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  • 7/31/2019 Wolfgang Giegerich El Presentecomodimensiondelalma

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    Wolfgang Giegerich: El Presente como Dimensin del Alma

    El 'Conflicto Actual' y la Psicologa Arquetipal

    (Publicado originalmente en 1978 como Die Gegenwart als Dimension der Seele - Aktualkonflikt

    und archetypische Psychotherapie en Analytic Psychology 9 (1978), pp. 99-110, e incluido en

    Collected English Papers, vol. I: The Neurosis of Psychology. Primary Papers towards a Critical

    Psychology, Spring Journal, 2005)

    Traduccin de Enrique Eskenazi. Agradezco al autor su amable permiso para traducir y publicar

    este artculo

    Volver

    Wolfgang Giegerich es un destacado psiclogo analtico cuya obra ha sido considerada por David L.

    Miller como un avance radical en el pensamiento junguiano, ms an, como "pensamiento

    junguiano de tercera ola", comparando la obra de Giegerich con la de Jung mismo y con la

    "segunda ola", la psicologa arquetipal asociada con James Hillman.

    Cuando los blancos vinieron a Melanesia en el curso del colonialismo y ms tarde nuevamente

    durante la segunda guerra mundial, y trajeron con sus barcos o aviones toda la abundancia de sus

    bienes materiales -comida, aparatos, coches, armas, casas prefabricadas- surgieron cultos de

    cargamento (cargo cults) entre los nativos; la gente crean en un milenio inmediatamente

    inminente que milagrosamente traera un ilimitado bienestar de cargo (expresin popular en

    ingls para los bienes occidentales de consumo). A causa de esta expectativa religiosa, los medios

    de vida tradicionales con frecuencia fueron destruidos y se construyeron almacenes paras las

    riquezas esperadas. Qu haba ocurrido all? La vista de la abundancia occidental de bienes de

    consumo haba abrumado a los nativos, y sus consciencias, acostumbradas a una vida de la Edad

    de Piedra tal como haban vivido, no fue capaz de comprender los bienes por lo que eran, es decir,

    resultados de la produccin humana normal ms que bienes de origen sobrenatural, celestial.

    Este ejemplo demuestra drsticamente un hecho importante para nosotros. El carcter que un

    objeto tiene para nosotros no depende simplemente de su naturaleza real, sino an ms de la

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    conciencia que lo aprecia. Una golondrina no hace verano, pero ni siquiera mil golondrinas lo

    hacen. Aplicado a la psicologa esto significa: no todo lo que es acerca de la relacin madre-nio,

    complejos, el anima y la individuacin es ya ipso facto psicologa. Los conceptos y los contenidos

    de la psicologa no constituyen per se el carcter esencial de la psicologa. Lo que es decisivo es

    ms bien que la orientacin de la conciencia dentro de la cual se perciben en estos contenidos sea

    ya psicolgica.

    Estoy objetando aqu al empirismo en la psicologa, a esa posicin que cree que los problemas

    psicolgicos pueden resolverse cientficamente y directamente, dentro de la estructura y sobre la

    base de la experiencia emprico-prctica, sin que uno simultneamente se haya comprometido en

    reflexiones acerca de cuestiones fundamentales de una naturaleza filosfico-arquetipal. Pero el

    tema de las propias presuposiciones no deben de este modo ignorarse, porque es precisamente

    una parte integral de la constitucin de la psicologa: los objetos psicolgicos y la estructura

    arquetipal de la consciencia que los considera son los dos momentos que slo juntos constituyen

    la fenomenologa psicolgica. Sin poder entrar en este tpico ms estrechamente, me gustara

    sostener que en este espritu y de acuerdo con Hillman (1) apoyo una psicologa arquetipal que

    refleje sus presuposiciones, en contraste con una psicologa analtica que opera con una fantasa

    empirista. Esta ltima cree se cree capaz de ver en lo objetivamente dado la totalidad del

    fenmeno psicolgico, mientras que es, despus de todo, slo un aspecto parcial, y adems una

    abstraccin. Mi inters es acerca de la direccin particular en la que tendra que moverse una

    investigacin psicolgica a fin de volverse psicolgica en primer lugar. Estoy buscando la

    dimensin del alma y de la psicologa; quiero hallar, y consolidar, el espacio particular que por s

    solo hace posible una psicologa como psicologa, y le permite prosperar.

    Con la nocin de conflicto actual Jung parece haber ofrecido una clave para un modo de ver

    verdaderamente psicolgico. Considero el teorema del conflicto actual no slo como una teora

    acerca del tpico psicolgico neurosis, sino a la vez tambin como una expresin de una

    orientacin intelectual particular que produjo en primer lugar esta teora (2). Este segundo

    aspecto es el que nos ocupar aqu. Nuestra atencin no aspira por tanto directamente al objeto

    emprico neurosis sino, vuelto hacia atrs, a la misma perspectiva que ve en la neurosis un

    conflicto actual (corriente). Puesto que nuestra tarea es ejercitar toda una mentalidad (que apenases sugerida por la nocin del conflicto actual), nuestra investigacin no debe limitarse a estudiar lo

    que Jung mismo de hecho afirm y explcitamente intent, sino que debe tratar, por as decir, de

    amplificar, desplegar y, en la medida de lo posible, pensar acabadamente lo que e en sus textos

    est slo sugerido.

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    As, profeso mi compromiso con una sobreinterpretacin de los pensamientos de Jung (si uno

    quiere llamarlo as). Mi sobreinterpretacin es en principio similar a la de la interpretacin de Jung

    del sueo arquetipal. Jung muestra cmo se asoman arquetipos y dioses colectivamente

    significativos detrs de imgenes onricas poco llamativas con un ejemplo del Dr. Buder: la semilla

    que una mujer encuentra en su sueo en bolsillo de su moderna chaqueta de cuero indica pars pro

    toto todo el mundo mtico de Demeter, aunque tales ideas mitolgicas son completamente ajenas

    a este soante. As como la amplificacin debe hacer consciente el fondo ms amplio de las pautas

    (con frecuencia bastante pobres) contenidas en un sueo, as tenemos tambin que amplificar los

    conceptos con frecuencia poco llamativos de nuestras teoras psicolgicas, a fin de hacer visible en

    todo su alcance, en su pleno sentido colectivo en su contexto ms amplio aquello que se

    representa en ellos meramente por un atributo subsidiario (CW 9.2 55).

    Jung, con su concepto del conflicto actual, se pronuncia contra la tendencia a rastrear las

    fantasas del neurtico hacia atrs a la cuna (CW 10 345). La verdadera causa para una

    neurosis yace en el Ahora [el hoy], pues la neurosis existe en el presente. Bajo ningn medio es un

    residuo del pasado, un caput mortuum, sino que se mantiene [o alimenta] diariamente, en verdad

    siempre generado de nuevo, por as decirlo. Y es slo en el hoy, no en nuestros ayeres, que puede

    curarse una neurosis. Debido a que el conflicto neurtico nos enfrenta hoy, cualquier desviacin

    histrica es un extravo, si no efectivamente un giro equivocado (CW 10 363, traduccin

    modificada). As Jung remite la psicologa al presente. En lo que sigue quiero intentar delinear el

    significado de presente, esto es, el significado que presente ha de tener dentro de la

    estructura y a la vez como la estructura de la psicologa arquetipal. Empero aqu slo puedo

    discutir una pequea parte de todo el tema, de modo que el significado de presente puede

    tambin volver slo visible respectivamente de un modo fragmentario. Me limito a un solo

    aspecto de presente y fenmeno.

    La idea de Jung del conflicto actual sienta en primer lugar el presente contra la desviacin

    histrica acentuada en Freud, que tambin conocemos bajo el nombre de modo de

    interpretacin reductivo-causal. Este ltimo mira hacia atrs y es etiolgico. Jung, junto a ello y en

    lugar de ello introdujo el punto de vista final, que usualmente se concibe como mirando adelante

    hacia el futuro. Empero, si Jung acenta el presente, entonces este tipo de finalidad est excluido.

    De hecho es la mera conversin y a la vez la continuacin del punto de vista causal, y no algo

    fundamentalmente diferente. En el modelo gentico, ambas perspectivas de hecho estn unidas,tanto en la psicoanaltica como en la versin de Neumann. Podemos imaginar este modelo como

    una lnea recta que conduce del pasado (infancia) a la condicin presente, posiblemente

    neurtica, y que a partir de all, as uno lo espera, traer en el futuro una maduracin retardada.

    En el fondo de esta visin siempre hay un cuadro ideal de desarrollo normal, que conduce, va

    ciertas fases fijas, a una meta que es llamada, segn el caso que sea, genitalidad, racionalidad

    solar, completitud de las cuatro funciones, o lo que sea. Donde quiera que opere este modelo en

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    el fondo del propio pensamiento, se ha asentado una meta fija especfica para la psicoterapia. Este

    meta es a la vez el estndar por el cual se mide al paciente. La cuestin entonces es: dnde est

    l o ella -acaso an fijado en la fase oral, en el matriarcado? Y uno podr determinar ms o menos

    precisamente el punto de la escala de desarrollo en el cual ha quedado fijado el paciente as como

    dnde debiera estar actualmente. Esto significa que inadvertidamente hay un juicio de valor moral

    inherente en el modelo gentico, un "debiera" y "tendra", y as este modelo inevitablemente

    ejerce una presin moral y produce los correspondientes sentimientos de culpa en aquellos casos

    en que la presin es sentida inconscientemente por el paciente. Pues l "tendra que", pero no es,

    por lo cual debe compensar a la vez por su maduracin equivocada y su desarrollo. Este modelo en

    el fondo transforma al analista en el largo brazo de la sociedad, en tanto su metal, no importa

    como la enuncie especficamente en cada caso dado, es en ltimo anlisis la normalizacin.

    La visin correspondiente del hombre no comprende al hombre a partir de la idea de la imago dei,

    sino que le concibe como creado a la imagen de la planta, puesto que desarrollo y maduracin son

    conceptos tomados del reino vegetal. A pesar de esto, el espritu moral inherente en este

    pensamiento basta para volver evidente cuanto cristianismo secularizado, cunta teologa

    contiene. Todo este modelo representa un camino de salvacin traducido en trminos de este-

    mundo, una escatologa que salta mejor al primer plano cuando al final del arduo sendero de duro

    trabajo analtico, se espera que se cumpla la meta sublime de la individuacin. Este modelo

    promete la salvacin mediante el desarrollo. Exclama, por as decir: venid a mi, vosotros los que

    ests fijados en una fase temprana de vuestro desarrollo; vuestras lagunas (Schultz-Hencke)

    sern trabajadas, vuestras inhibiciones quitadas y lo que en vosotros es subdesarrollado ser

    diferenciado, de modo que podris al final entrar en un estado de liberacin del desorden, de

    madurez realizada y de completitud.

    Todos estos conceptos: inhibicin, laguna, desorden, desarrollo incompleto, muestran cmo se

    juzgan estos fenmenos psquicos sobre la base de una norma que es tomada por supuesto, y

    cmo se los menosprecia cuando no la cumplen. El significado de los fenmenos yace en la meta

    final del propio desarrollo; algo que est por debajo de la norma slo tiene sentido aqu como

    impulso parcial o como fase preliminar que ya apunta al estadio final, slo como an-no, pero

    no en s mismo. La masturbacin es errada o slo tiene cabida durante una cierta fase; el

    intercambio sexual es correcto. Terapia aqu quiere decir correccin, conduciendo al paciente

    hacia la meta pre-fijada; por ejemplo: donde haba masturbacin, all ha de haber intercambiosexual. La mentalidad que se est mostrando aqu es la misma que la del colonialismo y los

    misioneros cristianos, para la cual todo lo que no corresponde con las normas del mundo

    occidental es subdesarrollado y que quiere, por ejemplo, liberar a los primitivos cazadores de

    cabeza de su medio de los demonios, prohbe a los indios que quemen ritualmente a sus viudas y,

    como medida primera y principal, introducir la monogamia en todas partes. As como el enfoque

    gentico mide uno fenmeno por otro que ha sido puesto como la norma, as la forma

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    cada uno como el centro de su propio entorno. Del mismo modo, tambin la psicologa tiene que

    apreciar el fenmeno individual, cada uno segn su ndole.

    Jung siempre combati esa interpretacin de la ansiedad que la explica como resultado de la

    represin y de ese modo la despacha como inautntica. Insisti en que la ansiedad es en s misma

    legtima y un camino psicolgico autntico que uno puede tener que seguir. Estar libre de

    ansiedad por tanto no puede ser un objetivo verdaderamente psicolgico. Adherirse al

    fenmeno, en el sentido de el presente, significa as tambin abandonar el objetivo de estar libre

    de sntomas, de una salvacin de los complejos y los sntomas. Pues los sntomas precisamente

    contienen, como Jung lo deca, un precioso trozo de alma. Jung incluso lleg tan lejos como para

    declarar que perder una neurosis significa tanto como volverse redundante; la vida pierde su

    punta y por tanto su sentido (CW 10 355, trad. modif.). Pues los fenmenos patolgicos no son

    cuerpos extraos, como debe pensar la fantasa mdica, sino que se originan en el alma. El alma a

    veces incluso anhela la ansiedad y la produce desde s misma donde no hay nada real que temer.

    Donde el alma es dejada a sus propios recursos, all produce rumores, creencia en brujas, historias

    de desmembramientos y otras ideas grotescas. Le fascina las cosas horribles y perversas y empuja

    a la gente a lugares de accidentes, a pelculas de horror y a la pornografa. Donde esto ocurre el

    alma est en obra. Afirmar el alma por tanto tambin significa afirmar la psicopatologa. Esta es

    probablemente una de las principales razones por las que, tal como dice Jung, tenemos un

    absoluto terror pnico del alma y buscamos protegernos de ello en la psicologa, por ejemplo,

    asumiendo una posicin mdica o cientfica.

    Enfocamos desde el comienzo los sntomas con la idea de que son desrdenes y que deberandesaparecer. Se supone que el paciente ha de perder, por ejemplo, su miedo del otro sexo. Damos

    prioridad al estado normal o saludable al cual se aspira y vemos los sntomas como algo que

    efectivamente no debiera ser, al menos ya no ms. Lo que aqu se requiere es un cambio de

    acento. Mirando ms de cerca, es un escndalo si un analista se refiere a s mismo como un

    defensor de la realidad. Esto sera como si un bilogo se comprendiera a s mismo como un

    defensor de la industria. El bilogo obviamente debe defender los reinos animales y vegetales y

    buscar un sitio donde los animales puedan ser cuando la civilizacin moderna tiende a

    desplazarlos. Del mismo modo, el psicoterapeuta debe ponerse del lado de los impulsos del alma,

    an si son arcaicos y patolgicos. As como no es cuestin de domesticar todos los animales

    salvajes, as no puede ser el primer inters de un terapeuta transformar los impulsos arcaicos ypatolgicos del alma mediante el desarrollo en los as-llamados-saludables y humanos.

    Indudablemente, la psicoterapia tiene la tarea de cambiar algo. Pero en el espritu del necesario

    cambio de acento no debiera preguntar, por ejemplo, como quitar el miedo del otro sexo, sino

    adnde pertenece. Debe cuidar este miedo, atenderlo y hallar un sitio para l donde se le permita

    ser. Pues este miedo est perfectamente bien, en tanto y en cuanto la sexualidad es un misterio, y

    los misterios pueden legtimamente ser acompaados por el miedo. El mal no est en el miedo

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    mismo, sino ms bien que nosotros, en nuestra ignorancia psicolgica, no sabemos de un lugar

    donde este miedo pueda experimentarse autnticamente. Tengamos en mente que en los rituales

    de los primitivos el miedo y el horror se inducan especialmente. Pero por supuesto, los primitivos

    conocen adnde pertenece en cada caso el miedo, en el dominio de qu dios o demonio, y por ello

    no necesitan, como nosotros, ubicar neurticamente aquello temido en los inofensivos seres

    humanos y colocar la carga de las demandas arquetipales y los poderes que slo los dios pueden

    llevar sobre la propia madre, por ejemplo, o sobre las mujeres en general.

    Pero si se supone que debemos adherirnos al fenmeno en el sentido del presente, cmo puede

    an ser posible la perspectiva de la finalidad, en la cual tanto insiste Jung? Slo es posible si se

    entiende la finalidad del sntoma o, ms generalmente, del fenmeno psquico, y no del

    analizando. La cuestin no es cmo la persona en cada caso tendra que desarrollarse en el sentido

    de la finalidad, sino cmo el impulso psquico puede desplegarse y completarse. Cul es la meta

    final y el objetivo (telos) del sntoma? Dnde encuentra a sus divinos equivalentes? (Cartas 2, p.

    545, a Victor White, 25 Marzo 1960) Qu estructura de consciencia es necesaria para que reciba

    un hogar en nosotros? As, la psicologa no aspirar a una redencin y liberacin de, sino para la

    profundizacin y fortalecimiento (amplificacin!) del sntoma. El punto de vista final entendido

    de este modo ya no mira al fin futuro en el lado derecho de la balanza del desarrollo horizontal,

    sino que mora en el lugar presente, el fenmeno, y con un giro inevitable dirige su atencin hacia

    la dimensin vertical de la profundidad. La alteracin que la psicoterapia quiere provocar no es as

    una modificacin de la conducta mediante nuestro desarrollo, sino el cumplimiento del fenmeno

    que al principio slo apareca en forma distorsionada y raqutica. La coexistencia de presente y

    finalidad en la psicologa de Jung implica que presente no es el aqu y ahora plano, uni-

    dimensional, sino que implica la intrusin de una nueva dimensin

    Al distinguir la finalidad del sntoma de la del analizando nos hemos topado con un hecho

    importante. Generalizando y modelando mi formulacin sobre una similar (slo formalmente) de

    Heidegger, me gustara referirme a ello como a la diferencia psicolgica, es decir, la diferencia

    entre alma y ser humano. Alma y hombre deben distinguirse. El hombre no es el alma, y no la

    posee como su propiedad o su cualidad tampoco. Puede tener alma, y sin embargo tambin

    fcilmente perderla, un hecho al que los primitivos se referan como la prdida del alma.

    Obviamente, el alma es algo que el el mismo ser humano no es, sino algo que puede tener una

    relacin con l y, si est operando en l, puede dar a su vida profundidad, sentido, interioridad.Con esta distincin, empero, no se supone que el alma est separada del ser humano y, como una

    hipstasis, se construya como una entidad entre otras entidades, como un segundo ser humano

    invisible, por as decirlo, adems del primero visible. Ms bien es posible concebir el alma como

    una cualidad o modalidad que es ms una tarea que algo dado. No es nada sino una wesenloser

    Schatten (una sombra insubstancial), una posible perspectiva desde la cual el hombre puede ver

    su vida...

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    Es mi tesis que la psicologa convencional quiere eliminar la diferencia psicolgica y arreglarse sin

    ella. Acta como si el ser humano demostrable fuera idntico con el alma, contenindola en su

    interior como parte de s mismo, o como si el ser humano demostrable per se implicara el alma.

    Por esta razn le gusta llamarse psicologa humanista. No se presta atencin a la plenaindependencia y autonoma del alma, al hecho de que, tal como nos ensea la mitologa, no tiene

    su verdadero hogar en el ser humano y sobre la tierra horizontal, sino que es nativa del submundo

    (en la vertical). La psicologa se comprometido a priori con el punto de vista del ser humano.

    Cuando en el espritu de la psicologa humanista uno dice ser humano, entonces lo que quiere

    decirse con esta frase en verdad no es sino lo que Jung con frecuencia denomina la personalidad

    egoica (3), pues por ser humano nos referimos a nosotros mismos. A esta misma psicologa

    tambin le gusta llamarse psicologa del ego. Puesto que deroga la diferencia, debe traducir a la

    dimensin horizontal todo lo que vale en trminos de la dimensin vertical. De este modo

    finalidad, que actualmente es una propiedad de los impulsos del alma (en otras palabras, de

    aquello que no es el ser humano como personalidad egoica), es atribuido a esta misma

    personalidad egoica. Esto tiene el resultado de que ahora yo tengo que desarrollarme y madurar;

    es el despliegue bien conocido de la personalidad, idntico con el desarrollo del ego, as como la

    Psicologa Analtica se pone la meta de la completa diferenciacin de las funciones del ego. Ni

    importan si en una psicologa el ser humano es visto como Dasein, en persona -estos son todos

    aspectos de nosotros mismo, es decir, de la personalidad egoica. El hecho de que en nuestra

    psicologa el inconsciente colectivo y el no-yo desempee un papel mayor no cambia esto. Estos

    conceptos permanecen meros recursos lingsticos (a pesar de hecho de que subjetivamente sean

    honestos), en tanto la perspectiva es la del ser humano y la del ego. Pues entonces lo que

    efectivamente se supone que es no-yo viene bajo el conjuro del ego; se interpreta en sus trminos

    y as es subsumido bajo l. Incluso el no-yo puede en este sentido ser anexado por el ego. El anima

    entonces es mi lado emocional, mi funcin de relacin (en verdad pertenece al inconsciente

    personal!), y la individuacin se vuelve, con una fundamental mala interpretacin de la concepcin

    de Jung, en un proceso en el cual yo me realizo a m mismo (horizontalmente). Selbsterfahrung

    (autoexperiencia), an si uno escribe esta palabra, como hizo Barz, con un guin (Selbst-Erfahrung,

    lo que implica la experiencia del self o s-mismo) de todos modos no es la experiencia del self (s

    mismo) en el sentido junguiano, sino slo otra palabra para Icherfahrung (ego-experiencia) que

    tambin puede fcilmente ser puesta con guin. La experiencia puede ser tan intensamente

    emocional como sea posible y para el ego tan ajena como sea posible (como ajen, por ejemplo, se

    informa que es en la terapia del grito primal), y sin embargo siempre es y permanece el ego que se

    experimenta a s mismo y a su propio inconsciente privado.

    Los conceptos de Jung de individuacin y de self (s-mismo), as como su obra como un todo en

    general, pueden entenderse de este modo o del otro, o bien de modo personalista o en trminos

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    funciona aqu como hypokeimenon, subjectum, como el fundamento sobre el cual descansa toda

    la fenomenologa psicolgica (que a su vez se reduce a un mero apndice).

    Con eso la psicologa deja de ser verdadera psicologa. Traiciona el presente al no estar con ello,

    sino que recurre a otra cosa, algo externo a la psicologa: al concepto existencial-filosfico de

    Dasein, al concepto biolgico de organismo, al concepto sociolgico de dinmica de grupo, etc.

    Esto es puro reduccionismo, anlogo a los intentos materialistas por explicar el organismo viviente

    exclusivamente con los conceptos bsicos de la qumica o la fsica. Los enunciados psicolgicos no

    son entonces en ltimo anlisis enunciados acerca del alma como una realidad sui generis, sino

    acerca del ser humano (concebido como un hecho), o acerca de un aspecto parcial de ello. La

    psicolgica de pronto se transforma en una forma de antropologa, y la psicoterapia se vuelve o un

    mtodo mdico para curar gente o un desarrollo humanista educacional de la personalidad. Pero,

    para enfatizarlo un poco; cul es finalmente el objeto de la psicologa, el paciente o el alma, el

    soador o el sueo? (Cun de los dos es la concepcin fundacional? Debe comprenderse el alma

    en trmino de la idea, tomada factualmente, del ser humano -el ser humano en trminos de la

    idea de alma?). Esto es, me parece, la cuestin crucial de la psicologa. Por ejemplo, debe el

    sueo ser absorbido en la "realidad del soante, o acaso inversamente el soante y su realidad

    en el mundo imaginal del sueo? Se supone que el sntoma ha de adaptarse al pensamiento

    normal, o no se trata acaso de que el propio pensamiento normal se adapte al sntoma?

    Anclando el alma, con un prejuicio dogmtico, en el ser humano, la psicologa personalista

    consigue evitar la tensin dada con la diferencia psicolgica y el rechazo que yace en la

    fundamental indemostrabilidad del alma, y consigue sujetarse a la uni-dimensional visin del

    mundo convencional, tan tranquilizadora- a pesar del hecho de que se supona que la psicologa

    haba de proporcionar la segunda dimensin de la profundidad vertical (psicologa profunda!). En

    la psicologa personalista uno se comporta as respecto del alma igual que una madre que

    considera a su nio, aunque cuando de a ratos sea tozudo, incluso hasta desobediente, como su

    propiedad personal, como parte de ella, y que huye de la intuicin inquietante de que su nio es

    en realidad un segundo ser en su propio derecho. Acaso no consideramos, por ejemplo, la

    ansiedad como algo que nosotros tenemos, al igual que tenemos pulmones y riones, y que

    nosotros, con seguridad, no tenemos bajo nuestro control, pero que sin embargo eindudablemente son nuestros rganos? Y acaso no consideramos el alma como si perteneciese,

    al igual que nuestra propia vida, al organismo individual? No es nuestra secreta opinin que el

    anima existe a los fines de hacer posible para nosotros tener intensas relaciones con otra gente, y

    la gran madre existe para que nosotros podamos tener un sentimiento de confianza bsica y de

    pertenencia -as como algunos cristianos ven en Dios un medio para su bienestar personal?

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    Para una verdadera psicologa slo el alma, que ciertamente es indemostrable, meramente

    metafrica y por esta razn una aparente nada, puede ser el sustrato y sujeto de los

    fenmenos. El ser humano es entonces el objeto de estos fenmenos; el o ella no es sino el lugar

    donde el alma se muestra, as como el mundo es el lugar donde el hombre se muestra y se vuelve

    activo. Por lo tanto debemos cambiar nuestro punto de vista fuera de la persona humana y hacia

    el alma. (N. B.: Estoy hablando de un cambio de nuestro punto de vista, perspectiva, o de la idea

    en trminos de la cual estudiamos, como antes, la experiencia concreta de individuos o pueblos).

    La ansiedad entonces ya no es ms una parte de m de lo que lo es el len que me ataca. Es este

    modo de pensar al que se mienta cuando Jung llama a su psicologa una ciencia natural, Y

    reconocer la realidad del alma implica verla como un entorno tan autnomo y lleno de todo tipo

    de animales, plantas, personas y cosas como la naturaleza, un microcosmos, dentro del cual

    vivimos y cuyas partes somos , y no al revs. Este microcosmos es lo imaginal, el mundo de las

    imgenes. Esta visin encuentra su expresin ms clara en las personificaciones. Sin el espritu de

    personificacin, esta clara manifestacin del reconocimiento de la diferencia psicolgica, lo

    psquico (Seelische) como psquico no puede ser visto en absoluto.

    Al menos en un punto Freud percibi con los ojos del fenmeno patolgico y desde el punto de

    vista de la realidad, precisamente cuando record adonde pertenece el incesto: al mito de Edipo.

    La perspectiva de Freud aqu no fue ni la de la medicina ni la de la ley ni la de la moralidad, sino

    que era psicolgica. Reconoci la legitimidad psicolgica, en verdad necesidad, del incesto,

    entendindolo en trminos de un mito. Ser tarea del futuro elaborar en este sentido la psicologa

    de cada fenmeno psquico, cada uno de los mundos arquetipales a los cuales quieren iniciarnos

    nuestros sntomas. Elaborar la psicologa de un sntoma significa amplificarlo -no en el miserable

    sentido de un listado mecnico de paralelos mitolgicos, sino de tal modo que un sntoma

    miserable dado, esta estrecha mirilla hacia otro mundo, se transforme en un modo entero de vivir,

    una perspectiva, o un tipo de filosofa viviente, es decir, como ya he indicado, en una psicologa

    completa (as como el psicoanlisis as como la psicologa junguiana son elaboraciones de

    principalmente una forma particular de patologa). Pues qu es el psicoanlisis de Freud, visto

    como un todo, si no la elaboracin comprensiva de su propio conflicto edpico actual en una

    grandiosa teora y visin de la vida? Y acaso la obra de Jung no se resume en una grandiosa

    amplificacin y profundizacin de su psicopatologa personal, aquellas experiencias que algunos

    psicoanalistas han referido como estados prepsicticos? La patologa que cada uno de ellos

    tena, les ense tanto a Freud como a Jung a ver. Es la sustancia interna que ellos rodearon, en la

    cual vivieron toda una vida, y que buscaron agotar creativamente. En ambos casos no pelearon

    contra sus conflictos actuales, sino que dedicaron su vida, en el sentido del presente, volvindose

    as vasijas para la patologa y cuya sustancia preservaron y nos transmitieron. Puesto que cada uno

    de nosotros no posee la psicologa de Freud o de Jung, somos convocados a permanecer con

    nuestra propia patologa y desarrollar nuestra propia psicologa mediante su profundizacin y

  • 7/31/2019 Wolfgang Giegerich El Presentecomodimensiondelalma

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    expansin o amplificacin -cada uno de acuerdo a su ndole o, como Jung lo llama, de acuerdo a

    su ecuacin personal.

    Al acabar quiero resumir lo que presentado. Al comprometernos, mediante el concepto del

    conflicto actual, con el presente y bloquear nuestra mirada de desviarse a la izquierda o a la

    derecha en la balanza del desarrollo, Jung nos obliga a permanecer en un punto entre el pasado

    causal y el futuro final, es decir, demorarnos en el fenmeno a la mano, para as descubrir la

    dimensin vertical de la profundidad y la autonoma de la vida del alma en el sentido de la

    diferencia psicolgica.

    Estas fueron mis reflexiones acerca del subtema Presente y Fenmeno. A fin de completar el

    cuadro del presente, se debieran contemplar temas adicionales; Presente y Tiempo, Presente

    e Interioridad, Aktualitt (actualidad) y Presencia seran los encabezamientos de captulosulteriores.

    Notas

    (1) James Hillman, Why archetypal psychology? en Spring 1970, pp. 212-217

    (2) La teora de la neurosis del conflicto actual (Aktualkonflikt) procede del supuesto de que la

    neurosis no arraiga en un trauma del pasado, sino en el conflicto patgeno no resuelto de una

    persona, el cual, porque no est resuelto, est presionando (pero reprimido) los problemas

    corrientes, hoy presentes de la persona. El significado literal de Aktualkonfllikt es un conflicto que

    es efectivo al presente, corrientemente, agudamente.

    (3) Cf. ... el ego -esto es- el hombre emprico-..., Memories, Dreams, Reflections, p.345 (trad.

    cast: Recuerdos, Sueos, Pensamientos)

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