movimientos estudiantiles en américa latina iv1 iisue unam

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Un analisis en la fistoría reciente a América Latina sobre los movimientos estudiantiles, sus causas y sus efectos

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  • Movimientosestudiantilesen la historia de Amrica Latina IV

  • UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOInstItuto de InvestIgacIones sobre la unIversIdad y la educacIn

    Historia de la educacin

  • Mxico, 2015

    Renate Marsiske, coordinadora

    Movimientosestudiantilesen la historia de Amrica Latina IV

  • Este libro fue sometido a dos dictmenes a doble ciego externos, conforme a los criterios acadmicos del Comit Editorial del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educacin, de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Coordinacin editorialDolores Latap Ortega

    EdicinEnrique Saldaa Sols

    Diseo de cubiertaDiana Lpez Font

    Primera edicin impresa: abril 2015Primera edicin digital: abril 2015

    DR Universidad Nacional Autnoma de MxicoInstituto de Investigaciones sobre la Universidad y la EducacinCentro Cultural Universitario, Ciudad Universitaria, Coyoacn, 04510, Mxico, D. F.www.iisue.unam.mxTel. 56 22 69 86Fax 56 65 01 23

    isbn (Impreso): 978-607-02-6379-8 isbn (EPUB): 978-607-02-6403-0isbn (PDF): 978-607-02-6380-4

    Se prohbe la reproduccin total o parcial por cualquier medio sin la autorizacin escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Impreso y hecho en Mxico

    Movimientos estudiantiles en la historia de Amrica Latina / Renate Marsiske, coordinadora. -- Primera edicin. Mxico, D.F.: UNAM, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educacin, 2015. 316 p. -- (Coleccin Historia de la Educacin)

    ISBN 978-607-02-6379-8 (Volumen IV)

    1. Movimientos estudiantiles -- Amrica Latina -- Historia. 2. Estudiantes universitarios -- Amrica Latina -- Actividades polticas -- Historia. I. Marsiske, Renate, editor. II. Serie.

    LA543.7 M68

    Esta ficha catalogrfica corresponde a la versin impresa de esta obra

  • NDICE

    9 Presentacin Renate Marsiske 15 Introduccin Ellen Spielmann

    lderes estudIantIles y sus destInos

    21 Los estudiantes de la reforma universitaria en Amrica Latina: una generacin?

    Renate Marsiske 37 Lderes estudiantiles socialistas en Michoacn. Breve itinerario

    poltico (1928-1963) Miguel ngel Gutirrez Lpez

    57 Un siglo de movimiento estudiantil en Brasil Otvio Luiz Machado 81 Vidas y milagros de los lderes estudiantiles brasileos del 68: una aproximacin microhistrica a Jos Dirceu y Prova de fogo Ellen Spielmann

  • MovIMIentos estudIantIles en la segunda MItad del sIglo XX y sus relacIones con el poder y la poltIca

    109 Memorias e historia del movimiento estudiantil en Colombia (1968)

    lvaro Acevedo Tarazona

    129 El movimiento politcnico de 1956: la primera revuelta estudiantil en Mxico de los sesenta

    Jaime M. Pensado

    189 La vida de los otros: la fecech y su conflictiva relacin con el movimiento estudiantil en la Universidad de Chile (1978-1984)

    Pablo Toro Blanco 223 Escarceos estudiantiles en poca de dictadura, Argentina

    (1976-1981) Mara Cristina Vera de Flachs

    255 Masas crticas y redes sociales: una explicacin microestructural del surgimiento de cuatro movimientos estudiantiles en la unaM (1986-2000)

    Sebastin Garrido de Sierra

    309 Autores

  • 9PRESENTACIN

    Los tres libros de la serie Movimientos estudiantiles en la historia de Amrica Latina, que se publicaron en 1995, 2001 y en 2006 por el Centro de Estudios sobre la Universidad, hoy convertido en Instituto de Estudios sobre la Universidad y la Educacin, de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (unam), se han convertido a travs de los aos en un referente importante sobre el tema y adems han impulsado el inters por los conflictos universitarios en la regin, un inters que llega mucho ms all de los lmites del continente. Ahora presentamos el cuarto volumen, con la intencin de mantener viva la discusin y de invitar a colegas y estudiantes a considerar este tipo de movimientos como objeto de estudio y de investigacin, aun en tiempos de calma en las universidades aunque, mientras escribo esto, luchan los estudiantes chilenos en la calle desde hace semanas por la gratuidad de la educacin y una reforma al sistema neoliberal de educacin en su pas.

    El inters por la cuestin aumenta, por supuesto, en pocas de inquietud o de revueltas estudiantiles o de aniversarios de hechos significativos de la institucin universitaria. En Mxico hemos fes-tejado en 2010 el centenario de la fundacin de la Universidad Na-cional de Mxico, creacin de Justo Sierra y cuya inauguracin en septiembre de 1910 fue parte importante de los festejos de los cien aos de la independencia del pas. Esto no significa, por supuesto, que la Universidad de Mxico slo tenga cien aos, sino que de 1538 a 1867, aos de la universidad Real de Mxico, antecedente de la institucin, fueron los de la universidad colonial. Aunque Justo Sie-

  • 10 R E N AT E M A R S I S K E

    rra dice reiteradamente que la nueva universidad no tiene anteceden-tes y es una fundacin nueva, hay que considerar desde el punto de vista cronolgico que la universidad como institucin de educacin superior en Mxico se fund en 1534.

    Contrario a lo que haba pasado en otros festejos, los eventos conmemorativos alrededor de esta fecha, los programas de radio y de televisin, las publicaciones cientficas y de divulgacin y las ex-posiciones no omitieron los conflictos universitarios durante estos cien aos, sino que los consideraron parte importante de la institu-cin que la llevaron muchas veces a reformas necesarias. Los con-flictos estudiantiles de 1929, 1933, 1944, 1966, 1988 y 1999 y los conflictos sindicales de la dcada de 1970 forman parte de la histo-ria de la unam en el ltimo siglo. El acostumbrado tono laudatorio de estos eventos se sustituy ahora por enfoques mucho ms verdi-cos, sin dejar de hacer hincapi en los logros y en la importancia de la unam para el pas.

    Por otro lado, en 2009 recordamos una vez ms la autonoma universitaria de la unam en su ao noventa. La autonoma de las universidades en Amrica Latina y la lucha por conseguirla est nti-mamente ligada a los movimientos estudiantiles. El siglo xx es el de la autonoma universitaria en las instituciones de educacin superior del continente, desde el movimiento estudiantil de Crdoba en 1918, su expresin ms importante, hasta la reciente autonoma de las ins-tituciones nuevas. Por ello, este aspecto no es viejo o acabado sino que ser de actualidad mientras existan universidades en Amrica Latina. Es un hecho que convierte a las instituciones de educacin superior del continente en instituciones que han podido cumplir con sus tres funciones: docencia, investigacin y difusin de la cultura, al margen de las corrientes e ideologas del Estado.1

    En los ltimos aos el inters por analizar los movimientos estu-diantiles se ha visto reflejado en el aumento de tesis de licenciatura, maestra y doctorado referentes a este tema. Por otro lado, tambin algunos colegas universitarios han empezado a trabajarlos aunque

    1 Luis Ral Gonzlez Prez, Revolucin, Universidad y autonoma, en Pags Llergo Rebollar (coord.), Revolucin e instituciones, t. I, Mxico, Cruzada, 2010, p. 116

  • 11P R E S E N TAC I N

    muchas veces no con el afn de contribuir con nuevos conocimientos al entendimiento de estas revueltas sociales en general, sino enfo-cando su inters en casos especficos de movilizaciones estudiantiles recientes, lo que ha llevado a interpretaciones novedosas o comple-mentarias. Los interesados tenemos que celebrar este desarrollo porque:

    A diferencia de otras disciplinas, la historia no slo tolera sino reclama la pluralidad de interpretaciones. La diversidad de puntos de vista no impide que cada uno posea relativa validez y que todos, de esta o aque-lla manera, se complementan unos a otros. Incluso las contradicciones y oposiciones son fecundas y contribuyen a la visin del conjunto. La historia no es incoherente, pero s hostil a las explicaciones nicas y totales.2

    Apenas ahora, las interpretaciones de los movimientos estudian-tiles de 1968 llegan a tener un valor explicativo ms amplio, menos ideologizado o justificatorio, ya que ocuparse de un hecho histrico del presente, como es el conflicto del 68, puede tener dos diferentes intenciones: buscar la verdad histrica o recordar. Si el pasado es inmodificable, su sentido no est fijado para siempre; pero el sa-ber sobre el pasado suele ser acumulativo, mientras su recuerdo es cambiante.3 De manera que hay que distinguir entre memoria e historia del tiempo presente en los movimientos estudiantiles ms recientes.

    Durante el auge de la historia social de la educacin, y con ello la insistencia en las estructuras y los contextos educativos, parecan estar olvidados los actores de la historia. Desde entonces, sobre todo en Francia y Alemania, los historiadores empezaron a notar las limi-taciones de una historia social enfocada en estructuras y abstraccio-nes y, as, observamos un renacimiento de la narrativa histrica, de

    2 Octavio Paz, Revueltas y revoluciones: un proceso dramtico, Mxico y los poetas del exilio espaol, en Danubio Torres Fierro (edit.), Octavio Paz en Espaa, 1937, Mxico, Fondo de Cul-tura Econmica, 2007, p. 105.

    3 Eugenia Allier Montao, Presentes-pasados del 68 mexicano. Una historizacin de las memo-rias pblicas del movimiento estudiantil, 1968-2007, en Revista Mexicana de Sociologa, vol. 71, nm. 2, abril-junio de 2009, Mxico, UNAM, p. 288.

  • 12 R E N AT E M A R S I S K E

    los eventos y de la historia poltica y especialmente de la biografa, es decir de la historia de los protagonistas.

    Dentro de este desarrollo de la historiografa hay que enten-der la propuesta del simposio Reformas universitarias y destinos de los lderes estudiantiles en Amrica Latina, que coordinamos Ellen Spielmann y yo para el Trigsimo Congreso Internacional de Ameri-canistas, que se llev a cabo en la ciudad de Mxico en 2009 y que fue el origen de este libro. El estudio de los lderes estudiantiles tiene que ganar importancia en las investigaciones futuras ya que slo si sabemos con ms detalle algo sobre ellos y tambin sobre su destino que en Amrica Latina tradicionalmente ha sido la poltica y las universidades, y en algunos casos ha desembocado en la violencia de la guerrilla, nos acercamos a una explicacin ms acertada de los movimientos estudiantiles y de sus componentes ideolgicos. Mu-chas veces los lderes de un movimiento estudiantil no representan un poder en s, sino en relacin con otros grupos sociales, como pue-den ser partidos polticos, sindicatos, grupos religiosos etctera, y adems del apoyo de estos grupos extrauniversitarios dependen mu-chas veces el desarrollo y el xito de los movimientos estudiantiles.

    Sin embargo, la mayora de los ponentes de nuestro simposio no se ocuparon tan directamente de los lderes estudiantiles, como se ve en el presente libro, y esto nos remite a una falta de investigacin en este campo como nos explica Ellen Spielmann en su breve pero importante introduccin al tema. Por ello, invitamos ms tarde y para efectos de esta publicacin a algunos colegas a participar en el cuarto volmen de Historia de los movimientos estudiantiles en Amrica Latina. Espero que los resultados de investigacin que se publican en este libro impulsarn las investigaciones sobre los pro-tagonistas de los movimientos estudiantiles en general, pero espe-cialmente sobre la vida y el desarrollo de sus actividades, sus ideas, opiniones e ideologas.

    Aunque el nmero de trabajos que conforman esta obra es re-lativamente reducido, merece para una mayor claridad una divisin en dos partes: por un lado, la primera parte rene los trabajos que responden al tema original del coloquio del congreso sobre lderes estudiantiles y sus destinos, y tiene el ttulo de Lderes estudiantiles

  • 13P R E S E N TAC I N

    y sus destinos; la segunda la hemos llamado Movimientos estudian-tiles en la segunda mitad del siglo xx y sus relaciones con el poder y la poltica. La primera parte comienza con el estudio de Renate Marsiske sobre los estudiantes de la poca de la reforma, es decir los jvenes entre 1910 y 1930. Miguel ngel Gutirrez presenta en seguida sus investigaciones sobre los lderes estudiantiles socialistas en Michoacn entre 1928 y 1963. Otvio Luiz Machado nos da un panorama general de manera cronolgica de los movimientos estu-diantiles en Brasil y Ellen Spielmann se refiere en su trabajo tambin a Brasil y en especial a los lderes estudiantiles del 68.

    La segunda parte del libro empieza con el trabajo de lvaro Acevedo tambien sobre el 68 en Colombia, en donde explica las diferencias entre memoria e historia. Despus tenemos el texto de Jaime Pensado sobre el movimiento politcnico de 1956. Pablo Toro Blanco nos presenta una reflexin con un ttulo muy sugerente (to-mado de la pelcula alemana sobre el espionaje del servicio secreto en la poca de la rda) que se ocupa de los estudiantes y sus orga-nizaciones durante la dictadura en Chile. Cristina Vera igualmente se ocupa de los estudiantes en la poca de la dictadura en su pas, Argentina. El ltimo trabajo en este libro es de Sebastin Garrido de Sierra sobre masas crticas y redes sociales, lo que nos lleva a un anlisis desde las ciencias sociales de movimientos estudiantiles contemporneos.

    No vamos a dar por concluida la serie Movimientos estudian-tiles en la historia de Amrica Latina ya que todava nos esperan muchas tareas, especialmente la de arrojar ms luz sobre el tema de los lderes estudiantiles.

    Renate Marsiske

  • 15INTRODUCCIN

    MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES Y LDERES ESTUDIANTILES EN AMRICA LATINA DEL SIGLO XX: EL ESTADO DE LA CUESTIN

    En el marco de las acciones polticas antidictatoriales de finales de los aos veinte y de los movimientos masivos que acompaaron el arranque definitivo de la industrializacin en Amrica Latina se destacaron nombres inmediatamente identificables como los de an-tiguos dirigentes estudiantiles vinculados a la ola de reformas uni-versitarias iniciada en 1918 en Crdoba, Argentina.

    Esto no quiere decir que las respectivas opiniones pblicas na-cionales fueran ms all de constatar la existencia del fenmeno. Casos como el del poltico idelogo Vctor Ral Haya de la Torre en esas dcadas, o el de Felipe Herrera, en la coyuntura de comienzos de la dcada de 1960, estn entre los ms visibles. En la segunda posguerra los pases latinoamericanos pasaron de ser el continente del futuro a formar parte de un cmulo definido por su condicin de pases subdesarrollados. Ya en el momento en que Herrera fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (bid) y esa ins-titucin comenz a perfilarse como la principal financiadora de los sistemas de educacin superior en el subcontinente, los estudiantes, al lado de los militares y los miembros del clero en general se encon-traron entre los grupos ms estudiados por la nueva sociologa del desarrollo.

    Esta disciplina quera establecer cules eran los obstculos ob-jetivos y subjetivos para salir del subdesarrollo y cules los grupos sociales capaces de fomentar o liderar este proceso. Lo interesante es que esa sociologa, con sus mtodos de cuantificacin o hasta de ob-servacin participativa, con su inters por las estructuras econmico-

  • 16 E L L E N S P I E L M A N N

    sociales, estuvo ciega ante lo que fue el acontecimiento. El aconteci-miento escapaba a sus enfoques. Y de ese modo, el acontecimiento 1968 en Brasil y Mxico, en su realidad y su complejidad, escap a los anlisis de una sociologa que no poda entenderse como ciencia de lo inmediato.

    Solamente despus de la institucionalizacin acadmica ya sea desde el punto de vista la pedagoga de las ciencias sociales o de los estudios acerca de la historia de la universidad en los pases latinoamericanos los movimientos estudiantiles histricos pasa-ron a ser objeto de investigacin, construidos como tales de diversas maneras. Dentro de sus enfoques apenas despus de los cambios globales posteriores a la cada del muro de Berln comenz el inte-rs, siempre de manera cuantitativa, en los lderes de esos diversos movimientos.

    En la preparacin del simposio que dio origen a este libro, al esta-blecer el estado de la investigacin, sus organizadoras comprobamos que todava no se ha realizado lo que en nuestra poca posibilitan las computadoras: el manejo de datos estadsticos, estudios proso-pogrficos, biografas colectivas de quienes comandaron esos movi-mientos. Los datos disponibles son parte de historias orales que nos pueden asegurar que, en algunos casos, dirigentes de federaciones de estudiantes pudieron llegar (en menos de diez aos) de concluir sus estudios universitarios al despacho de ministros. O contarnos de lderes estudiantiles que se arreglaban ante grandes muchedumbres como si fueran artistas de un performance o grandes cantantes de rock. Pero el conocimiento que puede aportar la prosopografa toda-va no est disponible.

    El otro camino que queda abierto, y en el que tampoco se han dado mayores pasos, es aqul que en el enfrentamiento entre los enfoques macro y micro, la microhistoria no garantiza pero por lo menos promete: en primer lugar que los que no tienen voz, es decir quienes no pasan de ser aparentemente ms que los contempor-neos de los grandes protagonistas, tomen rostro, perfiles y voz; en segundo, es factible entender continuidades y discontinuidades en las carreras y en las vidas de esos llamados protagonistas prin-cipales.

  • 17I N T R O DU CC I N

    Con ese doble horizonte, una prosopografa de la que no dispo-nemos pero que quisiramos tener, y un enfoque microhistrico en donde la pequea historia del movimiento estudiantil y la preten-dida gran historia de los respectivos pases se tocan, vinculan y su-perponen pinsese en el caso cubano alrededor de 1956-1964, por ejemplo, se ha convocado a un muy selecto grupo de especialistas a participar en este libro.

    Ellen Spielmann

  • LDERES ESTUDIANTILES Y SUS DESTINOS

  • 21

    LOS ESTUDIANTES DE LA REFORMA UNIVERSITARIA EN AMRICA LATINA: UNA GENERACIN?

    Renate Marsiske

    Entre las conmociones sociales que irrumpieron en Amrica Latina, durante las primeras dcadas del siglo xx, una de magnitud conti-nental fue la universitaria. La juventud universitaria de los aos de la reforma, entre 1918 y 1930, se manifest como fuerza social y poltica. sa fue la expresin de grupos de estudiantes que se forma-ban para tomar posicin en el acontecer de sus respectivos pases y en algunos casos del continente. A pesar del entorno social, poltico y econmico diferente en Argentina, Per, Cuba y Mxico, y de que los motivos y los resultados de los movimientos eran diferentes, estos estudiantes universitarios encontraron formas de lucha pareci-das con base en ideas parecidas. En Argentina, el movimiento estu-diantil de Crdoba, en 1918, fue un acontecimiento ms bien univer-sitario; en Per, el movimiento se convirti en lucha ideolgica; en Cuba, el movimiento de reforma universitaria estaba estrechamente ligado al nacimiento del Partido Comunista Cubano, y en Mxico, pas de la revolucin, para 1929, era una lucha para hacer manifiesta la importancia de la universidad para el futuro desarrollo del pas.

    A partir de estos movimientos estudiantiles la universidad latino- americana entr al desarrollo del siglo xx, despus de tres siglos como institucin colonial, y despus de los intentos de reforma del siglo xix. Estos movimientos fueron conducidos por lderes estu-diantiles carismticos o por grupos de lderes: en Argentina estaban encabezados por Enrique F. Barros, Horacio Valds, Ismael Borda-behere, apoyados por Gumersindo Sayazo, Alfredo Castellanos, Luis M. Mndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzn Macedo, Julio

  • 22 R E N AT E M A R S I S K E

    Molina, Carlos Surez Pinto, Emilio R. Biagosch, ngel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzn los que firmaron el documento clave de la reforma La juventud argen-tina de Crdoba a los hombres libres de Sudamrica, y por su-puesto por Deodoro Roca, quien ya no era estudiante en este tiempo sino periodista. En Per el movimiento estudiantil de 1921-1923 fue liderado por Ral Haya de la Torre, apoyado por otro periodista e intelectual famoso, Jos Carlos Maritegui. En Cuba por Jos Anto-nio Mella tanto Haya de la Torre como Mella eran lderes polti-cos. En Mxico el movimiento estudiantil de 1929 fue encabezado por Alejandro Gmez Arias, Jos Mara de los Reyes, Carlos Zapata Vela, Salvador Azuela, Baltasar Dromundo, Santiago X. Sierra, en-tre otros. Los movimientos de reforma universitaria en Argentina y ms tarde en Mxico eran ms bien universitarios, que buscaban reformas importantes en sus respectivas universidades y por ende eran dirigidos por grupos de estudiantes, no por lderes carismticos. En cambio, en Per y Cuba los movimientos estudiantiles estaban ligados a la figura de sus lderes, Haya de la Torre y Mella, con el desarrollo poltico de sus pases, la formacin de partidos, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (apra) en Per y el Partido Co-munista en Cuba.

    El estudiante universitario, como categora social, ha modifica-do desde entonces rotundamente su perfil; la totalidad de las relacio-nes econmicas, sociales, polticas y culturales de Amrica Latina tambin ha sufrido modificaciones sustanciales. Esto nos hace pen-sar que los estudiantes de la reforma fueron en muchos casos los im-pulsores y protagonistas de estos cambios. Cmo podemos definir entonces a estos jvenes estudiantes latinoamericanos? Realmente tenan algo en comn los universitarios argentinos, mexicanos, pe-ruanos y cubanos de los aos veinte? Y si es as, son un grupo de edad, un grupo social, una subcultura juvenil o una generacin? Los estudiantes universitarios como categora social tienen una vida efmera, permanecen por algunos cortos aos en alguna institucin de educacin superior, son parte de la juventud de sus pases; cierta-mente, una parte privilegiada.

  • 23LO S E S T U D I A N T E S D E L A R E F O R M A U N I V E R S I TA R I A E N A M R I C A L AT I N A

    La discusin sobre la juventud, tpica de los aos sesenta del siglo xx,1 parece cobrar actualidad hoy en da, donde abundan artcu-los y tesis sobre el fenmeno de la juventud,2 sobre todo en lo que se refiere a la problemtica juvenil en las grandes urbes, como son el papel de las drogas, los jvenes que no trabajan y no estudian, la violencia. Sin embargo, esto no desemboca en investigaciones serias sobre el tema. Adolescence, that stage of life hovering precariously between childhood and adulthood, has technically existed only in the twentieth century - the term first publicized by G. Stanley Hall in 1904.3 Es decir, el tratamiento analtico de los jvenes como ca-tegora social es algo reciente, slo a partir del siglo xx se habla de la juventud como algo especial, un estado entre la niez y el ser adulto: la juventud es un fenmeno histrico de existencia relativamente nue-va. La pertenencia a un grupo de edad, a una generacin, est funda-da por la existencia del ritmo biolgico del ser humano. A partir de los trabajos de Karl Mannheim4 y Jos Ortega y Gasset5 publicados los dos en 1928 en Alemania (aunque el segundo apareci primero en espaol en 1927) adquiere importancia social porque estos au-tores sostienen que un mismo grupo de edad acta en el sistema social en una misma poca histrica. As, son de suma importancia las diferenciaciones por edades para el sistema social, pero tambin para el individuo. Para el sistema social significan categoras segn las que se asignan los diferentes roles a diferentes personas; para el individuo la conciencia de su propia edad se convierte en un impor-tante elemento de integracin.

    La familia es la primera instancia de socializacin, por lo cual la relacin entre familia y sociedad juega un papel central en todas

    1 Ludwig von Friedeburg, Jugend in der modernen Gesellschaft, 1965; Julin Maras, El mtodo histrico de las generaciones, 1967.

    2 Ronald D. Cohen, The Delinquents: Censorship and youth culture in recent U.S. history, 1997; Roberto Machuca Becerra, Amrica Latina y el Congreso Internacional de Estudiantes de 1921: la generacin de la reforma universitaria, 1996.

    3 Ronald D. Cohen, op. cit., p. 252.

    4 Karl Mannheim, Das Problem der Generationen, 1928-1929, pp. 157-185 y 329-330.

    5 Jos Ortega y Gasset, El tema de nuestro tiempo, 1927 (versin en alemn: Die Aufgabe unserer Zeit, Zurich, 1928).

  • 24 R E N AT E M A R S I S K E

    las reflexiones sobre la incorporacin de los jvenes al mundo de los adultos. Los jvenes de la reforma eran miembros de una cul-tura familiar tradicional, a pesar de los cambios experimentados en Amrica Latina a principios de siglo, que inclua las estructuras familiares de la clase media, de donde provenan en gran parte los estudiantes universitarios. Estas familias se hicieron ms abiertas al convertirse en familias urbanas; pero, an as, la familia extensa inclua varias generaciones, otros familiares (como tas y primos) y adems en muchos casos miembros de la servidumbre. Este tipo de familia cumpla muchas funciones diferentes, en ella la edad de sus miembros y el estatus de la familia servan, respectivamente, como principal criterio de la asignacin de los roles y para evaluar la posi-bilidad de conseguir poder econmico y social.

    La unidad familiar o de parentesco es en sociedades como las la-tinoamericanas, hasta hoy, la unidad central de la reparticin social del trabajo. As, las relaciones entre edades heterogneas moldean las formas bsicas de interaccin entre las edades, mientras las rela-ciones entre edades homogneas, por otro lado, han sido hasta hace poco de importancia secundaria. stas nacen en sociedades en donde la unidad familiar o de parentesco no puede asegurar la adquisicin de un estatus social vlido de sus miembros; es decir, sistemas sociales en donde la asignacin de roles y recompensas no se basan en la perte-nencia a unidades familiares. En este tipo de sociedades, los roles im-portantes institucionalizados son independientes de la familia.6 Esto facilita la formacin de grupos sociales con una gran autonoma y un importante autocontrol, grupos con una cultura parcial o subcultu-ra.7 Para subsistir, este tipo de subculturas que pueden ser juveni-les desarrollan sus propios valores, comportamientos y normas.8 Este es el caso en las grandes urbes del planeta, en So Paulo igual que en Tokio o en San Francisco, en donde encontramos diferentes tipos de grupos juveniles o si se quiere de subculturas juveniles.

    6 Samuel N. Eisenstadt, From generation to generation, 1956, pp. 21-55 y 325-327.

    7 Friedrich H. Tenbruck, Jugend und Gesellschaft, 1962, pp. 47-51, 58-64 y 84-89.

    8 Helmut Schelsky, Die skeptische Generation. Eine Soziologie der deutschen Jugend, 1957, pp. 96-126 y 500-501.

  • 25LO S E S T U D I A N T E S D E L A R E F O R M A U N I V E R S I TA R I A E N A M R I C A L AT I N A

    Para nuestro propsito parece ser que el concepto de genera-cin, as como lo formul Karl Mannheim, es el que nos explica mejor los comportamientos de los jvenes estudiantes de la refor-ma, los que vivan en estructuras familiares tradicionales en las sociedades latinoamericanas de principios de siglo. La unidad de una generacin no es un grupo concreto, sino la ubicacin pare-cida de individuos en el espacio social; no se basa en la voluntad de sus miembros, sino en su ritmo biolgico. La ubicacin de una generacin significa para los individuos encontrarse en un espacio social histrico especfico, lo que caracteriza su manera especial de pensar y de actuar en el proceso histrico. Es decir, la creacin y acumulacin de cultura a lo largo de la historia no se lleva a cabo siempre por los mismos individuos, sino que son cada vez nuevas generaciones que hacen esta tarea. Esto quiere decir que la cultura se perpeta por personas que tienen una nueva interpre-tacin de la cultura acumulada. Mannheim no habla de ruptura entre generaciones, sino de un nuevo acceso a los bienes culturales acumulados.9

    Los jvenes estudiantes de la reforma no rompen con las es-tructuras universitarias del pasado: tratan de cambiar las cosas por medio de un acercamiento innovador a las estructuras heredadas.

    las familias, los grupos de amigos, los compaeros de escuela, los vecinos, el barrio, cada instancia social donde se desenvuelven desde nios los jvenes de los aos veinte, es ms abierta, diversa, contradic-toria, compleja; por ello, el conjunto de instancias sociales, concentra

    un amplio potencial de cambio.10

    En este sentido, en estos grupos generacionales se establecieron patrones de vinculacin, socializacin e identificacin distintos a los de las redes familiares tradicionales.

    A pesar del constante crecimiento de la poblacin de estos aos, todava era pequeo el nmero de jvenes, casi exclusivamente hom-

    9 Karl Mannheim, op. cit., p. 178.

    10 Roberto Machuca Becerra, op. cit., p. 37.

  • 26 R E N AT E M A R S I S K E

    bres, que asistan a la universidad. Este hecho, junto con la cercana fsica de los alumnos a sus escuelas, aun en ambientes urbanos, alen-t la unin entre ellos. Lo que caracteriz a los estudiantes mexi-canos de estos aos seguro que tambin es valido para los dems estudiantes latinoamericanos: los estudiantes no slo convivan en los salones de clase, tambin en actividades de tipo social, como bai-les, recepciones, comidas y fiestas. Estos jvenes pasaban gran parte de su tiempo en los patios de la universidad, en las libreras y cafs cercanos. Muchos de ellos haban venido de la provincia y vivan con familiares o en casas de huspedes.11

    Sin embargo, esto no significa que podemos hablar de una sub-cultura juvenil, fenmeno muy posterior tambin en Amrica La-tina. La apariencia y los comportamientos de los estudiantes de la reforma eran muy parecidos a los de los adultos: vestan como los adultos, con trajes oscuros, camisas blancas almidonadas, corbata y sombrero de paja; sus fiestas y otras actividades recreativas y el tipo de relacin que mantenan con los maestros y las autoridades universitarias los hace aparecer como adultos.

    Para Amrica Latina, esta posicin estudiantil de rebelda constituy un elemento al mismo tiempo innovador y fundador de las orientaciones sociopolticas subsiguientes. Esto no es una pro-yeccin gratuita: muchos de los dirigentes polticos de la primera mitad de este siglo y algunas organizaciones e ideologas polticas contemporneas surgieron de esa generacin estudiantil que des-punta hacia 1920. Ms all de su transitorio carcter estudiantil, ellos conformaran las lites y contra lites nacionales, en trmi-nos culturales o polticos. Pertenecen a esa generacin marcada por el cambio de una conjetura particularmente dinmica y como tal actuaron posteriormente. En estos aos surgieron en el conti-nente las estructuras socioeconmicas e ideolgico-culturales de la Amrica Latina contempornea. Los cambios los experimentan y los impulsan despus los jvenes de la generacin de la reforma en los campos econmicos, polticos, sociales e ideolgicos. Como

    11 Renate Marsiske, Los estudiantes. Trabajos de historia y sociologa, 1998, p. 192.

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    estudiantes empiezan a ser motor de reformas en la universidad, institucin hasta entonces rezagada de la modernizacin.12

    A principios de siglo se iniciaba, en unos casos un poco antes y en otros despus, una nueva etapa econmica13 que culminara ms tarde y de manera incompleta en la diversificacin productiva de la regin. Este periodo de transicin entre una economa plenamente exportadora y otra industrializada a medias es la que atravesaban los jvenes universitarios de la reforma.

    El estrato medio, del que provenan mayoritariamente quienes conformaran la lite universitaria reformista, surgi dentro de este esquema de transformacin econmica y social. Los miembros de una fraccin polticamente marginal de la oligarqua, los grupos so-ciales que al impulso de la economa hacia afuera lograron cierta movilidad social, se sumaron a los grupos medios provenientes de la estructura social previa ya adaptada al sistema vigente; aqullos dieron el carcter renovador, dinmico, a esa nueva clase media.14 El abanico que empez a desplegar estuvo constituido por pequeos y medianos comerciantes y propietarios con xito, abogados, mdi-cos, maestros, burcratas, periodistas etc., que se multiplicaban en la nueva dinmica urbana. Son los miembros de esta clase media nueva los que monopolizan las oportunidades de movilidad social.15 Los jvenes de clase media asumieron y potenciaron estas expectativas.

    Aunque Amrica Latina no dej de ser predominantemente ru-ral en su conjunto, las ciudades donde vivan los jvenes de la dcada

    12 A principio de siglo las universidades en Amrica Latina, producto de las reformas del siglo XIX, seguan en su gran mayora el modelo de la universidad napolenica; es decir, una insti-tucin de educacin superior en donde se separa la docencia de la investigacin, enfocada a la formacin de profesionistas. Por otro lado, las universidades eran instituciones del Estado, sin autonoma y en muchos casos con una gran injerencia de la iglesia catlica en todos sus mbitos.

    13 Fernando Cardoso, Hctor Santana y Hctor Prez Brignoli, Historia econmica de Amrica Lati-na, t. 2, 1979; William Glade, Amrica Latina y la economa internacional 1870-1914, 1991, pp. 1-91; Marcos Kaplan, Formacin del Estado nacional en Amrica Latina, 1983.

    14 John J. Johnson, La transformacin poltica en Amrica Latina-Surgimiento de los sectores me-dios, 1961; Ral Bentez Zenteno (edit.), Las clases sociales en Amrica Latina, 1973; Luisa Fuen-tes Muoz-Ledo, The middle class and democracy in Latin America: Argentina, Brazil and Mexico, 1987; Vctor Alba, La nueva clase media latinoamericana, 1976, p. 782.

    15 CEPAL, Poblacin y desarrollo en Amrica Latina, 1975, p. 159.

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    de 1920 cambiaron alrededor del eje econmico y social sealado. Estas ciudades en proceso de modernizacin se volvieron polo de atraccin interna e intrarregional e incluso extracontinental, para quienes buscaban oportunidades de movilidad social y la satisfac-cin de expectativas poltico-econmicas e ideolgico-culturales. Por otra parte estuvieron los inmigrantes e hijos de inmigrantes que engrosaron e influyeron sensiblemente en la sociedad uruguaya, ar-gentina y brasilea. Ellos ya no iban a permitir que la cultura y la educacin fueran exclusiva propiedad de los intelectuales miem-bros de la oligarqua: El hijo del inmigrante, operada su emanci-pacin econmica, quiere trepar los peldaos del predominio pol-tico y cultural, se hace fuerza pujante de la oposicin e ingresa a la Universidad.16

    Las clases medias empezaron a tener mayor peso y poco a poco los anteriores clubes polticos empezaron a transformarse a su vez en partidos polticos o surgieron partidos polticos nuevos: el Libe-ral o el Antirreelecionista en Mxico, la Unin Cvica o el Partido Socialista, en Argentina, el Partido Comunista en Cuba, el apra para Per ms tarde. Son los momentos en que se empieza a gestar una nueva dimensin tambin en lo poltico aunque el margen de accin fuera limitado y diferenciado segn el pas. Las clases medias urbanas emergentes son las que les dan un perfil distinto y un peso poltico importante a estas organizaciones; de igual importancia fue que en su seno un sector determinante por su beligerancia y orien-tacin era el juvenil.

    Los jvenes que fueron despertando a la vida poltica estaban algo lejanos del sistema poltico de sus padres o definitivamente dis-tantes de los que haban detentado el poder. La juventud estudiantil de clase media, an sin una definicin precisa de su ubicacin eco-nmica, ser la que se involucre primordialmente en los procesos de cambio poltico en curso. Coincidieron con ciertas reivindicaciones obreras,17 pero al mismo tiempo no pueden eliminar el gran peso

    16 Carlos Tnnermann, Sesenta aos de la reforma universitaria de Crdoba, 1918-1978, 1978, p. 11.

    17 De gran importancia en este contexto son la creacin de la universidad popular en Per, por iniciativa de Ral Haya de la Torre, y en Cuba, por la de Jos Antonio Mella, como centros de

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    de sus expectativas pequeo burguesas. En el campo poltico y en especial en la lucha poltica en las universidades fue donde la juven-tud desarroll su propia dinmica. Aqu la juventud de clase media adquiri mayor cohesin, como grupo diferenciado.

    Los jvenes eran elemento de inquietudes productivas dentro de la universidad y estaban conscientes de los cambios ideolgicos que se vivan despus de la Primera Guerra Mundial y su signifi-cado para Amrica Latina. La crtica al eurocentrismo, fundada en la prdida de la fe en la superioridad de los pases europeos y en su desarrollo pacfico a raz de la Primera Guerra Mundial, hace reformular los nacionalismos regionales y resaltar la patria grande latinoamericana. La insularidad latinoamericana da paso a un nuevo planteamiento de unidad subregional. Se formulan las nacionalidades, interior y exteriormente se habla de la patria grande y se hacen campaas continentales a favor de la unidad latinoamericana y contra el imperialismo. Los jvenes estudiantes se sienten ser llamados a encontrar el sentir latinoamericano. En este contexto, la Revolucin Mexicana acentuara la necesidad de una conciencia nacionalista y la Revolucin Rusa aparece en el escenario trayendo una luz nueva, ofreciendo ideales de humana redencin, levantando una voz acusadora y proftica al mismo tiempo.18

    A la conciencia nacionalista y antiimperialista se agreg un hu-manismo utpico, un cierto socialismo liberal y un anticlericalismo, expresados en los discursos y escritos de la lucha estudiantil.19 Las ideas plasmadas en el movimiento de reforma fueron, en efecto, la mayor escuela ideolgica para los sectores avanzados de la pequea burguesa, el ms frecuente espacio de reclutamiento de las contra-

    enseanza de cultura general para los obreros. En general, es la poca de auge de la extensin universitaria en todas las universidades latinoamericanas; los estudiantes y en muchos casos tambin los maestros se organizaron para dar conferencias y cursos en centros obreros.

    18 Julio V. Gonzlez, La universidad, teora y accin de la reforma, 1945, p. 110.

    19 Juan Carlos Portantiero, Estudiantes y poltica en Amrica Latina, 1918-1938, 1978; Dardo Cneo, La reforma universitaria (1918-1930), 1978; Renate Marsiske (coord.), Movimientos estudiantiles en Amrica Latina: Argentina, Per, Cuba y Mxico 1918-1929, 1989; Renate Marsiske, Los estu-diantes. Trabajos de historia y sociologa, 1998; Renate Marsiske (coord.), Movimientos estudian-tiles en la historia de Amrica Latina, vol. 2, 1999.

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    lites que enfrentaron a las oligarquas y de ah surgieron la mayora de los lderes latinoamericanos y muchos de los partidos polticos.

    En Per el movimiento de reforma iba ms all de un simple in-cidente universitario, pues abri la discusin poltica sobre el futuro de Latinoamrica,20 sostenida, sobre todo, por Vctor Ral Haya de la Torre y Juan Carlos Maritegui21 y orientada hacia la formacin de partidos polticos para las clases medias y populares. Haya de la Torre fund en Mxico, despus de haber sido expulsado de Per, en 1924, la apra como frente nico latinoamericano de lucha contra el imperialismo.

    En Cuba, el resultado ms importante fue la fundacin del Par-tido Comunista Cubano:22 Si en Argentina, donde el movimiento reformista nace, no es [...] ni antiimperialista ni antigubernamental, en Cuba como en el Per ste adquiere pronto un carcter revo-lucionario, profundamente patritico, con proyecciones sociales de largo alcance.23 Para los estudiantes peruanos y cubanos la reforma de las universidades supona en su origen una intencin de cambio social que iba ms all de modificar la ordenacin de las casas de estudio: era un proyecto de cultura nacional.

    Aunque el movimiento estudiantil de 1929 en Mxico fue parte de una secuencia de movimientos de reforma universitaria en Am-rica Latina a principios de siglo xx y aprovech las experiencias de los estudiantes argentinos, peruanos y cubanos, al utilizar formas de lucha y lenguaje parecidos, el entorno poltico y social del pro-blema universitario fue diferente. Los estudiantes mexicanos no lu-charon contra un gobierno dictatorial y una institucin universitaria decimonnica, ya que el pas recin haba salido de una revolucin y la Universidad Nacional de Mxico se haba inaugurado en 1910, aunque con base en ideas y modelos del siglo xix. La lucha arma-da revolucionaria, que estall dos meses despus, en noviembre de

    20 Julio Cotler, Clases, Estado y nacin en el Per, 1982, pp. 164 y ss.

    21 Vctor Ral Haya de la Torre, Obras completas, 1976-1977; Jos Carlos Maritegui, Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana, 1969.

    22 Olga Cabrera, Julio Antonio Mella, Reforma estudiantil y antiimperialismo, 1975; Carmen Almo-dbar y Olga Cabrera (comps.), Las luchas estudiantiles universitarias 1923-1934, 1975.

    23 Fabio Grobart, Prlogo, en Julio Antonio Mella, Escritos revolucionarios, 1978, p. 18.

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    1910 hizo desaparecer el Estado dictatorial de Porfirio Daz para dar lugar a gobiernos revolucionarios, pero dificult el desarrollo y la consolidacin de la institucin universitaria. El movimiento de los estudiantes universitarios en 1929 expres los reclamos de la clase media mexicana descuidada por los gobiernos revolucionarios a fa-vor de los reclamos ms apremiantes de la poblacin rural. Por otro lado, este sector de la poblacin se haba aglomerado como fuerza poltica alrededor de Jos Vasconcelos, quien desafi al gobierno en la contienda electoral de 1929 y contribuy as a la movilizacin de los estudiantes.

    Tambin en Argentina, donde se haba iniciado el movimiento de reforma en la universidad de Crdoba en 1918 como confron-tacin entre la sociedad argentina que comenzaba a experimentar cambios en su composicin interna y una universidad enquistada en esquemas obsoletos, el movimiento estudiantil es expresin de reclamos de las nuevas clases medias por una mayor apertura y nuevas posibilidades de desarrollo. Argentina, con un alto nivel de desarrollo industrial y de concentracin urbana por las intensas co-rrientes migratorias, se caracteriz por una sociedad jerarquizada y polarizada: el sector exportador tena el poder econmico y poltico y dominaba la sociedad, as que nuevas fuerzas sociales difcilmente se podan consolidar a principios de siglo. Esta realidad sociopolti-ca y socioeconmica argentina tena su reflejo en las universidades, que haban nacido con un marcado perfil elitista, a espaldas de las realidades nacionales, reproduciendo la cultura europea.

    El movimiento estudiantil de la reforma en Amrica Latina no era slo un desorden estudiantil de jvenes que se rebelaron contra sus maestros y las autoridades, ya que la estrecha relacin entre uni-versidad, sociedad y poltica en Amrica Latina convierte a las ac-tividades estudiantiles en asuntos polticos: no se debe subestimar la amenaza que present para el orden poltico: en Amrica Latina muchos movimientos subversivos y golpes de Estado han empezado con movimientos estudiantiles.24 Los estudiantes se convirtieron en portavoz de nuevos grupos sociales, anticlericales y nacionalistas.

    24 Renate Marsiske, Movimientos estudiantiles en Amrica Latina..., p. 16.

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    En la medida en que los respectivos movimientos estudiantiles llevaban sus reivindicaciones a la calle, y se insertaban en los pro-cesos sociopolticos de sus pases, se ensanchaba el contenido de sus reivindicaciones, que buscaban la coincidencia con otros sectores so-ciales. El movimiento universitario se transformaba en un eslabn, el ms detonante, del movimiento poltico general. La necesidad de solidaridad exterior introdujo en la reforma algo que sera, quizs, su caracterstica ms saliente: la proyeccin continental sostenida tras la idea de un destino latinoamericano comn.

    La dimensin latinoamericana del programa reformista, as como las acciones concretas de los lderes estudiantiles, implicaron una coherencia antes no conocida. El movimiento de reforma uni-versitaria se apropi de la exigencia de la autonoma universitaria y llev a sta, en muchos casos, a un ordenamiento legal. Sin embar-go, la autonoma universitaria, que en el fondo es el problema de las relaciones entre una corporacin e instancias externas de deci-sin, fue interpretada y utilizada en cada pas de diferente manera: en Crdoba en 1918, apareci como elemento de lucha estudiantil contra un Estado oligrquico y a favor de una democratizacin de las estructuras universitarias; en Mxico, en cambio, es otorgada y utilizada por el gobierno para acabar con el movimiento estudiantil.

    Pero incluso si hablamos de los estudiantes como protagonistas de movimientos sociales de la dcada de 1920,25 no hay que olvi-dar que los estudiantes de la reforma en Amrica Latina eran por abrumadora mayora urbanos, econmicamente acomodados, tra-dicionalistas y moderados en poltica,26 ellos vivan en una insti-tucin donde se educaba la lite de su pas, eran una generacin de habitantes de una zona generalmente muy reducida de privilegio

    25 Slo hasta mediados de la dcada de 1950 los movimientos estudiantiles en Amrica Latina empiezan a desafiar el orden social y poltico en un sentido revolucionario; hasta entonces se haban formado en defensa y ampliacin de las prestaciones sociopolticas de las clases medias, las que en parte eran idnticas a los fines democrticos y liberales de los estudiantes reformistas.

    26 Javier Garciadiego, Rudos contra cientficos. La Universidad Nacional durante la Revolucin Mexi-cana, 1996, p. 15.

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    social;27 slo en Per y Cuba buscaron un cambio de la sociedad en su conjunto; en Argentina y Mxico queran ms bien una reforma de las universidades. Sin embargo y a pesar de todas las diferencias entre ellos, podemos sostener que los estudiantes que participaron en los movimientos estudiantiles entre 1918 y 1929 se consideraron la generacin de la reforma y por todo lo anteriormente expuesto hay que reconocerlos como una generacin. A partir de esta idea, hay que analizar la participacin de los lderes estudiantiles, sus ideas, su vida y sus destinos.

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    LDERES ESTUDIANTILES SOCIALISTAS EN MICHOACN: BREVE ITINERARIO POLTICO (1928-1963)

    Miguel ngel Gutirrez Lpez

    IntroduccIn

    Durante la segunda mitad de la dcada de 1920 se gest un mo-vimiento de reforma universitaria que busc imponer un carcter socialista a la Universidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo. Este impulso reformista logr su momento de auge en la dcada siguiente, pero sus efectos se mantuvieron vigentes hasta la segunda mitad del siglo xx.

    El movimiento socialista de reforma universitaria en Michoacn funcion como una escuela ideolgica de la que emergieron varios lderes estudiantiles que en poco tiempo ocuparon posiciones desta-cadas en el gobierno universitario y, en algunos casos, extendieron sus actividades polticas a la administracin pblica.

    Entre los lderes estudiantiles socialistas michoacanos destaca-ron Enrique Arregun Vlez y Natalio Vzquez Pallares, quienes lle-garon a ocupar la rectora de la Universidad Michoacana a tempra-na edad e inmediatamente despus de concluir su vida estudiantil. Otros dirigentes, formados en la dcada de 1930 en relacin directa con el socialismo michoacano, participaran tambin de manera re-levante en las actividades universitarias en los aos cincuenta y se-senta. A la vez, debe tomarse en cuenta la importancia de algunos universitarios michoacanos como Alberto Bremauntz1 y Jess Daz

    1 Alberto Bremauntz (Morelia, 13 de agosto de 1897; ciudad de Mxico, 3 de diciembre de 1978) ingres al Colegio de San Nicols en 1912. Se gradu de la Escuela Normal de Morelia en mayo de 1916; posteriormente ingres a la Escuela de Jurisprudencia, de la cual egres en septiembre de 1929. Como diputado federal particip activamente en la reforma del artculo 3 constitucional de diciembre de 1934 que dio sustento a la educacin socialista. Fue rector

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    Barriga2 que, de manera directa o indirecta, fungieron como mento-res polticos e ideolgicos del estudiantado socialista.

    El movimiento de reforma universitaria socialista en Michoa-cn tuvo dos momentos importantes, en 1934 y 1939. En el primero de estos aos la universidad fue declarada socialista por sus autori-dades y correspondi a Enrique Arregun dirigir las actividades de la institucin en 1935. Posteriormente, en 1939, Natalio Vzquez Pallares encabez el esfuerzo reformista que llev a la promulgacin de una ley orgnica inspirada en los principios socialistas.

    Tras el impulso reformista de los aos treinta, lderes como Arregun y Vzquez Pallares continuaron sus actividades polticas en diversos mbitos de la administracin federal, pero mantuvieron una comunicacin directa con la Universidad Michoacana. Esta re-lacin se hizo ms estrecha en la dcada de 1960, en momentos en que la institucin y algunos de sus miembros se enfrentaron poltica e ideolgicamente con el gobierno mexicano, en un contexto en el que las ideas socialistas fueron una vez ms objeto de discusin.

    En 1963 la Universidad Michoacana sufri la intervencin de las autoridades estatales. El gobernador Agustn Arriaga impuso un nuevo modelo de institucin universitaria con la promulgacin de una ley orgnica en marzo de ese ao. Con esta accin se puso final a una estructura organizativa vigente desde 1939 y se busc limitar la influencia del socialismo universitario. No obstante, a pesar de estos cambios, la presencia de algunos de los miembros ms desta-cados de esta corriente fue determinante en la configuracin de un nuevo proyecto universitario en los aos posteriores.

    de la Universidad Michoacana de agosto de 1963 a agosto de 1966, Hilda Daz Aldama, Los estudios de jurisprudencia en la Universidad Michoacana, 1917-1932, 2000, pp. 121-123.

    2 Jess Daz Barriga naci el 20 de julio de 1891 en Salvatierra, Guanajuato. Ingres en el Cole-gio de San Nicols en 1904, donde fue nombrado preparador de la ctedra de Fsica en 1907. En 1919 figur como miembro del Consejo Superior de Salubridad del estado de Michoacn. Fue director fundador, en 1920, del Centro Vacungeno del mencionado consejo, del que fue nombrado presidente al ao siguiente. Durante 1924 y 1925 desempe el cargo de director general de Instruccin Pblica en Michoacn, Brgido Ayala, Semblanza del doctor Jess Daz Barriga, ex rector de la Universidad Michoacana, 1981, pp. 9-14.

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    unIversIdad y reforMa educatIva en MIchoacn (1926-1932)

    En julio de 1926 asumi la rectora de la Universidad Michoaca-na de San Nicols de Hidalgo el mdico Jess Daz Barriga, quien permanecera en el cargo hasta 1932. Este sexenio constituy un caso excepcional de estabilidad en la administracin universitaria, caracterizada por los constantes cambios en su conduccin. Los l-timos cuatro aos de la gestin de Daz Barriga coincidieron con la administracin estatal de Lzaro Crdenas (1928-1932), un go-bernante con el que rpidamente se identific un gran nmero de universitarios.

    Lzaro Crdenas estableci mecanismos de comunicacin di-recta con la Universidad Michoacana y sus miembros. En recipro-cidad, profesores y alumnos de la institucin apoyaron el programa educativo gubernamental y constituyeron una base social de apoyo incondicional para el mandatario michoacano. Fue en esos momen-tos cuando un amplio sector de los universitarios que se asuman como revolucionarios y socialistas se definieron como cardenistas, con lo que en la prctica cardenista y socialista terminaron siendo casi sinnimos.

    La propuesta de una reforma educativa, que formaba parte del programa poltico cardenista, fue apoyada y enriquecida por los universitarios michoacanos. De esta colaboracin surgieron proyec-tos y acciones que tuvieron como finalidad la aplicacin de un mo-delo educativo que, bajo la gua del Estado, buscara socializar la enseanza. Esta labor requiri de la participacin directa de la Universidad Michoacana que, como institucin, se pleg a la lnea poltica e ideolgica sostenida por el poder ejecutivo estatal.3

    3 Las propuestas de socializar la enseanza promovidas por los universitarios michoacanos durante la gubernatura de Lzaro Crdenas tuvieron un antecedente en el inicio de la dcada de 1920. Durante el rectorado de Ignacio Chvez, que coincidi con la gestin de Francisco J. Mgica como gobernador del estado (1920-1922), se realizaron importantes modificaciones en la estructura y legislacin universitarias. El poder ejecutivo estatal aument sus atribu-ciones en lo referente a la conduccin de la Universidad y se reforz el carcter laico de la enseanza. Tambin debe considerarse que Mgica lleg a la gubernatura del estado postu-lado por el Partido Socialista Michoacano y se propuso dar un sentido social a la educacin. Vase Pablo G. Macas, Aula Nobilis (monografa del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicols

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    En este contexto, durante la segunda mitad de la dcada de 1920, surgi la figura poltica de Enrique Arregun Vlez en el m-bito universitario. ste, que se titul como mdico en 1928, se des-empe como profesor del Colegio de San Nicols y de la Facultad de Medicina, al tiempo que iniciaba una labor de organizacin de las juventudes socialistas en Michoacn. Esta labor lo llev a con-solidarse como uno de los principales lderes universitarios y a ser considerado como el candidato idneo para ser el sucesor de Daz Barriga en la rectora universitaria.

    Cuando Jess Daz Barriga concluy su rectorado, en 1932, pa-reca que Arregun lo relevara en el cargo, puesto que contaba con el apoyo de las principales organizaciones estudiantiles. No obstan-te, la llegada de Benigno Serrato a la gubernatura estatal, enemigo poltico del cardenismo, provoc un cambio en la orientacin de las actividades universitarias. El poder ejecutivo estatal design rector a Gustavo Corona e impuls una reestructuracin de la Universidad, reflejada en la promulgacin de una nueva ley orgnica en febrero de 1933.

    An as, los cambios en el contexto poltico estatal y nacional posibilitaron el regreso de los socialistas al gobierno universitario en 1934. La muerte del gobernador Serrato y el ascenso de Lzaro Cr-denas a la presidencia de la repblica reforzaron la posicin de los socialistas michoacanos y contribuyeron a su proyeccin en diversas esferas de la administracin pblica.

    Ese mismo ao, Enrique Arregun y Jess Daz Barriga presen-taron su proyecto sobre la organizacin educativa universitaria de acuerdo con el socialismo cientfico,4 el cual constitua los linea-mientos generales que el Bloque de Jvenes Revolucionarios de Mi-choacn (bjrm) estimaba que deban regir en la Universidad Mi-choacana.5 El documento fue concebido como la parte educativa de

    de Hidalgo), 1940, pp. 399-427; ngel Gutirrez, Universidad Michoacana. Historia breve, 1997, pp. 25-28.

    4 Enrique Arregun Vlez y Jess Daz Barriga, Proyecto sobre la nueva organizacin educativa universitaria de acuerdo con la tesis del socialismo cientfico, 1968, pp. 183-213.

    5 El BJRM fue creado en mayo de 1934 con la participacin de universitarios y trabajadores (artesanos, obreros y campesinos).

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    un programa de transformacin integral de la sociedad mexicana, el cual tendra su elemento ms importante en la accin del poder p-blico para implantar nuevas estructuras econmicas. Por esta razn, se seal que as como haba nacido una economa dirigida hacia la destruccin de la explotacin del hombre por el hombre, en ese mo-mento se buscaba la gestacin de una educacin formadora de una conciencia acorde con las nuevas circunstancias. En este sentido, la universidad socialista se propona realizar una revolucin en la conciencia de las masas, como complemento de la revolucin de las estructuras social y econmica.6

    La preparacin y presentacin del proyecto de Arregun y Daz Barriga coincidi con la discusin y aprobacin legislativas de la propuesta de reformar el artculo tercero constitucional para dar un sentido socialista a la educacin impartida por el Estado. En este contexto, el 23 de octubre de 1934 se decidi, por parte de sus autoridades, que la Universidad Michoacana adoptara la orienta-cin que estipulaba la reforma del mencionado artculo.7 Esta deci-sin dio un nuevo impulso al grupo de universitarios socialistas que comandaba Enrique Arregun y posibilit su reingreso al gobierno universitario.

    el rectorado de enrIque arregun y las labores de la unIversIdad socIalIsta (1935)

    El 7 de diciembre de 1934 un grupo denominado Comit de Estu-diantes Socialistas Pro Reorganizacin Universitaria expuso al go-bernador del estado, el general Rafael Snchez Tapia, su posicin ante el relevo en la conduccin de la Universidad Michoacana. En-terados de la renuncia presentada por el rector Gustavo Corona, manifestaron al mandatario la necesidad de que el nuevo nombra-miento se hiciera de manera democrtica, tomando en cuenta la opi-nin del sector estudiantil. Por esta razn, externaron la decisin de

    6 Enrique Arregun Vlez y Jess Daz Barriga, op. cit., pp. 186, 192.

    7 AHUM, fondo CU, S, A, 23 de octubre de 1934.

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    apoyar la designacin de Enrique Arregun Vlez como candidato a la rectora universitaria.8

    El Comit de Estudiantes Socialistas Pro Reorganizacin Uni-versitaria fue creado por un grupo de cuarenta universitarios, de filiacin socialista, con el fin nico de proponer una candidatura a la rectora. Este comit se ostentaba como la agrupacin que haba logrado unificar el criterio de un conjunto de organizaciones que decan luchar por la implantacin de una universidad de Estado.9

    La presin ejercida por los universitarios socialistas y los cam-bios en el equilibrio de fuerzas polticas, derivados del inicio del rgimen presidencial de Lzaro Crdenas, posibilitaron que, el 15 de diciembre de 1934, Enrique Arregun accediera al cargo de rector.10 El nuevo dirigente universitario asumi el puesto con el compro-miso de llevar a la prctica los planes del bjrm que buscaban dar un carcter socialista a la Universidad Michoacana. Con este nom-bramiento del ejecutivo estatal se abrira un nuevo captulo en las relaciones entre los universitarios y el poder pblico.11

    En enero de 1935 Arregun expuso una vez ms su propsito de imprimir un carcter socialista a la Universidad. En el discurso que dio al inaugurar el ao lectivo ratific lo expuesto meses atrs en el Proyecto sobre la nueva organizacin educativa universitaria de acuerdo con la tesis del socialismo cientfico.

    Por otra parte, a la par de su cargo como rector, Enrique Arre-gun funga como secretario general de las Juventudes Socialistas de Michoacn. Esta organizacin, que tuvo su origen en el bjrm, se cre con el propsito de reunir a la juventud radical revoluciona-

    8 Memorial dirigido al gobernador de Michoacn, Rafael Snchez Tapia, por el Comit de Estu-diantes Socialistas Pro Reorganizacin Universitaria, 7 de diciembre de 1934, en AGN, fondo LCR, c. 745, exp. 534.8/3.

    9 Acta constitutiva del Comit de Estudiantes Socialistas Pro Reorganizacin Universitaria, en AGN, fondo LCR, c. 745, exp. 534.8/3. Estas agrupaciones eran el BJRM, el Sindicato de Obreros Intelectuales de Michoacn, la Federacin Agraria del Norte, organizaciones ligadas a la Con-federacin Revolucionaria Michoacana del Trabajo (CRMDT), as como estudiantes indepen-dientes que hasta ese momento no se haban integrado a ninguna organizacin estudiantil.

    10 Nuevo rector, en Gremio, 20 de diciembre de 1934, p. 1.

    11 Oficio del BJRM al presidente de la Repblica, Lzaro Crdenas, s/f, en AGN, fondo LCR, c. 745, exp. 534.8/3.

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    ria de Morelia para que actuara en el resto del estado en la forma-cin de los trabajadores.12 A partir de 1936, el bjrm empez a actuar con la denominacin de Bloque de Jvenes Socialistas de Michoacn (bjsm).13

    La gestin de Enrique Arregun al frente de la Universidad Mi-choacana dur un ao, pero en este periodo tratara de poner en prctica el proyecto de universidad socialista esbozado desde princi-pios de la dcada. La actividad, en este sentido, sera intensa en al-gunos rubros y provocara cambios en la organizacin y actividades universitarias. Las medidas adoptadas por la nueva administracin estuvieron sustentadas en el peso poltico de las organizaciones par-tidarias del rector Arregun y en el apoyo directo del poder ejecutivo estatal y de la presidencia de la repblica.

    Enrique Arregun se mantuvo en esa funcin hasta finalizar el ao de 1935. Durante este lapso la institucin creci al amparo de las autoridades estatales y federales que vieron en los universitarios michoacanos un aliado en la puesta en prctica de sus proyectos educativos. La labor de Arregun al frente de la Universidad Mi-choacana fue distinguida con una invitacin a integrarse al recin formado Consejo Nacional de la Educacin Superior y la Investiga-cin Cientfica (cnesic), organismo del que fue nombrado miembro el 1 de enero de 193614 y en el que se mantuvo hasta su desaparicin en las postrimeras de 1938.

    Tras su salida de la Universidad Michoacana, Enrique Arregun dejara una honda impresin entre los partidarios de la universidad socialista y, al igual que Jess Daz Barriga, se convertira en un punto de referencia para muchos de los universitarios en los aos

    12 La creacin del BJRM estuvo inspirada en el programa de accin del Bloque de Jvenes Re-volucionarios de Tabasco. Tras un viaje a este estado, Jess Daz Barriga y Enrique Arregun expresaron en la prensa, en abril de 1934, su admiracin por Toms Garrido Canabal, para posteriormente proceder a poner en funcionamiento la nueva organizacin. En su momento, el BJRM, con Enrique Arregun al frente, fue calificado como una organizacin de camisas rojas de tendencia fascista y burguesa, Mara de la Paz Hernndez Aragn, Juan Hernndez Luna. Humanista nicolaita del siglo XX, 2001, pp. 29-30.

    13 Annimo, Declaracin de principios del Bloque de Jvenes Socialistas de Michoacn, adherido a la CRMDT, Morelia, julio de 1936.

    14 Nombramiento de Enrique Arregun como miembro del CNESIC, en APEAV, c. 18, exp. 2, f. 150.

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    posteriores. A partir de ese momento seguira trabajando desde la ciudad de Mxico como enlace entre la Universidad Michoacana y las autoridades educativas federales y la presidencia de la repblica.

    natalIo vzquez pallares, del lIderazgo estudIantIl a la rectora unIversItarIa (1930-1940)

    Natalio Vzquez Pallares asumi la presidencia del Consejo Estu-diantil Nicolaita (cen)15 la organizacin de su tipo ms influyente en la Universidad Michoacana en 1930, cuando contaba con 17 aos de edad. Un par de aos despus, como militante socialista, particip en la organizacin y conduccin del Partido Nacional Es-tudiantil Pro Crdenas.16 A partir de ese momento, Vzquez Pallares hizo evidente su compromiso con el proyecto poltico cardenista y la aspiracin de colocar a su lder en la presidencia de la repblica.

    Natalio Vzquez Pallares se traslad a Guadalajara en 1933. En diciembre del ao siguiente, como alumno de la universidad de esa ciudad, impuls la creacin del Frente de Estudiantes So-cialistas de Occidente (feso).17 Como presidente fundador de esta organizacin extendi sus conexiones polticas y reafirm su apo-

    15 Para la segunda mitad de los aos veinte, el CEN se haba consolidado como la organizacin estudiantil mejor estructurada, con mayor peso poltico dentro de la Universidad y con posi-bilidades de crecimiento hacia el exterior de la institucin. Como cuadros dirigentes del CEN empezaron a figurar elementos que destacaron por sus dotes de lderes estudiantiles. La agru-pacin se convirti, rpidamente, en la instancia formadora y promotora de los principales cuadros polticos dentro del mbito universitario.

    16 En julio de 1933, el Partido Nacional Estudiantil Pro Crdenas, presidido por Natalio Vzquez Pallares, organiz en Morelia una convencin para proclamar la candidatura de Lzaro Cr-denas a la presidencia de la repblica. El Comit Ejecutivo del partido nombr a Enrique Arregun miembro colaborador de la convencin. APEAV, c. 18, exp. 1, f. 102.

    17 El FESO fue creado en diciembre de 1934. En sus estatutos qued establecido que la organi-zacin luchara por que todos los institutos y escuelas dependientes de la Direccin General de Estudios Superiores de Jalisco, as como las dems instituciones educativas del estado, respondieran fielmente a los principios del socialismo cientfico, tanto en lo concerniente a la orientacin de las ctedras y planes de estudio, como en lo relativo a la seleccin del profe-sorado. Estatutos del Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente, reproducido en Alfredo Mendoza Cornejo, Organizaciones y movimientos estudiantiles en Jalisco de 1935 a 1948. El FESO, 1990, pp. 171-177.

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    yo incondicional al proyecto educativo que promova el presidente Lzaro Crdenas.

    Para la segunda mitad de la dcada de 1930, de regreso en Mi-choacn, Natalio Vzquez Pallares se haba convertido en uno de los lderes estudiantiles socialistas ms influyentes del pas. Hacia finales de 1937, aprovechando su posicin como secretario general de la Confederacin de Estudiantes Antiimperialistas de Amrica (ceada),18 encabez un grupo de miembros de esa agrupacin que se dirigi al presidente de la repblica para solicitar el reconoci-miento a sus pretensiones de comandar un movimiento que ofreciera una alternativa de izquierda dentro de la lucha por el control de las organizaciones estudiantiles en el pas. Estos esfuerzos llevaron a Vzquez Pallares a acceder, en julio de 1938, a la presidencia del Comit Ejecutivo Nacional de las Juventudes Socialistas Unificadas de Mxico (jsum).19

    A la par de sus labores como dirigente de la ceada y las jsum, Vzquez Pallares continu con sus actividades como estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana. En esos mo-mentos, utilizando su posicin y conexiones polticas, integr y lide-r un movimiento de reforma universitaria que tuvo como objetivo

    18 En agosto de 1936, Natalio Vzquez Pallares particip en el Primer Congreso de Estudiantes Antiimperialistas de Amrica, que se celebr en Guadalajara, Jalisco, convocado por la Confe-deracin de Estudiantes Socialistas de Mxico. De esta reunin, a la que asistieron delegados de Cuba, Costa Rica, Panam, Colombia, Chile, Ecuador, Espaa, Estados Unidos, Paraguay, Per, Puerto Rico, Venezuela y Mxico, surgi la CEADA, que tendra como sede la ciudad de Mxico y cuyo primer secretario general fue Vzquez Pallares. Despus del congreso, ste se traslad a la ciudad de Mxico para implementar las labores de la nueva organizacin. Oficio s/n de la Federacin de Estudiantes Anti Imperialistas de Amrica, 8 de octubre de 1936, en AGN, fondo LCR, c. 453, exp. 433/36. Alfredo Mendoza Cornejo, op. cit., pp. 51, 61.

    19 [Extracto documental], Secretara Particular de la Presidencia de la Repblica, 9 de julio de 1938, en AGN, fondo LCR, c. 454, exp. 433/63. Hasta hoy ser el agasajo al Sr. Vzquez Pallares, en Heraldo Michoacano, 1 de septiembre de 1938, p. 7. Desde su posicin al frente de las Juventudes Socialistas Unificadas de Mxico, Natalio Vzquez Pallares particip en la organiza-cin del Comit Mexicano Pro Congreso Mundial de la Juventud. Esta organizacin, que deca agrupar a los jvenes mexicanos que luchaban por la paz, aglutin a grupos de diverso signo ideolgico como la Federacin Estudiantil Universitaria, la Federacin Nacional de Escuelas Tcnicas, la Unin Democrtica Estudiantil Universitaria, la Federacin de Escuelas Particula-res, las JSUM, los Boy Scouts de Mxico y la Asociacin Cristiana Femenina. Telegrama de los representante de la Federacin Estudiantil Universitaria y otras organizaciones al presidente de la Repblica, 11 de julio de 1938, en AGN, fondo LCR, c. 457, exp. 433/237.

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    visible la promulgacin de una nueva ley orgnica en la que se esta-bleciera el carcter socialista de la institucin.

    El movimiento de reforma universitaria liderado por Natalio Vzquez Pallares consigui el apoyo del gobernador Gildardo Ma-gaa, quien el 5 de febrero de 1939 entreg, de manera simblica, la Universidad a los estudiantes y pocos das despus, el 8 del mismo mes, design rector al propio Vzquez Pallares. El acto ms signifi-cativo de su rectorado fue la promulgacin, el 13 de marzo de 1939, de una nueva la Ley Orgnica de la Universidad Michoacana, que por su contenido y fundamentos filosficos e ideolgicos sera cono-cida como socialista.20 Esta accin cont con el apoyo de Enrique Arregun, quien se encontraba laborando en el gobierno federal.

    Natalio Vzquez Pallares se mantuvo en el cargo de rector por un corto periodo en el cual impuls una intensa labor de reglamen-tacin de las actividades universitarias. Sin embargo, su propuesta de reforma institucional fue impugnada por algunos sectores del alumnado que, en agosto de 1940, iniciaron un movimiento de huel-ga dirigido a lograr su renuncia y enjuiciamiento por un tribunal es-tudiantil. El Comit de Huelga acus a las autoridades universitarias de traicin a los principios socialistas y de malversacin de fondos. El rector fue acusado de utilizar a la Universidad como plataforma para acceder a un puesto en la administracin pblica. En septiem-bre de 1940, ante la imposibilidad de negociar con los huelguistas, Vzquez Pallares renunci a la rectora.

    El rectorado de Vzquez Pallares y su renuncia al cargo tuvieron lugar dentro del convulso panorama poltico derivado de la suce-sin del poder ejecutivo estatal y federal. La contienda presidencial fue un elemento desestabilizador de la vida universitaria, aunado al agravamiento de la tensin acumulada a lo largo de la dcada de los treinta entre los grupos que se disputaban el control de la Universi-dad Michoacana.

    La cercana con el poder poltico fue un arma de dos filos para el rector Vzquez Pallares. Sus relaciones partidistas lo colocaron

    20 La ley orgnica socialista de la Universidad Michoacana, del 13 de marzo de 1939, se mantu-vo vigente hasta el 31 de julio de 1961.

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    como uno de los objetivos ms visibles dentro de las contiendas po-lticas, tanto dentro de las actividades universitarias como en la vida pblica. La postura abiertamente oficialista de Natalio Vzquez Pa-llares y su publicitada obediencia incondicional al presidente de la repblica y las directrices del partido oficial fueron constante objeto de crticas.

    Es significativo el hecho de que las manifestaciones de incon-formidad contra la administracin universitaria de Vzquez Pallares no impugnaron el marco legal vigente en la Universidad, en cuya creacin haba participado l mismo. La principal crtica hecha a las autoridades universitarias era la de haber traicionado los ideales socialistas, los cuales seguiran teniendo validez en el discurso po-ltico y fueron esgrimidos por un sector que reclam su derecho a participar en la conduccin de la administracin universitaria.

    Tras su experiencia en el gobierno universitario, Natalio Vz-quez Pallares se integr a la administracin pblica donde desempe-ara diversos puestos en los mbitos estatal y federal, siempre como parte de la estructura del partido oficial.21

    el lIderazgo socIalIsta veInte aos despus

    En septiembre de 1956 David Franco Rodrguez asumi la guber-natura de Michoacn, quien se haba formado poltica e ideolgi-camente en las filas del socialismo universitario de los aos treinta. Franco formaba parte del grupo que impuls la promulgacin de la

    21 Despus de su renuncia a la rectora de la Universidad Michoacana, Natalio Vzquez Pallares fue nombrado procurador general de justicia por el Congreso del Estado en su sesin del 24 de septiembre de 1940. En este puesto se mantuvo hasta el 2 de septiembre de 1942, cuando le fue concedida licencia ilimitada para separarse de sus funciones. Dos das despus, el 4 de septiembre de 1942, fue nombrado secretario particular del ejecutivo estatal. Posteriormente desempe los cargos de diputado federal en la XLI Legislatura (1949-1952) y senador en las XLIV (1958-1961) y XLV legislaturas (1961-1964). En 1965 fue nombrado embajador extraor-dinario y plenipotenciario en la Repblica Federal Socialista de Yugoslavia y se mantuvo en el cargo hasta 1968. Vase: Mario Alberto Njera Espinosa, Vernica Oikin Solano y Gerardo Snchez Daz (edits.), La nacin duea de su destino. Vida y obra de Natalio Vzquez Pallares, 2007.

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    Ley Orgnica en 1939 y que llev a Vzquez Pallares a la rectora universitaria ese mismo ao.

    Durante la gubernatura de Franco Rodrguez se sancion, en julio de 1961, una nueva ley orgnica que sustituy a la anterior, de 1939. Sin embargo, este cambio no represent una ruptura en la orientacin de las actividades universitarias y, por su contenido, la nueva legislacin puede ser considerada como una versin reforma-da de la anterior. Adems, el mandatario design a Eli de Gortari como rector de la Universidad Michoacana, lo que en cierta medida garantiz la continuidad de la lnea ideolgica que la institucin haba mantenido en las dcadas previas.22

    La designacin de Eli de Gortari, quien lleg a la rectora de la Universidad Michoacana con el apoyo de las principales organi-zaciones de profesores y estudiantes, fue realizada en un momento en que, en el contexto de la guerra fra, se recrudeci en el pas la campaa contra las ideas y posiciones consideradas socialistas y co-munistas.

    Al ao siguiente, el entorno poltico en Michoacn, con conse-cuencias directas para la Universidad, cambi sensiblemente con el proceso de eleccin del nuevo gobernador del estado. Las votaciones tuvieron lugar el 3 de junio de 1962, pero desde el ao anterior hubo una intensa movilizacin por parte de quienes aspiraban a la can-didatura por el partido oficial. Entre stos se encontraban Agustn Arriaga Rivera y el senador y ex rector Natalio Vzquez Pallares.23

    Vzquez Pallares, que era identificado como el candidato de los universitarios, emprendi una precampaa poltica con la intencin de obtener la nominacin a la gubernatura de Michoacn por par-te del partido oficial, el Partido Revolucionario Institucional (pri), aunque sin renunciar a la posibilidad de recibir apoyo de otras fuer-

    22 Ral Arreola Corts, Historia de la Universidad Michoacana, 1984, p. 181; Antonio Gmez Nashi-ki, Movimiento estudiantil e institucin. La Universidad Michoacana de San Nicols de Hidal-go, 1956-1966, 2003, pp. 187-189.

    23 Quien lleg al Senado respaldado por el sector campesino del Partido Revolucionario Institu-cional. En este cuerpo legislativo form parte de la XLIV y XLV legislaturas como representante de Michoacn (vase n. 21), Alberto Enrquez Perea, Natalio Vzquez Pallares, senador de la Repblica (1958-1964), 2007, p. 80.

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    zas polticas organizadas. Dentro del pri recibi el apoyo de un gru-po denominado Unidad Revolucionaria, que aglutin a un nme-ro importante de universitarios. Adems, dentro de la Universidad Michoacana se form un Frente Estudiantil Revolucionario en su apoyo. En el aspecto ideolgico Vzquez Pallares se ostentaba como marxista, aunque propona la nacionalizacin de esta corriente de pensamiento a partir del conocimiento de la historia y condiciones propias del pas. Su postura ideolgica, el respaldo que recibieron sus aspiraciones polticas por parte de un sector del Partido Co-munista Mexicano, su identificacin con sectores universitarios de izquierda y el apoyo del general Lzaro Crdenas que le atribuy la prensa, motivaron la renuncia de Vzquez Pallares a su candidatura. Por su parte, Arriaga, que careca de nexos con el cardenismo, cont con el apoyo del presidente de la repblica, Adolfo Lpez Mateos.24

    Finalmente, la contienda interna del pri se inclin a favor de Arriaga Rivera, quien rindi protesta como candidato en la conven-cin estatal del partido el 11 de marzo de 1962 y, una vez ganadas las elecciones, accedi a la gubernatura el 16 de septiembre siguiente.25

    Con la llegada de Agustn Arriaga Rivera a la gubernatura ini-ci un divorcio entre las autoridades universitarias y el gobierno del estado.26 A la vez, dentro de la Universidad se multiplicaron las muestras de descontento contra la administracin que encabezaba el rector Eli de Gortari. Estos problemas tenan como base, en gran medida, consideraciones ideolgicas que se remontaban a los enfren-tamientos de los aos treinta y cuarenta entre socialistas y defen-sores de la libertad de ctedra. Estas divergencias adquirieron un nuevo carcter ante las crticas a la posicin ideolgica y la militan-cia poltica del rector y sus colaboradores, quienes fueron sealados

    24 Vernica Oikin Solano, 1962, una campaa fallida, en Mario Alberto Njera Espinosa, Ver-nica Oikin Solano y Gerardo Snchez Daz (edits.), op. cit., pp. 69-78; Vernica Oikin Solano, Los hombres del poder en Michoacn, 1924-1962, 2004, pp. 476-478 y 480-482.

    25 Idem.

    26 El proceso de relevo en el poder ejecutivo de Michoacn estuvo acompaado de la agitacin poltica que desde los primeros meses de 1961 haba provocado la contienda electoral, del 2 de julio de ese ao, por alcanzar una curul en la XLV Legislatura federal. Vase ibid., pp. 462-465.

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    como comunistas,27 y la reaparicin en la escena poltica estatal de Natalio Vzquez Pallares.

    el conflIcto unIversItarIo de 1963

    En febrero de 1963 inici un movimiento de huelga contra la admi-nistracin de Eli de Gortari que deriv, semanas despus, en cho-ques directos en algunos casos con armas de fuego entre ban-dos antagnicos de universitarios y en la movilizacin por la ciudad de Morelia de efectivos del ejrcito mexicano. El nivel alcanzado por los enfrentamientos sirvi de coartada al gobernador del estado, Agustn Arriaga Rivera, para intervenir en la Universidad, remover a las autoridades universitarias y promulgar el 14 de marzo de 1963 una nueva ley orgnica.28

    La nueva Ley Orgnica, inspirada en la que rega la Univer-sidad Nacional desde 1945, incluy la Junta de Gobierno, rgano encargado, entre otras funciones, de la designacin del rector. Para la conformacin de esta junta el gobernador Arriaga Rivera recu-rri a un grupo de reconocidos universitarios michoacanos que se encontraba en la ciudad de Mxico, los cuales haban tenido una participacin importante en la vida universitaria como parte del sector socialista. El 15 de marzo se design a los miembros: Carlos Garca de Len, como presidente; Enrique Arregun Vlez, Pablo

    27 Eli de Gortari formaba parte del Movimiento de Liberacin Nacional (MLN). Esta organizacin, que se ostentaba como antiimperialista y que buscaba la emancipacin econmica, la sobe-rana y la libre determinacin del pas, fue creada como parte de los acuerdos de la Conferen-cia Latinoamericana por la Soberana Nacional, la Emancipacin Econmica y la Paz, realizada en la ciudad de Mxico en marzo de 1961. En el MLN confluyeron grupos campesinos, sindi-catos, partidos polticos (como el Partido Comunista y el Partido Popular Socialista), asocia-ciones cvicas, intelectuales, profesionistas y personalidades de diverso signo, como Lzaro y Cuauhtmoc Crdenas, Narciso Bassols, Heberto Castillo, Carlos Fuentes, Natalio Vzquez Pallares, Ignacio Garca Tllez, entre otros. Vase ibid., pp. 472-474. Por otra parte, Ral Arreola, op. cit., p. 186, apunta que la campaa contra Eli de Gortari quien destac por su activismo poltico de izquierda junto a su colega de la Universidad de Nuevo Len, Jos Alvarado tuvo lugar en el contexto de otros movimientos similares contra los rectores sealados como ro-jos de las universidades de Nuevo Len, Guadalajara y Puebla.

    28 Ibid., p. 192.

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    G. Macas Guilln, Jess Romero Flores, Antonio Martnez Bez, Gabino Fraga y Ral Arreola Corts. De acuerdo con sus atribucio-nes, y a sugerencia de Arriaga, los integrantes de la junta nombraron rector interino a Alberto Bremauntz y procedieron a reorganizar el Consejo Universitario.29

    Si bien pareca contradictorio que la Junta de Gobierno estu-viera compuesta por individuos ideolgicamente incompatibles con la lnea poltica que promova el ejecutivo estatal, Arriaga Rivera tom esta decisin como una forma de solucionar el conflicto uni-versitario sin dar la apariencia de un rompimiento con la tradicin nicolaita. Sin embargo, los cambios derivados de la promulgacin de la Ley Orgnica de la Universidad Michoacana del 14 de mar-zo de 1963 y la designacin de Alberto Bremauntz como rector interino no dejaron satisfechas a las autoridades estatales, que por diversos medios mostraron su desacuerdo con la orientacin de las actividades de la institucin. El rector y sus colaboradores conti-nuaron con una lnea de trabajo similar a la de sus antecesores al grado que el 10 de abril Bremauntz declar ante el Consejo Univer-sitario constituyente que:

    Con respecto a la orientacin filosfica o ideolgica, la Universidad Michoacana siempre ha sido hasta hoy el faro que orienta a la juven-tud con las ideas ms progresistas, tiene que basar su orientacin y finalidades precisamente en la filosofa del Materialismo Dialctico e

    Histrico y en la Doctrina del Socialismo Cientfico.30

    Ante la forma en la que se desenvolvan las autoridades univer-sitarias el gobernador del estado trat de influir en los miembros de la Junta de Gobierno para que designaran como rector definitivo a otro universitario que no fuera Bremauntz; no obstante; los aludidos no siguieron la recomendacin y acordaron ratificarlo en el puesto.

    29 Ibid., p. 193. Silvia Figueroa Zamudio, El marco jurdico de la Universidad Michoacana, 1917-1992, 1992, p. 167. Posteriormente formaran parte de la junta Luis Pita Cornejo, Miguel Arro-yo de la Parra, Jess Daz Barriga y David Hernndez Huramo. Margarita Rodrguez Morales, Autonoma y rganos de gobierno en la universidad michoacana, 1919-1966, 1999, p. 99.

    30 Ral Arreola Corts, op. cit., pp. 194-195.

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    Esta decisin profundizara las diferencias entre la Universidad y el gobierno estatal, provocando nuevos enfrentamientos pocos aos despus.

    conclusIones

    Durante la dcada de 1930, la Universidad Michoacana se consolid como un espacio de movilidad poltica. Las organizaciones universi-tarias y sus principales lderes adquirieron preeminencia en el medio gubernamental. Las agrupaciones estudiantiles cumplieron un papel importante en la formacin de la burocracia universitaria; pero, al mismo tiempo, sirvieron como base para la preparacin y promo-cin de cuadros polticos de proyeccin estatal y nacional. Durante la presidencia de Lzaro Cr