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Derecho Viejo Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 9 Nº 98 Un periódico para leer Enero 2010 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres Acabar con nuestra historia personal (...si queremos vivir) 1) Las cosas que vemos son agradables, dolorosas; las cosas que vemos sig- nifican felicidad o tristeza; pero Lo que ve esas cosas, no es ni feliz ni triste, ni contento ni angustiado. El que no constituye ningún obje- to delante de sí, es esa Realidad Primera misma. Cuando el yo que- da excluido, es “Dios” el que ve. Nos produce temor el decirlo así. Cuan- do alguien dice “soy Dios”, siempre lo relacionamos con nuestro yo; pero cuando la persona mística dice “soy Dios”, eso no tiene nada que ver con su yo, es Dios el que habla. 2) Las religiones ofrecen promesas de esperanza, tales como la resurrec- ción de la carne, el cielo; estas imá- genes de esperanza son el último baluarte detrás del cual se esconde el yo para salvar su perpetuación. 3) Le resultaría muy difícil a la perso- na soportar la vida sin esas prome- sas, soportar la vida sin esa espe- ranza, que utiliza para prorrogar la muerte del yo. La muerte del yo es el último tabú que ningu- na religión se atreve a tocar. Pero precisamente el desplaza- miento de la muerte del yo, supone el desplazamiento de Dios. 4) El renacimiento es una forma de egocentrismo. No estamos dispues- tos a identificarnos con la vida. El yo no está dispuesto a morir, es incapaz de soportar el cambio, la transformación, el aniquilamiento. Este miedo a disolvernos, es el gran obstáculo para experi- mentar a nuestro ser verdadero. 5) Des-identificarnos de la mente. 6) Pasado y futuro no existen. 7) No nací y no muero. 8) Silencio - soledad - vacío - renuncia. 9) No buscar y no juzgar. 10) No pensar - no imaginar - no hacer. 11) Recobrar la eternidad: aquí y ahora pero sin presente. 12) El pasado no existe y además nunca fue. 13) No desear - no quejarse - no temer. 14) Contemplar es recibir. 15) Amar es dejarse amar. 16) Vivir como si estuviéramos a punto de morir. 17) Ser consciente que la vida es sueño, y zambullirnos sabiendo que es una ilusión. 18) Vivir es terminar con la vida personal. 19) Nos aferramos siempre a lo conocido y a lo diverso, que nos da más variantes a las cuales asirnos. La salida: meditar. El pasado nunca existió Textos: Jiddu Krishnamurti y Sri Ramakrishna 19) Nos aferramos siempre a lo conocido y a lo diverso, que nos da más variantes a las cuales asirnos. La salida: meditar. 20) ¿Qué cosas incluye la meditación? La primera es vaciar la mente por comple- to de todo lo que ha conocido; la segun- da ser consciente de una energía no di- rigida, no controlada. Luego la medita- ción requiere la más elevada clase de orden, orden en el sentido de una com- pleta terminación del desorden genera- do por la contradicción, y una condición de flexibilidad de la mente. 21) Debemos descartar en absoluto la idea de practicar un método. ¿Podremos vivir sin distorsión, sin programación? Nues- tras mentes están distorsionadas, han sido moldeadas por la cultura en la cual vivi- mos, por las estructuras religiosas y eco- nómicas, por el alimento que ingerimos. A la mente se la condiciona (programa), se la distorsiona. Cuando no hay distor- sión la mente puede ver de manera com- pleta, con claridad, pureza e inocencia. 22) El primer paso es la capacidad de mi- rar, el arte de escuchar, de mirar sin dis- tracción, lo cual quiere decir que la mente ha de estar absoluta- mente quieta, sin un solo movimiento. ¿Puede esa mente que se halla en constante movimiento, estar completa y absolutamente quie- ta, silenciosa, sin ningún movimiento, sin método alguno, sin siste- ma, ni práctica, ni control de ninguna clase? 23) La mente debe vaciarse a sí misma de todo el pasado para volverse altamente sensible, y no puede ser sensible si existe la carga del pasado. 24) La mente sensible es supremamente inteligente, no pregunta por- que sabe que no hay respuesta; es en sí misma la inteligencia, la respuesta. 25) Entonces la mente ya no busca más, y tampoco desea tener experiencias más elevadas, y por consiguiente no ejerce la capacidad de control. Debido a que es inteligente la mente no controla: opera, trabaja. Por lo tanto en la acción misma de la inteligencia desaparece el estado dual. Todo esto es meditación. La meditación concierne a todo el vivir, nunca es parcial. 26) Solamente después de lo descripto la mente puede estar quieta, sin un solo movimiento, y no mientras dura ese instante, porque ese instante no tiene duración, no pertenece al tiempo. El tiempo existe solamente cuando está el observador que experimenta ese silencio y dice: “Quiero tener más”. Por lo tanto ese instante de absoluto silen- cio e inmovilidad, por no pertenecer al tiempo, no tiene pasado ni futuro. En consecuencia esa inmovilidad, esa quietud absoluta, está más allá de todo pensamiento. Y ese instante por ser intemporal, es eterno. Estamos enredados en una lucha interminable contra todo lo que no permanece. Buscamos seguridad en “tener” personas y cosas, poder que nos garantice seguridad. Nuestro pequeño yo quiere vivir eternamente.

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“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 9 Nº 98 Un periódico para leer Enero 2010

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

Acabar con nuestra historia personal(...si queremos vivir)

1) Las cosas que vemos son agradables,dolorosas; las cosas que vemos sig-nifican felicidad o tristeza; pero Loque ve esas cosas, no es ni feliz nitriste, ni contento ni angustiado.El que no constituye ningún obje-to delante de sí, es esa RealidadPrimera misma. Cuando el yo que-da excluido, es “Dios” el que ve. Nosproduce temor el decirlo así. Cuan-do alguien dice “soy Dios”, siemprelo relacionamos con nuestro yo; perocuando la persona mística dice “soyDios”, eso no tiene nada que ver consu yo, es Dios el que habla.

2) Las religiones ofrecen promesas deesperanza, tales como la resurrec-ción de la carne, el cielo; estas imá-genes de esperanza son el últimobaluarte detrás del cual se escondeel yo para salvar su perpetuación.

3) Le resultaría muy difícil a la perso-na soportar la vida sin esas prome-sas, soportar la vida sin esa espe-ranza, que utiliza para prorrogar lamuerte del yo. La muerte del yo es el último tabú que ningu-na religión se atreve a tocar. Pero precisamente el desplaza-miento de la muerte del yo, supone el desplazamiento de Dios.

4) El renacimiento es una forma de egocentrismo. No estamos dispues-tos a identificarnos con la vida. El yo no está dispuesto a morir, esincapaz de soportar el cambio, la transformación, el aniquilamiento.Este miedo a disolvernos, es el gran obstáculo para experi-mentar a nuestro ser verdadero.

5) Des-identificarnos de la mente.6) Pasado y futuro no existen.7) No nací y no muero.8) Silencio - soledad - vacío - renuncia.9) No buscar y no juzgar.

10) No pensar - no imaginar - no hacer.11) Recobrar la eternidad: aquí y ahora pero sin presente.12) El pasado no existe y además nunca fue.13) No desear - no quejarse - no temer.14) Contemplar es recibir.15) Amar es dejarse amar.16) Vivir como si estuviéramos a punto de morir.17) Ser consciente que la vida es sueño, y zambullirnos sabiendo que es

una ilusión.18) Vivir es terminar con la vida personal.19) Nos aferramos siempre a lo conocido y a lo diverso, que nos da más

variantes a las cuales asirnos. La salida: meditar.

El pasado nunca existióTextos: Jiddu Krishnamurti y Sri Ramakrishna

19) Nos aferramos siempre a lo conocidoy a lo diverso, que nos da más variantes alas cuales asirnos. La salida: meditar.

20) ¿Qué cosas incluye la meditación? Laprimera es vaciar la mente por comple-to de todo lo que ha conocido; la segun-da ser consciente de una energía no di-rigida, no controlada. Luego la medita-ción requiere la más elevada clase deorden, orden en el sentido de una com-pleta terminación del desorden genera-do por la contradicción, y una condiciónde flexibilidad de la mente.

21) Debemos descartar en absoluto la ideade practicar un método. ¿Podremos vivirsin distorsión, sin programación? Nues-tras mentes están distorsionadas, han sidomoldeadas por la cultura en la cual vivi-mos, por las estructuras religiosas y eco-nómicas, por el alimento que ingerimos.A la mente se la condiciona (programa),se la distorsiona. Cuando no hay distor-sión la mente puede ver de manera com-pleta, con claridad, pureza e inocencia.

22) El primer paso es la capacidad de mi-rar, el arte de escuchar, de mirar sin dis-

tracción, lo cual quiere decir que la mente ha de estar absoluta-mente quieta, sin un solo movimiento. ¿Puede esa mente que sehalla en constante movimiento, estar completa y absolutamente quie-ta, silenciosa, sin ningún movimiento, sin método alguno, sin siste-ma, ni práctica, ni control de ninguna clase?

23) La mente debe vaciarse a sí misma de todo el pasado para volversealtamente sensible, y no puede ser sensible si existe la carga delpasado.

24) La mente sensible es supremamente inteligente, no pregunta por-que sabe que no hay respuesta; es en sí misma la inteligencia, larespuesta.

25) Entonces la mente ya no busca más, y tampoco desea tener experienciasmás elevadas, y por consiguiente no ejerce la capacidad de control.Debido a que es inteligente la mente no controla: opera, trabaja. Porlo tanto en la acción misma de la inteligencia desaparece el estadodual. Todo esto es meditación. La meditación concierne a todoel vivir, nunca es parcial.

26) Solamente después de lo descripto la mente puede estar quieta, sinun solo movimiento, y no mientras dura ese instante, porque eseinstante no tiene duración, no pertenece al tiempo. El tiempo existesolamente cuando está el observador que experimenta ese silencio ydice: “Quiero tener más”. Por lo tanto ese instante de absoluto silen-cio e inmovilidad, por no pertenecer al tiempo, no tiene pasado nifuturo. En consecuencia esa inmovilidad, esa quietud absoluta, estámás allá de todo pensamiento. Y ese instante por ser intemporal,es eterno.

Estamos enredadosen una lucha

interminable contratodo lo que no

permanece.

Buscamosseguridad en

“tener” personasy cosas, poder que

nos garanticeseguridad. Nuestropequeño yo quierevivir eternamente.

“Derecho Viejo”Página 2

EDITORIAL

Las noches del tránsito espiritual son oscuras y lóbregas; los aullidos anticipanencuentros no deseados pero posibles. El Ser arrasa, no intenta, ejecuta. Elnacimiento es siempre un desgarro. ¿Cuántas muertes tendremos antes de morir?¿Cuántos desgarros antes de despertar?

La luz tenue e intermitente nos hace preferir la oscuridad cerrada. No hay túnelesni luces... ni paz, sólo vacío, silencio y soledad...

El frío es envolvente y somos ese frío. Nos helamos por dentro con nuestrasfalanges colgando. ¿Acaso nos importa?

La salud como una cachetada, nos hace seguir vivos. Nuestro estado es deindefensión; todo lo actuado es lo atraído, y ni siquiera nos deja lugar para la queja.

Noches, oscuridad, total desesperanza. El parto se aproxima... el desgarro nose mide por daños causados sino por resultados obtenidos. El Ser arrasa. Nosquiere despiertos (“velen conmigo, no se duerman, no vuelvan a dormirse”); lossentidos nos engañan una vez más, tratando de alimentar esperanzas, ilusiones, y laconsciencia nos grita que eso es más de lo mismo, que si no es hoy será mañana...

El desgarro no se mide por el tiempo sino por la intensidad. Atrajimos muer-te, abandono, traición, enfermedad, indefensión, nos activa y nos desactiva el prin-cipio femenino, no importa que tengamos roles de hombre o de mujer. Todo duele.El Ser arrasa, barre la casa, provoca destrozos... no repara en gastos.

El sufrimiento es como un electroshock, pero visto desde el que lo recibe. Sali-mos o nos quedamos. Pero ahora ni sufrir podemos, sólo dolor, dolor puro...

A lo lejos, los otros (las otras manifestaciones), siguen durmiendo con sus lucesprendidas, con sus mentes razonadoras, escudados en sus cálculos impecables.

Nos fregamos los ojos y vemos claramente que somos nosotros, nosotros antes,nosotros después... Vemos la construcción mental, vemos el poder de la atrac-ción... ahora ya no nos sirve.

El desgarro(querer morir y seguir vivo)

Escribe: Camilo Guerra

“Señor, tú me sondeas y me conoces.Todas mis sendas te son familiares.¿A dónde iré lejos de tu aliento,o dónde escaparé de tu mirada?Tú has creado mis entrañas,me has tejido en el seno materno.Te doy gracias porque me hasescogido portentosamente”.Salmo 138

“Ninguna prueba os ha caído encimaque sobrepase lo humano: fiel es Dios,y no permitirá Él que la prueba superevuestras fuerzas. No, para que sea po-sible resistir, con la prueba dará tam-bién la salida” (I Cor 10,13).

“El amor forma parte de la auténticapaciencia. Pues lo vivo crece despacio,tiene sus horas, va por muchos cami-nos y rodeos. Por eso requiere confian-za, y sólo el amor confía. Quien no amala vida no tiene paciencia con ella; en-tonces vienen la vehemencia y loscortocircuitos, y hay heridas y rotu-ras”. Romano Guardini

“Descubre el silencio que te rodea.Déjale que te penetre, a fin de que lle-gues a ser por ti mismo, cerca de losotros, una palabra que brota del silen-cio de las germinaciones”.Marcel Légaut

“Subí a la parte superior de mí mismo, y más alto aún reina el Verbo. Curiosoexplorador, descendí hacia el fondo de mí mismo y lo encontré aún más abajo. Miréhacia afuera, y lo encontré mucho más allá de todo lo que es exterior. Miré haciaadentro, pero Él es más íntimo que yo mismo. Y reconocí la verdad de lo que habíaleído: que vivimos en Él, y que en Él tenemos el movimiento y el ser”. San Bernardo

“La suprema bondad es como el agua. El agua todo lo favorece y a nada combate.Tiende hacia los lugares más bajos y escondidos que el hombre, en su necedad,desprecia. Por eso, el agua está muy cerca de la sabiduría”. Tao Te King VIII

Pensamiento

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“Quién podrá apartarnos del amorde Cristo: ¿la aflicción? ¿la angustia?¿la persecución? ¿el hambre? ¿la des-nudez?... En todo eso vencemos fá-cilmente por Aquél que nos ha ama-do. Pues estoy convencido de que nimuerte, ni vida, ni ángeles, ni princi-pados, ni presente, ni futuro, ni po-tencias, ni altura, ni profundidad, nicriatura alguna, podrá apartarnos delamor de Dios manifestado en CristoJesús, Señor nuestro.” Rom 8, 35-39

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“Derecho Viejo” Página 3Desde lejos nos enseñan

Cástor y Pólux, los "dioscuros"Esparta ha sido desde siempre hogar

de los guerreros más fuertes de toda Gre-cia. Muchos dioses admiraban el coraje yla disciplina espartana. Otros dioses, comoZeus, también admiraban la belleza de lasmujeres espartanas...

En uno de sus constantes viajes almundo de los mortales, Zeus se enamoróde la reina de Esparta, Leda.

Para que Hera no lo atrapase en plenoacto de adulterio, Zeus decidió transfor-marse en un cisne, y bajó a una lagunapor donde Leda solía pasear.

Al ver al majestuoso cisne, la reina que-dó prendada de su belleza, y se acercó aél. Esto era lo que esperaba Zeus, y gra-cias a su magia, logró que Leda se ena-morase de él. Esa misma noche, Leda es-tuvo también con su marido, el rey deEsparta. Nueve meses después, fruto delextraño amor con Zeus, la reina dio a luzdos huevos: del primero, surgieron dosniños semidioses, hijos de Zeus, Pólux yHelena; y del segundo huevo, surgierondos niños mortales, Cástor y Clitemnestra,hijos del rey espartano.

Ya desde pequeños, Cástor y Póluxfueron inseparables. Cástor era famosopor su habilidad en equitación, mientrasque Pólux sobresalía como boxeador.

Buscando aventuras, los gemelosacompañaron a Jasón en la expedición delVellocino de Oro. El buen humor de lospríncipes alegró el viaje de los argonautas,y su inquebrantable fortaleza salvó másde una vez el día.

A su regreso al hogar, se sumaron tam-bién a la cacería del jabalí de Calidonia.Con el tiempo, fueron conocidos en toda

La antigua tradición espartana detener dos reyes (uno militar, y el otropolítico) se asociaba comúnmente almito de Castor y Polux.

Cicerón, en su libro De la Natu-raleza de los dioses, habla de losmuchos héroes transformados endioses en virtud de sus servicios ala humanidad (por nombrar algunos,Hércules, Asclepio, y, por supuesto,los gemelos Cástor y Pólux).

Idas y Linceo, al ser hijos dePoseidón (el hermano de Zeus), eranpor lo tanto primos de los dioscuros.Se cuenta que, al enterarse de queCástor y Pólux habían sido converti-dos en estrellas, Poseidón reclamóel mismo privilegio para sus hijos caí-dos. Zeus le respondió que, al haberperdido el combate, demostraron noser dignos de la inmortalidad. Estadisputa entre Poseidón y Zeus durómucho tiempo, pero finalmente eldios del mar aceptó lo decretado.

El culto a los gemelos dioscurostuvo mucha difusión en el ImperioRomano, y se les dedicaron nume-rosos templos: se contaba que enel viaje de los argonautas, cuandouna terrible tormenta amenazabacon hacer naufragar la nave, los her-manos rezaron a Zeus. La tormentacesó, y el resto de los argonautasvieron estrellas adornando las cabe-zas de Cástor y Pólux. Desde en-tonces, los dioscuros fueron consi-derados los patronos de los nave-gantes. Algunos interpretan por estoque las estrellas de la constelaciónde Géminis ayudaban a los navegan-

Grecia con el apodo de “dioscuros”, quesignifica “los hijos de Zeus”.

Cuando su hermana Helena fue rapta-da por el rey ateniense Teseo, Cástor yPólux inmediatamente asediaron Atenas yla rescataron.

Sin embargo, los dioscuros no eran losúnicos gemelos famosos en Grecia: Idasy Linceo, los hijos gemelos del dios delmar Poseidón, eran sus enemigos decla-rados. Muchas veces se enfrentaron encombate, pero siempre terminaron enempate.

En cierta ocasión, mientras visitabanTebas, Cástor y Pólux quedaron prendadosde dos sacerdotisas de Afrodita. Sin em-bargo, lo que ignoraban era que Idas y

tes griegos a manejarse en el Medi-terráneo.

Cástor y Pólux "murieron" pocoantes de que Helena fuera raptadapor Paris, dando así inicio a la gue-rra de Troya. Posiblemente, de ha-ber estado vivos los dioscuros, Parisno habría llegado demasiado lejoscon la princesa.

Respecto a su muerte y curio-sa apoteosis, la constelación deGéminis sólo es visible seis me-ses del año. De aquí que se dije-se que, cuando no era visible, eraporque los gemelos estaban en elHades.

El mito de Cástor y Pólux apuntaa la naturaleza dual de cada hom-bre: todos tenemos una tendenciahacia lo espiritual, lo sublime, y unatendencia hacia lo mundano. Platónexplicaba esto en su "mito" del ca-rro alado. El filósofo nos narra en sudiálogo "Fedro", que el alma huma-na es como un carro alado que sur-ca el cielo de los inmortales. Estecarro está tirado por dos caballos:uno de ellos tira hacia el cielo infini-to; el otro tira hacia la tierra. El auri-ga del carro (la conciencia) debe serlo suficientemente hábil y fuerte parapoder controlar a ambos caballos.

De la misma manera, Cástor eshijo de un mortal, es un ser del mun-do, mientras que su hermano Póluxes un ser del cielo. Sin embargo, a pe-sar de esta diferencia esencial, estánunidos por un vínculo indestructible.

Algunos identifican esta dualidadcomo el verdadero pecado original

Escribe:Federico Guerra

Linceo también se habían enamorado deesas mismas sacerdotisas.

Y así fue que, al poco tiempo, los dospares de gemelos se encontraron frente altemplo de Afrodita. Al enterarse los hijosde Poseidón de las intenciones de sus ene-

migos, desenvainaron sus espadas y arre-metieron contra ellos.

Este combate, a diferencia de los an-teriores, fue brutal y despiadado. La bata-lla fue a muerte y, al final, quedó en piesólo un guerrero: Pólux.

El último de los dioscuros tuvo que vera su hermano morir en sus brazos. Conlágrimas en los ojos, clamó a su padreZeus que le devolviese la vida a Cástor.Pero el rey de dioses le respondió que

eso era imposible.“Sin mi hermano, yo soy una exis-

tencia incompleta. ¿Qué gloria me pue-de esperar, si Cástor está muerto?”, gi-mió Pólux.

Zeus le respondió:“Cástor es hijo del rey de Esparta, de

un mortal. Su destino es el de un mortal:nacer, vivir y morir. No se puede cambiarel destino. Tú, en cambio, eres mi hijo, ytienes derecho a la inmortalidad. Tu lugarestá en el Olimpo, con el resto de los dio-ses. Pero también eres un héroe, y poreso tienes derecho a una alternativa:puedes elegir compartirlo todo con tuhermano. Tanto tu inmortalidad... comosu muerte”.

Pólux, sin pensarlo dos veces, eligiócompartir su inmortalidad con Cástor.

Conmovido por el amor fraternal desu hijo, Zeus convirtió a los dioscuros enestrellas. Desde entonces, ambos herma-nos viven día por medio entre los muer-tos y entre los inmortales; un día en elHades subterráneo, y un día en el cielo,bajo la forma de la constelación de Gé-minis...

del hombre: pensar que Dios y elhombre, lo espiritual y lo mundano,son dos realidades separadas eneterno conflicto, cuando en realidadson un solo ser.

Ya hemos visto una historia simi-lar sobre esta naturaleza dual en otromito que también tiene como prota-gonistas a un par de hermanos:Prometeo (el cauto) y Epimeteo (elimpulsivo).

En el mito de Cástor y Pólux, losgriegos ofrecen una solución a estadualidad.

Cástor está destinado a morir. Loque es del mundo, muere con elmundo. Ese es su destino, su"moira" (palabra griega que alude aldestino individual e inexorable de

cada ser): todo lo que nace, muere.Todos estamos destinados a

morir, como Cástor, y estamos lla-mados, al mismo tiempo, a lo eter-no: Pólux, en cambio, está exento dela muerte, ya que es el hijo de Zeusy, por tanto, un dios. Y es, por tanto,el único que puede redimir a su her-mano de la muerte. La única mane-ra de hacer esto, es volverse unocon su hermano, compartir la muer-te: lo eterno debe saborear la finitudy asimilarla.

En Cástor y Pólux, finitud e infini-tud se reconcilian. Ambos estánmuertos y son inmortales, son hom-bres y son dioses al mismo tiempo.Dos destinos se vuelven uno, y ladualidad es superada.

“Derecho Viejo”Página 4

Usted es nada. Puede tenersu nombre y su título, su pro-piedad y su cuenta bancaria.Puede tener poder y ser famo-so; pero a pesar de todas esassalvaguardas, usted es nada.Quizás esté por completo in-consciente de esta vacuidad, deesta nada, o quizá no quieratomar consciencia de ella, peroella está ahí, haga usted lo quehiciere para evitarlo. Puede in-tentar escapar de maneras tortuosas, mediante laviolencia personal o colectiva, el culto personal ocolectivo, el conocimiento, las diversiones; peroya sea que esté dormido o despierto, esa nada estásiempre ahí. Usted puede descubrir su relación conesta nada y el miedo que lo acompaña, únicamentesi está alerta, sin opción alguna, a los escapes.No tiene relación con ella como si usted fuera unaentidad separada, individual; no es el observadorque la observa; sin “usted”, el pensador, el obser-vador, ella no existe. Usted y la nada son una solacosa, son un fenómeno conjunto, no dos proce-sos separados. Si usted, el pensador, siente miedode la nada y la aborda como algo contrario que seopone a usted, entonces cualquier acción que puedaemprender a su respecto, debe conducirle inevita-blemente a la ilusión y a más conflicto y desdicha.Cuando descubre y experimenta que esa nada esusted, entonces el miedo (que existe sólo cuandoel pensador está separado de sus pensamientos ytrata de establecer una relación con ellos) desapa-rece completamente.

Krishnamurti

Hubo un tiempo en que buscabaa los que se escondieron en el principiopara evitar el final.¿Acaso ellos, en su ceguera,poseían el secreto de la Nada?Busqué en la cima del monte Horeb,pero el profeta ya se había ido.Busqué en las noches del desierto,pero los padres ya habían muerto.Ya derrotado y agotado,en el borde de la existencia,tres sobrevivientes me encontraron.Les pregunté, con voz moribunda,por el oscuro secreto de la Nada.Me respondieron:“Si ves a un ignorante, el ignorante sos vos.Si ves a un sabio, el ignorante sos vos.No hay sabiduría e ignoranciadonde habita el Señor.”“Todo sueño, incluso el más noble,no es más que un sustituto de la Realidad.Simultáneamente agua y fuego,simultáneamente voz y silencio,la claridad te queda vedada,y con ella la confusión”.

Sin embargo, sobre el final de cada tarde,una ligera brisa,(no un huracán violento,ni un terremoto destructor),me susurra, siempre dulcelo equivocado que estoy.

Por Federico Guerra

El secreto de la Nada

–Me agradan sus enseñan-zas, pero ¿es usted cristiano?–preguntó un visitante, tras ha-ber charlado por primera vezcon Paramahansaji.

–¿No nos dijo Cristo: “Notodo el que me diga: ‘Señor,Señor’, entrará en el Reino delos Cielos, sino el que haga lavoluntad de mi Padre que estáen los cielos”? –respondió elGurú.

“En la Biblia, el términogentil se refiere al que es “idó-latra”: aquel cuya atención noestá centrada en el Señor, sinoen las atracciones del mundo.Un materialista puede asistir ala iglesia los domingos y, sinembargo, ser un idólatra.Quien mantiene siempre en-cendida en su interior la llamadel recuerdo del Padre Celes-tial y obedece los preceptos deJesús es un cristiano. A usted–agregó– le corresponde de-cidir si puede o no considerár-seme cristiano.

¿Será de mireligión?

He venido a decirte todo acerca de Él,y de como aprisionarlo en tu corazón,y de las disciplinas que atraen su gracia.A aquellos que me han pedidoque les conduzca a la presencia de mi Bienamado,les apercibo con la muda palabra de mi mente,o bien, les hablo con una suave mirada sugerente,o también con un dulce murmullo de amor,o en voz alta les disuado cuando de él se apartan.Pero cuando yo ya no sea sino sólo un recuerdoo una imagen mental,o una voz que se escucha en el silencio;cuando ningún llamado de esta Tierra pueda ya revelarmi paradero en el espacio insondable;cuando ni la súplica débil ni el mandato estentóreopuedan ya obtener de mí respuesta alguna,entonces, sonreiré en tu mente cuando estés en lo justo,y cuando no lo estés lloraré,y te estaré observando desde la oscuridad,o quizá también llore con tu propio llanto.Te hablaré en murmullo desde tu conciencia;con tu propio raciocinio razonaré en ti,y a todos amaré con tu propio amor.Cuando ya no puedas hablar conmigo,lee Susurros de la Madre Eterna;eternamente te hablaré a través de ellos.Caminaré a tu lado sin que lo sepas,protegiéndote con mis brazos invisibles.Y cuando por fin conozcas a mi Divino Amado,y puedas escuchar su voz en el silencio,me conocerás de nuevo en forma más tangibleque cuando me conociste en el plano terreno.Y aunque yo sea sólo un sueño para ti,vendré a recordarte que tú tambiéneres solamente un sueño de mi Bienamado.Y cuando sepas que sólo eres un sueño, como ahora lo sé yo,estaremos por siempre despiertos en Él.

En Platón, los textos sobre lamuerte y el destino de las almasdespués de la muerte son nume-rosos y complementarios. Estánpresentes en dos diálogos vincu-lados a la muerte de Sócrates: LaApología de Sócrates y el Fedón.Tres mitos sobre estos temas cie-rran respectivamente el Gorgias,el Fedón, y La República.

Aquí como siempre, Platón noinventa nada; juega libremente conmúltiples tradiciones. Ya Homero,en el canto XI de la Odisea, habíadescrito la estancia de los muertosen el Hades, y vemos como Platón,al tiempo que se inspira en él, re-hace la topografía de los espaciosinfernales y diversifica las funcio-nes. Hesíodo, los poemas órficos,la mística pitagórica, pero, sobretodo, la creencia venida de Orien-te en las reencarnaciones sucesi-vas inervan su visión de las rela-ciones entre la vida y la muerte.Este trasfondo de metempsicosises esencial: el alma es inmortal, ysalvo excepciones que trataremosmás adelante (Fedón, 114 a-c), sereencarna bajo múltiples formasanimales o humanas; la vida terres-tre es por lo tanto juzgada post-mortem y sancionada en el Ha-des (penas, purgaciones…), endonde el alma “permanece”, y des-pués renace tras haber escogidoun nuevo modelo de existencia y“olvidado” su condición anterior.

Veremos que a través de estascreencias diversas, aquí confun-didas y reconvertidas en mitos,Platón se empeña en hacer evolu-cionar, en relación a la tradición,dos nociones: la de la justicia, por-que las almas serán juzgadas se-gún sus méritos y proporcional-mente sancionadas y la del destinoy correlativamente la de la respon-sabilidad, ya que la vida encarna-da, escogida con conocimiento decausa, es asunto de cada cual.

¿Qué crédito otorga Platón aestos mitos? Podemos suponerque éstos representan, según él, lomás edificante que el espíritu hu-mano puede concebir ante el mis-terio de la muerte. Culminan tresde sus diálogos más importantesa los que dan, al final de largosanálisis teóricos o de debates vi-rulentos y polémicos, un aire casireligioso. Si Sócrates admite enel Gorgias que se pueden consi-derar estos relatos como “cuen-tos de mujeres” (muthos graos),se apresura a afirmar que él, porsus parte, les “da crédito”. El mitodel Fedón transmite las últimaspalabras del maestro instantes an-tes de su muerte y debe ser con-siderado con el mayor respeto. Yademás, una de las últimas fra-ses de La república deja enten-der que aquel que confíe en elmito podrá ser “salvado” por éste:la salvación por el mito.

El término “salvación” merecetoda nuestra atención. Obviamen-te, los mitos relativos a los finesúltimos de los hombres no sabríanbasarse en ningún testimonio di-recto, ninguna experiencia tangi-ble, ninguna argumentación con-vincente. Son una hipótesis lanza-da hacia lo desconocido, pero unahipótesis doblemente positiva y de-terminante: primero en el planomoral porque la visión que tene-mos de la muerte (miedo al casti-go, ansia de felicidad) condicionanuestro comportamiento aquí aba-jo; después en el plano espiritual,porque como en el caso deSócrates, aporta esperanza y se-renidad a quien lo abraza. La fina-lidad de estos mitos escatológicossería, en última instancia, ética: “Entodo caso, Calicles, estoy conven-cido de estos relatos y medito dequé modo presentaré al juez mialma lo más sana posible”(Gorgias, 256 d). “…No le quedaotra salvación y escape de malesque el hacerse lo mejor y más sen-sata posible” (Fedón, 107 c). Es-tos mitos quizás no nos enseñentanto sobre el funcionamiento dela justicia divina como sobre la ne-cesidad de la justicia humana.

Retendremos aquí los tres mi-tos del Gorgias¸ del Fedón y deLa república, en este mismo or-den. Se nos presentan comocomplementarios entre sí.

El Gorgias pretende mostrar, enrespuesta a Calicles, que es másventajoso vivir en el bien, ya queexistirá un juicio después de lamuerte, un juicio bien individua-lizado y proporcional a los erroresy los méritos: se refiere, por tanto,al tema de la sentencia. El Fedón,cuyo fin último es mostrar que nohay razón para temer a la muerte,ya que el alma es inmortal y losjustos conocerán la felicidad, ilus-tra el tema de la distribución gra-dual de las penas y las recompen-sas. La república nos lleva más alláde la muerte, de las sanciones y delas purgaciones, hasta el momen-to del renacimiento y del “instantecrítico” de la elección de una nue-va existencia. Ya no estamos postmortem, sino ante vitam: que cadacuál juegue bien sus cartas…

Así, pasamos de la vida a lamuerte y de la muerte a la vida.Sin duda los dioses nos juzgarán,pero la responsabilidad es nues-tra, tanto de lo que hemos sidocomo de lo que seremos. Diosesmás justos, hombres más respon-sables, así son los dos grandesmensajes de esperanza en los quePlatón nos pide que confiamos.“El riesgo es hermoso”…

Geneviève DrozExtraído de“Los mitos platónicos”

El destinode las almas

“Pues es hermoso el galardón y la esperanza grande” (Platón- Diálogo “Fedón”, 114)

Cuando yo sea sólo un sueñoParamahansa Yogananda

Máximas deParamahansa Yogananda

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Atentos al misterio

“Derecho Viejo” Página 5

La Iglesia no la acepta; pero hay quematizar cuidadosamente el grado de surechazo. Las solemnes declaraciones dog-máticas caen bajo el “magisterio extraor-dinario”, por el que el papa, en expresa ypública proclamación, define una verdadde fe o de costumbres como obligatoriapara todo católico que quiera seguirsiéndolo. La dirección práctica de la vidadiaria es objeto del “magisterio ordinario”en directivas concretas que han de serobedecidas con prontitud de ejecución ycon aceptación interna, pero que puedenser cambiadas en el futuro por el mismomagisterio; en consecuencia, si algúncatólico, tras seria y responsable re-flexión, no las acepta, no por ello dejade ser católico ni incurre en pecado.Nos toca examinar en cuál de las dos ca-tegorías entra el rechazo oficial de la reen-carnación.

Los concilios ecuménicos son fuentede magisterio extraordinario, y el conciliode Constantinopla del año 543, en el rigu-roso lenguaje de las anatemas, emitió unacondena de la doctrina de Orígenes, quedefendía la preexistencia de las almas. Diceasí el Concilio:

“Si alguien dice o piensa que las almashumanas tuvieron una existencia previa,es decir, que primeramente eran espírituso poderes benditos que, habiéndose can-sado de la contemplación de Dios y vol-viéndose hacia el mal, se enfriaron en elamor de Dios, y por esta razón vinieron allamarse ‘almas’ y, así, fueron enviadas encastigo a vivir en cuerpos, sea anatema”.

Es principio de Derecho Canónico,como de cualquier otro derecho, que lasprohibiciones y condenas han de enten-

derse en su sentido más estricto y res-tringido; es decir, que condenan lo queexplícitamente mencionan, y nada más. Aquien aquí se condena es a Orígenes y sudoctrina de la preexistencia de las almas ysu “aburrimiento” en el cielo, con las con-secuencias mencionadas en el texto. Peroeso no es lo mismo que la reencarnación,que no es expresamente condenada en estetexto. Concilios subsiguientes, como el deLyon en 1274 y el de Florencia en 1439,repiten la condenación, pero el contextoes el mismo; por consiguiente, no añadennada nuevo. Lo único que queda conde-nado es que la gente se aburra en el cielo,cosa que a todos nos consuela y nos ale-gra saber. La reencarnación como tal noes objeto de condenación bajo el magiste-rio extraordinario.

El magisterio ordinario es más explí-cito. El Nuevo Catecismo declara breve-mente en el número 1.013: “No hay reen-carnación después de la muerte”. Eso estodo. El pronunciamiento es escueto, y aél se aplica lo dicho sobre el magisterioordinario, es decir, que ha de aceptarsecon voluntad interna, pero que tambiénqueda abierto a la libertad responsable ydiscreta de pensar de otra manera, si asíllega a verse en conciencia. Aclaro la si-tuación con un ejemplo. La píldoraanticonceptiva está prohibida por el ma-gisterio ordinario, pero todos sabemos quehay buenas católicas que la usan con bue-na conciencia. La misma seriedad de deci-sión y amplitud de acción tienen lugar aquí.

La Biblia también tiene una breve de-claración al respecto. Hacia el final delNuevo Testamento, la Carta a los Hebreos,en el versículo 27 del capítulo 9, dice: “Los

hombres tienen decretado morir una solavez; después de eso, el juicio”. Aquí hayque notar que la palabra griega hapax, quees la que significa “una vez”, es como elestribillo que se repite en la sección finalde la apóstol para subrayar la unicidad deCristo, de su sacrificio y de su muerte, enparalelo con la “única vez” que muere elser humano. Por eso tiene su fuerza des-criptiva, a pesar de su brevedad. Por otraparte, una alusión tan breve y tan de pa-sada, sin refuerzo en ninguna otra partede la Biblia, no da lugar a una postura ra-dical en el tema. Hay teólogos católicos,como Alysius Pieris, que proponen ver enla reencarnación una manera de interpre-tar el purgatorio, que está afirmado, perono detallado, en la doctrina católica.

Lo curioso es que son los defensoresde la reencarnación quienes buscan argu-mentos a favor suyo en la Biblia y citanrepetidamente ciertos pasajes que parecenreferirse a ella, los principales de los cua-les son tres. El primero son las palabrasde Jesús: “Antes de que Abraham existie-ra, yo existo” (Juan 8,58), en las que al-gunos reencarnacionistas ven la afirma-ción de una previa existencia humana deCristo, aunque ello no se desprende enmanera alguna del texto. El segundo pa-saje es el de las palabras del propio Jesúsa la multitud: “Juan, si estáis dispuestos acreerme, es Elías que había de volver”(Mateo 11,14). Es verdad que el profetaMalaquías anuncia en el Antiguo Testa-mento: “Sabed que enviaré al profeta Elíasantes de que llegue mi día, el gran y terri-ble día” (Malaquías 3,23); pero para nadase habla en este pasaje de una transmigra-ción de almas, sino que se trata más biende un paralelo descriptivo entre dos figu-ras proféticas. El tercer texto, y en el quehacen más hincapié, es el de la curacióndel ciego de nacimiento. Cuando los dis-cípulos le preguntan a Jesús: “Maestro,¿quién pecó, éste o sus padres, para quenaciera ciego?”, Jesús contesta: “Ni éstepecó ni sus padres; es para que se mani-fiesten en él las obras de Dios” (Juan 9,1-3). La pregunta de los discípulos presu-pone la reencarnación: si el ciego naceciego por haber pecado, tendría quehaberlo hecho antes del nacimiento, esdecir, en una vida anterior. Pero, en surespuesta, Jesús niega claramente que laceguera se debiera a pecados anterioresde nadie, y no da pie alguno a pensar en lareencarnación.

Parece que la actitud de esos discípu-los de Jesús que daban por supuesta lareencarnación persistió un tiempo entrelos cristianos, y sólo fue en el siglo VIcuando el abandono de esta creencia porparte de los cristianos se hizo universal.Es instructivo acercarse a la historia y tra-tar de ver el porqué de esa tardía exclu-sión radical y del resurgimiento de lacreencia en nuestros días. Voy a citar dostestimonios, el de un teólogo católico y elde un observador de fuera, para ajustar elenfoque. El observador es Joe Fisher, concuyas palabras no coincido, pero que citoporque creo que nos interesa saber cómonos ven los demás. Dice así:

“Por qué la creencia en la reencarna-ción incurrió en las iras de la autoridadeclesiástica, es tema abierto a la interpre-

tación. Pero parece probable que losreencarnacionistas crearon la mayor pre-ocupación con su autosuficiencia, quetenía el efecto de minimizar el control desus autoritarios dueños. A los que creíanen la reencarnación no les atraían las pro-mesas de felicidad eterna, ni les asusta-ban las amenazas del fuego del infierno;no necesitaban sacerdotes ni ritos comola confesión para guiarlos hacia Dios enel camino recto y estrecho de la salva-ción. Mientras se esforzaban por salvar-se, no consideraban necesaria la depen-dencia de la Iglesia, en la que tanto insis-tía ésta. Esto hizo que la Iglesia se volvie-ra ferozmente intolerante en contra deaquellos de sus miembros cuya sumisiónno podía garantizar. Hans Holzner escribeen Patterns of Destiny: ‘La Iglesia nece-sitaba el látigo del Día del Juicio para man-tener a los fieles en línea. Por eso era cues-tión de vida o muerte para la Iglesia el nopermitir que la creencia en la reencarnaciónarraigara entre sus seguidores’” (p. 76).

Palabras exageradas, pero que a todosnos viene bien oír para corregir excesosdel pasado y ajustar realidades del presen-te. El teólogo católico que ahora cito esDavid S. Tolan, sj, editor asociado de larevista América de Nueva York, que ex-plica el renovado interés por la reencar-nación en nuestros días con la misma con-sideración del exceso de predicacionesanteriores. Escribe así en la revistaConcilium, en la página 43; “Cristianos yno cristianos vuelven hoy a la ley delkarma, en protesta airada contra la mane-ra mórbida y literal en que se les predica-ban los “novísimos” (muerte, juicio, in-fierno y gloria). La Iglesia occidental exa-geró por demasiado tiempo la motivacióndel miedo, recargó los terrores de la muer-te, esgrimió ferozmente la amenaza demalas confesiones y comunionessacrílegas, recalcó los tormentosmacabros del más allá y presentó al Diosde la compasión y del amor como a untemible juez cuya labor era la de condenara la gente a castigos eternos y espantosos”.

También sus palabras son duras, perono del todo inmerecidas, ya que hastatiempos bien recientes todos hemos re-calcado tristemente esas sombras de laculpabilidad, el miedo y el castigo. Si ve-mos a hermanos y hermanas nuestroscambiar de opinión, y a veces incluso deredil y de grey, nuestra primera reacciónha de ser, no culparles a ellos o a ellas,sino examinarnos a nosotros mismos y veren qué les hemos fallado para que hayantenido que ir a buscarlo a otra parte. Elresurgimiento de la creencia en la reen-carnación entre cristianos occidentales nospuede ayudar a entender y presentar conmás verdad y más humildad nuestros con-ceptos del más allá.

Extraído de “¿Una vida o muchas?”

Aburrirse en el cielo(¿Qué enseña la Iglesia católica sobre la reencarnación?)

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–Sucede–Va más allá de nuestras esperas y nuestros intentos.

–Es–Y uno se desvive en la búsqueda...

Imagina las mil formas de una relación y la relación es en sí.Sólo hay un largo camino y sucesivos encuentros.

Postas esperando un diálogo.Faros en la incertidumbre.

Cuando nos damos cuenta de esto, cada ser es un descubrimiento,una puerta que se abre para dialogar sobre el misterio.

Cuando tomamos conocimiento de esta realidad, todo lo demás es aleatorio,y somos, irreversiblemente, descarnadamente, en cada tramo del camino

que transitamos.Una verdad que cabe en muy pocas palabras, y que tardamos en descubrir,

caminantes de un largo e incierto camino, cada uno en distintos tramos,dejamos un instante la brújula, nos detenemos, y...

–Somos–en un diálogo.

Todo lo demás,es paisaje.

Rosa Carone

Lo importante es el encuentro

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Ida y vuelta

Carlos G. Vallés, SJ

“Derecho Viejo”Página 6

Dios te creó porque Dios te ama. Sicada uno de nosotros pudiera atrapar estaverdad y dejarla que eche raíces en noso-tros, no habría lugar en el mundo para laviolencia, para la inhumanidad, para lasanimosidades étnicas y el genocidio, parala guerra y la destrucción.

La narrativa bíblica relata que, en cadapaso de la creación, Dios dijo, “Quehaya...” Pero en el clímax, como si seña-lara algo trascendentalmente en vías derealización, Dios declara: Creemos al hom-bre a nuestra imagen y semejanza. Hom-bre y mujer los creó,semejantes a lo divino.

Esta fue en realidaduna distinguida asevera-ción para hacer respec-to de las criaturas hu-manas de Dios y se re-fiere a una práctica co-mún en el mundo anti-guo. Ya que el soberanono era capaz de estarpresente simultáneamen-te en cada una de las par-tes de sus dominios, se eri-gían estatuas representativas, en distintoslugares del reino. Estas eran su imagen ysemejanza. Sus súbditos estaban obliga-dos a rendir el mismo homenaje y respetoa las estatuas como si fueran el monarcamismo. Por lo tanto, que la Biblia diga quesomos creados a imagen y semejanza deDios, era afirmar que éramos los repre-sentantes de Dios, los virreyes de Dios.

Esta es una enseñanza radical, ya quesignifica que no es tal o cual atributo (edu-cación, riqueza, nacimiento noble, perte-nencia a alguna raza) el que inviste a unapersona con un valor infinito, sino que esel hecho de que todos hemos sido crea-dos a semejanza de Dios. Es algo intrín-seco, viene con el ser humano, de por sí.Reclama para cada persona este derecho

asombroso de ser el representante de Dios,el virrey de Dios, el sustituto de Dios.

Las consecuencias son múltiples. Perolo más importante es que la gente, cual-quiera que sea su rango o estatura, seanpobres o mal educados o lo que fuere, nosólo deben ser respetados. No, en reali-dad deben ser reverenciados porque repre-sentan a Dios. San Pablo nos enseña quesomos templos, santuarios del EspírituSanto, que somos mensajeros de Dios. Enalgunas de nuestras iglesias, ustedes amenudo verán una lámpara en el santua-

rio, que los alertará acerca deque el Sacramento está guar-dado en el Tabernáculo, y quecuando pasen delante de él, nosólo lo reverenciarán sino queharán la genuflexión, admitien-do la presencia de Dios. Aho-ra, si tomáramos nuestra teo-logía seriamente, no sólo nossaludaríamos entre nosotros.Deberíamos en realidad, arro-dillarnos delante de cada per-sona. Los budistas son máscorrectos, ya que se inclinan

profundamente a medida que se saludanunos a otros, puesto que el Dios en míreconoce al Dios en ti.

El valor de cada individuo es intrínse-co. No tiene nada que ver con logros oestatus. Pero sabemos cómo juzgamos alas personas: aquellos que fracasan sontomados muy poco en cuenta, desprecia-dos y humillados. Nuestras sociedades, amenudo son insensibles y tratan a quie-nes están arruinados como si no fueranentidades. Esto es realmente blasfemo.

Para el creyente, cuando se enfrentacon la injusticia, la opresión y el racismo,no queda más opción que la de oponersecon cada fibra de su ser. Es un deber re-ligioso, no político. No hacerlo será des-obedecer a Dios. Tratar a un hijo de Dioscomo si fuera menos que esto, no es sim-plemente una maldad, aunque sin duda loes. No es sólo doloroso, como debe serloa menudo para las víctimas de las injusti-cias del racismo y la opresión. Es verda-deramente blasfemo, porque es como sihubiéramos escupido en la cara de Dios.

Debemos celebrar nuestra diversidady no reclamar una superioridad basadafalsamente en la ilusión de que porquesomos distintos, en consecuencia, so-mos superiores. No debemos permitirque los políticos exploten nuestras di-ferencias y agiten los fuegos de la ani-mosidad tribal y la guerra, para una

ventaja política. Es un juego peligroso.Debemos reafirmar que Dios nos

creó no para separarnos, no para la alie-nación que conduce a la desavenencia,división, odio y hostilidad. No, Dios noscreó por la familia, para estar juntos, parala interdependencia que lleva a la camara-dería, a compartir, a la risa, a la paz, a laprosperidad.

Como representantes de Dios, hemosde conducir al resto de la creación de Dios,no con el fin de explotarla dura e irres-ponsablemente, sino guiarla como lo ha-ría Dios, con cuidado y compasión. Noser cruelmente derrochadores de los re-cursos naturales irreemplazables, no con-taminar, con insensibilidad, la atmósferay los ríos, sino comportarnos como aque-llos que son los asistentes de Dios, sa-biendo que deberemos rendir cuentas denuestra colaboración.

Fuimos creados “a semejanza de Dios”para ser creativos en nuestras relaciones,en nuestro trabajo, en la música, en lasartes, en el drama, en la literatura, al igualque en la jardinería. Podemos ser creativossacando a relucir la belleza de la fealdad,la paz de la guerra, la armonía de la desar-monía, el orden del desorden, la salud dela enfermedad. Y no debemos tratar dehacer lo que por espectacular llega a lostitulares de la prensa. Lo mundano y dis-creto pueden ser igualmente maravillosasoportunidades para ejercitar la creatividad.

Estamos hechos a imagen de lo glo-riosa Trinidad, estamos hechos para lafamilia, la unión, la comunión, la herman-dad. En nuestro idioma africano, decimosque una persona es una persona a tra-vés de otras personas: que la personasolitaria, totalmente autosuficiente es,terminológicamente, una contradicción.

Dicha personaes realmentesubhumana .No sabríamoscómo hablar,cómo pensar,cómo caminar,cómo ser hu-manos, salvoque lo aprenda-mos de otrosseres humanos.

Hemos es-cuchado decirVivamos simplemente para que otros pue-dan simplemente vivir. Nuestra fe debeinspirarnos para trabajar de modo tal quese reduzca la creciente brecha entre loscarecientes y los poderosos, porque so-mos miembros de una familia, la familiahumana, la familia de Dios. Lo que afec-ta a parte de la familia, inexorable-mente tendrá su efecto sobre lasotras partes.

Somos creados a semejanza de esteDios que muestra un prejuicio marcado afavor de los marginados, los pobres, losdébiles, la viuda, el huérfano y el extran-jero, que generalmente son los débilesentre los débiles: la mayoría sin poder.

Estamos hechos para lograr lo trascen-dente. Somos una paradoja notable, lo fi-nito hecho para lo infinito. San Agustínde Hipona dijo, acerca de Dios y noso-tros: “Tú nos has hecho para Ti y nues-tros corazones estarán ansiosos hasta queencuentren su descanso en Ti”.

F. Franck, J. Roze y R. ConnollyExtraído de “¿Qué significa ser humano?”

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Islam. Nahjul Balagha, Sentencia 21

“¿No tenemos todos un solo Padre?¿No nos ha creado el mismo Dios?”

Judaísmo. Profecía de Malaquías, 2,10

“Yo miro a todas las creaturas por igual;ninguna me es menos querida

y ninguna más querida”.Hinduismo. Bhagavad Gita, 9,29

Igualdad y unidad“¿Y qué con todos estos títulos,

nombres y razas?Son meras convenciones mundanas”.

Budismo. Sutta Nipata, 648

“Ya no hay ni judío ni griego,ni esclavoni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos

vosotros sois uno en Cristo Jesús”.Cristianismo. Carta a los Gálatas, 3,29

“En educación no hay distinciones de clase”.Confucianismo. Analecta, 15,38

La vía de la convivencia social: La voz de las religiones

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“Derecho Viejo” Página 7

Swami Vivekananda, quien transmitióel Vedanta a Occidente, una vez escribió:“El mundo no tiene ninguna posibili-dad de bienestar mientras no se mejo-re la condición de la mujer. Es imposi-ble que el pájaro vuele sólo con un ala”.

En la medida en que la evolución hu-mana entra en una nueva era caracteriza-da por la trascendencia del ego y el reco-nocimiento de la unidad de toda vida, pa-rece apropiado tratar aquí de una necesi-dad urgente en estos tiempos de transi-ción. Me refiero a la relativa carencia demétodos y bibliografía para las mujeresque entran en la vida espiritual. Al estu-diar la historia sagrada y la literatura reli-giosa, pude comprobar con tristeza hastaqué punto se ha mantenido a la mujer “fue-ra del templo”. Las mujeres que aspiran ala vida espiritual disponen de muy pocoejemplos de mujeres totalmente liberadas,ya sea a nivel histórico o contemporáneo,que les sirvan de modelos. Al mismo tiem-po, la literatura espiritual dedicada a lasmujeres es menos abundante comparadacon la dedicada a los hombres.

Como es natural, la liberación ha sidoconsiderada ante todo como humana yluego masculina o femenina. Míticamentehablando, así fue antes de caer en la dua-lidad y en los sexos y así es como será enla era próxima, cuando la androginia ca-racterice la sexual de hombres y mujeres.Los mejores rasgos masculinos y feme-ninos se fusionarán dentro de la concien-cia del individuo. La auténtica literaturaespiritual así lo reconoce y trasciende laseparación de los géneros; habla de la ver-dad, tanto a los corazones y a las mentesde los hombres como de las mujeres yconsidera urgente liberar las identidadesparciales y la esclavitud de eso que esmenos que último. El énfasis está en Dios,no en el género; en el espíritu, no en elpapel que desempeñan los sexos.

Aunque la igualdad de los sexos la han

defendido o aprobado tácitamente en losprimeros tiempos de la historia unos po-cos individuos –Jesús y Buda fueron dosde ellos–, obviamente no se ha llevado ala práctica. Por lo tanto, en cierto senti-do, se trata de un nuevo concepto, o porlo menos un concepto al que le ha llegadoel momento. No conozco ninguna socie-dad anterior a la presente en la que el hom-bre y la mujer hayan sido consideradospsicológica y culturalmente iguales. To-das las sociedades han sido preponderan-temente patriarcales o matriarcales. Engeneral, los últimos tres mil años han cons-tituido la Era del Hombre en el sentidopatriarcal. Con anterioridad, la religión dela Gran Madre dominó los asuntos mun-diales, aunque esos asuntos fueron engran parte tribales o locales.

Cuando, por cualquier razón, de la erade las sacerdotisas se pasó a la de los sa-cerdotes –creo que Ken Wilber explicamejor la situación en Up from Eden–, lasmujeres, por lo general, tuvieron que to-mar el asiento trasero en los asuntos so-ciales y espirituales. Ciertamente, huboexcepciones desde el punto de vista indi-vidual y cultural. Pero el impulso del de-sarrollo humano colocó a los hombres enprimera línea y las mujeres que aspirabana la espiritualidad quedaron relegadas apuestos secundarios. Ese estado de co-sas fue superado por un puñado de muje-res atrevidas y valientes que buscaban aDios, pero, por lo general, tuvieron que irfuera de las instituciones religiosas parasaciar su sed de evolución espiritual ycomprensión de la realidad última.

Con el auge de la sociedad patriarcal aescala mundial, la historia escrita se con-virtió esencialmente en historia para hom-bres y, por lo tanto, ¡excluyó a la mitadde la población! A las mujeres se les nega-ron los puestos de mando y la oportuni-dad para evolucionar espiritualmente ytampoco tuvieron el apoyo de las institu-

ciones dominadas por los hombres. De lamisma manera que quedaron excluidas delos puestos de mando, las institucionesreligiosas tampoco aceptaron que partici-paran en la redacción de las escrituras.Por consiguiente, los documentos histó-ricos apenas contienen figuras femeninasque las describan como maestros místi-cos o espirituales, ni literatura escrita poro para las mujeres. Ello ha repercutido en

la parcialidad y ceguera de la sociedadmoderna, con lo cual se demuestra quelos hijos son culpables de los “pecados”(mejor dicho, a la ignorancia) de los padres.

Pero la carencia de la evidencia no sig-nifica la evidencia de la carencia. Aunquelos documentos históricos se diferenciende la historia “vivida”, uno encuentra quehay muy pocos ejemplos de mujeres es-piritualmente liberadas en las tradicionesreligiosas sagradas. Por lo tanto, las mu-jeres de hoy en día no deberían caer en elerror de considerarse incompletas o queel sacerdote, maestro o ejemplo masculi-no es indispensable como intermediariopara realizar su viaje hacia Dios. Ello noquiere decir que las mujeres deberían re-chazar a los hombres como maestros oejemplos de su vida espiritual, sino queno deben considerarlos absolutamente im-prescindibles, ya que existen ejemplos fe-meninos. Además, hay que tener en cuen-ta que la liberación no hace distinciones,sino que hace que desaparezcan las des-igualdades.

Este breve estudio está especialmentededicado a las mujeres que aspiran a laespiritualidad, que no niegan o ignoran sufeminidad, sino que desean realizarla si-guiendo el camino espiritual. Aunque la li-

beración trasciende el papel que desem-peñan los sexos, no obstante es conve-niente que las mujeres que buscan a Diostomen como ejemplo la vida de las muje-res iluminadas, hasta que hayan evolucio-nado lo suficiente para no necesitar nin-gún ejemplo.

Sin embargo, hay que ser cauto. Lareflexión se antepone a la liberación.Es preciso hacer una depurada se-lección, ya que no todas las muje-res que aquí se mencionan –comolos casos de figuras que todavía vi-ven– han conseguido la evoluciónde la conciencia. Lo mismo sucedecon los hombres en el mundo espi-ritual: no todo lo que han dicho ohecho es producto de la sabiduríadivina. A veces, los santos son losdogmáticos de malos dogmas; losmísticos sufren las consecuenciasde metafísicas tergiversadas. Ade-más, hay personas altamente desa-

rrolladas, ya sean hombres o mujeres, queson depresivos o tienen mal carácter. Esfácil confundir la excentricidad con la es-piritualidad de alto nivel, ya que estas per-sonas no son en realidad lo que aparen-tan. En el peor de los casos, sucede queaspirantes ingenuos se convierten en lasvíctimas de maestros sin escrúpulos, cuyaconducta atrayente y mistificadora lesseduce de forma idealista y eficaz con lapromesa de “iniciarles en los misterios”.

Debo puntualizar que he omitido deli-beradamente referirme a las mujeres quese han dedicado a la magia y a las tradi-ciones paganas como la brujería, la astro-logía, el tarot, etc. No lo he hecho porconsiderar que no son tradiciones espiri-tuales importantes. Sin duda, entre lasmujeres que las practican, las hay con in-clinaciones espirituales y, por lo tanto, noes mi intención hacerles reproches o in-sultarlas. Estas tradiciones, en realidad,son útiles, ya que todo lo que sirve paraprofundizar en el conocimiento de sí-mis-mo es válido. Pero estas tradiciones sefundan en la Naturaleza más que en lafuente trascendental de la Naturaleza. El“sí-mismo”, tal como lo definen, no es elSí-Mismo de la religión y de las tradicio-nes sagradas. Por lo tanto, no las consi-dero como caminos que conduzcan a lailuminación, ni tampoco sé de ningunamujer, de tiempos pasados o contempo-ráneos, que se haya distinguido gracias aestas prácticas.

Estoy dispuesto a aceptar cualquiercomentario que sirva para enmendar al-gún error que haya podido cometer o bienpara informarme acerca de lo que ignoro.Afortunadamente, la carencia de textosespirituales y de ejemplos para las muje-res está en vías de superación en la ac-tualidad. Hay mujeres contemporáneas degran talla que hablan y escriben con unaprofunda sabiduría duramente consegui-da. Asimismo, se han llevado a cabo estu-dios rigurosos que revelan un materialoculto desde hace mucho tiempo relativoa mujeres de espíritu que aportaron unaconstancia histórica digna de ser compa-rada con la historia vivida. Espero que estasobras se multipliquen, y pueda indicar unalarga y rica historia de mujeres de vidaespiritual.

Extraído de “Qué es la iluminación”

Las mujeres y la iluminaciónPor John White

El Ser Supremoya existe

El Ser Supremo ya existeen todo tu ser,confiar en sí mismoes el primer paso para crecer.

Prevalece espontáneamentela paz perpetua interior,sólo necesitas calmartodo ruido del exterior.

No podrás describir másesa experiencia interior,yace ahí el amor verdaderopor el bendito Señor.

Swami Pareshananda

El Ser es Uno

Nada te turbe,Nada te espante,todo se pasa,Dios no se muda;la pacienciatodo lo alcanza;quien a Dios tienenada le falta:Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,al cielo sube,por nada te acongojes,nada te turbe.

A Jesucristo siguecon pecho grande,y, venga lo que venga,nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?Es gloria vana;nada tiene de estable,todo se pasa.

Aspira a lo celeste,que siempre dura;fiel y rico en promesas,Dios no se muda.

Ámala cual merecebondad inmensa;pero no hay amor finosin la paciencia.

Confianza y fe vivamantenga el alma,que quien cree y esperatodo lo alcanza.

Del infierno acosadoaunque se viere,burlará sus furoresquien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,cruces, desgracias;siendo Dios tu tesoronada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;id dichas vanas;aunque todo lo pierda,sólo Dios basta.

Nada te turbeSanta Teresa

de Avila(1515-1582)

“Derecho Viejo”Página 8

Si el sol naciente es de oroY la luna llena es de plata,Si la aurora me destapa

y de esta forma despierto,si en la tarde encuentro aciertos

con todo lo que me dictanporque dudar de que existan

manantiales en desierto.

Sólo soy un ser humanoSin tierra ni religión

Teniendo la bendiciónDe lo alto que me hizo,Porque sólo eso quisoHacerme para que seaSin esfuerzo ni pelea

Siendo sin pedir permiso.

Desaprendo lo aprendidoPara poder renacer,

Y de esta forma crecerHacia una vida mas plena

Transformándome en antena,Transmitiendo sólo amor

Y recobrar el saberDel corazón que se eleva.

Todos somos inmortalesEn un cuerpo de mortal,Descubramos el portal

En lo profundo y lo interno,Borrando todo lo enfermo,

Grabando felicidad,Hallando así la verdad,Renacemos a lo eterno.

Nuestro origen es el cosmos,Estos huesos el envase,El alma sirve de enlace

Recordando Nuestra esencia,Sintiendo así la excelencia

Del gran espíritu vivo,Dejamos de ser mendigos

Y aceptamos nuestra herencia.

Solamente somos luzTras experiencias humanas,

Vidas y vidas pasadasViviendo para aprender,

Y al fin poder comprenderDe donde somos realmente,

Y volver hacia la fuenteCristalina sol del ser.

Por Guillermo Pérez Méndez

Usted puede dominar supropio cuerpo y mente. Si lo-gra el autodominio, puede do-minar todo. Desafortunada-mente, muchos han olvidadoejercitar este dominio, por locual el cuerpo y la mente hancomenzado, a su vez, a sojuz-garlos. Si usted lo permite, elcuerpo, la mente y los sentidos lo esclavi-zarán. Si usted se sienta a comer y noestá contento porque la comida carece desal, entonces, la lengua está ordenándoleque usted coma más bien por ella que porel estómago. Sin embargo, puede entre-nar sus sentidos para que lo obedezcan.

Con el propósito de controlar la men-te, debe controlar los sentidos, porque lamente funciona a través de los sentidos.Por sí mismos, los sentidos son inocen-tes. No pueden hacer todo. A veces, susojos están bien abiertos, pero no ven, por-que su mente está ocupada en algo más.No son los ojos los que ven, sino que lamente ve a través de los ojos. La menteoye a través de los oídos y gusta a travésde la lengua.

La quinta rama del árbol del yoga con-siste en quitar los sentidos de los objetossensibles. Eso no quiere decir que ustedse reprime, sino que gana control. Usa lossentidos como usted quiere y no permiteque ellos lo usen a usted. Mediante lamente consciente, envía impresiones apro-piadas a la mente subconsciente, paraborrar todas las impresiones anteriores ohábitos. Eso es lo que usted llama volun-tad. Use su voluntad.

La mejor forma para desarrollar estahabilidad es empezar con cosas pequeñas,sobre las cuales puede ejercer control fá-cilmente; y proseguir desde allí. En vezde decir de repente: “Voy a ayunar duran-te diez días”, comience con un día. Si creeque su lengua pide demasiado azúcar, diga:“Cada domingo no tocar el azúcar”. Des-pués de algunas semanas, añade un díamás. O en lugar de poner cuatro cucha-raditas, ponga dos. Gradualmente, ganedominio sobre su lengua.

De igual manera, si asiste con frecuen-cia al cine, propóngase: “Solamente unavez por semana, eso es todo. No importacuán interesante sea”. También puede pro-ponerse no ver televisión durante un día.Después dos. De esa manera, de a poco,adquiere dominio sobre sus ojos. Empie-ce con cosas pequeñas, y cuando lo hayalogrado, ganará confianza. Así, usted pue-de escoger su propia práctica y, sucesi-vamente, tomar el control de sus sentidos.Es como entrenar un caballo. No se le poneuna carga enorme desde el primer momen-to. Se trabaja con él de manera gradual.

Aprenda también a controlar su enojo.Claro que no es prudente almacenar suira hasta el punto en que ésta explote. Perosi lo analiza un poco, no se enojará tanto.Cada vez que se exaspera, pone en activi-dad ciertas glándulas y, especialmente, elduodeno, causante de que la bilis se vayaal torrente sanguíneo. Eso hace “hervir”la sangre y la cara se le pone roja. Des-pués que hierve, debe enfriarse; eso ago-ta los glóbulos rojos. Por eso, muchas per-

sonas que se enojan, con fre-cuencia, pierden “calidad” en lasangre y se vuelven nerviosas.Después, cuando se irritan, lestiembla todo el cuerpo y se es-tremecen. Esa persona se estádestruyendo, aun antes de afec-tar a quien le provoca el enojo.Si la otra persona es fuerte, ni

siquiera se perturbarán. La pérdida totalla padece el iracundo.

Las personas no se corrigen medianteel enojo. De esa manera, sólo se rodeande más enemigos. Si alguien está enojadocontra usted, muéstrele amor. Es comoecharle agua al fuego. Sepa que usted,más que ningún otro, se afecta con suenojo. En el momento de enfadarse, véa-se en un espejo y sentirá vergüenza. Tomeun vaso de agua fría o dese un baño,cuente hasta cien. Hay muchostrucos.

Después de controlar eseenojo, guárdelo. Puede servir. Elenojo controlado, con frecuen-cia, es útil, incluso necesario.Alguien puede tratar de explotarloo crearle problemas. Si todo lodemás falla, usted puede usar elenojo para salir de esa situación.Sin embargo, mientras no obtenga esa ca-pacidad, aléjese de la ira.

En tanto continúen sus prácticas ycrezca su fe, vencerá al temor, que es lomás difícil de erradicar. En cierta oportu-nidad, millones de personas estaban re-unidas en un centro de peregrinaje reli-gioso. Había un anciano muy santo, queno podía cumplir largo trayecto, para re-unirse con todos. Tenía una pequeña cho-za junto al camino, pero estaba a cientosde kilómetros de distancia. Los peregri-nos pasaban y él tenía la oportunidad dever a todos. En cierto momento, vio unafigura peculiar –no se trataba de una figu-ra humana– que marchaba hacia el lugarde la peregrinación.

El santo lo detuvo y le preguntó:– ¿Quién eres? Se te ve extraño. ¿A dóndevas?

–Voy a la peregrinación.–¿Con qué propósito?–Tengo una misión.–Dime, ¿cuál es la misión? ¿Cómo te

llamas?–Me llaman Cólera.–¿Qué? ¿Te llamas Cólera? ¿Por qué

vas allá?–Se me ha ordenado eliminar a quinien-

tas personas de la faz de la tierra y estoytomando esta peregrinación como excu-sa. Voy a cumplir mi misión.

–Oh, ya veo. Bien, si ése es el propó-sito de Dios, debes cumplirlo. La genteva allá y olvida sus precauciones sanita-rias. Ellos dan lugar a eso, así que, proba-blemente, tendrán muchos “discípulos”.

Cuando la peregrinación hubo termi-nado, todos regresaron a sus hogares. Lasnoticias corrieron diciendo que, casi milquinientas personas, habían muerto decólera. El santo estaba un poco disgusta-do. ¿Por qué miente alguien que se llamaa sí mismo mensajero de Dios? Pudo ha-berme dicho que iba a reclamar mil qui-

nientas vidas. Me dijo que solamente qui-nientas, pero se llevó otras mil. Estarépendiente de él y le haré esta pregunta.

Lo buscó cuidadosamente y, por su-puesto, después de unos días, pasó el se-ñor Cólera. El santo anciano se dirigió a ély le dijo: “Señor, por favor deténgase”.

–Sí, yo conozco tus pensamientos. Sépor qué me has detenido. Pero no me ha-gas responsable por ello. Yo sólo hice mitrabajo. Me llevé a quinientas personas.

–¿Cómo se atreve a decir eso? Fueronmil quinientas personas las que murieron.

–Cierto. Eso se debe a mi seguidor, miamigo.

–¿Quién es ese amigo?–El señor Miedo. Yo sólo tomé qui-

nientos, pero cuando la gente oyó queera cólera, el mismo miedo al cóleramató a otros mil. ¿Qué puedo hacer?

Así es. El mie-do a la enferme-dad mata másgente que la en-fermedad mis-ma. Por lo tan-to, fortalezca lamente. Despuésde todo, ¿de quétenemos miedo?

Un día vamos a morir. Si la muerte viene,diga: “Has llegado, ¿vas a llevarte este ro-paje y me darás uno nuevo? Bien, tómaloy consígueme un modelo nuevo”. Si locomprende correctamente, no hay lugarpara el miedo.

Para vencer al miedo, fortalezca lospensamientos de esperanza, valor y fe. Nose quede con sus problemas. Utilice sumantra u oración y lea las escrituras. Sitiene fe en Dios no debe temer a nada. Siel no tiene tanto poder, ¿para qué ir en subusca? Con esa fe en el Poder Supremonada puede afectarlo.

En cierta ocasión, un santo del sur dela India vio al ángel de la muerte cara acara y le dijo: “¿No sabes que Dios meprotege? Es mejor que huyas pronto. SiÉl te encuentra cerca de mí, con seguri-dad, te destruirá. Por favor, huye. Sálva-te”. ¿Cómo pudo decir tales cosas a lamuerte misma? Porque tenía una tremen-da fe en Dios. He ahí la fuerza de un de-voto. Por lo tanto, fortalezca el cuerpo,los nervios y la mente, hasta que su fe seatan fuerte que no abrigue ningún temor yusted sea el amo.

Extraído de “Conózcase a usted mismo”

Autodominio

SwamiSatchidananda

Volveral hogar

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Entrando

Licenciado enEnfermería

Sr. Jorge Miranda

Tel: 02234517826

Urgencias:

156811296 / 156829958

Mar del Plata

La verdadera disciplina nose impone. Sólo puede venir

del interior de nosotrosmismos.

Dalai Lama

La victoria mas grande eimportante es conquistarse a

uno mismo.

Platón

“Derecho Viejo” Página 9

El alma tiene música pero no es la que conocemos. Es la que se escucha cuandohacemos silencio en nuestro interior. El silencio es una puerta muy particular paraescucharla. Sólo cuando se hace intenso y profundo permite que ella llegue.

La música del alma es vibración. Es el sonido permanente que no se agota, quenunca termina, que siempre vibra. Es como la base de todo, el fondo primigenio delcual todo irradia.

Cuando se la comienza a percibir nos desconcierta. No entendemos qué ocurre.Tratamos de compararla con otros sonidos, otros ruidos y nada es parecido. Es unavibración pareja, de momentos más fuerte, de momentos más débil. Al principioaparece y desaparece. Luego, en la medida en que le prestamos atención y hacemosmayor silencio en nuestra mente y corazón, se estabiliza. Comienza a acompañar-nos cada vez más constancia, como una presencia natural, simple, inevitable.

Ya no se capta sólo en los movimientos de recogimiento. No hay que entrar enestado de meditación. En medio de la vida corriente ella está, no hay más que perci-birla, prestarle una suave, discreta atención. Únicamente desaparece o se hace muylejana cuando nuestra alma se perturba, se estremece en las oleadas de sentimientosencontrados o en los vórtices de los pensamientos absorbentes.

Es como si quisiera advertirnos, no dejándonos ir muy lejos de nuestro propiocentro, allí donde ella está.

La música del alma, cuando uno aprende a escucharla, revela distintos nivelesde vibración, que toman significado en la medida de cada alma, de sus estadosinteriores, de la profundidad que se alcanza, de la intimidad que se logra con elprincipio esencial que anida en cada ser.

No se puede hacerla escuchar a nadie. Es de cada uno, fruto del trabajo en elalma por acceder a ella. Sólo se puede captar fuera del ser observando los maticesde una permanencia, de un equilibrio y una estabilidad muy particulares. En nuestravida, estos aspectos no se relacionan con ningún hecho pasajero, con estímulos,con esperanzas o alegrías. El ser es diferente. Su alma vibra, él lo sabe y se transfor-ma. Sin ningún orgullo así lo vive. La vibración se transparenta simplemente y seentrega a los demás.

El alma que escucha su música se hace uno con ella, y ya no sabe de otra cosaque expandirse.

Mauricio Gidekel, Extraído de “A partir de hoy”

La música del alma

Amar significa, al menos, claridad de percepción y precisiónde respuesta. Ver al otro claramente como es. Eso es lo mínimoque puedo pedirle al amor. ¿Cómo puedo amarlo si no lo veo?Cuando nos vemos, generalmente no nos vemos el uno al otro.¡Buscamos una imagen!

¿Un marido se relaciona con una mujer o con la imagen que haconstruido de ella? ¿La mujer se relaciona con su marido o con laimagen que ha hecho de él? Tengo una experiencia de usted. Estaexperiencia está guardada en mi memoria, hago mi juicio basadoen la experiencia. La llevo conmigo. Acciono o reacciono en basea eso. No en base a lo que es usted ahora. Lo miro a través de unretrato.

Cuando viene a mí y dice, después de un conflicto, “Lo siento mucho por nuestradiscusión”, sería maravilloso que yo no me acordase de nada más. De eso hablanlos místicos cuando dicen purificación de la memoria. Ellos no dicen “olvidentodo”, sino “vacíense de emoción”- ¡Cúrense del dolor!

Ustedes dicen: “¿Recuerdas cómo estábamos apasionados hace dos años?” ¿Us-ted quiere que yo reaccione a eso o a usted como es ahora? Cuando se piensa en elamor como inversión, no se sabe qué es el amor.

Amar es como oír una sinfonía. Ser sensible a toda esa sinfonía. Significa tenerun corazón sensible a todos y a todo. ¿Usted puede imaginar que una persona oigauna sinfonía y sólo escuche los tambores? ¿Dar tanto valor a los tambores que losotros instrumentos queden casi apagados? Un buen músico, que ama la música,escuchará cada uno de aquellos instrumentos; él puede tener su instrumento favori-to, pero los escucha todos.

Cuando usted se apasione, cuando tenga un sentimiento de apego, una obsesión,¿sabe lo que sucederá? El objeto de su pasión se destacará y las otras personas seapagarán.

El amor no es una relación. Es un estado del ser.El amor existía antes que cualquier ser humano.Antes de que usted existiese, el amor ya existía.[...]Usted no puede hacer nada para conseguir el amor. Si usted comprendiese sus

deberes, apegos, atracciones, obsesiones, predilecciones, inclinaciones, y si se des-prendiese de todo eso, el amor aparecería.

Cuando el ojo está limpio, el resultado es la visión.Cuando el corazón está limpio, el resultado es el amor.

Intenta escuchar la sinfonía

Por Anthonyde Mello

Los hombres en su mayoría no viven más que para conservar o aumentar lo que yaposeen. Y viven bajo el miedo a perder lo que ya han conquistado. Son hijos del miedo.Son hombres viejos. Para justificarse, llaman peligroso a todo lo que es nuevo y llamanseguro a todo lo que pertenece al pasado. No son esos los hombres nuevos a los quenos gustaría escribir esta carta.

Sé que hombres verdaderamente nuevos hay muy pocos, aunque espero que en elcorazón de todos anide la nostalgia de serlo.

Porque en realidad lo nuevo es eso “de más” que todos esperan, sueñan y buscan,aun cuando el miedo de perder el trozo de tierra ya poseído les impida aventurarse enla búsqueda y la creatividad.

Miedo de lo nuevo y deseo de algo más son dos cosas que existen paradójicamenteen la conciencia del hombre, como dos personajes increíblemente verdaderos. Pero elmiedo es más viejo que el mismo hombre y muchas veces prevalece sobre el deseo dela aventura.

Es sintomático en este sentido lo que todos vivimos en cierto modo en la fiesta denavidad. Siempre resulta una fiesta alegre, humanamente cálida. Es como si navidad seconvirtiese en el centro de nuestras seguridades. Es como si alrededor de este misteriosencillo, convertido en rito del encuentro familiar, echásemos fuera todas las instan-cias escondidas de nuestra necesidad de protección y de nostalgia de madre.

Por eso se convierte en el momento del encuentro, del perdón, de la paz. Y no niegoque navidad pueda ser un trozo de poesía, necesaria para ese hombre que está cadavez más disperso y más lejos de sí mismo y de los demás.

Pero no podemos ignorar que el hombre, sin darse cuenta, ha proyectado en lanavidad, que es por excelencia la fiesta de lo nuevo por ser la fiesta del “nacimiento”,todas las nostalgias del pasado en lugar de todos los impulsos hacia el futuro.

Sin embargo, en navidad es donde empieza la gran marcha de la humanidad hacia unmundo distinto, desconocido, que nunca ha existido, donde “el lobo pacerá junto alcordero y las espadas se convertirán en arados” según la profecía de Isaías.

Es el giro dado a la historia por Dios a través del nacimiento del hombre nuevo, tanverdaderamente hombre y tan verdaderamente nuevo que también es Dios.

Pero nunca llegaremos a ser hombres verdaderos si no perdemos el miedo anacer de nuevo, a dejar, si es necesario, nuestra casa y nuestra tierra para ir nosabemos adónde. Por eso nuestra victoria, nuestro descubrimiento definitivo, laúltima dimensión, lo imprevisible, está delante de nosotros, en algo que todavía nosabemos ni hemos visto. Lo que ya es, aunque sea bueno, ya es viejo, es “posible”, ypor eso carece del hechizo irresistible de lo imposible, que es la única alegría posible,porque todavía está virgen, sin alcanzar.

Jamás he comprendido cómo se atreven a llamarse verdaderos revolucionarios losque tienen tanto miedo a lo nuevo que se contentan con llamar a la realidad con otronombre, o teñirla con otro color, o darle la vuelta al poder.

Hombres nuevos son los que tienen la certeza de que no existe el “basta”. Son loshijos del infinito; pero un infinito no concebido como un proceso continuo de creci-miento, sino como una posibilidad de descubrimientos siempre nuevos, de irrupcionesde lo imprevisible en la historia. El hecho de que un Dios se haga hombre no es elfinal de un proceso evolutivo. Es un salto a lo nuevo. Es un gesto de locuraabsolutamente gratuito y desconcertante. Es la explosión de lo nuevo en el rei-no de lo viejo.

Hombres nuevos son los que tienen el coraje de realizar ya ahora lo que los profetasanunciaban como realidad del mañana, porque lo nuevo es el futuro hecho actualidad.

Cristo no fue un profeta; fue un hombre que empezó a vivir la vida de un modonuevo, que miró la historia con otros ojos, que tuvo el coraje de dar al hombre unnombre nuevo y escandaloso, que hizo cosas que nunca había hecho nadie. Fue elhombre que no se contentó con predicar la resurrección, sino que resucitó.

El hombre que no se limitó a purificar el templo, a hacer concordatos o crear sindi-catos, sino que anunció y empezó a realizar que el hombre no tiene necesidad deadorar en un templo, sino en espíritu y en verdad; que anunció y realizó que el hombrees más importante que el sábado y empezó a vivir en un reino absurdo, donde se ganaperdiendo, y se nace muriendo, y se manda sirviendo.

Fue el hombre que, para realizar lo nuevo, no tuvo miedo de condenar lo viejo, nocomo malo sino como superado, como no-nuevo y, por tanto, como no creativo. Elhombre que creó lo nuevo, no en la soledad, sino en medio de los hombres, entre elfango, las contradicciones y el escándalo. Sólo así es como se rescata dignamente elpasado, sin repudiarlo ni humillarlo. Las cenizas son siempre algo sagrado. De lascenizas aún calientes de lo que han sido los hombres puede y debe nacer el fuego queabra una historia nueva.

El hombre nuevo es aquel que sufre, no tanto por miedo a perder lo que tiene, sinomás bien por temor de no conseguir tener lo que aún no tiene y siente suyo, indispen-sable para su realización no alcanzada plenamente.

Carta a los hombres nuevos

Juan Arias, extraído de “La última dimensión”

Ojos para oír

Maximiliano PéjkovichAbogado - Mediador

Esmeralda 980 2º A (C1007ABL)Ciudad de Buenos Aires, República Argentina

Mail: [email protected]

Tel: 4312-2597 4516-0572Cel: 15 4037 6099

“Derecho Viejo”Página 10

Las musas descansan después del "ser-vicio prestado" al intelecto.

El intelecto sintió el gozo de esa inspi-ración, pero su ambición lo lleva a quererapropiarse de lo que no le pertenece enforma separada, queriendo ser el autor deun tipo de información hasta entoncesdesconocida por él.

Las musas, en su “descanso”, obser-van atentamente el mecanismo del intelecto.

La “cavidad pensante” se resiste a sersólo un instrumento, pero su curiosidadlo pone en evidencia frente a ese misterio-so fluir de las palabras.

Las musas saben que el intelecto nopuede ser impregnado mientras éste blo-quee la puerta de entrada con sus propiosconceptos e intereses personales. Su au-tonomía lo separa de la fuenteinspiradora.

Cuando la mente-intelecto se ubique enla postura de recibir, vaciándose de ele-mentos personalizados, en ese vacío desí, surgirá un modo de pensar renovadorintegrador, nuevas formas de pensamien-tos subyacentes, sin aniquilar la objetivi-dad, sino integrándola.

La simbiosis álmica genera estupor aldesatento.

El atento disfruta del arduo caminohacia la unidad.

El desatento sólo gusta de los placerese intereses mundanos, mediáticos.

El interés del atento prima por sobrelos intereses belicistas del ego y el yo.

Y en esa lucha de poderes, el atentoresiste, no se desalienta, permanece en eseestado de permeabilidad constante.

Lo profundo manifiesta su poder infi-nito.

La mente entrenada por la meditaciónprogramada obedece y nos dice: "hay quemeditar".

A ella le encanta realizar tareas que laubiquen en un rol protagónico.

La atención que depositemos en estainstancia es muy importante. La Sra. Men-te no nos pierde pisada, transita junto anosotros alcanzando niveles de sutilezasenormes, haciéndonos creer que con laimaginación ella acompaña el despertar ellaacompaña el despertar de nuestra cons-ciencia sin su intromisión. Sus exquisitosartilugios pueden engañarnos si la atenciónno está centrada en el lugar donde tieneque estar.

¿Que hacemos frente a ésta encruci-jada?

En el "estar", uno se da cuenta que el"no hacer", solo, observando el movimien-to de nuestra construcción mental dondela dualidad demanda de nuestra atenciónpara transformarla en dispersión.

No opino- sólo observo.Pero la astuta mente no se rinde, pre-

senta batalla cortando la imaginación cuan-do se siente "observada", replegándosehasta su propia intervención.

Centro la atención sin opinar.Sin proponernos nada, entramos en un

estado de atención permanente, la imagi-nación pierde fuerzas debilitando su ac-cionar ilusorio.

La calma que emergió de la nada insta-la a la mente imaginativa en otro estado,donde el pensar profundo, libre de con-ceptos, condicionamientos, invade el es-pacio "secuestrado", liberándolo.

Inútiles son los pensamientos cuandose sitúan dentro de una orfandad progra-mada.

La necedad del huérfano supera los lí-mites de lo absurdo.

A tientas, deambula sin rumbo.En su rebeldía ha olvidado el camino

hacia "Él".La atracción hacia la superficie lo per-

turba, pero el llamado hacia lo divino loatrapa. Percibe que el hilo conductor nose ha cortado, sólo debe encontrarlo yasirse de él.

El asirse representa unir lo separado,armando las partes nuevamente.

Lo fragmentado se une, el huérfanodejó de serlo, recuperando su "espacio"perdido.

¿De dónde surgió este silencio tan re-velador?

¿De dónde surgió esta soledad tan ple-na de compañía?

El silencio revelador a veces es obscu-ro, implacable, sin rodeos.

Otras veces plagado de amor, com-prensión, claridad.

El silencio nos acompaña para queaprendamos a ver, sin evaluar.

¿Acaso importa investigar quienes so-mos, de dónde venimos, hacia dónde va-mos?

Cuando entramos en conexión con lasabiduría interior, todas las preguntas ca-recen de importancia, la plenitud ganaespacio sustraido por la mente atentaa lo instrascendente, impregnando de unaenergía nueva, inocente, limpiando, estavulnerable existencia.

¡Cuidado con las sutilezas de la men-te! Ellas nos embarcan en un ámbito decredibilidad hacia lo impuesto por lo divi-sible.

La mente astuta ejerce acciones frau-dulentas, bloqueando el recorrido hacia loespiritual.

Si nos mantenemos en un estado deatención permanente, esas sutilezas ficti-cias van desapareciendo. Lo auténtico, loreal, nos llama a la unidad.

Mientras seamos lo que pensamos, elSer queda relegado al olvido. Los pensa-mientos superficiales, obturan el espaciopara que el Ser se manifieste en cada unode nosotros.

Nos vamos dando cuenta que Dios noexiste fuera de nosotros. Sólo le damosexistencia cuando percibimos a esa fuer-za inconmensurable que obra en nosotros.

No sé cuál o qué es, o dónde está laVerdad. Tampoco intento buscarla a tra-vés de la razón.

Sólo puedo decir que cuando la men-te, en estado de atención permanente, pien-sa, siente y dice lo mismo que piensa ysiente, tal vez la Verdad sea eso: lo inmu-table.

Reflexiones

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Textos de Maria Rosa de Varela

Iluso el Hombre que al espacio vuelabuscando así su origen explicar,

olvida que en sí mismo ha de bucearsi quiere conocer eso que anhela...

¿Qué irrazonable afán lo desnivelay lo conduce al inconsciente azar?Camino del error no ha de alcanzarEse enigma que nunca se revela.

Vano buscarlo, fuera de sí mismoel Universo en el que el mismo se hallahurgando en pos del infinito abismo...

Más loable será que en su batallasin llegar a un sacrílego ostracismoausculte su interior que nunca calla.

Tiniebla y luz (soneto)

Eduardo Mansilla Giuliano

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Todos los santosson un santo.

Los santos son todosun solo santo.

Porque son un corazón,espíritu, intención en un cuerpo.

Cada uno debe ser Cristo

El único verdadero Hijo deDios es sólo Cristo

Pero cada cristianodebe ser él mismo Cristo.

Angelus SilesiusEl peregrino querubínico

(...) ¿Cómo puede la debilidad volverse fuerte? Al verlo, no quieres volverte fuerte.Y cuando no quieres volverte fuerte, la debilidad no puede permanecer en ti. Sólopuede permanecer con la idea de la fortaleza. Van juntas, como los polos positivo-negativo de la electricidad. Existen juntas. Si abandonas esa ambición de ser fuerte, undía de pronto encontrarás que la debilidad también ha desaparecido. No puede perma-necer en ti. Si abandonas la idea de ser rico, ¿cómo puedes seguir pensando que erespobre? ¿cómo compararás y cómo juzgarás que eres pobre? ¿En relación a qué? Nohabrá ninguna posibilidad de medir tu pobreza.

Si abandonas la idea de la riqueza, de ser rico, un día la pobreza desaparece.Cuando no ansías conocimientos y abandonas tu ilustración, ¿cómo puedes seguir

siendo ignorante? Cuando los conocimientos desaparecen, tras ellos, como una som-bra, desaparece la ignorancia. Entonces es cuando un hombre es sabio. La sabiduríano son los conocimientos. La sabiduría es la ausencia de conocimientos y deignorancia.

Bhagwan Shree Rajneesh

Ausencia de los opuestos

Los mecanismos de defensa del egomás comunes son los siguientes:

1. La compensación, que nos haceecharnos hacia atrás a fin de evitar que

caigamos de bruces. Freud denomina aeste mecanismo inversión o formaciónreactiva. Por ejemplo: la persona dogmá-tica que todo lo sabe y pontifica sobrecualquier tema para reprimir las dudas quepodrían surgirle y socavar su seguridadde estar en posesión de la verdad; el niñoque "silba en la oscuridad" mientras atra-viesa el cementerio de noche.

2. El desplazamiento, que nos permiteconstruir una desviación psicológica, uncamino alternativo para los impulsos queno podemos manifestar directamente. Porejemplo, no podemos expresar hostilidadhacia nuestro jefe, a quien consideramosodioso, porque podría despedirnos; demodo que nos vamos al fútbol y gritamos:"¡Matad a ese árbitro!".

3. La proyección, que nos permite ne-gar hábilmente nuestras características nodeseadas y atribuírselas a otra persona ocosa. Mediante la proyección, como he-mos señalado anteriormente, atribuimos la

responsabilidad de nuestros defectosy fallos a otra persona o a una cir-cunstancia externa. Por ejemplo,Adán culpó a Eva, y Eva a la ser-piente. En otras proyecciones habi-tuales culpamos de nuestro trabajomal hecho a las herramientas inade-cuadas.

4. Otro método defensivo se de-nomina introyección. Mediante estemecanismo nos atribuimos las bue-nas cualidades o acciones de otros,compartiendo indirectamente sus lo-

gros y disfrutando de los rayos de su glo-ria. En otra forma de introyección, nosimaginamos que somos víctimas heroicasde la persecución.

5. Para terminar, veamos la raciona-lización, mediante la cual encontramosbuenas razones para justificar lo que sa-bemos que esta mal. Cuando robo, meimagino a mí mismo como un Robin Hoodrobando a los ricos para dárselo a los po-bres (yo).

Todos ellos constituyen impedimentospara una buena comunicación, porque, dealguna manera, ocultan nuestra vulnerabi-lidad. Son barreras a la autenticidad.

John Powell, El verdadero yo:¡en pie!

Defensas del Ego

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Conociéndonos

“Derecho Viejo” Página 11

El cofre de los recuerdos... VAmig@s lector@s:Jano, en la mitología romana, era un

dios bifronte, con sus dos caras mirandoen sentidos opuestos. Dios de los cam-bios, de los inicios, del pasado, del futuroy del momento que los separa, del amane-cer y del ocaso. De la misma raíz provie-ne la palabra latina “janua” que significapuerta y Ianuarius, Enero, el primer mesdel año (Gennaio para los italianos yIanuary para el de habla inglesa). Y esto

es muy sugestivo porque estamos a lapuerta de un nuevo año, de una nuevadécada del tercer milenio y de un nuevocentenario, el segundo, de nuestra histo-ria patria.

Significativo para mí particularmente,porque del “cofre de los recuerdos” ex-traigo la evocación de una larga etapa demi vida en Roma, precisamente en lo quefue el corazón del Imperio, el Foro Roma-no, en cuya área se encontraba un templete,que desde que lo vi por primera vez, atrajomi atención: el templo de Jano Quirino.

Aclaro que lo referente a esta divini-dad mitológica es: por una parte, fruto demi interés y observación personal, y porotra, tomada de Carlos Sánchez-Montaña(fuente Internet). Este templo, originaria-mente, estaba situado en el siglo I d.C.cercano a la Curia (sede del Senado), enla calle Argiletum, es una zona importantedel Foro. Era un templo pequeño, realiza-do en madera, características que sugie-ren que el culto era de origen antiguo.

Varios hechos lo confirman: Las listasmás antiguas de los dioses por lo generalcomenzaban con su nombre: él era tam-bién llamado “Divum Deus”, una formamuy antigua en latín que significaba “eldios de los dioses” (título que tambiénusurparán los emperadores divinizados);y su imagen se puede encontrar en las mo-nedas romanas más antiguas. Jano –co-menta Sánchez-Montaña– también recibeel nombre de “el dios del principio”, te-niendo este término un significado sagra-do. “Principium” se escribía en griegocomo “arkhé”. Es por ello que Jano es eldueño del “arkhé”, del principio, de lo queestá al origen.

Sin embargo, el templo del Argiletumno era el único lugar donde los romanosadoraron a Jano. Del otro lado del Tiber,un altar fue dedicado a este dios en la co-lina de Ianus (Ianiculum). En efecto, deesto también doy fe, puesto que por añospasé delante de esta estatua bifronte, ba-jando desde el Giannicolo hasta la plazade San Pedro en el Vaticano.

Un segundo altar fue erigido sobre lacolina Oppius, que desempeñaba un papelprincipal en las ceremonias de iniciacióncuando los niños se hacían hombres. Elcónsul Marcus Duillius construyó un tem-

plo sobre el Mercado de la Verdura (el ForoHolitorium), después de su victoria navalde Mylae (260 a.C). Fue reconstruido mástarde por el emperador Tiberius. En estetemplo, fueron erigidos doce altares ydedicados a los doce meses. También sepuede observar el Arco de IanusQuadrifons, en el Velabrum (cuatro ar-cos unidos entre sí).

Y éste era el templo que más me intri-gaba, por su ubicación estratégica en unárea sacra, junto a otro templete de formacircular y de líneas griegas, llamado deVesta (por su parecido al verdadero tem-plo de Vesta en el centro mismo del ForoRomano, en el complejo de la Casa de losVestales) y su cercanía, calle de por me-dio, a la actual iglesia de Santa María enCosmedín, más conocida por la curiosi-dad turística de la famosa y mítica “BoccaDella Veritá” emplazada en su atrio.

La intriga se acrecentó cuando, visi-tando los Museos Vaticanos, me encontréuna vez más frente al dios bifronte y nopude resistir al intento de descifrar su sen-tido y su relevancia en el concierto de losdioses romanos. En efecto, de acuerdocon Carlos Sánchez-Montaña, descubroque este Dios Jano Qurino y Rómulo quese divinizó en él, son los fundadoresmitológicos de la ciudad de Roma. Es in-teresante notar que existía una raíz co-mún para los términos quirites, curia yquirinus; la raíz co-virio que significa co-lectividad, conjunto de individuos o per-sonas y por extensión ciudad.

Fue Rómulo el creador de las curiascomo estamento principal de la organiza-ción social de los romanos, función quecumple el dios Jano Quirino como pro-tector de los habitantes de las ciudades.Quirites era el nombre que se les daba alos ciudadanos romanos en su calidad deno soldados en tiempos de paz. Al nom-bre quirites, pues, se le contrapone el nom-bre milites (ejército, soldados).

De modo que Jano Quirino es un dios

paralelo a Marte y contrapuesto a él. JanoQuirino, al venir de quirites, es el dios tran-quilo opuesto al dios de la guerra, en al-gunos textos se le consideraba como undios simétrico a Marte, incluso se le men-ciona como “Marte pacífico”, por eso estásu templo dentro de la ciudad, a diferen-cia del templo de Marte que se encuentraextramuros. En este sentido, comentaVitruvio: “Dándole a Marte su templo fuerade la ciudad no habrá guerras y discordiasciviles” (cita de Sánchez-Montaña).

La figura del dios situada sobre un pe-destal en el eje central del edificio mirabasimultáneamente a oriente y occidente. Suposición permitía que en el momento quelas puertas del templo estuvieran abiertasel dios podía influir de manera directa enla actividad de los hombres. Por ello entiempo de guerra, la máxima expresión decaos, el templo permanecía con sus puer-tas abiertas como plegaria para laintermediación del dios en aras de la con-secución del nuevo equilibrio de la paz.

Este extenso exordio mitológico y sim-bólico, nos invita entrar por la puerta(“janua”) del año nuevo 2010, proyec-tando la mirada (al estilo de la divinidadbifronte) hacia el tiempotranscurrido y hacia de-lante, avizorando el futu-ro. Mirando hacia atrásel balance es poco alen-tador: el índice de mar-ginalidad, de exclusión, dedesempleo, de inseguri-dad, de pobreza... se haacrecentado considera-blemente. A su vez, laconducción política, social yeconómica se ha mostrado in-capaz de satisfacer los requerimientos éti-cos mínimos necesarios para generar unaconvivencia digna de la condición huma-na de la ciudadanía. Los casos de corrup-ción, de mentira institucionalizada, de burladesenmascarada han traicionado las ex-

pectativas más legítimas.Sin embargo, a tanta impunidad, a tanta

insensatez, a tanta cerrazón se le opusie-ron gestos solidarios y luminosos que,disipando la oscuridad, honraron la vida yla condición de hijos e hijas de Dios. Si-guiendo el simbolismo mítico del diosbifronte, ésta es la otra mirada: que nosinvita a mirar el nuevo año con renovadaesperanza. Pero el fundamento de estamirada proyectada hacia delante, no es yael simbolismo mítico sin la confianza quenos viene de lo alto

No ya de un dios imaginario, sino delDios de la vida, del Dios que manifestó ysigue manifestando su misericordia en suHijo que nació, vivió, murió y resucitó paraliberarnos de las tinieblas que impidenmirar el horizonte, más allá de la coyun-tura inmediata. Es el Dios desconcertanteque por amor y para reafirmar la valiosidadde nuestra existencia: siendo grande, sehizo pequeño; siendo fuerte, se hizo dé-bil; siendo rico y poderoso, se hizo po-bre, frágil y solidario con todo lo que esdesvalido.

El templo de Jano Quirino, opuesto aMarte (dios de la guerra), tenía las puer-

tas abiertas como impetración,a favor de los habitantes(quirites), cuando había amena-zas de guerra o calamidades.También nosotros, abramos laspuertas de nuestros corazones,implorando la protección delNiño-“Dios-con nosotros”,

ante todo lo que amenace nues-tra dignidad, nuestros principios,

nuestras casas, nuestras familias.Nos acompaña la Madre de Dios y

Madre nuestra que invocamos como la“Janua coeli” (“Puerta del cielo”) y conella, aferrados de su mano, entremos enel Año Nuevo, con esperanzas de paz, jus-ticia y bienestar.

Cordialmente.P. Julio, omv

Rostros de lo sagrado

“Derecho Viejo”Página 12

a la evolución destino del hombre

Periódico mensual. Director Dr. Camilo Guerra. Almafuerte 2629 Castelar (Bs. As.)T.E. 4629-6086 / 3089. - Diseño y diagramación propios. - Coordinación y publicidad:“Derecho Viejo” Producciones. - Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2.365.486.Impreso en: PRINCASTEL 4629-2562 - Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Escribe:Sebastián Guerra

Abogado - Psicólogo

Desprogramar... siempre desprogramar

www.sebastianis.com.ar

Relativizar todo aquello que se nosafirma, que se nos da por sentado, oque se nos pretende imponer desde elafuera, es un signo de independenciaintelectual, de salud mental y de aper-tura, en definitiva demostrativo delejercicio de un grado razonable de li-bertad socio-cultural.

Vale decir, relativizar nos permiteinteractuar de un modo aceptablementesano, con la cultura en la cual uno estáinmerso, con los valores de un grupo,sean estos familiares, regionales, naciona-les o –incluso– de lo más cosmopolitas.

Interactuar implica un cierto grado onivel de sometimiento, pero también unode autonomía. Caso contrario o bien nohay sentido de pertenencia –ni posibleinteracción– o bien hay esclavitud ydeterminismo del sujeto que es absorbidopor completo y que pierde toda chancede decisión –o injerencia– en lo que a sudevenir respecta.

Pensemos en un total marginado so-cial no agrupado, aislado completamente,en un excluido hasta de los suyos, en un

paria, o en un ermitaño, como aquellaspersonas de las que podría decirse quehan sido asimiladas por la cultura (porquehan llegado a adquirir un lenguaje y por lotanto han sido sujetos de éste) y luegoarrojadas de sus fauces, por la razón quefuere; de ellos podría afirmarse la máxi-ma libertad socio-cultural, en tanto no de-penden de ésta sino –en todo caso– en lomás elemental.

Ahora bien, pensemos en el oficinistao comerciante o vendedor, que venden sutiempo a un tirano patrón o a un empleoque no les agrada, con el sólo objeto deahorrar dinero para comprar; ora un TVLCD, ora un coche último modelo, oratomar vacaciones en el sitio más exclusi-vo; o bien reflexionemos sobre el mucha-cho adoptado por una pandilla barrial quelo insta a tatuarse un número identifi-catorio en la frente –cosa que hace de buengrado con tal de sentir pertenencia haciaalgo– y que le dice contra quién guerreara los tiros por tener un número o marcadiferente, o por el territorio, por el honorde un líder, por simple revancha, o porcometer robos o traficar drogas; ni siquie-ra escapa aquí el joven que ingresa a unculto y se encuentra participando de me-dia docena de ritos semanales, mensualeso anuales de los cuales lo único que sabees que le dijeron que tiene que cumplirlossi quiere ir al cielo o no hacer sufrir a lossuyos; unos como otros aquí son los su-jetos más carentes de libertad, los que más

han sido succionados por el sistema, yque han pasado a formar parte de un entegrupal que no se reflexiona a sí mismo,sino que forma parte de masas que tomandecisiones por sus miembros. Miles ymillones de personas viven y mueren cadadía sin tener la más remota idea de un sen-tido, y si lo tienen es prestado, no propio;no han podido forjarse un camino, másque aquel que otro le señaló, y sin teneridea de que “ese otro” no era su padre,madre, hermano, amigo, líder, sino queresultaba ser un “otro” arquetípico, un“otro” que la cultura misma necesita queesté ahí –sea quien sea– para reconocerlocomo sujeto y simultáneamente asimilar-lo, atraparlo.

Los líderes son emergentes de estemismo proceso, y es por eso que las idease improntas de ellos, no son de ellos. Ellíder no domina a la masa. La culturadomina al líder y a la masa. Ningúnser autónomo es portador, ni portavozunivoco del mandato cultural. Lostrasgresores y los revolucionarios son otrode los emergentes de este proceso, puesrepresentan los lugares posibles hacia don-de una cultura puede llegar a desplazarse.

Funcionan como sujetos culturalesque ensayan tentativas de prueba y error,proponiendo el corrimiento de algún lí-mite o fronteras actuales hacia un sitionuevo. En general no amplían el campode lo cultural, ni la esfera de libertadesde sus miembros, sino que sólo operan

un movimiento de un lugar a otro.Acerca de todos estos elementos que

son de nuestra vida diaria, deberíamospoder preguntarnos, al tiempo que debe-ríamos poder relativizar toda certidumbreque de ellos nos haya llegado. Si estamosdentro de la cultura y no somos capacesde comprender el fenómeno, y no tene-mos siquiera la iniciativa de búsqueda deesa comprensión, mal podemos ingerir enella, mal podremos plantear cambios ge-nuinos, y –sobre todas las cosas– malpodremos defender nuestra libertad inte-lectual de aquello que se nos imponga bajoel título de “verdad”.

No hay “verdad”, en este contexto, queno sea a mediano y largo plazo una “fal-sedad”, del mismo modo que es más queposible que no haya “falsedad” que novaya a ser en algún momento catalogadade “verdad”, incluso: absoluta.

Pensemos, si no, en la tierra plana so-bre dos tortugas gigantes, en la tierra cen-tro del universo, en los tratamientos me-dicinales del pasado, en los argumentosDarwinianos sobre la evolución, en Adány Eva... y luego de sonreírnos un pocopensemos si las personas dentro de cieno quinientos años no estarán burlándosede nosotros por creer en el dios del dine-ro, o condenándonos por permitir ham-brunas, guerras, enfermedades evitables,mortalidad infantil, abandono de los vie-jos en asilos pulguientos, por el individua-lismo sin freno ni tapujos, y –especialmen-te– por suponer por dos o tres siglos, congrado de certeza incuestionable, que elhombre es una variable de la economía.

Cuestionar las certezas, ese es el quidde la cuestión. Permitirnos relativizartodo aquello que nos viene de afuera.Romper todos los esquemas férreos yluego apoyarlos –pero bien desmenuza-dos– para ver qué nos sirve y qué no.Permitirnos evaluar qué de lo adquiridoha sido voluntariamente adquirido. Per-mitirnos cambiar y que los demás cam-bien. Porque si nosotros lo hacemos, eluniverso entero cambiará al unísono. Eluniverso, el total de lo que vemos en elafuera, no es sino tan sólo una represen-tación interna.

Recién cuando logremos hacer caertodo este telón de asuntos que nada tie-nen que ver con nuestra divina esencia,podremos comenzar a vislumbrar el ca-mino que sigue... el de relativizar lo dedentro, el de permitirnos no ser ese quecreemos con tanta seguridad que somos...

Mensaje deDerecho Viejo

Silbando bajito(Pensamientos prestados)

1) Para la organización de la Iglesia (estructura), el Espíritu Santo es altamenteindeseable, dado que se sustrae a todo control, a todo manejo y a toda previsión.

2) La encarnación de Dios en cada hombre es conocida en la psicología del incons-ciente, con el nombre de proceso de individuación.

3) Al curar y resucitar, Jesús da una respuesta simple y elocuente a la pregunta:¿En qué consiste el Reino de Dios?

4) En la vida de superficie estamos inmersos en un mundo de múltiples obligacio-nes enmarcadas dentro de situaciones rayanas con lo demencial.

5) Hemos llegado a un punto en el que hasta el descanso se hace ligero; se manejamal el tiempo, se confunde lo urgente con lo importante y la actividad con laacción.

6) Al conocer en forma honesta y sincera el ámbito del Ser, debemos renunciar amuchos de nuestros intereses y gustos personales, a nuestro mensaje externo deltiempo, para ir hacia eso desconocido que nos espera.

7) Nunca está más oscuro que antes de amanecer.8) Los presupuestos del amor son: paciencia, compasión, respeto y amabilidad. Si

el edificio del amor no se basa en estos cimientos, el primer viento fuerte lodestruirá.

9) El amor eficaz previene, cura, protege, planea y trabaja.C. G.

“Si permites que loque está en tu

interior semanifieste, eso tesalvará. Si no lo

haces, eso tedestruirá”.

Evangelio gnóstico

Anoche cuando dormíasoñé ¡bendita ilusión!

que una colmenatenía dentro de mi corazón.

Y las doradas abejas,iban fabricando en él,

con las amarguras viejasblanca cera y dulce miel.

Antonio Machado

Aplícate tu propio bálsamo.Proclama por doquier tu enfermedad.Eso te restablecerá.Cuanto más emplees este tratamientomás digno y más sabio te harás.Y recuerda que, si crees queen este momentono tienes ningún defecto,te convertirás de inmediatoen el artífice de tu propia desgracia.

Rumi

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