edgar morin el paradigma perdido comentario

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En “El paradigma del hombre” se asegura que la antropología estaba omitiendo explícitamente al objeto de estudio en el que se centraba, tomando sólo al hombre como éste en su consideración psico-cultural, invitando al hombre a dejar de lado la consideración de sí mismo como el ser supremo y separar objetivamente lo natural de lo cultural. La consecuencia de esta omisión es un reconocimiento más amplio del objeto de estudio a ser: El sistema genético (Código genético ) , el sistema sociocultural, el ecosistema. Los cuales en términos biológicos principalmente están irrevocablemente unidos al hombre. Aquí nos muestra que el ecosistema afecta inexorablemente al sistema genético mediante la adaptación, el cual a su vez incide sobre el cerebro, para posteriormente actuar sobre la sociedad, al mismo tiempo el cerebro en cierta medida es influenciado por el medio social (en función del tiempo), por consecuencia modificando el ecosistema y tomando un rol de selección y evolución genética. Con estas relaciones se pueden ver claramente la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad de los factores considerados como la verdadera unidad de objeto de estudio sobre la antropología. En consecuencia de lo argumentado nos permite comprender que el ecosistema es un f actor decisivo de la evolución y las continuas transformaciones ambientales que contribuyen a la transformación de las acciones donde el hombre en el ininterrumpido desarrollo de la cultura se ha tornado en un ente que se acomoda al entorno donde interviene y también adapta a éste según las necesidades que él encuentra. Es así que el hombre no es un individuo aislado, más bien es una pieza de tantas que se relaciona y depende de éstas, es un ser vivo que tiene cerebro, que es afectado por la situación social de su tiempo, por las condiciones naturales de su tiempo, por la tendencia que adquirió su sistema genético a lo largo de su adaptación. Lo que nos hace observar la estrecha y profunda relación entre la civilización y el ecosistema, y que si ésta está verdaderamente siendo equilibrada.

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Page 1: Edgar Morin El Paradigma Perdido comentario

En “El paradigma del hombre” se asegura que la antropología estaba omitiendo explícitamente al objeto de estudio en el que se centraba, tomando sólo al hombre como éste en su consideración psico-cultural, invitando al hombre a dejar de lado la consideración de sí mismo como el ser supremo y separar objetivamente lo natural de lo cultural.

La consecuencia de esta omisión es un reconocimiento más amplio del objeto de estudio a ser: El sistema genético (Código genético), el sistema sociocultural, el ecosistema. Los cuales en términos biológicos principalmente están irrevocablemente unidos al hombre. Aquí nos muestra que el ecosistema afecta inexorablemente al sistema genético mediante la adaptación, el cual a su vez incide sobre el cerebro, para posteriormente actuar sobre la sociedad, al mismo tiempo el cerebro en cierta medida es influenciado por el medio social (en función del tiempo), por consecuencia modificando el ecosistema y tomando un rol de selección y evolución genética.

Con estas relaciones se pueden ver claramente la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad de los factores considerados como la verdadera unidad de objeto de estudio sobre la antropología. En consecuencia de lo argumentado nos permite comprender que el ecosistema es un factor decisivo de la evolución y las continuas transformaciones ambientales que contribuyen a la transformación de las acciones donde el hombre en el ininterrumpido desarrollo de la cultura se ha tornado en un ente que se acomoda al entorno donde interviene y también adapta a éste según las necesidades que él encuentra.

Es así que el hombre no es un individuo aislado, más bien es una pieza de tantas que se relaciona y depende de éstas, es un ser vivo que tiene cerebro, que es afectado por la situación social de su tiempo, por las condiciones naturales de su tiempo, por la tendencia que adquirió su sistema genético a lo largo de su adaptación. Lo que nos hace observar la estrecha y profunda relación entre la civilización y el ecosistema, y que si ésta está verdaderamente siendo equilibrada.