte

del Continente, desde más de una década atrás. Surge por agotamiento ideológico

del capitalismo periférico, por la frustración de antiguos desarroll ismos, por la

incapacidad de formular mensajes que ofrezcan algo en positivo, capaz de arrastrar

masas. En el caso peruano, adicionalmente, hay que considerar que estas

posiciones vienen a set reacción a la más avanzada expresión del reformismo de la

época y resultado de articular en el plano polít ico los intereses de una burguesía

nativa débil y heterogénea, signada por el rumbo de su asociación con el capital

transnacional.

Sin embargo, esta falta de un proyecto ideológico en positivo no signifi ca que

carezcan de oportunidades coyunturales de obtener votos en una esce na electoral

marcada por once anos de gobierno castrense y por una población electoral

dispersa, aún manejable mediante ofertas locales y regionales, some tida al impacto

de sus sólidos aparatos de comunicación de masas. La izquierda y el movimiento

popular han avanzado en ella y son mayores sus niveles de conciencia polít ica, pero

quedan aún grandes espacios dentro de los cuales, con la asimetría del poder que

hoy se ejerce -también en lo electoral, las fuerzas del campo burgués aún tienen

importante margen de juego.

Estas fuerzas del campo burgués, vacías de una ideología que ofrezca un proyecto

alternativo a la pauperización actual, no por ello carecen de armas ideológicas... y

de las otras. En todo el continente puede observarse cómo ante la incapacidad de

convencer en positivo, se uti l iza el anatema. El anticomunismo en sus expresiones

más grotescas se ha convertido en uno de los bra zos justif icadores más empleados

en la dominación actual. Y estas fuerzas lo uti l izan, al igual que el gobierno actual,

como complemento básico de la represión. Los esfuerzos de los partidos caen en 288

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campo abonado por la prensa y el sistema educativo, a pesar de que en estos

niveles se produjeron cambios contradictorios en la "Primera Fase". Altos con mayor

coherencia, luego del desmontaje de las reformas, toda alternativa al orden burgués

es anatematizada por la prensa, la radio, la televisión y el sistema educativo: Se

simplif ica, como siempre, uti l izando experiencias de otras realidades históricas y

sacándolas de su contexto; identif icando como no nacional todo lo que afecte al

capitalismo, come, si este fuera "Made in Perú"; confundiendo en un sólo saco las diversas

alternativas socialistas que existen, llegando a afirmaciones tan burdas como, aquellas que

identifican a la "Primera Fase" con "el comunismo internacional", y que culpan a la

izquierda y a Ios sindicatos de haber "causa do" la crisis económica en esa época en "que

estuvieron en el poder".

En la noche misma de las elecciones del 18 de junio, escuchábamos por la televisión a

jóvenes dirigentes apristas referirse en tales términos a la votación de la izquierda -

culpando a la "Primera Fase" y señalando el peligro comunista creado por ésta- que

debemos suponer que en ese momento la veían ya como, su enemigo principal, incluso

aquellos que -al menos por edad- podían compartir el mensaje de "izquierda democrática"

lanzado por su partido. El APRA, Acción Popular y el PPC desarrollan la ideología del

macartismo dentro de todo el sistema que la potencia en la coyuntura. Sin embargo, este

instrumental es incompleto, para el largo plazo, más aún si llegan a ser gobierno.

En efecto, una alianza del APRA con la cúpula militar y la tecnocracia, o una dictadura

militar-tecnocrática -con o sin interregnos de un débil Presidente civil, o incluso con cabeza

civil pero con recurrencia a un aparato militar sustantivo- tienen muchos más aspectos en

común que diferencias. No es sólo su defensa del orden burgués, donde caben matices

correspondientes a la heterogeneidad de fracciones y sectores, lo que Ios une. Es también

el hecho de que con "democracia restringida" o "dictadura militar tecnocrática" surge en

perspectiva una necesidad de exclusión, que supone represión. A la izquierda y al

movimiento popular no se le combate hoy en America Latina con palabras y con ideas, más

aún cuando estas últimas escasean. Se le enfrenta con represión desde el Estado y desde

sus aparatos militares. Y mediante las maquinarias "bufalescas" de un partido come, el

APRA, que ya en este tiempo transitorio jugaron algún rol, incluso en la Asamblea

Constituyente. Se le regula con "Estados de Emergencia" y con operativos militar-

policiales.

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En orden se recubre con los macartismos y las simplificaciones ideológicas ya referidas.

Porque sólo creando miedo contra un “monstruo de siete cabezas” – mitología por

simplificación y engaño –puede encubrirse un sistema de dominación que reprime, viola

derechos humanos fundamentales y toma más inhumanas las condiciones de vida de las

grandes mayorías. En nuestro caso estos partidos del campo burgués necesitan que se

desarrolle al máximo esta ideologización, porque sólo así recubrirán su falta a las

aspiraciones de cambio que la experiencia de esta década ha incentivado en amplios

sectores medios y populares, incluyendo parte significativa de la burocracia y – a pesar de

su cúpula actual de su normatividad – la Fuerza Armada.

En este oncenio de gobierno castrense, amplios sectores populares y medios han

madurado en sus aspiraciones de cambio. EI pueblos aspira a una democratización real,

que fácilmente podrá distinguirse de las formalidades de la democracia burguesa que en

America Latina ha pasado a ser en forma evidente una verdadera dictadura contra el

pueblo, no por la simple existencia de ti ranos sanguinarios sino por las necesidades

objetivas del capitalismo periférico, por sus cada vez más escasos márgenes de concesión.

La cuestión de la democracia se presenta hoy en nuestros países como, algo subversivo,

en tanto sus postulados requieren aquí la superación del capitalismo, bajo cualquiera de

las formulaciones que en esta sociedad puedan hacerse del socialismo. En nuestro medio

se procura identificar socialismo con totalitarismo o dictadura, y capitalismo con

democracia. Lo primero corresponde a otras realidades históricas, cuya imagen se importa

sacándola del contexto mismo de cada experiencia nacional. Lo segundo contradice la

experiencia vivida por el pueblo -en forma cada vez más consciente por amplios sectores-

porque hoy el capitalismo exige en casi toda America Latina la recurrencia sistemática a la

dictadura, además de la pauperización creciente que nunca se supero en los uses de la

periferia.

La incapacidad de la burguesía de construir un proyecto nacional en el Perú, ya

visualizada por Mariátegui en tos años 30, resulta una realidad palpable en esta época

transnacional. El carácter periférico --necesariamente dependiente- del capitalismo

introduce límites y contradicciones que impiden al campo burgués concretar modelos

políticos tipo europeo o norteamericano en nuestros pueblos. Todo esto está presente en la

crisis del Estado burgués de boy y puede debatirse con cifras y hechos irrefutables: ha

dejado de set simple opción doctrinaria. Por todo esto el periodo analizado presenta tantas

contradicciones que, sin quitar responsabilidad a Ios actores, fuerzan a elevar el nivel de

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análisis más allá de las circunstancias y de Ios actores que en la escena aparecen en

torno al poder.

En este período la renegociación de las alianzas exige también el diseño de una nueva

institucionalidad constitucional, que no es el eje pero sí será expresión de los reacomodos de

las fuerzas en pugna. Será aprobada otra Constitución destinada a ser violada. El proyecto

de Carta Constitucional que hoy se discute no se diferencia en sustancia del texto, nunca

cumplido, de la carta de 1933 salvo en inclusión del voto del analfabeto, aun no aprobada.

Su elaboración y la oferta de un cronograma de salida ha permitido a un régimen

deteriorado encabezar la renegociación dentro del campo burgués y continuar administrando

la crisis económica en contra de las necesidades básicas de la población, hoy en medio de

una miseria alarmante que cuestiona por si misma este desorden establecido en beneficio de

las minorías.

En los días previos al inicio del debate del proyecto constitucional, casi concluida la etapa

de comisiones, gran parte de la izquierda parece unirse a la extrema derecha para - con el

mecanismo de la doble vuelta- impedir el acceso del APRA al gobierno. ¿Es que se cree

que un Bedoya gobernará con menos margen de represión?,¿es que se olvida que

cualquiera de estos en el orden terminará pactando con el APRA y aliado con la cúpula

militar?, ¿o es que se piensa que debe ser conservado el mito aprista? Más aún, una norma

de este tipo puede dificultar la acumulación de fuerzas que la izquierda re quiere, porque

sólo en la utopia la doble vuelta reemplazará al golpe militar... En nuestro medio puede ser

más bien su mejor complemento, para que ante esta amenaza las fuerzas del campo

burgués se reunifiquen en la segunda vuelta, luego de que cada uno probó suerte y fuerza.

Y afirmar esto no es creer a pie juntillas en la aparente igualdad de oportunidades

electorales -para la izquierda- , ni pensar que el APRA es el mal menor. Lo planteamos

como elemento para el análisis. Aparecen serios límites en el juego político actual, pero

para esta izquierda puede ser muy seria la imagen de un pac to con la extrema derecha

con fines supuestamente tácticos, que coyunturalmente usará el APRA en su combate por

tos votos populares. En el campo popular la perspectiva supone una lucha en todos los

planos, una conquista del consenso mayoritario; y en las normas constitucionales apenas

puede obtenerse un espacio de denuncia y de señalamiento de contradicciones,

estableciendo acuerdos sólo en aquellos aspectos en los que se garantice meridianamente

un espacio democratizante.

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En la perspectiva de una "democracia restringida" o una "dictadura tecnocrática", civil-

militar o militar-civil, el curso del proceso ofrece aun interrogantes --que incluso han

cuestionado las elecciones mismas- dentro de las cuales los actores, con el amplio campo

de sus aciertos y errores, conducirán las fuerzas presentes en la escena.

Los elementos anotados en estas observaciones pueden contribuir al análisis de las

perspectivas que se ofrecen pare construir el futuro. La "Segunda Fase" del gobierno de la

Fuerza Armada no ha concluido, pero su derrotero se define en los parámetros anotados.

Tras el abandono del proyecto Velasquista, se ha orientado el gobierno hacia su único y

fundamental interlocutor: tos empresarios - nativos y foráneos- y, por consiguiente, los

partidos de este campo. Pero en su derrotero de administrador de la crisis, ha pesado el

proceso de recomposición del Estado y la clase dominante que enmarca esta década. Por

consiguiente, lo que hoy se negocia no es una transferencia de poder sino el reacomodo

dentro del mismo; y como la crisis ha hecho aflorar la existencia de profundas grietas en el

sistema, se intenta rediseñar el régimen político, sus reglas y sus bases de consenso.

Costará obtener "unidad de mando" en el propio campo burgués, a pesar de lo ya

avanzado, y aunque se alcance a concretar un proyecto político que capte masas en su

apoyo, los límites de esa forma de dominación están presentes en la perspectiva.

La izquierda y el movimiento popular constituyen hoy parte del sistema político, a pesar de

la recurrente represión y de una correlación de fuerzas desfavorable. A partir de las

experiencias obtenidas en este período, queda un largo trecho pare acumular fuerzas y

constituirse en alternativa de poder. Ningún salto es mecánico, ni en los hechos estarán

ausentes los límites, los errores y los aciertos de sus conductores. Sin embargo, hay un

elemento que sin triunfalismo alguno puede incentivar el optimismo en estos ultimo años

tos actores de la base, el pueblos de carne y hueso, han mostrado un nivel de iniciativa y

lucidez mucho mayor que en el pasado. Es el propio pueblos el que se pone de pie, y ante

ello cabe confiar en su potencialidad creadora de una nueva etapa histórica.

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