saer, juan jose - el concepto de ficcion

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  • 5/25/2018 Saer, Juan Jose - El Concepto de Ficcion

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    Juan Jos Saer

    EL CONCEPTO DE FICCIN

    de "El concepto de ficcin", publicado por Ariel. 1997 J.J.Saer 1997 Espasa-Calpe ArgentinaAriel

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    Nunca sabremos cmo fue James Joyce. De Gorman a Ellmann, sus bigrafosoficiales, el progreso principal es nicamente estilstico: lo que el primero nostrasmi te con veemencia, el segun!o lo ace asumien!o un tono ob"etivo ycircunspecto, lo que confiere a su relato una ilusin m#s gran!e !e ver!a!. $erotanto las fuen tes !el primero como las !el segun!o entrevistas y cartas son por

    lo menos inseguras, y recuer!an el testimonio !el %ombre que vio al ombre quevio al oso&, con el agravante !e que para la m#s fantasiosa !e las !os biografias,la !e Gorman, el informante princi pal fue el oso en persona. 'parte !e las !e esteltimo, es obvio que ni la escrupulosi!a! ni la onesti!a! !e los informantespue!en ser puestas en !u!a, y que nuestro inter(s !ebe orientarse aciacuestiones teri cas y meto!olgicas. En este or!en !e cosas, la ob"etivi!a! ellmaniana, tan celebra!a, va ce!ien!opaso, a me!i!a que avan)a mos en la lectura, a la impresin un poco!esagra!able !e que el bigrafo, sin ab(rselo propuesto, va entran !o en el aura!el biografia!o, asumien!o sus puntos !e vista y confun!i(n!ose paulatinamentecon su sub"etivi!a!. *a impresin !esagra!able se transforma en un ver!a!ero

    malestar en la seccin +- +-/, que, en gran parte, se ocupa !el episo!io m#s!oloroso !e la vi!a !e Joyce, la enferme!a! mental !e *uca. Ecan!o por labor!a su ob"etivi!a!, Ellmann, con argumentos enf#ticos y confusos, que me)clan!e manera impru!ente los aspectos psiqui#tricos y literarios !el problema, pareceaceptar la pretensin !emencial !e Joyce !e que nicamente (l es capa) !e curara su i"a. 0uan!o se trata !e meros acontecimientos e1teriores y anec!ticos, nopocas veces secun!arios, la biografa pue!e mantener su ob"etivi!a!, pero apenaspasa al campo interpretativo el rigor vacila, y lo problem#tico !el ob"eto contaminala meto!ologa. *a primera e1igencia !e la biografa, la veraci!a!, atributopreten!i!amente cientfico, no es otra cosa que el supuesto retrico !e un g(neroliterario, no menos convencional que las tres uni!a!es !e la trage!ia cl#sica, o el

    !esenmascaramiento !el asesino en las ltimas p#ginas !e la novela policial. El reca)o escrupuloso !e to!o elemento ficticio no es un criterio !e ver!a!.$uesto que el concepto mismo !e ver!a! es incierto y su !efinicin integraelementos !ispares y aun contra!ictorios, es la ver!a! como ob"etivo unvoco !elte1to y no solamente la presencia !e elementos ficticios lo que merece, cuan!o setrata !el g(nero biogr#fico o autobiogr#fico, una !iscusin minuciosa. *o mismopo!emos !ecir !el g(nero, tan !e mo!a en la actuali!a!, llama!o, con certi!umbree1cesiva, non2fiction: su especifici!a! se basa en la e1clusin !e to!o rastroficticio, pero esa e1clusin no es !e por s garanta !e veraci!a!. 'un cuan!o laintencin !e veraci!a! sea sincera y los ecos narra!os rigurosamente e1actoslo que no siempre es as sigue e1istien!o el obst#culo !e la autentici!a! !e lasfuentes, !e los criterios interpretativos y !e las turbulencias !e senti!o propios ato!a construccin verbal. Estas !ificulta!es, familiares en lgica y ampliamente!ebati!as en el campo !e las ciencias umanas, no parecen preocupar a lospracticantes felices !e la non2fiction. *as venta"as innegables !e una vi!amun!ana como la !e 3ruman 0apote no !eben acernos olvi!ar que unaproposicin, por no ser ficticia, no es autom#ticamente ver!a!era. $o!emos por lo tanto afirmar que la ver!a! no es necesariamente lo contrario !ela ficcin, y que cuan!o optamos por la pr#ctica !e la ficcin no lo acemos con elpropsito turbio !e tergiversar la ver!a!. En cuanto a la !epen!encia "er#rquica

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    entre ver!a! y ficcin, segn la cual la primera poseera una positivi!a! mayor quela segun!a, es !es!e luego, en el plano que nos interesa, una mera fantasamoral. 'un con la me"or buena volunta!, aceptan!o esa "erarqua y atribuyen!o ala ver!a! el campo !e la reali!a! ob"etiva y a la ficcin la !u!osa e1presin !e losub"etivo, persistir# siempre el problema principal, es !ecir la in!eterminacin !e

    que sufren no la ficcin sub"etiva, relega!a al terreno !e lo intil y capricoso, sinola supuesta ver!a! ob"etiva y los g(neros que preten!en representarla. $uestoque autobiografa, biografa, y to!o lo que pue!e entrar en la categora !e non2fiction, la multitu! !e g(neros que vuelven la espal!a a la ficcin, an !eci!i!orepresentar la supuesta ver!a! ob"etiva, son ellos quienes !eben suministrar laspruebas !e su eficacia. Esta obligacin no es f#cil !e cumplir: to!o lo que esverificable en este tipo !e relatos es en general anec!tico y secun!ario, pero lacre!ibili!a! !el relato y su ra)n !e ser peligran si el autor aban!ona el plano !e loverificable. *a ficcin, !es!e sus orgenes, a sabi!o emanciparse !e esas ca!enas. $eroque na!ie se confun!a: no se escriben ficciones para elu!ir, por inma!ure) o

    irresponsabili!a!, los rigores que e1ige el tratamiento !e la 4ver!a!5, sino"ustamente para poner en evi!encia el car#cter comple"o !e la situacin, car#ctercomple"o !el que el tratamiento limita!o a lo verificable implica una re!uccinabusiva y un empobrecimiento. 'l !ar un salto acia lo inverificable, la ficcinmultiplica al infinito las posibili!a!es !e tratamiento. No vuelve la espal!a a unasupuesta reali!a! ob"etiva: muy por el contrario, se sumerge en su turbulencia,!es!e6an!o la actitu! ingenua que consiste en preten!er saber !e antemanocmo esa reali!a! est# eca. No es una clau!icacin ante tal o cual (tica !e laver!a!, sino la bsque!a !e una un poco menos ru!imentaria. *a ficcin no es, por lo tanto, una reivin!icacin !e lo falso. 'un aquellasficciones que incorporan lo falso !e un mo!o !elibera!o fuentes falsas,

    atribuciones falsas, confusin !e !atos istricos con !atos imaginarios, etc(tera,lo acen no para confun!ir al lector, sino para se6alar el car#cter !oble !e laficcin, que me)cla, !e un mo!o inevitable, lo emprico y lo imaginario. Esame)cla, ostenta!a slo en cierto tipo !e ficciones asta convertirse en un aspecto!eterminante !e su organi)acin, como po!ra ser el caso !e algunos cuentos !e7orges o !e algunas novelas !e 3omas 7ernar!, est# sin embargo presente enmayor o menor me!i!a en to!a ficcin, !e 8omero a 7ec9ett. *a para!o"a propia!e la ficcin resi!e en que, si recurre a lo falso, lo ace para aumentar sucre!ibili!a!. *a masa fangosa !e lo emprico y !e lo imaginario, que otros tienen lailusin !e fraccionar a piacere en rebana!as !e ver!a! y false!a!, no le !e"a, alautor !e ficciones, m#s que una posibili!a!: sumergirse en ella. De a tal ve) lafrase !e olfgang ;ayser: 4No basta con sentirse atra!o por ese acto< tambi(nay que tener el cora"e !e llevarlo a cabo5. $ero la ficcin no solicita ser cre!a en tanto que ver!a!, sino en tanto queficcin. Ese !eseo no es un caprico !e artista, sino la con!icin primera !e sue1istencia, porque slo sien!o acepta!a en tanto que tal, se compren!er# que laficcin no es la e1posicin novela!a !e tal o cual i!eologa, sino un tratamientoespecfico !el mun!o, inseparable !e lo que trata. Este es el punto esencial !eto!o el problema, y ay que tenerlo siempre presente, si se quiere evitar laconfusin !e g(neros. *a ficcin se mantiene a !istancia tanto !e los profetas !e

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    lo ver!a!ero como !e los eufricos !e lo falso. =u i!enti!a! total con lo que tratapo!ra tal ve) resumirse en la frase !e Goete que aparece en el artculo ya cita!o!e ;ayser >4?@ui(n cuenta una novelaA5B: 4*a Novela es una epopeya sub"etiva enla que el autor pi!e permiso para tratar el universo a su manera< el nico problemaconsiste en saber si tiene o no una manera< el resto viene por a6a!i!ura5. Esta

    !escripcin, que no proviene !e la pluma !e un formalista militante ni !e unvanguar!ista anacrnico, equi!ista con i!(ntica in!epen!encia !e lo ver!a!ero y!e lo falso. $ara aclarar estas cuestiones, po!ramos tomar como e"emplo algunosescritores contempor#neos. No seamos mo!estos: pongamos a =olienitsin comopara!igma !e lo ver!a!ero. *a Cer!a!2 $or2 in2 $roferi!a que trasunta susrelatos, si no cabe !u!a que requera ser !ica, ?qu( necesi!a! tiene !e valerse!e la ficcinA ?$ara qu( novelar algo !e lo que ya se sabe to!o antes !e tomar laplumaA Na!a obliga, si se conoce ya la ver!a!, y si se a toma!o su parti!o, apasar por la ficcin. Emplea!as !e esa manera, ver!a! y ficcin se relativi)anmutuamente: la ficcin se vuelve un esqueleto reseco, mil veces pela!o y vuelto a

    recubrir con la carna!ura relativa !e las !iferentes ver!a!es que vansustituy(n!ose unas a otras. *os mismos principios son el fun!amento !e otraest(tica, el realismo socialista, que la concepcin narrativa !e =olienitsincontribuye a perpetuar. =olienitsin !ifiere con la literatura oficial !el estalinismo ensu concepcin !e la ver!a!, pero coinci!e con ella en la !e la ficcin comosirvienta !e la i!eologa. $ara su tarea, sin !u!a necesaria, informes y!ocumentos ubiesen basta!o. *o que !ebemos e1igir !e empresas como la suya,es un afincamiento !eci!i!o y vigilante en el campo !e lo verificable. =usincursiones est(ticas y su gusto por la profeca se revelan a simple vista !e lo m#ssuperfluos. por otro la!o, no basta con !e"arse la barba para lograr unarestauracin !ostoyevs9iana.

    0on Fmberto Eco, las amas !e casa !el mun!o entero an compren!i!o que nocorren ningn peligro: el ombre es me!ievalista, semilogo, profesor, versa!o enlgica, en inform#tica, en filologa. Este armamento pesa!o, al servicio !e 4lover!a!ero5, las ubiese espanta!o, cosa que Eco, como un mercenario quecambia !e campo en me!io !e la batalla, a sabi!o evitar gracias a su instinto !econservacin, poni(n!olo al servicio !e 4lo falso5. $uesto que lo !ice este profesoreminente, piensan los e"ecutivos que leen sus novelas entre !os aeropuertos, noes necesario creer en ellas ya que pertenecen, por su naturale)a misma, al campo!e lo falso: su lectura es un pasatiempo fugitivo que no !e"ar# ninguna uella, uncosquilleo superficial en el que el saber !el autor se a puesto al servicio !e unob"eto ftil, construi!o con ingeniosi!a! gracias a un ars combinatoria. En estesenti!o, y slo en (ste, Eco es el opuesto sim(trico !e =olienitsin: a la granrevelacin que propone =olienitsin, Eco respon!e que no ay na!a nuevo ba"o elsol. *o antiguo y lo mo!erno se confun!en, la novela policial se trasla!a a la e!a!me!ia, que a su ve) es met#fora !el presente, y la istoria cobra senti!o gracias aun complot organi)a!o. >'nte Eco, me viene espont#neamente al espritu unafrase !e 7arr(s: 4ien ne !(forme plus lHistoire que !Hy cercer un planconcert(5.B =u interpretacin !e la istoria est# puesta !e manera ostentosa parano ser cre!a. El artificio, que suplanta al arte, es e1ibi!o continuamente !e mo!otal que no subsista ninguna ambigue!a!.

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    *a false!a! esencial !el g(nero novelesco autori)a a Eco no solamente laapologa !e lo falso a lo cual, puesto que vivimos en un sistema !emocr#tico, tieneto!o el !ereco, sino tambi(n a la falsificacin. $or e"emplo, poner a 7orges comobibliotecario en El nombre !e la rosa >ttulo por otra parte marca!amenteborgianoB, es no solamente un omena"e o un recurso interte1tual, sino tambi(n

    una tentativa !e filiacin. $ero 7orges numerosos te1tos suyos lo prueban, a!iferencia !e Eco y !e =olienitsin, no reivin!ica ni lo falso ni lo ver!a!ero comoopuestos que se e1cluyen, sino como conceptos problem#ticos que encarnan laprincipal ra)n !e ser !e la ficcin. =i llama icciones a uno !e sus librosfun!amentales, no lo ace con el fin !e e1altar lo falso a e1pensas !e lover!a!ero, sino con el !e sugerir que la ficcin es el me!io m#s apropia!o paratratar sus relaciones comple"as.Itra falsificacin notoria !e Eco es atribuir a $roust un inter(s !esme!i!o por losfolletines. En esto ay algo que salta a la vista: subrayar el gusto !e $roust por losfolletines es un recurso teatral !e Eco para "ustificar sus propias novelas, comoesos can!i!atos !u!osos que, para ganar una eleccin local, simulan tener el

    apoyo !el presi!ente !e la repblica. Es una observacin sin ningn valor terico oliterario, tan intrascen!ente !es!e ese punto !e vista como el eco,universalmente conoci!o, !e que a $roust le gustaban las ma!eleines. Essignificativo en cambio que Eco no aya escrito que a 'gata 0ristie o a=omerset augam les gustaban los folletines, y con ra)n, porque si pone !etestigo a $roust para e1altar los folletines es "ustamente porque escribi ' larecerce !u temps per!u. Es !etr#s !e la ecerce que Eco preten!eampararse, no !el supuesto gusto !e $roust por los folletines. 7asta con leer unanovela !e Eco o !e =omerset augam para saber que a sus autores les gustanlos folletines. para convencerse !e que a $roust no le gustaban tanto, la lectura!e la ecerce es m#s que suficiente.

    i ob"etivo no es "u)gar moralmente y muco menos con!enar, pero aun en lam#s salva"e economa !e merca!o, el cliente tiene !ereco a saber lo quecompra. Kncluso la ley, tan !istra!a en otras ocasiones, es intratable en lo que serefiere a la composicin !el pro!ucto. $or eso, no po!emos ignorar que en lasgran!es ficciones !e nuestro tiempo, y qui)#s !e to!os los tiempos, est# presenteese entrecru)amiento crtico entre ver!a! y false!a!, esa tensin ntima y!ecisiva, no e1enta ni !e comici!a! ni !e grave!a!, como el or!en central !eto!as ellas, a veces en tanto que tema e1plcito y a veces como fun!amentoimplcito !e su estructura. El fin !e la ficcin no es e1pe!irse en ese conflicto sinoacer !e (l su materia, mo!el#n!ola 4a su manera5. *a afirmacin y la negacin leson igualmente e1tra6as, y su especie tiene m#s afini!a!es con el ob"eto que conel !iscurso. Ni el @ui"ote, ni 3ristam =an!y, ni a!ame 7ovary, ni El 0astillopontifican sobre una supuesta reali!a! anterior a su concrecin te1tual, perotampoco se resignan a la funcin !e entretenimiento o !e artificio: aunque seafirmen como ficciones, quieren sin embargo ser toma!as al pie !e la letra. *apretensin pue!e parecer ilegtima, incluso escan!alosa, tanto a los profetas !e laver!a! como a los niilistas !e lo falso, i!entifica!os, !ico sea !e paso, y aunqueresulte para!"ico, por el mismo pragmatismo, ya que es por no poseer elconvencimiento !e los primeros que los segun!os, priva!os !e to!a ver!a!afirmativa, se aban!onan, eufricos, a lo falso. Des!e ese punto !e vista la

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    e1igencia !e la ficcin pue!e ser "u)ga!a e1orbitante, y sin embargo to!ossabemos que es "ustamente por aberse puesto al margen !e lo verificable que0ervantes, =terne, laubert o ;af9a nos parecen enteramente !ignos !e cr(!ito. ' causa !e este aspecto principalsimo !el relato ficticio, y a causa tambi(n !esus intenciones, !e su resolucin pr#ctica, !e la posicin singular !e su autor entre

    los imperativos !e un saber ob"etivo y las turbulencias !e la sub"etivi!a!, po!emos!efinir !e un mo!o global la ficcin como una antropologa especulativa. @ui)#sno me atrevo a afirmarlo esta manera !e concebirla po!ra neutrali)ar tantosre!uccionismos que, a partir !el siglo pasa!o, se obstinan en ase!iarla. Enten!i!aas, la ficcin sera capa) no !e ignorarlos, sino !e asimilarlos, incorpor#n!olos asu propia esencia y !espo"#n!olos !e sus pretensiones !e absoluto. $ero el temaes ar!uo, y conviene !e"arlo para otra ve).