eco de dos almas autor césar b. fuenzalida

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Entre poemas e historias se va desarrollando la pintura como un modo de ilustrar emociones y sentimientos que surgen de las palabras. Complementando estilos, ideas que inspiran el trazo, párrafos que contienen la emoción expresada en colores y un texto enriquecido de significados que son el alma de la composición. También se incluye una miniserie de historias que están entrelazadas y convergen en un mismo lugar. Amor, desamor, pasión, frustración, esperanza, vida y muerte en la piel de cada personaje.

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Eco de dos almas© César B. Fuenzalida © Editorial FUGA 2013 Primera edición

ilustraciones de Macarena Marín ContadorI.S.B.N: 121264121-13

Equipo editorialCoordinación editorial: Angela BarrazaEdición gráfica: Arturo LedeZma, Correctores: Leticia Contreras, Cristián Gómez O.

fotografía de portada: Ar.-L

Impreso en Chile / Printed in Chile2013

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eco de dos almasCésar B. Fuenzalida

ilustraciones de Macarena Marín Contador

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A ti, quien me ha enseñado aluchar sin dudas. Te amoMamá.

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Eco dE dos almas

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De la misma forma en que empuñé con fuerza y enarbolé con ímpetu las banderas de nuestro amor, hoy busco un camino nuevo.Es el llanto que baña mi cara, y endurece mi semblante lo que me hace más firme. El fruto de mi amor se disipó en la bruma de tus dudas, en el miedo a continuar, en tu angustia.Lancé mis ganas, mis fuerzas, mis intenciones, mi vida completa por la borda, mientras tras la estructurada historia de solidez que creía pisar, tus frases desgranaban mis ganas de crecer.Mi alma se fue deshojando, marchitando, sin semillas quedaba mi amor.Nada germinaba en mi corazón. En el tuyo nunca lo supe.Era el temblor que sentía en mi cuerpo lo que removía esas ideas ponzoñosas que parecían tener vida propia, y oscurecer mis ardores internos, mis pasiones, mis deseos.Tú, mirabas con desgano, con desdén incluso, la fuerza con la que construía el futuro… nuestro futuro.Esperé lo que no existía, añoré lo que no tenía vida.Me encandilé cuando llegaste tú, rompiendo cadenas, alimentando esperanzas olvidadas, sueños perdidos. Creí, tomé tu mano y dejé mi alma volar.Hoy mi alma se fragmenta en el dolor.Esos dulces momentos en que creí conocerte, se esparcieron, disiparon como nubes ante el sol.Hoy tomo mi rumbo, emprendo un camino solitario. Retomo el encuentro con lo desconocido.Con mi mirada seria, tras el vidrio que nos separa, te digo que es verdad, hoy ya no puedo vivir sin ti…Pero contigo tampoco puedo vivir.Añoro los instantes de conversadas veladas de amor, de pasiones desenfrenadas bajo el manto de un futuro unidos.

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Ya nada existe, sólo la soledad y el dolor de mi llanto ensangrentado.Lo supe cuando te vi sonriendo con él, besándolo a él, amándolo a él.Como algún día lo hiciste conmigo, como algún día me hablaste a mí, como algún día soñé contigo.La conversación de nuestras almas desapareció.Hoy nos separa un abismo interminable.Hoy tu alma y la mía no son más que el eco de lo que quisieron formar.Mi esencia entregué y la tuya no supe descubrir.El corazón ahogado de dolor, toma mi alma y la lleva a la verdad.Porque ya no es lo que fue ni volverá a ser.Te digo adiós sin decirlo. Te digo adiós tras el vidrio que me protege.Te digo adiós porque te amé como nadie jamás.Y mi amor ya no tiene con quien hablar…Es un eco… un olvido… un final.

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El umbral dE la locura

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Ese calor que provoca tu sola presencia en mi corazón, me hace sentir feliz,sabiendo que existe una nueva opción que tú eres mi otra parte...que yo soy tu otra parte...No queremos mirarnos porque sabemos lo que sucedeno deseamos callarnos porque sabemos lo que provocamos no nos atrevemos a decir la verdad...porque ambos sabemos lo que fluye en tu pecho... y en el mío... sólo cuando nos vemos...y sabemos que estamos ahí...Hermosa mía... sal de mi mente y hazte real... complétame... lléname... cólmame de cariño y pasión... sabes que no puedo obviar tu calor... tu mirada... tu alma...Cada vez que cruzo el umbral de negaciones que pones en mi camino y puedo rozar tus labios, siento que es realque no todo es un sueñoque puedes vivir conmigo, en mi corazón,podemos crearnos un mundo donde sólo la felicidad reine donde el amor mío y el tuyo se encuentren...cuando rozo tus labios sé que no estoy locoque el amor...es todo... y por élestoy dispuesto a dejar todo lo que tengo...

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la tiranía dEl silEncio

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Cuando cruzaste esa puerta y no miraste hacia atrás, supe que todo tenía su fin, el infinito amor que me había embargado horas atrás se diluía como el azúcar en el amargo café que esa mañana me levantó. El silencio de tus labios, el incólume gesto de tu rostro, la frialdad de tu mirada y sobre todas las cosas, la tiranía de tu silencio hicieron eco en mí. Mi tozudez unida a mi desdicha fueron la mezcla perfecta para sentir menos dulce el azúcar y más amargo el café. Tu mirada solitaria, cargada de desinterés me evidenció lo peor. Lo nuestro, lo tuyo, lo mío, había acabado. ¿En qué momento esa fría mañana no caló hondo mis huesos como lo hizo tú silenciosa mirada? ¿Fue el vacío de la pieza el que me hizo sentir la tiranía de mi silencio, de tu silencio? El ímpetu exacerbado por querer estirar mi brazo y rozar tu piel ya no existía. El deseo irreversible de querer avanzar a tu orilla y dejar para siempre la mía, se extinguía. Sabía con mi alma completa que el amor irrestricto que muchas veces profesé sufría un tropiezo y ni tú ni yo daríamos pie atrás. Era sin duda la pasión desenfrenada de cuando hacíamos el amor lo que mi sediento corazón necesitaría. Era esa vida, la que armamos, creamos, inventamos y participamos juntos, lo que ansiaría. El calor de tus manos ya no me arroparía en los días de frío, no me protegería en mis momentos de soledad, ya no estarían nunca más para mí. La seda de tu piel no se deslizaría por la mía. Ya no se diluirían tus besos en mis labios ni tus abrazos en mi espalda. Mirándome fijo estaba el pasado, sentado, murmurando cada frase de este texto.

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Era él quien sabía lo que ocurría en mi alma, sólo él podía haber presagiado este futuro y protegido mi nuevo camino, sin embargo, su arma más letal relucía esta mañana.

El sol no alcanzaba a cobijar mi desdicha ni entibiar mi cuerpo. Era ese sol frío y lejano de esta mañana mi único compañero. Con su calor inexistente y su excesivo interés por iluminar, sólo exacerbaba las tinieblas que se instalaron en mi alma. No había compañía, no había solidaridad, no había pasión, calor, desenfreno, interés. Ya no había amor. Nada en mi mirada reflejaba existencia. Nada en mi semblante reflejaba pasión. El silencio ya era parte de mí. Con el estómago vacío, más aún dolía esta obligada soledad. Con la cara intacta, sin gestos y la mirada fija en el espejo, pude percatarme que la tiranía del silencio no era más de ella. Me pertenecía ahora. La tiranía de la soledad, el desconsuelo, el desamor, la falta de pasión, estaba en mis entrañas. La tiranía del silencio… era yo.

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mi alma y la muErtE

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Un cuerpo inerte se asoma en la niebla que rodea la ciudad, silencioso, parece flotar en la oscuridad del cuadro.

No esboza miradas, no se anima a romper el viento con sus pasos, no desea siquiera exhalar el desánimo que trae de carga.

Es mi alma.

Solitaria, espuria, volátil entre la niebla, mirando los ojos de la nada, buscando respuestas para ninguna pregunta, hablando con su mudez característica, analizando a fondo, sin importarle de verdad.

Soy yo y mi realidad.

El sarcasmo entra por mis venas y toma presencia en la sonrisa fingida de mi alma que sigue de pie, y avanza por la niebla, alejándose de la humedad que expele mi cuerpo, ya no desea enfundar su errante energía en el trozo de piel que yace inmóvil.

Camina.

Paso firme, sin mirar atrás, traspasa el viento que no claudica y la lluvia que no la empapa. Esa es mi alma, alejándose a paso lento de mis labios que se secan de cara en la tierra. Quitando el brillo de mis ojos y dejando seca mi garganta que reposa luego del estertor.

Se aleja mi alma.

La felicidad de ese camino flotante que la rodea, y la lluvia que no le humedece un trozo, es la razón de aparecer. Vuelve al nido,

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retoma los brazos de lo que nunca debió dejar. Sonríe de medio lado. Mantiene su estilo lejano, pero sabe que ya está todo dicho.

El cielo no brilla.

No hay caminos iluminados.

Es el óxido natural de la sangre en mi boca lo que alimenta mi cuerpo que no reacciona. Es la mirada perdida bañada en el rojo que brota de mi cabeza la que empaña la perfección del instante infinito. Las pequeñas lágrimas que ruedan por mis mejillas son las que evidencian el inesperado suceso.

Se sellan mis sueños. Se acaban mis batallas. El descanso es infinito.Mi alma camina en silencio, la veo flotar, diluirse en el horizonte, unirse al sol naciente que ahora golpea mi rostro inexpresivo, que yace contra la tierra.

El brillo de la mañana no ilumina mi mirada.

El sol no entibia mis pesares y aletarga mis dolores. Ya no puede tocarme, ya no puede rozarme.

Mi alma se aleja lento. Sin mirar atrás. Vuelve al lugar que nunca debió dejar. Y mi cuerpo inverosímil en este momento, confirma, a la luz de la mañana, que la decisión fue repentina, pero sin dudar.

Mi alma emula una sonrisa. Busca el descanso.

Desaparece, infinita, fundida en el vapor de lluvia que oculta la verdad, ese vapor que nunca más volverá a buscar.

Mi alma sigue caminando… mi alma se ha ido… para siempre.

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El paso quE no quiErEs dar

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Ayer lloré como hacía tiempo no lo hacía por ti... quizás la luna con su brillo se mofaba de mi mala suerte...

Me duele saber que tengo que tomar distanciame duele entender que es lo mejor para que tu proyecto resulte me duele tenerte a mi lado y no poder rozar tu piel...

No te diré lo que haces con mi alma,los extraños latidos que provocas en mi corazón,no te diré que eres mi mujer, que te amaré por siempre... pase lo que pase... no te lo diré...no te abrazaré... no te besaré...no te acariciaré...pero seguiré mirándote... con lo más profundo y sincero de mis ojos sólo como mi alma te mira...

Al vacío no caerás... estaré ahí para retenertey si es necesario dar mi vida por eso... con gusto y amor la doy...estás clavada en mi corazón y suceda lo que suceda, jamás te alejarás de ahí...

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a trEs minutos dEl final

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Es esa eterna sensación de dolor en el pecho lo que me demuestra que estoy vivo. Sigo vivo.Pero no podré seguir batallando, lo sé, esa es la clara prueba de mi remoción.Añoro levantar el trono, y ser feliz.La felicidad no puede ser amarrada a una roca ni encontrada bajo el mar, es la simple travesía de la vida, el caminar descalzo en medio de la oscuridad, el fin del camino, unido al inicio tortuoso de una nueva batalla.Gozaba los minutos de gloria. Cada ingreso de mi fuerza contra el espacio libre que dejaba mi oponente me daba un respiro, una luz al fin del camino.Ese eterno camino.La vista ya no luchaba por funcionar. Borrosas nubes se mezclaban con los pies de mi último competidor.Esbocé mi fuerza como excusa para vivir. Levanté con ira la potencia oculta bajo el manto de debilidad y temor.Asesté un par de impactos que algo causaron, pues el estruendo del oscuro vacío que no lograba identificar me confirmó que había lucha aún.Cada segundo era uno más para despedirse.Veo a mi madre lo lejos, con su sonrisa dulce, me besa y me despido. Veo a todos en una gran fiesta, y me despido frente a cada uno de ellos, los abrazo, los beso, les doy mis cariños.

Te miro a ti. Y no quiero decirte más nada. Lo sabes.Te amé y lo hago aún.No dices nada. Sólo me miras y las lágrimas caen por tu rostro.Otro golpe que no logré ver.Mi cuerpo ya exhausto no logra avanzar.Tambaleo en dirección alguna. Y siento un impacto que marea incluso mi alma.

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Noto que mis piernas no responden. Sólo el viento que corta mi cuerpo en la caída final es la clara sentencia que todo dejé en mi búsqueda de la felicidad.Esa esquiva y esporádica felicidad…El pesar de mi andar solitario no necesita compañía en este lugar.Fue en mi esmero por mejorar y endurecer el alma, que todo dejé a un lado.Descubierto y profundo, me viste. Me conociste, me amaste, y fue el trazo que tus dedos dejaron sobre mi ser lo que hoy extraño, hoy que camino al final, de ti me despido.De ti mi sueño, de ti mi lucha, de ti…Mi vida.

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¿cómo sEría?

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Yacería feliz en tus manos...

Dormiría en tu regazo el más dulce de los sueños, volaría por donde solo no puedo... tu cuerpo sería mi arma, mi casa, mi centro, mi tierra, mi futuro, mi presente... Empezaría de nuevo, esbozaría sonrisas por doquier, dejaría volar la intimidad que enclaustro en mi pecho, sería libre, libre al fin.

Deslizaría mi alma por tu piel, y rozaríamos la esquiva divinidad que ambos buscamos... Ansiaría bañarme en tu tenue saliva, en tus labios crecería y podría comenzar a caminar lentamente bajo tu mentón, recorriendo tu terso cuello, tus ojos no se abrirían, porque tu mente sería nuestra única conexión...

La humedad que llevaría en mis labios te sabría a dulzura pura, una que extraña y asusta, una desconocida vía a la felicidad, una nueva vía, mi vía... tu vía

Nuestras palmas temblorosas se apretarían y convertirían en una, mientras mi alma flotaría lejos, junto a la tuya, conversando de la vida, lo espurio que es el respirar a diario, lo finito de los ideales... lo difícil que es abrirse espacio, y por qué no, lo maravilloso de reencontrarse, de volver a la vida, del despertar unidas... nuestras almas, serían felices.

Comería cada trozo de piel que enfunda tu cuerpo, saborearía cada gota de llanto que derramen tus ojos, sabría que tú eres el fin de esa eterna búsqueda, que la pérdida de energías no ralentó mis ánimos ni demoró mis ansias...

Tu mirada con retazos de espanto se calmaría, al saber que soy yo, al penetrar lentamente en mi vista perdida de luz, ajena al mundo que nos ha rodeado, esos brillos de alma que adornan

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tu marfilado rostro, descansarían al fin y estarías agradecida de silenciar los ecos de miedo y rechazo, las verborreas innecesarias desaparecerían y todo sería silencio y admiración... felicidad y perpetuidad, continua fuerza...

Sería dichoso al despuntar el sol, esperarlo con caricias eternas a quien a mi lado yace... descansarías, volverías a vivir, y yo, de paso, podría estallar de gozo de sumergirme cada mañana en los sueños más profundos de tu mente tu mundo más profundo sería el agua calma donde podría navegar... Los mares de nuestras vidas serían sólo un charco al lado de la fuente eterna que generaríamos uno al lado del otro... sería la eterna fuente de la felicidad de la juventud, de la muerte, y de la perpetuidad de la vida...

Yacería feliz bajo tu mirada…

El peso de lo que cubre tu interior, sería la razón, la excusa, el motivo que siempre busqué para vivir...

Yacería feliz...Con todas las ganas que queden en mi maltrecho corazón con toda la fuerza que pulule por mi alma con todas las razones y sinsentidos necesarios con todos los sueños y frustraciones con la vida y la muerte y la eternidad de nuestro suspiro... Ahí, junto a tiYacería feliz...

Sé que no estarías para vivirlo... lo sé cuándo tu vista cruza la mía y no ve lo que yo sí presiento...

¿Sabes?

A ti, te amaría Simplemente y a rabiar te amaría...

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Uniones indescifrablesBrotan espontáneasEntre árboles y bancasEl amor, los hace volar,Soñar… o para siempreCallar

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EtErno dulzor

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Mientras el viento jugaba con sus cabellos rubios que hilvanaban las ideas de su amado, él parecía volar a través de sus ojos.Era la sonrisa del amor puro, ese amor que no se expresa en un beso ni una caricia, ese amor que fluye y nace con una mirada, y encuentra en ella la razón de existir.Química dirán algunos. Juventud dirán muchos otros. Soñadores sindicarán los más reacios a esa experiencia. Amor, diré yo. Amor puro, amor real, amor en su estado más sensible y rotundo.Eso pensaba y sentía que dentro de mi estómago florecía esa sensación de liviandad cada vez que el muchacho sonreía con sólo mirar el rostro de su amada.Él tomaba atención a cada palabra, pero no sólo a su significado, sino al momento en que exhalaba ella parte del alma a través de sus labios. Sabía, el joven soñador, que esa era la esencia de la existencia de su propia vida, el exhalar amor, pasión, sentimientos, en cada palabra, en cada susurro.Por eso sonreía, porque sabía que por los labios de su amada mujer, estaba su razón de existir, atravesaba por ese minúsculo trozo de piel la razón más clara de su propia creación.Volaba con la respiración de ella, con sus sueños soñaba, con sus susurros hablaba, era uno con ella.El café que humeaba a mi lado me ponía a la distancia prudente que necesitaba para ver este cuadro de perfección.

Él enamorado. Ella soñando con su amado de la mano. El vapor de las calles se elevaba para darle un halo de misterio a la imagen de perfección que presenciaba, se unía al vapor de mi acompañante, ese que me despertaba en cada trazo que soltaba sobre este papel.

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Mientras el viento seguía contándole historias de tiempos olvidados a los cabellos de la muchacha, y su enamorado soñaba con ser viento y poder recorrer cada centímetro de la rubia cabellera que resplandecía ante los rayos de sol que se colaban entre las hojas del árbol que los cubría.Mi compañía desaparecía en mi garganta, mientras le daba más fuerza a estas palabras. Despierto y atónito me quedaba ante esta escena de eternidad. Las cosquillas en el estómago del chico crecían de manera inesperada. Los nervios podían jugarle en contra, pero correría el riesgo. No tenía nada que perder. Saltaba al vacío, deteniendo todo a su alrededor. Caía en un interminable foso oscuro, del cual no sabría si volvería triunfante.Aparecía ella.Tomaba el alma de su enamorado y la alzaba al infinito. Él unía sus labios a los de su amada por primera vez y saboreaba un triunfo en silencio, tal como degustaba cada trozo de respiración que ella soltaba.Sellaban con la mejor prueba un amor eterno. Se besaban con pasión y locura. El suspiro de este amor era eterno. Podían volar y soñar un mañana juntos.

Yo seguía observando la belleza de esta unión universal, mientras mi taza de café vacía seguía de compañera. Yo seguía escribiendo, mientras la pareja de jóvenes abrían sus almas al portentoso templo del amor.Un viaje sin vuelta atrás. El mejor viaje de nuestras vidas.

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tu camino y El mío

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Seguía los pasos de su compañera desde que cruzó la puerta de su escuálida sala de clases.Una escuelita pequeña y humilde le sirvió de trinchera. Un banco maltrecho y una silla coja, eran su punto de creación.Con esmero, el niño garabateaba mensajes de amor en pequeños papeles que dejaba como marcas a fuego en el bolso de su amada. No sabía lo que era el amor, no entendía lo que hacía, sólo lo sentía. De esa época tenía minúsculos recuerdos. Ya había crecido. Pero fue cuando decidió tomar una calle distinta en su trayecto de vuelta a casa, que esos recuerdos se agolparon en su memoria.De frente veía a la niña con la que soñaba cuando pequeño.Años los separaron. Experiencias los alejaron. Sueños los distanciaron. Tan sólo tres pasos los volvían a unir.Ella era ya joven, dejó el rizado pelo de niña y adornaba su cuerpo con las ropas mucho más cuidadas. Él también ya era un chico con más esmero en su vestimenta, y no usaba su usual camisa azul. La escuela ya no les pertenecía. Habían crecido.Él pensó que ella no lo reconocería. Ella juró que todo tenía sentido al mirar sus ojos de nuevo.Sonrisas de por medio, se saludaron. Ella y él nerviosos como nunca. Sólo se miraban a los ojos como pocas personas logran hacerlo. Dos almas desnudas. Él nunca le contó que todos esos mensajes de niño le pertenecían. Ella jamás confesó sentirse feliz por cada mensaje que sabía le pertenecían a él.Conversaron de la vida, de cómo habían crecido, de lo que estaban haciendo.

Sin despegar un segundo sus miradas.El tiempo no había pasado. La mirada del chico seguía idéntica al primer día de clases. La sonrisa de la muchacha seguía dibujada como siempre en su bello rostro.

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En un acto de libertad poco común para su edad, él la invitó al parque. Ella, halagada con la idea, accedió.Se sentaron bajo la sombra de un árbol. Mientras el viento jugaba con la cabellera rubia de la chica, él sólo la miraba como sorprendido.Sabía que su vida tenía sentido.Ella agradecía haberlo encontrado, de nuevo.Se miraban y mientras ella hablaba de su vida, las energías comenzaron a crecer y de pronto, él se abalanzó sobre la muchacha.La respuesta del beso fue tan esperada por ella que parecían deberse ese regalo, esas miradas, esa pasión de años.Ambos sabían que se amarían de por vida, aunque el mundo estuviera lleno de personas y el parque de historias, la creación total se detenía ante su dulce beso.Ellos se amaban desde siempre.

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El alma EntrE línEas

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El trozo de papel que captura las vidasNo deja que él sueñe sus propios sueñosNo deja que vuele con sus alasEl trozo de papel que captura las vidasLo tiene preso de la realidad.

Alejado del roce gustoso De dos cuerpos entre síO del frío matutino en busca de calorEl escritor captura momentos en silencioDejando su vida para después.

Nada se aleja de su mirada Pocas cosas escapan a sus versosCreaciones iluminadas o desechos de su razónEl creador es preso de su creación.

Sus compañeros incesantes siguen de pie a su ladoEl lápiz y la libreta Sus ideas y mirada que penetraUnidos a un café bien cargado.

Inventado historias imposiblesCon amores de ensueñoY dolores irrealesEl escritor logra sobrevivirAnte un mundo de engaño.

Las lágrimas que brotan de sus ojosNo son de su propia almaSon del personaje que ha creadoY que de su piel se ha adueñado.

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El café se agota, el lápiz no funcionaLa libreta se cierra El escritor toma el rumbo de vueltaA su mente lejana Donde su mundo lo espera.

De ensueño no es su vidaPero en creación la convierte.

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sangrE, dolor…amor

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La sangre que caía por su brazo, hilvanaba la historia del suceso que sólo instantes atrás le confirmaba que el amor no todo lo puede. Su rostro bañado en lágrimas que calmaban la ira, esa que amenazaba con empujarlo a correr de forma despavorida.Bajó a toda velocidad las escalinatas. Paró al pisar el frío pavimento. En esa calle siempre oscura que muchas veces le sirvió de trinchera para ocultar su amor, respiraba hondo. Pensaba en una plegaria que nunca logró aprenderse bien. Dejaba que su ira se diluyera en la confusión de haber destruido a su amor y haberlo hecho eterno a la vez.La sangre ya empapaba el puño de su camisa blanca. Él sólo atinaba a esconder la prueba del terrible caso que seguramente llenaría portadas y el cual ninguno podía entender. Se enfermó de amor. Dirían todos. Él también lo creía.Retomaba su camino esperando llegar a la alejada plaza que con sus enormes árboles los cobijó cuando pudieron dar rienda suelta a su oculto amor. Sus pasos se entrometían uno sobre otro. El ser descubierto era lo que menos le preocupaba, pues sólo tenía en mente que debía cumplir su cometido final.Doblaba en la esquina y de lejos podía divisar las copas de los enormes guardianes de la plaza que tanto añoraba en ese momento. Agilizó su paso. Cruzó un par de miradas con las personas que pasaban a su lado. Si le hubiesen pedido recordar el rostro de alguno de ellos, jamás lo podría haber hecho. Estaba pensando en su cometido final. En su meta. Los brillosos zapatos que le servían para demostrar que no era un simple chico de barrio, parecían no tener el brillo de antaño. Todo en su ser se veía opaco.Su pelo no recibía con gratitud el brillo del sol que se empezaba a despedir. Llegaba al lugar pactado.

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En medio de la plaza que fue la cuna de su amor, apoyaba su agotado e histérico cuerpo contra el árbol que todavía guardaba en su vientre las iniciales de su amor y la promesa eterna que le había hecho a ese deseo oculto.Sólo la risa y el pelo azabache de su amada veía en la distancia.Con su mano temblorosa sacaba de su bolsillo un arrugado papel y recitaba en voz baja. Parecía ser la sentencia final. El saludo inicial. La despedida a la vez.Del interior de su chaqueta sacaba un arma de fuego que introducía en su boca. El sabor del metal se confundía con el de la sangre que parecía brotar con anticipación de su mismo cuerpo. Las lágrimas no paraban. Limpiaban su alma. Liberaban su culpa. La última frase que alzaba su débil voz mientras su mano ensangrentada dejaba en el piso un cuchillo con la sangre de su amada, apenas podía oírse.El tiro final. El cuerpo del joven se demarraba por el tronco del gran árbol y compartía su historia. Una leve sonrisa se dibujaba en su rostro. Sin vida, el cuerpo quedaba libre de las ataduras.La sangre de ambos amantes mezclada en la que fue su cuna, hoy se transformaba en su lecho.El papel en el piso comenzaba a humedecerse en sangre, y sólo se hacía legible la frase, nuestro amor es eterno y en la eternidad seguirá. Las aves surcaban el cielo luego del estruendo. Una pareja miraba con extrañeza al lugar.En el café aledaño el silencio recorría las mesas.Se habían agotado dos vidas.Se había eternizado el amor.

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EtErna EspEra

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La espera nunca le gustó. Mucho menos que la dejaran sola.Confiaba en que su hombre prohibido cruzaría el sendero de aquellos verdes pastos para abrazarla y no separarse jamás.En su mente recordaba el dulzor del beso oculto que fijó en sus labios. Sus almendrados ojos brillaron como nunca esa tarde. Conocía la felicidad. Miraba a los ojos de su amado y se sentía segura. Las manos de su hombre la protegían, la resguardaban, la cobijaban. Quería compartir su vida con él. La oscuridad que les sirvió de escudo esa noche, no estaba invitada esta tarde, mientras ella esperaba impaciente caminando de un lado para otro en el lugar de la reunión.Buscando calmar sus nervios, encendía un cigarrillo que sólo le hacía recordar ese olor a tabaco que tenía su hombre. A quien amaba ciegamente. Cuando él pasaba por su lado y rozaba su mano, ella sabía que todo iría bien. Sentía que nada podía ser mejor. Apagaba el cigarrillo. No podía seguir recordando al hombre que esperaba impaciente. Los nervios le jugaban una mala pasada y por un segundo dudaba si su amado vendría al pactado encuentro. Se ponía de pie. Y su única compañía era el pequeño bolso que estaba a su lado. Firme. Seguro.Sólo lo necesario. Nada que le significara recordar su antigua vida. Comenzaría de nuevo. Daría el gran salto, el gran y esperado paso a la felicidad. Este era su día. Había cortado todo lazo con su vida actual. Dejó su trabajo. Cerró para siempre su piso. Regaló sus vestidos, su ropa, hasta su codiciada, e incluso, envidiada colección de calzado. Sólo lo necesario traía en su bolso. Definitivamente quería comenzar de nuevo. Había creído en la promesa de su hombre. El alto y apuesto galán que día a día endulzaba sus oídos con frases que la hacían sentirse única. Con el mismo hombre pactó este cambio de vida.Tomaba su mano para saltar al vacío y sentirse segura.Lo amaba. Sin cura. De forma irremediable.

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La espera se hacía eterna. Mientras el frío empezaba a tomar lugar y el tibio sol a despedirse, la morena y preocupada mujer miraba con admiración a una joven pareja que sentada en el húmedo pasto le daba muestras del amor libre. Ese que tanto ansiaba. Miraba el ínfimo reloj en su muñeca. Quedaban cinco minutos para correr a los brazos de su hombre. Su protector. Su salvador. Con quien crearía su nueva vida.Sólo dos días atrás había pactado reunirse con el hombre que la había traído de vuelta a la vida y, de paso, le había entregado una razón para vivir. Él la había mirado fijamente y en la oscuridad de la oficina que los cuidaba cada noche, le había jurado amor eterno. De sus labios se deslizó la frase más esperada por esta mujer. “Estaré contigo para siempre”, sentenció él.Ella recordaba ese momento y lo atesoraba con un sabor especial, pues sentía que al fin, luego del tortuoso camino de ocultarse y tener que fingir ante el mundo, podía decirles a todos que estaba enamorada de él. Y que su vida comenzaría nuevamente de su mano. Lejos. En otro país. En otro lugar. Chequeaba en el interior de su chaqueta si tenía los pasajes, sólo para ocupar unos minutos de su tiempo. Ya quedaba sólo un minuto para que apareciera, abriéndose espacio entre la gente, el hombre de sus sueños. Un mensaje de texto llegaba a su teléfono móvil. Lo leía. Su cara se desfiguraba. El teléfono se desprendía de su delicada mano. Una lágrima rodaba por su rostro. Su cuerpo caía casi inerte en el piso. Los sollozos venían de su alma.Nada volvería a ser igual. El hombre de sus sueños no estaba dispuesto a dejar su vida por empezar con ella desde cero.Súbitamente un estruendo la despertó del trance.Varios metros más allá, caía el cuerpo de un joven y unos gritos brotaban de distintos lugares de la plaza.El amor había muerto para él, pensó.El amor nunca estuvo ahí para ella, pensó.El llanto se hizo eterno y el frío de la noche cubrió sus esperanzas.Para siempre. Sola, para siempre.

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cuando piEnso En ti

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Cuando pienso en ti,Me dan ganas de llorarDe pena mi alma se quiere embargar.

Cuando pienso en ti, No quiero siquiera caminar,Nada me puede motivar.

Cuando pienso en ti,Añoro tus labios besar,Y volver en tus brazos a descansar.

Cuando pienso en ti,Miro el horizonte eterno,Sin poder borrar los recuerdos.

Cuando pienso en ti,Pienso en mí, Pensando en ti.

Cuando pienso en ti,Ansío tus pasos acompañar,De tu mano volver a soñar.

Cuando pienso en ti,Pienso en mí,Sufriendo por ti.

Cuando pienso en ti,Sólo creo que soñéLas frases con las que una vez desperté.

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Cuando pienso en ti,A mi lado busco sin hallar,Pues no hay nadie en tu único lugar.

Cuando pienso en ti,Pienso en mí,Caminando entre el amor que prometí.

Cuando pienso en ti,Ni en este maltrecho banco me logro inspirar,Pues hasta el débil brillo del sol me hace dudar.

Cuando pienso en ti,Me miro a mí,Esperando de lejos, Que tú estés también, Pensando en mí.

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tu distancia Es mi adiós

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Ya nada es igual. No quiero tomar tu mano ni seguir un camino juntos. Te miro y sólo distancia me generas. Lo siento. Hablé de amor. Lo sé. Pero ya no hay nada en mi interior.Lo descubrí esta fría mañana cuando ibas camino a realizar tus cosas, esas muchas cosas que haces. Y que nunca supe cuáles eran. Tu frío beso en mi frente fue la señal que confirmaba todo. Hacía semanas que la distancia formaba un muro infranqueable entre tú y yo. Al menos a mí se me hacía imposible siquiera dirigirte la palabra.Fue esa despedida la que me dijo fin. Adiós. Todo acabó.Quizá mi fortaleza no esté en las letras. Lo sé. Pero este mensaje que escupo sobre el papel que ninguna culpa tiene, es mi sentencia.Porque tú vives tu mundo y yo no participo en él, no estoy ahí en un rol principal. Ni secundario siquiera. Desde la distancia miro todo. Lo siento, pero me agoté.No entiendo tu mente, los enredos que creas en ella, y como los resuelves buscando triunfar en un mundo que tampoco recibe tus creaciones. Es verdad, no estamos destinados para estar juntos.Hoy me despido. De ti, de mí, del sol, la oscuridad, de todo y todos. Apago mi señal. Me bajo del mundo. No puedo seguir al final de la fila. No quiero.La culpa no tiene que recaer en nadie, sólo acepta mi decisión y entiende que jamás me viste como yo creí ni quise.La distancia no fue física, pero fue real. Sin embargo, te extraño.Porque te amo y esto no se agota de un segundo a otro. No puedo despojarme de este amor que me hizo estar a tu lado, seguir tus pasos, llorar tus derrotas y celebrar tus triunfos. Sin embargo tú, nada de eso valoraste.Pero te amo. Eso es verdad.Hoy te digo adiós y ansío volver a besar tus labios, luego que

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veas y pienses qué me llevó a tomar esta decisión. Cuando este papel que dejaré en mi bolsillo, sea descubierto, sabrás que te amé y todavía lo hago. Sabrás que la eternidad está ahí, y estuvo aquí.Seguramente el café que aquieta tu cabeza y limpia tus ideas disminuya lentamente, mientras buscas esa inspiración que pocas veces te visitó. Sentado frente a esa, ahora sublime, plaza cercana. Donde ves el día pasar y buscas esa inspiración.Jamás te entendí. Jamás me entendiste. Pero si te amé y lo hago aún. Tú no. Y de eso me agoté.Es verdad que las palabras no son mi fuerte, que este mensaje parece una verborrea cerebral antes del adiós y eso es.Cuando tu café se agote y logres encontrar esa esquiva inspiración, volverás caminando lento y pausado a nuestra morada. Y verás el final.El final de mi historia. De nuestra historia. Y quizá puedas despertar de ese letargo eterno, que te hizo buscar en las afueras lo que tenías a tu lado.Te amé, te amo y te amaré. No te culpes por mi decisión.Pero no entiendo tu mente de escritor.Adiós vida mía.Al fin conocerás mi realidad.

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tú, mi EtErna incógnita

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Siempre serio por la calle difícilmente iba a encontrar a quien pudiera tomar mi mano y darme vida.Caminaba por la ciudad como un autómata, no percibía nada especial, nada distinto, para mí todo era igual. El letargo de la soledad me masacraba.Esa mañana preparé todo tal como siempre. Mi café, mis pastillas para la eterna jaqueca que ya ni tenía, pero tomaba la medicina mecánicamente, y mi ropa. Especial fijación tenía en mis trajes. Pulcros. Brillantes lo necesario. Mis zapatos tenían luz propia, al igual que mi cabello, siempre ordenado. Años trabajando en lo mismo, años cruzando las calles de mi ciudad, años de mirar a las personas sin recordar a una siquiera, años escuchando el murmullo de los autos, el ruido ensordecedor de las hojas, las risas de los niños en el parque y todo lo que me rodeaba a medida que mis pasos se deslizaban por el asfalto.Años de soledad. Años de vivir en el letargo de los días.Esa tarde, de vuelta a mi apartamento, la vi. El tiempo paró. Y sonará a ficción, pero fue la realidad más pura que pude hallar. Ella estaba de rodillas sobre un pequeño bolso que abrazaba, como un náufrago aferrada a la única tabla en el mar. El mundo pasaba por su lado y no se detenía a mirar. Yo era del mismo mundo. Pero ella al levantar su mirada, con sus ojos empapados en llanto, me descubrió. Me paré frente a su bolso, que estaba acorralado por sus brazos, le ofrecí ponerla de pie.Entre sollozos desgarradores me habló de aquél. Ese que arrancó y la dejó sin nada para siempre. Se llevó su alma y le dejó dolor.Yo paciente, miraba a la desconocida como si la vida hubiera sido vista por vez primera para mí. Hoy sé que la amé desde ese momento. Nunca una banca de plaza me sentó tan bien. Le calmé los sollozos. La invité a mi guarida. Mi lugar. Mi núcleo.

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Aceptó. La tomé de la mano y cargué su insignificante bolso a mis espaldas. El mundo a nuestro alrededor seguía su ritmo. Nosotros, en cambio, inventábamos un paso nuevo, una calma inesperada se apoderó de mí esa vez.Nada importaba más que ella. Y poder plantarle una sonrisa en su hermoso rostro.El llanto seguía cada ciertos pasos. Llegamos a mi hogar y le serví un café con todo el amor que jamás pensé me brotaría.¿Qué me sucedía?, ¿era amor a primera vista? Eso no existe, me convencía.Pero ella en silencio mirando por la ventana el mundo a sus pies.Bebió lentamente ese café y con su mirada me dijo todo.Era yo su salvador. Su nueva oportunidad de vivir.Cuando se acercó a mi oído y susurró… “gracias, me voy…”No entendía nada. Ella dio media vuelta y tomó su maltrecho bolso sin dar pie atrás.Sin despedidas ni miradas atrás.Fui su tabla en el mar.

Desde aquél día, cada vez que paso por aquella plaza, me siento en esa banca que me enseñó a mirar el mundo con calma, para ver si uno de esos días, vuelvo a sentir su mano tibia, su mirada perdida y entre sollozos me diga suave al oído… “te amo, no me dejes ir…” Sigo soñando desde esta endeble banca, y ya van 50 años de soledad y sueños. Una vida es nada si espero por ti.Mi amada desconocida.

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alquilEr dE amor

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Tibios están tus labios Cada vez que los uno a los míosSueños que empiezanCaminos vividos

Esa vibración de mi pechoCuando hablas en mi oídoReplica el amor eterno Que en mi corazón ha crecido

Un suspiro eterno es el amor que profesoUn instante mágico que logra resistirA los embates del destino y del fríoTodo lo que por ti siento es de verdad amor mío

La humedad de tu cuerpoMe hace feliz cada tardeCuando por la ventana de este pequeño cuartoSe cuela el olor a vida del parque

Abajo sueñan, lloran, ríenAcá soñamos, lloramos, reímosCompartimos el mismo aireNos amamos sin siquiera decirlo

El frío de la tarde me despierta sombríoSabiendo que es de cobardeIrme aunque sea demasiado tardeDejando tu cuerpo para otro hastío

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Desbordas sabiduría, cariño y comprensiónY tienes entre tus manos firmesMi pequeño e indefenso corazónPara darle vida eterna o aplastarlo con la razón

De súbito todo empieza a acabarCuando entre las cortinas se cuela la luzDel parque que se empieza a iluminar

Y tú sin siquiera pestañearMe traes de vuelta este frío lugarY recuerdas con voz calculada y sin dudar“Chico guapo, no te vayas a olvidar,Recuerda que todo esto debes pagar”

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¿Sueño o realidad?

Azotaba mi cabeza el ruido de las olasSu fuerza se fundía con mi energíaPensaba en ti, lo hacía desde siempre.

Tomé tu rostro con mis débiles manosLo acaricié y calmé las penas de tu almaQue se interrumpían unas a otrasEntre tus lágrimas

Nada lograbaEl miedo frenaba toda esperanzaAgotaba todo sueñoDifuminaba toda realidad

Besar tus labios temerosos Potenciar tu ira diaria Con el torrente inagotable de mi amorDe nada servía

Ahogaste la pasión En tus falsas frasesAhogaste el amor Con presión constante

Ante el mar de ideales Juré que eras túSoñé con la ansiada felicidadY caí de bruces

Ante el mar de idealesMe ahogué profundoNo intenté lucharDejé que me llevara

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Ante el mar de idealesFloté con el peso de la sangre paralizadaAgoté las fuerzas eternasEntregué mi alma entera

Ante el mar de idealesLloré, hasta silenciar mi vozGrité, hasta rasgar mi almaVociferé, hasta detener mi corazón

Ante el mar de idealesAzoté mi cuerpo en lo profundoHundí mi existencia enteraDiluí mis sueños

Ante mi mar de idealesCedí mi energía completaY no sé si volveré

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agradEcimiEntos

A Carla Díaz porque su entrega al tomar este sueño ha sido total. Abrazó las mismas inquietudes que me motivaron para publicar. Las encauzó y consiguió hacerlas realidad. Hizo suyo mi sueño y permitió que creciera. Bendiciones.A Macarena Marín porque con su arte logró que mis palabras llegaran a otros lectores, que mis textos tomaran formas únicas y sintió que las ideas esbozadas tímidamente en un perdido blog de internet, eran el sustento para reactivar sus enormes capacidades. Ella es la artista y yo un simple servidor. Buenas vibras.A mi familia materna por su apoyo incondicional en todo este proceso. De cumplir el rol de primeros lectores y críticos, a ser quienes me empujaron con sus energías a seguir.A los seguidores del blog y de mi cuenta de twitter, quienes sin dudarlo confirmaron su compromiso con este sueño y apoyaron cada instante esta hermosa autogestión.A los amigos y amigas que me ha puesto la vida en el camino. Porque son ellos quienes han enriquecido, sin querer quizá, mis escritos. A todos los lectores que tímidamente se acercan a hojear esta creación escrita y visual, en la cual el amor tiene un espacio y los miedos quedan fuera.A todas las personas que sin querer han marcado mi vida y han permitido que me encuentre con mi centro creativo. Esas experiencias empujaron mis energías a fluir y seguir haciéndolo sin parar. Gracias por compartir ese trozo de sus vidas conmigo.Y sobre todo a la energía que nos rodea y nos permite cruzar caminos, entramar experiencias, compartir tristezas, alimentar sueños y saborear angustias. La energía que jamás se agota, el amor.

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indicE dE tExtos E ilustracionEs

1-Eco de dos almas 6Técnica: Óleo sobre tela y gasaDimensiones: 80x100cms

2- El umbral de la locura 8Técnica: Óleo sobre tela gasa y pastaDimensiones: 35x70cms c/u

3-La tiranía del silencio 10Técnica: Óleo sobre tela gasa y pastaDimensiones: 70cmsx100mtr

4 - Mi alma y la muerte 13Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 80x100cms

5- El paso que no quieres dar 16Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 70x140cms

6- A tres minutos del final 18Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 80x100cms

7- Cómo sería 21Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 35x70cms c/u 20x30cms c/u

8-Eterno dulzor 26Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 60x70cms y 50x60cms

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9-Tu camino y el mío 29Técnica: Óleo sobre tela arpillera y pastaDimensiones: 80x60cms c/u

10-El alma entre líneas 32Técnica: Óleo sobre tela y gasaDimensiones: 80x130cms

11-Sangre dolor y amor 34Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 1mtrx80cms

12-Eterna espera 38Técnica: Óleo sobre tela y gasaDimensiones: 1mtrx80cms

13-Cuando pienso en ti 41Técnica: Óleo sobre gasa tela y pastaDimensiones: 30x24cms c/u

14-Tu distancia es mi adiós 44Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 60x120 cms

15- Tu mi eterna incógnita 47Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 100x 80 cms

16- Alquiler de amor 50Técnica: Óleo sobre tela y gasa Dimensiones: 80x60 cms y 30x20 c/ u cms

17- ¿Sueño o realidad? 53

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Eco de dos almas de César B. Fuenzalida se terminó de imprimir en el mes de julio de 2013 en los talleres gráficos de editorial fuga, ubicados en la ciudad de Santiago de Chile. De esta primera edición se imprimieron 150 ejemplares