elementos presentes en la interacciÓn triadica

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ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA POSIBILTARES DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE 1 Victoria Eugenia Olmos 2 Docente Asesora Tatiana Calderón 3 UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA FACULTAD DE PSICOLOGÍA SANTIAGO DE CALI 2016 1 Este artículo se deriva del estudio realizado como trabajo de grado para optar el título de Psicólogo(a). Inicio junio 2015, finalización noviembre 2016 2 Estudiante de la facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura seccional Cali, Colombia [email protected] 3 Psicóloga, Magíster en psicología. Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali [email protected]

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Page 1: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA POSIBILTARES DE LA

ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE1

Victoria Eugenia Olmos2

Docente Asesora

Tatiana Calderón3

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

SANTIAGO DE CALI

2016

1 Este artículo se deriva del estudio realizado como trabajo de grado para optar el título de Psicólogo(a). Inicio junio 2015,

finalización noviembre 2016 2

Estudiante de la facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura seccional Cali, Colombia

[email protected]

3 Psicóloga, Magíster en psicología. Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali

[email protected]

Page 2: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Resumen

Este es un estudio de corte exploratorio. Intenta pensar los elementos presentes en la

relación de objeto primaria, entre una madre y su bebé sordo; de esta manera, lo que se

intenta hacer es caracterizar las condiciones iniciales por las que atraviesa el amor, el deseo

y el cuidado en cuanto a que posibilidades se ofrecen para la aparición del lenguaje,

específicamente la adquisición del uso simbólico del objeto, es decir, que se va a

problematizar la relación pre-lingüística con los objetos, entendiendo que esta es la puerta

de entrada a las palabras y a su vez que es en esa interacción tríadica entre la madre- bebé y

objeto en donde se construyen códigos comunicativos que permiten dar uso simbólico a los

objetos y a su vez dan paso a la subjetivación, en tanto se es dueño y portador de una

palabra que el otro entiende como acuerdo.

Palabras clave: interacción, triada, uso simbólico, lenguaje.

Las propuestas de intervención sobre la discapacidad en nuestro país, se centran

principalmente en incrementar estrategias para insertar a los niños con disfunciones dentro

del estilo de vida que llevan aquellos que no sufren alguna falla sensorial, por tanto, el

sujeto queda reducido a la visión orgánica, y el único interés de estos programas se reduce

a rehabilitar la falencia, a disminuir las brechas funcionales para la inclusión de espacios

ciudadanos o a implementar estrategias para que accedan a la educación, pero no a

ocuparse de los aspectos relacionados con la vivencia de la discapacidad tanto del niño y su

familia en la posibilidad de asumir o no un tratamiento.

Otro asunto a problematizar en este trabajo, tiene que ver con la indiferencia dada al primer

año de vida del bebé, no existiendo (al menos en Cali) programas de atención temprana

encaminados a vincular activamente a la madre y sus reacciones psicológicas producto de

la discapacidad de su hijo, cuestiones que podrían ser facilitadoras o al contrario

obstaculizar la asunción de un proceso de rehabilitación, que en el caso de los niños sordos

significaría la temprana adquisición por cuenta de la madre y sus allegados de un lenguaje

de señas, se trata de evidenciar la necesidad de constituir elementos tempranos de la

comunicación, entre otros aspectos que disminuyan las brechas comunicativas y

relacionales de un niño en los primeros años de la vida. A diferencia de esto, la mayoría de

los niños que encontramos en los programas de rehabilitación, que incluyen el lenguaje de

señas y habilidades comunicativas mediante dispositivos, son mayores de dos años, lo cual

implica un importante atraso en todos los procesos cognitivos y psicológicos subsidiarios

del desarrollo del lenguaje y la comunicación.

Page 3: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Nos encontramos con que existen establecimientos que agrupan a los niños de acuerdo a su

patología, la discapacidad se convierte en una identidad y así quedan lejos de ser

considerados como sujetos, ya que su mejor manera de ser y estar en el mundo es partir de

una falta, y por tanto los sitúan desde lo que no pueden hacer, convirtiéndose en un

problema para las instituciones, ante esto Levin (2008) afirma:

Si un niño no juega, no habla, no dirige la mirada o realiza movimientos estereotipados, el

objetivo no debería basarse en buscar que el niño adquiriera nuevos hábitos y conocimientos

o que se adapte al juego de los otros niños o a estimular su sensibilidad sino más bien en

comprender cuál es la problemática que el niño nos muestra en su cuerpo, en su no - mirada y

en su no - palabra, estableciéndose una táctica y estrategia particular para ese sujeto niño y no

para su patología o diagnóstico.

Comprender las condiciones que aparecen en los ofrecimientos maternos para la

construcción del lenguaje y en especial el uso simbólico del objeto, en un niño en

condición de discapacidad auditiva, permitiría problematizar, comprender y obtener un

acercamiento a ese primer año de vida, desde las posibilidades que se le otorgan para

adquirir medios comunicativos que favorezcan su constitución como sujeto diferenciado.

Este estudio pretende caracterizar las condiciones iniciales por las que atraviesa la

construcción del vínculo entre la madre y el bebé en situación de discapacidad auditiva

frente a la posibilidad de ofrecer condiciones para la aparición del lenguaje, en particular al

papel que cumple el objeto en la adquisición del lenguaje. Con base en esto la pregunta

problema que surge es ¿Qué condiciones aparecen en los ofrecimientos maternos para el

desarrollo del lenguaje y en especial el uso simbólico del objeto, en un niño en condición

de discapacidad auditiva?

Page 4: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Objetivos Objetivo general:

Caracterizar los ofrecimientos maternos para la construcción del lenguaje y en

especial el uso simbólico del objeto, en un niño en condición de discapacidad

auditiva.

Objetivos específicos:

• Reconocer qué mediadores semióticos utiliza la madre en la interacción con su

bebé sordo alrededor del objeto.

• Explorar las adquisiciones dadas en el orden de lo simbólico en el seno de la

interacción.

• Comprender la relación entre el diagnostico de sordera y los ofrecimientos

maternos y semióticos dados por la madre en la interacción.

Antecedentes En concordancia con la línea de las relaciones tempranas se encuentra la investigación

realizada por Pérez (2014) en la que se exponen las significaciones de una madre frente a

un hijo con discapacidad visual y a su vez como esto causa efectos en la construcción del

vínculo, primeramente el autor postula la manera como la madre construye el deseo de hijo

apoyándose en el deseo de cubrir la falta, falta que se articula en la envidia del pene por

parte de la niña (castración), de esta forma la niña comienza a redirigir su amor hacia el

padre en la búsqueda de cubrir su deseo de falo, y es a partir de esta ausencia que la mujer

comienza a construir su feminidad, en esa búsqueda de la completud que va a ser atribuida

al hijo (Pérez, 2014). Esta idea de completud articulará en el desarrollo posterior todos los

aspectos relacionados con las fantasías de perfección atribuidas al hijo.

El bebé toma vida en las fantasías de la madre, ella le otorga forma y significado a partir de

su discurso, la madre enuncia lo que espera de su hijo, es de esta manera que le da la forma

deseada y cuando llega el nacimiento, los imaginarios se enfrentan con el hijo real, en

donde se ven evocadas situaciones que la han venido construyendo como mujer. A partir

del nacimiento, la madre elabora un duelo del hijo imaginado para darle paso al hijo real,

del cual ya no va a tener el total control como lo tenía cuando era un feto, dicha separación

permite, que se le dé a el niño un lugar de sujeto a través de la palabra, esto a su vez

posibilita la construcción de un lenguaje entre la madre y el bebé Winnicot (citado por

Pérez 2014).

Page 5: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

En esta investigación se hace evidente la manera como la discapacidad se enfrenta con los

imaginarios, generando una pérdida en el ideal narcisista de la madre (que el niño esté bien

y no le falte nada) y a su vez generando condiciones diferentes en la maternidad, una de

las condiciones que se presentan en una relación primaria mediada por la discapacidad

visual, es la deficiencia sensorial que obstaculiza la comunicación entre la persona afectada

con la deficiencia y la no afectada, pues en el caso del niño invidente se le dificulta

dirigirse a los objetos y relacionarse con estos, sin embargo este relacionarse con el mundo

está mediado por su madre, es esta quien le provee el apoyo, la seguridad y la autonomía

para que explore su entorno. La lactancia es parte de ese sostén estimulador que la madre le

brinda al niño y el alimento es una forma de construir un momento íntimo de sensaciones

entre los dos, que se convertiría en una experiencia para el bebé y en una retroalimentación

para la madre, sin embargo, este intercambio se puede ver obstaculizado en el caso del niño

no vidente, pues la no mirada por parte del bebé es tomada por la madre como una falta de

respuesta y el hecho de que el bebé no se dirija a su pecho genera fallos en la comunicación

y surge una herida en el narcisismo de la madre, fundamentada en la falta de

reconocimiento en su función materna o en la frustración en su capacidad de maternidad, lo

que produce en la madre reacciones de rechazo o de sobreprotección (Pérez, 2014).

Al darse esta articulación entre el niño imaginado y el niño real con discapacidad, surgen

reacciones que afectan a la madre en el plano narcisista en la medida en que no consigue

identificarse y amarse a través de su bebé, pues no le es posible proyectar su deseo en el

niño con discapacidad, es en lo real donde se vislumbran las posibilidades de aprestamiento

que la madre puede brindar a este niño con limitaciones y no a ese niño ensoñado y

construido en el imaginario, es este niño el que le da un lugar a esos imaginarios y a esos

fantasmas subjetivos de la madre, pero ese lugar, es el ocupado por otro que fracciona y

que aterriza esos deseos narcisisticos en la medida en que es mirado como sujeto, en un

escenario en que la madre se permite construir a ese otro cuerpo diferente de lo anhelado,

es decir, cuando se da el espacio para que el niño real aparezca dentro de esa organización

de imaginarios y deseos.

Otra reacción en la madre a causa del encuentro con el hijo con discapacidad, es la angustia

dada por la decepción del hijo real, esta presenta descargas hacia el hijo de la realidad

quien toma la posición de objeto reemplazado ante la pérdida, es tomado como objeto al

que debe cuidar (forma de compensar la pérdida, de simbolizar su maternidad)

respondiendo de acuerdo a sus propias fantasías, induce respuestas en este y va a ubicar a

la enfermedad de tal manera que esta involucre a ambos, de esta manera creará un lugar de

dependencia frente al niño en el que este no puede sobrevivir sin ella -sobreprotección- .

Page 6: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Cargada de angustia ante esta situación la madre tomara actitudes de indiferencia o rechazo

frente a diferentes aspectos de su hijo porque no puede o no sabe dónde ubicarlo, estas son

las madres que se quedan con el hijo perfecto del imaginario quedando así imposibilitadas

para darse cuenta de la presencia de su hijo invidente; en acciones de querer salvar a su hijo

pueden estar encubiertas formas de rechazo hacia el hijo mismo, pues a partir de exigencias

sobre valoradas y atenciones desmedidas es que se diluye el lugar del sujeto con

discapacidad, para dar paso al hijo del imaginario; sin embargo es válido mencionar que

estás exigencias y demandas posibilitan por un lado, la exacerbación de habilidades, en la

medida en que alienta a la obtención de resultados que sobrepasan las capacidades del niño,

es decir, que se alienta a la vida, pero por otro lado también están las madres que no logran

formar un vínculo con sus hijos y lo invisibilizan por completo negándole la oportunidad

de constituirse como sujeto portador de deseo.

Para continuar con lo vinculado a las relaciones tempranas entre madre y bebé se

mencionará la investigación realizada Por María Eugenia Villalobos (2006) en la que se

busca identificar los elementos más significativos de los modos relacionales que se

instauran entre la madre y el bebé que le permiten a este último construir una percepción de

sí como sujeto psicológico; en las observaciones realizadas se evidencio que es el mismo

neonato en función de procesos de consciencia psicológica quien dirige su propio

desarrollo, lo que indica que se concibe al bebé como indiferenciado de la madre y a su vez

como agente que construye una organización del sentido de sí mismo con referencia a la

experiencia que se le ofrece (Villalobos, 2006)

Las acciones, gestos y actividades establecidas por estas diadas se caracterizaron por estar

teñidas de profunda emoción que se manifestaba en la alegría del encuentro expresada en

todo su gesto, a estas formas se le catalogaron bajo la categoría de investimento. Existen

dos clases de investimento, el interpersonal, en el cual la madre y el bebé focalizan su

atención el uno con relación al otro, en donde la madre interpreta las emociones del bebé e

incita a la interacción y él responde o el bebé con su comportamiento demanda atención y

acción por parte de su madre y el investimento del entorno, el cual es un momento en el

que la madre busca con sus acciones, que el bebé interactúe y aprehenda del entorno

(Villalobos, 2006)

En la investigación se encontraron regularidades en los actos de interacción como el abrazo

envolvente caracterizado por la emoción, el placer y el reconocimiento y a su vez la

respuesta corporal (acomodamiento del bebé) que facilitaba ese envolvimiento, la mirada y

atención fija por parte del bebé hacia la madre, la interpretación que realiza la madre de

Page 7: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

sonidos que emite el bebé y el reconocimiento de las diferencias en las manifestaciones de

su hijo, lo cual guía la acción y respuesta frente a este.

Con relación a lo anterior se mencionaron otros aspectos fundamentales presentes en la

construcción subjetiva del bebé, como la disposición biopsicologíca de este que le permite

orientar la actividad adaptativa como proceso de organización de su cuerpo, por otro lado

están las transformaciones en los modos de contacto que la madre realiza en función del

reconocimiento que hace de su organización, en el primer periodo predomina el

investimento corporal y el mantenimiento del contacto estrecho, en el segundo periodo se

dispone el regocijo de la interacción mutua y en el tercero se da un investimento del mundo

externo, la madre pone límites y favorece el contacto interactivo con las personas y objetos

de su entorno, respecto a esto, cuando el bebé explora en los objetos externos se puede

comprender un progreso en la construcción de sí que diferencia lo propio de lo externo

(Villalobos, 2006).

El aporte más significativo de esta investigación para el presente trabajo investigativo, es

que uno de los elementos fundamentales para que se propicie que el bebé realice un

investimento de sí y a su vez pueda investir a sus congéneres, es la interacción e

intervención del adulto, pues el bebé realiza significaciones de las experiencias que vive en

la interacción con los otros, especialmente con su madre, por tanto es de vital importancia

tener presente esos ofrecimientos brindados por el adulto, ya que es por medio de estos es

que se hacen participes de la construcción subjetiva del bebé, lo que le va a permitir a su

vez contar con intención comunicativa, hacerse dueño de la palabra en el seno de la

interacción.

De este modo también es válido resaltar que es el bebé quien construye sus experiencias a

partir de la significación que realiza de los ofrecimientos maternos y es él también quien

propone sus propias formas de relación que a su vez van siendo significadas por la madre

(Villalobos, 2006).

Estas interacciones primarias tienen un papel fundamental en la construcción de los signos

pre-lingüísticos en la medida en que posibilitan y ofrecen un acercamiento del niño a esas

convenciones que le van a permitir utilizar el lenguaje como expresión de sí mismo, Una

de las formas primarias de comunicación brindada al bebé, esta permeada por la

musicalidad y la danza, los performance que atraviesan el habla del adulto cuando se

dirigen a los pequeños, es el habla dirigida al bebe, HDB; en esta investigación realizada

por español, (2010) se presentó particular interés a esos efectos perlocutivos, es decir

receptores en el bebé ante estos ofrecimientos musicales del adulto, también busco

comprenderse la emergencia de la comunicación intencional pre-verbal, entendiendo que

Page 8: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

no hay que esperar a que se desarrolle la conducta lingüística, para que el bebé emprenda

conductas comunicativas intencionales sobre el adulto, y de igual forma se afirma que las

conductas locutivas del adulto son recibidas por los bebés, aunque no puedan ser

interpretadas de forma sintética y semántica, sí causa efectos en el destinatario.

El HDB presenta tonos agudos, mayores variaciones tonales y pausas más largas, es un

habla más rítmica, con frases cortas y bien segmentadas; éstas variaciones responden a

acomodaciones del bebé y varían según el momento de desarrollo en el que se encuentre, lo

que evidencia que este tipo de comunicación no es una forma fija sino que es un

comportamiento flexible que responde a lo que se quiera comunicar o demande el bebé, en

este sentido depende a su vez de la lectura que el adulto haga del niño y de los

ofrecimientos comunicativos que otorgue, el HDB favorece la adquisición de aspectos

semánticos y sintácticos, pues los padres tienden a usar un tono más alto cuando introducen

una palabra nueva y suelen situarla al final de la frase, el HDB -la exageración de

contornos melódicos, el alargamiento de las vocales, la elevación del tono, la marcación

rítmica, la repetición silábica, la acentuación de las palabras- facilita la adquisición del

lenguaje, pues permite obtener y regular el estado atencional, emocional y nivel de

excitación del bebé. (Español, 2010).

Para concluir, este articulo evidencia que en la diada adulto- bebé se comparten elementos

musicales pre-lingüísticos que corresponden a unidades holísticas de significado, el HDB

incluye el inter-juego con las conductas del bebé, varias modalidades sensoriales, por tanto

son ofrecimientos que permiten que ambos construyan juntos el sentido de lo compartido,

en el HDB se identifican rasgos poéticos que evidencian precisamente ese contenido

referencial que permite crear y mantener el estado de intersubjetividad primaria en la diada

(Español, 2010).

Partiendo del interés de ésta investigación, por comprender los elementos presentes en la

diada madre- bebé sordo favorecedores de la adquisición del lenguaje, específicamente el

uso simbólico del objeto, se retomará una investigación que pretende vislumbrar el

desarrollo del juego simbólico en niños sordos en comparación con el de los niños oyente.

El juego refleja el desarrollo cognitivo y socio afectivo del niño, el juego en niños

pequeños sigue una secuencia en el desarrollo, de forma que va aumentado en complejidad

con la edad desde formas que son claramente sensorio- motoras, hasta otras formas que son

claramente simbólicas (Navarro & Clemente, 1989).

La hipótesis de esta investigación asevera que la sordera profunda en la infancia afecta la

manifestación de acciones simbólicas a través del juego, pues se argumenta que la base

para simbolizar está ligada al desarrollo del lenguaje, por tanto, es esto lo que propicia que

Page 9: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

el niño pueda utilizar en el juego esquemas representativos, de imitación, de

conceptualización y de sustitución de la realidad concreta por otra imaginada.

En relación al juego simbólico en los niños sordos, éstos son capaces de realizar juego

simbólico, sin embargo, su nivel de organización y coordinación del juego es menos

maduro y avanzado que el juego de niños oyentes de la misma edad, el niño sordo no tiene

habilidad para realizar secuencias de juegos previamente planificadas, tiene dificultad para

sustituir objetos, se observa una clara preferencia por los juegos constructivos, lo que

significa, juegos en los que enlaza o rellena, es decir, juegos más mecánicos y solitarios,

que los juegos en los que tenga que incluir e interactuar con un otro animado (Navarro &

Clemente, 1989).

Gregory & Mogford (1981) exponen que la dificultad en los niños sordos para planear

secuencias largas y en sí para jugar simbólicamente radica en la dificultad para

comunicarse con los adultos y los iguales, esto limita la posibilidad de planificar y

desmejora el simbolismo presente en el juego.

Los resultados encontrados evidencian que los niños oyentes realizan más conductas de

descentración, es decir, que las acciones simbólicas se proyectaban sobre otros agentes y

objetos; y en relación con las acciones de auto-pretensión no se evidencio mucha diferencia

entre los niños oyentes y los sordos, pues ambos realizaron acciones sobre su propio

cuerpo, debido a que estás son las primeras conductas que aparecen en los comienzos de la

representación lúdica del niño (Navarro & Clemente, 1989).

En cuanto a la dimensión de integración se encontró que los niños sordos realizaron mayor

número de acciones simbólicas aisladas, estas acciones aisladas indican un nivel de juego

más primario, pues no logran construir secuencias largas a diferencia de los niños oyentes

que si logran organizar decenas de acciones integradas en un núcleo común (Navarro &

Clemente, 1989). Sin embargo, ante estos resultados, la investigación en curso se cuestiona

si esta dificultad para integrar en los niños sordos, puede deberse a que como no está

presente el otro que escuche e interprete las palabras y gestos del no hablante, en donde

pueda reflejarse y organizarse, resulta más cómodo relacionarse con el cuerpo propio, que

sí proporciona seguridad y sostén, en la medida en que no exige una organización de sí, en

la que se vean innumerables acomodaciones o secuencias frente a determinada situación.

Se evidenció en los niños sordos mayor dificultad para sustituir objetos por otros, lo que se

relaciona con su dificultad para representar lo ausente, pues ante la presencia de un objeto

ambiguo no siente ninguna invitación a realizar acción lúdica sustituta (Navarro &

Clemente, 1989) sin embargo, de acuerdo con los intereses de la presente investigación, se

Page 10: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

puede abrir el interrogante a la hipótesis de Navarro & Clemente (1989), pues las

dificultades para hacer sustituciones y representaciones ausentes, pueden estar vinculadas

con la relación pre-lingüística que establecieron con los objetos, a través de los

ofrecimientos del adulto, pues estos niños sordos, tienen iniciativa de uso, organizan un

juego aunque sea en secuencias aisladas, por tanto esto corrobora, que las acciones

simbólicas no están supeditadas a la aparición del lenguaje.

A continuación, se hará hincapié en esos primeros signos, que parten de la emoción y que

por tanto carecen de intención comunicativa, pero a su vez delimitan el curso de la

interacción entre la madre y el bebé, entendiendo que son la puerta de entrada, es decir que

corresponden con esos actos pre-lingüísticos que posibilitan la adquisición del lenguaje, en

especial, el uso simbólico del objeto.

Signos que crean el vínculo.

Uno de los misteriosos mecanismos de percepción que dan sentido a la relación y

significación inherente trasmitida en las acciones dadas en el vínculo entre la madre- bebé

es la sonrisa, este signo permite que haya una representación real de las fantasías

perfeccionistas que los padres implantan en él bebé incluso antes de que este nazca,

convirtiéndose entonces en una personita cargada de fantasías y expectativas. Las

representaciones imaginarias que los padres ponen en evidencia al comunicar las

significaciones atribuidas a las situaciones y manifestaciones sensoriales del bebé, inducen

en el otro -bebé- por medio de gestos significantes la modulación de ciertas conductas

(Cyrulnik, 1989).

La primera sonrisa, el primer llanto, la primera vez que se toma de la mano, mediatizan las

primeras interacciones fantasmaticas cargadas de sentido e interpretaciones, un ejemplo de

esta situación es cuando la madre interpreta que el bebé sonríe por que la reconoce o por

que le está halagando su labor de madre, y no asume que se trata de una sustancia química

que desencadena la sonrisa, con base en esa interpretación, la madre crea una adaptación

sensorial que responde a la señal del bebe, lo que indica que de su propia historia nace el

sentido atribuido a la sonrisa, tejiendo así el vínculo de apego mediatizado por el material

de la trasmisión de una emoción por medio de gestos, señales, actos o signos (Cyrulnik,

1989).

El hecho de que el bebé sea un “bebé en el vientre" y no un “feto” implica que tenga

competencias lingüísticas que permiten que perciba sonidos, el habla de su madre, las

caricias, olores, etc. De esta manera se recrean sistemas de señales que sostienen la

formación del vínculo, pues en esa interacción se manejan teorías de signos que les permite

Page 11: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

mantener una comunicación y una relación cargada de sentido, que permite significar e

interpretar la emoción o la intención del otro (Cyrulnik, 1989).

Entendiendo que es en la relación comunicativa en donde se da lugar a los acuerdos

intersubjetivos, el papel del otro adulto es determinante, en la medida en que es éste quien

le otorga un sentido posible a lo sensorio- motor, por tanto la acción psicomotriz se forma a

partir de la identificación en ese otro materno en el que podrá reflejarse y refractarse en una

escena donde ponga en juego su función como bebé y en este escenario cargado de

movimientos se dará paso a la interpretación en la que la madre otorgará sentidos al actuar

del bebé tomándolos como gestos que llevan un decir (Levin, 2008).

Maternidad como un hecho subjetivo.

Para Freud (1914) el narcisismo nace por el traslado de la libido del mundo exterior, al Yo,

es decir, por la sustitución de las investiduras de objeto como investiduras de un narcisismo

secundario que se consolida sobre la base de otro, para recaer sobre el narcisismo primario,

lo que quiere decir, sobre el cuerpo propio.

La relación que la madre establece con su bebé está determinada por la manera como

desplegué su libido sobre el objeto, en este sentido, las madres despliegan su amor sobre un

objeto, y este objeto es, “el hijo que dan a luz, el cual les enfrenta una parte de su cuerpo

propio, como objeto extraño al que ahora puede brindar, desde el narcisismo, el pleno amor

de objeto” (Freud, 1914). En este orden de ideas, en el interior propio se levanta un ideal

sobre el que recaen todas las exigencias y deseos narcisisticos, es decir, todas esas

sensaciones de perfección de las que alguna vez se gozó. Es así como la madre inviste a su

hijo de libido Yoica, de méritos, de sueños y de deseos, para sentir esa satisfacción que en

algún momento sintió.

Se dan tres condiciones subjetivas hacia el neonato por parte de la madre, las cuales marcan

la relación entre madre e hijo. En la relación Madre- hijo fantaseado se ve reflejada la vida

inconsciente de la madre en relación con su desarrollo sexual y las relaciones libidinales

que estableció con sus primeros objetos, esta relación es claramente particular debido a que

cada niño viene cargado con rasgos y características individuales. Cuando la madre

finalmente interactúa con el hijo, se va a dar una interacción fantaseada guiada por los

investimentos afectivos, identificaciones y proyecciones inconscientes reciprocas. Es en

ese momento en que se va a percibir al niño real y al niño fantaseado, la madre recibirá un

recién nacido idealizado durante el embarazo, y la acción de este niño vendría entonces a

romper o a estrechar el sentimiento de unidad (Reyes & Castro 1992).

Page 12: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

En cuanto al niño imaginario, éste es, en el discurso de la madre embarazada, su existencia

está supeditada a un hecho real, cultural y social, se trata de esos ideales narcisisticos que la

madre expresa mediante la palabra, declaraciones de lo que siente, su deseo de que sea niño

o niña, el nombre que tiene pensado para el bebé, la incertidumbre de saber a quién se va a

parecer, el imaginario de que nazca sano, lindo y completo (Reyes & Castro 1992).

En la relación entre madre e hijo real, todo está ligado al orden de la experiencia física, se

da el encuentro –parto- y la madre investirá a su hijo imaginario de particularidades que lo

ponen en una relación con su medio familiar y social, pero si el niño no corresponde con

las fantasías de la madre un duelo se hará presente, pues fue despojada de su completud,

pero si por el contrario si existe la correspondencia o aceptación del hijo real, la madre

“recuperará” su narcisismo truncado estableciendo una relación objetal con su hijo y a

través del amor a éste, recuperará una parte de sí, se amara a sí misma y es a partir de esta

relación que posteriormente podrá convertirse en un sujeto deseante (Reyes & Castro

1992). De esta manera el deseo se constituye a partir del otro, es una falta articulada en la

palabra y en el lenguaje, así es como los bebés quedan sujetos al deseo del otro –materno- y

es con la articulación del deseo con la ley y la castración del padre que él niños queda

liberado del goce del otro y se constituye sujeto.

La relación con la madre cumple un papel fundamental en la estructuración y organización

psicológica de hombres y mujeres, ya que fue el primer otro con quien se estableció una

relación de amor, de deseo, una relación humanizante y civilizadora, la cual es la base de

futuras identificaciones y elecciones de objeto, pues el hallazgo de objeto no es más que un

retroceso al pasado, un deseo de sentirse perfecto de nuevo.

Del niño idealizado al hijo de la falta

Los rituales repetitivos de aseo, alimentación y juego hacen parte de los primeros

intercambios que ayudan al bebé a construir sus primeros esquemas de intercambio social,

es a través de estos esquemas de juego organizados por la madre para relacionarse con su

bebé, que se va dando paso a situaciones comunicativas en las que el bebé empieza a

anticiparse, a tomar iniciativas y a contemplar las reacciones de la madre para tomar el

papel que inicialmente ella realizaba como interprete y otorgadora de significados ante las

diferentes conductas.

Cuando la madre atribuye intenciones a los gestos del niño, favorece que esté manifieste

intensiones comunicativas reales posteriormente, por tanto, este se convierte en un paso

anticipado a la adquisición del lenguaje, sin embargo, un vínculo formado con condiciones

de discapacidad, tiene la incidencia de la significación emocional sobre el diagnóstico, de

Page 13: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

esta manera, los cuidados se ven permeados por ese sentido otorgado a la sordera,

generando el fortalecimiento de adquisiciones comunicativas, o por el contrario

obstruyéndolas (Espinosa, 2003).

La actitud de la madre suele ser más controladora cuando sabe que el bebé es sordo,

tomando la mayor parte de las iniciativas y asumiendo un papel más directivo, dejando

poco espacio para que el bebé interprete o signifique sus acciones o respuestas, para que de

este modo se favorezca la manifestación de intenciones y el acceso a lenguaje. Por otro

lado, la falta de audición del niño junto a la falta de respuestas ante la voz materna puede

provocar en la madre sentimiento de angustia y deseo constante de que su hijo se

comunique y aprenda lo que saben los niños de su edad (Espinosa, 2003).

Cuando la madre utiliza sistemas alternos a la comunicación auditiva – verbal ejerce menos

control en las interacciones con el bebé, pues de esta forma ofrece lo necesario para la

adquisición de un medio de comunicación, la madre en este caso respeta los turnos y los

niños sordos encuentran un medio a través del cual pueden compartir información, de esta

forma utilizar ambos modos de comunicación simultáneamente (oral y signada) posibilita

una comunicación más natural entre madre e hijo, generando de esta manera que la

ansiedad disminuya (Espinosa, 2003).

Se evidenció en una madre sorda signante4 en interacción con su hijo sordo, que ésta se

centraba en conseguir en el niño un buen nivel de atención visual para poder sustentar

posteriormente la lengua de signos, se observó también en esta investigación que las

madres oyentes hablan de forma continuada a sus bebés y las madres sordas por el

contrario les signan poco a sus hijos, utilizando con mayor frecuencia juegos vocálicos y de

entonación.

Cuando el bebé ha desarrollado notablemente su atención visual, la madre empieza a

utilizar signos aislados para denominar los objetos, modificando el movimiento y el lugar

en el que se realiza el signo, pues el movimiento signante se alarga en el tiempo y el uso de

espacio es mayor, las madres realizan frases simples a través de signos amplios y bien

estructurados conforme crece la capacidad visual del niño, (Espinosa, 2003). Esta conducta

de la madre frente a su hijo sordo podría entenderse como la entonación, la rima y las

repeticiones que la madre oyente utiliza al hablarle a su hijo oyente.

Algunas de las estrategias utilizadas por los padres sordos al comunicarse con sus hijos

sordos consisten en atraer la atención mediante el contacto físico, tocarle el brazo, la pierna

4 Signante: Persona que utiliza la lengua de señas o lenguaje de signos para comunicarse, es decir, que la

comunicación es a nivel gesto-espacial, por tanto, supone la percepción visual.

Page 14: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

o el hombro suavemente, para que él interprete que cuando se le toca es porque se le quiere

comunicar y que por lo tanto no se puede iniciar comunicación si no hay contacto visual.

Por otro lado estos padres tienen en cuenta la dificultad de su hijo en relación a la atención

dividida, por tanto al comunicar realizan una secuencia de acciones que garantice que el

niño reciba la información que se le transmite completa, esta secuencia guía al niño desde

la persona – signando el nombre del objeto- al objeto y nuevamente a la persona – cuando

ya se signa aquella información sobre el objeto que se quería transmitir- de esta manera se

coordina lo que se dice con lo que se mira, se busca que el niño dirija la mirada y el

contactar visual, para favorecer así el desarrollo del lenguaje. (Espinosa, 2003).

El papel del objeto en la adquisición del lenguaje.

Se comprende que la madre es el primer objeto interpretado y comprendido por el niño, y a

su vez es en el seno de ésta interacción que se da paso al reconocimiento de los demás

objetos del mundo, pues es allí en donde se presentan las propiedades sociales de uso del

objeto, lo que permite abordar ese desarrollo ontogenético del lenguaje, reconociendo que

las primeras adquisiciones comunicativas del bebé se desarrollan en torno a esas

interacciones tríadicas adulto- sujeto- objeto, en las que inicialmente el adulto es quien le

presenta ostensivamente el objeto en su uso convencional al niño, incluyéndolo así, dentro

de los acuerdos intersubjetivos sociales, que posteriormente le van a posibilitar darle un uso

simbólico al objeto (Rodríguez, 2006).

La influencia de Piaget y la consideración del sujeto activo como constructor de su propio

pensamiento, pero alejado de las convenciones y significados de los otros, es decir, un

sujeto individual que se transforma a sí mismo y al medio en el que se desarrolla; incidió

en la exclusión y banalización del objeto, reconociéndolo desde sus propiedades innatas,

materiales y físicas, dejando de lado sus múltiples usos y funciones dentro de la vida

cotidiana y a su vez se relegó la importancia de este objeto cargado de cultura para la

aparición de los usos simbólicos, puesto que no se da lugar a las interacciones

comunicativas en las que el adulto le presenta dichos artefactos sociales al bebé, lo que le

permitirá formar acuerdos comunicativos y representacionales (Rodríguez, 2006).

En relación con las interacciones guiadas por el adulto, es pertinente resaltar el papel activo

que tiene el bebé dentro de esas interacciones, pues es el adulto quien se adapta y quien

presenta el objeto controlando su postura, su tono de voz y sus gestos dependiendo del

objeto y del momento de desarrollo del niño o niña, lo que supone una acomodación a las

exigencias y necesidades del bebé, por tanto las relaciones dependen de dos sujetos que

interactúan a través de mediadores pre- lingüísticos en torno a un objeto o situación, en

este sentido, se comprende que la intervención materna dentro de la pausa (provocación del

Page 15: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

bebé), genera a su vez nuevos acomodamientos ante la succión, lo que evidencia una

actuación por turnos y contingencia mutua, que permite que el niño vaya haciendo un

reconocimiento de objetos manipulables diferenciados de su cuerpo, en la medida en que se

reconoce a sí mismo como agente, lo que a su vez posibilita que vaya adquiriendo la

intencionalidad dentro de los usos simbólicos, en la medida en que reconoce al objeto

como fuente de actividad externa. Kaye (citado por Rodríguez, 2006).

Es en este sentido, que se hace posible reconocer el papel del objeto dentro de esa primera

relación pre- lingüística en torno al objeto, entre la madre y el bebé, pues es así como se

clarifica la importancia del contexto (en torno a qué se está llevando a cabo la

comunicación) para que haya un significado dentro de la interacción, para que se pueda

comprender el sentido de un gesto no basta con los dos sujetos, es necesario considerar al

referente- objeto; el cual se ha dejado sin definición clara durante un largo tiempo, lo que

ha evitado que se haga una comprensión del para qué señala el niño, es decir que la

banalización del objeto ocasiona la perpetuación de estudios en donde lo que importa es el

señalar, pero no, lo señalado (Rodríguez, 2006).

Es importante tener presente que en este proceso de construcción de interacciones tríadicas

en las que el niño toma la iniciativa de uso, después de los ajustes, intervenciones y

modulaciones que hace el adulto, el niño se vale de estrategias que le permiten adquirir

esos acuerdos intersubjetivos convencionales, una de esas estrategias consiste en la

imitación, la cual no es ni mecánica ni una simple copia, consiste en actuaciones o

imitaciones llevadas a cabo con una finalidad, es decir que la imitación tiene una función

para el niño o niña, alejándose así de un lugar pasivo y automático dentro de la interacción,

pues aunque la asimetría entre el adulto y el bebé es evidente, la relación supone una

acomodación de ambas partes en la medida en que se van formando los acuerdos

comunicativos (Rodríguez, 2006).

De los gestos indíciales al uso canónico y simbólico

Las convenciones no son fijas, varían, son históricas, incluso las más evidentes para una

época dada, no lo son para otra, pues una convención surge del acuerdo intersubjetivo entre

dos personas que han interactuado en torno a un objeto dándole esos usos o funciones

consolidados a nivel cultural; para llegar a darle el uso simbólico al objeto, se requiere de

ese acompañamiento de adulto que presente al objeto en su uso convencional para que así

el niño vaya modificando los usos desde niveles más indiferenciados hasta otros de tipo

convencional, en donde los signos empiezan a tener vida en el seno de esa comunicación,

es aquí cuando el niño ya cuenta con una intención comunicativa en la que reconoce al otro

como interprete, abriendo lugar así, a la triadicidad (Rodríguez & Moro, 1999).

Page 16: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Los mediadores semióticos desempeñan un papel esencial en la interacción entre el adulto

y el niño y su interacción alrededor del objeto, estos son los gestos, vocalizaciones o

bastones semióticos comunicativos que les develan paulatinamente el enigma de los usos

establecidos culturalmente a los niños, se trata de esos recursos representativos de los que

se valen los adultos para presentar al objeto en su uso, por tanto se entiende que está

adquisición va desde los actos comunicativos indíciales, es decir, desde momentos en los

que se emplean sistemas pre-lingüísticos sin intención comunicativa, hasta la aparición de

actos comunicativos con intención de uso simbólico, lo que quiere decir que los niños se

apoyan en esos batones de comunicación para entrar a los significados simbólicos

(Rodríguez & Moro, 1999).

En los primeros meses de vida, los niños aún no dan un uso canónico a los objetos, debido

a que no cuentan con las herramientas semióticas para hacerlo, en esta etapa le dan a los

objetos “usos primitivos o no canónicos”, aquí el niño hace con el objeto lo que

físicamente le permite, es decir, cualquier cosa -los chupa, lo tira, lo mira, lo huele, expresa

emociones- , son los usos más alejados de los convencionales, en esta etapa no es común

que el niño tome iniciativa en el uso, pues aún no cuenta con semiosis previas de los usos;

a medida que el niño va interactuando con los cánones culturales, se da paso a las

“premisas de los usos convencionales”, en esta etapa el niño utiliza el objeto de manera

más dirigida y precisa, lo señala o sigue la acción del adulto sobre el objeto con la mirada,

y finalmente cuando le da un “uso canónico” el objeto es utilizado como se usa

convencionalmente, se empiezan a consolidar signos en situaciones más distales, se

evidencia en el niño intencionalidad en las situaciones comunicativas hacia el objeto, aquí

el objeto empieza a ser referenciado en una presencia simbolizada, pues viene a tener un

uso simulado de otro uso que si es convencional (Rodríguez & Moro, 1999).

Cómo ya se mencionó, los mediadores comunicativos son esas acciones de los adultos

sobre el objeto que le permiten al niño relacionarse con éste, e ir pasando desde esos “usos

no caninos” hasta el “uso canónico” del objeto, por tanto, se presentaran las formas

demostrativas que utilizan los adultos; la primera consiste en las “Demostraciones

distales” (D.D) en las cuales el adulto realiza una demostración en sí mismo como modelo

sin valerse de la mano del niño, en este tipo de demostración los adultos tienden a utilizar

con mayor frecuencia gestos faciales y corporales por encima del lenguaje verbal, éste tipo

de demostración ha permitido generar en el niño un “efecto imán diferido” el cual consiste

en que el niño sigue en una especie de réplica, la huella dejada por la acción del adulto, así

el lugar en donde se realiza la acción se convierte para el niño, en la dirección o lugar

seleccionado para actuar (Rodríguez & Moro, 1999).

Page 17: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Los adultos también utilizan “demostraciones inmediatas” (DI) en las cuales se pone en

uso el objeto directamente, el niño interactúa con él en un acercamiento más corporal;

también se valen de las “ostensiones” con las que el objeto es mostrado intencionalmente,

de acuerdo a como se utilice la ostensión puede cumplir una función atencional más que de

uso, sin embargo, si el adulto presenta la ostensión ofreciendo el objeto para que lo coja,

más allá de que el niño solo lo mire, lo estará invitando a tener una interacción directa con

el objeto, la cual posibilita la emergencia de significados (Rodríguez & Moro, 1999).

Finalmente están los “gestos de señalar” el cual es el gesto más puro, en la medida en que

se presenta de manera aislada y distante del objeto, lo que exige un nivel más complejo de

interpretación, sin embargo cuando los padres utilizan este mediador, lo hacen

acompañándolo de “redundancias” para facilitar la comprensión sobre el uso del objeto;

las redundancias pueden ser de tres tipos; “inmediata”, que es cuando el gesto toca lo

señalado, “múltiple”, es cuando el gesto mismo se repite y finalmente la “icónica” en la

cual el gesto reproduce las características de lo señalado. En este sentido, es posible que los

padres se valgan de un conjunto de signos que pertenezcan a diferentes niveles semióticos

y a distintos niveles de complejidad de manera simultánea, por ejemplo, a estos vínculos

semióticos se les conoce como “estelas” y su utilización facilita la comprensión de signos

nuevos.

Metodología

Tipo de estudio

Es exploratoria y descriptiva, ésta investigación propone un estudio cualitativo, pues busca

cualificar la incidencia de la maternidad como hecho subjetivo, en los ofrecimientos

semióticos posibilitadores de la adquisición del uso simbólico del objeto. La principal

herramienta de investigación fue la observación y el registro fílmico.

Procedimiento

Las observaciones se realizaron en un solo momento de la vida del bebé comprendido entre

los 6 y los 9 meses de vida, esa cualificación de la construcción del uso simbólico del

objeto se hará teniendo como referencia el experimento de Cynthia Rodríguez y Cristian

Moro en el cual se parte de la óptica pragmática que se refiere tanto a la comunicación

entre el adulto y el niño como a la evolución de los usos de los objetos por parte de ambos

en el seno de la interacción, este experimento a su vez permite ver la relación pre-

lingüística del niño con los objetos, entendiendo a través de esto que el lenguaje no es

solamente un acto de palabras, sino que tiene que ver con la construcción del objeto en

tanto fuente de uso y fuente de deseo.

Page 18: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Se escogieron cuatro momentos para ser observados: Rituales de aseo, espacio de

alimentación, momento espontaneo, interacción con el objeto (teléfono y bus).

Instrumentos

El material utilizado será un teléfono de plástico y un bus de legos (juguetes) estos objetos

son de uso habitual en nuestra cultura, es de uso fácil y mantiene el interés del niño durante

el periodo de recogida de los datos, otro criterio para elegir el teléfono es que como los

niños aun no hablan, con mayor frecuencia se utilizará de manera simbólica, estos dos

objetos tienen variedad de usos convencionales, por tanto se estableció que se tomará como

uso simbólico, utilizar el teléfono para llamar y el bus como medio de transporte que se

mueve.

Sujetos participantes

Estudio de caso: de una madre y su bebé sordo, las intenciones son comprender las

características únicas de esta interacción, más no hacer algún tipo de comparación o

generalización, por tanto, no busca extraer condiciones de causa y efecto, sino que por el

contrario, comprender las condiciones particulares del caso, describirlas y analizarlas.

El bebé fue diagnosticado con hipoacusia profunda bilateral desde los tres meses de edad,

sin embargo su madre no aceptaba este diagnóstico, por tanto continuó con estudios en

diferentes clínicas, hasta que a los 7 meses con los resultados de una resonancia nuclear

magnética, se dictaminó como definitivo el diagnóstico de sordera y adicionalmente se

hicieron evidentes dificultades motoras con causas neurológicas; la madre continuó

asistiendo a las rehabilitaciones y terapias auditivas con su hijo, lo que le exigió dejar su

trabajo, pues esta situación le demandaba gran cantidad de tiempo; por otro lado el padre es

policía y permanece poco tiempo en casa y en los procesos de J.

CATERGORIAS SUBCATEGORIAS DESCRIPTORES

Mediadores semióticos

ofrecidos en la interacción.

Bajo esta categoría se pretende

comprender qué interacción

favoreció la madre en relación

a los objetos, teniendo presente

que tipo de mediadores utilizó

para presentar el objeto en su

uso.

Mediación por

demostración distante

(DD)

Demostración inmediata

(DI)

Ostensiones.

Gestos de señalar.

Redundancias.

Estelas.

-Momentos en que la madre presenta y le

demuestra el uso del objeto al niño.

-Acciones y gestos que realiza la madre

para para generar contacto físico y visual

con el objeto.

Page 19: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Habla dirigida al bebé

(HDB)

Uso del objeto

Cómo se posiciona el bebé

frente al objeto en relación con

los ofrecimientos tanto

semióticos como maternos y

qué posibilidades tiene para

darle un uso simbólico al

objeto, en tanto este le brinda

posibilidades pre-lingüísticas

para adquirir el lenguaje.

Usos primitivos o no

canónicos

Premisas de uso

canónico

Uso canónico.

- Momentos en que el bebé fija la atención

sobre el objeto.

- Respuestas frente a las propuestas de la

madre.

- Intenciones del bebé para agenciar el

gesto.

-Manifestaciones de uso por parte del bebé.

La madre frente al hijo con

discapacidad auditiva.

Entendiendo que el adulto es

quien ofrece al niño el objeto

en su uso y a su vez le brinda

ofrecimientos para que tenga

un desarrollo psicológico y una

organización de sí, en ésta

categoría se pretende indagar

cómo se posiciona la madre

subjetivamente frente a las

demandas de su bebé sordo

para brindar ofrecimientos

semióticos que posibiliten el

uso del lenguaje.

Posición de la madre

frente al bebé.

Qué lecturas realiza de

las demandas de su hijo.

Qué lugar privilegia para

el bebé

- Significaciones de la discapacidad

(Rechazo como subsidiario de la negación).

- Respuestas interpretativas frente a las

demandas del bebé. (Reconocimiento de

las necesidades del bebé, modos de

comunicarse).

- Demanda atención del bebé.

Resultados

Categoría 1: Mediadores semióticos ofrecidos en la interacción

En la interacción tríadica madre- sujeto- objeto se establecen acuerdos intersubjetivos en la

medida en que el bebé va interpretando y asumiendo como propios los ofrecimientos

semióticos que le da su mamá, por tanto los mediadores semióticos comunicativos son esas

representaciones ostensivas que hace la madre alrededor del uso del objeto, que le permiten

al niño interiorizar las convenciones y significados compartidos para comunicarse, algunos

de esos mediadores son las vocalizaciones, entonaciones, gestos, señalamientos,

movimientos, y en general formas comunicativas que le van permitiendo al niño adentrarse

en los significados simbólicos.

En esta medida, se develaran los mediadores utilizados por la madre con su hijo sordo en el

seno de la interacción, en torno al objeto; la madre hizo demostraciones inmediatas del uso

Page 20: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

del objeto, pues lo presenta directamente sobre el cuerpo del bebé; también utilizó

ostensiones en las que pretendía que el bebé tomara el objeto, es decir que agenciara el

gesto para alcanzarlo y usarlo, más allá de que solo lo mirará, esto lo logró, al repetir el

gesto durante algunos segundos, moviendo de un lado a otro el objeto, invitando a que el

bebé se posicionará y orientará su cuerpo hacia los ofrecimientos dados; se evidencia que la

mamá favoreció una interacción cargada de sonrisas y prosodia y ante esto él bebé

respondió aquietando su cuerpo en señal de atención plena, lo que muestra un progreso en

la organización de sí, como respuesta a los objetos y personas externas a su cuerpo.

La mamá le ofrece un muñeco a su bebé, quien se encuentra acostado en la cama, lo mueve

repetidas veces, lo pone sobre el pecho del niño, y simultáneamente le habla en un tono suave y

con musicalidad, le pregunta si le gusta el muñeco y le dice que lo mire; ella se lo presenta con

movimientos mientras el bebé mira y sonríe, al final de la interacción, le ofrece el muñeco para

que lo coja, y el bebé lo toma con sus manos y lo lleva de un lado a otro, en ese momento la

mamá le pide que se lo pase en sus manos y lo toma agradeciéndole el gesto a su hijo, enseguida

se lo ofrece de nuevo para que el bebé lo tome y cuando este lo recibe, la madre aplaude y emite

gestos faciales exagerados ante la acción del bebé, el niño le mira fijamente el rostro y ante esto la

mamá le pregunta con un tono rítmico que si quería ver televisión y la enciende finalmente. (Obs.

1. Diada madre-bebe, momento espontaneo. Min. 13,23)

La madre utilizó exageración de contornos melódicos, elevación del tono, repetición

silábica, en definitiva, sus recursos para presentarle el juguete a su bebé estuvieron

marcados por modelaciones del habla, pero estas a su vez se acompañaban de

exageraciones en los gestos y rasgos prosódicos, lo que favorece la interacción en el caso

del niño sordo, para quien el contacto visual se convierte en el principal modo de

comunicación pre-verbal, es de esta manera y a partir del contacto físico que el niño puede

ir integrando experiencias, otorgándoles sentido para crear así sus acciones.

Sin embargo estos ofrecimientos cargados de vocalizaciones, miradas compartidas y

orientaciones del cuerpo, fueron disminuyendo cuando las pruebas diagnósticas de la

sordera fueron haciéndose evidentes, pues a los 7 meses de vida del bebé, se confirmó que

tenía hipoacusia profunda bilateral5, por tanto ya no existía posibilidad de que escuchará

algo, ante esto se evidenció que la madre empezó a dar ofrecimientos directivos que no

daban espacio a que el bebé interpretará y actuará en respuesta, pues aunque si continuaba

adjudicando significados al comportamiento del bebé, no se detenía para ver los estados

verdaderos de éste, actuaba de manera apresurada, lo que obstruía la participación activa

del bebé en la interacción, provocando a su vez dificultades en la construcción de acuerdos

comunicativos que le permitan al niño introducirse al lenguaje.

5 Hipoacusia profunda bilateral: perdida de la audición por afección en el oído interno, lo que indica daños a

nivel neurosensorial.

Page 21: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

La madre le muestra el bus de juguete al bebé, quien no es capaz de sostenerse sentado, ni de

sostener su cabeza, por tanto permanece acostado, la mamá le abre espacio y le pregunta que si

quiere rodar, seguidamente le presenta una pelota que suena para llamar su atención hacia el

objeto, y simultáneamente ofrece tres pelotas más, entre estas una que alumbra, pero se las pone

todas de manera rápida y con poca distancia del cuerpo del bebé, el no alcanza a verlas,

entonces se queda moviendo sus pies y no mira hacia la acción de la madre. (Obs. 7. Diada

madre- bebé, momento espontaneo, min. 1,03 seg. – 2,08 seg)

Las dificultades motoras que se evidencian en la imposibilidad de sentarse, corresponden

con los ofrecimientos de la madre, los cuales en este caso no coadyuvan a que el bebé tenga

una sensación se unidad, pues al no tener el espacio para actuar sobre los objetos ofrecidos,

se disminuye de igual forma, la oportunidad para tomar consciencia del cuerpo propio y a

su vez de las intenciones comunicativas del otro, por tanto no cuenta con experiencias

vitales que lo inviten a significarse a sí mismo, lo que dificulta la posibilidad de formar

acuerdos intersubjetivos en la etapa pre-lingüística, para posteriormente formar una

relación simbólica con los objetos, pues si no existe una relación con sí mismo, no podrá

integrar la intención del otro al comunicarse sobre el objeto.

Tras la confirmación del diagnóstico se evidenciaron disposiciones ambivalentes por parte

de la madre alrededor de la interacción, pues en ocasiones daba ofrecimientos que

posibilitaban un ambiente fortuito para que el bebé respondiera a las demostraciones dadas

y agenciara el movimiento hacia el objeto, sin embargo, estos se veían obstruidos con la

angustia que se percibía en está madre, pues realizaba acciones en donde buscaba que su

hijo hablara e hiciera cosas que hacen otros niños de su edad, brindando información con

entonaciones verbales que se presentaban de manera continua y sin entablar un contacto

visual, lo que no favorece la interacción en el caso del niño sordo, pues se le dificulta

alternar su atención, entre la persona que habla y el objeto mostrado, por tanto la

presentación debe darse en tiempos alternos y con demostraciones espaciadas,

posibilitando que el bebé reciba la información de ambas partes.

El bebé esta acostado y la mamá está sentada a un lado, por la parte superior de la cabeza del

niño, por tanto, no la puede ver, el bebé está tocándose sus dedos y la mamá empieza a contar los

números con un tono de voz rítmico, el niño continúa tocando sus deditos uno por uno, y

enseguida la madre le dice “está contando sus deditos, diga uno, dos, tres…” (Obs. 6. M. Diada

madre- bebé, momento espontaneo, 0,03)

La madre utilizó demostraciones semióticas inmediatas, pues estaba jugando con el

objeto sobre el cuerpo del bebé, lo que es fortuito en el caso del niño sordo, pues el

contacto físico, le da señal de que algo se le va a comunicar y ante esto se pone en alerta

dirigiendo la mirada hacia su mamá, sin embargo este mediador utilizado no invita al

niño a interactuar con el objeto directamente, lo que obstaculiza el camino hacia las

Page 22: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

convenciones de uso, también se evidencia cómo fueron apareciendo demostraciones

distantes a través del habla, lo que poco a poco ocasionó la retirada del niño frente al

ofrecimiento.

J. se encuentra acostado y la mamá está en frente de él, inicia a presentarle el objeto, colocándolo

sobre el pecho del bebé y usándolo como medio de transporte emitiendo a la vez sonidos de

autobús “bum bum”, él bebé mira fijamente la cara de su mamá, mientras ella juega sobre su

cuerpo con el bus, cuando el niño retira la mirada, la mamá le pregunta y le dice “haga como el

carrito, haga como el carrito, haga como el carrito” tres veces consecutivas, el bebé continua

acostado mirando hacia el techo… (Obs. 8. Diada madre- bebé, interacción con el bus, (00,2 seg –

4:00)

El registro lingüístico utilizado por la madre, estuvo acompañado de diferentes registros

semióticos, como las ostensiones de uso en las que ofreció el objeto al bebé con

modelaciones en el aire y vocalizaciones, es decir demostraciones distantes, que

permiten al bebé tener un registro visual más amplio y dirigir su mirada al uso que la

madre le estaba dando al bus, lo que indica un uso primitivo del objeto, pues no hay

intenciones de realizar una práctica canónica, J. se quedó en varias ocasiones en gestos

erráticos, es decir en la iniciativa, pero estas eran obstruidas por el ofrecimiento

inmediato de su madre.

La cantidad de mediadores utilizados favorecieron la aproximación al uso del objeto, en la

medida en que el niño mostro interés con la mirada dirigida hacia la acción de su madre

sobre el objeto, sin embargo también son evidencia de la insistencia en los aprestamientos

dados por la madre en el seno de la interacción, los cuales a su vez, delimitan cierto tipo de

respuestas poco interactivas, pues J quedaba inmóvil siguiendo con la mirada la acción de

su madre, ya que cuando tomaba el objeto, aparecía de nuevo otro ofrecimiento que

obstaculizaba la iniciativa de uso, en este sentido, el espacio que le daba su madre para

responder corresponde con su acción poco agenciadora.

Él bebé toma el bus para manipularlo y mirarlo, la madre continua haciendo la misma acción con

el bus sobre el cuerpo del bebé durante algunos segundos, hasta que el bebé toma el carro con su

mano y lo sostiene en el aire, en este momento la mamá toma otro bus y hace la simulación de su

uso en el aire alrededor de la mano del bebé con el carro, y esta vez el bebé concentra su mirada

en la acción de la mamá, esta acción en el aire se repite tres veces más hasta que el bebé retira la

mirada por completo Obs. 8. Diada madre- bebé, interacción con el bus, 00,2 seg – 4:00 min)

Page 23: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Categoría 2: Uso del objeto

Ante los mediadores comunicativos ofrecidos, el bebé asume una postura de acción,

acomodación o respuesta en torno a los ofrecimientos de la madre, con relación a estos se

puede dilucidar la etapa de construcción del símbolo en la que está el niño, pues se

entiende que es en esa interacción convencional con el objeto, que va apropiándose de los

usos canónicos que posteriormente le van a permitir hacer sustituciones simbólicas de los

objetos, por tanto en esta categoría se caracterizarán esas respuestas o usos que hace el niño

del objeto, en el seno de la interacción tríadica.

Sus actuaciones alcanzaban un nivel icónico, es decir, demostraciones emocionales ante la

presencia del objeto, dirigía la mirada y movía sus piernas y brazos de un lado a otro, en

ocasiones balbuceaba respetando turnos con su madre, pero no trascendió de este uso

indiferenciado, sin embargo, en este momento, reconocía más la presencia de su madre y

respondía con actos poco convencionales, pero era un escenario pre- lingüístico, en el que

se favorecía el reconocimiento y la constitución de sí, en la medida en que orientaba su

cuerpo en respuesta a la acción de la madre sobre el objeto, lo que favorece la construcción

de acuerdos intersubjetivos en torno al objeto, para introducirse en significaciones

simbólicas.

La madre le presenta un juguete de Mickey Mouse, se lo muestra en el aire, justo en frente de su cara,

el bebé se encuentra inclinado, casi sentado, sostenido por las almohadas, ante la presencia del

juguete se ríe y mueve sus piernas, mientras lo coge con sus manos, la madre le dice que lo vea y

empieza a mover el muñeco por todo el cuerpo del bebé para hacerle cosquillas, el bebé se mueve

mucho, mira a su madre, emite sonidos y suelta el juguete (Obs. 4. Diada madre- bebé. Momento

espontaneo, min 0,04- 1: 43).

En la interacción con el teléfono, el bebé se encontraba acostado, aún no lograba sostener

su cuerpo sentado, pues la madre había dificultado esta conquista con los ofrecimientos

envolventes en los que no se daba espacio para que J. agenciara el movimiento y tomara

consciencia de él, como se observó en la anterior categoría; esta postura favorecía el

contacto visual con los gestos faciales de la madre, sin embargo no permitía que él bebé

estableciera un contacto de uso con el objeto, pues se lo puso en sus manos directamente y

luego sobre su oreja, no hubo invitación a que agenciara el movimiento, ella actuaba con el

teléfono y ante esto el bebé solo dirigió la mirada hacia el objeto y lo tomo en sus manos,

lo que indica un uso primitivo, es decir un uso aislado de convención, pues realizó con el

objeto lo que físicamente le permite, lo miró y lo tomó, no existía una conexión entre gesto

comunicacional y uso, el niño aún no contaba con semiosis para realizar ésta relación.

Page 24: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

En esta ocasión él bebé también se encontraba acostado, la mamá le muestra el objeto en el aire,

de tal manera que quede ante la cara del niño, lo hace sonar halando la cuerdita y

simultáneamente le dice “mira tan bonito”, se lo acerca a las manos del niño, este lo toma y la

mamá enseguida toma la bocina y se la coloca en la oreja diciéndole a J. “ diga Aloo, Aloo” el

bebé toma la bocina, la aleja de la oreja y se queda con el teléfono en la mano hasta que se le cae,

luego la mamá vuelve a tomarlo y se lo da al niño diciendo “Aloo” y el niño se detiene a mirarle

la cara y luego mira solo la bocina. (Obs. 8. Diada madre- bebé, interacción con el teléfono, min.

2,59 – 5.00)

Se evidencia cómo a medida que pasa el tiempo se van diluyendo las intervenciones del

bebé dentro de la interacción, cada vez son menos las iniciativas de uso y las iniciativas de

relación por parte de J, pues también cada vez se hacía más presente el diagnóstico y ante

esto la madre asumía ciertas formas de dirigir la relación, en las que el niño tenía poco

espacio para responder. La madre captaba la atención del bebé hacia el objeto, sin embargo

el bebé no realizaba exploración o acomodación de posturas en respuesta a las

demostraciones que se le daban con la bocina en su oreja, lo que es señal de que no

comprende las propuestas de su madre, no había un reconocimiento de la intención

comunicativa del otro, por esto no se evidencian en el niño intenciones comunicativas o

iniciativas de uso convencional.

Categoría 3: La madre frente al hijo con discapacidad auditiva

La madre dio ofrecimientos semióticos y relacionales que direccionaron la relación con su

hijo sordo y a su vez la posición que éste tomo como sujeto en el seno de los

aprestamientos ofrecidos, en este sentido se dilucidarán, los posicionamientos subjetivos de

la madre con relación al diagnóstico, se caracterizarán los aprestamientos dados desde la

óptica del sentido construido frente a la discapacidad.

Se evidenció una relación cargada de exigencias e ideales narcisisticos, un hijo a quien se

le brindaban mediadores comunicativos verbales, con poca presencia gestual, sus juguetes

eran atractivos porque emitían sonidos y el pasatiempo ofrecido, era ver y escuchar

televisión, pues la madre manifestaba que J. disfrutaba mucho viendo programas animados

y todo el tiempo le cantaba canciones correspondientes a los programas televisivos, por

tanto era una relación en la que no se daba paso al hijo real con discapacidad auditiva.

La subjetividad de la madre estaba puesta en sus ofrecimientos, su deseo de un hijo sano y

completo, estaba latente en las interacciones propuestas, el bebé venía a ocupar el deseo de

su madre, sin embargo este deseo no encontró lugar para desplegarse, la madre tuvo que

amarse a través del cuidado desmedido y sobre-acogedor en el que le daba todo a su hijo,

pero a su vez, le exigía respuestas correspondientes con sus fantasías, pues J. dejo de existir

en la interacción, ahora tomaba el lugar del hijo deseado, más no de hijo real con

Page 25: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

discapacidad, lo que directamente dificultó una construcción de una relación del nosotros,

en la que el niño pudiese posicionarse como portador de una palabra con intención.

La madre no lee las respuestas de retirada de su hijo ante el ofrecimiento, el cual estaba

sobrepasando los intervalos interactivos que el bebé puede soportar, no estaba dando lugar

a las manifestaciones de su hijo, ella hace, actúa, propone y se responde sola en una

relación de excesiva compensación en la que no lo incluye, por tanto no estaba permitiendo

que el bebé tomara una posición agenciadora dentro de la interacción, lo que da sentido a la

poca respuesta con relación a los objetos, pues para que exista un reconocimiento del

mundo externo, debe existir una significación de sí, la cual se sostiene en el marco de una

relación que favorezca la construcción de la subjetividad, en la medida, en que se le

permite al niño significar la experiencia ofrecida, es decir, tener la oportunidad de expresar

la intención propia, en la medida en que se refleja en otro, que le reconoce.

La madre acomoda a su bebé en frente suyo, coloca cojines y almohadas para que el bebé quede

en posición sentado, le dice que le va a dar compota y que está muy rica, procede a darle la

primera cucharada y simultáneamente le dice que la saboree mientras le muestra el gesto para

saborear, el niño la mira e imita, después de la tercera cucharada el niño deja de abrir la boca y

mueve su cabeza cuando se acerca la cuchara, ante esto la madre dice “cuando estoy con la

cuchara cerca ahí si cierra la boca, hay que aprovechar cuando abre la boca”, para que el niño

abriera la boca, la madre le dice que haga “Ahh” y el niño abre la boca pero luego empieza

hacerlo solo cuando la cuchara está lejos, después de un rato, el niño se queda quieto mirando

hacia cualquier lugar menos hacia donde está su mamá y la mamá continua ofreciendo la

compota (Obs. 3 Diada madre- bebé, alimentación, 0,17 seg – min 4:57 )

Los ofrecimientos en los que no se reconoce las necesidades reales del niño sordo, dan

cuenta del estado de negación en el que esta la madre, pues brindó ofrecimientos que

partían de sus fantasías de hijo perfecto, por esto se evidenciaban constantes esfuerzos por

denegar o confirmar el diagnóstico en diferentes lugares especializados, esto muestra que

tenía la esperanza por alcanzar el hijo idealizado, dejando de lado al hijo real de la

discapacidad, la madre se mostraba incrédula ante exámenes que manifestaran la sordera

de su hijo, ante esto recurría a leer solo los apartados en los que se hacía referencia a las

partes no afectadas o en buen estado de J, cómo se evidencia en su discurso.

“mire, cuando J. tenía 6 meses le hicieron la resonancia y aquí dice que no tiene afecciones en

los canales auditivos, ni en el oído interno, todo estaba bien, en el oidito de J, entonces no

entiendo por qué ahora dicen que ya es profundo que no escucha nada, yo no creo que le hayan

hecho bien ese examen, esa doctora ni lo miraba bien como en la otra clínica, yo lo he llevado

a todas las terapias y se le han hecho todos los exámenes no sé por qué dicen que empeoro”.

Las formas en que la madre estableció la relación con su hijo sordo, evidencia que ella sola

en omnipotencia hallaba respuestas, ella se daba sus propias explicaciones, oía y leía lo que

Page 26: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

quería oír y a su vez negaba lo que necesitará negar del diagnóstico de su hijo, sus

atenciones se centraron en la experiencia del trámite, en lo que debía hacer como madre

para que su hijo alcanzará sus ideales, pero no se ocupó de su hijo cómo sujeto, pues J.

pasó a ocupar el lugar del diagnóstico de sordera, incluido toda la anulación con la que éste

ya contaba.

La angustia porque su hijo alcanzará sus deseos de madre, y la negación que esto

acarreaba, causo dificultades en la relación con la investigadora del presente trabajo, pues

la sola presencia de ésta, le planteaba un espacio que le exigía hablar de lo innombrable, de

la sordera de su bebé, en ese espacio, se dio lugar a lo que no le permitía pensar ni el

sistema de salud, ni sus amigas y tampoco su pareja; ante esta presencia vivida por la

madre como desafiante, la salida encontrada fue hacerse la sorda, ella cerraba los espacios

de encuentro, pues había algo que ese espacio le exigía y que ella no podía aceptar, ese

algo, era enfrentarse con su hijo real.

Discusión Rodríguez & Moro (2006) afirman que debajo de los símbolos se encuentran redes de

significados referidos al uso de los objetos, en este sentido es en esa interacción primaria

que se le da oportunidad al niño para que se acerque a las convenciones de uso y a su vez

esto le permite, utilizar el lenguaje como expresión de sí, en la medida en que comprende

los acuerdos intersubjetivos dados en la cultura; no obstante, así se vislumbra la relevancia

de esa relación pre- lingüística con los objetos, pues esta es la puerta de entrada a la

adquisición del lenguaje, en especial al uso simbólico de los objetos, en la medida en que le

permite al bebé apropiarse de las intervenciones de otros sujetos sobre el mundo.

Es pertinente destacar el porqué es importante investigar el papel del símbolo, en la

comprensión de cómo se desarrolla el lenguaje; pues el símbolo es una herramienta de

comunicación de la que dispone el niño tanto para expresarse como para comprender, en

este sentido son utilizados cuando las palabras faltan, o incluso si se cuenta con éstas, el

símbolo se utiliza para reforzar su sentido, por tanto el símbolo permite trascender el aquí y

el ahora, por tanto, permite adquirir acuerdos de comunicación intersubjetivos que parten

de lo convencional social sin los que no sería posible entablar una comunicación en un

marco comprensible (Rodríguez, 2006).

Esa relación pre- lingüística con los objetos, debe contar con unas características en las que

se privilegie que él bebé construya una percepción de sí como sujeto psicológico, pues es

en ese reconocimiento emotivo y envolvente que hace la madre a su hijo, que se da paso a

que el niño constituya el límite propio en la medida en que reconoce la presencia del otro,

sin embargo, no se trata de una presencia vacía, tiene que ver con un adulto que le dé un

Page 27: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

lugar a los gestos del niño través de la interpretación otorgada, se trata de darle voz a las

acciones hablantes del bebé, para así constituir una relación de sentidos compartidos, que

permite que el bebé se integre, organizando su propio cuerpo y creando comportamientos

autónomos, para dar paso a sus propias formas de relación (Villalobos, 2006).

En las interacciones la madre acaricia a su bebé, le habla, lo mira, le canta, le juega, es

decir, que monta una escena sostenida en un escenario que supone siempre una producción

subjetiva, la madre le otorga al bebé un saber sobre su hacer, por tanto, este hacer es

tomado como una gestualidad cargada de afecto. Por ejemplo, en el reflejo de succión, en

el que se da un proceso sensorio- motor automático, lo subjetivo está en la escena montada

por la madre, más que en el movimiento como tal, en este escenario la madre es quien lo

sostiene acomodándole su postura, lo mira cautivándolo y le habla tocándole con las

palabras que toman e interpretan sus acciones como gestos (Levin, 2008).

En este sentido, es válido aclarar que el bebé posee intención comunicativa incluso desde

antes de adquirir el lenguaje, sin embargo para dar paso a la adquisición lingüística, es

necesario que en esa primera relación de cuidados, se conciba al sujeto-bebé como agente

con capacidad de organizarse ante las experiencias otorgadas, por esto es pertinente

estudiar qué posibilidades tuvo este niño en situación de discapacidad auditiva para dar un

uso a los objetos, entendiendo que para que esto tenga lugar, es necesario tener presente

los ofrecimientos maternos en torno a la interacción con el objeto, pues la adquisición de

una intención comunicativa, trasciende o antecede la capacidad de hablar, se trata de que

exista un sujeto que necesite trasmitir algo, en la medida en que reconoce que hay otro que

recibe esas intenciones comunicativas.

En la investigación de Navarro & Clemente (1989), se presenta como hipótesis, que la

dificultad que tienen los niños sordos para representar lo ausente, se relaciona con la

carencia del lenguaje para apoyar la simbolización, sin embargo según los intereses de la

presente investigación podría pensarse que la simbolización no puede desarrollarse

ontogénicamente en el vacío, lo que evidencia la importancia del objeto en la posibilidad

de desarrollar el lenguaje, y a su vez es a través de éste que se hace posible una interacción

cargada de convenciones para que el niño aprenda el uso simbólico del objeto, este le da

lugar al gesto y a las interpretaciones producidas.

La subjetividad de la madre esta puesta en los cuidados otorgados, puesto que estos

corresponden con la manera como ésta despliega su libido sobre el bebé; pues el hijo es

tomado como objeto al que atribuye exigencias y deseos narcisisticos que le permiten sentir

esa satisfacción primaria que en algún momento sintió, por tanto es ella quien a través de

ficciones fantaseadas, le otorga un lugar de sujetó al bebé a través de la palabra, es a partir

Page 28: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

de esa primera relación de amor, de cuidado y de deseo que el bebé posteriormente se

constituirá deseante, pues esto implica la separación de su madre y la constitución subjetiva

que le lleva a una búsqueda de la satisfacción del deseo que alguna vez tuvo, por tanto, se

convertirá en un sujeto en falta, con capacidad de investirse a sí mismo (Según Freud

1914).

Sin embargo cuando el hijo no cumple con esos ideales y no da lugar al deseo materno, se

produce en la madre una herida narcisista, pues no podrá amarse a través de su bebé, el hijo

real se ve enfrentado con los imaginarios de hijo sano y completo, lo que directamente crea

condiciones subjetivas que guían los investimentos afectivos, identificaciones y

proyecciones puestas en la relación vincular, pues las respuestas del hijo con discapacidad,

causan reacciones en la madre como la negación encubierta en una sobre-protección en la

que no se da lugar al hijo de la discapacidad, pues la madre sumerge a su hijo en

ofrecimientos desmedidos, que no dan paso a una respuesta organizadora del sujeto- bebé;

o ante esta situación la madre toma actitudes de indiferencia o rechazo, denegando al hijo

de la discapacidad, para situarse y dar ofrecimientos con base en sus fantasías de hijo

perfecto (Pérez, 2014).

En este orden de ideas, se comprende que para que el niño le dé un uso simbólico al objeto,

se requiere de esa interacción con los otros, en donde se le ofrecen esos primeros signos

lingüísticos en la permanencia del uso, para que el bebé- sujeto se adueñe de estos y los

pueda evocar como palabra o como gesto, en este sentido Rodríguez (2006) afirma que la

permanencia de los significados no puede adquirirse de una manera cognitiva y solitaria, es

necesario que el niño se apropie de las intervenciones semióticas de otros sujetos sobre el

mundo, por tanto es necesario que la permanencia sea en relación al uso cotidiano del

objeto, es decir, que tiene que ver con la estabilidad previa proporcionada por ese uso

estable y fijo culturalmente.

Por tanto el objeto del teléfono no se representaría como un objeto aislado de las

convenciones de un sujeto sordo, pues el uso simbólico no está supeditado al objeto y sus

condiciones de escucha, lo simbólico surge de los gestos y signos puestos en los objetos,

ya que no hay una relación directa e inmediata entre el objeto y su uso, pues el objeto por sí

mismo no suscita un uso convencional, la convención es un acuerdo cultural construido en

la interacción, en este sentido, el teléfono tiene el uso de artefacto para comunicar –llamar-

para las personas que rodean al bebé y son estas las que ofrecen ese uso en el seno de la

interacción, donde a su vez el niño se vale de los bastones semióticos comunicativos, para

apropiarse de las experiencia otorgada con el objeto.

Page 29: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

Conclusión, Este trabajo investigativo permitió tener un acercamiento comprensivo, a las condiciones

dadas en la particularidad del caso entre esta madre y su bebé sordo, y así analizar y

describir esos ofrecimientos otorgados para la construcción del lenguaje y en especial el

uso simbólico del objeto en un niño con discapacidad auditiva.

En relación a los ofrecimientos maternos y mediadores semióticos otorgados se puede

concluir que está madre ofrecía desde un estado de negación, que no le permitía brindar

condiciones que respondieran con las necesidades de su hijo sordo, las intervenciones

sobre-acogedoras y la utilización continua de mediadores verbales, no favorecieron que el

bebé tomara la iniciativa en el seno de la interacción, por el contrario, dificultaron la

asunción de medios comunicativos como consecuencia de la no apropiación de sí, que le

diera paso a la constitución de acciones con intenciones comunicativas propias, por este

motivo sus respuestas o usos de los objetos no trascendieron los gestos erráticos, pues ante

una madre demasiado presente, poco espacio para que el bebé agencie.

En este sentido se hace evidente que las representaciones y significaciones subjetivas de la

madre sobre su hijo con discapacidad, tienen incidencia en la particularidad del caso en los

ofrecimientos poco favorecedores para la adquisición del lenguaje y el uso simbólico del

objeto, pues entre más angustia presentaba está madre porque su hijo alanzará sus

imaginarios de hijo perfecto, menos capaz era de darle el espacio y reconocer sus

actuaciones y expresiones, por tanto ante las exigencias sobrevaloradas, y la no respuesta

de su hijo, se ocasionaba una herida narcisista, que no le permitía a la madre reconocer al

hijo de la discapacidad.

En este sentido, se afirma que la intención comunicativa no requiere de la adquisición

lingüística, por tanto, el estudio de la relación pre- ligústica con los objetos, permite

comprender que antes de adquirir el habla, es necesario que exista un sujeto con intención

de comunicarse, y esa intención comunicativa se desarrolla en el seno de una interacción

que posibilite que el bebé tome un lugar en la medida en que se le involucra, por tanto para

reconocer la intención comunicativa de otro sobre un objeto o una situación, es necesario

contar con una constitución propia y autónoma de las formas de relacionarse.

Page 30: ELEMENTOS PRESENTES EN LA INTERACCIÓN TRIADICA

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