pueblos indigenas colombia

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LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN COLOMBIA Derechos, Políticas y Desafíos

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  • LOS PUEBLOS INDGENASEN COLOMBIADerechos, Polticas y Desafos

  • 2LOS PUEBLOS INDGENAS EN COLOMBIADerechos, Polticas y Desafios

    Manuel ManriqueREPRESENTANTE DE REAPARA COLOMBIA Y VENEZUELA UNICEF

    Sara BenjumeaOFICIAL DE POLTICAS BSICAS

    Irene RodrguezOFICIAL ASISTENTE DE EDUCACIN

    Bernardo NietoOFICIAL DE COMUNICACIN E INFORMACIN

    Sara Franky CalvoOFICIAL ASISTENTE DE COMUNICACIN

    Esther Sanchz BoteroAUTORA

    Mauricio SalamancaDISEO Y DIAGRAMACIN

    UnicefFOTOGRAFA

    ImpresinGENTE NUEVA

    UNICEF, OFICINA DE REA PARA COLOMBIA Y VENEZUELABOGOT, D.C., COLOMBIA.

    Se permite la reproduccin parcial, siempre y cuando se cite su fuente

  • 3PRESENTACIN 7

    Captulo 1Los pueblos indgenas como sujetos de derecho colectivo 9

    1.1. Los derechos humanos indgenas 10- Derecho a la distintividad 10- Derecho a lo propio 11- Derecho al mejoramiento econmico y social 12- Derecho preferente 12

    1.2. Los indgenas en la Constitucin Colombiana de 1991 13- Del Estado monocultural al multicultural y pluritnico 14- Reconocimiento del sujeto de derecho colectivo 16- Los derechos de grupo de los pueblos indgenas 20

    Captulo 2Anlisis de la situacin indgena en Colombia 23

    2.1. Poblacin y territorio 24

    2.2. El movimiento indgena en Colombia 28

    2.3. Condiciones de vida especiales 29- Indgenas en la ciudad 29- Indgenas aislados y amenazados 30- Indgenas de frontera 31

    2.4. Conflicto interno y violencia 32- Conflicto armado y desplazamiento indgena 32- Cultivos ilcitos 36- Expansin narcolatifundista 38- Resistencia indgena 47- Minas antipersonales 50

  • 4Captulo 3Niez, adolescencia y junventud en los pueblos indgenas 51

    - Nios defectuosos o hurfanos Nukak Mak 52- Registro civil de nacimiento 53- Identidad y reconocimiento social 53- Mnimos jurdicos 53- Procesos rituales 54- Nios indgenas trabajadores 54- Niez institucionalizada 57- El desprecio de lo propio en los jvenes 57- Bsqueda de hombre blanco 58- Servicio militar 58

    Captulo 4Lo indgena en las polticas pblicas 59

    4.1. Salud y seguridad social 62

    4.2. Seguridad alimentaria 63

    4.3. Educacin Intercultural 74

    4.5. Neoliberalismo y pueblos indgenas 81

    Captulo 5Desafos para el Estado y la Cooperacin Internacional 83

    5.1. Propuesta de indicadores 84

    5.2. Avances significativos 86

    5.3. Obstculos y dificultades 87

    5.4. Tareas pendientes 87

    5.5. Recomendaciones 89

  • 5es imperioso establecer un plannacional de emergencia paraproteger a los indgenas.Si hay un sector contra el cual estaguerra se ha ensaado de modoparticularmente feroz se es el delos indgenas.

    Asesinados, desplazados o sitiadosen sus pueblos por paramilitares yguerrilleros, emberas, kankuamos,arhuacos, paeces y muchas otrastribus estn pagando un macabroprecio por el conflicto armado.

    La Sierra Nevada de Santa Martaviene siendo el centro de una guerracuyas principales vctimas son lascuatro etnias que la habitan:arhuacos, kankuamos, koguis ywiwas. Nada ms urgente queatender con firmeza sus reclamosde proteccin.

    Homicidios, reclutamiento forzoso,retenes, vacunas, chantajes paradesviar dineros de transferencias ydesplazamiento son el pan de cadada para los indgenas de la SierraNevada. Ellos se quejan, tambin,de bombardeos del Ejrcito contrasus territorios sagrados y de losseveros controles para el ingresode alimentos.

    La ms tremenda cuota la hanpuesto los kankuamos, de la zonade Atnquez, en disputa entre parasy guerrilleros. Hay denuncias de 53asesinatos y ms de 150 familiasdesplazadas.

    En otra parte del pas, en el bajoAtrato, una oleada de suicidios entrelos indgenas embera, varios de ellosde nios, puso de presente la terriblesituacin que se vive a lo largo delprincipal ro del Choc, regin en laque se disputan a muerte los gruposirregulares.

    sta es otra guerra ajena en la quechames, tules, waunanas, katos,emberas y comunidades negrasestn poniendo los muertos y elsufrimiento, a extremos tales deperturbacin de su mundo que losllevan al suicidio.

    Un informe de la Defensora sobreel norte del Cauca, habitado por120.000 paeces, habla de 54asesinatos, 5 masacres y 2desplazamientos masivos en esazona, entre septiembre del 2000 yenero del 2002. Todo el pasrecuerda la atroz masacre del AltoNaya, que cobr un centenar devctimas y desplaz a 4.000personas, muchas nativas. O elasesinato de cuatro lderesindgenas en dos poblados delDarin panameo. Y las muertes a

  • 6bala de Augusto Lana Domic,gobernador de Porremia (Crdoba),en abril, y de Gabriel Cartagena,candidato a la alcalda de Riosucio(Caldas), en junio. Y eldesplazamiento de casi 400guahbos de los alrededores deBetoyes (Arauca) por combatesentre la guerrilla y los paramilitares,en julio.

    Lista interminable a la que debenaadirse el drstico racionamientode vituallas y combustible por partede los actores armados, los abusosde las fuerzas oficiales, la miseria yel abandono ancestrales.

    La presin de las fumigaciones estempujando la coca hacia losdepartamentos de Amazonas,Vaups, a lo largo del ro Apaporis,Caquet y Guaviare, donde frgilescomunidades, que han tenidoescaso contacto con el blanco,padecen la brutal llegada de lacolonizacin cocalera.

    Los indgenas resisten. Medidascomo la Guardia Indgena delCauca, que protege los territorios detodos los actores armados; elProyecto Nasa, ganador del PremioNacional de Paz en el 2000; la ideade crear una polica indgena en laSierra Nevada, entre otros, son unamuestra de ello.

    Estas iniciativas no deben estarsolas.

    Octubre 21 de [email protected]

  • 7

  • 8P R E S E N T A C I NeEl trabajo en grupo para examinar una propuesta de contenido se vio enriquecido con la participacin de los senadoresindgenas Jess Piacu y Gerardo Jumi, como tam bin de Lus Evelis Andrade, presidente de la ONIC, CacildoYpez, de la ONIC, Mara Helena Tovar, Jos Sebastin Jansasoy, Enrique Lagarte, en representacin del senadorRojas Birry, lvaro Velasco, en ausencia del representante Efrn Tarapuez, Jos Soria, secretario de la OPIAC.

    sta es una gran oportunidad para examinarqu est pasando hoy dentro de los pue-blos indgenas de Colombia y por ende cmoestn viviendo sus nios, nias y jvenes.

    El propsito inicial del informe fue contribuira la preparacin de la XIII Cumbre Ibero-americana de Jefes de Estado y de Gobier-no, que se llev a cabo en Santa Cruz de laSierra, Bolivia, en el mes de noviembre de2003, como tambin disponer de un docu-mento que muestre el panorama general enel que se encuentran los pueblos indgenasde Colombia y por ende sus hijos. Invertiren la niez marginada, indgena yafrodescendiente: un compromiso para lainclusin social plena, que retoma algu-nas pautas de accin esbozadas en las con-clusiones de la consultora para UNICEF deLuis Enrique Lpez antes mencionada. Sinembargo, dado que la situacin de los pue-blos indgenas colombianos, en medio deun contexto de conflicto poltico, econmico,social, cultural y armado, no se encuentrareflejada en dicho informe, tanto como en ladeclaracin, UNICEF Colombia puso enconsideracin la necesidad de complemen-tar esta visin panormica con informacinespecfica sobre Colombia.

    Se trata de informar sobre los pueblos ind-genas y dentro de ellos, sus nios, nias yadolescentes, haciendo nfasis en las difi-cultades respecto a la inclusin social y a lagaranta de derechos. Ello tiene que ver ne-

    cesariamente con: a) el conflicto armado y elrespeto a la vida (individual y colectiva) enmedio de ste; b) el desplazamiento indge-na y c) la afectacin al territorio2 , adems dela definicin y aplicacin de polticas pbli-cas que afectan el respeto y la garanta de losderechos y la inclusin social de estas po-blaciones, en especial a los derechos eco-nmicos, sociales y culturales.

    La realidad de los indgenas en Colombiaser examinada bajo tres campos: a) losderechos humanos referidos a pueblos in-dgenas; los aspectos formales constitucio-nales y legales que guan el reconocimientoy valoracin a su condicin de pueblos ysujetos de derecho colectivo, b) la distanciaentre los mandatos constitucionales y lega-les respecto de la eficacia en la construc-cin del Estado social de derecho y las con-diciones materiales y espirituales reales enque viven hoy los pueblos indgenas y sushijos, a la luz de los derechos humanos in-dgenas y, c) los principales desafos.

    Dadas las dificultades para obtener informa-cin ste documento ha de leerse como elcomienzo de una tarea por concluir. Repre-senta por lo tanto un ejercicio sinrgico en elcual se potencian diferentes datos para con-figurar una panormica que invita a fortalecerla capacidad de quienes en nombre propio oinstitucional pueden contribuir a cambiar esteestado de cosas atentatorio contra la vidamisma.

  • 9...como sujetosde derecho colectivo

    Captulo 1

  • 10

    C A P T U L O 1a pesar de ser Colombia un estado protec-cionista de los pueblos indgenas, desde elpunto de vista formal, existe una distanciareal que en muchos campos muestra con-tradiccin.Se presentan los marcos de esa proteccinformal con algunos detalles, dado que es-tos referentes deben ampliar la concienciasobre la inconstitucionalidad de muchas delas acciones u omisiones realizadas por lasinstituciones.

    1.1. Los derechos humanos

    En el marco de los derechos humanosse identifican cinco derechos inspirados enel proyecto de declaracin de las NacionesUnidas sobre los derechos de los pueblosindgenas: el derecho a la distintividad, elderecho a la igualdad, el derecho a lo pro-pio, el derecho al mejoramiento y el dere-cho preferente. Se trata de cinco derechosconcurrentes para la poca, donde los cua-tro primeros son vlidos siempre y el quintoes temporal en razn a que todava existensituaciones de discriminacin insuficiente-mente superadas en la realidad1.

    Derecho a la distintividad

    Los derechos de los pueblos indgenasremiten al concepto angular del derecho ala distintividad. Se refiere a la posibilidadrespetable y valorable para considerarse as mismos como diferentes, y a ser respeta-dos como tales, bajo el principio de queunas diferencias culturales no son ms va-

    1 Calla Ortega, Ricardo. La perspectiva de la diversi-dad tnica en derechos humanos: Algunos aportespara una discusin urgente. Instituto Interamericanode Derechos Humanos. Unidad de investigacionesaplicadas. Costa Rica, 2000.

    liosas que otras. Se establece as a partirde la igualdad un sistema de equivalen-cias donde el derecho a la diferencia es si-nnimo del derecho a la distintividad, a laparticularidad. Si una persona, como ser li-bre y racional, opta por una religin o un tipode vida familiar, el Estado la protege comosujeto de derecho. Son respetables esasopciones de otras opciones. Este derecho ala diferencia implica que no slo las perso-nas sino tambin las colectividades confi-guradas como pueblos indgenas tienen de-recho a su individualidad, a ser s mismos.Los pueblos indgenas, como sujeto colec-tivo, tienen derecho a la distintividad: a tenerun nombre, una lengua, creencias y formasde vida que hacen modos complejos y abier-tos de persistencia y cambio a sus perso-nalidades distintas. Como las personas, lospueblos tienen derecho a ser diferentes.Se trata de una postura poltica que opta afavor de la existencia de la diversidad y delrespeto mutuo entre las distintas etnias opueblos, efectivamente existentes, lo queimplica tener en cuenta las diferencias con-cretas para diluir el horizonte de lahomogeneizacin tnica y cultural orientadaa disolver y fundir tal diversidad.

    Pero, an ms, slo el reconocimiento delderecho a la diferencia hace posible la confi-guracin de lo otro, de la diversidad histrica,social y cultural. A partir de ese reconocimien-to y del derecho a la distintividad de los pue-blos es posible preguntarse si ticamentees positiva la existencia de los valores distin-tos que un pueblo particular posee. Comosucede para el caso de las personas, la afir-macin de que los derechos de uno no pue-den ser pensados al margen de los dere-chos del otro, tambin vale para los pueblos.Postular el derecho a la diferencia como prin-cipio significa en una nacin multicultural

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    abrir los ojos al lmite en que la afirmacin deesa diferencia como derecho no afecte losderechos de los otros.

    As, el derecho de los pueblos indgenas asu diferencia, como principio de valor univer-sal, ha de ser constitucional y legal. Si los noindgenas tienen derecho a la diferencia res-pecto a los indgenas porque su cultura esuna contribucin al mundo, estamos frente aun marco legal donde los derechos de unosno pueden declararse al margen de los de-rechos de otros. En uno y otro caso se tratade un derecho a la diferencia, que para co-menzar reconoce que son colectivos con susnombres, usos y costumbres, lenguas,creencias y formas de vida distinta. Se trataen rigor de un derecho imprescindible a larealidad de s, que bajo el marco constitucio-nal todos los nacionales tienen el deber derespetar y crear condiciones para que esospueblos, que luchan por sentirse y vivir comodistintos, puedan hacerlo.

    El derecho de los pueblos indgenas a serdistintos implica el reconocimiento de suexistencia por parte de otras sociedades, delos funcionarios, de otros nacionales y comobase para ejecutar actividades instituciona-les con ellos. Sin el reconocimiento de laexistencia de los pueblos indgenas y de susmiembros, estamos frente a sujetos indivi-duales y colectivos invisibles para la socie-dad . El derecho a la distintividad de los pue-blos indgenas adquiere carcter ms sus-tantivo cuando aparte de reconocer su exis-tencia, los estados reconocen a los pueblosindgenas no slo como realidades existen-tes sino como sujetos de derecho. Los reco-nocimientos formales obligan jurdicamen-te, lo que abre la posibilidad de examinarcmo mediante polticas pblicas se cum-plen esos derroteros. El reconocimiento o

    no de la existencia de los pueblosindgenas puede auscultarse porel carcter positivo o negativo,solidario o discriminatorio,de los trminos de ese re-conocimiento, ya que tam-bin el reconocimientopuede ser hecho para ne-garle distintividad y parasometerla.

    El derecho a la distintividadde los pueblos indgenas abrela posibilidad para un monitoreosobre el carcter y alcance de las re-formas desde una perspectiva de segui-miento a la aplicacin de los derechos huma-nos en materia indgena, capaz de reconocerque el reconocimiento simple de los pueblosindgenas, como sujetos de derecho, no bas-ta, ya que lo que importa es el carcter y elalcance de los derechos especficos recono-cidos a un sujeto de derecho. Examinar el al-cance favorable de las decisiones de gobier-no para los pueblos indgenas debepostularse referido al derecho a la igualdad.

    Derecho a lo propio2

    La cultura es un trmino que se refiere alo que se ha cultivado entre personas, quecognitivamente se comparte y se traduce enusos y costumbres, lenguas, creencias yformas de vida. La cultura le define a unapersona distancias apropiadas entre perso-nas o con los carros en movimiento; tama-os apropiados para partir un vegetal queva a cocinarse; qu hacer con la placenta,quin le pone nombre a un nio, por qu elrobo es un delito, etc. La cultura es algo quese tiene como propio y poco importa la pro-

    2 Ibid.

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    4 Ibid.

    cedencia. La cultura de un pueblo o de unpersona procede de s, o del contacto o dela difusin de dentro o de fuera; lo que im-porta resaltar es que en su siempre cam-biante devenir, los pueblos y las personastienen usos y costumbres, lenguas, creen-cias y formas de vida y hasta de asimilacino rechazo al cambio que les son propios,sin importar tampoco si se trata de rasgosreproducidos desde un pasado, creados enel flujo de la vida y la historia o tomados des-de el contacto con otros. Tanto en el caso delos pueblos como de las personas, se tratade rasgos que no tienen plena coherenciaentre s y que en su variedad pueden hastaaparecer inconexos o inconsistentes peroque dotan a los pueblos y a las personas deuna identidad nunca plenamente acababa,pero s reconocible.

    En el caso de los pueblos indgenas, suderecho a la distintividad no puede separar-se de un derecho a lo propio, del derecho asu cultura, a lo que es de s, lo que les da suidentidad, justamente como pueblos.

    Derecho al mejoramientoeconmico y social3

    La realidad de los pueblos indgenas esla realidad de los despojos y abusos, es larealidad del hambre y la miseria material, ladel saqueo colonial y la explotacin de laspoblaciones nativas. Por ello, postular losderechos de los pueblos indgenas a ladistintividad, a la igualdad y a lo propio no essuficiente. Es preciso el derecho al mejora-miento econmico y social, derecho que re-mite a un extenso nmero derechos: al tra-bajo, a la salud, a la retribucin econmicaequitativa y a la justicia econmica, derechos

    que hacen parte de los derechos a la igual-dad de estos pueblos.

    Hay que establecer, a partir del reconoci-miento, que los pueblos indgenas requie-ren polticas aplicadas y efectivas, orienta-das a mejorar sus estndares de vida. Elderecho al mejoramiento econmico y so-cial constituye una amplia variable generalque incluye, por una parte, la generosa agen-da temtica de los captulos y acpites com-plejos del derecho laboral, del derecho a lasalud y del derecho a la educacin, elabora-dos desde la perspectiva de los derechosde las personas y las colectividades y, porotra, las agendas de intervencin para el de-sarrollo econmico y social por parte de losestados, la cooperacin internacional y lasorganizaciones no estatales.

    Derecho preferente4

    Aludir al derecho de los pueblos indge-nas a ser resarcidos por los daos a losque se vieron sometidos, mediante polti-cas e inversiones especficamente disea-das para ello, est en rigor, invocando underecho preferencial para los pueblos ind-genas absolutamente pertinente en la po-ca actual. Y es que los pueblos indgenasdeben ser sujetos de un derecho preferenteya que ellos constituyen minoras empobre-cidas, marginadas y discriminadas. Lospueblos indgenas se encuentran entre lossegmentos poblacionales ms pobres,marginados y discriminados. Acciones afir-mativas, en razn de la pobreza, lamarginacin y la discriminacin, son im-prescindibles para los pueblos indgenasdesde una perspectiva de los derechos hu-manos.

    3 Ibid.

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    1.2. Los indgenasen la ConstitucinColombiana de 1991

    Hacer referencia a la Constitucin es muyimportante, dado que sta refleja el nuevopacto que los colombianos se propusieronvivir como derrotero de un nuevo Estado, deuna nueva nacin y de una nueva sociedad.Si la Constitucin es la carta de navegacinpara todos los colombianos, respecto de lospueblos indgenas, es menester examinarcinco referentes constitucionales que rom-pen en primer lugar el principio de igualdadformal, que estableca que todos los colom-bianos ramos iguales ante la ley y dadaslas desigualdades reales, el Estado ha decompensar mediante un trato distinto (ac-ciones afirmativas) a quienes hasta ese mo-mento el mismo Estado margin5.

    Veamos un ejemplo que muestre por qulos constituyentes determinaron que Colom-

    bia deba pasar de ser un Estado de dere-cho a ser un Estado social de derecho.

    En 1991 en Colombia de cada 1.000 naci-mientos moran 25.En Cuba de cada 1.000 nacimientos moran 9.En Estado Unidos de cada 1.000 nacimien-tos moran 8.Y entre los paeces, el pueblo indgena msnumeroso de Colombia, moran 268.

    Ser que los colombianos ramos igualesante la ley? Se debera semejante situacinde los nios paeces a una discriminacinnegativa? La respuesta es s.

    Este cambio constitucional, que reconocela iniquidad y las consecuencias de ese tra-to, implica modificaciones en el modo comoha venido siendo el Estado; es decir, cmoha tomando decisiones polticas respectode la distribucin presupuestal y de cober-tura de servicios. En el Estado social de de-recho se parte de la desigualdad real y de lamisin para configurar una igualdad verda-deramente real. Esto implica aceptar que alos indgenas se los discrimin y excluymaterialmente de bienes para el desarrollo,al punto que se puso en peligro tanto suvida biolgica como sus sistemas cultura-les. Es decir, nada menos, que se puso enpeligro el derecho a la vida y el derecho a suintegridad como personas, pero, ante todo,como pueblos. Adems, fue tan grave el pe-ligro, pensndolos y tratndolos como infe-riores, excluidos de los presupuestos na-cionales, aislndolos, que slo un trato es-pecial, un trato preferencial que contribuye-ra a recuperar su condicin de pueblos dis-tintos, con culturas alternas, podra lograrun da la igualdad real, y no formal, de estossujetos. Esta es la base y fundamento delconjunto de acciones afirmativas que los

    5 En la sociedad colombiana existen grandes des-igualdades. Mientras que en dcadas pasadas el cre-cimiento sostenido produjo reducciones importantesde la pobreza, la iniquidad continu aumentando. Estono slo afecta la distribucin de los ingresos, sinotambin los bienes y el acceso a la infraestructura.Los que se encuentran dentro de los dos decilessuperiores controlan el 60 % de los ingresos, mien-tras que los de los dos deciles inferiores acumulanmenos del 5 %; el coeficiente de concentracin de latierra es uno de los ms elevados del mundo (Gini0.86); y la cobertura de la electricidad, el agua y elalcantarillado y otros servicios pblicos no alcanza ala mayora de los asentamientos informales, en rpi-do crecimiento, donde vive la mayora de los pobres.Es ms, la iniquidad parece resistirse a las polticaspblicas -no le han hecho gran mella los cuarentaaos de iniciativas de redistribucin de la tierra, pro-gramas de vivienda para personas de bajos ingresosy sistemas de subsidios cruzados entre usuarios deservicios infraestructurales-. De hecho, muchas deestas iniciativas polticas no slo no lograron reducirla iniquidad, sino que tambin daaron el crecimiento(ya que las consiguientes distorsiones del mercadoenfriaron las inversiones). Se trata de una posicinpoco propicia ya que, en Colombia, la iniquidad haresultado ser un importante factor determinante de laviolencia. Giugali Marcelo, et. al., Colombia. Funda-mentos econmicos de la paz. Pg. 68. Banco Mundial- Alfaomega. Abril, 2003.

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    constituyentes determinaron para equilibrarla discriminacin negativa a estos pueblos.

    Del Estado monocultural almulticultural y plurietnico

    El Artculo 7, Principio de la diversidadtnica y cultural, reconoce y protege la di-versidad cultural de la nacin colombiana,cambia formalmente nuestra nacin. El Es-tado monocultural, que reconoca como va-lioso un solo Dios: el de los catlicos, unasola lengua: el castellano, un solo sistemade familia: la nuclear, un solo derecho: elpositivo estatal; una nica forma de propie-dad: la privada; de economa: la capitalista;de ser nio: definido por el Cdigo del me-nor, y que buscaba imponer estas condicio-nes como nicos derroteros para configurarla nacin, desvalorizando toda manifestacinque se diferenciara de estos referentes, ge-ner efectos sobre los pueblos indgenascomo fueron la sistemtica imposicin delos principios y formas de organizacin dela vida social, del manejo de los recursospblicos, as como del control y solucin deconflictos, principios, estructura y enfoquede un estado que necesariamente no coin-cida en parte o en su totalidad con lossistemas existentes en cada uno de elloscomo pueblos. De frente a esta imposicinunos pueblos, ms que otros, resistieronestas imposiciones, e internamente vivieronsus propios modos, no utilizando siempreel modelo externo, ni buscando invariable-mente soluciones por fuera de sus propioscontextos culturales y de gobierno. Entre tan-tas sociedades, hoy diferenciadas por sucercana o no con la sociedad mayoritaria ypor el tipo y calidad de las relaciones gene-radas, algunas se vaciaron y se llenaronde los principios y modos de la sociedadhegemnica. Hoy, pueblos como los pas-

    tos, que se les puede caracterizar por notener una cultura propia, tradicional, com-parten su condicin y referencia como ind-genas con otros pueblos donde se estable-ci un modo de vivir que impona buscar porfuera slo algunas soluciones para casosespeciales. As se buscaba educacin fue-ra pero bajo determinadas necesidades, porejemplo, los way: para que las mujeresaprendieran las operaciones aritmticas yel correcto uso del castellano como un me-dio para fortalecer la capacidad deinterlocucin comercial con la sociedad ma-yoritaria. Los inga consultaron los casos desalud (hoy tambin lo hacen) slo cuandointernamente no haba solucin. Todo estovulner parcialmente muchos de estos sis-temas. Sin embargo, uno y otro tipo de pue-blos an bajo estas condiciones compar-ten estos sistemas con otras sociedadesque fueron ms hermticas por lo que tie-nen hoy un modo de vivir que los hace estarcerca de eso que los blancos llaman usosy costumbres tradicionales.

    A doce aos de los cambios constitucionales esposible encontrar una tipologa de pueblos en losque se incluye ms o menos el modelomonocultural estatal ya que todos lo conllevan olo interiorizaron de algn modo. Es tanta la inci-dencia de ese modelo estatal en estos pueblosque, incluso, algunas situaciones y conflictos in-ternos reconocido as por los mismos indge-nas tienen mejor solucin en el sistema exter-no. Al conservar, sin excepcin, todos los pueblosindgenas su sentido de pueblo distinto (sentidode diferencia) y la definicin de ciertos asuntospara ser tratados internamente (autonoma), lacultura que viven, configurada hoy por distintasfuentes, la cual viven cotidianamente de formadinmica, formal y constitucional, comparte prin-cipios equivalentes en competencia y dignidadcon la organizacin de la cultura mayoritaria y he-

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    gemnica. As, encontramos por la va interna,aplicando el derecho de autodisposicin decrear y recrear condiciones adaptables a las ne-cesidades y por el camino externo que condu-ce programas y proyectos estatales, fortaleci-dos sistemas socioculturales que son vividos yaplicados ms all de aquellos elementos clasi-ficados exclusivamente como usos y costum-bres tradicionales. Esto quiere decir que partici-pan de la condicin de indgenas muchos miem-bros de pueblos que perdieron su lengua, susformas de gobierno y de administracin de justi-cia; que, incluso, perdieron dinmicas socialesde organizacin social y econmica, dado que elEstado monocultural elimin muchas de sas,sus formas propias.

    Sin embargo, entre los problemas con que setopan las autoridades indgenas y no indge-nas, en una sociedad en proceso de cambiopara la configuracin de una sociedadpluralista y multicultural de tipo igualitario, sehallan los indgenas clasificados en el lmitede dos o ms culturas. Es decir, a medida quelos individuos y grupos se trasladan a las ciu-dades6 fenmeno estadsticamente impor-tante hoy, cambian sus propios mundos ycomparten sus referentes previos de mododiferenciado. Cada nuevo grupo del que unapersona participa contribuye a ajustar referen-tes, principios y conductas que en la medidaen que se incorporan a su propia perspectiva,combinan una multiplicidad y pluralidad de c-digos de significacin, por una parte y, por otra,la necesidad de contener las tendencias so-

    ciales entrpicas, que obligan a las institucio-nes a relegitimarse en la produccin de con-sensos que eliminen las situaciones de va-co, de incertidumbre o de anomia7.

    Otro cuadro diferenciado de este panoramaque lo complementa, de modo importante,es que al establecer relaciones de compe-tencia jurisdiccional con jueces de la juris-diccin ordinaria, con asociaciones internasa los mismos pueblos, con grupos arma-dos ilegales, al afrontar casos no previstoscomo la participacin de sus miembros enla guerrilla, el paramilitarismo, el narcotrfi-co, o la corrupcin, entre otros hechos nue-vos, las autoridades de los pueblos indge-nas realizan ajustes internos permanente-mente. Este horizonte se vuelve anms complejo por la participacin de

    6 Snchez Botero, Esther. Los indgenas en la ciudadhan perdido el territorio y estrictamente puede afir-marse no tienen usos y costumbres. Sin embargo,se sienten indgenas. En Bogot, Medelln, Tolimaellos reclaman reconocimiento como ciudadanos di-ferenciados indgenas y la configuracin de pueblosen la ciudad. Individualmente muchos se separaronde sus comunidades de origen y con el tiempo reivin-dicaron la pertenencia un grupo indgena.

    7 Para determinar quin es indgena hoy, esnecesario recurrir a otros referentes. Quedaclaro que no son una serie de fenmenosrelacionados con el manejo de una lengua,la ubicacin dentro de un territorio, la acti-vidad productiva, el vestido, la partici-pacin en sistemas de creencias de-terminadas. El proceso deautorreconocimiento y dereetnizacin que se da a partir delreconocimiento constitucional empie-za por romper conceptos histricamen-te tiles, hoy camisas de fuerza paradeterminadas realidades. Sin embar-go, definir que es indgena quien sesiente indgena y quien es reconocido poresa condicin por un grupo internamentees simple pero se configura como basepara configurar una existencia cultural al-terna. Fue tan dolorosa la discriminacindurante el Estado monocultural que hoycomunidades que haban ocultado su con-dicin reivindican la condicin de indge-nas. Este panorama hace muy complejodefinir quin es indgena y qu es unacomunidad indgena y adems porque noslo depende de lo que los mismos ind-genas sientan sino porque depende dereferentes externos que han sido mslentos en generar cambios que los mismoscambios sucedidos en la nacin. Se man-tienen rezagos de una definicin de ind-gena que slo est en la mente y en losimaginarios de unos no indgenas.

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    8 Cambia el modo de castigar, o el lugar de habitacin,pero no la creencia o visin clasificatoria quecognitivamente se comparte, la cual permanece in-tacta. Ha implicado, por ejemplo, un modo dejuzgamiento y decisin de sancin para los brujos10 opara cambiar la costumbre entre los uwa para dar alos gemelos una clasificacin diferenciada de losmiembros del pueblo uwa y una nueva ubicacinpara vivir, ya no con la madre naturaleza, deidadubicada y habitante de un plano superior, sino con losuwa -no gemelos- que viven en la tierra. Estas creen-cias que dentro de las lgicas no clsicas se clasifi-can como mundos reales, dentro del Estadomulticultural esas creencias son mundos posibles, esdecir, no son como una Virgen madre que es mundoreal para la sociedad mayoritaria, pero, dentro de unaconjetura respetuosa de la diferencia, esas creenciasson mundos reales y contribuyen a configurar el dere-cho; hacen parte estructural de principios y actuacio-nes que son obligatorias, que de no cumplirse aca-rrean una sancin. Snchez Botero, Esther Diez aosde la Jurisdiccin especial indgena en Colombia.Procuradura General de la Nacin. En prensa. Im-prenta Nacional. Bogot, 2002.

    los jvenes, que consideran que pueden li-derar procesos, muchos de los cuales conresultados negativos. En definitiva, es posi-ble concluir que por ejemplo los pastos, queasumen gran parte de la cultura mayoritariacomo cultura propia, o los Cubeo, cuya cul-tura cuesta trabajo aprehender y entender,ya que se fundamenta en el mito y el ritual, olos miembros del cabildo multicultural quehabitan en Medelln, evidentemente configu-rados sobre bases diferentes y orgenes dis-tintos, estn reconocidos en la Constitucincomo pueblos y como sujetos de derecho.

    Coexisten los pueblos indgenas con afrodes-cendientes, raizales, mestizos y extranjeros,clara manifestacin de una nacin que acogepueblos y comunidades diferenciadasculturalmente. Frente a este hecho que reco-noce la preexistencia en el territorio nacionalde reservas de sentido configuradas y din-micas, para que puedan abordar momentoshistricos y realidades distintas, en compe-tencia con la cultura mayoritaria, los puebloshan tenido que concebir y trazar salidas noslo frente a las nuevas situaciones, como yase expres, sino frente a las demandas indivi-duales y particularizadas que, en el sentidoliberal, deben ser respetadas como derechosfundamentales de la persona y que resultanen conflicto normativo y cultural con visionesque protegen al sujeto colectivo de derecho.Las autoridades con competencia jurisdiccio-nal, que hacen parte de la rama judicial deColombia, como si fuera poco, tienen ademsque participar en la construccin de formas decoordinacin y liderazgo para la cimentacindel entendimiento intercultural.

    La nueva sociedad colombiana a configurarexige responder a un espectro muy ampliode demandas, as como a examinar y reali-zar cambios culturales internos provenien-

    tes de imposiciones externas que, como losmnimos jurdicos, les obligan. Este nuevohecho que es impuesto, porque a lo propiose agrega lo impuesto, lo apropiado, lo re-creado, etc., implica mudar determinadosreferentes, lo cual configura tambin a es-tos pueblos de modo distinto8.

    Reconocimiento del sujetode derecho colectivo

    Estos grupos, que en su mayora han vivi-do aos marcando diferencias por medio deluso de una lengua distinta, de creencias di-ferentes, de sistemas de organizacin socialy de parentesco y de sistemas de derechopropio, ms que reclamar para conservarestos fenmenos que pueden cambiar en eltiempo o incluso ser comunes con otras so-ciedades, porque se le impuso un modelo oporque apropiaron algunos asuntos, se sien-ten distintos y como distintos que son porsentirse miembros integrales de un cuerpomuy particular son reconocidos como suje-tos de derecho y no pueden ser tratados apli-cando los mismos raseros que para los su-jetos individuales.

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    El sujeto individual, desde el liberalismo, espensado como racional y como libre y comotal, sujeto de derecho. As, por ejemplo, comoracional y como libre puede creer en la reli-gin que quiera, y el Estado debe protegerleel derecho a la libertad de culto, pero ade-ms de este sujeto individual, Colombia re-conoce otro sujeto distinto, esto es, el sujetocolectivo que, en el marco de esta visin ypostura, es el que tiene los derechos por loque sus miembros son sujetos de deberes.Esta perspectiva es la base sustantiva parajustificar por qu no pueden ser tratados losindgenas como iguales ante la ley, puestoque como pueblos son sujetos de derecho.Los Cubeo, los Inga, los Puinave, losAndoque, los Aw, etc., no son slo socie-dades conformadas por la suma deindividualidades, sino que cada uno de elloses una unidad sociocultural y que como uni-dad tiene derechos. La Corte ha definido queeste sujeto colectivo tambin tiene derechosfundamentales y dentro de los ms funda-mentales tienen derecho a la vida y a la inte-gridad del cuerpo.

    Los constituyentes consideraron dignas deser valoradas esas diferencias sentidas yobservables en estos pueblos, dignos lossentimientos que permiten a unos sentirseligados, no slo a los referentes de una cul-tura o etnia particular, condicin que portan yviven los sujetos socializados como indge-nas, sino a las condiciones que permitensu reproduccin como pueblos. Se trascien-de as, a no slo ver y reconocer las diferen-cias en la vida cotidiana como fenmenosinherentes, tales como el vestido o la len-gua, sino a valorar una condicin y configu-racin diferenciada, donde los miembros deun pueblo viven los derechos y deberes demanera distinta. Un indgena, por ejemplo,ve limitado su derecho a la propiedad priva-

    da ante el deber de conservar el territoriocolectivo. Este solo verbo, valorar, abre pasoa una poltica de reconocimiento ante la ne-cesidad de forjar y de construir un Estadodistinto que, como ya se dijo, parte de la ca-pacidad para diferenciar como valiosas es-tas condiciones de los pueblos, perolastimosamente tambin para reconocerdesigualdades y diferencias estructuralespropias de un sistema estructuralmentedefinido de un determinado modo, que sonresultado de un sistema desigual con estosnuevos sujetos de derecho.

    La Corte Constitucional de Colombia distin-gui tambin los derechos del sujeto colecti-vo (los pueblos indgenas) de los derechoscolectivos de los colombianos as: Los dere-chos fundamentales de las comunidades in-dgenas, como sujeto colectivo de derecho,no deben confundirse con los derechos co-lectivos de otros grupos humanos. La comu-nidad indgena es un sujeto colectivo y no unasimple sumatoria de sujetos individuales quecomparten los mismos derechos o interesesdifusos o colectivos (Art. 88 CP). En el primerevento es indiscutible la titularidad de los de-rechos fundamentales, mientras que en el se-gundo los afectados pueden proceder a la de-fensa de sus derechos o intereses colectivosmediante el ejercicio de las acciones popula-res correspondientes ST - 380 /93.

    Estas consideraciones de la Corte Consti-tucional de Colombia permiten ampliar y for-talecer la comprensin para justificar el prin-cipio que permite a las comunidades ind-genas como sujeto colectivo utilizar el me-canismo ms eficaz que garantiza la protec-cin de sus derechos: la accin de tutela9.

    9 Ver anexo N 2.

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    Los articulados en la Constitucin referidos alos pueblos indgenas logran determinar qui-nes son esos colombianos portadores de es-tos bienes tnicos y culturales particulares yqu es lo que se est reconociendo a unoscolombianos distintos. La constitucin de Co-lombia va ms all y opta por configurar unasalida que permita regularizar y poner en con-diciones de igualdad y de oportunidades a es-tos pueblos; por ello asume acciones afirmati-vas o de discriminacin positiva generando lascondiciones para configurar un trato distinto.

    70. Inc. 2 Principio de igualdad de las cultu-ras

    La cultura en sus diversas manifes-taciones es fundamento de la nacio-nalidad. El Estado reconoce la igual-

    dad y dignidad de todas las queconviven en el pas (...).

    10. Principio de oficialidad de las len-guas indgenas en sus territorios

    () Las lenguas y dialectos delos grupos tnicos son tam-bin oficiales en sus territo-rios (...).

    96. Indgenas como nacio-nales colombianos

    Son nacionales colom-bianos:1. Por nacimiento: a)

    Los naturales de Co-lombia (...)

    2. Por adopcin: c) Losmiembros de pueblos ind-genas que comparten terri-torios fronterizos, con apli-cacin del principio de re-

    ciprocidad segn tratados pblicos.

    10. Derecho a educacin bilinge e inter-cultural

    La enseanza que se imparta en lascomunidades con tradicioneslingsticas propias ser bilinge.

    68. Derecho a educacin respetuosa de lastradiciones

    Los integrantes de los grupos tnicostendrn derecho a una formacin querespete y desarrolle su integridad cul-tural.

    171. Derecho a eleccin en Circunscrip-cin especial

    El Senado de la Repblica estar inte-grado por cien miembros elegidos encircunscripcin nacional.Habr un nmero adicional de dos se-nadores elegidos en circunscripcin na-cional especial por comunidades ind-genas. (...) La circunscripcin especialpara la eleccin de senadores de lascomunidades indgenas se regir porel sistema de cuociente electoral. Losrepresentantes de las comunidades in-dgenas que aspiren a integrar el Sena-do de la Repblica debern haber ejer-cido un cargo de autoridad tradicionalen su respectiva comunidad o habersido lder de una organizacin indgena,calidad que se acreditar mediante uncertificado de la respectiva organizacin,refrendado por el Ministro de Gobierno.No existe en Ecuador.

    176. Inc. 3 y 4. Faculta al legislador paracrear circunscripcin especial adicional

    La ley podr establecer una circuns-cripcin especial para asegurar la par-ticipacin en la Cmara de Represen-tantes de los grupos tnicos y de lasminoras polticas y de los colombia-

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    nos residentes en el exterior. Medianteesta circunscripcin se podrn elegirhasta cinco representantes. No existeen Ecuador.

    329. Derecho de grupo a la propiedad de latierra

    Los resguardos son de propiedadcolectiva y no enajenable.

    246. Derecho de grupo a administrar justiciaLas autoridades de los pueblos ind-genas podrn ejercer funciones juris-diccionales dentro de su mbito terri-torial, de conformidad con sus propiasnormas y procedimientos, siempreque no sean contrarios a la Constitu-cin y las leyes de la Repblica. La leyestablecer las formas de coordina-cin de esta jurisdiccin especial conel sistema judicial nacional.

    330. Derecho de grupo a la autonoma pol-tica en Colombia

    De conformidad con la Constitucin ylas leyes, los territorios indgenas esta-rn gobernados por consejos conforma-dos y reglamentados segn los usos ycostumbres de sus comunidades y ejer-cern las siguientes funciones:Velar por la aplicacin de las normaslegales sobre usos del suelo ypoblamiento de sus territorios.Disear las polticas y los planes y pro-gramas de desarrollo econmico y so-cial dentro de su territorio, en armonacon el Plan Nacional de Desarrollo.Promover las inversiones pblicas ensus territorios y velar por su debida eje-cucin.Percibir y distribuir sus recursos.Velar por la preservacin de los recur-sos naturales.

    Coordinar los programas y proyectospromovidos por las diferentes comu-nidades de su territorio.Colaborar con el mantenimiento delorden pblico dentro de su territorio deacuerdo con las instrucciones y dispo-siciones del Gobierno Nacional.Representar a los territorios ante elGobierno Nacional y las dems enti-dades a las cuales se integren.Las dems que sealen la Constitu-cin y la ley.

    330 Par. Derecho de grupo relativo a la ex-plotacin de recursos en territorio indgena

    Pargrafo. La explotacin de los recur-sos naturales en los territorios indge-nas se har sin desmedro de la integri-dad cultural, social y econmica de lascomunidades indgenas. En las deci-siones que se adopten respecto de di-cha explotacin, el Gobierno propiciarla participacin de los representantesde las respectivas comunidades.

    357. Derecho de grupo a la autonoma fi-nanciera

    Los municipios participarn de losingresos corrientes de la nacin. (...)Para los efectos de esta participacin,la Ley determinar los resguardos in-dgenas que sern consideradoscomo municipios.

    329. Inc. 1 y 3. Entidades territoriales ind-genas

    La conformacin de las entidades te-rritoriales indgenas se har con suje-cin a lo dispuesto en la Ley Orgnicade Ordenamiento Territorial, y su deli-mitacin se har por el Gobierno Na-cional, con participacin de los repre-sentantes de las comunidades ind-

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    genas, previo concepto de la Comisinde Ordenamiento Territorial. (...) La leydefinir las relaciones y coordinacinde estas entidades con aquellas delas cuales formen parte.

    Art. 80. La accin de tutela en la Constitu-cin de Colombia

    Toda persona tendr DERECHO a laAccin de Tutela para reclamar antelos jueces, en todo momento y lugar,mediante un procedimiento preferen-te y sumario, por s misma o por quienacte a su nombre, a la proteccin in-mediata de sus derechos constitucio-nales fundamentales, cuando quieraque estos resulten vulnerados o ame-nazados por la accin o la omisin decualquier autoridad publica ()

    Los derechos de grupode los pueblos indgenas

    Aunque las sentencias hablan por s mis-mas, las argumentaciones en cada una sondignas de conocerse y trabajarse por cuan-to en ellas son observables reflexiones quedefinen por qu y cmo proteger un derechode modo particular a un pueblo indgena ycmo apuntar para que la igualdad sea realy respete la diferencia. As entonces con res-pecto a la proteccin del derecho a la salud,por ejemplo, se falla para que puedan dis-poner de los servicios del sistema nacionalde salud, pero bajo polticas pblicas con-cretas para que ste se adecue, por ejem-plo, introduciendo en los hospitales otramanera para abordar el parto o a los fami-liares del enfermo. Igualmente, obligando aque el sistema carcelario nacional posibili-te, toda vez que un recluso indgena lo soli-cite, atencin de su sistema propio de sa-lud. Bajo esta aplicacin eficaz de los dere-

    chos fue posible que un chamn permane-ciera en el mejor centro especializado paraenfermedades del corazn bajo el cuidadode mdicos ortodoxos y que Anastasio Pe-che como recluso recibiera atencin deljaibana o mdico tradicional embera en lacrcel.

    El derecho a la supervivencia culturalEs la versin grupal del derecho a la vida y ano ser sometido a desaparicin forzada. Aligual que el derecho a la vida, es el derechobsico de los individuos del que se deriva laposibilidad de ejercer los dems; dentro delos pueblos indgenas sucede lo mismo. Poresta razn, aparece en la mayora de las sen-tencias relativas a derechos de los pueblosindgenas. Pero en particular fue decisivo enlas sentencias T-428 de 1992, T-342 de 1994,T-007 de 1995, SU-039 de 1997, SU-510 de1998 y T-652 de 1998.

    El derecho a la integridad tnica y culturalEste derecho es el correlato del derecho in-dividual a la integridad personal. Es bsicoen el sentido de que tambin es fundamen-tal el derecho a la supervivencia cultural. Aligual que el derecho anterior, aparece men-cionado en la mayora de las sentencias dela Corte sobre el tema y, por tanto, fue tras-cendental en las decisiones de los casos quecorresponden a las sentencias T-342 de1994, SU-039 de 1997, SU-510 de 1998 y T-652 de 1998.

    El derecho a la preservacin de su hbitatnatural (integridad ecolgica)Reconociendo la importancia que tiene paralas comunidades indgenas la preservacinde su hbitat natural y consciente de loscambios culturales que las variaciones eneste hbitat pueden generar, la Corte ha re-conocido a las comunidades indgenas un

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    derecho a la preservacin de su hbitat na-tural. Este derecho fue determinante en lasdecisiones que se tomaron en las senten-cias T-380 de 1993, SU-037 de 1997, T-652de 1998, T-380 de 1993, SU-037 de 1997 yT-652 de 1998.

    El derecho a la propiedad colectiva sobrela tierra habitada por la comunidadEste derecho de los pueblos indgenas apa-rece consagrado en la Constitucin en dosde sus artculos. Es importante resaltar, sinembargo, que la Corte le ha dado el carcterde derecho fundamental de los pueblos in-dgenas y por tanto es susceptible de tutela,lo que no ocurre con el derecho individual ala propiedad, que slo es tutelable cuandoest en conexin con el derecho a la vida, laintegridad personal o la dignidad humana.Adems de sealar su carcter de derechofundamental, la Corte ha concretado el textoconstitucional sealando que este derechoincluye a su vez cuatro derechos: T-567 de1992, T-188 de 1993, T-652 de 1998, T-257de 1993, SU-510 de 1998, T-652 de 1998, T-405 de 1993 y SU-039 de 1997.

    Derecho a que cada comunidad tenga supropio territorio. Derecho a la divisin de losresguardos. S.T. 188 de 1993.

    Derecho a la divisin de los resguardosDerecho a la unificacin de los resguardos.Derecho de exclusin del territorio indgena.S.T. 652 de 1998.

    Derecho a impedir la entrada o permanenciaen su territorio de personas indeseadas. O de-recho de exclusin del territorio. S.T.257 de1993; SU- 510 de 1998.

    Lmites al derecho de exclusin: a) Seguri-dad nacional T-405 de 1993, y b) explotacin

    de recursos cuando no se logra acuerdo, laconsulta ha sido adecuada y la intervencines justificada. T-567 de 1992, T-188 de 1993,T-652 de 1998, T-257 de 1993, SU-510 de1998, T-652 de 1998, T-405 de 1993 y SU-039 de 1997.

    No obstante, la Corte enfatiz que la proteccinde la seguridad nacional es un inters que debeser protegido intentando causar el menor daoa la comunidad indgena que habita el territorio.Cuando la intromisin (para llevar a cabo obraso realizar proyectos de exploracin o explotacinde recursos naturales, renovables o norenovables) se considere justa y se hayarealizado un proceso de consulta adecuado,as la comunidad no lo apruebe. As loestableci en la sentencia SU-037 de 1997, endonde adems aclar cundo podraconsiderarse justificada la intromisin a pesarde la negativa de los indgenas.

    El derecho a determinar sus propiasinstituciones polticas y a que stas seanreconocidas por los agentes estatales(autonoma poltica). Este derecho fue protegidopor la Corte en las sentencias C-139 de 1996 yT-652 de 1998.

    El derecho a administrar justicia en suterritorio y a regirse por sus propiasnormas y procedimientos (autonomajurdica)Mostrando los alcances y lmites que se lehan dado, es importante sealar que estederecho aparece por primera vez en lajurisprudencia de la Corte Constitucional enla sentencia T-254 de 1994, en la que la Corteaclara que se trata de un derecho deaplicacin inmediata y que por tanto norequiere de una reglamentacin del Estadocolombiano para ser reconocido. El derechotambin fue protegido en las sentencias C-

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    139 de 1996, C-349 de 1996, T-496 de 1996y T-23 de 1997.

    El derecho a la participacin en la toma dedecisiones que puedan afectar a lascomunidades indgenas en su territorioEste derecho est consagradoexpresamente en el pargrafo del Art. 330de la Constitucin y tambin en la Ley 21 de1991 (Art. 15). Ha sido protegido por la Corteen las sentencias SU-037 de 1997 y T-652de 1998.

    El derecho a la igualdad lingstica de lascomunidades indgenas, que se concreta enel reconocimiento de la oficialidad de suslenguas en el rea de influencia de lascomunidades, no estrictamente en susterritorios de resguardo.Este derecho fue protegido en la sentenciaT-84 de 1994.

    El derecho a determinarse por sucosmovisin religiosa y a hacerla valer anteterceros (Autonoma e igualdad religiosas).Este derecho fue protegido en lassentencias T-342 de 1994 y SU- 510 de 1998.

    El derecho al reconocimiento y proteccinde las prcticas mdicas tradicionalesFue expresado en la sentencia C-377 de1994 y protegido en la sentencia T-214 de1997.

    El derecho a la igualdad material de lascomunidades indgenasEsto es, a acceder a prestaciones del Estadocuando como comunidad se encuentra ensituaciones de debilidad manifiesta. Entreestas prestaciones se incluyen:

    Educacin. Derecho protegido en lassentencias T-007 de 1995 y T-717 de 1996.

    Salud. El derecho a la proteccin en salud acomunidades en situacin de debilidadmanifiesta fue protegido en las sentenciasT-342 de 1994, T-007 de 1995 y T- 652 de1998.

    Suministro de agua potable. Fue protegidoen la sentencia T-007 de 1995.

    Derecho al desarrollo de la comunidad segnsus propias convicciones. Fue protegido enlas sentencias T-007 de 1995, SU-039 de1997 y T-652 de 1998.

    Bloque de constitucionalidadConfiguran una unidad y base constitucionallos siguientes instrumentos internacionales:

    La Convencin de Derechos del Nio.La Convencin Internacional sobre laeliminacin de todas las formas dediscriminacin racial.La Declaracin y Programa de Accin deDurban.La Declaracin Universal de DerechosLingsticos.El proyecto de Declaracin de DerechosIndgenas de la Organizacin de EstadosAmericanos.El Proyecto de Declaracin de DerechosIndgenas en discusin en las NacionesUnidas.El Convenio 169 de la OIT.Foro Permanente para las CuestionesIndgenas en el seno de las NacionesUnidas.

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    ...indgena en Colombia

    Captulo 2

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    C A P T U L O 2el primer problema que queremos resaltar loconstituye la falta de informacin quemanifieste el reconocimiento a la existenciade los indgenas. La negacin de suidentidad, por parte tanto del Estado comodel resto de la sociedad, representa unhecho flagrante de discriminacin,atentatorio contra la Constitucin y los pactosy convenios internacionales de DerechosHumanos. Esta invisibilizacin lleva a lanegacin de su existencia, cuyo resultadoes el reforzamiento de la discriminacinporque lleva a la inaccin de todos losactores institucionales y sociales.

    La invisibilizacin de los indgenas comomiembros de un sujetos colectivos dederecho, como individuos con derechos ycomo una manera diferente de ser y de verel mundo y la vida, ha impedido que el pasconceptualice correctamente, reconozcajurdicamente, establezca polticas pblicase instancias de participacin adecuadaspara posibilitar su valoracin y desarrollo.Lo anterior se expresa, entre otras cosas,en la inexistencia de estadsticas, estudioscientficos y de indicadores e informacingeneral y sectorial adecuadas que permitanuna mejor aproximacin a la realidad queviven. Esta situacin lleva a que las polticasque les afectan los considerenindiferenciadamente del resto de pobres,vulnerables, o personas que viven enpoblaciones rurales.

    El hecho de que la informacin estadstica ytnica puede prestarse a reforzar ladiscriminacin o a una mala utilizacin porparte de los diseadores de polticas (comoha sucedido en muchos casos) se convierteen una tarea sensible, por lo que losorganismos internacionales de derechoshumanos recomiendan que la poblacin

    concernida deba no slo ser consultada sinoque tiene que participar en la informacin yen la vigilancia de los usos futuros que stapueda tener.

    La informacin general muestra de todosmodos los problemas ms contundentes yello contribuye para que profundicemos enlos problemas de una realidad dramtica einjusta y para que ojal sensibilice a quienestienen parte de la solucin.

    2.1. Poblacin y territorio

    Con una poblacin total, segn el DNP,de 701.866 habitantes en cincomacroregiones identificadas como:

    Amazona, con 83 entidades territoriales (res-guardos y reservas), 44 grupos tnicos y unapoblacin de 48.622, equivalente al 6.9%;Orinoquia, con 124 entes territoriales, 56grupos tnicos y 69.866 habitantes que re-presentan el 9.9% de la poblacin indgenanacional, en la que se destacan los sicuani,con el 29.4%, los curripacos, con el 10.1% ylos tukano, con el 9.7% de la regin.La regin Centro Oriente, con 28 resguar-dos, entre los que se desatacan los pijao,con el 9%, los uva, con el 19% de una pobla-cin de 36.017 habitantes de la regin, equi-valente al 5.1 % de la poblacin indgenanacional.La regin de Occidente con 222 resguardos, 27pueblos indgenas y 337.636 habitantes, lo querepresenta la mayor poblacin del pas (48.1%),destacndose el pueblo nasa o paez, con el35.1% de la poblacin indgena de la regin, losembera, con 1.1% de la regin, los pastos, conel 16.4% y los guambianos, con el 6.1%.La Costa Atlntica cuenta con 22 entes terri-toriales, 17 grupos tnicos y 209.719 habi-tantes que representan el 29.4% de la po-

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    blacin de la regin. El grupo mayoritario dela regin es el way, con el 68.6% de la re-gin, le siguen los zen, con el 16.1% y losarhuacos, con el 6.8%.Sin embargo, la diversidad de cifras sobrela poblacin indgena cambia sustancial-mente de una institucin gubernamental aotra; la Organizacin Nacional Indgena deColombia y el Movimiento de AutoridadesIndgenas de Colombia manifiestan que lapoblacin indgena sobrepasa el milln.Esta desinformacin acarrea problemaspara el desarrollo de los programas de go-bierno que permitan medir la cobertura realsobre la totalidad de esa poblacin, ms sise tiene en cuenta los desplazamientos for-zados a que estn siendo sometidos losindgenas, obligndolos a ubicarse en lascabeceras urbanas. Del total de pueblos in-dgenas que habitan el territorio colombia-no, un 85% viven en tierras de resguardoslegalmente constituidos, mientras que200.000 indgenas, aproximadamente, notienen tierra y se encuentran fuera de susterritorios ancestrales.S bien es cierto que los pueblos indgenasposeen el 28% del territorio nacional, su ubi-cacin, calidad, posibilidades de producciny comercializacin no son favorables ni sufi-cientes para obtener los recursos necesa-rios que les permitan una subsistencia dig-na y acorde con sus caractersticas propiasy que les posibilite una sustentabilidad.

    La ubicacin geogrfica que estratgica-mente les concedi el Estado, aislndolos yseparndolos de los centros de desarrollo yubicndolos en zonas de frontera, los colo-ca hoy en los escenarios propicios para elincremento de la colonizacin indiscrimina-da, la produccin de cultivos ilcitos, el uso ycontrol del territorio poltico, y los ha conver-tido en vctimas de la violencia y confronta-

    cin armada entre paramilitares, gue-rrillas, colonos y terratenientes,provocando desplazamientosmasivos de individuos y co-munidades hacia otras co-munidades indgenasdentro del pas, como lospaeces y emberas en elPutumayo, o hacia el ex-terior, por ser fronterizos,como los tule hacia las co-munidades tule de Panamy los aw hacia Ecuador. Unfenmeno creciente y propio dela escalada del terror es el desplaza-miento hacia zonas urbanas.

    El territorio para los indgenas constituye unabase espiritual y una base material comple-mentarias. Adems de constituir el espacioque liga a numerosas generaciones con losantepasados, donde se origina su propiahistoria ligada a la identidad, la tierra es con-siderada como pariente que da origen a lavida o espacio madre a quien, por ende, sedebe cuidar y proteger, interpretar sus mani-festaciones para ayudarla a conservarsecomo vital para las generaciones venideras.Por todo ello, se considera que el territoriovincula a los indgenas con el pasado y tam-bin con el futuro; les otorga sentido de uniny de supervivencia en un proceso encade-nado de arraigo, de identidad y pertenencia.

    El territorio es la base de la reproduccincultural y de la condicin integrante de unpueblo, que se relaciona directamente conla tierra como medio de sustento en la quese caza, recolecta, cultiva, se cran anima-les y se dispone de recursos naturalescomo agua, maderas, adems de ros y ca-minos necesarios para el transporte. El te-rritorio es base para la organizacin de la

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    vida social, para el manejo adecuado de losbienes de todos y para lidiar los conflictosinternos. Marca lmites frente a otras socie-dades y es el espacio para el fortalecimien-to de la autonoma.

    Existen diferencias frente a los patrones demanejo del medio ambiente: La tierra paralos indgenas tiene un significado amplio,que comprende no slo la superficie sinolos recursos naturales flora, fauna, ros,lagos, etc. que hay en ella. En contrastecon el concepto de propiedad individual, pro-pio de la cultura occidental, la tierra y losrecursos son generalmente posedos y uti-lizados en forma comunitaria por los indge-nas.

    A diferencia de la visin antropocntrica oc-cidental, en las sociedades indgenas loshombres formamos parte de la naturaleza,junto a otros seres, y sta no puede ser ob-jeto de uso desmedido ni menos an deexplotacin. A la tierra se le debe la propiaexistencia y por eso hay que cuidarla. Tal veza ello se debe el carcter de propiedad co-lectiva. Esta relacin tan estrecha con la tie-rra y la naturaleza hace que hasta hoy lasdemandas principales de los indgenas ysus organizaciones tengan que ver con latierra y con el territorio. Tales demandas re-miten a los primeros tiempos de la invasineuropea y han sido objeto de reclamos, pro-testas e incluso enfrentamientos entre ind-genas y no indgenas. Y es que sin territoriono es posible pensar ni en salud ni en edu-cacin: La prdida de sus tierras (esencia-les para su modo de vida) ha sido una cons-tante en la historia indgena de Amrica La-tina, y la lucha por la preservacin o restitu-cin de sus derechos agrarios est en labase de muchos de los intentos recientesde los indgenas por organizarse. La tierra y

    sus diversos recursos (los bosques, elagua, los animales, incluso los minerales)se ven principalmente como bienes colecti-vos, comunales, aunque la nocin de losderechos de propiedad individual ha pene-trado en los indgenas despus de dca-das de expansin capitalista [...] La cuestinde la tierra no est an resuelta para el ind-gena en Amrica Latina, y su descuido porparte de los gobiernos despus de la olade reformas agrarias durante los aos se-senta como parte del programa de la Alian-za para el Progreso impone severas car-gas a los indgenas. (Stavenhagen,1997:71)10

    En rigor, a diferencia de la percepcin occi-dental de las cosas, la visin indgena delterritorio no considera nicamente lo fsico-geogrfico, ni tampoco slo los aspectossociales inherentes a la vida sobre ese sue-lo; entre otras dimensiones incluye tambinlo histrico espiritual. Ejemplo de esa visinintegral respecto del territorio es lo que des-taca un lder kogui de la Sierra Nevada deSanta Marta cuando afirma la imposibilidadde parcelar los aspectos fsicos y espiritua-les del territorio, al referirse al saneamientoterritorial afirma que: Para ordenar el territo-rio, hay que ordenar el pensamiento. Lo quenosotros entendemos por ordenamiento te-rritorial no es slo demarcar o delimitar unpedazo de tierra. Es mucho ms profundo:se trata de ordenar el pensamiento para po-der vivir bien sobre ese pedazo de tierra. Osea que el ordenamiento territorial tiene dospartes: la espiritual, que se refiere al pensa-miento, y la fsica, que se refiere a la tierra.Para nosotros, esas dos partes no se pue-

    10 Citado en Aylwin 2002: 7, de Stavenhagen, R. 1997.Las organizaciones indgenas: actores emergentesen Amrica Latina. En Revista de la CEPAL. Agosto1997. 61-73. En Lpez, Luis Enrique. Op. cit.

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    den separar, siempre estn unidas, pues elterritorio es uno solo. (Mamas Kggaba, 1994.En contratapa de Jimeno, G. y otros,compiladores.)

    Desde una perspectiva tal, es comprensi-ble que hoy las organizaciones indgenas,en particular, y los pueblos indgenas, engeneral, consideren que un pueblo sin terri-torio se encuentra condenado a la extinciny que durante las ltimas dcadas lo reivin-diquen mediante movilizaciones y reclama-ciones de distinta ndole. Y es que, comohemos podido apreciar, el reconocimientode los derechos indgenas implica recono-cer que los indgenas tienen derecho a re-cursos de distinta ndole que garanticen sucontinuidad.

    Cabe destacar, sin embargo, que tales re-conocimientos ocurren en un contexto decreciente conflicto, producto de la diversidadde intereses presentes en la cuestin terri-torial, y reflejan una virtual lucha de visionesdiferentes respecto a la relacin entre elhombre y la naturaleza. Los indgenas, comohemos visto, reivindican su derecho a la tie-rra como condicin sine qua non de su su-pervivencia y del ejercicio de su libertad. Porsu parte, los sectores dominantes de la so-ciedad, que coinciden con la visin que alrespecto tienen los latifundistas vinculadoscon la agroindustria y la actividad agrope-cuaria en general, los madereros, los mine-ros, las petroleras, entre otros, ven los re-cursos naturales y el territorio slo desdeuna perspectiva de uso y explotacin. De ahque todos ellos juzguen las reivindicacionesindgenas y los reconocimientos territoria-les por parte de los Estados como un obst-culo para el crecimiento econmico y parael desarrollo de un pas. Entran en conflictoas dos visiones contrapuestas: la del hom-

    bre como un miembro ms y parte integralde la naturaleza y la del hombre como amo yseor de la naturaleza.

    Pero las demandas territoriales no caracte-rizan nicamente a los indgenas que anhabitan en los territorios ancestrales ni so-lamente en el campo. Tambin constituyenun reclamo creciente de quienes, por diver-sos motivos y tambin por la agresin per-manente de la sociedad hegemnica criollomestiza, han debido desplazarse hacia lu-gares distintos al ancestral originario, lle-gando a ocupar incluso espacios en cen-tros poblados y ciudades de la regin. Pare-ciera estar en construccin una nocin deterritorio discontinuo vivido o imaginado peroigualmente importante y necesario para po-der considerarse como indgena. Senti-mientos como stos contribuyen actualmen-te a la construccin cognitivo afectiva de lassociedades indgenas como transterritoria-les o translocales y tambin a la constitu-cin de una identidad indgena territorializa-da, que trascendiendo la comunidad ind-gena clsica se construye y reconstruye enuna relacin permanente o peridica con loslugares de origen. Esta identidad se retroa-limenta con viajes y visitas, tanto propiascomo de parientes y vecinos, as como me-diante la reedicin en las ciudades de lascelebraciones principales del lugar de ori-gen y de otras prcticas socioculturales que,apelando al trabajo comunitario y a la reci-procidad, buscan resolver problemas coti-dianos propios de las ciudades. Ello hace,por ejemplo, que hoy se postule incluso lanocin de ciudades multiculturales en lasque se reconozca no slo la existencia demigrantes indgenas sino tambin el dere-cho que les asiste a los indgenas urbanos,originarios de otras comunidades y lugaresy tambin a aquellos nacidos ya en la ciu-

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    dad, de contar con una base mnima de de-rechos que garanticen su continuidad so-ciocultural y el respeto a su identidad comoindgenas, incluso en el mbito urbano (cf.Garca-Linera 2003).11

    2.2. El movimiento indgenaen Colombia

    A pesar de los procesos de asimilaciny reinterpretacin de los diferentes sistemassociales econmicos, polticos y tecnolgi-cos que se impusieron a los indgenas,mediante procesos de resistencia y recrea-cin de lo propio, tomando medidas que vandesde las migraciones, la bsqueda de zo-nas de refugio, las sublevaciones, hasta lacreacin de nuevas identidades tnicas,como son los nuevos procesos sociales deconformacin de cabildos urbanos y cabil-dos urbanos multitnicos, as como la im-plantacin de organizaciones durante algoms de tres dcadas, han logrado los ind-genas hacerse visibles y transformar rela-ciones con gran parte de las institucionesdel Estado que han conseguido valorar suaporte a la construccin de pas. Algunosservidores pblicos tienen claro el abando-no al que han estado sometidos, el peligroque corren y ante todo muchos ms acep-tan la obligacin y el reto de darles un tratodiferenciado que permita su existencia comopueblos distintos. A partir de 1991 se pre-sentan ajustes formales como se ha expre-sado en defensa de la diversidad cultural, elreconocimiento a sus formas de propiedadcolectiva y de gobierno, as como de partici-pacin en asuntos pblicos y de la polticanacional.

    El movimiento indgena en Colombia reco-ge en sus planteamientos esta historia deluchas por la recuperacin de sus territo-rios, el mantenimiento de sus identidades,cultura y autonoma, hasta alcanzar los es-pacios polticos y econmicos con que hoycuentan en el pas. Existen 34 organizacio-nes indgenas entre regionales y naciona-les, y aproximadamente 151 organizacionesde autoridades tradicionales, poblacin en82 pueblos y un movimiento poltico nacio-nal, para participar directamente en el Con-greso de la Repblica, tanto por la circuns-cripcin especial, como por la utilizacin decanales democrticos de los partidos polti-cos, que ha venido logrando cargos de go-bierno departamentales y nacionales.

    Mediante la participacin en diferentes ins-tancias para la toma de decisiones, entre lascuales se encuentra la consulta previa, losindgenas tienen la alternativa de aceptar unproyecto o una ley, lo cual cambia el modelode gestin gubernamental y de participacincomunitaria y ciudadana, ya que es impres-cindible configurar el desarrollo bajo marcosculturales diferentes que tengan en cuentalas aspiraciones de estos pueblos. Estoscambios configuran nuevos escenarios pol-ticos y derroteros para el reconocimiento desus derechos como sujetos colectivos comointerlocutores directos.

    La nueva poltica indigenista del Estado ha deresponder a la presin firme ejercida por lasautoridades tradicionales y las organizacionesindgenas. Para algunos asuntos, como seha visto anteriormente, se recurre a nuevas ydistintas formas organizativas y a la Accin deTutela. El objetivo es siempre el mismo: comovoceros directos con el Estado, defender laautonoma en la toma de decisiones en asun-tos que corresponden a los pueblos. El enfo-11 Citado por Luis Enrique Lpez. Op. cit.

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    que del trabajo de las organizaciones indge-nas no slo se orienta a mejorar condicionesde existencia de los pueblos indgenas sinotambin a la construccin de una nacinmulticultural y con un Estado social de dere-cho como derrotero para todos.

    2.3. Condiciones de vidaespeciales

    Indgenas en la ciudad

    Se han venido presentando en las ciu-dades indgenas desplazados. En Medellnen el ao 2000, un grupo de 100 indgenas,no claramente clasificables de acuerdo a ungrupo tnico, se ubicaron en las calles. Paraunos eran emberas que vinieron a pedir li-mosna; los hombres, segn esta versin,ponan a mujeres y nios a pedir limosna.Otros, los clasificaron como ecuatorianosque bajo la crisis econmica viajaron a Pas-to, Popayn y Cali de donde salieron haciaMedelln, dado que fueron sacados de es-tas ciudades.

    Es cada vez ms grande el nmero de ind-genas que se trasladan a las ciudades yasea en busca de oportunidades de comer-cio, estudio, o por razn de la guerra. La pri-mera manifestacin de este fenmeno se dacon los ingas del Alto Putumayo que iniciaronprocesos de mercadeo de su medicina y yer-bas naturales y establecieron un grupo im-portante que reproduce de manera adaptadausos y costumbres, lo cual les permite man-tener y afianzar su sentido de miembros deun pueblo distinto. Ellos han fortalecido laeducacin bilinge, las autoridades recono-cidas con competencia jurisdiccional hacenjusticia, y mantienen vnculos afectivos, so-ciales, culturales y polticos con sus comuni-dades de origen, pero tambin han sido anfi-

    triones de otros individuos y grupos reciente-mente llegados a la capital.

    Los indgenas en las ciudades se relacio-nan entre s, y como indgenas pertenecien-tes a diversos pueblos han configurado ca-bildos multiculturales y pluritnicos ymultilingsticos. Unidos por el sentido de serpueblos distintos, amplan la solidaridad degrupo, intercambian visiones del mundo ytambin establecen matrimonios mixtos.

    Pese a que son una minora, han logradouna presencia respetada particularmente porla creciente participacin de indgenas en elSenado y la Cmara, en cargos pblicos y degobierno, y a una mayor difusin de lo tnicocultural indgena en los medios de comuni-cacin y en la cotidianidad de los no indge-nas en las ciudades. Esta presencia ha per-mitido a los citadinos conocer mundos ind-genas como el del yag, la medicina tradicio-nal, las visiones religiosas, el amor a la natu-raleza, que son valorados particular-mente por grupos de jvenes eintelectuales.

    Los indgenas realizan tr-mites, participan en orga-nismos e instituciones,tienen sedesorganizativas que sonadems de puntos deencuentro y lugaresdonde proyectanasuntos, realizan ta-reas para conec-tarse con los na-cionales y condiferentes co-mun idadesinternaciona-les.

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    Las ciudades en Colombia no estn prepa-radas para recibir a los indgenas ni los in-dgenas para habitar la ciudad. Existen gru-pos identificados en Bogot, Medelln, San-ta Marta, Valledupar, Sincelejo, Montera,Villavicencio, Popayn, Cali, Pasto, dondeviven en condiciones deplorables. Algunosrealizan rituales adaptados para sobrevivir.Las mujeres y las nias trabajan en el servi-cio domstico sin las garantas laborales yde proteccin legales. En algunas ciudadesintermedias, como Pasto o Popayn, estasmujeres son discriminadas y explotadas.Algunas comunidades religiosas tambinutilizan nios y nias para los servicios do-msticos. En Choc, Vaups, Caquet, Puer-to Carreo, Puerto Inrida, nias indgenastrabajan como prostitutas, sometidas al pe-ligro de contraer enfermedades12.

    Pese a la advertencia hecha hace cinco aosal Distrito Capital, a la Secretaria de Educa-cin y al Departamento Administrativo de Bien-estar del Distrito sobre la necesidad de pre-parar a los ciudadanos en valores multicultu-rales y adecuarse institucionalmente paraofrecer una educacin especializada a losmigrantes indgenas, estudiantes, trabajado-res y funcionarios, hasta hoy se empiezan aexaminar estas necesidades y a configurarprogramas13. En todas estas situaciones demigracin a la ciudad, los nios y jvenesindgenas se ven privados del acceso a laeducacin. Comienzan a surgir propuestasalternativas de educacin indgena urbana,como la inga en Bogot, que es pionera enColombia.

    El Cabildo Inga de Bogot tiene un jardn in-fantil y una propuesta bilinge para atender alos nios y nias ingas. Todo esto es productode una reafirmacin cultural y tnica que co-menz de otra manera, o sea, como mecanis-mo de supervivencia en la ciudad. Los indge-nas se ocultan al emigrar a zonas urbanas;buscan no ser reconocidos como hablantesde otras lenguas, no utilizan la vestimenta pro-pia y no viven la cultura para poder adaptarsea la nueva realidad. Sin embargo, a medidaque se van adaptando van encontrando la ne-cesidad de adecuar su cultura al modo de vidacotidiano, en lo que es posible, de modo quefortalecen usos y costumbres que puedensobrevivir en un espacio distinto. Se utilizanlas lenguas propias, las bebidas y alimentos,se activan celebraciones rituales y se fortale-ce la solidaridad y la ayuda mutua para pro-yectar un futuro como grupo distinto.

    Indgenas aislados y amenazados

    Dentro de esta tipologa de pueblos, hayindgenas que mantienen escaso contactocon la sociedad mayoritaria. Los nukak mak,que aparecieron en la vida nacional en 1989,manifiestan una fisonoma diferenciada delos pueblos indgenas de Colombia.

    En 1988 unos pocos nukak, mujeres, jvenesy nios sin ropas, casi sin ningn elementode nuestra sociedad y sin hablar una solapalabra de castellano, llegaron a Calamar,camino hacia un territorio ancestral, con rum-bo a los ros Unilla e Itilla. Gracias a un misio-nero de Nuevas Tribus se pudo saber queeste grupo se llamaba a s mismo Nukak, yque hablaba una lengua cercanamenteemparentada con la de los bara mak o kakwa.

    Los nukak mak, grupo indgena de caza-dores recolectores, son conocidos como los

    12 Aporte de Cacildo Ypez. Reunin UNICEF. Noviem-bre 5 de 2003.

    13 Snchez Botero, Esther. Configuracin de valoresmulticulturales para la capital (Secretaria de Educa-cin) y proyeccin de la atencin a los nios, nias yjvenes indgenas en la capital. DABS.

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    ltimos nmadas verdes que existen en elmundo. Ocupan parte de la reserva forestalde la Amazona colombiana, entre los rosGuaviare e Inrida y desde las sabanas deLa Fuga hasta el lmite occidental del depar-tamento del Guana. Esta rea, que aprove-chan para cazar, pescar y recolectar produc-tos silvestres, engloba el territorio al que sehan visto confinados por el cordn coloniza-dor. Una caracterstica fundamental de laforma de vida de los nukak es su organiza-cin en pequeos grupos o bandas nma-das (oscilan entre 6 y 30 personas) unidaspor relaciones de consanguinidad, afinidado alianza.

    El nomadismo permanente es la particulari-dad que los diferencia de otras sociedadestribales. Estos indgenas se desplazan apro-vechando los sitios donde hay agua, las con-centraciones de especies vegetales para larecoleccin de frutos, las zonas de pesca ycacera, y los lugares de habitacin tempo-ral, de encuentro y de intercambio. Con ellocompletan el ciclo anual de la vida silvestre.Se desplazan con lo indispensable parareinstalarse en otro sitio. Su grande y nicariqueza es la selva. Cuando un grupo agotaen un lugar los recursos que ofrece la natu-raleza, se traslada a otro sitio.

    La poblacin, segn informantes de la re-gin, entidades y misioneros, se calcul en3.000 personas Hoy la poblacin se calculaentre 700 y 1.000 individuos y hay quienesafirman que son slo 400, dado el impactode las fumigaciones y las enfermedades. Elcontacto de este grupo indgena con el mun-do exterior les gener daos irreversiblesque hacen peligrar su existencia, su cultura,su independencia, su forma particular de re-lacionarse con la naturaleza y su vida comocolectividad tnica. Los nukak ya han sufri-

    do violacin de sus derechos humanos, hansido vctimas de epidemias y algunos de susnios han sido raptados. Adems, varios desus miembros se han vinculado como tra-bajadores cocaleros.

    A pesar de ser muy reconocida la problem-tica que afecta a los nukak, los enredos bu-rocrticos impiden aplicar los recursos detransferencias ahorrados cada ao que lescorresponden. La situacin es especial-mente dramtica para los nios, muchos delos cuales se hallan en orfandad y despro-teccin. El ICBF tiene conocimiento de quetreinta nios viven por fuera de la comuni-dad, sin incluir nueve que se encuentran bajoproteccin de esta entidad estatal. Lo ante-rior sin contar algunos nios que viven conlos colonos.

    Cul es el futuro de los nukak mak enmedio de la guerra, la colonizacin, la explo-tacin brutal y depredadora de los recursosnaturales y el aniquilamiento de la poblacinpor epidemias? Una de las necesidades msapremiantes tiene que ver en primer lugarcon la posibilidad de vivir en un territorio concondiciones naturales protegidas.

    Indgenas de frontera

    Los tratados internacionales con pasesde frontera manifiestan que los indgenashabitantes de dos pases fronterizos partici-pan de la doble nacionalidad. Sin embargo,frente a situaciones concretas, esta directrizno se realiza. Es el caso de los awa ecuato-rianos en Colombia, de los way en Vene-zuela, de los tikuna de Brasil, o de los tuleen Panam.

    Los indgenas de frontera que viven en territo-rios continuos o en territorios internos tienen

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    ciertos problemas particulares: separacin deunidades sociales como clanes; las necesi-dades como pueblos se manejan de mododiferencial en los pases fronterizos; los ca-sos de nios de proteccin, por ejemplo, sonms complejos de manejar por cuanto haycompetencias jurisdiccionales especificaspuesto que si son nacionales, el manejo degrupos identificados como de otra nacin con-figura un problema de orden pblico; los gas-tos para efecto de ayuda, transportes o gastosinstitucionales se complican pues no puedenhaber recibos dentro de una contabilidad na-cional que sean emitidos en otro pas.

    Se est en mora de examinar y generar unapoltica al respecto.

    En el ao 2002 la prensa nacional registrel rechazo del gobierno panameo paraaceptar la presencia de tules colombianosen territorio de frontera.

    El ICBF de Cali descart como su responsa-bilidad asumir los cuidados a familias ind-genas ecuatorianas que debido a la crisiseconmica se desplazaron a Colombia.

    El ICBF de Riohacha acept proteger al nioway venezolano que lleg a Colombia.

    2.4. Conflicto internoy violencia

    El conflicto armado insurgente es ms pro-fundo y est ms extendido que en cualquierotro momento de las ltimas tres dcadas, yhan disminuido las zonas con una presenciaactiva del Estado. En las ltimas cinco dca-das, los implicados en el conflicto armado hanpasado de ser la guerrilla y las Fuerzas Arma-das a incluir a los carteles de la droga y a losgrupos paramilitares armados de derecha, lo

    que se ha visto acompaado de un aumentoen la densidad, tanto espacial como en trmi-nos de redes recprocas interdependientesentre las diferentes partes. El conflicto arma-do interno se ha convertido en una lucha porcontrolar el territorio en la que muchas zonasdel pas, en especial las rurales, se hallan endisputa activa entre la guerrilla izquierdista ylos grupos derechistas armados. Los munici-pios con algn tipo de presencia guerrilleraaumentaron del 17 % en 1985 al 58 % en 1995.Si a esto se aaden las zonas con actividadde los paramilitares, los traficantes de droga ylas Fuerzas Armadas, aproximadamente el 75% del pas se encuentra bajo algn nivel deconflicto armado. El Ejrcito y la Polica colom-bianos han sido incapaces de garantizar laseguridad de los ciudadanos y la impunidades comn ante las crecientes violaciones detodo tipo de los derechos humanos. Comoconsecuencia, las corporaciones municipalesy las instituciones de gobierno han perdido susoberana y aumenta la cantidad de colom-bianos asesinados y desplazados.

    Conflicto armado y desplazamiento indgena14.

    Este apartado es fundamental para en-tender la grave situacin de violencia que

    14 Este documento -que hemos resumido con el fin depresentar su contenido estructural- forma parte de unestudio de caracterizacin del desplazamiento indge-na en cinco zonas: Cauca, Putumayo, Sierra Neva-da, Urab y Choc. El anlisis del conflicto armado,que aqu se presenta, tiene como base el estudiocomparativo de los informes regionales de las cincozonas mencionadas y un taller en el que participaronlos integrantes (indgenas y no indgenas) de los equi-pos regionales de investigacin y dirigentes de laOrganizacin Nacional Indgena de Colombia, ONIC.Los datos e informaciones concretas que sustentanlas afirmaciones de este documento se refieren ex-clusivamente a las regiones del estudio. Pero el con-flicto armado se extiende por todo el pas, afectandono slo los territorios indgenas sino toda la sociedadcolombiana. Remitido va correo electrnico porCasildo Ypez.

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    afrontan los pueblos indgenas de Colom-bia. Entendemos por violencia los actos de-liberados con el objeto de causar dao15.

    El actual conflicto armado se ha hecho pre-sente en los territorios indgenas desde suscomienzos hasta llegar actualmente a afec-tar la mayora de comunidades indgenasdel pas. La expansin del conflicto arma-do por los territorios indgenas tiene quever, fundamentalmente, con los siguientesfactores: a) las ventajas estratgicas de losterritorios indgenas para los grupos ilega-les (insurgencia, narcotrfico, paramilita-res) como zonas de refugio, como corredo-res para el trfico de armas, drogas, con-trabando y movilizacin de sus efectivos, ypara ejercer desde all el control de zonaseconmica y militarmente estratgicas; b)la inversin de grandes capitales en zonascercanas a territorios indgenas o directa-mente en ellos, atrayendo primero a la in-surgencia por razones polticas y finan-cieras y luego a la contrainsurgenciapara defender las empresas; c) laexpansin de los cultivos ilcitos,coca y amapola, que terminaroninvadiendo casi todos los terri-torios indgenas y convirtin-dose en la principal fuentede financiacin de los ac-tores armados de uno yotro bando; y d) la ex-pansin delnarcolatifundismohacia zonas conalto potencial devalorizacin detierras.

    Insurgencia, contrainsurgencia, narcotr-fico, empresas multinacionales y mega-proyectos estatales son fuerzas externas,de gran magnitud e impacto, de muchopeso econmico, capaces de desestabi-lizar las estructuras ambientales, territo-riales, culturales y sociales de cualquiercomunidad, de imponer su dominio y pre-cipitar altos niveles de violencia. La evi-dencia demuestra que los impactos tien-den a ser peores en aquellos territorios ycomunidades indgenas que no han lo-grado plena consolidacin, ya sea porqueel Estado no les ha legalizado sus territo-rios, porque son comunidades desorga-nizadas o recientemente conformadas ocon muchas contradicciones internas como el caso del Naya en el Cauca, delos kankuamos en La Sierra y de las co-munidades ms vulnerables de Urab,

    15 Definicin dada en conversacinpersonal con la antroploga MyriamJimeno.

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    Choc y Putumayo16. La afirmacin de laautonoma comunitaria y la resistenciafrente al conflicto armado y a todas estasfuerzas desestabilizadoras ha empezadoa gestarse en las regiones donde las co-munidades y las organizaciones indge-nas han sido ms fuertes, particularmen-te en el Cauca y Antioquia.

    Casi todos los grupos guerrilleros que hanexistido en el pas han operado en territo-rios indgenas17. Incluso los indgenas mis-mos tuvieron su propio movimiento arma-do: el denominado Quintn Lame, para pro-tegerse de los terratenientes y de la repre-sin estatal desatada contra ellos en el go-bierno de Turbay Ayala (Estatuto de Seguri-dad), como tambin contra las arbitrarieda-des de otros grupos guerrilleros18.

    Las actividades insurgentes, aunque inicial-mente no estuvieran dirigidas contra las co-

    munidades indgenas, han sido expresin yfuente de conflicto armado, por la persecu-cin de los organismos de seguridad delEstado contra la insurgencia y sus colabo-radores (reales o supuestos), por laretaliacin paramilitar y finalmente por lospropios conflictos y contradicciones de losgrupos armados con las comunidades. Lapermanencia de la guerrilla en las comuni-dades induce necesariamente interaccionesvoluntarias e involuntarias, por lo cual lascomunidades de las denominadas zonasrojas pueden fcilmente ser sealadas decolaboradoras de la guerrilla. Algo similarsucede con las comunidades de las zonasbajo control paramilitar, que son vistas porlos guerrilleros como colaboradoras de lafuerza pblica y los paramilitares. Estossealamientos tienen sus costos para lapoblacin civil, que a la larga termina sien-do sealada y vctima de ambos bandos.

    Las actividades de secuestros e incautacinde ganado, vehculos, dinero y otra clase debienes por parte de la guerrilla, desplazn-dose con ellos hacia las montaas y territo-rios indgenas, coloca a estas comunida-des, al igual que a los campesinos y comu-nidades negras, en situacin de alto riesgoante la retaliacin por parte de la fuerza p-blica y los paramilitares. Por ejemplo, el casode la masacre del Naya en el Cauca por partede los paramilitares, en la que murieron msde cien personas (muchas de ellas indge-nas paeces), despus de que el ELN entre-g all a los secuestrados de La Mara y delkilmetro 18.19 Por lo anterior, una de lasconclusiones del reciente Congreso de los

    16 El Naya, Cauca, territorio recientemente colonizado(a partir de 1952), su primer cabildo lo eligen en 1994.En la masacre de abril del 2001 murieron alrededor deun centenar de personas.Kankuamos: es la etnia menos tradicional de la SierraNevada y no tiene territorio consolidado. Aqu esdonde ha sido ms intensa la guerra, han sido asesi-nados 150 kankuamos desde el ao 96 y all se hanpresentado desplazamientos masivos.En el Putumayo los indgenas quedaron reducidos aresguardos muy pequeos y dispersos, adems deque las comunidades del eje Mocoa-Puerto Ass nohan legalizado sus territorios. Este es el escenarioms intenso de guerra en el pas.

    17 Actualmente, en La Sierra Nevada, hacen presencialos frentes 19 y 59 de las FARC y el frente 6 dediciembre del ELN. En la Serrana del Perij hacenpresencia el frente Jos Manuel Martnez del ELN y el41 de las FARC. En Putumayo, los frentes 13, 22,27, 32 y 48 de las FARC. En la dcada de 1980 hizopresencia el frente Aldemar Londoo del EPL. En1984-86, el M-19. En 1998 el frente Comuneros delSur del ELN. En el Cauca han hecho presencia.

    18 Recurdese, por ejemplo, la masacre de Caloto, elasesinato del sacerdote lvaro Ulcu, indgena paez,en los cuales estuvieron involucrados miembros dela fuerza pblica. Y, por otra parte, la masacre delcabildo de Huellas por las FARC en momentos enque se dirigan a un congreso del CRIC, o las barba-ridades del extinto grupo guerrillero Ricardo Francoen territorios indgenas del Cauca.

    19 Aunque la masacre del Naya estaba plenamente anun-ciada, las fuerzas de seguridad del Estado no la impi-dieron. Por su parte, los guerrilleros del ELN, al or losprimeros disparos, abandonaron la zona dejando iner-mes a las comunidades.

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    Pueblos Indgenas de Colombia (nov. 2001)plantea frente a los grupos insurgentes: lesseguimos exigiendo que salgan de nues-tros territorios, modifiquen sus procedimien-tos contrarios al pueblo, respeten la autori-dad, territorios, gobierno y ejercicio de la ju-risdiccin indgena.20

    En desarrollo de actividades mineras, pe-troleras y de grandes proyectos de infraes-tructura energtica y vial, a cargo de empre-sas multinacionales, se han venido hacien-do grandes inversiones de capital en territo-rios que anteriormente estuvieron al mar-gen del desarrollo econmico del pas,como las selvas de la Amazonia y del Pacfi-co y los Llanos Orientales21. La inversin decapital multinacional en este tipo de proyec-tos, que por lo general se ubican en tierrasbajas, es una de las caractersticas del nue-vo modelo de desarrollo econmico del pas.En muchos de estos territorios hay presen-cia de comunidades indgenas.

    Si bien estas fuentes de capital pueden seruna fuente muy importante de desarrollo so-cioeconmico, su historia, en muchas re-

    giones, ha dejado experiencias muy negati-vas para el medio ambiente y las comunida-des locales, por lo cual no siempr