osteomielitis i

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Tratamiento de osteomielitis: antibióticos y cirugía Antecedentes: La osteomielitis es una enfermedad inflamatoria del hueso causada por una infección que conduce a la necrosis y destrucción. Puede afectar a todas las edades e involucrar a cualquier hueso. La osteomielitis puede llegar a ser crónica y causar morbilidad persistente. A pesar de nuevas técnicas de imagen, el diagnóstico puede ser difícil y con frecuencia tardío. Dado que la infección puede reaparecer años después de la aparente "cura", "remisión" es un término más apropiado. Métodos: El estudio es una revisión no sistemática de la literatura. Resultados: La osteomielitis suele requerir un tratamiento con antibióticos, por lo general se administra sistémicamente, pero complementada a veces por los antibióticos que contienen perlas o cemento. La osteomielitis aguda hematógena puede ser tratada con antibióticos solos. La osteomielitis crónica, a menudo acompañada de hueso necrótico, por lo general requiere tratamiento quirúrgico. Desafortunadamente, la evidencia de los regímenes de tratamiento óptimos o la terapia de duración en gran medida basada en la opinión de expertos, una serie de casos, y en modelos animales. La terapia antimicrobiana se ha complicado por la creciente prevalencia de microorganismos resistentes a antibióticos, especialmente Staphylococcus aureus meticilino resistente. Sin la resección quirúrgica del hueso infectado, el tratamiento antibiótico debe ser prolongado (más de cuatro a seis semanas). Avances en la técnica quirúrgica han incrementado la posibilidad de recuperación del hueso (y con frecuencia las extremidades) y la remisión infección. Conclusiones: La osteomielitis es mejor manejada por un equipo multidisciplinario. Se requiere un diagnóstico preciso y la optimización de las defensas del huésped, la terapia anti infecciosa adecuada, desbridamiento óseo frecuente y cirugía reconstructiva. El régimen antibiótico debe dirigirse a la probabilidad del patógeno causante, con pocos efectos adversos y costos razonables. Los autores ofrecen una guía práctica a los aspectos médicos y quirúrgicos del tratamiento de la osteomielitis. l manejo exitoso de la osteomielitis requiere conocimiento para diagnosticar la infección del hueso, la patogénesis de la enfermedad, los agentes etiológicos lo usual e inusual, los principios de la terapia anti infecciosa, y cuándo, cómo llevar a cabo el desbridamiento quirúrgico y los procedimientos reconstructivos. A veces, los tratamientos adyuvantes, como la oxigeno terapia hiperbárica o de revascularización, son útiles. Un equipo multidisciplinario, que puede incluir un especialista en enfermedades infecciosas y cirujanos diferentes (por ejemplo, ortopédica, plástica, vascular), por lo general se asegura un tratamiento óptimo. El tratamiento no quirúrgico se inicia con la mejora de las deficiencias del huésped (por ejemplo, corregir anemia, hipoxemia, hiperglucemia, u otros trastornos metabólicos). From the University of Pittsburgh School of Medicine, Atlanta Medical Center, and Veterans Affairs Puget Sound Health Care System, University of Washington. Received for publication May 28, 2010; accepted September 7, 2010. Copyright ©2010 by the American Society of Plastic Surgeons DOI: 10.1097/PRS.0b013e3182001f0f Los clínicos deben seleccionar un adecuado régimen inicial con antibióticos, que luego deben ser revisados y modificados (si es necesario) sobre la base de la respuesta clínica y susceptibilidad de los datos del cultivo. El tratamiento antibiótico adecuado es crucial para el resultado. El tratamiento llevado acabo por lo general debe ser sistémico, a menudo vía parenteral, al menos inicialmente, y usualmente prolongado .Puede ser dado tratamiento ambulatorio parenteral, o con agentes orales altamente biodisponibles (que alcancen concentraciones terapéuticas en tejidos y suero). Algunos pacientes pueden ser tratados con antibióticos locales, mezclas de polimetilmetacrilato, o perlas de sulfato de calcio, o de cemento biodegradable a veces solo, pero por lo general en combinación con la terapia sistémica MICROORGANISMOS CAUSALES La identificación del microrganismo (s) causante(s) ayuda a realizar un diagnóstico definitivo y la selección de régimen antibiótico apropiado (Tabla 1). Las muestras para cultivo deben ser obtenidas de manera óptima de hueso (el criterio estándar para el diagnóstico de infección) o de la sangre (en osteomielitis hematógena). Cultivos de tracto inusual generalmente son poco fiables y las muestras de tejidos blandos por sobreinfección, o la aspiración de partes blandas, incluso profundo, no se correlacionan bien con cultivos E Nalini Rao, M.D. Bruce H. Ziran, M.D. Benjamin A. Lipsky, M.D. Pittsburgh, Pa.; Atlanta, Ga.; and Seattle, Wash

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Page 1: Osteomielitis I

Tratamiento de osteomielitis: antibióticos y cirugía

Antecedentes: La osteomielitis es una enfermedad inflamatoria del hueso causada

por una infección que conduce a la necrosis y destrucción. Puede afectar a todas las

edades e involucrar a cualquier hueso. La osteomielitis puede llegar a ser crónica y

causar morbilidad persistente. A pesar de nuevas técnicas de imagen, el diagnóstico

puede ser difícil y con frecuencia tardío. Dado que la infección puede reaparecer años

después de la aparente "cura", "remisión" es un término más apropiado.

Métodos: El estudio es una revisión no sistemática de la literatura.

Resultados: La osteomielitis suele requerir un tratamiento con antibióticos, por lo

general se administra sistémicamente, pero complementada a veces por los

antibióticos que contienen perlas o cemento. La osteomielitis aguda hematógena

puede ser tratada con antibióticos solos. La osteomielitis crónica, a menudo

acompañada de hueso necrótico, por lo general requiere tratamiento quirúrgico.

Desafortunadamente, la evidencia de los regímenes de tratamiento óptimos o la

terapia de duración en gran medida basada en la opinión de expertos, una serie de

casos, y en modelos animales. La terapia antimicrobiana se ha complicado por la

creciente prevalencia de microorganismos resistentes a antibióticos, especialmente

Staphylococcus aureus meticilino resistente. Sin la resección quirúrgica del hueso

infectado, el tratamiento antibiótico debe ser prolongado (más de cuatro a seis

semanas). Avances en la técnica quirúrgica han incrementado la posibilidad de

recuperación del hueso (y con frecuencia las extremidades) y la remisión infección.

Conclusiones: La osteomielitis es mejor manejada por un equipo multidisciplinario.

Se requiere un diagnóstico preciso y la optimización de las defensas del huésped, la

terapia anti infecciosa adecuada, desbridamiento óseo frecuente y cirugía

reconstructiva. El régimen antibiótico debe dirigirse a la probabilidad del patógeno

causante, con pocos efectos adversos y costos razonables. Los autores ofrecen una

guía práctica a los aspectos médicos y quirúrgicos del tratamiento de la osteomielitis.

l manejo exitoso de la osteomielitis requiere

conocimiento para diagnosticar la infección del

hueso, la patogénesis de la enfermedad, los

agentes etiológicos lo usual e inusual, los

principios de la terapia anti infecciosa, y cuándo, cómo

llevar a cabo el desbridamiento quirúrgico y los

procedimientos reconstructivos. A veces, los

tratamientos adyuvantes, como la oxigeno terapia

hiperbárica o de revascularización, son útiles. Un

equipo multidisciplinario, que puede incluir un

especialista en enfermedades infecciosas y cirujanos

diferentes (por ejemplo, ortopédica, plástica, vascular),

por lo general se asegura un tratamiento óptimo. El

tratamiento no quirúrgico se inicia con la mejora de las

deficiencias del huésped (por ejemplo, corregir anemia,

hipoxemia, hiperglucemia, u otros trastornos

metabólicos).

From the University of Pittsburgh School of

Medicine, Atlanta

Medical Center, and Veterans Affairs Puget Sound

Health Care System, University of Washington.

Received for publication May 28, 2010; accepted

September

7, 2010.

Copyright ©2010 by the American Society of Plastic

Surgeons

DOI: 10.1097/PRS.0b013e3182001f0f

Los clínicos deben seleccionar un adecuado régimen

inicial con antibióticos, que luego deben ser revisados y

modificados (si es necesario) sobre la base de la

respuesta clínica y susceptibilidad de los datos del

cultivo. El tratamiento antibiótico adecuado es crucial

para el resultado. El tratamiento llevado acabo por lo

general debe ser sistémico, a menudo vía parenteral, al

menos inicialmente, y usualmente prolongado .Puede

ser dado tratamiento ambulatorio parenteral, o con

agentes orales altamente biodisponibles (que alcancen

concentraciones terapéuticas en tejidos y suero).

Algunos pacientes pueden ser tratados con antibióticos

locales, mezclas de polimetilmetacrilato, o perlas de

sulfato de calcio, o de cemento biodegradable a veces

solo, pero por lo general en combinación con la terapia

sistémica

MICROORGANISMOS CAUSALES

La identificación del microrganismo (s) causante(s)

ayuda a realizar un diagnóstico definitivo y la selección

de régimen antibiótico apropiado (Tabla 1). Las

muestras para cultivo deben ser obtenidas de manera

óptima de hueso (el criterio estándar para el diagnóstico

de infección) o de la sangre (en osteomielitis

hematógena). Cultivos de tracto inusual generalmente

son poco fiables y las muestras de tejidos blandos por

sobreinfección, o la aspiración de partes blandas,

incluso profundo, no se correlacionan bien con cultivos

E

Nalini Rao, M.D.

Bruce H. Ziran, M.D.

Benjamin A. Lipsky, M.D. Pittsburgh, Pa.; Atlanta, Ga.; and Seattle, Wash

Page 2: Osteomielitis I

de hueso. El patógeno más frecuentemente aislado es

Staphylococcus aureus. Esto probablemente se

relaciona con sus factores de virulencia diferentes,

incluyendo la secreción de glicocáliz y la producción de

biopelículas (véase más adelante). La Osteomielitis

hematógena es causada generalmente por un solo

patógeno, mientras que la infección polimicrobiana es

común en osteomielitis foco contiguo. Bacilos Gram

negativos pueden causar osteomielitis vertebral en

usuarios de drogas inyectables y en pacientes con

infección del tracto urinario. Otros patógenos inusuales

ocurren en situaciones clínicas específicas (Tabla 1).

La clínica puede ser aguda (de días a semanas) o

crónica (es decir, evolucionando a lo largo de meses o

años) y se caracteriza por la inflamación de bajo grado.

La osteomielitis se caracteriza macroscópicamente por

secreciones purulentas, hueso necrótico, compromiso de

tejido blando o fístulas.

El examen histológico revela necrosis y células

inflamatorias, incluyendo los leucocitos

polimorfonucleares (en infecciones agudas) y células

plasmáticas, monocitos (en infecciones crónicas) ;

puede ser de ayuda en pacientes con cultivo de hueso

negativos causado por el tratamiento antibiótico previo.

Tabla 1. Organismos que pueden ser aislados en

Osteomielitis

Organismo Comentarios

Staphylococcus aureus Más comúnmente aislado en

prácticamente todas las

infecciones musculoesqueléticas

Stafilococo coagulasa-

negativo

Especies de

Propionibaterium

Frecuentemente contaminantes

pero pueden ser patógenos

especialmente en infecciones

asociadas a cuerpo extraño

Especies de

Enterobacterias

Pseudomonas aeruginosa

Observada en infecciones

nosocomiales o en aquellos que

han seguido una terapia

antibiótica

Especies de Streptococcus

Bacteria anaeróbica

obligada

Asociado con mordeduras,

lesiones en el puño causadas por

contacto con la boca de otra

persona, lesiones del pie

diabético, úlceras por decúbito

Especies de Salmonella

Streptococcus pneumoniae

Bartonella henselae

En infecciones bacterémicas o

en enfermedad de células

falciformes

Pasteurella multocida

Eikenella corrodens

Infecciones producidas después

de mordeduras de humanos o

animales

Especies de Aspergilus,

Micobaterium avium-

intracelular o Candida

albicans

En pacientes

inmunocomprometidos

Micobacterium

tuberculosis

Poblaciones en las que la

tuberculosis es prevalente

Especies de Brucella,

coxiella burnetii (causa de

fiebre Q crónica), u

hongos encontrados en

áreas geográficas

específicas

Poblaciones en las cuales estos

patógenos son endémicos

ROL DEL BIOFILM

El biofilm es una comunidad heterogénea muy

estructurada de bacterias sésiles rodeadas de una matriz

extracelular de polímeros. Tales bacterias adoptan un

fenotipo distinto, se comunican a través de señales

celulares a las células, y se adhieren a las superficies

inertes o vivas (Fig. 1). Las especies que forman el

biofilm incluyen S. aureus, S. epidermidis,

estreptococos del grupo A, y Pseudomonas aeruginosa.

Las características del biofilm bacteriano hacen difícil

de erradicar este.

Esto se deriva de una combinación de mecanismos

fenotípicos, mecánicos y metabólicos. Los antibióticos

se enfrentan a retos mecánicos y osmóticos en el

biofilm penetrante y son menos capaces de dañar

bacterias metabólicamente inactivas. Aunque algunos

antibióticos tienen más actividad frente a los demás

biofilms bacterianos, el tratamiento más eficaz es el

desbridamiento quirúrgico. Los modelos animales han

demostrado que la inhibición del péptido detector

inhibidor de quórum RNA III puede ayudar a prevenir

una infección biofilm de estreptococos.

PRINCIPIOS DE LA TERAPIA

ANTIMICROBIANA

La terapia con antibióticos es el pilar del tratamiento de

la osteomielitis aguda. En contraste con la osteomielitis

crónica, en el nido infeccioso de agentes patógenos

protegidos por matriz son impermeables a los

antibióticos, lo que requiere desbridamiento radical, los

antibióticos juegan un papel complementario.

Otras cuestiones a considerar al seleccionar un régimen

de antibióticos incluyen la distribución del fármaco (s),

en especial la penetración en el tejido óseo; eficacia

frente a los patógenos probables, la frecuencia de la

dosificación; la toxicidad del fármaco, y coste del

tratamiento.

La necesidad para tratamiento a largo plazo hace que la

adecuada selección y seguimiento de la terapia con

antibióticos sea crucial. Para el tratamiento de la

osteomielitis, un antibiótico de forma fiable debe

penetrar en el hueso. La evidencia disponible indica

que para la mayoría de los antibióticos la concentración

sérica predice la concentración en el hueso, y por lo

general alcanzar una concentración que excede la

concentración mínima inhibitoria de los organismos

específicos. La Tabla 2 muestra el reporte de la

concentración en el suero- hueso asociado con

antibióticos de uso común para la osteomielitis. Los

Page 3: Osteomielitis I

regímenes de dosificación se basan en los principios

farmacodinámicos para optimizar la administración de

fármacos en sitio de destino.

La actividad bactericida de un antibiótico generalmente

es clasificada ya sea dependiendo del tiempo (es

decir, más eficaz cuando la concentración se mantiene

por encima de concentración mínima inhibitoria del

organismo por el mayor intervalo de dosificación) o

dependiente de la concentración (es decir, la eficacia es

directamente proporcional a la concentración por

encima de la concentración mínima inhibitoria del

organismo, dentro de los límites de seguridad).

Los agentes beta-lactámicos (por ejemplo, penicilinas y

cefalosporinas) se encuentran entre los antibióticos más

comúnmente utilizados para la osteomielitis.

Demuestran que la actividad bactericida máxima

depende del tiempo, cuando la concentración en suero

es de cuatro veces la concentración mínima inhibitoria.

Estos agentes no muestran un efecto postantibiótico, es

decir, que después de la actividad antibacteriana de las

concentraciones de antibióticos son subterapéuticos.

En contraste, las fluoroquinolonas y aminoglucósidos

demuestran que la actividad y un efecto post antibiótico

son dependientes de la concentración.La dosificación

depende de la concentración del fármaco, usualmente

está limitada por su toxicidad (por ejemplo, la

nefrotoxicidad o ototoxicidad relacionada con

aminoglucósidos). Por lo tanto, aminoglucósidos

sistémicos, generalmente se recomiendan

para la terapia prolongada sólo cuando los agentes de

alternativas igualmente eficaces y menos tóxicos no

están disponibles. Los aminoglucósidos pueden lograr

de manera segura altos niveles en el sitio de la infección

cuando se implantan de forma local (por ejemplo, en

antibiótico impregnado en cemento

polimetilmetacrilato).

Glicopéptidos, como vancomicina, se describen a veces

como antibióticos dependientes del tiempo. Para

osteomielitis por S. aureus meticilino resistente, la

vancomicina es el pilar del tratamiento. Las

concentraciones inhibitorias mínimas de vancomicina

entre las cepas de S. aureus se han incrementado en la

última década, pero con objetivos de los niveles

mínimos ligeramente superiores por lo general supera

este problema. La resistencia de los estafilococos a la

vancomicina sigue siendo muy poco frecuente,

con menos de 15 casos reportados a nivel mundial. A la

luz de subóptima respuesta a la terapia convancomicina

en las infecciones por estafilococos, los nuevos agentes,

tales como el linezolid y la daptomicina, se han

investigado y encontrado eficaz en el tratamiento de

osteomielitis estafilocócica.Un estudio aleatorio

encontró que altas dosis de infusión continua de

vancomicina, en comparación con la administración

intermitente de costumbre, produjeron resultados

Fig. 1. (Arriba) Diagrama esquemático que muestra las cinco etapas de desarrollo de la biopelícula. (1) fijación inicial de células a una superficie. (2) Producción de polisacáridos extracelulares que resulta en fijación firmemente

adherente e irreversible. (3) El desarrollo temprano de la arquitectura de las biopelículas. (4) Maduración de la

arquitectura de las biopelículas. (5) La dispersión de individuales (planctónicas) las células de la biopelícula. (Abajo) Los mismos procesos representados por microfotografías de Pseudomonas aeruginosa.

Adapted with permission from Stoodley P, Sauer K, Davies DG, Costerton JW. Biofilms as complex differentiated

communities. Annu Rev Microbiol. 2002;56:187–209.

Page 4: Osteomielitis I

similares con menos variación de las concentraciones

séricas y menos efectos adversos.

La clindamicina, tetraciclina, y linezolid son

antibióticos bacteriostáticos, es decir, no matan a las

bacterias, pero evitar que se experimente crecimiento

adicional de la célula. Alcanzan dos concentraciones

adecuadas en el tejido óseo y por lo general tienen un

efecto post antibiótico prolongado.

Antibióticos fluoroquinolonas tienen una alta

biodisponibilidad oral y cubre la mayoría de los

patógenos del hueso, que no sea S. aureus meticilino

resistente. A pesar de que los beta-lactámicos han sido

considerados el estándar para el tratamiento de la

osteomielitis, estudios recientes (incluyendo un meta-

análisis) sugieren que las fluoroquinolonas son también

altamente eficaces, generalmente seguros, y ofrecer una

buena alternativa.

Algunas autoridades evitan la fluoroquinolona terapia

debido al riesgo de efectos adversos (por ejemplo,

tendinitis) y quizás una mayor asociación con el

desarrollo de la infección por Clostridium difficile.

La rifampicina tiene un papel único en el tratamiento

de la osteomielitis por S. aureus parece matar a las

bacterias inactivas sésiles en biopelículas, por lo que es

útil para infecciones óseas y articulares con el estructura

conservada.Es altamente biodisponible y se asocia con

pocos efectos adversos. Para evitar aparición de

resistencia a la rifampicina, debería ser

utilizado sólo en combinación con otro agente

antibiótico que es activo frente a S. aureus, tales como

vancomicina, trimetoprim-sulfametoxazol o

fluroquinolonas. Los buenos resultados se han

divulgado en la osteomielitis por estafilococos

(incluyendo a las especies S. aureus resistentes a la

meticilina ), con regímenes que contienen rifampicina.

REGIMEN ANTIBIOTICO INICIAL EN

PACIENTES CON OSTEOMILITIS

Tabla 3 describe la sugerencias de agentes antibióticos

iniciales y las dosis basadas en el organismo causante.

El tratamiento antimicrobiano de la osteomielitis con

frecuencia debe ser relativamente prolongado y por lo

general se pueden controlar en el ámbito ambulatorio.

Algunos pacientes requieren terapia parenteral, ya sea

por el agente antibiótico utilizado (por ejemplo, la

vancomicina) o por problemas de absorción

gastrointestinal, pero poca evidencia apoya que este sea

superior al tratamiento oral.

El tratamiento antibiótico parenteral en el paciente

ambulatorio es conveniente y costo-efectivo, para

proporcionar un tratamiento en pacientes que cumplan

con los criterios de selección según indica Infectious

Disease Society of America. (Tabla 4)

Muchos pacientes pueden ser tratados con cualquiera

de los antibióticos orales bidodisponibles para los que

los patógenos son susceptibles (Tabla 5). Cuando es

requerido un tratamiento prologado, es importante

considerar el potencial toxico e interacciones

farmacológicas cuando se selecciona un régimen.

(Tabla 6)

Es muy difícil comparar los resultados del tratamiento

de ostiomielitis con varios regímenes de tratamiento.

Estos son algunos ensayos comparativos, que

involucran diferentes tipos de infecciones, los que

pueden o no pueden incluir terapia quirúrgica

concomitante.

CEMENTO IMPREGNADO DE ANTIBIOTICO Y

PERLAS PARA INFECCIONES ORTOPEDICAS

La terapia antibiótica local vía cemento de hueso

impregnado de antibióticos fue el primer tratamiento

usado para artropatías infectadas, entonces el cemento

impregnado de antibiótico fue usado para osteomielitis

Page 5: Osteomielitis I

Tabla 3. Regímenes sugeridos para terapia antibiótica de Osteomielitis

Microorganismo Tratamiento de primera línea Alternativa Terapia oral

Sensible a la Penicilina

Staphylococcus aureus

Penicilina G (12-20 millones de

unidades IV cada 24 hr)

Cefazolina (1g IV cada 6-8 hr);

clindamicina (600mg IV cada 6

hr); vancomicina (15mg /kg IV

cada 12 hr)

Amoxicilina (500-875mg cada 8hr);

clindamicina 300-450mg cada 6hr)

Resistente a la Penicilina

S. aureus

Nafcilina u oxacilina (1-2 g IV

cada 4-6hr)

Cefazolina (1-2gr cada 8hr);

vancomicina (15 mg/kg IV cada

12 hr)

Cefalexina 500mg VO cada 6hr;

clindamicina (300-450 mg cada 6hr)

Oxacilina (meticilino)-

resistente S.aureus

Vancomicina (15mg/kg IV cada

12 hr)

Linezolid (600mg IV o VO cada

12 hr); daptomicina (4-6mg/kg

IV cada 24hr); clindamicina

(600mg IV o VO cada 6 hr)

Levofloxacina (500-750 VO QD) +

rifampicina (600-900mg VO cada 24 hr);

cotrimoxazol (2 DS cada 12 hr)

Stafilococus coagulasa

negativo (la mayoría son

meticilino resistentes)

Vancomicina (15mg/kg IV cada

12 hr)

Linezolid (600mg IV o VO cada

12 hr)

Levofloxacina (500-750 VO QD) o

doxiciclina (100mg cada 24hr) ) +

rifampicina (600-900mg VO cada 24 hr);

cotrimoxazol (2 DS cada 12 hr)

Streptococo Penicilina G (10-20 millones de

unidades IV cada 24 hr)

Ceftriaxona (1-2g IV cada 24hr);

clindamicina (600mg IV cada 6

hr)

Amoxicilina (500 mg cada 8hr);

clindamicina (300-450mg cada 6hr)

Enterococcus spp. Ampicilina 2f IV cada 4hr ±

gentamicina (1mg /kg cada 8hr)

Vancomicina (15mg/kg IV cada

12 hr); Linezolid (600mg IV o

VO cada 12 hr);

Amoxicilina (500 mg cada 8hr

Enterobacterias Ampicilina /sulbactam (1.5-3 g

IV cada 6hr)

Ceftriaxona (1-2g IV cada 24hr);

ciprofloxacin (400mg IV cada 8-

12hr)

Amoxicilina /clavulánico (875 /125mg

cada 8hr); ciprofloxacin (500 -750mg

cada 12hr); cotrimoxazol (2 DS cada 12

hr)

Pseudomonas aeruginosa

o Enterobacter spp.

Cefepime (2g IV cada 12hr) o

ceftaxidima (2g IV cada 8-12hr

ciprofloxacin (400mg IV cada

8hr); meropenem (1g IV cada

8hr)

Ciprofloxacin (750 cada 12hr)

Anaerobios obligados clindamicina (600mg IV o VO

cada 6 hr)

Metronidazol (500mg IV o VO

cada 6-8hr); Ampicilina

/sulbactam (1.5-3 g IV cada 6hr)

Amoxicilina /clavulánico (875 /125mg

cada 8hr); clindamicina (300-400mg cada

6 hr)

Regimen empírico:

Urgente no urgente o

seguir en la terapia

Vancomicina (1g IV cada 12hr) )

+ ceftazidima (2g IV cada 8hr);

vancomicina (1g IV cada 12hr)

sola

Linezolid (600mg IV o VO cada

12 hr) + ciprofloxacin (750mg IV

o VO cada 12hr); Ceftriaxona (1-

2g IV cada 24hr); Ampicilina

/sulbactam (1.5-3 g IV cada 6hr)

Linezolid (600mg cada 12 hr) o

clindamicina (450mg cada 6 hr)

+ciprofloxacin (750mg cada 12hr);

Amoxicilina /clavulánico (875 /125mg

cada 8hr);

Como alternativa la introducción de grandes depósitos

cemento impregnado de antibiótico en sitios de

osteomielitis crónica, perlas de cemento impregnado de

gentamicina pueden temporalmente llenar el espacio

muerto creado por desbridamiento del hueso infectado.

Una serie de reportes de tasas de curaciones del 91.4%

entre 128 pacientes que han sido tratados por

osteomielitis crónica.

El antibiótico en polvo es mesclado con polímero de

cemento en polvo antes de la adicción de metacrilato de

metilo, a continuación el líquido. La mezcla se puede

moldear en perlas 3 - a 10-mm que se pueden

utilizar solos o ser suspendidos por la sutura quirúrgica.

El antibiótico seleccionado debe ser activo contra el

patógeno bacteriano, puede estar disponible en polvo

que se endurece correctamente, es estable por el calor

generado en la polimerización. Comercialmente

antibióticos disponibles impregnados de cementos de

polimetilmetacrilato incluido Palacos (usado

principalmente en Europa) y Simplex P (usado en el

Reino Unido). Palacos que contiene gentamicina

(Zimmer, Warsaw, Ind.) se producen comercialmente

en Alemania. En los Estados Unidos, el cemento con

antibióticos o gotas suelen ser preparado

(principalmente con tobramicina) en la sala de

operaciones justo antes del uso. La liberación del

Page 6: Osteomielitis I

Tabla 4. Directrices para selección de pacientes para

terapia antimicrobiana parenteral intravenosa

ambulatoria

Vías alternativas o lugares para la entrega de los

antimicrobianos no son factibles o indicado

Médico calificado determina que OPAT es más

apropiado

La infección no requiere que el paciente esté en

un hospital

El paciente entiende los beneficios, riesgos e

implicación financiera de OPAT

El paciente está dispuesto y es capaz de cumplir

con OPAT

El sitio de administración del antibiótico puede

soportar el uso de OPAT

La terapia puede ser monitorizada por un

apropiado y accesible personal de salud

OPAT: terapia antimicrobiana parenteral intravenosa

ambulatoria

Tabla 5. Selección de agentes antimicrobianos orales

con excelente biodisponibilidad oral comúnmente

usados para tratar pacientes con osteomielitis

Agente

Antimicrobiano

Dosis

Fluoroquinolonas Ciprofloxacin 750mg cada 12hr

Levofloxacina 750mg cada 24hr

Moxifloxacina 400mg cada 24hr

Misceláneos Metronidazol 500mg cada 8hr

Linezolid 600mg cada 12hr

Rifampicina 300mg cada 12hr

Trimetoprim-sulfa 1 dosis doble

cada 12hr

Minociclina 100mg cada 12hr

Clindamicina 450mg cada 8hr

Azoles Fluconazol 400mg cada 24hr

Itraconazol 200mg cada 12hr

Voriconazol 200mg cada 12hr

antibiótico del cemento es bifásica, la mayoría

ocurriendo durante las primeras horas de los días

después de la implantación y el tiempo restantante

durante meses y años.

Clindamicina no está disponible en calidad de polvo,

y el uso de fluoroquinolonas en cemento en polvo no se

ha reportado. Los primeros estudios de cemento

impregnado de la eritromicina tienen eficacia

demostrada, pero un estudio encontrado posterior

elución inadecuada. No hay datos disponibles

para otros macrólidos o Azálidos. La tetraciclina y

colistina no eluyen del cemento en la clínica

cantidades significativas.

Los pocos estudios de perlas de polimetilmetacrilato

Impregnado de antibiótico sugieren que son efectivos,

ya sea como una alternativa o suplemento al tratamiento

de antimicrobianos sistémicos. Permiten una entrega de

alta concentración local de varias clases de antibióticos

evitando al mismo tiempo la toxicidad potencial de altas

concentraciones sistémicas.

Otro material para la entrega local de los antibióticos

son perlas de sulfato de calcio impregnado de

antibiótico. Estos proporcionan una liberación más

rápida de altas concentraciones de los antibióticos

y puede ser útil para situaciones como profilaxis de las

siguientes infecciones y en fracturas abiertas. Otras

ventajas de las perlas de sulfato de calcio son que, a

diferencia del tipo de polimetilmetacrilato, se

disuelven y no necesitan ser extirpado quirúrgicamente.

Además, no generan calor cuando son formadas,

permitiendo que más tipos de antibióticos sean

utilizados.

La gentamicina-impregnado en perlas de cerámica de

hidroxiapatita simulan un injerto de hueso al servir

como una matriz y es osteoconductiva cuando se utiliza

para llenar el espacio muerto, no tiene que ser

removida. La gentamicina-impregnado polilactida-

poliglicolida los implantes de copolímero son

biodegradables, evitando la necesidad de remover.

ESTADIFICACIÓN QUIRÚRGICA Y

MANEJO DE OSTEOMIELITIS

Antes de cualquier tratamiento quirúrgico, el cirujano

debe establecer la probabilidad y el grado de infección

en el hueso. El sistema más comúnmente utilizado en la

práctica clínica para evaluar la osteomielitis es la

clasificación Cierny-Mader (Fig. 2). Además de los

huesos, este sistema clasifica la condición general del

paciente (host) y las implicaciones del tratamiento

(Tabla 7). Debido a que el estado inmune del huésped

es un factor crucial en el éxito del tratamiento, la

nutrición del paciente debe ser optimizada, corregir

cualquier anemia o trastorno metabólico y controlado

alguna comorbilidad médica. El suministro de sangre en

el sitio debe ser evaluado y cualquier isquemia dirigida.

El Tratamiento de la osteomielitis debe ser un esfuerzo

de equipo, el internista optimiza el estado general,

consultores de manejo de enfermedades infecciosas el

tratamiento antibacteriano y cirujanos que tratan con

procedimientos quirúrgicos.

Un avance quirúrgico mayor es la capacidad de

proporcionar una cobertura vascularizada temprana y

definitiva del hueso infectado, normalmente a través de

procedimientos microvasculares. Cuando el apoyo

microvascular no está disponible o no es apropiado,

otras técnicas pueden ser útiles. Los cirujanos también

deben establecer un tejido blando sobre la lesión.

Transporte óseo osteocutáneo (la técnica de Ilizarov) se

Page 7: Osteomielitis I

Tabla 6. Toxicidad potencial e interacciones de los agentes antimicrobianos usados en el tratamiento de osteomielitis

Drogas Efectos adversos Advertencias

Betalactámicos Antibiótico asociado con diarrea

Colitis pseudomembranosa

Moniliasis genital

Disfunción hepática

Rash

Evitar si hay historia documentada de alergia a

la penicilina

Fluconazol Hepatotoxicidad

Prolongación del itnervalo QT

Propensión para interacción droga-droga

Fluoroquinnolonas Fototoxicidad

Ruptura del tendón

Arritmia

Alteración en los niveles de glucosa

Bajo umbral de convulsión

No debe tomarse con antiácidos

Metronidazol Neuropatía periférica

Ataxia

Efecto disulfiram

El uso con anticoagulantes orales puede

incrementar el riesgo de sangrado

Linezolid Mielosupresión

Neuropatía óptica y periférica

Evitarse los alimentos que contienen tiramina

Puede hacer interacción con agentes

adernérgicos o serotoninérgicos

Tetraciclina Nausea, vómito, fotosensibilidad

Decoloración de la piel

Decoloración permanente de los dientes en

los niños

Lupus inducido por medicamentos

Mareo, sensación de mareo, vértigo

Pseudotumor cerebral

No debe tomarse con antiácidos o hierro

El uso con anticoagulantes orales puede

incrementar el riesgo de sangrado

Disminuye la efectividad de las dogas

contraceptivas

Rifampicina Coloración anaranjada del cuerpo y

secreciones

Hepatotoxicidad

Propensión para interacción droga-droga

Requiere una mayor dosis de drogas

anticoagulantes

Puede disminuir la efectividad de las dogas

contraceptivas

Trimetoprim-

sulfametoxazol

Mielosupresión

Elevación de niveles de creatinina

Elevación de niveles de potasio

Nefrotoxicidad

Cristaluria

Efecto disulfirán

Elevación de creatin-fosfoquinasa con o

sin miopatía

Puede aumentar el efecto hipoglucemiante de

las sulfonilureas

Requiere disminuir la dosis de drogas

anticoagulantes

Puede causar insuficiencia renal en

combinación con aminoglucósidos

Daptomincina Elevación de los exámenes de función

hepática y lactato deshidrogenasa

Colitis por Clostridium difficile

Puede causar insuficiencia renal en dosis

elevadas y en combinación con

aminoglucósidos

Vancomicina Síndrome del hombre rojo

Flebitis

Neutropenia

Fiebre de la droga

Monitorizar los niveles mínimos para evitar la

nefrotoxicidad

traslada un segmento de hueso-músculo-piel en un

defecto creado después de la resección de la infección.

Los procedimientos quirúrgicos debe aspirar a ser

curativos, cuando sea posible, una resección amplia con

márgenes "clara" es la ideal, pero con frecuencia es un

objetivo inalcanzable. Cualquier material avascular

debe ser resecado. Una resección marginal podría dejar

atrás a las bacterias que contienen los tejidos blandos o

el hueso que es vital para la supervivencia y la función

de la extremidad. Cualquier superficie colonizada será

un nido para la recurrencia. Si una sección del hueso

infectado es fundamental para la estabilidad axial, el

cirujano tiene dos opciones: la resección del hueso con

una subsiguiente desestabilización de la extremidad

Page 8: Osteomielitis I

Tabla 7. Clasificación Cierny-Mader de la Host

Clase Host Descripción

A Extremidades y fisiología saludable

B, sistémico Diabetes, Enfermedad multiorgánica

estable, uso de nicotina, abuso de substancias, deficiencia inmunológica,

malnutrición, malignidad, vejez,

enfermedad vascular Contexto de traumatismo: injuria múltiple

B, local Trauma previo, quemaduras, cirugía

previa, enfermedad vascular, celulitis,

cicatrices, previo tratamiento con

radiación, linfedema

B, sistémico/local Combinación de condiciones sitémicas y

locales

C Comorbilidades múltiples que no se pueden corregir.

Incapaz de tolerar la extensión de la

resección quirúrgica necesaria. El tratamiento de la enfermedad es peor que

la enfermedad en sí.

(conversión de tipo III de tipo IV), lo que requerirá

mucho más esfuerzo y tiempo, o salir del tejido y tratar

de erradicar (o al menos limitar) la infección. La

capacidad del paciente para soportar la cirugía o el

tratamiento prolongado con antibióticos debe ser

considerada. Amputación o tratamiento de supresión

crónica puede ser preferible para algunos, B y C que

muchos, los huéspedes.

Cuando la infección se presenta después de una

reciente reducción abierta y el procedimiento de fijación

interna, las cuestiones clave son: ¿ el sitio está

realmente infectado, si es así, qué hacer con una

fractura sin cicatrizar?. Heridas muy infectadas

requieren desbridamiento quirúrgico agudo y el riego.

Si el sitio muestra una fijación satisfactoria y la

estabilidad, desbridamiento quirúrgico agresivo, el

lavado, y "reducción " de la carga de contaminación, tal

vez con la adición de antibióticos depósitos, puede

alcanzar el éxito. Usar con antibióticos depósitos de

cemento, aunque la FDA no aprobó y, probablemente,

no es curativa, puede ayudar a reducir la colonización

posterior de las superficies inertes. Todo el componente

debe considerarse colonizada y un nido potencial de

recidiva. Si se mantiene, tenga en cuenta la supresión de

la infección con tratamiento antibiótico sistémico hasta

que haya una adecuada cicatrización. Si este método no

tiene éxito, tenga en cuenta la eliminación completa y

desbridamiento de las sustancias inertes, la inserción de

un sistema de depósito de antibióticos, la estabilización

temporal con un fijador externo o yeso, y

reconstrucción por etapas.

Los huesos pueden sanar en la presencia de infección

activa, con una fractura (a diferencia de una

Tipo I-Medular La infección es limitada al canal medular. Típicamente observado después del uso de clavos intgramedulares

Tipo II- Superficial

La infección es limitada al exterior del hueso y no penetra la

corteza. Típicamente observado después de úlceras por presión

Tipo III-Permeable /estable

La infección penetra la corteza pero el hueso es axialmente

estable y generalmente no requiere estabilización suplementaria.

Típicamente observado después de fijación interna con placas.

Tipo IV- Permeable /Inestable

La infección es a lo largo del hueso en forma segmentaria y

resulta en inestabilidad axial. Típicamente observado en

infecciones intensas o después del debridamiento agresivo de

infecciones de tipo III que resulta en perdida de estabilidad axial

Page 9: Osteomielitis I

artroplastia), el implante puede ser eliminado después

de la curación. Los pacientes con alto riesgo de fracaso

(por ejemplo, con fracturas abiertas, un clavo

intramedular, en pobre estado huésped) deben ser

aconsejados sobre las alternativas, tales como la

reconstrucción por etapas (véase el algoritmo de la

infección aguda, más adelante).

Infecciones complejas desafían algoritmos simples

pero las pautas generales son útiles. Cualquier

inestabilidad axial o pérdida segmentaria generalmente

requieren la reconstitución del esqueleto. Hay varios

métodos para que el hueso requiera injerto o

modalidades osteogénicas.

En defectos más pequeños (3 cm), injertos óseos

simples, autógenos, o alogénicos puede ser suficiente si

la resección adecuada y un lecho de la herida sana son

alcanzables.

Por defectos de tamaño moderado (3 a 6 cm), hay varias

tecnologías avanzadas, la distracción osteogénesis sigue

siendo uno de los métodos más fiables y ahorro de

tiempo. Hemos utilizado este método para reconstituir

defectos óseos de hasta 22 cm, en conjunción con los

segmentos de transporte bifocales o trifocales seguido

por la conversión a la fijación interna.

ALGORITMO DE LA INFECCIÓN AGUDA TRAS

LA REDUCCIÓN ABIERTA Y FIJACION

INTERNA

El algoritmo para la infección aguda después de la

reducción abierta y fijación interna es como sigue:

Hardware estable, hueso no sano: Mantener el

hardware, los antibióticos hasta la curación, a

continuación, quitar hardware. (Si la historia de la

fractura abierta, clavo intramedular, o el

funcionamiento deficiente de acogida, tenga en cuenta

desbridamiento y cambios de clavo.)

Hardware inestable, hueso no sano: quitar hardware,

antibióticos, la estabilización temporal, espaciador, y la

reconstrucción cuando se limpia.

Hardware estable, hueso sano: Quitar hardware,

desbridar (tratando de evitar la desestabilización),

controlar el espacio muerto, los antibióticos.

PIE DIABÉTICO -OSTEOMIELITIS

Las infecciones del pie son una complicación frecuente

de la diabetes. Estos pueden ser definidos y clasificados

por un sistema sencillo, validado (Tabla 8). La

participación del hueso subyacente, por lo general la

infección se extiende desde de los tejidos blandos

contiguos que cubren, complica aproximadamente el 20

Tabla 8. Sociedad de enfermedades infeccionsas de

América

Clasificación de las infecciones en el pie diabético

Manifestación clínica de infección

PEDIS

Grado

IDSA

Severidad de

la infección

No síntomas o signos de infección 1 No infectado

La infección involucra solamente piel y

el tejido subcutáneo (sin la participación

de los signos o síntomas sistémicos, como se describen a continuación).

Cualquier secreción purulenta

(secreción espesa, opaca a blanca, o sanguínea) o por lo menos dos de los

siguientes elementos están presentes:

Inflamación local o induración

Eritema >0.5-2 cm alrededor de la

úlcera

Sensibilidad local o dolor Calor local

Otras causas de respuesta inflamatoria

de la piel deberían ser excluídas (ejemplo, trauma, gota, neuro-

osteoartropatía aguda de Charcot,

fractura, trombosis, estasis venosa)

2 Leve

Infección con eritema >2cm más uno de

los ítems descritos anteriormente

(hinchazón, sensibilidad, calor o secreción)

O

La infección involucra estructuras más profundas que la piel y el tejido

subcutáneo, tal como abscesos,

osteomielitis, artritis séptica, o fascitis Signos de respuesta inflamatoria no

sistémica, como se describe abajo

3 Moderado

Cualquier infección del pie acompañada de evidencia de alteraciones

metabólicas severas o con dos o más de

los siguientes signos de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica:

Temperatura >38°C o <36°C

Frecuencia cardíaca >90 latidos/min Frecuencia respiratoria >20

respiraciones/min o PaCO2 <32mmHg

Conteo de células blancas >12,000 o <4000 cu/mm o 10% de

formas inmaduras

4 Severa

PEDIS: perfusión, extensión/tamaño, profundidad/ perdida de

tejido, infección y sensación

por ciento de las infecciones del pie diabético y

aumenta notablemente el riesgo de amputación de las

extremidades inferiores. Factores que predisponen a la

osteomielitis de pie en la diabetes son heridas

profundas, neuropatía periférica, artropatía de Charcot,

insuficiencia arterial, control glucémico deficiente y

disfunción inmune.

Los microorganismos más frecuentemente aislados en

la osteomielitis del pie diabético son la flora de la piel,

especialmente S. aureus. Los S. aureus meticilino

resistente y, en menor grado, organismos Gram-

Page 10: Osteomielitis I

negativos resistentes son ocasionalmente patógenos en

pie diabético con osteomielitis.

El tratamiento antibiótico de la osteomielitis del pie

diabético sigue el mismo principio que otros tipos de

osteomielitis. La selección de antibióticos debe basarse

en la susceptibilidad in vitro del agente contra el

patógeno, preferiblemente un aislado de hueso, o al

menos tejido profundo, en el momento de

desbridamiento o por biopsia percutánea. El tratamiento

de la osteomielitis del pie diabético se complica a

menudo por la isquemia de la extremidad afectada

secundaria a enfermedad vascular periférica, por lo que

la revascularización puede ser necesaria en algunos

pacientes. Esta vasculopatía, así como alteraciones

metabólicas, hace hincapié en la necesidad de un

enfoque multidisciplinario. Muchos abogan por

la resección quirúrgica del hueso infectado y

especialmente el necrosado, pero los cirujanos que son

capaces o están dispuestos a realizar una resección

pueden no estar disponibles o el paciente puede negarse

a un procedimiento quirúrgico.

Numerosos informes demuestran aparente remisión

de la osteomielitis del pie diabético en pacientes

tratados con terapia de antibióticos solo. La cirugía de

urgencia es generalmente necesaria sólo para las

infecciones de tejidos blandos, osteomielitis suele ser

un proceso crónico, lo que permite una cirugía electiva.

Por desgracia, una proporción sustancial de los

pacientes tienen un mal resultado a pesar de los cursos

prolongados de antibióticos. Por lo tanto, amputaciones

menores (con la participación dedos de los pies o parte

delantera del pie) y de mayor o (por encima del tobillo)

son necesarios. Directrices elaboradas por la Sociedad

de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos y el

Grupo de Trabajo Internacional sobre el Pie Diabético

han provisto de una guía útil en el manejo de la

osteomielitis del pie diabético.

Medidas Complementarias

Tratamiento con oxígeno hiperbárico se ha mostrado

más convincente para ayudar a sanar las heridas del pie

diabético, pero no hay buenos datos que apoyen su

utilidad en el tratamiento de la osteomielitis. Del mismo

modo, algunos han defendido los tratamientos, tales

como granulocitos factores estimulantes de colonias, la

terapia de presión negativa tópica (con o sin instilación

de antibióticos), factores de crecimiento, terapia génica,

y rico en plaquetas terapia de plasma. Ninguno de ellos

ha demostrado ser eficaz en ensayos clínicos llevados a

cabo adecuadamente.

Osteomielitis asociada con las úlceras por presión

La osteomielitis afecta a hasta un tercio de las úlceras

por presión de estadio IV. Se producen principalmente

en pacientes ancianos con movilidad limitada. El

diagnóstico se ve facilitado por cultivos de médula, que

permiten específica terapia sistémica de antibióticos

durante 2 a 4 semanas. Jamshidi biopsia con aguja de

biopsia ósea se compara favorablemente con las

modalidades radiológicas de laboratorio y otros

(velocidad de sedimentación globular y el nivel de

proteína C reactiva). Desbridamiento quirúrgico con la

extirpación de todo el tejido no viable y el hueso

infectado, junto con la reconstrucción de trasplante de

tejido viable, sigue siendo el pilar del tratamiento.

Cultivos de médula con antibióticos específicos puede

permitir para un curso corto de tratamiento cuando el

tejido ofensivo ha sido adecuadamente desbridado y se

cerró con la cobertura de colgajo de tejido viable.

CONCLUSIONES

El éxito del tratamiento de la osteomielitis requiere un

diagnóstico preciso, la técnica quirúrgica óptima, y bien

focalizados regímenes antimicrobianos. La técnica

quirúrgica es compleja e involucra la evaluación tanto

de la extremidad y del huesped. Cultivos

intraoperatorios, obtenidos de forma óptima a partir de

huesos con los antibióticos frente a los pacientes, son

muy útiles para la selección de la terapia antimicrobiana

apropiada. La estrecha colaboración entre

traumatólogos, cirujanos vasculares y especialistas en

enfermedades infecciosas se requiere para lograr un

resultado óptimo.