una aproxiinación holística al cáncer

5
Una aproxiación holísca al cáncer T ras cuarenta años de tratar a enfermos me he dado cueta de que la visión actual y las técnicas de la Medicina ortodoxa tan sólo dan respuestas parciales a los problemas de salud. Según se desprende de la lista de problemas que expone el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, parece necesario que el individuo debe acer- carse más a los primitivos esquemas de salud, en el senti- do de que la salud verdadera tan sólo se puede conseguir a través de una integración del cuerpo, de la mente y del espíritu; pues como decía Platón en La República: «Para curar el cuerpo debemos comenzar curando el alma». Considero que muchos, sino todos los padecimientos físicos, están en parte autocreados, por un lado por no se- guir las leyes naturales de la vida, y por otro lado a través de formas de conducta erróneas, tanto en el pensamiento como en la emoción, y que interfieren con las funciones E1 atamiento siempre se debe dirigir hacia la causa primera, y no hacia la manifestación sica actual. normales del cuerpo. Solo cuando estos patrones se co- rrigen y se suprime este proceso de interferencia se puede producir la verdadera curación en su sentido más global. Con el término global quiero indicar el restablecimien- to de la armonía y la integración del individuo en todos sus diferentes niveles de ser: ya que es de vital importan- cia comprender que el ser humano tiene simultáneamen- te unos niveles físico, emocional, mental e incluso espiri- tual, y que, al igual que los instrumentos de una orquesta, cada uno de ellos es capaz de alterar el sonido final así como funcionamiento correcto de todos los demás. Ejem- plos de este principio de acción se pueden ver fácilmente en los casos de alteraciones cutáneas de origen neurogé- nico, en las disfunciones hormonales, y en los factores psi- cogénicos que afectan a las enfermedades cardiovasculares. Según mi experiencia, aproximadamente el 75% de las enfermedades son de origen psicosomático; esto es, que la enfermedad sica final que se nos presenta en la con- sulta diaria es solo el final de la concatenación de dife- rentes reacciones que se han iniciado a un nivel profun- do. Lo que observamos es, de hecho, el síntoma de una patología subyacente de tipo emocional, mental o espiri- tual. Por ello es axiomático que el «tratamiento» siempre lo habremos de dirigir hacia la causa primaria, y no hacia la manifestación física actual. Para dar un ejemplo sobre 4 - Natura Medicatrix. Verano 1 98 7 (n° 1 6) n B. Pearce, B.M.C.Ch. ello, se podría decir que tratar la condición física superfi- cial es como tomar codeína para un dolor de muelas y no ir al dentista o hacerse una revisión. Estos tratamientos, al igual que la codeína, · suelen provocar mejoría en el ni- vel físico, pero invariablemente van seguidos de una re- novación de los síntomas o de la presentación de sínto- mas nuevos provocados por la condición primaria profunda. E n ninguna enfermedad este aspecto es tan claro co- mo en el tratamiento del cáncer. palabra en sí mis- ma es emotiva, y provoca miedo en los corazones más fuer- tes. Se ha dicho numerosas veces que la palabra cáncer mata más gente que la enfermedad misma. existencia de un factor emocional en el desarrollo del cáncer ha si- do intuido desde los tiempos de Galeno, y la investiga- ción modea parece apuntar también en este sentido. Ya en 1870, Sirjames Paget escribió: «He observado muchos casos en los que existe una ansiedad profunda, una de- sesperanza y una falta de motivación general, y en estos casos muchas veces se desarrolla con suma rapidez el cán- cer, tanto en tamaño como en dispersión, por lo cual para mí es indudable que la depresión mental es un factor de peso que se debe añadir al resto de influencias que favo- recen el desarrollo de la constitución cancerosa» 1 . En 1926, Elida Evans estudió a lOO pacientes por el método psicológico dejung. Informó que el típico paciente can- ceroso era una persona que había perdido una gran parte de sus relaciones emocionales antes del desarrollo del tu- mor, y que era incapaz de mantener correctamente el equi- librio de su energía psíquica, se había vuelto introvertido y de esta manera alimentada energéticamente al cancer 2 Le Shan y Worthington observaron además que el pacien- te canceroso con mucha frecuencia presenta una tensión importante debida especialmente a la pérdida reciente de una relación vital sin que ésta relación haya sido sustitui- da por otra; también hallaron que este tipo de pacientes habían perdido la capacidad (total o parcialmente) para expresar sentimientos de hostilidad3. Parker et al., tam- bién trataron de estudiar la relación entre las épocas de aflicción o duelo y su correspondiente alta tasa de morta- lidad, y encontraron que el cáncer era una de las causas que provocaba mayor mortalidad en los primeros seis me- ses de duelo por la pérdida de una relación querida4. hipótesis de que determinados tipos de estrés pue- den desempeñar un importante papel en el desarrollo del cáncer también está apoyada por el estudio posterior so- bre animales. La Barba observó, experimentando con ani-

Upload: others

Post on 28-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Una aproxiinación holística al cáncer

Una aproxiinación holística al cáncer

T ras cuarenta años de tratar a enfermos me he dado cuel'lta de que la visión actual y las técnicas de la Medicina ortodoxa tan sólo dan respuestas parciales

a los problemas de salud. Según se desprende de la lista de problemas que expone el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, parece necesario que el individuo debe acer­carse más a los primitivos esquemas de salud, en el senti­do de que la salud verdadera tan sólo se puede conseguir a través de una integración del cuerpo, de la mente y del espíritu; pues como decía Platón en La República: «Para curar el cuerpo debemos comenzar curando el alma».

Considero que muchos, sino todos los padecimientos físicos, están en parte autocreados, por un lado por no se­guir las leyes naturales de la vida, y por otro lado a través de formas de conducta erróneas, tanto en el pensamiento como en la emoción, y que interfieren con las funciones

E1 tratamiento siempre se debe dirigir hacia la causa primera, y no hacia la manifestación física actual.

normales del cuerpo. Solo cuando estos patrones se co­rrigen y se suprime este proceso de interferencia se puede producir la verdadera curación en su sentido más global.

Con el término global quiero indicar el restablecimien­to de la armonía y la integración del individuo en todos sus diferentes niveles de ser: ya que es de vital importan­cia comprender que el ser humano tiene simultáneamen­te unos niveles físico, emocional, mental e incluso espiri­tual, y que, al igual que los instrumentos de una orquesta, cada uno de ellos es capaz de alterar el sonido final así como el funcionamiento correcto de todos los demás. Ejem­plos de este principio de acción se pueden ver fácilmente en los casos de alteraciones cutáneas de origen neurogé­nico, en las disfunciones hormonales, y en los factores psi­cogénicos que afectan a las enfermedades cardiovasculares.

Según mi experiencia, aproximadamente el 75% de las enfermedades son de origen psicosomático; esto es, que la enfermedad física final que se nos presenta en la con­sulta diaria es solo el final de la concatenación de dife­rentes reacciones que se han iniciado a un nivel profun­do. Lo que observamos es, de hecho, el síntoma de una patología subyacente de tipo emocional, mental o espiri­tual. Por ello es axiomático que el «tratamiento» siempre lo habremos de dirigir hacia la causa primaria, y no hacia la manifestación física actual. Para dar un ejemplo sobre

4 - Natura Medicatrix. Verano 1 98 7 (n° 1 6)

Ian B. Pearce, B.M.C.Ch.

ello, se podría decir que tratar la condición física superfi­cial es como tomar codeína para un dolor de muelas y no ir al dentista o hacerse una revisión. Estos tratamientos, al igual que la codeína,· suelen provocar mejoría en el ni­vel físico, pero invariablemente van seguidos de una re­novación de los síntomas o de la presentación de sínto­mas nuevos provocados por la condición primaria profunda.

E n ninguna enfermedad este aspecto es tan claro co­mo en el tratamiento del cáncer. La palabra en sí mis­

ma es emotiva, y provoca miedo en los corazones más fuer­tes. Se ha dicho numerosas veces que la palabra cáncer mata más gente que la enfermedad misma. La existencia de un factor emocional en el desarrollo del cáncer ha si­do intuido desde los tiempos de Galeno, y la investiga­ción moderna parece apuntar también en este sentido. Ya en 1870, Sir james Paget escribió: «He observado muchos casos en los que existe una ansiedad profunda, una de­sesperanza y una falta de motivación general, y en estos casos muchas veces se desarrolla con suma rapidez el cán­cer, tanto en tamaño como en dispersión, por lo cual para mí es indudable que la depresión mental es un factor de peso que se debe añadir al resto de influencias que favo­recen el desarrollo de la constitución cancerosa»1. En 1926, Elida Evans estudió a lOO pacientes por el método psicológico dejung. Informó que el típico paciente can­ceroso era una persona que había perdido una gran parte de sus relaciones emocionales antes del desarrollo del tu­mor, y que era incapaz de mantener correctamente el equi­librio de su energía psíquica, se había vuelto introvertido y de esta manera alimentada energéticamente al cancer2 Le Shan y Worthington observaron además que el pacien­te canceroso con mucha frecuencia presenta una tensión importante debida especialmente a la pérdida reciente de una relación vital sin que ésta relación haya sido sustitui­da por otra; también hallaron que este tipo de pacientes habían perdido la capacidad (total o parcialmente) para expresar sentimientos de hostilidad3. Parker et al., tam­bién trataron de estudiar la relación entre las épocas de aflicción o duelo y su correspondiente alta tasa de morta­lidad, y encontraron que el cáncer era una de las causas que provocaba mayor mortalidad en los primeros seis me­ses de duelo por la pérdida de una relación querida4.

La hipótesis de que determinados tipos de estrés pue­den desempeñar un importante papel en el desarrollo del cáncer también está apoyada por el estudio posterior so­bre animales. La Barba observó, experimentando con ani-

Page 2: Una aproxiinación holística al cáncer

males, que la respuesta al cáncer ( tumorgénesis y tasas de mortalidad) podía ser modificada por variaciones experi­mentales y medioambientales sobre el animal5. Diferen­tes investigadores han comprobado que el estrés nervio­so común en los ratones y ratas, que la supresión de las luchas rituales en el ratón macho, y que la estimulación precoz negativa sobre el cachorro de ratón, realizada me­diante separaciones temporales y repetidas de la madri- ·

L alteración primaria en el paciente canceroso ¡;adica en los

procesos inmunitarios, especialmente en los de

autoinmunidad.

guera, todas ellas incidían favoreciendo el curso y el de­sarrollo de la leucemia5. Katevsky et al. hallaron que la neurosis experimentalmente provocada facilitaba la apa­rición espontánea de tumores en los ratones. También in­formaron estos autores que se podía inhibir el crecimien­to tumoral en el ratón produciendo lesiones en el hipotá­lamo, concluyendo con ello que el sistema nervioso de­sempeña un importantísimo papel de coordinación en la posibilidad de producción de tumores malignos, sugiriendo además que los neoplasmas malignos se desarrollan de una forma similar a la de otros padecimientos como la úlcera

péptica y la hipotensión, que también son la consecuen­cia de una actividad nerviosa elevada6.

L a influencia de la personalidad en el determinismo del desarrollo y en la evolución de una enfermedad

maligna parece ser de vital importancia. La respuesta de cada individuo hacia cualquier situación de la vida no sólo depende de la situación en sí y del conjunto de eventos físicos y psicológicos que rodean a la situación en un mo­mento determinado; sino que también depende de cier­tos aspectos de la personalidad del individuo. Estos fac­tores pueden aparecer e incluyen la dificultad para la des­carga emocional y la frustración (definido como aplica­ción, desesperanza, depresión). Mucho se ha hablado y se ha escrito acerca de la influencia del tabaco y del hábito de fumar en la producción del cáncer pulmonar. Kissen, investigando la relación entre el cáncer pulmonar, el há­bito tabáquico y la personalidad, llegó a la conclusión de que el factor crucial era la incapacidad de realizar una des­carga emocional, sugiriendo que cuanto más incapacita­do estuviera un fumador para realizar esta descarga emo­cional, se necesitaría un menor tiempo de exposición al humo de cigarrillo como para inducir un cáncer pulmonar7•8•9.

Posteriores estudios del mismo autor vinieron a apoyar esta hipótesis, entre ellos uno en el que observó a un gru­po de pacientes de edad adulta (55-64 años) y sin una his­toria personal adversa. Halló que estos pacientes presen-

· Natura Medicatrix. Verano 198 7 (n.0 16) - 5

Page 3: Una aproxiinación holística al cáncer

taban unas tasas de enfermedad neurótica bastante bajas, en comparación con un grupo de pacientes cancerosos que presentaban con más frecuencia unos acontecimientos per­sonales de tipo adverso y unos índices de neuroticismo mayores. En otras palabras, la capacidad de producir cán­cer pulmonar de una vida con episodios adversos está en relación directa con la pobreza de vida emocionaP0. Otros autores, como But!er, llegaron a las mismas conclusiones11. Butler describe al típico paciente cance­roso como « ... un individuo inhibido, con angustia, odios y celos reprimidos». Bacon et al. también dijeron que las mujeres cancerosas « ... no presentan técnicas para descar­gar la angustia directamente, o de un modo sublimado ... »12.

L salud solo se puede conseguir mediante una integración del

cuerpo, la mente y el espíritu. · Platón decía en La República: «Para

curar el cuerpo debemos comenzar curandr el alma.»

Le Shan investigó los patrones comunes de la historia emocional de 450 pacientes cancerosos. Halló que estos pacientes presentaban unal tendencia a tener un modo par­ticular de vida. Este patrórh de vida tenía tres puntos clave fundamentales, que descriBimos seguidamente: «El primero es una infancia y adolescf1ncia marcada por sentimientos de soledad y aislamiento; n sentimiento de que las rela­ciones profundas son peli!grosas y traen dolor y rechazo, un sentimiento de hond9 abatimiento y desesperanza.

»El segundo es el período en que se ha establecido una 1 relación más profunda, y e1 individuo adopta un sentimien-to de aceptación hacia lo� demás (al menos, asume este 1 papel) y desarrolla una vida interna correcta.

»El tercer periodo se inifia con la pérdida de esta rela­ción personal central, y con el sentimiento renovado de aflicción, con la conviccid1n de que esta vida ya no reser­va ningún aliciente para uno».

La desesperanza se defi+e como sigue: «Falta de moti­vación que cursa con incapacidad de producir sentimien­to real de felicidad o de dncontrar sentido a la vida. La persona se siente condena�a a realizar tremendos esfuer­zos para encontrar relaciones estimulantes, es incapaz de vehiculizar sus energías en el entusiasmo, en la creencia de participar en un grupo, etc., y cree en última instancia que al final todos sus esfuerzos van a fracasar13.l4.

T odo esto nos apoya el hecho de que el entorno psi­cológico combinado con las influencias angustiantes

del medio ambiente de la vida normal son un factor de gran relevancia, o quizás el principal factor productor de la enfermedad cancerosa. Después de todo, hemos de re­cordar que las células corporales están siendo constante-

6 - Natura Medicatrix. Verano 1987 (n.0 16)

mente destruidas y reemplazadas, y las numerosas molé­culas que las forman están siendo constantemente inte­gradas y desintegradas. Este recambio indica la existencia de un mecanismo regulador, a pesar de que aún dispon­gamos de pocos conocimientos en relación al estudio de su naturaleza reaL Parece ser que en la enfermedad can­cerosa este mecanismo de reemplazo de células puede «des­carrilarse», produciéndose un fallo de los procesos inmu­nes corporales, que permiten el desarrollo de estas célu­las anormales, desarrollo que debería ser impedido, al igual que se impide el de las bacterias, virus, o incluso el de los tejidos no homólogos de los trasplantes. En otras pa­labras, la alteración primaria en el paciente canceroso ra­dica en los procesos inmunitarios, especialmente en los de autoinmunidad. En estos casos, la respuesta corporal frente a las células cancerosas es parecida a la respuesta que se realiza a los agentes infecciosos.

Esta hipótesis surge de numerosas y conocidas observa­ciones clínicas de que en el tratamiento de los pacientes cancerosos se puede llegar a alcanzar un estado más o me­nos confortable de «simbiosis» con la enfermedad hasta que sucede algún acontecimiento que viene a desestabili­zar el frágil equilibrio inmunitario obtenido. El aconteci­miento puede ser un trauma psicológico severo, o como en un reciente caso que observé, una infección intercu­rrente. En estos casos, el balance inmunitario se altera, la resistencia individual se viene abajo, y el proceso cance­roso sobrecarga rápidamente el sistema inmunitario, con

Page 4: Una aproxiinación holística al cáncer

lo que el proceso se extiende como el fuego por una pra­dera con hierba seca. (Teniendo esto en mente se debería poner en cuestión la práctica común de utilizar en el tra­tamiento del cáncer los esteroides conjuntamente con dro­gas citotóxicas, drogas que, al inhibir los procesos inmu­nes corporales, podrían poner al paciente en mayor peli­gro y extender las infecciones intercurrentes.)

También es un hecho, conocido por los que tratan este tipo de pacientes, que el hundimiento de la resistencia a las infecciones viene dado muchas veces por una altera­ción emocional. Esto se observa con mucha mayor facili­dad en los niños y personas jóvenes, en los cuales el he­cho de que se acerquen fechas especiales como Navida­des, cumpleaños, exámenes, u otros acontecimientos que implican un estrés emocional puede disminuir su resis­tencia a numerosos padecimientos comunes que de otra manera no se habrían desarrollado (¿cuántas veces se puede ver a niños afectados de anginas o de otitis media justt' antes de las Navidades?).

E 1 término estrés está ampliamente usado hoy en día. .. .. . -y {:Omúnmente se-piensa- que radica en -el medio am-

biente del individuo. De este modo, mucha gente piensa que un cambio del estilo de vida hacia otro más simple y menos complicado -una especie de «pasar de todo»­es necesario para conseguir erradicar el estrés. Esto es una simplificación excesiva. Es importante recordar que cada uno tiene ciertas áreas de su vida generadoras de estrés, a través de las cuales todos hemos de pasar. Son insepa­rables del proceso de la vida. Son parte y parcelas de la elección vital; las lecciones (si se quiere expresar de esta manera) que hemos tenido que aprender. Entre ellas cita­remos el nacimiento, el destete, las primeras clases esco­lares, el nacimiento de otros hermanos, el cambio de es­cuelas, adolescencia, pubertad, universidad, primer trabajo,

Muchos médicos saben que el hundimiento de la resistencia a las

infecciones viene dado muchas veces por una alteración emocional.

cambios de trabajo, noviazgo, matrimonio, parentela, pa­ternidad, cambios del medio ambiente, jubilación, y mu­chas otras. Son parcelas angustiantes de la vida y son co­munes a todos. Lo que determina el desarrollo del estrés no es el área de la vida atravesada, sino la reacción por parte del individuo hacia la circunstancia que le ocurre. La relación entre una y otra podría resumirse simplemen­te por la siguiente ecuación simple: estrés = reacción X medio ambiente (por «medio ambiente» debemos enten­der no solo el ambiente externo y presente, sino la situa­ción general de la vida del individuo, que incluye, ade­más del presente, todas sus memorias y experiencias del pasado, sus alegrías, sus miedos, sus éxitos y sus fracasos,

conjuntamente con sus esperanzas, ambiciones, dudas y miedos para el futuro). Si en la ecuación expuesta más arri­ba se desea alterar el cociente, el estrés, es necesario alte­rar uno de los dos factores, medio ambiente o reacción. En la mayoría de los casos, el medio ambiente está fuera de nuestro alcance y es inalterable, por ello es necesario, si queremos modificar el estrés que soporta el individuo, tratar de enseñarle a modificar. su reacción frente al me­dio ambiente. De esta manera, la curación real empieza con la curación de la psique, y la curación corporal se pro­duce de una manera natural.

E 1 autor se ha interesado en demostrar esto sobre pa­cientes con cáncer. En esencia, el proceso es bastante

simple. En primer lugar se realiza una historia de su vida, con especial énfasis hacia los patrones emocionales, e in­vestigando posibles áreas de pensamiento negativo. Tam­bién se le refuerza el convencimiento de que la curación de �u enfermedad sí es posible, pero que esta curación so­lo puede lograrse si él mismo ejerce un papel importante. Se le explica que así como su enfermedad ha sido auto­creada, también puede hacerse algo por autodeshacerla. Se le enseña a relajarse correctamente por medio de la me­ditación. En este proceso de meditación se le enseña pri­mero a visualizar, con todo el poder de su imaginación, alguna situación en la cual el individuo se sienta en esta­do de paz, de belleza y de tranquilidad. Esta meditación se ha de hacer lo suficientemente vivida como para el in­dividuo tome parte en la escena que ha recreado su men­te. Después de permanecer un corto período de tiempo en este estado, se le indica que mire hacia sí mismo y tra­te de ver su enfermedad; de visualizar su tumor, su dolor, y su función alterada, y que mientras observa su enferme­dad, vea a las células de su cuerpo combatiéndolo, neu­tralizándolo, rodeando y confinando la enfermedad, y fi-

Natura Medicatrix. Verano 1987 (n° 16) - 7

Page 5: Una aproxiinación holística al cáncer

nalmente destruyendo y eliminando el dolor. Se le ha de indicar que el cuerpo se carga de energía mientras se reali­za este proceso, y que se benefician de ello las fuerzas de­fensivas. «Tal como lo imagines, sucederá», ha de ser el mensaje a exponer al paciente. Finalmente, se pide al pa­ciente que vuelva al estado inicial de tranquilidad, y que permanezca en ese estad1o sintiendo su respiración y sus energías curativas circulando por su organismo, y que es­tán presentes en todos y cada uno de los momentos de la vida.

También indicamos al lpaciente que este tipo de medi­tación se ha de realizar como mínimo media hora diaria. Cada dos semanas, se hace un encuentro de un grupo de pacientes. En estas reuniones, aparte de depurar el siste­ma de meditación de cada paciente y sus procesos de vi­sualización, existen además sesiones de imposición_ de ma­nos por parte de una persona con fama de curador caris­mático. Durante estas sesiones el grado de relajación está monitorizado por medio de un medidor de la resistencia eléctrica cutánea, y nos ha parecido observar que un aumento de un 30% en la resistencia de la piel indica una condición receptiva para la curación carismática por im­posición de manos. (Además de ello, se observa que la im­posición de manos provoca una disminución de la resis­tencia cutánea. Tan pronto como se ha acabado la impo­sición de manos, las lecturas de resistencia cutánea aumen­tan rápidamente hasta los niveles del estado de relajación y meditación.)

Es importante comprender claramente que este tipo de terapias para el cáncer son complementarias a las técnicas ortodoxas de la Medicina, como la cirugía, radioterapia y agentes citotóxicos, y solemos indicar vivamente que no se ha de dejar de tomar la medicación habitual. He podi­_do observar que con las experiencias en grupo que he rea­lizado se han producido importantes cambios en la for­ma de pensar de los pacientes, y que este cambio mental se correspondía con una mejor respuesta hacia los agen­tes terapéuticos ortodoxos, y en especial la radiot�rapia. Los agentes citotóxicos son menos seguros de controlar puesto que presentan numerosos efectos adversos yatro­génicos, y en esos casos se pueden utilizar dosis menores con el mismo resultado; asimismo hemos renunciado al uso de esteroides como es bastante frecuente. El tratamiento debe ir acompañado de un régimen dietético adecuado. En este régimen se les recomienda abstinencia absoluta de carnes -materia muerta-, y la inclusión de miel, le­che, yogur, frutas frescas y verduras, junto con dosis im­portantes de vitaminas de origen natural, en especial las vitaminas hidrosolubles, así como las del grupo B y C. Siempre que sea posible, los alimentos serán de cultivo biológico.

A unque aún es pronto para llegar a conclusiones se­guras, me ha parecido que el tratamiento del cáncer

debería beneficiarse de estos tratamientos en grupo, y se deberían realizar algunos estudios piloto.

Hacer funcionar este tipo de grupos requiere entrena-

8- Natura Medicat1ix. Verano 1987 (n° 16)

miento y experiencia, especialmente en la inducción del estado de meditación. Idealmente, el líder que induce la meditación ha de ser experimentado en el tema y practi­car en sí mismo la meditación cada día. Si no es así, ello puede influir en la actitud de los mismos pacientes, a los cuales se les enseña, pero no se les convence, y su éxito frente a su enfermedad depende principalmente de su ac­titud personal. El sanador también es importante, y quien realice la imposición de manos no ha de ser necesaria­mente líder del grupo terapéutico, pero sí habrá de ser ex­perimentado en ello. La habilidad en usar las manos co­mo instrumento de curación forma parte del carácter de cada persona, pero esta capacidad varia de persona a per­sona, y puede ser mejorada mediante la :rp.editación, el en­trenamiento y la práctica. Su calidad fundamental es un deseo intenso y superpoderoso de brindar ayuda, sin pen­samientos de egocentrismo personal. Es necesario además que el médico pueda trabajar en grupo con colegas de la medicina ortodoxa de cara a poder evaluar objetivamente los resultados obtenidos. Los grupos están formados por varias personas, y el número ideal es siete. Los grupos de más de doce personas suelen traer a la larga problemas de armonía entre los diferentes sujetos que los componen.

El médico ortodoxo experimentado quizás alzará sus bra­zos escandalizado al tratar de abordar la enfermedad, y en este caso una enfermedad tan grave como el cáncer, de este modo tan poco ortodoxo. Replicará probablemen­te que el fenómeno de recuperación espontánea en el cán­cer es un hecho reconocido hace tiempo por la profesión médica, y que incluso con tratamientos ortodoxos este he­cho también sucede. Muchas veces, las recuperaciones es­pontáneas han sido catalogadas como diagnósticos mal es­tablecidos, ya que nada hay tan peligroso como lo que no entra en las reglas de juego convencionales. También fue Galileo excomulgado por la Iglesia en el Renacimiento por afirmar que dábamos vueltas alrededor del Sol. Para com­prender mejor los factores de curación espontánea, debe­ríamos preguntarnos antes por qué unos pacientes respon­den tan bien al tratamiento y otros no, y especialmente observar qué factores influyen en un sentido o en el otro. El médico debe de ahondar en el terreno de la personali­dad del paciente para poder resolver este problema.

BIBLIOGRAFÍA (1) Paget]. Surg. Pathology, London 1870, p. 800. (2) Evans, E.: A psychological study of Cancer. New York, 1926, p. 126. (3) Le Sahn Bs Worthington:]. of Nervous and Mental Disease, 124, 460, 1956. (4) Parker et al.: British Medical]oumal, 1969, 1, 740. (5) La Barba: Psychosomatic Mee., 1970, 32, 259. (6) Kavetsky et al: Annals of New York Academy of Science, 164, 612, 1969. (7) Kissen: British ]oumal of Medica! Psychology, 36, 27, 1963. (8) Kissen: British ]oumal of Medica! Psychology, 37, 203, 1954. (9) Kissen: Ann of New York Acad of Science, 164, 535 1969. (lO) Kissen: British ]oumal of Medica! Psychology, 40, 29, 1967. (ll) Butler: Cancer, 7, 1, 1954. (12) Bacon et al.: Psychosomatic Medicine, 14, 453, 1952. (13) Le Shan: Psych. Quart. 35, 314, 1961. (14) Le Shan: Ann. New York Acad. of Science, 125, 780, 1966.

• Entraído de «A Holistic Approach to Caneen>. Health Natural, The Foundation, Vol.!, n? 5, pp. 1-6, Dec. 1985. (133, Gatley Road, Gatley, Cheadle, Cheshire, SK8 4PD Inglaterra). • Selección y traducción: Avelina Esteves y josep Lluís Berdonces.