patología de reptiles

75
N.° 49 • FEBRERO 2001 PUBLICACION CIENTIFICO TECNICA PARA EL PROFESIONAL DE LA CLINICA DE PEQUEÑOS ANIMALES Dirige y coordina esta monografía: Dr. Nicasio J. Brotóns Campillo Director: Dr. Fidel San Román Ascaso PATOLOGÍA DE REPTILES PATOLOGÍA DE REPTILES AULA VETERINARIA

Upload: avia-solano-sofia

Post on 01-Dec-2015

121 views

Category:

Documents


7 download

TRANSCRIPT

Page 1: Patología de reptiles

N.° 49 • FEBRERO 2001

PUBLICACIONCIENTIFICO TECNICA

PARA EL PROFESIONALDE LA CLINICA DE

PEQUEÑOS ANIMALES

Dirige y coordina esta monografía:Dr. Nicasio J. Brotóns Campillo

Director:Dr. Fidel San Román Ascaso

CA

NIS

FELI

SC

AN

ISFE

LIS

etPA

TOL

OG

ÍA D

E R

EP

TIL

ES

FE

BR

ER

O 2

001

PATOLOGÍA DE REPTILESPATOLOGÍA DE REPTILES

N.o

49

AULA VE

TERINAR

IA

Page 2: Patología de reptiles

PROGRAMA 2000N.o 49 (Febrero)

PATOLOGÍA DE REPTILES

Nicasio J. Brotóns

N.o 50 (Abril)ZOONOSIS

Guadalupe Miró

N.o 51 (Junio)

ERLIQUIOSIS

Gustavo Sánchez

Miguel Tesouro

N.o 52 (Agosto)

TERAPÉUTICA DEL DOLOR

Paloma García

N.o 53 (Octubre)

GARGANTA, TRÁQUEA Y SENOS

Mercedes Sánchez

N.o 54 (Diciembre)

ENFERMEDADES DEL DESARROLLO

Pilar Llorens

Publicación bimestral. Reservados todos los derechos de edición.Se prohíbe la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de este número, ya sea por medio electrónico o mecánico, de fotocopia,grabación u otro sistema de reproducción, sin autorización expresa del editor.Tarifa de suscripción anual: Mediante domiciliación bancaria de 6.656 ptas. Mediante contra reembolso de 8.656 ptas. Ejemplar suelto: 1.850 ptas. (IVAincluido).Empresa periodística núm. 3.725. Depósito legal: M. 1137-1993 ISSN: 1133-2751 Imprime: EGRAF, S.A.

Pasaje Virgen de la Alegría, 14Teléfono 91 405 72 60 / 91 405 15 95.

Fax 91 403 49 07e-mail: [email protected]

http://www.aulaveterinaira.com28027 Madrid

DIRECTOR:Dr. Fidel San Román AscasoDirector del Hospital Clínico Veterinario. Catedrático de CirugíaFacultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid

DIRECTOR HONORíFICO:Dr. Juan José Tabar BarriosCentro Policlínico Veterinario “Raspeig” San Vicente. Alicante

DIRECTOR DE LA MONOGRAFíA:Dr. Nicasio J. Brotóns CampilloClínica Veterinaria Médano(Alicante)

COLABORADORES:

A. Martínez-SilvestreA. Ramis

Dirección Editorial:Guillermo Garzón Fdez.-Conde

Coordinación Editorial:Elena Malmierca Lerma

Dirección de Producción:Fernando Latorre Margolles

Dirección Artística:José Luis García Alonso

Coordinación de Realización:Isabel Velasco Granados

Maquetación:Pablo Bravo Avilés

Reproducción Fotográfica eInfografía:Enrique Leiva Hidalgo

Supervisión y Corrección deTextos:Marta Martínez Sandoval

Asistente de Corrección:Guillermo Rodríguez Peñacoba

Composición de Textos:Mª Dolores Llano García

Colaboradores:Mª Luz Franco F d e z . - C o n d eBeatriz García MartínCristina Plaza Fonseca

Publicidad Madrid:Mariló Santos Carreras

CANIS ET FELIS N.o 49

PATOLOGÍA DE REPTILES

taff

Page 3: Patología de reptiles

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

EDITORIAL

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

CANIS ET FELIS N.o 49

PATOLOGÍA DE REPTILES

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

ENFERMEDADES PARASITARIAS

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

ndice

Page 4: Patología de reptiles

N la última década hemos asistido a un incremento considera-ble de las consultas de animales exóticos en todas las clínicasy consultorios veterinarios privados y en los hospitales clínicosde las facultades de veterinaria, con mayor o menor repercu-sión en las distintas zonas geográficas de España. Aunque

este incremento ha sido mucho mayor en las grandes ciudades y en la costamediterránea, hoy por hoy no es extraño encontrar casos clínicos de estosnuevos animales de compañía en cualquier clínica veterinaria, por recónditaque sea su ubicación.

Dentro de este grupo de “nuevos animales de compañía”, los reptiles consti-tuyen un subgrupo con más de 6.000 especies, que presentan una gran diver-sidad en cuanto a sus características anatómicas y fisiológicas, así como en suscuadros patológicos. La escasez de obras de consulta sobre estas especies edi-tadas o traducidas al castellano dificulta en gran medida el diagnóstico y trata-miento de las patologías con las que con frecuencia debe enfrentarse el veteri-nario clínico de pequeños animales.

Somos conscientes de que es imposible abarcar toda la patología de reptilesen una monografía de apenas 70 páginas, y, por ello, hemos centrado nuestrosesfuerzos en explicar con mayor detenimiento aquellas patologías que, por sufrecuencia de presentación en la clínica diaria, creemos que pueden ser demayor utilidad para el veterinario clínico de pequeños animales.

Asimismo, hemos creído conveniente incluir dos capítulos dedicados al diag-nóstico: el capítulo primero hace referencia a las técnicas terapéuticas máshabituales, explicando cómo y donde deben llevarse a cabo, mientras que elcapítulo sexto aporta toda la información necesaria para el diagnóstico post-mortem, mediante la realización de necropsias y estudio macroscópico de laslesiones.

Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a la editorial Luzán 5 yen especial al Dr. Juan José Tabar (como director honorífico de Canis et Felis)por la oportunidad que nos brindaron para ofrecer nuestro “granito de arena”y contribuir así a un mejor conocimiento de las patologías de reptiles manteni-dos como animales de compañía. Asimismo, también queremos agradecer ladisposición y la colaboración del Dr. Antonio Ramis (de la Unidad Docente de

CANIS ET FELIS N.o 49

PATOLOGÍA DE REPTILES

ditorial

EE

Page 5: Patología de reptiles

Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autóno-ma de Barcelona) en la elaboración del capítulo sexto.

Para la realización de esta monografía se han revisado numerosísimas citasbibliográficas que hemos enriquecido con nuestra experiencia personal adquiri-da tanto en el trabajo cotidiano en la clínica veterinaria de reptiles como conlos animales que se reciben en el Centro de Recuperación de Anfibios y Repti-les de Cataluña (CRARC), en Masquefa.

NICASIO J. BROTÓNS CAMPILLOClínica Veterinaria Médano. Campello (Alicante)

ALBERT MARTÍNEZ-SILVESTRECentro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña (CRARC)

CANIS ET FELIS N.o 49

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 6: Patología de reptiles

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

N. J. BROTÓNS

Clínica Veterinaria Médano. San Ramón, 77. 03560 Campello (Alicante)

A anamnesis detallada y la exploración sistemática constituyen los pilares básicos para el diag-nóstico en la mayoría de las patologías de reptiles. Sin embargo, en numerosas ocasiones esnecesario confirmar el diagnóstico mediante la realización de pruebas complementarias antes deestablecer el protocolo terapéutico. En este capítulo, se describen las técnicas para la extracción de muestras de sangre, orina y

heces, así como los principios básicos para la realización de otras técnicas diagnósticas, tales como la radio-logía, ecografía, electrocardiografía y endoscopia.

Por último, se describen las técnicas para la administración de fármacos por vía oral, subcutánea, intramus-cular, intracelómica, intravenosa e intraósea, con especial mención de las utilidades prácticas de cada vía.

LL

Page 7: Patología de reptiles

Vena coccígea ventral

Descrita en saurios y ofidios2,5,6,7,8,9. Habitualmente serecomienda colocar al paciente en decúbito dorsal, sujetán-dolo firmemente entre varios auxiliares. El punto idóneo parala inserción de la aguja se localiza a un tercio de la distan-cia entre la apertura cloacal y el extremo de la cola9, evi -tando con ello pinchar los sacos genitales y los hemipenesen los machos4. La aguja se introduce entre dos escamas enla línea media2, con un ángulo de entrada de unos 45°. Enofidios, la aguja debe seguir una trayectoria caudodorsalhasta alcanzar las vértebras coccígeas (fig. 1), mientras que,en saurios, es preferible dirigirla craneodorsalmente. En algu-nas especies existe un arco óseo que protege la vena y quedificulta esta técnica, por lo que en ocasiones es necesarioretirar suavemente la aguja, redireccionándola craneal ocaudalmente. En los saurios, también se ha descrito el abor-daje de esta vena desde el surco lateral de la cola10 (fig. 2).

Vena coccígea dorsal

Útil en quelonios, aunque en las hembras esta técnica esmás complicada, debido a la menor longitud de su cola.Sujetando la cola firmemente, y arqueándola ventralmente,se favorece su exposición. La aguja se introduce por la zona

TÉCNICAS PARA LAEXTRACCIÓN DE MUESTRASDE SANGRE

A elección del punto devenipunción varía segúnla especie, el sexo y eltamaño del animal. Lacantidad máxima de san-

gre ex t raída nunca debe ser mayor del0,8% del peso corp o ra l1. Antes de pro-ceder a la ex t racción, debe lava rse lazona con una solución jabonosa yo d a-d a2 d e s i n fe c tándola poste ri o rm e n te cona l c o h o l .

Venas palatinas

La toma de muest ras de sangre enlas venas palatinas ha sido amp l i a m e n-te descri ta en la lite ra t u ra científi c acomo lugar de venipunción en ofi-d i o s1, 3 , 4 , 5. Sin embargo, en opinión dela u to r, esta técnica no está just i fi c a d a ,ya que re s u l ta muy difícil re a l i z a rla encondiciones asépticas y la aguja puedevehicular micro o rganismos al to rre n tesanguíneo. Asimismo, es fre c u e n te lafo rmación de hemato m a s4. En cualqu i e rcaso, esta técnica sólo es pra c t i c a b l een animales de gran tamaño y re qu i e reel empleo de agujas finas (25-27 G)6 yc u rvadas, para optimizar el ángulo dee n t ra d a7.

Vena abdominal ventral

Tra n s c u rre por la línea media dela b d o m e n7, entre la cicatriz umbilical yla pelvis de saurios y ofidios. El auto rdesaconseja la ex t racción de sangre ene sta vena, porque re s u l ta muy difícil re a-lizar una buena hemostasia tras laex t racción.

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

LLFig. 1.— Extracción de sangre en la vena coccígea ventral de

una pitón real albina (Phyton regius). Nótese la direc-ción caudodorsal de la aguja.

Page 8: Patología de reptiles

dorsal de la cola, en la línea media6, conun ángulo de inclinación de 45°, hastaalcanzar el aspecto dorsal de las vérte-bras coccígeas14 (fig. 3).

Vena braquial/plexo braquial

D e s c ri ta en saurios y qu e l o n i o s11,puede ser de gran utilidad cuando sere qu i e ra realizar analíticas re p etidas enun mismo paciente. Manteniendo laex t remidad ante rior ex tendida haciad e l a n te, se introduce la aguja en unp u n to justo proximal a la inserción deltríceps en el hombro, para l e l a m e n te aleje longitudinal del húmero (fig. 4). Ens a u rios, se sitúa muy superfi c i a l m e n te yapenas hay que introducir la punta dela aguja, pero en los quelonios puedeser necesario profundizar algo másm e d i a l m e n te.

Vena yugular

En opinión del auto r, puede conside-ra rse como el lugar de elección en une l evado número de especies de qu e l o-nios. Debe te n e rse en cuenta que la san-gre obtenida en ot ras localizaciones( exc e p to la ex t raída por card i o c e n te s i s )se contamina fá c i l m e n te con linfa12.M i e n t ras un auxiliar sujeta al paciente fi r-m e m e n te, con las ex t remidades ante ri o-res ex tendidas a ambos lados del espal-d a r, el vete ri n a rio puede sujetar la cabe-za entre el dedo pulgar (sobre el crá n e o )y el índice (por debajo de la mandíbula).M a n teniendo el cuello comp l eta m e n teex tendido y lige ra m e n te rotado, es posi-ble llegar a ver la vena que hace pro m i-nencia en la piel del cuello en una líneai m a g i n a ria que tra n s c u rre desde la esca-ma timpánica hacia la entrada deltó ra x6 ,13. No rm a l m e n te, la yugular dere-cha está más desarrollada que la izqu i e r-d a6 p e ro la ex t racción es posible en

ambos lados (fig. 5). En las to rt u gas marinas, el lugar deelección son los senos venosos posto c c i p i ta l e s9 ,14, qu ecomunican con las venas yugulares y se localizan entre lap rot u b e rancia occipital y el borde libre del espaldar, aambos lados de la línea media6.

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 2.— Extracción de sangre en la vena coccígea ventralmediante un abordaje desde el surco lateral de lacola en una iguana verde ( Iguana iguana).

Fig. 3.— Extracción de sangre en la vena coccígea dorsal enun ejemplar macho de Testudo marginata.

Page 9: Patología de reptiles

Cardiocentesis

Au n que no está exe n to de riesgo, conun poco de práctica puede considera rs ecomo el mejor método para la obte n-ción de sangre en ofi d i o s4 , 6 ,15. El cora-zón de las serp i e n tes se localiza entre el15-25% (te rre st res y arborícolas) y el 25-45% (acuáticas) de su longitud nari n a -a p e rt u ra cloacal16. El ch o que de lap u n ta puede localizarse por visualiza-ción dire c ta o mediante el empleo de unDoppler de flujo. La aguja se intro d u c een el borde caudal de la 1ª ó 2ª esca-ma ve n t ral, caudalmente al punto dondese observe el latido cardiaco, diri g i é n-dola cra n e o d o rs a l m e n te4 con un ángulode entrada de unos 45° (fig. 6). Des-pués de atravesar la musculatura card i a-ca, es posible apreciar cómo la agujap e n et ra en la cavidad ve n t ri c u l a r4. Elgrosor y la longitud de la aguja depen-den del tamaño del animal, re c o m e n-dándose desde 0,5 x 16 mm (25 G) eno fidios pequeños hasta 0,8 x 40 mm (21G) en serp i e n tes de más de 1 kg. Des-pués de la ex t racción, debe aplicars ep resión digital sobre la zona para favo-recer la hemosta s i a4.

En la mayoría de los saurios, el cora-zón se sitúa en el centro del cinturó np e c to ral, lo que hace desaconsejable lac a rd i o c e n tesis como técnica habitualp a ra la ex t racción de sangre. Comoexcepción, la card i o c e n tesis podríap ra c t i c a rse en va ranos (V a r a n i d a e) ytegus (T e i i d a e), ya que en estas espe-cies el corazón se localiza caudalmenteal este rnón. Ta mpoco se recomienda enquelonios, ya que la est ru c t u ra ósea delc a p a razón obliga a ta l a d rar un ori fi c i oen el peto para la inserción de laa g u j a13. El punto de re fe rencia parai n t roducir el ta l a d ro es el punto de unióne n t re las placas pecto rales y las abdo-m i n a l e s17.

MANIPULACIÓN DE LAS MUESTRAS DESANGRE

Una vez obtenida la muestra, se retira la aguja antes detraspasar la sangre al tubo, para evitar dañar las estructurascelulares y provocar hemólisis. La heparina de litio es el anti-

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 4.— Extracción de sangre en la vena braquial en una igua-na verde (Iguana iguana). Nótese la escasa penetra-ción de la aguja.

Fig. 5.— Extracción de sangre en la yugular derecha de ungalápago leproso (Mauremys leprosa).

Page 10: Patología de reptiles

coagulante de elección en reptiles8,18, alp e rmitir ta n to el estudio hemato l ó g i c ocomo bioquímico19,20. La última gota quequeda en el cono de la jeringuilla puedeaprovecharse para realizar una extensiónsobre un porta, que ha de ser lo más finaposible. La muestra se seca al aire y sefija y tiñe según el método de May-Grun-wald-Giemsa. El recuento de hematíes yleucocitos puede realizarse simultánea-mente empleando como diluyente la fór-mula de Natt y Herrick21. El hemogramase completa con la obtención del valorhematocrito y la concentración de hemo-globina.

E x i ste una gran va riabilidad en elrecuento de leucocitos, dependiente dela especie, sexo, edad, estado nutricionaly época del año21. El recuento diferencial(fórmula leucocitaria) también varía segúnla época del año. En invierno, los linfoci-tos alcanzan su valor mínimo y los eosi-nófilos el máximo, ocurriendo lo contrarioen verano21.

Los va l o res de bioquímica sérica va r íanampliamente en función de la especie,edad y sexo, así como de las técnicasempleadas. Por ello, cada laboratoriodebería obtener sus valores de referencia.Puede obtenerse información adicionalen los textos de Carpenter JW et al.22 yFudge AM et al.23.

TÉCNICAS PARA LAOBTENCIÓN DE MUESTRASDE ORINA

Tradicionalmente los análisis de orinase han empleado muy poco en la clínicade reptiles. Es to se debe a que las mues-tras excretadas se encuentran contamina-das con heces, la cateterización vesicales complicada y algunas especies (ofi-dios y algunos saurios) no poseen vejigaurinaria4,24. Sin embargo, el urianálisis

permite al clínico obtener una gran cantidad de informaciónpara el diagnóstico de numerosas patologías24,25.

En los reptiles que no poseen vejiga, no hay más remedioque emplear las muestras una vez excretadas, pipeteando laporción urinaria para separarla de la porción fecal, aunquelos resultados deben interpretarse con precaución. La cisto-centesis es el método más fiable para la obtención de mues-tras de orina en las especies que poseen vejiga4. En quelo-nios, se realiza en la fosa inguinal izquierda, ya que el lóbu-lo hepático derecho está muy desarrollado y desplaza a lavejiga hacia el lado izquierdo. Colocando al animal en posi-ción vertical (con la cabeza hacia arriba), se introduce unaaguja 22 G medialmente, justo por delante de la regiónpúbica (fig. 7). En saurios, el abordaje es muy similar, ya quede esta forma se evita pinchar accidentalmente la venaabdominal ventral que transcurre por la línea media.

La orina de los reptiles es muy rica en sales de ácido úricoy su presencia no debe considerarse patológica, salvo queexistan depósitos en forma de arenilla o urolitos.

TÉCNICAS COPROLÓGICAS

Las muestras de heces han de ser siempre frescas. Los ani-males que padecen periodos prolongados de anorexiadefecan muy esporádicamente, por lo que en ocasiones esnecesario obtener la muestra mediante lavado cloacal. Paraello, puede emplearse una sonda metálica curvada2 y lubri-

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Cardiocentesis en una pitón real (Phyton regius).

Page 11: Patología de reptiles

ficada con vaselina, introduciéndola sua-vemente por la apertura cloacal (fig. 8),girándola alternativamente a derecha ei z qu i e rda. En ofidios, la apert u ra delcolon en la cloaca se localiza ventral-mente, existiendo un saco ciego en lazona dorsal que debe evitarse. Una vezalcanzado el colon, se introduce suerofisiológico (10 ml/kg)2 y se realiza unmasaje de la cavidad celómica (saurios yofidios), esperando uno o dos minutosantes de aspirar la muestra. En quelonios,el masaje puede sustituirse por pequeñasaspiraciones y reintroducciones del suero.

El examen coprológico debe realizar-se de un modo rutinario en todos lospacientes. La parasitación intestinal esmuy frecuente en reptiles, sobre todo enlos recién importados y en los mantenidosen condiciones de semilibertad. Siempredebe observarse una porción de la mues-tra diluida con suero, sin colorantes, entreporta y cubre, para la detección de pro-tozoos flagelados y ciliados (ver capítulo3: Enfermedades parasitarias). A conti-nuación, puede teñirse con una tinciónvital de mertiolato o lugol. Con el resto dela muestra puede realizarse una flotaciónen solución salina sobre s a t u rada, deforma similar a como se hace en peque-ños mamíferos. Conociendo el peso de lamuestra y el volumen de solución salinaempleado, puede obtenerse un resultadocuantitativo mediante recuento de huevosu ooquistes en cámara de Thoma.

TÉCNICAS RADIOLÓGICAS

Los estudios radiológicos son muy úti-les en la evaluación de enfe rm e d a dósea metabólica (EOM), pneumonía, dis-tocia, diagnóstico de ge stación, uro l i t i a-sis, copro stasis, timpanismo, cuerp o sex t raños, depósitos de ácido úrico calci-ficado (gota), fra c t u ras, luxaciones, oste-

omielitis y tumores óseos. En ge n e ral, se recomienda ele mpleo de película y chasis de tierras ra ra s2 6 p a ra disminuirel tiempo de radiación y mejorar la definición. Las películasde mamografía pro p o rcionan imágenes de calidad supe-ri o r27, aunque re qu i e ren mayor mA/s y KV. Como mediosde contra ste puede emp l e a rse aire (pneumocisto gra f í a )2 8,

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 8.— Lavado cloacal en una Iguana iguana empleando unasonda metálica curvada lubrificada.

Fig. 7.— Cistocentesis en la fosa inguinal izquierda de una tor-tuga mora (Testudo graeca).

Page 12: Patología de reptiles

s u l fa to de bario (5 ml/kg en trá n s i to sga st ro i n te st i n a l e s ) 2 9 , 3 0 , 31, amidot ri z o a to( 5 0 0 - 1.000 mg/kg i.v., i.o.)3 2 o iopami-dol (1.000 mg/kg, i.v. )3 3. Pa ra la inmov i-lización dura n te los estudios ra d i o l ó g i-cos, pueden emp l e a rse dive rsos méto-dos. En ofidios, se recomienda el emp l e ode tubos de plex i gl á s2 6 , 31 (de longitud yd i á m et ro adecuados al tamaño del ani-mal). En algunos saurios, da buenos re s u l-tados la inmovilización por est i m u l a c i ó nde la re p u e sta óculo-va s o - va ga l34. Estatécnica consiste en aplicar una pre s i ó nc o n sta n te con to rundas de algodóns o b re ambos globos oculares dura n teuno o dos minutos (fig. 9), con lo que sep roduce va s o d i l a tación, disminución dela presión arte rial y bra d i c a rdia por est i-mulación del nervio vago. Todos esto se fe c tos conducen a una re l ajación delp a c i e n te, que queda inmóvil y perm i te unp o s i c i o n a m i e n to adecuado dura n te algu-nos segundos (fig. 10). En quelonios, sue-len emp l e a rse cajas de cartón para ev i-tar que deambulen sobre la superfi c i edel chasis. Cuando no se disponga dehaz hori z o n tal de rayos X, puede utili-z a rse una plata fo rma de corcho confo rma de “L”, sujetando el capara z ó ncon bandas de espara d rapo a la pare dve rtical de esta est ru c t u ra2 9, para las pro-yecciones late ro l a te rales y ante ro p o ste-ri o res (fig. 11). Si se precisa realizar est u-dios ra d i o grá ficos de las ex t re m i d a d e s ,es necesario mante n e rlas ex te n d i d a sp a ra ev i tar la superposición de las est ru c-t u ras óseas del capara z ó n4. En animalesde tamaño mediano o grande, puede sern e c e s a ria la sedación con keta m i n a2 9.

ECOGRAFÍA

Tiene más utilidad en saurios y ofi-dios, ya que, en quelonios, las ve n ta n a sa c ú sticas se reducen a las fosas pecto-

rales e inguinales3 5 , 3 6. Las sondas más empleadas son lasde 5,0 y 7,5 MHz2 6 , 3 5 , 37, 3 8 , 3 9 , 4 0 , 41. En saurios y ofi d i o s ,debe perm i t i rse que el gel conta c te con la piel dura n tealgunos minutos antes de iniciar el estudio ecográ fico, paraque imp regne bien el área subescata l2 6, ev i tando así lai n te rfase de aire entre la piel y el tra n s d u c to r4 2. En pacien-

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 9.— Compresión de los globos oculares para estimular larespuesta óculo-vaso-vagal como técnica de inmovi-lización en una Iguana iguana.

Fig. 10.— Inmovilización de una Iguana iguana mediante laestimulación de la respuesta óculo-vaso-vagal trasla compresión de los globos oculares.

Page 13: Patología de reptiles

tes con ascitis, la ultra s o n o grafía es dem ayor utilidad que la radiología paravisualizar adecuadamente los órga n o sen la cavidad celómica, ya que el líqu i-do ascítico actúa como medio de con-t ra ste acústico, permitiendo una buenad i fe renciación de estos órga n o s41. Lae c o grafía puede re s u l tar de gran ay u d aen la ex p l o ración del apara to re p ro d u c-to r4 0 , 4 2 ( fig. 12), aunque también puedee mp l e a rse para evaluar ot ros órga n o si n t ra c e l ó m i c o s2 6 , 3 5 , 3 8 , 3 9 ( h í gado, ri ñ o-nes y ve j i ga uri n a ria, pri n c i p a l m e n te) ylas est ru c t u ras oculares. Ac t u a l m e n te, see stán desarrollando novedosos est u d i o se c o c a rd i o grá ficos en dist i n tas especiesde re p t i l e s27, 3 5 , 41, que aportan nuevo sd a tos sobre fisiología y patología car-diaca.

ELECTROCARDIOGRAFÍA

La electro c a rd i o grafía puede ser de utilidad en el diagnóst i-co de arritmias cardiacas en reptiles, además de servir comotécnica de monito rización dura n te la anestesia. Puedene mp l e a rse electrodos tipo pinza de cocodrilo o parches de losh a b i t u a l m e n te utilizados en pediatría humana. No obsta n te, esmuy imp o rta n te esta n d a rizar prev i a m e n te las condiciones dete mp e ra t u ra ambiental (y, por lo ta n to, la te mp e ra t u ra corp o ra l )d u ra n te el re g i st ro electro c a rd i o grá fico, así como los puntos decolocación de los electrodos para establecer patrones electro-c a rd i o grá ficos fisiológicos en las dist i n tas especies. En iguanas,se recomienda colocar los electrodos inmediata m e n te pord e l a n te y por det rás del cinturón pecto ral (fig. 13). En qu e l o n i o s ,pueden colocarse en las axilas y en las fosas inguinales, mien-t ras que en ofidios se recomienda aplicarlos en zonas cra n e a ly caudalmente al punto donde se observe el ch o que de lap u n ta.

ENDOSCOPIA

Se recomienda el empleo de ópticas rígidas de escasod i á m et ro (1,7-2,9 mm) y de longitud media o alta para

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 11.— Posicionamiento de una Testudograeca sobre una plataforma decorcho en forma de “L” pararealizar una radiografía antero-posterior empleando un haz ver-tical de rayos X.

Fig. 12.— Estudio ecográfico del aparato reproductor de unaIguana iguana. Nótese la presencia de huevos nocalcificados en el oviducto, que aparecen comoestructuras esféricas anecoicas. Transductor secto-rial de 5 MHz.

Page 14: Patología de reptiles

conseguir una mayor ve rsatilidad, dadala gran dife rencia de tamaño entre lasd i st i n tas especies de reptiles. Las té c n i-cas más habituales son laparo s c o p i a s ,ga st roscopias, cloacoscopias y bro n-c o s c o p i a s37, 4 3 ( fig. 14). Pa ra re a l i z a rga st roscopias en ofidios de ta m a ñ omediano o grande, puede ser necesari oel empleo de ópticas fl ex i b l e s4 3 , 44 ( m á sl a rgas, aunque también más gru e s a s ) .Además de emp l e a rse como té c n i c ad i a g n ó stica (visualización dire c ta deó rganos y toma de muest ras para biop-s i a )44 , 4 5, también sirve como té c n i c ate rapéutica (ex t racciones de cuerp o sex t raños en apara to dige st i vo o apara-to re s p i ra to rio).

TÉCNICAS PARA LA ADMINISTRACIÓN DEFÁRMACOS

Vía oral

La administ ración de fá rmacos por vía oral re qu i e re ele mpleo de sondas gást ri c a s4 6. Pueden emp l e a rse sondasde mate rial plástico adaptando sondas uri n a rias o tro z o sde tubo de equipos de infusión, aunque es más seguro ysencillo el empleo de sondas metálicas curva s4 6 , 47. Siem-p re es mejor lubri ficar la sonda con vaselina, sobre todo sino se tiene mucha ex p e riencia. El esófago tra n s c u rre para-lelo a las vé rte b ras cervicales, por lo que es de gra ni mp o rtancia mantener el cuello del animal comp l eta m e n tee st i rado dura n te toda la operación.

En quelonios, la longitud de la sonda a intro d u c i rpuede calcularse midiendo la distancia que ex i ste entre elb o rde craneal de la placa gular y el borde caudal de lasplacas abdominales (fig. 15). En ofidios, el estómago see n c u e n t ra localizado aprox i m a d a m e n te a la mitad de lalongitud nari n a - a p e rt u ra cloacal, aunque en ocasiones noes necesario alcanzar el estómago, pudiendo deposita rs ela medicación en el esófago. En saurios, re s u l ta algo más

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 13.— Colocación de electrodos pordelante y por detrás del cintu-rón pectoral para la re a l i z a c i ó nde un electro c a rdiograma enuna iguana común (I g u a n ai g u a n a) .

Fig. 14.— Bifurcación de la tráquea en los dos bronquios prin-cipales en una Iguana iguana. Imagen obtenidamediante broncoscopia, empleando una óptica rígi-da de 2,7 mm.

Page 15: Patología de reptiles

difícil calcular la posición del estó m a g o ,p e ro, en té rminos ge n e rales, se sitúa enel primer te rcio del tro n c o .

Vía subcutánea

En la mayoría de los reptiles, la pieles poco elástica y no perm i te la admi-n i st ración de grandes volúmenes de fá r-macos por esta vía. No se re c o m i e n d aen camaleones, debido a que enm u chas ocasiones se producen irri ta c i o-nes seve ras de la piel, con ennegre c i-m i e n to y necrosis. En ge n e ral, nuncadebe intro d u c i rse la aguja a través deuna escama cutánea, re c o m e n d á n d o s eutilizar el espacio ex i ste n te entre dosescamas consecutivas. Debido a la ex i s-tencia de un sistema venoso portal re n a l

( a u n que re c i e n tes inve st i gaciones aportan datos que pare-cen demost rar la ex i stencia de un sistema colate ral que loc o n t ra rre sta), los fá rmacos pote n c i a l m e n te nefrotóxicos oa quellos que se metabolizan por vía renal deben inocular-se en las zonas corp o rales cra n e a l e s6 ( o fidios y saurios) oen las fosas pecto rales (qu e l o n i o s ) .

Vía intramuscular

En ofidios, puede emplearse la musculatura dorsal, reco-mendándose la inoculación en el primer tercio de la longitudtotal46, inser tando la aguja en dirección ventral, aunque sinprofundizar excesivamente para evitar atravesar la totalidadde la masa muscular. En saurios, se emplea la musculaturadorsal de la cola a ambos lados de las vértebras coccígeasy en dirección ventral, ya que ésta es la masa muscular mejordesarrollada y, por la tanto, la que permite la inoculación devolúmenes más grandes, excepto cuando los fármacos aemplear posean una conocida nefrotoxicidad o se eliminenprincipalmente por vía renal. En esos casos, hay que recurrira la inoculación en el tríceps. Para ello, debe sujetarse fir-memente la extremidad extendida en dirección caudal einsertar la aguja entre dos escamas cutáneas, con un ángu-lo aproximado de 45° con respecto al húmero2 (fig. 16). Entodos los casos, debe ejercerse una ligera presión digitaldespués de la inyección para evitar la salida de parte del

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 15.— Calculando la medida de lasonda esofágica en una tort u g amora (Testudo graeca) en base ala distancia entre el borde crane-al de la placa gular y el bord ecaudal de las placas abdominales.

Fig. 16.— Administración de fármacos por vía intramuscularen el tríceps en una Iguana iguana.

Page 16: Patología de reptiles

líquido inyectado a través del orificiocutáneo2. Los quelonios presentan unamuscultura muy poco desarrollada en lasextremidades, por lo que la vía intramus-cular sólo se emplea cuando el volumena inocular es re l a t i va m e n te pequ e ñ o .Cuando se precise inocular volúmenesmayores, hay que recurrir a la inyecciónen la musculatura pectoral36. Estos mús-culos unen las extremidades anteriores ala superficie interna del peto. La agujadebe insertarse paralelamente al peto,por debajo del antebrazo y lo más ven-tralmente posible (fig. 17).

Vía intracelómica

Se emplea esporá d i c a m e n te, sobretodo para administ rar volúmenes re l a t i va-m e n te grandes de fá rmacos que re s u l ta ni mp racticables por vía intramuscular os u b c u tánea. En ofidios, es una té c n i c aa rri e s gada, pues re s u l ta difícil conseguirdesplazar los órganos intra c e l ó m i c o sp a ra ev i tar dañarlos. En cualquier caso,la zona más segura es la comp re n d i d aen el cuadra n te más caudal del cuerp o ,i n s e rtando la aguja en la zona ve n t ra l ,e n t re dos escamas, y con un ángulo dee n t rada de unos 30° en dirección cra n e-o d o rsal, teniendo la precaución de noi n s e rtar la aguja en la línea media, paraev i tar dañar la vena abdominal ve n t ra l .En saurios, esta técnica se realiza con elanimal en decúbito dors a l2, insertando laaguja en el cuadra n te caudal dere ch ode la cavidad celómica, en un puntoj u sto craneal al ex t remo proximal de laex t remidad poste rior y con un ángulo dee n t rada de unos 30° en dirección cra n e-o m e d i a l3 6. En quelonios, se re c o m i e n d acolocar al paciente en posición late ra l ,l eva n tando al mismo tiempo el ex t re m ocaudal del caparazón para conseguirdesplazar lo mejor posible todo elp a qu ete visceral intracelómico. Mante-

niendo la ex t remidad poste rior ex tendida, el punto de re fe-rencia está situado en la fosa fe m o ral, entre el muslo y elp u e n te espaldar- p eto, insertando la aguja en el punto másve n t ral, para l e l a m e n te a la superficie inte rna del peto, end i rección craneal. Siemp re debe re a l i z a rse una aspira c i ó na n tes de la inoculación para comp robar que no se ha pene-t rado en ningún órgano intracelómico o en algún vaso san-guíneo imp o rta n te.

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 17.— Administración de fármacos por vía intramuscularen la musculatura pectoral de una tortuga medite-rránea (Testudo hermanni).

Fig. 18.— Celocentesis en una Iguana iguana.

Page 17: Patología de reptiles

La vía intracelómica puede emplearsepara administrar grandes volúmenes deanestésicos como método de eutanasia,a u n que el fa l l e c i m i e n to del pacientepuede pro l o n ga rse dura n te algunashoras. El mismo procedimiento empleadopara la administración de fármacos porvía intracelómica puede emplearse comotécnica diagnóstica para la obtención yanálisis de exudados alojados en la cavi-dad celómica (celocentesis)2 (fig. 18),colocado en estos casos al paciente endecúbito ventral.

Vía endovenosa

Es especialmente útil cuando se re qu i e-re obtener un efe c to fa rmacológico rá p i d o ,como, por ejemplo, en la administ ra c i ó nde algunos anestésicos, el suminist ro urge n-te de soluciones de calcio en animales qu epadecen crisis hipocalcémicas2 o cuandose necesita practicar la eutanasia del enfe r-m o2. El pro c e d i m i e n to es el mismo que eld e s c ri to en la técnica para obtención dem u e st ras de sangre, aunque, dado que lasp a redes venosas son muy finas y frá g i l e s ,pueden pro d u c i rse infi l t raciones no desea-das en el tejido peri va s c u l a r. Por este mot i-vo, es imp o rta n te inye c tar los fá rm a c o smuy lenta m e n te y realizar aspira c i o n e ss e riadas para poder ga rantizar que elvaso sigue canalizado dura n te toda lai n te rve n c i ó n2.

Vía intraósea

En saurios y quelonios, es muy útilcomo sustitución de la administración defármacos por vía intravenosa (especial-mente en la sueroterapia). Los catéteresintraóseos deben estar provistos de un fia-dor para evitar el taponamiento de la luzde la aguja durante la introducción de lamisma en la médula ósea. La introduccióndel catéter resulta dolorosa, por lo que el

paciente debe mantenerse anestesiado con isoflurano duran-te toda la maniobra.

En saurios, se recomienda insertar el caté ter en la mese-ta tibial2 , 3 6, manteniendo la ex t remidad fl exionada paraexponer la mayor superficie posible (fig. 19). Es conve n i e n-te realizar una incisión con una hoja de bisturí entre dos

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 19.— Introducción de un catéter intraóseo en la mesetatibial de una Iguana iguana, manteniendo flexiona-da la articulación de la rodilla.

Fig. 20.— Comprobación radiográfica de la correcta coloca-ción del catéter intraóseo en el canal medular de latibia de una Iguana iguana.

Page 18: Patología de reptiles

escamas antes de ta l a d rar con el ex t re m odel trocar que ha de intro d u c i rse lenta-m e n te, realizando giros a dere cha ei z qu i e rda y siguiendo el eje longitudinalde la tibia. La profundidad de penet ra-ción debe calcularse prev i a m e n te en fun-ción de la longitud total de la tibia, te n i e n-do en cuenta que el ex t remo del tro c a rno debe alcanzar la epífisis distal de lamisma. Una vez alcanzada la pro f u n d i-dad deseada, se ret i ra el fi a d o r, espe-rando unos segundos para comp robar lasalida de sangre por el ex t remo superi o rdel tro c a r, señal inequ í voca de que laposición es corre c ta. Si no brota sangre ,debe aspira rse con una jeringuilla o ta m-bién puede intro d u c i rse una pequ e ñ acantidad de suero fi s i o l ó g i c o3 6. En casode que el trocar esté mal colocado seo b s e rva rá una ex t ravasación del sueroen la musculatura, apreciable por palpa-c i ó n3 6. En cualquier caso, la corre c tacolocación del trocar puede comp ro b a r-se mediante ra d i o grafías de la ex t re m i-

d a d2 , 3 6 en proyecciones late ro l a te ral y dors ove n t ral ( fig. 20). Fi n a l m e n te, el ex t remo superior del trocar se suturaa la piel, realizando un ve n d aje con mate rial auto a d h e re n tep a ra fijar el trocar y ev i tar que se mueva o se salga. En sau-rios, también se ha descri to la colocación del trocar en lac avidad medular del fé m u r, insertándolo desde su ex t re m od i stal. Sin embargo, esta técnica pre s e n ta la desve n taja deque se puede dañar la articulación de la ro d i l l a3 6, ademásde que, una vez colocado, el ex t remo superior del tro c a rroza consta n te m e n te con el suelo del te rra rio, pudiendo con-ta m i n a rse con mayor facilidad. En quelonios, el lugar deelección para la introducción del caté ter intraóseo es elp u e n te óseo que une el espaldar con el peto. Este puenteóseo se encuentra basta n te calcificado en superficie, por loque para la introducción de la aguja se hace necesario re a-lizar un ori ficio con una broca fina esté ril. El punto de entra-da es el borde libre caudal, buscando siemp re la posiciónmás centrada y ta l a d rando en dirección craneal, para l e l a-m e n te al peto. Una vez colocado en posición, el trocar ses u j eta a la placa cutánea empleando resina epoxy de rá p i-da polimerización. Este pro c e d i m i e n to re s u l ta comp l i c a d oen quelonios con un peso infe rior a 500 gramos. Comoa l te rn a t i va , puede emp l e a rse la cavidad medular del fé m u r,pues la tibia es ge n e ra l m e n te demasiado fina y est re ch a .

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 19: Patología de reptiles

TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

BIBLIOGRAFíA

1. Murray MJ. Reptilian blood sam-pling and artifacts considerations.En: Fudge AM: Laboratory Medici-ne. Avian and exotic pets. WBSaunders Co. 2000.

2. Prezant RM, Jarchow JL. Indicationsand applications of clinical techni-ques in the green Iguana. Seminarsin Avian and Exotic Pet Medicine6(2): 63-74. 1997.

3. Rosskopf WR, Woerpel RW, FudgeAM et al. A practical method forperforming venipuncture in snakes.Vet Med Small Anim Clin 77: 820.1982.

4. Mader DR. Diagnostic Techniques inReptile Medicine. Proceedings 1st

Annual Conference of the ARAV,Pittsburgh, Texas, 1994.

5. Lloyd M, Morris PJ. Phleboto myTechniques in Snakes. Bull ARAV 9(4): 30-32. 1999.

6. Jenkins JR: Diagnostic and ClinicalTechniques. En: Mader DR. ReptileMedicine and Surgery. WB Saun-ders Co. Philadelphia. PP: 264-276.1996.

7. Lawton MPC. Anaesthesia. En: Bey-non PH (Ed). Manual of Reptiles.B ritish Small Animal Vete ri n a ryAssociation (BSAVA). PP: 170-183.1992.

8. Barten SL. The Medical Care of Igua-nas and o ther common Pet Lizards.Vet Clin North Am Small Anim Pract23(6): 1213-1249. 1993.

9. Willette-Frahm M: Técnicas de obten-ción de sangre en anfibios y repti-les. En: Kirk: terapéutica Veterina-ria de Pequeños Animales, Vol XII.PP: 1451-1455. McGraw-Hill Inte-ramericana Editores, SA. 1997.

10. Taylor B, Campbell T. New appro-ach to venipuncture in lizards. Exo-tic DVM Veterinary Magazine 2(1):35. 2000

11. Lloyd M, Morris PJ. Chelonian Veni-puncture Techniques. Bull ARAV 9(1): 26-29. 1999.

12. Got t d e n ker NL, Jacobson ER.E ffect of ve n i p u n c t u re sites onh e m a tologic and clinical bioch e m i-cal values in desert to rtoise, Gop-h e rus agassizii. A J Vet Res, 56(1):19 - 21. 19 9 5 .

13. Jacobson ER. Laboratory Investiga-tions. En: Beynon PH (Ed). Manualof Re ptiles. British Small AnimalVete ri n a ry Association (BSAVA ) .PP: 50-62. 1992.

14. Owens DW, Ruiz GJ: New methodsof obtaining blood and cerebrospi-nal fluid from marine turtles. Herpe-tologica 36: 17-20. 1980.

15. Jacobson ER. Snakes. Vet ClinNorth Am Small Anim Pract 23(6):1179-1212. 1993.

16. Seymour RS. Scaling of cardiovas-cular physiology in snakes. Am.Zool. 27: 97-107. 1987.

17. Mautino M, Page CD: Biology andMedicine of Turtles and Tortoises.Vet Clin North Am Small Anim Pract23(6): 1251-1270. 1993.

18. Watson J. Diagnostic Procedures:Hematology. En: Ackerman L. TheB i o l o g y, Husbandry and HealthCare of Reptiles (3 Vol). TFH Publi-cations Inc. Neptune City, New Jer-sey. PP: 703-713. 1997.

19. Watson J. Diagnostic Procedures:Chemistry. En: Ackerman L. The Bio-logy, Husbandry and Health Careof Reptiles (3 Vol). TFH PublicationsInc. Neptune City, New Jersey. PP:826-833. 1997.

20. Mader DR, Rosenthal K. Labora-tory Sampling in Reptile Patients -Do’s and Dont’s. Proceedings 5thAnnual Conference of the ARAV,Kansas City, Missouri, 1998.

21. Frye FL: Hematology as applied toClinical Reptile Medicine. En: FryeFL: Reptile Care (2 Vol). TFH Publi-cations. Neptune City, New Jersey.1991. PP: 209-279.

22. Carpenter JW, Mashima TY, Rupi -per DJ. Exotic Animal Formulary.

Greystone Publications. Manhattan,Kansas. 1996.

23. Fudge AM. Laboratory Medicine.Avian and exotic pets. WB Saun-ders Co. 2000.

24. Watson J: Diagnostic Procedure:Urinalysis. En: Ackerman L. The Bio-logy, Husbandry and Health Careof Reptiles (3 Vol). TFH PublicationsInc. Neptune City, New Jersey. PP:822-825. 1997.

25. Innis CJ. Observations on Urinaly-ses of Clinical Normal Captive Tor-toises. Proceedings 4th Annual Con-fe rence of the ARAV, Housto n ,Texas, 1997.

26. Silve rman S, Janssen L. Diagnost i cImaging. En: Mader DR. Re ptile Medi-cine and Surge ry. WB Saunders Co.Philadelphia. PP: 258-264. 19 9 6 .

27. Bayón A, et al. Examen del sis temacardiovascular en iguanas (Iguanaiguana). Resúmenes de la 1ª Reu-nión Científica GMCAE (AVEPA).Madrid, 1998.

28. Jacobson ER. Evaluation of theReptile Patient. En: Jacobson ER,Kollias Jr. GV: Exotic Animals. Con -temporary Issues in Small AnimalP ractice 9. Churchill Livingsto n e ,New York. PP: 1-18. 1988

29. Schildberg BJ, Gabrisch K. Reptilesand Amphibians. En: Rübel GA,Isenbügel E, Wolvekamp P (eds):Atlas of Diagnostic Radiology ofExotic Pets. Wolfe Publishing Ltd.PP: 176-221. 1991.

30. Jackson OF, Sainsbury AW. Radio-logical and related investigations.En: Beynon PH (Ed). Manual of Rep-tiles. British Small Animal Veteri-nary Association (BSAVA). P P: 63-72. 1992.

31. Nelson W: Diagnostic Imaging:Radiography. En: Ackerman L. TheB i o l o g y, Husbandry and HealthCare of Reptiles (3 Vol). TFH Publi-cations Inc. Neptune City, New Jer-sey. PP: 681-688. 1997.

Page 20: Patología de reptiles

PATOLOGÍA DE REPTILES

32. Rübel GA, Kuoni W, Frye LF. Radio-logy and Imaging. En: Frye FL. Rep-tile Care (2 Vol). TFH Publications.Neptune City, New Jersey. Pp: 185-208. 1991.

33. Kölle P, Reese S. Intravenous Uro-graphy and Cystography in Tortoi-ses. Proceedings 6th Annual Confe-rence of the ARAV, Columbus,Ohio, 1999.

34. Lawton MPC. Hands Free, Non-Chemical Restraint of Iguanidae forRa d i o graph. Proceedings 4th

Annual Conference of the ARAV,Houston, Texas, 1997.

35. Redrobe S: Aspects of Ultrasono-graphy of Chelonians. Proceedings4th Annual Confe rence of th eARAV, Houston, Texas, 1997.

36. Bennett RA. Clinical, Diagnostic andT h e rapeutic Te ch n i ques. Pro c e e-dings 5th Annual Confe rence of th eA R AV, Kansas City, Missouri, 19 9 8 .

37. Schildberg B, et al: The Application

of Endoscopic and Ultrasonograp-hic Methods to the Study of Repti-les. Proceedings of the XVIIIWSAVA Congress, Berlin, 1993.

38. Redrobe S. Aspects of Ultrasono-graphy of the Lizards. Proceedings4th Annual Confe rence of th eARAV, Houston, Texas, 1997.

39. Redrobe S: Aspects of Ultrasono-graphy of the Snakes. Proceedings4th Annual Confe rence of th eARAV, Houston, Texas, 1997.

40. Grumbles JS. Diagnostic Imaging:Ultrasonography. En: Ackerman L.The Biology, Husbandry and HealthCare of Reptiles (3 Vol). TFH Publi-cations Inc. Neptune City, New Jer-sey. PP: 613-627. 1997.

41. Hochleithner C. Ultrasound in Rep-tiles. Proceedings 5th Annual Confe-rence of the ARAV, Kansas City,Missouri, 1998.

42. Raiti P: Transcoelomic ultrasono-graphy of the reptile reproductive

tract. Exotic DVM Veterinary Maga-zine 1(6): 27-32. 2000

43. Divers SJ. An Introduction to Repti-le Endoscopy. Proceedings 5th

Annual Conference of the ARAV,Kansas City, Missouri, 1998.

44. Jarchow JL. Hospital Care of theReptile Patient. En: Jacobson ER,Kollias Jr. GV: Exotic Animals. Con-temporary Issues in Small AnimalP ractice 9. Churchill Livingsto n e ,New York. PP: 19-34. 1988

45. Schildger B. Endoscopic Examina-tion of the Urogenital Tract in Repti-les. Proceedings 1st Annual Confe-rence of the ARAV, Pittsburg h ,Texas, 1994.

46. Klingenberg, RJ: Therapeutics. En:Mader DR. Reptile Medicine andSurgery. WB Saunders Co. Phila-delphia. PP: 299-321. 1996.

47. Bonner BB. Chelonians Therapeu-tics. Vet Clin Nor th Am Exotic AnimPract. 3(1): 257-332. 2000.

Page 21: Patología de reptiles

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

A. MARTÍNEZ-SILVESTRE

Centre de Recuperació d´Amfibis i Rèptils de Catalunya (CRARC).Santa Clara, s/n. 08783 Masquefa. Barcelona

A selección que se ha realizado en el presente capítulo corresponde a procesos patológicosobservados en su mayor parte en la clínica diaria. De todos modos, se ha incluido alguna enfer-medad más propia de instituciones zoológicas o centros de acogida. En cualquier caso, todasellas son suficientemente ilustrativas como para conocer la importancia del manejo de estas espe-cies en la prevención de enfermedades.

LL

Page 22: Patología de reptiles

disqueables (semillas, raíces, cartílagos...), y también convie-ne asegurar un substrato parecido al natural (tierra parahozar, hojarasca, ramas...). En todos los casos es recomen-dable administrar una dosis única de vitamina A (5.000u.i./kg, vía intramuscular).

EROSIÓN/ABRASIÓN ROSTRAL

Son muchas las especies de lagartos y serpientes queintentan huir de una situación estresante, o bien intentanseguir un comportamiento innato de meterse en cualquiergrieta u oquedad. Como consecuencia de estos comporta-mientos en el terrario, se van lacerando las escamas cranea-les de la cabeza, hasta que se forman verdaderas erosiones,con exteriorización de la dermis e incluso de los huesos sub-yacentes (fig. 2), suele ocurrir en situaciones de estrés, conintentos de huida (Physignatus cocincinnus) . También es fre-cuente en animales muy inquietos, activos y exploradores(Python sp.). Animales con estereotipias ( Iguana iguana) obien en condiciones de terrario inadecuadas (rincones delterrario no romos, afilados, abrasivos).

Las heridas que se provocan en la cabeza se colonizanpor multitud de microorganismos, con lo que se puede dar

SOBRECRECIMIENTO DEBOCA Y UÑAS

L d e s a rrollo continuadodel pico y de las uñas entortugas es algo fisiológi-co. El crecimiento de estase st ru c t u ras córneas es

continuo y, por ello, en los hábitats dondeviven, mordisquean, hurgan, escarban yhacen un sinfín de actividades dirigidas ac o n t rolar este cre c i m i e n to. En cuantoestos animales viven en cautividad, y nilas dietas ni el substrato son los adecua-dos, aparecen problemas de este tipo. Enestos casos (fig. 1), el animal se alimentade una dieta excesivamente blanda, vivesin material abrasivo en el substrato o estám a n tenido en un suelo enmosaicado.Además, se ha relacionado un procesode falta de vitamina A en animales adul-tos como factor predisponente al creci-miento excesivo de las partes córneas.

Se observa únicamente en tortugas1,2;el exceso en el desarrollo de las láminasde queratina lleva a una deformación talque impide la correcta funcionalidad delas estructuras donde se produce. El ani-mal deja de alimentarse correctamente ose desplaza con dificultad. Las porcionessobrecrecidas de la boca son frágiles ypueden romperse con lo que ésta quedatotalmente deformada.

El tratamiento consiste en el recortequirúrgico de las partes sobrecrecidas.Generalmente no están vascularizadas yno representan una gran dificultad. Sólolas uñas pueden tener pequeños vasossanguíneos, que sangran al corta rl a s .Puede tener que repetirse esta acciónalgunos meses después. De modo pre-ventivo, se debe proporcionar a los ani-males dietas con alimentos duros y mor-

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

EE

Fig. 1.— S o b re c recimiento del pico córneo en una tortuga medi-t e rránea (Testudo herm a n n i) mantenida largo tiempoen un piso, y con dietas blandas e inadecuadas.

Page 23: Patología de reptiles

una gran variedad de infecciones. El tra-tamiento consiste en corregir el defectode instalación en el terrario y aplicar unantibiótico adecuado local o sis témico, sies necesario3. Los animales recién adqui-ridos deben estar tranquilos y sin dema-siadas causas de estrés a su alrededor.Se han de evitar sustos e intenciones dehuida, sobre todo en colecciones zooló-gicas con afluencia de público. La cua-rentena que se debería realizar rutinaria-mente en todos los centros zoológicossirve de ayuda para que el animal reciénllegado se acostumbre a la presenciahumana y a las nuevas instalaciones,antes de ponerlo en exposición y arries-garse a provocar automutilaciones comola descrita.

DISECDISIS/RETENCIÓNDE MUDA

Nu eva m e n te, se tra ta de una consultamuy común en clínica herp etológica. Lamuda de los reptiles es un hecho fi s i o l ó g i-co relacionado con los foto p e riodos, lahumedad ambiental y el ritmo de cre c i-m i e n to del animal (y, por lo ta n to, con lad i eta), todo ello regulado por la funciónt i roidea. Las principales causas pre d i s p o-n e n tes son un ambiente seco o bien unahumedad re l a t i va demasiado baja, ausen-cia de un lugar apropiado para el baño,c a qu exia, nutrición desequ i l i b rada y desór-denes endocrinos o enfe rmedades sisté m i-c a s4 , 5. La mayoría de retenciones de mudase observan en serp i e n tes y laga rtos, aun-que pueden encontra rse de vez en cuan-do en quelonios acuáticos (fig. 3). Ad e-más, la frecuencia de muda varía conside-ra b l e m e n te entre especies, edad, peri o d ode cre c i m i e n to, balance endocrino y fa c to-res ex te rnos al reptil. Los individuos jóve n e ssuelen tener mudas más fre c u e n tes que losa d u l tos. Puede ser útil tomar muest ras de

las áreas retenidas y analizarlas para descartar pro c e s o si n fecciosos sistémicos o para s i taciones por ácaros. Es muyi mp o rta n te realizar una anamnesis detallada y comp l eta .

El tratamiento consiste en humedecer con agua tibia elanimal y realizar una extracción manual con ayuda de unhisopo húmedo. Se tiene que actuar con mucho cuidado,sobre todo con las escamas de la cabeza (por ejemplo,escamas oculares). Se han relacionado procesos de disec-disis en serpientes con problemas de hiper o hipofunción tiroi-dea, por lo que se recomienda asegurar la correcta funcio-nalidad glandular y actuar en consecuencia (ver capítulo 3:Enfermedades nutricionales y metabólicas).

QUEMADURAS

M u chas serp i e n tes tienen la tendencia a desplazarse hacialos focos de calor. En muchas ocasiones, la te mp e ra t u ra esdemasiado baja en el te rra rio, y los reptiles se acercan ta n to alfoco calorífico que se producen qu e m a d u ras. De modo casis o rp re n d e n te, el reptil se “quema vo l u n ta ri a m e n te” con tal dee star caliente. En ot ras ocasiones, las lesiones son fru to de acci-d e n tes (acuarios con agua hirviendo). Los incendios fo re sta l e stambién son una causa de qu e m a d u ras imp o rta n tes en las to r-t u gas silve st re s6 , 7.

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 2.— Aspecto de las escamas rostrales de una pitón real(Python regius ) tras repetidos intentos de pasar porun orificio del terrario. Se observa descamación yexteriorización del tejido óseo.

Page 24: Patología de reptiles

Por tanto, en cautividad, las causas deestos accidentes consisten en lámparasi n c a n d e s c e n tes fá c i l m e n te accesibles,esterillas eléctricas o resistencias en con-tacto directo y prolongado con el animal,termostatos averiados o incapacidad delreptil para escoger un lugar frío en elterrario.

El calor continuado provoca destruc-ción de los tejidos afectados.

En la piel, posteriormente, se crea unaescara necrótica que puede provocarcambios de pigmentación o vitíligo en lazona, una vez regenerada11.

Cuando las lesiones se dan en lacabeza, suelen crearse obstrucciones delos nostrilos o de las fosetas térmicas porel proceso de cicatrización.

Si las lesiones son internas, puede lle-gar a ser necesario la amputación de laporción afectada (fig. 4).

Se deben desbridar las zonas necró t i-cas, aplicando pomadas antibióticas y epi-te l i z a n tes y administ rando antibióticos dea mplio espectro. Se ha comp robado la efi-cacia de la sulfadiacina argéntica tó p i c a .

Es conve n i e n te administ rar electro l i-tos con complejo multivitamínico B yácido ascórbico. El volumen de fl u i d o sre qu e rido varía considera b l e m e n tesegún el grado de la lesión y la especiet ra tada, pero suele re a l i z a rse una re h i-d ra tación pare n te ral a razón del 4% delpeso vivo. De este modo se asegurauna corre c ta perfusión renal dura n te lasp ri m e ras 24 horas. Si las qu e m a d u ra sa fe c tan a más del 30% del animal, esc o nve n i e n te aplicar fl u i d ote rapia intra ó-sea al menos dura n te las pri m e ras 48h o ra s8.

HIPOTERMIA

Un excesivo descenso de las tempera-turas, cambios bruscos de temperatura

con predominio de las más bajas o un mantenimiento térmi-co inadecuado producen efe c tos locales y sisté m i c o s ,dependiendo de la gravedad y duración de las causas.

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 3.— Retención de escamas en una tortuga cabezona asiá-tica (Platisternon megacephala). Este animal acuáticoestaba mantenido en un terrario sin acceso al agua.

Fig. 4.— Chamaeleo fischerii con lesiones por quemadurainterna. Se observa un ennegrecimiento de la extre-midad, que tenía una necrosis muscular por haberestado unos segundos accidentalmente en el interiorde un microondas.

Page 25: Patología de reptiles

Puede darse un proceso de malfunciona-miento de enzimas digestivas, con lo quese enlentece la digestión y puede llegar-se a un proceso de timpanismo o reten-ción de heces. Este cuadro se complicageneralmente con problemas de disbac-teriosis intestinal.

La hipotermia afecta también al estadoimmunitario provocando una importantedepresión de la respuesta humoral y celu-lar, en respuesta a estímulos antigénicos3.

En esta situación, el animal sufre general-mente infecciones bacterianas secunda-rias (procesos riníticos en qu e l o n i o s ,etc.)12.

Si la temperatura llega a límites dema-siado bajos, se pueden dar congelacio-nes focales en extremidades o cola, quellevan a procesos de gangrena seca. Lanecrosis de tejidos dérmicos por congela-ción es otra causa impor tante de vitíligo.

Se debe poner gradualmente (entre 2 a 4 horas) al reptila su temperatura corporal óptima. Se han de tratar los pro-cesos secundarios como catarrales o de disbacteriosis intes-tinal y administrar antibióticos bactericidas, puesto que, anteel deficiente estado immunitario del animal, no es recomen-dable el uso de bacteriostáticos. En ocasiones, los tejidos uórganos congelados se han de amputar proximalmente a lalínea de demarcación entre tejido vivo y necrótico.

Para evitar esta situación, se debe mantener siempre alreptil a su temperatura corporal óptima y revisar el estado delos termostatos. En reptiles hibernantes, han de asegurarselugares con temperaturas no muy oscilantes ni congelantes.

MORDISCOS DE PRESAS

Las serpientes jóvenes, asustadizas o estresadas puedentener mucha precaución al comer y no hacerlo cuandoalguien las mira, o tener un carácter retraído y que les hagaincluso “temer” al ratón que les pasa por delante. Estas ser-pientes tienen muchas probabilidades de que el ratón acabemordiéndolas. En otros casos, en el momento de la caza, lapresa puede quedar mal capturada y, en un acto lógico dedefensa, morder y provocar graves heridas al depredador(fig. 5).

Se debe procurar mantener como máximo dos horas a lapresa dentro del terrario con la serpiente. En caso de acci-dente, es importante suturar las heridas y aplicar antibiotera-pia local y/o sis témica.

La vehiculación de microorganismos en el momento delmordisco del ratón es muy común y se han llegado a diag-nosticar casos de micobacteriosis en animales atacados porroedores.

GANGRENA DE COLA Y DEDOS

Todas las estructuras periféricas terminales de muchasespecies de lagartos (dedos, cola) están vascularizadas porvasos de apenas 0,5 mm de diámetro. Cualquier cambioque produzca una vasoconstricción u obturación duraderade esa vena o arteria provocará una irremediable gangrenaseca, que acabará con la caída de la parte afectada. Lascausas más comunes son el frío en especies tropicales, trau-matismos, infecciones, parásitos hemáticos y tromboembolis-mo9. El aspecto inicial es el de ennegrecimiento de la zona

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 5.— Laceración en el cuello de unapitón real (Python regius ), produ-cida por el ataque de una de suspresas: un hámster (Cricetus sp.).

Page 26: Patología de reptiles

afectada, pérdida de vitalidad y aspectoacartonado (fig. 6). En la mayoría de loscasos, el único tratamiento consiste en laamputación de la zona afectada. Puedetambién probarse, aunque con un éxitorelativo, con agentes tópicos que incre-mentan la vascularización, como el dime-tilsulfóxido (DMSO).

PROBLEMAS COMPORTAMENTALES

La patología del comportamiento esmuy compleja, y más aún en especies delas que todavía no se tienen valores niestudios suficientes como para valorarcuáles son los patrones de conducta fisio-lógicos2,10. En la mayoría de los casos,está pendiente la realización de etogra-mas que permitan conocer cómo se com -portan estos animales en una correctacautividad.

Las anomalías del comp o rta m i e n toclásicamente estudiadas son cuatro:

Ingestión de cuerpos extraños

Es consecuencia del estrés, superpo-blación, monotonía y, más raras veces,por confusión de presa. La ingestión delodo, piedras y otros cuerpos extraños depequeño tamaño es normal en algunasespecies de quelonios (Cuora sp.) ymuchas de saurios y crocodilianos. Sólopuede repercutir en la salud del animalcuando es consecuencia de situacionesanómalas (ingestión de materiales poraburrimiento, estrés, etc.) o confusionesde presa (en algunas serpientes que hanvivido durante mucho tiempo en cautivi-dad) por activación del estímulo de cazay alimentación con objetos no apropia-dos. Puede desencadenarse una graveobstrucción intestinal, con lo que está enpeligro la vida del animal. Generalmente,

los cuerpos ingeridos quedan durante largo tiempo en elestómago, por lo que el animal pierde el apetito al no poderdigerirlo. Los crocodilianos son propensos a ingerir materia-les no digestibles a causa de su comportamiento innato,hecho que en cautividad les puede provocar úlceras gástri-cas según el material que ingieran.

No suele ser efectivo el uso de fármacos eméticos, por loque el tratamiento más rápido y eficaz es el quirúrgico. Sedebe averiguar radiográficamente o por endoscopia lalocalización de la obstrucción e intervenir para su extracción.El acceso quirúrgico al aparato digestivo, así como los tiposde sutura y mantenimiento postoperatorio, no representangrandes diferencias en relación al resto de animales. La nutri-ción parenteral y la fluidoterapia se deben proporcionardurante el postoperatorio. Puede ser útil administrar protecto-res de la mucosa gástrica en caso de ulceraciones provoca-das por cuerpo extraño. Los más utilizados son la cimetidina,ranitidina y sucralfato.

Masturbación

La vida en soledad de muchos reptiles hace que, en elmomento de búsqueda de pareja, reorienten sus instintoshacia obje tos lo más parecidos posible a su pareja sexual.Los machos de tortugas de tierra se dirigen ansiosos hacialos zapatos de sus propietarios, pelean con ellos e inclusolos copulan. Las iguanas macho se dirigen a sus propietarias

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Gangrena digital completa en la extremidad poste-rior de una iguana común (Iguana iguana).

Page 27: Patología de reptiles

(por reconocimiento olfativo de ciertasferomonas humanas) y las cortejan, lle-gando a ser molestas e incluso a hacerdaño por mordiscos y arañazos. Muchastortugas de agua se conforman buscandoelementos del decorado (piedras, tron-cos, corchos...) que se asemejen a susparejas para vaciar en ellos la pulsiónreproductora2 (fig. 7).

La solución a este problema comp o r-ta m e n tal es compleja y debe adapta rs ea cada caso en part i c u l a r. La cast ra c i ó nno es en absoluto recomendable entodos los casos, sólo en aquellos enque re a l m e n te ex i sta mucha agre s i v i d a dy no sea posible contro l a rla con méto-dos paliativos o sust i t u t i vos del est í m u l o .Además, la cast ración no es un siste m atota l m e n te infalible para eliminar laf u e n te hormonal causante de este dese-qu i l i b ri o .

En iguanas y va ranos machos ha sidode utilidad pro p o rcionar muñecos det rapo o goma que parezcan sus pare j a s ,en los que los animales puedan satisfa-cer sus necesidades. En ot ras ocasiones,el único sust i t u to eficaz es una pare j areal, lo cual implica estar dispuesto aa d qu i rir y mantener ot ro animal en elte rra rio o, al menos, en un te rra rio apar-te, debiéndoseles juntar unos pocosmeses al año.

Existe la alternativa de administrar dia-cepam (2,5 mg/kg, por vía intramuscular)durante los periodos en que duran estoscomportamientos. Nuevamente, sólo serecomienda en casos en que hay agresi-vidad añadida.

Los casos en que el animal no tieneagresividad, suelen remitir por sí solos alcabo de unas cuantas “pseudocópulas”tranquilizadoras. En estos casos, lo mejores seguir un tratamiento conservador ydejar que desaparezca. Suele tardar deentre unas semanas a dos meses, depen-diendo de la especie.

Agresividad territorial

También fre c u e n te en animales tenidos en espaciospequeños o muy masificados. Muchas especies son tremen-damente tolerantes, llegando a poder soportar densidadesde cientos de animales en 50 m2 (tortuga de Florida, Tra -chemys scripta). Contrariamente, otras no toleran ver a unmacho rival en cientos de metros cuadrados (Geochelonesulcata, Agryonemys horsfieldii, Iguana iguana...) .

Suele ocurrir entre machos y tras la introducción de unmacho nuevo en la instalación. El macho anteriormentedominante establece una lucha por el poder para mantenerasí su dominancia ante un posible rival. Las luchas en la natu-raleza suelen acabar con la retirada honrosa del machosumiso o perdedor, que buscará otros territorios u otras hem-bras a las que copular. En cautividad, esto es imposible, y lahuida sólo pospondrá un nuevo encuentro, al cabo de horaso días, con el macho dominante nuevamente. De este modo,la batalla deja de ser ritual y se convierte en una pelea san-grienta (fig. 8), en la que puede haber lesiones graves paralos animales afectados.

La mejor solución es separar, no el macho sumiso, sino eldominante, en una instalación aparte, donde se calmarásolo. El macho inofensivo se deja para que conozca al resto

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 7.— Comportamiento de masturbación en una Pelodiscussinensis. El animal sujeta una piedra del tamaño de lahembra y busca el cuello imaginario para morderlamientras la copula.

Page 28: Patología de reptiles

de animales de la instalación y se esta-blezcan nuevos lazos y jerarquías. El mása gre s i vo, cuando esté calmado, sepuede volver a poner en la instalación. Enese momento, ya no será el jefe y segu-ramente estará mas apaciguado.

De modo preventivo, se debe evitar lamasificación de animales en cautividad.

Síndrome de maladaptación

Durante demasiado tiempo, este sín-drome ha sido un estupendo cajón desastre donde se incluían todas aquellase n fe rmedades que pasaban por altodurante la práctica clínica diaria.

Se considera síndrome de maladapta-ción el proceso que lleva a que un animalque está en buenas condiciones corpora-les acabe caquéctico y anoréxico trasmúltiples cambios de instalación, estréstérmico, manipulación excesiva o proce-sos de adaptación a continuas situacio-nes cambiantes. El resto de enfermeda-des que cursan con caquexia/anorexiason enfermedades de origen somático(infecciosas, parasitarias, etc.) y no pura-mente comportamental.

Los animales afe c tados tienen unaspecto de intensa caquexia y suelenverse solitarios, apáticos y debilitados enalgun rincón de terrarios o instalacionesde reptiles recién importados10 (fig. 9).

Nu eva m e n te, se deberían insta u rar demodo efe c t i vo los te rra rios de cuare n te n aen todos los comercios que se dedican a lai mp o rtación de especies exóticas. De estemodo, podrían aislarse éstos del re sto, y tra-ta rlos, y, en el caso de que fueran porta d o-res de alguna enfe rmedad, morirían ante sde llegar al comp rador final, ev i tando así ladiseminación de enfe rmedades de re p t i l e s .

El tra ta m i e n to del síndrome de mala-d a p tación incluye la administ ración de fl u i-d ote rapia intraósea o subcutánea (Ringe r25 ml/kg cada 24 horas), junto con com-

plejos vitamínicos inye c tables y alimentación ente ral con com-p u e stos nutri t i vos administ rados mediante sondaje gást rico. Elanimal debe estar tra n quilo, en un lugar caliente y a refugio dee s p e c ta d o res, perros, niños, etc. Au n que muy va riable en fun-ción del animal, esta te rapia suele ser efe c t i va dura n te dosmeses de tra ta m i e n to .

PATOLOGÍA LIGADA AL MANEJO

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 8.— Pelea entre dos machos de tortuga rusa (Agryonemyshorsfieldii). Se observa que el macho dominantetiene la posición mas beligerante, mientras que elvencido tiene una importante herida nasal.

Fig. 9.— Intensa caquexia por maladaptación en una iguanacomún (Iguana iguana). Se observa la piel acartona-da y relieves óseos marcados.

Page 29: Patología de reptiles

BIBLIOGRAFíA

PATOLOGÍA DE REPTILES

1. Devaux B. La tortue sauvage. Sangde la Terre, Paris. 1999.

2. Merchán M, Martínez Silvestre A.To rt u gas de España. Antiqu a ri a ,Madrid. 1999.

3. Bennett RA. Management of com-mon re ptile emergences. Pro c e e-dings of the ARAV, 5: 67-72. 1998.

4. Kiedrowski M. Surgery. En: Acker-man L (Ed): The biology, husbandryand health c a re of re ptiles, TFHPublications Inc. New Jersey. PP.715-734. 1998.

5. Frye FL. Algunos métodos clínicos úti-les para la medicina y la cirugíaherpetológicas. Congreso Nacionalde AVEPA, 241-245. 1998.

6. Lambert MRK, Campbell KLI, Kabi-

gumila JD. On growth and morpho-metrics of leopard tortoises, Geo-chelone pardalis, in Sere n get iNational Pa rk, Tanzania, withobservations on effects of bushfiresand latitudinal variation in popula-tions of eastern Africa. ChelonianC o n s e rvation and Biology, 3(1):46-57. 1998.

7. Saumure RA, Roger Bider J. Impactof agricultural development on aPopulation of Wood tur t l e s( C l e m mys insculpta) in South e rnQuebec, Canada. Chelonian Con-servation and Biology, 3(1): 37-45.1998.

8. Boyer TH. Emergency care of repti-les. Vet Clin North Am: Exotic Anim

Pract, 1,1: 191-206. 19989. Kaplan M. Reptile rehabilitation. En:

Ackerman L (Ed): The biology, hus-bandry and health care of reptiles,TFH Publications Inc. New Jersey.PP. 898-941. 1998.

10. Boyer TH. Common problems ofbox turtles (Ter rapene sp.) in capti-vity. Bull ARAV, 2(1): 9-14. 1992.

11. Harvey-C l a rk CJ. Derm a to l o g i c(skin) disorders. En: Ackerman L(Ed): The biology, husbandry andhealth care of reptiles, TFH Publica-tions Inc. New Jersey. PP. 654-680.1998.

12. Jacobson ER. Respiratory diseasein chelonians. TNAVC Proceedings,789-790. 1998.

Page 30: Patología de reptiles

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

N. J. BROTÓNS

Clínica Veterinaria Médano. San Ramón, 77. 03560 Campello (Alicante)

ODAVÍA se desconocen muchos detalles sobre la alimentación de reptiles en libertad. Además, enmuchas ocasiones resulta muy complicado ofrecer dietas equilibradas a los reptiles mantenidosen cautividad, bien por escasez de recursos (diferentes tipos de insectos para reptiles insectívorosy omnívoros) o por falta de información sobre los requerimientos nutricionales de cada especie.Estas carencias favorecen la aparición de enfermedades nutricionales que son muy frecuentes en

reptiles cautivos, pero muy raras o nunca descritas en animales en libertad.Sin lugar a dudas, la enfermedad ósea metabólica (casi siempre relacionada con dietas carentes en cal -

cio y vitamina D3) es la enfermedad nutricional observada con mayor frecuencia en la clínica diaria. No obs-tante, también son frecuentes las manifestaciones debidas a carencias de otros elementos (como la falta deyodo, que puede dar lugar a hipotiroidismo) o de vitaminas (A, B1, C y E), así como las enfermedades debi-das a excesos en algunos de es tos elementos y vitaminas por causas iatrogénicas (hipercalcemia, hipervitami-nosis A...) o por desequilibrios en su producción endógena (hipertiroidismo, hiperuricemia y gota).

Se incluye también en este capítulo la urolitiasis vesical, ya que, en definitiva, esta enfermedad está rela-cionada con causas nutricionales, tales como las dietas hiperproteicas en saurios y quelonios herbívoros y/ola hipovitaminosis A.

TT

Page 31: Patología de reptiles

como de infecciones en oído medio (fig. 2) o en el tracto res-piratorio5,6,10 (rinitis y pneumonía) (ver capítulo 4: Enferme-dades Infecciosas). Las lesiones observadas se deben a unametaplasia escamosa que provoca una excesiva queratini -zación de los epitelios mencionados8,11. Normalmente, losenfermos están anoréxicos, aunque en gran parte se debe aque no ven el alimento. Si no se trata a tiempo, otros epite-lios de revestimiento, como los de los conductos pancreáti-cos, los túbulos renales y/o la uretra, se verán también afec-tados1, agravando el pronóstico. Si después del tratamientose consigue que el enfermo abra los ojos y se compruebaque continúa anoréxico, es muy probable que se hayan pro-ducido daños irreparables en órganos internos.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la sintomato-logía y las lesiones10. Podría confirmarse mediante la deter-minación de vitamina A en tejido hepático11 (biopsia) o deretinol en plasma10, pero estas técnicas rara vez son nece-sarias, siendo más práctica la confirmación del diagnósticosegún la respuesta al tratamiento con vitamina A10.

El tratamiento consiste en la corrección de la dieta y en laadministración de vitamina A. Se recomienda una dosis deataque por vía intramuscular o subcutánea de 400 a 5.000UI/kg6,8,12, continuando con esa misma dosis por vía oralcada 7-14 días hasta la remisión de los síntomas9. Convienelimpiar el exudado ocular aplicando gasas húmedas calien-tes y emplear un colirio con asociación de antibióticos y cor-

INTRODUCCIÓN

AS enfermedades nutricio-nales son muy frecuentesen la clínica de reptilesmantenidos en cautividad.Ello se debe principalmen-te al ofrecimiento de die-

tas incorrectas o desequilibradas. Por otrolado, existe todavía un gran desconoci-miento en lo que respecta a las enferme-dades de origen metabólico en reptiles.Sin embargo, el hecho de que no hayansido estudiadas en profundidad no impli-ca que no existan numerosas afeccionesrelacionadas con desequilibrios metabóli-cos en estas especies.

HIPOVITAMINOSIS A/HIPERVITAMINOSIS A

La carencia de vitamina A es un pro-blema frecuente en galápagos y en tortu-gas de caja (Terrapene spp.)1,2, aunquetambién se ha descrito en iguanas3 y encocodrilos4. La vitamina A existente en elsaco vitelino de la mayoría de los neona-tos es suficiente para cubrir las necesida-des durante los primeros seis meses devida, aun en el caso de que se empleendietas carentes de esta vitamina5. Por estemotivo, los síntomas clínicos suelen desa-rrollarse a partir de esa edad. La principalcausa de hipovitaminosis A es el empleode dietas pobres o carentes de carote-noides (g a m m a r u s, jamón de Yo rk ocarne de pollo como único alimento)6.

Los primeros síntomas son oculares yse manifiestan por blefaritis uni o bilateraly blefaroedema1,6,7,8,9, que llega a obli-te rar comp l eta m e n te los ojos (fig. 1).Puede acompañarse de lesiones en lamucosa oral (hiperqu e ra to s i s )5 , 8 , 9, así

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

LL

Fig. 1.— Avitaminosis A en un galápago leproso (Mauremysleprosa). Nótese el severo blefaroedema que impidela apertura normal de los párpados.

Page 32: Patología de reptiles

ticoide. Al mismo tiempo, es necesariauna terapia antibiótica parenteral paracombatir las infecciones secundarias. Serecomienda el empleo de enrofloxacinapor vía subcutánea en las fosas pectora-les en dosis de 5-10 mg/kg/día6,10.

Como prevención, y para evitar recidi-vas, debe recomedarse el empleo de die-tas ricas en carotenoides, como pescadoentero e hígado en galápagos5,8 o dien-te de león y hojas de brócoli en reptilesherbívoros10.

Debido a la gran confusión existenteen la literatura científica en cuanto a ladosis correcta de vitamina A que debeemplearse en casos de avitaminosis, ydado que los preparados que existen enel mercado están fabricados para suempleo en grandes mamíferos, con con-centraciones de vitamina A iguales osuperiores a 100.000 UI/ml, involuntaria-mente el veterinario puede desencadenaruna hiperv i taminosis A iatro génica deconsecuencias muy grave s10. Ésta secaracteriza por descamación de la piel,que en pocos días da lugar a áreas eri-tematosas (fig. 3) con formación de vesí-culas5,8.10,13. Para su tratamiento, debenemplearse sueros intracelómicos y apli-car pomadas antibióticas para ev i ta rinfecciones secundarias.

HIPOVITAMINOSIS B1 (TIAMINA)

La carencia de vitamina B1 está rela-cionada con el empleo de dietas a basede pescados ricos en tiaminasas5,12. Espues más frecuente en crocodilianos, que-lonios acuáticos y serpientes de agua.Debe sospecharse la carencia de estavitamina en reptiles alimentados exclusiva-mente a base de pescado que pierdanpeso aun manteniendo un apetito ade-cuado12. La hipovitaminosis B1 puededesencadenarse también como conse-cuencia del empleo indiscriminado de

antibióticos, por alteración de la flora intestinal que participaen la síntesis de esta vitamina5. Cuando existe sintomatolo -gía, puede observarse disminución del tono muscular, irrita-bilidad12, anorexia y ceguera5.

El tratamiento consiste en la administración parenteral detiamina en una única dosis de 100 mg/kg, aunque es impres-

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 2.— Otitis en un galápago de Florida (Trachemys scriptaelegans), asociada a avitaminosis A. Nótese la grandeformación de la membrana timpánica derecha.

Fig. 3.— Áreas eritematosas con descamación de la piel en unejemplar de Testudo marginata, como consecuenciadirecta de una hipervitaminosis A iatrogénica.

Page 33: Patología de reptiles

cindible corregir la dieta o suplementarlacon al menos 33 mg de tiamina por kg depescado12.

HIPOVITAMINOSIS C

La carencia de vitamina C se ha des-c ri to en ofidios y saurios carn í vo ro s8. Habi-t u a l m e n te se relaciona con el empleo dero e d o res que no han sido alimenta d o si n m e d i a ta m e n te antes de ser ofre c i d o scomo pre s a s5 , 8. En ofidios, cursa con ru p-t u ra espontánea de la piel5 , 8, por defe c toen la síntesis de colágeno. Esto se debe aque la vitamina C participa en la hidrox i-lación del aminoácido prolina, necesari op a ra la fo rmación de nuevas proteínas. Lav i tamina C, en reptiles, puede sintet i z a rs een el tejido re n a l5 ,14 y también a nivel dela fl o ra inte st i n a l5 , 8 ,12, por lo que ot ra sposibles causas de hipov i taminosis Cpodrían ser la insuficiencia renal y ele mpleo indiscriminado de antibióticos12.También se ha descri to hipov i taminosis Ccomo causa pre d i s p o n e n te de esto m a t i t i si n fe c c i o s a s1, 5 , 8 ,15 ( ver capítulo 4: Enfe rm e-dades infecciosas).

Pa ra el tra ta m i e n to se re c o m i e n d ae mplear ácido ascórbico por víai n t ramuscular a razón de 10 - 2 0mg/kg/día5,8.

HIPOVITAMINOSIS E

Se ha descrito en crocodilianos, galá-pagos y ofidios alimentados con presasmuy obesas o de alto contenido en gra-sas1,5,8. En ocasiones, la única sintomato-logía apreciable es la anorexia seguidade la muerte del paciente1,8,12. La lesiónmás frecuente es esteatitis5 (nodulacionesamarillas o marrones en tejido graso sub-cutáneo o intracelómico)16,17. La peroxi-dación de los ácidos grasos poliinsatura-dos ingeridos origina una rección infla-

matoria granulomatosa de la grasa corporal8. La vitamina Eactúa como antioxidante y, por lo tanto, previene o reducelos mecanismos de peroxidación8. Esta deficiencia está tam-bién relacionada con un aumento de la mortalidad fetal encrocodilianos18.

Deben tratarse con vitamina E (50-100 UI/kg/día)8,15,19

y selenio (0,25-0,5 mg de selenato sódico/kg)19 por víaparenteral, además de corregir la dieta. Como prevención,en pacientes de riesgo, puede suplementarse la dieta dia-riamente con 15-25 UI de vitamina E8.

ENFERMEDAD ÓSEA METABÓLICA (EOM)

Es probablemente el cuadro patológico de origen nutri-cional que se observa con mayor frecuencia en la clínica dereptiles mantenidos en cautividad5,20,21,22. Se debe a undesequilibrio en la ingestión de calcio/fósforo21,23,24. Estoocurre con dietas que contienen un exceso de fósforo solu-ble o una falta de calcio (en cantidad o calidad)23,25. Ade-más, los alimentos ricos en fitatos (como la soja y sus deriva-dos) u oxalatos (como las espinacas)25 reducen la absor-ción de calcio a nivel intestinal26. La enfermedad puede tam-bién desarrollarse cuando los animales no se exponen aradiación solar no filtrada o el terrario carece de iluminaciónultravioleta B (UVB)21,23,24,25, necesaria para la síntesisendógena de precursores de la vitamina D3. Esta vitaminaes necesaria para la absorción del calcio a nivel intestinal y,por ello, pueden presentarse casos de EOM en animalesque reciben dietas correctamente equilibradas en calciopero que no reciben radiación UVB (solar o artificial).

La hipocalcemia estimula la glándula paratiroides, queresponde produciendo una gran cantidad de hormona para-tiroidea (PTH) para vehicular calcio desde el tejido óseo ycompensar esta deficiencia24,25,27. Además, La PTH estimu-la la producción de 1,25-dihidrocolecalciferol (vitamina D3),que contribuye a la absorción intestinal del calcio28. Por últi-mo, la EOM en algunos casos puede ser consecuencia deenfermedad renal, ya que en estos casos el fósforo no puedeeliminarse adecuadamente por vía urinaria y la hiperfosfore-mia estimula también la producción de PTH24.

Los síntomas más típicos (figs. 4, 5 y 6) son reblandeci-miento con o sin engrosamiento mandibular (saurios), ablan-damiento del caparazón (quelonios), fracturas espontáneas,deformaciones óseas (fusiones intervertebrales, escoliosis,cifosis, lordosis, arqueamiento de huesos largos)21,25, tem-blores musculares (relacionados con hipocalcemia)24,28,

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 34: Patología de reptiles

parálisis de los miembros (por compresio-nes medulares)21,24,25, endurecimiento demasas musculares (por calcificación intra-muscular), coprostasis (por enlentecimien-to del peristaltismo intestinal), anorexia yletargia21. Si no se trata a tiempo, el ani-mal puede morir o pueden qu e d a rl esecuelas óseas. Una de las secuelaso b s e rvadas con mayor frecuencia eniguanas es el acortamiento mandibular(fig. 7). Este defecto se debe a que enestadios juveniles la musculatura de labase de la lengua ejerce una tracciónsobre el hueso mandibular impidiendo sunormal desarrollo, mientras que el maxilarcrece a un ritmo adecuado, ya que noexiste tracción alguna sobre él25.

El diagnóstico se basa en la histo ria clí-nica (condiciones de manejo y dieta emp l e-ada), la sinto m a tología y las lesiones. Siem-p re deben re a l i z a rse ra d i o grafías de to d oel esqu e l eto para poder evaluar la grave-dad de cada caso (fig. 8). Asimismo, esn e c e s a rio llevar a cabo un comp l eto análi-sis sanguíneo (hemograma y bioqu í m i c as é rica) para establecer el pro n ó stico y elplan te rapéutico más adecuado. La analíti-ca bioquímica debe incluir, al menos, lad ete rminación de los siguientes pará m et ro s :calcio, fó s fo ro, albúmina, proteínas tota l e s ,ácido úrico y SGOT-A ST.

El tratamiento consiste en corregir lascondiciones del te rra rio (te mp e ra t u razonal, humedad, fluorescente UVB 290-310 nm) y la dieta, suplementando concalcio y vitamina D3. En galápagos yot ros reptiles carn í vo ros u omnívo ro s ,deben evitarse los alimentos ricos en fós-foro (como jamón de York, carne magra,gammarus, etc.), recomendándose dietasa base de pescado completo, hígado,insectos, gusanos y moluscos. En iguanasy quelonios herbívoros, la lechuga y eltomate como dieta básica debe comple-mentarse con otras verduras y frutas conmejor índice calcio/fósforo. En la tabla 1

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 4.— En g rosamiento y reblandecimiento mandibular enuna iguana verde (Iguana iguana), como síntomatípico de enfermedad ósea metabólica en estae s p e c i e .

Fig. 5.— Deformaciones de las extremidades relacionadas conel padecimiento de enfermedad ósea metabólica enuna Iguana iguana. Estas deformaciones pueden serconsecuencia de fracturas o arqueamientos de loshuesos largos, aunque en ocasiones están relaciona-das con depósitos de sales de calcio sobre la muscu-latura.

Page 35: Patología de reptiles

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

TABLA I VERDURAS Y FRUTAS RECOMENDADAS PARA LA ALIMENTACIÓN DEREPTILES HERBÍVOROS POR SU BUENA RELACIÓN CALCIO/FÓSFORO

Hojas de nabo

Hojas externas de col o repollo

Col china

PapayaCilantro

Hojas de brócoli

Berros

Brotes de mostaza

ColinaboPerejil

Acelgas

Grelos

Hojas de coliflor

Col rizadaEndivias

Higos

Diente de león

Naranjas

Tronco y ramas de brócoli (sin la flor)Hojas de remolacha

Higos chumbos

Apio (troncos)

Cebolletas

Apio (hojas)Puerros

Mandarina

Frambuesas

Berenjena

FresasMoras

7,08-1

5,95-1

5,56-14,50-1

4,00-1

3,92-1

3,53-1

3,46-13,25-1

3,20-1

3,00-1

2,91-1

2,91-12,76-1

2,66-1

2,60-1

2,40-1

2,40-12,36-1

2,35-1

2,30-1

2,10-1

1,90-11,70-1

1,70-1

1,50-1

1,40-1

1,20-11,20-1

1,20-1

Alimento Cociente calcio/fósforo

Page 36: Patología de reptiles

se adjunta un listado con los alimentosrecomendados y su relación calcio/fósfo-ro. Pa ra el aporte de calcio puedeemplearse lactato cálcico21, glicerofosfa-to cálcico21 o glucobionato de calcio. Ennuestra experiencia, el que mejores resul-tados parece dar es el glucobionato decalcio al 10%, administrándolo por víaoral a razón de 100-200 mg/kg/díad u ra n te un periodo mínimo de dosmeses29, aunque la dosis definitiva debedecidirse en base a los resultados analíti-cos. En aquellos casos en los que existaparálisis muscular por hipocalcemia seve-ra, puede ser necesario iniciar el trata-miento con glucobionato cálcico por víaendovenosa o intraósea, aunque debehacerse lentamente para evitar trombosis.Es conveniente también administrar cada3-7-10 días (según el tamaño del animal)una gota de Hidroferol® (equivalente a240 UI de vitamina D3 en forma de 25-hidroxicolecalciferol) por vía oral29. Asi-mismo, es imprescindible emplear unafuente de luz ultravioleta con una longitudde onda comprendida entre 290 y 310nm29 o exponer al paciente durante 3-4horas diarias al sol directo, si el clima lopermite. El empleo de calcitonina de sal-món para prevenir nuevas emigracionesde calcio desde el hueso hacia la sangre,se encuentra hoy en día en discusión29.Algunos autores recomiendan su uso endosis de 1,5 UI/kg cada ocho horas porvía subcutá n e a3 0, aunque en nuest raexperiencia se obtienen resultados satis-factorios con una pauta bien distinta: 50U I / kg vía i.m. cada siete días2 0 , 21, 2 8

(hasta un total de cuatro administracio-nes)29. Es muy importante mantener unaporte adecuado de calcio durante todoel tratamiento con calcitonina para evitarhipocalcemias iatrogénicas20,21,28.

Se recomienda llevar a cabo un segui-m i e n to de cada caso mediante est u d i o sra d i o grá ficos (a los 90, 180 y 360 días

de iniciar el tra ta m i e n to) y analíticas bioquímicas seriadas (alos 30, 90, 180 y 360 días)2 9. Estos controles perm i ten alclínico tomar decisiones sobre la duración del tra ta m i e n to yaj u star dosis según los re s u l tados obtenidos. Además, sonmuy útiles para evaluar posibles secuelas y/o re c i d i va s .

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Deformación del caparazón en forma de “pagodachina” en un galápago de Florida (Trachemys scriptaelegans) con enfermedad ósea metabólica.

Fig. 7.— Acortamiento mandibular en una Iguana iguanaadulta, como secuela por haber padecido enferme-dad ósea metabólica en su etapa juvenil.

Page 37: Patología de reptiles

HIPERCALCEMIA

La hipercalcemia puede ser fisiológicaen hembras grávidas, tanto en estadiosprevios a la oviposición como cuando seproducen fenómenos de reabsorción delos óv u l o s2 5 , 31. Sin embargo, ta m b i é npueden originarse estados hipercalcémi-cos patológicos cuando se emplean die-tas excesivamente ricas en calcio y vita-mina D3

5 , 21, 2 5 , 3 2 , 3 3, como cuando seincluyen piensos para carnívoros domésti-cos en la dieta de reptiles herbívoros. Enestos casos, la hipercalcemia conduce ala formación de depósitos de sales decalcio en tejidos blandos (en forma dehidroxiapatita cálcica)25. La sintomatolo-gía y las lesiones son muy variablesdependiendo del lugar donde se produz-can estos depósitos: musculatura cardia-ca, aorta y grandes vasos (insuficienciacardiaca), tráquea y bronquios (hiperten-sión pulmonar, disnea), aparato digestivo( d i s fagia, enlente c i m i e n to inte st i n a l ,c o p ro stasis), apara to uro ge n i tal (insufi-ciencia renal, distocia), piel (calcinosiscutis), bazo (infarto esplénico), médulaespinal y encéfalo (parálisis, alteracionesneurológicas, coma)25.

El diagnóstico se basa en la historia clí-nica y la sintomatología, pero debe con-firmarse mediante analítica sérica (la cal-cemia puede alcanzar valores superioresa 40 mg/dl)5 y radiografía21 (puedenverse áreas radiodensas correspondien-tes a los depósitos de calcio) (fig. 9).

Además de corregir la dieta, para eltratamiento se recomienda el empleo decalcitonina de salmón en dosis de 1,5UI/kg/8 horas por vía subcutánea5,32,durante varias semanas, hasta que secompruebe una normalización de la cal-cemia. Como en muchas ocasiones el teji-do renal se encuentra afectado, se reco-mienda realizar una sueroterapia por víaintraósea mientras dure el tratamiento.

Son frecuentes las recidivas al cesar la medicación y el falle-cimiento de muchos pacientes debido a la irreversibilidad delas lesiones.

GOTA

La formación de depósitos de uratos en el parénquima vis-ceral o sobre las superficies articulares como consecuenciade un estado de hiperuricemia persistente se denominagota26,38. La hiperuricemia puede presentarse en cualquiertipo de reptil. Sin embargo, es mucho más frecuente en repti-les herbívoros a los que erróneamente se les ofrece dietasricas en proteínas5,24 (carne magra, jamón de York, piensopara carnívoros domésticos, etc.). También es frecuente enreptiles a los que se les priva del agua de bebida y que, porlo tanto, padecen un estado de deshidratación5,24,26. Losreptiles acuáticos son menos susceptibles al padecimientode esta enfermedad, ya que en este g rupo de animales elproducto final del metabolismo de los compuestos nitroge-nados no es el ácido úrico, sino que son capaces de pro-ducir grandes cantidades de urea y amoniaco5.

El ácido úrico se elimina en fo rma de ura tos por secre c i ó na c t i va en la porción proximal de los túbulos renales. Por lota n to, cualquier lesión que se produzca en el epitelio del túbu-lo renal conducirá a una disminución en la exc reción de ura-to s24. De aquí que a veces la hiperu ricemia, en los ga l á p a-gos, sea re a l m e n te la consecuencia de una av i taminosis A.

Por último, también se pueden dar algunos casos iatrogé-nicos, por empleo indebido de gentamicina o sulfamidas(con actividad nefrotóxica) durante tiempo prolongado5.

Una vez que el estado de hiperu ricemia se insta u ra, losd e p ó s i tos de ura tos pueden pro d u c i rse en cualquier órga n oo tejido. Según su localización, la gota puede clasifi c a rse eng ota visceral, articular o peri a rt i c u l a r. La más fre c u e n te es lag ota visceral, siendo los órganos más afe c tados el saco peri-c á rdico, el hígado, la corteza renal y el bazo5. La sinto m a to-logía en estos casos es poco ev i d e n te, manife stándose aveces sólamente con anorexia. El diagnóstico pre s u n t i vo sólopuede esta b l e c e rse con una profunda anamnesis y re a l i z a n-do un análisis de ácido úrico en sangre. En cuanto a la gotaa rt i c u l a r, es mucho más ra ra5, y se cara c te riza por depósito sde ura tos en las art i c u l a c i o n e s24. La sinto m a tología se mani-fi e sta por un engro s a m i e n to de las articulaciones (a veces desólo un dedo), que da lugar a inmovilidad por dolor art i c u-l a r5. En ocasiones, estos cri stales son visibles ra d i o grá fi c a-m e n te (aunque, para ello, la lesión debe estar ya calcifi c a-

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 38: Patología de reptiles

d a )5. La confi rmación puede re a l i z a rs etomando una muest ra mediante aspira c i ó nde la lesión con aguja fina y tinción cito-lógica de rutina, para evidenciar los cri s-ta l e s de ura to s5. Al realizar biopsias, debere c o rd a rse que los cri stales de ura tos sed i s u e lven en fo rmol, por lo que las mues-t ras susceptibles de contener ura tos nodeben fo rm o l a rse.

El pronóstico es sombrío, salvo enaquellos casos en los que el diagnósticosea precoz.

El tratamiento consiste en corregir la causa, ya que noexiste ninguna medicación completamente eficaz. Se haensayado con alopurinol12,34,35,36,37,38, probenecid34,37 ycolchicina12,24,37 pero los resultados son, cuando menos,contradictorios5.

HIPOTIROIDISMO/HIPERTIROIDISMO

Se desconocen todavía muchos aspectos de las endocri-nopatías en reptiles. Sin embargo, se han descrito casos dehipotiroidismo (bocio) en reptiles a los que se le suministraaguas blandas pobres en yodo, y en aquellos que recibendietas ricas en agentes bociógenos (nitratos), como algunasverduras5,15,38. La sintomatología se caracteriza por letargiay, en ocasiones, puede observarse un abultamiento en laregión cervical ventral en la entrada del tórax15,38.

Por otro lado, se conoce el papel de la función tiroideaen la ecdisis39, por lo que el hipertiroidismo puede conside-rarse como una causa desencadenante de ecdisis repetidasen ofidios40. La mayoría de los casos se presenta en indivi-duos de edad avanzada, siendo especialmente sensible laculebra del maizal (Elaphe guttata)40. Aunque los resultadosde la analítica de T3 y T4 en sangre pueden ser ambiguos40,la respuesta al tratamiento con Tiamazol confirmaría el diag-nóstico.

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 8.— Radiografía dorsoventral de unaIguana iguana que padece enfer-medad ósea metabólica. Nóteselas finas corticales de los callosóseos femorales, así como lap resencia de cuerpos extrañosradiopacos (gravilla) ingeridos porel animal en un intento de repo-ner la calcemia. La retención deheces es consecuencia del enlen-tecimiento del peristaltismo intes-tinal como consecuencia directade la hipocalcemia.

Fig. 9.— Hipercalcemia en una Iguana iguana. Nótese la calci-ficación de las paredes de los principales vasos san-guíneos a su salida del corazón.

Page 39: Patología de reptiles

UROLITIASIS VESICAL

Sólo los quelonios y algunos sauriosposeen vejiga urinaria41. La orina forma-da en los riñones fluye a través de los uré-teres hasta la cloaca, existiendo despuésun re flujo ret ró grado hacia la ve j i ga ,donde parte del agua es reabsorbidaantes de la eliminación definitiva de laorina por la cloaca41. La formación dedepósitos minerales (arenilla) o cálculos,p ro p i a m e n te dichos, está re l a c i o n a d acon estados de deshidratación prolonga-dos23,32,41 y el empleo de dietas hiper-proteicas42 (sobre todo en reptiles herbí-voros). La avitaminosis A puede actuarcomo causa predisponente42, ya que dalugar a hipertrofia y posterior metaplasiade los epitelios. En el caso del epitelio dela vejiga, esto conllevaría un acúmulo de

células cornificadas sobre su superficie, que podría determi-nar la formación del núcleo de futuros cálculos42. Además,se especula con la posibilidad de que materiales de origengastrointestinal (como arena, piedras, o material proteicodiverso) tengan un papel importante en la formación delnúcleo del cálculo, al ascender retrógradamente desde lacloaca junto con el reflujo de orina procedente de los uréte-res32.

La mayoría de los urolitos descritos en reptiles es tán com-puestos por ácido úrico o por uratos41,42, aunque también sehan descrito cálculos de oxalato en Iguana iguana 43. Enreptiles herbívoros, el nitrógeno de origen proteico deriva dealimentos vegetales, por lo que la producción de ácido úricoes lenta y su eliminación —en forma de uratos— también loes23.

Las reptiles afectados de urolitiasis vesical son asintomáti-cos23, hasta que el tamaño del cálculo es tal que origina dis-quecia, copros tasis, distocia y/o parálisis de los miembrosposteriores41. En estos casos, el animal está apático y ano-réxico, presentando un grado de deshidratación más omenos importante.

El diagnóstico puede re a l i z a rse en base a la histo ria clí-nica y la palpación cuidadosa de la cavidad celómica2 3

(en saurios). Debe confi rm a rse mediante ra d i o l o g í a2 3 , 3 2 , 41

( fig. 10) (cálculos palpables) o ultra s o n o grafía (en el casode pequeños depósitos de sales o “are n i l l a ” )4 2. Cuandose tra ta de pequeños depósitos de ácido úrico o are n i l l a ,el tra ta m i e n to consiste simp l e m e n te en dar un adecuadoa p o rte hídrico al enfe rmo (recomendándose la suerote ra-pia intraósea) y en corregir la dieta. Cuando se tra ta decálculos mayo res, es necesario re c u rrir a la celotomía yc i stoto m í a5 , 2 3 , 3 2 , 41, 4 2.

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 10.— Urolitiasis vesical en una Iguanai g u a n a. Las deformaciones delos huesos largos son secuelasdel padecimiento de enferme-dad ósea metabólica en unaedad temprana.

Page 40: Patología de reptiles

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

BIBLIOGRAFíA

1. Scott PW. Nutritional diseases. En:Beynon PH (ed): Manual of Repti-les. BSAVA, 1992.

2. Klingenberg RJ. The box turtle: ap ra c t i c i o n e r’s appro a ch. Pro c e e-dings of the 3rd annual meeting ofthe ARAV, Tampa, FL. PP. 37-39.1996.

3. Anderson NL. Husbandry and clini-cal evaluation of Iguana iguana.Compend Cont Ed Pract Vet 13:1265, 1991.

4. Foggin CM. Diseases and diseasecontrol crocodile farms in Zimbab-we. En: Webb GJW, Manolis SC,Whitehead PJ (eds): Wildlife mana-gement: Crocodiles and Alligators.New South Wales, Surrey, Beatty,1987.

5. Frye FL. Reptile Care: An atlas ofdiseases and treatments. TFH Publi-cations Inc. Neptune City, NJ. 1991.

6. Bayón A, Brotóns NJ, Albert A, Tala-vera J. Patología ocular en reptiles.Clínica Vete ri n a ria de Pe qu e ñ o sAnimales. 19 (4): 227-242. 1999.

7. Law ton MPC. Ophta l m o l o g y. En:Beynon PH (ed): Manual of Repti-les. BSAVA. 1992.

8. Ware SK. Nutrition and nutritionaldisorders. En: A ckerman L: The bio-logy, husbandry and health care ofreptiles (3 Vol). TFH PublicationsInc. Neptune City, NJ. PP. 775-802.1998.

9. Harvey-Clark CJ. Common dermato-logic problems in pet reptilia. Semi-nars in Avian and Exotic Pet Medi -cine 4 (4): 205-219. 1995.

10. Boyer TH. Hypovitaminosis A andHipervitaminosis A. En: Mader DR:Reptiles Medicine and Surgery. WBSaunders Co. Philadelphia. 1996

11. Elkan E, Zwart P. The ocular diseaseof young terrapins caused by vita-mine A deficiency. Pathologia Vet4: 201, 1967.

12. Jackson OF, Cooper JE. Nutritionaldiseases. En: Cooper JE, JacksonOF (eds): Diseases of the reptilia (2Vol). PP. 409-428. 1981.

13. Frye FL. Vitamine A sources, hypo-

vitaminosis A and iatrogenic hyper-vitaminosis A in chelonians. En: KirkRW (ed): Current veterinary The-rapy X Small Animal Practice. WBSaunders Co. PP. 791. 1989.

14. Vosburgh KM, Brady PS, Ullrey DE.Ascorbic acid requirements of gar-ter snakes: plains (Tamnophis radix)and eastern (T.sirtalis sirtalis). J ZooAnim Med 13: 38-42. 1982.

15. Wallach JD. En: Fowler ME (ed):Zoo and wildlife medicine. WBSaunders Co. Philadelphia. PP. 123-128. 1978.

16. Diere n feld ES. Vi tamine E defi-ciency in zoo reptiles, birds andungulates. J Zoo Wildl Med 20: 3-11. 1989.

17. Wallach JD, Hoessle C. Steatitis incaptive crocodilians. J Am Vet MedAssoc 153: 845-847. 1968.

18. Lance VA. Hormonal control ofre p roduction. En: Webb GJW,Manolis SC, Whitehead PJ (eds):Wi l d l i fe manage m e n t: Cro c o d i l e sand Alligators. New South Wales,Surrey, Beatty, 1987.

19. Farnsworth RJ, Brannian RE, Flet-cher KC, Klassen S: A vitamine E-Selenium responsive condition in agreen iguana. J Zoo Anim Med 17:42-45. 1986.

20. Boyer TH. Metabolic bone disease.En: Mader DR: Reptiles Medicineand Surgery. WB Saunders Co. Phi-ladelphia. PP. 385-392. 1996.

21. Barten SL. The medical care of igua-nas and other commom pet lizards.Vet Clin N Am/Small Anim Pract23: 1213-1249. 1993.

22. Boyer TH. Common problems andt reatment of the green iguana(Iguana iguana). Bull Assoc ReptAmphib Vet 1: 8. 1991.

23. Frye FL. Iguana iguana. Guide forSuccessful Capt i ve Care. Kri e ge rPublications Co., Malabar, FL.1995.

24. Driggers T. Internal medicine. En:Acke rman L: The biology, hus-bandry and health care of reptiles(Vol 3). TFH Publications Inc. Nep-

tune City, NJ. PP. 574-592. 1998.25. Frye FL. The impor tance of calcium

in relation to phosphorus, especiallyin folivorous reptiles. Proc Nut Soc56: 1105-1117. 1997.

26. Donoghue S. Clinical nutrition of re p-tiles and amphibians. Proceedings ofthe 2n d A R AV annual meeting, Sacra-m e n to, CA. PP. 16 - 37. 1995.

27. McCance KL, Hueter SE. Pathophy-siology: The biological basis of dise-ase in adults and ch i l d ren. CVMosby, St Louis. PP 97. 1990.

28. Mader DR. Nutritional secondaryhyperparathyroidism in g reen igua-nas. En: Bonagura JD (ed): Kirk’sc u rrent vete ri n a ry th e ra py XIII,small animal practice. WB SaundersCo. Philadelphia. PP. 117 9 - 118 2 .2000.

29. Brotóns NJ. Tratamiento y controlespost-tratamiento en Iguánidos conenfermedad ósea metabólica: Resú-menes de la 3ª Reunión CientíficaGMCAE (AVEPA), Murcia, 1999.

30. Frye FL. Reptile Clinician’s Handbo-ok. Krieger Publishing Co. Malabar,FL. 1995.

31. Anderson NL. Diseases of Iguanaiguana. Compend Cont Ed Pract Vet14: 1335-1343. 1991.

32. Martínez-Silvestre A. Manual Clí-nico de Reptiles. Grass-Iatros Edi-ciones. 1994.

33. Frye FL. A practical guide for fee-ding captive reptiles. Krieger Publi-cations Inc. Malabar, FL. 1991.

34. Mart í n e z - S i lve st re A. Tre a t m e n twith allopurinol and probenecid forvisceral gout in a greek tortoise,Te studo graeca. Bulletin of th eARAV, 7(4): 4-5. 1997.

35. Muro J. Treatment of articular goutin a Medite rranean pond turt l e ,Mauremys leprosa. Bulletin of theARAV, 7(4): 5-8. 1997

36. Wright K. Use of oral allopurinoland saline dialysis in managementof hyperuricemia in Chilean tortoi-se. Bulletin of the ARAV, 2(1): 7.1992

37. Bonner BB. Chelonian Therapeutics.

Page 41: Patología de reptiles

PATOLOGÍA DE REPTILES

En: The Veterinary Clinics of NorthA m e rica. Exotic Animal Pra c t i c e3(1): 257-332. 2000

38. Donoghue S, Lagenberg J. Nutri-tion. En: Mader DR: Reptiles Medi-cine and Surgery. WB Saunders Co.Philadelphia. PP. 148-174. 1996

39. Funk RS. Snakes. En: Mader DR:Reptiles Medicine and Surgery. WBSaunders Co. Philadelphia. PP. 39-

46. 1996.40. Rossi JV. Dermatology. En: Mader

DR: Reptiles Medicine and Surgery.WB Saunders Co. Philadelphia. PP.104-117. 1996

41. Bennett RA, Mader DR. Soft TissueSurgery. En: Reptile Medicine andSurgery. WB Saunders Co. PP. 295-296. 1996.

42. Schildger BJ. Diagnostic Imagine

and Therapy of Bladder Calculi inG reen Iguanas (Iguana iguana).Proceedings of the 5 th InternationalC o l l o quium on the Pa thology ofRe ptiles and amphibians. Alphena/d Rijn, The Netherlands. 1995.

43. Brotóns NJ: Urolitiasis vesical enIguana iguana. Resúmenes de la 1ªReunión Científica GMCA E(AVEPA), Madrid, 1998.

ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

Page 42: Patología de reptiles

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

A. MARTÍNEZ-SILVESTRE1 Y N. J. BROTÓNS2

1Centre de Recuperació d´Amfibis i Rèptils de Catalunya (CRARC).Santa Clara s/n. 08783 Masquefa. Barcelona

2Clínica Veterinaria Médano. San Ramón, 77. 03560 Campello (Alicante)

AS enfermedades infecciosas tienen una impor tancia cada vez mayor en la clínica de reptiles. Eldelicado estado inmunitario de esta clase de animales hace que sean muy frecuentes las infec-ciones secundarias a otros procesos. Los agentes causantes son mayoritariamente bacilos Gramnegativos, pero en general podría decirse que puede aislarse cualquier tipo de microorganismo. En el presente estudio se enumeran las principales bacterias, virus y hongos que se aíslan de pro-

cesos sis témicos o locales en reptiles. Además, se dan datos acerca del cuadro lesional que provocan y seseñalan los aspectos básicos para un buen tratamiento mediante el uso de fármacos antibióticos.

LL

Page 43: Patología de reptiles

Incluso en muchas enfermedades descritas en reptiles, losagentes causales son especies de microorganismos que envertebrados superiores se considerarían inocuas o hallazgosocasionales en cultivos y aislamientos de rutina3.

La presencia de microorganismos potencialmente pató-genos en el ambiente donde viven los reptiles es un hechocomún. En cualquier agua estancada se desarrolla una inten-sa actividad microbiana de modo natural. No debe preten-derse que el agua donde viva un reptil sea estéril. En condi-ciones normales, en el suelo, agua, etc., se encuentra unagran variedad de asociaciones simbióticas, parásitas ycomensales entre diferentes grupos de microorganismos.Entre ellos, cabe destacar bacterias heterótrofas de los géne-ros Achromobacter, Flavobacterium, Brevibacterium, Micro -coccus, Pseudomonas, Nocardia, Streptomyces, Micromo -nospora, Bacillus, Spirillium o Vibrio, que están directamenteimplicados en el reciclaje de la materia orgánica en estosambientes4. Cualquiera de estas especies podría ser unpotencial patógeno en un herpeto immunosuprimido y, dehecho, agentes como Pseudomonas, Vibrio, Flavobacteriumo Nocardia han sido ya asociados a patologías locales ysistémicas3.

Por otro lado, existe la discusión de cómo debe interpre-tarse la presencia de un determinado agente en un reptil,como por ejemplo el aislamiento de Clostridium en hemo-cultivos en saurios aparentemente sanos. El característicoequilibrio entre el reptil hospedador y el microorganismopuede hacer difícil la diferenciación entre portadores asinto-máticos y enfermos reales5.

Si bien las causas dete rm i n a n tes pueden ser muchas enfunción del micro o rganismo implicado, casi siemp re sereducen a unas pocas especies bacte rianas comunes enla patología infecciosa de reptiles. Así pues, la mayoría dee studios sobre antibiote rapia, serología o preva l e n c i ae stán realizadas en Pseudomonas aeruginosa6. Por ot rolado, el tra ta m i e n to comúnmente basado en aminogl i c ó-sidos que se aplica en muchas ocasiones es ineficaz enp resencia de micro o rganismos anaerobios. Además, ela i s l a m i e n to ru t i n a rio en herp etología ignora en ocasionesla presencia de estos. Esto, unido a te rapias activas fre n tea estos micro o rganismos que se aplican sin conocer lacausa real de enfe rmedad, hace que no se conozca cons e g u ridad la gravedad de las infecciones por anaero b i o sen re p t i l e s7.

La presencia de un age n te bacte riano no sólo puedee star relacionada con una enfe rmedad per se, sino qu epuede ser un fa c tor pre d i s p o n e n te a una re i n fección qu e

INTRODUCCIÓN

A S e n fe rmedades infe c c i o-sas en reptiles tienen unaespecial imp o rtancia comoconsecuencia del delicadoe qu i l i b rio que ex i ste ene stos animales con re s p e c-

to al ambiente en el que viven. En efe c to, els i stema immunita rio de los reptiles está suje-to a va riaciones dependientes de la te m-p e ra t u ra, el est rés, la humedad ambiental ola alimentación. Estos fa c to res afe c tan deun modo más dire c to a las defensas natu-rales de los reptiles que a las de los mamí-fe ros y aves. De este modo, se consideraque un reptil recién imp o rtado, hospita l i z a-do, recién comp rado, recién tra n s p o rta d o ,h i p oté rmico, mal alimentado, mal insta l a d oo mantenido en un espacio pequeño estái m m u n o d e p rimido. La posibilidad de qu ee ste animal acabe manife stando una enfe r-medad infecciosa es muy elevada. En la clí-nica diaria, debe pensarse que cualqu i e rreptil que entra en la consulta se encuentrap ote n c i a l m e n te immunodeprimido, y, porello, deben to m a rse las medidas oport u n a sde manejo y pro fi l a x i s .

La curación de la enfermedad depen-derá por tanto no sólo de un adecuadotratamiento antibiótico, sino de restable-cer ese equilibrio inmunológico perdido.

En todas las enfe rmedades infe c c i o s a sd e s c ri tas en reptiles se cita un age n te cau-sal como causa dete rm i n a n te de la misma.Si bien en muchas ocasiones esto es cierto ,la práctica demuest ra que en ot ros casos laetiología de ese mismo cuadro clínico esmuy dive rsa y, por ta n to, se corresponde auna invasión de micro o rganismos oport u-n i stas. De este modo, es posible encontra re n fe rmedades causadas por la pre s e n c i ac o n c o m i ta n te de pará s i tos, bacte rias yv i rus en un mismo hospedador1, 2.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

LL

Page 44: Patología de reptiles

re a l m e n te origine la enfe rmedad. Po re j e mplo, en quelonios, se ha descri toque Serratia marcescens es un micro o r-ganismo con elevada capacidad de pro-teolisis que favo rece la acción poste ri o rde C i t r o b a c t e r, ge n e rando consecuente-m e n te enfe rmedades septicémicas8.

COMPLEJORINITIS-ESTOMATITIS ENTORTUGAS TERRESTRES

Es una de las enfermedades más gra-ves que afectan a las tortugas terrestres.La rinitis es un síntoma común a variasenfermedades:

Rinitis secundaria a sinusitis

Generalmente relacionada con hipovi-taminosis A. La falta de vitamina A pro-voca la desestabilización de los epiteliosrespiratorios, predisponiéndolos a infec-ciones secundarias (ver capítulo 3: Enfer-medades nutricionales y metabólicas). Deeste modo, la rinitis se inicia como enti-dad primaria o secundaria a una infec-ción de los senos.

Rinitis bacteriana primaria

G e n e ra l m e n te, consecuencia de inmu-n o s u p resión o de un aumento de lac a rga bacte riana en el ambiente. Dee stas rinitis se suelen aislar S t a p h i l o c o -c o s , Pseudomonas, Proteus o A e r o m o -n a s9 ( fig. 1).

Rinitis por micoplasmas

La presencia de micoplasmas comocausantes del cuadro de rinitis es muy fre-cuente en las tortugas terrestres america-nas (Gopherus spp.). Se ha descrito unanueva especie causante del cuadro clíni-

co como Mycoplasma agasizii. La enfermedad tiene unaalta morbilidad y mor talidad10.

Rinitis vírica

Actualmente, todos los estudios realizados confirman quela rinitis crónica y de mayor mortalidad en quelonios terres-tres se debe a la infección por un herpesvirus. En estos casos,se da un empeoramiento progresivo del estado del animal,con moqueo, dificultad respiratoria, caquexia, y muerte. Enfases avanzadas, se observa estomatitis purulenta. Si bienaún falta confirmar la etiología realizando infecciones expe-rimentales, en la mayoría de animales afectados se han vistocuerpos de inclusión y partículas del tipo herpesvirus median-te microscopia electrónica. Actualmente se están realizandoaislamientos, aplicación de técnicas diagnósticas mediantePCR y detección serológica en animales afectados.

Rinitis alérgica

Descrita como consecuencia de cambios estacionales entortugas de climas mediterráneos o con grandes oscilacionestérmicas verano-invierno. Hasta el momento, es la única des-

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 1.— Típico aspecto de una tortuga de tierra (Testudograeca) con rinitis. La presencia de exudado nasal deaspecto purulento debe alertar sobre la múltiple etio-logía de este signo clínico.

Page 45: Patología de reptiles

cripción que sugiere una patología detipo alérgico en tortugas3.

VIROSIS

Herpesvirus

Se trata de uno de los virus más locali-zados y diagnosticados en reptiles11 (fig.2). En tortugas terrestres, se ha asociadoa sintomatología respiratoria (rinitis, sibi-lancias, estertores), complicada con esto-matitis y glositis12. En tortugas marinas sehan vis to asociados a fibropapilomas (lafibropapilomatosis de la tortuga verde, o“Green Turtle Fibropapilloma Disease”),así como a una enfermedad que provocamanchas grisáceas en la piel (llamada“Grey Patch Disease”). Sólo raras vecesse ha descrito en procesos septicémicos,pudiéndose observar causando lesionesen bazo, pulmones o hígado13.

Adenovirus

Causante de hepatitis y enfermedadesde afección visceral diseminada en boi-dos. El diagnóstico debe re a l i z a rs em e d i a n te microscopia. Las lesionesmacroscópicas son inaparentes14.

Paramixovirus

Diagnosticado principalmente en ofi-dios de las familias boidae, colubridae yviperidae como causante de neumoníahemorrágica, estomatitis y muerte súbita.En ofidios, pueden haber casos de enfer-mos crónicos e incluso eliminadores asin-tomáticos. El riesgo de contagio es muyelevado y representa una de las peorese n fe rmedades contagiosas conocidashasta el momento en serpientes15.

Enfermedad de los cuerpos de inclusión(“Inclusion Body Disease”, o también “IBD”)

Actualmente se cree que el agente causal es un retrovirus.Si bien se ha demostrado su actividad transcriptasa inversapositiva, ha podido comprobarse la formación de cuerposde inclusión intranucleares e intracitoplasmáticos, datos estosúltimos que contrastan con los retrovirus conocidos. Estoscuerpos de inclusión se observan en los acini pancreáticos yen células hepáticas16.

Poxvirus

Las lesiones causadas por estos virus se han descrito loca-lizadas principalmente en la piel de la cabeza. En queloniosy crocodilianos, la zona periocular es una de las principalesáreas de aislamiento de poxvirus17, provocando crecimien -tos de tipo papilomatoso y cambios comportamentales en elanimal afectado, como alteraciones en la termorregulación oen la búsqueda de alimento.

ESTOMATITIS EN OFIDIOS

E ste pro c e s o suele coincidir con una estado de immu-n o d e p resión del animal afe c tado. En condiciones dee st rés, el consumo de acido ascórbico es mayor de lo habi-

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 2.— Imagen de microscopia (x 1.000) de la cavidad nasalen una tortuga mora (Testudo graeca) con herpesvi-rosis. En el margen del tejido se observan cuerpos deinclusión anfófilos.

Page 46: Patología de reptiles

tual y esta situación predispone a lesio-nes gingivales y bucales. Otras causasde estomatitis son heridas provo c a d a sd u ra n te la caza-captura e incluso rete n-ciones de muda. Si bien en quelonios lase stomatitis pueden asociarse con age n-tes virales, en ofidios esta enfe rm e d a de stá mayo ri ta ri a m e n te causada por bac-te rias Gram nega t i va s3 5 ( fig. 3). La pato-genia de esta enfe rmedad comp re n d et res esta d i o s :

Fase 1: inicial. El animal todavía escapaz de alimentarse. Se obser van pete-quias en el paladar. En ocasiones haypresencia de tialismo o sialorrea.

Fase 2: medio. El animal deja de ali-mentarse. Se observan acúmulos de pusen paladar y enrojecimiento de la muco-sa oral. También hay cambios comporta-m e n tales, como inqu i etud y un lige roincremento en la agresividad.

Fase 3: avanzado. El animal no se ali-menta. Se observa caída de dientes, hin-chazón mandibular y deformaciones quellegan en ocasiones a alcanzar las órbi-tas oculares. Intenso acúmulo de pus enencías y paladar.

La antibiote rapia debe re a l i z a rs ebasándose en los resultados obtenidosmediante antibiograma. Se recomiendael empleo de fluidoterapia hasta que laremisión de las lesiones permita practicarla alimentación enteral forzada.

ENFERMEDAD ULCERATIVADEL CAPARAZÓN

P rovocada por contaminación delc a p a razón con bacte rias ambienta l e spatógenas oportunistas en condicionesno higiénicas de mantenimiento. Si bienen las primeras publicaciones que men-

cionaban esta enfermedad, se le otorgaba a Beneckia(Vibrio) quitinovora la etiología, actualmente se asume que,ante este cuadro, el aislamiento bacteriano puede dar resul-tados muy variables. Aunque puede afectar a cualquier que-lonio, son especialmente susceptibles los acuáticos y, sobretodo, los de caparazón blando18 (fig. 4). El antibiogramapermite asegurar un tratamiento. En ocasiones, es conve-niente administrar el antibiótico no sólo sistémico, sino tam-bién sobre las úlceras, dejando al animal en un lugar seco.De este modo, la absorción percutánea del fármaco se opti-miza.

ENFERMEDAD ULCERATIVA CUTÁNEASEPTICÉMICA

Es un proceso similar al anterior pero de curso sistémico.Se da en tortugas y no existe un único agente causal. Liga-do, nuevamente, a condiciones poco higiénicas de manteni-miento. La enfermedad no se limita al caparazón, sino quese disemina por todo el cuerpo, observándose úlceras a lolargo del cuello, extremidades y cola. En más raras ocasio-nes afecta a la cabeza. Si bien en algunas citas bibliografi-cas se cita a Citrobacter freeundii como agente causal, delas lesiones pueden aislarse otros microorganismos comoStraphilococcus o Pseudomonas29,18. El cultivo microbiológi-

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 3.— Anaconda joven (Eunectes notaeus) con abundanteexudado purulento cayendo de la boca, típico de laestomatitis en fases avanzadas.

Page 47: Patología de reptiles

co es obligado, seguido de antibiogra-ma, para poder emitir un pronóstico ajus-tado18.

OTITIS

Fre c u e n te en quelonios. Provo c a d apor contaminación de heridas cortantesen la cabeza o en la cavidad oral, a con-secuencia de la ingestión de aguas con-taminadas, colonización de la orofaringey posterior vehiculización de los gérme-nes hacia el oído medio. Se provoca unabsceso de tamaño creciente que, con eltiempo, puede llegar a provocar gravesd e fo rmidades del encéfalo y de lasestructuras craneales internas19. General-mente se aíslan microorganismos aero-bios Gram negativos3,19. Una hipovitami-nosis A puede ser la causa predisponen-te de este tipo de infecciones, al alterar elepitelio de los conductos de Eustaquio ydel oído medio.

NEUMONÍA

La neumonía es un diagnóst i c ocomún en procesos septicémicos provo-cados por M y c o b a c t e r i u m10 , 3 0, P s e u d o -m o n a s2 0 o Serratia marcescens21, entreot ros. Nu eva m e n te, la mayoría de pro-cesos neumónicos están causados porgé rmenes Gram nega t i vos (fig. 5). Detodos modos, pueden encontra rse age n-tes inusuales ambientales causantes dec u a d ros neumónicos. Pueden ser tra n s-mitidos por los manipuladores, o deber-se a la pro l i fe ración bacte riana ambien-tal o, incluso, en condiciones hospita l a-rias, ser consecuencia del tra ta m i e n tocon antibióticos inadecuados. Re c i e n te-m e n te, se han descri to en España micro-o rganismos poco comunes en pato l o g í ade reptiles, como A l c a l i g e n e s s p p .2 2 yEnterococus durans 2 3.

ENTERITIS-SALMONELOSIS

La presencia de Salmonella en reptiles pasa much a sveces desapercibida. Se tra ta de una bacte ria siemp re pre-

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 4.— Aspecto del caparazón en una tortuga de caparazónblando (Pelodiscus sinensis). Se observan ulceracio-nes antiguas, ya cicatrizadas y otras recientes conmaterial necrótico en su interior.

Fig. 5.— Detalle del interior del pulmón de una tortuga afri-cana (Geochelone pardalis) con neumonía avanza-da. Se puede observar un material amarillento quecolapsa la luz alveolar.

Page 48: Patología de reptiles

s e n te en el apara to dige st i vo de lam ayoría de especies. Las cepas pató ge-nas se eliminan, especialmente, cuandoel reptil está enfe rmo, sea o no a causade una salmonelosis. La dosis infe c t i vade Salmonella es muy baja y una elimi-nación puntual puede infe c tar a va ri o sanimales que conv i van en un mismote rra rio e incluso a la especie humana24.De este modo, la prevalencia de S a l m o -n e l l a en colecciones zoológicas se hacemás intensa que en animales solita rios otenidos como mascota s2 5. En imp o rta-ciones en condiciones est re s a n tes o enanimales a los que se les cambia bru s-c a m e n te el ciclo hibern a to rio, pueded e s e n c a d e n a rse un desequ i l i b rio de lafl o ra dige st i va que provoca diarre a s ,e n te ritis difte roide necrot i z a n te y hepati-tis. En estos casos, debe descarta rse sal-monelosis como causa pri m a ria. Se had e s c ri to que la presencia de S a l m o n e l l aen casos seve ros se insta u ra de modos i stémico y afe c ta al apara to re s p i ra to-ri o2 6.

SEPTICEMIAS

Muchos procesos inicialmente localesacaban por diseminarse en condicionesfavorables. La presencia de agentes gramnegativos es la causa más comun de sep-ticemias en muchas especies de crocodi-lianos27. Pero existen agentes bacterianosunidos clásicamente a enfermedades sep-ticémicas y raramente locales. Los agen-tes más comunes como causantes de sep-ticemias son Klebsiella pneumoniae2 8,Pseudomonas aeruginosa y P. fluores -cens29, Mycobacterium spp.30 o Arizo -na31. La micobacteriosis es una de lasantropozoonosis más frecuentes en repti-les (fig. 6). Muchos de los casos obser-vados en reptiles aconsejan verificar lapresencia del agente causal en el mani-pulador32.

HEPATITIS

Puede ser multifocal, con un patrón difuso o con un únicoabsceso interno. La sintomatología y severidad del procesodependen del agente infeccioso involucrado y de la capa-cidad de respuesta del animal afectado. Se han aisladomuchos agentes causales como Pseudomonas, Escherichia,Aeromonas o Corinebacterium spp.33

ABSCESOS-OSTEOMIELITIS

La presencia de osteomielitis también se ha visto asocia-da a infecciones del caparazón de tortugas acuáticas, queprogresan hacia el interior, destruyendo la capa ósea sub-yacente y provocando osteolisis y osteomielitis34.

CONSIDERACIONES SOBRE LA TERAPIAANTIMICROBIANA

Antibiograma

El complejo entramado de agentes causales y hospeda-dores que se han descrito, así como el excesivo e indiscrimi-nado uso de antibióticos en clínica de animales exóticos,hacen recomendable el uso de antibiogramas en práctica-mente todas las enfermedades de etiología infecciosa35. Losantibiogramas mínimos deberían contrastar la actividad de almenos cinco antibióticos: sulfamida-trimetroprim, enrofloxaci-na (u otra quinolona como la ciprofloxacina o la norfloxaci-na), gentamicina (u otro aminoglicósido como la amikacina),tetraciclinas y algún macrólido o penicilina. No se recomien-da testar cloramfenicol, ni tampoco aminoglicósidos en rep-tiles deshidratados o con la función renal comprometida, obacteriostáticos en reptiles con el sistema immune debilitado.

Tratamientos de elección

El uso de antibióticos en enfermedades que cursen con laformación de abscesos debe preceder siempre a su extrac-ción quirúrgica. La característica formación de los abscesosen reptiles hace que no se pueda reabsorber el materialpurulento sin intervención quirúrgica y sólo con antibiotera-pia. La pauta antimicrobiana practicada de modo sis témicono llega a afectar al interior sólido y no irrigado de los abs-cesos en reptiles, de modo que un tratamiento puede solu-

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 49: Patología de reptiles

cionar el problema momentáneamente,pero con un alto riesgo de recidiva. Porello, todos los abscesos deben extraersesin olvidar que pueden existir abscesosinternos que no son visibles externamente.El diagnóstico en estos casos debe reali-zarse mediante laparotomía exploratoria,endoscopia y/o tomografía computeriza-da8 para descartar la presencia de septi-cemias o microabscesos en vísceras quecomprometerían el tratamiento aplicado.

Dosificación

La dosificación debe ajus tarse siguien-do las indicaciones de publicaciones einvestigaciones realizadas hasta la fecha.No es recomendable experimentar enanimales en los que aún no se conocebien el aclaramiento renal o la capaci-dad metabólica hepática de ciertos fár-macos. Aun así, la mayoría de las dosisde los antibióticos están extrapoladas desu uso en medicina de pequeños anima-les e incluso de medicina humana. El usode fórmulas alométricas basadas en cons-tantes metabólicas a partir de requeri-mientos energéticos específicos se haceentonces imprescindible.

Efectos indeseables

Los antibióticos utilizados tienen variosefectos indeseables. Los aminoglicósidosson nefrotóxicos; además, en muchos rep-tiles (por ejemplo, tortugas de tierra), lavejiga urinaria permite cierta absorciónde su contenido, factor que provoca unsegundo pico de absorción de un anti-biótico que iba a ser eliminado. Estopuede provocar sobredosificaciones nodeseadas. El cloramfenicol puede provo-car alteraciones sanguíneas por depre-sión de la médula ósea, alteraciones de

conducta e incluso anomalías reproductivas. Si bien aún nose ha podido confirmar en reptiles, estos riesgos se han cons-tatado en muchas especies vertebradas, lo cual aconsejacierta cautela en el uso de este fármaco. El aclaramientorenal de estas especies es absolutamente distinto al de losanimales en que se han hecho la mayoría de pruebas far-macocinéticas de antibióticos. Como consecuencia, se hacomprobado que la gentamicina administrada por vía endo-venosa en tortugas tiene una vida media 33 veces superiora la que tendría en un mamífero36.

AGRADECIMIENTOS

Nuestro mayor agradecimiento a todas las personas quehan aportado datos para la redacción del presente artículo:J. Soler (CRARC, Masquefa, Barcelona); E. Mateu de Anto-nio, Gustavo Pappater ra (Servicio de Patología Infecciosa,Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Bar-celona); S. Téllez, P. Aznarte y V. Briones (Servicio de Micro-biología de Animales Exóticos, Facultad de Veterinaria, Uni-versidad Complutense de Madrid); G. Guyot (Ashton Rese-arch Center, Florida), así como F. Origgi y E. Jacobson (Uni-versidad de Gainesville, Florida).

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Abscesos múltiples en el hígado de una tortugamediterránea (Testudo hermanni) con micobacterio-sis. Se pueden apreciar también algunos abscesos enla aurícula derecha y en la membrana celómica, con-firmando el carácter sistémico del proceso.

Page 50: Patología de reptiles

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

1. Heldstab A, Berger R, Bestetti G.Demostration of virus, Chlamidiaeand Cryptosporidae in snake gas-t ro e n te ritis. Herp eto p a th o l o g i a .1.1: 101-108, 1989.

2. Raidal SR, Ohara M, Hobbs RP,Prince R. Gram-negative bacteriali n fections and card i ova s c u l a rparasitism in green sea turtles (Che-lonia mydas). Aust. Vet. J., 76(6):415-417. 1998.

3. Frye F. Reptile Care, an Atlas ofDiseases and Treatments. TFH Publi-cations, Neptune City, New Jersey.Ed. 2. PP. 1-635. 1991.

4. Margulis L, Chase D, Guerrero R.Microbial communities. Bio-science,36: 160-170. 1986.

5. Hanel R, Heard DJ, Ellis GA, Ngu -yen A.: Isolation of Clostridium spp.from the blood of captive lizards:Real or pseudobacteremia ? BullARAV, 9(2): 4-7. 1999.

6. Schildger BJ, Zschock M, Gobel Th.O-serovars and antibiotic sensibilityof Pseudomonas aeruginosa strainsf rom birds and re ptiles. J VetMed,36(4): 292-2 9 6 . ( Ab st ra c t )1989.

7. Stewart JS. Anaerobic bacterialinfections in reptiles. J. Zoo. Wild.Med., 21(2): 180-184. 1990.

8. Pye GW, Jacobson ER, Newell SM,Scase T, Heard DJ, Dennis PM.Serratia marcescens infection in aGopher tortoise (Gopherus polip-hemus), and use of magnetic reso-nance imaging in diagnosing syste-mic disease. Bull ARAV, 9(4): 8-11.1999.

9. M a rt í n e z - S i lve st re A, Mateu E. Bac-te riological fe a t u res of rhinitis in Cap-t i ve Greek to rtoises, Te studo gra e c a .Bull ARAV 7(2): 12-15, 19 97.

10.Jacobson ER, McLaughlin GS. Che-lonian m ycoplasmosis. Proceedingsof the ARAV, 1: 99-101. 1997.

11. Dru ry SEN, Gough, RE, McArth u rS, Jessop M. Detection of herp e s v i-ru s-l i ke and papillomav i ru s-l i ke par-ticles associated with diseases ofto rtoises. Vet Re c o rd, 143: 639.19 9 8 .

12. Pettan-Brewer KCB, Drew ML, Ram-say E, Mohr FC, Lowenstine LJ: Her-pesvirus particles associated withoral and respiratory lesions in aCalifornia desert tortoise (Gophe-rus agasizii). J. Wild.Diss, 32(3):521-526. 1996.

13. M a rt í n e z - S i lve st re A, Majó N,Ramis A. Caso clínico: Herpesviro-sis en tortuga de desierto america -na (Gopherus agasizii). ClínicaVeterinaria de Pequeños Animales,19 (2): 99-106. 1999.

14. Ramis A, Fernández-Bellón H, MajóN, Martínez-Silvestre A. Adenovi-rus hepatitis in a boa constrictor(Boa constrictor). Meeting of theEuropean Society of Veterinary Pat-hology, 17: 272. 1999.

15. Jacobson ER, Flanagan JP, RideoutB, Ramsay EC, Morris P. Ophidianp a ra my xov i rus. Bull ARAV, 9(1):15-22. 1999.

16. Jacobson ER. An update on inclusionbody disease of boid snakes. Pro c e-edings of the ARAV, 1: 165. 19 97.

17. Buenviaje GN, Ladds PW, MelvilleL. Poxvirus infection in two crocodi-les. Aust Vet Jou. 69(1): 15-16,1992.

18. Brunetti L, Millefanti M. SCUD, Sep-ticaemic cutaneous ulcerative disea-se in the turtle. EJCAP, 9 (1): 69-75.1999.

19. Jackson CG, Jackson MM, FultonM. Cranial asymmetry with massiveinfection in a box turtle. J. Wild. Dis.8: 275-276, 1972.

20.M a rt í n e z - S i lve st re A, Marco A,Mateu E. Pseudomonas fluorescenssepticaemia in a g reen iguana. Thee u ropean journal of comp a n i o nanimal practice 6(1): 19-21, 1996

21. Pye GW, Jacobson ER, Newell SM,Scase T, Heard DJ, Dennis PM.Serratia marcescens infection in aGopher tortoise (Gopherus polip -hemus), and use of magnetic reso-nance imaging in diagnosing syste-mic disease. Bull ARAV, 9(4): 8-11.1999.

22.M o n tesinos A. Neumonías pora l c a lygenes spp. En boidos: 9

casos. Congreso Nacional deAVEPA, XXXIV: 236. 1999.

23. Mart í n e z - S i lve st re A, Tellez S,Aznarte P, Briones V. Septicemiapor ente rococus durans en unaculebra bastarda (Malpololn mons-pessulanus). Congreso Nacional deAVEPA XXXV: 254. 2000.

24.Bradley T, Angulo FJ. Salmonellaand reptiles: veterinary guidelines.Bull ARAV, 2: 14. 1998.

25.M o n z ó n - M o reno C, Ojeda MM,Echeita A, Usera MA. Occurrenceof Salmonella in cold-blooded ani-mals in Gran Canaria, CanaryIslands. Antonie van Leeuwenhoek,68: 191-194. 1995.

26.Orós J, Rodríguez JL, Herráez P,Santana P, Fernández A. Respira-tory and digestive lesions causedby Salmonella arizonae in two sna-kes. J. Comp. Path., 115: 185-189.1996.

27. Novak SS Seigel RA. Gra m-n e ga-t i ve septicemia in american alli-ga to rs (Alliga tor mississippiensis).J . Wild.Dis. 22(4): 484-4 87,19 8 6 .

28.Bonney H, Hartfield A, Schmidt RE.Klebsiella pneumoniae infe c t i o nwith secondary hypopion in a tokayge cko lizards. JAVMA 17 3 :1115-1116, 1978.

29.Martínez Silvestre A: Manual clíni-co de Reptiles. Grass-Iatros Edicio-nes, Barcelona. 1994.

30.Martínez Silvestre A, Navarro G,M a rco A. Micobacte riosis enuna to rt u ga medite rranea. Clin.Vet. Peq. An., 11.3: 45-47. 1991

31. Boever WJ, Williams J. Arizonasepticemia in three boa constric-to r. Vet Med/Small Anim Clin,November: 1357-1358, 1975.

32.Foz A, Roy C, Jurado J, Ar teaga E,Ruiz JM, Moragas A. Mycobacte-rium chelonei iatrogenic infections.J o u rnal of clinical micro b i o l o g y319-321, 1978.

33.Berschauer RL, Mader DR. Hepaticabcess due to Cory n e b a c te ri u mspp. in Desert tortoise, Gopherusagassizii. Proceedings of the ARAV,

BIBLIOGRAFíA

Page 51: Patología de reptiles

8(1): 13-15. 1998.34 .G a rner MM, Herri n g ton R,

H owe rth EW, Homer BL, Net t l e sV F, Isaza R, Shotts EB, JacobsonER. Shell disease in ri ver coote rs( P s e u d e mys concinna) and

ye l l ow-bellied turtles (Tra ch e myss c ri pta) in a Georgia (EEUU) lake .J. Wild. Dis, 33(1): 78-87. 19 87.

35. Driggers T, Austin F. Infectiousdiseases. En: Ackerman L (ed):The biology, husbandry and

h e a l th care of re ptiles. PP.5 9 3-612. TFH Publications Inc,New Jersey. 1998

36.Jacobson ER. Diseases of reptiles.Part II: Infectious diseases. Comp.Cont. Ed. 3.3: 130-134, 1992.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 52: Patología de reptiles

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

N. J. BROTÓNS1 Y A. MARTÍNEZ-SILVESTRE2

1Clínica Veterinaria Médano. San Ramón, 77. 03560 Campello (Alicante)

2Centre de Recuperació d´Amfibis i Rèptils de Catalunya (CRARC).Santa Clara, s/n. 08783 Masquefa. Barcelona

UNQUE en los reptiles de vida libre las parasitosis se encuentran en equilibrio simbiótico con elhospedador, en los reptiles mantenidos en cautividad este equilibrio se rompe y con frecuen-cia da lugar a enfermedades parasitarias de gran repercusión clínica.Los ectoparásitos pueden desencadenar procesos de disecdisis y anemia, aunque la conse-cuencia más impor tante de las parasitosis externas radica en la posibilidad de transmisión de

numerosas enfermedades infecciosas de las que los insectos y ácaros son los hospedadores intermediarios olos vectores de transmisión.

Las deficientes medidas de manejo y alimentación son causas predisponentes en el desarrollo de la mayo-ría de las parasitaciones por protozoos y vermes, ya que contribuyen al deterioro del sistema inmunitario de losreptiles.

El diagnóstico debe basarse en la identificación de los parásitos o de sus larvas y huevos, aunque en lascriptosporidiosis puede ser necesario recurrir a técnicas diagnósticas complementarias (radiografías de con-traste, gastroscopias y biopsias de mucosa gástrica). Por otro lado, las parasitosis por cestodos, trematodos ypentastómidos pueden ser asintomáticas, por lo que a veces el diagnóstico sólo es posible tras la realizaciónde la necropsia.

El tratamiento debe encaminarse a la eliminación de los parásitos (tanto en el hospedador como en elmedio ambiente), pero siempre será necesario corregir las medidas de manejo y alimentación.

AA

Page 53: Patología de reptiles

actuar como tra n s m i s o ras de hemopará s i tos y viru s3 , 5 , 6. Asimis-mo, pueden ser responsables de procesos de disecdisis. Lasp a ra s i taciones masivas pueden dar lugar a una anemia grave6.

En quelonios, se localizan pri n c i p a l m e n te en las fosas pec-to rales e inguinales (fig. 1), mientras que, en ofidios, la locali-zación más fre c u e n te es junto a la apert u ra cloacal (fig. 2) ob ajo las escamas corp o rales, quedando en ocasiones camu-fladas por el patrón de dist ribución cromática propio de cadaespecie, pudiendo pasar desapercibidas. Pa ra despre n d e r-las, se recomienda aplicar una gota de una dilución 1:10 dei ve rmectina en pro p i l e n glicol sobre la cabeza de la ga rra p a-ta y, una vez muerta, tirar de ella teniendo la precaución deex t raer comp l eta m e n te el apara to masticador para ev i tar lafo rmación secundaria de abscesos6 , 7. Sin embargo, debete n e rse en cuenta que en algunos quelonios la ive rmectina estóxica, por lo que su uso está contraindicado. En estos casos,puede emp l e a rse una gota de alcohol, para fi n a8, desinfe c-ta n tes yodados o clorados o aceite de oliva para re b l a n d e-cer el punto de anclaje antes de proceder a su ex t ra c c i ó n .

Acariformes

E x i sten multitud de familias y gé n e ros que para s i tan a losreptiles. Su mayor imp o rtancia clínica est riba en su papelcomo potenciales ve c to res o tra n s m i s o res de protozoos, fi l a-rias, bacte rias y viru s6. Los más fre c u e n tes son O p h y o n i s s u s

INTRODUCCIÓN

ODOS los reptiles en esta-do libre se encuentra nparasitados en mayor omenor grado1,2,3. Parási-tos y hospedadores convi-ven en equilibrio sin llegar

a causar patologías apare n tes. Sinembargo, cuando los reptiles se mantie-nen en cautividad, este delicado equili-brio se rompe dando lugar con frecuen-cia a la aparición de enfermedades para-sitarias. La principal causa de este dese -quilibrio es el estrés derivado de la propiacautividad3, contribuyendo también lasmalas condiciones de manejo y el aportede dietas incorrectas o desequilibradas.

ECTOPARÁSITOS

Existe una gran variedad de ectopará-s i tos que pueden producir pro b l e m a ssanitarios en reptiles mantenidos en cauti-vidad. Las garrapatas y otros ácaros afec-tan principalmente a reptiles terrestres,siendo su presentación anecdótica enreptiles acuáticos3. Los insectos puedendar lugar a procesos de anemia y miasisen los escamosos y los quelonios, mien-tras que en crocodilianos los parásitosmás habituales son las sanguijuelas3.

Garrapatas

Se conocen al menos siete gé n e ros dega rra p a tas que para s i tan a los re p t i l e s :Ambliomma, Aponomma, Argas, Hyalom -ma, Haemaphysalis, Ixodes y O r n i t h o d o -r o s4. Todas ellas producen dermatitis fo c a-les en los puntos donde se anclan, pudien-do ser causa de infecciones cutáneas yabscesos. Algunas ga rra p a tas pueden

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

TTFig. 1.— Garrapatas (Hyalomma aegyptium) en fosa inguinal y

femoral de una tortuga mora (Testudo graeca ) pro-cedente del norte de África.

Page 54: Patología de reptiles

n a t r i c i s ( que produce dermatitis subescata len ofidios y se ha pro p u e sto como tra n s m i-sor de Aeromonas hydrofila)3 , 8 , 9, tro m b i c ú-lidos (que sólo para s i tan a los reptiles ensus estadios larva rios —sólo poseen seisp a tas—) y pte rigosámidos (Hirstiella e niguánidos (fig. 3), Geckobiella en ge ko s ,I x o d i d e r m a en laga rto s )4. Las para s i ta c i o-nes por acari fo rmes pueden dar lugar ad e rmatitis graves complicadas con infe c-ciones bacte rianas secundarias (fig. 4),que precisan tra ta m i e n tos agre s i vos conantibióticos y acaricidas por vía pare n te ra l ,además de tra ta m i e n tos tópicos con poma-das antibióticas. Pa ra establecer la antibio-te rapia más adecuada, puede ser necesa-rio realizar antibiogramas a partir de mues-t ras cutá n e a s .

Recomendamos el empleo de ive rm e c t i-na por vía subcutánea a razón de 0,2m g / kg6 ,10 ( exc e p to en quelonios, ya que esbien conocida su toxicidad en numero s a sespecies y, por lo ta n to, deben emp l e a rs eot ros pro d u c tos como tri c l o rfon al 0,2%8 ,11 op i ret rinas, aclarando la piel con abundanteagua tibia)7. Como tra ta m i e n to tópico paracombatir las infecciones secundarias, hemose mpleado con éxito pomadas de sulfa d i a-cina argéntica. El inte rior del te rra rio deberát ra ta rse también con sprays o soluciones abase de piret rinas para erradicar las fo rm a sl a rva rias de los tro m b i c ú l i d o s2.

Sanguijuelas

Son los ecto p a rá s i tos más fre c u e n te sen los reptiles acuáticos, sobre todo ento rt u gas marinas y cro c o d i l i a n o s3 , 4 , 6. Sehan descri to pri n c i p a l m e n te en caimanesa m e ricanos (A l l i g a t o r s p p . )5 ,12 ,13. Las san-g u ijuelas pueden contribuir a la tra n s m i-sión de hemopará s i tos como H a e m o g r e -garina crocodilinorum3 , 6. Las para s i ta c i o-nes masivas en individuos jóvenes pue-den ocasionar anemia e infecciones bac-te rianas focales o sisté m i c a s3. Dado qu e

en la mayoría de las ocasiones estos pará s i tos se localizanen el inte rior de la boca, su eliminación puede re s u l tar difí-cil, sobre todo en individuos de gran tamaño. En ge n e ral, serecomienda el empleo de lavados con vinagre o solucionesalcohólicas, aunque siemp re debe eva l u a rse la carga para-s i ta ria y el tamaño del hospedador fre n te al riesgo de mor-d e d u ras a los manipuladores de estos animales.

Miasis

El mayor problema que provocan los insectos en los re p-tiles es la deposición de sus huevos sobre las heridas o enla mucosa cloacal, con el consecuente desarrollo de sus lar-vas (miasis). Éstas emigran a través del tejido subcutáneo omuscular ocasionando inflamaciones locales o difusas yc o n t ri b u yendo a la insta u ración de infecciones bacte ri a n a ss e c u n d a rias. El tra ta m i e n to recomendado es qu i r ú rg i-c o8 ,14 ,15, debiendo ex t ra e rse el mayor número de larva sposible y llevando a cabo una limpieza meticulosa de to d a slas heridas con suero fisiológico y soluciones y yo d a d a sd i l u i d a s6. En ocasiones, puede ser necesario el empleo deantibióticos por vía pare n te ral para combatir las infe c c i o n e ss e c u n d a rias.

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 2.— Parasitación por garrapata (Aponomma sp.) junto ala apertura cloacal de una pitón real (Phyton regius).El pequeño tamaño del parásito puede hacer quepase desapercibido a los ojos del propietario durantealgún tiempo.

Page 55: Patología de reptiles

PROTOZOOS

Amebiasis

Es una de las para s i tosis por proto z o o smás imp o rta n tes en la clínica de re p t i l e s ,e s p e c i a l m e n te en ofidios y saurios. El age n-te comúnmente aislado es Entamoeba inva -d e n s1, 2 , 3, que, aunque en la mayoría de losquelonios y crocodilianos conv i ve en sim-biosis con el hospedador, en saurios y ofi-dios puede dar lugar a una ente ritis fulmi-n a n te, acompañada de hepatitis1 y/o nefri-t i s3. En la mayoría de las ocasiones, la víade entrada es agua contaminada conheces de quelonios o cocodri l o s3. Por estem ot i vo, nunca deberían alberga rse en elmismo te rra rio saurios u ofidios junto a qu e-l o n i o s1.

Los síntomas clínicos incluyen anorexia,adelgazamiento, regurgitación de alimen-tos sin digerir y diarrea severa con san-gre1 o moco verdoso y pequeños trozosde mucosa intestinal3,16. En ocasionespuede producirse prolapso de cloaca.

Las lesiones se localizan principalmen-te en el ciego y el colon. Si se afecta elhígado, se producen áreas de necrosiscelular o abscesos1,3.

El diagnóstico se basa en la copro l o-gía, debiendo identifi c a rse los tro fo z o i to s(con un sólo núcleo) y los qu i stes cuatri n u-c l e a d o s3 ,16 ,17. Pa ra ello, lo mejor es intro-ducir una pequeña cantidad de suero fi s i o-lógico intracloacal mediante una sondam etálica de punta roma, mante n i e n d oc e rrada mecánicamente la cloaca dura n teun par de minutos, mientras se realiza unl i ge ro masaje abdominal antes de re a s p i-rar la muest ra con la misma sonda.

Deben realizarse varias extensionesque pueden teñirse con lugol antes de suobservación al microscopio óptico3. Losqu i stes pueden identifi c a rse ta m b i é nmediante flotación fecal1,3.

El tratamiento de elección es metroni-

dazol por vía oral mediante sonda gástrica, en una soladosis de 125 mg/kg4. Puede administrarse nuevas dosis alos tres y cuatro días, aunque normalmente una sola dosis essuficiente. Deben emplearse también antibióticos de amplioespectro, ya que con frecuencia se producen infeccionesbacterianas secundarias2.

Dada la alta mortalidad asociada a este proceso, lo mási mp o rta n te es realizar una buena preve n c i ó n18. Pa ra ello, nodeben mante n e rse en el mismo te rra rio reptiles de órdenes dis-t i n tos, siendo además imp rescindible realizar una corre c tahigienización del agua de bebida, lavando los re c i p i e n tes deagua con una solución de lejía después de cada uso y ret i-rando los exc re m e n tos ta n tas veces como sea necesari o17. Losro e d o res empleados para alimentar serp i e n tes que no seanconsumidos no deben emp l e a rse con poste ri o ridad en ot ro so fidios. Debe limp i a rse y desinfe c ta rse a fondo el te rra rio ytodos los accesorios del mismo al menos una vez al mes.

Coccidiosis

E x i ste una amplia gama de coccidios que para s i tan a losreptiles. Sin embargo, la mayoría de ellos no producen ningu-na sinto m a tología o son para s i taciones auto l i m i ta n tes. No obs-ta n te, cuando se dan malas condiciones de manejo, el est ré sc o n s i g u i e n te conduce a un estado de inmunodepresión qu efavo rece la pro l i fe ración de los pará s i tos, pudiendo ser nece-

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 3.— Hirstiella trombidiiformis aislada de la piel de unaIguana iguana recientemente importada que padecíauna dermatitis generalizada (x 400 aumentos).

Page 56: Patología de reptiles

s a rio el empleo de anticoccidiósicos. Losgé n e ros de mayor imp o rtancia clínica sonC a r y o s p o r a (en ofidios y sauri o s )1,18, E i m e -r i a1 e I s o s p o r a3.

La sinto m a tología es común a ot ras ente-ritis. Los síntomas clínicos más desta c a b l e sson anorexia, adelga z a m i e n to pro gre s i vo yla insta u ración de un proceso diarreico máso menos seve ro1,18. Por ello, el diagnóst i c odebe basarse siemp re en la identifi c a c i ó nde los ooqu i stes en las heces3 ,16.

En el tra ta m i e n to puede emp l e a rse sul-fadiacina por vía oral, a razón de 75m g / kg el primer día de tra ta m i e n to, conti-nuando con una dosis de mante n i m i e n tode 40 mg/kg/día dura n te cinco díasmás. Conviene mantener bien hidra tado alp a c i e n te mediante la administ ración des u e ros intracelómicos o intraóseos, paraev i tar la toxicidad renal de la sulfa d i a c i n a .

Criptosporidiosis

Aunque el género Cryptosporidium seincluye taxonómicamente dentro de loscoccidios, se describe separa d a m e n tepor reunir una serie de características dis -tintas a éstos. Es una enfermedad quecomenzó a describirse en reptiles en ladécada de los 801,2,19,20,21. No se enten-día bien su patogenia y epidemiología,pues se describía con frecuencia en ser-pientes aparentemente sanas mantenidasen terrarios aisladamente y en condicio-nes de manejo óptimas. Actualmente, sediscute si el contagio pudiera producirsea partir de roedores enfermos que seemplean en la alimentación de ofidios ysaurios carnívoros3,16,22,23,24.

La concurrencia de otras patologías ola depresión del sistema inmunitario acen-túan la sintomatología y la gravedad delproceso22. Se ha comprobado que algu-nos animales exc retan peri ó d i c a m e n tecriptosporidios durante años, permane-ciendo asintomáticos toda su vida.

Cuando existe sintomatología, ésta se caracteriza poranorexia, pérdida de peso, regurgitaciones, gastritis, enteritisy —en ocasiones— abultamiento en la zona de proyeccióndel estómago1,3,22,25,26. Microscópicamente, este abulta-miento se corresponde con una gastropatía hipertrófica, conengrosamiento de la pared gástrica19,20,22.

El diagnóstico se basa en la sintomatología, ya que confrecuencia los ooquistes pasan desapercibidos en el estudiocoprológico. Cuando se sospeche esta enfermedad, esrecomendable realizar una tinción Stamp o Ziehl Neelsenmodificada de las heces previa flotación en sacarosa. Tam-bién es posible realizar extensiones y tinciones de muestrasobtenidas por lavado gástrico o por gastroscopia3, aunqueresultados negativos no descartan la enfermedad22. Puedenrealizarse radiografías con contraste de bario para diferen-ciar el engrosamiento de la pared gástrica de un posiblecuerpo extraño obstructivo22. En la actualidad, no existen testinmunológicos o serológicos comercializados22.

No ex i ste ningún tra ta m i e n to eficaz, ya que aunque enocasiones se consiguen re s u l tados coprológicos nega t i vo s ,en la mayoría de los casos pueden aislarse cri p to s p o ridios enla mucosa gást rica en los estudios anato m o p a tológicos re a l i-zados post - m o rtem. Se ha ensayado con tri m eto p ri m - s u l fa d i a-c i n a27, eri t romicina junto con tri m eto p ri m - s u l fa m etoxazol, espi-ra m i c i n a2 2 y paro m o m i c i n a2 2. En cualquier caso, es muyi mp o rta n te controlar las condiciones del te rra rio, mante n i e n d ola te mp e ra t u ra zonal a unos 32°C y ex t remando las medidashigiénicas. Los únicos desinfe c ta n tes que parecen tener efe c-to sobre la infectividad de los ooqu i stes son el fo rmol en solu-ción al 10% y los amonios al 5%2 8 , 2 9. Asimismo, debe man-te n e rse al paciente corre c ta m e n te hidra tado mediante laa d m i n i st ración de sueros intracelómicos o intra ó s e o s .

Flagelados y ciliados

Las parasitaciones por protozoos flagelados y ciliadosson poco frecuentes y de poca importancia clínica. Sinembargo, las infestaciones mixtas pueden dar lugar a unadiarrea muy acuosa, a veces con sangre, que produce unadeshidratación grave del enfermo. Los parásitos más fre-cuentemente aislados pertenecen a los géneros Trichomo -nas, Hexamita, Giardia, Leptomonas (flagelados), Nyctothe -rus y Balantidium (ciliados). Son más patógenos en saurios yofidios. Los ciliados del género Hexamita pueden parasitartambién el aparato urinario de los quelonios3.

El diagnóstico se basa en el estudio coprológico (o ais-

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 57: Patología de reptiles

lamiento de Hexamita spp. en orina)3,aunque hay que tener en cuenta que lasmuestras de heces han de ser muy frescasy debe realizarse un análisis directo paraevitar que se desequen y pasen desaper-cibidos. El pronóstico es bueno si el trata-miento se instaura precozmente.

Como tra ta m i e n to para las para s i to s i spor protozoos ciliados se re c o m i e n d am et ro n i d a z o l1 en una única dosis de 260m g / kg por vía oral, mientras que en lasp a ra s i tosis por protozoos fl a gelados dam e j o res re s u l tados el empleo de paro m o-micia en dosis de 100 mg/kg/día dura n tec u a t ro días consecutivos. En algunos casoss e rá necesario mantener al animal con sue-rote rapia intracelómica o intraósea paraev i tar la deshidra tación. Debe pra c t i c a rs etambién una alimentación fo rzada por son-d aje gást rico con dietas adecuadas segúnlas especies (a/d‚ Hill’s Pre s c ription diet‚ enc a rn í vo ros, omnívo ros e insectívo ros y “pot i-tos de inicio a la ve rd u ra”, Nu t ribén‚ en her-b í vo ros), mezclándolas con yo g u rt natural ocon bolos de heces frescas de animalessanos, para reponer la fl o ra bacte ri a n a .

VERMES

Nematodos

Es la para s i tosis del tra c to dige st i vo másf re c u e n te en la clínica de reptiles. En ge n e-ral, pueden agru p a rse en cinco grandes gru-pos: ascáridos, ox i u ros, est rongílidos, acan-to c é falos y capillaria. Los más imp o rta n te sen la clínica diaria son los tres pri m e ro s .

Los nematodos ascáridos se dividen endos familias: la famila A s c a r i d i d a e, qu ep a ra s i ta a la mayoría de los reptiles te rre s-t res y acuáticos de agua dulce; y la fa m i-lia A n i s a k i d a e , que para s i ta a los re p t i l e sm a ri n o s3. En ge n e ral, son nematodos degran tamaño, llegando algunos a alcan-

zar los 20 cm de longitud3 ( fig. 5). Se cree que estos pará s i-tos se alimentan pre fe re n te m e n te del alimento inge rido por elh o s p e d a d o r, aunque también producen lesiones en la muco-sa gást rica e inte st i n a l3. Existe una cierta especificidad pará-s i to / h o s p e d a d o r. Así, en ofidios, se describen pri n c i p a l m e n tep a ra s i taciones por áscaris de los gé n e ros O p h i d a s c a r i s yP o l y d e l p h i s3, mientras que en quelonios son más fre c u e n te slos gé n e ros Angusticaecum y S u l c a s c a r i s4. Sin embargo, ta m-bién ex i sten gé n e ros de áscaris que son poliespecíficos, yque para s i tan a reptiles de dist i n tos órdenes. Tal es el caso delos gé n e ros G o e z i a, O r n e o a s c a r i s y T e r r a n o v a .3 0

Los ox i ú ridos son el segundo grupo de nematodos máscomún en los reptiles. Pa ra s i tan a quelonios, saurios y algunoso fidios, aunque no se han descri to en cro c o d i l i a n o s3. Son dep e queño tamaño, escasos milímet ros, y se agrupan fo rm a n d omadejas en el inte stino grueso, que en ocasiones pueden lle-gar a producir una obst rucción inte st i n a l31. En la actualidadse conocen más de 100 especies dist i n tas que, en ge n e ra l ,p re s e n tan una gran especifidad por el hospedador3.

Los nemátodos est rongílidos que para s i tan a los re p t i l e sp e rtenecen a los gé n e ros D i a p h a n o c e p h a l u s3 y K a l i c e p h a -l u s1, 3. Pa ra s i tan pri n c i p a l m e n te a ofi d i o s1 y ocasionalmente aalgunos sauri o s3. Se alojan a lo largo de todo el tra c to ga s-t ro i n te stinal, alimentándose de sangre del hospedador, por loque las lesiones más fre c u e n tes son ulceraciones de la muco-sa ga st ro i n te st i n a l1, 2.

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 4.— Dermatitis bacteriana en Iguana iguana cuya etiolo-gía primaria resultó ser una parasitosis por Hirstiellatrombidiiformis.

Page 58: Patología de reptiles

Los acanto c e fálidos son pará s i tos eve n-tuales en ofidios y quelonios, ya que suhospedador defi n i t i vo son los anfi b i o s3. Lam ayoría de las para s i taciones son subclí-nicas, aunque los adultos pueden llegar ap roducir úlceras y nodulaciones gra n u l o-m a tosas en la mucosa ga st ro i n te st i n a l .

Por último, los nematodos del géneroCapillaria se alojan en el tracto intestinalsin producir ninguna sintomatología. Sólotienen importancia clínica cuando parasi-tan los conductos biliares y el hígado.

La sinto m a tología, común a todas lasp a ra s i taciones por nematodos, dependede muchos fa c to res, tales como la cargap a ra s i ta ria, la cantidad de alimento dispo-nible, la ex i stencia de enfe rmedades con-c u rre n tes y el estado inmunita rio del hos-p e d a d o r. Por este mot i vo, la sinto m a to l o g í aes en ocasiones subclínica, lo que ha

dado lugar a largas discusiones sobre la conveniencia o node insta u rar un tra ta m i e n to para s i t i c i d a16, ya que se cree qu e ,al menos algunos de estos pará s i tos, pueden vivir en simbiosisp a rticipando en la dige stión de dete rminados nutri e n te s3 2. Sine m b a rgo, desde nuest ro punto de vista, todos los reptiles qu ese mantienen en cautividad soportan un mayor o menor gra d ode est rés inhere n te al propio hecho de la cautividad, por loque ta rde o te mp rano pueden desarrollar una sinto m a to l o g í aque llegue a poner en peligro la vida de estos animales. Po rello, en todos los casos recomendamos que se insta u re un tra-ta m i e n to tan pro n to sea dete c tada la presencia de pará s i to sen el tra c to ga st ro i n te stinal. Si no se tra tan, las lesiones qu ecomienzan por ser simples irri taciones o ulceraciones superfi-ciales de la mucosa inte stinal, pueden evolucionar hasta pro-ducir perfo raciones de la pared inte stinal con la consecuentecelomitis difusa de pro n ó stico muy grave. Además, cuandoex i ste un gran número de pará s i tos pueden pro d u c i rse obs-t rucciones e intususcepciones inte stinales que conducirán a lam u e rte del enfe rmo. Los síntomas en estos casos son anorex i a ,re g u rg i tación y diarrea o est re ñ i m i e n to3.

El diagnóstico debe confirmarse siempre mediante estu-dios coprológicos de sedimentación y flotación fecal (fig. 6).

El tratamiento debe ir encaminado a romper el ciclo delparásito. Así, no es suficiente con administrar fármacos para-siticidas al enfermo, sino que deben eliminarse los huevos yformas lar varias presentes en el medio o en hospedadoresintermediarios, como roedores o insectos. Los antiparasitariosmás empleados son los siguientes:

— Mebendazol: 100 mg/kg/14 días por vía oral2 (apli-cando al menos tres dosis)3.

— Fenbendazol: 50-100 mg/kg/14 días, vía oral2 (tresdosis) 3. (Contraindicado en anorexia.)

— Oxfendazol: 66 mg/kg/14 días, vía oral (tres dosis) 3.— Ivermectina: 0,2 mg/kg/14 días (dos dosis) oral, sc, im.

(Contraindicado en quelonios)2,3.

La administración de estos fármacos a las dosis indicadasrequiere el empleo de volúmenes relativamente grandes, porlo que debe practicarse un sondaje gástrico (fig. 7).

Por ot ro lado, se han descri to también para s i tosis porfi l a rias en reptiles. Las larvas de estos nematodos se loca-lizan en los vasos sanguíneos de numerosas especies dere p t i l e s3 , 5, pero necesitan art rópodos (mosqu i tos y ga rra-p a tas pri n c i p a l m e n te) como ve c to res y hospedadore si n te rm e d i a ri o s3 , 4 , 6. El diagnóstico se basa en la observa-

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 5.— Testudo graeca eliminando unejemplar adulto de Angusticae -cum spp. de más de 10 cm delongitud.

Page 59: Patología de reptiles

ción dire c ta de las micro fi l a rias enm u e st ras de sangre4 , 6 o de ejemp l a re sa d u l tos dura n te la real ización den e c ro p s i a s3. En estos últimos casos, lasfi l a rias adultas suelen encontra rse entejido subcutáneo, libres en la cav i d a dc e l ó m i c a4, en la cámara ante rior delo j o4 o en el inte rior de grandes va s o s( vena cava caudal y sistema porta lrenal pri n c i p a l m e n te )3. Como micro fi l a-ricida puede emp l e a rse ive rmectina endosis de 200 µg / kg16. Sin embarg o ,no ex i ste ningún tra ta m i e n to efe c t i voc o n t ra las fi l a rias adultas, aunque se has u ge rido que la elevación de la te mp e-ra t u ra del te rra rio hasta 37°C dura n te48 horas puede desencadenar la muer-te de las fi l a rias adulta s6. Las fi l a ri a sque se localizan en tejido subcutá n e osuelen producir nodulaciones en la piely pueden eliminarse realizando unap e queña incisión3.

Cestodos

Se han descri to para s i taciones delt ra c to ga st ro i n te stinal por cestodos entodos los órdenes de los reptiles, exc e p-to en los cro c o d i l i a n o s3. Sin embarg o ,e sta patología es mucho menos fre c u e n-te que las para s i taciones por nemato d o s .Como pará s i tos ga st ro i n te stinales pro p i a-m e n te dichos, sólo se consideran tre só rdenes de cestodos, tal como se re fl e j aen la tabla I.

El diagnóstico es muy complicado, yaque estas parasitosis casi siempre sona s i n to m á t i c a s3 y, en ocasiones, sonhallazgo de necropsia1 (fig. 8). Los quis-tes viscerales producidos por las larvas-2de Mesocestoides pueden ser detecta-dos por ecografía o mediante laparosco-pia. Los quistes de Sparganus spp. selocalizan en la musculatura o en el tejidosubcutáneo y su extracción es posible trasla incisión de los mismos3.

El tra ta m i e n to recomendado es pra z i qu a n tel en dos aplica-ciones de 3,5 mg/kg / 14 días por vía subcutánea en sauri o sy de 8 mg/kg / 14 días por vía intramuscular o subcutánea eno fidios. Sin embargo, este tra ta m i e n to no es efe c t i vo para eli-minar los qu i stes de Mesocestoides o S p a r g a n u s s p p3.

Trematodos

Se han descri to para s i tosis por tre m a todos adultos o sus lar-vas perte n e c i e n tes a tres órdenes dist i n to s3: Monogenea ( e nve j i ga uri n a ria, nariz y esófago de quelonios mari n o s )1, 3 , 4 , 5,A s p i d o g a s t r e a1, 3 , 6 (en apara to dige st i vo de quelonios acuáti-cos) y D i g e n e a1, 3 , 6. Los dos últimos tienen un ciclo indire c to ,e mpleando norm a l m e n te moluscos como hospedadores inte r-m e d i a ri o s1, 3 , 6. Los tre m a todos perte n e c i e n tes al orden D i g e -n e a son los más fre c u e n te s6, ex i stiendo una gran dive rsidad defamilias y gé n e ros que pueden para s i tar dist i n tos órganos o sis-temas. La mayoría de estas para s i tosis son asintomáticas o sus i n to m a tología no es aún bien conocida3 , 4. Los adultos que selocalizan en la cavidad oral pueden ex t ra e rse manualmen-te3 , 4. En algunos casos es posible aislar sus huevos en mues-t ras coprológicas o a partir de lavados pulmonare s1,14, peroen la mayoría de los casos el diagnóstico es post mortem3.

Como tra ta m i e n to se recomienda pra z i qu a n tel por vía ora lo intra m u s c u l a r, en dosis de 7-8 mg/kg, repitiendo a las dos ya las cuatro semanas6 , 3 3.

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Huevos de oxiúridos en un estudio coprológico a par-tir de heces frescas de una Testudo marginata.(x 400 aumentos).

Page 60: Patología de reptiles

Pentastómidos

Los penta stómidos son re a l m e n te art ró-podos pri m i t i vo s3 , 4, pero se localizan siem-p re inte rn a m e n te. Sus larvas tienen cuatroapéndices a modo de ex t re m i d a d e s3 , 4. Losreptiles pueden actuar ta n to como hospe-d a d o res inte rm e d i a rios como defi n i t i vo s1, 5.Los adultos se localizan en los pulmo-n e s1, 3 , 6, lesionando el paré n quima, pudien-do servir estas lesiones como punto dee n t rada de numerosas infecciones bacte ri a-nas secundari a s3. Las penta stomiasis de re p-tiles en libertad suelen ser asinto m á t i c a s1, 3.Los crocodilianos neonatos mantenidos encautividad parecen ser los más susceptiblesa esta para s i to s i s3 ,13 , 34 , 3 5. No ex i ste ningúnt ra ta m i e n to defi n i t i vo3 3, aunque el tra ta m i e n-to con ive rmectina en dos dosis de 200µg / kg por vía intramuscular o con leva m i s o len dosis de 10 mg/kg por vía oral puedeser efe c t i vo4 , 3 3.

AGRADECIMIENTOS

Al Pro fesor Ag u stín Est rada (delD e p a rta m e n to de Pa ra s i tología de la

Fa c u l tad de Vete ri n a ria de la Un i ve rsidad de Zara g o z a ) ,por su inestimable ayuda en la identificación de las ga rra-p a tas de los reptiles que habitualmente acuden a consulta .

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

TABLA I C E S TODOS MÁS HABITUALES EN REPTILES

Proteocephalidea

Pseudophyllidea

Mesocestoididea

Cyclophillidea

Proteocephalus

Acantothenia

Crepidobothirum

Ophiotaenia

Diphilobothriidae (Sparganus) “ S p a rg g a n o s i s ”

Mesocestoides (larvas-2)

Varánidos

Varánidos y algunos ofidios

Ofidios

Ofidios y algunos galápagos

Ofidios y algunos saurios

Ofidios e iguánidos

Orden Género Hospedadores

Fig. 7.— Desparasitación de Testudo graeca mediante sondajegástrico, empleando una sonda de plástico fabricadacon un trozo de tubo de un equipo de infusión.

Page 61: Patología de reptiles

ENFERMEDADES PARASITARIAS

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 8.— Huevo de cestodo obtenido a partir de un segmentoencontrado en el intestino delgado de una Iguanaiguana al realizar la necropsia (x 400 aumentos).

1. Wilson SC, Carp e n ter JW. Endopara s i-tic diseases of re ptiles. Seminars inavian and exotic pet medicine 5 (2):64 - 74. 19 9 6 .

2. Jacobson ER. Use of ch e m oth e ra p e u-tics in re ptile medicine. En: JacobsonER, Kollias GV Jr.: Conte mp o ra ryissues in small animal practice, 9 (Exo-tic animals). PP. 35-48. 1988.

3. Lane TJ, Mader DR. Pa ra s i to l o g y. En:Mader DR: Re ptile medicine and sur-ge ry. WB Saunders Co. PP. 18 5 - 2 0 3 .19 9 6 .

4. Frye FL. Re ptile care: An atlas of disea-ses and treatments, Vol. 1. TFH Publis-hing Inc. Ne ptune City, New Jers ey.19 91.

5. Frank W. Endopara s i tes, ecto p a ra s i te s .En: Cooper JE, Jackson OF (eds):Diseases of the re ptilia, Vol. 1. PP.291-379. Academic Press, SanDiego. 19 81.

6. Greiner EC, Sch u m a cher J: Pa ra s i to-l o g y. En: Acke rman L: The biology,h u s b a n d ry and health care of re pt i l e s ,Vol. 3. PP: 689-702. TFH PublishingInc. Ne ptune City, NJ. 19 97.

7. Mader DR: Ac a riasis. En: Mader DR:Re ptile medicine and surge ry. WBS a u n d e rs Co. PP: 341 - 346. 19 9 6 .

8. Harvey- C l a rck CJ. Common derm a to-logic problems in pet re ptilia. Semi-n a rs in avian and exotic pet medicine4 (4): 205-219. 19 9 5 .

9. Camin JH: Mite transmission of ah e m o rrhagic septicemia in snakes. JPa rasit 34: 34 5 - 3 54, 194 8 .

10. Ro s s kopf WJ. Ive rmectin as a tre a t-ment for snake mites. Bull ARAV 2: 7-8. 19 9 2 .

11. Boyer DM, Boyer TH: Tri c l o rp h o ns p ray for snake mites (Ophionys s u sn a t ricis). Bull ARAV 2: 2-3, 19 9 2 .

12. Fo rre ster DJ, Saw yer RT. Placodbellamultilineata (Hirudinea) from theA m e rican alliga tor in Florida. J Pa ra-sit 60(4): 673, 1974 .

13. Cherry RH, Ayer AL: Pa ra s i tes ofA m e rican alliga to rs, A. m i s s i s s i p i e n s i s ,

in South Florida. J Pa ra s i tol 68: 509,19 8 2 .

14. Jacobson ER. Pa rasitic diseases ofre ptiles. En: Kirk RW (ed): Curre n tvete ri n a ry th e ra py VIII: Small AnimalP ractice. PP 601. 19 8 3 .

15. Gould WJ, Georgi ME. Miasis in twob ox turtles. JAVMA 199: 10 67 - 10 6 8 ,19 91.

16. Klinge n b e rg RJ. Un d e rstanding re pt i-le para s i tes. Ad vanced Vi va rium Sys-tems. Lakeside, CA. 19 9 3 .

17. Jacobson ER. Pa rasitic diseases of re p-tiles. En: Fowler ME (ed): Zoo an wild-l i fe medicine (2ª ed). WB SaundersCo. Philadelphia, PA. PP. 16 2 - 181.19 8 6 .

18. Barn a rd SM, Upton SJ. A vete ri n a ryguide to the para s i tes of re ptiles. Kri e-ger publishing inc. Malabar, FL.19 94 .

19. Brow n stein DG, St ra d b e rg JD, Mon-tali RJ et al. Cry pto s p o ridium in sna-kes with hy p e rt rophic ga st ritis. Vet Pa t-hol 14: 606-617. 1977.

20. Godshalk CP, MacCoy DM, Pa t te rs o nSJ et al. Gast ric hipert ro p hy associa-ted with cry pto s p o ridiosis. J Am VetMed Assoc 189: 112 6 - 1128, 19 8 6 .

21. Upton SJ, McAllister CT, Freed PS etal. Cry pto s p o ridium spp. in wild andc a pt i ve re ptiles. J Wildl Dis 25(1): 20,19 8 9 .

22. Cra n field MR, Graczyk TK. Cry pto s-p o ridiosis. En: Mader DR: Re pt i l emedicine and surge ry. WB SaundersCo. PP: 359-363. 19 9 6 .

23. Ti l l ey M, Upton SJ, Freed PS. A com-p a ra t i ve study on the biology of Cry p-to s p o ridium serpentis and Cry pto s p o-ridium parvum (Apicomp l exa: Cry p-to s p o ridiidae). J Zoo Wildl Med21(4): 463 . 1989.

24. Cra n field MR, Ialeggio DM, No ra m-b ro ck R et al.: Cry pto s p o ridiosis. Pro-ceeding of the 7 th Avian Exotic Ani-mal Medicine Symposium. Davis, CA.PP: 18 2 - 195. 19 9 2 .

25. Jacobson ER. Snakes. Vet Clin No rth

Am (Small Anim Pract). 23: 117 9 -1212. 19 9 3 .

26. Mader DR. Cry pto s p o ridiosis in Re p-tiles. J Small Exotic Anim Med 2: 141 -142. 19 9 3 .

27. Funk RS. Implications of cry pto s p o ri-diosis in emerald tree boas (Cora l l u scaninus). Proceedings of the 11th

I n te rnational Herp etological Symp o-sium. Chicago, Illinois. PP. 13 9 - 144 .19 87.

28. Campbell I, Tzipori S. Effects of disin-fe c tants on surv i val of Cry pto s p o ri-dium oocysts. Vet Rec 111: 414 .19 8 2 .

29. Wright K. Cry pto s p o ridium Contro-ve rs y: When do you consider a re pt i-le Cry pto - Free ?. En: Proceedings 4th

Annual ARAV Meeting, Houston,Texas, PP 16 9 - 173. 19 97.

30. Sprent JFA: Ascaridoid nemato d e s .En: Hoff GL, Frye FL, Jaboson ER(eds): Diseases of amphibians andre ptiles: Plenum. Pp 219 - 245. 19 84.

31. Kane KK, Corwin RM, Boever WJ.Impactation due to oxyurid infec-tion in a Fiji Island iguana. Vet MedSmall Anim Clin 71: 18 3 - 184 ,1976.

32. Maxwell LK, Greiner EC: Ne m a to d ep a ra s i tes of iguanine lizards. En: Pro-ceedings 4th Annual ARAV Meet i n g ,H o u ston, Texas. PP. 57-59. 19 97.

33. Bodri MS. Common parasitic disea-ses of re ptiles and amphibians. En:P roceedings st Annual ARAV Mee-ting, Pittsburgh, PP: 11 - 17. 19 94 .

34. Te l fo rd SR Jr, Campbel HW Jr. Pa ra-s i tes of the American alliga to r, th e i ri mp o rtance to husbandry and sug-ge stions towa rd their prevention andc o n t rol. En: Cardeilhac P, Lane T, Lar-sen R (eds): Proceedings Fi rst AnnualAlligator Production Conference.Gainsville FL. 19 81.

35. Boyce WM, Cardeilhac P, Lane TJ etal. Sebekiosis in capt i ve alliga to rh a t chlings. J Am Vet Med Assoc 18 5( 11): 1419. 19 84 .

BIBLIOGRAFíA

Page 62: Patología de reptiles

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

A. MARTÍNEZ-SILVESTRE1 Y A. RAMIS2

1Centre de Recuperació d´Amfibis i Rèptils de Catalunya (CRARC).Santa Clara, s/n. 08783 Masquefa. Barcelona

2Unitat d´Atatomía Patológica. Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona

A relativamente alta mor talidad de los reptiles en la clínica diaria hace que los estudios post mor -tem alcancen un alto valor diagnóstico. En es te capítulo se definen las directrices anatomopatológicas macroscópicas en reptiles, descri-biendo con detalle todos los pasos que han de seguirse para realizar la necropsia desde la recep-ción del cadáver. Asimismo, se hace hincapié en el orden de extracción de cada una de las vís-

ceras para su estudio macroscópico.Por último, se describen pormenorizadamente las lesiones que más habitualmente se observan en los dis-

tintos órganos y aparatos, relacionándolas con las patologías que con mayor frecuencia darán lugar a dichaslesiones macroscópicas.

No obstante, el estudio de las lesiones macroscópicas no justifica la no remisión de las muestras a un labo-ratorio de histología para su estudio microscópico. Además, dado que ninguna de las lesiones que se descri-ben es patognomónica de algún proceso descrito por un agente causal, el estudio microscópico histológicono siempre es suficiente para establecer un diagnóstico, por lo que el protocolo de recogida de las muestrasdebe ir también dirigido a la de tección de agentes causales (cultivos microbiológicos, fúngicos, virología, toxi-cología, etc.).

LL

Page 63: Patología de reptiles

anamnesis y un comp l eto histo rial del paciente que se va an e c ro p s i a r2.

MÉTODO Y PREPARACIÓN

Aunque el presente trabajo define las directrices anato-mopatológicas macroscópicas en reptiles, no debe separar-se ello de la remisión a un laboratorio de histología para suestudio microscópico. Ninguna de las lesiones que secomentan más adelante es patognomónica de algún proce-so descrito por un agente causal. Por ello, además de remi-tir las muestras para el análisis mediante microscopia debetenerse en cuenta todo un protocolo de recogida dirigido ala detección de agentes causales (cultivos microbiológicos,fúngicos, virología, toxicología, etc.). Siempre pueden hacer-se análisis previos a la remisión de tejidos al laboratorio. Elprincipal análisis previo es la citología por impronta visceral.Mediante técnicas citológicas puede hacerse una primeravaloración que servirá para orientar al patólogo a la hora deinterpretar las lesiones microscópicas3.

Si bien toda necropsia debe ser realizada antes de lasprimeras 24 horas de la muerte del animal, en verano estacifra debe ser reducida a seis horas. En nuestra práctica, larealización de estudios post mortem en reptiles muertosdurante el mes de agosto ha mostrado autolisis celular en lostejidos de animales necropsiados posteriormente a las seishoras de la muerte. No se recomienda la realización de estu-dios post mortem en animales congelados. Estos especíme -nes tienen alterados la textura, coloración y aspecto macros-cópico de la mayoría de sus vísceras y, además, su estudiomicroscópico es poco definitorio debido al alto grado delisis celular por congelación.

La necropsia debe ser sistemática, ordenada y comp l eta. Ene stas especies aún poco conocidas, la realización de este tipode estudios tiene un valor científico muy elevado y cualqu i e re rror en el muest reo puede inutilizar el valor diagnóstico de lan e c ropsia realizada. No debe buscarse dire c ta m e n te unalesión diagnosticada in vivo, puesto que pueden descuidars eot ras si cabe más imp o rta n tes. Además, deben ex p l o ra rs etodas las vísceras. En la práctica con especies exóticas esdemasiado fre c u e n te descuidar la visualización o remisión all a b o ra to rio de órganos como el pene, encéfalo, bazo, médulaósea, timo o tiroides. Deberán re c o ge rse todos los tejidos posi-bles para enviar a su análisis poste ri o r. Pa ra el estudio histo p a-tológico deberán incluirse las muest ras recogidas en fo rmol al10%. Debe considera rse que la fijación del tejido en fo rmol no

INTRODUCCIÓN

A mortalidad de reptilesen la clínica diaria es muye l evada. Como conse-cuencia, ex i sten much a sposibilidades de realizarestudios post mortem en

estas especies. La utilidad del estudio decadáveres es elevada por cuanto nosproporciona información sobre cuadrospatológicos, pautas preventivas a aplicaren los animales vivos o accesos quirúrgi-cos e intervenciones que pueden reali-zarse en cadáveres antes de practicarlasen un paciente vivo. Los estudios anato-mopatológicos de reptiles son de recienteinstauración1 y, por ello, debemos consi-derar que aún no se conocen con grancerteza cuáles son los aspectos típicos deciertas enfermedades comunes. En el pre-sente artículo, se pretende enfocar lamayoría de cuadros lesionales a fin deo ri e n tar al clínico en el diagnóst i c omacroscópico de lesiones viscerales.

Por ot ro lado, debe considera rse qu em u chas de las enfe rmedades que seo b s e rvan en reptiles (por ejemplo, laa d e n ov i rosis en boidos, o la herp e s v i ro s i ss i stémica en quelonios) no tienen ningunare p e rcusión en el aspecto macro s c ó p i c ode las vísceras, y esto llevaría a erro re sd i a g n ó sticos graves si no se re m i ten lasm u e st ras para un poste rior análisism i c roscópico. Contra ri a m e n te, much a scausas de muerte son imposibles ded ete c tar ta n to macroscópica comom i c ro s c ó p i c a m e n te (muerte por hipote r-mia, est rés, comp o rta m e n tal, maladapta-ción, etc.), y sin la info rmación necesari ap revia a la necropsia es prá c t i c a m e n tei mposible conocer el ori gen de muerte .Es por ello imp rescindible una corre c ta

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

LL

Page 64: Patología de reptiles

es inmediata. El grado de penet ración delfo rmol en los tejidos es de aprox i m a d a-m e n te 1 mm por hora4. Además, los te j i d o scon alto contenido en grasa re qu i e re nm ayor tiempo de fijación. Todo ello puedehacer que dura n te el estudio histológico seo b s e rven tejidos autolíticos de animalesc u ya necropsia se realizó inmediata m e n tedespués de la muerte. La manutención dereptiles en te rra rios favo rece que, en elm o m e n to de la muerte, la elevada te mp e-ra t u ra ambiental active de inmediato el cre-c i m i e n to bacte riano y la descomp o s i c i ó nenzimática de los tejidos, fa c to res que pue-den difi c u l tar un estudio poste ri o r4 .

REALIZACIÓN DE NECROPSIAS

La realización de necropsias en re p t i l e sdebe seguir una serie de pasos esta n d a ri-zados, al igual que en el re sto de anima-l e s3. En saurios y crocodilianos, se iniciarealizando una incisión longitudinal ve n t ra lsiguiendo la línea alba. Po ste ri o rm e n te, serealizan incisiones tra n s ve rsales a éstasiguiendo la parte ve n t ral de las ex t re m i d a-des. En los reptiles ápodos (ofidios, sauri o sápodos, etc.), es sufi c i e n te con la incisiónlongitudinal ve n t ral. En quelonios, debes e p a ra rse el plast rón del re sto del capara-zón a partir de dos cortes (mediante sierrap a ra tejido óseo) realizados en la zona deunión más est re cha de plast rón y espaldar.

Una vez realizadas estas incisiones ini-ciales, se retira la piel o el plastrón y selocaliza de inmediato la membrana celó-mica. Llegados a este punto, debe anali-zarse esta membrana antes de procedera cortarla. Muchos procesos patológicosdejan ya signos en la membrana celómi-ca (gota, celomitis, etc.). Retirando lamembrana se accede a la cavidad celó-mica, donde puede recogerse líquidocelómico y cuantificar el contenido enproteínas, la densidad específica o lapoblación celular mediante la observa-

ción con técnicas rutinarias de citología. En saurios, se deberetirar la pared costal mediante un costótomo antes de pro-ceder a inspeccionar vísceras internas.

En la mayoría de especies, el orden de extracción de lasvísceras para su estudio macroscópico es el siguiente:

Corazón

Tras inspeccionar y abrir el pericardio, debe separarse elcorazón, incluyendo el seno venoso posterior y los principa-les troncos arteriovenosos. Junto con el corazón, es posibleextraer el tiroides y/o el timo.

Hígado

En la mayoría de reptiles está formado por dos grandeslóbulos. En iguánidos y otros saurios, el lóbulo derecho tieneuna prolongación caudal que progresa hasta situarse prácti-camente en el polo craneal del riñón derecho. En ofidios, lavesícula biliar es extrahepática, formando un conjunto con elesplenopáncreas. Antes de extraerse, debe presionarse lige-ramente la vesícula biliar para comprobar que existe uncorrecto vaciado.

Digestivo

Separando el esófago desde su inicio en la cavidadbucal, se extrae todo el aparato digestivo cortando las mem-branas mesentéricas de sostén hasta la región cloacal. Pos-teriormente, se separa estómago del resto y se abre longitu-dinalmente el intestino para observar todo su contenido, asícomo el estado de la mucosa.

Respiratorio

Se extraen los pulmones con cuidado. Están firmementeadheridos a la pared costal. En tortugas, tienen una posicióndorsal, por lo que, al hacer la necropsia con el animal endecúbito supino, nos los encontraremos después de haberretirado completamente todas las vísceras.

Reproductor

Se extraen las gónadas y se sigue el trayecto natural delas mismas hasta la cloaca (conducto epididimario u oviduc-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 65: Patología de reptiles

to). En los machos se ex p l o ra elpene/hemipenes, y en las hembras dealgunas especies (por ejemplo, en lafamilia Testudinidae) una estructura clito-riana bien desarrollada.

Urinario

Se analiza la posición, tamaño, colo-ración, textura, friabilidad y dureza de losriñones. Posteriormente se extraen, para locual es necesario en muchas especies,como en las familias Iguanidae o Lacerti -dae, levantar el suelo de la cintura pélvi-ca.

ANATOMÍA PATOLÓGICAMACROSCÓPICA

Cavidad celómica

La presencia de alteraciones en lacavidad celómica se manifiesta general-mente con incremento del volumen celó-mico, abdomen distendido, dolor a la pal-pación e inquietud.

En la realización de la necropsia seobserva:

— Atrofia serosa. Se trata de una impor-tante depleción del tejido graso debidomayoritariamente a consumo y ausenciade reposición1. Se aprecian los cuerposgrasos sin contenido lipídico y, en ocasio-nes, puede detectarse una inflamaciónacompañante. El color del tejido grasocelómico se torna oscuro y se observanabundantes vasos sanguíneos concentra-dos en los consumidos depósitos grasos.

— Esteatitis. Es una inflamación del teji-do graso, generalmente secundaria a unainfección5. En la mayoría de ocasiones,corresponde a una diseminación de unacelomitis o proceso séptico. Se ha obser-

vado esteatitis en animales intervenidos por una celotomíaque han sufrido infección postquirúrgica , así como esteatitisinfecciosa unida a necrosis del tejido graso6.

— Celomitis/peritonitis. Es una inflamación de la serosacelómica. Suele cursar con acúmulo de material purulento enla cavidad celómica. Se observa también variación en lacoloración y densidad del líquido celómico. Se debe con-trolar la presencia de proteínas elevadas. Una muestra paraobservación citológica y una tinción de Gram serán determi-nantes del diagnóstico. Se aíslan de este tipo de lesiones losgéneros Pseudomonas, Aeromonas, Proteus, Escherichia oSalmonella1.

Las lesiones ocasionadas son acúmulos puru l e n tos uni-dos a las serosas viscerales y en suspensión en el líqu i d ocelómico.

— Ascitis. Observada como consecuencia de un fallorenal en la eliminación de líquidos. Si bien el diagnósticodiferencial incluye otros orígenes como cardiopatías o hepa-topatías, la mayoría de las ascitis descritas y observadas enreptiles se han vinculado a malfunción renal (insuficienciarenal, glomerulonefritis, etc.)1,7.

— Neoformaciones: pueden localizarse crecimientos anó-malos en la cavidad celómica, como tumoraciones deaspecto heterogéneo, rugoso y coloración blanquecina arojiza. En ocasiones, aparte del crecimiento principal, seaprecia una diseminación del mismo que invade estructurasviscerales próximas, como miocardio o hígado. El creci-miento de estas neoplasias puede ser muy acelerado, lle-gando a deformar el cuerpo del animal8. Muchas de lasneoplasias descritas en cavidad celómica son metástasis deotros tumores viscerales. La nomenclatura de estos crecimien-tos anómalos en reptiles responde a los mismos criterios queen pequeños animales9.

Sistema urinario

Urolitiasis (fig. 1)

Los acúmulos de ura tos en ve j i ga uri n a ria son comunes yn o rmales en la mayoría de especies te rre st res que poseenve j i ga uri n a ria. Las to rt u gas de tierra e iguanas están espe-c i a l m e n te pre d i s p u e stas a sufrir una exc e s i va concentra c i ó nde la orina en periodos de deshidra tación o de enfe rm e d a drenal. Bajo estas condiciones, se observan cálculos en ve j i-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 66: Patología de reptiles

ga uri n a ria comúnmente en especímenesdel gé n e ro T e s t u d o o Geochelone d e s h i-d ra tados, hipoté rmicos o est resados. Lap resencia de agre gados se ha descri toasimismo en crías de menos de dos añosl i gada a una alimentación exc e s i va enp roteínas y a un incorre c to manejo10. Seo b s e rva un agre gado consolidado dem a te rial uri n a rio que toma fo rma de pie-d ra, rodeado de arenilla. El cre c i m i e n todel cálculo es concéntrico y, en lan e c ropsia, siemp re ve remos un centrod u ro, rodeado de una peri fe ria gra n u l o-sa y desmenuzable. La pared de la ve j i-ga uri n a ria no suele estar lesionada, a u n-que la posibilidad de que ex i sta infl a m a-ción es elevada y sólo mediante obser-vación microscópica puede descarta rs euna uro c i stitis. Ante este cuadro, se debes i e mp re monito rizar la función renal yd e s c a rtar un proceso de gota viscera l .También se han encontrado casos debi-dos a inge stión de cuerpos ex t raños qu e ,a nivel del urodeo, ascienden y se alojanen ve j i ga uri n a ria, conv i rtiéndose ennúcleos de pre c i p i tación que fo rm a rá nun futuro cálculo7. El contenido mayo ri ta-rio en los cálculos de reptiles es ácidoú rico, y sólo en algunas ocasiones sehan descri to ot ras composiciones, comooxa l a to (ver capítulo 3: Enfe rm e d a d e sn u t ricionales y meta b ó l i c a s ) .

Nefritis (fig. 2)

La inflamación del riñón es un hallazgoinespecífico, descrito unido a bacterias,parásitos, enfermedades metabólicas eincluso neoplasias1,7. Un correcto diag-nóstico histopatológico servirá para des-cartar todas es tas causas. El riñón apare-ce rosáceo, con una coloración más páli-da de lo normal. El tamaño incrementa deun modo variable en función de la croni-cidad del proceso. Si la necropsia se rea-liza tras meses después del inicio de la

enfermedad, se observa una marcada nefromegalia (verdespués). En el parénquima renal puede observarse un pun-teado amarillento generalizado (generalmente de etiología

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 1.— Cálculo urinario extraído de una iguana común (Igua -na iguana). Se aprecia su composición en láminasconcéntricas y su cara externa más frágil que elnúcleo interno.

Fig. 2.— Aspecto rosáceo y con punteado blanco-amarillentode los riñones en un Chamaeleo callyptractus. Estaimagen indica que sufren un proceso inflamatorio.Únicamente la histología permitirá diferenciar quétipo celular es el implicado, para poder así clasificar lainflamación.

Page 67: Patología de reptiles

bacteriana), punteado blanquecino (rela-cionado con gota o hipercalcemia) y tra-yectos blanquecinos (asociados a lesio-nes parasitarias).

Nefromegalia (fig. 3)

En la mayoría de los reptiles, excep-tuando los quelonios y ofidios, para ver elriñón debe cortarse la arcada pélvicapara poder acceder al espacio extrace-lómico donde se aloja esta víscera. Unriñón mucho más grande de lo normalpuede verse cuando éste sobresale de sualojamiento normal en la pared dorsal dela arcada pélvica o en el techo ventraldel área sacra. Además, pueden encon-trase punteados dispersos amarillentos ob l a n quecinos. La mayoría de lesionesrenales provocan insuficiencia renal, lesio-nes inflamatorias e incremento del volu-men renal1,10. Problemas como la gotarenal, oste o d i st ro fia renal, insufi c i e n c i arenal crónica, nefritis, etc. tienen orígenesdistintos, pero cursan con lesiones macros-cópicas parecidas10,11. Además, el creci-miento anómalo del volumen renal puedeno sólo deberse a una malfunción de ori-gen metabólico o infeccioso, sino tam-bién a neoformaciones tisulares. Si bieneste último caso es excepcional, las neo-plasias recientemente descritas a nivelrenal aconsejan la remisión de cualquierriñón anómalo para un estudio microscó-pico12,13.

Gota renal

Los acúmulos de ácido úrico en losglomérulos enfermos deben describirsecomo gota renal y no como gota visceral.En reptiles, cualquier malfunción del riñónprovoca una anomalía en la filtración glo-merular, y el proceso inflamatorio acom-pañante predispone a una variación enel grado de solubilidad del ácido úrico

en sangre, con lo que éste precipita al nivel de la cápsula deBowman y forma tofos e inflamación panglomerular asocia-da1,8. Este cuadro se observa macroscópicamente como unpunteado blanquecino difuso por el parénquima renal, enocasiones crepitante al corte (fig. 4). La gota renal se ha aso-ciado también a casos de hipoplasia renal, adjudicándosesólo en algunos casos de esta enfermedad un posible fac-tor congénito14. Para diagnosticar una gota visceral, debenverse también tofos en otros focos de depósito visceral típi-cos de reptiles, como el corazón, arterias y venas principa-les, músculo, membrana celómica o pulmones11. El origen dela malfunción renal puede deberse a una dieta desequilibra-da, de modo que una dieta excesiva o carente en calcio, oel padecimiento de una hipovitaminosis A son factores pre-disponentes a una malfunción renal y a la consecuente apa-rición de gota15.

Aparato digestivo

Estomatitis

Se observan distintos cuadros en función de la gravedady del tiempo que ha transcurrido desde el inicio de la enfer-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 3.— Aspecto hiperplásico y congestivo de un riñón en unatortuga africana (Geochelone pardalis). El animaltenía además retención de heces y orina por com-presión de la cloaca a su paso entre los riñones.

Page 68: Patología de reptiles

medad hasta la muer te del animal. Tantolas estomatitis bacterianas como las víri-cas tienen el mismo cuadro macroscópi-co. Se observan placas purulentas alnivel de las comisuras bucales, acompa-ñadas de estomatitis, gingivitis y enmuchas ocasiones traqueítis o laringitis.Estas placas purulentas llegan a desarro-llarse mucho y casi a obliterar la luz eso-fágica (fig. 5). Si bien en ofidios la causamás común es bacteriana7, en queloniosse han descrito causas virales, siendo elhallazgo de herpesvirus común en tortu-gas de tierra de muy dive rsas espe-cies1,16,17,18. La estomatitis en serpientesrepresenta un cuadro muy común, siguien-do tres presentaciones: leve (petequias enencías, malestar pero sin pérdida del ape-tito), moderada (hemorragias gingivales,pérdida de dientes, presencia de pus,anorexia) y severa (esofagitis, pérdidageneralizada de dientes, material puru-lento abundante, riesgo de neumonía poraspiración de este pus vía traqueal).

Esofagitis

La inflamación del esófago rara vez sep re s e n ta aisladamente. No rm a l m e n teestá asociada a gastritis y/o estomatitis.Se observa una hiperemia en la mucosae s o fágica. En to rt u gas, este hallazgodebe sugerir un diagnóstico de estomati-tis vírica, aunque existen otras causas des-critas (fúngica, por clamidias o mycoplas-mas, entre otras bacterias)18. En ofidios, laesofagitis va estrechamente asociada aestomatitis.

Gastritis

El cuadro clínico de ga st ritis cursa conp roducción de fi b rina en mayor o menorgrado, dependiendo del tiempo que llevei n sta u rada la enfe rmedad. Casi siemp re lamucosa gást rica está engrosada y endu-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 4.— Exposición de un riñón con un corte sagital delmismo. Se observa un punteado blanco difuso portodo el parénquima. Al corte, podía notarse una lige-ra crepitación. Una impronta citológica permitirá verabundantes cristales de ácido úrico y la histologíarevelará la presencia de tofos úricos, principalmente,en los glomérulos.

Fig. 5.— Aspecto de las placas purulentas en encía y paladarde una tortuga gigante de las Islas Galápagos (Geo -chelone nigra). En estos casos de estomatitis-gingivi-tis, es preciso recurrir a la toma de muestras paramicrobiología, citología e incluso biopsia para histo-logía antes de aplicar un tratamiento certero.

Page 69: Patología de reptiles

recida. Sólo en ocasiones se han obser-vado ulceraciones perfo ra n tes. La ga st ri t i spuede ir acompañada o no de ente ri t i s .En cualquier caso, debe abri rse todo elt raye c to inte stinal para delimitar adecua-d a m e n te el cuadro lesional. Las ga st ritis sea t ri b u yen ge n e ra l m e n te a un pro b l e m ab a c te riano, y de estas lesiones se aíslaS a l m o n e l l a en muchas ocasiones19, pro-vocando un cuadro de ga st ritis necró t i c o -d i fte roide. En ofidios, se aísla C r y p t o s p o r i -d i u m de animales afe c tados en coleccio-nes zoológicas1. La enfe rmedad causauna gran mortalidad y el tra ta m i e n to aúnno se ha establecido con seguridad. Lac ri p to s p o ridiosis re p re s e n ta una de lase n fe rmedades más graves en coleccioneszoológicas y se empiezan a dete c ta rcasos no sólo en serp i e n tes sino ta m b i é n

en ge ckos y ot ros sauri o s2 0. La presencia de pará s i tos ancla-dos a la mucosa gást rica, como S e r p i n e m a, puede ser ori ge nde infecciones secundari a s7.

Úlcera gástrica

Las ulceraciones en el estómago corresponden general -mente a la ingestión de productos absolutamente inadecua-dos (aspirinas, bebidas alcohólicas, fármacos diversos...).Más raramente son consecuencia de agentes patógenoscomo parásitos estrongílidos. En todos estos casos se obser -va una o varias ulceraciones al nivel de la mucosa gástrica.En ocasiones, las úlceras perforantes y sangrantes se encuen-tran rodeadas de un tejido pardo-negruzco que se corres-ponde con una fase de necrosis de la mucosa (fig. 6). Aun-que frecuente, es te proceso no necesariamente ha de estarrelacionado con un proceso infeccioso secundario. En algu-nos casos, la hemorragia producida provoca presencia desangre en intestino y en heces, siendo la melena abundanteun síntoma previo a la muer te. A veces, la úlcera gástrica seobserva simultáneamente a otras patologías intestinales,como enteritis o intususpección duodenal.

Enteritis

Se tra ta de una causa re l a t i va m e n te común de morta l i d a den reptiles. El animal afe c tado deja de comer debido a laex i stencia de inflamación seve ra de la mucosa inte stinal, qu esigue dist i n tas evoluciones dependiendo del age n te causal, lagravedad del proceso, etc. Se han visto ente ritis fi b rinosas, asícomo ente ritis necróticas asociadas a la presencia de S a l -m o n e l l a. También se han descri to asociadas a lesiones indu-cidas por pará s i tos como Entamoeba invadens ( ver capítulo5: Enfe rmedades para s i ta rias), protozoos como C r i p t o s p o r i -d i u m, hongos, neoplasias o cuerpos ex t ra ñ o s1, 7, 9 , 21. En oca-siones son hemorrágicas. Estos casos suelen producir melenay hemato quecia y son de difícil curación. En las ente ritis dequelonios e iguanas es muy imp o rta n te realizar el aislamientom i c robiológico, para ev i tar contagios entre los animales yposibles zoonosis. En procesos sépticos enté ricos que se dise-minan, suele observa rse una esplenitis aposte m a to s a .

Hepatitis granulomatosa

La presencia de granulomas en el hígado es común enc u a l quier proceso séptico sistémico y también en enfe rm e-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 6.— Estómago de iguana común (I g u a -na iguana). Se aprecian tres úlce-ras en la mucosa fúndica. El animaltenía abundante sangre digeridaen intestino y palidez visceral.

Page 70: Patología de reptiles

dades infecciosas que afe c ten única-m e n te a éste, independiente m e n te de laet i o l o g í a .

El hígado suele tener una colora c i ó nn o rmal, y, prot ru yendo de éste, se obser-van abulta m i e n tos endurecidos y amari-l l e n tos. Pueden ser de gran tamaño yúnicos, fo rmando una hepatitis gra n u l o-m a tosa multifo c a l2 2 o bien estar disper-sos por todo el paré n quima hepático yser de tamaño pequeño, descri b i é n d o s ecomo hepatitis gra n u l o m a tosa miliar odiseminada. Estos últimos suelen debers ea procesos sépticos que no sólo afe c ta nal hígado, como la septicemia por P s e u -d o m o n a s , m i e n t ras que los pri m e ro se stán más relacionados con infe c c i o n e spor M y c o b a c t e r i u m7. En ocasiones, laslesiones hepáticas no son tan claras (lige-ra palidez difusa, sin llegar producir gra-nulomas). Estos casos deben re m i t i rs ep a ra su estudio microscópico, para des-c a rtar etiologías bacte rianas o víri c a sque producen cuadros poco apare n te s ,como la herp e s v i ro s i s17. Existen casos dea fección ex te rna del hígado, dañando ala cubierta hepática y creando un cua-d ro de perihepatitis fi b rinosa. En nuest raex p e riencia, el aspecto de las lesionesneoplásicas en el hígado no suele sera m a ri l l e n to, sino de color blanco o máspálido que el color normal hepático.

Pueden observa rse afecciones de losc o n d u c tos biliares en infecciones hepá-ticas, no estando relacionadas con lai n tensidad de las mismas, sino con elp roceso de diseminación (hemático obiliar) del age n te causal. Al corte delh í gado se ve inflamación en los canalí-culos biliares y, en ocasiones, se apre-cia un intenso engro s a m i e n to de lap a red de la vesícula biliar, así como dis-tensión de la misma (colecistitis). Lascausas de estas colangitis pueden sermúltiples, incluyendo las infe c c i o n e sb a c te rianas, traye c tos para s i ta rios o

i n fe staciones de larvas de nemato d o s2 3, por lo que serecomienda realizar un estudio labora to rial poste ri o r.

Intususpección

Se han diagnosticado muy pocas in vivo y la mayoría sondiagnósticos post mortem. Los únicos signos son anorexia ydolor abdominal o posturas antiálgidas. El cuadro lesional esel mismo que en pequeños animales, observándose un enro-jecimiento de la mucosa intestinal invaginada, que en oca-siones llega a gangrenarse. Se ha visto asociada a ingestiónde cuerpos extraños, enfermedad ósea metabólica, enlente-cimiento térmico intestinal o enteritis infecciosas. Cuando elcuadro descrito se cronifica y hay necrosis, se produce unaliberación de toxinas al torrente circulatorio, toxemia y muer-te. El proceso mecánico que lleva a una intususpecciónpuede también estar relacionado con pará s i tos, comoimpactaciones de oxiuros de difícil eliminación en saurios24.

Cuerpos extraños

El diagnóstico suele ser radiológico. Sólo en algunasocasiones se han encontrado en el apara to dige st i vo dereptiles anzuelos, plásticos (to rt u gas acuáticas), to rnillos yc l avos (to rt u gas de tierra), césped art i ficial (iguanas y to r-t u gas te rre st res), piedras (crocodilianos, galápagos), to a-llas y zapatillas (grandes serp i e n tes const ri c to ras) o corte-za de subst ra to (va ranos, iguanas) y un largo et c é te ra .Dependiendo de la naturaleza, tamaño y fo rma del cuer-po ex t raño, éste puede pasar desapercibido o crear cua-d ros de ente ritis, ga st ri t i s . . .

Lipidosis hepática

Se tra ta de un hallazgo muy común en la mayoría den e c ropsias de reptiles mantenidos en cautividad. El emp l e ode una dieta demasiado rica en nutri e n tes, la fa l ta de ejer-cicio y la no hibernación, entre ot ras, son las causas de qu ese dé un proceso de meta m o rfosis grasa en los hepato c i-tos. El acúmulo de lípidos intrahepático provoca un deco-l o ra m i e n to del paré n quima hepático, que se observam u cho más pálido. Puede va riar desde una decolora c i ó nl i ge ra hasta un hígado de aspecto tota l m e n te amari l l o .A n te este cuadro macroscópico, la causa de muerte puedee star relacionada con obesidad y malfunción hepática. En

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 71: Patología de reptiles

el re sto de casos, la lipidosis es unhallazgo ge n era l m e n te irre l eva n te.

Parasitosis

Las lesiones en el apara to dige st i vo cau-sadas por pará s i tos son macro s c ó p i c a m e n-te inespecíficas y deben contra sta rse con und etallado examen histológico para conocerel tipo de pará s i to. Aun así, en ocasionese ste examen debe comp l e m e n ta rse con una i s l a m i e n to de los huevos mediante est u d i o sc o p rológicos ru t i n a rios. La presencia dep a rá s i tos en el apara to dige st i vo es ge n e-ra l m e n te un hallazgo ocasional de lan e c ropsia y sólo en ra ras ocasiones está vin-culado a la muerte del reptil Los pará s i to sque lesionan la mucosa dige st i va dejanp e queñas ulceraciones, en ocasiones hemo-rrágicas, y también pueden ve rse ancladosa dicha mucosa. (Pa ra su cata l o gación, ve rcapítulo 5: Enfe rmedades para s i ta ri a s . )

Aparato respiratorio

Bronconeumonía catarral

purulenta

G e n e ra l m e n te, se dete c ta una neumo-nía gra n u l o m a tosa, que, si bien no es diag-n ó stico de M y c o b a c t e r i u m, deberá siem-p re re a l i z a rse un estudio citológico ade-cuado para descartar este age n te comos o s p e cha pri m a ria. En B o i d a e, la pri n c i p a la fección pulmonar corresponde a una neu-monía hemorrágica inte rsticial, consecuen-te con una infección por para m i xov i rus (fi g .7). Las hemorragias en vías pulmonare ssólo se observan en casos de intensa bac-te riemia, viremias o traumatismos seve ro s .

Aerosaculitis

Se observan acúmulos de mate rial puru-l e n to en los sacos aéreos. Debe pre sta rs e

especial atención en ofidios y camaleónidos (fig. 8). Puesto qu eno ex i ste una gran irri gación en sacos aéreos, el pus puedequedar acantonado y tener un difícil tra ta m i e n to mediante fá r-macos que lleguen al foco de infección vía hemató ge n a .

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 7.— Aspecto de un pulmón en pitón india (Python molu -rus). Cabe destacar la presencia de pus en los alveo-los y el aspecto congestivo de todo el pulmón.

Fig. 8.— Pulmones de un camaleón (Chamaeleo senegalensis)con sus característicos sacos aéreos digitiformes.Obsérvese la presencia de exudado purulento en lossacos más ventrales y en las áreas pulmonares cau-dales.

Page 72: Patología de reptiles

Desde los sacos aéreos, se puede disemi-nar el proceso séptico, comp ro m etiendo lavida del animal. Se han aislado ta n to age n-tes bacte rianos (P r o t e u s, B r a m h a m e l l a)como fúngicos (A s p e r g i l l u s, P e n i c i l l i u m).

Rinitis

La inflamación de la mucosa nasal esun proceso re l a t i va m e n te fre c u e n te en to r-t u gas de tierra de va rias especies, ta n toe u ropeas como americanas. Desde elp u n to de vista macroscópico, sólo seo b s e rvan áreas enrojecidas en las coanas,en ocasiones afe c tando también a lamucosa oral o a los ojos, observá n d o s easimismo estomatitis y qu e ra to c o n j u n t i v i t i s .En animales afe c tados de rinitis crónica, elp roceso de consumo de re s e rvas y el esta-do de anemia grave provocan un aspectopálido de la mucosa nasal, en lugar dele n ro j e c i m i e n to propio de cualquier infl a-mación. Sólo mediante un detallado análi-sis histológico puede confi rm a rse la et i o l o-gía del proceso, puesto que se han descri-to rinitis por herp e s v i rus, micoplasmas, cla-midias y rinitis bacte rianas secundarias ap rocesos alérgicos o de immunosupre-s i ó n18.

Sistema nervioso

Encefalitis

En muy pocas ocasiones se analiza ele n c é falo en una necropsia. Sea por elp e queño tamaño del animal o por la difi-c u l tad para ex t ra e rlo del cráneo, la mayo-ría de necropsias se practican, por ta n to, deun modo incomp l eto. Se han visto encefa l i-tis asociadas a septicemias bacte rianas. Ela s p e c to macroscópico es de enro j e c i m i e n-to ge n e ral. En ocasiones, pueden observa r-se abscesos ta n to inte rnos como entre lamasa encefálica y el hueso craneal, afe c-tando a piamadre y aracnoides.

Sistema músculo-esquelético

Miositis

La inflamación de la musculatura est riada responde ap rocesos sépticos locales y también sistémicos. Suelen serdiseminaciones de infecciones localizadas en tejido sub-c u táneo o glándulas cutáneas (por ejemplo, gl á n d u l a sfe m o rales de las iguanas) a causa de heridas, mord i s c o s ,etc. Se observan abscesos de va riado tamaño, según lac ronicidad de los mismos. Pueden llegar a invadir te j i d o sc i rc u n d a n tes, creando no sólo dest rucción del músculo,sino también del hueso y provocando fra c t u ras espontá-neas u osteomielitis. En ocasiones, son hallazgos casualesde necro p s i a .

Enfermedad ósea metabólica (EOM)

Las lesiones anatomopatológicas se observan a nivel delas corticales óseas y de todo el tejido muscular alrededordel hueso. Éste presenta una marcada osteoporosis y tam-bién se observa induración muscular. En ocasiones, se pue-den encontrar fecalomas por enlentecimiento del tránsitointestinal (ver capítulo 3: Enfermedades nutricionales y meta-bólicas). La glándula paratiroides, normalmente impercepti-ble, puede encontrarse de tres a diez veces incrementadade tamaño, con lo que se hace claramente visible. La mus-culatura se observa pálida y el tacto de todo el esqueleto esmuy blando.

Tegumento

Dermatitis

En las to rt u gas, las dermatitis infecciosas pueden aca-bar afe c tando a la base ósea del caparazón, provo c a n-do una osteomielitis que no sólo defo rma de modo irre-p a rable el caparazón, sino que comp ro m ete la vida delanimal al ex te n d e rse el proceso séptico. Este problema ese s p e c i a l m e n te común en to rt u gas de agua dulce, ta n toc a u t i vas como de vida libre. Se observa una derm a t i t i sbullosa necrot i z a n te que provoca necrosis del tejido óseoy del dérmico adya c e n te, provocando caída de esca-mas, escoriación cambio de color y fragilidad delh u e s o2 5.

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Page 73: Patología de reptiles

Micosis superficial

La presencia de hongos en la piel escomún en la mayoría de reptiles. Sinembargo, sólo se dan micosis cuandoexiste un estado de immunosupresión pre-vio o bien se han aplicado antibiotera-pias prolongadas. Las lesiones cursancon pápulas que progresan a pústulastras una invasión bacteriana de las mis-mas (fig. 9). Se forman bullas que se rom-pen y, al reventar, contaminan estructuras

vecinas. En algunos casos se han visto cambios locales decoloración de las escamas e incluso gangrena de las áreasafectadas con posteriores amputaciones espontáneas26. Encasos graves, la micosis se puede volver sis témica, compro-metiendo la vida del animal27.

Papilomas

La presencia de neoplasias de esta naturaleza se cita enm u chas especies de to rt u gas (marinas, acuáticas...) Se han des-c ri to algunos papilomas cloacales en to rt u gas de tierra7 y papi-lomas en el dorso de laga rtos ve rd e s (Lacerta bilineata (viridis)).

Aparato circulatorio

Gota visceral

La obser vación de un depósito difuso blanquecino, gra-nulado y con aspecto de “constelación” dispersa en aurícu-las, seno venoso, ventrículo, vena cava, ar teria aor ta y tron -cos principales debe hacer sospechar en primer lugar degota visceral (fig. 10). La observación microscópica de estasestructuras debe complementarse con un examen concien-zudo del riñón11. Otras estructuras menos frecuentes tambiénse han descrito afectadas por gota, como el paladar, mús-culo estriado o vasos linfáticos28. La diseminación hemolin-

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 9.— Alteración dérmica causada porcrecimiento fúngico en una lagar-tija (Podarcis bocagei). La defor-mación y la distinta coloración delas escamas afectadas son suges-tivas de micosis, pero no determi-nantes. Ante este cuadro, sepuede realizar cultivo, citología ohistología para confirmar el diag-nóstico presuntivo.

Fig. 10.— Aspecto de el corazón en una tortuga mediterránea(Testudo hermanni). Se observa un punteado blan-co disperso por todo el miocardio y venas principa-les. Imagen altamente sugestiva de gota visceral.

Page 74: Patología de reptiles

fática de los cristales es rápida, una vezque se ha instaurado el proceso.

Hemopericardio

Se ha consta tado en muy pocoscasos. Genera l m e n te unido a situacionesde est rés agudo o sobre e s f u e rzo en re p-tiles con obesidad o en situaciones muyt ra n quilas que de imp roviso se to rn a np e l i grosas (ata ques, pinchazos e inclusomanipulación por el vete ri n a rio (card i o-patía de captura) (fig. 11 ) .

Pericarditis

Ra ras veces se pre s e n ta sola, y norm a l m e n te va acomp a ñ a-da de miocarditis. Se observa un agre gado amari l l e n to, fi b ri n o i-de en el peri c a rdio, ocupando gran parte del espacio peri c á r-dico y casi siemp re afe c tando el músculo cardiaco subya c e n te .G e n e ra l m e n te debido a septicemias por Gram nega t i vos (P s e u -d o m o n a s). Se dife rencia de los depósitos de ura tos (gota visce-ral peri c á rdica) por su color amari l l e n to, no cre p i ta n te y difuso,m i e n t ras que éstos son blanquecinos, cre p i ta n tes y fo rman agre-gados. Las peri c a rditis, asociadas a art ritis fi b rinosa y a neumo-nía hemorrágica, han sido descri tas en cocodrilos infe c tados pormicoplasmas (Mycoplasma lacerti y Mycoplasma crocodili).

Miocarditis granulomatosa

Es un hallazgo re l a t i va m e n te fre c u e n te en reptiles que tienensignos ev i d e n tes de septicemia. Se localizan abscesos de diá-m et ro va riable insertos en el inte rior del miocardio. En ocasio-nes, prot ru yen al inte rior del ventrículo, y en ot ros casos la defo r-mación es ex te rna, haciéndose ev i d e n tes a través del peri c a r-dio. Pueden estar acompañados de peri c a rditis, aunque no escomún. De estas lesiones se aíslan comúnmente micro o rga n i s-mos aerobios Gram nega t i vos (con frecuencia, P s e u d o m o n a s).

Leucemia

Son las neoplasias del apara to card i o c i rc u l a to rio más des-c ri tas en clínica de reptiles. No hay un aspecto macro s c ó p i c ofiable. Puede ve rse afe c tación hepática y de conductos linfá t i-cos, provocando defo rmación e incluso cre c i m i e n tos apara to-sos y fá c i l m e n te visibles2 9; pero en estos casos sospechosos, serecomienda enviar el máximo número de muest ras para su aná-lisis microscópico. En reptiles, los peculiares cuadros infl a m a to-ri o s6 pueden llegar a provocar falsos diagnósticos tumora l e s .

AGRADECIMIENTOS

Pa ra la redacción del pre s e n te artículo han sido muy imp o r-ta n tes los consejos y ex p e riencias comp a rtidas con el Dr. A.M a rco, Dr. M. Domingo (Departa m e n to de Anatomía Pa to l ó-gica, Fa c u l tad de Vete ri n a ria, Un i ve rsidad Au tónoma de Barc e-lona), Dr. J. Orós (Departa m e n to de Anatomía Pa to l ó g i c a ,Fa c u l tad de Vete ri n a ria, Un i ve rsidad de Las Palmas de Gra nC a n a ria) y el Dr. F. L. Frye (Fa c u l tad de Vete ri n a ria, Un i ve rs i d a dde Davis, Califo rn i a ) .

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

Fig. 11.— H e m o p e r i c a rdio en el corazón deuna tortuga de Florida (Tr a -chemys scripta e l e g a n s). Elaspecto globoso se debía a laruptura de la aurícula derecha y ala posterior extravasación de las a n g re por el espacio pericárdico.

Page 75: Patología de reptiles

ANATOMÍA PATOLÓGICA MACROSCÓPICA EN REPTILES

PATOLOGÍA DE REPTILES

BIBLIOGRAFíA

1. Frye F. Re ptile care, an atlas of disea-ses and treatments.TFH Publications,New Jers ey, Ed. 2. PP. 1-635. 19 91

2. Bolon B. Necropsy (postmortem exa-mination). En: Ackerman L (Ed): Thebiology, husbandry and health careof reptiles. TFH Publications, NewJersey. PP. 858-870. 1998

3. Mader DR. Euthanasia andnecropsy. En: Mader DR (Ed): Rep-tile medicine and surge ry. WBSaunders Co. Philadelphia. 1996.

4. Frye FL. Establishing the time ofdeath in reptiles and amphibians.Proceedings VI Annual Conferenceof the ARAV. PP. 23-27. 1999.

5. Larsen RE, Buerget C, Cardeilhac PT,Jacobson ER. Steatitis and fa tnecrosis in captive alligators. J. Am.Vet. Med. Ass.183.11: 1202-1204,1983.

6. Montali RJ. Comparative pathologyof inflamation in the higher verte-brates (Reptiles, birds and mam-mals). J Comp Path. 99(1): 1-26,198. 1988.

7. Martínez Silvestre A. Manual Clínicode Reptiles. Ed. Grass. 450 pp.1994.

8. Dumonceaux GA, Smith AJ, GarnerMM: Anterior coelomic rhabdom-yosarcoma in a central americanbanded gacko, Coleonyx mitratus.Bull ARAV, 9(1): 23-25. 1999.

9. Balls M, Clothier RH. Neoplasia inreptiles and amphibians: Termino-logy and criteria. Herpetopatholo-gia. 1: 4-6, 1989

10. Martínez Sil vestre A, Ar gelés MA,Ramis A, Majó N. Brote de mortali-dad infantil en tortuga mediterrá-nea: Testudo hermanni hermanni.Estudio postmortem de 110 casos.C o n greso Nacional de AV E PA,XXXIV: 234. 1999.

11. Martínez Silve st re A. Gota visce-ral en quelonios: descripción ycaso clínico. Pe queños AnimalesRev i sta Técnica Vete ri n a ria, 16 :

3 6-46. 19 9 8 .12. Gravendyck M, Marschang RE,

S ch rö d e r-G rave n d yck AS, Ka l etaEF. Renal adenocarcionoma in areticulated python (Python reticula-tus). Vete ri n a ry Re c o rd, 14 0 :374-375. 1997.

13. Catao-Dias JL, Nichols DK. Neo-plasia in snakes at the NationalZoological Park, Whasington, DC(1978-1997). J. Comp. Path., 120:89-95. 1999.

14. Orós J, Tucker S, Pether J, BergadaJ, Rodríguez F. Hipoplasia renal ygota visceral en un ejemplar juvenilde falsa coral de Sinaloa (Lampro-peltis triangulum sinaloae). Rev.Esp. Herp., 12: 49-55. 1998

15. Ariel E, Ladds PW, Buenviaje GN.C o n c u rrent gout and suspecte dhy p ov i taminosis A in cro c o d i l eh a t chlings. Au st. Vet. J., 75(4):247-248. 1997

16. Pettan-Brewer KCB, Drew ML, Ram-say E, Mohr FC, Lowenstine LJ. Her-pesvirus particles associated withoral and respiratory lesions in aCalifornia desert tortoise (Gophe-rus agasizii). J. Wild. Dis, 32(3):521-526. 1996.

17. Martínez Silve st re A, Majó N,Ramis A. Caso clínico: Herpesviro-sis en tortuga de desierto america-na (Gopherus agasizii). ClínicaVeterinaria de Pequeños Animales,19(2): 99-106. 1999.

18. Merchan Fornelino M, MartínezSilvestre A. Tortugas de España.Ed. Antiquaria. 400 pp. 1999.

19. Orós J, Rodríguez JR, Pether J,Rivero M, Fernández A. Gastritiscausada por Salmonella arizonaeen cinco serpientes sin afectacióni n te stinal. Rev. Esp. Herp., 11 :25-30. 1997.

20. Cimon KY, Oberst RD, Upton SJ,Mosier DA. Biliary cryptosporidio-sis in two corn snakes (Elaphe gut-tata). Journal of veterinary diag-

n o stic Inve st i gation 8: 398-3 9 9 ,1996.

21. Shalev M, Murp hy JC, Fox JG. Myc o-tic Ente ritis in a Chameleon and aB rief Rev i ew of phyc o myoses of ani-mals. JAVMA 171: 87 2-875, 1977.

22. Berschauer RL, Mader DR. Hepaticabcess due to Corynebacterium sp.in Desert tortoise, Gopherus agassi-zii. Proceedings of the A.R.A.V.,8(1): 13-15. 1998

23. Joy JE, Walker EM, Koh SG, Ben-tley JM, Crank AG. Intrahepatic lar-val nematode infection in the nort-hern spring peeper, Pseudacris cru-cifer crucifer (Anura. hylidae), inwest virginia. J. Wild. Dis, 32(2):340-343. 1996.

24. Kane KK, Corwin RM, Boever WJ.Impaction due to Oxyurid infectionin a Fiji island iguana (a casere p o rt). Vet. Med./Small Anim.Clin. February: 183-184, 1976.

25. Garner MM, Herri n g ton R,Howerth EW, Homer BL, Nettles VF,Isaza R, Shotts EB, Jacobson ER.Shell disease in river cooters (Pseu-demys concinna) and yellow-belliedt u rtles (Tra ch e mys scri pta) in aGeorgia (USA) lake. J. Wild. Dis.33(1): 78-87. 1997.

26. Martínez Silvestre A, Galán P. Der-matitis micótica en una poblaciónsalvaje de Podarcis bocagei. Bolet.Asoc. Herpetol. Esp. Vol. 10: 35-40. 1999.

27. Orós J, Ra m í rez AS, Poveda JB,Rodríguez JL, Fe rnández A. Syste m i cmycosis caused by Penicillium gri s e o-f u lvum in a seychelles giant to rto i s e( M e ga l o ch e lys giga n te a ) . VetRe c o rd, 139: 295-2 9 68. 19 9 6 .

28. Zwart P. Lymphangitis due to goutin Reptiles. Herpetopathologia. 1.1:123-124, 1989.

29. Goldberg SR, Holshuh HJ: A caseof leukemia in the desert spinyl i z a rd (Sceloporus magister). J.Wild. Dis. 27(3): 521-525, 1991.