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La Paz, marzo 2014 Página AYER, HOY Y MAÑANA DE LA NACIÓN AYMARA. Entre los pueblos indígenas del continente, el aymara perfila con mayor evidencia un destino político nacional. ¿Será este destino la liberación nacional, la integración estatal u otra nueva e innovadora forma emancipadora? Periódico mensual Marzo 2014 Qollasuyu Bolivia Año 8 Número 91 Edición electrónica

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AYER, HOY Y MAÑANA DE LANACIÓN AYMARA. Entre los pueblosindígenas del continente, el aymara perfila con mayorevidencia un destino político nacional. ¿Será este destinola liberación nacional, la integración estatal u otra nueva einnovadora forma emancipadora?

Periódico mensualMarzo 2014QollasuyuBoliviaAño 8Número 91

Ediciónelectrónica

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Inundaciones ycálculos políticos

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Ante estacatástrofe el hechopolítico relevantees la negativa delgobierno a declararesas regionescomo zonas dedesastre natural.

Depósito legal 4-3-116-05

e-mail:[email protected]

www.periodicopukara.com

Teléfonos: 7151904871280141

Calle México Nº 1554, Of. 5La Paz, Bolivia

Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

Colaboran en este número:Christian Jiménez KanahuatyNicómedes Sejas T.José Luis SaavedraGuillermo Vázques CuentasFélix WillkaMauricio Mamani PocoacaCarlos Macusaya Cruz

Ilustración tapa: Cuadro del maestro UsnayoFuente ilustración: http://portal.critica.com.pa

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Este año fueron intensas laslluvias, causando inundacionesen varias regiones del país, espe-cialmente en Alto Beni de La Pazy en la mayoría de las regionesdel departamento del Beni.

Las lluvias provocaron defun-ciones y cuantiosos daños mate-riales, así como la muerte decentenas de cabezas de ganado.Esas regiones sufren escasez dealimentos y el riego de epidemiases inminente. La catástrofealcanza también al entornonatural. En el Beni cientos depeces aparecieron muertos en las orillas de los ríos inundados,cerca de la capital Trinidad, por la contaminación de las aguas.

Ante esta catástrofe el hecho político relevante es la negativadel gobierno a declarar esas regiones como zonas de desastrenatural, lo que provoca extrañeza y aprensión. Declarar a una zonacomo de desastre natural implica movilizar recursos para paliar losdaños causados y promover de urgencia medidas para ayudar a losdamnificados y restablecer los servicios afectados.

La negativa del gobierno a declarar esas regiones como zonas dedesastre natural no significa que la actual administración no estésocorriendo a los pobladores, sino que lo está haciendo de maneratergiversada y tendenciosa. El gobierno tiene el monopolio delsocorro, lo que permite a los medios presentar, por ejemplo, fotosdel presidente Evo Morales en esas regiones descargando sacos dealimentos para las víctimas de las inundaciones.

Si bien el gobierno está cumpliendo su obligación, esta publicitadaayuda gubernamental sólo puede ser parcial y sin común medidacon lo que sería si las autoridades locales pudiesen, además, generary administrar la ayuda particular e institucional a nivel nacional einternacional. La negativa a declarar zonas de desastre naturalobedece pues a un mezquino cálculo político: Menoscabar el poderde las autoridades locales, que son opositoras al gobierno, ymagnificar el asistencialismo de las autoridades estatales, conseguramente sórdidas estrategias electorales. Si es así, esta actitudmenoscaba la inteligencia del gobierno y pone en riesgo la salud eintegridad de miles de bolivianos. Por otro lado, puede ser tambiénun boomerang político, que lejos de favorecer a la actualadministración la perjudique en las próximas elecciones.

Ese efecto ya puede constatarse. Los comités cívicos de Cocha-bamba, Santa Cruz, La Paz, Potosí y Tarija declararon al departamen-to del Beni como zona de desastre natural, demandando al Gobiernonacional que presente de manera inmediata una propuesta de pactofiscal. Por otro lado, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas,canceló todas sus actividades carnavaleras debido a los desastresnaturales que vive el país. Actitud que contrasta con el oficialismo,ansioso de carnavalear con el propósito de poder pescar así —según algunos— votos en las próximas elecciones generales.

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¿De qué hablamos cuando hablamos dedemocracia?

Christian Jiménez Kanahuaty

La democracia ya no es objeto de deseo de las organizaciones socialesindígenas o campesinas, de la izquierda obrera o intelectual ni siquierade la Confederación de Empresario Privados de Bolivia; tampoco de losuniversitarios. Todos ellos viven en la actualidad dentro de los marcosque genera y reproduce la democracia desde su sentido más restringidocomo la sola participación en la contienda electoral por medio del vo-to, hasta la participación efectiva en procesos de deliberación colectivaque terminan con la elaboración conjunta de una Ley o Decreto Supre-mo, pero que también propone una forma de elección de autoridades ydifuminación del poder que rompe cual ligazón con la democracia decorte neoliberal. Aquella que sólo ponía el acento de la representaciónen el sistema político y que validaba a los partidos políticos comoúnica corporación capaz de representar los intereses de los ciudadanos.Más allá de lo cotidiano del sistema político lo que hay que tener en

cuenta es la referencia entre visiones, percepciones y construccionesde la democracia que constituyen por sí mismas el fondo histórico delas movilizaciones sociales, de los períodos de crisis y de aquél momentoliminar que fue la Asamblea Constituyente con su antecedente –elproceso pre constituyente con su larga marcha de conflictividad- y sucolofón –el proceso pos constituyente con sus acuerdos, enmiendas,retrocesos y promulgación de la nueva Constitución Política del Estado.Entonces, no es raro que la democracia ya no sea motivo de discusiónmás que teórica, pero atendiendo de manera tangencial a la accióncolectiva de organizaciones sociales y de grupos de presión que intentanpor distintas vías insertar sus programas de gobierno y de país en eldebate con la pretensión de convertirlos en hegemónicos.Algo que hay que tener en cuenta cuando se revisan las diferentes

versiones de los sujetos políticos y sociales respecto a la democraciaes que inciden de forma directa en la manera de entender y construirdos cosas: el Estado y lo Plurinacional. La democracia de alguna formaes el eje articulador en términos conceptuales pero también de prácticaentre Estado y Plurinacionalidad. Cuando se conforman ideas restrictivasy formales de la democracia éstas constituyen la fisonomía del Estadoy de lo Plurinacional, así mismo cuando la democracia se la entiendecomo un proceso más deliberativo y capaz de dispersar el poder y rearticular la demanda popular hacia otros espacios que no sólo se fijanen el sistema político se puede entender la figura del Estado como unaconstrucción y como una suerte de trabajo en conjunto, pero cuandoeso hace eco al nivel de lo plurinacional los efectos sociales son otros.Tienen que ver con los sujetos sociales como los partidos políticos, lossindicatos obreros y campesinos, las organizaciones indígenas, las juntasvecinales y los colectivos que en apariencia no tienen capacidad demovilización pero sí de incidencia mediática y lograr posesionar sudemanda por ejemplo, en la agenda de los medios de comunicación yal hacerlo llevan su demanda desde la arena de las calles a la arenainstitucional reglamentada por las legitimidades y validaciones que seestablecen desde el gobierno en tanto detentador del poder central.Sin embargo, cuando se atiende esa polisemia que existe en el término

democracia, uno puede imaginarse que las relaciones de fuerza, losacuerdos circunstanciales entre formulas aparente dispares y los pro-gramas políticos con sus flexibilidades e incertidumbres, conforman unsentido determinado de lo democrático en tanto comunidad.Lo interesante es que, por un lado, investigaciones sobre esas maneras

de lo democrático son escasas y las que hay se limitan a la culturapolítica para entender los valores y principios de la democracia desdeel campo de lo cuantitativo: porcentajes de tanta población, relacióndemocracia con tolerancia o cuantos asumen que los medios de comu-nicación son más representativos que los partidos políticos, y cosassemejantes. Lo que nos lleva a otro factor que tiene que ver con laposibilidad de rebasar lo coyuntural para entender el momento de for-mación de lo democrático en Bolivia y las maneras en que se significaeso que llamamos “democracia”. Pero también, genera el marco analíticoy político de los límites de lo plurinacional. De las formulaciones de lanación a pesar de lo plurinacional. Es decir, que aquello que se pensabaque se había superado con la revolución del 52: El viejo y largo debatesobre la construcción del Estado-Nación aún está vigente. Y eso signi-fica que la configuración de la nación, no solamente pasa por entenderla búsqueda de articulaciones entre naciones, sino en formas de ejerciciode la democracia o quizá tenga incluso que ver con posibilidad elingreso de un nuevo concepto que dé cuenta de aquello que nombramoscomo democracia pero que ya no es solamente democracia, sino quees algo más complejo, múltiple, multidimensional y que atiende aconstrucciones de clase, raza, género y conflictividad que se arrastraen Bolivia desde por lo menos los últimos cuarenta años.

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Irreversibilidad de lasconquistas políticasLas crisis recurrentes que generó

el colonialismo interno y sus resolu-ciones coyunturales, con el prota-gonismo indígena-popular, alcanza-ron nuevos hitos de profundizacióndemocrática, pues cada acción tu-vo el efecto esclarecedor de suconciencia étnica, la construcciónde un nuevo sujeto político frentea los sectores sociales tradiciona-les, privilegiados beneficiarios de lasrelaciones de desigualdad, queprosperaron sin importarles el es-tancamiento o, peor aun, el empo-brecimiento del conjunto de la so-ciedad. Los nuevos sujetos empo-deraron un nuevo rasgo de su ciu-dadanía en pos de su derecho políti-co, de elegir y de ser elegido, comola continuidad de cambios experi-mentados en la participación popu-lar. El simbolismo étnico de un can-didato de origen aymara, marcó ladiferencia de la orientación del votoindígena y popular, los desconten-tos y sus ansias de profundizar lademocracia tuvieron su alternativa.La participación popular rompió labrecha entre el Estado y el ciuda-dano, acercó la distancia entre elpoder constituyente y el poderconstituido, convirtió la entidadabstracta del Estado a su verdade-ra dimensión práctica. Las eleccio-nes nacionales del 2002 y el 2005no fueron más que la extensión dela experiencia política municipal. Elhecho electoral dejó de ser un sim-ple y remoto mecanismo de mani-pulación de la voluntad popular,convirtiéndose en un medio de ver-dadera ruptura con el pasado y elpoder tradicional. La asunción delnuevo gobierno tuvo un auspiciosocomienzo de cambio con coinciden-cias inesperadas o necesidades delas economías emergentes quehicieron el milagro de la escaladainédita de los precios de las mate-rías primas en el mercado interna-cional que no se detienen hasta elpresente, con un flujo de recursosfrescos sin precedentes.Contrariamente a las expectativas

del movimiento indígena-popular, elsocialismo comunitario en el poderno pudo ofrecer a la sociedad lassoluciones esperadas, y no porquenecesite más tiempo, sino por unconcepto equivocado del cambio y

de la descolonización, por la repeti-ción de los viejos mecanismos delpoder, confusión de los medios conlos fines políticos y la suplantaciónde los objetivos de la sociedad porlos de un partido, generando unnuevo ciclo de descontento popular,con masistas disidentes depuradospor razones de intolerancia, el aleja-miento de importantes organizacio-nes sociales de la alianza oficialistadebido a sus inconsecuencias derepresentatividad indígena (como lacondenada represión de los mar-chistas en Chaparina seguido delbochornoso intento de manipular laConsulta Previa en el Tipnis) y unaclase media sin oportunidad laboral.Mientras el socialismo comunitario

se va convirtiendo en un fenómenocoyuntural, en una experiencia con-tingente en la larga lucha anticolo-nial del movimiento indígena, detrásdel intento de modelar la sociedadinspirado en paradigmas inviableso anacrónicos, queda la valiosa ex-periencia de la institucionalizacióndel voto indígena no funcionalizadocomo el instrumento de constitucióndel poder político con intereses ver-daderamente nacionales.La encrucijada del movimientoindígena anticolonialistaEn este cuadro de desencantos,

el creciente descontento social esel mayor síntoma del descrédito delsocialismo comunitario, y las críti-

cas que se esgrimían contra losneoliberales se han vuelto contrael socialismo comunitario, de modoque las nuevas condiciones parecenreverdecer una nueva oportunidadpara los desplazados con los vili-pendiados neoliberales; los líderesdel colonialismo interno, se asomanen el escenario político con las vie-jas promesas de la democracia for-mal. La cúpula del MAS conscientede la situación usa los medios dispo-nibles a su alcance para sortear laarremetida de la competencia porel poder, recursos públicos de ampliadisponibilidad, incluso suficiente pa-ra su estrategia clientelista y pre-bendal, el intento de controlar laopinión pública, la esperada adhe-sión electoral del movimiento indíge-na bajo el móvil de la identidad étni-ca y la escasa voluntad de unidadde los opositores y menos aun parapromover la profundización de lademocracia. Por otra parte, losresabios de nuestra cultura políticatienden a convertir la disputa delpoder en formas encarnizadas deconfrontación mediática y no me-diática con fines electoralistas. Aeste respecto el oficialismo tienela clara idea de borrar la verdadsobre sus errores magnificando susmerecimientos propios y, al mismotiempo, restringiendo la libertad deopinión, desde luego huyendo deldebate en torno a propuestas dedesarrollo y profundización de la

democracia o la reconducción dela descolonización.La disputa del poder político viene

a convertirse en un sucedáneo delpoder económico o la acción políti-ca no es más que una licencia per-mitida por aquel poder. En este con-texto electoralista, las organizacio-nes indígenas y populares de con-vicción anticolonial se hallan en unaverdadera encrucijada ante las op-ciones electoralistas escasamentediferenciadas. El reto inmediato delmovimiento anticolonialista es so-breponerse a aquella vorágine elec-toralista a ser arrastrado detrás deloficialismo o la oposición, y rom-piendo esta aparente simetría evitarla desnaturalización de la políticacomo una función del poder econó-mico, esto es, reivindicar el verda-dero sentido de la acción política,como un patrimonio cultural colecti-vo y medio eficaz para resolver losproblemas estructurales de la so-ciedad boliviana, retomando lasbanderas de la descolonizacióndemocrática.El cálculo discursivo de lospotenciales candidatosEs notable que los estratos ricos

de la sociedad hayan incrementadosu alforja precisamente con las me-didas con las cuales el gobierno es-peraba reducir a su mínima expresióna la “burguesía”, y en vez de crearmejores oportunidades para los es-

Debate:

El futuro de la descolonizacióndemocrática (II)Nicómedes Sejas T.

La descolonización implica dejar la pasividad, ser simples espectadores, y convertirnos en actores. En nuestros días nopodemos ser actores políticos si no tomamos una posición respecto a la democracia, sus valores y sus herramientas.

Fuente ilustración: http://emancipacionobrera.blogspot.com/2011/05/descolonizacion-como-fenomeno-violento.html

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tratos pobres se los haya empujadoa la creciente informalidad y la eco-nomía ilegal como el contrabandoy el narcotráfico; en suma, el socia-lismo comunitario ha utilizado el dis-curso del cambio para maquillar lasdesigualdades engendradas por elcolonialismo interno. ¿Qué posiblecandidato opositor tendría la auto-ridad moral para enrostrar a lossocialistas comunitarios con susyerros sin evitar que sus efectostambién caigan sobre él?En este tiempo preelectoral lleno

de incertidumbre, los políticos quie-ren mostrarse mesurados, los posi-bles candidatos de la oposición cui-dan las apariencias, conteniendo oinhibiendo sus aspiraciones paraevitar ser blanco prematuro deloficialismo o despertar susceptibi-lidades de sus posibles aliados.Los potenciales candidatos evitan

ser estigmatizados por ser de iz-quierda o de derecha, todos se pre-sentan como moderados o centris-tas ambiguos; se alejan de la iz-quierda y de la derecha, aunqueaceptan ser un poco de ambos:toman las cualidades de la derechade los ricos y patriotas y el sentidode justicia social de la izquierda;con todo, la pretensión de los pre-candidatos aun parece dominadapor intereses de grupo y no inspira-da en los intereses de la sociedad.El peligro de la fragmentaciónEl socialismo comunitario fue un

intento de unificación del anticolo-nialismo de la lucha del movimientoindígena con el socialismo revolucio-nario, en los hechos ni es revolucio-nario ni es anticolonial. La razón esque el socialismo es un resabio deuna ideología que fue muy influyen-te durante los siglos XIX y XX, peroque el dogmatismo de sus ideólogosno les permitió advertir su inviabili-dad práctica, por lo mismo que enlos países donde fracasó como mo-delo de modernización tuvo que serobjeto de una profunda reforma osimplemente condenada a ser unrecuerdo histórico. Los socialistascomunitarios en tanto han perdidosu perspectiva revolucionaria, parasobrevivir en el poder están cons-treñidos a recurrir nuevamente almecanismo del voto popular, perocon la desventaja de haber perdidola legitimidad de su representativi-dad indígena y la pérdida de su cre-dibilidad como un aparato eficientey transparente de gestión pública.De hecho, los socialistas comunita-rios no han establecido una diferen-cia cualitativa frente a la forma deejercer el mandato del poder delcolonialismo interno, del mismo mo-do intentan perpetuarse en el podercon las viejas mañas: uso y abusode la propaganda mediática y des-pilfarro de recursos con fines clien-telistas. En el fondo estas mañas oanomalías afectan a la estructuramisma de la democracia en tantola libertad del voto es la base desu confiabilidad y que por tanto de-bería ser respetado por los parti-

dos. Este es un típico problema deincoherencia entre la democraciay sus medios de reproducción, queel partido en el poder en vez decorregirlo intenta aprovecharlo parasus propios objetivos; de modo que,su solución vuelve a manos del elec-torado, el voto mayoritario indíge-na-popular, aunque en momentosde relativa estabilidad es vulnerableante los recursos del poder.Claro que el hecho de que el elec-

torado indígena haya buscado unaalternativa al poder tradicional delcolonialismo interno no ha sido pro-piamente una solución sino sólo undesplazamiento que en el momentode preferir el socialismo comunitarioera una preferencia vaga de espe-ranza y no la certeza de la elecciónde la ruta de la descolonización. Elelectorado se equivocó al otorgarsu mandato y el mandatario alasumir una vía equivocada dedescolonización.El electorado está frente a posi-

bles opciones electorales, pero nofrente a opciones políticas. Existepor el momento una candidatura ofi-cialista definida y posibles opcionesde oposición. El oficialismo ha mos-trado su total confusión y desinte-rés por continuar la vía de la desco-lonización democrática del movi-miento indígena, los opositores sonlíderes del viejo liberalismo. En talespectro de opciones electorales,aun no aparece una posible unifica-ción de lo electoral con lo político;no hay aun una candidatura capazde continuar el proceso de descolo-nización. El oficialismo está agitadopor el mero afán de lograr favorabi-lidad electoral, los opositores des-hojan margaritas o pretenden minarla credibilidad de los candidatos ofi-cialistas denunciando sus malosmanejos administrativos o involu-crándolos en la corrupción campan-te, a través de medios con limitadoalcance. En suma, el oficialismo yla oposición han hecho una causacomún creando una cortina de olvi-do sobre el proyecto histórico dedescolonización del movimiento indí-gena: nadie se refiere a la luchaanticolonial del movimiento indíge-na. Por otra parte, desde el puntode vista meramente electoralista lafragmentación de los opositores esuna decisiva contribución al conti-nuismo del partido de gobierno, enla medida que una mayoría aunquesea débil puede mejorar su favora-bilidad por el efecto sinergéticosobre el electorado indeciso, dichode otro modo, los indecisos tien-den a votar por el ganador.El futuro de la descolonizaciónLa continuación del proceso de

descolonización democrática estáen la resolución de tres tendencias:el repliegue del socialismo comuni-tario, la nueva oposición que no esmás que el viejo liberalismo y elmovimiento indígena anticolonial decuyo liderazgo depende el futurodel actual proceso político. El socia-lismo comunitario ha llegado a su

punto de involución y, frente a suimposibilidad de resolver los proble-mas del desarrollo nacional por lavía de la descolonización, incapazde convertir en hechos su discursoideológico “revolucionario” ni supe-rar su revanchismo frente a losricos y poderosos, se ha convertidoen el nuevo conservadurismo,empezando por copiar las medidasde gestión económica que tanto haexecrado en el neoliberalismo. Elviejo liberalismo que se asoma enel escenario político detrás de lanueva oposición tiene su propiatradición al haberse conformadocon la defensa de las formas exter-nas de la democracia, reduciendola misma al sistema de elección pormedio del voto, pero utilizando dife-rentes medios para torcer la volun-tad popular, como sucedió en el pa-sado, reproduciendo la crisis de re-presentatividad indígena-populardel poder. El anticolonialismo indíge-na-popular ha demostrado su voca-ción democrática al propugnar laliquidación de todas las formas dedesigualdad heredadas o construi-das por el colonialismo interno yplantear soluciones democráticasfrente a las recurrentes crisis.La disputa del poder tiene los

siguientes alcances para la des-colonización democrática:a) Los liberales remozados en los

nuevos caudillos en el oriente yoccidente del país, parecen articu-larse en procura de constituirse enla nueva oposición. Socialmente esla clase con una fuerte carga here-ditaria que le induce a la reproduc-ción del colonialismo interno, conuna economía en permanente crisis,débiles instituciones democráticasy profundas asimetrías socioeconó-micas, cuyas reformas al menos po-líticas han costado mucha sangrepara el movimiento indígena-popu-lar. Los mismos que labraron el des-calabro económico ahora preten-den cosechar el descontento indí-gena-popular contra el socialismocomunitario, como hizo el socialismocomunitario que accedió al podersobre el fracaso de los “neolibera-les”. Es fácil advertir que los oposi-tores se están alimentando de lomismo que les ha privado el partidode gobierno, el margen de libertadnecesario para la diferencia. El po-sible triunfo del liberalismo caducosólo sería posible a costa de la de-rrota del socialismo comunitario ydel movimiento indígena que lo sus-tenta. Pero este posible resultadoprofundizaría la confrontación socialcon un nuevo ingrediente de quela identidad étnica del movimientoindígena es un nexo más fuerte quela sola pertenencia de clase subsu-mida o confundida entre los explo-tados y pobres, y cuyas demandastrascienden los límites de la demo-cracia formal. El viejo liberalismodesconoce por completo las relacio-nes de desigualdad construidas porel colonialismo interno y por lomismo es incapaz de comprenderla propuesta de descolonización

democrática del movimiento indíge-na y menos de asumirla como estra-tegia de modernización de la socie-dad boliviana.b) El socialismo comunitario aspi-

rante a un tercer mandato de go-bierno ha logrado legalizar su ter-cera postulación consecutiva acosta de la credibilidad institucio-nal del Tribunal Constitucional.Agotado el entusiasmo inicial de sugestión, en materia económica haempezado a dar señales de unpeligroso viraje iniciado con losexcesivos incentivos fiscalesofrecidos a las operadoras petro-leras, transfiriendo la carga o laconsecuencia de sus errores degestión económica a los nivelessubnacionales, al intentar privar-les de sus recursos del IDH. Estelento y tardío aprendizaje sobre laimportancia de las inversiones enmateria hidrocarburífera, sin duda,tendrá el costo a futuro de perderla oportunidad de las ventajasactuales del mercado energético enla región. El curso que están toman-do las acciones del partido degobierno bajo la presión de su pro-pia inconsecuencia también pro-vocará confrontaciones internas delas diferentes tendencias existentesen su seno, generando una crisisde pugnas hegemónicas entre sussocios, algo inevitable en una orga-nización con escasos nexos princi-pistas, escasa viabilidad y una débilhomogenización ideológica. Lapoblación más vulnerable tambiénse ha tragado los bonos como polí-ticas de redistribución de la rentadel gas. De hecho, la elite de mandodel gobierno no se desvela pormejorar su desempeño, por laconsolidación de la democracia, laeficiencia y transparencia de losaltos ejecutivos de las empresasestatales, por el contrario alientael caos o resuelve su aparente ins-titucionalidad ejerciendo el controldirecto de los órganos de podersubordinándolos a sus directricesy de este modo eliminar toda posi-bilidad de fiscalización. Es pocoprobable revertir el pobre desem-peño de la gestión gubernamentalya que su nula capacidad auto-crítica no le permite reconocer suserrores, sino crear su propio baremopara justificarse.Ideológicamente el socialismo co-

munitario ha renunciado a sus ob-jetivos revolucionarios y comuni-tarios, pero también a los mecanis-mos democráticos de la toma dedecisiones, de modo que sus cum-bres partidarias no son más queotra formalidad para lograr con-sentimiento sin consentimiento desus asistentes; no obstante el par-tido de gobierno parece convenci-do o desesperado por mantenerseen el poder, aún con serias amena-zas para la democracia como valorfundamental del proceso de des-colonización y modernización de lasociedad boliviana. Estos proble-

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Crónica de una agresión:

«El CONAMAQ está decidido acontinuar con la lucha»José Luis Saavedra*

Si bien las recientes intrusionesgubernamentales en la sede delCONAMAQ (Consejo de Ayllus yMarkas del Qullasuyu) constitu-yen las expresiones más vio-lentas de una política guberna-mental tradicionalmente anti-indígena, no son (ni mucho me-nos) hechos aislados, sino querepresentan el epítome de unaestrategia estatal radicalmenteanti-indígena y esto es así nosólo en los últimos años (di-gamos desde la ruptura del Pac-to de unidad) sino desde el iniciomismo de la primera gestión delpresidente Evo.No obstante, por hoy vamos a

limitarnos a referir las recientesagresiones prohijadas por elgobierno del presidente Evo encontra de las organizaciones yautoridades indígenas. Para ellovamos a reseñar los hechos re-feridos a la toma violenta de lasede del Conamaq producida el10 de diciembre (la próxima ha-blaremos de los hechos acecidosel 14 de enero), luego las denun-cias emergentes de las organi-zaciones matrices de los pueblosindígenas y finalmente las lúcidasreflexiones de Alejandro Alma-raz, quien contextualiza el accio-nar esencialmente anti-indígenadel gobierno del presidente Evo.1. «¡Que salgan de rodillas!»Para la relación de los hechos

concernientes al despojo y usur-pación de la casa de gobiernodel Conamaq recurrimos al relatodel chaski clandestino. Él reme-mora que el 10 de diciembre delaño pasado llegó la noticia queen el wist’u tantachawi (asam-blea falaz) del CONAMAS, de-mostradamente financiado porel gobierno, se había decidido latoma de las oficinas y la destitu-ción de las autoridades del Con-sejo de Gobierno. Ante estasamenazas, el Conamaq orgánicodecidió iniciar una vigilia paraevitar una posible toma violenta.Así, comenzaron a llegar pau-

latinamente los taxis que trans-portaban a una gran cantidadde gente desde el Coliseo “Evo

Morales”, sede de la asambleaespuria, que provenían de laNación Chichas de Potosí,Qhapax Umasuyus de La Paz yuna fracción de los ayllus deOruro. “Esa sede no es suya, lepertenece al Estado”, señalaban.Los gritos provenían de un gru-

po de individuos que se reunie-ron en la puerta principal de Co-namaq, gente afín al gobierno,en evidente estado de ebriedad,y algunos que no pertenecen aningún suyu, que llegaron pi-diendo alojamiento. Sin embar-go, era esta misma gente queen anteriores y reiteradas (cinco)ocasiones ya había intentadotomar de manera violenta estasede, desconociendo a las auto-ridades legítimas.La consigna oficialista estaba

dada: el desalojo violento de lasautoridades y la toma de lasoficinas del Conamaq. Por consi-guiente, re-comenzaron losgritos y una brutal paliza a laspersonas que son parte delConamaq orgánico.La violencia ejercida por parte

de los afines al gobierno recru-deció y comenzaron a patear lapuerta principal que estabaresguardada por las autoridadesorgánicas e indígenas de base,entre las que se encontrabanvarias madres con sus hijos.Los gritos de amenazas hacia elconjunto que resguardaba lasede se exacerbaron hasta elpunto de llegar a amenazas demuerte: “¡¡les vamos a matar!!”.Fue tal la violencia que lograron,

finalmente, destrozar y abrir lapuerta. Sin embargo, la segundapuerta quedó protegida por unabarricada armada en la vigiliaprotagonizada sobre todo porvalientes mamas t’allas. Mien-tras tanto, llegó la policía quese apersonó para negociar elabandono y “la rendición” de lasautoridades legítimas. El mis-mísimo Comandante de la Policía,que llegó al lugar, reiteró que laspersonas que estaban dentrodeberían abandonar el lugar para“resguardar su seguridad”. Sinembargo, horas más tarde, es-tando ya fuera, se lo escuchódiciendo a la gente del MAS que

“no se preocupen, si no salenlos vamos a sacar a patadas”.Las autoridades y bases, sobre

todo mujeres, se opusierontenazmente a esas exigencias,ya que el congreso financiadopor el gobierno no era orgánicoy que por lo tanto las supuestasautoridades que reclamaban laentrega de la sede no estaríanreconocidas por los 16 suyus.Finalmente y ante las amenazas

de toma, la salida era inevitable:ocupaba el lugar la policía, o lohacían los wist’us, lo cual repre-sentaba prácticamente lo mis-mo. Continuaban los gritos:“¡Que salgan de rodillas!!!”.Al abandonar la sede, las auto-

ridades indígenas en vigilia afir-maron que su retirada momen-tánea respondía al cumplimientode su palabra para evitar másconflicto y agresión. Inmediata-mente se generó una serie dedenuncias y solidaridades,veamos un par de ellas.2. El Comunicado“Este día 10 de diciembre de

2013, día de los derechos hu-

manos, no olvidaremos nuncalas naciones originarias, día enque el Gobierno de Evo Moralesy su grupo de choque han cele-brado golpeando cruel y violen-tamente a nuestros hermanosdel Conamaq y han violentadolas cerraduras de la puertaprincipal, en complicidad con laPolicía, con la ambición de tomarpor la fuerza al Conamaq, parasometer y aprobar las políticasen contra del movimientoindígena originario y del puebloboliviano, sin que nadie puedadecir nada, para que nuevamen-te nos pongan a disposición delas transnacionales y saquearnuestros recursos naturales.(…).“Convocamos a la unidad de los

16 suyus (naciones originarias)del Conamaq, al pueblo bolivianoen su conjunto, a la sociedadcivil organizada de todo el pue-blo boliviano para darle un altoa este gobierno neoliberal.¡Luchemos por la democracia!,¡luchemos por nuestros dere-chos! Félix Becerra Villcarana,Jiliri Apu Mallku del Conamaq”.* Docente en la UMSA.

Miembros de CONAMAQ la noche del 10 de diciembre de 2013, luego de que susede fuese asaltada y ellos agredidos por indígenas afines al actual gobierno.Finalmente los indígenas de CONAMAQ lograron recuperar su sede, perosufrieron un ataque final el 14 de enero de 2014 en el cual sus oficinas fueronocupadas por indígenas del MAS. Foto: http://www.conamaqkullasuyu.org

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3. Manifiesto de la CIDOB“La Confederación de Pueblos

Indígenas de Bolivia-CIDOB, antelos hechos de violencia acaecidosel día 10 de diciembre de 2013,en contra de nuestros hermanosdel CONAMAQ, en el que se viola-ron los derechos fundamentalesde las autoridades originarias legí-timamente elegidas, con la finali-dad de desestructurar, dividir ydoblegar la firme posición de laorganización. Emite el siguienteManifiesto a la opinión públicanacional e internacional. (…)“Que, nuevamente el Gobierno,

con las mismas tácticas, como lasdesarrolladas el 27 de julio de2012, con apoyo de la policía,tomó por la fuerza las instalacio-nes de nuestra Casa Grande, conel fin de dividirnos. Hoy busca di-vidir y controlar al Conamaq, unade las organizaciones que se hamantenido independiente delcontrol del gobierno, en una firmedefensa de la Constitución Políticadel Estado y los derechos de lasnaciones y pueblos indígenasoriginarios. (…).“Que, a la fecha, desconociendo

nuestros derechos a existir libre-mente, a la autodeterminación, ala autonomía indígena, a la demo-cracia comunitaria y a la libre aso-ciación; el gobierno —a través desupuestos dirigentes— despliegaacciones de violencia buscandodividir al Conamaq y consolidar‘dirigencias’ paralelas que avalenla aprobación de políticas públicascontrarias a la Constitución Polí-tica del Estado y a los derechosde las naciones y pueblos indíge-nas, como: la construcción de lacarretera Villa Tunari–San Ignaciode Mojos, la aprobación de la Leyde Deslinde Jurisdiccional, la de-signación de apenas siete esca-ños para la representación de las36 naciones y pueblos indígenas,la malversación de los recursosdel Fondo Indígena, el antepro-yecto de la Ley Marco de Consul-ta, entre otros. (…). Por tanto,en uso de nuestras legítimasatribuciones la CIDOB: Resuelve:“Primero.- Expresar nuestra

profunda solidaridad y respaldoincondicional de los 34 pueblos ynaciones indígenas del Oriente,Chaco y Amazonía, al Conamaqorgánico ante la flagrante viola-ción de los derechos de los pue-blos indígenas, consagrados enla CPE. (…).“Segundo.- Repudiar el cobar-

de intento de intromisión y divi-sión desplegado por el gobiernoy cuya operatividad fue efectua-da por serviles funcionarios a tí-tulo de ‘representantes o autori-dades’ de los pueblos indígenas-originarios, con el uso de la vio-lencia, ante la mirada cómplice de

la policía, contra hermanos yhermanas miembros del Conse-jo de Gobierno del Conamaq.“Tercero.- Denunciar ante la

opinión pública nacional e interna-cional un nuevo hecho de violen-cia (ejercido) por el gobierno deEvo Morales contra nuestros de-rechos a la libre determinación yasociación, a partir del Gobiernoque promueve y avala la confor-mación de organizaciones parale-las con el apoyo de los Órganosdel Estado e instituciones comola policía, debilitando a la demo-cracia a través del uso y abusodel poder. (…).“Quinto.- Solicitar al pueblo boli-

viano y la comunidad internacionalsu solidaridad y apoyo ante lasacciones de violencia desarrolla-das con la finalidad de desmem-brar al movimiento indígena origi-nario de Bolivia para instituir or-ganizaciones que comulguen conlas políticas contrarias a los inte-reses del pueblo boliviano. (…).Santa Cruz 12-diciembre-2013”.4. ¡Jallalla CONAMAQ!Para terminar, queremos resu-

mir la lúcida palabra de AlejandroAlmaraz, quien, a propósito delasalto a la sede del CONAMAQ,explica, de manera contundente,por qué el gobierno del MAS esagresivo, racista y violento conlas organizaciones indígenas.“La animadversión que demues-

tra hacia Conamaq la cúpula sindi-cal campesina, hoy gobernante yde la que el mismo Evo Morales esparadigmático y antiguo miembro,tiene larga data y profundo signi-ficado histórico e ideológico. Seinicia en el rechazo al nacimientomismo de Conamaq.“Conamaq se constituyó, a me-

diados de la década de los 90 delsiglo pasado, como expresión deuna nueva y más profunda emanci-pación de las comunidades indíge-nas de las tierras altas; la que, lue-go de la liberación del tutelaje esta-tal ejercido sobre el sindicalismocampesino, conquistada con la fun-dación de la CSUTCB, las liberaríade las propias formas de organiza-ción sindical, política y social im-puestas desde el poder emergentede la revolución del 52, a modo derenovación del colonialismo interno.De esta emancipación resultaría larecuperación y revitalización delayllu, como estructura propia y an-cestral de organización comunitariay sustento social de su identidadétnica, y, al mismo tiempo, la re-apropiación y reestructuraciónterritorial mediante la titulacióncomunitaria de la tierra.“Todo esto era inaceptable para

la aristocracia sindical campesinaideológicamente moldeada por elnacionalismo revolucionario y, porello mismo, ganada al individualismocapitalista. Para empezar, ella no

quiere ser india ni indígena, condi-ción que en el mejor de los casosacepta para los abuelos; su divisade identidad es la de ‘sindicalista’.Para ella, el ayllu es una expresiónde ‘atraso’, mientras que el sindica-to y el partido son los vehículosorganizativos que conducen al pro-greso, la modernidad o, si es elcaso, a la revolución, ‘socialistacomunitaria’ claro está. (…).“Por eso, Conamaq recibió desde

sus primeros momentos de existen-cia la agresión, frecuentemente vio-lenta y brutal, de la hoy poderosacúpula sindical campesina.«Para empeorar su imagen, Cona-

maq, igual que CIDOB, jamás seincorporó ni subordinó al instru-mento político que vendría a deno-minarse MAS, y de cuya conducciónse apoderaría la cúpula sindicaltempranamente. (…).“Ya durante el Gobierno de Evo

Morales, y pasados los primerosaños en los que los acuerdos conlos sectores populares sustentabany orientaban la gestión de gobierno,la acción autónoma con la queConamaq y CIDOB defendieron losderechos indígenas y el sentido de-mocrático y emancipador del pro-ceso de cambio, ha merecido el másdescarnado encono del empodera-do sindicalismo campesino, frenéti-camente entregado a usufructuardel poder en el festín del ‘ahoranos toca’ que comparte conaquellos a los que siempre les tocó.“Como nunca antes en su historia,

el Conamaq y el movimiento indígenaen su conjunto soportan del Estadola represión brutal, la acción divisio-nista motorizada por la coacciónintimidatoria y corruptora, y el en-sañamiento que derrocha prepoten-cia y abuso en acciones como lastomas policiales de las sedes desus organizaciones, para instalar enellas a oficialistas impostores. Atodo ello se añade la proclamacióngubernamental de hacerlo en nom-bre de los indígenas y ‘por su bien’.“La agresividad anti-indígena del

Gobierno de coalición fáctica quelas élites del sindicalismo campesinocomparten con los tradicionalesdetentadores del poder, no se expli-ca sólo por el interés de allanar elcamino de sus pactados objetivosprincipales, como la entrega garan-tizada de los recursos naturales alcapital extranjero, la reconcentra-ción y mercantilización de la tierrao la ampliación de las fronteras so-yera y cocalera, sino también, alfondo de ella, por el desprecio racialque caracteriza al mestizo desarrai-gado, a-culturado y ávido de as-censo social, aquel que desprecian-do al indio quiere ser como el blancoque lo desprecia a él” (Página Siete,18 de diciembre de 2013).La próxima referiremos el

violento y brutal desalojo de lasautoridades legítimas delConamaq, producido el 14 deenero del presente año.

mas económicos y políticos gene-rados por el MAS son indicios dela imposibilidad de que el socialismocomunitario cree mejores condicio-nes socioeconómicas y políticaspara la sociedad boliviana.En este momento crucial, a los

socialistas comunitarios, que hanempezado con la renuncia a suideología, sólo les queda la duradecisión de su “repliegue” defini-tivo, si aún creen poder contribuircon algo para salvar las banderasde descolonización del movimientoindígena, apoyando a sus autén-ticos líderes formados en la luchaanticolonial para que asuman el li-derazgo del proceso político ac-tual, antes de que el socialismocomunitario arrastre tras de sufracaso al movimiento indígena,entregando el poder al viejo colo-nialismo interno y sepulte las his-tóricas aspiraciones del movimien-to indígena, la reivindicación delos pobres y marginados y con elladel conjunto de la sociedad boli-viana. El repliegue planteado tieneuna connotación radical de cam-bio, ya que el núcleo del socialismocomunitario no está en condicionesde asumir su propia transformaciónhacia la perspectiva anticolonial,cual víctima de su propia creencia,lo que queda demostrado en quees mas fácil abandonar el anticolo-nialismo para asumir la divisa “neo-liberal” y no renunciar a su “socia-lismo” para asumir la descoloniza-ción democrática del movimientoindígena. Por otra parte, si no seha acelerado la caída del socialis-mo comunitario es porque aún nose ha desinflado la burbuja de losaltos precios de las materias pri-mas en el mercado internacional,factor de aparente estabilidad, ono se han desarrollado otros fac-tores de deterioro, como sucedióen su momento con el MNR (crisisde legitimidad), con la dictadurade Banzer (crisis de la deuda ex-terna), con la UDP (crisis de la hi-perinflación), incluso con el segun-do gobierno de Gonzalo Sanchezde Lozada (crisis de crecimientoy de legitimidad).Necesitamos nuevas oportunida-

des para profundizar el proceso dedescolonización democrática ini-ciada tras la derrota de la guerradel Chaco y no alentar nuevos fac-tores de inestabilidad, cierta legali-dad de supervivencia que la con-vención existente no ha logradoen nuestro medio. Esto muestracuan importante puede ser que elnúcleo más activo del anticolonia-lismo indígena (indianistas y kata-ristas), momentáneamente escla-vizado a un proyecto bajo el rótulode socialismo comunitario, recupe-re, en corto plazo, su autonomíaperdida o la perspectiva históricade su lucha. Hemos llegado a lahora crucial en que los verdaderosluchadores por la descolonizaciónasuman su tarea investidos de sulegitimidad étnica y su demostradavocación democrática pluralista.

Viene dela página 4

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Investigación:

La Nación Aymara:pasado, presente y futuroGuillermo Vásquez Cuentas

Absolver la pregunta de qué esla nación Aymara requiere pre-viamente disponer de un marcohistórico y de un marco teóricoque contribuyan a encontrar unaaproximación al concepto de“nación” y aplicarlo a la realidadactual de los aimaras.Aimaras en tiemposantiguosPartimos del reconocimiento de

la inmemorial existencia de am-plios grupos étnicos que, en elsiglo XVI y en conjunto, ocupa-ban la Meseta del Collao y áreasgeográficas adyacentes. Talesgrupos no obstante constituidosen “señoríos” o “reinos” más omenos independientes unos delos otros, compartían caracterís-ticas étnicas, lingüísticas, histó-ricas y culturales en general, queal ser comunes a tales gruposétnicos, operaban como lazos onexos que los unían conforman-do en conjunto un amplio grupoo colectividad humana, que a laluz de las teorizaciones del cono-cimiento social contemporáneose conoce como “nación” o como“pueblo”, según se opte por ela-boraciones europeas o norte-americanas.Los primeros reconocimientos

de la existencia de esa realidadsocial estuvieron a cargo de losinvasores hispánicos y entre es-tos de los observadores y estu-diosos que se encargaron dedescribirla a los que se conocecomo los “cronistas de la histo-ria”, quienes han dejado abun-dante y valiosa aunque siempreincompleta información sobre losaimaras y en general de los incasy de la cultura andina. Con eltiempo, los estudiosos del mun-do aimara se han multiplicadograndemente.Rescatamos aquella opinión

según la cual la denominación de“aimara” es postiza, porque ellacorresponde en puridad, a lasgentes que poblaron y siguenpoblando a través de sus des-cendientes, parte de la regiónde Apurimac, en la actual provin-cia, denominada por eso, de“Aymaraes” y en las contiguas

de Grau, Antabamba y Cota-bambas. Algunos sostienen queDiego de Agüero y Pedro Martínde Moguer —primeros hispanosque pisaron la meseta— encon-traron en primer término a mit-mas aymaraes, generalizandoesta denominación a los gruposétnicos Kollas que encontrarondurante su pionera exploraciónpor el gran lago y sus alrede-dores. De otro lado, José de laRiva Aguero afirma que llamar“aymaras” a los kolla (que fue-ron precisamente la principalmasa poblacional del Kollasuyo),es una “manifiesta equivocación”originada desde que los curaslingüistas Bertonio y Holguín,después de 1550, estudiaron elidioma de los Kollas en losmitimaes que se encontraban enJuli y que ya dominaban la lengualocal, “transportados de las másgenuinas tierras quechuas delApurimac”1, extendiéndosepaulatinamente la denominacióna los diversos grupos Kollas.Después de cuatro siglos y me-

dio, la denominación “Aimaras”se ha consolidado en su uso ynada podrá cambiarla, porque yaha sido asumida con orgullo ydefendida por los casi dosmillones y medio de gentes quese reconocen como tales. Hoy,todos la utilizamos con natura-lidad y sin objeciones.El realidad, el primer español

que reconoció la característicanacional de los aimaras fue elcura jesuita Ludovico Bertonio,al señalar en la introducción asu ya famoso vocabulario ygramática, lo siguiente: “Ciertoes que en efta nación Aymaraentre pequeños y grandes aymas de mil pueblos, o pocomenos” (subrayado nuestro).¿Cuál es el origen de los con-

glomerados étnicos aimaras queconforman la nación aimara?Hay, por supuesto varias apro-ximaciones a la explicación deese origen. Nosotros, admitien-do que toda la historiografíasobre los pueblos primitivos delárea andina es leyendaria, nospermitimos optar muy resumida-mente por la siguiente, quetiene asidero en los trabajos de

algunos especialistas en el tema:1. Está probado y es muy co-

nocido que una de las corrientesmigratorias de los primeros po-bladores del subcontinente sudamericano provino de Oceanía. Al-guna de ellas llegó a las costasdel actual Lambayeque como seinfiere de la leyenda de Naylamp.Otras llegaron al actual Chile, talvez utilizando las islas Marque-sas, Juan Fernández y Rapa Nuio Isla de Pascua, recalando enlas regiones actualmente chile-nas de Coquimbo y Atacama alas que poblaron y en las quese desarrollaron culturalmentedurante tiempo prolongado.2. El árido y amplio desierto

que es el Atacama de hoy, fueen tiempos antiguos ubérrimoy muy poblado por los descen-dientes de aquellos inmigrantes,sin duda gracias a la abundanciade agua proveniente de las filtra-ciones que partían desde la me-seta collavina en tiempos en queel Titikaka era mucho más gran-de que el actual (el llamado “LagoBallivián”), como lo refiere Riva

Agüero y lo han confirmado in-vestigaciones arqueológicas delas universidades chilenas LaCatólica y de Tarapacá.3. En época imprecisable se

produce la “progresiva deseca-ción de Coquimbo, Atacama yCobija, lo cual tuvo que impulsara sus moradores a emigrar ha-cia las mesetas más próximas”2.Ante la sostenida extinción delos humedales por causas des-conocidas, los atacameños seempeñan entonces en la bús-queda del “espacio vital” másinmediato y se produce la conse-cuente “marcha a la montaña”—léase subida al altiplano— quelos actuales geopolíticos arma-mentistas chilenos sueñan conreeditar en el futuro para domi-nar la cuenca del Titikaka cuandola escasez generalizada de agua“dulce” haga grave crisis.4. Los atacameños, llamados

luego “kollas” durante el imperioincaico y “aimaras” desde la lle-gada de los españoles al Collao,liderados por los Zapana y losCari (especie de dinastías heredi-

La nación aymara está repartida en tres Estados Neocoloniales. ¿Sudescolonización será una liberación nacional al estilo de la descolonización delos años 60 en África o nuevas e innovadoras formas liberadoras?

Ilustración: Cuadro del maestro Usnayo Fuente: http://portal.critica.com.pa

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tarias que llegan hasta la visitade Diez de San Miguel en 1567a los Lupaccas de Chucuito), in-vadieron violentamente la mese-ta desde el sur, pasando porCarancas y Potosí, llegando aTiahuanaco y abarcando el nortedel Titikaka y sus zonas adya-centes de influencia. ¿Cuándo?,“aproximadamente durante lossiglos IX a XI de la era cristiana”,señala Riva Agüero, amparadoen las descripciones de muchoscronistas, que sería largo enu-merar y referir. Al respecto DelBusto3 después de aclarar enfá-ticamente que los constructoresde Tiahuanaco fueron los Puqui-nas (hoy nación y lengua desa-parecidas), señala que “la des-trucción de la cultura Tiahuanacoy su capital se debió, casi conseguridad, a los collas, hoyllamados aymaras”, y sigue ilus-trándonos a decir que “hoy de-bido a descubrimientos e inter-pretaciones que van desde RivaAgüero hasta Waldemar Espino-za Soriano se puede inferir queel origen de los incas fue la des-truida cultura Tiahuanaco”.5. “En su avance victorioso,

los pastores aymaras rebasaronla meseta del Collao” afirma RivaAgüero. En ese proceso expansi-vo se fundan asentamientos(señoríos o reinos) en diversospuntos del ámbito territorial delos aimaras: la meseta del Collaoy áreas contiguas de influencia.No es corta la lista de los gru-

pos étnicos aimaras que habla-ron aimara desde tiempos pre-incaicos hasta siglos post-incai-cos. Varios investigadores hanformulado relaciones de esosgrupos (Rowe, Lumbreras, Ro-ger Ravines, Bouysse Cassagney otros) basados en todos loscasos, en los cronistas de lahistoria que tocaron el tema.No hay opinión unánime entre

ellos. Sin embargo puede decirseque hay parecer mayoritario so-bre los siguientes señoríos: Enterritorio actualmente peruanolos Canas ubicados al norte deAyaviri pasando el nudo de Vilca-nota hasta cercanías del Cusco;los Canchis, Cotabambas, en lasactuales provincias de esosnombres; los Chumbivilcas enYauli, Espinar, los Collas, en laorilla nororiental del lago, ocu-pando la cuenca de los ríos Puca-ra y Ramis; los Lupacas, ocupa-ban desde Puno al río Desagua-dero con colonias en Larekajaen la selva y Sama en la Costa;los Omasuyos, desde la desem-bocadura del río Ramis, al surhasta limitar con los Pakajjes;los Kallahuayas en la actualprovincia puneña de Carabaya;los Kollahuas en la cuenca del

Colca Majes; los Ubinas entre losvolcanes Misti y Ubinas; losCarumas, en los altos de Mo-quegua y Tacna.En Bolivia, los Pakajjes, al sur

del Desaguadero hasta altos deArica; los Karangas, en la cir-cunscripción del mismo nombre;los Quillaqas, en Abaroa y La-dislao Cabrera; los Charkas, enChuquisaca; los Soras, los Chuis,los Yamparas, los Qharaqkaras,los Visisa, los Chichas y los Lipisen el área del lago Popoó; todosellos en los departamentos deOruro, Chuquisaca, parte deCochabamba, algunos conextensiones en la costa chilena.La relación anterior no es,

obviamente, la única o definitiva.Se trata de un objeto de inves-tigación que espera historia-dores interesados en el escla-recimiento de este importanteasunto.La presencia de aimaras en lu-

gares más alejados de la regiónaltiplánica, como en Yauyos seatribuye a los mitmacuna, per-sonas que cumplían movimien-tos migratorios relativamenteforzados que se ejecutaban enel marco de las políticas delEstado Inca.Es claro que la explicación so-

bre el origen de los aimaras quehemos relacionado no es la úni-ca. Ahí está la posición de MaxUhle, Midendorff y Markham,entre otros, quienes con algu-nas diferencias sostienen quelos kollas vinieron del Anahuacatravesando la selva y que sonellos los constructores de Tia-huanaco. Las publicaciones quetratan de estas posiciones sonabundantes.Sobre la suerte de la nación

aimara durante la época de lacolonia española, traemos acolación lo que consignamos enun trabajo anterior4. “Durante la Colonia, se crea en

1559 la Audiencia de Charcas,integrante del Virreinato delPerú. A esta Audiencia se incor-poran las provincias —llamadaspor entonces “partidos”— deChucuito y Paucarcolla de predo-minante habla aymara (en cuyaextensión total se incluiría hoya las actuales provincias dePuno, El Collao, Chucuito, Yun-guyo, San Román, Huancané yMoho). A esa misma Audienciase incorporaron también los“partidos” de Lampa, Carabayay Azángaro de habla quechua.Así, los aimaras permanecieronunidos compartiendo sus valo-res culturales por más de dossiglos de colonia”.“Por Real Cédula de 8 de agos-

to de 1776, se crea el Virreinatode Buenos Aires. La Audiencia

de Charcas pasa a formar partede este nuevo virreinato y conellas las cinco provincias dePuno. Este cambio no afectó ala unidad de la nación aimara quehasta aquí se mantiene indivisa.“Por Real Cédula de 28 de ene-

ro de 1782 se crean las Inten-dencias, entre ellas la de Puno,que con sus cinco provincias semantiene en la Audiencia deCharcas y por tanto en el Virrei-nato de Buenos Aires. Aquí tam-poco queda afectada la unidadde la nación aimara, que conti-núa compartiendo e intercam-biando sus valores culturales,entre ellos su lengua, muchascostumbres, sus manifestacio-nes culturales tales como ale-gorías, danzas, música, con lasnaturales variantes locales”.“En 1789 se crea la Audiencia

del Cusco, y las provincias deCarabaya, Lampa y Azángaro delhabla quechua, integrando la In-tendencia de Puno, pasan a for-mar parte de esa nueva Audien-cia del Cusco y por tanto el Vi-rreinato del Perú. En cambio lasprovincias aimaras de Paucarcolla(ahora Puno) y Chucuito perma-necen en el Virreinato de BuenosAires, integrándose a la Inten-dencia de Nuestra Señora de laPaz, y ésta formando parte dela Audiencia de Charcas. En estaoportunidad, fue realmentesabia la decisión de respetar launidad física y humana de lanación aimara”.“Con la Real Cédula de 1 de fe-

brero de 1796, solo veinticincoaños antes de jurarse la inde-pendencia del Perú, se perpetrala escisión. Las provincias aima-ras de Chucuito y Paucarcollason incorporadas a la Intenden-cia de Puno integrante de la Au-diencia de Cusco. La NaciónAimara resulta dividida en lopolítico aunque no en lo eclesiás-tico”. Antes de1796 los aimarashabían mantenido sus caracte-rísticas básicas como nación porvarios siglos, suficientes comopara consolidar perdurablemen-te todos los nexos y vínculosque la unen”.Así, la nación aimara, hace dos-

cientos quince años sufre unaprimera división política en dospartes, por efecto de la creaciónde Audiencias e intendencias, laque es desgraciadamente conva-lidada con la fundación de lasrepúblicas de Perú y Bolivia. Mástarde, en las postrimerías delsiglo XIX, se produce la apariciónde una tercera parte de la naciónaimara ubicada en Chile, a causade la anexión política a este paísde territorios poblados mayor-mente por aimaras (regiones deAntofagasta de Bolivia y de Tara-

pacá y Arica del Perú) como coro-lario funesto de la guerra derapiña ejecutada con ventajacoyuntural por el vecino del suren 1879.Ciento noventa años de vida

independiente (desde 1821) su-mados a los veinticinco que losprecedieron (1796 año de la pri-mera escisión), hacen doscien-tos quince años que se cumplenen este 2011. Y, doscientosquince años es muy poco tiempopara que esos antiguos y firmeslazos históricos se resquebrajeno desaparezcan.Los aimaras constituyenuna naciónPreviamente corresponde exa-

minar las diferencias en el conte-nido conceptual de lo que enten-demos cono “nación” y lo queentendemos como “Estado”, yaque existe la tendencia —lamen-tablemente muy común— deconfundir ambos conceptos.El Estado es conceptuado ge-

neralmente como la sociedad(haz de relaciones entre indivi-duos y grupos) políticamenteorganizada. Es la institucionali-zación del poder (capacidades demandar unos y obedecer otros),para organizar, mantener y pro-yectar la vida social. Está com-puesto por tres elementos: Elpueblo, el territorio y el poderpolítico. Es pues un conceptopolítico-jurídico.En cambio, “nación” (del latín

natio = lugar donde se nace) esun concepto antropológico—his-tórico—sociocultural, que refie-re una colectividad humana am-plia, forjada procesalmente através del tiempo, desde los gru-pos familiares, pasando por dis-tintas formas de integración so-cial y llegando a las confedera-ciones de jathas, ayllus o tribus,que fueron la antesala de lasmarkas, de las naciones. Se tratade agrupaciones humanas for-madas por vínculos históricos yculturales comunes, que tienensu idioma particular e iguales ca-racterísticas étnicas y que ha-bitan territorios determinados.Debe señalarse que en la his-

toria pasada y actual existierony existen naciones sin Estado.Por ejemplo, la nación judía pormucho tiempo no fue Estado,porque no tenía territorio ni go-bernantes, era una nación cuyosmiembros estaban desperdiga-dos en varios países, hasta quela ONU aprobó la asignación deun territorio (aún sujeto a dis-cusión) sobre cuya base pudofundarse el Estado de Israel. Enla actualidad hay también nacio-nes sin Estado. Allí están paraprobarlo los palestinos, kurdos,vascos, guaraníes, chechenios,

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tibetanos, mapuches y, por su-puesto, los aimaras. El segui-miento de la vida de estas nacio-nes corre a cargo de la una ofici-na especial para “Naciones sinEstado”, dependiente de la Or-ganización de Naciones Unidas.Algunas veces hay coincidencia

o superposición entre Estado yNación, esto es, cuando sobreuna sola Nación se erige un soloEstado. Esos son los Estado-Nación. Ejemplos de esta sonel mismo Israel, Francia, Ale-mania de hoy, etc. En este pun-to cabe señalar que muchospensadores, políticos e intelec-tuales en nuestro país sostienenque los peruanos estamos em-peñados —o debemos estarlo—en la forja de un Estado Nacióny marchamos históricamentehacia su encuentro futuro, dadoque durante el incanato, lacolonia y la república no hemoslogrado constituirnos en únicanación. Hay otros Estados en los que

coexisten varias naciones ocolectividades que presentanrasgos nacionales. Esos son losEstados Plurinacionales, como laRepública Plurinacional de Bolivia(nombre oficial), como Ecuador,y como la República del Perú. Noson lo mismo los arequipeñosque los aguarunas, ni los aima-ras que los piuranos, ni los que-chuas cusqueños que los mira-florinos, ni los ashánicas con lostacneños, etc., todos tienenhistorias y culturas diferen-ciadas, distinguibles. No hay enel Estado Peruano un solanación “en continua formación”,como se trata de imponer desdeciertos círculos académicos eintelectuales especialmente capi-talinos. El jurista WashingtonDurand Abarca señala que hay“naciones mestiza, quechua,aymara, amazónica, afroperua-na, por lo el Perú además de serconsiderado multiétnico, plurilin-güe y pluricultural debía sertambién reconocido constitu-cionalmente como «multina-cional»5.Reparemos en que antes que

cayera la Cortina de Hierro lanación alemana estaba divididaen dos Estados: La RepúblicaDemocrática Alemana y la Repú-blica Federal Alemana. Antestambién Checoeslovaquia era unEstado con dos naciones: loschecos y los eslavos, ahora sondos Estados diferentes erigidossobre sus propias naciones. Niqué decir de Estado de Yugosla-via hoy partida en varios Esta-dos erigidos sobre las nacionesservia, croata, montenegrina,etc.El nombre de Organización de

las Naciones Unidas, se dio paraque en ella tuvieran tambiénrepresentación los Estados enformación así como los gruposnacionalistas que estaban cali-ficados como ”fuerzas beligeran-tes”, como ocurrió cuando desa-rrollaban las guerras de libera-ción nacional. Ejemplos históri-cos de esto hay en las guerrasanticolonialistas en Africa (Con-go, Argelia, Liberia, etc., etc. queen algunos momentos estuvie-ron representadas como nacio-nes sin ser todavía formalmenteEstados). En cambio la Organi-zación de Estados AmericanosOEA, no admite esas represen-taciones temporales de nacionesni fuerzas beligerantes, por elloen su denominación oficial nousa “naciones” sino «Estados».Para los fines de esclarecer el

carácter “nacional” de los aima-ras, debemos remitirnos a cier-tos alcances de las ciencias so-ciales, según los cuales, paraque una colectividad humanaamplia se reconozca como “na-ción” debe presentar dos tiposde elementos: Los elementosobjetivos o materiales: comu-nidad de territorio y de sus re-cursos naturales, comunidad detrayectoria histórica, comunidadétnica racial, comunidad de len-gua, de usos y costumbres, artepopular, prácticas, tecnologíasvernáculas, vestido, comidas,tradiciones etc.; y, los elemen-tos subjetivos o espirituales:conciencia nacional, identidadnacional, expresados en elsentimiento y convicción depertenecer a esa colectividad yestar comprometido e identifi-cado con su pasado, su presen-te y su futuro.La nación es pues un cons-

tructo cultural histórico. Lo quemás une a la nación es la historiade un pasado común6, ademásde una cosmovisión compartida,una cultura simbólica consen-sualmente aceptada. “Nación esun pueblo con conciencia deunidad histórica en el pasado,cohesión en el presente y comu-nidad con aspiraciones para elfuturo”7. Quienes conocen o forman

parte del ámbito físico, humanoy cultural de los aimaras, no tie-nen mayor necesidad de recurrira las complejidades de la inves-tigación social para constatarque en esos ámbitos se cumple—en distinta medida, cierto es—la existencia de todos los ele-mentos materiales y espiritualesde una nación. Una nación queno ha perdido su continuidadexistencial, que está asentadaen sendas partes del territoriode tres países limítrofes y en la

que sus distintos ámbitos per-sonales perseveran en los valo-res más preciados de su uni-verso cultural, avanzando firmey constantemente en la afirma-ción creciente de su concienciae identidad nacionales.Las fronteras políticas que hoy

tienen fragmentado al mundoaimara en tres partes, fueronimpuestas por acontecimientoshistóricos que si bien dividieronterritorio y población no hanhecho desaparecer la concienciahistórica e identidad de losaimaras. Digamos de paso que,esas fronteras no son por ciertocomo la frontera entre Francia yAlemania o aquella entre Méxicoy Estados Unidos o entre Vene-zuela y Brasil, en los que lasdiferencias entre uno y otro ladoson muy claras y marcadas y portanto la distinción entre nacio-nes es evidente. En el caso delos pueblos aimaras, el pasodesde el sur de Puno al nortede Bolivia o viceversa, porejemplo, es el paso de un Estadoa otro, pero no de una nación aotra, sino dentro de una misma.En el Perú el concepto de

nación aimara, “ha tomado fuer-za y relevancia en los análisissociales, políticos y culturales apartir del linchamiento y muertedel alcalde Fernando Cirilo RoblesCcallomamani ocurrido en la Pro-vincia de El Collao, una de lasprovincias aymaras de la RegiónPuno”, dice Pilco Mallea8.Recientemente el movimiento

anti-minero impulsado poraimaras del sur puneño haacrecentado la aceptacióngeneral a la vigencia de la naciónaimara, suscitando estudioscientífico sociales junto conpreocupaciones de las élitesdominantes sobre sus impli-cancias políticas futuras.En resumen, todo lo anterior

nos permite afirmar la existenciaobjetiva e incontrovertible de laNación Aimara.A ella, por su fragmentación

poblacional en un ámbito terri-torial sujeto a la soberanía detres Estados diferentes, llama-mos —con las licencias del caso—como “Gran Nación Aimara”, noen el sentido encomiástico o diti-rámbico al que podría llevarnosel término “gran”, sino en suconnotación espacial y humana,tal como se usa “Gran BuenosAires” o “Gran Lima”, para com-prender a las masas humanasasentadas en la amplitud de unterritorio que incluye todos lossuburbios de esas ciudades. Demodo que, en este caso, el sig-nificante “Gran Nación Aymara”tiene un claro significado: Laspoblaciones de gente aimara que

viven en sendas áreas dentro delos territorios de tres Estados,Bolivia, Perú y Chile. No inclui-mos a los pequeños grupos quese reclaman aimaras en Jujuy,Argentina, por no estar aúnsuficientemente esclarecidas —a nuestro modesto juicio— suscalidades originarias, históricas,lingüísticas y culturales aimaras.La unificación de la GranNación AimaraLa Gran Nación Aymara sufre

el colonialismo interno en los tresEstados y algún día y en algunaforma luchará indefectiblementepor recuperar su unidad. Esafutura lucha que será organizadae intensa.La reivindicación de la nación

aimara como fenómeno existen-te en la realidad de nuestros paí-ses “ha calado a muchos intelec-tuales, analistas políticos, algu-nos interpretan la nación aymaracomo un discurso peligroso yseparatista, que puede poner enpeligro las democracias latino-americanas”, opina el antropólo-go puneño Pilco Mallea. Pese aello las campañas unificadorasasoman en el horizonte. Como antecedente, se tiene

que durante doscientos años ymás que lleva la primera divisióncolonial de la nación aimara, sonvarios los intentos para restituirsu antigua unidad.El general Santa Cruz buscó

superar el problema a través desu lamentablemente fracasadoproyecto confederativo.Hubo levantamientos de pobla-

ciones aimaras durante los siglosXVIII y XIX, como el levantamien-to huancaneño de Huancho de1923, tan pormenorizada ydocumentadamente descritopor José Luis Ayala en su librosobre el líder Condorena.En Bolivia el educador Nina

Quispe postuló la creación de“Sociedad República del Colla-suyo” en los años 20s y 30s delsiglo XX, y en 1956 se tuvo laproclamación de LaureanoMachaka de fundar la “RepúblicaAymara del Tahuantinsuyo”.Es interesante anotar que

recientemente en Bolivia “losgrupos étnicos aimaras Charcas,Qaraqaras, Chichas y Chuis de-terminaron la reconstitución dela Nación Kolla. Todo esto en ba-se a una larga reivindicación na-cional que se remite a la colonia.Estos ayllus han mantenido do-cumentos como el memorial deCharcas firmado por 23 curacasde Charcas (que se remite a1582 y se encuentra hoy en elarchivo de Sevilla) que muestraque estos ayllus eran parte dela Nación Kolla desde antes de

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la imposición del imperio incaico,en estos documentos se en-cuentra la delimitación de suextenso territorio”. Movimientoscomo este, no son sino anticiposde las luchas que protago-nizarán las próximas genera-ciones aimaras en el siglo XXI.No ha de tratarse solo de la

unificación por la unificación.Habrá el infaltable componentepolítico-social, sobre todo en unpaís como el nuestro en el quelos conflictos ambientalistas re-presentan poco más de la mitadde todos los conflictos en losque una de las partes es elgobierno y la otra, poblacionesindígenas y urbanas; en un paísen el que menudean las afecta-ciones y vulneraciones a losderechos de las poblacionesindígenas por las elites políticasy económicas. Estas hacen usoy abuso de su poder al adoptardecisiones políticas de gobierno,en medio de un secretismointeresado, sin importar lo quepiensa el pueblo, como si setratara de un país vacío.Un país en el que se niega la

legislación sobre la consulta pre-via a las poblaciones que seríanafectadas por actividades eco-nómico-extractivas; un país —en fin— en el que quien no estáde acuerdo a la teoría del perrodel hortelano es arcaico ocomunista.En ese panorama, lo étnico,

tanto aimara, quechua o ama-zónico, ha abierto un nuevo es-cenario de conflictividad, que seve exacerbado e incrementadopor la liberalidad burocrática enel otorgamiento de concesionesmineras y otras de diverso tipo.La Gran Estrategia NacionalAimaraEl problema de cómo actuar

frente a los Estados en los quese halla fragmentado el territorioAymara, demanda el esbozo dealgunas grandes líneas de acciónpolítico-estratégica. Por nuestraparte presentamos las siguien-tes:Propósito EstratégicoPermanente:Unificación de las partes en que

se hallan divididos el territorio yla población de la nación aimara.Visiones Estratégicasalternativas posiblesVisión Estratégica General 1Coexistencia de las partes dividi-

das de la Nación Aimara conotras colectividades nacionalesdentro de los Estados plurinacio-nales de Perú, Bolivia y Chile, ylucha por un ordenamiento legalespecial que consagre una formade autonomía que permita a di-chas partes, intensificar y orde-

nar la interacción entre ellas ydesarrollarse en la vida de losEstados que las involucran, bajoel respeto, permanencia y ejerci-cio de sus valores ancestrales,conservando su doble identidad:una jurídica estatal (peruanos,bolivianos, chilenos) y la otraétnico cultural (aimaras).Esta visión estratégica significa

la aceptación de la fragmenta-ción existente, pero acondicio-nándola dentro de un nuevo yparticular marco político legalque reconozca la existencia dela nación aimara y le otorgue unrégimen especial de convivenciaen y dentro de cada uno de lostres países.Un ejemplo de esta línea de

esfuerzos propios, es la llamada“Alianza Estratégica Aymara sinFronteras”, organización con-ceptuada como “el sueño perse-guido por un puñado de alcaldesde comunas fronterizas de Chile,Perú y Bolivia, los que pretendena través de la unión de losaymaras (población mayoritariade la zona) abordar los eviden-tes problemas económico ysociales que azotan la región”.Se tiene noticia de que, “con el

propósito de fortalecer y pre-servar la nación Aymara estánprocediéndose a formar algunasde las diez naciones que confor-maron el mundo Aymara en lasetapas previas a la invasiónespañola. Así la ConfederaciónCharcas, ahora bajo el nombrede Nación Kolla va realizandoavances dentro de la reconfor-mación de esta extensa naciónque cubre desde el Sur deldepartamento de Oruro, el nortede Potosí y el norte de Chuqui-saca en Bolivia”.Visión Estratégica General 2Reunificación política de las

repúblicas de Perú y Bolivia,produciéndose así automática-mente la reunificación de laspartes aimaras de ambos países,las que así unidas, mantendránrelaciones estrechas permanen-tes con la parte aimara Chilena.La integración de los Estados

es siempre difícil, porque nadiequiere ceder soberanía. Y el casode la buscada unificación Perú-Bolivia, no es ni será una excep-ción.El Acta de Santa Cruz de la Sie-

rra firmada por los cancilleres dePerú y Bolivia en Santa Cruz en1995, fue el comienzo de la sus-cripción de muchos acuerdosposteriores dirigidos a estrecharlos lazos entre ambas repúbli-cas, como el de Boliviamar y losque se acordaron durante lagestión del embajador del Perúen Bolivia Rodríguez Cuadros, enel gobierno de Alan García que

fenecía.El presidente electo Ollanta

Humala, en una reciente visitaal presidente boliviano EvoMorales, confesó que tenía elsueño de que alguna vez loslímites entre Perú y Bolivia desa-parezcan. Ese es un sueño delos aimaras de ambos países yque, a no dudarlo, servirá muchoen el despliegue de estrategiasque en este campo habrán deprocesarse.Visión Estrategia General 3Fundación de un Estado Aimara

sobre la unificación de la naciónaimara mediante lucha insur-gente por la liberación nacionale independencia nacional.Debe tenerse en cuenta que la

imposibilidad de convivir de unanación con un estado que laaplasta u oprime, obliga necesa-riamente a plantearse el tema dela alternativa secesionista9. Deotro lado, la aspiración naturalde la nación es constituir elEstado puesto que la nación nopuede alcanzar su plenitudhistórica sin ese instrumento.Los movimientos y guerras de

liberación nacional e indepen-dencia, no han terminado. LaNación Chechena lucha por suindependencia y la nación vascatambién. En África y Asia hayluchas y conflictos de ese tipo,unos están situación de latentesy otros se hallan declarados.Misión actual de losaymaras1. Constituir un organismo

promotor, unificador y coordi-nador único en el ámbito de laNación Aimara encargado dedesplegar, sostener y coordinarla lucha y la acción política enpos de la forja de la unificaciónnacional. Tal organismo dedirección debe crearse medianteun proceso participativo detodas las partes, colectividades,comunidades y organizacionespolíticas y sociales, identificadasindubitablemente como aimarasy que actúan en todas y en cadauna de las tres partes aimaras.2. Asumir el poder político de

los Estados mediante la luchapolítica electoral desplegada porpartidos políticos indígenas yaimaras.Los fundamentos de las propo-

siciones anteriores, descansanen principios vigentes en la reali-dad política internacional, entreellos principalmente el de “libredeterminación de los pueblos”.En la Carta Internacional de

Derechos Humanos promulgadapor la Organización de las Nacio-nes Unidas, y en los Pactos so-bre Derechos Civiles y Políticosy sobre Derechos Económicos,

Sociales y Culturales se trata enel primer artículo de ambosdocumentos el tema de la libredeterminación, estableciendoque éste es un derecho humanoque poseen todos los pueblos. Este principio en su aplicación

tiene algunos componentes: Laautoafirmación (implica el dere-cho que tiene un pueblo a pro-clamar su existencia y a ser reco-nocido como tal). La autodefini-ción, (consiste en la facultad dedeterminar quiénes son losmiembros que integran ese pue-blo o nación). La auto delimita-ción, (conlleva el derecho a defi-nir los propios límites territoria-les). La auto organización, (quees el poder reconocido a unpueblo de procurarse a sí mismosu propio estatuto, dentro deun marco estatal) y la auto-gestión (que expresa la facultadde un pueblo para gestionar suspropios asuntos, es decir, paraadministrarse libremente en elmarco de su estatuto)10.

NOTAS1 José de la Riva Agüero: RAZA Y

LENGUA PROBABLES DE LA CIVILIZA-CIÓN DE TIAHUANACO, en “LasCivilizaciones Primitivas y el ImperioIncaico”. Ed. PUCP 1966, p. 118

2 Eliseo Reclus: NOUVELLEGEOGRAPHIC T.XVIII LES REGIONSANDINES. París 1893, pp. 39,709 745,756. (citado por Riva Agüero, op. cit).

3 José Antonio del Busto. LOS HIJOS DELSOL. Ed. El Comercio, 2011 p. 5

4 Revista “Perú Profundo” N° 3. Lima,11FEB96

5 Washington Duran Abarca: «PERÚ,COMO LOS DEMÁS ESTADOS LATINO-AMERICANOS, NUNCA FUE ESTADO-NACIÓN SINO MULTINACIONAL» (LibroPresentado el 8 de septiembre de 2005en el Hemiciclo «Raúl PorrasBarrenechea» del Congreso de laRepública del Perú)

6 Joseph Dager Alva: HISTORIOGRAFIAY NACION EN EL PERU DEL SIGLO XIX.Conferencia en Casona San Marcos 11/02/2010

7 Jesús Alarcón: LA RECONSTRUCCIONDE LA NACION AYMARA CONTEMPO-RANEA, en: http://www.musicosandinos.org/akhul l i /html/modules.php?name=Stories_Archive

8 Rolando Pilco Mallea: NACIONAYMARA: RETOS Y DESAFIOS, en http://ro landopi lcomal lea.blogspot.com/200 8/03 /nac ion- ayma ra- re tos -y-desafios.html

9 Fernando Mires: EL DERECHO DE LOSPUEBLOS, artículo en diario Presencia.La Paz Bolivia 24-01-2001

10 Diccionario Jurídico Mexicano, Porrúa-UNAM-IIJ, México, 1991

¿Es posible reivindicarel Estado Nación comoproyecto descolonizador?

Ante el desencanto de laplurinacionalidad Pedro

Portugal Mollinedo proponenuevas pistas de reflexión: Leer«Qué, después de la plurinacionali-

dad?» ingresando al sigiente enlace:

https://www.facebook.com/groups/104122321484/10151938724211485/

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El Gobierno de Evo Morales halogrado el reconocimiento de laopinión pública internacional,ante todo por haber construidouna imagen, que lo caracterizacomo un “gobierno indígena”. Elespectáculo de entronización desu mandato en el templomilenario de Tiahuanaco es laimagen, que exitosamente halogrado estampar en los ojos,de todos los que en estemomento no están en Bolivia.Otra imagen es la que se nosofrece, si uno esta aquí. Si unorecorre cualquier ciudad deBolivia, sobre todo las deoccidente, hay dos cosas, quea uno le llaman la atención. Primero, es la cantidad de movilidadeslujosas, los famosos 4X4, en manos de las nuevas burguesíasaimaras, mestizas o cholas y luego la increíble cantidad delimosneros, que han copado todas las calles céntricas, de esasciudades asediadas. La inmensa mayoría de estos limosnerosproviene del Norte de Potosí, de las inmediaciones de las minasBolívar, San Cristóbal, Huanuni. Casi todos son originariosquechuas, de una de las etnias, que con mayor vigor resistió todotipo de opresión. Pueblos, que lograron, casi heroicamente, salvarsu identidad, eso que dice, que defiende este Proceso de Cambio.Esos niños desnutridos provienen, de las poquísimas etnias, quetodavía intentan conservar su idioma, sus formas de vestir, devivir, de trabajar, de amar, es decir de ser, como siempre fueron. Elbrutal aumento de precios de los alimentos básicos, ha sumido aestos pueblos en ese marasmo, que se llama HAMBRE. Este país,que es riquísimo en tierras cultivables, importa casi la mitad de sucomida de los países vecinos. Acá sólo se produce —con carácterexcedentario— soya, caña de azúcar, algodón. Esos tiempos, enlos cuales uno comía papa, cebolla, tomate producidos en el país aprecios económicos, han quedado en el pasado. Ahora comer escaro. Los obreros, los empleados públicos, los comerciantes nosufren con estos precios. ¡Ganan más que suficiente! Los quesufren son los desocupados, los campesinos originarios.Precisamente esos, a los cuales Evo quería defender.En los cuarteles en Bolivia se conoce una forma de castigo, el

jaripeo. Yo no aguantaba dos horas. En Abu Gail, esas tormentosasprisiones de los gringos en el Irak, tres horas ya se considerabaninhumanos. Ahora, aquí en Bolivia, los niños quechuas, niños detres, cuatro años, bailan durante horas, cuatro, cinco, seis horas,hasta quedar totalmente exhaustos, al son de tinkus mestizos,cuecas folclóricas, renegando de su cultura, —seguro, ¡maldiciendoesa música!—. Aprendiendo a extender la mano, pidiendo limosna,…perdiendo con cada moneda, su dignidad, su identidad, su cultura.Aprendiendo, —esa lección salvaje—, que prostituyéndose, —porque no es otra cosa lo que hacen, al pedir limosna—, ganan más,que con el trabajo sano de las manos. Puede ser, que yo me equi-voque. Puede ser, que esta política de inundar de limosneros origi-narios las calles de mis ciudades, sea un plan maestro para ocultarlos éxitos de la política macroeconómica. O tal vez sea un programapara formar nuevos concejales, que en vez de sembrar, estánsentaditos en algún escritorio. Pueda ser, que en este mundo delSocialismo del Siglo XXI, los indígenas tengan que aprender esapolítica de mendigar dinero ajeno. Y que en sociedades como ésta,—basta ver a Venezuela—, se tenga que comer sólo lo importado.Y que el precio para estar hartado sea la Identidad, la propia Cultura,la Dignidad. Lo que aquí pasa en Bolivia no creo que sea etnocidio.No creo, que sea el intento de mestizar a Bolivia, de hacer de estepaís, un país cholo, un país mediocre. ¡No, no puede ser!

Opiniones:

¿Etnocidio en Bolivia?¿Ahora?Félix Willka

Ilustración extractada de unacaricatura de Luzbel.Fuente: http://www.mirabolivia.com/ El día 20 de noviembre del pasado año Evo Morales Ayma se

presentó en la localidad de Contorno Letanías, en la jurisdicciónViacha de la Provincia Ingavi del departamento de La Paz. El objetivode su visita fue para inaugurar una cancha sin cobertura pero concésped sintético. Contorno Letanías es una de las 60 comunidadesoriginarias y ex - haciendas que agrupa la Central Campesina deViacha. Todas las comunidades de la región fueron invitadas almencionado acto; sin embargo, no todas las comunidasdesasistieron, excepto unas dos. Ese desgado en opinión de loshabitantes era debido a que —según ellos— el acto no tenía ningunaimportancia. De las demás comunidades solamente sus dirigentesfueron a presenciar el acto.El día 21 de los corrientes en sus reuniones de costumbre sus

autoridades, o sea los Mallcus, informaron a sus bases sobre loocurrido del día anterior. Yo estuve en una de esas reuniones yescuché las siguientes palabras:

“Por primera vez hemos visto con nuestros propios ojos, cómola primera autoridad nacional correteaba en la cancha detrás deuna pelota como cualquier lluqalla, pero a diferencia de un jugadoren la cancha, Evo y todo su equipo jugaron con excelentessueldos muy bien pagados y más sus viáticos. ¿Eso será elSocialismo Comunitario, del que habla García Linera?, ¿Esa es laproducción de lo que se pagaron el doble aguinaldo? ¡Nocreemos! El doble aguinaldo parece ser más bien el premio a lacorrupción y compra de votos para las elecciones de 2014.Según los medios de comunicación escuchamos muchas noticiassobre lo mismo. Evo sale de su despacho al campo o al interiordel país; con estos motivos de entregar canchas y ¿cuántodinero en total habrían gastado en los ocho años? ¿Cuánto lecuesta al país estos actos de chacota que no tienen importancia?Para nosotros eso es derroche económico, un saqueo de dineroal Tesoro Nacional”.

Esas expresiones proveniente de las autoridades que participaronen el acto de Evo Morales y que fueron dichas en una ampliareunión de sus bases, como informe de lo ocurrido, provocó entrelos asistentes opiniones encontradas y muchos razonamientoscríticos. En realidad, hubo todo tipo de criterios sobre el accionardel Presidente Evo Morales Ayma. De las muchas opiniones que enplena reunión (y fuera de ella) fueron expresadas, anotamosalgunas, que son las siguientes:1.-La mencionada cancha con césped sintético pero sin cubertura

es una burla y significa una discriminación. En el altiplano el vientoarrastra mucha tierra y en la época de lluvias se inunda; entonces,¿qué tipo de cancha tendremos? En otros lugares las canchasque entrega el gobierno es con cubertura y en este caso como setrata de indígenas, parece no importarle.

Los campesinos delaltiplano opinanMauricio Mamani Pocoaca

Continúa en la página 14

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¿Será el destino político de Evo Morales en el campo tal cual lo imagina elartista aymara Víctor Quispe?

Fuente ilustración: comicbolivia.blogspot.com

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Para proyectar nuestra lucha:

Hay que salvar a nuestra culturade las garras del culturalismoCarlos Macusaya*

* Correo electrónico: [email protected]

Cultura, como concepto, se uti-liza de manera muy vaga en tan-to sirva para explicar cualquiercosa o, mejor dicho, y en espe-cífico, para evitar hacer una ex-plicación seria con respecto a los“indígenas” y “su” mundo. Inclu-so se llega al extremo de vinculare identificar diferencias cultura-les con supuestas diferenciasbiológicas: lo que hace diferentesa los “indígenas” no solo sería—desde este punto de vista—un asunto cultural, sino que és-to estaría inscrito en cuestiones“raciales” y sería el núcleo durode “su” identidad. En estos“análisis”, lo que se excluye ose toma de manera extrema-damente ligera son aspectoseconómicos y políticos y se hacede la diferencia cultural lo esen-cial, que fácilmente, y con mu-cha regularidad, se desplaza alo biológico. Así, la reflexiónsobre nuestras posibilidades delucha queda anulada.La cultura en general es diná-

mica y está estrechamente rela-cionada con los procesos econó-mico-políticos. En la formaciónde los Estados nacionales lacuestión de la “cultura nacional”fue fundamental para establecerciertos vínculos entre las clasessociales y grupos étnicos. EnBolivia, a partir de la “revoluciónnacional” (1952), el Estado hatratado de propalar una identi-dad nacional que se basaría enuna “cultura mestiza”. No solose trataba de opacar las contra-dicciones de clase, sino tambiénla racialización. No era un afánmeramente culturalista, sino quetenía un fin fundamentalmentepolítico.En los procesos sociales se

establecen marcos de referenciaa partir de los que se dan loscomportamientos, sin embargo,estos marcos de referencia noestán escritos en piedra y dehecho son cambiantes y en losúltimos años estos cambios sehan hecho más dinámicos. Esoque llamamos “nuestra cultura”,

es algo que cambia y nosotrosmismos hacemos parte de esoscambios.Recuerdo decir a un amigo, hijo

de comerciantes aymaras: “Miabuelo chupaba con alcohol, mipapá chupa con cerveza, yo chu-po con whisky”. ¿Cómo explicarestos cambios en el consumo deciertos productos entre el abue-lo, el padre y el hijo si dejamosde lado que en Bolivia en losúltimos años muchos aymarashan incursionado exitosamenteen el comercio e incluso viajan aChina a traer mercadería? Lareferencia únicamente cultural nonos aclara la cuestión y de hechoevita que podamos comprenderlos procesos implicados.Ingenuamente se asume que

los indígenas siempre lucharonpor “preservar su cultura”. Deja-mos de lado la forma en queesos seres han cambiado. Tome-mos la morenada, danza en laque los aymaras representan enlas máscaras a otros (no es unadanza afro, como los despista-dos “piensan”1): Hace un siglo

atrás, esta danza se bailaba alson de sikus, con la incursiónde los aymaras en el serviciomilitar y el ingreso a los rangosbajos de la policía y el ejército,donde el ser parte de la bandaera un orgullo, la morenada em-pezó a ser tocada con trompe-tas, etc., como hoy por hoy setoca en las entradas (organiza-das por los comerciantes ”indí-genas”). Este cambio implica nosólo procesos culturales, implicacabios en la relación entre elEstado y los “indios” y la recon-figuración en términos de claseentre los “indios”.Pensemos en las mujeres ay-

maras que visten pollera. Haceaños era muy común que entrehijos de aymaras se gritaran enalguna discusión: “hijo de chola”.Esa era la forma de insultar, alu-diendo a la madre “india” de po-llera: la prenda era el signo dela “india” aborrecida. Cuando eraniño era normal ver vestir en laciudad a las “cholitas” coloresopacos, como tratando no lla-mar mucho la atención; sin em-

bargo hoy por hoy, gustan devestir colores llamativos y lo quemás quieren es llamar la aten-ción. La pollera ahora se ha con-vertido en el traje de gala de lasmujeres andinas y hasta las “hi-jas de chola”, que habitualmenteno visten pollera, usan estaprenda para asistir a alguna fies-ta o acontecimiento importante.¿Cómo explicar este cambio en

la valoración respecto a una ves-timenta (la pollera) que remitíaa la mujer india despreciada yque en sus orígenes tal prendano es andina, pero que las mu-jeres andinas se la han apropia-do? Reflexionar sobre la emer-gencia económica de sectoresaymaras vinculados al comercioy al “contrabando” nos ayudaríamucho. Hoy por hoy una mujerde pollera, muy enjoyada y quebaila en el Gran Poder, es la ima-gen de la comerciante exitosa.También hay mujeres que vistenpollera pero no tienen los recur-sos para participar en esas fies-tas. En esto resaltan las diferen-cias de clase entre los aymaras

Una tendencia teórica, con fuerte influencia institucional y política, pretende que el mundo indígena es un universofijo, sin transformaciones y con únicas referencias en el pasado. La realidad nos demuestra la insuficiencia de esaidea y lo pernicioso de sus aplicaciones políticas. Una muestra de los cambios en el mundo indígena son las danzas.En la foto la diablada y morenada tal como eran ejecutadas en 1942. Notese al moreno que toca el siku.

Fuente foto: http://www.la-razon.com/suplementos/tendencias/Diablos-morenos-antano_0_1771622945.html

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y la sola referencia a lo culturalenturbia el tema y no permitecomprender los procesos polí-tico-económicos que estamosviviendo.Sería un buen ejercicio ver a

otras culturas o pueblos. Losespañoles, contemporáneamen-te no visten ni “son” como losque llegaron a estas tierras hacecinco siglos. China ha pasado enmenos de un siglo de ser unpaís “feudal” a ser la segundapotencia económica en el mun-do. Los chinos no nos vendenkarate ni ying yang, no juegana ser “milenarios”. Los propiosjaponeses, que tienen un tipode Estado distinto al de China,no se disfrazan de samuráis paraser “auténticos” japoneses ¿Sonunos “alienados” que han conta-minado su cultura? ¿Cómo pen-sar a estos países y pueblossolo en términos culturales sinconsiderar los procesos econó-mico-políticos?Volvamos a las danzas para ver

la “impureza” de la cultura. Ladanza de los tobas es presenta-da como una danza de indígenasde “tierras bajas” en general yde la etnia Toba en particular. Sinembargo, ningún grupo étnicoen tierras bajas baila esta danza,menos el grupo étnico Toba2. Asícomo la Danza del Tigre y elToro, de los guaraníes, no esuna danza de tigres o toros,sino de cómo los guaranís re-presentan a otros seres, la dan-za tobas es una danza en la quelos andinos representan a“otros”, es una forma más derepresentar a los “chunchus”.Además, en la vestimenta y enlas máscaras se puede ver lainfluencia que han tenido laspelículas de vaqueros y apachesasí como las películas de “chini-tos karatekas”, en los artesanosaymaras que hacen los atuen-dos. Las máscaras de esta dan-za combinan los rasgos apachescon la larga barba del maestrode kun fu. La influencia asiáticatambién resalta en las máscarasde la diablada.Cómo explicar esta forma en

que los andinos representan aotros, si consideramos la culturacomo algo inmutable y sinrelación a lo político-económico.No hay que perder de vista quelos cambios culturales expresandinámicas sociales y relacionescon “otros”. La cultura, en buenamedida, expresa nuestra expe-riencia y lo que aprendemos deella al relacionarnos con otrosgrupos. Expresa también lacapacidad de resignificar ele-mentos ajenos. Todo esto prue-ba que los “indígenas”, andinosen este caso, no son seres que

hagan de su cultura una piezade museo o que busquenpreservarla “pura”3.Sin embargo, se cree ciega-

mente que el “indio” tiene unacultura petrificada y que si esteser expresa algún cambio en sucultura es un alienado y se lellama despectivamente “cholo”.Es decir. que si el sujeto raciali-zado (“indio”) no responde a losestereotipos que sobre él se hanhecho, este es nuevamente “ca-talogado”, pero esto en funciónde quien cataloga, sus prejuiciosy de su posición en las relacioneseconómico-políticas. Ante estoscambios culturales, ante estasiniciativas que se expresan enforma cultural, la casta “blan-coide” se pone en una actituddefensiva estratégica y se refierea esas expresiones culturalescomo “mestizas”, pues el indiono puede ser más que “puro” ysí muestra iniciativa es porquese ha “contaminado”. La diabladaes un ejemplo: siendo una ex-presión de indios mitayos y pos-teriormente mineros hoy se lapresenta como una danza“mestiza”. Se deja de lado aquienes la producen, porque enBolivia es mejor quedarse conlo que el “indio” hace, con el frutode su trabajo, y dejarlo “porfuera” y esto es justificado porque esas renovaciones e innova-ciones culturales de los “indios”no son culturalmente “puras”.Pensamos en la cultura en la

ciudad: Si consideramos que lasciudades en general, como hoylas conocemos, son un fenóme-no capitalista, el crecimiento delas ciudades responde a la mi-gración de los campesinos. EnBolivia las ciudades en su den-sidad demográfica son el frutode la migración de “indios”. Eneste proceso, las expresionesculturales rurales se fueron ha-ciendo urbanas y fueron adqui-riendo mayor dinamicidad. Así elGran Poder pasó de ser unafiesta de migrantes y de unbarrio a ser la mayor fiesta de laciudad de La Paz y en la que los“q’aras” pasaron de rechazarlaa bailar en ella. En el posicio-namiento de esta entrada y suimportancia ha jugado y juegaun rol preponderante la emer-gencia económica de los comer-ciantes aymaras.Muchos de los fenómenos cul-

turales que en Bolivia4 son consi-derados hoy propiamente urba-nos, son fiestas y danzas rura-les que se han modernizado,pues los agentes que las produ-cen han cambiado en términosde clase5 —muchos leen estecambio como “racial”— y estecambio también afecta a sus

expresiones culturales. No solose trata de danzas o fiestas, elpropio lenguaje está marcadopor estos cambios en las es-tructuras de clase y en las“estructuras étnicas” en losespacios urbanos. La forma enla que se habla tiene la huellaque ha dejado esta “indiani-zación” de las ciudades6.Recuerdo que cuando niño fui

con un primo al barrio de Obra-jes, al lugar en el que su papátrabajaba como cocinero. En elmicrobús en el que íbamos, dosmuchachas “jaylonas”7 hablabany entre risas a una se le salió el“yaaa…”, ante esto su amiga leincrepo: “no seas india”. Hoy esnormal identificar a los paceñoscon el “yaaa…”, pero hace tiempoatrás esto era lo típico de las“cholitas” (mujeres aymaras)empleadas domésticas y de las“cholitas” que vendían leche. Conla gran migración de “indios” alas ciudades y la presencia delas empleadas domésticas ay-maras entre las familias “q’aras”este “yaaa” (aymarismo urbano“femenino” en su origen), hoyes asumido como propio inclusopor los “jaylones”.No sólo las ciudades de Bolivia

“sufren” este proceso e influen-cia. Las danzas y otras expre-siones que determinados gru-pos de “indios” han posicionadoen Bolivia, desde hace variosaños atrás son asumidas poraymaras tanto en Perú como enChile. Muchos bolivianos “indíge-nas” suelen acusar de “robo” aquienes en esos países bailandanzas como la morenada, elcaporal, etc. La importancia delos “indios” en Bolivia y su dina-mismo cultural en las ciudadespueden medirse, en cierto modo,por la influencia que estos hanlogrado en otros espacios ypaíses, Buenos Aires-Argentina,por ejemplo. La cultura no pasapor la frontera mostrando docu-mento de identidad y solicitandosalvoconducto.No se trata de un simple fenó-

meno cultural, de su “robo” ode su influencia. La relaciónentre comerciantes de Puno yde El Alto, por ejemplo, es muyfluida y estas relaciones por logeneral se suelen expresan enfiestas y danzas, en “compa-drazgos” y “padrinazgos”, comotambién en matrimonios8. Encierto modo, el “contrabando”de mercaderías ha contribuidoal “contrabando” de danzas.Esas danzas y las fiestas en lasque se exhiben tienen comoprotagonistas a comerciantes ya “contrabandistas”. Fiestas deesa naturaleza implica un granmovimiento económico.

Consideremos que en Boliviamuchos “indígenas” gustan dela “cumbia chicha” y para susfiestas contratan a grupos delSur de Perú, también considere-mos que muchos grupos demúsica folklórica de Bolivia soncontratados por “indígenas” enPerú. Grupos de allá (Perú) vie-nen a tocar “música chicha” ygrupos de acá (Bolivia) van alláa tocar morenada, t’inkus, etc.Estamos viviendo un flujocultural entre Bolivia y Perú que,además de ser intenso, muevemucho dinero.Pensemos en el problema del

mar para ver la importancia deir más allá de la mirada cultura-lista. Desde la escuela nos ense-ñan a odiar a los chilenos ycuando en el Norte de Chile losaymaras, que son víctimas delEstado chileno, bailan t’inku omorenada, por ejemplo, los ve-mos con desprecio9. Las relacio-nes comerciales con el Nortechileno son muy fuertes y hayque entender esas expresionesculturales en esa región nocomo “robo”, sino como otraforma en la que los vínculos eco-nómicos se expresan. Para irmás allá: en lugar de “llorar” porel mar o de acusar de ladronesa los “indios” que viven “bailandolo nuestro” en otros Estados,deberíamos darnos a la tarea deque esa influencia cultural quese propala desde Bolivia y esosvínculos económicos se tornenen vínculos políticos: ¡hay quepolitizar esas relaciones!¿Por qué no invitar a fraterni-

dades del Norte de Chile o dePuno a que bailen en las entra-das más importantes de Bolivia?¿Por qué no darle un sentidopolítico a las relaciones culturalesy económicas que ya tenemoscon esos espacios y con quieneslos habitan? ¿Por qué no pensaren becas para estudiantes delNorte de Chile, el Sur del Perú,el Norte de Argentina en funciónde hacer de nuestros lazos cul-turales y económicos, con esosespacios, lazos políticos?10 ¿Porqué no proyectar la formaciónde una intelectualidad “indígena”en Puno, Chile y Argentina, apartir de la experiencia de losaymaras en Bolivia (indianismoy katarismo)?Es urgente “desculturalizar” el

debate sobre lo que somos, so-bre nuestros problemas y sobrenuestros retos y posibilidades.Podemos ver la vitalidad de unpueblo, de nuestro pueblo,cuando éste dinamiza su cultura,cuando la recrea y resignifica apartir de sus experiencias con“otros”, cuando no se queda“congelado en el tiempo”; pero

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Por: PepoCONVENCIDA DE que «no trai-ciona a nadie al enrolarse alMAS» la concejala de Monteropor el MNR, Muriel Cruz, juróa su nuevo partido. «No podíadejar pasar la oportunidad»,aseguro la concejala. El MAStampoco podía dejar pasar laoportunida de confirmar que esel mejor refugio para los tráns-fugas. Mario Baptista, alcaldedel MAS en Montero, saludó ala golondrina indicando que “elMAS es un partido de inclusión”.CLARO QUE cuando se incluyea alguien, se excluye a otro.Tiene razón el jefe del MNRen Montero, Édgar Limpias,cuando indica que quien pierdees el MAS porque ella (lagolondrina) «va a ocupar unacandidatura desplazando a unmasista». La pregunta del millónes: ¿hasta cuando los masistasvan a sufrir ser desplazadossin reaccionar terminantemente?PORQUE PARA que los masistasde base reaccionen, hay motivossuficientes. La «amplitud» e «in-clusión» de que se vanagloriaahora el MAS, es a costa dela humillación de quienes creíanen sus promesas de transfor-mación y de descolonización.Esos términos son ahora pala-bras políticamente incorrectas,para la cúpula masista.PERO NO SE trata sólo depalabras. Son sobre todo las«pegas» que van a otros des-tinatarios, lo que duele terri-blemente a los menos doctri-narios. Y, a propósito dedoctrina, ¿qué hay, ahora, delsuma qamaña?LOS SUMA QAMAÑÓLOGOS noencuentran demasiados pañueloscon los cuales limpiar sus pos-modernas lágrimas. Ese «para-digma ancestral» ha sido relega-do más allá de lo que unretrete puede expulsar, por loque los ingeniosos ya no hablande suma qamaña, sino de sumajamaña. Tal es la situaciónque un irrespetuoso escribió enFacebook: Suma muttuyañachurañani al suma jamaña delos Qhamiris del sumaqamaña...NO ES CONSUELO, para estossañudos que el vice Linera seesfuerce por fabr icar unafachada racional y progresitadel pachamamismo. Temen quepueda descubrirse el artificio, yresulte tal artificial como la florde patujú que adorna una desus últimas publicaciones: unaflor bandera boliviana y otrawiphalita.¡CUIDADO! Sujetos innombralesbuscan sobrepasar al Mich’inaka.Se difunde por la red El llunkuimperialista que se pretendesatírico. Apelamos al buen juiciode nuestros lectores paradesenmascar ese vano intento.Pueden leerlo ingresando a:h t t p ://es. sc r ibd. com/doc/2 0 8 3 8 6 5 7 3 / E l - L l u n k u -Imperialista-N%C2%BA1

esto no es suficiente para enten-dernos. Consideremos nuestracultura sin separarla de sus im-plicaciones económicas. Trate-mos de identificar sus potencia-les políticos. Dejemos el papelde “seres exóticos”. No busque-mos a “sabios” ni “abuelos”,seres fabricados no hace mu-cho. Pasemos a jugar rolespolíticos. Hay que salvar nuestracultura de las garras del cultu-ralismo para proyectar nuestralucha en el siglo XXI.Notas:

1 En Bolivia es normal que la gente quehabla de folklore se deje llevar por elnombre de la danza o por lasmáscaras. En las máscaras, en losmitos, en las danzas y los rituales,los “indios” expresan la forma en laque incorporan a los “otros” demanera simból ica en un mundoritualizado.

2 Algo similar pasó con la “saya”, queera presentada como danza afro, peroluego “descubrimos” que la danzasaya no era lo mismo que el caporal.El caporal no es afro, es creación dejóvenes aymaras del barrio Ch’ijini(La Paz), en los inicios de los 70 delsiglo pasado.

3 Otro ejemplo: la montera del t’inkues la versión aymara del casco conel que vinieron los conquistadoresespañoles. (En esos años, y pormucho tiempo más, en el Norte dePotosí se hablaba el aymara, comoen muchas otras regiones que hoyson consideradas quechuas).

4 Las expresiones culturales de losandinos se desarrollan en toda Boliviapor la migración aludida, lo que nosucede con expresiones de otros“pueblos indígenas”.

5 Ya hace décadas atrás Fausto Reinagaremarcaba: “En la raza india inclusivehay clases económico-socialesantagónicas”. En: La Revolución India,pp. 121.

6 Lo “indio” se posicionó en las ciudadesprimeramente en sentido cultural(entradas folklóricas, donde el indiosólo podía gritar su orgullo conmuchas copas encima y así sedesahogaba) y esto fue maquilladobajo la idea de “mestizaje” queimprimía el “estado del 52”, cosa queaún no ha cambiado mucho. Solodespués, desde el año 2000, lo “indio”se posicionará como algodirectamente polí tico, pero estotambién será maquillado bajo la ideade “reconocimiento de la diferencia”y de “recuperar saberes ancestrales”.“Mestizaje”, “reconocimiento”,“sabiduría ancestral” son ideas quefuncionan para evitar comprender lasdinámicas sociales contemporáneas“indígenas”.

7 “Jaylon” es la forma más aceptadaen La Paz para referirse a las y los“q’aras”.

8 Es normal en Bolivia que se denmatrimonios entre aymaras de El Altoo La Paz y aymaras de Puno, pero nose dan matrimonios entre aymaras ylos Mesa Guisbert, por ejemplo. Poreso es curioso, y a la vez indicativo,que en Bolivia se hable de los“hermanos indígenas”; no se habla de“mi cuñado indígena”, “mi suegraindígena” o “mi esposo indígena”.

9 La historia bol iviana resalta lausurpación territorial por parte deChile, pero se “olvida” de los “indios”que vivían y viven en ese territorio.Tampoco se considera la incursión ymasacre por parte del ejército chilenoen poblaciones aymaras. (Claro quela historia boliviana también “olvida”las masacres de “indios” en Bolivia).

10 No estoy pensando en becas para cursos de esa cháchara postmoderna que sellama “cosmovisión andina” o de rituales y demás trampas culturalistas. Sedebería proyectar un trabajo sistemático, serio y con claridad política, sobre lasluchas reales, sus antecedentes y las posibilidades actuales.

2-Evo Morales no gobierna con profesionales indígenas, sinocon los q’aramasistas, nietos de los patrones que masacrarona nuestros antepasados. La administración pública está llenade funcionarios pertenecientes a los partidos tradicionales queahora juraron al MAS, gente antigua, pero profesionalesnuestros no hay. Eso no es el cambio que esperábamos.3.-Evo parece que también es racista y discriminador.

Discriminó a los jubilados, ellos no recibieron el doble aguinaldoy también discriminó a los niños con el “bono Juancito Pinto”:unos reciben y otros no; nuestros hijos en escuelas particularesno reciben. Eso es racismo y discriminación. O sea, con estoshechos va destruyendo la unidad nacional y construyendodos Bolivias, posiblemente en una estrategia de en el futuroenfrentar a estas dos Bolivias.4.-Evo, constantemente afirma: “Con el bono Juancito Pinto

se evitó el ausentismo escolar” ¡Mentira! En la actualidad haymás ausentismo escolar que antes, en algunos lugares lasescuelas funcionan solamente con 10 alumnos. La razón esla pobreza, de los padres que en busca de trabajo migraron alas ciudades o al exterior.5.-Evo ha resultado Melgarejo del Siglo XXI. Por intermedio

del INRA entrega títulos a los campesinos mediante un procesoque llaman de Adjudicación y que debía ser de Consolidación.O sea, en el futuro nunca más seremos originarios; sino,simplemente adjudicatarios. No somos propietarios de nuestratierra porque somos dueños históricos, sino por que el Estadonos lo adjudica, como suyo. De esta manera nos quita latierra indirectamente y nos arroja al minifundio improductivo.Aun así, declaramos que somos dueños de la tierra desdetiempos ancestrales.6.-El Estado Plurinacional, en todo el altiplano no hizo

absolutamente nada respecto a grandes obras deinfraestrutura o productivas. Hemos sido abandonados, noconocemos lo que se llama “Bolivia cambia, Evo cumple”. ElGobernador de La Paz es de A.D.N. es un hombre inútil,hasta ahora no hizo absolutamente nada. Sin embargo laprensa informa de las grandes cantidades de dinero que elgobierno entrega a Santa Cruz. Evo trabaja para los ricos deoriente, discriminando a los pobres de occidente.7.-El futbol en la región andina tiene vínculos directos con el

consumo del alcohol, la borrachera. Cuando se gana se bebede alegría y cuando se pierden se bebe igual por decepción.Según datos de organismos internacionales el alcohol escausante de 80.000 muertes anuales en el continenteamericano, si esto es así, ¿a dónde nos conduce el EstadoPlurinacional?8.- En esta época de la globalización para nuestro país, lo

más importante es la producción agropecuaria y no así elfutbol. Estos actos del gobierno significa que no tiene programani planificación, razón porque no tenemos ni Ministerio deAgricultura y Ganadería, pero sí Ministerio de Deportes.9.-El gobierno sólo se preocupa de la producción de la coca.

En el pasado la coca tenía mucha importancia para el akulliku ypara el trabajo agropecuario. Hoy todo ha cambiado, la cocacasi no nos sirve para el consumo humano, porque estáfumigado con agroquímicos, solo es útil para la “agroindustria”,razón porque en la actualidad existe tanta criminalidad. Ahoratenemos miedo de mascar coca, sobre todo del Chapare, porlos abonos químicos y pesticidas con los que los tratan.En la mencionada reunión de bases (y fuera de ella) los

comentarios críticos a los actos del Estado Plurinacional fueronmuchísimos. Solamente hemos compilado algunos, los quemerecieron cierto aplauso. Esto significaba que los nuevepuntos arriba mencionados tuvieron algo de consenso. Perocabe aclarar, en las comunidades aun existen individuos queviven todavía con la esperanza de ver los verdaderos cambiosque fueron ofrecidos desde sus inicios.

Viene de la página 11

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Comentario de libro:

¿El macarrón, para que persistala lawa?Un elemento básico, de elemental

sobrevivencia, es la alimentación.La restauración de la energía dis-pensada en el trabajo productivo,el intelectual o simplemente en lasactividades lúdicas, es condiciónpara la reproducción de esas acti-vidades. Lo anterior podría supo-nerse una verdad de Perogrullo,pero llega a ser importante cuandoconstamos que en Bolivia no nosnutrimos bien y que existen vastossectores que podríamos calificarde sub alimentados... Y cuandosabemos también que detrás dela elección de alimentos bienpueden esconderse opcionesideológicas y políticas.Es así que la alimentación no se

reduce solo a qué consumimos,sino también a las condiciones enque producimos o adquirimos esosalimentos y al contexto culturalen que se inscriben esas activi-dades. Discurrir sobre la alimen-tación es, en consecuencia, algomás que disquisiciones dietéticas:Se trata también de opinar entérminos sociológicos, antropoló-gicos y políticos.Un trabajo que puede nutrir esa

reflexión es una reciente publi-cación de título sugerente: “Entrela lawa y el macarrón…”1. Estaobra de investigación, realizadapor un equipo integrado por Bea-triz Chambilla Mamani, LucilaCriales Burgos, Rodolfo QuisbertQuisbert y Vike Villalobos Tarqui,analiza la dinámica alimentaria enla población de Caporaya, depar-tamento de Cochabamba. Estetrabajo es desde ya útil pues seapoya en el siempre meritoriotrabajo de recolección e interpre-tación de datos, salvando elexpediente fácil de perorar sobreun tema en base a puras consi-deraciones teóricas o falazmentefilosóficas, trabajo no fácil en estecaso pues recurren al expedientemetodológico de la Historia Oral.La Historia Oral, en cuanto serefiere a la recolección de testi-monios orales es una herramientaválida en las ciencias antropo-lógicas y de innegable valor en elcampo histórico, siempre y cuandono sirva de excusa para ignorar

el trabajo serio en aquello que, enHistoria, se denominan las cienciasauxiliares. La oralidad es pues uncomplemento y no un sustituto dela objetividad, cuando de meto-dología se trata.En esa investigación, el equipo

nos imbuye en la variedad vegetalque aún persiste en varias comu-nidades campesinas de Bolivia,como las variedades k’ara willka-paru, ch’ijchi sara, yuraj sara ykhulli del maíz, por sólo citaralgunas, cada una de utilidadalimenticia específica. Nos hablade cereales como la quinua o elmillmi (amaranto) que, aunqueeste último en retroceso en super-ficie de cultivo, está presente,como testimonio de alto valornutritivo de productos que eranya cultivados y consumidos desdeépocas incaicas y seguramenteanteriores.Otro aspecto sugestivo es la

descripción del proceso de prepa-ración de alimentos en base a esosproductos, como la lawa de maíz,el ch’aqe de quinua, el phiri y laphisara. Así, por ejemplo, es inte-resante saber lo laborioso de lapreparación de la quinua paramuchos de estos platos.Es también ilustrativa la descrip-

ción de la utilización de plantasno cultivadas (árboles como elmolle y el algarrobo) para laconfección de refresco y tambiénpara usos medicinales. El fruto envaina del algarrobo, por ejemplo,es utilizado en los valles de La Pazcomo anti gripal, entre otros usos.Donde el trabajo nos parece mo-

tivador de una reflexión más polé-mica es en el mensaje que entra-ña. La obra parece estar concebidadentro de los esquemas de segu-ridad alimentaria y de soberaníaalimentaria. En las Conclusioneslos autores escriben: “Los cultivosmúltiples en los huertos familiares,impulsados por las mujeres, espe-cialmente adultas mayores, son unejemplo de que son ellas las quemantienen la soberanía alimen-taria. (…) Creemos que son ejem-plos replicables, especialmente enestos momentos cuando las ins-tancias gubernamentales buscanmodelos de seguridad y soberaníaalimentarias” (p. 123). Si enten-demos bien, ¿se propone comomodelo una comunidad en la que

se mantienen resto desistemas pretéritos,cuya sobrevivencia sedebe sobre todo alesfuerzo de ancianas?

En efecto, a pesar delenfoque ideológico,perceptible sobre todoen el prólogo, intro-ducción y conclusio-nes, la sustancia deltrabajo es más unalegato a lo compli-cado que puede sig-nificar querer reivin-dicar formas produc-tivas de antaño enmomentos globalesque seduce a los másjóvenes. Desde ya, laspartes más interesan-tes tratan de la “me-moria alimentaria”, enel sentido de remem-branza de algo que eraantes y ya no ahora. El título decapítulo II indica, por ejemplo,“Todo lo que producía comíamos”(p. 33); así, en tiempo pasadogramatical y social. Del mismomodo, respecto a la preparaciónde alimentos, el texto señala: “Enpocas palabras, la alimentación erade la chacra a al olla. Incluso secomía según la estación del año…”(p. 51). Testimonios siempre enpasado... porque el presente esmenos halagüeño.

Una lectura desaprensiva de esetexto, orientado por la intenciónreivindicativa de la soberaníaalimentaria, haría creer al lectordescuidado que ahora así se vivey se come en esa comunidad (yen el resto de las comunidadesrurales de Bolivia). La realidad es,sin embargo, más compleja. Eltexto claramente indica que lasnuevas generaciones están aleja-das de ese esquema: “La jerar-quización de alimentos no tradi-cionales como el fideo macarrón oel arroz por parte de los jóvenes,se debe a que estos productosya forman parte de la mesacotidiana, por tanto su consumoes cada vez más frecuente”. (p.87) Frecuencia que parece ser laregla si nos atenemos al testi-monio definitivo de un jovenentrevistado: “Lawa, eso no sécomer…, pero sí arroz, fideo y todoeso”. (p. 87).

Los autores tienen la honestidadde presentar estas discordancias,de ahí, incluso, el sugestivo títulode “Entre la lawa y el macarrón….”,pero el esquema ideológico en elque está entramado pareceempecinado en querer soslayaresas realidades. En la página 67reproducen una cita de Horkheimer,según la cual desde “tiempos muyantiguos aymaras y quechuas, anivel de familias, tuvieron comopráctica el almacenamiento deprovisiones”. Esa práctica no ha-bría estado inscrita en un creci-miento económico, sino en unaredistribución justa en la que losindígenas “no explotaban a la ma-dre tierra hasta agotarla” (p. 67).Es decir, la ilusión pachamamistaaflora fundamentada en supuestasprácticas ancestrales, desmenti-das por el cotidiano pero que elavezado ojo del investigador lavislumbra en cualquier resto yrastro (alimenticio, en este caso).Aquí vamos a lo esencial: Admiti-

da la existencia de alimentos pro-pios y de contextos particularesde producirlos —en lo que el libroque comentamos es particular-mente útil—, ¿la seguridad alimen-taria está garantizada por elretorno al pasado imaginado o porla adaptación de éste a las con-diciones actuales? Lo que sucedecon la quinua, actualmente, puededarnos pistas de respuesta.

* Entre la lawa y el macarrón: memoriay dinámica alimemntaria en la poblaciónde Caporaya-Cochabamba . THOA,Fundación Rosa Luxemburgo. La Paz,2013

Pedro Portugal Mollinedo

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Acontecer político:

Firma de convenio de unidadindianista-kataristaEl 5 de febrero de 2014, en el

Salón Andrés Ibañez de la H.Cámara de Senadores del Con-greso Plurinacional de Bolivia, sefirmó un pacto de unidad indianistakatarista, en vista de conformaruna nueva organización andina-amazónica que pueda intervenir enel acontecer político nacional.Los firmante fueron Quintín Apa-

za, fundador del Movimiento Uni-versitario Julián Apaza, MUJA, his-tórico semillero de los movimientosindianistas y kataristas en los años70; Toribio Tapia, ex diputado na-cional, médico kallawaya y asesorde la CSUTCB en su época funda-cional; Constantino Lima Chávez,fundador del Movimiento Indio Tu-pak Katari, MITKA, y ex diputadonacional; Teodomiro Renjel, repre-sentante katarista en la COB enla época de la lucha contra lasdictaduras y uno de los ejecutivosde MINK’A, primera institución indí-gena de desarrollo; Mauricio Ma-mani, antropólogo y ex ministro deEstado; Dionisio Siñani, kataristay dirigente de los maestros rurales,y muchos otros dirigentes más.Este grupo importante y repre-

sentativo de la corriente históricadel indianismo y del katarismo firmóese convenio de unidad para inau-gurar una nueva época política deestas corrientes, en el contextode respuesta a los recientesdesafíos de la política nacional.En el discurso de bienvenida,

Constantino Lima manifestó:“Nosotros no somos treinta y seisnaciones. Somos una sola Nación”,manifestando con ello un rechazo

a la política plurinacional que semanifestó paralizante para resol-ver las reivindicaciones indígenasy que desembocó en la confusióny el antagonismo entre los diversosintegrantes de Bolivia. ToribioTapia, el coordinador de esta nue-va organización unitaria, expresóque la firma de ese documento esel preludio a una lucha por el poderpolítico, objetivo histórico de losindianistas y kataristas. Esa luchapor el poder se lo hará, indicó, enel marco de la unión entre orientey occidente, norte y sur de Bolivia,contraponiendo así al discurso ypráctica divisionista del MAS unapolítica de unidad nacional. Tapiarecalcó que nuestros pueblos es-peran auténticos dirigentes, ver-daderos estadistas y no a “quienessólo son enviados al campo parajugar fútbol y para inaugurar obrasque corresponden a las alcaldías”.La firma de este convenio se lo

hizo aprovechando un acto orga-nizado por el senador Gral. MarceloE. Antezana Ruiz, quien reconociómediante diploma el trabajo devarios de los firmantes en tantomiembros de la Sociedad Naturistade Bolivia de Medicina TradicionalKallawaya. A ese acto debió asistirtambién el presidente del Senado,Eugenio Rojas, quien lamenta-blemente brilló por su ausencia.Para el acto político, los firmantes

invitaron a representantes de par-tidos y frentes de la oposición,como el Partido Socialista-1, Fren-te Amplio y DEMÓCRATAS, así co-mo a representantes de organiza-ciones sindicales y culturales.

El coordinador de la nueva organización unitaria, Toribio Tapia, en laconferencia de prensa que se dió en la Plaza Murillo.

Foto: Pukara

Organizadores del evento, dirigentes principales e invitados especiales al actode la firma de la unión indianista-katarista.

Foto: Pukara

Durante la firma del documento de unidad.Foto: Pukara

El acto político se lo hizo como continuación de un reconocimeinto delsenador Antezana a varios indígenas destacados en la medicina tradicional.

Foto: Pukara

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