la matanza de san antón

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“La matanza de San Antón” Guillermo Benet 4ª versión 30/06/2010 2º Curso ECAM 2009/ 1

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Page 1: La matanza de San Antón

“La matanza de San Antón”

Guillermo Benet

4ª versión 30/06/20102º Curso

ECAM 2009/

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Page 2: La matanza de San Antón

“Su sangre era sangre, pero más oscura, como el miedo.”

Stephen Barton.

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1. ERMITA DE SANTA EVA. EXT. NOCHE.

La noche es cerrada y fría, el pueblo permanece silencioso. Tan solo un leve jadeo, apenas perceptible, rompe esa quietud. El sonido aumenta su cadencia y su volumen a medida que salimos de la localidad y nos adentramos en el despoblado monte. La acción se desarrolla hoy en día. En el porche de la abandonada ermita de Santa Eva dos jóvenes follan. JUAN (24 años) detrás y erguido, NURIA (21 años) delante y recostada sobre el helado granito. Son apenas dos sombras. Él introduce uno de sus dedos en la boca de ella. Él comienza a gemir, ella gira el tronco y le tapa la boca. El ritmo es cada vez menor, él está casi relajado.

JUANMe voy a ir.

NURIA¡No! ¡Todavía no! Espera un

poco.

JUAN se detiene y es NURIA la que comienza a mover la cadera de forma compulsiva.

JUANMe piro del pueblo, esta misma

noche.

Es ahora NURIA la que gime desaforadamente, hasta llegar al orgasmo.

2. TORCE. CALLE. EXT. NOCHE

JUAN y NURIA caminan por una de las calles del pueblo. El lugar parece muerto, la noche domina entre el leve viento que mueve algunos objetos. Ni una luz ni un ruido en las viviendas.

JUANLo decía en serio, lo tengo

todo preparado.

NURIAOtra vez con esa gilipollez.

JUANVente conmigo.

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Ella acelera el paso.

NURIANo se por qué cojones te ha

dado ahora por ahí.

JUAN¿Ahora? llevo meses montándolo

todo.

NURIA se detiene.

NURIAQue yo sepa aquí no te falta de nada, tenemos dinero, sexo, drogas y la vida resuelta.

NURIA le besa en la mejilla.

JUANNo tenemos nada.

Ella se aparta.

NURIADe puta madre, no soy nada.

JUAN coge una piedra del suelo y la lanza contra el cristal de una ventana. Este se quiebra sonoramente, y luego nada, silencio.

JUANEste puto pueblo está muerto y

nosotros con él.NURIA no sabe que contestar, baja la cabeza. Él le acaricia la mejilla.

JUANHe ido consiguiendo algún

dinero. Es suficiente para los dos.

NURIA¿Se lo has robado a ellos?

JUAN contesta con una mirada irónica.

NURIA¿Pero tú eres idiota? Te vas…, nos vas a meter en un lío con

toda esta mierda.

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Page 5: La matanza de San Antón

NURIA sigue caminado con rapidez.

JUANVente conmigo, esta noche, sin

más.

NURIA¿No se lo habrás dicho a

alguien?

JUANNo digas tonterías, quiero

irme, pero por mi propio pie.

NURIADa igual, seguro que lo saben.

De algún modo se habrán enterado. Siempre lo hacen. Lo

saben todo.

JUANNo te preocupes… A las 4 en el

caño de la Romana.

NURIAPero es imposible, la carretera

está vigilada día y noche.

JUANOlvídate de la carretera. A las 4 y no llegues tarde que nos

conocemos.

JUAN comienza a alejarse. NURIA se acerca corriendo y le vuelve a besar.

NURIAAdiós.

JUANNi una palabra a nadie, Nuria,

a nadie.

Es ahora ella la que se aleja.

JUANAdiós.

NURIA se vuelve ligeramente.

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Page 6: La matanza de San Antón

NURIAHasta luego.

JUANA las 4 en punto o me iré sin

ti.

3. TORCE. CALLE CASA ANTONIO. EXT. NOCHE

NURIA camina por la calle con prisa mientras se desmaquilla, no consigue terminar antes de llegar a su casa, una vivienda a las afueras del pueblo, moderna pero con un cierto estilo rural. La luz del salón está encendida, se detiene tras uno de los arbustos que hay a la entrada. Termina de limpiar sus párpados, saca unas bragas del bolso y se las coloca rápidamente. Por el camino saca el chicle de su boca y lo lanza lejos, a la calzada. Entra en casa, su padre, ANTONIO, un hombre alto, con barba y gafas, se presenta ante ella. Tiene unos 50 años. Ha escuchado el sonido de la puerta y ha acudido a recibir a su hija. Transmite respeto.

ANTONIOTú verás lo que haces.

NURIAHoy tengo cuerpo de “Haz lo que

quieras”, es más irónico.

Sonríe, se quita los zapatos y se sienta en una silla que hay junto a la puerta.

ANTONIO¿Qué ocurre?

NURIANada, estoy cansada.

4. CEMENTERIO. EXT. NOCHE.

JUAN recorre el cementerio con paso ligero, lleva una mochila. La disposición de las tumbas es completamente caótica. Lápidas, mausoleos, árboles y caminos se distribuyen sin ningún tipo de criterio conformando un espacio casi laberíntico. Se detiene ante dos tumbas con lápida de diseño semejante. En la de la mujer, Crescencia Martín del Mazo (1960-2006), vacía un frasco de colonia; en

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la del hombre, Severino de Orueta Jordana (1956- 2006), vacía una botella de Whisky. El césped absorbe el líquido.

JUANNo te la acabes hoy papá, no creo que vuelva en mucho

tiempo.

El cementerio es enorme, se dirige a la zona de los pisos fúnebres, esos nichos apilados en forma de cuadrícula. Se detiene: Álvaro Rodríguez Quesada (1965-2010), retira la tapa con la ayuda de una palanca. El hueco está lleno de billetes ordenados en fajos. Con rapidez comienza a llenar la mochila.

5.TORCE. CAÑO DE LA ROMANA. EXT. NOCHE.

El caño de la Romana es una pequeña fuente situada en la salida más septentrional del pueblo. Es la última construcción que hay junto a un empedrado que a las pocas curvas se convierte en un camino de tierra que sube ligeramente hasta el viejo castillo que corona un pequeño cerro. Una mano se coloca bajo el caño de forma cóncava, apenas tarda unos instantes en llenarse y rebosar por sus bordes. La mano gira y el agua cae por completo al pilón. Juan mira el reloj con impaciencia. Se escuchan unas pisadas acercarse por el empedrado de la calle. Se esconde tras el cuerpo de la construcción encorvándose para no sobresalir por su parte superior.

NURIAJuan,... Juan.

JUAN se asoma.

JUANNo digas nada, alejémonos

primero.

La coge de la mano y hace el ademán de irse. Ella no se mueve y se da la vuelta.

NURIAPero no sé nada. ¿Adónde vamos?

¿Cómo?

JUANNos vamos lejos de aquí ahora que todavía podemos. Antes de

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Page 8: La matanza de San Antón

que este lugar acabe con nosotros.

JUAN mantiene su mirada clavada en ella, la mira de arriba abajo.

JUAN¿No te llevas nada?

NURIANo.

JUAN, con la mano abierta, cruza su cara sonoramente. Cuando ella, dolorida, vuelve a alzar la vista él ya corre camino arriba hacia el castillo. NURIA grita. Un coche se acerca por el camino de tierra con los faros encendidos. LOBO, un chico de unos 25 años, es el primero en llegar hasta ella.

LOBO¿Estás bien?

NURIA solo le mira a los ojos. ANTONIO corre hasta su hija acompañado de CUSTO (45 años), un hombre alto y gordo de aspecto descuidado. Dos hombres, SALVA y VILLA, de veintitantos, armados con escopetas de caza, se bajan del coche.

CUSTOLobo, vamos, coño, no puede

escapar.

CUSTO sigue a sus hombres monte arriba. LOBO corre con ellos.

ANTONIO¿Le has sacado algo?

NURIAEstoy bien, gracias.

El padre continúa monte arriba. A unos metros el resto intenta seguir la pista de JUAN.

CUSTOVa hacia la punta Ciega.

VILLAEsta rodeado por el agua.

CUSTO

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Separaos.

6. ORILLA. EXT. NOCHE.

JUAN corre entre los árboles, su respiración es jadeante, sus pasos torpes, la ladera desciende hasta hundirse en el agua. JUAN se moja los pies y recorre la orilla de árbol en árbol. A lo lejos los gritos y las voces de los perros que le persiguen. La respiración se convierte en tos y la tos en una aspiración profunda en busca de aire. JUAN llega hasta una pequeña barca y se tira dentro. Busca aire con desesperación. De la mochila saca un inhalador. Aspira profundamente. Las voces se escuchan cada vez más cerca. Desata la barca de un árbol y se dispone a empujarla sobre la superficie del embalse, que es un plato. Las voces toman presencia.

OFF VILLA¿Dónde se habrá metido ese

niñato? ¿Le veis?

OFF SALVA Tiene que está por aquí

CUSTO Cállate y alumbra el agua.

SALVA ha llegado a la orilla, está a unos 20 metros de él. El haz de luz de su linterna recorre la masa oscura del embalse. Por el otro llega VILLA, que hace lo mismo. JUAN se da la vuelta, ata la barca al árbol y comienza a huir pendiente arriba. Un disparo le pasa rozando, se tira al suelo, alza la cabeza. LOBO esta frente a él con una escopeta.

LOBO¿Cómo pensabas escapar?

JUAN comienza a levantarse.

LOBODespacio.

JUAN se incorpora, sujeta la mochila con una de sus manos.

LOBODe pequeños Nuria intentaba

enseñarte a nadar, pero te daba un miedo terrible.

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JUANY tú te morías de la envidia.

LOBOEse dinero es de los dos.

JUANCógelo.

JUAN le lanza la mochila. LOBO dispara casi a ciegas.

7. CASA ANTONIO. SÓTANO. INT. NOCHE.

Es una habitación grisácea y húmeda, con un pequeño ventanuco cerca del techo. Alumbrada por una bombilla que cuelga de un cable hecho un nudo. El padre de ella rompe la ropa alrededor de la herida que JUAN tiene en el hombro. JUAN, dolorido, se despierta y mira a ANTONIO, el doctor. Tiene las manos amordazadas y colocadas sobre la mesa. Una cuerda lo ata a la silla. Sobre la mesa la mochila abierta con algunos billetes fuera.

JUANNo tengo seguro médico, doctor.

ANTONIONo te preocupes es gratuito.

JUANPrimero me disparáis y luego me

curas.

ANTONIONo te curo, te sedo el hombro

para que no te duela.

ANTONIO coge una jeringuilla e introduce un líquido amarillento cerca de la herida.

JUANMuy amable.

ANTONIO le toca la herida.

ANTONIO¿Te duele?

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Page 11: La matanza de San Antón

JUANMenos.

Golpea su cara violentamente.

ANTONIO¿Y esto? Un poquito más,

¿verdad?

JUAN escupe sangre mientras ANTONIO recoge sus herramientas.

ANTONIOAhora, cuando te torturen, esa herida no será ningún obstáculo

para que conozcas bien el dolor.

ANTONIO se dirige a la puerta, antes de abrirla se vuelve.

ANTONIOCuando te lo presenten,

salúdale de mi parte. Es un viejo amigo.

ANTONIO sale y entran VILLA y SALVA, rápidamente uno le sujeta de la cabeza por el cuello y mantiene su rostro mirando hacia el techo. El otro coge sus manos y las mantiene pegadas a la mesa. JUAN bajando mucho los ojos consigue ver a un tercero entrando por la puerta. Es CUSTO, lleva un trapo sobre el hombro, un palillo mordido entre los dientes y un pincho de patatas en una de sus manos.

CUSTOJoder Juanito, montar todo esto por cuatro perras de mierda.

Uno de los hombres estira uno de sus dedos. CUSTO se sienta al lado de JUAN, se quita el palillo de la boca, pincha una patata y se la come.

CUSTOTe he traído unas patatas, ya verás qué rica me ha quedado la

salsa.

Rompe una astilla del extremo del palillo y la mete bajo la uña de JUAN. Este intenta retirar la mano, es inútil.

CUSTO

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Page 12: La matanza de San Antón

En realidad, me voy a comer yo el pincho y solo te voy a dejar

el palillo.

CUSTO coloca su grasiento dedo pulgar en el extremo saliente del trozo de madera.

8. CASA ANTONIO. SOTANO. PASILLO. INT. AMANECIENDO

ANTONIO y HERNANDO esperan apoyados en la pared del pasillo, un hombre extremadamente delgado, huesudo y anguloso. De apariencia frágil. Viste un chándal de poliéster de colores vivos. Se escucha un leve grito.

ANTONIOÉl y Lobo han hecho todas las recogidas. Iban hasta La Pesga

en la moto de Lobo. Juan entraba al banco y retiraba el

dinero.

HERNANDO deja de mirar el suelo, se muestra pensativo, taciturno.

ANTONIONo puede haber cogido mucho.

HERNANDONo es el dinero… Esto se acaba.

¿No lo hueles?

ANTONIOAún no han ingresado lo de la

última.

HERNANDOAntoñito, se acaba, cerramos, a

tomar por culo. ¿No lo entiendes?

ANTONIOTodavía puede venir el de la aseguradora. No ha pasado ni

una semana.

HERNANDO mira por primera vez a ANTONIO.

HERNANDO

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Page 13: La matanza de San Antón

¿Puede? Una de esas ratas vendrá seguro, como han venido siempre, haciendo preguntas y

evitando respuestas.

ANTONIO le retira la mirada

HERNANDOSe hace lo que hemos hecho

siempre y si la cosa se pone fea al hoyo. No la vamos a

cagar a hora.

Se escucha un nuevo grito.

HERNANDOTe bajas a tu hija. El

carnicero ya ha tenido su tiempo.

ANTONIOElla no sabe nada.

HERNANDO¡Que te la bajes, coño!... Se

querrá despedir.

ANTONIO desparece en la penumbra del pasillo. HERNANDO vuelve a apoyarse sobre la pared. Saca la lengua, a unos centímetros de la punta tiene una cicatriz curvada, en forma de sonrisa. Se la rasca con los dientes. ANTONIO regresa siguiendo a su hija. Un terrible grito se escucha del otro lado de la puerta. NURIA mira a ANTONIO.

ANTONIONo me mires así, eres tú la que ha elegido a un maricón como

novio.

HERNANDONo seas duro con la niña, está

en la edad.

En ese instante se abre la puerta y VILLA sale de la habitación.

9. CASA ANTONIO. CONSULTA. INT. AMANECIENDO

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Page 14: La matanza de San Antón

VILLA ya ha salido de la habitación, SALVA le sigue. JUAN permanece con el cuerpo inclinado sobre la mesa. CUSTO le agarra del pelo y lo recuesta sobre el respaldo de la silla. Su rostro está completamente hinchado por los golpes. Un corte divide su ceja izquierda, la sangre inunda su pómulo izquierdo. CUSTO se acerca hasta la puerta y apaga la luz.

CUSTOPareces cansado, normal, toda

la noche de juerga.

CUSTO cierra la puerta de la habitación. La estancia queda en penumbra, tan solo iluminada por al escasa luz diurna que entra por el ventanuco que hay casi en el techo. JUAN intenta limpiarse la sangre con su hombro, con sus brazos esta le llega hasta la boca. Tiene las manos atadas entre ellas. Gota a gota el líquido rojo se introduce por su comisura. Al sentir el fluido caliente entre los labios lo saborea. Cierra los ojos un instante, un suspiro. Al abrirlos observa una FIGURA moverse entre las sombras. Traga más sangre y la figura se detiene, le mira directamente a los ojos.

JUAN¿Papá?

En lugar de responder, la visión vuelve a desaparecer. JUAN la busca, el hinchazón de su cara y la sangre le impiden ver. La sangre sigue corriendo por su cara. La FIGURA reaparece entre la oscuridad, se sube a una silla y comienza a desenroscar la bombilla que hay sobre la mesa.

JUANPapá.

Sus miradas se vuelven a cruzar, un instante. El rojo lo tiñe todo, la cara de JUAN, sus labios, su boca, sus ojos. La FIGURA saca la bombilla.

JUANNo lo hagas.

JUAN intenta retirarse la sangre que le baja por la cara. Intenta impedir que le llegue hasta el paladar.

JUANNo lo hagas. Vas a morir.

Después de la bombilla, la FIGURA quita el casquillo, sus ojos, ahora, también son rojos. La luz se enciende, un

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Page 15: La matanza de San Antón

destello y JUAN grita. NURIA lo mira desde la puerta. La FIGURA ha desaparecido.

NURIA¿Juan?... ¿Juan, me oyes?

JUAN mueve la cabeza desperezándose y buscando esa voz con la mirada.

JUAN¿Nuria? Eres tú.

NURIA se acerca, JUAN la mira, ella intenta evitarlo.

JUANNuria, mátame, por favor, no te

pido más.

NURIA se coloca detrás de él, que intenta girar la cabeza.

JUANMírame.

NURIA

Sospechan de mi, y de Lobo.

JUAN ya no intenta mirarla.

NURIAJuan, por favor.

JUANEsta noche, después de la ermita, algo me dijo que me

traicionarías, pero preferí no hacerle caso.

NURIANo lo decidí hasta llegar a

casa.

JUANCreo que fue la forma de

decirme adiós.

NURIAOdio cuando te pones así de

gilipollas.

JUANAhora tú también estás jodida.

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Page 16: La matanza de San Antón

NURIA acaricia el pelo de JUAN, suavemente, él mueve la cabeza levemente.

JUANSuéltame las manos. Y les diré

que no sabéis nada.

NURIA retira la mordaza. JUAN salta impetuosamente encima de la mesa, agarra el cable de la bombilla y lo muerde hasta pelarlo. La habitación queda a oscuras. En ese instante entran ANTONIO y CUSTO que se abalanzan sobre JUAN. Este tiembla violentamente. La luz del pasillo tintinea hasta apagarse. JUAN cae al suelo como un saco con un gesto de horror congelado en su rostro.

10. CARRETERA/ PRESA. EXT. DÍA (Títulos de crédito)

Las gotas chocan sonoramente contra la luna del vehículo. El limpiaparabrisas, agónico, se esfuerza por mantener la visibilidad. El coche, viejo y sucio, recorre una estrecha carretera comarcal por un aislado y plano paraje castellano. El día es gris y ventoso. Pasan los títulos de crédito. Junto a la vía, el agua del embalse es un plato azotado por la lluvia. El vehículo se desplaza con rapidez, apurando la carretera en cada curva. Pasa sobre el puente de la presa que llena el antiguo valle, la corriente cae por el tobogán, todas las compuertas está abiertas y el agua lucha por escapar y caer al vacío. El conductor continúa por una carretera que se introduce en un brazo de tierra, que avanza valiente por el agua. Esta queda a ambos lados. Al final, un pueblo completamente rodeado por el lago artificial. El coche supera un cartel en el que pone: “Torce”, y se pierde entre las primeras casas del pueblo.

11/12. TORCE. CALLES/PLAZA. INT/EXT. DÍA.

GERMÁN conduce el coche, es un joven de 28 años, alto y delgado. Los pocos habitantes con que se cruza se detienen a observar el paso del recién llegado. Unos OPERARIOS colocan adornos de un lado de la calle al otro. El viento dificulta notablemente su tarea.

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Entra en la plaza del pueblo, completamente engalanada para la fiesta local. Un cerdo con el cadáver de un gato entre

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Page 17: La matanza de San Antón

sus colmillos se cruza en su camino. Con dificultades lo esquiva, frente a él está NURIA, caminado con prisa por la lluvia. Pega un volantazo y se estrella contra la sillería de piedra que hay en el centro de la localidad. GERMÁN golpea su rostro contra el volante. Varias personas se acercan. Comienza a salir gente de cada una de las puertas que hay en la plaza. Una de ellas abre la puerta del piloto. Su nariz sangra profusamente. Acto seguido queda inconsciente recostado en su asiento.

Funde a negro:

13. BAR CUSTO. INT. DIA.

GERMÁN abre los ojos. Está sentado en una silla de un bar de pueblo. Su nariz está sangrando. Varias personas le observan. Murmullan. NURIA, sentada sobre la barra, balancea las piernas inocentemente. No hay mucha gente pero el ambiente está cargado, húmedo, pesado. De forma racheada la lluvia golpea los cristales del bar. CUSTO se abre paso entre la gente, se inclina sobre GERMÁN que todavía está ligeramente aturdido. Deja una botella de aguardiente y dos vasos sobre la mesa. Le palpa la nariz.

CUSTO¿Duele?

GERMÁN se queja.

CUSTOJódase, casi atropella a esa

niña.

GERMÁN mira a NURIA, está realmente preciosa. Suena un breve chasquido. GERMÁN grita de dolor. CUSTO le acaba de colocar el tabique.

CUSTOEso es que se está curando.

GERMÁN se retuerce de dolor, llora incluso. CUSTO sirve un vaso y se lo acerca a GERMÁN. Éste bebe con el gesto todavía torcido.

GERMÁN¿Es usted el único médico del

pueblo?

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Page 18: La matanza de San Antón

CUSTO ríe.

CUSTONo, soy el único carnicero... Preciosa, ve a avisar a tu

viejo.

NURIA salta de la barra, y sale del bar. GERMÁN observa a la joven cruzar la plaza del pueblo. Pasa junto al coche estampado en la fuente.

CUSTOBonito coche.

GERMÁNPrecioso.

CUSTOEs una pena que sea usted tan

torpe.

La silueta de un HOMBRE deformado y con claras dificultades para caminar se acerca hasta la chica. Lleva su cabeza cubierta con la capucha de su chubasquero. NURIA intenta librarse de él. El hombre insiste.

CUSTOLobo, haz algo. El cerdo de San

Antón se está poniendo muy pesado.

CUSTO vuelva a mirar a GERMÁN que observa la escena. LOBO, sacude al HOMBRE. CUSTO se sirve un vaso, se lo bebe de un trago y golpea la mesa.

CUSTO¿Le parece bonito nuestro

pueblo?

GERMÁNNo lo he visto todavía.

CUSTOEs usted un turista muy

curioso, ha destrozado nuestro único monumento.

GERMÁN mira a los diez o doce oriundos que le rodean y le observan con la mayor de las atenciones. Les sonríe.

GERMÁN

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Page 19: La matanza de San Antón

Hace tiempo que no hago turismo.

El murmullo comienza a crecer entre los asistentes. CUSTO mira hacia atrás y al instante la parroquia queda en silencio.

CUSTOHay una pequeña apuesta sobre usted en el bar, ¿sabe?... Matías ha dicho que es usted

Abogado… Paco, ha dicho empresario…

GERMÁNPuedo ser turista y cualquiera

de esas cosas a la vez.

CUSTOChicho ha dicho dentista.

CHICHO, sonríe, es un viejo sin dentadura.

CUSTONo eres dentista, ¿verdad?

GERMÁN niega con la cabeza.

GERMÁNLo siento, Chicho.

CUSTOOtra vez será… ¿Qué cojones has

dicho tú, Salva?

SALVAAntropólogo… Es que el otro día

ví una pelí.

GERMÁN vuelve a negar con la cabeza.

CUSTOTú dirás.

CUSTO le sirve otro vaso.

GERMÁN¿Tú qué crees?

CUSTO

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Page 20: La matanza de San Antón

Bebe, nos lo vas a acabar diciendo.

GERMÁNEs un poco pronto, prefiero un

café.

CUSTOYo he dicho agente de seguros.

GERMÁN vuelve a beber.

CUSTOSeguro que no soy el único que

lo piensa.

CUSTO sonríe a GERMÁN y luego mira a alguno de los presentes.

GERMÁN¿Ni siquiera nos hemos

presentado?

GERMÁN alza la mano colocándola frente a CUSTO que ríe sonoramente.

CUSTOQuiere que seamos amigos.

En ese instante entra ANTONIO en el Bar, todos se abren y este llega rápidamente hasta la mesa. CUSTO se incorpora.

ANTONIOVenga, cada mochuelo a su

olivo.

La gente se disuelve, algunos salen del bar, otros se desperdigan por las mesas.

CUSTOHombre, Antonio, te presento a

un buen amigo, se llama…

GERMÁNGermán Lluch Goitia.

ANTONIONo se levante, no se preocupe.

CUSTOCasi atropella a tu hijita.

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Page 21: La matanza de San Antón

ANTONIO da la mano a GERMÁN.

ANTONIOYo soy Antonio, el médico. ¿Se encuentra usted bien? ¿Quiere

algo?

GERMÁNEstoy bien. Ya me ha curado su

“colega”.

CUSTO se coloca del otro lado de la barra. ANTONIO echa hacia atrás la cabeza de GERMÁN y le examina la nariz.

ANTONIOEsta rota, deberíamos ir a mi casa a curarla de verdad.

CUSTOEstábamos jugando a adivinar la

profesión de nuestro nuevo amigo, ¿tú que dices, Antonio?

GERMÁN se incorpora.

ANTONIOPor el momento paciente.

GERMÁNY turista.

ANTONIO y GERMÁN se dirigen a la puerta del bar. Todos los parroquianos les observan alejarse por la plaza.

CHICHOHa dicho turista.

CUSTONo digas gilipolleces, ese

hombre esconde algo.

SALVAYo sigo diciendo que es

antropólogo.

CUSTOTú vete a avisar a Hernando.

SALVA sale del bar.

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Page 22: La matanza de San Antón

14. TORCE. PLAZA. EXT. DÍA.

GERMÁN y ANTONIO avanzan por la plaza del pueblo. Llegan hasta el coche, GERMÁN se detiene. La lluvia golpea la carrocería del coche

ANTONIO¿Por qué no les ha dicho lo que

querían saber?

GERMÁN abre la puerta, se sienta e intenta encenderlo. El vehículo hace un ruido extraño, comienza a salir humo de su parte delantera.

GERMÁNSiempre que me estrello contra una fuente se jode el maldito

radiador.

ANTONIO¿Lo hace usted muy a menudo?

GERMÁNSiempre que puedo.

GERMÁN coge su móvil y sale del vehículo. Intenta hacer una llamada, enseguida se da por vencido.

ANTONIONo hay cobertura en todo el

pueblo.

GERMÁN¿Vamos a su casa, verdad?

ANTONIOSi.

GERMÁN¿Puedo hacer una llamada desde

allí?

ANTONIOPor supuesto.

GERMÁNNecesito arreglar el coche.

ANTONIO

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Page 23: La matanza de San Antón

Le diré a Lobo que lo lleve a su taller.

GERMÁN cierra el maletero y tira las llaves a ANTONIO, que las coge en el aire.

ANTONIONo se preocupe, ese chico es

buen mecánico. ANTONIO regresa al bar. GERMÁN se refugia en el interior del coche.

15/16. TORCE. BAR CUSTO/ PLAZA. INT/EXT. DÍA.

ANTONIO entra en el bar.

ANTONIOLobo, te llevas el coche al

taller y lo arreglas para esta misma mañana.

ANTONIO da las llaves a LOBO.

CUSTOEs el agente de la puta

aseguradora.

ANTONIO observa a GERMÁN a través de los cristales del bar. Las gotas que corren por el vidrio distorsionan la imagen.

GERMÁN, sentado en el asiento del piloto, observa los edificios que componen la plaza del pueblo. Su atención se centra en una mancha parduzca que cubre la torre de la iglesia hacia la mitad de su altura.

ANTONIO vuelve a mirar a CUSTO.

ANTONIONo tengo ni puta idea de lo que es o de lo que deja de ser.

Pero se quiere ir

CUSTO¿Hasta cuando se queda?

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Page 24: La matanza de San Antón

ANTONIOY yo que sé. Primero se

conversa, después se interroga y por último se tortura.

ANTONIO vuelve a la puerta.

CUSTONo le vas a sacar nada.

ANTONIOHasta ese momento le tratas

como si fuera tu madre.

CUSTOHernando todavía no lo sabe.

ANTONIOHernando opina lo mismo que yo.

ANTONIO sale del bar.

17. CASA ANTONIO. RECIBIDOR/ COMEDOR. INT. DÍA.

GERMÁN y ANTONIO entran en la casa. Esta es amplia luminosa y está amueblada de forma elegante.

ANTONIO¡¿Nuria?!

GERMÁN espera casi en el umbral de la puerta mientras ANTONIO se aleja llamando a su hija.

ANTONIO¿Nuria, estás en casa?

ANTONIO se acerca de nuevo a GERMÁN.

ANTONIOPase, pase, no se quede ahí, ahora mismo le curo la nariz.

GERMÁNPreferiría hacer esa llamada

primero.

ANTONIO enmudece un instante.

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Page 25: La matanza de San Antón

ANTONIOSi, si, por supuesto… Pase por

aquí.

ANTONIO acompaña a GERMÁN a una pequeña habitación.

18. CASA ANTONIO. DESPACHO. INT. DÍA

La habitación es pequeña, esta llena de fotos y de libros. En una mesita junto a un sillón hay un teléfono de rueda. GERMÁN, de pie, descuelga y comienza a marcar.

GERMÁNJoder, que recuerdos.

Suena el tono unos instantes y alguien contesta.

GERMÁN¿Broncano?... Sí soy yo, ya he

llegado

GERMÁN se da la vuelta y observa a ANTONIO mirándole apoyado en el marco de la puerta. GERMÁN se retira el auricular de la oreja.

GERMÁNAntonio, será solo un instante.

ANTONIOSi, perdone.

ANTONIO desaparece de la puerta.

GERMÁNEspera un momento.

GERMÁN abandona un instante el auricular sobre la mesa y cierra la puerta. Vuelve al teléfono.

GERMÁNSi… Escucha. Que si… No lo

saben. Joder, Fernando déjame hablar… Si, y no se lo voy a

decir a nadie… Lo sé, escúchame. He estrellado el coche… Joder, ¿tú por que

crees? 5 veces en dos años y nunca hay nada. Si me has

enviado a mi será por algo. No

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Page 26: La matanza de San Antón

te preocupes ha parecido un accidente… pues un accidente. Pues como son los accidentes… No sé, ruidosos y peligrosos. Y yo que sé, el humo era blanco y yo estoy bien… Sí hombre sí, gracias por preguntar. Espero que esté arreglado para mañana, yo quiero volver pasado… La factura como siempre a nombre de cualquier otra compañía… Sí, el viernes. No te preocupes, por el momento muy acogedores…

No, es mentira, tan desconfiados como siempre.

Adiós.

19. CASA ANTONIO. CONSULTA. INT. DÍA.

GERMÁN está tumbado en la camilla de la consulta de ANTONIO. La habitación es gris y húmeda. Escasamente amueblada. La luz diurna entra por un pequeño ventanuco casi a la altura del techo. ANTONIO prepara las vendas. GERMÁN observa el cable pelado que cuelga del techo.

GERMÁNPoca luz para una consulta.

ANTONIOLa red eléctrica no es muy

buena, hay cambios constantes en la tensión y las bombillas

duran poco.

ANTONIO se acerca y cura la herida de la nariz con algodón y alcohol. GERMÁN cambia su gesto, le duele pero no se queja.

ANTONIODebería entablillársela.

GERMÁNPues no lo haga.

ANTONIOLa herida se ha cerrado bien,

pero el cartílago está fisurado.

26

Page 27: La matanza de San Antón

GERMÁNCon una venda será suficiente.

ANTONIO le coloca una venda y GERMÁN se incorpora, se sienta sobre la camilla.

ANTONIO¿Hasta cuándo se queda usted?

GERMÁNNo lo sé… ¿Dónde está ese

taller?

ANTONIONo se preocupe. Le acompaño.

ANTONIO comienza a recoger sus cosas con rapidez. GERMÁN se dirige a la puerta.

GERMÁNNo quiero molestarle más y seguro que tiene muchos pacientes esta mañana.

20. TORCE. TALLER. INT/EXT. DÍA.

Mientras en un viejo casete suena una canción, LOBO canta bajo el coche de GERMÁN. No llueve, pero el día está gris y hace viento.

OFF NURIA¿No va a pedirme perdón?

NURIA está sentada en una esquina, sobre la mesa de las herramientas, leyendo “Fantasmas” de Palahniuk.

GERMÁN¿Por qué?

NURIACasi me atropella esta mañana.

GERMÁNSe equivoca. No era yo.

NURIA se pone de pie y baja la música. LOBO sale de debajo del coche.

LOBO

27

Page 28: La matanza de San Antón

Está usted guapísimo.

GERMÁN se lleva la mano a la venda, se la arranca y la tira a un bidón metálico cercano.

GERMÁNY tú cantas genial.

LOBO, ya de pie, se limpia las manos y da la vuelta al coche. Da un beso a NURIA y se acerca a GERMÁN.

LOBOVaya hostiazo, eh.

GERMÁN¿Cuánto va a ser la gracia?

LOBONo se preocupe por el dinero,

preocúpese por usted.

GERMÁNYa lo hace todo el mundo en

este jodido pueblo.

NURIAEso es porque es usted muy

interesante.

LOBO censura a NURIA con la mirada.

LOBOVa a tener que buscarse un

sitio donde pasar la noche, el radiador está completamente destrozado, cambiarlo me va a

llevar horas.

GERMÁNJoder… Con que aguante 80 kilómetros es suficiente.

LOBONo podría ni estrellarse de

nuevo con la fuente.

GERMÁNMuy bien chaval, trabaja duro que mañana vendré a por él.

28

Page 29: La matanza de San Antón

GERMÁN abre el maletero, saca una pequeña maleta y vuelve a cerrarlo. Sube el volumen de la música de nuevo y comienza a alejarse calle arriba. LOBO se dispone a meterse de nuevo bajo el coche.

GERMÁNPor cierto, necesitaré una

factura.

LOBO¿Qué ha dicho?

NURIAQue se la pones dura… Me voy.

NURIA cierra el libro y salta al suelo.

LOBO¿A dónde?

NURIA¿Tú que crees?… Con él.

LOBO recibe un inocente beso en la mejilla de los labios de NURIA.

NURIANo te preocupes, todo lo que

temas que puedo hacer intentaré hacerlo.

NURIA sonríe y sale corriendo tras GERMÁN.

21. TORCE. CALLES. EXT. DÍA.

GERMÁN camina calle arriba alejándose del taller. NURIA corre detrás de él hasta llegar a su altura.

NURIA¿Dónde te vas a quedar?

GERMÁNTu novio se va a poner celoso.

NURIANo es mi novio, pero mejor no

se lo diga a mi padre.

GERMÁN

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Page 30: La matanza de San Antón

Soy una tumba.

NURIA sonríe a GERMÁN.

NURIAPodrías quedarte en mi casa,

sería divertido.

GERMÁN¿Cuántos años tienes, Nuria?

NURIA20, pero mi padre siempre dice

que aparento menos.

GERMÁN no responde y continúa caminando.

NURIA¿Tú que crees?

GERMÁNQue tienes aún menos de los que

aparentas.

NURIA no contesta, medita un instante.

NURIANo es muy común ver a gente de

fuera.

GERMÁN¿Y tú estás contentísima?

NURIANo les suele gustar el pueblo, les parece… aburrido. Pero eso es porque no hay quién se lo

enseñe.

GERMÁNSolo quiero irme.

NURIAPero si acaba de llegar.

GERMÁN se detiene.

GERMÁNHablas demasiado, eso no te lo

ha dicho tu padre.

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Page 31: La matanza de San Antón

Los dos quedan uno frente al otro callados. Unas terneras cruzan la calle junto a ellos

NURIALas llevan al matadero, cuando era pequeña no podía dormir, del ruido que hacen. Ahora ya me he acostumbrado… Mi padre

dice que no sufren.

GERMÁN¿Tú que crees?… No tienes más

que ir a verlo.

NURIA¿Sola?

GERMÁNO con tu padre.

GERMÁN comienza a andar. NURIA le sigue.

NURIA¿A dónde vas?

GERMÁNNo sé, de turismo.

NURIA¿Puedo ser tu guía?

GERMÁNNo.

22. CASTILLO. TORRE. EXT. DÍA.

Desde lo alto de la torre se observa todo el pantano y los diferentes dedos de tierra que lo convierten en una huella estriada bajo el cielo. El pueblo es como una uña al final de un meñique. Hace frío y viento, está encapotado. GERMÁN y NURIA casi no pueden oírse.

GERMÁNEl pueblo parece más pequeño

desde aquí arriba.

GERMÁN mira a NURIA que parece no haberle escuchado.

GERMÁN(Grita)

No vivirán más de 50 personas.

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Page 32: La matanza de San Antón

NURIA¿50? Muchas menos. Cuando construyeron el embalse

compraron todas las tierras del valle para inundarlas. La gente

se quedó sin suelo del que poder comer. Muchos se fueron.

GERMÁN¿De qué viven ahora?

NURIA sonríe.

NURIAYo de mi padre.

GERMAN observa la línea del agua está realmente cerca del pueblo. Uno de los muros del cementerio, situado en el extremo meridional de la pequeña península lucha ya directamente con las aguas.

GERMÁN¿Siempre llega tan arriba, el

agua?

NURIASolo cuando llueve durante

semanas.

GERMÁN señala el cementerio. NURIA lo observa.

NURIAUna vez el agua tiró aquel muro y comenzó a llenar cada tumba y

cada nicho. Los ataúdes empezaron a flotar y el pueblo se llenó de cadáveres. Parecía

la noche de los muertos vivientes. Cuando el agua bajó no quedó ni una tumba en su sitio. Desde entonces el

cementerio está casi vacío.

A lo lejos truena una tormenta.

GERMÁN¿Y ahora, los muertos?

NURIA¿Los muertos qué?

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Page 33: La matanza de San Antón

Comienza a llover con furia. Las palabras se mezclan con el constante golpeo líquido sobre la piedra.

GERMÁN¿Dónde los enterráis?

NURIAVámonos.

GERMÁN¿Dónde?

NURIANo sé, yo solo tengo que

olvidarlos.

NURIA se introduce en la torreta, GERMÁN la sigue pero antes de irse hecha un último vistazo al cementerio.

23/26. BAR CUSTO/TORCE PLAZA. INT/EXT. DÍA.

ANTONIO está apoyado en la barra del bar hablando vehementemente con CUSTO. Los habituales del bar prefieren permanecer al margen.

CUSTOEl de la aseguradora está al

caer. Lo sabemos todos, joder.

ANTONIOYa la hemos cagado lo

suficiente y nos estamos precipitando de nuevo.

CUSTO¿Cuánta gente ha pasado por aquí en el último año? Tres, cuatro. No me vengas con idioteces, es ese mierda.

ANTONIOPero tú eres retrasado. ¿Te crees que un agente de una

aseguradora llega al pueblo y se estrella en medio de la

plaza?

CUSTO

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Page 34: La matanza de San Antón

A mi nadie me va a joder, y menos tú.

ANTONIOTe vas a relajar un poquito.

CUSTO agarra de la pechera a ANTONIO.

CUSTO¿O qué? Por el momento no eres más que el médico que firma las

putas defunciones.

ANTONIOY tu un jodido sádico con menos

cerebro que polla.

HERNANDO entra en el bar. Todos quedan en silencio.

HERNANDOLe sueltas y me pones un vaso

de leche.

CUSTO obedece.

ANTONIOMás te vale que ates bien a este perro, la va a acabar

cagando.

HERNANDO se bebe el vaso de un trago.

HERNANDOOtro, pero que sea desnatada.

CUSTO termina de servir. HERNANDO coge el vaso y se dirige a una de las mesas. Se sienta. ANTONIO se acerca quedándose de pie.

ANTONIONo puede tratar de ese modo a todo el que aparece por esa

carretera.

CUSTOA ti lo que te pasa es que eres un mierda y tu hija una zorra que se folla a todo el pueblo.

HERNANDO

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Page 35: La matanza de San Antón

Te callas, Custo. El matasanos tiene razón.

ANTONIONo se que cojones ha venido a

hacer aquí, pero quiere largarse y cuanto antes mejor. No habría pasado nada si aquí,

el carnicero caníbal, se tranquilizara un poco.

CUSTOLa gente no viene a este pueblo

de mierda porque sí.

HERNANDO termina el vaso de leche.

HERNANDOAntoñito, tienes dos horas para descubrirlo, si no lo haremos nosotros. Esta noche es la fiesta y quiero bailar

tranquilo. HERNANDO se incorpora. CUSTO señala la plaza del pueblo.

CUSTOMira, tu hijita ya está

trabajando. -----------------------------------------------------------

GERMÁN entra en la plaza seguido de NURIA, esta señala el bar y GERMÁN se dirige hacia él.

-----------------------------------------------------------

HERNANDO se apoya en la barra. Todos se colocan en las mesas como si nada ocurriera.

CUSTOCada día le gustan más viejos.

HERNANDOHombre, Antoñito, un poco puta

si que es.

Algunos ríen.

HERNANDOPonme otro.

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Page 36: La matanza de San Antón

CUSTOTe va sentar mal.

HERNANDOPonme otro, coño.

CUSTO sirve de nuevo a HERNANDO. GERMÁN entra en el bar, sus zapatillas y su ropa crean un charco bajo él. Va directamente a la barra.

GERMÁNHombre, mi amigo ha venido a

despedirse.

ANTONIOGermán.

GERMÁNAntonio.

CUSTOLo de siempre, ¿no?

GERMÁN sonríe.

GERMÁNMe gustaría saber dónde puedo

pasar una noche.

Se hace un silencio en el bar, todos miran a GERMÁN.

GERMÁNSi, me quedo, me ha gustado

este bar.

CUSTO mira a ANTONIO.

HERNANDONo hay ni una sola habitación

en todo el pueblo.

CUSTO¿Quién es usted?

HERNANDOEl dueño del hotel “La gatita”.

ANTONIO se acerca a GERMÁN.

ANTONIO

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Page 37: La matanza de San Antón

¿Pero no tenías prisa por irte?

GERMÁNEl coche está jodido hasta

mañana.

HERNANDOSon 150 euros la noche.

GERMÁN¿Con o sin compañía?

HERNANDO apura su bebida.

HERNANDOBueno, con tu madre son 50.

GERMÁN¿Este es el ingenioso del

pueblo, no?

ANTONIO se interpone entre ambos.

ANTONIOPuedes quedarte en mi casa.

GERMÁN se dirige a la puerta seguido de ANTONIO.

CUSTOAllí es gratis.

-----------------------------------------------------------

Ambos se alejan por la plaza del pueblo.

-----------------------------------------------------------

HERNANDOMi paciencia dura hasta esta

noche.

27. CASA ANTONIO. HABITACIÓN GERMÁN. INT. DÍA.

GERMÁN se está duchando. Los cristales de la mampara están cubiertos de vaho. Su nariz está todavía hinchada, se la aprieta levemente. Pequeños gotas de sangre a medio coagular salen de su nariz, su gesto es de dolor. Se las limpia con la mano que queda teñida. Por un instante el rojo opaco de la gota parece volverse translúcido.

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Page 38: La matanza de San Antón

Reflejada sobre su iris el ojo se vuelve de un tono encarnado. GERMÁN se lleva el dedo a la boca para probar su sabor y cierra los ojos. Un ruido le obliga a abrirlos. Al otro lado del vidrio una FIGURA se pega al cristal. GERMÁN todavía tiene su dedo en la boca. Limpia de vapor el cristal con la otra mano y descubre unos ojos desenfocados mirándole.

GERMÁN¿Hola?

GERMÁN intenta limpiar aún más el cristal, necesita más transparencia. Al pasar la mano los ojos desparecen. GERMÁN busca vehemente limpiando el resto de cristales. La sangre le llena ya toda la boca, tiene todos los labios pintados. En un lateral más allá del vaho vuelve a distinguir a la FIGURA, es una anciana abriendo el armario que hay sobre el lavabo.

GERMÁN¿Abuela? ¿Eres tú?

La ANCIANA saca un tarro de pastillas y lo vacía sobre su mano. GERMÁN intenta con violencia abrir la mampara, pero esta no cede.

GERMÁN¿Abuela?

GERMÁN se limpia la boca con la mano. La puerta sigue sin ceder. La figura se vacía las pastillas en la boca.

GERMÁNNo, no.

Mientras que con una mano golpea el cristal, su brazo recoge los trazos rojos de sus labios. Involuntariamente toca el grifo y el agua comienza a salir fría.

GERMÁNJoder.

Cierra la válvula y vuelve a mirar a través del cristal. La anciana ha desaparecido. Apoyado sobre el azulejo toma aire, medita, piensa. Abre la puerta con facilidad, coge una toalla y se la coloca alrededor de la cintura. Se asoma a la puerta del baño. Da a un pasillo.

GERMÁN¿Oiga?

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Page 39: La matanza de San Antón

Nadie responde. Se escucha una musiquilla a lo lejos.

GERMÁN¿Antonio?... Mierda.

28. CASA ANTONIO. PASILLO/ HABITACIÓN NURIA. INT. DÍA.

GERMÁN sale al pasillo en toalla, cruza todo el corredor siguiendo la musiquilla. Esta sale de una puerta entreabierta. El volumen es cada vez mayor. Comienzan a percibirse los acordes de “Holy Town” de The Dubrovniks. La voz del cantante se confunde con la de NURIA. La habitación está llena de pósters de grupos de música, películas y reproducciones de obras de arte. Un caos más o menos sostenible reina en un cuarto dónde abundan los libros. En el reflejo de un espejo GERMÁN ve una pierna desnuda. Poco a poco la pierna se transforma en la silueta de NURIA. Está en su cuarto de baño, desnuda. GERMÁN la observa durante unos instantes. Se lleva su mano derecha a la izquierda y se cruje los nudillos. Un ruido en la escalera le distrae.

ANTONIOVa usted a coger frío.

GERMÁN mira a ANTONIO.

GERMÁNEh… Me he quedado sin agua

caliente.

ANTONIO no contesta mira a los ojos de GERMÁN, durante unos segundos se abre un incómodo silencio entre ambos.

ANTONIOEl agua helada es lo mejor para

la circulación.

GERMÁN sonríe sin convicción.

GERMÁNNo quiero coger frío.

ANTONIOHaga caso a su médico. Agua

fría.

GERMÁN retrocede por el pasillo sonriendo. ANTONIO le observa junto a la puerta de su hija hasta que se mete en su cuarto

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Page 40: La matanza de San Antón

29. CASA ANTONIO. HABITACIÓN GERMÁN. INT. DÍA.

GERMÁN se ducha con el agua helada.

30. CASA ANTONIO. SALÓN. INT. DÍA.

NURIA y ANTONIO están poniendo la mesa. En la mesa no falta de nada, la comida y la bebida son abundantes y la cubertería es elegante. NURIA está sugerentemente vestida. No hay palabras entre ellos, ANTONIO mira a su hija, los platos están servidos y ella come tranquilamente.

ANTONIOSe lo sacas, como sea. Haz lo

que tengas que hacer.

NURIASi, papá, si.

Se escuchan los pasos de GERMÁN bajando las escaleras. Se asoma a la puerta.

ANTONIOTodavía no hemos empezado, no sabíamos si usted iba a querer

comer con nosotros.

GERMÁNNo se preocupen.

GERMÁN duda, mira la mesa. Se acerca.

GERMÁNLa verdad es que estoy

hambriento.

GERMÁN se sienta en el lugar que queda libre, entre ambos. NURIA comienza a servirle.

GERMÁNGracias.

Ella sonríe.

NURIA

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Page 41: La matanza de San Antón

Espero que no le venga muy mal tener que quedarse una noche.

GERMÁN no contesta, comienza a comer.

NURIAEste puede ser un lugar muy

aburrido.

GERMÁNMe lo estoy pasando genial… Me siento como el forastero que

acaba de llegar al poblado del oeste.

NURIAEse siempre gana y se queda con

la chica.

GERMÁNPero ella normalmente es rubia

y bonita.

ANTONIONo suele venir mucha gente de la capital por aquí. No es más

que eso.

GERMÁNYo tampoco soy de la capital.

ANTONIO se incorpora.

ANTONIOMe voy a echar un rato.

ANTONIO sale del salón. Todo queda en silencio. GERMÁN sigue comiendo. Se escucha la puerta de la casa cerrándose.

NURIA¿Te gusta la comida? La he

preparado yo.

GERMÁN¿Ahora me tuteas?

NURIAMi padre es muy celoso.

NURIA sonríe.

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Page 42: La matanza de San Antón

GERMÁNNo entiendo que haces en un

lugar como este.

NURIA¿Qué quieres decir?

GERMÁN¿En qué ocupas el tiempo, trabajas, estudias…? No sé,

joder ¿Qué hace una chica como tú todo el día encerrada en

este puto pueblo?

NURIATrabajar, supongo. Ayudo a mi padre. Pero hay poco trabajo.

GERMÁN¿Y no te gustaría salir de aquí? Conocer otros sitios.

NURIAMi padre dice que aquí tengo todo lo que puedo necesitar.

GERMÁN¿Siempre haces caso a tu padre?

NURIAYa sabes que no.

GERMÁN no contesta, sigue comiendo. NURIA le observa.

NURIAMi padre me ha pedido que te

pregunte qué has venido a hacer aquí. Pero a mi no me importa.

GERMÁNYa lo sé.

NURIASoy más lista de lo que usted

cree.

NURIA recoge su plato y se incorpora.

NURIALos hombres solo miran a un

sitio.

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Page 43: La matanza de San Antón

NURIA se dirige a la puerta, GERMÁN le mira el culo.

NURIAY si te miran el culo no te

miran los ojos.

GERMÁN¿Quieres saber qué hago aquí?

NURIAYa le he dicho que no me

interesa.

GERMÁNEstoy aquí por una estúpida

apuesta. Me jugué el coche que he destrozado a que era capaz

de llegar aquí borracho.

NURIAFin del misterio, adiós al

interés… No recoja, me gusta fregar por la tarde.

NURIA sale del salón. GERMÁN se queda apurando la comida.

31. TORCE. CALLES. EXT. DÍA.

Un taxi atraviesa el cartel de “Torce”, avanza lentamente por las angostas calles del pueblo. Los viandantes se detienen a observar el paso del vehículo.

32. TORCE. CALLES/TAXI. EXT/INT. DÍA.

ALFREDO, de 45 años, bajito y gordo consulta unos papeles en la parte posterior del taxi. La lluvia martillea la carrocería del coche.

TAXISTACalle Granadilla. ¿A qué

número?

El TAXISTA toca la pantalla del GPS. ALFREDO revisa sus papeles. En la cabecera de uno se puede leer. “Cliente de Electrocity pendientes de renovación.” Baja con el dedo por la lista hasta llegar al nombre de una Mujer: “Fernando

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Page 44: La matanza de San Antón

Fernández Fidalgo nº14 Calle Cremisi Torce, vencimiento 25/01/2011” ALFREDO observa los números por la ventana. El taxista le mira por el espejo retrovisor.

TAXISTAUsted dirá.

ALFREDOSiga, siga. Yo le indico.

Pasan frente al número 14, ALFREDO observa el jardín delantero de una casa cuidada.

ALFREDOPare en la siguiente bocacalle,

por favor.

ALFREDO estudia otro papel. En él aparecen diversos datos personales del señor Fernández Fidalgo. En la parte superior derecha un recuadro con una silueta en el que pone “No foto”

33. TORCE. CALLE GRANADILLA. EXT. DÍA.

El taxi arranca velozmente y en unos segundos abandona a ALFREDO, apoyado sobre su paraguas negro. Lo abre y comienza y termina de leer los papeles que tiene en sus manos.

ALFREDO(Entre dientes)

Fernando Fernández Fidalgo. 35 años, dos hijos, casado y en el

paro.

ALFREDO comienza a guardar los papeles en su maletín.

ALFREDOFernando Fernández Fidalgo, Fernando Fernández, Fernández Fi-dal-go. Tu padres eran muy graciosos eh, Fer-nan-do Fer-

nán-dez Fi-dal-go.

ALFREDO termina y comienza a caminar hacia el número 14 de la calle Granadilla.

ALFREDO

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Page 45: La matanza de San Antón

Buenos días,… Buenas tardes… (tos). Buenas tardes señor

Fernández… Buenas tardes don Fernando. Mi nombre es Alfredo

Oteiza del Amo.

ALFREDO se detiene un instante, se revisa el traje lo estira disimulado alguna de sus arrugas.

ALFREDOJavier González del Amo… (Hace una pausa como si escuchara) Mire usted, soy un comercial,…

Soy representante de “Iberoluz”. Soy representante de “Iberoluz”… “I-be-ro-luz”.

ALFREDO se detiene ente el nº 14 de la calle Granadilla para encontrar la entonación correcta de la frase.

ALFREDOSoy representante de

“Iberoluz”. Quería ofrecerle la contratación de un servicio eléctrico que mejore su

situación actual.

ALFREDO se mira por última su chaqueta, cierra el paraguas y atraviesa con paso decidido el jardín delantero. Se coloca frente a la puerta, alza el brazo hasta tocar con la punta de los dedos la puerta, se sitúa en el centro y hace sonar el timbre. Espera unos instantes y pacientemente vuelve a llamar. Se asoma y observa la fachada de la casa, sobre la puerta hay un número 14. Alza el puño como si fuera a golpear la puerta, duda, baja el brazo y vuelve a tocar el timbre. Se aleja unos pasos y revisa sus papeles. Vuelve a llamar. Nada, ni un ruido. Mira hacia abajo, ve sus pies completamente empapados sobre un charco de agua que sale por debajo de la hoja. Guarda los papeles de nuevo en el maletín. Inspecciona el buzón, hay correspondencia. Abre el paraguas y comienza a caminar en dirección al pueblo.

34. CEMENTERIO. EXT. DÍA.

El cielo golpea con dureza las lápidas del cementerio. El agua se hunde bajo las lápidas que, ahogadas, necesitan evacuar el aire que tienen en su interior. Las tumbas respiran entre el barro. La necrópolis ha comenzado a

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Page 46: La matanza de San Antón

inundarse. GERMÁN salta la tapia y hunde sus pies en el suelo arcilloso. Recorre en cementerio hasta llegar al lugar donde los cadáveres se apilan en nichos. Esta zona destaca con respecto al resto del cementerio por la aparente modernidad de su construcción. Revisa uno a uno todos los nombres hasta detenerse frente al de Fernando Fernández Fidalgo. GERMÁN mira a uno y otro lado e intenta retirar la tapa del sepulcro. Lo consigue. No hay nada.

35. TORCE. PLAZA. EXT. DÍA.

La lluvia cae con más virulencia, los adornos que engalanan la plaza sufren para mantenerse en su lugar. La gente corre a refugiarse en los soportales, en la iglesia o en sus casas. ALFREDO cruza tranquilo hasta que el viento le arranca el paraguas de las manos y lo arrastra. ALFREDO corre a refugiarse en la iglesia del pueblo.

36. TORCE. IGLESIA. INT. DÍA.

Una fila de DUEÑOS, con sus respectivos animales, hacen cola a lo largo del corredor para pasar por delante del altar. Las primeras parejas están llegando a la cabeza de la iglesia. Ella está coronada por un retablo pictórico de San Antón en la montaña con una “T” morada en su pecho. Los animales han dejado una fila de excrementos a lo largo de la galería central del templo. Un DUEÑO lleva a su cabra hasta los pies del santo, se arrodilla y pronuncia unas palabras. ALFREDO debe apartarse para que un caballo entre del edificio. Se apoya sobre la última de las sillerías que sostienen la bóveda de cañón y observa la ceremonia.

37. TORCE. CALLE. EXT. DÍA.

GERMÁN recorre una de las calles del pueblo con presteza, está empapado. Un enorme cerdo parduzco se interpone en su camino. GERMÁN se detiene, ambos se miran. El cerdo hoza. GERMÁN siente miedo, intenta rodearlo por la izquierda, el cerdo le sigue, cambia a la derecha, el cerdo le sigue.

GERMÁNPst, eh, marrano.

El cerdo ni se inmuta.

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Page 47: La matanza de San Antón

GERMÁNJoder.

Comienzan a escucharse unos leves gritos. GERMÁN corre hacia ellos

38. TORCE. IGLESIA. EXT. DÍA

NURIANo, joder, quita, puto

asqueroso.

El HOMBRE desfigurado y contraído, ha arrinconado a NURIA contra la pared de la iglesia. Su rostro está cubierto con la capucha de su chubasquero. Ella intenta en vano zafarse de él. El tejado de la iglesia recoge el agua entre sus tejas y la deja caer en forma de unos sonoros hilos. El HOMBRE emite unos ruidos horribles, alza el brazo para golpear a la joven. GERMÁN detiene la extremidad con su brazo. El agresor retrocede. Intenta escapar, GERMÁN golpea una de sus piernas y este cae al suelo. GERMÁN se acerca a él. Presa del miedo se tapa la cara con unas manos sin uñas. NURIA le detiene.

NURIADéjale, por favor, no ha hecho

nada.

GERMÁN¿Estás bien?

NURIASi.

El HOMBRE, dolorido, huye rápidamente.

NURIANo sabe lo que hace.

GERMÁNLo sabía perfectamente.

NURIASe quedó medio gilipollas hace

tiempo.

GERMÁNEso es común en este pueblo.

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Page 48: La matanza de San Antón

NURIA comienza a caminar hacia casa. GERMÁN la sigue. Comienzan a escucharse de fondo los gritos de una ternera en el matadero.

NURIASé cuidar de mi misma, gracias.

GERMÁNEl forastero siempre acompaña a

la chica.

NURIADesgraciadamente la chica ya no

confía en el forastero.

GERMÁN coge del brazo a NURIA y la detiene.

NURIASe acabó, no siempre hay un

final feliz.

Los gritos se hacen más presentes.

NURIAAsí es como suena.

GERMÁN¿Sufren o no?

NURIA sale corriendo.

39. MATADERO. INT. DÍA.

El matadero es una nave diáfana, cubierta de azulejos blancos. El golpeo de las precipitaciones sobre la cubierta es ensordecedor. Las paredes y el suelo están más o menos limpios. Las ventanas, situadas en la parte superior, generan zonas de luz y de sombra notablemente contrastadas, aunque en general domina el gris diurno. Una ternera recién desollada cuelga del techo, bajo ella un charco de sangre disuelta en agua. La pieza todavía gotea. A un lado reposa la piel dada la vuelta. La vaca está colgada de sus patas traseras, con la cabeza, toda hueso y músculos, en la parte inferior. La lengua agarrotada se mantiene entre las dos mandíbulas. NURIA entra y se dirige lentamente al animal. Este todavía se balancea. NURIA acaricia la carne para luego hacer fuerza hasta detener el movimiento del animal. GERMÁN la observa desde la puerta.

48

Page 49: La matanza de San Antón

GERMÁN¿Y?

NURIA posa toda su mano sobre el animal.

NURIANo sufre.

GERMÁN¿Tú crees? Mira su piel.

NURIA mira el hollejo de la ternera.

NURIALa carne está fría.

GERMÁNEso es por el agua. Tócala por

dentro.

NURIA introduce su mano por la boca del animal. Su brazo se pierde hasta el codo.

NURIAMe quema.

Lentamente NURIA saca su brazo manchado irregularmente de sangre. Observa detenidamente los trazos rojos que hay en su piel. GERMÁN se ha acercado hasta ella. Ella, con sus dedos, le repasa los labios hasta dejarlos encarnados. NURIA le besa manchando su espalda con la sangre de su brazo y tras unos instantes se aleja rápidamente.

NURIAMañana seguiremos, no ha estado

nada mal.

GERMÁNMañana me voy.

40. TORCE. IGLESIA. INT. DÍA.

La ceremonia está terminando. ALFREDO se asoma a la puerta, sigue lloviendo con la misma intensidad. Se coloca en el mismo sitio y sigue observando el rito.

HERNANDO

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Page 50: La matanza de San Antón

Cada uno trae a su animal favorito y piden al santo por él. Aquí hasta los animales son

cristianos. Muchos están bautizados.

ALFREDOQué pueblo tan creyente.

HERNANDO se ha colocado a su espalda.

HERNANDOBuenas tardes, mi nombre es

Hernando.

HERNANDO alarga a la mano. ALFREDO duda pero termina cogiéndola.

ALFREDOAlfredo.

ALFREDO sonríe incómodamente y se evade de nuevo en los animales.

HERNANDOLa festividad de San Antón es sagrada pera esta gente, es lo

poco que les queda.

Observan a uno de los fieles beber del cáliz que hay sobre el altar.

HERNANDOSan Antón fue uno de los

primeros ermitaños, uno de los primeros santos en promulgar la vida ascética. Una noche, en la

montaña no tenía dónde refugiarse hasta que encontró un sepulcro vacío. Hay quién dice que, a partir de ese

momento, ya no durmió en otro lecho.

La última pareja termina de rogar al santo.

HERNANDOLos cristianos son como

vampiros. Cada semana vienen a la iglesia a por su ración de

sangre.

50

Page 51: La matanza de San Antón

HERNANDO sonríe, le mira impresionado por sus palabras. Se incorpora y vuelve a mirar hacia el altar.

ALFREDO¿Y el cura?

HERNANDOMurió hace tiempo.

HERNANDOAl poco de llegar yo al pueblo. Nadie ha venido a sustituirle.

El último animal enfila el altar.

HERNANDO¿Así que no ha venido usted a observar nuestras tradiciones?

ALFREDO no se da por aludido, casi ni se inmuta. El leve silencio le llama la atención y mira a HERNANDO, que le observa detenidamente esperando una respuesta.

HERNANDO¿Qué ha venido a hacer aquí?

ALFREDOTrabajo.

ALFREDO sonríe inocentemente y se dirige a la puerta, la ceremonia ha acabado.

41. TORCE. PLAZA. EXT. ANOCHECIENDO.

HERNANDO y ALFREDO salen de la iglesia. El segundo comienza a bajar los escalones que hay frente a ella, el primero aguarda en la parte superior.

HERNANDOA nadie parece importarle nuestro rebaño. Mire esa

mancha.

HERNANDO señala una mancha parduzca que cubre la torre de la iglesia a media altura. ALFREDO se detiene a observarla.

HERNANDO

51

Page 52: La matanza de San Antón

Los ancianos dicen que son las lágrimas de San Antón, llorando por el pueblo… Cada año es un

poco más grande.

ALFREDOA lo mejor llora de felicidad.

HERNANDONo creo.

ALFREDO baja la mirada y comienza a cruzar la plaza.

HERNANDO¿Se va usted? ¿No se queda a la

fiesta?

ALFREDOAún no he terminado mi trabajo. Tengo que encontrar a alguien y

se me está haciendo tarde.

HERNANDO¿A quién?

Ambos se quedan mirando un instante. ALFREDO duda.

ALFREDOBusco a… un Fernández Fidalgo.

HERNANDO baja las escaleras y se acerca hasta él. Le coge del hombro.

HERNANDOEspero que usted no haya

pecado. En este pueblo somos muy creyentes, ¿recuerda?

ALFREDO¿Por qué?

HERNANDOEso es que si.

ALFREDOHabla usted como un cura.

HERNANDOQuien pecó en una sola cosa, manifiesto es que se esclaviza a todos los vicios… Vamos al

52

Page 53: La matanza de San Antón

bar, seguro que encontramos a su Fernández Fidalgo.

42/44. BAR CUSTO/PLAZA. INT. DÍA.

HERNANDO y ALFREDO entran en el bar CUSTO, no está. VILLA, ROBER y SALVA discuten acaloradamente en el futbolín.

HERNANDOSiéntese.

ALFREDO hace caso y se sienta en la primera mesa. HERNANDO se dirige a los chavales.

HERNANDO¿Y Custo?

ROBERDando de comer al marrano.

A través de los soportales de la plaza se puede ver a CUSTO. Sujeta un cubo con carne y termina de dar de comer al cerdo.

HERNANDO se queda en la barra y desde allí se dirige a ALFREDO.

HERNANDODurante todo un año alimentamos a ese cerdo entre todos. Es

libre para caminar por todo el pueblo. Y hoy, la noche del

patrón, lo matamos y al buche.

ALFREDO¿Qué me dice?

HERNANDOLo que oye.

CUSTO entra en el bar.

CUSTOEse gilipollas se va a comer a su madre y no se va a dar ni

cuenta.

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Page 54: La matanza de San Antón

HERNANDOPonme un vaso de leche con una

gotita de anís.

CUSTO duda un instante.

HERNANDOPonme una gotita, coño. Qué yo

también me he comido a mi madre.

CUSTO se acerca a sirve el vaso de leche.

HERNANDOMi madre le pegaba al anís casi tanto como mi padre a ella.

Un chorrito de anís termina de llenar el vaso.

HERNANDOUn día, borracha perdida, se saco una teta, yo tenía tres años y me dijo que mamara. Mi padre se volvía loco. La leche debía tener más alcohol que un

ruso blanco. Fue mi primer ataque epiléptico. Le arranqué

el pezón y me lo tragué.

CUSTOY todo se llenó de sangre.

HERNANDONo, todo se llenó de leche… El

resto de las veces me he mordido a mi mismo.

HERNANDO, se bebe el vaso de un trago. Saca la lengua y con los paletos se rasca una cicatriz que tiene en la lengua en forma de sonrisa. Gira la cabeza y repara en ALFREDO.

HERNANDOCusto, este es Alfredo. Está aquí por trabajo. Busca a don Fernando Fernández Fidalgo.

HERNANDO sonríe a ALFREDO solemnemente.

ALFREDONo le dije el nombre, creo

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Page 55: La matanza de San Antón

HERNANDONo se preocupe. No existen más

Fernández Fidalgo, en este pueblo.CUSTO

Suele venir, después de cenar. A tomar algo.

HERNANDO deja unas monedas sobre la barra y se dirige a CUSTO.

HERNANDO(susurrando)

En cuanto me vaya cierras y a tomar por culo.

CUSTO¿Te vas a ir? ¿No vas a ver el

espectáculo?

HERNANDOPara una cosa que se te da bien, luego me la cuentas.

HERNANDO se dirige a la salida.

HERNANDOBuenas noches. Cuidadle bien

CUSTONo te preocupes, Hernando.

ALFREDOHasta luego.

HERNANDO sale.

CUSTO¿No quiere unas patatas, son la

especialidad?

ALFREDONo, muchas gracias, ya he

cenado.

CUSTOQue sí, hombre, que sí. Si

están buenísimas.

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Page 56: La matanza de San Antón

CUSTO deja un pincho sobre la barra. Se agacha, sale y se acerca hasta ALFREDO con el pincho. Se sienta a la mesa con él. Le acerca el plato y sonríe.

CUSTONo me haga el feo, hombre. Si

va a tardar un rato.

ALFREDO permanece serio sin mover un músculo. CUSTO golpea la mesa.

CUSTOBajad la puta voz, me estáis poniendo la cabeza como un

bombo.

Los chicos del futbolín se callan. ALFREDO mira el plato.

ALFREDONo hay palillo.

CUSTO se lleva la mano a la boca y coge el palillo que lleva un rato mordiendo y lo clava en una de las patatas.

ALFREDO¿Un poco de cerveza?, para

pasar el trago.

CUSTOSalva, una caña, como tú sabes.

SALVA coge un vaso usado de la barra y sin pasar al otro lado pone una caña y la coloca frente a CUSTO.

CUSTOMuy mal tirada, Salva.

La caña, no tiene espuma. CUSTO se agacha ligeramente y deja caer su saliva sobre el vaso.

CUSTOBebe… Salva, cierra la puerta.

ALFREDO coge el vaso, sopla la superficie del líquido mientras bajo la mesa cambia la empuñadura del bastón.

CUSTO¿Qué quiere saber de ese señor?

ALFREDO

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Page 57: La matanza de San Antón

Nada, solo venderle un contrato.

SALVA va a cerrar la puerta, pero en ese instante entra GERMÁN.

GERMÁN¿No irá usted a cerrar, jefe?

Todavía quedan clientes. CUSTO mira a ALFREDO. GERMÁN avanza hasta la barra. Los chicos permanecen en silencio. CUSTO se levanta.

CUSTOId terminando que en breve

chapamos.

GERMÁNLo de siempre.

CUSTO¿No has oído? Qué chapamos.

GERMÁNPero si solo son las 10.

ALFREDO¿Perdone nos será usted don Fernando Fernández Fidalgo?

Se hace un silencio entre lo dos. CUSTO mira a GERMÁN amenazante.

GERMÁNNo.

CUSTO¿Lo de siempre? No recuerdo que es lo de siempre, ni que bebéis en la ciudad. Aquí se traga

aguardiente.

CUSTO sirve un vaso de aguardiente a GERMÁN. ALFREDO se dirige a la puerta.

GERMÁN¿Esto es todo?

CUSTOTodo

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Page 58: La matanza de San Antón

GERMÁN se enchufa el vaso de aguardiente de un trago.

45. TORCE. PLAZA/IGLESIA. EXT. NOCHE.

Todos salen del bar. CUSTO cierra la puerta por dentro. ROBER, VILLA y SALVA se alejan.

ROBERVamos a la ermita, seguro que

hay alguien.

VILLATodos los días la misma mierda.

GERMÁN observa a lo lejos a ALFREDO alejarse, cojeando pero ayudado por su bastón. Se pierde tras la primera vuelta de la iglesia. GERMÁN, apurando el paso, va tras él. Al doblar la primera esquina no es más que una sombra sobre un edificio, al doblar la segunda el sonido irregular de sus pasos, al doblar la tercera es la nada; pero solo puede haber vuelto a la plaza. GERMÁN observa el suelo empedrado, la fuente en el centro y lo soportales en uno de los laterales. Nada. Un bastón le aprieta el cuello y ALFREDO le empotra contra la pared.

ALFREDO¿Qué quieres?

GERMÁNCreo que buscamos a la misma

persona.

46. CASA ANTONIO. JARDÍN. EXT. NOCHE.

HERNANDO llama a la puerta de la casa de ANTONIO. Este abre la puerta y sin mediar palabra ambos entran en la casa.

47. CASA ANTONIO. SALON. INT. NOCHE.

HERNANDO entra en el salón. ANTONIO le sigue. Sobre la mesa hay el recortable del titanic a medio construir. Es evidente que ANTONIO ha estado trabajando en él.

HERNANDO

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Page 59: La matanza de San Antón

El tío de la aseguradora ha llegado esta misma tarde.

ANTONIO¿Qué vamos a hacer con él?

HERNANDOYa te lo he dicho, esto se acaba, no va a quedar nada,

está todo preparado.

ANTONIO no se lo termina de creer. Se sienta en la silla y comienza a jugar con una de las piezas.

ANTONIOPero…, no sé.

HERNANDOAl hoyo.

ANTONIO¿Y con el narizotas?

HERNANDO Nada es nada. Me entiendes… Te estás haciendo mayor Antoñito,

cada día eres más miedoso.

ANTONIONo pueden saber nada. No tienen

ni una sola prueba.

HERNANDOPero tú te crees que esa gente es idiota. Es la quinta vez que lo hacemos, cada vez hacen más preguntas, cada vez se quedan más tiempo. Todo el pueblo empieza a entender lo que

ocurre. Y nuestra gente empieza a traicionarnos… ¿No te parece

suficiente?

ANTONIO mira por primera vez a HERNANDO.

ANTONIO¿Quién lo sabe?

HERNANDOLos justos y necesarios… La fiesta es a las 12, en la

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Page 60: La matanza de San Antón

plaza, como siempre. No te retrases. No dudes.

ANTONIO¿Y ella?

HERNANDOTodos, Antonio, joder.

Se escucha un golpe. HERNANDO sale corriendo hacia la puerta. ANTONIO le sigue.

48. CASA ANTONIO. JARDÍN. EXT. NOCHE.

HERNANDO y ANTONIO salen a la puerta. Los sonidos de la calle se difuminan entre las ráfagas de viento y agua de la tormenta.

HERNANDO¿Ella o nosotros? Antonio.

HERNANDO comienza a avanzar hacia el coche que ha aparcado frente a la casa.

ANTONIONos contó lo de Juan y lo de

Lobo. ¿Recuerdas?

HERNANDO se detiene, se da la vuelta y desafiante mira al médico.

HERNANDOTraicionaría a cualquiera por nosotros. Pero no te confundas,

el miedo no es lealtad.

ANTONIO duda.

49. CASA ANTONIO. JARDÍN. EXT. NOCHE.

NURIA y LOBO, tras un arbusto, observan a HERNANDO a mitad de camino y a ANTONIO en la puerta de la casa. LOBO tapa la boca de la chica con su mano.

HERNANDONo me hagas elegir a mí.

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Page 61: La matanza de San Antón

Mientras HERNANDO se aleja por la calle. ANTONIO se queda unos instantes en la puerta, la cierra y avanza hasta el coche. Este arranca y todo queda en silencio. LOBO aprieta la boca de NURIA con fuerza, sus dedos se hunden en sus mejillas. Violentamente la suelta se incorpora y la deja tirada en el suelo.

50. TORCE. CALLE GRANADILLA. EXT. NOCHE.

GERMÁN y ALFREDO caminan a lo largo de la calle, la lluvia es intensa pero parece no importarles. No hay tendido eléctrico, ni una luz ilumina el interior de estas viviendas.

ALFREDOLlevo aquí unas horas y ya creo

que en este pueblo mienten hasta las casas.

GERMÁN sonríe.

ALFREDONo se ría, lo digo en serio.

Mire esta calle. Ni un alma, ni una luz, ni un ruido.

GERMÁNEl éxodo rural. Muchos se

fueron cuando se construyó el embalse. El estado les expropió

sus tierras y tuvieron que marcharse.

ALFREDO¡Pero mire esas casas! No están en ruinas. Están de pié, con su tejado su buzón y su correo

GERMÁN¿Qué quiere decir?

ALFREDOUsted camina por esta acera y se siente raro. Sabe que hay algo que no funciona, es como caminar por un decorado. En este pueblo debería haber

gente. Mira esta calle. Ni un alma. Mi compañía tiene en este

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Page 62: La matanza de San Antón

pueblo varios contratos, la competencia más aún. Pero en este pueblo no viven más de 20

personas.

ALFREDO calla durante un instante. Se detiene a mirar la casa en el número 14, la casa de Fernando Fernández Fidalgo.

ALFREDOEsta mañana he estado en esa casa, dudo que ese señor viva

ahí.

GERMÁNEl señor Fidalgo ha muerto. Tenía contratado un seguro de vida con nosotros. Nos llegó la

partida de defunción, la autopsia… Todos los documentos

en menos de dos días, perfectos, ni un error, ni una

duda.

ALFREDO vuelve a mirar la casa. GERMÁN, con paso decidido se dirige a la puerta.

ALFREDO¿Qué hace?

GERMÁN se acerca a la puerta, lo que antes era un charco bajo la hoja ahora es casi un río. Coge el pomo lo gira y empuja. Mira hacia atrás, ALFREDO está de espaldas vigilando la calle. GERMÁN golpea con fuerza la madera y esta cede.

51. CASA FIDALGO. INT. NOCHE.

Ambos se introducen en la casa. Está vacía, vacía de adornos, muebles, detalles, vacía de vida. Es un espacio compuesto por lo justo para que la estructura externa se mantenga en pie. Del techo caen multitud de gotas creando una cortina acuosa que encharca el suelo. La curiosidad les lleva por caminos distintos, se separan examinando cada habitación. Germán atónito observa el esqueleto de una mentira. Unos ruidos le sacan de su ensimismamiento. Unos pasos rápidos.

GERMÁN

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Page 63: La matanza de San Antón

¿Alfredo?

GERMÁN recorre la casa con prisa, dobla una esquina. VILLA y ROBER asaltan y golpean a ALFREDO que blande su bastón contra ellos con destreza. GERMÁN corre en su ayuda. VILLA de se abalanza sobre él, consigue desembarazarse de un codazo pero ya tiene al ROBER encima. Ambos caen al suelo. ALFREDO se incorpora, está aturdido. Se lanza sobre VILLA colocando su bastón en su cuello, este le golpea le araña hasta su último aliento, pero ALFREDO acaba con él. GERMÁN destroza la mandíbula de ROBER de un puñetazo. Cae al suelo de espaldas.

GERMÁNHuye.

ALFREDO corre. Suena un disparo y cae al suelo, boca abajo, crudamente. Su cara sangra, su costado aún más. ROBER empuña un arma. GERMÁN golpea su mano y esta desaparece. GERMAN se lanza sobre ROBER y ambos caen escaleras abajo. ROBER se parte el cuello, GERMAN queda aturdido. Sube hasta el piso superior y se arrastra hasta el cuerpo de ALFREDO. Le da la vuelta. Un hilo de voz sale de su boca. GERMÁN pega la oreja a su boca, es inútil, ha expirado. GERMÁN se apoya en la pared, sus ojos se pierden, queda inconsciente.

52. TORCE. PLAZA. EXT. NOCHE.

El coche de HERNANDO entra en la plaza. Bajo la lluvia los preparativos para la fiesta se están ultimando. CUSTO azuzan una hoguera que lucha por sobrevivir bajo la intensa lluvia.

ANTONIOQuizá no venga nadie, llueve

demasiado.

HERNANDOY fallar a su santo. Imposible.

El coche se detiene junto al fuego. HERNANDO mira el reloj de la iglesia marca las 11. ANTONIO intenta calentarse las manos con las llamas

HERNANDOSolo falta una hora, ¿dónde

están los demás?

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Page 64: La matanza de San Antón

CUSTO mira a ANTONIO.

CUSTOTerminando el… trabajito.

HERNANDO mira a CUSTO.

HERNANDO¿Qué ha ocurrido?

CUSTOEse tipo llegó, el del coche,

cuando íbamos a cerrar.

HERNANDO¿y?

ANTONIOY que tu perro la ha vuelto a

cagar.

HERNANDO censura a ANTONIO con la mirada.

CUSTOEl otro huyó, se fueron juntos.

Envié a Rober y Salva tras ellos.

Se hace un silencio.

HERNANDO¿Hace cuanto de todo esto?

CUSTOMedia hora.

ANTONIOLa estamos cagando.

HERNANDO vuelve a hacer callar a GERMÁN con la mirada.

HERNANDO¿Y lobo?

CUSTODebía estar aquí hace rato.

ANTONIO¿Qué hacemos?

HERNANDO

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Page 65: La matanza de San Antón

Por el momento, vosotros seguir con el plan. Nos queda una hora

para que esto se empiece a llenar.

HERNANDO se aleja por la plaza.

53. TORCE. TALLER. INT. NOCHE.

LOBO entra en su taller, la trampilla metálica queda a la mitad. Revisa la mesa sobre la que tiene todas las herramientas. Coge una mochila y comienza a llenarla con algunas cosas. Cuando ha terminado cierra la cremallera.

OFF HERNANDO¿Te vas lobito? ¿En coche o en

moto?

LOBO se gira asustado. HERNANDO está a pocos metros de él.

HERNANDOTe ibas, ¿verdad?

LOBODon Hernando. Ye he acabado con

el coche.

HERNANDOSin juegos, lobito, rajas los

frenos.

LOBOLo que usted diga.

LOBO suelta la mochila, coge unos alicates y se mete debajo del coche. Busca los cables de los frenos que hay junto a las ruedas delanteras.

OFF HERNANDOHaces bien en querer irte. Es más nos vamos todos. Pero a

sitios distintos.

Los pies de HERNANDO se mueven en torno al coche. LOBO corta un cable.

OFF HERNANDOMe haría gracia que lo

consiguieras. Has sido un buen chico.

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Page 66: La matanza de San Antón

LOBO corta el cable de la otra rueda.

OFF HERNANDOTodo esto va a arder. Pero no hay necesidad de fuego, el infierno son los otros.

LOBO saca la cabeza buscando a HERNANDO pero este ha desaparecido.

54. TORCE. CALLES. EXT. NOCHE.

LOBO recorre las calles en su moto, se detiene ante el cartel que indica la salida del pueblo, la carretera se adentra en la oscuridad de la noche. Duda un instante. Apaga las luces de su moto y sigue adelante.

55. CARRETERA. EXT. NOCHE.

LOBO conduce su moto despacio, con las luces apagadas, al superar una curva los faros delanteros de un vehículo se encienden. LOBO enciende las luces y acelera al máximo. De la siguiente curva surge otro vehículo, consigue esquivarlo. La carretera se abre libre ante él. La lluvia es intensa. Aprieta a fondo el acelerador. La calzada se hunde en el agua, la moto derrapa. LOBO se incorpora empapado, una luz lo alumbra por detrás, se da la vuelta y es arrollado por un coche.

56. CASA FIDALGO. INT. NOCHE.

El agua cae a raudales por las escaleras de la casa. Los objetos de madera han comenzado a flotar sobre el líquido turbio y oscuro del embalse. GERMÁN está completamente empapado, esta recostado sobre una pared. Un palmo de agua moja toda su ropa. Toma conciencia, aún está algo aturdido. Lo primero que busca es el cuerpo de ALFREDO, pero este no está en su lugar. Se incorpora, la puerta de la casa está abierta sale a la calle y el aspecto es completamente desolador, el embalse ha empezado a comerse el pueblo. ALFREDO flota a la deriva entre ramas, y basuras. El caos se extiende entre las casas. GERMAN sale de la casa con el agua por encima de los tobillos. Sigue lloviendo, más fuerte que nunca, la tormenta está encima, descargando toda su electricidad.

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Page 67: La matanza de San Antón

57. CASA ANTONIO. JARDÍN. EXT. NOCHE.

GERMÁN camina con dificultades por la acera de la calle, ya no hay agua pero esta cansado y empapado. Se detiene ante la casa de ANTONIO, el silencio es absoluto. Una luz en el piso de abajo se apaga, la vivienda queda completamente a oscuras. Instantes después una luz se enciende en el piso superior. GERMÁN instintivamente se lleva la mano derecha a la mano izquierda y se cruje uno a uno los nudillos.

58. CASA ANTONIO. BAÑO NURIA. INT. NOCHE.

NURIA, con el albornoz abierto, está sentada sobre el váter. Minuciosamente lima el pulgar de su mano derecha, en uno de los rápidos movimientos que realiza introduce la herramienta bajo su uña y esta comienza a sangrar. Se acerca hasta el lavabo. Al apretar el dedo la herida sangra abundantemente. NURIA lame con la punta de la lengua la gota que hay sobre su pulgar, el rojo se extiende por la superficie rugosa del músculo. NURIA aprieta su dedo contra los labios y absorbe profundamente. Cierra los ojos un instante concentrándose en el sabor. Al abrirlos ve la figura del HOMBRE encapuchado reflejada sobre el espejo que tiene delante. La cara se pierde bajo la sombra. Con las manos se retira la capucha y deja ver su rostro, completamente desfigurado. Se miran a los ojos, él los tiene rojos, tan rojos como el líquido que comienza a caer de la comisura de ella. NURIA, nerviosa y llena de ira cambia el dedo por el brazo e intenta retirar la hemoglobina de su boca. La visión no desaparece, da un paso hacia delante. Ella golpea el espejo, que se rompe en pedazos. Sobre el vidrio quebrado el rostro se ha reconfigurado. Es JUAN. Se escucha un ruido en la habitación. NURIA se da la vuelta. JUAN ha desaparecido.

NURIAYa voy papá, no tardo nada.

59. CASA ANTONIO. HABITACIÓN NURIA. INT. NOCHE.

NURIAYa voy papá, no tardo nada.

GERMÁN observa detenidamente la habitación, el escritorio, la mesa y la estantería. Sobre ella encuentra una foto de

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Page 68: La matanza de San Antón

NURIA con dos chicos, uno es LOBO, el otro es JUAN. Se sienta en la cama esperando que ella salga del baño. Ella al llegar al umbral de la puerta se sorprende.

GERMÁN¿Qué ocurre en este puto

pueblo?

El rostro de ella cambia súbitamente.

NURIA¿Te refieres al tiempo?

GERMÁN se incorpora súbitamente, se acerca y la agarra del cuello.

GERMÁNVamos a dejar de jugar.

NURIA¿Y mi padre?

GERMÁNCon sus amiguitos, supongo.

NURIAMe va a acabar gustando.

GERMÁNSe han cargado a un tío en mis

narices. ¿Por qué?

GERMÁN la levanta del cuello, sus pies se alzan del suelo. Ella intenta soltarse golpeando su pecho.

NURIANo sé.

GERMÁN¿Quién es Fernando Fernández

Fidalgo?

NURIANo lo sé.

GERMÁNMientes

NURIANo quiero que me maten.

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Page 69: La matanza de San Antón

GERMÁN¿Prefieres que lo haga yo?

NURIANo les gustan los que llegan

haciendo preguntas.

La suelta y ella a bocanadas busca aire.

GERMÁN¿Tu padre está en el ajo?

NURIA¿Tú que crees?

GERMÁN¿Quién más?

NURIA no contesta, mira por la ventana.

GERMÁN¿El gordo ese del bar y el del

chándal de poliéster?

NURIASi. El del chándal es el alcalde, el otro su matón.

GERMÁN¿Quién más? ¿El chaval del

taller? ¿Lobo?

NURIA se da la vuelta. Se acerca a GERMÁN

NURIANo, ese no… Está limpio,

déjalo.

GERMÁN¿Quién más?

NURIA no contesta. GERMÁN impulsivamente tira todo lo que hay sobre el escritorio.

NURIALos que frecuentan el bar.

GERMÁN¿Y tú?

NURIA se sienta en la cama.

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Page 70: La matanza de San Antón

NURIAYo no, a veces mi padre me pide

que haga cosas. Pero yo no pregunto.

GERMÁN saca la pistola.

NURIAJoder, todo el pueblo sabe

algo, pero nadie hace nada. Lo único que puedes conseguir es que te maten… Nadie te va a

ayudar. Olvídalo y vete, ya, en cuanto puedas. Están asustados.

GERMÁN no contesta, ella se cuelga de su cuello y le besa. Él se deja y la coge con fuerza.

NURIALlévame contigo, esta noche en

tu coche.

Ella se tira en la cama.

GERMÁN¿Cómo funciona?

NURIA¿Quieres joder a mi padre? Pues

jode conmigo.

GERMÁN se queda mirándola. Se quita la bata y se queda desnuda. GERMÁN se pone encima, la besa. NURIA se zafa, se coloca encima y le desabrocha la bragueta. Entra, el gesto de él es de placer, cierra los ojos. Ella comienza a moverse.

NURIAEstafan a aseguradoras.

GERMÁN abre los ojos y la mira. Ella pierde los ojos en el techo.

NURIACuando se construyó el pantano tuvieron que expropiar la mitad del pueblo, las aguas llegaban casi hasta la iglesia. Todas

esas casas fueron abandonadas.

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Page 71: La matanza de San Antón

Pero el término municipal no se cambió.

GERMÁNSigue.

NURIASe inventan identidades a través del padrón y de las

partidas de nacimiento firmadas en el hospital. Contratan un

seguro de vida.

GERMÁNSigue.

NURIA se mueve más rápido.

NURIAA veces, incluso, se hace por teléfono. Si piden aval, está la caja rural. Piden domicilio, y se construye una casa falsa. Con su buzón, su alfombrilla y sus contratos de luz, agua, y

gas.

GERMÁNSigue.

NURIA aumenta la cadencia.

NURIADa igual, todo es legal. Todo parece legal. Las instituciones

nos apoyan, son todas del pueblo.

GERMÁNSigue.

NURIALuego el individuo muere. Se hace una autopsia favorable y un funeral bonito. Pero no hay

cadáver.

GERMÁNSigue.

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Page 72: La matanza de San Antón

NURIA se echa para atrás, empieza a gemir levemente mientras habla. El gesto de GERMÁN está entre el placer y el dolor.

NURIACasi siempre se cobra el

seguro, así sin más. Pero a veces vienen a husmear.

GERMÁNSi… gue.

NURIAPero el cuerpo ya está

enterrado o incinerado. La familia ha dejado el pueblo.

GERMÁNSigue… Sigue…

GERMÁN gime de placer, llega. NURIA se lleva las manos a la boca y grita. Él la mira, ya ha terminado.

GERMÁN¿Pruebas?

NURIA no puede responder, sigue jadeando. Contesta entre dientes, entrecortada.

NURIA¿Pruebas?, no hay pruebas. Es

todo falso.

60. TORCE. PLAZA. EXT. NOCHE.

ANTONIO observa meditabundo las llamas. CUSTO de otro lado de la hoguera prepara el asador para el cerdo.

CUSTOVa a ser divertido… ¿Nos lo

vamos a pasar bien esta noche? Eh matasanos.

ANTONIO sale de su estado y mira a CUSTO. Este observa a lo lejos como dos HOMBRES descargan unos bidones y los introducen en su bar. Por una de las entradas de la plaza aparece un todo terreno conducido por SALVA. Sobre el radiador delantero se puede ver un golpe. En la parte

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Page 73: La matanza de San Antón

trasera la moto de LOBO en perfecto estado. Se detiene frente al bar. CUSTO corre hasta la ventana del piloto.

CUSTO¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué no estas vigilando la carretera?

SALVA¿Qué carretera? Si solo hay

agua.

CUSTO mira hacia la hoguera, ANTONIO ha desaparecido.

61. CASA ANTONIO. HABITACIÓN NURIA. INT. NOCHE.

La puerta se abre, es ANTONIO. Apaga la lámpara de mesa y la habitación queda en penumbra, tan solo iluminada por la luz del tendido eléctrico que atraviesa los visillos de las ventanas. Se coloca frente a la cama y observa a su hija dormir. Ella se mueve inquieta en la cama. El levanta el edredón, ella se despierta.

NURIALlegas tarde.

ANTONIO sentado en la cama acaricia la espalda de NURIA. Ella se incorpora, está completamente desnuda.

NURIAHoy te juegas un solitario.

Ella se incorpora y comienza a vestirse.

ANTONIOTienes que irte. Van a por ti.

NURIAEs un poco tarde para sentirte

mal. Ya has elegido.

ANTONIO¿Por qué dices eso?

NURIALo escuche todo, en la puerta.

No dudaste.

ANTONIOTenía miedo.

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Page 74: La matanza de San Antón

NURIA termina de vestirse se acerca a la puerta.

NURIAEl miedo también nos pertenece.

62. CASA ANTONIO. SALÓN/ENTTRADA. INT/EXT. NOCHE/DÍA.

ANTONIO entre en la habitación, se apoya sobre la mesa, observa el barco de papel y todas las herramientas con que lo ha construido. La rabia le lleva a tirarlo todo al suelo. Un corte se abre en su mano. Coge un trozo de papel y se lo limpia. Al retirarlo de la herida el rojo ha dibujado una silueta sobre el blanco. ANTONIO la mira y se lleva la herida a la boca, en seguida esta se encarna. ANTONIO cierra los ojos de dolor. Al abrirlos los agujeros de la persiana dejan pasar la luz como si fuera de día. Se comienzan a escuchar ruidos a través de la ventana. ANTONIO mira a través de las ranuras y ve a una NIÑA pequeña, de unos 9 años, sentada en el jardín delantero hablando con su muñeca.

NIÑATú tampoco tienes papá, te compraron en una tienda.

ANTONIO¿Nuria?

ANTONIO aprieta aún más la palma de su mano contra sus dientes. Se escucha una voz masculina.

SEÑOR¿Nuria?

La NIÑA se gira, ANTONIO intenta alzar la persiana, es imposible, esta no cede. ANTONIO busca al SEÑOR a través de las rendijas. Encuentra unos pies que se acercan a la niña. Los sigue saltando de ranura en ranura mientras intenta alzar la persiana. El SEÑOR se detiene ante la NIÑA, ambos se miran durante un instante.

SEÑOR¿Me das un beso?

ANTONIO tira con más fuerza de la persiana esta sigue sin ceder. El SEÑOR se agacha, de él solo se ve su alzacuellos. ANTONIO retira la mano de la boca y empieza a escupir la sangre. El SEÑOR besa en la boca a la niña. El

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Page 75: La matanza de San Antón

sonido de un claxon saca a ANTONIO se su visión, la luz se ha ido. Suena la puerta de la casa se cerrándose. ANTONIO abre la persiana. Fuera es de noche. GERMÁN espera en su coche, NURIA corre hasta él y se monta.

GERMÁNNo había nadie.

NURIA¿Y su moto?

GERMÁNTampoco

GERMÁN ve a ANTONIO en la puerta de la casa.

NURIAVámonos.

GERMÁN¿Seguro?

NURIAArranca.

El coche arranca derrapando. GERMÁN, lo observa alejarse por la calle, en la primera curva pierde el control y se choca contra una casa. GERMAN corre hasta el coche, abre la puerta de NURIA he intenta sacarla, saca la cabeza por encima del coche para coger aire y algo golpea la cara.

Funde a negro:

63. TORCE. PLAZA DEL PUEBLO. EXT. NOCHE.

La plaza es una fiesta, pero no lo parece. Los HABITANTES del pueblo, a penas unas 20 personas, envejecidas y tristes cantan alrededor de una hoguera, preparada para asar la carne del cerdo. Parece un rito de otra época. La lluvia les golpea sin clemencia.

HABITANTESSan Antón mató un marranoY no me dio las morcillasQuién le diera a San Antón

Con un palo en las costillas

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Page 76: La matanza de San Antón

Las mesas están preparadas bajo los soportales de la plaza. Suenan las campanas de la iglesia y cesan los acordes. Las parejas se detienen. HERNANDO se asoma a una de las balconadas.

HERNANDOVoy a ser breve. Esto se acaba, ha sido bonito, estas serán mis últimas fiestas como alcalde, me voy. Os dejo con vuestro

cerdo, os lo merecéis, quizá yo también, pero siempre tiene que ganar alguien. Disfrutadlo.

La gente nos sabe si aplaudir, pero tras la primera palmada todas se suceden. HERNANDO desaparece y todo el mundo se gira hacia la torre de la iglesia.

64. MATADERO. INT. NOCHE.

Se escuchan unos gritos horribles, inhumanos. GERMÁN abre los ojos y respira profundamente. CUSTO le escucha y se da la vuelta, está colocando unas herramientas sobre el suelo. Frente a él está el cerdo de San Antón hozando estridentemente. Permanece encadenado por una pata trasera. GERMÁN mira a los lados, está en una nave de azulejos blancos. Luminosa y amplía, diáfana. Hay una puerta entreabierta de doble hoja que llega hasta el techo. Varios ganchos cuelgan por cadenas metálicas. Sobre las paredes y sobre el suelo hay manchas de sangre solidificada. GERMÁN está amordazado y sentado en una silla. A su izquierda está ANTONIO y más allá NURIA. Ambos en idéntica situación pero inconscientes.

CUSTOBuenos días. ¡Qué

madrugador¡ ¡Qué gusto! Voy a despertar a los demás y así

podemos ir empezando.

Se coloca frente a ANTONIO y golpea su cara. Este toma conciencia y escupe al suelo una flema llena da sangre.

CUSTOPrimero el papá.

CUSTO se acerca a NURIA.

CUSTO

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Y luego la niñita.

Golpea su cara a puño cerrado tirándola al suelo, silla incluida. NURIA suelta un grito sordo y se retuerce de dolor en el suelo.

CUSTOVaya se calló de la cama… Voy a

preparar el desayuno.

GERMÁN intenta soltarse, obviamente es imposible. CUSTO coge un mando, aprieta un botón y la cadena empieza a tirar del cerdo. Este grita aún con más energía. CUSTO lo detiene. El animal todavía está sobre el suelo. Se mueve nervioso

CUSTO¿A qué huele?... Venga coño, ¿a

qué huele?

Nadie contesta.

CUSTOHasta el puto marrano lo sabe…

joder. Por eso grita.

CUSTO acciona de nuevo el botón y el cerdo comienza a alzarse del suelo colgado de una pata trasera.

CUSTONo me está pidiendo que le baje porque le duele su patita. Me está suplicando por su vida.

CUSTO mira al cerdo e imita su sonido.

CUSTOPorque siente la muerte. La muerte de todos los putos animales que han pasado por aquí. Joder, huele su propia

sangre y entonces se retuerce y grita como un cerdo.

El cerdo se detiene y comienza a gritar más que nunca. CUSTO suelta el mando. Coge una enorme pistola metálica. Y la coloca sobre el cuello del animal. Aprieta el gatillo y el animal deja de gritar. CUSTO se vuelve hacia ellos explicativo.

CUSTO

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Con esta pistola de aire comprimido se le parte el

cuello para que no sufra. Bueno como entenderéis, con vosotros, esto no va a ser del todo así.

CUSTO deja la pistola sobre el suelo, coloca un enorme barreño bajo el cerdo, se saca un enorme cuchillo del mandil y le raja el cuello. La sangre comienza a salir del animal cayendo mayoritariamente en el barreño.

CUSTOEl animal tiene unos 15 litros de sangre que tardan en salir, más o menos, minuto y medio. Para que sea comestible debe salir antes de que el corazón

se pare.

CUSTO se acerca y con un palo que hay en el barreño remueve la sangre.

CUSTOSe remueve para que no se

coagule y lista para la tienda. Sangre y morcilla, riquísimo

todo.

CUSTO deja el palo, el cerdo deja de gotear, lo agarra del hocico y lo mueve hasta otro enorme recipiente que hay justo al lado. Coge el mando y aprieta el botón. El cerdo baja en el tanque que empieza a borbotear.

65. TORCE. PLAZA. EXT. NOCHE.

Varias camionetas cierran las entradas a la plaza. Vuelven a sonar las campanas y todo el mundo se calla, el silencio es absoluto. De la torre de la iglesia aparece un bulto colgado de una cuerda. Es el cuerpo de LOBO boca abajo, todavía se mueve. Lo tiran al vacío, la cuerda que lo ata al campanario tira de él y su pecho se abre. Sus órganos cuelgan de su abdomen y una mancha rojiza se extiende a lo largo de la torre. La gente debajo comienza a gritar. Las salidas de la plaza están bloqueadas, algunas casas comienzan a arder.

66. MATADERO. INT. NOCHE.

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CUSTO vuelve a alzar al animal, está rosadito.

CUSTOSe ablanda la carne y se

despieza.

Lo mueve y coge una barra enorme metálica y se la mete por el culo. Raja el animal de arriba abajo y las vísceras caen al suelo con un golpe seco. Les mira y sonríe. Se coloca frente a ellos. Parte de la sangre de su cuchillo cae sobre el azulejo del suelo.

CUSTOMirad esa sangre, casi negra.

Mirad esta.

CUSTO hace un corte sobre su palma y deja caer una gota junto a la del animal. La suya es de un tono mucho más claro.

CUSTOEs el miedo lo que la oscurece,

ese miedo que os impide respirar y os vacía por dentro

hasta contraer cada uno de vuestros músculos.

Saca la barra y se coloca detrás de ellos, que intentan girar la cabeza para no perderle de vista. Levanta del suelo a NURIA, arrastra el metal por el suelo de azulejo.

CUSTOEste es también el olor de

vuestra propia muerte. Vais a morir como marranos.

Va de izquierda a derecha dudando con quién empezar. Durante unos instantes solo se escucha el chirrido del metal sobre la cerámica. CUSTO golpea la cabeza de ANTONIO que cae inconsciente hacia delante. NURIA comienza a gritar, GERMÁN le mira impresionado.

CUSTOCuando el cerdo sabe

exactamente que va a morir contrae sus músculos y la carne

queda dura.

CUSTO coge la silla de ANTONIO y le arrastra sobre las patas traseras hasta colocarlo junto al cerdo.

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CUSTOEl no va a sufrir mucho, se lo

ha ganado.

Coge la pistola de aire comprimido y la coloca sobre su cuello. NURIA comienza a gritar, a suplicar.

NURIANo, por favor… Custo, no.

CUSTOCuando los cerdos piden piedad

yo solo escucho gritos.

CUSTO alza la pistola hasta el cráneo. NURIA llora, grita.

CUSTOTe prometo que no va a morir,…

todavía.

CUSTO aprieta el gatillo y ANTONIO inconsciente comienza a moverse compulsivamente. CUSTO coge un gancho lo coloca alrededor de su pierna y lo alza.

CUSTO¿Te quieres despedir?

NURIA entre sollozos alza la vista. CUSTO suavemente golpea su cara con la palma de la mano. ANTONIO entre convulsiones abre los ojos, y emite unos ruidos incomprensibles.

NURIAPapá.

CUSTODa igual, creo que no te

entiende.

CUSTO prende su cuchillo. ANTONIO sigue con las convulsiones. CUSTO coloca un barreño bajo ANTONIO.

CUSTOEstate quieto, joder. Si te va

a doler menos.

Le raja el cuello y su sangre comienza a llenar el recipiente. NURIA grita. CUSTO la señala con su cuchillo.

CUSTO

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¡Cállate, joder! Que puta llorona.

CUSTO remueve la sangre. NURIA comienza a gimotear. CUSTO se acerca hasta ella la coge por el respaldo y arrastra la silla sobre las patas traseras. NURIA intenta soltarse.

GERMÁNSuéltala, hijo de puta.

CUSTONo te pongas pesadito ahora tú.

Joder, no se puede currar tranquilo.

GERMÁNSi nos sueltas te lo digo todo.

CUSTO repentinamente se acerca a GERMÁN y le pone la punta del cuchillo en uno de los orificios de la nariz.

CUSTO¿Qué pasa narizotas que como a la niña te la has follao te da penita? Pero por el padre ni

has abierto la boca.

CUSTO le agarra la cabeza y le hace mirar el cuerpo de ANTONIO.

CUSTOMira, gilipollas, tú vas a

terminar así. De todas, todas.

CUSTO corta violentamente una de las comisuras de GERMÁN. Esta comienza a sangrar profusamente. Se escucha una detonación y una enorme llamarada se ve a través de la puerta abierta del matadero. CUSTO se acerca y a lo lejos ve arder la iglesia del pueblo.

CUSTOEsto se acaba chicos, una

verdadera pena.

CUSTO se acerca a NURIA le coloca la cadena alrededor de una de sus piernas y la alza con silla incluida. Corta la cuerda y le retira la silla. CUSTO coloca un barreño bajo ella, que comienza a balancearse. CUSTO la sujeta manchando su carne con la sangre de la palma de su mano. La herida gotea por toda su extremidad. CUSTO se lame todo el

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antebrazo hasta llegar a la herida. Cierra los ojos y al abrirlos escucha unos gruñidos. El cerdo de San Antón está junto a él mirándole a los ojos, hozándole. CUSTO no sabe como reaccionar le mira fijamente, suelta su cuchillo y hace el ademán de acercarse a tocarlo. Suena un ruido, CUSTO se gira y un pico le traviesa el pecho. Se desploma y se golpea contra el recipiente que hay bajo ANTONIO. Estirado sobre el suelo tiembla hasta detenerse. JUAN comienza a desatar a NURIA

67. MATADERO. EXT. NOCHE.

JUAN, GERMÁN y NURIA observan Torce. Todo el pueblo está en llamas, solo se escucha al fuego hacer su trabajo, batallando contra la constante lluvia. Ni gritos, ni sirenas. Nada. JUAN emite un gruñido y sale corriendo. Le siguen.

68. ORILLA. EXT. AMANECIENDO.

La lluvia comienza a remitir, el sol todavía no asoma pero ya avisa su llegada. Donde antes estaba la marcada orilla de un embalse ahora solo hay agua entre árboles. El agua les llega casi hasta la cintura. JUAN va unos metros por delante, se mueve con una notable dificultad, al agua hay que añadirle su situación física. GERMÁN ayuda a NURIA.

GERMÁN¿Dónde cojones vamos?

NURIA no contesta se afana en seguir caminando. JUAN se pierde tras unos árboles, vuelve a aparecer y les hace señales para que se acerquen. Ambos corren. Atada a un árbol hay una pequeña chalana. Se suben con dificultades. GERMÁN coge los remos y comienzan a avanzar hacia las luces de la localidad que hay en la otra orilla. JUAN va a popa, NURIA a proa. Ella cruza sus brazos sobre el pecho de GERMÁN, y le besa el cuello. JUAN les mira.

69. MATADERO. INT. AMANECIENDO.

HERNANDO entra en la nave, observa la situación. Tres cuerpos, tres sillas vacías y mucha sangre. CUSTO se mueve.

HERNANDO

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Aquí también se lo han pasado bien.

HERNANDO se acerca, le levanta la cabeza tirando del pelo y acercando su oreja.

CUSTOAyúdame.

HERNANDO¿Qué ha pasado?

CUSTOEl cerdo, me la ha jugado.

HERNANDOSe han ido.

CUSTOAyúdame.

HERNANDO coge la cabeza de CUSTO y la hunde en el recipiente de sangre de ANTONIO hasta que el cuerpo deja de moverse. Antes de salir, echa una última ojeada al matadero.

HERNANDONi que fuéramos hijos de

Lucero.

HERNANDO apaga la luz y sale.

70. EMBALSE. EXT. AMANECIENDO.

GERMÁN continúa remando, sigue lloviendo pero de forma menos intensa. NURIA permanece recostada con los brazos extendidos más allá del borde de la embarcación, cortando el agua con sus dedos. JUAN observa a lo lejos el pueblo emergiendo del agua, entre llamas y columnas de humo. GERMÁN mira el suelo de la barca, sus pies están completamente mojados. La chalana ha empezado hacer aguas. Las juntas de madera del suelo han cedido a la presión. Cuanta más agua entra, más rápidamente se hunde la embarcación.

GERMÁNJoder.

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NURIA se incorpora coloca los pies sobre el suelo. Comprende que se están hundiendo y se pone de pie.

GERMÁNMierda, no vamos a llegar.

NURIANademos.

JUAN comienza a gritar. NURIA salta de la barca. Los gritos de JUAN son inhumanos.

GERMÁN¿Qué le ocurre?

NURIAVamos, déjale, no sabe nadar.

GERMÁN le mira no sabe que decir, que hacer.

GERMÁNNos vamos a ahogar los dos.

JUAN da un par de zancadas sobre la barca y se lanza agua. Con las puntas de los dedos agarra las piernas de NURIA. Esta intenta zafarse pero le es imposible. GERMÁN se lanza al agua e intenta evitar que JUAN agarre del tronco a NURIA. Los tres comienzan a hundirse. GERMÁN Intenta soltar a JUAN, pero este se aferra al cuerpo de la chica con todas sus fuerzas, con los ojos cerrados. NURIA grita y agota sus fuerzas golpeando el cuerpo deformado. Pero bajo el agua sus golpes son inofensivos. GERMÁN intenta calmar a NURIA para que deje de perder el aire que tiene. La besa y ella respira un instante, pero la superficie queda ya muy lejos. GERMÁN se queda sin aire, tiene que subir a por más. Sale del aire casi ahogado, respirando profundamente. Inmediatamente vuelve a meter la cabeza y observa los dos cuerpos juntos, descendiendo entre la negrura de las aguas. Coge aire y comienza a descender Llega hasta NURIA con las fuerzas justas su mirada ya está perdida, sus músculos relajados. JUAN abre los ojos y ve a GERMÁN frente él. Aguantan la mirada un instante. GERMÁN debe volver a subir.

71. TORCE. MATADERO. EXT. AMANECIENDO.

HERNANDO abandona el matadero, frente a él se abre el pueblo en llamas. El fuego se refleja en sus pupilas que brillan en tonos carmesí. Entre reflejos se dilatan hasta hacer desaparecer el iris. HERNANDO cae al suelo,

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convulsiona. El horror se apodera de sus rasgos, que quedan congelados durante un instante. Toda le tensión se transmite a la mandíbula que se cierra sobre la lengua. La sangre le corre por las mejillas. Tirado en el suelo su brazo golpea su pecho agitadamente. Súbitamente se relaja, primero se coloca de lado y luego se incorpora, con la cabeza gacha. Alza la cabeza, de labios para abajo todo es sangre. Traga una y otra vez hasta casi atragantarse con el líquido rojo. Frente a él las últimas casas del pueblo terminan de inundarse. El agua avanza. Uno a uno todos los habitantes del pueblo van saliendo de las casas, de las calles, y acompañan al agua hasta rodear a HERNANDO. JUAN, NURIA, ANTONIO, ALFREDO, LOBO, CUSTO, SALVA, ROBER, VILLA… todos se encuentran entre los ciudadanos que miran a los ojos de HERNANDO, que baja el cuello de su chándal y deja ver un alzacuellos.

HERNANDOTodo pastor necesita su rebaño.

72. EMBALSE ORILLA. EXT. DÍA.

GERMÁN nada hasta la otra orilla. Entre jadeos se deja caer en terreno firme, ha perdido el aliento. Sigue lloviendo. Se da la vuelta y observa el horizonte. Entre columnas de humo negro el pueblo ha desaparecido bajo la riada. Tan solo la torre del castillo y, un poco más abajo, la de la iglesia resisten el envite del agua, el envite del cielo.

FIN

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