¿qué crisis, qué regulación?

18
Icaria Editorial ¿Qué crisis, qué regulación? Author(s): Antonio Antón Source: Mientras Tanto, No. 108/109 (otoño-invierno 2008), pp. 65-81 Published by: Icaria Editorial Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27821314 . Accessed: 25/11/2013 12:06 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Icaria Editorial is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Mientras Tanto. http://www.jstor.org This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

Upload: antonio-anton

Post on 19-Dec-2016

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ¿Qué crisis, qué regulación?

Icaria Editorial

¿Qué crisis, qué regulación?Author(s): Antonio AntónSource: Mientras Tanto, No. 108/109 (otoño-invierno 2008), pp. 65-81Published by: Icaria EditorialStable URL: http://www.jstor.org/stable/27821314 .

Accessed: 25/11/2013 12:06

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at .http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp

.JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range ofcontent in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new formsof scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected].

.

Icaria Editorial is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Mientras Tanto.

http://www.jstor.org

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 2: ¿Qué crisis, qué regulación?

?Qu? crisis, qu? regulaci?n?

Antonio Ant?n

La avaricia, o el deseo de ganar, es una pasi?n universal que

opera en todas las ?pocas, en todos los lugares y sobre todas las personas.

Hume, 17401

Caracter?sticas de la crisis econ?mica

La actual crisis econ?mica tiene dos planos diferentes: mundial y estatal. Ambos est?n entrelazados y hay ?mbitos intermedios ?europeos? y locales.

As?, la crisis en Espa?a presenta unos rasgos particulares.2 Aqu? se analiza la crisis en el plano mundial, en la que confluyen, a su vez, varias din?micas

y crisis espec?ficas, que se pueden englobar en tres procesos.

Primero, es una crisis, sobre todo, financiera: explosi?n de la ?burbuja? es

peculativa basada en las hipotecas basura del mercado inmobiliario. Su efec

1. Comentario del fil?sofo empirista brit?nico tras la primera gran ?burbuja? especulativa de la

historia que explot? en 1720. La Compa??a de los Mares del Sur, de Londres, que ten?a el monopo lio del comercio con Am?rica lleg? a multiplicar por diez su valor y luego se hundi?, al igual que otras compa??as similares en Par?s y Amsterdam (crisis de los tulipanes). Sus directivos acabaron en la c?rcel y la compa??a nacionalizada. 2. Espa?a es una econom?a ?intermedia? con relativa fragilidad: importante d?ficit exterior, depen dencia de financiaci?n externa, modelo de crecimiento con poca productividad y basado en mano de obra barata, crisis inmobiliaria. La expresi?n m?s significativa de la crisis y el indicador principal es el aumento del paro, con la posibilidad de llegar a m?s del 15% -m?s de tres millones-. Ello se a?ade a la persistencia de la precariedad laboral y a la configuraci?n de una nueva segmentaci?n por abajo, con especial repercusi?n en los inmigrantes. Por otro lado, se mantiene el d?ficit del

65

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 3: ¿Qué crisis, qué regulación?

to directo es la p?rdida de valor de los t?tulos sobre hipotecas basura de EEUU

y, por tanto, de sus propietarios -grandes fondos de inversi?n, clases altas y fondos ?soberanos?- en todo el mundo. En un proceso de ?financiarizaci?n? de la econom?a con desregulaci?n de los mercados de capitales, se ha produ cido un agotamiento del desplazamiento de la riqueza desde la econom?a real hacia la pir?mide financiera. Desaparecen los ?incentivos? y aparecen los

?riesgos?. Ello ha provocado la retirada de capitales ?no su eliminaci?n?, la ca?da de la confianza en el mercado financiero sin expectativas de grandes beneficios y el temor a p?rdidas en diferentes niveles de ?inversores?

?aunque con ganancias de otros. La consecuencia es la ausencia de ?liqui dez? en el sistema financiero, con la dificultad para desarrollar su funci?n de intermediaci?n y financiaci?n de la econom?a ?real? ?empresas y particula res?, y sin la garant?a de poder devolver los dep?sitos y ?obligaciones?. Otros aspectos centrales que confluyen son la crisis energ?tica y alimentaria, con el incremento de precios y la correspondiente transferencia de capitales hacia los pa?ses productores. A todo ello se a?aden las tensiones inflacionis tas y el incremento de los tipos de inter?s, con el retraimiento del consumo.

Segundo, es una crisis en la econom?a ?real?. Existe estancamiento en el Norte, con recesi?n en algunos pa?ses, y crecimiento ?menor? en pa?ses emergentes ?China, India, Brasil?, junto con mayor empobrecimiento en

pa?ses del Sur sin materias primas. Seg?n el FMI esas tendencias pueden empeorar en el pr?ximo a?o 2009, afectando al incremento del paro en el Norte. Ello puede suponer, en pa?ses como Espa?a, una reestructuraci?n pro ductiva con mayor desempleo ?m?s all? de la construcci?n?, presiones so bre los costes laborales y mayor flexibilidad, segmentaci?n y precariedad del mercado de trabajo. Al mismo tiempo, se abre una tendencia, todav?a conte nida, hacia la reafirmaci?n de la contenci?n del gasto social, en particular del sistema de pensiones, y la reestructuraci?n del Estado de Bienestar. No obstante, en los pa?ses europeos, los efectos sobre el mercado de trabajo pue den ser algo desiguales. Las reformas y pol?ticas sociolaborales van a depen der del grado de legitimidad alcanzado por las ?lites pol?ticas y agentes so

ciales, los problemas de cohesi?n social y los conflictos sociales generados. Los cambios y las pol?ticas adoptadas respecto de las condiciones sociales y de empleo de la mayor?a de la sociedad, son claves para definir las conse cuencias de esta crisis: en qu? medida se pueden conformar nuevas desigual dades y desequilibrios sociales, qu? tipo de sociedad se est? configurando, cu?l es el horizonte de su salida.

gasto social y la diferencia con la U.E., con una pol?tica de contenci?n presupuestaria al mismo

tiempo que con exigencias en la financiaci?n auton?mica y municipal. (Ver El Gobierno ante la crisis, en P?gina Abierta n? 196, octubre de 2008).

66

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 4: ¿Qué crisis, qué regulación?

Tercero, la actual crisis econ?mica expresa el fin del ciclo ultraliberal de los ?ltimos veinte a?os ?tras la ca?da del Muro en 1989 y la crisis de 1991/93?, y el comienzo de un cambio de la hegemon?a estadouniden se: de su pol?tica monetarista y desreguladora, de su modelo econ?mico de endeudamiento a costa de terceros, de su prepotencia y unilateralidad en

pol?tica exterior.3 Supone una readecuaci?n de los poderes y relaciones eco n?micos y de los equilibrios ?geoestrat?gicos? a medio plazo. Paralelamente, existe una p?rdida de credibilidad del discurso neoliberal del fundamen talismo de mercado ?desregulaci?n y no al intervencionismo del Estado?, junto con una reorientaci?n de las pol?ticas econ?micas hacia cierto intervencionismo estatal y de los organismos internacionales, con mayor

multilateralismo para dar cabida al peso creciente de otros poderes regiona les ?emergentes?. La nueva ?pol?tica? se basa en componentes de liberalis

mo ?social? y est? lejos de poder considerarse ?keynesiana? o socialista, o bien de ser un quiebro total de las actuales pol?ticas liberales. Ese nuevo modelo de ?econom?a social de mercado?4 necesita una nueva legitimaci?n en la sociedad, ante la incertidumbre que ha generado el fiindamentalismo de ?mercado?.5 Se ha superado la oposici?n de los sectores m?s conserva dores a la intervenci?n estatal, y la ausencia de ?sta no soluciona los pro blemas de los m?s desfavorecidos. La cuesti?n se centra en qu? tipo de intervenci?n y su excepcionalidad o duraci?n. Se abre una pugna cultural entre las distintas fuerzas sociales y los diversos modelos sociolaborales sobre el sentido y alcance de la regulaci?n econ?mica y la garant?a de segu ridad y bienestar de la sociedad. Relacionado con todo ello est? la influen cia en el ritmo y orientaci?n de la construcci?n de la Uni?n Europea, de su unidad pol?tica y, sobre todo, en la configuraci?n del llamado ?modelo so cial europeo?.

3. En el plano estrat?gico el objetivo neocon de la Administraci?n republicana era neutralizar el ?arco de la crisis? de Marruecos a Indonesia, fortalecer la hegemon?a estadounidense en Asia y el

mundo, as? como controlar la producci?n de petr?leo y materias primas. Con la intervenci?n en

Afganist?n y la guerra de Irak, con una inversi?n de un bill?n de d?lares, adem?s del objetivo oficial de combatir el terrorismo isl?mico, se pretend?a avanzar en otros fines: contener a Rusia y China, neutralizar a Ir?n y apoyar a sus aliados, por un lado, Israel, Arabia Saudita y Turqu?a y,

por otro lado, Pakist?n e India, todo ello dejando en una posici?n subordinada a la U.E. y Jap?n. Ese plan ha demostrado ser voluntarista y no ha tenido los logros esperados y, junto con la crisis

econ?mica, marca tambi?n el lento declive de la hegemon?a norteamericana y, especialmente, de su

legitimidad mundial, en un mundo m?s complejo y multipolar. 4. Se han empezado a formular varias expresiones, pero no es acertado hablar de ?capitalismo de

Estado? o ?capitalismo de rostro humano?, utilizados para definir el Estado keynesiano de bienes

tar. Aqu? se utiliza esta expresi?n ya que el mercado sigue siendo clave y lo nuevo se pretende te?ir de sensibilidad ?social?. 5. ?La fiebre por reducir el papel del Estado no funciona? (Rodr?guez Zapatero); ?Ninguna institu ci?n financiera debe escapar a la supervisi?n, ni siquiera los hedge funds? (Nicol?s Sarkozy). Ambos

el d?a 16/10/2008 en la cumbre europea de los Veintisiete.

67

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 5: ¿Qué crisis, qué regulación?

En definitiva, es una crisis econ?mica profunda que expresa varias din?mi cas: cuestiona algunos de los cimientos y principios neoliberales, dominantes estas d?cadas; genera una nueva segmentaci?n de ganadores y, sobre todo, de

perdedores; expresa el cambio hacia un nuevo equilibrio de los poderes mun

diales; exige mayor regulaci?n de la econom?a y, especialmente, del mercado de capitales, y necesita el incremento de la credibilidad de las ?lites pol?ticas enfrentadas a opciones que garanticen la seguridad y bienestar de la socie dad. Institucionalmente, ya se reconoce su gravedad y extensi?n aunque, en sentido contrario, no alcance al cuestionamiento radical de los pilares del sistema capitalista o la l?gica de la econom?a de mercado, o bien la primac?a de la econom?a norteamericana en un mundo m?s multipolar.6 Esta crisis dura desde el verano del a?o 2007, todav?a no ha tocado fondo en su vertien te financiera y, sobre todo, respecto de la econom?a real, y los c?lculos m?s realistas indican que la salida ser? lenta y su consistencia no se producir? hasta bien avanzado el a?o 2010.7 En este tiempo se establecer?n reajustes econ?micos, en los mercados de trabajo y los sistemas jie protecci?n social, nuevos equilibrios de poder mundial, distintas desigualdades sociales, con flictos sociales y pugna por diferentes opciones y respuestas. Y, particular

mente, una mayor y mejor regulaci?n del sistema financiero. De todo ello

depender? el tipo de salida a la crisis y la conformaci?n de un nuevo ciclo.

Seguidamente se analizan las caracter?sticas de la crisis financiera, los pla nes de rescate y los discursos asociados.

La burbuja financiera y su explosi?n

El sistema de generaci?n de ?burbujas? es el veh?culo utilizado para conse

guir una gran transferencia de rentas hacia los ?inversores financieros?. Se trata de un ?calentamiento? o elevaci?n artificial del valor financiero de un bien m?s all? de su valor ?real? ?seg?n la ratio con los beneficios realiza dos o estimados. Con la expectativa de esa revalorizaci?n se atraen nuevos

capitales hasta que llega a un nivel ?desproporcionado? respecto de su valor

6. Esta crisis se ha comparado con la del a?o 1929. En el plano financiero presenta aspectos simi lares pero, de momento, los efectos sobre la econom?a real son menos profundos y es muy diferente el contexto mundial. En aquella crisis los importantes efectos productivos se produjeron a los meses

y a?os siguientes, hasta 1932, donde se lleg? a una recesi?n econ?mica del 30% con un nivel

generalizado de paro. Esa crisis e inestabilidad de entre las dos guerras mundiales acab? con el ?liberalismo econ?mico? del siglo XIX y se sali? de ella con el keynesianismo de posguerra y el nuevo Estado de Bienestar europeo, junto con la hegemon?a estadounidense y la consolidaci?n del

bloque sovi?tico. 7. Es la opini?n, entre otros, de Krugman ?El Pa?s, 10/08/2008?, reci?n nombrado Premio Nobel de Econom?a 2008.

68

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 6: ¿Qué crisis, qué regulación?

real. La ?financiarizaei?n? de la econom?a productiva est? ligada a las ex

pectativas de negocio y beneficio que genera esos determinados bienes. Tras la burbuja de las nuevas tecnolog?as ?punto.com? que se desinfla en 2001, el flujo de capitales ?circulantes? se dirige al mercado inmobiliario.

Pero la burbuja, tras un extraordinario crecimiento, explota. El rendimiento y las expectativas de gran beneficio empiezan a caer, se hace evidente el

riesgo, y los inversores m?s avispados comienzan a retirar capital a sitios seguros ?deuda p?blica, oro, efectivo en para?sos fiscales... El proceso de ca?da del valor financiero es r?pido y acumulativo.

La burbuja actual se ha generado por las inversiones millonarias en todo el

planeta que se asentaban sobre la d?bil base de las hipotecas basura o

?subprime?, que son pr?stamos concedidos a personas sin suficiente solven cia econ?mica para comprar casas sobrevaloradas, e incluso por encima de su valor de tasaci?n.

Esa deuda, troceada y empaquetada con otros activos, supuestamente para diversificar el riesgo que conllevaba y en la pr?ctica para difuminarlo y es

conderlo, ha sido vendida en todo el mundo a trav?s del sistema financiero con el gancho de la obtenci?n de altos beneficios. No obstante, la calidad y garant?a de esa deuda se apoyan en la ?confianza? en las tres partes del

proceso: capacidad de devoluci?n del pr?stamo por parte del comprador de esa vivienda; incremento del valor de la propiedad en cuesti?n, y solvencia de la entidad financiera, que ha empaquetado ese producto derivado, para responder si llegan los impagos y las p?rdidas.

Este sistema rompe con la cl?sica ley de oferta y demanda: cuando un bien aumenta su precio los compradores disminuyen y la demanda baja. En este caso cuando un bien aumenta el precio atrae a m?s compradores con la ex

pectativa de su revalorizaci?n: aunque hoy compro caro, mariana habr? aumentado su precio y vender? con m?s beneficios. Es una ?oportunidad de negocio?... hasta que la tendencia cambia, y el componente de ?posi ci?n de riesgo? se convierte en el principal.

La burbuja ?tecnol?gica? de 2001, al estar basada en los valores burs?tiles de las nuevas compa??as inform?ticas y de telecomunicaciones, hab?a afectado a los inversores que, m?s o menos conscientemente, hab?an invertido en bolsa su excedente de capital asumiendo riesgos sobre sus ahorros. Esta burbuja ?inmobiliaria? tiene un car?cter especialmente antisocial. La revalorizaci?n de los precios de la vivienda perjudica a las personas que tienen que comprar ese bien por ?necesidad? que son mayoritariamente j?venes y de clases me

dia-baja y baja. El incremento del valor de las viviendas y las hipotecas ha

69

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 7: ¿Qué crisis, qué regulación?

perjudicado a una base social m?s amplia, de status m?s bajo y con un bien

imprescindible. Ello ha generado una disminuci?n de su capacidad adquisiti va en otras esferas, menor calidad de vida y bienestar, y mayor dependencia de la c?pula financiera y especulativa.

El proceso de creaci?n y explosi?n de la burbuja financiera es el siguiente. El

primer paso consiste en una inversi?n masiva y ascendente de capital, con la

expectativa de su r?pida y fuerte revalorizaci?n. Ello provoca un aumento

desproporcionado ?respecto de su valor real- del precio de la vivienda que permite sobre-valorar el capital invertido y sus intereses. Al mismo tiempo, ante ese continuado ascenso del precio se conceden masivamente cr?ditos

hipotecarios, con la presi?n de las ganancias de la intermediaci?n de firmas

hipotecarias y bancarias y de los altos rendimientos para sus ejecutivos. Y se ofrecen con la garant?a de devoluci?n de la deuda basada en la continuidad de un crecimiento continuado de los precios inmobiliarios.

El segundo paso es el empaquetamiento de esas hipotecas, su ?titulizaci?n? y su venta en el mercado de capitales mundial bajo el gancho de una importante remuneraci?n de intereses. Corresponde con un riesgo superior al de la deuda

p?blica pero, por parte de las agencias de calificaci?n y las instituciones finan

cieras, no se clarifican sus altos riesgos, especialmente en la fase final ascenden te. Este proceso se ve potenciado por la desregulaci?n del mercado financiero y el desarrollo de las agencias hipotecarias y los bancos de inversi?n -aprobado por la adrninistraci?n dem?crata en 1999, pero acelerado en 2001 con Bush-. Estos bancos est?n separados de la banca comercial y tienen pr?cticas generalizadas de

?apalancamiento? ?compra de valores financieros con pr?stamos? y operacio nes de derivados, futuros, etc. sin capital real, con comisi?n por negocio y con la

garant?a supuesta de la revalorizaci?n de la vivienda para hacer frente al pago de su deuda y sus obligaciones.

El tercer acto empieza con la disminuci?n de la ?demanda solvente?, de la

capacidad de compra de los ciudadanos. Se produce un incremento del stock de la vivienda, el ajuste de su precio al valor real y, sobre todo, la bajada del valor de los t?tulos hipotecarios que se agotan como fuente de revalori zaci?n. La capacidad adquisitiva para comprar a esos precios elevados se termina. Se ha llegado a la c?spide de la pir?mide y culmina el proceso especulativo de la econom?a de ?casino?: absorber dinero de unos hacia otros o de abajo-arriba, sin crear ?valor?. La econom?a real, los ciudada nos, deben dedicar un nuevo periodo de actividad productiva y laboral a crear nuevo valor. Ya no hay suficiente capital ?reflejo de la econom?a real y de los bienes de la poblaci?n? que pueda ir de nuevo al circuito

especulativo y continuar con su desplazamiento hacia la c?pula financiera. Se han privatizado muchos ?beneficios? y se ha conseguido una ?absor

70

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 8: ¿Qué crisis, qué regulación?

ci?n? ?transferencia? de capital hacia un grupo de inversores afortuna dos, que compraron barato en el comienzo de la l?nea ascendente.

Pero la burbuja ha tocado techo y empieza a explotar, el instrumento no genera valor ya que no hay suficiente capital para seguir absorbiendo: una parte ya no

puede pagar la hipoteca; las hipotecas son superiores al precio del inmueble, luego a los individuos no les merece la pena pagar y les es m?s barato devolver las llaves y someterse al embargo. Comienza la fase descendente. Los fondos de inversi?n e instituciones financieras, propietarios de t?tulos basados en hipotecas basura, reflejan un capital superior al de sus garant?as en bienes

?viviendas. Los grandes inversores ?con menores expectativas de beneficios?

empiezan a retirar su capital de los t?tulos sobre hipotecas ?basura?. Ante la realidad del impago y, sobre todo, del riesgo de su generalizaci?n, el valor de esa ?titulizaci?n? de las hipotecas cae. Los inversionistas m?s avispados ?incluidos fondos soberanos de pa?ses de la OPEP-Oriente Medio y de China, construidos

por su super?vit comercial? empiezan a retirar ?capitab>, y ese dinero lo meten en la hucha ?efectivo, oro...? o en deuda p?blica, aunque parte vuelve a la econom?a real o a otros fondos especulativos o de ?riesgo?. As?, se genera una reducci?n de ?liquidez?: la parte m?s aventajada de los ?inversores? ante la

expectativa de p?rdidas ha retirado su capital. Son fondos y bancos con disponi bilidad de capital que no prestan al no tener confianza en su devoluci?n o por la necesidad de su utilizaci?n propia m?s adelante.

La falta de liquidez

Existen ?responsables? o causantes de la falta de liquidez monetaria y de esa

?descapitalizaci?n? imprescindibles para un ?endeudamiento normal?. La cuesti?n no es que no haya capital. Sigue existiendo el mismo ?dinero? que antes, pero sus poseedores ?privados? lo han retra?do del mercado de capita les, para asegurarlo en sitios seguros ante los ?riesgos de p?rdidas?, en par ticular, en los bonos de deuda p?blica con garant?a estatal, que ahora se am

pl?an con el plan de rescate. As?, los inversores y el sistema financiero transfieren la responsabilidad al Estado de la garant?a de esos pr?stamos con

riesgos de impago o minoraci?n.

La actual inyecci?n de ?liquidez? resuelve parcialmente el ?estrangulamien to? de la financiaci?n ?normal? necesaria para la ?econom?a real?. No obs tante, antes de la crisis hab?a un ?exceso? de financiaci?n y liquidez ?reti rada coyunturalmente por los inversores hacia otros sitios ?seguros??, y ahora se inyecta m?s dinero en la econom?a. Pero cuando el mercado de

capitales est? normalizado y otra vez haya expectativas de ping?es benefi cios, se a?adir? el dinero aparcado ahora en renta fija. El resultado global

71

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 9: ¿Qué crisis, qué regulación?

ser? un extraordinario aumento de liquidez o mayor proporci?n de capital respecto del valor de la econom?a real, seg?n producci?n y beneficios. Pasado este temporal de desconfianza existe el peligro de aumentar la inflaci?n y la

posibilidad de generar otra nueva burbuja, en base a otro ?instrumento?

piramidal, y si no se acota el sistema, vuelta a empezar.8 Por consiguiente, es crucial c?mo se conforma el proceso anunciado, para dentro de cinco a?os, de retirada de dinero p?blico, c?mo se vende o privatiza la propiedad p?blica y qu? beneficios o p?rdidas se producen para las finanzas p?blicas.

Por tanto, el origen de la crisis no es la falta de liquidez aunque sea una

expresi?n de la misma. Esta dificultad es evidente, puede tener consecuen cias graves para financiar la econom?a real y hay que resolverla. Ese proble ma es consecuencia de la ?retirada? de dinero de fondos privados ante el

riesgo de p?rdidas. Esa retirada se considera ?l?gica? y no hay instrumentos de regulaci?n para evitarla o de exigencia de responsabilidades al movimien to especulativo del capital vol?til. Una parte vistosa es la huida del capital de esos grandes bancos y aseguradoras en proceso de quiebra por parte de sus accionistas m?s espabilados. En resumen, la causa de la falta de liquidez es la huida del capital privado de la propiedad de unos bienes ?t?tulos sobre

hipotecas basura? que se desvalorizan por una disminuci?n de sus altos

beneficios, sus p?rdidas progresivas o el miedo a que se produzcan. Y no va a volver mientras no tenga ?confianza? en volver a ganar sin riesgos.

Qui?n gana y qui?n pierde

Estos a?os, con la l?nea ascendente de la burbuja, se han hecho muy ricos muchos grandes inversores, y se han generado expectativas de enriquecimiento para la mayor?a de inversionistas. Al estallar, en esta etapa de crisis, los efectos de p?rdidas se han fragmentado. Una parte de ellos han salido airosos

por no estar tan implicados en la posesi?n de t?tulos sobre hipotecas basura. Otra parte s?lo ha reducido sus grandes ganancias, en t?rminos comparati

8. La propuesta de ?subir? los tipos de inter?s para disminuir el cr?dito es contraproducente y afectar?a a la econom?a real, ya que generar?a mayores dificultades para la reactivaci?n de la econo m?a real y el pago de intereses hipotecarios. La respuesta no es encarecer el dinero, sino regular los mercados financieros para evitar la utilizaci?n de dinero barato y abundante de forma especulativa. Hasta ahora s?lo se ha aprobado la medida de prohibir las ?posiciones cortas? o apuesta especula tiva por la bajada de un valor, incluso sin propiedad y con endeudamiento. A esa regulaci?n o

prohibici?n habr?a que a?adir el incremento de la presi?n fiscal al movimiento y ganancias de capi tal, incluidos una tasa Tobin y el cierre de los 37 para?sos fiscales. En este aspecto todav?a se

mantiene la tendencia contraria: liberalizar de fiscalidad al mercado de capitales y mantenerla o

aumentarla a la econom?a real y, sobre todo, al trabajo y al consumo.

72

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 10: ¿Qué crisis, qué regulación?

vos: hab?an comprado muy barato y todav?a han vendido al comienzo de la l?nea descendente por un valor superior. As?, grandes accionistas e inversores han ido saliendo del proceso de hundimiento del valor de esos t?tulos basura, antes de llegar a la quiebra de los grandes bancos ?nacionalizados? o vendi dos. La parte m?s da?ada es la que ha asumido m?s riesgos y con m?s

?apalancamiento? o endeudamiento. Hab?an comprado caro al final de la l?nea ascendente, con la experiencia del crecimiento de las expectativas de beneficios. Lejos del aterrizaje suave que oficialmente se vaticinaba ?idea

que ha servido para evitar la adaptaci?n de la mayor?a ?ingenua y confia da??, se ha producido un descenso brusco y r?pido de su valor y se han visto atrapados con p?rdidas masivas. Mientras tanto, los grandes ejecutivos financieros han seguido la estrategia de ganar su seguridad a trav?s de una distribuci?n mundial ?ama?ada? del riesgo y las posibles p?rdidas, aunque a la hora de hacer frente a sus responsabilidades han salido huidos ?o con

despidos millonarios?, y s?lo unos pocos se han arruinado.

En definitiva, en este proceso de creaci?n y explosi?n de la burbuja se ha

producido una gran transferencia de capital desde la mayor?a de la poblaci?n hipotecada estos a?os, obligada a hacer frente a la financiaci?n de su vivien da con unos precios desproporcionados.9 Son los aut?nticos perdedores de la formaci?n de la burbuja. Ahora con la explosi?n se sienten enga?ados ya que lo que han comprado ?frente a la expectativa de su revalorizaci?n? vale

muchos menos de lo que tienen que ir pagando y transfiriendo al sistema financiero. Pero resulta que de todo el plan de rescate no hay medidas signi ficativas para aliviar su situaci?n. Se les deja la alternativa de seguir hacien do un sobreesfuerzo financiero, con el agravante de sentir la transferencia de fondos a los especuladores, o dejarse embargar empeorando sus condiciones materiales. As?, apenas salen beneficiados por los planes de rescate que s?lo hacen alusi?n a pr?rrogas de los desahucios.10

Los segundos perdedores son los ?propietarios? de los t?tulos sobre las hipotecas basura, que las han comprado a trav?s del sistema financiero como fondos de inversi?n de forma opaca. Son, sobre todo, de clase alta y media-alta,11 part?cipes

9.. El incremento del precio de la vivienda ha sido especialmente fuerte en EE UU, Reino Unido y Espa?a. 10. Algunos economistas prestigiosos como Krugman ?El Pa?s, 19/10/2008? apuntan en esa direc ci?n de apoyar a los perdedores m?s directos, los que han comprado una vivienda a precios desorbitados

y gravosas hipotecas, con una reestructuraci?n y reducci?n de sus deudas para poderlas pagar. 11. En EE UU el 20% de la poblaci?n, las clases alta y medio-alta, posee el 80% del capital. Aparte del sistema financiero, el rescate se centra en ellas, no en las gen?ricas clases medias. El ahorro y la inversi?n es mucho menor entre las clases medias-bajas y bajas, y a?n as?, con una distribuci?n nor

mal, al 80% de la poblaci?n s?lo le afectar?a el 20% de la desvalorizaci?n de esa inversi?n.

73

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 11: ¿Qué crisis, qué regulación?

de fondos de inversion y fondos privados de pensiones ?que est?n provocando la reducci?n de la pensi?n, que en EEUU es privada, a millones de pensionistas.

Adem?s, se encuentran otros fondos ?soberanos? ?China y pa?ses petrol?feros? y los accionistas de los propios bancos de inversi?n que ten?an obligaciones de

pago. No saben el nivel de contaminaci?n o ?toxicidad? de los t?tulos que han

comprado. La reacci?n es desprenderse de ellos cuanto antes. La cuesti?n es que ahora ya no hay compradores a no ser que se admita una gran desvalorizaci?n y p?rdida. Los nuevos fondos de riesgo, con la liquidez existente, siguen compran do bienes a precio de ganga y, por tanto, transfiriendo una parte de los benefi cios adqmndos o del capital invertido a otros inversores ?tiburones o buitres.

Aqu?, es cuando aparece la intervenci?n del Gobierno de EEUU con dos com

ponentes. El primero, la inyecci?n de fondos directos ?agencias hipoteca rias y aseguradora AIG? y el apoyo a la reconversi?n de los bancos de in versi?n. El segundo, el llamado plan de rescate de 700.000 millones de d?lares -medio bill?n de euros- para la compra de los ?cr?ditos t?xicos? de las hipo tecas basura, a cambio de dinero para los bancos. En un nivel m?s secunda rio est?n los a?adidos para su aprobaci?n, primero por el senado y despu?s por el Congreso de EEUU: elevar la garant?a de los dep?sitos de los clientes en los bancos, poner topes a las altas indemnizaciones de los directivos, pa liar algo los procesos de desahucio y comprar acciones de bancos.

El objetivo oficial es facilitar la ?liquidez? pero, sobre todo, el plan estado unidense trata de reducir las p?rdidas de los propietarios de los cr?ditos t?xi cos: los grandes fondos e inversores y, en mucho menor medida, a las clases altas propietarias de t?tulos de inversi?n contaminados. Con esa medida se vuelven a transferir el coste y las p?rdidas de la desvalorizaci?n financiera al

conjunto de la ciudadan?a norteamericana. El factor clave es el precio de la

compra de esos productos y el grado de control y por qui?n. Como se ha

se?alado, la causa de la falta de liquidez es la huida del dinero de los merca dos de capitales que presagiaban p?rdidas. Al ofrecer la ?socializaci?n de sus

p?rdidas? ese capital saneado volver? al mercado de capitales, coexistiendo un tiempo con la aportaci?n p?blica. Se producir? un exceso de dinero circu

lante, de liquidez, con tendencias inflacionistas y la posibilidad de una nueva

burbuja. Se supone que ese capital privado volver? a comprar a medio plazo esos activos saneados de riesgos. Si no el Estado se ver? obligado a mante nerlos o bajar los precios de venta con mayores p?rdidas.

Causas de la crisis y discursos

La causa de la crisis financiera es la b?squeda y realizaci?n del m?ximo beneficio ?tasa de ganancia? por parte de ?inversores? en un contexto de

74

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 12: ¿Qué crisis, qué regulación?

?financiarizaci?n? de la econom?a y exceso de ?liquidez?.12 Se han dado dos condiciones. Primera, bajos tipos de inter?s y alta disponibilidad de dinero, que favorecen la utilizaci?n del endeudamiento masivo ?el llamado ?apalan camiento?? del sector financiero y los inversores. La segunda condici?n es

que para conseguir un ?alto rendimiento? se desregula el mercado de capita les, y se permite la especulaci?n a trav?s de nuevos instrumentos financieros

?bancos y fondos de inversi?n, t?tulos ?derivados? sobre activos de alto ries

go? y la creaci?n de ?burbujas?.

Por tanto, la burbuja financiera tiene algo que ver con el exceso de liquidez anterior y los bajos tipos de inter?s, pero estos elementos no son la causa

principal de su creaci?n y posterior explosi?n. Su origen se ha debido a la

?disponibilidad de mucho dinero barato? por parte del sistema financiero, pero sobre todo, a que ha sido utilizado para el ?endeudamiento masivo espe culativo y sin control?. Son los ?excesos? que ahora se aducen y antes se encubr?an.

La causa de fondo de la crisis es la aplicaci?n de las ideas centrales, desde

Smith, de la racionalidad econ?mica liberal: el inter?s propio ?el ego?smo individual, la avaricia? es la base del crecimiento econ?mico y la prosperi dad p?blica; la interferencia del Estado genera ?riesgo moral?, ineficiencia y es el problema, y el mercado se autorregula y es la soluci?n. Es la base del discurso neoliberal contra el papel regulador del Estado que ahora ha queda do en evidencia. Esta idea ultraliberal de la ?autorregulaci?n del mercado?, particularmente, del mercado de capitales con todas sus ?ltimas ?innovacio nes? financieras, dominante en los ?ltimos veinte a?os, ha perdido su credi bilidad. Esa versi?n fundamentalista del liberalismo que cuestionaba cual

quier intervencionismo del Estado en la econom?a ha quedado completamente desacreditada.

Sin embargo, hay que recordar que la experiencia hist?rica del capitalismo est? ligada a la coordinaci?n de mercado y Estado.13 En las tres d?cadas

?gloriosas? ?1945/75? de keynesianismo se mantuvo un especial equili brio, con un papel importante del Estado en la regulaci?n econ?mica, la ac tividad productiva y la gesti?n de servicios p?blicos y las garant?as laborales y sociales. En los a?os ochenta se produce un cambio profundo hacia el para

12. El capital financiero es diez veces mayor que el valor de la econom?a real, en un contexto de

tipos bajos de inter?s, promovidos tras el ll-S-2001 y la explosi?n de la anterior burbuja tecnol?gi ca para evitar la recesi?n y reactivar la econom?a y que se prolongaron. 13. Smith, en el siglo XVIII, adem?s del papel clave de la ?mano invisible de las leyes del merca

do?, admit?a la intervenci?n estatal para tareas b?sicas de infraestructuras y seguridad.

75

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 13: ¿Qué crisis, qué regulación?

digma neoliberal contra el papel regulador del Estado, aunque hay que dife renciarlo de las pol?ticas pr?cticas.14

Por tanto, m?s all? de ciertos fundamentalismos doctrinarios y de legitima ci?n de nuevas pol?ticas restrictivas, la desregulaci?n econ?mica desde los a?os ochenta ha consistido, principalmente, en la liberaliz?ci?n del sistema financiero con desregulaci?n del mercado de capitales ?menos del comercio de mercanc?as. Ese tipo de globalizaci?n ?financiera? ha tenido un compo nente instrumental: beneficiar a los ?inversores financieros? e incrementar su hegemon?a en las relaciones econ?micas internacionales. Ello supon?a de

jar en una posici?n subordinada a la ?econom?a real?, a los grupos y pa?ses menos poderosos, y generar el nuevo riesgo social de otros perdedores en la distribuci?n mundial de la riqueza.

La intervenci?n del Estado, oficialmente, era considerada buena si estaba subordinada a la acumulaci?n privada de capital, a favorecer el papel domi nante del mercado, y si era funcional con la seguridad global y los cambios

geoestrat?gicos para consolidar los grupos de poder mundiales y su control econ?mico y de materias primas.

Con esta crisis se ha desacreditado el fundamentalismo liberal de la autosufi ciencia del mercado y la ineficiencia y corrupci?n del Estado. Se ha eviden ciado la incompetencia y el fraude de gran parte del sistema ?junto con la

incapacidad y la colaboraci?n de las agencias supervisoras y de calificaci?n y los mecanismos de autorregulaci?n. El fallo no s?lo es del mercado, en t?r

minos abstractos, sino sobre todo del entramado institucional articulado des de los a?os ochenta que ha dirigido la econom?a, junto con la distribuci?n

desigual del poder organiz?ci?n?l de las ?lites de las grandes corporaciones e instituciones financieras y supervisoras.

No obstante, seg?n los l?deres europeos y estadounidenses, se pretende acotar el giro intervencionista que se define como ?limitado y temporal?. Se trata de que el Estado ayude al mercado ?sistema financiero? y lo sanee para que siga cumpliendo su papel dinamizador cuando se vuelva a la ?normali dad?. Veamos los planes de salvamento.

14. As?, el propio Presidente Reagan utiliz? el Estado ?con su guerra de las galaxias? para el

impulso de la innovaci?n tecnol?gica ?telecomunicaciones e inform?tica. Se trataba de una res

puesta geoestrat?gica, en los a?os ochenta, para salir de la crisis econ?mica de los a?os setenta y

ganar al bloque sovi?tico en proceso de ?estancamiento?.

76

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 14: ¿Qué crisis, qué regulación?

Los planes de rescate ?qu? regulaci?n?

Esta parte analiza el tipo de intervenci?n, para qu? y a qui?n favorece. Los

planes de rescate se han justificado de forma gen?rica ?salvar el conjunto del sistema, la econom?a o el sistema financiero? y haciendo hincapi? en su

principales beneficiarios ?clases medias, depositantes, inversores. Por otra

parte, se ha utilizaci?n el ?miedo? ?plan o caos? para conseguir la adhe si?n de la poblaci?n a determinado plan de rescate o vencer sus recelos a

partes del mismo.

El plan brit?nico se ha constituido en la referencia principal. Propuesto por el laborista Brown y apoyado por el partido conservador, consiste en ?capita lizan) los cuatro grandes bancos a trav?s de la compra de sus acciones. El Estado se convierte en propietario, siendo mayoritario en alg?n caso y, final mente, ejerciendo los ?derechos de voto? y el control directo. Otras medidas

para asegurar la ?liquidez? son la garant?a de los dep?sitos bancarios, un aval a los pr?stamos interbancarios y la disposici?n a quedarse con activos de mala calidad. El plan es temporal, hasta fin de 2009, aunque los avales lle

gan hasta cinco a?os. El total de capital utilizado es de m?s de medio bill?n de euros,15 del cual para adquirir acciones de bancos son unos 62.000 millo nes de euros. El posible coste estimado como pasivo exigible al contribuyente del Reino Unido al final del plan podr?a alcanzar los 124.000 millones de euros (el 6% del PIB).

EE UU ya llevaba gastado medio bill?n de euros en paliar la primera parte de la crisis financiera, sobre todo, con la nacionalizaci?n de las dos grandes agencias hipotecarias y la compa??a de seguros AIG. La segunda parte de su

plan de ?rescate? ?con apoyo republicano y dem?crata?, es de otro medio bill?n de euros. Inicialmente, se pretend?a utilizarlo para adquirir activos t?xicos y no contemplaba la participaci?n estatal en el capital de los bancos, pero despu?s del plan brit?nico dedica a ello m?s de 130.000 millones de euros, aunque como ?recapitalizaci?n? transitoria y renunciando al control bancario. Adem?s, incluye una deducci?n de impuestos de cerca de 100.000 millones de euros.

El plan europeo de los quince pa?ses de la Eurozona ?12/10/2008?, calcu lado en unos 2,5 billones de euros, sigue los criterios del Gobierno brit?nico, al igual que despu?s las decisiones de los Veintisiete ?16/10/2008. En el caso espa?ol, el Gobierno no prev? la compra de acciones bancarias, dada la

15. No obstante, la aportaci?n del Estado la puede contabilizar fuera de su balance oficial, para que no aparezca como ?deuda p?blica? sino como un pr?stamo puntual.

77

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 15: ¿Qué crisis, qué regulación?

relativa solvencia de su sistema financiero, ni la compra de activos t?xicos, por la peque?a exposici?n a los t?tulos de hipotecas basura. Su plan, b?sica mente, consiste en garantizar la ?liquidez? financiera con pr?stamos y avales a Bancos y Cajas de Ahorro de hasta 100.000 millones de euros y por cinco a?os. Adem?s, se abre una l?nea de cr?dito directa de hasta 50.000 millones de euros, para la compra de activos ?buenos? de las entidades financieras. Tambi?n mantiene la posibilidad de adquirir acciones de entidades para re forzar los recursos propios y recapitalizar a los bancos que puedan necesitarlo en un futuro.

Los tres tipos de medidas fundamentales aprobadas en los planes de ?resca te? son: 1) comprar activos ?t?xicos?, es decir, ?nacionalizar? los mayores riesgos y p?rdidas financieras; 2) prestar dinero o avalar directamente al sis tema financiero para que ?ste siga prestando; 3) ?recapitalizar? o comprar acciones de bancos ?con o sin control? y nacionalizar instituciones finan cieras y de seguros insolventes.

Todas estas medidas significan una inyecci?n de dinero al sistema financiero y se amparan en el objetivo de garantizar su ?liquidez?, ya que si no afecta r?a a todo el sistema y producir?a una mayor recesi?n de la econom?a real. Tras esa finalidad, el volumen relativo de cada uno de esos mecanismos indi ca otros objetivos fundamentales. Intentan pasar m?s desapercibidos, pero tienen un distinto papel respecto de dos elementos clave: grado de nacionali zaci?n de las p?rdidas ?y tipo de rescate y para qui?n?, y profundidad del control del sistema bancario y la regulaci?n del mercado de capitales. El peso de cada una de las tres medidas ha ido variando. Del ?nfasis inicial del pri mero en el plan de Bush y dada la oposici?n de la ciudadan?a norteamerica na, se ha pasado, seg?n el plan brit?nico de Brown, al segundo y, finalmente, al tercero.

Veamos algunos aspectos problem?ticos. Respecto del punto 1), se trata de facilitar liquidez, asumiendo p?rdidas y riesgos de los bancos, es decir, se

pretende socializar las p?rdidas de los grandes inversores a trav?s del cambio de ?dinero por basura?.16 Con el punto 2) se facilita liquidez prestando avales y garant?as a los bancos con la contrapartida de activos ?buenos?; los proble mas aqu? son cubrir bien el riesgo de su devoluci?n, el precio del pr?stamo y el control de su utilizaci?n para impulsar la reactivaci?n econ?mica. En rela ci?n con el punto 3) aparecen las reticencias ideol?gicas neoliberales y la

16. Es una expresi?n afortunada utilizada en EE UU por Stiglitz, Premio Nobel de Econom?a en

2001, uno de los economistas m?s cr?ticos, junto con Krugman, con el plan de rescate inicial y m?s

exigentes de una mayor regulaci?n del mercado de capitales.

78

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 16: ¿Qué crisis, qué regulación?

defensa de los privilegios de los actuales propietarios y ejecutivos a que se

ejerza un control estatal, o bien que ?ste sea leve y corto; ?ste deber?a ser

transparente, profundo y duradero, para garantizar el saneamiento, la exi

gencia de responsabilidades y resituar la nueva funci?n y el nuevo marco

regulatorio del sistema.17

Ahora bien, todo el plan de rescate es transitorio y el balance global se deber? hacer evaluando la ?ltima fase: el proceso contrario de retirada del dinero p? blico y entrada de nuevo del capital privado. Es decir, los planes intervencionistas son temporales y conllevan una etapa de nueva ?privatizaci?n? del sistema financiero. El tema sin definir es a qu? precio se vuelve a ?vender? esa nueva

propiedad p?blica, o lo que es lo mismo, a qu? precio van a ?comprar? los inversores privados esas acciones y activos, y qu? cantidad de activos t?xicos y p?rdidas definitivos se socializan, porque no hay comprador privado o preten de comprar muy barato.18 Adem?s, aparecen nuevos riesgos: el aumento de dinero circulante ?p?blico y privado? puede generar y hacer m?s atractiva una mayor inflaci?n y puede ser la base de una nueva espiral financiera, y el incremento de deuda p?blica aumenta el tipo y el volumen de los intereses.

Aparte queda la dificultad para inversiones en otros menesteres como fortale cer directamente la econom?a real o ampliar el gasto social.

La configuraci?n concreta de los planes de salvamento no es inevitable, y la evoluci?n de la aprobaci?n y desarrollo del plan estadounidense refleja que puede haber planes y planes. Est?n condicionados por el conflicto de intere ses entre dos partes fundamentales a la hora de dar respuesta a la crisis. Por un lado, el bloque dominante, causante de la crisis: grandes inversores, siste ma financiero y una clase pol?tica responsable de la falta de regulaci?n. De ben soltar lastre y recomponer unas medidas que consigan credibilidad en la

poblaci?n. Por otro lado, los sectores m?s afectados: hipotecados, clases me dias propietarias de t?tulos basura, jubilados, desempleados y ciudadan?a en

general. Est?n en una posici?n subordinada y defensiva, pero exigen no pa gar ellos el desastre, cuestionan la legitimidad de los gestores y pol?ticas anteriores y reclaman m?s regulaci?n y seguridad econ?mica.

17. Sarkozy, el d?a 25/9/2008 declaraba que "Una determinada idea de globalizaci?n est? tocando fondo con el final de un capitalismo financiero que impuso su l?gica sobre toda la econom?a?,

abogando por lo que llama, aunque no explica, un ?capitalismo ?tico?. 18. S?lo el Gobierno brit?nico aclara que la cuarta parte del medio bill?n de euros aportados se

puede transformar en p?rdidas definitivas a asumir por el Estado. El resto de pa?ses europeos, inclu

yendo el Gobierno de Zapatero, consideran que el coste definitivo ser? nulo para el contribuyente, declaraci?n que incluso ellos mismos toman con escepticismo. As?, por ejemplo, el propio Banco Mundial explica que en las crisis bancarias de las ?ltimas cuatro d?cadas los Estados han tenido

que asumir p?rdidas del 10% del PIB.

79

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 17: ¿Qué crisis, qué regulación?

Un resultado claro es que la propiedad p?blica ha tenido que garantizar la

liquidez que no ha proporcionado el sistema financiero. Pero con ese pretex to tambi?n ha tenido que ?comprar? unos bienes que los ?inversores priva dos? se han desprendido por su ?desvalorizaci?n? y han perdido su utilidad

para ampliar el valor del capital invertido o garantizar unos altos intereses a sus propietarios. El Estado ha sido quien ha frenado la contaminaci?n de la crisis financiera a la econom?a real y ha reconducido, parcialmente, el siste ma financiero. No obstante, un asunto clave es c?mo queda la redistribuci?n de la riqueza, c?mo se reparten los riesgos, p?rdidas y responsabilidades, qui?n sale mejor ?rescatado?,19 y qu? medidas se toman para que no se vuel van a repetir las dos fases de la burbuja.

De momento, se sigue aplicando el mismo criterio de fondo: el mercado debe ser el motor de la econom?a, los ?incentivos? privados son la clave para la recuperaci?n financiera y econ?mica. Las medidas no son una ?na cionalizaci?n? de tipo keynesiano o socialdem?crata cl?sica, donde se des tacaba el papel positivo de lo p?blico en la orientaci?n y recuperaci?n eco n?micas y no s?lo ante las crisis y las p?rdidas. El sistema financiero debe tener liquidez y funcionar, cuesti?n obvia de inter?s general, pero la cues ti?n central se vuelve a plantear en cu?nta nacionalizaci?n de p?rdidas directas ?activos t?xicos? o riesgos indirectos ?avales prestados? con trae el Estado para que el sistema financiero vuelva a ?funcionar? y propor cione nuevas ganancias privadas, base oficial para estimular un nuevo cre cimiento. Desde esa ?ptica el Estado no interviene para estimular directamente la econom?a real sino que esa responsabilidad sigue recayendo en el merca

do, en las empresas actuales, y la intervenci?n estatal en el sistema finan ciero es para restituir sus posibilidades de financiaci?n.20 La pol?tica mone tarista ya no es suficiente para reactivar la econom?a, pero esa posici?n excluye planes presupuestarios expansivos, con la correspondiente reforma fiscal progresiva, para aumentar directamente la demanda de bienes, crear m?s empleo, potenciar el sector p?blico de la econom?a y mejorar los servi cios p?blicos y la protecci?n social. Esa opci?n ser?a fundamental para con trarrestar la profundidad de la recesi?n en marcha y sus efectos sobre la

19. El candidato presidencial Obama insiste, para diferenciarse de los republicanos que aparecen como rescatadores de los ?bancos?, en que su objetivo es un rescate para ?las clases medias? norte americanas. 20. Ello no es obst?culo para el apoyo estatal para la reconversi?n o nacionalizaci?n de p?rdidas de determinadas empresas o sectores estrat?gicos en situaci?n de crisis, como ahora el sector del auto m?vil estadounidense o aqu?, en los a?os ochenta, la reconversi?n industrial. En ese sentido el ?intervencionismo? ha sido instrumental respecto de la finalidad de la ?maximizaci?n? de benefi cios privados, mediados por el ?salvamento? de la econom?a.

80

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions

Page 18: ¿Qué crisis, qué regulación?

econom?a real, pero no parece que est? contemplada por los l?deres pol?ti cos mundiales.21

En definitiva, se han movido algunos cimientos del sistema capitalista de mercado, se van a introducir algunos mecanismos regulatorios en el mercado de capitales, se pretende conformar otro paradigma sobre la ?econom?a so cial de mercado?, se abre un nuevo reequilibrio internacional, pero todav?a se est? lejos de una regulaci?n neo-keynesiana de la econom?a mundial. Es tos planes de rescate tienen un car?cter ambivalente: por un lado, pueden resolver algunos problemas de estabilidad financiera y paliar algunos efectos

para la econom?a real y, por otro lado, el conjunto de la sociedad asume un coste por la nacionalizaci?n de p?rdidas y riesgos privados de los inversores.

Suponen un equilibrio de las fuerzas en presencia junto con la necesidad de una nueva legitimaci?n de las ?lites. Pero la mayor?a de la poblaci?n, sobre todo si se acent?an los efectos en la econom?a real, se puede encontrar peor a la salida de la crisis que antes de que se formara y estallara la burbuja inmo biliaria. El ?salvamento? alivia algo pero no asegura la recomposici?n del

poder adquisitivo y la calidad de vida de la mayor?a de la poblaci?n afectada. Esta experiencia est? conformando una lecci?n pendiente: evitar los retroce sos del bienestar socioecon?mico de la poblaci?n, regular los mecanismos necesarios para evitar este tipo de crisis y establecer un modelo social m?s

igualitario.

20 de octubre de 2008

21. Bush (18-10-2008), en la convocatoria de la gran conferencia internacional de fines de noviem bre para gestionar la crisis, ha definido los objetivos del nuevo orden global del sistema financiero:

?preservar las bases del capitalismo democr?tico, el compromiso con el libre mercado, la libre em

presa y el libre comercio?.

81

This content downloaded from 130.194.20.173 on Mon, 25 Nov 2013 12:06:08 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions