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La colección Documentos de Investigación difunde los avances de trabajo realizados por investigadores de El Colegio Mexiquense, A.C., con la idea de que los autores reciban comentarios antes de la publicación definitiva de sus textos. Se agradecerá que los comentarios se hagan llegar directamente al (los) autor(es). Los editores han mantenido fielmente el texto original del presente documento, por lo que tanto el contenido como el estilo y la redacción son responsabilidad exclusiva del(de los) autor(es). D.R. © El Colegio Mexiquense, A.C., Ex hacienda Santa Cruz de los Patos, Zinacantepec, México. Teléfonos: (722) 279-99-08, 218-01-00 y 218-00-56; fax: ext. 200; E-mail: [email protected] Correspondencia: Apartado postal 48-D, Toluca 50120, México. 2007 La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos *E-mail: [email protected] Daniel Gutiérrez Martínez* 124

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La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 1

La colección Documentos de Investigación difunde los avances de trabajo realizados por investigadores de El ColegioMexiquense, A.C., con la idea de que los autores reciban comentarios antes de la publicación definitiva de sus textos. Seagradecerá que los comentarios se hagan llegar directamente al (los) autor(es). Los editores han mantenido fielmente eltexto original del presente documento, por lo que tanto el contenido como el estilo y la redacción son responsabilidadexclusiva del(de los) autor(es). D.R. © El Colegio Mexiquense, A.C., Ex hacienda Santa Cruz de los Patos, Zinacantepec,México. Teléfonos: (722) 279-99-08, 218-01-00 y 218-00-56; fax: ext. 200; E-mail: [email protected] Correspondencia: Apartadopostal 48-D, Toluca 50120, México.

2007

La posmodernidad de Lyotardexplicada a los posmodernos

*E-mail: [email protected]

Daniel Gutiérrez Martínez*

124

Daniel Gutiérrez Martínez 2

Resumen

A través del análisis de la obra de Jean François Lyotard (introductordel vocablo de Posmodernidad) se da cuenta de los principales aportesreflexivos para la comprensión de nuestras sociedades actuales. Esa partir de sus propuestas que una serie de debates se dieron conlos llamados pensadores conservadores que abogaban por larecuperaciòn de una modernidad tardía.

Palabras clave: Debate Modernidad-Posmodernidad, metarelatos-minirelatos, tecnociencia-tecnocracia.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 3

INTRODUCCIÓN

El propósito de establecer un análisis de lo“posmoderno” partiendo de la propuesta de J.F. Lyotard, tiene que ver con el objetivo de al-canzar una rigurosidad para entender los tiem-pos que hoy encontramos –y que no precisamen-te confrontamos– dentro del “espíritu de nuestrostiempos”. Así entonces, se trata de instigar a lapromoción de la diversidad de enfoques paraentender lo contemporáneo, sabiendo que en eldebate sobre la posmodernidad, está implícita laconciencia de la existencia de una multiplicidadde interpretaciones y una variedad de opiniones.Se trata, asimismo, de ir en el sentido de las crí-ticas planteadas contra los “meta-relatos” –tancondenados por el autor aquí estudiado, por suholismo unitario– y favorecer la propuesta dediferentes relatos, sin ir más allá de lo que el relatomismo desea esbozar y sin extrapolarse al aná-lisis de los mini-relatos de manera que corramosel riesgo de caer en relativismos ideológicos. Setrata, como dijese Lyotard en Irvine California,de avanzar y no quedarse en la crítica de lo tra-dicional, que tanto hervor ha fomentado en lostiempos de la modernidad.1

Ahora bien, la obra de Jean François Lyotardes tan extensa, como densas son sus reflexiones.De las 27 obras más importantes escritas pordicho autor y comentadas por un sin número de

1 Existe una bibliografía completa de las obras de y sobre J.F. Lyotard, realizada por Eddie Yeghiayan que está disponible enel sitio Internet de la Universidad de California Irvine.

pensadores,2 nos abocaremos principalmente alas reflexiones realizadas en sus trabajos LaCondition posmoderne (1979) y Le Posmoderneexpliqué aux enfants, (1988). Dichas obras hansido por mucho las obras que más polémica hansuscitado en el mundo de las reflexiones filosó-ficas sobre lo posmoderno y los que nos han lle-vado en este trabajo a la necesidad de realizaruna reflexión contemporánea, con el fin de en-contrar las principales líneas de estímulo a lainvestigación social de nuestros tiempos.3

LA MODERNIDAD: PUNTO DE INICIO DE LAS

MISIVAS A LOS POSMODERNOS

Creemos necesario, antes de entrar de lleno a laobra de nuestro autor, especificar en el marcodel contexto del debate los textos que aquí seexaminarán. En efecto, una de las interrogantesclásicas que surgen en el debate Modernidad-Posmodernidad, es la manera en cómo se ha

2 Entre ellas podemos mencionar, Discours, figure, 1971, Dériveà partir de Marx et Freud, 1973; Économie libidinale, 1974; LeDifférend, 1983; L’Inhumain 1988; Moralités postmodernes 1993,La confession d’Agustin, 1998, por no mencionar que las másrelevantes para el tema que aquí tratamos.

3 Cabe señalar que el 22 de abril de 1998, a la muerte deLyotard, la gran prensa europea no dejó de elogiar ciertamentesu obra, pero también no desdeño los comentarios en torno a suactitud retratándolo como el gran orador que siempre estaba enel filo de la disputa y la provocación, sin duda para obtener re-nombre y buena reputación. De hecho el libro que le dio la ce-lebridad, La condición Posmoderna, se cree que fue una coman-da de un rico y poderoso cliente inmiscuido con el gobierno deQuebec. Cual sea que fuese el origen, lo cierto es que la expre-sión posmoderno debe su auge al autor que aquí analizamos.

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considerado a la Modernidad, a la misma crisisde la modernidad y lo que significa la posmo-dernidad. Esta última es vista principalmente,como el fruto de la sensibilización y toleranciahacia la diferencia y la diversidad de alternati-vas en los tiempos contemporáneos, contraria-mente a lo que definiría la modernidad a lo lar-go de su preponderancia temporal, es decir, comoun espíritu del tiempo que llevó a las socieda-des a la instauración de la Unicidad de respues-tas y a una única manera de organizar el mun-do, desde la política, hasta el arte.4

Ciertamente, la modernidad ha sido carac-terizada en diferentes formas: ya sea como unproceso de crisis, por momentos que involucranconflictos y/ o contradicciones sociales, por unproceso de “desencantamiento” o bien por laimposición de una manera de construir las so-ciedades que ha pretendido uniformizar las re-laciones humanas y que pretende disfrazarse deuniversalismo, pero sin duda, la mayoría de lospensadores al respecto están de acuerdo en decir,que dicha modernidad, tenía como objetivo laemancipación del ser humano y quiso rebelarsecontra el orden institucional (eclesiástico y su-persticioso, sobre todo) y promover la libertaddel individuo. Sin embargo, bajo la bandera desu lucha contra la tradición arbitraria, este pro-yecto terminó por someter al subjetivo a losdeseos de la racionalidad triunfante, volviéndo-se ésta coercitiva y obstaculizante.5

Ahora bien, la reflexión sobre lo posmodernose inscribe también en una reflexión acerca delfracaso del proyecto de un mundo que preten-día homogeneizar lo diverso fundando su actuarsobre la capacidad que la razón tuviese paracontrolar el advenimiento de la sociedad diver-sa y plural. La reflexión de lo posmoderno planteaque dicha visión racionalista que se quieredominadora del mundo a expensas del subjeti-vo, llegó a los límites de su esquema mostrandosignos de decadencia, principalmente al nivel dela propuesta.6 De hecho, esta confirmación sepuede observar por el cuestionamiento que oc-cidente ha hecho de sí mismo, de sus puntos dereferencia y que caracterizan en cierta medidalo que Lyotard denomina como la Condiciónposmoderna. Lo posmoderno no sería más queesta época en donde cada ser humano se des-cubre a sí mismo, hablando y viviendo, envol-viéndose de repente en una multiplicidad derelatos dispersos (A. Gualandi,1999:66).

Condición en donde los actores se sitúanentre la imposición de la forma y la reinvencióndel cotidiano, entre dominación y supervivencia,entre verdad y realidad.7 En efecto, la poca cre-dibilidad que Lyotard le da a la búsqueda de laVerdad como objetivo principal de la emancipa-ción humana, le provocaría una incesante y cons-

4 Esta reflexión tiene sin lugar a dudas una estrecha relacióncon los cambios que han surgido a partir de la presencia de lasepistemologías constructivistas y la nuevas formulaciones de lasteorías del caos en donde la unicidad de interpretaciones hanperdido de su hegemonía, para dar lugar a la multiplicidad deexplicaciones causales y formas de interrelación. En suma, al mismotiempo que hay un rompimiento de interpretaciones y formasde ver en la política y el arte (principales ejes de análisis denuestro autor) que se ya no se fundamentan en la Unicidad deopiniones, las ciencias del siglo XX, romperán también con esteenfoque unicista de analizar la realidad, lo que no estará sinrepercusiones en las sociedades contemporáneas y que Lyotardno dejó de analizar con agudeza.

5 Este punto también es compartido por J. Habermas, quiensi bien acepta que la modernidad se ha obstaculizado en sí mis-ma y ha perdido en cierta forma la brújula, su proyecto está lejosde estar terminado. Por el contrario propone encontrar y accio-nar otro modelo de modernidad que no llegue a dichos resulta-dos o aberraciones, por medio de una nueva tecnología del ac-tuar-comunicacional. De hecho para Habermas, Lyotard norepresenta más que una nueva e incontestable “sofistica nacio-

nal”, véase H-G. Gadamer, 1997. Véase igualmente A. Touraine,1992.

6 Esto también se puede observar con el cuestionamiento quese ha hecho del Estado-Nación, el fin del comunismo, del libe-ralismo parlamentario, las deficiencias de la ideología social de-mócrata, que tuvieron sus preeminencias desde las crisis de 1929,en 1968, y después en 1974-79. Hoy sin duda habría que agre-gar la crisis del 11 de septiembre de 2001 que representaría elrechazo mundial a la doctrina neoliberal y la promoción delmilitarismo y el financiarismo en nombre de la libertad.

7 Será través del mito de la caverna de Platón, que Heideggerreflexionará sobre el origen de la noción de verdad encontran-do éste implicado desde sus inicios en un proceso de elimina-ción de la subjetividad y la imaginación como saberes legítimos.Se trata de un ejercicio de denunciación del proceso de oculta-ción que produce el imaginario, en donde la praxis que resurge,se muestra como una falsedad ante el ejercicio del descubrimientode lo que se pretende como “verdad”. Este planteamiento de larealidad y el conocimiento del hombre de su alrededor influyóen uno de los presupuestos básicos de la historia de la metodo-logía científica, así como en su fundamento para legitimar suobjetivo de producir conocimiento. Lyotard analizaría este fenó-meno bajo el término de Paralogismo. Tema que analizaremosmás adelante, Heidegger, 2000.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 5

tante crítica por parte de sus adversarios, al puntode adjudicarle unánimemente el adjetivo desofista, que para la reflexión filosófica es algoharto discriminante.

Es importante mencionar por último, parasituarnos en el contexto en donde se planteanlas reflexiones de la condición posmoderna, quela idea de modernidad ha implicado también laafirmación, de que el hombre se define por loque hace8 y fabrica y no por lo que es en sí, esdecir, por una correspondencia con la produc-ción material, hecha posible de manera más eficazpor la ciencia, la tecnología, la administración,la organización de la sociedad reglamentada porla ley, animada por el interés, pero también porla voluntad de liberarse de las contriciones na-turales, bajo el triunfo de la Razón. Correspon-dencia entre acción humana y orden del mundoque pertenece en su génesis a la lógica quehabían fomentado las doctrinas religiosasmonoteístas apoyándose bajo el dogma de unarevelación abstracta, el Gran relato. Para la mo-dernidad, es la ciencia la que anima la ética ysus aplicaciones y dirige la adaptación a la vidasocial y las necesidades colectivas e individua-les, en donde el arbitrario y la violencia supues-tamente son remplazados por el Estado de de-recho y por el libre mercado. Así, la humanidadactuando según estas leyes tendría un avancesostenido hacia la abundancia, la libertad y elbienestar.

Todo esto se acompaña del supuesto segúnel cual, con el Estado de derecho y el crecimientoeconómico aunado se llegará a la democracia(igualdad de diferencias y participación equita-tiva), todo esto sustentado por la fuerza de larazón. Razón y democracia lucharían así, juntascontra la tradición y lo arbitrario, llegando a laencíclica del progreso universal. Sin embargo, laafirmación según la cual el progreso es el cami-no hacia la abundancia, la libertad y el bienes-tar, no es más que una ideología desmentida porla historia de donde se puede observar el des-gaste del discurso de la modernidad, es decir, elGran relato de la modernidad.

Así, planteado en términos de Lyotard, di-ríamos que el reino de la razón es la empresacreciente del sistema, la normalización y laestandarización que se impone sobre los acto-res y que después de haber destruido la auto-nomía de los trabajadores, se extiende al mun-do de los consumidores y la comunicación. Enlas políticas contemporáneas y en el proyecto desociedad se traduce por la noción del sufragiouniversal del voto en nombre de la razón y deluniversalismo, del cientismo en nombre de laneutralidad y la legitimidad. Serán, la fragmen-tación de estos Meta-relatos, la perdida de lacreencia en estos supuestos nos llevarán a lascondiciones que caracterizarán la época posmo-derna vaticinada por Lyotard.

La instrumentalización de los valores de lamodernidad –como concordarían Lyotard yHabermas– se van diluyendo en una sociedad demasa y de consumo, centrada en la acumulacióny en el provecho-rendimiento más que en laequidad de una diferencia. Sin embargo, cabemencionar que para Habermas la diferencia es-triba en el proyecto explícito que tiene la mo-dernidad, la cual se asocia también a una fuerzacrítica que permite desmantelar los monopolios,los corporativismos, las clases oprimidas, lasmujeres dominadas, las naciones colonizadas, lasminorías perseguidas. Para Lyotard todo esto norepresentará más que una paradoja entre equi-dad y lo que hoy llamaríamos tolerancia mul-ticulturalista. En este sentido, Lyotard avanza laidea del fin del proyecto de la modernidad, yaque el dominio de la razón ha tendido en reali-dad a eliminar todas las formas de organizaciónpara nada más llegar a un flujo múltiple de cam-bios, de estrategias personales organizacionalesy políticas y donde no hay más corresponden-cia entre sistema y actor, traduciéndose en diná-micas que tienden a beneficiar a aquellos quedisponen de los recursos más abundantes y di-versos. Es en este caso, cuando la idea de lamodernidad es analizada como la destructora deformas antiguas y tradicionales, a través del triun-fo de la racionalidad objetiva e instrumental,perdiendo así su fuerza de liberalización y nopudiendo controlar la fuerza de la diferenciación

8 Esta reflexión fue my bien analizada por Hannah Arendt(1993).

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social y del racismo.9 Para Lyotard el peligro quemás se proyecta en esta reflexión es el rompimientoentre el mundo técnico y económico y la subjeti-vidad espiritual. Separación completa de vida pri-vada y de vida pública que lleva al triunfo de laadministración y la estrategia, reflejada en una “So-ciedad programada” definida por la importanciacentral de las industrias culturales (medicamentos,educación, información) y de la tecno-ciencia.

La modernidad, no sólo se inscribe en unatarea implícita de analizar lo que se fragmenta,en una lógica holista y univoca, también formaparte de la crisis de donde surge la sociología,es decir, de una forma de conciencia históricaformulando versiones aceptables de la sociedadmoderna. Así la sociología también ha estadoanclada en los limites de una vocación univer-sal tendiendo a subrayar las dimensionestransnacionales y desdeñando hasta hace apenasquince años la fuerza de las micro-dimensiones.

En resumen, las obras aquí analizadas estánrelacionadas con el debate de la modernidad/posmodernidad que refleja el conflicto que existeentre la imposición de una forma única de eman-cipación y el derecho a una pluralidad de for-mas que permitan salir del solipsismo cultural quela modernidad propinó a la historia occidental.Y es aquí que encontramos la necesidad de tra-tar de explicar los detalles irrepetibles y los re-siduos que yacen en la historia, elementos consti-tutivos en el análisis de la condición posmo-derna.Es a partir de todo esto que emerge la reflexiónsobre lo posmoderno. Se trata de la reflexiónacerca de la composición de grupos diferentes,numerosos y jerarquizados, de la sistematizaciónorganizativa del trabajo, la especialización en elmundo industrial y tecnológico, en donde losindividuos acrecientan su grado de singularidad,los diferencia, pero provoca también unacomplementariedad, una necesidad social (M.Maffesoli, 2003) Bajo esta perspectiva y en eleje reflexivo de lo posmoderno la diferenciaciónsocial se traduce también, por una diversificaciónde grupos, de roles, y de normas posibles, y

plantea a su vez, el problema de la construcciónde significados culturales-étnicos, la legitimidadde la diversidad de enfoques, maneras y modosde vivir y creer. Así, Lyotard se inspira de unareflexión acerca del fracaso del proyecto delmundo occidental fundado sobre la capacidad dela razón a controlar el advenimiento de la sociedady nos plantea sus misivas todavía vigentes en elespíritu de lo contemporáneo.

1. ¿CÓMO RESPONDER A LAS MISIVAS DE LO

QUE ES POSMODERNO?

Lo posmoderno ciertamente invoca a lo momen-táneo, a lo casualmente histórico, pero sin ex-playar algo prolongadamente establecido. Es unproyecto y no la deformación de éste y, por tanto,se debe leer como una proposición, como unespíritu del tiempo que vivimos. Hay que tomaren cuenta que las ideas de Lyotard tienen con-sideraciones históricas y momentos contextuales.Los años 60’s, y más aún en Francia y Europa seconstruyeron alrededor de una crítica exponenciala los modos de vida que la racionalidad ilustra-da –bajo la bandera del progreso y el esparci-miento humano– había vaticinado, es decir, laliberación de todo aquello que se dictaminabasujetado a la contrición y a lo absoluto, todostenían que ser liberados (la mujer, los coloniza-dos –sobre todo en África– la creatividad suje-tada por la cultura del consumo, etc.).

El movimiento de los 60 no encerraba nadamás en su crítica, a un grupo de intelectuales deizquierda y pensadores de derecha como ArnoldGehlen (1904-1976), con su concepto de post-historia, que fue uno de los primeros en definirun concepto filosófico, político y estético de laépoca en que Lyotard llamó en sus términosposmoderno. Se trata del diagnostico en dondelas sociedades capitalistas, al caracterizarse poruna racionalización y capitalización exasperadasinterviniendo en todos los campos de la expe-riencia, así como la cada vez menos legitimaciónpolítica, manipulación de la opinión y delconsensus, la hiper-sexualización y la primi-

9 Reflexión ya planteada por la escuela crítica con Adorno yHorkheimer, 1983.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 7

tivización del comportamiento, llegarán a perderel carácter territorial de la naturaleza humana.10

2. DEL EXPERIMENTO AL EXPERIMENTAR

“Estamos en un momento de relajamien-to, hablo del color del tiempo. Por todoslados nos presionan para terminarcon la experimentación, en las artes yen otros lados. Leí un historiador de arteque predica los realismos y milita por eladvenimiento de una nueva subjetividad[...] sobre todo porque quisiera encontrar-se a través de un libro de filosofía gratifi-cado con un poco de sentido[...] leí quelos escritores y los pensadoresvanguardistas de los años sesenta y se-tenta hicieron reinar el terror con el usodel lenguaje, y que hay que reestablecerlas condiciones de un debate fructuosoimponiendo a los intelectuales una ma-nera común de hablar, aquella que tie-nen los historiadores” (J.F. Lyotard, 1988:9el subrayado es mío).11

Experimentar –preguntémonos ¿qué es expe-rimentar?– no se trata solamente de tomar un tubode ensayo y probar, se trata de considerar queel hecho de experimentar quiere decir tambiénerrar. Terminar con el sentido de la experimen-tación es abogar por un Fin de la Historia, esabogar por una perfección invocada desde losgriegos, es abogar por un Absoluto social. Pero,¿y si la dinámica social se tratase de una cons-tante experimentación? es decir, de un constan-te cuestionamiento con respecto a la alteridad,con la posibilidad de que otros elementos entra-sen en el proceso de experimentar así hasta elin-finito. De que se pensase en que no hay uninicio que consuma el infinito, sino que sea so-lamente un punto de arranque para bifurcar enlo posible. He aquí el por qué las primeras fra-ses de la Posmodernidad enseñada a los niños

(1988) atacan a los historiadores, por no decir alos historicistas, es decir, se trata de una invita-ción a no marchitar la expresión propia del serhumano que es el experimentar. Ciertamentepuede parecer una posición completamenteantinihilista y esperanzadora, pero en realidad fueuno de los únicos elementos en los cualesHabermas y Lyotard coincidieron a pesar de susdiferentes posturas en cuanto al debate quepudieron sostener, ya que esta posición repre-sentaba la idea esperanzadora de la emancipa-ción del hombre.12 El hecho de promover elExperimentar en cuanto una característica de loposmoderno es finalmente deshacerse de la ideade perfección y de la infalibilidad, aceptar el errorcomo una forma de aprendizaje y no aferrarse atodo lo calculado, medido y 100% seguro; laHistoria también se equivoca y sus interpretacio-nes aún más. Sin lugar a dudas, no es un tema for-tuito, y por lo mismo no es por caprichos del pen-samiento que las discusiones librescas acerca dela emancipación humana se estremecen de maneratan efusiva en el debate sobre lo posmoderno.

3. ¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS DE LA

MODERNIDAD?

“He leído un pensador de reputación quese prende a la defensa de la modernidadcontra todos aquellos que él denomina losneo-conservadores-. Bajo la bandera delposmodernismo aquellos que quieren -asílo cree el crítico- se deshacen del proyec-to moderno que –a su parecer- está aúninacabado, es decir, el de la Ilustración.Incluso los últimos partidarios del,Aufklärung como Popper o Adorno, nopudieron (así lo cree el crítico todavía)defender el proyecto que en las esferas

10 Arnold Gehlen, (1988, 1956). Asimismo, recordemos queen las últimas elecciones presidenciales del siglo XXI de ciertospaíses occidentales europeos (Francia, España, etc.), el gran pro-blema político que se presentó fue el del abstencionismo.

11 Para comodidad del autor las citas son traducidas por elmismo del libro en lengua francesa.

12 Ahora bien no hay que olvidar que en este aspecto los dosautores divergen en un detalle, mientras que el primero abogapor la emancipación del hombre en la experimentación, el se-gundo invoca a una renovación de valores que ya han sido “ex-perimentados” y no ha podido ser rescatados por la toleranciacomunicativa. En otras palabras, mientras que uno invoca a se-guir buscando nuevas formas de comunicación (Lyotard), el otropensador (Habermas) nos invita a encontrar el entendimientodentro de los parámetros comunicativos enfatizados a lo largo dela historia.

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particulares de la vida, es decir, de la polí-tica (como el autor de The open society),o aquella del arte Aesthetische Theoriepueden todavía alcanzar. Jurgen Habermass(¡lo reconociste¡) piensa que si la moder-nidad ha fracasado, es porque ella ha aban-donado la totalidad de la vida alresquebrajamiento en especialidades inde-pendientes abandonadas a la competen-cia estanca de los expertos” (J.F. Lyotard1988: 10,11).

En efecto, Lyotard no olvida denunciar las fal-sas acusaciones hechas a su propuesta por cier-tos pensadores del otro lado del Rín que a par-tir de su teoría crítica consideran que el proyectode la modernidad no está todavía acabado. En estesentido el texto puesto busca explicar en lenguajesencillo, como si tratase de un niño, lo que esposmoderno sin que esta explicación se prestea un debate ideológico. Este niño hace alusiónsin duda a J. Habermas, pero también a la ma-gia que los niños tienen al nacer, quienes com-binan sistemas cognitivos, de los que hablabaPiaget (1928) con la interpretación imaginada dela que hablaba Bethelem (1955). Ahora bien, losniños al crecer, así como a la modernidad leocurrió según Lyotard, buscan establecer un or-den y una crítica sin una dirección clara, lo queproduce que estos niños, ahora adultos recaiganen el fastidio, en el aburrimiento, en el ennuique Baudelaire (1989) tanto crítico y encaró asus lectores en sus poemas sobre la modernidad.

4. EL PROYECTO DEL HOMBRE MODERNO

El autor se pregunta así,“¿cuál es el fin enfocado por el proyecto

moderno? Es acaso la constitución de una unidadsociocultural en el lecho de la cual todos loselementos de la vida cotidiana y del pensamientovendrían encontrar un lugar en un Todo orgáni-co, o bien, ¿se trata de otro orden diferente quese encuentra en el pasaje que hay que escudri-ñar entre los juegos del lenguaje heterogéneos,es decir, el del conocimiento, de la ética, de lapolítica y la cotidianidad? Y si de esto se trata,sí esto fuera cierto ¿cómo sería capaz dicho or-

den de realizar su síntesis efectiva?” (J.F. Lyotard1988: 13).

Sin lugar a dudas, se trata efectivamente deuna crítica a la voluntad de encerrar en una solaética cultural todas las diversidades que se en-cuentran en la relación cotidiana, es una críticaal solipsismo cultural de lo moderno que desva-nece la potencialidad del sujeto y elogia la his-toria unilineal. No es nada más que una críticaal pensamiento de la Ilustración que pretendeimponerse a la experiencia lúdica de un niño,como por ejemplo –jugar a la pelota de una solaforma– o bien como en un campo de fútbolobedeciendo sus reglas, normas y árbitros. Empe-ro aún así, cada niño –como cada jugador– expresaen el juego –dentro de esta normatividad– supeculiaridad, la magia del imponderable que tieneel sujeto. Y es este aspecto que se quiere enfa-tizar en la condición posmoderna.

5. ¿QUÉ ES ENTONCES EL REALISMO?

La modernidad ha tenido problemas efectivamentecon el sentido de la experimentación y lo haquerido remplazar por el sentido de la crítica.Ahora bien, la crítica la mayor parte del tiempose instrumentaliza para desconstruir, mientras quela experimentación siempre llevará consigo lapropuesta y lo alternativo. Si Lyotard hace refe-rencia a los artistas visuales como unidad deanálisis en el debate, es precisamente porqueéstos han demostrado a lo largo de la historia unsentimiento de rebeldía enfocado a través de laexperimentación. Propuesta incómoda para todoorden establecido, y sin embargo, el relato y elarte han sido los contenedores de la potenciali-dad que ahora se vislumbra en lo posmoderno;la experimentación ecléctica. Así, el posmoder-nismo sería una actitud crítica pero bajo la ban-dera implacable de la propuesta experimental.Sin embargo, junto son los contenedores de lamodernidad, yace aguerrido el capitalismo y elrealismo pictural, que como corrientes éticassobre el intercambio en las relaciones humanas,llevan consigo la transformación de cualquiernobleza espiritual.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 9

“El capitalismo tiene un poder tal de de-realizar los objetos de costumbre. Los ro-les de la vida social y las instituciones, queen las representaciones llamadas realistasya no pueden evocar la realidad que bajola moda de la nostalgia o la burla [...] larealidad está tan desestabilizada que ya noda material para la experiencia” (J.F.Lyotard 1988: 14).

6. LA DEFORMACIÓN DE LA EXPERIMENTACIÓN

Lyotard reflexiona así, a la de-realización delsentido de la experimentación creativa, mismaque es transformada por la experiencia en ex-perimentación de encuesta, de opinión, de pér-dida del sentido de experimentar en la experien-cia (interior) y la lleva al experimentar en elsondeo (exterior). Es la separación de lo públi-co con lo privado. Sin duda el realismo tiene quever con una corriente de pintura y de literaturaque desea y se inscribe en la descripción de larealidad. Es el retrato del espíritu invocado porla modernidad a la cual se ataca. El realismo esun término aplicado de manera continua a losescritores, que a partir de 1850 reaccionaríancontra el sentimentalismo romántico, inspirándosede los métodos de la ciencia para atenerse alestudio riguroso y a la descripción de los hechos(Champfleury, Flaubert, Daudet, Mauppassant,Zola) pero también pintores como Daumier yMillet. El realismo enfocaba así la transformacióndel arte burgués en una cultura proletaria por suforma nacional y por su contenido, legitimándoseen los albores de la ciencia, de la sapiencia, delo Real y Verdadero. El realismo es el reflejo dela condición de lo modernidad.

7. LA TECNOLOGÍA Y EL REFERENTE

Sin embargo, dicho realismo en su esencia nodesapareció en el siglo XX, ni contrarió o com-pitió con el realismo narrativo y visual del sigloXIX, de hecho la fotografía y el cine retomaronen sus inicios “los fantasmas del realismo”. Latecnología se apropió del referente, en prejui-cio del Realismo pictural y el relato, a partir del

cumplimiento a mayor velocidad, con mayordifusión de dicho referente y ordenando el mis-mo de manera reconocible, repitiéndose sin cesar,

“la sintaxis y el léxico que permiten aldestinatario descifrar rápidamente las imá-genes y las secuencias y llegar sin dificul-tad alguna a la conciencia de su propiaidentidad” (J.F. Lyotard 1988:15)

En este sentido la tecnología entra al servicio dela multiplicación del realismo fantaseado a partirde supuestas verdades, auspiciadas por la legiti-midad de la tecno-ciencia, de la rigurosidad y ladescripción de los hechos y la instrumentalizaciónde sus tecnócratas. El sentido de verdad y dedescubrimiento toma auge en esta reflexión. Heaquí la referencia de Lyotard con respecto a laexperimentación de opinión y sondeo, heredan-do dicho realismo del espíritu de la modernidad.Experimentación tecnológica con “empleos tera-péuticos” y no introspectivos que inciten a lapropuesta y la creatividad social. No es inocentepensar en el poder de los medios, como manerade asentar gustos, conformar quehaceres artísti-cos y literarios. Ciertamente los medios nos trans-forman criticando reglas, pero imponiendo susórdenes y sus interpretaciones. Esto es para Lyotarduna característica de la modernidad que repercu-te en los albores de la posmodernidad; crítica e im-posición por medio de la tecnología y la ciencia.

8. EL RE-CUESTIONAMIENTO DEL ARTE Y EL

RELATO

Sin embargo, la fuerza de la literatura y de lapintura y del arte en general13 es que tienen laposibilidad de cuestionamiento y proposición. Setrata de interrogar las reglas del arte del visualizaro del contar, ya que éstas pueden ser

“medios de engaño, seducción y seguri-dad, que les impide [a los artistas] ser ver-daderos” Así, “el realismo cuya única defi-

13 Sin duda habría en primera instancia que conocer la defi-nición del concepto de Arte, que se fragmento en la condiciónposmoderna.

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nición es que se debe evitar la cuestiónde la realidad implicada en el arte, se en-cuentra en cierta manera entre elacademismo y lo kitsch” (J.F. Lyotard1988:16).

Ciertamente

“los artistas o escritores que aceptan po-ner en duda las reglas de las artes plásti-cas compartiendo sus sospechas difundien-do sus obras, están destinados a no ser creí-bles y sin público garantizado” (J.F. Lyotard1988:16).

9. EL RE-ENCANTAMIENTO A PARTIR DEL ARTE

Y EL RELATO

Sin embargo, la necesidad del arte y la literatu-ra en la condición posmoderna es que cumplecon el cometido de re-encantar las sociedades,alejarlas del tedio y el aburrimiento del hedonis-mo posmoderno. En este sentido, la problemá-tica entre modernidad y posmodernidad la en-contramos en el desposeimiento del oficio delartista y/o novelista moderno, en donde la cues-tión de arte no se refiere a lo que es bello, es-tético, sino a definir “absolutamente” lo que esarte y lo que es literatura. Mismo hecho que lacondición posmoderna se opone, resquebrajan-do la demanda de la realidad (en la modernidad)a partir de la unidad, la simplicidad, la comuni-cabilidad... Se trata entonces en lo posmoderno,no de definir lo que es cierto o verdadero, sinode cumplir con la función del reencantamientode la cotidianidad social y buscar otros elemen-tos en el relato y lo visual que la búsqueda dela unidad interpretativa yacía en el arte moderno.

10. REALISMO, CAPITAL Y POSMODERNO

“Cuando el poder se llama capital, y nopartido, la solución “transvanguardista” oposmoderna en el sentido de Jencks pa-rece mejor adaptarse que la solución anti-moderna. El eclectismo es el grado cerode la cultura general contemporánea” (J.F.Lyotard 1988:17).

Bajo esta invitación al cuestionamiento de reglas,lo posmoderno parecería ser finalmente la alter-nativa más viable a la conducción del capital, yaque hace un llamado a la necesidad de formasflexibles, variadas, maleables que permitan adap-tarse a la heterogeneidad de formas de los bie-nes utilizados en la producción, para su poste-rior intercambio. Sin embargo, el problema yacepor el hecho de que el capital frente a dichasformas tiende a expandirse y fomentar la seduc-ción de la forma y no del fondo, es decir fomentala expansión de la forma que invoca el dinerocomo símbolo de poder y no su esencia que esla facilidad del intercambio humano que puedaproporcionar. La modernidad en su acabamien-to se lleva consigo una redundancia crítica, perodeja como legado en la condición posmodernalos residuos de su sombra: la protesta, que seilustran en las manifestaciones de suplicio, sinllegar a potencializar la respuesta alternativa delo posmoderno.

11. EL LEGADO DE LA LEGITIMIDAD: CIENCIA,CAPITAL Y ECLECTISISMO

De esta forma encontramos la herencia del rea-lismo que busca un retrato de la realidadlegitimándose en su proceso a través de la téc-nica y la rigurosidad científica, a esto se le aúnala lógica del capital, y la dinámica del eclecti-cismo. Nos encontramos así, en una ausencia decriterios estéticos o de parámetros compartidos,que hace que el realismo contemporáneo sereduzca al Dinero, ya que el valor de las obrasy de las acciones humanas se mide a partir delbeneficio y la utilidad que éstas provoquen. Portanto, podemos encontrar en la actualidad queesta lógica del dinero llega al lema “todo es arte,toda acción es valiosa”, que sería una premisade lo posmoderno. Sin embargo esta legitimidadva con el sentido de gusto que los medios demasa puedan imponer. Así, lo kitsch se adapta atodos los gustos, así como el realismo contem-poráneo lo hace con la acción social, pero esnecesario que las tendencias del “gusto” vayanen dirección del poder de compra y de lo com-

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 11

prable. La actitud de lo comercial es sin lugar adudas un síntoma que ya se vislumbraba en lossesenta y que se han banalizando de manera talque conforma nuestra cotidianidad, ahora yaposmoderna. Pero todo esto socavó el sentido decuestionamiento y el sentido del experimentar.Ciertamente lo posmoderno rompe con la pro-hibición del error y la valorización de la varia-bilidad, pero lo que el autor nos quiere poneren vigía es el relativismo en el cuál se puedeentrar interpretando lo posmoderno, como unlibertinaje sin compromiso. La herencia del rea-lismo moderno traiciona el proyecto posmoderno,en la medida en que se lleva -a través de lo queel capital produce y en el transformar de la ex-perimentación-, el cuestionamiento de las reglasdel arte y del mundo, así como las del vanguar-dismo transformándolas en productos utilitarios,ya que el sentido crítico del vanguardismo y elsentido experimental se ven envueltos en uneclectismo cultural que encuentra una esferaperversa precisamente en el dinero y la utilidadcomercial.14

12. PRODUCIR ASÍ LO VISIBLE, DENTRO DE UN

MUNDO INVISIBLE

Así,“la investigación artística y literaria estáamenazada de dos maneras, por la políti-ca cultural, ya sea por el mercado del arteo del libro” (J.F. Lyotard 1988:18),

así como, por la exigencia de producir lo comes-tible, lo digerible, lo que demanda de menos enmenos el esfuerzo a su comprensión, lo que noimponga un esfuerzo de entendimiento so penade volverse elitista. Se pide a la cultura produ-cir lo visible, lo que está al alcance de todos, quepuedan ser reconocidas por un publico y des-

pués llevadas al comodidad de su gozo. Se trataen efecto de responder a una lógica del consu-midor en donde el arte se vuelve producto re-lativo y maleable, al mismo tiempo que serelativiza, hasta desvanecer la noción del un arte.

13. LO SUBLIME Y EL VANGUARDISMO

“La interpretación que vengo de dar delas artes mecánicas e industriales con lasbellas artes y la literatura son deudoras ensu plan, pero admitirás que es estrecha-mente sociologizante e historizante, esdecir unilateral” (J.F. Lyotard 1988:19).

En efecto, dichas consecuencias son palpables enciertos momentos de crisis y de redistribuciónatrofiada –cuando la hay– pero el problema defondo en la reflexión sobre el desvanecimientode la modernidad en cuanto a discurso legitimo,es quizás más lejano que las simples alusiones auna cotidianidad. Para Lyotard lo que hizo indis-pensable la realidad de este proyecto de socie-dad fue la connivencia de la ciencia y el capita-lismo, fue la existencia de un regla según la cualno hay realidad si no está atestada por unconsensus entre los asociados sobre los conoci-mientos y los compromisos del capital. Esta esprecisamente la huella que dejó el científico so-bre la política y junto con el gerente de capita-les, fomentaron una evasión de la realidad que es-tuviera fundada en certidumbres metafísicas,religiosas y que el espíritu de antaño creía con-tener.

“no se puede negar la existencia predo-minante en la actualidad de la tecnociencia,es decir, de la subordinación masiva de losenunciados cognitivos con la finalidad deuna mejor funcionabilidad, que es el crite-rio de la técnica” (J.F. Lyotard 1988:19).

14. LA CREENCIA EN LA PROMESA DE

REALIDAD Y SENTIDO

En este sentido la modernidad no se deslinda delrompimiento de la creencia y el descubrimien-

14 Mucho se ha hablado de las sociedades postmateriales, dondeciertamente se cuestiona la utilidad de esta dinámica opuesta. Sinembargo, el sentido de propuesta de dichas sociedades, no seescapa de la misma lógica. Encontrando así, protestas que vancon la moda, ya sea de los derechos de los pueblos originarios,de los derechos de la tierra, de los animales, del consumidoretc. La lógica del dinero encierra en la lógica de los Derechos atodo cuestionamiento contra ésta.

Daniel Gutiérrez Martínez 12

to de la poca realidad en la realidad misma.Encontramos de esta manera, una promesa deRealidad y sentido (en la modernidad) que estáasociada a la invención de nuevas realidades,(como la invención de la informática, delpluriculturalismo15...), realidades prometidas quehoy cobran un auge importante, precisamentecuando el alba de lo posmoderno vislumbra suamanecer. Es en este sentido que el autor en-cuentra en lo sublime el motor del arte moder-no. Este sublime, encuentra su mirada bajo lasefervescencias hedonistas de las que aludeMaffesoli. Es una especie de placer y pena (esla herencia del masoquismo moderno). Ciertamen-te el desafío que se nos presenta al pensamien-to es cómo medir lo dionisiaco de las socieda-des contemporáneas. La lógica de lo estético,donde lo sublime sobrepasa la realidad y encuen-tra ahí su advenimiento en la posmodernidad.

15. LA DISTANCIA DE LO ABSTRACTO Y LO

CONCRETO

Por tanto, existe para el autor –en la posmoder-nidad– una distancia entre lo abstracto (Dios) ylo concreto (la percepción de la naturaleza), endonde el pensamiento absoluto se vuelve indes-cifrable y emprende una crisis de sentido. Y estoes más perceptible cuando la Imaginación nologra interpretar –bajo las formas normatizadas–un objeto que se le presenta como real. Nosencontramos así, en una pérdida de la sensibili-dad a presentar la Idea de lo simple y lo desfrag-mentable. De este modo, cualquier presentaciónque pretenda enaltecer la grandeza de un obje-to (lo abstracto) se vuelve doloroso e insuficienteen la condición posmoderna. Todo esto impidela formación y la estabilización del gusto homo-géneo y se convierte en los tiempos posmo-dernos en gustos heterogéneos unificadores.

16. LA INTERPRETACIÓN DE LO ABSTRACTO

Esta reflexión merece una nota interpretativa quenos advierte los diferentes modos que en la con-dición posmoderna se presenta la realidad ha-ciendo estrecha referencia a las creencias. Aso-ciado a la crisis de la modernidad, encontramosque la crisis de lo abstracto, es decir, el funda-mento de las creencias monoteístas en un soloDios perceptible más allá de lo imaginado pier-de esencia en los ámbitos posmodernos, en lamedida que se cuestiona la unidad divina parasatisfacer necesidades heterogéneas. De estaforma nos encontramos con el surgimiento denuevos movimientos religiosos, como el NewAge, pero también en prácticas variadas en dondepertenecer al credo católico, no impide que di-cha adhesión lleve a cabo prácticas pertenecien-tes a los movimientos llamados esotéricos (ma-gia, astrología, tarot, cantos chamanes, danzasancestrales etc.).

17. LO MODERNO

“Yo le llamaría moderno al arte que dedi-ca su pequeña técnica a presentar lo quehay de impresentable. Hacer ver que hayalgo que se puede concebir y que no sepuede ver ni hacerse ver, (monoteísmo,abstracto de lo absoluto e interminable)[el paréntesis es mío]. Este es el desafíode la pintura moderna. Pero ¿cómo hacerver algo que no puede ser visto? Kant in-dica, la dirección a seguir nombrando loinforme, que es la ausencia de forma, uníndice posible de lo impresentable” (J.F.Lyotard 1988:22).

Si analizamos más en detalle dicha reflexión, loabstracto (lo presentable de lo impresentable),es en sí la presentación de lo negativo, de lo queno se puede ver. Sin querer ser insistentes en lalucubración histórica, ciertamente en la Biblia sedice “no harás de Dios imágenes talladas” lo quees una referencia a presentar lo impresentable,se trata de mencionar a Dios sin darle imagen,mencionar la Libertad pero sin darle forma, pro-nunciar el progreso sin retribuirle contornos, se

15 Nos referimos a su invención y no a su no existencia. Estosignifica que realidades antes negadas, ahora con las secuelas dela modernidad en una posmodernidad, se reconocen inventán-dolas como nuevas instancia de interrelación.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 13

trata así de presentar cualquier imagen de loabstracto que invoque lo absoluto, de manera queseduzca a la Imaginación, puesto que al mismotiempo lo abstracto y absoluto puede tomar unainfinidad de formas. No hay así, nada más posi-ble que lo abstracto, no hay nada más inimagi-nable que lo absoluto. Es precisamente esta dis-tancia a la cual se hace referencia en la condiciónposmoderna, es decir, que el proyecto moder-no no se marchita solamente en lo posmodernoa partir del deshojamiento del proyecto de lailustración, sino que con éste los pistilos delMonoteísmo se fragmentan y se comprimen enpequeñas partículas de polen.

18. NO SE HARÁ PLACER MÁS QUE HACIENDO

PENA

El problema de la teodicea, según la expresaWeber, es precisamente una contradicciónperceptiva inserta en una ética, ya que la teodiceapostula la imperfección del mundo y la salvaciónpor un Dios abstracto. No se puede ir al paraí-so, más que viviendo el purgatorio, tal como sedescribió en La Divina Comedia. Todo esto esla vocación de lo sublime que invocaba la mo-dernidad y que heredó la condición posmoderna.En este sentido para estudiar la posmodernidad[lo ya establecido], hay que estudiar, analizar loinforme, los fenómenos informales los cualeshabría que asociarlos a la estrecha relación queexiste con la tecnología. De aquí que la palabraInforme sea utilizada en el arte y en la Informá-tica, de ahí la fuerza de lo sublime de la Tecno-logía en la posmodernidad. Hace presente loimpresentable. En fin, la estética en la moderni-dad no quiere decir bello, sino sublime y nosublimación en el sentido freudiano, sino subli-me en el sentido dialéctico del placer y el do-lor, tal cual lo esboza la dialéctica de lo informey de lo formal.

19. EL ARTE MODERNO NO ESCAPA A DICHAS

ASOCIACIONES

En este sentido se presenta algo sublime, peronegativamente presentable, evitar la figuración delo irrepresentable. Sin duda alguna el cuadro deMalevich, donde presenta un lienzo completa-mente blanco llega al extremismo pictural moder-no de dicha proposición, cuando propone ver loque está prohibido ver, considerando que el blancoes por definición un color con ausencia de color.Cuando hablamos de arte posmodernista encon-tramos ciertamente una rebelión a dichos precep-tos, ya que la presencia de lo híbrido, de lo mez-clado axiomáticamente en las propuestas artísticasson precisamente la punta de lanza de los prin-cipios posmodernistas. En la actualidad losperformances en donde se combinan arte visual,danza, teatro, música responden a la misma lógi-ca: la polivalencia atomizada y la conjunción deelementos; la mezcla. Es asi que una de las ca-racterísticas de la modernidad es que la razón semantiene cuando enmascara la realidad a partir delo que no es real, permaneciendo inexplicableslos preceptos que mantiene (igualdad, progresoy bienestar para todos, democracia...).

20. LO POSMODERNO

“Qué lugar ocupa entonces lo posmoderno.Sin lugar a dudas lo posmoderno pertene-ce a lo moderno. Para algunos una obrano puede ser moderna si no es primera-mente posmoderna” (J.F. Lyotard 1988:23).

El postmodernismo, entendido así no es el mo-dernismo en su etapa final, sino en el estadonaciente, siendo éste un estado constante, lamodernidad se realiza así, en el retiro de lo realy según la relación de lo sublime, de lo presen-table con lo concebible. Lo posmoderno se vin-cula con la nostalgia de la presencia que encuen-tra el sujeto humano, es decir, con ese recuerdosentimental de un pasado originario que se ex-traña y se desea, así como a partir de la poten-cia de la facultad a concebir lo abstracto e im-

Daniel Gutiérrez Martínez 14

pensable. Así podríamos decir junto con Lyotardque

“la estética moderna es una estética delo sublime, pero nostálgica; ella permiteque lo impresentable sea delegado sólocomo un contenido ausente, pero la for-ma continua ofrezca al lector o al quemira –gracias a su consistencia recono-cible– materia para la consolación y elplacer. Ahora bien, sus sentimientos noforman el verdadero sentimiento de lo su-blime, que es una combinación intrínse-ca de placer y de pena: el placer que seda a la razón excede toda presentación,el dolor que ofrece a la imaginación o ala sensibilidad no están a la medida delconcepto” (J.F. Lyotard 1988:26).

21. LA IMPOSICIÓN DE LA FORMA

Dicha reflexión plantea la manera en la cual loposmoderno rehúsa la consolación a partir de lasbuenas formas oficiales y establecidas, al consensusde un gusto que permitiría sentir en común lanostalgia de lo imposible. Por el contrario loposmoderno no estaría –en un principio– gober-nado por reglas ya establecidas, y no pueden serjuzgadas por medio de un juicio determinante,y por la simple aplicación de un texto. Se nece-sita en efecto una variabilidad de formas, que noentran en un consensus general, por lo que eldeseo a la nostalgia se esparce en una infinidadde situaciones. Cada quién busca su nostalgia, suplacer y su pena, en la medida que la antiguaImposición de la forma pierde peso comoparámetro interpretativo de la realidad.

22. LO QUE LA OBRA POSMODERNA BUSCA

SON PRECISAMENTE LAS REGLAS

Entonces se trabaja sin reglas y buscando esta-blecer las reglas de lo que se va haciendo. Sinembargo, la búsqueda de dichas reglas perma-nece en una estructura heredada de la moderni-dad, del realismo antes evocado. Se rebela unofrente a las formas, pero lo buscado sigue per-maneciendo como objetivos comunes. Una es-

pecie de habitus moderno que permanece ypermea dinámicas posmodernas. Así en su ma-nera más peligrosa, la condición posmoderna sepodría encontrar inmersa en una variabilidad deImposición de formas que conllevan la alienacióno al menos la duda y confusión del individuo.

23. ¿CÓMO COMPRENDER ENTONCES LO

POSMODERNO?

Así, lo posmoderno se debe comprender segúnla paradoja del futuro (post) y el anterior (modo).Lo que nos permite decir, que el debate moder-nidad/posmodernidad cierra el antiguo debatetradición/modernidad. A este respecto se trataconstantemente de inventar las alusiones a loconcebible y que sin embargo, no lleguen a serpresentadas.

“Lo posmoderno es el cansancio de la nos-talgia de todo, es el intento de la reconci-liación de dos épocas”. Es efectivamente,el planteamiento según el cual loposmoderno encuentra en su dinámica larecuperación de valores arcaicos,nostálgicamente deseados, sin perder portanto, la herencia que la modernidad le legó.

24. Y ¿QUÉ PASA CON LOS METARELATOS?

“Los metarelatos de lo que hace referen-cia en son los que han marcado la moder-nidad. Esos metarelatos son la emancipa-ción progresiva de la razón y de la liber-tad, emancipación progresiva o catastrófi-ca del trabajo (fuente del valor de aliena-ción en el capitalismo), enriquecimientode la tecnociencia capitalista, e incluso enel cristianismo moderno, con el amor almartirio” (J.F. Lyotard 1988:31).

Es en este sentido que hablábamos de una crisisde la modernidad, refiriéndonos a que hay unapérdida del lenguaje que permita continuar cana-lizando los discursos de emancipación bajo unacredibilidad general. Todos los metarelatos quecaracterizarán la época moderna, se fundamen-tarán efectivamente en la promesa futura hacia una

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 15

salvación, un salut, y no nada más de la libertad,sino también del bienestar de todos los pueblos.Nos encontramos sin lugar a dudas en la transpo-sición de la promesa judío-cristiana proyectada bajoel mismo discurso de hace 5000 años. La moder-nidad se caracterizará así, a partir de la evocaciónal sufrimiento y al martirio social. Se pierde en-tonces el sentido de la esencia del sujeto, parallegar a la sumisión del mismo. Lo posmodernobuscará encontrar la emancipación interior, antesque material, aunque su proyecto por el momentono está del todo garantizado.

25. MITOS, META Y RELATOS

“Esos relatos no son mitos en el sentidode fábulas (incluso el relato cristiano). Cier-tamente como los mitos, tienen como finlegitimar las instituciones y las practicassociales y políticas, las legislaciones, laséticas, las maneras de pensar. Pero a dife-rencia de los mitos estos relatos no bus-can la legitimidad en un acto original fun-dado, sino en un futuro a hacer venir, esdecir, a la idea de realizar estas ideaslibertarias como legitimantes por el hechode ser universales. Da a la modernidad sumodo característico: el proyecto del queHabermas hace referencia y que está in-acabado y debe ser renovado y retomado”(J.F. Lyotard 1988:32).

Así, la idea de proyección en los metarelatos esinvocada, pero esta vez yace la reflexión que másadelante enfatizaremos con respecto a la construc-ción de los discursos, es decir, los objetivoslegitimatorios que contiene. La legitimidad de losdiscursos de la modernidad se apoya en su pre-tensión a lo universal. Será éste el aspecto másimportante para comprender la decadencia dellenguaje moderno en los tiempos contemporáneos.

26. LA MODERNIDAD SE ACABO CON LA

IRRACIONALIDAD DE LA EXTINCIÓN HUMANA

Para Lyotard, este proyecto moderno de louniversable no es que haya sido olvidado comodiría Habermas, sino que ha sido completamen-

te destruido. Una prueba de ello es “Auschwitz”,en donde se pudo atestiguar, que la razón nofunge necesariamente como vehículo del bien-estar humano. La razón puede así, ser utilizadasistemáticamente para destruir al otro, para des-truirle su proyecto de emancipación y libertad.La historia no se puede confiar de la simple yúnica razón de que hay que hacer un llamado alo sensible del sujeto. Los acontecimientos del11 de septiembre del 2001, son una prueba igual-mente que la razón no prima en los sujetos so-ciales, sino que es más bien utilizada para ge-nerar discursos de legitimación que resquebrajanel sueño universal de la libertad humana.

27. ABSOLUTISMO Y GUERRA

Y esto no sólo tiene que ver con respecto a losresultados del “absolutismo y la guerra” sino tam-bién la victoria de la tecnociencia capitalista, de“la ciencia clásica y del mito pitagórico16”, ya que“el progreso y la tecnociencia no se acompañande mayor libertad ni de mejor educación publi-ca, ni de mejor distribución de riqueza, sino deun sentimiento de mayor seguridad” (J.F. Lyotard1988:32).

Dicha seguridad ha caído durante la moder-nidad en la vulnerabilidad generalizada, en laincertidumbre tanto física como mental y espiri-tual. El resultado de esto es efectivamente no elproyecto en sí, sino la instrumentalización quese hace de éste bajo los auspicios de la cientificidadjustificando la tentación del Poder. En realidad sihay algo que produjo, la modernidad con susdiscursos emancipatorios, sobre todo de libertady de igualdad, fue la lucha exacerbada por elPoder. Ciertamente dicha lucha siempre ha exis-tido desde que el hombre se impuso como talfrente a la mujer (desde las luchas de Akhenaton,las cruzadas, hasta la última intervención militaren Afganistán…), pero lo que la modernidad

16 Recordemos que Pitágoras al descubrir que el dodecaedroy la raíz cuadrada de dos, al ser un número irracional no corres-pondían a su pensamiento filosófico, los rechaza atajando el de-sarrollo de la ciencia dos mil años. En la condición posmodernaencontraremos la irracionalidad como fuente de conocimientode las ciencias físicas, matemáticas y sociales.

Daniel Gutiérrez Martínez 16

produjo fue la ilusión de que todos podían al-canzar este poder, que todos tenía acceso a éste,produciendo en los individuos constantes desen-cantamientos que terminaron por mermar el dis-curso mismo de la modernidad. La utilización dela ciencia y la tecnología es un ejemplo de di-cha dinámica. Estas no son utilizadas en efectopara cumplir con el proyecto moderno, sino comofuente de apoderamiento personal. ¡Eh aquí elproblema!

28. EL SENTIMIENTO DE LA TECNOCIENCIA

Y la tecnociencia se siente victoriosa por lo quele ha brindado al sujeto pero desconociendo enrealidad lo que ha logrado, que es ignorar suspropias leyes perdiendo su propia esencia. Eneste sentido, es el proceso de deslegitimaciónque va en aumento. Aunque la deslegitimaciónya pertenece en sí a la modernidad (al cuestio-nar quién es Cristo, quién es Dios etc.), las ideasen la condición posmoderna, conforme pasa eltiempo no encuentran eco en la legitimidadpública, el simple hecho de no poder definir loque es una democracia, el pueblo, los pueblos,lo multicultural es un vivo ejemplo. Ciertamen-te, predecimos lo que es bueno, pero no sabe-mos definir lo que es bueno. Para Lyotard laguerra y “Auschwitz” destruyó un pueblo, “es elpopulicidio que se ejerció”. Es decir la capacidaddel pueblo a definirse por sí mismo. Lo posmodernoinvocaría al saber local, y al llamado del pueblo,a una auto-conciencia de éste para su propio ysencillo esparcimiento, no precisamente para suemancipación, quizá aquí se encuentren las prin-cipales alternativas que propina la condiciónposmoderna.

29. POR ESO SE INSISTE EN LOS METARELATOS

“Por metarelato o gran relato yo entiendo preci-samente las narraciones con una funciónlegitimante” (J.F. Lyotard 1988:34), y esto noimpide que las pequeñas tramas continúen te-jiendo la vida cotidiana antes y después. Loposmoderno desemboca en el Diferendo, en lo

que se diferencia de lo global. Recordemos quelos relatos son historias, son narrativas, narracionesy estas se sustentan así en su capacidad a inno-var, a encantar, a imaginar. Ese es el llamado quehace lo posmoderno al sujeto, al pueblo y a losrelatos que contengan con ellos. En este senti-do no es coincidencial encontrar temas en elséptimo arte y en la literatura refiriéndose a vi-das cotidianas, a pequeñas historias de vida apa-rentemente sin importancia. Todo este movimien-to ya encontraba su auge desde el aumento deproducción de la Novela. Será la novela la for-ma literaria que caracterizará más que alguna otrala condición posmoderna. Esta misma dinámicaes reflejada en la promoción de programastelevisivos en vivo. Los reality show en claustrostelevisados

30. LA CONTRADICCIÓN DE LA PALABRA VISTA

COMO REALIDAD

Cuando se dice una cosa y su contrario, es ne-garse la legitimación y escapar así a la deslegiti-mación de cualquier ámbito crítico, es en estadinámica que encontramos la fuerza de los mini-relatos. El saber del pueblo, su reivindicación esprecisamente el ser contradictorio, el decir algoy encontrar una realidad diferente. Es interesantever como dicha dinámica se legitima por sí mis-ma, por el simple hecho que no pretende cons-truir verdades absolutas y verificables, sino his-torias cotidianas que sólo se pueden verificar enel momento, como una instancia mágica queocurre una sola vez, y que después se transfor-ma en mito. Así, dichos relatos escapan a cual-quier pretensión universal de legitimación, perocorriendo el peligro de relativizarse y abundaren los relativismos que deconstruyen la cotidianidadsocial, la vuelven tautológica.

31. LA TECNOCIENCIA EN LA ACTUALIDAD

CUMPLE CON EL PROYECTO MODERNO

La tecnociencia, hace del hombre el amo y po-seedor de la naturaleza. Pero al mismo tiempose desestabiliza profundamente: ya que bajo el

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 17

nombre de “la naturaleza” la tecnociencia la es-tudia y la transforma a su voluntad. La misma idearecae sobre la racionalización del mundo, here-dada de la ilustración convirtiendo la cienciaherramienta de la lógica de control, de cerrazón.La clonación, los transgénicos, la andronización,etc. A este respecto la tecnociencia no abre es-pacios de emancipación, sino que aglutina todoslos existentes creando el espacio del consumi-dor, único lugar donde se le brinda al individuosu capacidad de emancipación, creatividad yvanguardismo.

32. LOS EXPERTOS Y LA CIENCIA

Más aún, todo esto va cayendo por la interpre-tación que se hacen los expertos de la ciencia.Y en este sentido hay una confusión con respectoa lo que el hombre es, como si nos encontrára-mos con un nudo muy sofisticado en la interaccióngeneral de los elementos que constituye el uni-verso. Lo posmoderno no ha ofrecido lo tangi-ble de la pequeñez del ser humano. Ya no so-mos el centro del universo, pero tampoco de latierra y de la existencia. El hombre tiene queresolver dicho desencantamiento y aceptar lasverdades de todos, aceptar que el mundo es uncaos y que cada elemento puede modificar todoorden establecido. En las ciencias sociales estova a la par con las teorías del caos, que precisa-mente estudian las propensiones de todos loselementos constitutivos del sistema social y cómola interrelación de dos o más elementos puedenbifurcar hasta el infinito. La ciencia ya no esconocimiento Total.

33. MISIVAS SOBRE LA HISTORIA.

Uno de los grandes debates a finales del siglo esel examen juicioso de las historias. Ya que si elmundo es declarado histórico, es porque se en-tiende que será tratado a partir de una narrativa.

“se puede continuar actualmente a orga-nizar la multitud de acontecimientos quenos vienen del mundo humano y no hu-mano, situándolo bajo la idea de una his-

toria universal de la humanidad” (J.F.Lyotard 1988: 39-40)

Esto hace alusión sin duda alguna a la concep-ción histórica de la modernidad, en la medida quese considera que ésta no es una época sino unmodo, en el pensamiento, en la enunciación, enla sensibilidad y en la manera de querer confor-mar los acontecimientos a una sola causa, a unasola razón. Es la historia oficial que pierde cam-po de acción en lo posmoderno. Y no nada másen su interpretación, sino también en los temasa tratar. Foucault ciertamente sería de los primerosque destacaría lo importante de otros temas enel ámbito de la historia para analizar las socie-dades y la dinámica moderna. Al mismo tiempola utilización de las Historias de vida como mé-todo analítico de las ciencias sociales es unaprueba de esta desoficialización de la interpre-tación histórica. Es una especie de destrucciónde la sintaxis del discurso clásico y la adopciónde una disposición para-sintáxica de frases bre-ves aglomeradas por la preposición Y, Y, Y asíhasta un sin fin.

34. DESCARTES Y EL YO SIGUEN VIVOS

El discurso de la primera persona que escogióDescartes para exponer su método, sigue vigentepero de manera fragmentada. El Discurso es unaconfesión, es una individualización, es el despo-seimiento del yo por Dios, es el esfuerzo del yopara controlar todos los datos incluyendo sí mis-mo, es la intención de la posesión de la natura-leza. Para el autor esta organización del tiemposurgió sin lugar a dudas en el siglo XVIII con elAufklärung, en donde la idea de la emancipa-ción predominante se construyó de diferentesmaneras según el modo que surgiera (idea in-cluida en los relatos cristianos, marxistas, de lailustración capitalista). Pero esta temporalidad,todavía sigue vigente fragmentadamente en loposmoderno, ya que un discurso que hable delnosotros no ha podido ser aún constituido firme-mente, aunque encontremos los resquicios cons-titutivos de dicho discurso con las reivindicacio-nes de la colectividad, en diferentes lugares del

Daniel Gutiérrez Martínez 18

planeta. Pero dicha apropiación del sustantivocolectivo, sólo funge como reivindicaciones in-dividuales y no como una conciencia de la ne-cesidad del nosotros para sobrevivir y existir

35. DATOS, ARGUMENTACIÓN Y DISCURSOS

“Todos estos relatos sitúan los datos queaportan los acontecimientos al curso deuna historia cuyo término, incluso si per-manece fuera del alcance de todos, senombra libertad universal, apaciguamien-to de la humanidad entera” (J.F. Lyotard1988:41).

La modernidad puso a disposición los datos re-copilados por la ciencia al servicio de la argu-mentación de los discursos de emancipaciónuniversales. La ciencia se construyó de estamanera bajo la misma dinámica que las religio-nes de salvación. Hoy está dinámica se encuen-tra presente pero en la cotidianidad social, comomodo de argumentar una variabilidad de verda-des, aunque los datos son principalmente usa-dos como cifras y como verdades de encuesta.Cada opinión es entonces una verdad, como cadavoto una razón. Así todos tenemos derecho aimponerse en la tolerancia, se hace justicia pormano propia bajo el lego de los derechos detodos y de cada uno.

36. “SE PUEDE CONTINUAR A ORGANIZAR”

Persiste entonces una capacidad a pensar o a re-sentir la continuidad de la existencia humana o ladiscontinuidad de la historia. Este nosotros que seinmersa en la dinámica de lo posmoderno con-siste en un conjunto de sujetos, donde se piensael nosotros (usted y yo, o ellos y yo) desde elpunto de vista de un tercero. En este sentido, ¿acasola idea de nosotros incluye esta historia del uni-versal vertiente de la modernidad? En la tradiciónde la modernidad, el movimiento de emancipa-ción consiste en que el tercio, primeramente ex-terior a uno termine por formar parte de la co-munidad hasta desvanecer el conjunto.

“el lugar de la primera persona está mar-cada en esta tradición como el control dela palabra y el sentido. Es decir, se trataque todos tomen la palabra, que el singu-lar se apropie del universal y que el últi-mo se convierta también en el primero”(J.F. Lyotard 1988:42).

Es así que encontramos un esfuerzo en loposmoderno por rescatar tanto el yo de la mo-dernidad como el nosotros de la comunidad tra-dicional. El yo como instancia legitima de ver-dad (todos pueden hablar, un voto un individuo),pero ese yo se convierte en un nosotros cuan-do al aceptar la pequeñez del ser humano, lainterdependencia de éste con los demás se vuel-ve colectiva. La decisión a fin de cuentas tieneque ser de nosotros.

37. ENTRE EL NOSOTROS Y EL PRESENTE

“la situación minoritaria actual donde losterceros son muchos y usted y yo pocos,y la unanimidad a venir de donde todatercera persona será por definiciónbanalizada, es el nosotros de la preguntaque hago y que reproduce exactamentela tensión que la humanidad debe sentirsegún su vocación a la emancipación, en-tre la particularidad, el azar, la opacidadde su presente, y la universalidad, la auto-determinación, la transparencia del futuroque se promete” (J.F. Lyotard 1988:42).

Pero si el nosotros se pusiera en la brecha de“la historia de la humanidad en cuanto a histo-ria universal de emancipación ya no sería creí-ble”. Sin duda alguna, la cuestión del tercero escomplicada en un mundo que construyó sus pi-lares de pensamiento bajo la dicotomía contra-dictoria (sol/luna, hombres/mujer, blanco/negroetc.). Construir el tercero como opción, entre elYo y el nosotros no es tarea ya acabada y es elobjeto perdido, el de la humanidad libre que tien-de a transformarse al narcisismo en modo hege-mónico del pensamiento y de la acción en lassociedades más industrializadas.

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 19

38. EL DUELO DE DIOS

La ilustración hizo el duelo de Dios, pero eso noquiere decir que se borró de nuestra concienciao inconsciencia. El proyecto conquista permanecióimplícito en nuestros comportamientos, pero lle-vado en la posmodernidad de manera separaday atómica. La modernidad ha dedicado tanto es-fuerzo a la lucha de emancipación que ya no seráen nombre de la libertad que se sostendrá ésta,sino en nombre de nuestra satisfacción, de unnosotros enmarcado en su propia particularidad.Esto el lo que se llama tiranía, es decir,

“la que edificamos nosotros, no les hasido dirigido, a los conciudadanos, se lesha aplicado, a los terceros, a los de fue-ra, sin ninguna preocupación de legiti-mar a sus ojos” (J.F. Lyotard 1988:44) di-cho discurso.

39. LA EMANCIPACIÓN POSMODERNA

“La otra emancipación es de hacer el due-lo de la emancipación universal, prometi-da por la modernidad, se trata de trabajar,en el sentido freudiano, no solamente laperdida de este objeto, sino la perdida delsujeto en el cual este horizonte estabaprometido, no se trata solamente que re-conozcamos nuestra finitud, sino que no-sotros elaboremos el estado de nosotros,la cuestión del sujeto” (J.F. Lyotard,1988:44).

En este sentido, nosotros podemos invocar eldeseo a la emancipación pero no forzosamenteel hecho, ya que hay incertidumbre sobre elcontenido de ésta, la afirmación o la negaciónde las nociones que invocamos. No es solamen-te la posibilidad sino la capacidad de hacerlo. Portanto, en la condición posmoderna, todos losgrandes relatos de la modernidad han sidoinvalidados en su propio curso durante a lo lar-go de los últimos 50 años.

40. EN LA MODERNIDAD, TODO LO QUE ES

RACIONAL ES REAL

Esta formula que se puede también manifestara la inversa; todo lo que es real es racional, essin lugar a dudas una doctrina especulativa queAuschwitz rehusó. El social cotidiano de la mo-dernidad ha fracasado con la institución repre-sentativa. Otro ejemplo de esto es ciertamenteBerlín en 1953, Budapest en 1956 y Afganistánen 2002. Estos son los signos de decadencia dela modernidad que promulgan los posmodernoso neo-conservadores, en donde los grandes re-latos parecen haberse vuelto poco creíbles. Sinembargo esto puede llevarnos a acreditar el granrelato del decaimiento de los grandes relatos. Perocomo sabemos, el gran relato de la decadencialo podemos encontrar en el comienzo del pen-samiento occidental con Hesiódo y Platón, quefueron acompañados con el relato de la eman-cipación. Es así que en la condición posmodernano hay razón que deba rescatar en la actualidadun relato religioso sobre el fin del mundo o unrelato mítico (como podría estar sucediendo hoy,con las reivindicaciones identitarias de las mino-rías étnicas). Sino que entendamos, escuchemosla variabilidad de los relatos, rompiendo preci-samente con el mito de la caverna, con las ver-dades desveladas, con la noción apocalíptica, conla noción de un principio y un fin, y empezar apensar en términos espacio-temporales continuosy así encontrar

“bajo el nombre de la posmodernidad lasperspectivas más contradictorias que pueden re-unirse, ésta es la dirección anti-mitologizante enla cual creo debemos trabajar la parte del noso-tros moderno” (J.F. Lyotard 1988:48).

41. TRADICIÓN/ MODERNIDAD, FIN DE UN

DEBATE: LA POSMODERNIDAD

El decaimiento de la modernidad se debería aso-ciar entonces a “la resistencia de la multiplicidadde los mundos de nombres, y la diversidad inal-canzable de las culturas” Sin lugar a dudas esprecisamente lo que observamos con los nuevos

Daniel Gutiérrez Martínez 20

discursos sobre la multiculturalidad, plurietni-cidad, mismos que son inalcanzables por una solaentidad como el Estado-nación. Diferentes nom-bres quieren decir ahora esparcimiento de di-ferentes valores, aunque estos sirvan a lacomercialización. El hecho de comer fast food, vis-tiendo ropa de la India, escuchando música reggaeen un pueblo del sur de México, hace que unacombinación de culturas sobrepase nuestro enten-dimiento a partir de una concepción única, porlo que nos vemos obligados a aceptar, entendery comprender un mundo de propensiones incier-tas. En este sentido la modernidad estaría acaba-da, según los posmodernos. Así, tocando la uni-versalidad de los grandes relatos, el estatus denosotros, la razón del decaimiento de la moder-nidad y finalmente la cuestión contemporánea dela legitimación retoman hoy auge en los debates.

42. EL RELATO ES UNA AUTORIDAD EN SÍMISMA

Efectivamente, dicha, legitimidad esta garantizadapor la potencia del dispositivo narrativo conte-nida en cada discurso. Una organización de estaíndole está opuesta a la de los grandes relatosde legitimación que caracterizan la modernidadoccidental. Estos últimos son cosmopolitas, con-ciernen precisamente, a la “superación” de laidentidad cultural particular hacia una identidadcívica universal. Es el mismo axioma que se haimplicado al gran relato especulativo de la his-toria humana. Pero la cuestión es de saber si hayhistoria humana. Gran relato quiere también decir,respuesta universal, ya que hablar del fin de losrelatos, es hablar de un cambio en la manera encómo se legitiman los discursos.

43. LOS POST Y LO LOCAL

La modernidad es dialéctica y universal, no seocupa del ser, sino del hombre, lo post sería lolocal que se ocupa del ser, de su condición.

“Observamos así como el inmenso esfuer-zo, marcado con la declaración de los de-

rechos del hombre, tenía que ver con elhecho de desahuciar a los pueblos de sulegitimidad narrativa, situada en el conjuntodel cuerpo del tiempo, y hacerles adaptarcomo sola legitimidad la idea de ciudada-nía libre. Como si este esfuerzo prosiguie-ra por vías diversas durante dos siglos,antes décadas. La declaración de los dere-chos es de alcance universal: es de noso-tros el pueblo occidental” (J.F. Lyotard1988:53).

No es sorprendente así encontrar en la actuali-dad que los mismos derechos, la misma lógicaes aplicada a los derechos de los pueblos indí-genas y se encierre dicho debate en una legiti-midad de los pueblos en el tema de la autono-mía de dichos pueblos, y los derechos colectivos.La “s” en plural representa el principal atolladeroen el acuerdo jurídico internacional.

44. EL ADVENIMIENTO DE LAS LEGITIMACIONES

LOCALES

Y sin embargo,“la multiplicación de las luchas de indepen-

dencia desde la segunda guerra mundial y elreconocimiento de nuevos nombres nacionalesparecen indicar el refuerzo de las legitimidadeslocales y la disipación de un horizonte univer-sal de emancipación” (J.F. Lyotard 1988:54).

Es aquí que observamos sin lugar a dudas, laconsecuencia de la modernidad en la condiciónposmoderna con los repliegues nacionalistas queprevalecen sobre la libertad. En efecto, estosrepliegues se apoyan sobre una legitimidad lo-cal y son reacciones de resistencia a los efectosdevastadores del imperialismo y el discurso li-bertario, así como de su crisis sobre las culturasparticulares. La posmodernidad entraría en estesentido en una propensión hacia el individuo, elgrupo o la etnia pero que es antepuesta a unaética universal alternativa (Apel). Y esto no estáalejado de los discursos sobre la cuestión étnicay las premisas de una pluralidad que puede

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 21

distorsionarse en fundamentalismos o micro-na-cionalismos virulentos.

45. LA ESPECULACIÓN

“La reconstitución del mercado mundialdespués de la segunda guerra mundial yla intensa batalla económico-financiera quelibran en la actualidad las empresas y losbancos multinacionales sostenidas por losEstados nacionales, para dominar estemercado, no portan con ellas ninguna pers-pectiva de cosmopolitismo” (J.F. Lyotard1988:54).

Este cosmopolitismo es precisamente sentirse enalma y cuerpo parte de todos lados, tener comonación el mundo entero, una intención de ciu-dadanía cultural nómada en donde se hable entérminos de humanidad y no del hombre. Sinembargo, la tendencia que se observa en lassociedades contemporáneas no es la propensióna dicho cosmopolitismo, sino los fragmentadosnacionalismos causa/razón y consecuencia de lasdesigualdades redistributivas que empiezan aemerger (tan sólo en los últimos años se ha acre-centado el número de nuevos Estados (200),aunque permanecen todavía de 6 a 8 mil pue-blos diferentes). Todo esto, le quita crédito a estosdiscursos económicos, véase el agravio de lasdesigualdades de los bienes en el mundo, endonde a pesar de todo no hay coincidencia en-tre la apertura de las fronteras físicas entre loshombres y la especulación abierta comercial ymonetaria. Así, la posmodernidad o el decaimien-to de la modernidad, está caracterizada por laEspeculación financiera y cultural. Lo virtual seabre a la diversidad y las alternativas, lo mate-rial se aglutina y se cierra.

46. EL SECRETO DEL MERCADO MUNDIAL Y LA

PREMONICIÓN DE LOS “COMICS”

“El mercado mundial no hace de su discurso unahistoria universal en el sentido de la modernidad”(J.F. Lyotard 1988:55).

De ahí viene la fuerza que tiene para man-tenerse a nivel planetario. Una realidad, obser-va en este sentido, es el hacer de las diferen-cias culturales mercancías turísticas y culturales,a todos los niveles de la gama mundial que fungende telón para divulgar la comunicación mundialentre culturas. ¿Cuál es entonces la importanciade pensar en nosotros en este escenario de es-pejismo? Quizás la respuesta la tiene precisamen-te el núcleo, la minoría, el vanguardismo vivientesen la actualidad que anticipa en hoy, lo que podráser la humanidad en el mañana. Por ejemplo, elsentido premonitorio de las obras de arte que noson consideradas como arte, como lo son las ti-ras cómicas, encuentra una pertinencia mayor enlos tiempos posmodernos. Ciertamente los inte-lectuales con las sombras sartruianas, voltarianas,o zolacienses se enredan en la disfuncionalidadde su propuesta, ya que estaban antes apoyadaspor la idea de emancipación que acompañó lahistoria de la modernidad y del sentido de pre-visión. Dicha dinámica ya no es funcional parala comprensión del mundo de hoy y sin embar-go la forma escueta, pero ocurre en ciertas pro-posiciones artísticas han resultado ser más pre-visoras, objetivo buscado por las epistemologíascientíficas del siglo pasado.

47. EL UNIVERSO DE LA IDENTIDAD CÍVICA

UNIVERSAL

Al mismo tiempo el universo donde el éxito esde ganar tiempo nos invade, el pensar no tienemás que un error, pero incorregible: hacernosperder pragmatismo. La cultura del Looser pro-veniente de un calvinismo temprano17 se impreg-na en todos los ámbitos. Herencia de lo moder-no que claudica entre el yo y nosotros, entre loque se dice que es bueno y la ausencia de defi-

17 En el calvinismo, ciertamente el pensamiento de no saberquiénes son los elegidos de Dios y considerar que nadie se salvade la condena encontramos una fuerte relación con el sentimientodel ganador y del looser, en el sentido que si bien para los calvinistas(aunque no son los únicos) lo único que resta por hacer es tra-bajar con empeño para reducir las posibilidades de condena, ellosser es aquel que se resigna a su condición y no mantiene unesfuerzo por reducir sus posibilidades al fracaso, hecho que lodesvaloriza en el seno de su grupo.

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nición de éste. En todo esto la cuestión del su-jeto toma realce en el debate de la posmodernidad,¿cuál es entonces la identidad de este sujeto? ¿Cuáles la identidad del sujeto que se esfuerza en sery no perder y al mismo tiempo en pensar eldesfallecimiento de la modernidad? En la condi-ción posmoderna quizás la tendencia que seobserva en cuanto a proyecto de sociedad es, lasuperación de la identidad cultural particular haciauna identidad cívica universal, sin que por tantopierda el sentido de localidad. Tenemos así quepensar la problemática del refuerzo de laslegitimidades locales y del esbozo de un hori-zonte universal de emancipación. ¿Cuál es ellugar del sujeto en la sociedad posmoderna?¿Cómo hay que hacer para proceder la idea deuniversal, de humanidad sin claudicar en la im-posición? Así, a pesar de su crítica contra los meta-relatos, lo posmoderno se enfrenta constantemen-te a afirmar todo a la vez, la unidad (unicidad/igualdad/universalidad) del hombre y su diver-sidad, particularmente la diversidad en la eman-cipación sobre la base de las diferentes matri-ces culturales/sociales locales regionales,intercontinentales.

48. MEMORANDO SOBRE LA LEGITIMIDAD Y EL

TOTALITARISMO

Lyotard cuando se refiere a la legitimación a par-tir del lenguaje, se refiere al elemento más directovinculado al totalitarismo y al mismo tiempo a laresistencia, que se puede encontrar con mayorefervescencia en el totalitarismo. Ahí se encuen-tra el poder, la sociedad, el pueblo, la tradición ytodas las formas que recurren a ello. En otraspalabras, la legitimidad antes de ser concretizadaen una acción está desmentida o legitimada en ellenguaje. Lenguaje como predecesor de la acción.Es decir, a través del lenguaje se crean diferen-cias de naturaleza y distinciones (P. Bourdieu). Lacuestión del totalitarismo tiene estrechamente quever con el lenguaje de legitimación, ya que ope-ra sin recurrir a entidades recibidas que se nie-gan y no se quieren integrar como poder, socie-dad, pueblo, tradición. La legitimidad de la

condición posmoderna comienza así, por la des-trucción reflexiva a través del lenguaje de la Ilus-tración. El totalitarismo y la legitimidad es la pre-gunta radical de la lingüística, que no encuentraespacio de tolerancia reflexiva en las otras cien-cias sociales, ya que el lenguaje permite disociarlos estados del totalitarismo y eufemizarlos, escon-diendo y confundiendo las diferencias de princi-pio. Kant distingue la forma imperi, en la cual seejerce la dominación, y la forma regiminis endonde el Estado o una entidad legitimada hace usode su poder. Así, la forma de dominación, consis-te en la delegación del Poder que se le delega através de su lenguaje. Cualquiera que sea, la for-ma del régimen (meritocrático, autocrático, dicta-torial, republicano) es despótica y hace uso dellenguaje para hacerse aceptar como totalitarismo.

“La democracia sería en este caso el modode dominación que le otorga directamen-te el ejercicio del poder público a todoslos ciudadanos, sin mediación de instan-cias representativas, llama a una forma derégimen necesariamente despótico” (J.F.Lyotard 1988:60).

Y al totalitarismo de los regímenes democráticos,encontramos, los totalitarismos del lenguaje eco-nómico. En el discurso de la legitimidad Lyotardalude a la forma en cómo se ejerce la Domina-ción y la forma en cómo se hace uso de ella yde su poder. La primera forma no es más que laalusión a lo supremo e incuestionable, ya sea quese trate de la autocracia, la aristocracia o la de-mocracia, las tres son formas de dominación quetienen forma de régimen y se legitiman en sulenguaje. Con respecto a los momentos en quese vive lo posmoderno y en las consecuenciasperversas que de él emanan, la democracia sepuede plantear como un modo de dominaciónque se sustenta a la relación virtual del poder yel lenguaje que utiliza. Por eso existe la formaque da el vocablo Imperio, no es más que lainvocación a la Imposición de la forma, es lanormatividad y la legitimidad de lo normatizadoa partir del lenguaje y su discurso. La instancianormativa se construye en la frase prescriptivaque le da fuerza a la ley o a la regla. Es la auto-

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 23

rización de nombrar lo que es legitimo o no. Lalegitimación es la forma del régimen que esnormativa, prescriptiva y legal. Si ahora nos pre-guntamos, la autorización autoriza la autoridad(violencia simbólica), es la frase normativa queautoriza al elegido a nombrar y normar. En estesentido el que norma y nombra es el único tes-tigo de la revelación del hecho y es quién guar-da el poder (misma dinámica a partir de la cuálse construyó el monoteísmo). Se supone así, enla condición posmoderna, el hecho que todostengan derecho a normar y nombrar daría unamejor convivencia entre los hombres, sin embargola experiencia actual nos hace presenciar que elrelativismo es una forma de poder que permitemantener en el poder al más astuto y el quemenos escrúpulos tenga. Hay un peligro deperdida de ética.

49. TOTALITARISMO, PROCEDIMIENTOS

LINGÜÍSTICOS, Y MÁSCARAS

Este tríptico de nociones, son una aporía y lógi-ca de la autorización de la cual somos testigos.El procedimiento para establecer cualquier tota-litarismo es la recurrencia a la narración. Se lle-ga así, a una proyección hacia un origen y unfin. Encontramos, tres relatos; los emancipadores,los de encanto y los originarios. Este último esobservable por ejemplo en las narrativas que danforma a los relatos míticos indispensables a laconformación de las comunidades. El totalitaris-mo se encuentra, así de manera retórica, y en-tra en la dinámica de los metarelatos. Es importan-te no desdeñar que el discurso de emancipaciónse relaciona también con totalitarismo; con el mitoy con los metarelatos. Los relatos Bíblicos porejemplo, son como los relatos emancipadoresactuales sobre el progreso. En este sentido eltotalitarismo tiene que ver con los sistemas decreencias, el cual se procura su propia creenciay los modos para su legitimación y promoción,de manera que se vuelva algo incuestionable,aceptable e indispensables. Finalmente encon-tramos el discurso encantador de la magia. Lamagia es a ciencia cierta una especie de mini-

relato que caracteriza a la condición posmoderna(de la desmagización de la que hablaba Weber,llegamos a la enajenación mágica) sobretodo através de la tecnología. Así, encontraremos enla posmodernidad una combinación entre losmetarelatos y los mini-relatos, los dos entrecru-zados. Metarelatos emancipadores antiguos omodernos (religiosos), tradicionales (míticos), ylos mini-relatos basados en la magia de la tec-nología, que ante su maleabilidad se vuelvemetarelato de la contemporaneidad o mini-rela-tos que se pelean el derecho a existir comometarelatos. Con respecto a la asociación que en-contramos entre magia y tecnología, sólomencionaremos que como la magia, la tecnolo-gía funciona como una solución inmediata, prag-mática, no demanda una creencia en lo trascen-dente, ni una adhesión en cuanto a una Iglesiao Institución. Todos somos clientes del chamancomo del tecnólogo, todos hacemos uso de ello,como todos hacen uso de la magia, para diver-tir, calmar, apaciguar o resarcir necesidades co-tidianas del momento.

50. MEDIOS DE COMUNICACIÓN YTOTALITARISMO

Por otro lado el lenguaje es el objeto de una idea,ya que las frases no sólo expresan significacio-nes, sino que también se sitúan en el universoque ellas presentan. Así al mencionar una fraseno va sin modificar la situación de todo el dis-curso. Por ello, la fuerza del totalitarismo a par-tir del lenguaje la podemos encontrar en losmedios masivos de comunicación de hoy, endonde la inteligencia del totalitarismo reside enel hecho que cada frase es ordinaria en sí, perose hace pasar a través del discurso como unacontecimiento. Sin embargo, la necesidad de lacontingencia se presenta, y es precisamente losdiferentes tipos de discursos que encadenan cier-tas ideas (discursos periodístico, satíricos,ensayísticos, etc.), y es aquí donde puede tomarimportancia los escritores y artistas en la luchacontra los totalitarismos ya que ellos no parecenrespetar las convenciones y se preocupan más

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por los acontecimientos que por la imitación ola conformidad de los hechos. El totalitarismo dehoy hace referencia a lo ordinario que se vuel-ve eminencia y es esta eminencia que se pue-de moldear en lo posmoderno. De esta maneraotro tipo de totalitarismo pueda surgir y que nocorresponde forzosamente a las característicasatribuidas en la modernidad; por ejemplo el to-talitarismo del capital o del consumo, en dondeprecisamente lo que es ordinario, lo que debe-ría ser algo común y corriente se vuelve todo unacontecimiento. (Ir a los centros comercialesabastecerse de bienes comunes, es todo un acon-tecimiento de los domingos en las sociedadesurbanas).

“La infracción moderna no es interesanteporque sea una trasgresión sino porquevuelve a abrir la cuestión de la nada y delacontecimiento. La importancia de loposmoderno indica también que al trans-gredir las reglas del discurso se abre lacuestión del vacío y de lo eminencial” (J.F.Lyotard 1988:64).

Es en este sentido que la inmediatez de la co-municación toma importancia en los tiemposposmodernos, es la importancia de la pragmáti-ca de la narración, más que el análisis de loscontenidos mismos. La forma se impone ante elfondo, los acontecimientos antes que sus ante-cedentes contextuales. De ahí la manipulación,la banalidad del gusto y la actitud a-critica quepuedan repercutir en los comportamientos de losciudadanos. Estos dispositivos lingüísticos sonejemplares para el establecimiento de la formaregiminis y para la legitimación de la instancianormativa que le corresponde.

“Los nombres determinan un mundo, que esel mundo cultural. Este mundo esta acabado. Esemundo es el mismo de siempre que comanda lasrelaciones y los intercambios sexuales, econó-micos, sociales, lingüísticos de donde se adhie-ren quienes dictan el derecho o el deber de te-ner o no tener un nombre” (J.F. Lyotard 1988:66).

EPILOGO: REGRESO AL TRADICIONALISMO

“Los cashinahuas se llaman a sí mismos los“verdaderos hombres”. Lo que es exteriora esta tradición, acontecimiento natural ohumano, necesita de un nombre para serautorizado. Ciertamente la autoridad noestá representada en el sentido moderno,el pueblo cashinahua se comunica a tra-vés de la transmisión de sus relatos, y ex-cluyendo ejerce el poder ejecutivo. Es en-tonces una política que pone en juego unpráctica narrativa” (J.F. Lyotard 1988:67).

La condición posmoderna mostrará así en suactividad que es tributaria del viejo deseo deOccidente de encontrar en su exotismo la figu-ra de lo que ha perdido como lo hizo Platón conEgipto o con la Atlántida. Si observamos en laactualidad, esto es cierto cuando nos percatamosdel auge que tienen las danzas étnicas, cuandoencontramos un auge por matrimonios mixtos enlas sociedades “avanzadas”, cuando observamosel valor “étnicamente agregado” tanto de losproductos manufacturados (libros, discos,artesanías, comida), pero también de los discur-sos de justicia social. Los últimos juegos olímpi-cos (Australia, EE.UU.) se han visto caracteriza-dos en sus desfiles inaugurales por ejemplo poruna presencia indígena. Que contiene en su dis-curso una cierta solemnidad y respeto hacia di-chas tradiciones, aunque las dinámicas de domi-nación hacia esos pueblos prosigan. Y esto esuno de las contradicciones de esta posmodernidadque se encuentra fundado en el lenguaje. En estesentido un nuevo totalitarismo se maquilla e lacondición posmoderna: la dominación entre cul-turas más dócil, más sutil y mejor escondida. Así,nuestra visión del mito en lo posmoderno sevuelve mítica.

“Pero nuestra tendencia a sobre cargar elrelato como legitimación arcaica es interesantepor si misma en la problemática que es la nues-tra, la de totalitarismo moderno” (J.F. Lyotard1988:68).

Como vimos después de los acontecimien-tos de los ataques a las Torres gemelas, dichosargumentos fundacionales resurgieron con gran

La posmodernidad de Lyotard explicada a los posmodernos 25

efusividad. Esto fue observado igualmente en elnazismo, pero también en los fundamentalismosde hoy. En el nazismo o en el republicanismoliberal de hoy se recurrió al mito. El mito deAryen se ha querido remplazar por el mito delciudadano, o el mito de lo étnico que remplazaríael del ciudadano democrático. Si estos mitos pue-den lograr su efecto es gracias a que existe demo-cráticamente en el pueblo soberano un deseo de“regresar a las fuentes” y que la mitología sólopuede satisfacer. Así la xenofobia, la cronofobiaestán implicadas necesariamente por el dispo-sitivo lingüístico de la legitimación. Así,

“el republicanismo no es más que la sepa-ración de los poderes, que exige la fusióny quizás el resquebrajamiento de la iden-tidad popular” (J.F. Lyotard 1988:68-69).

La condición posmoderna encuentra en el fon-do las mismas preguntas totalizantes del occidenteen la modernidad. ¿Qué debemos ser y quédebemos hacer para ser eso?

“Así cada discurso puede pasar de la pres-cripción pura, casi ética a un imperativohipotético de tipo, (Si tú quieres ser esto,entonces haz esto)” “Si quieres serposmoderno, relativiza y no pongas encuestionamiento, sólo sé tú y déjanos ser”(J.F. Lyotard 1988:69-70).

Y es así, que nos encontramos con la montañade simulaciones y de especulaciones que noscaracterizan en la condición posmoderna.

DIVAGACIONES, A MANERA DE CONTINUMM

Es aquí que entra de igual manera lo retórico,como elemento de lo posmoderno y herencia delo moderno. En este sentido cuando se trata dedecidir, de juzgar, el papel importante que jue-ga el conocimiento (la tecnociencia al serviciode la política) es para los tecnócratas de sumaimportancia, ya que están sometidas las decisionesque se tomen a la deliberación permanente delos científicos, lo que grava la fragilidad del pro-yecto del nosotros. Es así que vivimos una in-

certidumbre con respecto a la identidad del no-sotros, que en un principio se fundamentó en elproyecto de republicano. En nuestra reflexiónencontramos así varios discursos presentes en lacondición posmoderna, donde algunos de ellosya no necesitan discursos de emancipación a partirde un momento fundador, sino en aquellos dis-cursos que contienen en sí un futuro que se tie-ne y debe hacer llegar y en donde su valor re-side en que dicho discurso puede apropiarse portodos, es globalizable (eufemismo posmodernode lo universal). Esto da pauta a la modernidada continuar existiendo en lo posmoderno a par-tir de su esencia característica: en el proyecto,en la voluntad de orientar un sentido hacia unfin. Así, hablamos de la llegada de la eraanalógica y la experiencia de un mundo virtualque tendrá como promesa poder ser interpretablepor todos, pero teniendo como condena serdefinisable por nadie. Este ideal está presenteen los espíritus y la discusión de esta historia dehoy, de esta “dialéctica” sin conclusión. Es unTodo hecho pastiche que se esboza en lacotidianidad posmoderna.

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