cine: el peronismo según víctor laplace

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cooltura Abril, 2013 | 69 El peronismo según Víctor Laplace EN “PUERTA DE HIERRO - EL EXILIO DE PERÓN”, QUE TAMBIÉN ESCRIBIÓ Y DIRIGE, VUELVE A ENCARNAR AL GENERAL. UNA HISTORIA DE MILITANCIA. Por Cristian H. Savio ARTE / MÚSICA / LIBROS / CINE / TEATRO / FOTOGRAFÍA / VIAJES / TELEVISIÓN Puerta de Hierro se estrena el 11 de abril en la Argentina. ESCENA 1. Tandil, Buenos Aires. Me- diados del siglo XX. Estación de tre- nes. Exterior. Día. El pequeño Víctor entre la multitud que da la bienvenida a Perón y a Evita, recibe un guardapolvo y una pe- lota de fútbol de manos del General. Escena 2. Metalúrgica Tandil. Interior. El adolescente Víctor, aficionado al teatro, recita Shakespeare a sus compañeros me- talúrgicos, mientras trabaja con el torno. Él regala poemas y se empapa de las rei- vindicaciones obreras. Tiene 14 años. Escena 3. Buenos Aires, 2013. Barrio de Retiro. Interior. Una larga mesa a la luz del ventanal del patio interno del departa- mento, cubierta de libros y papeles. Pasó medio siglo desde que Víctor dejó Tandil y la Metalúrgica, pero no la militancia. “Los pibes nos hicimos grandes con el peronis- mo porque entendimos lo que pasaba”, dice Víctor Laplace a Newsweek, de cara al estreno de su nueva película, Puerta de Hierro - El exilio de Perón. Arte y política fueron en su vida una misma cosa. Imposible separarlos. “Creo que no está mal tener una postu- ra. Me pregunto cómo es posible no te- nerla, pero no quiero hacer de eso una crítica”, indica. “Algunos se consideran solamente artistas pero para mí el ar- tista no puede despegarse de lo social. A mí me fortaleció porque entendí más nuestra historia que si me hubiera he- cho el boludo”. En Tandil había fundado en la Con- fraternidad Ferroviaria el grupo Peque- ño Teatro Experimental y cuando vino a Buenos Aires empezó a trabajar junto a Norman Briski y otros compañeros de militancia en las villas. “Construíamos obras con las problemáticas del barrio y deschavábamos gente. Un teatro muy de denuncia”, recuerda. En 1972 filmó en la clandestinidad Operación masacre, dirigida por Jorge Cedrón sobre el libro de Rodolfo Walsh. “Una película extraor- dinaria, que luego se convierte en com- bativa y es una de las razones por las que me voy al exilio”, cuenta Laplace. Haber participado de aquella filmación fue en sí todo un acto de militancia. “Realmente la película fue un instrumento extraor- dinario para la incorporación de una gran cantidad de jóvenes a la izquierda peronista”, recordó Patricia Walsh, hija del autor del libro. Eran años de turbu- lencia política, de la juventud peronista y la dicotomía entre la lucha armada o la salida democrática, siempre con el norte apuntando a Madrid, allí donde el líder cumplía su extenso exilio. Ése que Lapla- ce eligió como tema de su nueva película. En Puerta de Hierro – El exilio de Perón, vuelve a interpretar al tres veces presi- dente de la Nación. “En la calle me dicen ‘Chau, Perón’. Tengo que dejar descansar un poco al personaje”, admite Laplace, que ya encarnó al creador del Justicialismo en Eva Perón, la película de Juan Carlos Desanzo, además de en su obra de teatro Borges y Perón, y en algunos capítulos de la tira televisiva Padre Coraje. “Ésta es una película que me importó mucho hacer y me llevó mucho tiempo. Pertenece a una etapa clave en la política de la Argentina. Pero además porque, para nosotros, la vida de Perón en Madrid era un misterio”. El film se centra en ese período de 18 años. En términos cronológicos, arran- ca el 16 de junio de 1955 con el bombar- 320 COOL apertura Laplace.indd 69 26/03/2013 05:22:40 p.m.

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Entrevista con el escritor, director y protagonista de "Puerta de Hierro - El exilio de Perón". Una historia de militancia.

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Abril, 2013 | 6 9

El peronismo según Víctor Laplace EN “PUERTA DE HIERRO - EL EXILIO DE PERÓN”, QUE TAMBIÉN ESCRIBIÓ Y DIRIGE, VUELVE A ENCARNAR AL GENERAL. UNA HISTORIA DE MILITANCIA.

Por Cristian H. Savio

ARTE / MÚSICA / LIBROS / CINE / TEATRO / FOTOGRAFÍA / VIAJES / TELEVISIÓNPuerta de Hierro se estrena el 11 de abril en la Argentina.

ESCENA 1. Tandil, Buenos Aires. Me-diados del siglo XX. Estación de tre-

nes. Exterior. Día. El pequeño Víctor entre la multitud que da la bienvenida a Perón y a Evita, recibe un guardapolvo y una pe-lota de fútbol de manos del General.

Escena 2. Metalúrgica Tandil. Interior. El adolescente Víctor, aficionado al teatro, recita Shakespeare a sus compañeros me-talúrgicos, mientras trabaja con el torno. Él regala poemas y se empapa de las rei-vindicaciones obreras. Tiene 14 años.

Escena 3. Buenos Aires, 2013. Barrio de Retiro. Interior. Una larga mesa a la luz del ventanal del patio interno del departa-mento, cubierta de libros y papeles. Pasó medio siglo desde que Víctor dejó Tandil y

la Metalúrgica, pero no la militancia. “Los pibes nos hicimos grandes con el peronis-mo porque entendimos lo que pasaba”, dice Víctor Laplace a Newsweek, de cara al estreno de su nueva película, Puerta de Hierro - El exilio de Perón.

Arte y política fueron en su vida una misma cosa. Imposible separarlos. “Creo que no está mal tener una postu-ra. Me pregunto cómo es posible no te-nerla, pero no quiero hacer de eso una crítica”, indica. “Algunos se consideran solamente artistas pero para mí el ar-tista no puede despegarse de lo social. A mí me fortaleció porque entendí más nuestra historia que si me hubiera he-cho el boludo”.

En Tandil había fundado en la Con-fraternidad Ferroviaria el grupo Peque-ño Teatro Experimental y cuando vino a Buenos Aires empezó a trabajar junto a Norman Briski y otros compañeros de militancia en las villas. “Construíamos obras con las problemáticas del barrio y deschavábamos gente. Un teatro muy de denuncia”, recuerda. En 1972 filmó en la clandestinidad Operación masacre, dirigida por Jorge Cedrón sobre el libro de Rodolfo Walsh. “Una película extraor-dinaria, que luego se convierte en com-bativa y es una de las razones por las que me voy al exilio”, cuenta Laplace. Haber participado de aquella filmación fue en sí todo un acto de militancia. “Realmente la película fue un instrumento extraor-dinario para la incorporación de una gran cantidad de jóvenes a la izquierda peronista”, recordó Patricia Walsh, hija del autor del libro. Eran años de turbu-lencia política, de la juventud peronista y la dicotomía entre la lucha armada o la salida democrática, siempre con el norte apuntando a Madrid, allí donde el líder cumplía su extenso exilio. Ése que Lapla-ce eligió como tema de su nueva película.

En Puerta de Hierro – El exilio de Perón, vuelve a interpretar al tres veces presi-dente de la Nación. “En la calle me dicen ‘Chau, Perón’. Tengo que dejar descansar un poco al personaje”, admite Laplace, que ya encarnó al creador del Justicialismo en Eva Perón, la película de Juan Carlos Desanzo, además de en su obra de teatro Borges y Perón, y en algunos capítulos de la tira televisiva Padre Coraje. “Ésta es una película que me importó mucho hacer y me llevó mucho tiempo. Pertenece a una etapa clave en la política de la Argentina. Pero además porque, para nosotros, la vida de Perón en Madrid era un misterio”.

El film se centra en ese período de 18 años. En términos cronológicos, arran-ca el 16 de junio de 1955 con el bombar-

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deo a la Plaza de Mayo, el derrocamiento del presidente Perón por parte de la au-todenominada Revolución Libertadora. Y termina el 8 de octubre de 1972, el día en que Perón cumple 77 años y recibe una grabadora de regalo para dejar allí sus me-morias. El regalo se lo hace Sofía, una jo-ven costurera española que destaca como uno de los escasos personajes ficcionales en medio del desfile de nombres reales. “Sofía terminó siendo un interlocutor ideal para desplegar esas subjetividades de Perón, esas preguntas y respuestas que no se atreve a hacer con nadie”, cuenta Laplace, que además de protagonizar la película, escribió el guión junto a Leonel D’Agostino y la codirigió con Diegui-llo Fernández. “Decidimos que Perón se sintiera cómodo con este personaje, y al mismo tiempo incómodo con las pregun-tas que ella le hacía. Nos dio pie para que este Perón se sincerara con ella, y termina contándole cosas que no contó a nadie. Y para nosotros era eso, la posibilidad de desplegar un Perón que se animara a ha-blar desde otro lugar”, explica.

La película está pensada como un re-lato ficcional clásico, con introducción, conflicto y desenlace, protagonistas y antagonistas. “Me importaba mucho cumplir con esas reglas, pero también es cierto que la historia real me propor-cionó mucho material, porque aparecie-ron excelentes ideas para los personajes y los antagonistas; para un Perón y un López Rega”. Es, también, una historia “de lealtades y traiciones”, esos extremos morales entre los que discurría la historia entonces. Esa narrativa dramática y las licencias ficcionales son recorridas por el rigor histórico. “Leímos todo lo que pudi-mos”, dice Laplace, señalando una des-bordante biblioteca. Una vez que hubo tenido una versión avanzada del guión, lo puso a consideración de Antonio Cafiero —legendario dirigente peronista, uno de los pocos personajes del film, junto a Isa-belita, que todavía están con vida— y del escritor Norberto Galasso.

“¿Estaré yo a la altura de las circuns-

tancias? ¿Qué clase de hombre soy que no me reconozco ni cansado ni tris-te?”. Laplace repite, en su casa y ante Newsweek, esas líneas que hace decir a su Perón en la película. “Me gusta imagi-nar a los grandes líderes en esa intimidad, así como uno ahora puede imaginar al nuevo Papa”, dice. Ineludible la referen-cia a Francisco en días, los de mediados de marzo, en los que parece no haber otro tema. “Recuerdo las caras de susto de los obispos cuando el anterior Papa decía que los problemas no están afuera sino dentro de la Iglesia. Perón también tenía los problemas adentro de la casa, y yo no quise escatimar eso”. Por eso en la pelí-cula tiene un peso importante José López Rega, quien sería ministro de Bienestar Social y “era un personaje nefasto”.

Pero más allá de la referencia hacia su película, el tema de la fe no es ajeno a Laplace. En 2007 dirigió el documental Angelelli, la palabra viva, sobre el obis-po que tenía “un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”, perseguido por la dictadura y muerto en La Rioja en 1976. Antes, había trabajado en la villa junto al padre Carlos Mugica, cura tercermun-dista asesinado en 1974 por la Asociación

Argentina Anticomunista de López Rega. Y tiempo después, grabó poemas de Juan Pablo II junto con Vittorio Gassman y otros artistas. “Soy un hombre de fe, pero he tenido muchos problemas con la Igle-sia”, cuenta. “Fui a un colegio de curas y la pasé muy mal junto con otros chicos, y ésa es una de las acusaciones grandes por las cuales se dice que el papa ante-rior renuncia. Pero mi problema no es con Jesús. Y esta situación que se generó con el nuevo papa es muy esperanzado-ra. Confío en que aparezca una nueva dimensión de la Iglesia, que perdió mu-chos adeptos”, dice. Y admite que Fran-cisco es un papa peronista, “porque el peronismo tiene que ver con la justicia social y la inclusión, y si él sigue la pos-tura que fijó y logra eso, va a ser bueno para la Argentina y para el mundo”.

La última escena de la vida peronista de Laplace todavía no está escrita. Aun-que pareciera que ya abordó a Perón en todas sus etapas y facetas, le queda una idea. “Hacer un musical, como Evita en Broadway, pero sin los horrores históricos de ése”, aclara. “Por ahora tengo que des-cansar y disfrutar de llevar la película por todo el país”.

Perón recibe el cuerpo de Eva. Lo miran Isabelita (Victoria Carreras) y López Rega (Fito Yanelli).

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