rafael bassi labarrera

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Rafael Bassi Labarrera *

GÉNESIS DE UN SENTIMIENTO que los negros congos repiqueteaban tambó y dabaninició a un complejo proceso de transculturacióncausado por la confrontación de sus diversas formasculturales con la abigarrada cultura europea. ..Tiempo en que los negros congos repiqueteabantambó y participaban en la gestación del hombreCaribe.

Aún antes de que existiera Barranquilla, yaretumbaban los tambores africanos en la oscuranoche de colonización del Caribe continental. Lapresencia cubana en estos territorios se remonta ala era de la rumba de tiempo España. Tiempo enque los negros congos repiqueteaban tambó ysoñaban con sus lejanas tierras africanas de dondefueron arrancados y transplantados a la con-quistada América... Tiempo en que los negroscongos repiqueteaban tambó subyugados por elcolonizador europeo que prácticamente extinguióal aborigen de la gran cuenca Caribe. ..Tiempo en

Habida cuenta de la importancia que tenian parael Imperio Español los puertos de Cartagena y LaHabana. hay que aceptar que desde esas lejanascalendas coloniales se iniciara el proceso de inter-cambio y mestizaje musical.

La presencia de Cuba en Colombia, a partir delsiglo XIX, es prominente desde el punto de vistaeconómico y cultural. Hay que recordar que el pri-mer periódico del país, El Papel Periódico de Santa

.Barranquilla, 1947. Ingeniero químico y magíster enQuímica. Director de los programas Concierto Caribe y Jazz enClave Caribe de la emisora Uninorte FM Estéreo.

Orquesta Casino La Playa.

Huellas 62. Uninorte. Barranquillapp. 2-17. 08/MMI. ISSN 0120-25372

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maestro de origenitaliano AntonioMazzoranna.Noobstante. diversoseventos reseñadosen el periódico ElPromotor; señalanque esta bandatambién interpreta-ba aires naciona-les. que podrian sercanciones origina-

rias del interior del país y adaptaciones de valses anuestro romancero criollo.

Con el nombre de Orquesta Blanco y Negro. esta agrupación alternó con laOrquesta Casino de la Playa en la gira de 1939. Integrantes: Eduardo VásquezRafael Sosa. José Machado. Luis M. Vásquez. Rafael Serrano. Giro AronaGuido Perla. Nelson García. Antonio M. Peñaloza. "Pacho" Galán. Luis AlfonsoMesa. El Negrito Jacky. Luis F. Sosa.

Fe, fue fundado y di-rigido por un nativode la Isla, Manuel delSocorro Rodríguez.El ingeniero cubanoFrancisco Javier Cis-neros fue determi -nante en distintasempresas que contri-buyeron a cimentarel progreso, especial-mente en lo que con-cierne al transporte marítimo y fluvial, y "uno delos individuos que dejó una de las huellas más pro-fundas en la historia empresarial de nuestro paísen el siglo XIX", como lo anota Manuel RodríguezBecerra. en el libro El caribe Colombiano: Selecciónde textos Históricos de Gustavo Bell Lemus. EnBarranquilla. el nombre de Cisneros está asociadoa iniciativas como la adquisición de la empresa deltren en 1889, el tranvía que despliega sobre las are-nosas calles en 1890 y el famoso muelle de PuertoColombia, que entrega el 15 de junio de 1893, eincorpora a Barranquilla al mundo por la vía marí -tima.

Desde la tercera década del siglo XX la músicacubana se estableció en Barranquilla, gracias a laavanzada radiodifusión que permitía que se escu-charan en decenas de radio locales los programasque emitían las emisoras cubanas. Recordemos queCuba fue la pionera de la radiodifusión latinoame-ricana, al punto que allí se inauguró la cuarta emi-sora del mundo ellO de octubre de 1922, apenasdos años después de la primera en los EstadosUnidos. Como en esos tiempos las bandas radialesno estaban congestionadas, las radioemisoras cu-banas se sintonizaban directamente, permitiendoal barranquillero estar actualizado con las últimasgrabaciones de Miguel Matamoros, el Sexteto Ha-banero, el Cuarteto Mayarí, el Septeto Nacional deIgnacio Piñeiro, los danzones y demás aires de laIsla de Marti, y disfrutar a través de las ondas hert-zianas del espectáculo de las revistas musicales quese presentaban diariamente en los radioteatroshabanero, donde actuaban las más destacadasagrupaciones musicales de la época.

Muchos de los operarios que participaron en laconstrucción del muelle eran cubanos que trajeronsus valores culturales y aires musicales a este en-torno receptivo en el Caribe colombiano. Uno delos factores que incidieron en la vinculación de loscubanos a Barranquilla, siempre abierta y hospita-laria. fue sin duda la guerra de independencia dela isla, que obligó al exilio a muchos de sus intelec-tuales, como Manuel María Merchán, secretario deCisneros. ya los empresarios Ricardo Arjona, fun-dador de la primera fábrica de hielo, Luis G. Pochet,el médico cirujano Francisco Argilagos;::y otros.Según el censo de Barranquilla de 1875 residíanen la ciudad 36 cubanos.

A pesar de esa gran influencia radial cubana, lamúsica autóctona del Caribe colombiano, gracias asu vitalidad, logró ocupar un espacio en la radiodi-fusión barranquillera, que nació el 8 de diciembrede 1929 cuando salió al aire la primera emisoraradial colombiana: La Voz de Barranquilla, funda-da por Elías Pellet Buitrago. Ya para esos días, los

La música que encuentran los cubanos enBarranquilla hacia 1870 era predominantementeeuropea. La banda de la ciudad era dirigida por el

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La Sonora Matancera en los 50s.De pie: Bienvenido Granda, Rogello

Martínez, "Manteca", Pablo Vásquez Godín"Bubú", Pedro Knight, Calixto Ulcea, "Ylyo","Caíto", Valentín Cané (director). Sentados al

plano: Daniel Santos y Lino Frías.

importadores de discos Ezequiel Ro-sado y Emigdio Velasco traían discosde guarachas y sones cubanos. En1934. el costarricense Miguel ÁngelBlanco Solís. cónsul del país centro-americano en nuestra ciudad. se vin-culó económica y administrativa-mente al proyecto radial de ManuelF. Rugeles y Manuel Guillermo Jime-no que originó a la Emisora Atlántico. En esta emi-sora. en la que se transmitieron los primeros "dia-rios hablados". se contrató la orquesta del maestroLuis Felipe Sosa. que más tarde se convirtió en laEmisora Atlántico Jazz Band. Allí también se pre-sentaban grupos de cámara dirigidos por el músicoitaliano Pedro Biava.

través de revistas como Carteles y Bohemia. Conese marco tecnológico y humano privilegiado, sepuede acoger la afirmación contundente dellegen-darlo periodista Marco T. Barros Ariza, según lacual: "Toda la música en Colombia, ingresó porBarranquilla."

La ciudad se acostumbró desde siempre a losespectáculos intemacionales, quizá por orden su-perior de los sellos disqueros internacionales:Barranquilla era destino obligado de los artistas demoda.

En 1939, el empresario venezolano residencia-do en Barranquilla, representante para Colombiade la RCA Víctor. Emigdio Velasco. fundió la primi-tiva emisora de Pellet Buitrago, La Voz de Barran-quilla. primera estación radial del país, con La Vozde la Víctor para conformar las famosas EmisorasUnidas, cuyos estudios originalmente estuvieron si-tuados en el segundo piso de la Foto Velasco. En1942 el industrial y compositor Rafael RoncalloVillar adquirió las Emisoras Unidas.

VISITAS DE GRUPOS CUBANOS cÉlEBRES

En aquellos remotos años treinta, la promociónmusical se hacía en vivo y en directo. Por eso en-contramos que a nuestra ciudad llegaron en marzode 1934 para presentarse en el Teatro Colombialos afamados integrantes del Trío Matamoros. Re-cuerda el maestro Marco T. Barros Ariza que donMiguel Matamoros solicitó al público silencio paraque pudieran escuchar las guitarras, ya que esaspresentaciones contaban con una amplificaciónmuy rudimentaria. En el diario La Prensa del jue-ves 15 de marzo de 1934 se anunciaba el debut delTrío Matamoros. El famoso grupo cubano estuvoen nuestra ciudad dos semanas, y realizó aproxi-madamente doce presentaciones, siendo su últimaactuación en Barranquilla el lunes 26 de marzo enLa Voz de Barranquilla. Desde entonces, cuentanlos abuelos, los Matamoros formaron parte de lavida del barranquillero de los 30, que hicieron su-yos El son de la loma, El que siembra su maíz, La

Entre las orquestas colombianas pioneras en lainterpretación de ritmos cubanos se encuentran lasorquestas de Pacho Lorduy, Ángel Camacho y Cano,y la Armonía de Córdoba, de Eulalio Meléndez. Valela pena destacar que Camacho y Cano viajó en 1929a Nueva York. A11í grabó con la orquesta de RafaelHernández para el sello Brunswick. También hayque señalar que el 28 de octubre de 1934 AntonioFuentes inició la industria fonográfica colombiana.La primera casa disquera de Barranquilla, "DiscosTropical", data de los años treinta.

La radio fue un vehículo de afIrmación culturaldel Caribe. Era el medio más expedito para familia-rizarse con los artistas, que también se conocían a

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Orquesta del "Rey del Merecumbé".Pacho Galán (ext. der.) Algunos de losmúsicos: Sarita Lascarro (cantante),Mariano Hernández (saxo),Pompilio Rodriguez (baterista),Tomasito Rodriguez (cantante).

Debutó en el Teatro Rex, belloescenario que exhibía su arqui-tectura estilo "art deco", y se pre-sentÓ en Las Quintas, Sanroke,Caldas y el Club Barranquilla.Ampliamente promocionada supresentación con avisos diarios

en La Prensa desde el mes de julio por EmisorasUnidas (La Voz de la Víctory la Voz de Barranquilla).Recuerda Markoté cómo los músicos de la Casinode la Playa arrollaron tocando conga desde la sededel Club Barranquilla hasta el Teatro Rex. Esta oca-sión memorable para los habitantes de la ciudadcontinúa presente en la memoria de los barran-quilleros de entonces. y es que la ciudad ya estabafamiliarizada a través de la radio y el acetato conpersonajes como Miguelito Valdés, la gran figurade la canción popular cubana de los treinta y loscuarenta. Babalú ayé de Margarita Lecuona, BnlCamanigua de Arsenio Rodríguez, El manisero de Moi -sés Simons, eran la certificación de la esencia cari-be que nos hermanaba con los cubanos.

mujer de Antonio y otros temas con los cuales nom-brarían a los bailes de carnaval de esa época.

Indica el profesor Fabio Betancur Álvarez queprecedieron el paso del TIio Matamoros por Car-tagena y Barranquilla las orquestas cubanas LosPiratas del Hotel Nacional de La Habana y el grupofemenino Orquesta Ensueño. También se habla dela presencia del Sexteto Boloña. a fmales de los añosveinte. Claro que esa presencia sonera cubana enBarranquilla tiene un antecedente más directo enla presencia de cubanos como trabajadores en laconstrucción del muelle de Puerto Colombia. a fi-nales del siglo XIX y comienzos del siglo pasado.

También señala Betancur Álvarez que en 1937estuvo en Barranquilla la orquesta femenina cuba-na Anacaona. cuya vocalista principal era GracielaPérez. hermana de Machito y cuñada de MarioBauzá. pioneros del"afrocubanjazz" en Nueva York.

Para los barranquilleros eran familiares los nom-bres del director Guillermo Portela, del pianistaAnselmo Sacasas (ya Anselmo Sacasas había esta -do en la ciudad en 1937 como pianista de un con-junto dirigido por Froilán Maya, traído por la cade-na Cresto), Evelio González, Liduvino Pereira. yotrosídolos como el cantante Orlando Guerra, "Cas-carita".

Como Barranquilla era puerto obligado de losartistas antillanos que venían en gira a Suramérica,aquí recalaron importantes agrupaciones puerto-rriqueñas, como es el caso en 1938, cuando lavisi-ta Johnny Rodríguez (Juan de la CapadociaRodríguez) acompañado de Fermín Vásquez, a quienllamaban "la Trompeta que canta", por sus ejecu-ciones del instrumento.

Vale la pena señalar que la orquesta Casino dela Playa alternó en el Club Barranquilla con la or-questa Blanco y Negro, especialmente conformadapara la ocasión con los mejores músicos de Ba-rranquilla: los trompetistas Antonio Maria Peñalozay Pacho Galán, el trombonista Guido Perla. lo saxosJulio Lastra y Mariano Hernández. y como cantan-tes al Negrito Jack y Fernando Charris.

Pero indudablemente el hito de la música cuba-na de la década del treinta en nuestro medio fue lapresencia de la Orquesta Casino de la Playa. queestuvo del sábado 19 al sábado 26 de agosto de1939 en la ciudad y brindó presentaciones diarias.

Hacia 1940 visita la ciudad el célebre composi-tor boricua Rafael Hernández. y su conjunto Victo-

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ria. que trajo como vocalistas a la famosísimaMirtha Silva. llamada entonces el Ciclón del cari-be. y al joven Félix A. Rodríguez. conocido poste-riormente por su seudónimo de Hobby Capó. Es-tas figuras actuaron en Emisoras Unidas cuyos es-tudios estaban situados en el segundo piso de laFoto Velasco.

Los FABULOSOS AÑos CINCUENTA

Así como las actuaciones en los años treinta delTrío Matamoros y la Orquesta Casino de la Playadejaron huellas imborrables en nuestra ciudad, laprimera visita de la archifamosa Sonora Matancera-el jueves 10 de febrero de 1955 con presentacio-nes en el estadio Surí Salcedo y en el bellísimo res-taurante-bar Chop Suey- marcó un hito en la his-toria musical barranquillera. En ese primer encuen-tro del conjunto de Rogelio Martínez con el públicobarranquillero, vinieron como cantantes la eternaguarachera Celia Cruz, el negrito Alberto Beltrán,el cañonero Laito y Rodolfo Hoyos En esa mismafecha se ofreció en el Jardín Águila un baile conseis orquestas en honor a la reina del carnaval. Valela pena puntualizar que el carnaval se celebró delsábado 19 al martes 22 de febrero. Ese año comer1,-zó bastante movido con las fiestas de Reyes Magostrayendo como regalo a la vedette Sarita Montielacompañada por la Orquesta de Lito Barrientos enpresentaciones de gala en El Patio Andaluz del Ho-tel del Prado, y populares en las salas de cine de laciudad.

Hay que insistir que entonces la radio era fun-darnental en la vida del barranquillero. Las emiso-ras tenían sus propias orquestas de planta, siendola más importante la agrupación Emisora Atlánti-co Jazz Band, dirigida por el maestro Guido Perlaen la que descollaban músicos como Pacho Galány Antonio María Peñaloza. Mucho antes, el compo-sitor y pianista de San Estanislao (Arenal, Bolívar)Ángel María Carnacho y Cano había ejercido el pa-pel pionero de grabar nuestra música en el selloBrunswick enviado por el empresario Ezequiel Ro-sado.

Igualmente. en los treinta el Maestro Luis Feli-pe Sosa había hecho carrera con su orquesta deaires más reposados. andinos y universales, y elmaestro italiano Pedro Biava era el tutor de todaesa generación de músicos del Caribe colombianoque bien cultivaban una aria italiana. un tema clá-sico, un jazz o un son cubano, como una cumbia,un mapalé o un porro de la tierra.

Muchos de los lectores de estas líneas crecimosarrullados por las voces de la Sonora Matanceraque brotaban de los mágicos traganíquel de las tien-das de los barrios populares, así mientras jugába-mos en las calles tremendos partidos de chequita y"bola e'trapo" íbamos educando nuestro oído conlas sonoridades antillanas.

Continuando con la reseña de visitas memora-bles a esta ciudad festiva y hospitalaria, encontra-mos que en los años 40 del siglo XX. Barranquillaacoge al trovador cubano Guillermo Portabales. co-nocido como "el Rey de la guajira de salón", al TríoOriental, al Cuarteto Marcano. a Los Jóvenes delCayo. a la Orquesta Rumba Habana y muchas másagrupaciones cubanas.

La década de los años cincuenta del siglo XXestuvo atravesada por las sonoridades antillanas ylas imágenes de la cinematografía mexicana queconvirtieron a personajes como Dámaso Pérez Pra-do. Beny Moré ya las voluptuosas rumberas cuba-

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La simpatía por la Sonora Matancera aumentócuando llegaron a nuestra ciudad las primeras gra-baciones del cantante barranquillero Nelson Pinedocon los muchachos de Rogelio Martínez. "El Pollobarranquillero". como se le bautizó. grabó alrede-dor de cincuenta temas como cantante invitado dela Sonora Matancera. Fue su primer tema El ermi-taño. grabado en octubre de 1953. Yen 1954 ganóel premio como el artista extranjero más popularen La Habana.

nas en ídolos populares. La fecunda interacción deartistas de la cuenca del Caribe con el cine mexica-no es notable. Recordemos que el ambientecabaretero fue el escenario inventado por el melo-drama mexicano de principios de los cincuenta, queencontró en el mambo, la guaracha y el bolero suacompañamiento sonoro ideal. En la película ElÁngel Caído de 1948, Daniel Santos en un sensa-cional marco, canta y baila con la protagonista prin -cipalla guaracha En el Tíbiri Tábara; igualmente,en otras películas de la época aparece la SonoraMatancera. El éxito de Nelson Pinedo con la Sonora Ma-

tancera ayudó a la difusión de la música colombia-na entre los artistas cubanos que acudieron a gra-bar temas de compositores nuestros como LuchoBermúdez, quien en 1952 estuvo en la isla en com-pañía de Matilde Díaz como invitado de ErnestoLecuona para participar en un festival de músicajunto a compositores de Brasil, México y otros paí-ses latinoamericanos. Fue tan memorable la visitade Lucho Bermúdez a La Habana que tuvo oportu-nidad de actuar en el famoso cabaret Tropicana ydirigir las orquestas de Bebo Valdés y ErnestoLecuona. Vale la pena resaltar que figura como latercera de las grabaciones de la Sonora Matanceraen récord de venta en toda su historia, ellegenda-rio merecumbé de Pacho Galán: Ay, cosita linda.

El Inquieto Anacobero debutó en Barranquillael 1° de junio de 1953, siguiendo luego a SantaMarta y Cartagena. Después prosiguió su gira porel interior del país, donde lo sorprendió el golpe mi-litar del general Gustavo Rojas Pinilla. Como bienlo dice el periodista de farándula Álvaro RuizHernández, "quien tuviera por aquellos días de 20a 30 años, tenía también en Daniel Santos a suídolo". Era que el cantante boricua gozaba de am-plia popularidad desde los años cuarenta cuandologró resonantes éxitos con el Cuarteto de Don Pe-dro Flores y alcanzó la inmortalidad con la SonoraMatancera.

Foto de EIkJn NúñezDlarto del Cartbe

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Otro personaje cubano de grata recordación parala vieja guardia barranquillera es el famoso "Bigoteque canta". Bienvenido Granda visitó por primeravez a Barranquilla en 1954, presentándose en va-rios clubes y llevándose de regreso el simbólico Teolvidé, que internacionalizó con la orquesta de ReneTouzet. A Barranquilla regresó en 1955, y con elrespaldo de la Sonora Tropical de Juancho Esquivelgrabó un larga duración.

Tras el fracaso de la invasión de Bahía cochi-nos, las posiciones políticas se radicalizan y sobre-viene el despiadado bloqueo americano a la isla. Laviabilidad comercial de la música cubana se debili-ta y muchos músicos emigran a Miami y Nueva York,ciudad esta última que alberga múltiples culturasy nacionalidades, así como nuevas generaciones delatinos formados en la metrópoli que ofrecen su pro-pia versión de las influencias musicales de susancestros. Los cubanos en el desarraigo se refu -gian en la nostalgia recreando o reciclando viejostemas bajo el supuesto ideológico de que el son sefué de Cuba. En la isla, mientras tanto. se tieneque canalizar la vocación musical en la academia.una vez cambian las relaciones laborales y los mÚsi-cos se ven liberados de la lucha diaria para subsis-tir. Dlarto del Cartbe

Indiscutible, que la gran figura femenina cuba-na de todos los tiempos es la guarachera Celia Cruz:su voz ha cautivado a varias generaciones de ba-rranquilleros. Como ya lo señalamos, SU primeravisita a Barranqui11a fue ellO de febrero de 1955.Luego ha venido en múltiples ocasiones con la So-nora Matancera, con Miguelito Valdés y MatildeDíaz, como reina de la Salsa con la Fania A11 Stars,con Tito Puente, con Pacheco, y siempre ha salidotriunfante.

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Es pertinente aclarar que la presencia musicalcubana en la Barranquilla de los años cincuentano se reduce solamente a la Sonora Matancera. porla radio y los traganíqueles de las tiendas y café-bares de esa época se escuchaban el rnambo deDárnaso Pérez Prado. el chachachá de las orques-tas América. Aragón y Fajardo. así corno infmidadde conjuntos soneros. y sobre todo reinaba su ma-jestad el bolero

LlEGó EL CoMANDANIE Y. ..

EL Tfo SAM NOS QUITÓ LA MÚSICA CUBANA

La primera década de la Revolución Cubana en lomusical. está signada por la salida de importantesfiguras y orquestas como la Sonora Matancera. JoséFajardo y sus Estrellas. OIga Guillot. Celia Cruz.Pero también regresan a la isla importantes mÚsi-cos que estaban residenciados en el exterior. Ade-más se quedan ídolos como Beny Moré. la orquestaAragón...

Joseíto González.pianista y director de laOrquesta Rumbavana.

en Barranquilla. agosto. 1980.

La Parranda se cantó en Barranquillacon Albita Rodríguez. octubre. 1990 (centro).

Mongo Santamaria. en el Hotel del Prado.noviembre. 1982 (ext. der.)

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Ciertamente, los primeros diez años de revolu-ción cortaron casi que abruptamente la produccióndiscográfica cubana al centrarse las energías delpueblo hacía una actitud eminentemente política.El país se preparaba y vivía en función de defenderlo conquistado de las amenazas del imperialismoyanqui, al igual que se dedicaban grandes esfuer-zos a la educación.

que el son se jué de Cuba. De pronto. en cualquierreunión de reclutamiento y adoctrinamiento socia-lista, el compañero guía nos hablaba de una nuevamúsica al servicio de las masas que cantaba guita-rra en mano a las hazañas revolucionarias y queestaba en la onda de la Canción Protesta Latinoa-mericana, caracterizada por sus mensajes socia-les. llenos de ideología y-política, con adalides comoel chileno Víctor Jara, los argentinos AtahualpaYupanqui y Mercedes Sosa, la Peña de los Parra, eluruguayo Daniel Viglieti. etc. De la evolución deesta canción comprometida surgió el Movimientode la Nueva Trova Cubana que entre 1969 y 1973.tuvo como su mejor exponente al Grupo de Experi-mentaciÓn Sonora del Instituto Cubano de Artes yCiencia bajo la orientación de Leo Brouwer. Allí ma-duraron artísticamente Pablo Milanés, SilvioRodríguez. Sara González, Noel Nicola. ..y florecie-ron los temas musicales para el revolucionario cinecubano.

Los adolescentes y jóvenes de la década de lossesenta, aquellos locos sesentas, época de rebeldíay sueños, nos movíamos entre los mensajes hippiesy las consignas socialistas que acrecentaban nues-tro sentimiento anllimperialista y tercermundistacultivado con el ideario de la revolución cubana ylas declaraciones políticas de La Habana. Nuestroespíritu burlón no se identificaba con la nostalgiaantillana y se nutría con el nuevo sonido prove-niente de esa caldera humana neoyorquina cono-cida como "El Barrio", que fue asimilado rápida-mente en el club social de la esquina urbanacaribeña. Esa melaza musical, que luego llamaríansalsa, tenía su antecedente más cercano en el fa-moso Cortijo y su Combo, grupo que nos había des-lumbrado con su aparición en la famosa películaitaliana Calypso. Era el sonido que los jóvenes deesa época necesitábamos para alimentar musical-mente esa conciencia rebelde y contestataria, des-pojada de añoranzas musicales.

Esporádicamente, algún "camarada" recién lle-gado de La Habana traía a Barranquilla unos longplays Egrem que nada decían a la rumba frenéticaque se vivía al vaivén del sonido que llegaba de "losYores". Esta sonoridad antillana made in Nueva York

Foto de Pepe Enclso

Poco, por no decir nada, era lo que sabíamossobre la música popular cubana de esas décadasde los sesenta y setenta, al punto que no teníamosrespuesta a la máxima del exilio "mayamero" de

Foto de Elkin Núñez Diario del Caribe

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no era música de quinceañeros. ni mucho menosde fiestas familiares de fin de año o de grados. niclubes sociales. era música de verbenas popularesy salía de potentes picó~ engalanados con exube-rantes dibujos y simpáticos nombres. Esa músicase gozaba en las tiendas de Rebolo. el Barrio Abajo,Las Nieves y La 21. Enellas se escuch~ban la pa-changa brava de Joe Cuba. el jala jala de RicardoRay. el boogaloo de Pete Rodríguez. el son mon-tuno de Eddie Palmieri, y se viajaba en el poderosoavión de Joe Bataan rumbo a la fiesta de HéctorRivera. Para saborear -esos deliciosos frutos sono-ros en forma. aterrizábamos en la nocturna Ceiba.con sus famosos bares. versión criolla de los caba-rets de la Gran Manzana. Recordemos El Palo deOro. La Charanga. El Carnaval y la mágica Garde-nia Azul. con sus encantadores jardines.

tival Imposible distó mucho de la discreta partici-pación de la Sonora Matancera en el carnaval de1969. Otra actuación que pasó prácticamente des-apercibida fue la presentación el 12 de noviembrede 1966 en el Coliseo Cubierto de la Orquesta deDámaso Pérez Prado, que llegó a Barranquilla pro-cedente del reinad-o de belleza de Cartagena con unshow denominado Ballet Momo a Go Go.

En 1978, un grupo de profesores universitartobarranquil1eros tuvimos la oportunidad de viajar aLa Habana, y en aquella excursión conocimos unpoco de lo que sucedía con la música bailable cu-bana. Pudimos constatar que el son se seguía to-cando en los salones populares, y saber que la cri-sis de los misiles se vivió a golpe de tambor en me-dio de la creatividad popular que, así como sati-rizaba a Kennedy, también le dedicaba sus estrofashirientes a Nikita. Este período caótico en térmi-nos generales está marcado por un afán purista de"blanquear" ideológicamente la música popular enbusca de una música más revolucionaria. Misiónimposible en un pueblo ciento por ciento bailador.

Como el Festival Imposible, fue bautizada la re-unión de los estelares cantantes Daniel Santos,Nelson Pinedo, Celio González y Carlos Argentinocon la Sonora Matancera. Fueron cuatro presen-taciones, en dos noches novembrinas de 1974 enel Coliseo Cubierto y el Hotel del Prado, que colma-ron las expectativas de la vieja guardia, y acercó alos jóvenes salseros de la época a los veteranos mÚ-sicos que habían acompañado musicalmente la ni-ñez de muchos de ellos. El éxito clamoroso del Fes-

Encontramos que los jóvenes nunca habían es-cuchando a personajes como Celia Cruz, ni cono-cían a la Sonora Matancera, pero hallamos el sono-ro argumento para destruir la falacta p~ que el so~sefué de Cuba. Desde nuestra llegada al aeropuer-to pudimos palpar la vigencia de la música tradi-cional con un trío interpretando la clásica Guan-tanamera y ancestrales sones, pasando por la con-ga de recibimiento en el Centro Turístico de Bacu-

La Orquesta Aragón enel Salón Jumbo del CountJy Club.

Barranquilla. enero 3. 1992.Foto de Chila Arévalo

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presencia de la orquesta Rumbavana ha quedo con-signada históricamente en el picó Rumbavana delos hermanos Gómez de la Hoz, de Sabanagrande,quienes lo habían comprado doce años atrás a loshermanos Ordóñez, del barrio Las Nieves. Una si-tuación similar volvió a ocurrir en 1994, cuandoCelia Cruz se negó rotundamente a presentarse enel Festival de Orquestas del Carnaval de Barran-

quilla, aducien-do que ella no al-ternaba en lamisma progra-mación que loscomunistasmiembros de laOrquesta LosVan Van de JuanFormell. De na-da valieron losruegos de los di-rectivos de la

-empresa Car-naval de Barran-quilla S.A. Cosasde Celia.

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La Camerata Romeu en la celebración del XvO aniversario de la emisoraUninorte F.M. Estéreo, en el Teatro Amira de la Rosa, 15 de septiembre, 1998.

ranao. el maravilloso encuentro con el trío de jazzintegrado por el pianista Chucho Valdés, el bajistaCarlos del Puerto y el percusionista Oscar Valdés.que acompañaban la hora del almuerzo, y las má-gicas noches musicales con la innovadora RitmoOriental, y otras agrupaciones. hasta la deslum-brante despedida con Pello el Mrokán y su apabu-llante Mozambique. Aunque no conocimos la no-che habanera deTres Tristes Ti-gres sí nos deja-mos descrestarpor la lluvia deestrellas del afa -fiado CabaretTropicana. Para -dójicamente. fueun elenco de es-trellas del Tropi-cana el primercontacto real delos barranqui-lleros con la CubaFidelista. Duran -te los días 4, 5. 6y 8 de junio de1980 se presentaron en el aparta-hotel El Golftrein-ta artistas cubanos bajo la dirección del maestroCaturla. Precisamente, con Tata Güines, LuisitoMora y otros integrantes de ese elenco, en la casade la familia Hurtado compartimos una tarde inol-vidable que se prolongó con un recorrido por la ciu-dad y alcanzó su punto de ebullición en una tien-da-cantina del barrio Santuario.

Entramos en los ochenta desconociendo cómoevolucionaba la música bailable cubana. O sea, con-tinuaba el aislamiento sonoro, salvo para acuciososgozones que se pillaron que éxitos salseros comoGuararé de Ray Barreto y La candela de la Típica73 eran composiciones del bajista cubano JuanFormell, que habían gozado de mucha popularidaden Cuba con la orquesta Los Van Van. De pronto secolaban algunos temas de grupos cubanos que ha-bían participado en el Festival de Música del cari-be, como Son 14 y Manguaré. Esporádicamentealgún empresario nacional se arriesgaba a incluira Barranquilla en la visita de artistas cubanos, comoen agosto de 1984, cuando se presentó el BalletNacional de Cuba con la eterna Alicia Alonso, lavisita del pianista Frank Fernández, en noviembrede 1987, y la actuación del legendario trompetistaChocolate Armenteros en mayo de 1988 en el Tea-tro Amira de la Rosa. Unos años antes, se habíapresentando el legendario tamborero MongoSantamaría en el Hotel del Prado, el 24 de noviem-bre de 1982. En agosto de 1988 recaló en nuestraciudad el Grupo Manguaré, ya pesar de tener ensu repertorio conocidos temas de Arsenio Rodríguez,como Hachero pa'un palo, Tumba y bongó, unamagnifica versión de la composición De qué calla-da manera de Pablo Milanés, sus presentacionesfueron en pequeños recintos y para un público uni-versitario.

De Cuba regresamos con un cargamento musi-cal que incluía a Los Van Van, Grupo Irakere, LosLatinos, Orquesta Aragón, y lógicamente la canciónrevolucionaria de la Nueva Trova Cubana. Pasaronalgunos años y fmalmente una orquesta cubanade esas que iban a Bogotá a los Congresos del Par-tido Comunista Colombiano, arribó a Barranquillaen agosto de 1980. Los salseros se preparaban parala histórica presentación de la Fania AlI Stars, queiniciaba una gira de tres conciertos en el país consu presentación en el Estadio Romelio Martinez deBarranquilla, el 6 de agosto. El astuto empresarioCapi Visbal contrató para que actuara como telo-nera de la Fania All Stars a la Orquesta Rumbavana,que dirigía Joseíto González. Pero no contaba conla intransigencia política de doña Celia Cruz, quienaplicando su poder de veto, desató una crisis e im-pidió la presentación de los isleños ante una au-diencia masiva, y de paso los condenó a presenta-ciones en pequeños clubes locales. Sin embargo, la

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Charanga típica de Pancho el Bravo,en el restaurante-bar

La Plaza, Barranquilla, 1993.

En el segundo lustro de ladécada de los ochenta. los se-guidores de la música afroca-ribe tenían en el norte de la ciu-dad un triángulo del sabor: ElRincón del Babalao. El RicoVacilón y Son Eros Son. dondese podía escuchar un poco dela nueva música cubana.

Foto de Elkin Núñez El Heraldo

ta y Si se da la siembra. y le firmó un contrato de

trabajo para que se quedara en Colombia con per-

miso del gobierno cubano. La cantante regresó en

noviembre de 1991 al Teatro Amira de la Rosa y

también estuvo en el súper concierto de lanzamiento

de unos refrescos compartiendo escenario con

Rubén Blades & Seis del Solar. Oscar D.León y otras

estrellas caribeñas en el Estadio Metropolitano. En

1992. Albita Rodríguez presentó el álbum Cantaré

en el que aparece un sabroso Mosaico de cumbias.

pero ya la efervescencia de La palTanda se canta

había bajado.

LA PARRANDA SE CANTA

En el mes de enero de 1990, mientras asistia en LaHabana allIo Taller Internacional de la Enseñanzade la Química, tuve oportunidad de escuchar porla radio habanera a Albita Rodríguez, unajoven can-tante que interpretaba música guajira y cautivabaa la juventud cubana.

El clima era tenso. se vivían días de incertidum-bre. los temas de conversación con los profesorescubanos eran la Perestroika. la invasión norteame-ricana a Panamá y las canciones de Albita. La mú-sica campesina tradicional experimentaba un re-surgir. una revitalización con la aparición de AlbitaRodríguez. quien en poco tiempo se convertiría enla gran embajadora de la música cubana en Co-lombia. A nuestro país llegó al Festival de Salsa yJazz de Bogotá en el mes mayo. convirtiéndose deinmediato en una sensación. logrando colocar enel pináculo del hit parade nacional por primera vezuna tema musical de la Cuba Socialista. Los ver-sos de la composición Parranda, laúd y son se can-taban incesantemente. al punto de que la canciónpasó a llamarse La parranda se canta y fue el granéxito de navidad y fm de año.

CARNAVALEANDO CON LOS CUBANOS

El Carnaval de Barranquilla siempre ha sido el es-pacio musical soñado por músicos nacionales y ex-tranjeros para presentar sus propuestas musica-les. Luego del rotundo éxito de la música tradicio-nal cubana de Albita Rodríguez iniciando los no-venta. nada más indicado que presentar en el car-naval del 1991 a la reina indiscutible de la cancióncampesina cubana: Celina González en compañíade su hijo Reutilio Jr. y el conjunto Campo Alegre.que estuvieron compartiendo escenario con Los Dia-blos del Caribe -elenco de la telenovela nacionalMúsica Maestro-"-; Los Inéditos. Grupo Bananas. elvallenato de Jorge Oñate y Álvaro López en el SalónCurramba la Bella. Además de presentaciones endiferentes bailes en la temporada pre-carnes-toléndica. Su actuación en el Festival de Orquestaspasó prácticamente desapercibida. pero los vetera-nos gozaron tomándose fotos con Celina y bailan-do con los temas Yo soy el punto cubano, Que vivaChangó. y demás éxitos inmortales de grata recor-dación para los fanáticos de la música cubana devieja guardia.

A Barranquilla arribó la extraordinaria soneracon su grupo en el mes de octubre para dos pre-sentaciones en el Teatro Amira de la Rosa, los días11 y 12, pero fue talla acogida del público quevol-vió a presentarse el sábado 13. Con el repertoriopresentado por Albita Rodríguez, el sello discográficoFonocaribe sacó dos long pZays: La parranda se can-

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El Heraldo Foto deElkin Núñez

Iniciando el año de 1992, estrenando goberna-dor elegido por votación popular, tuvimos la opor-tunidad de ver, oír y bailar con la Orquesta Aragónen la noche del viernes 3 de enero en el Salón Jumbodel Country Club. Procedente de Cartagena, llega-ron sin dormir los músicos de la legendaria cha-ranga cubana, porque hasta las cinco de la maña-na habían estado tocando en una fiesta privada queofreció el presidente César Gaviria en la Casa deHuéspedes Ilustres. Los amantes de la música cu-bana cantaron y gozaron con los violines, flauta ycantantes de la Aragón, que ofreció un soberbio es-pectáculo en compañía de los boleristas FernandoÁlvarez, Mundito González, Emilia Morales y la Se-ñora Sentimiento Elena Burke.

muy aplaudida, y conquistaron el segundo lugaren la categoría de salsa, cuyo ganador fue OscarD'León. En los siguientes años, la Orquesta Aragónvisita varias veces la ciudad. y en septiembre de1995 participaron en un interesante encuentro cha -ranguero con la Orquesta Broadway en el Salón ElTanganazo.

Antes de continuar con el recuento de músicoscubanos que han actuado en la ciudad, vale la penadestacar que gracias a los encuentros de coleccio-nistas de música afrocaribe que se iniciaron en1991. la música cubana volvió a escucharse en losestaderos de salsa. Los picoteros y coleccionista co-menzaron a desempolvar viejas joyas cubanas desus discotecas ya redescubrir temas cubanos gra-bados por el sello Areito de la Egrem en los añossetenta y ochenta que nunca se escucharon masi-vamente en nuestra medio.

Después de la excitante presentación de la Or-questaAragón comenzando 1992 en el Salón Jumbodel Country Club. lógicamente los Aragones regre-saron para el carnaval y tuvieron un largo mes detemporada. llenando de chachachá las fiestasreinadas por Brigitte Abuchaibe. La compenetra-ción de Rafalito Lay y sus compañeros con el públi-co barranquillero fue total. al punto de que la or-questa Aragón recreó viejos éxitos que no teman enel repertorio. y montó vallenatos de Rafael Escalo-na. Su actuación en el Festival de Orquestas fue

Poco a poco la música cubana fue recuperandosu sitial en el buen gusto barranquillero, lo queindujo a algunos empresarios a presentar en la ciu-dad artistas cubanos que estaban de gira nacional,como fue el caso del cantante y trompetista BobbyCarcasses, la bolerista Beatriz Márquez y la revistamusical A lo cubano integrada por veinticuatro ar-

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El profesor Raúl Fernández.de la Universidad de

California. con el soneroIbrahim Ferrer del Buena

Vista Social Cluben el Hotel Majestic.

calidad de la gran es-cuela musical de Chu-cho Valdés dejó impac-tados a los barran-quilleros, y la prensano escatimó elogios,

"Irakere: ¡fuera de serie!" tituló El Heraldo a seiscolumnas en su edición del lunes 24 de octubre de1994.

listas que se presenta-ron durantes los mesesde abril y mayo de 1993en el bello Restauran -te-Bar La Plaza. La basemusical del espectácu-lo A lo Cubano. era la Charanga Típica de PanchoEl Bravo, complementada por el bolerista LinoBorges, la guaracheta Magalis Linares. el fabulosodúo de las Hermanas Capella y cuatro esculturalesbailarinas acompañando a la pareja de baile LosSantos.

En 1995. Chucho Valdés con su grupo Irakereconquistó el Congo de Oro. Igualmente el añejo so-nido de la Sonora Matancera fue recreado por elConjunto Caney con Caridad CueIVo. Los mucha-chos de Benitico Yánez se hicieron visitantes habi-tuales a los carnavales en los siguientes años. Otroilustre visitante musical cubano en ese movido 1995fue Adalberto Álvarez. quien llegó proveniente de laciudad de Santa Marta. donde se encontraba consu orquesta en un intercambio cultural universita-río. Memorables fueron las presentaciones de Adal-berto y su Son en el restaurante-bar Salsa. Boleroy Son.

También hay que destacar el interés de la Em-presa Carnaval de Barranquilla S.A. que a partirde 1994 presentó varias agrupaciones cubanas enlas fiestas, y durante un par de años trató de fo-mentar la presentación de espectáculos musicalespor fuera de la temporada carnavalesca. A media-dos de la última década del siglo XX, en medio dela avalancha merenguera y limpiando las sábanasde la salsita catre, aparecieron en nuestros carna-vales las más destacadas orquestas cubanas con-temporáneas, iniciando el desfile Los Van Van deJuan Formell, segundo puesto en el Festival de Or-questas de 1994, detrás del Gran Combo de PuertoRico.

Luego del arrollador éxito del Conjunto Caney,entramos en un período nostálgico. convirtiéndoseel Teatro Amira de la Rosa en una especie de viejo-teca con la presentación de figuras como RolandoLaserie y Celio González en junio de 1996, y el re-encuentro de Nelson Pinedo y Laito Zureda enjuliode 1997. También se mantuvieron en diferentes mo-mentos del segundo lustro de los noventa hacien-do temporada en restaurante-bares de la ciudad,grupos como Mayohuacan, Cole-Cole de Andy Gola,Cohiba, Julio César Fonseca y Puchungo.

El 5 de agosto de 1994 Carnaval de BarranquillaS.A. presentó en el Teatro Amira de la Rosa alle-gendario Sexteto Habanero. Los cubanos siguieronllegando en ese 1994 al puerto barranquillero enbusca de un espacio para descargar sus propues-tas musicales, y Carnaval de Barranquilla S.A. si-guió ofreciéndoles oportunidades, como la delvier-nes 16 de septiembre de ese año con un espectácu-lo de boleros y sones cubanos. con la participacióndel pianista Manolito Simonet y su Trabuco, y elcélebre cantante Laito Zureda con el Conjunto Ca-ney.

Nos visitaron asimismo en los precarnavales de1998 Eliades Ochoa y el Cuarteto Patria. En esecarnaval de 1998 la sabrosa Original de Manzanillocon una formidable versión de La múcura se apro-pió del Congo de Oro, que festejó, al mejor estilobarranquillero. en un baile familiar de barrio conla gente del grupo carnavalero Disfrázate como Quie-ras. Vale la pena señalar que Wilfrido "Pachi" Na-varro con su Original de Manzanillo había impues-to en la radio local unos años atrás el tema ¿Quién

En el mes de octubre arribó el Grupo lrakere.insignia de la música cubana contemporánea. Eltremendo piquete de Chucho Valdés realizó dos pre-sentaciones: el viernes 21 en el Rincón Latino y elsábado 22 de octubre en el Club Campestre. La

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ha visto por ahí mi sombrero de yarey? de Cuba. y el Septeto Tabalá de San Basilio de Pa-lenque. Título aparte merece la presencia cubanaen el exitoso festival internacional Barranquijazzque se celebra en la ciudad desde 1997.

Con un soberbio concierto de gala a cargo de laorquesta femenina Camerata Romeu celebró la uni-versidad del Norte, el 15 de septiembre de 1998,dos grandes acontecimientos: los quince años desu emisora Uninorte FM Estéreo y los diez años delFestival de la Cultura. La presentación del grupode cuerdas cubano mereció los mejores elogios delos exigentes melómanos barranquilleros, que fue-ron cautivados por la magia musical de la agrupa-ción que dirige Zenaida Castro Romeu, con un va-riado repertorio que incluyó obras de Mozart, Bach,Lecuona, Piazzola, y hasta un guaguancó. No po-demos olvidar que ese año, en octubre, en el Festi-val de Boleros que organiza Erasmo Padilla, estuvoCésar Portillo de la Luz, insigne compositor y figu-ra destacada del movimiento "feeling" que revolu-cionÓ el género boleristico en los años cincuenta.

BARRANQUIJAZZ

En diciembre llegan las brisas, y en septiembre lle-ga el jazz a Barranquilla, desde 1997, cuando sehizo realidad un sueño: tener en nuestra ciudadun festival internacional de jazz. Dado que los em-presarios del espectáculo no se atrevieron, un gru-po de melómanos se embarcó en esta aventura quedesde sus inicios ha contado con el respaldo deentidades culturales como el Ministerio de cultu-ra, el Fondo Mixto de Promoción de las Artes y laCultura, y la Universidad del Atlántico, entre otras.Todavía están frescas en la memoria de los ba-rranquilleros las emociones musicales vividas enlos tres conciertos de la primera versión de Barran-quijazz cuando los amantes del jazz en el Caribecolombiano pudimos disfrutar con las inolvidablesactuaciones del clarinetista y saxofonista cubanoPaquito D'Rivera, quien nos ofreció "un mágico via-je por la música latinoamericana en las alas dora-das del jazz". El encuentro jazístico de tres conno-tados ex-integrantes de la orquesta del percusio-

nista cubano MongoSantamaría -el pia-nista pastuso EdyMartinez, el saxofo-nista sincelejanoJusto Almario y eltrompetista puerto-rriqueño Luis PericoOrtiz-, le subió latemperatura al festi-val dándole ese airealegre y el sabor pro-

i pio de la música po-: pular caribeña. yI para finalizar esa pri-I, mera versión del fes-

tival, un sublimeconcierto del pianis-

Los Van Van en el Festival de Orquestas, carnaval de 1994. ta cubano GonzaloRubalcaba, que nos

brindó su virtuosismo con brillantes interpretacio-nes de clásicos del jazz universal.

Cumpliendo setenta años, apareció el son Sua-vecito de Ignacio Piñeiro en el carnaval de 1999.tocado por el legendario Septeto Nacional de Cuba.que comprobó en todos los lugares en que se pre-sentaron que el son es lo más sublime para el almadivertir.

En el pre-carnavaldel 2000 apareció enlas tarimas callejerasy bailes de barrio ungrupo que causó unagrata sorpresa por susimpatía y sabor po-pular. Nos referimosa Mildred y su SonHabanero, que lásti-ma que no estuvieraen el Festival de Or-questas; pero, encambio. estuvo lagran orquesta deAdalberto Álvarez conel tresero PanchoAmat. Hay que ano-tar que Mildred resul-tó ser de Galapa. y elSon Habanero un grupo de paisas amantes de lamúsica cubana.

Finalizando el año 2000, la Fundación NuevaMúsica. organizadora del Barranquijazz, se lanzó ala aventura de organizar un Festival de Son con laparticipación de la Orquesta América. Cotó y suGrupo Eco del Caribe, las Nuevas Estrellas. Areito

El miércoles 9 de septiembre arrancó elBarranquijazz'98, que nos entregó la oportunidadde apreciar el talento del pianista barranquilleroSimón Char con su cuarteto integrado por músicosegresados de la famosa academia musical de Ber -

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klee. Ese mismo día. tuvimos la oportunidad de re-encontrarnos con la música del fenomenal pianis-ta cubano Chucho Valdés con el acompañamientodel fantástico trío de jóvenes músicos conformadopor el contrabajista Alain Pérez. el baterista RaúlPiñeda y el consagrado percusionista Roberto Viz-caíno Guillot. Como complemento a este cuartetode músicos cubanos. estuvieron como invitados es-peciales el trompetista cubano Julio Padrón. eltrombonista boricua William Cepeda. miembro dela legendaria familia del Rey de la Bomba y la Plenadon Rafael Cepeda. y el talentoso saxofonista ba-rranquillero Jay Rodríguez. quien reside en NuevaYork.La nómina de esa segunda versión de Barran-quijazz. que se realizó del 9 al 12 de septiembre enel Teatro Amira de la Rosa. estuvo complementadapor el pianista dominicano Michel Camilo. la can-tante norteamericana Sheila Jordan. el trabuco lo-cal del vibrafonista Jorge Emilio Fadul y el afama-do Conjunto Libre de Many Oquendo. en la segun-da versión del Barranquijazz.

mas de su álbum Inner Voyage, plenos de senti-miento y de una profunda espiritualidad. El cierrefmal del festival Barranquijazz'9g correspondió aJuan Pablo Torres con una tremenda banda quecontaba con el pianista colombiano HéctorMartignon y como invitados especiales a los maes-tros de la percusión afrocubana Changuito y TataGüines.

En el año 2000, las circunstancias obligaron aque descubriéramos un sabroso ambiente para elBarranquijazz. Superando todos las temores conrelación al recinto que debía reemplazar al TeatroAmira de la Rosa, cuajó el Salón Jumbo del CountryClub como un agradable espacio para pillar el es-píritu libre y abierto deljazz, exento de solemnidady con suficientes comodidades para que el públicogozara frescamente la gran fiesta musical, con unsonido aceptable y pequeñas fallas en las luces.Barranquijazz 2000 fue bautizado como una cum-bre de congueros con la participación de GiovanniHidalgo, Richie Flores y los legendarios tamboreroscubanos Francisco Aguabella y Carlos PatatoValdés. Aunque la cuota cubana disminuyó en esacuarta versión, no podemos dejar de destacar lapresencia del tropetista Julito Padrón y el saxo-fonista Irvin Acao, quienes además compartieronSU$ conocimientos en talleres musicales con estu-diantes y músicos locales. La descarga de cierredel Barranquijazz 2002 estuvo comandada por eltrombonista cubano Juan Pablo Torres con el acom-

pañamiento del gran pia-Foto de Chila Arévalo ..

nista cubano H1larlo

Durán y el baterista cu -bano Horacio El NegroHernández, respaldospor el bajista dominica-no John Benítez en elbajo. el flautista "niu-yorikan " Dave Valentín, y

como invitados especialesJulio Padrón e Irvin Acao,todos ellos con el amule-to viviente del legendarioPatato Valdés.

El legendario pianista cubano Rubén González Con la quinta versióncon Rafael Bassi. Barranquilla. septiembre, 2000. del Barranquijazz Festi-

val en el 200 I. se cierraun lustro de lucha y tesón por mantener un am-biente anual apto para presentar lo más selecto delmovimiento jazzístico internacional. y brindar almismo tiempo una zona de distinción musical anuestros artistas y melómanos ofreciendo la opor-tunidad de vivir durante cuatro días en una atmós-

Como la última gran descarga de fm de siglo,fue bautizada la versión Barranquijazz'99 que con-tó con la presencia del legendario pianista cubanoRubén González, acompañado de un grupo de es-trellas participantes en el histórico trabajo BuenaVista Social Club, ganador del Premio Gra.lnmy en1998. Como invitados especiales se presentaron elveterano cantante Ibrahim Ferrer y los extraordi-narios percusionistas Tata Güines y ChanguitoQuintana, quienes ade-más actuaron con el pia-nista boricua Papo Lucca,leyenda salsera que apor-tó su ritmo y sabor pon-ceño a la gran fiesta deljazz en clave caribe. El fes-tival arrancó la noche delmiércoles 1 de septiembrecon el novel pianista cu -bano Roberto Fonseca,quien a pesar de sujuven-tud es uno de los mejoresexponentes de la pia-nística cubana contempo-ránea. Fonseca con sugrupo Temperamento seconvirtió en la más agra -dable sorpresa del Barranquijazz'99 con suinnovadora propuesta de jazz fusión. y finalizó elsábado 4 de septiembre, con un cartel de lujo: eltrío de Gonzalo Rubalcaba y el trombón-man JuanPablo Tortes y su banda. Gonzalo Rubalcaba brin-dó un concierto fuera de serie, interpretando te-

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venido Granda, "elBigote que Canta", laSonora del Caribe deCésar Pompeyo, conla que Daniel San-tos grabó el famoso"5 y 6". También he-mos tenido la sono-ra Sensación, la So-nora Juvented, laSonora Camagüe-yana, y decenas degrupos seguidoresdel formato y sonidode la agrupación dedon Rogelio Mar-tínez.

fera sonora diferente ala contaminada coti-dianeidad estética queimponen los mediosradiales barranqui-lleros. El festival re-gresó a su hogar pri-migenio, el TeatroAmira de la Rosa, ytuvo una atractivaoferta artística con lostríos dirigidos por lospianistas norteameri -canos Jeff Gardner yKirk Lightsey, el ex-traordinario trío cu- El conguero Carlos "Patato"bano de Hilario Du- Barranquran. Carlos del Puerto Jr. y Horacio "el Negro"Hernández con el percusionista Roberto Vizcaínocomo invitado especial, a la cantante bahiana RosaPassos con toda la magia de la tierra del gran escri -tor Jorge Amado. el regreso a Barranquilla del granpianista cartagenero Joe Madrid con su cuarteto, ycomo cierre de fiesta la descarga total de Orlando"Maraca" Valle con su grupo Otra Visión, banda con-formada por doce maestros de la música cubanacon dos invitados especiales procedentes de NuevaYork: el trombonista Jimmy Bosch y el trompetistaJeny González. Además dentro de la programaciónacadémica de Barranquijazz 2001. la FundaciónNueva Música lanzó el libro Raíces deljazz latino:un siglo de jazz en Cuba del maestro LeonardoAcosta.

EPILOGO La presencia musical cubana se sigue sintiendoen la programación radial de vieja guardia, en losencuentros de coleccionistas de música afrocaribey en el repertorio de los grupos locales que ameni-zan fiestas y actúan en bares y discotecas deBarranquilla.

A través del recorrido musical realizado hemos po-dido verificar que desde los inicios de la radio lamúsica cubana ha ocupado un lugar preponderanteen el gusto barranquillero. Ella ha ofrecidoparadigmas como el Trío ~atamoros, que sirvió deinspiración a la bohemia local que tuvo su puntocimero en el famoso Restaurante Chop Suey de losaños cincuenta del siglo XX. con las agrupacionesTrío Isleño. Trío Los Osorio y Trío Serenata. Igual-mente. podemos señalar que la Sonora Matanceramarcó a los conjuntos locales de los años cincuen-ta y sesenta. Recordemos a la Sonora Tropical. di-rigida por Juancho Esquivel. con la cual grabó Bien-

FuENTES

LaPrensa, 1930-1950; Diario del Caribe, 1965-1989; ElHe-ra1do, 1930-2001; Revistas Barranqufjazz; entrevistas y archi-vos personales.

BETANCUR ALVAREZ, Fabio, Sin clave y bongó no hay son,Medellín, Universidad de Antioquia,1993.

DE IAESPRIELIA Osslo. Alfonso. Historia de la música en Co-lombia a través de nuestro bolero, Bogotá, Norma, 1997.

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Valdés. en plena acción en elijazz 2000.

Vale la pena anotar que géneros cubanos comola guaracha y el son fueron adoptados y mezcladoscon ritmos autóctonos, y originaron expresiones rít-micas como la denominda guaracha costeña, queencontró en Aníbal Velásquez y Los Corraleros deMajagual a sus mejores exponentes. Igual sucediócon la hibridación del bolero cubano y el paseovallenato que generó el pasebol (paseo bolero o bo-lero vallenato) cultivado por los acordeoneros y can-tantes Alfredo Gutiérrez, Ambal Velásquez y CalixtoOchoa. Eso para no remontarnos al siglo XIX y re-ferirnos a la relación del porro "paliteao" y el danzóno al peregrinaje del son de Santiago de Cuba por lapeninsula de la Guajira y los valles del Sinú y elCésar, pero ese es otro cuento.