aspectos de un entramado conceptual preguntar, pedir y buscar en latín

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* Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación HUM2004-04878/FILO, subvencionado por el MEC y el FEDER. ASPECTOS DE UN ENTRAMADO CONCEPTUAL: «PREGUNTAR», «PEDIR» Y «BUSCAR» EN LATÍN * Luis Unceta Gómez Universidad Autónoma de Madrid RESUMEN Se aborda en este trabajo un acercamiento conjunto a algunas de las formas de expre- sión que reciben en latín los contenidos semánticos de «petición», «pregunta» y «búsqueda», frecuentemente solapados en sus diferentes plasmaciones léxicas. Desde el punto de vista de su caracterización cla- semática, estas acciones verbales compar- ten un volumen de contenido semántico muy abultado. Palabras clave: lexicología latina, propor- cionalidad, polisemia, quaero y su grupo lexemático. ABSTRACT The aim of this paper is to propose a com- bined analysis of some forms of expression which convey in Latin the semantic contents of «petition», «question» and «search». All of these meanings frequently overlap due to their shared semantic content from the point of view of their classematic characteriza- tion. Keywords: Latin lexicology, proportionality, polisemy, quaero and its lexical group. Revista Española de Lingüística (RSEL) 36, 2006, pp. 263-283 (ISSN 2010-1874)

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Aspectos de Un Entramado Conceptual Preguntar, Pedir y Buscar en Latín

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  • * Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigacin HUM2004-04878/FILO,subvencionado por el MEC y el FEDER.

    ASPECTOS DE UN ENTRAMADO CONCEPTUAL:PREGUNTAR, PEDIR Y BUSCAR EN LATN*

    Luis Unceta GmezUniversidad Autnoma de Madrid

    RESUMEN

    Se aborda en este trabajo un acercamientoconjunto a algunas de las formas de expre-sin que reciben en latn los contenidossemnticos de peticin, pregunta ybsqueda, frecuentemente solapados ensus diferentes plasmaciones lxicas. Desdeel punto de vista de su caracterizacin cla-semtica, estas acciones verbales compar-ten un volumen de contenido semnticomuy abultado.

    Palabras clave: lexicologa latina, propor-cionalidad, polisemia, quaero y su grupolexemtico.

    ABSTRACT

    The aim of this paper is to propose a com-bined analysis of some forms of expressionwhich convey in Latin the semantic contentsof petition, question and search. Allof these meanings frequently overlap due totheir shared semantic content from the pointof view of their classematic characteriza-tion.

    Keywords: Latin lexicology, proportionality,polisemy, quaero and its lexical group.

    Revista Espaola de Lingstica (RSEL) 36, 2006, pp. 263-283(ISSN 2010-1874)

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  • 1 En Coseriu 1981, fundamentalmente Introduccin al estudio estructural del lxi-co, pp. 87-142, se encontrar una introduccin a la metodologa empleada por esta es-cuela, uno de cuyos postulados esenciales precisa as este autor: Los valores lingsticosson valores conceptuales que se definen por sus oposiciones y por su funcionamiento, yno por criterios reales y por los lmites, precisos o imprecisos, entre los fenmenos de larealidad (Coseriu 1981, p. 102).

    2 Vase la exposicin del mtodo lexemtico en Garca-Hernndez 1980, pp. 83-121.Aunque sus sutiles criterios permiten afinar los anlisis mucho ms all, nos limitamos apresentar aqu unas breves pinceladas de sus principios.

    3 Sobre el principio de proporcionalidad (::), poderoso mecanismo cognitivo, y supotencial organizativo del nivel lxico de la lengua, vase Garca-Hernndez 1981.

    I. Introduccin

    Partiendo de los presupuestos sentados por la semntica estructural olexemtica, es posible determinar los lmites de los distintos mbitos no-cionales que componen el lxico de una lengua a travs de las oposicionesque entre ellos se establecen1. Si nos ceimos a las palabras lxicas de na-turaleza verbal, el sistema de relaciones clasemticas resulta un instrumen-to de contrastada eficacia a la hora de reconocer tanto los contornos comola configuracin estructural interna de un campo lxico determinado2. Lasacciones verbales se organizan en torno a secuencias lexemticas, cuyosintegrantes se constituyen y definen mutuamente por contraste. Los para-digmas bsicos de estas secuencias son la relacin intersubjetiva, o decomplementariedad (.-), cuyos sujetos, dentro de un proceso nico, sondistintos, y la relacin intrasubjetiva, que se establece entre lexemas verba-les con idntico sujeto e implica tres clases: alterna, secuencial (- -) yextensional. En consonancia con estos principios, podemos definir las ca-denas que aqu nos interesan en los siguientes trminos:

    busco -- encuentro pido .- das pregunto .- respondes

    Ahora bien, dada la estrecha semejanza que guardan entre s estas no-ciones (sustentadas, en ltima instancia, por un contenido clasemticocompartido), los procesos en los que se insertan resultarn notoriamenteproporcionales3 desde el punto de vista funcional y, por ello, tales cade-nas pueden resultar quebradas en ocasiones. As, las distintas relacionesonomasiolgicas y semasiolgicas que estas nociones establecen con sus

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  • 4 Sobre el proceso metafrico que pudo haber predominado en el desarrollo de estosvalores a partir del contenido originario de su timo indoeuropeo (*pet-: volar; cf. gr.pe@tomai) se trata en Unceta 2002.

    5 As se observa, por ejemplo, en la raz *prek-, entre cuyos avatares encontramos formasque relacionan las nociones de preguntar y solicitar (cf. Ernout y Meillet, s.u. posco;Benveniste 1969, vol. II, p. 158; LIV, s.u.). Algo similar sucede en el propio latn, donde fren-te a *prex plegaria y su denominativo precari, fuertemente especializados en el mbito reli-gioso, poscere exigir puede actualizar un contenido inquisitivo (cf. Verg., Aen. I 414; tn-gase en cuenta tambin al. Frage, etimolgicamente emparentado). Idntica polisemia es laque manifiesta el verbo gr. lssomai, que recubre el mbito nocional de la suplica, peroque tambin permite empleos con el significado preguntar (Bologna 1977, p. 165, conejemplos homricos). Garca-Ramn 1993, por su parte, ha abogado por la comunidad etimo-lgica entre jn. dzhmai, jn.-t. zhte@w buscary vd. ya# , av. ya# pedir, procedentes de ie.*ieh2-. Reencontraremos inmediatamente esta comunidad nocional al abordar el origen eti-molgico de quaerere. Parece, por tanto, que el latn no hace sino continuar patrones muy an-tiguos que, por lo dems, se perpetuarn en su evolucin a las lenguas romances.

    significantes respectivos las abocarn a continuos deslizamientos de esasustancia lxica.

    Si se ha de destacar uno de dichos rasgos compartidos, ste ha de ser sucarcter volitivo, pues todas estas acciones involucran el empeo de suagente en la consecucin de un determinado propsito. El contenido tratarde obtener arquetipo no resultativo, tanto por su contenido intencional,como por su carcter genrico supone, pues, un ncleo significativo queproyecta gran variedad de concreciones y resulta ser el eje sobre el que orbi-ta toda una constelacin de ideas afines, que establecen entre s una tupidared de interferencias. En este sentido, las difanas polisemias que manifies-tan algunos lexemas latinos nos ayudan a individuar nudos de esta red. En elcaso de petere, por ejemplo, aparecen agrupados los contenidos pedir ybuscar4; as mismo, rogare desarrollar una acepcin secundaria, pedir,a partir de la que sin duda fue la primaria: preguntar; mientras que quae-rere combina los valores bsicos de buscar y preguntar. De hecho, el deesta lengua no es un caso aislado, y los fenmenos de acumulacin semasio-lgica referidos encontrarn plasmaciones en otras muchas del mbito indo-europeo, en una horquilla temporal muy amplia, que llega hasta nuestrosdas, pero que resulta sensible desde pocas prehistricas5.

    En este trabajo, intentaremos dar cuenta de algunas de estas interfe-rencias, a partir de los rasgos fundamentales que caracterizan la afinidad

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  • 6 Szmernyi 1960, pp. 232-238.7 Cf. snscr. icchti (busca, desea), av. isaiti (busco, deseo), a. ingl. asciam (pre-

    guntar), a. sajn escon, escian (pedir), a. a. a. eiscon (que rene los tres valores: buscar,preguntar, pedir), esl. iskati (buscar), lit. iekti (buscar). En el mbito itlico, eiscu-rent es una formacin que transmiten en dos ocasiones las Tablas Iguvinas [vb 10 y 15].

    8 Ernout y Meillet (s.u.) recuerdan la forma quairo de CIL I2 11.9 Tal y como se muestra en *ko-emo como, *ko-ago cogo, *ko-epi coepi, *ko-

    op- copia, etc. El resultado, por lo dems, es el esperable ante vocal larga, donde semantiene el hiato (cf. coemi, coegi, coactus), salvo que sea del mismo timbre (como en co-ram *co[m]-ore).

    10 La forma coagulum, por ejemplo, convivi con quaglum, quaglare, origen este l-timo de fr. cailler, it. quagliare, esp. cuajar. De igual modo, una inscripcin (CIL XI4127) ofrece la forma inquata (inco[h]ata).

    existente entre ciertos contenidos nocionales que, en un primer momento,podran ser sentidos como distantes. Para ello, el ltimo de los lexemasmencionados nos servir de hilo conductor.

    II. QUAERO y su familia lxica

    El cuadro que presentan quaero y su grupo lexemtico constituye quizel ms ilustrativo de la gran afinidad que guardan entre s las nociones quenos disponemos a abordar, por la sencilla razn de que, examinada en suconjunto, dicha familia lxica nos ofrece la representacin de todas ellas.

    Pese a que para Ernout y Meillet (s.u.) el origen de esta formacin(como el de la mayora de verbos con diptongo --) sea desconocido,Szmernyi formul una etimologa comnmente aceptada. Su plantea-miento es el siguiente6. Se suele reconstruir una raz indoeuropea (*ais-;LIV *h2eis-), con gran representacin en todos los dominios, cuyos conte-nidos significativos son anlogos a los de quaero7. No hay duda, por otrolado, de que la raz originaria de este verbo era *quais-8, idntica, pues,salvo por el formante inicial, a la del resto de lenguas. Para explicar la di-ferencia, dicho elemento es interpretado por Szmernyi como *kw-, alo-morfo de com- ante vocal9: *ko-ais-. De manera natural, su pronunciacinse habra ido transformando en *kuais-, quais-, desarrollo bien documen-tado en el latn histrico10. As las cosas, quedara por explicar la ausen-cia del formante de presente -sk-, pues, como invitan a pensar el resto de

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  • 11 Para Ernout y Meillet, existira un supletivismo entre los paradigmas de la base y elderivado; as quaesiui sera la forma de perfecto de quaeso (cf. capesso capessiui), a laque corresponde quaesitum, de empleo general en los compuestos de quaero (acquisitum,anquisitum, conquisitum, etc.). Sobre ambas formas de supino (quaesitum y quaestum), sehabran formado dobletes paralelos, algunos de los cuales muestran una clara distribucinsemntica (cf. quaestor y quaesitor). Mignot 1969, p. 75, por su parte, hace notar la exis-tencia de un reducido grupo de verbos con semantismo desiderativo (petere, quaerere,cupere con formas en -- incluso en el infectum y el supino procitum) que ofrecen unperfecto en -iui y el adjetivo verbal correspondiente en -itus, como si de una tendencia ala codificacin gramatical de esta nocin se tratara.

    12 Sobre la expresin del grado conativo, cf. Garca-Hernndez 1980, pp. 91 s.

    las formas (cf. n. 7), el antiguo paradigma de *ais- tendra un presente (engrado ) *is-sk-o, equiparable al de posco, y un aoristo *ais-s-. El verborecin mencionado puede ofrecer la solucin, pues el latn (al igual que elsnscrito) extiende en l el tema de presente a todo el paradigma (popos-ci) mientras que, en la raz que nos ocupa, es el tema de aoristo el que sehace extensivo, con lo que llegamos finalmente a las formas documenta-das: quaero / quaesiui ( *quaessi, correspondiente a quaestum11). Un su-gerente punto de partida, sin duda.

    Centrados ya en los datos latinos, encontramos en quaerere, si biencon escasa representacin, un contenido semntico bsico de carcter de-cididamente no-resultativo (pretender):

    [id] quaerunt, id uolunt, haec ut infecta faciant. (Plaut., Cas. 828.) Eso pretenden, eso quieren, echarlo todo a perder.

    Buena cuenta de ese valor da su capacidad para servir de base a la crea-cin de perfrasis de tipo conativo12, en paralelo a auxiliares como ado-rior, conor y nitor, o los sufijos reiterativos -to (-so), -ito, e igualmenteequiparable a los herederos modernos de circare verbo que reemplazparcialmente a quaerere en su valor de buscar, que tambin sirven debase para la creacin de expresiones perifrsticas conativas (tratar de)en francs (chercher ) e italiano (cercare di):

    cum sibi quod cupiant ipsi contingere quaerunt, / nec reperire (...) possunt (...) (Lucr., IV 1118-1119.) Intentan alcanzar aquello que desean, y no son capaces de conseguirlo.

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  • 13 Cf. Domnguez 1995, p. 60: Existe una estrecha afinidad entre las acciones deatencin perceptiva y bsqueda, de un lado, y las de percepcin y encuentro, por otro, encuanto que, aparte de compartir la misma naturaleza aspectual secuencial (no-resultativas-- resultativas), la percepcin constituye un componente bsico tanto en la bsqueda (o enel examen) como en el encuentro. Pinsese tambin en ing. to look (for).

    14 Cf. Garca-Hernndez 1976, pp. 117 s. y n. 1; suyos son los ejemplos que siguen. Laestrecha relacin entre las nociones de ver y conocer, por lo dems, recibe en griegoy latn plasmaciones lxicas frecuentemente invocadas por afectar a su paradigma verbal.Vase en Garca-Hernndez 1976, p. 36, la elucidacin lexemtica del fenmeno. Tal de-sarrollo, desde un contenido sensorial a otro ms abstracto o menos directamente experi-mentable, de actividad mental, es entendido por la orientacin cognitiva de la semnticacomo reflejo de la metfora la mente como cuerpo, esto es, como producto de nuestrossistemas de organizacin y gestin de conocimiento, que encuentra uno de sus mecanismosms elementales en la conceptualizacin de contenidos abstractos en trminos de nuestraexperiencia corprea. Vase al respecto Sweetser 1990, pp. 23 ss., en particular pp. 32-34.

    Ese contenido genrico podr obtener plasmaciones concretas en dosde los mbitos nocionales a los que previamente hemos hecho referencia.Si se destaca un componente perceptivo visual, segn se explicita en el si-guiente caso:

    fratrem meum (...) oculis quaerebant, uoce poscebant. (Cic., Sest. 76.)Buscaban con la vista a mi hermano, lo reclamaban a voces.

    nos hallamos ante la actualizacin del contenido buscar13, nocin staen la que quaero resulta funcionar como lexema genrico o archilexema(quaero -- inuenio, reperio):

    (...) si acum, credo, quaereres, / acum inuenisses, (...) iam diu (Plaut.,Men. 238-239.)Si fuera una aguja lo que buscaras, hace ya tiempo, me parece, que lahabras encontrado.

    La primaca de ese componente perceptivo permite, adems, desliza-mientos de los verbos de ver, hacia la relacin intrasubjetiva recin ejem-plificada, segn las siguientes secuencias14:

    circumspicio -- reperio (miro -- encuentro).circumspice omnia membra rei publicae (...); nullum reperies (...)(Cic., Fam. V 13,3.)

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  • 15 Cf. Fest. p. 247: parricidi quaestores appellabantur, qui solebant creari causa re-rum capitalium quaerendarum. El cargo, segn transmite Pomponio (Dig. I 2, 2, 23), es-tara ya en vigor en poca de las leyes de las XII Tablas: quaestores (...) qui capitalibus rebus praeessent (...) appellabantur quaestores parricidii quorum etiam meminit Lex XII tabularum (Lex XII tab. XI 4). De manera secundaria, adoptaran adems funcionesadministrativas (quaestores paricidi et aerari), como encargados del tesoro pblico; cf.Benveniste 1969, vol. II, pp. 153 ss.

    16 Del mismo modo, quaesitor, en principio tambin juez de instruccin, pasa a tra-ducir, en la lengua filosfica de baja poca, el gr. skeptikj (ibid.). Sobre quaestio en elsentido de problema, cuestin que se trata de aclarar, uid. Garca Jurado 2004, p. 205.

    Observa con atencin todos los elementos del Estado; no hallarsnada.

    quaero -- uideo (busco -- veo).(...) dum illum quaero, a uilla mercennarium / uidi (...) (Ter., Ad. 541-542.) Al ir a buscarlo, he visto a un jornalero de la finca.

    No es extrao, por tanto, que, en los casos en los que el acicate de labsqueda se oriente a la consecucin de unos conocimientos, sta puedamodelarse como investigacin, indagacin intelectual. Los quaestores re-sultan ser los magistrados encargados de la investigacin criminal15. Y, enconsonancia con ello, quaestio adoptar en el lenguaje tcnico jurdico elsentido de interrogatorio, mientras que, en el propio de la filosofa, ser-vir como calco del griego zthsij, zthma cuestin filosfica16. Aligual que la bsqueda, la investigacin orienta su desarrollo al logro de unhallazgo, de un descubrimiento. La segunda, sin embargo, a diferencia dela primera, posee una finalidad secundaria adicional, la de conseguir acre-centar un conocimiento:

    quamcumque partem rerum humanarum diuinarumque comprenderis,ingenti copia quaerendorum ac discendorum fatigaberis. (Sen., Epist.LXXXVIII 35.) Cualquiera que sea la parte de las cuestiones humanas o divinas queabordes, te vers sobrepasado por una gran cantidad de asuntos que in-vestigar y aprender.

    El valor intencional se traduce as en un acto del entendimiento que tien-de al conocimiento. En consecuencia, trasladando la preeminencia al mbi-

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  • 17 Si por su componente de consecucin-adquisicin la bsqueda se relaciona con lapeticin (como el encuentro con la obtencin mediante peticin), por su cara perceptiva serelaciona con la accin de preguntar. El acercamiento a la nocin de bsqueda es talvez mayor en el caso de los verbos de preguntar, que expresan una indagacin o inqui-sicin de naturaleza verbal, la solicitud verbal de una informacin (transmitida verbal-mente) que culmina en la obtencin de la misma, en una percepcin intelectiva o saber(Domnguez 1995, p. 100).

    18 Tesnire 1994, p. 237.19 As lo explcita Festo, p. 312: quaeso, ut significat idem quod rogo, ita quaesere po-

    nitur ab antiquis pro quaerere, ut est apud Ennium (...) in Cresphonte (120): ducit meuxorem liberorum sibi quaesendum gratia; et in Andromeda (97): liberum quaesendumcausa familiae matrem tuae.

    20 El ejemplo pone de manifiesto adems la ecuacin que se establece en latn entrepreguntar y pedir que se diga, sobre la cual cf. infra 3 y nn. 31 y 35.

    to sensorial auditivo, el valor que resulte pertinente ser el de informarse,preguntar17. Tal trasvase significativo se comprende plenamente si consi-deramos esta ltima accin, en trminos de Tesnire18, como una actitud in-telectual, la bsqueda de un conocimiento, de las razones concretas de algoque se desconoce y que se piensa que otro puede poseer. En esta acepcin,quaerere funciona como sinnimo de rogare19, segn se observa en la rela-cin intersubjetiva con el complementario especfico de esta nocin, respon-dere, o el archilexema que lo engloba, dicere, de donde su adscripcin alconjunto de verbos de actos de habla (rogo .- dicis, respondis):

    roges me qualem naturam deorum esse dicam: nihil fortasse respon-deam; quaeras putemne talem esse qualis modo a te sit exposita: nihildicam mihi uidere minus. (Cic., Nat. Deor. I 57.) 20

    Si me pidieras que dijese cul es la naturaleza de los dioses, posiblemen-te no respondera nada; si me preguntaras si considero que es tal y comot la has expuesto, dira que no hay nada que me lo parezca menos.

    Dada la proporcionalidad de ambos procesos, el latn, permitir quelos verbos de encontrar funcionen como trmino complementario tan-to de la bsqueda propiamente dicha, como de la inquisicin verbal(cf. Domnguez 1995, p. 101):

    quaero, rogo -- inuenio, reperio (preguntar -- averiguar, enterarse).quibus in locis sit Caesar ex captiuis quaerunt; profectum longius re-

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  • 21 ste designa la forma de obtener una ganancia y, por relacin semasiolgica me-tonmica, la ganancia misma; a menudo asociado, por tanto, a lucrum y alterno desumptus; cf. Ernout y Meillet (s.u.), donde se citan como ejemplos Cic., Tusc. V 9 y Verr.II 3,106.

    22 Cf. Benveniste 1969, vol. II, p. 160.23 Por cuanto la telicidad suele implicar un cierto agotamiento de la accin que

    llega a su consumacin.

    periunt omnemque exercitum discessisse cognoscunt. (Caes., Gall. VI35,7.)Preguntan a los prisioneros en qu lugar se encuentra Csar; averiguanque se ha retirado muy lejos; se enteran de que todo el ejrcito se haalejado.

    Sin embargo, entre las nociones de bsqueda y pregunta, ascomo entre las de bsqueda y peticin, existe una diferencia funda-mental: la accin de bsqueda se encuadra, bsicamente, dentro de unproceso intrasubjetivo secuencial: entre la bsqueda y el encuentro que-da excluida la donacin o cualquier otra forma de transmisin de una po-sesin o un saber (Domnguez 1995, p. 100).

    Ahora bien, junto a la predominancia del aspecto no-resultativo en estosvalores, no resultar excepcional encontrarlo adoptando un valor de signoopuesto, en una acepcin que lo aproxima mucho a sus modificados acqui-ro, conquiro y al derivado quaestus21. Lo vemos en las expresiones quaere-re uictum (procurarse el sustento, ganarse la vida), quaerere rem (enri-quecerse22) y en contextos como los que ilustran los siguientes versos:

    conserua, quaere, parce, fac quam plurumum / illis relinquas (...) (Ter.,Ad. 813-814.)Guarda, atesora, ahorra, procura dejarles lo mximo posible.

    uos saltem si quid quaeritis, exbibitis et comestis. (Plaut., Truc. 156.)Vosotras, en cambio, si ganis algo, os lo bebis y os lo comis.

    El contenido aspectual de tipo resultativo se ve favorecido en este casopor la dilacin del proceso, por su carcter no-puntual o, si se prefiere, porel valor progresivo que le es inherente, que no resulta atlico en ltimainstancia23, pero cuyos objetivos pueden siempre colocarse ms all o re-

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  • 24 La plebe industriosa, que se afana desde su infancia, bien lo sabe; cf. Veyne 2001,p. xxvi y n. 93, quien advierte sobre la posibilidad de que la expresin quaesiui semper,cessaui perdere nunquam (en trminos casi idnticos en CIL V 2986 y 6842) tuviera mar-cado carcter proverbial.

    25 Szemernyi 1960, p. 238.26 Con todo, en la expresin liberum (-orum) quaesundum (-orum) causa (gratia), fr-

    mula con la que el derecho romano ms antiguo defina la funcin primordial del matri-monio (para engendrar hijos legtimos), quaeso podra ser interpretado, tal y como haceBenveniste 1969, vol. I, pp. 324 ss., como expresin de valor resultativo. No obstante, se-gn advierten Ernout y Meillet, en estos casos podramos hallarnos ante la confusin delos paradigmas de quaero y quaeso (cf. Fest. p. 312, cit. supra, n. 19).

    27 No se acierta a comprender bien las razones que llevan a Benveniste 1969, vol. II,p. 157, a glosarlo como un frecuentativo: demander avec insistance.

    petirse indefinidamente. De tal modo, llega a funcionar en ocasionescomo trmino alterno de perdere24.

    Junto a los precedentes, el derivado quaeso completa el panorama conel significado pedir. En su origen podra interpretarse, como hacen Er-nout y Meillet, una formacin desiderativa (similar a capesso, facesso, la-cesso, expetesso), o bien un aoristo de subjuntivo del tipo de faxo (*ko-ais-s-o), segn prefiere Szemernyi25. Pero, en cualquier caso, su significadocomparte con la mayora de los ya tratados el valor aspectual de clase no-resultativa26:

    mirumst me ut redeam te opere tanto quaesere. (Plaut., Bacch. 179.) Me sorprende que insistas tanto en que vuelva.

    Con el significado pedir27, se documenta desde poca arcaica, sibien ya entonces parece un arcasmo de los que gusta conservar el lengua-je de la tcnica sagrada (cf. Hofmann 1958, p. 190):

    Mars pater, te precor quaesoque uti sies uolens propitius mihi domofamiliaeque nostrae. (Cato, Agr. CXLI 2.)Padre Marte, te pido y solicito que seas benvolo y propicio conmigo,con mi hogar y con mi familia.

    Fuera de l, su comportamiento, restringido casi por completo a em-pleos absolutos en posicin parenttica, delata su transformacin en una

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  • 28 De su carcter idiomtico da buena cuenta el predominio de la forma de 1a pers.sing. del presente de indicativo, a excepcin de quaesumus (Cic., Leg. I 6); cf. Pinkster1995, p. 265 y n. 57. Por otro lado, dada la preferencia que por ella muestran los persona-jes masculinos de la comedia arcaica, entra en clara distribucin con amabo, partcula pro-pia del lenguaje de las mujeres. Sobre algunos rasgos de su empleo en las comedias teren-cianas, vase Carney 1964.

    29 De igual modo, el resultado italiano de quaerere, chiedere (con disimilacin r - r d - r; cf. DELI, s.u.), recibe actualizaciones con el significado preguntar en construccio-nes como chiedere di qualcuno.

    30 Tambin ocurre as en rumano (a ntreba ~ a cere); cf. Coseriu 1977, p. 154, paraquien el desarrollo semntico que se observa en los verbos francs e italiano estara refle-jando la influencia del griego sobre el latn vulgar.

    mera partcula, esto es, su delexicalizacin28. Con esta nueva naturaleza,quaeso puede ser interpretado como indicador formulario de cortesa lin-gstica, funcin en la que se equipara a nuestro marcador discursivo porfavor, tanto en combinacin con oraciones imperativas como interrogati-vas, sobre todo en preguntas irritadas:

    quaeso hercle noli, Saurea, mea caussa hunc uerberare. (Plaut., Asin.417.)Por favor, Saurea, en el nombre de Hrcules, no golpees a ste por miculpa.

    (...) quid facitis, quaeso? (...) (Plaut., Curc. 315.)Decidme, qu hacis?

    Recapitulando, se observa en el par quaero ~ quaeso una distribucinlxica de las nociones de pregunta y peticin; ambas, frente al valorde bsqueda que puede actualizar el primero de ellos, remiten clara-mente a actos verbales.

    III. La analoga entre peticin y pregunta

    A diferencia del francs demander y el italiano domandare29, otraslenguas romnicas, como el espaol, disocian en su lxico los contenidospreguntar y pedir30, de manera similar a la del par lxico quaero ~

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  • 31 La proporcionalidad pido .- das :: pregunto .- respondes (pido una infor-macin .- das la informacin) provoca combinaciones sintagmticas como Le pedayuda y respondi al momento, en las que, evidentemente, la actuacin desencadenadapor la solicitud no es de tipo verbal. En lenguas como el ingls esta proporcionalidad haterminado por afianzarse en el sistema: condicionado por la polisemia de ask (for), el tr-mino complementario de preguntar ocupa esta misma posicin con respecto a pedir(cf. answered prayers, plegarias atendidas). El latn, como el italiano (esaudire), privile-gia en este caso el componente auditivo (cf. auditas preces, Liu. I 12, 7).

    32 Bodelot 1987, pp. 26 ss., reconoce el contenido /deseo de saber/ como rasgo semn-tico comn a uerba interrogandi e inuestigandi. El valor inquisitivo es tambin sensibleen muchos de los empleos de la amalgama incoativo-reiterativa scitor (derivado de scitus)o sciscito(-r), formacin creada a partir del tema de presente y preferida por la prosa cl-sica (Ernout y Meillet, s.u. scio).

    quaeso, recin tratado. Con todo, ya el propio latn nos ofrece la combi-nacin de ambas nociones en el seno de un nico lexema: rogare. Las ra-zones para esta tensin entre la disgregacin y la unificacin lxica deambos conceptos son muchas. Expondremos solo algunas.

    Sin duda ya se ha sealado, por estar englobadas en el aspecto no-resultativo de la consecucin (provocar una reaccin en el interlocutor,bien sea esta de tipo oral o actuativo31, pero que permita una adquisicin)o, dicho de otro modo, por constituir plasmaciones concretas del conceptogenrico de tratar de obtener, las interferencias entre estos contenidos no-cionales (as como con el valor intencional intrnseco a la bsqueda conrespecto a encontrar) estn aseguradas, y sus expresiones lxicas canni-cas pueden quedar identificadas en determinadas circunstancias:

    quod quispiam ignem quaerat, exstingui uolo, / ne caussae quid sitquod te quisquam quaeritet. (...) tum aquam aufugisse dicito, si quispetet. (Plaut., Aul. 91-94.) Por si alguien viene buscando fuego, quiero que lo apagues, para queas no haya motivo para que nadie ande preguntando (...); y si alguienpide agua, di que se ha escapado.

    Al igual que la bsqueda en sentido intelectivo y la investigacin,la interrogacin resulta consecuencia directa de una curiosidad intelec-tual o, sencillamente, de un deseo de saber. De tal modo, la expresinperifrstica de esta ltima idea32 puede tener, en el plano sintagmtico, losmismos efectos que una expresin realizativa de interrogacin:

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  • 33 La estructura aueo + infinitivo de audio, scio o similares, muy representada en elepistolario ciceroniano, es, segn seala Gratwick 1972, p. 392, n. 1, al menos por lo quea este autor concierne, notoriamente coloquial.

    34 De hecho, es muy posible que la ligazn entre ambas influyera decisivamente en eldesarrollo semasiolgico que encontramos en rogare (preguntar + pedir); los detallesen Unceta 2005.

    35 La diferencia que existe entre una pregunta y una peticin de accin no est fun-dada en distinciones de naturaleza gramatical, [...]. En realidad, ambas clases no son radi-calmente distintas, ya que una peticin de informacin no es, en el fondo, ms que unaclase particular de peticin de accin, restringida, en este caso, a una accin de tipo ver-bal (Escandell Vidal 1999, p. 3.976).

    36 As, Donato emplea frecuentemente en su Ars oratoria el imperativo de dare confuncin inquisitiva (da declinationem uerbi actiui). Cf. al respecto Flobert 2002, p. 120.El trabajo profundiza en el empleo de la pregunta como estrategia didctica en los manua-les latinos.

    quid agas et ut te oblectes scire cupio. (Cic., Ad Q. fr. II 3,7.) Deseo saber qu haces y cmo te distraes.

    scire igitur aueo33 quomodo res se habeat. (Cic., Att. XIII 35,2.)Tengo muchsimas ganas de saber de qu manera se desarrolla el asunto.

    quaero igitur uester deus primum ubi habitet. (Cic., Nat. deor. I 104.) As pues, os pregunto en primer lugar dnde habita vuestro dios.

    Entendidas, en un nivel superior de anlisis lingstico, como conteni-dos ilocutivos en sentido searleano, las categoras de peticin y pre-gunta se revelan igualmente prximas34, hasta el punto de permitir con-cebir la segunda como subcategora de la primera35. Desde el punto devista enunciativo, adems, las expresiones sintagmticas de peticin pue-den ser empleadas para la formulacin de preguntas36, mientras que eltipo oracional interrogativo es un mecanismo expresivo recurrente para laformulacin de actos de habla directivos y, en concreto, de peticiones (cf.Risselada 1993, pp. 187-231).

    Por todo ello, determinados entornos sintagmticos favorecern la apari-cin de un llamativo efecto contextual, a travs del cual el valor inquisitivopresente tanto en quaero como en la mayor parte de sus modificados (exqui-ro, inquiro, requiro...) se solapa con un contenido ms prximo a la nocinde peticin. Junto al peculiar funcionamiento del derivado quaeso en este

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  • 37 El valor de accin complementaria sucesiva que, con respecto a la base, aporta elpreverbio re- en estos casos (cf. Garca-Hernndez 1980, p. 196) establece una especial re-lacin con los representantes de la esfera coactiva del campo de la peticin, lo que acer-ca mucho tanto a requerir, como a su homlogo italiano, rivolere (Rivologo la mia liber-t! Rivolgo i libri che ti ho prestato!) a la nocin de exigencia o reclamacin.

    campo lxico, al que nos referamos en 2, y a ejemplos como el de Plauto(Aul. 91-94), recin reproducido, es necesario sealar adems la disposicindel archilexema de la bsqueda para la expresin de un aspecto de la mo-dalidad dentica. Tal contenido se muestra de manera particularmente claraen una construccin, especfica de la esfera coactiva del campo onomasio-lgico verbal de pedir, en la que un sujeto de clase inanimado reivindicasus necesidades intrnsecas, impuestas por su propia naturaleza. En estos ca-sos, la reduccin del esquema argumental, implicada por tal concepcin delos seres inanimados como agentes de una reclamacin, permite expresar, demanera metafrica, la indispensabilidad del cumplimiento de ciertos hechoscomo requisito para la verificacin de otros nuevos:

    idoneus locus eligendus, ubi facias salictum (...) sic alia quae humi-dum locum quaerunt. (Varro, Rust. I 23, 4-5.)Hay que elegir el lugar adecuado para disponer el sauce y otras plan-tas que requieren un suelo hmedo.

    (...) magnamque res diligentiam requirebat. (Caes., Gall. VI 34, 3.)Y el asunto exiga una gran atencin.

    Algo no muy diferente de lo que encontramos en espaol requerir,que, como el resultado de la base, querer, admite sin problemas estetipo de empleos (la situacin requiere una intervencin inmediata), lo que pone de manifiesto nuevamente la contigidad existente entre las nociones de necesidad, volicin, intencionalidad y solici-tud37.

    IV. El componente intencional y volitivo.

    Si volvemos a tomar como punto de partida los resultados romances,con el de quaerere en espaol la estrecha comunidad nocional salta a la

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  • 38 La desaparicin de uelle se deja sentir incluso en las voces pronominales en las queaparece como elemento de composicin (qualquier[a], doquiera, cuandoquiera, como-quiera, a excepcin de sivuelqual y sivuelquando, exclusivas de Berceo), en el adverbio si-quiera y en la conjuncin quier, calco del latn uel (DCECH, s.u.). En cataln, por el con-trario, querre o querir terminan por desaparecer ante la concurrencia de sinnimos comodemandar, cercar, desitjar y, sobre todo, voler. Pese a que se documenta con cierta fre-cuencia, como refuerzo, combinado con este ltimo (ta amistat que yo no vull ne quir,Amic e Melis, NCl. XLVIII, 133,1), parece ya en desuso hacia el siglo xv (DECLC, s.u.).

    39 Pueden verse adems Plin., Epist. VI 2,1; Sen., Epist. XCI 12; Tib. II 3,25-26; Prop.I 17,15-18; Ou., Fast. VI 667; Met. II 237-239.

    vista. Segn plantea Lapesa 1981, p. 88, se podra encontrar aqu una delas evidencias de lo que este autor considera uno de los principales rasgosconstitutivos del espaol, su conservadurismo, pues el verbo querer esta-ra manteniendo vestigios del valor desiderativo de su timo, presente, porejemplo, en las comedias terencianas. En este valor, habra sido sustitui-do por uelle y otros verbos afines desde poca temprana, por lo que quae-rere se habra especializado en el significado de buscar. El resultadodel castellano (tambin el del portugus y el de parte del sardo; cf.DCECH, s.u.), por tanto, podra ser visto como un desagravio de este ver-bo, al volver a ocupar el puesto usurpado38. En realidad, el desarrollo pa-rece haber sido ms complejo.

    En un trabajo muy completo de 1976, . Fridh abord el anlisis delcambio semntico de este verbo. Se ofrece all, en primer lugar, un ex-haustivo inventario de los contextos que, en latn tardo, hacen pensar enuna evolucin de quaerere como sinnimo de lugere, dolere, plangere,deplorare, etc. El nuevo significado, glosado all como vermissen, be-trauern (echar de menos, lamentar) podra ser resultado de la influen-cia de ciertos cultos (Isis, Demter...), en los que las ideas de bsqueda ylamento aparecan combinadas en rituales dramatizados de bsquedasluctuosas. Con todo, Fridh se esfuerza en hacer ver que ya antes es posi-ble reconocer en este verbo el matiz restringido de frustra quaerere, en elque funciona como sinnimo de requirere o desiderare. Entre los muchosejemplos citados39 por este autor, encontramos el siguiente:

    aliquid huiusmodi licebit inferre: hic ego uirtutem uestram quaero,sapientiam desidero, ueterem consuetudinem requiro. (Rhet. Her. IV37, 49.)

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  • 40 Los grafitos pompeyanos ilustran ya esta evolucin para el verbo que nos ocupa(querite por quaerite; cf. Vnnen 1966, p. 18).

    41 Plangere rum. plnge, it. piangere, fr. plaindre; lamentare it. lamentare, fr. la-menter, esp. y port. lamentar, entre otros (ibid., p. 160).

    42 Rum. cere, it. chiedere (cf. n. 29), ant. fr. querre ( qurir, con cambio de conju-gacin), port. y esp. querer. El DCECH (s.u.) no vacila en hacer remontar este notablecambio semntico [scil. procurar, buscar querer] hasta el latn vulgar (ejs. ibid.,p. 720, n. 3), si bien reconoce que no parece que llegara a emplearse por entonces comosinnimo de uelle. Sobre el origen del significado afectivo amar, vase Coseriu 1977,pp. 161-163, quien rebate la opinin del primero.

    Se podr aadir algo de este talante: yo aqu espero de vosotros hon-radez, anhelo sabidura, invoco la antigua costumbre.

    Desde aqu, el paso a echar de menos, aorar, e incluso llorar la pr-dida resultara bien sencillo. Ahora bien, aunque todas estas nociones sonmuy cercanas, en ocasiones puede ser un tanto arriesgado hablar de un autntico cambio semntico (Bedeutungswandel), ms all de la mera actua-lizacin contextual. De hecho, tal y como hizo ver poco despus E. Pulgram1979, en este caso es necesario tener en cuenta argumentos de tipo fonticoy morfolgico. La progresiva desaparicin de la conjugacin deponente, uni-da a la simplificacin del diptongo -- ( -e- /e/)40 terminaran por provo-car, en el latn hablado, una amalgama morfolgica, fonolgica y semnticaentre dos verbos cercanos: quaerere y queri. As, algunos de los ejemplosempleados por Fridh para ilustrar la evolucin semasiolgica que defiendeseran en realidad casos de hipercorreccin de lo que en origen habra consti-tuido parte del paradigma de queri, suplantado este ltimo por lexemas sin-nimos en el paso a las lenguas romances41, mientras que en los herederos dequaerere se verificaran los valores de querer, preguntar, pedir42.

    Con independencia de lo que realmente ocurriera, no cabe duda deque el contenido intencional orientado a la consecucin de un fin, la esen-cia volitiva (cf. 1) que precisa la naturaleza clasemtica de quaero comoverbo eminente de bsqueda establece nuevos contextos proclives a laidentificacin y la sinonimia, en esta ocasin con la volicin por antono-masia, uelle:

    sed quid uenis? quid quaeritas? Demaenetum uolebam. (Plaut.,Asin. 392.)Pero a qu vienes? Qu andas buscando? Quera ver a Demneto.

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  • 43 Sobre ellas, cf. Serbat 1975, Garca-Hernndez 1978, Mellet 1989, as como el tra-bajo de Coseriu Sobre el futuro romance, en Coseriu 1977, pp. 15-39.

    44 Pinsese en la construccin ire + supino, pronto incluida en el paradigma verbalcomo infinitivo futuro, o en eo, uado + infinitivo, ms populares y continuadas en variaslenguas romances (andare, aller, ir) en fuerte concurrencia con el futuro sinttico. La con-ceptualizacin de las fases de un proceso en trminos de un movimiento resulta una me-tfora muy difundida (cf. Di Meola 2003). Dada la referencia exofrica de tipo decticoque albergan estos verbos, si cambiamos el punto de vista, el mismo esquema conceptualse aprovecha para la expresin del pasado, como en francs je viens de...

    sed uideo eccos quod uolebam (...) (Ter., Haut. 256.) Pero si aqu veo a los que quera.

    saluos sum, eccum quem quaerebam (...) (Plaut., Curc. 610.) Menos mal!, aqu est el tipo al que buscaba.

    Y es que, en tanto que no actualizada, una accin en grado conativo,por ms dinmica que sea, resulta indefectiblemente prospectiva y sucumplimiento proyectado hacia el futuro. De ah su inclusin en la sub-clase ingresiva del aspecto no-resultativo y sus concomitancias con estetiempo43.

    V. Derivaciones hacia valores temporales

    Volicin, modalidad y futuridad son nociones que frecuentemente seacomunan bajo los mismos significantes lxicos o morfemticos, tantodesde el punto de vista diacrnico, como en sincrona. En multitud de len-guas, determinadas expresiones analticas con tendencia a la sntesis pue-den llegar a desarrollar, desde una orientacin bsica de tipo modal o as-pectivo, un valor temporal de futuridad. En latn, junto a construccionesque involucran un contenido de movimiento44, la expresin perifrstica delaspecto ingresivo se nutre esencialmente de verbos modales cuyos conte-nidos de deseo, volicin y obligacin se engloban claramente enaquel, por cuanto representa, adems del comienzo de la accin por opo-sicin al desarrollo ulterior, la disposicin previa del sujeto a emprender-la (Garca Hernndez 1978, p. 542). Y, adems de la obligacin45, el con-

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  • 45 Adjetivos verbales en -urus, -ndus o la perfrasis debeo + inf., conservada en lugo-dors; cf. ingls shall.

    46 La confluencia fontica entre habeo ~ aueo (equiparable por lo dems a la que vea-mos entre los paradigmas de quaero ~ queri) pudo provocar, segn defiende Gratwick 1972,que la construccin /beo/ + inf. agrupara los valores modales de obligacin y volicin; ellohabra creado las condiciones necesarias para su uso como expresin de futuridad.

    47 Es terrible la aventura que agora quiere sucederme (Cervantes, Quijote II, cap. xvii).

    tenido volitivo46 manifiesta tendencia, desde poca arcaica, a ser usadocomo auxiliar de futuro (cf. Mesa Sanz 1998, p. 64):

    prius ipse mecum etiam uolo hic meditari. sic hoc proloquar. (Plaut.,Amph. 202.)Pero antes quiero prepararlo aqu a solas. As voy a hablar.

    Pese a que el giro se haya conservado nicamente en rumano (vrea),es perfectamente equiparable al auxiliar ingls will ( a. ing. willan) y re-conocible tambin en la construccin castellana equivalente: el giro quie-ro + inf., muy usado en poca medieval, aunque en retroceso desde pocaclsica47, se mantiene a da de hoy en expresiones como quiere llover, enlas que el verbo expresa el valor de estar prxima a ser o verificarse unacosa (DRAE). Ello no constituye sino la perpetuacin del valor genricono-resultativo de tipo conativo, intencional, que mostraba la base en lamayor parte de sus usos desde sus testimonios ms arcaicos.

    * * *

    Las consideraciones, heterogneas y basadas en la confrontacin dedistintos niveles de anlisis, que aqu se han presentado no hacen sinoconstatar la manera en que la lengua latina refuerza la impresin de ana-loga existente entre las nociones de peticin y pregunta, y entre es-tas y el contenido intencional inherente a la bsqueda.

    Las combinaciones binarias que instauran con estos valores semnti-cos las polisemias de algunos lexemas facilitan al lexiclogo la intuicininicial acerca de esta conexin. Y, para abordarla, parece que lo ms indi-cado es un anlisis combinado que adopte como punto de partida una p-tica onomasiolgica (el conjunto de expresiones lxicas que reciben de-

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  • 48 Al respecto, resulta fundamental la consulta de Di Cesare 1987.

    terminados contenidos semnticos nocionalmente emparentados porconstituir plasmaciones diferentes de un contenido volitivo bsico), peroque se articule y tome cuerpo a travs de un hilo conductor semasiolgi-co (el de quaero y su grupo lexemtico, que ofrece la representacin detodos esos contenidos).

    Esta forma de cotejo, segn hemos comprobado, consiente afrontar almismo tiempo tanto la polisemia de un lexema como las motivaciones queexisten para ella. Y es que, sin llegar a los extremos de algunas propuestasrecientes, es posible atisbar una cierta organizacin en las tramas semnti-cas que constituyen los significados de un lexema polismico. No cabeduda de que la prudencia es del todo necesaria para no incluir en los estu-dios lingsticos elementos de la realidad extralingstica que no hayansido codificados como tales. Pero, si consideramos los elementos aqu ana-lizados como la escoria de un sistema sin fisuras, nos quedaremos sin cap-tar una parte importante de los principios rectores del lenguaje, clave de lasconexiones y equivalencias que ste confiere a los contenidos con que ope-ra. A la constatacin de la inmanencia de una estructura puede aadrsele,sin menoscabo o quebranto de la misma, la dimensin experimental queimprime el hombre al lenguaje o, para ser exactos, a sus empleos del mis-mo. Se hace difcil en este punto no recordar a Wilhelm von Humboldt,para quien la analoga constituye, precisamente, el nexo interno de la es-tructura de la lengua, el elemento que la convierte en un todo orgnico ysin el cual no pasara de ser un simple conglomerado. A fin de cuentas, lalengua puede ser vista como un complejo tejido de analogas48.

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