revista boca de sapo 9
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Revista ensam iento
El espectador emancipado, Rcni'áefe. D ossier InfaW SW g7*s,
Ferrari, Schérer y Hocquenghem, Lojo, Roitberg Strajite-Jch, Gtírbdhjiy, Néspolo.
Cuento de Marcelo Damiam. La literatura como spot publicitario.
El cine de.Msthael Haneke. Opinan Genoiese, Manáni yRodrígez Z-
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BOCADESAPOTercera época | año XII | N° 9 | Abril 2011
SUMARIO
•Editorial i
El espectador emancipado. Jacques Ranciére 2
Dossier Infancias
Escritura, violencia y niñez. Gisela Heffes 8
Prodigiosa Marilú. Daniela Pelegrínelli 14
Los lenguajes artísticos en la esfera del no-arte. Carina Ferrari 20
Álbum sistemático de la infancia. Rene Schérery Guy Hocquenghem 24La infancia que no cesa. María Rosa Lojo 30
•Testimonio: Frik. María Rosa Lojo 38
Juego y creación en Latinoamérica. Ivana Roitberg Strajilevich 40
Del teatrillo de la infancia a las performances poéticas, trina Garbatzky 44
Eduarda Mansilla o las vicisitudes de la mujer puente. Jimena Néspolo 50
Las estrellas según Rey. Marcelo Damiani 58
•La literatura como spot GianluigiSimonetti 64
El hombre que vino del frío. Eduardo Rojas. 72
Caterva
La evocación sentimental de la infancia. Alicia Genovese 78
Alas de mariposas, una princesa y un pájaro azul. Adriana M ancini 79
Cabeza de otro monstruo. Jaime Rodríguez Z. 80
Historieta
•Temporada de conejos. J.J.Rovella 77
La obra de tapa, al igual que las imágenes delO ossier Infancias pertenecen a Paula Ada mo.
Derechos reservados - Prohibida la reproducción total o parcial de cada número, en cualquier medio, sin la cita
bibliográfica correspondiente y/o la autorización de la editora. La dirección no se responsabiliza de las opiniones
vertidas en los artículos firmados. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte
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Paula Adamo •Víctor Hugo Asselbon •
Santiago Iturralde - Florencia Scafati -
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COLABORADORES
Marcelo Damiani -Carina Ferrari - Irina
Gar tatz ky- Alicia Genovese - María Rosa Lojo
Adriana Mancini - Daniela Pelegrinelli
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Gianluigi Sim onetti - Ivana Roitberg
Strajilevich - Eduardo Rojas - Diego Vecchio
ARTISTAS INVITADOS
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de Buenos Aires, Argentina.
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EDITORIAL
hora se cuela el viento por una gran rendija de este apostadero.
Ahora entra la desolación en forma de llanura, replegando su
árida piel como una bestia que debe calcular las extensiones
para acomodarse mejor. Porque yo he crecido, pero ella ha crecido con
migo, día tras día, a costa de mis huesos, a expensas de las paredes del pre
sente." Insaciable e inextinguible, la llanura a la que le canta Olga Orozcoen las primeras páginas de También la luz es un abismo tiene el rostro de la
infancia: está plagada de terrores, misterios y leyendas e inunda su tiempo
con una sed cuya medida es mayor que la copa que pudiera colmar toda
esa lejanía.
Esta nueva edición de BOCADESAPO inaugura la tercera época de la re
vista. Como toda ficción humana rasgada por la realidad, las marcaciones
de nuestro presente nos pertenecen y no, son parte de una danza colectiva
de la que a veces somos sólo espectadores. En las primeras páginas de este
número, fiel a su vocación libertaria, Jacques Ranciére reflexiona precisa
mente sobre la figura del espectador en tanto intérprete activo del tea
tro del mundo. La historieta de Javier Rovella, "Temporada de conejos",
dialoga con las consideraciones del filósofo francés vertidas en torno a la
sociedad del espectáculo, el teatro y la performance como provocación.
El dossier "Infancias" se abre, pues, con un artículo de Gisela Heffes
que analiza la violencia circular tramada en el mítico relato de Osvaldo
Lamborghini, "El niño proletario". Ivana Roitberg Strajilevich recuerda los
juguetes transformables del uruguayo Joaquín Torres García, Daníela Pele-
grinelli desarma el soporte conceptual déla muñeca Marilú y Carina Ferrari
analiza los lenguajes artísticos puestos en acción en las celebraciones urba
nas actuales de los niños pequeños. Como homenaje a la poeta argentina
Olga Orozco, María Rosa Lojo rastrea la presencia del relato maravilloso
en sus dos libros en prosa y nos regala, también, su propio testimonio. Irma
Garbatzky desmenuza las performances poéticas de Marosa di Giorgio yDiego Vecchio rescata, para los lectores hispanos, el Album systé matique
de Tenfance de René Schérer y Guy Hocquenghem. Cierra el dossier ilus
trado con obras de Paula Adamo, un articulo que nos presenta a Eduarda
Mansilla, primera cultora del género infantil en el Río de la Plata.
"Las estrellas según Rey", el cuento de Marcelo Damiani, actúa de bisa
gra entre el dossier y la segunda parte de la revista. Allí, el crítico italiano
Gianluigi Simonetti analiza la relación entre literatura y discurso publicita
rio; Eduardo Rojas realiza un recorrido total por la obra cinematográfica
de Michael Haneke. Cerrando las páginas del muro de la infancia, ahora
abierto, en Caterva: Alicia Genovese, Adriana Mancini y Jaime Rodríguez Z.
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EL ESPECTADOR
EMANCIPADOFiel a su vocación libertaria volcada hacia la promesa de nuevas
formas de vincular el saber, la vida y la experiencia estética, el
filósofo francés postula en este texto la necesidad de pensar hoy
en un espectador que, lejos de la pasiva ataraxia, sea intérprete
activo del teatro del mundo.
Po r Ja c q u e s Ra n c i ér e*
T r a d u c c ió n de Ji me n a Nés po l o
H
e dado a esta reflexión el título "El espectador emancipado” Se-gún entiendo, un título es siempre un reto Se establece la pre-suposición de que tal expresión tiene sentido, que existe una re-
lación entre términos distantes, lo que también significa entre conceptos, problemas y teorías que a primera vista parecen no tener ninguna relaciónentre sí En cierto sentido, este título expresa mi perplejidad cuando Marten Sapengberg1me invitó a ofrecer una conferencia en una academia quereunía a artistas y personas involucradas en el mundo del arte, el teatro y la
performance, porque había quedado impresionado por mi libro El maestro ignorante y quería introducir esta reflexión sobre el espectador Al principio,entonces, la proposición me suscitó cierta perplejidad El maestio ignorante ex-
ponía la excéntrica teoría y el singular destino deJosephJacotot, un profesorfrancés que a comienzos del siglo XIX había escandalizado a la academiaal afirmar que un ignorante podía enseñarle a otro ignorante aquello que él
mismo no sabía, proclamando la igualdad entre las inteligencias y oponiendoa la instrucción del pueblo la emancipación intelectual Sus ideas habíancaído en el olvido ya a mediados de su propio siglo A mí me había parecidooportuno hacerlas revivir en la década de 1980 para levantar algún revueloen torno a la igualdad intelectual en los debates acerca de la finalidad de laescuela pública Pero en el seno de la reflexión artística contemporánea, ¿quéuso dar al pensamiento de un hombre cuyo universo artístico podía emblematizarse en nombres tales como Demóstenes, Racine y Poussin?
* Ja cq u es R an cièr e nació en Argelia, en 194C Estudió en la Ècole Normale Supéneure
Participó con Louis Althusser en la escritura de Lue le Capital Es profesor emento de estética y
politica en Universidad de Paris VIII Ha publicado im a veintena de bbros, entre ellos E l maestro
ignorante Cinco lecciones de emancipación intelectual (1987), El desacuerdo Fb hacay filosofia f!995), La
drasion de lo sensible Estetica y politica (2000) Este texto fue cedido por el autor y traducido con su
expreso permiso, una versión en inglés del mismo puede consultarse en http //d igi tal m icaedu /
departm ental/grad photo/ public/U pload/2 0C81 1/Ranciere 0/o2C°/o2Cspectatorpdf
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Sin embargo, al reflexionar sobre el tema, se me hizo
manifiesto que la ausencia de toda relación evidente en-
tre la teoría de Jacotot y la cuestión del espectador era
también una oportunidad Podía ser la ocasión de es-
tablecer una separación radical con respecto a ciertos
presupuestos teóricos y políticos que, incluso bajo dis-
fraz posmoderno, sustentan todavía hoy lo esencial del
debate acerca del teatro, la actuación y el espectador
No obstante, para hacer surgir esta relación y darle un
sentido, debemos tratar de reconstituir la red de presu-
puestos que sitúan la cuestión del espectador en el centro
de la discusión sobre las relaciones entre arte y política,
y dibujar el modelo global de racionalidad sobre cuyo
fondo estamos acostumbrados a juzgar las implicancias
políticas del teatro y del espectáculo Empleo aquí estostérminos en sentido general, incluidas otras formas ar-
tísticas, como la danza, la performance, el mimo u otras
manifestaciones que ponen cuerpos en acción ante un
público reunido
Los numerosos debates y polémicas que ha generado
el teatro a lo largo de toda su historia pueden ser ca-
racterizados en una simple contradicción La llamaré la
paradoja del espectador, una paradoja quizá más funda-
mental que la célebre paradoja del actor Esta paradoja es
de formulación muy simple no hay teatro sin espectador
(por más que se trate de un espectador único y oculto,
como en la representación ficcional de El hijo natural que
da lugar a las Convasaciones de Diderot) Sin embargo,
“ser espectador“ es algo malo, significa que se participa
mirando, y mirar es idiosincrásicamente condenado por
dos razones En primer lugar, mirar es lo contrario de
conocer El espectador permanece ante una apariencia,ignorando el proceso de producción de esa apariencia o
la realidad que hay detrás de ella En segundo lugar, es lo
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contrario de actuar La persona espectadora permaneceinmóvil en su sitio, es pasiva Ser espectador es estar se-
parado al mismo tiempo de la capacidad de conocery dela posibilidad de actuar
Este diagnóstico abre el camino a dos conclusionesdiferentes La primera es que el teatro es una cosa ab-solutamente mala, una escena de ilusión y de pasividadque es preciso suprimir en beneficio de aquello que ellaimpide el conocimiento y la acción, la acción de cono-cery la acción conducida por el saber Es una conclusiónde larga data, ya formulada por Platón el teatro es ellugar donde gente ignorante es invitada a ver sufrir aotra gente Lo que la escena teatral les ofrece es el espec-táculo de un pathos, la manifestación de una enfermedad,la del deseo y del sufrimiento, es decir, de la división desí que resulta de la ignorancia El efecto propio del teatroes el de transmitir esa enfermedad por medio de otra: lade la visión empírica que mira las sombras El teatro esla transmisión del mal de la ignorancia que convierte alas personas en médium de esta ignorancia forjada enuna ilusión óptica La comunidad justa, pues, es aque-lla que no tolera la mediación teatral, aquella en la queel patrón de medida que la gobierna está directamenteincorporado en las actitudes vivientes desús miembros
Ésta parece ser la conclusión más lógica del problemaSin embargo, sabemos que no es la que ha prevalecidoTodo teatro se ha concluido supone un espectador, y
como ser espectador es algo malo, nos hace falta puesotro teatro, un teatro sin espectadores Un teatro en elque la relación óptica pasiva implicada en el juego tea-tral de la palabra misma esté sometida a otra relación,aquella implicada por otra palabra que designe lo que se
produce en el escenario, eldrama Drama quiere decir ac-ción El teatro es el lugar en el que una acción es llevadaa su realización por unos cuerpos en movimiento frentea otros cuerpos vivientes que deben ser movilizados Es-tos últimos pueden haber renunciado a su poder Peroeste poder es retomado, reactivado en la performance,en la energía que ella produce Es a partir de ese poderactivo que hay que construir un teatro nuevo, devuelto asu virtud original, a su esencia verdadera Hace falta unteatro sin espectadores, donde los concurrentes apren-dan en lugar de ser seducidos por las imágenes, un teatroque los convierta en participantes activos en lugar de servoyews pasivos
Esta inversión conoció dos grandes fórmulas, antagó-nicas en su principio, aun cuando la práctica y la teoríadel teatro reformado las han mezclado en su legitima-ción Según la primera, es preciso arrancar al especta-dor del embrutecimiento del espectador fascinado por
la apariencia y ganado por la empatia que lo hace iden-tificarse con los personajes de la escena Se muestra, en-tonces, un espectáculo de carácter extraño, inusual, un
enigma en el cual él ha de buscar el sentido Se le forzaráde ese modo a intercambiar la posición del espectador
pasivo por la del investigador o el experimentador cien-tífico que observa los fenómenos e indaga las causas Así
se les hará agudizar su propio sentido de la evaluación delas razones, de su discusión y de la elección que lo zanjaDe acuerdo con la segunda fórmula, es esa misma
distancia razonadora la que debe ser abolida El espec-tador debe ser sustraído de la posición del observadorque examina a la distancia el espectáculo Debe ser des-
pojado de este ilusorio dominio, arrastrado al círculomágico de la acción teatral en el que intercambiará el
privilegio del observador racional por el de estar en po-sesión de sus verdaderas energías vitales
Éstas son las actitudes fundamentales que resumenel teatro épico de Brecht y el teatro de la crueldad deArtaud Para uno, el espectador debe tomar distancia, para el otro, debe perder toda distancia Para uno, debeafinar su mirada, para el otro, debe abandonar incluso la
posición del que mira Los modernos emprendimientosde reforma del teatro han oscilado constantemente entreestos dos polos de la indignación distante y de la partici-
pación vital, a nesgo de mezclar sus principios y sus efec-tos Han pretendido transformar el teatro a partir deldiagnóstico que conducía a su supresión No sorprende
por tanto observar que los reformadores del teatro hayanretomado no solamente las consideraciones de la crítica
platónica sino también la fórmula positiva que él opo-nía al mal teatral Platón quería sustituir la comunidaddemocrática e ignorante del teatro por otra comunidaduna comunidad coreográfica en la que nadie pudiera
permanecer como espectador inmóvil, en la que todosdeberían moverse de acuerdo con el ritmo comunitariofijado por la proporción matemática, aunque para ellohubiese que embriagar a los viejos reacios a entrar en ladanza colectiva.
Los reformadores del teatro han reformulado la opo-sición platónica entre corea y teatro como oposición entrela verdadera esencia del teatro y el simulacro del espectá-culo El teatro ha devenido en el lugar donde el público
pasivo de los espectadores debía transformarse en su con-trario el cuerpo activo de un pueblo poniendo en actosu principio vital El texto de presentación de la SommerAkademie lo expresaba en estos términos “El teatro si-gue siendo el único lugar de confrontación del públicoconsigo mismo en tanto que colectivo” En sentido res-tringido, la frase sólo pretende distinguir la audienciacolectiva del teatro de los visitantes individuales de unaexposición o de la simple adición de las entradas al cinePero es obvio que significa algo más Significa que el “tea-
tro” es una forma comunitaria ejemplar Conlleva unaidea de la comunidad como presencia en sí, como cuerpoviviente, opuesta a la distancia de la representación
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A partir del romanticismo alemán, el pensamiento
del teatro ha estado asociado a esta idea de la comuni-
dad viviente El teatro apareció como una forma de la
constitución estética de la constitución sensible de la
colectividad la comunidad como manera de ocupar unlugar y un tiempo, como el cuerpo en acto opuesto al
simple aparato de las leyes, un conjunto de percepciones,
de gestos y de actitudes que precede y preforma las le-
yes e instituciones políticas El teatro ha estado, más que
cualquier otro arte, asociado a la idea romántica de una
revolución estética la idea de una revolución que cam-
biara no sólo las leyes y las instituciones sino también las
formas sensibles de la experiencia humana La reforma
del teatro significaba entonces la restauración de su na-
turaleza de asamblea o de ceremonia de la comunidad
El teatro es una asamblea en la que la gente del pueblo
toma conciencia de su situación y discute sus intereses,
dice Brecht siguiendo a Piscator Es el ritual purificador,
afirma Artaud, en el que una comunidad toma posesión
de sus propias energías Si el teatro encarna así la verda-
dera colectividad viviente, opuesta a la ilusión de la mi-
mesis, no habrá que sorprenderse de que la voluntad de
devolver el teatro a su esencia pueda adosarse a la crítica
misma del espectáculo
¿Y cuál es la esencia del espectáculo según Guy De
bord? La exterioridad El espectáculo es el remo de la
visión Visión significa exterioridad, es decir, desposei-
miento de sí La enfermedad del hombre espectadorahora se resume “Cuanto más contempla, menos es.”2
La fórmula parece antiplatónica Obviamente, los fun-
damentos teóricos de la crítica del espectáculo son los
mismos que los de la crítica de Feuerbach a la religión
El principio de una y otra crítica se encuentra en la vi-
sión romántica de la verdad como noseparación. Pero
esta idea depende ella misma de la concepción platónica
de la mimesis La “contemplación” que Debord denun-
cia es la contemplación de la apariencia separada de su
verdad, es el espectáculo de sufrimiento producido por
esta separación “La separación es el alfa y el omega del
espectáculo ”Lo que el hombre contempla en el espec-
táculo es la actividad que le ha sido hurtada, es su propia
esencia, devenida hostil, vuelta contra él, organizadora
de un mundo colectivo cuya realidad es la de su mismo
desposeimiento
Por tanto, no hay contradicción entre la búsqueda
de un teatro devuelto a su esencia original y la crítica
del espectáculo El “buen” teatro es aquel que utiliza
su realidad separada para suprimirla La paradoja del
espectador es parte de ese dispositivo intelectual que
retoma, incluso en nombre del teatro, los principios de
la prohibición platónica del teatro Estos principios son, por consiguiente, los que hoy sería necesario reexami-
nar, o más bien, la red de presupuestos, el juego de equi-
valencias y de oposiciones que sostiene su posibilidad
equivalencias entre teatro y comunidad, entre mirada
y pasividad, exterioridad y separación, mediación y si-
mulacro, oposiciones entre lo colectivo y lo individual,
imagen y vida real, actividad y pasividad, posesión de símismo y alienación
Este juego de equivalencias y de oposiciones com-
pone en efecto una dramaturgia bastante tortuosa de la
falta y la redención El teatro se acusa a sí mismo de
volver pasivos a los espectadores y de traicionar así su
esencia de acción comunitaria Consecuentemente se
otorga la misión de invertir sus efectos y de expiar sus
faltas devolviendo a los espectadores la posesión de su
conciencia y de su actividad La escena y la performance
teatrales se convierten así en una mediación evanescente
entre el mal del espectáculo y la virtud de la verdad tea-
tral Se proponen enseñar a su audiencia los medios para
cesar de ser espectadores y convertirse en performers de
una práctica colectiva Según el paradigma brechtiano,
la mediación teatral los vuelve conscientes de su situa-
ción social y deseosos de actuar en consecuencia Según
la lógica de Artaud, los hace salir de su posición de es-
pectadores en lugar de estar frente a un espectáculo, se
ven rodeados por la performance, llevados al interior del
círculo de la acción que les devuelve su energía colec-
tiva En ambos, el teatro es una mediación de su propia
supresión
En este punto es donde pueden entrar en juego lasdescripciones y las proposiciones de la emancipación
intelectual y ayudarnos a reformular el problema Pues
esta mediación autoevanescente no es algo desconocido
para nosotros Es la lógica misma de la relación peda-
gógica, en el proceso pedagógico el papel atnbuido al
maestro es el de suprimir la distancia entre su saber y la
ignorancia del ignorante Sus lecciones y los ejercicios
que él articula tienen la finalidad de reducir progresiva-
mente el abismo que los separa Desafortunadamente,
no puede reducir la brecha excepto a condición de re-
crearla incesantemente Para reemplazar la ignorancia
por el saber, debe caminar siempre un paso adelante,
poner entre el alumno y él una nueva ignorancia La
razón de ello es simple En la lógica pedagógica, el ig-
norante no es solamente aquel que aún ignora lo que
el maestro sabe es aquel que no sabe lo que ignora ni
cómo saberlo El maestro, por su parte, no es solamente
aquel que detenta el saber ignorado por el ignorante es
también aquel que sabe cómo hacer de ello un objeto de
saber, en qué momento y de acuerdo con qué protocolo
Pues en rigor de verdad no hay ignorante que no sepa
ya un montón de cosas, que no las haya aprendido por
sí mismo, ya sea mirando y escuchando a su alrededor,observando y repitiendo, equivocándose y corrigiendo
sus errores Pero ese saber, para el maestro no es más que
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un “saber de ignorante”, un saber incapaz de ordenarse
de acuerdo con la progresión que va de lo más simple a
lo más complejo El ignorante progresa comparando lo
que descubre con aquello que ya sabe, según el azar de
los hallazgos, pero también según la regla aritmética, laregla democrática que hace de la ignorancia un menor
saber Sólo se preocupa por saber más, por saber lo que
aún ignoraba Lo que le falta, lo que siempre le faltará al
alumno, a menos que él mismo se convierta en maestro,
es el “saber de la ignorancia” el conocimiento de la dis-
tancia exacta que separa ambos estados
Esa medida escapa, precisamente, a la aritmética de
los ignorantes Lo que el maestro sabe, lo que el proto-
colo de transmisión del saber enseña primero que nada
al alumno, es que la ignorancia no es un menor saber,
que aquella es el opuesto del saber que el saber no es un
conjunto de conocimientos, sino una posición La dis-
tancia exacta es la distancia que ninguna regla puede
medir, la distancia que se prueba por el mero juego de las
posiciones ocupadas, que se ejerce a través de la intermi-
nable práctica del “paso adelante” que separa al maes-
tro de aquel que se supone que ha de ejercitarse para
alcanzarlo Es la metáfora del abismo radical que separa
las maneras del maestro de las del ignorante, porque ese
abismo separa dos inteligencias aquella que sabe en qué
consiste la ignorancia y aquella que no lo sabe Es en
primer lugar esta radical separación lo que la enseñanza
progresiva y ordenada enseña al alumno Le enseña an-tes que nada su propia incapacidad Así verifica incesan-
temente en su acto su propio presupuesto la desigualdad
de las inteligencias Esta verificación de la desigualdad
es lo que Jacotot llama proceso de embrutecimiento Lo
contrario del embrutecimiento es la emancipación La
emancipación intelectual es la verificación de la igualdad
de las inteligencias Esta no significa la igualdad de valor
de todas las manifestaciones de la inteligencia, sino la
igualdad en sí de la inteligencia en todas sus manifesta-
ciones No hay dos tipos de inteligencia separados por
un abismo El animal humano aprende todas las cosas
como primero ha aprendido la lengua materna, como
ha aprendido a aventurarse en la selva de las cosas y de
los signos que lo rodean, a fin de tomar su lugar entre los
otros humanos observando y comparando una cosa con
otra, un signo con un hecho, un signo con otro signo Si
el “ignorante” sólo sabe de memona una plegaria, puede
comparar ese saber con aquello que todavía ignora las
palabras de esa plegana escritas sobre un papel Puede
aprender, signo tras signo, la relación de aquello que ig-
nora con aquello que sabe Puede hacerlo si, a cada paso,
observa lo que se halla frente a él, dice lo que ha visto
y verifica lo que ha dicho Tanto la del docto que cons-truye hipótesis como la del ignorante son la misma inte-
ligencia que traduce signos a otros signos y que procede
por comparaciones y figuras para comunicar sus aventu-
ras intelectuales y comprender lo que otra inteligencia se
empeña en comunicarle
Este trabajo poético de traducción es la primera con-
dición de todo aprendizaje “Emancipación intelectual”como Jacotot llama a este proceso significa la con-
ciencia y la promulgación de este poder de igualdad que
ofrece la traducción y la contratraducción “Emancipa-
ción” implica la toma de conciencia de las distancias tra-
zadas entre uno y otro, porque la distancia no es un mal
a abolir, es la condición normal de toda comunicación
Los animales humanos son animales distantes que se co-
munican a través de la selva de los signos La distancia
que el ignorante tiene que franquear no es el abismo en-
tre su ignorancia y el saber del maestro Es simplemente
el camino desde aquello que ya sabe hasta aquello que
todavía ignora, pero que puede aprender no para ocupar
la posición del docto sino para practicar mejor el arte
de traducir, de poner sus experiencias en palabras y sus
palabras a prueba, traduciendo sus aventuras intelec-
tuales a la manera de los otros y contratraduciendo las
traducciones que ellos le presentan de sus propias aven-
turas El maestro ignorante capaz de ayudarlo a recorrer
este camino se llama así no porque no sepa nada, sino
porque ha abdicado el “saber de la ignorancia” y diso-
ciado su conocimiento desde la maestría de su saber No
les enseña a sus alumnos su saber El maestro ignorante
les pide que se aventuren en la selva de las cosas y de lossignos, que digan lo que han visto y lo que piensan de lo
que han visto, que lo verifiquen y lo hagan verificar
¿Cuál es la relación entre esta historia y la cuestión
del espectador hoy? Ya no estamos en el tiempo en que
los dramaturgos querían explicar a su audiencia la ver-
dad de las relaciones sociales y los medios para luchar
contra la dominación Pero no por eso pierden sus ilusio-
nes. Gontranamente, puede ser incluso que, a la inversa,
la pérdida de las ilusiones conduzca a los artistas a au-
mentar la presión sobre los espectadores tal vez ellos se-
pan lo que hay que hacer, si la performance los cambia,
los arranca de su actitud pasiva y los transforma en parti-
cipantes activos del mundo Tal es la primera convicción
que los reformadores teatrales comparten con los peda-
gogos embrutecedores la del abismo que separa las dos
posiciones Incluso si el dramaturgo o el director teatral
no sabe lo que quieren que el espectador haga, sabe al
menos una cosa sabe que se debe hacer algo, franquear
el abismo que separa la actividad de la pasividad ■
o br a s d e Ram ir o C l e men t e
Para ver más, visite el sino wwwramiroclemente net
1 La invitación a abnr la quinta Intemacxonale Sommer Akademie de
Francfort, el 20 de agosto de 2004, me fue cursada por el performistay
coreógrafo sueco Marten Spangberg
2 De bord . Guy. La soatít du sfxdacU Paris, Gallimard, 1992
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ESCRITURA,VIOLENCIAY NIÑEZ
EL CASO DE "EL NIÑO PROLETARIO"
El mítico relato de Osvaldo Lamborghini conforma a partir de
la niñez, en tanto espacio ilimitado de ejercicio de la violencia y
el Mal, una territorialidad signada por la repetición. La violencia
se presenta allí en su perfecta y metafórica circularidad,
clausurando toda posibilidad de futuro.
po r G i s el a h e f f e s
Ob r a s de Pa u l a Adamo
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Sencillamente, hoy se trata de very sentir y sen tir si y pe ns ar si.
Si se puede o no dominar el temblor de manos, aunque aquí se trata como siempre —
con la aibittanedad ecuánime de la escritura — de la muette y la m asturbación.
Oh sueño. Si la letta no se desencuadra de la línea se habrá recobrado
un vestigio de salud, o un vagido.
Osvaldo Lamborghini, “Acoplador aviado, perdido”
Q Q "1 1 1niño proletario” (1973), de Osvaldo Lamborghini, entraña
H una complejidad narrativa difícil de asimilar: es que hay algoJ — Jen los relatos de Lamborghini que molesta, ofende e inquieta al
lector, incluso cuando la problemática abordada sea la representación misma
de la violencia y su articulación narrativa en un corpus amplio y variado
I B O C A D E S A P O I D O S S I E R
I N F A N C I A S
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I ...Aira, en su introducción
a las Novelas y cuentos
de Lamborghini, sostiene
que la "Argentina
lamborghiniana es el país de
la representación"... |
El territorio de la violencia en el relato de Lam-
borghini conforma una espacialidad atravesada por ca-
tegorías que nos remiten tanto a la historia misma de la
literatura como a la representación de intereses opuestos,
de clases en pugna y mediaciones que perpetúan la pro-
pia condición de sus actores principales Y a su vez, es la
violencia en sí la que se ocupa de resemantizar el sentido
mismo de estos elementos, sexualizando, poetizando e
inscribiéndose en un territorio mayor esto es, el cuerpo
ultrajado /violentado que en su acepción metonímica in-
corpora las dimensiones de una clase social específica, su
pasiva confrontación y su brutal aniquilación
Desde una perspectiva más restringida, el espacio de
la violencia en “El niño proletario” puede confinarse al
territorio de la infancia donde “;Estropeado!”, con “su
pantaloncito sostenido por un solo tirador de trapo”
es sorprendido por “tres niños burgueses”: “Esteban”,“Gustavo”, y el narrador (64)1 Delimitar el relato al
territorio de la niñez funciona como un procedimiento
que permite reforzar la idea de crueldad que caracteriza
al texto (o subrayar su significación a través de la inver-
sión de paradigmas tradicionales que equiparan infancia
con inocencia), y pensarlo desde algunas ideas esboza-
das porBataille respecto al concepto de “Mal” si, según
el francés, la libertad del niño (donde se inscribiría el
"Mal”) se encuentra limitada por el adulto, el espacio de
la niñez constituye un terntorio de significación donde se
articulan de manera conjunta libertad y “Mal”, y cuyolímite externo se encuentra marcado por una mirada
circunscrita a un comportamiento preestablecido = Es
en esta misma territorialidad donde, siguiendo la lógica
de Bataille, se produce la "fascinación” (que en función
del relato de Lamborghini nos remite a categorías como
“goce” y “placer”), aunque se trate de una fascinación
incapaz de tornarse satisfacción plena, una fascinación
que es puramente destructiva 3 En este sentido, tanto el
“goce” como el "placer” funcionan como elementos de
intersección y contraste, ya que establecen una confron-
tación entre el "terror” de “.Estropeado!” y el regocijo
que este terror provoca en los niños
...oh por ese color blanco de tenor en las caras odiadas, en las
fachas obreras más odiadas, por verb aparecer sin desapanción
nosofros hubiéramos donado nuestros palacios multicolores, la
atmófera que nos envolvía de dorado coba. (64)
Este goce y placer, que se consuman en el instante
mismo en que la violencia se manifiesta, funciona como
un tropo recurrente, enfatizando la circulandad intrín-seca, recíproca y necesaria de su conformación "Nues-
tro delirio iba en aumento La cara de Gustavo aparecía
contraída por un espasmo de agónico placer ”(64) Y, casi
de manera inmediata “Yo me aferraba a mis testículos
por miedo a mi propio placer, temeroso de mi propio
ululante, agónico placer ”(65) Hay una creciente erotiza
ción de la violencia que abarca y absorbe a los tres niños
Porque Gustavo parecía, al sol, exhibir una espada espejeante
con destellos que también a nosotros venían a henrnos en los
ojos y en los órganos del goce. Porque el goce ya estaba decretado ahí, por decreto, en ese pantaloncito sostenido por un solo tirador
de Papo gns, mugnentoy de flecado. (65)
El goce, como la violencia, forma parte de una repre
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sentación cíclica ya determinada en la sangre, en la es-
pecie, en la continuidad misma de la "clase explotada"
Con el corm de los años el niño proletario se convierte en hom
bre proletario y vale menos que una cosa. Contrae sífilis y, en
seguida que la contrae, siente el irresistible impulso de casarse
para perpetuar la enfermedad a través de las generaciones. (64)
Y en la transmisión genérica se establece un meca-
nismo cerrado que no ofrece ningún intersticio factible
de asimilar una salida o romper su irreductible continuo
"De esa manera se cierra el círculo, exasperadamente se
completa ” (64) Su contrapunto, no obstante, también
adquiere significación "La execración de los obreros
también nosotros la llevamos en la sangre." (64) La re-
producción perpetua de la especie proletaria alcanza un
rasgo inconfundible cuando “¡Estropeado!", en su carác-ter simbólico de minoría (uno) se convierte en la víctima
de un colectivo (tres) que a su vez representa una clase
específica Es más que evidente la construcción binomia
proletarioburgués que, desde el título, constituye el terri-
torio de enfrentamiento y contraste, aunque Lamborghini
logra desmontar los elementos constitutivos de una es-
tructura fácilmente reconocible y resemantizarlos el odio
del burgués que se traduce en límite y exceso inaugura
un espacio donde se ejercita la violencia y cuyos bordes
delimitan la transgresión dada por el goce y el placer del
"Mal", aunque justamente esta apelación (lujuriosa) no
encuentre otra vía de desenlace que la misma destrucción
Esteban le enterró elfalo, recóndito, fecal, y yo le horadé un pie
con un punzón a través de la suela de soga de alpargata. Pero
no me contentaba tristemente con eso. Le corté uno a uno los
dedos mugrientos de los pies, malolientes de los pies, que ya de
nada vían a servirle. (66)
Goce e insatisfacción perpetua, ya que su origen se
remonta a su necesidad y legitimación de existencia, pe-
netración que justifica su violencia desde la misma con-
dición de posibilidad de clase Entonces el orgasmo deGustavo (mientras "¡Estropeado! se ahogaba en el barro”
[66] ) equivale a la “inocencia del justiciero placer" (66)
Y si la "venganza llama al goce y el goce a la venganza"
(67) , más vale reestablecer los límites que permiten re-
petir infinitamente el ciclo de violencia al que el niño
proletario se encuentra “condenado” (67)
De este modo, el terntono de la niñez, en tanto es-
pacio ilimitado donde se ejerce la violencia arraigada
en la fascinación y el goce sexual, conforma una territo-
rialidad donde la repetición y la circularidad se tornan
permanentes, clausurando la posibilidad de futuro, e ins-talando el devenir dentro de un presente continuo "la
muerte de un niño proletario es un hecho perfectamente
lógico y natural" (68) La violencia se cierra entonces
como un círculo perfecto Se establece una jerarquía
vertical a partir de la cual el narrador puede contem-
plar la circularidad horizontal desde lo alto, inscribién-
dolo a través de la disposición espacial en la verticalidad
erecta de la torre "Desde la torre erigida como si yo
alguna vez pudiera estar erecto” (68) Espacio desde el
cual proyecta a su vez la erección violenta de la pene-
tración y la tradición paternalista del macho y hombría
latina, la misma que al ejecutar la violencia es represen-
tada por un cuerpo —aunque púber— activo y mascu
linizado en contraposición al objeto de la violencia que
se transforma en un cuerpo femmizado, inerme, infan-
til El abajo aparece subyugado, disminuido, frente a la
fuerza y poder que detenta el espacio articulado desde 11
lo alto, y evidenciado a través de la fuerza física de "la
mano fuerte militari de Gustavo” (66) Se trata de un
proceso significativo que opera desde la etapa misma de
Sebregondi retrocede y que se remonta a 1973, el cual, comoseñala César Aíra, "tenía el mismo emblema que la de
El fiord un dedo señalando hacia arriba, entre fálico y
tipográfico” (7)
En el territorio de la violencia, la voz del “Mal” des-
nuda, poco a poco, el cuerpo animalizado del niño pro-
letario hasta fragmentarlo, descomponerlo, horadarlo y
transformarlo en un "despojo” El residuo de la sociedad,
la sobra o el deshecho como condición de literatura La
violencia es asimétrica, la desigualdad distingue entre los
deshechos "de arriba” y los “de abajo”, transformándose
los primeros en una categoría estética a través de una in-
flexión celebratoria, residuos, deshechos que intervienen
en el ritual de la violencia y que brotan como elementos
constituyentes de la propia fascinación, adquieren rasgos
poéticos y el valor positivo de quienes lo ostentan
A Esteban se le contrajo el estómago a raíz de la ansiedad y
luego de la arcada desalojó algo del estómago, algo que cayó
a mis pies. Era un espléndido conjunto de objetos brillantes,
ricamente ornamentados, espejeantes al sol Me agaché, lo in
corporé a mi estómagot y Esteban entendió mi her manaaón. Se
anejó a mis brazos y yo me bajé los pantalones. Por el ano des
ocupé. Desalojé una masa luminosa que enceguecía con el sol Esteban la comió y a sus brazos hermanados me arrojé. (66)
Las partes del cuerpo —las excreciones— alimentan
el cuerpo de los propios niños, formando un mismo or-
ganismo homogéneo que implica a su vez a una clase
determinada En este sentido, la violencia de "El niño
proletario” no se ciñe a la categoría de "sacrificio" ela-
borada por René Girard en su conocido libro Violence et
la sacré (1972), en cuanto no aparece aquí una sociedad
que busca, a través de la violencia ejercida sobre la "víc-
tima”, llevar a cabo una expiación Tampoco es posi- ble, siguiendo a Girard, leer en la muerte del niño un
sacrificio capaz de generar una “crisis” que resulte en
la desintegración de la sociedad 4 Por el contrario, esta
sociedad se alimenta y retroalimenta de su muerte Su
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destrucción garantiza la existencia de la clase burguesa
Su circularidad no tiene fin ni principio
En todo caso, se trata de una violencia que funciona
más como base del orden social mismo, su sustrato, y ge-
neradora de su condición existente, que de una violenciafundadora, según la definición de Walter Benjamin en
"Para una crítica de la violencia” 5 Porque si el sacrificio
puede operar como conjuro o protección de la sociedad
contra una violencia externa, aquí, y nuevamente en
términos de Benjamin, se ejecuta una violencia no legal
pero sí legítima la violencia de la explotación, pero tam-
bién la violencia del poder que se ejerce de arriba ha-
cia abajo, igual que la de los niños burgueses cuya fuerza
militan detentan Gomo sugiere Belvedere, “se dice de
Stroppani que pasa hambre como los niños pobres, y
que su culo sangra como cualquier culo violado, pero no
menos cierto es que sobre su cuerpo se escribe la historia
de las luchas sociales en nuestro país, y que su narración
es —además de testimonio e interpretación política — li-
teratwa. Tal vez algo más, pero no menos, que eso” 6
También Aíra, en su introducción a la zfíovelasy cuentos
de Lamborghini, sostiene que la “Argentina lamborghi
mana es el país de la representación”, el "peronismo fue
la emergencia histórica de la representación” y la “Ar-
gentina peronista es la literatura” (12) En este sentido,
el texto, que fue publicado en 1973, augura —por medio
de la representación del cuerpo fragmentado— los cuer-
pos mutilados por la misma dictadura militar “El niño proletario” plantea así la problematización del cuerpo
atravesado, horadado y torturado que tres años después
(sino antes) será apropiado por el poder dominante como
forma de ejercer una violencia legitimada por el Estado 7
Cuerpos que, como el de “¡Estropeado!”, serán arroja-
dos al barro, a la zanja, a aquella zona intersticial que
no tiene frontera y que suelen llamar, en muchos casos,
“tierra de nadie” o, enjerga policial, “zona liberada”
“El niño proletario” conforma un texto sobre la escri-
tura de la violencia, aunque principalmente sobre la vio-
lencia en el cuerpo colectivo y homogéneo de una clase
social, y cuyo precedente nos remite invariablemente a la
mano militan de Gustavo el poder militar que encarna la
burguesía y persigue, tortura al “oprimido” La repre-
sentación de la violencia se teje alrededor de un recorrido
que va de arnba hacia abajo, legitimada, y, según Benja-
mín, como violencia de Estado, esto es, como una forma
de alcanzar determinados fines conforme a su ideología
Por otra parte, el relato de Lamborghini se articula
como apelación, parodización e inversión tanto de los
tópicos propios de una literatura que le precedía como
respecto de aquellos que le correspondían generacional-
mente Por un lado, el texto remite a la tradición queencuentra en Florencio Sánchez uno de sus paradigmas
en “Canillita” (sainete estrenado en 1903), se lee una
“apuesta generosa en favor del trabajo, la familia, la gene-
ración siguiente, reafirmando los valores burgueses de ese
proletariado de inmigrantes, que da sustento a la cultura
hegemónica de esa primera década del siglo”8 Gomo
señala Barona, esta representación cambia de signo diezaños después, y en la década del 20 el grupo Boedo re-
toma “la preocupación por los niños proletarios” No
obstante, ya no se recurre a la ideología del inmigrante
el trabajo honrado “ha dejado de ser la salvación”, ahora
el acento gira en torno a “la crueldad de la explotación
burguesa” (106) Aunque es con Laivas (1932), de Elias
Gastelnuovo, donde el autor se conforma en el “expo-
nente mas acabado de esta ceremonia estética del To
pulismo fúnebre’” que articula “la representación de la
víctima y el afán redentor, desde la perspectiva conjunta
del cristianismo y del anarquismo” Aquí, los niños del
reformatorio son los niños “larvas”, cuya “simiente se ha
concebido en la cuna corruptora de la miseria que mecen
las instituciones deformantes familia carenciada, iglesia
caritativa, hospital público, cárcel, depósito de menores”
Según Barona, Lanas no sólo constituye el “precursor
incuestionable” de “El niño proletario”, sino que la des-
cripción de este último incorpora “hasta la náusea todos
los tópicos del estereotipo de la literatura de Boedo”, y
los expone como Gastelnuovo, “con la violencia y el gozo
que se demora en la degradación ” No obstante, la na-
rración “ha pasado de la boca del maestro que se implica
hasta el contagio a un sujeto sin subjetividad, puro sujetode clase, libre de falsa conciencia ”s
También Belvedere refiere al gesto de parodia de
Lamborghini respecto a la literatura de Boedo y al rea-
lismo socialista "se parodia el realismo obrerista y el hu-
manismo incruento —pero la parodia también deja de
serlo y comienza a rodar su propia historia, produciendo
un mundo atroz y perverso que no deja de ser a la vez
fresco y bello”.10
Otras referencias van más allá de los antecedentes di-
rectos. Barona cita a Roberto Arlty la poesía gongoriana,
entre otros, o al mismo Darío, quien conforma un ima-
ginario textual y que, en tanto procedimiento narrativo,
diagrama una doble inflexión donde confronta al Moder-
nismo con las vanguardias Darío es el "Yo soy aquel que
ayer nomás decía y eso es lo que digo” que Lamborghini
incrusta en el texto sin citar, el "azul” del sol y la “torre
fría y de vidrio” Su relato por lo tanto se vincula a una
problemática más amplia, como el espacio que ocupa el
escritor dentro de una genealogía literaria y el lugar que
ocupa la literatura dentro de la historia misma
Continuidad y ruptura, ya que esta última reaparece
dentro del orden de la representación sintáctica, donde
el texto fragmentado no sólo incorpora elementos pro- pios de la oralidad (“el retrato con un collar de perlas
en el cuello, eh” [67]) sino que hay una alteración de la
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puntuación (“¡Estropeado! nos miraba inquiriendo conla cara blanca de terror / oh por ese color blanco de te-rror en las caras odiadas, en las fachas obreras más odia-das ” [64]), una anulación de la lengua del otro —un
bilingüismo donde el otro no habla, carece de voz— y, principalmente, la representación corporal de la mutila-ción física hasta sus últimas consecuencias El cuerpo,llevado al límite mismo de la desintegración (“Le abrí uncanal de doble labio en la pierna izquierda hasta que elhueso despreciable y atorrante quedó al desnudo Eraun hueso blanco como todos los demás, pero sus huesosno eran huesos semejantes Le rebané la mano y vi otrohueso, crispados los nodulosfalanges aferrados, clava-dos en el barro, mientras Esteban agonizaba a punto degozar” [66]), se torna inconsistencia, despojos, un bultodel cual lo único que se conserva de forma entera es, paradójicamente, la lengua (“quedó colgante de la bocacomo en todo caso de estrangulación” [69]) Bastión deuna violencia que se ejecuta contra un objeto que noofrece resistencia La palabra, que en El matadero (1838)de Esteban Echeverría condensaba la terminología cultay abstracta del letrado, acá permanece, al igual que enlos otros niveles de representación, en el espacio interme-dio (tampoco representa el lenguaje de los de “abajo”),suspendido como en otra espera (la que acosa al narra-dor, el “también vendrá por mí”, como señala Barona) yque puede homologarse al espacio ocupado por el texto
en sí al volverse inclasificable, parodia de la parodia, y parodia de sí mismo
No es entonces la complejidad narrativa (que otrosrelatos comparten siendo asimismo categorizados y asi-milados con mayor facilidad) lo que distingue este textode muchos otros La escritura de Lamborghini se nutrede una enorme cantidad de fuentes que, sin mencionar-las —o sólo tangencialmente— construyen un entra-mado particular, donde además de reflexionar acerca delos procesos mismos de escritura, se poetizan los mismos
procedimientos de significación Su universo es tan ori-ginal, como las voces que resuenan en los intersticios delas frases dichas y, muchas veces, implícitas Tiene razónBelvedere cuando entonces, indignado, exclama “Esverdad que Stroppanise parece a los niños proletarios delos barrios obreros de nuestra Argentina (cada vez me-nos proletaria y más lumpenal) Pero es —complejidadmediante— también otras cosas *E1 cuerpo es un mapa'
—y quien no vea en el falo de sus violadores y en el filoque surca su piel nada más que una violación seguida demuerte, no ha entendido .O peor aún ha entendido de-masiado donde no había mucho que interpretar! Uno
podría decirle 'Vas a obligarme a dejar la letra por la
navaja Te voy a cortar Vas a obligarme’” (5556, su- brayado en el original) ■
| ...elrelato de Lamborghini
searticula como apelación,
parodización e inversión tanto
de los tópicos propios de una
literatura que le precedía como respecto de aquellos
que le correspondían
generacionalmente. \
1 Lam borgh ini. O svaldo. “E3 mño proletario” en M illas y cuentos
Barcelona, Ediciones del Serbal, 1988 Introducción a cargo de César
Aíra Todas las citas referidas al texto pertenecen a la presente edición
2 Bataille, Geo rges. LitaahntandEi.il London, Caider & Boyars,
1973, pág41
3 Ibxd. No trabajo aquí la relación sadomasoquista entre los personajes,
que nos remitiría directamente a Sade y a Deleuze {Sacha-Masoch),
porque implicaría focalizar en otros aspectos que no mantienen un a
relación directa con el objeto de este ensayo, y lo extenderían demasiado
4 Cf Gira rd. René. Violence andthc Saaed Baltimore, The John
Hoplons Umversity Press, 19795 Cf Ben jami n. Walter. Pasa una critica de la zioLnciay otros ensayos
Madrid, Taurus, 1999 La primera edición del ensayo es de 1921
6 Belvedere, Carlo s. Los Lamboiçtnm M ''atipas“ m “txceníucos“
Buenos Aires, ColihuePuñaladas, 2ÛGC, pag 5ó, subrayado en el original
7 Este relato podría inscribirse en la mism a sene de los textos sobre
la violencia y poder en la Argentina del pre golpe, como la obra teatral
de Eduardo Pavlovsky, E l Señor Gahndes. (1973), donde el problema de la
tortu ra es trabajado abiertamente y la cual, un año después de su estreno,
recibió un atentado terrorista por la que debió ser bajada de cartel de
inmediato
8 Ba ron a. A me lia. ‘“EUniño proletario’ hace eiqslotar las 'larvas’”
en Zu bieta, Ana M an a (ed) Letrado>iletrados Buenos Aires, Eudeba,
1999, pág 106 Todas las citas pertenecen a esta edición
9 Ibid, p á g l ll
10 Belved ere, C. Ob.cit, pá g57
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£
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I N F A N C I A S
LA MUÑECA ARGENTINA
DE HERENCIA FRANCESA Y ALEMANA
PRODIGIOSA
MARILÚ
En noviembre de 1932, Alicia Larguía crea una
muñeca para acompañar a la revista infantil de
más difusión en Latinoamérica Bühken De esta
manera surge uno de los juguetes más célebres de nues-
tro país, una muñeca que, más que un juguete, llegó a ser
un modelo de femineidad y de urbanidad, un fenómenocomercial y cultural que influyó en la educación de un
amplio segmento de niñas dejando marcas que se pue-
den rastrear en muchas mujeres que vivieron su niñez
entre 1930 y 1955 Larguía sintetizó en la creación de la
muñeca Marilú dos tradiciones que constituyen dos uni-
versos de sentido bien diferenciados, universos capaces
de dar soporte conceptual y material a su proyecto
Por un lado, el de la revista La semaine de Suzette y de su
muñeca Bleuette, de donde hereda la tradición francesa
de publicaciones para niñas, de tono moralizante y cris-
tiano, además del modelo de muñecanena acompañada
de un sinnúmero de objetos entre los que se destacaban
su cuantioso guardarropa y sus muebles a medida Tam-
bién toma de este antecedente la idea de publicar mol-
des periódicamente, relacionando así la niñez femenina
con la costura y con la moda, y promoviendo un modelo
particular de niñas hacendosas y maternales A la vez, se
inspira en el formato general de la revista, sus contenidos
y sobre todo su estilo comunicacional de interpelación
directa con las lectoras, primero desde la revista Biüiken y
luego, entre 1933 y 1936, desde la revista Marilú creada
y dirigida por ella Es indudable que como parte de
Creada en 1932, esta muñeca condensa el
imaginario cultural de la clase patricia: durante
casi tres décadas fue el soporte materialy conceptual de la educación femenina
vernácula.
po r Da n i el a Pe l eg r i n e l l i*
esa “herencia Bleuette” logró transmitir la tradición de
las célebres y lujosas muñecas francesas (comojumeau,
Gaultier o Bru), de espléndidos vestuarios hechos a la
moda femenina o infantil de su época
Por otro lado, en el período en que surge Marilú, la
preponderancia de Alemania en la exportación de ju -guetes era absoluta, su poderío comercial y cultural en
la industria de juguetes se imponía sobre una definitiva-
mente declinante industria francesa La feria de Leipzig,
que Larguía visitó en más de una oportunidad, le ofrecía
una gran vanedad de modelos de muñecas, pero tam-
bién de objetos vinculados a las muñecas y su mundo
Los sistemas de comercialización alemanes eran podero-
sos y eficaces, y su producción prolífica Por esta razón
es natural que ella importara la muñeca desde Alemania
aunque le impusiera una marca argentina, sobre todo si
se tiene en cuenta que su relación con este país era muy
estrecha, ya que era el lugar de nacimiento de su madre
Alma Schell De hecho, tuvo allí a su primera hija, María
Luisa, de quien tomó el nombre para la muñeca
Aun signada por estos antecedentes, Marilú simbo-
lizaba un imaginario cultural enraizado en los valores
de la clase alta de nuestro país, de reminiscencias patri-
cias pero a la vez mundano y cosmopolita Representó
un ideal que mezclaba elementos disímiles pero en cuyo
resultado puede reconocerse alguna de las formas que
tomó la argentinidad
‘Daniela Pelegrinelli nació en Coronel Pnngjes Es Licenciada en Ciencias de la Educación y trabaja en el ámbito educativo como investigadora y
docente Como especialista en jugue tes ha cu rado y diseñado exposiciones Publicó Diccionario di juguetes aigentinos Infancia, industriay educación 1880-1965
Buenos Aires, El juguete argentino, 2010.
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UNA MUÑECA ES UNA IDEA
Alicia Larguía provenía de una familia tradicional
de Santa Fe y en sus viajes a Europa había conocido la
revista para niñas La Semaine de Suzette. Esa revista que
apareció en 1905 y fue un fenómeno en Francia hasta los
años sesenta regalaba a las suscriptoras una pequeña
muñeca de cabeza de porcelana llamada Bleuette, y pu- blicaba moldes para poder coserle la ropita Es posible
que el éxito de Bleuette haya llamado a tal punto la aten-
ción de Larguía que llegara a imaginar la posibilidad de
repetir el suceso en nuestro país El vínculo de amistad
que la unía a la familia Vigil dueños de la ya conocida
Editorial y Librería Atlántida le brindó las condiciones
para concretar sus ideas De esta manera, el lunes 14 de
noviembre de 1932, la misma Alicia Larguía transfor-
mada en un personaje de ficción con el cual acompañará
todo el desarrollo de la muñeca Tía Susana anuncia el
nacimiento de Marilú
Desde hoy empezará para los lectores de Bilhken, o mejor dicho,
para sus pequeñas lectoras, una larga historia que bien podña ser
un maravilloso cuento de hadas que nuestro Director ha transfor-
mado para ustedes en una magnifica realidad. Este cuento tendrá
por principa les protagonistas ties personajes.
El primero: una preciosa chiquita, con grandes ojazps, que cie
rra y abre a cada rato, para que todo el mundo pueda admirar
sus largas y sedosas pestañas; con una boquita que sonríe conti
nuamente, y una melenita que parece recién salida de manos del
peluquero.
Esta encantadora mñita no es otra cosa que una preciosa muñeca,
más linda que todas las que ya conocéis, porque además de ser bonita
tendrá para vosotras un encanto mucho más grande: el de ser una
muñeca llena de vida y personalidad, que ocupará todos los momentos
libres que dejen vuestr os estudios. Su nombr e ser á pr onto tan conocido
como el de Bilhken; vuestra futura hijita se llama “Manlú”.) no penséis que ésta per mitirá que la nombréis de otro modo,
¡fío!...Lleva su nombre impreso sobre su cuerpito, para que nadie
intente cambiárselo.
Ahor a que más o menos conocéis el primer personaje, voy a pr e
sentaros el segundo. Ese podría ser rabio, moreno, alto, bajito, gordito
oflaqmto, pero será siempre, estoy segura de ello, una niña encanta
dora, llena de interés y de maternal cariño para su querida Manlú.
Ese segundo personaje serás tú misma, querida lectora de Bi-
lliken, que trabajarás cada día con más entusiasmo por tu muñe-
qmta, porque te sentirás verdadera madrecita.
Os faltará sólo conocer el tercer- personaje, que ser á para voso
tras como el hombre del “Guignol”; aquel que mueve los títeres, os
hace reíry llorar, y que, sm embargo, nunca alcanzáis a ver:
En esta historia el tercer personaje se llamará “Tía Susana”
y llegaréis a querer la sin conocerla, porque toda la semana estaréis
impacientes porque llegue el lunes para ver qué novedad os ha in
ventado para vuestra querida Manlú.
Me parece que ya somos todos viejos cornados sin haber nos
visto nunca; no quiero, por lo tanto, daros más detalles por hoy. El
próximo lunes empezará para vosotras la interesante historia de la
incomparable Manlú.
Tía Susana ►
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I N F A N C I A S En esta presentación están, ya explicitados, los ele-
mentos que llegarían a dar forma al universo de Marilú
y que le dieron la densidad conceptual y empresarial
que la sostendría en el mercado por los siguientes treinta
años la presencia de una narrativa pensada a futuro, la
apelación directa a las niñas a quienes en este mundo se
las llamará “mamitas,>, la presencia de Tía Susana, guía,
consejera y voz que permitirá el ejercicio de una intensa
transmisión en el marco de una intimidad de ficción
pero no por eso menos eficaz, y la habilidad empresarial
de Larguía revelada en el valor que otorga desde el prin-
cipio a la originalidad y la distinción representadas por
la marca Las primeras Marilú se vendieron en un sector
que la Librería Atlántida le cedió a Alicia Larguía en su
local de Lavalle 720. Se trató de un espacio provisorio
que algunos testigos describen como “apenas un pasi-llo” para un evento que posiblemente desde la editorial
también se consideraba como tal El rápido proceso de
organización que sobrevino al lanzamiento muestra que
el resultado había sido inesperado o al menos que no ha-
bía habido en principio disponibilidad para asumir de-
masiados riesgos Pero Marilú significó un éxito rotundo
Las muñecas traídas de Alemania se agotaron en pocos
días La enorme afluencia de público fiel a la revista Bi-
lliken respondía a la novedosa propuesta y “el pasillo”
destinado a la venta de Marilú resultó insuficiente para
alojar tal cantidad de pequeñas codiciosas Tal es así que
el 16 de enero de 1933, los organizadores se ven obliga-
dos a publicar un aviso donde se solicita a las interesadas
hacer reservas y tener paciencia mientras se esperaba la
inminente llegada de una nueva remesa de Marilú El
proceso que sigue es acelerado En marzo de 1933 apa-
rece la revista Manlù y para mayo el espacio dedicado a
la muñeca en el local de Atlántida ha crecido notoria-
mente En el nuevo local de la Librería, en Florida 643,
se monta La Gasa de Marilú, una espléndida casita de
muñecas que maravillaba al público En esos días Bilhken
publica el siguiente aviso, donde una vez más se enfatiza
la importancia de la marca y de la onginalidad, atributosque convierten en signo de distinción el hecho de poseer
una verdadera Marilú
Se hace saber al cornei cío y al público que solamente en la Li
brala Atlántida se venden la muñeca Marilúy las ropas y muebles
Manlù, cuya marca peitenece a Editorial Atlántida. Por consi
guiente, nadie puede vender licita y honestamente artículos Ma
nlù fuera de la Libreria Atlántida, y quien induce a confusión al
comprador comete una acción penada por nuestras leyes. El público
no debe dejarse sorprender o engañar en ningún caso. La muñeca
Marilú, sus ropas y sus muebles, se venden únicamente en la Libreria Atlántida, Fionda 643, y agradecemos se nos denuncie toda
mistificación paia proceder de inmediato con arreglo a derecho.
El 5 de febrero de 1934 Alicia Larguía se indepen-
diza de Atlántida y funda la mítica Gasa Marilú, en Flo-
rida 774, donde a partir de ese momento se venderá la
muñeca, su incomparable ajuar, los muebles, demás ob-
jetos y se irá, además, agregando la ropa de niñas Con el
tiempo la confección de ropa para niñas, niños, mujeres
jóvenes y adultas, transformará a la Gasa en una de las
tiendas más elegantes de la ciudad La excelencia de los
modelos, de la hechura, la meticulosidad de los detalles,
hizo de los atuendos de Marilú el símbolo de la elegancia
discreta y refinada La publicidad de la Gasa aseguraba
“Entre una muñeca hermosa y una niña existe una gran
similitud, cuando el arte, el buen gusto y el talento del
modisto hacen que una muñeca parezca una niña y una
niña parezca una muñeca Esto es lo que consigue en
forma admirable la casa encantada Marilú.” Muchosde los aspectos gerenciales de la firma ya habían sido
asumidos por Sara Souto, que llegó a ser mano derecha
y más tarde soda de Larguía Fue ella sin duda la que
supo desplegar aquellas ideas iniciales y darles cuerpo en
los meticulosos diseños de los vestidos, las memorables
vidrieras, una política comercial agresiva en cuanto al
constante lanzamiento de novedades, siempre sorpren-
dentes, pero a la vez verdaderos ejemplos del buen gusto,
la gracia y la exquisitez
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LA CONEXIÓN FRANCESA
Un breve examen a la revista La Semaine de Suzette
revela la similitud que hay entre esta publicación y la
revista Manlú No sólo en cuanto al formato, temas, sec-
ciones sino con relación al tono y contenido de los men-
sajes
Tal como señalan AM Ghartier y J Hébrard en
su libro Discursos sobre la lectura1, la revista La Semaine de
Suzette formaba parte de una prensa infantil cristiana,
o más específicamente católica, de perfil moralizante,
decorosa, destinada a las niñas de la alta y pequeña
burguesía católica Es más, estos autores afirman que,
prototípicamante, esboza “un modelo infantil del niño
bien educado, un poco travieso pero rebosante de bue-
nos sentimientos, cortés, cristiano, piadoso” Incluso
llega a ser catalogada por la Romans-revue, la revista fun-
dada por el Abate Bethléem en 1908, que catalogaba yclasificaba todas o casi todas las publicaciones francesas
en un combate contra las malas lecturas, entre las pocas
recomendables de las tantas que circulaban El campo
simbólico de esta revista y la muñeca Bleuette confor-
man una pedagogía que se traslada, con sus valores esté-
ticos, la dedicación a las labores hogareñas, el hábito de
la lectura, cierto estilo para las relaciones interpersonales
> t l0 ¿ ts » v»TrVVñg
y sociales, a la revista Manlú y a la muñeca del mismo
nombre Se trata entonces del despliegue de una peda-
gogía cristiana, eminentemente católica, similar, o de
raíces compartidas con el resto de las publicaciones de
Atlántida, incluyendo la literatura de Constancio Vigli
Se comprende entonces, porqué Manlú nace vinculada
a Atlántida, con quien compartía una suerte de ideario
y mirada sobre la infancia Aún cuando la muñeca se
populariza, ésta sigue siendo la impronta básica buena
educación, moral católica y un modelo de femineidad
ligada al decoro, la discreción, la delicadeza en los ges-
tos, la cortesía, la piedad por los débiles, el hogar y los
hijos Y es interesante resaltar esta construcción de lo
femenino porque la misma Alicia Larguía no seguía el
modelo que propugnaba estaba separada de su marido,
criaba sola a sus tres hijos y era una empresaria exitosaen plena década del treinta, una mujer autónoma capaz
de supervisar sus propios negocios mientras editaba una
revista que hablaba del lugar que debía tener la mujer
Esta aparente contradicción no es tal, más bien revela
la compleja trama en la que se construía en ese período
la participación femenina en la vida social, en una ten-
sión que oscilaba entre la posibilidad de vivir en mayor
libertad pero a la vez bajo la constante amenaza del jui-
cio social Alicia Larguía construyó un discurso sobre lo
femenino que se articula entre su obra la muñeca, la
revista, la tienda y su propia vida
Desde la revista que según se detallaba en el aviso
publicado en Bilhken, el primer número contenía "nove
litas interesantes, pasatiempos divertidos, juegos entre-
tenidos para los días de lluvia y las tardes de invierno,
bonitos dibujos para colorear, y para alternar con estos
pasatiempos, laborcitas fáciles que serán encantado-
res regalos para los padres, los trajecitos de Marilú la
muñeca predilecta de todas vosotras” ella fue constru-
yendo un diálogo con sus lectoras y promovió a su vez
un tipo de socialización a través del club S.D.T.S (So
brinitas de Tía Susana) La revista permaneció vigente
cuatro años Entre 1933 y 1935 salió semanalmente yen 1936 se transformó en un álbum mensual de edición
mucho más elaborada y de mejor impresión En los años
siguientes tuvo esporádicas reapariciones pero no logró
continuidad A pesar de eso, Alicia Larguía nunca cortó
el diálogo con sus lectoras, mejor dicho, el que existía
entre su alter ego Tía Susana y sus “sobrinitas”, porque en
los períodos que no salió la revista Manlú, de todos mo-
dos se comunicaba con ellas periódicamente a través de
Bilhken ¿Qué era lo que les transmitía5 Consejos sobre
buenos modales, exhortaciones a ser buenos y piadosos,
lecciones de comportamiento que hacían especial énfasisen cómo era correcto vestirse y dirigirse a los demás Por
sobre todo había múltiples referencias a la condición ma-
ternal, qué era ser una buena madre (desde no olvidarse ►
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I N F A N C I A S LA CONEXIÓN ALEMANA
a la muñeca afuera hasta no dejar de ir a la Gasa Marilú
para adquirir las novedades de verano o de invierno sin
las cuales la pequeña coqueta andaría desnuda pade-ciendo el abandono materno) A través de los cuentos,
las historietas, pero sobre todo de aquellas secciones en
las que tenía una comunicación directa con ellas, va mol-
deando el carácter de sus lectoras Las instrucciones que
acompañaban la publicación de los moldes para la ropa
de la muñeca, tanto “El Ajuar de Marilú” (en Manlú)
como "Marilú se viste” (en Bilkken) estaban salpicadas de
consejos y exhortaciones hechas en tono cariñoso Tam-
bién en los apartados dedicados al club, Larguía mode-
laba las formas de socialibilidad, que regían el mundo
alrededor de la muñeca Al pnncipio para asociarse ha-
bía que tener un seudónimo y dingir las cartas direc-
tamente a la Editorial Atlántida, que se publicaban en
la revista En los primeros números se iban presentando
las socias recientemente admitidas Francesita, Flor de
Ceibo, Copo de Nieve, Viento Fresco, Ghochita, Pilunga
y Pilinga, Ojitos de Terciopelo, Lagartija, Nomeolvides
del Brasil, Bess, Rayito de Luna, eran algunos de los
graciosos sobrenombres elegidos Las niñas que escri-
bían solicitaban intercambiar fotos de actrices, figuritas
Nestlé, moldes que les faltaban a la vez que contaban
pequeños detalles de sus vidas como que les gustaban
“los sports”, “hablar francés”, “viajar a Europa” o “ir alcinematógrafo” Más tarde, la cantidad de niñas que
quieren formar parte del club y escribirse con las demás
socias hace que sea imposible concentrar el intercambio
y se las alienta a escribirse directamente, para lo cual se
publican las direcciones de las interesadas Los textos de
Larguía tienen rasgos muy Vigilinianos, como el hecho
de dirigirse directamente a las niñas, apelar a su cora-
zón, interpelarlas constantemente ya fuese para dejarles
una enseñanza o para venderles un nuevo producto ab-
solutamente “necesario” para su pequeña “hijita” En-
tonces, a medida que va creando un mundo de objetos y
discursos que articulan costumbres, enseñanzas y valores
que condensan un ideal de educación femenina, es que
cristaliza un imaginario de niñas hacendosas, piadosas,
finas, coquetas, dulces, elegantes y maternales A través
de su personaje las guía, fortalece los vínculos entre ellas,
alienta la dedicación a las labores, da consejos, enseña,
en definitiva, cómo debe ser y comportarse una mujer
Sus consejos son firmes y persuasivos, están teñidos de
piedad cristiana y cierta idea de que una niña debe ha-
cerse respetar a través de su buena presencia, siempre
limpia, prolija y discretamente elegante
Alemania es un buen país para los niños, Bárbara. Mngún
país ha comprendido tan bien como Alemania que todos los niños
viven en la tierra de los Elfos; vtambién que todos, hombres y mujeres, cuando éramos pequeños, hemos viudo allí durante un poco del
tiempo... También aquí, en mi país, sabemos que todo lo que es muy
bueno viene de Alemania. Poi ejemplo, casi todos nuestros juguetes
vienen de allá. Chesteiton. Caita a una niñar
Entre 1932 y marzo de 1940 cuando llegó al país
la última remesa de Marilú, la muñeca fue importada
desde Alemania, pero el proveedor no fue el mismo
Hasta ahora se han podido reconocer fehacientemente
dos proveedores aunque hay indicios de que podría ha-
ber habido un tercero El primer modelo, una muñeca
de pasta de cuerpo articulado, de 42 cm , peluca de mo-
hair y ojos de vidrio, fue producido por la reconocida
firma Kämmer & Reinhardt En cambio, a partir de
1936 desconocemos la fecha exacta pero ha de haber
sido entre 1935 y los comienzos de 1936 las muñecas
comienzan a ser provistas por otra firma alemana, Kö-
nig & Wernicke Se desconocen las razones por las cuales
se produce el pasaje de una firma a la otra Por un lado,
podría ser que la firma K&W fuese más económica, por-
que aunque fabricaba muñecas también de excelente
calidad era de menor renombre Por el otro lado, son
tristemente conocidas las implicancias que el ascenso delnazismo tuvo en relación con la población alemana de
origen judío, como es el caso de K&R Hay muy pocos
modelos de esta firma fechados más allá de 1935 3Gomo
sea, junto con las muñecas vinieron de Alemania otros
objetos, como muebles pequeños y miniaturas, algunas
de las cuelas fueron posteriormente producidas en el país
replicando tanto los diseños como tratando de mantener
la misma calidad y buena factura Seguramente Alicia
Larguía fue eligiendo esos objetos, maravillada ante los
Stands de las ferias anuales de juguetes Alemania era un
país que conocía bastante bien por tratarse del país de
origen de su madre, viajó en varías oportunidades, pa-
sando allá largas temporadas Fue sin duda en alguna
de esas estadías que conoció el trabajo de Käthe Kruse,
la célebre creadora de las muñecas del mismo nombre,
una mujer hábil e independiente como ella, que había
sido capaz de montar su propia empresa en una época
en la que los negocios eran una actividad exclusiva de los
hombres Asimismo, la excelencia de las muñecas Käthe
Kruse no puede haber pasado desapercibida para Lar
guía, que se caracterizaba como hemos señalado por
su buen gusto, su esmero en los detalles y su perfeccio-
nismo Gomo testimonio de su deslumbramiento queda
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D O S S I E R
I N F A N C I A S CUMPLEAÑOS INFANTILES EN PELOTEROS
LOS LENGUAJES
ARTÍSTICOS EN LA ESFERA
DEL NO-ARTE
¿Es posible hablar de lenguajes artísticos en expresiones que pertenecen a la esfera de lo
cotidiano? Hay determinadas prácticas, dentro de lo simbólico, que pueden ser analizadas desde
un parámetro más amplio que el tradicionalmente asociado a la palabra ''arte". Los festejos de
cumpleaños de niños pequeños, por ejemplo,se valen de los lenguajes artísticos para potenciar su
sentido ceremonial.
po r Ca r i n a Fe r r a r i*
Guando alguien cumple años, más allá de que se
lo festeje o no, se recuerda el día en que vino al
mundo Esta fecha es fundante, marca el inicio
de su tiempo concreto en el mundo y año a año, marcará
las distintas etapas vitales por las que atravesará Por eso
son tan fuertes las edades terminadas en cero, o las que
culturalmente implican un pasaje a la vida adulta como
los 15, 18 o 21 años
Existen determinadas costumbres arraigadas social-
mente acerca de los cumpleaños, inclusive expresas pro-
hibiciones Guando es la fecha de nacimiento de alguien
se acostumbra a saludarlo Saludar al otro y desearle buenaventura implica tenerlo presente Aunque actual-
mente se prefieran el celular o el mail, esto no le quita
fuerza a lo simbólico, quizá sí una pérdida de aura en
los términos de Benjamin, un aumento de la distancia al
eliminar lo corporal ni gestos, ni voces, solo texto, cuya
valoración no deja de ser una cuestión cultural Entre las
prohibiciones figuran el saludarlo o festejarlo por antici-
pado Se cree que así se corre el riesgo de no llegar vivo
a ese día
El festejo de los cumpleaños es una práctica ritual, un
sistema codificado de prácticas con ciertas condicionesde lugar y tiempo, con un valor simbólico para los acto-
res y testigos que implica la puesta enjuego del cuerpo 1
Implica una creencia en su eficacia, es la secularización
de una ceremonia relacionada con lo sobrenatural y es
también un acto que se repite, de apariencia estereoti-
pada.2
No por festejarse en peloteros, los cumpleaños de ni-
ños pequeños son menos simbólicos Se basan en rituales
antiguos sumados a nuevos elementos, muchas veces im-
pulsados por el mercado, que se van institucionalizando,
pasando a formar parte de los momentos que se esperan
en la fiesta
En la doble acepción propuesta por Maisonneuveestamos en presencia de una costumbre, un uso Este
proceso colectivo está provisto de “un halo de sentido
y de símbolo irreductible a la mera utilidad"3 Se podría
denominar ceremonia por cuanto adquiere la forma de
una práctica colectiva fuertemente organizada e incluso
teatralizada que se refiere al nto fundador, esto es el na-
cimiento del niño homenajeado
El festejo de los niños se ve enriquecido por la combi-
nación de música, expresiones corporales, elementos vi-
suales y lingüísticos en una modalidad singular, inscripto
dentro de la cultura infantil y en un contexto propicio para tales prácticas La máxima finalidad es la produc
*C ar in a Fer ra ri (Argentina, 1968) Artista, licenciada en Artes Visuales, docente e investigadora (IUNA) Maestranda en Lenguajes Artísticos
Combinados Ebqpone desde 1987 dibujos, instalaciones, objetos, libros/páginas de artista y poesía e.xp enmenta l
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ción de sentido para los compañeros y los familiares Si
bien cada festejo tiene su particularidad especial, todos
están divididos en diferentes momentos, que tienden a
mantenerse más o menos inalterables Según la defini-
ción de SchechneF4, entrarían dentro del campo de las
conductas humanas performáticas, ya que estas celebra-
ciones permiten que se presenten y representen conduc-
tas repetidas La idea de performance (ya sea en las artes,
en la vida cotidiana, la ceremonia, el ritual o el juego) se
basa en la repetición y la restauración, aunque ninguna
repetición sea exactamente igual a la otra 5
Analizar estas ceremonias, exige dejar de lado los preconceptos Es necesario tomar distancia y mirar sin
juzgar, entendiendo que en las prácticas simbólicas so-
ciales se realizan “negociaciones” y que la actual circula-
ción intercultural genera la hibridación como resultado
de su propia dinámica Por eso, cuando el protagonista
entra al salón para apagar las velitas, convertido en su
personaje de televisión favorito, no debe considerarse po
liticamente incorrecto ni valorarlo moralmente Es en esa en-
trada al recinto, transmutado en quien desea ser, donde
no sólo queda en evidencia lo simbólico, sino donde
también se produce la aparición de los lenguajes artísti-cos con mayor intensidad
LOS LENGUAJES ARTISTICOS EN ACCIÓN
Debido a la formación clásica heredada por la aca-
demia, se acostumbra a mirar los hechos artísticos divi-
didos en lenguajes Las distintas manifestaciones deben
compartimentarse para ser comprendidas, siendo más
valoradas cuanto más se acerquen a lo que es conside-
rado tradicionalmente artístico Pero la fiesta en sí es un
fenómeno integral y no puede leerse cada hecho por se-
parado De ahí la dificultad para analizar, por ejemplo,
los sonidos generados con el propio cuerpo, que pueden
ser ubicados tanto dentro del lenguaje sonoro como cor-
poral
Al analizar el lenguaje visual, se puede hacer prime-ramente una lectura del espacio El espacio está dividido
en sectores bien definidos y rigurosamente pautados para
potenciar la funcionalidad del evento Algunos espacios
se utilizan en algunos momentos y luego está vedado el
paso Se distinguen espacios específicos para niños (del
pelotero, de la animación y de la comida), sector adultos
y la convergencia de ambos en el momento del apagado
de las velitas (indistintamente el sector adultos o niños,
que se convierte en el centro del ntual principal)
Las paredes pueden ser de un color neutro o estar
ambientadas imitando selvas o castillos, pero lo que escomún a todos es que tanto los objetos como la ropa de ►
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I N F A N C I A S los animadores presentan colores intensos remarcando
que la fiesta está dirigida a los niños Esto se debe a que,
según nuestras pautas culturales, los colores saturados y
contrastantes se consideran alegres y adecuados para las
temáticas infantiles
Es de destacar la iluminación, que cambia según el
momento de la ceremonia A veces se apaga, otras se
ponen flashes, para manejar el clima general, sobre todo
en los momentos de mucho despliegue físico o cuando
entran los personajes
La ceremonia va acompañada de un conjunto de
conductas corporales Los niños y los animadores están
sentados en el suelo, lo cual genera confianza y disten-
sión Los animadores dan énfasis a lo que dicen con
mímica, inclusive cuando cantan, que luego repiten los
chicos Los padres se ubican en los márgenes, como es- pectadores, controlando o sacando fotos Estos lugares
no son fijos sino que hay desplazamientos, según el mo-
mento del festejo
El lenguaje sonoro se manifiesta por medio de dis-
tintas canciones conocidas por los chicos, algunas son
de programas de televisión o del jardín Generalmente
bailan y cantan mientras acompañan con gestos, palmas,
gritos y zapateos Estos liados, que son producidos por el
propio cuerpo, son un ejemplo de interlenguajes Tam-
bién las arengas hacia el cumpleañero (“panchero”
para que entre y sirva los panchos)
El lenguaje oral es lo más importante en la ceremo-
nia Según Golombres en la celebración del ritual entran
en juego ciertas palabras habladas o cantadas, ciertas
acciones y hay también un ministro que oficia la cere-
monia 6La palabra es la que va a dirigirlas acciones. Las
voces que se escuchan pertenecen a los animadores, son
los maestros de ceremonias, los que conocen y organizan
los momentos del rito El discurso que utilizan es poético
y fantástico, para generar un clima de un tiempo mítico
donde todo es posible. De esta manera se logra unir el
mundo real de los chicos con el imaginario de los per-
sonajes de la televisión Así es como Barney puede salirde la pantalla para venirlos a visitar o las niñas pueden
transformarse en princesas por un día Son los encarga-
dos, también de mantener el orden y el interés Utilizan
para ello un tono que varía entre lo que puede generar
curiosidad, con acentuaciones y pausas y otro más ame-
nazante cuando deben lograr escucha atenta Se valen
de modismos utilizados por los niños, con referencias a
los programas infantiles y al imaginario de los chicos A
veces hacen chistes dirigidos a los padres, en un código
poco comprensible para los niños, de manera cómplice
Un elemento fundamental de la semántica es la uti-lización de la primera persona del plural “nosotros”
en oposición al “él” cuando se refieren al que cumple
años El “nosotros” va a articular todos los discursos,
unificando, aglutinando, congregando y dirigiendo las
acciones en relación a ese “él” que es el centro de la ce-
remonia
Es interesante también analizar la transformación de
uno de los animadores y qué es lo que sucede con los
niños El cumpleañero eligió previamente a un personaje
para que viniera a visitarlo Este rol es cubierto por un
animador, quien debe dejar su función, para volver a in-
gresar transmutado en otro Para lograr que los chicos
crean en la transformación, se produce un cambio total
del espacio de juego se apagan las luces y se utilizan re-
cursos de luminotecnia El animador que quedó a cargo
de los chicos cambia el tono y el discurso se torna más
poético y metafórico (si es una princesa la que ingresará)o más grave y de arenga (si es un superhéroe) Guando
entra el otro animador, ya no es más quien fue Su ropa
de gimnasia se transformó en un vestido de fiesta o en
un traje de látex Su pelo revuelto ahora luce una corona
o lleva una máscara para ocultar su identidad Su voz
tiene una dulzura o una potencia no escuchada antes
Sus movimientos son delicados y cuidadosos o graves y
ampulosos Un aura de magia los envuelve y el tiempo se
vuelve eterno Mientras tanto el otro animador le hace
preguntas para conducir los momentos que faltan en la
ceremonia Muchas veces aprovecha que el personaje
está limitado en posibilidades de movimiento Aquí su-
cede algo particular En la fiesta se quiebra el tiempo
cotidiano y se entra en un tiempo de lo extracotidiano
El festejo del cumpleaños, si bien se repite anualmente,
es desde el inicio hasta el final una superposición del
tiempo míticoritual y el tiempo vital En el chiste del
animador se produce un ir y venir entre el tiempo mítico
y el real, se rompe el hechizo
El tiempo mítico se evidencia fuertemente también
en la entrada del protagonista al salón para soplar las
velitas No está en el lugar, hace la entiada, mientras se
entona la canción de cumpleaños La misma es unafórmula, palabras sacralizadas, construidas sobre los
esquemas de los ritos y que sirven para invocar, imponer,
ordenar o descubrir el fin deseado 7La canción es sencilla y
tiene solamente una frase que se repite “que los cumplas
feliz”, modificándose solamente el nombre de la persona
a quien está dirigido Esta fórmula se repite a través del
tiempo y en todos los idiomas En ese canto, unidas todas
las voces, es cuando confluye la energía colectiva hacia
el centro del festejo que es el homenajeado y otorgando
sentido a todo el ritual Es por eso que cuando alguien
no canta, se insiste en que lo haga y es cuando se pidenlos tres deseos
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A MODO DE CONCLUSION
En los festejos de cumpleaños de los niños pequeños,
más que en otros cumpleaños (salvo el de 15 de las ado-
lescentes) se ven en toda su plenitud la combinación de
los lenguajes artísticos, imprescindibles para que el rito
se pueda llevar a cabo en todo su esplendor
Los padres, al haber trasladado el espacio de festejo
de la propia casa a un pelotero, transfieren su lugar de
director u oficiante del rito a los animadores del salón de
fiestas En realidad se cede una porción de esa represen-
tación Los padres son en definitiva quienes pagaron el
salón y a quienes los organizadores les van explicando los
momentos que van a irse sucediendo El “sacerdote” tiene
así un poder cedido por el padre, portador del dinero
Es importante destacar que los cumpleaños de niños
tienen un tiempo acotado y pautado de antemano En
el caso de los peloteros esto se ve acentuado porque nohay posibilidades de que se queden más tiempo del es-
tipulado Los chicos todavía no tienen noción cabal del
tiempo medido de los adultos Muchas veces utilizan los
cumpleaños de la familia o las distintas fiestas, como Na-
vidad, para medir las distancias temporales La fuerza
del rito es tal que muchos niños que cumplen años en
vacaciones y les festejan dos cumpleaños (uno el día del
nacimiento y otro con sus compañeros) creen que cum-
plieron años dos veces “Las fiestas que retornan no se
llaman así porque se les asigne un lugar en el orden del
tiempo, antes bien, ocurre lo contrario el orden del
tiempo se origina en la repetición de las fiestas ”8
El festejo de cumpleaños en peloteros es un fenó-
meno típicamente urbano y más precisamente, de una
ciudad con características de metrópolis como Buenos
Aires En zonas rurales apartadas o con diferentes pautas
culturales, la celebración hoy puede transcurrir de ma-
nera diferente y festejarlo en un pelotero puede carecer
absolutamente de sentido 9
| La palabra es la que va a dirigir las acciones. Las voces
que se escuchan pertenecen a los animadores, son los
maestros de ceremonias, los que conocen y organizan
los momentos del rito. El discurso que utilizan es poético
y fantástico, para generar un clima de un tiempo mítico
donde todo es posibleA1
1 M a is on ne uv e. Je a n. Las conductas rituales Nueva Visión, Buenos
Aires, 2005, pág 12
2 Golo mb res. Adolfo. Teona tianscultiaal del arte Hacia un pensamiento
visual independiente Ediciones del Sol, Buenos Aires, 2005, pág 50
3 Maisonn euve, Jean. Ob cit , pág 8
4 Schecliner, Richard . Fbjormanee Teonay practicas intacultiuaUs
Libros del Rojas (UBA), Buenos Aires, 2000, pág 13
5 Ibid, pág 13
6 Go lom br es, Adolfo. Ob cit , pág 56
7 Ibid, pag 56
8 Gad atuer. Ha ns Georg. La actualidad de lo bello El ai te como juego, símbolo y fiesta Ediciones Paidós, Barcelona, 1991
9 Ver además la siguiente bibliografía Eli a de. M irc ea . Mito y
Realidad Editorial Labor Barcelona 1991 Be njam in. Walter . La obla de
ate en la época de su reproductibihdadtécnica Taurus, Madrid, 1973 Esco bar.
T i d o Identidades en transito http //ac d ufíj br/pacc/artelaüna/üc io html
Sousa. Irm a Los lenguajes artísticos en la esfaa del "no arte" XIIo Congreso
Latinoamericano de Folklore del MERCOSUR y XVIoJomadas
Nacionales de Folklore Simposio Lenguajes Combinados y Producción
Artística I.U.NA
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FRAGMENTOS
l Y T t f V V
ALBUM
SISTEMÁTICODE LA
INFANCIASi el Antiedipo, escrito a cuatro manos porDeleuzeyGuattari, pretendía socavar
la noción de familia, celebrando las máquinas deseantes y esbozando losprincipios del esquizoanálisis; el Álbum... de René Schérery Guy Hocquenghem,
publicado cuatro años más tarde, desmantela la noción de niño, liberándolo
de los aparatos de ortodoncia impuestos por la pedagogía. Junto a ese
desmoronamiento, las nociones de "literatura infantil" y su reverso, "literatura
para adultos", también quedan invalidadas. Hecha de retazos de libros, rapsodia
de citas, proliferación de ficciones, constelaciones de personajes, los autores
montan así una nueva biblioteca.
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po r Ren é S c h é r e r y Gu y Ho c q u e n g h e m *
Sel ec c i ó n y t r a d u c c ió n de D i ego V e c c h i o
PROSPECTO
Este libro está escrito al margen del Sistema que ha
creado la infancia moderna, definiéndola, comparti
mentándola, haciéndola perdurar en un estado menos
de sujeción y coacción que de consentimiento y letargo
Lejos de nosotros, la pretensión de despertarla o dictarle
lo que sea Nuestro proyecto no es político, apenas teó-
rico, esencialmente descriptivo Descriptivo, no inquisi-
dor Es por ello que tendremos en cuenta, por principio
y al principio, sobre todo a los novelistas, que fueron losque mejor hablaron de la infancia, ya que no buscaron
ni explicarla ni guiarla
No nos tienta hacer revelaciones y mucho menos re-
velaciones sobre la infancia No buscamos nada detrás
de la pantalla, solo queremos deslizar sobre la página al-
gunas imágenes No para esclarecer su constelación, sino
más bien para dejarla en una penumbra propicia Con la
voluntad sistemática de sugenr, evocar Con la esperanza
de que esta propuesta encuentre cómplices
EL RAPTO
El niño está hecho para ser raptado, nadie lo duda
Incitan a ello su pequeñez, su fragilidad, su hermosura
Nadie lo duda, comenzando por el mismo niño
En lo más íntimo de los sueños de infancia, siempre
centellea la idea fascinante del rapto Pnncesa de leyenda,
dama apostada en la ventana acechando al caballero
errante, aguardando su liberación, paje montado sobre
las ancas, presa de saltimbanquis o de un pájaro (« El niño
raptado por un ave rapaz », cuento antiguo), en estas fi-guras lejanas se reconoce a la infancia, jugando a ser a la
vez el caballero y el paje, la pnncesa y el pájaro El niño
es Maldoror y su víctima juvenil, el Rey de los Alisios y el
pequeño cuerpo palpitante que el padre lleva consigo, a
caballo, galopando Niños en perpetua espera del flautista
deHamelin, embelesados por su poder demoníaco
Los niños jugaban en los patios
El hechicero recomo las calles
hizo sonar su flauta y rápido como un rayo
se llevó a cientos de maturas.1 ►
*Scherer. ReneHocquengheru. Guy. Ce-ve, Album systématique de l'enfance. Pans, Recherche N°22, mai 1976 Se reproducen estos fragmentos
gracias a la gentileza de Rene Schérer
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Siempre, acompañando al niño y al adulto, en estado
potencial o como deseo entrañable, la idea de rapto hace
tambalear la seguridad cotidiana y se desliza en la tibiezadel hogar Puede convertirse en algo terrible, evocar la
sombra de Gilíes de Rais o de esos “comprachicos” de
la Inglaterra de los Estuardo, a quienes Victor Hugo
consagró páginas admirables en El hombre que ríe Idea
temible y atractiva, de doble filo, incompatible. Ya que
el rapto es, para el niño, tan temido como deseado Es
deseado por el mismo temor que lo inspira, por el des-
garramiento que introduce en la rutina, por la irrupción
del extranjero, de un mundo extranjero
¿Pero por qué el rapto y no el vagabundeo, la fuga,
la partida, en apariencia más acordes a la infancia, a su
ligera libertad3 ¿Por qué el rapto que oscurece y tiñe de
angustia lo que en la fuga aparece como promesa de
evasión? Nuestra época es indulgente con la fuga, cuyos
caminos devuelta conoce y prepara, pero no perdona el
rapto y su irremediable violencia Y es en esta violencia,
por el contrario, donde se nos revela toda su capacidad
de seducción
Examinemos este problema con mayor detenimiento
Entre el rapto y la partida, el vagabundeo, la fuga, el
viaje, hay un parentesco evidente Así como no hay rapto
estático, sin cambio de lugar, tampoco hay fuga que no
se exponga a un rapto posible, ni de viaje digno de estenombre que no se inscriba bajo el signo de un rapto
Una de las novelas más bellas de Stevenson se intitula
fúdnapped, raptado, robado, arrobado Ya que, para hacer
el gran viaje a las montañas de Escocia en compañía del
nervioso y lunático Alan, al joven David Balfour le hace
falta este primer desgarramiento que lo obliga a partir
y le evita la retahila de legitimaciones y lamentaciones
El pequeño Remi, de Smfamilia, se va con Vitalis, arren-
dado (o lo que es lo mismo arrobado) En El alumno de
Henry James, el joven Morgan le suplica a su preceptor
que lo rapte “Tendríamos que irnos e instalarnos no sé
donde Si usted me raptara, me iría como una flecha ”
Gomo una flecha el rapto es rápido y preciso, en medio
de la viscosidad de los compromisos familiares y la lenti-
tud que originan Está más allá y más acá En todo caso,
al margen de esta red de consentimientos a medias y de
reticencias que son el pan cotidiano del hijo de familia y
de las cuales no puede escaparse, ni siquiera con la fuga
solitaria Por otro lado, la primera etapa de la fuga, el
acontecimiento que la vuelve irreversible y que convierte
el impulso en afirmación de sí mismo, siempre es prepa-
rada o sancionada por una forma de rapto Michel, el
joven fugitivo de Reincidencia de Tony Duvert, sabe calla-damente, al entrar a la cabaña del guarda forestal, que
está yendo al encuentro de una violación consentida De
manera más santurrona, a Raoul, el héroe de El colegial
de Madame Guizot, no se le habría ocurrido nunca esca-
parse, si el ejemplo de Victor no lo hubiera guiado, si nohubiera estado convencido de que lo encontraría en su
camino Incluso cuando el rapto no es inaugural, siem-
pre precede a los encuentros insólitos, escandalosos ante
los ojos de la familia y de quienes están enclaustrados
en ella De este modo, el rapto esclarece el vagabundeo
y no lo contrario J J Rousseau, quien se toma en serio
el paseo solitario, —"viajar por viajar, es errar y ser va-
gabundo”— termina en lo de Madame de Warens, la
bella raptora y devoradora de jóvenes El rapto impide
que la fuga sea una fuga para nada E inversamente, la
fuga solitaria, entre niños o por sí misma, no es más que
un rapto fallido Así, señala su fracaso y vuelve pronto al
punto de partida, al hogar
Por esta misma razón, la fuga, que es provocada
por el encierro de la infancia en nuestras sociedades, es
aceptada y perdonada con mayor facilidad. E incluso se
camufla con el equívoco, que regocija a las conciencias
biempensantes, de una madurez precoz Consuela a la
imaginación con la ficción de un niño que ya es dueño
de sí mismo y de sus aventuras, de un niño que goza de
perfecta salud, a quien sólo no se le ha prestado dema-
siada atención De hecho, las cosas nunca ocurren de
este modo, si es cierto que la tentación de la fuga está ori-ginada en la de un rapto primordial la tentación de un
exterior de la familia, de la infinita riqueza de un mundo
social y animal y de cosas, por donde vagabundear El
seductor siempre está ahí, da lo mismo que llegue, esté
presente en carne y hueso o se lo atisbe a lo lejos El
niño necesita este genio maligno para tener la certeza
de su existencia, incluso está dispuesto a someterse a la
prueba del Ogro devorador, con tal de que lo libere del
envolvente pensamiento familiar, del lento camino pe-
dagógico que se le prepara para tener derecho a existir
Solo la rápida e instantánea captura, el corte transversal
en el tejido compacto que lo encierra, produce a la vez el
desgarramiento y la liberación Encuentro revelador de
dos obsesiones, cuyo choque expulsa de su caparazón al
pequeño inocente bien mimado
Ahí está el escándalo, el peligro Ahí está, para el
niño, el temor acoplado a una deliciosa espera
El único temor sin contrapartida, parece ser, es el de los
padres que lo pierden, a quienes el niño es arrebatado Se
dice que no hay crimen más odioso,_universalmente más
repudiado, unánimemente más condenado, que el rapto
de niños Incluso mucho más que el mismo asesinato
Pero justamente esta puja es esencial Nos indicadonde hay que buscar la aplastante fuerza del rapto,
donde está el origen de su amenaza
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UNA NOVELA DE INFANCIA
—De todos los oficios del mundo, hay
uno solo que me gusta
— ¿Qy* oficio ? —El de comei, beber, dormir, divertirme, y hacer lo que se n
dé la gana de la mañana a la noche.
Collodi, Pinocho
A esta primera cita, habría que agregar una serie de
citas de novelas y ficciones de este modo se constituiría
lo que llamamos una novela de infancia Un tejido de fic-
ciones recortadas en una pila de libros Y libros tanto
más fáciles de tijeretear cuanto más perfectamente hete-
rogéneos Las grandes novelas para adultos — Lolita, El
rey de los Alisios, El elegido... — los libros para niños, los
libros usados del mercado de pulgas — El leño verde, El
alumno — , pequeños volúmenes un poco rebuscados
como los de Henry James o tal novela corta de Thomas
Mann, forman una pila vacilante, una acumulación de
libros de placer Las únicas “referencias” Referencias
apenas, ya que se trata de lecturas seleccionadas por la
emoción y no por el sentido Lo mejor sería componer
una novela de novelas, una rapsodia ficticia solo la No-
vela, en el amplio sentido de la palabra, nos dice algo
sobre
¿Sobre quép Estábamos a punto de decir “sobre la in-
fancia”, pero, como pronto descubriremos, la expresión“mundo de la infancia” no es más que una triste cate
gorización utilizada para circunscribir esta proliferación
de ficciones La rapsodia de intuicionesimpresiones que
estamos describiendo es anterior al concepto sistemático
de la delimitación familioescolar, llamada infancia Se-
ne descriptiva de una constelación originaria, novela de
una novela: la novela de infancia
Ya se sabe que el logocentrismo pedagógico —el
mundo de las ideas y, a la vez, la pedagogía que le da
su lugar al niño— instaura el discurso cuya inexistente
existencia funda y hace necesaria la neutralización de los
afectos infantiles
El inevitable torbellino en que se hunde la literatura
teórica sobre la infancia nos recuerda que todos estos en-
sayos —en el sentido de método pedagógico ensayo y
error— no hacen más que formatear la constitución en
negativo del mismo niño, armadura tan vacía como la
del Inexistente Caballero de Cah/ino
Solo la novela nos habla de aquello que fue reducido y
vaciado de sustancia en “infancia”, porque solo la novela
es autosuficiente, “acontecimiento puro”, como decía un
gemelo sin gemelo en la Lógica del sentido, que por otro
lado se presenta como “novela lógica” Hay, nos dicen,una diferencia entre un masoquista y SacherMasoch El
primero vive en una novela familiar, de la cual intenta
| La rapsodia de intuiciones-impresiones que estamos
describiendo es anterior al concepto sistemático de la
delimitación familio-escolar, llamada infancia. |
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| "El niño -escribe Ariés sobre la representación del niño
en la Edad Media bajo la forma de un cuerpo humano en miniatura-, el niño es un enano, pero un enano que tiene
la garantía de que no se quedará enano, salvo en caso de
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para distinguir los buenos de los malos, los sumisos de los
creativos Los lugares donde se produce esta lucha por el
avasallamiento son fragmentarios por definición, de un
extremo al otro de los “géneros literarios”, de un “estilo” a
otro “estilo” Esta atomización le permite escapar al pulpo
de la pedagogía Dos ejemplos al principio, el texto deGollodi fue escrito, afortunadamente, en forma de folletín
para un penódico infantil, serie de episodios cuyos lazos
se van atenuando a lo largo del relato El hada de cabellos
azules (pensamos en El ruño de cabellos verdes de L Losey) es,
o bien la hermana mágica y enamorada, o bien la con-
ciencia materna En cuanto a la transformación del asno,
hasta hay contradicción de una entrega a otra Tal animal,
por ejemplo, la horrible serpiente, recorre por un breve
instante el relato sin llegar a adquirir un valor simbólico
Es como si Gollodi no pudiera someter a sus intenciones
moralizadoras más que a los seres cuya significación per-
dura a lo largo de vanos episodios (el Grillo, por ejemplo)
La pobre Alicia también, disecada por el psicoanáli-
sis, no conservó mucho de su fantasía original El joven
Edwin Mullhouse2indica una manera interesante, para
la novela de infancia, de repropiación del relato carro
lliano escribe dos cuentos, de los cuales, desgraciada-
mente, solo subsiste el resumen En uno, Alicia le cuenta
a su hermana la historia del conejo blanco y ésta intenta
seguir hasta su madriguera al primer conejo que ve y se
queda atascada, y embadurnada de tierra, en la entrada
del agujero En el otro, toda la historia de Alicia termina
siendo un sueño de un lirón soñoliento Desfiguraciónde la literatura que, en el segundo caso, reestablece la
extrañeza original del género fantástico animal, y en el
primero, vuelve ridículo el adocenamiento pedagógico
de la historia de Alicia
Esto no impide que, a pesar de que no se trate de li-
teratura, encontremos todo esto en los libros ¿La novela
para niños está en los libros5 Repitámoslo preferimos
la novela escnta a los relatos de experiencias subjetivas,
contadas por el niño "Pasar de la superficie física donde
se producen los síntomas a la superficie donde se pro-
ducen los acontecimientos puros, pasar de la pausa delos síntomas a la casicausa de la obra, es el objeto de
la novela como obra y lo que la distingue de la novela
familiar” escribe Deleuze a propósito de Lewis Carrol!.
SINCRONIA Y MINIATURA
La biografía de Edwin Mullhouse se despega cons-
tantemente de la relatividad del correr del tiempo En
Edwin no hay ninguna evolución o progresión, y su bió-
grafo explica que no se trata de seguir las pistas descon-
certantes de vagos recuerdos de infancia, sino de colec-
cionar minuciosamente los más mínimos hechos y gestosdel héroe, como los regalos sorpresa de las cajas de ja -
bón en polvo o las imágenes en los envoltorios de los chi-
cles Desde el primer día, Edwin ya posee todos sus atri-
butos, poeta totalmente conciente, acróbata verbal en
el farfullo infantil La increíble precisión de las páginas
consagradas a la “primera infancia” de la cual, según
Freud, no nos queda ningún recuerdo pone en valor
una contemporaneidad de todos los instantes Rechazo
de evolución, sobre la cual Edwin reflexiona a veces,
presencia absoluta de la pantalla, la película brillante en
que se inscribe el más mínimo objeto, pantalla de dibujo
animado, recuerdopantalla en sentido estricto, no in-
terpretable “La memoria no es más que una forma de
imaginación”, explica Edwin, del mismo modo que el
mundo no es más que un dibujo animado
Sobre la pantalla aparecen diminutos personajes
“El niño escribe Anés sobre la representación del
niño en la Edad Media bajo la forma de un cuerpo hu-
mano en miniatura, el niño es un enano, pero un enano
que tiene la garantía de no se quedará enano, salvo en
caso de sortilegio ” Invocamos el caso de sortilegio, que
preferimos al caso psiquiátrico Se establece una pasarela
hacia la posibilidad de ser miniatura, de seguir siendouna miniatura y no esbozo Detalle, miniatura, los moti-
vos más fascinantes y divertidos son los más minúsculos
Tener miedo a no crecer y someterse no obstante a la
decepción de crecer, la elección es bastante limitada Al
crecer, los motivos se convierten en arquetipos y la mul-
tiplicidad yuxtapuesta, en unidad del devenir Hay uno
que crece, uno que se vuelve yo ■
29
1 Ach im von Arn im. D a Anabtn Wundehtm, Berlin, 1805 (El cuerno
encantado —la cormcopia— del niño)
2 MdT Ed win M ullh ou se es un escritorniño que muere
prem aturame nte hac íalos doce años, dejando, entre otros escritos,unaobra inacabada e medita, intituladaCah«nst protagonista de la novela de
Steven Millhauser. Tkt Lxft and Dtath * / an Ammcan Witte 1943-1954,
publicada en 1972
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❖
OLGA OROZCO
LA INFANCIAQUE NOCESA
Con sus perturbadores jardines, sus hallazgos deslumbrantes y sus niñas heroínas, los dos libros en
prosa escritos por la poeta argentina abrevan en el relato maravilloso para encontrar allí el doble
pliegue misterioso de la vida.
Po r Ma r i a Ro s a Lo j o *
*M an a R os a Lojo . Escritora Investigadora Principal del GONICET- Universidad de Buenos Aires, Universidad del Salvador (Argentina) Publicó,
entre otros bbros La Prmctsafederal, La pasión de los nómades. Árbol deJamiha y Bosque de ojos
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"...m i infanaa comentó en Toar,
en La Pampa, y fe digo que comentó
porque no ha terminado. Siguió creciendo
conmigo y ha estado siempre iatente.
en todas mis edades, con su carga de
terrores, de asombros y de misterios *
Olga Otozco
La infancia es el ámbito específico de los dos libros en prosa escritos por
Olga Orozco La oscuridad es otro sol (1967) y También la luz es un abismo
(1995)2Jamás se exilió la autora de esa única y verdadera patna, se-
gún Rainer María Rilke un poeta especialmente significativo para ella y para
todos los poetas de su generación A la manera de un alfa y un omega, estos
volúmenes están separados por casi tres décadas El segundo vuelve sobre he-
chos y personas que ya habían aparecido en el relato anterior y añade otros
episodios Si bien en ambos hay un desdoblamiento del yo autobiográfico en
el yo infantil (Lía) y la misma narradora que lo recuerda y maneja los hilos de
la memoria, en el segundo texto suele existir una mayor instancia de explicita
ción con respecto a la experiencia de la niña También la luz es un abismo (TLA),
sin anularen modo alguno la dimensión trascendente de lo cotidiano, refuerza
las amarras concretas en el mundo habitual desde la perspectiva adulta así, 31
por ejemplo, en “Feliz Nochebuena” se aclara que el segundo Papá Noel que
se presenta inopinadamente en la fiesta es “Nanm, el delirante huésped de la
abuela, el cantor frustrado que vivía en el altillo de nuestro granero” (TLA,
153), la temible bruja María Teo (imaginada por Lía como la lechuza quevuela de noche repartiendo males, en La oscuridad es otro sol) retorna en el se-
gundo libro también en su faz diurna de vecina con la que se intercambian
dulces, aunque no dejen de marcarse sus aspectos siniestros a través de las mu-
ñecas con espinas clavadas que tiene “trabajando” según su sobrina Cora
para el bien, y según Lía para dañar a las personas que representan
Es en estos textos donde se despliega nítidamente la isotopía del viaje3
ligada en forma directa al relato maravilloso, cuento de hadas con sus hallaz-
gos deslumbrantes y sus peligros, donde la heroína es una niña, y donde los
personajes viven por lo menos dos vidas una que podríamos denominar “de
superficie” y otra en un plano simbólico profundo en el que cumplen otros
papeles (los que ellos sueñan y la sociedad les mega, pero que la niña no
trepida en concederles)
La relativización de los opuestos signa la historia narrada, cuya figura re-
tórica más alta, presente en ambos títulos, es el oxímoron "Cae sobre mi ros-
tro en un remolino lento, que me aspira hacia arriba, desde allá, desde siem-
pre, donde la oscuridad es otro sol, y me trae hasta acá, hasta ahora, donde
también la luz es un abismo ” (TLA, 15) Luz/oscuridad, abajo/arriba, es
tar/andar, quedarse/irse, aparecer/desaparecer, yo/otros, sueño/vigilia, ir/
venir, visión/ceguera, ascensión/caída, se muestran como las dos caras de
una misma moneda en un recorrido que despliega el tiempo en la dimensión
del espacio Gomo en El tiempo y los Conway (1 937), deJ.B Priestley4, se juega
con la idea de que la vida es una serie de “cuadros” por los que nos vamos
trasladando sobre una línea inexorable (la cinta, la rueda de fuego) de laque no es posible apartarse, aunque a veces la intuición visionaria permita
vislumbrar con anticipación las escenas de un cuadro al que aún no hemos
llegado El significado de esos cuadros, cargados de ambiguas presencias y de
presagios, donde todo es y no es lo que parece, es lo que se irá develando a
la niña en el decurso de su existencia entera, sin que la aproximación al final
consiga agotar en modo alguno la pregnancia de esa carga simbólica
La dominante tonal de las dos narraciones es el extrañamiento lo más co-
tidiano, lo más conocido, empezando por el propio cuerpo y por la propia
casa, se muestran bajo una faz insólita, perturbadora, inquietante, sorpren-
dente La casa, centro del mundo, cruje y se balancea por las noches, está im-
pregnada de fantasmas, echa a “andar como un navio llevándonos hasta loslugares más lejanos y secretos, a través de todos los peligros y las temperatu-
ras” (TLA, 228) El cuerpo es el enemigo que incuba la muerte, y del que no
se puede salir, un yo inestable, frágil, vaga, incómodo, dentro de él (“se con ►
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F A B U L O S O S
trae, se achica, circula por mi cuerpo como por un terri-
torio deshabitado”, LOS, 140) La niña está “incrustada
dentro del organismo como adentro de una bolsa con
costuras que no puedo encontrar, con puntadas que no
tienen revés” (LOS, 55) Incapaz de trasponer las fronte-
ras corporales, su única posibilidad es seguir cayendo en
lo abismal de la interioridad, hacia el fondo escondido
donde probablemente “hay un jard ín”
Frente a lo extraño del mundo y de la identidad fluc
tuante, los sentimientos que priman son la fascinación y
32 el temor La fascinación impele a enfrentarse al peligro,
siempre atrayente por su escondido núcleo de misterio
Pero el miedo acompaña los pasos infantiles en espacios
que se deforman y se agigantan, y que muchas veces han
de ser recorridos forzosamente a oscuras La heroína pertenece a una asociación secreta de pequeños espías,
y como tal es sometida a pruebas, diferenciadas según el
género sexual Ellas deben probar su valor de otra ma-
nera, lo que marca, desde la perspectiva de la narradora,
una diferencia axiológica entre clases de heroísmo Los
varones conquistan "trofeos de coraje masculino” (el
florero de una tumba, unos gansos robados) “insignias
del delito logradas por profanaciones, violencia, estafa,
burla y violación” (LOS, 51), en rituales que anticipan
una de las revelaciones amargas de la infancia “He em-
pezado a aprender que el mundo entero es una oculta
cacería” (TLA, 78) Las niñas, en cambio, quedan li-
beradas “de maldades heroicas y de glorias”, pero se las
condena a una experiencia quizá más difícil, que tiene
que ver con “la ceguera, la adivinación aproximada, el
conocimiento a tientas” (LOS, 51) La charada infantil
se vuelve así un símbolo eficaz para toda estrategia de
conocimiento poéticometafísico (“ahora vemos por es-
pejo, oscuramente, pero entonces veremos cara a cara”,
en el versículo de San Pablo, I Corintios, 13, 12), y una de
estas experiencias (el encierro de Lía en la bolsa, mien-
tras espera que Mariana la descubra) se erige en para-
digma o modelo metafórico del agónico encierro en elcuerpo, a merced de la oscuridad y de lo informe “me
sentiré comojonás dentro de la ballena un oscuro or-
ganismo dentro de otro organismo que solamente late
y anonada y filtra en sus visceras innominadas toda la
fe, toda la esperanza y todas las razones, hasta lograr
el vacío en que floto, la absurda inanidad de todas las
cosas a las que me quiero asir, la suspensión indefinida
del tiempo en el que me empeño en permanecer Estoy
suspendida en ese vaciado de la existencia y ni siquiera
me siento destinada a la muerte ” A lo largo del angus-
tiante encierro únicamente la sostiene la memoria de un jardín, en que se trasluce el perdido Jardín del Paraíso
“un resto de memoria insistente y sin sentido, mientras
sigo cayendo *En el fondo hay un jardín En el fondo
hay un jardín En el fondo hay un jardín ’ ¿Será esto lo
que vine a explorar?” (LOS, 55)
Otros personajes secundan a la heroína de este largo
cuento presencias extravagantes, en los bordes del
mundo real y el mundo soñado, fluctuantes entre la lu-
cidez y la locura Marginales sociales también, fuera del
ámbito del trabajo y de la respetabilidad, cada uno de
ellos vive por lo menos dos vidas, en dos planos el que
todos ven, donde cumplen el papel de pordioseros más o
menos locos, o el invisible pero asumido y actuado como
verdadero la otra historia que todos creen protagonizar,
donde son estrellas del espectáculo, reinas o, incluso pro-
tagonizan una historia sagrada
El “Caballero del Bosque”, Nanni, que todos los días
emula en el granero a los pájaros cantores, vive en per-
manente conflicto identitario, rememorando su rivalidad
con un tenor exitoso que supuestamente ha usurpado nosólo el papel que a él le correspondía interpretar, sino
su personalidad Guarda un viejo recorte de diario con
la fotografía de una función de aficionados en Viareg
gio Nanni ha pintado su propia cara en la del intérprete
principal, y ha “borrado despiadadamente el anonimato
de otra cara”, la suya propia, relegada al papel de mera
comparsa (LOS, 37)
Para la visión de Nanni, Lía y Laura son las “princi
pinas” de un reino que gobierna la “rema madre” (dis-
pensadora del granero donde vive) Los hechos ordina-
rios se transforman, desde su óptica, en las peripecias de
una historia fabulosa Su debilidad es el afán de prota-
gonismo Por eso intenta reemplazar a Papá Noel, repre-
sentado por Daniel, el cuñado de Lía, en la fiesta de No-
chebuena A pesar de su aspecto estrafalario y del traje
de papel, desgarrado en la disputa con quien considera
un farsante que lo ha despojado de este otro rol, las ni-
ñas lo eligen como al Papá Noel verdadero, el que traerá
los auténticos regalos La ira se aplaca, finalmente, en el
brindis compartido
Otra marginal es la mendiga que se presenta como
“la Lora” Su nombre en el mundo “real” es Clemen
tina Domínguez, su historia, una tragedia de pasionesen un medio campesino su marido ha intentado ma-
tar a su propio hermano, al descubrir que tenía amores
con ella Huye después de herirlo, y también desaparece
el agredido en cuanto se repone Glementina tiene un
niño sin padre, y queda sola Pero interpreta a su ma-
nera los hechos vividos, transportándolos a una clave bí-
blica Así, ella se considera la Virgen María, implicada
en una lucha entre Caín y Abel, por culpa “del fruto de
su vientre”. Se cree acechada por el demonio y acude
a la abuela en busca de protección, pero el demonio es
sólo el negro Eleuterio, vigilante instalado en una casilla,al lado de la cueva donde Glementina vive con su hijo
En el fondo, la locura de la Lora traduce a sus propios
términos la convicción metafísica que atraviesa toda la
poética de Orozco “No puede comprender que la His
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tona Sagrada no sea la de todos, o cree que cada uno
tiene dos la sagrada y la otra ” (LOS, 85)
La Reina Genoveva es también una mujer abando-
nada La presentación del personaje resulta elaborada y
desconcertante Aparece en la memoria como una mu-
ñeca conservada en una caja de hielo y alcanfor Es un
juguete, y es también una muerta envida, sepultada por
Dios bajo la nieve En su antigua “vida real” ha sido se-
ducida, bajo promesa de matrimonio, por un ingeniero
francés El seductor se marcha y la deja sola, con una
niña ilegítima que pronto muere Queda fijada en ese
momento y a partir de allí, el tiempo cesa para ella de
transcurrir Aparece como un fantasma en las vidas de
los demás, vestida con viejas galas que nunca se quita,
y también traspone su desdicha en otra clave la de uncuento feérico “El Rey Malvavisco había partido en un
barco, la Princesa Delgadina había desaparecido, y ella
no sabía regresar a su castillo ” (LOS, 108)
Genoveva, “muerta viva” irradia una inquietante am-
bigüedad Ha sufrido el mal, pero también lo inflige a los
demás Proyecta sobre Lía “sus propias malicias, sus de-
lirios y sus intenciones aviesas” (110) La niña, asustada,
llora, y entonces Genoveva le hace un extraño regalo
una bolita de alcanfor, donde se esconde dice— un ojo
que llorará por ella Lía terminará desprendiéndose del
ojo que le parece un ser autónomo y siniestro5, capaz de
obrar por su cuenta y robarle sus propias lágrimas
Estos personajes desquiciados, justamente porque
han “salido de quicio”, porque han dejado su marco,
como una puerta suelta, sin goznes, pura abertura,
pueden saltar con mayor facilidad hacia otro plano
simbólico, recolocando y reinterpretando las ruinas de
sus vidas en una dimensión narrativa estética (Nanni),
maravillosa (la Reina Genoveva) o sobrenatural/sagrada
(la Lora), que vuelve a darles el sentido que perdieron
Ellos ejemplifican desde el borde, desde el extremo, la
avidez de todos los seres humanos por dibujar con sus
existencias efímeras una historia que merezca ser vividay recordada La ruina acaece cuando dejan de funcionar
los patrones protectores del mito y el cuento feérico y la
existencia se desintegra en el sinsentido “En menudos
fragmentos cayó como el granizo rebelde nuestra histo-
ria/ / Fue imposible rehacer ese relato, disputarlo a la
arena/ /Se perdió todo el oro junto con los pedazos
del hechizo,/las brillantes escenas que un día encandi-
laron a las constelaciones del amor,/ a los protagonistas
ejemplares del mito ” (Con esta boca, en este mundo, 39) ►
| Estos personajes desquiciados, justamente porque han "salido de quicio", porque han dejado su marco, como una
puerta suelta, sin goznes, pura abertura, pueden saltar con mayor facilidad hacia otro plano simbólico, recolocando y
reinterpretando las ruinas de sus vidas en una dimensión narrativa estética (Nanni), maravillosa (la Reina Genoveva) o
sobrenatural/sagrada (la Lora), que vuelve a darles el sentido que perdieron.. \
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|La niña imagina que cada ser tiene un doble en el revés del mundo. El yo no desaparece sino que se desdobla. Lejos de la
autonomía, depende del otro, que, en el punto opuesto del otro hemisferio, lo sostiene sobre el planeta. |
O T R O S J U E G O S P E L IG R O S O S
La identidad inestable obsesiona a la pequeña Lía que
lleva esta condición lábil al extremo, practicando otros
juegos peligrosos Uno de ellos es el de hacerse invisible
Consiste en “aspirar” hacia adentro el yo exterior y luego
expelerlo, transformado en “una ráfaga de tonos variables
azul, rojo, gris, blanco— que se combinan en caprichosasfiguras sin relieve” (LOS, 159) Así transmutada en ráfaga
errante, transparente y “confundida con la atmósfera”,
Lía se transporta por otros espacios, pasa a través de “bo-
das, funerales, consejos de familia” Luego se reabsorbe y
vuelve a aparecer, recobrada ya la forma primitiva, “en un
sitio lejano”, “lejos de todas las miradas” (159)
Otro juego es un “jugar a ser otra” que implica en
realidad, “volver a ser la misma” Se trata de recupe-
rar personalidades de vidas anteriores Heroínas como
Matrika Doléesa, una reina salvaje, primitiva, o como
Griska Soledama “triste huérfana para todas las prue-
bas de desplazamiento en la intemperie” (LOS, 162), o
Darvantara Sarolam, “que une todos los nombres, todos
los hilos del destino en un carruaje cuyas ruedas son dos
soles " Imágenes que remiten a Los juegos peligrosos (JP,
1962), en el poema "Para ser otra”
Los riesgos de ambas operaciones son enormes Al-
guien pudo haber tropezado con la niña invisible, en
forma de tapiz “colgado de algún árbol o extendido so-
bre una pared”, y haberla destruido sin saber que era un
crimen, apunta Lía El segundo juego requiere primero
la pulverización del yo mediante la reiteración insistente
del propio nombre Convertido así en una pequeñanuez, el yo está listo para que se le aplique un golpe seco
y preciso que lo anula definitivamente En la segunda
etapa, la niña, transformada en Nadie, se coloca frente
al espejo, esperando el trabajoso surgimiento de un nom-
bre (de un yo) anterior
En los dos casos, el yo de superficie puede haber sido
dañado o mutilado por la travesía, de tal modo que re-
torna aún más vulnerable, más expuesto a desintegra-
ciones e invasiones "creo que hubo algún error, algúntrueque involuntario producido por mi apresuramiento
al oír unos pasos sorpresivos, pero más frecuentemente
siento que el primer yo es decir, el último no regresó
intacto alguna vez, que hubo un descuido, una grieta
que siguió permitiendo la irrupción de cualquiera, por
sorpresa, cuando menos lo pienso ” (LOS, 162)
El descenso o incursión de la heroína en un “tras-
mundo” no la lleva a un plano posterior a la muerte sino
a uno anterior a la vida Regresa al punto inicial, pero
no necesanamente fortificada, sino acaso, deteriorada
Su viaje fantasmático le depara un nuevo conocimiento
pero también nuevas incertidumbres
El último juego es el de los antípodas6 La niña ima-
gina que cada ser tiene un doble en el revés del mundo
El yo no desaparece sino que se desdobla Lejos de la
autonomía, depende del otro, que, en el punto opuesto
del otro hemisferio, lo sostiene sobre el planeta "gracias
a la mutua fuerza de atracción que opera sobre nues-
tros cuerpos y que podría dibujarse en una línea que va
desde sus talones a los míos y viceversa pasando sobre
el centro de la tierra” (163) Nada más paradójico que
la mutua dependencia de los antípodas, perfectamente
complementarios, que no pueden moverse sin que el parrepita, del lado inverso, sus movimientos, pero que están
destinados a no encontrarse nunca, aunque podrían ser
los amantes ideales, la perfecta figura de la Unidad
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CRIMEN Y SACRIFICIO
El mal se hace presente en los libros de prosa a tra-
vés de las insidias, las conspiraciones, las traiciones de
los amigos/enemigos, o de los hechizos de María Teo,
la bruja del pueblo En su expresión culminante asume
las formas de la muerte y del crimen La muerte (en par-
ticular las de la madre y del hermano en La oscundad es
otro sol) como despedida desgarradora rumbo a otra exis-
tencia sospechada y lejana O el crimen, que recae so-
bre los más indefensos la mujer y los niños del “asesino
irreprochable”, o el supuesto “hombre de la bolsa” que
resulta ser un viejo marginal (polizonte o linyera) que
se ha lanzado desde un tren de carga La mancha roja
formada por la sangre que emana de su cabeza atrae a
Lía, exploradora del campo de girasoles donde el muerto
(o el asesinado) yace (LOS, 6578) También es el peli-gro que acecha al hombre puro Guando su padre, jefe
político, recibe un “regalo” mañoso (el canario muerto
dentro de una caja de cartón), Lía verá durante toda la
semana “otra mancha roja, circular, del tamaño de la
luna”, proyectada sobre la pared, hasta que una mañana
se convierte en realidad “brillante y perversa, derra-
mada sobre el umbral una advertencia sangrienta, un
presagio en cuyos reflejos peligrosos los mayores leyeron
un mensaje político y la aguda mirada de papá debe de
haber descifrado nombres y apellidos ” (TLA, 120).
Pero la más intensa imagen de la muerte de un ino-
cente se alcanza en el episodio de la cacería Daniel, fu-
turo cuñado de Lía y de Laura (y también futuro Papá
Noel en la fiesta navideña) va con las niñas al bosque
La escena ocurre en "un claro del bosque”, lugar clave,
sagrado, a menudo ominoso en la tradición simbólica
universal7y en los cuentos de hadas,
donde suceden los prodigios, los buenos y los malos. En un claro
del bosque se reúnen los demonios, aparecen los engendros, graz
nan las brujas, o está sentado, esperando, ¿esperándome?, el
pñncipe que embellece la luna. Pasa el pájaro negro, pasa el
pájaro blanco, se entieciuzan los hilos de todos los senderos y se forma el apretado nudo del destino. (TLA, 69)
La entidad maléfica del bosque es el pájaro (o paja-
rraco) negro “que atrae a quien se interna por la espe-
sura y lo arrastra y lo lleva cada vez más lejos, hasta
que ya no encuentra la salida y no puede volver” (70)
Pero no es esta criatura fabulosa la que se presenta, y
Daniel de todos modos quiere una presa Aunque Lía
desvía el cañón del nfle para que no mate a un inocente,
la muerte se produce cae una torcaza que estaba po-
sada entre las ramas Laura entierra a la víctima con la promesa de que resucitará Y el episodio, en efecto, no
acaba aquí Lía continúa hostigada por la culpa, si bien
la abuela intenta convencerla de que todo se ha debido
a “la casualidad”, aunque esa “casualidad” es vista por
Lía, adulta, como una forma misteriosa de la fatalidad
que de todos modos, aun desde las mejores intenciones,
seguirá produciendo en su vida víctimas inocentes o in-
deseadas (“ella no sabe que me encerrarán con él a solas,
muchas veces más”, 99) Así, en clave de cacería es visto
por Orozco ("Escena de caza”*) el porvenir humano ace-
chado por el tiempo, acaso porque toda vida humana
termina en tragedia, o porque su fin es siempre, como
dijera Simone de Beauvoir, una violencia indebida 9
La anunciada resurrección, en cambio, tiene lugar 35
A la mañana siguiente, sobre el muñeco de nieve que
ha quedado sin cabeza, Lía ve exactamente la misma
paloma muerta La abuela interpreta, de inmediato, que
se ha purificado, sumergida en la nieve, para resucitardespués desde el muñeco (105)
La inmolación de la inocente reencuentra de esta ma-
nera un sentido La paloma se reconstruye en otra vida,
al menos para la niña La mujer adulta sabe bien que "no
se resucita aquí ni allá Se resucita Más Allá” (105), y que
ese acceso se halla vedado La escena se asocia con otras
de La oscundad es otio sol, donde la Lora cree haber presen-
ciado la “angelización” de una gallina decapitada por la
cocinera, cuando el ave asciende por el aire en un último
vuelo del cuerpo sin cabeza Lo que dice la Lora desde la
locura “¡El Espíritu Santo está con nosotros' (Los tiem-
pos han llegado!” (LOS, 90), y que los demás decodifican
en clave paródica, responde, sin embargo, a un sentido
escatológico profundo, asociado con las transmutaciones
de la poesía y su meta final, el “verbo sagrado” del Espí-
ritu que se vislumbra y que se niega (“no te pronunciaré
jamás, verbo sagrado ” GBM, 9) Todo el episodio de la
cacería posee fuertes connotaciones cristianas Es posible
que reverberen aquí, incluso, ecos de leyendas hagiográ
ficas. A menudo se nombran santos en todo el relato, y la
narradora demuestra conocer la historia de San Huberto
(o Humberto), patrono de los cazadores (TLA, 7475),
que abandona su obsesión cinegética cuando se le apa-rece un ciervo fabuloso con la cruz de Cristo inscripta en
la frente No sería difícil que hubiera pensado en algu-
nos otros santos mártires cuya alma subió a los cielos en
forma de paloma10 Policarpo, Escolástica, Justa, Eulalia,
ésta última una doncella de Barcelona, cruelmente dego-
llada por un tirano, cuyo cuerpo como el de la torcaza
de Lía— fue “cubierto de nieve” 11 En estas historias de
santos, con sus inevitables portentos y milagros, conver-
gen de manera particular las dos vertientes simbólicas de
la poética orozquiana, las dos formas de lo sobrenatural:
lo maravilloso propio del cuento de hadas, y la historiasagrada, ambos también son tipos de relatos que suelen
narrarse especialmente a los niños apelando, desde la
fantasía, a una cierta y universal ejemplandad
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I N F A N C I A S
ÉPICA FEMENINA EN BUSCA DE LA TOTALIDAD
Dentro de las vanantes de la aventura heroica, la poé-tica de Orozco se aproxima a aquellas que transitan porlos caminos imciáticos, por las zonas ocultas del conoci-
miento Son las sendas apartadas, propias de los ascetasy los visionarios que reciben como recompensa secreta lasuperación de lo fragmentario, el acceso a lo absoluto, lacomunión con la Totalidad “La esencia de uno mismoy la esencia del mundo son una sola De aquí que la se- paración, el aislamiento, ya no sean necesarios. Por don-dequiera que vaya el héroe y cualquier cosa que haga,
36 siempre está en presencia de su propia esencia, porqueha perfeccionado sus ojos para ver No hay aislamiento.Así como el camino de la participación social puede lle-var a la realización del Todo en el individuo, así el exilio
trae al héroe al Yo en todo.”12 En la visión de Orozcocada uno puede y debe convertirse en agente activo einstrumento de este proceso por el cual Dios mismo, se(re) construye y se reintegra a su Ser completo Cumpleasí el secreto propósito de un Creador que se ha desdo-
blado en sus creaturas, acaso para purgarse del mal y delsufrimiento, y que aspira a rehacerse, en ellas y con ellas,a través de un trabajoso periplo de (auto) conocimiento y
purificación "Tal vez pueda volver entonces a recuperarsu unidad, mejorada” (LOS, 158), “Despierto en cadasueño con el sueño con que Alguien sueña el mundo / Esvíspera de Dios / Está uniendo en nosotros sus pedazos”ffP, OC 1985, 125)
Esta búsqueda meta físicoreligiosa se vincula enOrozco con las búsquedas románticas, surrealistas y en al-guna medida, simbolistas el conocimiento por la vía noc-turna y secreta, la lectura de los místenosos indicios en ellibro del mundo, la correspondencia de Naturaleza, Artey Alma, de microcosmos y macrocosmos, la aspiración al
point absolu del surrealismo, donde coinciden los opuestos,o donde es posible trascenderlos, la videncia poética que permite acceder a lo desconocido, aunque el precio sea ladisociación del Yo y el desorden de los sentidos 13
Gomo otros poetas inscritos en estos movimientos,Orozco trabaja desde los símbolos de la tradición univer-sal, apela a la imaginería de la mcmtüú (la adivinación ensus diversas formas), invoca rituales mágicos y procesosalquímicos, mezclados con los ecos de saberes cabalísti-cos y gnósticos, que se recortan sobre un fondo cristiano
Pero la propuesta orozquiana implica una particularoriginalidad con respecto a estos buscadores de absolutoToda ella emerge de un largo cuento de hadas vivido nomeramente ruando como forma matriz de la experien-cia, como aventura constructora del yo empírico y del yo
poético, en una infancia que nunca deja de transcurrirLejos de lo naif, en las antípodas del cliché, el inquie-tante mundo que Orozco despliega, por un lado la vin-
cula con el surrealismo, para el que “lo maravilloso essiempre bello”14, y por el otro, se mantiene en conexióndirecta con una historia feérica personal En ella, unaniña cuya alma es muy vieja, porque llega desde el fondodel tiempo, desde existencias que resurgen a veces me-diante los juegos audaces de una memona transperso-nal, vuelve a iniciar el viaje de la vida
Se trata de un viaje heroico en busca de un conoci-miento precano y fulgurante que se retacea a los senti-dos. Un conocimiento vecino a la locura, pero del que seretorna y se da testimonio, desde las formas de la palabra
poética, si bien su meta siempre inestable, apenas atis bada jamás se logra en plenitud Es, como dijera Bor-ges del hecho estético: “la inminencia de una revelaciónque no se produce” Por eso, su poética guarda con elrelato de viaje un esencial parecido lo que importa no estanto el punto de llegada, ni la trama de las acciones delviajero, sino aquello que se ve y se vive a medida que seavanza En ese trayecto vario y accidentado el tiempo esotro paisaje que se va mostrando paulatinamente o poranticipaciones relampagueantes (las videncias narradasen los libros de prosa y tematizadas en la poesía)
El viajero es una viajera, cabe destacar por otro ladoUna viajera siempre niña que ya posee, m nuce, el saberdel porvenir Ése que la mujer adulta recorrerá sin aban-donar las pautas de interpretación mágica del mundoaprehendidas en la infancia, sin resignarse a la visiónempobrecida del racionalismo utilitario
L a l ín e a d o m i n a n t e e n l a im a g i n e rí a d e e s t a a v e n t u r a
h e r o i c a e s f e m e n i n a L a s f i g u r a s m a t e r n a s ( e n p a r t i c u l a r
la d e l a a b u e l a ) s o n c e n t r a l e s L o f e m e n i n o e s e l c e n t r o d e l
m u n d o c a s a , y e l p a d r e ( a u n q u e “ g r a n m a g o ” ) n o d e ja d e
s e r u n c o n s o r t e d e r a n g o i n f e r i o r ( e l “ m o r g a n á t i c o s e ñ o r ” ,
lo l la m a e l es t ra f a la r io N a n m ) c o n r e s p e c t o a u n a s o b e r a -
n í a q u e s e e j e r c e d e s d e e l t r o n c o m a t r i a r c a l N o e s c a s u a l,
q u i z á, q u e la p o e t a m i sm a h a y a o p t a d o , c o m o nom desterre
l it e ra r io , p o r e l a p e l li d o m a t e r n o O r o z c o
Mujer es la heroína y mujeres sus principales ayudan-tes Encarnación y la abuela María Laureana, “hechice-ras blancas”, Laura, la hermana solidaria, la madre, lagata Berenice (elevada a la condición de diosa), a quiense le dedica un libro entero, y también son femeninas lasoponentes la bruja María Teo, la Reina Genoveva en sulado oscuro, Ruth, la rival Los hombres, amables y ama-dos (el padre, Miguel, el amor de infancia, Valerio, amigo
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y amor de la madurez) están ahí, a menudo cercanos y
compañeros, pero no participan esencialmente del gran
combate U n combate que no pasa co m o tantos comba-
tes heroicos masc ulin os po r infligir la muerte a otro (así
sea el monstruo que se debe domeñar o eliminar), sino,
antes bien, por la aceptación de lo inevitable del daño y
de la muerte (episodio de la torcaza) aunque no se haya
deseado provocarlos El objetivo de la lucha es la sabidu-
ría y su precio la destrucción del yo limitado y fragmenta
no, para que pueda reconstruirse en la Totalidad
El viaje comienza y termina en un símbolo materno
por exce lenc ia la casa Pe ro no se tr at a de una casa con-
vencional, enraizada en su lugar sobre la tierra, refugio
rutinario contra los poderes y las iluminaciones sobre-
naturales Es la casacarruaje, la casacoche, hábitat enviaje, siempre dispuesta a leva ntar el vuelo, traspasada
por presencias fantasmales La casa recibe a los nacido s
del linaje y tam bién es la que se lleva a sus muertos “Tú ,
la más imposible de los muertos /A ho ra vas en coche,
vas en casa que rueda por el blanco arenal” (GBM, 27),
su prodigiosa, indestructible arquitectura, vuelve a for-
marse en todas las casas sucesivas que la poeta habita
En ella partirá también, destinada a ser la última de su
clan “Estoy aquí p ara ap ag ar las luces, para ce rrar las
puert as/ cu an do vuelva por mí la casa en qu e te vas ”
(GBM, 27)
Por fin, resulta significativo que el prim er poe ma del
prim er libro de O ro zc o (Desde lejos) y el último po ema del
último libro (Con esta boca, en este mundo) giren en torno
de imágenes femeninas “tu he rm an a/la m emoria” que
“con una ram a joven aú n entre las ma nos,/ relata una
vez más la leyenda inconclusa de un brum oso p aís” (“Le -
jos, desde mi co lina ” , D L, OG 1979, 10), y la mad re, a
quien se le pide lo imposible “Ma dre, m ad re / vuelve a
erigir la casa y bordem os la historia / Vuelve a co ntar mi
vida.” (“lesjeux sontfaits”, GBM, 90)
Me mo ria y M adre dos caras de la misma mo neda en
dos etapas de una vida donde el tiempo, esa ficción, ha pasad o co mo la rá faga irre al de l ve lo de M aia El mist e-
rio es el origen alfa y om ega, princip io y fin, iguales en
la insondable fisura por donde se entra y se sale de este
mu ndo Y desde ese origen, sólo la voz de la M ad reM e-
moria tiene la palabra para neutralizar el destino, para
reparar lo irreparable con el conjuro de la más poderosa
de las hadas, para rehacer la leyenda, la historia, la casa,
el tapiz del cue rpo y del lenguaje u na vez más ■
1 Entrevista de Alicia Dujovne O rtiz para La Opinión (22/1/1978),
en Orozco (1984 b, 273)
2 Los libros de O lg a Or ozco citados en el presente traba)o son los
siguientes (se explíci ta la abreviatura utilizada) Desde lejos (DL), Las muerta (LM), Los juegos peligrosos 0 Pj, Museo sobaje (MS), Cantos a Baemce
(CB), en ObraFbética Buenos Aires, Corregidor, 1979 Mutaciones de la
realidad (MR), Buenos Aires, Sudamericana, 1979 La noche a la denva
(ND), México, Fondo de Cultura Económica, 1984 Paginas de Olga Orozco
seleccionadas por la autora (PO), Buenos Aires, Celda, 1984 En el reves del cielo
(RC), Buenos Aires, Sudamericana, 1987 Con esta boca, en este mundo (CM),
Buenos Aires, Sudamericana, 1994 La oscuridad es otro sol (LOS), Buenos
Aires, Losada, 1967 También la luz es un abismo (T LA), Buenos Aire,
Emecé, 1995 ObraPretica Selección, prólogo, cronología y bibliografía
de Manuel Ruano, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 2000
3 También participan estos libros de Orozco de las características del
relab de viaje, donde lo que importa no es la llegada sino la descripción del
recorrido Ver Car rizo R ued a. Sof ía. Preüca del relab de zieges Kassel,
Reichenberger, 1997
4 Prie stley. J.B. El tiempo y los Come ay en Tres piezas sobre el tiempo
Buenos Aires, Losada, 2005
5 Lo smiestro (lo no familiar, lo inquietante) se relaciona especialmente
con el ojo extraído de su lugar, especialmente inquietante n adquiere una
autonomía independiente del ser que lo posee Cfr Freu d. S igm un d. Lo
siniestro Buenos Aires, Noé , 1973
6 Amantes antípodas (1961) es el titulo de un poemano de otro poeta
argentino de orientación surrealista En riq ue M oli na (1910-1997),
intimamente ligado a Orozco, ilustrador (con collages de su mvención) de
La oscuridad es otro sol Ver Molina. Enrique. Amantes A ntipodas en Obra
Bretxca Obras Completas Torno I I Buenos Aires, Corregidor, 1987
7 Chevolier, J. - Glieerbrant. A Dutionnaue des symboles Mythes,
reves, coutumes, gestes, formes, figures, coulews, nombres Pans, Seghers, 1973, pág? 340-41
8 “Vestido de maltrecho animal mi porv enir / se oculta en la espesura
con un salto de liebre perseguida por viles cazadores/ hasta la otra onlla
del tapiz” (RC, 25)
9 “No existe muerte natural nada de lo que sucede al hombre es natural
puesto que su sola presencia cuestiona al mundo Todos los hombres son
mortales pero para todos los hombres la muerte es un accidente y, aun si
la conoce y la acepta, es una violencia indebida” Beau voir. Si m on e de.
Una muerte muy dulce. Buenos Aires, Sudamericana, 1968
10 Chevalier - Ghe erbrant, ob ci t , p ág 65
11 Rivad eneyra, Pedro de. Vidas de sanbs Anblogia delFlos Sancbrvm.
Edición de Olalla Aguirre y Javier Azpema Selección y prólogo Javier
Azp eitia Madrid, Lengua de Trapo, 20CC, pág 159 En este libro
se cuenta también la historia de San Humberto o Huberto, en dos
versiones
12 Cam pbell. Joseph. E l héroe de las mil caras Psicoanálisis del mib
México, Fondo de Cultura Económica, 1999 (7areimpresión), pág34C
13 Cfr Loj o, M an a Ro sa. E l símbolo poéticas, teorías, metatexbs México,
Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, pág? 7-34 Lojo,
Mari» Rosa “ Estudio preliminar" en "Olga Orozco Repetición del sueño y
otros poemas", (fascículos), n* 46 Colección "Los Grandes Poetas", Buenos
Aires, Centro Editor de América Latina, 1988 Sau ter. S ilv ia . Teonay
práctica del proceso a tatuó Con entrevistas a Ernesto Sabab, Ana Mana Fagundo,
Olga Orozco, Mana Rosa Lojo, Raid furitayjose Watanabe Madnd/FVankfurt
Iberoamencana/Vervuert, 2006, pág? 25C-262 Zo na na. G ustavo . “La
poética de Olga Orozco en sus textos" en Ebehcas de autor en la literatura
argentina (desde 1950) Ed Gustavo Zonana con la colaboración de Hebe Beatriz Molma Buenos Aires, Corregidor, 200 7, pág? 387-444 Ver
además: Pina. Cristina. “Estudio preliminar” en Paginas de Olga Orozco
seleccionadas por la aubra Buenos Aires, Celda, 1984, pág? 13-54
14 Manuel Ruano en O rozc o. O lga . Obralbetica Selección, prólogo,
cronología y bibliografía de Manuel Ruano Caracas, Biblioteca
Ayacucho, 2000, pág XVIII
| B O
C A D
E S A P O
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S S I E R
I N
F A N
C I A S
8/15/2019 Revista Boca de Sapo 9
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TESTIMONIO
FRIKp o r M a r í a R o s a L o j o
seres que perciben siempre la extrañeza y la dureza
de un mundo nada hogareño, a pesar de todos los ri
tuales con que la conjuramos, la gente suele atribuirles,
en cambio, esa perturbadora condición como si fuera
propia, y ellos mismos se sienten abrumadoramente
culpables de ser raros y ajenos, siempre extranjeros.
Como Frik, la nena que fue “yo". O que acaso es “yo", to
davía. Porque los friks nunca se adaptan del todo al pro
ceso de renunciamientos y acomodamientos que otros
llaman “madurez". Son, antes bien, niñas o niños viejos.
Antes, cuando Frik o Mana Rosa era también
una nena, no se había puesto de moda la palabra inglesa
“freak", tan apta para designar, con economía precisa, esa
índole de bicho, fenómeno, monstruito, como una etiqueta
que reparten y pegan los beneméritos aliados de las costumbres.
La adopto ahora, castellanizada, con sólo una “i" latina en vez de
la “ea", porque así los llamaron a mis tres hijos y así se auto-
designaron ellos cuando fueron inadaptados e infelices en la
escuela, y tuve que explicarme, afligida por haberles legado,
acaso, una enfermedad hereditaria. Que a su vez mis padres,
sin quererlo, propiciaron y exasperaron para mi con un exilio
real que actuó como metáfora de todos los^lemás, literarios,
existenciales, metafisicos. En esa cadena de eslabones culpó-
genos consisten, entre otras cosas, las familias.
Frik fue recibida en la escuela como una extranjera,
aunque no lo era, si por tal había que
entender a quien no hubiese visto
la luz sobre el suelo argentino.
8/15/2019 Revista Boca de Sapo 9
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La culpa no fue de ella sino de la lengua en que hablaba.
Frik pronunciaba como sus padres y su abuela, marcando las "ces"
y las “zetas", decía “tú" y deda “vosotros", sabía algunos térmi
nos en gallego, que era otro idioma, no un castellano erróneo,
como pensaban muchos, y también vocablos que el argentino
rioplatense desconocía o desdeñaba, como “acera", “cerillas",“colillas", “falda", y-aunque no las dijera en público, por ser cons-
dente de su escasa eleganda— “tetas" y “culo", ya que “cola"
servía para designar los rabos de los anímales, que nada tenían
que ver con glúteos más o menos protuberantes. Sí pronunció,
en cambio, varias veces, puertas afuera, la pa|abra “coger", hasta
. que las burlas la acallaron, y su madre, confusa y reticente, como
siempre que se trataban temas similares, optó por advertirle que
no la empleara más allá de su casa porque los nativos le daban
a ese verbo tan natural y cotidiano, que indicaba todo gesto de
tomar, asir o prender, una interpretación irreproduáble.
Frik tuvo que averiguar más adelante, por sí misma, cuál era esa
interpretación de la que nó todas sus condiscípulas estaban
bien informadas. Las madres con mentalidad victoriana (aun
que, como la suya, hubiesen pasado una guerra) predomina
ban en una época de eufemismos. V a los padres varones, na
turalmente, las niñas no les preguntaban esas cosas.
En la escuela comenzó a regir la Ley de Extranjería a la que Frik
viviría sometida por el resto de su vida, si bien los indicios ma
teriales y aparentes de su extranjeridad desparecieron pronto.
Entre sus compañeras utilizaba, como una más, el “vos" y el
“ustedes", y había desterrado las “ces" y las “zetas". Sólo su
madre la avergonzaba a veces ante los otros: hablaba fuerte y
rápido, tanto en casa como en la calle. Su pudor era aplicablesólo a asuntos relacionados con el sexo, pero no con el len
guaje. La lengua materna, con patente madrileña, era inva
siva, victoriosa, triunfante como un auto blindado. Llevaba
siglos resonando en el mundo, tanto más allá de las mesetas
áridas y las ciudades amuralladas donde gentes duras y algo
broncas la habían engendrado. Resistía y a veces ofendía;
brillaba, retumbante, cristalina, imponiéndose a todo, aplas
tando, acaso, otras lenguas, bajo su orgullosa armadura de
acero y plata. En algún momento Frik descubriría que dentro
de su misma casa vivía en secreto una de ellas, sumisa y arrin
conada, en minoría absoluta, desvanecida, acaso, por la auto
censura y la falta de eco.
Era la lengua de su padre, secretamente agazapada en algunos
libros y que sólo en contadas ocasiones oiría sonar, quizá por
que él, amante de comunidades utópicas, creía que las muchas
fablas desembocaban eo la Torre de Babel, y esperaba, como
otros socialistas, el día enSjue el mundo estuviese regido por
un único gobierno igualitario^ una sola lengua, universal y
unánime, se celebrase en las caltas las plazas y los hogares,
como un rito -ateo- de unidad transparente. O quizás, acaso,
aunque esto no lo decía, porque su lengba madre no llevaba
armadura militar sino zuecos de campesina, porque era blanda
como un regazo y cantaba, siempre, una canción para acunaral niño que su padre había sido. Porque olía a leche y a miel, a
vino con azúcar, a heno y a toxo, y a estrellas derramadas en el
agua de lluvia, y era tan íntima, tan frágil, que no se podía com
partir sin llorar de pura pena y desamparada nostalgia, como
se supone que no deben llorar los hombres nunca.
Frik descubriría pronto, con todo, que la extranjería (o por lo me*
nos, la suya) no se eliminaba por la lucha de las lenguas, ni
se reducía con la posesión de los idiomas. Hablase donde ha
blase y lo que hablase, siempre seria extranjera. Inadecuada
en todas partes, caída en la tierra madre como una huérfana.
De tal manera exótica y marciana que a veces, cuando demoraba en dormirse, pensaba que sus padres, ya maduros para la
fecha de su nacimiento, la habían sacado de entre las ruinas
de un plato volador, y que entonces, ante la duda de quedár
sela o entregarla a la Policía y a la Ciencia para que practicasen
sobre ella feroces experimentos, habían decidido adoptarla,
ya que hasta el momento no habían logrado tener hijos.
V sin embargo, Frik, niña, era flaca y pálida como una rata blanca
y casi tan pequeña como ella. Aún así, con sus escasas dimen
siones, no encajaba en el rompecabezas del mundo conocido.
Quizás antes, recién llegada en el fallido plato volador, tenía un
rabo como el de las lauchas, y sus padres terrícolas habían lo
grado extipárselo, tal vez con la ayuda clandestina del mismo
médico que controlaba los caprichosos vaivenes de su apetito y
que le había recetado una cucharada diaria de aceite de bacalao.
Ese pez cuyo hígado destilaba un producto supuestamente sa
ludable, aunque repulsivo, era una de las tantas añoranzas
de Antonio, su padre. Su tío Benito le había traído de regalo,
burlando los controles bromatológicos de la Aduana, varias
planchas de bacalao disecado cuidadosamente envueltas y
disimuladas entre las ropas de la valija. La carne blanca y sa
lada era apenas algo mejor que el aceite. Sin embargo, Anto
nio lo masticaba despacio, saboreando bocado tras bocado.
No era -claro— el bacalao, comprendería Frik, mucho tiempomás tarde. Su padre tragaba el olor del yodo y el salitre junto
a la lonxa donde se ofrecía el pescado, respiraba la luz rever
berante en los balcones vidriados de La Coruña, que devolvían
el resplandor del mar.
Ni aquí, ni allí, descolocada, desajustada, incómoda, Frik se en
tendería siempre a medias con los habitantes de un planeta
ruidoso. En el suyo-presentido, soñado, recordado-todos los
ojos eran transparentes y todas las voces formas disueltas de
un silencio perfecto. Bastaba tocar la mano de otro ser para
adivinar, como en una radiografía incandescente, el preciso
esqueleto de los sentimientos. Pero en este otro planeta, de
ojos velados y contactos torpes, nada de eso era posible, y ha
bía que conformarse con juntar palabras como quien pega la
drillos y argamasa, atolondradamente, para construir a duras
penas una semblanza grosera de espacios interiores tan finos
y complejos como telas de araña.
Sus palabras, por eso, nunca serian éxitos. Sólo el último (o el
único) recurso de una soledad y una pobreza extremas. Con
ellas, encerrada en ellas, Frik se defendía del mundo llamado
real. Pronto las palabras pasaron a convertirse en una casa rela
tivamente cómoda que ella transportaba a cuestas, como lleva
el caracol su cáscara móvil. Bajo el calcio esmaltado y resistente
se escondía una pulpa: un ser blando, sensible, vivo y secreto.Durante años, Frik se acostumbró a asomarse al exterior tros-™
til desde su casa de palabras, con los ojos en la punta de los
tentáculos retráctiles que podían esconderse con facilidad
cuando el más leve roce ofensivo los amenazara. ■
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LOS JUGUETES
DETORRES GARCÍA
JUEGOY CREACION
EN LATINOAMÉRICA
En su deseo de renovar el mundo, los artistas y m ovim ientos
de vangua rdia soñaron una nueva infancia y crearon, para el la,
nuevos jugue tes. En este afán, el uruguayo Joaquín Torres García
fue quizá uno de los artistas más radicales.
POR
Iv a n a Ro i t ber g St r a j i l ev ic h *
*I v«na Ro itbe rg Str ajile vi ch es profesora nacional de pintura (E NB A.PP , 2004), completó la especialización en
Educación por el Arte (I VA , 2008), se desempeña como docente de Artes Visuales desde 2005
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| B O C A D E S A P O |
D O S S I E R
I N F A N C I A S colaborador pues la diversión o juego, para él, consiste
en el ejercicio de su espíritu creador y en la satisfacción
de su afán de conocimiento ”2
Joaquín Torres García observaba a sus alumnos y asus hijos jugar, y descubrió allí el sentido y los destinata-
rios de su proyecto3 "Si el niño rompe susjuguetes, es, en
primer término, para investigar, después para modificar
conocimiento y creación Démosle, pues, los juguetes a
piezas, y que haga lo que quiera Así nos adaptaremos a
su psicología ” Los juguetes necesarios serían entonces
aquellos que sirvieran a los fines didácticos de investiga-
ción psicológica y motriz del niño
Apremiado económicamente, el artista se trasladó
en 1917 junto a su familia, a Barcelona Fue allí que
se embarcó en la empresa de fabricar juguetes para lo
cual se asoció con un carpintero industrial catalán, Fran-
cisco Rambla, que llevó a una escala considerable la
producción de los mismos El artista trabajó dura y afa-
nosamente en esta empresa y sin embargo no consiguió
distenderse en lo económico Su nueva pintura no tenía
un horizonte comercial y con la fabricación de juguetes
no podía sostenerse, el panorama social y político cata-
lán tampoco resultaba alentador El vínculo con susocio
se iba deteriorando en la medida en que el industrial iba
dejando de lado al artista porque ya no le resultaba im-
prescindible para sus negocios ajoa qu ín Torres García
no le queda nada que hacer en BarcelonaEl uruguayo hizo juguetes en Cataluña, en Nueva York,
en Italia, en el sur de Francia y en París donde se estableció
en 1928 Regresó a sus sesenta años a Montevideo para
llevar consigo la posibilidad del desarrollo de un universo
plástico singular, una identidad fundada en la capacidad
de juego, como resultó ser su Universalismo Constructivo
“He dicho Escuela del Sur, porque en realidad, nuestro
norte es el Sur No debe haber norte, para nosotros, sino
por oposición a nuestro Sur Por eso ahora ponemos el
mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nues-
tra posición, y no como quieren en el resto del mundo
La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala
insistentemente el Sur, nuestro norte ”4 Esta expresión
denota el deseo profundo del artista de repensar el arte
y la enseñanza del arte basados en lo que su país de ori-
gen guarda de auténtico, pero enriquecido y con un fuerte
componente de todo lo aprendido en el viejo continente
Su estadía en Nueva York, desde 1920 y hasta 1922,
le provocó un gran impacto visual y produjo un fuerte
interés en sus formas Multidireccionalidad, luces y mo-
vimiento incesante, geometría Estos aspectos urbanos
y modernos de los cuales se impregna cobraron fuerte
presencia en su pintura y en la creación de nuevos jugue-tes, como su novedoso caballito balancín patentado por
el artista en 1922 La ciudad estadounidense que en un
principio le provocó fascinación, le generó más tarde la
aversión al espíritu materialista imperante y al sistema
capitalista que lo gestaba y lo reproducía, el cual se fil-
traba en cada instante cotidiano y que ya desde aquellosmomentos mostraba sus fauces al mundo "El hombre
aquí no piensa, ni se mueve por automatismo propio,
se mueve, quiera o no, al compás de lo demás Se trans-
forma en máquina ”5
Su periplo continuará un par de años en Italia, donde
fue a hacer juguetes para exportarlos a New York A pe-
sar de que la producción de los mismos se hace a una es-
cala menor y más rudimentaria debido a la ausencia de
artesanos formados para ello, Torres García trabaja con
mucho entusiasmo y los juguetes van ganando belleza y
originalidad Al final de la agenda de 1922 escribe "Ya
no voy a pintar más, voy a meter mi pintura en los jugue-
tes Lo que fabrican los niños me interesa más que nada,
voy a jugar con ellos ”6Las peripecias para la comercia-
lización de los queridos juguetes continuarán durante su
estadía en el sur de Francia a pesar de haber ido con un
horizonte de posibilidades, nuevas complicaciones se da-
rán posteriormente durante la estadía en París, en la cual
comenzará a tener protagonismo la pintura, aunque sus
juguetes nunca dejaron de producirse
Joaquín Torres García encontró en la fabricación
de los juguetes la posibilidad de introducir a los niños
en el universo del arte que es, esencialmente, juego Unmodo de conocer el mundo profundamente y lo que ha-
bita en todos lados, la estructura El niño que juega es
materia transformando la materia Opera como lo hace
la naturaleza porque es naturaleza y el artista, que tam-
bién lo es, conoce profundamente las leyes que rigen el
universo de lo visible, siempre discretas pero presentes
Charles Baudelaire define a este hombre/artista/niño7
como un ser pleno, con una profunda comprensión del
cosmos El arte es medio para asir el mundo y la curiosi-
dad motor original En este sentido, los juguetes de To-
rres García resultan dispositivos y motores eficaces para
la exploración y creación porque nacen y se nutren en
el contexto de la experiencia moderna que en aquellos
momentos mira con atención e interés a las primeras ex-
presiones de la infancia, así como a lo más primitivo y
original del arte humano El arte moderno encuentra así
el suelo firme para moverse con libertad en el terreno
de lo diverso “La modernidad es lo transitorio, lo fu-
gitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad
es lo eterno y lo inmutable” #En los confines de aquel
hombreniño que caracteriza Baudelaire podemos iden-
tificar ajoaquín Torres García y su gran arte del juego,
un hombre acompañado por su "ser niño" como por susombra, para el cual todo el conjunto de lo existente re-
sulta sencillamente sorprendente
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I N F A N C I A S MAROSA Dl GIORGIO
DELTEATRILLO DELA INFANCIA A LAS
PERFORMANCES
POÉTICAS
Un recorrido por la obra y los testimonios de la poeta uruguaya a part ir
de su pe cul iar concep ción de la teatral idad y d e la infancia.
LA RAREZA
“¿A vos también te visitan los ángeles?” Al recordar
la pregunta de Marosa di Giorgio, Hugo Achugar1 no
puede decidir si estaba hecha o no con verdadera ino-
cencia La opción es válida, piensa el crítico uruguayo, en
tanto su elucidación permitiría sabersi la poeta distinguía
las estéticas que atravesaban su obra (lo camp, lo kitsch, lo
romántico) y así poder colocar su figura como la “versión
posmoderna de cierta poesía femenina uruguaya” 2
Me interesa retomar esta cuestión, pero en otra clave
La “rareza” de Marosa, si bien se aleja del anecdotario
exotista, se sitúa en la inestabilidad provocada por un
acontecimiento infantil, reticente a volverse parte del
mundo, cuyo relato sustenta una peculiar concepción de
la teatralidad que atraviesa su poesía y sus performancesLa inquietud por su rareza, de hecho, ha sido per-
manente para las distintas personas que la entrevistaron
¿Es cierto que le hablan los ángeles? ¿Qué simbolizan
las hadas? Guando los cronistas de la revista Postdata le
preguntaron qué pasaría si en la avenida 18 de Julio se
presentara una gallina transparente, ella respondió “No
veo la 18 dejulio Y sí, el ave con transparencia, los hue-
vos celestes, rosados y amarillos Y siempre pasa un hada
con un pétalo distinto ”5
Lo que sorprende no es sólo la ausencia de distancia
P OR IR INA G A R B A T Z KY *
miento entre la palabra privada y la poética, sino sobre
todo el énfasis en la literalidad de su visión Ella insiste
no es una metáfora decir que ve gigantes caminando por
el jardín o que las hadas se le presentan, es pura trans-
cripción de una vivencia 4 Entre lo fabuloso y la realidad
no existiría, así, una línea divisoria Dice “Todo es como
un retrato que fuera, a la vez el original ”5
El relato que Di Giorgio repite es el de una revelación
a la que no le ha podido poner un nombre, pero sí una
fecha aproximadamente a los cuatro años “Un día en
el jardín, de pronto, me emparenté con la magnolia”,
“quedé como una testigo, sensible y ardiente, de todas
las cosas” 6
A partir de allí, dice, comienza la continuación de la brecha abierta por el acontecimiento que la dejó pren-
dada a ese fondo de la infancia, ese ser, para siempre,
“la misma niña a la sombra de los durazneros de mi pa-
dre” Nunca más pudo dejar de estar a medias entre este
mundo y otro La Marosa outsidei hizo florecer todos los
estereotipos de su rareza, como el admitir tomar alcohol
en alguna reunión para integrarse, estar constantemente
acelerada o ansiosa por transcribir el fluir del recuerdo,
o ser observada por la gente con fijeza, “como si fuera un
ser bajado de la luna” 7
' Ir i n a G a r b a t z k y es docente de la Universidad Nacional de Rosario y bec ana doctoral de CONIC ET Colabora con artículos y reseñas en diversas
publicaciones como Diane de poesia, Easm amencano y el suplemento "Señales” del diano La Capital Como poeta ha publicado en el volumen El
management enulece al mundo (Clase Turista, Buenos Aires, 2010)
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H A S M M l P
M * s A S ^ T A
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¿ G . W H
habla
“EL TEATRO ES OTRA FORMA DE LA POESÍA"
Aquí es donde debemos reconstruir la trayectoria de
su particular idea de teatralidad Porque el otro relato
recurrente de su infancia es el de las "representaciones”,
los juegos teatrales con la hermana y las primas o los
recitales de ella misma, sola frente a las flores Luego
vendrían las clases de teatro y la participación en un con-
junto teatral durante la adolescencia, pero fue la expe-
riencia de ese teatrillo infantil la que “abrió una zona“,
elaborando una forma particular de escenificación, en la
cual la representación no estaba supeditada a la ficción
Un teatro “innato“, como dice su hermana, o natural,
que hace que cuando se hable de “interpretación” o de
“representación” no importe qué se interpreta o qué se
representa 8
Claro que si se habla de un “representar” sin objeto,
es porque lo que se juega en el teatnto infantil de las her-
manas Di Giorgio es la representación de la vida mismaLos intercambios son bidireccionales, tanto se representa
la vida de los huertos como se utilizan las herramientas
del teatro para vivir Marosa sabía un saber, posible-
mente no sistemático, ni exhaustivo de las ambigüe-
dades entre la autobiografía y la representación, de los
modos de transformar la vida en teatro No es extraño
que inmediatamente después del relato sobre las repre-
sentaciones infantiles agregue
[Nuestros padres] Nos hacían sentir puncesas, muñecas, y con
esa envoltura pasé la escuela, el liceo, el teatro, la desaparición de familiares, los quebrantos económicos, y atravieso la vida.
(2008 658)
El teatro no es más que una proyección externa que
nos cuida de las penurias y con la que atravesamos la
vida Así, en los pocos momentos en los que en Los pa
peles salvajes se menciona el teatrillo de la infancia, no se
refiere la pieza representada sino ese mismo juego de
representar, en el medio del bosque como centro de las
apariciones
Un teatro de la naturaleza, que ilumina un conflicto
con la lengua como herramienta de lo comunicable y de
lo perdurable En el momento de esas obras, siempre
improvisadas, con los vecinos de público y en el medio
de la huerta quienes hablan tienen miedo de no saber
(“yo, siempre, tenía miedo de perder la letra”) y quienes
no poseen lenguaje, lo aprenden (“teníamos algunos ani-
males en el elenco, habían aprendido a moverse en un
escenario, a vestirse, a calzarse, y hasta decían algunas
palabras”) 9Es un teatro lábil que se disipa rápidamenteen el paisaje 10
Pero además, como Josefina, la cantora de Franz
K aflea, la “recitatriz” no comunica más que el propio acto
escénico, el cual se liga al propio acontecer, silencioso, de
lo natural
En mitad de la tarde, delante de los fútales, apareció la recita
dora; (...) . La gente, que se acuclillaba a escuchar, no entendía
bien lo que ella decía, ¿contaba la /listona de cada ser y cada
cosa?, el gusano, la perdiz.Vla rosa, con movimientos senos y
breves, o con una Uve sonnsa de sus labiosfuertemente teñidos de rosa. (2008 509)
En otro sentido, estas representaciones sin objeto
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LA VISIÓN
son el prototipo de lo litúrgico En parte a causa de ser
efectivamente “comedias místicas“, en las que los actores
cambian sus nombres por los de santos,11 pero a su vez
porque toman su modelo de la plegaria, el único “reci-
tal” cuya enunciación, performativamente, no necesitamás objeto que su pronunciación Rezar y recitar enadelante el teatro será el ritual que reitera esta acción derepresentación sin objeto
Mi oficio: rezadora. [...] 1 mamá dijo: -Ven aquí , recitado)a. 1 me tomó como hija, me llevó a casa, me entregó a papá, las
tías, a la hermana y a las primas, que, al mirarme de reojo, me quisieron, y hasta enclavaron un pequeño teatio en mitad
de la cocina, del comedory de la mesa, para que prosiguiese mi
murmimoy oración. 1 yo representaba a la caída de la tarde,
entre retamas, en el silencio, o sobe el almohadón de gatos. (2008 383)
De este modo, cuando Marosa presente sus perfor
mances buscará repetir, más que la certeza o la exactitud
biográfica, ese “espacio cerrado de la representaciónoriginaria, de la archimanifestación de la fuerza o dela vida Espacio cerrado, es decir, espacio producido
desde dentro de sí y no ya organizado desde otro lugarausente ”12
En virtud de la sensibilidad que se busca recuperar, las performances poéticas de Marosa (denominadas por ella“recitales“)13perseguirán las huellas de ese acontecimientode sustracción del mundo, de imantación de la vida No se
representa una obra, se recrea una experiencia
-¿Cómo elaboras tus escntos?
-Mentalmente, quiero decir sin página y lápiz; después, lo digo
en voz alta, para constatar si posee el ntmo debido. Entonces,
lo escnbo.14
La espiral performativa en Di Giorgio tiene al menosdos vueltas Primero, esta precedencia del acto a la escri-tura, el poema que emerge como traducción o memorialde una visión Luego, después del texto, la performanceteatral, en donde nuevamente, como en los juegos de in-fancia, resulta una “representación” sin objeto directo
Allí la poeta no ficcionaliza sus relatos, no los ilustra nilos actúa, sólo “representa”
El mundo de la infancia no retorna en términos deuna mimesis en la que podrían verse ángeles, animales
o escenografías de jardines Di Giorgio lo formula con-ceptualmente, en el sentido de la antifiguración de unaobra, en base a este acto mental que dio la idea a la es-
critura Es decir, si una performance “es como construirfrente al público, construir con la fe, rosas, clavelinas y
repartirlas”,15 o bien, “un nto, un ntual, un reescribirdiciendo [Un] haber encontrado vino de ocultas misas y beberlo envaso de piedras rojas, delante del prójimo”16,efectivamente, liteialmente, en escena Marosa repartirá
claveles o hablará frente a ellos, colocará una copa devino, etcétera Las performances realizan una recreaciónconceptual de sus poemas, basándose en el recuerdo delas representaciones infantiles, a través de una clausurade la representación, un advenimiento literal de las visio-
nes de la infancia ►
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I N F A N C I A S
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I N F A N C I A S
LA VOCALIDAD
Para esto, es lógico que haya venido bien la austeri-
dad escénica una mesa, una silla, una túnica, el cabello
rojo, algún adorno en el pelo, o un collar, los pies descal-
zos, a veces pintados hacia arriba, como venas o raíces,las uñas y los labios pintados de negro y un ramo de rosas
o de claveles Los movimientos también eran contenidos
La vemos de pie, dando el frente o el perfil al público,
sentada en la silla, caminando brevemente por ese pe-
queño espacio, donde arrojaba las flores al final
No obstante este relato conceptual, sus performan-
ces no tenían nada de improvisación ni involucraban al
público de una forma activa Los poemas eran recitados
ngurosamente de memoria, e incluso los movimientos y
los elementos de la escena respondían a una composi-
ción elaborada por la poeta junto a un director teatral,
que después se fue adaptando a los distintos lugares en
donde fue presentada El objetivo, mediante la memori-
zación era hacer aparecer la fluidez, en este sentido, el
entrenamiento teatral de Di Giorgio apuntaba a hacer
ver lo invisible a fuerza de una repetición secuencia!17
Habría que preguntarse por dónde transcurre la tea-
tralidad, ese proceso que se logra alterar del espacio, aun
cuando no se represente una ficción, o no se postule un
escenario clásico 18 Es posible suponer que en la dispo-
sición actoral de la poeta, se intentaba hacer pasar lo in-
visible a través de la propia sustracción Si el perfórmer se
distingue del actor en tanto habla en nombre propio sin plantear un personaje19, no por eso, necesariamente, la
corporalidad que produce coincide punto por punto con
su anatomía Quiero decir, ha de haber acontecimiento
cuando el perfórmer logre disimularse a sí mismo en el si-
mulacro corporal que consigue ¿construir? Gomo en
la peiformance realizada en Saint Nazaire (1992),20cuando
la vemos sentada junto a un traductor que lee sus poemas
en francés, y se alternan las apariciones: ya bien Marosa
se levanta, comienza con su coreografía de movimientos,
las flores, el rodeo a la silla hasta que termina, se sienta
y se calla, mientras el traductor comienza a leer Pienso
¿Son los silencios menos elocuentes que el recital? ¿Oué
se construía teatralmente, aún incluso en la quietud y
en la austeridad escénica, cuando Marosa esperaba su
turno, con la mirada fija en un punto muerto?
Si hay una verdad a la que el actor no debería trai-
cionar es aquella por la cual él se hace partícipe de otro
mundo Lz peiformanee buscaba que el espectador, más allá
de observar sus movimientos de manos, su vestimenta o
sus gestos, la viera viendo un espacio no presente21
| El deseo y la autoridad, el mundo erotizado, el
intercambio de amor, e incluso el placer sexual
vinculado a la religión católica se exponían de un modo
particularmente tenso. \
En la cuidadosa coreografía y los pocos objetos de la
escena, una serie de elementos resultaban sumamente
perturbadores El deseo y la autoridad, el mundo eroti-
zado, el intercambio de amor, e incluso el placer sexualvinculado a la religión católica se exponían de un modo
particularmente tenso la niña siniestra, cuyos detalles del
cabello o del vestido remitían a su universo hogareño,
que conjuntamente desplegaba las uñas pintadas de ne-
gro, los pies con las marcas como si fueran de sangre
El tono hierático se cortaba con la serie de modifi-
caciones vocales que realizaba sobre sus poemas, casi
parodiándolos Quien escuche el GD “Diadema” que
acompaña la edición de Flor de lis y componga una per-
formance imaginaria siguiendo la escucha con la lectura
de los poemas, encontrará diferencias asombrosas 22 Di
Giorgio inventa exclamaciones donde no las hay, (“¡La
hija del diablo se casa!”, es una exclamación que en la
gráfica no existe), baja la voz o canta (“sevaaaa por ahíiii
y es chiquitíiiiito ”), desune las entonaciones esperables
y señaladas por los signos de puntuación Ensancha en el
terreno de la voz el tono de sus propios poemas, o mejor,
los transporta en ella escuchamos los recitados de Del
mira Agustini o de Rubén Darío que tenían lugar en su
casa, la musicalidad del modernismo en el medio de las
huertas de Salto23
La descomposición vocal de la poeta también tiene
que ver con un viraje a la historia y a la infancia
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E L H U M O R
Cuentan sus compañeros del
conjunto Decir , la compañía teatral
de Salto donde participaba en su
ju ventu d, que los pa pe les qu e m ejor
interpretaba, aun cuando sus heroí-
nas preferidas eran las trágicas, eran
los de la com edia 24 Y no nos ex traña
cuando vemos algún registro de sus
performances y sobre todo las versiones
de sus poemas puestos en escena por
Batato Barea o Fernando Noy, que
sus textos terroríficos o solemnes
misteriosamente se nos vuelvan risi-
bles Alain B ad io ir 5 lo explica para
la com edia se trata de la circulacióndel deseo Mientras la tragedia es su
atolladero, su captac ión po r parte del
Estado, la comedia pone a rodar el
deseo entre los sexos, los desencuen-
tra, los ma linterpre ta No se trata
únicamente de ese deseo sin fin que
transita la poesía de Di Giorgio, ni
de las atribuciones sexuales insólitas
a animales o vegetales, sino tam bién
de esas contraposiciones imprevistas
de los gestos lo ani ña do en la vieja,
lo estrafalario, lo rígido, lo escolar,
desm ontaban sutilmente los poemas
escritos, o tal vez los “repre sen taba n”
desde el recuerdo de esas “comedias
de santos” agrestes, que, como en
la tradición barroca, proponían ese
nudo ambiguo entre la hagiografía
religiosa y las vidas de los pecadores
Claro que si los vicios en D i G iorgio
lograran disolverse y convertirse en
moraleja quedaríamos aburridos, o
liberados, y no es esto lo que ocurre(ni siquiera hoy, cuando la vemos a
través de un registro precan o) De s-
pu és de ver sus recit ales sabe mos
que com o público sólo éramo s el ele-
mento necesario para el despliegue
de un espacio lejano No nos hemos
conm ovido hemos sido picados po r
la risa mordaz y siniestra de la niña
Di Giorgio ■1
1 A ch l i g a r , H u g o . "¿Kitsch, vanguardia o
estética camp¿ Apuntes fragméntanos sobre
Maros a di Giorgio” *n Hispamaica, Año 34,
No 101, Agosto 2005, pp 105-110.
2 7Ji4págllO.
3 Entrevista re ahzada por María José
Santacreu y Sol Fichero pai’a revista /b idata,
Montevideo, 19 de mayo de 2000 Publicada
en Di Giorgio, Maros*. No develaras ti
misterio Entrevistas ¡973 -2004, Nidia di Giorgio,
Edgardo Russo y Osvaldo Aguirre (eds), El
cuenco de Plata, Bs As, 2010, pp 115-119
4 Di Giorgio reitera que es una “visitada”
“¿Las liadas^ [ ] Me tocó vivir en un sido
donde proliferaban”, "En mi caso es un don,
anunciado por un ángel con una frase nítida”,
“Sombras que se presentaban No estoy
soñando realmente es así”, "Lo que me decían
los ángeles Pero no quiero ni debo ejqilicar ”
“Habíaun gigante, sólo yo me percaté, rondó el
jardín todo el día”, “[Las hadas madrinas] con
esas faldas flotantes, el cabello largo, la diadema,
los dedos frágiles que cambian las flores Yo vi
vanas” Ibid., pp. 61, 82, 74, 66 y 139.
5 Ibid, pág26
6 Ibid, pág6 7 Se trata de una escena de sustracción del mundo, cercana a una
revelación religiosa, que insiste en diversas
entrevistas “Estaba en Salto, en las chacras,
al pie de un árbol como éste, yo era muy
pequeña [ ] entonces se me apareció [ ]
La Virgen María La Virgen bajó de los cielos
y me pidió que me dedical a a escnbir ” Ver
Courruoise, Rafael. “Maros a aparecida Tres
rosas inmóviles” en Hermes Criollo Año 4, n° 9,
Julio-Octubre 2005, Montevideo, pp 67-68
7 Di Gior gio, ob cit,pá gs 60 y 37
8 Nid ia di Giorg io comenta en una
entrevista re ahzada para este trabajo en Mayo
de 2010 (inédita) “Además, creo que fue un
poco innato también, porque como Marosalo
ha dicho en reportajes, nosotras desde niñas
cuando vivíamos en las quintas temamos un
grupo de teatro ” Y Marosa, en una nota
publicada postumamente en el tomo 11 de la
Coltcción de Escritores Sáltenos (2006), coloca al
teatro como el pnmer deseo vocacional “A
mí me bastó una vez ver una película y ver un
circo para que la imaginación ya aceptara eso
como el mundo propio .. Entonces después de
ver eso se me abnó una zona, además de que
lo de interpretar está en mi me encantaría
ser actriz Y en la adolescencia con mi hermana habíamos elegido eso, que no pudo
ser ” Cfr “Síntesis biográfica de Marosa Di
Giorgio” elaborada por Daniel García Helder,
en Di Giorgio, Marosa. Los papeles salvajes
Edición definitiva de ¡a obra poetica reunida, Adriana
Hidalgo, 2008, pág 661 En adelante todas
las citas referidas a Los papeles salvajes llevan el
número de página de dicha edición
9 Di Giorg io, M. Los papeles salvajes, pág 189
10 "La compañía de Teatro de los Huertos
terminó los ensayos y se disipó un poco [ ] No
sé cuál va a ser el destino de la troupe que ahora
dirijo, todos son mayores que yo y mi remado
parece frágil La noche devoró, totalmente, al
jardín de los nísperos.” Ib id , pp 284-285.
11 "Fue cuando hicimos las comedias místicas,
Isabel, Ins, Nidia y yo. Y a cada uno de los que
venían avemos.se daba un cucurucho de arroz,
margaritas -fritas-, o corales Y ellos aplaudían
rezando vagamente" Ibid, pp 296-297
12 De rri da . Ja cq ue s. “El teatro de la
crueldad y la clausura de la representación" en
La esaituray la á/aencia Anthropos, Barcelona,
1989, pp 318-343
13 Di Giorg^ hacia una distinción entre
lecturas de poesía convencionales y "recitales”
Sólo estos últimos se planteaban como
espectáculo teatral Su primera performance, un
año después de haberse mudado a Montevideo
(1979), recupera este tono infantil en el título
“Juego de palabras” Las menciones que haré
a continuación de sus recitales pertenecen al
espectáculo que armó a partir de mediados de
los ochenta, asesorada por un director teatral,
Aülio Acosta, que primero se llamó El Lobo
y después Diadema, presentado en diferentes
sidos de Montevideo y del mundo Di Giorgio
sabia el guión de memoria, y gracias ala parquedad de su puesta escénica, lo adaptaba a
los diferentes lugares en donde lo presentaba
14 Di Giorgio. M. No develarás el misterio,
pág41
15 Ibid, pág84
16 Ibid, pág 147
17 "-¿Improvisa*-Nunca Todo es de memoria
Si alguna vez da la sensación de que estoy
improvisando, entonces está logrado lo que
pretendí ” Ibid, pág 155
18 Cfr Feral. Jo set te. Teatro, teoriay practica
Mas alia de las /tonteas Galerna, Bs As , 2004.
19 Cfr Pavis. Patrice. Diccionario de teatro
Paidós, Buenos Aires, 2008
20 El registro de la performance se encuentra
en el VH S MDG Écnvam umguayen Hóte
de la Maison des Escnvains Etrangers et des
TYaducteurs de Samt-Nazaire en Sept et Oct
1992, Ville de Samt-Nazaire, Direction de
L'Acoon Culturelle (Archivo Nidia di Giorgio)
21 En este sentido, entre los testimonios de
sus performances, resulta pertinente esta cita
“Recuerdo a Marosa en el escenario de la sala
Batato Barea del Centro Cultural Ricardo
Rojas (donde hasta los últimos años actuó casi
anualmente) de negro, sobre un fondo negro,
descalza, con las uñas pmtadas de rojo y una rosa en la mano No me acuerdo si llevaba
anteojos oscuros, pero sobre las tablas, junto a
ella, había ¡oí caballo S eso fue o no ciato es lo de
matos. Matosa aa una ilusionista con su voz en las
palabras ” Mariasch. Marina. “El sexo de
las flores” en Perfil, 7 de septiembre de 200 8,
Buenos Aires (El énfasis es mío)
22 Cfr Di Giorgio. Marosa. Flor de is CD
Diadema El cuenco de plata, Buenos Aires, 2004
23 Cfr Di Gior gio, Mt develaras el misterio,
pág49
24 Garet. Leonardo. E l milagro incesante Vida
y obra de Marosa d¡ Glorio Ediciones Aldebarán,
Montevideo, 2006, pá g56
25 Badiou, Alain “¿Qué piensa el teatro ” en
Reflexiones sobre nuestro tiempo Ediciones del
Cifrado, Buenos Aires, 2000
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I N F A N C I A S ARCHIVOS DE INFANCIAS
EDUARDA MANSILLA
O LASVICISITUDES
DE LAMUJER PUENTE
Especie de es labón perdido
entre el f ragor de las luchas
intest inas y e l despu ntar del
Estado-nación, la rec iente
reedic ión de sus C u e n t o s (1880)
nos revela no sólo a la primera
cultora d el género infanti l en
el Río de la Plata, s ino además
la existencia de una poética
f a s c i n a n t e c a p a z d e s u b s u m i r
la ant ítes is sarmien tina
c iv i l izac ión/barbar ie.
O b r a s d e P a u l a A d a m o
PO R J l M EN A N ÉS PO LO
Primera cultora del género infantil en Argentina, sobrina y traduc-
tora precoz del caudillo Juan Manuel de Rosas, hermana de Lucio
V Mansilla, esposa del diplomático Manuel Rafael García, amiga de
Sarmiento, de Víctor Hugo, de Laboulaye Cualquiera de las caras de ese
extraño poliedro que fue la vida y obra de Eduarda Mansilla (18341892)
esculpido entre las cabriolas de la política, el despuntar de un Estado en
ciernes y una familia vuelta literatura resulta por sí sola deslumbrante y
aún así, pudorosamente excesiva La lectura de sus textos, relatos y folletines
escritos ya bajo seudónimo masculino, ya en otro idioma, ya en otro país,
deja un regusto extraño, contradictorio, de antinomia encarnada, como si
se tratara de una flor exótica que cuajara su ambrosía destilando raros per-
fumes y venenos
Decir que Eduarda, específicamente su ficción gótica “El ramito de ro-
mero” (1883), bien puede ser leída como “la” precursora fantasmática que
trasunta las páginas borgianas de “El Aleph” no anticipa mucho Decir que
los Cuentos de la selva de Horacio Ouiroga respiran al compás de sus fábulas
infantiles pareciera que tampoco es suficiente Decir que su escritura de-rrapa, desborda por los siete costados y sus fisuras, como si no llegara nunca
a cuadrar del todo en los límites que la misma autora se autoimpone con sus
llamamientos a la civilidad y las buenas costumbres, y en esa tensión irre-
suelta, entre la letra (anormal) que fluye y la normalidad que en todo tiempo
reclama, no pudiera más que llamarse al silencio dejando, a su paso, un
vacío que hiere antes de morir compromete a sus deudos a que no reediten
sus libros y encima, al poco tiempo, se extravía un gran arcón con numerosos
textos inéditos
Desterrada del canon1junto a otras escritoras argentinas del siglo XIX
(comojuana Manuela Gorriti ojuana Manso, por ejemplo), si bien su figura
comienza a ser rescatada en los últimos años del siglo XX, la demorada cir-culación de sus textos la ubica en un lugar incluso más problemático cuando
observamos que, en vida, Eduarda Mansilla fue quizá la mujer argentina
más ilustrada e influyente de su tiempo
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UNA JAULITA DORADA
El volumen de sus Cuentos infantiles reúne nueve textos y un prólogo ti-
tulado “Una palabra al lector” donde Eduarda expone su concepción del
género, el porqué de la publicación y los referentes europeos que encumbra
como antecedentes de su novedosa empresa De esta manera asegura “Si
lo hice bien o mal, no me incumbe a mí decirlo, solo he intentado producir
en español, lo que creo que no existe aún original en ese idioma es decir el
género literario de Andersen ”2
La Fontaine, Andersen, la condesa de Segur y Laboulaye3son así explíci-
tamente invocados No obstante, la profusión de citas y referencias eruditas
a la historia universal, la constante mención a personajes históricos, de la
cultura y de la actualidad (que tan bien rastrea y repone Hebe Beatriz Mo-
lina en la edición anotada que manejamos) desquicia de raíz su “modesto”
objetivo de "Vivir en la memoria de los niños argentinos!” (sic)
Para que nos entendamos: o bien Eduarda asume el “género” de manera
laxa, o bien este llamamiento debe leerse como ironía o sagaz captatio benevo
lente de una artista dispuesta, como el lobo de “Caperucita” de los hermanos
Grimm, a comerse mejor a sus lectores En todo caso, Eduarda sabe que parallegar a los niños, pnmero debe conquistar a sus madres, y confiesa sin más su
celo “¡Cuál ha sido mi objetivo al componer estos cuentos? (...) Penetrar en
el hogar por la puerta mágica de la fantasía, y que las madres encuentren en
mis cuentos con qué reemplazar esos hoy olvidados, que en mi infancia con-
taba yo a mi anciana abuelita ”(94) Y más adelante “Casi con envidia veía
el entusiasmo con que esas inteligencias [sus hijos], esos corazones que eran
míos, se asimilaban sentimientos e ideas que yo no les sugería, y más de una
vez traté de cautivar a mi turno con mis narraciones al grupo infantil ”(95)
Pero detengámonos en el diminutivo “abuelita”, y a su vez en el hecho
de que no era la abuelita la que contaba los cuentos a la niña, sino al revés
Observemos además que para la fecha en que se publica este libro, Eduardaera ya una venerable “abuelita” que no sólo había dejado a su esposo, sino
también a unos cuantos de sus hijos y nietos en Francia, para venir a dis-
putar cuerpo a cuerpo un lugar en las letras patrias Podríamos trasquilar
| ...o bien Eduarda asume el
"género"de manera laxa, o bien este
llamamiento debe leerse como ironía
o sagaz captatio benevolentiae de
una artista dispuesta, como el lobo de
"Caperucita"de los hermanos Grimm,
a comerse mejor a sus lectores. \
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todas las páginas del volumen en la precisa observación
de la cantidad de diminutivos que lo puntean y quizá, sin
demasiada sorpresa, concluiríamos en que no siempre
esos diminutivos colaboran en la creación de un clima
infantil, más bien todo lo contrario Veamos por ejemplo
el comienzo del relato que abre el libro, intitulado “La
Jaulita Dorada”
Había una vez cieita jauhta dorada, que desde el día en que
52 salió de la fábrica que le dio forma, se lo pasaba descontenta,
fastidiaday triste.1
En vano la picardía se sabia bonita y coquetamente adornada
con graciosas campamtas rojas como la flor del granado, que
realzaban a las mil maravillas su capuchosa estructura de pagoda chinesca.
“¿De qué me sirven estas galas?, decía. “El tener un enrejadito
búllante, lujoso, un pisito reluciente...”(...) La más profunda
melancolía abrumaba a la pobre jauhta. Cierto es que en el
almacén había un muchacho de unos doce años, que miraba
continuamente a la preciosa pagoda con gran admiración y ve
hemente deseo de llamarla suya. Feto aquella maravilla valia
doscientos pesos, y Camilo, que era muy pobre, se contentaba
con pasarle el plumero delicadamente, admirarla en secreto y
devorar con ávidas miradas el portento.
La jaulita, a decir verdad, leía en el pensamiento pobre de Ca
milo, que, tal es el don de todas las jauhtas doradas; pero es
fuerza confesarlo, no simpatizaba con su admirador.
(97-98)
Gomo se sospechará, la felicidad que añora lajaulita
es la de poder enjaular a un lindo canario que, luego de
apresado, es comido por un taimado gato que la hunde
en la más terrible pena Pero en efecto, algo hace ruido
en este relato y en los sucesivos. Algo chirría en estas
estructuras que pretenden ser estables, absolutamente
correctas para el rol de educadora y “ángel del hogar”
asignado a la mujer en la época, pero que al fin, cualconstrucción a la que se le han volado algunas tejas, ter-
mina enrareciendo todo el libro Gomo era de esperarse,
los primeros en caer en la cuenta de ello son sus mis-
mos contemporáneos Así, luego de publicado el libro
aparece en el Amano Bibliográfico editado por Alberto
Navarro Viola una crítica lapidaria que ni siquiera la
bendición/sah/ataje de parte de Sarmiento4 puede inva-
lidar^ que le achaca a la autora "incorrección” y “mal
gusto” f resulta de bastante mal gusto, recargado, en-
cabezadas las páginas con angelitos de libro de misa y
sobre todo, impreso en feo tipo y con tal incorrección ydescuido que raya en lo increíble”5) Puede que lajaulita
dorada "ejemplar” de la época fuera Julia o la educación.
Libio de lectura para las niñas (1863), de la educadora Rosa
Guerra volumen organizado como un diálogo entre
madre e hija que incluía, además, un "Resumen de las
reglas de urbanidad” o El recreo de las niñas: Preceptos,
ejemplos morales, propios para la educación de las mujeres (1855,
1864 para la edición argentina), del chileno Luis Ver
dollin Gon todo, es preciso distinguir la idiosincrasia
de estos y otros textos que, a diferencia de los Eduarda,
difundidos bajo la esfera pedagógica ligada a la política
de promoción y obligatoriedad de la educación, fueron
la malla disciplinadora oficial de la infancia y juventud
de la época 6
“Virtud y trabajo” son entonces los altos valores in-
vocados Los mismos que el positivismo romántico de
Augusto Gompte había reservado para la mujer en el pa-roxismo de su “Religión de la Humanidad”, encumbrán-
dola en verdadero “ángel de la guarda” que auguraría
el triunfo del espíritu positivo sobre la tierra, al conciliar
en su seno las necesidades afectivas e intelectuales de los
hombres7La figuración de la maternidad como extrema
realización psicofemenina que puede observarse en los
textos de Eduarda debe ser pensada como culminación
de ese paradigma de pensamiento que, curiosamente,
puede rastrearse luego en la reflexión de otra feminista,
de cuño “extrañado”, como Lou AndreasSalomé 9Las
consideraciones de Eduarda vertidas en distintas cola-
boraciones realizadas en este período porteño, en El Na
cional, La Ondina del Plata, La Nación o La Gaceta Musical
comulgan con aquéllas esbozadas años después por la
musa inspiradora de Nietzsche, Rilke y Freud en “Re-
flexiones sobre el amor”, “Erótica”, “El ser humano
como mujer” Veamos por ejemplo un artículo publi-
cado en el diario La Nación, en 1883 (“Educación de la
mujer”):
lo lo confieso, a tiueque quizá de arrancar ilusiones a algunos
de mu amigos: no soy partidaria de la emancipación de la mu
jer, en el sentido de creer que ésta podrá luchar con el hombre en el terreno de las ciencias y en su aplicación profesional
Pienso que la naturaleza ha dispuesto las cosas de otra suelte,
y que la que está destinada a llevar en su seno al que más tarde
ha de set un hombre, hállase por ese hecho mismo, no digo a la
altura de este último, sino más aniba.
Ambas, Eduarda Mansilla y Lou AndreasSalomé
comparten, en efecto, un malestar con la causa femi-
nista, el malestar de mujeres que, siendo muy influyentes
en su época, no se reconocían en un discurso que ponía
en escena la subalternidad femenina, y desplegaban portanto un aparato retórico capaz de presentar como vir-
tud o valor aquello que el discurso androcéntrico abier-
tamente denostaba
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CABEZA DE ALFILER
Para poder entender la peligrosa excentricidad de
Eduarda, quizá sea preciso observar la representación
idiosincrásica que se hace de la mujer en otros textos
de época, por ejemplo las novelas Pot-poum (1 881) y Sin
nimbo (1885), de Eugenio Gambaceres9
(...) estos demonios de miga es tienen cintas cosas que nos en
gañan, aunque ellas mismas no quieran engañar (PP 111)
¡Urraca encenada en jaula de oro, sin darte cuenta de la in
dignidad de tus manejos, quino hacerte el favor de suponerlo,
espías inquieta r agitada el momento en que la mano incauta de
tu mando te abra las puertas para volar a las tejados vecinos...
(PP 118)
La limitación estrecha de sus facultades, los escasos alcances de su inteligencia incapaz de penetrar en el dominio profundo
de la ciencia, rebelde a las concepciones sublimes de las artes,
la pobreza de su ser moral, refractario a todas las nociones
de justicia y de deba, el aspecto mismo de su cuerpo, ¿(...)
no revelan claramente su destino, (...) no estaban diciendo a
gritos que a a un ser consagrado al amor esencialmente, casi un
simple instrumento de placer, creado en vista de la propagación
sucesiva y cr eciente de la especie? (SR 137)
Con su estilo de juanete bufonesco, conversacional,
de "musicante infeliz que se presenta en público con elsombrero en la mano y cuyo solo delito consiste en haber
escrito una farsa, en haber compuesto un potpourri en
el que se canta clarito la verdad", Gambaceres despliega
como estrategia ñccional el lugar del causer provocando
un revuelo mayúsculo que, a la distancia, no hace más
que evidenciar los dos grandes sujetos que aterran a la
sociedad "bienpensante” de la época la mujer indepen-
diente y el inmigrante La literatura de Gambaceres es
un claro tapiz del mundo del ochenta y su moral escin-
dida entre el prostíbulo irredento y la "jaulita dorada” la
transgresión de las pautas sacras de la familia purgadas
por la batería médicobiologicista de la época, mientras
que en la mujer resultaban condenatorias, en el hom-
bre se presentaban con el ejercicio de una sexualidad de
conquista atributo necesario del poder y la autoridad
Pero si, como señala Andrés Avellaneda, Gambaceres
termina por defender los ideales y formas de vida de la
alta burguesía, que a su vez concluye por aceptarlo comoescritor10, la discreta manera de Eduarda de mantenerse
al margen o de llamarse al silencio, frente a la prolifera-
ción escriturante de sus contemporáneos, exige hoy a la
crítica un ejercicio reflexivo mayor
Pero el enrarecimiento arriesgábamos de estos
textos pretendidamente infantiles (que se hacen cargo,
por cierto, del cliché falocéntrico de su época de menos-
preciar a la mujer presentándola como una infante per-
petua) se evidencia en la recurrencia de los diminituvos
y de un tema, el de la maternidad No por casualidad,
dedica los relatos a sus hijos o suponemos a otros "ni-ños” próximos de su entorno, teledingiendo sutilmente
la enseñanza brindada en cada apólogo “Tiflor”, por
ejemplo, está dedicado a Rafael (que es el nombre del ►
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tercer hijo de Eduarda), “Pascua” a Eda y Manuel (como se llamaban sus
dos hijos mayores), “Chinbrú” a Daniel (su cuarto hijo) y “Nika” a Eddie yGharley (sus hijos menores) No obstante, es preciso apuntar que lo que dife-rencia a estos relatos de otros del género es la focalización narrativa, es decirel punto de vista que articula la historia, que la más de las veces se centra enla mirada del “menor” y en el gran arco semántico que esta palabra recorre(infante, mujer, indio o esclavo) y que sólo se suspende al final, con el remate pedagógicomoral que cierra los cuentos
54 Veamos uno de los relatos más logrados del conjunto, “El alfiler de ca- beza negra”, dedicado a un misterioso “Km ” Esta vez el protagonista de lahistoria es un alfiler, que metonimicamente refiere a la costura, una actividadligada al ámbito femenino sobre la que incluso Eduarda reflexiona en el
artículo anteriormente citado 11Ésta es la historia de “un alfiler de cabezanegra así comienza el cuento, a quien se le había metido en su escasa ca becita negra y redonda, que era bonito, muy bonito y con mucho superiora sus hermanos alfileres como él, pero no pretenciosos y vanos” El alfileren cuestión habitaba un papel en la vidriera de una mercería, rodeado de botones de nácar, relucientes tijeras y ovillos de hilo Contra lo que podríasuponerse en una lectura apresurada del texto, la moraleja del relato estádispuesta más que a condenar las ambiciones de este alfilercurioso ante-cedente del “Cabecita negra” (1962) de Rozenmacher^, a estigmatizar elhecho de que el mismo abandone y olvide sin más a sus hermanos, es decira sus pares, para subirse al bello sombrero de raso de una dama de alcurniay observar desde allí el poético paisaje de la diferencia “¡Cuán feliz estaba elvanidoso, que creía ver plenamente justificadas sus pretenciosas miras Cierto pensaba yo valgo lo que mis hermanos no valen,y con razón nunca dudé de la suerte
feliz que me esperaba!"
Su final es por tanto doblemente ejemplar La caída al piso, la pérdida desu brillante cabeza “donde la luz bailaba juguetona y caprichosa”, su deveniren atroz juguete de un niño mimado que lo utiliza para flagelar a una mari-
posa rota antes de ser barrido por una escoba, resignifica en clave infantil lastensiones que atraviesan todos los textos de Eduarda
Pero es preciso insistir estos relatos exudan un tufillo que va de la anorma-lidad a la excentricidad revulsiva Y esa revulsividad se asienta, en parte, en elhecho de enarbolar a una jaulita o un alfiler en personajes centrales del relato
mimatunzando problemáticas que son ya sociales, ya de género, para vaciarlas del pathos trágico y circular del mito y convertirlas en juguetes puestos al servicio delos niños (como se recordará, para Baudelaire, el alma del juguete es aquellaque los niños pretenden apresar cuando lo destruyen) Según señala GiorgioAgamben, el carácter esencial del juguete se encuentra en su capacidad de sus- pender diacrònica y sincrónicamente el sentido (un juguete, en tanto miniaturización, sólo puede comprenderse en su carácter temporal reponiendo ese “unavez” y ese "ya no más” que en tanto objeto diácrónico/sincrónico condensa),el juguete, al fragmentar, tergiversar o miniaturizar el pasado lo presentifica, lovuelve pura temporalidad humana 12Por tanto, como materialización radicalde la historicidad contenida en los objetos, el juguete opera de ahí su poten-
cia en un doble movimiento de clausura y apertura continua
M U Ñ E C A R O TA
Es el Platón de Las Leyes, el do-
lorido testigo de la corrupción de la polis que con minuciosa pacienciadibuja la imagen de un estado ideal,quien propone la fórmula para des-terrar la decadencia una legislaciónsena y la educación del ciudadanodesde la infancia El juego, en la perspectiva platónica, es mimesis y práctica de la vida seria, y cumpleuna función paidética es el instru-mento más eficaz de la educación y
la vía más placentera para educar alciudadano Para Platón no hay juegosin leyes y la aceptación de las reglasde juego crea una comunidad lúdicaque es modelo y maqueta de un or-den acaso perfecto
Desde esta plataforma de pensa-miento, no sorprende observar que el
juguete privilegiado en la formaciónfemenina haya sido históricamente lamuñeca y que la condena moral des-
plegada, por ejemplo, en el cuento“La Paloma blanca” esté centrada enla niña que juega a juegos varoniles yque la narradora llama una y otra vez“Machona” No obstante, superadaya “La Jaulita dorada” en las prime-ras páginas del libro, Eduarda tam-
poco habilita aquí el cliché Hay una“mamita” ideal que es rubia, tienerizos, carita y gestos de ángel, perono sólo está lisiada sino que es “Joro badita” y así por tanto la llama, la
Jorobadita, entonces, juega a las mu-ñecas, cuando la Machona le rompela que más quiere, muere Todo elrelato está consecuentemente dis-
puesto sobre la transformación de lamachona en mamita, en la condenade su virilidad y en la necesidad deque la institutriz (Miss James y todaslas maestras a las que interpela en lasúltimas líneas del cuento), es decir elentorno educativo, la acompañe en
ese proceso
| La maternidad para Eduarda es la experiencia de lo inefable, la matriz de sujeción y de-sujeción de la psiquis femenina:
una experiencia que, siendo intraducibie e inclasificable, se vuelve en su obra, una y otra vez relato. \
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Sin embargo, en esa anormali-
dad nominativa que puntea el texto,
se manifiesta un sino grotesco, en-
tre trágico y bizarro, que termina
desquiciando la misma ortodoncia
disciplinar que intenta desplegar
La maternidad para Eduarda es la
experiencia de lo inefable, la matriz
de sujeción y desujeción de la psi
quis femenina: una experiencia que,
siendo intraducibie e inclasificable,
se vuelve en su obra, una y otra vez
relato.Si en Pablo o la vida en las pampas
(novela publicada en París en 1869
y traducida por su hermano Lucio
V Mansilla para el diario La Tnbuna
en 1870), por ejemplo, se proponía
en principio describir el paisaje, las
formas de vida y costumbres del
gauchaje, explicando a los franceses
su público de entonces la tensión
civilizaciónbarbarie, es curioso ob-
servar al finalizar las casi doscientas
páginas, que la autora termina esbo-
zando un tratado de las pasiones en
la que no sólo se asume lo primitivo
como propio de lo nacional, sino que
la gran heroína de esa historia de
amor termina siendo, precisamente,
la madre Una madre que luego cal-
zarse un pañuelo en la cabeza corre
tras su hijo para intentar salvarlo de
la absurdidad de una muerte anun-
ciada Gomo señala María Gabriela
Mizraje13, hay un destino fatal queen Argentina empieza a trazarse en
el siglo XIX para llegar a su máximo
grado de criminalidad y desespera-
ción en el siglo XX y que en la vida
en las pampas se anuncia como orá-
culo trágico en esa “loca de la Plaza"
que sólo vive para recordar a su hijo
muerto
Con todo, esta pulsión hiperbó-
licamente maternal de la autora es
preciso comprenderla, una vez más,en su tiempo y circunstancia La rea-
lización de su mismo matrimonio fue
vivido como un hecho político de al
cance nacional que, en los hechos, se materializó en el pedido por parte
de los cónyuges de que sus apellidos fueran desde entonces un solo bloque
inseparable en “GarcíaMansilla" confluían así las dos líneas antagónicas
que habían violentamente escindido, hasta el momento, al territorio del Río
de la Plata (“los García, diplomáticos y juriconsultos, liberales, rivadavianos,
unitarios y amigos de lo extranjero, y los Mansilla, militares, federales, nacio-
nalistas y desconfiados de todo lo foráneo"14)
Anteriormente observamos que otro elemento de anomalía en estos re-
latos es el modo en que se manifiesta o imparte el saber El cuento “Bimbo"
narra el amor de una niña por su perro o mejor dicho el perfecto amor de
un king charles por su ama (“Quién podrá medir jamás el cariño de un perro!
Oué pasión podrá luchar con esa abnegación incansable, con esa dedicación
de todos los instantes, con esa constancia a prueba de ingratitud, de ausen-cia y aun de muerte!”, 135), pero para presentar la donosura del perro la
narración se detiene, por ejemplo, en un cuadro de Van Dyck, o recuerda al
personaje bíblico Job para graficar su miseria, o menciona el pensamiento
de Fourier y la creación de sus falansterios cuando observa la figura de un
“sirviente mal entrazado"15
En los cuentos de Eduarda, la narración salta con naturalidad del Rey
Lear de Shakespeare a comentar por ejemplo la elemental sencillez de
la reina Isabel de España, a quien Eduarda y su familia visitaban habitual-
mente en París, luego de que ésta se exiliara en Francia para abdicar a favor
de su hijo, Alfonso XII Un ámbito selecto de relaciones, un saber atizado
por una curiosidad excesiva y una capacidad extraordinaria para expresar
con natural liviandad aquella distinción simbólicocultural que por cuna le
ha sido dada he aquí el terrero ludico sobre el que Eduarda despliega ese
plus de saber que puntea con recurrencia sus textos
Johan Huizinga señaló en Homo ludens que la cultura surge del juego, es
juego y se desarrolla jugando, a partir del estudio de las sociedades arcaicas
sobre las que acopió abundante documentación, afirmó incluso que la vida
comunitaria “se juega": el derecho, la poesía, el culto, la guerra, la danza y la
música inclusive nacieron según el historiador holandés como formas de
competencia noble y fue a través de ese espíritu lúdico que se desarrollaron y
perfeccionaron 16Con todo, un recorrido veloz por los dos mil años de vida
occidental le arrojan la certeza de que en el siglo XIX se producen los últi-
mos estertores del juego en tanto función motora del proceso cultural Así,la formación de clubes clandestinos y el gusto por los salones, típico del siglo
de las luces, sus asociaciones literarias y la afición por las sociedades secretas
serán los últimos vestigios de esa matriz lúdica que occidente, en el siglo pos-
terior, con su ideal utilitario de bienestar burgués terminará encorsetando en
la noción de “niño" y en los dispositivos disciplinares que con ella se impone
Asumir la voz del infante y trasladar a y por ella ese saber excesivo que
porta, le permite a Eduarda desquiciar doblemente el deber ser asignado a
la/s figura/s del subalterno, impuesto por las relaciones de clase, género y
demás Todo lo que pertenece a la esfera del juego ha pertenecido alguna
vez a la esfera de lo sagrado, pero al mimatunzar conflictos y disponerlos en la
lógica del juego, Eduarda potencia la capacidad lúdica de acción de los suje-tos lectores (los destinatarios de sus relatos), desbaratando el ámbito estanco
de la repetición impuesta por la lógica ceremonial del rito, para recordarnos
una vez más que el tiempo y la cultura son asuntos enteramente humanos
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N E G R O S , IN D I O S Y L E N G U A R A C E S
El relato “Chinbrú" despliega, en este sentido, múl-
tiples referencias culturales enmarcadas esta vez en la
teoría evolucionista y el "sistema educacionista ameri-
cano"17 En diálogo con el relato "El alfiler de cabeza
negra", el cuento narra la historia de un mono que a
causa de "aspiraciones de una esencia más elevada"
(114) abandona a sus hermanos y "deserta de su fron-
doso timbó” (116), su árbol natal Si bien por homofonía,
parece ligarse a los monos churucos que habitan mayor-
mente el Perú (también conocidos como choros o coron
56 gos), este “macaquillo” com o lo llama cariñosamente
la narradora que incluso en este cuento irrumpe en pri-
mera persona (“Pero cuán lejos estoy de Chinbrú, y el pi
carillo aprovechando de mi distracción, salta, que trepa,
trisca que huelga ” 116) vivía en los tupidos montesdel Gran Chaco gozando de una ilimitada libertad que
sólo llega a valorar cuando la fatalidad lo convierte en la
simpática mascota del “Signor Gian Battista Regnano",
que lo castiga a diario y apenas lo alimenta “Látigo y
hambre, qué dos palabras para levantar un mundo de
monitos y aún de chiquillos!"(l 19) El relato se demora
en la descripción de todos los sufrimientos de ese monito
que no puede más que danzar sus miserias al son de la
musiquita patética en las que se cifran las nueve lunas de
su existencia Pero es un niño quien, paradójicamente,
detiene la canción de sus quimeras y pesares cuando
inocente le arroja un durazno al intentar tomar la fruta
para saciar su hambre inmensa, Morino com o lo llama
su amo recibe en pleno espectáculo el guascazo final
que termina con su vida Es preciso apun tar que el ma -
caco vistió hasta el trágico día de su muerte un vistoso
traje de seda amarillo, con galones de plata que exage-
raban sus dimensiones y realzaban su "talla mezquina”
(123) el traje era, por supuesto, una réplica exacta del
traje que usaba en su juventud su dueño.
Casualmente, el último cuento que cierra el libro se
llama “Tío Antonio” y tiene como protagonista a un
esclavo negro Es imposible no leer el texto (fechado en
1879) sin recordar de inmediato la novela La cabaña del tío
Tom (1852), de la norteamericana H am et Beecher Stowe
más aún cuando comprobamos que para la fecha en la
que esa novela alcanza su pico de influencia (se calcula
que luego del primer año de publicada ya había vendido
300 000 ejemplares), Eduarda estaba en Estados Uni-
dos acompañando a su marido Efectivamente, en 1860
García es comisionado para estudiar las características y
el funcionamiento de la justicia norteamericana, es de-
cir que la familia GarcíaMansilla vive de cerca el esta-
llido de la Guerra de Secesión El cuento de Eduarda,
en sintonía con la autora abolicionista, se centra en lahistoria de un esclavo africano maltratado por sus amos,
que termina abrazando el amor cristiano y la fe, para
convertirse en ejemplo de beatitud y bondad La novela
de Beecher Stowe sale a la luz en fechas en que Estados
Unidos era uno de los pocos países que seguían admi-
tiendo la esclavitud legal y contribuyó en su momento
a profundizar el debate y concientizar a los lectores res-
pecto de las atrocidades del sistema esclavista Gomo se
sabe, la esclavitud en el Río de la Plata fue abolida mucho
tiempo antes (la Asamblea del año 1813 dicta la "libertad
de vientres" y en 1853, con la vigencia de la Constitución
de la Confederación Argentina, queda abolida definitiva-
mente), por esa razón Eduarda fija la acción del relato en
las inminencias del período revolucionario, exponiendo
claramente el hecho de que los esclavos liberados luego
debían sumarse a las filas del ejército patno El relato
“Tío Antonio" se viste, entonces, con trajes facturados so-
bre la misma vocación redentora y salvífica de la escritora
norteamericana, pero le imprime un sello propio A los
rasgos de estilo anteriormente expuestos para caracteri
1 Rica rdo Rojas, por ejemplo, en su paradigmática Historia de la literatura argentina le dedica sólo dos p aguí as en las que menci ona algunas
de sus publicaciones {Historia de la litaahua eugcntina Ensayo filosófico sobre la
evolución de la cultura en d Plata 9 vol Buenos Aires, Guillermo Kraf t, 1960)
En 1959 Ro be rto G ius d (“La prosa de 1852 a 1900” en Hstona dela
literatura argentina Ra fae l A lbe rto Ar rie ra, dir Vol III Buenos Aires,
Peuser, pág359438) califica de “inconsistentes ficciones románticas” a sus
relatos, a fines de los sesenta >• comienzos de los años setenta, en la Histona
de la literatura argentina del Centro Editor de Amenca Latina se apunta
apenas la existencia de la autora
2 Mansi l la de G araa . Eduarda. Cuentos (1880) Edición anotada a
cargo de Hebe Beatriz Molina. Buenos Aires, Corregidor, Ediciones
Académicas de Literatura Argentina, 2011, pág93
3 So phi e Ro sto pc hin e. Condesa de Ségur (17991874), escritora
de ongen ruso, quien escribe una veintena de novelas y una colección
de cuentos, entre ellos Lespetites filies modele (¡858), Les malhews de Sophie
(1859), finare Blense1(1862), Le GeneralDourahne (1863) Ed uoa rd R ené
Le feb vre de La bou lav e (18111883), político e historiador francés, muy
influyente en su época, amigo también de Sarmiento, autor además de
Contes bleus (1863) yMuveaux contes bleus (1866) pa ra niños Es recordado por ser el inspirador de la idea de ofrecer u na estatua que representar a
la «Libertad >a los Estados Unidos y por insta urar en Francia la libertad
de la enseñanza superior H an s C hriszia n A nde rsen (18051875),
autor danés que adquiere rápidamente prestigio internacional gracias
a sus cuentos para niños, entre los más conocidos se destacan “Den
standhafhge Tinsoldar” (“El soldadito de plomo", 1838), “Den lille
Havfrue" ("La siremta”, 1835), “Tommeh se" ("Pulgarcita", 1836) y “Den
gnmme .Elling” ("El panto feo", 1842)
4 Para ahondar en la relación Eduarda Mansilla Sarm iento, ver el
trabajo de M an a Ro sa Lo jo: "Sarmiento crinco literario y promotor
de mujeres escritoras su lectu ra de Eduarda Mansilla” en http / /b ib
cervantesvirtual com/FichaObrahtmPRcf=35893&portal=339
5 Anuano Bibliográfico de la República Argentina II, Buenos Aires, 186C
(www Cervantes virtual com)
6 A lloa tti. No rm a. "Cuentos y lecciones Textos para niños
decimonónicos en Argentina” en Ocnos Revista de Estudios sobre Lectura 3
Buenos Aires, 2007, pá§91102 H eb e B eatriz M olina. Ob cit
7 Cfr Kola kow ski. L. La filo sojia positivista Madn d, Cátedra, 1979, cap III
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zar la escritura de Eduarda, hay que agregar ahora el uso
proliferante de palabras provenientes de otros idiomas
(inglés, francés, italiano) que, al azar, se entremezclan en
la narración junto a un registro del habla de época
Es el mismo Lucio V Mansilla18quien se encarga de
dejar constancia en Mis memorias del talento natural de su
hermana para "hablar en lenguas” Así y todo, hay una
escena rescatada por biógrafos e historiadores que nos
muestra a la niña Eduarda oficiando de traductora entre
dos figuras más que relevantes de la política internacio-
nal de entonces el presidente argentino Juan Manuel
de Rosas y el conde Alejandro ColonnaWalewski, hijo
de Napoleón y representante del rey Luis Felipe ante la
Confederación Argentina, enviado especialmente a Bue-
nos Aires para intervenir en el conflicto que determinóel bloqueo francés, en 1845
A partir de esta escena capital, Graciela Batticuore
aborda la totalidad de la obra de Eduarda para ver en
ella su fuerte rasgo “mediador” “Traducir América para
los europeos es lo que intenta Mansilla en El médico de
San Luis y todavía más en Pablo ou la vie dans les pampas.
Pero también explicar a los argentinos las costumbres y
los hábitos de la realeza europea en Lucia Miranda o las
delicias y fealdades de una nación moderna y en todo
diferente a su patria de origen en Recuerdos de viaje ”19En
esta misma línea de reflexión, María Rosa Lojo observa
la extrema capacidad de Eduarda de traducir lenguas y
culturas, “sin rechazo chauvinista m admiración por lo
extranjero”, talento que según la crítica desembocaría
en la afirmación de una voz autoral única en su época
En la edición anotada de la novela Lucia Miranda (pu-
blicada como folletín en el diario La Tribuna en 1860), Lojo
rastrea distintas fuentes en busca de la presencia de ese re-
lato mítico en que los indígenas se levantan movidos por el
deseo de posesión de una mujer blanca, para distinguir el
singular aporte del texto Según explica, la primera men-
ción de esta historia aparece en La Argentina manuscrita de
Ruy Díaz de Guzman, reaparece en la Argentina de Mar-
tín del Barco Centenera, y sufre sucesivas reelaboraciones
en la voz de los historiadores jesuitas en los siglos XVII y
XVIII y en la Descnpción e Historia del Paraguay de Félix de
Azara La singular reescntura del mito de Lucía Miranda
vendría a explicar, entonces, de un modo absolutamente
novedoso la violencia interétnica desencadenada en la
Conquista, colocando a la mujer en la peligrosa frontera
que comunica ambos mundos La versión moderna de 57
Eduarda resulta, así, no sólo fundadora sino excepcional:
portadora de una educación fuera de lo común, la mu-
je r se convierte en la gran intérprete del “Otro”, envía
de comunicación y mediación entre el mundo “salvaje”y el mundo “civilizado” Según María Rosa Lojo, la re-
elaboración de este mito en un protagonismo activo por
encima de la función épica virilde la mujer en tanto edu-
cadora, mediadora entre mundos, alienta la formación de
un linaje mestizo donde no solo se entretejen los cuerpos
sino también las culturas:o
Este esfuerzo de generar puentes entre las sociedades,
las personas y las lenguas, puede observarse, entonces, a
lo largo de toda su obra y más aún en los relatos infanti-
les aquí analizados La excentricidad de Eduarda, su in-
sistente manera de enrarecer de múltiples modos el texto
para ingresar al mundo de la infancia y de la subalter
nidad, no sólo cuestiona el pensamiento hegemómco de
la clase dirigente e ilustrada de su tiempo sino también
las férreas premisas del proyecto civilizador occidental,
del que también era parte Con sus relatos infantiles, sus
excesos e incluso sus mismas contradicciones, Eduarda
intenta algo más que introducir en estas tierras un nuevo
género Puede que aún no hayamos comprendido total-
mente su gesto ■
8 C f r L o u A n d r e a s S a l o m e . E l erotismo B a r c e l o n a , J o s é J O a ñ e t a
Edi to r , 1998
9 C a m b a c e r e s . E u g e n i o , ft t- ñ u n i M a d r i d , H i s p a m é n c a , 1 9 8 4 ( PP)
Sn rumbo Bu e n o s A i re s , H u e m u l , 1 9 8 5 (SR)
1 0 A v e l l a n e d a . A n d r é s . “ E l n a t ur a li sm o y E C a m b a c e re s ” en
Capitulo Historia de la tita atura argentina T om o I I , Bs As , C 'edal , 1968
11 S e g ú n H e b e B e a t r i z M o l i n a ( ob a t ) , l a e sc r i to r a r e c u r r e al lí
i n s i s te n t e me n t e a l c o n c e p t o d e l e y n a t u r a l p a r a f u n d a m e n t a r s u s j u i c io s , y
a l a ve z q u e d e ñ e n d e e l l u j o o l a s u n t u o s i d a d c o n r a z o n e s t a n t o h i s t ó r ic a s
c o mo p o l í ti c o e c o n ó m i c a s , c e l e b r a e l h e c h o d e q u e l a c o s t u r a s e a f u e n t e
d e t r a b a j o d i g n o d e “l a mu j e r d e l p u e b l o “ M o l i n a s e ñ a l a q u e e s te t e m a
p ro v o có en la é p o c a n u m e r o so s d e b a te s , n o o b s ta n te , re c ié n a p a r ti r de
1 9 0 0 se e s t a b l e c e n i n s ti t u to s s e c ú n d a n o s d o n d e l a s mu j e r e s h a b r á n d e
e s t u d i a r c o r s e t e r ía , h e c h u r a d e s o mb r e r o s , e n c a j e s , b o r d a d o s e t c V e r
a d e m á s L i r t l e , C y n t h i a J . “ I X E d u c a c i ó n , f i la n t r o p ía y f e m i n is m o
Pa r t e s i n t e g r a n t e s d e l a f e m i n e i d a d a r g e n t i n a , 1 8 6 0 1 9 2 6 ” e n L a v r i n .
A s u n c i ó n . Las migan latinoama icarias M é i a c o , F G E , 1 8 8 5
1 2 A g a r a b e n . G i o rg i o . Infancia t listona Bs As , A dn ana H idalgo , 2003 .
1 3 M i z r a j e . M . G a b r i e l a . “ E s tu d io p r e h mi a r y e d i a ó n c r ít ic a ” en :
M a n s i l l a d e G a r c i a . E . Béla o lapida ai las pampas Bs As C ohhueBN, 2007
14 G a r c í a M a n s i l l a . D a n i e l . Visto, oid»y recordado Apuntes de un
diplomático argentino Bueno s Ai res , Kraf t , 1950 .
1 5 “ p a r a e s as f a e n a s d is g u s to s a s q u e t a n t o p r e o c u p a b a n a l b u e n
Fo u n e r e n la d i s tr i b u c i ó n e q u i t a ti v a d el t r a b a j o e n s u f a l a n s t e r io ”
M a n s i l l a , E . “ B i m b o ” e n Cuentos O b c i t , p á g 1 4 3
16 H u i z i n g a , J o h a n . Homo ¡udens Bu e n o s A i r e s, E m e e é , 1 9 6 8
1 7 “ N o h a y m a e s t r o c o mo e l d o l o r , s i l a s m a d r e s n o f u e r a n m a d r e s ,
c u á n t o n o a l c a n z a r í a n d e s u p r o l e c o n e l si s t e ma d e l e d u c a c i o n i s t a
a m e r i ca n o H o r a c i o M a n n , q u e t a n t o r e c o m i e n d a e l l á ti g o [tvenfot
gtrls) ” [Cuentos O b c i t , p á g 1 19 ) H o r a c e M a n n ( 1 7 9 6 1 8 5 9 ), p r o p u l s o r
d e l a e d u c a c i ó n p ú b l ic a n o r t e a m e r i c a n a , a m i g o p e r s o n a l d e S a r m i e n to
18 M a n s i l la , L u d o V. Atis memorias Buen os Ai res , E l A teneo , 1978
19 B a t t ic u o r e . G r á d e l a La miga romantica Lectoias, autoras y tsaitotas en
la Argentina ¡830-1870 Bu e n o s A i re s , E d h a s a , 2 0 0 5 , p a g 2 8 3
2 0 L o j o , M a r i a R o s a . “ I nt ro d u c ci ón ” e n M a n s i l l a . E d u a r d a . Luaa
Miranda M a d r i d , I b e r o a m e r i c a n a F r a n k f u rt a m M a m V e r v u e r t, 2 0 0 7.
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C U E N T O
LAS ESTRELLASSEGÚN REYp o r M a r c e l o D a m i a n i *
Marcelo D a m i a n i (Córdoba, 1969)
Escritor, periodista cultural y profesor
universitario Ha publicado Adiós, piquiña
(1995), El sentid» di la uda (2001), Ehstgats
(2003), El opas di sobtavar (2005), j4Z jií7» í apunta
sobrt mi madre (2007) y El tfteto lib a tilla (2010)
Su blog es m m eloficio bloeppot com
Reynaldo, al principio, era simplemente Rey. Reinaba, soberano y autárquico, sobre sus
padres, tíos, abuelos y amigos de la familia sin ningún tipo de obstáculos u oposición.
Sólo tenía que emitir un sonido gutural y cansino y señalar el objeto de su deseo para
que su voluntad fuera cumplida inmediatamente. La vida, en esa época, consistía
en individualizar la forma de las cosas que pululaban a su alrededor y luego tomarse
el arduo trabajo de decidir si las quería ahora o después. Seguramente ahí estaba la
clave para comprender su temprana fascinación por el cine, aunque él solía quejarse
de que había llegado al séptimo arte bastante tarde. Su madre recién lo había llevado
por primera vez a una sala poco tiempo antes de cumplir los 4 meses, a los 111 días
de vida, para ser exactos, y esto, por supuesto, hablaba de un irrecuperable tiempo
perdido. Además, con el desfile infinito de imágenes en pantalla, el pequeño Rey
había descubierto el fenómeno de la decepción. Los sonidos guturales, los señala-
mientos espasmódicos y ni siquiera los más desaforados llantos parecían suficientes
para detener el flujo de los objetos deseados y rápidamente perdidos para siempre
en ese tragaluz del infinito. Era como estar en medio de un incontrolable huracán
de estímulos que lo zamarreaba de un lado a otro sin ningún tipo de compasión.
Rey sentía punzantes destellos de placer, pero como si simultáneamente estuvieran
sumergidos en una turbulenta corriente de dolor. Esto parecía destinado a acabar
con su capacidad de asombro, y también con sus energías, ya que después de estas
verdaderas sesiones de tortura terminaba agotado. Así, cada salida al cine dejabadiezmado su poder, y por un tiempo, lo convertía en un bebé apático y meditabundo,
albergando grandes sospechas sobre la autenticidad de su reinado. Poco a poco, no
obstante, las cosas retomaban el cauce de la normalidad, y él volvía a ejercer su po-
der tirano sobre todos los seres que lo rodeaban. Paralelamente, su deseo devolver
al cine se acrecentaba, para probar de nuevo su fuerza frente a ese rival que lo ten-
taba con objetos que luego escondía o tan sólo hacía desaparecer, sin que mediara
ningún tipo de lógica o notificación. Mientras más tiempo pasaba entre película y
película, por otra parte, más seguro estaba que esta vez podría controlar el flujo de
imágenes a su antojo. Pero cuando volvía a la sala oscura las cosas seguían escapán-
dose irremediablemente, y su madre, en vez de facilitarle lo que le pedia, como sin
duda era su trabajo, lo sacaba del lugar a los retos, única opción razonable frente asus gritos y pataleos imberbes, por lo menos hasta que su garganta se cansara de
chillar y todo su cuerpo fuera vencido por el sueño. El cine se convirtió así en su peor
enemigo. ►
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El nacimiento de su hermana, el aprendizaje del alfabeto y la
aparición de nuevos y mayores obstáculos para mantener su
reinado en el palacio familiar, sin embargo, le dieron la opor-
tunidad de aparentar cierta indiferencia ante ese monstruo
que siempre se mostraba tan impermeable frente a sus cadavez más dudosos poderes. Luego, como esos enemigos cuyas
vidas terminan dependiendo de la lucha que han entablado,
empezó a quedar subyugado por las imágenes. Su magia lo
arrojaba fuera del mundo. Muchas veces, como un magro
intento para descubrir su mecanismo, solía repasar mental-
mente las mejores partes de las películas que lo llevaban a
ver, buscando el truco que lo había hecho caer en su red. Así
cayó en el fetichismo. Por medio de fotos y muñecos trataba
de apoderarse de determinados rostros o personajes que
sin embargo no dejaban de demostrarle su carácter esquivo
y huidizo. No importaba todo lo que tuviera, siempre había
algo que escapaba a su podeq así comprendió que las cosas
no eran para nada parecidas a sus imágenes. Tal vez por eso
no sintió que los poderes estaban balanceados hasta que em-
pezó a relacionar lo que pasaba en la pantalla con determina-
das palabras que iba aprendiendo día a día, y que parecían tan
destinadas como las imágenes a llenar de sentido ese fluir de
acontecimientos que era su vida. El punto de inflexión, cuando
imágenes y palabras se enlazaron para siempre, sucedió en un
autocine, en las afueras del último autocine que quedaba en la
isla; ahí descubrió el secreto de las estrellas.
Su familia acababa de llegar a la ciudad y Rey ya tenia muchos
recuerdos felices de otros autocines y otras noches de veranocontemplando películas al aire libre. Claro que a veces lo más
interesante era el espectáculo del cielo y las estrellas, por lo
que a él no le costaba demasiado cambiar de pantalla y que-
darse dormido con esa sensación placentera de ser una parte
importante del universo. Su familia, desde que él tenía me-
moria, había vivido en una gran casa en las afueras de Colo-
nia. En los veranos, cuando el calor se tomaba insoportable,
tenían la costumbre de dormir en el patio del fondo. Era uno
de los pocos casos en que Rey disfrutaba mucho de todos los
preparativos previos al gran acontecimiento. Por lo general,
la noche empezaba con un asado hecho por su padre, sin pos-
tre y con el presentimiento de lo que se avecinaba; Rey ha-
bía notado que sus padres utilizaban estas cenas al aire libre
para escudriñar el cielo en busca de nubes sospechosas. Varias
veces los había sorprendido la lluvia en medio de la noche, y
más allá del buen humor con el que se tomaban el imprevisto,
a nadie le gustaba que le estropearan el sueño de esa forma.
A veces incluso usaban el olfato de su perra para dirimir el
asunto. Ella era una doberman despierta que odiaba la lluvia,
y por lo tanto, cuando la olfateaba, coherente consigo misma,
no se acercaba al patio por ninguna razón, ni aunque la tenta-
ran con los más jugosos pedazos de carne. Rey amaba a esa
perra. Había sido su compañera de juegos y exploraciones
antes de que llegara su hermana, y su madre nunca se can-
saba de repetirle que los dos habían nacido el mismo día. Pero
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Rey no encontraba tan notable esta coincidencia como la de
su nombre: La Negra era negra. Parecía una estupidez, pero
para él era algo muy serio. Les había preguntado varias veces
a sus padres, juntos y separados, para constatar sus versiones,
quién la había bautizado; Rey, como todo Rey, era un monarca
muy desconfiado. Al parecer, el nombre se lo había puesto un
veterinario desconocido: Rey hubiera querido preguntarle por
qué lo eligió, dado que todos los doberman que conocía hasta
ese momento eran negros. ¿No se prestaba a confusiones?
¿Cómo se daba cuenta uno cuál era precisamente La Negra?
¿Sería posible que a nadie se le hubiera ocurrido antes ponerle
este mismo nombre a otra doberman? ¿O acaso no les impor
taba? ¿La gente pensaba bien las cosas antes de hacerlas?
Esta era la razón por la que siempre elegía a su perra como
personaje principal cada vez que en el colegio le pedían que
escribiera una composición con tema libre. Pero sus maestrastampoco entendían la importancia del asunto. Rey sospe
chaba que había muchas cosas que los adultos no compren
dían o que no querían comprender deliberadamente. Aunque
lo que sí parecían haber entendido era que La Negra nunca se
equivocaba cuando se trataba de predecir la lluvia. Así, des
pués que sus padres se convendan de que esa noche no iba
a llover, mientras levantaban la mesa, justo antes de ir a ver
televisión o directamente a acostarse, aparecía la esperada
pregunta: “¿Quién quiere dormir afuera esta noche?" “¡Yo!
¡Yo!", gritaba su hermana, y Rey cruzaba una mirada llena de
sobreentendidos con su perra. Entonces salían corriendo a
buscar los trapos que había hecho su madre para poner sobre
el césped. Una vez acomodados, llegaba el tumo de los col
chones, tarea exclusiva de los hombres de la casa; las mujeres
se encargaban de las sábanas, ios cubrecamas y las frazadas,
por si refrescaba demasiado durante la noche. Por último, los
espirales, aerosoles y cremas para protegerlos de los mosqui
tos. Rey era siempre el primero que se acostaba y el último en
dormirse, como si tuviera miedo de perderse el espectáculo
de la noche estrellada. Cuando sus padres se acostaban, Rey le
preguntaba a su madre dónde estaban La Cruz del Sur, LasTres
Marías, Las Siete Cabrillas, El Lucero del Alba, y por supuesto,
su planeta favorito: Mercurio. Él sabía perfectamente dóndese encontraban, pero nunca se cansaba de preguntar, como si
necesitara de una nueva confirmación de su saber adquirido
luego de tantas noches de dormir afuera. Tampoco se con
tentaba con identificar los grupos de estrellas que ya conocía,
sino que también trataba de buscar formas nuevas en el délo.
A veces le parecía ver barcos, caballos, perros, trenes y árbo
les; o incluso dragones pareados al lunar que tenía en uno de
sus brazos. Siempre trataba de compartir sus hallazgos con La
Negra, único integrante de la familia al que podía despertar
en medio de la noche sin recibir un buen reto. La Negra abría
un ojo estoicamente, miraba hacia el punto que le señalaba su
amo, emitía un suspiro de asentimiento, y se volvía a acomo
dar a su lado para seguir durmiendo. Eso era vida.
Esas noches fueron lo que más extrañó cuando tuvieron que mu
darse a la capital. Su familia ahora vivía en un pequeño depar
tamento sin patio, no tenían auto y ni siquiera se podían dar el
lujo de ir al cine. Rey no sólo añoraba el hecho de quedarsedormido mirando las estrellas, sino también -sobre todo- ir a
ver películas al aire libre. Por eso empezó a escabullirse los sá
bados a la noche con la excusa de ir a bailar, cuando en reali
dad iba al autocine con la esperanza de encontrar un agujero
en el alambrado o entrar a escondidas gracias a algún des
cuido de los vigilantes. Pero nunca tenía suerte. Así llegó a co
nocer muy bien todos los alrededores del lugar, y una noche
descubrió un árbol desde el que podía ver toda la pantalla gi
gante. Era cierto que no podía escuchar nada, pero encontró
divertido tratar de leer los labios a los actores, y además, mu
chas veces los gestos o las miradas decían más que todos los
diálogos del mundo. Una de las mejores imágenes que recor
daba, esa que le permitió descubrir el secreto de las estrellas,
era la de una mujer de belleza inolvidable; nunca supo su nom
bre, o quizá lo olvidó a propósito para guardar mejor su re
cuerdo. Ella acababa de cometer un acto atroz, vengativo,
imperdonable, y sin embargo, uno no podía dejar de disfrutar
de sus rasgos perfectos y de su perfecto pelo negro. La ima
gen que nunca podría olvidar era la de ella mirando al frente, a
su amante, a la cámara: A él; sus ojos verdes relampagueando
en medio de la noche mientras el fondo oscuro de la pantalla
se fundía con el cielo estrellado. Entonces descubrió el se
creto; entonces comprendió por qué a algunas actrices les decían estrellas. ■
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Post Scriptum
LA FLOR DEL PARAÍSO
S i un hom bre atravesara el Paraíso en un sueño,
y le dieran un a fl o r como prue ba de que ha bía estado allí,
y si a l desp enar encontrara esa fl o r en su mano... ¿Entonces, qué?
Samuel Taylor Coleridge
El Ciudadano (1941) de Orson Welles comienza con la muerte del protagonista y varios flashbacks mostrando sus obras, los signos
que él ha ido dejando de su paso por el mundo, los mismos que el periodista no sabe leer durante su investigación trunca. Todos
esos signos parecen apuntar y condensarse en el ya famoso Rosebud: El nombre del trineo que Kane tenía en su niñez, prove-
niente del ingenio con que Welles había bautizado el pubis de su novia. Pero ¿qué es Rosebud ? Un capullo, un proyecto de flor (o
de placer), el símbolo con el que Kane evoca su infancia perdida (y Welles su pequeña muerte), el último viaje mental a través del
tiempo (antes déla muerte real). ¿Estará Welles citando a Coleridge?Tal vez no puede dejar de hacerlo, ya que el cine es la mejor
máquina para viajar en el tiempo que ha inventado el hombre. Y Charles Foster Kane es el hombre que ha cruzado el paraíso y ha
traído, como prueba de su estadía en él, la flor marchita de su infancia (llamada Rosebud). Tal vez, como sugiere el periodista al
final de la película, ninguna palabra pueda explicar la vida de un hombre, aunque quizá si puede arrojar cierta luz sobre su deseo.
Citizen Kane es así un viaje a la semilla en busca del tiempo perdido, y los espejos que reproducen ad infinitum las imágenes finitas
de Kane no hacen más que señalar, soterrada, fantasmal, fugazmente, el carácter de su avance hacia atrás, hacia el pasado, hacia
las posibilidades ya esfumadas de su vida, a la caza de ese espejismo evanescente que es el paraíso perdido de su niñez, cifrado
en el nombre de un añorado trineo de madera que no sólo ya no se deslizará nunca más por la nieve, sino que además terminarásus días consumido por el fuego.
I B O C A D E S A P O |
D O S S I E R
I N F A N C I A S
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I B O C A D E S A P O | E N S A Y O
LA
LITERATURA
COMO SPOTHoy, que el capitalismo ha complejizado
extremadamente nuestra relación con las
fä 64 mercancías, es preciso discriminar los modos
en que el arte es capaz de transformar los
bienes de consumo en concentrados de
absoluto. En este artículo se analiza además
aquella literatura que asimila el discurso
publicitario en sus estructuras profundas,
reproduciendo sus códigos, retomando su
vocación tranquilizadora.
“Aq utllo que no somos capaces de
cambiarlo debemos, al menos, describir.**
R W Fassbinder
p o r G i a n l u i g i S i m o n e t t i*
T R A D U C C I Ó N D E D I E G O B E N T I V E G N A
‘G ian lui gi Si m on et ti (1973) vive en Roma y da clases de
Literatura Italiana contemporánea en la Universidad de
L'Aquila Se dedica fundamentalmente al estudio de la poesía del
siglo XX y de la narrativa postm odern a Textos suyos han sido
publicados en revistas como M u l i Ai gomena, Allegoria, JtaÜamstica y
fbeòy magagne Es autor, entre otros, de Dopo Montale Le Occasioni e
¿a poesia italiana del secondo Mouecento (Lucca, Pac ma Fazzi, 2002)
L
os semiólogos explican que la marca es un nom-
bre propio que funciona como un dispositivo de
sentido éste transforma los objetos que designan“en algo diferente y más rico de aquello que son en tanto
puras mercancías”1 Acostumbrada desde siempre a tra-
ficar con los nombres, la literatura se ha apropiado de
ese plusvalor, utlizándolo como una metáfora Ya en los
años 30, F R Leavis tomaba en consideración la hipó-
tesis de que la Biblia, Shakespeare y Milton estaban a
punto de ceder su lugar a la prensa, el cine y la publici-
dad2, hoy, muchos años después, cuando el capitalismo
ha ido complejizando nuestra relación con las mercan-
cías, y la publicidad ha ido colonizando mucho más
profundamente nuestro imaginario, con mayor fuerza el
arte puede transformar los bienes de consumo en con-
centrados de absoluto Las implicaciones simbólicas del
marco alimentan así el “vocabulario emotivo” de ese
realismo de la irrealidad mediática y merceológica sobre
la que se están concentrando los esfuerzos de muchos
escritores actuales 3
En este artículo, más que en la literatura que se sirve
de la publicidad, y de las mercancías, como tema, me
parece interesante centrarme en la literatura que mira
hacia la posibilidad como forma No la literatura que descube, que evoca la publicidad y las mercancías, sino más
bien en la literatura que se asemeja, hoy, a la publicidad,asimilando el discurso publicitario en sus propias estruc-
turas profundas, reproduciendo sus códigos, retomando
su vocación tranquilizadora
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1 El debate sobre literatura y publicidad tiene una
larga tradición Recordemos, por ejemplo, los análi-
sis sobre los lenguajes de los medios (Barthes), o, por elotro, las contribuciones que defienden el arte del asalto
del enemigo, esbozando una teoría crítica de la cultura
de masas (Horkheimer y Adorno) Cualquiera sea la
aproximación, la confrontación se ha valido de las mu-
chas homologías entre los dos polos, sobre todo, de los
numerosos contactos históricos entre discurso literario y
discurso publicitario, a partir incluso de los orígenes de
la imprenta4, luego, de la naturaleza retórica de los dos
discursos, su riqueza figurativa, sus objetivos persuasi-
vos La literatura “alta” crea personajes individualizados
e inconfundibles, en especial cuando forja con precisión
personajes, el marketing, sobre todo, en las llamadas
campañas “de producto”, esos que llama roles temáticos,
personajes llanos, “tipos”, máscaras de fácil reconoci-
miento, que proponen al consumidor identificaciones
inmediatas, fáciles en tanto prefabricadas Un soneto de
Mallarmé y el jingle de la cera de zapatos Warren (lo cita
Dickens en el Circulo ñacick )5son, los dos, versificados y
rimados varía, evidentemente, la profundidad y la am-
plitud del proyecto formal Resta el hecho de que, tanto
en la fictwn literaria como en la publicitaria, hay siempre
dos fuerzas entramadas la seducción y la manipulación
La segunda no funcionaría sin la primera con ella, sa-limos de nuestra realidad para entrar en una dimen-
sión ficticia y consolatoria que estamos más dispuestos
a creer, sea eso la descripción de un círculo infernal, el
viaje de un caballero a la luna o un detergente que deja
la ropa más blanca El lector que toda obra de arte que
se respeta intenta arrastrar hacia ella se encuentra puesen una posición de credulidad y de hedonismo distinta
de la del espectador de un spot, sobre todo si pensamos
en el modo en que actúa la nueva publicidad Si entre los
siglos XIX y XX la publicidad ha intentado desmarcarse
de la tiranía de la palabra escrita, y emanciparse de la in-
fluencia de la literatura, el adceiUsing postmoderno tiende
a incorporar la estética en la economía, a desmateriali-
zar el objeto, a espiritualizar el mensaje, acercándose de
este modo a la función del arte. Guando Barilla se refiere
a la “casa” “Donde está Barilla, está casa” no exhibe
una cualidad de sus pastas, ni siquiera un posible uso de
su producto, quiere en cambio convencer al consumidor
de que cambie su propio punto de vista, alterando su
sistema de valores “Consumir no es comprar, es soñar”6
Sin embargo, ¿hacer soñar, reforzar valores, cambiar
la ideas de la personas no son también, y desde siempre,
algunos de los objetivos de la literatura? El hecho es que
el discurso publicitario, y en particular el spot, presen-
tan, desde un punto de vista semiótico, una configura-
ción no sólo retórica, sino más precisamente nmratwa,
comparable con la de la narración literana Y es justa-
mente el buen funcionamiento de la secuencia narrativa
lo que otorga fuerza e incisividad a la manipulación delspot, el que hace creíbles, espectaculares y divertidos sus
juegos con la fictior No es casual que tanto la teoría lite-
raria como el marketing hayan recurrido a la fórmula de ►
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| B O C A D E S A P O | E N S A Y O
| El debate sobre literatura y publicidad tiene una larga
tradición: por un lado, los análisis sobre los lenguajes de
los medios (Barthes); por el otro, las contribuciones que
defienden el arte del asalto del enemigo, esbozando una
teoría crítica de la cultura de masas (Horkheimer y Adorno). \
los “mundos posibles”7 para describir respectivamente
el funcionamiento de la novela y del spot. Ante uno y
otro, se nos invita a enfrentar un mundo alternativo pero
coherente y a llenar una cierta necesidad de sentido, en
ambos casos somos convocados, por medio de dispositi-
vos retóricos, a una identificación que nos moviliza emo-
tivamente8 Gracias a este cortocircuito, la experiencia
estética que vivimos en tanto lectores y consumidores
no constituye algo exterior y mecánico, sino que se trans-
forma en un ejemplo capaz de tocarnos en profundidad
y, eventualmente, a hacernos cambiar de idea Y es por
ello, todavía, que la conocida teoría girardiana del deseo
triangular o mimètico, puesta enjuego en el ámbito de
la novela y luego aplicada a la tragedia, puede ilustrar
muy bien el mecanismo de las campañas publicitarias,
cuando, a través de una puesta en escena, nos pidenque deseemos aquello que desean otoos El creativo, como el
novelista, administra el mecanismo del deseo según el
otro ("le gusta a la gente que gusta”), ambos saben que
el deseo no es jamás autónomo, sino que éste siempre es
inducido Pero mientras el primero debe ocultarle al con-
sumidor esa verdad desagradable, el segundo justamente
intenta develarla, hacer del desenmascaramiento uno de
sus aspectos cruciales En la oscilación entre deseo y pla-
cer que toda campaña publicitaria y toda obra de arte
organizan, el creativo atribuirá siempre la última pala-
bra, y la victoria final, al placer, entendido si no como sa-
tisfacción al menos como potencia del deseo La novela,
por el contrario, nos dice que el placer es irrealizable y
que de las espirales del deseo no se sale jamás
2 Llegamos a un punto crucial que involucra no ya
las analogías sino las diferencias entre literatura y pu-
blicidad Esta última tiene el imperativo de insistir en
axiologías de tipo eufórico, ponerse al servicio de las
mercancías la obliga a ser positiva, y esta obligación le
obtura el acceso a una parte consistente de la realidad
Una de las pocas reglas rígidas del anuncio veta aquello
que los creativos llamas negatole approach significa que enuna campaña se puede hablar mal solo de la competen-
cia, se puede ser agresivo, violento y traumáticos sólo en
la “reserva” de la publicidad social (cuando es necesa-
rio estigmatizar los comportamientos negativos, como
drogarse, beber, estuprar, etc , donde de todos modos
no está enjuego el dinero de las empresas) Pero publi-
cidad social y comparativa siguen siendo experiencias
acotadas, excepciones que confirman el principio según
el cual las representaciones en los textos publicitarios
deben moldearse sobre la base de una actitud eufórica
Sabemos en cambio que en la literatura, y sobre todo
en la novela, el conflicto lo es todo dada la naturaleza
inclusiva y totalizante del arte, ningún proyecto de obra
podría soportar una clausura con respecto al mal y al do-
lor, carburante necesario para cualquier representación
completa Lo que privilegia el arte es, pues, una ntom-
zactón timica, una dialéctica de bienestar y malestar que
se pone al servicio del conocimiento y, en consecuencia,del lector El negadle approach, decretado en publicidad, se
transforma en literatura en un instrumento muy potente
de certificación de lo verdadero
El punto de vista de un spot es siempre optimista y
unívoco su deontología tiende a que un mensaje publi-
citario tenga un único significado El poeta, en cambio,
y sobre todo el novelista, apuesta fundamentalmente a la
ambivalencia La publicidad nos impone límites, el arte
nos invita a superarlos, la primera nos mantiene alejados
de los monstruos, el segundo sugiere que los monstruos
somos nosotros
Desde esta perspectiva, la publicidad, mucho más
avanzada tecnológicamente que la literatura, exhibe to-
dos sus límites expresivos El anuncio tiene ante todo la
obligación de comunicar, es decir, de desarrollarsegún
la expresión de los semiólogos “prominencia percep-
tiva” Ello explica además por qué la publicidad puede,
pero no necesariamente debe, poseer un estilo específico
Es más, en publicidad el estilo corre el nesgo de transfor-
marse fácilmente en molestia, si se lo adopta con plena
libertad el exceso de forma puede, en efecto, ofuscar el
otro parámetro que la publicidad está obligada a respe-
tar siempre y en todo lugar el de la plena comprensibi-lidad del texto
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JL“
|... tanto en la fiction literaria como en la
publicitaria, hay siempre entramadas dos
fuerzas: la seducción y la manipulación. La
segunda no funcionaría sin la primera... |
3 El primero y más relevante de los caracteres es-
tructurales del spot publicitario es la tianrceisalidad Tex-
tos publicitarios aparecen en televisión, en el cine, en la
radio, en internet, en la prensa en general, en los espa-
cios urbanos e incluso en nuestros hogares La transver
salidad permite que el mensaje publicitano importe a un
medio de comunicación módulos provenientes de otros
medios acumulando energía semiótica del extenor y vol-
cándola al interior Y eso es posible gracias a otro aspecto
estructural la heterommia del texto publicitario, el para-
sitismo de sus formatos, su estatus de perenne huésped
de soportes diferentes, su necesidad de "apoyarse sobre
algún otro texto”3, bajo alguna forma de inserción Y
es el límite físico de la inserción la extensión de los así
llamados "negros” en una transmisión televisiva, el perí-
metro de la página en un diario, etc lo que condicionalos tiempos, los espacios, en fin, los modos y la forma del
spot, no por nada la rapidez y la concisión son otras im-
portantes características del discurso publicitario
La transversalidad, la modularidad y la velocidad
representan no sólo las cualidades instrumentales nece-
sarias para todo anuncio, sino también el modelo expre-
sivo que sigue buena parte de la estética contemporánea
en busca de una aprestación formal eficaz y adecuada
para el presente. Un óptimo ejemplo nos lo da la na-
rrativa de Alessandro Baricco, que se cuenta entre los
primeros narradores italianos que realiza un trabajo de-
cidido en esa dirección En Seda (1996), intenta asimilar
algunas técnicas del discurso publicitario (además del
cinematográfico y del televisivo) un óptimo ejemplo de
literatura que imita a la publicidad en la simplificación
que impone a los caracteres, en la velocidad, en la ausen-
cia de tiempos muertos, en la dosis adecuada de escenas
matrices y golpes de escena, en fin, en la concisión Algo
por el estilo se podría afirmar de otras prosas narrativas
(Aldo Nove, Isabella Santacroce, Tommaso Labranca,
Tiziano Scarpa) que en los últimos años han empren-
dido caminos en ciertos puntos análogos, persiguiendo
narraciones sucintas, rectilíneas, carentes de obstáculos Nos hallamos ante una literatura de tipo popular, si
no trivial, de género y de consumo Al pretender amalga ►
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8/15/2019 Revista Boca de Sapo 9
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marse verdaderamente con la publicidad y aprovecharse de
las ventajas semióticas que ella posee, la literatura debe
renunciar a una parte importante de sus propias ambi-
ciones cognoscitivas, se la insta, dicho metafóricamente,a vender el alma al diablo, siempre que se acepte la idea
de que el alma de la literatura resida, como hemos di-
cho antes, en la capacidad de desarrollar libremente
conexiones, simetrías, ambivalencias Con todo, la escri-
tura que sigue el modelo de los spots publicitarios debe,
por un lado, renunciar a la complejidad y ambigüedad
a la que desde siempre aspira la literatura, abdicando de
toda hipótesis que implique conocimiento completo, por
otro lado, debe adherir al proyecto de disolución de la
realidad en la irrealidad sobre el que los nuevos medios
aliados fieles a la publicidad están trabajando desde
hace tiempo
4 El escritor italiano más funcional para el diseño de
una “literatura publicitaria“ es probablemente Federico
Moccia No es casual que surja como director y luego se
transforme en autor televisivo no proviene de la litera-
tura, sino que llega a ella desde experiencias diferentes,
que luego utiliza para cambiar el rostro de la literatura
misma
Observemos de cerca la fórmula de Scusa se ti chiamo
amore (Perdona si te llamo amor, 2007) y
de su, continuación, Scusa se ti voglio
sposare (Perdona si me quiero casar contigo, 2009), que forman un
díptico orgánico, tengamos
en cuenta también Amore 14
(Amor 14, 2008) y Ce?casi
Mki dispeiatamente (Se busca
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a Mki desesperadamente , 2007), que será considerado una
suerte de spin-off y de precuela de la saga10 Agreguemos
que la publicidad es también uno de los temas de la serie,
y que es justamente la realización de un spot de éxito elque corona el amor de los dos protagonistas
Lo primero que llama la atención en estos libros es su
carácter ideológicamente compacto Gomo en la publici-
dad, los contenidos son sólo contenidos eufóricos y positi-
vos y se organizan en torno a un valorclave de suprema
importancia para el consumo la libeilad “No quiero tener
límites”, declara programáticamente Carolina, la joven
císima protagonista de Amore 14 (AMO, 12), “Necesito de
mi propia libertad, amplia y completa, sin ningún límite
de ningún tipo” (SVS, 522), piensa Niki mientras deam-
bula en su scooter por las calles de Roma (libertad pen-
sada y, al mismo tiempo, actuada, es decir, vivida en un
gesto concreto) No se trata de un superficial parentesco
con la ideología libertaria del anuncio, sino de una inte-
gración conciente en ella Como en White noise de DeLi
11o, también en Moccia los personajes repiten el claim de
las marcas, “como el nombre de una antigua potencia
celeste grabada en signos cuneiformes sobre una tabla”11
Pero aquello que en DeLillo es parodia de lo religioso, en
Moccia es un eficaz choque espiritual
En el "mundo posible” creado por Moccia “nada
es imposible”, no obstante la fatiga de lo real ha sido
absolutamente anulada (mientras que “en los libros deVerne no hay nada completamente imposible”, escribe
Gramsci en sus apuntes sobre la novela de folletín12) La
arbitrariedad que rige en el mundo del trabajo y de la
producción en las novelas de Moccia no hay nunca mar-
ginados, nadie tiene problemas de trabajo y de dinero,
el paisaje social es ocupado en parte por una burguesía
media que viven en libertad y precisamente “sin límites
de gasto” (SVS, 176) rige igualmente, y sobre todo, en
la esfera de las relaciones humanas, y en particular, de
los sentimientos Moccia celebra a menudo la libertad
del amor, esto es “la cosa menos libre que existe”, como
bien sabe todo escritor realista 13Oue una muchacha de
diecisiete años se ponga de novia y luego se case con un
hombre veinte años mayor no le genera a nadie ningún
problema, ni siquiera a él mismo, que además estaba a
punto de casarse con una mujer de edad En efecto en
Scusa ma ti vogho sposare los tres mejores amigos de Alex,
todos casados, son abandonados por sus mujeres en el
arco de pocas semanas, uno tras otro, el mismo Alex en
|Como en White noise de DeLillo, también en Moccia
los personajes repiten el claim de las marcas, "como el
nombre de una antigua potencia celeste grabada en signos
cuneiformes sobre una tabl aP ero aquello que en DeLillo
es parodia de lo religioso, en Moccia es un efectivo choque
espiritual. \
tra en crisis con Niki (el matrimonio anunciado al ini-
cio se producirá sólo al final del libro), pero luego de un
tiempo, pocas semanas después, volverán, menos uno,
con sus respectivas mujeres y serán más felices que antesEn el sorprendente final de Amore 14 Carolina descubre
que ha sido traicionada por su gran amor, Massi, pero
bastan tres páginas y pocos minutos para volver a po-
nerla en su lugar (“Respiro profundamente y me siento
un poco más segura”, AMO, 411) Evidentemente el co-
rolario de la libertad es la facilidad narrativa, aceitada a
su vez por la velocidad porque todo sucede de manera
veloz, con gran derroche emotivo, pero sin verdaderos
traumas ni motivaciones fuertes Nadie pone en acción
decisiones definitivas y dolorosas, porque los dilemas du-
ran poco y son de fácil solución Los personajes siempre
están bien, mucho más allá de las reglas de la comedia
como género literario De todos modos, en las novelas
de Moccia las heridas verdaderas no tendrían ni tiempo
ni modo de producirse En lugar del dolor, encontramos
nada más que breves turbaciones que corresponden a
rápidas transiciones de un estado de bienestar a otro
Libertad, pues, como facilidad , esa facilidad que, del
contenido, como se ha observado, "repercute en la forma
del texto y es imitada por todos los medios por la escri-
tura”14 La simplificación que invade la sintaxis que se
quiere nominal y paratáctica se encuentra también en
la lengua de la novela, vehicular, antiliteraria pero norealista Del mismo modo, la simplicidad de la fórmula
estructuralcapítulos que se alternan mecánicamente en
la trama principal (Alex y Niki) y en la secundaria en-
cuentra su correlato en la previsibilidad de las mismas
tramas, incrementada por otro lado por lo iterativo de
éstas: se entiende desde el comienzo quién llegará al final
del libro más feliz que antes (esto es, casi todos) y quién
será sutilmente castigado por el destino por sus pecados
con el amor (la novia de Alex en el primer libro, el amigo
Pietro en el segundo) Moccia no busca el suspenso, lo
considera algo demasiado angustiante para sus lectores,
si la tensión es enemiga del “flujo”, mejor dispensar se-
renidad narrativa, incluso corriendo el riesgo de parecer
previsibles, como en Fleming, “el máximo del placer no
debe nacer de la excitación, sino del reposo” Cercasi M ki
disperatamente, ya lo hemos dicho, elude en parte esta ele-
mental poética de la iteración, pero sólo porque decide
invertir el orden cronológico y abolir la trama lengua
y estilo fluyen homogéneos, plásticos, los sentimientos
son siempre buenos, incluso cuando en el texto, dado el
material narrativo, podrían resonar pulsiones pedófilas,
transgresivas y potencialmente interesantes Siempre la-
tentes, pero desactivadas siempre ►
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La técnica, pues, no varía en ninguna de estas nove-
las Si los elementos que se cruzan pueden dar lugar a
clichés, Moccia no hace nada para impedirlo “Su amigo
era australiano y me hablaba de canguros y bellezas”
(GND, 75) Es más, se da buena acogida a los clichés,
como en la publicidad, incluso lo obvio y lo banal pueden
ser útiles para hacer más clara la narración En efecto,
también en textos extensos como Scusa ma ti chiamo amore o Scusa ma ti voglio sposare
la lectura fluye rápida, cómoda
por la ausencia de rigor formal no hay nada que nos
obligue a pensar, nada que pida ser descifrado, nada que
cree fricción Estos libros son “estructuras sin aristas”,
algo típico, según Baricco, de las mutaciones bárbaras16
cuya superficialidad está coherentemente organizada
para satisfacer una exigencia profunda de conformismo
En una única página, en Scusa ma ti vogüo sposare, se
evoca a Víctor Hugo, Aristóteles, Arnold Benetty Ralph
Waldo Emerson todo en pocos minutos, entre unos
tragos entre amigos La literatura es una mínima parte
del atlas de la cultura de estas novelas, donde los amos
son los filmes, las canciones y los programas televisivos
Una excepción parcial está representada por un fenó-
meno en verdad exorbitante, el de las citas afmísticas Los
personajes de Moccia, ya sean cuarentones semicultos o
imberbes adolescentes, en la conversación cotidiana no
hacen sino citar poetas, novelistas, dramaturgos, filósofos
y hombres políticos, pero también músicos o directores,
e incluso atletas Surge de ello una idea de cultura como
material de relevo, una suerte de gigantesco wikiquote
que sirve para arreglar las páginas con sentencias piet-á-
porter
sabiduría en píldoras, instantánea, liofilizada comoen un slogan (la fórmula metzscheana “transfórmate en
eso que eres” pudo transformarse hace unos años en el
lema de una empresa de ropa deportiva)
Lo que falta es, en cambio, el pasado literario como
ascendencia o herencia, como relación intertextual,
como “cultura de la novela” Desde este punto de vista,
los libros de Moccia no exhiben ningún precedente es di-
fícil indicar una precisa fuente escrita, incluso buceando
entre las novelas rosas o los folletines Lo que funciona
como matriz no es la fiction literaria sino la televisiva,
hagiográfica, aplanada y generalista La saturación afo-rística puede inducirnos a relacionar a Moccia con Piti
grilli, pero las analogías se detienen aquí Por cierto, toda
la literatura de consumo es plana, superficial, estilística-
mente pobre, todas las novelas rosas son sentimentales y
evasivas, toda la narrativa popular ablanda y consuela
o se apoya ideológicamente en los valores dominantes
Pitigrilli desodora lo real, lo vuelve glamoroso, lo sim-
plifica, luego, sin embargo, lo juzga, lo critica (quizá de-
magógicamente), en algún punto, lo combate Moccia
parece abolir el conflicto entre bien y mal a favor de una
uniforme sedación consumista, carente de obstáculos y
de sufrimientos, carente incluso de ironía Al deseo co-
rresponde de inmediato el placer
Este no es más que un ejemplo del modo en el que el
consumo se integra en la narración, lo irreal a lo real Si
la ideología del mercado se condensa en una idea, aun
cuando sea exageradamente hiperbólica (“Impossibile is
nothing”), el texto parece creer en eso verdaderamente,
del mismo modo que el narrador y todos los persona-
jes Acontece pues algo relativamente nuevo, aunque sea
en el horizonte pasivo que es típico del arte popular la
evasión sentimental o sádica de las novelas rosas o ne-
gras, a la turística de los libros de aventura o de viaje, essustituida por otra directamente
consumista, en la que la
tautología publicitaria sustituye al análisis psicológico y
el marketing forja los sentimientos, consolándolos desde
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o b r a s d e S a n t i a g o It u r r a l d e
| E l punto de vista de un spot es siempre optimista
y univoco: su deontologia quiere que un mensaje
publicitario tenga un único significado. El poeta, en cambio, y sobre todo el novelista, tiene todo para
ga na ren la a mbivalencia. La public idad nos impone
límites; el arte nos invita a superarlos... \
|Surge de ello una idea de cultura
como mat erial de relevo, una suerte
de gigantesco wikiquote que sirve para
arreglar las páginas con sentencias prêt-à-
porter: sabiduría en píldoras, instantánea,
liofilizada como en un slogan... \
el principio (“Todo debe seguir siendo positivo”, piensa
Carolina al inicio de Am óte 14) “En la novela pop ular de
todos los tiempos la realidad está siempre ya dada o se
la modifica p erifé ricamente o se la acep ta”17, los libros
de Moccia no se limitan a confirmar la imposibilidad
del cambio, descartando toda hipótesis reformista, sino
que sancionan la sustitución de la realidad concreta, aun
cuando se presente como “ya dada”, con la irrealidad
del deseo consumista Para los personajes de Moccia no
sólo toda alternativa política real es invisible, sino que
sobre todo a ninguno de ellos le vendría a la mente in-
vocarla, porque lo cotidiano ya está conformado por
deseos satisfechos o que pueden serlo, y el mundo sigue
muy bien hacia adelante tal como es
En la Italia de la primera posguerra la literatura tri-
vial de tema erótico es declarada “de armisticio”, con
referencia a la liquidación de valores típicos de ese pe-
ríodo1*, a su vez, los libros de Mocc ia parecen reco ndu -
cirnos a una suerte de paz establecida entre el yo y lo
real, garante de la derrota definitiva frente al primadosimbólico del consum o Cu anto más frágiles son estas
novelas desde un punto de vista literario, tanto más sig-
nificativas son desde un p unto de vista político ■
1 Volli, U. Semiotica dellapubácita Roma, Laterza, 2005, pág 89
2 Leavis, F.K. - Thom pso n. D. Cultive andEm vonment The Training of
Cntical A itai entis Londres, Chatto and Wmdus, 1934, pág 81
3 Simo net ti, G. “I nuovi assetti della nanranva italiana (1996-2006)”,
en Allegoria, XX , 57, 2008, pp 95-136, el mismo número de Allegoria y el Almanacco Guando del 2008 {fi romando della politica, la politica nel
romanzo, a cargo de R Polese) exploran la presencia de poéticas realistas
en la cultura literaria italiana de los últimos años De "Realismo de la
desrrealización” habla Andrea Cor te lles sa justamente en el Almanacco
Guanda ("Il contagio delle borgate Abiure di Walter Sin nella Trilogia e
oltre”, pàg 46)
4 Wicke. J. Advertising Fictions Lucratine, Aeterhsing & Social Reading New
York, Columbia University Press, 1988, pàg 3 y ss
5 Wicke. J. AdvertisingFictions , ed cit , pàg 34 71
6 Volli, U. Semiotica dellapubàata Ob c it , pàg 90 y pág 16 DeLillo. D.
Americana (1971) Penguin, Marmandsworth, 1989, pàg 270.
7 En el ámbito literario, cfr Eco. U. Lector mfabula Bompiani, Milano,
1979 Pavel . T. Fictionalworlds Harvard University Press, Harvard, 1986
Del lado del consumo Sem prin i. A. Marche e mondi possibili Un approccio
semiotico al marketing della marca Franco Angeli, Milán, 1993 Codelup pi.
V. I l potere della inarca Bollati Bonnghien, Turin, 2001
8 En el advertising la identificación es llamada “sutura”, en referencia
a las conexiones que es capaz de movilizar (cfr por ejemplo U. Volli,
Semiotica della pubblicità, ob cit , pàg 9) El mecanismo es evocado también
en J. Hooper , J., Rus ion Brandng Harrussing the R ica t f Emotion to Brnld
Strong Brands (John Wiley & Sons, Chichester, 2003, pág 6) y F. Brunetti,
Ra ías iuta d’impresa e relazioni di mercato qualefuturo >(Giappichelli, Turin,
2004, pág 30).
9 Ibid, p ¿g 13
10 Moccia, F. Scusa ma ti chamo amore (Rizzoli, Milán, 2007 - SCM),
Cacan N iki dispaatamente (2007 CND),¿4/m/< 14 (Milán, Feltnnelh,
2008 AMO), Scusa ma ti voglio sposare (Milán, Rizzoli, 2009 - SVS) Cacan Nik i ásperatamente comienza con la descripción del encuentro casual,
en vía del Corso, en Roma, entre el narrador y una adolescente que
asumirá luego la fisonomía y el nombre del personaje del titulo, continúa
con la narración, organizada en una temporalidad hneal inversa, de
la adolescencia y luego de la infancia de Niki por la ausencia de una
verdadera trama y por la bizarra impostación estructural podemos
considerarlo hoy como el momento más "e^qienmental” de Moccia
11 DeLillo, D. Whtemnse Vikmg, New York, 1985 Hay trad castellana
Barcelona, Seix Barrai, 2006
12 Gramsci. A. "Veme e il romanzo geografico-scientifico” en
Letteratura e vita nazionale Roma, Editori Riuniti, 1991, pàg 134
13 Siti, W. “Ma Moccia ci è o ci fa?” in Vamfy Faa, 22 marzo 2007, pàg
156
14 Ibid
15 Eco, U. “Le strutture narrative m Fleming” (1965), in AA W.
L’analisi del racconto Milán, Bompiani, 1969, pp 155-156 Hay traducción
castellana E l análisis del relato Buenos Aires, Tiempo Contemporàneo,
1974
16 Baricco, A . I barbari Roma, Gruppo Editoriale L Espresso, 2006,
pàg 75 Siti . W. MaMoccia ci eo a fa? , ob c it , pág 156
17 Eco, U. "L’agnizione appunti per una tipologia del riconoscimento”
en IlSupauom o A massa, Milán, Bompiani, 1976, p 34 Hay
trad castellana Barcelona, Península, 1995 Barthes proyecta el
conservadurismo politico tipico de la novela popular al plano de la
relación con las convenciones estéticas el "texto del placer” es el que no
rompe jamás con la cultura de la cual proviene, a diferencia del "texto de
goce”, que ponen en crisis los valores estables Barthes. K. Hpiacere del tofo (1973) Einaudi, Túrin, 1975, pág 13 Hay trad castellana México,
Siglo XXI, 1976
18 Arslsui Veronese, A. Dame, droga e galhne Romaneo popolare e romaneo di
consumo tra 800 e 900 Padua, CLUEP, 1977, pág 58
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S A Y O
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MICHAEL HANEKE
EL HOMBRE QUE VINO DEL FRÍO
Un recorrido exhaustivo por la cinematografía del gran artista austriaco
que, desquiciando la romantización de la violencia en la que incurre el lenguaje de los mass media,
ha sabido sumergirse en los bordes más oscuros y siniestros de la condición humana.
p o r E d u a r d o R o j a s *
^Eduardo Hojas es narrador, abogado,
periodista espec ializado en cine y docente Ha
publicado el libro Puma abad»y otros cutntos
G R A B A DO S DE
A l f o n s i n a N é s p o l o
Para c onocer más, vinte el sitio
http / /aifansmanespolo blogrpot com /
Un hombre nacido en Alemania que elige ser ausrriaco Una elección
poco común si se tiene en cuenta la historia mediata de estos dos
países
Austria fragmento de un imperio derrumbado, reflejo apagado de un
pasado de brillo intelectual y artístico También el país que en su orfandad
política eligió anexarse al gigante teutón portador del bacilo nazi al que, es
sabido, le proporcionó no solo la figura de su líder máximo, Adolf Hitler,
nacido en su territorio cuando éste todavía era cabeza del imperio austro
húngaro, sino también la abrumadora mayoría de los cuadros de oficiales delas SS y los más crueles de sus torturadores y asesinos Para muchas víctimas
del nazismo, Austria era sinónimo de una cultura de la crueldad
O ue Michael Haneke, nacido en Munich en 1942, el año en que la Se-
gunda Guerra comenzó a invertir su rumbo a favor de los aliados, haya
elegido la nacionalidad austriaca siendo consciente de esta historia negra de
crueldades y barbarie que convive con las glorias del país, resulta también
más allá de las razones personales que lo hayan llevado a ello a la luz de
su obra, un gesto, el de alguien que busca la raíz del mal disimulado bajo un
presente confortable.
Michael Haneke es un hombre riguroso y de una enorme autoexigencia,
la que traslada a todos sus colaboradores artísticos, a menudo definido como
un artista racional y frío en exceso (veremos si estas definiciones son justas)
Un hombre grave preocupado por el destino del mundo, marcado por una
religiosidad que subyace en sus películas y que parece contradecirse con su
proclamado ateísmo Religiosidad de múltiples raíces padre protestante,
madre católica que se divorcia para volver a casarse en la posguerra con un
judío austríaco Suma de rigores y conciencia del dolor humano, todas las
ramas de este mismo árbol habrán influido en la formación del joven Ha-
neke en su adolescencia tuvo la intención de hacerse pastor luterano, pronto
abandonó ese propósito sustituyéndolo por una incompleta formación uni-
versitaria estudios de filosofía, psicología y arte dramático, un interés que
predominó sobre los demás y lo llevó a dedicarse a la dirección teatral si-
guiendo sus antecedentes familiares su padre y su madre fueron actores enAlemania A principios de los años ochenta del pasado siglo Haneke era
un destacado director teatral y puestista de ópera Su acercamiento al cine
fue gradual y tardío, primero como crítico y luego adaptando y dirigiendo ►
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piezas de teatro para la televisión, es recién en 1989,
a los 47 años, que filma su primera película El séptimo
continente Gomo en la mayor parte de sus films Haneke
parte de una noticia leída en un diario un matrimonioy su pequeña hija se encierran en su casa cortando todo
vínculo con el exterior, luego de unos días sus familiares
alarmados por su silencio consiguen entrar en la casa, se
encuentran con sus cadáveres, los tres se han suicidado
Haneke narra este episodio prescindiendo de toda adje-
tivación, imagina los hechos que habrán ocurrido en el
interior de esa casa (y de esa familia) sin arnesgar hipó-
tesis ni opiniones, pura imagen sin oropeles, seca y dura,
fría como un cuchillo de hielo La cámara, casi siempre
fija, registra implacable la vida diaria de ese matrimonio
joven, sin problemas económicos ni otros conflictos apa-
rentes que justifiquen la angustia que los trasciende en
cada plano, angustia que va envolviendo al espectador
como una telaraña helada hasta terminar incluyéndolo
en la lógica fúnebre de la pareja, la que los lleva a la
muerte incluyendo en ella a su hija, víctima sacrificial
en la que depositan algún anhelo de religiosidad, extra-
viado dentro de ese mundo, simultáneamente bárbaro e
hipercivilizado
| Haneke narra este episodio prescindiendo de toda
adjetivación, imagina los hechos que habrán ocurrido en el
interior de esa casa (y de esa familia) sin arriesgar hipótesis
ni opiniones, pura imagen sin oropeles, seca y dura, fría como
un cuchillo de hielo. |
FRAGMENTOS DE UN DISCURSO
El video de Benny (1992) conserva y acentúa esas carac-
terísticas llevándolas hasta la exasperación Basado tam-
bién en distintas informaciones periodísticas que daban
cuenta de asesinatos cometidos por jóvenes austriacos declases acomodadas, sin motivo que los hiciese compren-
sibles, narra la historia de un adolescente que divide su
vida entre la escuela, su escasa sociabilidad y la obsesiva
dedicación a grabar y mirar videos en los que registra su
vida y la de su familia En un fin de semana de soledad
invita a su casa a una chica que conoce en un video club
De improviso y casi como parte de un juego, la mata
con un disparo de un arma destinada a matar cerdos (la
utiliza su padre para hacerlo en un criadero de su granja
de fin de semana Benny mira repetidamente elvideo de
estas faenas) Después oculta el cadáver y sigue con su
rutina diaria Guando los padres descubren el cadáver
deciden deshacerse de él, mientras madre e hijo hacen
un tour por Egipto el padre troza el cadáver El horror
de esta tarea es escamoteado al espectador, que recorre
Egipto con Benny y su madre El color y la vitalidad
primaria del norte africano, la ritualidad de una vida
regida por el culto islámico, significan un contraste tan
violento con la oscuridad que, según Haneke, envuelve
la vida centroeuropea de sus personajes, que el especta-
dor se queda aferrado a esa luminosidad, aún cuando
los protagonistas vuelven a su país, a una vida en que la
rutina parece no haberse interrumpido Pero algo estámal Espontáneamente Benny va a la policía y confiesa
Así termina, literalmente, la película
En sus dos primeros films Haneke ha definido un
estilo y puesto sobre la mesa como un mazo de cartas
desplegadas, los temas que articularán toda su obra pos-
terior La cámara casi siempre estática establece una
distancia, física, con los actores La narración se frag-
menta en secuencias que en principio parecen arbitra-
rias, pero que se van articulando con una fluidez tal que
finalmente el espectador accede a una comprensión más
profunda de los dramas de sus personajes Distancia y,supuesta, objetividad, una realidad dividida en frag-
mentos Muchos, recordando la formación teatral de
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TEORÍA DE LOS JUEGOS
Haneke, han hablado de distanciamiento brechtiano
Pero la distancia hanekiana no se propone alejarse para
tener una perspectiva, al contrario, con su estatismo, sus
fundidos a negro, su minucioso seguimiento de accionesy movimientos que muchas veces parecen no conducir
a ningún lugar, consigue involucrar al espectador en la
trama de espantos que conforman su mundo, de forma
tal que toda distancia termina finalmente por disolverse.
La acusación de frialdad queda desestimada
No es fácil ver una película de Michael Haneke, la
crueldad no tiene filtros, el mundo, la imagen que de
él ofrecen los medios de comunicación, una metareali
dad anestesiante que siempre está presente en Haneke,
es el lugar de lo siniestro en el sentido en que lo definió
Freud lo familiar vuelto amenaza, desdoblado, extra-
ñado de toda forma de contención “Lo siniestro, sería
aquella suerte de espanto que afecta las cosas conocidas
y familiares desde tiempo atrás” 1Algo oscuro bulle en el
fondo de cada historia hanekiana, una vivencia cercana
del mal, una pústula que late en el fondo de toda vida,
una presencia de la que es imposible huir, el fin de toda
esperanza Esa oscuridad, una constante de la cultura
germánica, se hace carne en Michael Haneke con una
radicalidad que lo lleva más lejos que cualquier otro ci-
neasta en la historia Haneke ha perdido toda esperanza
de redención, la espiritualidad que se filtra en sus pelícu-
las navega en el mar de su memona ancestral, la vida esun simulacro, sus personajes son muertos ignorantes de
su condición El cine de Haneke es un viaje sin retorno,
parte del lugar al que llegó Ingmar Bergman, uno de los
cineastas a quien considera su mentor junto a Michelán
gelo Antonioni, Robert Bresson y Andrei Tarkovski, pero
Haneke es más radical y llega más lejos que Bergman en
su escepticismo, toma de Antonioni su morosa fascina-
ción por los tiempos muertos narrativos pero los estira
hasta lo insoportable para hacerlos vehículos de las an-
gustias de sus personajes Gomo a Tarkowski le preocupa
el destino del hombre, la subsistencia de la vida sobre latierra, pero a diferencia del agonista ruso no hay para él
esperanza alguna de redención
Y sin embargo, en medio del horror más absoluto,
enclavada entre la crueldad sin límites de Fimny games
(1 997), la película que difundió su nombre en el mundo
del cine, hay instantes de piedad insertada entre el dolory la maldad, instantes que forman una trama insepara-
ble, hebras de un tejido complejo en donde el mal y su
opuesto conviven lanzando voces en busca de alguien
que ya no está, una estrella apagada en el cielo, el único
capaz de otorgar una manumisión a los sufrientes per-
petuos
Fimny games es una pesadilla, filmada luego de 71 frag
mentos de una cronología del azar (1994) la película con la
que clausuró lo que él mismo, con su humor (alemán)
que tamiza en dosis casi invisibles, llamó "la trilogía de
la glaciación” y que está basada también en un hecho
real un joven que irrumpe en un banco y abre fuego
indiscriminadamente matando a vanas personas para
luego suicidarse
Una familia matrimonio e hijo pequeño comien-
zan sus vacaciones en una casa junto a un lago El ám-
bito, bello y luminoso, engaña durante poco tiempo Dos
jóvenes, rubios, vestidos de blanco, corteses hasta el em-
palago, se presentan en la casa para pedir en nombre de
un vecino huevos para el desayuno, rápidamente y con
una perversidad que nunca pierde sus irónicas buenas
maneras, se apoderan de la casa, de la vida de sus habi-
tantes, de sus cuerpos y su cordura El dúo tortura y hu-milla a sus víctimas durante un día y su noche Después
comienza a matar Nunca el cine ha ido tan lejos en el
dolor y la violencia Nunca el mal ha sido más arbitra-
rio, más monstruoso, los jóvenes verdugos se burlan de
sus víctimas, explicitan la gratuidad de su conducta y,
sobre todo, hacen participar al espectador de su orgía
Hablan a la cámara y la miran sonrientes, manipulan la
trama yendo y viniendo según su capricho Haneke ha
sido claro el cine y los medios de comunicación nos nar-
cotizan con su explicitación de la violencia, el lenguaje
de los mass media, aun con el fin de repelerla, terminaromantizándola, haciéndonos cómplices de ella Es pre-
ciso mostrarla en toda su crudeza, meterse en medio de ►
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EL CASTILLO y VECINDADES
sus más horribles manifestaciones, saber que es posiblefusilar a un niño por placer (aunque nunca veremos estamuerte, escuchamos el estampido horrendo del revólver
fuera de cámara, mientras uno de los asesinos preparaun sándwich El horror y la crueldad, de esa forma, seacrecientan aún más)
Es en este momento, cuando los padres maniatadostratan de liberarse de sus ataduras, mientras el cadáverensangrentado de su hijo yace junto a un televisor en-cendido, en un plano secuencia de cámara fija durantediez minutos, que el dolor, inmenso, intolerable se tras-ciende a sí mismo y lo humano toma otra dimensión,inaprensible en palabras Piedad, misericordia clamadaa un cielo sordo es lo que suplica la escena, lo que pidenen silencio o con sonidos inarticulados esas dos figurascasi contrahechas, ndículas en sus movimientos espasmódicos, un padre y una madre huérfanos en sus inútilesabrazos de conforte
El cineasta norteamericano Paul Schrader escribió,en su época de crítico, un notable ensayo dedicado a loscineastas Robert Bresson, Yazujiro Ozu y Cari Dreyer“El estilo trascendental en el cine” En su libro Schra-der, calvinista práctico, sostiene que hay una forma fílmica de representar lo trascendente, instantes inefablesen que el cine puede registrar la presencia de lo otro, loinexpresable, que en su concepción espiritual está más
allá del hombre Él rastrea esa presencia en las pelícu-las de aquellos tres directores Después de vivir la Pasiónsegún Haneke en Funrry Games, crece la certeza de queaquel devastador plano secuencia, aquella cámara fijataladrando en panorámica la inmensidad del mal y eldolor humano, pueden integrarse al Olimpo de lo tras-cendente en el cine que descubre Schrader
Nunca más hasta el presente el cine de Haneke, des- bordante de momentos de sublime e infernal belleza,volverá a alcanzar esta intensidad En lo sucesivo adap-
tará a Kafka (Elcastillo, 1997), un encargo de la televisiónen el que demostró su singular empatia con el escritorcheco Kafka y Haneke parecían destinados a encon-trarse, un hilo invisible une el kafkiano mundo de reglascaprichosas con la rígida desesperanza hanekiana, habi-tantes del mismo espacio geográfico en distintos tiemposhistóricos, la visión de uno, que profetiza el Apocalipsisde la svástica, anticipa y complementa la del otro, quetodavía vive sus consecuencias
La visión de Haneke se acerca otra vez a la actuali-dad de Europa, esta vez con un tono más explícito y po-litizado, en Código desconocido (2000) que parece continuarel discurso y el modelo narrativo de 71 fragmentos... entanto aborda la vida de varios personajes que van entre-cruzando sus vidas, desniveladas entre el confort primermundista y los sufrimientos y humillaciones de los inmi-grantes ilegales (africanos, rumanos) en Francia Unosy otros padecen sus propios dramas, ninguna existenciaestá libre de la crisis y el dolor, pero son finalmente losdesplazados, los que tratan de ganar un lugar, quienesvienen a dar vitalidad a un (primer) mundo exánime Esla primera vez que Haneke adopta un discurso políticotan explícito, su mirada llena de escepticismo para con la
realidad europea ahora agrega al extraño, al otro, perootorgándole un status de humanidad, una búsqueda de
justicia y dignidad que parece ofrecer una luz de espe-ranza Lo extranjero ya no es lo siniestro, por el contra-rio la oscuridad está adentro de la propia casa y son losextraños quienes pueden reivindicarnos El mismo hom-
bre que en su adolescencia quiso ser ministro de almas parece volver al milenario lenguaje del pastor cristiano.
| El mismo hombre que en su adolescencia
quiso ser ministro de almas parece volver al
milenario lenguaje del pastor cristiano. \
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APOCA LIPSIS ANTES, AHORA Y DESPU ES
Su siguiente película, La pianista (2001), vuelve no
obstante a su escepticismo raigal Basado en una novela
de la Premio Nobel austríaca Elfnede Jellinek, cuenta
la historia de Eríka, una profesora de piano de aparien-cia reprimida y estricta, sometida a su madre, que va
revelando por debajo de su severidad los signos de una
sexualidad ávida y perturbada que se manifestará clara-
mente cuando conozca a Walter, un alumno joven El
sexo y la música son los protagonistas Mientras crece
entre los protagonistas una relación con contornos sado
masoquistas, la música de Schubert parece envolverlos
y Haneke, un melómano, involucra el romántico pen-
tagrama schubertiano con la perversión y la corrupción
existencial encarnada en Eríka
Por su parte, Jellinek roza algunas de las coordenadas
vitales de Haneke Austríaca, hija de madre católica y
padre judío, criada en la posguerra, su visión pesimista
de la condición humana va pareja a su cuestionamiento
ético hacia su país, al que considera un esbirro de Ale-
mania, cómplice del Holocausto Hosca y solitaria, no
concurrió a recibir el Nobel Ambos son hijos de la des-
trucción que subsiguió a la derrota nazi WG Sebald
dice “Los aspectos más sombríos del acto final de una
destrucción, vividos por la inmensa mayoría de la pobla-
ción alemana, siguieron siendo un secreto familiar ver-
gonzoso, protegido por una especie de tabú, que quizá
no se podía confesar ni a uno mismo” 12Ese agujero ne-gro de la historia, fue el que cobijó a la generación de
los Jellinek y Haneke El peso de un secreto a la vista de
todos, holocausto, destrucción, una memoria absorbida
por el olvido y la complicidad que termina arrastrando
las cimas de una cultura, como dice el crítico español
Juan A Hernández Les “Para Haneke hay dos tiranos:
la madre castradora y la música social. Esta última hace
que se establezca entre las profesoras de piano y la alta
cultura una relación de dependencia humillante, que en
términos hegelianos se describiría como de dueño y esclavo
La alta cultura musical sería el dueño y señor, y las pro-
fesoras de piano, sus esclavas Gomo tales, carecen de
cualquier derecho de energía creativa y por supuesto, del
derecho a una vida privada Esto último está llevado al
extremo en la película” 3
1 Freud. Sigruund. "Lo smiMtro” en Obras complétas
2 Se bald . W.G. Sobre la hsbma natwalde la desttuccion Barcelona,
Anagrama, 2003
3 H ernan dez Les. Jua n A. Michael Haneke La dispandadde lo tiägico
Madrid, Ediciones JC , 2009
Después de La pianista Haneke había preparado la
producción de Caché, pero el 11 de septiembre de 2001
las Torres Gemelas se derrumbaron sobre el mundo
Haneke se sintió impulsado a volver sobre un guión ol-vidado y filmar El tiempo del lobo (2003), una fábula negra
en un tiempo postapocalíptico, la vida subsistente des-
pués de una catástrofe de la que nunca se habla Una
familia diezmada, madre y dos pequeños hijos, recorre
el campo desierto, sin comida ni casa hasta encontrar
a otro grupo de sobrevivientes que se autoimponen du-
ras reglas para sobrevivir La lucha por el poder dentro
del grupo, la crueldad, el dolor inmenso junto a, otra
vez, una remota forma de esperanza encarnada en un
grupo de rumanos, lo llevan del extremo pesimismo a
una modesta certidumbre después del fin puede haber
un nuevo comienzo Gomo cada vez que aparecen en sus
películas, los condenados de la tierra de la prosperidad,
en este caso rumanos, son los portadores de la esperanza
Otro tanto ocurre en Caché, finalmente concretada en
2005 Un matrimonio burgués de provincias es vigilado
en su rutina diaria por una cámara inmóvil que con-
trola toda su vida La cámara es un video que esconde
a otro, que esconde a otro, muñecas rusas de la imagen
que preservan un secreto, humano y político, capaz de
ensombrecer la corrección política de este matnmonio
y de toda una cultura que es desvelada en su hipocresía
criminal La anta blanca (2009) es hasta ahora la última película
de Haneke Especie de precuela de su obra entera, en
riguroso blanco y negro, retrata la vida de los habitantes
de un pequeño pueblo del norte alemán inmediatamente
antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial Es
casi un lugar común sostener que los niños de esta pelí-
cula, síntesis de todo el mal que los rodea en el pietista
ambiente luterano en que viven, parientes cercanos de
los protagonistas de Las tnbulaaones del estudiante Toiless de
Robert Musil, son aquellos que un par de décadas más
tarde desfilarán frente a Hitler con el brazo derecho ex-
tendido Tal vez sea cierto, pero no es todo El nazismo
es una manifestación, quizá la más monstruosa, del Mal
hecho historia Pero es claro que la búsqueda de Michael
Haneke va más lejos, su espíritu, escindido entre la raíz
luterana que considera inútil todo esfuerzo en busca de
la salvación, y la judeocatólica, que la deja en manos
del albedrío del hombre, oscila entre el escepticismo y
la esperanza remota Mientras afronta este dilema de
resolución imposible seguirá eligiendo sumergirse en lo
siniestro, en los bordes más oscuros de lo humano para
desde allí alcanzar una visión íntegra de esa condición ■
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C A T E R V A
ALICIA GENOVESE
La evocación sentimental de la infancia
La evocación sentimental de la infancia no pro-
duce escritura. Si la escritura se entiende como
lugar áspero, escarpado que trabaja más con la
incomodidad de lo real que con los protocolos,
no hay sentimentalidad. La evocación sentimental lleva
al mismo sitio empeñado en acomodar como tontería o
inexperiencia, todos los fenómenos de descubrimiento
7® que ocurren en la infancia, esos acontecimientos grandes
o chicos pero que quedan como resonancias en la psiquis y
en la afectividad. No se trata de no dejarse conmover, sino
de resistir ese giro donde, posibilitada por la distancia, ac-
túa una cierta falsedad que distorsiona lo que fue asom-bro, miedo o felicidad, más allá de la insignificancia que la
vida adulta pueda después adjudicarle. ¿Cómo resistir la
comodidad del recuerdo feliz tamizado por el falsete del
lugar común? ¿Cómo evitar el todo tiempo pasado fue me-
jor que conlleva el reproche melancólico al presente? Al-
gunas percepciones parecen venir de lejos, de una repeti-
ción placentera o de un punto preciso de la infancia, como
si nos asaltaran con su corriente. Atraviesan la vivencia
presente como si fuéramos también aquellos que fuimos,
reinventan la recuperación proustiana del tiempo. A veces,
zambullirse en el agua es ser niño también. A veces en un
dicho o cuando me río a carcajadas recupero a mi padre.
El presente es incompleto o insuficiente para vernos, la in-
fancia puede dar el dato que ponga en foco lo que somos o
queremos, aunque eso suponga selección y recorte.
Tozudez y fuerza. Es lo que mejor me llega de la in-
fancia. De algún modo sigo siendo eso. Empacamiento
en el más, buscar más, hacer más, necesitar más de lo
que se tiene alrededor, un más que apenas se vislumbra,
que solo se supone (debe haber algo más y quiero ver),
como animarse a cantar un vale cuatro con poco en la
mano. Leer y leer más, con voracidad. Buscar libros fue-
ra de la casa donde no los había. Preparar las tareas de
la escuela, saber más, consultar más. Levantarse seis y
media con el frío del conurbano, pisar la escarcha varias
cuadras (ocho), no olvidar los guantes, los sabañones,
no faltar, faltar era perderse algo, salir era enfrentar lonuevo, el más.
Reconozco esa fuerza. He sido voluntarista, fiel, con-
secuente, hice cosas sin ton ni son, pero también de las
otras, de las que producen cambios. En eso me reco-
nozco con la nena de la infancia. Una anécdota. Cuando
era chica juntaba plata de los vueltos, vendía cosas para
comprarme otras. De algún primo, aprendí a vender los
diarios viejos, juntaba los de la casa, los que me daba al-
gún vecino y cuando pasaba el botellero los vendía. Eran
unos pesitos, pero eran mi plus. Una vez hice un ‘’gran
negocio", algo que admiró a todos aunque algunos lo
miraron como inapropiado para una niña. En mi casa ha-
bían hecho una nueva instalación eléctrica y habían re-
emplazado todos los cables; los viejos habían quedado
enrollados en un galpón de chapas al fondo. Alguien me
dijo que como cobre viejo, lo pagaban bien. Hice un fue-
go quemé la tela de los cables y quedó el cobre que vendí
junto con algunas piezas de bronce, repuestos de autos
usados arrumbados en ese galpón. Todavía recuerdo la
balanza del negocio de compra de metales donde los
deposité. Lo que me dieron me pareció una fortuna; ten-
dría doce años. Gasté hasta el último centavo (el gasto,
el gasto, sí, Bataille). Gasté en unas botas altas de cueroque nunca había tenido hasta entonces, en un libro de
cuentos de Cortázar (Final de juego, quizás), una revista
que incluía una nota sobre Cortázar y que estaba exhi-
bida en la misma librería. No sé si compré otra cosa. El
placer, por sobre todo, fue conseguir ese algo que yo ha-
bía elegido y donde la impotencia de conseguirlo se des-
armaba. Me parece que sigo buscando ese galpón con
chapas del fondo de mi casa de entonces, sigo buscando
algún metal valioso que me dé acceso al más. No es un
pasado quieto, en él conquistaba insignificantes territo-
rios, pero nuevos y deseados. Tozudez y fuerza. No teme vayas infancia.
8/15/2019 Revista Boca de Sapo 9
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ADRIANA MANCINI
Alas de mariposas,
una princesa y un pájaro azul
En *95 9/ la revista Sur hace una encuesta so
bre la censura. El motivo fue el secuestro de
los ejemplares de Lolita de Nabokov declara
da, por decreto, una novela "inmoral". Silvi-
na Ocampo, cuyo libro La furia, publicado ese año, no
recibió el Premio Nacional porque sus cuentos fueron
considerados "crueles", entrega la siguiente respuesta:
“Lectores: algunos de los cuentos de hadas más famosos
no fueron censurados y sin embargo hay en ellos bestia
lidad e incesto... que una princesa tenga amores con un
pájaro azul o que un padre (creo que era rey) esté ena
morado de su hija y quiera casarse con ella a toda costa,no llama la atención a un niño. Los niños saben lo que la
censura a veces no quiere saber: que la realidad de un
libro es diferente a la realidad de la vida. Que Nabokov
estuviera cazando mariposas durante el tiempo que es
cribió Lolita, no me sorprende: sus descripciones brillan
tes y vividas, aún en páginas más dolorosas y sórdidas,
se asemejan un poco a esos paisajes hechos con alas
de mariposas, tan bonitos y artificiosos y de pronto tan
monstruosamente reales y sobrecogedores."
Es cierto, la literatura de Ocampo está atravesada
por la crueldad. El horror salpica páginas con infantes
desprotegidos, picaros inquisidores de familias que es
conden sus fisuras. Desde ellas, Ocampo construye un
espacio privilegiado para solapar las aristas de la violen
cia en todas sus relaciones. Despojados de prejuicios, los
niños transitan con soltura los andariveles del Cielo y el
Infierno porque intuyen -saben de por sí- que sus hue
llas se cruzan y sus límites se esfuman. En este sentido,
niñez y literatura se aproximan. La literatura a través de
la imaginación busca las señas del Mal, desnuda trucos
y ensaya sus estrategias. Bataille lo ha demostrado: "La
literatura es la infancia vuelta a encontrar", porque en
el arte, la representación del horror provoca un “rapto"que recrea el sentimiento infantil ante lo desconocido;
atemoriza pero también atrae y dispara la imaginación
al infinito.
Desde esta perspectiva se puede pensar toda la obra
de Ocampo. Los cuentos para adultos remiten a la infan
cia más que para representar infantes sufrientes, para
indagar en los pliegues de lo abyecto. Los cuentos in
fantiles, aún con los rasgos que han dado singularidad
a un estilo provocador, traslucen sensibilidad y cuidado.
Algunos, intactos, comparten ambos espacios - “La lie
bre dorada", "leerá", "El moro"-; otros, como “La soga",evitan la crueldad a lectores precoces. Y si lo desconoci
do atrae, espanta e incita la imaginación, en El tobogán
-un relato para los más pequeños- se toman precaucio
nes. El niño viajará en un cofre volador sin prohibiciones
molestas y la aventura será atractiva, aunque no sin pe
ligros. Pero los miedos se contemplan y "un tobogán de
salvataje" estará al alcance del intrépido viajero para un
descenso de emergencia.
En la zona de adultos, voces estridentes alertan so
bre el abuso al que son sometidos los infantes. En “La 79
raza inextinguible", cuento que cierra La furia, pequeños
de una comunidad, hartos de ser mano de obra eficaz,
se confabulan para que los adultos queden excluidos en
su propio mundo. Venganza sutil que se subraya con unbrevísimo poema de Amarillo celeste, "Canción de cuna
feroz", cuya letra responde a la brutalidad que su título
anticipa: "Duérmete niño mío/que vienen las palomas/a
comerte los ojos;/ que viene el tigre, el león/ a comerte
los bracitos./ Duérmete corazón." Sin embargo, Silvina
Ocampo, en este poema, desbarata con sagacidad los
límites de la contienda adultos vs. niños o, si se quiere,
censura vs. imaginación. Con disfrazada ironía, un envío
a modo de subtítulo deshace el oxímoron que anuncia
una canción que desentona en un libro de poemas para
adultos: “'Canción de cuna feroz' De la tribu dormilona".
La tribu dormilona, es decir, todos aquellos que sueñan
saben que “la realidad de un libro es diferente a la reali
dad de la vida" y que entonces “una princesa puede te
ner amores con un pájaro azul".
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JAIME RODRIGUEZ Z.
Cabeza de otro monstruo
Un lunes de invierno encargaron a Zea fotografiar un crimen. Era su primera experienciaen la sección de policiales así que estaba muycontento. Los otros, los que vivíamos una pe
renne madrugada que tenía a menudo la forma gris de lacarceleta del Palacio de Justicia, casi nos enternecimospor su determinación. Había algo extraño en él. Por lo general lo primero que hacían los que llegaban al departamento era gastarse la primera paga en chalecos Donkies yteleobjetivos. Pero Zea era diferente. Zea llevaba un chaleco de pescador. Lo había conseguido en un mercadillo
de la zona más pobre de la ciudad. Y zapatillas blancas.Tenía el rostro macizo y cobrizo como una figura de barro secada al sol. Y hacía que los otros pensáramos en minerosbebiendo a la luz de las velas, piraguas remontando ríoscaudalosos, gasolineras perdidas en medio de la carretera
más allá del monte. Cosas vagamente rurales. Era, desdeluego, un provinciano, asi que nos reíamos de él. ¿Quémás podíamos hacer? Por eso esperábamos ansiosos surelato. Pero esa tarde Zea volvió sombrío, no había sidolo que él pensaba. No. Se trataba de un feto, dijo. Un feto,dijimos. Si. Y todo había ocurrido en la rivera del río queatraviesa la ciudad. Él y Víctor habían avanzado detrásde los polis hasta que uno de ellos se paró en seco. Con-chasumadre se lo están comiendo. Y entonces vio el feto.Estaba tendido sobre el barro y quizás por eso le pareciómás bien el cadáver de un fantasma bebé, de lo blancoque era. El gallinazo se estaba comiendo su oreja izquierda o derecha, así que Zea hundió la rodilla en el barro ysaco su veintiocho ochenta y lo agarró de cerquita. Variasveces. Fuera mierda gritaba uno de los polis intentandoespantar al gallinazo mientras los otros dos miraban paratodos lados como si temieran que los atraparan bailandoen horas de servicio o algo asi. Fue a Víctor a quien se le
ocurrió tirarle una piedra y entonces salió volando y sepuso a dar vueltas sobre sus cabezas. Después los polistaparon al feto con una manta gris para que no se lo siguieran comiendo y esperaron al juez. Cuando este llegó,Zea cambió a un cincuenta y disparó un primer plano desenfocado de las espaldas de los policías, el juez tomandonota, la mirada hacia abajo, y el bulto. Eso fue lo que noscontó y realmente por un momento pensamos que estabaimpresionado. Así que decidimos que debíamos ayudarle
a olvidar el feto y esa misma noche en el Limón le pedimos que volviera a contar la historia, porque era la forma
más rápida de olvidarlo. Cuando llegamos los dos polis estaban en el patrullero y no se quisieron bajar para llevarnos al lugar. Vayan ustedes nomás, dijeron, está por alláen el río. Así que Víctor y yo bajamos solos hasta la rivera
y entonces lo vimos. Feto, gallinazo, oreja izquierda o derecha. Y yo me acerqué tanto que tuve que usar un veintey allí no más el cabrón salió volando furioso. Un gallinazonegro saliendo de la cabeza del cadáver de un fantasmabebé. Entonces me saqué el chaleco y lo iba a tapar, peroVíctor me dijo estás huevón tiene que venir el juez. Tú nilo toques. Pero igual nos quedamos haciéndole guardia
mientras los conchasumadres de los polis nos mirabandesde el patrullero, allá arriba. Zea siguió haciendo policiales esa semana y después volvió a la sección de noticiaslocales. Un día de poco trabajo le preguntamos a Víctor
por el feto. Qué feto, dijo. Un perro. Cuando llegamos eljuez ya había levantado el cuerpo del occiso. La occisapara ser exactos. Bajamos igual, no sé por qué. A mitadde camino los polis dijeron que no volverían a ensuciarselas botas por unos periodistas de mierda y se fueron así
que llegamos allí solos y lo que vimos fue un perro agonizando. Conchasumadre pobrecito, le dije a Zea, pero elhuevón se había quedado allí parado, como una estatua.Los gallinazos del rio ya empezaban a dar vueltas sobreel chuncho, así que empecé a largarme, pero Zea seguíaahí parado con su chaleco de pescador y medio metidoen el agua. Les juro que sólo le faltaba la caña de pescar.Me costó trabajo moverlo de allí. Quería taparlo, tomarle fotos, qué se yo. Así que cuando volvimos pedí que nome mandaran más con ese huevón. No volvimos a hablardel asunto, pero Zea tampoco volvió a ser el mismo. Pocodespués pidió una asignación fija en la sección de espectáculos y nosotros nos llenamos de preguntas. Eran preguntas simples, la mayoría de las veces. Pero por primeravez tenían que ver con la verdad. Y eran qué huye de lascabezas de los bebés fantasmas y qué pescó Zea aquellatarde cuando bajó al río.
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Temporada de conejos J.J.Rovella
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