triada de micerinos

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COMENTARIO DE TEXTO: TRIADA DE MICERINOS Esta escultura se enmarca en el contexto histórico del Imperio Antiguo egipcio, desarrollado a mediados del tercer milenio a.C. (2500 a.C. aprox.). Este monumento representa al faraón (Micerinos) del alto Egipto, ya que lleva el sombrero típico que lo indica. Además, aparecen junto a él, dos divinidades femeninas. Esta obra escultórica es de relieve (tiene un centímetro de grosor aproximadamente), la cual presenta una características concretas. En estos acabados son representativos el hieratismo, es decir, una posición rígida y distante de las figuras, las formas cúbicas y la frontalidad, colocando el torso y los ojos de frente, y cabeza, brazos y pies de perfil (en este caso las tres figuras esculpidas presentan el cuerpo colocado de frente). La Triada de Micerinos presenta al faraón y a las divinidades bajo los ideales anatómicos de belleza de la época. El teócrata (faraón) se presenta semidesnudo, enseñando un torso muy definido, rígido por completo, ojos avellanados, el rostro relajado (poco común) y un pierna más adelantada que la otra, mostrando, así, indicios de movimiento. Las otras dos figuras son deidades. A la izquierda del faraón, la divinidad se identifica con la reina, mientras que la de la derecha es la diosa Hathor. Ambas llevan una túnicas transparentes y un cabello largo que les cae por los hombros. Aunque la escultura, en su conjunto, mide 92 cm, la figura de mayor tamaño es la del faraón, cuyo objetivo era representar el poder del mismo siguiendo la llamada “perspectiva jerárquica”, cuya técnica consiste en simbolizar con mayor o menor tamaño las personas más privilegiadas e importantes. El material utilizado para esculpir es la pizarra, usada tanto para la elaboración de las figuras, como para la base sobre las que éstas se apoyan. En cuanto al color, es el mismo al del material original. La decoración es sencilla y simplemente se caracteriza por una inscripción jeroglífica en la base inferior. El tema empleado es la representación del faraón, muy común en el arte egipcio. Como síntesis de lo anteriormente citado, esta escultura muestra el poder y la juventud del faraón que, junto a las dos diosas, evidencia de que la religión estaba muy presente en todas las obras. Tanto la escultura como la pintura, eran utilizadas para asegurar la continuidad física del monarca en la posteridad.

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Page 1: Triada de Micerinos

COMENTARIO DE TEXTO: TRIADA DE MICERINOS Esta escultura se enmarca en el contexto histórico del Imperio Antiguo                     egipcio, desarrollado a mediados del tercer milenio a.C. (2500 a.C.                   aprox.). Este monumento representa al faraón (Micerinos) del alto                 Egipto, ya que lleva el sombrero típico que lo indica. Además, aparecen                       junto a él, dos divinidades femeninas. Esta obra escultórica es de                     relieve (tiene un centímetro de grosor aproximadamente), la cual                 presenta una características concretas. En estos acabados son               representativos el hieratismo, es decir, una posición rígida y distante de                     las figuras, las formas cúbicas y la frontalidad, colocando el torso y los                         ojos de frente, y cabeza, brazos y pies de perfil (en este caso las tres                             

figuras esculpidas presentan el cuerpo colocado de frente).  La Triada de Micerinos presenta al faraón y a las divinidades bajo los ideales anatómicos de                               belleza de la época. El teócrata (faraón) se presenta semidesnudo, enseñando un torso muy                           definido, rígido por completo, ojos avellanados, el rostro relajado (poco común) y un pierna                           más adelantada que la otra, mostrando, así, indicios de movimiento. Las otras dos figuras son                             deidades. A la izquierda del faraón, la divinidad se identifica con la reina, mientras que la de la                                   derecha es la diosa Hathor. Ambas llevan una túnicas transparentes y un cabello largo que les                               cae por los hombros.  Aunque la escultura, en su conjunto, mide 92 cm, la figura de mayor tamaño es la del faraón,                                   cuyo objetivo era representar el poder del mismo siguiendo la llamada “perspectiva jerárquica”,                         cuya técnica consiste en simbolizar con mayor o menor tamaño las personas más privilegiadas e                             importantes. El material utilizado para esculpir es la pizarra, usada tanto para la elaboración de las figuras,                               como para la base sobre las que éstas se apoyan. En cuanto al color, es el mismo al del material                                       original. La decoración es sencilla y simplemente se caracteriza por una inscripción jeroglífica en                           la base inferior. El tema empleado es la representación del faraón, muy común en el arte egipcio. Como síntesis de lo anteriormente citado, esta escultura muestra el poder y la juventud del                             faraón que, junto a las dos diosas, evidencia de que la religión estaba muy presente en todas las                                   obras. Tanto la escultura como la pintura, eran utilizadas para asegurar la continuidad física                           del monarca en la posteridad.