acción educativa - num7

136
CONSEJO EDITORIAL Margarita Baz y Téllez, UNIVERSIDAD AUTÓNO- MA METROPOLITANA / Ana Rodríguez, UNIVERSI- DAD AUTÓNOMA DE MADRID / Blanca Margarita Noriega Chávez, UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NA- CIONAL / Ana Hirsh Adler, IISUE UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO / José Con- treras Domingo, UNIVERSIDAD DE BARCELONA / Axel Didriksson, IISUE UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO / Juan Delval, UNIVERSI- DAD AUTÓNOMA DE MADRID / Ángel Díaz Barriga Casals, IISUE UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO / Olac Fuentes Molinar / Gilberto Guevara Niebla, FFyL UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO / Manuel Pérez Rocha, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO / José Ángel Pescador Osuna, EL COLEGIO DE SINALOA / Hugo Aboites, UNIVERSIDAD AUTÓNO- MA METROPOLITANA XOCHIMILCO/ Juan Luis Pin- tos, UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA/ Prudenciano Moreno Moreno, UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL. COMITÉ EDITORIAL Rodrigo López Zavala, Miguel Ángel Rosales Medrano, Martín Pastor Angulo y Emigdio Urrea Moreno EDITOR RESPONSABLE LIBERATO TERÁN OLGUÍN UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA CENTRO DE INVESTIGACIONES Y SERVICIOS EDUCATIVOS DIRECTORIO RECTOR MC Héctor Melesio Cuén Ojeda SECRETARIO GENERAL Dr. Jesús Madueña Molina DIRECTOR DE SERVICIOS ESCOLARES Ing. César Sánchez Montoya CENTRO DE INVESTIGACIONES Y SERVICIOS EDUCATIVOS DIRECTORA MC Ana Lucía Escobar Chávez COORDINADORA ACADÉMICA Dra. Carmen Beatriz Audelo López COORDINADOR ADMINISTRATIVO Profr. Guillermo Ramírez Blanco REVISTA ACCIÓN EDUCATIVA DOMICILIO Y CORRESPONDENCIA: Centro de Investigaciones y Servicios Educativos (CISE). Calle Platón 856, Villa Universidad, Culiacán, Sinaloa, C.P. 80010, Culiacán, Sinaloa, teléfono (667)753 41 69, Fax (667)753 19 63 CORREO ELECTRÓNICO: [email protected] DISEÑO EDITORIAL, PORTADAS, INTERIORES Y VIÑETAS Rosi Aragón / Juan Bonardel / El Alquimista IMPRESIÓN Y ENCUADERNACIÓN Imprenta de la UAS Acción Educativa aparece en dirección electrónica: http://cise.uasnet.mx/revista

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Revista del Centro de Investigaciones y Servicios Educativos de la Universidad Autónoma de Sinaloa

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  • CONSEJO EDITORIAL

    Margarita Baz y Tllez, Universidad aUtno-ma metropolitana / Ana Rodrguez, Universi-dad aUtnoma de madrid / Blanca Margarita Noriega Chvez, Universidad pedaggica na-cional / Ana Hirsh Adler, iisUe Universidad nacional aUtnoma de mxico / Jos Con-treras Domingo, Universidad de Barcelona / Axel Didriksson, iisUe Universidad nacional aUtnoma de mxico / Juan Delval, Universi-dad aUtnoma de madrid / ngel Daz Barriga Casals, iisUe Universidad nacional aUtnoma de mxico / Olac Fuentes Molinar / Gilberto Guevara Niebla, ffyl Universidad nacional aUtnoma de mxico / Manuel Prez Rocha, Universidad aUtnoma de la ciUdad de mxico / Jos ngel Pescador Osuna, el colegio de sinaloa / Hugo Aboites, Universidad aUtno-ma metropolitana xochimilco/ Juan Luis Pin-tos, Universidad de santiago de compostela/ Prudenciano Moreno Moreno, Universidad pedaggica nacional.

    comit editorial

    Rodrigo Lpez Zavala, Miguel ngel Rosales Medrano, Martn Pastor Angulo y Emigdio Urrea Moreno

    editor responsaBleliBerato tern olgUn

    UNIVERSIDAD AUTNOMA DE SINALOACENTRO DE INVESTIGACIONES Y

    SERVICIOS EDUCATIVOS

    DIRECTORIO

    RECTORMC Hctor Melesio Cun Ojeda

    SECRETARIO GENERALDr. Jess Maduea Molina

    DIRECTOR DE SERVICIOSESCOLARES

    Ing. Csar Snchez Montoya

    CENTRO DE INVESTIGACIONES YSERVICIOS EDUCATIVOS

    DIRECTORAMC Ana Luca Escobar Chvez

    COORDINADORA ACADMICADra. Carmen Beatriz Audelo Lpez

    COORDINADOR ADMINISTRATIVOProfr. Guillermo Ramrez Blanco

    REVISTA ACCIN EDUCATIVA

    DOMICILIO Y CORRESPONDENCIA: Centro de Investigaciones y Servicios Educativos (CISE). Calle Platn 856, Villa Universidad, Culiacn, Sinaloa, C.P. 80010, Culiacn, Sinaloa,

    telfono (667)753 41 69, Fax (667)753 19 63CORREO ELECTRNICO: [email protected]

    DISEO EDITORIAL, PORTADAS, INTERIORES Y VIETASRosi Aragn / Juan Bonardel / El Alquimista

    IMPRESIN Y ENCUADERNACINImprenta de la UAS

    Accin Educativa aparece en direccin electrnica: http://cise.uasnet.mx/revista

  • ContenidoEditorial

    El Programa Integral de Fortalecimiento Institucional [PIFI]: la experiencia de la Uni-versidad Autnoma de Baja California

    Enseanza y aprendizaje de las matemticas en la educacin bsica y el bachillerato: una mirada a la problemtica actual

    Modelos pedaggicos en la educacin adistancia apoyados en TIC

    La extensin universitaria ante los retos de la formacin de las nuevas ciudadanas

    Equidad, calidad y gestin en lapoltica educativa 2001-2006

    Ejes y balance sexenal en educacinsuperior 2001-2006

    La educacin superior al final delsexenio foxista

    El buen profesor: una exploracin en estu-diantes de Arquitectura y Odontologa de la UAS

    A fondo

    Especial

    Jos Luis Arcos Vega, Juan JosSevilla Garca y Jess Francisco Galaz Fontes

    Martn PastorAngulo

    Jos de J. Lara Ruiz, Martn C. Camacho Ra-mrez, Eloy A. Murillo Acosta, Miguel Salazar Rubio

    Vctor HugoAguilar Gaxiola

    Adela Morales Parra

    Norberto Gaxiola Carrasco

    Liberato Tern

    Carlota Leticia Rodrguez

    Adelantos

    5

    16

    32

    48

    58

    66

    79

    93

  • Reseas

    Noticias

    Docentes universitarios y modelos pe-daggicos: el caso de dos programasde formacin docente en la UAS

    Eutopa, una revista sobre el NMS con mirada al futuro partiendo delpresente

    Publicaciones recibidas

    Protocolo para colaboradores

    Cupn para suscripciones

    Margarita del CarmenVerdugo Lpez

    ngel Camilo Franco Rivas

    103

    127

    131

    132

    136

  • Editorial

    La revista Accin Educativa est nuevamente en manos de sus lectores. El Centro de Investigaciones y Servicios Educativos [CISE] de la Universidad Autnoma de Sinaloa [UAS] espera, de esta forma, cumplir una vez ms su compromiso con los hacedores de la misma, sus articulistas que amablemente entregaron materiales para la consideracin del Comit y del Consejo editoriales; con sus gentiles solicitantes y, en una medida fundamental, con las tareas sustantivas y adjetivas propias de la misin y visin institucionales.

    El nmero 7 de Accin Educativa aparece en momentos en que tenemos dos mo-tivos particulares de celebracin: el primero, que la revista pasa a formar parte del Sistema Regional de Informacin en Lnea para Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal [comnmente Latindex], un signo de acreditacin y mayor difusin de la misma y, el segundo, no en orden de importancia, sino como otro hecho relevante en s mismo significativo, que el CISE, de acuerdo con la nueva Ley Orgnica vigente en la UAS, adquiere, por acuerdo expreso del H. Consejo Universitario, adop-tado el jueves 17 de mayo, el estatus legal pleno de Unidad Acadmica con las condi-ciones de robustecer su desempeo en la docencia, la investigacin y la extensin.

    Aparece este nmero con colaboraciones muy estimables de personal acadmico del mismo centro editor, el CISE, pero tambin de acadmicos amigos e invitados de la revista.

    A propsito de colaboraciones externas, resaltaramos el trabajo colectivo que amable-mente nos enviaron los colegas de la Universidad Autnoma de Baja California [UABC] sobre un tema asaz importante y, de menos a ms, materia de reflexin, sobre todo en las universidades pblicas de provincia: los comnmente llamados PIFIs o Programa Integral de Fortalecimiento Institucional. Hacemos eco, asimismo, de la reaparicin en una nueva poca de la revista Eutopa, de los CCH de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico que, bellamente diseada y con un contenido y una puntualidad que convencen, aspira a ser medio de interlocucin de un tema hoy por hoy prioritario de la educacin nacional: el replanteamiento del bachillerato.

    Entre las secciones restantes aparece como un aadido especial de este nmero la introduccin a la recensin crtica del sexenio gubernamental federal 2001-2006, esto por cuanto a la temtica educativa corresponde.

    El diseo siempre novedoso y animado por bsquedas de nuestra portada en esta ocasin se complementa con la segunda, la tercera de forros y la contraportada: el reconocimiento al quehacer de la UAS en el campo de las publicaciones; nuestro res-paldo emotivo a la convocatoria del Congreso Nacional e Internacional de Filosofa, que este ao se celebrar en Mazatln, Sinaloa, y el Encuentro Nacional para pensar la educacin en el futuro cada vez ms prximo, evento del propio CISE.

    Aparte de eso, no queda sino esperar el juicio calificado de ti, lector, lectora amable, y suscribir de nuevo el compromiso de la revista Accin Educativa alrededor de la in-vestigacin y la difusin de las ms plurales miradas del universo educativo.

  • Jos Luis Arcos VegA, JuAn Jos seViLLAgArcA y Jess FrAncisco gALAz Fontes

    Docentes e investiga-dores de la UABC, ac-tuales directivos de la Coordinacin de Pla-neacin y Desarrollo Institucional de aque-lla casa de estudios.

    Jos Luis Arcos Vega: [email protected] Juan Jos Sevilla Garca: [email protected] Jess Francisco Galaz Fontes: [email protected]

    El Programa Integral de Fortalecimiento Institucional [PIFI]: la experiencia de la Universidad

    Autnoma de Baja California *

    En un contexto de incertidumbre en todos los mbitos del funcionamiento social, de una sociedad caracterizada por

    la rpida generacin y aplicacin de cono-

    cimiento, de recursos cada vez ms com-

    petidos y, en el caso de Mxico, de fuertes

    Inequidades, la educacin superior pblica est llamada a ju-gar un papel central en el desarrollo del pas. Para ello, resulta

    indispensable que sus procesos de planeacin tomen en cuen-

    ta las anteriores caractersticas y, ponderando en particular las

    peculiaridades de cada institucin, se consideren las directri-

    ces planteadas para la educacin superior en el Plan Nacional

    de Desarrollo 2001-2006 [SEP, 2001]. Como toda Universidad

    Pblica Estatal Autnoma [UPEA], la Universidad Autnoma de

    Baja California [UABC] recibe la mayor parte de su financia-

    miento de fondos federales y estatales. Su carcter autnomo,

    sin embargo, le autoriza ejercer el presupuesto asignado con

    cierto margen de libertad. Estas dos situaciones han consti-

    tuido para las UPEA, histricamente, una fuente potencial de

    A fondo

  • 6 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    ResumenEste trabajo presenta la forma en cmo la Universidad Autnoma de Baja California [UABC] ha en-frentado el reto de balancear, por un lado, las demandas de actividades de una planeacin a lo largo de los requerimientos planteados por el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional [PIFI] y, por otro, las necesidades de una planeacin institucional significativa y participativa que consense y comprometa a los acadmicos con los planes de desarrollo institucionales. Se plantea que la expe-riencia de la UABC en planeacin estratgica y en procesos de planeacin participativa, junto con la adopcin de un enfoque de planeacin contextual, han facilitado mantener un sentido y rumbo institucionales y, al mismo tiempo, cumplir con los requerimientos exigidos por el PIFI. Se considera que esta estrategia general ha sido exitosa y, en apoyo de dicha afirmacin, se presentan algunos datos sobre competividad [acreditacin de programas educativos y matrcula atendida] y capacidad acadmica [perfil del acadmico], los cuales muestran importantes mejoras a lo largo de los ltimos aos. El trabajo concluye con algunas reflexiones sobre la pertinencia futura del modelo de planeacin seguido en la UABC.

    Palabras clavePrograma Integral de Fortalecimiento Institucional, planeacin contextual, planeacin estratgica, planeacin participativa, desarrollo institucional.

    AbstractThis work describes the way in which the Universidad Autnoma de Baja California [UABC; Autono-mous University of Baja California] has faced the challenge of balancing the planning demands posed by the Programa Integral de Fortalecimiento Institucional [PIFI; Integral Program for Institutional Consoli-dation] on the one hand, and by an institutional planning process that demands to be meaningful and participatory in order for academics to agree and compromise with institutional plans. It is stated that UABCs experience in strategic and participatory planning, together with the adoption of a contextual planning approach, has facilitated maintaining a sense of institutional direction and, at the same time, fulfill the requirements demanded by PIFI. It is considered that this general strategy has been successful and, in support of such contention, data on competitiveness [program accreditation and enrollment figures] and academic capacity [academics profile] are presented, showing how such figures have signi-ficantly improved during the last years. The work ends with some reflections over the future pertinence of the planning model used by UABC.

    Key wordsContextual planning, strategic planning, participatory planning, institutional plans, Integral Program for Institutional Consolidation [PIFI].

    conflicto, ya que ambas instancias, las que

    proporcionan los recursos y las UPEA, espe-

    ran influir significativamente en la manera

    en como se ejercen los dineros pblicos y,

    si bien hay un consenso general respecto de

    la direccin en que debe caminar la edu-

    cacin superior en el pas, es comn encon-

    trar diferencias en cuestiones ms especfi-

    cas. En un contexto de escasez de recursos

    y de un conjunto de realidades en el mbito

    internacional [OCDE, 1997], el Estado mexi-

    cano ha asumido un papel mucho ms activo

    para asegurar que el funcionamiento de las

    UPEA est orientado en la direccin de los

    planes nacionales de desarrollo. En espec-

    fico, el Estado mexicano ha transitado de ser

  • Mayo 2007 /

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    un benefactor benvolo a un evaluador y fi-

    nanciador contingente a la presentacin de

    proyectos y resultados esperados [Mendoza

    Rojas, 2002]. Acostumbradas a una cultura

    de autonoma considerable, las UPEA se

    han enfrentado, bajo este nuevo contexto de

    financiamiento, al reto de alcanzar un equi-

    librio entre, por un lado, las demandas de

    planeacin, ejecucin y transparencia que

    hoy se plantean desde las organismos p-

    blicos que otorgan los recursos y, por otro,

    la cultura y necesidad de una autonoma

    institucional que le permita ejercer, a cada

    UPEA, su mejor criterio en cuanto a los ob-

    jetivos particulares que le resulta pertinente

    perseguir y, al mismo tiempo, determinar las

    estrategias ms adecuadas para lograrlo.

    Desde finales del siglo XX diversos pro-

    gramas federales fueron transformados para,

    precisamente, incorporar este nuevo rol del

    Estado [el Programa para el Mejoramiento

    del Profesorado, PROMEP, y el Fondo para

    la Modernizacin de la Educacin Superior,

    FOMES, son dos ejemplos de ello], pero es

    en esta administracin federal, mediante el

    Programa Integral de Fortalecimiento Ins-

    titucional [PIFI], cuando se ha alcanzado el

    mayor desarrollo a la fecha en esta nueva

    distribucin de roles.

    Las opiniones respecto de las polticas de

    financiamiento y conduccin del sistema

    de las UPEA son variadas. En particular, mien-

    tras que algunos estudiosos de la educacin

    superior han sealado diversos problemas en

    la implementacin de este programa de pla-

    neacin/financiamiento, incluyendo la crtica

    de que, bajo ciertas condiciones, el PIFI puede

    llegar a constituirse en un medio mediante el

    cual la subsecretara correspondiente micro-

    administra a una universidad pblica estatal

    [Lpez Zrate y Casillas, 2005], tambin hay

    evidencia de que los cuerpos administrativos

    de las Universidades Pblicas Estatales [UPE]

    perciben diversos aspectos positivos asocia-

    dos al PIFI [Kent Serna, 2005].

    De acuerdo con la encuesta de opinin

    de Kent Serna [2005], los funcionarios de

    las UPE identifican algunos aspectos positi-

    vos del PIFI [el fortalecimiento de la evalua-

    cin interna y la planeacin, por ejemplo],

    pero tambin sealan elementos no tan posi-

    tivos, como la inversin de energa, tiempo

    y recursos que las instituciones tienen que

    hacer para cumplir con los requerimientos

    formales del programa. Asimismo, los fun-

    cionarios reportan, para los acadmicos, una

    participacin baja y, adems, niveles conside-

    rables de resistencia y desinters. Estos datos

    hablan del importante dilema al que se enfren-

    tan las autoridades de toda UPEA hoy da y que

    consiste en cmo formular planes y programas

    para instancias de financiamiento externas a

    la institucin y, al mismo tiempo, hacer esto

    de una manera en que sus acadmicos, los

    actores centrales de tales planes y programas,

    participen y se comprometan con ellos.

    Este trabajo es una descripcin de la forma

    en que la UABC ha respondido tcnicamente

  • / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    a estas nuevas demandas y polticas pbli-

    cas de financiamiento. En funcin de ello,

    el resto de este documento est organizado

    en tres secciones subsiguientes y unas no-

    tas adicionales a manera de conclusin. En

    la primera seccin se presentan brevemente

    los antecedentes de la planeacin institu-

    cional desarrollada en la UABC y, luego de

    ello, en la segunda, se ilustra la articulacin

    planeacin institucional planeacin para

    el financiamiento. Enseguida, en la tercera

    seccin, aparecen algunos datos relativos a

    programas educativos y a acadmicos que ilus-

    tran el desarrollo de la universidad en estos

    ltimos aos en los que se ha implementado

    la estrategia que describimos aqu. Finalmente,

    se expone, a manera de sntesis y perspectiva,

    un pequeo grupo de conclusiones.

    La pLaneacin institucionaL en La uni-versidad autnoma de Baja caLifornia Los antecedentes de planeacin en la UABC

    se remontan al inicio de los setenta. Sin

    embargo, no es sino hasta 191 en que se

    crea la Direccin de Desarrollo Institucional

    y, posteriormente en 193, la Comisin de

    Planeacin y Desarrollo Institucional, con lo

    que las actividades de planeacin se formali-

    zan en la UABC. Desde entonces a la fecha,

    cada administracin rectoral ha formulado

    un plan de desarrollo institucional y pro-

    movido las acciones de planeacin en los di-

    versos niveles del mbito institucional, como

    son las Unidades Acadmicas y las diversas

    dependencias de la administracin [Sevilla

    Garca, 2006]. Actualmente, bajo el nuevo

    esquema organizacional [UABC, 2003a], esta

    tarea se desarrolla, a nivel institucional, en

    la Coordinacin de Planeacin y Desarrollo

    Institucional [CPDI], mientras que a nivel

    de los tres campus universitarios se lleva a

    cabo en los Departamentos de Planeacin

    e Imagen Institucional. Asimismo, tambin

    se realizan actividades ms especficas de

    planeacin en las Unidades Acadmicas [es-

    cuelas, facultades e institutos], mientras que

    en las Dependencias de Educacin Superior

    [DES] se lleva a cabo una planeacin que es,

    al mismo tiempo, de un nivel especfico en

    tanto implica, entre otros aspectos, la con-

    sideracin de los programas educativos que

    ofrece la institucin, como de un nivel gene-

    ral, ya que es una unidad de funcionamiento

    que puede incluir a diferentes unidades aca-

    dmicas, independientemente de que stas

    estn ubicadas en un mismo campus o no.

    Como puede deducirse de lo anterior, no es

    una tarea sencilla promover que todas las ac-

    ciones de planeacin sean congruentes y se

    refuercen mutuamente.

    En cuanto a modelos de planeacin uti-

    lizados en la UABC, puede afirmarse que

    stos se han ido correspondiendo a los cam-

    bios en el entorno que se han sucedido du-

    rante las ltimas dos y media dcadas. As,

    durante los ochenta se utiliz el modelo de

    planeacin prospectiva como el marco de refe-

    rencia para realizar las actividades implicadas

  • Mayo 2007 /

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    en esta tarea [Sevilla Garca, 2006]. A partir

    de la Gestin 1995-199, sin embargo, se

    comenz a utilizar la planeacin estratgica,

    aunque mantenindose un marco prospec-

    tivo, al formularse una visin institucional de

    mediano plazo. En el periodo 1999-2002 se

    intensific la planeacin estratgica y pros-

    pectiva, intentando con ello interactuar ms

    productivamente con el entorno inmediato

    y, al mismo tiempo, mantener un rumbo de

    largo plazo. Este ejercicio, adems, se en-

    riqueci con una amplia participacin de la

    comunidad universitaria y de la poblacin en

    el estado en general [UABC, 1999].

    El Plan de Desarrollo Institucional 2003-

    2006 vigente [PDI, UABC, 2003], por su

    parte, fue formulado bajo un proceso de par-

    ticipacin de la comunidad acadmica y bajo

    un enfoque de planeacin contextual [Galaz

    Fontes, Sevilla Garca et al. 2005]. Con este

    enfoque se ha puesto nfasis en el anlisis

    contextual externo e interno a la institucin,

    se ha promovido una actitud de flexibilidad y

    disposicin al cambio no slo en los medios,

    sino incluso en la misin y estructura misma

    de la organizacin y, finalmente, se ha acep-

    tado que no es realista ni conveniente, en

    un contexto caracterizado por la rapidez e

    incertidumbre de su dinmica, que las inicia-

    tivas derivadas de las actividades de plane-

    acin, sobre todo las del nivel institucional,

    sean detalladas al mximo desde un inicio.

    Estrechamente relacionada con la plane-

    acin estratgica de la que es un desarrollo

    reciente, la planeacin contextual presenta

    las ventajas de generar en la institucin una

    mayor capacidad de respuesta y, al mismo

    tiempo, una mayor potencialidad de inno-

    vacin [Peterson, 1997]. As, hoy la plane-

    acin en la UABC se realiza en dos niveles:

    en el institucional, centrado en lo contextual

    y estratgico, y en el nivel de gestin en los

    distintos mbitos de la universidad, centrado

    en lo tctico y operativo. Un aspecto impor-

    tante, como se ver a continuacin, es que

    en el caso de la UABC estos dos niveles estn

    ntimamente relacionados.

    eL programa integraL de desarroLLo institucionaL en La uaBc Tomando en cuenta las anteriores conside-

    raciones, la formulacin de las diferentes

    versiones del PIFI mediante un proceso par-

    ticipativo de planeacin estratgica, tal como

    lo estableci el Programa Nacional de Edu-

    cacin 2001-2006, no represent una activi-

    dad ajena a la forma en que se haban de-

    sarrollado las actividades de planeacin en la

    UABC hasta ese momento. Sin que se afirme

    la existencia de una participacin total y

    absoluta de la comunidad acadmica en la

    formulacin de los planes de desarrollo ins-

    titucional, sta se ha dado desde mediados

    de los ochenta, por lo cual tanto los acadmi-

    cos y directivos han tenido experiencia en

    la realizacin de trabajos colaborativos. Este

    elemento cultural, sin que sea determinante

    por s mismo, creemos que es un factor que

  • 10 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    ha facilitado la elaboracin de los diferentes

    PIFIs en los que la UABC ha participado.

    Por otro lado, y en una afortunada coin-

    cidencia de eventos, los tiempos casi simul-

    tneos en que se tenan que elaborar el PDI

    2003-2006 y el PIFI 3.0, hicieron muy evi-

    dente la necesidad de que ambos esfuerzos

    se articularan y fueran congruentes entre s,

    buscndose en particular que el PIFI fuera un

    complemento del primero [Sevilla Garca, Ar-

    cos Vega, Galaz Fontes y Soto Ortiz, 2004].

    De esta manera, la institucin se reser-

    vara su capacidad autnoma de definir los

    grandes rubros para su desarrollo y, al mismo

    tiempo, de construir un sentido global para

    sus actividades. stas, adems de otras ra-

    zones, fueron consideraciones que influye-

    ron fuertemente para que la UABC adoptara

    un enfoque de planeacin contextual para la

    elaboracin del PDI 2003-2006. El PDI resul-

    tante, gracias al nivel de generalidad con que

    se formul, cobij al PIFI y, de esta manera,

    permiti que el PIFI apoyara la planeacin de

    la universidad en su nivel de gestin y que

    no se presentara una situacin en la que el

    PDI fuera irrelevante frente a las necesidades

    de formular un PIFI que est asociado, al me-

    nos potencialmente, con los recursos para

    realizar las actividades planeadas.

    Como resultado de esta forma de traba-

    jar, los procesos de elaboracin del PIFI, en

    el contexto del PDI 2003-2006, han contri-

    buido al desarrollo de la universidad en dos

    niveles: uno especfico, operativo y concreto,

    y el otro global, relacionado con la cultura Ins-

    titucional. A continuacin, comentaremos de

    manera breve el nivel ms global y, luego, se

    presentarn algunos datos sobre lo realizado

    en aos recientes bajo esta forma de trabajar

    y que ejemplifican lo que se puede considerar

    como el impacto especfico de los PIFIs.

    Un aspecto crtico en cuanto a la elabo-

    racin del PIFI ha sido que ello se ha hecho

    con base en un trabajo en grupo y esto ha im-

    pactado la vida institucional en una serie de

    aspectos globales relacionados con nuestra

    cultura institucional. Este trabajo en grupo,

    sin embargo, ha estado matizado. En especfi-

    co, el trabajo colegiado de los equipos de pla-

    neacin de las Dependencias de Educacin

    Superior [DES] ha sido impulsado y coordi-

    nado de una manera estrecha por la CPDI.

    Se han tenido, de esta manera, equipos de

    trabajo en que han estado presentes, por un

    lado, un conocimiento detallado de los pro-

    gramas educativos y las actividades acadmi-

    cas de las unidades acadmicas involucradas

    y, por otro, una informacin de primera mano

    sobre el rumbo y el funcionamiento institu-

    cional. De esta manera, la formulacin de los

    Proyectos de las Dependencias de Educacin

    Superior [proDES] ha tenido condiciones

    favorables para generar proyectos que han

    respondido a las necesidades detectadas y,

    al mismo tiempo, han sido viables. As, esta

    manera de trabajar ha contribuido a mejorar

    la comunicacin en la institucin, ha forta-

    lecido la vida colegiada, reforzado la cultura

  • Mayo 2007 / 11

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    de la calidad y estimulado las actitudes de

    mejora continua. En particular, la apertura

    con la cual se han trabajado las propuestas

    para el PIFI, as como su posterior difusin,

    ha fortalecido la poltica de transparencia y

    rendicin de cuentas, mejorado la identidad

    institucional y, finalmente, ha proporcionado

    un apoyo fundamental a la implementacin

    del PDI 2003-2006.

    Otro aspecto importante de sealar es la

    funcin de seguimiento que ha ejercido la

    misma CPDI en cuanto a la implementacin

    de las acciones apoyadas con fondos PIFI. Es

    bien sabido que en el contexto de las UPEA

    se dan paradojas en tanto hay situaciones en

    que se obtiene un recurso financiero, pero

    no se ejerce. Las razones pueden ser varias,

    abarcando tanto a las comunidades acadmi-

    cas como a los procesos administrativos de

    nuestras instituciones y de las propias ins-

    tancias financiadoras, pero el caso es que

    situaciones como stas desalientan la par-

    ticipacin de los acadmcos y, adems, dis-

    minuyen potencialmente el impacto de los

    programas aprobados. Ante esta situacin, el

    papel conectivo que ha jugado la CPDI entre

    las DES que han planeado ejercer un recurso

    y, por otro lado, las dependencias adminis-

    trativas que lo liberan y le dan seguimiento,

    ha sido clave.

    De esta manera, la CPDI ha fortalecido

    una comunicacin entre el nivel de plane-

    acin institucional y el operativo y, por otro,

    ha facilitado la gestin eficiente de los re-

    cursos al incorporar a esta dinmica a las

    dependencias institucionales pertinentes al

    ejercicio de los recursos obtenidos, as como

    a las dependencias asociadas al desarrollo de

    las actividades sustantivas programadas.

    aLgunos resuLtados asociados a La ar-ticuLacin pdi-pifi en La uaBc Si a nivel global la forma de trabajar la plane-

    acin contextual ha permitido tener un des-

    empeo satisfactorio en cuanto a la formu-

    lacin de sucesivos PIFIs, como lo muestra el

    historial de recursos obtenidos por la UABC

    en este rubro, la implementacin de los mis-

    mos ha permitido a la universidad avanzar en

    las dimensiones identificadas a nivel global

    en su PDI 2003-2006. A continuacin, des-

    cribiremos en forma breve dos dimensiones

    que ilustran los pasos ganados.

    En cuanto a competitividad acadmica,

    el principal logro alcanzado consiste en la

    mejora de la oferta educativa asociada al de-

    sarrollo del modelo educativo de la UABC, lo

    cual se ha manifestado en el reconocimiento

    de nuestros programas educativos [PE] por

    organismos reconocidos por el Consejo para

    la Acreditacin de la Educacin Superior [CO-

    PAES] y por los Comits Interinstitucionales

    para la Evaluacin de la Educacin Superior

    [CIEES]. De tener un solo programa acredi-

    tado en 2001, se pas a tener 3 en 2005, y

    en 2006 la cifra es ya de 4. Adicionalmente,

    hay siete PE que no cuentan con organismo

    acreditador y fueron evaluados en nivel 1 por

  • 12 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    los CIEES respectivos, con lo que se llega a

    55 programas de licenciatura reconocidos

    por su buena calidad, de un total de 60 que

    forman la oferta de PE evaluables [92% del

    total de programas ofertados, proporcin

    que se elev a 96% a inicio de 2006].

    De igual forma, el PDI 2003-2006 propor-

    cion, mediante la explicitacin de un con-

    junto de iniciativas institucionales, un con-

    texto de rumbo y sentido que facilit que las

    actividades de planeacin a nivel de las DES

    generaran acciones concretas que han per-

    mitido incrementar la cobertura educativa.

    En particular, el aumento en la matrcula de

    un 41.3% adicional respecto de la matrcula

    de 2000, ha sido factible gracias a la conjun-

    cin de una serie de estrategias, entre las que

    destacan la creacin de troncos comunes por

    reas disciplinarias, la implementacin de

    nuevas modalidades educativas y la creacin

    de extensiones en centros poblacionales no

    atendidos, esto ltimo con la participacin

    de las comunidades beneficiadas. Este au-

    mento en la matrcula y el ritmo al cual se

    ha dado han respondido al incremento en la

    demanda, que de no haber sido atendida con

    este esfuerzo habra ampliado la brecha en-

    tre la demanda y su atencin, lo que hubiese

    representado menos oportunidades para los

    jvenes y ms desigualdades sociales.

    Considerando conjuntamente el aumento

    en el nmero de PE reconocidos por su buena

    calidad y el aumento en la matrcula en res-

    puesta a una mayor demanda, hoy aparece

    un enorme reto para la UABC, que es ase-

    gurar que esta atencin a un mayor nmero

    de estudiantes no se d en detrimento de la

    calidad de los servicios educativos ofrecidos.

    Por lo pronto, nuestros datos indican que se

    est enfrentando adecuadamente esta situa-

    cin, ya que entre 2001 y 2005 la matrcula

    atendida en PE reconocidos por su buena ca-

    lidad aument de 60% a 90.27%. Estos logros

    son en particular valiosos por su impacto

    social y, adems, estn totalmente alineados

    con la poltica educativa nacional de ampliar

    la cobertura educativa en este nivel, asegu-

    rando que se haga con buena calidad, con

    la finalidad de alcanzar mayor equidad que

    posibilite una mejora profesional, personal y

    familiar para todos los beneficiados con es-

    tos programas.

    En trminos de planeacin, sin embargo,

    es pertinente enfatizar que para que se al-

    canzaran estos logros fue importante que la

    institucin se hubiera planteado, como parte

    de sus iniciativas institucionales, las de forta-

    lecer sus programas de licenciatura, as como

    la de atender la demanda con calidad y equi-

    dad [UABC, 2003b], mientras que a nivel de

    las DES y en el contexto del PIFI se hicieron

    planteamientos concretos respecto de cmo

    se buscara alcanzar ese objetivo general.

    En cuanto a capacidad acadmica se re-

    fiere, tambin ha habido logros significativos

    en estos aos en que el PDI y el PIFI se han ar-

    ticulado. As, mientras que en 199 se tenan

    600 Profesores de Tiempo Completo [PTC],

  • Mayo 2007 / 13

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    en 2005 eran ya 956; mientras en 199 se

    contaba con 294 [49%] de PTC con posgrado,

    para 2005 el nmero haba aumentado a

    753 PTC [79%]; si en 199 haba 60 PTC con

    doctorado [10%], en 2005 el nmero fue de

    220 [23%] y, finalmente, si en 199 la UABC

    tena 31 PTC [5%] en el Sistema Nacional de

    Investigadores [SNI] o en el Sistema Nacio-

    nal de Creadores [SNC], para 2005 el nmero

    correspondiente fue 103 [11%].

    Para hacer posible estos resultados se han

    aplicado una diversidad de estrategias, entre

    las que se pueden mencionar el programa de

    observacin del Estatuto general de la UABC,

    con el objeto de que los PTC se liberaran

    de algunas actividades administrativas que

    venan realizando y pudiesen orientar sus

    actividades acadmicas a las previstas en

    ese ordenamiento, a saber: docencia, inves-

    tigacin, gestin y tutoras. Esta medida ha

    sido de especial apoyo para la obtencin de

    reconocimiento de perfil deseable PROMEP

    por un mayor nmero de profesores, el que

    pas de 115 [12%] en el ao 199 a 265

    [2%] en 2005.

    Otra estrategia seguida, en este caso con

    impacto directo en las actividades de inves-

    tigacin, ha sido la de apoyar internamente a

    proyectos de investigacin. As, por medio de

    cinco convocatorias internas se ha apoyado

    565 proyectos de investigacin entre 2000

    y 2005, en los que se han visto involucrados

    alrededor de 1200 PTC. En particular, en las

    ltimas cuatro convocatorias se ha incorpo-

    rado la estrategia de apoyo a nuevos investi-

    gadores, con lo que se han otorgado recursos

    a 0 proyectos de PTC que inician de manera

    tutorada en las actividades de investigacin.

    Por otro lado, el desarrollo de la planta

    acadmica ha sido atendido mediante un pro-

    ceso de adjudicacin de plazas por la va de

    concursos de oposicin y de mritos, cuyas

    bases establecen como requisito contar con

    grado de maestra como mnimo, en alineacin

    con los criterios para el reconocimiento de

    perfil deseable PROMEP. Con ello, en 2004 y

    2005 se otorgaron 25 plazas a igual nmero

    de profesores e investigadores, de las cuales

    246 fueron definitividades obtenidas me-

    diante concursos de oposicin y 39 fueron

    plazas interinas otorgadas por medio de con-

    cursos de mritos. Adems, se llev a cabo la

    promocin o contratacin de 164 profesores

    con grado de doctor.

    Los aspectos mencionados, aunque cen-

    trales, no son los nicos en los se han dado

    avances significativos, pero esperamos que

    sean suficientes para ilustrar que la estrate-

    gia mediante la cual se ha integrado el PIFI

    a la planeacin institucional en la UABC, ha

    sido productiva.

    concLusiones La UABC ha visto en el PIFI, en el contexto

    de su proyecto de desarrollo y en particu-

    lar de su PDI 2003-2006, una oportunidad

    que le ha permitido impulsarlo para el me-

    jor cumplimiento de sus fines. Para ello,

  • 14 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    la tradicin institucional de planeacin ha

    contribuido a la incorporacin del PIFI a la

    dinmica institucional, ya que el tipo de

    planeacin desarrollado en la UABC ha facili-

    tado la incorporacin de polticas pblicas a

    la planeacin institucional para enriquecer

    su visin y ello le ha permitido fortalecer

    un desarrollo delineado previamente. As, a

    partir de las oportunidades que la UABC ha

    observado en el PIFI, est mejor preparada

    para afrontar los retos de un ambiente y una

    universidad cada vez mas complejos y, de

    esta manera, contribuir al mejoramiento de

    la sociedad que hace posible su existencia.

    Para una institucin tan compleja y

    geogrficamente extendida como la Univer-

    sidad Autnoma de Baja California, realizar

    peridicamente un proceso de anlisis, dis-

    cusin y planeacin de la vida institucional

    que recoja las inquietudes de sus miembros,

    implica un enorme esfuerzo. No obstante,

    gracias a la experiencia adquirida durante

    muchos aos de planeacin y vida colegiada,

    esta estrategia ha demostrado ser de incalcu-

    lable valor para el fortalecimiento de la cul-

    tura organizacional. Las tensiones entre los

    requerimientos de las instancias financiad-

    ores externas y las perspectivas de las comu-

    nidades acadmicas internas a las UPEA no

    van a desaparecer mediante esta estrategia,

    pero lo que s tendrn es un espacio colegia-

    do en que pueden llegar a consensos y com-

    promisos que aseguran, dentro de lo posible,

    la viabilidad de los proyectos planteados. In-

    dependientemente de la vigencia futura de

    un programa como el PIFI, se esperara que

    estos espacios colegiados y el enfoque de pla-

    neacin contextual mantuvieran su utilidad

    para mantener las grandes direcciones que

    la UABC se ha trazado para su desarrollo.

    Los logros obtenidos, como resultado de

    esos procesos, permiten reafirmar la capaci-

    dad de prospectiva de la institucin. En par-

    ticular, la evolucin de los indicadores pre-

    sentados permite apreciar el avance logrado

    en diversos aspectos sustanciales de la vida

    acadmica en la UABC, en especial los relati-

    vos a la mejora y aseguramiento de la calidad

    de sus programas educativos, la ampliacin

    de la matrcula y, por otro lado, al perfil de

    sus acadmicos.

    En conjunto, las polticas, estrategias y

    proyectos institucionales, derivados de los

    PDI 1999-2002 y 2003-2006, sumados a los

    proyectos que integran las varias ediciones

    del PIFI, as como a los apoyos del PROMEP,

    han permitido concretar un cambio no slo

    cuantitativo, sino ante todo cualitativo, que

    se refleja, ms all de los indicadores, en el

    esfuerzo por formar ciudadanos plenamente

    realizados, capaces de enfrentar creativa-

    mente y con alto sentido tico y de respon-

    sabilidad social los retos que le presentar

    su entorno actual y futuro, en una dinmica

    de trabajo colegiado, participativo y con una

    actitud de mejoramiento continuo de la cali-

    dad. La estrategia de articulacin PDI-PIFI,

    que ha estado asociada a estos desarrollos

  • Mayo 2007 / 1

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    recientes, sin que est exenta de problemas

    y oportunidades de mejora, es la forma en

    que la institucin ha encontrado un equi-

    librio entre su tradicin, su dinmica y cul-

    tura interna y las demandas que la sociedad

    mexicana le plantea a la educacin superior,

    en el sentido de ampliar la cobertura de la

    educacin superior con calidad y equidad

    y, al mismo tiempo, ayudar a que el pas se

    inserte productivamente en la sociedad del

    conocimiento, caracterstica de nuestros

    tiempos.

    BiBliogrAfA

    GALAZ Fontes, J. F., J. J. Sevilla Garca, J. Morones Pichardo, A. Ortiz Garca y L. Esquivel Herrera [2005,

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    California, autor, Mexicali, Baja California.

    Universidad Autnoma de Baja California [2003b], Plan

    de Desarrollo Institucional 2003-2006, autor, Mexicali, Baja California.

  • 16

    ENSEANZA Y APRENDIZAJE DE LAS MATEMTICAS EN LA EDUCACIN BSICAY EL BACHILLERATO:UNA MIRADA A LA PROBLEMTICA ACTUAL*

    MArtn PAstorAnguLo

    Doctor en Cien-cias Sociales, con Licencia-tura y Maestra en Ciencias de la Educacin.Profesor e in-vestigador de tiempo comple-to del CISE/UASy miembro del SNI-CONACYT.

    [email protected]

    *Extracto del documento elaborado por el autor para la fundamentacin del programa de Maes-tra en Docencia de las Ciencias Bsicas con opcin en el Campo For-mativo de Matemticas, auspiciado por el Con-sejo Estatal de Ciencia y Tecnologa del Estado de Sinaloa [CECyT], CONACyT y SEPyC, actualmente en operacin con el apoyo del Centro de Ciencias de Sinaloa y la Universidad Autnoma de Sinaloa.

    De entrada, se trata de aclarar el pro-blema de cul es el sentido general de la enseanza de las ciencias y, en par-

    ticular, de las matemticas, que en el caso

    de la educacin bsica toma como punto

    de partida cuestiones relativas a lo que el

    individuo debe aprender en la primaria y

    en la secundaria. La mayor parte de los discursos oficiales ha reiterado que el propsito de la educacin, y en especial la b-

    sica, es encaminar a los alumnos hacia la formacin de perso-

    nas integrales en el sentido de que adquieran valores, hbitos,

    actitudes, habilidades y conocimientos que les permitan inte-

    grarse a la vida social como personas tiles e independientes,

    que sepan ejercer su libertad con responsabilidad y que sean

    buenos ciudadanos, etctera. En este contexto, cabe pregun-

    tarse: cul es la funcin que cumplen aqu las matemticas?

    Mara Guadalupe Moreno [1997] refiere que en ms de

    una ocasin hemos sido testigos, como asistentes, estudiantes,

    colegas o docentes, de clases de matemticas donde la tnica

    general gira en torno a cuestiones como las mencionadas a

    continuacin:

    A fondo

  • Mayo 2007 / 1

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    ResumenCul es el sentido general de la enseanza de las ciencias y, en particular, de las matemticas, en el caso de la educacin bsica? Y en el bachillerato? El artculo toma como punto de partida cuestiones relativas a lo que se supone comnmente que el individuo debe aprender en la primaria, secundaria y bachillerato. La mayor parte de los discursos oficiales reiteran que el propsito de la educacin y, en especial, la bsica, es encaminar a los alumnos hacia la formacin de personas integrales en el sentido de que adquieran ciertos valores, hbitos, actitudes, habilidades y conocimientos que les permitan integrarse a la vida social como personas tiles e independientes, que sepan ejercer su libertad con responsabilidad y que sean buenos ciudadanos, etctera. Sin embargo, los datos concurrentes de las pruebas efectuadas a los establecimientos escolares pblicos y privados, como PISA-OCDE y ENLACE-SEP, demuestran las graves carencias formativas en un rea de conocimiento como las matemticas, que es vital para la formacin de futuros cientficos en nuestro pas.

    PalabRas claveEducacin, docencia, matemticas, ciencias, cambio.

    abstRactWhich is the general sense of the teaching of sciences, and in individual of mathematics in the case of basic education? And in pre-university studies? The article takes like starting point relative aspects so that it is supposed commonly that the individual must learn at the primary school, secondary school and pre-university studies. They reiterate the majority of official discourses than the educational purpo-se, and specially tha basic level, is to put the pupils toward integral peoples formation to the effect that they acquire certain moral values, habits, attitudes, abilities and knowledge on the right road that they permit them integrating to the social life like useful and independent people, that they know how to exercise his freedom with responsibility, that the townspeople be good, etcetera. However, concurring data of tests made so much to the school public and private establishments, like PISA-OCDE and ENLA-CE-SEP, they demonstrate grave formative scarcities in an area of knowledge like mathematics, that is for vital future scientistss formation at our country.

    Key woRdsEducation, teaching, mathematics, sciences, change.

    Se opta por desarrollar destrezas en el

    manejo de los algoritmos del programa del

    curso de matemticas que se conduce, pero

    se atiende poco la solucin de problemas;

    esto ocasiona fcilmente alumnos que son

    brillantes en matemticas, mientras no se

    trate de resolver problemas

    La solucin de problemas aparece slo

    en algunos temas y al final del tratamiento

    de los mismos como una seccin comple-

    mentaria de aplicacin, que a veces se omite

    con el argumento de contar con programas

    muy extensos y con poco tiempo para su de-

    sarrollo

    Se ensea a resolver problemas si-

    guiendo esquemas predefinidos [por ejemplo,

    el de datos, frmula a aplicar, operaciones,

    resultado]; de esta manera, el componente

    heurstico, caracterstico de la solucin de

    problemas, se ve reducido tambin, lo ms

    posible, a una serie de pasos, a una especie

    de algoritmo

  • 1 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    Se propicia el aprendizaje de la solu-

    cin de problemas tipo, con poco margen

    de participacin creativa y original de los es-

    tudiantes

    Se privilegia el inters por obtener

    respuestas correctas, con poca valoracin

    de la pertinencia de los procesos utilizados,

    sin propiciar espacios para la confrontacin

    o para el aprendizaje a partir del anlisis de

    los errores

    Se tiende a trabajar slo con problemas

    planteados en libros de texto, con escasos o

    nulos planteamientos problemticos por el

    maestro o los alumnos

    Se ejemplifica la solucin de problemas

    recurriendo a casos de un grado mnimo de

    dificultad y se pide al alumno ejercitar en cla-

    se, o como tarea, largas series de problemas

    de una complejidad que supera de manera

    notable a la de los problemas que sirvieron

    como ilustracin

    Se asigna a los estudiantes la solucin

    de cierto nmero de problemas, sin que el

    maestro se haya cerciorado de su graduacin

    y de que los alumnos cuenten con los co-

    nocimientos, antecedentes necesarios para

    poder resolverlos

    El planteamiento de los problemas de

    muchos libros de texto es insinuatorio:

    seala prcticamente qu debe hacerse para

    obtener la respuesta, que por lo general es un

    nmero. Algunas veces, es el maestro quien

    lo convierte en insinuatorio cuando agrega

    comentarios o nuevas preguntas, mientras

    da lectura al texto junto con los alumnos

    Se utilizan los problemas prcticos

    como argumento universal, muchas veces no

    pertinente, para dar respuesta a la constante

    pregunta de los estudiantes acerca del para

    qu sirve el tema que estn estudiando.

    En ese contexto, la prctica habitual de

    la enseanza escolar, al pretender que los

    alumnos alcancen de golpe las ltimas ver-

    dades de la ciencia, ofrece a aqullos el

    conocimiento [en realidad, slo informa-

    cin verbal o formal] como algo ya acabado

    y listo para ser tomado, como si fuera un

    objeto material y no algo que requiere ser

    reconstruido por el sujeto mismo. Este pro-

    cedimiento anula por completo las posibili-

    dades de exploracin y descubrimiento en

    cualquier terreno; por tanto, en lugar de

    promover una actitud de bsqueda, pro-

    mueve una actitud de mero recipiente de

    informacin. La actitud del alumno termina

    siendo por completo pasiva, de espera a que

    se le otorgue el conocimiento. Con esto,

    el proceso del aprendizaje pierde tambin

    las condiciones para generar la alegra que se

    deriva del hecho de descubrir algo [por refe-

    rirnos slo al descubrimiento que hace cada

    uno para s mismo]. Esto sucede en todas las

    reas, incluyendo las matemticas.

    Chuc [199] afirma que durante muchos

    aos el conocimiento de las matemticas fue

    enseado de manera mecnica y abstracta a

    los nios, inculcando un concepto terico de

    los nmeros en que los nios memorizaban

  • Mayo 2007 / 1

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    un nmero tras otro sin saber cmo sera

    aplicado en la vida cotidiana. El autor cita a

    DAngelo para mencionar dos perspectivas

    de conceptualizacin matemtica:

    1. Teora de abstraccin. Considera que

    el conocimiento se mide por la cantidad de

    datos memorizados, los cuales son almacena-

    dos desde el exterior a partir de las acciones

    que un individuo realiza a diario.

    2. Teora cognitiva, en que el objeto ayu-

    da a los nios a construir una representacin

    ms exacta de las matemticas con base en

    el desarrollo de pautas de pensamiento cada

    vez ms convencionales, a travs de la obser-

    vacin de los indicios de un problema visto

    en diferentes perspectivas para llegar a una

    solucin.

    Por otra parte, suele hablarse de que las

    matemticas ejercitan al sujeto para el buen

    uso de la razn o para desarrollar el pensa-

    miento abstracto. En ese sentido, se puede

    decir que la sociedad moderna le atribuye a

    las matemticas el papel de un instrumento

    que contribuye a desarrollar habilidades de

    razonamiento o de pensamiento, como una

    herramienta esencial para la adquisicin y

    sistematizacin de conocimientos.

    La matemtica, al igual que la lgica, es

    una herramienta muy til para el proceso de

    aprender. Ayuda a organizar nuestra interac-

    cin con el mundo. Pero en general cuando se

    habla de matemticas suelen confundirse al

    menos dos planos de realidad distintos: uno,

    cuando se utiliza la expresin en el sentido

    de herramienta para ayudar a resolver ciertos

    problemas de la vida cotidiana, individual o

    comunitaria y, otro, cuando nos referimos a

    la matemtica como ciencia, es decir, cuando

    nos referimos a la herramienta como tal, in-

    dependientemente de su utilizacin para la

    solucin de problemas prcticos.

    Otro plano de la realidad es el cognitivo,

    de acuerdo con la epistemologa gentica de

    Jean Piaget, donde el trmino matemtica

    refiere el sentido que suele drsele al tr-

    mino lgica cuando se refiere al uso de la

    razn natural. A este plano corresponde la

    matemtica natural [en correspondencia con

    la expresin lgica natural], mismo que se

    distingue como un conjunto de operaciones

    y estructuras de razonamiento que los indi-

    viduos construyen espontneamente a partir

    de su interaccin con el medio natural y so-

    cial [es conveniente enfatizar que no siem-

    pre son conocimientos innatos y que el su-

    jeto no es consciente todo el tiempo de esas

    construcciones]. Es este plano al que alude

    Jean Piaget con las expresiones esquemas de

    accin o estructuras y operaciones lgico-ma-

    temticas.1

    Sin embargo, y de acuerdo con la opinin

    de Ricardo Vzquez [2005], en el proceso

    educativo escolar suele experimentarse una

    confusin generalizada entre estos tres pla-

    1Para mayor documentacin al respecto, pueden consultarse algunas de las obras publicadas por Jean Piaget, como La psicologa de la inteligencia [Psique, Buenos Aires], La gnesis de las estructuras lgicas el-ementales [Guadalupe, Buenos Aires] y Seis estudios de psicologa [Seix-Barral, Barcelona].

  • 20 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    nos, la cual contribuye al tremendo fracaso

    en la enseanza escolar de las matemticas,

    ya que tiene repercusiones negativas en la

    forma del abordaje pedaggico de esta asig-

    natura. Adems, es de gran importancia

    tomar en cuenta los aspectos afectivos y

    motivacionales en la enseanza de las he-

    rramientas matemticas. Hay, en las causas

    del fracaso en el aprendizaje escolar de las

    matemticas, un factor del que casi nunca

    se habla, y es el que las matemticas [como

    las formales] no despiertan el inters de la

    mayora de los nios y jvenes. El fracaso de

    muchos de ellos no se debe a una falta de

    inteligencia o a una incapacidad innata para

    las matemticas, sino a un total desinters

    porque no se le encuentra ninguna vincula-

    cin con las situaciones vitales.

    En esta perspectiva, se establece la no-

    cin de alfabetizacin matemtica o compe-

    tencia matemtica general propuesta en el

    ltimo estudio del Programa para la Evalua-

    cin Internacional de los Alumnos [PISA, por

    sus siglas en ingls], auspiciado por la OCDE,

    que se sintetizara en la capacidad individual

    para identificar y entender el papel que las

    matemticas tienen en el mundo, hacer jui-

    cios bien fundados y usar e implicarse con

    las matemticas en aquellos momentos en

    que se presenten necesidades en la vida de

    cada individuo como ciudadano constructi-

    vo, comprometido y reflexivo [OCDE, 2004].

    Desde esa perspectiva, el marco matemtico

    se sostiene en la creencia de que aprender

    a matematizar debe ser un objetivo bsico

    para todos los estudiantes y que la actividad

    matemtica se concreta en la actividad de

    matematizacin, identificada en ese estudio

    con la resolucin de problemas. Se pone el

    acento en capacidades, habilidades y ejecu-

    cin de procedimientos. Destaca el aspecto

    funcional y pragmtico del conocimiento ma-

    temtico que se subraya en este estudio. Las

    competencias tratan de centrar la educacin

    en el estudiante, en su aprendizaje y en el

    significado funcional de dicho proceso.

    Los tipos de competencias seleccionados

    permiten establecer variables de proceso

    para el estudio PISA. Esas competencias son:

    1. Pensar y razonar

    2. Argumentar

    3. Comunicar

    4. Modelar

    5. Plantear y resolver problemas

    6. Representar

    7. Utilizar el lenguaje simblico, formal y tc-

    nico y las operaciones

    El PISA considera que los logros de los estu-

    diantes en matemticas se pueden expresar

    mediante este conjunto de competencias, ya

    que describen los procesos requeridos para

    un dominio matemtico general. Conviene

    observar que las tres primeras son compe-

    tencias cognitivas de carcter general, mientras

    que las cuatro siguientes son competencias ma-

    temticas especficas, relacionadas con algn

    tipo de anlisis conceptual [OCDE, 2004].

  • Mayo 2007 / 21

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    Adems, de acuerdo con el documento

    Principios y Estndares para la Educacin

    Matemtica del National Council of Teachers

    of Mathematics [NCTM, 2000] en Estados

    Unidos, y que es uno de los principales re-

    ferentes para el diseo curricular de la edu-

    cacin matemtica en el mundo, se plantea

    que:

    Todo estudiante puede aprender mate-

    mticas si se le provee el tiempo necesario

    y una instruccin a tono con su estilo de

    aprendizaje

    Todo estudiante debe tener la oportuni-

    dad de aprender matemticas

    La enseanza debe orientarse a la so-

    lucin de problemas pertinentes a la reali-

    dad de los estudiantes, dar importancia al

    proceso y a las implicaciones que tiene su

    solucin

    De los seis principios bsicos estableci-

    dos en ese documento, destaca el principio

    de enseanza:

    Para ser eficaces, los profesores deben

    conocer y entender profundamente las ma-

    temticas que ensean y ser capaces de

    hacer uso de ese conocimiento con flexibi-

    lidad. Necesitan comprender a sus alumnos;

    confiar en ellos, como aprendices de mate-

    mticas y como seres humanos, y ser cuida-

    dosos al elegir y utilizar las estrategias peda-

    ggicas y de evaluacin. Adems, la eficacia

    docente requiere reflexin y esfuerzos con-

    tinuos para conseguir mejorarla. El profeso-

    rado debe tener oportunidades frecuentes y

    amplios recursos para acrecentar y actualizar

    sus conocimientos [2000:17].

    Ese principio slo ser posible en la me-

    dida en que los profesores de ciencias, de

    acuerdo con lo propuesto por un estudio

    auspiciado por la Organizacin de Estados

    Iberoamericanos [OEI], logren un profundo

    cambio didctico que cuestione las precon-

    cepciones docentes de sentido comn [Gil,

    Pessoa, Fortuny y Azcrate, 1994]. Algunas

    de las caractersticas, citadas en ese informe,

    de los programas y cursos tradicionales en

    que son formados los futuros y actuales

    profesores, representan importantes impedi-

    mentos en ese sentido:

    El formato expositivo de las clases esti-

    mula un aprendizaje pasivo

    Los problemas estndar realizados

    conducen a planteamientos algortmicos, re-

    petitivos, sin contribuir a desarrollar las for-

    mas de razonamiento necesarias para abor-

    dar situaciones novedosas

    Las prcticas de laboratorio utilizan ma-

    terial sofisticado, no disponible en los cen-

    tros educativos, y se limitan a un proceso de

    verificacin tipo receta de cocina, que no

    contribuye a la comprensin de la actividad

    cientfica

    La amplitud del currculo abordado y el

    escaso tiempo que se dedica a los distintos

    temas impiden una apropiacin en profundi-

    dad de los conceptos implicados [1994:51]

    La historia reciente de los intentos por

    ofrecer formacin docente en el mbito de la

  • 22 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    relacin educativa se centran en una visin

    limitada de lo que es la enseanza eficaz o

    eficacia docente, como sostienen Frida Daz-

    Barriga y Gerardo Hernndez, al indicar que,

    errneamente, Se presupone que es suficien-

    te entrenar a los profesores en mtodos de

    enseanza puntuales o en la adquisicin de

    ciertas conductas y habilidades discretas para

    cambiar su forma de ensear [2002:13].

    Por otra parte, las evaluaciones interna-

    cionales y nacionales del sistema de educa-

    cin bsica y bachillerato de nuestro pas

    coinciden en la preocupacin por mejorar

    sustancialmente la cobertura en los niveles

    medio superior, la equidad en el acceso, as

    como la problemtica de la calidad educativa

    en los procesos de enseanza aprendizaje y

    los egresados de estos niveles escolares, que

    se vuelve mucho ms crtica en el caso de las

    matemticas. Por mencionar algunos datos

    indicativos de esta situacin, podra citarse el

    ltimo reporte del estudio PISA/OCDE 2003,

    donde los resultados en las evaluaciones de

    estudiantes de educacin bsica de nuestro

    pas quedaron ubicados muy por debajo de

    estudiantes de otros pases, no slo con ma-

    yor desarrollo econmico e industrial, sino

    de pases con similares o menores niveles

    de desarrollo econmico y social, pues de

    un total de 41 pases que tomaron parte en

    este estudio, Mxico ocup el lugar 35 en

    matemticas, por debajo de Argentina, Bul-

    garia y Tailandia. El caso de este ltimo pas

    es todava ms relevante pues, comparado

    con Mxico, tuvo un costo casi a la mitad

    por alumno de secundaria comparado con

    Mxico.2

    Si se toma en cuenta que PISA no es una

    evaluacin de la efectividad de las escuelas

    de un pas, sino de los niveles de aprendizaje

    de sus jvenes de 15 aos, lo cual es produc-

    to tanto de la escuela como de las influencias

    familiares y sociales, sus resultados, por con-

    siguiente, pueden comprenderse como una

    evaluacin de la calidad educativa de una so-

    ciedad en conjunto y no slo de su sistema

    escolar:

    Si los puntajes de un pas son significativa-

    mente ms altos que los de otro, no se pue-

    de inferir automticamente que las escuelas

    del primero sean ms efectivas que las del

    segundo, puesto que el aprendizaje comien-

    za mucho antes que la escolaridad y ocurre

    en una amplia gama de lugares, dentro y

    fuera de la escuela; lo que puede concluirse

    legtimamente es que en el primer pas el

    impacto acumulado de las experiencias de

    aprendizaje, desde la primera infancia hasta

    los 15 aos, y tanto en la escuela como en

    el hogar, ha producido resultados ms ade-

    cuados en los terrenos que evala PISA [cit.

    Martnez, 2003:20].

    En este contexto, los resultados de la evalua-

    cin en matemticas en la prueba PISA 2003

    2Para ampliar informacin al respecto, ver R. Vidal y M. A. Daz [2004], Resultados de las pruebas PISA 2000 y 2003, Mxico, DF: INEE.

  • Mayo 2007 / 23

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    para estudiantes de 15 aos [tercero de se-

    cundaria en nuestro pas] sitan a Mxico

    entre los ltimos lugares, delante slo de In-

    donesia, Tnez y Brasil. De acuerdo con las

    consideraciones metodolgicas planteadas al

    respecto por el INEE, la diferencia que sepa-

    ra los puntajes de dos pases en esta prueba

    no siempre es significativa estadsticamen-

    te. Sin embargo, la diferencia que separa a

    Mxico del resto de pases de la OCDE es

    significativa en todos los casos. Respecto de

    pases de un nivel de desarrollo cercano al

    de Mxico, como Tailandia, Turqua, Uru-

    guay, Grecia o Portugal, esta diferencia no es

    tan grande, pero s significativa. En los pa-

    ses de mejor evaluacin de las competencias

    matemticas, ms del 20% de los alumnos se

    ubican en los niveles ms altos de competen-

    cia [Hong Kong, Finlandia, Estados Unidos

    y Espaa, entre ellos]. En el caso de Hong

    Kong, la cifra supera incluso el 30%, siendo

    la media de la OCDE 14.7%. En el otro extre-

    mo, en los pases de mejores resultados slo

    siete a diez estudiantes tienen un nivel de

    competencia insuficiente, mientras el pro-

    medio de la OCDE es de 21.4%. En contraste,

    la proporcin de mexicanos de competencia

    elevada es slo de 0.4%, mientras la corres-

    pondiente a competencia insuficiente es de

    un abrumador 65.9% [INEE, 2005:5].

    En el nivel de educacin primaria tam-

    bin hay varios estudios internacionales

    con enfoque comparativo que contribuyen a

    comprender ms ampliamente la problem-

    tica educativa en el mbito de las matem-

    ticas. Entre ellos destaca el realizado entre

    junio y noviembre del 1997 por expertos

    participantes en el Laboratorio Latinoameri-

    cano de Evaluacin de la Calidad de la Edu-

    cacin, auspiciado por la Oficina Regional de

    Educacin para Amrica Latina y el Caribe

    [OREALC] de la UNESCO, conocido como Pri-

    mer Estudio Internacional Comparativo en

    Lenguaje, Matemtica y Factores Asociados,

    para alumnos del Tercer y Cuarto Grado de

    la Educacin Bsica. Derivado de ese estu-

    dio, se publicaron dos informes. El primero,

    ms estadstico, en 199 y, el segundo, ms

    analtico, en 2000. Fueron trece los pases

    de Amrica Latina participantes: Argentina,

    Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica,

    Cuba, Honduras, Mxico, Paraguay, Per, Re-

    pblica Dominicana y Venezuela.

    Los resultados de ambas pruebas se ex-

    presaron en una escala especial [Modelo de

    Rasch], con una media aritmtica de 250

    puntos y una desviacin estndar de 50 pun-

    tos. Se aplicaron pruebas de lenguaje a 54

    59 estudiantes y de Matemtica a 54 417

    alumnos de tercer y cuarto grados de educa-

    cin bsica [adems de una cantidad impor-

    tante a acadmicos y directivos escolares].

    Los ejes curriculares que fueron objeto de

    la evaluacin en matemtica se relacionaron

    con numeracin, operatoria con nmeros

    naturales, fracciones comunes, geometra y

    habilidades [entendidas estas ltimas como

    lectura de grficos, reconocimiento de patro-

  • 24 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    nes, nociones de probabilidades y relaciones

    entre datos dados].

    Los resultados ms significativos de ese es-

    tudio se resumen en los puntos siguientes:

    Los estudiantes cubanos alcanzaron los

    mayores puntajes en lenguaje y matemtica

    y tardan un menor nmero de aos para cur-

    sar un grado [tasa de avance], lo que se ad-

    vierte en todas sus escuelas. Las diferencias

    de logro para este pas, desde la perspectiva

    de gnero y de los niveles socioculturales,

    tambin son reducidas. La relacin entre

    puntajes altos en las dos disciplinas y tasa de

    avance se advierte tambin en otros pases

    Los resultados en matemtica, con la

    salvedad de lo anotado arriba para el caso

    de Cuba, son generalmente an ms bajos

    y desiguales. Los alumnos no asimilan los

    conocimientos, ni desarrollan las compe-

    tencias en la asignatura. Reconocen signos y

    estructuras, pero con escasa capacidad para

    resolver problemas matemticos simples de

    la vida cotidiana [OREALC, 2000]

    El estudio tambin analiz el rubro de la

    formacin inicial y capacitacin de los profe-

    sores y sus repercusiones en los niveles de

    aprovechamiento escolar de sus respectivos

    estudiantes. Al respecto, se destaca que

    [] hay un efecto positivo entre la forma-

    cin postsecundaria de los profesores y el

    rendimiento de sus alumnos. En cambio, si

    se observa la variable capacitacin docente

    en servicio [entendida como aquella que

    tiene lugar luego de terminada la formacin

    Fuente: OREALC (2000:1).

    Lo anterior puede apreciarse de mejor manera en la siguiente Grfica:

  • Mayo 2007 / 2

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    inicial] su influencia sobre el rendimiento

    an cuando es positiva no es estadstica-

    mente significativa. Por cada ao adicional

    en la preparacin docente postsecundaria,

    los alumnos aumentan sus resultados en

    2.44 puntos en Lenguaje y 2.06 en Mate-

    mtica. Esto significa que aquellos alumnos

    cuyos maestros tienen cuatro aos de for-

    macin docente postsecundaria alcanzaran

    entre 4 y 5 puntos ms que aquellos cuyos

    profesores tienen slo dos aos de similar

    formacin [] los resultados de la investi-

    gacin apuntan a que se privilegie la forma-

    cin docente [OREALC, 2000:1].

    Este estudio, de alcance latinoamericano y

    realizado por reconocidos expertos inter-

    nacionales, plantea la necesidad de generar

    polticas y programas en los pases de la re-

    gin tendientes a favorecer la formacin y

    actualizacin de los profesores de educacin

    bsica, pues se encontr una relacin deter-

    minante de este aspecto con resultados ms

    positivos en las evaluaciones de los alumnos.

    El exsecretario de Educacin Pblica,

    Reyes Tmez Guerra, reconoci que la edu-

    cacin secundaria es donde se registra ma-

    yor desercin escolar, con casi el 20% de

    los alumnos que no concluyen sus estudios.

    Este es el nivel escolar donde se tiene una

    tasa de reprobacin muy importante, ya que

    el 22% de los alumnos del pas deben por lo

    menos una materia [Beltrn, 2005] y las ms

    frecuentes son del rea de matemticas.

    Por otra parte, para el caso del bachille-

    rato, podramos cuestionar qu significa que

    el estudiante de este nivel educativo sepa

    matemticas. Al respecto, Julieta Verdugo y

    colaboradores [2001] coinciden en que sa-

    ber matemticas no quiere decir slo tener

    cierta habilidad en el manejo de algoritmos y

    mecanizaciones, sino, entre otras cosas,

    Tener capacidad de formular y modelar pro-

    blemas

    Formular razonamientos matemticos

    Poder comunicar ideas y resultados

    Representar de diversas maneras un pro-

    blema

    Conocer una serie de contenidos fundamen-

    tales [dependiendo del nivel de estudio]

    El desarrollo de esas habilidades y la adqui-

    sicin o apropiacin de los conceptos mate-

    mticos se consideran facetas de un mismo

    proceso global [Verdugo, 2001:11]. Uno de

    los problemas ms frecuentes en el bachille-

    rato es el fenmeno de la reprobacin estu-

    diantil. En el caso de la UAS, las autoridades

    universitarias reconocieron pblicamente esa

    situacin y aceptaron que existe un 22% de

    promedio de reprobacin en toda la insti-

    tucin durante los ltimos ciclos escolares

    [peridico El Debate, 2006:1-A]. De manera

    particular, esta problemtica se hizo evidente

    en el Foro Estatal xito y Fracaso Escolar en

    el Bachillerato, organizado por la Direccin

    General de Escuelas Preparatorias [DGEP] de

    la UAS, donde se reconoci el factor docente

    como uno de los elementos clave para el fra-

    caso escolar de los estudiantes:

  • 26 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    La gran mayora de los maestros universitarios no tenemos for-

    macin docente, no estudiamos para ser maestros, algunos en-

    tramos a trabajar para la Universidad por situaciones absoluta-

    mente circunstanciales. Al desarrollar nuestras clases solamente

    reproducimos en cuanto a forma el tipo de clases que recibimos

    de nuestros maestros, esta falta de conocimientos didcticos ha

    influido en que a nuestras clases falte el ingrediente que genere

    el inters del alumno, ya que no desarrollamos estrategias didc-

    ticas que nos permitan que el conocimiento llegue al alumno de

    manera fcil y directa [DGEP, 2000:7].

    Las graves carencias formativas de los estudiantes preparato-

    rianos quedan en evidencia cuando presentan exmenes de

    admisin a las carreras universitarias y sus calificaciones son

    extremadamente bajas. Por ejemplo, la Facultad de Ciencias

    Qumico-Biolgicas de la UAS, al aplicar su examen diagnstico

    para el ciclo escolar 1999-2000 a los solicitantes de nuevo in-

    greso, provenientes de los diferentes sistemas de bachillerato

    en el estado de Sinaloa [UAS, COBAES, CETIS, CBTIS, CONALEP,

    colegios particulares, etctera], se enfrent a los resultados si-

    guientes:

    Fuente: Flix Tamayo, Yolanda Salazar y Rosaura Salazar [2000:24].

    Los datos muestran que las deficiencias acadmicas en orden

    descendente son en las materias de matemticas, qumica y

    fsica, dando un promedio general de 3.92 en una escala de

  • Mayo 2007 / 2

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    calificaciones del 0 al 10. El promedio ms bajo correspondi

    a matemticas con 2.95. Estos promedios demuestran que el

    nivel acadmico del estudiante que egresa del bachillerato es

    sumamente bajo, al menos en esas asignaturas. Un promedio

    general de 3.92 para este nivel educativo no es nada halagador.

    Un semestre despus, los nuevos alumnos, que haban pasa-

    do por un curso de nivelacin con carcter remedial, reproba-

    ban en su mayora la materia de Matemticas I, como muestra

    el Cuadro 4.

    Situacin similar se presenta en otras facultades universitarias,

    como la Escuela de Informtica en Culiacn y la Escuela de

    Administracin Agropecuaria y Desarrollo Rural [ESCAADER]

    en Guamchil. En la primera, en el proceso de seleccin de

    estudiantes para el ciclo escolar 1997-199, reportaba 420

    solicitantes a quienes se aplic un examen diagnstico que

    comprenda las reas de matemticas, lgica, ingls y aspectos

    psicomtricos. En el rea de matemticas slo aprobaron diez

    estudiantes, es decir, el 2.41% del total. El examen de matem-

    ticas constaba de 32 preguntas. Los 10 alumnos aprobados res-

    pondieron en general bien: de 24 a 31 preguntas, el 4% de los

    alumnos respondieron un promedio de 27.2 preguntas. Pero

    qu sucedi con la mayora? De ellos se inscribieron 269 al

    curso propedutico en matemticas y slo 107 lo terminaron.

    De esos 107 aprobaron 45. Finalmente, se formaron dos grupos

    Fuente: Flix Tamayo, Yolanda Salazar y Rosaura Salazar (2000:29).

  • 2 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    (uno para el turno matutino y otro para el vespertino) con 143

    alumnos [Leyva, 2000:74]. Por tanto, poco menos de 100 alum-

    nos de nuevo ingreso a ese ciclo escolar en el plantel no tenan

    un nivel aprobatorio del rea de matemticas, que resulta fun-

    damental para una carrera ubicada en el rea de tecnologa.

    En el caso de la ESCAADER, se puede referir a los datos del

    examen diagnstico aplicado a los aspirantes a nuevo ingreso

    en el ciclo escolar 1999-2000. De acuerdo con Mara Concep-

    cin Mazo [2000:9], fueron un total de 150 estudiantes recin

    egresados de bachillerato provenientes en su mayora de las

    preparatorias de la UAS [Guamchil, Angostura, Mocorito], en

    ese orden, del sistema COBAES [Guamchil, Tamazula, Angostu-

    ra y Mocorito], as como del CBTIS. En una muy baja proporcin

    se encuentran tambin del CBTA, CONALEP, COBACH y Colegio

    Guasave. Los resultados obtenidos en ese examen reflejaron un

    bajo nivel de aprovechamiento, pues del total de 141 preguntas

    el estudiante que alcanz el mayor nmero de respuestas acerta-

    das contest un total de 69; es decir, menos del 50% del examen,

    situacin que observamos en la Grfica siguiente:

  • Mayo 2007 / 2

    univErsidAd AutnomA dE sinAloA

    A Fondo

    Una investigacin realizada por Martn

    Gastlum para el peridico Noroeste en 1999

    indag en cinco escuelas de licenciatura per-

    tenecientes a la Universidad Autnoma de

    Sinaloa [Arquitectura, Ingeniera Civil, Edu-

    cacin Fsica, Qumica e Informtica] y con-

    cluy que el 94.27% de los estudiantes que

    presentaron examen de admisin o de diag-

    nstico lo reprobaron. Al respecto, seala

    que los funcionarios educativos coincidieron

    en admitir que, a partir de esos resultados,

    los alumnos de nuevo ingreso tienen proble-

    mas de conocimiento de diferentes reas,

    pero principalmente en matemticas. Esta si-

    tuacin est muy vinculada a las limitaciones

    pedaggicas en la formacin profesional de

    los docentes de bachillerato para una ense-

    anza eficaz en ese tipo de materias: [] los

    problemas que se presentan estn estrecha-

    mente relacionados con la falta de voluntad de

    los estudiantes por aprender y de los maestros

    por hacer un esfuerzo adicional por ensear

    ms y mejor [Gastlum, 1999].

    De acuerdo con el rector Hctor M.

    Cun, casi la mitad de los estudiantes que

    entran a las preparatorias de la UAS deser-

    tan o tiene altos niveles de reprobacin y no

    salen rumbo a la profesional por problemas

    econmicos, sociales y de aprendizaje [Mu-

    rillo, 2006]. En el caso del COBAES, su ma-

    trcula en el ciclo 2006-2007 fue de ms de

    32 mil estudiantes a incrementarse en el si-

    guiente ciclo escolar en un 12%, y reconoci

    oficialmente por su Direccin General que

    la desercin escolar en esa institucin es del

    40% [Castro, 2006].

    En el plano nacional, la Asociacin Na-

    cional de Universidades e Instituciones de

    Educacin Superior [ANUIES], en su ltima

    reunin nacional celebrada en Veracruz,

    aprob el documento Consolidacin y avan-

    ces de la educacin superior en Mxico: te-

    mas cruciales de la agenda, el 31 de mayo

    de 2006, por los 144 rectores integrantes,

    donde se estableci que ante los retos de la

    educacin superior en Mxico es necesario

    proponer un nuevo pacto social para mejorar

    la calidad en la enseanza. Asimismo, sea-

    laron que para establecer una poltica de Es-

    tado que fortalezca la enseanza superior es

    necesario desarrollar una renovada poltica

    de atencin a la educacin media superior,

    que mantiene una tasa de eficiencia terminal

    que no ha conseguido romper la barrera del

    60%, pese a que se considera indispensable

    para el mejoramiento de la calidad en la for-

    macin universitaria. Al respecto, la ANUIES

    reconoce que los problemas de calidad en

    varios segmentos del sistema de educacin

    media superior del pas redundan en limita-

    ciones para que los egresados satisfagan las

    condiciones de ingreso a las instituciones de

    educacin superior [IES] y para estar al ni-

    vel de las exigencias acadmicas de los pro-

    gramas. Segn las cifras consignadas en ese

    documento oficial, se destaca que el creci-

    miento de este nivel ha implicado la incorpo-

    racin, entre los aos 2000 y 2005, de casi

  • 30 / Accin EducAtivA n 7

    cEntro dE invEstigAcionEs y sErvicios EducAtivos

    A F

    ondo

    50 000 nuevos profesores. Es decir, se estn

    contratando 10 000 profesores por ao o 27

    por da y ellos se estn formando en las IES.

    Tres implicaciones se desprenden de este

    anlisis para que las IES mexicanas logren la

    meta de garantizar que 30% de los jvenes

    de 19 a 23 aos puedan cursar estudios su-

    periores para 2012:

    El mejoramiento de la calidad en la edu-

    cacin superior no es independiente de la si-

    tuacin de la educacin media superior y de su

    necesaria reforma e integracin como sistema

    La ampliacin de la cobertura social en el

    nivel superior depender claramente de que se

    abran los cuellos de botella en el nivel anterior

    La educacin superior tiene un papel

    muy importante que cumplir en la prepara-

    cin de los miles de sus egresados que se

    estn iniciando como profesores de nivel

    medio superior [ANUIES, 2006:33]

    Finalmente, conviene reflexionar en el

    hecho de que todava no puedan remediarse

    los enormes rezagos histricos de la educa-

    cin en nuestro pas y ya es necesario reco-

    nocer que durante el siglo XXI se trastocarn

    profundamente los esquemas tradicionales

    de los sistemas educativos en todo el mun-

    do, donde nada quedar intocable de lo que

    conocimos en el siglo XX, pues casi el 0%

    de lo aprendido tendr que ser reconside-

    rado, reaprendido, desechado, rectificado,

    movido por fuerzas que van desde la nueva

    acumulacin de conocimientos, por la brutal

    imposicin de algunas polticas pblicas, por

    la incapacidad docente de alcanzar una pre-

    paracin que sobrepase a todo lo aprendido,

    donde los alumnos han adquirido habilidades

    y destrezas para acceder al conocimiento que

    el maestro no ha podido alcanzar. Ante ello,

    cabe preguntarse: qu estamos haciendo

    por nuestros estudiantes y profesores para

    ponerlos a la altura de las nuevas circunstan-

    cias de la educacin mundial?

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  • 32

    MODELOSPEDAGGICOS EN LA EDUCACIN ADISTANCIAAPOYADOS EN TIC

    Jos de J. LArA ruiz, MArtn c. cAMAcho rAMrez, eLoy A. MuriLLo AcostA, Mi-gueL sALAzAr rubio

    Acadmicos dedistintas institu-ciones educativas sinaloenses. Maestro y alum-nos de la Maes-tra CISE UAS.

    [email protected]

    c a m i l o c a m a c h o @hotmail.com

    [email protected]

    msalazar_93@hotmail.

    com

    1. USOS DE LAS TECNOLOGAS EN MBITOS EDUCATIVOS

    Los procesos educativos se han ido transformando, a la par que se introdu-cen innovaciones tecnolgicas. En el mbi-

    to educativo podemos entender los medios

    tecnolgicos como una mediacin de apo-

    yo