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Nº 18 VERANO 2009 EDICIÓN GRATUITA

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TAI CHI CHUAN - Revista de artes y estilos internos - Edición gratuitawww.taichichuan.com.esNº 18 - Verano - 20092 EDITORIAL3 SUMARIO4 Esforzarse no es forzarse11 El Taichi en el embarazo y el parto17 Faye Yip: armonía y técnica25 LIBROS27 INTERNET29 GLOSARIO

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nº 18 • verano • 2009

EdiciÓn Gratuita

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editorialmero que es cada uno quien debe decidir lo que quiere obtener de la práctica del Tai Chi Chuan, ya sea fortalecer la salud, aliviar dolencias, controlar el estrés o alcanzar la habilidad marcial. Aunque también insiste en que debe haber un equilibrio entre los elementos de la práctica, y en que para al-canzar cualquier beneficio terapéutico son necesarios un conocimiento y una ejecu-ción precisos de las técnicas integradas en las formas de Taichi.

Pero si el objetivo que elegimos es la efectividad marcial, el trabajo de Lu Shengli sobre el entrenamiento de las aplicaciones nos pone los pies en el suelo. No basta con practicar trabajos de base, posiciones estáticas (sobre las que pro-fundiza el artículo de Javier Seminario) mucha forma y mucho Tuishou. Hace fal-ta una laboriosa y concienzuda práctica de las técnicas y sus variaciones, una sóli-da preparación mental y psicológica para dominar el miedo y mantener el centro, y mucha experiencia en situaciones reales.

Y hablando de situaciones reales, Arieh Lev Breslow nos comenta los diferentes usos que hicieron tres de sus alumnas de sus conocimientos de Taichi durante el embarazo y el parto, y reflexiona sobre las posibilidades que ofrecen las artes internas para hacer frente a tan enorme reto.

Cualquier práctica en la que entre en juego la conciencia de la uni-dad requiere, por un lado, de rigor

y disciplina, y por otro de una gran apertura y contención de la experiencia. Este juego entre opuestos se traslada a cómo aborda-mos los ejercicios y a cómo vivimos nuestra vida. Los expertos en Taichi nos hablan de no utilizar la fuerza, de encontrar un equi-librio entre la energía justa y la relajación. Sobre eso habla el artículo que abre esta revista, intentando establecer la diferencia entre el esfuerzo y el sobreesfuerzo.

Desde estas páginas siempre hemos defendido la idea de que el Tai Chi Chuan debería regirse por un espíritu integrador, y no excluyente. Sin embargo, una de las frases más oídas en este mundillo sigue siendo: «Eso no es Taichi». Unas veces se refiere a los que aplican demasiada fuer-za al hacer Tuishou, otras a los que tienen un conocimiento demasiado superficial de las técnicas marciales. Y bien es ver-dad que en ocasiones el comentario alu-de a gente que simplemente imita mo-vimientos sin tener idea de lo que hace, pero esa no es la cuestión que nos ocupa ahora.

Faye Yip, una profesora con una sólida formación y una calidad innegable, nos re-cuerda en la entrevista central de este nú-

editorial

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Fotografía de portada Teresa Rodríguez

Pintura pág. 2 Li Chipang

DirectoraTeresa Rodríguez

[email protected]

EditorLuis Soldevila

[email protected]

Diseño y maquetaciónTeresa Rodríguez

Deargos [email protected]

Diseño Publicidad Teresa Rodríguez

CaligrafíaXu Guoliang

Wang Zuofeng

Han colaborado en este número

Eduardo Escudero, Raúl Fernández, Mayte Foulquié, Marina De

Franceschi, Juanolo Gutiérrez, Arieh Lev Breslow, Li Chipang, Franck Montoro, Roger Paulo, Georges

Saby, Ángeles Sánchez-Caballero, Javier Seminario, Lu Shengli, Marco

Venanzi, Zhang Yun

EditaLuis Soldevila Ribelles

C/ Verónica, 13 - 4º Int. Izq. 28014 - Madrid (ESPAÑA)

ISSN: 1989-4058

Número 18 • Verano 2009

tAI CHICHUANREVIStA DE ARtES

Y EStILOS INtERNOS

Nº 18 • VERANO • 2009

www.taichichuan.com.es914 296 872

NOTA DE LOS EDITORES

La revista TAI CHI CHUAN no comparte necesariamente las ideas y opiniones manifestadas por los autores de los artículos, ni se hace responsable de la calidad de los productos anunciados en los espacios publicitarios.

En los artículos y secciones se omitirá el uso de títulos como «sifu», Maestro, Gran Maestro, etc. Cada escuela tiene sus propios criterios para la concesión y uso de dichos títulos, por lo que hemos considerado que su omisión evitará equívocos y confusiones. Con ello no pretendemos menospreciar ni poner en duda la calidad de la enseñanza de ningún profesor. No obstante en los espacios publicitarios cada escuela podrá incluir, como es lógico, los títulos que considere oportunos.

Creemos firmemente que las artes marciales internas y el Chi Kung se deben aprender de la mano de profesores con los suficientes conocimientos y experiencia. TAI CHI CHUAN no se responsabiliza de los efectos que pueda tener la práctica sin supervisión de las técnicas y ejercicios descritos en sus páginas. Ante cualquier duda recomendamos que se consulte a un médico o a un instructor cualificado, y al propio sentido común.

2 EDITORIAL

3 SUMARIO

4 Esforzarse no es forzarse Juanolo GutiérrezEs obvio que el esfuerzo es necesario para progresar en el Taichi, sin embargo

el sobreesfuerzo puede hacernos retroceder y producirnos lesiones. ¿Nos esforzamos o nos forzamos en nuestra práctica y en nuestra vida cotidiana?

10 Descubrir el Zhan Zhuang Gong

Javier Seminario La importancia del trabajo de posiciones estáticas es ampliamente reconocida, pero con demasiada frecuencia su práctica no lleva a ninguna parte. Proponemos un nuevo acercamiento al Zhan Zhuang desde un punto de vista terapéutico y marcial.

11 El Taichi en el embarazo y y el parto Arieh Lev Breslow

Primera entrega de un extenso trabajo sobre lo que puede aportar el Taichi en la preparación y la vivencia de un momento tan crucial e importante como es el parto a partir de la experiencia de tres mujeres. 33 Chen Man Ching

y la esgrima de Taichi Entrevista con Ken Van Sickle Marco VenanziUno de los primeros discípulos americanos de Cheng Man Ching rememora su aprendizaje con el «viejo profesor» y describe las líneas maestras de la práctica con espada en solitario y con compañero.

38 Puntos vitales para la práctica (IV): Laogong

Georges SabyDentro de su recorrido por los principales puntos de acupuntura empleados en las artes internas, el autor se detiene ahora en el estudio del Laogong, reflexionando sobre sus funciones, matices y esferas de influencia.

25 LIBROS

27 INTERNET

29 GLOSARIO

17 Faye Yip: armonía y técnica Teresa Rodríguez

Faye Yip, hija y heredera de Li Deyin, nos habla sobre el estilo Sun, su experiencia personal y la importancia de conocer en profundidad las técnicas marciales sin descuidar el aspecto de cultivo de la salud.

Sumario2009

27 La práctica de las aplicaciones en las artes marciales internas Lu ShengliA menudo comprobamos que tras años de práctica de artes internas lo que hemos aprendido no funciona en un combate. Lu Shengli describe los pasos necesarios para entrenar eficazmente las aplicaciones.

verano

EdiciÓn completa

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ESFORZARSE NO ES FORZARSE

Juanolo Gutiérrez

¿Tenemos la tendencia a «forzar o forzarnos» en nuestra práctica y vida cotidiana? En este artículo el autor trata de establecer la diferencia entre forzarse y esforzarse, apoyando sus reflexiones en sus conocimientos anatómicos y experiencia docente. Para desarrollar su estudio ha escogido como ejemplo la práctica de los estiramientos, describiendo lo que ocurre a nivel estructural cuando nos excedemos en un esfuerzo, y buscando las raíces psicológicas y sociales de esta actitud.

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Creo que esforzarnos en hacer bien las cosas, aprender y profundizar en nuestro camino es salu-dable y necesario para avanzar. Sin embargo, creo que no lo es tanto el hecho de forzar nuestras acciones. Me gustaría comenzar a explicar esto desde un punto de vista anatómico y estructural,

y para eso utilizaré un sencillo ejemplo que muestra cómo muchos de nosotros abordamos la práctica. Cuando estamos en clase y el profesor propone unos ejercicios de estiramiento muscular, queremos hacer-los bien… y ¡a tope! Si nos observamos, veremos que estamos forzando diferentes zonas corporales para llegar a nuestro objetivo que podría ser, por ejemplo, tocarnos la punta de los pies. No escuchamos lo que nos está diciendo el cuerpo en esos momentos (me duele, estoy incómodo…) sino que, por el contrario, le exigimos aún más esfuerzo para conseguir lo que deseamos. Es posible que, compensando en otras zonas corporales, lleguemos a conseguirlo y nos quedemos satisfechos, pues ese era «nuestro objetivo». Lo malo es que actuando así en lugar de hacernos más flexibles, podemos dañarnos o incluso lesionarnos.

Nivel anatómico y localPor un lado tenemos el músculo y, nor-malmente, en sus dos extremos están los tendones. A su vez los tendones suelen unirse a uno o más huesos. Tanto los músculos como los tendones están co-nectados al sistema nervioso, que contro-la el equilibrio entre tensión y relajación.

El principal neuro-receptor que posee-mos para asegurar este equilibrio es el huso muscular, que se encuentra loca-lizado en el cuerpo del músculo y se encarga de controlar el tono muscular mediante el «reflejo miotático»: cuando un músculo se estira este reflejo hace que se produzca simultáneamente una contracción opuesta al estiramiento. Por

otro lado están los corpúsculos tendino-sos de Golgi, localizados en el tendón. Su función es antagónica a la de los husos musculares, es decir, inhiben la contracción muscular. Cuando un mús-culo se contrae produce un estiramiento sobre sus tendones, lo que activa estos receptores. Una vez activados, provocan la relajación del músculo que está con-traído: es el reflejo miotático inverso.

Una diferencia significativa entre estos dos reflejos es que mientras el primero se pone en funcionamiento en el mismo momento en que el mús-culo se estira y produce la contracción de defensa, el reflejo inverso necesita que esta contracción se mantenga un

tiempo comprendido entre seis y ocho segundos para llegar a activarse. Por lo tanto, si hacemos estiramientos brus-cos o realizamos los típicos «rebotes»,

se estimularán los husos musculares en cada rebote, pero no dará tiempo a que se activen los corpúsculos tendinosos. Lo que conseguiremos en realidad será una contracción corta y repetida del músculo o grupo muscular que queremos estirar, mientras que por otro lado lo estamos forzando y estirando al máximo. De esta forma más que estirarse pueden llegar a desgarrarse las fibras musculares.

Para que un músculo o grupo mus-cular esté en disposición de estirarse, previamente debe estar relajado, por lo que el ejercicio se tendría que realizar de forma suave y lenta. En caso contrario, podríamos desencadenar, como hemos visto, la contracción del mismo músculo

Músculo

Tendón

Hueso

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que queremos estirar. Si hemos llegado con lentitud hasta la posición y mantene-mos ahí el estiramiento unos segundos, se anulan las respuestas del reflejo mio-tático y se activan las respuestas reflejas del aparato de Golgi, que conducen a la relajación muscular. Esto permite mejo-ras en la flexibilidad, ya que al conse-guir mayor relajación muscular podemos aumentar la amplitud de movimiento en el estiramiento. Es importante detectar el momento en el que empieza la tensión producida por el ejercicio. Debe ser una tensión suave, en la que todavía pode-mos mantener la relajación postural y res-piratoria. En ese momento es aconsejable parar, soltar, permanecer en la postura, y después de un corto espacio de tiempo la musculatura cederá. De esta manera y aplicándolo gradualmente, obtendremos un estiramiento más efectivo y duradero.

Nivel estructural y globalEl complejo músculo-tendinoso se or-ganiza en diferentes cadenas muscu-lares que van recorriendo la totalidad de nuestra superficie. Por otro lado, los músculos, los tendones y prácticamente todas las estructuras que forman par-te de nuestro organismo se encuentran rodeados por una especie de vaina o envoltorio llamado fascia. Estas fascias están unidas entre sí constituyendo un entramado o red que hace que todo el cuerpo esté interconectado. Es como si

Dos ejemplos de posturas forzadas durante el estiramiento de los músculos isquiotibiales

El plexo solar se hunde

Las rodillas se doblan y la barbilla se adelanta

formaran una malla alrededor y en el interior de nuestro cuerpo. Si al hacer un ejercicio no tenemos en cuenta la colocación del resto de nuestra estruc-tura, la tensión que pretendemos liberar puede «viajar» a través de estas cade-nas y entramados a otras regiones anatómicas.

Por ejemplo, si queremos estirar los músculos isquio-tibiales, situados en la parte posterior del muslo, debe-mos poner atención para que nuestra espalda permanezca recta. Si forzamos el estira-miento es muy posible que doblemos las rodillas, hun-damos el plexo solar o levan-temos y hagamos avanzar la barbilla, tensando así nuestra musculatura cervical.

Si realizamos un ejercicio compensán-dolo en otras zonas de nuestro cuerpo, la tensión no se llega a eliminar, sino que se traslada a estas regiones corpo-rales y reaparece en su lugar de origen al abandonar el ejercicio o al poco tiempo. Las fibras musculares que se han esti-rado tenderán enseguida a volver a su posición inicial de acortamiento. Un problema añadido es que, dependiendo de la frecuencia e intensidad con que realicemos el ejercicio, pueden aparecer lesiones en las zonas de compensación. Sin embargo, si tenemos en cuenta la

colocación de los diferentes seg-mentos de nuestro cuerpo, el estira-miento será más efectivo y duradero. Debido a que se realiza en toda una cadena muscular, la tensión se eli-mina y por lo tanto las fibras muscu-lares no volverán a su posición inicial al dejar de realizar el ejercicio.

En resumen, cuando forzamos los ejercicios de estiramiento estamos creando un estrés excesivo al músculo y esto activa la respuesta neuronal de protección o husos musculares. Tam-bién atravesamos el umbral del dolor y eso hace que el ejercicio se con-vierta en algo desagradable. Debido al dolor y al hecho de forzar perde-mos la colocación correcta del resto del cuerpo, y entonces aparecen ten-siones en otras zonas. Es posible que el resultado final sea que busquemos cualquier excusa para no realizar los ejercicios y que los abandonemos. Por

lo tanto, parece claro que no es hábil actuar de esta manera en los estiramientos. Por supuesto, todos queremos ser muy flexibles, pero hay que aceptar que, en general, no lo somos, y que la manera de conseguirlo no puede ser forzando los ejercicios. Ade-más, detrás del hecho de for-zar existe una actitud rígida, y sería incoherente pretender

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buscar la flexibilidad con este tipo de com-portamiento. Es más sensato escuchar nuestro cuerpo e ir atravesando y desha-ciendo esa misma rigidez. Digamos que es mejor «esforzarse» en hacer correcta-mente los estiramientos, que «forzarse» para conseguir más elongación muscular en un intento, en mi opinión, equivocado. No es el «cuánto» sino el «cómo» lo que más nos debería importar. Mejor que obsesionarse o tener prisa en conseguir el objetivo de ser muy flexibles, es estar atentos al camino que debemos recorrer para lograrlo sin prisas.

Es interesante entonces aprender a realizar los ejercicios relajadamente, de forma que por un lado no nos dañen

y, por otro, se convier-tan en algo agradable. Puede que así comence-mos a disfrutar de esta parte del entrenamiento que normalmente evita-mos debido al dolor y a la incomodidad que con-lleva. A base de actuar así en los ejercicios, desarro-llaremos una nueva con-ciencia sensitiva que nos llevará poco a poco hacia el «no forzar». De esta manera cada vez que empecemos a exigirnos demasiado, podremos reconocerlo y volver a la

relajación. El problema para la mayoría de nosotros es que no somos conscien-tes de que esta actitud de forzar es algo automático. Nos damos cuenta cuando nos cansamos o nos duele una parte del cuerpo, pero no somos conscientes de cuándo hemos comenzado a forzar. Si conseguimos estar presentes y atentos al momento en el que empezamos a forzar, podemos dominar y suavizar el impulso y mantenernos en un estado de relajación.

En el caso de ser profesores, pode-mos ayudar a nuestros alumnos recor-dándoles constantemente que no fuer-cen las posturas y corregirles no sólo con nuestra voz, sino también mediante el contacto, invitarles a mantener la

atención en el ejercicio y señalar cuándo están forzándolo. El hecho de tocar una zona del cuerpo de nuestros alumnos, les facilita ser más conscientes de esa zona y de la tensión que en ella habita. También es importante indicarles cómo colocar el resto del cuerpo, ya que así pueden evitar las compensaciones y tener la posibilidad de desarrollar una buena conciencia postural global.

Deberíamos cuidar también nuestra actitud, lo que estamos transmitiendo más allá de los ejercicios. Es posible que nosotros mismos estemos incitando a nuestros alumnos a forzarse. Por ejem-plo, si somos mucho más flexibles que ellos, es mejor estar atentos para no provocarles el deseo de llegar a ser igual que nosotros. Aunque repitamos que los ejercicios deben hacerse más suavemente, cualquier alumno desea e intenta llegar a ejecutarlos como su profesor y eso le llevará a sobrepasarse en su esfuerzo. Quizás puede ser más

hábil exteriorizar menos nuestra flexibi-lidad y presentar objetivos mucho más cercanos y accesibles para ellos. Disfru-tarán más de los ejercicios y consegui-rán mejores resultados.

Las raíces de la actitud de forzarLa actitud que conduce al sobreesfuer-zo no sólo se da al hacer estiramien-tos. Para muchos de nosotros suele ser una constante en nuestra conducta. Y una vez llegados aquí ¿qué es lo que nos hace buscar constantemente el he-cho de forzar, que en muchos casos va acompañado de sufrimiento? Podemos encontrar diferentes causas, todas ellas enraizadas de manera muy profunda en nuestro inconsciente:

• Por un lado está la educación reci-bida de nuestros padres y también en la escuela. Se nos presionaba para luchar y convertirnos en el mejor de nuestra clase o promoción, para conseguir el mejor puesto de trabajo, etc., a costa de lo

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que fuera. Desde muy pequeños inte-gramos la competitividad no sólo con los demás, sino también con nosotros mismos. Se nos enseñó que la letra con sangre entra y que hay que sufrir para lograr algo en esta vida.

• Los valores de la sociedad no invi-tan tampoco a detenerse para poder reflexionar y decidir lo que más nos con-viene. Una sociedad arcaica, masculina e individualista como la que tenemos, nos lleva a vivir deprisa y al límite, a acumu-lar, a tener una casa más grande, o un coche más caro. Si tenemos dos traba-jos es mejor que uno, aunque cansemos y castiguemos más a

nuestro cuerpo, ni tengamos tiempo para nosotros, nuestra pareja, nuestros hijos. De alguna manera nos estamos forzando y sufriendo por ello.

• Por último, tenemos una iglesia que siempre ha comprendido el sufri-miento y además lo ha aceptado, valo-rado e incluso premiado.

Si trasladamos esta visión, digamos masoquista, a una disciplina o un trabajo de crecimiento personal podemos llegar a pensar que para poder progresar y crecer como personas, lo único que nos puede hacer avanzar es el sufrimiento.

Castigarnos a nivel físico, emocional o mental con una práctica demasiado rígida puede llevarnos a vivir en una crisis constante. Soy de la opinión de que las

diferentes crisis que

vamos atravesando a lo largo de nues-tra vida, si las gestionamos correcta-mente, nos ayudan a evolucionar. Pero no por ello deberíamos buscarlas de manera constante (forzar las crisis) en un intento, de nuevo equivocado, de crecer más y más deprisa.

Por otro lado, y seguramente porque la sociedad va cambiando hacia el otro extremo, está la nueva cultura del «no» esforzarse. Por ejemplo, «aprenda inglés sin esfuerzo», «hágase rico de manera fácil y rápida» o, siguiendo el hilo de este artí-culo, «cómprese una máquina que hará los estiramientos por usted de manera pasiva, sin ningún tipo de esfuerzo». Muchos de nosotros no hemos aprendido a esforzar-nos para conseguir las cosas, se nos ha ido dando todo hecho. Y esto es posible que sea así debido al rechazo de la rigidez, en ocasiones extrema, que había en la edu-cación de nuestros padres, tíos o abuelos.

Si lo que debo hacer no me gusta, me hace estar

molesto, requiere un esfuerzo, duele, sabe mal o no me da ningún tipo de pla-cer, lo rechazo. Cuando sentimos dolor, buscamos el camino fácil. Por ejemplo, si nos duele la espalda preferimos tomar una pastilla antes que hacer unos ejerci-cios o visitar a un masajista. Queremos quitarnos el dolor ¡ya!, y no nos pre-ocupa qué nos está indicando. No que-remos sentirlo más, no queremos sufrir. No sabemos ni podemos encarar un dolor, y mucho menos hacernos respon-sables de él. En esta huida, buscamos el placer, la satisfacción y la comodidad.

Si trasladamos ahora esta otra visión, digamos hedonista, a las mismas situa-ciones que antes, buscaremos siempre el disfrute, el entretenimiento y cual-quier situación que nos dé satisfacción. El peligro que veo en este caso es que cuando llegan los momentos duros de la práctica, y éstos llegan, podemos entrar en una inercia que nos hará evitarlos, per-diendo así la posibilidad de profundizar en ella. Quizás nos parezca suficiente el

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punto al que hemos llegado en la prác-tica, nos conformemos y no deseemos avanzar más. Pero esta actitud también podría responder a un miedo a encarar y atravesar esos momentos.

Aunque creo que cualquiera de las dos visiones son respetables, soy más bien partidario de una combinación de ambas, pero nunca de sus extremos. Desde mi punto de vista es necesario poder com-partir una práctica, disfrutar de ella y del grupo o shanga para tener un ancla de referencia. Necesitamos de nuestros ami-gos de camino. Pero si nos falta la disci-

plina, el compromiso y el objetivo por el que practicamos, podríamos generar una nebulosa de la que nos será difícil salir. Nos podemos quedar «enganchados» al mundo de los placeres y satisfacciones, y girar constantemente alrededor de las relaciones y las emociones. Habrá enton-ces una tendencia hacia la dispersión, con el riesgo de perder claridad y dirección. Del mismo modo, si lo que falta es esta parte más placentera, el resultado será demasiado duro y rígido. Puede darse una predisposición a aislarse, haciendo que las relaciones sean difíciles o incluso

conflictivas. En un extremo las personas se vuelven muy duras y exigentes consigo mismas y con los demás, poco flexibles, obsesivas y herméticas. La tendencia, en este caso, se dirige hacia la tensión.

Quizás la línea media esté en no bus-car el sufrir ni el no sufrir, sino en perma-necer abierto a las experiencias que van viniendo. Por ejemplo, imaginemos que vamos a comprar cebollas. Si nos gusta llorar constantemente compraremos sólo de las que provocan lágrimas, si no quere-mos llorar cogeremos únicamente las que las no las provoquen, y si estamos abier-tos a ambas posibilidades simplemente compraremos cebollas. Es probable que las que nos hagan llorar no sean tan agra-dables como las que no, pero estaremos dispuestos a vivir la experiencia que nos ofrecen tanto unas como otras.

Teniendo en cuenta que todos tene-mos un poco de todo, creo que el primer caso está muy relacionado con los valores que se nos han inculcado. Es una acti-tud autodestructiva. Si sólo buscamos las crisis entraremos en una rueda de sufri-miento constante que no nos permitirá crecer. Al igual que el hecho de forzar los estiramientos, nos hace sufrir y no nos deja, precisamente, estirar los músculos. No habrá espacio para relajarnos, descan-sar o respirar, sólo existirá una búsqueda de la dificultad, el conflicto y el sufri-miento. Después de una crisis necesita-mos espacios de distensión para poder

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mos de esos obstáculos para desarrollar-nos y superarnos como personas.

Por último, el tercer caso, me parece el más acertado. Más inteligente que vol-ver la espalda a las crisis es permanecer abiertos cuando vienen y estar dispuestos a atravesarlas y sacarles provecho. Pero resulta igualmente eficaz saber disfrutar de los tiempos sin crisis. Las «no crisis» permiten reposo y acumulación, con-solidación y gestación. Es el momento de integrar, reflexionar y comprender lo ocurrido. Además, este periodo nos prepara para el siguiente desequilibrio. Es la dinámica del yin y el yang. Muchas veces, cuando volvemos a practicar des-

pués de haber parado durante un tiempo no demasiado largo, descubrimos que hemos avanzado. Parece como si algo que se estaba cocinando en nuestro inte-rior necesitase una pausa para reposar y poder sacarle mejor gusto y provecho.

He empezado el artículo hablando de la tendencia que nos lleva a forzar los ejercicios de estiramiento muscular y después lo he relacionado con nuestra manera de actuar en la vida. Podríamos decir que la misma causa que nos lleva a forzar un ejercicio, nos conduce a hacer lo mismo en situaciones determinadas de nuestro trabajo, las distintas relaciones que tenemos y ante la vida en general.

El patrón de forzar está muy arraigado en nosotros y por mucha práctica que hagamos, por mucho trabajo de creci-miento personal que estemos realizando, si no le prestamos la debida atención, nos acompañará durante todo nues-tro «viaje». Creo que merece la pena entrenarse para ir «desaprendiendo» esta forma de actuar, quizás empezando por cosas sencillas, como pueden ser los ejercicios de estiramiento.

entender lo ocurrido y reflexionar sobre qué debemos hacer para evitar que ese mismo conflicto vuelva a aparecer.

En el segundo caso, encontramos una actitud infantil relacionada con el miedo y la pereza. En cuanto algo nos duele, aunque sólo sea una simple molestia, tomamos algo para no estar incómodos. En realidad nos da miedo el dolor, el sufri-miento. No queremos esforzarnos en estar mejor, simplemente no queremos estar mal. Evitando las crisis, nos escapamos de forma constante de nosotros mismos. Si no encaramos nunca los conflictos que van apareciendo perdemos la oportunidad de avanzar en nuestro camino. Necesita-

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Juanolo Gutiérrez es diplomado en enfermería y fisioterapia. Enseña Tai Chi desde [email protected]

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El Taichi En El

Embarazo y El parTo (i)

Arieh Lev Breslow

En el mundo del Taijiquan existen escasas indicaciones verbales o escritas acerca de cómo practicar durante el embarazo, y casi ninguna sobre lo que la práctica puede aportar en la preparación y la vivencia de un momento tan crucial e importante como es el parto. En este artículo el autor trata de aportar al respecto las experiencias personales de tres mujeres muy próximas a él. Describe el modo consciente y abierto con el que ellas abordaron su preparación al alumbramiento practicando Taichi y cómo aplicaron sus principios en el proceso de dar a luz a sus bebés.

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el taichi en el embarazo y el partotai chi chuan • nº 18 • verano 2009

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mi esposa, Anne, me dijo una vez que toda mujer embara-zada sueña con vivir un par-

to ideal. Las mujeres desean tener una gestación normal y sin complicaciones, dar a luz de forma rápida e indolora y, por supuesto, tener un bebé sano. La mayoría, además, intenta encontrar la técnica o el método que les permita hacer realidad este sueño. El Dr. Gran-dy Read es el creador de la expresión «parto natural» y uno de los pioneros en este campo. En sus teorías defiende que es posible disminuir los dolores del alumbramiento con una preparación adecuada que ayude a reducir el miedo y la tensión de la futura madre. Del mis-mo modo, Lamaze, cuyo método cuen-ta hoy día con numerosas seguidoras, hace hincapié en la preparación para el parto a través de técnicas psicológicas específicas orientadas a que la mujer aprenda a responder de manera positi-va durante las contracciones. El Dr. Fre-derick Leboyer, otro innovador en este campo, defendía de forma muy convin-cente «un nacimiento sin violencia».

Si consultamos la sección de salud y cuidados infantiles de cualquier librería importante, es fácil encontrar una gran cantidad de libros sobre el ejercicio y el parto que ensalzan, entre otros, los bene-ficios del Yoga y la natación. Sin embargo, no podemos encontrar ni un solo libro dedicado al Taichi y el parto. Este artículo

es un esfuerzo inicial para cubrir seme-jante vacío. Desde aquí me gustaría com-partir con los lectores las experiencias que han tenido con el alumbramiento algunas de mis alumnas y mi propia esposa, que también es profesora de Taichi.

Los cambiosHace poco una de mis alumnas, Victoria, se quedó embarazada de su primer hijo pocos meses antes de iniciar un viaje al ex-tranjero. Al volver su cuerpo había sufrido una enorme transformación, y los cambios del embarazo la habían tomado por sor-presa. Ella, que siempre había tenido una constitución menuda y delgada, había

desarrollado a velocidad asombrosa una tripa grande y prominente que trastornó su sentido del equilibrio. También había engordado, lo que añadía aún más presión sobre los músculos de las piernas. Cuando se incorporó a las clases, sus movimientos me recordaban a los de una adolescente desgarbada. Había dejado de ser la mujer de movimientos gráciles que realizaba la forma de Taichi con tanta belleza.

Durante las vacaciones no había prac-ticado demasiado, y al verla ejecutar la forma me di cuenta de que su cuerpo ya no estaba bien alineado. Se quejaba de molestias en la espalda y se cansaba con facilidad. Era evidente que había perdido

el punto de equilibrio vertical en la parte superior del cuerpo, pero gracias a sus conocimientos de Taichi pudo recuperar pronto el buen camino. Al concentrarse en los principios del Taichi mientras hacía la forma, consiguió llevar a cabo rápida-mente los ajustes que necesitaba.

Mi trabajo con ella se centró en recor-darle que debía elevar la cabeza como si estuviera suspendida del techo y «hun-dirse» en las articulaciones de la cadera. La columna recuperó el alineamiento y se alivió la presión sobre la zona lumbar. Además, al practicar la forma de manera regular aplicando el principio de la divi-sión de peso, sus piernas empezaron a recobrar la fuerza y le proporcionaron una base sólida para el tronco.

Victoria recuperó rápidamente su gracia natural, continuó practicando Taichi durante todo el embarazo e incluso llegó a desarrollar una raíz más fuerte que antes. «Como soy pequeña -decía- siempre me han empujado. Me gustó sentirme sólida como una roca, más segura, y confiar en que tendría un parto fácil y un bebé sano».

Aunque nuestro cuerpo está siempre en continuo cambio, no existe una trans-formación más rápida y radical que la del embarazo. El Taichi tiene la capacidad de fortalecer el cuerpo femenino y proporcio-nar seguridad a la mujer. La habilidad de integrar la postura y mantenerse relajada y flexible puede prepararla para la apertura

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el taichi en el embarazo y el partotai chi chuan • nº 18 • verano 2009

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del canal del parto. En lugar de resistirse al proceso de dar a luz y a la posibilidad del dolor, puede colaborar con la natura-leza en la creación del espacio necesario para que su hijo llegue al mundo.

El Taichi dio a Victoria un senti-miento de control, la sensación de estar en posesión de su mente y su cuerpo. Y comenzó a confiar en sí misma y en su capacidad para adaptarse a las circuns-tancias, una actitud clave al acometer grandes empresas como la de un parto.

Del cuerpo a la menteLa forma de Taichi puede ser útil en la sala de partos porque favorece la sensa-ción de bienestar y además proporcio-na una actividad constructiva durante la espera entre contracciones. Durante el nacimiento de nuestro primer hijo, Anne y yo repetimos la forma inconta-bles veces. Parábamos cuando venían las contracciones y seguíamos cuando pasaban. Para mí resultó muy útil, por-que aquello me permitía compartir con mi esposa algo que ambos conocíamos y que era bueno para la salud.

Pero existen otras maneras menos obvias en las que el Taichi puede ser de ayuda durante el parto. La mayoría de los estudiantes de Taichi interiori-zan gradualmente el principio de song, es decir, la capacidad de relajación interna. Anne y yo nos dimos cuenta de que era posible utilizar el concepto

de la relajación interior y la suavidad para crear las condiciones que favore-cen un parto más leve y menos dolo-roso. Pensamos que, si una mujer se mantiene relajada y respira con pro-fundidad durante el parto, es probable que experimente un alumbramiento más sencillo que si está tensa y tiene miedo al dolor y a lo desconocido.

Anne siguió su propio proceso desde el nacimiento de nuestro primer hijo hasta el cuarto. Durante el parto pasó de hacer hincapié en trabajar la forma de Taichi a practicar casi exclu-sivamente con la mente y las técnicas de visualización. Esta evolución refleja el proceso natural que se produce en

cualquier practicante de Taichi después de muchos años de práctica y estudio. Es decir, se utiliza menos el cuerpo y más la mente. En los dos primeros partos, Anne empleó la forma como «algo positivo que podía hacer». En el tercero y el cuarto prescindió de la secuencia de movimientos, sin que eso significase dejar de hacer Taichi, ya que es un arte marcial basado en el trabajo interno que hacemos al eje-cutar los movimientos de la forma. Este tipo de práctica puede y debería estar presente en cualquier circunstan-cia: mientras conducimos un autobús, cuando estamos sentados escribiendo en una mesa o al dar a luz. El conocido

El Taichi permitió a Victoria tener un sentimiento de control corporal y mental

Elisheva practica la forma de Taichi antes de entrar en la sala de partos del hospital

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La mirada interior fue muy importante en los partos de mi mujer y dos de mis alumnas, Elisheva y Naomi, que han sido madres recientemente.

La clave está en la relajaciónLa mayoría de las personas teme al do-lor. Durante una visita al hospital, an-tes del nacimiento de su primer hijo, Naomi oyó los gritos de una mujer que estaba dando a luz. Como es lógico, se asustó y pensó si también ella gri-taría de dolor en su propio parto. No es raro que incluso las mujeres que ya han tenido varios hijos sufran ata-ques de miedo intenso cuando entran en el hospital. Son conscientes de que puede ocurrir cualquier cosa. Ninguna técnica, ni siquiera la del Taichi, puede ofrecer garantías absolutas. Dar a luz es un acontecimiento lleno de misterio y peligro, y también maravilloso. Como nos enseña el Taichi, durante las tran-siciones es cuando somos más vulne-rables, sobre todo cuando hay mucho en juego. Anne y yo, que perdimos un hijo a consecuencia del Síndrome de Muerte Súbita Infantil (S.M.S.I.) somos muy conscientes de la fragili-dad de un recién nacido.

Hace poco que Elisheva tuvo a su cuarto hijo. Me contó que durante el embarazo se había sentido inquieta y que al acercarse la fecha en la que salía de cuentas la inquietud se transformó

con rapidez en miedo. Me dijo que cuando hacía la forma sentía que acu-mulaba fuerzas tanto física como inter-namente para hacer frente al parto. Y también que el Taichi le había hecho ver que podía ser fuerte y mantenerse rela-jada al mismo tiempo. Para ella, la prác-tica fue un modo suave de ser fuerte.

Una de las ideas más importantes en la práctica del Taichi es la de no oponer resistencia a la fuerza. Mahatma Ghandi denominaba su doctrina espiritual y política «la resistencia pasiva al mal». La cultura china tiene un concepto simi-lar de pasividad, wu wei, que significa «no acción de acuerdo con las leyes de la Naturaleza». Mucho

antes que Gandhi, Lao Zi escribía en el capítulo 78 del Dao De Jing:

Nada en el mundo es más suave y blando

que el agua.

Y sin embargo, en el combate

contra lo sólido y lo fuerte no tiene igual.

Lo suave supera a lo duro;

lo blando supera a lo duro.

Todo el mundo conoce este principio,

pero nadie lo pone en práctica.

El agua representa el ejemplo per-fecto del wu wei en acción, porque sigue su curso sin ofrecer resistencia y, sin embargo, puede cubrir o erosio-

nar gradualmente cualquier cosa que se ponga en su

c a m i n o . experto en Taichi ya desaparecido, Jou Tsung-hwa, me dijo en una ocasión que debía desarrollar una doble mirada: una exterior, que se dirige hacia fuera y ve el mundo tal y como es, y otra interior, que se dirige hacia dentro e influye sobre los órganos internos y la energía del cuerpo. Normalmente se descuida el terreno de la mirada interior y, de hecho, algunas técnicas animan a cultivar el enfoque opuesto al hacer hincapié en la concentración en un punto externo, como ocurre en el método de Lamaze. La combinación de principios del Taichi como la relajación activa (song) y el no oponer resistencia a la fuerza, puede ser un aliado sólido y eficaz tanto para la mujer embarazada como para su pareja.

Principios como la relajación activa (song) y el no oponer resistencia a la fuerza pueden ser una ayuda eficaz para la embarazada

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debemos escuchar y seguir nuestra voz interior, no hacer lo que otros nos digan que hagamos. Desde luego, esto no es nada fácil, sobre todo en un hospital. Por eso, es necesario que las embara-zadas cuenten con todo un sistema de apoyo formado por su pareja, sus ami-gos y un equipo sanitario receptivo. Ele-gir el hospital y el apoyo adecuados es un requisito fundamental para que la experiencia del parto sea satisfactoria.

En los clásicos del Taichi se dice: «muévete como un gran río». El río, en su fluir, transmite el sentido de suavidad y de propósito. Si una roca obstruye la

El Gran Cañón es la imagen perfecta del poder del agua. ¿Qué fuerza puede oponerse a las mareas? No es una casualidad que el agua, con su ligereza y capacidad para sostener algo a flote, sea el medio perfecto para proteger al bebé dentro del vientre materno.

El agua, además, puede ser rela-jante para la futura madre. Naomi y Elisheva pasaban largos ratos en el jacuzzi, donde la calidad, la liviandad y el burbujeo del agua les ayudaba a relajarse y a sentirse seguras. Anne, sin embargo, prefería no utilizarlo. Una lección importante del Taichi es que

corriente, el río la sortea rodeándola o cubriéndola. De igual modo, en Taichi se hace frente a la agresión mediante la relajación y la suavidad. Esto nos permite mantener una actitud receptiva hacia la energía de un oponente, para poder ale-jarla de nuestro centro y neutralizarla en el vacío. Estas ideas se pueden aplicar al proceso del parto. Tras el nacimiento de su hija, Naomi me explicó del siguiente modo cómo había usado la idea de wu wei: «Puedes reaccionar al dolor como si fuera algo dirigido en contra tuya que intenta hacerte daño. Esto te hace res-ponder con dureza y rigidez. Pero si te

relacionas con el dolor como si fuera un proceso positivo que te ayuda, no sien-tes necesidad de resistir y estás en posi-ción de tomar el control de esas fuer-tes contracciones musculares. Es como aceptar la agresión de tu oponente y utilizarla en tu propio beneficio».

La experiencia del parto que tenga cada uno depende, en gran medida, de las decisiones que tomen los padres. Elisheva me dijo que cuando se dio cuenta de que estaba a punto de dar a luz, sencillamente cambió de acti-tud. Teniendo en cuenta que este iba a ser su cuarto hijo y, seguramente, el

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Arieh Lev Breslow practica Taichichuan desde hace más de treinta años. Ha enseñado Taichi y Chikung en Europa, Israel y Estados Unidos. Es autor de libros sobre Taichichuan, Chikung y meditación. Enseña Taichi en Jerusalén. [email protected]

Anne investigó la aplicación de los principios del Taichi en sus partos

último, estaba decidida a hacer todo lo que estuviera en su mano para que fuera el mejor parto, y así fue. El Tai-chi nos enseña a utilizar la mente de acuerdo con el cuerpo. En términos de Taichi, la mente es el comandante y el cuerpo su ejército.

Para utilizar el Taichi durante el alum-bramiento deben ponerse en práctica las ideas de suavidad y relajación men-cionadas incorporándolas a la forma instintiva de responder al parto. El Taichi enseña lo que el recién nacido sabe de forma natural. La resistencia a la fuerza es la armadura que adoptamos para defendernos contra un mundo hostil y,

a menudo, violento. No es fácil hacer nuestra la sabiduría de Lao Zi, según la cual lo suave siempre supera a lo duro. Cuando nos pregunta: «¿Puedes ser como un recién nacido?» La respuesta es que sí se puede ser más suave, más flexible y más resistente, pero requiere tiempo, trabajo y constancia.

El empuje de manos es el ejercicio de Taichi en el que dos compañeros aprenden a empujar y ceder de manera espontánea. Normalmente, cuando una persona recibe un empujón, la reacción más natural es la de oponer resistencia a la fuerza. Anne lo expresaba de esta manera: «Cuando a una persona la

empujan, su impulso es devolver lo que le han arrojado, pero no hacer nada, relajarse y dejarse llevar, supone también realizar una acción. Necesitamos desa-rrollar mayor confianza en nosotros mis-mos, en que no pasa nada porque nos empujen y que podemos ser vulnerables y dejar de controlar». Para ella esta acti-tud desempeña un papel muy importante en los difíciles momentos de un parto, de una transición: «Durante el parto, la mujer siente que debería ser más activa y que si no lo es, está haciendo algo mal. Yo creo que debe confiar en su cuerpo y permitirle que se relaje por completo».

A medida que Anne profundizó en su comprensión y práctica del Taichi fue capaz de aplicar estas ideas a sus propios partos. La experiencia obtenida le dio mayor seguridad en sí misma y le permitió tomar el control durante su tercer y cuarto embarazos.

La segunda parte de este trabajo expone los posibles usos de conceptos como el equi-librio, el enraizamiento y la espontaneidad durante el parto.

Este artículo pertenece a la obra In the Gar-den of My Teachers, Essays and Writings on Taijiquan: 1987-2007. Almond Blossom Press. Jerusalén, 2008.

Traducción: Ángeles Sánchez Caballero Fotografías: Archivo del autor Ilustraciónes: Teresa Rodríguez

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armonía y técnica

EntrEViSta con FayE yiP

Teresa Rodríguez

Faye Yip proviene de una importante familia de artistas marciales. Ha crecido absorbiendo la práctica de distintos estilos de Taiji. En esta entrevista desgrana algunos momentos de su infancia y explica las características principales del estilo Sun de Taijiquan. También señala los motivos por los que es importante conocer en profundidad las técnicas marciales sin descuidar el aspecto de cultivo de la salud.

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Da gusto ver moverse a Faye Yip. Cuando ejecuta las for-mas es muy armoniosa, pre-

cisa y limpia. Marca los acentos en los movimientos con total seguridad y los impregna de una fuerza decidi-da cuando corresponde. Conoce muy bien lo que hace, para ella es algo na-tural que lleva en la sangre y que ha optado por trabajar y disfrutar des-de pequeña. Actualmente reparte su tiempo entre su propio negocio de importación y las clases que impar-te. Parece una mujer abierta, alegre y disponible, y nos recibe con gran atención y amabilidad para contestar a nuestras preguntas.

Para comenzar nos gustaría que nos hablase del estilo Sun, de las razones por las que se creó y del impacto que produjo su aparición dentro del mundo del Taichi.Cuando lees el libro de Sun Lutang, es casi como si emprendieras un viaje de descubrimiento del estilo Sun y también de su práctica, así que puedes entender muy bien de dónde viene. Sun Lutang se inició en el Taiji ya en su madurez, y por entonces era un maestro reconocido de Xingyiquan y Baguazhang. Obviamente, él introdujo en su estudio de la práctica toda su experiencia anterior en las artes marciales, y eso se refleja en el resultado final de su obra, el Taiji estilo Sun.

Él investigó los estilos Wu y Hao, y de ellos tomó, entre otras cosas, la posi-ción alta. Se puede decir que hay dos planteamientos o teorías en cuanto a las posiciones cuando realizamos for-mas. Según la primera, hay que prac-ticar con posturas abiertas y bajas, con una «estructura grande», lo que per-mite desarrollar fuerza y resistencia en la musculatura de las piernas. La segunda defiende que debemos hacer la forma en una posición natural. La postura del estilo Sun es muy práctica, podemos ver que es más alta, que los pasos son cor-tos pero ágiles, y los movimientos tienen una finalidad técnica, pero no sólo desde el punto de vista marcial.

Creo que Sun Lutang fue la pri-mera persona que puso un énfasis muy marcado en el aspecto de salud que tiene el Taiji. Podemos apreciar esto en sus escritos, y tiene que ver con el hecho de haber entrado en contacto con el Taiji a una edad avan-zada, siendo ya un hombre recono-cido en el mundo de las artes mar-ciales. Por eso creo que lo que más le interesaba del Taiji era desarrollar el aspecto de rejuvenecimiento desde el interior utilizando la respiración, la coordinación del cuerpo y de los sen-tidos, y las energías internas. Y pro-bablemente fue la primera persona que formuló por escrito y en detalle el concepto de artes marciales internas,

la idea de que el Xingyi, el Bagua y el Taiji tenían esas cosas en común.

En el contexto tradicional, las artes marciales eran eso, artes de combate, al margen de su valor como ejercicio útil para mantenerse en forma y fortalecer los músculos, articulaciones y huesos. Pero no se consideraba que fuesen un tipo de ejercicio especialmente ade-cuado para personas maduras o con problemas de salud. En realidad, el estilo Yang era entonces muy popular por sus efectos beneficiosos para la salud, y estaba cubriendo las necesidades de la gente de la calle en este sentido.

¿Y cuál fue la reacción en el mundo de las artes marciales cuando se formuló esta capacidad de rejuvenecimiento y de cultivo de la salud del Taiji?Yo diría que tuvo un efecto considera-ble, porque Sun Lutang era un hombre muy respetado. Aunque había millo-nes de personas que practicaban artes marciales, muy pocas habían llegado a dominar su esencia. La mayoría seguía buscando, intentando llegar a ese pun-to. Y Sun Lutang ofrecía unos consejos, unas pautas muy valiosas sobre cómo mejorar, cómo hacerse las preguntas correctas para alcanzar ese objetivo.

La forma del estilo Sun es muy inte-resante, y creo que últimamente se ha popularizado aún más porque a nivel físico no es tan exigente como las de

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otros estilos de Taiji. Las posturas son asequibles para personas que no tienen muy buena forma física. A menudo me encuentro con nuevos alumnos que tie-nen problemas de rodillas o de reuma-tismo, y que no están en condiciones de aprender el estilo Chen, ni siquiera el estilo Yang. En ellos las posiciones son demasiado abiertas y hay que mantenerlas durante mucho tiempo. Ambos tienen una estética muy bonita, pero son muy exigentes para las rodi-llas. Por eso el estilo Sun es una buena alternativa para personas que no están en forma o que sufren problemas por no tener unas piernas y rodillas fuer-

tes, ya que existe una alternancia del peso en las piernas que hace que no se las fuerce en exceso.

Otra característica que ha contri-buido a su popularización es que su forma no es muy larga ni complicada, por lo que resulta asequible incluso para personas bastante mayores, de más de setenta años, que son capaces de memorizar y practicar una secuen-cia fluida, rítmica y estimulante que no carga las piernas. Y sin embargo este estilo no se ha empezado a difundir ampliamente hasta hace muy pocos años. Recuerdo que cuando me vine a vivir a Inglaterra a principios de los

noventa, era muy raro ver exhibiciones de estilo Sun. Creo que fue en 1991 cuando mi padre empezó a enseñarlo en Europa.

¿Vino usted a Europa a raíz de las visitas de su padre?Yo fui a completar mis estudios univer-sitarios a Inglaterra. Había terminado la carrera pero quería hacer estudios de postgrado y mejorar mi inglés. Y más o menos en la misma época fue cuando mi padre empezó a dar semina-rios y cursos en Europa. Le acompañé en los primeros cursos, en 1988-89, y en 1990 me trasladé a Inglaterra para seguir estudiando.

Según nos ha explicado, el Taiji estilo Sun se suele practicar a un ritmo más rápido de lo que se ve habitualmente. En principio eso debería ser otra ventaja para las personas que no tienen unas piernas muy fuertes, porque al pasar de una posición a otra con mayor rapidez las piernas se cargan menos...Bueno, el estilo Sun tiene dos caracte-rísticas fundamentales. Una es el traba-jo de pasos, lo que se llama el «medio paso». Cada vez que avanza el pie adelantado, el atrasado lo sigue. Igual-mente, al retroceder con el pie atrasa-do, el adelantado también retrocede medio paso. Esto se traduce en que

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el peso está cambiando constantemen-te de pierna. Así se crea un ritmo muy característico: paso, medio paso; paso, medio paso. Es lo que se llama en chino «paso ligero», huo bu. Se suele llamar huo bu Taiji, es como un apodo que se le da, porque es una de sus cualidades principales, que es ágil y ligero.

La segunda cualidad más caracte-rística del estilo Sun es el movimiento de las manos. Cada vez que se conec-tan dos posturas se hace con este movi-miento de apertura y cierre, es decir kai he. Por eso otro de los nombres que se da al estilo Sun es kai he Taiji. En China es bastante habitual esto de poner sobrenombres a un estilo, porque es una forma de recordar y tener presentes sus características fundamentales.

Aparte de esto, en la coordinación, la estructura y la filosofía, el estilo Sun sigue los mismos principios que se expresan en los famosos diez puntos esenciales para el Taiji que formuló Yang Chengfu. En eso no hay diferencia: la energía sube a la coronilla, hombros bajos, pecho hun-dido, espalda recta, caderas relajadas, lo sustancial y lo insustancial, todos esos principios son los mismos.

Esa agilidad en los pasos, ¿tiene también una finalidad marcial?Sí, es muy lógico plantear esa cuestión, ya que el estilo Sun recibe la influencia de otras artes marciales, como el Xingyi

y el Bagua, y es muy probable que esta distribución del peso, que es diferente a la de otros estilos de Taiji, proceda de otras disciplinas marciales. Desde lue-go se ve esa influencia en algunas pos-turas que recuerdan mucho al Xingyi, a la postura Santi, por ejemplo. En es-tas posturas, aunque quizá no sean tan «sólidas» como las posiciones bajas y abiertas, se puede avanzar y retro-ceder con mucha rapidez, por lo que hay una mayor agilidad en los movi-mientos. De hecho en los combates de contacto se suelen ver más posiciones altas, con una distribución del peso de 70-30, o incluso 60-40.

De todos modos, yo creo que en ese aspecto el trabajo de formas de los diferentes estilos sirve para prac-ticar el enraizamiento, pero no signi-fica que necesariamente se empleen después esas posturas bajas y abiertas en un combate de contacto. Si puedes trabajar en posiciones bajas y altas, en un combate tienes una mayor ventaja, mientras que si sólo trabajas posiciones altas y no tienes la capacidad de bajar, te puedes ver en apuros en determina-das situaciones, es una debilidad. Por eso, en la práctica de formas se puede trabajar a diferentes alturas.

Ahora viene la pregunta inevitable... Siendo hija de una personalidad como Li Deyin, ¿cómo fue su infancia?

En el estilo Sun la conexión entre dos posturas se realiza con un movimiento de

apertura y cierre.Las posiciones de las piernas

son altas y permiten avanzar y retroceder con mucha rapidez.

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sensibilidad y la inteligencia. ¿A usted le enseñaron igual?Sí, supongo que esa es la tradición fami-liar. (ríe) Y creo que tiene bastante senti-do. Cuando eres pequeña tienes mucha flexibilidad, y el gongfu de Shaolin te pone en muy buena forma, y además es muy bonito, muy divertido, y puedes presumir. (ríe) Recuerdo que cuando iba al colegio los niños me gastaban bromas y se burlaban un poco de mí porque aprendía Wushu y Shaolin, se ponían a hacer gestos como imitando las películas de artes marciales. Y había un niño que quería como ponerme a prueba, ver qué era capaz de hacer. No recuerdo muy bien cómo fue, pero yo salía por la puer-ta y él intentó hacer algo, no de verdad, sino como un amago de ataque o algo así, en plan tonto. Pero aquella vez se pasó un poco, fue demasiado lejos, y no sé, instintivamente pensé, «vale, te voy a enseñar lo que sé hacer». Y entonces lancé una patada, sin tocarle, claro, y le puse el pie junto a la cabeza. Recuerdo que se quedó helado, paralizado, pero lo mejor es que a mí me pasó lo mismo, me quedé igual, bloqueada, sin saber qué hacer. Me sentí mal, tenía la sen-sación de que no debía haberlo hecho, porque normalmente no hacía caso a aquel tipo de bromas. El caso es que me di media vuelta y me fui muy cortada, sin decir nada, pero bueno, aquel niño no se me volvió a acercar. (ríe)

¿Empezó a practicar muy pequeña, qué recuerdos tiene...?Bueno, igual que otros muchos niños, yo me crié oyendo historias de grandes hazañas, de héroes de las artes mar-ciales que volaban, como Spiderman... (ríe) Y si aprendes artes marciales cuan-do eres pequeña es muy divertido, es genial... No es que yo tuviera un interés especial en estudiarlas, pero sí que leía comics e historias de artes marciales y me gustaba poder aprender esas cosas de verdad, era una suerte poder vivirlas en la realidad y no sólo en la fantasía. Para mí aquello no era un sueño, yo realmente vivía rodeada de artistas mar-ciales, y en el momento en que muchos niños se imaginaban lo increíble que se-ría poder estudiar esas cosas, yo tenía la oportunidad de hacerlo. Recuerdo que cuando era pequeña me sentía muy or-gullosa de poder decir, «veis, yo puedo hacerlo de verdad». Cuando tenía seis o siete años mi padre ya se dedicaba a la enseñanza, y empezó a mostrarme algo de gongfu de Shaolin. Era muy divertido aprenderlo, tengo recuerdos muy felices de aquella época.

Cuando entrevistamos a su padre nos contaba que su abuelo le enseñó de pequeño Shaolin para la flexibilidad, en la adolescencia Xingyi para que adquiriera potencia y rapidez, y por último Taiji para desarrollar la

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A veces les ocurre a los profesores varones que alguien quiere poner a prueba sus habilidades marciales. ¿Le ha ocurrido a usted algo parecido como profesora de Taiji?No, la verdad es que a mí no me ha ocurrido. Sólo de pequeña o de joven en el colegio, pero nunca era nada se-rio. Y bueno, toco madera, espero que no me ocurra tampoco en el futuro. No, en general la gente es muy amable y educada y nunca se me ha acercado nadie de una forma agresiva o compe-titiva. Pero en Inglaterra hay un buen número de profesores varones que tie-nen una orientación marcial bastante marcada, que participan en competi-ciones o que forman a alumnos que compiten. En esos casos es más fácil que alguien quiera desafiarte o probar tus habilidades, y bueno, si esa es la orientación que has elegido, de alguna forma es lo que buscas, y no debería sorprenderte o molestarte.

Quizá las mujeres que enseña-mos Taiji presentamos una imagen un poco más pacífica, aunque tampoco se puede generalizar, pero creo que podemos enseñar de una forma un poco más equilibrada, para potenciar la salud y la relajación, aunque tam-bién expliquemos e incorporemos las técnicas a la práctica. Yo pienso que es muy importante comprenderlas y ser capaz de demostrarlas y explicarlas.

Aunque evidentemente no todo el mundo quiere entre-nar las técnicas utilizándo-las de una forma real para empujar, para hacer proyec-ciones, etc. Por eso pienso que es importante enten-derlas, pero no creo que sea esencial practicarlas cons-tantemente. Sin duda para algunas personas el obje-tivo principal es dominar las técnicas, utilizarlas y hacer que funcionen. En cualquier caso es evidente que practi-car empuje de manos y tra-bajar técnicas con un com-pañero te permite dar un paso más, llegar más lejos y profundizar en el Taiji.

Pero insisto, sí estoy convencida de que las técnicas se deben comprender con claridad, porque esa comprensión hace que tu trabajo de formas sea mucho mejor, más completo y pro-fundo, lo que a su vez hace que la cir-culación de energía sea más fluida y más potente y que los beneficios para tu salud sean mayores. Yo soy flexible en cuanto a que mis alumnos practi-quen empuje de manos o trabajen las técnicas por parejas. Creo que eso no es imprescindible para conseguir gran-des beneficios de la práctica del Taiji. Pienso que a veces no es posible para

todo el mundo practicar las ocho fuer-zas, empujar, bloquear, desviar, etc. Si puedes hacerlo y si te interesa, si quie-res invertir tiempo en dominar este aspecto, perfecto, pero eso lo dejo a la elección de cada alumno, siempre que comprenda la mecánica de cada técnica y aprenda a integrarla en la forma.

Esto sí es importante, porque incluso aunque no te interese el aspecto mar-cial, si no comprendes la técnica de cada movimiento, si sólo imitas lo que ves, la coordinación y la alineación del cuerpo pueden ser erróneas, puede que la cadera no esté donde tiene que estar, o que los

hombros no estén bien, o que se bloquee alguna articulación, y eso puede acabar provocando alguna lesión. Estoy conven-cida de que la claridad en las técnicas es esencial, y que es lo que permite poner en práctica los principios del Taiji.

Además de las formas, ¿trabaja algún tipo de ejercicios de Qigong, o de respiración?Sí, normalmente trabajamos una ver-sión del Baduanjin, un poco diferente de la de la Asociación de Qigong de Salud, porque es una de las series más antiguas de Qigong que se conocen.

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¿Y durante la forma practican algún tipo de respiración?La impresión que tengo a partir de mi experiencia, es que especialmente con los principiantes es mejor dejar que la respiración sea natural. Ya tienen mu-chas cosas que recordar. Las posicio-nes, el peso, las manos, ya estan muy ocupados con muchas cosas como para preocuparse por la respiración. Lo único importante es que no dejen de respirar. (ríe) Ya en serio, en esta fase no es importante cuándo se inspira y cuándo se espira. Con los principiantes nosotros hacemos algunos ejercicios de Qigong y de respiración por separado sin movimientos, o bien con movimien-tos sencillos. Así el alumno tiene tiem-po suficiente para respirar sin tener que preocuparse de nada más.

Cuando se está trabajando la forma, lo importante es dedicar toda la atención a las posturas, a la estruc-tura. Cuando las posturas y los movi-mientos son muy fluidos y se conocen bien, entonces se debe empezar a tra-bajar sobre las técnicas. Y cuando se dominan las técnicas, entonces llega un momento en que la respiración se adapta naturalmente a los movimien-tos. Creo que el intento de trabajar sobre la respiración demasiado pronto provoca rigidez en el cuerpo. Así que pienso que la respiración es muy impor-tante, pero según el nivel de práctica

en el que se encuentre el alumno. Utilizar la respiración puede ayudar a perfeccionar la postura y dirigir mejor la energía. Si se trabaja con intención puede ayudar a completar la técnica, a redondearla. Pero como decía, esto tiene que hacerse en el momento ade-cuado. Si se hace demasiado pronto puede crear conflictos.

A veces cuando me preguntan esto utilizo un ejemplo que suele poner mi padre. Cuando ves a un deportista corriendo, o a atletas de alto nivel, ¿les preguntas cómo respiran al correr? Porque cuando el movimiento tiene un propósito, todo el cuerpo se coordina para lograr ese objetivo. En ese caso no tienes que pensar en cómo respiras, la respiración se adapta ella sola al movi-miento. Vas a inspirar y espirar y todo el cuerpo contribuye en ese esfuerzo y ese objetivo. Es como cuando empujas, cuando haces an. Por eso la técnica es tan importante. Te aporta un objetivo en el que concentrarte. Cuando corres tu intención es llegar a la meta.

Sin embargo, los atletas de alto nivel, los atletas olímpicos, si que tra-bajan sobre la respiración. Porque a ese nivel la frecuencia de la respiración, o el ritmo de la respiración, puede supo-ner la diferencia entre una medalla de plata y una de oro. La respiración puede hacerte ganar o perder décimas de segundo. En esos casos posible-

Las técnicas presentes en los

movimientos tienen que

comprenderse con claridad. El

trabajo de formas se vuelve asi

más completo y profundo, y la circulación del Qi se potencia y libera. Eso

beneficia la salud.

mente no basta con respirar de manera espontánea. A eso era a lo que me refe-ría: según la fase de la práctica en la que estás, la respiración tiene un significado y una importancia. En el Taiji es lo mismo.

Al iniciar la forma ¿hacen algún tipo de preparación, de apertura o visualización de algún recorrido interno?Creo que eso es más propio del Qigong. En el Qigong todo es respiración, propó-sito, intención. Desde el principio tienes los sentidos puestos en la respiración, el ritmo, la profundidad de la respira-ción... Para mí esa es la gran diferencia entre Qigong y Taiji. También hay téc-nicas, pero no son del mismo tipo. En Taiji son mucho más prácticas, en reali-dad van dirigidas a lo marcial. Mientras que en el Qigong no hay esa intención de bloquear, o desviar o empujar, en gran medida la intención está puesta en la respiración y en los canales. Desde el principio es muy importante entender la relación entre la respiración y los canales energéticos. Hay características y cuali-dades comunes, pero el objetivo, el fin, es diferente. En Taiji bloqueas y golpeas, desvías y contraatacas. En Qigong no hay esa intención, estás trabajando tu propia energía, observando tu interior. Por eso la relajación no es exactamente igual. Creo que esa es la gran diferencia entre ambas prácticas, el Taiji es un arte marcial y el Qigong no.

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¿Personalmente qué le ha aportado a usted la práctica del Qigong?Empecé a hacer Qigong después que Taiji. En reali-dad empecé con mi madre para echarle una mano. En muchas cosas nos hemos ayudado mutuamente, y esto fue algo así. Empecé a aprender Qigong porque mi madre estuvo muy enferma, tuvo que operarse y tenía problemas de salud, y des-pués de la operación deci-dió empezar a hacer Qigong para acelerar la recupera-ción. Estaba muy débil, no podía hacer Taiji ni nada mí-nimamente exigente, y em-pezó a practicar Liu Zi Jue, los seis sonidos secretos, y yo encontré otro sistema de Qigong que podía ayudarle. Justo entonces, como en los años ochenta, era cuando el Qigong estaba empezando a popularizarse de verdad, se hablaba mucho de la capa-cidades de sanación del Qigong. Así que empecé a hacer Qigong con mi madre, para apoyarla en aquello. Y de repente empezaron a divulgarse gran cantidad de sistemas de Qigong, más antiguos, más modernos, era como la fiebre del Qigong. En fin, a raíz de

aquello le dediqué cierta atención a esta práctica y probé diferentes sis-temas. Al final conservé los que me parecían más útiles, sobre todo las Ba-duanjin, que sigo utilizando con mis grupos de personas mayores, porque son muy beneficiosos para personas que tienen una salud muy delicada, problemas de movilidad, equilibrio, etc. Utilizamos el Qigong en esos casos.

¿Qué cree ud. que puede aportar el Qigong a la práctica del Taiji? ¿Podría contarnos su experiencia personal al respecto?

Yo diría que hay gente a la que le cuesta relajarse practicando Taiji y a ellos es posible que el Qigong les per-mita relajar mejor la mente y el cuerpo cuando después hacen Taiji. Porque el ritmo de vida moderno es muy estre-sante, es una lucha contra el tiempo. A mí me pasa lo mismo, tengo tres hijos pequeños, mi familia, mi trabajo, una página web que mantener, un negocio de importación... Creo que nos pasa lo mismo a todo el mundo. Tenemos que atender demasiadas cosas. Por eso cuando más disfruto es cuando estoy en una clase. Entonces todo se calma, todo lo demás desaparece. Creo que todos necesitamos eso. Vivir sumergi-dos en esa tensión y esa preocupación veinticuatro horas al día, siete días a la semana, es forzar el cuerpo al máximo

todo el tiempo. Por eso hay que hacer algo, Taiji u otra cosa. Pero creo que hay mucha personas para las que la práctica del Taiji es una buena forma de des-conectar de todo eso y centrarse en el cuerpo, en el movimiento. Es un buen remedio para la tensión de estos tiem-pos. Por eso probablemente los ejercicios respiratorios del Qigong pueden ayudar a relajar el cuerpo y la mente y sacar un mayor provecho del Taiji. Antes o des-pués, todo el mundo tiene que encon-trar una forma de desconectar.

Agradecemos al Instituto Deyin España su ayuda para que esta entrevista fuese posible.

Teresa Rodríguez es profesora de Qigong y Taijiquan del estilo Chen. También ejerce como terapeuta de shiatsu y técnicas de movimiento consciente. [email protected]

Traducción del inglés al español: Luis SoldevilaFotografías: Teresa Rodríguez

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Basta con hojear el índice de Levan-tar la mirada para darse cuenta de que, en el marco de lo escrito hasta ahora sobre Tai Chi Chuan, no sólo representa una novedad, sino también un hito: el de intentar otorgar al taichi practicado en Occidente la dignidad que aporta el mirar de frente los grandes desafíos de la época en que vivimos. Para ello, lejos de fundamentarse en los tópicos orien-talistas —como es común en el mundo de esta disciplina—, se propone la ar-dua y honrada tarea de una posible tra-ducción de esta disciplina bajo la óptica de lo contemporáneo. El resultado es un ensayo provocador y polémico pero honrado, lúcido y a la vez abierto, don-

de no falta la poesía y en el que se pro-pone de forma deliberada un ejercicio de reflexión cargado más de preguntas que de respuestas.

Los tres grandes temas en que está organizado el texto (cuerpo, salud y mar-cialidad) están precedidos por un ensayo introductorio que anticipa el horizonte y el tono de esta obra: «Con el tiempo, he llegado a la conclusión de que [no preguntarse por la naturaleza del tai chi chuan] concierne al núcleo de su con-cepción actual…» Una de las caracterís-ticas que define a los administradores de esta práctica es la negación del sentido o la necesidad de la reflexión… Se ha impuesto una actitud «esencialista»…

Situado pues en las antípodas del manual taoísta o de taichi al uso, Juan Gorostidi explora los tres ámbitos pro-puestos desde el exterior, en diálogo con la antropología, la psicología, la filosofía o la historia. Para el primero de ellos, hace una lectura de la historia del cuer-po y su relación con la identidad, antes de hablar sobre deporte, y TCC y traba-jo corporal. Para el segundo, busca pa-ralelismos entre las antiguas medicinas europeas y las orientales, para encarar después temas como Tratar con el dolor y la enfermedad o Las leyes de traduc-ción cuerpo-emoción-mente. La marcia-lidad la encara con Algunas notas sobre guerra y terror en el siglo xxi, Condición

humana y condición marcial y La práctica marcial sin perspectivas de guerra.

Cada uno de estos estudios se com-pletan desde el interior de la práctica, aportando traducciones y criterios apo-yados en su larga experiencia como practicante y docente: La fase de carga y los modelos dinámicos; El diagrama postural; El diseño de la forma o Las tres analogías, son algunos de los más de veinte temas que pueden atrapar al lector, suscitando preguntas, reflexiones o incluso desacuerdos. Cualquier cosa excepto indiferencia.

Marina De Franceschi

librosLEVANTAR LA MIRADA Fundamentos para una práctica contemporáneaJuan gorostidi berrondo

Editorial: La Liebre de Marzo, BarcelonaAño: 2008522 páginasISBN: 978-84-924-7002-017 x 24 cmPrecio: 30€

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librostai chi chuan • nº 18 • verano 2009

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básicas de mano, codo, hombro, cadera,

rodilla, cabeza y pie, y de las principales

posiciones y pasos, así como una expo-

sición del entrenamiento del gongfu de

base necesario para acometer la práctica

de las aplicaciones. Tras esta exposición de

los fundamentos, se describe la forma de

dieciséis posturas con las aplicaciones y va-

riaciones de cada movimiento.

Con todo, como explica en el último

capítulo, que publicamos en este número

en forma de artículo, ni siquiera un sis-

tema de entrenamiento exhaustivo como

el que aquí se describe nos convertirá en

luchadores. Para eso será necesaria una

sólida preparación mental y experiencia

en situaciones de combate real.

Luis Soldevila

[email protected]

eficaces que conocía y las combinó en

una forma de dieciséis posturas dirigida

a aportar al alumno el repertorio técni-

co necesario para resolver con éxito un

enfrentamiento. Pero siendo consciente

de que un recetario de técnicas no es su-

ficiente, emprendió la redacción de este

libro, dirigido a guiarnos en la ardua em-

presa de llevar a la práctica el contenido

marcial de las artes internas.

Una primera parte se dedica a los

principios básicos. En este apartado se

exponen las diferentes teorías sobre los

orígenes y la historia del Xingyi, el Taiji

y el Bagua, y se analizan en detalle los

principios y, lo que es menos habitual,

los métodos de entrenamiento tradicio-

nales de estas tres artes.

En los siguientes capítulos el lector en-

contrará una descripción de las técnicas

Recientemente tuve la oportunidad

de conocer en persona a Lu Shengli, un

respetado experto en el estilo Wu del

norte y miembro destacado de la Aso-

ciación de Taijiquan estilo Wu de Pekín.

Tratándose de un aventajado discípulo

del famoso Wang Peisheng, esperaba en-

contrarme a un curtido luchador. Desde

luego, el caballero de rasgos tranquilos

y gestos suaves que me presentaron no

lo parecía, pero como él mismo dice en

su libro, «cuando te encuentres con un

hombre de manos suaves, desconfía».

Lu Shengli recibió de sus maestros

una extensa y profunda formación en ar-

tes internas, pero además es un estudioso

y un investigador incansable, y tiene una

vasta experiencia de combate a las espal-

das. A partir de estos conocimientos teó-

ricos y prácticos, reunió las técnicas más

TÉCNICAS DE COMBATEde Taiji, Xingyi y Bagua

Lu shengLiEditorial: Paidotribo, Badalona21 x 27,5 cm.305 páginasPrecio: 35€

ISBN: 978-84-8019-170-8

Ciencia, Tao y arte del combateFLavio danieLe

Editorial: Shinden Ediciones, BarcelonaPáginas: 137Precio: 16,80€

Año: 2008ISBN: 9788496894105

El equilibrio energético a través del taoMantak Chia

Editorial: Neo Person, MadridPáginas: 252Precio: 15,00€

Año: 2008ISBN: 9788495973443

Tai Chi Chuan: Decoding the Classics for the Modern Martial Artistdan doCherty

Editorial: Crowood Press Páginas: 142Precio: 14.99£Año: 2009ISBN: 3781847970848

El Chi. Energía de vida FranCisCo PeriCás áLvarez Editorial: Ediciones Tao, Madrid

Páginas: 213Precio: 20,00€

Año: 2009 ISBN: 9788493408091

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Parecía que no iba a llegar nunca, pero bien está lo que bien acaba, así que me congratulo por fin en presentaros la pá-gina web de mi escuela de Tai Ji Quan, Liu He o Seis Armo-nías, también traducido como Seis Puertas o Seis Entradas, en referencia a las diferentes aproximaciones a través de las cuáles podemos acercarnos a los estilos internos de artes marciales chinas.

La característica fundamental de nuestra escuela es el reconocimiento, investigación, análisis y práctica de los prin-cipios esenciales comunes a todos los estilos de Tai Ji Quan, e incluso en general de todas las artes internas. En base a esos principios no trabajamos un estilo de Tai Ji Quan en particular, sino que desarrollamos el tronco común a todos

ellos, sin perder de vista por supuesto las características que marcan la diferencia entre un estilo u otro (círculos más gran-des, más pequeños, fuerza espiral, distintos enfoques de combate, etc.). De hecho los integrantes de nuestro grupo procedemos de diferentes escuelas (Chen, Yang, Wu) u otros sistemas como el Wing Chun.

Nuestra práctica se desarrolla en Madrid, desde donde re-cibimos el sistema a través de las visitas periódicas que nos hace nuestro profesor, Daniel Azcárate, desde su lugar de residencia habitual en Houston (Texas). Daniel ha recibido el sistema Liu He como lo estamos recibiendo nosotros, de maestro a discípulo. Fue escogido como sucesor por el Dr. Luk Choi Wa, quien lo ha estado entrenando desde hace más de 25 años.

La esencia deL Tai Ji Quan, La escueLa de Las seis armoníashttp://seisarmonias.netau.net/

Estilo: Tai Ji Quan, Xing Yi Quan, Ba Gua ZhangIdioma: Castellano

Raúl Fernández [email protected]

Internet

Ah, de nuevo el Verano (en el Hemisferio Norte), el potente Solsticio, el Litha pagano, en el que el Sol, nuestro Padre, Atum, Ra, Amón, se encuen-tra en su punto álgido y desde ahí nos ofrece sus dones, la luz , el calor, la vida. «Salve, Khepera, en tu salida. Salve, Heru-Khuti Khepera, creador de tu propia manifestación» (Nota: Fragmento de la Adoración solar matutina de la Aurum Solis).

Y de esta manera, subidos en tu barca solar, te acompañamos, y proseguimos nuestro camino, que se detiene en primer lugar en Sevilla, donde nos encontramos la página de «Qigong, Tuina y Taijiquan en Sevilla», que, a través de clases, cur-sos y terapias intentan acercar el Chi Kung de la Libertad Cósmica y otras Artes a la capital hispalen-se. De allí saltamos a Barcelona, al Centro Ceitai,

fundado en el año 2000 por Kazuko Onkai, en el que, mediante numerosas actividades, se transmi-ten diferentes estilos de Tai Ji Quan (Yang, Chen, Wudang), Caligrafía e Idioma Japonés, Qi Gong y Kung Fu.

Nos acercamos ahora a la capital del Reino y nos detenemos en la «Asociación de Tai Chi Chuan del Henares», cuyo objetivo principal consiste en la difusión del arte del Taijiquan en el corredor del He-nares y Madrid. Videos, artículos, cursos, es lo que encontraremos en su página. Para finalizar, la rama española del Instituto de Artes Marciales Filosóficas Bodhidharma, en el que estuve entrenando yo mis-mo hace unos años, especializados en Nei Kung, Tai Ji Quan y Aikido, haciendo especial hincapié en los aspectos filosóficos de estas Artes.

escueLas y asociaciones españoLas (iV)Qigong, Tuina y Taijiquan en Sevilla http://www.taichikungsevilla.com/

Centro CEITAI de Taichi chuan, Chi Kung y terapias tradicionales chinas de Barcelonahttp://www.ceitai.com/

Asociación de Tai Chi Chuan del Henares http://taichichuanhenares.spaces.live.com/

Instituto de Artes Marciales Filosóficas Bodhidharmahttp://www.institutobodhidharma-es.org/

Estilo: TodosIdioma: Castellano

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Internet

Llegamos ya al final de ésta vuestra sección favorita pero antes de irnos queríamos aca-bar presentándoos una de las artes marciales incluídas en el marco de las denominadas «in-ternas», no muy conocida hace años, aunque en la actualidad se ha difundido bastante al-rededor del globo; nos referimos al Yi Quan (también conocido como Da Cheng Quan).

Wang Xiangzhai aprendió Xing Yi Quan en su juventud con Guo Yunshen, tras lo cual se dedicó a viajar por China y conocer y aprender con varios Maestros de artes marcia-

les, sistemas, estilos, etc, como el Tai Ji Quan, Fujian He Quan, Ba Gua Zhang, etc. Durante dicho período se dio cuenta de que se esta-ba cometiendo un error de base en general, y se le otorgaba una importancia excesiva al aprendizaje y práctica de la forma externa, perdiendo de vista la verdadera fuente del po-der interno.

Por esta razón realizó un trabajo de in-vestigación y análisis que culminó con la creación del Yi Quan, boxeo de la mente o de la intención, caracterizado por carecer de formas específicas o movimientos o técnicas predeterminadas. Al contrario, el énfasis re-side en la búsquedad del núcleo del poder interno dentro de uno mismo y su desarrollo en el silencio y la ausencia de movimiento; no por nada se les llama a los practicantes de este estilo «Los guerreros de la quietud». Sirvan las páginas web que hemos seleccionado para acercaros un poco más a estas interesantes artes.

yi Quan, Los Guerreros de La QuieTud

The Yi Chuan Kung Fu Pageshttp://www.yichuankungfu.com/frpage.htm

Yiquan UK web-sitehttp://www.yiquan.org.uk/

Association Yi Quan Yvelineshttp://www.yiquan78.org/

Dachengquan Yiquanhttp://yiquan.chinamartialarts.net/

Estilo: Yi QuanIdioma: Inglés, Francés

internet

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En este caluroso verano, la página del carabanchelero José Rodríguez nos llega como un chorro de agua fresca, presentándonos una serie de propuestas tanto tradicionales como innovadoras, como podréis comprobar si hacéis una visita a su web. José, autor de varios libros y manuales prácticos, nos propone el sistema Aqua Chi, de actividades en el medio acuático. Dicho sistema, desarrollado por él mismo, combina diferentes técnicas de Aquagym, water-pilates, chi kung, movimientos de danza acuática, masaje acuático, etc.

Por otro lado, en el proyecto Tao-dance se fusionan la danza, las artes marciales y el movimiento terápeutico con base en

la filosofía Taoista de los elementos y la naturaleza, expresados a través de la danza de los 5 elementos, el Wu Shu Dance, la danza de la energía en movimiento y el empleo de armas tradicionales de artes marciales.

Por supuesto no descuidan la práctica y difusión de nuestras artes internas favoritas, con un especial hincapié en el Tai Ji Quan y sobre todo en el Qi Gong, en palabras del propio José, «piedra angular donde se asienta mi trabajo, tanto por su inmensa sabiduría y su abierta y flexible filosofía (taoísta), como por la amplitud de sus técnicas que abarcan desde el trabajo corporal, energético, al plano mental y espiritual.»

Taodance, La fusión de Las arTes

Taodancehttp://www.tao-dance.com/

Estilo: Tai Ji Quan, Qi Gong, Wu Shu.Idioma: Castellano.

internet

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tai chi chuan • nº 18 • verano 2009

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Ba duan jin (Pa tuan chin). Ocho piezas de un brocado de seda. Esta cono-cida forma de Qigong se compone de ocho ejercicios que trabajan sobre es-tiramientos para fortalecer músculos, tendones y todo el sistema de órganos internos y meridianos. Se los describe por primera vez en el Xiu Zhen Shi Shu (Diez tratados sobre la restauración de la vitalidad original), del siglo VIII d.C. Muchos autores atribuyen el origen de esta forma al general Yue Fei de la dinastía Song, quien compuso los ejer-cicios a partir del Yi Jin Jing (Clásico de la transformación de los tendones) de Bodhidharma.

Bagua zhang (Pakua chang). Palma de los ocho trigramas. Arte marcial in-terno de claras raíces taoístas. Su crea-ción se atribuye a Dong Haichuan. Su particularidad más evidente es su des-plazamiento circular (se camina sim-bólicamente sobre los ocho trigramas del Yijing), los golpes con la palma y la posición espiral de todo el cuerpo durante las acciones.

Chen, estilo. Según las teorías dominan-tes, el estilo más antiguo de Taijiquan,

basado en la investigación de Chen Wangting (c.1600-1680) que desa-rrolló un arte marcial inspirado en di-ferentes estilos de lucha. Fue creado en la aldea de Chenjiagou, distrito de Wen, provincia de Henan. Sus carac-terísticas principales son el estudio ex-haustivo de la energía de enrollar seda (Chan si jin), un trabajo de posiciones riguroso y la unión de movimientos lentos y rápidos en armonía.

Cheng Man Ching, estilo. Se da este nom-bre a la adaptación del estilo Yang que realizó este célebre discípulo de Yang Chengfu.

Dantian (Tan t`ien, Tantien). Campo del elixir alquímico (o Campo de ci-nabrio). Según la alquimia taoísta se considera que en el cuerpo humano la energía se acumula y filtra en tres cen-tros vitales mayores, llamados dantian. De acuerdo con la tradición alquímica china, la energía vital va transmután-dose y purificándose a medida que va pasando por estos «campos». En ge-neral, cuando en Taijiquan hablamos de dantian, nos referimos al situado en el vientre (inferior o medio, depen-diendo de las escuelas).

Dao de jing (Tao te ching). Clásico del Dao y el De. Este clásico filosófico se atri-buye a Lao Zi, en el siglo III o IV a.C. Se considera una de las tres obras capitales de la filosofía taoísta, y es la más críptica de todas. En ella se describe el significa-do de fundirse con el Tao y llenarse con el hálito indiferenciado del orígen.

Fa li. En Yi Quan, emisión de fuerza ex-plosiva. A diferencia de otras artes marciales, la fuerza se emite en seis direcciones a la vez: arriba, abajo, de-lante, detrás, izquierda, derecha. Esta habilidad es el resultado de la práctica de Zhan Zhuang y Shi Li.

Empuje de manos (ver Tui shou)

Forma, también llamada a veces rutina o secuencia. Serie de movimientos en-cadenados con un significado marcial en la que se integran todos los prin-cipios del Taijiquan uniéndolos en un movimiento continuo. En ocasiones el término «formas» se utiliza para refe-rirse a los movimientos por separado y no al completo de la serie (por ejem-plo, «Taijiquan de 48 formas»).

Gongfu (Kungfu). Técnica llevada a la maestría gracias al tiempo y el esfuer-zo. Alto nivel de habilidad en un cam-po concreto. No define genéricamente a las artes marciales.

Hao, estilo (ver Wu / Hao, estilo)

Jian (Chien). Espada recta. Una de las cua-tro armas principales del wushu, junto con el sable, el palo largo y la lanza.

Michuan (ver Yangjia Michuan, estilo)

Ocho Fuerzas (Ba fa). Son las ocho accio-nes básicas del Taijiquan (Peng, Lü, Ji, An, Cai, Lie, Zhou y Kao), relacionadas con los Ocho Trigramas del Libro de los Cambios (Yi Jing). Representan dife-rentes maneras de dirigir y manifestar la fuerza interna (jin). En las técnicas de Taijiquan suelen aplicarse combina-das, y rara vez se presentan aisladas.

Qi (Chi). Energía vital, relacionada tanto con el aire que respiramos como con los principios inmediatos de la ali-mentación. También puede significar «aliento» y simplemente «aire».

Qigong (Ch`i Kung, Chi Kung). Tipo de ejercicios cuyo objetivo es fomentar la calidad del Qi de la persona. Se cono-cen más de mil sistemas diferentes, y se suelen englobar en cinco escuelas principales: confuciana, taoísta, budis-ta, marcial y terapéutica, aunque las combinaciones entre ellas son innu-merables.

Qin Na (Chin Na). Técnicas de agarre, luxa-ción y bloqueo de articulaciones.

Santi shi. Postura base del entrenamiento de Xingyiquan.

Shen. Uno de los Tres Tesoros. Puede tra-ducirse como «mente» o «espíritu» y representa la energía espiritual y psí-quica, la consciencia, la parte divina del ser, de naturaleza esencialmente luminosa. Es yang y se mueve de ma-nera ascendente como el fuego. Se almacena en el dantian superior y es la luz de los ojos. En términos occidenta-les, podría considerarse como la ener-gía del sistema nervioso. Fluye por los Ocho Meridianos Curiosos.

GlosarioEste glosario es elaborado por la redacción y colaboradores de TAI CHI CHUAN, y los caracteres chinos tradicionales y simplificados aparecen gracias a la colaboraciónde Eduardo Escudero. En esta sección se incluyen sólo los términos que aparecenen cada número, pero el glosario completo se encuentra a vuestra disposición en:http://www.taichichuan.com.es/glosario

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Yen Nien. Este estilo otorga una gran importancia al tui shou y las aplicacio-nes marciales.

Yi. Intención. Parte de la psique relaciona-da con el pensamiento y la intención, así como con la facultad de imaginar. En Taijiquan, el Yi es el auténtico direc-tor de las acciones. Su entrenamiento es esencial, ya que será el que dirija la energía en una dirección correcta. El proverbio «Donde va la mente, va el Qi; donde va el Qi, va la fuerza» ejem-plifica el uso correcto del Yi. En me-

dicina tradicional china, las funciones normales del Yi se relacionan con un libre flujo de energía en el bazo.

Zhan zhuang (Chan Chuang). Clavarse como un poste. Es el principal traba-jo estático del Taijiquan, consistente en permanecer en una postura fija (por ejemplo, la de «abrazar el árbol») duran-te un tiempo determinado para desarro-llar cualidades como relajación (song), resistencia y fortaleza física, paciencia, respiración, sensación de peng, control de los ejes corporales, etc.

que las manos trazan círculos peque-ños y compactos. Por lo general, cada mano se mueve en su propio lado, sin cruzar el eje central. El estilo muestra muy claramente la dualidad «apertu-ra-cierre» (Kai he) a lo largo de toda la forma. El estilo fue popularizado por Li Yiyu (1832-1892) y Hao Weizhen (1849-1920).

Xingyi Quan (Hsing I Ch`uan). Boxeo de la forma y la intención. Arte marcial interno basado en la aplicación de la teoría de los Cinco Elementos y las téc-nicas de imitación de los Doce Anima-les. Se practica con mucha potencia, pero no se basa en la fuerza muscular, sino en el uso explosivo de la fuerza interna (jin). En combate, su objetivo es destruir completamente la guardia del adversario atacando su línea cen-tral con avances y golpes directos, muy potentes, y usando todo el cuerpo al atacar.

Yang, estilo. Fue desarrollado por Yang Luchan (1799-1872), quien según la tradición pasó 18 años aprendiendo Taijiquan en Chenjiagou (los últimos seis directamente con Chen Chanxing) para más tarde transformarlo, escon-diendo ciertas características «explo-sivas» del estilo Chen dentro de una apariencia de suavidad. Por sus carac-terísticas es posiblemente el estilo más difundido y practicado en el mundo. A partir de él se han creado varias sub-escuelas, como la de Cheng Man Ching (Zhen Manqing), el estilo Tung (Dong) y otros.

Yangjia Michuan, estilo. Según la tradi-ción es el estilo secreto de la familia Yang transmitido por Yang Luchan a su hijo Yang Chienhou. Su máximo re-presentante en la actualidad es Wang

Tui shou (T`ui Shou). Empuje de manos. Es un tipo de entrenamiento esencial en Taijiquan y otras artes marciales internas que se practica entre dos personas. Su objetivo es desarrollar cualidades como la escucha, la adhe-rencia, la suavidad, la fuerza de peng, la sensibilidad, etc. Es un trabajo que permite poner a prueba el avance en la práctica al tiempo que prepara al prac-ticante para aplicar los principios del Taiji al combate. Existen las variedades de una y dos manos, con pies fijos y con desplazamientos, en secuencias preestablecidas o libre.

Wu wei. Principio de la «no acción» en el sentido de no forzar, de seguir la co-rriente del Tao.

Wu, estilo. Rama del Taijiquan creada por Wu Jianquan (1870-1942), quien se basó en arte que le legó su padre, el guardia imperial de origen manchú Quan You, alumno de Yang Luchan. Su composición técnica es muy pare-cida al estilo de Yang Chengfu, aun-que muestra una ligera inclinación del tronco hacia delante en algunas posturas, así como un trabajo general con círculos más pequeños. También incluye una forma rápida (Kuai jia). Al emigrar Wu Jianquan a Shanghai, el otro discípulo principal de Quan You, Wang Maozhai, quedó como cabeza del que sería denominado «estilo Wu del Norte». No confundir con el estilo Wu / Hao.

Wu / Hao, estilo. Estilo de Taijiquan desa-rrollado por Wu Yuxiang (1812-1880), quien fue alumno de Yang Luchan (estilo Yang) y Chen Qingping (estilo Chen). Contiene técnicas muy cerra-das, con pasos altos y cortos, en las

Shi Li. Es la aplicación del Zhan Zhuang al movimiento. Practicándolo se desarro-lla la capacidad para movilizar todo el potencial energético acumulado con el Zhan Zhuang en una actividad marcial.

Sun, estilo. Estilo de Taijiquan creado por Sun Lutang (1861-1932) a partir de su experiencia en el estilo Wu/Hao, que aprendió de Hao Weizhen, y sus co-nocimientos de Xingyi quan y Bagua zhang. Es un estilo cerrado, con postu-ras estrechas y desplazamientos ligeros y vivos, de gran eficacia en el combate.

Tai Chi Chuan (ver Taijiquan)

Taijiquan (T`ai Chi Ch`üan, Tai Chi Chuan). Arte marcial chino inspirado en el diagrama del Taiji (Polaridad Suprema). Es el más popular de los denominados «estilos internos» (Nei jia) del conjunto del Wushu chino. Su teoría comprende la tradición marcial, la filosofía china, la energética taoísta y los fundamentos de la medicina tradicional china. Entre sus características técnicas podemos citar el énfasis que pone en el control del adversario mediante movimientos de la cintura y la cadera, la adherencia y el uso de diferentes fuerzas (jin). En la actualidad el término comprende tanto el arte marcial tradicional como el ejercicio para la salud y el deporte de competición basados en él.

Ting jin (T`ing chin). Fuerza de escucha. En Tuishou es la capacidad de percibir los movimientos del cuerpo entero del compañero a través del punto de con-tacto que mantenemos con él. Bien desarrollada, permite adivinar la inten-ción del otro antes de que se concrete en un movimiento, pudiendo anticipar su ataque.

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glosariotai chi chuan • nº 18 • verano 2009

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