osorio f. - epistemolog%eda de las cs sociales

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  • ndice Introduccin Las formas de comunicacin de las ciencias sociales 1 9 Francisco Osario

    Epistemologa de las ciencias humanas en el contexto Iberoamericano l 13 Miguel Martnez Migulez

    El programa sociofenomenolgico de investigacin 1 39 Ulises Toledo Nickels

    Teora crtica en Amrica Latina: un bosquejo de sus posibles componentes 1 69 '(. Adrin Scribano

    Complejidad de los sistemas sociales: un reto para las ciencias sociales 1 89 Carlos Eduardo Maldonado

    La perspectiva del realismo en las ciencias sociales l 103 Jorge Gibert Galassi

    Redes sociales: un nuevo paradigma en el horizonte sociolgico l 125 Paulo Martins

    El problema de la integracin terica en psicologa l 153 Alfredo Gaete y foaq!n Gaete

    La va bourdieana del proceso comprensivo en ciencias sociales l 167 Larry Andrade

    ' >

    La Escuela Latinoamericana del Desarrollo J 183 Armando Di Filippo

  • Un enfoque fenomenolgico y sistmico de la economa poltica global 1 205 Antonio Luis Hidalgo Capitn Introduccin a la epistemologa evolutiva f 225 Carlos Javier Blanco Martn El proceso de construccin de corpus tericos: la importancia de los referentes no tericos en los procesos de teorizacin 1 243 Francisco Covarrubias V!la Las organizaciones como sistemas sociopoiticos: metodologa y prctica 1 261 Marcelo Arnold Cathalifaud

    La metodologa cuantitativa y su uso en Amrica Latina 1 285

  • Algunos acadmicos latinoamericanos percibieron muy tempranamente que Internet podra provocar un importante cambio en las formas de distri- bucin del conocimiento en ciencias sociales. Esto sucedi en etapas: por ejemplo, los que se atrevan colocaban, algunas veces, en sus currculos vitae una seccin para revistas tradicionales y otra para publicaciones electrnicas. Seguramente si el evaluador del cv era un acadmico tradi- cional, ms vala sacar toda referencia a Internet. Otra etapa consisti en la prohibicin de citar referencias a documentos en Internet o relegarlas a la categora de Otras fuentes consultadas.

    Algunos productos de la World Wide Web (tengo claro que www e Internet son dos cosas distintas, pero las ocupo como sinnimos en esta redaccin) s tuvieron una aceptacin mayor, como por ejemplo el e-mail. Salvo acad- micos muy conservadores. casi todos empezaron a usar cuentas de correo electrnicas como una forma de comunicacin universitaria.

    Otro de los pasos intermedios fue la aceptacin, paulatina pero crecien- te, de que se poda certificar la calidad de las publicaciones en Internet, especialmente de las revistas electrnicas, mediante un protocolo. El ms importante en nuestro contexto, y vigente, es Latindex, creado en 1997. En 2002, este programa de la Universidad Nacional Aucnorna de Mxico (UNAM) cre el Catlogo, es decir, un subconjunto de revistas del conjunto mayor llamado Directorio (de revistas latinoamericanas). Las revistas en el Catlogo podan ser tambin electrnicas y su criterio de inclusin se bas en un protocolo con treinta y seis criterios. Curiosamente, nunca fue la intencin en Latindex crear un instrumento de evaluacin, y sus criterios pueden adaptarse con el tiempo. Sin embargo, en la prctica, se transform en el principal protocolo de certificacin de revistas electrnicas.

    Tambin en 1997 se cre SciELO (Scientific Electronic Library Online), originalmente en Brasil, como parte de una iniciativa conjunta entre la Fundacin de Apoyo a la Investigacin del Estado de Sao Paulo (FAPESP) y el Centro Latinoamericano y del Caribe de Informacin en Ciencias de la Salud (BIREME). Hacia el ao 2001, estableci su propio protocolo (nueve criterios principales, divididos en subcriterios). que hoy incluye revistas de toda Latinoamrica.

    En 2002 surgi otro proyecto, llamado Redalyc (Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal), por parte de la Univer- sidad Autnoma de Estado de Mxico (UAEM). Su protocolo tambin posee treinta y seis criterios. En trminos de uso, es tal vez el portal ms conocido en lberoarnrica y una fuente de referencia casi obligada de todos quienes desean leer artculos sobre ciencias sociales.

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    Como vernos, la aparicin de revistas solo digitales, la participacin de estos centros de investigacin con sus protocolos, y el creciente uso de 1mernet por estudiantes y acadmicos, entre otros facrores, llevaron a que las formas de comunicacin se ampliaran entre los cientficos sociales lati- noamericanos. Todo lo anterior, conviviendo al mismo tiempo con sistemas de publicaciones no digitales, como revistas y libros impresos en papel.

    Sistemas de comunicacin Web 2.0

    La siguiente etapa que propongo, que podemos ubicar en la primera dcada el siglo xxi. se refiere al uso de la Web 2.0 por parte de los acadmicos para efectos de su comunicacin cientfica. Me refiero principalmente al uso de blogs. Facebook, Twitter y YouTube, entre otros.

    Nuevamente, podemos encontrar desde acadmicos que desconfan de estos sistemas de comunicacin y por ello no los usan hasta acadmicos que poseen una extensa presencia online usando estas y otras tecnologas de la actual Internet.

    La revista Cinta de Moebio est en Facebook, tiene una cuenta Twitter y publica sus artculos al mismo tiempo en el sitio web de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, en SciELO, en Redalyc y en Scribd. Sus prximos pasos incluyen una versin de la revista para telfonos celulares (mviles).

    Por el momento, los blogs han sido muy tiles a los acadmicos para hacer sus clases. Sin embargo, ser interesante observar si sus contenidos son ocupados como referencias bibliogrficas en revistas, de forma creciente y estable.

    La que hemos descrito es una etapa en desarrollo y es muy aventurado decir algo ms respecto a ella, excepto que con el tiempo podremos estudiar el modo en que la Web 2.0 ha sido usada (o no) como una forma de comu- nicacin cientfica en ciencias sociales en nuestros pases.

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    Finalmente

    Y sin embargo, estimado lector, es probable que est leyendo un libro impreso, que ha sido el medio para el cual fue pensada esta publicacin. El punto es que es probable que tambin se digitalice, transformada en un PDE' u otro sistema parecido para ser leda en un libro electrnico o telfono, disponible en el propio sitio web de la editorial o en un lugar cualquiera de la red (en la nube es una metfora muy empleada).

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  • La pregunta, de todas maneras, es la siguiente; qu significan estos cambios en las formas de comunicacin cientfica en ciencias sociales y humanidades en Latinoamrica?

    Nuestro objetivo es reflexionar acerca de la forma en que obtenemos conocimiento en ciencias sociales. Por ello hablamos de teoras, autores, metodologas y tcnicas, pero tambin de contextos y productos. La invitacin es ms general: no solo los conceptos principales de las ciencias sociales, sino todo. Las ciencias sociales son nuestro objetivo de estudio desde una perspectiva epistemolgica. Las formas de comunicacin en un momento histrico son tambin un ejemplo de su objeto de estudio.

    DR. FRANCISCO SORIO Derbyshire, invierno 2010

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    Epistemologa de las ciencias humanas en el contexto Iberoamericano

    MIGUEL MARTNEZ MIGULEz

    Todo pensamiento filosfco reposa sobre experiencias prefilosficas. EMMANUEL LEVINAS

    Siendo todas las parres causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y siendo que todas se mantienen entre s por

    un vnculo natural e insensible que une a las ms alejadas y ms diferentes, tengo por imposible conocer las parres sin conocer

    el rodo, as como cambin conocer el todo sin conocer singularmeme las partes.

    PASCAL

    Visin de conjunto

    Aristteles comienza el primer libro de su Metafsica diciendo que todo hombre, por naturaleza, apetece saber. Desear investigar hoy, en ciencias humanas sobre todo, despus que en la dcada de los sesenta se han replan- teado en forma crtica todas las bases epistemolgicas del conocimiento y de la ciencia, hace ineludible una reflexin profunda en tomo a los procesos del trabajo cientfico.

    De una manera particular, en muchos de nuestros ambientes acadmicos, la desorientacin epistemolgica sigue siendo uno de los rasgos sobresa- lientes, mientras que, en otros, se cabalga con feliz ingenuidad dentro de moldes tericos y metodolgicos y de coordenadas terico-prcticas, que - dan frutos aparentemente slidos solo porque no son cuestionados en su basamento epistmico.

    Profesor titular (jubilado) de la Universidad Simn Bolvar de Caracas (Venezuela) y re~ponsable de la lnea de investigacin Epistemologa y Metodologa Cualitativa. [email protected]

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  • En realidad, el pensamiento responde siempre al modo de vida del grupo humano en cuyo seno se piensa; es decir, a la praxis total, integral, de una comunidad determinada en su momento y tiempo histricos determinados: praxis rcnica (con los objetos, la naturaleza, el mundo fsico ... ), praxis sim- blica (con los mitos, las representaciones, los smbolos, las ideas ... ), praxis social (con los seres humanos y su mundo de relaciones), praxis esttica, praxis tica, etc.

    El mtodo, en efecto, est inserto en un paradigma; pero el paradigma. a su vez, est ubicado dentro de una estructura cognoscitiva o marco general filosfico o, simplemente, sociohistrico.

    La necesidad de verdad, de ciencia, de conocimientos seguros y confiables, incita continuamente al hombre de cada generacin a buscar una forma de coherencia y satisfaccin intelectuales. Pero toda ciencia, como toda teora, mtodo o investigacin, solo tiene significado o sentido a la luz de un trasfondo epistemolgico, a la luz de una slida fundamentacin epist- mica. Precisamente, la palabra episteme significa eso: firmeza, estabilidad, solidez; epi quiere decir sobre y steme viene de la raz snscrita st/w, que significa tenerse en pie, fijarse sobre, y la encontramos en innumerables palabras latinas como estar, estado, estatua, estatuto, estabilidad, constatar, construir, instruir, estructura, etc.

    Los estudios epistemolgicos se convierten, as, en el centro de una esperanza de amplio alcance.

    La dinmica y dialctica de los procesos histrico-sociales puede, ir influ- yendo y cambiando la matriz epistmlca de un determinado grupo o estrato sociocultural. La matriz epistrnica es, por lo tanto, el trasfondo existencial y vvencial, el mundo de vida y, a su vez, la fuente que origina y rige el modo general de conocer, propio de un determinado perodo histrico-cultural y ubicado tambin dentro de una geografa especfica, y, en su esencia, con- siste en el modo propio y peculiar que tiene un grnpo humano de asignar significados a las cosas y a los eventos, es decir, en su capacidad y forma de simbolizar la realidad. En el fondo, esta es la habilidad especfica del homo sapiens que, en la dialctica y proceso histrico-social de cada grupo tnico, civilizacin o cultura, ha ido generando o estructurando su matriz epistmica.

    La matriz epistmica, por consiguiente, es un sistema de condiciones del pensar, prelgico o preconceptual, generalmente inconsciente, que constituye la misma vida y el modo de ser, y que da origen a una cosmovisin, a una mentalidad e ideologa especficas, a un espritu del tiempo, a un paradigma cientfico, a cierto grupo de teoras y, en ltimo trmino, tambin a un mtodo y a unas tcnicas o estrategias adecuadas para investigar la naturaleza de una

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    realidad natural o social. En una palabra, la verdad del discurso no est en el mtodo, sino en la epsteme que lo define.

    En este contexto de reflexin, surge una pregunta: si la matriz epistmica es algo prelgico, pre conceptual y hasta inconsciente; si, adems, rige todo nuestro pensamiento, cmo podemos analizarla sin salimos de ella? Como McLuhan dijo en cierta oportunidad: yo no s quin descubri, por primera vez. el agua, pero estoy seguro de que no fueron los peces.

    Muy bien pudiera resultar, de estos anlisis, una gran incoherencia lgica e intelecmal, una gran inconsistencia de nuestros conocimientos considerados ms slidos, y muchos aspectos de nuestra ciencia social podran tener una vigencia cuyos das estn contados.

    Siendo la matriz epstmica la que origina o determina una conformacin o estructura de la mente, y hasta una hechura particular del cerebro de los hombres en un momento de la historia (Popper y Eccles 1985), es fcil com- prender que ella se revelar en todas las reas de la vida, del pensamiento y de la accin. Por ello, como molde o forma estructurante de la mente, ofrecer la razn ltima o el referente de base al cual hay que recurrir para explicar el origen, el fundamento, el proceso y la sintaxis lgica de todo discurso humano.

    Pero si el conocimiento se entiende como articulacin de toda una es- tructura eplstmica. nadie ni nada podr ser eximido -llmese alumno, profesor. programa o investigacin-de afrontar los arduos problemas que presenta la epistemologa crtica.

    Por la interaccin y dialctica de los procesos mentales que se dan en el ser humano, la reflexin y crtica hermenutica sobre el modo de conocer pudiera terminar postulando una matriz epistmica distinta, con un sistema de asignacin de significados y procesos operativos tambin diferente. Mu- chas manifestaciones de la posmodernidad y, sobre todo, del pospositivismo, as lo hacen entender.

    De todo lo dicho, es fcil colegir que una de las caractersticas bsicas de toda episteme y, por consiguiente, del concepto de ciencia y de todo conocimiento, es su provisionalidad, es decir, su valor relativo y nicamente tt?lnporcil.

    l. La razn ilustrada de la modernidad

    La epistemologa de la modernidad, desde Iohn Locke en adelante, conceba el intelecto humano como una pasiva cmara oscura que reflejaba los objetos externos en su interior. As, la mente construa una representacin exacta o adecuada de la realidad. Esta orientacin. poco a poco, lleg a formar lo

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  • que ha constituido el llamado modelo cartesiano, porque fue Descartes el que le dio su formalismo filosfico al modelo que, ms tarde, tanto Kant como Heidegger (1974: 235) considerarn realismo ingenuo.

    A los ilustrados, en estos siglos de las luces, los anim una gran fe en el futuro; creyeron en la felicidad y en poder conseguirla como quiera que fuese, aunque su optimismo progresista casi siempre proceda de un criterio utilitario.

    Estos modernistas tenan la seguridad de que, basndose en la experiencia, llegaran a una visin del universo en que se sistematizasen las solucones de todos los problemas y a realizar as una metafsica de la ciencia y de la vida y una norma poltico-social que asegurara una perspectiva de pblica felicidad. La creencia en el progreso como base de la historia del hombre es una de sus caractersticas fundamentales. En ella radica un optimismo racionalista: todos los seres de la naturaleza y los mismos actos del hombre estn dispuestos en un orden racional.

    En este paradigma modernista, la religin -que jug un papel decisivo en todo conocimiento y ciencia durante los siglos de la Edad Media- pasa a ser un asunto de opcin personal y, consiguientememe, se recluye cada vez ms en el mbito de la esfera privada. La funcin que todava puede desempear es la de ayudar, comprender y consolar al hombre en medio de sus dificultades y vaivenes existenciales. El espritu moderno occidental estar ahora caracterizado por un formalismo sisteruatizador. por una tendencia al clculo y a la contrastacn emprica, por un paso de la teologa a la economa.

    Si durante el Renacimiento el principio de experimentacin junto con la perspectiva del arte dan inicio a la ideCI del progreso. en el siglo xvtn la razn moderna llega a todas partes: invade todas las realizaciones intelectuales, cientficas, industriales, poltico-sociales, artsticas e institucionales de Occidente. Se haba llegado a la apoteosis de la diosa razn.

    Desde el siglo xvrn, ha habido una fuerte creencia, en Ja cultura occidental, acerca de que el mejoramiento social llegar con la extensin del pensamiento racio1wl a todos los dominios de Ja vida humana y social. Pero esa fe ha sido retada a medida que nuestros conceptos sobre la racionalidad han probado no ser lo suficientemente fuertes y comprensivos para abordar Ja variedad de problemas y asuntos de la vida humana y social, especialmente por su alto nivel de complejidad en las ltimas dcadas.

    Aristteles haba formulado en su tiempo una famosa idea relacionada con sus nociones holisticas y teleolgicas: el todo es ms que Ja suma de sus partes. La ciencia occidental no tuvo en cuenta y, menos an, desarroll el contenido profundo que encierra esta formulacin. Esta ciencia opt,

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    ms bien, por elegir como idea rectora la segunda mxima del Discurso tld mhodo de Descartes: fragmentar todo problema en tantos elementos simples y separados como sea posible. Este enfoque dio buenos resultados en ,!lgunos campos de la fsica y en la tecnologa derivada de ellos, donde los hechos observados pueden dividirse en cadenas causales aisladas, de dos o tres variables, pero se ha mostrado totalmente incapaz de explicar adecuadamenre una estructura de alto nivel de complejidad como son los [lechos humanos, donde entra en accin un alto nmero de variables con fu ene interaccin entre s.

    2. Cuestionamiento a la razn moderna

    Desde dentro del propio paradigma modernista han surgido crticas agudas contra sus aspectos o flancos ms dbiles. Estas autocrticas constituyen su ms valiosa riqueza y poder, pues lo conducen a una autosuperacin, a ir, en cierto modo, ms all de s mismo. Este hecho ha originado una dialctica entre la modernidad y la posmodernidad y est cargada de consecuencias filosficas, polticas, sociales y religiosas. Es ms, tiene un indudable inters universal, pues incide directamente sobre la conceptualizacin del nuevo paradigma de la racionalidad.

    Michael Polanyi, como cientfico y epstemlogo, nos alerta con la siguiente constatacin: En los das en que poda silenciarse una idea diciendo que era contraria a la religin, la teologa se convirti en la mayor fuente de falacias. Hoy. cuando todo pensamiento humano puede desacreditarse calificndolo de no-cientfico, el poder ejercido previamente por la teologa ha pasado a la ciencia; as, la ciencia ha llegado a ser la mayor fuente de errores (1957: 480).

    La ciencia ha llegado a ser la mayor fuente de errores! Esta afirmacin, venida de tan eminente acadmico, que ense tamo la fsica nuclear como las formas de comprender al hombre, nos plantea un gravsimo problema y nos lanza un reto inevitable: debemos ser plenamente conscientes de las aguas en que nos movemos y de las corrientes que nos arrastran.

    Esca crtica formaba parte de la verdadera Ilustracin, que deseaba que el hombre ejerciera a plenitud el poder de su razn, que se sobrepusiera a estos condicionamientos levantando la cabeza por encima de sus hombros. Es el ejercicio de esta capacidad el que hizo pensar a muchos representa mes de la llustracin que el hombre haba llegado a su mayora de edad. El mismo Lyotard aclara que la posmodernidad no es una poca nueva, es la reescritura de ciertas caractersticas que la modernidad haba querido o pretendido alcanzar (1988: 43). Kant y el idealismo alemn y, sobre todo, los gr;mdes cuesrionadores (Marx, Freud, Nietzsche] sometern a una profunda

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  • crtica esta concepcin especular del conocimiento, es decir, la idea de que este refleja como un espeja la realidad.

    2.1 Cuestionamiento social (Marx, Wittgenstein)

    Segn Habermas (1982), Marx representa el primer intento de convertir la teora del conocimiento en teora social. La realidad histrico-social, con sus condicionamientos, limitaciones y prcticas sociales, cambia la pureza perceptiva del sujeto, la nitidez del objeto y, sobre roda, la dinmica y la natu- raleza de la interaccin entre ambos. De esta manera, la mente no reflejar sin ms la realidad, ya que los rganos de percepcin estarn orientados. y hasta deformados, por las prcticas sociales predominantes. De acuerdo con Marx, hay una verdadera configuracin del conocimiento que le es transmitida a cada generacin por la anterior.

    Otra posicin, que refuerza la crtica epistmica, es Ja de Ludwig Wittgens- tein. El segundo Wittgenstein critica fuertemente la racionalidad del sujeto y del lenguaje. Segn l, el sujeto no es la fuente de los significados lingsticos. El significado no est en la palabra (Saussure) ni en la sentencia (Frege), sino en los diferentes contextos en que se Hsa. Hay. aqu. un cambio fundamental del sujeto epistemolgico, pues los contextos los produce la connmidad social, es decir, los usuarios del lenguaje. Pero, una comunidad lingstica se comunica y se entiende a travs de un sistema de signos que configura un juego del lenguaje para cada contexto dado; estos juegos del lenguaje no son juegos en el sentido usual del trmino, sino formas de vida (Wittgenstein 1967). Por ello, nuestra comunicacin depende de cada juego del lenguaje o forma de vida contexwal o circunstancial, y en cualquier sociedad moderna o posmoderna puede haber una irreductible pluralidad de juegos del lenguaje trabados entre s en su nivel pragrnctico.

    Evidentemente, todas las expresiones del lenguaje no-verbal, de tipo sublingstico o paralingstico, como los silencios en la conversacin, el tono y timbre de voz, las dudas y defectos de pronunciacin, las pausas, la longitud de las frases, la repeticin de palabras, etc., son elementos muy elocuenres que permitirn realizar inferencias y ayudarn a conocer mejor el estado anmico del comunicador y, por consiguiente. a precisar el significado de toda su comunicacin, ya que, en la comunicacin, casi siempre, importa ms cmo se dicen las cosas que las cosas que se dicen.

    Para formarnos una idea ms precisa de lo que comunicamos indirecta- mente con nuestro lenguaje, veamos la explicacin que nos da Briceo en relacin con la comunicacin entre latinoamericanos y peninsulares, o entre miembros de un mismo grupo. Puede haber una comunidad de lengua, pero no de experiettcia lingiistica:

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    Un porrngus en Brasil (o un espaol en cualquier pas hispanoamericano) comprende claramente lo que se le dice, con excepcin de los localismos, pues la lengua funciona corno instrumento de comunicacin; pero le queda la sensacin de no haber captado algo que acompaa a lo dicho; le queda una impresin de extraeza que puede transformarse en curiosidad o desconfianza[ ... ] Inversamente, el latinoamericano comprende lo que dice el peninsular, pero no logra un mbito de intimidad en la comunicacin, siente que este no reacciona ante implicaciones, sugerencias o alusiones de lo dicho y puede juzgarlo romo o antiptico (Brceo 1966: 99).

    Wittgenstein afirma que para comprender una sentencia hay que com- prender las circunstancias, pasadas y presentes, en que la sentencia es empleada; que hay que identificar los usos, las prcticas y tos propsitos con que son usadas las palabras y las expresiones en la vida diaria; que las palabras tienen su significado solo en el flujo de la vida. Los juegos del lenguaje de que nos habla Wittgenstein (1969: 1, 23) incluyen prcticamen- te todas las actividades humanas. No nos damos cuenta -dice- de la prodigiosa diversidad de todos tos juegos del lenguaje cotidianos, porque el revestimiento exterior de nuestro lenguaje hace que parezca todo igual \1969: n. 224). Su doctrina se apoya en Ja idea matriz de que las proposi- cio11esfonnan sistemas regidos por reglas gramaticales y sintcticas que han sido creadas arbitrariamente y aceptadas tcita o expresamente por la comunidad; por esto, son juegos. Piensa, igualmente, que un nombre o una expresin lingstica funcionan como tales solo en el contexto de un sistema de actividades lingsticas y no-lingsticas; es como decir que solo en el uso se puede explicar que una barra de hierro es una palanca, o sea, que el sentido de una oracin est determinado por las circunstancias en IJ5 que es proferida y por el juego de lenguaje al que pertenece.

    2.2 Cuestionamienw psicolgico (Freud)

    Otro poderoso ataque contra la supuesta autonoma de la razn y contra su pretendida racionalidad y visin transparente es Ja que realiza Freud. La orientacin psicoanaltica de Freud seala que no existe tal capacidad representativa pura y limpia, y algo todava peor: que no hay medios, tc- rucas o estraregias capaces de reparar esta situacin, que tiene su base en la naturaleza misma del hombre. . FreuL~ demuestra que un poderoso contingente de fuerzas ocultas, ~nconso:rnes. constituidas por impulsos libidinales ciegos, por deseos e intereses incontrolados, por necesidades y condicionamientos desconocidos,

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  • presionan y:ejercen una accin disfrazada o camuflada sobre las motivaciones y decisiones supuestamente autnomas de la razn.

    Sin embargo, el objetivo general de la obra de Freud es sumamente po- sitivo, pues intenta lograr que el hombre sea ms autntico y consciente de las aguas en que se mueve y de las corrientes que lo arrastran o pueden arrastrar. En este sentido, la motivacin central del psicoanlisis se inscribe dentro del ideal general de la Ilustracin.

    2.3 Cuestionamiento epistmico (Nietzsche, postmodernidad) La critica epistmica trata de desmantelar otro importante constituyente de la razn ilustrada: su escondida voluntad de poder, que la viciara en cuanto tal. Es Nietzsche su representante ms destacado. En 1888 escribe su obra La voluntad de podero, que proclama el advenimiento del nihilis- mo, y lo convierte en el padre del posmodernismo actual. Para este autor, el hombre terico, desde Scrates en adelante, busca en el insaciable deleite del conocimiento una prueba de su propio poder.

    Nietzsche dice que no hay verdad ni conocimiento de las cosas en s mismas; que solo podemos aspirar a tener metaforlzaciones de lareali- dad, las cuales tienen la virtualidad de expresar ms el estado del individuo, y las condiciones histricas y sociales en que vive, que la objetividad de lo expuesto. Nietzsche habla de la muerte de Dios para indicar que ya no

    -------tenemos ningn fundamento ltimo (Gnmd)--ningnconceptomafrZ epistemolgico, como verdad, razn, sentido, causa, justicia, libertad, etc.- sobre el que apoyarnos o considerar seguro e inconmovible.

    La posmodernidad perdi la confianza en la razn, tan acariciada por la modernidad, y le seal dnde estn sus lmites y su autoengao. Esto im- plica un planteamiento radical y una relativizacin de la cultura occidental moderna. Sin embargo, el pensamiento posmoderno se quiere presentar como un pensamiento situacionista y perspectivista.

    El trmino posmodernidad se ha prestado a una cierta confusin. Baudrillard (considerado un ilustre posmodernista), en una entrevista al diario madrileo ABC, en 1993, deca que

    la posmodernidad es un sujeto indefinido, que no define nada, y que est en lugar de algo, de no se sabe qu. Es un significante flotante. El concepto hoy es una amalgama ... Todo deviene posmoderno, incluso yo que en nada lo soy ... Decir posmoderno es no decir nada ... No s decir, insisto, lo que es posmodernidad. Me da la sensacin de que acta cada vez ms como un mito, algo similar a la frontera del ao 2000.

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    n efecto, el problema que trata la posmodernidad es a la vez cognitivo, ~0, esttico y poltico. En l entra, por lo tanto, la razn terica y la razn ctica. Vista globalmente, la posmodernidad representa una sensibilidad

    e nuestro tiempo y expresa, con mayor o menor sofisticacin y coherencia, pensar y sentir de una gran parre de nuestra poblacin occidental. , Ms especficamente, la posmodernidad es, sobre todo, una evaluacin rtica del proyecto de la modernidad (sus creencias, esperanzas, razones gustos) -desarrollado e instaurado en la cultura occidental a partir del enacimiento-, una acusacin de fracaso y, por lo tanto, un rechazo del

    msmo. y un intento de sugerir ideas que lo reemplacen. La posmodernidad .nos sumerge, as, en los problemas culturales y sociales de los hombres de hoy.

    . .. . Ya la palabra posmodernidad es, en s, bastante atrevida y hasta utpi- ca, pues moderno significa etimolgicamente al modo de hoy (modus hodiernus), e histricamente se comenz a usar a finales del siglo v para distinguir el presente que se haba convertido oficialmente en cristiano del pasado romano y pagano. Por esto, posmoderno vendra a significar al

    oda que vendr despus de hoy. Conceptualmente, el filsofo, el escritor y el artista posmodernos se rebelan contra las funciones normativas de la

    tradicin e intentan liberarse de todos los vnculos histricos especficos .... y de las reglas preestablecidas hasta el da de hoy. La caracterstica de sus

    obras es lo nuevo. De esta manera, la condicin posmodema vendra a significar el estado de

    la cl1lt.l1ra despus de las transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la literatura y de las artes que han imperado durante la llamada modernidad, es decir, durante los tres ltimos siglos.

    En expresin de Vattimo (en muchos aspectos, uno de los autores posmo- dernos ms radicales), lo nico que nos queda es un vagabundeo incierta, nadando a favor de la corrieme relativista y radicalizando las mismas ten- dencias de la modernidad, pues no hay caminos que lleven a un fin, a una realidad. Todos son, como dice Heidegger, senderos perdidos, imerrumpidos, cortados en algn lugar. Y, as, la misma nocin de verdad se disuelve. Una vez desaparecida la idea de una racionalidad central de la historia, el mundo de la comunicacin generalizada estalla como una multiplicidad de racionalidades locales: minoras tnicas, sexuales, religiosas, culturales, estticas, etc, (Vattimo 1990: 17).

    Es ms, la caracterstica bsica del pensamiento posmoderno, segn Vat- timo, es ser un pensamiento de la fruicin, un pensamiento presentsta, un deseo de vivir el aqu y ahora, que se entrega a la vivencia del momento como acto inmediato y total, que pretende vivir la realidad en s misma y alejar toda sombra de actitud funcionalista o de creencia en el porvenir de

    ;., .:i

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  • 3. Procesos mentales y epistemologa

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    la revolucin y del progreso. Vattimo considera esto como el disfrute del manantial mismo de la vida y de la riqueza que nos constituye, como una estetzacn genera! de la vida (1986: 52), en el sentido de que, en la cultura de masas en que vivimos, la novedad y el atractivo formal de los productos pesa infinitamente ms que en cualquier poca del pasado.

    Evidentemente, este desencantamiento cosmovisiona! del pensamiento posmoderno bordea muy de cerca el Jecho de un relativismo radical. si es que no se desliza plenamente por l; y, con el relativismo radical, posiblemente se ubica ante una peligrosa liquidacin de la misma razn, cayendo, quiz, en un escepticismo anestesiante, en el pleno nihilismo proclamado por Nietzsche, donde ni el objeto conocido (la realidad en general) ni el sujeto conocedor (el hombre) tienen significado o valor alguno.

    Conclusin. En relacin con la postura de los autores posrnodernos, percibimos, con muchos otros crticos de la actitud posrnoderna, que hay una inconsecuencia e, incluso, cierta autocontradiccin en el mismo pen- samiento pos moderno, pues salta por encima de sus propias afirmaciones que, a veces, resultan paradjicas. Su propia actitud crtica con la razn - ilustrada y el proyecto moderno solo se sostienen en la posibilidad de una crtica de Jo existente desde algn supuesto en que puedan apoyarse tanto Ja crtica como la misma utopa posmoderna. Es decir, no son posibles una . ideologa o pensamiento posmodernos, cualesquiera que ellos sean, sin crrra-nretcrfisica:o-teora-del-seF-que-los.sustenteysin.una_ep_isJ.f!ll'lmQ9.a ue d sentido a sus afirmaciones. De lo contrario, no hay posibilidad de crtica alguna, pues quedamos presos y atrapados en lo existente y no podremos . distinguir entre la gimnasia y la magnesia.

    hsayo de 1900 Entstehung der Hermeneutik (Origen de la hermenutica), 'un paso importante y definitivo ms all de Schleiermacher y otros te-

    05, cuyos significativos aportes reconoce: Dilthey sostiene que no solo s textos escritos, sino toda expresin de la vida humana es objeto natural e'la interpretacin hermenutica; seala, asimismo, que las operaciones i~ntales que producen el conocimiento del significado de los textos-como

    describen en las reglas hermenuticas-son las mismas que producen el nocmtento de cualquier otra realidad humana. Por ello, el proceso herme- uuco del conocer se aplica correctamente a cualquier otra forma que pueda

    er algn significado, como el comportamiento en general, las formas no .bales de conducta, los sistemas culturales, las organizaciones sociales y

    sistemas conceptuales cientficos o filosficos. As, Dilthey convierte a ermenutica en un mtodo general de la comprensin. 1 pensamiento de Dilthey (1900, 1944, 1951) trata de comprender e inte-

    . toda accin humana a travs del tiempo, de la historia; por eso, elabora . Crtica de la razn histrica, como Kant lo haba hecho con la crtica a. razn pura. Dilthey integra en esta crtica los procedimientos de la

    enutica anterior a l: ley del encadenamiento interno del texto, ley ontexto, ley del medio geogrfico, tnico, social, etc. Los documentos os por la escritura son solo una provincia de todas las realizaciones anas que requieren interpretacin; la interpretacin es la captacin m rensi~n de una vida psquica por otra vida psquica diferente de la era. Con esto, Dilthey coloca el problema hermenutico en el mbito 'pscologa: comprender es transporrarse a otra vida.

    ' imismo, Dilthey seala que Ja vida psquica se ubica en el nivel de las 'cas, las cuales implican ya una unidad de significado y no neces- nterpretacin, pues son presupuestos autoevidentes por exhibir una 'a inmediata. El autor afirma que si la ciencia humana se concentra en

    _ivel inferior, con fenmenos menos complejos y ms aislables (como ,dones, instintos y reflejos), entonces se perder el verdadero objeto ' ciencias humanas, es decir, la vida misma. Por eso, hace hincapi en

    y otro tipo de experiencia perceprual, que es la que deben usar las as humanas. Nosotros -afirma- no solo reconocemos los objetos , tambin reconocemos su significado. No solo vemos manchas negras

    ,Ji.bro, tambin percibimos el significado de ese escrito; no solo ornos .idos de la voz humana, tambin captamos lo que significan; no solo movimientos faciales y gestos, tambin percibimos intenciones, ac- ,Y deseos. La comprensin de los significados es un modo natural de er de los seres humanos. De este modo, el concepto de vivencia y su . tividad constituye la base epistemolgica para todo conocimiento

    Todo lo dicho hasta aqu pudiera llevamos a una conclusin apresurada: que el anlisis de este problema es inaccesible. Sin embargo, esta inaccesibilidad no es, de todos modos, absoluta, aunque no est libre de riesgo. Existen vas por las cuales acceder a la matriz epistmca instalada en una determinada- comunidad. Concretamente, a continuacin describiremos cuatro vas por las cuales discurren nuestros procesos mentales, de acuerdo con la naturaleza de las diferentes realidades etnoepistmicas que abordan.

    3.1 Episteme hermenutica Wilhelm Dilthey (1833-1911) fue el terico principal de las ciencias humanas el primero en concebir una epistemologa autnoma para ellas. En su famos

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  • de cosas objetivas, ya que la vida misma contiene saber... y el saber est ah. unido a la vivencia sin saberlo;[. .. ] el nexo de vida y saber es, pues. para Dilthey un dato originario (Gadamer 1984: 102, 283, 296, 298). Y. as, este proceso de conocer constituye un giro total, ya que cambia la base de la ciencia, especialmente cuando se trata de las ciencias humanas: la fuente y fulcro del conocimiento no ser la sensacin fsica positivista, sino la Vivencia del sujeto.

    En cuanto al proceso heurstico de esta comprensin. Dilthey (1944, 1951) puntualiza que las vivencias psquicas se manifiestan de diferentes formas, entre ellas, expresiones faciales, gestos, posturas, acciones, lenguaje hablado y escrito y expresiones artsticas. La tarea de las ciencias humanas consiste en examinar estas manifestaciones de la vida experiencia! tanto en sus expresiones individuales como sociales. El cientfico de las ciencias humanas debe hacer explcitos sus principios de organizacin y estructura. Esto se logra mediante la identificacin de las categoras de vida, que son procesos que implican relaciones y significado. Por esto, el fin de una ciencia humana es explicar dichos procesos, y no solo buscar relaciones causales. El reconocimiento y la comprensin de las Categoras de vida requieren una visin del contexto lo ms amplia posible y la investigacin ms completa de las manifestaciones de la vida. Un acto aislado, una persona aislada, un periodo histrico aislado no revelan el aspecto interactivo de las catego- ras, tampoco el desarrollo y cambio histrico de los patrones de vida ni las estructuras de la organizacin social. Es necesario abordar, estudiar y comprender la interaccin de las estructuras vitales individuales y sociales.

    La comprensin de una vida humana exige, a su vez, ir ms all de ella en cuanto realidad individual. La vida individual-seala Dilthey-es parte de la vida como un todo (ver Polkinghome 1983: 25). La vida individual no es una realidad aislada; se halla mezclada e integrada en varios niveles de intensidad con la de otros seres o grupos humanos e, incluso, por medio de la cultura, con la vida de la humanidad en general. Debido a ello, los individuos no pueden ser estudiados como realidades aisladas; necesitan ser comprendidos en el contexto de sus conexiones con la vida cillwrnl y social. De esta forma, el objeto de investigacin de las ciencias humanas incluye no solo las esperanzas, los miedos, los pensamientos, los actos. etc., de los individuos particulares, sino tambin las instituciones, que son el producto de Ja actividad y vida humanas y que, a su vez, establecen el contexto en que se forma la experiencia individual.

    En el contenido de sus obras, Dilthey insiste cada vez ms en la nocin de estnicwra en cuanto permite captar en una totalidad la coherencia de los diversos elementos, en funcin esencialmente de su finalidad consciente e

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    inconsciente. Dilthey piensa que, en ltimo anlisis, esta es la verdadera y concreta realidad no deformada o simplificada. Debido a ello, se considera a s mismo como un obstinado empirista (ver Bleicher 1980: 23) y busca una ciencia de las realidades humanas que produzca un conocimiento cierto y obie[vo, es decir, verificable de manera intersubjetiva, consciente de que hay grados de verdad y que a ella solo se llega por aproximacin.

    Dilthey da tambin mucha importancia al papel que juega la intencin en la dinmica de la personalidad. La inrencin que tiene un actor, la meta que persigue. el propsito que alberga, coordina y orienta muchas motiva- ciones. sentimientos, deseos, recuerdos, pensamientos y conductas hacia un fin. Debido a ello, la intencin es una clave metodolgica que nos ayuda a captar la estnrcwra, que quiz sea la ms importante y de mayor nivel en el sistema general de una personalidad.

    La tcnica bsica sugerida por Dilthey es el crculo hermenutico, que es un "movimiento del pensamiento que va del tocio a las partes y de las partes al todo, de modo que en cada movimiento aumente el nivel de com- prensin: las partes reciben significado del todo y el todo adquiere sentido de las partes. Evidentemente, el crculo hermenutico revela un proceso dialctico que no debe confundirse con el crculo vicioso de la lgica, en el cual una cosa depende totalmente de otra y esta, a su vez, de la primera; el crculo hermenutico es, ms bien, un crculo virtuoso.

    Al lado de la figura de Dilthey, hay diferentes autores que se han destacado por sus aportes significativos en la consideracin de la hermenutica como base de los estudios epistemolgicos.

    Martn Heidegger (1974) fue el filsofo que ms destac el aspecto her- menutico de nuestro conocimiento, oponindose a la metfora del espejo que haba invadido la cultura occidental. Para Heidegger, la hermenutica no es un mtodo que los investigadores pueden disear, ensear y aplicar. Sostiene que ser humano es ser interpretativo, porque la verdadera natu- raleza de la realidad humana es interpretativa; por tanto, la interpretacin no es un instrumento para adquirir conocimientos, es el modo iwwral de ser de los seres humanos. Todos los intentos cognitivos para desarrollar conocimientos no son sino expresiones de la interpretacin e, incluso, la experiencia se forma a travs de Interpretaciones sucesivas del mundo (ver Polkinghorne 1983: 224).

    Heidegger piensa que no existe una Verdad pura al margen de nuestra relacin o compromiso con el mundo; que todo intento por desarrollar mtodos que garanticen una verdad no afectada o distorsionada (es decir, puramente obietva) por los deseos y perspectivas humanos, est mal encaminado; asimismo, condena como abstraccin todo intento de

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  • separar al sujeto de su objeto de estudio para conocerlo mejor y agrega que los seres humanos conocemos a travs de la interaccin y del compromiso. Por ello, considera que esta situacin nos exigir que examinemos hasta qu punto lo nuevo que estamos conociendo queda ya determinado por la opcin previa del paradigma elegido o por la matriz epistmlca vivida o aceptada, quiz, en forma acrtica.

    Joseph Kockelmans (1975) considera que la hermenutica moderna no es un proceso especial, sino un mtodo interpretativo que sigue el curso natural del modo humano de comprender, el proceso a travs del cual las personas normales buscan el sentido de los fenmenos del mundo que las rodea. Segn Kockelmans, toda comprensin humana sera hermenutica, en parte determinada por la cultura, la historia y nuestra condicin histrica peculiar y personal; y en parte original, nueva, creadora y trascendera la cultura y la tradicin. Esta originalidad y novedad se dara de manera continua a travs de la historia: de ese modo, en nuestros tiempos, los feministas han hecho una renterpretacin de la posicin de la mujer en la historia y en la cultura, y los promotores del dilogo Norte-Sur estn reinterpretando la historia de las relaciones entre los pases industrializados y los que estn en vas de desarrollo.

    De aqu, tambin, que el sentido real pueda ser bastante diferente de acuerdo con la perspectiva tnica, de gnero, de cultura y dems aspectos identficatorios, tanto del grupo social estudiado como del investigador. Esto da pie a que se hable de una epistemologa eurocntrica, de una epis- temologa afroasitica, de una epistemologa latinoamericana o de una epistemologa feminista, y, con ello, se fundamente lo que en la actualidad se considera una nueva sensibilidad posrnodernista o posestructuralista,

    Paul Ricoeur (1969, 1971) piensa que la investigacin de la accin humana no puede proceder como si su autor fuera completamente consciente de lo que ella significa. Sus estudios acerca de Freud le ensearon que los procesos conscientes a veces encubren o disfrazan las razones que tiene una persona para actuar de una determinada manera. As, la introspeccin, como toda tcnica que de una u otra manera se base en ella (encuestas, cuestionarios, etc.), deber ser complementada con una buena interpretacin.

    Pero, qu significa comprender una vivencia ajena? La conducta humana no es un mero acto o movimiento fsico; tiene una meta y est animada por una intencin; debido a ello, comprender una conducta humana es perci- birla, de algn modo, desde adentro, desde el punto de vista de la intencin que la anima; comprender es un encuentro de dos intencionalidades, la del sujeto conocedor y la del sujeto conocido; quien dice comprensin dice posibilidad de acceso a una vivencia psquica que no es la nuestra, lo cual

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    .remite a una cierta forma de coexistencia con el prjimo, de una vivencia vicaria, de un lter ego.

    Ricoeur, como Dilthey y Gadamer, tambin valora la importancia que tiene el contexto social. Una buena investigacin deber ser estructural: enfocar los eventos particulares ubicndolos, tratando de entender el amplo contexto social en que se dan. Tambin aqu hay un movimiento dialctico entre el caso singular y el todo social. La etapa de anlisis estructural-que es una etapa necesaria- ayudar a dar el justo peso a la influencia del ambiente en la determinacin de la accin humana.

    En efecto, tanto los animales como los seres humanos adoptan fre- cuentemente conductas de engao, conductas inslitas que parecen algicas y hasta ilgicas, que se escogen precisamente porque los adver-

    sarios o depredadores no las esperan, por ser extraas. Pensemos cmo se comporta el animal ante su depredador nato: la cantidad de engaos que realiza. Recordemos, en el ser humano, la variedad de simulaciones, ficciones, disfraces, fingimientos, dobleces, falsedades, ocultamientos, hipocresas, etc. Y esta es la realidad que vamos a encontrar, por ejemplo, en una investigacin sobre el crimen organizado, sobre el funcionamiento del narcotrfico, sobre actividades de espionaje, para no citar tambin a la

    plornacia, etc. Cul de ellas, o qu interpretacin, ser la ms adecuada y acercada? Para descubrirlo, no es suficiente preguntarle a la persona, por ejemplo. por medio de una entrevista, aunque esta sea en profundidad, ya que el lenguaje sirve tanto para comunicar lo que pensamos como para ocultarlo. El uso, en estos casos, de definiciones operacionales (como siguen exigiendo algunos asesores de tesis) equivaldra a una gran ingenuidad y al mayor de los errores, ya que esas conductas encubren o disfrazan en forma expresa la verdadera realidad. La tradicin positivista siempre ha tratado de apoyarse en los datos brutos pensando que estos tienen un solo significado, que los hechos hablan por s mismos. Pero un acto fsico o una conducta externa pueden tener muchos sentidos, y actos diferentes pueden tener el mismo significado. Debido a ello, en rigor, un acto fsico en s no es ningn dato, es decir, algo dado; el verdadero dato lo constituye el acto fsico con el significado

    . que tiene en la estructura personal del sujeto; y esto solo se puede descubrir por medio de un cuidadoso proceso hermenutico.

    J.2 Episteme de la fenomenologa

    Edmund Husserl (1859-1938) es el terico fundamental de la orientacin fenomenolgica y su mtodo. Seala que siempre existe en nosotros un

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  • ambiente de vida presupuesto, un medio vital cotidiano, y explica cmo este mundo de vida funge constantemente de trasfondo, cmo sus dimen- siones valoratvas. prelgcas, son fundacionales para las verdades lgicas, tericas, y refiere todo conocimiento terico a este trasfondo vital natural (ver Bollnow 1976: 42).

    La fenomenologa es el estudio de los fenmenos tal como son experi- mentados, vividos y percibidos por el hombre. Husserl (1962, 1970) acu el trmino Lebensweu: (mundo de vida, mundo vivido) para expresar la matriz de este mundo vivido, con su propio significado. La fenomenologa y su mtodo nacieron y se desarrollaron para estudiar estas realidades como son en s, dejndolas que se manifiesten por s mismas sin constreir su estructura desde afuera, sino respetndola en su totalidad.

    Para Husserl, la fenomenologa es la ciencia que trata de descubrir las

  • Es, adems.muy llamativo el hecho de que Gadamer, apelando a la tradicin humanista, relacione el espritu de toda esta orientacin, sobre todo. con la raza latina (Gadamer 1984: 63).

    El concepto de vivencia, para Gadamer, no se reduce a algo que caiga bajo la experimentacin y medicin, sino que las vivencias son unidades de significado, unidades de sentido.

    Lo que vale como vivencia no es algo que fluya y desaparezca en la corriente de la vida de Ja conciencia: es algo pensado como unidad y que con ello gana una nueva manera de ser uno. En este sentido, es muy comprensible que la palabra surja en el marco de la literatura biogrfica y que. en ltima instancia, proceda de contextos autobiogrficos ... La vivencia se caracteriza por una marcada inmediatez [ ... ], por una certeza inmediata [ ... ]. que se sustrae a todo intento de referirse a su significado .... De este modo, el concepto de la vivencia constituye la base epistemolgica para todo conocimiento de cosas objetivas[ ... ), pues es el dato y el fundamento ltimo de todo conocimiento [ ... ].El hecho de que lo que se manifiesta en la vivencia sea vida solo quiere decir que se trata del ltimo( ... ] presupuesto del conoclmiento ] ... ] al que podemos retroceder {Gadamer 1984: 102-104, 282, 298).

    Gadamer, citando a Dilthey, puntualiza y aclara que, con esto, la fenorne- 1--"'----- .. -- .. .notogla.ntenconalhajlevado po; J?.!Ll!len1 ~'[._ el es(ri~lJ.5,0ffi~~~I:?.i~itu al

    campo de la experiencia sistemtica y de la ciencia, y ha dado con ello un giro total a la tarea del conocimiento (Gadamer 1984: 306, cursivas aadidas).

    33 Episteme etnogrfica Los miembros de una cultura o grupo especial comparten una estructura propia subyacente de razonamiento que por lo general no es explcita, pero que se manifiesta en diferentes aspectos de su vida. Este modo de pensar y ver las cosas explica y da razn de su comportamiento en las reas ms , diferentes, ya que la conducta humana est influida significativamente por el medio en que se da, y las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente se van internalizando paulatinamente, generan regularidades, guan y hasta pueden determinar la conducta posterior, la estructura de su lgica, organizacin social, erarqua de valores, concepto de los externos al grupo, etc. Toda investigacin seria deber entrar plenamente en este mundo interno si desea comprenderlo.

    En general, el etlmos, que sera la unidad de anlisis para el investiga- dor, no solo podra ser una nacin, un grupo lingstico, una regin o una

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    :~omundad, sino tambin cualquier grupo humano que constituya una '~ntidad cuyas relaciones estn reguladas por la costumbre o por ciertos

    .';'derechos y obligaciones recprocos. !: Abraham Maslow, al referirse a las explicaciones muiticausales en el ;:dominio de las ciencias humanas, comenta:

    Es, de una manera particular, en los datos de la personalidad donde esta teora se derrumba en la forma ms completa. Resulta fcil demostrar que dentro de cada sndrome de la personalidad existe una relacin diferente de la causal. Es decir, si usamos el vocabulario causal tendramos que decir que cada parte del sndrome es, al mismo tiempo, una causa y un efecto de cada una de las otras parres, como tambin lo es de cada grupo formado por estas otras partes y, an ms, tendramos que decir que cada pan e es causa y efecto del todo de que es parte. Tal absurda conclusin es la nica posible si usamos solamente el concepto de causalidad (Maslow 1975: 30-31).

    El problema mayor que las realidades humanas han planteado a la ciencia se deriva de su propia naturaleza. Cuando una entidad es una composicin

    agregado de elementos, puede ser, en general, estudiada adecuadamente bajo tagua de los parmetros de la ciencia cuantitativa tradicional, en la que la matemtica y las tcnicas de probabilstica desempean el papel principal; cuando, en cambio, una realidad no es una yuxtaposicin de elementos,

    . sino que sus partes constituyentes forman una totalidad organizada con fuerte interaccin entre s, es decir, constituyen un sistema, su estudio y

    comprensin requieren la captacin de esa estructura dinmica interna que la caracteriza y, para ello, requiere un enfoque sistmico-cualitativo. : En semido amplio, se considera necesario el enfoque epistemolgico y metodolgico etnogrfico para conocer a fondo las realidades de carcter cualitativo (sociales, educacionales, psicolgicas, etc.), estudio de casos, investigaciones de campo, antropolgicas, y otras en las que prevalece un alto nivel de complejidad tnica, racial, social o situacional, ya que estn constituidas por un mundo sa s, nico.

    La toma de conciencia de este conjunto de realidades llev a varias orien- taciones epistemolgicas como la psicologa de la Gesralt, el estructuralismo

    '. Y el enfoque de sistemas a concebir Otro modo de pensar para sus respec- . tivas reas, partiendo de nuevos conceptos bsicos, de nuevos axiomas,

    de nuevos presupuestos, es decir, de un nuevo paradigma cientifico, para poder penetrar cmo siente la gente, qu sabe, cmo conoce y cules son sus creencias, percepciones y modos de ver y entender.

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  • Si en las ciencias fsicas encontramos rea lid ad es que necesitan ser abordadas con un enfoque estructural-sistmico, porque no son simples agregados de elementos como, por ejemplo, un tomo o el sistema solar o un campo electromagntico, ya que no son meros conceptos de cosas sino, bsicamente, conceptos de relacin, con mucha mayor razn encontrare- mos estas estructuras y sistemas en las ciencias biolgicas, que se guan por procesos irreductibles a la simple relacin matemtica o lineal-causal, como la morfognesis, la equifinalidad, la reproduccin, el desarrollo y el crecimiento, la entropa negativa, etc., y, sobre todo, debemos reconocer esta situacin en las ciencias del comportamiento y en las ciencias sociales. las cuales aaden a todo esto el estudio de los procesos conscientes, los de intencionalidad, eleccin y autodeterminacin, los procesos creadores, los de autorrealizacin y toda la amplsima gama de las actitudes y los sentimientos humanos.

    Son muchos los autores que se lamentan cada vez ms de que el modo tradiconal de hacer ciencia lleva a ignorar reas de informacin y conoci- miento, que son de gran significado y relevancia en el manejo de proble- mas importantes y de trascendencia. As, Barker afirma que la psicologa cientfica no conoce nada, ni puede conocer nada, sobre las situaciones de la vida real que vive la gente en los qhettos y suburbios, en las pequeas y grandes escuelas, en regiones de pobreza y concentracin humana (citado en Willems y Raush 1969: 31). Se insiste en que son necesarios otros enfo- ques epistemolgicos y otros mtodos que capten la verdadera realidad as como se presenta, con toda su particularidad y concrecin, y no en forma abstracta e Intelectualizada.

    3.4 Episteme de la razn critica Ante la debilidad, la inseguridad y la incertidumbre de ta razn sealada por los cuestionamientos de los autores citados {Marx, Freud, Nietzsche y otros), muchos autores posrnodernos toman una posicin radical. Sin embargo, tambin esta posicin posmoderna ha sido objeto de un crtica profunda, especialmente por parte de la llamada razn comunicativa.

    En una visin amplia, el positivismo lgico y su metodologa analtica y cuantitativa de investigacin fueron denunciados y rechazados por la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, Fromm, Habermas, Apel y otros). que desarroll la teora crtica de la sociedad desde una perspectiva histrica y dialctica. Los pensadores que se inscriben es esta escuela criticaron la sobrevaloracin positivista de la neutralidad y la separacin entre la teora y la prctica (la visin desde ningn punto de vista siempre se conviene en

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    na visin desde un cierto punto de vista), y enfatizaron la importancia ~el po[eJKiJI cmanciparnrio del conocimiento y de la ciencia.

    Estarnos ante lo que se puede considerar el mnimo criterio de vali- dez al que se puede apelar universalmente para sustentar los discursos terico-prcticos en el campo de la ciencia, de la tica, de la esttica y de la cultura en general.

    Habennas parte del siguiente punto: Clarificar los presupuestos racionales del proceso de alcanzar la comprensin, que debe ser considerado como universal. ya que es inevitable (1984: 242). Es decir, que para poder vivir humanamente tenemos que convivir y relacionarnos cornunicativarnente, entendernos con los dems. El consenso que se consigue en cada caso se mide por el reconocimiento intersubietvo de las pretensiones de validez (98s: 77J. Habermas asienta, as, un principio de solucin a travs de su tica comu11icmiva, pues considera que en el mero hecho de la comunicacin hay una rnzn conwnicariva com11 a todas las racionalidades y, por lo tanto, una tica comunicativa. Este intento pretende responder con seriedad al vaco tico que dejan los autores posmodernos.

    Habermas y Apel quieren mostrar, mediante el anlisis de la accin comunicativa, que hay un a priori ineludible en toda comunicacin lin- gstica y en toda accin humana social. Una de sus tesis ms bsicas y desafiantes es que no podemos ni siquiera dar sentido a los conceptos de significodo, comprensin e interpretacin (ni, por consiguiente, a los verbos conocer, entender, saber, comunicar, ensear y sus sinnimos) a menos que valoremos racionalmente las pretensiones de validez que realizan los participantes en las formas de vida. Existen unas inevitables condiciones universales necesarias de la accin comunicativa y de la racionalidad que no podemos eludir ni soslayar.

    Habermas (1987) defiende que la nocin de la racionalidad comunicativa est contenida implcitamente en la estructura del habla humana como tal. y que significa et estndar bsico de la racionalidad que comparten los hablantes competentes, al menos en las sociedades modernas. Igualmente, Habermas, a menudo, ha defendido que el lenguaje humano implica un n- mero de "requisitos de validez que se construyen generalmente de un modo implcito por los hablantes, pero que pueden hacerse explcitos. Cuando le digo algo a alguien, reno implcitamente los siguientes requisitos: que lo que digo es inteligible; que su comenido proposicional es verdadero; que estay justificado cuando lo digo, y que hablo sinceramente, sin intencin de engaar (ver Giddens et al. 1991: 159).

    Siguiendo a los filsofos y cientficos sociales de la Escuela de Frankfurt, y especialmente a Habermas en su Teora crtica de la ciencia, podemos

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  • distinguir tres categoras del proceso de investigacin que dan origen, a su vez, a tres tipos de conocimiento, segn estn regidos por el inters tcni- co, el inters pnictico o el inters emancipatorio. Segn Habermas (1982), para estas tres categoras de procesos de investigacin puede demostrarse una interrelacin especfica entre reglas lgico-metodolgicas e intereses directores del conocimiento. La misin de una teora crtica de la ciencia es burlar las trampas del positivismo. Por esto, toda pretendida neutralidad cientfica es una pseudoneutralidad, como toda pretendida objetividad cognoscitiva es simplemente una ilusin, pretensiones y actitudes que una ciencia social crtica deber hacer conscientes y superar.

    En cada tipo de conocimiento, el sistema de referencia fija reglas tanto para la construccin de teoras como para su comprobacin crtica. El inters tcnico (que sus promotores presentan frecuentemente como si fuera el inters de la sociedad en su conjunto) produce una racionalidad o conoci- miento instrumental que explora las interrelaciones hipottico-deductivas, la covariacin de magnitudes observables, y es til para la manipulacin y control del mundo fsico o social.

    El inters prctico genera, segn Habermas, las ciencias histrico-herme- nuticas. En nuestra interaccin con otros seres humanos, aprendernos a interpretar correctamente el significado de sus acciones. Esta comprensin recproca implica empata, aprecio y aceptacin. El mundo del sentido de las cosas para el otro se nos esclarece por su similitud con el nuestro. El que comprende establece una comunicacin entre ambos mundos.

    Por ltimo, el inters emancipatorio produce el conocimiento crtico y de la accin, fundamental en ciencias como la psicologa. la sociologa, la educacin, la economa, la ciencia poltica, etc. Aunque estas ciencias produzcan un saber nomolgico, segn Habermas (1982), una ciencia social crtica se esfuerza, adems, por comprobar cundo los enunciados teorticos captan leyes invariantes de la accin social en general y cundo reflejan relaciones de dependencia ideolgicamente congeladas. pero en principio mutables. Si este es el caso, el inters cognoscitivo emancipa torio desatar una autorreflexin y generar una crtica ideolgica que producir un saber crtico sobre la ley que, si no la deroga. por lo menos la deja sin aplicacin y sin efecto. La ciencia social crtica busca hacer a los seres humanos ms conscientes de sus propias realidades, ms crticos de sus posibilidades y alternativas, ms confiados en su potencial creador e innovador, ms activos en la transformacin de sus propias vidas, en una palabra, ms autorrealiza- dos como tales; sin embargo, es consciente de su papel y, por lo tanto, trata al mismo tiempo de respetar su libertad y de ayudarlos pero no sustituirlos en sus decisiones, para que sean ellos los forjadores de su propio destino.

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    conclusin

    En conclusin, y simplificando mucho las cosas, podramos decir que, a lo lar ,0 de Ja historia de Occidente, se ha tratado de representar la realidad de :los formas netamente distintas: es evidente, y conviene sealarlo, que en el trasfondo de cada una de estas dos formas de conocer existe tambin una matriz epistmica diferente que las rige.

    La primera ha sido atomista, elementa/ista e individualista. Esta forma enfatiza Jo interno, peculiar y singular de las cosas, los eventos y las personas, y propicia. con ello, la objerificacin, el aislamiento y la soledad individual. En la metodologa para su estudio, valora la objetividad del conocimiento, el determinismo de los fenmenos, la experiencia sensible, el experimento, la cuantificacin aleatoria de las medidas, la lgica formal y la verificacin emprica. Esta forma ha predominado, con diferente nfasis, especialmente desde la Edad Media y el Renacimiento hasta la mitad del siglo xx.

    La otra forma es la relacional, sistmica, estntctural, gestlcica, estereog- nsico y transdsciplinaria. Valora las cosas, los eventos y las personas por lo que son en s, pero enfatiza la red de relaciones en que nacen y se desarrollan; es ms, considera este conjunto de relaciones como constitutivo de su ser ntimo. especialmente al referirse a la persona humana, que ser siempre sujeto. y propicia, con ello, la solidaridad y la dimensin inmaterial y espiri- tual del hombre y de las realidades e instituciones por l creadas. Esta forma de representacin, aunque ha existido a lo largo de la historia, solamente ha tomado auge a fines del siglo XIX y en la segunda mitad del xx. Corno metodologa de estudio, utiliza estrategias aptas para captar los aspectos relacionales, sistmicos y estructurales de las realidades, sirvindose para ello. sobre todo, de los mrodos sistmico-walitacivos.

    Si hubiramos nacido en la China, hubiramos asimilado su cultura, su ideologa y sus valores, y tambin su matriz epistrnica y su paradigma lgico. Igual cosa nos hubiera pasado de haber nacido en El Congo o en cualquier otro pas. Pero nacimos en nuestra tierra y asimilamos lo que hoy nos distingue.

    Sin embargo, hemos visto que todo aquello que nos constituye, aun en lo ms ntimo de nuestro modo de percibir, de pensar y de valorar, puede entrar en crisis y ser objetivado y sometido a un anlisis y crtica radical. Pero este proceso es difcil y tambin doloroso, y genera resistencias de todo tipo. pues, en su esencia, equivale a suprimir el soporte en que nos apoyamos, sin contar con otro que lo sustituya. Por consiguiente, es lento y exige ir ideando y habilitando otro soporte que consideremos, por lo menos,

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  • igualmente slido y seguro. Y solamente cuando este otro est disponible y a nuestro alcance, podremos hacer el cambio.

    El papa Juan XXIII hablaba mucho de los signos de los tiempos como gua para nuestra orientacin existencial. Quiz, uno de los signos de nuestro tiempo -con su multiplicidad de saberes, filosofas, escuelas. enfoques, disciplinas, especialidades, mtodos y tcnicas-sea precisamente la nece- sidad imperiosa de una mayor coordinacin, de una ms profunda unin e integracin en un dilogo fecundo para ver ms claro, para descubrir nuevos significados, en esta nebulosidad ideolgica en que nos ha tocado vivir.

    En consecuencia, es necesario enfatizar que resulta muy difcil, cuando no imposible, que se pueda siempre demostrar la prioridad o exclusividad de una determinada disciplina, teora, modelo o mtodo (o cualquier otro instrumento conceptual que se quiera usar) para la interpretacin de una realidad especfica.

    En esencia, el principio de complementariedad subraya la incapacidad humana de agotar la realidad con una sola perspectiva, punto de vista, enfoque, ptica o abordaje, es decir, con un solo intento de captarla. La descripcin ms rica de cualquier entidad, sea fsica o humana, se lograr al integrar en un todo coherente y lgico los aporres de diferentes personas. filosofas, escuelas, mtodos y disciplinas.

    La verdadera leccin del principio de complernentariedad, que puede ser traducida a muchos campos del conocimiento, es sin duda esta riqueza de lo real que desborda toda lengua, toda estructura lgica, roda clarificacin conceptual.

    Una consecuencia del principio de complementariedad, de gran tras- cendencia epistemolgica, es la posibilidad de superar los conceptos de Objetividad y subjetividad con uno ms amplio y racional, que es el de enfoque. El enfoque es una perspectiva mental, un abordaje, o una aproxi- macin ideolgicos, un punto de vista desde una situacin personal, que no sugiere ni la universalidad de la objetividad ni los prejuicios personales de la subjetividad; solo la propia apreciacin.

    Como dice Hegel, debemos estar convencidos de que lo verdadero tie- ne por naturaleza el abrirse paso al llegar su tiempo y de que solo aparece cuando este llega, razn por la cual nunca se presenta prematuramente ni se encuentra con un pblico an no preparado para ello (1966: 47).

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    El programa sociofenomenolgico de investigacin ULISES TOLEDO NICKELS'

    1 La ciencia de los fenmenos

    La denominacin fenomenologa se re moma a las investigaciones llevadas a cabo por cientficos naturales como Mach, Boltzmann o Kirchhoff, y durante el siglo xrx el vocablo fue de uso habitual en la discusin que opona la descripcin directa de los fenmenos a la explicacin terica de los mismos. En el mbito filosfico, la expresin fue utilizada por Lamben, Kant, Fichte y Hegel. Pero fue Edmund Husserl (1859-1938) quien, a comienzos del siglo xx, elev el trmino a categora central de una disciplina filosfica que se defina explcitamente como ciencia de los fenmenos. En tamo, para los autores anteriores, el trmino designaba una etapa del saber o una variante -metdica de la investigacin cientfica.

    De acuerdo con la primera concepcin de Husserl, la fenomenologa era la ciencia descriptiva de las estructuras esenciales de la experiencia y de los objetos de la experiencia (Husserl 1976: 219 y ss.). Esta enunciacin demuestra que su intencin no era de carcter metafsico, sino que apuntaba a ofrecer una filosofa de trabajo que con et tiempo fuera perfilando un programa de investigacin riguroso. Por cierto, su invitacin a la fenomenologa trans- parenta una asctica antiespeculativa que exige a los fenomenlogos que renuncien al ideal de un sistema filosfico y que vivan como trabajadores ms modestos en comunidad con otros en pro de una Philosophia Perennis (Husserl 1992: 73). Eso fue lo que atrajo aljoven Alfred Schutz que, en cuanto conoci los textos de Husserl, evalu que !a fenomenologa Se trata de un mtodo y tan cientfico como cualquiera (Schutz 2003: 113).

    Profesor del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. [email protected]

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  • En la poca en que Husserl realiz sus estudios universitarios, la atms- fera acadmica predominante se caracterizaba por tres rasgos principales: a) el culto de los l1echos y una incondicional confianza en el mtodo de las ciencias naturales, considerado el canon cientfico por antonomasia; b) la suposicin de que la psicologa (pscofisiologa) haba heredado todos los problemas aut11ticos de la filosofa y los resolva adecuadamente haciendo uso del mtodo cientfico; c) la creencia de que aquellos temas filosficos que la psicologa no lograba resolver se reducan a cuestiones metafsicas insolubles o, simplemente, eran falsos problemas. El joven Husserl fue un hijo de su poca y en principio comparti esas opiniones.

    En efecto, contra lo que podra creerse, no estudi Filosofa, sino Astro- noma y Matemtica, doctorndose en esta ltima disciplina con una tesis titulada Sobre el concepto de mmero (1886). Ms tarde lleg a la filosofa, buscando una comprensin epistemolgica de la matemtica y eso lo llev a indagar en los fundamentos de la ciencia en general.

    En su discurrir, Husserl constat que la epistemologa prevaleciente era extremadamente ingenua, porque asuma como obvia la existencia de la naturaleza que pretenda investigar y no se le ocurra preguntarse, por ejemplo, cmo es posible que la conciencia emprico-lgica tenga validez objetiva para cosas que existen por s y para s? El rwwralismo simplemente afirma el carcter de suyo inteligible de la realidad percibida (tal como es captada por los sentidos) y, sin molestarse en justificar lgicamente dicho aserto, le imputa -ipso facto- la dignidad de referente objetivo. Augusto Comte dio el nombre de positivismo a dicha epistemologa, en alusin a que el observador objetivo debe atenerse estrictamente a lo que est puesto ah delante (el objeto).

    Luego, a partir de ese dbil basamento racional, se erige todo un edificio de afirmaciones ontolgicas, metodolgicas y teorticas. Sin embargo. la falta de razn fundante deja -a la ciencia natural-sin argumentos para legitimarse a s misma. En efecto, la validacin del conocimiento exige respuestas claras a preguntas claves referentes a los requisitos nticos y posibilidades epstrncas de la experiencia cientfica, pero si el cientfico nawralista-positivista no hace las preguntas, difcilmente obtendr las respuestas.

    Es por eso que, recordando el papel central del sujeto cognoscente, las interrogantes iniciales de Husserl apuntan a dilucidar la validez y confia- bilidad del conocimiento que se produce en la experiencia cientfica. Por ejemplo: cmo es posible la relacin entre la conciencia y los objetos? o de qu modo las experiencias -que son subjetivas- se justifican o corrigen mutuamente de un modo objetivo? Reparemos en que el ideal del

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    conocimiento cientfico aspira a la objetividad, pero las experiencias que le dan sustento siempre son subjetivas (sin importar los controles instru- rnentJles), a saber: las experiencias de ciertos sujetos llamados cientificcs (Husserl 1991: 352-353).

    En 1911 Husserl public un importante trabajo titulado La filosofa como cenciCI e:,tricta, donde puntualiza: Aun cuando estos enigmas son, hablando en general. inmanentes en principio a la ciencia de la naturaleza, es obvio que sus soluciones de acuerdo a las premisas y las conclusiones son, en principio. trascendentes a las mismas. Se caera en un crculo vicioso si se esperase de la ciencia de la naturaleza misma la solucin de todo problema que se refiere a ella como tal (Husserl 1962a: 21). De ah nace la urgencia de una critica radical de los cimientos y procedimientos de la ciencia para superar sus contradicciones o ambigedades y posibilitar una teora general del conocimiento que, libre de presupuestos, sirva de fundamento a todo el saber cientfico.

    Bajo esa directriz, el pensador defini el programa de la fenomenologa: Los intereses ms elevados de la cultura humana exigen el desarrollo de unaflosoffo rigurosamente cientifico; por consiguiente, en nuestro tiempo solo se justifica un cambio si est animado por la intencin de fundar de raz la filosofa en el sentido de ciencia estricta (Husserl 1962a: 12). Y ello entraa reforrnular los fundamentos y los mtodos de la ciencia. La feno- menologa, entonces, es filosofa pero, al mismo tiempo, es ciencia estricta de carcter eidtico.

    Como se ha dicho, la formacin cientfica de Husserl era slida y l estaba actualizudo acerca de los progresos de la ciencia de su poca. Por eso, es ms impactante an su cruzada contra el naturalismo, que considera una consecuencia espuria del xito alcanzado por las ciencias naturales. Esta tendencia se caracteriza poruna limitada concepcin -causal mecnica-de la naturaleza (que Husserl imputa a la tradicin galleana) y que se extrapol a la interpretacin del fenmeno humano, dando inicio a una cosificacin ilegtima de la conciencia y de la cultura y la consiguiente reduccin de todas las esferas de la realidad a simples procesos fsico-naturales.

    Husserl tema que el camino que venan siguiendo las ciencias podra llevar a la civilizacin occidental a un desastre de proporciones, toda vez que, en medio de este frrago, las ciencias sociales y humanas perdieron su norte, fuertemente impresionadas por los logros de las ciencias naturales. Y aunque algunos estudiosos de las primeras adoptaron posiciones crticas frente a los avances del naturalismo, sus propuestas no lograron aportar soluciones de fondo y la mayora de ellos terminaron por abandonar el planteo de una

  • ciencia que indagara las leyes y los elementos de lo esencial humano que est en la base de todo conocimiento (Husserl 1991: 327).

    Dir al pasar, que su aprensin pareci confirmarse con la hecatombe que culmin en la Segunda Guerra Mundial. y est claro que an no se ha dicho la ltima palabra si atendemos al hoyo de la capa ozono, el cambio climtico y el calentamiento global del planeta, todo ello en virtud de la racionalidad implcita en la tecnociencia en uso. No es irrelevante recordar que la preocupacin axial de la fenomenologa es el rnundo de la vida, en- tendiendo que la palabra vida no tiene aqu sentido fisiolgico, significa vida que acta de cara a fines, que crea formas espirituales: vida que crea cultura en la unidad de una historicidad (Husserl 1991: 324).

    Ahora bien, el factor ms gravitante de un particular mundo de la vida -o mbito finito de sentido- es el estilo cognoscitivo, porque este incide directamente en la forma en que las personas vvencian su entorno, definen la realidad y la verdad, perfilan el tipo de relacin que mantienen con la na- turaleza y con lo sobrenatural, erigen instituciones, simbolismos y rituales, orientan su accin cotidiana y se vinculan entre s. Ntese que la ciencia es el estilo cognoscitivo dominante en el mundo occidental y de ah el inters de la fenomenologa por ternatizarla.

    Ya dijimos que Husserl comenz a investigar el fundamento del cono- cimiento de la matemtica y en el curso de su averiguacin descubri una dimensin no-cuantitativa que, en parte, trataba de los antiguos silogismos. Pero tambin delineaba formas inditas de raciocinio y, explorando esa nueva lgica, apareci un nivel de conciencia primigenio subyacente a la conciencia reflexiva en estado de vigilia (Husserl 1976: 22).

    Empero, tal nivel de conciencia profunda no debe confundirse con el inconsciente freudiano. Su original cualidad consiste en ser -nada ms ni nada menos- que la intencioncildad espontnea de la conciencia pre- objetiva, a partir de la cual se configura toda potencial objetividad y. por cierto, el MUNDO. Es en este fondo constituyente donde se evidencian las condiciones de posibilidad del conocimiento y se agitan en latencia las determinaciones a priori de las leyes formales y las leyes materiales de las ciencias (y se configuran los fenmenos). Dicho de manera ms asertiva, sobre ese fondo-que ms adelante se denominar esfera trascendental- se erigen las regiones de la realidad y de la verdad.

    La intencionalidad es la nota fundamental de la conciencia y pone de manifiesto que ella siempre es candencia de algo, es decir, la conciencia est orientada hacia algn objeto y, a la vez, est determinada por el objeto intencional en el cual focaliza la atencin (en tanto significativo para el sujeto). La intencionalidad se revela en todo acto en y por el cual la persona

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    [lene experiencia de un objeto, sea fsico, psquico o ideal y, en virtud de ese acto. e! objeto mismo es constituido. Husserl denomin noesis a la conciencia del objeto y noema al objeto configurado en la conciencia. O sea, la conciencia solo es tal en la medida que dirige su atencin hacia un objero o hacia un fin.

    Siguiendo el anlisis de la intencionalidad de la conciencia, se llega al postulJdO de la correlacin sujeto-objeto que subraya la interdependencia de ambos elementos. En breve, el oojectum es algo arrojado enfrente de alguien y ello supone que frente al obiectum siempre hay algttien: el sujeto cognoscente. Ahora bien, en su acepcin estricta, el vocablo fenmeno alude a Jo que se presenta a la conciencia, por lo tanto, puede afirmarse que la expresin conozco algo es equivalente a decir que la cosa conocida es un fenmeno para m y, por consiguiente, la fenomenologa es la ciencia que trata de elucidar cmo se constituyen los fenmenos y se hace posible el mundo.

    En su indagar, el fenomenlogo comprueba que el nexo entre la concien- cia y el fenmeno -contra lo que habitualmente se supone- no consiste en una asociacin externa de dos entidades independientes que recin vienen a vincularse en el acto de conocer; por el contrario, la conciencia y el fenmeno se definen, desde el principio, recprocamente a partir de su correlacin. Tenemos entonces que el hombre solo conoce fenmenos y los fe11me11os solo existen en tamo son constituidos en el proceso humano de conocimiento; o sea, todo lo que sabemos y podemos llegar a saber se refiere a fenmenos y no a entes objetivos (cosa-en-s).

    En consecuencia, para la fenomenologa, lo fundamental no es la in- terioridad (estados de conciencia) ni la exterioridad (cosa-en-s), sino la estructura unitaria hombre-mundo, y su mtodo prioriza la descripcin analtica de los fenmenos en el marco de esa estructura. Reparemos en que el anlisis de la mencionada estructura releva las tres evidencias siguientes: a) los seres humanos estn en el mundo; b) estar en el mundo es existir, es estar involucrado, comprometido; c) la nocin de MUNDO no es idntica al ambiente fsico o a la naturaleza porgue, si bien el ambiente y la naturaleza estn incluidos en el MUNDO, este se define por seruna dimensin lwmcma que otorga significado al ambiente bicico y abitico, al tiempo que pro- porciona el marco de cultura-lenguaje que las personas emplean para dar sentido a sus prcticas, posibilitando que nos comprendamos a nosotros y nos comuniquemos con ellos (endogrupo y exogrupo).

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  • 2. De la actitud natural a la actitud trascendental

    Dado que los seres humanos estamos comprometidos en y con el MUNDO conformado por la naturaleza y la cultura, la actitud espontnea del sujeto consiste en estar dirigido hacia algo concreto en dicho mundo. En nuestra experiencia cotidiana, siempre estamos topndonos con cosas y situa- ciones que se presentan ante nosotros y de las cuales nos damos rnema, es decir, llegamos a tener una conciencia relativa acerca de ellas. Husserl precisa que esta actitud nawral descansa en una tcita tesis general que el fenomenlogo enuncia as: En la actitud natural llevamos a cabo pura y simplemente todos los actos mediante los cuales est ah para nosotros el mundo. Vivimos ingenuamente en el percibir y experimentar, en estos actos rticos en que se nos aparecen unidades de cosas, y no solo aparecen sino que se dan con el carcter de lo ah delante, de lo real (Husserl 1962b: 116).

    No obstante, aceptar la existencia de las cosas sin someter a examen racional sus condiciones de posibilidad, es una actitud contraria a la exigencia de fundamentacin rigurosa del conocimiento cientfico y filosfico. Por consiguiente, como todo ser humano, el fenomenlogo parte de la disposi- cin habitual de la conciencia emprica, pero ingenia cierras estrategias para superarla y alcanzar una comprensin ms plena de la realidad. Para ello, comienza por dejar de lado el pre-juicio del mHndo (que consiste en creerlo de suyo evidente] y, armndose del precepto metodolgico de volver a las cosas mismas, busca la forma de aprehender las cosas en su presentacin lisa y llana a la conciencia para poder observarlas de manera directa en su darse originario. Esa forma de observar reflexivo ha sido llamada intuicin eidtica, donde el intuir alude a una comprensin esencial del sentido de lo real. Aclaro que la expresin las cosas mismas refiere a la gnesis constitutiva de los fenmenos, y el trmino eidtica alude a sus elementos invariantes (o esencia).

    Por cieno, lo anterior supone suspender la tesis general de la actitud natural, para lo cual se introduce la regla metodolgica llamada epoi, pala- bra de origen griego que prescribe la abstencin de emitir juicio u opinin sobre algo si no se est completamente seguro de su verdad o validez; la epoi fenomenolgica, entonces, consistir en abstenerse de suscribir la creencia en la existencia del mundo. Husserl lo explica as:

    Ponemos fuera de juego la tesis genera! inherente a la esencia de la actitud natural. Colocamos entre parntesis todas y cada una de las cosas abarcadas en sentido ntico por esa tesis, as, pues, este mundo natural entero, que est constantemente para nosotros ah delante y que seguir estndola

    - ~. -

    errnanentemente, como realidad de que tenemos conciencia, aunque ~os d por colocarlo entre parntesis. Si as lo hago [ ... ] no por ello niego este mundo, como si yo fuera un sofista, ni dudo de su existencia, como si .0 fuera un escpdco, sino que practico la epoj fenomenolgica que rn~ cierra completameme todo juicio sobre existencias en el espacio y e! tiempo rHusserl 1962b: 73).

    Pero. si bien la epoj es un recurso metodolgico que se emplea con fines estrictamente analticos y descriptivos, la suspensin del juicio se extiende a todas las cosas que contiene el mundo, incluyendo a nuestros semejJmes. los objetos culturales, la sociedad y las instituciones. Dentro de los parntesis, quedan nuestras creencias, nuestros saberes prcticos, nuesmis prejuicios. nuestras afirmaciones, las teoras de todas las ciencias y de todas las religiones e, incluso, la creencia en nuestra propia existencia como seres humanos dentro de un mundo. Todas las ideas y conocimientos que hemos adquirido quedan en suspenso para que podamos abrirnos a una experiencia originaria del mundo que ahora ser intuido desnudo de teoras.

    Alfred Schutz destaca que este mtodo, ciertamente artificial, no es un proceder mstico ni nada parecido, sino uno de uso frecuente en las ciencias formales:

    Tomando trminos de la tcnica matemtica, Husserl llama a este procedimiento poner el mrmdo entre parntesis o etectuar la red!!ccin

    fenomenolgica. No hay nada de misterioso en estas nociones, que son solo nombres para el recurso tcnico mediante el cual la fenomenologa radicaliza el mtodo cartesiano de la duda filosfica, con el fin de ir ms all de la actitud natural del hombre que vive en el mundo que acepta, ya sea realidad o mera apariencia (Schurz 2003: ns).

    Y, si bien el mundo no desaparece del campo de la experiencia cuando el fenomenlogo reflexiona de esa manera, la deliberada renuncia a creer en e! ser dd mundo le permite concentrar toda su atencin en la conciencia del mwzdo y, de esa manera, el proceso de reduccin permite acceder a una esfera trascendente en cuanto ese nivel trasciende al mundo /Jabiwal en todo aspecto.

    En resumen, el fenomenlogo parte de su propia subjetividad, en cuanto las cos,1s se experimentan primariamente como fenmenos de conciencia, cuya caracterstica fundamental es la intencionalidad. Luego emplea la epoj para producir la reduccin fenomenolgica y, mediante ella, alcanza la esfera trascendental que es el mbito de la vida consciente donde los

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  • sucesos y fenmenos se ofrecen a la aprehensin eidtica y las adquisicion intencionales muestran su sentido puro (cogitaciones y experiencias q incluyen percepciones, categoras, juicios, actos de voluntad, sentiment y tambin sueos y fantasas); y al mismo tiempo excluye toda aflrmac metafsica, ontolgica o mstica.

    Tenemos entonces que, en sentido amplio, la esfera trascendental es fondo constitutivo del sentido de lo experimentado, y es a priori porq se funda en los rasgos esenciales de lo que aparece originariamente a conciencia. Por consiguiente, el tipo de investigacin que indaga por constitucin orginaria del sentido del mundo es llamada fenomenoloq trascendental, en tanto implica preguntar en retorno por la fuente ltima todas las configuraciones cognoscitivas, de la autorreflexin del cognoscen y de la reflexin de su vida cognitiva en la que todas las configuracion cientficas que tienen validez para l ocurren teleolgicamente, se observ adquisiciones y pasan a estar libremente disponibles (Husserl 1991: 102

    De esa manera, la fenomenologa adquiere el carcter de filosofa prime dado el supuesto de que todas las ciencias tienen sus races en el campo

    :, la experiencia pura que la fenomenologa trascendental delimita. En sntesis, Husserl asign a la fenomenologa los siguientes cuat

    objetivos principales:

    _j_ -------. a).DefiniLexplicitamente_eldQminfo_11ni~r.s_a_l de la jnyes~ig;i

  • constitutiva (realidad), para devenir en autntica comunidad humana en la cual la conciencia personal est inmersa desde el nacimiento hasta la muerte y el mundo se asume como la realizacin prctica y sociohistrica de un~ forma de vida social. En tal contexto, lo que surge como unidad de anlisis es la doxa {sentido comn) y lo que se pone entre parntesis es la actitud dubitativa en torno de la cotidianeidad. As. el sociofenomenlogo agrega Jo factual-emprico a lo eidtico y espera proporcionar una va de acceso a las estructuras del mundo de la vida que se convierten en el objeto legtimo de una rigurosa ciencia fenomenolgica, entendida ahora como ciencia social.

    Esta concepcin introduce un giro indito en la investigacin fenome- nolgica, pues Husserl pona el parntesis sobre el mundo del sentido comn para poder aproximarse a la conciencia pura y a la subjetividad trascendental. En cambio, Schutz orienta su indagacin sobre la racionali- dad del pensamiento mundano y pone entre parntesis la duda del filsofo. El sociofenomenlogo nos explica la nueva perspectiva:

    La fenomenologa nos ha enseado el concepto de epoj fenomenolgica, o sea, la suspensin de nuestra creencia en la realidad del mundo como recurso para superar la actitud naru ral [ ... [.Puede aventurarse la sugerencia de que el hombre en actitud natural utiliza tambin una epoj especfica, por supuesto muy distinta de la que emplea el fenomenlogo. No suspende la creencia en el mundo externo y sus objetos sino que, por el contraro, suspende la duda en su existencia. Lo que coloca entre parntesis es la duda de que el mundo y sus objetos puedan ser diferentes de lo que se le aparecen. Proponemos denominar a esta epoj, la epoj de la actitud natural (Schurz 2003; 214).

    El anlisis crtico de segundo orden que posibilita esa peculiar epoj, faculta aproximarse a la comprensin de los mtodos que empleamos las personas comunes y corrientes para afirmar nuestro entorno como realidad; es decir, como suelo ontolgico indiscutible de nuestro cotidiano vivir. Este hallazgo (epoi de la actitud natural) -empleado de manera crtica y no ingenua- le permiti a Schutz consolidar su proyecto y adentrarse en la investigacin de las estructuras de sentido del mundo de la vida (cotidiana) que el hombre comn asume con el carcter de lo obvio y natural. Partiendo de ah, la investigacin fenomenolgica devela el proceso de construccin de la sociedad y funda una ciencia social de nuevo cuo.

    Empero, el enfoque schutziano no se puede entender cabalmente si no consideramos algunos elementos de historia externa. En ese respecto, un factor clave fue la influencia de Ludwig von Mises en la formacin del

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    ven Alfred Schutz. Von Mises era un brillante profesor de economa de a Universidad de Viena Y tambin diriga un seminario privado que se dedicaba a estudiar y debatir cuestiones de epistemologa y metodologa de las nacientes ciencias sociales. Schutz fue su alumno en la universidad y adems particip en el seminario privado de V~n ~1ises durante tres aos. Cabe hacer notar que