terencio - comedias i (ed. bilingüe lisardo rubio) la andriana - el eunuco

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TERENCIO COMEDIAS LA ANDRIANA · EL EUNUCO TEXTO REVISADO Y TRADUCIDO POR LISARDO RUBIO VOLUMEN I 2 .a edición CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS MADRID, 1991

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Terencio - Comedias I (ed. bilingüe Lisardo Rubio) LA ANDRIANA · EL EUNUCOPublio Terencio Africano (Publius Terentius Afer) fue un autor de comedias durante la república Romana. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, pero según Suetonio, murió en 159 a. C. a la edad de treinta y cinco años, por lo que hemos de suponer en base a esto que nació aproximadamente en el año 194 a.C. Sus comedias se estrenaron entre 170 y 160 a. C. A lo largo de su vida escribió seis obras, todas conservadas.Andria es una comedia escrita por Terencio. Fue su primera obra, escrita aproximadamente a la edad de 19 años. Terencio la adaptó desde la traducción de la obra de Menandro concretamente de Andria y Perinthia. Fue representada en Roma por primera vez, alrededor del 170 a. C. También fue la primera de sus obras representada después de la antigüedad, en 1476 en Florencia.Se cuenta la historia del viejo Simón, que se ha asociado con su vecino Cremes para que sus hijo, Pánfilo y Filomena, se casen. Pánfilo, sin embargo, tiene un romance secreto con Glicerio, una chica que todo el mundo cree que es hermana de la cortesana Chrysis, quien espera un hijo de él. Simón descubre la relación de su hijo en el funeral de Chrysis y, profundamente irritado por esta "rebelión", le comunica la inminencia de la boda con Filumena, no obstante Cremes ha cancelado el acuerdo. El joven, sin embargo, está decidido a no traicionar a Glicerio y finge aceptar pasivamente el matrimonio. La historia se complica: Cremes ha cambiado de opinión y consentimientos. Los malentendidos se aclaran con la llegada del viejo Critón, amigo de la fallecida Chrysis, que reconoce a Glicerio como la hija que Cremes creía muerta en un naufragio en la isla de Andros, Pasibula. La obra termina con la boda doble: Pánfilo se casa con Glicerio y Carino, un amigo de Pánfilo, desposa a Filomena.El Eunuco es una de las obras más logradas de Terencio, que cobró por ella la suma más elevada que se pagó en Roma por una comedia. El año 161 a.C. volvió a representarse, como nueva, es decir, se pagó otra vez en vida de su autor. Dice Donato que en el teatro romano se ejecutaban a menudo cántica tomados de esta obra. Varios autores latinos citan pasajes de esta comedia, algunos de cuyos versos se convirtieron en proverbios.La obra fue producto de la contaminatio de dos comedias de Menandro. Del Eunuco tomó el argumento y del Colax los personajes del soldado y del parásito. La caracterización de sus personajes es muy matizada: Fedria es débil y acomodaticio; Querea, joven aún imberbe y petulante; Pitias, esclavo servicial; Parmenión, criado sentencioso y complaciente; Trasón, el alcahuete, aparece sin la brutalidad peculiar de tales indeseables; Cremes, joven un tanto anodino. Todos ellos carecen de principios sólidos pero están dotados de cierta bondad natural y se desenvuelven en un ambiente amable, en el que sobresale, sobre el resto de los personajes, la figura generosa, dulce y delicada de Thais, que se gana las simpatías del público con su gracia sencilla y su campechanía, cualidades que la hacen aparecer como un espíritu protector de cuantos la rodean. Incluso el parásito Gnatón se aparta del tipo deplorable de los de su calaña.El lenguaje de todos ellos es acorde con el carácter de cada uno. INTRODUCCIÓNVIDAORGANIZACIÓN LEGAL Y MATERIAL DEL TEATRO ROMANO EN EL SIGLO IILA OBRA DE TERENCIOEL AUTOR DRAMÁTICOCELEBRIDAD DE TERENCIOINFLUENCIA DE TERENCIO EN LAS LITERATURAS MODERNASEDICIONES DE TERENCIOEDICIONES ESPAÑOLAS DE TERENCIOTRADUCCIONES ESPAÑOLAS DE TERENCIOBIBLIOGRAFÍAABREVIATURAS MÁS IMPORTANTESSIGLACOMOEDIAEANDRIAINTRODUCCIÓN A LA ANDRIANASINOPSISDIDASCALIAPERIOCA DE C. SULPICIO APOLINARPERSONAJESPRÓLOGOACTO IACTO IIACTO IIIACTO IVACTO VSEGUNDO DESENLACE (APÓCRIFO) EVNVCHVSINTRODUCCIÓN AL EUNUCOSINOPSIS DIDASCALIAPERIOCA DE C. SULPICIO APOLINARPERSONAJESPRÓLOGOACTO IACTO IIACTO IIIACTO IVACT

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  • TERENCIO

    C O M E D I A SLA ANDRIANA EL EUNUCO

    TEXTO REVISADO Y TRADUCIDO POR

    LISARDO RUBIO

    VOLUMEN I2 . a edicin

    CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTFICAS MADRID, 1991

  • CONSEJO EDITORIAL

    Director: Francisco Rodrguez Adrados

    Secretario: Luis Alberto de Cuenca

    Consejo Asesor

    Manuel C. Daz y Daz Alberto Daz Tejera Antonio Fontn Jess Lens

    Han colaborado en la revisin de este volumen don ]uan Bastardas y doa Maa Cinta Catal

    Armauirumque Armauirumque
  • C. S. I. c.I S B N 84 - 00 - 07128 - X (Obra completa) I S B N 84 - 00 - 02335 - 8 (Volumen I) D ep sito l e g a l : S. 181 - 1991 Im preso e n E spa a Pr in t e d in Spa in

    EUROPA Ar t es G r f ic a s , S. A. Snchez Llevot, 1 Telf. (923) *22 22 50. 37005 Sa l a m a n c a

  • I N T R O D U C C I N

    V I D A

    La antigedad nos ha transmitido, y el caso es nico en la literatura anterior al siglo de Augusto, una biografa bastante amplia de Terencio; es obra de Suetonio y figuraba en su de ums illustribus, seccin de poetis-, el gramtico Aelio Donato la puso como prembulo a su comentario de Terencio y por ah ha llegado hasta nosotros. E l mismo gramtico aade al texto ntegro de Suetonio algunas noticias ms, de diversa procedencia; se designa comnmente a este apndice con el nombre de Auctarium Donati. San Jernimo tambin nos suministra alguna referencia *. En fin, poseemos toda una coleccin de uitae Terenti, annimas, conservadas en los manuscritos del comedigrafo 2.

    Esta relativa abundancia de fuentes biogrficas no ha de inspirarnos, sin embargo, excesivo optimismo. En realidad, el nico documento esencial es la uita escrita por Suetonio y a ella se debe cuanto sabemos de Terencio. Suetonio compone una biografa conforme al canon del gnero, fijado por la escuela alejandrino-romana; en su texto apreciamos un continuo cotejo de testimonios, opiniones y conjeturas; ello es buena prueba del espritu crtico del autor, pero a la vez una evidente demostracin de que ya por enton-

    1 Chron. ad OI. 155,3 = ! 58 a de J. C.a D z ia tz k o , Vitae Terentii, Fleckeis. Jah rb . 149 (1894) 472; S abbad in i, R . , Bio-

    grafi e commentatori di Terenzio, S IF C 5 (1897) 289-327.

    [DC]

  • INTRODUCCIN

    ces se tenan pocas noticias seguras de la biografa en cuestin.He aqu, ante todo, los datos que no son objeto de controversia.

    Publius Terentius Afer, natural de Cartago, vivi entre el final de la segunda guerra pnica (ao 201) y el comienzo de la tercera (ao 149); muy joven vino a ser esclavo del senador romano C. Terentius Lucanus, militar ilustre y apasionado cultivador de espectculos gladiatorios \ L a inteligencia y buen parecido fsico del esclavo llamaron la atencin del senador y le valieron un trato de favor en la esclavitud, una educacin liberal y una manumisin temprana- Form parte en Roma del crculo literario que se agrupaba alrededor de Escipin Africano el menor y su ntimo amigo Lelio para discutir cuestiones literarias despus de las sesiones del Senado y de las asambleas del Foro. Este ambiente social influy favorablemente en la formacin del joven poeta. En el ao 166 public Terencio su primera comedia, La Andriana, a la que siguieron otras cinco, anteriores todas al ao 160, fecha en que emprende un viaje al mundo griego, durante el cual le sorprende la muerte (ao 159).

    E l primer problema de la biografa terenciana lo plantea su mismo cognomen de Afer, susceptible de varias interpretaciones. En la antigedad encontramos frecuentemente A fr i designando una rama libia, en contraposicin a Poeni (los Cartagineses); por ello algn crtico antiguo, como Fenestella, y, sobre todo, los modernos han querido ver en el cognomen de Terencio una alusin no a su pas natal, sino a su origen tnico, y, en consecuencia, sealan al poeta oriundez libia y no pnica, a pesar de su nacimiento en Cartago 2; tal interpretacin se ha generalizado en nuestros das, y la mayora de los manuales la dan por segura sin discutirla; otros, como Schanz, la consideran como probable. Sin embargo, recientemente se ha demostrado que la contraposicin AfriPoeni pertenece a un uso

    . 1 P a u ly-W issowa, R E , . c. 664.2 Schanz-H osius4 I3 p* 103 , con bibliografa.

    [x]

  • INTRODUCCIN

    onomstico relativamente tardo, no anterior al siglo de Augusto u, en el perodo republicano A fer es sencillamente el que procede de Africa, sin especificacin racial; por eso creemos con Rostagni2 que ha de abandonarse la otra interpretacin y que no hay motivo para ver en nuestro poeta a un Nmida o un Gtulo. Algn autor ha negado incluso que Terencio fuera africano, viendo en A fer no un derivativo de patria, sino un cognomen alusivo a la tez morena del poeta (colore fusco dice la uita) segn costumbre onomstica romana: Albus, Rufus, Flauus, e tc .3.

    Cmo lleg este africano a manos de un senador romano? No fu como botn de guerra, ya que Terencio nace una vez terminada la segunda guerra pnica y muere antes de iniciarse la tercera; tampoco vemos que pudiera proceder de la compraventa, pues e comercio de esclavos entre Italia y Africa fu instituido posteriormente, despus de la cada de Cartago (ao 146). La cuestin parece, por consiguiente, insoluble. Sin embargo, quedan otras posibilidades: cabe un regalo o una compra a travs de la piratera, etc. Y , por ignorar tales circunstancias, no hemos de rechazar el hecho mismo de la esclavitud del futuro comedigrafo, otro de los extremos a que ha llegado la crtica moderna sin suficiente fundamento. 4

    Sobre la fecha de la muerte del poeta las dudas no tienen gran importancia; la uita lo hace morir en el consulado de Cn. Cornelio Dolabella y M . Fulvio Nobilior, es decir, en el ao 159. Probablemente esta determinacin cronolgica no se funda sino en el viaje del poeta y el final de su actividad literaria, pero es ello suficiente, ya que es segura la fecha del ao 160 para la representacin de los

    1 F r a n k , T ., On Suetonius L ife of Terence, A JP h 54 (1933), 269-273; M arou- ZEAU, J . , Trence, Comdies I , p. 8.

    2 Com. a Suetonio, ude poetis, Turin 1944, p. 28.3 B e t t i, S ., Sulla patria del poeta comico Terenzio en Atti dAccad. rom. di arch.

    14 (i860), 139 ss.4 B e t t i, S ., loe. cit.

    [xi]

  • INTRODUCCIN

    Adelphoe, a la que sigui muy pronto el viaje fatal. San Jernimo retrasa la muerte hasta el ao 1859 = 158 a. de J. C ., pero sin alegar ninguna fuente nueva; debe tratarse, observa Rostagni \ de un desplazamiento mecnico determinado por razones externas, ya que la casilla correspondiente al ao 159 estaba sobrecargada de materias; tal desplazamiento no es nico en la cronologa del santo.

    Las divergencias referentes a la fecha del nacimiento son ms considerables. Leemos eri dos manuscritosy son los de mayor autoridad : post editas comoedias (ao 160) nondum quinctum at que uicessimum egressum annum..., es decir, que Terencio habra nacido en el 185; la misma uita nos refiere un testimonio de G. Nepote, segn el cual Terencio era de la misma edad que sus ilustres amigos Escipin y Lelio; esta coincidencia vuelve a llevarnos al ao 185 en que nace, desde luego, Escipin (aunque no Lelio) 2. Pero contra esta cronologa, que parece ser la tradicional, ya en tiempos de Suetonio, se levanta Fenestella afirmando que Terencio es mayor que sus dos amigos; y, por otra parte, los restantes manuscritos traen quinctum et tricessimum ( = 195). Slo por razones indirectas podemos inclinarnos a una u otra fecha. Si Terencio hubiera nacido en el 185, no tendra veinte aos cuando public su Andria, y entonces, cmo no se habran admirado los antiguos de su precocidad? Cmo no habra hecho alguna alusin a su corta edad el viejo poeta malvolo, tan encarnizado contra todas y cada una de sus comedias? No fijara C. Nepote el nacimiento de Terencio en el 185 buscando una coincidencia ms entre los tres amigos? Por estas consideraciones acostumbran los modernos a retroceder con Fenestella algunos aos la fecha del nacimiento y admitir incluso con la mayora de los manuscritos el ao 195 3.

    1 Corn. a Suetonio ude poetis, p. 27.2 R o st a g n i, A u g ., op. cit., p. 30.3 D z ia t zk o , P . Terenti A fr i Comoediae, p raef. V -V I; P ir r o , A ., L a data della

    nascita d i Terenzio R F IC 24 (18 9 5) 38 2-38 7 .

    [XII]

  • INTRODUCCIN

    Terencio ha sido el riguroso sucesor de Cecilio Estacio en el cultivo de la palliata, lo fu cronolgicamente, ya que los comienzos de Terencio coinciden con el final del viejo predecesor; y lo fu tambin artsticamente, ya que complet la helenizacin del teatro latino segn la acentuada tendencia de aqul. Varias fuentes nos refieren que el joven Terencio, antes de lograr la representacin de su primera comedia, debi someterla a la previa aprobacin de Cecilio. Algunas dificultades se oponen, sin embargo, a esta conjuncin cronolgica.

    Los comienzos de la actividad literaria de Terencio estn perfectamente definidos y se sitan en el ao 166 a. de J . C. Para fijar la muerte de Cecilio disponemos, fundamentalmente, de un dato de San Jernimo: mortuus est anno post mortem Ennii et iuxta Ianiculum sepultus. E l ao en que muere Ennio no es dudoso: Cicern nos dice, por dos veces, que fallece en el 169 Segn esto, Cecilio habra muerto en el 168. Por otra parte, observamos con sorpresa que San Jernimo, al referir las palabras antes citadas, se sita en el ao 167 (es verdad que ya haba fijado, arbitrariamente, con anterioridad el ao 168 como el de la muerte de Ennio). En todo caso, muerto en el 168 o en el 167, Cecilio no hubiera podido dar el vistobueno a Terencio en el 166. D e aqu que se haya puesto en duda la conocida ancdota referida por Suetonio y tambin por el propio San Jernimo.

    Sin embargo, parece muy natural que, antes de aceptar la obra de un principiante, los ediles reclamaran el juicio de Cecilio, el campen del teatro cmico por entonces y, probablemente, el director del collegium scribarum his trionum que con sede en el Aventino a. Suetonio, cuyo espritu crtico es bien manifiesto a lo largo de la

    1 L a primera en Brutus, 20, 78: cum Thyestem fabulam docuisset Q. Marcio Cn. Seruilio consulibus (ao 169) mortem obiit Ennius. L a segunda en Cato Maiora 5, 14 ; Ennius autem Caepione ( = Cn. Seruilio Caepione) et Philippo ( = Q. Marcio Phil.) iterum consulibus mortuus est annos septuaginta natus: tot enim uixit Ennius.

    a R o sta g n i, A u g ., op. cit., p. 33.

    []

  • INTRODUCCIN

    uita, da por segura la presentacin a Cecilio; del texto parece desprenderse que sus dudas (dicitur) slo se refieren a determinadas circunstancias, como son la msera indumentaria del poeta, la desconfianza del juez en un principio, su admiracin posterior y el consiguiente trato de mayor familiaridad.

    Por cuantas consideraciones preceden nos inclinamos a admitir la autenticidad de la famosa presentacin con el propio San Jernimo enmendando su cronologa, como lo han hecho Ritschl (anno post mortem Ennii I I I ) y Dziatzko (anno post mortem Ennii 11I I ) , o, mejor, sin aadir tertio ni quarto, suprimiendo el anno que San Je rnimo introdujo en el texto de Suetonio para precisar el post calculado en un ao *.

    En el primer tercio del siglo u a. de J . C., por circunstancias histricas bien conocidas, la corriente del helenismo que penetra en Roma adquiere cada da mayor intensidad; muy pronto arrollar al grupo tradicionalista de Catn, aferrado a los tiempos pretritos. Este helenismo hace florecer la vida de sociedad, cuya expresin ms brillante es el crculo de los Escipiones. Escipin Emiliano, el futuro destructor de Cartago, dueo desde nio de la rica biblioteca del derrotado rey Perseo, educado bajo la direccin del historiador Polibio, era un admirador apasionado de la cultura griega. A su alrededor se agrupaban polticos como Lelioel Sapiens por antonomasia , Tubern, Q. Scaevola, L . Fannius, R . Rutilius, etc. Entre los literatos figuraban griegos ilustres como el filsofo Panaetius y el historiador Polibio; a su lado representaban las letras latinas el satrico Lucilio y el comedigrafo Terencio. Este ltimo parece haber sido el poeta favorito y el portavoz de la brillante sociedad: su ideal literario, su gusto refinado y su estilo correspondan exactamente a cuanto era grato al crculo patrocinado por los Escipiones. Tanto es as que entre los contemporneos surgieron rumores mali-

    1 R o s t a g h i, A u g ., op. cit., p . 2 5 .

    [xiv]

  • INTRODUCCIN

    ciosos sobre las relaciones entre el poeta y sus ilustres mecenas: algunos de sus rivales en el campo de las letras pretendan que todo el mrito literario atribuido a Terencio corresponda, en realidad, a Lelio y a Escipin, verdaderos autores de sus dramas; otros intentaban desnaturalizar las relaciones entre Terencio y sus amigos presentndolas como sospechosas (suspicionem de consuetudine, dir Porcio Licinio en el trnsito del siglo il al i a. de J . C.) Probablemente, el espritu tradicionalista romano, que confunda el helenismo con la inmoralidad, contribuy a sealar el crculo como foco de corrupcin a la manera griega.

    Sobre los motivos que llevaron a Terencio al extranjero ya no haba ms que conjeturas en tiempos de Suetonio. Se trataba de un viaje de recreo? Pretenda el poeta sustraerse un poco a la crtica hostil? Deseaba tomar contacto in situ con el mundo griego para lograr mayor fidelidad en sus palliatae conforme al rigorismo del gusto reinante? L o ms verosmil es que se tratara, efectivamente, de un viaje de estudio: sera el primer caso conocido de un uso que tendr varios seguidores en el mismo siglo n y se generalizar en el i a. de J . C. Terencio querra conocer el pas de sus modelos Apolodoro y Menandro, asistir en los teatros griegos a las representaciones de actualidad y orientarse en vista de futuros trabajos.

    Tambin se discute la meta del viaje emprendido. Cosconio dice que Terencio fu a Grecia; Volcacio Sedgito, que a Asia (menor); y Porcio Licinio, que Graeciae in terram ultimam, expresin que bien pudiera designar igualmente el Asia Menor; el viaje al Asia Menor nada tendra de sorprendente: Prgamo, con su clebre Biblioteca, era un centro intelectual de poderosa atraccin; otro romano estudioso del teatro tambin va a Prgamo alrededor del ao 133 \ Cabe, en fin, que nuestro poeta haya visitado sucesivamente el Asia Menor y la Grecia propiamente dicha.

    1 A u lo G B U O j X I I I , 2, 2 .

    [xv]

  • INTRODUCCIN

    Igual incertidumbre envuelve las circunstancias de su muerte. Cosconio lo hace morir en un naufragio al regresar de su viaje; el informe debi (ser recogido por Varrn, ya que ste cita a su predecesor alguna v ez 1; y, a travs del De poetis de Varrn, llegara la tradicin a Suetonio. Todos los dems autores, por ejemplo, Porcio Licinio, lo hacen morir en tierra, ya sea en Arcadia, ya en Leucadia, pero tambin admiten un naufragio, el de la nave que transportaba el equipaje de Terencio, por cuyo disgusto habra enfermado el poeta.

    Terencio regresaba a Roma, dice la uita con la traduccin de 108 comedias de Menandro, error manifiesto, ya que es materialmente imposible que Terencio tradujera 108 comedias en un ao. La mayora de los crticos, siguiendo a Ritschl, suprimen el nmero 108, creyendo se trata de una ditografa C V III del C V M precedente; tambin puede ocurrir, ya que las comedias de Menandro parecen haber sido realmente 108, que el error radique en conuersis por faltarle un modificativo como partim, por ejemplo 2.

    Terencio al morir dej algunos bienes en la Via Appia, inter I et I I milliarium 3, y tambin una hija, que cas con un caballero romano. Estas dos circunstancias hacan ya muy sospechosas para Suetonio las palabras de Porcio Licinio, que habla de la extremada pobreza de Terencio. Ha de pensarse que P. Licinio, como en otros pasajes de su obra, alter aqu algo los hechos dejndose llevar de su espritu democrtico para desacreditar una vez ms a los nobles que habran abandonado al poeta cuando dej de ser para ellos un instrumento de placer 4.

    En fin, Suetonio nos da algunas noticias sobre el aspecto externo de Terencio. Adems, han llegado hasta nosotros una serie de retra

    1 Lingua lat. V I , 36; V I, 89. R o sta g n i, A u g ., op. cit., p p . 39-40.3 Vita 6; D essau , Inscriptiones latinae selectae, 3 139 , 5386, 7 2 13 .* R o sta g n i, A u g ., op. cit., p p . 3 1 y 4 1 .

    [xvi]

  • INTRODUCCIN

    tos en los manuscritos ilustrados (Vaticanus, Parisinus, Basilicanus y Ambrosianus). Estas ilustraciones han sido muy estudiadas modernamente x. Las opiniones ms optimistas hacen remontar tales retratos a finales del siglo I I de nuestra Era. E l museo del Capitolio guarda un busto llamado de Terencio, que se hall en 1929 en la finca de Suetonio. Es muy dudoso que. a pesar de todo, dispongamos de un autntico retrato de Terencio; todos estos testimonios merecen muy poco crdito y se inspiran seguramente en los datos de Suetonio.

    O R G A N IZ A C I N L E G A L Y M A T E R IA L D E L T E A T R O RO M ANO E N E L S IG L O I I 2

    Las representaciones escnicas tienen siempre en la antigedad un carcter religioso: son un elemento del culto, y por ello la entrada era siempre gratuita, como a cualquier otra ceremonia religiosa.

    En la poca republicana hubo cinco solemnidades anuales y regulares con representaciones escnicas: los ludi Romani, los ludi Florales (con representaciones exclusivamente de mimos), los ludi plebeii, los ludi Apollinares y los ludi Megalenses. Slo en los ludi Romani y en los Megalenses parece haber intervenido Terencio: probablemente eran por entonces las dos festividades de mayor realce en Roma. Los ludi Romani tenan gran tradicin: haban sido una creacin de Tarquinio el viejo (?), segn Cicern 3, y honraban a la primera divinidad del panten romano, Jpiter Capito-

    1 Bibliografa en M arouzeau , Trence Comedies, pp. 84-85; ver tambin infra pp. L X I I - L X I I I .

    2 F a bia , Ph ., Les thtres de Rome au temps de Plaute et de Trence, RevPhilol,, 2 1 (1897), I ss.; M ic h Au t , G ., Histoire de la comdie romaine, Paris 19 12 ; B ie b e r , M ., The history o f the greek and roman theater, Princeton, University Press, 1939.

    3 rep. I I . 36,

    [xvii]

  • INTRODUCCIN

    lino; se celebraban el 15 de septiembre. Precisamente en esta solemnidad se introdujo la innovacin de las representaciones teatrales a la manera griega en el ao 240 (primera obra de Livio Andrnico). Las otras cuatro fiestas se organizaron en la segunda mitad del siglo n i y primeros aos del n. Los ludi Megalenses fueron la festividad ms reciente; creados en el ao 204, figuran entre las solemnidades anuales regulares y con representaciones escnicas desde el 194; se celebraban a primeros de abril en honor de la Magna Mater, la gran diosa, madre de los dioses, cuyo culto acababa de introducirse en Roma. Es, pues, una institucin de la generacin de Terencio, y , por lo mismo, debi obscurecer por entonces a los restantes festejos, salvo los lud Romani (ludi magni o maximi uotiui), que seran la gran fiesta nacional.

    Fuera de estas cinco solemnidades regulares, por algn motivo circunstancial, podan tambin organizarse festejos, ya sea oficiales (ludi dedicatorii, ludi triumphales, etc.), ya sea privados. Los ludi

    funebres eran los ms frecuentes entre los juegos privados. Los funerales de L . Emilio Paulo, en el ao 160, fueron una ocasin muy indicada para que interviniera nuestro comedigrafo, gran amigo de la familia como efectivamente lo hizo.

    Los juegos pblicos oficiales se celebraban, naturalmente, bajo una presidencia oficial. Los magistrados, por excelencia, eran los cnsules, y a ellos corresponda por derecho la organizacin de las representaciones anuales y de las extraordinarias no anuales. Pero al multiplicarse los juegos y dems actividades oficiales, los cnsules debieron confiar la organizacin de los espectculos a otros magistrados subalternos; ya en tiempos de Terencio eran los ediles curules los organizadores de los ludi Romani y los ludi Megalenses, aunque en ellos tenan los cnsules siempre reservado un lugar de honor.

    En principio, los magistrados-organizadores deban encargarse absolutamente de todos los pormenores del espectculo: elegan la

    [xvm]

  • INTRODUCCIN

    obra que iba a representarse, el msico, los actores; dirigan los ensayos, preparaban la indumentaria y accesorios e incluso montaban el teatro, ya que no hay teatros permanentes en Roma hasta mediados del siglo I a. de J . C.

    Es evidente que no todos los magistrados estaran capacitados ni tendran tiempo para todos estos menesteres; se rodearan de personas competentes para asesorarse. Livio Andrnico fu, sin duda, quien lo organiz todo en aquella primera representacin del ao 240, aunque la responsabilidad de todo recayera sobre un magistrado.

    En el siglo 11 el teatro est ya hondamente arraigado en las costumbres romanas, y, por las didascalias y prlogos de Terencio, conocemos excelentes profesionales para organizar, en nombre de los magistrados, las representaciones teatrales.

    E l dominus gregis es el personaje ms importante con quien haban de tratar los magistrados; es el director del teatro, el jefe de la compaa y, a la vez, el principal intrprete. Alguna vez, sin duda, impondra el magistrado una obra determinada cuando tena o crea tener un criterio sebi 10 cuando se trataba de un autor ya aceptado por el pblico. Pero en la mayora de los casos el dominus gregis decida en la eleccin del programa; as, ejerci una verdadera influencia literaria: sin Ambivio Turpin, por ejemplo, ni Cecilio ni Terencio hubieran triunfado en la escena. Con el dominus gregis tambin deban ajustar los magistrados el importe de los gastos, y a l precisamente deberan satisfacer dicho importe, encargndose luego el dominus gregis de reclutar, instruir, dirigir y pagar la compaa. Esta se compona de un msico (probablemente compositor y ejecutante a la vez), un cantor y varios actores y figurantes. Es muy difcil precisar cuntos actores componan la compaa. Los textos antiguos nos hablan de primae, secundae y tertiae partes; por ello se ha sostenido modernamente que nunca hubo ms de tres actores; pero tal afirmacin es un error manifiesto, ya que Donato (Hecyra, praefatio 4) habla de un cuarto actor, y Evantio (de fa-

    [xix]

  • INTRODUCCIN

    bula I I , 2), de un quinto. Se ha discutido acaloradamente la cuestin desde varios puntos de vista, sin llegar a conclusiones seguras. Es prudente atenerse a la opinin de Dziatzko no haba regla fija en el nmero de actores; el dominus gregis se procurara el nmero indispensable en cada caso (las mscaras, o, si en tiempos de Terencio todava no se usaban mscaras, las pelucas, permitan reducir ese nmero y ahorrar as salarios).

    Hasta finales de la Repblica el oficio de actor es infamante; y esto resulta ms sorprendente si tenemos en cuenta que los espectculos eran un elemento del culto. No haba, pues, ciudadanos actores; el dominus gregis era un liberto, y slo entre los libertos o esclavos encontraba sus colaboradores.

    E l primer intento de establecer en Roma un teatro permanente y de piedra se sita en el 155 a. de J . C . 2. E l intento fracasa por reaccin del tradicionalismo romano y su prevencin contra las novedades extranjeras. Slo un siglo ms tarde, exactamente en el 55: lograr Pompeyo, y con mucha habilidad, vencer el prejuicio tradicional; en los ltimos aos del mismo siglo construir en Roma otro teatro el espaol Balbo el Menor 3, y otro ms, Augusto; sos son los tres teatros que conocieron los romanos. Las obras de Terencio, como las de Plauto, se representaron, pues, en locales de ocasin, un escenario y un simple recinto, acotado, al aire libre, sin asientos 4. Este teatro rudimentario y de madera se desmontaba al terminar la fiesta.

    1 D z ia tz k o , Phormio, introd .! Oro sio , IV , 2 1 .8 V er las noticias que de este teatro tenemos en nuestro trabajo Los Balbos y

    el Imperio romano 2 . parte, Anales de H istoria Antigua y Medieval, Buenos Aires

    I 951 , PP I 9 1 ss 4 Los espectadores asistan de pie a la representacin (cfr. T cito , An. X IV , 20).

    [xx]

  • INTRODUCCIN

    L A O BRA D E T E R E N C IO

    D i d a s c a l i a s y p e r o c a s 1 La palabra tiene mltiples significados. D e acuerdo con la etimologa, designaba originariamente entre los griegos el estudio de los coros y dilogos dramticos con arreglo a las instrucciones que el utor daba a los coreutas y actores para la correcta interpretacin de la obra; design posteriormente la obra en s o el conjunto de obras representadas en una solemnidad, y, en fin, el catlogo de los concursos dramticos, conservados en Grecia en los archivos del Estado, como documentos oficiales, con el nombre de los poetas que haban concurrido, el puesto asignado a cada uno de ellos en el concurso, el ttulo de las obras representadas, el nombre de los protagonistas, etc. Aristteles public unas utilizando los archivos antes mencionados y las inscripciones que en los alrededores del teatro de Dionysos conservaban datos anlogos. Muchos gramticos griegos continuaron y completaron la obra de Aristteles.

    Las didascalias figuraron ya en las ediciones alejandrinas al lado de las obras editadas 2. E l uso se traslad a Roma, y al frente de cada comedia de Terencio traen los manuscritos una didascalia anloga a las didascalias atenienses, es decir, una nota con los siguientes datos: el autor latino y el ttulo de su obra, el autor y el ttulo del original griego, la solemnidad que ocasion la representacin, el nombre de los magistrados organizadores de la fiesta, el director de la compaa cmica, el compositor y el tipo de msica, el orden de la comedia en la serie de obras del mismo autor, y, en fin, los cnsules en funciones.

    Son casi las nicas didascalias que poseemos del teatro latino.

    1 D a r em be r g - S a g l io , Dictionnaire des antiquits grecques et romaines, s. u.2 M ic h a t , G ., Histoire de la comdie romaine, Paris 19 12 , pp. 1 4 1 ss.; D it tm e r ,

    Fragments of Athenian Comic Didascaliae found in Rome, 1923, p. 7.

    [xxi]

  • INTRODUCCIN

    Slo se pueden citar, adems, dos de Plauto: la de Stichus, muy mutilada, y la de Pseudolus, publicada por Angelo M ai, como la didas- calia de los Adelphoe e identificada por R itsch lx.

    Quin es el autor de las didascalias de Terencio? Cmo, cundo y dnde se compusieron? Slo hay conjeturas sobre estas importantes cuestiones. Sabemos que existieron unos ueteres commentarii sobre la antigedad teatral romana; Cicern alude a ellos en dos ocasiones 2. M advig 3 se pregunta qu comentarios eran esos: uix pontificii fuerunt, quos tam indefinite significare non solet, sed potius magistratuum qui ludos edebant, y aade: ex huiusmodi commentariis ductas opinor didascalias terentianas. En suma, Madvig se limita a suponer tmidamente que en Roma las didascalias tendran una historia anloga a la de las didascalias griegas. Sin embargo, su conjetura, sin mayor fundamento, vino a ser un axioma entre los latinistas. Como autor de las didascalias se pens en Varrn, el gran anticuario romano, o en algn gramtico del siglo anterior a nuestra Era, o en algn editor antiguo que pudo tener a mano el de actis scaenicis de Varrn.

    D e hecho, es opinin general que las didascalias constituyeron en un principio una historia externa perfecta de la actividad del poeta; se lamenta que alguna est incompleta, y, sobre todo, que sus datos se hayan ido desfigurando y embrollando de diversos modos en las sucesivas redacciones; pero a estos males habra puesto remedio Dziatzko en sus trabajos fundamentales sobre el tema 4. Subsanadas por Dziatzko siguen siendo las didascalias el documento venerando y bsico para conocer la breve carrera literaria de Terencio: ah tenemos, se dice, los informes oficiales, precisos y seguros de

    1 M ax, A n g elo , Plaut. Fragm. ined. ( 18 15 ) , p . 52; R it s c h l , F . , Parerga, L e ip zig 1845, 2 5 1 y 280.

    2 Brutus 15 , 60; 18 , 72.s Opuscula Academica, I 2, 87, i .4 R h M X X (1865) 570-598 y X X I (1866) 64-92.

    [xxn]

  • INTRODUCCIN

    su actividad teatral. Luego veremos lo que hay de cierto en ello.Tambin las periocae, que resumen el argumento de las comedias

    de Plauto y Terencio, tienen precedentes griegos \ Frente a las perocas de Plauto, de dimensin variable, las de Terencio comprenden todas doce senarios ymbicos, y son obra, bastante defectuosa, de un gramtico del siglo I I de nuestra Era, C. Sulpicio Apolinar, africano de Cartago como Terencio. Un papiro de Aphroditpolis nos ha conservado un modelo griego de iguales dimensiones para el de Menandro 2. Si estos pobres sumarios siguen teniendo en nuestras ediciones el honor de preceder las comedias latinas, ello es debido nicamente al peso de la tradicin.

    Los p r l o g o s . E l prlogo constitua un elemento esencial en el arte antiguo, elemento catalogado y estudiado por los preceptistas literarios 3. Puede seguirse su historia y evolucin a travs de la tragedia (Esquilo, Sfocles y, sobre todo, Eurpides) y la comedia griega para llegar a la palliata romana 4.

    Aristteles seala como funcin propia del prlogo en la tragedia exponer el contenido de la misma. Y tal es, efectivamente, el papel esencial del prlogo en Eurpides. En cuanto a la forma, este autor empieza de ordinario con un monlogo y contina con un dilogo (a veces por otro monlogo o tambin por un dilogo y un monlogo); su prlogo no precede necesariamente el drama: puede incorporarse a l una vez iniciado; en fin lo pronuncia un dios, un ser sobrenatural o, con menos frecuencia, un actor ordinario que volver a reaparecer en la escena con su propio papel. Fu enorme la influen-

    1 M ic h e l , W ., De fabularum Graecarum argumentis metricis, Giessen 1908, pp. 29 ss.

    2 M ic h e l , W ., op. cit., p. 29.8 A r ist t e le s , Poet. X I I , Rhet. I l l , 14 ; D onato , Comm. V I I , 2.4 C ro iset , A. y M ., Hist, de la Littr. Grecque, I I I , Paris 2i 899, i i o - i i i ; 323

    324 ; M ic h a u t , G ., Histoire de la comdie romaine, 15 3 - 15 9 .

    [x x iii]

  • INTRODUCCIN

    cia de Eurpides en el teatro posterior y concretamente en la comedia nueva \ Los comedigrafos imitaron, entre otros procedimientos suyos, el del prlogo, pero introduciendo, a veces, alguna modificacin. A l prlogo impersonal de la tragedia aade la comedia antigua la parbasis personal. Y en alguna comedia nueva el prlogo presenta, excepcionalmente, con la exposicin del argumento, un elemento extrao al drama, a saber, una breve apologa de la obra y de su autor. Luciano alude a un prlogo en que un personaje alegrico, Elenchos, pronunciaba el elogium del autor 2. Pero en la tcnica teatral de la comedia nueva griega no entraba normalmente el prlogo-elogium, sino el prlogo-exposicin a la manera de Eurpides 3; y , si hemos de juzgar por las tres comedias de Menandro cuyos prlogos conocemos, uno o varios actores ordinarios iniciaban esta exposicin; luego una divinidad completaba y coronaba el resumen del argumento, exactamente como ocurre en la Cistellaria de Plauto con la intervencin de Auxilium (w . 149-202).

    Imitando indiferentemente todas las formas de prlogos griegos, Plauto 4 admite el prlogo-exposicin y el prlogo-elogium (Asmara, Vidularia), el prlogo independiente de la pieza y el prlogo ligado a ella (Miles gloriosus, Cistellaria, Mercator), y , por otra parte, el prlogo-divinidad o personaje alegrico (Lar familiaris en Aulularia, Auxilium en Cistellaria, Arcturus en Rudens, Luxuria e Inopia en Trinummus) y el prlogo-actor ordinario (Carino en Mercator, Palestrin en Miles Gloriosus). Sin embargo, domina en l, con mucho, el prlogo-exposicin, con el anlisis preliminar de la intriga total desde sus orgenes hasta su desenlace. Este procedimiento es ms didctico y claro que el procedimiento de la exposicin como lo concebimos hoy da; pero es tambin ms artificial y menos ar-

    1 C r o iset , A . y M ., Hist, de la Littr. Grecque, I I I , 337 y ss.2 Pseudologista IV . T er z a g h i, Fabula, Palermo 19 12 , p. 175 ss.* M e y e r , W ., Quaestiones Terentianae, D iss., Leipzig 1902, pp. 62-68.

    []

  • INTRODUCCIN

    tstico. Tal vez ya tuvo Plauto conciencia de este inconveniente, y por evitarlo fundi en el Mercator el prlogo propiamente dicho con la primera escena: el hroe, Carino, expone en un largo monlogo el contenido del drama y su propio estado psicolgico al iniciarse la accin.

    Para Terencio el prlogo narrativo es una forma grosera de exposicin: lo destierra para siempre desde el comienzo de su carrera literaria. En su obra remite la exposicin al principio del drama propiamente dicho: actores especiales ( ) o actores ordinarios nos darn a conocer, sin romper la ilusin escnica, los precedentes y circunstancias (no el argumento ntegro) de la accin que va a desarrollarse ante los espectadores.

    Sin embargo, no por ello suprime Terencio el prlogo, elemento regular, esperado y considerado imprescindible. Pero resuelve de un modo original la cuestin: concilia las exigencias de la crtica, que reclama un prlogo, y las de su gusto literario, que repudia el prlogo-exposicin, acudiendo al prlogo literario, verdadero prlogo en el sentido actual de la palabra, totalmente independiente de la obra que le sigue. No inventaba nada nuevo con esto: aprovechaba simplemente los precedentes de excepcin para realizar la forma de prlogo que consideraba ms artstica y atenerse nicamente a esta forma.

    No poseemos la menor noticia de los prlogos de Cecilio; es posible que tambin en este punto haya sido un eslabn interesante entre Plauto y Terencio x.

    Sigue usando Terencio la personificacin puramente romana del Prologus (personaje joven con indumentaria caracterstica); hasta conserva el ramo de olivo que trae en son de paz (representaciones en el Parisinus, el Ambrosianus, el Vaticanus), pero, en realidad, el Prologus de Terencio sale a la escena para polemizar, y lo hace con

    1 F r a n k , T . , Terences contribution to plot-construction, A JP h 49 (1928) 309-322.

    [xxv]

  • INTRODUCCIN

    una viveza, un calor y una pasin que sorprenden al lector acostumbrado a la moderacin, dulzura y suavidad, caractersticas del comedigrafo.

    Los prlogos de Terencio nos suministran informes muy variados sobre el teatro latino. Se ve en ellos, en primer lugar, cun viva era la pasin por el teatro en la Roma del siglo I I anterior a nuestra Era; cun violentas las disputas entre autores y actores de distintas tendencias y gustos. Un estreno era un acontecimiento importante que se esperaba con impaciencia y excitaba la curiosidad del pblico. Se intentaba conocer o adivinar el argumento de la obra que iba a representarse; para enterarse de l la gente trataba de introducirse subrepticiamente en las representaciones de ensayo que se daban ante un pblico restringido; se discutan los mritos y se intrigaba de antemano para asegurar el xito o el fracaso de la obra x. En los prlogos vemos tambin cmo trabaja el poeta, cmo surge el sentimiento de la propiedad literaria en Roma, el inters por la relacin entre una obra nueva y sus precedentes griegos, etc., etc. Los prlogos de Terencio pueden estudiarse, pues, bajo mltiples aspectos; y de hecho han suscitado en el pasado y siguen suscitando en nuestros das toda una literatura dedicada en parte a ilustrar su historia externa y en parte a explicar su contenido 2.

    1 B o issie r , G ., Les prologues de Trence, M l. Graux, Pars 1884, p. 79 ss.2 F a b ia , Ph ., Les prologues de Trence, Pars 1888; B o issie r , G ., Les prologues

    de Trence, Mlanges Graux, Pars 1884; H er r m a n o w sk i, Quaestiones Terentianae selectae. I De prologi Heaut. genuina forma, I I E x proldguis)quid de ordine fabularum appareat, Halle 1892; K a r st en , Terentiani prologi quot qualesque fuerint et quibus fabularum actionibus destinati a poeta, 22 (1894) 175 ss.; R a n k e , F r ., Beitrage zur K ritih der Prologue des Terence, Anklaus 1908; H av et , L . , Sur les prologues de Heaut., de l Hcyre et du Phormio, RevPhilol., 10 (1886), pp. 12 -16 ; F l ic k in g e r , R . C ., A Study of Terences Prologues, T A P h A (1926) X X V I-X X V II ; PhQ V I (1927) 235- 269; T pfer , H ., Der Andriaproleg des Terence, Hermes 5 1 (19 16) 1 5 1 ss.; S k u t sch , F . , Der Prolog zum Heautontimorumenos des Terenz, Philologus, 59 (1900) 1-8 .

    [xxvi]

  • INTRODUCCIN

    E l primer problema que se nos plantea es ste: Compuso T erencio los prlogos de sus comedias o son obra de otro autor?

    Del examen atento de los prlogos se deduce que todos ellos fueron escritos en vida de Terencio. E l de los Adelphoe ( 12 eam nos acturi sumus nouam), el del Phormio (24 adporto nouam) y el del Heautontimorumenos (7 nouam esse ostendi) estn destinados a la primera representacin de las respectivas piezas sin la menor duda es difcil dudar que tambin est ligado a la primera representacin el del Eunuchus, ya que de otro modo resulta difcil interpretar su final:

    ... cum silentio adtendite ut pernoscatis quid sibi Eunuchus uelit.

    Se discute si el de Andria est destinado a la primera representacin, pero en todo caso se habla de futuras obras de Terencio (vv. 25-27), es decir, que ste vive todava; de los dos prlogos de Hecyra hablaremos ms adelante.

    Pues bien, si los prlogos son contemporneos del poeta, si en todos ellos se habla del poeta como persona viva y presente, debe concluirse que son obra suya: quin ms interesado que l en la propia defensa? Qu abogado ms competente para justificar sus mtodos literarios? Por otra parte, el poeta se proclama bastante explcitamente autor de varios prlogos (Andria 1-7 , Heaut. 13 -15Y 33~34j Adelphoe 4-5, Phormio 14). Sin embargo, la hipercrtica moderna le ha negado la paternidad de tres prlogos o la ha puesto en duda; se trata del prlogo de Heaut. y de los dos de Hecyra, Trataremos la cuestin en su da.

    Otra cuestin debatida es la de saber si todas las comedias de Terencio llevaron un prlogo desde su primera representacin. l hecho es indudable para el Eunuchus, el Heautontimorumenos, el Phormio y los Adelphoe, como acabamos de ver. En cambio, los dos

    [ XXVII ]

  • INTRODUCCIN

    prlogos de Hecyra son los de la segunda y tercera representacin, y se ha pensado que, si no tenemos el prlogo de la primera representacin, es porque nunca existi. Y tal es el testimonio explcito de Donato y de la didascalia del Bembinus, sobre el que ya insisti W. Wagner \ extendiendo la sospecha tambin para el caso de Andria. Otros fillogos han defendido posteriormente la misma opinin 2.

    Sin embargo, como antes dijimos, parece que el prlogo era un elemento esencial en el teatro antiguo, y es probable que Terencio nunca desech este elemento. S i no hay noticias del primer prlogo de la Hecyra, ni, probablemente, del de Andria (cfr. infra pg. X X X IX ) , ello puede ser muy bien debido a razones histricas especiales. E l prlogo polmico de Terencio es obra de circunstancias: al variar stas, tiene que variar necesariamente aqul. Ahora bien, el primer intento de representacin de la Hecyra fu tan desafortunado que ni siquiera lleg a iniciarse; esto dispensaba a Terencio en la segunda representacin de considerar su posible primer prlogo como el prlogo de la pieza; poda considerar la obra como noua (prl. I , 5) y preferir al primero otro prlogo ms adecuado a las circunstancias. Este es el que nos ha sido transmitido como el primero de la Hecyra\ le corresponda, ya que la obra haba resistido en la escena con xito al menos hasta el final del primer acto. Aun as es muy corto: el autor ha debido recortarlo suprimiendo la parte agresiva del mismo. Cada vez se va generalizando ms la opinin segn la cual todas las comedias de Plauto y Terencio llevaron desde su estreno el elemento regular y esperado en la tcnica antigua que era el prlogo.

    U n tercer problema merece fijar nuestra atencin: la polmica de Terencio con sus adversarios. S i el poeta tuvo, como hemos visto,

    I F leck e is .Jah rb . 9 1 (186 5) 288 ss .II S ch an z-H o siu s4, p . 10 8 .

    [x x v m ]

  • INTRODUCCIN

    excelentes amigos y poderosos protectores, tampoco le faltaron adversarios en el campo de las letras; y la oposicin fu tan violenta que Terencio estuvo a punto de desanimarse. No se malogr su carrera gracias al apoyo del gran actor L . Ambivio Turpin (Hecyra 16-19), cuyo nombre ha conservado justamente la posteridad unido al del gran comedigrafo latino. A la cabeza de los adversarios estaba Luscio Lanuvino; Terencio, sin llamarlo nunca por su nombre, se defiende constantemente de sus ataques.

    E l primer defecto achacado al teatro de Terencio era el uso de la contaminacin 1. T al uso slo sera reprobable para nosotros, los modernos, si el autor faltara de habilidad para la refundicin y padeciera la unidad de su obra. Pero en la sociedad helenizada de Terencio era tal el respeto a las obras maestras de la literatura griega que un sector condenaba, cual una profanacin, el menor cambio en tales modelos; slo as cobra sentido la crtica hecha a Terencio. Este reconoce el hecho de la contaminacin y se defiende alegando que no renuncia a la libertad de modificar, hasta cierto punto, sus modelos, y que prefiere seguir las directrices de los cultivadores ms ilustres del teatro romano, como son Nevio, Plauto y Ennio. E l pblico romano, respetuoso siempre del mos maiorum, encontrara seguramente muy justificado el mtodo de Terencio. Ms adelante nos referiremos a los casos de contaminacin que podemos apreciar en las comedias de nuestro autor.

    L a segunda acusacin que se le hace es la de plagio 2. Ha nacido ya, pues, entre los romanos el sentido de la propiedad literaria, pero entendida sta de modo muy peculiar. Los enemigos de Terencio no lo acusan de saquear a Menandro y Apolodoro: al contrario, acabamos de ver que, a sus ojos, el primer defecto de Terencio era el no traducir bastante fielmente a sus modelos; lo acusan de

    :1 Andria 15 - 16 ; Heaut. 16 -18 .2 Eun. 23-26.

    [xxrx]

  • INTRODUCCIN

    saquear a Nevio y, sobre todo, a Plauto. Es decir, que para los contemporneos de Terencio la literatura griega constitua una publica materies, que llegaba a ser propiedad sagrada del primer ocupante romano: una obra traducida era propiedad del traductor, como el original lo era de su autor. E l Colax perteneca, pues, a Nevio y Plauto; Terencio cometa un furtum introduciendo en su Eunuchus los personajes del soldado y el parsito. Y en los Adelphoe reincida en el mismo delito, utilizando toda una escena (II, i) de los Com- morientes del mismo Plauto.

    Para nosotros no tiene la menor importancia que un literato en Roma tome un pasaje, ya sea directamente del autor griego o de su traductor latino; pero a Terencio no se le ocurre disculparse en este sentido por tener de la propiedad literaria el mismo concepto que sus enemigos; en el caso del Eunuchus alega, en cambio, una excusa que sorprende al lector moderno, la ignorancia: haba tomado, dice, sus dos personajes directamente del Colax de Menandro sin saber que Nevio y Plauto los hubiesen llevado ya a la escena. En el otro caso de pretendido plagio la defensa de Terencio fu fcil y rotunda: la escena incriminada est en el original griego de Dfilo, pero falta, por descuido o por lo que sea, en la imitacin latina de los Com- morientes x.

    Es sospechoso que Terencio ignorase la existencia de determinadas obras de Plauto y conociese tan minuciosamente otras; tambin sorprende que sus detractores, igualmente especialistas en el arte teatral, tengan, segn los casos, la misma ignorancia o el mismo minucioso conocimiento. D e todos modos el hecho de producirse en pleno teatro tales acusaciones y rplicas muestra que al menos el gran pblico no se enteraba de Ja posible mala fe en una o en otra parte, es decir, desconoca la produccin teatral de la generacin inmediatamente anterior; cualquier pblico moderno est en mu

    1 Adelphoe prol., 6 - n .

    [XXX]

  • INTRODUCCIN

    chos sentidos y por mltiples razones por encima del pblico antiguo.Terencio aduce otra justificacin de mucho valor para los mo

    dernos, pero que dejaba bastante insensibles a los antiguos. Y o represento, viene a decir,1 a un parsito o a un soldado porque son personajes que encuentro en la vida real, no porque figuren en obras literarias anteriores; as tambin representamos todos a las matronas buenas, a las meretrices malas, al parsito comiln, etc., etc. Y la vida debe ser la fuente esencial de inspiracin para todos.

    Contra la tercera acusacin el poeta pone poco empeo en defenderse, y tal vez por lo mismo es la que alcanz mayor eco en la antigedad y la que ms comprometi el nombre del comedigrafo. Se deca que sus obras eran un trabajo de colaboracin 2. Y ahora no se aluda a determinadas comedias, sino que la acusacin era general y extensiva a toda la produccin del autor. Los pretendidos ilustres personajes que prestaran a Terencio clandestina colaboracin seran sus ilustres protectores y amigos, los jvenes Cornelio el Africano, C. Lelio y Furio Filo 3. L a defensa de Terencio no era fcil: rebatiendo con insistencia la acusacin corra el riesgo de herir el amor propio literario de sus amigos. Mezclando, pues, a su defensa el elogio personal de sus protectores, se limit a decir que tena a gran honra merecer el aplauso de personas tan benemritas y gratas a todo el pueblo romano 4. Su bigrafo escribe: uidetur autem leuius se defendisse, quia sciebat et Laelio et Scipioni non ingratam esse hanc opinionem, quae tum magis et usque ad posteriora tempora ualuit5. T al vez se figuraba tambin Terencio que si Ennio haba podido frecuentar la sociedad noble y culta de Roma, si Pa-

    1 Eun. 35-43.2 Heaut. 22-24. Adelphoe 15 - 17 .3 O tal vez, como insina un comentarista antiguo, Santra (Vita 4), el cnsul

    C . Sulpicio Galo y los poetas ex cnsules Q. Fabio Laben y M . Popilio.1 Adelphoe prol., 17 - 2 1.5 Vita 4.

    [xxxi]

  • INTRODUCCIN

    cuvio haba sido husped y amigo del mismo Lelio, si, en fin, L u cilio formaba parte del crculo de los Escipiones, sin menoscabo de su mrito de autores, tal vez, digo, pensaba Terencio que la malvola insinuacin de sus enemigos, fundada exclusivamente sobre las relaciones de amistad, no tendra eco en la opinin general ni tardara en olvidarse.

    Realmente resulta difcil pensar en una colaboracin directa, aunque el ambiente del crculo literario sera indudablemente muy favorable a la formacin del poeta.

    Sin embargo, aunque falta de fundamento, la acusacin ech races y se mantuvo hasta la poca imperial. C. Memmio, el amigo de Lucrecio y Catulo, propretor de Bitinia el ao 57, dir sin atenuantes que el nombre de Terencio no fu sino una pantalla para Escipin: P. Africanus, a Terentio personam mutuatus, quae domi luserat ipse, nomine illius in scaenam detulitx. Y Cornelio Nepote, en su de uiris illustribus (aos 40-35), refera, segn la Vita, una graciosa ancdota, segn la cual el autor de los versos 723 y siguientes de Heautontimorumenos es Lelio. Un tal Valgius, probablemente C. Valgius Rufus, el poeta y crtico amigo de Virgilio, tambin comparti la opinin adversa a Terencio:

    Tuae, Terenti, quae uocantur fabulaecuiae sunt? Non has, iura qui populo dabat,summo ille honore affectus, fecit fabulas ? (Auct. Donati)

    Cicern 2 se hace eco de la misma tradicin, sin compartirla. L o mismo ocurre con Quintiliano 3 y tal vez con Juvenal 4.

    1 Vita 4.a Att. V I I , 3, 10 ; de amicitia 89.3 Qu in t il ia n o , X , I , 99.* J u v en a l , I I I , 3 22 .

    [x x x ii]

  • INTRODUCCIN

    En el prlogo del Phormio 1 hay un cuarto cargo contra Terencio, el de escribir sus comedias tenui oratione et scriptura leui. Realmente es la nica acusacin que an merece discutirse hoy da. Sobre este punto volveremos ms adelante.

    L a c u e s t i n c r o n o l g i c a . Tradicionalmente nos ofrecen los manuales de literatura y editores de Terencio el siguiente cuadro cronolgico:

    I. Andria 166II. Hecyra ( i .a representacin) 165

    I I I . Heautontimorumenos 163IV y V. Eunuchus y Phormio 16 1V I. Hecyra (2.a representacin), Adelphoe y Hecyra (3.a repre

    sentacin) 160.

    Esta es la cronologa establecida por Dziatzko 2. Est fundada en las didascalias, consideradas siempre, a pesar de su origen misterioso, como la mejor fuente de informacin.

    Desgraciadamente, las didascalias de Terencio, ms sospechosas an que por su procedencia, lo son por su contenido: varan, segn los manuscritos, los nombres de los magistrados; a veces nos encontramos con tres cnsules, cuatro ediles, etc.; evidentemente, se han ido sumando datos de distintas representaciones, estos datos se han ido embrollando y desfigurando hasta alcanzar su inextricable confusin y obscuridad actuales. Fu preciso todo el ingenio de Dziatzko (y de otros muchos fillogos, cuyos trabajos cita y discute) para escoger, acomodar y corregir de mltiples maneras el texto y lograr una reconstruccin cronolgica de la actividad del poeta.

    1 vv. 4-5.a R h M X X (1865) p p . 570-598] X X I (1866) pp. 64-92.

    [xxxm]

  • INTRODUCCIN

    Esa cronologa, trabajosamente descubierta, suele llamarse consular, porque se ha elaborado teniendo en cuenta los consulados anotados en las didascalias; pero, al propio tiempo, las mismas didascalias traen una segunda cronologa al sealar el orden que ocupa cada obra en la produccin del autor: facta est prima, facta est secunda, etc. Esta cronologa ordinal es como sigue:

    I. Andria.II . Eunuchus.

    I I I . Heautontimorumenos.IV . Phormio.V. Hecyra.

    V I. Adelphoe.

    L a cronologa ordinal ofrece mayor confianza a ciertos autores, sobre todo franceses. Fabia 1 es el principal defensor de esta ordenacin, que, al parecer, no admitira dobles redacciones ni correcciones sucesivas: una vez establecido el orden de composicin no quedaba a gramticos y copistas ms que admitirlo y reproducirlo sin cambios. Este criterio es bsico para Curdo y aun para Marouzeau *.

    Entre los manuscritos slo el Bembinus presenta una sucesin cronolgica, de acuerdo precisamente con la numeracin ordinal de las didascalias: Andria, Eunuchus, Heautontimorumenos, Phormio, Hecyra, Adelphoe.

    L a ordenacin en los restantes manuscritos obedece a distintos criterios. Una rama de la recensin caliopea, la S, agrupa las comedias por orden alfabtico: Andria, Adelphoe, Eunuchus, Phormio (Formio), Heaut., Hecyia E l grupo tiene en cuenta los originales

    1 Les prologues de Trence, p. 32 ss.* C u r c io , G ., Storia della letteratura latina, Npoles 1920, I , p. 386, M a r o u

    z e a u , Trence, Comdies, pp. 12 - 15 .

    []

  • INTRODUCCIN

    griegos y pone las cuatro imitaciones de Menandro seguidas de las dos de Apolodoro: Andria, Eunuchus, Heaut., Adelphoe, Hecyra, Phormio.

    Donato nos da la serie: Andria, Adelphoe, Eunuchus, Phormio, Hecyra. Como es sabido, el Heautontimorumenos no figura en el comentario de Donato, probablemente por haberle dedicado una edicin aparte y especial; pero llevando las restantes comedias los nmeros 1-5 , queda el sexto lugar para el Heaut. Sigue, pues, evidentemente la ordenacin alfabtica de los manuscritos 8. Inexplicablemente, Donato, tan juicioso de ordinario, tom por cronolgica la ordenacin alfabtica y slo parece tener una duda respecto de los Adelphoe: hanc dicunt ex Terentianis secundo loco actam.

    Quedan los datos de los prlogos. Y a en el siglo pasado se tuvieron en cuenta esos datos para el estudio de la cronologa1 . Pero, generalmente, no se ha. visto la utilidad de los prlogos a este respecto: les resta, en principio, todo valor, segn Marouzeau, el no estar demostrado que cada uno de los prlogos conservados sea el que acompa la primera representacin 2.

    En realidad, sabemos con certeza que la mayora de los prlogos estn destinados a la primera representacin; pero, aun cuando nos falta esa certeza, ofrecen los prlogos inters para la cronologa. Aadamos, en favor de este nuevo criterio, que los prlogos nos suministran informacin de primera mano y que su texto nos ha llegado en un estado mucho ms satisfactorio que el de las didascalias. G e str i3 es el gran defensor, en nuestros das, de una cronologa

    1 P a e c k b l m a n n , H ., De 'ordine Terenti fabularum potissimum prologis adhibitis, D iss., H alle 1873; M e y e r , W ., Quaestiones Terentianae, D iss., Leipzig 1902, pp. 5- 6 1 ; H er m a n o w sk i, Quaestiones Terentianae, I I E x prologis quid de ordine fabularum appareat, H alle 1892.

    2 Trence, Comdies, p. 15 .s G e st r i, L . , Studi Terenziani: S IF C X I I I (19 36 ), 6 1 - 10 5 ; X X (19 4 3 ) 1-5 8 ;

    X X I I I (19 49 ), 1 5 3 - 17 8 .

    [xxxv]

  • INTRODUCCIN

    de los prlogos, muy distinta de la tradicional. L a nica ordenacin de las comedias que ofrece un desarrollo lgico y coherente a la implacable polmica sostenida entre Terencio y su rival en arte, Luscio Lanuvino, es, segn este autor, la siguiente:

    I. Hecyra ( i .a, 2.a y 3.a representaciones).I I . Andria.

    I I I . Phormio.IV . Eunuchus.V. Heautontimorumenos.

    V I. Adelphoe.

    Esta teora abre realmente una era nueva en la cronologa de Terencio. Ante tal novedad la reaccin no poda hacerse esperar. Y a vimos cmo la desech Marouzeau en tres lneas. En Italia no ven razn alguna para abandonar la teora tradicional E . Bignone ni M. R . Posani1 .

    Sin embargo, nos parece decisiva la argumentacin de Gestri en su conjunto, aunque tal vez haya pretendido sacar demasiadas consecuencias de los hechos positivos por l sealados y , sobre todo, haya pasado de un extremo al otro no teniendo en cuenta para nada las didascalias, como antes no se haba tenido para nada en cuenta los prlogos.

    E n el prlogo I I de Hecyra, destinado a la tercera representacin, dice Ambivio Turpin (vv. 9-14): Dejadme hacer con Terencio ahora que soy anciano lo que hice de joven con Cecilio, para evitar que un poeta desaparezca sin dejar huellas.

    Y en los versos 46-47 leemos:

    1 B ig n o n e , E ., Storia della Letteratura Latina, Firenze 1942, I , p. 403, P o s a - Nlj M , R ., L e didascalie delle commedie d i Terenzio e la cronologa en el Bolletino del Comitato per la preparazione dellE diz. N az. dei Classici Greci e Latini, Suplemento al vol. I l l de los Rgndiconti della R . Accademia d Italia.

    [xxxvi]

  • INTRODUCCIN

    nolite sinere per uos artem musicam recidere ad paucos.

    En ambos pasajes se alude a las dificultades que encuentra T e rencio, anlogas a las que debi vencer Cecilio en sus comienzos; a ambos en su juventud se pretendi negar el acceso al arte, y Am bivio se propone salvar hoy a Terencio como antao a Cecilio, ayudndole a conquistar el puesto que le corresponde en la escena. Evidentemente, Terencio est empezando y de la representacin que se inicia depende todo su porvenir. Los dos pasajes carecen de todo sentido en la sucesin tradicional, segn la cual la tercera representacin de Hecyra cierra la carrera de Terencio.

    En el mismo prlogo Ambivio se jacta de obstinarse en hacer triunfar ante un pblico hostil comedias que l estima buenas (vv. 14- 23 y 37-38) y de acoger a Terencio bajo su tutela (w . 52-54) para evitar que sea la derisin de sus enemigos. En otro lugar (Phormio 30-35) vemos a Terencio reconocer la eficaz ayuda de Ambivio y agradecerle su apoyo. Ahora bien, tal jactancia estara absolutamente fuera de lugar, sera repugnante y ridicula, si la tercera representacin de Hecyra tuviera lugar al final de la carrera de Terencio, cuando ya se han impuesto sus restantes cinco comedias y alguna de ellas al menos con un xito sin precedentes (Eunuchus). Dnde estara entonces el mrito de Ambivio? Y cmo explicarse el agradecimiento de Terencio para el viejo actor?

    E l examen, pues, de todo el prlogo I I de Hecyra nos obliga a llevar la tercera representacin de esta comedia al principio de la carrera teatral del poeta. Y Gestri tiene razn en afirmar que ste es el punto fundamental de la cronologa de los prlogos frente a la de las didascalias.

    En el prlogo del Phormio, los versos 1-3 tambin nos refieren los esfuerzos del viejo poeta maligno por apartar a Terencio del arte y condenarlo a la inactividad. E l verso 18 nos muestra trgicamente

    [xxxvn]

  • INTRODUCCIN

    la lucha de Terencio por la existencia: cultiva el teatro no slo por amor al arte, sino por ganarse la vida:

    ille ad famem hune a studio studuit reicere.

    Queda claro con estos dos pasajes que el Phormio ha de situarse tambin en la primera mitad de la carrera del poeta.

    Son interesantes an los versos 3 1-3 5 del mismo prlogo:

    date operam, adeste aequo animo per silentium ne simili utamur fortuna atque usi sumus cum per tumultum noster grex motus locost: quem actoris uirtus nobis restituit locum.

    Es evidente que ah tenemos el fracaso de Hecyra, I y I I , y tambin el xito de la tercera representacin. Nadie pone en duda que se trate del fracaso inicial de Hecyra. Pero tampoco puede negarse que se aluda al xito final de la misma comedia: no cabe mayor claridad:

    ... noster grex motus locost: quem actoris uirtus nobis restituit locum.

    1 se n atara de otra comedia ya no sera el mrito de Ambivio. Como en el prlogo de Hecyra, aparece aqu de nuevo lo absurdo de la cronologa tradicional. D e ambos prlogos resulta, sin la menor duda, que las tres representaciones de Hecyra preceden al Phormio, y que Hecyra y Phormio son de la primera etapa de la vida literaria de Terencio.

    En el prlogo de Andria nos encontramos, en primer lugar, con los discutidsimos seis versos del principio:

    [x x x v ih ]

  • INTRODUCCIN

    Poeta cum primum animum ad scribendum adpulit id sibi negoti credidit solum dari, populo ut placerent quas fecisset fabulas.Verum aliter euenire multo intellegit; nam in prologis scribundis operam abutitur...

    Slo forzando el textoutilitatis causaha podido sostenerse que Andria es la primera obra de Terencio y este prlogo el destinado a la primera representacin1. Todo lector sin prejuicio entender: o bien que Andria no es la primera obra de Terencio (hiptesis de Gestri), o bien que el prlogo no est destinado a la primera representacin (hiptesis de Jachmann, Blum, etc.).

    Gestri se fija en los versos finales del prlogo (24-27) donde cree ver una alusin a Hecyra con su doble fracaso y su xito a la tercera representacin: entonces, anteponiendo a Andria las tres representaciones de Hecyra, quedaran perfectsimamente claros los seis famosos versos en cuestin.

    Nosotros no nos atrevemos a tanto, pues si bien no vemos en las didascalias un monumento venerando e intangible ante el que hay que inclinarse sin ms, las consideramos, sea cual fuere su origen, como un testimonio ms a tener en cuenta. En este punto, al menos, hay acuerdo en la tradicin manuscrita: la comedia Andria inicia la carrera de Terencio. Adems, otras fuentes nos dan, independientemente, la misma informacin. Por lo mismo, creemos con Jachmann 2 que el prlogo de Andria est destinado a una segunda representacin y sus versos finales se refieren a la primera representacin (fracasada) de la misma Andria a la que se viene refiriendo el prlogo desde el principio.

    1 G est r i, L ., Studi Terenziani. I L a cronologa, S IF C X I I I (19 36 ) 85 ss .; J a c h m a n n , G ., Terentius, R E , s. u ., p . 607; B l u m , R ., Studi Terenziani. I I Didascalie e prologhi, S IF C X I I (19 36 ) 1 0 6 - 1 16 .

    * loe. cit.

    [xxxix]

  • INTRODUCCIN

    En resumen, nos inclinamos por la sucesin: Andria I , HecyraI , I I , I I I , Andria I I , Phormio.

    En cuanto a las otras tres comedias, Heautontimorumenos y Adelphoe presuponen la anterioridad del Eunuchus y la acusacin de fu r tum que, con motivo del Eunuchus, hizo a Terencio su enemigo: recordemos que en esta comedia el parsito y el soldado seran de Nevio y Plauto, segn el acusador. Terencio se pone en guardia en adelante contra la apariencia de furtum, en Heaut. (vv. 4-5) advierte a los espectadores:

    ex integra Graeca integram comoediam hodie sum acturus.

    Y en los Adelphoe vuelve la misma precaucin: os traigo aqu una escena de una comedia griega imitada por Plauto, pero es una escena que Plauto omiti en su adaptacin (w . 9-10):

    eum Plautus locum reliquit integrum.

    Otros dos argumentos sacados del prlogo de Heaut. llevan a Gestri a la misma conclusin. En los versos 17 -18 se acusa a Terencio de haber contaminado multas Graecas para componer paucas Latinas; en la teora tradicionalista slo ira por delante una comedia contaminada, Andria, pues Hecyra no est contaminada, como veremos en su da.

    En los versos 29-30 observamos que Terencio puede decir que escribe comedias sine uitiis. Cmo se atrevera a afirmar tal cosa si el pblico slo conociera su Andria y su Hecyra, esta ltima estrepitosamente fracasada?

    [x l ]

  • INTRODUCCIN

    Blum 1 que, con reparos de detalle, admite la argumentacin de Gestri, cree que efectivamente ha de retrasarse la primera representacin de Heautontimorumenos, pero no hasta el punto de posponerla a Eunuchus, sino simplemente a Andria, Hecyra I , I I , I I I y Phormio. Nos inclinamos en este punto por las razones de Gestri cuando rechaza 2 los reparos de Blum. an podemos aducir una razn nueva: los mismos datos de las didascalias, pues no slo la cronologa ordinal coloca al Eunuchus delante del Heaut., sino que la cronologa consular pone al Eunuchus en proximidad inmediata del Phormio (delante o detrs, segn las familias de los manuscritos, pero en el mismo ao); si queda, pues, firmemente establecido el orden Andria, Hecyra, Phormio, despus de esta comedia, pero inmediatamente, debe venir ahora Eunuchus.

    En fin, el mejor argumento en pro del orden Eunuchus, Heautontimorumenos, Adelphoe est en la estrecha conexin de estas dos ltimas comedias mediante la suprema acusacin de Luscio Lanuvino, la supuesta colaboracin de Escipin y Lelio con Terencio. T al calumnia supone firmemente establecida la popularidad de Terencio y el reconocimiento pblico de sus mritos; de otro modo no tendra el menor sentido, o, mejor dicho, sera contraproducente, pues achacara falta de talento a aquellos dolos de la opinin pblica que eran Escipin y Lelio y, en consecuencia, se hara odioso el acusador y no Terencio. Segn la cronologa tradicional Luscio Lanuvino habra lanzado esta calumnia despus de un fracaso de Terencio, como si eligiera siempre el momento menos indicado. Hay que retrasar, pues, la representacin de Heaut. y agruparla con los Adelphoe al final de la carrera del poeta. L a calumnia de la colaboracin no puede ser sino el arma suprema del acusador contra su joven rival,

    1 B l u m , R .; Studi Terenziani. I I Didascalie e prologhi, S I F C X I I I (1936) 10 6 -116 .

    2 S IF C X X (1943) 26.

    [XLl]

  • INTRODUCCIN

    ya rey de la escena despus de Andria, Hecyra I , I I , I I I , Phormio y, sobre todo, Eunuchus, el gran triunfo de Terencio.

    E L A U T O R D R A M T IC O

    Aunque no faltaban grmenes de un teatro autctono, de hecho las representaciones regulares en Roma surgen bajo el influjo griego en el ao 240, cuando se trat de celebrar dignamente la conclusin victoriosa de la primera guerra pnica. Livio Andronico, de Tarento, aprovecha sus recuerdos y su experiencia teatral para satisfacer el gusto de los excombatientes romanos, que se haban aficionado al teatro durante su prolongada estancia en la Magna Grecia. E l teatro latino seguir siempre este rumbo primitivo sealado por su iniciador en Roma. Los grandes cmicos latinos son cultivadores de la fabula palliata. L a tendencia helenizante va incluso acentundose de Plauto a Terencio, pasando por el eslabn de Cecilio; significativos son ya los mismos ttulos de las comedias: latinos en Plauto, griegos en T e rencio (salvo para el Phormio), latinos o griegos e incluso bilinges en Cecilio.

    Plauto est exento de preocupaciones histricas y crticas: le importa muy poco ser ms o menos fiel a la verdad en la representacin del ambiente; funde y confunde lo indgena con lo extico, lo romano con lo griego, lo real con lo imaginario; da con frecuencia colorido romano a sus piezas griegas insertando en ellas circunstancias y usos romanos: por ejemplo, pone en boca de griegos invocaciones a la Bona Fides, a los Lares (Curculio, Aulularia)', en sus comedias aparecen ediles, centuriones, manpulos, legiones, pretores..., aunque la accin se desarrolle en Grecia, los personajes hablan del Velabro, del Capitolio, del lago Curtius, del Foro...

    Pero despus de su muerte la crtica esttica se haba vuelto se vera y exiga que la pieza griega pasara a la literatura latina sin des-

    [XLIlJ

  • INTRODUCCIN

    figuraciones. Terencio se somete al gusto reinante y, por lo mismo, se priva de las libertades plautinas referidas. Todo en sus comedias conserva el cuo griego: incluso, cuando se permite algn ligero cambio del original e inventa nuevos personajes, les da nombres griegos y ' una caracterizacin adecuada para que la pureza del gnero no se resienta. Slo por rarsima excepcin (Eunuchus 776) podemos sorprender en l alguna concesin al pblico romano. Su originalidad ha de buscarse en modificaciones de detalle aconsejadas por la preocupacin de la verosimilitud o la verdad de los caracteres y, sobre todo, en el uso de la contaminatio, pues, aunque la crtica pretendi quitarle tambin este derecho, refundi en una misma obra escenas tomadas de varios modelos griegos, y lo supo hacer con tal habilidad que resulta aventurado, si no vano, el intento de hallar la sutura de tales prstamos.

    L a caracterstica de Terencio como poeta dramtico es la preocupacin por el arte en la composicin de sus comedias y la exactitud en el dibujo de los caracteres1 . Terencio es un maestreen la tcnica dramtica: sus exposiciones, para las que no se vale del prlogo como Plauto, sino que estn ligadas a la propia obra, son modelos por la facilidad y naturalidad con que nos introduce en la marcha de la accin. Y a los antiguos supieron apreciar este mrito de nuestro autor; Varrn consideraba a Terencio superior a M e-

    1 F ie ld s , D . E ., Technique o f exposition in roman comedy, U n iv. o f Chicago L ib r., 1938; C li f fo r d , H . R ., Dramatic technique and the originality of Terence, C lassJ X X V I (19 3 1) 605-618] H arsh , Ph . W ., A study o f dramatic technique as a means of appreciating the originality o f Terence, ClassW X X V II I (1935) 16 1- 16 5 ; F ra n k , T . , Terences contribution to plot-construction, A JP h 49 (1928) 309-323.

    H e n r y , G . ., The characters o f Terence, Stud, in philol. X I I ( 19 15 ) 57-102; S ie s s , H . , Ueber die Charakterzeichnung in dem Komdien des Terenz, Wiener Stu- dien X X V I I I (1906) 229-262; X X I X (1907) 8 1-10 9 Y 289-320.

    N o r w o o d , G ., The art o f Terence, Oxford 1923; F l i c k i n g e r , R . C ., On the originality o f Terence, PhQ V II (1928) 9 7 -114 ; Po st, L . A ., The art o f Terence, ClassW X X I I I (1930) 12 1- 12 8 .

    [ x l i i i]

  • INTRODUCCIN

    nandro en la exposicin de los Adelfas 1 . A l sustituir el monlogo por el dilogo en la exposicin de L a Andriana logra Terencio una variedad y movimiento que no tena su modelo. L a intriga, sencilla con frecuencia en los originales griegos, se complica algo a veces en Terencio por la contaminacin. En todo caso, siempre es interesante y presentada con habilidad. Desaparecen los discursos directos de los actores al pblico y las escenas de efecto que interrumpen o retrasan la marcha de la accin 2. En fin, en el desenlace no acude nuestro autor al deus ex machina, sino que procura hallar siempre una solucin lgica y verosmil.

    E l inters esencial de la obra de Terencio, como el de la comedia nueva en general, radica en la acertada pintura de los caracteres ms que en la intriga mejor o peor articulada. E l restaura la comedia esencialmente psicolgica y penetra en el alma humana ms hondamente que cualquier otro autor antiguo para ofrecernos una viva imagen de la vida real encarnada en el centenar de personajes dibujados en su obra; desde la antigedad se concede la palma a Terencio en la expresin de los caracteres.

    Externamente Terencio conserva toda la herencia de la comedia nueva: intriga, tipos tradicionales, nombres griegos de personajes y lugares; pero a todo este mundo infunde un alma nueva, con el sentido de la vida, la afectividad y las aspiraciones humanas universales que emanaban de la Roma contempornea y se encarnaban en aquella sociedad ilustrada y excepcionalmente elevada. E l mundo de T e rencio es originalsimo por la atmsfera espiritual que nos hace respirar, y ello sin dejar de ser real ms real incluso que el mundo plautino, desfigurado con frecuencia por la fantasa y exceso de carga en la pinceladay dar la impresin de lo vivido.

    Las matronas, ms numerosas en la obra de Terencio que en la

    1 V ita 3.2 P l a u t o , Amphitruo prol., Poenulus 550 ss., 708 ss., etc.

    [x l i v J

  • INTRODUCCIN

    de Plauto, a pesar de ser esta ltima tan superior a la primera en extensin, forman una agradable coleccin. E l bello sexo encontr en Terencio un abogado poco comn en la literatura. Las matronas de Plauto (salvo Almena en el Amphitruo) son huraas, speras, altivas, dominantes y derrochadoras. En Terencio forman una coleccin ms numerosa y todas son delicadas y encantadoras, virtuosas y comprensivas con sus maridos, llenas de ternura para con los hijos y sacrificadas por ellos; hasta Nausstrata (Phormio), que es rica y caprichosa como sus hermanas Plautinas, enfurecida ante la infidelidad de su marido, no tarda en sobreponerse a su clera, se reconcilia con l y usa de su influencia para interceder por cuantos viven a su alrededor. Las mismas cortesanas, que en Plauto son todo egosmo, avidez, vileza, voluptuosidad y perfidia, aparecen en Te- rendo adornadas de cualidades notables: son educadas, de finos sentimientos e ideas humanitarias, y slo un hombre es objeto de sus amores; en medio de la atmsfera viciada que respiran no han degenerado hasta perder el sentimiento de la virtud.

    E l papel de los padres en Plauto salvo el caso de Hegin (Cap- tiui) nos ofrece una triste imagen del cabeza de familia en la sociedad romana de entonces: no tienen nocin de l responsabilidad que sobre ellos recae en la educacin de los hijos; al contrario, acompaan a stos en sus andanzas desordenadas e incluso los ayudan con dinero u otros medios y, llegado el caso, se benefician de las amantes de sus hijos; otras veces no quieren que los hijos imiten sus propios desrdenes, pero entonces los gua la avaricia y no la nocin superior del deber moral. Los padres en Terencio no carecen ciertamente de defectos; han tenido en el pasado o tienen en el transcurso de la accin debilidades reprobables, pero conservan el pudor ante sus hijos, cuya vida moral los preocupa hondamente; sus mtodos no son acertados, ya que se muestran demasiado fciles e indulgentes unas Veces; otras veces, demasiado severos y hasta rudos, pero conservan siempre la nocin bsica de su misin educadora, precisamente

    [XLV]

  • INTRODUCCIN

    lo que falta en el mundo plautino y constituye su mayor depravacin.A la digna actitud de los padres corresponde el respeto y afecto

    de los hijos; stos tienen la pasin y fogosidad propias de la edad, como sus hermanos plautinos, pero ante la autoridad paterna se contienen y llegan incluso al arrepentimiento. Esquino (Adelphoe), Querea (Eunuchus), Pnfilo (Andria) son verdaderas creaciones del poeta cmico africano.

    Los esclavos en Terencio conservan toda su habilidad e inventiva tradicionales, pero estn exentos del cinismo, grosera y desfachatez que tenan en Planto; en Terencio nunca los vemos ridiculizar las debilidades de sus amos, a quienes sirven, siempre respetuosos y sumisos, con una fidelidad que se eleva a veces hasta el sacrificio; han adquirido cierto decoro y seoro, cierta delicadeza de sentimientos y cierta urbanidad en el trato con sus dueos.

    Los personajes grotescos, en fin, tambin sufren cambios. E l soldado fanfarrn del Eunuchus es un vanidoso sin los extremos y ridiculeces del Pyrgopolinices. E l leo tan slo sale en dos breves escenas en Terencio y deja de ser repugnante. Los parsitos son algo ms que vulgares hambrientos, dispuestos a cualquier humillacin por cazar un plato suculento; son finos epicreos que se hacen apreciar por su hbil adulacin (Gnatn en el Eunuchus) o por su genio inventivo (Phormio) .

    E n una palabra, todas las clases sociales se suavizan y pulen en el teatro de Terencio, que supo trasladar a su obra dramtica una pintura sin igual de aquella sociedad romana en que l mismo se mova, sociedad llena de pasiones muy humanas y, por otra parte, enamorada de la elegancia, cortesa, distincin y cultura caractersticas del helenismo.

    E l c m ic o e n T e r e n c i o .En este mundo tan moderado y distinguido de modales no cabe la risa inmoderada, franca, explosiva e incoercible, slo se admite la sonrisa delicada. Frente a Plauto, para

    [ x l v i]

  • INTRODUCCIN

    quien todos los recursos humorsticos son pocos, Terencio evita el chiste grosero, las hiprboles divertidas, las expresiones con doble sentido, los neologismos risibles; acude a las situaciones cmicas, pero sin abusar; su norma del ne quid nimis es sagrada tambin en esto. Lo cmico en Terencio radica esencialmente en la pintura de los caracteres: las inconsecuencias y contrastes de los personajes son para Terencio el medio ms constante de excitar la hilaridad del auditorio. Pero tal hilaridad, toda en medias tintas y finas alusiones, pasa fcilmente inadvertida a un auditorio vulgar, y as nos explicamos que haya sido tan difcil a Terencio imponerse, a pesar del prestigioso apoyo del gran actor L . Ambivio Turpin. Desde un principio se ech de menos en Terencio la uis comica que constitua la cualidad sobresaliente de Plauto y arrastraba siempre a los espectadores. E l pblico inteligente, si echa de menos en Terencio la alegra de Plauto, tambin echa de menos en Plauto la cortesa de Terencio. S i uno divierte por la accin, el otro encanta por el estilo.

    E l e s c r i t o r .Los contemporneos rebajaban a Terencio so pretexto que el pensamiento de sus personajes faltaba de energa y su estilo de relieve: tenui oratione et scriptura leu i1 . T a l es el sentido ms probable de esta discutida expresin, como ya anot Donato: orationem in sententiis dicunt esse, stylum ( = scripturam) in uerbis. Efectivamente, rara vez cambia el tono en los dilogos de Terencio, un tanto montonos, fros, faltos de color y de vida: la educacin ha igualado a todos sus personajes; hombres o mujeres, ancianos o jvenes, cortesanas o matronas, dueos o esclavos, todos tienen un lenguaje refinado, el lenguaje del propio Terencio, a quien no se le ocurri despojarse de la propia personalidad y adoptar momentneamente la de sus personajes para hacerlos hablar y actuar

    1 Phormio prol., 4-5.

    [XLVIl]

  • INTRODUCCIN

    conforme a su ambiente social y su formacin respectiva. Pero lo que resulta ser un defecto en el autor dramtico, es perfeccin en otro sentido: no hay lengua ms pura, elegante y distinguida que la de Terencio; no cabe mayor matizacin y flexibilidad en la expresin de los sentimientos ms delicados del corazn humano. Terencio ha sido considerado siempre y unnimemente como un modelo de la buena latinidad, del sermo urbanus1 .

    Se ha echado de menos en los prlogos la perfeccin de forma universalmente reconocida en las comedias. Y ste ha sido precisamente un argumento para reclamar otros autores para los prlogos, indignos de Terencio por su amaneramiento, artificiosidad y torpeza 2. Tambin se ha aprovechado dicho contraste estilstico para afirmar que Terencio deba a sus modelos griegos toda la attica elegantia y naturalidad de lenguaje que admiramos en sus comedias: su estilo propio sera el de los prlogos y, sin el apoyo de Menandro y Apolodoro, Terencio no sabra escribir de otro modo. Opinin totalmente injusta, pues ha de juzgarse a Terencio como poeta por la parte de su obra que es poesa, es decir, por sus comedias: los prlogos quieren ser y son otra cosa: opus oratorium, polmica. Y , puesto que el gusto de la poca en oratoria se inclinaba por el estilo asitico, es natural que, en los prlogos, Terencio revistiera su lenguaje con estas galas, pero se guard muy bien, por no corresponder a su gusto, de lucirlas en las comedias 3.

    En el aspecto de la versificacin Terencio tambin difiere profundamente de Plauto. Sabido es que la antigua comedia latina comprenda una parte dialogada (diuerbium) y una parte cantada, en la

    1 A r n a l d I j F ., L a lingua di Terenzio, lingua da capitale, Atene e Rom a 1938 , pp. 192-198.

    2 Vase, por ejemplo, el anlisis estilstico que hace F r . L eo del prlogo de Hecyra en Analecta Plautina, Progr., Gottingen 1898, p. 25.

    3 G e s t r I j L . , Due Framenti di Luscio Lanuvino e la cronologa, S IF C X X I I I (1948) 177 -178 .

    [XLVIIl]

  • INTRODUCCIN

    que se distingua el canticum sencillo, recitado con acompaamiento musical, y el mutatis modis canticum, en el que el actor se limitaba a hacer los gestos, mientras un cantor cantaba al son de la flauta; el canticum era, pues, semejante a un trozo de pera. Se admite, comnmente, que al diuerbium pertenecen las partes en senarios; que los septenarios trocaicos y ymbicos, as como los octonarios ymbicos constituyen el canticum sencillo; en fin, los sistemas y versos variados (octonarios trocaicos, tetrmetros crticos o bquicos, cuaternarios ymbicos completos alternando con cuaternarios ymbicos y trocaicos catalcticos) corresponden al canticum propiamente dicho. Pues bien, he aqu ahora una comedia de Plauto y otra de Terencio, de extensin aproximadamente igual, con la reparticin mtrica segn el criterio que acabamos de sealar:

    t o t a lDV. C. M .M .C . Djj VERSOS

    C a p tiu i........................ 328 596 1 1 2 1.036Phormio........................ 618 364 73 1.055

    Este cuadro pone de manifiesto la profunda transformacin que sufre la versificacin con Terencio. Y Nougaret concluye*: Las piezas de Plauto eran comedias esencialmente musicales, comedias- ballets; las de Terencio son sencillamente comedias por el predominio del dilogo y de su medio normal de expresin, el senario. En el terreno de la versificacin, como en el de la lengua y el estilo, observamos en Terencio menor variedad que en su gran predecesor. Plauto se complace en la polimetra y hace gala de un verdadero fuego de artificio verbal en las partes lricas; Terencio no puede romper totalmente con la tradicin: tiene que hacer concesiones al gusto reinante, pero es evidente que su gusto le lleva a prescindir

    f1 Mlanges Marouzeau, Pars 1943, pp. 123 ss.

    [xux]

  • INTRODUCCIN

    de los elementos lricos, aproximndose tambin en esto a sus modelos griegos. Sin embargo, en los metros conservados muestra el poeta africano ser un versificador que conoce todos los recursos del arte y alcanza la ms perfecta regularidad.

    C E L E B R ID A D D E T E R E N C IO

    Dos sectores sociales, con exigencias opuestas y cada da ms distanciados, componan el auditorio de Terencio: una minora de literatos, de gusto refinado, apasionados por el arte griego, y, por otra parte, el gran pblico ignorante e insensible a cuanto no deslumbra materialmente la vista. Terencio se ocup ms de los primeros; por ello, el vulgo abandona una comedia que no est hecha para l. Este es, sin duda, el motivo esencial de la decadencia rpida de la palliata despus de la muerte de Terencio. En consonancia con el gusto reinante, el mimo y la pantomima seguirn todava en la escena, pero la palliata tuvo que buscar en las lecturas pblicas un pblico mejor dispuesto. D e esta forma perece como gnero literario 1 .

    Hemos visto anteriormente a Porcio Licinio hacerse eco en el trnsito del siglo I I al i de los rumores ms desfavorables a Terencio que circulaban ya en Roma en vida del autor. Volcacio Sedgito, contemporneo de Porcio Licinio y autor, como l, de un trabajo histrico-literario en senarios, admitiendo igualmente las acusaciones malvolas de Luscio Lanuvino, en su conocidsimo canon de los comedigrafos latinos 2, pospone Terencio no slo a Nevio, Plauto y Cecilio, sino incluso a los obscuros Licinio Imbrex y Atilio (poeta di___ mus este ltimo, segn Cicern3).

    1 B o issier, G ., Les prologues de Trence, en M il, Graux, Paris 1884, pp. 85-86.2 A ulo G blio , X V , 24.

    J A d Att. X IV , 20, 3.

    M

  • INTRODUCCIN

    El primer juicio imparcial sobre Terencio nos los ofrece L . Afranio, el gran cultivador de la fbula togata, sucesor de Terencio en el teatro; su opinin sobre el comedigrafo africano no puede ser ms elogiosa: hunc (Terentium) Afranius quidem omnibus comicis praefert scribens in Compitalibus'. Terenti num similem dicetis quempiam i3 *. Afranio ya asocia en su admiracin a Terencio y M enandro 2.

    V arrn 3 coloca a la misma altura, por mritos diversos, a Cecilio, Terencio y Plauto: in argumentis Caecilius poscit palmam, in ethesi Terentius, in sermonibus Plautus.

    Terencio debe a Cicern su mejor elogio:

    Tu quoque qui solus lecto sermone, Terenti, conuersum expressumque latina uoce Menandrum in medium nobis sedatis motibus effers, quiddam come loquens atque omnia dulcia dicens 4.

    L a expresin sedatis motibus ha sido frecuentemente interpretada como una reserva sobre el valor y vigor cmico de Terencio; es un error, Cicern quiere decir que Terencio, con los afectos moderados tambin se asemeja a Menandro, o sea, que el poeta latino reproduce a Menandro incluso con sus caractersticos afectos moderados, en una palabra, que es un Menandro perfectamente logrado. No haba ambicionado otra cosa el vate romano y no cabra a sus ojos opinin ms halagea.

    Csar es ms parco en la alabanza: admite que Terencio es un autor de primera categora; tambin admite que es un Menandro, s..., pero reducido a la mitad, un Menandro sin nervio:

    1 Vita 7.2 M a c r o b io , Sat. V I , I , 4.3 V a r r n , Sat. M enipp. 399 B.s Vita 7.

    [ l i ]

  • INTRODUCCIN

    Tu quoque, tu in summis, o dimidiate Menander, poneris, et merito, puri sermonis amator.Lenibus atque utinam scriptis adiuncta foret uis, comica ut aequato uirtus polleret honore cum Graecis, neue hac despectus parte taceres! unum hoc maceror ac doleo tibi deesse, Terenti.

    E l juicio de Csar se ha vulgarizado mucho ms que el de Cicern. Sin embargo, sus palabras no son muy claras. Suele entenderse que Terencio carece de la fuerza cmica de Menandro (comica referido a uis, con supresin de nuestra coma). Nos parece ms acertado, con Rostagni x, referir el adjetivo comica a uirtus y tomar la expresin en un sentido ms amplio que el que suele drsele; adems, juzgando a Menandro por los fragmentos conservados, no vemos la superioridad cmica del poeta griego sobre su imitador latino. Dislocado el grupo uis comica, queda an en el texto de Csar la molesta expresin dimidiate Menander. Modernamente se ha interpretado de un modo muy favorable a Terencio: la mitad que falta a Menandro para lograr el poeta cmico ideal (?).

    Horacio admira y cita repetidas veces a nuestro poeta: pondera, ante todo, su arte, es decir, su lengua selecta y su fina tcnica. Quintiliano habla de Terenti scripta... elegantissima 2. Y , en fin, Aulo Gelio 3, adhirindose a una opinin de Varrn, considera a Terencio como el modelo del estilo llamado medio: uera et propria huiuscemodi formarum exempla in latina lingua M . Varro esse dicit ubertatis Pacuuium, gracilitatis Lucilium, mediocritatis Terentium.

    Terencio fu, desde el siglo i de nuestra Era, uno de los autores propuestos en las escuelas como maestros de la buena latinidad, y como tal autor escolar pas a ser objeto de comentarios cada vez

    1 R o s t a g n i , A u g . , Suetonio, de poetis e biografi minori, Turin 1944, p. 44.! X, X, 99-3 6, 14 , 6.

    [lu]

  • INTRODUCCIN

    ms numerosos: Valerio Probo lo comenta en tiempos de Nern; Emilio Asper, en tiempos de los Flavios; Arruncio Celso, Sinodio Apolinar y Acrn, en tiempos de Marco Aurelio; Evantio y Donato, en el siglo iv; Eugrafio, en el vi; hay noticias vagas e inciertas de algn comentario ms. D e la serie citada slo han llegado hasta nosotros los comentarios de Donato y Eugrafio. Este ltimo tiene escasa utilidad para nosotros; es fundamentalmente una anotacin minuciosa de las figuras y aplicaciones retricas que el gramtico descubre en la lectura de Terencio. Eugrafio aprovech los trabajos anteriores de Evantio y Donato. E l comentario de Donato es una preciosa fuente de informacin, sobre todo para estudiar la relacin de T erencio con sus modelos griegos, cuyo texto original nos refiere el comentarista frente a la adaptacin latina correspondiente. Tambin seala los gestos apropiados de los actores y trata cuestiones gramaticales y etimolgicas. Desgraciadamente este comentario nos ha llegado con interpolaciones de importancia que la erudicin moderna trata de desenmascarar para establecer el texto genuino de Aelio Donato *. Falta una comedia, el Heautontimorumenos, probablemente por haberle dedicado Donato un estudio aparte. Rufino de An- tioqua (siglo v) y Prisciano (principios del vi) descubren a sus contemporneos que las comedias de Terencio estn en verso, y tratan, con poco xito, de aclarar la mtrica incomprendida de nuestro autor. Un comedigrafo del siglo v i l 2 dice de Terencio: an t prosaicum nescio an metricum. Su mtrica no volver a comprenderse hasta los tiempos modernos, con el estudio fundamental de Bentley (edicin de Cambridge, 1726).

    1 S a b b a d in i , R .j Su tI a diffusione del commento di Donato a Terenzio, Verona 1892; Id., G li scolii Donatiani ai due primi A tti dellEunuco di Terenzio, Florencia 1894; W e sn b r , P., Die berlieferung von A eli Donati comm. Terenti, R h M 52 (1897) 69 ss.; idem, Donati A eli quod fertur commentum Terenti, 3 vol., Leipzig, Teubner, 1902- 1906, 1908.

    2 Editado por M a g n in , Ch., Biblioth. de VEcole de Chartres, 19 39 -4 0 ,1, p. 527 ss.

    [LUI]

  • INTRODUCCIN

    Pero el desconocimiento total de la mtrica terenciana no obsta para que en la Edad Media se contine estudiando con admiracin a Terencio en los monasterios. M uy conocido es el piadoso intento de la religiosa de Gandersheim, Rosvita (932-?), que en el siglo x compone seis comedias a la manera (?) de Terencio, pero de contenido religioso: pretenda con ello atraerse a los lectores que hacan sus delicias del poeta pagano con gran perjuicio de sus almas.

    Tambin debemos a la Edad Media varios comentarios de nuestro autor, entre los que destacamos los siguientes:

    E l Commentum Brunsianum, editado por Bruns en 1 8 1 1 , segn cdice de Halle.

    E l Commentum Monacense, de un cdice latino de Monaco, publicado por Schlee 1.

    L a Expositio, comentario al estilo de Donato, reseado por Sab- bad in i2.

    E l comentario de Giacomino de Verona procede por parfrasis de los pasajes considerados difciles; figura en varios cdices y ha sido estudiado por Sabbadini3.

    Terencio es, pues, uno de los raros autores que atravesaron inclumes la Edad Media.

    IN F L U E N C IA D E T E R E N C IO E N L A S L IT E R A T U R A SM O D ER N A S

    En el Renacimiento, Terencio suscita el entusiasmo de Petrarca, J . Lipsio, Casaubn, Erasmo, Vives, Melanchtn, etc. A finales del siglo X V I se publica una antologa de frases suyas con el ttulo de

    1 Scholia Terentiana, Leipzig 1893.a Commenti medievali a Terenzio, S IF C V (1897), 3 14 ss.3 Giacomino da Verona commentatore di Terenzio, Atti e Memoria della R . A c-

    cademia Virgiliana de Mantova, 8 (19 15 ) , 2 .a parte, pp. 3-19 .

    [LIV ]

  • INTRODUCCIN

    Vulgaria Terenti, y su influenda es considerable en todas las literaturas europeas, aunque quiz no tan profunda como la de Plauto.

    En Italia lo imita repetidas veces y, en ocasiones, muy de cerca L . Ariosto (1474-1533): los caracteres de Volpino y Nebbia en la Cassaria (1508) son un calco de Davo y Sosia (Andria)', la primera escena del acto I I es traduccin casi literal de HeautontimorumenosI I , 3; en los Suppositi (1509) modela el tipo del padre Erstrato sobre el Menedemo de Heaut., la misma comedia encierra tambin algunos elementos tomados del Eunuco', y, en fin, en Negromante (1530) contamina situaciones de Andria, Phormio y Hecyra. Loren- zino de Medici (1514-1548) imita los Adelfas en su Aridosia (1536). I Gelosi (1545), de V. Gabiani, contaminan L a Andriana