sartre y el estructuralismo sazbon

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  • 8/13/2019 Sartre y El Estructuralismo Sazbon

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    NICOS POULANTLAS JEAN POUILLON. J N ~ P U L SARTRE CLAUDE UVI STRAUSS

    S RTRESTRUCTURALISMO

    Jauoclucd6n selecd6n y traducd60 OS SAZBON

    EDITORIAL QUINTARIABUENOS AIRES 968

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    S RTRE EL ESTRU TIJR LISMO

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    JOSB S Z ONS R TU Y RAZON BSTRUCTUllALISTA

    Ellenguaje de Ia refIex16n ha cambiado. La filosoHa.triunfante hace quince alios se ec1ipsa. ahora [rente a lasciencias humanas, a este eclipse acompafia Is. aparid6nde un nuevo vocabulario. Ya no se babla de condendaode sujeto, sino de reglas , de c6digos , de sistemas ; ya no se escucha dedr que el hombre hace el sentido , sinoque el sentido viene at hombre ; ya no se es existendalist sino e s I N l ) / t N , . a U J t l J ~ Bsras reflexiones, volunrsriamente esquematicas, abren la edid6n que una revistafrancesa consagrara a Jean-Paul Sartre hace algo masde un alio 1. Bien.entendido el pronombre indefinido es .bastante explfdto: s habla , se escucha -,aquf hay una referenda al favor que deno publicootorga a una u otra cocriente de pensamiento, noa conquistas definitivas 0 a entierros suntuosos que protagonizarlan, respeetivamente, las dencias humanas y la losofla. 5i en dertas audiencias se da por descontadoque aqueUas estan perfectamente consolidadas, es prudente recordar que precisamente uno de sus mas notorioS jefes de fila ha declarado en oportunidad de unaencuesta de la Unesco sobre las tendendas principalesde la investigaci6n en las ciencias humanas sociaIes):BI .autor del presente articulo ha consagrado toda SUvida a la pd.ctica de las dencias sociales humanas.. Pero no tiene ninguna difieultad en reconocer que entre

    L ArcJ nQ 30, Aix-en.Provence. 2eme. edition, 1966, p. 1.7

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    estas las ciendas exacta5 y naturales no se podrfa simular una verdadera paridad: las ultimas son cienciasy las otcas no 10 son y . .. i no obstante se las designacon el rnisrno termino, es en virtud de una ficci6n se-rnantica y de una esperanza filosOfica que careee aunde confirmacion . .. . Y mas adelante: .. se olvida queelIas estan aun en su prehistoria. Suponiendo que algunavez puedan ser puestas al servido de la acd6n pea.cticaelIas no tienen, por el momento, nada > casi nada queofrecer 2. Esta circunspecci6n de Levi-Strauss guardauna correJaci6n estricra con el espiritu que ha presididosus investigaciones; s a pesar de esto el medio culturalfrances, tan apto para este tip de operadones, ha prefeeido ideOlogizar su pensamiento, ello corre por cnentade ese medio, de sus 6rganos, etc., y no de los dend-ficos.En cuanto a Sartre, sus posiciones no se han desplazado, salvo p ~ r a t a d i c a l i z a r s e en la perspectiva marxista.:de la conciencia a la praxis, de la ontologIa fenomeno16-gica a la totalizaci6n en curso . Y si se rehusa a quela filosoHa quede anegada por Ia masa de metodos yprocedimientos no /undados (en el sentido husserliano)de las ciendas sodales, es porque si se admite, como yo .10 hago, que e mo imiemo hist6rico es una totalizad6n .perpetua, que cada hombre es en todo momento totaH-zador y totalizado, la filosofia representa el esfuerzo delhombre totalizado para recuperar el sentido de la totaHzad6n 2 bis. Se ve c6mo las Hneas de fuerza del pensamiemo de Sartre siguen areaigadas en su proyecto inicial: elaborar una fiIosoffa de Ia Iibertad. S610 que ahora

    2 Claude Levi-Strauss: C,ite1 8S Ic;enti/iques dans leI dilciplines s ) .iates et humaineI, en Revue internationaledes sciences sociales . Unesco. vol. XVI, nQ 4, 1964, dedicado a losproblemas planteados por un estudio de las cienciaS socialesy humanas ; pp. 580 y 582.2 bis: Jean-Paul Sartr. 8ponJ TArc , de . p. 95.

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    esta Iibertad esta enfremada a los mecanismos de I I I i:socialmente estructtwadOJ que Ie vienen de su 1'1 1 1,\praxis invertida, par Ia mediaci6n. de la materia trabajada. Para jiberarse, debe triunfar de la rareza, es derto,pero tambien de las estructuras que no Ia teroatizan,aunque Ia suponen. Luego, todo el campo de las mediadones y de las disciplinas auxiliares que estudian larealidad humana, debe a su vez encontrar su fundamemoen una antropologla estructural e hist6rica, cuya inteligibilidad no puede ser sino dialectica, ya que la dialectica es Ia radonalidad de la praxis . Pero, did LeviStrauss, la raz6n dialectka s610 es pertinente en unaetapa subordinada de la investigaci6n. No podria fundar el conocimiemo antropo16gico, ya que el fin ultimode las ciencias humanas no es constituir al hombre, sinodisolverlo Disolverlo: es decir, hacer estallar la praxis totalizante y recoger sus fragmentOS a los que er.esfuerzo propiamente dendfico [recompondraJ conforme a otro plan 4. Luego, mientras para Sanre Ia COm-peensi6n funda a la intelecci6nll para Levi-Strauss' Iaintelecci6n es el fin ultimo del conocimiento antropo16gico que se sirve de la comprensi6n como de unamateria prima para fa manipulaci6n conceptual.

    1, en Levi-Strauss se disuelve la homogeneidad. entte el sujeto de la observaci6n y eI objeto consdtuido.Ciertamente nos dice que en una cienda en la que eIobservador tiene Ia misma naturaleza que su objeto, elobsef vador m;smo es tm I de u observaci6n , peros610 para recomendar un distanciamiento progresivo en

    S paude Levi-Strauss: El p e n ~ m i e n t o a l v a j e F.C.E., 1964.p.357.4 Idem, p. 362.Ii Jean-Paul Sanre: C,.itica de la razon dialectica, Losada1963, tomo I, p. 150. Igualmentc, Jean-Paul Sartre: Entretien

    l i t l Anthropolog;e, en Cahiers de Philosophie . Pads, nQ 2-3.fevrier 1966, pp. 7-8.

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    el que el sujeto Iograria un desasimiento cad ll vet mtyor en provecho de una objetivaci6n de sf mismo queida a consolidar ll del objeto estudiado. Mas alia deeste, mas alla del hombre y de sus obras en cu to proIongaciones de una praxis intentional, son las estruetu.rasinconscientes las que interesan a LeviStrauss. tas, endecto, permiten el encuentro de 10 subjetivo y 10 objetivo en un plano en el que sin hacernos saUe denosotros mismos, nos hace coinddir Con formas deactividad que son a ll vez nuestf dS y otf tM condicionesde toda ll vida mental de todos los hombres y de todoslos tiempos . De est ll maner ll, el objeto de ll antropologla se constiruye por un permanente. desplazamientodel horizonte praxico de cada sociedad, que deja Iugara las invarianres estrucmrales. Estas invariantes no sao,sin embargo, las que ponCa al descubierto el analisis fundonalista, Iimirado a la depuraci6n y puesta en claro delas formas organizativas de ll estrucrura social. Estaescuela, demasiado adherida a la vida social inmeJit 1Ique estudiaba el etn6grafo, no sobrepasaba los marcosde un empirismo psicologista biologisra: la 16gica quedescubria no iba mas alla del lenguaje mdnifieIto en elsistema de roles. Ahora de 10 que se trata es deatravesar est ll superficie y descubrir las reglas que pre:siden toda comunicaci6n human'll, reglas cuya especilicaci6n se encuentra en una sociedad concrera: esta. 50- .ciedad no puede entregar su secreto sino a quieo poseael sistema total de diferencias T que ll constituyen comotal sociedad particular. Difereocias, separaciones diferenciales: ll materia social s610 aparece en su verdad ,a naves de las oposidones que engendra, a traves .de

    6 Claude Levi-Strauss: 1 .,oaNeli01l a l oetlflfl l J MtWClJ1MatlSs en Mucel Mauss: Sociologie et A n t h r o p o l o g i e ~ , P.U.F.,Pads, troisieme edition augmentee, pp. XXVII y XXIX.'XXXI, 1966.7 Claude Levi-Strauss: l penjamiento sal1Jaje cit ., p. 36

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    Ia 16gica de sus av lltareS: ramn esttueturalista .distiogue, clasifica y opone: una prestaci6n, uo rol, un mito,una forma de alimenraci6n, son realidades no iDteligihIes POt sf mismas; la intelecci6n empieza cuando'son restituidas a1 juego riguroso de las regJas que delimicaran tliferencidlmente tal mito, tal rol. Pero estas diferencias, a su vez, 8610 10 son en cuanto engendradaseo el seno de un campo unitario de posibilidades, rigurosamente estrucmrado. De este modo, sed ll posiblereconducir todas las forroas sociales de las que se ocupala anrropolog{a, a un c6digo universal, suficientemente .estricto y econ6mico como para' que su. operatividadeste asegurada, y suficientemente flexible como paradar cuenca de las estruetutas espedficas de cad ll nivel.Si la elaboraci6n de .este c6digo es faetible, ello depen.de, en primer lugar, de la postulada unidad del espfrint. humano, uni4ad que no s610 no exc1uye, sino que implica ll diversidad de sus manifestaciones 8..Pero tal retorno -al kantismo, eSt ll vez sin sujeto trasceooental 9, lno s sima en las mismas a n t ~ p o d a s del

    8 El fin de la etDologia es anibar.. . a un inventario deposibilidades inconscientes... cuyo repertorio... suministreuna arquitectura logica a desarrollos hist6ricos que pueden secimpreVisibles, pero nunca .rbitrariol. aaude Levi-Strauss:Anlh.,opoJogh Ill11dN. 1I16 PIon, Pads, 1965, pp . 30-31.

    9 Kanrismo sin sujeto t rascendenta l : la fonnu la ha sidopropuesta par Ricoeur y aceptada, sin sobresalto5, po rStrauss. C/. Rkoeur: S I N J ~ I N 6 I I I hHmltJnJJiqNIJ y Uvi-Strauss:RIpOnJlll a q1lIJJqNIJl q1lIlS ;01l1 en Espri t , nO 11, 1963, pp.618 y 633. Vease tambienesta otra declaraci6n (Paolo Caruso, InleNlist II CIIHdIJ U11i-S auss AutAut , 9 71, 1963,p.29): lEn que consiste, en el londo, la revoluci6n filos6fica bodana? Ene intento de tomar como pun to de partidadel conocimiento, los Hmites mismos del conocimiento, masbien de apayal todala filosoffa en un inventario de las im. posiciones mentales. Ahora bien, yo no .creo hacer otta cosa.Trato, precisamente, .de individualizar un derto nfunero decimposiciones que se apliquen al espriru hurnano en su conjUnt0, pero en vez de par ti r -como ant de una ceflexi6n

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    pensamien.ro de Sartre? Para este, en efeeto, e desple-.gamiento de un sentido no puede no ser coextensivo dela pnictica que instaura. Y si Sanre puede aceptaren el inconsciente la trastienda de un conocimiento nosabido, aunque aecesible, no aceptara en cambia en eseinconsciente un sentido que, a espaldas del hombre,sepa par ella ley de sus constrkciones. Se did. que yano se trata de sentido, sino de un M es y no de otramanera . Pero entonees eI viejo sueiio filos6fico de laintegraci6n entre necesidad y libertad se desplomara,corrofdo por a tensi6n entre sus terminos, y el hombreretornanl a sus reductos ideoI6gicos sin posibilidadde trascenderlos; para Sartre, se trata en cambio decanacer la historia que e hombre hace sin saberlo .iCwil es enronees, la situaci6n de ambos pensadoresrespecto al marxismo? .

    La deuda de Levi-Strauss para can Marx radica en lanegativa de este ultimo a edificar una ciencia social enel nivel de los acomecimientos: solo el modelo nena, eneste campo, las condiciones de una pnktica ciendfica;es dedr, una canstruccion de laboratoria, no apegadaa las significaciones manifiestas y conscienres de los fe-n6menos sociales independiente del discurso social delos actores y ajena a la verdad sabidtl de las instituciones. Por demas, para Levi-Strauss, el marxismo comparte con el psicoanaHsis y la geologia algunos rasgosesenciales: Los tres demuestran -dice en Tristes Tro-piqu f que comprender consiste en reducir un tipointema. quizas de un estudio del desarrollo del pensamientodenti fico en la sodedad y en la culrura en que nad. trato encambio de situarme mas posible en el limite en las soc ieclades mas diversas buscando despcender una suerte de coroundenominador de pensamiento y de toda ceflexi6n .

    No se puede decir. parafraseando. que Levi-Strauss quiererestablecer al formalismo kantiano sobre sus pies. que eneste caso implica borrar las huellas de un subjetivismo J ltlmJo?12

    de tealidad a otro; que la realidad verdadera no es nuneala mas manifiesta. y que la naturaleza de 10 verdaderose trasluce ya en el afan que pone en ocultarse 10 .Armado de esta triple convicci6n, en El pemamientosa vaje se permite amonestar a Sartre: t ... de la lecci6ncombinada de Marx y de Freud, Sartre no ha retenidomas que la mitad. Nos enseiiaron que el hombre notiene sentido mas que a condicion de colocarse en elpuma de vista del senddo; hasta aquf, esramos de acuerdo con Sanre. Pero hay que aiiadir que este sentidonunca es el bueno; las superestructuras son aetos fallidos que han tenido exiro socialmente 11. Y a continuad6n, desalienta su historicismo : Par tanto, esvano indagar el semido mas verdadero bllsdndolo enla eondenda historica . Toda la argumentacion de estecapItulo final del Pensamiento salvaje radica en la imposibilidad de una raz6n dialectica tal como Sartte laconcibe: como fundamenro de la razon anaHtica;2 como primado de la totalizacion sobre la toraH-dad; 3 imeIigibiIidad presenre ante S de la praxishist6rica.

    Ahora bien, estos atributos son jusramente irrenunciables si se pretende. como Sartre. suministrar al marxismo su fllndacion 16gica en una dialecrica materialistadesplegada en interioridad. ItLa diaIeetica, como logicaviviente de la acci6n, no puede aparecer a una razoncontemplativa 12 : en otras palabras, la discondnuidaddel ser y del saber debe ser abolida en provecho de unmismo movimiento que se descubre precisamente enlas condiciones de posibiJidad de su objeto. Diversascircunstancias biJt ricas impidieron que el . marxismofunde su propia radonalidad en eI interior de Ia Histo-

    10 Oaude Levi-Strauss: Tri JfJS Tropiques 955 , reimp.Union Generale d Editions. Paris. 1963. p. 44. . Claude Uvi-Strauss: El pemlJmienlo sakafe cit., p. 367.12 Jean-Paul Sance: nticfI cit., t. I, p. 186. . .

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    ria, euya condenda es. La experiencia critica de Sartrepretende desplazar del maodsmo los enclaves de unaepistemologfa demasiado inclinada a la analiticidadpor ello, demasiado dispuesta a confundirse, en cuantoa la Historia, con la temporalidad discontinuisca delpositivismo. Pero devolver el marxismo a su intencionoriginal no implica que en el rrayeeto se haga un rodeoque bordee, sin toearIos, los des.arrollos del discursoanaHtico. Esta es una pretension vada, puesto que ellenguaje pertenece al campo de practico.jnerte y pues-

    , to que vivimos en una sociedad que, en su conjunto,confuade aun el conodmiento y su contemplaci6n 18.De 10 que se trata, en cambio, es de hacer cisrto usodel pensamiento anaHtico: precisamente, un usa dialeetico 14 . Tampoco quiso Sanre opaner la razon anaHticaa la razon dialectica como al error y la verdad y auna diablo y el buen Dios . En este terreno hay un energico malentendido de parte de LeviStrauss, y se comprende la reaccion de Sarrre: .. [En la Critical cada fraserepcesenta la unidad de un movimiento dialeaico. LeviStrauss no sabe 10 que es pensamiento dialectico: no sabe y no puede saberlo. EI hombre que escribe IadiaJectica de esta dicotomla es, evidentemente, incapazde comprender un pensamiento diaIeetico. .. C6mopuede dedc LeviStrauss: EI pensamiento es anaHtico,(I 0r que adoptar entonees una forma diaIectica? , puesto que la dialectica no es contrario del analisis: esel control del anaIisis en nombre de una totalidad 115.

    Se ve enronces que, en su relacion con el marxismo,Uvi-Strauss y Sanre se ubican en eI centro de su desfasamiento original respecto de sf mismo. Ambos puedenla Idem., p. 247.H Es 10 que Sart re aclara en su dialogo con Verst raeten:Jean-Paul Sance: L ec wam et sa langue en Revue d Estherique , Paris, t. XVIII, fase. 34 , 1965, p. 330;Hi Idem., pp. 229-30.

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    encontrar en el aquello que buscan. En un caso setan los aspectos que empareritan con la geologia:comprender consiste en reducir un tipo de realidad aotro . En otro caso, se acentUa la irreductibilidad de lapraxis situada: el marxismo concreto debe profundizara los hombres reales en Iugar de disolverlos en un bafiode acido suJfUrico 18 . Si tuvieramos que vincular aambos con las Hneas de desarrollo posibles de la teor famarxista, dirfamos que sus posiciones son simetricamente inversas en cuanto una deja .filtear 1a temporalizaci6n del sujero hist6rieo, mientras la otra hace deesta temporalizaci6n el pivote de una antropologfa dialectica. Y si en un easo esta decantacion pone de ma-nifiesto los sistemas que a su vez reenvianln a las invaciaates de estrucrura, en el otro caSo esos sistemas aparecen como eI dominio de pasividad que la historiadisolvera a su tiempo. Estas posiciones complementarias se radicalizaran polemicamente. Y asi, cuando Sar-tre pregunta, definiendo su ernpresa: len que condiciones es posible el eonocimiento de una msto,.ia? 17,Levi-Strauss traduce: En efecto, el problema planteadopor la C,.'lica puede reducirse a eSte: en que condicioneses posible el milo hubrayado mio, J.SJ de la Revolucion Francesa? 18 .

    18 Jean-Paul Sartce: Cr ica cit., p. 47.17 Idem. p. 189.18 Oaude Levi-Strauss: BI pensam;ento salt/aie, cit., p. 368.Poc o tto Jado, la misma raz6n dialtktica fue calificada demiro, s610 que esta vez en nombre de ouo mito: el reformismo moral y poUtico. Cf. Raymond Ruyer: m1the Je raisotJ JiaJec que; Revue de meraphysique et de moraleParis, 66 annee, nQ 1-2, 1961: Ia noci6n de una carondialectica . . , no es mas que un mito milos6fico y en ocasiones, azote para el pensamiento comempoCllneo... bogadel pensamiento dialeccico represenra un peligro practicoreal... La dialecclca. .. disminuye [al hombre] en excesoestimandolo incapaz -social e historicamente-- de adaptaci6;

    inteligerite y de reformas cumplidas a tiempo pp. 1 Y 33).15

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    Por derto, para Levi-Strauss el posible hist6rico quela praxis quiere encarnar no es el correlato de una constitucion privilegiada del sentido: no hay un pumo focalque sirlie una derta latencia de la verdad social, y designe al grupo los grupos) que pueden volverla rnanifiesta. Para lograr que el conocimiento y la accionse puedan recubdr, nuestra sociedad es tan indigenrecomo cualquier orra. En esas condiciones, y puesro quelas significaciones corresponden a campos tematicos nounificables en ningun momento de la historia, en cuanroreapropiaci6n total de 10 humano que hay en ella y 10humano que falraria restituirle, solo 1a plenitud sintericadel mito esta en condiciones de acordar aquello que elsaber cienrifico cetacea. EI mito cumpliria el papel deidea reguladora de una accion practica que haria elobjeto de las dencias humanas, esencialmente consagradas a compartimentar 10 unificado y a inventariarla multivocidad de los sentidos depositados.

    De este modo, la razon esrtucruralisra asegura cornprender mejor las producciones del hombre; cuamo masalejada este del hombre producror. Pero el campo ontOlogico que abandona es precisamente el apuntado porla razon diaIectka, que hace de la permeabilidad deese campo para un conocimiemo totalizante, su principio de validez. Y mienrras la primera niega la posibilidad de una genesis hist6rica 0 16gica de la sociedad apartir de la praxis constitutiva de los individuos y delos grupos, pues considera que esta praxis se desarrollasiempre en un universo ya simbolizado 111 Sartre s6103cepta una unidad estrucrural en tamo es mantenidapor una praxis unitaria, fuera de 10 cual, plameadas ensf las estructucas son falsas sfnresis 20 La razon es-

    18 Lucien Sebag: MMxisme itrllctll1 alirm Payor, Pads,1964 p 12620 Jean-Paul Same: Bnt1 elien r l Anth1 o/Jololi., cit., p 5

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    t r u < : t ? r a ~ i 5 t a en guma c ~ n g e l a et. momento c o n s t i t u Y ~ l l l edel Unlverso de reglas stlenc1ando la imeriorizaci6ny reexteriorizaci6n que constiruyen la realidad mismadel sujeto hist6rico. Este Otro momenta contingente enrelacion con las estructuras, es el que pretende retomarla raz6n dialectica, pero esta vez como necesario almismo titulo que el otro. EI ageme social no s 6 1 ~ esd e s i g n a d ~ des

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    NICOS POULANTZASSARTRE Y llVI STRAUSS:

    UN A PROBLEMATICA COMON

    . Yo dirfa que la problematica del pensamiento de AI thusser se caracteriza por el hecho de que el reconoceen los conceptos de estructura y de historia dos coneep-tos particulares e intenta establecer sus relaciones a par-tir de su misma especificidad: estas telaciones enton-ees no poddan limitarse a una reducci6n de un con-cepto t otro: el coneepto de estructura reduddo a untipo universal de historia o a la inversa un tipo uni-versal de historia inc1uido en el corte sin cr6nico deuna esttuctura. Su pensamiento parece pues presuponerel pensamiento de Sanre el de Levi Strauss asi comosus interpretaciones del marxismo: precisamente en lamedida en que la reflexi6n de Althusser sobre Marx u redescubrimiento de Marx- se sitUa en relaci6na Sartte a levi Strauss es que su desciframiento delmarxismo presenta como tematica central el problemade las relaciones entre estructura e historia. Lo que aImismo tiempo significa que Sartre Levi Strauss hanestablecido una interpretaci6n original del marxismo-que rompe con toda una cortieme del marxismo precedente que es esta interpretaci6n la que hace te6 rkamente posible el pensamiento de Althusser.

    Este texto es un fraameoro de un articulo mas extenso .amsagrado al eo .ws de Ie o r de Loui. Althuner. N. T.21

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    entre sf de responder a un orden tipo de cuestionesplanteadas.En efecto, que parecerfa caracterizar la p r o b l e m ~tiea comllo. de Sartre de Levi-Strauss, es que ellosatribuyen significaciones emparencadas e n o p o s i d n ~siempre, a las que les atribuye Althusser a los con-ceptos respeetivos de historia Y de estructura, signifieadones situadas ya desde el comienzo en un territoriocomun, es decir, en el interior de concepciones que sereivindican marxistas y que yo especificaria rouy esquematicameote como anti-especulativa Y anti-apriorlstica ; llamo anti-especulativa a la posici6n de Sanre,opuesta a la del hegelianismo, Y anti-apriodstica ala posici6n de Levi StraUSS opuesta la de un formalismo epistemo16gico cuyas relaciones con la teorfa delconocimiento del neocritidsmo kantianohan sido se-naladas particularmente por G. G. Granger 1

    Esto quiere dedr, en primer lugar, que estos dospensa

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    naJista en totalidades fcagmentarias, de una totalidadya dada en potenda desde el comienzo. De este modo,~ s t r u c t u c ~ t o t a l ~ d a d no tiene finalmente un lugar obJenvo de eXIstencIa ella es concebida como objetivad6no exteriorizaci6n del concepto: ella no puede Set constituida .por un agente, puesto que esra ya dada desdeeI comlenzo, aunque en la interiocidad originaria del

    concepto, En este caoo la historia reduce el problemade la especifiddad objetiva de las estrueturas-tOtalidades. Y es evidente que en Sartce en la medida en quer e c h ~ z a 1a problematica especulativa hegeliana en lamedlda en que la praxis-agente totalizador no se de-dara s j m p l e ~ e n t e diferente de Ia condencia-conceptohegellana, 5100 que es concebida te6ricamente comopractka originaria de sentido en el interior de sureIad6n constitutiva con practico-inerte las estruc

    ~ r ~ s obj etivas a ~ e l a n t e totalizaciones del agenrepraetlco , Ia hlstOtla.como praxis constituyente de..estructuras, plantean el problema de una rela

    c ~ 6 n entre dos conceptos diferenciales, Consideremos,S10 entrar tampoco en detalles, las tesis de Levi-Straussen Ia Anthropologie tructlWale En oposici6n a BarthesY a sus estructuras-modeIos formales 2 -traigo esteeJempl0 a dtulo de simpre ilust aci6n para quiene1 problema de la diacronia de la historicidad, ha-b l a n ~ o c ~ n propiedad, no exisda, en a medida en quela historla era redudda inmediatamente a las transformaciones en el interior de un mode1o universalaprioristico, dereglas de inteligibilidad de m u t a ~clOn es los fen6menos sociales y estaba entoncesya JnscClpta en un modeIo de estructuras -recordemos por 10 demas, en este contexto Ia existencia enel austro-marxismo, de toda una corriente de interpretacion neokantiana del marxismo--, LeviStrauss

    2 L acliv;le. JlNlclfJ tIlisle: Essais critiques , Seuil, 1964(hay traduccuSn castellana: Seix Batral, Barcelona, 1967} ,

    estableda correlaciones validas entre conjuntos obje.tivos espedficamente estrucmrados de una S?;iedaddada , Reconoda asi e1 problema de una relaclOn entre esos terminos diferendales que eran la estructuray la histQria y de ahi su t ~ a t i c a s i n c r o n i . a : d i a e r ~ ? i a .Sarrte y Levi-Strauss, a partIr de sus pos1ClOnesmunes , respectivamente anti-especulativa Y a ~ t 1 -aprioriscica n Hegel y el joven Marx hay tambI enuna comunidad expHcita inidal, que no es la esencIalla dialectica - plantean, entonces, un problema: elde la especificidad objetiva de las e s t r u ~ t u r a s y lahistoria, y por consiguieme el de sus relaelOnes pslblesy necesarias. Pero aunque plantean el problema de estasrelaciones, no permiten establecer una sola de ellas quede cuenta de la misma especificidad diferencial de losconceptos en cuesti6n, De alIi c ~ n s e c u e n c i a s a lasque arriban: para Sartre, una primaeI,a. de la hIStQ-ria, que esta parece absorber la e s p e c I f l C l d ~ d de las es-trueturas, Para Levi-Strauss, una pClmaela tal de 1aesuuetura, que esta parece absorber la especificidad dela histoda, La exclusi6n redproca de estos dos pensa-mientos tal vez no serfa sino la expresi6n de una inva-riante en cuanto sedan dos aspectOS de una misma

    p r o b l ~ m a t i c a descifrable por la a p r ~ h ~ s ~ 6 n t e 6 r i c ~ desus consecuencias a partir de los prlfiClpl0s enuneladospor Althusser: que explicada el caracter parad6jko de sus relaciones, constatado por Pouillan 3Se pOOda entonces tratat de determinar esquematica-S No obstante, tal vez el problema este mal planteado,tal vez sea vano querer privilegiar, 0 bien estructuras, que e s t a ~siempre ya constituidas y suponen pues oua ,cosa, 0 bIen praxIs.individuales, por derto totalizantes, habna que p r e B 1 ; 1 n t ~ r s esi no se las podda c ~ o r d i n a r en seno de una t ~ t a l t ~ a ~ 6 nmas vasta que v o l ~ e r t a a su relacI0n plenamente lOteltglble.lPero cual seda su naturaleza? Ni Sartre, ni Levi-Strauss, danuna respuesta elaborada a esta cuesti6n, pero es curioso queuno y otto terminen por plantearla en terminos coya coover-

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    mente las relaciones entre Althusser por una par te ySanre y Levi-Strauss por la otra, haciendo abstracci6nde Lo que opone a estos dos wtimos. ,En relaci6n con Althusser, Sartee parece reducir Iahistoria a un tiempo continuo-homogeneo-contemporaneo, y admitir un concepto de esteucmra, dist imo al

    de estrucrura dominante. En Sanre, es la primada deeste tipo de historicidad -a pesar de que no definaexpresamence al hombre por su historicidad- fa quedetermina la aceptaci6n de un derto tipo de estructura,y es precisamente en esta medida, que su pensamientoparece oponerse al de Levi-Strauss. Es sabido que paraSanre las estrucmras son esas extraiias realidades internas, a la vez organjzadas y organizadoras, productossinteticos de una totalizad6n pea,etka 4: ellas presuponen, en cuanto tales, un agente practico produetor;y es sabido tambien que en Sanre este rol es desempeliado por la praxis. Ahora bien, es derto que, en lapeespectiva anti-especulativa de la C ;ca la relaci6n entre las esrrucruras y este agente no es, hablandocon propiedad, una relaci6n especulativa hist6rica, sinouna relad6n ontoI6gica practica, condid6n de posibilidad de la inteligibiIidad del sentido de esas estrueturas: no obstante, l igar este problema de inteIigibiIidadcon del agente practico presupuestO, que constituye elQbjeto, en cuanto condici6n de toda ex:istencia hist6rica de su relaci6n, es predsamente la esencia debistoridsmo, en el que a historia efectiva y el conOcimiento te6rico derivan finalmente de esta relaci6n on-roI6gica presupuesta. Y e1 hecho de que el agentepta,crico, concebido como generador de sentido, tenga suBencia subraya el caracter radical y parad6;ico al mismo clempo, de las oposidones precedentes. (Ver articulo de JeanPouillon, este mismo volumen.)

    4 Critica de la razon dialectica Losada, Torno II, 1963,po 626

    0 0 1 praxis individual, parecefundamento onglD.arlo enn :ste contexto preciso y para,necesario pero d e n ~ a ~ o :histOridsta de Sartre. Y poecemir esa p r o ~ l e m a t 1 ~ a do directamente la problematicaciecto, no es 01 eeduclen ' tematica hegeliana, I de Sartre au.....antl-especu atlva . . 1 , ni por supues-. bJeuvac16n-a lenaClOn, ,del t ipo sUJeto-o bl ,. dellndividuo a un deetoed . d s pro ematlcato, r uClen u .. n una palabra, a unIodealismo de la conClenCla ede comprenderse. como pu subjetivismo del C?gltfo -, 1 6n radical de los presu-. uruca ormu aClsu pensaffilenro, . .6 historicista consecuenrepuestos tada i n t e r p r ~ ~ ; : i ~ considerar un problema,del maCXIsmoo P ~ r o ;st todo historicismo: en efeeto

    p r e v ~ o c o n c ~ e r n el materialista y a n t i e s p e ~ l ael hlstorlClsmo, mc1uso I ndo as en ultima lOS-d f lmente -reve a ,dvo, re uce 0 lOa d la problematica hege-'tancia, que Slgue e n c ~ r : enespedfico que preside lal iana- el problema e t l P ~ etivas y su inteligibilidad,unidad de las estructuras O 0 unnineal de un su-I d I imienro contlRU 0de esenvo v tido de agente--, cualqUleraJeto : e ~ t ~ v e z en el sen traba. social, clase social,el: lOdlvlduos c o n c r ~ t O S ) l ob'Jeci6n capital,. Ahora. bien, y es esta a dpraxIs, etco . r ibilidad de estructums no pue eeste problema de lOte ontol6gico-hist6rico de estaS,ser reducido al del O C 1 g ~ ~ tal como la de Sanee-:--una tematlca - 0puesto que en .. oblema de la objetividad (ann-es-que plantea el pc de hecho no se puede1 . ) de las estructuras, .pecu auva . 0 como dice Althusser, a partirdescifrar un sentldo, sm?, d d y que por otro, 1 0 slempre-ya- a 0 ,de un todo romp eJo d te6ricamen-edd debe ser construl 0lado, en esta m I a, 1 la obJetividad de laS ea por e contran , ,te . I se enca , d la historia como gene-. del agente eestrucrura a partir 0 de arribar a una con-o d nudo no sepue ,sis-ongen e se . d nidad marxista que senacepci6n adecuada del uPdo e. Ute Y en efecto, Nueo bi .. tr crura omman . , oatIa invaCla e es u d una formaci6n SOCIhay en Sartre de la estruetura e

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    con dominancia en did 0 0La dominancia de m6 ~ s t l l n c l a de economicc1 econ m,co es ella 0 a a temcItiea historicista del m,sma re UCICsu teOrla de la r-acez dagenre, y Sanre formulseeuente posihle y na e hecho es la tiniea COlh ecesarIa para tod ' .ISrOt1Clsta del marxism E a Interpretacl6el se refiere a esas c a t ~ g n este marco, no Obstanteteahajo concreto las o e ~ d a s d q u e son la carencia, f, n e c e S I a es et cmJsmo se insertan en una ' . ' que por elItcreta , de la pdctica c t e m a t ~ c a del individuo conestas categorfas se d i s ; i : ; ~ ~ r ~ m J e n r o del joven Marxras del modo de prod 6 de aquellas de las esrructuN U I n el Marx o se trata, por supuesto d e a rna ueezde un individuo-sujero ;01 e ~ l J ~ g u n modo, en Sarm individualismo d I l tarlO, hrevemente de urI ea lsta' est 0 ica en nada el p r o b l e m a ~ Loo, ,embargo, no modi.puede tratarse s,'no de ,, d q, Jmporta, es que n()h me JaClOn , d 'd(storiea, y que estas ' , es 10 IVI u O p t a x i ~historicista del agente s e A s ~ ~ a f n den u,?a global tematica 0 S1 un ada esta d ' 0en u t l ~ a ~ n s t a n c i a de 10 econ6mico pod , o m l d n a n ~ L a .a l In tJpO Invariable de ~ r t tra UCJeseE f estrUCtura dominante;), n e ecto, puesto que para Sa .ultima insrancia esta f d d ru e eSta domlOancia enun a a en la te d 1agenre, Ja transposici6n d mattca e sujero-el desciframiento de ed ,a estruetllta dominante enh 5 Jversos nivele 'no se ace a partir de un modo b s partlcularesde esos niveles en tanto . 0 Jetlvo de existenciateuctura: en rodos I .e lOS m l s ~ o S reflejan esra es-

    o os nive es partJcular IIa ese m smo agente C' , es e a recurre, . . Ito aqUl como e Itltlca que hace Sante d I Jemp 0 a Justataldsea de estruetur e c o n c e p ~ o funcionalista-ges_Lefore l y en la cuat S ~ ~ e e ; flJvel ,poHdco, admidacapac el mismo a esta totalid:dJaf ref:r lrse: a fin de es-unclOnaltsta, al prole-

    6 Reproducida ahsada, 1966. otlel; r: en P . o b I 8 m ~ . r del tnlW ismo I, 10.

    tlltiado-partido.agente de la historia (la instancla uu minante en el nivel poli tico). Sin embargo, introduciren todos los niveles particulares, como instancia dominante de una esrruetura, al agente-sujeto, es deseonoceral mismo tiempo que esta dominancia - e n las relaciones entre niveles- no es mas que la reflexi6n en eltodo complejo, de eeon6mico captado el mismo encuanto estrucmra objetiva: es presuponer, entonees, unagenre-sujeto totalizador (praxis) de los diversos niveles (practicos espedficos) y caer as en el voluntarismo de un agente, supuestamenre aut6nomo de 10econ6mico, en la medida' exacta, por ottO lado, en quela misma dominancia de 10 econ6mico ptesupone esteagente. Paralelamente, el peligro del mecanicismo eeonomidsta surge impHcitamente en el tatu de la rareza, de 10 practico-inerte y de la serialidad, en la medida en que el historicismo antiespeeulativo no parecepoder desconeeproalizar al agente sino reduciendo lascondiciones de la praxis originaria al empirismo naturalista. Culminaci6n de todo esto: la antonom a yIII especific;:idad. de los diversos niveles de estrueturason admitidas por Sante; nadie ha combatido mas queel el idealismo voluntarista y el monismo mecanicisra;el proceso de estrncturaci6n y de artieulaci6n de losdiversos niveles es reducido, sin embargo, en ultimainstancia, a su totalizaci6n onto16gico-hist6rica, es de.cir, continua y homogenea, por un ageme, y dependeasi de la arbitrariedad teorica -de l sentido de estedevenir del sujetopraxis, Es indudable que Sartre, ensu perspectiva anti-especulativa, ha percibido muy bienel problema y ha intentado fundar una histOria sin autor , 'una totalizacion sin agente totalizador, Pero consagrado siempre a su proyecto de fundar untipo deinteligibilidad originaria de sentido, y por consiguiente,a la tematica del individuo-praxis - a l individuo-corteesendal de la historia-, una historicidad real sin

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    autor no puede fundarse a] p r ~ c e r en el Jnttdor desu problematica esttuCtura-historia.En Levi-Strauss, las cosas sedan aun mi clara. Concepd.on emparentada con la de Sante siempre enrelacl masque la transposici6n en cada nivel de una h J s ~ o ~ l a continua-homogenea-contemporanea. Si Ja e ~ p . e c l f l c l d a d d,e105 diversos niveles de estructuras es admmda por le -Strauss es precisamente cerrando el al establecimiento de sus reladones n oposlclon a Sartre quepuede proponer una posibilidad de. hacerlo en. ,senrido marxista ya que para el marxlsmo su e S ~ e l f 1Cldadexpresa ]a refIexion sistematica de su relaelOn elinterior del todo complejo. En efecto estas relaclOnesgeneticas entre los diversos niveles pani

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    JEAN POUILLONCONFRONTACION DE 5M.aTOOOS:SARTRE Y UVISTRAUSS

    EI existendalismo, escribe Sartte, es la antropologfa misma, en tanto esta trata de darse un fundamento 1 Este fundamento, el 10 ve en el descubrimientocapital de la experiencia dialeccica el descubrimientode una mediad6n redproca: el hombre esta mediado por las cosas en la medida misma en que las lSasestan cmediadas por el hombre 2 Que esta mediad6n sea posible y sobre todo que pueda ser objetode una experiencia, de nuestra experienda, depende deque las fJf tlxiJ individuales rea-licen para cada uno, ests.dialectica primordial de Ja exteriorizaci6n del hombre de la interiorizaci6n de las relaciones objetivas, movimiento original de la totalizaci6n de los multiplesaspectos de las experiencias ooncretas. Esra totalizaci6n constituye el fin de la antropologfa estntctural ehist6rica

    Al menosen apariencia, no se esta tan lejos de lamanera en que Levi-Strauss caracteriza la anrcopologiacuando hace de ella una denda de la significaci6n de

    1 P. Sartre: CrJticll tie fllzon JilJUctit Losada, 1963.Tomo I, p. 146.

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    la totalidad. Ya sea que la antropologill se proclamesocial- 0 cultural, clJa aspira siempre a conoceral hombre total} considerado en un caso a partir de susproducciones} y en el ottO a partir de sus fepresenttS-ciones.s Para los etn610gos esta exigencia de totaBzadon ni se discute , como por otro lado 10 reconoeta Sartre, mucho antes de escribir la CNtica . .. i Y sias ocurre, no es simplemente porque el antrop6Iogohabda de tener en cuenta los resultados obtenidos porlas diversas disciplinas que versan sobre las actividadesdel hombre 0 sus productos, a fin de reagruparlos enconjuntos signiicativos ; es tambien y sobre todoporque el trata de recuperar en e hecho mas pequeno,en la actividad individual mas estrictamente situada yfechada, la mediadon que menciona Sartre. EI fen6meno social total > cuya nodon introduce Mauss, puedeser una sociedad concreta considerada como un conjllO-to; e igualmente por ejemplo, d melanesio de tal 0 cualisla , un ser singular, por deno, pero a que hay queaprehender Utotalmente 6. Dieho de otro modo, parael antrop610go el elemento es menos el producto de unrecorte, que un modo particular de concentraci6n deltodo. Es esta relad6n, que bien puede llamarse dialectica la que garantiza la validez del tmJUs;s estructuraJ:sin ella, enefecro, no se podrfa afirmar que la moclificacion de un elemento suscita y significa la de losotros.

    No deberfa asombrar, pues, que en vadas oportuni- Claude { v i ~ S t r a u s s Anthropologie structurale, PIon,Paris. 1958, p. 391.4 Claude Levi-Strauss: El pensamiento salvaie, F.C.E., 1964,p. 362.5 Les Temps Moderns , oct.nov. 1952, p. 729, nota.1 (induido en Problemas del marxismo 1, Losada, 1966 .6 Marcel Mauss: uai ur don; cf. C. Levi Strauss, Introduction a l 'oeuvre de Mauss , en oci gie el Anthrop%gie, Paris , P.U.F., 1950, pp. 26-28.

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    dades .Ja Cr#ica ape1e de buena gana a ejempfos emo... ..grMicos, 5i el ultimo capItulo de El Pensamiento salvajeno marcara, de la manera mas clara posible, el desacuerdo entte Levi-Strauss y Sauce, precisamente sabree problema del fundamenro filos6fico de Ia antropolo.gta, y no rechazara la interpretacion sartreana de losejemplos en cuesti6n. Que exista all un malenrendido,no es dudoso, aunque careee de importancia. La verdadera cuesti6n es saber que se descllbre al disiparlo.la s obsecvaciones que signen pretendeD sugerir 7 queentre estas dos empresas de comprensi6n del universohumano, 0 si se prefiere, entre estas dos empresasigualmente criticas (ya que pudo hablarse del kantismo de LeviStrauss), la oposici6n es sin duda irreductihle, pero ella reviste o forma de una parad6jicacorrelacion: una exclusion por inversion, y luego unrecubrimienro.

    Algunas formas de la oposidon, no obstante, se reducen a complementariedades; pot ejemplo, aquella de Iarazon analftica y de Ia razon diaIeetica . En queLevi-Strauss llama el universo de las reglas, sea el dela cultura (por oposici6n al universo de las Ieyes elde Ia ollaturaIeza), no hay puros datos que la. raz6nanalltica tendrfa, simplemente, que reconocer y de,componer. Aun cuando no se sepa de d6nde viene, encualquier direcci6n que se busque su genesis, una regIaes aquello que podda no ser y que para ser, debe serpuesto. Ella no puede ser deducida, a menos que seade otra regIa. Que un hombre deba casarse con tal prima e induso que tal mujer pueda ser no consideradacomo prima, que el poder de un jefe este calificadode tal cual manera en el interior de un dominio predsamente delimitado, todo esto no 10 impone ni 10explica la namraleza de las cosas. Por supuesto, el mun-7 No era posible hacer mas en el marco de este articulo.

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    do cultural se consticuye, no fuera por endma, sinoen senD de la naruraleza, y el hombre es un agentematerial. En cuanto tal, el no puede nas que reorganizar los condicionamientos naturales, pero esta reorgan'izaci6n no esta ella misma condicionada, sino en eJsentido de que no puede ser otra cosa que una organizaci6n, es dedr, un sistema de reglas, y en el sentidotambien de que el hombre no puede eludir estepodercultural. Una vez mas, esta claro que el sistema esvivido como necesario, la regIa es sufrida como ley y Fuente del etnocentrismo la cultuca es experimentadacomo naturaleza. La distincion de las dos razones searticula segun esta relaci6n imerna de 3 cultura a lanaturaleza: Ia raz6n dialectica, motor de la culttira de-termina campos, establece aIH relaciones que la razonanalitiea puede luego demostrar como sistemas naturales. La dialectica constituye que el analisis conoceo Es preciso distinguirlos, pero no se puede diso-darlos. .

    La pretendida oposicion de la sincronfa a la diacro-.nia, de la estructura a la historia, tampoco toea el fondodel desacuerdo. La razon de esto, por otra parte, yaha sido impli'citamente sefiaIada. Para que la historiatenga un sentido, es decir, para que todo momentoaparezca como la recuperacion y la transformacion, laconsecuencia y la negaci6n del pasado, es preciso queeada momento anterior sea justiciable de un analisisestructural. En efecto, sj no fuera asf los diferentesfactores evolucionarian de manera independiente losunos de los orros, y cada acontecimiento hist6rico apareceda como la resultante ininteligible de una multiplicidad de series causales CLIyO entrecruzamiento serfasiempre un hecho del azar. Porque la siocronfa estaestructurada, es que la diacronfa esta hecha. de modificaciones significativas.Sin embargo, esta doble complememariedad de l38

    analisis y de la dialeetica. de la estruetura y de la historia haee que se pueda, indiferentemenre, compren..dec un termino a part ir del ottO. y esto conduce al primer aspeeto de ]a paradoja aludida: la Critica traz6n diaJectica puede ver en Pensamiento sa vaje uncaso particular y una confirmadon, puede tomar a Iaantropologfa estrucrural como un instrumenro entreotfOS; pero inversamente, eI anrropologo puede tratara la razon dialectka como un modo de pensamienrodel que debed. dar cuenta, como de toda otra realidadetnogdJica. Para Sarrre, la etnologfa, asf como la 50 -ciologia oe l psicoanalisis, entca en que el llamalas discipJinas auxiliares de la antropologfa que quierefundar. Pero la filosofia sartrea.na, responde LeviStrauss eomo un eco invertido, representa (como todaslas demas) un documento etnografico de primer ordencuyo estudio es indispensable si se quiere comprenderla mitologfa de nuestro tiempo 8. Y tambien, la razonanaHtica escribe Levi-St rauss- debe dar cuenta dela razon dialectica , mientras que esta no puede darcuenta de sf misma, ni de la razon ana:Htica fl 9 ; y Sartre: la dialectica. debe darse ella misma como unainteligibilidad iniraspasable... La raz6n diaIectica esen sf misma 1a imeJigibiIidad de la razon posidvista[es decir, anaHtkar Io . En suma: predsamente porque se induyen redprocamente,estas dos concepcionesse excluyen radicalmente; nunea son pensables coojuntamente, al mismo tiempo, en el mismo nivel.

    Esta exclusion que, siendo mutua, las liga, 0 este enlace que persiste en su incompatibilidad, responde porotro lado a esa relad6n ambigua que une y opone a lassociedades .temologicas y a la nuestra: cuanto mas8 c.L.S.: pensamiento s lvelje p. 361, nota.9 Idem p. 367.10 }.-P. S.: r i t i ~ Torno I, Pl'. 185 Y 191.

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    se lOs1ste en sus cfiferencias, mas se haee al mismotiempo surgir el hecho mismo de omunicaci6n, yaque es esta la que permite al em6logo sefialar aquellas.Contrariamente a que se dice a menudo, el problemano reside en que las primeras sedan sociedades sinhistoria , 0 como dice Sartre, de repetici6n , mientrasque la nuestra seria hist6rica. Levi,Strauss ha denunciado la iIusi6n que haee pasar por arcaicas las sociedades que estudia el etn6grafo, siendo que ellas llevan,tanto como la nuestra, la marca del acontecimiento 11;e inversamente, Sartre se niega a definir al hombre porla historicidad 12 y consagra el segundo capitulo de laCr ica a esas relaciones humanas trlinshist6ricas , queson la consecuencia inmediata de la j> raxis y que const i t l ~ e l una. realidad. de hecho permanence en cuatquier momento de la Historia. en qtJe nos coloquemos,aun entre individuos separados, que pertenezcan a so-.ciedades de regimenes diferentes que se ignoren launa a la otra 18. No obstante, esca claro que se tratade la historia, en el sentido de que esta relaci6n entresociedades diferentes se establece en el curso en raz6nde una historia que, al comienzo particular lanuestra- se convierte, por el hecho mismo de esta relad6n, en universal. En un mundo fragmentado comoe anterior. cada sociedad 0 grupo de sociedades) vivia s610 su propia duraci6n y no totalizaba mas que su.propia complejidad, en un campo cerrado. Pero comodice Sartee no en que lugar, a partir del momentoen que la malla de la historia hilo en alguna partedel Medio Oriente un unico movi.rniento de totalizaci6n, se extendi6 poco a poco a todas las sociedades

    11 Claude Levi-Strauss: L nOlion d'archtfjsm8 8n ethnolo-gic, en Cahiers intetnarlonaux de Sociologie , v o l ~ 12, 1952. Induido en Anthropologi6 Jt,uclU1ale, pp. 113-132.).12 J.-P. S.: C ti , Tomo I p. 145. nota.18 Idem., p. 251.

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    y rechazando el sentido aut6nomo que cada una de e s t ~ultimasse daba, las ha traru;formado. a las ha liquidado, suponiendo que esto no signifique mismo. Desde su punto de vista, en efecto, Ia totalizaci6n aparecetambi61 como un rechazo y justamente por esra razon,lno es conveniente colocarse fuera de ella 0 mas exactamente. antes que ella, para saber 10 que es el hombre?En arras palabras, se puede definir a la humanidad 0bien por aquello en que se va transformando, 0 bienpor el sistema de las multiples maneras en que ella seha realizado temporaria y localmente. EI sistema cs 1contrario de la totalidad: aquel mantiene, a veces quiZlisficticiamenre, las difecendas que esta conserva 5610 traspasandolas, es decir. sin duda borrandolas easi siernpre.Entre la actitud sistematica y la actitud t t l i z n t e ~ laoposid6n es la misma, por ejemplo, que aquella entreuna comparaci6n atemporal de las estructuras del latiny del frances, y una investigad6n etimol6gica que recupere en la segunda de esas lenguas los vestigios a lavez conservados y suprimidos de la primera.

    lPero realmenre es posible colocarse antes 0 fuerade la historia, poner entre parentesis la totalizaci6n?iNo es esta 1a condid6n de su peopio cuestionamiento?.Sartre Levi-Strauss son contemporaneos la actitudetnol6gica del segundo, asi como la dialectica del primero, riene sus fuentes en la historia de las relacionesentre el Occidente y los pueblos que el ha colonizado 14. En una palabra, la situaci6n del observadordetermina su comprensi6n de 10 observado, comprensi6n, por otro lado, que par .puramente ernografica quese pretenda no deja de ser uno de los multiples factoresque hacen presi6n sobre la sociedad esrodiada, paraintegrarla, aunque no fuera mas que negativamente, en14 Ver. ademas: Claude Levi-Strauss: LSfon inaugurale Ju

    OII'Sd'tmth,opologis sociale au Comgs de P,ance, Paris, 1960.41

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    un universo comnn. Levi-Strauss no esta en d e s a c l l ~ r d lcon esto, al parecer, aunque puede responder

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    praxis viviente, 'pero es esra que \ l ~ l I n de ~ q u e .lla. Las estructuras son esas extraftas reahdades trtternas, a Ia vez organizadas organizadoras, ~ o d u c t ? s sin-teticos de una totalizaci6n practica y obJctos slemprepasibIes de un esrodio anaHtico y riguroso 17 . En otraspalabras, la estructura no parece poseer una r e ~ l i d a dindependienre, sino en Ia medida en que se omite .elmomenm de la totalizacion, que revela, por el conrrarto,el caracter produddo de la estructura, pero se ve almismo tiempo c6mo Sartre puede sin dificultad a Ceptary utilizar todos los analisis estructllrales de la antropologia. En efeem, que el quiere d e c } ~ quereladones a las cuaies se aplican estos a.naltsls son dIalectieas que por esta raz6n, precisamente, ellas nopueden ser puestas -antes de ser ~ n a l i z a d a s - s i ~ o potla praxis. En suma, eI estructuraltsmo es la 16gJca dela diaIectica, pero esta 16gica reenvla a un a g e ~ t e pd.crico. LeviStrauss aceptaria sin duda la premIsa, peeorechaza la conclusion, que para el es Ia inversa: es lapraxis la que supone las estructuras. dud.a elhombee las vive -lacaso las comprendertamos SI no fueraasI?- y hay que volver siempre al individuo concretO,al melanesio de tal 0 cnal isla , pero a titulo de verificaci6n, no de demostraci6n, es por ello que leviStrauss puede, a su vez, y simetricamente, aceptar que el llama Ia f ~ n o m e n o l o g i a . s a r t ~ e a ~ c u ~ n d o . seesfuerza esta por captar en su mOVJmIenrO dlaIectlCouna experiencia social 18 . Todo ocurre, pues, como si de este modo se explicarian tanto el acuerdo comoel desacuerdo-- praxis estructura estllvieran en todocaso ligadas por una relad6n de incertidumbre , que.impediria que ambas pudieran ser llevadas al mismo

    17 J.-P. S.: C itica Tomo II, p. 161. Los s ~ b r a y a d o sson mIos.Ig C. 1.-S.: PmJtIm;e nIO Jalvais p. 362.

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    tiempo al primer plano de la reflexi6n: no se puededeterminarlas simulnlneamente como esendales, ya queenronees se disuelven una a otra. Tal vez el problemaeste mal planteado y sea vano pretender privilegiar, bien estrUcturas que estan siempre ya constituidas y> entonces, suponen otra cosa, 0 bien praxis individualesciertamente totalizanres, pero que en Ia historia aparecen siempre cOqlO totalizadas; habrfa que preguntarse .entonces si no se podrla coordinarlas en el seno de unatotalizaci6n mas vasta que volviera plenamente inteligible su relaci6n. ~ P e r o cmU seda su naturaleza? NiSartre ni Levi-Strauss dan una respuesta elaborada est ll cuesd6n, pero es curioso que tanto uno como otro[erminen por planrearla en terminos cuya convergenciasefiaJa el caricrer a la vez radical y parad6jico de lasoposiciones precedentes. Como he preferido acentuarestas mas bien que banalizar la re1aci6n entre ambosmodos de pensar, concluire refiriendome a esta convergenda por menos formal.

    El ejemplo quizas mas esclarecedor de la relad6nentre praxis y estructura, es el de Ia relacion entre elsujeto hablante las estrucruras de la lengua, iluminadapor Ia teoda lingiHstica. La Iengua, escribe leviStrauss, no reside ni en la razon analitica de los antiguos grama-ticos, ni en la dialcktica constituida de IalingiHstica estrucrural, .ni en Ia dialcktiea constituyentede Ia praxis individual enfrentada a practico-inerte,puesto que las tres la supoo,en. la lingiifsdca nos poneen presencia de un set dialectico y totalizante, peroexterior 0 inferior) a la condenda y a la voluntad 19. Levi-Strauss no siroa, ciertarriente, esta dialecrica totalizante en el nive de que Sanre llama elIugar de .Ia historia , y sobre todo ella vincula a unser del que no se sabe demasiado que es. Es inutil,

    Idem p. 365.45

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    de hecho) hipostasiar esta dialectka. J I1vi-Strauss serla16gico consigo mismo si aceptara aquf la idea de unatotalizaci6n sin totalizador que Sartre introduce hadael final del nnico tomo aparecido de su c, ;c 2 Sinduda no tendrfa el mismo sentido en uno y en otro, ylas divergencias no podrfan borrarse. Pero no es indiferente constatar que, por caminos distintos, ambosarriban a este problema capital: el de una diaMcticadescentrada y sin 5ujetO condici6n de inteligibilidadde la hisroria, del pensamienro, de 1 real. .

    JEAN POVILLON

    2 J. P. S.: ltiUl Tomo II, p. 542.46

    JE N P UL SARTRB

    ANTllOPOLOGIA, ESTRUCTUIlALISMOHISTORIAAntropt:JJogu y liJoIoNa

    PREGUNTA. - Admitiendo que no puede haber unaanuopologia verdadera que no sea tambien filosofia,.lacaso la antropologia agota todo el campo filosOfico?J. P. SARTRE Para mi el campo filos6fico es elhombre, 0 sea que ningUn otro problema puede ser concehido sino en relaci6n con eI hombre. Ya se trate demetaHsica 0 de fenomenologia, en ningun caso puede.haber una interrbgaci6n que no se reHera al hombre, alhombre en el mundo. Todo que concierne aI mundo,.filos6ficamente concierne al mundo en el que esta elhombre, y necesariamente a1 mundo en el que esta. el ombre en relacion con el hombre que esta en el mundo.El campo filos6fico esta limitado por el hombre.

    lQuiere dedr estO que Ia antropologia puede por sfmisma ser filosofia? lEI anthropos al que quieren llegarlas ciendas humanas, es el mismo que aquel a quienquiere llegar la filosofia? Ese es el problema, tal comoyo 1 pIanteada. Tratare de mostrar que son los metodos particuIarmente, quienes produdra.n un cambia enla realidad estudiada; 0 si ustedes prefieren: el hombrede Ia antropologfa es objero, el hombre de la filosoHaes objeto-sujeto. La anrwpologia toma al h o m ~ comoobjeto, es dedr que hombres que son sujetos: eUlologos,historiadores, analistas, toman al hombre como objeto de47

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    esmdio. El hombre es objero para cl homore y no puedeno serlo. lPero no es mas que esro? m problema essaber 5i agotamos su realidad en el plano objetivo.E n el numero que ]a revista E.rprit consagr6 a 1a infancia desfavorecida, hay un total aCllerdo entre los medicos analistas 0 o sabre e hecho de que hasta los ul-timos 25 anos, el error consisti6 en comar al nino debitcomo un objeto, en considerar que el tenia un vado.Se determinaban estructuras que paredan cristalizadas,y a partir de alH se emprendia la curaci6n cHnica. Actualmente, la Unica manera de tratar al nino es comosujeto on enal bordeamos la filosoffa no comoun o j ~ t o que se insecta en la sociedad, sino como proceso suJeto en curso de desarrollo, que siendo bist6ri o cambia, que se haUa involucrado en un proyeoogeneral y que es a mismo tiempo una subjetividad. Incluso en un dominiopractico, erico, la noci6n de sujetoaparece mas alIi del objeto. Como dijo muy bien Merleau-Ponty, desde el momenro en q ue el hombre es objeto p r ciertos hombres --etnologos, socio1ogos-, nosencontramos frente a algo que nopodemos dejar delado. Sin discutir el conjuneo de esos conocimieritos, enemos La obligaci6n de decir que se traea de una rel ad on de ho mbre hombre; el hombre, a titulo de anrropologo, entra en una dena relaci6n con el otro: noesta [rente al oero; esta sicuado en relaci6n con el otro.Filos6ficamente, la noci6n de hombre nunea llega acefrarse sobre SI misma.En fa medida en que La ancropologia presenta objetos, ella debe estudiar algo en el hombre que no es elhombre total y que, en ciecto modo, es u n reflejo puramente objetivo del hombre. Es que, en la C1 icade lR raz6n dialectica he llamado pnacticoinerte, sea las actividades humarias en cuanto estan mediadaspor un material rigurosamente objerivo que las reenviaa a o j e t i v j d ~ d En economia, por ejemplo, no [enemos

    . un conocimiento del ,hombre tal como priede definirloIa fiIosoffa,. sino un conocimienro de la actividad delhombre en :cuanro es refIejadapor 10 prattico-iDette,actividad humana invertida.

    En esras condiciones, el conjuntO de los conocimientos sociol6gicos y etnol6gicos, tetnite a cuestiones queno son las de la antropologfa, que superan el nive} dela antropolog{a. Tomemos po t ejempl0 la noci6n deestructura y las relaciones entre estructura e historia.Los trabajos de Jean pouman sobre los Korbos nosmuestran ta constlmd6n int.etna de pequefios grupossociales en los que las relaciones poHticas, reHgiosas,estan determinadas de derta manera. Los grupos sondistintos y no obstante se comprenden muy bien unosa orcos. Y al compararlos, se comprueba que el conjuQtode esas pd,ctkas representa otros tantos ejemiplos diferenciados de una esrruetura mas general concernientea la relaci6n de polirico y reHgioso. Del esmdio delas s )Ciedades observables se pasa al estudio reconstrottivo de una sociedad estruetW ada, que no puede reaH...za rs es ino a rraves de una plura:1idad de casas coneretosy, p or eso mismo, diferenciados: aquellos, justamente, apartir de los cuales se habla llegado a la estrtleturaobjeco. La fu ndo n que dena antropologfl1 estmccuraIista da a Ia historia es muy particular: a pa rtir de Iaestructura reconsrruida, se puede a.bstractamente-bordear, todas las posibilidades diferenciadas que procedan de aqueIla; ademas, ocnrre que cieero nUmero de. esas posibilidades h an dado en: el campo de 1a ex:- .periencia. La fu nci an d e la historia s ed a enronces e Idar cuenta de que este conjunto deterrninado todas la.sposibilidades lgun ls de elias) se haya realizado. En

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    o t r a s ~ l a ~ r a s se la reduce a Ia pura contingencia y Ia e x t e r l o r l ~ d Y Ia estructura llega a ser consrituyente.Ahora bIen nosotros comprobamos que las esuuctur ~ s planteadas s

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    este sentido, se puede concebir un fundamento de laantropologIa que fije los Hmites y las posibilidades quedene e1 hombre de alcanzarse a S mismo. El campoantropol6gico va del objero al cuasi-objeto y dererminalos caracteres reales del objeto.EI problema filos6fico es, en primer lugar, romo pasardel Olasi-objeto al objeto-sujeto y al sujeto-objeto. Tambien puede formularse aS1: c6mo debe set un objetopara que pueda aprehenderse como sujero el fi16sofoforma parte de la interrogaci6n y c6mo debe ser unsujeto para que aprflhendamos como cuasi-objeto en el Hmite, como objeto . En otros rerminos: e conjunto de los procesos de interiorizaci6n y de reexceriorizaci6n define el dominio de la filosofia, en cuanto ellabusca el fundamento de sus posibilidades. El desarrollode la antropologia, aunque llegue a integrar a todas lasdisdpJinas, no suprimid. nuoca la filosoffa, en la medida en que esca cuestiona al mismo homo saf.Hens ypor eso mismo pone en guardia contra la tentaci6nde obje v.Jrlo todo. Ella Ie muestta que 5i el hombrees en el limite, objeto para el hombre, es tambienaquel por quien los hombres se transforman en objems.En este nivel vuelve a p l a n t ~ a r s e la pregunta: les po-sible Ia totalizaci6n?

    Las ~ r h l ffttWUlJ el eslruet ,tMiImOP. l ay ciencias humanas aut6nomas bien hayuna ciencia del hombre y diversas disciplinas antropo.16gicas para. ttatat las mediaciones que intervienen ellla relad6n del hombre can el mundo? l puede establecer una unidad desdee interior?J. P.S. - 8i la unidad no esta. en el comienzo, tampoco se la encontrara. en el final: se obtendca. una coleeci6n. A partir de una intenci6n comun, hay una diver

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    sificaci6n que solo dene s e n ~ i o en la medida en que.....se expresa, desde el interior, una misma preocupaci6n.Hay, en el fondo, dos preocupadones: una es el natar3 1 hombre en exterioridad, para 10 cual es indispensabletomarlo como un ser natural en el mundo y estudiarlo.como objeto; en este nivel, la d i v ~ r s i f i c a d o n no surgede la intendan, que es la misma, smo del hecho deno se puede esmdiar todo a la vez; la O t r ~ t e ~ d ~ n c l aconsiste en retomar siempre 3 1 hombre en mtenoudad.Hay un momento de diversificaci6n que viene h o ~ -bre-ohjeto y que deberia suponer el momento dlalccucode totalizaci6n. Existen muchas disciplinas sepnmdaspero ninguna disciplina tiene inteligibilidad por sf mis-rna. Todo estudio fragmentario reenvfa a otra cosa, de-wis de cada conocimiento fragmentario esta ]a idea deuna totalizaci6n de los conocimientos. Todo estudio esun momento anaUtico de racionalizaci6n, pero saponeuna totalizaci6n diaJecrica. Considero que el marxismo,tal como debeda desarrollarse, es ese esfuerzo para reintroducir la totalizaci6n. Algunos marxistas actUales aldesplazarlo hacia el estrucruralismo, privan de susposibilidades rotalizadoras.P. l Imodelo lingiHstico poclrfa ser el modelo deinteiigibilidad de todos los f e n m e n ~ s ~ ~ a n o s ? . .J.-P. S. - En sl mismo el modelo hngulstlco ~ n m -teligible si no se remite al hombre ha}>lante. Es ~ t e -ligible, a menos que captemos a traves de u ~ relac16nhist6rica de comunicad6n. Porque es necesarlo hablar.La verdadera intetigibilidad de la lingliistica nos reenvianecesariamente a la praxis. EI modelo lingiifstico es elmodelo estructural mas daro, pero necesariamente re-mite a ett cosa, a Ia totalizaci6n que es la palabra. Yohago a la lengua y ella me hace. Hay un momento deindependencia que es propiamente lingiHstico, pero esemomenta debe sel considerado como provisori , comoun esquema abstracto, una estasis. En tanto no es

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    p e ~ a ~ o ~ r la comunicaci6n, el Ienguaje perrenece a 10peaqiCo-merte. En el encontramos una imagen invertidadel, hombre, 10 inette que guarda, pero es una falsa sinteSISEl modelo se mantiene, pero en 10 inene. Todo

    d:lo estructuralista es un modelo inerte. EI hombre sep l e r ~ e lenguaje porque el mismo se areoja a eIEn ImguIstIca, estamos en el niveI de la sfntesis inerte.P - iCual es la significacion antropologica .de suconcepto de la totalidad-destotalizada?J.-P. S - La nocion de totalidad-destotalizada radieaa.la, v:z en La J:luralidad de s sujetos y en la aed6ndlalectlca del sUJeto y de los sujetos sobre una materiaque es mediaci6n entre ellos. Yo llamo totalidad-destotalizada precisamente al momento de la estrucrura.este. nIvel es la nteleeci6n la que primero debe

    ~ t ; r ~ e n I r Son las dlversas disciplinas, eeonomia, ling?lSuca .. . las que d:ben, :ntender, las que deben aproXlmarse al modelo cIentlflCo de las ciencias naturalesla salvedad de que no hay en la naturaleza s f n t e s i ~mertes. EI pasaje de la intelecci6n a la comprensi6nes el p a ~ a e de la estasis --c:n la que se trata de analizar. 0 descnblr 105 datos: estaSls anaHtica y tambien fenomenoIogica- a la dialectica. Es necesario volver aubicar al objeto estudiado en la actividad humana noh ay e o m p r e n s i ~ sino de Ia p r a ~ i s y no se c o m p r ~ n d es ~ n o po r }a .praxis. La comprens16n recupera en el inte

    r ~ o r de 51 mlsma, a dtuIo de hecho de totalizaci6n practlca, el mOtnento anaHtico del estudio estructural. Escael momento de la inteleedon, que es el momento dele ~ t u ? i ~ lin,gii stico, momenta anaHtico que es la raz6ndlalectlca h a c l C ~ n d o s e inerte, ya que el an:lIisis no es masque razon dialectica en el grado cero. Despues delestudlO del modelo. la comprension consiste en ver almodelo en marcha a traves de l historia. momentode la comprensi6n total seria un momento en el que se54

    comprenderIa al grupo hist6rico por su lenguaje y lenguaje por su grupo hist6rico.P. - En el plano de su critica a los intentos positivistas y gestaltistas (Ka rdiner y Lewin) de constituirdisciplinas amropol6gicas, lpodrfa una amropologracomprensiva retomar sin mas los datos descubiertos p resas disciplinas, 0 mas bieI l la adici6n del fllndamenrohumano de las disciplinas amropol6gicas pertllrbaria . aquellas disciplinas? En otros tenninos: s deno queuna antropologfa verdadera nos permitida comprenderlos discursos y desarrollos del positivismo en su signifi ion social y humana?J.-P. S - Si se recupera el positivismo, habra quesubvertirlo. Contra el positivismo que quisiera disgregar el conocimiento, el verdadero problema es que.nohay verdad parcial, campo separado, que la (mica rela-. c ion entre elementos diversos de un conjunto en vias detotalizaci6n, debe ser la de las partes con las partes, delas partes con el todo, de las partes oponiendose a lasorras parces que representan el todo. Siempre se debetomar al todo desde el punto de vista de la parte y ala par te desde el pumo de vista del todo. Esto suponeque la verdad humana es total, es decir que hay unaposibilidad traves de destotalizaciones constant s de cap ta r a la historia Como totalizacion en curso.Tod fen6meno estudiado s610 encuentra su inteligibilidad en la totalizaci6n de los demas fen6menos delmundo historico. eada uno de nosotros es productode ese ~ u n o y expresamos de distintas maneras,pero 10 expresamos totalmente en cuanto estamos ligados a la peopia totaIidad. En cada grupo, veo un cienotipo de relaci6n de la parte con el todo. En la medidaen que expresamos aqui la realidad de la guerra enVietnam, se puede decir que la genre de Vietnam nosexpresa. El objeto de la historia atestigua al sujeto tantocomo el sujeto atestigua al objeto. 19ualmente se puede

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    dedr que el proletariado y la elase patronal se definenredprocameme por su lucha. Hay un cierto tipo derelad6n peopio de Sai nt-Nazaiee; en otros lugares orrataeriea otca lucha. Se puede dedr que un patr6n deSaint-Nazaire ex:peesa a sus obreros al mismo drulo queel obeero expresa a Si l patr6n:P. Usted ha hecho una distinci6n entre el principia metodologico y el principia antropologico. Elprincipio antropo16gko define al hombre por Si l rnateriaIidad. Y Marx ha definido la materialidad del hombre de acuerdo ados caracteristicas a saber: la necesidad y el nivel de sensibilidad. Podria explicitar el senido que usted da a la materialidad del hombre?J.-P. S. - La materialidad consiste en que el punco departida es el hombre como ocganismo animal que creaconjuntos materiales a p ar ti r de sus necesidades. Si no .se parte de alH nunea se tendea un concepto justO deaqueUo en que el hombre es un sec material. Yo no estoy totalmente de acuerdo con cierto manc:ismo a prop6sito de las superestruernras: la distind6n entre infray superestrueturas no existe en el sentido que piensoque las significaciones profundas estan dadas desde elcomienzo. El trabajo es ya una aprehensi6n del mundoy esta varia segUn el instrumento. No hay que hacerde la ideologia una cosa muerra; Ia ideoIogfa se ~ i ten nivel del trabajador q ue capta al mundo de elenamanera. 5i se considera a la idea en el nivel del fil6sofa Lachetier 0 Kant es la muette de la idea.EI trabajo es ya ideo16gico y el trabajador se crea atraves de la utilization de instrumentos. verdaderaidea esta en el nivel del obrero de la herramienta delinstrumento de las relaciones de producci6n. AM esdonde ella esta viva aunque implkita.

    JE N P UL llTU

    CL UDE LEVISTRAUSSLA HISTORIA DE LOS ElNOLOGOS

    GILLES LApOUGE. Durame mueho tiempo se hareprochado a Levi-Strauss ignorar la historia. Peroeste ha puesto las cosas en su lugar y hoy dia se admireque el esrructuralismo es apto para dar eueota de la metamortosis de las estrueruras. Pero Qun siendo esto unaverdad reconocida las cdticas no han cesado y Jean-PaulSanre las expresa energicamente en reciente numero de la revista VArc.Resumiendo podemos decir que aquf chocarfan dosconcepciones de la historia: para Sartre ella esta. ma-nejada pot un a.ctor que se llama el hombre. P or ClertoSartre n o ignora las estrueturas p er o afir ma que hombre tiene el poder y el debet de superarlas. De alH .su notable formula: Lo esencial no eJ 1 que Je hacedel homh e sino /0 que el hace de 10 que se ha hecbode el Para Levi-Strauss por el contrario dicen algunos la historia se forjaria sola se hundiria e n lasesttueturas y el hombre no seda mas que su juguetepasivo l mejor de los casos un simple espectador.Un objeto de la historia no su sujeto.

    CLAFDB LEVI STRAUSS. - La concepcion del hombrecomo actor de la historia es un hecho etnograrico que se Versi6n castellana: SarI c ;lIimo meta/ls; o? Paid6s

    Bs. As. 1968. N. Jel T.57

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    haUa estrechamente ligado a un dena tipo de sock-dad: .la nuestra. Luego, la verdadera discusi6n est9 aqu: estaconcepcion de la historia, tal como la i1ustra nuestra 50 -ciedad, lcorresponde at orden de la verdad? lEstamos au-torizados a extenderla a cualquier sociedad, como sepuede hacer con la biologfa la Hsica cuyas leyes sonvaIidas universalmente, 0 por eI comrario, dicha concepci6n de la historia se reduce a una propiedad distintivade una ciena forma del devenir humano, aparedda unasola vez en el mundo, en un rincon de la tierra habirada y que no estamos en condiciones de invocar paracomprender que pasa en otras partes 0 10 que hapasado antes? .Y yea usted, el etnologo puede aportar una respuestaa esta cuesti6n. Su experiencia revela que esas sOeie-dades que esmdia se han planteado, elias tambien, elproblema de la historia, y 10 han resuelto en un sentidodiferente. Dichas sociedades no quieren ser agenteshist6ricos, basta tal pumo que se puede interpretar laexistencia misma de la mitologfa a la luz' de este rechazo. Por supuesto, en un sentido, incluso las sociedades mas cristalizadas esuln en la historia. Habrfa queser muy ingenuo para ignorar que todas las poblacioneshan vivido guerras, migraciones, periodos de crecimientoy decadencia. Pero no tenemos derocho a integra porla fuerza a esa mirfada de historias locales denno deun mismo y grandioso plan, bajo el pretexto de quenoson'os, occidentales, concebimos nuestr.a historia deesa manera.Esta discusi6n es ceotral, y que promueve una cuesti6n de principio. Tambien en las ciencias humanas escierto que el mismo fen6meno puede aparecer bajo co-or s diferentes segu n la perspeetiva en que se coloqueel observador. ASl respecto de la historia: vista ennUfstra escala (quiero decir, la de la civilizaci6n occidental), ella se presenta como un todo poderosamente58

    ()rgll'nizado. Pero, si se amplla l perspectiva y se con-sidera a' esa misma historia en una escala de decenas centenas de milenarios, pronto se reduce a un des-orden, regido s610 por el juego de las probabilidades.Solamente una vez y en un lugar, se produjo esa mu-tacion social y mental que ha in5pirado al hombre lacapacidad inconsciente de interiorizar la historia y hacerde ella el motor de su propio desarrollo. Que el pensador de l sociedad occidental, incapaz de considerarlade otro modo que del interior, la perciba toda enteracomprometid:l en un movimiento dialectico que por mismo construye su propia significadon, no excluyede ninguna manera que el etn6logo, cuya perspectivaes muy distinta, interprete a esa historia occidental apenas una forma de Ia historia entre otras atmodo de una fluccuacion estadistica.G.1. - Esto en UlJ nto a la historia. Pero hay otracritica: Levi-Strauss sentiria hacia la filosoffa un horrortan grande como el que los pueblos salvajes siemenbacia la historia. Y es preciso admitir que el mismoLevi-Strauss ha expresado con un poco de rudeza su indiferencia por la fil050fia. De aqul, deno disgusto delos fi1osofos Asi Sanre, en el mismo numero de L Areenvolviendo en una misma estructura a quienes sedefine equivocadamente con la misma etiqueta deestructuralistas (Lacan, Althusser, Foucault y Levi-.Strauss), les da una leccion. Se r e e ~ l casi que los fi105Of05 temen a esas Iobustas ciencias humanas quemerodean en el campo de la filosoffa, devorandolo, conel riesgo de dejar a los fil6sofos 5610 un pequeno terreno para cultivar.e 1.-S. - Efectivamente, parecerfa que la filosoffateme verse despojada por la expansion, no solo de lasciencias humanas, sino de todo el pensamiento cientifico contemporaneo. De alli, eso que usted llama lairritaci6n de un hombre como Sartre. Pero observe que

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    esa irritaci6n no es permanente. El u lt im o n ill nero d eLeI Temps oderne rsabre estructuralismo es muyecuanime. La introducci6n redacrada por Pouillan ex ;plica admirahlemente 10 que hay que entender por estrucruraIismo y coincido tOtalmente con el ruando observa que en Sartre se hallan a veces excelentes analisisestrucmrales. luega n o me parece que e l enfremamiento entre Sartre y yo sea inevitable. Simplemente debtadarar algunas cosas cuando en algunos capltulos dela Gritica de la razon dialectictl-- Sarne saliendo de sudominio se atrevi6 a reve1ar a los etn610gos a naturaleza profunda de su investigaci6n.

    CLAUDB lEVI-STRAUSS

    INDICB

    JOSE SAZB6N: Sartre y la raz6n estruetu-ralisra NICOS POULANTZAS: Sante y levi-Strauss:huna pro ematlca comun JEAN POUJLLON: Confrontaci6n de dos merodos: Sartre y Levi-Strauss .

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    Ve rs io n c as te ll an a: Pl oblemas del eslfU ltmJismo, SigloXXI Mexico 1967. No induye el articulo de Jacques Ehrmann Les lrlulUf fts de l echange dam Cinna . N. del T.60

    JBAN PAUL S ~ ~ Anrtopologfa estrue-turalismo hlstorta 47L UDE LEVI-STRAUSS: La historia de 105

    etn6 ogos 7