teología popular, teología a pie

Download Teología popular, teología a pie

If you can't read please download the document

Upload: hathuy

Post on 31-Dec-2016

217 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Femando Torres Milln

Fernando Torres Milln

Teologa popular, teologa a pie

Una metodologa teolgica latinoamericana

http://www.dei-cr.org/EDITORIAL/REVISTAS/PASOS/75/Archivos_75/Pasos75_3.doc

...escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los pequeitos (Lc. 10,21)

Hace algunos aos el telogo alemn J. B. Metz se preguntaba por el sentido del quehacer teolgico despus de Auschwitz y descubra como absurdo defender verdad alguna al margen de tan nefasto evento. A partir de entonces su teologa se transforma:

.. .intent no seguir haciendo teologa de espaldas a los sufrimientos imperceptibles o encubiertos por la fuerza del mundo: ni de espaldas al holocausto ni de espaldas al atnito sufrimiento de los pobres y oprimidos del mundo Tamayo, "Teologa poltica", en C. Floristan y J. J. Tamayo, Conceptos fundamentales del cristianismo. Madrid, Trotta, 1993, pg. 1361.

.

Unos aos despus y desde el contexto del "holocausto latinoamericano de pobreza, violencia y represin, el telogo peruano C. Gutirrez se haca una pregunta similar:

Desde estas tierras, en las que hace siglos ya Bartolom de las Casas dejaba a Cristo mil veces flagelado en los indios, nuestra pregunta es cmo hablar de Dios, no despus sino durante Ayacucho? La interrogacin supera sin duda nuestra capacidad de respuesta G. Gutirrez, "Cmo hablar de Dios desde Ayacucho", en P^ina^ (Per) No. 15 (1988), pg. 237.

, conclua enfticamente que un discurso sobre la fe que no tenga en cuenta la amplia y honda cuestin del sufrimiento de los pueblos que se tutean con la muerte temprana e injusta se niega l mismo como lenguaje sobre Dios... Ibid, pg.241.

.

Hoy, desde Colombia, otro holocausto interminable, nos preguntamos cmo y para qu hacer teologa. Ms an, nos preguntamos dnde est Dios?; puede estar Dios en Urab, en Choc, en Crdoba, en el Cesar, en el Meta Corresponden a nombres de regiones o departamentos donde con mayor intensidad se vive el drama de la pobre/a, la con frontacin militar, el desplazamiento y la violacin de ios derechos humanos. Lo mismo podramos decir con relacin a aquellos departamentos afectados por la "guerra "al narcotrfico: Putumayo, Caquet y Guaviare.?; qu est haciendo Dios mientras los actores armados ejrcito, polica, guerrilla, paramilitares, narcotraficantes, sicarios, milicias pandillas masacran, torturan, amenazan, desaparecen y maltratan a la indefensa poblacin civil?; cmo hablar de Dios desde los ya casi dos millones de desplazados,as-refugiados,as en los cinturones de miseria de Bogot, Cali, Medellin, Barranquilla, Barrancabermeja, Villavicencio, Montera, etc?

Sin duda que el plantearnos estas preguntas y aproximar algn tipo de resolucin es el desafo mayor al que se enfrenta el quehacer teolgico hoy en Colombia, y que la "teologa tradiciona Llamamos "teologa tradicional" a todo discurso sobre Dios que no tiene como punto de partida la realidad en la que se elabora En este sentido podemos hablar tanto de la teologa escolstica como de la teologa crtica-moderna.

es y ha sido incapaz de ayudar a responderlas, bien sea o porque no se plantea el problema o porque su instrumentalmetodolgico no es el adecuado para discernirlo y afrontarlo. Lamentablemente esta teologa, pretendidamente "cristianar es la predominante tanto en el catolicismo como en el protestantismo y el pente-costalismo en nuestro pas.

A partir del proyecto de Teologa Popular que hemos venido trabajando en Dimensin Educativa en los ltimos doce aos Este trabajo ha sido sistematizado y publicado en Equipo de Teologa Popular de Dimensin Educativa, Teologa a pie, entre sueos \) clamores. Bogot, Dimensin Educativa, 1997. Este texto es referencial a lo largo de esta reflexin.

, intentar mostrar la necesidad de profundizar las rupturas epistemolgicas, polticas y pedaggicas iniciadas por la Teologa de la Liberacin, si en verdad queremos asumir honestamente un quehacer teolgico comprometido con y desde la realidad colombiana. En un primer momento plantear los sueos y clamores que nos estn consternando, indignando y desafiando, luego los lmites de una teologa "ensimismada", "indolente" e "incapaz", y por ltimo las intuiciones y originalidades de una Teologa Popular que se esfuerza por asumir y cargar con nuestra realidad.

1. Miedos, silencios, sueos y clamores...

...lamentaciones, lloros y gemidos de un pueblo que como cordero est siendo "llevado al matadero, como una oveja delante de sus esquilmadores, enmudeci, no abri su boca" (Is. 53, 7). El llanto de las madres, como el grito de Raquel que llora inconsolable a sus hijos e hijas exiliados,as y sacrificados,as se oye por doquier en esta nueva Rama saqueada y violada (Jr. 31,15). Los,as pequeuelos,as de "otros Belenes y sus alrededores" son asesinados,as por los nuevos Heredes, sembradores de muerte y desolacin (Mt. 2,16). Pueblo crucificado que hoy tambin clama a gran voz "Dios mo. Dios mo, por qu me has abandonado?" (Mt. 27, 46). Mrtires, cuyos das de "gran tribulacin" parecen interminables, an "lavan sus ropas en la sangre del Cordero" (Ap. 7, 14):

A m s me gustaba vivir en Apartado. Lo nico maluco es que los bolsillones matan mucho y han hecho muchas masacres. En el barrio donde viva, La Chinita, hicieron varias masacres. Yo vi como sacaban los muertos y la gente lloraba. En Apartado no se sabe quines son los malos porque todos matan: los bolsillones, que son los paramilitares, la guerrilla y hasta el ejrcito, aunque a veces es bueno porque cuida a la gente. Uno los ve andando por todas partes con sus armas. A mi pap lo trajeron para Bogot a la crcel de la Picota acusado de rebelin y por eso nosotros nos vinimos y vivimos en este barrio. Aqu todo es distinto. Por ejemplo, todos nos molestan porque somos negros y se burlan de m. En la escuela tambin y por eso es que no me gusta vivir aqu. Tampoco me gusta que en el barrio hay muchos marihuaneros y ladrones. A m uno de ellos me levant a patadas y me descompuso un brazo. Estoy estudiando y lo que me gusta de la escuela es que me dan almuerzo y puedo jugar... Mi sueo es volver a Apartado, pero que no haya violencia y que mi pap quede libre. Tambin sueo con tener una bicicleta y cuando sea grande quiero manejar carro. Mi pap haca parte del sindicato de los maestros, yo creo que fue por eso que pas todo. A mi pap empezaron a amenazarlo como a otros de los maestros del sindicato. Yo recuerdo que ya haban matado a dos profesores amigos de mi pap que yo conoca. Fue una experiencia muy triste, nosotros fuimos al entierro y recuerdo lo triste que estaba la familia. Todos lloraban, hasta mi pap. Nunca cre que a nosotros nos pasara algo igual. Fue en diciembre. Cada ao en este mes se reuna toda la familia en la casa de mi abuela cerca del mar. Y una fecha que era tan especial para toda la familia se convirti en pesadilla. Yo estaba con mi pap sentados en la puerta de la casa escuchando msica, estbamos muy cerca los dos. De pronto lleg una camioneta y una moto, se bajaron varios hombres no recuerdo cuntos, tampoco recuerdo sus caras, todo fue muy rpido. Sacaron sus armas y le dispararon a mi pap. No s cmo no me mataron a m tambin. An siento en mis odos el sonido de los disparos ta ta ta...! y el olor del plomo y de la sangre... Han pasado tres aos pero me duele igual que el primer da... Mi sueo para el futuro es que se me quite esta rabia que tengo por dentro y pueda vivir tranquilo con mi familia y que mi mam no llore ms.

Yo viva en El Castillo tierra de inmensa paz cuando lleg la violencia muchas familias tuvieron que marchar. Se nos llama desplazados porque tuvimos que marchar dejando todo lo nuestro para podernos salvar... Lstima que en el llano no reina la paz porque despus de esta tierra seguro no hay otra igual. Todos los das sueo que regresar la paz para volver a mi pueblo y vivir con mi comunidad... Con sta me despido pongo punto final Dios quiera que en Colombia no se demore la paz Los testimonios y las coplas de nias y nios desplazados por 1 violencia en Colombia son tomados de Taller de Vida, Niez desplazamiento. Para romper el silencio y el miedo. Bogot, Taller d Vida/1997.

.

Las autodefensas se metieron un domingo a mi casa disparando y mataron a mi nieta, hirieron a mi hija y a m. Luego de recuperarme en una clnica tuvimos que salir huyendo toda la familia porque ms que una amenaza era una decisin de matarme y yo no quera exponer ms a mi familia.

La guerrilla acus a mi marido de informante y a pesar de que nosotros les demostramos que era inocente se lo llevaron y a los tres das apareci el cadver. Yo me vine porque tena mucho miedo y mucha rabia con esa gente...

Me di cuenta que se iban a llevar a mi hijo de 16 aos para la guerrilla y nosotros nos reunimos y decidimos que mejor nos bamos para otra parte antes que perder al nio.

Primero llegaron los paracos (paramilit-ares) y sacaron a la gente de sus casas y mataron como a seis personas que gritaban para que no los mataran... Despus llegaron aqu y nos dijeron que cuando volvieran iban a acabar con los que quedaban porque tenan que limpiar ese pueblo de guerrilleros.

El ejrcito dijo que en la casa haba armas y que mi pap era guerrillero y buscaron por todas partes y no encontraron nada y se fueron. Cuando vino mi pap estbamos todos asustados y llorando, pero l nos dijo que no llorramos, que no iba a pasar nada porque l no haba hecho nada. Al rato llegaron otra vez los soldados y lo cogieron a patadas y lo insultaron y se lo llevaron para la Base. A los tres das cuando lo fuimos a visitar nos dijeron que se lo haban llevado para Medelln, pero no, lo haban trado ac a Bogot y nosotros tuvimos que vender todo a la carrera y venirnos para estar cerquita de l... Los anteriores testimonios de familias desplazadas y refugiadas en Bogot son tomados de Arquidicesis de Bogot y CODHES/ Desplazados por violencia y conflicto social en Bogot. Bogot,, Arquidicesis de Bogot-CODHES, 1997..

...Y continuaramos llenando multitud de pginas con lamentos, llantos, gritos y clamores "cada vez ms tumultuosos". Pero, dnde estn los odos que puedan or, los corazones que puedan sentir y los abrazos que puedan consolar?; hasta cundo gritar sin que Dios escuche?; hasta cundo clamar por causa de la violencia sin que haya salvacin por ningn lado? ...Ante nuestros ojos "slo hay destruccin y violencia; pleito y contienda se levantan" (Hab. 1,3). Para qu ver tanta iniquidad y sentir impotentemente tanta maldad? Tanto silencio, lejana y ausencia de Dios horroriza. Pareciera que se hubiera escondido "en el tiempo de la tribulacin" (SI. 10,1), que se hubiera "olvidado para siempre" (SI. 13,1), que estuviera "callado y quieto" (SI. 83,1). dos, dnde ests?... "Cansados estamos de llamarte; nuestra garganta se ha enronquecido; han desfallecido nuestros ojos esperndote'" (SI. 69,3). "Hasta cundo los impos, hasta cundo, Dios, se gozarn los impos? Hasta cundo pronunciarn, hablarn cosas duras y se vanagloriarn todos los que hacen maldad? A tu pueblo, dos, quebrantan y a tu heredad afligen. A la viuda y al extranjero matan y a los hurfanos quitan la vida" (SI. 94,3-6).

2. El ensimismamiento, la indolencia y la incapacidad de una teologa

Siempre que necesitamos precisin y claridad de conceptos y palabras recurrimos a un "buen diccionario" que nos suministrar la versin "objetiva", "legtima" y "cierta" acerca de lo que procuramos. Se entiende que versiones distintas a las consignadas en l son "subjetivas", "vulgares" y "falsas". Los diccionarios son hijos de "La Enciclopedia", vana pre-tencin de La Ilustracin Europea que quiso controlar todos los saberes acerca de todas las cosas. Era el nacimiento de la subjetividad moderna, aquella misma que un poco antes "descubra" y colonizaba a Amrica... "conquisto, pienso, existo...". Lo que hicieron con los pueblos originarios, africanos y asiticos, lo hicieron igualmente con sus palabras, dioses y teologas. Por ello, en los diccionarios o no existen o son catalogadas como "idolatra", "supersticin", "religiosidad popular", "brujera", "satanismo", "paganismo", etc., lo que deja ver con claridad cul es la intencionalidad. Con todo, nos sirven y los consultamos para saber cul es la versin hegemnica. En el caso del concepto "teologa", es evidente que encontraremos "una" teologa que pretende ser "la" teologa. Tomemos por ejemplo el excelente Conceptos fundamentales del cristianismo, organizado por Casiano Floristn y Juan Jos Tamayo. Veamos qu nos dice acerca de la "teologa" para despus hacer una crtica a su "racionalidad". As sabremos por qu esta teologa "ensimismada, indolente e incapaz" no consigue conmoverse ante el dolor, el sufrimiento y la muerte de un pueblo, que como el colombiano, est siendo atrozmente "arrojado al abismo"...

2.1 Teologa, concepto fundamental

La etimologa y la historia semntica del trmino teologa (thco-lo^ia, palabra sobre Dios) significa una conexin prctica entre "Dios" y "lenguaje" El lenguaje indica el medio con que se hace teologa, Dios indica el tema, mientras que la conexin prctica significa las numerosas modalidades en que se puede hacer teologa. En consecuencia, la verdadera teologa supone una prctica adecuada, es decir, capacidad de hablar de Dios; de ah se comprende por qu en la historia de la teologa se han podido dar diversos discursos "cientficos" y diversos tipos de actos lingsticos E. Vilanova, "Teologa", en C. Floristn y J. J. Tamayo, op. cit., pg. 1318.

.

Evidentemente se acude a la fuente de la tradicin cultural occidental: las races griegas. Por qu no se tiene en cuenta otras tradiciones culturales-religiosas no occidentales?; ser que debemos entender lo "griego" como lo "universal"? La "palabra sobre Dios" pronunciada por griegos y latinos, ser "modelo" para todos los pueblos? Tal lenguaje "tematiz" a Dios, lo conceptualiz y lo aisl. La "verdadera teologa" ser aquella que hable de manera adecuada de Dios por medio de discursos y actos lingsticos conceptuales. Lo "adecuado" hace referencia al ejercicio terico "correcto" que "conecta" el tema (Dios) con la mediacin (el lenguaje), con independencia del contexto en donde se elabora y de la subjetividad social y cultural que lo produce. No excluye la diversidad de discursos sino la diversidad de lenguajes. El lenguaje sobre Dios y la forma de producirlo se homogeniza bajo la "dictadura" del logocentrismo y el patriarcalismo occidentales. Otra aproximacin es la de R. Panikkar:

La experiencia de la humanidad, expresada a travs de innumerables tradiciones tanto orales como escritas ha llamado a Dios con muchos nombres y, casi unnimemente, ha nombrado y entendido a Dios como smbolo, como nombre, no como concepto R. Panikkar, La experiencia de Dios. Madrid, PPC, 1994/ pg. 7.

que no puede ser objeto ni de conocimiento ni de creencia alguna; es un smbolo que se revela y vela en el mismo smbolo del que se habla. El smbolo es tal porque simboliza y no porque es interpretado como tal. No hay hermenutica posible del smbolo, porque en l est su propia hermenutica... A diferencia de los conceptos, que tienen al menos la intencionalidad de ser unvocos, los smbolos son polismicos... El smbolo no pretende ser universal ni objetivo.

Pretende ser concreto e inmediato, es decir sin intermediario entre sujeto y objeto. El smbolo es a la vez objetivo-subjetivo; es constitutivamente relacin. Por eso, el smbolo simboliza lo simbolizado Ibid., pg.l2.

12 W. Ospina, "Los 6.500 nombres de Dios", en Cambio 16 (Colombia), No. 218 (1997), pg. 56.

.

Como vernos, Panikkar nos introduce por otro camino que ms adelante retomaremos. Lo importante es resaltar la riqueza y la necesidad de la diversidad religiosa y cultural. Desgraciadamente esta diversidad est hoy ms amenazada que nunca.

Volviendo a los Conceptos fundamentales, Vilonova nos remite a las fuentes griegas constitutivas para la comprensin cristiana de la tarea teolgica: se trata del control crtico de la razn en la confrontacin del discurso religioso sobre Dios y del esfuerzo, euiado por la razn, para conocer lo j- 11 divino E. Vilanova, op. cit., pg. 1320.

.

La religin en la tradicin occidental despus de una larga y spera historia de tensiones, herejas e inquisiciones estar subordinada a la razn. La frmula fides cuaerens intellectum, o intellectus fidei (la voluntad de comprender la fe) ofrecer la solucin ms conciliatoria, sin perder la "autonoma de la fe" la condenar inevitablemente a su racionalizacin. La teologa patriarcalizada, desmitologizada y desimbolizada ser "ciencia", "reflexin", "conocimiento", "pensamiento" creble a los ojos y el corazn de la modernidad.

2.2 Teologa y racionalidad instrumental

F. Hinkelammert compara la racionalidad econmica del capitalismo con una contienda donde los competidores cortan la rama de un rbol en donde se hayan sentados:

El ms eficiente ser aquel que logre corta r con ms rapidez la rama sobre la cual est sentado. Caer primero, pero habr ganado la carrera por la eficiencia F. Hinkelammert, El mapa del emperador. Determinismo, caos, sujeto. San Jos, DEI, 1996/ pg. 13.

.

Estupefacto se pregunta si esta eficiencia es eficiente, si esta racionalidad es racional. Concluye afirmando que

Esta es la irracionalidad de lo racionalizado, que es a la vez la ineficiencia de la eficiencia. El proceso de creciente racionalizacin que acompaa todo desarrollo moderno, est produciendo una irracionalidad creciente Ibid., pg. 14..

Tal cuestionamiento slo es posible discernirlo y hacerlo si se tiene una opcin tica por la vida de la humanidad y de la naturaleza. Este ser el punto de partida de su crtica a la teora de la accin racional en su forma clsica-dominante formulada por Weber.

El concepto de accin racional que subyace a la teora econmica dominante en el capitalismo de hoy neoliberalismo concibe la accin racional como una accin lineal. Vincula linealmente medios y fines, y busca definir la relacin ms racional para juzgar sobre los medios utilizados para obtener fines determinados. E] criterio de racionalidad (formal) juzga entonces sobre la racionalidad de los medios segn criterio de costos: lograr un determinado fin con el mnimo de medios usados para lograrlo Ibid., ,pg.l5.

.

De este modo, la teora de la accin racional, que reduce la racionalidad de la accin a la relacin medio-fin, es totalizada hacia el campo epistemolgico y de la metodologa de las ciencias. En este sentido, es racionalidad instrumental Ibid., pg.l7.

.

Cmo pudiramos verificar que es la misma racionalidad (reducida) que subyace a la prctica teolgica dominante?; cmo puede una experiencia religiosa ser sometida a la racionalidad lineal de medios con relacin a fines?; cmo aplicar criterios de eficiencia y competitividad a "algo" que es eminentemente "silencio", "gratuidad" y "corazn"?; no son posibles "teologas" ms all de los juicios medio-fin?

No es "descabellado" sospechar que la racionalidad econmica de la modernidad y la racionalidad teolgica de la modernidad "coman en un mismo plato"... Es ms, hasta podramos pensar que ambas racionalidades se corresponden y se necesitan, tanto como existe una teologa de la modernidad de la cual hemos bebido en abundancia... La rama, en donde el competidor est sentado, por su mayor eficiencia la cortar y en su cada elevar plegarias y alabanzas a Dios, pues gracias a sus "bendiciones" (lase "prosperidad") conseguir imponerse exitosamente en la lucha de los mejores.

afectividad. El cuerpo, la piel, los sentimientos, la pasin, la imaginacin, son excluidos del aprendizaje, de la cognicin y de la conceptualizacin ^ Asi mismo "la" teologa. Entre ms distante de los sentidos entindase de los cuerpos, los deseos y los sentimientos ms "objetiva", ms "cientfica", ms "rigurosa". En el territorio genrico de la abstraccin "el saber" teolgico se dogmatiza y se unlversaliza cruzando el umbral de la intolerancia, la pedantera y | la autosuficiencia. Es una teologa colmada de "certezas" pero carente de "corazn", "que mientras ms progresa ms personas deja por fuera del crculo de los creyentes"70. Tal teologa no tiene ojos para ver, odos para escuchar, corazn para sentir, voz para denunciar, manos para acariciar, pies para movilizar. Es indiferente e inconmovible. Jams ser proftica. Mucho menos creyente.

La ausencia de Dios se hace patente en los clamores, dolores, silencios, llantos y sueos de un pueblo desarraigado y desarticulado "sin amor y sin pan" 21 El drama de la guerra, el exilio, el desplazamiento, el etnocidio, la amenaza, el narcotrfico, el secuestro, la delincuencia, la corrupcin, la indolencia el ecocidio, la "limpieza", el empobrecimiento, etc est exigiendo "otra" teologa con otro tipo de racionalidad y de espiritualidad. Una teologa que tenga como punto de partida la ausencia de amor, de par de tierra, de justicia y de paz.

2.3 Teologa "sin hambre" y ^sin corazn"

No es fcil plantearnos un quehacer teolgico honesto desde una realidad de "ausencia de Dios" como lo es la colombiana. Entendemos "lo honesto" en el sentido de produccin de esperanza, aunque sta no sea ms que una "esculida llama" E. Tamez, "Confesiones", en Vida y pensamiento (Costa Rica) Vol. 17, No. 2 (1997), pg. 12.

en medio de la oscuridad. Sin embargo, nos lo plantemos como un desafo vital y descubrimos que tal realidad no consigue ser acompaada, consolada, animada y discernida, desde una teologa cuya racionalidad no es vulnerable ni al dolor ni al amor. El aparato analtico-conceptual con el que ha sido dotada a travs de la escolstica y del mtodo histrico-crtico, slo consigue producir conceptos, discursos, dogmas y teoras acorazadas en las trincheras acadmicas y en las curias episcopales.

La tradicin epistemolgica en Occidente deslig la inteleccin y la abstraccin de la sensibilidad y la efectividad. El cuerpo, la piel, los sentimientos, la pasin, la imaginacin, son excluidos de aprendizaje, de la cognicin y de la conceptualizacin L. C. Restrepo, L'/ derecho a la Irruuf-u. o^ota. Ar^in^o hiJitoi-f^ 1994, pg. 54.. As mismo la teologa. Entre ms distante de los sentidos entindase de los cuerpos, los deseos y los sentimientos- ms objetiva, ms cientfica, ms rigurosa. En el territorio genrico de la abstraccin el saber teolgico se dogmatiza y se universaliza cruzando el umbral de la intolerancia, la pedantera y la autosuficiencia. Es una teologa colmada de certezas pero carente de corazn, que mientras ms progresa ms personas deja peor fuera del crculo de los creyentes Citado por A. Ramrez, "La hermenutica bblica mas all de lo-mtodos histrico-cr ticos", en l,a Palabra //y No,S3("W7), pg.4'

. Tal teologa no tiene ojos para ver, odos para escuchar, corazn para sentir, voz para denunciar, manos para acariciar, pies para movilizar. Es indiferente e inconmovible. Jams ser proftica. Mucho menos creyente.

La ausencia de Dios se hace patente en los clamores, dolores, silencios, llantos y sueos de un pueblo desarraigado y desarticulado sin amor y sin pan ^ E. Tamez, op. cit-, pg. 6.

. El drama de la guerra, el exilio, el desplazamiento, el etnocidio, la amenaza, el narcotrfico, el secuestro, la delincuencia, la corrupcin, la indolencia, el ecocidio, la limpieza, el empobrecimiento, etc., est exigiendo otra teologa con otro tipo de racionalidad y de espiritualidad. Una teologa que tenga como punto de partida la ausencia de amor, de pan, de tierra, de justicia y de paz.

3. Teologa popular, teologa a pie

Decir "teologa a pie" supone muchas cosas: que vive, se moviliza, hace camino, es pobre y humilde disfruta del aire y del paisaje, medita, conversa escucha, pregunta, acompaa y se deja acompaar reanima, siente la tierra, se cansa, suda, abre horizontes, es gratuita, exploradora, misionera, campesina arriesgada, propicia la imaginacin y la fantasa, e-ligera de equipaje, es vagabunda y aventurera... puede caminar con la gente que camina, huir con quienes huyen, migrar con quienes migran, descansar con gente cansada, esperar y apurar cuando se precisa 1^ uno o lo otro, cantar y soar para alegrar el camino \ el corazn, presionar y exigir cuando el pueblo i?t moviliza, refugiarse en campamentos amenazados \ vigilados, peregrinar y orar en la solicitud y la alabanza, or lo inaudible y ver lo invisible, gozar con 1^ pequeo y lo gratuito, sufrir la persecucin y el mar tirio con gente perseguida y martirizada... es una teologa solidaria, cercana, afectiva y esperanzadora. En Colombia, esta teologa ser particularmente fiestera, comunitaria y apasionada...

Como un esfuerzo y una opcin de hacer "teologa a pie". Dimensin Educativa Dimensin Educativa es un centro de educacin popular creado en 1978 en Bogot, Colombia, por un grupo de educadoras y educadores "influenciadas/os" por el pensamiento pedaggico de Paulo Freir y por la Teologa de la Liberacin.

ha generado, en los ltimos doce aos una propuesta denominada Teologa Popular Equipo de Teologa Popular de Dimensin Educativa, Teologa a pie, entre sueos y clamores. Sistematizacin del Proyecto de Teologa Popular de Dimensin Educativa, 12 aos 1985-1997. Bogot, Dimensin Educativa, 1997.

. A partir de esta experiencia sintetizar sus principales intuiciones y originalidades, con las que se constituye en una de las alternativas de produccin teolgica desde la dolorosa ausencia de Dios en nuestro pas y desde tos diversos proyectos que construyen y protagonizan los,as nuevos,as sujetos,as sociales y eclesiales para superarla.

3.1 Racionalidad circular

Una racionalidad que confronte de manera crtica la racionalidad instrumental tendr que ser una racionalidad circular:

Es la racionalidad del circuito natural de la vida humana. Ninguna accin calculada de racionalidad medio-nn es racional, si en su consecuencia elimina el sujeto que sostiene esta accin. Este crculo lo podemos llamar racionalidad reproductiva del sujeto. Se refiere a las condiciones de posibilidad de la vida humana F. Hinkelammert, op. cit., pg. 22.

.

Es la racionalidad que opta por la vida, por la naturaleza y por la felicidad de toda la humanidad. La accin humana tendr como criterio de discernimiento "la insercin de los seres humanos en el circuito natural de la vida humana bid, pg. 30.

. Racionalidad no slo tica, econmica y poltica sino tambin epistemolgica. Las ciencias crticas sern posibles mediante "juicios de hecho cuyo criterio de verdad es el criterio de vida o muerte" Idem.

,con las implicaciones polticas y ticas que esto supone. En consecuencia, tendramos que hablar igualmente de sensibilidad y espiritualidad en el campo epistemolgico!

La Teologa Popular asume y se desarrolla desde la racionalidad reproductiva de la vida en la medida que lo popular hace referencia a sujetos sociales, eclesiales y culturales que, excluidos,as de la racionalidad neoliberal crean, desde la exterioridad, espacios y espiritualidades en funcin de la vida para una sociedad "donde quepan todos y todas"; y lo teolgico hace referencia ltima a la Divinidad que es vida y da la vida. Entendemos la Teologa Popular como teologa de la vida la vida como sujeto, para la vida la vida como proyecto y utopa, en la vida la vida como realidad deseada y transformada, y desde la vida la Vida como La Realidad trascendente en la que "vivimos, nos movemos y existimos".

3.2 Racionalidad plural

La comprensin de la infinitud y la ultimidad por el intelecto no puede ser el nico ni el ms elevado paradigma de inteligibilidad de lo divino. Lamentablemente, la tradicin teolgica occidental propici tal reduccin y la absolutiz en desmedro del corazn (la va del amor) y de la praxis (la va de la accin).

La Teologa Popular procura la ampliacin de la racionalidad teolgica mediante la recreacin de un paradigma o una racionalidad mucho ms integral y profunda racionalidad plural, que haga justicia a una racionalidad simblica, mtica y a otras lgicas propias del mundo popular (sabidura, oralidad, cotidianidad, religiosidad, etc.) que est en continuidad con el mundo simblico de la cultura semita (bblica) y de las culturas populares latinoamericanas (herederas de elementos simblicos propios de las culturas originarias, africanas y asiticas) Equipo de Teologa Popular de Dimensin Educativa, op. cit., pg. 72..

Nos aproximamos a una racionalidad plural desde las culturas y las lgicas populares a partir de las cuales exploramos otras formas de construir y comunicar el conocimiento teolgico, dando origen a nuevas vertientes teolgicas: son ellas la racionalidad experiencial-testimonial; la racionalidad simblica y la racionalidad sapiencial. Surgen as, la teologa narrativa y testimonial, la teologa sapiencial, la vertiente simblica-artstica, mucho ms acordes con las lgicas populares y tambin con la teologa bblica Ibid.^ pg. 84.

.

Hablamos entonces de una epistemologa teolgica popular como "el proceso mediante el cual se construye, organiza, codifica, expresa y comunica el conocimiento teolgico del pueblo pobre y creyente" Ibid., pg. 160.

; tal proceso se caracteriza e identifica por desarrollarse dentro y desde las lgicas de las culturas populares. Por ello la Teologa Popular es una teologa inculturada, a la vez un proceso de inculturacin de la teologa. En las culturas populares descubrimos .otras categoras interpretativas y comunicativas: las de la razn simblica. Ciertamente es difcil definirla por su misma naturaleza suprarracional.

Pero comporta una sensibilidad diferente frente a lo real, una sintona csmica con la naturaleza, una fuerte viviencia de solidaridad humana, una gran sensibilidad religiosa expresada en ritos, mitos y fiestas, un sentido grande de la integralidad de la vida que incluye el cuerpo, el espritu, la creacin, la historia presente y del pasado, una fuerte tensin hacia lo definitivo, una actitud contemplativa ante la vida, una valoracin de la cultura local y de su identidad nacional, etc. bid, pg. 120.

3.3 Teologa desde las culturas y las religiones populares Para la relacin culturas populares y educacin popular ver M. Peresson, Educar desde las culturas populares. Ponencia presentada en el IV Simposio de renovacin educativa "Culturas y Educacin Popular", Bogot, 1994. Tambin el "Cuaderno de Estudio" No. 33, Haciendo nuevos tejidos. Fe, culturas y educacin popular. Bogot, CELADEC, 1996. El campo especfico de la relacin teologa-cul turas populares apenas si comienza a ser planteado.

La Teologa Latinoamericana de la Liberacin tradicionalmente se ha venido haciendo desde las prcticas que procuran la transformacin de la realidad en orden a la construccin de un orden social justo, teniendo como objeto y punto de partida del anlisis la realidad histrica y social y como mtodo e instrumento para realizarlo, la mediacin socio-analtica. En este esquema poltico-analtico el elemento cultural, religioso o no es visto o es miniminizado como "superestructura ideolgica". Se opt por los pobres como clase social mas no por sus culturas y sus religiones. Hoy no vemos el componente cultural, religioso como un sector de la realidad sino como comprensin de la realidad en su conjunto, como la realidad simblica englobante que da totalidad de sentido a una comunidad especfica Equipo..., op. cit., pg. 26.

.

Que las culturas y las religiones populares lleguen a ser la matriz en la cual y desde la cual se gesta y elabora la produccin teolgica, es una novedad y a la vez un desafo. Significa ubicar y dinamizar el quehacer teolgico en otro punto de partida, que requiere ser re-conocido y asumido a travs de mediaciones y herramientas de interpretacin adecuadas. Punto de partida que, a su vez, nos llevar a "otro" nuevo modo de hacer teologa. Las culturas y religiones populares, en cuanto lugar teologal y teolgico, .se toma en el espacio y mediacin de la revelacin, el dilogo y la interaccin entre Dios y el pueblo que lo reconoce desde su propia cosmovisinIbid, pg. 84.

.

Significa tambin que la Teologa Popular ser diversa, plural, hbrida, sincrtica, compleja, tanto como lo son las culturas, los pensamientos y las religiones populares:

La existencia de una pluralidad de culturas populares, como culturas subalternas, hbridas, en vital y permanente transformacin est a la raz de una pluralidad de elaboraciones teolgicas: desde las culturas indgenas, afroamericanas, campesinas, populares urbanas, juveniles, etc. Ibid., pg. 26.

El espectro teolgico se ampla, se profundiza v se enriquece. Ya no hablamos de "la" teologa de la liberacin, sino de "las" teologas de "las" liberaciones Lo "popular" ya no tiene apenas una connotacin poltica, es ante todo una riqusima y compleja realidad cultural, tica y utpica. Consideraramos asimismo la teologa del occidente nord-atlntico como "una" teologa ms, profundamente rica en su particular tradicin cultural, no como teologa nica, global, paradigmtica.

3.4 Vertientes de la Teologa Popular 35 Para la expresin, desarrollo y sistematizacin de cada una de las vertientes, ver Teologa a pie..., op. cit.., pgs 151-167, y la revista Prctica publicada por Dimensin Educativa.

Entendemos por vertientes teolgicas los modos diferentes, mtodos diversos de hacer y de expresar la teologa liberadora y de la vida, basados en las mltiples maneras como los sectores populares, en la pluralidad de sujetos y de lenguajes experimentan la realidad, la interpretan y la expresan. Se fundamentan en las racionalidades y sentimentalidades plurales (ms all de la racionalidad crtica de las ciencias sociales e histricas) propias de las culturas populares Ibid., ,pg. 153.

.

En el desarrollo de cada una de ellas la Teologa Popular se re-encuentra con las tradiciones teolgicas bblicas y con las teologas implcitas en las religiones populares. Como profundas vetas de creatividad, las vertientes plasman el pensar y el sentir teolgico desde el "alma" de las comunidades populares. Brevemente nos aproximaremos a la riqueza de cada una de ellas:

Vertiente histrca-narrativa-testimonial. La experiencia de Dios suscitada y desarrollada en una comunidad es testimoniada, narrada y celebrada como fe que se hace vida y esperanza en medio del pueblo pobre. La memoria de los/as mrtires plasmada en liturgias, cnticos y martirologios se trasforma en fuerza espiritual que alienta y acompaa a las comunidades perseguidas. La historia de las comunidades, sus luchas, conflictos, victorias, sueos y fracasos, se convierten en relatos de vida y de fe en donde se verifica el paso interpelante y liberador del Espritu. Los hechos y acontecimientos desgarradores de la historia colombiana son "ledos" como kairs, tiempo de Dios que urge y evidencia la vida en medio de tanta muerte.

Vertiente simblica-artstica. El arte religioso y el cristiano manifiestan simblicamente la hondura de la experiencia de fe a travs de una inmensa pluralidad de expresiones y formas: pintura, msica, escultura, arquitectura, teatro, literatura, danza, cine... La especificidad y la originalidad de cada una de estas expresiones son reconocidas y valoradas en las personas de cada uno/a de los/as artistas con que cuentan las comunidades cristianas. Sus nombres y sus obras son don y presencia de Dios que anima y acompaa la fe y la esperanza de las comunidades.

Vertiente sapiencial. La cotidianidad popular revela otra dimensin de la humanidad y de la divinidad. Ah se halla el mnimo, el bsico y el "mximo" de la subsistencia, de la convivencia y de la felicidad. Es pedagoga de la vida y de la muerte. El silencio "senti pensante" (siente el pensamiento, piensa el sentimiento), la escucha, la espera, la imaginacin, la conversacin, la corporeidad, la fiesta, son vas de elaboracin, comunicacin y socializacin de la sabidura popular. En ella se gestan y desarrollan la identidad, la resistencia, la espiritualidad y las utopas. En ella la fe se hace "cosa de cada da y de todos los das". Ancianas/os, sabias/os, consejeras/os, locas/os, videntes, narradoras/es, nias/os, tienen aqu su espacio y su reconocimiento. Su palabra, su gesto y su silencio comunican el deseo de Dios para la vida de cada da.

3.5. De la Educacin Popular a la Teologa Popular

La Teologa Popular pone en prctica los mismos mtodos de produccin terica de la Educacin Popular, por el hecho de entenderse ella misma como un proceso educativo comunitario. Toda accin educativa es mediatizada didcticamente a fin de generar y dinamizar aprendizajes y saberes significativos. Los mtodos "mueven" la didctica, y sta a su vez los "pedagogiza" Para producir Teologa Popular es indispensable socializar los medios y mtodos de produccin teolgica. Pero slo esto no es suficiente. Tambin hay que socializar, apropiarse y re-crear las didcticas. Es por ello que en la Teologa Popular los procesos son tan importantes como los contenidos. As, las comunidades, como sujeto de produccin teolgica, ejercen "control" sobre el proceso, del cual depende la apropiacin de los contenidos y la expresin de lenguajes propios. En una apretada sntesis apreciaremos algunos de estos procesos:

Recuperacin y reconstruccin colectiva de la historia. La experiencia comunitaria de fe es recuperada, reconstruida, interpretada y comunicada colectivamente al estilo de los Hechos de los Apstoles. De este modo las comunidades identifican, valoran, evalan, fortalecen, dinamizan y celebran su "propia caminada", como continuidad de la prctica y del proyecto de Jess y de las primeras comunidades cristianas.

Lectura popular y comunitaria de la Biblia. Las comunidades son productoras y comunicadoras de sentido histrico y espiritual de sus propias prcticas a partir del discernimiento e interpretacin de la presencia-ausencia de Dios en su mundo, teniendo como referencia la experiencia fundante plasmada en el texto bblico.

investigacin-accin-participativa (IAP). El conocimiento que requieren las organizaciones y comunidades populares para consolidar su proyecto de transformacin social proviene ante todo de su propia prctica. As mismo la Teologa Popular, en cuanto saberes, sensibilidades y conocimientos teolgicos de las comunidades cristianas, ser producida por medio de "investigaciones" desarrolladas por las mismas comunidades a partir de sus propias prcticas.

Investigacin etnogrfica. "El punto de vista" teolgico, el sentido religioso, la sensibilidad espiritual de los mismos sujetos/as de la Teologa Popular podrn explicitarse en las historias de vida, las entrevistas dialgicas, la observacin participativa, la aproximacin e insercin afectiva... A partir de aqu toda categorizacin, interpretacin y sistematizacin teolgica tendr la marca de la oralidad, la libertad, la creatividad, la circularidad, la sentimentalidad y la racionalidad de las culturas populares.

Dilogo de saberes. Para que haya dilogo es pre-requisito el encuentro, el silencio, la escucha, el reconocimiento, la valoracin y el respeto mutuo. Luego viene la palabra, el intercambio, la negociacin, la recreacin, la sntesis, la nueva categorizacin, la celebracin y la socializacin. Si el dilogo no origina pedagoga, espiritualidad y "empoderamiento" en la comunidad interlocutiva, la inter-relacionalidad teolgica seguir siendo asimtrica.

3.6. Sujetos de la Teologa Popular

Decir Teologa Popular significa una teologa producida por un sujeto cuya caracterstica principal es la de ser "popular". Pero la concepcin de "lo popular" ha venido cambiando de acuerdo a como se transforman los movimientos sociales y la representacin que stos tienen sobre s mismos. En un primer momento se entendi como "sujeto histrico", es decir "un actor con identidad social y proyecto poltico propios" A. Torres Carrillo, "Discursos, prcticas educativas y construccin de identidades colectivas", en Varios, Discursos, prcticas y actores de la Educacin Popular en Colombia durante la dcada de Ion ochenta. Bogot, Universidad Pedaggica Nacional, 1996, pg. 109.

. En el campo eclesial y teolgico

hablamos de "los pobres" como sujeto histrico y las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) como su concrecin dentro de las iglesias. Para la Teologa Popular

El pueblo pobre y creyente, particularmente presente en comunidades y grupos cristianos de base, al reapropiarse del Evangelio y al comenzar a ser sujeto primordial de la praxis evangelizadora de la iglesia, principia tambin a recuperar el derecho a interpretar el Evangelio, de hacer teologa. Surge de esta manera un sujeto popular y comunitario de la teologa, siendo las comunidades el lugar propio de su gestacin y desarrollo Equipo..., op. cit., pg. 85.

.

Las prcticas sociales y eclesiales fueron mostrando los lmites y rigideces de esta interpretacin que muchas veces impidi ver y asumir creativamente la compleja diversidad y fragmentacin social y cultural de nuestras sociedades: no tuvo la flexibilidad para comprender las viejas y las nuevas identidades sociales construidas por fuera de la produccin econmica A. Torres Carrillo, op. cit; pg. 112.

La irrupcin y dinamizacin de los nuevos movimientos sociales propici la ampliacin y diversificacin de lo que entendamos por lo popular,

.. .incluyendo a un conjunto de actores sociales que comparten la condicin de clases o sectores sociales subalternos, oprimidos o excluidos: las etnias (comunidades indgenas y negroamericanas), actores definidos por su contexto de vida y de reproduccin social (campesinos, pobladores urbanos), todos ellos cruzados y relacionados con otros actores de la vida social como el gnero, lo generacional, lo regional, etc. Equipo..., op. cit., pg. 85..

A partir de esta amplitud y pluralidad la Teologa Popular est re-elaborndose en corrientes teolgicas nuevas. As surgen y se desarrollan la teologa india, la teologa afroamericana, la teologa feminista, la eco-teologa, la teologa juvenil la teologa campesina, etc. Cada una de ellas producindose desde la identidad de cada subjetividad social dndole a la teologa una riqueza y especificidad hasta hace poco desconocidas. Ellas

...estn colocando las bases para superar (deconstruir) los mtodos racionales tradicionales, recrendolos muy profundamente; y para plantear (construir) nuevas maneras de comprensin del texto bblico, que puedan desentraar toda la riqueza y

profundidad de la Palabra de Dios... De hecho nos estn ayudando a percibir asuntos (temas, realidades, perspectivas, claves de lectura) que los mtodos tradicionales no nos dejaban ver F. Reyes Archila, Hagamos vida la Palabra. Aportes para una lectu' de la Biblia en Comunidad. Bogot, CEDEB1/1997, pg. 43..

3.7. Pedagoga y Teologa Articulacin desarrollada ampliamente en M. I^reiswer^ Educacin popular y teologa de la liberacin. San Jos, DEI, 1994, I Streck, Corrientes pedaggicas. Aproximaciones entre pedagoga y teolo^. San Jos, CELADEC/ 1994; D. Schipani, Teologa del mimsti-r: educativo. Buenos Aires, Nueva Creacin, 1992

La Teologa Popular es un campo privilegiado de articulacin entre la pedagoga y la teologa. En ella se pedagogiza la teologa (pedagoga de la Teologa Popular) en la medida en que se asume y reflexiona t proceso de produccin, socializacin y comunicacin teolgica como una prctica eminentemente educativa, para lo cual se precisa la elaboracin de un discurso pedaggico sobre la prctica teolgica; y se teologa la pedagoga (teologa de la Educacin Popular) en 1. medida en que se asume y se reflexiona la accin educativa como un lugar de particular revelacin y condensacin de la humanidad y la divinidad.

El acercamiento terico y metodolgico de campos tradicionalmente paralelos y distanciados ha n querido en un primer momento la lectura pedaggica del quehacer teolgico y la lectura teolgica del quehacer educativo, en un segundo momento indagar por el carcter educativo de la experiencia de fe y la dimensin teolgica de la experiencia educativa y, en un tercer momento contrastar y profundizar mediante una lectura pedaggica de la revelacin bblica y en especial resaltar el carcter y la intencionalidad pedaggica de la prctica de Jess Equipo..., op. cit., pg. 58.

Nuevos ejes temticos irrumpen en el desarrollo de esta confluencia terica, enriqueciendo y ampliando la reflexin teolgica y pedaggica latinoamericana: la teologa de la Educacin Popular, la pedagoga de la Teologa de la Liberacin, la relacionalidad entre Educacin Popular y Teologa de la Liberacin, las culturas populares como horizonte hermenutico y epistemolgico tanto del quehacer teolgico como educativo, la irrupcin de los nuevos sujetos sociales en la teologa y en la pedagoga, la religiosidad y la espiritualidad de la accin educativa, la revelacin ^ Dios como proceso educativo ("pedagoga divina) etc.

4. ...a las pequeitas y pequeitos

No queremos concluir sin plantear condiciones mnimas de favorabilidad y de sensibilidad para la gestacin y el desarrollo de una Teologa Popular que, en un contexto como el colombiano, pueda acompaar y animar la fe y la esperanza de comunidades creyentes, a quienes, como en el Evangelio, ha querido Dios revelarles su proyecto de Vida (Le. 10).

Tres "puntos de partida" sera necesario enfatizarlos para que tales condiciones se produzcan:

4.1 Partir de la corporeidad masacrada Con H. Assmann nos preguntamos y afirmamos

Cul es, hoy, el topos intra-histrico tangible, a partir del cual an soamos como posible sumar consensos, y dar concretud a nuestro horizonte utpico de que la vida es vlida, radicalmente? Es la dignidad humana, en cuanto concepto genrico, o necesitamos ser ms incisivos, diciendo: es la dignidad inviolable de la corporeidad en que se objetiva la vida, sin la cual no tiene sentido hablar de espiritualidad H. Assmann, Metforas novas para reencantar a educacao. Epistemologa e Didtica. Piracicaba, Editora UNIMEP, 1996/ pg. 206.

Porque nos indigna, porque es intolerable, porque nos duele profundamente tanta corporeidad masacrada en el pas, no podemos seguir afirmando la vida como "concepto genrico" si no la asumimos de forma concreta en los frgiles cuerpos del pueblo tan carenciados y necesitados de pan, de amor y de paz.

4.2 Partir de la ternura deseada

Cuando el horror de la violencia cotidiana nos muestra los lmites absurdos de la perversidad y la depredacin humana, se hace ms necesaria que nunca la afirmacin de la ternura y de la "caricia social", imprescindibles en la re-construccin de tejidos interhumanos amorosos, tolerantes, co-gestantes...

La distancia entre la violencia y la ternura, tanto en su matriz tctil como en sus modalidades congnitivas y discursivas, radica en esa disposicin de ser tierno para aceptar al diferente, para aprender de l y respetar su carcter singular sin querer dominarlo desde la lgica homognea de la guerra L. C. Restrepo, op. ai, pg. 87.

Ser la lgica del corazn, de la piel, los afectos (eros), articulada a las lgicas comunitarias, asociativas, tribales (gape) en el camino de la ternura (afectividad) la que recorremos cuando nos hemos dado cuenta de la falibilidad humana, de la cercana del odio y de la facilidad con que nos convertimos en sujetos maltratantes Ibid., pg. 103..

4.3 Partir de las utopas "cercanas"

No puedo concluir este itinerario sin hacer referencia a los sueos de nias y nios de familias desplazadas y refugiadas. "Pequeos" sueos de vida desafiando y burlando la muerte: "que mi pap salga pronto de la crcel y poder seguir estudiando", "poder vivir tranquila con mi familia, ser pintora, me encanta dibujar..", "tener una bicicleta y cuando sea grande manejar un carro", "que se me quite esta rabia que tengo por dentro y pueda vivir tranquilo con mi familia y que mi mam no llore ms", "que mis padres y yo volvamos a ser los de antes y estar tranquilos", "que regresar la paz para volver a mi pueblo y vivir con mi comunidad", "volver a vivir con ternura y amistad" Taller de Vida, op. cit.... sueos, como utopas "cercanas" que despiertan, alivian y hacen caminar nuevamente.

Corporeidad, ternura y utopas en el punto de partida de los actuales caminos que procuran el consenso, el dilogo, la reconciliacin y la paz. Tambin el "triple" punto de partida de un quehacer teolgico comprometido con esta crucial coyuntura nacional.

Cuando las sombras de los absolutismos, los autoritarismos y los fundamentalismos avanzan amenazantes, precisamos teologas profticas y solidarias que "sueen" estos sueos, que "ternuricen" estas sentimentalidades, que "incorporen" estas corporeidades y que caminando, acompaen los caminos que procuran disiparlas. Teologa a paso corto y sostenido, al alcance de las pequeitas y los pequeitos, abriendo caminos, sin olvidar que stos son largos y que "debemos comenzarlos ya" como un da lo recordara Camilo Torres. Para dicha nuestra, canta un bambuco de la misa colombiana: "caminando juntos, podremos llegar"...