historia del peronismo

65
E V A P E R Ó N historia del peronismo COLECCIÓN: EL VALOR DE LA PALABRA

Upload: eduardo-carnevale

Post on 21-May-2015

6.581 views

Category:

Education


5 download

DESCRIPTION

de Eva Perón

TRANSCRIPT

Page 1: Historia Del Peronismo

E V A P E R Ó Nhis

toria

del

pero

nism

o

COLECCIÓN: EL VALOR DE LA PALABRA

Page 2: Historia Del Peronismo

página 2 • historia del peronismo

© Queda hecho eldepósito que fija laley N° 11.723. Prohi-bida su reproduccióntotal o parcial sinmencionar la fuente.

editorEduardo Carnevale

direcciónSilvia Rolón

coordinaciónMa. Alejandra Ortiña

asistenteRomina Galluzzi

administracióny redacción

Virrey Liniers 1605Tel: 4308.5539

diseño

[email protected]

«El Valor de la Palabra»es una colección editadapor la Asociación Civil

Compromiso Ciudadano,integrante de la

Red Comunidad

Prohibida la reproduccióntotal o parcial

sin mencionar la fuente

Page 3: Historia Del Peronismo

página 3 • historia del peronismo

Primera claseDictada el 15 de marzo de 1951

Es para mí un placer y un honor muy grande po-der hablar a los peronistas desde esta tribuna y, sobretodo, poder hacerles llegar mi modesta voz en una delas materias más queridas para los peronistas: "La his-toria del peronismo". Cuando el director de la EscuelaSuperior Peronista me pidió que yo dictase un cursoextraordinario en ella, advertí su gran importancia yquise medir la responsabilidad que significaba paramí el narrar, en cierto modo, el extraordinario capítu-lo de nuestra historia que estamos viviendo y que lasgeneraciones venideras sabrán apreciar, porque en élestamos construyendo la grandeza de la Nación.

Yo me alegré, entonces, porque hablar de la histo-ria del movimiento peronista, era, en cierto modo, re-cordar con ustedes, con los alumnos de esta escuela,con hombres y mujeres peronistas de corazón, todaslas jornadas de lucha y de gloria de nuestro movimien-to, vividas en estos pocos años, en una Patria tan carapara nosotros. Cuando el doctor Mendé me habló paraque dictara esta clase, pensé que si bien significabauna gran responsabilidad, hablar de la historia delmovimiento peronista era un honor para mí, que ha-bía vivido sus difíciles momentos, su gestación, sustriunfos y la culminación de sus realidades. Por esoacepté dictar este curso.

Pensé que estos siete años del movimiento pero-nista podían medirse con los pocos años de mi vida,porque los he vivido con gran intensidad. Y digo po-

cos años, porque para mí es lo mismo que para aque-lla viejita a quien San Martín le preguntó qué edadtenía, y que contestó al Libertador que era muy niña,porque tenía la edad de la Patria. Para mí la vida em-pieza el día en que mi camino se encontró con el ca-mino del general Perón, día que yo siempre he llama-do con orgullo "mi día maravilloso". Es por eso quedesde el día en que conocí al general Perón, yo le de-diqué mis ensueños de argentina y abracé la causa delpueblo y de la Patria, dando gracias a Dios de que mehubiese iluminado para que, joven aún, pudiera brin-dar mi vida al servicio de una causa tan noble comoes ésta de Perón.

Yo me di cuenta de que la historia del peronismonecesitaba una explicación y de que esa explicaciónsólo se puede dar ubicando al peronismo en la histo-ria de nuestro pueblo, y, más aún, en la historia delmundo. Y advertí que era también necesario poseeralgunos conocimientos de historia universal y de lafilosofía de la historia; y aunque siempre he tenido unamor extraordinario pro la historia, reconozco quesolamente me he detenido en las páginas de los gran-des hombres, porque he querido siempre hacer unparalelo entre los grandes hombres y el general Perón.Es que la comparación de nuestro Líder con los ge-nios de la humanidad siempre me resultó interesante,y he llegado tal vez por mi fanatismo por esta causaque he tomado como bandera -y todas las causas gran-

Page 4: Historia Del Peronismo

página 4 • historia del peronismo

des necesitan de fanáticos, porque de lo contrario notendríamos ni héroes ni santos-, a hacer un paraleloentre los grandes hombres y el general Perón.

Todos ellos -los grandes hombres del pasado- lu-charon por un imperio, por encontrarse a sí mismos...pero el general Perón lucha por algo más grandes: lu-cha por encontrar la felicidad del pueblo argentino.Solamente con estos conocimientos de historia, en losque he me detenido bastante, y con el gran amor porla causa de Perón, yo voy a tratar de cumplir aquí coneste curso y explicarles a ustedes la historia de nues-tro movimiento, como lo veo en medio de la historiadel mundo y de la historia de los pueblos.

El General, en su discurso inaugural, hizo un elo-gio a la intuición femenina; yo creo también en la in-tuición femenina de una manera especial y me permi-to recurrir a esa intuición en esta Escuela en que lasalumnas y alumnos de una cultura superior puedencolaborar conmigo para tratar de profundizar y deahondar nuestra historia del peronismo. La intuiciónno es para mí otra cosa que la inteligencia del cora-zón; por eso es también facultad y virtud de las muje-res, porque nosotras vivimos guiadas más bien por elcorazón que por la inteligencia. Los hombres viven deacuerdo con lo que razonan; nosotras vivimos de acuer-do con lo que sentimos; el amor nos domina el cora-zón, y todo lo vemos en la vida con los ojos del amor.

Yo aquí, como mujer y como peronista, voy a tratarde profundizar la historia del peronismo con el cora-zón. Los hombres sienten y sufren menos que noso-tras; no es un defecto, la naturaleza que es sabia sabrápor qué lo ha hecho. Pero nosotras las mujeres, cuan-

do amamos a un niño, cuando amamos a un anciano,tratamos de consolidar su felicidad. Los hombres conmás facilidad pueden destruir, pueden matar. Ellos nosaben lo que cuesta un hombre; nosotras, sí.

Cuando una mujer tiene la intuición de que un hijoque está lejos está enfermo o le ha pasado una desgra-cia, es que siente y ve con los ojos del alma y el cora-zón; es que la mirada se ha alargado más allá; es lamirada del amor, que es la que siente, que es la quepresiente y lo ve todo. Es por eso que yo he queridoser, como mujer argentina, la eterna vigía de la Revo-lución, porque quiero ser una esperanza dentro denuestro movimiento, para poder colaborar con la obrapatriótica y ciclópea de nuestro Líder de construir unanación socialmente justa, económicamente libre y po-líticamente soberana.

Pero para poder lograr la obra ciclópea del generalPerón, hay que buscar la luz en otros factores: en elpueblo y en el Líder. La historia del peronismo que yovengo a dictar aquí, no será más que la historia deellos, de esos grandes amores de mi vida, que juntocon la Patria llenan todo mi corazón. Para que estahistoria de siete años que todos nosotros vivimos tanfelizmente sea explicada, tenemos que empezar acep-tando que debemos comenzar por definir quiénes fue-ron sus personajes. Pero en realidad, si se analiza afondo todos los personajes de las épocas de los pue-blos, hallaremos allí dos clases de personajes: los ge-nios y los pueblos, y aquí, en la historia del peronis-mo, no hay más que dos personajes, solamente dos:Perón y el pueblo. Y es por eso que estos dos persona-jes, o sea el genio y el pueblo van escribiendo con

Page 5: Historia Del Peronismo

página 5 • historia del peronismo

tintas brillantes y obscuras, los millares y millares decapítulos que componen la vida de la humanidad.

En general la historia del mundo es la suma de esasdos historias que corren juntas. Yo sé que sobre estetema de los pueblos y de los grandes hombres es mu-cho lo que se ha escrito y que quizá mis puntos devista en esta materia sean discutibles, pero yo tengosobre toda otra explicación, una ventaja extraordina-ria. Nosotros estamos viviendo una época maravillo-sa, una época que no se da en todos los países ni tam-poco en todos los siglos, y ésta es una verdad indiscu-tible. Los críticos, los supercríticos, los detractores dePerón, podrán escribir la historia como les parezca,como se les antoje, deformando o tergiversando, o decirla verdad, pero lo que no podrán decir, explicar ninegar jamás, es que el pueblo lo quiso a Perón.

Explicar este hecho, es casi explicar toda la histo-ria del peronismo, pero este hecho resultaría inexpli-cable si no repasamos en la historia universal, el pro-blema de los pueblos y de los hombres o el problemade los hombres y de los grandes pueblos. Hoy quierodecir sobre esto solamente algunas cosas, algunos con-ceptos generales, para analizar en una segunda clase,ya profundamente, en particular, el tema de los pue-blos en la historia, y luego, en otra clase, la apasio-nante materia de los grandes hombres, para despuésabordar el tema de la agrupación de hombres en elmundo y tomar después el de las revoluciones, parallegar así a nuestra revolución justicialista, y hacer lacomparación, que será siempre ventajosa, porque nues-tra revolución ha sido hecha por un grande hombreapoyado por un pueblo que buscaba su felicidad y

cuyo camino le marcó su conductor.Solamente quiero hoy analizar un problema un

poco general: el de los grandes hombres, narrando al-gunas anécdotas para explicar cosas o casos que son aveces inexplicables.

Cuando nosotros, desde este balcón alto del sigloXX damos vuelta hacia el pasado, advertimos en se-guida que la historia del mundo no es un camino queviene recto hacia nosotros. No; la historia que noso-tros vemos desde aquí se nos parece un camino mon-tañoso, que tiene sus valles y sus montes; los vallesson los ciclos vacíos de los grandes pueblos, los ciclosen que los pueblos han perdido su tiempo luchandosin objetivos y sin grandes ideales. Los montes sonaquellas etapas altas del camino, en que se ha dado elmilagro de que el hombre encuentra la manera de con-ducir a un pueblo hacia sus altas regiones, o de queun pueblo ha encontrado a un hombre que lo ha sabi-do conducir para escribir una página brillante en lahistoria de la humanidad.

Algunos creen que la historia la hacen solamenteavanzar las grandes personalidades: éstos son los in-dividualistas de la historia. Carlyle, por ejemplo, de-cía en su gran obra: "Ros herus" que "la historia uni-versal es, en el fondo, la historia de los grandes hom-bres".

Otros en cambio, afirman que la historia es obraexclusiva de los pueblos: son los colectivistas de lahistoria. Ellos son los que afirman, por ejemplo, queaun cuando San Martín no hubiese venido a conducira los ejércitos criollos a su destino de gloria, otro hu-biera ocupado su lugar y hecho lo mismo.

Page 6: Historia Del Peronismo

página 6 • historia del peronismo

Yo creo que la verdad aquí, como en tantas partes,reside en una tercera posición. Nada haría un pueblosin un conductor, ni hada haría un gran conductor sinun gran pueblo que lo acompañase y lo alentara ensus grandes ideales. Y tampoco vale un pueblo prepa-rado para recibir a un genio, si el genio no nace allí,en ese siglo y en ese pueblo.

Los genios no tienen explicación en el medio enque nacen. No son los pueblos ni los siglos las causasde los grandes genios. Por eso muchas veces la histo-ria tiene que resignarse a dar como única explicacióndel genio la que dio de Napoleón, llamándolo simple-mente el hombre del siglo, el corso singular, o el es-cultor de su tiempo.

A veces, como en el caso de Napoleón, ni el mis-mo genio se explica, y debe acudir a una frase inexpli-cable: "yo soy un trozo de roca lanzado en el espacio".De él pudo decir tal vez con cierta razón, uno de loshistoriadores de la época: "Napoleón llegaba de eda-des remotas", lo que es dar una explicación a algo inex-plicable.

Los grandes hombres no tienen su causa en el me-dio en que se desarrollan, pero tampoco los pueblossolos pueden avanzar en la historia sin tener quienlos conduzca. Por eso es que no todos los siglos nitodos los pueblos tienen la gracia de encontrar al hom-bre que necesitan. Y es una verdad indiscutible quelos pueblos sienten necesidad de grandes encarnacio-nes; es así como pueblos que no las han tenido, hanexaltado ciertas figuras imaginarias, como hicieron losromanos con Rómulo y los españoles con el Cid, figu-ras mitológicas, convirtiéndolos en personajes más o

menos gloriosos, que pasaron a ser arquetipos de lanacionalidad.

Al mirar la historia de la humanidad desde estepunto de vista no encontramos otra cosa que pueblosen busca de grandes hombres y, también, muchas ve-ces hombres en busca de grandes pueblos. Cuando seencuentran los dos, entonces el siglo se viste de gloriay marca en la historia una página brillante, para queen ella se escriban sus hazañas y sus nombres. Lo im-portante es que los dos, pueblo y genio, se encuen-tren.

A ustedes les parecerá extraño que yo, una mujerhumilde de la Patria, al tomar un tema eminentemen-te partidario como la historia del peronismo, esté di-vagando entre pueblos y grandes hombres y haya idoa tocar la historia universal para hablar de una cues-tión tan contemporánea como la nuestra. Pero es quequiero hacer con ustedes un estudio profundo de lahistoria del peronismo, porque Perón, que es para míde los grandes, no sólo por sus grandes obras sino tam-bién -como lo vamos a ver en clases posteriores- porsus pequeñas cosas, ha realizado esto que repasandola historia no hemos visto en ningún otro hombre, conla perfección con que las lleva a cabo un hombre sin-gular de los quilates del general Perón.

La historia del peronismo, como la definiré másadelante, se reduce a dos personajes: el genio y el pue-blo, Perón y los descamisados. Para tomarla, hay quetomarla profundamente, y yo quiero llevar esto un pocopor la historia universal, para después situarnos en lahistoria que nosotros los argentinos estamos escribien-do a diario con nuestro apoyo, con nuestra fe y con

Page 7: Historia Del Peronismo

página 7 • historia del peronismo

nuestro trabajo silencioso y a veces de renunciamien-to, para colaborar con la obra ciclópea y patriótica delgeneral Perón.

Decía un gran escritor, en sus "Reflexiones de lahistoria del mundo", que no le es dado a cada épocatener su grande hombre y no le es dado tampoco acada genio encontrar su siglo, y tal vez haya en algunaparte grandes hombres para grandes cosas que no exis-ten. Mucha gente piensa que los grandes hombres nopodrían surgir en estos tiempos de progreso y de civi-lización, que han creado grandes masas de hombrescuya cultura superior impediría que se desarrolle unhombre o un personaje extraordinario, que solamentepodría llegar a conducir hombres poco cultos u hom-bres y mujeres poco civilizados. Pero este argumentose derrumba: el culto de los héroes no es de los incivi-lizados sino de los civilizados. Será tal vez, sin duda,mucho más difícil que una personalidad genial triun-fe en un pueblo culto, pero allí donde triunfe ese hom-bre, tendrá también el derecho de ser honrado con eltítulo de grande. Más aún, podemos afirmar con laexperiencia de la historia, que los pueblos más cultosson los que han tenido siempre la suerte de ser ilumi-nados por los meteoros de los genios y creo que a ve-ces los grandes hombres se encuentran, por esta mis-ma razón, en el mismo siglo y aun en el mismo pue-blo, como Aristóteles y Alejandro, como Goethe yNapoleón y como Bolívar y San Martín. Muchas ve-ces incluso la historia nos muestra cómo estos gran-des hombres se enfrentan unos a otros, y así se hadado el diálogo de Alejandro con Diógenes: ¿Qué quie-res de mí? -preguntó Alejandro a Diógenes-. Que te

alejes de mí porque me quitas el sol -le respondió Dió-genes-. Y dice la historia que Alejandro se fue mur-murando: "Si no fuera Alejandro, quisiera ser Dióge-nes".

Evidentemente la aparición de hombres extraordi-narios en la historia, no está sujeta a ninguna ley. Losgenios conductores pueden aparecer en medio de pue-blos cuya masa tenga un nivel cultural inferior. La his-toria es creación de los hombres que saben iluminarel siglo con la marca de su propio carácter y sus pro-pias realizaciones y que se destacan de sus contempo-ráneos, como una montaña en medio de una llanura.Por eso son grandes.

La historia es también la creación de los pueblos,porque los pueblos sin conductores casi no avanzanen la historia, como tampoco la historia avanza nuncasin grandes pueblos aunque tengan grandes conduc-tores, porque éstos sucumben por falta de colabora-ción, a veces por cobardía y a veces por incompren-sión. A mí me ha de ser un poco difícil presentar aquíla figura de nuestro gran conductor, porque solamen-te tengo la elocuencia de una mujer sencilla, de pue-blo. Presentarlo a Perón o descubrir su personalidad,es tan difícil como a un poeta o a un pintor quererpintar o descubrir al sol. Para ver cómo es el sol, quesalgan y lo vean, y aun viéndolo, se deslumbrarán.Yo, para poder describirlo a Perón, los invito a ustedesa que salgan y lo vean.

Me he preguntado, estudiando un poco a los gran-des hombres para poder también estudiar a un hom-bre extraordinario de los quilates del general Perón:¿cómo podría remediarse esto de que los grandes pue-

Page 8: Historia Del Peronismo

página 8 • historia del peronismo

blos y los genios, no se encuentren en el mismo siglo?Creo que he ha sido posible llegar a una conclusión,conclusión que es más bien producto de un razona-miento lógico, que me ha sido dado por la experienciade nuestro movimiento en la historia de nuestro pue-blo y en la historia del mundo.

Nuestro pueblo ha vivido una larga noche, hastaencontrar a un genio como es el general Perón. Y hapodido mantener sus valores morales y espiritualesintactos, para reconocer al genio, apoyarlo, iluminar-lo y darle fe con su cariño, con su consecuencia y consu tenacidad constante ante los debates de los intere-ses más crudos del más rancio capitalismo.

Nosotros, como bien dice nuestro Presidente, po-demos jactarnos de que lo mejor que tenemos es elpueblo. La grandeza de Napoleón -volviendo hacia losgrandes de la historia universal-, reside no tanto enhaber iluminado su propio tiempo como en haber crea-do en el pueblo un estado de conciencia que ha sobre-pasado a su siglo y a su genio. Por eso, a pesar de queNapoleón hizo padecer tanto a los franceses, éstos si-guen inclinándose ante su memoria en Los Inválidos.Y lo más importante aun es que siguen sintiéndoseunidos a él. Y ese sentimiento, ese estado de concien-cia, que por unir a todo un pueblo, puede en ciertomodo llamarse conciencia social, es lo que nuestroquerido Líder ha logrado; y tenemos nosotros que ayu-darle a afianzar la conciencia social que permita quecuando él, el grande, tenga que alejarse de nosotrospor la ley de la vida, el pueblo pueda sobreponerse alos hombres de menos quilates -porque no todos songrandes hombres- para imponerles su acción. La doc-

trina debe estar arraigada en el corazón del pueblo,para que éste pueda hacerla cumplir al más mediocrede todos los gobernantes que pudiera venir. Nosotrosestaremos unidos al nombre del general Perón, que,por grande, sobrepasará un siglo. Si no ocurriera así,los argentinos no mereceríamos el calificativo de granpueblo, por no haber sabido valorar y aquilatar a unhombre de los quilates del general Perón.

Cuando un pueblo tiene la desgracia de quedarsesin su conductor, como decía hace un momento, laverdad histórica nos prueba que solamente puede se-guir su camino en la noche sin perderse, si su con-ductor desaparecido ha logrado crear en el pueblo esaconciencia social, dándole unidad, que es como decirdándole un ideal común, un mismo espíritu, que es elespíritu que forman y que dejan como un sello perma-nente e indeleble en los corazones de los pueblos, losgrandes conductores. Yo, que tengo el placer de com-partir casi todas las horas del día con todos los hom-bres humildes de mi Patria, puedo casi asegurar des-de esta tribuna que el general Perón ha logrado ya esaconciencia social, que ha inculcado en el pueblo ar-gentino.

Nosotros la tenemos que perfeccionar, y para ellono podemos distraer la doctrina del genio para crearcaudillos; no podemos distraer la doctrina del con-ductor, que es la felicidad de todos los argentinos, parafavorecer a un grupo. Para favorecernos a nosotros mis-mos debemos ser amplios, grandes como la doctrinadel General, y utilizarla para engrandecer a la Patria;utilizarla para consolidar la independencia económi-ca; utilizarla para lograr la felicidad del pueblo argen-

Page 9: Historia Del Peronismo

página 9 • historia del peronismo

tino y utilizarla para que por siempre sepan todos lospueblos del mundo que los argentinos somos política-mente soberanos, económicamente libres y socialmen-te justos.

Esta tribuna se ha abierto para inculcar en todoslos peronistas -y yo me alegro que ustedes sean pero-nistas que están en la lucha- que no se dejen llevarpor un entusiasmo pasajero, para que piensen que lospueblos que quieren consolidar un movimiento no tie-nen más que un hombre grande, y que los grandeshombres no nacen por docenas, ni dos en un siglo;nace uno, y tenemos que bendecir a Dios que nos hayafavorecido con el meteoro del genio entre nosotros.

Además, debemos convencernos que no es lo mis-mo servir a un genio, que servir a un caudillo; que nodebemos tomar la política como un fin, sino como unmedio para servir al prócer y a la causa. Por lo tanto,nosotros nos debemos sentir apóstoles de la obra yservidores de la causa de un gran hombre.

Los caudillos en nuestro país han utilizado siem-pre a los hombres humildes y han utilizado sus pues-tos de lucha para servir a intereses mezquinos o bas-tardos. Ellos, llegados al poder, han olvidado al pue-blo y a veces e incluso lo han desconocido.

Por eso nosotros, los argentinos, y sobre todo losperonistas, que tenemos el privilegio de tener un ge-nio, como yo lo califico desde este momento al gene-ral Perón, no nos podemos detener en la baja politi-quería de servir a un caudillo, de querer "levantar"hombres, porque ha aparecido en la República Argen-tina un genio y los genios nacen; no se hacen.

Por tratarse de compañeros que están en la lucha

honrosa de hacer conocer nuestra doctrina, de tratarde inculcarla a muchos otros compañeros que luchanpor ideales comunes, me he de referir a este puntoexpresamente en otra clase. Yo nunca me he dejadode preocupar lo suficiente cuando veo a hombres hu-mildes que son utilizados por los políticos en sus in-tereses mezquinos y bastardos, girando al genio y que-riendo vivir bajo su sombra. No se olviden, compañe-ros y compañeras, que toda luz tiene sombra; trate-mos nosotros de ser luz, nunca la sombra.

Como este tema sobre los métodos y la acción enlas unidades básicas y su relación con la política mez-quina no está dentro del temario de estas clases, cuan-do terminen estos cursos voy a pedirle al señor direc-tor que me permita dar una clase especial sobre estamateria, para los compañeros y compañeras, interpre-tando y auscultando así los sentimientos de nuestrogran Líder.

Cuenta la historia que uno de los hombres que es-tuvo más cerca de Napoleón fue Fouché; y nadie seexplicaba por qué, siendo Napoleón un genio y unconocedor de hombres, siempre lo tenía tan cerca y lodistinguía. Pero, siendo que Fouché le era desleal,Napoleón lo tenía demasiado cerca porque lo conocíademasiado bien y necesitaba controlarlo.

Tratemos nosotros de estar cerca del corazón delLíder, pero lealmente con nuestro trabajo honrado, lu-chando y trabajando para llevar agua al molino dellíder común, que es llevarla al pueblo y a nuestromovimiento. Nosotros gastamos nuestras energías re-conociendo que tenemos un conductor y un maestro,que tenemos un guía y un Líder. Y pensemos que to-

Page 10: Historia Del Peronismo

página 10 • historia del peronismo

das las patrias, al crear un símbolo, lo han hecho paramantener su unidad espiritual y nacional. Nosotros,que no hemos tenido que andar por muchos siglosbuscando al hombre, como lo buscaba Diógenes; quelo hemos encontrado, porque él ha venido a nosotros,nos ha hablado y nos ha traído sus ensueños patrióti-cos y sus magníficas realizaciones; nosotros pongá-monos entonces a trabajar honradamente, pongamosel hombro y el corazón para que las futuras generacio-nes de los argentinos puedan decir que esta genera-ción ha sido benemérita para la Patria, porque habien-do encontrado al genio lo supo apoyar y acompañarsin retaceos y sin mezquindades.

Nosotros hemos encontrado al hombre; no tene-mos ya más que un solo problema: que cuando el hom-bre se vaya, como dijo nuestro Líder, la doctrina que-de, para que sea la bandera de todo el pueblo argenti-no.

No ha de ser la aspiración del pueblo argentino -ysobre todo la de nosotros, los peronistas, a quienesme dirijo al hablar en esta clase- la de trabajar conropa hecha. Nosotros queremos una obra de arte, y lasobras de arte no se venden en serie sino que son obrasde un artista que las ha creado. Por lo tanto, no sepueden comprar al por mayor ni fabricarlas todos losdías.

Nosotros tenemos una obra de arte; sepamos apro-vecharla para bien de la Patria; sepamos aprovecharlapara nuestros hijos y para todos los que vendrán, ytratemos que los argentinos del mañana no tengan quedecir, al hablar de ese hombre que está quemando suvida en aras de la felicidad de la Patria y de su grande-

za: ¡Cuánto hicieron sufrir los argentinos, por su in-comprensión, a un patriota! Sobre todo, nosotros, losperonistas que tenemos el insigne honor de compartirla responsabilidad de construir esta Nueva Argentina,debemos abrigar la esperanza y juramentarnos traba-jando todos por Perón, por la Patria y por su pueblo.

La historia de los pueblos es, en síntesis, como loveremos en nuestra próxima clase, la historia de susluchas por conseguir esta unidad y este espíritu delque estoy hablando, porque los pueblos saben que so-lamente este espíritu y esta unidad podrán salvarnosde los períodos vacíos en los que la noche cae sin nin-guna estrella, aun sobre los pueblos que creyeron al-canzar el privilegio de la eternidad.

Es necesario que repasemos todas estas cosas de lahistoria universal para entender nuestro movimientoperonista y apreciarlo debidamente. Al pueblo argen-tino hay que mirarlo a través de sus vicisitudes y tam-bién, por qué no decirlo, a través de las vicisitudes delos demás pueblos. Tendríamos que analizar el pro-blema de la conciencia social que nuestro Líder pro-clamó como necesidad fundamental.

El general Perón hace unos días, al inaugurar elCongreso Interamericano de Seguridad Social, procla-mó que él ambicionaba crear una conciencia nacionaly que creía que todos los pueblos deberían tratar delograrla, para que los pueblos, una vez que la tuvie-ran, pudieran aplicarla a los gobernantes que se des-viaran del buen camino, para que cumplieran sus in-quietudes y sus esperanzas. Unicamente un hombresincero y honrado, un gobernante de los quilates delgeneral Perón, puede hablar con esa sinceridad, con

Page 11: Historia Del Peronismo

página 11 • historia del peronismo

la sinceridad de un apóstol. Únicamente el generalPerón puede decir, con la frente bien alta, que quiereque el pueblo, en cualquier momento y en todo ins-tante, le señale el camino. El General sólo quiere -cosarara en este siglo- auscultar los latidos del corazónpopular.

Y tendremos que buscar en la historia de los gran-des hombres, la unidad que nos permita medir la gran-deza de nuestro Líder.

Será éste nuestro primer trabajo. Empezaremos porestudiar la pequeña grande historia de estos años dela revolución peronista. Yo invito a los alumnos deesta escuela superior para que hagan el camino con-migo, aunque yo no pueda guiarlos con toda la cien-cia necesaria. Ustedes me podrán perdonar pensandoque pongo en este trabajo, que para mí es tan difícil,todo mi amor, mi fe y mi fervor peronista.

Los críticos de la historia dicen que no se puedeescribir la historia ni hablar de ella, si se lo hace confanatismo, y que nadie puede ser historiador si se dejadominar por la pasión fervorosa de una causa deter-minada. Por eso yo me excluyo de antemano. Yo noquiero, en realidad, hacer historia, aunque la materiase llame así. Yo no podría renegar jamás de mi fanatis-mo apasionado por la causa de Perón. Yo solamentequiero hacer lo que dije aquí el día que inauguramosesta Escuela: que aprendamos, si es posible, que apren-damos a querer aun más al general Perón. Eso es loque voy a hacer y lo confieso honradamente pensan-do en Perón, en su doctrina y en el movimiento. Des-de aquí yo trataré de hacer la historia del peronismo.

Yo quisiera que las compañeras y los compañeros

alumnos, en la próxima clase que dictaré en esta Es-cuela Superior Peronista, quieran hacerme llegar cual-quier pregunta para aclarar cualquier punto de vistadentro de las líneas doctrinarias en que hemos enca-rado estos cursos. Yo voy a hacer aquí la historia delperonismo al servicio de la doctrina, de Perón y de lacausa. Puedo tal vez hacerlo porque saben bien todosustedes los peronistas de la Patria, que Eva Perón, porser Eva Perón, es una misma cosa con Perón: dondeestá Perón, está Eva Perón. Y yo pretendo ser eso, por-que quiero que cuando vean llegar a Eva Perón uste-des sientan la presencia superior del Líder de la na-cionalidad. No ambiciono nada más que comprender-lo en sus inquietudes, en sus sueños y en sus idealespatrióticos. En estos ocho años de mi vida junto alLíder, no he hecho más que auscultar su corazón, parainterpretarlo y conocerlo y también para llegar mi pen-samiento a los compañeros que luchan por idealescomunes.

Ustedes habrán visto que Eva Perón jamás ha he-cho una cuestión personal; y como yo sé que es des-graciado aquel que no se equivoca nunca, porque nohace nada, al equivocarme he reconocido inmediata-mente el error y me he retirado, para que no fuera aser yo la causa de un error que pudiera perjudicar almovimiento.

Así deben ser ustedes, honrados para reconocercuando se equivocan, y honrados y valientes para ha-cer llegar, en cualquier momento, a todos los peronis-tas, la voz sincera, valiente y doctrinaria de nuestracausa. Ha de ser grande la causa del General cuandonosotros, en lugar de someternos y conformarnos con

Page 12: Historia Del Peronismo

página 12 • historia del peronismo

los viejos comités, escuchando la voz del Líder, for-mamos unidades básicas de la Nueva Argentina en lavida política, tanto en lo que se refiere a los compañe-ros como a las compañeras.

Pero no nos conformamos con eso los peronistas,porque el general Perón es hombre de creaciones y derealizaciones. Es por eso que se ha creado esta Escue-la Superior Peronista, para esclarecer mentes, para queconozcan, sientan y comprendan aún más, si es posi-

ble, esta doctrina, de la cual algunos de ustedes seránlos realizadores y otros, como dijo nuestro querido Pre-sidente y Líder, los predicadores, que irán por todoslos caminos polvorientos de la Patria desparramandolas verdades de esta Nueva Argentina y de un genio alque debemos aprovechar: no se olviden que -segúndijo Napoleón- los genios son un meteoro que se que-man para iluminar un siglo.

Page 13: Historia Del Peronismo

página 13 • historia del peronismo

Segunda claseDictada el 29 de marzo de 1951

En la primera clase que di en esta Escuela, parademostrar lo que es la historia universal -que no esmás qeue la base de dos historias: la de los grandeshombres y la de las grandes masas-, dijimos que losindividualistas creen que la historia se basa solamen-te en los grandes hombres y que los colectivistas pres-cinden de los grandes hombres y creen en las grandesmasas. Pero nosotros tenemos nuestra tercera posición,y es por eso que yo dije, en mi primera clase, que no-sotros aceptábamos a los grandes hombres y a las gran-des masas como los que pueden ser los constructoresde una gran felicidad y de una gran prosperidad.

En la clase de hoy vamos a analizar cómo se ha es-crito la parte de la historia correspondiente a los gran-des hombres y vamos a tomar hoy siete puntos parapoder desarrollar esta materia de la historia del pero-nismo que me ha tocado a mí dictar. En esta clase voy aexponer estos siete puntos y después les haré llegar unostrabajos para que ustedes luego me los devuelvan, paraque confrontemos la historia universal, sobre distintospuntos, con la historia de nuestro peronismo; o sea, alos grandes hombres de la historia con lo que es nues-tro líder, el general Perón, el grande, el genio y el crea-dor de nuestra doctrina peronista.

Existen indudablemente, desde el punto de vistade su relación con la historia, varias clases de hom-bres comunes o mediocres, hombres superiores y hom-bres extraordinarios. En esta clasificación no tienen

nada que ver ni el origen, ni la clase social, ni la cultu-ra. Existen hombres mediocres y comunes entre loscultos, y existen hombres superiores entre los humil-des. Humildes obreros lo han comprendido a Peróncomo no lo han comprendido los que se creían cultos,y con eso han demostrado los obreros, los hombreshumildes de nuestra patria, que eran hombres supe-riores.

Esto no sucede por primera vez en el mundo. Fren-te a todos los hombres extraordinarios, lo mismo quefrente a las grandes ideas, siempre se han levantadolos sabios y los inteligentes para atacarlos, como asílos humildes y los menos cultos para apoyarlos. Elcaso de Colón, un humilde pescador, frente a los sa-bios de la corte española; el caso de Cristo, a quien losescribas y sacerdotes de aquella época negaron y, encambio, humildes pecadores lo hicieron conocer portodo el mundo y, además, lo apoyaron.

No puedo resistir a la tentación de analizar un pocoeste tema de comparación de los hombres mediocresy comunes con los hombres superiores, sobre todo por-que yo aspiro a que cada peronista sea un hombresuperior. No digo que alcance a ser genial, porque losgenios no nacen todos los días ni en todos los siglos;pero sí ambiciono a que lleguen a ser hombres supe-riores, y es por eso que nosotros queremos es esta Es-cuela hacer una diferencia entre el hombre superior,el mediocre y el extraordinario, o sea el genio.

Page 14: Historia Del Peronismo

página 14 • historia del peronismo

Nosotros, por sobre todo, tenemos al genio. Los pe-ronistas contamos con los hombres -y al decir hom-bres incluyo también a las mujeres- superiores.

Y el pueblo argentino, como todos los pueblos, pordesgracia tiene también los mediocres y hombres su-periores que hoy vamos a tocar más profundamente.Se entiende, vuelvo a decir, que al hablar del hombreme refiero también a la mujer. Los mediocres no reco-rren sino caminos conocidos; los superiores buscansiempre nuevos caminos. A los mediocres les gustaandar sobre las cosas hechas; a los superiores les gus-ta crear.

Los mediocres se conforman con un éxito; los su-periores aspiran a la gloria, respiran ya el aire del si-glo siguiente y viven casi en la eternidad. Un pintorque suele copiar cuadros y otro pintor que crea, porejemplo, uno es un hombre superior, el segundo, y elotro es un hombre mediocre; por eso al creador se lodefine con el título de artista.

Los mediocres son los inventores de las palabrasprudencia, exageración, ridiculez y fanatismo. Paraellos el fanatismo es una cosa inconcebible. Toda nuevaidea es exagerada. El hombre superior sabe en cambioque el fanático puede ser un sabio, un héroe, un santoo un genio, y por eso lo admira y también lo acepta yacepta el fanatismo.

Para un hombre superior, una idea nueva puedeser un descubrimiento de algo grande, por ejemploun mundo nuevo, como el mundo que descubrió Co-lón, un hombre de origen tan sencillo. Un hombrecomún o mediocre nunca profundiza una cosa y me-nos ama; el amor para él es una ridiculez y una exage-

ración. Un hombre superior, en cambio, es capaz deamar hasta el sacrificio. Muchas veces, cuando loshombres aman hasta el sacrificio, son más heroicos.Yo, al ver que hombres humildes de la patria quierentanto a Perón y hacen sacrificios tan grandes, piensoque estamos seguros, porque la bandera del pueblo, osea la de Perón, la de los descamisados, está en manossuperiores.

Es por eso que nosotros debemos hacer una dife-rencia muy grande entre el mediocre y el superior. Noporque un hombre tenga mucho estudio ha de ser su-perior. Hay que hacer mucha diferencia entre los degran cultura que cree que lo saben todo, porque algu-nos tienen también la soberbia del ignorante, que esla más peligrosa de todas.

Los mediocres nunca quieren comprometerse, y deésos nosotros conocemos a muchos. Son cobardes,nunca se juegan por una causa, ni por nadie; dirigen-tes políticos de las horas buenas y aprovechadorescuando el río está revuelto. Yo diría, funcionarios deesos, por ejemplo, que usan el distintivo solamentecuando van a Trabajo y Previsión. No alcanzan a serJudas, pero son tan repudiables, que nosotros les lla-maríamos Pilatos. Yo prefiero el enemigo de frente aun "tibio", será porque los tibios me repugnan, y voy adecir aquí algo que está en las Escrituras: "Los tibiosme dan náuseas".

Yo admiro más bien a los hombres enemigos, perovalientes. Hay que tener mucho cuidado con los Pila-tos dentro de nuestra causa.

Dante ubicó a los mediocres, a los que no quisie-ron comprometerse ni con el bien ni con el mal, junto

Page 15: Historia Del Peronismo

página 15 • historia del peronismo

a los ángeles, que no fueron ni fieles ni creyentes, puesse dice que una vez los ángeles en el cielo se pelearon.Unos estuvieron a favor de Cristo y otros en contra.Entonces, Dios, a los que estuvieron a favor los man-dó a la gloria y a los otros al infierno. Pero hubo unode los ángeles, de esos que abundan tanto, que no secomprometió; observador. Entonces Dios no lo podíaponer en la gloria, ni tampoco en La Divina Comedia -voy a hacer una referencia-, al ponerlo a la entrada,dice Dante a Virgilio, que lo conduce: "Mira y pasa",como diciéndole: "No vale la pena detenerse ante losque no quisieron ni el cielo, ni tampoco los aceptó elinfierno". El eterno castigo de los mediocres es el des-precio. Y nosotros, además del desprecio, debemosignorarlos. A los mediocres los mata el anonimato. "Losmediocres -dice Elliot en su libro El Hombre -son losenemigos más fuertes y más poderosos de todo hom-bre de genio". Carecen de entusiasmo, de fe, de espe-ranza y, como es lógico, de ideales. Son los que sereían de los sueños de Perón, que lo creyeron loco ovisionario. Otros hombres superiores creen en la be-lleza, en el amor y en la grandeza, creen en todo loextraordinario; por eso creyeron en Perón. Por cadadía que pasa nosotros nos damos cuenta de la estaturadel general Perón.

El general Perón es de esos hombres extraordina-rios que profundizan la historia universal. Nosotrosnos damos cuenta que tiene todo lo bueno de los gran-des hombres y que no tiene nada malo de los grandeshombres. Es por eso que los hombres humildes denuestra Patria -que yo voy a calificar de hombres su-periores de nuestra Patria, porque fueron superiores-

vieron a Perón y creyeron en él. Y es por eso que elgeneral Perón, con muy pocas palabras, ha calificadoa esos hombres superiores, a esos hombres humildesde nuestro pueblo, diciendo que lo mejor que tene-mos es el pueblo.

Los hombres extraordinarios forman la tercera ca-tegoría, que es la de los hombres que señalan rumbosy que jalonan la historia. Ellos son los sabios, artistas,héroes, filósofos, y están también los grandes conduc-tores de pueblos. A nosotros nos interesan, sobre todoy muy especialmente, los filósofos y los conductores.Los filósofos son los que han pensado en mejorar losmedios de vida del hombre sobre la tierra. Pero tene-mos en cierto modo una filosofía de la vida nueva, yaque por filosofía nosotros entendemos una manera deencarar la vida y algunos hombres extraordinarios sehan creído y han enseñado a la humanidad cómo sepuede vivir, y de una manera mejor. Estos hombresextraordinarios son los filósofos. Cuando los filósofoshan tratado no sólo el problema personal, individual,del hombre, sino todos los problemas sociales del Es-tado, la autoridad, la sociedad, el bien común, etc.,entonces a este tipo de hombres extraordinarios la fi-losofía los llama filósofos políticos.

Conductores. Para nosotros los conductores, talcomo nos enseña Perón, son aquellos que han hechovivir a los pueblos de una manera determinada, lle-vándolos como de la mano por los caminos de la his-toria.

Es esto lo que ha hecho el general Perón con noso-tros. Tomó el país en un momento en que los argenti-nos habíamos perdido la esperanza, en un momento

Page 16: Historia Del Peronismo

página 16 • historia del peronismo

en que los argentinos habíamos llegado a adoptar cier-tos sistemas de vida, porque los creíamos bien, por-que los creíamos mejor, porque los argentinos, cuan-do iban a comprar y encontraban "made in England",estaban mucho más contentos que cuando decía "In-dustria Argentina". Y llegó el momento en que el pue-blo había perdido la esperanza de encontrarse a símismo, llegó el momento en que las fuerzas del traba-jo, los obreros de nuestra patria, habían también per-dido la esperanza de un futuro mejor; llegó el momentoen que, en el país, sus fuerzas morales, materiales yculturales se estaban perdiendo en una noche que notenía aurora.. En ese momento llegó el general Perón;en esa noche llegó el general Perón, y con una volun-tad extraordinaria, con una clarividencia extraordina-ria y con un profundo amor a su patria y a su pueblo,fue abriendo la selva y señalando el camino por el queel pueblo argentino lo iba a seguir para encontrarsecon este venturoso día que estamos viviendo todoslos argentinos y que tenemos que consolidar y legar alos argentinos del mañana. Para eso no sólo hay quegritar: ¡Viva Perón!; para eso hay que comprenderlo,para eso hay que profundizarlo y para eso hay queamar profundamente a la Patria y a las fuerzas del tra-bajo, que es amarlo a Perón.

¿Por qué nos interesan a nosotros los filósofos, lospolíticos y los conductores? ¿Qué tienen que ver conla historia del peronismo?, dirán ustedes. Esta es misegunda clase y yo sigo hablando con persistencia so-bre este asunto porque el peronismo no se puede en-tender, ya que es una doctrina política, sino como lacumbre de un largo camino, como una etapa, la más

alta para la historia argentina, y también -¿por qué nodecirlo?- nosotros pretendemos que sea la más altapara la humanidad en el progreso del hombre, y no sepuede saber si una cumbre es más alta o más baja, sino se la compara precisamente con las demás, con lasotras cumbres, con las más altas.

Por eso estudiamos estos antecedentes universalescon los cuales sabremos nuestra propia estatura.

El Peronismo se precia de haber realizado, comoyo lo dije hace un momento, lo mejor de los sueños delos hombres grandes y aun por qué no decirlo contoda franqueza y sinceridad, si ése ha de ser el lemade nuestra escuela- el haberlos superado.

El Peronismo realiza los mejores ideales de los filó-sofos y conductores de todos los tiempos, y para eso nohay más que estudiarlo, y ustedes me darán la razón.

De Sócrates, por ejemplo -el filósofo humilde deAtenas- ha tomado el peronismo el deseo de que loshombres sean justos y buenos; como Sócrates, el pe-ronismo predica la igualdad y la hermandad entre loshombres y el respeto a las leyes, y aspira a una solaclase, que nosotros llamamos la clase de los que tra-bajan.

De Platón y de Aristóteles desechamos los concep-tos de clases y de esclavitud que ellos aceptaban, pero,en cambio, aceptamos lo mejor de ellos: sus altos con-ceptos de la justicia como virtud fundamental del hom-bre que vive en la sociedad y, como ellos, creemos ysostenemos en la doctrina y en la práctica, de que porsobre la materia lo superior es el espíritu.

Se ha dicho mucho de nuestro movimiento que esmaterialista. Nada es más falso. ¿O es que nuestros

Page 17: Historia Del Peronismo

página 17 • historia del peronismo

enemigos son tan cobardes que no quieren, tal vezpor vergüenza -y en esto tienen razón- ver que teníansumergido a nuestro pueblo por una explotación, queademás de vergonzosa, no era digna de los argentinos,porque no sólo los habían explotado materialmentesino espiritualmente, ya que no les permitieron des-cubrir sus propios valores y sus propias posibilida-des? ¿Es que no son capaces de reconocer que en 50años, por no decir un siglo, habían sumergido a nues-tro pueblo? ¿Es que el general Perón, como conductor,como patriota y, sobre todo, como argentino y comohombre que ama profundamente al hombre, no iba asolucionar un problema apremiante como era el pro-blema -si bien es cierto material- de la familia? Poreso, el entonces coronel Perón, desde la secretaría deTrabajo y Previsión tomó para sí la ardua tarea de re-sentir, tal vez, a los poderosos, no tanto por su doctri-na, sino porque les tocó un poco en sus intereses, lestocó el bolsillo, que es la "víscera" que más les duele.Además, les hizo sentir que en nuestra patria debíantratar a todos los argentinos con la dignidad que me-recen por el solo hecho de llevar el egregio apellidode argentinos.

Es por eso que se atreven a decir todavía que nues-tro movimiento es materialista, y ustedes, hombres ymujeres humildes, pero superiores, saben que nues-tro movimiento es eminentemente espiritual porquese basa en la moral y exalta los valores morales delindividuo y está por sobre la materia.

Uno de los propulsores del peronismo, para noso-tros -sobre todo después de haber escuchado las pala-bras del general Perón los otros días- es Licurgo. He

leído con gran cariño la vida de Licurgo, no precisa-mente porque me haya tocado el privilegio inmereci-do de dictar esta clase sobre historia del peronismo,sino porque siempre me ha interesado la historia delos grandes hombres y porque Licurgo ha sido un per-sonaje que hay que estudiar y comprender, ya quecuanto más se lo lee más se lo admira.

Remontándonos a la antigüedad y observando unhombre que trabajaba ya con un sentido tan justicia-lista, es por lo que el general Perón dijo los otros díasque Licurgo fué quien realizó, tal vez por primera vezen el mundo, el ideal peronista que establece que latierra debe ser de quien la trabaja. Es así como Licur-go repartió la tierra de los espartanos en partes igua-les; y se dice que en los tiempos de cosecha, Licurgocomentaba, al ver todas las parvas iguales, que pare-cía que la Laconia era una herencia que se había re-partido entre hermanos, porque todas las parvas detoda la Laconia eran iguales.

Y más aún: para terminar con otra de nuestras pre-ocupaciones fundamentales, de que existieran menospobres y menos ricos, hizo desaparecer el dinero, rea-lizando, también en eso, una revolución económica.Hizo acuñar monedas de hierro, porque de esa mane-ra se terminaba con la codicia y la avaricia. Asimis-mo, para destruir el distingo de clases, dictó una or-denanza que obligaba a que todas las puertas fueraniguales, tanto en las mansiones señoriales como en lashumildes casas.

Por eso es que nosotros vemos en Licurgo tal vez alprimer justicialista que haya tenido la humanidad. Pen-samos también que precursores del peronismo fue-

Page 18: Historia Del Peronismo

página 18 • historia del peronismo

ron, sin duda, otros hombres extraordinarios de la je-rarquía de los filósofos, de los creadores de religioneso reformas sociales, religiosas o políticas, y tambiénde conductores. Y yo digo precursores del peronismo,porque como dije antes, nosotros hemos aceptado delas doctrinas y de los grandes hombres -digo nosotros,queriendo decir nuestro conductor, porque Perón yanos pertenece a todos los argentinos que lo hemos com-prendido, que lo apoyamos, y, como somos una granfamilia, lo que hace Perón es de todos- todo lo buenoque tienen. Pero lo grande de Perón, es que ha tomadode cada doctrina los conceptos humanos, los concep-tos de la seguridad social, los conceptos del respeto alas leyes, los conceptos de la igualdad y de una solaclase. El es un creador; cuanto más leemos la doctri-na; cuanto más estudiamos a los hombres, más nosdamos cuenta de que estamos frente a un hombre ex-traordinario, un creador que no tiene nada que envi-diar a los grandes creadores de la humanidad. Yo di-ría que ningún hombre de este tipo puede dejar deconsiderarse, en cierto modo, de cerca o de lejos, pro-pulsor de una doctrina. Por eso, en este marco de gran-des, podríamos colocar a Confucio, a Alejandro, a San-to Tomás, a Rousseau, a Napoleón, e incluso a Marx,aunque en algunos casos no hayan sido más que alen-tados por las intenciones del bien común. Todos ellosno son más que jefes de rutas de la humanidad, jefesde ruta que algunas veces equivocaron el camino, peroque por sendas derechas o torcidas vienen de muylejos a terminar en nuestra doctrina y nuestra reali-dad magnífica que nos da Perón. Fueros creadores, yno fueron de ese grupo numeroso que les gusta andar

sobre las cosas hechas; fueron del grupo pequeño delos que les gusta crear.

Para tomar un poco la doctrina religiosa, vamos atomar la doctrina cristiana y el peronismo, pero sinpretender yo hacer aquí una comparación que escapaa mis intenciones. Perón ha dicho que su doctrina esprofundamente cristiana y también ha dicho muchasveces que su doctrina no es una doctrina nueva; quefue anunciada al mundo hace dos mil años, que mu-chos hombres han muerto por ella, pero que quizáaun no ha sido realizada por los hombres.

Yo quisiera que ustedes profundizaran bien estaúltima frase, porque así comprenderían, y veríamosmás claro muchos puntos que a veces no comprende-mos. No está en mi ánimo hacer comparación algunaentre la figura de Cristo y la de Perón; por lo menos yono lo pretendo al decir estas palabras, pero debemosrecordar algo que dijo Perón no hace mucho y fue esto:"Nosotros, no solamente hemos visto en Cristo a Dios,sino que también hemos admirado en él a un hombre.Amamos a Cristo no sólo porque es Dios; lo amamosporque dejó sobre el mundo algo que será eterno: elamor entre los hombres".

Yo pienso que si hay un hombre que ama a los hom-bres, si hay un hombre humilde, generoso y extraor-dinario, dentro de su sencillez, ése es el general Pe-rón, porque Perón no sólo es grande por su indepen-dencia económica, no sólo es grande por su justiciasocial, y por lo bien alto que mantiene su soberanía,no declamada como antes, cuando la entregaban porcuatro monedas al mejor postor, sino una soberaníaque se mantiene en los hechos.

Page 19: Historia Del Peronismo

página 19 • historia del peronismo

Perón no es grande solamente por eso, ni por ha-ber creado su gran doctrina. Perón es grande tambiénen sus pequeños detalles. Yo le oí decir no hace mu-cho al doctor Mendé, en un comentario que me hizohablando conmigo, porque conversamos muy a me-nudo -y sobre que otro tema se puede hablar conmigoque no sea el del General-: "Cuando a mí me llamaronpara ser ministro de Perón, tuve un poco de miedo. Lohabía idealizado a Perón y pensé si no sería cierto esoque decía Napoleón, de que ningún hombre es grandepara su ayuda de cámara". "Después de un año tengoque decir que Perón es tan grande que lo es para suayuda de cámara. Y nosotros los ministros, ¿qué so-mos sino un ayuda de cámara de Perón? Somos tanpequeños dentro de su grandeza que yo puedo afir-mar que Perón ha superado eso que no ha superadoningún gran hombre". Es que Perón es humilde hastaen sus pequeños detalles.

Pero volviendo al cristianismo. Nosotros los pero-nistas concebimos el cristianismo práctico y no teóri-co. Por eso, nosotros hemos creado una doctrina quees práctica y no teórica. Yo muchas veces me he di-cho, viendo la grandeza extraordinaria de la doctrinade Perón: ¿Cómo no va a ser maravillosa si es nadamenos que una idea de Dios realizada por un hom-bre? ¿Y en qué reside? En realizarla como Dios la qui-so. Y en eso reside su grandeza: realizarla con los hu-mildes y entre los humildes.

En medio de este mundo lleno de sombras en quese levanta esta voz justicialista que es el peronismo,pareciera que la palabra justicialista asusta a muchoshombres que levantan tribunas como defensores del

pueblo, mucho más que el comunismo. Yo pensabaestos días, en una conferencia que me tocó presidir, siel mundo querrá la felicidad de la humanidad o sóloaspira a hacerle la jugada un poco carnavalesca y san-grienta de utilizar la bandera del bien para interesesmezquinos y subalternos. Nosotros tenemos que pen-sar, y llamar un poco a la reflexión a la humanidad,sobre todo a los hombres que tienen la responsabili-dad de dirigir a los pueblos. A mi juicio el carnaval notiene más que seis días al año, y, por lo tanto, es nece-sario que nos quitemos la careta y que tomemos larealidad, no cerrando los ojos a ella, y que la veamoscon los ojos que la ve Perón, con los ojos del amor, dela solidaridad y de la fraternidad, que es lo único quepuede construir una humanidad feliz. Para ello, esnecesario que no le hagamos la sangrienta payasadaque le han hecho los "defensores" del pueblo a los tra-bajadores. Por ejemplo durante 30 años se han erigidoen defensores de ellos y han estado siguiendo a uncapitalismo cruento, sin patria ni bandera, y cuandouna persona de América levantó la voz para pedir lapalabra justicialista, se escandalizaron como si se hu-biera pronunciado la peor de las ofensas que se pue-dan decir.

Yo soy una mujer idealista. He abrazado con amorla causa del pueblo y en eso tengo que dar gracias aPerón y a Dios por haberme iluminado bastante jo-ven, como par poder ofrecer una vida larga al serviciode la causa del pueblo, que, por ser la causa del hom-bre, ha de ser una causa superior. Como mujer idea-lista y joven, entonces, no podía aceptar y me dabanáuseas -como decía Cristo- que hombres tibios, pero

Page 20: Historia Del Peronismo

página 20 • historia del peronismo

cobardes, no sostuvieran con la sinceridad, con alhonradez y con el espíritu de sacrificio que hay quesostener la verdadera bandera que es la de la felicidady la de la seguridad mundial.

Es por eso que cada vez que trato más a los hom-bres, amo más a Perón. Me refiero a los hombres quese erigen en dirigentes y que son falsos apóstoles; quelo único que quieren es llegar, para, después de llegar,traicionar. Por eso, cuando veo en este mundo de som-bras y de egoísmo, que se levanta la voz justicialistade nuestro peronismo, me acuerdo siempre de aque-llo que dijo León Bloy: "Napoleón es el rostro de Diosen las tinieblas". Para nosotros, acepto esta frase porlo que significa, y haciéndole un poco de plagio a LeónBloy, digo que para nosotros -y con mucha justicia ygran certeza- Perón es el rostro de Dios en la oscuri-dad, sobre todo en la oscuridad de este momento queatraviesa la humanidad.

Perón no sólo es esperanza para los argentinos. Pe-rón ya no nos pertenece; Perón es bandera para todoslos pueblos con sed de justicia, con sed de reivindica-ciones y con sed de igualdad. Yo he podido compro-bar cómo nos envidian muchos porque lo tenemos aPerón; cómo nos quieren otros por lo mismo y cómodisfrutan otros en que haya tantos malos argentinos,creyendo que los malos argentinos serán más y que lodejarán pasar a Perón, para poder cumplir ellos su po-lítica de imperialismo, ya sea de derecha o de izquier-da. Los que las disfrutan son las fuerzas del mal en

esta Argentina en que los argentinos nos sentimos or-gullosos, pero no como antes, por una cuestión de no-velería, porque no éramos argentinos con dignidad.Hoy somos argentinos en toda la extensión de la pala-bra. Somos los argentinos que soñaron los patriotasde ayer, somos los argentinos ya reivindicados, a quie-nes ha colocado en el sitio de privilegio, el genio, elcreador, el conductor, el guía: el general Perón.

Después de efectuar estas incursiones por la filo-sofía universal de la historia para hacer las compara-ciones doctrinarias con nuestra doctrina y con nues-tro Líder, el general Perón, es que, en esta materia dela Historia del Peronismo, he querido que ustedes locomprendan bien a Perón. Yo no puedo descubrirles aPerón, porque, como bien dije hace poco, si un poetaquisiera cantarle al sol o un pintor pintarlo, yo los con-sideraría locos. Al sol no hay que cantarle ni pintarlo:hay que salir a verlo y, aun viéndolo, uno se deslum-bra. Yo invito a ustedes a que salgan a ver a Perón, aque lo conozcan profundamente: se deslumbrarán,pero cada día lo amarán más entrañablemente y roga-rán a Dios para que podamos obtener de este hombreextraordinario el mayor provecho posible para el bien-estar y engrandecimiento de nuestra patria y de supueblo.

Y cuando el general Perón se haya ido definitiva-mente en lo material, no se habrá alejado jamás delcorazón de los argentinos, porque nos habrá dejado suobra y nos acompañará siempre su presencia superior.

Page 21: Historia Del Peronismo

página 21 • historia del peronismo

En la primera clase dije que la historia universalera la historia de los grandes hombres y de las masashumanas que se llaman pueblo.

En la segunda clase hemos hablado en líneas gene-rales acerca de lo que han significado en la historiadel mundo algunos de los grandes hombres.

Como primeras conclusiones yo podría decir:1º) Que ningún hombre extraordinario puede de-

jar de considerarse precursor de nuestro movimientoperonista.

2º) Que el peronismo ha tomado lo mejor que hanconcebido a través de la historia humana los filósofosy los conductores. El peronismo, no sólo lo ha realiza-do sino que los ha superado.

Estas son las conclusiones, a mi juicio, de lo habla-do en las clases anteriores, las que se pueden compro-bar con los hechos.

Lo que los filósofos y conductores querían era lafelicidad de los pueblos. Ningún pueblo ha sido tanfeliz como lo es el pueblo argentino en este momento,gracias a Perón y a su doctrina.

Esto es en síntesis lo que hemos tratado en las dosclases anteriores.

Ustedes perdonarán que haga un comentario –an-tes de entrar al tema de hoy- acerca de la felicidad quehoy tienen los argentinos.

Nadie puede negar que nuestro pueblo es extraor-dinariamente feliz. El pueblo tiene lo que quiere. No

 

hay inseguridad en el porvenir puesto que trabajantodos los que quieren. Los pueblos amenazados noson felices porque no están seguros.

Voy a traer un recuerdo de mi viaje por Europa. Alpasar por Francia, Italia, países con pueblos maravi-llosos, veía que éstos se hallaban angustiados, preci-samente, porque pensaban en el porvenir. Es que ellos,que formaban una generación que había sufrido dosguerras, veían que de la noche a la mañana podían serarrastrados a otra guerra sin consutárseles siquiera.Por eso es que, cuando yo andaba por las calles, tantoen Francia como en Italia no se oía más que un sologrito: «Queremos ir a la Argentina de Perón». Ese gri-to, que podría parecer intrascendente, es importantí-simo, máxime tratándose de pueblos tan lejanos y conuna civilización tan grande, porque veían a la Argen-tina como la meta de sus sueños, de su seguridad y desus esperanzas en un porvenir mejor.

Esas palabras, que no eran dichas por algunos sinoque eran el clamor de todos los trabajadores, me hizopensar muy profundamente en la obra extraordinariaque realizaba el General, y que había traspasado lasfronteras de la patria para hacerse bandera y estan-darte de los pueblos trabajadores.

Yo creo que hay muy poca justicia en el mundo.En muchos países existe –no lo dudo- una justicia in-dividual, pero esa justicia es incompleta, porque nointerviene todo el pueblo en la solución de los graves

Tercera claseDictada el 5 de abril de 1951

Page 22: Historia Del Peronismo

página 22 • historia del peronismo

problemas que afectan a los trabajadores y a los hu-mildes, que forman la mayoría de los pueblos.

Solamente aquí los trabajadores viven seguros deque su patria es justa para ellos y saben que hay justi-cia para todos. Esa es una base fundamental para lafelicidad.

Yo sé que no son éstas todas las razones que hacenfeliz al pueblo argentino. Pero sé que el pueblo argen-tino es muy feliz, y no voy a enumerar todas las razo-nes de esa felicidad porque el tiempo es corto. Lo veo,por ejemplo, cuando salimos con el General. Veo cómose extienden los brazos para abrazar al General y cómogritan su nombre con cariño. Cuando vivo esos mo-mentos pienso que, si nuestros adversarios viesen,recién entenderían las razones de este vínculo entrePerón y su pueblo. Cuando miro a Perón, me sientopueblo y por eso soy fanática del General; y cuandomiro al pueblo, me siento esposa del General y enton-ces soy fanática del pueblo.

Cómo no voy a serlo, cuando veo que el pueblo loquiere tanto a Perón y para mí Perón es lo único quealienta mi propia vida y por él estoy dispuesta a entre-gar todos mis esfuerzos, para colaborar en la obra ci-clópea de nuestro gran Presidente y conductor.

Ustedes perdonarán mi largo prólogo; yo no siem-pre puedo resistir a la tentación de hablar del Gen-real.

Vamos a hablar hoy de la historia de los puebloscomo antecedente fundamental de la historia pero-nista. En nuestro movimiento hay dos elementos fun-damentales; el General nos ha enseñado a llamarloselementos de la conducción: son el pueblo o la masa,

y el conductor. Muchas veces pienso que si el Generalhubiese nacido en otro lugar del mundo, no hubierapodido manifestarse lo extraordinario de su genio,porque le hubiera faltado un pueblo como el argenti-no para conducir. Nuestro pueblo es indudablementeextraordinario. Yo no quiero entretenerme hablandode este tema, pues tendría que tomar varias horas paraello, pero les prometo dedicar especialmente una cla-se al pueblo argentino. Sin embargo, no puedo menosde recordar una cosa grande que solamente puedeexplicarse por la grandeza de nuestro pueblo, capazde concebir y realizar un 17 de Octubre. Para hacer loque los descamisados hicieron, se necesitaban doscosas: un prisionero como Perón y un pueblo como elnuestro para libertarlo.

Lo que dije yo cuando hablaba de la historia de losgrandes hombres, tengo que repetirlo hoy al referirmea la historia de los grandes pueblos. Ustedes dirán:para qué estudiar la historia de los grandes pueblos sia nosotros solamente nos toca estudiar, en nuestramateria, la historia del peronismo. Es que tenemos quecomparar lo que es nuestro pueblo con relación a otrosgrandes pueblos de la humanidad que nos han prece-dido. Para llegar a esto que hoy es nuestro pueblo, lahumanidad ha hecho muchos y grandes sacrificios ynumerosos intentos, y cada intento ha dejado a loshombres una lección y una experiencia. Podemos asídecir, entonces, que la historia del peronismo es comola historia del mundo; es la suma de dos historias: lade Perón, que es el hombre extraordinario, y la denuestro pueblo, que es un pueblo extraordinario. Yasí como la grandeza de Perón no se puede medir sino

Page 23: Historia Del Peronismo

página 23 • historia del peronismo

comparándola con la grandeza de los hombres extraor-dinarios que lo precedieron, tampoco puede medirselo que ha hecho y lo que es el pueblo argentino, si noapreciamos primero lo que han hecho otros pueblosen el afán de ser lo que somos: un pueblo libre.

Es por eso que voy a remitirme un poco a la histo-ria universal para hacer una comparación de las espe-ranzas, de las inquietudes y de los afanes de grandespueblos en busca de su propia felicidad. La historiade los pueblos no es más que la larga enumeración delos esfuerzos con que las masas humanas tratan deconvertirse en pueblos. Este punto merece una acla-ración especial, puesto que yo tengo un punto de vis-ta con el cual creo que todos ustedes coinciden, encuanto a la distinción de masa y de pueblo.

El hombre civilizado se diferencia del hombre sal-vaje en una sola cosa fundamental: el hombre salvajeno tiene conciencia de su dignidad de hombre; es comosi no tuviese alma humana; no tiene personalidad. Elhombre civilizado tiene conciencia de su dignidad,sabe que tiene un alma superior y, sobre todas las co-sas, se siente hombre. La misma relación podemosestablecer entre la masa y el pueblo. Las masas notienen conciencia colectiva, conciencia social; lospueblos son, en cambio, masas que han adquiridoconciencia social. Es como si los pueblos tuviesenalma, y por eso mismo sienten y piensan, es decir,tienen personalidad social y organización social.

Vamos a tomar un ejemplo. Napoleón decía queun ejemplo lo aclara todo. El pueblo espartano: enEsparta tenemos bien claro el ejemplo de pueblo y demasas. Podemos decir con justeza que los espartanos

constituyeron un gran pueblo. ¿Por qué? Porque tu-vieron las tres condiciones características de los pue-blos: conciencia social, personalidad social y organi-zación social. Tenían conciencia social porque cadauno se sentía responsable del destino común. Eso fuelo que le hizo decir a Licurgo: «no está sin muros laciudad que se ve coronada de hombres y no de ladri-llos». Tal era el grado de conciencia social o concien-cia colectiva que tenían los espartanos, que cuandoalguien dijo a un rey de Esparta que Esparta se habíasalvado porque sus reyes sabían matar, el rey contes-tó: No; Esparta se ha salvado porque su pueblo sabeobedecer. Mejor podríamos decir, que porque teníaconciencia colectiva, personalidad y organización so-cial.

Individualmente, los espartanos tenían personali-dad de pueblo y organización social. Pero esto valesolamente para el núcleo de ciudadanos de Espartaconstituído por los espartanos que, como habíamosdicho, en los tiempos de Licurgo eran solamente nue-ve mil. Ellos eran todos iguales ante la ley, participan-do en el Gobierno y en las asambleas mensuales delpueblo. Ese era el pueblo espartano. Pero frente a losespartanos, podemos oponer a la masa de los ilotas,que sumaban más de 200.000 y estaban excluídos porlos espartanos: constituían una masa. ¿Por qué? Por-que no tenían la condición de pueblo, al no tener con-ciencia social, ni organización social, ni personalidadsocial. Ellos eran los excluídos de Esparta. Los espar-tanos les prohibían reunirse, llevar armas, salir denoche y como se multiplicaban, terminaron por auto-rizar a los jóvenes a la cacería de ilotas un día al año.

Page 24: Historia Del Peronismo

página 24 • historia del peronismo

Consecuencia del ejemplo: el cuadro que nos pre-senta Esparta, nos hace ver el gran ejemplo del hom-bre, de la humanidad, que ha concebido, a través delos años, una lucha para convertirse en pueblo, parapasar de la esclavitud a la libertad, de la explotación ala igualdad y de ser un animal de trabajo, a sentirse yser hombre.

Yo podría hacer una diferenciación fundamentalante ustedes, de lo que es masa y de lo que es pueblo,como lo he dicho anteriormente: Masa: 1º, sin con-ciencia colectiva o social; 2º, sin personalidad social,y 3º, sin organización social. Esto es, para mí, masa.Pueblo: 1º, con conciencia colectiva y social; 2º, conpersonalidad social, y 3º, con organización social.

Podríamos ofrecer una enumeración secundariapara definir la masa. La masa casi siempre se expresaen forma violenta: tomemos por ejemplo la revolu-ción francesa y la revolución rusa de 1917, que luegoestudiaremos. La masa está formada por los explota-dos. La masa no tiene conciencia de su unidad. Poreso es dominada fácilmente por los explotadores. Yeso se explica muy fácilmente. Si tuviera concienciade su unidad, de su personalidad social y de su orga-nización social, una minoría no podría haber explota-do a la masa, como han sido explotados y lo siguensiendo muchos pueblos en la humanidad.

En la masa no hay privilegiados. Por ejemplo, to-mando algunas diferencias secundarias, diremos queel pueblo siente y piensa; el pueblo expresa su volun-tad en forma de movimiento bien orientado, firme ypermanente. Podemos tomar por ejemplo al pueblojudío, como una expresión de pueblo.

El pueblo judío, que estuvo dos mil años dispersopor el mundo, ha luchado orgánicamente, con unaconciencia tan adentrada de pueblo, que ha consegui-do el milagro de formar nuevamente su país en la tie-rra de la que fuera arrojado hace dos mil años. Eso eslo que permanece, cuando los hombres luchan orga-nizados, con conciencia y con personalidad de pue-blo. Ese es un ejemplo muy interesante. La Revolu-ción de Mayo, la revolución americana en general yotras revoluciones, también demuestran lo que sonpueblos con conciencia y personalidad.

El pueblo está constituído por hombres libres; elpueblo tiene conciencia de su dignidad, por eso esinvencible y no puede ser explotado cuando es pue-blo. En el pueblo todos tienen iguales privilegios; poreso, no hay privilegiados. Todo movimiento que aspi-re a hacer la felicidad de los hombres, debe tratar deque éstos constituyan un verdadero pueblo. Esa es lahistoria de los pueblos, en cuyo largo camino las ma-sas han luchado por alcanzar la gran dignidad de lla-marse pueblos.

La historia del peronismo es ya una lucha larga desiete años para conseguir que una masa sufriente ysudorosa –como tantas veces la llamó el coronel Pe-rón- se transformase en un pueblo con conciencia so-cial, con personalidad social y con organización so-cial. Recuerden ustedes cuántas veces el general Pe-rón habló a los obreros, a los industriales, a los comer-ciantes, a los profesionales, a todos, diciéndoles quedebían organizarse. Es que nuestro gran maestro, con-ductor y guía, el General, pensó que para que nuestromovimiento fuera permanente era necesario que esa

Page 25: Historia Del Peronismo

página 25 • historia del peronismo

masa sufriente y sudorosa pasase a ser pueblo conpersonalidad propia. Perón quiere un pueblo que sientay que piense, que actúe bien orientado; por eso le se-ñaló tres grandes objetivos: justicia social, indepen-dencia económica y soberanía política. Perón quiereun pueblo unido, porque así nadie lo explotará ni serávencido por ninguna fuerza del mundo. Perón quiereun pueblo en el que todos sean privilegiados.

Vamos a pasar a nuestro tema, porque si yo empe-zara a hablar del General tendría que decir tantas co-sas como las que él quiere para los argentinos, que eltiempo me sería corto.

Es interesante que señale algunos episodios de lahistoria a través de los cuales puede verse a las masasluchar para convertirse en pueblo. No consideraremosmás que algunos pocos de ellos, porque tenemos me-dido el tiempo. Pero desde ya podemos afirmar, comocuando hablé de los grandes hombres, que todo mo-vimiento popular realizado en la historia no puededejar de ser para nosotros, en alguna forma, precursordel movimiento peronista, que es eminentemente po-pular. En tal sentido, debemos decir que la lucha delos pueblos ha sido una lucha sorda y larga, tanto quecasi la historia no la recuerda. Porque la historia hasido escrita no para las masas sino, en general, paralos privilegiados de todos los tiempos. Y esto nos loexplicaremos muy fácilmente, porque cuando algunavez la historia nos habla de esas luchas es solamentepara mencionar la generosidad de algún filósofo, polí-tico o reformador, y por eso sabemos cuál era la tristecondición en que vivían antes. Así es alabado Solónen Atenas, porque prohibió que los acreedores ven-

diesen a los deudores, y por eso sabemos que antes deél los acreedores vendían a los deudores. Pero no sehabló del escarnio antes de Solón, porque lo que hanquerido en la historia es exaltar la generosidad de unhombre y no descubrir la situación de un pueblo.

La historia, por hacer las alabanzas de Solón, noshace conocer, sin querer, la historia de las masas so-metidas a la más denigrante tiranía. Aunque las ma-sas de todos los tiempos han hecho la historia sin es-cribirla nunca.. Ningún pueblo mandó escribir su pro-pia. Sin embargo, casi ningún rey dejó de cuidar estedetalle, tal vez más para justificarse ante la historiaque para decir la verdad, y a veces –por qué no decir-lo- para escribir sus propias alabanzas y la de sus hom-bres.

Por eso no conocemos la lucha de los pueblos anti-guos y sí conocemos la gloria de los emperadores y delos reyes, como en el caso de los egipcios. Cada pirá-mide es un capítulo de historia. Es el relato de la vidamisma de una dinastía. Pero, nadie escribió jamás lahistoria de todos los dolores que cada dinastía hizosufrir a sus masas para construir sus propias glorias yalabanzas. Pero nosotros, en cada una de esas piedrasen que está escrita la historia de cada dinastía con susglorias y esplendores, vemos y vislumbramos el sacri-ficio, la explotación y el sufrimiento de esa masa.

Cuando visité París, me impresionó profundamen-te la tumba de Napoleón. Recuerdo que hasta un cani-llita de París me dijo: «¿No ha visto usted a Napoleón?»El pueblo francés no olvidará jamás a su emperador, apesar de lo que lo hizo sufrir. Para los franceses, Na-poleón es un recuerdo vivo y permanente, y todos sus

Page 26: Historia Del Peronismo

página 26 • historia del peronismo

gestos son conocidos en Francia de memoria. Miles delibros se han escrito sobre él, sobre sus victorias yderrotas. Pero nadie se ha acordado jamás de escribirla historia de los miles y miles de millares de hombresque murieron por un capricho genial de crear un im-perio. La Tumba del Soldado Desconocido es el únicorecuerdo para la inmensa masa de los que murieron,cuyos nombres nadie sabe, absolutamente nadie.

La historia de los pueblos, que todavía no ha sidoescrita, no podrá ser escrita tal vez nunca. Por eso yome debo conformar con señalarles algunos pocos he-chos y algunas deducciones que nos hacemos noso-tros acerca de las grandezas de los grandes filósofos,de los conductores, de los reyes y emperadores a tra-vés de los cuales vislumbramos la miseria y el dolorde sus masas.

De Roma, solamente quiero recordar la lucha delos plebeyos por su liberación, que duró siglos paraconseguir las cuatro igualdades: civil, social, políticay religiosa.

Sobre este tema de los plebeyos y los patricios ha-blaremos en otra clase. Hoy vamos a tomar el primercapítulo, que obliga a describir a la masa y qué es laRevolución Francesa. Yo no voy a hacer el análisis delo que es para nosotros, como precedente o como sig-no precursor, la Revolución Francesa. Pero no puedomenos que citarla aquí. Maritain confirma que, desdela Revolución Francesa el sentido de la libertad y de lajusticia social ha trastornado y vivificado nuestra ci-vilización.

Yo he pensado muchas veces con simpatía en elpueblo francés, que supo vencer así por primera vez a

la historia y al privilegio. Fue aquél el primer intentode la masa de hacerse fuerte. Todavía, su lucha y aquelintento tuvo sus grandes errores, puesto que desem-bocó en la tiranía de Robespierre. Es que la Revolu-ción Francesa no encontró el conductor que la supie-se dirigir y canalizar honrada y lealmente. Pero, sinaquella experiencia formidable, tal vez hoy no sería-mos libres. No diríamos, como decimos, que ha llega-do la hora de los pueblos. La revolución rusa de 1917,por ejemplo, fue otro intento de las masas para hacer-se pueblo. Otra vez aquí, en Rusia, una masa someti-da y explotada decide hacerse justicia por su propiamano y destruir a las fuerzas opresoras del privilegiomás crudo y denigrante, que era el poder de los zares.Desgraciadamente, aquello tampoco ha terminadobien; pero todos estos hechos van dejando profundasenseñanzas a las masas humanas y no debemos des-preciarlos sino valorizarlos como un gran ejemplo ytambién –por qué no decirlo- como una gran contri-bución para la humanidad, de esos pueblos en esa ar-dua lucha por su propia dignificación. Tanto la Revo-lución Francesa como la rusa fueron movimientos demasas desorganizadas a las que luego nadie, ningúnconductor, quiso conducir honradamente. Por eso eltriunfo fue momentáneo. Sin embargo, cada uno deesos triunfos ha ido creando en la masa una concien-cia mayor de su dignidad de pueblo y poco a poco haido creciendo en el mundo la idea de realizar la ver-dadera democracia; no esa democracia cantada y de-clamada para intereses mezquinos, sino la democra-cia en que el gobierno del pueblo y para el pueblo hade ser una realidad.

Page 27: Historia Del Peronismo

página 27 • historia del peronismo

Perón ha dicho: «La verdadera democracia es aque-lla donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere, ydefiende un solo interés: el del pueblo». Benditos lospueblos que tienen un conductor que piensa y queactúa como nuestro gran conductor, maestro y guía, elgeneral Perón.

Esto no es sólo un principio de doctrina peronista;es una inmensa y maravillosa realidad argentina. Elmovimiento peronista fue también, el 17 de Octubre,una gran reacción de masas, mayor quizás que la mis-ma Revolución Francesa, aunque pacífica. ¿Cuál es ladiferencia y por qué el movimiento peronista superóa la Revolución Francesa? Porque la masa supo incli-narse por un conductor que no tuvieron ni la Revolu-ción Francesa ni la revolución rusa. Porque el coronelPerón quiso probar que esa masa lo quería de verdady decidió entonces que lo eligiese libremente el 24 deFebrero. Diríamos nosotros: porque el coronel Perónamaba profundamente al pueblo y no tenía mezqui-nos intereses políticos ni personales, sino nada másque un solo interés: servir a la patria y al pueblo. Por-que Perón, desde antes del 17 de Octubre, ya habíaempezado a luchar por dar a la masa sufriente y sudo-rosa de los argentinos, conciencia social, personali-dad social y organización social. Ya había empezado aformar de los argentinos un pueblo, un verdaderopueblo.

En mi primera clase yo cité a un gran escritor ale-mán que afirma que la desgracia de la historia consis-te, precisamente, en que no siempre los grandes hom-bres se encuentran con los grandes pueblos. Tal vezesto no sea del todo verdad. Es cierto que casi nunca

las masas han encontrado, en sus grandes movimien-tos, un buen conductor; pero también es cierto quecasi nunca un gran conductor ha querido conducir unpueblo de hombres libres. Más bien todos han queri-do mandar sobre las masas, y por eso han tratado demantenerlas en la ignorancia. Porque ellos no hanquerido conducir, sino mandar; ellos no han queridorealizar cuestiones permanentes, sino realizar cues-tiones personales, para su propio interés personal ypolítico, y para su propio partido.

Por eso el general Perón es grande. Nosotros, lospartidarios del General, que lo seguimos, no nos da-mos cuenta todavía de su gran personalidad y de susquilates. Tal vez por tenerlo demasiado cerca al Gene-ral, no lo valoramos. El pueblo nos demuestra queconserva sus valores morales y espirituales permanen-tes, puesto que ha sabido valorarlo al General. En cam-bio, los mediocres no han podido valorarlo al Gene-ral. Lo único que pido es luz para sus almas, para quepuedan ver la genial figura del General y comprendersu error y su tristeza de no haber podido ver la luz yhaber tomado el camino de la sombra.

Perón es tan grande que en sus clases –que sigocon tanto cariño como todos sus actos- habla siemprediciendo «nosotros». Pero él es el conductor. Claro queel General no puede cambiar la historia universal: elconductor nace, no se hace. Y no nacen dos en el mis-mo siglo y en el mismo pueblo, porque esto no se com-pra, como la ropa hecha. En este siglo, nosotros tene-mos el privilegio de tenerlo a Perón, y aceptamos ladoctrina de Perón. Por eso es grande Perón... Porquenos ha legado una doctrina. Pero mientras Perón ten-

Page 28: Historia Del Peronismo

página 28 • historia del peronismo

ga los ojos abiertos, los argentinos no seguirán másque a Perón, a Perón y a Perón.

El General nos habla así en su generosidad. Yo re-pito lo que siempre he dicho: no sólo es grande Perónpor sus grandes obras y sus grandes realizaciones, sinoque es grande hasta en los pequeños detalles. Sola-mente un genio y un hombre de los quilates de Perónpuede ser tan extraordinariamente genial para englo-bar a todos nosotros al hablar de su doctrina y al ha-blar del conductor. El General podrá sacar buenos rea-lizadores; podrá acercarnos a nosotros buenos discí-pulos, pero jamás seremos maestros; maestro hay unosolo.

Si miramos un poco la historia desde este balcónalto del siglo XX, veremos que los grandes conducto-res y líderes algunas veces han logrado tener discípu-los. Lo grande de Perón es que, aunque él no lo diga,aspira a que todos seamos buenos discípulos de sudoctrina. Pero nosotros aspiramos a algo más: a com-prender, aplicar, realizar y predicar su doctrina, a amarsu doctrina. Pero por sobre todo, ambicionamos unacosa: parecernos y acercarnos hacia la figura grandio-sa del creador de la doctrina y del realizador de lafelicidad argentina: el General Perón.

Nosotros sabemos perfectamente, aunque Perón,en su humildad, no quiere hablar de sí mismo, que éllo es todo. Es el alma, el nervio, la esperanza y la rea-lidad del pueblo argentino. Nosotros sabemos que solhay uno solo, y que aquí, en nuestro movimiento, hayun solo hombre que tiene luz propia: Perón. Todosnos alimentamos de su luz. Si alguien se cree algodentro de nuestro movimiento, si cae en el error de

creerse que es alguien con personalidad propia ennuestro movimiento, nosotros nos reímos de ver has-ta dónde puede llegar la ignorancia, hasta dónde pue-de perder la vanidad, hasta dónde puede perder laambición de los hombres, que los hace creerse alguiencuando, en el mismo siglo y en ese pueblo, hay unconductor, un guía y un maestro. Aquí tenemos al ge-nio, tenemos al conductor, y todos los demás, todos,si diferencia –porque no hay diferencia-, todos, lucha-mos por conquistarnos un puesto de lucha al lado delGeneral; todos luchamos por comprenderlo a Perón,que es comprender a la patria y al pueblo argentino; ytodos luchamos por realizar todos los días un pocomás en al obra peronista, o sea, por acercarnos a lainterpretación perfecta de su doctrina y de su con-ducción, mirándonos siempre en el espejo del generalPerón.

Por eso, todos somos iguales después del generalPerón; nadie es más y nadie es menos. Los que no loquieran comprender, allá ellos: Dios ciega al que quie-re perder; primero, la masa los discute, no los aceptatotalmente, ya que no acepta más que al líder, al ge-nio, al conductor, al maestro; después, la masa les pagacon aquello con que pagan todos los pueblos a los Ju-das: con el desprecio y el olvido.

Por eso, nosotros hombres y mujeres humildes,pero superiores por nuestra grandeza espiritual y mo-ral, aspiramos a una sola cosa: a no sentirnos más delo que somos, pero tampoco menos de lo que pode-mos ser, y a servir lealmente y hasta el sacrificio anuestro General.

Y aquí yo quiero hacer notar que algunos piensan

Page 29: Historia Del Peronismo

página 29 • historia del peronismo

y hacen comparaciones un poco risueñas, por no de-cir profanas, entre ciertos caudillos y el General. Peroel general Perón no es un caudillo.

Perón es un genio, es un conductor, es un líder, yellos piensan que, como ha pasado con esos caudi-llos, puede ser reemplazado, pero un genio y un con-ductor, jamás. Con él muere el movimiento. El movi-miento será permanente si los hombres, a través de él,aun después de haberse ido, siguen teniendo su luz,su bandera y su doctrina. Es por eso que Perón nopodrá ser reemplazado jamás dentro de nuestro movi-miento peronista, ni ahora ni después. Por eso no po-drá ser olvidado por el pueblo argentino, porque nopasará a la historia entre los caudillos políticos. El gra-bará una página en la historia entre los grandes pa-triotas y conductores más perfectos que ha tenido laArgentina.

Por eso, nosotros no tenemos más que a Perón; novemos más que por los ojos de Perón; no sentimosmás que por Perón y no hablamos más que por bocade Perón. Ese debe ser nuestro gran objetivo, y si aunnos saliéramos de esa línea de conducta, el pueblo,que es maravilloso, porque hay algo que se siente, quese palpa pero que no se puede controlar, nos haríaperder en la noche y caeríamos en el desprecio de to-dos los ciudadanos argentinos, porque se habría per-dido nuestro movimiento, por no haber sabido tener

la entereza moral, política y patriótica de no darnoscuenta que a los genios no se les puede comparar niprofanar con ninguna figura de su siglo, porque soneso: genios.

Por eso es que nosotros lo vemos a Perón cada díamás grandes, aun cuando –como ya he dicho- él seelimina como conductor y nos llama a todos nosotrosconductores y cuando el General, en su grandeza es-piritual, dice: «nosotros hacemos tal cosa».

Nosotros lo seguimos, nosotros tratamos de inter-pretarlo, tratamos de ayudarlo, porque tenemos laenorme responsabilidad ante las futuras generacionesde argentinos de demostrar, eso sí, que esta genera-ción de argentinos ha sido benemérita porque ha sa-bido valorar en el sacrificio constante y en su fe in-quebrantable a un hombre de los quilates del generalPerón y legarles a ellos la hora de bonanza y de pros-peridad que estamos viviendo.

Por todo esto yo creo que nuestro movimiento triun-fará, y el triunfo nuestro será permanente como nin-gún otro en la historia. Perón quiere conducir a unpueblo de hombres libres y dignos, y nosotros ya so-mos –gracias a él- un pueblo de hombres libres y dig-nos, que ay tiene personalidad, que se va organizandoa pasos agigantados. Yo no quiero entretenerlos más.En la próxima clase hablaremos del pueblo y de lossistemas capitalistas.

Page 30: Historia Del Peronismo

página 30 • historia del peronismo

En mis clases anteriores he hablado de la historiauniversal, refiriéndome a las dos historias: la de loshombres y la de las masas en su afán por convertirseen pueblo, y a la historia de los grandes hombres has-ta llegar a Perón. Aquí nos hemos detenido, como quiense detiene luego de haber recorrido la noche, contem-plando en las estrellas la aurora que luego llega con elsol.

Recorrimos la historia de las masas, en su afán porconvertirse en pueblo, o sea en sus luchas de supera-ción, hasta llegar al 17 de Octubre, que tal vez es lahistoria más formidable de un pueblo defendiendo supropio destino.

¿Qué es el pueblo para un peronista? Yo creía quehabía agotado el tema en la clase anterior y había dis-puesto hablar hoy de la historia del capitalismo, pen-sando que así, por contraste de luz y sombras, nosentenderíamos mejor y entenderíamos mejor al pero-nismo, pero meditando el tema de mi última clase,advertí que todavía no había terminado y que queda-ban muchos puntos, para mí de fundamental impor-tancia. No quiero dejar de insistir sobre el tema de lasmasas y los pueblos en la historia, porque, para mí,quien no entienda y sienta bien lo que es el pueblo,no podrá ser jamás un auténtico peronista.

Yo siempre digo que los tres grandes amores de unperonista son el pueblo, Perón y la Patria, y vean uste-des, si un peronista puede ser peronista sin tener esos

tres grandes amores, tal como lo siento yo, y no sola-mente como una linda palabra.

El amor es sacrificio, y aunque parezca esto el títu-lo de una novela sentimental, es una verdad grandecomo el mundo y como la historia. No hay amor sinsacrificio, pero nadie se sacrifica por algo que no quieray nadie quiere algo que no conoce. Nosotros decimosmuchas veces que estamos dispuestos a morir por elpueblo, por la Patria y por Perón, pero cuando llegueese momento, si llega –y no seamos traidores, deslea-les y vendepatrias-, tenemos que sentir verdaderamen-te esos tres grandes amores, y por eso debemos cono-cerlos íntima y profundamente. Es necesario conocer,sentir y servir al pueblo para ser un buen peronista.Hay muchos peronistas, ya lo son; pero nosotros que-remos peronistas en la práctica y no teóricos.

Es urgente que insistamos, dentro de nuestro mo-vimiento, en la necesidad que tenemos de hacer co-nocer y amar al pueblo –y ustedes verán más adelantepor qué es urgente, y más en nuestro movimiento- sies que no queremos perder y malograr esta maravillo-sa doctrina que nos ha dado el General Perón. Tal vezsea más necesario esto para hacerlo conocer y querermás profundamente a Perón. El General tiene una gran-deza espiritual tan extraordinaria, que está siempremuy presente en nuestros sentimientos y en nuestrocorazón; pero mucho me temo que no suceda lo mis-mo con el pueblo, y a veces pienso que no todos los

Cuarta claseDictada el 12 de abril de 1951

Page 31: Historia Del Peronismo

página 31 • historia del peronismo

peronistas me entienden y me creen cuando yo digoque Perón es el pueblo. No se han dado cuenta toda-vía de lo que eso significa; no han advertido que esosignifica que para quererlo a Perón hay que quererloal pueblo; que no se puede ser peronista sin conocer,sin sentir y sin querer al pueblo –pero quererlo pro-fundamente- y, sobre todo, servir la causa del pueblo.Un peronista que no conozca, que no sienta y que nosirva al pueblo, para mí no es peronista.

Yo voy a demostrar en esta clase de hoy que la mejormanera de conocer si un peronista es verdaderamenteperonista consiste en establecer si tiene un conceptoperonista de lo que es el pueblo; si se siente él mismoparte del pueblo y no tiene ambiciones de privilegios;si sirve lealmente al pueblo.

Ustedes dirán que en lugar de dar mi clase de his-toria del peronismo yo estoy dictando más bien moralperonista. No es eso. Había dicho en la clase anteriorque iba a hablar de capitalismo, pero creí que era ne-cesario primero dar una clase sobre ética peronista y,especialmente, sobre oligarquía, para después pasaral capitalismo. Y para no ser oligarca y ser un buenperonista, tenemos que basarnos en un amor profun-do por el pueblo y por Perón, sustentado en valoresespirituales y en un gran espíritu de sacrificio y derenunciamiento, no proclamados sino hondamentesentidos.

Todas estas cosas no las digo porque sí, ni porqueme gusta el tema. Ustedes saben que decir la verdadme ha costado muchos dolores de cabeza, y puedodecir con orgullo que nunca he sido desleal con losque han sido leales a Perón. Pero también puedo decir

con orgullo que jamás he mantenido mi amistad enun círculo ni en un grupo, sino nada más que hacia lalealtad, y la lealtad no me compromete nada más quemientras se es leal a Perón, que es ser leal al pueblo yal movimiento.

Si hablo de estas cosas, es porque sé que al mismoGeneral le preocupa el tema, y nos debe preocupar atodos los que queremos profundamente al movimien-to y anhelamos que sea un movimiento permanente.Le preocupa, sobre todo, que todavía haya peronistasque, por su afán de obtener privilegios, más bien pa-recen oligarcas que peronistas. Mis ataques a la oli-garquía ustedes los conocen bien, porque los habránoído no una, sino muchas veces en mis discursos.

Y estoy segura que algunos de ustedes habrán pen-sado lo que otros ya me han dicho tantas veces: ¿»Porqué se preocupa tanto, señora, si esa clase de gente novolverá más al gobierno?».

No; yo ya sé que la oligarquía, la del 17 de Octu-bre, la que estuvo en la plaza San Martín, ésa ya novolverá más al gobierno, pero no es ésa la que a mí mepreocupa que pueda volver. Lo que a mí me preocupaes que pueda volver. Lo que a mí me preocupa es quepueda retornar en nosotros el espíritu oligarca. A esoes a lo que le tengo miedo, mucho miedo, y para queeso no suceda he de luchar mientras tenga un poco devida –y he de luchar mucho- par que nadie se dejetentar por la vanidad, por el privilegio, por la soberbiay por la ambición.

Yo le tengo miedo al espíritu oligarca, por una sim-ple razón. El espíritu oligarca se opone completamen-te al espíritu del pueblo. Son dos cosas totalmente

Page 32: Historia Del Peronismo

página 32 • historia del peronismo

distintas, como el día y la noche, como el aceite y elvinagre.

Vamos a demostrar el espíritu oligarca en la histo-ria, trayendo algunos ejemplos. Yo, en mis luchas dia-rias –y ustedes lo habrán visto- para ser una buenaperonista, trato de ser más humilde, trato de arrojarfuera de mí cualquier vanidad que pudiera albergarmi corazón. Yo no podría ser la esposa del GeneralPerón, ni buena peronista, si tuviera vanidad, orgulloy, sobre todo, ambición, porque la ambición es el es-píritu oligarca que perdería completamente a nuestromovimiento.

Yo no sé qué pensarán de mi los historiadores y losque comentan la historia, pero yo creo firmemente –yde esta idea no me podrán sacar- que la causa de to-dos los males de la historia de los pueblos es, precisa-mente, el predominio del espíritu oligarca sobre elpredominio del espíritu del pueblo.

¿Cuál es el espíritu oligarca? Para mí, es el afán deprivilegio, es la soberbia, es el orgullo, es la vanidad yes la ambición; es decir, lo que hizo sufrir en Egipto amillares y millares de esclavos que vivían y moríanconstruyendo las pirámides; es el orgullo, la soberbiay la vanidad de unos cuantos privilegiados que ha-cían sufrir en Grecia y en Roma a los ilotas y a losesclavos; es el espíritu de oligarca de unos pocos es-partanos y aristócratas y de unos pocos patricios quegobernaban a Esparta, a Atenas y a Roma; el sufrimien-to de millones y millones de hindúes se debió al orgu-llo de las sectas dominantes; el dolor de la Edad Me-dia se debió a la soberbia de los señores feudales, delos reyes y de los emperadores ambiciosos, que sólo

pensaban en dominar a sus iguales; el sufrimiento queprovocó la rebeldía del pueblo francés en 1789, laRevolución Francesa, tiene su causa en los privilegiosde la nobleza y del alto clero; la Rusia de los zares,que hizo nacer en el mundo la revolución comunista,es otra expresión más de los sufrimientos que ha pro-vocado el espíritu oligarca, la vanidad, la ambición, elegoísmo y el orgullo de unos pocos aplastando a lasmasas.

El peronismo que nace el 17 de Octubre es la pri-mera victoria real del espíritu del pueblo sobre la oli-garquía. La Revolución Francesa, tal como la historialo atestigua –y yo trato de profundizarla y de leermucho de lo que se ha escrito- no fue realizada por elpueblo, sino por la burguesía. Esto no lo recordamosmuy frecuentemente.

La burguesía explotó el desquicio real en ese pue-blo hambriento, desposeído y es por eso que preferi-mos recordar de la Revolución Francesa tres palabrasde su lema: Libertad, Igualdad y Fraternidad, tres her-mosas palabras de los intelectualoides franceses quedecían cosas muy hermosas, pero que realizaban muypoco. Y es por eso que nos olvidamos de algo extraor-dinario. Nos olvidamos que la Constitución de 1789prohibía la agremiación. ¿Puede una revolución serdel pueblo, cuando dicta una Constitución prohibien-do la agremiación? El pueblo siguió a la burguesía,pero ésta no respondió honrada y lealmente a ese pue-blo, que se jugó la vida en la calle.

La Revolución Francesa quiso suprimir, y lo consi-guió, hasta con la guillotina, al privilegio aristocráti-co, pero trajo al mundo el concepto de la libertad in-

Page 33: Historia Del Peronismo

página 33 • historia del peronismo

dividual absoluta, creando con ese concepto otros pri-vilegios, como el de la riqueza, que condujo luego rá-pidamente al capitalismo.

La revolución rusa también quiso suprimir a la oli-garquía aristocrática, utilizando para ello al pueblo,cuya reacción violenta provocó también la muerte delos zares. Pero después se creó en Rusia una nuevaoligarquía: la de unos cuantos hombres que no con-sultan al pueblo, sino que simplemente lo llevan ha-cia donde quieren. Ellos no hacen lo que el puebloquiere, sino que el pueblo tiene que hacer lo que ellosquieren. Creo que hay una pequeña diferencia...

Tan oligárquico es el sistema feudal como el abso-lutismo de los reyes, como el sistema de casta queimperó en nuestro país, sistema cerrado con la «Yale»de los apellidos ilustres que nosotros conocemos. Tantomás ilustres esos apellidos cuanto más dinero teníanen el Banco. Tan oligárquico es el sistema capitalistaque domina desde Wall Street como el sistema comu-nista imperante en Rusia.

Por ello, afirmo que el peronismo nacido el 17 deOctubre es una victoria del auténtico pueblo sobre laoligarquía. Y para que esa victoria no se pierda, comose perdió la Revolución Francesa y la revolución rusa,es necesario que los dirigentes del movimiento pero-nista no se dejen influenciar por el espíritu oligarca.Es necesario, para ello, que todas estas cosas que deci-mos no caigan en el vacío. Yo a veces observo quecuando se dicen cosas importantísimas, nos las aplau-den, si tenemos razón, pero en la práctica hacen esosmismos que aplaudieron todo lo contrario. Hay queaplaudir y gritar menos y actuar más. Claro que al decir

esto hablo en general.Nuestro movimiento es muy serio, porque tenemos

un hombre, el General Perón, que está quemando suvida por legarnos consolidada su doctrina y por entre-garnos y depositar en nuestras manos la bandera jus-ticialista y una Patria socialmente justa, económica-mente libre y políticamente soberana.

Eso era para nosotros un sueño. Era un sueño paralos argentinos pensar que algún día, en nuestro país,un hombre, con sentido patriótico, un hombre extraor-dinario, y sobre todo con una gran valentía, pudieraanunciarlo y realizarlo.

Pero es que hay que reconocer que el hombre queha creado su doctrina y que ha realizado esa obra tanextraordinaria, es un hombre de unos valores moralesextraordinarios.

Nosotros vemos en Perón a la humildad, a un hom-bre sencillo, a un hombre que no es vanidoso ni orgu-lloso, a un hombre que siente alergia por los privile-gios. Entonces nosotros, que lo queremos a Perón, tra-tamos de acercarnos, tratamos de igualarnos a él, tra-tamos de sentirnos humildes, de no ser ambiciosos,de no sentir orgullo ni vanidad.

En esto es en lo único en que podemos tratar deigualarnos a Perón, y, si lo logramos, va a ser tan gran-de que habremos desterrado del peronismo el peligrodel espíritu oligarca que, de lo contrario, terminaríacon nosotros. Perón no ha venido a implantar otra cas-ta; él ha venido a implantar al pueblo, para que seasoberano y gobierne. Por eso, nosotros tenemos quesentirnos humildes y consultar al pueblo en todo, peroconsultarlo también en su humildad. No sentirnos,

Page 34: Historia Del Peronismo

página 34 • historia del peronismo

cuando el movimiento nos llama a una función, im-portantes ni poderosos.

A mí me preocupa extraordinariamente esta cues-tión. He tenido una gran desilusión con gente a la queaprecio, cuando la he visto envanecerse como pavosreales, cuando las he visto sentirse importantes. Nohay más importancia, más privilegio, ni más orgullo,que el sentirse pueblo. Pero algunos se sienten seño-res; ¡y el señor no se siente, el señor se nace, aun enlos más humildes! Cuando los he visto en personajes,me ha entrado frío, miedo, angustia y una profundatristeza. Pero las fuerzas y la esperanza me renacencuando miro a Perón trabajando incansablemente y alpueblo colaborando con él.

Yo lo observo al General, porque no quiero dentrodel movimiento ser nada más que una buena alumnasuya; quiero servir al movimiento y no servirme de él.Si actuáramos así siempre, la humanidad sería másfeliz y nosotros seríamos mucho más útiles a los pue-blos.

El General Perón es humilde a pesar de todo supoder, y no digo poder por ser él el Presidente de laRepública, sino por su poder espiritual, porque él esmucho más poderoso que por sus títulos, sus galonesy sus derechos, porque reina sobre el corazón de mi-llones de argentinos.

Yo lo he visto al General, no con ese empaque hu-milde y fingido que a veces ustedes advierten en algu-nos hombres en los pequeños detalles, más que en losgrandes, y que es el teatro que hacen muchos políti-cos que aparecen como humildes para que los vea ungrupo, pero que en el fondo son déspotas, soberbios,

vanidosos y fríos. A Perón, en cambio, que ha hechoobras extraordinarias, lo veo todas las mañanas, al lle-gar a la Casa de Gobierno –para dar un ejemplo, por-que, como decía Napoleón, un ejemplo lo aclara todo-tocar el timbre y decir, siempre, al ordenanza que acu-de: «Buenos días, hijo; ¿quiere hacerme el favor detraerme un cafecito?». Y cuando se lo trae, así esté conun embajador, con un ministro o con quien fuera, leda un abrazo agradeciéndole; pero eso es normal enél, le sale de adentro. Eso no es teatro: le sale del cora-zón. Y yo pienso, entonces, si todos los peronistas se-ríamos capaces de hacer otro tanto. No podemos te-ner el privilegio de ser genios y grandes como Perón,pero sí podemos proponernos ser buenos como él.

La gente se olvida muy fácilmente del pueblo, ynosotros, los peronistas, que decimos que queremos aPerón, que amamos profundamente su figura, su nom-bre, su doctrina y su movimiento, no podemos ni de-bemos jamás olvidar al pueblo, porque si no traicio-namos a Perón, traicionamos su preocupación másgrande. No olviden que Perón trabaja, lucha, sueña yse sacrifica por un ideal: su pueblo.

Es que algunos peronistas no se dan cuenta de quetodo lo que somos se lo debemos a Perón y al Pueblo,y a veces nos creemos que llegamos por nosotros mis-mos, nos consideramos importantes e insustituíbles,y hasta nos creemos a veces directores de orquesta.¿De qué orquesta somos directores?

La humildad debe ser una de nuestras grandes pre-ocupaciones, como la bondad, la falta de vanidad y laausencia de ambición. No debemos tener más que unasola ambición: la de desempeñar bien nuestro cargo

Page 35: Historia Del Peronismo

página 35 • historia del peronismo

dentro del movimiento. Dijo el General Perón haceunos días: no son los cargos los que dignifican a loshombres, sino los hombres los que honran a los car-gos. Nosotros debemos aspirar a ocupar un cargo delucha, no importa cual fuere, pero cumplirlo honra-damente, con espíritu de sacrificio y de renunciamien-to, que nos haga ante nuestros compañeros dignos delmovimiento y nos eleve en la consideración de todos.Así cumpliremos con el pueblo y con el movimiento.No nos olvidemos del hombre que trabaja de dianahasta ponerse el sol, para construir la felicidad de todoel pueblo argentino y la grandeza de la Nación, y no-sotros, bajo su sombra maravillosa, no debemos amar-gar sus sueños de patriota, con ambiciones mezqui-nas y desmesuradas como las de algunos peronistasque ya se creen dirigentes importantes.

La característica exclusiva del peronismo, lo queno ha hecho hasta ahora ningún otro sistema, es la deservir al pueblo y, además, la de obedecerlo. Cuandoen cada 17 de Octubre, Perón pregunta al pueblo siestá satisfecho de su gobierno, tal vez por tenerlo aPerón demasiado cerca, no nos detenemos a pensaren las cosas tan grandes a que nos tiene acostumbra-dos, a algo que no pasa en la humanidad. ¿Cuándoalgún gobernante, alguna vez en el mundo, una vez alaño reúne a su pueblo para preguntarle si está confor-me con su gobierno? ¿Cuándo algún gobernante en elmundo dijo que n o habrá sino lo que el pueblo quie-ra? En cambio, Perón puede hablar porque tiene sucorazón puesto junto al corazón del pueblo. La acti-tud argentina del General Perón en la Conferencia deCancilleres: «No saldrán tropas al exterior sin consul-

tar previamente al pueblo», no se ha visto nunca en elmundo, ¿Cuándo algún gobernante ha preguntado,antes de enviar tropas al exterior, si el pueblo está con-forme? Nunca loa han hecho, porque cuando han que-rido, han enviado las tropas en nombre del pueblo sinconsultarlo jamás.

Estos tres ejemplos nos demuestran la grandeza dePerón, la honradez de sus procedimientos, el amorprofundo y entrañable que él siente por el pueblo y elrespeto por «el soberano», que de soberano no tenía,hasta Perón, más que el nombre, porque jamás fue res-petado. Eso lo hace el General, y si él lo hace, tratandode auscultar las inquietudes del pueblo, ¿cómo noso-tros los peronistas que lo acompañamos y pretende-mos ayudarlo, no vamos a extremas nuestras energíasy nuestro esfuerzo para acercarnos a él en el deseo deservir leal, honrada y humildemente?

Ese debe ser un deber de los peronistas. Nosotrosdebemos pensar siempre que el General Perón respetaal pueblo, no sólo en las cuestiones fundamentalessino también en las pequeñas.

Dijo yo los otros días que la masa no hace más quesentir, que no piensa. Por eso los totalitarismos, seanfascistas o comunistas, organizan al pueblo como unmilitar adiestra al soldado, para que éste sirva mejor ala patria. Perón, en cambio, favorece la agremiación yla organización del pueblo, no para que el pueblo sir-va al peronismo, sino para que el peronismo puedaservir mejor al pueblo, entre lo cual hay una gran di-ferencia. A fin de que el pueblo conserve y conquistesus derechos, Perón trata al pueblo, no como un mili-tar a sus soldados, sino como un padre a sus hijos. Lo

Page 36: Historia Del Peronismo

página 36 • historia del peronismo

que hace Perón, sirviendo al pueblo, debemos hacerlonosotros cada día más.

Yo quisiera que a esta clase –y esto es un deseoferviente mío- ustedes la tengan siempre muy presen-te en su corazón y en su mente para tratar todos losdías de inculcarla a los peronistas y nosotros mismosadoptarla en nuestros procedimientos, y así nos senti-remos más tranquilos en nuestra conciencia de pero-nistas, de argentinos, de mujeres y hombres del pue-blo.

Nuestra consigna debe ser la de servir al pueblo yno servir a nuestro egoísmo, que en el fondo todostenemos, ni a nuestra ambición, porque eso sería te-ner lo que yo llamo espíritu oligarca.

Vamos a dar un ejemplo de espíritu oligarca, aun-que ya he dado muchos: el funcionario que se sirve desu cargo es oligarca. No sirve al pueblo sino a su vani-dad, a su orgullo, a su egoísmo y a su ambición. Losdirigentes peronistas que forman círculos personalessirven a su egoísmo y a su desmesurada ambición.Para mí, ésos no son peronistas. Son oligarcas, sonídolos de barro, porque el pueblo los desprecia, igno-rándolos y a veces hasta compadeciéndolos.

La oligarquía del 17 de Octubre, la que derrotamosese día, para mí, está muerta. Por eso es que le tengomás miedo a la oligarquía que pueda estar dentro denosotros que a esa que vencimos el 17 de Octubre,porque aquélla ya la combatimos, la arrollamos y lavencimos. En tanto que ésta puede nacer cada día en-tre nosotros. Por eso los peronistas debemos tratar deser soldados para matar y aplastar a esa oligarquíadonde quiera que nazca.

Nosotros decimos, con Perón, que no queremos nireconocemos más que una sola clase de hombres: lade los que trabajan. Esto quiere decir que para noso-tros no existe más que una sola clase de argentinos, laque constituye el pueblo, y el pueblo es auténticamentetrabajador.

¿Qué diferencia hay entre esta nueva clase y la cla-se oligárquica que gobernó hasta 1943? Es muy fácilexplicarla.

La oligarquía era una clase cerrada, o sea, como lodije anteriormente, una casta. Nadie podía entrar enella. El Gobierno les pertenecía, como si nadie másque la oligarquía pudiese gobernar el país. En reali-dad, como que a ellos los dominaba el espíritu de oli-garquía, que es egoísta, orgulloso, soberbio y vanido-so, todos estos defectos y malas cualidades los lleva-ron poco a poco a los peores extremos y terminaronvendiéndolo todo, hasta la Patria, con tal de seguiraparentando riqueza y poder.

Cuando vemos a un político que no quiere quenadie más que sus amigos entren en el círculo, pensa-mos que también él es un oligarca. Ese también sequiere preparar otra casta para él, pero se olvida quehay muchos soldados y servidores del General que lointerpretamos, que lo seguimos hondaramente, quetendremos el privilegio de ser los eternos vigías de laRevolución.

Por lo tanto, estaremos en guardia permanente paradestrozarlos y aplastarlos a esos señores que ustedesconocen, como dije anteriormente.

El peronismo es un movimiento abierto a todo elmundo. Ustedes ven que cualquiera que llega a mí,

Page 37: Historia Del Peronismo

página 37 • historia del peronismo

sea un dirigente de esto o de lo otro, siempre le digoque él, para mí, no es más que un dirigente de Perón.Cuando me dicen que Fulano es un dirigente que res-ponde a Mengano o a Zutano, pienso que no es undirigente, sino un sinvergüenza, porque bajo el lemaJusticialista, el pueblo y la Patria toda constituyen unagran familia, en la que todos somos iguales, felices ycontentos, respondiendo sólo a Perón.

Dentro de nuestro movimiento no se necesita te-ner títulos universitarios, ser intelectual, ni tener cua-tro apellidos para integrar el gobierno de Perón. Allado de él hay hombres de todas las condiciones so-ciales: médicos, abogados, obreros, ricos y pobres, detodas las clases, pero sin ese espíritu oligarca que es lanegación de nuestro movimiento. Por lo menos aspi-ramos a eso. En ese sentido, tenemos una ardua y lar-ga tarea que realizar. Cualquier peronista puede llegara ocupar los más altos cargos dentro de nuestro movi-miento. Si trabaja honradamente, puede aspirar a cual-quiera, y en este sentido debemos tener en cuenta unafrase del General Perón que se debería grabar en elcorazón de todos los peronistas: «Sean todos artíficesdel destino común, pero ninguno instrumento de laambición de nadie».

No sean tontos, aquí no necesitan padrinos; aquílo único que los valoriza es el sacrificio, la eficacia yel trabajo. Yo siempre he sentido alergia por los reco-mendados. Siempre los he atendido muy bien y les hesolucionado el asunto, pero siempre me ha dado unaprofunda pena que esas personas no sepan que nonecesitan de la recomendación. En nuestro movimien-to no hay más recomendación que la de ser peronista.

Es por eso que cualquier peronista, por humilde quesea, puede aspirar, como ya lo he dicho, a los másaltos cargos, con sólo tratar de interpretar las inquie-tudes del General Perón. Esto es fundamental para quenosotros podamos formar un movimiento permanen-te, consolidado en el espacio y en el tiempo. Nuestromovimiento es el más profundo y maravilloso de to-dos, porque tiene una doctrina perfecta y un conduc-tor genial como el General Perón.

Yo, que he tenido la debilidad de estudiar profun-damente a todos los grandes de la historia, y ustedes,que lo habrán hecho tanto como yo, sabemos que entodos los grandes hombres hay errores y defectos, quese les perdonan porque son genios, y a los genios se lesperdona todo. Pero –a veces a los argentinos nos parecementira- Perón es un genio que no tiene defectos, y situviera uno, sería uno solo: tener demasiado corazón,que sería el más sublime de todos los defectos, ya queCristo perdonó a quienes lo crucificaron. Nosotros de-bemos pensar en eso, en la grandeza, en las virtudes yen las condiciones morales del General Perón y, sobretodo, en su humildad, que es lo que lo hace más gran-de. Deberíamos nosotros elevar todos los días nuestramirada y nuestro recuerdo hacia la figura patricia delGeneral Perón; seríamos entonces cada día más bue-nos. Y al acostarnos, deberíamos realizar un balance delo que hemos hecho, y ver si hemos tratado bien a uncompañero, si hemos servido honradamente al pueblo,si hemos cumplido con humildad, con desinterés y consacrificio nuestra labor. Entonces, nos podremos acos-tar tranquilos, porque hemos cumplido con la Patria,con Perón y con el Pueblo.

Page 38: Historia Del Peronismo

página 38 • historia del peronismo

Yo he pretendido que mi despacho sea lo más po-pular y lo más descamisado; no en sus paredes –por-que nosotros no nos vestimos de harapos para recibiral pueblo, sino que nos vestimos de gala para recibirlocon los mejores honores, como se merece-, pero sídescamisado por el cariño, el corazón, la humildad yel espíritu de sacrificio y de renunciamiento. A vecesme parece que éstos no son suficientemente grandescomo para merecer yo ser la esposa del General Pe-rón; pero pienso que no puedo asemejarme al Gene-ral, porque Perón hay uno solo, pero trato por lo me-nos de merecer el cariño y la consideración del Gene-ral y de los peronistas, trabajando con un gran espíri-tu de desinterés, de sacrificio, de renunciamiento yde amor. Y es por eso que cuando llegan a mi despa-cho los ministros, yo me alegro, porque los veo mez-clados con los obreros y con los pobres, es decir, connuestro auténtico pueblo. Y yo creo que así, viéndo-me trabajar a mí confundida con el pueblo, y viendolo maravilloso que nuestro pueblo es, no se harán oli-garcas.

Eso significa que nosotros queremos una sola clasede argentinos. No quiere decir que querramos que nohaya ricos, o que no haya intelectuales ni hombressuperiores. Todo lo contrario: lo grande del peronis-mo es que todos los argentinos pueden llegar a ser loque quieran, incluso hasta Presidente de la Repúbli-ca. Prueba de que el peronismo quiere eso, es que te-nemos un ministro obrero, agregamos obreros en lasembajadas, obreros en las Cámaras, obreros en todaspartes; y también en el aspecto cultural tenemos elteatro obrero y salones de arte obrero, aunque en este

aspecto tenemos mucho, mucho que hacer, para cum-plir con los deseos y con las inquietudes del GeneralPerón.

Gracias al General Perón, nosotros hemos logradotener las universidades abiertas a todo el pueblo ar-gentino. Eso nos demuestra la preocupación del go-bierno argentino por elevar la cultura del pueblo ypor que nuestro pueblo pueda llegar a las universida-des, que ya no estén reservadas a unos pocos privile-giados. Ahora los humildes pueden ser abogados omédicos, según sean sus inclinaciones. Ellos, con susentido de pueblo serán más humanos y las futurasgeneraciones podrán agradecernos que los hayamoscomprendido y apoyado.

Ser peronista, para hacer la síntesis de todo lo quehe hablado, requiere tener los tres amores a que yohice mención al principio: el pueblo, Perón y la Pa-tria. El peronismo es la primera victoria del pueblosobre la oligarquía; por eso hay que cuidarlo y no des-virtuarlo jamás. El peronismo sólo se puede desvir-tuar por el espíritu oligarca que pueda infiltrarse en elalma de los peronistas, y perdonen, chicas y mucha-chos, que les repita tanto esto, pero si así lo hago esporque quisiera que lo llevaran siempre profundamen-te grabado en su corazón. Es fundamental para nues-tro movimiento.

Para evitar que se desvirtúe el peronismo, hay quecombatir los vicios de la oligarquía con las virtudesdel pueblo. Los vicios de la oligarquía son: en primertérmino, el egoísmo, Podríamos tomar como ejemploel de las damas de beneficencia. Hacían caridad, perouna caridad denigrante. Para dar, hay que hacerse per-

Page 39: Historia Del Peronismo

página 39 • historia del peronismo

donar el tener que dar. Es más lindo recibir que dar,cuando se sabe dar, pero las damas trataban siemprede humillar al que ayudaban. Tras la desgracia de te-ner que pedir, lo humillaban en el momento de darlela limosna, con la que ni siquiera le solucionaban elproblema. En segundo lugar está la vanidad. La vani-dad trae consigo la mentira y la simulación, y cuandoentra en la mentira y en la simulación, el hombre dejade ser constructivo dentro de la sociedad. En últimotérmino, tenemos la ambición y el orgullo, con loscuales se completan los cuatro vicios de la oligarquía:egoísmo, vanidad, ambición y orgullo.

Las virtudes del pueblo son: en primer término,generosidad. Todos ustedes habrán advertido el espí-ritu de solidaridad que hay entre los descamisados.Cuando un compañero de fábrica cae en desgracia, enseguida se hace una colecta para ayudarlo, cosa queno ocurre en otros ambientes. Lo mismo es el caso delos obreros y la Fundación. Ellos vieron que la Funda-ción iba directamente al pueblo, a diferencia de lasdama de beneficencia que se guardaban ochenta ydaban el veinte de cada cien que recibían, con lo queel pueblo había perdido la esperanza y la fe. ¿Cómoiba a tener prestigio una cosa en la que el pueblo nocreía? Cuando vieron que la Fundación realizaba elcamino nuevo del peronismo, de ayudar y de defen-der los centavos como si fueran pesos, los obreros seaglutinaron y desinteresadamente contribuyeron a unaobra que iba a servir, honrada y lealmente, a sus pro-pios compañeros. Es así que se ha dado el milagro deque las masas trabajadoras sean las verdaderas crea-doras de la obra de la Fundación.

Tenemos luego la sinceridad. La sinceridad es lavirtud innata de nuestro pueblo, que habla de su fran-queza.

El desinterés: ustedes ven que el descamisado espuro corazón, es desinteresado. Y la humildad, quedebemos tenerla tan presente.

Por lo tanto, las virtudes del pueblo son: generosi-dad, sinceridad, desinterés y humildad. La humildaddebe ser la virtud fundamental del peronista. El pero-nista nunca dice «yo». Ese no es peronista. El peronis-ta dice «nosotros». El peronista nunca se atribuye susvictorias, sino que se las atribuye siempre a Perón,porque si hacemos algo es por el General, no nos en-gañemos. Y cuando en el movimiento hay un fracaso,observamos a menudo –ustedes que andan por la ca-lle lo habrán notado mejor que yo- que se dice: «Y, laculpa la tuvo Fulano», siempre viene de «arriba». Loséxitos son de ellos, que tanto influyeron y tanto hicie-ron, lo trabajaron tanto, que lo consiguieron... El fra-caso es siempre de arriba, según ellos. El fracaso, des-graciadamente, es debido a la incomprensión, es pro-ducto del caudillismo, de que todavía los peronistasno nos hemos podido desprender, pero de los que nosdesprenderemos, cueste lo que cueste...

No me refiero, por lo tanto, a esos que dicen quelos fracasos vienen de arriba, sino a los peronistas.Los fracasos son nuestros, desgraciadamente. Yo a ve-ces pienso, cuando me equivoco –también yo cometograndes errores, ya que nadie está exento de ellos, puesel que no se equivoca nunca es porque no hace nada-, pienso cuánto mal le hago al General. Unicamentelos genios como Perón no se equivocan nunca. Pero el

Page 40: Historia Del Peronismo

página 40 • historia del peronismo

pueblo no está poblado de héroes ni de genios, y me-nos de genios que de héroes.

Repito que los fracasos son nuestros. El peronistase debe atribuir siempre los fracasos, y al decir «pero-nista» lo decimos en la extensión de la palabra. Lasvictorias, en cambio, son del movimiento, o sea, dePerón. ¿Habría hecho yo todo lo que hecho en la Fun-dación, si Perón no nos hubiese salvado de la oligar-quía? ¿Habría hecho yo todo el bien que hago a loshumildes de la Patria, la colaboración que les presto alos gremios del país, si Perón no hubiera hecho ennuestro país esta revolución social tan extraordinaria,independizándonos de la oligarquía, dándonos, ade-más, la justicia social, la independencia económica,la soberanía política y su maravillosa doctrina? ¿Exis-tiría Eva Perón si no hubiera venido Perón? No. Poreso yo digo que el peronismo empieza con Perón, si-gue a Perón y termina en Perón.

Ni aun después podrán desplazar al General, por-que el General Perón no será desplazado jamás delcorazón del pueblo. El día en que alguno, en su ambi-ción y en sus intereses mezquinos y bastardos, piense

que él puede ser bandera del movimiento, ese día élhabrá terminado.

Por eso yo digo que no tenemos nada más que aPerón, y nosotros, para consolidar y colaborar en suobra, debemos ser buenos predicadores de su doctri-na. Cuando alguien se enoja y se lamenta de erroresentre los católicos, yo les contesto que la doctrina cris-tiana es lo más grande que hay, que los malos son lospredicadores y no la doctrina. Aquello es eterno. Enesto, que es terrenal, tenemos que tener además debuenos predicadores, también buenos realizadores.

La doctrina de Perón es genial; los malos seremosnosotros, ya que de barro somos, pero tenemos quetratar de ser cada día más superiores y más dignosdel maravilloso pueblo y del ilustre apellido de ar-gentinos. Por eso es que nosotros aspiramos, cada díamás, a ser buenos y mejores predicadores de la doc-trina de General, pero no sólo buenos en la prédica,sino también en la práctica. Para lograrlo, el peronis-ta debe ser siempre de una gran humildad, recono-cer que él no significa nada y que Perón y el pueblolo son todo.

Page 41: Historia Del Peronismo

página 41 • historia del peronismo

Quinta claseDictada el 19 de abril de 1951

La historia de peronismo, como todo episodio his-tórico, tiene sus actores, tiene sus causas y tiene suescenario. Una vez conocidos estos tres capítulos, re-cién podemos estudiar el desarrollo de los aconteci-mientos y de sus efectos en la historia. Cuando yo acep-té dictar este curso en esta Escuela, creí inicialmenteque sólo iba a tener que relatar los acontecimientos,cosa que no me traería ningún inconveniente dadoque yo los he vivido y que también los he sufrido.¿Qué dificultad podría tener en narrarles a ustedestodas las luchas del genera Perón, si yo, directa o indi-rectamente las he compartido siempre? Yo me dije:éste es mi gran tema. Pero cuando tuve que sentarmea esbozar el programa, advertí que eso no era todo yme di cuenta que no se trataba solamente de relatarlos episodios de la historia del peronismo, sino dehacerla comprender, de hacerla sentir y de inculcarla,como dice el general Perón. En ese momento fue cuan-do comprendí que el problema no era tan simple, ymenos para una mujer humilde cuyo único título esnada más que su gran voluntad y su gran amor por lacausa del General y de su pueblo. Por eso me han vis-to ustedes andar por caminos que si no son descono-cidos para mí –ya he dicho en otra oportunidad quesiempre me ha gustado el tema de la historia, porquehe estado buscando en él una medida que no encuen-tro para el general Perón y nuestro pueblo-, son cami-nos menos conocidos o poco frecuentados para mí.

En estos años de lucha no he podido alcanzar todavíaa medir la importancia que tiene nuestro pueblo, nues-tro movimiento y su líder en relación con los grandesacontecimientos de la historia.

No he leído la historia para explicarla, ni para darclases o divertirme, sino para aprender en ella a que-rer y a sentir todavía más esta breve pero extraordina-ria historia de Perón y de su pueblo. Lo que he podidoaprender a través de los acontecimientos generales dela historia, es lo que he querido que también ustedesaprendan aquí. En otras palabras, no me interesa queustedes sepan quién fue Licurgo, ni en qué año nació;me basta con que aprendan que lo mejor de él –y detodos los hombres extraordinarios de la historia-, estáen la doctrina del general Perón y ha sido realizado enla breve historia del peronismo.

No me interesa tampoco que ustedes sepan muchosobre la Revolución Francesa, o sobre las luchas entreplebeyos y patricios, o entre espartanos e ilotas; perosi me interesa que sepan que ningún movimiento demasas o de pueblos es comparable con el que realizónuestro pueblo el 17 de Octubre de 1945.

Para eso hemos estudiado la historia universal,buscando precedentes y precursores de la historia delperonismo. Analicen un poco lo que hemos hechohasta aquí. ¿Nos hemos limitado a describir los acon-tecimientos históricos? ¿Nos hemos puesto a relatarsiempre vidas de grandes hombres? No; en realidad,

Page 42: Historia Del Peronismo

página 42 • historia del peronismo

yo he presentado a los autores del movimiento pero-nista, únicos y exclusivos; el general Perón y el pue-blo. Ya saben también cual es la medida de nuestropueblo, porque lo hemos comparado con otros pue-blos y, sobre todo, con sus grandes manifestacionesde rebelión, con la Revolución Francesa y con la revo-lución rusa.

Ahora tenemos que estudiar las causas y, luego, elescenario del peronismo, para recién después hacerel relato de sus episodios fundamentales. Creo que hallegado el momento de considerar cuáles fueron lascausas del peronismo. Recuerdo que en el capítulo,por ejemplo, de la historia de la Revolución Francesa,son más las páginas que se dedican al estudio de suscausas que a los acontecimientos de la misma revolu-ción. Todavía hay mucha gente que se dedica a escri-bir libros que explican por qué se produjeron la Revo-lución Francesa, la revolución rusa y la revoluciónamericana. No quisiera que eso sucediera con nuestromovimiento peronista. Preferiría que se escriba mássobre lo que hemos hecho que sobre los motivos o lascausas de lo que hemos realizado. Sin embargo, nopuedo eludir, en ese curso, el tema mismo, y tengoque dedicar una o dos clases al estudio de las causasdel peronismo.

Me he puesto a pensar, como podría hacerlo cual-quiera de ustedes, sobre este tema, y creo que no esmuy complicado llegar a conocer rápidamente las cau-sas que determinaron el nacimiento del peronismo.¿Cuándo nació el peronismo?

No nació el 4 de Junio, pero tal vez pueda decirseque en esa fecha se levantó el telón sobre el escenario.

No es el episodio mismo, porque tal vez lo único pe-ronista del 4 de Junio fue Perón y su proclama. El pue-blo todavía no está allí, como estará el 17 de Octubrey el 24 de Febrero o como está ahora todos los díasacompañando al general Perón y a su movimiento. El4 de Junio dio el primer paso el general Perón parallegar a su pueblo, y aunque el ejército que lo acom-pañaba es parte del pueblo, no es todo el pueblo.

Para demostrar que todavía no había nacido el pe-ronismo, piensen ustedes que el gobierno de la Revo-lución del 4 de Junio no era totalmente popular, y sino recuerden en el nombre de algunos ministros deentonces, y eso basta. Recuerden que el mismo coro-nel Perón fue inicialmente colocado en un puesto ex-clusivamente militar. El peronismo no nació, para mí,el 4 de Junio de 1943, pero tampoco nació el 17 deOctubre, porque el 17 de Octubre de 1945, el peronis-mo triunfó por primera vez. Quiere decir que para esafecha ya había nacido.

El peronismo, a mi juicio, nació al crearse la Secre-taría de Trabajo y Previsión, nació cuando el primerobrero argentino le dio la mano al coronel Perón pen-sando: «me gusta este coronel». El pueblo empezó apresentir que ya no era una esperanza, sino una reali-dad. Quiere decir que el peronismo no nació sólo conla creación de la Secretaría de Trabajo y Previsión.Nació cuando el primer obrero argentino, al encon-trarse con el general Perón, pensó que ya tenía quienle protegiera y que ya se encontraba ante la realidad.Cuando lo ponen a Perón en posesión del cargo deSecretario de Trabajo y Previsión, a él lo aplaudenmuchos dirigentes gremiales.

Page 43: Historia Del Peronismo

página 43 • historia del peronismo

Creo que no nos equivocamos, entonces, si deci-mos que el peronismo empezó a nacer cuando Perónentró a la Secretaría de Trabajo y Previsión, o sea alviejo Departamento Nacional del Trabajo. Desde esedía los obreros, o sea el pueblo, empezaron a formaruna sola fuerza con Perón. El peronismo es eso. Esuna fuerza integrada por Perón.

Pero volvamos al tema: ¿cuáles fueron las causasdel peronismo? ¿Por qué Perón y el pueblo argentinodecidieron unirse para tomar el gobierno de la Na-ción? Para liberarse del imperialismo y del fraude.Porque el pueblo estaba cansado de la gente que ocu-paba el gobierno y había perdido la esperanza; estabacansado del fraude y decidió formar con el coronelPerón una sola fuerza, para lograr sus justas reivindi-caciones, pero también para liberarse de la oligarquía,del imperialismo y de los monopolios internaciona-les, sobre la base justicialista que después creara elgeneral Perón.

¿Por qué el gobierno estaba en tales manos? ¿Quépuntos de contacto existían entre esas fuerzas tan po-derosas- oligarquía, imperialismo y monopolios inter-nacionales- que habían vencido o engañado al puebloargentino durante un siglo? Es que esas tres fuerzaseran nada más que tres formas distintas del capitalis-mo; por eso estaban tan unidas.

Eran tres formas distintas del capitalismo, en cuyosistema lo normal es la explotación del pueblo. Poreso estaban tan unidas y por eso tenían puntos de con-tacto tan poderoso.

El peronismo, que no puede confundirse con elcapitalismo, con el que no tiene ningún punto de con-

tacto. Eso es lo que vió Perón desde el primer momen-to. Toda su lucha se puede reducir a esto: en el camposocial, lucha contra la explotación capitalista. No seolviden ustedes el estado en que encontró el coronelPerón al pueblo trabajador cuando entró al Viejo De-partamento Nacional del Trabajo, que para suerte detodos fue barrido de la historia del país, porque nohabía sido más que el trampolín de intereses mezqui-nos del capitalismo, ya sea internacional o nacional;creando la Secretaría de Trabajo y Previsión, cuna deljusticialismo. No pueden olvidarse ustedes que desdeesa Secretaría, al realizar el coronel Perón la dignifica-ción del pueblo argentino, afianzó la soberanía de lapatria. No puede haber pueblo soberano si el pueblono es digno.

Además, al crear la justicia social, el coronel Peróntuvo después que buscar el soporte para mantenerla ylograr la independencia económica. La Secretaría deTrabajo y Previsión, creación maravillosa del coronelPerón, es la cuna del justicialismo en el país. No sólodio desde esa casa felicidad al pueblo, siendo comoun rayo de luz y esperanza para todos los hogares pro-letarios que habían perdido la fe en sus gobernantes,en sí mismos y en los altos valores de la patria. Nosólo les dio salarios, sino que los dignificó, y la digni-ficación del hombre por el hombre no tiene precio.Eso es lo grande de la lucha que tuvo el Coronel en elcampo social y que tal vez los argentinos no termina-rán nunca de agradecérsela. Y al decir los argentinos,me refiero a los argentinos de todos los campos, seanintelectuales u obreros.

En el campo político el general Perón luchó contra

Page 44: Historia Del Peronismo

página 44 • historia del peronismo

las fuerzas de la oligarquía, que no tenían ningún es-crúpulo en servir al capitalismo, y aquí podríamosrecordar un hecho bochornoso: los vendepatrias, porcombatir a un argentino, se unieron a un embajadorextranjero, haciendo la vergonzosa marcha de la de-mocracia.

No sólo sirvieron a los intereses foráneos, del capi-talismo, para ser instrumento de la explotación de losobreros argentinos, sino también que, en sus mezqui-nos y bastardos intereses, sirvieron a potencias extran-jeras y pidieron su ayuda y su intervención para des-terrar de esta patria al más ilustre de los argentinos,que venía a reivindicarla política, social y económica-mente, y a implantar una verdadera soberanía; no esasoberanía tanto tiempo declamada y no practicada,sino una soberanía practicada con un sentido patrió-tico, por un hombre que empezó a hablar, a querer y aactuar como argentino.

Por eso, el general Perón tuvo que luchar contraesa oligarquía que sirvió al capitalismo sin escrúpu-los, y también contra las fuerzas internacionales delcapitalismo, que querían seguir dominando el gobier-no, como lo habían dominado durante un siglo, paraexplotar mejor al pueblo argentino. No querían resig-narse a perder el beneficio de esa explotación de nues-tro pueblo, para que éste continuara sirviendo sumi-samente sus intereses, mientras ellos despreciaban alos argentinos y los subestimaban, porque jamás loscreyeron buenos obreros ni capaces de dirigir nada;sólo los consideraban burros de carga, sin darse cuen-ta de que el pueblo argentino, dispuesto a engrande-cer a la Patria, tiene una estatura que es imposible

medir, porque es un pueblo que sabrá morir en lasfronteras antes que vivir jamás de rodillas ante nadie.

Por eso, la lucha del entonces coronel Perón en elcampo político fue ardua, desgraciadamente, y noquisiera detenerme en esto. Digo desgraciadamente,porque es una desgracia para nosotros que haya habi-do –y existan todavía- argentinos que sirvan a los im-perialismos y a intereses foráneos, contra los supre-mos intereses de la Nación; es una desgracia que to-davía haya argentinos –como los hubo- que se unie-ron ante las potencias que ya conocemos, porque sesentían más dignos, más «niños bien», o porque noquerían seguir perdiendo las cuatro monedas con lasles compraban sus conciencias.

Los peronistas y el pueblo humilde de la Patria, elpueblo trabajador y todos los que acompañamos alcoronel Perón, podemos sentirnos orgullosos de nues-tro egregio apellido de argentinos, porque lo llevamoscon honor y lo supimos defender, en las horas incier-tas, con la dignidad de buenos argentinos.

Para nosotros, los peronistas, era fácil defendernuestro digno apellido de argentinos, pero desgracia-damente en todas partes se cuecen habas y en todaspartes hay traidores y vendepatrias. Nosotros vimos –y seguimos viendo anonadados- cómo es posible queciertos individuos que se llaman argentinos, sigansiempre defendiendo lo foráneo, aun con mentiras ycon intereses que ya no pueden ser ocultos a ningúnargentino bien nacido.

Para nosotros fue fácil, pero imagínense ustedes¡qué dolor habrá sentido el Coronel en su corazón deargentino, en su corazón de patriota, viendo a aquel

Page 45: Historia Del Peronismo

página 45 • historia del peronismo

grupo de destacados, a quienes Dios no había ilumi-nado, para comprender que en esta Argentina de SanMartín nos tocaba vivir una época sencilla, humilde,silenciosa pero heroica, en defensa de la patria, recu-rriendo sólo a nuestra dignidad de sentirnos orgullo-sos y honrados con nuestro querido patrimonio quees necesario defender en un momento caótico para lahumanidad. ¡Qué horas inciertas habrá tenido el co-ronel Perón en esa lucha política ardua, ante la in-comprensión de muchos argentinos, porque a él no lehabría interesado el ataque del exterior –al contrario,lo hubiera alentado en sus sueños de patriota-, pero ledolía el ataque de los argentinos aliados a la fuerzaforánea, de los que cruzaban el río para despoticarcontra el país, de los que se aliaron a embajadores ex-tranjeros, de los que defienden monopolios, comoabogados, por cuatro monedas –porque los comprancon chauchas-, de esos que ya conocemos, que creíanque era de niños bien gustar de todo lo extrajerizante!¡Qué dolor habrán causado al coronel Perón, pero tam-bién qué honda satisfacción habrá tenido al ver queun grupo de argentinos, y sobre todo el pueblo humil-de de la patria, las fuerzas del trabajo, lo comprendíany lo seguían, lo que nos demuestra que Dios les habíailuminado el alma, tal vez porque los humildes vivenal aire libre, con el alma siempre abierta a las cosasextraordinarias! ¡Ellos vieron a Perón y lo siguieronson el entusiasmo y la fe con que solamente los seressuperiores pueden comprender!

Siempre he dicho que el mayor enemigo del hom-bre de genio es el mediocre, aquellos enemigos de Pe-rón son los mediocres. El mediocre es enemigo de toda

cosa nueva y por lo tanto enemigo de toda revolución,y lo que había que hacer en el país era una revolucióntotal, tanto en lo político, como en lo social, como enlo económico.

Además, ellos creían todo exagerado, porque eranincapaces de comprender nada de lo que se queríarealizar. Es claro, ellos, incapaces de realizar nada queno sea para ellos, están en contra de aquel que quiererealizar algo para la comunidad, algo para servir a to-dos. Por eso hemos de seguir cuidándonos de talesenemigos que todavía están y siguen trabajando. Nonos podemos confiar nosotros en el triunfo que nosha dado Perón. Debemos seguir manteniendo la llamalatente del coronel Perón y continuar nosotros ilumi-nando los senderos de la patria con nuestra vida, connuestro sacrificio, con nuestro reconocimiento diarioal general Perón en esta cruzada patriótica que las fu-turas generaciones quizás comprendan más que no-sotros mismos.

Y luego, además de luchar contra los malos argen-tinos, tenía que luchar contra los intereses que ya to-dos conocemos. En el campo económico, el coronelPerón tenía que luchar por la independencia econó-mica y por la economía social. Por la independenciaeconómica: y para eso producía una verdadera muti-lación de los imperialismos dominantes, reconquis-tando los servicios públicos de la Nación, que eranlos instrumentos con que nos dominaban. Por la eco-nomía social, poniendo el capital al servicio del pue-blo, haciendo sentar por primera vez ante una mesaparitaria a patronos y obreros, para repartir equitati-vamente las ganancia de un capital que había explota-

Page 46: Historia Del Peronismo

página 46 • historia del peronismo

do al pueblo y que jamás lo había recompensado conuna justa retribución.

Ustedes, con alto criterio, sabrán comprender loardua y difícil que habrá sido la lucha del coronel Pe-rón en estos cuatro aspectos que acabo de enunciarligeramente. Pero cuando se está iluminado por algosuperior, cuando la causa es la Patria, cuando el obje-tivo es la felicidad y la dignidad de su pueblo, no hayescollos, no hay obstáculos ni hay sinsabores que pue-dan detener. El coronel Perón estaba iluminado poralgo divino, y pudo darnos la Argentina de bonanza yde felicidad en que estamos viviendo ahora, y, sobretodo, la dignidad nacional, ya que cada uno de noso-tros se siente ahora más orgulloso de nuestro egregioapellido de argentinos. Al trasponer las fronteras, to-dos los argentinos se dan cuenta de la conquista cicló-pea que ha obtenido el general Perón en el sentido dela soberanía y de la dignidad del país, por la cual habregado.

La lucha ha sido ardua, pero venció. Venció comovencen los grandes, acompañado por el pueblo, porlos hombres y mujeres de bien, por los humildes, aquienes, como ya dije, tal vez porque Dios no les dióriquezas materiales, les brindó la riqueza más grandea que podemos aspirar los hombres y mujeres de bien:la grandeza espiritual para comprender a los grandesy para comprender todo lo superior, viendo con losojos del alma, que ven mucho más allá...

Es grande la lucha que le hizo el antiperonismocapitalista al general Perón, porque la causa que dionacimiento al peronismo es, precisamente, el capita-lismo. Ya ustedes habrán podido darse cuenta de eso

y lo sabrán, sin necesidad de que lo expliquemos.Perón no es anticapitalista, ni tampoco es antico-

munista: Perón es justicilista. Por eso es que los capi-talistas y los comunistas se volvieron antiperonistas.Perón quiere hacer realidad su justicialismo; pero esoes combatido por los antipersonalistas del capitalis-mo, la oligarquía y los capitales extranjeros, y por losantiperonistas del comunismo, o sea, por los imperia-lismos de izquierda y de derecha. Perón está basadoen su justicialismo, es decir, en la felicidad, la grande-za y la soberanía de la patria.

Sabemos, pues, que el peronismo es esencialmen-te distinto del capitalismo. Antes de 1943, el capita-lismo no tenía más que un solo enemigo: el comunis-mo.

El capitalismo no podía seguir dominando en elmundo y a la larga iba a ser vencido por el comunis-mo, porque a los pueblos no se los puede explotarindefinidamente. Todo tiene su fin. Ante el peligro deser vencido el capitalismo en manos del comunismo,y ante la desgracia que azotaba al mundo, de un capi-talismo sin patria ni bandera y aun desnaturalizado,Perón decidió salvar a su pueblo de los dos males: elantiguo del capitalismo y el futuro del comunismo.Por eso podemos decir que el comunismo es otra delas causas del peronismo, pues si no hubieran existi-do en el mundo el capitalismo y el comunismo, Peróntal vez no hubiese debido crear el justicialismo comodoctrina del peronismo, y todos los países quizás hu-bieran vivido dentro de una grandeza espiritual, consoberanía, con independencia económica y con justi-cia social.

Page 47: Historia Del Peronismo

página 47 • historia del peronismo

De allí que al estudiar las causas del peronismo,tengamos que analizar al capitalismo representadodirectamente por la oligarquía, los imperialistas y losmonopolios internacionales, y al comunismo comocausa indirecta, representado por los falsos dirigentesdel pueblo que sólo quieren someterlo a una explota-ción tan inhumana como la del capitalismo.

Para comprender bien la historia del peronismo,hay que establecer bien claramente que no es el pero-nismo un simple movimiento político, y en este senti-do es muy importante que ustedes piensen, cuandoestán al frente de las unidades básicas, que están re-presentando a un movimiento de una causa superiory no a los viejos partidos de la política circunstancial,que sólo trabajaban sobre la mentira y el engaño. ElPartido Peronista es un movimiento superior, y eso lodebemos grabar nosotros muy profundamente en nues-tros corazones.

El peronismo ha cambiado todo el orden político,económico y social de la Nación. Lo que antes había,no tiene nada que ver con lo que hay ahora. Esto es loque debe entender claramente cada peronista. Lo quehabía antes de la reforma de Perón era un sistema ca-pitalista de gobierno y de vida. Lo que hay ahora esun sistema distinto, que Perón llama justicialismo, peroque la historia indudablemente unirá siempre al nom-bre de Perón y le llamará, como le llaman los niños,los humildes y los trabajadores de la patria: peronis-mo.

La mayor parte de los peronistas están de acuerdo,y en eso coinciden todos los peronistas, con que elperonismo es una cosa completamente distinta del

comunismo. Pero de lo que todos no están convenci-dos es de que el peronismo también es absolutamentedistinto del capitalismo. Esto es muy importante quelo aclaremos. El peronismo es completamente distin-to del capitalismo, y no vamos a caer nunca en el errorde creernos pequeños oligarcas, porque con la oligar-quía nace el capitalismo.

Observen ustedes que yo no he dicho que el pero-nismo es anticomunista o anticapitalista. Ser «anti» esestar en posición de pelea o de lucha, y el peronismoquiere crear, trabajar, engrandecer a la patria sobre lafelicidad de su pueblo. Los que pelean son ellos; unos,porque sirven a intereses internos mezquinos y bas-tardos, cuando no a intereses también foráneos deimperialismos de derecha.

Nosotros no queremos destruir a nadie. El mundoestá dividido en dos bandos y nosotros no queremosdestruirlos a los dos, porque destruiríamos a la huma-nidad. Nosotros queremos que los dos bandos se dencuenta de que ninguno de ellos tiene razón, y de quela razón es nuestra. Tenemos la solución que ellos notienen, ¿para qué vamos a pelearnos? Ellos no tienenla solución, porque ninguno de los dos quiere dejarun poco de su egoísmo y de su ambición, y, además,porque a ninguno de los dos le interesa servir honra-da y lealmente a sus pueblos y a la humanidad.

Nosotros no tenemos necesidad de pelear. Es comosi estuviéramos viendo a dos hombres que se peleanpor unas monedas, ¡aunque éstos se pelean por algomás! Nosotros sabiéndonos ricos (no lo seremos endinero, pero somos ricos en felicidad, somos ricos pornuestra doctrina, por nuestra dignidad y porque tene-

Page 48: Historia Del Peronismo

página 48 • historia del peronismo

mos la verdad; somos ricos porque hemos tenido lasuerte de encontrar un conductor que nos entreguetodas estas cosas, y la felicidad de que Dios nos hayailuminado para comprender a un hombre de los qui-lates del general Perón); sabiéndonos ricos, nos decla-rásemos enemigos de aquellos dos, para luego darlesuna parte de nuestras riquezas ¡sería una locura!

Lo que conviene aclarar bien es que el peronismoes totalmente distinto del capitalismo. Nosotros que-remos trabajar, queremos construir la felicidad denuestro pueblo, y deseamos honradamente que todoslos pueblos vivan en paz, que sean felices y que traba-jen con la misma alegría con que trabajan hoy todoslos argentinos, quienes, mientras el mundo se debateentre odios, dolores, persecuciones y muertes, sabenque están construyendo cada día una Argentina másgrande y más feliz de lo que la encontraron.

Los argentinos, en esta hora incierta de la humani-dad, tenemos el privilegio de soñar en un futuro me-jor; ese privilegio se lo debemos a Perón. ¿Quién en elmundo puede soñar? ¿Qué pueblo en el mundo, eneste momento, puede soñar un futuro mejor? El ma-ñana se les presenta incierto... Y aquí, los argentinosestán pensando en su casita, en sus hijos, en que sevan a comprar esto o aquello, en que van a ir a vera-near. Es que el nuestro es un pueblo feliz. Eso sólobastaría para que todo el bronce y el mármol del mun-do no nos alcanzara a los argentinos para erigir elmonumento que le debemos al general Perón.

Me he vuelto a salir del tema. Tratándose del Ge-neral me entusiasmo tanto en mi extraordinario amora su causa y a su persona, que me salgo del tema.

Hoy quiero ocuparme de probar que el peronismoes totalmente distinto del capitalismo, y perdonen queyo insista tanto en esto, porque es peligrosísimo quepueda renacer el espíritu oligarca entre nosotros; quese pueda engendrar en nosotros en pequeño y quedespués, en grande, renazca el capitalismo y degene-rar este extraordinario movimiento que se ha amasa-do con el sacrificio y tal vez también –por qué no de-cirlo-, en la ofrenda diaria de la vida de un patriotacomo es el general Perón.

En las próximas clases veremos que el comunismotampoco tiene nada que ver con el justicialismo. Paraentender mejor en qué se diferencia el capitalismo deljusticialismo tal vez sea conveniente conocer un pocola historia del capitalismo. A mí no me correspondehacer el análisis del capitalismo. Es materia de otrosprofesores. Tal vez ellos, con más elocuencia y efica-cia que yo, lo harán, pero yo voy a abordar el temaaunque sea superficialmente, para referirme a algo quees causa de nuestro movimiento peronista, o sea elcapitalismo.

El capitalismo aparece en el mundo alrededor delaño 1700. Algunos lo hacen nacer después de la crea-ción de la máquina y de la evolución industrial que lamáquina produjo en el mundo. Ustedes saben que laprimera máquina industrial –la de vapor-, fue lanzadaal mundo prácticamente en 1705 y que mucho tiem-po más tarde se construyó la primera máquina de hi-lar. ¿Por qué, sin embargo, decimos que en 1700 elmundo conoce lo que era el capitalismo? Porque elcapitalismo significa que toda la riqueza está al servi-cio del individuo que la acumula, y el maquinismo,

Page 49: Historia Del Peronismo

página 49 • historia del peronismo

con su evolución, trajo aparejado el cercenamiento dela actividad individual y el aprovechamiento en ma-yor escala del capital.

El capitalismo existe cuando unos pocos individuosson los poseedores de al riqueza, y el capitalismo nace,a mi juicio, antes de 1705, en que se comienza la revo-lución industrial. Para demostrar que en 1700, o talvez antes, ya había capitalismo, vamos a hablar unpoco de Inglaterra, por ejemplo. En ese país unos po-cos eran poseedores de la riqueza. En 1700 Inglaterraya tenía las características de una sociedad capitalis-ta, de una sociedad donde unos pocos ricos explota-ban a muchos pobres.

¿Cómo se habrá llegado a esa situación, dirán uste-des? Por distintos caminos, en cada país se ha roto elequilibrio de la propiedad privada. La tierra dejó deser propiedad de las corporaciones como propiedadcomún en las ciudades o aldeas, como sucedía en laEdad Media, pasando a ser propiedad de unos privile-giados, amigos o parientes de los reyes, comerciantesenriquecidos, etcétera. El caso de Inglaterra es típico;allí la iglesia administraba un 30 ó 35% de las tierraslaborales, por medio de comunidades y corporacio-nes. Cuando Enrique VIII expropió todos los bienesde la iglesia, tuvo la gran oportunidad de hacer unabuena distribución de esa tierra, que no estaba enmanos del pueblo ni bien distribuída. Pero no sólo nolo hizo así, sino que, poco a poco, fue entregando latierra a unos pocos que incluso, ya poseían grandesextensiones; y las entregó gratuitamente o por sumasirrisorias. Así fue como el 50% de las tierras inglesasquedaron en manos de unos pocos poseedores, que

dieron nacimiento a los lores, como se llamó desdeentonces a los grandes terratenientes. Cuando apare-ció la industria, ¿quiénes podían comprar las máqui-nas a invertir capital en la construcción de fábricas,que necesitaban mucho dinero para su instalación?Solamente los terratenientes. Así, la oligarquía de te-rratenientes pasó a ser una oligarquía indutrial.

Eso en Inglaterra. En otros países –y por otros pro-cedimientos similares-, los pocos poseedores de la ri-queza se hicieron industriales. Por esto digo que elcapitalismo, en mi concepto, existía ya antes de la in-dustria.

Desgraciadamente, a los pueblos se los explotósiempre por castas privilegiadas, ya sea de terratenien-tes, reales, de comerciantes, pero siempre se los ex-plotó. Los industriales, que ya eran terratenientes, te-nían gran influencia en los gobiernos; era lógico, des-de que eran los poseedores de la riqueza. Con el nue-vo poder de la industria, los dominaron totalmente.Así fue como el gobierno político de las naciones pasóa manos del prócer capitalista. El gobierno se dirigíadesde las cámaras de comercio –aquí lo sabemos muybien- y desde las industrias.

Un ejemplo típico de eso es el Wall Street, cuyosmagnates tienen fácil acceso al gobierno y están en elgobierno mismo, no conformándose con dominarlo ensu patria, sino que quieren dominar en el mundo.

Pero el problema no terminó allí. Las industriasnacionales fueron creciendo hasta un punto en que laproducción debió empezar a exportarse, y hubo queasegurar mercados en el resto del mundo. Desde estemomento, el poder económico del capitalismo presio-

Page 50: Historia Del Peronismo

página 50 • historia del peronismo

nó a los gobiernos para lanzarlos a la guerra imperia-lista o a la conquista pacífica del mundo. A los quetenían dignidad, debían dominarlos por la fuerza; alos que habían nacido para ser sirvientes, los teníande rodillas y les resultaban más baratos. Donde losgobiernos no entregaban la riqueza nacional, promo-vían las guerras. Méjico, Cuba, y los boers son un ejem-plo. Inglaterra, en cincuenta años, llevó más de cua-renta guerras de conquista. Donde los gobiernos seentregaban como títeres, como he dicho, entraban asus anchas, ya que ni siquiera tenían que gastar ensueldos administrativos. ¡Vean ustedes qué baratos!

Vean ustedes cómo va entroncándose en la histo-ria el capitalismo también con nuestra historia. Eso loconocemos bien nosotros, porque hasta hace muypocos años hemos vivido en las garras de ellos, quetodavía ahora no pueden resignarse a haber perdidoel cetro de esto, que ellos decían que era una coloniamucho más barata que otras, porque nos administrá-bamos solos; ¡y tenían razón!

En la República Argentina, el capitalismo entrósolapadamente. No tuvo necesidad de hacer la gue-rra, aunque lo intentó en 1806 y 1807. En el ordeninternacional, el capitalismo se parece al capitalismoen el orden interno de la sociedad. En la sociedad ca-pitalista, hay hombres poseedores de la riqueza, o ca-pitalistas, que ponen el dinero, y hombres desposeí-dos, que ponen el trabajo. Lo mismo ocurre en el or-den internacional, donde hay países supercapitalistasque ponen el capital y países sometidos que ponen eltrabajo.

Nuestro país nació en un mal momento desde este

punto de vista. Nació en el momento de la plena ju-ventud del capitalismo y del supercapitalismo. El su-percapitalismo, bajo el pretexto de hacernos progre-sar, empezó a dominarnos de 1850 en adelante. Espe-ró a que estuviéramos en paz, porque el capital jamásse arriesga en países intranquilos. Primero nos deja-ron pelear hasta que logramos nuestra independen-cia, y cuando estábamos completamente tranquilosentraron. Cuando llegaron a la República Argentina,se encontraron con que el gobierno estaba en manosde la oligarquía, cuyo origen es en parte oligarca desangre, antiguas familias patricias, etc., y en parte dedinero, algunos terratenientes.

Por eso nosotros debemos cuidarnos de la baja po-lítica de círculos y sólo preocuparnos de la alta políti-ca de los intereses de la Nación y del pueblo. Por elmezquino interés de llegar, en una ambición desme-dida, se hacían aliados hasta del diablo en contra delos intereses del pueblo y de la Nación. Para ésos nohabría castigo suficiente porque traicionan a lo mássagrado: la Patria.

Eran hombres que no tenía corazón; sólo queríanestar en el gobierno y pasarla bien. Políticos ambicio-sos, mediocres y baratos que quieren todavía llegar alpoder sin importárseles cómo ni haciendo qué. Sipueden llegar engabando con piel de cordero mejor, ysi llegan empujando también, porque no les interesacómo. Solamente les interesa no tener líos, y ellos arre-glarían cualquier lío internacional con tal de pasarlabien; es decir, engañando al pueblo volverían a entre-gar la Nación.

Pero nosotros, los peronistas, estamos ya muy bien

Page 51: Historia Del Peronismo

página 51 • historia del peronismo

acostumbrados, gracias a Perón, y muy alertas; y acualquier gobernante que quisiera obrar de esa mane-ra, que fuera un mal peronista o un opositor, lo arroja-ríamos del país de la fuerza. Porque hay algo que noha enseñado el General: amar a la patria y ver cuálesson los enemigos de ella. Hay algo que nos ha enseña-do el General: amar a nuestro pueblo y saber cuálesson sus enemigos. Sobre todo, el General nos ha ense-ñado a ver cuáles pueden ser los males, y nos ha dadola solución para la felicidad de nuestro pueblo. Lo queno aceptará jamás el pueblo peronista es que alguienpueda hacer alianza con los enemigos de la Nación, nisiquiera disimuladamente, porque lo advertiríamoscon los ojos del alma y con la intuición que el pueblotiene. Y tampoco nadie podrá ya volver atrás la con-quista social de que disfruta el pueblo argentino, gra-cias a Perón y por Perón.

Para defender la justicia social, la independenciaeconómica y la soberanía política, ya no necesitamosvenir a esta escuela Peronista; eso nos lo enseñó Perónel día que apareció en la Patria; eso nos lo enseña Pe-rón todos los días con su ejemplo, con su vida espar-tana y de patriótico sacrificio, que nos enorgullece atodos. Esas tres cosas nos las enseñará siempre el re-cuerdo ilustre del general Perón, y las futuras genera-ciones de argentinos, al elevar su memoria hacia Pe-rón, sabrán que tienen que cumplir aquellos tres obje-tivos, haciendo cada día más feliz a la Patria, engran-deciéndola económica y políticamente, y velando porsu soberanía, jamás desmentida, pues la hemos senti-do siempre anidada en nuestro corazón, aunque elgeneral Perón fue quien nos hizo poner de pie a todos

los argentinos para defenderla.Dice uno de los alumnos algo muy simple y muy

sabio: Para no equivocarnos, hay que amarlo siemprea Perón. Sí, porque amando siempre a Perón el pensa-miento no se detiene más que en acciones nobles, lavista no se fija más que en cosas buenas y grandes, ysiguiendo su figura no se pueden realizar sino grande-zas para la patria y para el pueblo.

Yo pienso, compañeros y compañeras, que las con-quistas no se discuten: se defienden, como dijo el Ge-neral. La justicia social, la independencia económica,la soberanía de la Patria, no deben discutirse; ha llega-do el momento en que deben defenderse. ¿Cómo hayque defenderlas? Empezando por ofrecer la vida mis-ma, si es necesario, pero no con palabras sino con laacción, siguiendo al general Perón.

Es necesario que nosotros, que tenemos el privile-gio de llevar el estandarte peronista, que es justiciasocial, independencia económica y soberanía políti-ca; nosotros, que tenemos el privilegio de contar ennuestro partido con la figura señera del General, nopodemos permitir que cuatro descastados o descasta-das levanten la tribuna para difamarlo. Nosotros nopodemos permitir que se toque al general Perón, por-que él debe ser tan sagrado como la Patria y ha de sertanto o más sagrado que nuestra vida. ¿De qué valevivir la vida si no se es capaz de entregarla ante elaltar de la Patria por una causa superior? Si en algúnmomento me pidiera el general Perón mi vida, yo se laentregaría feliz porque así habría hecho algo grande,sirviendo a la Patria y a un hombre de los quilates delgeneral Perón. Por eso digo que, llegado el momento

Page 52: Historia Del Peronismo

página 52 • historia del peronismo

de la bastarda discusión callejera, no debemos acep-tar jamás que se lo ataque al general Perón. Tenemosque juramentarnos en eso, y hay muchas maneras dehacer callar a los vendepatrias. Tenemos que hablar atodos los peronistas para que la obra de Perón y Perónsean inatacables. En cambio, podemos aceptar que setoque a algún funcionario, porque a lo mejor así senos podrán abrir los horizontes y sugerírsenos ideas,pero las obras de Perón y Perón no pueden ser tocadaspor quienes siguen vendiendo la Patria al diablo. No-sotros no vamos a permitir que cuatro argentinos nosamarguen el alma queriendo manchar lo que es inma-culado; la figura ya gloriosa del general Perón. Yo levoy a pedir permiso al Director de estos cursos paradictar una clase especial sobre este tema, porque de-bemos dar la seguridad al general Perón de que vamosa desterrar a los políticos de círculos, y si no podemoshacerlo, tenemos que ir poco a poco silenciándolos yolvidándolos, que es una manera de enterrarlos, ¡deprimera, pero enterrarlos!

Pero puede tener la plena seguridad el General, quenosotros los humildes, los pequeños, no aspiramos aotro honor que no sea el de colaborar con él; no que-remos más cargo ni podemos ambicionar más distin-ción sino que algún día digan de nosotros que fuimoscolaboradores anónimos –más grandes todavía-, peroleales, constantes y disciplinados hasta el renuncia-miento.

Por eso yo, tal vez especulando un poco, no ambi-ciono ni quiero tener ningún título dentro de nuestromovimiento, porque no pasarán a la historia los quetengan cargos, ya que Perón es único; pasarán a la his-

toria los humildes que acompañaron a Perón, porquea la historia no pasarán más que Perón y el pueblo.¡Por eso, no pudiendo ser Perón, yo quiero ser pueblo!Los políticos, los que acompañan al General en losgrandes cargos –que me perdonen, yo los quiero mu-cho, como todos ven-, no pasarán a la historia; formanun partido político. De nuestro movimiento no surgi-rá nada más que el pueblo y Perón. Yo quiero tener elhonor de compartir esa gloria dentro del pueblo.

En eso, el general Perón debe tener la esperanza –porque no podemos decir, desgraciadamente, que lepodamos dar ya la satisfacción de haberlo logrado to-talmente- de que todos los peronistas de buena volun-tad vamos a proceder así y a formar en nuestro cora-zón de peronistas auténticos la férrea voluntad de apar-tar de nuestro lado a todo aquel que haga «trenzas»,que se sienta más importante de lo que es, para cum-plir todos con el ya histórico lema del general Perón:«Uno para todos y todos para uno».

Vuelvo nuevamente al tema. A los otros, a los queno se encontraban del lado de la oligarquía –comoSarmiento- lo entusiasmaron con el progreso técnico.Así fue poco a poco cayendo el país en manos de capi-talismo internacional, con la complicidad de la oligar-quía gobernante y de los que, con motivo del progresotécnico, entregaron todo sin control.

Ya pueden ustedes ver claramente cómo el capita-lismo conquistó al país y entender por qué cualquieraque quisiese gobernar libremente a la Nación debíaromper el poder capitalista. Eso es lo que hizo Perónen sus tres forma: capitalismo interno, supercapitalis-mo y oligarquía que los servía en el gobierno del país.

Page 53: Historia Del Peronismo

página 53 • historia del peronismo

Son tres sistemas muy poderosos, con los que tuvoque luchar el general Perón y que todos conocemos.Poco a poco los capitalistas extranjeros vieron que eramayor negocio hacer algunas cosas aquí que hacerlasen Europa o en Estados Unidos, y los ricos de aquíaprendieron también ellos a ganar más dinero explo-tando a los obreros. Así se fue creando poco a poco elproblema social, político y económico del capitalis-mo argentino.

Tenemos, entonces: un supracapitalismo que sa-caba la riqueza argentina hacia el extranjero, un capi-talismo interno que explotaba a los trabajadores di-rectamente y una oligarquía que respetaba y ayudabala acción de los capitalistas en nombre de la libertad.Pero una era la libertad de los ricos patrones y otra lalibertad de los obreros: la de los patrones, la de enri-quecerse, y la de los obreros, la de morirse de hambre.¡Creo que hay una pequeña diferencia!

La oligarquía en el gobierno servía los intereses delos ricos y nunca la del pueblo. Cuando alguien en elgobierno hacía una cosa rara, no muy capitalista, con-tra ése se lanzaba un instrumento poderoso creadopor los supracapitalistas, que lo llamaron –y siguenllamando- «el cuarto poder», y que todos conocemos.El capitalismo aseguró bien sus planes, pero no con-tó, tal vez, conque el hombre no podía ser explotadosiempre. Un buen día se agruparon los obreros en sin-dicatos, y aunque fueron perseguidos, no fueron des-truídos. El hambre y el dolor de sus hijos los uniópara siempre. Poco a poco la reacción fue creciendo yempezó a hablarse en el mundo de la doctrina comu-nista. El capitalismo, sin embargo, se encerró en sus

posiciones, porque es egoísta, frío y calculador, y detan calculador el diablo perdió. En este momento loestamos viendo claro en el mundo. Perón ha dichomuchas veces: por querer salvarlo todo, van a perderhasta la cabeza. Pero no quieren saber nada.

Ante el peligro comunista, y antes que el pueblo loaceptase como solución desesperada, Perón tomó ensus manos la tarea inmensa de hacer en la Argentinauna cosa nueva, porque Perón es de los hombres aquienes les gusta andar por los caminos nuevos, a di-ferencia de otros a quienes les gusta siempre caminarsobre las cosas hechas. El grupo grande se conformacon un éxito, mientras que el grupo pequeño no seconforma sino con la gloria.

Perón respira y aspira el aire del siglo que ha decantar sus glorias y vive casi en la eternidad. De esoshombres es el general Perón. El empezó a hablar desubstituir la lucha por la cooperación y los obreros losiguen. Son más generosos y pueden comprender másporque no tienen el alma cerrada por la avaricia, mien-tras los capitalistas lo niegan y lo acusan de demago-go. Perón, entonces, crea en e país el gran instrumen-to que da la solución: la justicia social. La justicia so-cial empieza a destruir al capitalismo. El capitalismosólo tiene por finalidad aumentar el capital: dinero,dinero y más dinero. La justicia social exige que esedinero sea distribuido, como decía el entonces Coro-nel, equitativamente; que gane el capital, pero que elcapital sea útil al hombre, al obrero y a la familia.

El capitalismo tiene su propio fin en el dinero. Eljusticialismo de Perón tiene su fin en el hombre. Ahíestá la gran diferencia. En la Argentina justicialista

Page 54: Historia Del Peronismo

página 54 • historia del peronismo

podrá haber capital, pero no capitalismo.Podrá haber fábricas e industrias, pero no explota-

ción de los trabajadores. Es decir, nosotros no esta-mos contra el capital constructivo, nacional, siempreque éste también sea humanizado. El justicialismo estan distinto del capitalismo, que tal vez yo no lo sepaexplicar en términos técnicos; tal vez lo haría mejor,en ese sentido, el doctor Gómez Morales. Pero ésa esuna verdad tan grande, que los que ahora atacan aPerón no son los anticapitalistas sino los mismos ca-pitalistas.

Pero no les tememos. «Ladran, Sancho –decía DonQuijote-, señal que cabalgamos». Ellos van a tener undespertar muy violento. Nosotros, felizmente, graciasa Perón, ya hemos despertado, y estamos de pie juntoal pueblo. Cuando pase esta hora de incertidumbre, elmundo entero verá que Perón tenía razón; haremosque se salve del comunismo, salvándolo a la vez decapitalismo. Ya hoy los obreros del mundo ven en elgeneral Perón una luz, y nosotros, los argentinos y loshumildes, ya hemos abrazado al General para hoy, paramañana y para siempre.

Page 55: Historia Del Peronismo

página 55 • historia del peronismo

Tomaré algunas consideraciones hechas en mi cla-se anterior sobre el capitalismo, para seguir estudian-do las causas del peronismo.

En esa oportunidad dije que el peronismo nació enla historia el día en que los obreros, los primeros obre-ros, vale decir, el pueblo, se encontraron con Perón,después del 4 de Junio y antes del 17 de Octubre; yvieron en él la esperanza que habían perdido despuésde un siglo de oligarquía.

Ese encuentro se realiza por primera vez, el 27 denoviembre de 1943, cuando Perón decide crear la Se-cretaría de Trabajo y Previsión, y deseo dejar bien cla-ro esto por varias razones. Primero porque yo deboenseñar la historia del peronismo; la verdadera histo-ria, y además porque esto nos demuestra que el gene-ral Perón siguió, desde el primer momento de la revo-lución del 4 de Junio, un camino distinto del que si-guieron los demás hombres de la revolución. Para élla revolución no consistía en cambiar un gobierno porotro, sino en cambiar la vida de la Nación.

En mi clase anterior dije que el peronismo no ha-bía nacido el 4 de Junio y que aquella fecha era eltelón que se levantaba sobre el escenario donde se ibaa desarrollar uno de los acontecimientos más destaca-bles en la historia del mundo; y lo dije muy bien, por-que ustedes conocen las razones que tengo para decirque el 17 de Octubre es una revolución tal que en elmundo no ha habido otra igual. No puede comparar-

se a ninguna otra revolución que la humanidad hayarealizado. La revolución del 4 de Junio no tiene deperonista nada más que la proclama, porque para no-sotros, lo quiero dejar bien aclarado, la verdadera re-volución es el 17 de Octubre.

Cuando el general Perón quiso hacerse cargo delDepartamento Nacional del Trabajo, le hizo llegar esepedido al señor Presidente de la República. En esemomento muchos se rieron de aquella aspiración queconsideraron una ocurrencia peregrina; pero como erala primera vez que el coronel Perón pedía algo, poreso, lo nombraron. No tanto porque era la primera vez,sino porque pedía algo que ellos creían que era unpuesto mediocre, sin importancia y que era cosa delocos pedir el Departamento Nacional del Trabajo.Ellos opinaban así porque no pensaban realizar unarevolución integral, sino un cambio de hombres; nopensaban como el general Perón.

El entonces coronel Perón siguió siendo ministrode Guerra por inspiración de sus compañeros, mejordicho por imposición de los mismos, tal como lo rela-ta el mismo general en sus memorias que transcribentambién la distinta forma de actuar de Perón en la re-volución del 4 de Junio con respecto a la forma comoactuaban los demás. Esto nos permite deducir que paraPerón las causas de la revolución no eran las mismasque para los demás. Tan distintas eran las causas quepor dos veces consecutivas Perón tuvo que jugárselo

Sexta claseDictada el 10 de mayo de 1951

Page 56: Historia Del Peronismo

página 56 • historia del peronismo

todo y exigir la destitución del Presidente de la Repú-blica. Yo no puedo menos que decir esta verdad quenadie podrá discutir y es que para salvar la revolu-ción y el movimiento, el coronel Perón tuvo que exi-gir, junto con un grupo de compañeros, el reemplazodel Presidente de la República.

Porque Perón había realizado la revolución porcausas que no son las que perseguían otros compañe-ros suyos. Los demás creían que las causas de la revo-lución eran el fraude y la inmoralidad en la adminis-tración pública, y los círculos políticos que no se ocu-paban del país, sino de seguir en el gobierno a cual-quier precio y a cualquier costa. Perón veía más allá.Si todo hubiese consistido solamente en eso, la revo-lución hubiese cumplido con el pueblo en muy pocotiempo. Con una simple reforma política se arreglaríatodo; pero era mirar el problema muy superficialmen-te. Si bien era un problema fundamental el fraude conque se había engañado al pueblo por tanto tiempo; sibien era un problema serio para los gobiernos anterio-res la inmoralidad administrativa, el problema másserio –y aún el más agraviante para el pueblo- era laexplotación del hombre por el hombre y, por otra par-te, la entrega constante de la Patria a la potencia ex-tranjera que pagara más. Pero, para desgracia de losargentinos, no sólo se vendía la Patria; se rendía plei-tesía a las potencias con el solo fin de tener amigosimportantes en el extranjero. Eso era más fundamen-tal.

El objeto principal era pues establecer la justiciasocial, que debía realizarse a pasos agigantados ennuestro país, que estaba atrasadísimo en legislación

social. Era necesario dignificar al pueblo argentino yconsolidar además la soberanía nacional, que era de-clamada, pero que no se practicaba ni se realizaba dela manera como la soñaban todos los argentinos debien. Eso era lo que más preocupaba al general Perón.

Pero el General Perón veía mucho más lejos. Com-prendió que la guerra terminaba; que posteriormentea la guerra contra los totalitarismos fascistas, comen-zaría en el mundo una nueva lucha entre el capitalis-mo y el comunismo. Eso advirtió entonces: que el ca-pitalismo era un simple sistema de explotación delhombre, que estaba destinado a ser vencido en elmundo precisamente por eso, y además, por ser im-perialismo. Y advirtió también que el único sistemaque podía vencer al capitalismo en ese momento erael comunismo, también sistema de explotación delhombre, también imperialismo. Es decir, el capitalis-mo y el comunismo representaban dos peligros parala humanidad.

Perón había comprobado también que en nuestrapatria ambos imperialismos tenían ya sus puntas delanza. El imperialismo capitalista estaba representa-do aquí por nuestra oligarquía, las organizaciones eco-nómicas, los monopolios internacionales, la prensa,los representantes de los imperialismos capitalistas ylos partidos oligárquicos. El comunismo estaba repre-sentado por el Partido Comunista, agentes infiltradosen la dirección de todos los demás partidos y algunosdirigentes sindicales, mercenarios unos y engañadosotros. También se plegaban al imperialismo comunis-ta muchos obreros a quienes la desesperación echabaen sus brazos.

Page 57: Historia Del Peronismo

página 57 • historia del peronismo

Y Perón llegó a la siguiente conclusión. Si la revo-lución quiere salvar realmente al pueblo argentino,no deberá realizar simplemente la reforma política;deberá también llevar a cabo la reforma social queanule la acción del comunismo y la reforma económi-ca que rompa el dominio capitalista. Esto era de vitalimportancia para la Patria. Pueden ustedes ver clara-mente que, si quisiéramos distinguir las causas delperonismo de las causas de la revolución de junio,deberíamos decir: las causas de la revolución de juniofueron simplemente políticas; las causas del peronis-mo fueron también políticas, pero fundamentalmenteeconómicas, sociales y patrióticas.

Ya hemos visto cómo actuó el capitalismo en sucarácter de causa del peronismo; ahora veremos cómoactuó el comunismo. Es decir, hemos tratado la causa«capitalismo» sintéticamente en la clase anterior, exi-gidos por el escaso tiempo, pero estoy segura de quetodos ustedes conocen bien el punto y saben bien cuá-les son las armas poderosísimas, económicas, políti-cas o periodística, que utilizó el capitalismo para des-truir el justicialismo, al que consideró casi más peli-groso que al comunismo, porque sabe que el justicia-lismo es el único sistema que llevará la felicidad a lospueblos. De allí que para los capitalistas el justicialis-mo sea enemigo poderoso, pues si se difundiera en elmundo significaría su derrota definitiva.

El comunismo en el mundo. La historia del co-munismo nos permitirá comprender mejor la historiadel peronismo. El peronismo y el comunismo se en-contraron por primera vez el día que Perón decidióque debía realizarse en el país la reforma social, esta-

bleciendo al mismo tiempo que la reforma social nopodía realizarse según la forma comunista.

Piensen ustedes que si para hacer la reforma eco-nómica Perón tenía que mutilar el imperialismo capi-talista, haciendo la reforma social quitaría al comu-nismo, y a su correspondiente imperialismo algo queellos consideraban presa muy codiciada: las masasobreras. Para anular al capitalismo, concibió Perón laindependencia económica, y la realizó, porque lo gran-de de Perón es que no es un teórico, sino un maestrorealizador. Para anular la acción comunista concibióla justicia social y también la realizó. Eso es lo grandede Perón. Ha salvado al país de dos fuerzas poderosí-simas que oprimían a las naciones y explotaban alhombre. Eso es lo que más le agradecerán las genera-ciones venideras y nosotros, tal vez por tener el privi-legio de estar viviendo en la época de Perón, si es cier-to que lo comprendemos, si es cierto que lo seguimos,que lo queremos y lo apoyamos, no lo apreciamos entodo su valor, porque lo tenemos demasiado cerca yPerón es demasiado grande. Perón, con el tiempo y ladistancia, se agrandará más aún, si es posible, y lasgeneraciones venideras no terminarán de bendecirlopor haber hecho una obra tan gigantesca, no sólo enbien de la clase trabajadora, sino también de todos losargentinos; y a nosotros nos queda la responsabilidadhistórica de consolidar la justicia social o de avalarla,como así también la independencia económica y lasoberanía nacional.

Muchas veces ha dicho el general Perón que el ca-pitalismo es la causa del comunismo. Eso no todo elmundo lo comprende bien; sobre todo los capitalis-

Page 58: Historia Del Peronismo

página 58 • historia del peronismo

tas, pero eso es indudable. Una prueba de ello es quelas primeras reacciones obreras de carácter comunis-ta aparecieron en Inglaterra, cuna del capitalismo.Decir que el comunismo nació con Marx, no es unaverdad absoluta. Marx solamente interpretó con unadoctrina la rebeldía de los obreros explotados. Antesque él ya existía en el mundo el sentimiento de rebel-día comunista y mucho antes que Marx publicara ElManifiesto y El Capital, ya existían en Inglaterra so-ciedades secretas de trabajadores que ya habían reali-zado las primeras revueltas obreras contra la explota-ción capitalista, mucho antes que viviera Marx.

En 1817, una sublevación de los obreros algodo-neros, en Manchester, había sido sofocada por escua-drones de caballería. En 1824, los obreros ingleses rea-lizaron en todas las ciudades una campaña de agita-ción; y asómbrense ustedes, para conseguir que seacordase el derecho de votar a todos los hombres ma-yores de edad, pensando ingenuamente que así logra-rían imponerse en la Cámara de los Comunes, y quese redujese la jornada de trabajo de 14 a 10 horas.

Largo sería analizar toda la historia del movimien-to obrero mundial antes de Marx y del comunismo,pero esto es para aclarar que antes de Marx ya los obre-ros habían levantado su grito en contra del capitalis-mo.

El comunismo fue una forma de la rebeldía proleta-ria, y por eso tuvo éxito. Los obreros del mundo noentendían las obras de Marx, pero seguían el grito deMarx: «Proletarios del mundo, uníos», porque se da-ban cuenta de que sólo unidos se salvarían de la opre-sión capitalista. El mismo Marx, ante la crítica de que

hacían objeto a su obra, El Capital, que era de difícilcomprensión y que se la hacían los propios trabajado-res, decía: «No hay en la ciencia caminos anchos y sólopueden alcanzar las cumbres luminosas los que no cai-gan por la fatiga en los caminos estrechos». Esto está enuna carta escrita por Marx a su editor de El Capital.

El gran éxito de Marx reside no tanto en haber es-crito El Capital y el célebre Manifiesto, sino en habervisto que frente al capitalismo, fuerza internacional,sólo podía oponérsele la unión de todos los obrerosdel mundo. Marx, que vivió muchos años en Inglate-rra, en una extrema pobreza, vió que muchos de losobreros ingleses unidos desistían de oponerse a loscapitalistas ingleses, exigiéndoles mejores salarios yjornadas de 10 horas, ya que éstos iban a buscar obre-ros a Polonia y a Alemania. Esto le hizo comprenderque el movimiento obrero debía ser internacional y,en 1966, fundó en Londres «La Internacional»; y Marxpersonalmente le infundió el sello de sus ideas. En1866 se realizó el Primer Congreso Internacional Co-munista con sesenta delegados. Marx murió en 1883,en Londres, a los 65 años; y en el mismo día Engelsescribió: «La mejor cabeza del siglo XIX ha dejado depensar». Desde entonces millones de hombres y demujeres han visto en Marx una bandera, e invocandosu nombre los obreros han luchado durante un siglocontra el capitalismo. ¡Claro, porque estaban deses-perados!.

Yo les voy a decir por qué pasaba todo eso, porquefrente a Marx no ha habido términos medios. Sola-mente nosotros, que no somos capitalistas ni comu-nistas, que no tenemos por qué odiarlo, porque no

Page 59: Historia Del Peronismo

página 59 • historia del peronismo

estamos en el sector de sus enemigos, no tenemos porqué quererlo ni hacerlo semidiós, porque no estamoscon él ni él es nuestra bandera. Podemos analizar suobra y su figura con serena frialdad, y tal vez, por pri-mera vez, después de su muerte, con una gran impar-cialidad.

En el movimiento comunista del mundo debemosdistinguir tres cosas: primero, la figura de Marx y sudoctrina; segundo, el movimiento obrero; tercero, elimperialismo comunista. Sobre estos tres puntos de-seo dar mi opinión porque así podré ubicar mejor elmovimiento peronista en la historia.

La figura de Marx y su doctrina. Para nosotros Marxes un propulsor, ya he dicho que vemos en él a un jefede ruta que equivocó el camino, pero jefe al fin. En élhay dos aspectos fundamentales: primero, el organi-zador o conductor del movimiento obrero internacio-nal; y, segundo, el creador de una doctrina. Como con-ductor del movimiento obrero internacional, los pue-blos del mundo le deben que les haya hecho entenderque los trabajadores deben unirse. Recuerden ustedesque eso mismo repite y repetirá siempre el generalPerón a sus trabajadores. Unidos, dice Perón, los tra-bajadores son invencibles.

Si Marx hubiese hecho solamente eso y si se hu-biese dedicado a esa teoría, uniendo a todo los traba-jadores del mundo en procura de soluciones justas asus problemas, su gloria sería indiscutible. Pero lo dis-cutible de él es y seguirá siendo siempre su doctrina;estaba destinada al pueblo y muy pocos hombres delpueblo la abrazaron conscientemente, muchos tal vezinconscientemente, sin saber con exactitud de qué se

trataba, más bien como un gesto de rebeldía que comouna solución. Y aquí quiero hacer presente un recuer-do de Italia. Recuerdo que en ese país le decía Togliat-ti al Padre Benítez: «Nosotros no tenemos todavía unplan definitivo para seguir; nuestro gran objetivo esdestruir dos siglos de capitalismo; luego vendrá quienconstruya». La doctrina de Marx es, por otra parte,contraria a los sentimientos del pueblo, sentimientosprofundamente humanos. Niega el sentimiento reli-gioso y la existencia de Dios. Podrá el clericalismo serimpopular, pero nada es más popular que el sentimien-to religioso y la idea de Dios. El marxismo es, además,materialista y esto también lo hace impopular. El mar-xismo es extraordinariamente materialista. Además esimpopular porque suprime el derecho de propiedadtan profundamente humano. Pero por sobre todo esinteresante destacar que Marx, como conductor de lasprimeras organizaciones obreras, interpretó el sentirde las masas, y por este hecho lo debemos considerarcomo un precursor en el mundo. Pero su doctrina, encambio, es totalmente contraria al sentimiento popu-lar. Solamente por desesperación o desconocimientode la doctrina marxista pudo el comunismo difundir-se tanto en e mundo; se difundió más por lo que iba adestruir que por lo que prometía construir. Ustedespueden comprobar a cada momento que los comunis-tas no son hombres constructivos; son personas quetodo lo niegan; son extraordinariamente demagógicos,porque no tienen responsabilidad y porque jamás pien-san en cumplir con sus promesas; prometen y prome-ten sólo para destruir. «Luego vendrán quienes cons-truyen».

Page 60: Historia Del Peronismo

página 60 • historia del peronismo

El movimiento obrero siguió en el mundo su mar-cha ascendente. Marx infundió su conciencia de uni-dad, pero dividió a los obreros con su doctrina. Surgióel socialismo, como doctrina comunizante atenuada.Yo pienso que aun sin el comunismo y sin el capitalis-mo el movimiento sindical habría seguido su cursoen el mundo; tal vez más lentamente, pero no conmenos fuerza.

El movimiento obrero se realizó en todas partescomo una necesidad, no para luchar por el comunis-mo o por el socialismo, sino para luchar por una me-jor situación del pueblo frente a la explotación capita-lista.

Por eso los comunistas y los socialistas eran pocosen los sindicatos. Claro que eran los más activos, y aésos los conocemos bien. Los demás eran obreros quequerían defenderse para vivir.

El primer gobierno comunista del mundo apareceen Rusia en 1918. Es interesante señalar que no lorealizan los trabajadores, sindicalmente organizados,sino una masa explotada y hambrienta. Sus dirigen-tes no son obreros; asómbrense, son intelectuales aquienes no les preocupa tanto el trabajador industrial,sino el campesino. No es un movimiento dirigido esen-cialmente contra el capitalismo, sino contra los terra-tenientes. Aquí produce la primera derrota de la doc-trina de Marx, porque la misma no puede ser integral-mente realizada. No se suprime totalmente la propie-dad, porque en Rusia, por ejemplo, veinte obrerospueden tener su fábrica, mientras que la doctrina nopermite la propiedad. Claro que las mayores indus-trias son del Estado, que explota a los trabajadores,

pero no han cumplido con la doctrina de Marx. Quie-re decir que aquí sufre la primera derrota la doctrinade Marx, que pronto se convierte en un imperialismomás, y el imperialismo es un camino equivocado, por-que crea resistencias en todos los pueblos.

En mi clase anterior ya hemos visto cómo el capi-talismo estuvo representado en la República Argenti-na por la oligarquía y las fuerzas internacionales delcapital extranjero y del imperialismo. Frente a sus fuer-zas poderosas, se levantó aquí, como en todas partes,la reacción de los explotados, las masas sufrientes ysudorosas, como alguna vez dijera el coronel Perón.

Yo me precio siempre de haber sentido y sufridocon el pueblo aquella opresión y de haber visto desdeadentro la reacción popular. Yo puedo hablar de estocon plena autoridad, para decir que aquella reacciónpermanente, silenciosa y apreciable del pueblo con-tra la oligarquía, no era comunista ni deseaba serlo.Los auténticos dirigentes sindicales no deseaban tam-poco el comunismo, y tal vez por esa razón, por noquerer ser comunistas, muchos se hicieron socialistasporque alguna puerta de escape tenía que tener estagente que luchaba por un poco, nada más que un pocomás de pan. Los dirigentes nuestros se han pasadomuchos años luchando por migajas y soñando con unadignidad que jamás creyeron que iba a llegar a las cla-ses trabajadoras argentinas, hasta el advenimiento delGeneral Perón.

Entre los dirigentes comunistas, hubo pocos diri-gentes verdaderamente comunistas. Los dirigentes erandirigentes a sueldo. A ellos no les interesaba el pan delos trabajadores. Por eso no hicieron lo que la masa

Page 61: Historia Del Peronismo

página 61 • historia del peronismo

quería, se opusieron a Perón, y siguiendo instruccio-nes extrañas se aliaron con la oligarquía. Esto no de-bemos olvidarlo jamás. No se concibe que para el 24de febrero de 1946 los comunistas, los que se llama-ban dirigentes del pueblo, lo mismo que los socialis-tas, los conservadores, los demócratas progresistas ylos radicales, formasen esa tan desgraciada UniónDemocrática, bochorno y vergüenza de todos los ar-gentinos.

No nos puede extrañar que los conservadores, losradicales y los demócratas progresistas se aliaran enun maridaje en que estuvieron siempre, a pesar de losenconos políticos, porque se repartían el gobierno, perolo que nos extraña –y no lo podemos olvidar-, es queesos que se llamaban dirigentes del pueblo, los socia-listas y los comunistas, se aliaran con la más cruda yrancia oligarquía nacional e internacional, se aliaroncon el más crudo capitalismo contra los trabajadoresargentino. No podremos olvidar jamás que se aliaranpara vender la Patria, para entregar el patrimonio na-cional.

Esto es más comprensible porque no podemos ol-vidar que tanto los socialistas como los comunistas,son internacionales y no les puede interesar lo quepara los argentinos y, sobre todo, para los peronistas,es tan sagrado: la Patria. Tampoco podemos pensarcomo ellos, que a pesar de ser unos traidores podíanhaber disimulado su traición no aliándose con las fuer-zas del capital; es que cuando los juegos políticos lesinteresan, demuestran que bajo la piel de cordero tie-nen alma de lobo. Eso es lo que demostraron los so-cialistas y los comunistas en nuestra Patria, que así

como se aliaron en 1945, lo harán cuantas veces seanecesario para poder llevar adelante sus intereses bas-tardos y mezquinos. Su política y su doctrina no sonconstructivas, sino destructivas.

Las fuerzas trabajadoras han vencido y hoy, gra-cias a los humildes, a los hombres de bien y a los tra-bajadores que vieron en Perón no sólo al realizador yal reformador social, sino al patriota, al hombre quedaba seguridad a la Patria, al hombre que iba a lucharpara que cuando él se retirara la Patria fuese más gran-de, más feliz y más próspera de lo que la encontró.Ellos hicieron posible el triunfo de Perón. Por eso losargentinos nos podemos vanagloriar y gozar de nues-tra justicia social, de nuestra independencia econó-mica que cada día se está acrecentando gracias al es-fuerzo patriótico y a la vista extraordinaria el GeneralPerón y, también, en la parte nacional, hoy los argen-tinos nos sentimos orgullosos de nuestra soberanía ycomo ya dije el 1º de Mayo: «Cuando nuestra banderase pasea por los caminos de la humanidad, los hom-bres del mundo se acuerdan de la esperanza como deuna novia perdida que se ha vestido de blanco y ce-leste para enseñarles el camino de la felicidad».

Por eso es que nosotros, los peronistas, nunca debe-mos olvidarnos del pueblo; siempre debemos tenernuestro corazón más cerca de los humildes; más cercade los compañeros; más cerca de los pobres, de los másdesposeídos, porque así habremos cumplido mejor conla doctrina del General Perón; y para que no se olvidenque los pobres, los humildes, las fuerzas del trabajo, ynosotros mismos, nos hemos prometido ser misionerosde Perón; y serlo será expandir su doctrina no sólo den-

Page 62: Historia Del Peronismo

página 62 • historia del peronismo

tro de nuestras fronteras sino que debemos ofrecérselaal mundo como una esperanza de las reivindicacionesque tanto ambicionan las fuerzas del trabajo.

Además, nosotros, los argentinos, no lo olvidare-mos jamás a Perón, porque él nos ha dado este amane-cer que está viviendo nuestra generación, que será elmediodía que vivirán las futuras generaciones graciasa su obra patriótica que está realizando en esta horatan incierta de la humanidad, en que el mundo se de-bate en guerras, en odios y rencores; nosotros, en cam-bio, silenciosamente, teniendo al frente a un hombrede los quilates del General Perón, estamos constru-yendo una Argentina feliz y próspera; y lo estamoshaciendo gracias a la obra de un hombre tan grandecomo lo es el General Perón y también gracias al pue-blo que lo ha comprendido y lo ha apoyado contratodos los mercaderes y contra todos los traidores.

Que los comunistas más activos siempre fueronalgunos intelectuales bien pagos en nuestro país, bienlo sabemos. Fueron sobre todo universitarios. Esos nohan cambiado y siguen su prédica marxista, ahora dis-frazada de pacifismo.

Ya sabemos cuál es la paz comunista: expansiónde su imperialismo, a cualquier precio. La paz pero-nista es hacer lo que el pueblo quiere. Y no hablemosde la paz capitalista, que todos conocemos; consisteen explotar a los hombres e imponerse a pesar de lospueblos en todas las naciones.

El panorama comunista de 1943 no era grave, perotenía ya las condiciones necesarias para serlo en cual-quier momento, ya que un pueblo explotado y des-alentado es el mejor ambiente para el triunfo del co-

munismo. Si sus dirigentes no hubiesen sido extran-jeros, en su mayoría mercenarios de un imperialismo,tal vez hubiesen progresado más. Es posible que Pe-rón no hubiese presentado al pueblo la solución justi-cialista, los trabajadores, por desesperación, hubiesenabandonado el socialismo, que ningún bien les habíahecho hasta entonces, y se hubiesen transformado encomunistas. Los socialistas eran dirigentes abúlicos yabogados de empresas poderosas, y el pueblo deses-perado se hubiese entregado al comunismo, que tam-poco los llevaría a la felicidad, sino a la destrucción,no sólo de los valores materiales del país, sino tam-bién de las fuerzas morales y espirituales.

Pero en aquel momento aparece Perón. Las masasobreras lo siguen, porque anuncia la supresión de laexplotación capitalista por la justicia social; porque alhablar de justicia social no lesiona sentimientos natu-rales del alma humana, como el comunismo; porquehabla sinceramente y porque más que prometer cum-ple. No nos olvidemos que las fuerzas trabajadoras demundo se han pasado siglos enteros escuchando entodas las campañas preelectorales promesas que al díasiguiente de las elecciones se llevaba el viento. El Ge-neral Perón jamás prometió nada; lo dio todo. Es poreso que en la campaña presidencial de 1945, el Gene-ral Perón llevaba sus puños llenos de verdades, de rea-lizaciones. El General Perón expresó al pueblo argen-tino lo que había realizado para hacer la felicidad ypara llevar un poco más de luz a todo los hogares tra-bajadores de la Patria. Perón cumple, han dicho lostrabajadores con gran intuición, y eso era lo que elpueblo necesitaba.

Page 63: Historia Del Peronismo

página 63 • historia del peronismo

Los dirigentes obreros se dividen en dos: los since-ros y los dirigentes a sueldo, que prefieren aliarse conla oligarquía. A éstos los conocemos nosotros y el pue-blo. Mejor dicho, los conocemos nosotros, porque elpueblo los mata con el olvido y ya no los recuerdamás.

El General Perón ha vencido al capitalismo y alcomunismo. Ha vencido al capitalismo suprimiendola oligarquía, combatiendo las fuerzas económicas, losBemberg, los truts. A «La Prensa» que era un cáncerdel capitalismo que teníamos nosotros, no la supri-mió Perón, sino los canillitas y las fuerzas del trabajo.¿Pero podrían los canillitas, que son los obreros máshumildes del país, haber enfrentado con éxito a esepulpo poderoso, mediante una huelga contra unaempresa que contaba con tanto apoyo, especialmentede fuerzas extranjeras, si no existiera el justicialismoy hubiera un gobierno que los dejara discutir libre-mente y de igual a igual con los patrones? ¡Antes...hubieran ametrallado a los pobres canillitas, ahogan-do sus esperanzas!

Perón también ha vencido al capitalismo interno.Por la economía social, poniendo el capital al serviciode la economía, y no como antes la economía al servi-cio del capital, que sólo daba a los obreros el derechoa morirse de hambre. La ley del embudo, como se sueledecir. Lo ancho para ellos y lo angosto para el pueblo.

Perón suprimió la acción imperialista. Ahora tene-mos independencia económica. Bien sabe él todos losagravios que debió recibir por haber cometido el «cri-men» de defender la Patria, si a eso le llamamos cri-men. Algunos argentinos se alían con los extranjeros

para difamarlo, porque el General Perón, por primeravez, hizo que las potencias extranjeras respetaran a laArgentina y la trataran de igual a igual.

El General Perón le quitó al comunismo las masas,por el mayor bienestar y la justicia, propiciando la crea-ción de un sindicalismo justicialista, y sobre esto quie-ro decir dos palabras.

El sindicalismo apoya al justicialismo y a Perón,pero eso no significa que el sindicalismo se enrole enuna acción política. Simplemente sigue así una doc-trina de justicia social, y su creador, Perón, ya está porencima de toda política, como lo dije en mi últimaclase, porque los sindicatos argentinos, al formar elsindicalismo justicialista, es decir, al encuadrarse den-tro de la doctrina justicialista, están representandoauténticamente a sus afiliados, porque lo que antes sediscutía a balazos, hoy ya no se discute; se defiendenlas conquistas, que es muy distinto. El sindicalismojusticialista, que está ensamblado dentro de la doctri-na justicialista, y los sindicatos argentinos, al apoyaral General Perón, lo apoyan políticamente, no se en-rolan en un partido político, no apoyan a un dirigentesurgido de un partido político, porque otro Perón, comohe dicho en mis clases anteriores, no vendrá a la Ar-gentina y por más que salgan imitadores a su paso, losimitadores siempre son desastrosos. Perón hay unosolo y las fuerzas del trabajo, al apoyar a Perón, apo-yan al líder de los trabajadores argentinos, y no a nin-gún partido político. Perón es la Patria, Perón es traba-jo y Perón es bienestar.

Es así como genialmente ha dicho el General Pe-rón; el justicialismo no puede vivir sin el sindicalis-

Page 64: Historia Del Peronismo

página 64 • historia del peronismo

mo, pero no le arrienda la ganancia al sindicalismosin el justicialismo. Y tiene razón el General. Los quemás sufrirán en nuestro país el día que los argentinostengamos la desgracia de no tenerlo más a Perón –porque realmente va a ser una desgracia no tenerlo aPerón aunque él diga, con su extraordinaria bondad,que nos seguirá dirigiendo desde su casa- no serán losgrandes, sino los pequeños, las fuerzas del trabajo,porque tras las serpentinas y los fuegos artificiales queharán los políticos que le sucedan, vendrán los desen-gaños y también las desilusiones. Para comprender alos trabajadores, hay que amar profundamente a loshumildes, y es como si Dios, en su infinita bondad, haquerido darle a los argentinos a un hombre que lleva

en su corazón todo el amor y toda la comprensión porlos trabajadores.

El General Perón ha puesto la tolerancia ante laintolerancia. Así es como yo he querido juzgar al Ge-neral Perón, tal vez como soy la más fervorosa pero-nista, he querido encontrarle algún defecto, y el únicoque le encontré ha sido su maravilloso y gran cora-zón. Yo quisiera que a todos los hombres del mundo ya todos nosotros nos encontraran ese mismo defecto.Perón, para mí que lo he analizado profundamente, esperfecto.

Por eso, como yo creía que la perfección no la po-díamos alcanzar dentro de lo terrenal, les digo que nohay ni habrá jamás un hombre como Perón.

Page 65: Historia Del Peronismo

página 65 • historia del peronismo

3

13

21

30

41

55

indice

Primera claseDictada el 15 de marzo de 1951

Segunda claseDictada el 29 de marzo de 1951

Tercera claseDictada el 5 de abril de 1951

Cuarta claseDictada el 12 de abril de 1951

Quinta claseDictada el 19 de abril de 1951

Sexta claseDictada el 10 de mayo de 1951