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ARISTÓTELES (384-322 a. de C.) Contexto histórico y cultural

Hasta mediados del -IV: continuas luchas internas entre distintas facciones, guerras entre polis; miseria y hambre en las clases populares.

En -359 Filipo accede al trono de Macedonia. Su creciente poder se manifestó en una polí-tica expansionista que hizo temer a Atenas por su independencia.

En la batalla de Queronea (338 a. de C.) Filipo venció a Atenas e impuso su dominio sobre todas las polis griegas, que pasaron a formar parte del imperio macedónico.

En 334 a. de C. Alejandro sucedió a Filipo y el expansionismo se acrecentó. Sus admiración por la cultura griega hizo que ésta se extendiera por el imperio que creó, cuyos territorios llega-ban hasta el actual Irán, incluyendo Egipto; este imperio se dividió tras la muerte de Alejandro.

En Atenas las clases populares seguían en la misma situación y las luchas entre facciones consistían ahora en anti macedonios y pro macedonios.

Tras la muerte de Alejandro Magno su imperio se desintegra. Contexto cultural Las comedias de Menandro reemplazaron a las tragedias de Eurípides. En la oratoria destaca Demóstenes con sus Filípicas. El arte abandona el idealismo del período clásico y se vuelve más realista, con Praxiteles (escultura) y Apeles (pintura). En ciencia, Eudoxo de Cnido defendió que el universo es esférico, idea que aceptará Aristóteles. Euclides, en Los elementos, creó la geometría como ciencia axiomática. Contexto filosófico Aristóteles y Platón

Según Aristóteles, la propuesta platónica falla en los ámbitos ético y político, pero también en su propósito de explicar la realidad: no hay tránsito del mundo sensible al inteligible y éste no sirve para explicar el cambio en aquél. Y es que Aristóteles está convencido de que las cosas sensibles son realidades, no meras imitaciones de las Ideas, cuyo carácter separado es negado por Aristóteles. Con ello se derrumba todo el sistema platónico porque:

• Se desploma la exigencia de que gobiernen los filósofos. • Pierde su valor el método dialéctico.

A partir de aquí, las ciencias adquieren valor por sí mismas (y no como peldaños), centra-da cada una en un aspecto de lo real; postulan un fundamento común (la filosofía primera) y un nuevo método (la lógica).

Pero Aristóteles acepta de Platón la concepción de la ciencia como conocimiento de las esencias o formas, ahora incorporadas a las cosas sensibles, no separadas de ellas. Aristóteles los presocráticos

 

Concede gran valor al conocimiento sensible (generalizaciones aplicables) y posibilidad de las ciencias de las cosas sensibles, materiales y sometidas al movimiento (no mera opinión). EL SISTEMA FILOSÓFICO DE ARISTÓTELES

El objetivo que Aristóteles persigue con su filosofía es establecer la naturaleza de todo lo que existe a partir del conocimiento sensible, por medio de una ciencia especializada en cada tipo de realidad; así conoceremos en qué consiste la perfección de cada cosa, que en el caso del ser humano es la felicidad, siempre en sociedad (polis). La lógica Es la ciencia que trata de la manera válida de razonar y de los razonamientos correctos.

Distingue: • Lógica deductiva: va de lo más general a lo menos general, mediante silogismos. • Lógica inductiva: va de lo particular a lo universal. En principio, sólo acepta la completa.

CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DE CONOCIMIENTO

Para Aristóteles, el propósito de toda ciencia es sistematizar el conocimiento de su mate-ria, y el único modo de lograrlo es convertirla en un sistema axiomatizado.

El requisito imprescindible para que un conocimiento se pueda considerar científico es que seamos capaces de descubrir las causas por las que algo es lo que es, pero excluyendo un retro-ceso infinito. La clasificación de las ciencias

Platón, con su teoría de las Ideas, sugirió que el conocimiento sería sistemático y unitario, porque todas las verdades podrían ser derivadas de un único principio: la Idea del Bien.

Aristóteles niega esto, a partir de la evidente independencia de las distintas ciencias. No obstante, sintió la necesidad de construir un sistema que integrara todo el saber, ya que el cono-cimiento humano no es unitario, pero tampoco es una mera pluralidad inconexa.

Estableció la existencia de tres tipos de conocimiento: El conocimiento productivo: son saberes que se ocupan de hacer cosas (retórica, poética,

economía, arquitectura). El conocimiento práctico: incluye las ciencias que se ocupan de la acción humana, de cómo

actúan los hombres en diversas circunstancias: ética y política. El conocimiento teórico: su objetivo es la verdad. A su vez, el conocimiento teórico se

subdivide en tres disciplinas: la matemática (estudia realidades ni separada ni móviles), la física (sí, sí) y la metafísica (sí, no). LA METAFÍSICA Los presocráticos pretendían comprender la naturaleza y para ello consideraron impres-cindible explicar los, aparentemente, caóticos cambios que se observan en ella, mostrar que res-ponden a un orden racional.

 

Heráclito había propuesto una concepción de la realidad regida por el devenir resultado de la lucha entre contrarios; Parménides había negado la realidad de todo cambio, considerándolo como mera apariencia. Aristóteles creía que, Platón, con su teoría de las Ideas, no había resuelto el problema y para solucionarlo propone su metafísica (ciencia del ser, de la realidad) y su física (ciencia de la realidad móvil). La realidad está constituida por las sustancias primeras, los seres individuales que se nos dan en la experiencia sensible. Esas sustancias existen “en sí mismas”, constituyen la realidad, pero también forman parte de la realidad las características, los accidentes, de esas sustancias, lo que podemos predicar de ellas (los cuales ya no existen en sí mismos sino en las sustancias pri-meras, que son sus sustratos, que los sustentan).

Aristóteles llama “categorías” a los diversos predicados que podemos formular sobre las sustancias primeras. Como las sustancias primeras “son” (de modo primario) y sus predicados también “son” (aunque de modo secundario), Aristóteles afirmas que "ser" es un término análogo (ni unívoco ni equívoco).

Pero, bien mirado, en esta realidad sustancial se dan los dos mundos de Platón, lo cual nos lleva a El hilemorfismo

Las sustancias primeras están compuestas de materia (hylé) y forma (morphé, la esencia), sólo separables mediante la abstracción (en el proceso de conocimiento), no en la realidad.

Estas formas corresponden a las Ideas platónicas y Aristóteles las llama “sustancias se-gundas”.

La forma es ontológicamente superior a la materia; ésta es principio de individuación; aquélla, de universalización y de ser. El acto y la potencia No ser, no-ser (en acto pero sí en potencia (dynamis), que es ya una forma de ser algo) y ser en acto (enérgeia). Las sustancias primeras que constituyen la realidad pueden cambiar. Parménides negó es-ta posibilidad porque no distinguía entre potencia y acto. El acto es la culminación, la plena realización de una determinada realidad. En cambio, la potencia no pasa de ser un proyecto de realidad a la espera de su desarrollo.

Esto permite realizar una clasificación de los seres según su mayor o menor grado de rea-lidad:

• El menor grado de realidad corresponde a la materia prima, pura potencia. • En la parte intermedia estarían los seres naturales, compuestos de potencialidad y actuali-

dad. • En la cúspide, el acto puro, aquello que es todo cuanto puede ser, que está acabado y

completo; lo llama "Motor inmóvil"; es motor porque su perfección constituye, en cuanto perfección, el fin al que tienden todos los seres naturales. Y es inmóvil porque dada su perfección, su actualización completa, todo cambio es imposible, y un sin-sentido.

 

FÍSICA La física, como ciencia, es el estudio de la totalidad de los seres que existen por naturale-za. Los seres naturales son los que "tienen en sí mismos el principio del "movimiento" y del reposo". Eso es la naturaleza. Los seres no son naturales existen por otras causas (arte o azar). Todo cambio es el tránsito de la potencia al acto de aquello que está en potencia.

Tipos de cambios: sustanciales (generación y corrupción) y accidentales (cuantitativo, cua-litativo y de lugar).

En todo cambio hay algo que permanece (agua), algo que aparece (estado líquido) y algo que desaparece (estado sólido). Si se trata de un cambio sustancial, lo que permanece es la ma-teria primera (“materia prima”). Para conocer cualquier proceso o resultado hay que determinar sus cuatro causas:

• Intrínsecas. o Material. o Formal.

• Extrínsecas. o Eficiente. o Final. Teleologismo en la naturaleza.

El cosmos aristotélico Sublunar: cuatro elementos y cuatro tipos de cambios. Supralunar: un elemento (éter, quintaesencia) y un movimiento (circular: el más perfecto y semejante al reposo, como reminiscencia platónica). El motor inmóvil mueve la esfera de las estrellas fijas. La naturaleza humana Alma y cuerpo

Según Aristóteles, la forma de los seres vivos es su alma. Distingue tres tipos: vegetativa, sensitiva y racional, cada una con sus funciones propias y superpuestas.

Cuerpo y alma se relacionan entre sí como materia y forma y constituyen una sola sustan-cia (primera). TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Platón y Aristóteles coinciden al considerar que la ciencia es conocimiento universal; es decir, conocimiento no de casos particulares, sino de aquello común que éstos comparten. Ahora bien, mientras para Platón los universales (Ideas) pertenecen a otro mundo, diferente del sensi-ble, para Aristóteles, los universales (formas) se encuentran en las propias cosas. Así, Aristóteles, aunque contrario al innatismo (como buen empirista), cree posible un conocimiento seguro, es-table y universal.

 

Esquema 57. Entendimiento activo: ¿Dios, específico o individual. Inmortal? Entendimiento pasivo: individual, mortal. ÉTICA

La ética, un saber práctico, trata de establecer cómo han de organizar su vida los seres humanos para poder vivir bien y ser felices, para alcanzar su perfección, su fin natural, como se-res naturales que son.

Ese fin natural el bien supremo para el ser humano, su felicidad. La felicidad no consiste en el placer, ni en los honores ni en el dinero. La felicidad "es una actividad del alma de acuerdo con la virtud y, si las virtudes son varias,

de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida entera". Como la actividad más excelente y propia del ser humano es la racional, la felicidad consistirá en ella, en la contempla-ción, el conocimiento teórico, que se basta a sí mismo. Tiene los siguientes rasgos: Nos asemeja al motor inmóvil. Es la actividad más permanente, se puede ejercer "en una vida entera". Constituye la actividad conforme a las virtudes intelectuales:

• El arte (techné): capacidad de saber hacer o producir de manera racional. • La prudencia (phrónesis): consiste en la razón práctica o juicio, entendida como la capaci-

dad de aplicar los principios generales a las situaciones cambiantes. En concreto, la pru-dencia es la virtud que nos hace reconocer cuáles son los medios que nos acercan al bien y, al mismo tiempo, nos indica la manera en que se pueden llevar a la práctica. La pruden-cia, pues, es necesariamente una manera de ser racional, verdadero y práctico, en relación con los bienes humanos.

• La sabiduría (sofia): comprensión teórica de la realidad mediante la razón contemplativa. • La ciencia (epistéme): conocimiento objetivo de aquello que es universal y necesario y que,

por tanto, es demostrable. • La inteligencia intuitiva (nous): la habilidad de captar los principios más generales o axio-

mas de la ciencia.

El ejercicio de las virtudes intelectuales o dianoéticas se da en la vida contemplativa; (en la que se puede alcanzar la máxima felicidad y se puede llegar a rozar lo divino). Pero el alma humana tiene facultades vegetativas y sensitivas que dan lugar a actividades sobre las cuales Aristóteles tiene que determinar en qué consisten las virtudes, en este caso morales o éticas, re-lacionadas con la manera de actuar en el mundo, controlando nuestras pasiones y nuestros de-seos.

¿Qué son estas virtudes?: • No son facultades innatas, ya que no las tenemos todos por igual. • No se trata de un sentimiento, pues no se nos imponen inevitablemente como éstos. • Son hábitos, disposiciones adquiridas que se forman con esfuerzo y repetición de actos.

Son hábitos voluntarios y deliberados que se contraponen a los vicios (rechaza el intelec-tualismo moral).

 

o Consisten en un término medio respecto a nosotros: nuestras facultades no racio-nales se manifiestan como pasiones y deseos y conllevan placer o dolor; están suje-tas a excesos y defectos (vicios) y la virtud se halla en el punto medio entre ambos.

Para establecer ese punto medio en cada caso hace falta prudencia, virtud in-telectual. Como vemos, este tipo de virtudes también depende de la razón, aunque no sólo de ella.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, dejemos claro que su ideal de vida feliz se cumple,

entre otras cosas, si tenemos solucionados los problemas inmediatos y, disfrutando del ocio, po-demos dedicarnos a la actividad científica, a la búsqueda teórica, a la contemplación de lo uni-versal y necesario. La felicidad suprema, aquella que nos hace semejantes a la divinidad, sólo la genera la vida contemplativa. POLÍTICA

Si la ética se ocupa de organizar y orientar el comportamiento individual en pos del bien y la felicidad, la función de la Política es organizar la vida y el comportamiento colectivo para ase-gurar el bien común.

Para Aristóteles, el ser humano es, por su naturaleza y condición, un ser esencialmente político (perteneciente a la polis, a la ciudad-Estado), es decir, social. Esto significa que es en el seno de la comunidad donde el hombre puede realizarse como tal y desarrollar todas sus posibi-lidades. Aquí está también la justificación de que la ética se subordine a la política, pues la polis persigue un bien "mayor y más perfecto" que el bien del individuo, pero bien entendido que el fin de la polis es la posibilidad de que algunos individuos sean plenamente felices, posibilidad que considera que pasa por excluir del Estado a mujeres, extranjeros y esclavos. Que el ser humano es social por naturaleza lo pretende justificar así: la naturaleza no hace nada en vano y el ser humano es el único que posee el don de la palabra, que le capacita para expresar lo que es conveniente y lo que es digno de reproche, y también lo que es justo y lo que es injusto; el bien y el mal. Y es precisamente el compartir este valor lo que hace posible la exis-tencia y el funcionamiento de la familia y de la polis. El Estado ideal

Con el fin de diseñarlo estudió 148 constituciones para establecer la mejor para una cultu-ra determinada.

Su clasificación de los regímenes políticos: ver gráfico. Niega la posibilidad de un Estado perfecto, al contrario de lo que había defendido Platón.

Cada pueblo vive unas circunstancias geográficas, climáticas, culturales... que hacen imposible establecer un orden general válido para todos. Así, cada comunidad deberá encontrar la organi-zación que se adapte mejor a sus necesidades y recursos.

Aunque unos regímenes sean mejores que otros, lo que sí está claro para Aristóteles es que lo más importante para que la vida social sea satisfactoria es la estabilidad, que sólo se pue-de conseguir evitando, como en el comportamiento individual, los extremos. Por ello, Aristóteles defiende que la mejor comunidad será la más moderada, aquélla en la que los ciudadanos no

 

sean ni muy ricos ni muy pobres y en la que la clase mayoritaria sea la clase media. Por tanto, se atreve a proponer que posiblemente el mejor régimen se encontraría en algún punto entre la aristocracia y la democracia.

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